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Sistema Autoplaneado de Educación

Tecnológica Agropecuaria

Indicadores de calidad de agua para riego

No todas las aguas son favorables para las plantas. Al considerar la calidad de las aguas para utilizarlas
en los regadíos hay que tener en cuenta las características físicas y químicas que presentan. La calidad
del agua de riego depende del contenido salino (sodio) y de los posibles elementos disueltos particular-
mente tóxicos para las plantas, como los cloruros, boratos y otros. Algunas sales, como las de calcio,
pueden ser beneficiosas, otras son benéficas para los cultivos en concentraciones pequeñas y negativas
a concentraciones elevadas, y determinadas sustancias son nocivas siempre, a cualquier concentración.
El cloruro de sodio o sal marina, por ejemplo, afecta a la mayor parte de los cultivos, aunque se encuentre
en el agua en proporciones ínfimas. Cabe señalar, sin embargo, que en los períodos de mayor consumo
hay una tendencia a disminuir la salinidad del agua, mientras que en las épocas en que los riegos son
escasos o nulos los índices de salinidad se acentúan.

El agua de riego experimenta muchos cambios notables en su composición en las distintas estaciones, y se ha
comprobado asimismo que a medida que el agua se aleja del punto de captación tiende a incrementarse el
contenido de algunos elementos. La determinación de las sales disueltas en el agua se ha efectuado durante
muchos años midiendo la concentración con relación al peso, pero en la actualidad se considera más indicativo
el análisis mediante la conductividad eléctrica.

Dentro de los indicadores de primer grado para la interpretación de la calidad agronómica del agua de
riego, se encuentran:

Generalmente no es un índice demasiado importante en la calificación del agua. No


obstante, cuando se sospecha que las aguas hayan podido ser contaminadas por resi-
duos industriales, éste es un buen índice de detección, pues puede salirse alarmante-
mente de los límites normales (7 a 8).

Uno de los aspectos más interesantes desde el punto de vista del riego es el contenido en
sales del agua. Este contenido suele ser peligroso cuando pasa por encima de 1 gr/litro,
contabilizándose en esta cifra todos los iones existentes en el agua.

La conductividad eléctrica indica la facilidad con que una corriente eléctrica


pasa a través del agua, de forma que cuanto mayor sea el contenido de sales
solubles ionizadas, mayor será el valor de aquélla. Se expresa en fracciones de
mho/cm, corrientemente en micromhos/cm o en milimhos/cm. También es
frecuente emplear como unidad de conductividad eléctica el milisiemens /cm o
el microsiemens/cm.
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Los iones que se investigan en un análisis normal de agua para riego son: ¾ Cationes:
calcio, magnesio, sodio, potasio ¾ Aniones: cloruro, sulfato, bicarbonato, carbonato La
concentración en cada uno de ellos es muy variable. En general, entre los cationes son
más abundantes el calcio y el magnesio, y entre los aniones, el cloruro y el sulfato

Contenido en potasio: La presencia de potasio en el agua de riego no siempre


es despreciable desde el punto de vista de aportación de este nutriente al suelo.

Contenido en cloruro: El ión cloruro es uno de los más conocidos, en sus efec-
tos, de todos los iones salinos. Su presencia en las aguas hace que los cultivos
queden afectados con gran frecuencia de clorosis foliares acentuadas en las
partes más iluminadas, que pueden degenerar en necrosis de los bordes folia-
res. Se señala como límite de tolerancia para aguas de riego 0,5 g/l, aunque esto
depende del tipo de suelo, por lo que no es de extrañar que cultivos regados con
aguas que contengan 0,7 o 0,8 g/l no presenten aquellos síntomas.

Contenido en sodio: Es otro de los iones responsables de toxicidades especí-


ficas en los cultivos. Estimamos que concentraciones en aguas de riego supe-
riores a 0,2 o 0,3 g/l pueden dar lugar a aquellas.

Contenido en sulfato: La presencia del ión sulfato en el agua de riego puede


dar problemas de corrosión de las conducciones cuando en su fabricación ha
intervenido el cemento. El riesgo de corrosión es grande cuando el contenido en
sulfatos del agua de riego es del orden de 300 a 400 mg/l.

Contenido en boro: Es un elemento tóxico a niveles que algunos autores


sitúan, en el agua de riego, en 0,5 mg/l, no siendo aconsejable utilizar aguas
que superen los 2,5 mg/l.
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Dentro de los indicadores de primer grado para la interpretación de la calidad agronómica del agua
de riego, se encuentran:

Relación de Adsorción de Sodio (SAR)


Hace referencia a la proporción relativa en que se encuentran el ión
sodio y los iones calcio y magnesio. Uno de los iones que más favore-
cen la degradación del suelo es el sodio que sustituye al calcio en los
suelos de zonas áridas, en circunstancias especiales y cuando se va
produciendo la desecación superficial de los mismos. Esta sustitución
da lugar a una dispersión de los agregados y a una pérdida de la
estructura, por lo que el suelo adquiere un aspecto pulverulento y
amorfo, perdiendo rápidamente su permeabilidad.

Dureza
Otro índice que a veces se suele encontrar en los estudios de aguas es el de grado de dureza,
que se refiere al contenido en calcio de aquellas. En general, las aguas muy duras son poco reco-
mendables en suelos fuertes y compactos. Una forma de disminuir la dureza del agua es airear-
la, ya que de esta forma se puede inducir una precipitación del calcio. Cuando se trata de resca-
tar suelos con excesivo contenido en sodio, es muy aconsejable, hasta donde sea posible, el
empleo de aguas duras.

Coeficiente alcalimétrico (Índice de Scott)


Valora la calidad agronómica del agua en función de las concentra-
ciones entre ión cloruro, sulfato y sodio, pudiendo definirse como la
altura de agua expresada en pulgadas (1 pulgada = 2,54 cm) que,
después de la evaporación, dejaría en un terreno vegetal, de cuatro
pies se espesor (1 pie = 0,3048 m), álcali suficiente para imposibili-
tar el desarrollo normal de las especies vegetales más sensibles. Es
decir, este coeficiente k, evalúa la toxicidad que pueden producir
las concentraciones de los cloruros, sulfatos, aportados con el
agua de riego y que permanecen en el suelo tras formar cloruro o
sulfafo de sodio, respectivamente.

Referencias:
• Universidad de Castilla-La Mancha, Diseño de parque municipal e Santa Cruz de los Cáñamos, Anejo 9, Calidad del Agua de Riego, [En línea], https://previa.ucl-
m.es/area/ing_rural/Proyectos/PedroJoseDeLosAngeles/02i_AnalisisAgua.pdf, Consultado el 19 de marzo de 2019.

• Federación de Centros de Promoción Rural, Escuelas Familiares Agrarias de Aragón, Unión Europea, Fondo Social Europeo. Calidad del agua de riego,
[En línea], http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:EEynFIq-
mU6MJ:website.cvtools.com/Server.WSContenidos.File.php%3Fidowner%3D1129%26codigo%3Dfichero_gestion_agua+&cd=1&hl=es-419&ct=clnk
&gl=mx Consultado el 19 de marzo de 2019.

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