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Evaluación de los
trastornos del habla
y la fluidez
Índice
Esquema 3
Ideas clave 4
3.1. Introducción y objetivos 4
3.2. Evaluación de las dislalias 5
3.3. Evaluación de las disglosias 13
3.4. Evaluación de las disartrias 20
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A fondo 34
Actividades 37
Test 38
Esquema
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L
os trastornos del habla y la fluidez son de las alteraciones del lenguaje más
presentes en las aulas. Tal y como dice Aguado (2014), estos trastornos
suelen considerarse como leves respecto a otras alteraciones, que afectan a
otras dimensiones del lenguaje. Pero dichos trastornos del habla y la fluidez pueden
influir no solo en el desarrollo lingüístico, sino en el desarrollo social y académico, tal
y como confirma Aguado (2014): «entre el 50 % y el 70 % de los niños con trastornos
del habla muestran dificultades generales de aprendizaje en cursos de Educación
Primaria y Secundaria».
En este tema aprenderemos cómo evaluar y qué procedimientos hay que llevar a
cabo para el diagnóstico de diversos trastornos del habla, como son las dislalias,
disartrias o disglosias, y de la fluidez, como es la disfemia (tartamudez).
Según el DSM-5 (APA, 2013), el trastorno del habla se define como trastorno
fonológico, dentro de lo que se denominan «trastornos de la comunicación». Este se
define como una alteración de la producción del habla, que puede deberse a
componente fonológicos, control neuromotor, habilidades de la articulación,
fluidez, fonación y resonancia. Aun así, este mismo manual hace una clasificación de
dichos trastornos, que quedan de la siguiente manera: de habla y articulación, de
fluidez, de origen motor, de voz o de resonancia (Aguado, 2014). Según la OMS y su
clasificación en el CIE-10 (OMS, 1992), este trastorno se denomina «trastorno
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S
egún Gallardo y Gallego (2000), la dislalia es la falta de capacidad para
pronunciar o articular correctamente fonemas o grupos fonémicos. A pesar
de que, comúnmente en el ámbito de la audición y lenguaje y en la
logopedia, se ha conocido a esta alteración como dislalia, es cierto que en los últimos
años se ha utilizado el término «trastornos de articulación», lo que se ajusta a su
traducción del inglés, con el fin de utilizar el mismo vocabulario en el ámbito
profesional a nivel mundial.
Según algunos autores (Carrió, Martí y Martí, 1991; Pascual, 1995; Valverde, Roldán y
Pérez, 1992), las alteraciones del habla y la articulación pueden deberse a diferentes
causas:
Siguiendo a González (2011), las dislalias se pueden clasificar según diversos criterios,
además de por su etiología: por el fonema que esté alterado, la cantidad de fonemas
alterados o por el tipo de error que se haga.
Repertorio fonético
La evaluación del repertorio fonético es el primer paso a llevar a cabo para valorar la
dislalia. Con esto comprobamos cómo pronuncia el niño y cuántos fonemas es capaz
de articular correctamente. Se aconseja una exploración previa de los órganos
bucofonatorios (lengua, mejillas, dientes, paladar, etc.) para descartar alteraciones
anatómicas y, con esto, causas orgánicas de la dislalia.
Para realizar la exploración del repertorio fonético, solo hace falta que el niño repita
una serie de sílabas abiertas, con estructura consonante-vocal (CV). El motivo de
esto es evitar asimilaciones con otros sonidos consonánticos en caso de repetir
palabras o conjunto de sílabas. El objetivo de este registro es valorar la articulación
de los fonemas de manera aislada, ni en coarticulación ni dentro de palabras.
En este punto, la valoración se hace mediante la repetición por parte del niño de
grupos de sílabas o palabras. Asimismo, se busca también la evocación espontánea,
por lo que el uso de imágenes para su denominación será de gran utilidad.
Inteligibilidad
Mediante el análisis del número de errores que comete el niño se puede hacer un
cálculo del porcentaje de consonantes correctas para medir su inteligibilidad. Para
realizar el cálculo del porcentaje de consonantes correctas (PCC), creado por Shriberg
y Kwiatkowski (1982; citado en Aguado, 2014), hay que realizar una transcripción del
habla del niño. Se contabiliza el número total de dislalias (ya sean sustituciones,
omisiones, distorsiones, etc.), se divide entre el número total de consonantes que
constituyen el enunciado y el cociente se multiplica por cien.
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Nº errores
PCC = × 100
Total consonantes
Es aconsejable realizar este cálculo cada cierto tiempo, una vez comience la
intervención, para así comprobar la eficacia de la rehabilitación y comprobar que el
PCC aumenta de manera exponencial.
Una de las tareas más efectivas para evaluar la discriminación es la técnica de pares
mínimos (Weiner, 1981), en la que el niño debe indicar si las dos palabras que se le
dicen (las cuales se distinguen por un único fonema) son iguales o diferentes. Por
ejemplo, pares mínimos como ‘casa-caza’, ‘bata-pata’, ‘saco-sapo’. Otra forma de
utilizar los pares mínimos es que el niño escuche de una persona una palabra (p. e.
‘pero’) de otra persona, su par mínimo (‘perro’) y preguntarle quién ha dicho ‘perro’.
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Consistencia
No solo es importante identificar el error articulatorio que realiza el niño, sino que es
imprescindible saber si siempre comete el mismo error fonológico en todas las
palabras o en palabras concretas. El objetivo de esta exploración es conocer si el
error articulatorio persiste y es consistente a lo largo de varias repeticiones y evitar
así los posibles errores casuales que no siguen una consistencia.
Para ello, Cervera e Ygual (2001; citado en Aguado 2014) hicieron una adaptación al
español del trabajo anglosajón de Dodd (1996), en el que se le presentan al niño
veinticinco imágenes, las cuales tiene que denominar tres veces. El criterio a
establecer para determinar si un error es consistente recae en la subjetividad del
examinador.
Conciencia fonológica
Figura 3. Esquema sobre los aspectos a tener en cuenta en la evaluación de las dislalias (Aguado,
2014).
Nota: para ver cómo se pone en práctica esta teoría, mira el vídeo Caso práctico:
trastorno del habla, en el que se plantea el caso hipotético de un estudiante y cómo
interpretar la información y realizar el diagnóstico.
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T
al y como vimos en el apartado anterior, los trastornos del habla pueden
deberse a alteraciones orgánicas que no tienen un origen neurológico. Esto es
lo que se conoce como disglosias.
Perelló (2014) describe que las disglosias pueden tener diversas causas, las cuales
afectan a diferentes órganos del habla. Dichas causas pueden ser malformaciones
congénitas, consecuencias de un traumatismo o accidente, trastornos y dificultades
de crecimiento o parálisis de nervios periféricos.
Disglosias labiales
que este se haga antes del desarrollo del habla, ya que acarrea una serie de
dificultades articulatorias.
Parálisis facial: se produce una parálisis de los músculos de la cara inervados por
los nervios faciales. La parálisis facial puede ser congénita o adquirida.
Dependiendo del grado de parálisis y de la zona afectada, las alteraciones en el
habla serán unas u otras, dependiendo de la afectación y parálisis del labio, lengua
o velo del paladar.
Disglosias mandibulares
Anquiloglosia: hace referencia al frenillo lingual, el cual es muy corto, lo que causa
limitaciones en el movimiento de la lengua que afectan a la articulación de ciertos
fonemas, como los sonidos líquidos o vibrantes, así como fonemas labiodentales
(/d/, /t/, /n/) o interdentales, como /θ/. La mayoría de las veces es necesaria una
frenectomía.
Disglosias palatinas
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Rinolalia abierta: es una alteración del resonador nasal por una comunicación
continua entre la faringe y la cavidad nasal, lo que produce una hipernasalización
del habla. Las causas suelen ser una insuficiencia del velo del paladar o parálisis
del mismo.
Rinolalia cerrada: al contrario que la rinolalia abierta, en este caso no hay paso de
aire entre la faringe y la cavidad nasal durante el acto del habla, lo que afecta a los
fonemas nasales /m/, /n/ y /ɲ/.
• Labio leporino.
• Frenillo labial superior hipertrófico.
Disglosias labiales
• Macrostomía.
• Parálisis facial.
• Atresia mandibular.
Disglosias
• Progenie.
mandibulares
• Anomalías dentarias.
• Anquiloglosia.
Disglosias linguales • Glosectomía.
• Macroglosia.
• Fisura palatina.
Disglosias palatinas • Fisura submucosa del paladar.
• Paladar ojival.
• Rinolalia abierta.
Disglosias nasales
• Rinolalia cerrada.
Labios.
Lengua.
Maxilares.
Paladar.
Cavidad oral.
Fosas nasales.
Aunque existe una amplia serie de protocolos y guías para llevar a cabo este tipo de
exploraciones, destacamos un material muy completo y de gran utilidad para la
exploración en casos de disglosias. El Colegio de Logopedas de Cataluña ha diseñado
una herramienta para la evaluación de disfunciones orofaciales, que incluye diferentes
fichas y guías destinadas a la exploración exhaustiva de las diferentes disfunciones según
la base anatómica afectada. Puedes acceder al material a través del siguiente enlace:
http://www.clc.cat/pdf/publicacions/eines-d-avaluacio/es/
Herramientas-disfunciones-orofaciales.pdf
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a disartria hace referencia a los trastornos y alteraciones de la articulación
como consecuencia de lesiones en el sistema nervioso, central y/o
periférico, que afectan a la musculatura de los órganos fonatorios. Bagunyá
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Al igual que con las disglosias, en cuanto a la exploración del habla y la articulación
en las disartrias, podemos seguir el mismo proceso de evaluación que ya hemos
estudiado con las dislalias. Aparte de la valoración de la articulación fonética, la
evaluación de las disartrias se establece en dos criterios: exploración orofacial y
análisis acústico.
«El análisis acústico de los trastornos del habla es utilizado como prueba para el
diagnóstico y el seguimiento del tratamiento de los pacientes afectados por
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L
a disfemia o tartamudez se caracteriza por presentar interrupciones de la
fluidez del habla, las cuales no se dan de manera aislada, sino con una
frecuencia (Fernández-Zúñiga y Gambra, 2014). El DSM-5 (APA, 2013) clasifica
la disfemia o la tartamudez como un trastorno de la fluencia de inicio en la infancia,
dentro de los trastornos de la comunicación. Asimismo, el CIE-10 (OMS, 1992) lo
incluye en otros trastornos emocionales y del comportamiento que aparecen
habitualmente en la niñez y en la adolescencia.
El análisis de la interacción entre padres e hijos debe ser una de las primeras tareas
a realizar en cuanto a la evaluación del niño con posible disfemia. Según Guitar (1998,
citado en Rodríguez Morejón, 2003), las variables que deben observarse durante esta
interacción deben centrarse en diferentes aspectos. En cuanto a la pragmática, es
importante contabilizar el tiempo de los turnos de conversación de cada uno, así
como las interrupciones o superposiciones que se produzcan. Es frecuente que la
mayoría de intervenciones de los padres sean por medio de preguntas, lo cual hay
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que contabilizar para determinar si hay un exceso de las mismas o si tienen una
escucha activa frente a lo que les cuenta su hijo. En relación a la complejidad,
debemos observar si el vocabulario utilizado por parte de los padres es el adecuado
o está por encima del nivel del niño, así como la sintaxis que utilicen durante las
Para la evaluación de la fluidez es interesante que se recojan muestras del habla del
niño en diferentes contextos (en la casa, en situación de juego, en el aula, etc.), para
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tener un punto de vista más general. Tal y como cita Rodríguez Morejón (2003),
Guitar (1998) señala la necesidad recoger al menos veinticinco expresiones para
tener, al menos, alrededor de 300 y 500 palabra para analizar.
Una vez anotadas todas estas medidas sobre las muestras, se lleva a cabo un conteo
de porcentajes para conocer los índices de presencia de las repeticiones:
Ambrose y Yairi (1999; citados en Rodríguez Morejón, 2003) proponen una fórmula
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para obtener una puntuación global que nos sirva como puntuación ponderada a la
hora de determinar si un niño presenta tartamudez o no.
Aguilar, E. M. y Serra, M. (2003). A-RE-HA: Análisis del retraso del habla. Barcelona:
Universidad de Barcelona.
Bosch, L. (2001). Evaluación fonológica del habla infantil. Barcelona: Elsevier España
S. L. U.
Carrió, M. T., Martí, R. y Martí, M. T. (1991). Prevención de las dislalias. Alcoy: Marfil.
Darley, F. L., Aronson, A. E., y Brown, J. R. (1969). Differential diagnostic patterns of
dysarthria. Journal of Speech, Language, and Hearing Research, 12 (2), 246-269.
Dodd, B. (1995). The differential diagnosis and treatment of children with speech
disorder. Londres: Whurr Publishers Ltd.
Ediciones Aljibe.
Planas i Morales, S. (1997). Evaluación del habla de pacientes con parálisis cerebral
infantil mediante técnicas de análisis acústico. Estudios de fonética experimental, 9,
182-200.
Simmons, K. C. y Mayo, R. (1997). The use of the Mayo Clinic system for differential
diagnosis of dysarthria. Journal of communication disorders, 30 (2), 117-132.
Si quieres indagar un poco más sobre qué es la disfemia o tartamudez, los tipos que
hay y los factores que influyen, este artículo es idóneo para ello.
Accede al documento a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/prevemi/disfemia_tartamudez.pdf
A través de este artículo, se hace una revisión respecto a los diferentes perfiles
neuropsicológicos de los niños en relación a diversos trastornos del lenguaje oral,
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En este vídeo podrás ver una entrevista a una persona con ataxia, en la que una de
sus manifestaciones más notables es la presencia de una disartria.
Accede al documento a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
https://www.youtube.com/watch?v=NA5FsBXvRyQ
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Camacho Vázquez, A. (15 febrero 2016). Disglosia, dislalia & disartria. YouTube.
Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=LqV_uwnzjeE
Gracias a este vídeo, podrás enseñar de una manera didáctica en qué consisten la
disglosia, la dislalia y la disartria.
Accede al documento a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
https://www.youtube.com/watch?v=LqV_uwnzjeE
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Descripción de la actividad
Accede al documento a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
https://www.psicoterapias.es/app/download/12095718/criterios.pdf
Objetivo
Criterios de evaluación
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6. Las disartrias hacen referencia a los trastornos del habla y la articulación derivados
de:
A. Dificultades de aprendizaje.
B. Disfunciones orgánicas.
C. Alteraciones en el sistema nervioso.
D. Problemas de fluidez.
7. ¿Qué tipo de disartria se caracteriza por un habla lenta, con acentuación excesiva,
imprecisión articulatoria, distorsión vocálica e hipernasalidad?
A. Disartria flácida.
B. Disartria espástica.
C. Disartria atáxica.
D. Disartria mixta.
10. Según la fórmula de Ambrose y Yairi (1999) para obtener una puntuación
ponderada de la disfemia, si el resultado obtenido es de 15, ¿qué grado de
tartamudez sería?
A. No habría riesgo de tartamudez.
B. Tartamudez suave.
C. Tartamudez moderada.
D. Tartamudez grave.
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