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ERES EL MODELO MÁS IMPORTANTE PARA TUS HIJOS

Texto.: Proverbios 22:6


LBLA Enseña al niño el camino en que debe andar, y aun cuando sea viejo no se apartará de él.
DHH Dale buena educación al niño de hoy, y el viejo de mañana jamás la abandonará.
NBLH Instruye al niño en el camino que debe andar, Y aun cuando sea viejo no se apartará de él.
NBV Enséñale al niño a elegir el camino correcto, y cuando sea viejo no lo abandonará.
NTV Dirige a tus hijos por el camino correcto, y cuando sean mayores, no lo abandonarán.
NVI Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará.
PDT Enseña al niño a ser honesto y cuando sea adulto no dejará de serlo.
BLP Enseña al muchacho al comienzo de su camino y ni de viejo se apartará de él.
RVR60 Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.
TLA Educa a tu hijo desde niño, y aun cuando llegue a viejo seguirá tus enseñanzas.

Ser padres es una experiencia maravillosa que reporta grandes alegrías y satisfacciones pero también implica
asumir una gran responsabilidad con una personita que no pidió llegar al mundo y que ahora necesita múltiples
cuidados y, sobre todo, se merece una buena educación.

En realidad, nadie está completamente preparado para la gran aventura que significa convertirse en padres por lo
que la educación de los niños a menudo conjuga un poco de intuición y otro de experiencia. Sin embargo, hay una
máxima que no solo confirma la sabiduría popular sino también la ciencia: predica con el ejemplo.

LOS NIÑOS APRENDEN MUCHAS COSAS POR IMITACIÓN

En los tiempos que corren, con tanta información a nuestro alcance, muchos padres caen en el error de pensar que
para educar bien a sus hijos basta con tener a mano estrategias y herramientas específicas. Es cierto que conocer
la teoría es importante pero no debemos olvidar que a menudo la realidad supera con creces cualquier libro. No es
necesario buscar métodos educativos rebuscados, basta enseñarles con el ejemplo. De hecho, los niños aprenden
mucho por imitación por lo que no vale eso de “haz lo que yo digo y no lo que yo hago”.

Los niños comienzan a conocer el entorno que les rodea a través de sus padres, que son sus primeros modelos. Los
pequeños pasan gran parte del día fijándose en sus actos, sus respuestas, sus emociones y sus formas de reaccionar,
estos patrones son los primeros que observan y los marcarán por siempre. Además, debemos tener en cuenta que
como los niños no son capaces de discernir entre el bien y el mal, su patrón de referencia son sus padres.

Como supondrás, esto implica una enorme responsabilidad para los padres, que deben estar muy atentos a cada
uno de sus comportamientos de manera que puedan dar un buen ejemplo a sus hijos. De hecho, es fundamental
que los niños no perciban discrepancias entre las palabras y los actos. Por ejemplo, si le dices a tu hijo que no
debe mentir pero después te sorprende contando una mentira, se sentirá confundido o pensará que mentir es
algo aceptable. De poco valdrán los sermones y los castigos si el ejemplo que tiene en casa es negativo.

Lo mismo vale para el manejo de las emociones. No podemos pretender que el niño, que aún no cuenta con los
mecanismos neurológicos necesarios para ejercer el autocontrol, no tenga rabietas o comportamientos violentos
cuando ve que sus padres gritan y se enfurecen al discutir o que incluso recurren a la violencia verbal. No debemos
olvidar que aunque los niños no siempre comprenden el significado de las palabras, son verdaderos especialistas
captando las emociones que se esconde detrás de estas. Por lo tanto, creerá que perder el control es algo
aceptable.
UN FACTOR CLAVE: LA CONGRUENCIA ENTRE EL DICHO Y EL HECHO

1. Haz más, di menos. El refranero popular nos indica que “un acto vale más que mil palabras”. Podemos
aplicar esta idea a la educación infantil ya que para los pequeños resulta mucho más fácil imitar un
comportamiento que comprender sus causas o dilucidar las consecuencias. Por tanto, utiliza menos los
sermones y recurre más a las acciones.

2. Sé coherente con el comportamiento que exiges. Los niños se mantienen atentos a cada detalle, si se dan
cuenta de que utilizas un rasero para ellos y otro para ti, se sentirán confundidos y perderás autoridad
moral. Por eso, antes de exigirle algo, asegúrate de que puedes dar el ejemplo. De hecho, a veces educar a
un niño también implica emprender un proceso de crecimiento personal.

3. Acepta el error y discúlpate. Nadie es perfecto, ni siquiera los padres. Si te equivocas, discúlpate con tu
hijo, así comprenderá que es importante saber reconocer los errores y tener la humildad suficiente como
para pedir perdón.

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