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Jurisprudencia.
"Toda vez que las playas de estacionamiento de los hipermercados o centros
comerciales implican el ofrecimiento de un servicio extra que sin lugar a
dudas tiene como contrapartida algú n beneficio adicional para empresas que
ofrecen bienes o servicios a potenciales consumidores, es razonable concluir que
aqué llas asumen un deber de custodia y deben responder por los dañ os que
se produzcan a los vehículos allí estacionados o a los bienes que poseen
consigo quienes se encuentran en el establecimiento".
Asimismo, el mencionado art. 1375 CCCN aclara que en los casos de garajes,
lugares o playas de estacionamiento que presten sus servicios a título
oneroso no rige la eximente prevista en el art. 1371 CCCN es decir que
responden por las cosas dejadas en los vehículos lo cual es ló gico puesto que
eximir su responsabilidad constituye una clá usula abusiva en tanto
desnaturaliza su obligació n (art. 37 LDC y 988 CCCN).
Jurisprudencia.
"El garaje constituye una explotació n comercial que se define como un fondo
de comercio, asimilable en cierto aspecto al depó sito, con la obligació n de
restituir la cosa en el mismo estado en que fue recibido por cuanto resulta
evidente que no puede desconocerse el hecho de que al dejar el propietario el
automotor en manos del garajista, lo está confiando tambié n en guarda y
conservació n, convirtié ndolo en depositario".
"En el contrato de garaje, el garajista cobra un estipendio por la guarda del rodado,
quedando a su cargo las medidas necesarias para la adecuada vigilancia del mismo,
correspondiendo aplicar en el caso, las disposiciones del contrato de depó sito por
lo que al prestar un servicio no puede pretender eximirse de responsabilidad por
los robos, hurtos o dañ os ocasionados en los vehículos u objetos de terceros, en la
medida que su obligació n es evitarlos. De lo contrario, el guardador se
convertiría en un mero cobrador de estadías, dejando los bienes a é l
confiados librados al accionar de quienes pretenden apoderarse de ellos.
Quedan así delineadas las motivaciones que inducen a las partes a celebrar
el contrato: proteger intereses con contenido patrimonial y conseguir una
ganancia apreciable econó micamente".
Shopping.
CAPÍTULO II - CONTRATO DE HIPERCENTRO DE CONSUMOS. POR CARLOS A.
GHERSI
1. Introducció n.— 2. La nueva empresa, el hipermercado y sus derivaciones
contractuales.— 3. La responsabilidad hacia consumidores y terceros no
consumidores.— 4. Las contribuciones necesarias de los contratantes al ente
hipermercado.— 5. El alquiler de gó ndolas en supermercados.

1. Introducció n
El desarrollo de estas nuevas situaciones de asociació n de empresas tal como se
da, es una cuestió n de investigació n, nos enfrentamos a un fenó meno econó mico
distinto y nuevo.
Dentro de un sistema econó mico de empresa privada, las oscilaciones de la
economía no tienen autorregulació n (la competencia es imperfecta), sobre todo en
los países subdesarrollados. Por ello es necesario poner en movimiento "factores
que compensen o nulifiquen", evitando dañ os irreparables en los "seres humanos
aislados o por sectores", que no poseen poder en la contratació n.
Estas empresas con su asociació n (v.gr., hipermercados shopping center)
pretenden, a partir de la oferta de productos en apariencia competitivos,
incentivar el consumo, ampliando su mercado por efecto de la
complementariedad de cosas y servicios, propendiendo a aumentar su tasa
de ganancia por concentració n de funciones, o dicho de otra forma, realizar
un ahorro en costos, p. ej., servicios unificados, edificio ú nico, etcé tera.
"La ley 22.802 de Lealtad Comercial reúne la totalidad de normas vigentes referentes a
la identificación de las mercaderías y a la publicidad de los bienes muebles, inmuebles y
servicios con el propósito de evitar que los consumidores sean inducidos a error o
falsedad en la adquisición de mercaderías o a la contratación de servicios, protegiéndose
de este medio al derecho de aquéllos a una información adecuada, veraz y completa en
relación al consumo".
"El hipermercado integra el ofrecimiento de sus ventas con una prestación adicional,
gratuita u onerosa consistente en un ámbito físico de estacionamiento de su exclusiva
propiedad donde los eventuales clientes puedan estacionar sus vehículos; y tal
prestación adicional no es indiferente para la captación de sus eventuales clientes y
concreción de su fin lucrativo, todo lo cual hace a la existencia de una obligación de
custodia y seguridad".
El primer paso viene dado desde lo económico, y es admitir que esta asociación de
capitales intenta incrementar la comercialización de bienes, de tal forma que sería
imposible hacerlo para cada capital individual.
Jurisprudencia.
Esta nueva empresa tiene otras fronteras en relación con cada uno de los que
intervienen, v.gr., tiende a generar confianza en los consumidores (diversidad de
productos, bajos precios, etc.) y en los inversionistas, que con una miń ima cuota
acceden a un complejo, imposible de hacerlo desde su empresa individual.
Para entender esto, debemos despojarnos de viejos prejuicios e ideas y asumir esa
realidad como una nueva forma de comercialización de bienes.
Uno de los cuellos de botella de los países subdesarrollados es no poseer una verdadera
"clase empresarial", con conciencia de tal y como tal, por su apego al individualismo; la
creación de estas nuevas empresas tiende a quebrar esta deficiencia.
El "marco de condiciones generales" dentro del cual se debe analizar este nuevo estilo
económico, con todas sus implicancias jurídicas, hace que debamos abandonar
conceptos clásicos de la función y conformación de la empresa, del capital y hasta de
los negocios privados, ya que se trata de un problema demasiado serio y de
connotaciones sociales trascendentes.
En resumen, la meta central es tratar de enmarcar jurid́ icamente esta nueva idea, sin
dejar de dar respuesta al conjunto de problemas que ello genera.
Para cumplir los objetivos descriptos desde lo económico, primero, debemos establecer
si, jurid́ icamente, hay o no una nueva empresa con capital de afectación propio.
la empresa nace para institucionalizar la nueva idea de comercialización (con todas
sus implicancias: reducción de la ecuación costo-beneficio, eficiencia, etc.), generando
una "nueva esfera de poder jurid́ ico concreto", distinta de cada empresa participante,
con aptitud de disposición y administración del complejo.
No se nos escapan los múltiples problemas que se deben resolver: la relación de cada
empresa con la nueva, que adquiere las formas más diversas, desde el arriendo de
locales hasta la compraventa, pasando por el usufructo, etcétera. Esto puede hacerle
revestir doble carácter como integrante del nuevo ente (aporte de capital, a veces
disfrazado como arriendos adelantados, etc.) y como su locataria.
Por esta razón nos interesa hablar fundamentalmente de la idea de ligazón por el
multicontrato, quebrando así la visión tradicional del aporte de dinero como accionista
(aun cuando luego se encubra mediante esta especie jurid́ ica, al establecer los valores
proporcionales).
Decimos que este nuevo ente (que podriá revestir cualquier forma jurídica) es una
"nueva esfera de afectación", con poder jurídico concreto,
con la consiguiente gama de derechos y obligaciones, no todas de análisis claro y
definitorio, pero que intentaremos esbozar.
La pregunta que surge rápidamente es: ¿esta "relación locativa" limita todos los efectos
para los terceros a esa situación? La responsabilidad —
en sus diversas formas— se expande para la empresa por situaciones que puedan
presentarse, p. ej., despidos en el ámbito laboral o intoxicaciones en la rama alimenticia.
Una segunda situación que suele presentarse es la que reviste el carácter jurid́ ico de
usufructo, tiṕ ico caso de las empresas multinacionales que invierten sumas importantes
y la figura de la locación con las
Las mismas preguntas que hemos formulado respecto de la locación, caben aquí.
La situación desde la óptica jurid́ ica es compleja, sin que aún hayamos adicionado
ciertas variantes, como son la posibilidad de cesión del derecho de locación, de
usufructo e incluso sucesivas ventas de locales o franchising. Se trata de nuevas
fórmulas económico-jurid́ icas, distintas de los moldes tradicionales.
su participación en el complejo, sino que abarcará la totalidad del patrimonio, v.gr., la
planta de fabricación u otros locales.
Los fundamentos a esta responsabilidad objetiva y solidaria del mencionado art. 40,
son: la creación de estos complejos o hipercentros de comercialización se basa en la
creación de una nueva esfera jurid́ ica, que es otra empresa, con su propio capital de
afectación, para desarrollarse y también afrontar las responsabilidades, no sólo propias
de la organización y administración, sino también las que emanen frente a terceros de
cada empresa que dentro del complejo comercializa productos o servicios.
Desde lo económico, esta empresa nace con un objetivo claro, que es la optimización en
la comercialización de beneficios económicos, directos (arriendos, usufructos, etc.) e
indirectos (reduciendo costos de servicios); además jurid́ icamente, ante los
consumidores, la nueva empresa genera confiabilidad y respalda (mediante publicidad
inductiva) la acción de las empresas que individualmente comercializan sus productos
(hay un servicio económico). Corresponde al fenómeno de tercerización.
La vía jurid́ ica del consumidor es que, en realidad, esta empresa es el verdadero sujeto
comercializador de los bienes y servicios, que lo implementa con bocas de expendio al
público de diferentes marcas.
Señala que hay que clarificar en forma precisa el "acto de empresa" y la "actividad de la
empresa"; el primero apunta al negocio jurid́ ico en concreto —en nuestro caso la
empresa X que perfeccionó la comercialización del bien o servicio en particular— del
cual surge la responsabilidad tradicional tipificada para cada contrato.
Existe un problema por superar y es qué papel juegan las empresas participantes en
cuanto a sus propios patrimonios, cuando se genera una situación conflictiva de
responsabilidad patrimonial con otras empresas del grupo. Sostenemos que al admitir la
idea de patrimonio de afectación, distinto del de cada empresa participante, existe aquí
una primera y sólida
La relación jurídica concreta, la empresa no participa en ella sino como integrante del
nuevo ente, pero no en su individualidad.
Uno de los problemas a los que más ha dado lugar la modalidad de shopping center es el
relativo al pago de las expensas comunes y ello debido a la inclusión de algunos rubros
como seguridad, publicidad, etc., lo que ha generado controversias tanto para los
propietarios, tomadores de leasing o a locatarios.
En este sentido la experiencia muestra cómo, por votación en asambleas citadas para
esas incorporaciones, la minoriá dominada nada puede hacer para impedirlas, como en
el caso de servicios de seguridad extra a los ya existentes, que en general benefician
particularmente a los primeros; publicidad en diarios, revistas y medios televisivos que
preponderan la situación de los dominantes y, últimamente, contribuciones
extraordinarias para premios o sorteos en determinadas épocas del año e incluso
refacciones en sectores comunes, etcétera.
En cuanto a los locatarios o tomadores de leasing, entendemos que los mismos tienen
un doble frente: en su contrato con los locadores y respecto
En cuanto a la relación con el shopping center, posee todas las acciones propias del
locador-condómino (por vía de subrogación) y las propias en función del abuso del
grupodominante tal cual lo describimos
anteriormente.
En relación con este tema está la validez y eficacia de los contratos conexos que la
administración en apariencia de derechos suscribe, obviamente obligando a todos los
integrantes, v.gr., un contrato de publicidad conjunta. En realidad, el locatario, e incluso
el copropietario, no es parte en el mismo; sin embargo pueden ser afectados por alguna
de sus cláusulas. En este sentido, como lo enseñan los profesores Weingarten y De
Lorenzo, precisamente por esa conexidad contractual pueden atacar dichas cláusulas,
pues —como hemos sostenido— toda esta estructura de diversos negocios es una gran
ficción para fragmentar la unidad contractual y la responsabilidad.
5. El alquiler de góndolas en supermercados
Estas obligaciones son en general las siguientes: queda a cargo del locatario la
colocación y reposición de mercadería en la góndola y en este sentido existen cláusulas
por las cuales es condición mantener aquéllas constantemente con productos, y la
posibilidad de rescindir si ello no ocurre. Esta cláusula, sostenemos, es legítima pues
tiene que ver con lo que se denomina efecto de comercialización en cascada, es decir,
ante la falta de productos los consumidores van dejando de concurrir al lugar.
El personal que repone y controla las góndolas es de cada locatario, que debe ser
identificado ante el supermercado, y cualquier variación debe ser notificada y existen
cláusulas en este sentido de acceso al lugar en horarios prefijados para evitar problemas
de concurrencia en horarios de más permanencia de consumidores. En este sentido los
riesgos de dichos empleados son considerados como anexados a la empresa locataria de
sus lugares de trabajo. En dichos contratos generalmente se incorporan
Además se pueden considerar como contratos anexos los relacionados con promociones
dentro del supermercado, en lugares circunvalantes o en playas de estacionamiento, de
productos de empresas que poseen góndolas alquiladas, y que en general siguen los
lineamientos ya descriptos. La segunda modalidad de que ya dimos cuenta, es que el
locatario arriende varias góndolas y con posterioridad éste las subalquile o coloque a su
cargo diversos productos de distintas empresas, en cuyo caso existen dos contratos
conexos de comercialización: por un lado uno de alquiler entre el supermercado y el
locatario y por otro entre las empresas y el locatario de distribución comercial.
En cuanto a las obligaciones de las góndolas son similares a las aludidas, y se añaden
algunas particulares: en los contratos de locación el supermercado en general retiene el
derecho de vetar determinados productos o marcas o solicitar previamente la lista de
empresas que van a participar, por problemas de competencia o simplemente lo que se
denomina, en el argot comercial supermercadista, la línea de selección de
comercialización y, desde el punto de vista jurid́ ico, el derecho de reserva
de marca-producto.
Una segunda obligación adicional es que como no trata con la empresa directamente,
generalmente se establecen condiciones de packaging a los efectos de asegurar
uniformidad o lo que se denomina línea de atractivos. En general estas obligaciones se
encuentran trasladadas en los contratos de distribución a las empresas. En cuanto a la
responsabilidad por los productos, consideramos que el supermercado lo es por el
contrato de comercialización de compraventa; la marca o empresa por viá del uso
económico del producto (art. 1757 CCCN), sin perjuicio de que en los contratos de
locación o distribución puedan existir cláusulas exonerativas que serán válidas y
eficaces, en la medida en que no violenten el ejercicio regular de los derechos de alguna
de las partes.
JU.
1. Introducción
un ticket o entrada que constituye una "relación de consumo" (art. 42de la CN y Ley
del Consumidor 26.361).
1. Introducción

La ley consagra la responsabilidad objetiva por el riesgo creado por las entidades o
asociaciones participantes en competencias futboliś ticas respecto del espectador,
quienes responden en forma solidaria por los ilić itos cometidos en los estadios, si no ha
mediado culpa del damnificado (art. 51).
JU
26.358).
durante el transcurso del evento y que puede reconocer su causa tanto en un hecho del
espectáculo en sí o en las cosas colocadas por el empresario o como por el hecho de las
multitudes (art. 40de la ley 26.361).
sufrido lo ha sido a causa del desarrollo del espectáculo, cuyo factor de atribución es la
actividad y su relación causal adecuada (la actividad deportiva y el daño), no será
responsable si el fallecimiento del asistente se produce, p. ej., como consecuencia de un
paro cardiá co que desarrolla el espectador como
enfermedad preexistente o por el impacto del espectáculo, pero sí de ser la resultante de
un disturbio o descontrol del espectáculo y sus concurrentes (así, p. ej., la corrida de
espectadores por bengalas).
JU
"Debe responsabilizarse al club donde se disputó un encuentro deportivo, por los daños
ocasionados a quien, hallándose en la vía pública y en las inmediaciones del estadio, fue
alcanzado por objetos lanzados desde el propio club, aun cuando el art. 51 de la ley
23.184 contemple expresamente la reparación de los perjuicios sufridos por
'espectadores', en los estadios y durante el desarrollo del evento, ya que 'estadio' es un
vocablo de textura abierta que debe interpretarse mediante analogía sustancial, sin que
pueda entendérselo de modo tal que se excluya a los sujetos que se encuentran en sus
inmediaciones". Observaciones: El fallo contiene votos en disidencia,
Los hechos atribuidos a las barras bravas, en los que no resulta identificable el autor
material del daño, pero en cambio puede determinarse el grupo o barra que lo ha
causado, quedan dentro de esa normativa (p. ej., un disparo de arma de fuego desde una
multitud que hiere a un espectador).
La víctima puede accionar contra los organizadores del evento y contra el autor material
del hecho. El art. 51de la ley 23.184 (texto
reparar los daños sufridos por el espectador, sin perjuicio del derecho que tiene aquel
que hubiese indemnizado una parte mayor
El art. 44de la ley 23.184 (texto según ley 24.192), establece que
Para esta postura, de tratarse de un organismo sin fines de lucro, el empresario quedariá
librado de responsabilidad.
De otro modo la empresa es responsable cuando hay culpa de su parte o por el hecho de
las cosas (v.gr., el daño que se produce a un boxeador porque al recostarse contra las
cuerdas en mal estado cae al piso por rotura de éstas).
El Estado es también civilmente responsable por los daños causados a los asistentes
cuando, en función del poder de policía que le corresponde, omite o ejerce
inadecuadamente alguna de las actividades que le son impuestas.
23.184 en su art. 11(texto según ley 24.192) dispone la clausura hasta un máximo
de sesenta diá s de los estadios. Elart.
50dispone que la seguridad para el desarrollo normal del espectáculo, sea por
deficiencia de los locales o instalaciones o por fallas de organización para el control y
vigilancia, será confiada a la Municipalidad que corresponda y a la policiá
jurisdiccional.
a) al poder de policiá edilicia, que ejerce una función tutelar o preventiva a cargo de
la comuna, que incluye dentro de sus facultades el control de las construcciones
mediante la aprobación de los planos, supervisión de cálculos de estructura, etc. En el
estadio del Club Atlético River Plate, en el cual perecieron setenta y una personas a
causa del mal funcionamiento de las puertas de salida, se declaró la responsabilidad de
la Municipalidad por la omisión en el deber de vigilancia y seguridad de los lugares
donde se realizan espectáculos públicos, señalándose que "toda vez que le corresponde
a la comuna la habilitación del estadio de fútbol y el de inspeccionar el buen
funcionamiento de sus instalaciones, resulta
En cuanto a los daños al usuario del espectáculo es aplicable el art. 40de la ley 26.361 y
sus eximentes se reducen a la culpa de
el cual no deba responder. En este último caso no se encuentran los demás usuarios, de
tal forma, p. ej., que el lanzamiento de una bengala por otro usuario (identificado o no),
no libera a los responsables del art. 40.
JU
En los daños a un tercero no espectador (árbitro que resulta lesionado) que hayan sido
causados por un deportista, el organizador también responde (art. 1o de la ley 26.361).
"Puesto que la reforma introducida por la ley 24.192 a la ley 23.184 de Espectáculos
Deportivos ha extendido a cualquier persona, aunque no sea espectador, la legitimación
para demandar la indemnización del daño sufrido durante un espectáculo público, y ha
eliminado la culpa del damnificado como eximente de responsabilidad, cabe concluir
que el actor tiene derecho a ser resarcido por los daños sufridos mientras se
desempeñaba como un comisario deportivo en una carrera de motociclismo, aun cuando
hubiese actuado en forma imprudente ubicándose en un sitio peligroso".
la entrada; lo que interesa es la relación de causalidad con el evento toda vez que el art.
42CN alude a la relación de consumo, independientemente del viń culo contractual, de
igual modo lo establece el art. 1o, ley 26.361.

Contratacion d edeportistas.
Espectaculos ertisticos.
1. Introducció n
En lo fundamental estos espectá culos no se diferencian en cuanto a los
principios generales de los enunciados en el capítulo comú n inicial.
Sin perjuicio de lo cual poseen algunas características que los diferencian, es
decir son de aplicació n aquellos principios comunes y a su vez se adicionan
cuestiones particulares, que esencialmente son: la existencia de una banda
musical o solistas o ambas cosas y en determinados casos escenarios y en
cuanto a los lugares
pueden ser teatros, locales especiales cubiertos y al aire libre, etc., de allí que
haya que hacer algunas precisiones.