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Por tanto, el comercio internacional es el sector del yen como resistencia más que como escalón partici-

que depende la creación de riqueza en todas las pativo. De hecho, los Estados nacionales no sufren la
economías, pero ese comercio expresa la intern a c i o- globalización, sino que han sido sus principales
nalización del sistema productivo. También la ciencia impulsores, mediante políticas liberalizadoras, con-
y la tecnología están globalizadas en redes de comu- vencidos como estaban y como están de que la glo-

Globalización y antiglobalización nicación y cooperación, estructuradas en torno a los


principales centros de investigación universitarios y
balización crea riqueza, ofrece oportunidades y, al
final del recorrido, también les llegarán sus frutos a
e m p resariales. Como lo está el mercado global de la mayoría de los hoy excluidos.
MANUEL CASTELLS t r a b a j a d o res altamente especializados, tecnólogos,
f i n a n c i e ros, futbolistas y asesinos profesionales, por
poner ejemplos. Y las migraciones contribuyen a una
Lejos queda el espacio nacional de
globalización creciente de otros sectores de trabaja- representacion democrática, mientras
dores. Pero la globalización incluye el mundo de la que los espacios locales se construyen
comunicación, con la interpenetración y concentra- como resistencia más que como
ción de los medios de comunicación en torno a siete
escalón participativo
A estas alturas, todo el mundo tiene su opinión mitida por las nuevas tecnologías de información y grandes grupos multimedia, conectados por distin-
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sobre la globalización. Éste es el principal mérito del comunicación y favorecida por la desregulación y tas alianzas a unos pocos grupos dominantes en
movimiento global contra la globalización: el haber liberalización de dichos mercados. Si el dinero (el de cada país (cuatro o cinco en España, según como se El problema para ese horizonte luminoso es que las
puesto sobre el tapete del debate social y político lo n u e s t ros bancos y fondos de inversión, o sea, el cuente). Y la comunicación entre la gente también sociedades no son entes sumisos susceptibles de
que se presentaba como vía única e indiscutible del suyo y el mío) es global, nuestra economía es glo- se globaliza a partir de Internet (nos aproximamos a programación. La gente vive y reacciona con lo que
p ro g reso de la humanidad. Como es lo propio de bal, porque nuestra economía (naturalmente capita- 500 millones de usuarios en el mundo y a una tasa va percibiendo y, en general, desconfía de los políti-
todo gran debate ideológico, se plantea en medio lista, aunque sea de un capitalismo distinto) se media de penetración de un tercio de la población cos. Y, cuando no encuentra cauces de información
de la confusión y la emoción, muertos incluidos. Por mueve al ritmo de la inversión de capital. Y si las en la Unión Europea). El deporte, una dimensión y de participación, sale a la calle. Y así, frente a la
eso me pareció que, en lugar de añadir mi pro p i a monedas se cotizan globalmente (porque se cam- esencial de nuestro imaginario colectivo, vive de su pérdida de control social y político sobre un sistema
toma de posición a las que se publican cada día, bian dos billones de dólares diarios en el merc a d o relación local-global, con la identidad catalana de decisión globalizado que actúa sobre un mundo
podría ser más útil para usted, atento lector en su de divisas), las políticas monetarias no pueden deci- vibrando con argentinos y brasileños tras haber globalizado, surge el movimiento antiglobalización,
relajado entorno, el re c o rdar algunos de los datos dirse autónomamente en los marcos nacionales. superado su localismo holandés. En fin, también las comunicado y organizado por Internet, centrado en
que enmarcan el debate. Empezando por definir la También está globalizada la producción de bienes y instituciones políticas se han globalizado a su mane- protestas simbólicas que reflejan los tiempos y espa-
globalización misma. Se trata de un proceso objeti- servicios, en torno a redes productivas de 53.000 ra, construyendo un Estado red en el que los Estados cios de los decisores de la globalización y utilizan
vo, no de una ideología, aunque haya sido utilizado e m p resas multinacionales y sus 415.000 empresas nacionales se encuentran con instituciones suprana- sus mismos cauces de comunicación con la socie-
por la ideología neoliberal como argumento para auxiliares. Estas redes emplean tan sólo a unos 200 cionales como la Unión Europea o clubes de decisión dad: los medios informativos, en donde una imagen
pretenderse como la única racionalidad posible. Y millones de trabajadores (de los casi 3.000 millones como el G-8 o instituciones de gestión como el FMI vale más que mil ponencias.
es un proceso multidimensional, no sólo económi- de gentes que trabajan para vivir en todo el plane- para tomar decisiones de forma conjunta. Lejos
co. Su expresión más determinante es la interd e- ta), pero en dichas redes se genera el 30% del pro- queda el espacio nacional de re p resentación demo- ¿Qué es ese movimiento antiglobalización? Frente a
pendencia global de los mercados financieros, per- ducto bruto global y 2/3 del comercio mundial. crática, mientras que los espacios locales se constru- los mil intérpretes que se ofrecen cada día para
revelar su esencia, los investigadores de los movi- la práctica histórica del marxismo-leninismo en el democráticamente elegidos. Pero ocurre que los
mientos sociales sabemos que un movimiento es lo siglo XX. Y también hay numerosos sectores intelec- electores no pueden leer la letra pequeña (o inexis-
que dice que es, porque es en torno a esas bande- tuales de la vieja izquierda marxista que ven re i v i n- tente) de las elecciones a las que son llamados cada
ras explícitas donde se agregan voluntades. Sabe- dicada su resistencia a la oleada neoliberal. Todo cuatro años con políticos que se centran en ganar la
mos que es muy diverso, e incluso contradictorio, eso es el movimiento antiglobalización. Incluye una campaña de imagen y con gobiernos que bastante
como todos los grandes movimientos. Pero ¿qué franja violenta, minoritaria, para quien la violencia trabajo tienen con reaccionar a los flujos globales y
voces salen de esa diversidad? Unos son negro s , es necesaria para revelar la violencia del sistema. Es suelen olvidarse de informar a sus ciudadanos. Y
otros blancos, otros verdes, otros rojos, otros violeta inútil pedir a la gran mayoría pacífica que se des- resulta también que la encuesta que Kofi Annan
y otros etéreos de meditación y plegaria. Pero, ¿qué m a rque de los violentos, porque ya lo han hecho, p resentó en la Asamblea del Milenio de Naciones
dicen? Unos piden un mejor reparto de la riqueza pero en este movimiento no hay generales y aun Unidas señala que 2/3 de los ciudadanos del mundo
en el mundo, rechazan la exclusión social y denun- menos soldados. Tal vez sería más productivo para (incluyendo las democracias occidentales) no pien-
cian la paradoja de un extraordinario desarrollo tec- la paz pedir a los gobiernos que se desmarquen de san que sus gobernantes los representen. De modo
nológico acompañado de enfermedades y epide- sus policías violentos, ya que, según observadore s que lo que dicen los movimientos antiglobalización
mias en gran parte del planeta. Otros defienden al fiables de las manifestaciones de Barcelona y Géno- es que esta democracia, si bien es necesaria para la
planeta mismo, a nuestra madre Tierra, amenazada va, la policía agravó la confrontación. No se puede mayoría, no es suficiente aquí y ahora. Así plantea-
de desarrollo insostenible, algo que sabemos ahora descartar que algunos servicios de inteligencia pien- do el problema, se pueden reafirmar los principios
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p recisamente gracias al pro g reso de la ciencia y la sen que la batalla esencial está en ganar la opinión democráticos abstractos, mientras se refuerza la
tecnología. Otros recuerdan que el sexismo también pública y que asustar al pueblo llano con imágenes policía y se planea trasladar las decisiones al espacio
se ha globalizado. Otros defienden la universaliza- de feroces batallas callejeras puede conseguir soca- de los flujos inmateriales. O bien se puede repensar
ción efectiva de los derechos humanos. Otros afir- var el apoyo a los temas del movimiento antiglobali- la democracia, construyendo sobre lo que consegui-
man la identidad cultural y los derechos de los pue- zación. Vano intento, pues, en su diversidad, mu- mos en la historia, en el nuevo contexto de la glo-
blos a existir más allá del hipertexto mediático. chos de esos mensajes están calando en las mentes balización. Que se haga una u otra cosa depende
Algunos añaden la gastronomía local como dimen- de los ciudadanos, según muestran encuestas de de usted y de muchos otros como usted. Y depende
sión de esa identidad. Otros defienden los derechos opinión en distintos países. de que escuchemos, entre carga policial e imagen
de los trabajadores en el norte y en el sur. O la de televisión, la voz plural, hecha de protesta más
defensa de la agricultura tradicional contra la revo- Dentro de esa diversidad, si un rasgo une a este que de propuesta, que nos llega del nuevo movi-
lución genética. Muchos utilizan algunos de los movimiento es tal vez el lema con el que se convo- miento social en contra de esta globalización. ■
argumentos señalados para defender un proteccio- có la primera manifestación, la de Seattle: ‘No a la © El País / Manuel Castells

nismo comercial que limite el comercio y la inver- globalización sin representación’. O sea, que, antes
sión en los países en desarrollo. Otros se declaran de entrar en los contenidos del debate, hay una
abiertamente antisistema, anticapitalistas desde enmienda a la mayor, al hecho de que se están
luego, pero también anti-Estado, renovando los vín- tomando decisiones vitales para todos en contextos
culos ideológicos con la tradición anarquista que, y en reuniones fuera del control de los ciudadanos.
significativamente, entra en el siglo XXI con más En principio, es una acusación infundada, puesto Manuel Castells. Profesor de Sociología
fuerza vital que la tradición marxista, marcada por que la mayoría son re p resentantes de gobiernos en la Universidad de Berkeley, Estados Unidos

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