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DOMINACION — __ CULTURAL _ expresion artistica promocién popular Jorge Gonzalez S._ cuadernos de estudio 5 DOMINACION CULTURAL expresion artistica promocion popular Jorge Gonzalez S. cuadernos de estudio * En colaboracion con Laura Sanchez Centro de adtudios 1, doumonico Centro de Estudios Esuménivos, A.C Yosemite No. 4. Col. Nipoles México 18. D.F., MEXICO Tels. 523-2114 536-93-21 Impreso en editora integrada latinoamericana, sa Astronomos 23, Col. Escandon México 18, D.F © Jorge Gonzalez S. Portada: Eduardo Anguion INDICE Pig. 7 PROLOGO 9. INTRODUCCION UBICACION TEORICA 11 BLOQUE HISTORICO Y CULTURAL POPULAR 1 EI folklore como cultura de impugnacion LL. Los niveles de impugnacion y aceptacién del folklore Hipotesis de trabajo CAPITULO I 19 EL PROCESO DE LA COMU SARROLLADA Y DEPE ICACION EN UNA SOCIEDAD SUBDE IDIENTE 1.1 De la comunicacién 12 1 como Practica Social 13 esquema del Proceso de Comunicacién 14. Proceso de la Comunicacion en socicdades de chase 15. La comunicacion en una sociedad subdesarrollada y dependiente. 16 ion enel medio rural Algo acerca de ka economia cumpesina CAPITULO 2 31 DOMINACION CULTURAL Y EXPRESION ARTISTICA EN EL MEDIO. CAMPESINO Concepto de Hegemonia. Una comunidad Campesina Tino, Relaciones Internas. Xalatlaco, ;una tipica comunidad campesina? Canales modernos. Canales tradicionales: Las Fiestas, . La Fiesta Tradicional Las Fiestas Tradicionales en Xalatlaco. Estructura y Funciones CAPITULO 3 $7 LAS DANZAS. REPRESENTACIONES TRADICIONALES 3.1. La Danza-Representacion. . Danza de los Tlaxinques o Tejamanileros -1.2. Danza de los Arrieros. 3.1.3. Danza de los Yunteros 1.4. “La Pasion” en Semana Sant: 5. EI Teatro como Medio de E, ircimiento-Respuesta Una Mieroexperiencia para contrarrestar las relaciones desiguales: el proyecto de una Autogestion artistico-critica. . 33. Metodologia de andlisis de las producciones teatrales del grupo EL CORPUS 75 OBRA I, “NOSOTROS LOS POBRES, USTEDES LOS RICOS” Analisis de Personajes, Anilisis de Niveles de Impugnacién. OBRA IL. “EL RONDANOCHES” Anilisis de Personajes Anilisis de Niveles de Impugnacion 95 OBRA III. DEL PORTA Y DEL CAMPESINO (obra en verso) Analisis de Personajes. Anilisis de Niveles de Impugnacion 8 CAPITULO 4 109 EL ANALISIS SEMIOTICO-IDEOLOGICO 4.1. La grimatica Narrativa de Greimas. a. Nivel de Superficie. a1, El Modelo Actaneial 4.2. El Esquema Sintagmatico. b. Nivel de Profundidad A. Aplicacién del Andlisis. A.1.Construccion del Modelo Actancial Analisis segiin el Esquema Sintagmitico B. EI Nivel Profundo. Aniilisis Sociologivo Consecuencias Sociales y Lineas de Accin, 126 $. CONCLUSIONES GENERALES 5.4. Flementos fundamentales para una Pedig pespectiva popular. Hineas de investigacion y accion Una reflexion final fa de Animacién desde 132 BIBLIOGRAFIA NO CITADA EN EL TR. 3 EN E. ABAJO 134 BIBLIOGRAFIA GENERAL NO CITADA “EL elemento popular ‘siente, pero no siempre comprende © sabe: el elemento intelectual ‘sabe’, pero no comprende © purticularmente ‘sien- te’,” GRAMSCI PROLOGO. E] trabajo que se expondra en adelante, constituye el fruto de una experiencia colectiva en muchos sentidos enriquecedora. Asi mismo, pretende sintetizar una labor de accion e investigacion realizada desde octubre de 1976 hasta febrero de 1978 con un grupo de jovenes campesinos del Estado de México. Representa nuestra primera incursion “no turistica” dentro del vasto espacio de las culturas populares y en el desconocido espesor de su cont dad; incur- sién que de entrada nos mostré que ni “sabiamos”, ni (0 casi) “sentiamos”, En- trada repentina que nos enfrenté mas con personas reales que con sujetos de in- vestigacion. Por lo mismo, mis que una relevante sportacién académica o préctica, esta obra poseé un caricter aclaratorio y provisional del tipo de experiencia por nosotros vivida, La primera version de este trabajo fué presentada como tesis de licenciatura en Comunicacion en la Universidad Iberoamericana (marzo de 1978), version que, aparte de nuestras confusiones, contenia un objetivo y un lenguaje mas bien académico y esquemitico; por ello, esta segunda version, (aun cuando conserva muchas de aquellas confusiones), ha sido ampliada y redactada integramente en algunas de sus partes con el objetivo de presentar la parte tedrica inicial y los andlisis y conclusiones finales. La parte descriptiva del trabajo de campo per- manecié en su mayoria intacta. Con Io anterior pretendemos llegar a un pablico mas amplio, en especial a aque- los que, habiendo abandonado sus cub{culos 0 sus cémodas posiciones “neutra- les” se empeftan en comprender, sentir y colaborar en la animacién ‘desde den- tro’ de la cultura de las clases subulternas. Para concluir, nos queda pendiente una larga lista de reconocimientos y agradeci- mientos hacia todas las personas ¢ instituciones que, de un modo u otro, partici- paron en la realizacion de la experiencia y sin cuyo concurso ésta hubiese sido, sino imposible, casi. Vaya nuestro primer agradecimiento a los habitants del pueblo de Xalatlaco, Méx. y a los integrantes del grupo OCSYDEX, A.C. por su entusiasta y confiada colaboracidn en un proyecto que, bien a bien, nadie sabfa en que iria a parar mismo, esta investigacion y nosotros en particular tenemos una deuda (por lo que a la parte académica y cientiica corresponde) con el profesor Gilberto Gi- meénez Montiel, quicn ademéas de introducirnos en esta area de estudio, nos diri- gid y estimuld, de inapreciable manera. Por otra parte, recibimos bastantes aportaciones, comentarios y criticas a la pri- mera version del trabajo que sin duda nos enriquecicron altamente. De entre ellas mencionamos las de Antonio Paoli Bolio, Frans Vanderhoff, Jesis Luis Gar- ciay en especial la del profesor Alberto Mario Ciresc, de la Universidad de Ro- ma, quien ante el trabajo de unos desconocidos, en una lengua extrafia y mal re- dactada, se tomé la molestia de leerlo y comentarlo pacientemente en varias oca- siones, orienténdonos y motivindonos a continuar. Ademias, y por si fuera poco, contamos con el aj nstitucional del Centro de ids, i poyo institucions Centro di Estudios Ecuménicos y de la UIA, principalment vi C vi te s del Cer ici 1 Pi a través del Centro de Servicio A todos ellos reiteramos nuestra agradecimiento por lo positivo y iti a poseer el documento; los errores y dioquedaupiestoy” que a aietpot mi exclusiva cuenta en tanto que responsable de la redaccin final (¢fecto de la division del trabajo familiar) de una experiencia sentida, vivida, compartida y es- ne en su TOTALIDAD junto con mi compafiera Laura Marcela Sanchez nchero. Jorge Alejandro Gonzalez Sanchez México, octubre 15 de 1980. INTRODUCCION A pesar de que ef andlisis de la cultura no es novedoso en las Ciencias Sociales, solo hasta muy recientemente sc ha visto este campo de anilisis vinculdo es frechamente al interés por desarrollar los conocimientos tedricos y pricticos que permitan avanzar hacia la transformacion social de nuestros paises. Del estudio fe “lo cultural” como algo folklérico, intrascendente y en el mejor de los casos interesante, se pasa a ver en lo cultural un aspecto fundamental de la practica social y politica de nuestros pueblos. Esta realizacion explica en gran medida el renovado interés contemporineo por los estudios de la cultura desde perspectivas tedricas metodoldgicas que quie- ren trascender las limitaciones de ciertas antropologias culturales tradicionale! Y que, en sit afin por explicar cient ficamente la dinamica cultural, estrechan Vineulos gor disciplinas tules como ta socivlogia, la economia, la historia, la linguistica, entre otras. Si, para parafrascar a Max Weber, el proposito de su Erica Protesrante y cl Ex piritu de! Capitalismo no cra substituir una explicacion idealist por otra mate rialista en relacion al origen del capitalismo, en e] caso de los nuevos estudios so- bre la cultura tampoco se trata de substituir anilisis “culturalistas™ por aquellos otros “economicistas” que, mutatis Mutand habiun dominado Jos estudios en las ciencias sociales en las décadas pasadas. Se trata, en efecto, de reconover la espe- cificidad de lo cultural sin perder de vista su vinculucion dialéctica con todas las dimensiones de la practica sucial. Es éste un proposito dificil que ha requerido desarrollar nuevas metodologias y técnieas de anilisis y que ha encontrado no pocas dificultades en lu investi gacion emipirica conereta Pero, a pesar de las dificultades, se han hecho avances teoricos importantes sobre cl tema y, como lo muestra el presente trabajo de Jorge Gonailez y Laura San- chez, también aumenta el ndmero de investigaciones de casos concretos, las que sin duda contribuirdn a evitar los estancamientos tcoricistas, por Un lado, y las tendencias empiristas por el otro, Ln Gltimo {érming, estos estudios deberin per- initimos explicar de una manera nyis cientifica ki dindmica de cambio social en huestros paises y desarrollar estrategias de promocién popular nis eficaces. Es luna promesa que poco a poco empiczt a tornarse realidad Seria imposible entender este trabajo sin reconoeer la importanela que en él te ne el pensamiento de Antonio Gramsci. Los estudios recientes de fa cultura, y tas especificamente de la cultura subalterna y popular, enewentran en Gramsci tina fuente prodiga de idews para la investigucivin social, No es accidental, por 9 ejemplo, que los estudioss de la cultura tengan como uno de sus objetivos prin- cipales reseatar los elementos contestatarios de la cultura popular para que éstos sean inteyrados a los esfuerzos de las clases subalternas por crear una nueva he- gemonia socialista y demoerdtica. La “vision del mundo" de las clases subulter- nas, mezclt de ageptacion pasiva y de rechazo explicito ¢ implicito de la cultura dominante no puede dejar de ser tomada en cuenta en las estrategias de cambio social. Los reduccivnismos economicistas sc han mostrado repetidas veces inca- pacitados para explicar satisfactoriamente los procesos sociales, Puesto de otra manera, se impone una redefinicién de la acci6n social que deja de ver en clla una realidad mecinica y estatica y empieza a visualizar las mitiples, complejas y contradictorias reluciones entre ta cultura y las condiciones materiales de existencia, y su manifestacion en formaciones sociales especificas, Por lo deimis, dado lo reciente de este tipo de estudios, subsisten una serie de problemus tedricos, metodolégicos y técnicos importantes que esperan ser solu- cionados. Hay necesidad, por ejemplo, de definir mas precisamente los concep: tus de cultura y de lo popular, sin perder de vista a las clases sociales: es decir, habria que sitar los anailisis de la cultura popular dentro de una preocupacién nuis amplia sobre la constitucion y la dindmica de la lucha de clases. Como indi- can muy bien los autores de este trabajo, seria un error peligroso reducir o subs- tituir el concepto de clases sociales por lo popular. Ademis, se impone reconocer implicita y explicitamente el caricter multiple. contradictorio y diversificado de lo popular, de tal manera que seamos capaces de captar la riqueza enorme de fa cultura y de la sociedad sin cacr en la tentacion de los reduccionismo: mpli- ficadores Metodologicamente habré que ser consecuentes con el postulado que establece una vinculaciOn estrecha enire lus condiciones materiales de produceidn y la di- nimica cultural, Se core el peligro en investigaciones concretus de desarticular indcbidamente los planteamientos tedricos de los andlisis emp iricos El presente trabajo aborda, pues, una problemdtica novedosa y dificil para las cincias sociales. Su valor principal es plantear nuevas preguntas y problemas que, no dudamos, encontrarin diferentes intentos de respuesta en un futuro. Minimamente, este estudio nos reafirma la idea de que el anilisis cient ifico de las reluciones sociales es mas complejo de lo que aparece a primera vista al senti- do comin y nos alerta, por tanto, a mantener una vigilancia constunte sobre los presupuestos desde los que nos aproxinamos al estudio de la sociedad, particu- larmente de aquellos grupos no totalmente urbanizados, pero que confrontan el impacto de los modelos de desarrollo capitalista que afectan significativamente sus formas de vida y sus perspectivas al futuro. Todos estos son planteamientos que deben tomarse en cuenta por las Ciencias Sociales, hoy. Jestis Luis Garcia Garza. 10 UBICACION TEORICA BLOQUE HISTORICO Y CULTURAL POPULAR Para cualquier estudio critico que tenga por objeto la dindmica cultural existente en una determinada socicdad dividida en clases, resulta imprescindible abrir la discusién en torno al concepto de Bloque Hist6rico. Dicho concepto, resulta particularmente util pues de hecho designa la realidad de una formacion social o “sociedad”, en términos de Hegemonia; nos remite también al papel de los intelectuales en su seno y a las ligas que mantienen éstos con las clases sociales. Un Bloque Histérico se consolida cuando una clase social que ocupa un lugar fundamental en las relaciones de produccidn, logra histéricamente generar a un grupo de intelectuales que son capaces de organizar, sistematizar, dar coherencia y legitimidad a la visién del mundo (0 ideologia) de dicha clase y convierten en la practica, su particular proyecto de sociedad y su sistema de valores, en punto de referencia y valoraci6n comin a todos los demas grupos que dirigen. Dicho de otro modo, cuando una clase social se convierte en dirigente, por I via del consenso del conjunto de las relaciones, agentes, grupos ¢ instituciones que conforman un Bloque Histérico. La ideologia, en un sentido amplio. se puede entender como una “concepeién del mundo que se manifiesta implicitamente en cl arte, en el derecho. en la acti vidad econémica, en todas las manifestaciones de la vida individual y colectiva”? . En un Bloque Historico, la clase social dirigente regula y conduce al conjunto de la sociedad (incluidaella misma) a través de diferentes aparatos ¢ instituciones. Unos funcionan fundamental, pero no exclusivamente a base de la codifica- cidn de idcologias en el seno del Bloque Histérico: entre ellos encontramos a los partidos politicos, los medios de difusién colectiva (t.v., cine, prensa, radio), el sistema educativo las diferentes iglesias, las instituciones culturales, los sindica- tos, etc. Otros, tienen como atributo esvencial cl monopolio legitimo de la coaccién fisica en la sociedad. Entre ellus se suele destacar a la Policia, el Ejército, las car celes, los tribunales, etc. Obvio resulta pensar que el funcionamiento de los a: 1 Gramsci, A. EU Materialismo Historica y la Vilosofta de Benedetto Croce. Juan Pablos. M&- xico 1976. p. 16 11 Hamados Aparatos Represivos es ininteligible, sino dentro de y por una ideolo: Bla; asi como decir que los Aparatos ideoldgicos 6 Aparatos de Hegemonta tie. nen también su propia dosis de “represivos™, Pero lo anterior no debe levarnos a creer que solo existe lu ideologia de la cla- se dominante, las formas de conciencia social en sociedades de clase. se hallan historicamente estratificadas y diferenciadas de acuerdo con la situacion en la es truetura social de los grupos que las producen. Estas concepeiones del mundo Posen mayor coherencia, orden y rigor légico, centralizacion, sistematizacion y “oficialidad” a medida que se asciende en la contradictoria escala de lo social y conforman, por asf decirlo, un complejo campo cultural. De esta manera, “en las sociedades llamadas superiores, las distinciones, sepa- Faciones, estratificaciones y oposiciones sociales entre clases o estratos con diver- 8o poder politico-econémico, hallan una general equivalencia en ciertus distincio- Nes, separaciones, estratificaciones y oposiciones culturales”, . . “la diversidad de la condicion social (politica, econdmica, etc.) va acompaflada de una diversidad cultural en la que se manifiesta la desigual participacion de los diversos estratos sociales en relacién con la produccidn y con el goce de bienes culturales” 2 Esta diversidad cultural que hallamos en nuestra sociedad, no sdlo nos remite a sistemas de arbitrarios culturales “diferentes” sino bisicamente desnivelados? y socialmente contrapuestos por lo que el campo cultural se configura al interior como escencialmente contradictorio. En los polos extremos de esta contradiccién de desniveles culurales, encon- tramos a la Cultura Hegemonica y a una variedad de culturas subalternas Gramsci, se refiere a estas Ultimas con el término “Folklore” y apunta la nece- Sidad de estudiarlo como “una concepeién del mundo y de ta vida, en gran medi- da implicita, de determinados estratos de la sociedad, en contraposicion (por lo Seneral también implicita, mecanica. objetiva) con las concepciones del mundo oficiales”. E] Folklore comprende entonces una variedad de culturas no muy elaboradas, asistemdticas, rudimentariamente organizadas y contradictorias en su interior, que coexisten, (o han coexistido) y se contraponen (0 lo han hecho) dentro de una misma sociedad con una cultura “cultivada”, “oficial” y de caracter “legiti- mo”, Las unteriores relaciones, pueden esquematizarse a nivel tedrico asi La concepeién falkdirica os a la oficial como la clase subalterna es a lu hegeménica como la categoria intelectual simple es a la cultivada 3 Citese, A.M. Ensayos Sobre las Culturas Suhatternas. CISINAL, México, 1979, pp.48 y 55 Ver el concepto “Desniveles de Cultura”, en Cirese, op. cit. p46 y 47 12 como la combinacion inorganica es a la orginica como el estado interno fragmentario es al unitario como el modo de expresion implicito es al explicito como el contenido degradado es al original como la contraposicion mecdnica esa la intencional como la confrontacin pasiva es a la activa. Vemos entonces que claboracion, sistematicidad, y centralizacién son de he- cho expresiones de li hegemonia (aunque no solo de ella), esto es, de aquello que falta a las clases todavia subalternas ; z Pero no necesariamente todo en el Folklore es negativo y débil, Gramsci mis- mo nos habla de la “tenacidad”, “fortaleza” y efectividad de algunos clementos folkléricos, asf como de su capacidad de adherirse y corresponder espontiinea- mente a lis condiciones de vida del pueblo, por lo cudl no siempre todo en el Folklore es degradado, sino a veces es incluso creativo y original; y por ultimo, nos indica el cardcter decididamente progresista de ciertos elementos de Ja cultu- ra de Tas clases subalternas. Para clarificar; el conjunto de calificaciones negativas, hacen referencia a (odo. cl Folklore en tanto que cultura de las clases subalternas y estas Ultimas atenuan- tes positivas solo a algunos hechos o elementos del Folklore. Tomando en cuenta Jo anterior, no podemos atribuirle a las culturas popula- res un caricter meramente retrégrado y conservador, ni tampoco podemos equi- pararlas con una cultura revolucionaria por el simple hecho de ser producida por las clases subaltemas, ni tampoco podemos pensar que todo en el Folklore es inorgdnico e incoherente, pues en tanto que cultura o habito de clase contlene una cierta l6giea estructuradora, un cierto cédigo de base que funciona como una “sintaxis cultural” 0 como un modo de produccién simbélica especifico y contrapuesto al “oficial”. A esto cs a lo que Gramsci se refiere, cuando a propési- to de los cantos populares que no fueron escritos por el pueblo, ni para el pueblo. dice que estos fueron “adoptados” por el pueblo “por ser acordes a su manera de pensar y sentir, como representativos de su “modo” de concebir el mui y vida en contraste con la sociedad oficial”® (subrayado nuestro). Situandonos en cl nivel de los productos culturales, tenemos que los hechos , act 7 cae folkloricos tienen como caracteristica su diversidad, por lo que solo son ent prensibles cuando se les relaciona con los productos culturales hegeménicos ach que se contraponen. Como se puede ver, existe un nexo que unc los productos dees . > Cireso, op. cits, ps 16-11 rs " ede ¢ Droz, 5 Bourdieu, Esquisse d'une thearie de la Practique Dror, : _ 6 Gramsei, A. /itenanira V Vida Nacional Juan Pablos, editor. México 1976. p. 245,

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