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Técnicas o instrumentos del psicólogo organizacional .

Las herramientas que utilizan los psicólogos podrían dividirse de la siguiente forma:

1. Técnicas observacionales: en estas se puede englobar desde la propia observación


en el medio natural del cliente, a la utilización de la cámara de vídeo para la
grabación de conductas o el uso de registros observacionales.
2. Técnicas objetivas: los famosos test, cuestionarios, inventarios, checklist,
electroencefalogramas, polisomnografías, analíticas… Cualquier prueba que nos de
datos objetivos necesarios para la evaluación, diagnóstico y/o seguimiento del
paciente.
3. Entrevistas: éstas permiten la recogida de información de los datos del paciente y
en ocasiones de sus familiares, profesores, compañeros, pareja, etc. Pueden ser
estructuradas, cuando se sigue un guión establecido y no nos salimos de ahí,
semiestructuradas o libres. Pueden ser generales o bien enfocadas a uno o varios
problemas específicos, con el fin de descartarlos o confirmarlos.
4. Técnicas de autoinforme: deberán ser completados por el propio paciente, para el
registro de sus propios comportamientos, cambios fisiológicos, pensamientos, etc.
De gran utilidad en las conductas no observables de las personas.
5. Técnicas subjetivas: permiten la clasificación de las personas en función de
determinados atributos o descripciones verbales, con el fin de darnos una
orientación al clínico.
6. Técnicas proyectivas: muy utilizadas en el ámbito del psicoanálisis por ejemplo,
son técnicas con distintos grados de desestructuración, con la finalidad de que las
personas construyan y completen, para inferir desde esa construcción de la persona,
características o atributos de la misma.

7. Otras herramientas:
1. La empatía es un arma que en muchas ocasiones debemos utilizar con sumo
cuidado, ya que en algunas casos nos puede ser beneficiosa y en otras
perjudicial, no solo para nosotros mismos, también para el propio
tratamiento del paciente.
2. La relación terapéutica establecida con el paciente es otra herramienta
tremendamente útil, y que por sí misma favorece la intervención y el
resultado. Pero debe ser una relación adecuada, y con cada persona y con
cada patología, las características de la relación deben ser necesariamente
diferentes.
3. La interdisciplinariedad, como en otras profesiones, es completamente
necesaria. El psicólogo está capacitado para trabajar sobre muchos aspectos,
pero solicitar la colaboración de otros profesionales como el médico, el
psiquiatra, el logopeda, el psicopedagogo, el trabajador social… en
ocasiones es conveniente. Y dentro de la propia psicología existen muchas
especialidades distintas, psicólogo del trabajo, psicólogo educativo y
psicólogo clínico (dentro de esta existen muchas subespecialidades).

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