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GESTION INTEGRAL DEL MANTENIMIENTO

1. CONCEPTOS BÁSICOS:

1.1. ¿QUE ES EL MANTENIMIENTO?

Definamos habitualmente mantenimiento como el conjunto de técnicas

destinado a conservar equipos e instalaciones en servicio durante el mayor tiempo

posible (buscando la más alta disponibilidad) y con el máximo rendimiento.

A lo largo del proceso industrial vivido desde finales del siglo XIX, la función del

mantenimiento ha pasado diferentes etapas. En los inicios de la revolución industrial,

los propios operarios se encargaban de las reparaciones de los equipos. Cuando las

máquinas se fueron haciendo mas complejas y la dedicación a tareas de reparación

aumentaba, empezaron a crearse los primeros departamentos de mantenimiento, con

la actividad diferenciada de los operarios de producción. Las tareas en estas dos

épocas, eran básicamente correctivas, dedicando todo su esfuerzo a solucionar las

fallas que se producían en los equipos.

A partir de la Primera Guerra Mundial, y sobre todo, de la Segunda, aparece el

concepto de fiabilidad, y los departamentos de mantenimiento buscaban no solo

solucionar las fallas que se producen en los equipos, si no, sobre todo, prevenirlas,

actuar para que no se produzcan. Esto supone crear una nueva figura en los

departamentos de mantenimiento: cuya función es estudiar que tareas deben

realizarse para evitar las fallas. El personal indirecto, que no está involucrado en

directamente en la realización de las tareas, aumenta, y con él los costes de

mantenimiento. Pero se busca aumentar y fiabilizar la producción, evitar las pérdidas

por averías y sus costes asociados. Aparece el Mantenimiento Preventivo, el


Mantenimiento Predictivo, el Mantenimiento Proactivo, la Gestión de Mantenimiento

asistido por Ordenar, y el Mantenimiento Basado en Fiabilidad (RCM). El RCM como

estilo de gestión de mantenimiento, se basa en el estudio de los equipos, en el análisis

de fallo y en la aplicación de técnicas estadísticas y tecnología de detección.

Podríamos decir que RCM es una filosofía de mantenimiento básicamente

tecnológica.

Paralelamente, sobre todo a partir de los años 80, comienza a introducirse la

idea de que puede ser rentable volver de nuevo al modelo inicial: que los operarios de

producción se ocupen del mantenimiento de los equipos. Se desarrolla el TPM, o

mantenimiento productivo total, en el que algunas de las tareas normalmente

realizadas por el personal de mantenimiento son ahora realizadas por operarios de

producción. Estas tareas “transferidas” son trabajos de limpieza, lubricación, ajustes,

reaprietes de tornillos y pequeñas reparaciones. Se pretende conseguir con ello que

el operario de producción se implique más en el cuidado de la máquina, siendo el

objetivo último del TPM conseguir cero averías. Como filosofía de mantenimiento,

TPM se basa en la formación, motivación e implicación del equipo humano, en lugar

de la tecnología.

TPM y RCM no son formas opuestas de dirigir el mantenimiento, sino que

ambas conviven en la actualidad en muchas empresas. En algunas de ellas, RCM

impulsa el mantenimiento, y con esta técnica se determina las tareas a efectuar en los

equipos; despues, algunas de la tareas son transferidas a producción, en el marco de

la política de implantación de TPM. En otras plantas, en cambio, es la filosofía TPM la

que se impone, siendo RCM una herramienta para la determinación de tareas y

frecuencias en determinados equipos.


Por desgracia, en otras muchas empresas ninguna de las dos filosofías triunfa.

El porcentaje de las empresas que dedican todos sus esfuerzos a mantenimiento

correctivo y que no se plantean si es la forma en que la que se obtiene el máximo

beneficio (objetivo último de la actividad empresarial) es muy alto. Son muchos los

responsables de mantenimiento, tanto de empresas grandes como pequeñas, que

creen que estas técnicas están muy bien en el campo teórico, pero que en su planta

no son aplicables: parten de la idea de que la urgencia de las reparaciones es la que

marca y marcará siempre las pautas a seguir en el departamento de mantenimiento.

1.2. ¿CUÁL ES EL PROPOSITO DE LA FUNCION DEL MANTENIMIENTO?

En un mundo de crecientes expectativas, las exigencias reguladoras aumentan

en forma exorbitante, cambiando los paradigmas tecnológicos y las reorganizaciones

interminables, todos los cuales necesitan ser tratados con urgencia, pues se pueden

perder fácilmente. En este ambiente, así como las corporaciones mayores desarrollan

declaraciones formales de su misión para ayudar a sostener un curso firme a través

de un océano de distracciones, merece la pena desarrollar una labor formal para

ayudar al mantenimiento a que lo haga igualmente.

Quizás un lugar bueno para empezar sería mirar el significado de la palabra

“mantener”. El diccionario define “mantener” como sostener un estado existente.

¿Sostener que? Puede preguntarse, ¿exactamente en qué estado? El primer “que” es

fácil. El mantenimiento existe porque tenemos recursos físicos que necesitan

mantenerse. Así que la declaración de la misión debe reconocer que ese

mantenimiento sobre los recursos físicos está por encima de todo. ¿Pero cuál es el

estado existente qué debe sostenerse? La respuesta queda en el hecho en que cada
recurso físico se pone en servicio porque alguien lo necesita para hacer algo. En otras

palabras, se espera que cumpla funciones específicas. Así que, cuando mantenemos

un recurso, el estado que deseamos conservar debe ser aquel en el que continúa

haciendo cualquier cosa que sus usuarios aseguran requieran. Este cambio en el

énfasis, de conservar lo que cada recurso es, para conservar lo que hace, debe

reconocerse en la declaración de la misión.

La declaración de la misión también debe reconocer quienes son los “clientes”

del servicio de mantenimiento. De hecho, los mantenedores sirven a tres tipos

bastante distintos de clientes: los dueños de los recursos, los usuarios de los recursos

(normalmente los operadores) y a la sociedad en su conjunto. Los dueños están

satisfechos si sus recursos generan un retorno satisfactorio de la inversión que hizo

en adquirirlos. Los usuarios están satisfechos si cada recurso continua haciendo

cualquier cosa que ellos quieren hacer, bajo un estándar de rendimiento que,

consideran satisfactorio. Finalmente la sociedad en su conjunto esta satisfecha si los

recursos no fallan de manera que amenazan el medio ambiente.

Si las cosas no fallan, no necesitarán mantenimiento. Así que la tecnología de

mantenimiento debe encontrar y aplicar sobre todo maneras apropiadas de

administrar las fallas. Las técnicas de gestión de fallas entran en cinco categorías:

• Mantenimiento Predictivo

• Mantenimiento Preventivo

• Búsqueda de fallas

• Operación hasta la falla

• Cambios únicos en el diseño del recurso o de la manera que opera.


Cada categoría contiene a un organizador de opciones, algunos más eficaces

que otros. Un desafío mayor que enfrentan los mantenedores de hoy en día no solo

es aprender lo que estas opciones son, si no decidir en sus propias organizaciones,

cual vale la pena y cual no. Si ellos eligen las opciones correctas, es posible mejorar

el rendimiento del recurso y al mismo tiempo mantener e incluso reducir el costo de

mantenimiento. Si ellos eligen las opciones equivocadas, se crean nuevos problemas,

mientras que las dificultades existentes empeoran. Siendo así, la declaración de la

misión debe dar énfasis a la necesidad de intentar elegir las opciones correctas del

total de la serie de alternativas.

Sin embargo, cuando se consideran las opciones de gestión de fallas, tener

presente que estas llaman la atención por sus consecuencias. Las fallas incurren en

consecuencias en forma de costos de reparación. También pueden afectar la

seguridad, la integridad medioambiental, el rendimiento, la calidad del producto, el

servicio al cliente, la perdida de protección y los costos operativos. La severidad y

frecuencia con las que una falla incurre en cualquiera de esas consecuencias indica

si cualquiera de las técnicas de gestión de falla estan bien aplicadas. Así, la

declaración de la misión necesita reconocer el papel de soporte que juega

mantenimiento en la eliminación de las consecuencias.

Debe reconocerse también que todos trabajamos a favor del exigente recurso

medio ambiente. Los mantenedores más eficaces son aquellos que aplican los

recursos que necesitan, personas, repuestos y herramientas, en la forma más rentable

posible. Sin embargo, no debe ser tan barato que dañe la funcionalidad de sus

recursos a largo plazo. En otras palabras, y no exactamente al extremo del próximo

periodo contable.
Finalmente, la declaración de la misión debe reconocer que el mantenimiento

depende de las personas, no solo de los mantenedores, sino también de los

operadores, diseñadores y vendedores. Se debe reconocer la necesidad de crear un

ambiente donde todos estén involucrados con los recursos teniendo un entendimiento

común y correcto de lo que necesita hacerse, y deben ser capaces y deseosos de

hacer cualquier cosa que sea necesaria para corregir primero cada vez.

Lo siguiente hace pensar en tener todo esto como una posible declaración de

la misión de mantenimiento:

“Conservar las funciones de los recursos físicos a los largo de sus vidas

tecnológicamente útiles”,

- Para satisfacción de los dueños, usuarios y de la sociedad en su conjunto

- Seleccionado y aplicando las técnicas mas rentables

- Administrando las fallas y sus consecuencias

- Logrando el apoyo activo de todas las personas involucradas

1.3. OBJETIVOS DEL MANTENIMIENTO:

Las medidas de mantenimiento sirven para alcanzar los siguientes objetivos:

a. Conservar la capacidad de producción de las instalaciones y de la maquinaria

b. Conservar los locales industriales

c. Minimizar los trastornos en la empresa y las fallas que estos provoquen

d. Disminuir los costos

e. Garantizar la seguridad del personal y de los recursos físicos


Para lograrlo es necesario que el personal de la empresa este informado sobre la

necesidad de los trabajos de mantenimiento. Es decir, tiene que estar enterado sobre

las medidas planeadas y dispuesto a llevarlas a cabo.

Bibliografía:

- Santiago García Garrido: Organización y Gestión Integral del Mantenimiento

- Tecsup Virtual: Planificación y Programación del Mantenimiento

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