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AUTOMATISMOS CABLEADOS
APARATOS DE PROTECCIÓN
CONTENIDO
1. DISPOSITIVOS DE PROTECCIÓN.
2. RELÉS MAGNÉTICOS.
3. RELÉS TÉRMICOS.
A) DEFINICIÓN
B) SIMBOLOGÍA:
C) PRINCIPIO DE FUNCIONAMIENTO
D) COMPONENTES
E) CURVA CARACTERÍSTICA.
F) PROTECCIÓN
G) CONEXIÓN
H) TRABAJO A DIFERENTES TENSIONES
J) PULSADOR DE PRUEBA
K) REGULACIÓN
L) ¿COMO PROTEGER UN RELÉ TÉRMICO?
M) ¿DÓNDE SE COLOCA EL RELÉ TÉRMICO?
4. FUSIBLES.
5. EL CONTACTOR DISYUNTOR
6. LOS DISYUNTORES MAGNÉTICOS
7. EL DISYUNTOR MOTOR MAGNÉTICO
8. EL DISYUNTOR MOTOR MAGNETOTÉRMICO
9. PROTECCIÓN DE MOTORES
10. PROTECCIÓN DE LOS CONDUCTORES
11. RELÉ DIFERENCIAL
12. RELÉ DETECTOR DE TENSIÓN
13. RELÉ DE MÍNIMA Y MÁXIMA TENSIÓN
14. RELÉ SELECTOR DE TENSIÓN
15. RELÉ DETECTOR DE SECUENCIA DE FASES.
16. DETECTOR DE TEMPERATURA. RELÉ DE SONDA TÉRMICA.
1 DISPOSITIVOS PROTECTORES
Los dispositivos de protección son los que tienen la función de dejar fuera de servicio la línea (normalmente
efectuarán la apertura del contactor o contactores principales), cuando se presentan anomalías que perturban el
buen funcionamiento del receptor (motores, generadores, transformadores, etc.) que protegen.
De origen eléctrico:
− sobretensión, caída de tensión, desequilibrio o ausencia de fases que provocan un aumento de la corriente
absorbida,
− cortocircuitos cuya intensidad puede superar el poder de corte del contactor.
De origen mecánico:
− calado del rotor, sobrecarga momentánea o prolongada que provocan un aumento de la corriente que
absorbe el motor, haciendo que los bobinados se calienten peligrosamente.
Con el fin de que dichos accidentes no dañen los componentes ni perturben la red de alimentación, todos los
arrancadores deben incluir obligatoriamente:
protección contra los cortocircuitos, para detectar y cortar lo antes posible las corrientes anómalas
superiores a 10 In,
protección contra las sobrecargas, para detectar los aumentos de corriente hasta 10 In y cortar el
arranque antes de que el recalentamiento del motor y de los conductores dañe los aislantes.
ANOMALIAS:
SOBREINTENSIDADES
Pueden ser de dos tipos.
Cuando un motor trifásico (o de cualquier otro tipo) alcanza una temperatura superior a su admisible, está
trabajando en sobrecarga.
Mientras las circunstancias ambientales sean normales (temperatura, altitud, etc.), ese sobrecalentamiento se
debe a que consume más intensidad que la nominal.
Causas:
− Rotor inmóvil (bloqueado) La máxima sobrecarga a la que puede estar sometido un motor de modo
permanente es la producida cuando está alimentado a su tensión nominal y el rotor inmóvil, es decir,
bloqueado. Se trata de una situación anómala debida al bloqueo mecánico de la máquina arrastrada o un
aumento excesivo del par resistente.
En esas condiciones, la intensidad consumida tiene el valor de la de arranque Ia, y sus devanados pueden
deteriorarse en muy breve tiempo si no se produce una rápida desconexión.
− Funcionamiento a dos fases. Esta circunstancia puede ser debida a la fusión de un fusible, al corte de un
conductor o a otras causas. En estas condiciones, el circuito magnético del motor está desequilibrado, por
los devanados circulan corrientes anormales y hay una pérdida de potencia. Si el motor llega a bloquearse,
estamos ante una sobrecarga similar a la antedicha. En cualquier caso, el motor debe ser desconectado de
la red rápidamente.
FJRG 111005 5 IES Fr. Martín Sarmiento – Dpto. De Electricidad
AUTOMATISMOS ELÉCTRICOS INDUSTRIALES-1 Aparatos de protección
• Cortocircuitos
En el circuito de alimentación del motor, las sobreintensidades que pueden originarse son los cortocircuitos.
– en corriente alterna: contacto entre fases, entre fase y neutro o entre fases y masa conductora,
– en corriente continua: contacto entre los dos polos o entre la masa y el polo aislado.
Las causas pueden ser varias: cables rotos, flojos o pelados, presencia de cuerpos metálicos extraños,
depósitos conductores (polvo, humedad, etc.), filtraciones de agua o de otros líquidos conductores, deterioro del
receptor o error de cableado durante la puesta en marcha o durante una manipulación.
El cortocircuito desencadena un brutal aumento de corriente que en milésimas de segundo puede alcanzar un
valor cien veces superior al valor de la corriente de empleo. Dicha corriente genera efectos electrodinámicos y
térmicos que pueden dañar gravemente el equipo, los cables y los juegos de barras situados aguas arriba del
punto de cortocircuito.
Por lo tanto, es preciso que los dispositivos de protección detecten el fallo e interrumpan el circuito
rápidamente, a ser posible antes de que la corriente alcance su valor máximo.
DEFECTOS DE AISLAMIENTO
PUESTAS A TIERRA FORTUITAS
CONTACTOS DIRECTOS E INDIRECTOS
FALSAS MANIOBRAS
ETC.
Para detectar y poder corregir las incidencias y procurar un buen funcionamiento, se deben proteger mediante
dispositivos adecuados.
La protección corresponde a:
Contra las sobreintensidades (sobrecargas y cortocircuitos) han de estar protegidos el motor y su circuito de
alimentación.
La protección contra las sobreintensidades puede estar integrada en aparatos de funciones múltiples, como los
disyuntores magnetotérmicos para motores y los contactores disyuntores magmetotérmicos.
Las principales características que deben cumplir los relés de protección son:
- sensibilidad y
- fiabilidad.
La siguiente Fig. Tabla 1.1 sintetiza toda la información sobre protección ofrecida en este capítulo. Permite
tener una visión global de las posibilidades de cada dispositivo, aunque para aplicaciones concretas se
recomienda consultar los apartados correspondientes y los catálogos de los fabricantes.
Fig. 1.1
2 RELÉS MAGNÉTICOS
A) DEFINICIÓN
Son los que realizan una maniobra apoyándose en las propiedades electromagnéticas
(una corriente que recorre una bobina produce una atracción sobre una lámina de hierro, que es proporcional a la
corriente).
B) PRINCIPIO DE FUNCIONAMIENTO
El principio podemos observarlo en la Fig. 2.1-a, donde la bobina al ser atravesada por una corriente excesiva
(I), crea un campo magnético en el núcleo (N) que atrae la lámina (1), abriendo el circuito de alimentación del
contactor, con lo cual, éste se abre y el receptor quedará desconectado. Es éste, pues, un relé de máxima y su
aspecto exterior puede ser el de la Fig. 2.1-b.
a b
Fig. 2.1 RELÉ MAGNÉTICO
Por el contrario, si en vez de ser el contacto A el permanente fuese el B, el circuito se abrirá cuando la corriente
(I) fuese reducida; tendremos, pues, un relé electromagnético de mínima.
Las protecciones electromagnéticas para motores no se pueden colocar solas, ya que tienen que ir muy
sobredimensionadas, debido a la elevada intensidad absorbida en el arranque. Junto con el relé térmico,
proporcionan la combinación ideal, y así obtenemos los relés magneto-térmicos de uso tan extendido, tanto en
relés como interruptores, etc.
3 RELÉS TÉRMICOS
Los relés térmicos bimetálicos constituyen el sistema más simple y conocido de la protección térmica por
control indirecto, es decir, por calentamiento del motor a través de su consumo.
A) DEFINICIÓN
Son los que realizan una maniobra mediante el principio de la ley de Joule (calor producido por el paso de una
corriente).
B) SIMBOLOGÍA:
Según contenga un solo contacto (NC), un contacto conmutado (NCNO) o dos contactos (NC + NO),
distinguimos los tres tipos más usuales de relé térmico (Fig. 3.1).
Las tres líneas quebradas que contiene el rectángulo representan los tres elementos bimetálicos detectores de
sobreintensidad. Los trazos que las unen con los contactos representan la conexión mecánica entre ellos. El
pequeño triángulo con una traza encima representa la retención a que queda sometido el grupo dé contactos
cuando ha habido un disparo térmico.
Para una mayor simplificación quedan suprimidos estos trazos y las letras L y T, en el esquema principal.
Existen diversos modos de representar la conexión entre los elementos bimetálicos y los contactos. En la Fig.
3.2 ofrecemos algunos de ellos. El último símbolo de la derecha lo encontramos en las Normas I.E.C. (o C.E.I.:
Comisión Electrotécnica Internacional). Su forma simplificada y el símbolo de sus contactos separados se muestra
en la parte inferior.
C) PRINCIPIO DE FUNCIONAMIENTO
Un relé electrotérmico o simplemente térmico, es aquel que esté formado por dos láminas de metales
diferentes y soldadas; estos metales (generalmente ínvar y ferroniquel) se eligen con coeficientes de
dilatación térmica lineal muy diferentes ( λ1 ≠ λ2 ).
El relé térmico se basa en la dilatación de los metales al calentarse. Tras cierto tiempo de permanecer un
relé térmico atravesado en sus bimetales por la intensidad a controlar y si ésta fuera elevada
(sobrecarga), se producirá un curvamiento hacia el lado opuesto al metal que más se dilata (sentido del de menor
coeficiente λ). Igual efecto se produce si la intensidad no la recorre, pero la calienta indirectamente (Fig. 3.3).
Fig. 3.3
Esta deformación de la lámina bimetálica es aprovechada para accionar uno o dos contactos auxiliares, es
decir, que el NC abre y el NO cierra (Fig. 3.4).
Existen tres láminas, una por fase, que actúan sobre un bloque de empuje. Si hay una sobreintensidad en una
de las láminas o en las tres simultáneamente, el bloque se desplaza y cambia de posición ("activa") un par de
contactos.
El contacto NC (95 - 96) se coloca en serie con la bobina del contador y lo desactiva, provocando la
El contacto NO (97 - 98) puede utilizarse con una lámpara de señalización, cuyo encendido indica que ha
habido una desconexión por sobrecarga (Fig. 3.5).
Designaremos en lo sucesivo con las letras KM a los contadores que conmutan los motores, y al relé térmico
con la letra F.
Fig. 3.5
D) COMPONENTES
1 Ajuste Ir. Escala o dial para fijar la intensidad de régimen del motor.
2 Pulsador Test.
Accionando el pulsador Test es posible:
– Controlar el cableado del circuito de control.
– Simular el disparo del relé (acción sobre los 2 contactos “NC” y “NA”).
Este mando, que puede no existir en algunos modelos, sirve para verificar el
correcto desactivado del contador.
3 Pulsador Stop. Actúa sobre el contacto “NC” y no tiene efecto sobre el
contacto “NA”.
4 Pulsador de rearme para llevar los contactos a su posición de trabajo tras
una desconexión térmica.
5 Visualización de la activación.
6 Testigo del Enclavamiento mediante precintado de la tapa.
7 Selector entre rearme manual y automático. En manual, se rearma con el
pulsador anterior. En automático, cuando se enfrían las láminas.El paso a la
posición automática se realiza mediante acción voluntaria.
Fig. 3.7
E) CURVA CARACTERÍSTICA.
La característica tiempo-corriente de un relé térmico (Fig. 3.8) nos indica en el eje de abscisas el valor de la
intensidad de la corriente en múltiplos de la intensidad ajustada Ir en el dial del relé y en el eje de ordenadas los
tiempos de disparo. Generalmente se indican dos curvas, una se obtiene a partir de los bimetales en estado frío y
la otra a partir de los bimetales en caliente.
Para el caso en concreto del relé témico de la Fig. 3.8 deducimos que un consumo de valor 2 · Ir provoca una
desconexión al cabo de:
Mostramos, a título orientativo, los valores segundos de los tiempos máximos admisibles para motores de jaula
a 400 V con el rotor bloqueado, de un determinado fabricante. Dado que en estas condiciones el consumo es del
orden de 5 In a 7 In, vemos que los térmicos desconectan en tiempos inferiores (Fig. 3.9).
F) PROTECCIÓN
Un relé térmico protege a la instalación de un receptor (motor en las figuras) frente a las sobreintensidades
producidas por:
- Sobrecargas.
- Arranques demasiado largos.
- Ciclos paro-arranque demasiado frecuentes.
- Agarrotamiento mecánico del motor, bajo tensión (calado).
Para la protección de receptores trifásicos, se coloca una lámina bimetálica por fase y así, cualquiera de
ellas, o las tres a la vez, nos producirán la apertura del circuito mediante un elemento de material aislante
denominado yugo (Fig. 2.5).
Por tanto además de la protección contra sobrecargas, los relés térmicos están preparados para
detectar las asimetrías que se producen en sus bimetales cuando alguna de las fases que alimenta al receptor no
transporta corriente,( fenómeno que en el caso de motores trifásicos se conoce como «marcha en
monofásico» ) o cuando las intensidades en las fases son muy diferentes, anomalías que pueden ser
muy perjudiciales para receptor en un breve espacio de tiempo.
G) CONEXIÓN
Un relé térmico actúa asociado a un contactor. Los bornes L1(1), L2(2), L3(3), van conectados directamente al
contactor formando un bloque y así, en la Fig. 3.10 tenemos el conjunto contactor y protección térmica con el
tornillo de regulación y el botón o pulsador de rearme.
En el esquema de la Fig. 3.10 vemos el circuito principal de las conexiones habituales entre ambos.
Si el relé térmico está acoplado al contactor por medio de espigas o pletinas rígidas, se omiten en su símbolo
las bornas 1, 3 y 5, ya que no existen.
Ejemplo:
En la Fig. 3.6 tenemos los esquemas principal y de mando (esquema desarrollado) de un circuito de motor
trifásico de arranque directo. Un desconectador Q contiene los fusibles principales y un contacto de precorte de la
tensión de mando.
La conmutación se realiza por contador y la protección, por relé térmico. No se utiliza el contacto NA de éste.
Los contactos del relé térmico conectados en serie con la bobina del contactor, produce que la apertura del
NC desactiva el contactor KM y el motor, ya sin tensión, se desconecta (se parará) y por tanto el motor quedará
protegido.
Fig. 3.6
Se trata, pues, de una protección contra fallos de fase muy relativa, ya que el tiempo de disparo depende de la
intensidad que esté consumiendo el motor. Si en el momento del fallo de fase esta intensidad fuera inferior al valor
ajustado en el relé, éste no dispararía o lo haría en un tiempo muy grande. En cualquier caso se trata de un
disparo lento, ya que incluso con la intensidad nominal habría que esperar un tiempo de aproximadamente 100
segundos.
Los contactos NC (disparo) y NO (alarma) de un relé térmico pueden trabajar a tensiones diferentes de
la de línea y a tensiones diferentes entre sí. En la Fig. 3.11, la tensión de línea es de 400 V y la de contactos es
de 230 V.
En la Fig. 3.11 el control del contactor se realiza por interruptor S y la lámpara de señalización de disparo
térmico se alimenta a 24 V en corriente continua. Como se indica en esquema separado, en este térmico
coexisten tres tensiones diferentes: 400 V c/a, 230
V c/a y 24 V c/c.
- MANUAL y
- AUTOMÁTICO,
y un selector para escoger la forma de rearme que se desee del disparador, es decir, si después de un disparo es
necesario pulsar el botón de rearme del relé o simplemente el relé se rearma automáticamente al enfriarse.
El rearme MANUAL se reduce a presionar el pulsador R colocado en la parte frontal del aparato (Fig. 3.12).
Fig. 3.12
En algunos casos puede interesar que el rearme manual sea a distancia, por motivos funcionales o de
comodidad. En este caso puede acoplarse al relé un pequeño dispositivo mecánico K activado por
electroimán. La puesta en tensión de K a través de un pulsador S provoca el empuje del rearmador R (Fig. 3.13).
Vemos en la misma figura las tensiones normales de activado de K.
Fig. 3.13
* Si el rearme es AUTOMÁTICO, una vez eliminada la causa que motivó la sobrecarga, el relé se
rearma, es decir, los contactos NO y NC vuelven a la posición inicial tras el enfriamiento de los elementos
bimetálicos. El receptor (motor en este caso) queda ya en condiciones de ser arrancado de nuevo.
Este sistema es cómodo porque evita una operación manual y puede ser práctico en instalaciones donde son
previsibles frecuentes disparos térmicos. Puede, sin embargo, ser peligroso cuando el mando del contactor
se realiza por interruptor o detectores diversos, ya que pueden producirse arranques inesperados (Fig. 2.14).
Fig. 3.14
En ciertos térmicos existe también un pulsador de prueba (test), 0, cuyo presionado activa los contactos NC y
NO. Sirve para verificar si las conexiones entre el térmico y el circuito de mando son correctas: su pulsado
desactivará el contactor y pondrá un funcionamiento la alarma correspondiente.
Este pulsador de prueba también puede ser accionado a distancia, por medio de un disparador K análogo al
rearmador anterior (Fig. 3.15).
Los pulsadores de rearme y prueba, el selector, el dispositivo diferencial, etc., son componentes
habituales de cualquier modelo actual de relé térmico y por ello no figuran expresamente en su símbolo. Sin
embargo, cuando alguno de estos dispositivos requiera un circuito adicional, habrá que representarlo en el
esquema.
Fig. 3.15
Ejemplo:
La Fig. 3.16 corresponde a un motor trifásico de arranque directo y maniobra por pulsadores, con fusible de
mando incorporado al desconectador Q. Se ha previsto un dispositivo de prueba a distancia, con un disparador a
la misma tensión que todo el circuito de mando, es decir, a 24 Voltios.
Fig. 3.16
Para que un relé térmico proteja adecuadamente a la instalación de un motor frente a sobrecargas y
desequilibrios, dispone de una escala o dial para fijar la intensidad de régimen del motor In (aunque su intensidad
habitual de funcionamiento sea menor).
Como sería imposible hacer un relé para cada intensidad, se hacen varios tipos y cada uno cubre una gama
de valores. Para ello los relés térmicos disponen de un dial o tornillo de regulación (TR) para ajustar la intensidad
de funcionamiento.
Cualquier térmico tiene una zona o margen de regulación de su intensidad de disparo, que abarca
desde un valor mínimo a uno máximo. Damos en la Fig. 3.17 ejemplos de zonas de regulación.
En la Fig. 3.18 vemos que puede variar entre 0,75 A y 1 A. En nuestro caso está regulado a 0,75 A.
Cuando se escoge un relé térmico para la instalación de un motor, es necesario que la intensidad nominal de
éste, In, esté comprendida dentro de su zona de regulación.
Damos a continuación unos valores orientativos de las intensidades nominales de algunos motores de 1.500
r.p.m. (trifásicos, monofásicos y de c/c) (Fig. 3.19).
Fig. 3.19
Los relés térmicos no pueden proteger contra cortocircuitos, y cuando una corriente de cortocircuito atraviesa
un relé térmico, puede destruir algunos de sus componentes en centésimas de segundo. Los fusibles son la
protección más habitual contra esta eventualidad. El calibre máximo de éstos es un dato importante para
cualquier relé térmico y figura frecuentemente en su placa de características. En la Fig. 3.20 podemos ver esos
calibres, para una determinada serie de térmicos. Según el tipo de que se disponga, pueden escogerse lentos
(aM) o rápidos (gl o gG).
Los circuitos principales de la Fig. 3.21 nos ofrecen un ejemplo de aplicación de las dos tablas anteriores.
Entre el contactor y el receptor (motor en las figuras anteriores), como hemos visto en las figuras anteriores.
En este caso el relé térmico se regulará para la intensidad nominal del motor,
Fig. 3.22
Fig. 3.23
Fig. 3.24
In
Iλ = = 0,58 · I n
3
Fig. 3.25
Los relés térmicos tienen una curva de disparo fija y está prevista para motores con arranque normal, es decir,
con tiempos de arranque del orden de 5 a 10 segundos.
En los casos de arranque difícil (p.e. en centrifugadoras, molinos, grandes ventiladores, etc.), que tienen un
mayor tiempo de arranque, la curva de disparo resulta demasiado rápida y el relé térmico dispararía durante el
arranque. Para evitar esto hay que recurrir a algún procedimiento especial como puentear el térmico durante el
arranque o alimentarlo a través de transformadores saturables. Esto además de encarecer considerablemente el
arrancador, supone emplear procedimientos sin fundamento físico porque en realidad lo que se hace es engañar a
la protección.
Así pues, el sistema de protección por relés térmicos bimetálicos es generalmente utilizado por ser, con mucho,
el más simple y económico, pero no por ello se deben dejar de considerar sus limitaciones, entre las cuales
podemos destacar las siguientes:
4 FUSIBLES
Los fusibles son dispositivos de protección frente a sobreintensidades del tipo cortocircuito. Aplicados a la
protección de motores eléctricos, complementan la protección que proporcionan los relés térmicos.
Efectivamente, a partir de la máxima intensidad previsible por sobrecarga del motor, (de 4 In a 8 In ), las
intensidades superiores son originadas por cortocircuitos.
Al ser atravesado por una corriente de cortocircuito, el fusible se funde instantáneamente. Si esa intensidad es
extremadamente elevada, la chispa producida puede romper su estructura, proyectar al exterior metal fundido, etc.
Los fusibles proporcionan una protección fase a fase, con un poder de corte muy elevado y un volumen
reducido.
Protegen a la vez contra los cortocircuitos y contra las sobrecargas a los circuitos con picos de corriente
poco elevados (ejemplo: circuitos resistivos).
Normalmente deben tener un calibre inmediatamente superior a la corriente del circuito protegido a plena
carga.
Protegen contra los cortocircuitos a los circuitos sometidos a picos de corriente elevados (picos
magnetizantes en la puesta bajo tensión de los primarios de transformadores o electroimanes, picos de arranque
de motores asíncronos, etc.). Las características de fusión de los fusibles aM no ofrecen ninguna protección
contra las sobrecargas. En caso de que también sea necesario este tipo de protección, debe emplearse otro
dispositivo (por ejemplo, un relé térmico).
Normalmente deben tener un calibre inmediatamente superior a la corriente del circuito protegido a plena
carga.
Una característica importante de un fusible es su corriente asignada (antes llamada intensidad nominal). Se
define como el valor de la corriente que le atraviesa, a partir del cual su fusión se producirá en un tiempo más o
menos largo.
Esta corriente asignada es el valor que define el calibre de un fusible, y por el que se le identifica.
Los fusibles cilíndricos de la Fig. 4.2 tienen las dimensiones y valores indicados.
Fig. 4.2
Para corrientes mayores disponemos de los fusibles de cuchilla. Sus dimensiones geométricas se normalizan
en base a su talla, que se codifica desde 00 hasta 4 (Fig. 4.3). Todos los de la misma talla pueden acoplarse al
mismo portafusibles.
Fig. 4.3
Reflejamos en la Fig. 4.4 los valores frecuentes del poder de corte de fusibles expresados en miles de
amperios (kA). Los empleados en circuitos de motores tienen un poder de corte mínimo de 50 kA.
De las curvas anteriores deducimos que un fusible no se funde al estar atravesado por la intensidad nominal y
tiene tiempos largos de fusión frente a intensidades moderadas.
El fusible adecuado para proteger el circuito de un motor es el de tipo aM. Para sobreintensidades moderadas,
será el relé térmico quien controle la desconexión. A partir de unas sobreintensidades que podemos situar de 6·In
a 10·In, será el fusible quien desconecte.
La corriente asignada del fusible será siempre mayor que la nominal del motor.
Dado que el fusible complementa la protección del relé térmico, los fabricantes de estos últimos proporcionan el
calibre y el tipo del fusible aconsejable a colocar.
En los dos ejemplos de la Fig. 4.7 hemos escogido los fusibles y el térmico de acuerdo con el criterio citado.
Si un motor tiene previsto un arranque estrella-triángulo, se instalan fusibles cuya corriente asignada tenga el
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valor inmediatamente superior a la nominal de dicho motor, y preferentemente, del tipo aM. Se disponen siempre
en el punto de arranque del circuito (Fig. 4.8).
Fig. 4.8
Si los fusibles protegen el circuito de una carga resistiva, serán del tipo rápido gG. Su calibre tendrá valor
inmediatamente superior a la intensidad nominal de la carga.
Respecto a los portafusibles, o bases para alojar a los fusibles, han de:
Los portafusibles de la Fig. 4.9 son de tipo abatible, para fusibles cilíndricos. Su apertura desconecta
simultáneamente los tres fusibles, tanto de la toma de tensión como del circuito de salida. Junto a ellos, el
correspondiente símbolo.
Fig. 4.9
Los de la Fig. 4.10 son portafusibles para el tipo de cuchilla. El accionamiento de la correspondiente
empuñadura los desconecta de la entrada y de la salida.
Estos portafusibles pueden estar provistos de uno o dos pequeños contactos, que se cierran y abren
solidariamente con el circuito de los fusibles. Estos contactos se llaman de precorte.
Fig. 4.10
Este dispositivo hace sobresalir del fusible un pivote cilíndrico cuando éste se funde. Su función es doble:
El fusible de cuchilla de la Fig. 4.11 está fundido y tiene el percutor sobresalido. Se ven dos tipos de
contactos activables por el percutor de cualquiera de los fusibles.
Fig. 4.11
5 EL CONTACTOR DISYUNTOR
Los contactores pueden realizar un gran número de ciclos de maniobras a
cadencias elevadas, pero su limitado poder de corte no les permite interrumpir una
corriente de cortocircuito.
Los disyuntores pueden cortar las corrientes de cortocircuito elevadas, pero tienen
un número y una frecuencia de ciclos de maniobras limitados.
Fig. 5.2
- 3 o 4 polos
- un electroimán, una armadura móvil y una bobina,
- un módulo tri o tetrapolar magnetotérmico o sólo magnético, con varios calibres intercambiables en función
de la corriente de empleo,
- eventualmente, polos de seccionamiento específicos (enclavamiento por candado).
Principio de funcionamiento
La principal característica del integral es la técnica de corte con polo único. En efecto, el corte lo realiza un
único juego de contactos, tanto en funcionamiento “contactor” como en funcionamiento “disyuntor”, que impide la
soldadura en cortocircuito. Esta característica hace del integral un aparato de coordinación total.
Posición de reposo
Cuando la bobina no está alimentada, el circuito móvil se mantiene en posición abierta gracias a los resortes de
retorno y provoca la apertura de los contactos a través de una palanca de apertura.
Posición de cierre
Cuando se cierra el electroimán, la palanca libera los contactos móviles que se cierran bajo la acción de los
resortes, lo que proporciona también la presión necesaria de los contactos. En estado cerrado, los contactos son
totalmente independientes del electroimán.
Cuando la bobina deja de recibir alimentación, la palanca unida a la armadura móvil hace que se abran los
contactos en un tiempo de aproximadamente 15 ms.
Fig. 5.3
Gracias a su alta velocidad de corte (2,5 ms) y a la rápida aparición de una tensión de arco elevada, el integral
puede considerarse como un excelente limitador de corriente de cortocircuito.
Gama integral
Los contactores disyuntores integral puede tener varios calibres, adaptándose a la potencia del receptor.
Los contactores disyuntores pueden integrarse fácilmente en los equipos de automatismo y controlarse desde
autómatas programables gracias a una amplia oferta de accesorios.
Fig. 5.4
Dependiendo del tipo de disyuntor, dicho umbral de disparo puede ser fijo o ajustable por el usuario.
Se suelen usar para proteger motores con arrancadores cuando estos últimos disponen de protección térmica
integrada.
También protegen contra los contactos indirectos, siguiendo las normas sobre regímenes de neutro, para los
esquemas TN o IT. Los esquemas TT pueden necesitar una protección diferencial residual.
Símbolo Disyuntor
magnético
Fig. 6.1 Fig. 6.2
Todos los disyuntores pueden realizar cortes omnipolares: la puesta en funcionamiento de un solo disparador
magnético basta para abrir simultáneamente todos los polos.
Cuando la corriente de cortocircuito no es muy elevada, los disyuntores funcionan a mayor velocidad que los
fusibles.
CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES
Es el valor máximo estimado de corriente de cortocircuito que puede interrumpir un disyuntor con una tensión y
en unas condiciones determinadas. Se expresa en kiloamperios eficaces simétricos.
Es el valor máximo de corriente que puede establecer un disyuntor con su tensión nominal en condiciones
determinadas. En corriente alterna, se expresa con el valor de cresta de la corriente.
El poder de cierre es igual a k veces el poder de corte, según se indica en la siguiente tabla (IEC 947-2).
Fig. 6.3
Autoprotección
Es la aptitud que posee un aparato para limitar la corriente de cortocircuito con un valor inferior a su propio
poder de corte, gracias a su impedancia interna.
Poder de limitación
Un disyuntor es además limitador cuando el valor de la corriente que realmente se interrumpe en caso de fallo
es muy inferior al de la corriente de cortocircuito estimado.
Permite atenuar los efectos térmicos y electrodinámicos, proporcionando así una mejor protección a los cables
y al aparellaje.
Puede considerarse apto para el seccionamiento de acuerdo con la norma IEC 947. En algunos modelos, el
usuario puede regular el umbral de desactivación magnética.
Los aditivos seccionadores de corte visible enclavables permiten responder a determinados pliegos de
condiciones.
Normalmente, estos aparatos se asocian con un contactor y un relé de protección térmica para formar un
arrancador.
Esta asociación posee un poder de corte igual al del disyuntor. Este último ofrece protección contra los
cortocircuitos con corte omnipolar. El relé térmico, dotado de compensación de temperatura y sensibilidad a una
ausencia de fase, protege contra las sobrecargas y contra el funcionamiento monofásico.
Los enlaces mecánicos y eléctricos entre el contactor y el disyuntor facilitan la conexión y permiten obtener un
equipo más compacto.
Otras características:
Interruptor
Protección contra las sobreintensidades - Sobrecargas (relé térmico)
- Cortocircuitos (fusibles)
Los disyuntores de motor magnetotérmicos o interruptores automáticos de motor utilizan el mismo principio de
protección que los interruptores magnetotérmicos. Si se utilizan interruptores automáticos con protección
magnetotérmica se deben elegir aparatos que están especialmente concebidos para la protección de
motores.
Los disyuntores de motor magnetotérmicos (guardamotores) están especialmente diseñado para la protección
de motores eléctricos. Este diseño especial proporciona al dispositivo una curva de disparo que lo hace más
robusto frente a las sobreintensidades transitorias típicas de los arranques de los motores. El disparo magnético
es equivalente al de otros interruptores automáticos pero el disparo térmico se produce con una intensidad y
tiempo mayores.
El corte es omnipolar.
a b c
Fig. 8.1 Disyuntor de motor magnetotérmico Fig. 8.2
Normalmente se utiliza para el control local de motores, pero también se puede asociar con un contactor para
el control a distancia. Este aparato resulta idóneo para máquinas pequeñas independientes, como las máquinas
para madera.
Suele montarse en cofre unitario con un pulsador “de seta” de Paro de emergencia.
– contactos auxiliares instantáneos, que pueden ser reversibles NC o NA, para los circuitos de señalización
del estado “Marcha” o “Paro” o la señalización de disparo magnético o térmico,
– dispositivo de disparo por mínima tensión, que impide que el receptor vuelva a ponerse en marcha
inesperadamente después de un corte de alimentación de la red. Se puede utilizar para disparar a distancia
el disyuntor motor. También existe un modelo específico para máquinas peligrosas que requieran una
mayor seguridad (VDE 0113, recomendado por el INRS),
– disparador con emisión de tensión para disparar el disyuntor motor a distancia desde una caja de
pulsadores o desde el contacto de otro aparato.
Este es un producto diseñado especialmente para el control automático a distancia en asociación con un
contactor.
Además de los aditivos ya mencionados, admite accesorios seccionadores de corte visible enclavables y
accesorios de señalización a distancia del disparo magnético.
Maniobras manuales.
Maniobras normales manuales de cierre y apertura.
El mando manual del disyuntor varía según las marcas y modelos. La pareja de pulsadores frontales ON-OFF
o START-RESET y la maneta giratoria son los sistemas más usuales (Fig. 8.1). El mando manual permite que en
ciertos circuitos se pueda prescindir del contactor.
Maniobras automáticas.
− Cuando está sometido a una sobrecarga. Para ello, dispone de protección térmica con una característica
similar a la de un relé térmico. Para cada uno de los tres polos del interruptor automático dispone de un
disparador térmico de sobrecarga consistente en unos bimetales por los cuales circula la intensidad del
motor. En caso de una sobrecarga el disparo se produce en un tiempo definido por su curva característica.
El dispositivo de la protección térmica o disparador térmico de sobrecarga consiste en unos bimetales por
los cuales circula la intensidad del motor. En caso de una sobrecarga el disparo se produce en un tiempo definido
por su curva característica. El dispositivo térmico actúa en diversos tiempos, según la magnitud de la sobrecarga.
La intensidad de disparo térmico es regulable dentro de ciertos límites. Los fabricantes ofertan modelos con
intensidades comprendidas entre Imin y Imax, disponiendo cada uno de ellos de un campo de reglaje determinado.
Tanto la protección magnética y térmica actúan ambos sobre el sistema de desconexión. Su símbolo gráfico
expresa ambas funciones. (Fig. 8.2)
Reglajes
La intensidad nominal o corriente asignada de un disyuntor para motor se proporciona en forma de un par de
valores (mínimo y máximo) entre los que se realiza el reglaje.
En condiciones normales de funcionamiento del motor, el valor regulado se hace coincidir con el de la
intensidad nominal del motor.
Los valores de este par de intensidades son los mismos que en los correspondientes relés térmicos.
Los valores de la Fig. 8.3 pertenecen a una serie de disyuntores de pequeño calibre. La intensidad de
desconexión magnética admite una tolerancia de hasta ± 20 %.
Al igual que los relés térmicos, los disyuntores tienen una gráfica de desconexión intensidad/ tiempo. En la
gráfica existe una estrecha zona de tolerancia en la que se encuentran los tiempos mínimo y máximo de
desconexión (Fig. 8.4).
Por ejemplo, una sobrecarga de valor 4·Ir, provocará la desconexión en un tiempo mínimo de 10 segundos.
En disyuntores del tipo "más lento", la desconexión electromagnética se produce para intensidades del orden
de 20·Ir y de 30·Ir, siendo Ir el valor máximo de la regulación térmica.
Otra característica interesante en este tipo de aparatos es la limitación de la corriente de cortocircuito por la
propia resistencia interna del interruptor, correspondiente a los bimetales, disparadores magnéticos y contactos.
Este efecto disminuye a medida que aumenta la intensidad nominal del aparato.
Gracias al diseño optimizado de las piezas de los contactos y de las cámaras de extinción, estos aparatos
tienen un poder de corte muy elevado. Así, por ejemplo, a 400V. el poder de corte es de 100 kA. para los
aparatos de hasta 6,3 A; de 6,3 - 10 A. el poder de corte es de 10 kA, y de 10 - 25 A. el poder de corte es de 6 kA.
La tensión nominal de los disparadores tiene los mismos valores que las nominales de línea. Si se disponen
alimentados de la red del motor, hay que escogerlos con igual tensión que ésta, es decir, de 230 V, de 400 V, etc.
Normalmente este aparato se monta en un cofre unitario en el que se pueden instalar un pulsador “de seta” de
Paro de emergencia y un dispositivo de enclavamiento por candados.
Un disyuntor para motor se puede asociar a un contador, que realiza las conexiones y desconexiones de las
maniobras normales. Esta combinación con un contactor constituye una solución excelente para la maniobra de
motores.
En la Fig. 8.5 podemos ver dos circuitos diferentes de alimentación de un motor según dos procedimientos; el
primero utiliza los fusibles de protección de líneas, el imprescindible contactor y su relé térmico; el
segundo solamente utiliza un interruptor automático de motor y un contactor. Las diferencias son notables, así que
veamos los inconvenientes y ventajas estudiando la composición del interruptor automático de motor.
Fig. 8.5
DESCONEXIÓN A DISTANCIA
Cuando un disyuntor desconecta el motor por sobreintensidad, es importante que también se desactive el
contador.
− Bobina de disparo
− Contacto auxiliar
• Bobina de disparo
Fig. 8.7
Fig. 8.8
• Contacto auxiliar
Del mismo modo que se ha acoplado lateralmente al disyuntor un bloque disparador, se puede
acoplar un bloque de contactos auxiliares (NA + NC) que se activan a la vez que los principales y
que pueden servirnos para todas aquellas funciones de señalización que deseemos. (Fig. 8.9)
Según el calibre de los aparatos asociados, se obtendrá una coordinación de tipo 1 o de tipo 2
(ver la siguiente Fig. Tabla 8.10 extraída de un catálogo Telemecanique).
Fig. 8.9
Fig. 8.11
Fig. 8.12
Fig. 8.13
Elección de un disyuntor:
La selectividad
Existe selectividad de las protecciones cuando se produce un fallo en cualquier punto de la instalación y se
soluciona únicamente con el dispositivo de protección más cercano a dicho punto aguas arriba. De esta forma, la
selectividad permite que las consecuencias de un fallo sólo afecten a la parte de la instalación donde se ha
producido.
Es total cuando, sea cual sea el valor de la corriente de fallo, desde la sobrecarga hasta el cortocircuito franco,
el aparato situado aguas abajo se abre mientras que el aparato situado aguas arriba permanece cerrado.
Es parcial cuando las condiciones de selectividad sólo se respetan en un rango limitado de la corriente de fallo.
Técnicas de selectividad
Selectividad amperimétrica
Utiliza la diferencia de ajuste de los umbrales de funcionamiento magnético de los disyuntores. Para que la
selectividad sea total, la corriente de cortocircuito máxima en el disyuntor situado aguas abajo debe ser inferior al
umbral de disparo instantáneo del disyuntor situado aguas arriba.
Selectividad cronométrica
Utiliza la diferencia de los tiempos de funcionamiento entre los disyuntores situados aguas arriba y aguas
abajo. Para instalarla es necesario utilizar disyuntores retardados. Es total si el tiempo de retardo del disyuntor
situado aguas arriba es superior al tiempo de funcionamiento del disyuntor situado aguas abajo.
Para elegir el calibre l0 del disyuntor situado aguas arriba en función del calibre de los aparatos que conforman
los arrancadores I1, I2, I3, ... IN, se deben cumplir 2 condiciones:
Con todo lo dicho sobre los interruptores automáticos de motores, es posible llegar a la conclusión de que
aunque estos interruptores no supongan el sistema ideal de protección, pueden sustituir ventajosamente a
los grupos fusibles/relés térmicos utilizados para la protección de motores.
9 PROTECCIÓN DE MOTORES
En la protección de motores se debe tener en cuenta, en primer lugar, la característica tiempo-corriente del
motor a proteger.
En la Fig. 9.1 podemos observar esta característica (3) de un motor de rotor en cortocircuito.
Fig. 9.1
- la corriente de magnetización IR que circula durante el corto espacio de tiempo en que el motor está parado,
- la corriente de arranque IA que circula hasta que el motor alcanza su velocidad nominal y la corriente I que
es la corriente nominal del motor en servicio continuo o intensidad nominal del empleo (Ie).
Los dos sistemas deben tener una característica de disparo que se adapte lo mejor posible y por debajo a la
característica tiempo-corriente del motor.
En la Fig. 9.1 se representan la característica de disparo de un relé térmico (2) de protección contra
sobrecargas y de los cortacircuitos fusibles (1) necesarios para la protección contra los cortocircuitos. El fusible
debe garantizar que en ningún momento se sobrepase la intensidad IM, que es la intensidad máxima soportable
por el relé térmicos.
FJRG 111005 34 IES Fr. Martín Sarmiento – Dpto. De Electricidad
AUTOMATISMOS ELÉCTRICOS INDUSTRIALES-1 Aparatos de protección
En la Fig. Tabla 9.2 se indican las intensidades nominales de fusibles tipo aM adecuadas para la
protección de motores asíncronos.
Fig. 10.2
En las instrucciones del REBT se especifican las intensidades máximas admisibles para distintos tipos de
cables, a diferentes tensiones de trabajo, en diferentes condiciones de instalación y para servicio permanente.
Como normalmente no vamos a disponer de la curva de carga máxima de la línea, estas intensidades nos
pueden servir para elegir una protección adecuada.
- Si se utilizan fusibles, tienen que ser de uso general (gI, gG) con una intensidad nominal inferior, pero lo
más próxima posible, a la que hayamos obtenido en las instrucciones mencionadas.
- Si se utiliza un interruptor automático magnetotérmico, su relé térmico se debe regular a la intensidad
indicada en las instrucciones mencionadas y su relé magnético para disparar con cuatro veces dicha
intensidad.
La protección frente a cortocircuitos la lleva a cabo el disyuntor o los fusibles. La rápida acción de éstos
impide cualquier tipo de deterioro.
La protección frente a sobrecargas la realizan el relé térmico o los dispositivos térmicos del disyuntor. La
condición exigible a éstos es que realicen la desconexión antes de que una sobrecarga dure lo bastante como
para estropear los conductores.
Los fabricantes de conductores proporcionan una gráfica en la que se reflejan los tiempos máximos que éstos
soportan diversas intensidades.
Fig. 10.4
Si superponemos esta gráfica y la de desconexión del dispositivo
térmico empleado, esta última ha de quedar por debajo de la otra.
Fig. 10.5
Los conductores a los que nos referiremos a continuación son exclusivamente de cobre recubierto por un
aislamiento.
La definimos como la máxima que puede soportar en régimen permanente a una temperatura ambiente de 40°
C.
El valor de dicha intensidad para conductores de alimentación de un motor trifásico depende de:
• Su sección nominal.
• La naturaleza de su aislamiento y la tensión nominal de éste.
• Su sistema de instalación.
• La temperatura ambiente.
La tensión nominal del aislamiento la definimos como la máxima tensión de red para la que los conductores
trabajan en perfectas condiciones.
“El cálculo de la línea se realizará para el 125 % de la intensidad nominal (plena carga) absorbida del motor.”
siendo:
Los conductores escogidos tendrán una intensidad máxima admisible cuyo valor sea el
inmediatamente superior a 1,25 In. Esto es debido al calentamiento suplementario que ocasiona los arranques
en los motores.
Ejemplo:
Hallar los conductores de la línea de alimentación a un motor trifásico de 22 kW; a 400 V, cos ϕ = 0’85,
Rto=90% y arranque directo. Serán de aislamiento con PVC-750 V, y estarán sueltos (unipolares) alojados en tubo
en montaje superficial.
La longitud de línea entre el cuadro y el motor es de 36 metros.
Solución:
Pu 22.000
P= = = 24.444'444 A
η 0'9
P 24.444'444
In = = = 41'509 A
3 ⋅ U ⋅ cos ϕ 3 ⋅ 400 ⋅ 0'85
Consultaremos la tabla del REBT Norma UNE 20 4060 Nov 2004 elegiremos una sección que soporte una
intensidad máxima superior a 51’886 A.
2
Para montaje B1 puede valer: 3 x 16 mm ……….. Imax = 59 A
2
3 x 25 mm ……….. Imax = 77 A (elegimos esta)
Caída de tensión
L ·P 36·24.444,444
∆U = = = 2.456 Voltios
σ · S ·U 48·25·400
2
El 2 % de 400 V es 8 Voltios. Por lo tanto, la sección de 3 x 25 mm es adecuada.
11 RELÉ DIFERENCIAL
Es bien conocido que la protección diferencial consiste en desconectar
un circuito interior cuando tiene lugar en él una corriente de fuga.
- un interruptor diferencial
o
- un relé diferencial
Detectan indistintamente tensiones continuas y alternas, estando indicados para la vigilancia de tensión en
baterías, redes diversas o líneas de alimentación.
Un mismo relé puede tener varios rangos de medida, según las bornas utilizadas (Fig. 12.1).
Fig. 12.1
Una sobretensión (tensión por encima del valor regulado), provocan el retorno
de los contactos a su posición primitiva. En esta posición cumplirán su función de
alarma o desconexión previstas.
Fig. 13.2
Para un motor es peligroso que la tensión a que trabaja sea diferente de su tensión nominal, tanto en más
como en menos. Con un relé de este tipo se puede proteger un solo motor o la red de alimentación de varios (Fig.
13.3). El encendido del piloto H indicará que se ha superado el margen fijado para cualquiera de las dos
tensiones.
Fig. 13.3
Consta de una entrada A1-A2 y de dos contactos auxiliares. Se diseña generalmente para los dos valores de
230 V y 400 V. (Fig. 14.1)
Símbolo
Fig. 14.1 RELÉ SELECTOR DE TENSIÓN
El funcionamiento es simple: según que en la entrada se detecte una tensión u otra, se activa un contacto u
otro.
- Cuando la tensión aplicada a las bornas de mando (A1-A2) es del orden de 230 V, se activa un contacto.
- Si dicha tensión es del orden de 400 V, se activa otro contacto.
La Fig. 14.3 muestra un ejemplo de aplicación. Las bobinas de los contactores K1M, K2M, ..., conmutarán a
230 V, y los de K6M, K9M, ..., a 400 V.
Este relé tiene aplicación en grupos o cuadros eléctricos que deban ser conectados indistintamente a 230 o a
400 V (construcción, obras públicas ...).
En la Fig. 14.4 se aplica este relé al mando de un motor trifásico, que podrá trabajar en 230 o en 400 V sin
tener que hacer ninguna modificación en sus bornas o en su cuadro. Según que la tensión de llegada sea 230 ó
400 V, el motor quedará conectado de modo automático en triángulo o en estrella, respectivamente. Las bobinas
de K2M y K3M son de 230 V. Las de K1M y K4M son de 400 V.
Fig. 14.4
Si un cuadro alimentado por una línea trifásica lo cambiamos de lugar y lo alimentamos con otra línea trifásica
de igual tensión, el orden de fases puede resultar cambiado y todos los motores trifásicos girarán en sentido
contrario. Esto puede provocar averías o accidentes.
El relé detector de giro de fases impide que los motores puedan arrancar si el orden no es el correcto (Fig.
15.1). En un sentido de fases se activa un contacto y en el sentido contrario se activa otro.
Aplicamos dicho relé al circuito de un motor trifásico (Fig. 15.3). El relé se alimenta de la línea trifásica cuyo
orden de fases controla, aplicando una de las fases al borne 220 ó 380, según sea la tensión de la red (la fase R
en la figura anterior). El piloto H indica «fallo» en el orden de fases y también puede conectarse a la borna
12. Ante la imposibilidad de arrancar, bastará con intercambiar entre sí dos conductores de la
alimentación.
Fig. 15.3
Los sobrecalentamientos son la causa principal del deterioro de los motores eléctricos.
Todo motor eléctrico genera una cierta cantidad de calor debida al efecto Joule, y alcanza, por ello, temperaturas
diversas.
En la actualidad, además de los relés térmicos, etc., se utilizan sondas térmicas. Su destino fundamental es la
protección frente al calentamiento de máquinas eléctricas en general (alternadores, transformadores, motores ... ).
La protección con sondas térmicas constituye un magnífico sistema de protección contra las sobrecargas térmicas
suaves y prolongadas. La sonda es como un termómetro que mide de forma directa la temperatura del
arrollamiento del motor, acusando también la influencia de otros factores externos, tales como una temperatura
ambiente excesiva o una refrigeración insuficiente.
¿Qué temperatura soportan los devanados? La norma C.E.I. 34-1 fija los sobrecalentamientos máximos y las
temperaturas límites alcanzables en ellos, en función de la "clase" de aislamiento que recubre el cobre (Fig. 16.1).
Fig. 16.1
No han de confundirse ambos conceptos. La segunda columna refleja la temperatura límite que puede alcanzar
el cobre de los devanados de modo permanente. La primera columna indica el calentamiento máximo, es decir, la
máxima diferencia entre la temperatura de los devanados a motor parado y a motor en marcha, en el ambiente
donde está situado.
Un motor con aislamiento de clase F puede sufrir un calentamiento excesivo, por ejemplo de 130°, y no peligrar
en absoluto. Motivo: su ambiente está permanentemente a 20 °C, y ese calentamiento representa una temp eratura
de devanados de 110 °C, sobradamente inferior al lí mite de 155 °C.
Los dispositivos de protección térmica citados anteriormente protegen el motor frente a calentamientos.
Efectivamente, un motor con aislamiento de devanados de clase F tiene fijada su intensidad nominal (y por ello, su
potencia) en base a que el calentamiento producido no supere los 105 °C.
Esto quiere decir que el motor puede trabajar a más potencia en temperaturas ambientales bajas y, lo que es
mucho más importante, no puede trabajar a su potencia e intensidad nominales, a temperaturas elevadas.
Por tanto, resulta que los dispositivos de protección térmica no protegen adecuadamente al motor si están
regulados a la intensidad nominal.
En tal circunstancia, se recurre a controlar directamente la temperatura de los devanados mediante los
detectores adecuados.
Dichos detectores o "sondas térmicas" son unas pequeñas pastillas que se introducen entre los devanados,
cuya resistencia aumenta rápidamente cuando la temperatura supera ciertos límites (entre 85 °C y 160 ° C).
Aunque hay varios tipos de sondas, las más utilizadas son las de coeficiente de temperatura positivo
(PTC) o termistancias (Fig. 16.2).
Las sondas PTC (coeficiente de temperatura positivo) por debajo de una determinada temperatura
(temperatura nominal de funcionamiento TNF) presentan un valor óhmico bajo y por encima de la mencionada
temperatura presentan un valor óhmico alto. Fig. 16.3
Se intercalan tres de ellas entre los devanados y se conectan en serie. Sus extremos T1 y T2, se hacen llegar a
la caja de bornas del motor (Fig. 16.4).
Fig. 16.4
Amplificador-regulador
De sondas térmicas
T1
T1
T2
T1
Fig. 16.8
En ciertos casos se colocan en el motor dos juegos de sondas térmicas y se gradúan sus correspondientes
relés a dos temperaturas diferentes: una de aviso y otra de desconexión.
El esquema de la Fig. 16.10 nos ofrece un ejemplo de este conexionado.
Fig. 16.10
Además de los problemas que lleva la colocación de la sonda hay otro factor que condiciona decisivamente
este sistema de protección. A pesar de su pequeña masa (como una cabeza de cerilla), la sonda reacciona con
un cierto retardo definido por su constante de tiempo térmica, que en la práctica suele ser del orden de 8 a 10
segundos.
Esta inercia térmica, normalmente olvidada, es un factor muy importante a tener en cuenta sobre todo en casos
de sobrecargas bruscas o bloqueo del rotor.
• Señalamos por último, la disminución de la potencia e intensidad nominales que hay que considerar en un
motor trifásico, debida a la temperatura y a la altitud. Esta última tiene su origen en una menor capacidad del
aire, debido a su menor densidad.
Para temperaturas y altitudes superiores se proporcionan unas gráficas indicativas de la variación conjunta,
como en la Fig. 16.12.
Fig. 16.12
Ejemplo:
Un motor trifásico de 9 kW, e intensidad nominal In = 18’4 A a 400 V. Si va a funcionar en ambientes que
pueden alcanzar temperaturas de 60 ºC, verá reducida su potencia nominal al valor:
Y su intensidad nominal a:
Los dispositivos de protección térmica (disyuntor o relé) deben regularse a esta nueva intensidad.