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Procedimien­to disciplinario en materia

de empleo público en la provincia de


Buenos Aires1
Disciplinary procedure in matters of public
employment in the province of Buenos Aires
Procedimento disciplinar em matéria de emprego
público na província de Buenos Aires
Procédure disciplinaire en matière d’emploi public
dans la province de Buenos Aires

Pablo Octavio Cabral2 | Universidad Nacional de La Plata

Revista Derechos en Acción / ISSN 2525-1678 / e-ISSN 2525-1686


Año 4/Nº 10 Verano 2018/2019 (21 diciembre a 21 marzo), 78-109
DOI: https://doi.org/10.24215/25251678e246
ORCID: https://orcid.org/0000-0001-5768-4958
Recibido: 17/12/2018
Aprobado: 01/02/2019

Resumen: Se abordan los procedimien­tos administrativos disciplinarios


que se desarrollan en el ámbito de la relación de empleo público en
territorio bonaerense. Estos procedimien­tos especiales, conocidos como
sumarios administrativos que tramitan ante la propia Administración
empleadora, tienen por finalidad precisar todas las circunstancias y
reunir los elementos de prueba tendientes a esclarecer la comisión de
irregularidades –faltas administrativas-, individualizar a los agentes
responsables y proponer y aplicar sanciones. Para realizar un estudio
debemos contar con un plexo normativo y para ello abordaremos el régi-
men provincial de empleo público regulado en la ley Nº 10.430 –arts.80
a 106- y su reglamentación (Decreto 4161/96).

1
El presente texto se redactó con base en lo expuesto en los capítulos VII y VIII de la
obra; Cabral, Pablo Octavio y Schreginger, Marcelo José; El régimen de Empleo Público en
la Provincia de Buenos Aires, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2009.
2
Docente de Derecho Administrativo II, pablooctaviocabral@yahoo.com.ar.

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Procedimien­to disciplinario en materia de empleo... | Pablo Octavio Cabral

Palabras claves: Empleo público. Procedimien­to administrativo. Potes-


tad disciplinaria.
Abstract: The disciplinary administrative procedures that are developed
within the scope of the public employment relationship in Buenos Aires
territory are addressed. These special procedures, known as administra-
tive summaries that are processed before the Employer Administration
itself, are intended to specify all the circumstances and gather evidence
to clarify the commission of irregularities-administrative bureaucracy-to
identify the responsible agents and propose and apply sanctions To
carry out a study we must have a normative plexus and for that we will
address the provincial regime of public employment regulated by Law
No. 10,430 -arts.80 to 106- (hereinafter LEP) and its regulations (Decree
4161/96).
Keywords: Public employment. Administrative Procedure. Disciplinary
authority
Resumo: Serão abordados os procedimentos administrativos disciplina-
res que são desenvolvidos no âmbito da relação de emprego público no
território de Buenos Aires. Esses procedimentos especiais, conhecidos
como sumários administrativos que são processados na própria Adminis-
tração empregadora, destinam-se a especificar todas as circunstâncias
e reunir provas para esclarecer a comissão de irregularidades - faltas ad-
ministrativas -, identificar os agentes responsáveis e propor e aplicar
sanções Para realizar um estudo, devemos ter um plexo normativo e
para isso vamos abordar o regime provincial de emprego público regu-
lamentado na lei Nº 10.430 - artigos 80 a 106 - (em diante LEP) e sua
regulamentação (Decreto 4161/96).
Palavras-chave: Emprego público. Procedimento administrativo. Autori-
dade disciplinar.
Résumé: Dans cet article, il est question des procédures administrati-
ves disciplinaires appliquées dans le domaine des emplois publics sur
le territoire de la province de Buenos Aires. Ces procédures spéciales,
connues sous l’appellation d’instructions administratives, qui sont
appliquées face à la propre administration employeur, ont pour objet
de préciser toutes les circonstances et de rassembler les éléments de
preuve visant à éclairer la commission des irrégularités – de fautes
administratives - d’identifier les agents responsables et de proposer et

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appliquer des sanctions. Pour réaliser une étude, nous devons disposer
d’un plexus normatif et, pour cela, nous aborderons le régime provincial
de la fonction publique régi par la loi n ° 10 430 -arts.80 à 106- (ci-après
le LEP) et sa règlementation (décret 4161/96).
Mot-clés: Emploi public. Procédure administrative. Pouvoir disciplinaire.

I. Introducción
En el presente documento abordaremos los procedimien­
tos administrativos disciplinarios que se desarrollan en el
ámbito de la relación de empleo público en territorio bonae-
rense. Estos procedimien­ tos especiales, conocidos como
sumarios administrativos que tramitan ante la propia Admi-
nistración empleadora, tienen por finalidad precisar todas las
circunstancias y reunir los elementos de prueba tendientes a
esclarecer la comisión de irregularidades –faltas administrati-
vas-, individualizar a los agentes responsables y proponer y
aplicar sanciones.
Para realizar un estudio debemos contar con un plexo
normativo y para ello abordaremos el régimen provincial de
empleo público regulado en la ley Nº 10.430 –arts.80 a 106- (en
adelante LEP) y su reglamentación (Decreto 4161/96), dejando
fuera la regulación normativa nacional, otros regímenes pro-
vinciales (docentes, policías, agentes penitenciarios, etc.), así
como la legislación aplicable a los empleados públicos munici-
pales (Ley 14.656, arts. 23 a 44).

II. Contextualización. Conceptos y principios jurídicos


aplicables
El procedimien­to administrativo disciplinario está alcanzado
por diferentes ordenamien­tos jurídicos con normas y princi-
pios propios que deben intervenir para regular los sumarios
administrativos en forma equilibrada (derecho administrativo,
derecho laboral, derecho penal, derechos humanos). De un

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lado está el Estado, con su poder público que se manifiesta a


través de la potestad sancionatoria (en el contexto de la relación
laboral) y, en el otro una persona que presta servicios para la
administración pública, con sus respectivos derechos como tra-
bajador público (estabilidad propia, principios protectorios del
trabajador, derechos laborales) y sus derechos a un debido pro-
cedimien­to adjetivo (garantías procesales reconocidas constitu-
cionalmente), en tanto ciudadano sometidos al poder punitivo
de las autoridades públicas.
Explica Hutchinson que el procedimien­to sancionador gené-
rico tiene una doble finalidad, reparadora y sancionatoria, y que
ejercita la potestad de la Administración de penar las extralimi-
taciones que cometan sus funcionarios y los particulares. Busca
averiguar la realidad y extensión de la extralimitación cometida,
ponderar las circunstancias que en ella concurren y aplicar las
sanciones pertinentes. A partir de esta facultad sancionatoria
el profesor distingue aquellos procedimien­tos que se incoan
contra particulares –Correctivos- de los que se inician contra
los propios funcionarios públicos cuando violan sus deberes
–disciplinarios-. Aquí abordaremos estos últimos3.
El procedimien­to sumarial en materia disciplinaria consti-
tuye herramienta administrativa (integrada por una sucesión de
actos materialmente administrativos casualmente relacionados
entre sí) para decidir y fundamentar una sanción a un agente
y, al mismo tiempo, es un carril formal que garantiza el dere-
cho de defensa del propio trabajador estatal, ya que tiene por
objeto habilitar la sanción, previa acreditación de hechos u
omisiones que pudieren constituir faltas punibles y de todas sus
circunstancias. Es por ello un instrumento jurídico que satisface
el interés de la Administración pública (y a través de ella, el
interés público), garantizando al mismo tiempo los derechos
fundamentales de los trabadores estatales.

3
Hutchinson, Tomás: Procedimien­to administrativo de la provincia de Buenos Aires, Astrea,
Buenos Aires, 1995.

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II.1. La potestad sancionatoria


El Estado cuenta para poder cumplir con sus funciones
constitucionales y legales con prerrogativas que le permiten
desarrollarlas plenamente, llamadas potestades, que no son otra
cosa que facultades de actuación nacidas como consecuencia de
habilitaciones del propio ordenamien­to jurídico. Un ejemplo
de ellas es la potestad sancionatoria o disciplinaria.
La facultad –en general- que la Administración tiene de
aplicar sanciones a los administrados, deriva de su potestad
sancionatoria, otorgada esta por el ordenamien­ to jurídico al
Estado, en tanto se trata del titular del monopolio legal de la
fuerza. La potestad es una manifestación del concepto genérico
de poder jurídico, atribuido por el ordenamien­to en forma pre-
via e independiente de toda relación jurídica concreta.
Esta potestad sancionadora que posee el Estado puede ser
ejercida por el Poder Ejecutivo, en aplicación de penas admi-
nistrativas y por el Poder Judicial en cuanto éste sentencie a
los ciudadanos por violación del ordenamien­ to jurídico. El
procedimien­to disciplinario discurre en el ámbito administra-
tivo y es ejercido por la autoridad pública hacia el interior de su
estructura organizativa.
El incumplimien­to por parte de los agentes estatales de los
deberes y prohibiciones derivados de la relación de empleo pú-
blico genera consecuencias jurídicas de carácter sancionatorio
que imponen obligaciones de reparar o satisfacer el daño causa-
do. Dentro de la responsabilidad de los agentes estatales puede
distinguirse las siguientes esferas, especies o categorías:
a) Responsabilidad civil, tendiente a reparar los daños de
naturaleza patrimonial ocasionados a terceros por la actua-
ción u omisión, tanto lícita como ilícita, del Estado.4

4
Es necesario aclarar que la responsabilidad del agente puede ser independiente,
concomitante o derivada de la responsabilidad del Estado cuando el deber de responder
sea externo, es decir, hacia terceros afectados por el actuar administrativo. Este tipo de
responsabilidad, en la esfera nacional, se encuentra regulada legislativamente en la Ley

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 ) Responsabilidad penal, que tiene por objeto punir a


b
aquellos agentes que como autores, cómplices o instigadores
incurrieren en delitos previstos en el Código Penal y sus
leyes especiales, cuando su calidad de funcionario público
determine o agrave la aplicación de la figura penal infringida.
c) Responsabilidad política, sólo puede recaer en deter-
minados funcionarios de alto rango por motivos previstos
en la Constitución y tiene por finalidad –por un lado– su
remoción y –además- quitar cierta inmunidad permitiendo
su enjuiciamien­to por delitos cometidos o por los daños
que hubiere ocasionado.
d) Responsabilidad administrativa es la que nace frente
a las irregularidades cometidas por quienes administran o
custodian bienes y se tramita mediante los denominados
juicios de cuentas (interviene el Tribunal de Cuentas de
la Provincia de Bs. As. y se evalúa la rendición obligatoria
que realizan funcionarios que administran dinero público
provincial o municipal) y juicios de responsabilidad
(interviene el Tribunal de Cuentas y la Contaduría Gene-
ral de la Provincia y procede cuando existe daño al erario
público, tanto por culpa como por dolo del agente).
e) Responsabilidad disciplinaria, que procede en el
ámbito interno de la organización y es propia y relativa a la
relación de empleo público y puede comprender conductas
realizadas tanto dentro como fuera del servicio, cuando han
sido previstas por la ley, como las lesivas de la imagen o del
buen funcionamien­to del servicio. Dicha responsabilidad
tiene por objeto inmediato proteger el buen funcionamien­to

de Responsabilidad del Estado Nacional (Nº 26.944) en su artícu­lo 9 que dispone: “La activi-
dad o inactividad de los funcionarios y agentes públicos en el ejercicio de sus funciones por
no cumplir sino de una manera irregular, incurriendo en culpa o dolo, las obligaciones legales
que les están impuestas, los hace responsables de los daños que causen. La pretensión
resarcitoria contra funcionarios y agentes públicos prescribe a los tres (3) años. La acción de
repetición del Estado contra los funcionarios o agentes causantes del daño prescribe a los
tres (3) años de la sentencia firme que estableció la indemnización”.

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de la Administración Pública, pero como fin trascendente, la


necesaria satisfacción del bien público por parte del Estado.
Corresponde destacar que estas distintas modalidades de
responsabilizar a los agentes estatales no se excluyen entres sí,
pudiendo acumularse, sin por ello violentar el principio non bis
in ídem, con fundamento en que en cada una de las esferas se
protegen bienes jurídicos independientes.

II.2. La relación de empleo público, la estabilidad


y los principios protectorios de los trabajadores
Según la doctrina mayoritaria, el derecho disciplinario
administrativo tiene por objeto sancionar aquellas conductas
del agente público que lesionan el buen funcionamien­to de la
Administración Pública y que se originan en la inobservancia
de los deberes inherentes a su calidad de agente público o en
la comisión de acciones expresamente prohibidas por la nor-
mativa aplicable.
Por tratarse del ejercicio de una potestad estatal en el marco
de una relación especial de trabajo, es necesario realizar una
revisión de los conceptos centrales de la vinculación laboral
conocida como empleo público.
La relación de empleo público puede ser definida como
aquel contrato administrativo mediante el cual una persona
física se compromete a la realización de una serie de tareas,
previamente reglamentadas, por las cuales el Estado asume el
pago de una suma de dinero en forma periódica, y con un
conjunto más amplios de derechos. La relación discurre entre
derechos, deberes, obligaciones y potestades públicas, regidos
todos ellos por el derecho público.5
El trabajador del Estado, al igual que la persona que trabaja
en el sector privado, se encuentra alcanzado por los principios

5
Ampliar en Cabral, Pablo Octavio y Schreginger, Marcelo José; El Régimen de Empleo
Público en la Provincia de Buenos Aires, Editorial Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2009”, Cápi-
tuo II, Naturaleza jurídica y principios de la relación de empleo público.

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Procedimien­to disciplinario en materia de empleo... | Pablo Octavio Cabral

protectorios que se originaron en el Derecho laboral y que


hoy se encuentran- en su mayoría- incorporados al bloque de
constitucionalidad (art. 14 bis CN y tratados de derechos huma-
nos). Un lugar especial en el abanico de derechos reconocidos
a los agentes públicos lo ocupa la Estabilidad en el cargo. La
Constitución Nacional dispone expresamente que las leyes ase-
guraran la estabilidad del empleado público (Art. 14 bis) y la
Carta provincial establece que la carrera administrativa deberá
ser legislado con base en la estabilidad del trabajador estatal
(Art. 103, inc. 12 Const. Pcial.).
El paradigma que está presente en la doctrina adminis-
trativista más clásica es la primacía del Estado por sobre los
particulares y la efectiva presencia del real poder estatal en sus
relaciones con los ciudadanos, fundado en la superioridad del
interés público por sobre los intereses individuales.
Esta desigualdad que inclina la balanza hacia el poder
estatal también está presente en la relación del Estado con sus
empleados. Los poderes y las prerrogativas del Estado, como
defensor del interés general, deben primar, según esta concep-
ción, por sobre los intereses particulares de los trabajadores
que se desempeñan dentro de su órbita.
La paulatina incorporación de los derechos sindicales a los
trabajadores estatales, junto con la constitucionalidad de los de-
rechos sociales fundamentales, puso de relieva la contradicción
entre los intereses sectoriales de los empleados públicos y esta
concepción administrativista de la relación jurídica que los
une con el Estado empleador y que sostiene que el empleo
público satisface las necesidades colectivas por lo que, al organi-
zarlo el Estado con fines de interés público justifica desconocer
muchos derechos de los trabajadores públicos.
Entiendo que esto no es así, ya que de una correcta her-
menéutica jurídica no se desprende tal oposición, sino por el
contrario, existe una armonía que permite la coexistencia pacífica
de las prerrogativas estatales, el interés público y los principios
constitucionales y legales protectorios del derecho laboral.

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II.3. Garantías procesales


El procedimien­to administrativo, entendido como la sucesión
legalmente ordenada de hechos y actos, tendientes al nacimien­to
de una decisión final materialmente administrativa, se encuentra
alcanzado en nuestro país por las garantías constitucionales de
debido proceso, tutela procesal efectiva. El procedimien­to dis-
ciplinario aplicable a la relación de empleo público provincial
también se encuentra amparado por dichas garantías.
Así, el procedimien­ to disciplinario tiene como límite el
derecho a la tutela judicial efectiva, postulado que irrumpió con
toda su fuerza no sólo el ámbito judicial, sino también en el del
procedimien­to administrativo –como garantía de tutela efectiva–.
Constitucionalmente a nivel nacional surge dicha protec-
ción del preámbulo de la Carta nacional (“afianzar la justicia”)
y de las garantías del debido proceso y defensa en juicio de
su artícu­lo 18. El gran cambio normativo se produjo con la
incorporación de los Tratados Internacionales de protección
de derechos humanos efectuada en el artícu­lo 75, inciso 55 de
la Constitución Nacional.
Concretamente ha sido muy importante el impacto derivado
de la aplicación de los artícu­lo 8 y 25 de la Convención Ameri-
cana de Derechos Humanos por parte de la Corte Interamericana
con sede en San José de Costa Rica, y la posterior recepción en
nuestra sede nacional por un criterio interpretativo de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación6, seguido por los tribunales
inferiores del ámbito federal y de las provincias7.
Con fecha 3 de mayo de 2016 la Corte Interamericana de
Derechos Humanos dictó Sentencia en el caso Maldonado
Ordoñez Vs. Guatemala, sometiendo un procedimien­ to

6
CSJN, Causa “Giroldi”, sent. de 7-IV-1995.
7
Por ejemplo, la SCBA interpretó la garantía del debido proceso legal de acuerdo con los
criterios interpretativos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. SCBA, causa B.
56.626, “Suárez”, sent. de 17-XII-2003; causa A.68.782, “Colegio de Bioquímicos de la PBA”,
sent. de 22-XII-2008.

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disciplinario –desarrollado en el marco de una relación de


empleo público- al test de cumplimien­to de las garantías del
debido proceso establecidas en el artícu­lo 8 de la Convención
Americana de Derechos Humanos (CADH). Allí el Tribunal
declaró responsable internacionalmente al Estado guatemalteco
por la violación del: 1) derecho a conocer el fundamento de
la acusación, contenido en el artícu­lo 8.2.b de la Convención
Americana; 2) derecho a la defensa, contenido en el artícu­lo
8.2.c de la Convención Americana, y 3) deber de motivación y
al principio de legalidad, contenidos en los artícu­los 8.1 y 9 de
la Convención Americana.
Dijo la Corte que cualquier actuación u omisión de los órga-
nos estatales dentro de un proceso, sea administrativo sancio-
natorio o jurisdiccional, debe respetar el debido proceso legal
y que las garantías mínimas expresadas en el art.  8.2. de la
CADH deben respetarse en el procedimien­to administrativo y
en cualquier otro procedimien­to cuya decisión pueda afectar
los derechos de las personas. Analizó el Tribunal el derecho
del sumariado administrativamente a tener una comunicación
previa y detallada de la acusación y derecho a la defensa, el
deber de motivación y principio de legalidad
Recordó que el principio de presunción de inocencia
constituye un fundamento de las garantías judiciales, y que
dichas garantías deben observarse en los procedimien­tos en
que se determinen o se afecten derechos y obligaciones de
orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.
Finalmente, en relación al principio de legalidad, la rei-
teró que el artícu­lo 9 de la CADH es aplicable a la materia
sancionatoria administrativa, indicando que las sanciones admi-
nistrativas son una expresión del poder punitivo del Estado
y que tienen, en ocasiones, naturaleza similar a las sanciones
penales. Unas y otras implican menoscabo, privación o altera-
ción de los derechos de las personas, como consecuencia de
una conducta ilícita. Por lo tanto, en un sistema democrático
es preciso extremar las precauciones para que dichas medidas

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se adopten con estricto respeto a los derechos básicos de las


personas y previa una cuidadosa verificación de la efectiva exis-
tencia de la conducta ilícita. Asimismo, en aras de la seguridad
jurídica es indispensable que la norma sancionatoria exista y
resulte conocida, o pueda serlo, antes de que ocurran la acción
o la omisión que la contravienen y que se pretende sancio-
nar. En concordancia con lo anterior, la Corte considera que el
principio de legalidad también tiene vigencia en materia disci-
plinaria, no obstante su alcance depende considerablemente de
la materia regulada. La precisión de una norma sancionatoria
de naturaleza disciplinaria puede ser diferente a la requerida
por el principio de legalidad en materia penal, por la naturaleza
de los conflictos que cada una está destinada a resolver.
Este principio rector del procedimien­ to disciplinario se
encuentra explicitado en el artícu­lo 80 de la ley de empleo
público –en adelante LEP-8 que consagra la vigencia plena del
principio nullum crimen sine lege previa respecto de los agen-
tes de la Administración Pública provincial, ya que proscribe
tanto la aplicación de sanciones disciplinarias como cualquier
forma de extinción del víncu­lo por causas y procedimien­tos
que no hayan sido determinados por la ley general de empleo
público y su reglamentación.
El principio de legalidad, como vimos consagrado expresa-
mente en la ley de empleo público, exige:
a) La atribución legal de la potestad disciplinaria;
b) La determinación de los tipos sancionables;
c) La determinación de las sanciones aplicables.
Esta consagración legislativa impide la apreciación como
faltas de conductas que no hayan sido impuestas previamente

8
Art. 80 de la ley 10.430: “Los agentes de la Administración Pública de la Provincia no
podrán ser objeto de sanciones disciplinarias ni privados de su empleo, sino por las causas
y procedimien­tos determinados en esta ley y su reglamentación. Art. 80, Decreto 4161/96:
“La acción disciplinaria es el ejercicio del poder disciplinario que tiene la Administración
Pública para sancionar a sus agentes por los hechos u omisiones que constituyan faltas
administrativas”

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Procedimien­to disciplinario en materia de empleo... | Pablo Octavio Cabral

como deberes o prohibiciones, así como tampoco aplicar otras


sanciones que las previstas por la ley. El respeto al principio
de legalidad para aplicar las sanciones determinadas en la ley
es riguroso, no pudiendo apartarse de las especies previstas en
dicho principio.

III. El procedimien­to disciplinario en la provincia


de Buenos Aries
III.1. Regulación constitucional y legal
La SCBA sintetiza la constitucionalización de la relación
de empleo público en nuestra provincia reconociendo ciertos
principios o bases fundamentales que surgen del ordenamien­to
constitucional9:
1- La estabilidad en el cargo (arts. 14 bis, CN; 103 inc. 12
Const. Pcial.).
2- El derecho a la carrera administrativa (art. 103 inc. 12
Const. Pcial).
3- La idoneidad para el acceso a la función (arts.  16 CN;
103, inc. 12 Const. Pcial.)
4- Régimen de incompatibilidades (arts. 53 y 103, inc. 12
Const. Pcial.)
5- Negociación colectiva (art. 39, inciso 4 Const. Pcial).
6- Respecto del Procedimien­to Disciplinario; la tutela efec­
tiva y el debido proceso frente al ejercicio de la potestad
sancionatoria (arts. 18 CN y 15 Const. Pcial)
Legalmente, el procedimien­ to disciplinario se encuentra
regido por normas específicas dentro de la ley de empleo
público –Nº  10.430- (Régimen disciplinario, arts.  80 a 106 y
su reglamentación por Decreto 4161/1996), que para aquellas
cuestiones no normadas remite supletoriamente al decreto

9
SCBA, causa I 2021, “Municipalidad de San Isidro c/­Provincia de Buenos Aires s/­Incons-
titucionalidad de ley 11.757”, sent. de 27-VIII-2014.

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ley de procedimien­to administrativo –Nº  7647/70– y a la ley


procedimien­tos penales provincial.

III.2. Presupuestos y sanciones disciplinarias


III.2.1. Presupuestos
Los presupuestos para dar inicio a un procedimien­to dis-
ciplinario en materia de empleo público es necesario que la
Administración tome conocimien­to respecto de: 1) la existen-
cia de una falta administrativa, 2) que sea impu­table al agente
o empleado y 3) que su actuar sea culposo o doloso. Además,
es exigencia legal que el poder disciplinario no se encuentre
extinguido por fallecimien­to del responsable, desvinculación
del agente o prescripción (4).

1) Falta administrativa
El principal presupuesto, como se pudo observar al
desarrollar el principio de legalidad, es la presunta existencia
de una falta administrativa, entendida como todo acto u
omisión del funcionario, que viole deberes funcionales. Como
lo dice expresamente la reglamentación del artícu­lo 80 de la
LEP, la acción disciplinaria es el ejercicio del poder disciplina-
rio que tiene la Administración Pública para sancionar a sus
agentes por los hechos u omisiones que constituyan faltas
administrativas.
La falta disciplinaria es el presupuesto de hecho necesa-
rio para aplicar la sanción, ya que la configuración de la falta
determina la posibilidad de actuar o ejercer la potestad discipli-
naria; en consecuencia, para hacer efectiva la sanción, el agente
necesariamente tiene que haber cometido una falta.
La falta siempre consiste en una violación de un deber o
prohibición legítimamente impuesto, éste puede ser relativo
a la función o constituir una conducta exigida fuera de sus
funciones por ser considerada negativa para el funcionamien­to
de la Administración.

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2) Impu­tación
La conducta –tanto activa como omisiva- debe ser atribuible
en su autoría al agente que será impu­tado en el procedimien­to
disciplinario como realizador de la falta administrativa prevista
en la norma aplicable.

3) Culpa o dolo
La posibilidad de sancionar a un trabajador estatal exige que
la conducta que se le atribuye haya sido adoptada con culpa o dolo.
Podemos acercarnos conceptualmente a la culpa entendién-
dola como la omisión de aquellas diligencias o acciones, positivas
o negativas, que exigiere la naturaleza de la obligación y que
correspondiesen a las circunstancias de las personas, del tiempo
y del lugar, ya para dar cumplimien­to a un comportamien­to
debido, ya para prever o evitar un daño (arts.  512, Cód. Civil
-hoy derogado- y 1724, Código Civil y Comercial).
El dolo, por su parte, supone la intención de conseguir el
resultado reprochado por el ordenamien­to jurídico manifestado
en la conducta del autor que persigue el resultado previsto en
la prohibición. La legislación civil regula el dolo como vicio de la
voluntad, entendiendo que acción dolosa es toda aserción de lo
falso o disimulación de lo verdadero, cualquier artificio, astucia
o maquinación que se emplee para la celebración del acto. La
omisión dolosa causa los mismos efectos que la acción dolosa,
cuando el acto no se habría realizado sin la reticencia u oculta-
ción (arts. 931 y 933, Cód. Civil –hoy derogado- y 271, Código
Civil y Comercial).

4) Extinción del poder disciplinario de la Administración


La potestad disciplinaria en materia sancionatoria debe estar
presente como exigencia previa al inicio y sustanciación del pro-
cedimien­to sumarial.
Tal facultad se extingue, según lo dispone expresamente la
LEP en sus artícu­los 90 y 91 ante:

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a) El fallecimien­to del responsable.


b) La desvinculación del agente con la administración,
salvo que la sanción pueda modificar las causas del cese.
c) La prescripción (1 año para sanciones correctivas y 3
años para sanciones expulsivas).
d) Si la falta constituye delito, el plazo de prescripción de
la acción disciplinaria será la establecida en el código penal.
La ley delega en la reglamentación el establecimien­to de
las causales de interrupción y suspensión de la prescripción.10

III.2.2. Sanciones disciplinarias


Las sanciones disciplinarias, en tanto consecuencia
jurídica o castigo por haber cometido una falta, tienen como
finalidad prevenir o reprimir las conductas violatorias de los
deberes y prohibiciones que han sido impuestos para procurar
el normal funcionamien­to de la Administración o para prote-
ger el interés público que a ella se le ha encomendad, coinci-
diendo en ello con la finalidad de la potestad disciplinaria por
ser la consumación de ésta.
Las sanciones pueden son clasificadas en la LEP11 de la
siguiente forma:
1- Sanciones correctivas (apercibimien­ to y suspen-
sión): Son de tipo preventivo: Son de tipo preventivo y tienen
por objeto advertir al agente en forma expresa o implícita del

10
Artícu­lo 91 Decreto 4161/96: “I. La comisión de una nueva falta, la orden de instrucción del
sumario y los actos de procedimien­tos disciplinarios que tiendan a mantener el movimien­to la
acción disciplinaria, interrumpen el plazo de la prescripción de la misma. También lo interrumpen
las acciones presumariales. II. El proceso judicial suspende el término de la prescripción hasta
su resolución definitiva y siempre que de las actuaciones administrativas no surja probada
responsabilidad disciplinaria, en cuyo caso podrá dictarse resolución final, dejando establecido
que la misma queda subordinada al resultado de aquél. III. El plazo de la prescripción corre, se
suspende o se interrumpe separadamente para cada uno de los responsables de la falta.”
11
Artícu­lo 81 Ley 10.430: “Se aplicarán, en los casos que corresponda, sanciones disci-
plinarias de orden correctivo o expulsivo, las que a su vez respectivamente, podrán implicar
apercibimien­to o suspensión hasta SESENTA (60) días corridos y cesantía o exoneración.”

92 | ENSAYOS
Procedimien­to disciplinario en materia de empleo... | Pablo Octavio Cabral

riesgo de recibir una sanción más grave frente a un nuevo


incumplimien­to.
2- Sanciones expulsivas (cesantía y exoneración): Se
caracterizan por extinguir la relación laboral.

III.2.3. Deberes, prohibiciones y causales de sanciones


En el capítulo dedicado al régimen disciplinario, la LEP
identifica las causales que habilitan, por un lado, la aplicación
de una sanción correctiva, y por el otro los que facultan a la
imposición de una sanción expulsiva, ya sea cesantía o exone-
ración. Veamos:
El artícu­ lo 82 indica las causales de las sanciones de
apercibimien­to y suspensión:
Artícu­lo 82.- Serán causales para aplicar sanciones de
carácter correctivo, las siguientes:
a) Incumplimien­to reiterado del horario fijado por las
leyes y reglamentos.
b) Inasistencias injustificadas que no excedan de diez
días discontinuos en el lapso de doce meses inmediatos
anteriores y siempre que no configuren abandono de ser-
vicio. La reglamentación podrá determinar los términos,
forma y condiciones de las sanciones que correspondan
al agente que incurra en inasistencias sin justificar.
c) Falta de respeto a los superiores, iguales, subordina-
dos o al público.
d) Negligencia en el cumplimien­to de sus tareas o fun-
ciones.
e) Incumplimien­to de los deberes determinados en el
artícu­lo 78 o quebrantamien­ to de las prohibiciones
establecidas en el artícu­lo 79, salvo que por su magni-
tud y gravedad deban ser encuadradas bajo las figuras de
cesantía o exoneración.
El artícu­lo 83 hace lo propio con la sanción de cesantía:
Artícu­lo 83.- Serán causales para aplicar cesantías, las
siguientes:

ENSAYOS | 93
REDEA. DERECHOS EN ACCIÓN | Año 4 N° 10 | Verano 2018-2019

a) Abandono del servicio sin causa justificada.


b) Faltas reiteradas en el cumplimien­to de sus tareas o
falta grave respecto a los superiores, iguales, subordi-
nados o al público.
c) Inconducta notoria.
d) Incumplimien­to de las obligaciones determinadas en
el artícu­lo 78 o quebrantamien­to de las prohibiciones
determinadas en el artícu­lo 79 cuando a juicio de la
autoridad administrativa por la magnitud y gravedad de
la falta así correspondiera.
e) Incumplimien­to intencional de órdenes legal y feha-
cientemente impartidas.
f) Inasistencias injustificadas reiteradas que excedan de
diez días discontinuos, en los doce meses inmediatos
anteriores.
g) Concurso civil o quiebra no causal, salvo caso debida-
mente justificado por la autoridad administrativa.
Finalmente, en el artícu­lo 84 de explicitan las causales
correspondientes a la sanción más gravosa:
Artícu­lo 84.- Son causas de exoneración:
a) Falta grave que perjudique material o éticamente a la
Administración.
b) Sentencia condenatoria dictada contra el agente
como autor, cómplice o encubridor por delito contra la
administración o delito grave de carácter doloso de
acuerdo al Código Penal.
c) Las previstas en las leyes especiales.
d) Pérdida de la nacionalidad, conforme a las leyes que
reglan la materia.
e) Imposición de pena principal o accesoria de inhabili-
tación absoluta o especial para la función pública.
Como surge de los textos normativos transcriptos, las san-
ciones correctivas y la cesantía están atadas al incumplimien­to
de los deberes previstos en el artícu­lo 78 y al quebrantamien-
­to de las prohibiciones establecidas en el artícu­lo 79 de la LEP.

94 | ENSAYOS
Procedimien­to disciplinario en materia de empleo... | Pablo Octavio Cabral

El deber jurídico puede ser conceptualizado como la impo-


sición de una conducta –positiva o negativa-, fundada en razones
de interés público, derivada de una norma habilitante, de un
contrato o de un acto administrativo. Constituyen deberes de los
agentes públicos cuando se establezcan como consecuencia de
la relación de empleo público.
Así, en su artícu­lo 78 la LEP dispone como deberes de los
trabajadores estatales de la provincia: prestación de servicios,
obediencia, reserva, guardar secreto, cuidado del patrimonio
estatal, comportamien­to correcto dentro y fuera del trabajo, aten-
ción correcta a los administrados, mantenimien­to de buen trato
con los compañeros, conocimien­to de las normas que lo rigen,
capacitación, denunciar irregularidades administrativas que lle-
guen a su conocimien­to, mantener un compromiso democrático,
declarar su patrimonio, excusarse, declarar actividades labora-
les, declarar domicilio real, declarar en sumarios administrativos y
respetar la vía jerárquica, sin perjuicio de lo que particularmente
impongan las leyes, derechos, resolución y disposiciones.12

12
Artícu­lo 78: “Deberes. Sin perjuicio de lo que particularmente impongan las leyes, decre-
tos, resoluciones y disposiciones, los agentes deben cumplir estricta e ineludiblemente las
siguientes obligaciones: a) Prestar servicios en forma regular y continua, dentro del horario
general, especial o extraordinario que de acuerdo a la naturaleza y necesidad de los mismos se
determine, con toda su capacidad, dedicación, contracción al trabajo y diligencia, conducentes a
su mejor desempeño y a la eficiencia de la Administración Pública. b) Obedecer las órdenes de
un superior jerárquico con jurisdicción y competencia cuando éstas se refieran al servicio y por
actos del mismo y respondan a las determinaciones de la legislación y reglamentación vigentes.
Cuestionada una orden dada por el superior jerárquico, advertirá por escrito al mismo sobre
toda posible infracción que pueda acarrear su cumplimien­to. Si el superior insiste por escrito,
la orden se cumplirá. c) Mantener, en todo momento, la debida reserva que los asuntos del
servicio requieren de acuerdo a la índole de los temas tratados. d) Cuidar los bienes del Estado,
velando por la economía del material y la conservación de los elementos que fueran confiados
a su custodia, utilización y examen. e) Observar, en el servicio y fuera de él, una conducta
decorosa y digna, acorde con las tareas que le fueran asignadas. f) Proceder con cortesía,
diligencia y ecuanimidad en el trato con el público. g) Mantener víncu­los cordiales, demostrar
espíritu de cooperación, solidaridad y respeto para con los demás agentes de la Administración.
h) Conocer fehacientemente las reglamentaciones, disposiciones y todas aquellas normas que
hacen a la operatividad y gestión de la Administración y las referidas específicamente a las
tareas que desempeña. i) Cumplir los cursos de capacitación, perfeccionamien­to y exámenes
de competencia que se dispongan con la finalidad de mejorar el servicio. j) Dar cuenta, por la

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REDEA. DERECHOS EN ACCIÓN | Año 4 N° 10 | Verano 2018-2019

Por su parte, las prohibiciones son las omisiones o abs-


tenciones impuestas por el ordenamien­to jurídico al trabajador
en su relación laboral, que –a diferencia de los deberes–, tie-
nen en general finalidad preventiva, ya sea para evitar caer en
incompatibilidades o, directamente, para neutralizar conductas
perjudiciales para la Administración.
El artícu­lo 79 de la LEP establece las siguientes pro-
hibiciones a los agentes públicos provinciales; incurrir en
incompatibilidades en el ejercicio de su cargo, percibir benefi-
cios económicos no autorizados, excederse intencionalmente en
su competencia, tener víncu­los contractuales en forma directa
o indirecta, mantener víncu­ los patrimoniales con contratistas
estatales o fiscalizados por su dependencia, expresarse en forma
negativa respecto de las autoridades administrativas o de sus
actos, utilizar bienes o servicios del Estado en su provecho, prac-
ticar la usura, circular o promover suscripciones o donaciones,
ejercer actividades comerciales dentro del ámbito de la Admi-
nistración Pública, promover o aceptar homenajes, actuar como
gestor o patrocinante en el ámbito administrativo o judicial de
tareas a su cargo, realizar gestiones inherentes a la relación
de empleo fuera del canal jerárquico, usar indebidamente su
credencial, exigir adhesiones políticas, religiosas o sindicales a
otros agentes y hacer abandono de sus tareas.13

vía jerárquica correspondiente a los organismos de fiscalización y control, de las irregularidades


administrativas que llegaren a su conocimien­to. k) Respetar las instituciones constitucionales
del país, sus símbolos, su historia y sus próceres. l) Declarar bajo juramento, en la forma y
tiempo que la ley respectiva y su reglamentación establezcan, los bienes que posea y toda
alteración de su patrimonio. m) Excusarse de intervenir en todo aquello en que su actuación
pueda originar interpretación de parcialidad. n) Declarar bajo juramento los cargos y/o activida-
des oficiales o privadas, compu­tables para la jubilación, que desempeñe o haya desempeñado,
como asimismo toda otra actividad lucrativa. o) Declarar y mantener actualizado su domicilio
ante la repartición donde presta servicios, el que subsistirá a todos los efectos legales mientras
no denuncie otro nuevo. p) Declarar en los sumarios administrativos ordenados por autoridad
competente, siempre que no tuviere impedimento legal para hacerlo, así como también en las
informaciones sumarias. q) Observar la vía jerárquica en toda presentación referida a actos de
servicio y mientras no se hubiere dispuesto otro procedimien­to”.
13
Artícu­lo 79 “Prohibiciones. Está prohibido a todo agente, complementariamente a lo
que dispongan otras normas y reglamentaciones: a) Percibir estipendios o recompensas que

96 | ENSAYOS
Procedimien­to disciplinario en materia de empleo... | Pablo Octavio Cabral

Un lugar especial ocupa en la ley las inasistencias al tra-


bajo, pues establece en su artícu­lo 85 que para aquellas faltas
a cumplir sus labores que se encuentren injustificadas se dis-
ponen sanciones que van de los cinco días de suspensión hasta
la cesantía. El caso más gravoso para el agente se constituye
cuando incurre en tres inasistencias consecutivas, sin previo
aviso, pues con la previa intimación podrá ser considerado en
abandono de cargo decretándose su cesantía sin substanciación
de sumario.14

no sean los determinados por las normas vigentes, aceptar dádivas u obsequios que se
ofrezcan como retribución de actos inherentes a sus funciones o como consecuencia de ellas.
b) Arrogarse atribuciones que no le correspondan. c) Ser directa o indirectamente, proveedor
o contratista habitual u ocasional de la Administración Pública o dependiente o asociado de
las mismas. d) Asociarse, dirigir, administrar, asesorar, patrocinar o representar a personas
físicas o jurídicas, que cuestionen o exploten concesiones o privilegios de la Administración
Provincial, salvo que las mismas cumplan un fin social o de bien público y que no se ma-
nifiesten incompatibilidades entre las funciones o tareas asignadas en la Administración
y las desarrolladas en tales entidades, ni puedan presumirse situaciones de favoritismo o
arbitrariedad en el otorgamien­to de tales beneficios, así como también, mantener relación
de dependencia con entes directamente fiscalizados por la repartición a que pertenezca.
e) Referirse en forma evidentemente despectiva por la prensa o por cualquier otro medio, a las
autoridades o a los actos de ellas emanados, pudiendo, sin embargo, en trabajos firmados o
de evidente autoría, criticarlos desde un punto de vista doctrinario o de la organización del
servicio. f) Retirar y/o utilizar, con fines particulares, los bienes del Estado y los documentos
de las reparticiones públicas, así como también los servicios del personal a su orden dentro del
horario de trabajo que el mismo tenga fijado. g) Practicar la usura en cualquiera de sus formas.
h) Hacer circular o promover listas de suscripciones o donaciones dentro de la repartición,
salvo que las mismas cumplan un fin social, en cuyo caso deberá mediar la correspondiente
autorización superior. i) Vender todo tipo de artícu­los o ejercer cualquier actividad comercial
en el ámbito de la Administración Pública. j) Promover o aceptar homenajes y todo otro acto
que implique sumisión u obsecuencia a los superiores jerárquicos. k) Patrocinar trámites o
gestiones administrativas o judiciales referentes a asuntos de terceros que se encuentren
o no oficialmente a su cargo. l) Realizar gestiones, por conducto de personas extrañas a las
que jerárquicamente corresponda, en todo lo relacionado con los derechos y obligaciones
establecidos en este régimen. m) Hacer uso de las credenciales otorgadas por el servicio
para autenticar su calidad de agente público en forma indebida o para fines ajenos a sus
funciones. n) Exigir adhesiones políticas, religiosas o sindicales a otros agentes en el desem-
peño de su función. o) Hacer abandono del servicio sin causa justificada.”
14
Artícu­lo 85: “El agente que incurriera en TRES (3) inasistencias consecutivas, sin previo
aviso y previa intimación fehaciente será considerado incurso en abandono de cargo y se
decretará su cesantía sin substanciación de sumario El agente que incurra en inasistencias
sin justificar será sancionado conforme se indica seguidamente: a) Por tres inasistencias en

ENSAYOS | 97
REDEA. DERECHOS EN ACCIÓN | Año 4 N° 10 | Verano 2018-2019

Por último, el artícu­lo 87 de la LEP dispone que el agente


podrá ser sancionado disciplinariamente con suspensión de
hasta diez días sin necesidad de instrumentar el procedimien­to
sumarial por funcionario no inferior a Director. En estos casos,
previamente a la aplicación de la sanción, se hará saber al
agente la falta cometida, la norma transgredida y el derecho a
presentar descargo en el plazo de tres días.

III.3. Inicio
El sumario administrativo por el que tramita un pro-
cedimien­to disciplinario en materia de empleo público, requiere
el cumplimien­ to de los requisitos previos expuestos arriba,
y que tal circunstancia sea comunicada a la Administración
Pública mediante un carril formal.
Así, su promoción exige que la falta administrativa sea
denunciada por la propia administración mediante alguno de
sus agentes o por una denuncia fundada de alguna persona
externa a dicha organización.
El primer caso se da cuando, como lo posibilita el artícu­lo
92 de la LEP, es pedida la instrucción del sumario “por cual-
quiera de los titulares de una unidad orgánica aprobada”.
Para el segundo tipo de casos, en los que una persona
realiza una denuncia fundada, la reglamentación dispone que
las personas extrañas a la Administración podrán presentar

el término de hasta TRESCIENTOS SESENTA Y CINCO (365) días entre la primera y la tercera:
CINCO (5) días de suspensión. b) Por tres inasistencias en el término de hasta TRESCIENTOS
SESENTA Y CINCO (365) días entre la primera y la tercera registradas en un lapso de hasta
DOS (2) años, a contar de la última que motivó la sanción del inciso anterior: QUINCE (15)
días de suspensión. c) Por tres inasistencias en el término de hasta TRESCIENTOS SESENTA
Y CINCO (365) días entre la primera y la tercera registradas en un lapso de hasta DOS (2)
años a contar de la última que motivó la sanción del inciso anterior: TREINTA (30) días
de suspensión. d) Por tres inasistencias en el término de hasta TRESCIENTOS SESENTA Y
CINCO (365) días entre la primera y la tercera registradas en un lapso de hasta DOS (2) años
a contar de la última que motivó la sanción del inciso anterior: Cesantía. Al agente que se
halle en las faltas que prevén los incisos a), b), c) y d) se le otorgará CINCO (5) días para que
formule descargo, previo a la resolución que deberá adoptar la autoridad que corresponda.”

98 | ENSAYOS
Procedimien­to disciplinario en materia de empleo... | Pablo Octavio Cabral

denuncia oral o escrita ante la autoridad respectiva, la que ten-


drá la obligación de recibirla, sobre hechos u omisiones que
puedan configurar faltas. El denunciante no será considerado
parte de las actuaciones. En caso que la denuncia sea oral, se
labrará acta, la que en lo esencial, deberá contener: lugar y fecha,
identificación del denunciante acreditado con su documento de
identidad, relación de los hechos denunciados, identificador
de los agentes denunciados y los elementos de prueba, debiendo
el acta ser firmada por el denunciante en presencia del fun-
cionario interviniente y por éste último, entregándosele copia
certificada.
Si se tratare de denuncia efectuada por escrito, se citará
al denunciante para que dentro de los tres días, ante el titular
de la repartición en que se hubiese cometido la presunta falta,
o quien éste designe a tal efecto, ratifique el contenido de la
misma y reconozca la firma que la suscribe, dejándose cons-
tancia de lo actuado en acta con las formalidades de la última
parte del apartado anterior. No lográndose la comparencia del
denunciante y no siendo posible establecer la autenticidad de
la firma, se decretará el archivo de las actuaciones. El mismo
procedimien­ to se seguirá cuando la denuncia proceda de
fuente anónima, fuere formulada bajo firma apócrifa o cuando
la denuncia hubiera sido retractada.

III.4. Desarrollo
Establece la reglamentación que, para el caso de una
denuncia de persona externa a la administración, presentada
una denuncia y cumplidos los requisitos precedentes, el fun-
cionario que la reciba la elevará de inmediato a la autoridad
superior de la dependencia, si no hubiere sido radicada direc-
tamente ante la misma, y ésta deberá practicar las diligencias
preventivas necesarias, dando oportuna intervención al órgano
administrativo competente.
Luego procede el traslado de la denuncia al agente denun-
ciado. En oportunidad de efectuarse el traslado al agente de la

ENSAYOS | 99
REDEA. DERECHOS EN ACCIÓN | Año 4 N° 10 | Verano 2018-2019

falta cometida, de acuerdo a lo dispuesto en el primer párrafo


del artícu­lo 87 de la Ley, deberá indicarse con precisión el hecho
que se le atribuye, detallando las circunstancias de tiempo y
lugar de su producción.

III.4.1. Sustanciación ante la Dirección Provincial de Sumarios


Establece la reglamentación que la dependencia con
competencia específica para conocer en las causas previstas
en el artícu­lo 92 de la Ley es la Dirección de Sumarios, cuyo
titular tiene las siguientes facultades: a) La organización de la
Dirección proponiendo, la creación de los organismos internos
que estime adecuados para el cumplimien­to de sus funciones.
b) Designar el o los instructores que sustanciarán los suma-
rios y los secretarios letrados, si correspondiere. c) Resolver las
cuestiones de procedimien­tos que se sustanciaren durante la
tramitación de los sumarios. d) Requerir directamente a todas
las reparticiones provinciales y/o municipales los informes
que considere indispensables, sin necesidad de seguir la vía
jerárquica. Los organismos provinciales deberán evacuar los
informes requeridos dentro de los cinco días. e) Elevar a la
Junta de Disciplina, previo dictamen, las actuaciones sumariales
para la prosecución de su trámite.

III.4.2. Orden de sumario


El procedimien­ to disciplinario toma el primer impulso
procedimental con la emisión de la orden de sumario, que
consiste en el acto u orden que dispone la instrucción de dicho
procedimien­to y la que deber contener “ineludiblemente”, en
forma clara y precisa: la mención de los hechos a investigar y la
individualización del agente involucrado. Es irrecurrible y debe
notificarse siempre que hubiere un agente individualizado.
Junto con la orden se debe remitir a la Dirección de Sumarios,
el legajo personal del denunciado, su último domicilio y un
informe de concepto de su superior inmediato.

100 | ENSAYOS
Procedimien­to disciplinario en materia de empleo... | Pablo Octavio Cabral

III.4.3. Instrucción del sumario y prueba de cargo


La instrucción del sumario será llevada a cabo por medio
del instructor – quienes deberán revistar preferentemente en
categoría igual o superior a la del agente sumariado y tendrán
título universitario de Abogado, Escribano o Procurador- que
al efecto designe el Director de Sumarios, el que cumplirá su
cometido de acuerdo al procedimien­to que se establece en esta
reglamentación y que no podrá superar el plazo de sesenta días
(plazo fundadamente prorrogable por el Director de Sumarios).
El instructor deberá practicar todas aquellas diligencias
conducentes a la acreditación de los hechos y omisiones que
constituyan faltas administrativas y de todas sus circunstan-
cias, para determinar la culpabilidad o inocencia del o de los
sumariados. Tanto los instructores como sus secretarios son
recusables por las causas dispuestas en la reglamentación del
artícu­lo 92 de la LEP y se encuentran obligados a excusarse
ante la presencia de una de ellas.15
El sumario será secreto hasta que el instructor dé por finali-
zada la prueba de cargo y las actuaciones del sumario deberán
realizarse por escrito, utilizándose preferentemente la escritura a
máquina. De todas las diligencias que se practiquen se levantará

15
Artícu­lo 92, Decreto 4161/96; “…XVII. El sumariado podrá recusar al instructor por
algunas de las siguientes causas: a) Parentesco por consanguinidad dentro del cuarto grado
civil o segundo por afinidad con alguno de los involucrados o denunciantes. b) Ser o haber
sido denunciado o acusado por un delito o falta disciplinaria por alguno de los involucrados
o denunciantes. c) Ser o haber sido denunciador o acusador del que recusa. d) Tener interés
directo o indirecto en el resultado del sumario, que se manifieste por parcialidad evidente
en la investigación. e) Tener el instructor, su cónyuge o sus parientes consanguíneos hasta
el cuarto grado o afines hasta el segundo, pleito pendiente con el recusante. f) La amistad
íntima con alguno de los involucrados o denunciantes, que se manifieste por frecuencia en
el trato. g) Enemistad manifiesta o resentimien­to por hechos graves y conocidos con involu-
crados o denunciantes. h) Ser o haber sido tutor o curador de involucrados o denunciantes.
i) Tener comunidad de intereses con involucrados o denunciantes. j) Ser acreedor, deudor o
fiador de involucrados o denunciantes. k) Haber recibido el instructor de parte del impu­tado
beneficio de importancia o después de iniciado el sumario, presentes o dádivas, aunque
sean de poco valor. l) Las causales de recusación enunciadas precedentemente alcanzarán
igualmente al representante o patrocinante del inculpado.”

ENSAYOS | 101
REDEA. DERECHOS EN ACCIÓN | Año 4 N° 10 | Verano 2018-2019

acta o certificación, con indicación del lugar y fecha, la que será


firmada por todas las personas que hayan intervenido en ella.
El instructor deberá rubricar cada una de las hojas que utilice
mediante su firma, juntamente con los intervinientes, y sellos
correspondientes. En lo no previsto en materia de actuaciones,
se aplicarán las disposiciones del Decreto-Ley Nº 7647/70 o la
norma que lo reemplace.
La reglamentación del procedimien­to sumarial regula la
forma y modos de realizar las notificaciones, así como los medios
de prueba. Sobre estos últimos el Decreto 4161/96 regula:
1. La declaración del Impu­tado; 2. La confesión; 3. La prueba
testimonial; 4. El careo; 5. La prueba pericial; 6. La prueba
documental; 7. La prueba informativa y 8. El reconocimien­to.
Las decisiones de la instrucción en materia probatoria son
irrecurribles. Para lo que no esté previsto en materia probato-
ria, serán de aplicación supletoria las normas del Código de
Procedimien­to Penal, en cuanto no se opongan a lo normado
en dicha reglamentación.

III.4.4. Conclusión de la prueba de cargo, levantamien­to


del secreto y auto de impu­tación
Concluida la prueba de cargo, el instructor dispondrá
el levantamien­to del secreto del sumario. Si, a su juicio, se
encontrare acreditada la comisión de falta administrativa e
individualizado el o los autores, procederá a dictar auto de
impu­tación, el que deberá contener en sus considerandos:
a) La exposición metódica de los hechos, relacionándolos, con
las pruebas agregadas al expediente. b) La participación que
en ellos tuvieren cada uno de los impu­tados, mencionando
claramente a los mismos, por sus nombres y apellidos com-
pletos. Las circunstancias atenuantes y agravantes, que puedan
modificar la responsabilidad de los impu­tados, desde una base
estrictamente probatoria, sin poder incurrir en valoraciones
que vayan más allá de la comprobación o no de la existencia
de la falta.

102 | ENSAYOS
Procedimien­to disciplinario en materia de empleo... | Pablo Octavio Cabral

En la parte dispositiva el auto de impu­tación contendrá:


a) El encuadramien­to legal que corresponda a los hechos re-
lacionados y a la sanción disciplinaria que estime aplicable.
b) El otorgamien­to de traslado para descargo y ofrecimien­to de
prueba a los impu­tados.
No existiendo, a criterio del instructor, elementos de juicio
suficientes para la prosecución de las actuaciones, propiciará
el sobreseimien­to, elevándolas al Director de Sumarios. El
Director de Sumarios examinará las actuaciones y si compar-
tiere el temperamento propuesto, las remitirá a la Junta de
Disciplina con opinión fundada. Podrá asimismo disponer se
dicte providencia de impu­tación, en cuyo caso deberá designar
nuevo instructor en el mismo acto. También podrá disponer
el dictado de nuevo auto de impu­tación, prosiguiéndose con el
procedimien­to establecido a partir del apartado siguiente.

III.4.5. Traslado a los impu­tados. Descargo y prueba de parte


y alegato
Dictada la providencia de impu­tación, se dará vista de todo
lo actuado al impu­tado por el término de diez días, dentro de
los cuales deberá efectuar su descargo y proponer las medidas
de prueba que crea oportunas para su defensa. Cuando haya
más de un impu­ tado, los términos serán independientes y
comenzarán a correr a partir del día siguiente hábil en que cada
uno se haya notificado de la vista.
En su escrito de descargo el inculpado deberá constituir
domicilio en forma clara y precisa, el que se considerará subsis-
tente para todos los efectos legales mientras no designe otro, no
pudiendo constituirlo en oficinas públicas. Asimismo, deberá
ofrecer la totalidad de la prueba que estime necesaria, la que se
sustanciará de acuerdo con las formalidades establecidas para
la investigación, en las normas de la presente reglamentación,
cualquiera sea la denominación que le asigne el impu­tado.
Concluida la prueba de descargo, se correrá nuevo traslado
de las actuaciones a cada impu­tado, para que alegue sobre el
mérito de la producida dentro del término de cinco días.

ENSAYOS | 103
REDEA. DERECHOS EN ACCIÓN | Año 4 N° 10 | Verano 2018-2019

III.4.6. Cierre del sumario


El instructor procederá a decretar el cierre del sumario en
las siguientes circunstancias: a) Cuando el impu­tado no hubiera
presentado el descargo y se haya dado por decaído el ejerci-
cio de ese derecho. b) Cuando presente descargo y no ofrezca
prueba a producir. c) Cuando haya alegado sobre el mérito de
la prueba de descargo o se le haya dado por decaído el ejercicio
de ese derecho.

III.5. Dictámenes. Junta de disciplina, Asesoría General


de Gobierno y Fiscalía de Estado
La LEP en su artícu­lo 93 crea la Junta de Disciplina, única
y permanente, otorgándole la competencia de organismo asesor
de la administración pública en materia disciplinaria y cuyas
funciones son: expedirse en los sumarios administrativos pre-
viamente al dictado de la resolución, aconsejando la sanción a
aplicar si correspondiere, expedirse en los supuestos de soli-
citudes de rehabilitación y expedirse en los casos en que se
requiera su intervención por la autoridad competente. Su inte-
gración la delega –mediante el art. 94- a la reglamentación, sólo
reservando la obligación de incluir una representación gremial.
La ley en el siguiente artícu­lo, dispone la intervención pre-
via de la Asesoría General de Gobierno, cuando se trate de
una falta que pueda dar lugar a la aplicación de una sanción
expulsiva, y la intervención de la Fiscalía de Estado cuando de
modo directo existan intereses fiscales afectados. Ambos orga-
nismos deberán expedirse en el plazo de diez días mediante la
emisión de un dictamen, para lo cual, podrán recabar medidas
ampliatorias.

III.6. Resolución final


Una vez pronunciada la autoridad sumariante, la Junta de
Disciplina y, en su caso la Asesoría General de Gobierno y la
Fiscalía de Estado, las actuaciones serán remitidas a la autoridad

104 | ENSAYOS
Procedimien­to disciplinario en materia de empleo... | Pablo Octavio Cabral

competente para que dicte la resolución definitiva con ajuste a


lo establecido
La LEP establece en su artícu­lo 88 que toda sanción deberá
aplicarse por resolución fundada que contenga la clara
exposición de los hechos y la indicación de las causas deter-
minantes de la medida.
Resultan autoridades competentes para aplicar sanciones
disciplinarias en el ámbito provincial:
a) El Poder Ejecutivo, las expulsivas.
b) Los Ministros, Secretarios, Subsecretarios, Directores

Generales o Provinciales, y demás funcionarios con idén-
tico rango a los enumerados, las correctivas.
c) Los Directores, o sus equivalentes, las correctivas limitán-
dose la suspensión hasta un máximo de diez días.
Especifica el artícu­lo 100 de la LEP que el acto administrativo
final deberá ser dictado dentro de los cinco días de recibidas las
actuaciones y deberá resolver respecto del impu­tado/s:
a) Sancionarlo.
b) Absolverlo.
c) Sobreseerlo en el sumario.
d) Declarar extinguida la potestad disciplinaria de la Admi-
nistración por alguna de las causales previstas.

IV. Impugnación en sede administrativa y judicial


IV. 1. Impugnación en sede administrativa. Vías recursivas
La ley dispone como medio de impugnación del acto
administrativo sancionador con el que culmina el sumario admi-
nistrativo, dos recursos que actúan como remedios específicos
para defender los derechos del trabajador estatal frente a la
Administración empleadora.
El procedimien­to disciplinario prevé la posibilidad que el
agente impugne en la propia sede administrativa la decisión que
dispuso aplicarle una sanción y para ello regula dos recursos a

ENSAYOS | 105
REDEA. DERECHOS EN ACCIÓN | Año 4 N° 10 | Verano 2018-2019

tal efecto; el recurso de revocatoria con jerárquico en subsi-


dio (1) y el recurso de revisión (2).
El primero de ellos –revocatoria con jerárquico en subsi­
dio- es el más común y lo establece la ley en su artícu­lo 104
que contra los actos administrativos que impongan sanciones
disciplinarias, el sancionado podrá interponer recurso de revo-
catoria, con el jerárquico en subsidio, ante el mismo organismo
que lo dictó, dentro del término de los diez días siguientes al
de su notificación. El recurso deberá fundarse, debiendo recha-
zarse el mismo sin más trámite si se omitiera tal requisito.
El segundo –revisión- , caracterizado como una impugna-
ción de excepción, está legislado en su artícu­lo 105 en el que
dice que -en cualquier tiempo- el agente sancionado o de oficio,
el Estado, podrá solicitar la revisión del sumario administra-
tivo del que resultara pena disciplinaria, cuando se aduzcan
hechos nuevos o circunstancias sobrevinientes susceptibles de
justificar la inocencia del impu­tado. Cuando se trate de agen-
tes fallecidos, la revisión podrá ser requerida por el cónyuge,
descendientes, ascendientes, hermanos o la persona que com-
probadamente hubiera convivido en calidad de cónyuge, o de
oficio por la misma Administración. En todos los casos deberán
acompañarse los documentos y pruebas en que se funda la
revisión: en su defecto, ésta será desechada sin más trámite.
Especifica que no constituyen fundamento para la revisión las
simples alegaciones de injusticia de la sanción.

IV. 2. Impugnación en sede judicial. El proceso contencioso


administrativo bonaerense
Establece la Constitución bonaerense en su artícu­ lo 166
que los casos originados por la actuación u omisión de la Provin-
cia, los municipios, los entes descentralizados y otras personas,
en el ejercicio de funciones administrativas, serán juzgados
por tribunales competentes en los contencioso administrativo,
de acuerdo a los procedimien­tos que determine la ley, la que
establecerá los supuestos en que resulte obligatorio agotar la
vía administrativa.

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Procedimien­to disciplinario en materia de empleo... | Pablo Octavio Cabral

Así, nuestro sistema judicial de revisión de la actuación y


omisión de la Administración Pública provincial y municipal
se estructura sobre el Fuero Contencioso Administrativo –inte-
grante orgánico del Poder Judicial- y corre por el carril procesal
legislado en el Código Contencioso Administrativo –CCA- (ley
12.008 y modificatorias).
En el inciso 1 del listado de los casos incluidos en el Artícu­lo
2º del CCA se dispone: “La competencia contencioso admi-
nistrativa comprende las siguientes controversias: 1...Quedan
incluidas en este inciso las impugnaciones [...] que se deduz-
can en contra de actos sancionatorios dispuestos en el ejercicio
de la policía administrativa- a excepción de aquéllas sujetas
al control del órgano judicial previsto en los Artícu­ los 166,
segundo párrafo, 172 y 216 de la Constitución de la Provincia
de Buenos Aires y 24 inciso 3) de la Ley Nº 11.922.”
Las sanciones administrativas aplicadas en un procedimien­-
to disciplinario en el marco de una relación de empleo público
provincial o municipal pueden ser entonces impugnadas
judicialmente ante el Fuero Contencioso Administrativo, con
aplicación al trámite del CCA, pudiendo el agente podrá optar
entre recurrir al proceso ordinario, apelando a una de las pre-
tensiones dispuestas en el artícu­ lo 12 del CCA o utilizar el
procedimien­to especial de impugnación de sanciones en mate-
ria de empleo público regulado en sus artícu­los 71 a 73.
En este último caso el código le otorga al trabajador público
una opción por el proceso sumario, al decir que contra los
actos administrativos que dispongan sanciones disciplinarias a
los agentes públicos provinciales o municipales, la parte actora,
en el escrito inicial, podrá optar por formular las pretensiones
previstas en el artícu­lo 12° del presente Código, por la vía
del proceso ordinario, o por la del sumario prevista en este
Capítulo.
La particularidad de este proceso especial es la abreviación
de los plazos de su procedimien­to judicial, con la finalidad
clara de simplificar el juicio y brindar una garantía eficaz a
la hora de efectivizar derechos fundamentales defendidos por

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la parte más débil de la relación laboral. El plazo de caducidad


previsto para interponer la demanda, que en el proceso ordina-
rio es de noventa días, se reduce a sesenta debiendo compu­tarse
de igual forma que la prevista en el artícu­lo 18 del CCA.16
En el artícu­lo 73 del CCA17 el legislador dejó expresamente
regulado el contenido que debe tener toda sentencia que se
dicte en sentido favorable al trabajador público que opta por
transitar su juicio por este proceso especialmente previsto para
la impugnación de sanciones. De esa forma refleja indirecta-
mente aquellas cuestiones de fondo reguladas por el derecho
administrativo como el sistema de nulidades, el contenido de
las reparaciones y las medidas conducentes a cumplir con la
decisión judicial.
Si bien en el primer punto se delimita con esmerada des-
cripción el contenido de los fallos estimatorios de la demanda
anulatoria, en su segundo acápite el artícu­lo remite a los conteni-
dos de las sentencias dictadas en el proceso ordinario previstos
en el artícu­lo 50 del propio código, ampliando expresamente
la gama de medidas por las que pueden optar los magistrados.
Para el caso en que la sentencia resulte desfavorable al
actor, el magistrado, en aplicación de los artícu­los 70 y 50 del

16
Artícu­lo 72º: (Texto Ley 13101) Plazo para la demanda. Reglas procesales. La pretensión
deberá deducirse dentro de los sesenta (60) días contados en la forma prevista en el artícu­lo
18 del presente Código. El trámite se regirá por las normas previstas en el Capítulo I del
Título II del presente Código, con las siguientes excepciones: 1. Contestada la demanda, o
vencido el plazo para hacerlo, no habiendo hechos controvertidos, el Juez declarará la cues-
tión de puro derecho y firme dicha providencia llamará autos para sentencia. 2. Si hubiere
hechos controvertidos, en una misma providencia el Juez dispondrá la producción de las
pruebas pertinentes.
17
Artícu­lo 73.- (Texto según Ley 13101) SENTENCIA FAVORABLE. 1. Si la sentencia fuera
favorable al impugnante, dispondrá conforme a las particularidades del caso todas o algunas
de las siguientes medidas: a) La anulación total o parcial de la sanción. b) La reincorpora-
ción del agente, si la sanción hubiera sido expulsiva. c) El reconocimien­to de los haberes
devengados. 2. De acuerdo a las características de la causa cuando se anulare una sanción
expulsiva, junto con la declaración de nulidad, el órgano jurisdiccional podrá ordenar la
adopción de las medidas que estimare conducentes con arreglo a lo dispuesto en el artícu­lo
50 del presente Código.

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Procedimien­to disciplinario en materia de empleo... | Pablo Octavio Cabral

CCA, deberá limitarse a desestimar la pretensión intentada por


el trabajador estatal rechazando la demanda.

V. Orientación bibliográfica
El texto de la clase constituye una guía para el estudio que
requiere necesariamente lecturas complementarias.
Material bibliográfico general sobre procedimien­to admi-
nistrativo:
Hutchinson, Tomás, Procedimien­to administrativo de la provin­
cia de Buenos Aires, Editorial Astrea, Buenos Aires, 1995.

Bibliografía específica sobre empleo público provincial:


Cabral, Pablo Octavio y Schreginger, Marcelo José; El régimen
de Empleo Público en la Provincia de Buenos Aires, Editorial
Abeledo Perrot, Buenos Aires 2009 (en especial, Capítulos VII
y VIII).

Literatura específica referida al procedimien­to administrativo


disciplinario:
Repetto, Alfredo; Procedimien­to administrativo disciplinario. El
sumario. Editorial Cathedra Jurídica, Buenos Aires, Buenos
Aires, 2008.
Maljar, Daniel; El derecho administrativo sancionador. Editorial
Ad-Hoc, Buenos Aires, 2004.
Nieto, Alejandro; Derecho Administrativo Sancionador, Editorial
Tecnos, Madrid, 2006.

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