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Aparición de dientes
El primer diente de leche suele aparecer alrededor del sexto mes, pero en ocasiones
aparece antes (incluso en el momento del nacimiento) o después. Que un diente aparezca
antes o después no tiene ningún tipo de influencia en el desarrollo del resto de la dentadura:
cada niño cuenta con su propio patrón de aparición de dientes. Sólo si el niño no ha
desarrollado ningún diente a partir de los 18 meses es cuando se recomienda consultar
con el pediatra.
El orden de aparición de los dientes puede variar, aunque generalmente suele darse de la
siguiente forma:
Los incisivos inferiores centrales tienden a aparecer en primer lugar, seguidos por
los superiores centrales. Suelen salir entre los seis y 12 meses.
A continuación suelen salir los dientes laterales superiores, entre los seis y 12
meses.
En tercer lugar aparecerán los dientes laterales inferiores o las primeras muelas de
leche, entre los 12 y 20 meses.
Las muelas dejan un hueco entre los dientes que ocuparán los caninos, siguientes en
salir, entre los 18 y 24 meses.
Esta dentadura se completa entre los dos años y medio y los tres años, formando un total
de 20 dientes de leche, 10 en cada arcada dental. Los dientes tienden a aparecer antes en
las niñas que en los niños.
Existen casos excepcionales en los que esto no se cumple: la anodoncia total, que es la
ausencia absoluta de dientes por causas genéticas, y la anodoncia parcial, que es la falta de
una pieza dental, que sólo ocurre entre el 3,5 y ocho por ciento de la población según
la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap). En algunos casos
también se produce un diente supernumerario o adicional, que no causa ningún trastorno.
Es posible que cuando el niño tenga entre cuatro y cinco años los dientes comiencen a
separarse, dejando huecos entre sí. Esto se debe a que las bases óseas se están preparando
para la erupción de los dientes permanentes, que son de mayor tamaño que los de leche.
Para aliviar el dolor de la erupción dental es recurrente el uso de mordedores previamente enfriados.
Síntomas
La mayoría de los niños no nota ninguna molestia cuando los dientes comienzan a salir
de sus encías. En algunas ocasiones, aunque de forma menos frecuente, puede haber ciertos
indicios de que los dientes están saliendo. Estos síntomas suelen durar muy poco tiempo y
darse de forma muy leve:
Irritabilidad.
Febrícula (fiebre prolongada).
Aumento de salivación.
Rechazo de alimentos.
Diarrea.
Dermatitis del pañal.
De forma secundaria, se pueden observar algunos cambios en las encías del bebé, como
un ligero enrojecimiento o un engrosamiento. Todo ello son síntomas normales que se
deben a que el diente va aumentando su volumen al formarse y, en cuanto alcanza su
tamaño óptimo, sale de la encía.
Tratamiento del dolor
Para aquellos bebés que muestran síntomas de dolor frente a la erupción dental existen
métodos para aliviarlo. Es recurrente el uso de mordedores previamente enfriados en la
nevera, aunque según la AEPap no son un remedio útil.
Para aliviar el dolor lo más efectivo es frotar delicadamente la encía con un dedo limpio
o una cucharilla fría. No está demostrado que el uso de geles de aplicación sobre la encía
sirvan como remedio; es más, en algunos casos están contraindicados. Los geles con
benzocaína podrían llegar a desarrollar una enfermedad de la sangre
llamada metahemoglobina, que puede ser peligrosa.
También se pueden administrar analgésicos como el paracetamol o el ibuprofeno en
forma de jarabe, aunque no se deben aplicar de forma directa sobre las encías.
Si ves que nada hace efecto, te recomendamos que nos consultes a nosotros y a tu
pediatra sobre la posibilidad de administrarle algún analgésico o gel específico.
¿Es conveniente que, además de un pediatra, visite a un
dentista?
Por supuesto. En las clínicas dentales ya existe una figura profesional similar al
pediatra que es el odontopediatra. Tomarás una decisión muy acertada si tu hijo o
hija comienza a visitarnos desde pequeño. Evitarás que tenga miedo al dentista y,
sobre todo, lograremos que su desarrollo dental sea el correcto. Muchos padres
no dan importancia a la dentición de leche, pero es fundamental porque nos va a
ir diciendo cómo serán los dientes definitivos. Dudas como si hay que empastar
un diente de leche o qué hacer ante un traumatismo dental son frecuentes en
nuestra consulta. Una atención temprana solo puede tener beneficios para ti y tu
familia.
Entre los síntomas más comunes a los que se enfrentan los bebés cuando comienzan a salirles los dientes
podemos destacar el dolor intenso, el enrojecimiento de las encías, la pérdida de apetito, un poco de fiebre
y el babeo constante. Además, los niños suelen estar más irritados de lo normal, debido a que no entienden
la causa del dolor. En el caso de que los síntomas sean distintos a los mencionados aquí, es muy importante
que se acuda al médico, porque el problema no estará en la aparición de las primeras piezas dentales. En
esas edades tempranas, las patologías infecciosas son muy comunes y, en estos casos, visitar al pediatra
se convierte en una importante acción que puede ayudar a mejorar la salud infantilconsiderablemente.
Las primeras visitas al odontopediatra se aconsejan a partir del primer año de vida de los niños. De esta
forma, la historia clínica dental será muy completa y el dentista tendrá un historial bastante exhaustivo
de cada niño. Además, es una buena forma de que los menores se acostumbren a visitar las clínicas dentales
y puedan evitar ese miedo al dentista tan característico en niños y adultos.
Además, ante cualquier duda respecto a la primera dentición infantil, la recomendación más importante
es acudir al odontopediatra, que será quien pueda explicar de forma eficaz la forma de actuar ante la
aparición de los primeros dientes de leche en los bebés. Automedicar a los niños para calmar las molestias
no es, para nada, aconsejable. En este sentido, será el odontólogo o el pediatra quienes puedan ofrecer y
recetar los tratamientos que consideren oportunos. No obstante, el dolor es algo muy común en estos casos,
por lo que hay que evitar alarmarse. Lo fundamental es ejecutar las acciones de higiene dental desde que
aparecen los primeros dientes
ANATOMIA DENTARIA
OBJETIVOS:
-Conocer la nomenclatura y terminología dentaria
-Identificar las formas geométricas de cada diente en particular
-Plasmar en una escultura todos los elementos anatómicos aprendidos
CONTENIDO
-Nomenclatura Dentaria
-Formas Geométricas
-Morfología Dentaria
-Elementos Anatómicos
I.- INTRODUCCION
La anatomía dentaria enfoca, como rama de la Biología, el estudio y organización del diente, como
ente aislado y como integrante del sistema dentario y del aparato masticador.Aunque la anatomía
aparenta ser una ciencia descriptiva, estática, la anatomía dentaria frecuentemente escapa de tal
precepto, ante la necesidad de explicar, con el conocimiento del mecanismo de los fenómenos en los
que ellas intervienen, cual es la razón de la existencia y disposición de las estructuras del diente.
El eje de todo este problema es el diente de el deberá conocerse cómo es, para que sirve, cuales son
sus características, cuantas denticiones y grupos dentarios existen, que nomenclatura se utiliza para
designar sus elementos y porciones.
Estas nociones se reúnen bajo el titulo común de generalidades.
Los dientes están formados por elementos similares que, variando en su forma, volumen y su
posición, dan origen a los distintos grupos. Estos elementos constitutivos fundamentales se analizan
en arquitectura de las piezas dentarias.
Presencia del diente en el sistema dentario y en el aparato masticador.
El diente constituye la unidad en ambas entidades. Como de su integración participan distintos tejidos,
es un órgano. Al alinearse con los dientes de su mismo maxilar constituye el arco dentario. Los arcos
de ambos maxilares integran el sistema dentario, que forma parte muy importante de un gran aparato
constituyendo en su torno, y del cual participa:
ambas mandíbulas, como portadores de los dientes y como esqueleto de las partes blandas
músculos: los que intervienen en la formación de las paredes bucales y los que producen los
movimientos mandibulares.
Las articulaciones temporomaxilares, merced a las cuales se producen las excursiones del maxilar
inferior
Los tejidos blandos: que forman labios, carrillos, bóveda palatina, velo del paladar, istmo de las
fauces, piso de boca, lengua, glándulas salivales. Estos elementos actúan no solamente como paredes
de la cavidad bucal; también lo hacen como factores activos en la mecánica de la masticación
movilizando el bolo alimenticio y en el proceso químico de la misma mediante la secreción de la saliva
Los elementos vasculares y nerviosos.
Todo este conjunto integra el aparato masticador.
En la actualidad se tiende a ampliar el concepto añadiendo a los elementos anteriores estas otras
estructuras: el hueso Hioides, los cartílagos cricoides, tiroides, y aritenoides y la musculatura
infrahioidea. Se integra así el esqueleto viceral superior.
Constituidos por tejidos perfectamente diferenciados y que reconocen distinto origen embrionario, los
dientes son órganos duros, pequeños de color blanco amarillento, dispuestos en forma de arco en
ambos maxilares, que componen en su conjunto el sistema dentario.
Existe tres tejidos duros, esmalte, cemento y dentina, y uno blando: la pulpa dentaria. Salvo el
primero de origen ectodérmico, los restantes derivan del mesodermo.Recubriendo el esmalte pero sin,
que resulte observable a simple vista, se dispone la membrana de Nasmyth o cutícula dentis, cuya
importancia anatómica es relativa en lo referente a la morfología dentaria. Es un tejido ectodérmico.
Se observa en solamente en los primeros momentos de la vida del diente; en las cúspides y bordes
incisales suele faltar aun antes de que las mismas entren en oclusión; desaparece totalmente de las
superficies masticatorias por acción de la atrición.
Los dientes se alojan en la boca, primera porción del tubo digestivo, en las cavidades que presentan
los procesos alveolares de los huesos maxilares, en los que se implantan merced a la existencia de
una verdadera articulación. De ella participan dos superficies articulares.
2.-El diente, por medio del cemento. Entre ambos se dispone un ligamento: el periodonto. Estos tres
elementos, directamente responsables de la sujeción del diente, forman el parodonto de inserción
Recubriendo los procesos alveolares y adhiriéndose fuertemente a los dientes, se instala la encía, que
no es más que una dependencia de la mucosa bucal y que, junto con la membrana de Nasmyth
cumple la función específica de brindar protección a la inserción dentaria. Se comporta, en esencia,
como una cápsula articular: es el parodonto de protección.Estos elementos y los que forman el órgano
dental: esmalte, dentina y pulpa se reúnen para constituir una verdadera entidad, tanto
anatómicamente como en su significación funcional, clínica y patológica, denominada ODONTON cuya
integración es la siguiente:
La inclusión del cemento dentro del parodonto de inserción y su exclusión del órgano dental debe
llamar necesariamente la atención. Pero existen razones embriológicas y funcionales que rustican tal
ubicación. Desde el punto de vista embriológico, por que los tres elementos del parodonto de inserción
reconocen idéntica paternidad: el saco dental y funcionalmente por que el trabajo del cemento es
servir de superficie articular dentaria, reteniendo el polo interno de las fibras periodonticas. El polo
externo queda aprisionado en la cortical alveolar
Las funciones que cumplen los dientes por si mismos o integrando entidades más amplias como el
sistema dentario y el aparato masticador son cuatro: masticatoria, fonética, estética y de
preservación.
3. Función estética: no la cumplen los dientes solo por lo agradable que resulta su presencia. En
efecto, hacen algo mas que constituir el motivo decorativo de una bella sonrisa: integran junto con los
maxilares la armazón donde se apoya las partes blandas y son por tanto responsables de la posición
que adopta la musculatura facial. En gran parte participan, por ello, de la determinación de rasgos que
configuran el carácter y la personalidad del individuo. Además mantienen el equilibrio de las
proporciones de la boca, rigiendo la fisonomía y la conservación de las dimensiones de la parte inferior
de la cara, en relación con los restantes segmentos de la cabeza.
MORFOLOGIA DENTARIA
Para conocer la morfología de los, dientes principalmente los permanentes; deberá considerarse su
morfología externa y la que ofrece la cavidad que ocupa el tejido pulpar. Pero previamente será
necesario conocer primeramente la nomenclatura dentaria, y cómo son los elementos estructurales de
las piezas dentarias y establecer las características morfológicas comunes a todos los dientes
CONFIGURACION EXTERNA
Los tejidos dentarios originan una serie de formaciones que, combinadas, modificando su número,
tamaño, forma, ubicación, acentuación o reduciendo sus características, son las que permiten
diferenciar cada pieza dentaria.
Cúspides: Poseen una forma de pirámide cuadrangular cuya base se suelda al cuerpo del diente. De
las caras laterales, denominadas facetas, dos se orientan hacia las caras libres, facetas lisas, y dos
hacia la cara oclusal, facetas armadas. Una de otras se hallan separadas por la arista longitudinal. Las
facetas lisas, muy inclinadas, se encuentran separadas por la arista lisa, vestibular o palatina o
lingual,; y las facetas armadas, menos inclinadas que las anteriores, están separadas por la arista
armada, más acentuada que la lisa.
La inclinación de las facetas armadas decrece desde el primer premolar hasta el tercer molar. Ello se
puede determinar estudiando la relación entre las alturas coronaria y cúspide. En el primer premolar,
la altura cúspide equivale a un tercio de la coronaria, mientras que en los molares, segundo y tercero
en especial, llega a ser solamente un quinto.
En términos generales, altura cúspide es el segmento de vertical comprendido entre dos planos
horizontales que pasen por el vértice y la sima de la cúspide. Tylman la denomina altura anatómica e
introduce el concepto de altura geométrica, que representa la altura cúspide activa. Se mide con los
dientes en oclusión central, registrando la dimensión del segmento de vertical comprendido entre dos
horizontales que pasan por los vértices de las dos cúspides homólogas. De donde resulta que la
medida de la altura geométrica es lo mismo que el overbite (desbordamiento vertical de los dientes
del arco superior con respecto a los del inferior)
Hanau denomina altura funcional a la geométrica y relativa a la anatómica.
Las cúspides así descritas responden a una concepción general y se las encuentra en premolares y
molares. Gysi considera que las cúspides de los molares son pirámides triangulares, con una cara
lateral en vestibular y dos en oclusal. Diamond describe la existencia de cúspides que poseen forma
del bulbo, localizadas en vestibular de los molares inferiores y distopalatino de los superiores, a las
que podríamos agregar las linguales de los premolares inferiores.
En los incisivos y caninos la existencia del cuarto lóbulo en cervicopalatino o lingual, que alcanza a a
veces cierto desarrollo (canino superior), permite clasificar a estos dientes como bicúspides. En tal
caso, la cara palatina o lingual pasa a ser considerada casi íntegramente como cara oclusal, quedando
la cara libre reducida a la pared palatina o lingual del lóbulo cervical. Recuérdese que la evolución de
la forma dentaria depende casi exclusivamente del aumento de tamaño de la porción palatina, mínima
en los incisivos centrales, para in aumentando de tamaño en incisivos laterales, canino y primer
premolar y para alcanzar en el segundo premolar superior la altura de la porción vestibular y superarla
luego en los molares.
Surcos: Constituyen una interrupción notable en la superficie dentaria. Están excavados en el esmalte
aunque a veces pueden aparecer como una verdadera fisura, con tejido dentinario en su fondo.
La significación del surco es la siguiente: los primeros trazos de mineralización se registran en los
vértices de las cúspides; a medida que la misma progresa centrífugamente, se van acercando en
ocasiones la coalescencia es absoluta (tal como ocurre en vestibular de los incisivos), pero cuando
queda la reliquia del diferente origen de cada cuspite (caso de oclusal de los molares) aparece el
surco.
En cuanto al origen de la fisura, para unos (Wetzel, Bolk) reside en la deficiente soldadura entre los
distintos lóbulos del desarrollo que constituyen la cara oclusal, para otros no es más que una laminilla
del esmalte de tamaño gigantesco. Diamond propone para los surcos la denominación de “espacio
intertubercular”.
De acuerdo con su significación, se los clasifica en principales y segundarios.
Surcos principales: Parten de una fosa principal para dirigirse a otra, o a una secundaria, o bien
para continuarse por las caras libres. Delimitan las cúspides entre sí.
Surcos secundarios: Parten de las fositas secundarias para delimitar rebordes marginales o lóbulos.
Estos mismos surcos de la cara oclusal pueden continuarse por las caras libres de todos los molares.
En las caras palatinas de los incisivos y caninos superiores se hallan surcos que separan el cuarto
lóbulo y los rebordes marginales de la depresión palatina.
Fosas: Son excavaciones irregulares, algo más profundas que los surcos. Se las clasifica en
principales y secundarias.
Gysi, con criterio funcional, considera a las fosas principales como cúspides invertidas. Mientras a las
cúspides las llama verdaderas o positivas, a las fosas las denomina invertidas o negativas.
Fosas principales: Se forman por la reunión de surcos principales. Estos pueden ser dos (fosa
central de primer molar superior); tres (fosa central de segundo molar superior o cualquiera de las
fosas centrales de primer molar inferior), o cuatro (fosas centrales de segundo molar inferior).
Ocasionalmente pueden aparecer fosas formadas por la reunión de cinco surcos principales; se trata
de terceros molares inferiores pentacuspídeos, con disposición similar a la de un segundo molar, con
el aditamento de un quinto surco que desde la fosa centra se dirige en dirección vestibulodistal.
Fosas secundarias: Se forman por la intersección de un surco principal y uno o dos secundarios. Son
menos amplias y profundas.
En los molares suele encontrarse un tipo particular de fosa en las caras libres. Frecuentes en las
vestibulares, son menos comunes en las palatinas y excepcionales en las linguales.
En el primer molar inferior corresponde a la terminación del surco mesiovestibular; en el segundo y en
los superiores al surco vestibular; en el tercero ala terminación del surco vestibular o del
mesiovestibular, según la forma que el diente adopte.
Se ubica siempre en un punto equidistante de oclusal y cervical y tiene forma olivar, con el eje mayor
dirigido en el sentido vertical. Muy frecuentemente la fosita se continúa profundamente con una fisura,
motivo por el cual éste es uno de los puntos de elección en la iniciación de los procesos de caries.
Depresión: Cavidades amplias y poco profundas que pueden o no estar delimitadas con respecto al
resto de la superficie dentaria. Encontraremos:
a) El tipo más definido de depresión corresponde a la cara palatina de los incisivos superiores.
Son notables porque contribuyen a su delimitación los rebordes marginales y los lóbulos
cervicopalatinos, de los que están separados por surcos.
b) En la misma localización, pero en los dientes inferiores, existen depresiones poco marcadas, ya que
los elementos delimitantes señalados en el superior están apenas esbozados.
c) Ubicadas en distal de canino inferior, mesial de premolares superiores y de todos los molares y
palatino del primer molar superior.
En el canino y en los premolares y molares, estas depresiones son propias de las caras proximales, y
se continúan, por lo general, con canales radiculares. El que se ubica en la cara palatina del molar
constituye la prolongación del surco homónimo de la cara oclusal. En el caso del primer molar
superior, ese mismo surco se prolonga sobre la raíz correspondiente.
d) Otro tipo de depresión se encuentra en las caras vestibulares de los dientes anteriores y aun de los
premolares. Son poco perceptibles y tienen una medida que supera a las demás. Son alargados en el
sentido del eje del diente y corresponden a la unión de los lóbulos vestibulares de desarrollo, estando
vinculados con la existencia de escotaduras en el borde inicial.
Rebordes marginales: Son eminencias alargadas de sección triangular que aparecen en las caras
oclusales o en las palatinas o linguales de los dientes con borde incisal. Proyectadas sobre los
contornos de las caras proximales, presentan dos vertientes orientadas hacia la cara oclusal y el surco
interdentario, reunidas en una arista de dirección vestibulolingual o palatino. Romos en los dientes con
borde incisal, poseen aristas agudas en los dientes con cara ocusal.
En los incisivos y caninos superiores se extienden prácticamente desde los ángulos incisales hasta el
cuarto lóbulo, con el que se fusionan.
Dado que se localizan en las caras dentarias donde se opera con mayor intensidad la fuerza de la
masticación, es explicable que no se los pueda encontrar con mucho relieve en las caras linguales de
los incisivos inferiores.
En los premolares y molares se extienden de vestibular a palatino, uniendo las cúspides en la porción
en que éstas se acercan a las caras proximales.
El tamaño de los rebordes, comparativamente con el del diente que los contiene, decrece desde
incisivos a molares.
La función del reborde marginal es la de proteger el punto de contacto, impidiendo el fuerte impacto
alimenticio sobre esa zona. En los premolares y molares actúa manteniendo el alimento dentro del
área oclusal; en incisivos y caninos lo encausa hacia el relieve del lóbulo cervicopalatino o lingual.
Aristas: Se encuentran delimitando las distintas facetas de una cúspide. Las más notables son las que
separan las facetas lisas de las armadas y reciben el nombre de aristas longitudinales.
En los molares, en el diente aislado, existe continuidad con el elemento homólogo de la cúspide
vecina. Además estas aristas se ordenan en el arco dentario de acuerdo con una disposición que
determina una línea para las cúspides vestibulares y otra para las palatinas o linguales.
Con menor relieve se hallan las que separan entre sí a las facetas armadas. Mucho menos notable,
casi perdiendo la categoría de aristas, figuran las que separan las facetas lisas.
Es también una arista la parte más prominente del reborde marginal, que señala la unión de la
vertiente oclusal y la del surco interprocimal.
Crestas: Se suele homologar la designación de cresta con la de arista. Empero, debe recordarse que
arista es la intersección de dos planos, y creta un relieve definido voluminoso. En verdad ha de
reservarse esta designación para elementos de mayor tamaño.
Se presentan las crestas como una prominencia del esmalte, alargada y notable. Como ejemplo se cita
la apófisis oblicua del primer molar superior y el puente adamantino del primer premolar inferior.
Canales radiculares: Son depresiones sumamente extensas, localizadas en las caras próximas y
muchas veces vinculadas con depresiones existentes en la corona. Se extienden longitudinalmente y
presentan la parte más deprimida en el tercio medio, para disminuir en el cervical y desaparecer en el
apical. Se halla constantemente un canal de este tipo en la raíz palatina del primer molar superior
permanente.
No debe temerse la confusión con la denominación dad al continente de la pulpa radicular. El término
conducto es el único que merece este elemento del diente. Por eso queda canal para ser aplicado a la
excavación de la superficie radicular, y conducto para la cavidad que existe dentro de la raíz.
Espacio interradicular: Es el espacio irregular determinado por la función de las raíces de una
misma pieza dentaria. Tiene forma diversa, de acuerdo con la cantidad de raíces que concurren a
formarlo. En los molares inferiores es un surco extendido de vestibular a lingual, con convexidad
aplical. En los superiores, la presencia de tres raíces complica la topografía de este espacio, que
adopta una forma de T, apareciendo los surcos sobre las caras vestibulares y proximales.
Foramen apical y foraminas: En la superficie del tercio apical es posible reconocer la existencia de
una o varias soluciones de continuidad, en forma de orificios de sección circular, cuyo diámetro
raramente excede –tratándose de dientes totalmente calcificados- de 1 mm.
Cuando hay un solo orificio se lo denomina foramen apical; cuando aparecen varios, índice de la
existencia de una delta apical, aquella denominación corresponde al de mayor calibre y a los más
pequeños se los designa foraminas.
Por el foramen ingresan al diente el filete nervioso y una arteria, mientras se produce la salida pasan,
casi con exclusividad, elementos vasculares.
La presentación del foramen diferente según la edad. Veamos:
Cuello anatómico y cuello clínico: La línea de separación entre el esmalte y el cemento, o lo que es
lo mismo, entre corona y raíz, constituye el cuello anatómico o línea cervical. Su disposición es
inmutable, presentando características definidas en cada diente y cara.
En incisivos, caninos y premolares es una línea curva con la convexidad dirigida hacia apical en las
caras libres y hacia oclusal en las proximales.
En las caras libres, la curvatura de la vertiente mesial corresponde a un arco de radio de longitud
menor que el que engendra la curva de la vertiente distal. Esta diferencia es más notoria en las caras
vestibulares que en las palatinas o linguales.
En las proximales también existen dos vertientes: una vestibular y otra palatina o lingual; al
encontrarse ambas determinan un ángulo sumamente obtuso en las distales y de angulación menor en
las mesiales.
Estas vertientes son más inclinadas en mesial que en distal y, en consecuencia, el vértice ocupa en
mesial un plano más cercano a oclusal o incisal.
Observando las curvaturas de la línea cervical en todos los dientes, se comprueba que las intensidades
de las mismas disminuyen desde el incisivo central hasta el segundo premolar. Este carácter se
acentúa hacia distal, llegando en proximal de los molares inferiores y palatino de los superiores a
transformarse en una línea de ondulación apenas perceptible.
La mayor variación ocurre en aquellas caras dentarias donde se implantan más de una raíz. Así, en
vestibular de todos los molares, proximal de los superiores y lingual de los inferiores, la disposición del
cuello varía tanto que se invierte la convexidad con respecto a como se las encuentra en los dientes
anteriores.
El cuello se presenta con dos curvas, convexas hacia oclusal, que se unen en un pequeño espolón en
relación con la bifurcación radicular.
Esta línea cervical no se modifica por procesos no destructivos.
Denominada también línea anatómica, divide al diente en corona y raíz anatómica, las cuales una vez
totalmente calcificado el ápice conservan su forma, tamaño y relación para toda la vida de la pieza
dentaria. En el diente in situ se reconoce otra línea que recibe el nombre de cuello clínico o línea
gingival, y que lo divide en corona y raíz clínica. Según Orban y Gottlieb, se instala sobre el diente en
la parte más superficial de la adherencia epitelial, o lo que es lo mismo, en el fondo de la hendidura
gingival. Ackermann y Held disienten, considerando que la posición de la línea corresponde a la
proyección sobre el diente del festón gingival, es decir, en la cresta de unión de las vertientes dental y
gingival de la encía marginal. En ambos casos el trazado resulta de diseño semejante a la línea
cervical anatómica.
La opinión de Orban y Gottlieb resulta más convincente, lo cual significa aceptar que la hendidura
gingival es parte de la cavidad bucal. Para la corona que describe Ackermann y Held se reserva el
nombre de corona visible. Con el nombre de cuello quirúrgico se designa la zona del diente
comprendida entre la línea cervical, anatómica, y la proyección sobre la superficie de la raíz del plano
horizontal que pasa por la cresta del reborde alveolar.
La porción de dientes que se halla dentro de la cavidad bucal se denomina corona clínica; la que se
implanta en el maxilar, comportándose como el elemento de inserción del diente, es la raíz clínica.
Cuando el diente cumple su movimiento eruptivo, la línea gingival se traza sobre el esmalte,
resultando en ese momento la corona anatómica mayor que la clínica. El caso opuesto se encuentra
en aquellos dientes en que, por retracción gingival, la encía se inserta en el cemento determinando
una corona clínica mayor que la anatómica. Existe una tercera posibilidad, y es que coincidan las
coronas y raíces clínicas y anatómicas cuando la inserción de la encía se hace en la línea cervical.
Se utiliza también la denominación de raíz y corona funcional, en atención al papel que cumple cada
una de ellas, en lugar de raíz y corona clínica.
Resumiendo todos estos conceptos se concluye que: la línea cervical o cuello anatómico separa el
esmalte del cemento y delimita a la corona y raíz anatómica.
La línea gingival o cuello clínico, que emigra desde el esmalte al cemento, está ubicada en el fondo de
la hendidura gingival y separa corona y raíz clínica (Orban y Gottlieb)
Corona visible es la que excede hacia oclusal o incisal el borde del festón gingival (Ackermann y Held)
Cuello quirúrgico es la zona del diente comprendida entre la línea cervical y el plano horizontal que
pasa por la cresta alveolar.
Topografía de la línea cervical. En todos los dientes la región del cuello señala una pequeña
depresión, marcada a expensas de corona y raíz. La forma en que se relacionan los dos tejidos
periféricos da lugar a la aparición de cuatro casos.
Choquet los ha descrito así.
Choquet señala una contradicción entre lo que hace suponer la embriología y la realidad. Según
aquella el cemento debería cubrir al esmalte, puesto que es el último de los tejidos en calcificar y
sobre todo porque para hacerlo necesita la presencia previa de tejido dentinario; pero la realidad
indica que la más frecuente de las cuatro formas comentadas es la primera, es decir, que el esmalte
cubre al cemento. Tal como Choquet lo decía, pese a la Embriología, “el hecho es ése, preciso,
indiscutible...”
Este autor ha señalado la posibilidad de que en las diferentes caras de un mismo diente puedan
hallarse simultáneamente varios de estos casos. Por otra parte ha encontrado relación entre la forma
de presentación en los dientes homólogos y coincidencia entre padres e hijos, atribuyendo cierta
importancia a la herencia.
Incisivos: Se reconocen dos porciones: coronaria y radical. El elemento radicular es una pirámide
cuadrangular con vértice apical. En su base se reconocen cuatro lados: vestibular, mesial, palatino o
lingual y distal. La corona es un prisma cuyas bases, triangulares, se orientan hacia mesial y distal.
Los tres lados de la base son: cervical, el más corto, vestibular y palatino o lingual. De las tres caras
laterales dos son mayores: la vestibular y la palatina o lingual. De las tres caras laterales dos son
mayores: la vestibular y la palatina o lingual, que se reúnen en el borde incisal; la tercera cara,
menor, es la cervical, que se confunde con la base de la pirámide radicular.
Caninos: La porción radicular es similar a la de los incisivos. En cuanto a la corona, se divide en dos
porciones; la mayor absorbe aproximadamente tres cuartas partes del volumen coronario; se halla
directamente relacionada con la pirámide radicular y ofrece la forma de un prisma de bases
trapezoides ubicados sobre las caras proximales.
De las caras laterales de dicho prisma dos son libres. Palatino o lingual y vestibular, convergentes
hacia incisal, y dos virtuales: una cervical, que se fusiona con la raíz, y la otra menor, opuesta a la
anterior, que se una a la pirámide incisal.
En cuanto a la otra porción, la menor, es una pirámide ubicada en relación con incisal. Esta pirámide
tiene base rectangular, con gran predominio del diámetro mesiodistal, pequeña altura, y su vértice
corresponde a la posición del borde cortante.
Premolares: La raíz con idéntica forma de pirámide cuadrangular a la exhibida por os dientes
anteriores. En su corona diferenciamos también dos porciones, tal como lo hicimos con el canino. La
mayor es un prisma cuadrangular cuyas caras laterales son vestibular, mesial, palatino o lingual y
distal. Las dos bases son: una servical, que se une a la porción radicular, y otra oclusal. Sobre esta
última se apoya la porción menor, integrada por dos pirámides cuadrangulares de bases amplias y
pequeña altura, que representa a cada una de las cúspides, ubicadas sobre las caras libres.
Molares: Presentan una disposición parecida a la de los premolares, aunque mas compleja. La
porción radicular, múltiple, aparece con dos pirámides de base rectangular, una dispuesto sobre
mesial y otra sobre distal para los molares inferiores, y tres para los del arco superior: mesial, distal y
palatina.
En cuanto a la corona del molar exhibe en su porción oclusal 3, 4 o 5 pirámides del tipo descritas para
los premolares, de acuerdo con el arco a que pertenezca.
Asimetría: Todos los dientes son asimétricos. Ello es poco notable en los incisivos centrales
inferiores, en los que suele resultar dificultoso el reconocimiento de lado. En cambio, la inclinación del
borde incisal, la orientación radicular, las desiguales convexidades de las caras libres y proximales,
etc., en los restantes incisivos y caninos, así como la distinta disposición y tamaño de surcos, cúspides
y raíces en los premolares y molares fijan las características que determinan esta asimetría.
No existe coincidencia de forma entre los dientes homólogos de los arcos dentarios opuestos
(Anisognatismo). Es normal observar similitud de tamaño y forma entre los dientes homólogos de un
mismo maxilar.
Superficie de los dientes: Todas las superficies de los dientes son curvas: convexas o cóncavas.
Nunca se hallará una superficie plana en la forma dentaria normal. Cuando existe es debido a un
agente externo. La atrición y la abración determinan la aparición de zonas planas, por desgaste de la
superficie antagonista.
Convergencia palatina: Las caras proximales se ubican en planos convergentes que se interceptan
por detrás de la cara palatina o lingual.
Esto se debe a que las caras palatinas tienen un diámetro mesiodistal menor que las vestibulares. El
arco de la circunferencia que pasa por las caras vestibulares es concéntrico y externo con respecto al
que lo hace por las linguales o palatinas. Las caras proximales están colocadas en coincidencia con los
radios correspondientes a estos arcos.
Valores de la convergencia: en mayor a nivel del cuello y menor en el borde incisal o cada oclusal.
En los unirradiculares esta convergencia se prolonga sobre la raíz. Por ello es que la sección
transversal de la porción radicular de un incisivo superior es netamente triangular y la cara paltina de
la misa casi una arista.
Cuando se trata de un primer premolar bífido, esta condición se cumple en forma tal que la raíz
vestibular tiene un diámetro mesiodistal mayor que la palatina.
En la porción radicular de los molares, pese a su mayor complejidad, se realiza idéntica observación.
Prominencias proximales: Como consecuencia de las dos observaciones anteriores, ocurre que la
mayor prominencia de las caras proximales, considerada en el sentido vestibulopalatino o lingual está
situada muy cerca de vestibular.
Oblicuidades proximales: Las oblicuidades de las caras proximales, referidas al plano horizontal, son
mayores en las distales.
Convergencia cervical: Ambas caras proximales ocupan planos convergentes hacia el ápice.
Esto tiene su razón de ser: la necesidad de contribuir a formar, entre dos dientes proximales y hacia
cervical del punto de contacto, el espacio suficiente como para permitir la ubicación de la lengüeta
interdentaria.
Oblicuidades proximales: Referida al eje longitudinal del diente, la cara más oblicua es la distal, de
tal manera que si se prolongan los planos de las caras proximales se interceptarán siempre en apical y
hacia mesial del eje.
Convergencia oclusal: Las caras libres son convergentes hacia incisal u oclusal.
Prominencia de las caras libres: Del párrafo anterior se deduce que la porción más promitente de
las caras libres se halla muy cerca de cervical y que esa proximidad es mayor en vestibular.
a) En los dientes superiores: la mayor oblicuidad y convexidad están ubicadas en palatino de forma
tal que las prolongaciones de los planos de las caras libres se interceptan hacia incisal y vestibular.
b) En los dientes inferiores: los incisivos y caninos muestran equivalencia en la oblicuidad; los
premolares y molares tienen la oblicuidad mayor en vestibular. La prolongación de los planos se
intercepta hacia oclusal y lingual.
Oblicuidades de las caras libres: La convergencia de vestibular y palatino o lingual hacia distal se
produce en razón de la inclinación de la cara vestibular; orientada desde mesiovestibular hacia
distolingual.
La cara palatina o lingual está pro lo general dispuesta casi paralelamente al eje mesiodistal de la
corona.
Las prolongaciones de los planos de las dos caras libres se interceptan hacia distopalatino o
distolingual.
Tamaño: Las caras vestibulares son siempre mayores que sus opuestas.
Superficie: Salvo las caras palatinas y linguales de los incisivos y caninos, donde aparecen
concavidades, todas las caras libres de los restantes dientes son convexas en ambos sentidos.
Posición de los ángulos incisales: Los ángulos distoincisales de los incisivos y caninos ocupan un
plano situado más apicalmente que el que alcanzan los mesioincisales.
Tamaño de las cúspides: En los molares las cúspides mesiales son mayores que las distales.
Tamaño: En uno y otro sentido las caras mesiales son mayores que las distales
Oblicuidades: Las caras distales son siempre más convexas que las mesiales. Además, hay mayor
constancia en su convexidad, puesto que, mientras que existe una sola cara distal, que no es convexa
en toda su extensión (canino inferior), son muchas las caras mesiales (tods las de molares y
premolares) que presentan un aplanamiento cervical.
LÍNEA ECUATORIAL
Trayectoria: Vuelva el lector a los puntos, de su lectura deducirá cual es la posición de las máximas
prominencias en cada una de las caras laterales de la corona del diente, la línea que recorre esos
puntos es la línea ecuatorial. Colóquese el diente circular recórranse las caras laterales de la corona
haciendo que el lápiz mantenga una dirección paralela al eje de la pieza dentaria: obsérvese donde se
produce el contacto y se verá que:
a) La línea ecuatorial describe curvas de concavidad apical en las caras proximales y oclusal en las
libres
b) Se acerca a oclusal o incisal en todas las caras proximales
c) En todas las caras vestibulares y en las palatinas o linguales de incisivos y caninos, se localiza muy
cercana a cervical
d) En palatino o lingual de premolares y molares se dispone aproximadamente en la mitad de la altura
coronaria.
La determinación de esta línea ecuatorial, de gran importancia en prótesis, origina el concepto de que
la corona está formada por dos conos truncados, unidos por sus bases en la línea ecuatorial.
LÍNEA CERVICAL
Curvaturas: En todas las caras libres donde emerge una sola raíz la curva presenta convexidad hacia
apical. En todas las caras proximales desde donde emerge una sola raíz, la convexidad es oclusal y
menor que la vestibular.
En todas las caras distales de los unirradiculares, la curvatura de la línea cervical es menos marcada
que en las mesiales. En éstas se acerca más al plano oclusal y las vertientes que lo integran,
vestibular y bucal, forman un ángulo menos abierto.
Dentro de estas reglas generales existen dos excepcionales:
a) Proximales de primeros premolares superiores con bifidez radicular, en donde la línea cervical
muestra una sola concavidad dirigida hacia apical, pese a que se implantan sobre esa cara dos raíces.
b) Vestibular de primeros molares temporarios, en razón de la existencia del tubérculo de
Zuckerkandl, determinando una disposición peculiar de la línea cervical, que presenta en relación con
la implantación de la raíz mesial una curva de convexidad dirigida hacia apical.
Examinando comparativamente las curvaturas de las líneas cervicales de todas las piezas de un
hemiarco, se comprueba que sus magnitudes son menores en los dientes distales del mismo.
PORCIÓN RADICULAR
Inclinación: En todos los dientes, y más notoriamente en los unirradiculares, se manifiesta una
inclinación radicular hacia distal. El diente, en su movimiento eruptivo, que realiza cuando aún no ha
calcificado totalmente, lleva una dirección inciso u oclusomesial, de esa forma la desviación radicular
muestra el camino recorrido por el diente en el maxilar. El mejor ejemplo de esto se halla en la
porción radicular del tercer molar.
Tamaño: En los molares superiores la raíz más potente es la palatina. De las dos restantes como en
los inferiores, la raíz mesial es mayor que la distal.
Incisivos: Ocupan la porción anterior del arco y son primeros en ponerse en contacto con los
alimentos. Realizan compartiéndola con los labios, la función de la aprehensión.
Están preparados especialmente para cortar los alimentos, pudiendo cumplir también la acción de
roer. Actúan asimismo como elementos pasivos en la articulación del sonido.
Han de estudiarse cuatro dientes distintos: incisivos central y lateral superior, y centra y lateral
inferior.
Mesiodistal Vestibulopalatino
PORCIÓN CORONARIA
Cara vestibular: De forma de trapecio escaleno, en la que el eje vertical o cervicoincisal (10,0 mm)
es ligeramente mayor que el trasversal o mesiodistal (9,0 mm)
Lado incisal: Corresponde a la base mayor del trapecio representado por el borde incisal, que se
orienta desde mesial y abajo hacia distal y arriba. El diente recién erupcionado muestra dos
escotaduras que demarcan los tres lóbulos vestibulares de desarrollo. Esta disposición es la que los
autores franceses denominan fleur de lys. El tamaño de esos lóbulos es el siguiente.
Al unirse el borde incisal con las caras proximales forma dos ángulos; uno mesioinicial, en un plano
mas inferior, tiene un vértice más marcado que el distoincisal, que ocupa un plano más superior y el
más romo.
Lado cervical: Corresponde a la línea del cuello, convexa hacia apical, con menor radio de curvatura
en la vertiente mesial, que es también más corta y más inclinada, de forma tal que la parte más
elevada del cuello está más cerca del mesial.
Lado mesial y distal: Ambos convexos en toda su extensión, con una inclinación con respecto al eje
vertical de la cara de 12° y 15° respectivamente. El mesial es más largo que el opuesto, lo que se
debe a la posición superior del ángulo distoincisal.
Cara palatina: La forma de trapecio de vestibular se exagera tanto por la mayor convergencia de los
lados proximales, que en ocasiones puede resultar triangular. Se debe a que permanece igual la base
mayor, incisal, mientras que hay una sensible disminución de la longitud de la base menor, cervical.
Por eso mismo es que se exageran las oblicuidades de mesial y distal (19° y 26°).
Superficie: Presenta en su porción central y en los tercios incisal y medio una amplia depresión
delimitada así: por arriba, el cuarto lóbulo de desarrollo, que por su ubicación se denomina
cervicopalatino o proceso cervical, lateralmente, por los rebordes marginales que se sueldan con aquél
y que hacia abajo van en busca de sus respectivos ángulos incisales, a los que sólo llega el reborde
misal, puesto que el distal, mas ancho, es de menor longitud. Hacia abajo la depresión se pierde en la
concavidad palatina del borde incisal.
La función de los rebordes y el cuatro lóbulos determinan una imagen de media luna, por encima de la
cual está el relieve del lóbulo y por debajo la porción más profunda de la depresión.
Ocasionalmente el desarrollo palatino del lóbulo central produce en el tercio medio un relieve en forma
de arista, que se une con el proceso cervical. Esta arista se denomina prominencia vertical y cuando
existe, la depresión palatina queda delimitada por un surco en forma de M. Esta disposición, no muy
frecuente en los centrales superiores, lo es en cambio en los laterales del mismo arco.
Caras proximales: Ambas poseen forma de triángulo acutángulo, con un diámetro transversal menor
que el de vestibular.
Lado cervical o base: Superior, corresponde a la línea del cuello anatómico, de concavidad apical. Se
determinan así dos vertientes de similar longitud con inclinaciones diferentes; las vestibulares forman
con el eje de la cara un ángulo de seno superior o radicular, de 23° en mesial y 20° en distal, y las
palatinas de 43° y 40°, respectivamente. Es decir, que las vertientes en distal son menos oblicuas que
en mesial, formando un ángulo más obtuso; su intercepción no origina un vértice como parece
insinuarse en mesial, sino que se unen por un ligero arco. Estos detalles determinan que la parte más
declive del cuello en mesial descienda más que en distal, la diferencia es de ½ a 1mm. El cuello
desciende en general de 4 a 4 ½ mm en mesial, y de 3 a 3 ½ mm en distal en relación con el plano
que pasa por las partes más prominentes de la línea cervical en vestibular y palatino.
Lado vestibular: Convexo en toda su extensión y con menor oblicuidad que el opuesto. De allí el
desplazamiento del borde incisal en ese sentido.
Lado palatino: Fuertemente convexo en el tercio cervical, muestra en la unión de este con el tercio
medio la fusión del cuarto lóbulo con el reborde marginal, cuyo perfil, levemente cóncavo, se confunde
con el borde incisal.
Bode incisal: Conocida ya su disposición en el diente recién erupcionado cabe manifestar que en el
que ya ha articulado durante buen tiempo la fricción con los antagonistas determina un desgaste,
atrición. Al cabo de lo cual el borde pasa a ser una verdadera superficie, extendida desde mesial a
distal, con un ancho que normalmente llega a 1mm. Se presenta como un plano inclinado desde
vestibular y abajo, hacia palatino y arriba, disposición que adopta en virtud de la forma en que
articular con sus antagonistas. El borde sube desde mesial a distal, describiendo una amplia curva: en
distal disminuye el radio de curvatura haciéndose más perceptible y contribuyendo así a que el ángulo
distoincisal se presente romo. El borde posee dos lados; vestibular convexo y palatino cóncavo, que
muestran sus mayores curvaturas en la parte distal.
Porción radicular
Relación coronoradicular: Colocado el diente en posición, de modo que el eje de la corona coincida
con la vertical, se observa que la raíz se inclina hacia palatino y distal. Observando los ejes de las dos
porciones, desde una cara libre y otra proximal, se comprueba que en ambos casos los ejes forman,
entre sí, ángulos obtusos abiertos hacia distal y palatino.
Evaluacion Objetiva Presencial
PRACTICA Nº 1
ESCULTURA DEL INSICIVO CENTRAL SUPERIOR IZQUIERDO
La practica Nº1 consiste en plas mar todo lo aprendido anteriormente en un bloque de jabon en
relacion al ICSI, las dimensiones naturales se multiplicaran por 3 para fines didacticos, para esto
nesecitaremos los siguientes materiales:
1.- Espatula lecron
2.- Navaja pequeña
3.- Bloque de jabon
4.- Regla milimetrica
5.- Objeto semi aspero para pulir Ej. medias nilon
Primeramente se le da la imagen geometrica del ICSI para hacer un esbozo de lo que sera la
escultura.
Constantemen comprobar las medidas que corresponden a la corona, raiz en todos los sentidos
Eliminamos los angulos del esbozo geometrico para darle la forma caracteristica del ICSI
Realizar los desgastes necesarios con la
espatula lecron para darle la forma adecuada
Cuando se observa la boca de una persona, se ve solo una porción del diente,
estando la otra parte insertada dentro del hueso. La parte visible de esa estructura
se la llama corona, y la parte que está dentro del hueso recibe el nombre de raíz.
La región de unión de la raíz con la corona es denominada cuello.
Incisivos: son los dientes delanteros de la boca. Su formato permite que sean
usados para cortar alimentos. Cuando se come una manzana, por ejemplo, se
utiliza primero este grupo de dientes. En la boca de una persona adulta, se
encuentran ocho incisivos: cuatro superiores y cuatro inferiores.
Caninos: poseen corona con puntas agudas, que sirven para cortar y rasgar los
alimentos. Este tipo de diente es bastante desarrollado en los animales carnívoros.
Cada persona adulta presenta cuatro caninos.
Molares: poseen la corona con superficie que presenta varias puntas y son
responsables de triturar el alimento. El ser humano adulto posee 12 molares.
Cuando una persona no cuida la salud de sus dientes, pueden surgir las caries.
Este problema se desencadena por la producción de ácidos ocasionados por las
bacterias que se desarrollan en la boca. Estos ácidos destruyen el esmalte hasta
llegar a la dentina y a la pulpa, donde causan bastante dolor.
¿Qué tienen de especial los dientes de
leche?
Los primeros dientes de tu hijo son bastante diferentes de los definitivos, pero ¿te has
preguntado alguna vez en qué consisten exactamente estas diferencias? ¡Hoy te las
explicamos!
1) Los dientes de leche son más pequeños
Los dientes de leche son comunes en casi todos los animales, y acompañan al ser
humano desde hace al menos 3 millones de años. La razón de su aparición no podría
ser más lógica: los niños deben aprender a masticar y comer alimentos sólidos para
alimentarse correctamente, pero su carita y su mandíbula son demasiado pequeñas
para albergar los dientes grandes de un adulto. Por eso, los dientes de leche cumplen
su función mientras el niño crece lo suficiente.
En los dientes de leche, las capas de esmalte y dentina son muy delgadas. Al tener menos dentina,
el color es más claro que el de los dientes permanentes. Por tanto, si detectas que los primeros
dientes definitivos de tu hijo parecen más amarillentos que los de leche, ¡no te preocupes!: es
totalmente normal.
Los dientes de leche tienen el cuello más estrecho y la corona más pequeña y achatada.
Las áreas de contacto entre las piezas de arriba y las de abajo son más amplias y más planas en
los dientes de leche.
Por último, las raíces de los dientes de leche son más delgadas y más largas que en los adultos.
Cuando llega el momento de que salgan los dientes definitivos la raíz del diente de leche se
reabsorbe, haciendo que su caída sea más fácil.