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La explotación de esclavos afrocubanos bajo argumento cristiano: La última

cena.*

Victoria Telleria Ulloa


Juan J. Cova Ramos
Daniel Lira Tovar

Resumen

Esclavo, palabra definida por la Real Academia Española como: “Dicho de una
persona: Que carece de libertad por estar bajo el dominio de otra”. La esclavitud
ha sido un aporte de gran importancia en la formación de nuestra identidad, tanto
nacional como cultural. Nos dio la posibilidad de pensar diferentes, de luchar por
nuestros derechos como seres humanos sin distinción de color, raza o cultura.
Este trabajo tiene como finalidad abordar dos puntos importantes, tales como: la
simbología del plano y la puesta en escena y la significación de los diálogos en el
contexto religioso utilizado en la secuencia más larga de la película
cinematográfica “La última cena” (1976), de Tomás Gutiérrez Alea. Basada en
hechos reales ocurridos en la rebelión afrocubana del Siglo XVIII. Descrita bajo el
contraste del colonizador/colonizado, capitalista/patriarcal, amo/esclavo,
español/afrocubano, cristiano-céntrico.

Palabras claves:
Esclavitud, Amo, afrocubano, rebelión, cristiano, capitalista, cultura.

*Trabajo enfocado en el análisis semiológico de la película dirigida por Tomás Gutiérrez


Alea en el año 1976, “La última cena”. Siendo la película con más premios recibidos en
ese año. Galardonada por la secuencia con el estilístico más brillante de la historia del
cine latinoamericano.

Caracas, Mayo de 2017


1. Simbología dentro del plano.

En la cotidianidad el cine como medio de comunicación juega un roll muy


importante en la formación y en la transformación de las sociedades. Permitiendo
representar la belleza y la fealdad, lo bueno y lo malo, como cosas determinadas
que establecen el ver común de todos y todas. El cine nos deja así interpretar
temáticas que pueden muy fácilmente ser comparadas con el día a día de una
sociedad o mejor que eso, representar algún hecho histórico que haya marcado la
vida de muchos y muchas.

Las películas están llenas de significados, de signos y simbologías que ayudan al


entendimiento de un contexto problematizador que le permite al espectador ir más
allá de lo que a simple vista pueda entenderse. Es poner en correlación el sonido,
la imagen, la acción, respetando la interpretación individual de cada espectador.

Los planos cinematográficos juegan un papel fundamental en la construcción del


discurso audiovisual debido a la riqueza en contenidos que orienta a la
significación de lo planteado en imágenes, así como también, proporcionan una
cantidad ilimitada de sensaciones que posicionan al espectador dentro y fuera de
la historia. Cuando nos referimos a plano no significa simplemente al encuadre, si
no a todo respecto a él, es decir, la angulación, el movimiento, la composición.
Sabiendo esto podemos decir que un plano por si solo es simbólico y permite
acentuar la idea que se quiera transmitir en la escena.
En la secuencia más larga de La última cena, la cual transcurre el 80 por
ciento de la película, es preciso comprender como los planos se convierten en un
punto fundamental en la narrativa de la historia. El encuadre permite que veas
(según el diálogo) solo lo que es importante, El encuadre y los movimientos
acompañan de forma impecable cada fragmento narrado por los personajes. La
cámara sitúa al protagonista en el centro de la imagen como un ser único y al
resto, es decir los esclavos, a su alrededor, de esta manera la puesta en escena
permite que el espectador tenga una idea de la cantidad, “más negros que
blancos”. Un punto que es precisamente crucial para el desenvolvimiento de la
idea dramática de la historia. A demás de recalcar el hecho de poder, esta
dialéctica amo/esclavo, que funciona como eje central de toda la narrativa. Pero
no es únicamente la cámara la encargada de proporcionar ideas, la propuesta de
arte aborda una estética pictórica que consigue emular el cuadro “La última cena”,
realizada por Leonardo Da Vinci en el año 1497. Dicha propuesta genera en el
espectador una serie de significados, desde los vestuarios, la utilería, los atrezos,
el maquillaje, hasta la escenografía. Es justamente la escenografía la que nos
mantiene en un contexto religioso sin salirnos del discurso esclavista, actuando de
manera coherente, ayudándonos a permanecer dentro de la escena sin alejarse ni
un poco de la verosimilitud.

Por otro lado, la puesta en escena es otro factor importante en toda esta larga
secuencia, la ubicación de los personajes y sus movimientos emiten significados.
En una parte el Conde aprovecha la oportunidad de explicarle a sus apóstoles
esclavos, en qué consiste la perfecta felicidad, haciendo durante toda su
explicación movimientos de desplazamientos alrededor de la mesa, acto que
puede traducirse como efecto de encierre, un sermón que no es posible de
ignorar, obligando a los esclavos a prestar total atención a las palabras del amo.

Durante toda la secuencia, el movimiento de los personajes, la danza, la puesta en


escena y los diversos planos nos impulsan a conocer a los personajes, quienes
son, de donde vienen, su diversidad de culturas y creencias.
2. La significación de los diálogos en el contexto religioso

Gutiérrez Alea, utiliza entonces a la religión como argumento central de todo el


film. Una hipocresía reflejada en el discurso que aborda el Conde en toda la cena
con sus esclavos. Es precisamente en esta cena en donde se expone el
significado de los negros en la tierra, la explicación de su existencia en un
contexto cristiano-céntrico, en el cual los negros están hechos para cumplir
funciones que los blancos no pueden. Han perdido por completo su identidad,
obligados a aceptar lo que el sistema les impone. En una parte de la escena un
esclavo le cuenta y canta una historia al amo de como los negros se venden entre
ellos mismos refiriéndose a ellos mismos como brutos “negro no sabe na’” desde
el comienzo aflora la idea de un sistema que impone y manipula la mente de
millones de personas. Sin embargo, esa escena no solo representa ese hecho, si
no que te pone a simple vista la transculturización, el arraigo cultural que poseen
los esclavo, aún cuando se les fue arrebatado de sus pueblos, de su familias, de
sus tradiciones.
Una de los diálogos más elementales de esta secuencia es justo cuando el
Conde explica en lo que consiste la Semana Santa, y por ende el hecho de que
ellos estén sentados en la mesa del señor. Les da a entender que los viernes
Santos no se trabaja, nadie trabaja, ni el amo, ni el capataz, ni el esclavo. Es un
día sagrado porque es el día de la muerte de Jesucristo. Más adelante el Amo les
enseña a sus esclavos que los más sacrificados obtienen su recompensa, el cielo,
la paz espiritual, el paraíso, en donde todos son iguales, en donde no hay amos ni
esclavos. Pero que para pode llegar ahí deben aceptar con humildad la idea de
que ellos son la raza inferior y que con resignación deben cumplir las órdenes que
los superiores les piden.
Semiológicamente Judas está representado por Sebastián, un negro brujo
que no acepta la esclavitud y que difiere de todo lo que el amo ha dicho durante la
cena. Una vez el conde se habría dormido, Sebastián que no dijo palabra alguna
en toda la cena, se levantó de la mesa y les contó la historia de la verdad y la
mentira a los 11 esclavos que seguían sentados en la mesa. Tal historia se refiere
a la hipocresía, la misma con la cual el Conde había estado compartiendo con sus
esclavos-apóstoles, jurándoles a todos que él sería libre, que jamás lo atraparían
porque tiene como camuflarse en los ríos, en los bosques.
Sin embargo, el tema de la explotación humana está presente en todo el film, es
este el principio de todo, es la necesidad de tener el control de los demás y el
capataz tiene eso muy claro. Más adelante en la película los negros se rebelan
ante los blancos por la opresión del capataz al no respetar que el amo había
ordenado que el viernes Santo nadie trabaje, ya que está escrito en la biblia.
Los 12 apóstoles negros deciden quemar el Ingenio y escapar, pero es demasiado
tarde.
El domingo Santo es el domingo de la resurrección. Simbólicamente las
imágenes mostradas infieren al hecho de renacer, el de un nuevo comienzo. Claro
está que este nuevo comienzo es el de Sebastián, el único de los doce apóstoles
sentado a la mesa del señor que logró escapar. Es por esto que el montaje de la
escena final nos debela planos que juegan como metonimia, como signo de
libertad, planos que nos apuntan a creer que los once esclavos que yacen
muertos, con sus cabezas clavadas en la punta de altos palos, están resucitando
en el único cuerpo capaz de camuflarse en los ríos y en los bosques. El único
cuerpo que logro su libertad.
Referencias
 Libro: Machado, Arlindo. (2009). El sujeto en la pantalla, Barcelona,
España: Editorial Gedisa, S.A.
 Libro: Morin, Edgar. (2001). El cine o el hombre imaginario. Barcelona,
España: Ediciones Paidós Ibérica. S.A.
 Libro: Segunda Edición. DIOS HABLA HOY, La biblia. Sociedades Bíblicas
Unidas
 Referencia a páginas webs: Redondo, Ruben . (2013). La alternativa | La
última cena (Tomás Gutiérrez Alea). Cine maldito. Recuperado de
http://www.cinemaldito.com/la-alternativa-la-ultima-cena-tomas-gutierrez-
alea/
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última cena (Tomás Gutiérrez Alea). Cine maldito. Recuperado de
http://www.cinemaldito.com/la-alternativa-la-ultima-cena-tomas-gutierrez-
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 Publicaciones periódicas online: Hernández, Juan Antonio (2003).multitud,
devenires y éxodo: La última cena de Tomás Gutiérrez Alea. Revista
Iberoamericana, volumen(LXIX), Número 205 Recuperado de
https://www.google.co.ve/search?q=multitud%2c+devenires+y+%c3%89xod
o%3a+la+%c3%9altima+cena+de+tom%c3%81s+guti%c3%89rrez+alea&o
q=multitud%2c+devenires+y+%c3%89xodo%3a++la+%c3%9altima+cena+d
e+tom%c3%81s+guti%c3%89rrez+alea&aqs=chrome..69i57&sourceid=chro
me&ie=utf-8
 Películas: Apellido del productor, A. (Santiago Llapur y Camilo Vives) y
Gutiérrez Alea, Tomás (1976). La última cena [cinta cinematográfica]. Cuba:
Instituto del cubano del arte e industria cinematográficos.

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