358 Grabaciones.
qxp_Scherzo 4/1/20 12:35 Página 58
> SIGLO XXI
¢ GRABACIONES
CARTER:
Too many arguments in line 17. When
all else fails. Grip. Errata. Break. E.a.
Jack Quartet. Yarn/Wire. Calder Quartet.
Emanuele Torquati. Duo Dillon-Torquati.
Keith Kirchoff. KAIROS 0015048 (1 CD)
Primero fue la venta del sello, luego el
fallecimiento de su fundador, Peter Oswald.
Con ambos episodios Kairos pasó de ser una
marca fundamental pero modesta, que hacía de
cada lanzamiento una referencia, a una
maquinaria mucho mayor que publica bastantes
más discos y solo algunos son verdaderamente
relevantes. No es el caso último de este álbum,
consagrado a obras de cámara del compositor
norteamericano Ryan Carter (1980), que no
resulta desde luego desdeñable. Interesado en
cómo la tecnología en ocasiones distorsiona la
forma en la que las personas oyen música, las seis
piezas recogidas aquí, pese a que se escuchan con
interés, dejan la sensación de ser obras menores.
De especial fortuna es When all else fails
(2016), para dos pianos preparados y dos
percusionistas, y cuya estética hibrida los
mundos de John Cage y Lou Harrison.
Polirritmias y ciertos pasajes repetitivos
incardinan una partitura que, en la escucha,
resulta incluso afable. En los cuartetos de
cuerda Carter se muestra más exploratorio.
Para el Cuarteto Jack compuso Too many
arguments in line 17 (2010), inspirado por los
problemas técnicos que experimentó el
compositor mientras veía un vídeo en Internet.
Las interrupciones bruscas del discurso y las
frases repetidas en bucle, como si la música
cayera en una redundancia errónea,
emparentan la estética con la de un Bernhard
Lang en el campo instrumental.
Más desligado de explicitaciones musicales
es el segundo cuarteto, Grip (2006), para el
Calder Quartet. Mediante procesos síncronos y
asíncronos, Carter pergeña una composición
formada por múltiples capas de sonido y
reiteradas técnicas extendidas que confieren a
la página el barniz más postdarmstadtiano de
todo el programa del disco. En la pianística
Errata (2010) el tono se vuelve exuberante y
virtuoso, también bastante yermo.
Ismael G. Cabral
58 SCHERZO
LEVINAS:
La Passion selon Marc. M. Léger. M.
Grange. Guilhem. Terrail. M. Dubroca.
Ensemble Vocal de Lausanne. Orchestre
de Chambre de Lausanne. Director:
Marc Kissóczy. BELAIRE 152 (1 DVD)
Queda claro desde su propio título, La Passion
selon Marc (subtitulada, Una pasión después de
Auschwitz) que el francés Michaël Levinas (1949)
se tomó este cargo con enorme
grandilocuencia. Y de ella, de la sensación de
querer aspirar a ser una música muy
importante, no escapa la audición durante los
casi 90 minutos que dura la partitura. Es tal el
empeño que Levinas, quien fuera alumno de
Olivier Messiaen, se sitúa aquí en una esfera
estética muy alejada de logros suyos como las
óperas La Métamorphose y Les Nègres.
Estrenada en Lausana en 2017, se inscribe
en la tradición de heterogéneas misas con
raíces en Britten, Harbison y Golijov, entre
otros. La gramática del francés es mucho más
austera, y exuda la pieza un aire de contención,
de severidad, que no se trunca en ningún
pasaje. Se cantan textos en hebreo, se enuncian
frases bíblicas y se pone voz a poemas de Paul
Celan. Con forma de tríptico Levinas, desde
luego, no teme a la forma; es este el relato
—muy particularmente entendido— de las
últimas horas de la vida de Cristo cantadas por
solistas, coro y comentadas instrumentalmente
por una orquesta. El músico arrincona cualquier
tentación exploradora en favor de una
funcionalidad que le permita desplegar una
dramaturgia sin acusada personalidad. El color
general, si invocamos al maestro del compositor,
sería siempre alrededor de la escala de grises.
No hay dinámicas muy acusadas, tampoco
llamativos cambios métricos, y toda la estructura
es estable, con largos solos de la soprano, bien
resueltos por Magali Léger e intervenciones
quejumbrosas de Guilhem Terrail.
No hacía falta una grabación en DVD de esta
música, porque la filmación es rutinaria, con
excesivos primeros planos y escasos encuadres.
Los músicos sirven con competencia a una obra
que difícilmente despertará ni grandes
adhesiones ni enconadas iras.
Ismael G. Cabral
MARSALIS:
Violin Concerto. Fiddle Dance Suite.
Nicola Benedetti, violín
The Philadelphia Orchestra. Director:
Cristian Macelaru
DECCA 4850013 (1 CD)
El Violin Concerto de Marsalis se graba por
primera vez con su dedicataria como solista,
con toda una Philadelphia Orchestra (un lujazo)
y con un joven director al frente que ha tenido
entre sus mentores, entre otros, al gran Rafael
Frübeck de Burgos. Es una obra
extremadamente heterogénea, con multitud de
acentos, de referencias, de evocaciones
musicales, reflejo sin duda de la multitud de
afectos e influencias de su autor.
La obra es brillante y atractiva; esto es
indiscutible e incluso es su rasgo más
claramente definitorio, y la primera audición
nos pide una segunda para poderla apreciar
pasadas las múltiples sorpresas que nos depara
cuando la escuchamos por primera vez. Quizá
también pueda parecer como si Marsalis nos lo
quisiera explicar todo (todo lo que es como
músico) con una torrencialidad sorprendente si
tenemos en cuenta que es también un intérprete
(un gran trompetista) mesurado y riguroso
tanto en el ámbito clásico como en el jazz.
La solista cumple sobradamente con su
exigente parte y el director y la orquesta dan
cuenta de un trabajo intenso para llevar a buen
puerto la interpretación de una composición
que es todo menos fácil y previsible. Le sigue
una suite para violín solo no menos ambiciosa y
no menos exigente. Los sonidos característicos
de la música popular americana de raíz europea
que nutre el repertorio violínístico tradicional
del país se refleja aquí desde el primer
momento. Y así encontramos de un modo
explícito una suerte de giga de clara inspiración
irlandesa en el tercer movimiento, algo que
también advertimos en el primero y en diversos
pasajes del resto de la obra, siendo
especialmente brillante en el movimiento final.
El jazz, el blues y hasta el góspel se asoman
constantemente a lo largo de una composición
que permite lucirse a la solista.
Josep Pascual