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MEDIOS
TRADICIONALES Y REDES SOCIALES EN
LA CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD
SOMOS CONSTELAÇÕES. MÍDIAS TRADICIONAIS E REDES SOCIAIS
NA CONSTRUÇÃO DA IDENTIDADE
WE ARE CONSTELLATIONS. TRADITIONAL MEDIA AND SOCIAL
NETWORKS IN THE CONSTRUCTION OF IDENTITY
E-mail: rtrejo@unam.mx.
resumen
La identidad se construye con y delante de los otros. En una sociedad abierta e intensamente
influida por la comunicación de masas la identidad, tanto individual como colectiva, es
definida por múltiples influencias y procesos de interpretación. Los medios nunca fabrican
identidades sociales de manera mecánica. Internet facilita la conformación de identidades
más fluidas y en articulación con aquellos con quienes tenemos interlocución. En la Red
construimos nuestras identidades para el espacio público.
Palavras-chave: Identidad y Medios; Identidades Líquidas; Identidades en Línea.
RESUMo
A identidade é construída com e à frente dos outros. Em uma sociedade aberta e fortemente
influenciada pela comunicação de massa a identidade, tanto individual como coletiva, é
definida por múltiplas influências e processos de interpretação. Os meios de comunicação
nunca produzem identidades sociais de maneira mecánica. A Internet facilita a formação de
identidades mais fluidas e em articulação com aqueles com quem temos diálogo. Na Rede
construímos nossas identidades para o espaço público. 27
Palabras clave: Identidade e meios de comunicação; Identidades Líquidas; Identidades
On-line.
abstract
Identity is build with, and in front of the others. In an open society, strongly influenced by
mass communication the identity, both individual and collective, is defined by numerous
influences and interpretation processes. The media never manufactures social identities in
a mechanical way. Internet makes easy the conformation of more fluent identities and in
articulation with those with whom we have interlocution. On the Net, we built our identi-
ties for the public space.
Keywords: Media and Identity; Liquid Identities; Online Identities.
1. Introducción señal de aislamiento sino de puentes para la socia-
La identidad está constituida por los rasgos, lización. Identificar es reconocer en la diversidad.
preferencias, afinidades, referencias y pertenen- La identidad define a los individuos y a los gru-
cias que definen a un individuo en una colectivi- pos que forma pero nadie tiene una sola identidad.
dad o a una colectividad dentro de la sociedad. La Somos unos frente a los otros, somos otros delante
discusión reciente acerca de este término es tan de nosotros mismos. La frontera entre vida pública
versátil como abundante. Aquí nos conformare- y privada, antaño definida con claridad pero hoy
mos con la definición más elemental: Identidad inquietantemente movediza, solía ser una de las
es el “conjunto de rasgos propios de un individuo delimitaciones de la identidad. En cada ambiente,
o de una colectividad que los caracterizan frente cada individuo despliega matices y vertientes que
a los demás”. También puede ser la “conciencia conforman sus rasgos identitarios. La lengua y la
que una persona tiene de ser ella misma y distinta oriundez, nuestras afinidades y propensiones, for-
a las demás” (RAE, 2001). man parte de esa colección de peculiaridades que
Identidad es fisonomías y talantes, apariencias dejamos ver con mayor o menor énfasis según la
y convicciones, imagen ante los demás y delante situación en la que nos encontremos. En algunos
de uno mismo, sentido de pertenencia y construc- casos nos define nuestra profesión, en otros el
ción de sentidos. Identidad es semejanzas que se equipo de futbol, el género musical o la especiali-
construyen y reconocen en el ejercicio y la acepta- dad culinaria que nos entusiasmen. La identidad,
ción de la diferencia. No hay identidad sin alteri- especialmente en nuestros días, está conformada
dad. A la identidad la entendemos y distinguimos por una cambiante multiplicidad de definiciones.
en el contraste. Somos esto porque no somos lo Identidad se conjuga en plural.
otro. La identidad amalgama las señas personales,
físicas pero también culturales, del individuo. La 2. Identidades en pantalla
identidad, por ello, no es únicamente lo que so- Somos lo que hemos sido: lo que aprendemos,
28 mos sino aquello junto con lo cual somos eso y sabemos, elegimos, lo que hemos querido y pade-
no otra cosa: biografía, experiencia, entorno, cir- cido. Entre las condiciones que nos definen se en-
cunstancias, modelan nuestra identidad lo mismo cuentra la información a la que tenemos y hemos
como individuos que en colectividad. tenido acceso y sobre todo, las sensaciones, las
En una sociedad de idénticos, sin matices, ras- creencias y el conocimiento que hemos podido
gos propios ni contrastes, no habría individuos. forjar a partir de esa información. Los medios de
La igualdad es una aspiración en el terreno de la comunicación nunca definen de manera categó-
justicia social pero jamás en el plano de las ideas rica las identidades de la sociedad. Pero las ideas
que se afianzan, precisamente, en el reconoci- que tenemos de nosotros mismos y de los demás,
miento de la diversidad. Somos éstos que somos de nuestra situación y del entorno local y global,
junto a otros que, puesto que no son idénticos a dependen en buena medida de lo que podemos
nosotros, enriquecen nuestro panorama y de esa saber o ignorar debido a los mensajes de los me-
manera a nosotros mismos. dios de comunicación.
La identidad es consustancial al individuo, pero El papel de los medios de comunicación en la
también a la sociedad y sus colectividades. Se aso- conformación de identidades no siempre ha sido
cian, coaligan, construyen solidaridades o compli- tan notorio. Cartógrafo de identidades y de sus
cidades mutuas, aquellos que comparten o cons- mutaciones, Carlos Monsiváis escribió poco an-
truyen identidades recíprocas. La identidad no es tes de que finalizara el siglo XX:
Los medios de comunicación propician y refuerzan identidades
colectivas; establecen marcos de referencia de los cuales nadie
o casi nadie que viva en sociedad logra prescindir.
Inútil disminuir el papel de la televisión en los mizados por la subjetividad que resulta de sus
procesos de identidad nacional (según sus ad- intereses y puntos de vista, los medios de comu-
versarios, el apocalipsis, donde uno, con tal de nicación, a la vez que amplifican y enriquecen
respetar a sus ancestros, se ve obligado a repetir nuestros acercamientos a la realidad, nos ofrecen
los mismos gestos por toda una eternidad) y de relatos parciales de ella.
integración a la sociedad de consumo (el Juicio La televisión es, en efecto, uno de los instru-
Final según sus oponentes, donde uno renuncia mentos más poderosos en la conformación de la
a la esencia con tal de salvar la contingencia) idea que tenemos de nuestro entorno, lo mismo
(Monsiváis, 2000, p.211). planetario que doméstico. La cobertura que al-
canza la televisión abierta la ha convertido en una
Los medios de comunicación propician y re- de las principales fuentes de identidad en muchas
fuerzan identidades colectivas; establecen marcos naciones. Hace casi un cuarto de siglo conside-
de referencia de los cuales nadie o casi nadie que ramos que, en México, “la televisión, a pesar de
viva en sociedad logra prescindir. Si parte de lo sus deficiencias, ha sido un novedoso elemento
que somos es lo que percibimos y sabemos, en- de integración nacional” (Trejo, 1988, p.16). No
tonces los medios influyen de manera relevante en hay medio, ni institución política, que esté pre-
eso que somos. Pero ninguna influencia cultural, sente de manera tan intensa y cotidiana en la vida
ideológica o moral, es interiorizada al margen de de los ciudadanos. En Brasil, por ejemplo, todos
nuestra experiencia y nuestra circunstancia. Un los días a las 20.30 horas el telediario de la Red
mismo mensaje difundido por los medios de co- O Globo, “Jornal Nacional”, que es sintonizado 29
municación, será dilucidado por cada individuo hasta en el 40% de los televisores, se convierte en
de acuerdo con su manera de apreciar las cosas. la fuente de socialización de informaciones más
Hace tiempo, la investigación en estos temas relevante en ese país.
dejó claro que las interpretaciones más tremen-
distas, que encontraban en los medios una ma- 3. Identidad y medios. Nueve atisbos
quinaria infalible para manipular a su antojo las La televisión, además, toma elementos de la
conciencias de nuestras sociedades, han sido tan cultura social y popular para esparcirlos dentro
exageradas como incomprobadas. Desde luego, de cada país y, con frecuencia, más allá de las
tampoco aciertan las interpretaciones compla- fronteras nacionales. Desde luego, como allí no
cientes que se desdeñan la capacidad de influen- hay tratamiento inocente, todo contenido que
cia que alcanzan los medios de comunicación. recoge ese medio es sometido a procesos de pro-
Los medios, y destacadamente el más prominen- ducción que lo ajustan a las perspectivas y forma-
te de ellos que es la televisión, resultan inevitables tos de la televisión.
en la conformación de las preferencias y opinio- Podemos recordar, con el profesor español Víc-
nes de las sociedades contemporáneas. Sin ellos, tor Sampedro: “Toda comunicación es identitaria
la gente no se enteraría de muchos asuntos. Pero y las identidades mediáticas expresan las ilusio-
como todos los mensajes que difunden están ta- nes, las esperanzas, los miedos y las ansiedades
Los medios de comunicación concurren en la
formación de las identidades de nuestras sociedades
por lo menos de nueve maneras.
de vernos representados como quienes creemos propósitos comerciales. Una marca de ropa, un
que somos” (Sampedro, 2003, p.51). Toda comu- equipo de futbol, el nombre de un perfume, son
nicación participa en la edificación o ratificación señas distintivas creadas por las empresas para
de identidades y, cuando se trata de mensajes que ser reconocidas pero se han convertido en em-
llegan a millones de personas, favorece la crea- blemas de la identidad que las personas admiten
ción de identidades colectivas. Los medios, en o incluso buscan para mostrarse con ellos. Nike,
ese proceso, recuperan y recrean la realidad o se Channel, Starbucks, Sony, Apple y desde luego
apropian de ella. Pero como no lo hacen de ma- McDonald’s, son denominaciones que todos re-
nera plena, lo que ofrecen son destellos, o frag- conoceríamos aunque nunca hubiéramos adqui-
mentos de la realidad. Los rasgos de identidad rido tales productos. “Soy totalmente Palacio” (el
que los medios acogen y comunican, se convier- eslogan de la cadena mexicana de almacenes de
ten en clichés. ropa de diseño “El Palacio de Hierro”) expresa
Los medios de comunicación concurren en la una definición jactanciosa pero inequívoca.
formación de las identidades de nuestras socie- Con frecuencia, la crítica académica desdeñó
dades por lo menos de nueve maneras. las implicaciones simbólicas de esas firmas enfa-
1. Redención y apropiación cultural. Los medios tizando que solamente se trataba de provocacio-
retratan y recuperan diversos rasgos de las cul- nes al consumismo. Por supuesto son expresión
turas, expresiones o costumbres de las socieda- de la cultura del consumo pero, junto con ello, las
des. Una manera de hablar, una fiesta local, una marcas son utilizadas como signos de identidad.
30 especialidad gastronómica, por ejemplo, serán Incluso, a menudo las empresas buscan que sus
tomados y ajustados de acuerdo con el formato marcas sean asociadas con identidades específi-
del medio en cuestión. Los medios propagan, así, cas (mujeres solteras, homosexuales, tercermun-
retazos de algunos de los elementos que pueden distas) porque la diversidad vende más que la
conformar la identidad de una colectividad. En homogeneidad. La escritora Naomi Klein (2001,
ese proceso podrán darle alcance regional, o na- p.145 y ss.) comprendió claramente el significado
cional, a esos segmentos de la cultura de nuestras de esa estrategia publicitaria a la que denominó
sociedades. En toda América Latina mucha gente “el marketing de la identidad”.
cree que los mexicanos hablamos como persona- 3. Conformación de audiencias. Los medios de
jes de “El chavo del ocho”, la serie que durante comunicación se dirigen a las masas, se deben a
varias décadas fue emblemática no solo de la te- ellas, las tienen como aspiración, coartada y objeti-
levisión sino, al menos parcialmente, de nuestra vo. No hay medios masivos sin grandes audiencias.
sociedad en otros países de la región. El público le confiere identidad al medio. Y éste, a
2. La seducción de las marcas. Los medios pro- su vez, convoca, amalgama y de esa manera les da
ponen y promueven rasgos para nutrir, comple- una identidad al menos provisional a quienes con-
mentar o definir las identidades de sus audien- forman tal audiencia. Se trata de un intercambio
cias. Su vasta capacidad de propagación queda al desigual pero necesario. Los medios nada son sin
servicio de la estandarización, habitualmente con los públicos. Los espectadores, oyentes o lectores
no se encontrarían en condiciones de presenciar, asistentes al estudio en donde se transmite una
oír o leer mensajes si no fuera por la oferta de con- serie musical o de concurso, le infunden parte de
tenidos que les presentan los medios. su vitalidad a ese programa. En los mítines políti-
Los medios modelan a sus públicos como au- cos, que cada vez son entendidos antes que nada
diencias. Pero al recibir de manera simultánea el como representación para que las cámaras tele-
mismo mensaje, tales públicos funcionan como visivas graben algunos segmentos, los partidarios
masa, así se trate de una masificación a distancia. que vitorean y respaldan a un candidato son tan
Elías Canetti, pensador por excelencia de los im- importantes como el candidato mismo.
pulsos y síndromes de las masas, encuentra en los La televisión crea masas a las que congrega físi-
teatros una de las expresiones de las masas pasivas: camente para dotar de energía social y autentici-
dad a sus programas. En ocasiones, los televiden-
Se reúnen solos, a excepción de las congestiones tes encuentran en esas masas televisadas motivos
menores ante las taquillas, los hombres encuen- de imitación y, por lo tanto, para mimetizarse con
tran solos su camino hasta la sala… Lo conocen algunos rasgos de su identidad. Los aficionados
todo: la pieza que se representa, los actores, la al futbol que hacen la “ola” cuando van al estadio
hora del comienzo y los espectadores colocados porque antes la han visto por televisión, los espec-
en sus asientos… Como un rebaño dispuesto a tadores de la velada de fin de año en Times Square
pastar, así permanecen los hombres sentados, que conocen ese ritual neoyorquino aunque jamás
tranquilos y con infinita paciencia. No obstante hayan asistido presencialmente, o las jóvenes que
cada uno está muy consciente de su existencia gritan histéricas al paso de un cantante de moda
separada… (Canetti, 1977, p.31). aunque nadie les sugiera que lo hagan, comparten
y asumen esa cultura de las masas como protago-
En aquellos concurrentes al teatro, Canetti en- nistas del espectáculo televisivo.
contraba la manifestación de una masa retenida 5. Estereotipos en cadena nacional. Empecinados
cuya única posibilidad de actuar (es decir, de creadores de estereotipos, los medios de comuni- 31
ponerse en acción) es al momento de aplaudir. cación hacen, de sus personajes, arquetipos ma-
Esa descripción recuerda la contemplación pasi- chaconamente impuestos a fuerza de mostrarlos
va delante del televisor. La televisión nos masifi- una y otra vez. No hace falta invertir demasiadas
ca en tanto público, aunque sigamos siendo los horas delante del televisor para constatar la re-
mismos individuos que tenemos ocupaciones, petición de situaciones, pero sobre todo de apa-
inquietudes y perfiles diferentes cuando no so- riencias, en los protagonistas de los programas de
mos televidentes. Delante de la pantalla somos más éxito. La televisión, por lo menos la que se
una masa estática que comparte la experiencia de sigue produciendo en casi toda América Latina,
estar presenciando el mismo programa. no se distingue por su vocación de búsqueda ni
4. Masas, parte del show. La televisión nos con- por su originalidad. De allí que proponga y recal-
fiere identidad masificada como televidentes pero, que en los mismos modelos.
además, reivindica y transmite las identidades de Hay una amplia literatura académica acerca de
muy variadas masas. A menudo los públicos que los paradigmas de belleza física que propone la
asisten a un espectáculo son parte de la escenogra- televisión: chicas delgadas, con
fía televisiva. Los rostros y gritos de los concurren-
tes a un juego de futbol son elementos constitu- exceso de ejercicio, adicción por los gimnasios,
tivos del espectáculo que ofrece la televisión. Los fármacos, cirugías y productos ‘milagro’, a partir
La televisión cultural, sobre todo cuando es de
carácter público, tiene (o debiera tener) entre sus
prioridades, el rescate de la diversidad.
llamar nuestra atención y retenerla por media crisol de nacionalidades que es la Unión Ameri-
hora, con su variada oferta de acción, entre- cana, especialmente en sus ciudades más grandes.
tención, noticias, sexo, música, folletín, servi- En todas ellas ahora hay canales de televisión en
cios utilitarios, consulta médica e innumera- árabe, ruso, mandarín y japonés, entre otros.
bles viajes por el universo de la imaginación 9. Ídolos idealizados. Todas las sociedades bus-
(Brunner, 2007, p.99). can ídolos, en cualquiera de las acepciones del
Diccionario: “1. Imagen de una deidad objeto de
8. Cultura glocal. No hay una cultura global. Lo culto. 2. Persona o cosa amada o admirada con
que existe, son diversas apreciaciones de los con- exaltación” (RAE, 2001). Los ídolos contempo-
tenidos estandarizados por los medios de mayor ráneos son consagrados por los medios de co-
propagación internacional. Los programas de la municación. En los medios la sociedad encuen-
Fox y HBO, los deportes de ESPN, las caricaturas tra identidades aderezadas por el enaltecimien-
del Disney Channel y desde luego las noticias de to interesado, lo mismo que por la mitificación
la CNN, nutren a los consumidores de conteni- apasionada. Los medios proponen a sus públicos
dos globales pero en cada sitio esos mensajes son identidades de personajes notorios y cuyas te-
decodificados de acuerdo con la circunstancia de meridades, fortunas y vicisitudes son apropiada-
cada comunidad. La cultura global deviene en mente amplificadas para satisfacer los apetitos de
glocal porque, además, convive con expresiones entretenimiento o curiosidad de la gente.
y contenidos domésticos local. Así que no somos No hay epopeya sin padecimientos, ni héroes
34 idénticos cuando en cada uno de nuestros países sin ansiedades. Las identidades de los famosos
presenciamos “Los Simpson”, “CSI” o el noticiero mostradas por los medios son adecuadamente
de Anderson Cooper. Compartimos narrativas complejas para encandilar a sus públicos, a la vez
semejantes que aprehenderemos de acuerdo con que suficientemente esquemáticas para ser ob-
nuestros marcos de referencia. servadas con facilidad. Los medios son una ince-
En esa relación entre lo global y lo local, los sante maquiladora de personajes, la mayor parte
medios además pueden servir como asidero cul- de los cuales cumplen ciclos de exposición muy
tural para quienes migran a otros países. En Esta- breves para después ser desplazados por otros
dos Unidos esa ha sido la función, durante medio más recientes. Solamente las celebridades de muy
siglo, de la televisión en español. Creada para los intensa definición permanecen en el candelero
estadounidenses de origen hispano, esa televisión mediático. La princesa Diana de Gales tuvo to-
se ha nutrido fundamentalmente de producción dos los atributos para ser estrella del escenario
mexicana. Con el mismo propósito se han publi- mediático: ascenso notorio, sufrimiento público,
cado diarios y semanarios en español. Música y méritos propios, destino fatal. Sus admiradoras
fiestas cívicas, partidos de futbol, telenovelas e no quieren ser como ella, sino mantener en fun-
incluso anuncios comerciales, difunden variados cionamiento el culto a esa desventurada mujer.
aspectos de la vida de México. Se trata de medios Esa idolatría forma parte del imaginario cotidia-
que refuerzan una identidad específica dentro del no de quienes no buscan imitar a Diana de Gales
pero incorporan tal recuerdo como una de sus camente sus contenidos cuando nos proponen
prendas de identidad. arquetipos identitarios. De allí habitualmente
tomamos semblantes, talantes, estilos y propósi-
4. Identidades líquidas tos que nutren de manera incesante, pero nunca
Los medios nos reflejan y nosotros, en concor- plena, ese proceso en el cual concretamos nuestra
dancia, recreamos sus contenidos. El especialista identidad. Modas y mitos, ofrecen referentes pero
colombiano Omar Rincón explica: de manera tan masiva, delante de tanta gente, que
la creación de identidades nutrida en los medios
La televisión –– es lo más común que tenemos, suele circunscribirse a la repetición ordinaria e in-
sus mensajes son lo más compartido que nos sípida de los estereotipos mediáticos. Se trata de:
habita. Entonces, habría que referirnos a la cul- “Las mismas voces, las mismas imágenes, los mis-
tura como aquello que interpela de modo más mos programas en cualquier lugar. Todo esto ha
contundente a una comunidad. La televisión, el de repercutir en la identidad buscada”, considera
fútbol, la moda y las músicas son tal vez nuestros el profesor Julián Pindado (2006, p.12).
lugares culturales más significativos; por lo me- Las identidades calcadas de los modelos mediáti-
nos, las representaciones más comunes que tene- cos estandarizan a las personas, inhibiendo parte de
mos de nosotros mismos (Rincón, 2007, p.30). su individualidad. Por eso mucha gente no encuen-
tra arquetipos ni alicientes bastantes para nutrir en
Esas imágenes que nos reflejan nunca son tan los medios sus necesidades identitarias. En los me-
vívidas como las experiencias reales de cada uno dios reconocemos, entonces, parte de lo que somos
de nosotros pero se encuentran en todas par- pero además mucho de lo que no queremos o no
tes. Si los medios nos simbolizan, lo menos que podemos ser. Las identidades que es posible consti-
se puede reconocer es que no resulta fácil cons- tuir y explayar hoy en día son tan maleables que re-
truir identidades estables a partir de ellos porque sultan diluidas, escurridizas, líquidas para emplear
el discurso mediático se despliega, experimenta el término tan usufructuado por Bauman. 35
mutaciones y se redefine a cada momento, en un La identidad que construimos a partir de y en
vertiginoso proceso de cambios. contraste con las referencias que nos ofrece nues-
Los medios ofrecen abundantes contenidos, tan- tro entorno, incluyendo el entorno que confieren
to para cumplir con su sempiterna persecución de los medios, resulta insuficiente e inestable. Allí
la novedad como porque les resulta más sencillo encontramos
manufacturar contenidos frívolos y lábiles pero
cuantiosos, en vez de apostar a la permanencia de demasiados espejos y posibilidades. Todo este
mensajes con densidad y calidad. En las socieda- mundo mediado que nos circunda hace sospe-
des contemporáneas, repletas de signos, imágenes, chosa la idea de una subjetividad fija, estable,
referencias y reflejos, todo el tiempo reelaboramos y de una identidad única. De esta manera se
nuestra identidad tratando de elegir y consolidar ponen al desnudo las contingencias culturales
los rasgos que nos definirán como individuos y discursivas de nuestras nociones de yo e iden-
frente a los demás. En palabras de Zygmunt Bau- tidad (Pindado, 2006, p.12).
man (2002, p.89): “La búsqueda de identidad es la
lucha constante por detener el flujo, por solidificar Esa es una de las causas del éxito que ha tenido
lo fluido, por dar forma a lo informe”. Los medios Internet como espacio complementario, y en oca-
de comunicación organizan parcial y pragmáti- siones preferente, en la creación de identidades.
En territorios como Second Life los internautas pueden
jugar con personalidades variadas en una suerte de
auto construcción de la alteridad.
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