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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA


ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE

ANTEPROYECTO DE LEY DE PROMOCIÓN, ESTÍMULO Y


PROTECCIÓN DE LAS RELIGIONES ANCESTRALES

Presentado a la consideración del Capítulo Religión y Culto de la Asamblea


Nacional Constituyente, Diciembre 2018

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS.

Del Objeto, la pertinencia y el alcance de la ley

La libertad es un derecho fundado en la propia condición y dignidad de la persona


humana, y la libertad de conciencia, religiosa y de culto forma parte de ese derecho,
de acuerdo a lo establecido en el artículo 1 de la Resolución 36/55 de la Asamblea
General de las Naciones Unidas “Declaración sobre la eliminación de todas las
formas de intolerancia y discriminación fundadas en la religión o las convicciones”1.
En un sistema democrático participativo y protagónico, como el establecido en el
artículo 2 de la constitución, respetuoso de los valores del pluralismo y la diversidad
religiosa se hace necesario legislar sobre esta materia con el objeto de proteger,
afirmar, orientar y regular el ejercicio de ese derecho. Por otro lado, la pertinencia de
una ley de promoción, estímulo y protección de las religiones ancestrales tiene que
ver con el ingreso y crecimiento de nuevas iglesias y cultos, lo cual ha dado lugar a
una diversidad de saberes y prácticas que han hecho de la cultura religiosa
venezolana una realidad social multiétnica, multicultural y multireligiosa
profundamente enriquecedora. Esta nueva realidad amerita una legislación moderna
y democrática, capaz de superar la variedad de normas administrativas atomizadas
y dispersas que actualmente rigen la actuación de las religiones y cultos en
Venezuela, y que permita un funcionamiento armónico, bajo normas claramente
establecidas. Todo esto con el objeto de proteger la libertad religiosa y de culto que
tiene toda persona en los términos establecidos en el artículo 59 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela, así como regular el libre desarrollo y
funcionamiento de los templos y organizaciones religiosas, superando así toda
práctica de discriminación y exclusión al respecto, lo que no es más que una lógica
consecuencia del principio de igualdad consagrado en el Artículo 21 de la Carta
Magna. También se reconoce expresamente, la potestad del Ejecutivo Nacional de
direccionar la política pública, regular y supervisar los templos, organizaciones,

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Proclama de la Asamblea General de las Naciones Unidas, del 25 de noviembre de 1981,
Resolución 36/55.

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cultos y prácticas de las religiones ancestrales. De acuerdo a lo establecido en el
marco legal vigente.
Breve fundamentación histórica
La pluralidad religiosa que existe en Venezuela, y que reclama reglas claras de
convivencia, guarda una relación estrecha con la larga lucha librada a favor de la
libertad de cultos. Desde los primeros intentos por la independencia, los patriotas se
plantearon el problema de la libertad religiosa. El General Francisco de Miranda, en
su proyecto constitucional de 1811, reconoce al catolicismo como religión nacional
pero se pronuncia por un régimen de tolerancia y por la anulación de la actividad
inquisitorial. Pese a esto, la primera constitución de la Confederación Colombiana de
1811, en su artículo 18, afirma que “La Religión Católica, Apostólica, Romana es
también la del Estado y la única y exclusiva de los habitantes de
Venezuela”. El razonamiento de los sectores más radicales del movimiento
emancipador estaba dirigido a probar cómo la intolerancia religiosa dominante en el
país era un obstáculo al avance del proyecto independentista el cual tenía como
objetivo el establecimiento de una sociedad libre, democrática y pluralista.

Para 1821, en el Congreso de Cúcuta, se afinó la legislación que regularía las


relaciones entre la Iglesia y el nuevo Estado. Allí se suprimió el tribunal de la
inquisición y se estatizó su patrimonio, se devolvió a los obispos su jurisdicción
eclesiástica y espiritual pero el Estado se reservó el derecho a la censura o
prohibición sobre libros escritos que se opusieran al dogma católico. La dignidad
episcopal fue concedida sólo a los eclesiásticos nativos y, para proteger la
inmigración no católica, se limitó la jurisdicción espiritual a los católicos nacidos en
el país y a sus descendientes, así como a las personas que figuraban en los registros
parroquiales como creyentes de la religión tradicional.

Los Tratados de Amistad Comercio y Navegación celebrados entre la Confederación


Colombiana y Gran Bretaña y otros Estados europeos, así como con los Estados
Unidos, estaban dirigidos fundamentalmente a potenciar el comercio y la
inmigración, pero establecían la práctica de cultos no católicos para extranjeros,
siempre que fueran realizados en el ámbito privado. Todo este movimiento
tolerantista desembocó en la aprobación por parte del Congreso del decreto de
libertad de cultos, el 18 de febrero de 1834, lo que constituyó un gigantesco paso
hacia la pluralidad religiosa en el país.

Con pocas excepciones, las constituciones que rigieron la república durante el siglo
XIX y comienzos del XX, consagraron de alguna manera la libertad religiosa. La
Constitución de 1961 en su Artículo 65, amplía el derecho de libertad de cultos
estableciendo que “Todos tienen derecho de profesar su fe religiosa y de ejercitar su
culto, privada o públicamente, siempre que no sea contraria al orden público o a las
buenas costumbres. El culto estará sometido a la suprema inspección del Ejecutivo
Nacional, de conformidad con la ley. Nadie podrá invocar disciplinas religiosas para
eludir el cumplimiento de las leyes ni para impedir a otros el ejercicio de sus
derechos”. Por otro lado, el Art.130 invoca también el derecho del Patronato

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Eclesiástico y deja abierta la posibilidad de celebrar convenios para regular las
relaciones entre la Iglesia Católica y el Estado.

El 6 de marzo de 1964, durante la presidencia del Doctor Raúl Leoni, se firmó un


acuerdo o concordato entre el Vaticano y el Estado venezolano que regula las
relaciones con la iglesia mayoritaria, mediante el cual se reconoce a la Iglesia
Católica como persona jurídica de derecho público y en razón de ello se le garantiza
el libre ejercicio de su actividad espiritual. Los otros cultos y entidades religiosas se
rigen por el decreto de Inspección Suprema del Cultos que data de 1911 y por otras
series de normas administrativas emanadas de la Dirección de Cultos del Ministerio
de Interior y Justicia. Ambos instrumentos ameritan ser revisados a fin de reconocer
la nueva realidad religiosa, superar toda discriminación y propiciar la sana
colaboración, tanto de las distintas iglesias con el Estado como de las corrientes
religiosas entre sí.

El 24 de marzo de 2000, conforme a la publicación de la Gaceta Oficial N° 5.453


Extraordinario, entro en vigencia el texto de la nueva Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, sometida a consulta y debate, mediante proceso
referéndum aprobatorio, durante el primer gobierno del presidente Hugo Rafael
Chávez Frías, donde se garantiza la libertad de religión y culto.

El reconocimiento de Ifa fue inscrito sobre la lista representativa como patrimonio


Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2008 y había sido proclamado
originalmente en 2005.

Bases jurídicas

La libertad religiosa y las bases para el funcionamiento de los cultos e iglesias, están
claramente garantizadas en el artículo 59 constitucional, al establecer que “El Estado
garantizará la libertad de religión y de culto. Toda persona tiene derecho a profesar
su fe religiosa y cultos, a manifestar sus creencias en privado o en público, mediante
la enseñanza u otras prácticas siempre que no se opongan a la moral, a las buenas
costumbres y al orden público. Se garantiza, así mismo, la independencia y la
autonomía de las iglesias y confesiones religiosas, sin más limitaciones que las
derivadas de esta constitución y de la ley...Nadie podrá invocar creencias o
disciplinas religiosas para eludir el cumplimiento de la ley ni para impedir a otro u
otra el ejercicio de sus derechos”

Instrumentos internacionales pertinentes


Es conocido que los tratados internacionales suscritos por la República Bolivariana
de Venezuela tienen jerarquía constitucional y son de aplicación inmediata y directa
para los tribunales y demás órganos del poder público. En relación con la materia
que nos ocupa, es pertinente destacar algunos de estos instrumentos
internacionales, tales como:

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a) La Declaración Universal de Derechos Humanos del 10 de diciembre de 1948,
que en el artículo 18 establece: “Toda persona tiene derecho a la libertad de
pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de
cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o
creencia individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la
enseñanza, la práctica, el culto o la observancia”.
b) La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, acordada en
la IX Conferencia Internacional Americana de 1948, que en su artículo III reza:
“Toda persona tiene el derecho de profesar libremente una creencia religiosa y
de manifestarla y practicarla en público y en privado”.
c) El Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos de 1966, en su artículo
18 reafirma estos derechos, añadiendo lo siguiente: “Los Estados partes en el
presente Pacto, se comprometen a respetar la libertad de los padres y, en su caso,
de los tutores legales, para garantizar que los hijos reciban la educación religiosa
y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”. Otro tanto, aprobó la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, (Pacto de San José de Costa
Rica) del año 1969, en su artículo 12.

Otros documentos de importancia que afirman la libertad religiosa son: la


Declaración sobre la Eliminación de todas las Formas de Intolerancia y de
Discriminación aprobada por unanimidad en la Asamblea General de las Naciones
Unidas en su sesión del 25 de noviembre de 1981 y la promulgación por parte del
Concilio Vaticano II, el 7 de diciembre de 1965, de la “Declaración Dignatatis
Humanae” la cual en su artículo 2° establece “que la persona humana tiene derecho
a la libertad religiosa. Este derecho a la libertad religiosa consiste en que todos los
hombres han de estar inmunes de coacción, tanto por parte de personas particulares,
como de grupos sociales y cualquier potestad humana...Este derecho de la persona
humana a la libertad religiosa ha de ser reconocido en el ordenamiento jurídico de la
sociedad, de forma que se convierta en un derecho civil”.

Síntesis del contenido del Anteproyecto de Ley


de Promoción, Estímulo y Protección de las Religiones Ancestrales

La presente ley ha sido dividida en nueve (9) títulos contentivos de cuarenta y cinco
(48) artículos. En el Título I se establece el objeto general de la ley y el deber en
que está el Estado venezolano de velar para que toda persona desarrolle libremente
sus creencias, así como fomentar la participación de las asociaciones religiosas en
la consecución del bien común. Parte importante de las obligaciones del Estado es
garantizar a los pueblos indígenas el derecho a realizar sus ritos y prácticas
religiosas ancestrales en todo el territorio nacional. En este título queda claro que
todas las corrientes o manifestaciones religiosas ancestrales son iguales y libres
ante la ley, y que ninguna organización religiosa ancestral tendrá carácter estatal.

El título II, establece los alcances del derecho a la libertad religiosa y de culto, la
cual implica profesar la creencia religiosa que la persona elija libremente o no
profesar ninguna, y no ser perturbado en el ejercicio de este derecho; también, el
derecho que tienen las personas de recibir asistencia religiosa de su propia confesión

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donde quiera que se encuentre y, principalmente en los centros de salud, recintos
militares y en los lugares destinados a la privación de libertad; así como recibir e
impartir enseñanza o información religiosa de toda índole a quien desea recibirla.
Los padres, tutores y representantes tienen derecho a que sus hijos e hijas,
representados y representadas, reciban la educación religiosa que esté de acuerdo
con sus propias convicciones. Parte importante de este título es reafirmar la plena
autonomía de las entidades religiosas para el desarrollo de los fines que le son
propios. Esto incluye, entre otras, la potestad de celebrar reuniones de carácter
religioso, fundar y mantener lugares para estos fines; así como establecer su propia
jerarquía y organización interna y difundir por cualquier medio su propio credo,
propendiendo a la dignificación de la persona.

El título III determina el marco legal en el cual los ciudadanos ejercerán su derecho
a asociarse con fines religiosos de acuerdo a los trámites previstos en la ley, y
garantiza la permanencia de la personalidad jurídica de las organizaciones
religiosas, así como su derecho a crear y mantener en forma autónoma, instituciones
de carácter educativo o humanitario. En este título se protege la personalidad jurídica
de derecho público y el régimen jurídico que las organizaciones religiosas,
reconocidas como tales, tengan con anterioridad a la publicación de la presente ley,
y se establece que las entidades religiosas debidamente registradas en el Ministerio
del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz, a través de la
Dirección General de Religión y Cultos, gozarán de personalidad jurídica de derecho
público.

El título IV se refiere a los sacerdotes y sacerdotisas religiosos, quienes acreditan


su calidad de tales mediante constancia expedida por la entidad religiosa respectiva.
También queda abierta la factibilidad de reconocimiento oficial de los estudios
realizados por los ministros y las ministras religiosas a través del ente administrativo
respectivo, y la posibilidad de que ejerzan la docencia religiosa en los planteles
educativos, previo convenio con las autoridades respectivas, y a solicitud de los
padres o representante de los alumnos. Se establece, además, el derecho en que
están las ministras y los ministros religiosos de prestar asistencia religiosa a las
personas internadas en los centros de salud y en lugares de reclusión sin estar para
ello sujeto al horario ordinario de visita. Así mismo, se exceptúa a los sacerdotes y
sacerdotisas religiosos (as) de la prestación del servicio militar, y se les exime de la
obligación de denunciar los hechos que llegaren a su conocimiento en el ejercicio de
las funciones de carácter secreto de su ministerio religioso.

El título V establece el derecho que tienen los padres y tutores a orientar a sus hijos
y representados según sus propias convicciones religiosas, así mismo, abre la
posibilidad de que se imparta educación religiosa en los planteles educativos
oficiales y privados hasta el sexto grado, a solicitud de los padres o representantes.
Este título contiene también, los derechos que tienen las entidades religiosas de
fundar y dirigir planteles educativos de carácter religioso, así como el deber de
registrarlos en el ministerio respectivo si desean obtener el reconocimiento oficial.

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El título VI, contiene las normas a las cuales se acogerán las entidades religiosas
para la adquisición, enajenación y administración de sus bienes y donaciones, los
cuales, en caso de disolución, no podrán pasar a dominio de alguno de sus
integrantes. Se le reconoce a las entidades religiosas, las exenciones y beneficios
tributarios establecidos en las leyes y, finalmente, deja abierta la posibilidad para
suscribir convenios entre el Estado y las entidades religiosas, siempre que estén
enmarcados dentro de objetivos educativos, humanitarios y de culto.

El título VII, se refiere al derecho que tienen las personas y entidades religiosas a
realizar reuniones o manifestaciones de carácter religioso, bien sea privadas o
públicas, dentro de los requisitos establecidos por esta y otras leyes de la República;
así como la obligación en que están los funcionarios públicos de brindar atención y
protección a las reuniones y manifestaciones religiosas. Además, este título postula
la inviolabilidad de los lugares de culto, así como los límites a esta inviolabilidad.

En el título VIII, se crea el Consejo Consultivo de Ancianos de las Religiones


Ancestrales, el cual tiene carácter autónomo y se le establece un conjunto de
funciones entre las cuales está la de ser una instancia de consulta y asesoría del
Estado, a través del Ministerio del Poder Popular con competencia en las religiones
ancestrales.

En el título IX, contiene las disposiciones transitorias y finales: se establece la


creación de una instancia con capacidad de promocionar, proteger, estimular y
apoyar al ámbito religioso ancestral, y el cual nombrara su Director (a) que será
designado por libre elección directa y secreta con la participación de las
Asociaciones Civiles, Federaciones y Confederaciones debidamente registradas
ante el MPPRIJP y adscrita al Ministerio del Poder Popular con competencia en las
religiones ancestrales. Las organizaciones religiosas establecidas en el país tendrán
un plazo de un (1) año para formalizar su inscripción a partir de la puesta en vigencia
de la presente ley. Se crea, además, un órgano asesor compuesto por personas de
reconocida experiencia en el campo religioso ancestral, que funcionará como
instancia asesora y consultiva y de apoyo a la instancia con competencia en materia
de religiones y cultos. Esta última instancia, favorecerá la comunicación y el diálogo
entre los diferentes factores religiosos para promover la fraternidad, el conocimiento
y respeto mutuo y las acciones interreligiosas que busquen el bien común.
Se creará un parlamento inter-religioso que será formado por un número de
diputados o representantes elegidos de acuerdo a la proporción nominal o
uninominal según la población religiosa que conforman las religiones ancestrales,
dicho parlamento será el órgano que estará en la obligación de promulgar y
sancionar la reglamentación necesaria y de crear una instancia en consenso con el
Consejo Consultivo de Ancianos de las Religiones Ancestrales que permita
direccionar y fortalecer la política pública de las religiones ancestrales como base
fundamental que caracterizan la identidad nacional venezolana, así como el Registro
Público de Organizaciones Religiosas.

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TÍTULO I:
DISPOSICIONES FUNDAMENTALES

Del objeto de la ley


Artículo 1º.- Esta ley tiene por objeto promover, estimular y proteger las garantías
que tiene toda persona a ejercer la libertad religiosa y de culto, en los términos
establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, así como
regular el libre desarrollo y funcionamiento de las organizaciones, los templos, los
cultos y las prácticas religiosas.

De los principios que la rigen


Artículo 2º.- En el marco de la presente ley, las religiones ancestrales se regirán y
propenderán, en el ejercicio de sus creencias, cultos y prácticas religiosas, al
cumplimiento de los principios de la libertad de conciencia, la libertad religiosa, la
democracia participativa y protagónica, la paz, la convivencia, el respeto mutuo, la
justicia, la igualdad, la dignidad, la responsabilidad social y la corresponsabilidad, el
desarrollo integral de la nación, los fines del Estado y el logro del bien común de toda
la sociedad venezolana.

Del respeto y la inclusión en el ejercicio de las religiones ancestrales


Artículo 3º- Ninguna persona podrá ser discriminada, ni excluida en virtud de sus
creencias, cultos y prácticas religiosas. Ni tampoco podrán invocarse estas, como
motivo para suprimir, restringir o afectar los derechos consagrados en la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela y en la ley.

Artículo 4º- El Estado velará para que las personas desarrollen libremente sus
creencias, cultos y prácticas religiosas y promoverá la participación de las
organizaciones, los templos y asociaciones religiosas en ejecución de iniciativas de
responsabilidad social que tengan como objetivo el desarrollo integral de la nación,
los fines del Estado y el logro del bien común de toda la sociedad venezolana.

De la igualdad de las religiones ancestrales ante la ley


Artículo 5º- Todas las organizaciones, los templos, los cultos y las prácticas
religiosas son libres e iguales ante la ley. Ninguna organización social o Asociación
Civil religiosa tendrá carácter estatal.

Artículo 6º- El Ejecutivo Nacional ejercerá la supervisión de las organizaciones, los


templos, los cultos y las prácticas religiosas a través de la Dirección General de
Religión y Culto del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores,
Justicia y Paz.

De los conceptos fundamentales


Artículo 7°.- Para los efectos de esta ley, se entiende por:

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Organización religiosa: es toda aquella forma de organización social autónoma
creada libremente por las ciudadanas y ciudadanos con la finalidad de desarrollar
sus creencias y ejercer sus cultos y prácticas religiosas;
Templos: son todos aquellos espacios, privados y públicos, tradicionalmente
utilizados para la realización de los servicios ecuménicos y litúrgicos propios de las
religiones ancestrales;
Asociación religiosa: es toda organización civilmente registrada ante la instancia
designada por el Ministerio del Poder Popular con competencia en materia de
religiones y cultos.
Culto: son las creencias sobre las múltiples deidades y/o manifestaciones de la
divinidad que se adoran en las diferentes religiones ancestrales;
Prácticas religiosas: se expresa en las diversas modalidades y formas de hacer las
ceremonias y liturgias en las religiones ancestrales.

TÍTULO II:
DE LA LIBERTAD RELIGIOSA

De los derechos al ejercicio de la libertad religiosa


Artículo 8º.- El libre ejercicio de las creencias, el culto y las prácticas religiosas
ancestrales, conforme al artículo 59 constitucional, garantiza a los ciudadanos y las
ciudadanas, sin coacción o impedimento de ninguna naturaleza, realizar las
siguientes actividades:
a) Profesar la creencia religiosa que libremente elija, o no profesar ninguna,
manifestarla libremente o abstenerse de hacerlo, cambiar o abandonar la que
profesaba.
b) Practicar en público o en privado, individual o colectivamente, actos de
oración o de culto, conmemorar sus festividades, celebrar ritos, de acuerdo a
sus costumbres o linajes, deberá recibir a su muerte una sepultura digna, o el
tratamiento que la persona o sus familiares dispongan de sus restos
mortuorios sin discriminación por razones religiosas, no ser obligado a
practicar actos de culto o recibir asistencia religiosa contraria a sus
convicciones personales y no ser perturbado en el ejercicio de estos
derechos.
c) Recibir asistencia religiosa de su propia confesión donde quiera que se
encuentre y, principalmente en los centros de salud, recintos militares, centros
educativos y en los centros penitenciarios destinados a la privación de
libertad.
d) Recibir e impartir enseñanza o información religiosa de toda índole sea oral,
por escrito, virtual o por cualquier otro medio a quien desee recibirla.
e) Los padres, tutores y representantes tienen derecho a que sus hijos e hijas,
representados y representadas, reciban la educación religiosa que esté de
acuerdo con sus propias convicciones.
f) Se prohíbe la colocación de desechos sólidos en áreas públicas que vayan
en detrimento de la salud y del ambiente de acuerdo a lo que establecen las

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leyes de la república y ordenanzas municipales. Para ello se crearan lugares
específicos para la colocación de tales desechos.

De la autonomía de las formas de organización de las religiones ancestrales


Artículo 9º.- Las organizaciones sociales y asociaciones civiles religiosas gozarán
de plena autonomía para el desarrollo de los fines que le son propios y en
consecuencia tendrán las potestades siguientes:
a) Los ciudadanos y las ciudadanas tienen derecho organizarse y a asociarse con
fines religiosos en forma libre y autónoma.
b) Ejercer libremente su propio sacerdocio mediante la práctica del culto, la
celebración de reuniones de carácter religioso y fundar y mantener lugares para
estos fines.
c) Establecer sus propias organizaciones, estructuras y jerarquías internas, y con
tales fines: nombrar, elegir y designar en cargos y jerarquía a las personas que
correspondan para la promoción y ejercicio de las respectivas creencias
religiosas, cualquiera que fuere su denominación.
d) Enunciar, comunicar y difundir, de palabra, por escrito o por cualquier otro medio
su propio credo y manifestar su doctrina, la orientación de la sociedad y el
mejoramiento y dignificación de la actividad humana.
e) Fundar, mantener y dirigir, en forma autónoma, institutos de formación y estudios
teológicos o doctrinales, instituciones, educacionales, de beneficencia o
humanitarias.
f) Organizar programaciones e iniciativas con la finalidad de realizar el registro de
las ciudadanas y ciudadanos que profesan las creencias, cultos y prácticas de las
diversas corrientes de las religiones ancestrales.
g) Establecer y mantener comunicación, sea en el territorio nacional o en el
extranjero, con sus fieles, o con otros templos, confesiones o instituciones.
h) Escribir, publicar, editar, recibir, enviar y usar libros, documentos y publicaciones
sobre temas religiosos o de cualquier otra índole, que contribuyan a la orientación
religiosa, moral y ética de sus propios fieles o al conjunto de la sociedad.
i) Enunciar, comunicar, enseñar y difundir, de palabra, por escrito y por cualquier
otro medio, sus principios doctrinales o creencias.

TÍTULO III:
DE LA PERSONALIDAD JURÍDICA Y LOS ESTATUTOS

Artículo 10.- Las organizaciones sociales y asociaciones civiles religiosas se


constituyen y adquieren personalidad jurídica de acuerdo con el ordenamiento
jurídico y su constitución se hará de conformidad con los trámites previstos en la ley.

Sólo por sentencia judicial podrá ser cancelada la personalidad jurídica de las
organizaciones sociales y asociaciones civiles religiosas.

Artículo 11.- Los ciudadanos y ciudadanas, en ejercicio de su derecho a la libertad


religiosa, en conformidad con la legislación vigente, podrán:
a) Crear, patrocinar y fomentar asociaciones, corporaciones y fundaciones para la
realización de sus fines.
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b) Fundar, mantener y dirigir, en forma autónoma, institutos de formación y de
estudios teológicos o doctrinales, instituciones educacionales, de beneficencia o
humanitarias.
c) Diseñar y ejecutar programas de formación integral en materia religiosa, socio-
productiva y medicina natural, entre otras.
d) Presentar proyectos ante los organismos y entes financieros públicos y privados
para optar a su financiamiento.
Artículo 12.- Las organizaciones sociales y asociaciones civiles religiosas para
cumplir con sus fines deberán adquirir personalidad jurídica con el acto de registro
público conforme a las disposiciones del Derecho Civil.
Artículo 13.- Los estatutos o normas propias de cada persona jurídica que se
constituya de conformidad con las disposiciones de esta ley deberán contener
aquellos elementos esenciales que la caracterizan, y los órganos a través de los
cuales actúa en el ámbito jurídico y que la representa frente a terceros.

El acta constitutiva contendrá como mínimo, la identificación de las instituciones que


la conforman, el nombre de la persona jurídica, su domicilio, régimen de organización
y funcionamiento, la forma del quórum y de sus decisiones, su sistema de
financiamiento, lo relativo a la disolución y destino de sus bienes, el procedimiento
para modificar los estatutos y la constancia de haberse aprobado sus estatutos y sus
directivos.
Las personas que constituyan organizaciones sociales y asociaciones civiles
religiosas y sus directores no deberán haber sido condenados por delitos de acción
pública.

Las asociaciones, corporaciones y fundaciones y otros organismos creados por una


organización social o asociación civil religiosa, acreditarán su existencia a la
autoridad religiosa que los haya elegido o instituido.

Artículo 14.- Las organizaciones sociales y asociaciones civiles religiosas para sus
actuaciones deberán cumplir con el ordenamiento que se señala a continuación:
a) Solicitud de inscripción por ante la instancia designada por el Ministerio del Poder
Popular con competencia en materia de religiones y cultos.
b) El Ministerio del Poder Popular con competencia en materia de Religiones y
Cultos, dentro del lapso de Diez (10) días hábiles siguientes a la presentación de
la solicitud, se pronunciará sobre la autorización para su actuación.
c) Publicación en la Gaceta Oficial de la República de la decisión del Ministerio del
Poder Popular con competencia en materia de religiones y cultos con un extracto
del acta constitutiva y el respectivo número de registro.

Artículo 15.- El Ministerio del Poder Popular con competencia en materia de


religiones y cultos podrá negar la solicitud de registro dentro del lapso señalado
anteriormente, mediante acto administrativo motivado, cuando no se cumplan las
disposiciones legales o no se subsanen las observaciones formuladas.

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Artículo 16.- Las organizaciones de las religiones ancestrales que se encuentren
afectadas por las decisiones del Ministerio del Poder Popular con competencia en
materia de religiones y culto podrán solicitar una revisión una vez cuando haya pre
concluido el lapso para decidir por ante los órganos jurisdiccionales.

Artículo 17.- Las organizaciones sociales y asociaciones civiles religiosas


debidamente registradas en el Ministerio del Poder Popular con competencia en
materia de religiones y cultos, gozarán de personalidad jurídica de derecho público.

Artículo 18.- La República reconoce la personalidad jurídica de derecho público de


las organizaciones sociales y asociaciones civiles religiosas reconocidas como tales
y el régimen jurídico que tengan con anterioridad a la publicación de la presente Ley.

TÍTULO IV:
DE LOS SACERDOTES Y SACERDOTISAS RELIGIOSOS Y RELIGIOSAS

Artículo 19.- Los sacerdotes y sacerdotisas religiosos y religiosas de un templo,


culto, organización social o Asociación Civil religiosa acreditan su calidad de tales
mediante constancia expedida por la entidad religiosa respectiva.

Las personas que hayan completados los estudios para ser sacerdotes y
sacerdotisas religiosos y religiosas que hayan sido designados como tales por la
asociación religiosa a la que pertenezcan, pueden solicitar el reconocimiento oficial
ante la instancia asignada por el Ministerio del Poder Popular con competencia en
las religiones y cultos.

El reconocimiento oficial concedido a los sacerdotes y sacerdotisas religiosos y


religiosas no puede ser revocado mediante resolución administrativa.

Parágrafo único. La disposición anterior no impide el ejercicio del sacerdocio


religioso a las personas que no hayan solicitado el reconocimiento oficial.

Artículo 20.- Los sacerdotes y sacerdotisas religiosos y religiosas pueden


desempeñarse como facilitador de estudios conducentes o no conducentes,
mediante instituciones educativas propias de las religiones ancestrales, públicas y
privadas, que contribuyan al desarrollo integral de la población nacional.

Parágrafo único. La disposición anterior no impide que otras personas ejerzan la


docencia religiosa.

Artículo 21.- Los sacerdotes y sacerdotisas religiosas y religiosos tienen el derecho


de prestar asistencia religiosa a las personas internadas en clínicas, hospitales u
otros centros de salud, sin estar para ellos sujeto al horario de ordinario de visitas.

Artículo 22.- Los sacerdotes y sacerdotisas religiosas y religiosos tienen el derecho


de acceso las personas para prestar asistencia religiosa a los detenidos o penados
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en las comisarías, retenes, cárceles, prisiones y penitenciarías, sin estar para ello
sujeto al horario ordinario de visita.

Artículo 23.- Los sacerdotes y sacerdotisas religiosas y religiosos estarán diferidos


de prestar el servicio militar, pero se facilitará la prestación de servicios y asistencia
religiosa a los efectivos militares, mediante convenios con los órganos competentes
de Poder Público.

Artículo 24.- Los sacerdotes y sacerdotisas religiosas y religiosos no están


obligados a denunciar los hechos que llegaren a su conocimiento en ejercicio de las
funciones de carácter secreto y confidencial del sacerdocio religioso.

Artículo 25.- Las organizaciones sociales y Asociaciones Civiles religiosas que


requieran de la colaboración de personal extranjero para la realización de alguna
programación o actividad religioso en el país, solicitarán la autorización previa al
Ministerio del Poder Popular con competencia en materia de visas religiosas.

TITULO V:
SOBRE LA EDUCACIÓN DE
LAS RELIGIONES ANCESTRALES

Artículo 26.- Todos los ciudadanos y las ciudadanas tienen derecho a recibir e
impartir educación religiosa.

Artículo 27.- Los padres que ejerzan la patria potestad sobre sus hijos tienen el
derecho de orientar su educación religiosa.
Los tutores tienen el derecho de orientar la educación religiosa de los menores sobre
los cuales ejerzan su tutela.

Artículo 28.- En los planteles educativos privados se impartirá educación religiosa a


los estudiantes hasta el sexto grado de educación básica, siempre que sus padres o
representantes lo solicitaren ante el director del plantel.
Los alumnos cuyos padres o representantes no hayan solicitado su educación
religiosa no están obligados a recibir la misma.

Artículo 29.-Todos tienen derecho de establecer planteles educativos de carácter


religioso, así como determinar su orientación, dirección, régimen y programa de
estudios.
Las instituciones educativas de carácter religioso deben ser registradas en el
Ministerio del Poder Popular con competencia en materia de educación conducente
y no conducente para obtener el reconocimiento oficial de sus estudios y de sus
diplomas, certificados y títulos, así como para obtener las transferencias y
equivalencias a que hubiere lugar, según el programa y el nivel de estudios.

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TITULO VI:
DEL PATRIMONIO DE LA PERSONAS JURÍDICAS

Artículo 30.- La adquisición, enajenación y administración de los bienes necesarios


para las actividades de las personas jurídicas constituidas conforme a la ley estarán
sometidas a la legislación común. Sin perjuicio de lo anterior, las normas propias de
cada una de ellas forman parte de los requisitos de validez para la adquisición,
enajenación y administración de sus bienes.

Artículo 31.- Las organizaciones sociales y Asociaciones Civiles religiosas podrán


solicitar y recibir toda clase de donaciones y contribuciones voluntarias, de
particulares e instituciones públicas o privadas y organizar colectas entre sus fieles,
para el culto, el sostén de sus sacerdotes o sacerdotisas u otros fines propios de su
misión.

En caso de disolución de la asociación civil religiosa, los bienes de la misma


regresarán a sus anteriores propietarios o poseedores en caso que estos fueron
donados o cedidos en comodato, para el desarrollo de las actividades de la misma y
exista prueba de tal donación o préstamos o comodato, de acuerdo a los medios de
prueba que dispone el código civil. De lo contrario, no podrán pasar a dominio de
alguno de sus integrantes.

Parágrafo único: El Estado podrá suscribir convenios de colaboración económica


con las entidades religiosas, siempre que los mismos tengan como objetivos
exclusivos los fines del culto, educativos y sociales.

Artículo 32.-Las personas jurídicas de las entidades religiosas regidas por esta ley
tendrán los mismos derechos, exenciones y beneficios tributarios que la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela y las leyes reconozca a otras iglesias,
confesiones e instituciones religiosas existentes en el país.

TITULO VII:
DE LAS REUNIONES Y MANIFESTACIONES RELIGIOSAS

Artículo 33.-Todos tienen derecho a realizar reuniones con fines religiosos en sus
hogares sin permiso previo.

Artículo 34.-Todos tienen derecho a realizar reuniones privadas o abiertas al público


en templos o locales de reuniones con fines de culto religioso, divulgación, educación
religiosa u otro fin conexo, sin permiso previo, siempre que dichas reuniones no
comprometan la seguridad de los participantes, ni perturben el orden público.

Artículo 35.- Los templos y las edificaciones para el culto religioso son inviolables.
No pueden ser allanadas sino para impedir la perpetración de un delito, o para
cumplir, de acuerdo con la ley, las decisiones judiciales. Llegado el caso de un
allanamiento, las autoridades tendrán en cuenta las consideraciones del caso.

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Artículo 36.-Todos tienen derecho a hacer reuniones, desfiles y manifestaciones de
carácter religioso en lugares públicos, tales como plazas, parques, paseos
peatonales, avenidas y calles, conforme a los requisitos previstos en esta ley.

Artículo 37.- Las personas naturales o jurídicas que deseen llevar a cabo una
reunión, desfile o manifestación de carácter religioso en forma pública deben hacer
una participación con veinticuatro horas de anticipación, por lo menos, a la primera
autoridad pública de la jurisdicción, en la cual se indicará el nombre de los
responsables del acto, el lugar, itinerario, el día, hora, objeto y programa del acto. La
autoridad civil acusará recibo de la participación en una copia de la misma en el acto
de su presentación y en la misma oportunidad la misma fecha le entregará a los
interesados la resolución administrativa aceptando el acto público.
Si otras personas hubiesen solicitado con anterioridad una autorización para realizar
un acto público en la misma fecha y lugar, o uno cercano, o el sitio escogido
estuviese afectado por una prohibición general previa, la primera autoridad sugerirá
los cambios en lugar fecha o itinerario, en el sitio o itinerario que sean aconsejables,
a fin de otorgar la aceptación correspondiente.
A los efectos de esta disposición, la primera autoridad civil llevará un libro en el cual
irá anotando en riguroso orden cronológico, las participaciones de reuniones y
manifestaciones públicas recibidas.

Artículo 38.- Los funcionarios policiales velarán por el buen desarrollo del acto
público, en el lugar, itinerario y horario previsto para ello, para lo cual coordinará con
las personas organizadoras de dicho acto las medidas necesarias para garantizar
que no afectará la seguridad pública, ni el orden público, ni la tranquilidad ciudadana.

Artículo 39.- Cuando exista una prohibición general de realizar reuniones, desfiles
o manifestaciones públicas en plazas, parques, paseos peatonales, avenidas, calles
u otros sitios de un municipio, previsto en una resolución municipal debidamente
publicada, los y las alcaldes podrán autorizar en forma excepcional, a solicitud de
una asociación religiosa, reuniones, desfiles o manifestaciones de carácter religioso
en dichos sitios, siempre que no afecten el orden público.

TÍTULO VIII:
DEL CONSEJO CONSULTIVO DE LA RELIGIONES ANCESTRALES

Artículo 40.- Se crea el Consejo Consultivo de Ancianos y Ancianas de las


Religiones Ancestrales, con carácter autónomo y plural, el cual estará integrado por
una representación, principal y suplente, de cada una de las diversas religiones
ancestrales presentes en el país, el cual tendrá entre sus funciones, las siguientes:
a) Asesorar al Estado, a través de la instancia asignada por el Ministerio del Poder
Popular con competencia en materia de religiones y cultos, en todas las materias
relacionadas con las creencias, cultos y prácticas de las religiones ancestrales.
b) Representar ante el Ministerio del Poder Popular con competencia en materia de
religiones y cultos, y cualquier otro órgano o ente del Estado, a las distintas
expresiones religiosas ancestrales para hacer llegar sus planteamientos y

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tramitar cualquier iniciativa, propuesta o proyecto que tengan a bien elevar a la
consideración de cualquiera de los poderes públicos.
c) El Consejo Consultivo de Ancianos y Ancianas de las Religiones Ancestrales es
de carácter autónomo y representa a las diferentes religiones ancestrales
asentadas en el territorio nacional.

TÍTULO IX:
DISPOSICIONES TRANSITORIAS Y FINALES

Artículo 41.- En un lapso no mayor de 3 meses, a partir de la promulgación de la


presente ley, el Parlamento interreligioso, sancionará y promulgará los reglamentos
especiales que sean necesarios de acuerdo al texto de la ley.

Artículo 42.- Las organizaciones y asociaciones religiosas establecidas y no


inscriptas ante el órgano con competencia, tendrán un plazo de 3 meses para iniciar
el trámite del registro civil a partir de la puesta en vigencia de la presente Ley.

Artículo 43.- La República, a través del Ministerio del Poder Popular con
competencia en materia de religiones y cultos, favorecerá el diálogo interreligioso
para promover la fraternidad, el reconocimiento, respeto mutuo y apoyar las acciones
e iniciativas interreligiosas que contribuyan al desarrollo integral de la nación, los
fines del Estado y el logro del bien común de toda la sociedad venezolana.

Articulo 44.- se establece la creación de una instancia con capacidad de


promocionar, proteger, estimular y apoyar al ámbito religioso ancestral, y el cual
nombrará un director (a) que será designado por libre elección directa y secreta con
la participación de las Asociaciones Civiles, Federaciones y Confederaciones
debidamente registradas ante el MPPRIJP y adscrita al Ministerio del Poder Popular
con competencia en las religiones ancestrales.

Articulo 45.- Se crea, además, un órgano asesor compuesto por personas de


reconocida experiencia en el campo religioso ancestral, que funcionará como
instancia asesora y consultiva y de apoyo a la instancia con competencia en materia
de religiones y cultos. Esta última instancia favorecerá la comunicación y el diálogo
entre los diferentes factores religiosos para promover la fraternidad, el conocimiento
y respeto mutuo y las acciones interreligiosas que busquen el bien común.

Articulo 46.- Se creará un parlamento religioso ancestral, que será formado por un
número de diputados o representantes elegidos de acuerdo a la proporción nominal
o uninominal según la población religiosa que conforman las religiones ancestrales,
dicho parlamento será el órgano que estará en la obligación de promulgar y
sancionar la reglamentación necesaria y de crear una instancia en consenso con el
Consejo Consultivo de Ancianos de las Religiones Ancestrales, que permita
direccionar y fortalecer la política pública de las religiones ancestrales como base

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fundamental que caracterizan la identidad nacional venezolana, así como el Registro
Público de Organizaciones Religiosas Ancestrales.

Artículo 47.- Cualquier ciudadano o ciudadana que, en ejercicio de sus creencias,


culto o práctica religiosa, incurriese en la comisión de alguna falta o delito se regirá
por lo establecido en las leyes vigentes de la República.

Artículo 48.- La presente ley rige a partir de la fecha de su promulgación en la


Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela y deroga todas las
disposiciones que le sean contrarias.

En la ciudad de Caracas, 19 de diciembre de 2018

Anteproyecto Propuesto por:

Movimiento Nacional de Religiones e Identidad Espiritual (IDES)

Asociación Civil Internacional Oriateces de Venezuela AOV

Asociación Civil Awo Omi Ile

Asociación Nacional de Espiritistas Monumento Natural María Lionza Sector


Sorte

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