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Las g de la Inmaculada Virgen Madre de Dios San Alfonso M? de Ligorio Este libro es gratuito, de dominio publico. Se edité hace mas de 100 afos y carece de derechos de autor. kkk KK Esta imagen de la F portada esta en dominio publico, por deseo expreso del autor, Dimitris Vetsikas, que permite su uso para fines personales y comerciales, ademas de la creacién de obras adaptadas a partir de la imagen original. Origen: hitp://pixabay.com/es/virgen-maria-jesucristo- estatua-1678674/ ke KEE Si usted, lector, propaga este libro, podra hacer mucho bien a las almas, colaborando en su salvacién y santificacién, premiandoselo Dios abundantemente. ke RK Este libro debe visualizarse al 100% de zoom Puede descargar mas libros como éste aqui: https://www.mediafire.com/folder/rax8as9udjso8 (Nota del autor de este archivo PDF) Ruego a usted, amable lector, que pida mucho a Dios por mi, Yo también lo haré por usted. Muchas gracias, Este libro también puede imprimirse Las glorias de ta Inmaculada Virgen Madre de Dios San Alfonso M* de Ligorio Cecreettcrrterertecte tee er cert ACADEMIA BIBLIOGRAFICO-MARIANA. LAS GLORIAS DE La C NET Y SoM MP EMIT INMACULADA VIRGER MADRE DE DIOS. RESUMEN DE LA OBRA TITULADA GLOMLIAS DE MANIA ¥ BSCRITA EN ITALIANO FoR S. ALFONSO MARIA DE LIGORIO, CON ALGUNAS ADICIONES EN LOS DOs ULTIMOS GAPITULGS, POR D. MARIANO CONDO Me t BARCELONA. IMPRENTA DE JAIME JEPUS , ealle de Petrixol, num. 14, principal. 1864. ACADEMIA BIBLIOGRAFICO-MARIANA EN OBSEQUIO DE LA INMACULADA CONCEPCION, ESTABLECIDA EN LéRIDA Por D. JOSK ESCOLA psno., BAJO LA PROTECCICN Y LOS AUSPICIOS DEL ILUSTRi- SIMO SR. OBISPO DE DICHA DIOCESIS DR. D. MARIANO PUIGLLAT Y DE OTROS ILMOS. PRELADOS. Todas las pablicaciones de esta Academia estan enriquecidas con las indulgeneias coneedidas por varios Exmos, é Imos. Prelados, Esta sociedad tiene por objeto publicar y propsiege Bios Y escrilos relativos dnicamente ala Madre de Dios. Establecida en la ciudad de Lérida en 12 de octubre de 1862, cuenta en {.° de Abril de 1864 con varios Iustrisi- mos Prelados protectores, que han tenido a bien enrique— cerla con indulgencias , mas de ocho cientos sdcios , que han acudido a inscribirse en ella de casi todas las provin- cias de Espaiia para dar 4 Maria esta prueba de amor + ¥ Ja real proteccion que S. M. D.* Isabel 2.* (Q. D. G.) se ha dignado recientemente ofrecerle. Su Junta directiva, cnyos miembros sirven gratuila— mente, se comunica con los demas socios por medio de los Anales, que publica para ellos solos a fin de darles facil- mente cuenta circunslanciada de todo lo que acontece 6 se hace relativo 4 esta Academia. Todos los devotos de la inmaculada Virgen pueden per- lenecer 4 esta sociedad: para escribir 6 componer obras, opusculos, discursos, sermones, poesias etc., los que puedan hacer este obsequio a nuestra purisima Madre, y lodos para propagar estos escritos una vez apne or la Junta Directiva , y principalmente por la Autoridad eclesiastica de la Didcesis en que se impriman, contribu- yendo cada socio con la cuota anual correspondiente, esto — foe es, con #06 reales al menos catla afte si se hd insctito como sécio académico de primera clase, 6 con 100 rs. al aiio si lo es de segunda , 6 siéndolo de tercera con 50 rs. anuales tambien. Cada socie reaibe publigaciones de 14 Academia por el valor con que ha contribuido 4 ellas; puede cederlas y aun venderlas, sea en beneficio propio para reintegrarse en todo 6 en parte de los gastos de cooperacion , sea en be- neficio de la misma Academia para aumentarle sus fondos; y es en fin un celoso paiaaee de escrilos Marianos. Cualquiera puede por lo dicho ser socio Académico, no solo de tercera clase sind tambien de primera, aunque sea de escasos recursos pecuniarios ; asi como puede serlo ua colegio 6 una corporacion. = 4 Puede todo socio ser un centro de suscricion para las Publicaciones dichas, en las cuales cada aiio la Academia a de gastar todos los fondos que recoja durante el mismo; y tambien proponer a la Junta directiva la publicacien ce obras 6 escrilos antiguos 6 desconocidos. Hay tambien en la Academia tres clases de socios de mé- rio, llamados de mérito, de mérito literario y de doble mé- rito, cuyos titulos se dan @ aquellos que se hayan distingui- do de los demas socios de numeroen el interés por la pro- Pagacion dela sociedad, por sus escritos 6 por ambas cosas. La Academia tiene ademas su Consejo, cuyos miembros estan divididos en tres calegorias; 4saber : consejeros efec- fivos, que nombrados por la Junta directiva componen propiamente el Consejo; supernumerarios, que son los Presidentes de la Juntas locales de propagacion , estable- cidas ya en varios puntos de la Peninsula; y honorarios, que son los vocales de estas mismas Juntas. Todo lo dicho se esplica mas circunstanciadamente en los mencionados Anales , en donde pueden tambien los so- cios tener la satisfaccion de leer frases las mas tiernas y afectuosas , espresiones de vivo entusiasmo, con que mu- chos devotos de Maria Santisima manifiestan su grande amor a la divina Madre al pedir que se les inscriba como socios en la Academia bibliografico-Mariana. Para Lodo lo concerniente 4 esta sociedad dirigirse 4 don José Escola Pbro., Misionero, Lérida. InNDIcE. Prologo. Compendio de la vida de San Ligorio. Prelesta de San Ligorio. Las glorias de la Inmaculada Virgen Madre de Dios. Capitulo |.—Dios te salve, Reina y Madre de misericordia. Capitulo 11.—Vida y dulzura. 5 . Capitulo If] —Esperanza nuestra, Dios te salve. ‘ ‘ Capitulo 1¥.—A ti clamamos los desterrados hijos de Eva. Capitulo Y.—A li suspiramos gimiendo y !orando en este valle de lagrimas. . 5 x . Capftulo VI —Ea pnex , abogata ‘ncaa, oo = # Ccpitulo ViJ.—Vuelve 4 nosotros esos lus ojos misericor- diozos. . ‘ . capitulo Vill.—¥ despurs de este destierro muéstranos aJestis, fruto bendilo de tu vientre, Capitulo 1X.—) 0 clementisima! ; o piadosa !.. Capitulo X.—jQdulcevirgen Maria!. . . . . Capitulo X1.—De las virtudes de Maria Sanlisima . Capitulo XII —Varias devociones con que se puede obse- quiar 4 Maria Santisima, y condiciones necesarias para que le sean agradables y mesezCan recompensa. ‘ Beas PROLOGO. 8. Alfonso de Ligorio en su admirable obra titulada Glorias de Maria nos hizo ver cuan grandes eran las glorias 6 excelencias de la divina Madre, cuan gran- de, en lo que el hombre puede comprender, es el poder de Maria para alcanzar de Dios todo cuanto pide para sus devotos, cuanto les favorece, y cuan grande es la necesidad que todos tenemos del patro~ cinio de nuestra Madre celestial para salvarnos, pues que todas las gracias que el Sefior nos dispensa pa— san por mano de Maria, segun dice S, Bernardo con otros aulores; y asies que no pudiendo alcanzar de Dios gracias sind por medio de Maria, por ser esta la voluntad de Dios , nadie se salva sind por medio de Maria, dice S. German. Pero el admirable libro de 8S. Ligorio es por des— gtacia poco conocido de los fleles, como sucede con otros muchos de grande mérito, porque no tienen todos tiempo 6 paciencia para leerlo. Y hé aqui la — §— razon porque son de un uso mas general los libros pequeiios que los voluminosos, porque estos legan & manos de pocos, y aun de estos no todos los leen, 6 los leen con poco provecho, porque su larga lec- tura les disgusta 6 les impide retener lo mas Util, mayormente 4 los de corta inteligencia y escasa me- moria. En este compendio hallaraé , pues, el lector con poco trabajo lo substancial del libro de S. Ligorio, y conoceré por él las glorias de Maria , la admirable proteccion que da esta Divina Sefora 4 sus devotos, la grande necesidad que todos tenemos de su patro- cinio para salvarnos, y varios medios para obse- quiarla y merecer su amor y su proteccion. M.C. I COMPENDIO DE LA VIDA DE SAN LIGORIO. 8. Alfonso Maria de Ligorio nacié el 27 de Setiem- bre de 1696 en Marianella. Fueron sus padres D. Jo- sé de Ligorio, caballero de la primera nobleza de N&poles y modelo de virtud, y D.* Ana CatalinaCa- valieri, hija de una distinguida familia de Brindis, mujer muy piadosa. Como las virtudes de los padres se reflejan en las acciones de los hijos, y como. las primeras impresiones de la infancia se graban en el corazon humano, de modo que dificilmente se desva- necen despues ; dotado nuestro Alfonso de buenas disposiciones y naturalmente inclinado 4 la piedad desde su tierna edad, tuvo la dicha de ver secunda- dos sus deseos por las instrucciones de sus piado- sos padres, cuyas instrucciones y consejos siguid con docilidad tal, que presagiaba ya el brillante porvenir que la Providencia le reservaba. Demostré ya en los primeros afios de su juventud grande devocion 4 la Santisima Virgen ; frecuentaba lasigiesias y la sagrada Comunion ; se dedicaba 4 la oracion y 4 las practicas de piedad; amaba la sole- —_s8— dad y el silencio; y brillaba en sus acciones la pu- Teza y santidad de su alma; lo que le granjeaba el respeto de sus compaferos, Pusiéronle sus padres bajo la direccion del P, Tomas Pagano de la cungre- gacion del Oratorio de S. Felipe de Neri. Como era de gyan talento y aficionado ql estudio, traté su padre de darle una educacion brillanté. Se dedicé al estudio delas lenguas latina y griega,de la elocuencia y de la poesia, y mas tarde 4 la filosofia, 4 las leyes y cinones, ¢ hizo tales progresos , que 4 los diez y seis afios, despues de haber terminado los estudios , y haber alcanzado repetidos triunfos en los exdmenes y demas actos académicos , aspiré al gra— do de doctor en ambos derechos , el cual se Je confi- rié con dispensa de edad, y lend de admiracion 4 la cérte. Apesar del porvenir brillante que el mundo ofre- cia 4 Alfonso en su distinguida carrera, y de hallar- se en una edad en que las pasiones estallan con vio- lencia y las ilusiones estrayian el alma, no se apar- t6 de su santa vida, de su devocion 4 la Virgen y de la frecuencia de los Sacramentos. Se dedicé 4 los ejercicios espirituales, ya en la casa de los PP. Je- suitas, ya en la de S. Vicente de Paul, y se inscribié en agosto de 1715 en la Congregacion de los docto— res de la misma iglesia. : Guiado por el santo deseo de ser util 4 la sociedad 6n el ejercicio de su profesion, sa dedicé con ahinco al estudio de la jurisprudencia, y ejercié Ja carrera del foro con aplauso durante algun tiempo en la —_9— ciudad de N&poles. Pero en 1722 se vid turbada la calma de su virtuoso corazon por un accidente desa- gradable que le inspiréd una repugnancia hacia la carrera del foro: y fué que, encargado de la defensa de un pleito, se vid reprendido por una falta invo- luntaria, de lo cual se resintié con violencia la rec— titud de su alma virtuosa; y retirandose 4 la sole- dad y al silencio, y derramando copiosas Jégrimas, medité delante de un Crucifijo sobre los escollos de Ja vida en el siglo y sobre la dicha que le proporcio~ narian la defensa de las almas, abandonando la de los intereses de los hombres. Pero antes de resolver— se desed prepararse con la oracion, y tuvo que ven- cer ademds la oposicion de su padre, quien veia frustradas sus esperanzas y temia perderle en el nuevo estado que abrazaba, Para no separarse de su padre, entré en la Congregacion de &. Felipe de Ne- tien Agosto de 1722 y se presenté 4 su padre vesti- do de eclesifistico on octubre de 1723. Desde entonces dirigié toda su alma hacia los de- beres de su nuevo estado, y se dedicé con afan 4 la teologia , y ley6 los santos y las sagradas Escritu- ras. La meditacion, los ayunos y la practica de las buenas obras , como enseiiar la doctrina cristiana 4 los pobres, visitar los enfermos y frecuentar los sa- cramentos le ocupaban de dia y de noche , y su de- vocion era un modelo para los demds hermanos. Re- cibié las 6rdenes sagradas, y el 21 de diciembre del afio 1726, 4 los treinte y tres aiios y tres meses de edad , celebré por primera vez la santa Misa. Habia —_— {0 — llegado ya, por fin , al puesto deseado , dejando de- trés de siel tempestuoso piélago del mundo, para servir 4 Dios siendo su ministro en la tierra. Asi que fué elevado al sacerdocio, se dedicé 4 la predicacion y 4 los trabajos de las misiones con un celo verdaderamente apostdlico. Con su elocuencia inundaba las almas de conviecion y de consuelo, y encendia en santo fuego los corazones mas helados, ¥ produjo una infinidad de conversiones , 4 lo cual contribuia no solo su predicacion , sino tambien su austera penitencia y la santidad de su vida. Habien- do advertido que los habitantes de las aldeas per— TManecian en una triste ignorancia, concibié el pro- yecto de fundar una congregacion de misioneros, para la cual despues de haber luchado con muchas dificultades, y convaleciente aun de una penosa en- fermedad , logré reunir algunos compaiieros, y le dié el nombre de Congregacion del Santo Redentor : esta fundacion encontro al principio bastantes coa— tratiempos, pero con la paciencia, Ligorio logré des- vanecer los obstéculos y fué aprobado su instituto por el Soberano Pontifice. Se vid entonces el santo obligado 4 aceptar el cargo de superior general de la Congregacion , y pidiendo fervientemente 4 Dios fuerzas para llevar 4 cabo la empresa comenzada, fué un modelo de virtud, de observancia y de labo= Tiosidad para los sacerdotes que se habian unido 4 él anhelosos de secundarle en sus cristianas tareas ; y su congregacion se estendié luego por otras ciu- dades de Népoles y de los Estados romanos, —"HN— La fama de las virtudes y méritos del santo die- ron lugar 4 que fuese nombrado Arzobispo de Paler- mo, cuya dignidad renunciéd alegando de que se creia mas digno de la proteccion divina ejerciendo la humilde mision de apartar las almas del pecado, que aceptando Ja dignidad que no creia merecer su modestia. Mas tarde el papa Clemente XIII le nombrdé .Obis- po de Santa Agueda de los Godos, cuyo cargo solo acepté por obedecer al Santo Padre, aunque descon- fiando de sus fuerzas y redoblando el fervor de sus oraciones y su penitencia para alcanzar la asisten- cia del cielo, en cuya gloria cifraba su unica espe- ranza. Aceptado que hubo el cargo episcopal, planted una reforma prudente y moderada en su clero; fundé monasterios y otros establecimientos piadosos, y no ces6é de edificar 4 su didcesis con la predicacion, con pastorales, con cartas familiares, y especialmente con el ejemplo de sus virtudes, Despues de trece aiios de episcopado, y una larga vida enteramente dedicada 4 los trabajos de su mi- nisterio y 4 las austeridades de la penitencia , este— nuado por las fatigas , siendo sordo y casi ciego, y atormentado por una enfermedad cruel, pidid al Papa le aliviase de su cargo episcopal, y el Sumo Pontifice admitiéd con dolor su renuncia , atendido e] penoso estado de Alfonso. ‘ Contaba entonces 8. Alfonso cerca de ochenta aiios, y se retiré 4 una de las casas de su Congregacion, ge donde vivid aun cerca de once afios en el recogi- miento, la oracion y otros ejercicios de piedad. No podia celebrar Misa desde noviembre de 1779, y re- cibfa todos los dias la sagrada Comunion, y sufria con resignacion sus crueles padecimientos, Compli- candose su mal con una disenteria y una retencion de orina que anunciaban el fin de una vida tan san— ta y ejemplar, recibié los Santos Sacramentos, y pa— eiente y confiado en la misericordia del cielo, y es— trechando en la agonia contra su corazon la imagen de Jesus y la de su santisima Madre, entregé tran— quilamente su alma al Criador el dia 1.° de Agosto de 1787 4 los 90 afios diez meses y cinco dias de edad. Este fué el glorioso fin de la larga vida de san Ligorio , que conservd constantemente la inocencia bautismal ; modelo de seglares y religiosos ; }um— brera de la Iglesia y abogado de los pecadores para con el Supremo Juez. Fué 8. Ligorio beatificado el 6 de Setiembre de 1816, y colocado en el nimero de los Santos el dia de la fiesta de la Santisima Trinidad de 1839. Dejé el santo un gran nimero de obras de mucho mérito. —ib— PROTESTA DE SAN LIGORIO. red Bete Obedeciendo los decretos de Urbano VIII de santa memoria protesto, que 4 todos los milagros, revela- ciones, gracias y casos que pongo en este libro, co- mo tambien 4 los titulos de santo 6 beato aplicados 4 los siervos de Dios no ecanonizados todavia, no in- tento atribuirles mas autoridad que la puramente humana, fuera de aquellas cosas que han sido con- firmadas por la santa Iglesia Catélica Romana y por la santa Sede Apostélica, de la cual me confieso obediente hijo, que por esto 4 su juicio me sugeto, asi como cuanto dejo escrito en este libro. LAS GLORIAS DE LA INMACULABA VIRGEN MADRE DE DIOS. ened Bee CAPITULO I. DIOS TR SALVE , REINA ¥ MADRE DE MISERICORDIA. 61 Cuanta debe ser nuestra confianza en Maria por ser Reina de la misericordia. Siendo la Virgen Maria exaltada 4 la dignidad de Madre del Rey de los reyes , con justa razon la honra la sanla Iglesia , y quiere que todos la honren, con el glorioso tilulo de Reina. Siendo Jesus Rey del universo, Reina tambien del universo es Maria, dice Ruperto Abad. Por eslo dice 8. Bernardino de Sena que todas las cosas que en el cielo y en la tierra esl4n sugelas al imperio de Dios, estan lambien al dominio de la Virgen. — 16 — Maria es Reina dulce, clemente é inclinada 4 nuestro bien. El nombre de reina ya significa, dice Alberto Magno, piedad y providencia hacia los pobres. ¥ la magnificencia de los Reyes y Reinas consisle en aliviar 4 los miserables , dice Séneca. Por esto los Re- yes deben tener por fin el bien de los vasallos , em- pleandose en obras de piedad y misericordia, sin olvidar la justicia con los reos , cuando convenga. Maria es solo Reina de misericordia , y no de justi- cia; solo atiende al bien y al perdon de los pecadores. Dicen Gerson y santo Tomas que consistiendo el rei- no de Dios en la justicia y misericordia, se quedé Dios con la justicia, y did 4 Maria la misericordia , orde- nando que todas las misericordias que se dispensen a los hombres pasen por Maria, y se dispensen 4 su vo- luntad. Siendo, pues, Maria Ja Reina de la misericordia, 4 como podra dejar de rogar 4 su Hijo por los peca- dores que 4 Ella se encomiendan? ¥ amando tanto Dios 4 Maria , 4 cémo podra dejar de oir sus ruegos ? Maria , pues , abre la misericordia de Dios 4 quien quiere , cuando quiere y como quiere, dice S. Bernar- do, Por lo cual no hay pecador , por enorme que sea, que se pierda si Maria le protege. No podemos lemer que Maria reuse inlerceder por los pecadores, porque es toda dulce y piadosa para los que quiersn enmendarse y acuden 4 ella; pues tiene un corazoa tan piadoso , dice Blosio, que no pue- de sufrir el despedir descontento 4 quien la ruega. Jesus para honrar 4 Maria y recompensarle el ba- berle dado el ser de hombre, oye siempre sus ruegos, eas Fc La misma Virgen revelé su misericordia para con lodos 4 sania Brigida: Yo soy , le dijo , la alegria de los justos, y la-puerta para introducir 4 Dios é los peca- dores. No hay en la tierra pecador que viva tan perdi- damente y sea tan maldito , que esté privado de mi mi- sericordia; porque todos , cuando no recibiesen de mi ofro favor, por mi intercesion, recibenla graciade ser me- nostentados de lo que de otra suerte lo fueran por los de- monios. Ademds de esto, ninguno como no haya sido real- mente maldito del fodo (A saber con la final é irrevocable maldicion que se da a los condenados) es tan desechado de Dios , que si me ha invocado en su ayuda , no vuelva 4 Dios y goce de su misericordia. Yo soy llamada de to- dos la Madre de la misericordia , y verdaderamente la. misericordia de Dios hdcia los hombres me ha hecho tan misericordiosa’ para con ellos. Por eso seré desdichado, ydesdichado para siempre en la otra vida , el que pu- diendo en esta acudir d mt , que soy tan piadosa con to- dos, y tanto deseo socorrer d los pecadores , no acude y se condena. Acudamos pues 4 Maria, acordandonos que es la Madre y Reina de la misericordia. EJEMPLO. Se refiere en la vida de sor Calalina de S. Agustin, que en su lugar habia una muger , llamata Maria, la cual por ser tan pecadora en Ja juventud y en la vejez, fué desechada por losciudadanos y desterrada 4 vivir en una cueva, en donde murié desamparada y sin sacra- mentos ; por lo que fué enlerrada en el campo como a una bestia. Sor Catalina que solia con grande afecto encomendar 4 Dios todas las almas de los que morian, no pensd en rogar por Maria, leniéndola, como todos, por condenada. Al cabo de cuatro aiios se presenld 4 sor Calalina el alma de Maria, y le dijo , que enco- mendaba a Dios & las almas de lodus los que morian, y solo de la suya no habia tenidu piedad. Admirada sor Catalina de verla salvada , le pregunlé como habia sido.—Le conleslé Maria , que se habia salvado por la misericordia de la Virgen Maria. ¥ 4cémo? le dijo sor Calalina. Enlonces Maria le dijo que , viéndose cerca- na 4 la muerte, Ilena de pecados y desemparada de todos , pidié socorro 4 la Madre de Dios, la que enlon- ce le alcanzé un acto de contricion, y se salyé. Dijole también que le habia aleanzado la gracia de que s¢ abreviase la pena, haciéndole padecer intensamente lo que debia purgar en muchos aios. Le rogé le hiciese decir algunas misas que le faltaban para librarse del purgalorio. Hizolo sor Calalina , y a los pocos dias se le volvid 4 aparecer mas resplandeciente que el sol, ¥ dijo: Te doy las gracias, Calalina, mira que ya me voy al cielo & cantar las misericordias de mi Dios y 4 rogar por li. § UL. Cuanta mayor debe ser nuestra confianza en Marla por ser ella nuestra madre. Los devolos de Maria no se cansan de Ilamarla ma- dre, y es realmente madre de nuestras almas y de —9— nuestra salud. Jesus se hizo nuestro padre , recobran- donos con su muerte la divina gracia que habiamos perdido por el pecado de nuestros primeros padres. Y Maria se hizo nuestra Madre, dandonos a Jesus, quien nos dié la vida verdadera. Maria se hizo nuestra madre espirilual, cuando en la embajada del angel consintié en ser la madre de Jesus pidiendo ya 4 Dios nuestra salvacion , como dice S. Bernardino de Sena. Se hizo lambien nuestra madre cuando en el Calva- rio ofrecié al elerno Padre, con gran dolor, la vida de su querido Hijo por nuestra salud, para conformarse en esto con el amor del elerno Padre, que queria a su Hijo muerto por nuestra salud, EI salvador nos la setalé desde la cruz como 4 madre comun a todos los crislianos , cuando dijo al discipulo Juan: Ahi tienes dtu Madre. j Dichosos los viven que hajo Ja proleccion de una Madre tan tierna y poderosa ! Toda la furia del inlierno no podra arrancar del poder de Maria, al que eslé bajo su proleccion. La Virgen revelé 4 sanla Brigida, que asi como una madre si viese 4su hijo entre las espadas de sus enemi- gos, haria los posibles esfuerzos para salvarle ; asi, dijo, lo hago y haré yo con mis hijos , aunque pecadores, siempre que acadan 4 mi para que lossocorra, Cuando Maria ve 4 sus hijos en peligro por las tenlaciones, los prolege hasla colocarlos en el seguro puesto del paraiso. En las batallas de las tentaciones vencerémos pues al infierno , 4 los demonios , si acudimos 4 Maria; y po- demos hacerlo, diciendo y repitiendo: Bajo fu amparo — 0 — nos acogemos , santa Madre de Dios. Asi vencia 4 los demonios sor Maria Crucificada. Alegrémonos pues de tener por Madre 4 Maria, que es tambien la Madre de Dios. Teniendo 4 Jesus por Hermano y 4 Maria por Madre, 4 qué hemos de lemer? Los nifos en los peligros grilan: madre, madre. Noso- tros tambien en los peligros del alma, v en las tenta- ciones infernales, digamosle: Madre de misericordia, asistidnos. Virgen Maria , ayudadnos , u otras suplicas semejanies. EJEMPLO. Un jéven noble Hamado Guillermo Elfinstonio, pa- riente del rey Jacobo , era herege, pero ilumina- do dela divina Juz fué 4 Francia, en donde con la ayuda de un religioso, y 4 mas con-la intercesion de Maria, se hizo catélico. Fué 4 Roma, en donde se le aparecié una noche su madre condenada, que le dijo: Hijo, dichoso ti que has entrado en la verdadera Igle- sia : yo por haber fallecido en la heregia, estoy per- dida para siempre. El joven se enfervorizé mas en la devocion de Maria santisima , eligiéndola por su unica madre, la cual le inspiré que se hiciese religioso, y él hizo volo de hacerlo. Se fué 4 Napoles para curarse, en donde murid; pero anles de morir suplicé 4 los supe- riores le aceplasen, y cuando se le administré el Vialico, en presencia de Jesus sacramentado hizo la profesion de religioso. Daba gracias 4 Maria sanlisima por ha- herle arrancado de la heregia. Antes de morir, dijo 4 los que estaban presentes , si veian 4 los angeles del —2— cielo que le asislian. Volvié despues 4 los coloquioscon su dulcisima Madre; y repiliendo las palabras Madre, Madre, espird suavemente. Poco despues por revela- cion un religioso devoto supo, que estaba descansando yaen el cielo. | O cuanto pucde Maria! § Ul. Cuan grande es el amor que nos tiene esta Madre, y cuanto merece ser amada. Siendo Maria nuestra Madre, bien podemos conside- rar cuan grande es el amor que nos liene. La misma Virgen nos dice, (Isai. 49.18) que si diese el caso alguna tes que una madre se olvidase de su hijo, no es posible que ella deje de amar 4 una alma hija suya. Ademas, el amor de Dios y del préjimo , caen bajo un precepto, como dice §. Juan; de modo que cuanto mas crece e] uno, lanlo aumenta el otro. ¥ si algunos santos sufrieron la muerte por salvar almas, lo cual lodo era efecto del grande amor 4 Dios y al prdéjimo, {cual sera el amor que nos tiene Maria, pues que nadie Hegé 4 amer 4 Dios con tan intenso amor como Ella? El amor que han tenido todas las madres & sus hijos , es una sombra en comparacion del amor que 4 uno solo de nosotros liene Maria. Ella sola nos ama mas que todos los angeles y santos juntos. Dijo la Vir- gen sanlisima 4 sor Maria Crucificada, que era lanto el fuego del amor que hacia Dios ardia en su pecho, que puesto en él todo el cielo y la tierra, en un momento —2— se hubieran consumido, y que fos ardores de los sera- fines eran como aire fresco en su comparacion. Maria nos ama mucho tambien porque Jesus anles de morir nos encomendé 4 Ella, y tambien porque le coslamos muchos trabajos con la muerte de su Hijo; de modo que fué lanlo su amor, que dicen S. Anselmo y S. Antonio, que si hubieran fallado verdugos para ma- lar 4 su Hijo, Ella le hubiera crucificado por obedecer la voluntad del Padre que le queria muerto por nues- tra salud, pues lo hubijera hecho mejor que Abrahan, que por obedecer a Dios quiso sacrificar 4 su hijo, con lo cual podemos aprender a sufrir y hacer con gusto todo lo que es de la volunlad de Dios, por desagrada- ble que sea. Nos ama tainbien Maria porque somos redimidos con la sangre de su Hijo. Maria ama 4 lodos, buenos y malos, y nos desea ma- yores bienes de los que podemos desear. Por esto es bueno pedir 4 Divs nos conceda las gracias que por nosolros pide la Virgen sanlisima. Apenas ve Maria nuestras necesidades, dice Ricardo, que luego vienc a socorrerlas. Si Maria es pues lan buena para todos gcuanlo mas lo sera para los que la aman y 4 menudo la invocan ? Leonardo dominicano se encomendaba 4 la Madre de Dios doscientas veces cada dia, y eslando para mo- rir se vid Asu lado una hermosisima Reina, que le dijo: — Leonardo, i quieres morir y venir d mi Jesus y dé mi? Y ¢ quién, respondid Leonardo, sois vos? Fo, replicé la Virgen, soy la Madre de las misericordias ; th me has invocado muchas veces : vengo pues & recibirle; — 3 — edmonos al cielo. Y murié Leonardo en el mismo dia. Veamos como la han amado los santos. El venerable Juan Berchmans, no se saciaba de repelir 4 menudo en- Ire si: Yoamo 4 Maria, yo quiero amar ad Maria. S. Eslanislao Kostka no em/pezaba accion alguna sin yolverse 4 alguna imagen de Maria 4 pedirle su ben- dicion. Cuando le rezaba alguna devocion, la decia con tal afecto como si hablase cara 4 cara con Maria. Preguntandole wna vez un compaiioro suvo, gcuanto amaba 4 Maria? Le respondié: gqué puedo decirle? Ella es ini madre, S. Felipe Neri Ja llamaba su delicia, S. Buenayen- lura Ja llamaba su corazon y su alma. 8. Bernardo, aquel grande amante de Maria, la Ilamaba la robadora de los corazones. S. Bernardino de Sena iba cada dia 4 visilaila en una Imagen, y decia que iba a buscar & su enamorada. §, Luis Gonzaga cuando oia resonar el nombre de Maria, se le aparecia como una llama encar- nada en elrostro. $. Francisco Solano canlaba delante de su Imagen coplas con instrumentos musicos. El P.Ge- rénimo de Trexo, se llamaba su esclavo, iba 4 menudo para visilarla 4 una iglesia 4 esta Sefiora dedicada, y alli Horaba y besaba el pavimento. El P. Diego Mar- linez, por su devocion 4 la Madre de Dios, le llevaban los angeles al cielo en las fiestas de Maria para ver con cuanto honor se le celebraban estas. Carlos , hijo de santa Brigida, decia que ninguna cosa le consolaba tanto en el muudo como el saber que Maria era tan amada de Dios. ¥ que Si la grandeza de Maria hubiera sido suya, se la habiera renunciado, por ser Ella mas digna que él de poseerla. Otros como Ra- a | dagunda, se esculpicron sobre el pecho con hierros agudos el nombre amable de Maria. Olros, como Agus- tin Espinosa, le imprimieron en la carne con hierros encendidos, EI venerable Alonso Rodriguez un dia, estando & los pies de una imagen de Maria, le dijo Ilenode amor que no le amaba tanlo como él. La Virgen entonces le dijo: 4 Qué dices, Alonso, que dices? Sepas, que no hay tanta distancia del cielo 4 la tierra, como hay de mi amor al tuyo. Despues de Dios , nadie pues nos ama tanto como Maria santisima. EJEMPLO. Refiere el P. Auriema que una pobre -pastorcilla amaba tanto 4 Maria, que lodas sus delicias eran el ir 4 una capilla de la Virgen, que eslaba en el monte, en donde hablaba y honraba 4 la Madre de Dios. Un dia recogié flores, compuso una guirnalda y la puso en la cabeza de la Imagen, diciéndole , que quisiera ponerle una corona de oro y perlas, pero porque era pobre aceplase la de las flores en seial del amor que le tenia. Cayé enferma la pastorcilla, y pasando cerca de alli dos religiosos fatigados, descansaron bajo un Arbol ; el uno se durmié, pero tanto este como el que velaba vierop una comitiva de doncellas hermosisimas, entre las que habia una que escedia en belleza y magestad. Uno de los religiosos pregunté 4 esta quien era y 4 donde iba. Yo, dijo, soyla Madre de Dios, que con estas santas virgenes, voy 4 visilar en esta aldea vecina 4 una po- — 6 — bre pastorcilla moribunda que muchas veces me ha vi- silado 4 mi, Dicho esto desaparecié. Fueron los religio- 50s 4 verla, y la hallaron echada sobre una poca paja, y vieron & Maria 4 la cabezera de Ja moribunda, con una corona en la mano, que la consolaba. Luego las santas Virgenes se pusicron 4 cantar, y murié la pastorcilla. Maria le puso Ja corona en Ja cabeza, y recibiendo en sus manos el alma, se la lleyd consigo al cielo. § lV. Maria es tambien madre de los pecadores arrepentidos. Aseguré Maria santisima 4 santa Brigida, que no solo era madre de los justos é inocentes , sino tambien de los pecadores , como quieran enmendarse. Pero el que quiera ser hijo de Maria, debe primero dejar el pecado. El que hace obras contrarias 4 Maria, niega con los hechos ser hijo de Maria. gY, como se alrevera aser hijo de Maria el que tanto !a disgusla con mala vida? Un pecador dijo un dia 4 Maria: Muestra queeres mi madre. Pero la Virgen le respondié: Muestra que éres mi fajo. Olro un dia la llamaba Madre de miseri- cordia; y Maria le dijo: Vosolros, pecadores, cuando quereis que os ayude me lamais Madre de misericordia, y despues con vuestros pecados no pasais de hacerme madre de miseria y de dolores. Dios maldice al que con su obslinacion en el pecado, aflige 4 su buena Madre. El pecador mientras esta obstinado en el pecado, no puede ser amado de Maria; pero si se halla encadena- do de algun vicio, y se esfuerza a salir de él, y se en- — %— comienda 4 la Virgen, rogandole con fé y perseveran- cia le saque del pecado, sin duda que esla buena ma- dre le ayudara y le sacara de tan infeliz estado. Por esto la oracion del pecador es util para alcanzar la gravia de salir del pecado, aunque no es meriloria para el alma. Por lo que S, Bernardo exorla al pecador que ruegue 4 Maria y conciba gran conlianza en rogarla, Ja que le alcanzara lo que él no merece; porque cuan- do Maria ve algun pecador enemigo de Jesus, no pue- de sufrirlo y procura ponerlos en paz. Cuando un pe= cador ruega 4 Maria, no mira esta Sefiora sus pecados, sino la intencion ; aunque haya cometido todos los pe- cados del mundo, le abraza, y procura remediarle, & Quién podra jamas explicar la bondad, Ja miseri- cordia y el amor de Maria, para salvarnos cuando la invocamos ? El pecador arrepentido que socorre 4 Ma- ria con deseo de enmendarse, esté persuadido, que sera socorrido por su buena Madre. EJEMPLO. Refiere e] Belyacense que en la ciudad de Ridolio, en Inglaterra , en 1430, habia un noble joven llamado Arnesto, el cual habiendo dado todo su patrimonioa los pobres, se hizomonge. Era muy apreciado de los supe- riores por su vida perfecla, y especialmente por su par- ticular devocion 4 la Virgen. Habiéndose desarrollado la peste en aquella ciudad, el abad mand6 a Arneslo que fuese a orar delanle de Maria, y que no se moviese de alli hasta que le diese la Virgen respuesta. Al cabo de tres dias le dié Maria respuesla de algunas preces que debian decirse; lo que —-7— practicado, cesé la peste. Este joven se enfrid en la devo- cion de Maria, por loquec! demoniole tenlé deimpureza y de huirse del monasterio. Delermind echarse por una pared del monasterio; pero pasando por delante de una imagen de Maria, le hablé la Madre de Dios y le dijo: Ijo mio, porque me dejas? Arnesto aldénito y compun- gido cayo en lierra yrespondié: Pero, Sefiora, que no veis que no puedo resistir mas? Y la Virgen le replicé : 4 V ti, porque no me has invocado? St te hubieras enco- nendado d mt, no hubieras ileqado a este estado. De hoy en adelante encomiéndate d mi, y no dudes. Se volvié Ar- neslo 4 Ja celda; pero volvieron las tentaciones y no cuidé de encomendarse 4 Maria. Huydse al fin del mo- nasterio , se did 4 la wnala vida pasando 4 ladron y ase- sino. Arrendé una venta, en donde robaba y malaba a los pasageros. Llegaron por fin 4 formarle causa, y mien- ras se formaba el proceso, llegé 4 la venta un caballero joven y por la noche, fué Arneslo 4 su cuarto para ase- sinarle, como acostumbraba, pero no hallé sobre la cama al caballero, sind 4 un.Crucifijo, que mirandole con ojos de piedad, le dijo: No te basta, ingrato, el que yohaya muerto una vez por 14? yme quieres volver d ma- lar? Ea pues, estiende presto la mano, y vuelve ahora d natarme. Confuso Arnesto, dijo llorando: Senor, heme aqui, ya que usais conmigo de tantas misertcordias , yo quero volver d vos. Se volyié al monasterio , pero por el camino fué preso, y confesé delante del jnez todos los asesinalos que habia hecho. Fué condenado 4 la hor- ca sin darle lienipo para confesarse ; pero se encomen- d6 entonces de veras 4 Maria santisima. Echaronle de la horea, pero la Virgen hizo que no muriese, y ella — 3 — misma le descolgé, y le dijo: Vuelve al monaslerio, haz penilencia , y cuando verds en mi mano un papel del perdon de tus pecados, enlonces aparejale para la muerte. Hizolo Arnesto, y despues de muchos ahos vid en manos de Maria el papel de su perdon: luego se preparé para la muerte y murié santamente. CAPITULO II. VIDA Y DULZURA. §1. Maria es nuestra vida , porque ella nos aleanza el perdon de los pecados. El alma que esta en gran pecado, esla privada de la divina gracia, y por lo tanto no tiene vida. Maria al- canzandoles por su inlercesion 4 los pecadores la gra- cia, les vuelve asi Ja vida. El que acude y honra 4 Maria, halla pues la gracia de Dios y la vida eterna. El que haya perdido la divina gracia, bisquela por medio de Maria, que Ella la hallé por los pecadores, pues le dijoel arcangel S. Gabriel: Notemas, 6 Marta, porque has hallado gracia. Pero como Maria estuvo siempre llena de gracia, no podia hallarla para Ella, y asi es que la hallé para nosotros. Maria es la unica esperanza de los pecadores , como la llama S. Agustin, pues por medio de aquella Divina a fe Madre reciben los pecadores el perdon, segun S. Juan Criséslowo. Dice $. German que cl nombre de Maria, paraquien lo pronunsia con afeclo, 6 es seaal de vida, 6 de que en breve la tendra. Ningun pecador dube temer ser desechado de Maria por ser la Madre de misericordia. Santa Gertrudis vid un dia 4 Maria Sanlisima con un manto estendido, bajo el cual habia refugiadas muchas ficras, y vid que Ma- tia no solo no las echaba, sino que las acogia con gran piedad y las acariciaba. Con esto enlendid la santa, que los pecadores mas perdidos, cuando acuden 4 Ma- tia, no son desechados, sind acogidos y libres de la elerna muerte. Refugiémonos pues en Maria, que Ella hos salvara, EJEMPLO DE LA DEVOCION DEL ROSARIO. Refiere el P. Bovio, que una mala muger, llamada Elena, oyé casualmente una plalica del Rosario. Al salir se compré uno y lo llevaba ocullo para que nadie lo viera. Empez6 despues 4 rezarlo, aunque sin devocion , y con todo Ja Virgen la infundié tanto con~ suelo y dulzura en rezarlo, que despues no sabia de~ jarlo'de decir. Con esto alcanzé tanto horror 4 su mala vida, que no podia hallar reposo ; por lo que se vid co- ino forzada 4 confesarse , lo que hizo con grande con- tricion. Hecha la confesion, se fué 4 un allar de Maria 4 darle las gracias. Le rezé el Rosario, y la divina Ma- dre, desde la imagen, le dijo: Elena, basta cuanto has ofendide a Dios y me has ofendido 4 mi; muda de vida — 30 — de hoy en adelante, que yo le concederé gran parte de mis gracias, Entonces la pobre pecadora, toda cun- fusa , promelié hacer penitencia el resto de su vida, dié sus bienes 4 los pobres , y emprendié una rigurosa penilencia. Eslaba alormentada de lerribles tenlacio- nés, pero se encomendaba 4 la Madre de Dios, y con esto quedaba victoriosa. Llezo 4 lener revelaciones y el don de profecias. Finalmente avisada pocos dias an- les por la Virgen, y visilada por esta Purisima sefiora y su Divino Hijo Jesus, murié, y se vid que su alma su- bia al cielo en forma de una bellisima paloma. § I. Maria es tambien nuestra vida, porgue nos alcanza la perseverancia. La perseverancia final es un don divino tan grande, que nosolros no podemos merecerla. Pero la aleanzade Dios, dice S. Agustin, el que la busca, siendo diligeate en pedirla 4 Dios hasta el fin de la vida, como dice el P. Suarez, Para alcanzarla se ha Je pedir todos los dias, dice S, Belarmino. Si todas las gracias de Dios nos vienen por mano de Maria, como demoslrarémos, es verdad que solo por medio de Maria podremos al- canzar esla grande gracia de la perseverancia. Y la alcanzarémos si siempre la pedimos con contianza a Maria. Para conservarnos en la divina gracia nos es necesa- ria la fortaleza espirilual en resislir.4 todos los enemi- gos de nuestra alma. Esta fortaleza pues solo por me- dio de Maria se alcanza. ;Pobres almas que dejan la devocion de Maria y de encomendarse 4 Ella en todas ocasiones! Asi como sin sol todo es linieblas, asi sin la luz divina lodo es tinieblas para el alma, la que para en madriguera de pecados. j Ay de aquellos, dice S. Anselmo, que desprecian la deyocion de Maria! §. Francisco de Borja dudaha de la perseverancia de los que no tenian esla especial de- Yocion 4 Maria. ¥ viendo que algunos novicios no le- nian esla especial deyocion, advirlid al maestro que pusiese mas cuidado sobre ellos , ¥ sucedié que todos ellos perdieron 1a vocacion y se salieron de la religion. E! bealo Alano estuvo una vez 4 punto de caer en una tenlacion por no haberse encomendado 4 Maria ; pero se Je aparecié Ja Virgen, y para dejarle mas ad- verlido, le dié un bofeton, y le dijo: Si te hubieras en- comendado d mi, no te hubieras hallado en este peligro. Al contrario dice Maria: Bienaventurado el que oye mi voz: y para esto continuamente esta atento en venir d las puertas de misericordia é pedirme luz y socorro. (Prov. 8. 34.) S. Felipe Neri amonestaba siempre 4 sus penilentes, ylesdecia: Hijos, si deseats la perseverancia, sed devo- fos de nuestra Senora. Y Juan Berchmans decia: Et que ama @ Maria, tendra la perseverancia, El que es hijo de Maria, 6 no seaparla jamas de Dios, 6 si por desgracia se aparta, luego vuelve por medio de Maria. jOB! si todos los hombres amasen 41a divina Madre, y recurriesen 4 ella en Jas lenlaciones, gquién se perderia? -2— Refiere el P. Bernardino de Bustos que habiendo aprendido un pajaro 4 decir Ave Maria. vino un gavi- lan 4 cogerle; pero cayé el gavilan al instanle que el pajaro pronuncié Ave Maria. Ahora, si un pajaro fué librado con invocar 4 Maria ; cuanto mejor librara la piadosa Madre 4 sus devolos que la invoquen en las ten- laciones? Dice Santo Tomas de Villanueva que asi co- mo los polluelos cuando yen 4 los milanos corren 4 re- cogerse debajo de Jas alas de sus madres, asi nosotros al percibir alguna lentacion, luego, sin perder tiempo debemos ponernos bajo el manto de Maria, Hamandola en nuestro socorro, porque despues de Dios Maria es nuestra proteclora y nuestro refugio. Acordémonos de lo que dice S. Bernardo: en las tenlaciones, en los peligros de pecar, en las dudas de lo que has de resolver , piensa que Maria le puede ayu- day, y Hamala luego para que te socorra. Si sigues 4 Maria no erraras el camino de'la salvacion, Siempre que 4 ella te encomiendes no desconfiaras. No caerassi te tiene. Si te prolege no puedes lemer tu perdicion. Si le guia, sin fatiga le salvards. En suma si Maria lo- ma tu defensa, cierlamente Ilegaras al reino de los bicnavenlurados. Hazlo asi, y vivirés para siempre. En esta vida andamos siempre luchando con los ene- migos del alma; y jay de los que notienen el refugiv de Maria! EJEMPLO. Santa Maria Egipciaca se huyé 4 los doce aiios de sus padres y se fué 4 Alejandria, donde llevé una vida Qe mala y escandalosa por espacio de diez y seis aiios. Despues se fué 4 Jerusalen en donde enlonces se hacia la fiesta de la cruz, y enlro en la iglesia por curiosidad nas que por devocion. Pero al querer entrar por tres veces , lodas tres se sinlid impeler hacia alras invisible- mente. Entonces puesta en una esquina del Atrio fué iluminada para conocer que Dios la echaba aun de la iglesia por su mala vida. Levant por suerte los ojos , y vid una imagen de Maria que estaba pinlada en el alrio , y enlonces se volvé Ilorando 4 ella y la dijo, que ‘uviese piedad de ella, aunque por sus culpasno me- recia que Ja mirase : que la ayudase ¢ hiciese que en- \rase en la iglesia , que queria mudar de vida y hacer penitencia dunde ella le mostrase. Enlonces una yoz interior Je dijo que ya podia entrar en Ja iglesia, Entré, adoré la Cruz y lord amargamente. Volvid enlonces a lalmagen y la dijo: Sefiora, aqui me leneis pronla para obedeceros; 2 donde quereis que me relire a hacer penitencia de mis culpas? Anda, vé, le dijo Maria san- lisima , para el Jordan y hallaras el lugar de tu descan- so. Se confesd y comulgd, pasé el rio, y se retiré al de- sierlo , donde creyé ser el lugar de su penilencia. Diez y siete afios estuvo muy tentada de los demonios , pero encomendasdose a Maria , vencia las tentaciones. Des- pues de cincuenta y siecle afiosla hallé el abad Zésimo, 4 quien conlé su vida y le rogé volviese alli el afio si- guiente a llevarle la santa Comunion, Volyié el Santo , y lacomulgé, y ella le suplicé que fuese 4 buscarla. Volvié el santo abad , y la hallé muerta, cercado su cuerpo de luz yd la cabeza escrilas estas palabras: En- herra en este triste lugar el cuerpo de esta miserable pe- —%— eadora y ruega d Dios por mi, La enterré viniendo un leon 4 cavar la tierra. DULZURA. § UI. Maria vuelve dulce la muerte de sus devotos. Los verdaderos amigos y los verdaderos parientes no se eonocen en el tiempo de la prosperidad, sino en et tiempo de las miserias y angustias. ( Prov. 17. 17.) Los amigos del mundo, cuando el amigo cae en al- guna desgracia, luego le desamparan. Pero Maria no lo hace asi con sus devolos. En las angustias , y espe- cialmente en las de la muerte, que son las mayores, Maria no sabe desamparar 4 sus fieles devotos, alean- zndoles una muerte dulce y dichosa. Por esto nuestra madre la Iglesia nos ensefa a decir 4 Maria Sanlisima: Ruega por nosotros peeadores, ahora yenla hora de nuestra muerte. En la hora de la muerte es cuando los demonios tra- bajan con lodas sus fuerzas porque ven que se les acaba el tiempo de poder coger aque!la alma. Por esto en aquella hora terrible, no suele tenlar un demonio solo, sino que llama a olros en su ayuda, llenandose la casa del morihundo de demonios. Se cuenla de S. Andrés Avelino, que al tiempo de su muerte acudieron diez mil demonios 4 tentarle. Al tiempo de su agonia, lemblaba, Iloraba, daba golpes de cabeza, y volvyia 4 menudo los ojos, buscando auxi - — 3 — lioen una imagen de Maria. Los religiosos que le asis- tian Horaban y redoblaban las oraciones , pero se con- solaban acordandose que él habia dicho muchas veces, queen la hora dela muerte Maria habia de ser su re- fugio Terminé la pelea, y el santo, fijos los ojos en aquella imagen de Maria (que se cree le aparecié) le hizo una revyerencia , y espiré apaciblemente con una cara celestial. Si en la hora de la muerte tenemos 4 Maria sanlisima de nuestra parte, no hay que lemer, porque 4 su pre- sencia huyen los demonios. Estando el P. Manuei Pa- dial para morir, se vid un ejército de demonios que huyendo decian: ;Ahl que no podemos nada, pues le de- fiende aquella queno tiene mancha. E) P. Gaspar Hayevod fué en Ja hora de la muerte lentado de los demonios ; pero se encomendd 4 Maria sanlisima, y se le oyé de- cir: Os doy gracias, Madre mia, porque habets venido éayudarme. Dice S. Buenaventura, que Maria santisi- ha envia 4san Miguel con lodoslos angelesen defensa de sus siervos moribundos, para defenderlos de los de- monios, y 4 recibir las almas de sus deyolos. Dice S. Gerénimo, que Maria santisima , no solo so- corre a sus devolos en su wuerle, sino que les sale al encuentro para acompaiarlos al divino tribunal y ani- marlos. La misma Virgen le revelé 4 sanla Brigida, que saldria al encuentro de sus devolos para darles consuelo. Habiendo muerto Carlos , hijo de santa Brigida , re- velé a esla la Virgen Maria, que se habia salyado por el amor que le habia tenido. Vid al mismo liempo 4 Jesus en un trono, y al demonio que presentaba acusa- woe HB eee ciones contra Maria santisima por no haberle dejado tentar 4 Carlos, en la hora de la muerte, y por haber ella misma presentado en el juicio de Carlos, sin dejar- le esponer las razones con que pretendia que fuese su- ya. Vié luego que el juez arrojé de alli al demonio y que el alma de Carlos fué Ilevada al cielo. Refiere el P. Bineti, que habiendo asistido 4 la muerte de un devolo de Maria, le ové decir: ; O padre mio, si supieseis cuanta aleyria siento yo por haber ser- vido dla santisima Madre de Dios! ¥ el P. Suarez, muy devolo de Maria, dijo al tiempo de morir: Que jamds podia imaginarse , que pudiese serle tan dulce el mortr. EI mismo conlento esperimentara en la hora de la muerte el que haya amado y servido & Maria, obse- quidndola con visilas, rosarios, ayunos, dandole gracias amenudo, alabandola y encomendandose de continuo 4 su poderoso palrocinio. No impedira este consuelo el haber sido pecadores, si despues se ha yivido bien y se ha servido 4 la divina Madre. Y si en el trance de la la muerte el demenio infunde temor y desconfianza por los pecado spasados, Maria vendra 4 animara sus devolos , como lo hizo con Adolfo , conde de Alsacia , el cual el fin de sus dias te- mia por la duda desu eterna salvacion. Pero se le apa- recié Maria sanlisima, y le dijo: Adolfo , querido mio, gcomo temes morir siendo mi devoto? Con esto murid con gran paz. Nuestra celesta Reina, hablando con sanla Malilde, ofrecié que vendria 4 asislir en la muerte a lodos los que fielmente la hubiesen servido en vida. Refiere el P. Crasset, que santa Maria de Ogniens — 37 — vié 4 Maria santisima 4 la cabeza de una devola viuda de Villembroe, que la consolaba y le hacia aire fresco con un abanico. Seamos, pues, devotos de Maria , para lener con su amparo una buena muerte. EJEMPLO. Un sacerdote fué llamado para administrar los sanlos sacramentos 4 una pobre muger que eslaba al fin de su vida. Tomé el globo con el Santisimo sacramento y fué. A! llegar al aposento de la enferma, la encontré sobre una poca de paja, y vid en el aposenlo una gran- de luz, y 4 la Madre de Dios junto 4 la cama de la en- ferma que la estaba consolando, y con un paiuelo en las manos le enjugaba el sudor de la muerte. Al ver el sacerdole 4 Ja Reina del cielo no se alrevid 4 entrar; pero la divina Madre le hizo sefias para que enlrara. Apenas esluvo dentro , le cedid Maria sanlisima aquel pobre, pero dichoso asienlo para que se senlase y oye- se laconfesion de su devota ; la cual confesé y comul- gocon mucha devocion, y despues espiré dulcemente en los brazos de Maria sanlisima. CAPITULO IIL. ESPERANZA NUESTRA, DIOS TE SAVE. gL Maria es la esperanza de todos. La santa Iglesia nos ensefia que invoquemos 4 Maria con el dulce nombre de esperanza nuestra, esperanza de todos. Maria es nuestra esperanza, como intercesora para con Dios, para que nos alcance lo que por nues- {ros ruegos no conseguiriamos. Pues si bien de Dios no podemos desconfiar , pero podemos lemer que por nues- tras fallas no nos concederia lo que le pedimos. Y asi nos valemos de la inlereesion de su querida Madre, A la que nos ha dzdo por abogada, y 4 la que le ha dado todo el poder para ayudarnos , y quiere el Sefor que pongamios en ella toda nuestra esperanza, pero la es- peranza de la felicidad elerna. Cuando alguno quiere aleanzar alguna cosa de un Rey, {no se vale de un ministro 6 de olra persona que lenga entrada con é] ? Asi pues, debemos valernos de Maria para con Dios. Maria es despues de Dios nuestro nico refugio y amparo, como llama santo Tomas de Villanueva. Por medio de Maria recibimos todos Jos ausilios y gracias que nos vienen de Dios, porque ella es la dis- pensadora de todos los bienes. Por estodice el abad Ce- lense : El que halla d Marta , hatla todos los bienes. Si, Maria es la que aclara las dudas y confusiones del al- ma, la que consuela en las aflicciones, y la que socorre al que la llama. Dios ha hecho 4 Maria tan piadosa y amable , que 4 ninguno desprecia , 4 ninguno deja desconsolado, y 4 ninguno de los que le piden sabe negar su proleccion. Nadie, pues, debe temer acudira Maria. Bendita sea la bondad de Dios que nos ha dado tan amorosa Madre y abogada. Pidamos pues, @ la divina Madre que nos mire con piadosos ojos, pues en ella te- nemos nuestra esperanza. BJEMPLO. Se refiere en el Tesoro del rosario, que un caballero muy deyolode la divina Madre, tenia en su palacio un oratorio, y solia, delantede una imagen de Maria, rezar Amenndo, y no solo de dia, sino que por la noche sele- vantaba de la cama para ir 4 orar. Su muger , aunque piadosa, al ver que su marido se levantaba de la cama y tardaba mucho liempo en volver, enlré en celos, y un dia le pregunté si amaba 4 olra muger. El le res— Pondié sonriendo, que amaba 4 una Seiiora la mas amable del mundo , (queria decir 4 la sanlisima Vir- gen ), 4 la que habia enlregado todo su corazon, y que moriria antes que dejar de amarla; y aadié, que si ella la conociera le diria que la amase-aun mas. Le pregunié si salia por las noches 4 hablar con ella. I caballero le dijo que si. Asegurada entonces la sefiora de Ja sospecha, una noche despues que habia salido el caballero, como solia, del aposento, se corté con un cu- chillo la garganta y murié. El cahallero cuando hubo cumplido sus devociones, volvid 4 su habilacion, y ha- 116 muerla 4 su esposa. Entonces viendo que’ se habia degollado por zclos, volvié al oratoric, y postrado de- lante de la santa imagen, le dijo llorando: Madre mia, mirad en que afliccion me hallo. 4 A quién he de acu- dir si yos no me consolais? Considerad que por venir a honraros me hallo en esta desgracia de vera mi muger muerla y condenada. Madre mia’, vos bien podeis re- mediarnos; remediadnos pues. Concluida esta suplica, oye que una criada le dice quela sefiora le llama. Fué y halla 4 su muger viva, la cual arrojandose 4 los pies, le pidié perdon y le dijo: ; Ah ! esposo mio, la Madre de Dios por tus ruegos me ha librado del intierno. En- tonces liorando los dos de alegria se fueron al oratorio 4 dar gracias 4 la Virgen sanlisima, Al dia siguiente convidé 4 los parientes, 4 quienes su muger les enseiid la sefial de la herida y les contd lo sucedido , con lo cual todos se encendieron ene) amor de la divina Madre. § I. Maria es la esperanza de los pecadores. La Iglesia invoca en las lelanias 4 la divina madre. Refugio de los pecadores. Efectivamente Maria acoge 4 todos los pecadores, por mas delilos que hayan come- tido, Ya que nosotros no nos alrevemos 4 suplicar al Scfior por el perdon, acudainos 4 Maria que ella habla- Ya y rogara por nosotros. — it Dice 8. Basilio, que Dios nos ha dado 4 Maria como un publico hospital, donde pueden ser acogidos todos los enfermos que son pobres y estan deslituidos de todo olro socorro. El que acude 4 Maria, esla madre no le niega su proleccion por indigno que sea ; y basla que el pecador Ja invoque, para que ella le socorra. Con su dulzura sabe 4 menudo incilar 4 su devocion, y des- pertar a los pecadores mas olvidados de Dios para que se dispongan 4 recibir la divina gracia. Antes de venir Maria al mundo, dice 8. Ricardo de san Lorenzo, que se quejaba Dios de que no hubiese quien le detuyiera en el casligo de los pecadores ; pero nacida Maria, ella le aplaca. La Virgen Maria reveldé 4 santa Brigida , que no se hallaba en el mundo pecador tan enemigo de Dios, que si acudia 4 ella é invocaba su ausilio, no volviese 4 recobrar la divina gracia. Y la misma sanla oyé undia 4 Jesucrisio que deria 4 su Madre, que ella eslaria pronta para aleanzar la divina gracia 4 Lucifer, si este se humillase 4 pedirle socorro, S. Antonio refiere , que ballandose un pecador en desgracia de Dios, le parecié estar delante del tribunal de Jesucristo, e] demonio acusandole , y Maria defen— diéndole. El demonio puso en la balanza los pecados; pero Maria estendié su mano sobre la olra halanza y la hizo inclioar 4 favor de su devolo, y asi le hizo enten- der que le alcanzaba el perdon si mudaba de vida, como en efecto se convirlié despues de la vision, Siempre, pues, que el pecador mude de vida y acuda 4 Marfa, alcanzara lo que le pida para el biende su alma. —&— EJEMPLO, Refiere el B. Juan Erollo, llamado el discipulo, que un hombre casado vivia en pecado. Su muger, que era buena, no pudiendo hacerle mudar de vida, le rogé que 4 lo menos saludase 4 la Madre de Dios con una Ave Maria siempre que pasare por delante de una imé- gen suya. Lo hizo el marido. Yendo el malvado una noche 4 pecar, vid una luz, y reparé que era una lam- para que ardia delante de una imagen de Maria , que tenia al nifio Jesus en los brazos. Dijo como acos!am- braba el Ave Maria, y despues vid al wiiio lodo leno de Ilagas que verlia sangre fresca. Enlonces atemori- zado y¥ enlernecido, considerando que con sus culpas habia Hagado asi 4 su Redentor, empezd 4 Ilorar, y mas viendo que el nifio le volvia las espaldas, Acudié entonces todo confuso 4 Maria diciendole: Madre de misericordia , vuestro Hijo me desecha, yo no puedo hallar otra abogada mas piadosa ni mas poderosa que vos, quesois su madre: Reina mia, socorredme y rogad- le por mi. Enlonces Maria desde la imagen respondid. Vosotros, pecadores , me llamais Madre de misericor- dia, pero despues no dejais de hacerme Madre de mise- tia, renovando 4 mi Hijo la pasion y 4 mi los dolores. Con todo, como la Virgen no sabe despedir desconso- lado al que acude a sus pies. se volvid 4 rogar al Hijo, que perdonase 4 aquel pecador. Proseguia Jesus en mnostrarse repugnaotle 4 perdonar; pero la Virgen de- jandole en e] nicho, se le postré delante, y le dijo: Hi- jo, no me aparlo de vuestros pies sino perdonais 4 este — 43 — pecador. Madre dijo entonces Jesus, no puedo negaros nada: 4 quereis que sea perdonado? Pues por vuestro amor le perdono, hacedle venir 4 besarme eslas llagas. Se acercé Iorando el pecador, y conforme iba besando las llagas del nifio, se cerraban todas. En fin, en seial de perdon le did Jesus un abrazo, y de alli en adelante hizo una santa vida, enamorado de la Virgen sanlisima que le habia aleanzado una gracia tan grande. CAPITULO IY. & Ti LLAMAMOS LOS DESTERRADOS H1JOS DE EVA. § 1. Cuan pronta es Maria santisima para socorrer d quien Ia invoca. Nosotros estamos destlerrados en este valle de lagri- mas, donde padecemos varias aflicciones de cuerpo y alma. Pero feliz el que en medi de estas tribulaciones se refugia 4 la consoladora Madre de Pios, y la llama con devocion Bienaventurado , dice Maria, el que oye mis consejos y no deja de asislir conlinuamente 4 las puertas de mi misericordia , invocando mi intercesion y patrocinio (Prov. 8, 34.) Maria, al ver nuestras miserias, se apresura 4 socor- ternos, En esto quiere imitar 4 Dios, el cual vuela para aliviar 4 los que piden su ausilio, siendo fiel en la pro- mesa que nos hizo: pedid y recibiréis. Maria tiene de- seos de salvar 4 lodos, y por esto apenas oye que la invocan, luego acepla los ruegos y socorre. Es lan deseosa Maria de socorrernos, que seanlicipa para socorrernos aun anles que le pidamos; y nos al- canza de Dios muchas gracias antes que la roguemos. De esto nos did ya un ejemplo en las bedas de Cana, en las que viendo la Madre de Dios que fallaba vino y que quedarian mal los que hacian el conyile, pidid a su Hijo un milagro para que no fallara vino, y lo pidié movida de su piedad, antes que nadie le pidiera este favor. ¥ si socorre sin pedirselo. y cuanto mas lo hara con los que la invocan y ruegan? Dice Inocencio II] con otros, que nadie ha pedido jamés ausilio 4 Maria sin que haya sido ayudada. An- tes se destruiran , dice Blosio , el cielo y la lierra, que falle Maria en aliviar & los que con buena intencion le pidan socorro y confien en ella. Cuando acudamos 4 Maria, debemos eslar segures de nuestra proteccion, y aun ‘muchas cosas se piden 4 Dios y no se aleanzan , y se alcanzan si se piden 4 Ma- Tia , no porque Maria sea mas poderosa que Dios, sino como dice Nicifore , porque Dios ha decretado honras asi 4 su Madre. Aderas, aunque Jesus es nuestro sal- vador, es tambien nuestro juez, y por esto puede ser que no le pidamos con tanla confianza para ser oidos, como 4 Maria , 4 la que miramos solo como Madre de misericordia. : Sanla Brigida oyé un dia que Jesis decia 4 su Ma- dre: Madre mia, pedid de mi cudnto querais, que yo nada os negaré de cuanto me pidieseis ; y sabed , que to- dos los que por vuestro amor me pidiesen alguna gracia, = sh = aunque sean pecadores, con fal que tengan voluntad de enmendarse , yo les ofrezco el oirles. Tambicn santa Ger- trudis oyd al Redentor que decia 4 su Madre, que el Omnipotente le habia concedido el usar de misericor- dia con los pecadores que la invocan de cualquier mo- do que 4 ella le pareciese. Digamos, pues, 4 Maria con gran confianza lo que le decia S, Agustin: Acor- daos , 6 piadosisima Senora , no haberse oido jamdsdes- de el prine'pio del mundo, que alguno de los que han implorado vuesiro socorro , haya sido desemparado de tos. ¥ por eso perdonadme si os digo que no quiero ser este primer desgraciado , que acudiendo d vos, haya de quedar desamparado. EJEMPLO. Hallabase §. Francisco de Sales en Paris, 4 los diez vsiele aiios de edad, estudiando y al mismo tiempo entregado 4 la devocion yal santo amor de Dios. Per- mitié el Sefior que el demonio le lentase de que todo lo que hacia era perdido , porque estaba reprobado en los divinos decrelos. Hallabase al mismo liempo insen- sible 4 Jos dulces pensamientos de la divina bondad. Estaba por todo esto afligido el Santo , que perdio el apelilo , el sueio, el color y la alegria , de modo que causaba compasion. Entre estos trabajos decia el santo: gLuego yo estaré privado de la gracia de mi Dios, que tan amable, tan suave Se me ha mostrado en el tiempo pasado? ; Oamor, 6 belleza d quien yo he consagrado todos mis afectos! 4 Y no gozaré mas vuesiros consuelos? ;O Virgen Madre de — &— Dios ! la mas hermosa entre las hijas de Jerusalen ; 5no os he de ver , pues, enel cielo? ; Ah Senora! Si yono he de ver vuestro hermoso rostro . no permitais d lo menos que os haya de blasfemar y maldecir en el infierno. Estas eran las esclamaciones del Santo en su tenlacion , que duré un mes. Pero el Seior le libré por medio de su Madre Santisima 4 la que el santo habia consagradosu virginidad , y en la que decia habia puesio todas sus esperanzas. Al entrar un dia en una iglesia hallé pen- diente en la pared en una lablillala oracion de S. Agus- lin gue hemos dicho antes. Postrado delante del altar de la divina Madre , rezé con afecto dicha oracion, le renové el volo de virginidad , prometié rezarle cada dia el rosario, y despues le dijo: Heina mia, sedme Vos abogada para con vuestro Hijo. al cual no tengo calor de acudir. Madre mia , si yo infeliz en el otromun- do no he de poder amar a mi Senor , que conozco tan dig- no de ser amado , alcanzadme d lo menos que le ame en este mundo lo mas que pueda. Esta es la gracia que os pido y de vos espero. Dicho esto se entregé del todo a la divina voluntad. Pero apenas acabé la oracion , se ha- Ilé libre de la tentacion por la divina Madre. Recobré Ja paz interior, y prosiguié devolisimo de Maria, cu- yas alabanzas y misericordias no ces de publicar. § I. Cudn poderosa es Maria para defender 4 quien la tnvoca en las tentaciones del demonio. Maria es no solo Reina del cielo y de los santos, si- =o no tambien del infierno y de los demonios. Maria faé aquella mujer profetizada en Ja antigua ley , que debia quebrantar la cabeza 4 la serpiente infernal que ven- cid 4 la primera mojer. El demonio esta , pues , ahora forzado 4 ohedecer & Ja Reina del cielo, De modo que el acudir a Maria es un medio seguro para vencer todas las moleslias del infierno. Los demonios huyen de Maria y de sus devo- tos, pues tiemblan de solo su nombre. Fué revelado 4 santa Brigida, que Dios ha hecho lan poderosa 4 Maria sobre lodos los demonios, que cuanlas veces asallan 4 un devolo de la Virgen que pi- de su ayuda, 4 la menor sefal de ella Juego alerrados huyen /éjos, queriendo que se les doblen sus penasan- les que verse dominados asi por el poder de Maria. La invocacion de Mariaes un gran remedio para vencer las tenlaciones, mayormente las de impureza. La Madre de Dios es como una arma que nos ha dado Dios para vencer a los enemigos de nuestras almas, como dice Jacobo monje. j Ob como tiemblan los demonios, dice S. Bernardo, al oir solamente proferir el nombre de Maria! A cierto cristiano en el Japon, como se refiere en las misiones de alli, se le aparecieron una vez muchos demonios en forma de animales feroces ; pero al pronunciar el cris- tiano los nombres de Jesis y de Maria, se abrié la lier- ra y se precipilaron en ella los demunios. Y S. Ansel- mo afirma por esperiencia propia haber visto y oido 4 muhos , que al nombrar 4 Maria se han librado de los peligros. ; Ob! si los cristianos cuidasen de invocar en las len- — Be taciones el nombre de Maria con confianza , es cierto que no caerian jamas. Revelo la Reina del ciclo 4 sanla Brigida , que aun de los pecadores mas perdidos , mas aparlados de Dios y mas poseidos del demonio, huye el enemigo Inego que les oye inyocar ensu ayuda , con verdadera volun- lad de enmendarse, su poderosisimo nombre. Perv aiia- dié, que si el almano se enmicnda y quila de si conel dolor el pecado, los demonios luego vuelven 4 ella y prosiguen en poseerla. EJEMPLO. En Recispergio habia un candénigo seglar, Namado Arnoldo, muy devolo de la Virgen Santisima. Llegan- do la hora de su muerte rogé 4 sus religiosos no le desainparasen en aquel trance. Luego empezé & tem- blar , torcid los ojos , y dijo con yoz trémula: g No veis aquellos demonios que me quieren arrastrar al infier- no? ¥ despues grilé : Hermanos mios, invocad por mi el auxilio de Maria; en ella confio que me dara yicto- ria, Rezaron ellos la letania de nuestra Sefiora, y al decir Santa Maria. ruega por nosotros pecadores , dijo el moribundo : Repetid, repelid el nombre de Maria, porque ya estoy en el tribunal de Dios. Y volviéndose despues 4 la Virgen , dijo: ;Oh Maria! yo me libraré si yos me ayudais. Se defendia de los asaltos de losde- monios signandose con c} Crucifijo é invocando 4 Ma- ria, Pasé asi la noche, y al amanecer esclamé con ale- gria: Maria, mi refugio, mi sefiora, me haalcanzado el perdon y la salvacion. Luego mirando a la Virgen = que le convidaba 4 que le siguiera le dijo: Voy , Seiio- Ta, voy. Y espiré dulcemente. CAPITULO VY. A TI SUSPIBAMOS GIMIENDO Y LLORANDO EN ESTE VALLE DE LAGRIMAS. SI. De la necesidad que tenemos de Ia inlercesion de Maria para salvarnos. El inyocar y rogar a los santos , y en especial 4 la Reina de los san'os Maria Sanlisima para que nos al- cancen las divinas gracias , es ulil y sanlo. Dios se complace en hacernos gracias por inlercesion de los sanlos, y especialmente por la intercesion de Maria 4 la que lanto desea Jestis ver honrada y amada de nosotros. Dice S. Ildefonso, que todo el honor que se hace 4 la Madre y 4 la Reina, se hace al Hijo y al Rey. Cuando nosolros rogamos a Maria, no desconfiames de la divina misericordia, sino que desconfiamos de nuestra dignidad, y nos recomendamos 4 Maria ,. para que con su dignidad supla nuestra miseria. La inlercesion de Maria es para nuestra salvacion, no absolutamente , sino moralmente , porque Dios quiere que todas las gracias que el Sefior nos dispensa pasen por manos de Maria, segun dice S, Bernardo con otros muchos doctos aulores. Por esto el demonio hace cuan- — 50 — to puede para hacer perder 4 las almas la devocion hacia la Madre de Dios, para que de este modo, cerra- do el conducto de las divinas gracias, pueda él con- quistar las almas facilmente. Ninguna crialura ha recibido despues de la encarna- cion de Jesus, alguna gracia de Dios sino por medio y mano de Maria segun dice S. Bernardino de Sena, y cuyas gracias distribuye Maria 4 los que quiere, cuan- do quiere y como quiere. Debiendo recibir las divinas gracias por manode Ma- bien ria, se deja conocer cuanto necesilamos de su in- tereesion para alcanzar la vida eterna, Acudamos, pues, 4 Maria, y busquemos a Jesus por medio de Maria; pues dice S. Buenaventura, que en vano busca 4 Jesus quien no busca hallarle junlamente con Maria. EJEMPLO. Refieren Belvacense y Cesario que un rico y noble joven se vid por sus vicios reducido a tener que mendi- gar, y para evilar la verguenza se fué 4 paises estran— geros. En este viaje encontré un dia a un anliguo cria- do de su padre, que era un impio hechicero, el cual viéndole lan afligido por su pobreza. le dijo que se ale- grase , porque le Ilevaria 4 un principe lan liberal que le proveeria de todo. Le llevé un dia por un bos- que, y cerca de una laguna, empezé 4 hablar con per- sona que no veia Le pregunta el jéven con quien ha blaba; y le respondié que con el demonio. Mas viendo al jéven alemorizado, le animé, y prosiguié hablando con — i= el demonio: Seifior. le dijo, este javen quisiera volver & su primer estado. Cuando él quiera obedecerme , res- pondié el demonio, yo le haré mas rico queanles; pero en primer lugar ha de renegar de Dios. El joven se horrorizé a] oir esto; pero insligado por el mago, rene- g6 de Dios. Esto no basta replicé, el demonio, es nece- sario renegar lambien de Maria; porque esla es de quien ros vienen nuestras mayores pérdidas. ; Oh! | A cuantos nos quita ella de nuestras manos, los vuelve & Diosy los salva! Eso no, replicé el j6ven, yo no renie- go de mi madre Maria santisima , porque ella es toda mi esperanza, y mas quiero ir mendigado toda mi vida. Con esto se volvié el jéven 4 su patria. En el camino hallé una iglesia de Maria, entrd en ella, y arrodillan- dose delanle de su imagen , empezd 4 Ilorar y 4 rogar ala Virgen que le alcanzase el perdon de sus pecados. He aqui que Maria luego se pone 4 rogar al Hijo por aquel desgraciado Jess al principio dijo: Madre mia, este ingralo ha renegado de mi. Pero no dejando de rogarle la Madre, al fin dijo: ;Oh Madre! jamas os he negado nada: sea perdonado ya que vos me lo pedis. Esto lo observé el que habia comprado los bienes 4 aquel infeliz joven ; por lo que, viendo la piedad que Maria usaba.cen é1, le dié por mujer 4 una hija unica que tenia haciéndole heredero de toda su hacienda. Asi re- cobré el jéven por medio de Marja la gracia de Dios ¥ los bienes temporales. § Il. Prosigue la misma materia. Maria santisima revelé 4 sanla Brigida , que asi co- mo Adan y Eva por ona manzana yendieron el mundo, asi ella con su Hijo con un corazon redimieron al mun- do. Habiendo Marjo contribuido 4 nuestra redencion por haber merecido la encarnacion de su Hijo, por ha- ber rogado por nosotros en esta vida, y por haber sa- criticado voluntariamente 4 Dios su Hijo para salvar- nos, como dice el P. Suarez, asi ha querido despues el Sefior que todos alcancen la salud por su inter- cesion. En los peligros y tentaciones debemos , pues, acu- dir.4 Maria, ya que, como se ha dicho, las divinas gracias se dispensan por sus manos. De modo que san Bernando , S, Anselmo y olros afirman, que cuando imploramos la inltercesion de los santos, ellos han de acudir 4 la intercesion de Maria para alcanzarnos las gracias, De modo que dice S, Cayetano, que jamas podemos aleanzar las gracias sin la intercesion de MariaeS, An- lonio dice que el que pide y quiere aleanzar las gracias sin la intercesion de Maria, pretende volar sin alas. Nadie se salva sino por medio de Maria, dice san German. Cuando Maria se mueve 4rogar por una alma, bace que todo el cielo se aplique 4 rogar tambien por ella, dice el P. Seiieri. — 53 — Maria es, pues , toda nuestra esperanza como inter- cesora para con Dios. Procuremos , como dice S. Bernardo, venerar de co- razon 4 Maria, porque esta es la voluntad del Senor. Y nos exhorla 4 que siempre y cuando deseemos 6 pi- damos alguna gracia nos encomendemos 4 Maria y confiemos alcanzarla por su medio. Porque, dice el santo, que sino merecemos de Dios Ja gracia que bus- camos, bien merecera alcanzarla Maria, que la pedira en favor nuestro, Nos advierte tambien el santo, que todo lo que nosotros ofrezcamos 4 Dios , sean obras 6 bien oraciones, procuremos encomendario todo 4 Ma- ria, Si queremos que el Sefor lo aceple. EJEMPLO. Escribio Culichiano , palriarca de Constanlinopla, el cual fué testigo del hecho , que uno llamado Teéfilo, arcediano de la iglesia de Adanas en Sicilia, habiendo sido acusado por alzunos malévolos , fué depuesto de so empleo, de lo cual concibié tanto dolor que fué 4 busear 4 un mago hebreo , el cual Je presenté 4 Sata- nas para que le avudase en aquella desgracia suya. El denionio le respondié que si queria su ayuda, renun- ciase de Jess y de Maria su Madre, y le entregase el acto de la renuneia eserito de su propia mano; fo cual hizo Tedfilo. El dia siguiente habiendo conocido el obispo la injusticia que le habia hecho, le pidié per- don y Je reslituyé 4su cargo, Enlonces Teofilo alor- mentado por los remordimientos de conciencia , por e] enorme pecado cometido , no hacia mas que llorar. Se — $b — fué 4 una iglesia, y alli 4 los pi¢s de una imagen de Maria , se arrojd llorando y dijo: | O Madre de Dios! yo no quiero desesperar leniéndoos 4 vos que sois tan piadusa y me podeis ayudar. Esluyo asi llorando y ro- gando por espacio de cuarenla dias a la Virgen sanli- sima. Hé aqui que la Madre de Mios se le aparece una noche y le dice: ; O Tedfilo ! y qué has hecho? Hasre- nunciado mi amistad y la de mi Hijo; yy por quién? por el enemigo mio y (uyo. Seiiora, respondié Tedfi- lo, vos habeis de perdonarme, y hacerme perdonar de vuestro Hijo. Entonces Maria, viendo aquella confian- za suya, le dijo: Alégrate que quiero rogar a Dios por li. Animado de esto Tedfilo aumento sus lagrimas, pe- nilencias y oraciones, sin aparlarse de aquella imajen. Pero se le aparecié de nuevo Maria, y le dijo: Teofilo, alégrate: he presentado tus lagrimas y oraciones a Dios, y él lasha recibido, y ya te ha perdonado. Mas de hoy en adelante séasie agradecido y fiel. Tedtilo de nuevo le pidid , que le hiciese restituir la escrilura que tenia el demonio. Hé aqui que pasados tres dias , al desperlar- se una noche Teofilo , se hallé sobre el pecho la escri- tura. El dia siguiente estando en la iglesia el obispo a presencia de un gran concurso, fué Tedlilo a echarse 4 sus piés , le contd lo sucedido, y le entregé la escri- tura infanze, la que hizo luego quemar el obispo. Teé- filo volvid 4 la iglesia de la Virgen, y murié alli ale- gre, deniro de tres dias , dando gracias 4 Jess y 4 su Madre. ang pata me BH CAPITULO VI. EA PUES, ABOGADA NUESTRA. § I. Maria Santisima es una abogada poderosa para salvar a todos. Es tan grande la autoridad de madre, que aunque los hijos sean monarcas , no pueden sus madres consli- tuirse shditos de ellos Si Jesus como Dios tiene do- minio sobre Maria, cuando estuvo en este mundo se homillé hasla hacerse sibdilo de su Madre. (Luc. 2, 51.) Y aun, dice S. Ambrosio, que como 4 hijo que se habia dignado ser, eslaba obligado 4 obedecerle. Maria en el cielo no puede mandar a su Hijo, pero sus ruegos seran siempre poderosisimos para alcanzar cuanlo pida. Los rnegos de Maria son ruegos de tia- dre, y por esto dice S. Pedro Damiano, qu puede cuanto quiere en el cielo y en la tierra, y hace Jesus tanto aprecio de sus ruegos, y desea lanto complacer- lay honrarla, que le concede cuanto pide y desea. Maria es omnipolente por gracia, porque alcanza cuanlo quiere, y su Hijo vada le niega de lo que pide, como le fué revelado 4 santa Brigida, la cual un dia oyé que hablando con Maria Sanlisima le dijo asi: Ma- dre mia, ya sabeis cuanto os amo, de consiguicnte, pedid de mi cuanto querais, que no puedo dejar de conceder lodo cuanto me pidiereis Y luego aiiadié la — %— razon diciendo : Madre mia , cuando vos estabais en la tierra, jamas os negasteis 4 hacer cosa alguna por mi amor; ahora que yo estoy en el cielo, es razon que lampoco me niegue yo a hacer cuanto deseareis. Ya en esta vida nos manifesté Jesds lo que compla- cia 4su Madre, y vemos que goz0 del privilegio de ser vida en cuanto pedia; pues en las bodas de Cana de Galilea, al ver la Virgen que fallaba vino, y que su falta causaria pena 4 Jos de la casa, pidié 4su Hijo bi- ciese un milagro pararemediarlo. En efecto, Jesds pa- ra complacerla convirlié agua en vino. En esto nos manifes!é ya Maria qne su deseo fué ya en esle mundo el compadecerse de los afligidos y angusliados, y el socorrerlos. Aunque Jestis respondié 4 Maria cuando le pidié el milagro, No Uego todavia mi hora , con todo lo hizo, dando 4 entender, como dice santo Tomas, que lo hizo porque lo pidié su Madre , que si otrose lo hubiera pedido, no lo hubiera hecho aun. No hay, pues, crialura alguna que pueda alcanzar- nos lantas misericordias como Maria, porque su hijo la honra como 4 su verdadera Madre. Cuando los san- tos piden 4 Dios alguna gracia para sus devolos , espe- ran que su Reina la pida y la alcance, porque comose ha dicho , ninguna gracia se dispensa sino por interce- sion de Maria. Y basla que Maria hable para que su Hijo la oiga. Dice Gofredo abad, que cuando Maria ruega , ruega con cierlo imperio de madre. E] P. Justino Miechoviense escribe, y lo confesé el de- monio 4 santo Domingo estrechado de sus mandatos por boca de unobceso, que vale mas para con Diosun sus- piro de Maria, que los ruegos de lodos los santos juntos. — 6 — Sania Brigida oyé que los santos del cielo decian 4 la Virgen: . Qué cosa hay que no la podais vos? Lo que vos quereis, aquellose hace, Grande es , pues , la hondad de Dios en darnos 4 Ma- ria por abogada , vy grande es nuesira dicha en tener una abogada lan poderosa y lan buena como Maria, para defendernos en nuesiras flaquezas y ser conduci- dos al paraiso. EJEMPLO. EI P. Razzi Comandoleme cucnta de un joven que, habiendo muerto su padre, le envidsu madre 4 la cor- lede up principe. La madre al despedirse de él, le hi- zw dar palabra de rezar cada dia un Ave Maria, con estas palabras al fin: Virgen bendita, ayudadme en la hora de mi muerte, Establecido el joven en la corle , se lizo en poco tiempo tan disolulo , que su amo se vid precisado 4 despedirle. Desesperado enlonces el jéven no sabiendo de que vivir se hizo salleador de caminos; pero no dejaba la devocion 4 la Virgen como le habia encargado su madre. Fué preso por la justicia , y con- denado 4 muerte, Estando en la carcel, pensando su deshonra en la muerte quese le esperaha y en el dolor que causaria 4 su madre, Iloraba sin consnelo. Apa- recidsele el demonio en figura de un hermoso joven ¥ le dijo, que él le libraria de fa carcel y de la mucrie si queria hacer lo que el diria. Ofrecidse el desgraciadu a hacerlo. Entonces el fingido joven le descubrid que era el demonio. Queria que renegase de Jesucristo y de los sacramentos , y el joven consinlid. Dijole des- — 58 — pues que renegase de la Virgen Maria y renunciase a su proteccion. Esto no lo haré jamas , respondié el jo- ven: y volviéndose 4 Maria le dijo la oracion acostum- brada, y desaparecié el demonio. Quedé el joven afli- gido por haber renegado de Jesucristo; pero acudien- do 4 la Virgen, esta le aleauz6 un gran dolor de sus pecados, los que confesé con muchas lagrimas. Sa- liendo para la horca , encontré en el camino una ima- gen de Maria y la saludé con su acostumbrada devo- cion; y la imagen inclind lacabeza. Entonces él! suplicé que le permitiesen besar los piés de la imagen , y asi que se incliné para hacerlo, Maria eslendié el brazo desde aquella imagen, le tomd la mano y le asié tan fuerlemente que no pudieron arrancarle. En vista de esto fué perdonado. Llevé despues una vida ejemplar siendo devotisimo dela Virgen que le habia librado de la muerte lemporal y elerna. § I. Maria es una abogada piadosa que no rehusa defender las causas de los mas miserables. Son tan grandes los motivos que lenemos de amar a Maria, que aunque todos los hombres diesen la vida porella, seria poco para corresponder al amor que nos tiene, y aun 4 los mismos pecadores que la conservan algun afeclo. Es tan grande su misericordia , dice el venerable Raimundo Jordan, que ninguno , por per- dido que sea, debe lemer acudir a ella, porque 4 nin- guno desecha. Maria ofrece 4 Dios los ruegos de sus — 59 — siervos, parlicularmente los que 4 ella se consagran. Estamos seguros , dice 5. Buenaventura, que asi co- mo Maria es la mas poderosa para con Dios, asi es la mas amorosa y solicila abogada por nuestro bien. Ma- ria nos ama y prolege mas de lo que nosotros podemos comprender. Maria liene cuidado de lodos hasla de los pecadores; yse gloria de ser llamada su abogada , como lo decla- 1d la misma 4 sor Maria Vilani , 4 quien dijo: Fo des- pues-del titulo de Madre de Dios , me precio de ser lla- mada la abogada de los pecadores. Conociendo Maria nuesiras miserias y necesidades, movida con compa- sion de madre piadosa , busca siempre como socorrer- nos y salyarnos, Asi por miserable que sea el pecador, debe acudir con confianza 4 su abogada, teniendo por seguro que lefavorecera , dice Ricardo de san Lorenzo. | Oh! | y con cudnla eficacia y amor, dice san Ber- nardo, Irala nuestra abogada el negocio de nuesira salvacion! Ella no se sacia jamas de defendernos, dice 5. German. Pobres de nosolros pecadores si no tuviésemos esta grande abogada. Todas las causas que ella detiende, las gana, Maria sabe con sus liernos v sdbios ruegos aplacar la divina justicia, ¥ el mismo Dios la bendice para delenerle en no castigar 4 los pecadores como me- Tecea. No hay duda que Jestis es el unico mediador entre Dios ¥ el hombre, dice S. Bernardo, y por sus propios mérilos puede y quiere alcanzarnos el perdon y la di- vina gracia ; pero como los hombres temen 4 Jests por — 60 — su majestad de Dios , por eso es Maria abogada, para que podamos acudir con menos temor y mas confianza. Mucho agravio, dice el sanlo, haria a Maria el que tuviese lemor de acudir 4 ella, pues que nada tiene de severo, sino que loda es dulzura, amable y benigna. No se halla en ella ningun acto de ausleridad, conte- nido en los Evangelios , dice el mismo sanlo. Consuélese y animese el pecador considerando que Maria es la madre de Diosy de nuestro juez, y que ella es nuestra abogada , que ulcanza cuanto quiere, que sabe el modo de aplacar ddios, y que a lodos ampara vy a nadie rehusa defender. EJEMPLO, Una religiosa llamada Beatriz, portera del monasle- tio de Fuente Eraldo, concerté con un joven el huirse del convento. Un dia se dirigid'’é una tmagen de Maria y le dejé las llaves del monasterio y se fué, Despues de quince afios de mala vida, sucedié que un dia, encon- trandose con el mandadero del monasterio y juzgando no la conocia , le pregualé si conocia 4 sor Beatriz. Le conlesié que si, que era una monja santa y macstra de novicias. Pasmada ella de esto , se fué disfrazada al convento para saber eslo, Pidié alli 4 sor Beatriz, y se le aparece la Virgen Maria en forma dela imagen 4 la que habia entregado las Haves y el habilo antes de parlirse Y Maria le dijo: Beatriz sepas que yo para impedir tu deshonra he tomado tusemblante y heejer- cido \u empleo. Hija, vuelve, haz penitencia, que mi hijo aun le espera , y procura con la buena vida con- servat el buen nombre que yo te he adquirido. Y. Virgen desaparecié. Beatriz volvié enlonces ser reli- giosa , y agradecida 4 Maria , vivid como una sanla; y lo declaré todo en la hora de la muerte. § Ill. Marta es la reconciliadora de los pecadores con Dios. La gracia de Dios es un fesoro infinifo, como le llama el Espiritu Santo (Sap. 7. 14.), por medio de la cual somos hechos amigos de Dios. El pecador es enemigo de Dios, y eslando en enemistad con Dios. necesila buscar un medianero ; y el mismo Dios nos ha dado 4 Jesispor medianero , el cual nos puede aleanzar cuan- lo deseafnos. Jestis es todo piadoso y amable, y ha tuerlo para salvarnos. Pero el que tema acercarse 4 Jesus por haberle ofen- dido, acuda 4 Maria, que es la Madre de paz, de mi- sericordia, y la gran reconciliadora entre Dios y el pe- cador. Maria , dice el cardenal Vilale , asiste siempre en el \ribunal de Dios para mitigar los casligos que merecen los pecadores. El Sedor reveléa santa Calalina de Sena haber cria- do 4 esta su querida hija como un cebo duleisimo para coger 4 los hombres , especialmente 4 los pecadores, y alraerlos a Dios. Pero Guillermo Angélico dice, quela Virgen no salva 4 todos los pecadores , sino solamente 4 aquellos que la sirven y honran. Los que viven en Pecado, y no obsequian 4 Maria, y no se encomien - — 62 — dan 4 ella para salir de pecado , eslos no son salvados por Maria. Hallandose un noble por sus muchos pecados deses- perado de su salvacion, fué animado por un religioso 4 que acudiera 4 la Virgen, yendo a implorar a una imagen suya que eslaba en una iglesia. Fué el noble, y al ver la imagen de Marfa, se sintié como convida- do por ella a arrojarse A sus piés y ¢onliar, Se arroja 4 besarle los piés, y Maria, desde aquella imagen, alar- ga la mano para darsela 4 besar , y sobre la mano le muestra el escrito siguiente: Yo fe lib:are de los que te afligen. Al leer el pecador aquellas dulces palabras, se dice que tuo tanto dolor de sus pecados y tanto amor de Dios y 4 su madre que murié alli. La Virgen dijo 4 santa Brigida: Asi como el iman alrae el hierro , asi yo atraigo a mi los corazones mas endurecidos para re- conciliarlos con Dios. Dice S. Juan Criséstomo, que la Virgen Maria ha sido hecha madre de Dios para que los pecadores que no podrian salvarse segun la divina justicia, se salven por ladulce misericordia y poderosa intercesion de Maria. El que no se atreva , pues , 4 pedir 4 Dios el perdon de sus pecados , acuda 4 Maria , que ellano pucde re- husar el defenderle , porque Dios le ha schialado el oli- cio de socorrer 4los miserables , como dice S. Buena- venlura. Y g como hha de temer el pecador arrepentido tenien- do por abogada 4 la misma madre del juez? No lema, pues, el perador, dice §. Bernardo, ni desconfie por muchos y enormes que sean sus delilos, y dé gracias 4 Dios de habcrnos dado 4 Jesucrislo por — 63 — abogado , y 4 Maria por medianera , que alcanza cuan- loquiere, Ye, acude 4 Maria y te salvaras. EJEMPLO. Refiere el B. Alano de Rupe , que en Florencia una jéven Hamada Benita Hevaba una vida escandalosa y deshonesta. Fué un dia oir un sermon de Santo Do- ningo, que la hizo compungir, y se confesd con el santo. Le did el santo por penitencia que rezase el ro- sario. Pero la infeliz volvié & la mala vida. Sapolo el santo, la bused y consiguié de nuevo que se confesase. Dios para afirmarla en la buena vida le hizo ver un dia clinfierno, y le mostré alli algunos que por su causa sehabian condenado. Y luego en un libro abierto le hizo ver el proceso de sus pecados. Horrorizada con tslo acudié , [lena de confianza, 4 Maria para que la ayudase ; y entendié que la Sanlisima Virgen ya le habia aleanzado de Dios tiempo para Ilorar sus mal- dades, y se did 4 la buena vida. Como siempre tenia delante de los ojos el fanesto proceso de su vida, rogé ila Virgen que hiciese que sus pecados fuasen borra- dos de aquel libro. Se le aparecié la Virgen , y le di- jo, que para aleanzar lo que pedia, debia de alli en adelante tener continua memoria de sus pecadus , vy de la misericordia que Dios habia nsado con ella; y ade- mas , que se acordase de la pasion de su Hijo sufrida por su amor. Qué considerase que cuanlos por menos pecados que ella se habian condenado; y le revelé que un nifio de ocho aiios por un solo pecado debia entrar aquel dia en el infierno. ¥ habiendo Benila obedecido, — 64 — se le aparecié un dia Jestis , y mostrandole aquel li- bro, leedijo: Mira , tus pecados estan borrados, el li- bro esla en blanco , escribe ahora actos de amor y vir- tudes. Hizolo asi Benita, é hizo despues una santa vida y luyo sanla muerte, CAPITULO VII. YUELVE A NOSOTROS ESOS TUS OJOS MISERICORDIOSOS. § unico. Maria es toda ojos para compadecerse y socorrer nuestras miserias. Los ojos de Maria son ojss de madre ; y asi como la madre no solo aliende 4 que el nifio no caiga, sino 4 levanlarle cuando cae , asi Maria liene sus ojos yueltos tanto sobre los justos como sobre los pecadores. Pre- guntaco un dia el demonio por un exorcisla , que ex- horcizaba 4 un obseso, que era lo que hacia Maria, respondié : Baja y sube. Dando 4 entender que no hace olra cosa mas que traer gracias 4 los hombres de la tierra, y subir al cielo para alcanzar alli lo que le pe- dimos. Santa Brigida oyé un dia que Jests decia a su ma- dre: Pideme, Madre, cuanto desees. Y Maria le res- pondié: Pido misericordia para los miserables. Y como los miserables son los pecadures, Maria ruega conli- Nuamente por los pecadores. — 65 — Si grande fué le piedad de Maria con los miserables cuando viyia en el mundo; mucho mayor es ahora en el cielo , desde donde conoce ahora mejor nuesiras mi- serias, Santa Inés revelé 4 santa Brigida desde el cielo, que nuestra Reina no puede olvidarse de su natural bon- dad. Un grande pecador en Valencia habia resuelto hacerse \urco para no ser preso por la juslicia, Yendo 4 embarcarse pasé por delante de una iglesia donde el P. Geronimo Lopez predicaba de la divina misericor- dia. Confesése con dicho padre , quién le preguntd si lenia alguna devocion que hubiese podido mover a Dios alener misericordia de é]. Respradié que solo rogaba 4 la Virgen todos los dias no le desamparase. El mismo padre hailé en el hospilal un pecador que no se habia confesado hacia cincuenla afos; pero habia tenido la devocion de saludar 4 la Virgen cuando veia algu- na imagen suya, yrogarla que no le dejase morir en pecado mortal , y conlé que rifiendo una vez con otro, se Je rompidé la espada , y viéndose perdido , se volvié & Maria diciendo: Madre de los pecadores, ayu- dadme : al decir esto se hallé transporlado a un lugar seguro sin saber como. Maria es el refugio de los enfermos , de losafligidos, de los pecadores y de lodos los que padecen. Es un le- soro de bondad y de amor para lodos , dice S. Buena- ventura. A sanla Gertrudis le fué revelado, que cuando se dicen 4 la Virgen con devocion eslas palabras : Fa pues , abogada nuestra, vuelve d nosotros esos tus ojos misericordiosos , n0 puede dejar de inclinarse Maria 4 — 6 — favorecer la peticion del que asi ruega. Y mientras la sanla dicha decia un dialas palabras: Vuelve dnosotros esos (us ojos misericordiosos, vid 4 la Virgen que |. se- fialaba los ojos de su Hijo que tenia en brazos, y le dijo : eslos son los ojos piadosisimos que yo puedo in- tlinar para salvar 4 lodos aque!los que me invocan. Llorando un dia un pecador delanle de una imagen de Maria, rogandole que le alcanzase el perdon de Dios, ovo que la Sanlisima Virgen se volvié al Nino que tenia en b.azos y le dijo: Hijo; 4 se perderan es- las lagrimas? Y enlendid que Jesus le perdond. Dice 5, Buenaventura , que Maria liene Lanto deseo de hacer bien 4 lodos que se ofende de aquellos que no le piden alguna gracia. Y que lanlo el Hijo como la Madre estan Henos de piedad, ¥ ao saben negar su misericordia 4 quien la invoca. Jess ha ofrecido 4 su Madre por su amor usar de misericordia , del modo que a ella le parezca , con to- dos los que se Je encomienden. Esto lo revelé el Sefor 4 sanla Brigida. Y si por nuestros pocados desconfia- mos, mejor es su misericordia , y mas poderosa, que nuestras culpas. EJEMPLO. Se refiere en las crénicas de los padres Capuchinos, que en Venecia habia un célebre abogado, que con fraudes se habia hecho rico; pero lenia la buena cos- tumbre de rezar cada dia cia cierta oracion 4 la sanli- sima Virgen. Teniendo el abogado amistad con el padre Mateo de Baso, le inslé un dia para que fuese 4 comer — 61 — a su casa. Al llegar 4 ella , le dijo el abogado : Ahora, padre , quicro ensefarle una mona que me sirve como un criado,—Cuidado , dijo el padre , no sea algo mas que mona; hagala Y. venir aqui Llaman la mona, y en vez de acudir, se escondid debajo de una cama. Fué entonces el religioso 4 donde eslaba la mona , yle mandé de parle de Dios le manifestase quien era, La mona le respondié que era el demonio, y que eslaba esperando que aquel pecador dejase de decir algun dia aquella oracion acostumbrada 4 Ja Madre de Dios , por- que la primera vez que la hubiese dejado , tenia él li- cencia de parle de Dios para ahogarle y Hevarselo al infierno. A vista de eslo, se arrojé el abogado 4 los piés del religioso , pidiéndole auxilio , el cual le ani- mé, y mando al demonio saliese de Ja casa. El aboga- do se convirtid. CAPITULO VIII. Y DESPUES DE ESTE DESTIERRO MUESTRANOS A Jesus, FRUTO BENDITO DE TU VIENTRE. § 1. Maria libra a sus devotos del infierno, Dicen S. Ligorio y otros tedlogos , que es imposible que se condene un devote de Maria que fiielmente la absequia y 4ella se encomienda, con tal yue tenga — 63 — deseo de enmendarse Pero los pecadores obstinados que presuman salvarse por sola la devocion de Maria, se eqnivocan ; pues eslos merecen casligo y no miseri- cordia , por su lemeraria confianza. Si los prolegidos por Maria es imposible que se condenen , como dicen S. Antonino, S. Anselmo y otros; asi tambien dicen aquellos con S. Buenaventura y otros , que es imposi- ble que se salven aquellos que no estan prolegidos por Maria. Asi deben lemblar los que hacen poco caso de la devocion 4 Maria, Hasta el hereje Ecolampadio te- nia por sefial cierla de reprobacion la poca deyocion en alguno hacia, la Virgen sanlisima. Al contrario dice Maria: El que acude d mi y oye lo que le digo, no se perderd. Por eso el demonio trabaja tanto para que los peca- dores pierdan la devyocion 4 Maria, porque leme que Maria procurara volyerlos 4 la gracia de Dios. Maria tiene voluntad y poder para salvar 4 sus devolos , por grandes pecadores que hayan sido , si estan arrepenli- dos de yeras y resuellos 4 enmendarse. Ella puede al- canzar el dolor de los pecados , la perseverancia en el bien y la buena muerte. 4 Acaso una madre dejaria de salvar 4 su hijo condenado & muerte, por no pedir al juez la gracia? Y; gcémo puede ser que Maria, ma- dre la mas amorosa , pudiendo lan facilmente librar a sus devotos hijos de la muerte elerna, los deje aban- donados ? j Oh! j cu4nto desagrada al demonio el ver 4 las al- mas constantes en la devocion 4 Maria! Se lee en la vida del P. Alonso Alvarez, muy devolo de Maria, que estando en oracion, y sinliéndose angusliado de las — 69 — ‘entaciones impuras, le dijo el demonio: Deja esla tu devocion 4 Maria, y yo dejaré Ja lenlacion. El sefior reveld 4 santa Calalina de Sena , que Dios habia concedido 4 Maria por respelo 4 su Hijo, que vinguno de los que 4 ella se encomiendan , aunque sea peeador , sea presa del infierno, como lo dice Blosio. Y dice 6 mismo, que no ha sucedido ni sucederd jamas, que un siervo humilde y devoto de Maria se condene. Dicen Santo Tomas y olros que 4 muchas personas aun muertas ha aleanzado la divina Madre suspender lasentencia y que resucilasen para hacer penilencia, Entre otros cuenta Flodeardo, que un diacono llamado Adelmano , teniéndolo por muerto, estaban para en- lerrarle ; pero resucild y dijo haber yisto el lugar del infierno para donde habia sido condenado: pero que por los ruegos de la Virgen bienaventurada habia sido enviado olra vez al mundo para hacer peniltencia. Otro caso parecido cuenta Surio de un romano, Y Pelbarlo cuenta, queen su tiempo, caminando el emperador Segismurdo por los Alpes con su ejércilo, se oyé de un cadaver que lenia solo los huesos, una voz que pedia confesion, diciendo que la Madre de Dios de quien babia sido devoto , siendo soldado , le habia alcanzado vivir en aquellos huesos hasta que se confesase ; y ha- hiéndose confesado , murid. Estos ejemplos deben ha- cernos conocer fa poderosa intercesion de la Madre di- vina, y que si es poderosa para los ya muertos , mucho mas para los que aun viven, si acuden a ella sirvién- dola fielmente con proposilode cnmendarse. Pero guar- dese ningun lemerario pecador de vivir en pecado, confiado en la proleccion de la Virgen. —77— Seria esta mayor locura aun , que la de arrojarse 4 un pozo confiando no morir por la inlercesion de Ma- Tia, que en algunos casos analogos ha salvado Ia vida 4 devolos suyos. Demos gracias 4 Dios si nos ha dado el afeclo y de- yocion 4 su divina Madre , pues no hace esla gracia si- noa los que quiere salvar, dice S. Juan Damasceno. Pidamos 4 Dios y 4 su Madre la gracia de ser y perse- verar en ser devolos suyos, y con S. Buenaventura digamosle: Sefiora, en vos lenemos puesta nuestra esperanza , y por eso esperamos ser salvados para ala- baros y amaros elernamente. EJEMPLO. En 1604 habia en Flandes dos esludianles dados 4 pecados deshonestos. Una noche, despues de haber pe- cado el uno, llamado Ricardo , se fué 4 casa, ¥ queds- se el olro. Mientras se desnudaba para acoslarse , s¢ acordé que no habia rezado algunas Ave-Marias aquel dia como solia. Procuré rezarlas, aunque sin devocion y casi dormido. Estando despues en el primer sueio oyd llamar ala puerta, y sin abrirla, se le presenlo Imego su compaiiero feo y horrible, y le dijo: ;Ay po- bre de mi! yo estoy condenado : Sepas que al salir de aquella casa infame, vino un demonio y me ahogo. Mi cuerpo ha quedado en medio de la calle, y mi alma esta en el infierno. Dijole tambien que igual casligo le hubiera 4 él locado si la Virgen Maria no le hubiese librado por el corto obsequio de las Ave-Marias. Dicho esto levanté la capa y le hizo ver las llamas y las cule- bras que le alormenlaban, y desaparecié. Entonces Ricardo lloré, se postré en tierra dando gracias 4 Ma- Ha, y pensé en mndar de vida. Oyé tocar entonces 4 nailines en el convento de S. Francisco, se fué alli 4 rogar que Je admitiesen, y despues de haberles conla- do lo sucedido , fueron dos padres 4 la calle donde es- laba el cadaver, que hallaron efectivamente , y en el convenlo recibieron 4 Ricardo, quiéo Ilevé una vida ejemplar. Fué despues 4 las Indias y al Japon 4 predi- car la fé, y murié martir, siendo quemado vivo. § IL. Maria socorre 4 sus devotos en el purgatorio.—Se habla del escapulario de Ntra. Sra. del Carmen, y de la de- vocion del rosario. Los devotos de la Virgen son felices, porque no solo son socorridys en la lierra , sino que lus asisle y con- suela en el purgalorio. Y aun en el purgalorio los so- corre mas , porque padecen mas y no pueden ayudar- se asi mismos, y por lo mismo necesilan mas alivio. Aunque Maria socorre 4 todas las almasdel purgalorio con todo alcanza mas indulgencias y alivios 4 sus espe- ciales devolos. La divina Madre revelé 4 santa Brigida, que ella era la Madre de todas las alinas que padecen en el purga- loro, y que cada hora son de algun modo miligadas por sus.ruegos. No se desdeiia a veces la piadosa Ma- — 72 dre de entrar en el purgatorio para visilar y consolar 4 sus alligidas hijas. Oy6 sanla Brigida un dia que Jesis decia 4 su Ma- dre: Tu eres mi Madre , ti la madre de misericordia, ti el consuelo de los que se hallan en el purgatortw. Y la Virgen santisima dijo 4 santa Brigida , que asi como un pobre enfermo afligido y desamparado en una ca- ma se recrea con cualquier palabra de consuelo, asi tambien aquellas almas se consuelan con solo oir su nombre. Pero Maria no solo consuela y socorre 4 sus devolos en el purgalorio , sino que las saca de alli con su in- tercesion. §. Bernardino dice , que la Virgen tiene la facullad de librar aquellas almas del purgalorio y par- ticularmente las de sus dévolos. Y dice Gerson y No- yarino ,.que alirman graves aulores , que el dia desu Asunciun, estando para subir al cielo, pidid 4 su Hijo la gracia de llevarssie congo las almas que enlonces se hallaban en el purgalorio, y qued6 este vacio. Refiere S. Pedro Damiano, que una mujer llamada Marozia , se aparecié 4 una comadre suya y le dijo, que el dia de la Asuncion de Maria habia sido librada por ella del purgatorio junto con una mullitad de al- mas. Hay quien cree que en las feslividades del Naci- miento y resurreccion de Jesucristo y en las fiesta so- lemnes de Ja santisima Virgen, que baja Maria al pur- gatorio , y libra 4 muchas alnias de aquellas penas. Maria se aparecié al papa Juan XXI1y le ordend que hiciese saber 4 todos los que Ilevasen el santo es- capulario del Carmen, que en el sahado despues de su muerte los libraria del prgalorio , como lo refiere — 3 — él mismo en una bula que ha sido aprobada por otros sumos Ponlifices. Y el papa Paulo V, en olra bula en 1612, dijo: Que el pueblo cristiano puede piadosa- mente creer que la Virgen ayudara despues de la muerte , y principalmente en el dia del sabado , con- sagrado por la Iglesia ala Virgen, 4 las almas del purgatorio de los que hayan en esla vida sido cofrades de la Virgen del Garmen, que hayan llevado el esca- pulario, hayan guardado caslidad segun su eslado y hayan rezado el oficio de la Virgen; y si no han podi- do rezarlo, hayan observado los ayunos de Ja Iglesia, absleniéndose de comer carne el miércoles , esceplo el dia de Navidad. EJEMPLO DE DEVOC:ON DEL SANTO ROSARIO. Reliere el P. Nieremberg que en Zaragoza dos jéve- nes se malaron por zelos de una doncella llamada Ale- jandra. Los parientes de los muerlos mataron 4 Ale- jandra como causa, y corlaron 4 la pobre la cabeza, y la echaron en un pozo. Pocos dias despues pasd por alli Santo Pomingo, € inspirado del Seiior , se asomd al pozo y dijo: «Alejandra, sal fuera.» Salid la cabe- za y pidié al Santo que la confesase. La confesd y le did la comunion 4 vista de mucha genle, Luego sanlo Domingo le mand6 que dijese porque habia recibido aquella gracia. Respondié que cuando le corlaron la cabeza estaba en pecado mortal , pero que Maria San- tisima, por la devocion del rosario que rezaha cada dia , le habia conservado la vida. Estuvo dos dias viva la cabeza, y al cabo de quince dias se aparecid el al- ma 4 Sanlo Domingo , hermosa, que dijo que uno de los principales sufragios que tienen las almas del pur- galorio es el rosario que se reza por ellas; y que las mismas , luego que llegan al paraiso, ruegan por los que las aplican esta devocion. Dicho eslo se subid al cielo. § TM. Marta Ueva é sus siervos al cielo. Maria por el amor que nos tiene, 4 todos procura inspirar su devocion , pero muchos, 6 no la reciben, 6 no perseveran en ella: Dichoso el que la recibe y per- severa. Ha dispuestoel Senor, segun Pacciuchelli, que en todos los predestinados esluviese radicada la devo- cion 4 Marja , la confianza en la Madre de Dios v Ma- dre nuestra. Muchos santos hay en el cielo que no esluvieran sin la intercesion de Maria. Se cuenta en las cronicas de S. Francisco, que fray Leon vid en cierla ocasion una escala encarnada, so- bre la cual eslaba Jesucrislo, y una blanca sobre la cual estaba la divina Madre: vid que algunos iban 4 subir por la escala roja, subian pocas gradas ¥ caian luego ; volvian 4 subir y volvian 4 caer. Por lo cual se les exorlé 4 que fuesen por la escala blanca , y por esla los vid subir felizmente , porque la Madre de Dios les alargaba la mano, y asi llegaban seguros al cielo. Maria es la Madre del Seiior del cielo , con razon, dice Ruperto , es la Sefiora del cielo. El servir 4 Maria es, pues, sefial de predestinacion, y la mayor honra que podemos tener ; porque el servit a Maria, es servir 4 la Reina del cielo. g Cuanto mas guslo y noble es servir 4 Maria que 4 los reyes de la tierra, que no son mas que unas crialuras que pronto se han de podrir y ser pasto de gusanos, y de cuyo servicio tanto se precian los hombres que aprecian el mundo? El! que sirve ficlmente 4 Maria, por grande pecador que haya sido, no debe desconfiar. Sor Serafina de Capri pidid 4 la santisima Virgen la conversion de mil pecadores ; y emiendo despues ha- ber pedido demasiado , se le aparecid la Virgen, y la corrigié de esle yano lemor , diciéndole : 4 Por qué te- mes? ;Por ventura no soy yo poderosa para alcanzar de mi Hijo la salud de mil pecadores? Miralos aqui; yo ya te los aleanzo. Y¥ luego le hizo ver en el cielo la multitud de pecadores que habia salvado. Verdad es que en esta vida no sabemos si nos salva- remos 6 no; pero S. Antonino dice, que las almas protegidas de Maria , necesariamente se salvaran. Dehe animarnos 4 esperar el cielo por auxiliode Ma- ria , la promesa que ella hizo a los que Ja honran, y especialmente al que con palabras 6 ejemplos procura hacerla conocer y honrar de los demas: Agquellos que se guian por mt ,no pecardn. Los que me esclarecen ob- tendrdn la vida eterna, Escribié §. Bernardo , que la devocion 4 la Madre de Dios es seal muy cierta de conseguir la salvacion elerna. Y como dice S. Juan Damasceno, Dios no con- cede la devocion hacia su santa Madre, sino 4 los que — 6 — quiere que se salven. ¥ el healo Alano dijo, que el que 4 menudg saluda a la Virgen con el Ave Maria, tiene una seal muy grande de predestinacion : y lo mismo dijc de rezar cada dia cl santo rosario. Dice el P. Nieremberg , que los siervos de Maria no solo son favorecidos y privilegiados en la tierra , sino que en e] cielo seran mas honrados , pues lendran alli una divisa mas rica , por la que seran reconocidos por familiares de la Reina del cielo y por gente de su corte. Santa Maria Magdalena de Pazis vid en el mar una navecilla en la cual eslaban recogides todos los devo- los de Maria , y ella haciendo el oficio de piloto, los conducia al puerto. Esto le did 4 entender que los que yiven bajo la proleccion de Maria, eslan libres del pecado y dela condenacion, y los leva al cielo. EJEMPLO. Cuenta Cesario , que un monje Cisterciense , muy devoto de nuestra Seiiora , pedia 4 esla Virgen le hi- ciese una visita Eslando una noche en el huerlo , mi- rando al cielo, y suspirando por el deseo de ver 4 la Divina Madre, hé aqui que vid bajar del cielo una doncella resplandeciente y hermosa que le pregunlé: Tomas, lendrias 4 bien oir mi canlo? —Si, le respon- dié él. — Enlonces canté la doncella con tanta dulzu- ra, que Je parecia al religioso eslar en el cielo. Con- cluido el canto’, desaparecid. Pero se le presentd olra doncella, que tambien canté. No pudo contener- se de pregunlar 4 esla, quien era, Y le respon- did , que la primera era Catalina, y ella Inés, las dos enyiadas por nuestra Sefiora para consolarle. Da- le gracias 4 Maria, le dijo, y preparale para recibir olra gracia, aun mayor. Dicho esto desaparecié , de- jando al religioso con mas esperanza de ver a su Rei- na. En efecto, de alli 4 poco ve nna gran luz, siente Ienar su corazon de una nueva alegria, yen medio de aquella luz se le deja yer la Madre de Dios, loda todeada de angeles y de una hermosura inmensamen- le mayor que la de las dos santas , y le dijo: Querido hijo y siervo mio, he agradecido los servicios que me has hecho , y be oido tus ruegos, has deseado verme, héme aqui; y quiero hacerle oir tambien mi canto. ¥ la Virgen canl6 con lanta dulzura, gue el religioso perdio los sentidos y cayd en el suelo. A la liora de maitines , buscando 4 Tomas, le hallaron en el huerlo como muerlo. El superior Je mando digese lo que ha- bia sucedido , y enlonces , volviendo él en si, por la virtud de obediencia , contd losucedido. CAPITULO IX. [0 CLEMENTisiMA! | 0 PrADOsA! 4 Quién podra alabar bastante la misericordia que Maria ene de nosotros miserables? Parece que no de- sea olra cosa que aliviar 4 los necesilados. z ¥ que olra cosa sino misericordia puede dar la que es la Madrede las misericordias y la fuente de la.piedad? Y siendo — 73 — fuente de piedad, ,cédmo hemos de temer que nos nie- gue los auxilios que necesilamos , ora seamos justos, ora pecadores, pero pecadores arrepentidos? Qué olro refugio mas seguro podemos hallar , dice Tomas de Kempis , que el seno piadoso de Maria? Maria esel alivio del enfermo , el consejo en Jas dudas, el socorro en cl desamparo. |Pobres de nosotros si no taviéramos 4 Maria! Pues queriendo Dios que todas las gracias se dispensen por los ruegos de Maria , donde fallan estos , no habia es- peranza de misericordia. Maria conoce mejor que nosotros nuestras necesida- des . y se compadece de ellas; de lal suerte , dice Ber- nardino de Bustos, que ella tiene mas anhelo de ha- cernos gracias, que nosolros deseos de recibirlas. La liberalidad de Maria es tan grande, que da mas de lo que se le pide , 4 imilacion de la liberalidad de su Hijo, dice Ricardo. Es lan piadosa Maria, dice S. Bernardo , que euan- do algun pecador va 4 encomendarse 4 su piedad, no mira si es 6 no digno de ser oido, sino que 4 todos oye y socorre. Dice S, German, que la proteccion de Maria es mas grande y poderosa de lo que nosotros podemos com- prender. En la anligua ley Dios era riguroso en casti- gar: pero desde la venida de Jestis es mas misericor- dioso por la intercesion de Maria Santisima: pues Ma- tia intercede con su Hijo y el Hijo con el Padre. Acudamos , pues, 4 Maria, que es clemente, pia- dosa y amorosa, que ella nos salvara, si eslamos de veras arrepentidos, ie ZJKMPLO DE LA DEVOCION DEL AVE-MARIA. Refiere Bovio que en laciudad de Domans, en Fran- cia, habia un hombre casado que, olvidando a su muger , pecaba con otra. Su muger pedia 4 Dios cas- ligo para ellos. Un dia se dirigié 4 un .allar de la Vir- gen, y pidié juslicia contra la muger que entretenia & su marido. A esta misma imagen iba cada dia la olra pecadora 4 rezarle una Ave-Maria. Una noche la Ma- Gre de Dios se dejé ver en suefios 4 la muger afligida, la que luego que la vid, le pidid justicia como acos- tumbrada. Pero la Virgen le respondié , que buscase 4 otros que se Ja hiciesen , que ella no podia, porque la pecadora le rezaba cada dia el Ave-Maria, y le di- jo, que cualquiera persona que se Ja rece , no puede safrir que padezca ni sea casligada por sus pecados.— Encontré un dia la muger agraviada 4 la otra, y la injurié diciéndole, que era una hechicera , que habia Ilegado 4 encantar aun a la sanlisima Virgen , y dijoa la gente que no podia hacerle justicia por !a salulacion gue cada dia le rezaba aquella malvada.— Conociendo que por aguella corta devocron Ja Virgen habia usado con ella de tanta misericordia, fué al instante 4 pos- trarse delanle de aquella santa imagen, le pidid per- don, é hizo voto de perpétua conlinencia. Se encerrd despues en una pequetia habilacion junto 4 aquella iglesia , alli perseveré en penilencia hasla la muerte. — & — CAPITULO X. 0 DULCE VIRGEN mania ! § unico. Cudn dulce, util y poderoso sea en la vida y en la muerte el nombre de Maria. El gran nombre de Maria no fué inventado por los hombres , sino que fué impuesto por ordenacion divi- na. Es lan venerable este nombre, que Dios quiere que la reverencien el cielo, la tierra y el infierno. El nombre de Maria es nombre dedulzura y alegria para el corazon devoto. El venerable padre Juvenal Ancina, al nombrar el nombre de Maria percibia una dulzura tan estraordinaria que se lamia los labios, Una muger en Colonia, y el obispo Marsilio , espcrimenta- ban ua sabor mas dulce que la miel al pronunciar el noinbre de Maria. Pero aunque esta dulzura sensible no se concede 4 todos, sirve no obstante de consuelo, de amor, de alegria , de confianza y de fortaleza 4 lodos los que le pronuncian con devocion. Y despues del nombre de Je- sts, no hay olro que cause mas gracia, esperanza y dulzura , dice el abad Francon. E] dulce nombre de Maria, por mucho que se oiga, siempre le oyen con gusto los amantes de esta Seiora. — 31 — Decia el beato Enrique Suson, que nombrando 4 Maria tanto se reanimaba en la contianza y encendia de amor, que deseaba que el corazon le sallase por la boca. El nombre de Maria esta lleno de gracias y bendi- ciones divinas , de tal modo, dice S. Buenaventura, que no puede ser pronunociado sin que traiga alguna gracia al que deyolamente le nombra. Este nombre anima 4 los pecadores 4 la esperanza del perdon; y por eslo Ricardo de san Lorenzo anima a los pecadores a que acudan 4 esle grande nombre. Los demenios, dice Tomas de Kempis, lemen lan- to a la Reina del cielo, que cuando se la nombra, hu- yen como de un fuego que abrasa. La misma Virgen revelé 4 santa Brigida, que no hay en esla vida peca~ dor tan frio en el divino amor, que invocando su santo nombre, con propésito de convertirse , no aleje de si al instanle al demonio. Y otra vez le dijo, que todos los demonios de tal suerte veneran y temen su nombre, que al oirle resonar , luego dejan el alma de las -uiias con que la lenian encadenada. Al conirario, los angeles se acercan mucho mas 4 las almas justas que devolamente nombran 4 Maria, como lo reveldé tambien la soberana Virgen 4 Sanla Brigida. Esle admirable nombre es una torre forlisima , dice Ricardo , que defiende a los pecadores del casligo, y 4 los justos de los asaltos del infierno. Valgamonos, como dice §. Bernardo , de los dulces y poderosos nombres de Jesis y de Maria en todas las tentlaciones y peligros de perder la gracia divina, y no se aparlen jamas eslos poderosos nombres de nuestras hbocas y de nuestros corazones. Jesucrislo hizo entender 4 santa Brigida , que el que invo‘ara el nombre de Maria, y con propédsilo de en- mendarse , recibiria tres gracias , que son: un perfec- to dolor de sus pecados, Ja salisfaccion de ellos, y la fortaleza para llegar 4 la perfeccion; y ademas de eslo la gloria celestial. Porque afadié el Salvador, hablan- do con su Madre , como enlendié Ja santa, son lan dul- ces y amadas , 6 Madre mia, para mi lus palabras, que no puedo negarle lo que me pides. El que quiera, pues, hallar consuelo , dice Tomas de Kempis , en lodo trabajo, que acuda 4 Maria, que invoque 4 Maria , que obsequie 4 Maria, y que se re- comiende 4 Maria Pues de esle modo se adelanla en el camino del Sefior ; porque Maria rogara por los que la invocan, y el Hijo oira 4 la Madre. Si en vida es lil y necesario el nombre de Maria, mas necesario es en la hora de la muerte. Roguemos 4 Dios, que las illimas palabras de nues- tra vida sean Jesus y Maria, y séamosdevolos de estos santos nombres en la vida. Pronunciémoslos con mu- cha reverencia , sea de palabra 64 lo menos con el corazon , lo que puede hacerse en todo momento, en medio de las ocupaciones , de las diversiones y sobre todo en loda clase de tentaciones y peligros de pecar, como dirémos al hablar de la castidad, (Cap x1. § vt.) para que lengamos la dicha de acordarnos de ellos en Ja hora de Ja muerte. — 83 — EJEMPLO. Refiere el P. Rhé , que el ducado de Giieldres , ha- cia el afio 1465, una joven llamada Maria fué manda- da al mercado de Nimega, con érden de quedarse en casa de una lia que vivia alli. Pero siendo desecha- da por la tia, se yolvid, y haciéndosele de noche por el camino, llena de cdlera Ilamé al demonio. Se le aparecié esle en forma de hombre, y le ofrecié ayu- darle , con tal que en adelante no se persignase con la seiial de la cruz, y que se mudase el nombre. Con- sinlié en cuanto 4 no persignarse , pero el nombre no quiso mudarlo , dijo , porque estimo mucho mi nom- bre de Maria. Por fin, despues de muchos debates consinlié en que se llamaria solo eme que es la prime- ra lelra de Maria. Partieron 4 Amberes, en donde Ile- vo una vida malvada y escandalosa. Un dia dijo al de- monio que queria volver 4 su patria , 4 lo cual el de- monio repugnaba, pero al fin consintié. Llegando 4 Nimega hallaron que alli se representaba una épera de la vida de Maria sanlisima. A visla de esto, la po- bre Eme , por la poca devocion que habia conseryado ala Madre de Dios, empezé 4 llorar. Al ver esto el demonio , quiso sacarla , pero ellase resislid; y enlon- ces el demonio la levanté en el aire y la dejé caer en medio del tealro. Entonces conté la infeliz el hecho. Se confesé y fué remilida al Papa, el cual le did por penilencia que llevase un cerco de hierro en el cuello, y olro en cada brazo. Obedecid y se encerréd en Maes- trich en ua monaslerio de Arrepentidas , donde vivid — 8h — en aspera penitencia. Una mafana hallé rotos por si mismos los cercos. Murié con fama de sanlidad. | Hé aqni cuanto le valié su corta devocion 4 Maria! | Feliz el que tiene con frecuencia entre sus labios, y constantemente en su corazon, el dulce nombre de Maria! CAPITULO XI. DE LAS VIRTUDES DE MARIA SANTISIMA. Dice S. Aguslin , que para alcanzar con mas segu- ridad y abundancia el favor de Jos sanlos , es menes- ter imitarlos ; pues viendo que imilamos sus virtudes, se inueven mas 4rogar por.nosotros. Maria Santisima despues que ha sacado alguna alma del poder del de- monio , 6 sea del pecado , quiere que la imile, pues del contrario , si la ve contraria 4 ella en las virludes, no podra enriquecerla de sus gracias como quisiera. Por eso Maria llama bienaventurados 4 los que cuidan de imitar su vida (Prov, 8 v. 32.) E] que ama, pues, 4 Maria , debe imilarla , porque esle es el mayor ob- sequio que puede ofrecerle, como dice San Gerdnimo. ¥ dice Ricardo, que solo pueden !lamarse hijos de Ma- Tia los que procuran vivir conforme su vida. El que quiera, pues, fuvores de Maria, dice S. Bernardo, que procure honrarla como a madre é imilarla, que ella le tralara y favorecera entonces como 4 hijo. En cuanto 4 las virludes de Maria, eslando llena de — 8 — gracia , como Je dijoel Angel , bien se conoce que tuyo todas Jas virtudes en grado sublime. Los santos han sido escelenles en alguna virlud ; pero Maria lo ha si- do en todas las virludes , y en todas se nos ha dado por ejemplo Si, despues de Jesis , ninguna criatura ha sido tan perfecta como Maria , y despues de Jests, Maria es el mejor ejemplo para arreglar nuestra vida, y el mejor espejo para enderezar nuesira conducta. § 1. De la humildad de Marta. La humildad , dice §. Bernardo , es el fundamento y la guarda de lodas las virtudes. Y con razon, sin la humildad no puede haber ninguna otra virlud. Al con- trario , dice S. Francisco de Sales, que Dios es tan amaate de la humildad , que luego corre donde la ve Se refiere que S. Antonio ahad tuvo una vision en la que se le representé el mundo Ileno de lazos. E! asus~ tado esclamé: {Quién se librara, Sefior , de lantos la- zos ? Y¥ una voz le respondio : el humilde. La humildad eslaba deslerrada de Ja tierra; pero vino Jesus para ensenarla con su ejemplo. Aprended de mi, dijo, que soy manso y humilde de corazon. Y Maria como fué la primera y mas perfecta discipula de Jesus en todas las virludes, asi lo fué lambien en la humildad, por cuya virlud merecié ser exallada 4 Madre de Dios. La pri- mera yirlud en que se ejercié desde la niiiez Maria, fué labumildad , como le fué revelado 4 sanla Matilde. — 8 — Es un acto de la bumildad el tener bajo concepto de si mismo, v Maria sinlié siempre tan bajamente de si misma , como fué revelado 4 sanla Matilde , que aun- que se veia lan enriquecida de gracias sobre todos los demas , jamas se prefirié 4 ninguno. Maria bien cono- cia qne no habia ofendido jamas a Dios, y que habia recibido de Dios mayures gracias que todas las crialu- ras , pues un corazon humilde bien reconoce los favo- res de Dios para mas humillarse, y por eslo conocia mas su pequeiiez y se humillaba mas que lodos. Si, Maria consideraba de conlinuo su nada y la majestad de Dios , considerando que todo lo que tenia cra un don de Dios. De modo que cudntas mayores gracias lenia, mas se hnmillaba; asi como una pobre adorna- da con un rico lraje que le han dado , no se ensober- hece , sing que se humilla mas en presencia de su bienhechora , acordandose mas enlonces de su pobre- za. La misma Virgen dijod santa Isabel Benedictina: Ten por cierto , que me tenia por la mas vil é indigna de la gracia de Dios. Es propio de la humildad el ocultar los favores ce- lestiales. Maria quiso ocullar 4 S. José la gracia de haber sido hecha Madre de Dios, aunque era necesidad el manifestarselo para sacarle de las sospechas que po- dia tener de su honestidad. Y fué necesario que el an- gel se lo revelase. Es tambien propio de Ja humildad el rehusar las alabanzas que se le hacen, causdndole pena solo de oir que le alaban; pues el verdadero humilde refiere todo lo bueno que tiene 4 Dios; de quien viene lodo el bien. Asi Maria se turbé al oir que la alababa san =7 = Gabriel. Y cuando su prima sanla Isabel le dijo, que era bendita entre todas ias nugeres, y bienaventura- da porque habia creido ; respondié Maria con humil- dad: Mi alma glorifica al Senor. La Virgen dijo 4 santa Brigida: 4 Porque yo me humillaba tanlo, 6 mereci tanta gracia, sino porque pensé y conoci que de mi nada era y nada lenia? Por eso no quise mi alabanza, sino que fuese loado el que era el dador y eriador. Es tambien de humildes el servir, y Maria fué & servir lres meses 4 santa Isabel , y esto cuando ya Ile- yaba en sus entraiias al Redentor del mundo. Los humildes aman los desprecios , y por esto Ma- ria se senté en el Cenaculo en el ujlimo lugar. Los humildes aman los desprecios , y por esto Maria no se lee que compareciese con Jesis en Jerusalen el Domingo de Ramos , cuando su Hijo fué recibido con honores ; al conlrario , comparecié en publico en el Calvario . cuando su Hijo sufria una muerte afrentosa. Dijo Maria 4 santa Brigida: 4 Qué cosa mas desprecta- ble que ser lenida por demente, necesttar de todos , y re- putarse por la mas ind'gna de todos? Esta fué, pues, hAyja., mi humildad , este mi gozo. esia mi voluntad , que dnade pensaba dar gusto , sino d mi hijo. No hay duda que nos es dificil praclicar la humildad, pero jamas podremos ser verdaderos hijos de Maria si no somos humildes. Ella aberrece 4 los soberhios , no Ilama 4 si sino 4 los humildes. La Madre de Dios dijo a santa Brigida: £a, pues, hija mia, acogele bajomi man- to, que es la humildad. Dijole tambien , que su hamil- dad no aprovechaba al que no procuraba imilarla. Di- ce §. Bernardo, que Maria ama en especial 4 los que = 89k Ja imitan en la castidad y humildad, Se lee en la vida de Marlin Alberto , que este , por amor 4 Maria, solia barrer la casa y recoger la hasura. Se le aparecié la Virgen yle dijo: ;Cudn amable me es esta humilde accion hecha por mi amor ! Sil. De la caridad 6 amor de Maria para con Dios. Fué lan grande el amor de Maria hacia Dios , que su amor sobrepnjé al de todos los hombres y de todos los angeles. Solo Maria cumplié con perfeccion el pre- ceplo de amar 4 Dios sobre todas las cosag; porque como su corazon estaha enteramente desprendido de las cosas terrenas , por eso lo Ilendé todo del divino amor. Era tan grande el divino amor en Maria, dice Ricar- do, que aterraba 4 los demonios, y no intentaron acercarse 4 ella para tentarla. El amor de Maria para con Dios era continuo, sin ser interrumpido ni por las acciones de la vida, como lo dice S. Pedro Damiano, ni tampoco por el sueio, por divina gracia, segun lo sientan Suarez, S. Am- brosio y otros, Asi mientras el cuerpo descansaba con un ligero sueno’, su alma, dice S. Bernardino , se ele- yaba 4 Dios con la conlemplacion. Revelé Maria mis- ma 4 sanla Brigida, que en este mundo ho tuso olro pensamiento, ni otro deseo, ni olro gozo que Dios. Por lo que dice santo Tomas de Villanueva, que la Virgen con su ardiente caridad , se hizo tan hermosa, que hi- — §9 — 20 que bajara Dios a su seno para hacerse hombre. Por lo mismo que Maria ama lanto 4 Dios, cierla- mente ninguna cosa pide tanto 4 sus devolos , como el queamen en lo posible a Dios. Un dia dijo, despues de la comunion, la Virgen 4 la beala Angela de Fo- lito: Angela, seas bendita de mi Hijo, y tu procura amarle cuanto puedas. Dijo tambien 4 santa Brigida: Hija , si quieres obligarme mucho , ama d mi Hijo. Si queremos nosotros arder en el divino amor, pro- curémos acercarnos 4 Ja divina Madre con las sdplicas y con los afecios , pues como ella fué toda fuego en amar 4 Dios. por eso inflama 4 lodos los que Ja aman y se le acercan , y los hace semejantes 4 si. § UL. De la caridad de Maria para con el prdjimo. E] amor de Dios y del prdjimo estan en un mismo precepto. El amor del prdjimo es proporcionado al de Dios. Y como Maria ha tenido y tendra mas amor 4 Dios que uinguo otro, asi tampoco no hubo ni habia quién ame mas al projimo que Maria. Ya eneste mun- do tuvo Maria tanta caridad que socorria 4 los necesi- tados sin que se lo pidieran, como lo hizo en las bo- das de Cana , pidiendo 4 su Hijo el milagro. Cuando fué 4 ver a santa Isabel , fué apresuradamenle , por- que iba 4 desempefiar un deber de caridad. 4 ¥ que mayor caridad pudo hacer que ofrecer su Hijo 4 la muerle por nuesira redencion? Si grande fué la cari- — 90 — dad de Maria con los miserables en Ia lierra , mucho mayor la tiene ahora desde el cielo, desde donde ve mejor las miserias de los hombres , como dice S. Bue- naventura. Un angel dijo 4 santa Brigida , que no hay alguno que pida y no reciba gracias por la caridad de Maria. j Pobres de nosotros , si por nosotros Maria no Togase! Jesucristo dijo 4 esta santa: Sino inlerviniesen los rucgos de Maria, no habria que esperar miseri- cordia. S. Gregorio Nacianceno dice , que no hay cosa mas propia para alcanzar el afeclo de Maria , como el ser carilalivos con nuestros préjimos. Segun la caridad que lendrémos con el préjimo, Dios y Maria la tendran con nosolros ; porque nos dice Jesucristo en la santa escri- (ura: Dad y seos dard.... Porque con la misma medida con que midiereis d los demds , se os medird d vosolros. (Luc. 6 v. 38.) Dijo el apdstol , que la caridad con el préjimo nos hace felices en esta yen laotra vida. Y advierte §. Juan Criséstomo , que el que socorre 4 los necesilados , hace que Dios sea deudor suyo. Pidamos , pues, con frecuencia 4 Maria que nos al- cance la gracia de poderla imitar en la caridad con Dios y con el prdéjimo. gly. De ia fé de Maria santisima. Eva por no creer 4 Dios , creyé 4 la serpiente y per- dié al género humano. Al contrario Maria creyé al 4n- — 9 — gel cuando le dijo que seria virgen y Madre de Dios, y por esto did la salud al mundo. Tuvo Maria mag fé que todos los hombres y angeles jantos , dice el P. Suarez. Vid 4 Jesis nacido pobre en un eslablo , perseguido de Herodes y crucificado, y creyé que era el Criador del mundo. Y aunque en los demas lilubed la fé, estuvo firme en Maria. Por eso, dice S. Antonino , se queda una sola vela encendida en el oficio de linieblas. Debemos , pues, imilar 4 Maria en la fé. Pero, yc6- mo? Creer y obrar; puesse ha de obrar lo que se cree; y en esto esta la viva fé ; pues los que no viven segun lo qué creen , tienen la fé muerta, como dice san Jai- me. Y como son pocos los que hacen obras de crislia- no, Tesulla que los mas lo son solo de nombre. Eslos, decia el padre maestro Avila, debieran encerrarse en una carcel como locos , pues creen en el cielo para los que viven bien, y enel infierno para los que viven mal, y con todo viven como sino lo creyeran. A los malos eristianos se les debia decir lo que dijo Alejandro 4 un soldado cobarde , que tambien se lla- maba Alejandro; O intidale el nombre 6 las costum- bres. Roguemos 4 la Virgen que por los méritos de su fé , nos alcance una fé viva. § VY. De la esperanza de Maria. De la fé nace la esperanza; pues si con aquella Dios nos ilumina para conocer su bondad y sus promesas, — 99 — ton esta nos hace esperar el poseerlas. Siendo , pues, Maria la que luvv mas fé, lambien fué la que tuvo mas esperanza. Maria miré esle mundo como un ce- sierto, y asi esluvo desprendida de él, sin confiar en los propios méritos ni en otra cosa mas que en Dios. Bien nos dejé algunos ejemplos Maria Santisima de Ja grande confianza que tuvo en Dios. Primero , cuan- do viendo tan afligido 4 sw esposo José, por ignorar el milagro desu prefiez , no quiso manifeslarle esta gra- cia . confiando que Dios defenderia su inocencia y su fama Segundo , cuando hallandose cercano al parto y se vid desechada en las posadas de Belen, confid que Dios la asisliria y no se lamenté. Tercero . cudndo tu- vo que huir 4 Egiplo, que lo hizo sin provision , sin dinero , confiando solo en la divina Providencia. Tam- bien manifesté su confianza cuando en las bodas de Cana pidié al Hijo la gracia del vino, y Jests le res- pondid: 2 Quénos vad méy du? Aun no es Hegada la hora; y 4 pesar de esla respuesta, que parecia negar- le lo que pedia, dijo 4 los sirvientes , que hiciesen cuanto sa Hijo les dijera, contiada en la divina bon- dad. Asi fué en efecto. Aprendamos , pues, de Maria 4 confiar en nuestra salyacion , debiendo solo esperar de Dios el conseguir- {a; pues aunque debemos trabajar lo posible por nues- tra parte , pero desconfiando del todo de nuestras pro- pias fuerzas. Pidamos 4 Maria su auxilio para alcanzar la esperan- za y la vida elerna. — 93 — § VIL. Dela castidad de Maria santisima. Despues de la caida de Adan, la virlud de la casli- dad es la mas dificil de practicar. Maria es llamada Virgen de las virgenes , porque fué la primera que sin consejo ni ejemplo de otros ofrecié 4 Dios su virgini- dad. 4 Quién le enseiié , 6 Virgen , dice S. Bernardo, a agradar 4 Dios con la virginidad , a vivir en Ja tierra vida de angeles ? Ella haservido despues de ejemploa lodas las virgenes que Ja han imitado. Fué tal la pureza de Maria, que con solo dejarse ver infundia en todos pensamientos y afeclos de pureza, dice san Dionisio Carlujano, Y dice santo Tomas, que su belleza inspiraba castidad 4 los que la miraban. Di- ce un aulor que la Virgen fué lan amante de esta vir- lud que por conservarla hubiera renunciado aun 4 la dignidad de Madre de Dios. Dice §. Ambrosio: Quién guarddé la castidad es un angel , quién la perdié un diablo. Los que son castles, dijo el Sefior , se hacen angeles. Los deshoneslos se hacen odiosos 4 Dios como los demonios, Decia §. Re- migio , que la mayor parle de los adultos se pierden por este vicio. La victoria de esle vicio es rara, por- que no se practican los medios para vencer. Tres son los medios para conservar la castidad, 6 sea para yencer en las tentaciones deshonestas: ayuno, apartar las ocasiones y oracion. Por ayuno se entiende — 9§ — la mortificacion de los ojos y de la gula. Maria santisima aunque esluvo Ilena de la divina gracia , tuvo con to- do tan mortifizados los ojos, que los tenia siempre bajos y nunca los fjaba en persona alguna ; y desde nifia era lan modesla, que causaba admiracion 4 todos , seguo lo dicen S. Epifanio y S. Juan Damasceno. Y cuando fué 4 visilar 4 santa Isabel, fué aprisa para ser menos vista en publico. No hay dudaque los ojos son las puer- las por donde entran muchos pecados, sobre todo de pensamiento ; y por eso el amante de la caslidad debe imilar 4 Maria, traer los ojos bajos, 0 modestos al me- nos , y n0 mirar por curiosidad , sobre lodo 4 personas de diferente sexo. Al salir a las yenlanas 6 por las ca- Iles , para no esponerse 4 ver U oir lo que no conviene sin peligro de Ja caslidad , procure con mas cuidado imilar el recalo , Ja modestia de Maria. Imite el retiro de esla Maestra en lo que le permila su eslado. En cuanto la gula cierlamenle que Maria fué mortilicada toda la vida; de modo que afirma San, Buenaventura, que sino tiubiese sido lemplada en Ja comida , 00 bu- biese hallado tanla gracia, pues la graciayla gula son incompalibles. Dice Filiberto haber sido revelado 4 un hermitaio llamado Felix, que siendo nifia lomaba Ma- tia el pecho una sola vez al dia. Na hay duda que los escesos en el comer y beber, vino & otros licores, son causa dv que se revele la carne y se haga indomatle. Del segundo medio , 6 sea el apartar las ocasiones, dice S. Felipe Neri: En a guerra del sentido vencen los cobardes , eslo es , los que huyen de las ocasiones. Ma- ria huia en lo posible a vista de los hombres. Y¥ ad- vierle un aulor que se fué de la casa de Isabel antes que esta pariese. g Y porqué? Por huir de las conver- saciones y visitas que debian seguirse al parlo. g ¥ cé- mo han de ser castos los que son muy amigos de mirar y ser vislos , de andar por lodas partes, de frecuentar hailes, teatros y reuniones de hombres y mujeres, y andan solicitos de conyersar con personas de diferente sexo? El tercer medio es la oracion. La santisima Virgen reveld 4 santa Isabel, que no tuvo virtud alguna sin faliga y conlinua oracion. Maria es pura y amante de la pureza, por lo que no puede sufrir 4 Jos deshones- tos. Pero el que acude a ella , se librara del vicio des- honesto con solo nombrar su nombre con confianza. Al presentarse alguna lenlacion impura, repilanse conli- nuamente los dulces nombres de Jesus. Maria y José mientras dure; y lo mismo debe hacerse en toda olra lenlacion. Empleemos, pucs, los medios para conservar la castidad , y roguemos 4 Maria que nos auxilie y nos alcanze esla virtud angelical. § VII. De la pobreza de Maria. Nuestro amoroso Redenlor para enseijarnos 4 des- preciar los bienes mundanos, con ser lan rico, se hi- zo pobre por nosotros , 4 fin de que nosotros fuésemos ticos por medio de su pobreza, como dice S. Pablo. Por lo cual Jestis decia: Si quieres ser perfecto , anda y vende cuanto tienes , y daselo d los pobres.... ven despues y sigueme. Maria fué la que mejor siguié su ejemplo; pues de la herencia de sus padres se reservé poca por- cion , y todo lo demas Io espendié en limosnas al lem- plo y 4 los pobres. Revelé 4 santa Brigida Maria san- lisima: Desde el principio ofrect d Dios en mi corazon poseer jamds cosa alguna en este mundo. Los dones que recibié de los santos Magos , dice S. Bernardo , que los distribuy6 a los pobres. La misma Maria revelé tam- bien a santa Brigida: Distribura entre los menesterosos todo lo que tenia, sin reservarme mas de lo que bastaba para un moderado comer y vestir. Por amor 4 la pobreza no se desdeiid de desposarse con S. José que era un pobre artesano, y de susten- tarse con el trabajo de sus manos hilando 6 cosiendo, como dice S. Buenaventura, ; Ah! ; Qué poco la imi- tan las sefioras que tienen el trabajo por vileza! Dijo el angel 4 sanla Brigida: Que a Maria las riquezas le eran lan viles como el barro. En fin, Maria vivid y murié pobre ; pues en su muerte no se sabe que deja- se mas que dos pobres veslidos 4 dos mujeres que la habian asislido en vida; segun refieren Melafraslo y Niceforo. S. Felipe Neri decia : El que ama las riquesas no se- rd jamds santo. Y santa Teresa decia: Justamente se sigue, que el que va tras las cosas perdidas , se pierde él tambien. Al contrario decia: La virlud de la pobreza es un bien que comprende todos los bienes. Pero la virtud de la pobreza no consisle en ser pobre , dice 8. Ber- nardo, sino en amar la pobreza. Por eslo dijo Jesu- crislo: Bienaventurados los pobres de espiritu, porque = y= de ellos es el reino de los cielos. De aqui se ye, que un rico que no ama las riquezas, mirandose como un simple administrador de ellas, puede ser un pobre de espi- rita ; y al contrario, un pobre que lo es por no po- der ser rico , pero que anhela con afan serlo, y mas si bo repara en los medios de buscar la riqueza , 6 ali- menta fuerle envidia 4 los que la poseen , ya no es po- bre de espirilu , y padece pobreza sin el mérito de los pobres de espiritu. El pobre de espiritu es bienaventu- rado , porque como no quiere mas qued Dios , en Dios halla todas las cosas , vy en la pobreza halla su paraiso en la tierra. Amemos, pues, 4 Dios como tinico bien y en quien estan lodos Jos bienes , y digamos con S. Ignacio: Dad- me, Senor, vuestro amor solamente con cuestra gracia, que con esto seré bastaate rico. Cuando nos aflija la po- breza, consolémonos, pensando que Jesis y Maria han sido tambien pobres. Imiten los ricos 4 Maria en la pobreza y en la cari- dad con los pobres, y no se desdeiien de trabajar como Jo hacia la Reina del cielo. Mas jah! cuanlas mugeres, no solo entre las ricas, sino tambien entre las que no lo son , se dan vergiienza, y tienen por afrenta cl tra- bajo , sin considerar que no venimos 4 este mundo pa- ra gozar, y sin alender que la Madre de un Dios tra- hajé , y que el mismo Dios nos dié el ejemplo traba- jando de carpintero como un pobre. Roguemos con afeclo 4 Maria que nos alcance la pobreza de espiritu, para que seamos bienaventura- dos , desprendidos del mundo y amantes de sole Dios. — % — § VIL De |a obediencia de Maria. Foé grande el amor que luvo Maria 4 la virtud de la obediencia , por la que en la anunciacion del Ar- cangel S. Gabriel io quiso llamarse con olro nombre que con el de esclava. Con las obras y con Ja voluntad esluvo siempre obediente 4 la yoluntad de Dios. Ella misma declaré que Dios se habia agradado de esta su obediencia. La obediencia de Maria fué mucho mas perfecla que la de todos los demas santos, dijo S_ Ber- nardino , pues todos los hombres, por el pecado origi- nal siendo inclinados al mal, sienlen difieultad en obrat bien ; pero Maria, como fué inmune del pecado origi- nal, no tenia impedimen’o en obedecer 4 Dies , y por esto fué rueda veloz movida 4 impulsos de todas las mspiraciones divinas: por lo cual no hizo olra cosa en este mundo, dice el mismo santo, mas que mirary ejecular lo que agradaha 4 Dios. Se vid la obediencia de Maria en la prontilud con que obedecié al aviso de José para huir 4 Egipto la misma noche. Y sobre todo cuando ofrecidé su Hijo dla muerte con tanta conslancia para obedecer 4 Ia divina voluntad, Agrada tanlo la obediencia 4 Maria, que uma vez reprendié mucho 4 un religioso porque oyendo tocar al refectorio se deluvo 4 concluir unas devociones. Otra vez se aparecié-4 uo religioso franciscano, Ila- mado Acorso , en su misma celda ; pero ésle se salid, — 99 — ponjue le Ilamdé la obedicncia para ir 4 confesar 4 uo enfermo. Al volver 4 la celda , hallé 4 Maria que le s- taba esperando; y ella entonces le alabé mucho su obediencia. La Virgen hablé a santa Brigida de la se- guridad que hay en obedecer al padre espiritual , y le dijo: La obediencia introduce todos en la gloria. Y san Felipe Neri decia: Dios no pide cuenta de las cosas he- chas por obediencia habiendo él! mismo dicho: £1 que os escucha é vosotros , me escucha d mi , y el que os des— ecia ad vosolros, ad mi me desprecia. Reveldé tambien a Madre de Dios 4 santa Brigida, que por el mérito de su obediencia , ha alcanzado del Seiior , que todos los pecadores que 4 ella acudan arrepentidos sean per- donados. Supliquemos 4 Maria, que por el mérilo de su obe- diencia nos aleance, que seamos tieles en obedecer 4 la divina yoluntad y 4 los preceptos de los padres espiri- luales. § IX. De la paciencia de Maria. Este mundo es lugar de mérito, y con razon es Ila- mado valle de lagrimas; pucs aqui, dijo el Sfior, todos eslamos puestos para padecer y con la paciencia gran- gear 4 nueslras almas la vida eterna (Luc. 21, v. 19). Dios nos did 4 Maria por ejemplo de todas las virtudes, y en especial de la paciencia. Para este fin, dice san Francisco de Sales , did Jesis 4 Maria en las bodas de Cana aquella respuesta , con la cual mosiraba eslimar — 100 — poco sus ruegos. Toda la vida de Maria fué un ejerci- cio continuo de paciencia; pues revelé cl angel Asan- ta Brigida , que la santa Virgen siempre vivid entre pénas. 4Cémo nos atrevemos nosotros 4 buscar descan- so? :Cuanto padeceria la Virgen en el viaje 4 Egipto y en sa permanencia alli! ; Cudnto en las penas del Sal- vador y al pié de la cruz! Si deseamos, pues, ser hijos de Maria, debemos ivilarla en Ja paciencia. 2 ¥ qué cosa, dice S. Cipria- no, puede enriquecernos mas de mérilo en esta viday de gloria en la otra, como el sufrir con paciencia las penas? Dios rodea de tribulaciones a sus amados sier- Yos para que no vivan aficionados 4 la tierra. De ma- nera, dize S. Cipriano, que la paciencia nos libra del pecado y del infierno. F la pactencia es la que hace los santos (Jacob 1, v. 4), sufriendo con paz, ya las eruces que nos vienen direclamente de Dios , asi las tentacio- nes, cuguedades y demis aflicciones del alma, como las enfermedades, la pobreza y las olras penas del Cuerpo; va Jas que nos vienen por los hombres como persecuciones , injurias , calumnias, etc ; va las que nos vienen de los aniinales 6 de nosotros mismos ; pucs nada sucede sin que lo disponga 6 permila Dios para nues'ro bien Es yerdad que Dios no quiere que nadie haga dafio a su prdjimo, porque no puede querer el pecado ; pero dejande al hombre gozar de su libertad. lg deja 4 veces obrar para hacerle servir 4 sus divinos desiznios , que se dirigen siempre al bien espirilual del que recibe el datio temporal. Alegrémonos, dice S. Gregorio, que pedemos ser marlires sin hierro si conservamos la paciencia, Si su- — 101 — frimos las penas de esta vida, como dice S. Bernardo, con resignacion y con goz0, ; 6 cudnlo se nos recom- pensara en el cielo cada pena, por ligera que sea, su- frida por Dios! Decia santa Teresa: « £/ que abraza la cruz no la siente .... Cuando alguno se resuelre dpadecer, se le acabd la pena.» Recibiéndolo todo como venido de Dios y para nuestro bien verdadero , alegrémonos en las aflicciones y demos gracias al Sefor comode unre- galo, pues lo es comprar con penas Iransilorias un go- zo elerno ; y miremos los medios por los cuales nos vienen las aflicciones como instrumentos de Ja Divina Bondad. Cuando nus sintimos, pues, oprimidos yor el peso de alguna pena, acudamos 4 Maria Hamada consuelo de afligidos, y pidamosle lo que nos convenga para el alma. Si Maria inocenle padecié lantas penas, gpor qué rehusamos padecer nosotros que somos reos del in- fierno?..., Pidamos 4 Maria Santisima no que nos libre de las cruces de esla vida, sind que nos alcance la gracia de levarlas con paciencia 4 imilacion suya. Los trabajos son un bien lan grande, que dice san Enrique Suron, que si un alma pidiese 4 Dios de ro- dillas por espacio de cien afios que Je enviase un tra- bajo , aun no mereceria aleanzarlo , lanlu es el prove= cho, el bien que en si encierran las penas y tribula- ciones sufridas con paciencia y confsrmidad 4 la volun- lan de Dios Por esto son los deseados y eslimados de Jos siervos de Dios; por esto S. Pio V en medio de los dolores pedia al Seior, que le aumentase los trabajos — 102 — como le aumentase al mismo tiempo la paciencia. § X. De (a oracion y del reuro de Maria Santisima. No hubo jamas persona alguna en este mundo que praclicase como Maria aquel grande documento de nuestro salvador: Conviene orar siempre y no desfallecer. De nadie, dice S. Buenaventura, como de la Virgen podemos tomar ejemplo de la necesidad que lenemos de perseverar en la oracion ; pues, segun el B. Alber- lo Magno, Maria fué , despues de Jesis, ia mas per- fecta en fa virlud de la oracion. Desde que tuvo uso de razon en.pezé 4 lener oracion conlinua y perseveranle. Por esto, para mejor alender 4 la oracion quiso 4 la edad de tres uiios encerrarse en el retiro del templo, en donde entre olros ratos de oracion , dijo ella misma 4 santa Isabel virgen, que siempre se levanlaba 4 la media noche, y se iba 4 orar delante del allar del tem- plo. A este fin, para medilar las penas del Salvador, visitaba con frecuencia los lugares del nacimiento, pa- sion y sepultura del Salvador. Su oracion fué, dice Dionisio Carlujano, del lodo recogida, libre de toda dis- traccion y de todo afecto desordenado. Por el amor que Ja Virgen tenia 4 la oracion , amé tanto la soledad, y en el templo se abstuvo de hablar con sus padres, como dijo 4 santa Brigida. Dice san Vicente Ferrer, que la divina Madre nunca salia de casa sino cuando iba al lemplo, y enlonces con gran modestia y compostura, con los ojos 4 lierra, Cuando — 403 — foé 4 visitar A santa Isabel, fué apresuradamente , de lo que dice S. Ambrosio deben aprender las virgenes 4 huirdel publico. Afirmé S. Bernardo que Maria por el afecto 4 la ora- cion y 4 la soledad estaba muy cuidadosa de huir las conversaciones con los hombres. Vivid la Virgen soli- laria en esle mundo como en un desierlo. Dios no“hablaa Jas almas sind en la soledad, como lo declaré el mismo Dios por Oscas. (Oss. 2, v, 14.) j0 soledad, esclamaba § Jerdnimo, en la cual habla y conversa Dios familiarmente con los suyos! Si, dice S. Bernardo, porque la soledad y el silencio que en ella se goza , esfuerzan al alma 4 salir de la tierra con ej pensamiento y 4 inedilar los bienes del cielo. En la soledad es en donde se desarrollan esos pensamientos dulces y buenos , inspirados por Dios , que recrean el alma y le hacen olvidar , y aun despreciar , Jo terreno. Pidamos 4 Maria nos aleance el amor 4 Ja oracion y & la soledad , para que desprendidos del amor 4 las cria- turas , podamos aspirar solo 4 Dios y al cielo, en donde podamos ver y alabar 4 Jesus y 4 Maria. CAPITULO Xi. VARIAS DEVOCIONES CON QUE SE PUEDE OBSEQUIAR A Mania SANTISIMA . Y CONDICIONES NECESARIAS PARA QUE LE SEAN AGRADABLES Y MEREZCAN RECOMPENSA. La Reina del cielo es tan agradecida 4 sus devolos, que les da grandes mercedes por pequeios obsequios, — 10k — segun S. Andrés Cretense. Pero para esto se necesilan dos cosas: /a primera , que se le ofrezcan las devocio- nes con el alma limpia de pecados,6 por Jo menos con deseo de dejar el pecado ; pues las oraciones del pecador , que quiere perseverar en pecado, no son agradables 4 Maria; como se vé por el ejemplo si- guienle: Cuenta 8. Pedro Celestino, que un soldado vicioso hacia cada dia algun obsequio 4 la Virgen, Padecien- do un dia el pobre mucha hambre, se le aparecié nuestra Sefiora, y le presenté unos manjares esquisi- los, pero dentro de un vaso lan sucio, que él no se alrevid 4 guslarlos. &¥ como quieres, dijo enlonces la Virgen, que yo aceple lus devociones ofrecidas con un alma tan in- munda? El soldado con esto se convirtié , se hizo her- milafio, y 4 la hora de Ja muerte se le aparecié otra vez la Virgen y lo llevé al cielo. Asi pues, el que quiera agradar 4 Maria, debe vivir sin pecados, 64 lo menos con deseos de salir de ellos, pues entonces le ayudard nuestra Sefiora para desterrar los vicios. La segunda condicion es que se persevere en la de- vocion de Maria. Pues el que principia 4 ebsequiar 4 Maria, si despues Jo deja , se hace indigno de su pro- teccion, Tomas de Kempis, siendo joven, solia acudir 4 fa Virgen con cierlas oraciones: un dia las dejé, y luego poco & poco las dejé del todo. Una noche vid en sue- fios 4 Maria qua abrazaba 4 sus compaieros , y al Ile- gar 4 él, le dijo: 4 Qué esperas la que has dejado lus devociones ? Quila alla que eres indigno de mis bra- — 105 — zos. Con esto Tomés se desperté alemorizado , y volvié 4 sus acoslumbradas oraciones. Nadie puede eslar seguro de su salvacion hasta la muerte, y asi el ‘que luviere devocion é Maria con perseverancia , sera bienaventurado en su esperanza, como dice Ricardo, porque tendra cuanto desee. El que descuida conlinuar la devocion 4 la divina Madre, debe eslar con temor de perder su protecrion. ; cuantos condenados eslarian en el cielo si hubiesen continuado las devociones 4 Maria que habian princi- piado! El obsequio mas agradable 4 Maria Santisima es, seguo el hermilafio Juan Berkmans, el que se hace con conslancia por minimo que sea, Solo la perseve- rancia merece la corona , dice S. Bernardo. 4" Del Ave Maria. La Virgen Santisima aprecia mucho esta devocion, porque parece que le renueva el gozo que tuvo cuan- do S, Gabriel le anuncié estar elegida para Madre de Dios. Debemos saludarla pues 4 menndo con el Ave Ma- ria Y la misma Virgen dijo 4 sania Matilde . que nin- guno podia mejor saludarla que con el Ave Maria. El que saluda 4 Maria , sera de ella saludado. S. Bernar- do oydé una vez que una im4gen de Maria le dijo: Dios te salve , Bernardo. La salutacion 4 Maria , dice S. Buenaventura, sera alguna gracia con que ella — 406 — corresponde siempre al que la saluda. Maria misma prometié 4 santa Gertrudis tantos auxilios en la muer- le, cuantas Aves Marias ella le hubiese dicho. Afir- taba el beato Alano que al decir Ave Maria , asi co- ino se alegra el ciclo , asi tiembla y huye el demonio. Procure el cristiano ubsequiar 4 Maria con esta sa- lutacion: 1.° Rezando cada mafana al levantarse de la cama, y por la noche al acostarse, (res Aves Marias postrado en tierra 6 a Jo menos arrodillado , afiadien- do 4 cada Ave Maria: Por vuestra pura é inmaculada Concepcion . Virgen Maria , hacedme puro el cuerpoy santa el alma mia. Luego pedirle la bendicion como 4 Madre, como Io hacia §. Estanislao , y despues po- nerse hajo el amparo de Jesus y de Maria, rogando- les que en aquel dia, 6 aquella noche, nos guarden de pecados. Aprovecha para este fin tener a la visla una imagen de la Virgen. Se puede decir asi : Jesus y Maria dadme vuestra bendicion y amparad el alma mia, y no permitais que os ofenda esta noche 6 este dia, segun que es 4 la noche 6 por la mafana, 6 bien del modo que ocurra al entendimiento. 2° Decir el Ange- lus Domine con las tres Aves Marias al locar la oracion por la mafiana . al medio dia v al anochecer. En tiem- po pascual se dice la antifona Regina cali, y de pié. Se cuenta de un religioso perezoso que. no arrodi- landose al tocar a las Aves Marias , vid que el cam- panario se incliné tres veces con una voz que dijo: Mira, gcomo no haces la to que hacen las erialuras insensibles ? 3.° Saludar 4 la Madre de Divs con el Ave Maria cada vez que toca el reloj. Alfonso Rodriguez, que la saludaba cada hora, cuando de noche pasaba la — 107 — hora , le despertaban los angeles , para que no dejase esla devocion. Se puede decir antes del Ave Maria: Bendita y alubada sea la hora en que nuestra Senora vi- no en caine morlal é Zaragoza : Amen. 4.° Al salir de casa y al entrar en la misma saludar 4la Virgen con el Ave Maria , para que fuera y den- iro nos libre de pecados , y pedirle su bendicion. Se le puede decir la oracion de la mafana, y besarle los piés cada vez , como lo hacian los padres carlujos, Pa- ra este fin es bueno poner una imagen de Maria en la escalera 6 en olra parte de la casa 4 propdsilo. 5.° Reverenciar con el Ave Maria lodas las image- nes de la Virgen que se encuentren, y aun el que pueda haga poner en las paredes de la casa una ima- gen de Maria, para que la reverencien olros. 6." Al principiar 6 concloir alguna cosa rezar una Ave Marta , ya sean cosas espiriluales como oracion, sacramentos , leclura espirilual, entrar en la iglesia, cir Misa , sermones ; ya sea cosa temporal , como eslu- dio, trabajo . comer. dormir, etc. Al desperlarse , en las tentaciunes, en los peligros , en las penas , en los enfados , y en lodo, digase el Ave Maria , vera el que lo praclique su grande provecho. Téngasc intencion de ganar las indulgencias que hay concedidas al rezo de tesla oracion. Retiere el padre Auriema que la Virgen prometié 4 sanla Malilde una buena muerte como le rezase cada dia tres Aves Marias 4 su poder , sabiduria y bondad. Dijo lambien la misma Virgen 4 la beala Juana de Francia que le era muy acepla el Ave Maria , espe- cialmente dicha diez veces en honor de sus diez virlu- — 108 — des , cuya devocion tiene concedidas muchas indul- gencias , como se vé en Marracio. Siendo tan del agrado 4 la divina Madre la saluta- cion del Ave Maria debemos decirla con mucha fre- cuencia , pero no aprisa , sino despacio , como lo ad- virlié la misma Madre de Dios 4 santa Eulalia que la saludaba mucho con el Ave Maria, pues vale mas una Ave Maria rezada despacio y con devocion , que mil de corrida y de cualquier modo. De la devocion del Santo Rosario, Esla devocion es muy agradable 4 la Madre de Dios, y ella misma fué quien Jo revelé 4 santo Domingo cuando el santo se hallaba afligido per las he egias de los Albigenses. Predicélo santo Domingu por todas partes, y es hoy la devocion mas practicada de los fie- les, Es una devocion excelenle , pues se compone de Padre nuestros y Ave Marias que son las mejores ora- ciones, y es, como se ha dicho, muy agradable 4 Maria Santisima, Los que estan escrilos en el libro del Rosario ganan muchas indulgencias. La devocion de! santo Rosario es medio eficaz para librar de males , aleanzar bienes y la salvacion elerna. Sirve para alcanzar la gracia de hacer confesion los endurecidos, y libra del demonio en vida y en la hora de la muerte. Ei padre Lossa rezaba cada dia el santo Rosario, pero despues para tener mas lugar para la oracion mental dejé el Rosario, y Inego esperimenté sequedades y dislracciones, y volviendo 4 rezar el Rosario , por consejo del venerable Gregorio Lopez, — 109 — volvié 4 encontrar la quietud y devocion. (Pecador arrepentido). Para ganar las indulgencias del Rosario es necesario conlemplar al tiempo de rezarlo los misterios, y el que no los sepa . basta que contemple algun misterio de la pasion de Jesus, como los azoles, la muerte, elc. Tambien es necesario rezar el Rosario con devocion ; sobre lo cual dijo. la Virgen Maria 4 la beala Eulalia, que mas agradecia cinco decenas rezadas con pausa y devocion , que quince aprisa y con menos devocion. Por esto convyiene rezarlo de rodillas y delante de al- guna imagen de Maria, y al principio de cada decena hacer un acto de amor 4 Jesus y 4 Maria, pidiendo alguna gracia, Aprovecha tambien mas el rezar el Ro- sario con otros que solo, pues lodas las oraciones en comun tienen mas fuerza para con Dins que dichas en particular. ; Cuanlos peeadores se han converlido y salvado por la devocion del santo Rosario! Procure- mos, purs, rezarle todos los dias con mucha de- yocion, Del oficio parvo y las letantas. El oficio parvo es tambien muy agradable 4 Maria Santisima , vy muchas veces ha manifestado cuanto agradece esla devocion. Urbano Il concedié muchas indulgencias al que lo reza Tambien agradece mucho el rezo de las jelanias , que tionen concedidos doscien- los dias de indulgencia cada vez que se digan el him- no Ave Maris Stella que mandé 4 santa Brigida le re- zase lodos jos dias ; y ./ magnificat, porque con esle la —itt— alahamos con las mismas palabras con que ella alabé 4 Dios. Bel ayuno del sdbade en honor de Maria. El dia del sabado es el destinado por Ja santa Igle- sia 4 honra de Maria. Por esto muchos devolos de Ma- ria ayunan los sabados y las vigilias de sus fiestas 4 pan y agua, Este ayuno del sabado lo practicaban san Carlos Borromeo y otros. El que no pueda pracli- carlo 4 pan y agua , que lo haga como los demas ayu- nos , 6 como pueda absleniéndose por Jo menos de al- guna comida gustosa. El que praclica esta devocion, dice §. Ligorio’, que dificilmente se condenara , pues la divina Madre le alcanzara la perseverancia en la di- vina gracia y una buena muerte. Son grandes Jas gra- cias que la divina Madre ha dispensado 4 los que han usado esle obsequio , como refiere S. Auriema. Entre olros un capilan de bandidos , por esta devocion , tuve la dicha de quedar vivo despues de haberle cortado la cabeza para poderse confesar antes de morir , lo que hizo y luego murid. Es muy bueno ofrecer 4 la Virgen Madre cl sahado olros obsequios , como comulgar , oir Misa, visitar al- guna imagen suya, llevar cilicios U olras cosas seme- janles; ¥ es ulil lomar en todo consejo de un prudenie confesor , pues con esto son mas meritorias las obras buenas. —ut— Del escapularia y de las medallas de la Virgen Santisima. Maria Sanlisima agradece mucho que sus deyotos leven el santo escapulario en sefial de eslar dedicados 4sn servicio y de ser del numero de los familiares de la Madre de Dios. Refiere el padre Crassel , hablando del escapulario del Carmen . que por los aiios de 1251 aparecié la Virgen Santisima al healo Simon Stock, inglés, y dandole un escapulario , le dijo, que lus que le hubiesen flevado, se librarian de Ja elerna condena- cion. Y refiere el mismo Crassel , que Maria se apare- cié otra vez al papa Juan XXIL, y le mandé hiciese saber 4 los que Ilevasen dicho escapulario que se li- brarian del purgalorio el sibado despues de su muerte, como Jo declaré despues el mismo sumo Ponlilice en su bula confirmada por Alejandro V, Clemente VII y olros. Paulo V prescribe las condiciones que deben obser- varse para ganar las indulgencias concedidas que son: la observancia de Ja caslidad segun el estado de cada uno, absleniéndose de comer carne el miércoles, y rezar el olicio parvo de la Virgen, y el que no pueda rezar- lo , A lo menos observar los ayunos de la Iglesia. Son muchas fas indulgencias concedidas al eseapulario del Carmen , asi como 4 los de los dolores de Maria, de nuestra sefiora de la Merced , y parlicularmente al de Ja Purisima Concepcion. A este tllimo, que bendicen Jos padres Tealinns a otros que tienen facultad ademas de las indulgencias parliculares , le estan anexas lodas —Hi2— las indulgencias concedidas 4 cualquiera religion , lu- gar pio y persona. Y especialmente rezando seis Padre nuestros, Ave Marias y Gloria en honor de la Santisi- ma Trinidad y de Maria inmaculada , se ganan foties quoties \odas las indulgencias de Roma, de la Porcidn- cula, de Jerusalen y de Galicia, Jas cuales Hegan 4 quinientas treinla y tres indu'gencias plenarias, ademas de las innumerables parciales. Esto consla en un plie- go impreso por los padres Tealinos. Es de grande utilidad el llevar consigo el escapula- rio de la Virgen Maria, 6 el Rosario, 6 alguna meda- lla, pues con ello es honrada Maria y nosotros socor- ridus en las necesidades de cuerpo y alma. Muchos son los ejemplos de los que han curado y se han preserva- do de males del cuerpo por medio del escapulario , ro- sario 6 medalla de la Virgen, Muchos tambien por los mismos medios se conservan cn gracia y progresan en virlud. Muchos tambien se han convertido !levando 6 poniéndose la medalla de Ja Virgen, como el célebre judio Ralisbona , y tantos olros que se convierlen por medio de las medallas que distribuyen Jos individuos de la Archicofradia del corazon de Maria, Procure , pues, todo cristiano traer siempre el es- capulario, rosario 6 medalla , y adorarla al levantarse por la mafiana y al acostarse , como los buenos hijes besar Ja mano a sus padres : haga lo mismo al desper- tarse por la noche , sobre todo al sentir alguna tenla- cion , invocando de veras & Maria ; con to que saldra viclorioso , si sigue constante en esla praclica. Procure que olros Ileven estos objelos y los adoren, para que se preserven de los males corporales y espirituales, y po-

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