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Tabla de Contenido
Prólogo
Comentarios acerca del autor
Dedicatoria
Introducción
Capítulo 1: Que el Lucero de la mañana salga en vuestros corazones
Capítulo 2: Cristo es el todo y en todos
Capítulo 3: ¿Quién es este Cristo que entró al mundo?
Capítulo 4: Santos en obediencia a Cristo, son incorruptibles
Capítulo 5: La medida de la estatura de la plenitud de Cristo
Capítulo 6: La importancia del entendimiento
Capítulo 7: Creciendo en el entendimiento
Capítulo 8: Dios gobierna las tinieblas con su luz
Capítulo 9: Remoción de los velos de nuestra mente
Capítulo 10: La mente de Cristo es una mente reconciliada
Capítulo 11: La naturaleza de los aprobados por Dios
Capítulo 12: Los amigos de Dios, son gobernados por su voluntad
Capítulo 13: La imprescindible revelación de Cristo
Lara, Gustavo
Reconciliados en Cristo / Gustavo Lara. - 1a ed . - Córdoba : Ediciones Bara , 2016.
ISBN 978-987-45947-3-0
1. Doctrina Cristiana. 2. Cristianismo. 3. Jesucristo. I. Título.
CDD 230
Reconciliados en Cristo
1ª edición
© Copyright 2016 por el autor
Diseño de Tapa: Santiago González
Corrección: María Constanza Márquez de Rodriguez.
Diseño de Interior: Ediciones Bara
Facebook.com/EdicionesBara
edicionesbara@gmail.com
Todos los derechos reservados.
Queda prohibida la reproducción de este libro, en cualquiera de
sus formas, sin previa autorización por escrito de los editores, salvo
pequeñas citas indicando la fuente.
Salvo se indique lo contrario, las citas bíblicas son de la versión Reina Valera 1960 (RVR60).
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Tabla de Contenido
Prólogo
Dedicatoria
Introducción
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Prólogo
Podemos deducir entonces que las escrituras no son la suma de escritos divinas
de alguien queriéndose dar a conocer a través de sus páginas sino más bien es
una suma de escritos en las manos de un humano que supone haber tenido un
"conocimiento íntimo con el autor".
Cuando leí el libro Reconciliados en Cristo, debo decir algo muy similar sin que
me tiemble el pulso, si el lector no conoce a Gustavo Lara, será muy impactado,
pero si puede conocerlo como muchos hemos tenido ese privilegio, este libro no
solo le impactará sino que lo edificará y movilizará al entendimiento de la
importancia que tiene saber que Dios ha reconciliado todo en Cristo.
El tema que se aborda es muy amplio y tiene muchos matices en la vida de la fe,
pero el enfoque tocado en estas páginas es urgente para no repetir viejas historias
que someten a las generaciones a ciclos que solo retrasan al desarrollo del Eterno
Propósito de Dios.
Además diré asumiendo la responsabilidad que haga falta asumir que este libro
debió escribirse hace 50 años, ya que me hubiera gustado vivir en una
generación viviendo esto y no teniendo que empezar a comprenderlo.
El libro logra tener una capacidad de diagnóstico con una Luz que redime el
tiempo, por qué contesta la pregunta de un profesional que debe resolver un
problema asignado y el primer eslabón es saber, ¿de dónde viene o vienen?, la
situación o situaciones que debo resolver.
Por favor estimado lector, lea este libro hasta el final y si usted trabaja con
equipos de personas en alguna actividad sin importar cuál sea la misma regale y
trabaje con ellos como un Manual de trabajo. Recordemos siempre que la
productividad de nuestra labor está regulada por gestionar ámbitos de paz con
Dios, en nosotros mismos y con los demás.
Juan Ballistreri
Dios está despertando agentes de reconciliación que serán el ruego de Dios para
individuos, familias, congregaciones, naciones y literalmente generaciones,
reconciliando todas las cosas con el Padre otra vez... "Como
Que al leer este libro Dios pueda activar, entrenar y levantar muchos otros
padres generacionales como el Apóstol Gustavo Lara y más catalizadores de los
procesos de Dios, agentes de reconciliación que harán valer la pena la sangre
derramada en la cruz, siendo cartas vivas que declaran: Todo está consumado y
reconciliado en Cristo!
Marcos Brunet
TOMA TU LUGAR, Córdoba, Argentina.
Recomiendo la lectura de este libro con dedicación, tiempo y estudio, para que el
Señor se glorifique aún más en cada uno de nosotros.
Prepárese ahora para mostrar la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
Mario Astellano
Vicepresidente UAD (Unión de las Asambleas de Dios) Rosario, Argentina
Padre en nosotros.
Sin ser reiterativo, y ya hablando específicamente del libro, más que libro es una
herramienta. Expresando el diario vivir de un hombre de Dios. El cual deja en
claro que es Cristo para su vida, su casa, en la iglesia. Pero más aún, que es
Cristo, para toda la humanidad.
Armando Miño
Presidente Asambleas de Dios, Buenos Aires, Argentina
Hace muchos años, después de una temporada donde toda mi mente fue
renovada, recibí una verdad muy simple:
"El verdadero cristiano no recibe cosas de Dios, recibe una persona....la persona
de Jesucristo."Esta verdad es crucial.
En este libro, el Apóstol Lara nos abre esta verdad. Jesús mora en nosotros. Su
vida, su obra y sus propósitos están en nosotros.
La pregunta es: ¿Se están manifestando? ¿Están los que nos rodean viendo a
Jesús en nosotros?
Con ese propósito hemos sido reconciliados....para que la vida de Jesús sea
manifestada en nosotros.
Apóstol Lara, mi hermano en el Reino de Dios, gracias por darnos lo que Dios te
ha revelado.
David Greco
KingsGate Church, Nueva York, EE.UU
Cuando recién lo conocí, luego de una reunión donde por primera vez ministró
en nuestra iglesia central, vino hacia mí a entregarme una palabra profética que
fue la que estableció el ministerio apostólico que hoy somos. Su manera de
exponer la revelación con tanta profundidad y con tanta simpleza a la vez nos
llevó a unirnos en un mismo espíritu y seguir manteniendo esta comunión que
disfrutamos cada vez que nos visita.
Anibal Ghione
Ministerio Jesucristo Pan de Vida. Rosario, Argentina
Lo recomiendo resueltamente.
Dedicatoria
Agradezco tanto a Dios por disfrutar de la mejor versión de Cristo en mí, que es
mi amada esposa Karina. Sólo quiero decirte en este escrito gracias, por todos
los maravillosos momentos y detalles de nuestro amor en el Señor, que no
necesito mencionarlos aquí, ya que los disfruto cada día, y te los seguiré
agradeciendo a solas, porque es allí donde nuestro matrimonio se ha hecho
verdaderamente fuerte, en lo íntimo, y todo eso lo debemos a la gracia, sabiduría
y verdad de nuestro Señor.
A todos los santos, en cada uno de los equipos y a los hermanos de la familia
UNGE Internacional, consiervos fieles en Cristo, con quienes hemos aprendido a
relacionarnos por voluntad de Dios y a liberarnos para la voluntad de Dios, de
los cuales no alcanzaría este libro para contar historias de amor experimentadas
en estos años.
A mis amados Marcos y Fernanda Brunet, con quienes nos hemos encontrado en
el corazón de nuestro Padre, para compartir juntos momentos imborrables a
favor de las generaciones. Gracias por la generosidad de abrirnos sus vidas, los
sueños de Dios y la preocupación por ver la realización del propósito de Dios en
las generaciones presentes y venideras, gracias por no escatimar esfuerzos —
junto a todas las familias que integran el equipo “Toma Tu Lugar”—, con tal de
poder levantar el nombre del Señor en algún altar de adoración, sea éste un
hogar, la congregación de los santos, o una plaza fría o calurosa de alguna
ciudad del mundo. Gracias por ser un instrumento de conexiones con hombres y
mujeres de Dios, con los cuales, en tu generosidad querido Marcos, me abriste lo
espacios y los momentos para compartir y estrechar lazos de entrañable amor,
sin otro interés que el ver las generaciones uniéndose como un solo cuerpo.
A mi muy querido hermano y amigo Julio Melgar, ¿qué podría decir que alguien
no supiera?, tu vida es tan fácil de leer, por la gran transparencia en todas tus
motivaciones. Gracias por reflejarme el amor del Padre, la gracia de nuestro
Señor y la obra libertadora del Espíritu de Verdad en cada ministración, tanto en
las grandes y multitudinarias plataformas como en los simples cafés que
pudimos compartir juntos. Te amo a ti y a toda tu casa en la verdad.
A mis mentores pasados (que no han pasado porque sus enseñanzas permanecen
conmigo), que conforman una lista más grande que la de los “héroes de la fe” de
Hebreos once, y a los presentes, que se han vuelto tan imprescindibles para mí,
como lo fueron Priscila y Aquila para un joven apasionado llamado Apolo,
“enseñándome más exactamente el camino de Dios”, que es el conocimiento
más excelente de nuestro Señor Jesucristo.
Agradezco a toda la familia de ICPA (Iglesia Cristiana Pentecostal de
Argentina) y su Presidente Julio Martínez, quien por catorce años —desde el año
2000 al 2014— nos cuidó, nos hizo participantes de su historia, en crecimiento y
enseñanzas, a sus líderes, con quienes hemos pulido y seguiremos puliendo
nuestro carácter para que el Lucero de la mañana se manifieste desde nuestros
corazones. Mil Gracias.
A los Apóstoles Norberto y Tani Carlini, y a su preciosa familia, por creer y ser
parte de las asignaciones en las naciones, entre muchas cosas que podría
mencionar, gracias por la generosidad de abrirme las puertas de la casa
“Santuario de Fe”.
A los Apóstoles Aníbal y Mary Ghione, con quienes me une un amor inalterable
en el Señor, a toda su maravillosa familia y a los santos MJPV. Gracias por su
amor, honra y sus cuidados. Conocerles ha sido un consuelo de amor para
nosotros.
A todos mis queridos amigos de la Red Mundial en Inglaterra de Horizontes
Globales, Yan Rawley y Alan Scotland, sus vidas rendidas al evangelio, su amor
y preocupación por los santos en todo el mundo me han marcado para siempre,
es un privilegio ser considerado como amigo entre ustedes.
A los Pastores Mario y Amanda Astellano, gracias por creer en esta generación
apostólica emergente y abrirnos los sectores del cuerpo de Cristo en los que
ustedes han trabajado por décadas, los honro en el amor del Señor.
Gustavo Lara
“¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras
pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis, y no tenéis;
matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no
tenéis lo que deseáis, porque no pedís”.
Santiago 4:1-2
“(...) y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en
la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre
de su cruz. Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos
en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su
cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha
e irreprensibles delante de él;”
Colosenses 1:20-22
En el primer libro que escribí, titulado “En Búsqueda de la Justicia”, fui
inspirado a compartir sobre la justicia de Dios en Cristo. En el presente, la
asignación que Él me entregó, es hablar sobre el único instrumento en justicia
que tiene el poder de destruir todas las guerras internas y externas, es decir, el
Amor de Dios y su Gracia expresados en su Hijo, a través de la gloriosa obra de
la cruz, donde todo ser humano es invitado a experimentar la verdadera
operación del poder de la Reconciliación en Cristo.
Entendiendo que toda la vida de Cristo, así como su muerte y resurrección, son
un misterio oculto por Dios para darlo a conocer a quien Él lo considere, ruego
al Señor que cada palabra aquí expuesta, nos ayude a ir, en oración, pidiéndole al
Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos conceda alcanzar el pleno
conocimiento de la Verdad, la cual tiene el poder de transformar a todo hombre
y llevarlo a manifestar la imagen del Hijo.
1Corintios 2:1-2
“Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo
nuestro Señor. Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor
Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros
divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un
mismo parecer. Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos,
por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas”.
1Corintios 1:9-11
“Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros
predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y
para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo
poder de Dios, y sabiduría de Dios”.
1 Corintios 1:22-24
El testimonio que Pablo portaba en su espíritu, por el Espíritu de Dios, es que la
Iglesia llamada “los santos de Corinto”, tendrían esperanza de transformación si
escucharan más sobre el mensaje de la cruz, y se les revelara la gran sabiduría de
Dios, expresada no en filosofías, sino en un gran sacrificio, como lo fue y lo es
la obra de Cristo en la cruz. De eso mismo, fue que el Apóstol Pablo se encargó
de hablarles.
Nuestra generación necesita más que recibir el legado del símbolo de la cruz,
necesita la operación del Espíritu de sabiduría y de revelación con esa poderosa
obra.
Uno de nuestros grandes errores puede llegar a ser, el considerar este valioso
asunto como algo básico y simple. La obra de la cruz es el fundamento de la vida
y el carácter de los santos. Creer que porque lo predicamos, enseñamos,
cantamos, o recordamos en los servicios de la “Cena del Señor”, ya podemos dar
por sentado que tal magnitud de amor se ha entendido, es un gravísimo error.
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en
mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me
amó y se entregó a sí mismo por mí. No desecho la gracia de Dios; pues si por
la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo”.
Gálatas 2:20-21
Existen miles de religiones y millares de ideologías, pero tan sólo dos simientes,
dos naturalezas que se dan a conocer como la manifestación del primer Adán
(enemistad) y del postrer Adán, que es Cristo (reconciliación). A semejanza del
postrer Adán, son aquellos que han crucificado sus deseos y pasiones, y ahora
viven para dar a conocer el poder de la Reconciliación en Cristo
Las palabras que estamos oyendo y entendiendo tendrán más valor en los
próximos días, al ver sus frutos; porque a medida que pase el tiempo y vayamos
construyendo en base a lo que Él nos revele sobre la obra consumadora de la
cruz, nos iremos dando cuenta de que lo que Él nos entregó y lo que Él reveló, sí
funciona. Podremos ver una generación de santos sin contiendas, ni
separaciones.
Es mi deber aclararle que ningún libro, y menos éste, debiera pretender o pudiera
ser más o tan claro como la mismísima revelación que fluya del Padre para
usted, pero si en algo estos escritos sirvieran para la consolidación de su fe,
entonces todo el esfuerzo para que esta obra llegue a sus manos, habrá valido la
dedicación.
Su servidor en Cristo
Gustavo Lara
Capítulo 1: Que el Lucero de la mañana salga en vuestros corazones
La Iglesia gloriosa y sin manchas que todos hemos creído, existe, y la podemos
ver en fe y por la fe, sólo que está saliendo de las sombras (tipos y figuras de
Cristo) y del polvo del desierto (la carne).
2 Pedro 1:19 dice: "Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual
hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro,
hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros
corazones (...)".
El apóstol Pedro no nos está pidiendo que pongamos todos nuestros sentidos al
servicio de las realidades externas, sino que mantengamos fija la atención en
dirección hacia el proceso de lo que está pasando en nuestro interior.
Todos los santos somos conscientes del clamor universal, y una y otra vez, a una
sola voz, venimos declarando que la creación entera está esperando una
manifestación, pero no una manifestación que venga desde el exterior, sino
desde otro lugar más cercano, nuestro interior. El mundo necesita que seamos
nosotros mismos la expresión de la Gloria de Dios, es decir, que esta gloriosa
imagen de Cristo sea manifestada desde nuestro interior.
Leemos en Juan 14:9: “Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no
me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices
tú: Muéstranos el Padre?”.
1Juan 1:5 dice: “Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos:
Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él”.
Manteniendo este principio, entendemos que Dios es luz, que todo lo que hay en
Él es luz y que todo lo que viene de Él es luz; de hecho, nosotros mismos somos
llamados: “hijos de Luz”, porque Él es el “Padre de las luces”.
Pero hay diferentes medidas de luz, y si entendemos por luz “gobierno sobre las
tinieblas”, entendemos también que esa luz que va creciendo dentro de nosotros,
hace también que crezca nuestra dimensión de gobierno. Un fósforo ilumina
sobre un radio, un reflector mide otro radio, otra jurisdicción; imagínese el sol en
su medida de señorío. Entonces, si la luz crece dentro de mí, no lo hará
solamente en el aspecto de reflejar una imagen, sino que crecerá también la
dimensión y medida de gobierno, por la manifestación de lo que está ocurriendo
en mi interior.
Isaías 60:3 dice: “Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de
tu nacimiento”.
Necesitamos descubrir por luz y revelación de Dios, aquello que portamos, que
es nada más y nada menos que la persona de su Hijo en nuestro interior, con
todo lo que eso es y con todo lo que representa. De no tener esta luz y este
entendimiento, viviríamos esperando que toda obra de Dios siempre viniera del
exterior, estando plenamente convencido que lo más triste para nosotros sería,
darnos cuenta al final de nuestras vidas, que en esta Gloriosa Persona llamado
Cristo, están todas las cosas, y que éstas ya habitan dentro de nosotros por
tenerlo a Él.
Cuando esta verdad se nos va revelando, migramos de mentalidad de pozo a
mentalidad de fuente, porque para que un pozo se llene necesita del agua de la
lluvia, pero si entendemos que Cristo es la fuente de vida eterna en nuestro
interior, hasta nuestra manera de orar y adorar cambiará, no en cuanto a la
forma, sino en lo que a posición respecta. Más que pedir que Dios mande su
lluvia espiritual, oraremos diciendo: “Señor, enséñame a liberar la fuente de
agua que fluye dentro de mí, enséñame Espíritu de Dios cómo hacer correr
hacia afuera los ríos del Espíritu que corren en mi interior”.
“(...) en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos,
para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual
es la imagen de Dios. Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a
Jesucristo como Señor, y a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús.
Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que
resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la
gloria de Dios en la faz de Jesucristo”.
2 Corintios 4:4-6
No existe mayor conflicto y mayor operación de las tinieblas que la de: “(...)
cegar el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del
evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”.
Mas en esta generación, como en todas, Dios siempre ha tenido, tiene, y tendrá
siervos de Jesucristo que no predican de sí mismos, sino de Él como Señor,
que viven sirviendo a todos, porque entendieron la orden de Dios: “(...) Dios,
que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en
nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en
la faz de Jesucristo”.
¿Cómo se podría explicar con palabras que toda la creación salió de Cristo y que
ahora Él decide entrar en nosotros? Éste es el más asombroso e inefable misterio
de su gracia.
Romanos 1:9
Sin lugar a dudas, la Iglesia siempre creyó en la persona de Jesucristo, por esa
causa recibió la salvación y sus gloriosas añadiduras.
Efesios 1:9-10
“En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y
de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las
revelaste a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. Todas las cosas me fueron
entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre
conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar”.
Mateo 11:25-27
“Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba
en todas las Escrituras lo que de él decía“
Lucas 24:27
Romanos 1:1-3
Sin lugar a dudas, la operación de una mente enemistada nos privó, como iglesia,
de entender que no sólo fuimos reconciliados en Cristo –por eso somos llamados
iglesia–, sino que además necesitamos reconciliarnos con el Señorío de Cristo.
La mente enemistada produjo en nosotros una separación entre Cristo y la
Iglesia, Cristo y el Reino, Cristo y el cielo, puesto que estaba velado que “Cristo
es el todo y en todos”.
Al reconciliarnos con Cristo, no podremos ver nada fuera de Él, sino que
todo lo comenzaremos a ver en Él y desde Él.
“(...) y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va
renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni judío,
circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo
es el todo, y en todos”.
Colosenses 3:10-11
La vida de Nuestro Señor Jesucristo fue gobernada por un propósito, “hacer una
sola cosa, la Voluntad del Padre”:
Comprender eso nos quita el pretender, como seres humanos, ser el centro del
evangelio de Dios, y nos permite recordar que recibimos un evangelio en el que
solamente Cristo es el centro de todo y en todos.
Hebreos 10:5-9
“(...) que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se
había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la
dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos,
como las que están en la tierra. En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido
predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el
designio de su voluntad (...)”.
Efesios 1:8-11
Somos UNO, cuando entendemos que el UNO es posible si dos o más personas
están llevando a cabo la misma Voluntad (este principio es aplicable al
matrimonio, a la familia, a la congregación e incluso a la nación).
Ésta fue la única mayor razón en la vida del Señor Jesús, Él vino para una sola
cosa, que incluye todo: “hacer la voluntad del Padre”.
“Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la
mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos”.
Juan 10:29-30
La razón por la que Jesucristo y el Padre siempre fueron UNO, es porque Cristo
hacía lo que al Padre le agradaba.
Juan 8:29
Es interesante ver lo que el Señor dice:
Hebreos 10:5
Para entrar al mundo, Cristo necesitaba un cuerpo. Dos mil años atrás, ese
cuerpo de carne, se llamó Jesús, el Hijo de David.
“(...) acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David
según la carne (...)”.
Romanos 1:3
Mas ahora, en la actualidad, ese cuerpo somos nosotros, llamados “la Iglesia”.
Somos el cuerpo de Cristo, engendrados y nacidos de nuevo, no por voluntad de
hombre, sino por voluntad de Dios.
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio
potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre,
ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”.
Juan 1:12-13
Necesitamos comprender que Cristo vino hace dos mil años atrás y necesito un
cuerpo, para establecer el Reino de su Padre, por medio de hacer su voluntad.
Ahora, Él viene a este segundo cuerpo, “la Iglesia”, para manifestar ese Reino —
que ya fue establecido en el primer cuerpo— por medio de los santos.
Nos enseñaron que hay cuatro evangelios, a saber: Mateo, Marcos, Lucas y
Juan; sin embargo Pablo se refiere a Romanos como “El evangelio de Dios”. La
siguiente descripción, expone la mayor diferencia entre los cuatro evangelios y
el evangelio de Romanos:
- En los cuatro evangelios Jesús estuvo con ellos en la carne, pero en la carta a
los Romanos, Él está en los santos, impartido en Espíritu, al espíritu de los
creyentes (1 Corintios 6:17).
“Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del
pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que
levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos
a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que
mora en vosotros”.
Romanos: 8:10-11
“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros
para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque
no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y
estará en vosotros”.
Juan 14:16-17
“Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la
gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que
hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si
aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que
os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo
repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea
anatema. Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de
agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo
de Cristo. Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no
es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por
revelación de Jesucristo. Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro
tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la
asolaba; y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi
nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres. Pero cuando
agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su
gracia, revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no
consulté en seguida con carne y sangre (...)”
Gálatas 1:6-16
El haber recibido la impartición de la vida de Cristo, fue mucho más que para
suplir algún área de nuestras necesidades personales, ya que el Padre tuvo como
objetivo dar a conocer su voluntad a través de Cristo en nuestro ser.
En Él estamos completos, y deberíamos vivir por una razón mayor que nuestras
realidades particulares. Somos llamados a vivir como su cuerpo, para dar a
conocer la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios.
Romanos 12:2
Capítulo 3: ¿Quién es este Cristo que entró al mundo?
¿Quién es este Cristo que entró al mundo? Leamos detenidamente los siguientes
pasajes bíblicos que nos aportarán claridad acerca de lo magno de su persona:
Colosenses 1:15-23
Hebreos 1:1-4
Colosenses 1:26-28
“Entonces vino una nube que les hizo sombra, y desde la nube una voz que
decía: Este es mi Hijo amado; a él oíd”.
Marcos 9:7
“Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y
sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. Mas
hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios
predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes
de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían
crucificado al Señor de gloria. Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no
vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha
preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el
Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios”.
1 Corintios 2:6-10
“(...) el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de
su amado Hijo (...)”.
Colosenses 1:13
Oremos cada día, para que nos sean reveladas las referencias escriturales del
Señor Jesucristo, desde el lado divino más que desde las necesidades humanas
(Juan 5:39).
Oremos también, que el Espíritu nos dé a conocer, por revelación, el corazón de
Dios Padre acerca de Cristo, y tendremos un nuevo y mayor entendimiento de su
persona.
“(...) el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que
ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso dar a conocer las
riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en
vosotros, la esperanza de gloria (...)”.
Colosenses 1:26-27
Por consiguiente, Dios está mucho más que convirtiendo a las personas al
cristianismo, o consiguiendo seguidores de un movimiento; aquellos que hemos
recibido la impartición de la vida de Cristo, con todo lo que somos y hacemos,
buscamos única y absolutamente manifestar la expresión y revelación de su
persona.
2 Corintios 4:2-6
Gálatas 1:15-16
Cualquier cosa que podamos decir o hacer, nunca podrá superar a ésta,
empezamos y acabamos allí. Cristo es el principio y Cristo es el fin, el Alfa y la
Omega.
Todo ha sido dado al Hijo, como vemos en los siguientes pasajes:
“(...) Pídeme, y te daré (singular) por herencia las naciones, Y como posesión
tuya los confines de la tierra. 9 Los quebrantarás con vara de hierro; Como
vasija de alfarero los desmenuzarás. 10 Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes;
Admitid amonestación, jueces de la tierra. Servid a Jehová con temor, Y
alegraos con temblor. Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el
camino; Pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él
confían”.
Salmos 2:8-12
Mateo 28:18
“(...) a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla
mejor que la de Abel. Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no
escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho
menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos. La voz del
cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una
vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo. Y esta frase: Aún
una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que
queden las inconmovibles. Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible,
tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y
reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor”.
Hebreos 12:24-29
Puesto que todo ha sido dado al Hijo, podemos entender que: “todo lo
recibimos de Él”, “todo lo que tenemos es de Cristo, por Cristo y para
Cristo”.
“Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los
siglos. Amén”.
Romanos 11:36
- Todo lo que llegaremos a ser para Dios es por medio de UNO, Jesucristo.
Somos muchos hijos, pero el misterio del evangelio es que todos los hijos
terminen en UNO solo, terminen en el Hijo.
“(...) hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo
de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de
Cristo;”.
Efesios 4:13
Efesios 1:9-11
“Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me
ha de acontecer; salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da
testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones. Pero de ninguna
cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi
carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio
del evangelio de la gracia de Dios”.
Hechos 20:22-24
Nuestros ojos van a ver una generación que no se doblega ante nada y ante
nadie, porque se ha determinado a ser fiel al señorío de Cristo y así, hacer la
voluntad del Padre. Por este motivo necesitamos entender qué es y cuál es la
voluntad de Dios.
La redención es EN Cristo.
La justicia es EN Cristo.
La santificación es EN Cristo.
La esperanza es EN Cristo.
La paz es EN Cristo.
El poder es EN Cristo.
La salvación es EN Cristo.
La perseverancia es EN Cristo.
La iglesia es EN Cristo.
El gozo es EN Cristo.
Todo esto y mucho más, nos llevan a una importante reflexión, que “todo está
en Él”.
Capítulo 4: Santos en obediencia a Cristo, son incorruptibles
Deberíamos saber que sólo la verdadera justicia, puede detener tanta corrupción.
Y la efectiva justicia, sólo puede venir de Dios, y de hecho ya vino, porque la
justicia de Dios es “la manifestación de Cristo”.
Romanos 3:21-26
Frente a tantos hechos públicos de corrupción, nadie dudaría en reconocer que
ésta es una epidemia social, que está carcomiendo todas las bases fundamentales
de la sociedad misma, en contraposición con la justicia, la equidad, el correcto
funcionamiento de la autoridad y la conciencia de los intereses comunes.
La realidad de la corrupción
Esta es la clase de ambiente que nos fue asignado para reunir en Cristo:
Más allá de esta lectura triste acerca de la condición humana, existe otra
realidad que es la que marca nuestro destino, misión y asignación como cuerpo
de Cristo, y es la que entendemos en la declaración “verdad de Dios”, porque en
las Escrituras la palabra “verdad” significa: la realidad de Dios expresada.
Cuando Dios nos da su Palabra, nos está dando su verdad, o sea, nos está
mostrando su realidad, que es la verdadera realidad.
Nosotros como hijos de Dios y siervos del Señor Jesucristo, vamos caminado en
dirección a la esperanza de esta verdad profética mencionada en Romanos 8:21,
“(...) porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de
corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios”; por causa de tener a
Cristo en nosotros como la Verdad, decidimos creer en la realidad de Dios sobre
la tierra, por la cual trabajamos y nos entregamos como sacrificio vivo, santo y
agradable.
“Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido
dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por
su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y
grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la
naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a
causa de la concupiscencia;”.
2 Pedro 1:3-4
“Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno
para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la
ciencia del bien y del mal”.
Génesis 2:9
“Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás
comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día
que de él comieres, ciertamente morirás”.
Génesis 2:16-17
“Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el
postrer Adán, espíritu vivificante. Mas lo espiritual no es primero, sino lo
animal; luego lo espiritual. El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo
hombre, que es el Señor, es del cielo. Cual el terrenal, tales también los
terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales. Y así como hemos
traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial. Pero
esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios,
ni la corrupción hereda la incorrupción”.
1 Corintios 15:45-50
Existe una voluntad intrínseca que funciona en cada una de las dos
sustancias, simientes o naturalezas.
Gálatas 5:16-17
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad
de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de
voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”.
Juan 1:12-13
Desde esta naturaleza divina, que opera por el Espíritu en la vida de los
santos, es donde se produce la genuina adoración al Padre.
- Es en la vida del espíritu, que vivimos para obedecer a Cristo y expresar lo que
el Padre anhela recibir de hijos adoradores, que lo hacen en espíritu y verdad.
- Cristo es la verdad;
Es por eso que todo lo que no es por obediencia a Cristo, por bueno que parezca,
es corrupto y/o corruptible.
Este vocablo se compone del prefijo negativo “a” y una forma del verbo
“fthéi·rō”, y significa “corromper” o “echar a perder”, como Pablo lo explica
claramente en 2 Corintios 7:2, “Admitidnos: a nadie hemos agraviado, a nadie
hemos corrompido (a nadie echamos a perder), a nadie hemos engañado.”, y
también en 1 Corintios 15:33, “No erréis; las malas conversaciones corrompen
(echan a perder) las buenas costumbres”.
2 Pedro 2:12
Es en este punto, donde se entiende mejor para qué vino el diablo: para
corromper “echar a perder”.
“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que
tengan vida, y para que la tengan en abundancia”.
Juan 10:10
En este pasaje del evangelio de Juan, podemos ver más claramente las dos
sustancias en acción, como así también sus orígenes. Desde el Árbol de la Vida,
fluye vida en abundancia (Cristo) y del árbol de la ciencia del bien y del mal, se
produce muerte (Satanás).
“Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una
corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible”.
1 Corintios 9:25
1 Pedro 1:18-19
Santiago 5:3
Apocalipsis 11:18
Romanos 1:23
Hechos 13:36
Corintios 15:33
“Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó (corrompió o sobornó)
a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera
fidelidad a Cristo”.
2 Corintios 11:3
1 Timoteo 6:5
2 Timoteo 3:8
Efesios 4:22
“Pero éstos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza
conocen, se corrompen como animales irracionales”.
Judas 1:10
“Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres
cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo
también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su
lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres,
y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. Y como ellos no
aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada,
para hacer cosas que no convienen;”.
Romanos 1:26-28
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con
toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo (...)”.
Efesios 1:3
1 Pedro 1:23-25
Profundicemos aún más en el siguiente proceso de “las obras de la carne
versus la obra del espíritu”.
“(...) el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que,
perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, pero ira y
enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen
a la injusticia;”.
Romanos 2:6-8
“Pagará a cada uno conforme a sus obras”, no tiene nada que ver con nuestro
criterio de bueno o malo, no se trata de servicio (como algo bueno a premiar) o
pecado (algo malo a castigar).
1- Obras de la carne son obras muertas: Son las buenas obras de un muerto,
son las obras de los que obedecen a su “yo”, aunque éstas sean buenas cosas.
Eso también es obediencia a la injusticia, porque todo lo que siembra en la
carne segara en corrupción.
Gálatas 6:8
2- Obras del espíritu son obras vivas delante de Dios: Son aquellas obras que
pertenecen a la obediencia a la fe y la verdad. Eso es obediencia a Cristo. Esto es
llamado obras de justicia: no las cosas buenas que podamos hacer, sino las
que hacemos en obediencia a Cristo de todo corazón.
“Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual
alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y
muerto, aún habla por ella”.
Hebreos 11:4
Las buenas ideas de los hombres carnales, apoyadas y fortalecidas con versículos
bíblicos, han constituido un impedimento para el avance del Reino de Dios. La
única razón por la que vivimos y estamos en la tierra, es para obedecer al Señor.
Eso es adoración y servicio. Obediencia es la expresión de ser uno con el Señor
y uno en el Señor. Ésta es la verdadera comunión con Él, y la comunión entre
nosotros es por obediencia a su amor.
Tito 2:7-8
“La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor
inalterable. Amén”.
Efesios 6:24
Que glorioso despido para cerrar una carta “(...) los que aman a nuestro Señor
Jesucristo con amor inalterable (...)”. Comparémoslo con la mayor cantidad de
sinónimos que nos sean posibles, para disfrutar el manantial de sabiduría que
esconde esta maravillosa palabra:
“Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar
a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has
hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado
arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti,
que has dejado tu primer amor (que era inalterable). Recuerda, por tanto, de
dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré
pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido”.
Apocalipsis 2:2-5
1 Corintios 10:12
No podemos ignorar esta gran verdad: en Cristo opera una vida indestructible,
todo lo que hacemos en obediencia a Él permanece para siempre, ya que Él
posee una “vida indestructible”.
Hebreos 7:15-18
Nuestro Señor Jesucristo es, eternamente, “la representación exacta del mismo
ser” y “portador de la misma sustancia de su Padre”, que es el Dios
eternamente incorruptible.
Hebreos 1:3
“Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea
honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén”.
1 Timoteo 1:17
Después de todo, veremos al Hijo del amor de Dios, quien nunca se corrompió
ni se corromperá, y llevará todo a rendición y sumisión al Padre nuevamente.
“Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido
todo dominio, toda autoridad y potencia. Porque preciso es que él reine hasta
que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo
que será destruido es la muerte. Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus
pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se
exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas. Pero luego que todas las cosas le
estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él
todas las cosas, para que Dios sea todo en todos”.
1 Corintios 15:24-28
Todo lo que la Escritura revela de nuestro amado Señor, es nada más y nada
menos que una vida eterna, rendida en amor y obediencia a su Padre. A lo largo
de su paso por esta tierra, en carne, Él nos enseño con su vida misma, que
necesitamos aprender a permanecer oyendo y obedeciendo al Padre.
Eso es vivir para hacer una sola cosa: oír y obedecer, como si fueran las dos
caras de una misma moneda.
El propósito de Cristo, era venir para hacer la voluntad del Padre. Precisamente,
ese es nuestro propósito en Cristo: hacer su voluntad, y de esa manera,
manifestar la obra consumada del propósito eterno.
“(...) para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por
medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales,
conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor (...)”.
Efesios 3:10-11
Mateo 12:46-50
“En una ocasión, mientras Jesús hablaba a la gente, alzó la voz una mujer y dijo:
“Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te criaron.” Y Jesús le respondió:
“Dichosos más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen”.
Lucas 11:27-28
Jesús dijo: “Todo el que hace la voluntad de mi Padre, ése es mi hermano”. Éste
es el verdadero y único vínculo por el cual estamos unidos en la familia de Dios,
su voluntad. No siempre mis hermanos me tienen que agradar, sencillamente
debo tener con ellos un vínculo de amor en el espíritu, por la voluntad de Dios.
Juan 15:14-15
Por todo lo expuesto en este capítulo, podemos afirmar que estamos siendo
llevados a reconciliarnos con Cristo, y en Cristo, en quien se consuma todo el
propósito eterno de Dios.
1 Génesis 2:17. La Biblia. RVR 1960.
Entendemos que los días que estamos viviendo son de reforma (les sugiero
puedan leer el libro de Reforma escrito por el apóstol Juan Ballistreri), como lo
expresa el autor de la carta a los Hebreos:
Hebreos 9:10-11
Gálatas 1:15-16
La extensión y el avance multigeneracional del Reino, están estrechamente
ligados al fruto que producimos.
Si aquellos que siembran y cosechan las frutas, pueden garantizar la calidad del
fruto que producen, la multiplicación de la demanda y de las ventas sería
imparable. Dios entregó a Adán y Eva una gran comisión (colaboradores de su
misión divina).
Génesis 1:28
Fructificad
Multiplicaos
Llenad la tierra
Sojuzgadla
Señoread
“(...) llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y
alabanza de Dios”.
Filipenses 1:11
“(...) de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio, que ha
llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también
en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad
(...)”.
Colosenses 1:5-6
La orden divina de fructificad, era posible de llevar a cabo por Adán y Eva,
porque contenían dentro de ellos una gloriosa bendición, “pueden fructificar
porque yo los hice fértiles, pueden hacerlo porque les di todo lo que necesitan
para producir frutos”. Cuando Dios nos dice que quiere algo de nosotros, es
porque Él ya lo colocó primero en nuestro interior, por ejemplo, hoy podemos
dar frutos de justicia porque colocó al Justo en nosotros.
“Todo lo sujetaste bajo sus pies. Porque en cuanto le sujetó todas las cosas,
nada dejó que no sea sujeto a él; pero todavía no vemos que todas las cosas le
sean sujetas”.
Hebreos 2:8
“Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia,
“elegir” de entre ellos varones y “enviarlos” a Antioquía con Pablo y Bernabé:
(...) Barsabás, y a Silas, “varones principales entre los hermanos”; y escribir
por conducto de ellos: “Los apóstoles y los ancianos y los hermanos”, (...) Por
cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, a los cuales no
dimos orden, os han inquietado con palabras, perturbando vuestras almas,
mandando circuncidaros y guardar la ley, nos ha parecido bien, habiendo
llegado a un acuerdo, elegir varones y enviarlos a vosotros con nuestros
amados Bernabé y Pablo, hombres que han expuesto su vida por el nombre de
nuestro Señor Jesucristo. Así que enviamos a Judas y a Silas, los cuales
también de palabra os harán saber lo mismo. Porque ha parecido bien al
Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas
necesarias (...)”.
Hechos 15:22-28
“(...) Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos y los hermanos (con
toda la Iglesia)”, las tres clases de personas aquí mencionadas no pertenecían a
un grupo de consenso democrático, sino que ellos eran gobernados por la misma
voluntad, habían encontrado juntos el mismo entendimiento, y sumisión a la
voluntad del Espíritu. Para ellos la dirección del Espíritu Santo era el punto
donde se paraban para medir y juzgar a quien se enviaría, y quienes no son
enviados, sino metidos.
“(...) Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, con todo y ser griego, “fue
obligado” a circuncidarse; y esto a pesar de los falsos hermanos introducidos a
escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo
Jesús, para reducirnos a esclavitud, a los cuales ni por un momento accedimos
a someternos, para que la verdad (libertad) del evangelio permaneciese con
vosotros”.
Gálatas 2:2-5
Activarlos en la vida del espíritu y por la vida del Espíritu (Hechos 19:1-7).
Entiéndase por vida en el Espíritu, algo más trascendente que las muchas
prácticas místicas, espiritualistas o religiosas, es descubrir su voluntad, amarla
y andar en ella.
Todo esto con el fin de que se manifieste, en estos preciosos santos, el desarrollo
de una naturaleza divina más que de un conocimiento intelectual, o de formas de
discipulado. Considero que, de no ser así, tendremos “una grande y
multitudinaria masa religiosa”, que no gobierna absolutamente nada, ni influye
como sal y luz en medio de la sociedad, pero no santos caminando hacia la
medida de la Estatura del Varón Perfecto.
Sigamos creyendo y trabajando —aunque nos lleve más tiempo— por discípulos
que, como hijos de Dios, “se reciban de santos irreprensibles, sencillos y sin
mancha”, en medio de una corrupta generación, en la que estos amados de Dios
resplandecen como luminarias en el mundo.
“(...) para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en
medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis
como luminares en el mundo;”.
Filipenses 2:15
Juan 17:4
Fiel, es ser obediente a lo que se nos mandó a hacer, a aquello que se espera de
nosotros.
Hebreos 3:1-6
Al viajar a los diversos continentes, con nuestros equipos por asignación divina
en el Proyecto LAPET, tuvimos algunos encuentros con hermanos santos, que
fueron enviados desde su lugar de origen, para establecerse allí por un
considerable periodo de tiempo. Luego de que oímos sus historias y las de
muchos otros, me quedé con varios interrogantes, que me condujeron a hacerme
una principal pregunta, “¿si nuestro Dios es infalible y su llamado es infalible,
del cual no tengo ninguna duda, porque mis amados hermanos que salieron
con pasión, ilusiones, sueños, una visión de lo que irían a hacer, casi poco
menos que con la actitud de devorarse al mundo, después de un tiempo por
diferentes razones los vemos con heridas profundas, decepciones, y con un
fuerte sentido de frustración?” —Es necesario reconocer que en regla general
existen excepciones, y pueden hasta existir razones y argumentos casi lógicos—.
Juan 17:4
El Señor Jesucristo dio exactamente a la medida, este acto es entendido como
obediencia perfecta; no sanó a todos pero llevó la enfermedad de todos, no
liberó a todos los endemoniados en sus días, pero despojó a los principados y a
las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
Ni siquiera sus discípulos entendieron lo que pasó en la cruz, pero el Padre tuvo
placer en Él.
2 Timoteo 4:6-7
Para alcanzar éxito según Dios, es prioridad no hacer una buena obra para Dios,
sino más bien, tener una clara revelación de la medida, que es el modelo o
diseño a alcanzar.
En el Reino, medir éxito es un tema que requiere una clara revelación del
Espíritu, deberíamos hacerlo no en relación a cosas logradas, como cosas
adquiridas, sino a la medida alcanzada en “obediencia a Cristo”, que es la única
forma de que lo que producimos vaya directo a alcanzar la medida de la Estatura
del Varón Perfecto.
1 Corintios 11:1
Para que se cumpla Habacuc 2:14, “Porque la tierra será llena del
conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar”. Y la gloria
de Dios está en que en todo se vea el rostro de su Hijo.
2 Corintios 4:6
“(...) hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo
de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de
Cristo (...)”.
Efesios 4:13-16
El problema que enfrentamos como líderes en el cuerpo, es que cada uno tiene
una medida de exactitud que refleja sus prioridades. Entendemos y trabajamos
por la importancia que tiene la madurez individual y progresiva en cada santo,
pero ésta no es suficiente si no se logra corporativamente; la madurez
corporativa es la medida alcanzar.
A- En cuanto a la medida de los santos: Efesios 4:13 dice “(...) hasta que todos
lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón
perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo (...)”. Hasta que
todos lleguemos a la estatura del Varón Perfecto.
Como “santos en luz”, abrazamos nuestra medida exacta a alcanzar que es:
“llegar a la estatura del Cristo Corporativo, para manifestar su Gloria en
las naciones de la Tierra”.
Capítulo 6: La importancia del entendimiento
La importancia de entender
Nehemías 8:2-8
Que combinación más gloriosa, los que exponían las Escrituras lo hacían con
tanta dedicación y sencillez, de modo que toda la gente pudiera entender, y los
que oían, prestaban tanta atención como para que el Señor pudiera darles luz en
aquello que estaban recibiendo, tal como Pablo aconsejó a Timoteo,
2 Timoteo 2:7
Considerar significa “mirar atentamente”, es el arte de fijar la mirada, o de
prestar muchísima atención; por consecuencia, del Señor recibiremos el perfecto
entendimiento en todo, pues Él es el único que puede darlo. Entender y prestar
atención están tan conectados entre sí, que nada se entiende, si primero no
se presta la debida atención.
Aprendemos a partir del último encuentro entre el profeta Samuel y el Rey Saúl,
que no se puede obedecer aquello a lo que no se presta atención.
“Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como
en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor
que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros”.
1 Samuel 15:22
Todo lo que no entendemos, y peor aún, que no nos preocupamos por entender,
puede y va a ser robado.
Mateo 13:19
“Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo
que lees? El dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe
que subiese y se sentara con él. El pasaje de la Escritura que leía era este:
Como oveja a la muerte fue llevado; Y como cordero mudo delante del que lo
trasquila, Así no abrió su boca. En su humillación no se le hizo justicia; Mas su
generación, ¿quién la contará? Porque fue quitada de la tierra su vida.
Respondiendo el eunuco, dijo a Felipe: Te ruego que me digas: ¿de quién dice el
profeta esto; de sí mismo, o de algún otro? Entonces Felipe, abriendo su boca, y
comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús”.
Hechos 8:30-35
Nehemías 8:9-12
Las riquezas del siguiente pasaje requieren de un estudio minucioso:
“Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad
como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y
verdad), comprobando lo que es agradable al Señor. Y no participéis en las obras
infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas; porque vergonzoso es
aun hablar de lo que ellos hacen en secreto (oculto). Mas todas las cosas, cuando
son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo
que manifiesta todo. Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate
de los muertos, Y te alumbrará Cristo. Mirad, pues, con diligencia cómo andéis,
no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días
son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad
del Señor”.
Efesios 5:8-17
Somos luz, no sólo tenemos luz, sino que “fuimos hechos luz”.
No participamos de las obras de las tinieblas, porque todo lo que pertenece a las
tinieblas es oculto y vergonzoso.
2 Corintios 4:2
Sabiduría o necedad tienen que ver con cómo administramos los tiempos en la
voluntad del Señor.
Sin entendimiento nunca vivimos alineados, sino que vamos muy rápido, o muy
lento, precipitándonos o postergando. Pero los entendidos andarán en el tiempo
del Señor.
“Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré
mis ojos. No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, Que han
de ser sujetados con cabestro y con freno, Porque si no, no se acercan a ti”.
Salmos 32:8-9
“Tan torpe era yo, que no entendía; Era como una bestia delante de ti”.
Salmos 73:22
Salmos 82:5
“Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que
resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la
gloria de Dios en la faz de Jesucristo”.
2 Corintios 4:6
“Al día siguiente se reunieron los cabezas de las familias de todo el pueblo,
sacerdotes y levitas, a Esdras el escriba, para entender las palabras de la ley”.
Nehemías 8:13
La necesidad de entender
Jeremías 9:23-24
Entender y conocer a Dios, nos permite saber quién es Él, qué es lo que ya hizo,
y qué está haciendo ahora. El Señor dijo: “el que me entiende y me conoce sabrá
lo que hago”. Es una gran responsabilidad comprender “qué hace Él”,
“cómo lo hace” y “cómo quiere que nosotros lo hagamos”.
No existe peligro más grande para los hijos de Dios, que hacer algo que Dios no
hace y, aun así, afirmar que es Él quien lo está haciendo, eso es blasfemia. Él
determinó que nosotros hagamos las cosas, pero como Él quiere.
Para poder entender se requiere, entre muchas cosas, de humildad. Ésta nos
mantiene sensibles a la voz de Dios, para estar en el tiempo correcto, lugar
correcto, haciendo la obra correcta y con la actitud correcta. El entendimiento
alinea todo nuestro a andar en Él. Es tan real poder ver cómo, cada uno, vive
conforme a su entendimiento. Si se renueva el entendimiento, se entra en un
nuevo andar.
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis
vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro
culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la
renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena
voluntad de Dios, agradable y perfecta”.
Romanos 12:1-2
Porque existen malos entendidos que pueden tornarse en verdades para nosotros.
Podemos gastar años arrastrando un mal entendido, creyendo que es una verdad.
Esto sucede por causa de no haber entendido, ni conocido, la idea fundamental
de Dios.
Romanos 1:19-20
No hay nada más poderoso en la Tierra que una idea, todo lo que existe hoy, fue
una idea ayer.
“Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las
aguas cubren el mar”.
Habacuc 2:14
“Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos
conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos
hermanos”.
Romanos 8:29
“Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los
siglos. Amén”.
Romanos 11:36
Este es el fin de todas las cosas: “(...) para que (Cristo) en todo tenga la
preeminencia”.
“Entonces Manoa dijo: Cuando tus palabras se cumplan, ¿cómo debe ser la
manera de vivir del niño, y qué debemos hacer con él?”
Jueces 13:12
Más allá del glorioso milagro que lo libraría del estigma público de “maldito”
por no tener hijos, él estaba preocupado en saber cuál era la idea original de
Dios, al darles milagrosamente un niño. Manoa preguntó “¿cómo debe ser la
manera de vivir del niño, y qué debemos hacer con él?”. En otras palabras, “más
allá del milagro, ¿cuál es la idea divina con el niño?”.
Salmos 19:8
Salmos 119:130
Las ideas están en la cabeza, por lo tanto nosotros no podemos verlas. Todo lo
que existe fue invisible primeramente, porque fue una idea. La palabra “idea”, en
la Biblia, es la palabra “logos”.
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este
era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada
de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de
los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron
contra ella”.
Juan 1:1-5
“Verbo”, es la misma palabra “logos”. Todas las cosas fueron hechas por el
Logos, en el Logos, y para el Logos, o sea Cristo. La idea, por voluntad del
Padre, se tornó carne, “Cristo el todo en todos”, esa fue, es y será era, la idea
original del Padre. Si queremos saber lo que Dios piensa, debemos mirar a Jesús,
oír lo que Él decía, y observar lo que Él hacía, debemos colocar toda nuestra
atención en las Escrituras porque ellas son las que dan testimonio de Él:
“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la
vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;”.
Juan 5:39
El Señor no estaba hablando de La Biblia, o sea, de los sesenta y seis libros que
tenemos hoy, ya que en su tiempo no estaba compilada como tal, el Señor estaba
hablando del Viejo Testamento, esa fue La Biblia de nuestro Señor y sus
discípulos, incluyendo también las referencias escriturarles para el apóstol Pablo.
Todo aquello que Jesucristo hablaba, era el pensamiento original de Dios. El
pensamiento, también es una palabra silenciosa que está primero en la mente.
Cuando tomo un pensamiento y lo expreso a través de un código, se constituye
la palabra. Por consiguiente, una palabra es un pensamiento expuesto. En el
principio Jesús era la palabra, en el principio Dios expuso sus pensamientos. Por
eso es que todo lo que Jesús dijo e hizo fue manifestar los pensamientos de Dios.
Jesús dijo: “el que me ve a mí, ve al Padre”. Todo lo que el Padre es, lo dio a
conocer en la persona de su Hijo, esto fue lo que el judaísmo de su tiempo no
pudo resistir, que Jesús dijera tan gloriosa verdad, que a los oídos de ellos
parecía una blasfemia. Qué difícil fue para los religiosos de su tiempo,
reconocer la centralidad y supremacía del Señor Jesús, como el eje y la llave
de todas las Escrituras.
Romanos 1:1-4
Todo lo que Dios “(...) había prometido antes por sus profetas en las santas
Escrituras (era) acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo (...)”. En Lucas 24:27
encontramos a Jesús citando a Moisés, a los Salmos, y a todos los profetas, y lo
que dicen concerniente al Cristo.
“¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su
gloria? Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les
declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían. Llegaron a la aldea a
donde iban, y él hizo como que iba más lejos”.
Lucas 24:26-28
No intento hacerlo más grande de lo que Él es, sino entender sus dimensiones
reales; y la necesidad del pueblo de Dios, es tener una nueva comprensión de la
grandeza de su Cristo, una nueva apreciación del amado Hijo de Dios —y cuán
poderoso, majestuoso, glorioso, maravilloso Hijo es Él—, y entonces, recordar
que el Hijo nos fue dado a nosotros. Ésto nos fortalecerá, nos dará crecimiento, y
hará grandes cosas en nuestro caminar.
“(...) mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y
sabiduría de Dios”.
1Corintios 1:24
“El que hizo la tierra con su poder, el que puso en orden el mundo con su saber,
y extendió los cielos con su sabiduría;”.
Jeremías 10:12
“(...) y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va
renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni judío,
circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo
es el todo, y en todos”.
Colosenses 3:10-11
Capítulo 7: Creciendo en el entendimiento
Hechos 8:26 dice: “Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve
hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es
desierto. Entonces él se levantó y fue. Y sucedió que un etíope, eunuco,
funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus
tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar, volvía sentado en su carro, y
leyendo al profeta Isaías. Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese
carro. Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero
¿entiendes lo que lees? Él dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y
rogó a Felipe que subiese y se sentara con él”.
Toda verdad que ignoramos, hace que nuestra mente se vuelva tierra fértil
para la semilla llamada engaño.
La ignorancia siempre es perjudicial, pero quisiera definir dos formas en las que
se presenta:
A. La que tiene una persona que es pobre en espíritu, pero que está con hambre
de aprender (como el etíope). Ésta será saciada por Dios.
Hechos 17:11 declara: “Y éstos eran más nobles que los que estaban en
Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día
las Escrituras para ver si estas cosas eran así”.
Quiero marcar a partir de este pasaje, la diferencia entre ser pobre en espíritu
para aprender, y ser un cazador de herejías. Los hermanos de Berea no estaban
investigando para ver qué herejía, locura, error doctrinal decía Pablo, sino que
estaban con el espíritu abierto para entender lo que él hablaba conforme a las
Escrituras. La diferencia radica en el espíritu con el que examinaron lo que
Pablo dijo.
Para nuestras vidas, nuestra casa, nuestra ciudad y las naciones de la Tierra, hay
una reforma, y tiene que ser considerada responsablemente, sin un espíritu de
“cazar herejías”, por el contrario, con la apertura y humildad de descansar en la
sabiduría de Dios para saber discernir el por qué de lo que se está diciendo; de
otra forma, obtendremos el resultado final de la enemistad de la mente, que es
terminar siempre ofendido.
Leemos en 2 Corintios 4:4: “(...) en los cuales el dios de este siglo cegó el
entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del
evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”.
En virtud de todo lo anterior, tenemos que darnos cuenta que ser incrédulo no es
igual a ser inconverso. El incrédulo es aquel que pudiendo creer, decide
voluntariamente no hacerlo. Cuando Pablo habla de incrédulo, nunca se refiere a
la persona que no conoce a Cristo, sino a la persona que, conociéndolo, decide
voluntariamente no accionar en fe a la obediencia al Señor.
El entendimiento es una puerta que se abre desde el lado de adentro, por una
intervención divina que se decidió alcanzar, como menciona 2 Timoteo 2:7:
“Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo”, una acción que
nosotros determinamos buscar a través de un espíritu humilde pero disciplinado
en investigar diligentemente. Entender no tiene que ver con lo que me pongan en
la mesa espiritual, sino con mi decisión de considerarlo responsablemente.
Lucas 1:3-4
1. El que es pobre en espíritu, pero que está con hambre de aprender (como la
ignorancia del etíope).
“Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: Cuando alguno oye la palabra
del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su
corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino”.
Mateo 13:18-19
En una de las tantas ministraciones que escuche del apóstol Juan Ballistreri,
rescaté la siguiente expresión:
1 Apóstol Juan Ballistreri. Escuela de Liderazgo de Avanzada. Tucumán, Argentina. Mayo de 2015.
Capítulo 8: Dios gobierna las tinieblas con su luz
Dios gobierna las tinieblas con su luz, pero la contraparte de esa realidad que
tenemos en Él, es la ignorancia. El gran problema de este asunto es que, la
ignorancia, las tinieblas y el engaño caminan juntos, al igual que transitan como
uno solo, la luz, el conocimiento y la verdad, los cuales son plena y
absolutamente superiores a los primeros.
2 Timoteo 3:7
“Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros
gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento
entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por
la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se
entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. Mas
vosotros no habéis aprendido así a Cristo, si en verdad le habéis oído, y habéis
sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús”.
Efesios 4:17-21
Por eso, cuando Dios nos da iluminación de su persona y su Palabra, las tinieblas
pierden todo poder y acción, porque la revelación de Dios otorga todas las
herramientas para manifestar la Gloria de Dios. Eso se debe a la potencia de la
sustancia que portan las palabras de Dios. Cuando los hombres hablan expresan
conceptos, pero cuando Dios habla, se da a sí mismo.
Según Colosenses 1:9-12, “(....) y de pedir que seáis llenos del conocimiento de
su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como
es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y
creciendo en el conocimiento de Dios; (conocerlo “a” Él no es lo mismo que
tener el conocimiento “de” Él) (...) con gozo dando gracias al Padre que nos
hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha
librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,
(la señal de que salimos de las tinieblas, es que vemos claramente que el Reino
es del Hijo, y que somos rescatados por el Hijo y todo lo que tenemos es dado
por el Hijo) en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados”.
Es tan claro ver cómo la ignorancia mantiene a las personas en tinieblas en
relación al Hijo, por eso Dios nos hizo santos en luz, para tener su
conocimiento, su luz que despoja absoluta y plenamente a las tinieblas.
Es por eso que Dios nos depositó en Luz (es decir, en Cristo mismo), ninguna
tiniebla puede detenernos cuando el Padre ha determinado por su gracia dar a
conocer a su Hijo. El Padre nos hizo aptos para participar de la herencia en su
Hijo. Esta herencia que Dios tiene para sus hijos, es para los “santos en luz”. El
pasaje que leímos no dice que los “creyentes” van a recibir su herencia, sino
los santos en luz.
“Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como
niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño”.
1 Corintios 13:11
Todo lo que pertenece a las fuerzas del mal y el mundo opositor al propósito de
Dios en nosotros, se esconde detrás de una sola cosa: “ignorancia”. Satanás
no tiene ningún otro derecho legal de habitar en otro lugar que no sea
ignorancia. Cuando retrocede la ignorancia, retrocede todo obrar del mal. Esa es
la manera en que la gracia de Dios actúa para libertad y posesión de nuestra
herencia en Dios.
“Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros
gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento
entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por
la dureza de su corazón (...)”
Efesios 4.17-18
Nadie puede dudar que existen estructuras que mantienen a salvo a las
tinieblas. Si lo pensamos detenidamente, descubriremos que la ignorancia
siempre responde a una estructura. El propósito de tales estructuras es
evitar el paso de la luz. La ignorancia siempre se opone a la luz, que es la vida
de los hombres:
“En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas
resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella”.
Juan 1:4-5
Recuerdo que cuando mis hijos eran pequeños y llegaba la hora de llevarlos a
dormir, para no dejarlos en completa oscuridad en sus habitaciones, con mi
esposa regulábamos gradualmente el nivel de la luz, colocando un paño de tela
sobre sus veladores o lámparas, para que fuese más tenue. Hoy puedo ver eso
reflejado en la vida espiritual, la cantidad de paños, no pueden anular la
existencia de la luz en el corazón de los santos, pero sí, reducir el nivel de
manifestación de esa luz que ya existe en su interior. No es que las lámparas no
lleven luz, sino que los paños de tela limitan su resplandor. Todo aquel que tiene
a Cristo, tiene luz, pero los paños de ignorancia impiden que, como lámparas
humanas, puedan reflejar toda la Gloria que está en su interior. En otras palabras,
aquellos paños de tela son semejantes a las estructuras de ignorancia.
“Esto pues digo y requiero en el Señor, que ya no andéis como los otros gentiles
que andan en la vanidad de su mente”.
Efesios 4:17
¿Qué es la vanidad de la mente? Es invertir tiempo en pensamientos sobre
asuntos que no pertenecen a la luz.
Estamos en la Tierra para ver qué luz hace retroceder las tinieblas que nos
rodean. Entendiendo ésto, es que podemos afirmar que la evangelización es el
arte de iluminar, a la manera de Dios, lo que ha estado bajo tinieblas.
Comprendiendo así que, como el Nuevo Pacto tiene sus ministros (ministros de
la luz), las tinieblas también los tienen. El apóstol Pablo dice que Dios nos hizo
ministros competentes (en la luz) del Nuevo Pacto, así también hay ministros
competentes en las tinieblas. Hay una lucha de ministros. No podemos ser
ignorantes e incompetentes en el Nuevo Pacto, porque es allí donde las tinieblas
prevalecen.
“Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros
gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento
entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por
la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se
entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. Mas
vosotros no habéis aprendido así a Cristo, si en verdad le habéis oído, y habéis
sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús”.
Efesios 4:17-21
Jesucristo es la verdad y la luz, que fue manifestada al mundo. Pero la ignorancia
operó para impedir que la luz (Cristo) llegue a todo hombre, tal como un
paraguas impide que la lluvia moje a quien se protege debajo de él. Es
imprescindible comprender que la ignorancia no se termina por la sola
acumulación de conocimiento. Por el contrario, ésta se construye a través de
los pensamientos que la hacen posible. Es por eso que el pasaje no dice
“aprender de Cristo”, sino que es necesario aprender a Cristo. Porque cuando le
oímos y somos enseñados por Él, lo que sucede es que Él mismo es impartido y
activado en nosotros.
Dios había instituido en Israel la “fiesta de los tabernáculos”. En esa fecha las
familias debían trasladarse a vivir fuera de las estructuras de sus casas, para vivir
dentro de un tabernáculo (carpa o choza) hecho de ramas de diferentes árboles.
Esta fiesta es figura de la comprobación en nuestras vidas de lo que sucede
en Cristo, al ser quitadas las estructuras de ignorancia, y por ser colocadas
debajo de los árboles, que son figura de conocimiento y sabiduría multiforme.
Ellos estaban profetizando que serían revestidos de Cristo, la sabiduría de Dios,
y liberados de las estructuras humanas de ignorancia.
¿Qué tipo de vida deberíamos esperar de nosotros? Aquella vida que resulte de
la naturaleza mental que nos gobierna. Es necesario saber que, sea como sea,
somos gobernados por la mente que más entrenemos. La mente que sea más
entrenada, en los sentidos del espíritu, o de la carne, será la que tendrá autoridad
sobre nuestra vida. Es decir, las personas que han entrenado su mente espiritual,
pueden sentirse desestabilizadas por un momento por causa de alguna mala
noticia, pero inmediatamente recobran su posición espiritual por la mente que
gobierna sus vidas, la mente de Cristo. Cada vez que una mala noticia llegue a
nuestra mente y a nuestro oído, nuestros sentidos trabajarán para sembrar
angustia, dudas y temores. Pero cuando la mente de Cristo se activa por el poder
de La Palabra, comienza a declarar todas las riquezas que nos han sido
concedidas.
Todos somos tentados a subir al plano de nuestra mente natural lo que Dios nos
manda a hacer, pero en la vida del espíritu, sabemos que debemos obedecer y
obrar. El Señor nos va a dar impulsos del Espíritu, que nunca debiéramos tratar
de entenderlos desde la mente humana. Si el Señor nos dice que vayamos a
buscar una moneda en la boca de un pez, aunque nuestra experiencia de pescador
nos diga que eso es imposible, caminemos en obediencia, en dirección a
descubrir su señorío sobre toda la creación. Hemos experimentado junto a un
equipo maravilloso de santos, el ver la providencia divina para ir a naciones a las
cuales no teníamos, según los sentidos naturales, la posibilidad de viajar.
Este pasaje, no dice que no habéis aprendido así “de Cristo”, sino “a Cristo”.
“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de
corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;”.
Mateo 11:29
Mateo 4:18-22
A aquellos discípulos, el Señor los dirigía desde afuera, pero a nosotros Él nos
guía desde nuestro interior, por eso es que ahora estamos en una mejor posición
de aprendizaje. El apóstol Pablo decía que ahora más que “de Cristo” (lo cual es
bueno), aprendemos “a Cristo” (lo cual es perfecto). Pues ya no somos
seguidores de un Cristo externo, ahora somos uno solo con Él, en espíritu.
1 Corintios 6:17
La razón por la que nosotros no aprendemos “de Cristo”, es porque Él no está
fuera de nosotros, aprendemos “a Cristo”, porque Él y nosotros somos
inseparables.
“(...) estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de
Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por
basura, para ganar a Cristo, (...), No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea
perfecto; (...) Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos;
(...)”.
Filipenses 3:7-16
“(...) porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los
santificados”.
Hebreos 10:14
“(...) sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo,
Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la
congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez
de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos (...)”
Hebreos 12:22-23
1 Pedro 1:9
“Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante
el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros
entrañablemente, de corazón puro;”.
1 Pedro 1:22
“Somos parte de una generación a la que Dios está mostrando que Él está en el
control de todo, (...) el gran asunto del reino de Dios no iba a ser sólo hablar de
gobierno, sino de gobernabilidad.
Tiempo atrás hablábamos de que el problema no era quién iba gobernar, sino la
gobernabilidad de los pueblos. Por eso la democracia es tan débil, porque somos
gobierno en doce horas de votación, pero luego durante años podemos tener un
pueblo que se mata entre sí; porque gobierno y gobernabilidad son cosas
diferentes.
Usted puede tener el Espíritu Santo en su espíritu, pero de allí a que su cuerpo
obedezca al Espíritu Santo que vino a su vida a gobernar para que experimente la
vida y la salud de Dios, eso es otra cosa.
Por eso hemos planteado que soñar hoy con que si un cristiano gobierna, el
mundo va a cambiar, es casi una ilusión, si eso no va acompañado de un pueblo
que aprende gobernabilidad, porque la autoridad de la iglesia no está en el poder
gobernante de Dios, porque si fuera así, el mundo no estaría como está.Si
queremos hablar de gobernabilidad en el ámbito de la iglesia, la única
posibilidad que hay de tener una persona gobernable en Dios, es que ésta haya
logrado por el espíritu entender lo que significa tener la mente de Cristo”1.
- MI VOLUNTAD a SU VOLUNTAD
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en
mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me
amó y se entregó a sí mismo por mí”.
Gálatas 2:20
Estar crucificados, es semejante a ser vaciados de nosotros mismos, para ser
llenos del conocimiento de la verdad. Si fui llamado a obedecer a la verdad,
entonces debo alcanzar el pleno conocimiento de la verdad. Cuando no puedo
verla, cuesta mucho obedecer a la verdad.
Gálatas 3:1
2 Corintios 10:3-6
En la carta dirigida a los hebreos, Dios nos está informando desde dónde “ya
hemos sido acercados”, y no hacia dónde debemos acercarnos.
Hebreos 12:18-293
Jeremías 31:31-34
Por eso es que fuimos movidos del monte de Sinaí, al monte de Sión. Hoy, Sión
no es un lugar visible, aunque en el Antiguo Pacto tuvo una connotación física
en la adoración de David: fue el lugar en el que puso la tienda.
La revelación progresiva del Nuevo Pacto en la carta a los hebreos, nos ubica
nuevamente en Sión, pero no es un lugar físico, sino un ámbito espiritual. Sión
es la congregación de los primogénitos, que son aquellos espíritus de los justos
hechos perfectos para siempre.
- Nuestro espíritu ya fue salvo, pero es nuestra alma la que cada día debe seguir
siendo salvada.
- Por eso es que, quienes viven en el espíritu, saben que: somos un espíritu
perfecto, en estado “completo en Él”.
Filipenses 3:12-15
2 Corintios 3:14
“Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como
cosas hechas, para que queden las inconmovibles. Así que, recibiendo nosotros
un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios
agradándole con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego
consumidor”.
Hebreos 12: 27-29
Remover es quitar una mancha, es correr algo, para que ya no esté más.
Remoción es cortar, es podar. Dios llevó a Israel al Sinaí para remover el espíritu
de esclavitud y colocar el espíritu de herederos. El propósito fundamental de esta
operación en el alma, es que después de toda remoción, solamente quede y sea
vista en nosotros, la imagen de Cristo.
Entre las dos citas mencionadas podemos ver cómo funciona la operación de la
remoción, para hacer caer los maquillajes y las apariencias, y de esa manera sea
vista su imagen en nosotros. La vanidad de nuestra mente, genera imaginaciones
de cosas movibles, que la remoción quitará. Desde nuestra mente humana
siempre estamos vistiéndonos de hojas de higuera, pero la remoción nos dará
más que una antigua túnica de pieles, nos entregará la gloria de la gracia de este
maravilloso evangelio que es “el vestirnos de Jesucristo”.
“(...) sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la
carne”.
Romanos13:14
Las cosas movibles son las cosas visibles, las cosas inconmovibles son las
invisibles, por eso debemos “cruzar o pasar” de las cosas que se ven, a las cosas
que no se ven.
“(...) no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las
cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas”.
2 Corintios 4:18
Es imprescindible para una generación que está apasionada por glorificar a Dios,
pasar de las apariencias a su imagen, porque si lo que tengo o hago no refleja a
Cristo, sino porta su imagen, en verdad “no glorifica a Dios”. Dios sólo es
glorificado en todo aquello que manifiesta la imagen de su Hijo. Por lo tanto si
no es así, rogamos que todo sea removido hasta que sea vista su Imagen en
nosotros. Si todo lo que hemos construido, a lo largo de los años, y con gran
esfuerzo en la vida de las personas y sus familias, no refleja a Cristo, no
Glorifica a Dios.
1 Extraído del Mensaje: “Cosmovisión de Reino es verlo y comprenderlo todo desde la mente de Cristo”.
Apóstol Juan Ballistreri.
“(...) Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque
no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la
carne no pueden agradar a Dios.
Romanos 8:5-8
La palabra de revelación no puede ser colocada en una mente carnal, sino que se
deposita en la mente de Cristo que está en nosotros.
1 Corintios 2:12-16
Romanos 8:7
“Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había
nacido según el Espíritu, así también ahora”.
Gálatas 4:29
Este mal es, sin duda, una de las más grandes enfermedades de nuestra sociedad.
El único remedio que produce verdadera sanidad, es la obra de Cristo en la cruz.
- Quien tiene una mente reconciliada, está en paz, y todo lo juzga desde la paz.
“¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras
pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? (...) Cualquiera, pues,
que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. ¿O pensáis que
la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos
anhela celosamente? Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los
soberbios, y da gracia a los humildes”.
Santiago 4:1-6
La enemistad es comparada a arrastrar un cuerpo muerto sobre nuestras vidas
Por causa de la enemistad interna que Pablo sufría en Romanos siete, él nos
enseñó que toda enemistad no resuelta es una guerra que tiene el peso de un
muerto encima. Cada vez que entramos en enemistad, sumamos peso de muertos
sobre nosotros y las cosas en la vida se nos hacen más difíciles, porque vamos
cargándonos de enemigos, que son el fruto de la condición de nuestra mente.
Cuando la mente de Cristo crece en nosotros, ya no vemos a nadie como
enemigo, lo cual no significa que no los tengamos, sino que ya no los
consideramos de esa manera. En todo caso, son considerados no como nuestros
enemigos, sino como enemigos de la cruz.
“Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora
lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será
perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo
piensan en lo terrenal”.
Filipenses 3:18-19
El apóstol Pablo, por el Espíritu nos aconseja en Romanos 12:18: “Si es posible,
en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres”. Para una
iglesia que todavía no termina de crecer, el diablo sigue siendo un problema,
porque lo ve como enemigo y no como un esclavo vencido por Jesucristo. Cristo
no lo vencerá... porque ya lo venció.
2 Pedro 2:19
El que se asocia con los incrédulos, es el dios de este siglo, a quien La Biblia
define como serpiente. Existen tres palabras en el idioma griego que son iguales:
- Enemistad
- Hostilidad
- Serpiente
2 Corintios 11:3 dice: “Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó
a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera
fidelidad a Cristo”.
Entendemos que la serpiente está asociada con la mente carnal, con la vanidad
de la mente. No hay influencia de la serpiente sobre la mente de Cristo; es por
eso que anhelamos cada vez más que la mente de Cristo se posicione en
nosotros.
Ser tentado es una cosa, sentirse tentado es otra. Para sentirse tentado, una
persona debe estar gobernada por las concupiscencias de la carne a quien está
dirigida la artillería de tentaciones. Quien está en estado de gobernabilidad de
Cristo, no se siente tentado cuando viene la tentación, y no porque sea un súper
hombre, sino porque es Cristo en él respondiendo a cualquier tentación, a
cualquier provocación, y recordemos que Dios no puede ser tentado.
“El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el
principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del
diablo. Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la
simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios”.
1 Juan 4:8
Gálatas 3:1
Creo firmemente que la serpiente nunca más volverá a hablarle para colocarle en
enemistad con la gente, con sus parientes o familiares. Oro y ruego al Padre de
nuestro Señor Jesucristo, que la visión del Cristo crucificado, del Cristo
resucitado, del Cristo glorificado, sea cada vez más clara sobre su vida.
Usted podrá disfrutar de un ambiente gobernado por la paz de Cristo; mirará con
otra actitud todo a su alrededor, y este Cristo poderoso crecerá y su luz será más
grande; y el gobierno de Dios en nuestras vidas será dado a conocer en la casa,
en el barrio, en la ciudad y en todas las naciones de la tierra.
Capítulo 11: La naturaleza de los aprobados por Dios
Leemos en Romanos 8:7, “Por cuanto los designios de la carne son enemistad
contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden (...)”.
Hay errores que hemos cometido por “ignorancia” (entiéndase por ignorancia,
vacío del conocimiento de Cristo), no nos dimos cuenta antes, pero tal vez
muchas situaciones a las que llamamos “pruebas”, simplemente ocurrieron por
cosas que ignorábamos.
Ahora bien, volviendo al tema, no quiero explicar nuevamente todo el pasaje
bíblico de Romanos 8:7, sencillamente quiero mostrar cómo la enemistad nos
coloca en una actitud personal delante de Dios, como enemigos. Es importante
entender que la verdad revelada no puede trabajar con la mente carnal, por este
motivo, no sólo necesitamos un contenido nuevo, es decir, vino nuevo, sino
también un odre nuevo.
Por una buena, pero incompleta interpretación de Filipenses 4:8 “(...) en esto
pensad”, creíamos que teníamos que pensar cosas buenas, y suponíamos que
pensándolas ya teníamos la mente de Cristo. Pero no se trata sólo de tener
buenos pensamientos, se trata de la ley interior que gobierna y va a seguir
gobernando nuestras vidas, la cual ofrece resistencia a la palabra de revelación,
por más buenos pensamientos que tengamos. Entendamos juntos la importancia
que tiene pensar con la mente de Cristo, y eso es lo que está produciendo la
revelación, una remoción que está quitando los velos que impedían que se
manifieste la mente de Cristo, que ya está en mí.
La mente de Cristo está siendo activada de una manera única en cada revelación
que recibimos, por haber resuelto la enemistad mental, en humildad y
reconciliación. Jamás volveremos a ver absolutamente nada de la misma manera,
porque lo que se está activando en nosotros no es un buen pensamiento, ni
siquiera un buen texto bíblico, sino que de fondo se cambió la revelación de
nuestro entendimiento, es la mente de Cristo gobernándolo todo.
Recuerdo una preciosa canción antigua que expresaba “mi pensamiento eres tú
Jesús”. Hoy, en cambio agrego a esas maravillosas letras: “No sólo quiero
pensar en ti, esta vez quiero que sea Tu mente pensando por mí, que sea Tu
mente la que dirija mis pensamientos”.
La obra de Cristo en mí, anula toda enemistad de mi mente. Lo que está pasando
en nuestras naciones, en distintos niveles y diferentes áreas, es el reflejo, la
exteriorización de aquello que gobierna el interior de los hombres: la enemistad.
Dios no sostiene, ni sustenta, ningún tipo de enemistad. Es importante
comprender el poder que tiene la redención de nuestra mente en el espíritu de la
reconciliación. Es así que donde se presentan conflictos, nos volvemos
pacificadores, porque estamos reconciliados. Recordemos que la enemistad
proviene de una actitud mental hostil.
Romanos capítulo 6, nos dice que una vez que hemos sido bautizados en Cristo
ya no expresamos los deseos de la carne, sino que ahora somos la prolongación
de la expresión de su justicia. Somos instrumentos de justicia para manifestar lo
que la tierra está clamando: justicia y paz. Pero no hay paz sin justicia. Fuimos
llamados a recibir en nuestro depósito a aquel a quien el apóstol Juan llama en su
primera carta “el Justo”, no sólo es el Salvador. No sólo necesitamos expresar
salvación, sino también esa justicia que está dentro de nosotros. Pero para eso,
tiene que haber legalidad, para ser llamados “ministros de reconciliación en
justicia”.
Ministro es una persona aprobada. Todos fuimos llamados ser ministros, pero no
todos hemos sido aprobados. El permanecer en un estado de reconciliación, nos
vuelve un obrero aprobado.
2 Timoteo 2:14- 15
“(...) se levanto Teudas...pero él fue muerto, y todos los que le obedecían fueron
dispersados y reducidos a nada. Después de éste, se levantó Judas el galileo, en
los días del censo, y llevó en pos de sí a mucho pueblo. Pereció también él, y
todos los que le obedecían fueron dispersados. Y ahora os digo: Apartaos de
estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres,
se desvanecerá; mas si es de Dios, no la podréis destruir; no seáis tal vez
hallados luchando contra Dios”.
Hechos 5:34-39
- Agresiones verbales.
- Agresiones físicas.
- Intento de hacer la vida imposible a otros.
- Sospechas permanentes.
- Resistencia al hombre de Dios, y como consecuencia a la verdad de Dios.
“Porque de éstos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las
mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias.
Estas siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la
verdad. Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también
éstos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en
cuanto a la fe”.
2 Timoteo 3:6-8
Por otra parte, puede haber enemistad en nuestros equipos a causa de las
distintas ideologías, opiniones e interpretaciones, sin embargo todo esto se
termina cuando la mente de Cristo nos posee y nos gobierna. Incluso las
diferencias, que no son enemistad, se terminan cuando se desarrolla la mente de
Cristo en nosotros y, como por decantación, dejamos de discutir asuntos triviales
y de ocuparnos de asuntos que nos atrasan. Por eso, no nos pongamos a discutir
asuntos innecesarios, porque a medida que se desarrolla la mente de Cristo,
naturalmente dejaremos de discutir cosas que nos retrasan.
En cierta oportunidad leí un libro del Pastor Rick Warren que decía: “La mente
es como los paracaídas, funcionan mejor cuando están abiertos”1. En relación a
esta expresión, quisiera establecer que, si el espíritu que gobierna nuestra mente
es humildad, entonces habrá apertura permanente.
Debemos discernir a los maestros que enseñan desde una mente enemistada con
Dios, desde los deseos de la carne, llamados por Pablo “los enemigos de la
cruz” 2. Éstos son los que sirven a sus propios vientres, en otras palabras, a sus
propios intereses.
“Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora
lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será
perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo
piensan en lo terrenal.”
Filipenses 3:18
“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo
comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias
concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.”
2 Timoteo 4:3.
“Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros
sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo”.
2 Corintios 11:3
En este pasaje vemos dos cosas muy delicadas, que una mente hostil se vuelve
infiel, y que hasta puede llegar a tornarse un “adversario” por la influencia que la
serpiente ejerce sobre ella.
La hostilidad, aunque afecta generaciones, es más que un asunto generacional.
Dios no es el origen de ella, ni la hallamos en el inicio del hombre, sino que la
hostilidad es un asunto directo de la serpiente. Satanás es la hostilidad misma, es
la enemistad hecha persona. El primer ser que disfrutó un ambiente de paz en la
Tierra, de acuerdo con Dios, fue el hombre llamado Adán. Fue en aquel
entonces, que la serpiente entró en acción con el objetivo de provocar enemistad.
“Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario
ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y
de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día. Entonces Pedro,
tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de
ti; en ninguna manera esto te acontezca. Pero él, volviéndose, dijo a Pedro:
¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira
en las cosas de Dios, sino en las de los hombres”.
Mateo 16:21-23
(Reconciliados para disfrutar de una amistad que nos permite crecer en la luz
de Cristo)
Génesis 3: 6
1 Corintios 16:9
No deje de ir a una casa porque lo rechazan, antes bien, pregúntele al Señor cuál
es su voluntad, porque tal vez quien lo rechaza no lo hace porque usted no le
agrada, sino porque el espíritu de enemistad está dentro de él. Con seguridad, su
espíritu está clamando por usted, aunque su mente no reconciliada lo esté
echando.
1 Juan 5:14-15
1 Juan 3: 21
Juan 15:14-15
Este pasaje muestra, mucho más que un asunto de Jesús colocándose como
autoridad. Amistad es acceso directo a la revelación del corazón del Padre.
¿Quién es mi amigo? Es una pregunta importante. Jesús no estaba buscando
afecto cuando dijo “vosotros sois mis amigos”, Él estaba deseando algo más
importante que el cariño o la relación de complicidad, simplemente estaba
diciendo “estoy queriendo establecer relaciones de amistad, porque solamente
la amistad produce acceso directo a lo que estamos hablando”.
Una revelación, por más conocida que sea, no es algo que deba desestimarse,
tomarse a ligera, menospreciarse o reducirse. Una revelación tiene un alto
contenido de importancia, y si hay algo que se revela, es porque hay algo
importante detrás de esa revelación. Cristo es un misterio que precisa con
urgencia ser revelado “en nosotros”, porque todavía después de dos mil años
como iglesia, estamos esperando que pasen cosas desde afuera, que deberían ser
simplemente la expresión de lo que ya tenemos dentro. Estamos esperando que
algunas cosas vengan de afuera, cuando en realidad todo lo que se necesita
afuera, es lo que ya está dentro de nosotros.
Nosotros tenemos más que un credo o doctrina, mucho más que una religión,
tenemos al Cristo de Gloria, al Hijo del amor de Dios. Todo lo que existe en la
creación, salió de Cristo y todo volverá a ser reunido en Él otra vez, éste es el
misterio incomprensible de su gracia divina (Colosenses 1:15-29).
Este Cristo todopoderoso, decidió introducirse dentro de nosotros y hacernos su
templo, su tabernáculo, su morada. ¡Aleluya! Esa es la maravillosa
manifestación de la gracia inexplicable de Dios. Todo aquello que el mundo
espera no vendrá de afuera, no vendrá de arriba, sino de adentro de nosotros; y lo
que nosotros necesitamos entender y hacer, es sacar hacia afuera, por medio de
la obediencia a la fe, lo que tenemos dentro, que es manifestar a Cristo. No se
trata de traer de afuera, sino de sacar hacia afuera.
Cuando nos encontramos en las reuniones hogareñas, en las congregaciones o
públicamente al levantar altares de adoración, expresamos lo que tenemos
dentro, por eso necesitamos saber clara y específicamente qué es, porque cuando
Pedro y Juan se encontraron con el paralítico en el pórtico de Salomón, ellos
eran conscientes de lo que tenían dentro. En Hechos capítulo tres, ellos no
oraron diciendo: “Señor, te pedimos que lo sanes”, ellos dijeron: “Lo que
tenemos te damos”. Lo que debiéramos hacer en este tiempo como Iglesia de
Jesucristo, es abrir nuestra boca para liberar lo que portamos. La revelación del
Cristo interno, nos permite descubrir la magnitud del poder que está en
nuestro interior.
Por fuera somos simplemente humanos, mas por dentro está el poderoso Dios en
nosotros; y cuando abrimos nuestra boca, no debemos declarar algo hueco, vacío
o como dice el libro de Isaías “dar a luz viento”2. ¡No se trata de eso!
Cuando un hijo de Dios abre su boca, está exhalando a Cristo, está liberando a
Cristo, está expresando a Cristo. Es por eso que hablar La Palabra, para nosotros
como sus hijos, es más que un asunto de declaración, sino más bien de
expresión. Podemos declarar muchas cosas lindas e importantes, pero
seguramente no pase absolutamente nada, porque no tiene que ver con el poder
de la declaración, tiene que ver con el poder de la expresión. Es lo que
expresamos de aquello que tenemos dentro.
“Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres; pero a Dios
le es manifiesto lo que somos; y espero que también lo sea a vuestras
conciencias”.
2 Corintios 5:11
En este capítulo cinco de la segunda carta a los Corintios, hay que entender
cómo Pablo viene construyendo ese pensamiento, cómo llegó a este
entendimiento. Uno de los problemas que tenemos con las Escrituras es nuestra
interpretación, porque podemos interpretar un pasaje bíblico sin entender el
soplo del espíritu del que escribe y está construyendo, y muchas veces el sacar
un pasaje bíblico fuera de lo que fue expresado, termina siendo una justificación
a lo que yo quiero que La Biblia diga. Por eso es importante entender, desde el
principio, la idea que viene portando el escritor, en otras palabras, para entender
claramente segunda de Corintios habría que leer primera de Corintios; para
entender el capítulo cinco, habría que leer el capítulo cuatro, porque el apóstol
Pablo viene construyendo un pensamiento, que no son una serie de frases
aisladas, sino que forman parte de otros pensamientos anteriores.
¿Cuál es la plataforma que está estableciendo aquí el apóstol Pablo? Él dice que
lo que va a hablarles, tiene lugar en un contexto de temor al Señor. Pablo va a
plantear un tema y un asunto que no puede ser entendido si no hay temor del
Señor, porque el temor del Señor hará que se entienda correctamente lo que
Pablo está diciendo.
Muchas veces nosotros le decimos a una persona que ahora que está en Cristo es
nueva criatura y las cosas viejas pasaron, pero aún sigue soportando un tremendo
peso de cosas viejas, y se da cuenta de que esa frase preciosa no le funciona,
porque hay palabras que funcionan cuando se tiene temor al Señor, por eso es
que el principio de la sabiduría no es conocer La Biblia, el principio de la
sabiduría es conocer al Señor y tener temor a Dios.
Va mucho más allá de cuando pido simplemente perdón a alguien, sea esposo,
esposa, hijos, hermanos, etc. ¿Por qué el perdón se ha diluido en su esencia,
siendo que era algo tan poderoso? ¿Por qué hablamos del perdón con tanta
rapidez? La naturaleza humana, carnal, animal y diabólica, diluye la esencia del
poder del perdón. Para muchos creyentes el pedir perdón es un asunto de arreglar
cuentas, para recibir algún tipo de bendición. Interpretando que hay bendiciones
que están trabadas porque no perdonamos, y ésto sigue siendo una verdad, pero a
medias e incompleta.
Con ese entendimiento, este tipo de mensajes sólo alimenta más la vanidad de la
mente. Pido perdón por lo que yo quiero recibir, y de esta forma no se resuelve
el problema de la enemistad reinante. El verdadero problema del perdón, no está
en las bendiciones que me pierdo o no me pierdo. El verdadero problema de
vanalizar el perdón, está en que nuestro Cristo llevó en su cuerpo todas las
enemistades.
Efesios 2:15-16
¿Dónde se anularon las enemistades? En su carne, clavada en la cruz. ¿Dónde se
forma ese nuevo hombre? En el mismo lugar donde se destruye la enemistad. No
disfrutaremos mayor unidad por pedirnos perdón; el poder del UNO está “en” y
“por” entender el castigo que soportó Jesús por causa de nuestras enemistades.
Es un asunto de entendimiento, porque lo que a usted y a mí nos cuesta una
simple declaración (“te pido perdón”), a Cristo le costó la vida en la cruz del
Calvario. No hay verdadero perdón sin ver lo que Cristo sufrió en la cruz, porque
el precio de la enemistad es la muerte y Cristo soportó la cruz llevando en su
cuerpo toda enemistad. ¿Cuál fue el precio que se pagó para que desaparezcan
las enemistades? El precio de la cruz, con todo lo que eso implicó. ¿Sabe por qué
quiero pedir perdón? No quiero pedir perdón porque hay una bendición retenida,
porque eso es vanidad de la mente, eso es orgullo y egoísmo. Quiero pedir
perdón porque me doy cuenta de que la enemistad a Él le costó la cruz. Cuando
yo no veo lo que a Él le costó llevar toda esa enemistad, entonces no tengo
problema de enemistarme y pedir perdón, enemistarme y pedir perdón, una y
otra vez.
¿Cuál fue la razón por la que Cristo fue a la cruz? Para matar en su cuerpo las
enemistades, porque el hombre estaba enemistado con Dios. Cristo no fue a la
cruz solamente por nuestros pecados, no fue solamente para limpiarnos de
nuestras maldades y librarnos de sus consecuencias, fue a la cruz para restaurar y
reconciliar nuestra comunión con Dios; es mucho más que un hecho simple de
recibir alguna bendición, puesto que ya la bendición está liberada sobre nosotros.
“Y manifiestas son las obras de la carne, que son: (....) enemistades, pleitos,
celos, iras, contiendas, disensiones, (....) como ya os lo he dicho antes, que los
que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Mas el fruto del
Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre,
templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han
crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
Gálatas 5:19-24
Estamos aquí para expresar al Cristo que vino a reconciliar todas las cosas en su
cuerpo, las enemistades no son nuestra herencia, no nos pertenecen, sólo una
mente carnal es enemiga, en cambio, la mente de Cristo es reconciliación y paz.
“Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que
son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es
muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de
la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni
tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios”.
Romanos 8:5-8
“Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por
todos, luego todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no
vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. De manera que
nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a
Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así.”
2 Corintios 5:14-15
Cuando Pablo escribe en Filipenses 3:18 dice: “(...) y aun ahora lo digo
llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo (...)”; éstos son los que
ministran desde la vanidad de la mente, los que ministran desde su propio deseo,
desde su propia concupiscencia y alimentan la arrogancia de la mente de las
personas.
“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo
comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias
concupiscencias.”
2 Timoteo 4:3
Los que tienen la mente envanecida, se identifican con este tipo de mensaje. El
mensaje que portamos, el mensaje que porta la Iglesia de Cristo, es el desarrollo
de Cristo en la vida de los santos. No se trata del diablo, ni de las personas que
nos rodean, tiene que ver con algo mucho más poderoso: “¿Cómo hacemos para
que Cristo crezca en nosotros?”.
El arrogante levanta impedimentos para que no venga la palabra que hará crecer
a Cristo, porque Cristo crece sólo donde hay humildad; y humildad no pasa por
la forma de vestir, ni por el dinero que tenemos, sino que es una posición delante
de La Palabra de Dios. En cierta oportunidad, escuché a un siervo de Cristo
decir: “Humildad es la forma que yo tengo como estilo de vida para oír al Señor
en mi corazón y responder a su voz”.
Estamos concluyendo las páginas de este libro y, sinceramente, creo que uno de
los interrogantes más serios que se presenta es, “¿cómo puedo ser entonces un
instrumento de esta inexplicable gracia, cómo puedo llegar a ser un ministro de
reconciliación?”. Traigamos nuevamente a colación, las palabras del apóstol
Pablo, mencionadas en todo el capitulo cinco de segunda de Corintios, es allí
donde Pablo desarrolla el misterio de “reunir todas las cosas en Cristo”, o sea,
“la gloriosa obra de reconciliarlo todo en Él”. El apóstol está haciendo mención
de los ministros de este misterio, en los siguientes pasajes:
“Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres; pero a Dios
le es manifiesto lo que somos; y espero que también lo sea a vuestras
conciencias. No nos recomendamos, pues, otra vez a vosotros, sino os damos
ocasión de gloriaros por nosotros, para que tengáis con qué responder a los que
se glorían en las apariencias y no en el corazón”.
2 Corintios 5:11-12
“Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y
nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo
reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus
pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que,
somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de
nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios”.
Corintios 5:18-20
“No nos recomendamos, pues, otra vez a vosotros, sino os damos ocasión de
gloriaros por nosotros, para que tengáis con qué responder a los que se glorían
en las apariencias y no en el corazón”.
2 Corintios 5:12
Pablo, Juan y Jesús, dijeron que muchos salieron y saldrán por el mundo
diciendo que son el Cristo. Ahora, ¿dónde está la diferencia? ¿Cómo es que la
gente va descubrir dónde está el que es Cristo y el que no lo es? Siendo nosotros
una iglesia referente, que puedan vernos y decir: “Esto es Cristo y esto no es
Cristo”. Gente que pueda decir: “Sé quién es Cristo, porque hay personas a mi
alrededor que lo muestran claramente y de esa manera, puedo diferenciar lo
que es Cristo y lo que no lo es, porque tengo un referente de su persona". La
gente, mayormente se confunde en la ausencia de modelos; vendrán brujos,
vendrán hechiceros, vendrán falsos profetas, pero las personas los rechazarán
porque tienen verdaderos modelos de lo que es Cristo y su persona. Pablo les
está diciendo específicamente lo siguiente: "Ustedes por causa de mí, podrán
diferenciar a un hombre con apariencia, y a la verdad de un corazón que
expresa a Cristo, no se trata de rituales espirituales o practicas ministeriales, se
trata de un estilo de vida.”
Unámonos en ruego al amado Espíritu Santo, para que nos conceda que la
persona e imagen de Cristo, sea cada vez más nítida en nuestras vidas, por causa
de esta generación y las venideras, y que todo velo, estorbo y/o apariencia
desaparezca, para que el mundo alcance el pleno conocimiento de la Gloria de
Dios. Roguemos al Padre de nuestro Señor Jesucristo, que por su gracia y favor,
seamos llevados a conocerle a Él más profunda e íntimamente, como lo expresa
Pedro en su segunda y última carta.
2 Pedro 3:14-17
Su servidor en Cristo, Gustavo Lara.