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LAS FUNDACIONES DE VIDA

(Hebreos 6:1 y 2)

Escrito por Mark y Patti Virkler


Traducido por Elena Vásconez
Publicado por el Instituto Bíblico Los Profetas del Ecuador
2008

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LAS FUNDACIONES DE VIDA

DESCRIPCIÓN DEL CURSO:


Un estudio intensivo de las seis experiencias fundacionales de la vida cristiana, como se
encuentra en Hebreos 6:1 y 2: arrepentimiento de las obras muertas, fe en Dios, la doctrina de
los bautismos, la imposición de manos, la resurrección de los muertos, y el juicio eterno. Los
estudiantes aprenderán cómo vivir a través de estas verdades.

METAS DEL CURSO:

ACADÉMICA: que el estudiante sepa la teología de las seis doctrinas fundacionales.

ACTITUD: que el estudiante tenga el deseo de vivir dentro del armazón de estas
seis verdades fundacionales.

CONDUCTA: que el estudiante viva a través de estas seis experiencias


fundamentales de la vida cristiana.

REQUISITOS DEL CURSO:


REGULAR: No fallar más de dos clases; participar en las discusiones de la clase;
escribir apuntes durante la clase.

BUENA: Cumplir todas las tareas en el texto y las pruebas de clase.

MUY BUENA: Pasar satisfactoriamente el examen.

SOBRESALIENTE: Además de los requisitos anteriores, escribir un informe, pasado


por máquina con doble espacio, compartiendo cómo Dios está poniendo
una (o más) de las fundaciones en su vida. El informe debe demostrar
que el estudiante ha cogido bien la materia y la doctrina, y que la verdad
ha llegado a ser una experiencia en su vida. No es un repaso de la
materia del curso, sino lo que está aplicando y experimentando en la
vida personal.

NOTA FINAL:
Participación: 5 puntos
Texto y pruebas: 5 puntos
Examen: 5 puntos
Informe: 5 puntos

Colosenses 3:23-24: “Todo lo que hagan, háganlo de buena gana, como si


estuvieran sirviendo al Señor y no a los hombres. Pues ya saben que, en
recompensa, el Señor les dará parte en la herencia. Porque ustedes sirven a
Cristo, que es su verdadero Señor.”

METODOLOGÍA:
Conferencia
Discusión
Oración y apuntes.

NOTA: Todos versículos citados en el texto son de la traducción Dios Habla Hoy [si no se indique al
contrario].

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CONTENIDO

Capitulo Página

1. La Necesidad de un Fundamento Firme 4

2. Arrepentimiento de las Obras Muertas 6


Arrepentimiento
Arrepentimiento del Pecado
Arrepentimiento de las Obras Muertas

3. Fe hacia Dios 21

4. Bautismo 32
Bautismo de Juan
Bautismo de Jesús
El Bautismo Cristiano en Agua
El Bautismo del Espíritu Santo
Bautismo de Fuego

5. Imposición de Manos 57
Impartir una Bendición
Impartir Pecado
Transmisión de la Autoridad Espiritual
Impartir el Bautismo del Espíritu Santo
Impartir los Dones Espirituales.
Impartir Sanidad
Impartir Liberación

6. La Resurrección de los Muertos 64


La Resurrección de Cristo Jesús
Nuestra Resurrección Espiritual en Jesús
La Resurrección de Nuestros Cuerpos

7. Juicio Eterno 70
El Juicio Presente
El Juicio Fututo

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CAPITULO 1 - LA NECESIDAD DE UN FUNDAMENTO FIRME
“Voy a decirles a quién se parece el que viene a mí y me oye y hace lo que digo: se
parece a un hombre que para construir una casa cavó primero bien hondo, y puso la base
sobre la roca. Cuando creció el río, el agua dio con fuerza contra la casa, pero no la hizo
tambalear, porque estaba bien construida. Pero el que me oye y no hace lo que digo, se
parece a un hombre que construyó su casa en la tierra y sin base; y cuando el río creció y
dio con fuerza contra ella, se derrumbó y quedó completamente destruida.” (Lucas 6:47-
49)

¡Qué descripción tan vívida nos dio Jesús para enfatizar la necesidad de poner un fundamento
firme un nuestras vidas cristianas! Cuando uno va a construir una casa, debe estar consiente de una
regla fundamental de la construcción: el peso y altura de la estructura que vamos a construir será a la
medida del fundamento que uno utilice. Si uno trata de construir un edificio más grande de lo que el
fundamento puede soportar, eventualmente verá que el edificio se empieza a hundir y probablemente
podrá caerse.

Hemos visto esto ilustrado cuando los niños juegan con bloques. Cuando un niño recién está
empezando a aprender a apilar los bloques, uno enciman de otro, inevitablemente tratará de hacer
una torre sobre un solo bloque. Al ver que esta torre se cae una y otra vez, estamos tentados a
ofrecer nuestros años de experiencia y conocimiento para tratar de explicar al bebe que debe utilizar
dos o tres bloques en la base, si desea que ésta no se le caiga a cada momento. Finalmente nos
agachamos y les enseñamos cómo debe hacerlo; colocamos un gran fundamento sobre el cual
construimos un torre más alto de él, y el bebe está encantado.

La misma regla puede ser vista en la vida del cristiano. Uno puede tener grandes planes para
una superestructura de madurez y perfección. Cuidadosamente él construye utilizando solamente
materiales de oro, plata y piedras preciosas. Por un tiempo va bien. Como en la torre de bloques de
juguete sobre solamente un bloque como base, el edificio se mantiene mientras todos entran “de
puntillas” o hablan “en voz baja”. Pero cuando alguien “tira la puerta” y suben las voces y llega la
tormenta, se pone la prueba al fundamento y se encuentra que éste tiene muchas fallas. El edificio
empieza a hundirse y despedazarse; y si el fundamento no es reedificado de acuerdo con las
especificaciones, el colapso es inevitable.

En 1 Corintios 3:11, Pablo declara que el principal fundamento en el cual nuestra fe está
establecida es Cristo Jesús. Nuestra fe está en una persona y no en un credo. Él es el centro y
fuente de nuestra fe. En Mateo 16:13-18, Jesús nos explica que la revelación y confesión de que Él
es el Cristo, el Hijo de Dios, es la roca sobre la cual la iglesia (eso es nosotros) está construida.

Nuestra fe debe estar en Jesús como nuestra salvación. Nuestra confianza en cualquier credo
no es suficiente. Debemos cavar más profundo. El ser miembro de una iglesia no es suficiente.
Debemos cavar más profundo. El hacer buenas obras tampoco es suficiente. Debemos cavar más
profundo. La obediencia aún a las Leyes de Dios no es suficiente. Debemos cavar más profundo.
Mientras pongamos nuestra fe en cualquier otra cosa para perfeccionarnos, que no sea Jesús, no
estamos edificando sobre una roca sólida. Podemos tener “éxito” un nuestra vida cristiana por un

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tiempo. Podemos construir, crecer y lucir bonito. Pero el día vendrá cuando nuestro fundamento será
puesto a prueba. Las inundaciones de las pruebas, tentaciones y problemas crecerán a nuestro
alrededor y el terreno en el cual construimos empezará a destruirse y nuestro hermoso edificio se
caerá. ¡Demos gracias a Dios cuando estas pruebas nos vengan tempranamente y descubrimos la
necesidad de reparar el fundamento antes de que el daño de la casa sea muy grande!

Ya hemos cavado profundo; hemos puesto a un lado la fe en nosotros mismos, en nuestras


iglesias, en nuestros credos y en nuestras obras. Hemos buscado la Roca sólida de nuestra fe; la
cual es Jesús, el único que nos ha salvado, está salvándonos (santificándonos) y nos perfeccionará.
Ahora estamos listos para construir una hermosa casa, ¿Correcto? ¡No! Ahora estamos listos para
poner el fundamento sobre la Roca. Una vez más debemos tener cuidado de usar solamente los
materiales especificados por el Gran Constructor.

En Hebreos 6:1-3 el escritor nos anima a avanzar hacia la madurez o perfección. Sin embargo
este “avanzar” está a la medida de dos cosas: el fundamento apropiado y el permiso de Dios. Aquel
que construye debe utilizar los materiales especificados por el código de construcción. Él sabe que el
edificio será inspeccionado y el permiso de ocuparlo depende en el cumplimiento de las
especificaciones.

Lo mismo se aplica a la vida cristiana. Las piedras del fundamento están especificadas en
Hebreos 6:1-2. Si tenemos cuidado en seguir los códigos, se nos dará el permiso (Hebreos 6:3) y
podremos avanzar hacia la perfección. Si no seguimos las instrucciones, el Maestro Constructor
parará la obra.

Ha llegado el tiempo de que inspeccionemos nuestros edificios. ¿Hemos cavado lo suficiente


profundo y encontrado la Roca? ¿Hemos construido el fundamento sobre la Roca, la misma que
apoyará el edificio que deseamos ser? Estudiaremos cada piedra fundacional durante este curso.
Sean sensitivos al Espíritu Santo, si Éste le indica algunas áreas débiles en su fundamento. Luego
cuando todo esté en orden, nosotros podemos y debemos seguir hacia la madurez.

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CAPITULO 2 - ARREPENTIMIENTO DE LAS OBRAS MUERTAS

ARREPENTIMIENTO

En el Nuevo Testamento hay dos palabras que se traducen como “arrepentimiento”. Una de ellas
es metamelomai que significa “tener un sentimiento de cuidado, preocupación, pena”. La otra
palabra metanoes significa “tener otra mente” y ocurre en la forma de sustantivo y verbo en la Biblia
cincuenta y siete veces. También está asociado con la palabra, “dar la vuelta”. Por lo tanto se puede
resumir este concepto de arrepentimiento así:

El arrepentimiento es el cambio de la mente, el despertar de las emociones para dirigir hacia el


cambio requerido, y la acción de la voluntad sumisa para volver al hombre de una cosa hacia otra
cosa.

El arrepentimiento es claramente observado como una doctrina (o enseñanza) básica del Nuevo
Testamento. Cada uno de los más grandes personas del Nuevo Testamento predicó la necesidad del
arrepentimiento: Juan el Bautista (Mateo 3:1-2); Jesús (Mateo 4:17); los doce discípulos enviados
por Jesús (Marcos 6:7-12); Pedro (Hechos 2:38) y Pablo (Hechos 26:1, 19, 20).

La razón por la universalidad de la predicación del arrepentimiento es muy clara: existe una
necesidad universal de arrepentimiento. Dios le dio el arrepentimiento primeramente a Israel
(Hechos 5:31) y luego (ante la sorpresa de los judíos) también a los gentiles (Hechos 11:18). En la
Gran Comisión Jesús dejó a sus discípulos con las responsabilidades de proclamar arrepentimiento y
perdón de pecados a todas las naciones (Lucas 24:46-47). Jesús vino para llamar a todos los
pecadores al arrepentimiento (Lucas 5:32) y eso incluye a todos nosotros (Romanos 3:10). A menos
que exista alguien que todavía crea que no tiene necesidad de arrepentirse, Pablo indicó claramente
que “Dios está declarando ahora que todos, en todas partes deben arrepentirse”. (Hechos 17:30
RV).

Habiendo reconocido la necesidad universal de arrepentimiento y habiendo recibido la comisión


de proclamar este arrepentimiento a todos los hombres, sería bueno para nosotros entender cómo se
realiza esto. En otras palabras, ¿Qué hace que la gente se arrepienta? Probablemente la respuesta
más obvia es a través de la predicación de la Palabra de Dios (Mateo 12:41). El mensaje del juicio
por el pecado y del perdón a través de Cristo ha tocado los corazones de millones a través de las
edades y ha traído arrepentimiento y salvación. A veces, sin embargo, la predicación en general de
la Palabra no toca el corazón de aquellos que están viviendo en pecado. A veces es necesario que
un hermano específicamente reprenda al pecador por sus acciones (Lucas 17:3). Tal amonestación,
dada apropiadamente, puede resultar en una tristeza que al mismo tiempo conduce al
arrepentimiento (2 Corintios 7:8-10).

Es importante que la frase “apropiadamente dada” sea enfatizada. Existen algunas cualidades
dadas en las escrituras a aquellos que se sienten “guiados” a amonestar el pecado de un hermano:

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1. Romanos 2:1 dice que él no debe ser culpable del mismo pecado. Los psicólogos dicen que
aquello que encontramos ofensivos en otros es usualmente algo que nosotros practicamos.
Si usted amonesta a su hermano cuando usted es culpable de ese mismo pecado, la Biblia
dice que usted no está justificado.

2. Gálatas 6:1 dice que la meta de su amonestación es restaurar a su hermano. Cualquier otra
motivación que no sea el deseo en amor de traer de vuelta a la comunión con el Señor y su
Cuerpo no es aceptable, por lo que no debería hablar. Yo sé que es fácil de justificar sus
motivaciones y hacer que sueñen como muy nobles, pero usted conoce su corazón y el
Señor también lo conoce.

3. Gálatas 6:1 dice que la amonestación debe ser dada en un espíritu de gentileza. La
convicción del Espíritu Santo es gentil y amorosa, y si usted se usa por El, sus palabras y
espíritu también serán gentil y amorosa. No existe lugar para “gritar” el pecado de una
persona, “para insultarlo” o para “menospreciarlo”. Este es el trabajo del acusador, Satanás.
No permita que sea utilizado de esta manera. El amor y la gentiliza restaurará a la persona,
pero la ira y la severidad lo alejará.

Viendo más allá de los agentes humanos involucrados en el arrepentimiento, podemos encontrar
la Fuente Verdadera. Es una verdadera bendición descubrir que existe el involucramiento divino en
el arrepentimiento de los hombres pecaminosos. Primeramente encontramos que Dios nos ha dado
el derecho del arrepentimiento (Hechos 5:31; 11:18). ¿Qué significa esto? Creo que involucra dos
aspectos diferentes: Primero, el pecado del hombre lo arrancó de la verdadera comunión con un Dios
Santo. El pecado nos separó de El con un gran abismo. Nuestra naturaleza pecaminosa hizo
imposible que los alcancemos y lo toquemos. Pero en Su Santidad El sí puede alcanzarnos a
nosotros. En la cruz de Jesús, Dios estableció un puente entre lo pecaminoso y lo Santo. Al darnos
el arrepentimiento, Dios nos ha dado permiso para cruzar ese puente y nuevamente entrar en
comunión con El. Segundo, Dios no sólo nos da permiso para arrepentirnos o acercarnos a El, sino
por el trabajo de su Espíritu dentro de nuestros corazones es El quien produce el arrepentimiento. El
vino a esta tierra para llamar a los pecadores (todos nosotros) al arrepentimiento (Lucas 5:32). No
solamente nos llama, sino que nos busca diligentemente (Lucas 5:1-10). En su amor y misericordia
Él espera pacientemente, prolongando el tiempo antes del juicio con el fin de que regresemos a El
(Apocalipsis 2:21, 2 Pedro 3:9). Cuando finalmente cedemos ante su llamado y nos arrepentimos, ¡El
se llena de gozo! No existen recriminaciones (“Por fin”), no recuerdo del pasado (“¿Cómo pudiste
hacer algo así?”). Solamente existe gran regocijo (Lucas 15:1-10). ¿Podemos comprender
totalmente este amor.

Por lo que vemos que ya sea a través de la acción de instrumentos humanos o a través de la
obra directa de Dios, es la gentiliza de Dios la que nos lleva al arrepentimiento (Romanos 2:4).

TAREA

A. Lea la historia sobre el arrepentimiento, que se encuentra en Lucas 15:11-32. Trate de mirarla
desde el punto de vista de Dios. Luego conteste las siguientes preguntas

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1. ¿Qué sucedió que hizo que el hijo se miró a si mismo? (vers. 14-16).

Recuerde, ¡es la bondad de Dios que lo guía al arrepentimiento! Dios está más dispuesto que
nosotros a sacrificar la prosperidad física y el confort por un tiempo, con el fin de establecer salud
espiritual y vida eterna.

2. Indique las frases que de este texto indican los pasos al arrepentimiento:

a) el cambio de mente (vers. 17)

b) la decisión de la voluntad (vers. 18, 19)

c) la realización de la voluntad (vers. 20)

d) la respuesta del padre (vers. 20, 24)

B. Examine los versículos que se dan a continuación y descubra qué otras accione acompañan al
verdadero arrepentimiento bíblico. Discuta el significado de cada uno de ellos en su propia vida y en
su ministerio.

1) Marcos 1:15; Hechos 20:21

2) Hechos 26:20 (se dan dos acciones); Mateo 3:8; Lucas 3:8

3) Hechos 2:38

C. ¿Qué enseñan los siguientes versículos acerca de los resultados del arrepentimiento?

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1) Hechos 2:38
2) Hechos 3:19
3) Hechos 11:18

ARREPENTIMIENTO DEL PECADO


Como cristianos, cuando escuchamos la palabra de arrepentimiento, inmediatamente pensamos
en el arrepentimiento del pecado. En verdad ese es un aspecto extremadamente importante del
arrepentimiento. Como hemos visto, Jesús vino a llamar a los pecadores al arrepentimiento.
Tomémonos un tiempo para examinar lo que involucra el arrepentimiento del pecado.

La palabra en griego para pecado es “hamartia” que literalmente significa “no alcanzar la meta;
estar en error”. Por lo tanto el pecado es básicamente perder las normas santas establecidas por
Dios. Romanos 3:23 declara que todos hemos pecado y que nuestra justicia no ha alcanzado las
normas de Dios. Por lo tanto, todos somos llamados al arrepentimiento.

El Nuevo Testamento nos da dos definiciones o categorías más de pecado. El primero se


encuentra en Romanos 14:23, “todo lo que no proviene de fe, es pecado”. Eso puede parecer como
una frase ambigua si es tomada por sí sola. Afortunadamente está dada en un contexto, lo que la
hace mucho más clara. Por favor tómese el tiempo para leer Romanos 14.

El tópico general que Pablo está tratando en este pasaje es el juzgar las convicciones de las
otras personas. El menciona el abstenerse de ciertas comidas y mantener los días sagrados como
ejemplos. Su exhortación es evitar el juzgar y más bien caminar en amor, respetando la consciencia
de los demás. 1 Corintios 8 discute el mismo problema y clarifica la razón por la que hay que
respetar las convicciones de los demás: vers. 10-11, “Porque si tú que sabes estas cosas, te sientas
a comer en un lugar dedicado a los ídolos, y algún hermano débil te ve, puede suceder que él se
anime a comer de esa ofrenda hecha a un ídolo. Y así tú, por tu conocimiento, haces que se pierda
tu hermano débil, por quien Cristo también murió.”

Tratemos de clarificar esto. El hermano José piensa que está mal (es pecado) comer piernas de
lagartijas. Ellas son sucias y hacen daños. El hermano Roberto piensa que está bien comer
cualquier cosa; en el nuevo pacto es posible comer todo. Tanto el hermano José como el hermano
Roberto van a comer juntos en un restaurante El hermano Roberto ordena piernas de lagartija,
sabiendo cómo el hermano José se siente al respecto. El hermano José está admirado. El siempre
ha respetado y admirado en el Señor al hermano Roberto. Si Roberto desea comer piernas de
lagartija, ¿Por qué José no podría hacerlo? El siempre gustaba de ellas aun antes de convertirse en
cristiano. Al leer la Biblia fue convencido de no comerlas. Pero ¿por qué no sólo esta vez? Y así
que el hermano José decide ordenar las piernas de lagartija.

Ahora, ¿dónde está el pecado en esta historia? Les daré una pista: olvídese de las piernas de
lagartija. El pecado del hermano José no fue tanto el comer las piernas de lagartija, sino más bien la
desobediencia que el hacer esto representaba. José creía que era pecado. El creía que Dios le

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había dicho que no lo hiciera. El que haya hecho bien o mal es irrelevante. El pecó al desobedecer
sus convicciones. Debido a que no lo hizo por fe, fue pecado.

¿Pecó el hermano Roberto? Sí, pero nuevamente el comer las piernas de lagartija fue
irrelevante. Roberto podía comer las piernas de lagartija con fe, creyendo que ellas eran limpias y
bendecidas por Dios y por lo tanto no hubiese sido pecado para él. Sin embargo al violar la
consciencia de su hermano y causar su caída, el no estaba caminando en amor y así pecó.

Volvamos a la definición: cualquier cosa que no sea de fe es pecado. En otras palabras, si usted
cree que Dios le dijo que no haga cierta cosa, si cree que esta cosa es pecado, entonces eso para
usted sí es pecado. No importa quien más lo haga por fe; si usted no puede, es para usted entonces
pecado. Hasta que Dios le haya hablado y librado de esa convicción, es mejor que obedezca a su
consciencia.

La otra definición de pecado en el Nuevo Testamento, se encuentra en Santiago 4:17, “y el que


sabe hacer el bien y no lo hace, comete pecado.” Estos pueden ser pecados de omisión.

Como vimos anteriormente en este estudio, el arrepentimiento involucra a toda la persona.


Existirá un cambio en el espíritu, alma y cuerpo (manifestaciones externas), si es que uno se ha
arrepentido del pecado. El estar convencido de su pecado no es suficiente, aun cuando sí necesario.
El sentirse mal por el pecado no es suficiente tampoco, aun cuando sí necesario. Debe haber una
vuelta completa del pecado y acercándose a la justicia. La Biblia habla de despojarse del viejo
hombre que está corrompido y ponerse el nuevo hombre que es santo y justo (Efesios 4:22-24).

De seguro que todos hemos experimentado la futilidad de tratar de resistir la tentación, tratando
de ponerla fuera de nuestra mente por nuestra propia voluntad. Es casi como aquella persona que
está tratando de seguir una dieta para perder peso, constantemente diciéndose que “no voy a pensar
en los helados, no voy a pensar en los chocolates y en los pasteles.” ¡Todo lo que hace es pensar en
esto! El mismo hecho de pensar en quitar la tentación y pecado, pone la atención en la misma
tentación. Puede estar seguro de que cualquier persona que esté tratando de hacer dieta, de esta
manera, no sólo que no perderá peso sino que hasta podrá eventualmente ganarlo. Lo que tal vez
pueda conseguir al tratar de simplemente poner a un lado el pecado es vaciar su mente y
eventualmente dañar su personalidad. Este es el resultado de una religión basada en las leyes, las
mismas que son obedecidas a través del poder de la voluntad. Este no es el verdadero
arrepentimiento ni tampoco es la vida abundante que se nos ha prometido.

El verdadero arrepentimiento involucra no sólo alejarnos de, sino también acercarnos hacia.
Pablo dijo, “Preocuparse por lo puramente humano lleva a la muerte; pero preocuparse por las cosas
del Espíritu lleva a la vida y a la paz” (Romanos 8:6). Uno debe alejarse de la mente que está puesta
en el pecado y la tentación (aun con el propósito de resistir la tentación) y debe poner su mente en el
Espíritu (tanto por Sus maravillosas bendiciones como por Su suprema habilidad para resistir al
pecado).

Refiriéndose al dietista del ejemplo anterior, si él quitaría su mente de la comida y la pondría mas
bien en una meta, como un cuerpo delgado, saludable, etc., lo más seguro es que muy pronto

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empiece a bajar de peso. Y si trata de llegar a la meta de tener un mejor cuerpo, como un Acto de
Adoración, santificando su cuerpo en obediencia a la Palabra de Dios, él tiene el infinito poder del
Espíritu al cual recurrir.

En dos pasajes específicos, el apóstol Pablo delinea algunos “alejarse-acercarse.” Estudie


Efesios 4:22 - 5:21 y Colosenses 3:8-17, y anote lo que encuentre en el espacio que sigue a
continuación.

ALEJARSE ACERCARSE
1. 1.
2. 2.
3. 3.
4. 4.
5. 5.
6. 6.
7. 7.
8. 8.
9. 9.
10. 10.
11. 11.
12. 12.
13. 13.
14. 14.
15. 15.
16. 16.

Un verdadero arrepentimiento, alejándose del pecado y acercándose a la justicia, no es un acto


externo. No empieza con el dejar de robar y empezar a ser honestos. Estos más bien son frutos de
un verdadero arrepentimiento, manifestaciones externas de un corazón cambiado. Muchas veces
ese cambio en el corazón es un cambio en el enfoque de la cosas. Santiago nos dice que cuando
pecamos estamos siendo arrastrados por nuestros deseos malos (Santiago 1:14). En otras palabras,
el pecado externo empieza con un malo deseo interno. En el siguiente versículo Santiago hace una
declaración muy significativa: “De estos malos deseos nace el pecado …” (Santiago 1:15) ¿Qué
significa? ¿Cómo sucede?

El espíritu del hombre tiene por los menos cinco sentidos o capacidades. (Para un mejor estudio
sobre este concepto, revisar “Permanecer en Cristo, parte 2” y “Desarrollar la Fe de Corazón”, dos
textos por el mismo autor.)

Podemos expresar esta verdad en el siguiente diagrama:

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EL PROCESO DEL DESARROLLO DEL PECADO

Manifestación
(Fuente de accion)
EMOCIONES
INTERNAS

OJO
VOLUNTAD INTERNO
INTERNA 5
(Hablar) 4 1
3 2 Concepción

OIDO
INTERNO
MENTE
INTERNA
(Medita)

Incubación

Los números uno y dos (el ojo y oído interno) pueden ser considerados como la etapa de
concepción. Los números tres y cuatro (la mente y voluntad interno) como la etapa de incubación y
la número cinco (emociones internas) son las etapas de alumbramiento o de manifestación. En otras
palabras, el concepto, idea o tentación se recibe al espíritu de la persona a través del ojo u oído
interno. Si es que es aceptada, la mente interior se involucra, recordando, revisando y rechazando
los pensamientos contrarios. Crece y crece en la mente interior mientras la voluntad interna
determina actuar sobre ello. En este punto, uno empieza a hablar de aquello que llena su corazón y
sus palabras serán un reflejo de la idea que está creciendo. Si no es rápidamente abortada, las
emociones internas se levantarán por la idea y la acción será el resultado. (La emoción es la fuente
de acción. El hombre se mueve por lo que ha levantado sus emociones.)

Revisemos un problema específico y tratemos de clarificar el concepto anterior. Un hombre ve a


una hermosa mujer cuidadosamente vestida, lo cual acentúa su bonita figura. Para la mayoría de los
hombres, el ojo y oído interiores inmediatamente son asaltados por el “yo” y por Satanás con una
serie de ideas y visiones inmorales. Si estas son aceptadas, la mente interna inmediatamente se
verá involucrada. Las ideas se harán más profundas, revisadas por todo ángulo, y cada vez más
detalles. Las ideas originales serán recordadas, agrandadas y clarificadas una y otra vez. Crecerá la
racionalización y la justificación. “Todos lo hacen. ¿Cuál es el problema? Yo puedo manejar esta
situación. No es un pecado mientras de estar solamente en la mente.” Si el hombre es cristiano, la
convicción del Espíritu Santo estará sobre él. A medida que su mente sigue encubando esta
inmoralidad, pronto empezará a rechazar la voz del Señor y su corazón se endurecerá.
Eventualmente su mente convencerá a su voluntad y se toma la decisión de pecar. El hombre en
este punto tal vez ni siquiera esté consciente a qué punto ha llegado, pero muy dentro de su espíritu

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ya ha tomado una decisión. En este punto, su vocabulario empieza a cambiar; aparecen palabras
vulgares, chistes sucios y palabras profanas. Puede tal vez controlarse de vez en cuando, pero la
boca hablará aquello que llena su corazón.

El pecado está ahora a un paso. Durante toda la incubación las emociones han sido tocadas.
Cuando la boca empieza a hablar y las cosas que han estado escondidas en el corazón son sacadas
a la luz, cualquier control de las emociones será echada a un lado. La emoción de la lujuria, lo
“llamativo” de lo prohibido, la anticipación de la gratificación, todas estas cosas más otras emociones
escondidas están libres para explotar en toda su expresión. El pecado es fácil e inevitable.

SE COMETE EL PECADO
EMOCIONES IMÁGENES INMORALES
INTERNAS O DEL “YO” O DE SATANÁS

OJO
CHISTES SUCIOS; VOLUNTAD 5 INTERNO
VULGARIDADES INTERNA 4 1 DESVISTIÉNDOLA
CON LOS OJOS
LA DECISIÓN SE HACE 3 2

OIDO
INTERNO
PENSAMI
MENTE
RECHAZA CONVICCIÓN INTERNA INMORALES DEL “YO” Y
RACIONALIZA - JUSTIFICA DE SATANÁS

MEDITA EN LAS IDEAS

VUELVE A JUGAR CON LAS IMÁGENES “ME ENCANTARÍA ESTAR CON ELLA”

Este proceso puede tomar un solo momento o varios meses, pero a menos que sea interrumpido,
la lujuria traerá consigo pecado. Debe estar claro que mientras más profundo se esté dentro del
proceso, es más difícil parar su fluir. Para aquel que está racionalizando y llenando su mente de
inmoralidad, es muy difícil el refrenar su modo de hablar. Para aquel cuyo lenguaje es caracterizado
por la vulgaridad y el lenguaje sucio, el resistir los actos inmorales parecerá difícil y hasta a veces
innecesario resistirlos. Por lo tanto, si vamos a arrepentir verdaderamente y efectivamente nos
volvemos de nuestros pecado hacia la santidad, el lugar más obvio para cortar esto es lo más
temprano en el ciclo. Tal vez no se pueda prevenir que el Tentador inyecte un pensamiento o idea
inmoral en nuestros corazones, pero podemos prevenir que la mente de nuestro corazón pase
meditando en eso. Tal vez nunca estemos libres de los deseos de la carne para obtener una
gratificación, pero sí podemos ser libres del poder de la carne. (O como un antiguo proverbio dice:
“No se puede impedir que los pájaros vuelen sobre su cabeza, pero sí puede impedir que ellos hagan
un nido en su cabello”.)

Por lo tanto, para alejarse del pecado y acercarse a la justicia, ¿qué debemos hacer? Tan pronto
como estemos consientes de que el proceso del pecado está trabajando dentro de nosotros,
inmediatamente debemos arrepentirnos, es decir tener bastante tristeza para parar la incubación del

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pecado (el pensar, racionalizar, enfocar, justificar y hablar pecaminosamente), y mas bien empezar
a incubar a Cristo (alabar, agradecer, adorar, enfocar la atención en El). A medida que empezamos a
rechazar las ideas y pensamientos pecaminosos y poner en su puesto las visiones de Cristo y Su
poder y Su Santidad y Su obra dentro de nosotros, el poder del pecado será roto dentro de nosotros.
El mismo ciclo que nos hizo caer en el pecado, puede llevarnos a la santidad y a una vida de
milagros. En este caso el círculo se verá de la siguiente manera:

EL PROCESO DEL DESARROLLO DE LA SANTIDAD

RECIBIENDO EL MILAGRO
VISIONES DE DIOS
ACTUANDO EN FE
ENFOCANDO A CRISTO
EMOCIONES OJO
INTERNAS INTERNO

5 1
HABLANDO EN FE
VOLUNTAD 4 2
INTERNA OíDO RHEMA DE DIOS
3 INTERNO

MENTE
INTERNA

RECHAZANDO DUDAS DAR GRACIAS

(El libro “Desarrollando la Fe de Corazón” del mismo autor, estudia cada una de estas etapas en
forma intensiva y se recomienda como ayuda para el estudio del área de acercarse a la justicia.)

TAREA

Mientras de usted ha estudiado esta sección acerca del arrepentimiento del pecado, tal vez haya
pensado en un área de pecado en su vida. Tómese un tiempo ahora para ir delante del Señor y
pedirle que le revele el proceso de pecado que está obrando en usted para producir un acto
pecaminoso.

1. Contestando las siguientes preguntas bajo la iluminación del Espíritu Santo le ayudará:
a) Ojo interior: ¿Qué imagen en la mente actúa como un estímulo para este pecado? ¿Qué ve
en el ojo de su mente que le hace pensar mal?

- 14 -
b) Oído interior: ¿Qué pensamientos espontáneos hacen que su mente desee ese pecado?
¿Es una acusación, un reto, o acaso autocompasión?

c) Mente interna: ¿Qué pensamientos están constantemente dando las vueltas en su corazón?
¿Qué racionalizaciones o justificaciones están creando?

d) Voluntad interna: ¿Se ha afectado su manera de hablar por lo que está llenando su corazón?
¿Qué está tomando el lugar de sus palabras de alabanza?

e) Emociones internas: ¿Qué emociones inician su respuesta pecaminosa? ¿Cómo se


manifiesta el pecado?

2. Nuevamente delante del Señor, determine qué es lo que El quiere que “ponga” en el lugar de su
viejo hombre. Si encontró la respuesta en su estudio anterior de las epístolas, podrá entender
más clara y específicamente las guías a través de la oración. Tal vez parafraseando Efesios
4:25, le ayude: Por lo cual desechando
(su hábito de pecado), pongo
(la acción que Cristo desea).
3. Complete las flechas en el siguiente diagrama para indicar cómo la santidad puede trabajar
EMOCIONES
dentro de usted. (Tal vez no necesite todas las flechas que se le están dando o tal vez necesite
INTERNAS
más, agréguesela. Lo importante para usted es que esté consciente del proceso de justificación
que está obrando en usted).
OJO
VOLUNTAD 5 INTERNO
INTERNA 4 1
3 2

OÍDO
INTERNO
MENTE
INTERNA

- 15 -
ARREPENTIMIENTO DE LAS OBRAS MUERTAS

Tan vitalmente importante como es el arrepentimiento del pecado, es impresionante ver que en la
lista de doctrinas fundamentales del autor, no menciones el arrepentimiento del pecado sino el
arrepentimiento de las obras muertas. Muchos expositores tratan esta doctrina como el
arrepentimiento del pecado y puede que tengan razón. Sin embargo creemos que la Palabra de
Dios es muy exacta y específica y por lo tanto el autor puede tener algo diferente en mente cuando
se refiere el pecado. Con esta premisa, exploraremos las Escrituras para ver si podemos encontrar
algunas claves que nos indiquen qué son las “obras muertas”.

Bíblicamente la palabra “muerte” significa separado. En la muerte física, el espíritu y el cuerpo


se separan. En la muerte espiritual, el espíritu se separa de Dios. Esto puede verse desde el Jardín
del Edén. Dios advirtió a Adán que el día que comiese del fruto del árbol del conocimiento del bien y
del mal, él moriría. Adán comió del fruto y como resultado encontró la muerte espiritual, más no la
muerte física. Su espíritu ya no estaba unido al Espíritu del Padre. Ya no podía tener la dulce
comunión en la frescura del día. El directo acceso a su Creador se desvaneció y fue forzado a dejar
el Edén. Su espíritu estaba muerto - no es que no funcionaba o no existía, sino que estaba separado
de Dios.

En el Nuevo Testamento el uso de la palabra se mantiene consistente. Por lo tanto vemos que
en Efesios 2:1-7 se nos dice que estábamos muertos (separados de Dios) en el pecado - o a causa

- 16 -
de nuestros delitos y pecados. Cuando nos dio vida juntamente con Cristo, nuestros espíritus fueron
unidos de nuevo al de El; fuimos un espíritu con El.

A la luz de estos pasajes y otros tan abundantes, hemos definido lo que son las obras muertas,
como “cualquier cosa hecha que nos separa de Dios; aquellas obras de la carne realizadas
independientemente sin fe; aquellas obras que no pueden producir vida ni justicia, sino la muerte”.
Siempre que hagamos cualquier cosa, ya sea “secular” o “espiritual”, fuera del reconocimiento o
dependencia de nuestra unidad con Cristo, es una obra muerta.

Obviamente, no podemos ser actualmente separados de Dios. “Porque en Dios vivimos, nos
movemos y existimos…” (Hechos 17:28). La clave aquí es nuestro reconocimiento de esta
dependencia, nuestra consciencia de estos hechos y nuestra deliberada vida de dependencia en El.

Probablemente un ejemplo podrá clarificar esta idea. En Romanos 7:12 Pablo nos dice que la
Ley es santa y que los mandamientos son justos, santos y buenos. En el versículo 14, él hasta
declara que la “Ley es espiritual”. ¿Qué eran las obras de la Ley? Sacrificios para pecado,
restitución, días de celebración y adoración, días de ayuno, el dar y preocuparse de los pobres, el
diezmar - todas estas eran las obras de la Ley. ¿Quién puede condenarlas? ¿Cómo podría criticar al
quien de corazón y con celo obedecía esto y el resto de la Ley? ¿No es cierto que El Nuevo Pacto
nos permite su práctica (excepto el sacrificio que ha sido ya completado por Cristo)?; y al mismo
tiempo en Gálatas 3:10 Pablo nos dice nuevamente de la Ley y nos recuerda que cualquiera que
trate de vivir bajo la Ley está bajo condenación ¿Cómo puede ser esto? ¿Qué obras tan malas de la
Ley puede merecer esta condenación?

Tanto en Gálatas 3 como en Romanos 9, Pablo nos da claramente la respuesta a este


rompecabezas. En Romanos 9:31 y 32, la solución está claramente dada. “Los israelitas, que
intentaban cumplir la ley para quedar libres de culpa, no lo lograron. ¿Por qué? Porque no
procuraron quedar libres de culpa por su fe, sino por sus hecho.” En otras palabras, la razón por la
que la Ley “falló” en traer a Israel al arrepentimiento no estuvo dentro de la Ley. La Ley es santa,
justa, buena y aun espiritual. El problema fue Israel miró a la Ley y dijo, “Yo puedo hacerlo. Yo
puedo ser justo y acercarme a Dios”. Ellos pusieron su fe en la Ley para atraerlos a Dios, y fe en
ellos mismos para cumplir ellos mismos la Ley. Dios quería que se vieran totalmente incompetentes
para cumplir la Ley, y que se acudieran a Dios para cumplirla.

La justicia basada en la fe no es un concepto del Nuevo Pacto. En el Libro de los Inicios


(Génesis) Dios estableció este hecho con Su hijo Abraham (Génesis 15:6). Cada hebreo conoció la
historia de sus antepasados. Cada israelita supo la fe de su padre Abraham y sus resultados. Pero
cuando se les dio la Ley, ellos escogieron establecer su propia justicia basada en sus propios
esfuerzos de la carne. Como resultado, las hermosas, santas y buenas obras de la Ley se
convirtieron en obras muertas que no producían nada.

Por favor lea Hebreos 3:12 - 4:16 inmediatamente. Este es un pasaje tan hermoso que describe
la vida que Cristo quiere darnos. ¿Qué es lo que el mundo (y también los cristianos cansados)
desean más que todo (excepto tal vez el amor)? “Vengan a mí todos ustedes que están cansados de

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sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar.” (Mateo 11:28). “De manera que todavía queda un
reposo sagrado para el pueblo de Dios” (Hebreos 4:9). ¿Cuántos de nosotros deseamos ese
descanso y sin embargo, como los israelitas, estamos vagando en el desierto, y no entramos?.

¿En qué falló Israel? Ellos escucharon las buenas nuevas de la Palabra de Dios pero fallaron en
unirlas con fe. A través de la desobediencia de la incredulidad, no pudieron entrar en su reposo.
Pero ¿cómo se aplica esto a nosotros? Nosotros, gente de Dios, hemos también oído las buenas
nuevas, pero al contrario nosotros las hemos recibido con fe. Entonces ¿por qué estamos tan
preocupados y cansados? ¿Por qué deseamos tanto el descanso?

“Porque el que entra en ese lugar de reposo de Dios, reposa de su trabajo…” (Hebreos 4:10). El
no solamente ha puesto su fe en Cristo para salvarlo; sino que también está confiando para
santificarlo. El no es como los tontos Gálatas que empezaron en el Espíritu pero estaban buscando
ser perfectos en la carne. Aquel que ha entrado en el descanso sabatino ha cesado de sus propios
esfuerzos. El escritor de Hebreos continúa, clarificando y animando: “Por tanto, teniendo un gran
sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.
Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecer de nuestras debilidades, sino uno
que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues,
confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno
socorro” (Hebreos 4:11-16 RV). En otras palabras, no se separe de Dios por vergüenza o miedo
cuando se sienta débil. No trate de vencer solo todas las tentaciones. ¡Jesús le comprende! Jesús
ha estado justo donde usted se encuentra y sabe lo que está pasando. El conoce todo y simpatiza
con usted. Por lo que, ¡no tenga miedo de acercarse a El! Pero Jesús hace más que sólo pararse a
nuestro lado entendiendo y simpatizándose con nosotros, como un amigo terrenal. El no solo ofrece

La misericordia sino también la gracia (el deseo y poder de hacer lo bueno) para ayudarnos en
nuestro tiempo de necesidad.

Usted es débil y está siendo tentado. No trate de arreglárselas por sí solo para que Jesús esté
contento con usted. Aún si tiene éxito, es solamente una obra muerta que no produce vida. Corra a
El, ofreciéndole todo su vacío para que El lo llene con El mismo. Mejor aun, permanezca en El,
viviendo momento a momento de la unión que tiene con El. Eso no significa que corra fuera del
mundo para sentarse en la punta de una montaña a meditar el resto de su vida. Sino más bien
significa hacer todo lo posible, ya sea lavar platos como predicar la Palabra, en base a un
conocimiento de que está haciendo lo que Cristo está haciendo y usted le está sirviendo (Colosenses
3:23 y 24). Jesús dijo, “Yo hago las obras de Aquel que me envió”. “Yo no hago nada por mi propia
cuenta”. “Yo hago las mismas cosas que veo al Padre hacer.” (Juan 5:17,19, 20, 30; 8:26, 28-31).
Esa es la vida de permanecer: estar consientes de su unión con Cristo; estar consientes de lo que
Cristo está haciendo y el ser utilizado por Cristo para hacer las cosas que El desea. (Para un
estudio más profundo sobre el escuchar la voz del Señor y el permanecer en El, recibe los textos de
“Comunión con Dios” y “Permanecer en Cristo” parte 1, del mismo Autor).

En el segundo capítulo de su libro, Santiago discute la importancia de las obras para que estas
prueben y perfeccionen la fe. Como ejemplos, él se refiere a Abraham y Rahab que fueron

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justificados por sus respectivas obras. De una lectura superficial de este pasaje, uno puede tener la
idea de que el hacer una obra correcta es suficiente para justificar; y además que no exista distinción
entre una obra muerta y una obra que produce justicia. Sin embargo un estudio más detenido revela
lo contrario.

El gran capítulo de la fe, Hebreos 11, también incluye a Abraham y Rahab en la lista de aquellos
que eran justificados por la fe. ¿Cuál era? ¿Fueron ellos justificados por su fe o por sus obras?
Santiago clarifica cuando dice “…la fe se demostró con hechos, y que por sus hechos llegó a ser
perfecta su fe.” (Santiago 2:22). Las obras eran necesarias para probar y perfeccionar la fe. Pero es
vital reconocer sobre qué estaba descansando la fe. Hebreos 11:17 y 18 nos dice acerca de la fe de
Abraham: “El consideró que Dios puede levantar a los hombres aún de los muertos”. Su fe no hacia
que haga obras para ganarse el favor de Dios. De ninguna manera estaba su fe en sus obras, aun
cuando lo hacía como obediencia a Dios. Su fe estaba en Dios. Aun cuando los obras y la fe eran
necesarias, él no estaba confiando en las obras por justificarse.

La historia de Rahab es similar. Se encuentra en Josué 2 y debería revisarla. Dos espías de


Israel vinieron a Rahab. Ella los escondió de sus propios paisanos porque, dijo, “Sé que el Señor les
ha dado esta tierra… porque el Señor, el Dios de ustedes, es Dios lo mismo arriba en el cielo que
abajo en la tierra”. (Josué 2:9 y 11). Su conocimiento de lo que Dios estaba haciendo y su fe en El
de cumplirlo ya fueron establecidos. Su trabajo de esconder a los espías probó y tal vez selló su fe,
pero su fe no fue basada en su trabajo de cumplir la voluntad de Dios.

Santiago resume este pasaje, declarando que la fe sin obras es muerta. (Santiago 2:26). ¿Lo
contrario no es verdadero? ¿Qué las obras sin fe son muertas).

TAREA
Medite en Hebreos 3:12 - 4:16, Gálatas 2:20 - 3:3 y Romanos 7:21 - 8:7, buscando
especialmente mejorar su entendimiento acerca del arrepentimiento y las obras muertas. Pida al
Espíritu Santo que ministre estas verdades a usted y cuáles El quiere aplicar a su vida. Anote lo que
Dios le habla. ¿Existe áreas de su vida que está tratando de manejar por su propio esfuerzo?
¿Existen obras que usted está haciendo que no están produciendo la vida o calidad de vida que
esperaba? ¿Existe alguna parte en su vida que le hace sentir cansado y mal consigo mismo? El
Padre le está invitando a entrar en Su reposo. ¿Aceptará usted?

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CAPITULO 3 - FE HACIA DIOS

¿Acaso existe un pedido universal más grande que el de los hijos de Dios cuando dicen, “Señor,
yo creo, ayuda a mi incredulidad”? Nosotros creemos en las promesas de Dios; creemos en su amor
y poder; creemos en su bondad. Pero siempre vienen las preguntas, las dudas crecen y es ahí
donde nos damos cuenta cuán débil es nuestra fe. Deseamos poder enfrentar las pruebas. Aún tal
vez podamos decir las palabras correctas que suenen llenas de fe. Pero por dentro estamos
preguntándonos y deseando que esta fe sea realidad.

Muchos libros han sido escritos y muchos más sermones han sido predicados sobre el tema de
la fe y es por eso que me pregunto cuánto más se podrá decir en este capítulo. Todos conocemos
cuán importante es la fe. ¿Por qué debo laborar más sobre este punto? Y al mismo tiempo veo
aquel hambre de tener más fe, o mejor fe o mayor fe - cualquier cosa que sea necesario que la vida
abundante sea una realidad en la vida. Escribo este capítulo por mi propia necesidad y mi propia
búsqueda de encontrar respuestas para mí mismo. Ofrezco estos pensamientos con la oración de
que unidos con lo que ya sabe, puedan darle una mayor victoria en su vida.

La palabra “fe” viene del sustantivo (griego - pistis) y del verbo “creer” (griego - pisteus). Esta
palabra en todas sus formas variadas aparece más de seiscientas veces en el Nuevo Testamento.
Fe es, por definición, una firme persuasión, seguridad o firme convicción. El poner su fe en algo, o
creer en algo significa poner su confianza en, confiar en, depositar la confianza en cierta cosa.

Todos sabemos cuán importante es la fe y las promesas que Dios ha dado a aquellos que
expresan fe. Revisemos algunos de los resultados prometidos a fe o a la confianza en Dios. Escriba
las promesas dadas en los siguientes versículos.

Hechos 10:43

Hechos 15:9

Romanos 5:1 (Se dan dos)

Juan 5:24 (Se dan dos)

Hechos 26:18

Juan 7:38-39

Mateo 17:18-20 (Se dan tres)

Mateo 9:22

Juan 14:12

I Juan 5:4

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Efesios 6:16

Marcos 9:23

Tan gloriosas que son estas promesas, para aquel que es débil en la fe solamente existen para
acordarse de sus luchas y sus sueños no cumplidos; pero ¡gloria sea a Dios, que esto no tiene que
suceder! Dios ha provisto para todas nuestras necesidades. Aún si necesitamos fe para recibir sus
promesas, El nos ha provisto de esto también. Para todo el que ha clamado, “¡Necesito fe! ¡No
tengo fe y no sé dónde encontrarla!”, Dios claramente declara, “La fe viene…” ¡Existe esperanza!.
Existe una manera de aumentar la fe. La fe sí puede venir a usted, puede crecer en usted, y nos ha
dado el manera de recibirla: “La fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”. (Romanos 10:17).

Por muchos años escuché sobre este versículo y me preguntaba sobre este significado. Conocía
la Biblia muy bien. La había leído, estudiado y memorizado mucho de la Biblia, pero todavía no tenía
la fe necesaria. Cuando me sentía débil en la fe recordaba este versículo, abría mi Biblia y
empezaba a leerla. Capítulo tras capítulo leía esperando que la fe venga. Ocasionalmente lo hacía;
pero muchas veces me daba por vencido, desanimado y preguntándome dónde estaban las
promesas de Dios.

Obviamente estaba haciendo algo malo. Pero ¿qué era? Finalmente encontré la clave el día
que aprendí que la palabra griega para “palabra” en este versículo no es “logos” como yo asumía
(“logos” se refiere a la palabra escrita de Dios), sino más bien a “rhema” (que significa la palabra
hablada por Dios). Ahora sí había algo a lo cual yo podía relacionarme. Recordaba le vez cuando yo
estaba orando acerca de una gran decisión sobre mí futuro. Podía ver los beneficios y los puntos en
contra acerca del asunto. Los resultados de mi decisión tendrían efectos mayores tanto en nuestras
vidas, ministerios y hasta en nuestros hijos. Quería sólo la voluntad de Dios y no deseaba cometer
un error. Un día en oración puse este asunto delante del Señor y dije, “No me importa cuál camino
tome, sólo quiero hacer las cosas correcta y necesito que me digas cuál es tu voluntad”. Y¡El lo hizo!
De una forma clara y simple con razones y con pasajes de la Escritura que nunca había considerado
antes. Y con ese rhema vino una fe que se me ha mantenido aun sobre las críticas, malas
interpretaciones y razonamientos de amigos y parientes. Podría haber hecho la misma decisión
basado en principios bíblicos, deseos personales y razonamientos; pero cuando hubiesen venidos los
ataques, probablemente me hubiese preguntado y dudado y aun más hubiese cedido ante la presión.
La fe me vino al escuchar lo que Dios habló.

Entonces, ¿cuál era la diferencia? Yo podría citar razones bíblicas que sostenían mi decisión y
no recibir fe alguna. Pero cuando Dios levantó una palabra de las Escrituras y dijo, “Este es para ti
ahora”, mi fe creció como una explosión. Cuando una palabra es hablada, se exhala aire al hablar.
Tanto en el griego como en el hebreo la palabra para “respirar” y “espíritu” son la misma. Es decir,
cuando se habla una palabra, espíritu sale con el hablar. Y cuando Dios habla una palabra Su
Espíritu Santo sale con la palabra para realizar aquello que se ha hablado. (Isaías 55:8-11).

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Pero ¿no era toda la Biblia el “rhema” de Dios? Claro que sí. Fue la respiración de Dios,
inspirada por el Espíritu Santo a aquello que la escribió. Pero ¿necesariamente toda la Escritura es
“rhema” para todo aquel que lo lee en todo tiempo? No lo creo. Tal conclusión lleva inevitablemente
a creer que por coincidencia uno es guiado en la Palabra de Dios. Para aquellos que no conocen la
Palabra, esto significa el abrir la Biblia en cualquier parte, escoger un versículo cualquier y tomarlo
como ésta es la voluntad de Dios. Probablemente ha escuchado sobre la pobre alma que trató de
hacer eso. El primer versículo que abrió y encontró decía, “Y Judas fue y se colgó”. “Eso no puede
ser correcto; trataré de nuevo”, él dijo. “Voy a tratar otra vez.” El siguiente versículo que encontró y
leyó decía, “Ve y haz lo mismo”. Horrorizado decidió tratar una vez más. Esta vez el versículo que
leyó decía, “Lo que tienes que hacer, hazlo enseguida”.

Obviamente este es un ejemplo externo. Pero creo que muchos han errado al tomar uno o varios
versículos de la Escritura que se relacionan a su necesidad y dicen, “Esta es la voluntad de Dios para
mi vida”, sin darse el tiempo de estudiar la Palabra para encontrar el consejo completo de Dios sobre
el tema y esperar para escuchar una palabra específica de El. La clave para la fe es: no el leer la
palabra de Cristo o el hablar de la Palabra de Dios, sino más bien el escuchar la voz de Cristo.

Desafortunadamente (o afortunadamente) esto toma de nuestro control la iniciativa que está


fuera. Si el leer la palabra nos traería fe, yo podría hacerlo por mí mismo. Si hablar la Palabra me
traería fe, yo estaría hablando todo el tiempo. Pero si el escuchar es lo que me da fe, entonces es
algo que yo no puedo hacer por mí mismo. Alguien más tiene que hablar para que yo escuche. Por
lo que tengo que hacer es de alguna manera conseguir que Dios me hable y luego oírlo y tener fe,
¿correcto? Bueno, no realmente. No tenemos que “hacer” que Dios nos hable; El nos habla todo el
tiempo. El problema es que nosotros no escuchamos. El texto “Comunión con Dios” nos habla en
forma extensiva sobre las maneras de escuchar la palabra de Dios a través de nuestro espíritu,
entonces no vamos a repetirlo aquí. Pero sí desearíamos discutir el hecho de cómo mejorar la
manera de escuchar a Dios hablar a través de Su Palabra, como el logos puede convertirse en un
“rhema” que produce fe.

El libro de Proverbios habla mucho acerca de escuchar las palabras de sabiduría. En el capítulo
4 versículos 20 y 21 existe un delineamiento de lo que el Señor quiere decir por escuchar. A
continuación anote estos versículos.

Examinemos cada frase para estar seguro de lo que cada uno significa:

“Está atento a mis palabras” - Cuando usted está leyendo la Palabra de Dios, debe poner toda su
atención en ella si es que espera que esta le dé vida. No puede estar pensando en otra cosa,
leyendo superficialmente o con su mente divagando de un lugar a otro. Debe disciplinar su mente
para que esta ponga atención en Sus palabras

- 23 -
“Inclina tu oído a mis razones” - ¿Ha tratado de mantener una conversación en un cuarto lleno de
gente y bullicioso? El sonido de muchas voces le bombardea por los que la voz de la persona que
está hablando es casi inaudible. ¿Qué puede ser ante esto? Inconcientemente usted acerca su
cabeza hacia la voz que quiere oír, luego con su mano “inclina su oído” bloqueando los sonidos
periféricos y enfocando su oído hacia la voz. De la misma manera cuando lee la Palabra, debe
inclinar su oído para escuchar lo que el Espíritu le está diciendo. Debemos sintonizarnos para
escuchar Sus palabras dejando a un lado nuestras ideas preconcebidas, prejuicios y enseñanzas
pasadas.

“No se aparten de tus ojos” - Cuando estamos leyendo la Palabra de Dios, debemos delibera y
activamente involucrar los ojos de nuestro corazón, si deseamos oír lo que Dios hable a través del
corazón. Dios nos bendijo con el hermoso don de las imaginaciones. Ninguna otra criatura ha sido
investida con esta sorprendente capacidad. Fuimos hechos a la imagen de Dios y parte de nuestro
parecido a El es dado en la creatividad. La imaginación está totalmente unida a la habilidad creativa.
La imaginación es el semillero donde nuestras ideas pueden crecer y ser observadas, fertilizadas y
podadas antes de ser presentadas a este mundo hostil. La imaginación es el laboratorio donde una
hipótesis puede ser probada ajustada, refinada, y perfeccionada. ¿Para qué hemos utilizado este
regalo tan magnificó? Preocupaciones, lujurias, miedo, amargura - ¡qué monstruos hemos creado
para nosotros aun sin saberlo.

Es tiempo de que la Iglesia use su habilidad creativa como Dios quiere. Es tiempo que
santifiquemos nuestro don de imaginación, sepárelo para que Dios lo utilice sólo para Su gloria
Probablemente el sitio más fácil por el cual se puede empezar, especialmente si esta fuera de
práctica, es con las historias. ¿No es hermoso ver como Dios se revela a sí mismo a través de una
serie de historias en Su palabra? Al empezar a leer los Evangelios, por ejemplo, ofrezca su
imaginación a Dios en oración, pidiéndole que dé vida a las palabras en su corazón. Lea despacio,
permitiéndole que las ideas tomen forma y fluyan dentro de usted. Se sorprenderá de las nuevas
revelaciones y conocimientos que aprenderá de las historias que ha conocido desde que usted era
niño.

Usted puede objetar diciendo que toda la Biblia no está llena de historia. Tiene razón; hay
muchas enseñazas y doctrinas. ¿Cómo puede utilizar su imaginación en esas partes?,
Afortunadamente usted no tiene que realizar el trabajo de imaginación solo. Por favor copie Efesios
1:18-19ª:

¿Notó usted lo que Pablo oró para que puedan “ver”? Un estudio de estas cosas sería
considerado como doctrina, pero Pablo oró para que el Espíritu utilice los ojos de su corazón para
revelárselas.

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A medida que empiece a leer los pasajes doctrinales o de exhortación, ofrezca su imaginación a
Dios pidiéndole que guíe su corazón a través de Su Palabra. Nuevamente lea despacio, estando en
expectativa y consiente de las visiones que fluyen en su espíritu. Tal vez usted se vea a sí mismo
como Dios le ve, como una persona preciosa y hermosa. Tal vez El le dé una visión de usted
respondiendo a lo que El quiera que usted haga en una relación o situación. No trate de forzarlo;
relájese, lea despacio y atentamente hasta que esté consciente del trabajo del Creador ante los ojos
de su corazón. A medida que las “fotos” fluyan dentro de usted, mírelas, estúdielas y pida a Dios por
las clarificaciones de acuerdo a lo que El quiera enseñarle. Los visones son como los sueños, se
olvidan fácilmente si no se capturan con rapidez.

Cuando haya recibido una “foto” del Señor, “no deje que se vaya de su visión”. No permita que
aquello que es visible al ojo físico desvíe a sus ojos espirituales de la realidad invisible. El apóstol
Pablo hace clara esta verdad en 2 Corintios 4:18. Anote a continuación este versículo y permita que
las palabras entren en su mente y corazón.

Las palabras que el apóstol Pablo utiliza aquí son muy significativas. El no dice que las cosas
que pueden ser vistas no son reales o no existen, sino más bien que estas son solamente
temporales. Aquello que no es visto con el ojo físico y que sólo es revelado a los ojos de su corazón
por el trabajo del Espíritu, aquellas cosas son eternas. Lo temporal debe dar paso a lo eterno, por lo
tanto no permita que las circunstancias le hagan creer que las palabras de Dios son falsas. ¡Que no
se dé tiempo ni siquiera a mirar las circunstancias! Estas no merecen su atención porque sólo son
temporales y eventuales se conformarán a la voluntad eterna de Dios.

Abraham, nuestro “Padre en la fe” es un buen ejemplo Leemos en Romanos 4:19-22 que aun
cuando él reconocía que su cuerpo era “ya como algo muerto”, aun “con respecto a la promesa de
Dios, tampoco dudó por incredulidad de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria
a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que le había
prometido”. Abraham no negó la realidad de la muerte de su cuerpo; El simplemente negó su
finalidad.

“Guárdalas en medio de tu corazón” - Si la palabra (logos) de Dios va a producir vida en nosotros,


debemos aprender a meditar solamente en la Palabra. Todas las dudas deben ser rápidas y
firmemente rechazadas. Todos los pensamientos que sean contarios a la Escritura deben ser
negados. La mente de su corazón debe ser dada solamente a la Palabra de Dios. Ninguna otra
cosa debe tener acceso a su corazón.

Nótese que dije “la mente de su corazón”. Hablamos de esto brevemente en el capítulo anterior.
Obviamente su (alma) mente debe estar ocupada con otras cosas. Usted tiene un trabajo que
realizar, un hogar que mantener, y relaciones en las que está involucrado. Entonces ¿cómo puede

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mantenerse constantemente pensando en la Palabra de Dios? Es simple: mientras la mente de su
alma está ocupada con alguna cosa, la mente de su corazón puede estar pensando en otro. Sin
entrar en muchos detalles aquí, desde que este tema está cubierto en otros textos, la mente del alma
está más a la superficie, y responde más a las circunstancias. La mente del alma piensa. La mente
de su espíritu es profunda y más constante. La mente del espíritu medita. Esta mente del espíritu
puede estar asociada con lo que los psicólogos llaman el subconsciente. Es muy posible llegar a ser
controlados por las actividades de la mente del alma hasta que se pasan a la mente del espíritu. Una
persona que trabaja constantemente puede ser un ejemplo de esto. El ha permitido que su trabajo
se vuelva tan importante, que lo domina, cuerpo, alma y espíritu. Eso es lo que estamos tratando de
evitar. Las actividades de la mente del alma son buenas y necesarias, cuando son mantenidas en el
lugar adecuado y cuando son construidas sobre el fundamento de la meditación de la Palabra de
Dios en la mente del espíritu.

Cuando Moisés murió, el Señor vino a Josué y le comisionó para que tomara el mando de
Moisés y guara a los israelitas hacia la tierra prometida. Josué estaba consciente del gran trabajo
que tenía por delante y no estaba muy contento del honor de haber sido escogido. Es más, él estaba
temblando de miedo todo el tiempo que el Señor le estaba hablando (Josué 1:9). Tres veces en los
cuatro versículos el Señor le animó a ser “fuerte y valiente”. Josué no sólo iba a ser responsable por
el bienestar físico de más de tres millones de personas, sino también estaría a cargo de la estrategia
militar que necesitarían para invadir y conquistar su nueva patria. ¡Qué responsabilidad! Tengo que
admitir que él probablemente tuvo unas pocas cosas más en las cuales pensar, más que yo. Y aun
así luego de asegurarle que El siempre estaría con el, guiando y proveyendo, Dios dijo a Josué cuál
debía ser su papel como su compañero de trabajo. Copie Josué 1:8

¿A caso notó los resultados prometidos a Josué si es que él meditaba solamente en la palabra
de Dios? “Te haré prosperar en tu camino y todo te saldrá bien”. Eso me recuerda el Salmo 1:1-3.
Por favor también copie este pasaje.

Como puede ver, si la mente de su espíritu está dada solamente a la meditación de la Palabra
(tanto logos como rhema) de Dios, estas meditaciones tendrán un efecto directo en los pensamientos
de la mente de su alma. Ellos serán más claro, más abiertos a la inyección de ideas y pensamientos
espontáneos venidos directamente del Señor y estarán mucho más en acuerdo a los principios
bíblicos. Y como resultado todo le prosperará.

- 26 -
Volvamos ahora a Proverbios 4. Hemos ya revisado los versículos 20 y 21. Continuemos con el
pasaje, pero antes copie los versículos 22 al 24:

Otra vez vemos en estos versículos la importancia de lo que llena nuestros corazones. Nuestro
corazón es el pozo de lo cual fluye nuestra vida. Aun nuestros cuerpos físicos responderán con vida
y salud a través del corriente de energía adentro. Y nótese que nosotros somos los responsables
para guardar ese pozo. Debemos mantenernos alertos y conscientes de cualquier contaminación
que trata de entrar. Siempre debemos dirigir el fluir a Aquel que purifica y llena con la vida vibrante.

El versículo 24 a un aspecto nuevo del guardar los corazones llenos de fe. Lo que hablamos
está relacionado directamente a lo que nos llena en nuestros corazones. “De la abundancia del
corazón habla la boca.” Casi podemos usar las palabras de nuestros labios para medir la condición
de nuestros corazones. También es necesario poner un guardia sobre nuestros labios y no permitir
que salga una palabra en contra a la Palabra de Dios. Anteriormente hablamos acerca del “rhema”
de Dios; mencionamos que cuando sale la palabra de la boca, se acompaña con el espíritu creativo.
Lo mismo es la verdad en cuanto a nosotros. Aunque seamos meramente humanos, nuestras
palabras que hablamos llevan consigo el poder de crear. ¡Con qué diligencia debemos hablar
aquellas palabras que están de acuerdo con la Palabra de Dios, y que crean gozo, belleza y amor!

Otra vez el sabio de Proverbios nos acuerda en versículo 25 de la importancia de nuestro


enfoque. Mientras de fijar la mirada adelante, el autor de Hebreos nos dice a quien veremos:
“Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe….” (Hebreos 12:2). Si
mantenemos nuestra fijada en Jesús, nada puede vencernos. Ninguna tormenta nos asustará,
ninguna duda nos molestará, ninguna prueba nos destruirá. Gozo, paz y fe saldrá de nuestro interior,
lo que ningún hombre ni ninguna circunstancia pueden prohibir. Nuestros cuerpos se llenarán con
salud, nuestros almas y espíritus con la brilla del día glorioso.

Sin embargo, se queda un elemento más que se necesita para tener la fe perfecta. Favor de
escribir Santiago 2:17:

Para que la fe sea una fuerza de energía en su vida, tiene que ser puesta en acción. Favor de
leer Santiago 1:23-25 y escribirlo:

- 27 -
Ya hemos examinado la Palabra; ahora nos queda permanecer en ella. Tenemos que ser
hacedores de la Palabra. ¿Qué involucra esto? Muy simple, significa hacer lo que Jesús le dice que
haga, actuando como si El sepa de lo que habla.

Revisemos un ejemplo Bíblico. Por favor lea Mateo 14:24-29. Copie el versículo 29:

Es una historia familiar y muchas veces se habla negativamente del pobre Pedro. ¡Qué
vergüenza! El debería tener más fe”. Aun Jesús dijo que él tenía poca fe. Sin embargo miren qué
gran milagro fue alcanzado debido a su “poca fe”. ¡El caminó sobre el agua!

Revisemos el versículo que usted escribió hace un momento y veamos que hubo involucrado en
ese milagro. Primero (y lo más importante) Jesús habló: “Ven”. Ahora supongamos por un momento
que Pedro ha estudiado los primeros cinco elementos que nosotros discutimos. El ha escuchado el
“rhema” de Cristo. El puede ver a Jesús caminado sobre el agua y es una cosa muy simple de
imaginar a sí mismo allí también. Eso es en todo lo él piensa. ¡Jesús le dijo que él podía caminar
sobre las aguas! Si las dudas empiezan a desarrollarse, él las rechaza porque el sabe lo que Jesús
dijo. El empieza a “confesar la palabra” a todos: “El Señor Jesús me dijo que camine en el agua. Yo
sé que estoy en un barco ahora, pero Jesús dijo que puedo caminar sobre el agua”. Supongamos
que él paró allí. El tuvo fe, pero como dice Santiago, era inútil (Santiago 2:20). El todavía estaría
sentado en el barco si es que no hubiese hecho otra cosa más: “Pedro se levantó y salió del barco y
caminó…” Como usted ve, la fe estaba siendo traducida a obras, y como resultado de las obras, la
fe fue completada. (Santiago 2:22)

Cuando el Señor le habla, a través de las Escrituras o de alguna otra manera, se espera alguna
respuesta de su parte. Dios no está interesado en darle el conocimiento o la sabiduría por gusto. La
sabiduría que Dios nos da está llena de buenos frutos y cada árbol que no dan buenos frutos es
cortado. Dios espera resultados en nuestras vidas, como respuesta al movimiento de su Espíritu
dentro de nosotros. No que salgamos el mundo a hacer lo que El nos ordena, con nuestras propias
fuerzas, sino más bien que actuemos con confianza de su habilidad para realizar lo que El ha dicho.
Si el Señor le ha dado una promesa y usted no sabe como actuar en ella, ¡pídaselo! “Si a alguno de
ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará; pues Dios da a todos sin limitación y sin
hacer reproche alguno.” (Santiago 1:5).

Supongamos que usted está meditando, y el Señor le dice que El le va a usar como pastor algún
día. Usted lo cree y aun lo empieza a confesar, pero no es suficiente. Usted debe empezar ahora a
actuar como si fuese verdad. Pida al Señor direcciones específicas, y luego hágalas, en Su fuerza.
El puede decir que arregle cualquier situación en su hogar. Que aprenda a amar a su esposa o tal
vez enseñar a sus hijos mejor Tal vez le diga que tienes que ir a prepararse Tal vez le diga que guíe

- 28 -
a un estudio bíblico o que enseñe una clase en la Escuela Dominical. Existen muchas fases del
ministerio y El puede estarle diciendo que empiece a entrenarse y prepararse para cualquiera de
ellas. Pero puede estar seguro de que existe algo que El desea que haga ahora como respuesta fiel
a la palabra que le ha dado.

Supóngase que está enfermo. Usted ha estudiado la Palabra y Dios ha ministrado a su corazón
diciéndole que le va a sanar. ¡Aleluya a Dios! Manténgase esa palabra en su corazón. Imagínese
sano. Rechace todas las dudas Confiese esa palabra, pero no pare allí! Busque la dirección que
Dios desea que usted realice en Su plan para cambiar los hechos temporales en verdades eternas.
Tal vez El le dirá que llame a los ancianos de la iglesia para ungirle con aceite y orar por usted. Tal
vez le dirá que asista a un servicio de sanidad en donde el evangelista será utilizado como un
instrumento para su sanidad. Tal vez le dirá que cambie su estilo de vida, que se relaje más, que
deje malos hábitos, que coma mejor o que haga más ejercicios. O tal vez simplemente le dirá que
vaya al médico y permita que él sea el instrumento para su sanidad. No importa qué método Dios

escoja utilizar. El es el Señor que está sanando. Nuestra fe está en El para que cumpla su Palabra.
Nuestra responsabilidad es hacer lo que El nos dice.

Por favor lea nuevamente el “capítulo de la fe” de Hebreos 11. Léalo despacio, permitiendo que
el Espíritu Santo le hable a través del mismo. Luego anote a continuación el “rhema” de Dios en su
vida:

RESUMEN
¿Cómo puede el logos convertirse en un “rhema”, viviente de fe en mi vida?

Primero, yo debo dirigir toda mi atención a la Palabra de Dios cuando empiece a leer.

Segundo, debo inclinar mí oído a Sus palabras, además estar en una actitud de atención, con el
fin de que pueda escuchar Su voz a través del pasaje de la Biblia.

Tercero, debo santificar mi imaginación, deliberadamente ofrecer los ojos de mi corazón al Padre
para ser llenados con visiones de la realidad eterna del mundo espiritual.

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Cuarto, debo mantener las palabras y visiones recibidas constantemente en medio de mi
corazón. No debo además permitir que las actividades de la vida, ni dudas o ninguna otra cosa me
quite las meditaciones en su Palabra del corazón.

Quinto, debo hablar sólo las palabras que escucho al Padre hablar. A medida que Sus palabras y
visiones continúan llenando mi corazón, encontraré que esto será un resultado natural y las palabras
que hablo empezarán a crear paz y belleza a todo sitio donde vaya.

Finalmente, debo ser un hacedor de la Palabra. Debo actuar sobre la Palabra de Dios en
cualquier cosa que El me diga que haga, confiando que El hará su voluntad.

Miremos nuevamente al círculo que representa las facultades del corazón. Llene los versículos
indicados en las flechas y tómese el tiempo necesario para estudiar y meditar en lo que cada uno
dice. Pida a Dios que le hable y luego anote en la siguiente página lo que ha aprendido acerca de
cómo el logos puede convertirse en un “rhema” de fe en su vida.
Prov. 4:20
Prov. 4:18

Sant. 2:17 Rom. 10:17

Prov. 4:27 Prov. 4:12a

Sant. 1:25b

Heb. 12:2
Jos. 1:8 Oído
Emociones

5 1
Prov. 4:25
Rom. 10:9-10 Voluntad 4 2 Ojo
3
Sant. 1:25a
Prov. 4:24 Mente

Sal. 1:2 Prov. 4:21b

Prov. 4:23a

- 30 -
CAPITULO 4 - BAUTISMOS

La primera cosa que notamos acerca de esta doctrina es su pluralidad. Existen varios bautismos
que son fundamentales en nuestra vida Cristiana. Examinaremos cada una de ellas lo más
extensivamente posible.

Con el fin de entender mejor el significado exacto del término bíblico “bautizarse”, examinemos
algunos pasajes del Nuevo testamento que contiene la palabra ”bautizarse”. En Marcos 14:20
leemos, “Es uno de los doce, el que moja conmigo en el plato”. Aquí la palabra traducida mojar es
“bapto” en el griego original. El Lucas 16:24, el hombre rico llamó a Abraham y le dijo “Envía a
Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua…” Nuevamente aquí, la palabra traducida de
mojar es “bapto”. En Apocalipsis 19:13, el vestido de Jesús fue mojado o “bautizado” en sangre.
Estos versículos representativos son consistentes con todas traducciones del Nuevo Testamento en
cuando a la traducción de la palabra “bapto”. Con sólo cinco excepciones, cualquiera de las formas
de esta palabra traducida (y no meramente transliterada) está traducida como “mojar”. (Las
excepciones se refieren a los “lavados” en las ceremonias y claramente pueden ser también
entendidas como “mojarse”). Por lo tanto una definición certera de bautizarse es “causar que algo
sea mojado, zambullido o sumergido”.

Si esto es verdad, usted debe estarse preguntando de dónde vino la palabra “bautizarse”. Muy
simple, no es una traducción de la palabra griega, sino más bien una transliteración - es decir, una
palabra griega escrita en letras españoles (baptizo = bautizarse). Empezó a utilizarse cuando el Rey
Santiago autorizó la traducción de la Biblia en inglés. En este tiempo, su relación con los obispos de
la Iglesia de Inglaterra, quienes eran los monarcas “religiosos”, no era muy estable. El Rey Santiago,
por lo tanto, instruyó a sus traductores que no pongan nada en “su” Biblia que de una u otra manera
alteraría su relación con los obispos. Desde que la traducción correcta de “baptizo” hubiese
demostrado que las prácticas de la Iglesia de Inglaterra eran menos que bíblicas, se utilizó a cambio
entonces una transliteración inofensiva.

Iniciaremos nuestro estudio de los varios bautismos mencionados en el Nuevo Testamento,


presentando los dos que no tienen mucha información. Cuando los hijos de Israel dejaron la
cautividad para ir a la tierra prometida, todos ellos pasaron por el Mar Rojo y vivieron bajo la nube de
la presencia de Dios. En 1 Corintios 10:2, Pablo se refiere a esto como el “bautismo de Moisés en la
nube y en el mar”.

En 1 Corintios 15, Pablo discute la resurrección de los muertos y ofrece varias pruebas de la
veracidad de la doctrina. En el versículo 29, él da la siguiente prueba: “De otra manera, los que se
bautizan por los muertos, ¿para qué lo harían? Si los muertos no resucitan, ¿para qué bautizarse por
ellos?” Desde que este es el único sitio en la Escritura que se refiere a esta práctica, una doctrina
sobre este tema será débil y le faltará autoridad.

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BAUTISMO DE JUAN

El primer bautismo acerca del cual las Escrituras dan una significativa cantidad de información es
el bautismo de Juan. El ministerio de Juan, de cual el bautismo en el agua fue una parte integral,
mantenía una relación muy importante al evangelio. Marcos nos dice que fue el principio del
evangelio y esto preparó el camino para ello (Marcos 1:1-4). Mateo indica que una parte del mensaje
de Juan fue inminente para el evangelio. “El Reino de Dios está cerca”. Jesús declaró que, si desea
creerlo, Juan era Elías de quien Dios había prometido enviar antes del Día del Señor. (Mateo 11:13,
14; Malaquías 4:5). Tal vez lo más significativo es que a través del bautismo de Juan, Jesús fue
manifestado a Israel (Juan 1:31)

El bautismo de Juan fue uno de arrepentimiento (Mateo 3:11) y de perdón de pecados (Lucas
3:3), y aquellos que deseaban recibirlo tenían que cumplir con ciertos requerimientos tales como la
confesión de pecados (Mateo 3:6) y producir frutos de acuerdo a su arrepentimiento (Lucas 3:7-8).
Sin embargo, el bautismo de Juan no era suficiente para alcanzar la salvación. Cuando Pablo estaba
ministrando años después, el vino a un grupo de discípulos en Éfeso. Al cuestionarlos de sus
experiencias, el descubrió que ellos solamente habían recibido el bautismo de Juan y nada más. El
inmediatamente los acordó de la exhortación de Juan a creer en Aquel que iba a venir después de él,
eso es Jesús. Oyendo esto, ellos claramente entraron en el bautismo cristiano y el Espíritu Santo
vino sobre ellos.

1. BAUTISMO EN JESÚS

“Porque por un sólo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo…” (1 Corintios 12:13).
Cuando nos arrepentimos de nuestro pecado y expresamos nuestra fe en Jesús, pidiéndole que sea
el Señor de nuestras vidas, sucede una experiencia sobrenatural y mística. El Espíritu Santo nos
bautiza al cuerpo de Cristo en el momento de nuestra salvación. Como resultado, muchas cosas
pasan en el área espiritual. Examinemos cada una de ellas individualmente.

Somos colocados en Cristo. Sin tener las limitaciones de tiempo y espacio, el Espíritu en forma
sobrenatural se mueve y nos coloca en Cristo. Lo que le pasa a Jesús nos pasa a nosotros también,
pues somos uno en El. SI coloco un pedazo de papel en este libro y luego levanto el libro, también
recogeríamos el papel. Si coloco el libro en un anaquel, el papel también será colocado allí. Aun
cuando esta ilustración es limitada, pienso que claro es el punto que deseamos darle a entender. Lo
que le pasó a Jesús dos mil años atrás, también le sucedió a usted, ya que es uno en El. Usted fue
crucificado. Usted fue muerto. Y también fue resucitado a una nueva vida.

El Apóstol Pablo habla de esto en Romanos 6. Tome su Biblia y busque este pasaje, por favor, y
lea los versículos 1-14. ¿Cuál es el resultado de nuestra muerte en Cristo (versículos 6 y 7)?.

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Pablo dice que ya no somos esclavos del pecado, y que estamos “muertos al pecado”. En otras
palabras, el pecado ya no tiene poder sobre nosotros. ¡No necesitamos pecar más! Cuando nos
bautizamos en Cristo (nacidos de nuevo, salvos), el poder del pecado fue roto de nuestras vidas.
¡Qué gran noticia! Si eso es verdad, ¿por qué hay áreas de mi vida que todavía están sometidas al
pecado? ¿Por qué parece que el pecado todavía me tiene esclavizado?

Cuando el famoso presidente de los Estados Unidos, Abraham Lincoln firmó, la Proclama de
Emancipación, todos los esclavos en los Estados Unidos fueron legalmente libres. Cuando algunos
esclavos escucharon estas noticias, ellos hicieron a un lado las cadenas y corrieron libres. Otros en
cambio cuando oyeron estas noticias, se dijeron a sí mismo “Qué bueno, pero no me siento libre. Mi
amo todavía me hace trabajar, todavía vivo en la misma casa, como la misma comida y utilizo la
misma ropa. Mi vida no es nada diferente; no creo que esta libertad sea verdadera”. Puede que el
haya ido a donde su amo para preguntarle sobre la Proclama; su amo, un cruel mentiroso, le mandó
a volver a su trabajo, diciéndole que era solo un rumor, que el Sr. Lincoln en realidad no tenía el
poder para liberar a los esclavos de otra persona.

¿Era el esclavo legalmente libre? Si, era tan libre como el vecino que salió corriendo
proclamando su libertad. Pero todavía este esclavo siguió en esclavitud; porque no actuaba en base
de las buenas noticias; no se consideraba libre. Al contrario, él creía las mentiras del engañador y
continuaba ofreciéndose como esclavo a su antiguo amo.

Esto es lo que Pablo está diciendo en Romanos 6:11-14. Usted ya murió al pecado en Cristo. La
Proclama de Emancipación se ha firmado en la sangre del Cordero. Pero esta realidad espiritual no
le hará ningún beneficio hasta que usted lo crea, ponga su fe en ella y actuar como si fuera la verdad.
Considerarse muerto al pecado y no seguir ofreciéndose a su amo anterior para obedecerlo.

Recuerde, en nuestro estudio de la fe, hablamos acerca de la importancia de mirar a las cosas
correctas. En lo natural parece que estoy atado y esclavizado al pecado, y si yo acepto esto como
una permanente realidad, así se será. Pondré mi fe en el poder del pecado y este me controlará; me
veré bajo su poder y hablaré de su existencia. Pero si yo pongo mi fe en la Palabra de Dios, eso es,
creer que estoy muerto al pecado, entonces me enfocaré a la realidad eterna de que estoy libre del
pecado y que soy un esclavo de amor de Cristo. Esa es la realidad de la cual hablaré.

En la epístola a los Colosenses, Pablo una vez más dirige su atención al hecho de nuestra
muerte y resurrección en Cristo y a cuales serán los resultados de esta experiencia en nuestras
vidas. Utilizando los principios estudiados en el capítulo anterior, de escuchar la voz de Dios a través
de su Palabra escrita, estudie Colosenses 3:1 - 4:6. Anote los resultados que Pablo da de una vida
crucificada. Especialmente indique cualquier rhema que Dios le hable a través de la Palabra

- 33 -
NOTAS

Estas verdades son tan gloriosas, que si esto fuese lo único que hubiese alcanzado con nuestra
salvación, bendeciríamos a Dios para siempre por Su misericordia hacia nosotros. Y esto sólo es el
comienzo. En Juan 14:20, Jesús dice a Sus discípulos, “En aquel día, ustedes se darán cuenta que
yo estoy en mi Padre, y ustedes están en mí, y yo en ustedes”. Las realidades de las cuales estamos
hablando son espirituales y no pueden ser adecuadamente entendidas en imágenes sólidas (en
papel o libros). Tal vez la analogía más cercana puede ser tomada de las substancias gaseosas,
aunque en realidad no es perfecta. Imagínese por un momento que su espíritu es como el gas de
carbón. El maestro Químico lo toma y lo coloca en (le une con) oxígeno puro. Una nueva sustancia
es creada, el dióxido de carbono. Usted está en el oxígeno, pero ¿qué el de oxígeno? ¿No está
también en usted? Por la fusión de las dos sustancias, ellas prácticamente están la una “en” la otra.
En la misma manera, cuando su espíritu está colocado en Cristo por el Espíritu Santo, se realiza una
fusión. Cristo está en usted y usted está en Cristo.

Por lo tanto, una segunda cosa espiritual sucede cuando usted es bautizado al cuerpo de Cristo,
y esto es que Cristo se coloca en usted. Usted está unido al Señor y se vuelve un espíritu con El

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(1 Corintios 6:17). Desde que usted está en Cristo, hay una nueva creación (2 Corintios 5:17). Ya no
depende sólo de su propia fuerza para vivir una vida de victoria. Cristo ha llegado a ser sabiduría de
Dios para usted, y justificación, y santificación y redención (1 Corintios 1:30). Usted puede hacer
todas las cosas a través de El quien le da toda la fuerza (Filipenses 4:13). Su poder divino le ha
dado todo lo que necesita para vivir una vida santa y recta (2I Pedro 1:3). Es más, usted se ha
convertido en compañero y partícipe de la naturaleza divina. (I2 Pedro 1:4).

Una vez más, la realidad legal y espiritual se vuelve operativa en su vida a la medida que los
acepta como verdaderas y actúa en ellas. Todo el poder de Cristo Jesús está a su disposición, no
llamando a alguien que está lejos, sino al acercarse a Aquel que está dentro de usted. Cuando está
siendo tentado, usted no necesita apretar los dientes y resistir. Aun no necesita pedir a Dios que le
dé fuerza. El no puede darle más de lo que ya le ha dado a través de Su Hijo quien vive dentro y es
su todo. Más bien al ser tentado debe aquietar sus propios esfuerzos de hacer las cosas y mirar
hacia su interior, sintiendo la unión de su espíritu con Cristo. Una vez que está consciente de Su
presencia, puede rogarle a El que sea todo que necesita al momento. ¿Se siente débil? El es su
fuerza. ¿Está triste y deprimido? El es su gozo. ¿Está solo? El es amor. ¿Está resentido y
amargo? El es paz. ¿Está confundido? El es sabiduría. Todo lo que necesita para vivir una vida
victoriosa y abundante está dentro de usted, porque Cristo está en usted.

En Efesios 3:14-21, Pablo expresa su oración para la Iglesia. Medite en este pasaje, utilizando
los principios que ha aprendido para recibir el “rhema” a través del logos. A continuación anote los
resultados de su meditación.

Hemos visto dos aspectos significativos de nuestro bautismo por el Espíritu al cuerpo de Cristo:
(1) nosotros estamos colocados en Cristo, y (2) Cristo está colocado en nosotros. Ahora debemos
ver una faceta más de esta experiencia espiritual y mística. Por favor lea y copie Efesios 1:22 y 23:

Aquí vemos otra verdad significativa concerniente al cuerpo de Cristo: hablando espiritual y
místicamente, se refiere a la iglesia. Por lo tanto, el ser bautizado al cuerpo de Cristo es ser
bautizado a la Iglesia (universal).

- 35 -
Parece haber cuatro factores importantes concernientes al cuerpo de Cristo que son
particularmente análogos al cuerpo físico. El primero de estos puede ser visto en el pasaje de
Efesios que escribió anteriormente: este cuerpo tiene una cabeza y esa cabeza es Jesús. El
significado es obvio. La cabeza es el “centro de control” del cuerpo; es de allí de donde se originan
todas las funciones y actividades del cuerpo. Mi mano no puede decidir escribir por sí sola, pero se
mueve solamente bajo los comandos originados por la cabeza. Un cuerpo físico en el cual los
miembros se muevan sin recibir impulso de la cabeza o cuyos miembros se muevan sin recibir
impulso alguno, está hasta cierto punto incapacitado. ¿Hasta que punto el cuerpo de Cristo está
incapacitado, porque ciertos miembros se niegan a obedecer a nuestra Cabeza y otros en cambio
hacen lo que a ellos les parecen bien, sin esperar por dirección?

La segunda característica del cuerpo de Cristo es que no es estático sino más bien vivo y está
creciendo. Por favor lea Efesios 4:13-15. Aquí vemos dos hechos particularmente interesante
acerca del crecimiento del cuerpo. Primeramente es la meta o norma de nuestro crecimiento. Pablo
no estaba preocupado por el crecimiento numérico, sino mas bien dice que al madurar, estamos
creciendo “en todos los aspectos hacía él… aún hacia Cristo”. (Efesios 1:15). La persona madura ha
obtenido la plenitud de Cristo (Efesios 1:13). Nuestro crecimiento como cuerpo no es medido en
cuán grande somos, en cuánto sabemos o cuánto hacemos. Como cuerpo la iglesia de Cristo Jesús
debe crecer más y más a su semejanza cada día.

El otro factor que notamos en el versículo 13 es la frase “Hasta que todos alcancemos”. Si el
cuerpo de Cristo ha de madurar, lo hará solamente a medida que cada miembro o cada célula
maduren. La unidad es el ingrediente clave. No puede haber aquellos que buscan crecer solos o
que no se preocupen de los demás. Eso es cáncer. Tampoco puede existir aquellos que se
mantienen estáticos - eso es muerte. Hay que tener un crecimiento corporal, una unidad corporal y
una visión corporal que involucre a todos.

¿Cómo puede crecer el cuerpo? Colosenses 2:19 nos dice que el crecimiento viene de Dios, que
El provee lo que es necesario para que el cuerpo llegue a la madurez. Por favor lea Efesios 4:11-16
y anote las provisiones que Dios ha dado para el crecimiento del cuerpo.

Primeramente debemos ver que Dios ha dado a la Iglesia ciertos hombres que tienen ministerios
específicos, los cuales son necesarios para equipar a los santos para su trabajo de servicio. Estos
están enumerados en el versículo 11. Además vemos en versículo 16 que cada coyuntura, que cada
parte individual es necesaria y debe funcionar adecuadamente si es que el cuerpo ha de crecer
normalmente. Este es nuestro tercer aspecto de comparación entre el cuerpo físico y el cuerpo de
Cristo. “Porque así como en un solo cuerpo tenemos muchas partes, y no todas las partes sirven
para lo mismo, asé también nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo y
estamos unidos unos a otros como partes de un mismo cuerpo. Dios nos ha dado diferentes dones,

- 36 -
según lo que él quiso dar a cada uno.” (Romanos 12:4-6a). Así como el cuerpo físico tiene manos,
pies, ojos, boca, oídos, corazón, pulmones, pelo, uñas, huesos y una multitud de otras partes, cuyas
funciones son totalmente diferentes pero al mismo tiempo necesarios para complementar el cuerpo,
así también el cuerpo de Cristo tiene apóstoles, profetas, servidores, dadores, exhortadores, líderes,
aquellos que hacen milagros, y aquellos que hacen misericordia. Cada miembro es diferente, y al
mismo tiempo vitalmente importante para el buen funcionamiento del cuerpo de Cristo. Todos
nosotros debemos saber cuál es nuestro llamamiento y cuáles nuestros dones para así utilizarlos en
la edificación del cuerpo.

Finalmente, no sólo que somos cada uno importante en el cuerpo, como un todo, también somos
importante para cada uno. Pablo nos dice en Romanos 12:5, “todos miembros unos de los otros”.
Nuevamente en 1 Corintios 12:25-26 él nos dice “que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que
los miembros todos se preocupan los unos por los otros. De manera que si un miembro padece,
todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con el se
gozan” (RV). En nuestros cuerpos físicos, existe una empatía entre las partes individuales. Si
dejamos a caer un yunque sobre nuestro dedo gordo, ¿cuál es la respuesta del cuerpo? El otro pie
inmediatamente empezaría a saltar; el cuerpo se agacharía hacia el miembro lastimado; las manos lo
acariciarían gentilmente y la boca dejaría oír un grito de dolor. En otras palabras, todo el cuerpo es
afectado por el dolor de uno de sus miembros y todos se unen tratando de dar ayuda, amor y
sanidad. ¡Qué extraño cuerpo sería si es que en vez de saltar del dolor, el otro pie empezaría a
golpear al lastimado!. Supóngase que la mano muestre un dedo acusatorio hacia la parte lastimada
y que la boca empiece a insultar al pie por la estupidez de estar en el camino cuando se cayó el
yunque. Tal vez hasta la otra mano empiece a buscar rocas o más yunques para lanzar sobre el pie
lastimado para indicarle el error de estar en sitios donde caen yunques.

Nosotros estamos unidos, místicamente formados en un cuerpo el momento que damos a Jesús
el Señorío de nuestras vidas. No podemos pecar sin que esto afecte a todo el cuerpo, ni tampoco
podemos estar intocables ante las heridas y los pecados de otros. Hemos sido unidos por el mismo
Espíritu de Dios y nuestros destinos hasta cierto punto van a entrelazarse. Nuevamente esta es una
realidad que necesita ser aceptada como la verdad, meditada y luego actuada. Somos miembros los
unos de los otros.

Por favor lea Romanos 12 y 1 Corintios 12. Escoja uno de estos capítulos y medite en él,
utilizando los principios aprendidos de recibir el “rhema” a través del logos. A continuación anote los
resultados de su meditación. (Usted puede escoger los dos capítulos si desea, pero sólo se requiere
que haga uno).

NOTAS

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“Porque por un Espíritu fuimos todos bautizados a un solo cuerpo”. Hemos visto tres
aspectos de esta hermosa experiencia: (1) estamos colocados en Cristo, (2) Cristo está en
nosotros, y (3) nos hemos convertidos en miembros del cuerpo de Cristo. No hay duda de
que hay otros aspectos de este tema que puedan ser explorados, pero por ahora
estudiaremos el siguiente bautismo existente en la vida del creyente.

2. EL BAUTISMO CRISTIANO EN AGUA

El sacramento del bautismo en agua ha sido parte integral del mensaje y la práctica de la Iglesia
desde el día de su nacimiento. Es más, la Gran Comisión del Señor incluye instrucciones no sólo
para predicar el Evangelio, enseñar Sus palabras y hacer discípulos, sino también bautizar a todos
los que creyesen. Y aun cuando esta práctica ha sido mal interpretada, mal utilizada, ajustada y
negada por algunos, ha sobrevivido a través de los siglos.

¿Qué significa el “sacramento del bautismo en agua”? Existen tres sacramentos que son
aceptados y practicados en casi todas las iglesias cristianas: el sacramento del matrimonio, la Cena
del Señor (Comunión, eucaristía) y el bautismo en agua. Algunas iglesias reconocen otros
sacramentos, pero estos son los más universales. ¿Que es un sacramento?. Es una ceremonia
formal o acto religiosos ordenado por Dios como medio para experimentar Su gracia en una forma
especial. Es simbólico en naturaleza, ya que ilustra pictóricamente una realidad espiritual. Pero no
es un símbolo vacío. Los tipos y sombras pertenecen al Antiguo Testamento, no al Nuevo. En el
acto del sacramento, Dios ha prometido mover y acercársenos en forma sobrenatural,,
impartiéndonos Su gracia en una forma específica.

Por ejemplo, en el sacramento del matrimonio, existen muchos símbolos que indican la unión que
se está realizando: el dejar al padre y a la madre y unirse al esposo, tal vez el prender una sola vela
de dos otros ya prendidos, el intercambio de votos que declara un compromiso para que todos
escuchen - estas y otras son escenas de lo que sobrenaturalmente está tomando lugar en una

- 38 -
realidad espiritual. En el sacramento del matrimonio, Dios toma a dos individuos y los uno
haciéndoles una sola carne. Probablemente no podemos entender el significado de esto en su
totalidad. Y a veces hasta cuestionamos su veracidad, pero Dios lo ha dicho.

Miremos al sacramento de la Cena de Señor. Jesús mismo tomó el pan y dijo, “Este es mi
cuerpo”, Tomó el vino y dijo, “Esta es mi sangre”. Las diferentes iglesias pueden entender el
significado de esto de varias maneras, pero nadie puede negar el significado espiritual y la realidad
de Sus palabras. Cuando tomamos el pan y la copa, Dios se mueve en forma sobrenatural
impartiendo la vida y la muerte de Su hijo en nosotros en maneras específicas. Cuando tomado en fe
la Cena del Señor se puede estar recibiendo la gracia para vencer el pecado, para sanar el cuerpo o
espíritu, o para verdaderamente convertirse en una parte del cuerpo de Cristo al ser sanadas las
relaciones. Tenemos las propias palabras de Jesús mismo que recibimos Su cuerpo y Su sangre, y
en estas encontramos lo necesario para cubrir nuestras necesidades.

Regresemos a nuestra pregunta original: ¿Qué significa el sacramento del bautismo en agua?
¿Qué gracia especial ha prometido el Señor impartirnos a través de esta ceremonia? Como los otros
sacramentos, esta ceremonia externa provee una clave simbólica de nuestra realidad espiritual. Una
parte de nosotros es enterrada y somos levantados a una nueva vida. Considere cuidadosamente el
siguiente pasaje:

“También, por su unión con Cristo, ustedes han sido circuncidados, no con aquella
circuncisión que se hace en el cuerpo, sino con la que consiste en ser librados de la
naturaleza pecadora. Esta es la circuncisión que viene de Cristo. Al ser bautizados,
ustedes fueron sepultados con Cristo, y fueron también resucitados con El, porque creyeron
en el poder de Dios, que lo resucitó.” Colosenses 2:11-12.

Bajo el Antiguo Pacto, la circuncisión fue instituida como una prueba del pacto entre Dios y el
hombre (Génesis 17:9-14) y como un sello de la justicia de la fe (Romanos 4:11). Era el cortar un
pedazo de la carne, una realidad física. Bajo el Nuevo Pacto, algo espiritual es lo que se cortaba.
Nuestra naturaleza carnal vieja, el viejo hombre, el cuerpo de pecado, es cortado por Cristo a través
del sacramento del bautismo en agua. Esto no es una muerte gradual o el vencer estilos de vida y
patrones antiguos, sino más bien es un corte instantáneo de toda nuestra naturaleza corrupta y
carnal. El verbo en el griego significa que la acción se realiza en un específico momento del tiempo.
Esto es lo que se cumple a través del bautismo con agua.

¿Cuáles son los resultados en la circuncisión de nuestros corazones?, ¿Que cambios se darán
en nuestras vidas debido a ello? Estudie los siguientes pasajes y anote los resultados prometidos:

Deuteronomio 30:6

Filipenses 3:3

Deuteronomio 10:16 y Hechos 7:51

- 39 -
Hebreos 8:10 y 2 Corintios 3:3

Ezequiel 36:26-28

Tal vez usted está pensando para si mismo, “Yo creí que estas cosas eran los resultados de mi
salvación”. O tal vez usted haya notado que algunas veces es difícil determinar exactamente a cual
bautismo se refieren ciertos pasajes: bautismo en Cristo o bautismo en agua. Esta confusión es
significativa en que nos indica el lugar que ocupa el bautismo en agua dentro de la experiencia de la
salvación.

En Marcos 16:15-18, Jesús comisiona a Sus discípulos antes de irse al cielo. Copie el versículo
16ª:

Jesús es muy claro al unir las creencias con la respuesta visible del bautismo. En Hechos 2:38,
Pedro acaba de predicar un mensaje poderoso al cual hizo que los oyentes exclamaron, “¿Qué
debemos hacer?” Anote las instrucciones de Pedro.

Nuevamente vemos en Hechos 22, que Pablo está haciendo un recuento de la historia de su
conversión. Lea las palabras de Ananías en los versículos 14 - 16. Anote las instrucciones del
versículo 16.

Parece muy claro que de estos pasajes el bautismo era considerado como parte integral de la
experiencia de la salvación en los días de la iglesia primitiva. Es más en 1 Pedro 3:21, Pedro dice
que “el bautismo ahora nos salva”. Lea todo el versículo y cópielo a continuación.

Parecería que es bíblicamente ordenada que la respuesta del arrepentimiento y de la fe es el


bautismo de agua. De esto ser verdad, ¿cómo y cuándo se debería realizar la ceremonia del
bautismo? Una ves al año y en determinado fecha ordenada por la iglesia o la tradición? Examine
los siguientes pasajes e indique cuándo se realizó el bautismo en cada caso.

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Hechos 2:41

Hechos 8:12

Hechos 8:35-39

Hechos 10:44-48

Hechos 16:30-34

No es de sorprenderse que los escritores del Nuevo Testamento no hayan sido cuidadosos en
indicar con precisión qué tipo de bautismo ellos estaban predicando. Están entremetidos. Cuando
uno se arrepentía y creía, inmediatamente era bautizado en agua. En la obediencia a este acto,
Jesús quitaba de la persona la vieja naturaleza y el Espíritu Santo lo bautizaba en el cuerpo de
Cristo. Verdaderamente el hombre viejo era enterrado y la persona se resucitó a una nueva vida.
¡Alabado sea Dios! ¡Eso es lo que El desea!.

Tal vez usted esté diciéndose, “No he sido yo bautizado desde que he creído. ¿Significa acaso
que no soy verdaderamente salvo?” La salvación es un término muy amplio que cubre el pasado (el
momento en que usted creyó), el presente (la obediencia diaria) y el futuro (la glorificación de su
cuerpo al regreso de Cristo). Si usted nunca ha oído que el bautismo en agua era la respuesta
correcta a su fe y arrepentimiento, probablemente no es responsable del pasado. Pero si en este
punto, habiendo escuchado claramente la palabra de Dios, usted escoge el no ser bautizado lo más
pronto posible, existe entonces una sería duda acerca de su salvación. Si usted sabe lo que Dios
quiere que haga y no lo hace, eso es pecado (Santiago 4:17).

Tal vez usted está pensando, “He sido bautizado desde que creí pero no creo que mi vieja
naturaleza haya sido quitada de mi. Todavía tengo que luchar contra el pecado, y mucho del tiempo
vivo vencido.” Una vez más, como en toda la vida cristiana, la respuesta es su fe. Su salvación fue
lograda hace dos mil años cuando Jesús murió en la cruz y resucitó; pero hasta que usted uniera su
fe con aquel hecho, la muerte de Jesús no fue efectiva en su vida. La gracia de Dios nos viene a la
medida de nuestra fe. Claro que nunca es tarde para empezar, puesto que el tiempo es irrelevante
para Cristo. Si al oír la verdad de la palabra de Dios acerca del bautismo en agua, usted une su fe
con el conocimiento, la gracia dada a usted al tiempo del bautismo se convertirá en algo efectivo en
su vida. En este momento y en su corazón, vuélvase al momento de su bautismo, y reciba la
circuncisión de su corazón, la cual Cristo proveyó para usted. Utilice los ojos de su corazón para
viajar a través del tiempo, y utilice los oídos de su corazón para escuchar las palabras que Dios tiene
para usted.

Existen otras dos preguntas que debemos estudiar antes de dejar el tema sobre el bautismo en
agua. La primera probablemente ya ha sido contestada en la discusión anterior y se refiere a la
práctica del bautismo de infantes. ¿Es esto bíblicamente aceptado? Para contestar esto,
estudiemos los requerimientos dados en el Nuevo Testamento para aquellos que reciben el bautismo
en agua. Por favor anote los requerimientos encontrados en cada versículo.

Hechos 2:36 y 41

- 41 -
Hechos 2:38

Hechos 8:12

Hechos 8:36-38

Hechos 16:14-15

Hechos 18:8

Por favor haga un resumen de lo dicho anteriormente e indique el significado que esto tiene
concerniente a la práctica del bautismo de los infantes.

Aquellos que están a favor del bautismo de los infantes encuentran apoyo bíblico en los pasajes
de Hechos que hablan acerca de que todos los miembros de la casa deben ser bautizados, Se
asume que en cualquier hogar del Nuevo Testamento, habría infantes en el hogar y que los infantes
estarían incluidos en el bautizo. Revisemos los dos pasajes y determinemos exactamente lo que
ellos dicen.

Por favor lea Hechos 10:23-48. Aquí tenemos la historia de la salvación que llega a la casa de
Cornelio. ¿Que nos dice cada uno de los siguientes versículos acerca de las personas que fueron
bautizados en el versículo 48.

Hechos 10:24

Hechos 10:33

Hechos 10:44

Hechos 10:45-46

Parecería que de estos versículos no se encontraron infantes en este hogar.

Pero ¿qué de la casa del carcelero de Felipo? Lea Hechos 16:23-24 e indique lo que estos dicen
acerca de aquellos bautizados en cada uno de los siguientes versículos.

Hechos 16:32

Hechos 16:34

Nuevamente aquí no se indica la presencia de infantes entre los bautizados.

La otra pregunta tiene que ver con quién será la persona que hace el bautismo. La iglesia
moderna limita este privilegio solamente a clérigos ordenados. Una vez más debemos cuestionar el

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fundamento bíblico de esta práctica. En Mateo 28:18-20 Jesús comisiona a Sus discípulos. A través
de los años, la iglesia evangélica ha aceptado que la comisión no es simplemente para los doce o los
setenta sino para todos Sus discípulos. Muchos sermones se han predicado sobre el texto, “Id a todo
el mundo y haced discípulos a todas las naciones.” Pero el versículo no se queda allí, porque dice
que los mismos bauticen y enseñen.

En Hechos 8:34-39 vemos a Felipe presentándole a Jesús a un eunuco etíope, quien responde
en fe y pide ser inmediatamente bautizado. Felipe no lo envía de regreso a Jerusalén a los apóstoles
ni tampoco al pastor del pueblo vecino, sino más bien inmediatamente él mismo lo bautiza. ¿Quién
es Felipe? En Hechos 6:1-6 se nos dice que es un diácono que ha llegado a ser evangelista.

Saulo fue bautizado por “un discípulo llamado Ananías” (Hechos 9:10, 17-19). La familia y
amigos de Cornelio fueron bautizados por “unos hermanos de Jope” (Hechos 10:23, 44-48).
Parecería que bíblicamente cualquiera que era usado por el Señor para guiar a otro a la salvación,
era también utilizado para administrar el sacramento del bautismo. Es solamente en nuestra falsa
dicotomía de “clérigos y laicos” que encontramos restricciones para ministrar el bautismo. Si es que
el bautismo debe realizarse inmediatamente después de de la confesión de fe o conversión, es lógico
que el “evangelista” que empezó la obra debe terminarla.

Para aquellos que encuentren que esto es muy radical como para aceptarlo, una solución posible
sería que el “evangelista” ministre el bautismo junto con el “pastor”. Hemos encontrado que es una
muy buena práctica en una de las iglesias que hemos pastoreado. Se puede organizar un culto de
bautismo en cualquier momento luego de que una persona haya recibido a Cristo. El “nuevo bebe”
daría testimonio de su arrepentimiento y fe, y el “padre” [el evangelista quien lo guió a confesar sus
pecados] y el pastor ministrarían juntos el bautismo.

¿Es este todo el “paquete de salvación”? Nos hemos arrepentido, hemos sido bautizados en
Cristo por el Espíritu, hemos sido bautizados en agua por un creyente, y nuestro corazón ha sido
circuncidado por Cristo. ¿Hemos finalmente cumplido con la experiencia de la salvación que nos
indica el Nuevo Testamento? Creo que no. Por favor escriba nuevamente las palabras de Pedro en
Hechos 2:38.

Inmediatamente después de resucitar a esta nueva vida, Dios desea que recibamos el poder
necesario para nuestra vida diaria. En ese momento los ministros deben poner sus manos sobre “el
bebe” y orar para que reciba el bautismo en el Espíritu Santo.

3. EL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO

Existen tres cosas básicas que el Espíritu Santo hace en la vida del creyente.

1. En la salvación - El Espíritu Santo vive en el corazón del cristiano y al nacer de nuevo le da


también un corazón nuevo. El poder de Dios ha venido a vivir dentro del hombre. Anote lo que
los siguientes versículos dicen acerca de esto.

Ezequiel 36:26-27

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1 Corintios 6:17

Romanos 8:9

Romanos 8:15

En el momento de la salvación un gran cambio se produce en el corazón del individuo, uno


recibe la Divina Naturaleza de Dios dentro de su espíritu (II Pedro 1:4), a través de nuestra vida, “el
Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios”. (Romanos 8:16) claro
que esta vida dentro de nosotros es sólo el principio del trabajo del Espíritu Santo. Esta semilla
sembrada profundamente desea crecer y crecer dentro de mi hasta que me controlo totalmente. Por
lo tanto empieza el proceso de permitir “que el poder interno” crezca de adentro hacia afuera
(Filipenses 2:12-13). Eso nos trae a un segundo camino en el que el Espíritu Santo quiere trabajar
en nuestras vidas.

2. El bautismo en el Espíritu Santo -Es una experiencia en donde el paso de oración de fe dado
por los creyentes confía las funciones y capacitaciones de su alma a las impresiones espontáneas,
intuitivas y gentiles del Espíritu, uniéndonos así al poder y facultades de Su Espíritu en una
dimensión nueva. Este paso abre la puerta para que el poder interior fluya hacia afuera, por lo que
esta experiencia se le llama “dar poder”, también es conocida como el bautismo en el Espíritu Santo,
debido a la capacidad de nuestra alma para ser sumergida en el fluir del Espíritu Santo, a tal punto
que ahora se dice que el Espíritu descansa sobre el creyente. Podemos ver ahora que el Espíritu ha
ido de una simple entrada a la persona a una nueva posición la cual se descansar o sumergirse en
El. Indique lo que los siguientes versículos enseñan con relación al bautismo en el Espíritu Santo.

Lucas 3:16

Lucas 24:49

Hechos 1:8

Hechos 2:1-4

Aquí vemos que Jesús iba a cubrir a Sus discípulos con poder, bautizándoles en el Espíritu Santo
y haciéndoles testigos más efectivos, prueba de ello encontramos en Hechos capítulo 2.

Por lo tanto el bautismo en el Espíritu Santo es una experiencia de poder que equipa a la
persona para un ministerio. No es la misma toma de poder (que ocurre en la salvación), como

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podemos ver en la siguiente ilustración. En Juan 7:38-39 Jesús nos dice que ríos de agua viva
fluirán de los corazones de los creyentes luego que Jesús haya sido glorificado. El día que Jesús
recibió Su cuerpo glorificado, El se reunió con sus discípulos (Juan 20:21-22), y respiro sobre ellos
ordenándoles recibiesen el Espíritu Santo. En este punto los discípulos nacieron de nuevos y ríos
de agua viva empezaron a fluir de sus corazones, la salvación había llegado al hombre. Cuarenta
días después (Hechos 1:3) Jesús reunió a sus discípulos para que esperasen el bautismo del Espíritu
Santo (hechos 1:5), lo cual ocurrió diez días después en Hechos 2:1-4. Puede ver ahora que el
permanecer del Espíritu Santo en una vida y el bautismo del Espíritu Santo no son la misma
Experiencia.

Podemos ver que el bautismo en el Espíritu Santo generalmente está conectado con el hablar en
lenguas como ocurre en Hechos 2:1-4. El hablar en lenguas es uno de los nueve dones del Espíritu
Santo mencionados en I Corintios 12:7-11, es una habilidad dada por Dios para hablar
sobrenaturalmente en otro idioma. Permítame repetir y aclarar una frase que dije anteriormente, “el
bautismo en el Espíritu Santo es una experiencia en donde el cristiano en oración da un paso de fe y
confía el funcionamiento de las capacidades de su alma a las impresiones espontáneas, intuitivas y
gentiles del Espíritu Santo que mora en él; por lo tanto uniendo el poder de Su Espíritu a las
facultades de su nueva mente en dimensiones nuevas. Cada parte de lo dicho anteriormente tiene
un gran significado.

1. Es una experiencia que abre las puertas del espíritu, no es el fin total.

2. Es realizado en oración y en fe.

3. Requiere el ser devoto.

4. Uno debe ser salvo.

5. Uno debe entregar el control de su espíritu al Espíritu Santo.

6. Una nueva dimensión se abre a la vida de la persona.

7. El Espíritu guía a través de impresiones suaves, intuitivas y espontáneas.

Ahora examinemos el hablar en lenguas, como una de las más simples expresiones del trabajo
del Espíritu Santo controlando su alma. Como un creyente devoto deseando sinceramente dejar fluir
el poder del Espíritu Santo a través de su vida, trato de buscar una manera de que el Espíritu
controle mi alma. Se que cuando he pedido que el espíritu se mueva más en mí, El no me dará un
pez (el trabajo de mis manos) o una culebra (una imitación satánica). Lucas 11:11-13.

Por lo tanto en fe le busco a Él, y sé que debo “desear sinceramente los dones espirituales” I
Corintios 14:1. Parece que el don más fácil e inmediato de conseguir, como se expreso en el día de
Pentecostés, es hablar en lenguas. Por lo tanto que pido a Dios que me de este primer don.
Recuerdo que como Pedro camino en el agua y tuvo que dejar todas las dudas de su mente al rhema
de Cristo, el tuvo que cooperar con el poder sobrenatural de Dios, saliéndose del bote y por lo tanto
dando la oportunidad que el milagro siga sucediendo.

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Por lo tanto en fe entrego el control de mi alma y mi lengua al Espíritu, claro que continúa
caminando (hablando), por lo tanto proveyendo el espacio para que el milagro se realice. Estoy en
un punto crucial de mi experiencia cristiana, una maniobra que abrirá muchas puertas en mi vida
espiritual. Empiezo creyendo en fe que el poder de Dios que vive en mi vida y puede fluir en una
manifestación natural, si es que le entrego todas mis capacidades. En este punto de mi fe El será el
que llene mis necesidades o yo seré un tonto por creerle. Al entregarle mi fe, el control de mi
lengua, mi alma y mi espíritu, en fe continúo hablando y creyendo que desde que yo no controlo la
formación de estas sílabas, sino que más bien estoy buscándole a El, El las tomará y empezará a
guiar gentilmente desde dentro de mí. Muchas veces soy poco sensitivo a la guía del Espíritu y casi
no percibo que El será allí, pero al continuamente entregarle el control que mi alma y de mi lengua,
encuentro que cada estoy más consciente y sensitivo al poder y movimiento del Espíritu habla
misterios… para edificación…” (I Corintios 14:2-4).

Por lo tanto el hablar en lenguas tal vez haya empezado como un pequeño acto de fe pero ahora
es guiado por el gentil movimiento del Espíritu Santo que vive en nosotros. Una vez que esto haya
sido establecido el área de hablar en lenguas, es relativamente simple continuar. (I Corintios 12:7-11).

Usted notará muy a menudo que en el libro de los Hechos, el bautismo en el Espíritu Santo y el
don de hablar en lenguas era transmitido por la imposición de manos. Es obvio que este no es el fin
de don, sino más bien el principio de una nueva dimensión en la vida de una persona, la cual es
mantenida por la constante llenura del Espíritu. (Efesios 5:18). Usted debe recordar que el Espíritu
entra en usted en el momento de la salvación, descansa en usted en el momento del bautizo y en la
experiencia final El lo llena continuamente.

3 La continua llenura del Espíritu Santo – Copie Efesios 5¨18

En el griego está frase en un modo imperativo e indica una orden y no una opción. Es en el
modo presente que esta se convierte en algo continuo o en una acción repetitiva. En la voz pasiva
en cambio significa algo hecho dado a Usted (por ejemplo el ser lleno).

Por lo tanto la experiencia de ser lleno con el Espíritu Santo es una orden y experiencia repetitiva
que nos permitirá a nosotros actuar en el Espíritu Santo. En el contexto de la primera parte del
versículo, en vez de someterse al control del vino, uno debe someterse al control del Espíritu Santo
que mora en nosotros. Obviamente en este punto del bautismo en el Espíritu Santo damos por
sentado que nos hemos sometido y más bien al término se refiere a la experiencia de Pentecostés.
Hechos 2:4). Son embargo cuando la Biblia habla ya sea de la salvación o el bautismo en el Espíritu
Santo usa el modo aorístico (Juan 3:3, Hechos 10:45; 1-5). El modo aorístico significa que “la acción
sucedió en un punto en el pasado pero sus resultados continúan hasta el día de hoy. Obviamente
nosotros reconocemos que esto es verdad en la salvación, ya que en un punto en nuestra vida
nacemos, pero los resultados y acciones duran toda nuestra vida, esto es también verdad en el
bautismo del Espíritu Santo. Usted es bautizado una vez pero la apertura de su espíritu se mantiene
durante el resto de su vida, claro que el sometimiento cada momento de nuestras vidas es una

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acción continua. Esto es demostrado en Hechos 4:31 donde Pedro y Juan son llenos una y otra vez
recibiendo poder cada vez que lo necesitaba.

Por lo tanto yo veo al bautismo del Espíritu Santo como uno de los tres movimientos que el
Espíritu Santo tiene en nuestra vida, y si está no es llenada constantemente, dará como resultado
una experiencia débil e inconsecuente. La llenura del poder se da cuando uno camina a través de
las tres experiencias del Espíritu Santo: estar constantemente en comunión con el rhema, la visión
que Dios en fe, y permitir que salga el fluir de la vida que está nos ha dado. Escriba a continuación
los pensamientos acerca de en qué punto de estas tres experiencias se encuentra su vida y que es lo
que Dios le está diciendo.

BAUTIZADO EN PODER

Aun cuando la Iglesia empezó en Juan 20:20, Jesús la instruyó para que ESPERE el poder de lo
alto para empezar el ministerio (Hechos 1:4-5). Recibió el poder de lo alto en Hechos 2:1-4 cuando
recibió ambos, el bautismo en el Espíritu Santo y la llenura del Espíritu Santo, por lo que se
convirtieron en un gran poder espiritual ante el mundo. El siguiente cuadro explica LAS TRES
OBRAS DEL ESPÍRITU SANTO.

BAUTISMO EN LLENURA DEL


SALVACIÓN
ESPÍRITU SANTO ESPÍRITU SANTO
Persona sometida
Espíritu Santo habita en Espíritu Santo viene continuamente al Espíritu
LA EXPERIENCIA la persona sobre la persona Santo
PALABRA CLAVE QUE
“EN” “SOBRE” “LLENO”
DESCRIBE EL PUESTO
DEL ESPÍRITU SANTO Juan 7:38-39 Hechos 1:8 Efesios 5:18
Efesios 5:18: No os
Romanos 8:9: Si alguno Lucas 3:16: El os embriaguéis con vino en
TEXTOS no tiene el Espíritu de bautizará en el Espíritu lo cual hay disolución,
Cristo, no es de El. Santo y fuego. antes sed llenos del
Espíritu

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ÉNFASIS DE GRUPOS
DENOMINACIONALES Bautistas Pentecostales Metodistas
Salvación
(Romanos 10:9-10) Bautismo en el Espíritu Lleno del Espíritu
Habitar adentro Santo (Hechos 1:5) (Efesios 5:18)
NOMBRES VARIOS (Juan 7:38-39)
Dotado de poder Santificación
DADOS A LA Nacer de Nuevo
(Lucas 24:49) (1 Tes. 5:23)
(Juan 3:3)
EXPERIENCIA Bautismo de poder Permaneciendo
Bautismo al cuerpo de
(Hechos 1:8) (Juan 15:4)
Cristo
(1 Corintios 12:13)

EJEMPLO DE ESTAS TRES Hechos 2:1-4 Hechos 4:31


Juan 20:22
OBRAS EN PEDRO, JUAN “Llenó la casa, descansó “Fueron todos llenos y
Y OTROS DISCÍPULOS “Reciba el Espíritu Santo”
sobre cada uno.” empezaron a hablar.”

CONOCIMIENTOS Juan 3:3: “nacido” Efesios 5:18: “ser llenos”·


Hechos 10:47:
GRIEGOS Modo imperativo,
Tiempo aorístico, la “recibieron”
orden, sin opción
acción sucede en el Tiempo aorístico
ES INTERESANTE SABER Modo presente continuo
pasado pero los Hechos 1:5: “bautizado”
QUE LOS TRES o acción repetitiva
resultados continúan. Voz pasiva -
TRABAJOS ESTÁN EN Voz pasiva - ser siendo
Voz pasiva - hecho a adquirir, no lograr.
TIEMPO PASIVO lleno
usted.
El bautismo del Espíritu Es solamente a través de
ALGUNAS Santo abre la puerta para un caminar constante en
La salvación le salva. una experiencia directa sumisión que el poder
CONSIDERACIONES
con Dios. empieza a fluir.
Su espíritu está Su ser total, cuerpo, alma
Su alma se reconecta
fusionado al Espíritu de y espíritu, son sensibles
con su espíritu.
Diosl. al Espíritu de Dios.
Arrepentimiento de los
PREPARACIÓN Espere calladamente No tener confianza en la
pecados y creer en Jesús
PERSONAL PARA RECIBIR (Hechos 1:4, Sal 46:10) carne (Filipenses 3:3).
(Hechos 2:37)

Sométase :
Confesión de que Jesús especialmente lo
es su Señor. (Romanos Meta personal: ser
más difícil de
10:9-10). encontrado en Cristo.
dominar, la lengua.
(Filipenses 3:8)
(Santiago 3:1-8;
Hechos 2:4)
Siente en lo más
Hablar en fe, confiando Constantemente afinado
profundo que es un Hijo
que el Espíritu le dé las a la voz y la presencia de
de Dios.
palabras. (Hechos 2:4) Dios. (Romanos 8:14)
(Romanos 8:9, 14-16)
El ministerio de Cristo y la Iglesia Primitiva, apoderado del Espíritu, será renacido
PENSAMIENTO FINAL
a medida que caminemos a través de todas las tres experiencias del Espíritu Santo

DESARROLLO HISTÓRICO RECIENTE DE LA VERDADES ESTUDIADAS


Las verdades básicas mencionadas anteriormente fueron establecidas en 1987 en el libro de
James NcConkey titulada “The Threefold Secret Of The Holy Spirit” (Los Tres Secretos del Espíritu
Santo), que se vendió miles y miles de copias. Tres años después en la Escuela Bíblica de Topeka
inició el gran derramamiento pentecostal.

TRES PERSPECTIVAS DEL VALOR DE HABLAR EN LENGUAS

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1. Es la puerta que provee el medio de contacto directo con Dios y que ayuda a entender el
significado de la experiencia y su vitalidad, conectándole directamente al centro de todo que
es Cristo Jesús.

2. El hablar en lenguas se convierte en el centro mismo de la vida cristiana. Cuando Cristo que
debe ser el centro de nuestra vida es desplazado por una experiencia el crecimiento cristiano
se detiene.

3. El abandonarse deliberadamente y racionalmente y sin sentido a las fuerzas hostiles del


mundo espiritual, resultará en un desastre espiritual

¿Para usted cuál es el valor que la Biblia da al hablar en lenguas?

UN PENSAMIENTO DIGNO DE CONSIDERARSE


Algunas vez usted se ha cuestionado el hecho de cómo algo que usted no entiende puede
transformar su ser (por ejemplo las lenguas). Los psicólogos han encontrado que los sueños
transforman su ser sin que esté consciente de ella, a conscientemente los entienda, si usted es
privado de los sueños, podrá tener un colapso mental.

Por lo tanto si los sueños pueden proveerle de sanidad y salud, cuanto más las lenguas que
vienen de su Espíritu podrán traerlas una sanidad espiritual, mental y emocional.

4. BAUTISMO DE FUEGO
Cuando Juan el Bautista estuvo profetizando acerca de aquel que debía venir después de él, el
declaro que Jesús bautizará con el Espíritu Santo y fuego (mateo 3:11). Hasta ahora hemos
descubierto que el Espíritu Santo nos bautiza en Jesús, y Jesús nos bautiza en Espíritu Santo. Pero
¿Cómo puede ser esto de un bautismo de fuego? De seguro no parece algo que me gustaría, es
mas parece algo totalmente desagradable. Pero conociendo la profundidad de Su amor para mi, yo
no rehusaría a aceptar algo de Su mano.

¿Cuál es propósito del Bautismo con fuego? Dios no ha dado por lo menos tres ilustraciones que
nos aclaran Su trabajo de esta manera. El primero se encuentra en Proverbios 17:3, por favor copie
a continuación:

El oro y la plata tienen muchas impurezas y de esa manera es un material inútil. Con el fin de
separar lo precioso de lo común, se debe aplicar gran calor. De la misma manera nuestros

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corazones tienen cosas valiosas y cosas que no sirven para nada por lo tanto Dios muchas veces
tienen que “subir el calor” de nuestras vidas con el fin de quitar las impurezas existentes.

La segunda ilustración se encuentra en Mateo 3:11-12 por favor copie el versículo 12

El lugar de fuego en esta descripción es ligeramente diferente. Aquí vemos a Cristo como el
granjero que está sembrando trigo. Los granos han sido separados en el tamo luego de ser
golpeado repetidamente. La “purificación” ha sido terminada ahora limpiará los desperdicios. El
buen trigo será reunido y puesto en el granero hasta que se lo necesite pero los desperdicios serán
quemados en el fuego, ya que el granjero no va dejarlos amontonados en algún sitio para que el
viento los esparza. Nunca dejaría que se mezcle con el grano limpio, el va a deshacerse de los
desperdicios para que estos no contaminen su cosecha.

La tercera ilustración sobre el bautismo de fuego se encuentra en Romanos 9:20-21. Lea estos
versículos y copie el versículo 21.

En los tiempos del Nuevo Testamento había dos maneras de hacer los vasos de barro, si no
deseaba gastar mucho tiempo y dinero en platos elegantes para su uso diario, simplemente
moldeaba con barro un plato y lo sacaba a secar al sol. Este tipo de utensilio se rompía o
desquebrajaba muy fácilmente, pero no importa ya que era muy barato conseguir uno nuevo. Por
otro lado si la familia necesitaba plato especialmente para ciertas ocasiones, también formaban
utensilios de barro pero en vez de secarlos al sol se los horneaba en un horno, estos eran muy caros
pero también duraban más. En 2 Timoteo 2:21 vemos que podemos escoger: podemos mantenernos
como vasos comunes o “podemos ser instrumentos para honra, santificados y útiles para el Señor, y
dispuestos para toda buena obra”. Por favor lea 2 Timoteo 2:14-25 e indique qué debe limpiarse con
el fin de convertirnos en vasos para su honor.

Por lo tanto, parece existir por los menos tres propósitos en el bautismo de fuego:

1. Separar lo santo de lo sucio.

2. Destruir lo sucio

3. Hacernos fuertes y hermosos

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En otras palabras, el fuego es lo que nos hace semejantes a Jesús. Lea 1 Pedro 4:12-19 e
indique cuales son las tres cosas que usted tiene que hacer cuando esta pasando por este fuego
(versículos 13, 16, 19):

Pedro nos dice que debemos regocijarnos con la exaltación de la revelación de Su gloria, si es
que compartimos Sus sufrimientos. Por qué? Porque cuando el se ha revelado, cuando aparezca,
seremos como El (I Juan 3:2). Es el fuego el que nos conformará a la imagen de Cristo, por lo tanto
regocijemos, considerándolo todo como gozo cuando nos enfrentamos a pruebas o tentaciones,
sabiendo que esta prueba de su fe producirá paciencia. Permita que el fuego tenga su resultado
perfecto, no huya de El, no salga corriendo del horno, permita que el fuego haga su trabajo para que
sea perfecto, maduro, completo y no le falte nada (Santiago 1:2-4).

Por favor medite en Romanos 5:3-5 y anote las revelaciones que Dios da a su corazón a través
de Su palabra.

ANOTE

Todas estas palabras son buenas pero yo soy una persona realista y deseo saber cómo
exactamente las pruebas y tentaciones me puedan hacer como Jesús. Me parece que cuando soy
tentado ni siquiera respondo como El lo haría y durante los tiempos de prueba ni siquiera me parezco
a Él. Cómo puedo dejar que el fuego haga su trabajo.

Nuestra respuesta es el factor principal. Por ejemplo cuando somos fuertemente tentados
tenemos ante nosotros por lo menos tres opciones:

1. Podemos rendirnos y hacer lo que nos llama la atención. Pero al ser “buenos cristianos” no
podemos hacerlo y debemos resistir. ¿Pero cómo?

2. Podemos aguantar y poner toda nuestra voluntad para “ganar la victoria a favor de Cristo”
(ojalá) pero algunas veces no ganamos y nuestra manera de vivir es una carga pesada. Esta
no es la manera de Cristo, no es el camino de gozo ni de vida abundante, debe haber otra
manera. Gloria a Dios si la hay.

3. Podemos deliberadamente y el fe volvernos a Cristo, confesar nuestra debilidad y confiar en


que Su fuerza nos ayudará a vencer. Es en este paso a paso de conciencia y dependencia
que Jesús nos cambiará a Su imagen.

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Es el fuego el que nos acerca a Jesús, el centro de nuestra vida sólo ahí obtendremos perfectos
resultados, al mirar la gloria de Dios como en un espejo, mirarnos a Jesús cuando nos vemos a
nosotros mismos y somos transformado a su misma imagen de gloria en gloria (2 Corintios 3:18).

Las pruebas tienen una misión, cuando sus relaciones con su familia y amigos están en pedazos,
cuando ha perdido su trabajo, hogar, su dinero, su reputación, su salud, y aun no se siente “en
familia” en su iglesia, que puede hacer?, debería usted “acusar a Dios y morirse”? o debe permitir
que el fuego haga su trabajo? Dejar que todo sea consumido y encontrar una satisfacción solamente
en su presencia. Corra a Él cuando las pruebas amenacen destruirle, escóndase bajo la sombra de
su ala y encuentre descanso para su ala. Regocíjese sabiendo que El está haciendo lo que es
correcto. Deje que el fuego queme todo lo que no vale en su vida

Las pruebas y las tentaciones son parte del bautismo de fuego pero creo que hay un elemento
más, copie Hebreos 12:29

Cuando somos bautizados en Cristo y el Espíritu Santo, somos bautizados en fuego de la


santidad de Dios. Al permitir que el Espíritu Santo nos revele a Cristo, Cristo nos revela al Padre,
haciéndonos más conscientes de la santidad de Jehová. Cuando el señor se apareció a Moisés en la
zarza ardiente, El le reveló su Santidad: “quita tu calzado de tus pies, porque el lugar donde tu estas
tierra santa es” (Éxodo 3:5). Una y otra vez tanto en el Antiguo como Nuevo Pacto Dios habla a su
gente y le dice “sean santos como Yo soy santo”. Mientras más nos adentramos en el fluir del
Espíritu más escucharemos el llamado a ser santos en Dios. Mientras más tiempo pasemos en
comunión con El, más escucharemos Su llamado a la pureza, a la perfección y a la justificación. Al
estar frente al fuego de nuestro Santo Dios nos damos cuenta de nuestra suciedad y lloramos como
Isaías diciendo “pobre de mi porque estoy perdido”. Nuevamente el Señor llena nuestras
necesidades y aun nos las revela, y cuando confesamos nuestro pecado a Él, nos responde “su
iniquidad ha sido quitada, su pecado ha sido perdonado”.

- 52 -
RESUMEN DE LOS CUATRO BAUTISMOS DEL NUEVO TESTAMENTO

Versículo El que
Nombre del El que es En que es Propósito o
realiza el
Bautismo Clave bautizado bautizado resultado
bautismo
1.- Estamos en
Cristo.
2.- Cristo está
en nosotros.
Bautismo en Espíritu Creyente Cuerpo de
I Cor. 12:13 3.- Somos
Jesús Santo Arrepentido Cristo
parte de la
Iglesia
Universal

Circuncisión del
Bautismo
Nuevo corazón
Cristiano en Hechos 8:38 Discípulos Agua
Creyente realizada por
agua
Cristo
Bautismo en
Espíritu Poder en el
Espíritu Lucas 3:16 Jesús Creyente
Santo ministerio
Santo
Hacernos como
Bautismo de Cristo
Lucas 3:16 Jesús Creyente Fuego
fuego Santificación,
Purificación

- 53 -
CAPITULO 5 – IMPOSICIÓN DE MANOS

Al estudiar detalladamente la Palabra de Dios, se nos revela que existen siete razones
diferentes del porqué se ordena practicar la imposición de manos. Algunos de estas funciones
tienen que ver la una con la otra, pero las estudiaremos separadamente para más detalle.

1. Impartir una bendición

La primera vez que en la Biblia aparece la imposición de manos es en el Libro de los Inicios,
Génesis 48:8-20. Por favor lea todo el pasaje antes de continuar con este estudio.

Aquí vemos a Israel (Jacob) en el lecho de muerte, dando una bendición especial a sus dos
nietos Manasés y Efraín. Estos eran hijos de José, su amado hijo, que fue separado de él pero
que ahora estaba a su lado. Cuando José los trajo ante su padre, colocó al primogénito a la
derecha de Israel y a Efraín a su izquierda. Pero Israel deliberadamente cruzó sus manos
colocando su mano derecha sobre el hijo menor. Esto disgustó a José, quien trató de “corregir”
el viejo hombre; pero Israel no aceptó el cambio sabiendo la voluntad de Dios para estos dos
niños. ¿Por qué José se molestó? Ambos niños fueron bendecidos, ¿no? Obviamente José
sabía algo de la realidad de la imposición de manos, pero probablemente se había olvidado o le
estaba ignorando, ya que había mayor bendición a través de la mano derecha.

Israel (Jacob) siempre tuvo gran respeto por la bendición dada por los padres. De joven él y
su madre conspiraron para obtener mayor bendición que su hermano mayor. Esta no era una
simple ceremonia. Cuando Esaú comprendió el engaño de su hermano, lloró grande y
amargamente: “¿No has reservado bendición para mí?” Aún cuando la bendición fue obtenida
por engaños, esta no podía ser cambiada (Génesis 27).

Creo que en la actualidad los padres son negligentes en canalizar la bendición de Dios
sobre sus hijos. La mano derecha del amor de un padre tiene mayor autoridad de lo que
pensamos. Pero más allá de la bendición de un padre, puede venir la bendición de cualquier
persona que es espiritual. Cuando Jesús caminó en esta tierra, una mujer le perseguía
pidiéndole que impusiese Sus manos sobre sus hijos. ¿Por qué? Tal vez era común en ese
tiempo que los rabinos bendigan a sus niños. Por lo menos estas madres sabían que las
bendiciones, oraciones y manos de este Rabino eran muy importantes y peleaban por ello
(Mateo 19:13-15, Marcos 10:16).

¿Tiene importancia en su vida el impartir una bendición a través de la imposición de manos


por una autoridad espiritual? ¿Existen alguna respuesta que Dios quiere que sepa? Espere
calladamente delante de El por unos momentos y anote las impresiones que reciba.

- 54 -
2. Impartir el pecado con todo el castigo y consecuencia que esto requiere.

Cuando el Señor empezó hablar a Moisés en la Tienda de Encuentro, El le dio las leyes
acerca de las ofrendas quemadas para la expiación. Por favor lea Levítico 1:1-4 y copie el
versículo 4:

Aquí vemos a un hombre pecaminoso poniendo su mano sobre la cabeza de un inocente


animal, y como resultado la muerte del animal satisface la justicia de Dios, quien declara que el
alma que peca morirá, por lo que el pecado del hombre fue imputado al animal.

En Levítico 16 la ley acerca del día de la expiación es dada. Dos chivos sin mancha y
perfectos deben ser presentados ante el sacerdote, quien echa suertes sobre ellos. El uno es
sacrificado por el pecado y el otro es un chivo expiatorio. Por favor lea los versículos 21 y 22 y
anote en sus propias palabras las instrucciones que allí se dan.

De estas referencias podemos ver que el pecado y la culpa de la gente eran transferidos al
animal a través de la imposición de manos. De los pasajes anteriores, nótese Levítico 24:10-14.
¿Cuál era el significado de la imposición de manos en esta ocasión?

Cuando María y Aarón se quejaron en contra de Moisés, el Señor se movió rápidamente en


juicio para reivindicar a Su escogido (Números 12:1-11). Cuando Aarón vio que María estaba
leprosa, le suplicó a Moisés, “No pongas ahora sobre nosotros este pecado”, o más literalmente,
“no pongas encima nosotros este pecado”

¡Que hermosas ilustraciones nos ha dado para enseñarnos el trabajo de nuestro precioso
Señor “El Cordero de Dios” en quien el Señor ha puesto toda nuestra iniquidad! Lea Isaías 53:4-
6 y 10-12, teniendo en mente lo que hemos escuchado acerca de la expiación. Permita que el
Espíritu Santo le hable y le de visiones que no ha visto antes sobre Cristo. Anote lo que Dios le
revele.

3. Reconocimiento y transmisión de la autoridad espiritual.

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Los días de Moisés en la tierra estaban llegando a su fin. El Señor vino a él y le prometió
que vería la tierra prometida luego de que haya “reunido a toda su gente”. Aun luego de esta
revelación Moisés no se preocupó por sí mismo, sino por la gente que había pastoreado por
tanto años. El pidió a Dios que “ponga a un varón sobre la congregación … para que la
congregación de Jehová no sea como rebaño sin pastor” (Números 27:12-17). Entonces el
Señor le dijo a Moisés, “Toma a Josué hijo de Num, hombre de espíritu, y pon tus manos sobre
su cabeza… y le darás el cargo…” (versículos 18-19). Moisés obedeció la Palabra de Dios y al
imponer sus manos, Josué fue comisionado para tomar el lugar de liderazgo entre la gente
(versículo 19); a él se le dio la autoridad (o majestad) para cumplir con la comisión (versículo
20); fue lleno del espíritu de sabiduría y los hijos de Israel lo escucharon (Deuteronomio 34:9).

En el Nuevo Testamento podemos nuevamente ver como seres humanos son usados como
instrumentos para verificar la autoridad espiritual dada por Dios. En Hechos 6 se escuchaban
quejas de la joven iglesia. La comunidad estaba haciendo un buen trabajo de cuidado de
aquellos que estaban en necesidad, pero un grupo pensó que era rechazado. Estos judíos
helénicos (griegos) no eran palestinos, y evidentemente sus viudas estaban siendo
discriminadas. Los apóstoles pensaron que ellos deberían continuar su trabajo de oración y
ministerio de la Palabra y que no deberían hacerse problemas con los detalles de este ministerio
de benevolencia. Ellos por lo tanto dijeron a la congregación que escogieron siete hombres de
buena reputación, llenos del Espíritu y de sabiduría para que hagan cargo de esta tarea.
Cuando la congregación hizo su selección, ellos les presentaron a los apóstoles para su
confirmación. Luego de una oración los apóstoles impusieron sus manos sobre ellos y los
comisionaron para hacer el trabajo de diáconos. Como resultado de este ordenamiento en la
Iglesia, “el mensaje de Dios iba extendiéndose y el número de los creyentes se aumentaba
mucho en Jerusalén. Incluso muchos de los sacerdotes judíos obedecían la fe”. (Hechos 6:7).

La iglesia continuaba creciendo a las ciudades vecinas. Un día los profetas y maestros de
la iglesia de Antioquía estaban ministrando al Señor y ayunando cuando el Espíritu Santo les
dijo, “Sepárame a Bernabé y a Saulo para el trabajo al cual los he llamado”. Luego de muchas
oraciones y ayunos el liderazgo impuso sus manos sobre los dos y los envió, confiándolos a la
gracia de Dios. Es interesante notar que Hechos 13:3 dice que los profetas y maestros los
enviaron, pero en el versículo 4 se dice que ellos fueron enviados por el Espíritu Santo. Una vez
más vemos que los humanos son usados para cumplir la voluntad de Dios.

De estos pasajes bíblicos se parece que es una orden de Dios para aquellos que están en la
autoridad que impongan las manos sobre aquellos que han sido llamados al ministerio de Dios.
Esto imparte una comisión y la autoridad y la gracia necesaria para cumplir con lo establecido
por Dios.

Tómese unos momentos antes de continuar, para ver si el Señor tiene alguna aplicación que
El quiere que haga en su vida.

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4. El Bautismo en el Espíritu Santo es a veces dado a través de la imposición de
manos de otros creyentes.

Existen cinco sitios en la Biblia en los cuales individuos o grupos recibieron el Espíritu Santo
en el libro de Hechos. En dos de estos casos no hubo seres humanos involucrados - fue la obra
soberana de Dios. El primero de ellos fue en Hechos 2:1-4 donde los judíos recibieron este don.
El segundo está en Hechos 10:44-46 en donde toda la casa de Cornelio se convirtió en los
primeros gentiles en recibir el Espíritu. Por lo tanto la soberanía de Dios tomó la iniciativa para
dejar en claro que era El, el que estaba llamando a Sus ovejas de todas las naciones.

Examinemos las otras tres historias. Por favor lea los pasajes que se indican a
continuación y haga un resumen de los elementos importantes que el Señor le explique.

Hechos 8:14-19

Hechos 9:1-19

Hechos 19:1-7

De esto podemos ver que aun cuando Dios soberanamente nos imponga el bautismo del
Espíritu Santo, es normativo esperar esta impartición a través de la imposición de manos de otro
creyente.

5. Impartir los dones espirituales

Timoteo fue un joven pastor que ministró con Pablo. Pablo le dejó en Éfeso para pastorear
y enseñar a una iglesia allí. Antes de dejarle en un puesto tan importante y a veces hasta difícil,
Pablo se aseguró de dejarlo adecuadamente equipado para cumplir con el ministerio. Pablo le
impuso las manos junto con un grupo de líderes espirituales y con la directiva de los ancianos.

El Espíritu Santo habló profecía en cuanto a darle un don espiritual a través de las manos de
los presbíteros (2 Timoteo 1:6; 1Timoteo 4:14). Tal vez fue en el tiempo de su ordenación
cuando se le transmitió la autoridad espiritual. En todo caso Pablo pensó que Timoteo
necesitaba utilizar totalmente su don, si deseaba tener éxito en su ministerio.

En su carta a los Romanos, vemos una de las razones por las cuales Pablo creyó que este
don espiritual era muy importante. Por favor copie Romanos 1:11

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1 Corintios 12:1 dice que el Espíritu Santo distribuye Sus dones soberanamente conforme a
Su deseo. Pero como hemos visto, muchas veces El utiliza las manos humanas para ser
portadores de sus dones.

6. Una manera por la cual Dios provee sanidad es a través de la imposición de


las manos de un creyente.

Probablemente la razón más común por la cual se impone las manos es para ministrar
sanidad a los enfermos. Mientras Jesús caminó entre los hombres, una de las maneras por las
cuales El sanó fue a través del poder de Sus manos. Por favor lea Lucas 4:40 y cópielo

Cuando Jairo buscó a Jesús para que venga a ver a su hija, el le dijo, “Ven a poner tus
manos sobre ella, para que sane y viva.” El poder de Jesús al tocar fue conocido en toda la
tierra. En camino a ministrar a esta niña, una mujer que estuvo enferma por doce años, en fe
tocó su vestido, e inmediatamente “sintió en el cuerpo que ya estaba curada de su enfermedad”.
Pero ella no fue la única que sintió que pasó algo. Jesús inmediatamente supo que “poder
había salido de Él”. El sabía que tenía el poder de sanidad dentro de El, y sabía cuando era
utilizado. Este no fue solamente un simbolismo o un gesto vacío. Cuando Jesús tocó a los
enfermos, hubo una transferencia de poder (Marcos 5:22-23).

Cuando Jesús estaba por regresar a Su Padre, El dijo a Sus discípulos que tendrían la
misma experiencia. Cuando ellos fuesen a ministrar en Su nombre, tendrían el mismo poder y
autoridad en ellos. Pondrían sus manos sobre los enfermos y estos se recuperarían (Marcos
16:17-18). Pedro y Juan experimentaron esta promesa un día cuando fueron al templo a orar.
Era un día cualquiera: las mismas multitudes, los mismos mendigos, las mismas necesidades
que habían visto día tras día. Pero de pronto algo diferente surgió. De pronto ellos sabían que
tenían dentro de ellos un regalo para un cierto mendigo cojo. Pedro le dijo, “Lo que tengo te
doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda, y tomándole por la mano derecha
lo levantó …” (Hechos 3:1-10).

El imponer las manos no es la única manera que Dios utiliza para proveer sanidad. A veces
utiliza una palabra (Marcos 2:8-12). A veces es a través de las oraciones de los ancianos que
ungen con aceite (Santiago 5:14). Pero la imposición de las manos de un creyente es la manera
más común por la cual el Señor ministra la sanidad.

7. La imposición de manos es ocasionalmente utilizado para la liberación de


personas con demonios.

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Generalmente cuando Jesús encontró a personas afligidas por demonios, El simplemente
habló una palabra con autoridad y los liberó de esta cautividad. Sin embargo, un día una mujer
vino a la sinagoga donde El estaba enseñando; ella tenía una enfermedad causada por un
espíritu maligno. Ella estaba jorobada y no podía enderezarse de ninguna manera. Había sido
afligida por dieciocho años. Al verla Jesús “la llamó y le dijo: ‘Mujer, eres libre de tu
enfermedad.’ Entonces puso las manos sobre ella, y al momento ella se enderezó y comenzó a
alabar a Dios” (Lucas 13:10-13).

Es saludable recordar que esta es una excepción en vez de una regla. Normalmente no se
pone las manos sobre una persona afligida en el acto de liberación.

RESUMEN

Debe estar muy claro ahora que una verdadera transmisión, fluir, o intercambio se realiza a
través de la imposición de manos. Pablo advirtió a Timoteo, “No impongas las manos a nadie
sin haberlo pensado bien, para no hacerte cómplice de los pecados de otros. Evita todo lo malo”
(1 Timoteo 5:22). Mientras que es hermoso ver que la iglesia está redescubriendo el poder de
la imposición de manos, es importante mantener el reconocimiento de que es una
responsabilidad que acompaña el poder. A continuación unas pautas para la imposición de
manos:

1. No puede dar lo que no tiene. Se da autoridad espiritual a través de aquellos que tienen
autoridad espiritual. Así como Pedro y Juan, cuando imponemos las manos sobre alguien,
debemos saber que Dios nos ha dado algo que compartir. Dios no utiliza fórmulas mágicas y el
imponer las manos sobre alguien no es garantía para obtener los resultados deseados. La
iniciativa pertenece a Dios. El es el Bautizador en el Espíritu Santo. El es el Dador de los dones
espirituales. El es el Liberador y Sanador. A menos que estemos cooperando con Sus deseos,
a menos que Él esté dirigiendo la imposición de manos, ésta se convierte en otra forma vacía y
aún peligrosa.

2. No solamente las bendiciones y dones son transmitidos a través de las manos. El pecado,
la culpabilidad, y la responsabilidad por un pecado también pueden ser transmitidos. Esta es
una realidad espiritual. En el Antiguo Testamento vimos que los pecados de aquel que impuso
las manos fueron imputados al inocente. En el Nuevo Testamento, vemos que Pablo advierte a
Timoteo que podría compartir los pecados de otra persona si es que él impusiese las manos
sobre esa persona. Se debe ejercitar sabiduría y precaución al administrar o recibir este don Si
estamos verdaderamente convencidos de la realidad espiritual involucrada, no vamos a recibir la
imposición ni darla sin considerar lo dicho anteriormente.

Habiendo recibido estas precauciones, recordemos el por qué estamos estudiando esta
práctica. Esta es una de las doctrinas que el escritor de Hebreos incluye en las doctrinas
básicas del cristianismo Más de una de estas nos indica la necesidad que tenemos el uno del

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otro y el porqué Dios nos ha colocado en Su cuerpo. Como en otras partes de las Escrituras,
vemos que Dios a veces se confina a actuar a través de instrumentos humanos. Cuando esto
se realiza por fe y de acuerdo a la iniciativa de Dios, las manos del creyente pueden ser los
canales de la “dinamita” de Dios.

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CAPITULO 6– LA RESURRECCIÓN DE LOS MUERTOS
Existen tres aspectos en la doctrina de la resurrección de los muertos, todas de ellas
importantes en la vida cristiana.

1. La resurrección de Jesús

2. Nuestra resurrección espiritual en Jesús

3. La resurrección de nuestros cuerpos

Examinaremos cada uno de los puntos anteriores anotados el efecto particular que estos
tienen en nuestras vidas el día de hoy.

La resurrección de Jesús es el evento más importante de toda la historia. Si Cristo no


hubiese resucitado de los muertos, indicaría que Su sacrificio no fue aceptado a cambio de
nuestro perdón. Nuestra fe sería en vano, no habría la salvación de nuestros pecados. Lea y
copie los siguientes versículos:

1 Corintios 15:14-17

Romanos 10:9

La resurrección de Jesús alcanzó y declaró varias cosas importantes. Lea los versículos
que se dan a continuación e indique lo que cada uno nos enseña acerca de la resurrección de
Jesús, permita que el Espíritu Santo le ministre a medida que Usted medita.

Romanos 1:4

Hechos 26:23

¿Cuál es la luz que El proclamó? Cuando Simón cogió al infante Jesús en sus brazos el
bendijo a Dios, que le permitió ver la salvación de Dios “la luz para revelación de los gentiles”
(Lucas 2:23). En II Corintios 4:4 Pablo habla de los incrédulos que son ciegos para que a ellos
“les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”. En
otras palabras, por Su resurrección, Jesús fue el primero en proclamar la revelación de las
buenas nuevas de la salvación a todos los hombres.

Romanos 4:20-25

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Romanos 4:19; Filipenses 2:9-11; Efesios 1:20-23

1 Corintios 15:20-22

Debido a que Cristo es el primer fruto de la resurrección podemos aprender mucho de la


resurrección de nuestros cuerpos. Estudiaremos esto al examinar la futura resurrección de los
creyentes.

NUESTRA RESURRECCIÓN EN JESÚS

Ya hemos estudiado acerca de nuestra resurrección en Cristo, en el tema acerca de nuestro


bautismo en Cristo. Aquí revisaremos acerca de la nueva vida que debemos vivir.

Estudie los siguientes pasajes bajo la inspiración del Espíritu Santo y pídale que le dé una
revelación del conocimiento de estas verdades para que llegue a conocer su nueva vida.

Juan 5:24-25

Colosense 2:9-14 (Especialmente el 13-14)

Romanos 6:10-22

Gálatas 2:19-20

Efesios 1:18 - 2:7

- 62 -
Estas promesas de la Biblia son poderosas y cualquier palabra que yo pueda decir, lo único que
hará es minimizar su efecto. Por lo tanto, le pido que se tome tiempo y permita que el Espíritu
Santo haga penetrar estas verdades de lo más profundo de su corazón para que nunca más
camine como esclavo del pecado, sino que viva diariamente como la nueva creación que ahora
es.

NOTAS

RESURRECCIÓN DE NUESTROS CUERPOS

“Sorbida es la muerte en victoria. Dónde está o muerte, tu aguijón? Donde, o sepulcro, tu


victoria? Ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del, pecado la ley. Más gracias
sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo”.

(1 Corintios 15:54b-57)

“Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, el también participó de lo
mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al
diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos
a servidumbre.”

A través de la fe en Cristo Jesús, nosotros ya no tenemos miedo a la muerte, sabemos que


cuando nuestros cuerpos mueran nuestros espíritus estarán presentes con el Señor. En el día
de la resurrección gloriosa, nuestros cuerpos serán cambiados y viviremos para siempre en la
presencia de nuestro Señor.

Pero aun cuando el miedo la desaparecido algunas preguntas se mantienen. Como


sucederá? Conoceré a mis amados? Mantendré las heridas y las debilidades que tengo en
esta vida? Nuestro Padre entiende nuestros cuestionamientos, y con amor nos ha dado
respuestas a través de Su Palabras.

Para que no haya preguntas acerca de la promesa de la resurrección, anote lo que cada
versículo dice acerca de esto.

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1 Corintios 6:14

2 Corintios 1:9

2 Corintios 4:14

Juan 6:39, 40, 44, 54

Mi pasaje favorito acerca de la resurrección se encuentra en Daniel 12:1-3. Por favor léalo y
copie el versículo 3:

En el tiempo del ministerio terrenal de Cristo hubo aquellos que no creían en la resurrección;
ellos pertenecían a la secta de los saduceos. Un día ellos vinieron a Jesús y trataron de
engañarlo con una pregunta. Lea Lucas 20:27-30 y anote lo que Jesús enseña acerca de la
resurrección

“Amados, ahora somos hijos de Dios, y aun no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero
sabemos que cuando El se manifiesta seremos semejantes a Él, porque le veremos tal
como El es”. (1 Juan 3:2)

Nuestros cuerpos resucitados serán similares al cuerpo resucitado de Jesús, el cuerpo con
el que El apareció después de Su muerte. Ofrezca los ojos de su corazón para ser llenados por
el Espíritu Santo y lea acerca de la resurrección corporal de Jesús. Permítame que le ministre
con palabras de verdad a través de su Palabra. Anote lo que El dice en Lucas 24:25-43; Juan
20:19; Filipenses 3:20-21.

La otra gran enseñanza acerca de la resurrección corporal se encuentra en I Corintios


15:35-53. Lea el pasaje lentamente, pidiendo que el Espíritu Santo le hable a través de Su
palabra y le revele estos conocimientos. Anote Su revelación

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Nuevamente lea 1 Corintios 15:51-52 y 1 Tesalonicenses 4:13-17. Nuevamente, ofrezca su
imaginación al Espíritu Santo para que este le dé una visión de nuestro glorioso día de
resurrección. Anote lo que Él le indique.

Nuestra esperanza de resurrección tiene un profundo efecto en la manera en que vivimos


actualmente. Pablo declara que debido a esta esperanza en Dios, tenemos la certeza de que
habrá una resurrección tanto para los justos como para los pecadores, por lo que El trató de
mantener una conciencia clara ante Dios y ante los hombres (Hechos 24:14-16). Juan dice que
todo aquel que tiene su fe en El se purifica así mismo, así como El es puro (I Juan 2:3).

“Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del
Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”.

Pablo dice “si los muertos no resucitan, comamos y bebamos porque mañana moriremos”
(1 Corintios 15:32). Finalmente nuestra esperanza en la resurrección nos conforta en la muerte
de nuestro seres queridos resurrección nos conforta en la muerte de nuestros seres queridos
cristianos, sabiendo que esta separación en sólo temporal y que pronto disfrutaremos del gozo
eterno (1 Tesalonicenses 4:18).

Hasta ahora solo hemos hablado de la resurrección de los creyentes. Significa que sólo
ellos recibirán nuevos cuerpos. No Jesús dijo “Todos los que están en los sepulcros oirán su
voz, y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; más los que hicieron lo mal a
resurrección de muerte” (Juan 5:28-29). Para aquellos que no han recibido a Cristo le espera
una vida de vergüenza y confusión perpetua. (Daniel 12:1-3) y al final irán al lago de fuego
(Apocalipsis 20:12-15).

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CAPITULO 7 – JUICIO ETERNO
Hemos llegado a la última doctrina fundamental de nuestra fe: el juicio eterno. Existen
varios puntos de vista concernientes al juicio de Dios, yo no apoyo ni me opongo a ninguno de
ellos, sino que más bien trataremos de revisar las claras promesas existentes en la Palabra, sin
volvernos muy interpretativos.

La palabra “juzgar” significa “separar, hacer una distinción entre”. La Biblia claramente nos
enseña que Habrá un juicio para todos los hombres.

“Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y
después de esto el juicio”. (Hebreos 9:27).

“Porque todos comparecemos ante el tribunal de Cristo… cada uno de nosotros dará a
Dios cuenta de si”. (Romanos 14:10-12)

A más del juicio futuro que todos enfrentaremos, los justos, los malos y pecadores serán
premiados en la tierra (Proverbios 11:31). Hay juicios presentes y verdaderos tanto para los
buenos como para los malos.

Dios es le juez de todos, pero ha escogido delegar a Jesús Su autoridad en esto (Salmos
75:6-7; Hechos 17:30-31; Juan 5:22; II Timoteo 4:1). Pero Jesús no vino al mundo a juzgar y por
lo tanto dijo “la palabra que he hablado, ella les juzgará en el día postrero”. (Juan 12:47-48). En
lo concerniente al juicio eterno, en realidad no necesitamos u juez, porque nuestra propias
acciones nos separarán (Juzgaran) a nosotros mismo.

“El que en El cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado,


porque lo ha creído en el hombre del unigénito Hijo de Dios”. (Juan 3:18).

Existen ciertos principios que gobiernan el juicio divino. Es importante que los conozcamos
pues estos revelan parte del carácter de Nuestro Padre.

1. Dios juzga en forma justa, los justos y los pecadores no son tratados de la misma
manera, nuestra manera de vivir determina el futuro. (Génesis 18:25).

2. Dios juzgará a los justos con equidad (Salmos 9:7-8) esto significa que no hay
favoritismo ni parcialidades.

3. El juicio será realizado con conocimiento.

Por favor lea los siguientes pasajes y anote lo que ellos le enseñan.

Lucas 12:47-48

Mateo 11:20-24

1 Timoteo 1:13

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Juan 9:41

4. Finalmente nosotros determinamos el estándar por el cual seremos juzgados.

“Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís,
os será medido”.

“Mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará
vuestras ofensas”. (Mateo 6:15).

Existen otros criterios para el juicio además de nuestra actitud hacia Jesús. Eso determina
nuestro destino eterno. Sin embrago, cada aspecto de nuestras vidas también será juzgado.
Anote las enseñanzas de los siguientes versículos.

2 Corintios 5:10

1 Corintios 3:10-15

Mateo 12:36-37

Jeremías 17:10; Salmos 7:9b; 1 Corintios 4:5

Mateo 25:31-46

¿Quiénes son los hermanos de Cristo? (Mateo 12:50)

JUICIO PRESENTE
Creo que existe una ley básica en el universo sobre la cual el juicio está basado. La ley se
encuentra en Gálatas 6:7-9. Anótelo en el siguiente espacio.

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Esta es una ley como la ley de gravedad, del mismo manera como el mundo opera: lo que
sembramos, cosechamos. Dependemos de esta ley siempre aun en las áreas físicas; si
plantamos semillas de maíz, estaríamos muy molestos si cosechamos rábanos. Esperamos que
esta ley siempre se cumpla. Existe otro aspecto de esta ley de la cual podemos también
depender: la ley del aumento, si plantamos un granito de maíz, no esperemos cosechar un
grano, sino mucho más de los que plantamos. Si una semilla produciría un solo fruto, ni siquiera
nos molestaríamos en plantarla, esperamos recibir muchos frutos que contengan muchas
semillas, de una sola semilla. Un grano de maíz produce muchos choclos, que al mismo tiempo
contiene miles y miles de granos. Esta es la ley del aumento.

La palabra de Dios declara que la ley de sembrar y cosechar es igualmente valida en el


mundo espiritual. Si sembramos en la carne cosechamos corrupción, si sembramos en el
espíritu cosechamos vida eterna, si sembramos financieramente cosecharemos bendiciones
(2 Corintios 9:6). Si sembramos ira cosecharemos ira, resentimiento y condenación. Si
sembramos paz, cosecharemos paz, amor y aceptación. Cada palabra que usted habla, cada
hecho que realiza es una semilla plantada, la misma que crecerá y producirá una gran cosecha.

Mirémosle de otra manera, todos conocemos el poder creativo del lenguaje. Imagínese una
apalabra de ira que haya sido hablado, esta será como proyectil enviado al espacio, a medida
que viaje empieza a crecer, se le van pegando desperdicios y tierra, sigue viajando rápidamente
y va más lejos del sol. Pero la gravedad del sol tiene un efecto de bumerang, por lo que el
proyectil que ha crecido tanto regresa de la misma forma que subió. Eventualmente esta
palabra que ha sido mal sembrada, crecerá y la cosecha será grande.

Ahora imagínese que todos sus pecados están haciendo la misma cosa, todos creciendo y
regresando sobre usted. Este es un tipo de juzgamiento que no necesita de un juez, porque son
simplemente leyes de la naturaleza que están operando. Existen algunas maneras de ser
libres? Sola una. Solo una cosa puede venir entre usted y la cosecha que se merece, solo la
cruz de Cristo puede intervenir y absorber todas las consecuencias de su pecado, el
arrepentimiento atrae hacia usted el escudo de la cruz que los cubrirá.

Pero gloria a Dios, esta ley no es sólo verdaderamente en lo negativo, también opera
positivamente. Si es que usted habla una palabra de amor y perdón, si hace un acto de
generosidad, estas cosas no volverán vacías. Esto también irá a través del espacio reuniendo
luz y creciendo hasta que regresará a usted y lo cubrirá de abundantes bendiciones.

Usted puede escoger su jardín, si quiere vivir en el Edén donde existen flores fragantes y
dulces frutos. Lo que usted siembre eso cosechará en abundancia. Si siembre obras y palabras
de bondad, amor, aceptación, perdón, hospitalidad y paz. Y cosechará en forma abundante lo

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mismo. Si usted falla y siembre semilla de lujuria o ira, no deje esas semillas queden en el piso,
pues crecerán rápidamente, retire esa semilla lo antes posible, arrepiéntase y agradezca a
Cristo porque El le dará la cosecha que usted se merece.

Tómese un tiempo para revisar su vida pídale al Espíritu Santo le indique en que jardín se
encuentra. Ha sembrado las semillas que desean cosechar? Está cosechando algo que usted
no pensaba plantar? Permítale que le hable al corazón y anote lo que Él le indique.

NOTAS

Aun cuando la ley de sembrar y cosechar nos indica una manera significativa por la cual el
juicio vendrá a nosotros, la Biblia nos indica que hay veces cuando Dios especialmente actúa en
juicio, en nuestras vidas, tanto en creyentes como en incrédulos.

Por favor lea el pasaje de 1 Corintios 11:23-32, concerniente a la Cena del Señor y copie los
versículos 31-32:

Aquí se nos dice claramente que debido a no habernos examinado y limpiado antes de
tomar la Cena del Señor, nos hemos vuelto débiles y enfermizos y algunos hasta han muerto.
Esta no es una coincidencia ni aun la ley de sembrar y cosechar. El versículo 32 nos dice que
es un juicio disciplinario del Señor. Debemos estar agradecidos por este juicio ya que nos
prueba verdaderamente somos Sus hijos (Hebreos 12:8), nos enseña que la santidad, da como
resultado un fruto de justicia (Hebreos 12:10-11) y por lo tanto no seremos condenados junto
con el mundo (1 Corintios 11:;32)

Por favor lea cuidadosamente Hebreos 12:2-15 y anote los pasajes y pensamientos que el
Espíritu ilumine en su corazón.

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“Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza
por nosotros cual será el fin de aquellos que no obedecen el evangelio de Dios?. Y si
el justo con dificultad se salva en donde aparecerá el impío y el pecador?” (I Pedro
4:17-18).

El juicio de los malos empieza en esta vida. Por favor lea Romanos 1:18-32. Anote las
relaciones de causa y efecto encontradas en este pasaje. Busque las frases tales como “debido
a”, “por lo tanto”, “por esta razón” etc.

Causa Efecto

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Toda la Biblia contiene muchos ejemplos del juicio de Dios hacia el hombre mientras está en la
tierra. Si tiene dudas o preguntas acerca de esto, le sugiero que revise una concordancia y
estudie los conceptos acerca de juicio. Mantenga en su corazón y mente una apertura total de
las enseñanzas del Espíritu a través de la Palabra.

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JUICIO FUTURO
¿Qué sucederá en el juicio futuro de los creyentes? Por favor lea 1 Corintios 3:10-15. Aquí
Pablo enseña sobre el juicio a las obras de los creyentes, la vida del creyente es comprada a un
edificio, el fundamento fue puesto por Cristo Jesús, luego sobre un fundamento firme cada
individuo tiene la oportunidad de construir su edificio. Cada idea que tiene, cada “trabajo” es
parte del edificio. Algunas obras son oro, plata, piedra preciosas, otras son maderas, heno y
paja. ¿Qué pasará en el día del juicio? _____________________________________________

En Mateo 25, Jesús enseña acerca del día de Su regreso en gloria y del juicio que sucederá
a continuación. Por favor lea los versículos 14-30. Nótese que la distribución de los talentos no
fue arbitraria sino basada en la habilidad personal. Nótese también que aun cuando el aumento
acumulado fue el mismo para los dos, cien por ciento. NO hay duda que estos dos hechos
fueron significativos para el Maestro, porque cuando El condenó a los dos, utilizó las mismas
palabras. El cien por ciento de esfuerzo recibió la misma recompensa aun cuando la habilidad
fue diferente.

Vuelva a leer la parábola y describa la manera como el Maestro habló con cada esclavo y el
juicio que fue pronunciado para cada uno.

No hay duda que los cristianos han escuchado acerca de las coronas que recibirán en la
gloria. Estudie los versículos que se indican a continuación y escriba lo que cada uno de ellos
enseña acerca de las coronas: quien las recibirá, cuando y de qué tipo de coronas serán.
(Nótese: que la palabra “guirlanda” puede ser usada en alguno de los héroes o ganadores de
competencias atléticas, podía ser colocada sobre la cabeza igual que una corona. Existe una
palabra en griego traducida en las dos maneras.)

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CORONAS

TIPO QUIEN CUANDO


1 CORINTIOS 9:25 Corona incorruptible Los que luchan Después de la vida
legitamente como
Premio que no se
atleta.
marchita.
Corona de victoria.
2 TIMOTEO 4:8

SANTIAGO 1:12

1 PEDRO 5:1-4

APOCALIPSIS 2:10

Es hermoso saber que el Señor ha escogido recompensarnos de esa manera, no es extraño


entonces que pasemos toda la eternidad adorándole y alabándole. Por favor lea Apocalipsis
4:9-11, ¿Cuál es el mayor valor que nuestras coronas tendrán en los cielos?

En vista del juicio futuro que tendremos que esperar, pase un tiempo de quietud delante del
Señor. Permítale que El le revele cual es su destino si estuviera en el día del juicio. Pídale le
enseñe como manejar sus talentos para construir sobre el fundamento de su vida. Anote lo que
El le diga.

Mientras aquellos que son obedientes al Señor, toman Su juicio tanto en esta vida como en
la otra, existen aquellos que esperan el juicio con “una cierta expectativa aterrorizante”.
Hebreos 10:20-31 habla acerca de aquellos que “van pecando voluntariamente luego de haber

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recibido el conocimiento de la verdad”. ¿Cuál es el equivalente entre los ojos de Dios?
(Versículo 29)

Nótese las frases usadas para descubrir su futuro: “Terrorífico”, “la furia de fuego”, “el
castigo severo”, Dios tendrá “venganza” El “repagará y juzgará”.

Existen otras categorías de personas que también están en la lista de aquellos que de
seguro en el futuro estarán en el lago de fuego. Lea los siguientes versículos y anote lo que
ellos le enseñen.

Mateo 13:14-30

2 Pedro 2:9-10

2 Tesalonicenses 1:5-10

.Apocalipsis 21:8

Apocalipsis 20:15

RESUMEN

Romanos 2:1-16 hace un resumen de los muchos principios del juicio eterno de Dios. Lea
todo el pasaje bajo la inspiración del Espíritu Santo y anote todo lo que le enseñe concerniente a
la manera que Dios juzga, lo que el justo y el pecador recibirán y cualquier otra cosa que el
Espíritu le enseñe.

MANERA DE JUZGAR JUSTO RECIBE PECADOR RECIBE

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“Sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ese recibirá del Señor…” (Efesios 6:7-8).

“Más el que hace injusticia, recibirá la injusticia que hiciere, porque Dios no hace
excepción de personas”. (Colosense 3:25).

Tanto el justo como el pecador serán juzgados, en esta vida y el provenir. Que efecto debe
tener en nosotros el día de hoy?

En Ezequiel 18:20-22 Dios recuerda a Su gente de la certeza de Sus juicios. ¿Por qué lo
hace? ¿Por qué las promesas del juicio son tan claras? ¿Qué es lo que quiere que el pecador
haga con respecto a Sus palabras? (versos 30-32)

La promesa de juicio a los malos es una fuente de bienestar para los justos. Lea Salmos
94:1-23 y haga un resumen de la idea anterior y tome en cuenta el efecto que el conocimiento
del juicio tiene sobre el escritor.

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1 ¿Como aplicó Jesús la promesa de juicio a Su propia experiencia? (1 Pedro 2:21-23).

Finalmente, por favor copie Eclesiastés 12:13-14:

CONCLUSIÓN
Esto completa nuestro estudio de las doctrinas fundamentales de Hebreos 6:1. Esperamos
que cada una de ellas este firmemente colocada en su vida, de ser así no deseamos que se
quede estancado! Ahora cuando usted está listo para “proseguir a la madurez y perfección”.
Aun cuando no podamos poner nuevamente estos fundamentos, las experiencias que cada uno
haya obtenido deben ser un efecto que perdure en nuestras vidas y que nunca debe ser
olvidado.

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