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El racionalismo es una corriente filosófica que se desarrolló en Europa continental durante

los siglos siglo XVII y XVIII, formulada por René Descartes, que se complementa con
el criticismo de Immanuel Kant, y que es el sistema de pensamiento que acentúa el papel de
la razón en la adquisición del conocimiento, hecho en contraste con el empirismo, que resalta
el papel de la experiencia, sobre todo el sentido de la percepción.
El racionalismo se identifica por ante todo con la tradición que proviene del filósofo y científico
francés del XVII René Descartes, quien decía que la geometría representaba el ideal de todas
las ciencias y también de la filosofía. Descartes aseguraba que solo por medio de la razón se
podían descubrir ciertas verdades universales, contrario en su totalidad a la idea que
manejaba el movimiento empirista. A partir de aquellas verdades es posible deducir el resto de
contenidos de la filosofía y de las ciencias. Manifestaba que estas verdades evidentes en sí
eran innatas, no derivadas de la experiencia. Este tipo de racionalismo fue desarrollado por
otros filósofos europeos, como el holandés Baruch Spinoza y el pensador y matemático
alemán Gottfried Wilhelm Leibniz. Se opusieron a ella los empiristas británicos, como John
Locke y David Hume, que creían que todas las ideas procedían de los sentidos.
El racionalismo sostiene que la fuente de conocimiento es la razón y rechaza la idea de los
sentidos, ya que nos pueden engañar; defiende las ciencias exactas, en concreto las
matemáticas. Descartes quería volver a la filosofía en un conocimiento científico, por lo tanto
darle un método científico, por lo que se basó en las matemáticas, que se consideraban como
una ciencia segura, por ello se dio a la tarea de describir el principio de la matematización, en
su libro Discurso del método, para realizar una investigación filosófica, el método consiste de
cuatro reglas:

1. Evidencia: solo es verdadero todo aquello que no emite ninguna duda al pensamiento.
2. Análisis: Reducir lo complejo a partes más simples para entenderlo correctamente.
3. Deducción: Permitir a la operación racional deductiva el peso de la investigación, para
encontrar las verdades complejas a partir de la deducción de las simples.
4. Comprobación: Comprobar si lo descubierto a partir de la razón fue conseguido a
través de estas reglas antes mencionadas.1
El racionalismo nasistodológico ha sido aplicado a otros campos de la investigación filosófica.
El racionalismo en ética es la afirmación de que ciertas ideas morales primarias son innatas en
la especie humana y que tales principios morales son evidentes en sí a la facultad racional. El
racionalismo en la filosofía de la religión afirma que los principios fundamentales de la religión
son innatos o evidentes en sí y que la revelación no es necesaria, como en el deísmo. Desde
finales del siglo XIX, el racionalismo ha jugado un papel antirreligioso en la teología.
El término racionalismo tiene un significado muy amplio: en general, llamamos racionalista a
toda posición filosófica que prima el uso de la razón frente a otras instancias como la fe, la
autoridad, lo irracional, la experiencia empírica, etc. Es racionalista todo aquel que cree que el
fundamento, el principio supremo, es la razón. Junto con ello, cabe ser racionalista en relación
con un género de cuestiones y no serlo en relación con otro. El término racionalismo se usa
comúnmente en la historia de la filosofía para designar una cierta forma de fundamentar el
conocimiento: cabe pensar que el conocimiento descansa en la razón, o que descansa en la
experiencia sensible; así, puesto que valoraron más la razón que los sentidos, podemos llamar
racionalistas a Parménides, Platón y Descartes; y podemos decir que Aristóteles, Santo
Tomás y, por supuesto, Hume, tienden al empirismo, dado el valor que dieron a la experiencia
sensible o percepción.
Contexto histórico[editar]
El racionalismo es una corriente filosófica europea que posteriormente fue subdividida por los
historiadores, en dos bloques antagónicos: racionalismo y empirismo. Comprende todo
el XVII y es un largo e intenso epílogo metafísico a los grandes progresos de la ciencia
del Renacimiento. En él, la filosofía adopta el paradigma matemático de la geometría y el
paradigma experimental de la física, oponiéndose tanto al escepticismo pirrónico como al
formalismo escolástico. Sus características principales son:

 Confianza en el poder de la razón.


 Postulación de las ideas innatas
 Utilización del método lógico-matemático para explicar los razonamientos del empírico y
confirmarlos cuando ello es posible

Figuras más destacadas e impacto en la filosofía


posterior[editar]
 René Descartes: Fundador del racionalismo (que continuaron Antoine
Arnauld, Malebranche, Spinoza y Leibniz).
 Blaise Pascal: Fundador del existencialismo moderno (que
continuarán Jacobi y Kierkegaard).
 Spinoza: Fundador del panteísmo moderno (que
continuarán d'Holbach, Schelling y Hegel).
 Malebranche: Fundador del monismo espiritualista (que continuarán Berkeley y Bergson).
 Pierre Bayle: Fundador del deísmo (que continuarán Voltaire, Rousseau y Kant).
 Leibniz: Precursor del idealismo alemán y fundador remoto de la filosofía analítica (que
continuarán respectivamente Kant, Fichte, Schelling y Hegel, por un lado;
y Frege, Russell y Wittgenstein por otro).

Literatura helenística
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A partir de las conquistas de Alejandro Magno la civilización griega se extiende y perpetúa por
todo el Mediterráneo Oriental y el idioma griego toma protagonismo en la cultura. La literatura
helenística comprende el periodo mencionado, más el periodo llamado romano,
cuando Grecia y muchos de los reinos helenísticos se convierten en provincias romanas.
Después del emperador Justiniano I, la literatura griega helenística se refugia
en Bizancio donde se mantendrá durante toda la Edad Media con obras de poco valor,
hasta 1453 con la toma de Constantinopla por los otomanos.
Características[editar]
El idioma griego se convirtió en lengua universal de la cultura a partir de las conquistas de
Alejandro Magno en su forma conocida como koiné o lengua común que sustituyó al dialecto
ático de Atenas que se había impuesto en el mundo clásico debido al esplendor intelectual de
esta ciudad. La koiné se convirtió también en la lengua literaria que fue usada entre los
hombres educados de Grecia, Egipto, Palestina, Asia Menor, Sicilia y el sur de Italia.
Se advierte sin embargo en la literatura de esta época una falta de originalidad creadora,
especialmente en el campo de la poesía y la especulación filosófica. En cambio florecen las
grandes bibliotecas (Alejandría y Pérgamo sobre todo), los museos (el equivalente a las
actuales academias o universidades) donde se da un gran impulso a la Historia y la Filosofía.
En el género del teatro languidece la tragedia por falta de apoyo de grandes poemas épicos,
agotados y faltos de tradición desde hacía ya tiempo, mientras que hay un resurgir de
la comedia griega con el nombre de comedia nueva.
Por su parte, Roma, admiraba y se dejaba influenciar por la cultura griega y educaba a sus
hijos con libros y pedagogos helenos. Algunos altos personajes escribían en lengua griega,
como el emperador Marco Aurelio que escribió un libro que se ha querido comparar con
el Evangelio, al que se conoce como El evangelio de los paganos. Con esta misma lengua,
koiné, se propagó el cristianismo y es la lengua de los primitivos Padres de la Iglesia.
Dentro de esta gran etapa de literatura helenística se diferencian dos periodos: periodo
alejandrino y periodo romano.

Autores[editar]
 Calímaco (310-240 a.C) fue uno de los mejores de este periodo, autor de elegías y
epigramas. Su obra más conocida es A la cabellera de Berenice cuyo tema es sobre la
consagración que hizo la reina Berenice a la diosa Afrodita, a quien ofreció su cabellera
con la petición de que hiciera posible el regreso de su marido Ptolomeo Evergetes, vivo y
vencedor. El escritor romano Catulo popularizó esta obra con una nueva versión.
Calímaco es además el autor del Catálogo de escritores griegos. Era el director de
la Biblioteca de Alejandría y tuvo acceso a todos sus libros.
 Teócrito (310-260 a.C), siciliano que cultivó el género de poesía pastoril. En su
obra Idilios (poemitas, en griego), presenta escenas de la vida campestre, en ocasiones
dialogadas, escritas con gran delicadeza y sencillez. Este género tuvo un gran éxito entre
sus contemporáneos y hubo otros autores menores que lo cultivaron. Virgilio fue el gran
continuador e imitador con su obra Bucólicas y a Virgilio le imitaron grandes escritores
del Renacimiento.

La comedia nueva
La poesía
El Humanismo renacentista es un movimiento intelectual, filosófico y cultural europeo
estrechamente ligado al Renacimiento cuyo origen se sitúa en la Italia del siglo
XV (especialmente en Florencia, Roma y Venecia), con precursores anteriores, como Dante
Alighieri, Francesco Petrarca y Giovanni Boccaccio. Busca los modelos de la Antigüedad
Clásica y retoma el antiguo humanismo greco-romano. Mantiene su hegemonía en buena
parte de Europa hasta finales del siglo XVI. A partir de entonces se fue transformando y
diversificando con los cambios espirituales provocados por el desarrollo social e ideológico: los
principios propugnados por la Reforma protestante (luteranismo, calvinismo, anglicanismo) y
la Contrarreforma católica; y más adelante (hasta finales del siglo XVIII) la Ilustración y
la Revolución francesa.
El movimiento, fundamentalmente ideológico, tuvo así mismo una estética impresa paralela,
plasmada, por ejemplo, en nuevas formas de letra, como la redonda conocida como Letra
humanística, evolución de las letras Fraktur tardogóticas desarrollada en el entorno de los
humanistas florentinos como Poggio Bracciolini y de la cancillería papal, que vino a sustituir
mediante la imprenta a la letra gótica medieval.
La expresión humanitatis studia fue contrapuesta por Coluccio Salutati a los
estudios teológicos y escolásticos cuando tuvo que hablar de las inclinaciones intelectuales de
su amigo Francesco Petrarca; en este, humanitas significaba propiamente lo que el término
griego filantropía, amor hacia nuestros semejantes, pero indicando un eje fundamental
opuesto al teocentrismo de la cultura clerical del medioevo que se situaba en torno al hombre,
el antropocentrismo, como había ocurrido en la cultura clásica grecolatina. Por eso en él el
término estaba rigurosamente unido a las litterae o estudio de las letras clásicas. En el siglo
XIX se creó el neologismo germánico Humanismus para designar una teoría de la educación
en 1808, término que se utilizó después, sin embargo, como opuesto a la escolástica (1841)
para, finalmente, (1859) aplicarlo al periodo del resurgir de los estudios clásicos por Georg
Voigt, cuyo libro sobre este periodo llevaba el subtítulo de El primer siglo del Humanismo, obra
que fue durante un siglo considerada fundamental sobre este tema.
El Humanismo propugnaba, frente al canon eclesiástico en prosa, que imitaba el latín tardío de
los Santos Padres y empleaba el simple vocabulario y sintaxis de los textos bíblicos
traducidos, los studia humanitatis, una formación íntegra del hombre en todos los aspectos
fundada en las fuentes clásicas grecolatinas, muchas de ellas entonces buscadas en las
bibliotecas monásticas y descubiertas entonces en los monasterios de todo el continente
europeo. En pocos casos estos textos fueron traducidos gracias al trabajo, entre otros,
de Averroes y a la infatigable búsqueda de manuscritos por eruditos monjes humanistas en los
monasterios de toda Europa. La labor estaba destinada a acceder así a un latín más puro,
brillante y genuino, y al redescubrimiento del griego gracias al forzado exilio a Europa de
los sabios bizantinos al caer Constantinopla y el Imperio de Oriente en poder de los turcos
otomanos en 1453. La segunda y local tarea fue buscar restos materiales de la Antigüedad
Clásica en el segundo tercio del siglo XV, en lugares con ricos yacimientos, y estudiarlos con
los rudimentos de la metodología de la Arqueología, para conocer mejor la escultura y
arquitectura. En consecuencia el humanismo debía restaurar todas las disciplinas que
ayudaran a un mejor conocimiento y comprensión de estos autores de la Antigüedad Clásica,
a la que se consideraba un modelo de conocimiento más puro que el debilitado en la Edad
Media, para recrear las escuelas de pensamiento filosófico grecolatino e imitar el estilo y
lengua de los escritores clásicos, y por ello se desarrollaron extraordinariamente la gramática,
la retórica, la literatura, la filosofía moral y la historia, ciencias ligadas estrechamente al
espíritu humano, en el marco general de la filosofía: las artes liberales o todos los saberes
dignos del hombre libre frente al dogmatismo cerrado de la teología, expuesto en sistemáticos
y abstractos tratados que excluían la multiplicidad de perspectivas y la palabra viva y oral
del diálogo y la epístola, típicos géneros literarios humanísticos, junto a la biografía de héroes
y personajes célebres, que testimonia el interés por lo humano frente a la hagiografía o vida
de santos medievales, y la mitología, que representa un rico repertorio de la conducta humana
más sugerente para los humanistas que las castrantes leyendas piadosas, vidas de santos
y hagiografías de Jacopo della Voragine y su leidísima Leyenda dorada. Este tipo de
formación se sigue considerando aún hoy como humanista.
Para ello los humanistas imitaron el estilo y el pensamiento grecolatinos de dos formas
diferentes: la llamada imitatio ciceroniana, o imitación de un solo autor como modelo de toda la
cultura clásica, Cicerón, impulsada por los humanistas italianos, y la imitatio eclectica, o
imitación de lo mejor de cada autor grecolatino, propugnada por algunos humanistas
encabezados por Erasmo de Róterdam.

 La emigración de sabios bizantinos: debido a que el Imperio bizantino estaba siendo


asediado por los turcos, muchos de ellos buscaron refugio en Europa Occidental,
especialmente en Italia, llevando con ellos textos griegos, promoviendo la difusión de la
cultura, los valores y el idioma griego. Por ejemplo, Manuel Crisoloras, erudito griego de
Constantinopla, que enseñó griego en Florencia desde el año 1396 al 1400 y escribió para
uso de sus discípulos la obra Cuestiones de la Lengua griega, basándose en
la Gramática de Dionisio Tracio; su discípulo Leonardo Bruni (1370-1444) fue el primero
que hizo traducciones del griego al latín a gran escala, como también Ambrosio
Traversario, quien además recomendó a Cosme de Médici que adquiriera doscientos
códices griegos de Bizancio o Francesco Filelfo, que se llevó el mismo muchos otros.

 La invención de la imprenta: este invento de Gutenberg permitió el abaratamiento del


costo y la difusión de los libros, garantizando la difusión masiva de las ideas humanistas y
la aparición del sentido crítico contra el magíster dixit o argumento de autoridad medieval.

 La llegada al solio pontificio de Tomas Parentucelli, (Papa Nicolás V) y de Eneas Silvio


Piccolomini, (Pío II) convierte a Roma en uno de los grandes focos del Humanismo.

 La acción de los mecenas: los mecenas eran personas que con su protección política, con
su aprecio por el saber antiguo, con su afán coleccionista o con la remuneración
económica a los humanistas para que se establecieran o costearan sus obras en la
imprenta, facilitaron el desarrollo del Humanismo. Estas personas reunían obras clásicas y
llamaban a eruditos conocedores de la literatura griega y romana; por si eso fuera poco,
los acogían en sus palacios. Entre los mecenas más destacados sobresalen: la familia de
los Médici de Florencia Lorenzo de Médicis, llamado el Magnífico y su hermano Juliano de
Médicis, los pontífices romanos Julio II y León X, Cristina de Suecia.

 La creación de universidades, escuelas y academias: las universidades (como la de Alcalá


de Henares, Lovaina, etc.) y las escuelas del siglo XV contribuyeron en gran parte a la
expansión del Humanismo por toda Europa.

Rasgos del humanismo[editar]


La escuela de Atenas, fresco de Rafael.

Algunos de los rasgos ideológicos del humanismo son:

 Estudio filológico de las lenguas e interés por la recuperación de la cultura de


la Antigüedad clásica.
 Creaciones artísticas basadas en la imitación o mímesis de los maestros de la
civilización grecolatina.
 El antropocentrismo o consideración de que el hombre es importante, su inteligencia el
valor superior, al servicio de la fe que le une con el Creador.
 Se restaura la fe en el hombre contemporáneo porque posee valores importantes capaces
de superar a los de la Antigüedad Clásica.
 Se vuelve a apreciar la fama como virtud de tradición clásica, el esfuerzo en la superación,
y el conocimiento de lo sensorial.
 La razón humana adquiere valor supremo.
 En las artes se valora la actividad intelectual y analítica de conocimiento.
 Se ponen de moda las biografías de Plutarco y se proponen como modelos, frente al
guerrero medieval, al cortesano y al caballero que combina la espada con la pluma.
 Se ve como legítimo el deseo de fama, gloria, prestigio y poder (El príncipe,
de Maquiavelo), valores paganos que mejoran al hombre. Se razona el daño del pecado
que reducen al hombre al compararlo con Dios y degradan su libertad y sus valores según
la moral cristiana y la escolástica.
 El comercio no es pecado y el Calvinismo aprecia el éxito económico como señal de que
Dios ha bendecido en la tierra a quien trabaja.
 El deseo de la unidad política y religiosa de Europa bajo un solo poder político y un solo
poder religioso separado del mismo: se reconoce la necesidad de separar moral y política;
autoridad eterna y temporal.
 El equilibrio en la expresión, que debe ser clara, y no recargada ni conceptuosa: «El estilo
que tengo me es natural y, sin afectación ninguna, escribo como hablo; solamente tengo
cuidado de usar vocablos que signifiquen bien lo que quiero decir, y dígolo cuanto más
llanamente me es posible porque, a mi parecer, en ninguna lengua está bien la
afectación.» (Juan de Valdés).
 La idealización y estilización platónica de la realidad. Se pinta la realidad mejor de lo que
es, se la ennoblece (nobilitare).
 El arte humanista toma la materia popular y la selecciona para transformarla en algo
estilizado e idealizado, de la misma manera que la novela pastoril recrea una vida
campestre desprovista de las preocupaciones habituales al campesino. En el arte
humanista no hay lugar para las manifestaciones vulgares de la plebe que se verán más
tarde en el siglo XVII con el Barroco.
 El optimismo frente al pesimismo y milenarismo medievales. Existe fe en el hombre: la
idea de que merece la pena pelear por la fama y la gloria en este mundo incita a realizar
grandes hazañas y emular las del pasado. La fe se desplaza de Dios al hombre.
 El retorno a las fuentes primigenias del saber, la lectura de los clásicos en los textos
originales y no a través de la opinión que dieron sobre ellos los Santos Padres y la religión
católica.
 La lógica aristotélica frente al argumento de autoridad medieval: la imprenta multiplica los
puntos de vista y los debates, enriqueciendo el debate intelectual y la comunicación de las
ideas. Se ponen de moda los géneros del diálogo y la epístola, todo lo que suponga
comunicación de ideas. Se propone la libre interpretación de la Biblia y su traducción a las
lenguas vulgares (Lutero) frente a que solo sea interpretada por la Iglesia Católica.
 Ginecolatría, alabanza y respeto por la mujer. Por ejemplo, el cuerpo desnudo de la mujer
en el arte medieval representaba a Eva y al pecado; para los artistas humanistas del
Renacimiento representa el goce epicúreo de la vida, el amor y la belleza (Venus).
 Búsqueda de una espiritualidad más humana, interior, (devotio moderna, erasmismo), más
libre y directa y menos externa y material.
 El reconocimiento de los valores humanos acabando con la Inquisición y el poderío de la
Iglesia
En sus comienzos, el humanismo es un movimiento regenerador y en sus principios básicos
se encuentra ya bosquejado en tiempos muy anteriores, por ejemplo, en las obras
de Isócrates, que se impuso una labor de regeneración parecida en la Grecia del siglo IV a. C.
En tiempos modernos se encuentra estrechamente ligado al Renacimiento y se benefició de la
diáspora de los maestros bizantinos de griego que difundieron la enseñanza de esta lengua,
muy rara hasta entonces, tras la caída de Constantinopla en poder de los turcos en 1453; la
imprenta y el abaratamiento de los libros subsiguiente facilitó esta difusión fuera del ámbito
eclesiástico; por entonces el término humanista servía exclusivamente para designar a un
profesor de lenguas clásicas. Se revitalizó durante el siglo XIX dando nombre de un
movimiento que no solo fue pedagógico, literario, estético, filosófico y religioso, sino que se
convirtió en un modo de pensar y de vivir vertebrado en torno a una idea principal: en el centro
del Universo está el hombre, imagen de Dios, criatura privilegiada, digna sobre todas las
cosas de la Tierra (antropocentrismo). Posteriormente, en especial en España durante la
segunda mitad del siglo XVI, el antropocentrismo se adulteró en forma de
un cristocentrismo que proponía la ascética y la mística como formas de vida que condujeron
al desengaño barroco, que desvirtuó durante el siglo XVII este movimiento en un principio
renovador impidiendo abrir nuevos horizontes.

Personalidades históricas[editar]
Los autores más señeros de este movimiento fueron:

 Dante Alighieri (1265-1321), fue el primero en situar a la Antigüedad en el centro de la


vida cultural.
 Francisco Petrarca (1304-1374), es conocido como el padre del humanismo. Fue el
primero en señalar que para ser culto y adquirir verdadera humanidad, era indispensable
el estudio de las lenguas y letras de los clásicos.
 Giovanni Boccaccio (1313-1375), al igual que Petrarca, dedicó su vida al estudio de los
clásicos, especialmente a los latinos, y realizó un importante compendio mitológico,
la Genealogía de los dioses paganos.
 Coluccio Salutati (1331–1406).
 Gemisto Pletón (1355-1452). Humanista y filósofo bizantino, unos de los principales
impulsores del estudio del griego en el mundo latino, y del platonismo. Ferviente seguidor
de Platón, enseñó en Florencia y estableció la base para la creación de la Academia de
Florencia.
 Leonardo Bruni (1374-1444), a quien se debe un profundo impulso a la traducción de la
literatura griega.
 Poggio Bracciolini (1380–1459), gran perseguidor de manuscritos por toda Europa; a él se
debe principalmente la recuperación de numerosos escritos de Cicerón y de otros autores
importantes como Lucrecio y la consideración del latín como una lengua viva y aún
creativa.
 Antonio Beccadelli el Panormitano (1394-1471), jurista, poeta y erudito italiano.
 Leon Battista Alberti (1404-1472). Sacerdote, humanista y secretario personal de seis
papas, Doctor en Derecho Canónico, físico, matemático y arquitecto.
 Lorenzo Valla (1407-1457), fundador de la filología por su estudio de los poetas latinos y
su proposición de una nueva gramática. Quizá su logro más conocido fue su
descubrimiento, basado en pruebas filológicas, de la falsedad del documento
medieval Donación de Constantino supuestamente redactado por este emperador, y por el
que se otorgaban los territorios de la Italia central al cuidado del papa romano.
 Alfonso de Palencia (1423-1492), historiador y políglota.
 Giovanni Pontano (1426-1503) poeta neolatino e historiador italiano.
 Marsilio Ficino (1433-1499), divulgó la filosofía de Platón por Europa.
 Antonio de Nebrija (1441-1522), logró renovar los métodos de enseñanza de las lenguas
clásicas en España.
 Gonzalo García de Santa María (1447-1521)
 Angelo Poliziano (1454-1494), humanista y poeta italiano.
 Lucio Marineo Sículo (1460-1533)
 Pico della Mirandola (1463-1494), quien probablemente haya sido el primero en utilizar la
palabra humanista para referirse al nuevo movimiento. Fue el autor de un Discurso sobre
la dignidad del hombre.
 Erasmo de Róterdam (1466 - 1536), fue la gran figura intelectual en el debate entre
católicos y protestantes y creador de una corriente personal dentro del humanismo de
crítica del cristianismo medieval tradicional, el erasmismo, a través de sus Colloquia y
diversos opúsculos.
 Guillaume Budé (1467-1540), humanista francés que editó en su país numerosos autores
clásicos grecolatinos.
 Hernán Núñez de Toledo el Comendador Griego (1475-1553), helenista y humanista.
 Tomás Moro (1478-1535), humanista inglés autor de un escrito satírico que sirvió de
modelo a otros muchos, la Utopía, y se enfrentó en defensa de sus ideas al rey Enrique
VIII.
 Giulio Cesare Scaligero (1484-1558), gran filólogo y preconizador de
la imitatio ciceroniana frente a la imitatio ecléctica de Erasmo de Róterdam.
 Juan de Valdés (1509-1541), humanista español y autor del primer tratado que hace del
español una lengua noble, y defiende la idea que todas las lenguas son nobles : el Diálogo
de La Lengua.
 Juan Luis Vives (1492-1540), amigo de Erasmo y de Tomás Moro, el primero en tratar la
psicología como disciplina científica y con contribuciones originales en todo tipo de
materias.
 Robert Estienne (1503-1559), humanista francés con labor comparable a la del impresor y
humanista Aldo Manuzio en Italia.
 Michel de Montaigne (1533-1592), quien vertió a la lengua vulgar lo más selecto del
pensamiento grecolatino creando el género del ensayo, típicamente humanista.
Todos estos y muchos otros, crearon el espíritu de una nueva época, el Renacimiento, que se
expandió a través del invento de la imprenta y las magníficas ediciones de clásicos del
impresor Aldo Manuzio y sus hijos y discípulos.

El idealismo trascendental o subjetivismo trascendental es una


concepción epistemológica y metafísica propuesta por
el filósofo prusianoalemán Immanuel Kant en el siglo XVIII.
Brevemente expuesto, el idealismo trascendental establece que todo conocimiento exige la
existencia de dos elementos: el primero, externo al sujeto (lo dado, o principio material), es
decir, un objeto de conocimiento. El segundo, propio del sujeto (lo puesto, o principio
formal), que no es más que el sujeto mismo que conoce. Con respecto al segundo, Kant
afirma que las condiciones de todo conocimiento no son puestas por el objeto conocido,
sino por el sujeto que conoce. El sujeto que conoce introduce ciertas formas que, no
preexistiendo en la realidad, son imprescindibles para comprenderla. Por esto sostiene Kant
en la Crítica de la Razón Pura: "Pensamientos sin contenidos son vacíos;
las intuiciones sin conceptos son ciegas" (A51). En otras palabras, sin sensibilidad nada nos
sería dado y sin entendimiento, nada sería pensado.
Todo lo intuido en el espacio y el tiempo y con ello todos los objetos de nuestra experiencia posible, no
es más que fenómenos, esto es, meras representaciones, que del modo en que se representan, como
sustancia extensa o series de alteraciones, no tienen existencia propia e independiente aparte de
nuestro pensamiento. A este concepto lo llamo idealismo trascendental.

Precedentes[editar]
La elección de estas tres ideas no es casual: Dios, alma y mundo se corresponden, ni más ni
menos, con las tres sustancias cartesianas: res cogitans («pienso, ergo existo», la propia
conciencia, la sustancia pensante), res infinita (Dios) y res extensa (Mundo, o realidad externa,
la sustancia extensa, lo material). Las mismas que serán luego investigadas por John
Locke y David Hume.

Bibliografía[editar]
 García Borrón, Juan Carlos (1998). Historia de la Filosofía, tomo II, (pág 1035 y sig).
Ediciones del Serbal. ISBN 84-7628-214-1.
Contexto histórico[editar]
El racionalismo es una corriente filosófica europea que posteriormente fue subdividida por los
historiadores, en dos bloques antagónicos: racionalismo y empirismo. Comprende todo
el XVII y es un largo e intenso epílogo metafísico a los grandes progresos de la ciencia
del Renacimiento. En él, la filosofía adopta el paradigma matemático de la geometría y el
paradigma experimental de la física, oponiéndose tanto al escepticismo pirrónico como al
formalismo escolástico. Sus características principales son:

 Confianza en el poder de la razón.


 Postulación de las ideas innatas
 Utilización del método lógico-matemático para explicar los razonamientos del empírico y
confirmarlos cuando ello es posible.2

Figuras más destacadas e impacto en la filosofía


posterior[editar]
 René Descartes: Fundador del racionalismo (que continuaron Antoine
Arnauld, Malebranche, Spinoza y Leibniz).
 Blaise Pascal: Fundador del existencialismo moderno (que
continuarán Jacobi y Kierkegaard).
 Spinoza: Fundador del panteísmo moderno (que
continuarán d'Holbach, Schelling y Hegel).
 Malebranche: Fundador del monismo espiritualista (que continuarán Berkeley y Bergson).
 Pierre Bayle: Fundador del deísmo (que continuarán Voltaire, Rousseau y Kant).
 Leibniz: Precursor del idealismo alemán y fundador remoto de la filosofía analítica (que
continuarán respectivamente Kant, Fichte, Schelling y Hegel, por un lado;
y Frege, Russell y Wittgenstein por otro).

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