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I NTRODUCCIÓN AL ESTUDIO

Y PRÁCTICA DE LAS T ÉCNICAS


P ROYECTIVAS

“No venga a tasarme el rancho


Con ojos de forastero
Por que no es como aparenta
Sino como yo lo siento”

Ayahualpa Yupanki

MIGUEL ANGEL MIROTTI


PABLO ALBERTO LIENDO

Tercera Edición. Corregida y aumentada


La imagen de la portada hace referencia a la conocida similitud que emplea
Rapaport para describir la “hipótesis proyectiva”; en esta especie de «metáfora»
el concepto de proyección usado en las pruebas dice el citado autor, puede
representarse como un proyector y la pantalla; el material de las pruebas es el
lente de proyección, y las respuestas y conducta del sujeto, la pantalla y lo que
hay en ella proyectado.

La estrofa de Atahualpa muestra un caso claro de apercepción: las distintas


visiones que tienen de la misma realidad la empresa inmobiliaria y el que ha
vivido en ese humilde rancho sus mejores momentos, lo que le da a sus ojos un
valor inconmensurable.

Mirotti, Miguel Angel


Introducción a las técnicas proyectivas / Miguel Angel Mirotti y Pablo A.J. Liendo - 3a ed. -
Córdoba : Brujas, 2008.
300 p. ; 24x15 cm.

ISBN 978-987-591-115-4

1. Neuropsicología. 2. Técnicas Proyectivas. I. Liendo, Pablo A.J. II. Título


CDD 150.194

© Editorial Brujas
3° Edición.
Impreso en Argentina
ISBN: 978-987-591-115-4

Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723.

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Prólogo

Este libro no pretende ser otra cosa que lo que su portada


anuncia: una ayuda para quien quiera introducirse en el muy
interesante, pero a la vez complicado mundo de los métodos que
la Psicología ha desarrollado para acceder en alguna medida a la
comprensión de ese núcleo de referencia de todos los procesos y
fenómenos psíquicos que llamamos Personalidad.
Desde comienzos del siglo pasado se trabaja en ellos y con
ellos, y mucho ciertamente se ha logrado, pero como se trata de un
tema inagotable, no se puede esperar que con ningún método se
aclaren del todo los enigmas que plantea, por eso tampoco estas
Técnicas suponen un saber que alguna vez pueda llegar a alcanzar
su plenitud; pero los psicólogos sabemos de caminar hacia algo
que está infinitamente lejos…..
Y de eso se trata este libro, de ayudar a caminar, sobre todo
a los que recién empiezan ese camino.
Es así que comienza mostrando un mapa del territorio, un
vistazo de la problemática que se va a encontrar en el recorrido,
cuyo conocimiento previo ayudará mucho a sortear obstáculos:
eso es el esbozo de una teoría general de las Técnicas, que
ciertamente son un saber práctico, pero por eso Lewin nos mostró
que “nada hay más práctico que una buena teoría”.
A lo largo del recorrido, se presentan tres miradores, desde
donde cada uno ‘puede asomarse al paisaje y observarlo con un
lente particular; ciertamente, hay una gran cantidad de ellos, pero
es imposible visitarlos a todos; se opta entonces por unos pocos,

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desde donde es fácil deslizarse hacia otros similares.


Y entonces, aquí vamos, con el deseo y la esperanza de que
esta voluntad de ayuda encuentre recepción y se traduzca en
realidad.

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Unidad I

Conceptos básicos para la comprensión y aplicación de


las Técnicas Proyectivas.

Vistazo histórico:
Las pruebas para el conocimiento de la personalidad aparecen
en el panorama de la Psicología como resultado de la conjunción
de ideas y esfuerzos que venían gestándose desde mediados del
siglo XIX; por entonces, las ciencias físico-naturales habían
adquirido gran prestigio por el éxito de sus métodos experimentales
y el uso de la matemática para trazar modelos de la realidad; después
de siglos de predominio especulativo, sus resultados y las
posibilidades que se abrían seducían las inteligencias.
También es el tiempo en que la Psicología comienza a
desprenderse de la Filosofía, intentando conformarse como ciencia
autónoma con objeto formal propio; el deseo de ocupar un lugar
entre las Ciencias la llevó inicialmente a inclinarse por la misma
metodología que éstas, y a ocuparse de temas susceptibles de ser
tratados con métodos “científicos” buscando resultados
“objetivos”; así, las primeras investigaciones fueron sobre
psicofisiología - el estudio de los sentidos -, con los importantes
aportes de Helmholz, Hering y otros; Weber y Fechner se inclinaron
por la psicofísica, y recién el laboratorio de Wundt en Leipzig
puede considerarse la piedra fundamental de la Psicología

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

experimental; la Psicología “científica” comienza pues a surgir


de la mano del empirismo inglés y del experimentalismo alemán.
Pero pronto los interesados en un mayor acercamiento a lo
psíquico sintieron que ese planteo era limitado y todavía distante
de su objeto, y avanzaron en dirección al mismo con el desarrollo
de la Psicometría, “ciencia de las mediciones psíquicas”, sobre
bases puestas por Galton. y a fines de ese siglo surgen en Francia
los primeros “tests mentales”, exigidos por las necesidades de la
educación diferencial y destinados a “medir” la inteligencia.
Después, y ya a comienzos del siglo XX, el “taylorismo”, buscando
eficientizar el trabajo industrial, lleva al desarrollo de los “tests de
aptitudes”, y casi simultáneamente, la necesidad de los EEUU de
seleccionar la oficialidad de su ejército, al ingresar a la primera
guerra mundial, impone la utilización de pruebas psicológicas: con
los “Army Tests” se da un espaldarazo definitivo a los instrumentos
de medición, los “tests psicométricos”, que, aunque construidos
para medir “funciones” aisladas, influenciados por el atomismo
derivado de trasladar a la psicología los métodos de las ciencias
físico-naturales, prestaron y prestan un gran servicio al progreso
de la Psicología.
También venían desarrollándose otros conceptos, sobre
bases de reflexión filosófica, rescatando la unidad de la persona,
que se había perdido en el pensamiento moderno desde Descartes:
primero Brentano, que retoma en ese aspecto la tradición holista
de la escolástica medieval; después Dilthey establece la distinción
entre “Ciencias de la naturaleza” y “Ciencias del espíritu”,
marcando las diferencias de enfoque y método que unas y otras
requieren; distinción que elabora posteriormente Windelband al
hablar de las ciencias “nomotéticas” e “ideográficas”, conceptos
que Allport incorpora a la psicología.
La “Psicología Comprehensiva” y la “Personalista”
(Spranger, Stern) como también el Existencialismo y el
Psicoanálisis, ponen de manifiesto la insuficiencia de los métodos
puramente “objetivos” para comprender la problemática humana.
Sin olvidar la fuerza con que la “Gestalttheorie” demostró la función
organizadora de la actividad perceptiva, en la que el todo es algo

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más que la mera suma de las partes; estableció la necesidad de


definir claramente sus conceptos y validarlos mediante la
experimentación; cuando esto se aplica a las Técnicas Proyectivas,
redunda en la importancia que se da a la estructura de las respuestas
y al análisis formal.
El psicoanálisis, en cambio, menos riguroso en precisar sus
conceptos y poco interesado en la verificación experimental, se
interesó más por el contenido y su eventual valor simbólico e
individual.
La confluencia de estas dos líneas de pensamiento – la
experimental-matemática y la personalista-clínica- llevó a pensar
en la conveniencia de aplicar los métodos psicométricos al estudio
de aspectos que los experimentos habían ignorado, como la vida
afectiva y los valores; obviamente es la segunda de estas líneas la
que se impone, aunque tomando de la psicometría algunos recursos
que podían ayudar a sistematizar estas “pruebas”; es así cómo van
apareciendo algunas desde comienzos del S. XX: utilizan láminas
como después hará el T.A.T., asociación de palabras, como la
conocida prueba de Jung; en los años veinte aparece “como un
monumento fuera del contexto de la época”, como dice Bohm, la
obra de H. Rorschach, que es una de las que mejor puede cumplir
con el “ideal” de integrar conceptos experimentales, psicométricos
y personalistas.
La década de los años treinta es un período fecundo en la
aparición de “pruebas de personalidad”, en parte debido a que por
ese entonces comienzan a elaborarse las “teorías” de la
personalidad; después del conocido artículo de Lawrence Frank1
comienzan estas “pruebas” a ser llamadas “Proyectivas”; desde
entonces prolifera toda clase de pruebas que se acogen a este rótulo,
con buen apoyo teórico o más bien intuitivas o puramente
empíricas, usando variados estímulos y diversos métodos de
evaluación, con una validez más o menos seriamente demostrada
o lanzadas al mundo sin preocupación al respecto; si se escribiera

1
..-Frank, L.M.: “Projective Techniques for the study of personality”, Journal of
Pychology1939.

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un “Abstract” de todas las “Pruebas Proyectivas” surgidas hasta


ahora, resultaría un grueso volumen2; pero la gran mayoría
desapareció prontamente del interés público o no llegó nunca a él,
y muchas quedaron apenas limitadas al reducido ámbito de
influencia del autor; no son muchas las que han “sobrevivido”,
sea por que lograron demostrar ampliamente su eficacia, como el
Rorschach, o por que la ubicación del autor en el mundillo de la
psicología les permitió mantener su vigencia, como en el caso del
T.A.T. (su autor era entonces director de la Clínica psicológica de
la Universidad de Harvard); tal vez algún investigador descubra
algún día que las mejores Técnicas Proyectivas nunca llegaron a
ser conocidas por la “comunidad psicológica.”

Características generales:
Bajo el rótulo genérico de “Técnicas Proyectivas” se incluye
una gran cantidad de pruebas cuyo objetivo es investigar de modo
sistemático con medios estandarizados la personalidad individual
como configuración orgánica3.
Aunque hay entre ellas una gran diversidad, tienen
condiciones que les son comunes: todas parten de una concepción
“holista”4, lo que supone tratar al hombre como un todo muy
integrado, superando el dualismo psicofísico cartesiano que lo
concibe como un ensamble de dos principios diferentes e
irreductibles: la mente espiritual como la parte pensante, y el cuerpo
material como soporte de aquella; también se alejan del atomismo
derivado de aplicar a la psicología criterios y métodos de las
ciencias naturales.

2
.-Pueden consultarse al respecto: Bell,J. “Técnicas Proyectivas”, Paidos. – Anderson
y Anderson, “Técnicas Proyectivas del diagnostico psicológico”, Rialp. – Anzieu, D.:
“Las Técnicas Proyectivas”, Kapelusz. – Abt y Bellak, “Psicología Proyectiva”, Paidos.
– Hammer,S.:”Tests proyectivos gráficos”, Paidos..- Rabin y Haworth,: “Técnicas
proyectivas para niños”, Paidos.- Hilltmann,H..: “Compendio de los tests
psicodiagnósticos”, Kapelusz..- Muchos otros tests han sido publicados en revistas.
3
.-Se diferencian así (también por otras características) de los “Cuestionarios de
personalidad”, que buscan establecer la presencia de determinados rasgos.
4
.- significa completo, entero.

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El enfoque holista que se corresponde con las concepciones


más importantes de la psicología actual implica asimismo, que
toda la conducta del individuo en la “situación de prueba” es
considerada y evaluada, y que, como en un holograma, cada
función, reacción o en general, conducta, lleva la impronta del
todo; es lo que legitima el intento de comprender la personalidad a
partir de un número obviamente limitado de reacciones solicitadas
por estas pruebas.
También participan todas de un enfoque “dinámico”: se
entiende por tal el considerar la personalidad desarrollándose desde
el nacimiento hasta la muerte en constantes movimientos de
cambio, sea de evolución o regresión, tratando de adaptarse al
mundo externo físico y cultural, y al propio mundo interno; su
dinámica es pues intencional, ya que persigue sus objetivos, sean
estos inmanentes o trascendentes, determinada por su historia, pero
conservando la experiencia de la libertad de elección.5
Las técnicas Proyectivas investigan de modo “funcional”;
no sólo se preguntan por el “qué” de la conducta – la verificación
y evaluación de lo exteriormente observable – sino que inquieren
a partir de allí el “cómo” y el “por qué”, y también el “para qué”;
no se conforman con las respuestas obtenidas según el modelo del
“arco reflejo” - dado un estímulo, obtenemos tal reacción – sino
que su principal objetivo es comprender qué pasa entre los polos
aferentes y eferentes, qué factores internos son rozados por el
estímulo e influyen en la respuesta, diferenciándose así netamente
del modelo conductista: mientras éste sobrevuela la superficie de
los fenómenos, estas pruebas se esfuerzan por adentrarse en la
comprensión del núcleo donde estos se originan.
5
.- Si bien la conducta es “determinada” por multitud de factores internos y externos,
aquí “determinado” no se opone a “libre”, sino a “aleatorio”, es decir, al azar, la
casualidad (que sin embargo puede intervenir ocasionalmente como un factor más); la
libertad en la elección de alternativas sigue siendo una experiencia subjetiva sustancial;
una determinación “forzosa”, como la de las ciencias físicas, entregaría la psicología a
las concepciones mecanicistas y al fatalismo, y la libertad sería entonces una ficción,
y consiguientemente también la responsabilidad; si así fuera, la conducta humana sería
enteramente previsible, y los pronósticos, profecías. Cfr. R.P. Knight, “Determinismo,
Libertad y Psicoterapia”, en “Teoría Psicoanalítica”, ed. Hormé, Bs.As. 197 sig.;
“determinación” equivale entonces a “alto grado de probabilidad”

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Podrían llamarse legítimamente “Tests”, en cuanto son


estímulos que provocan reacciones; y en la práctica con este término
las designan muchos e importantes autores; pero prefiero usar el
de “Técnicas”, para diferenciarlas,6 ya que “Test” fue adoptado
por la Psicometría, que desde fines del siglo XIX comienza a
trabajar con los métodos y criterios científicos vigentes, tal como
lo imponía la tradición de la psicología experimental y el inmenso
prestigio de que por entonces gozaban las ciencias físico-naturales
(recuérdese que el mismo Freud adoptó modelos físicos); y si
comparamos cómo son y cómo funcionan los “Tests Psicométricos”
y estas “Técnicas Proyectivas”, las diferencias saltan a la vista;
aquellos son ideados para medir funciones bien aisladas:
inteligencia general, atención, diversas habilidades, etc., para lo
cual se propone un estímulo perfectamente definido, con
instrucciones precisas respecto a la tarea a realizar, en general con
control de tiempo; puede que se trate de resolver problemas
aritméticos simples, descubrir semejanzas o diferencias, encontrar
el número que continúa una progresión dada, o la ficha de Dominó
que completa la relación de una secuencia, armar con cubos de
colores diversas figuras según modelos, etc. etc.; en todos los casos
hay una solución correcta para el problema planteado, los aciertos
reciben un puntaje, que es comparado con una tabla (“baremo”)
que permite ubicar el rendimiento del sujeto en relación a la media
de la población con la que se establece la comparación. La
obtención del resultado es casi automática, muchas veces con
“parrillas de corrección”, y hasta puede ser confiado a una
computadora, que recibe las respuestas y efectúa todas las
operaciones para dar el resultado, independientemente de quien
administra, e incluso la misma administración puede ser realizada
por la máquina; todo esto les da una condición de “objetividad”,
permite la cuantificación de los resultados lo que posibilita
comparaciones precisas entre los rendimientos, y establecer con
precisión su validez; su condición de “instrumentos científicos”
según los criterios clásicos no entra pues en discusión. Son análogos
los “Cuestionarios de personalidad”.
6.
- En la práctica, se las llama indistintamente técnicas, tests, pruebas.

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Las “Técnicas Proyectivas” en cambio buscan aproximarse


a la personalidad como un todo, presentan estímulos que pueden
ser interpretados de diversas maneras, la consigna deja para ello
mucha libertad; no hay respuestas acertadas o equivocadas, no
miden, donde hay cuantificación ésta es sólo referencial, la
personalidad del examinador puede influir significativamente en
los resultados, deben ser administradas y evaluadas por expertos
con amplia formación clínica, etc. Son en definitiva métodos para
aproximarse a una comprensión de la personalidad.

Factores que conforman el proceso de las Técnicas


Proyectivas.

Estímulo——————————— Situación de prueba.


Material de la prueba.

Tarea a realizar, según la consigna.


Objetivo de la administración.
Personalidad del examinador, y su relación con el examinado.

Respuesta:
Verbal, gráfica, etc., según las exigencias del material y
de la consigna.
Conductual: reacciones del examinado no solicitadas por
la consigna.

Evaluación:
Descodificación del mensaje latente en la respuesta, según
el sistema de evaluación propuesto por cada técnica, e
Interpretación, según una teoría de la personalidad, de los
valores simbólicos.
Integración de los datos fácticos.

Informe:
Exposición orgánica de los datos aportados por la prueba
(o eventualmente por la batería de pruebas), sean estos

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inmediatamente obtenidos o mediatamente inferidos,


distinguiendo los niveles de certidumbre o lo hipotético de
las afirmaciones.

Devolución:
Según las exigencias de la situación y del objetivo.

******

El Estímulo.

La reacción del sujeto que es examinado depende de los


factores que agrupamos como “Situación de Prueba”: su respuesta
ante una lámina del Rorschach depende de: --una mancha – que
debe interpretar – a solicitud de un examinador – con un
determinado objetivo; todo ello conforma una “configuración”7,
y la respuesta podría ser otra ante la misma mancha si alguno de
los otros factores variara; pues no percibimos elementos aislados,
sino complejos organizados, en los que cada dato cobra sentido en
relación con los demás; ante esa “configuración” que llamamos
“situación de prueba,” se sitúa la persona del examinado con toda
su complejidad, y sus reacciones se comprenderán en la medida
que entendamos cómo “apercibe” esa situación.
La percepción no actúa aquí de modo diferente a como lo
hace en las circunstancias de la vida diaria; pues las Técnicas
Proyectivas no son artilugios que funcionen en un mundo extraño,
sino que nos presentan situaciones análogas a las que se encuentran
en lo cotidiano: sólo que el material ha sido seleccionado para ser
estimulante en áreas significativas de la personalidad,
estandarizado para que los resultados sean comparables, verificado
estadísticamente en cuanto a la relación de determinadas respuestas
con características personales patológicas o no, sistematizado para
poder ser comprendido desde una concepción teórica de la
personalidad y desde ella profundizado mediante la interpretación.

7
Utilizamos “configuración” como traducción de Gestalt.

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La Percepción.

Si desglosamos la referida “situación de prueba”, y


analizamos sus componentes –sin perder de vista la configuración
en que están integrados - podemos en primer lugar ocuparnos del
Material que nos presentan las pruebas.
En el estímulo como objeto material de la percepción,
encontramos aquellas características que exhaustivamente han sido
experimentalmente estudiadas por la Gestalt: a igualdad de otras
condiciones tendemos a percibir la figura y no el fondo, el estímulo
más intenso en lugar del más débil, lo organizado mejor que lo
difuso, lo que se mueve prevaleciendo sobre lo estático, etc.; es
decir, hay “factores externos”, condiciones del material mismo que
influyen en la percepción, y en la medida que ésta es regulada por
las características del “objeto”8, se mantiene en al plano de lo
“objetivo”; pero cuando se aleja del mismo, la pregunta que surge
es: ¿qué otros factores han influido hasta sobreponerse a la presión
legal de los “factores externos”?.
Para responder debemos antes hacer algunas precisiones
sobre la estructuración y la definición del estímulo.
Decimos que un estímulo (sea objeto físico o situación) es
estructurado cuando presenta relaciones orgánicas entre sus
diversas partes; se opone a ello lo difuso, vago, lo no organizado.
Es ambiguo si se le pueden adjudicar significaciones diversas
y aún opuestas; lo contrario es univocidad, definición.9
8
.-Objeto en su sentido etimológico de “ob-jactum”, lo puesto delante del sujeto
percipiente.
9
.-Esta distinción entre grado de estructuración y de ambigüedad en el estímulo de las
pruebas proyectivas no ha merecido atención por parte de los estudiosos de las mismas;
sin embargo puede haber una diferencia importante: la falta de estructura perturba a
las personas cuya organización interna no es suficientemente sólida, y por eso se
angustian si no encuentran en el mundo externo marcos de referencia firmes; la no
tolerancia a la ambigüedad supone personalidades rígidas que reprimen su agresividad.
En la práctica ambos conceptos se utilizan sin discriminar, tal vez por que los estímulos
poco estructurados son a la vez ambiguos; sería necesario establecer criterios para
determinar el grado de estructuración y ambigüedad diferenciadamente, y verificar las
reacciones según el tipo de personalidad. Mientras tanto seguiremos hablando
indistintamente de”ambigüedad”.o “poca estructuración”.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Cuanto más estructurado un estímulo, menos posibilidades


hay de muchas y variadas interpretaciones del mismo; en cambio,
la multiplicidad de interpretaciones posibles puede considerarse
un criterio para juzgar la ambigüedad
La experiencia nos dice que, aún en lo cotidiano, un estímulo
definido y estructurado es percibido por todos -o la gran mayoría-
constantemente de la misma forma y con igual significación, y
hasta dudaríamos de la “salud mental” de quien le otorgara un
sentido sustancialmente diferente; en tales casos hablamos de
“reconocimiento”, o de percepción objetiva o adaptativa; en
cambio no vemos todos de la misma manera ni logramos fácilmente
acuerdo ante algo que se nos presenta vago e indefinido, sin
estructura.
Siendo esto así, si las pruebas se construyeran con estímulos
muy definidos, nos informarían casi exclusivamente sobre el obvio
funcionamiento del “sentido común” y la inmersión de la persona
en los estándares del grupo; mientras que, si fueran muy vagos y
ambiguos, muy posiblemente el sujeto se desconcertaría ante la
ausencia de un “asidero perceptual” para organizar el material y
dar la solicitada respuesta, por la ansiedad que generaría tal
situación; se llegaría así o a un fracaso o a respuestas altamente
individuales y por tanto no comparables, pues cuando menos
estructurado es un estímulo, más probable es que suscite reacciones
muy personales, poco socializadas.
Por tal motivo, el material de las pruebas es relativamente
ambiguo, con algunos ítems más definidos para observar la
adaptación del sujeto al pensamiento común, y otros más ambiguos
que obligan a poner en acción una fantasía más personal.

Lo dicho se refiere al “objeto” como pro-puesto ante el


perceptor; pero a la vez debe tenerse en cuenta que la definición
de un estímulo no deriva sólo de los “factores externos”, sino
también del “campo” en que estos se combinan e interactúan con
los “internos”: en el T.A.T., 3 HV, el objeto que está en el suelo a
la izquierda del protagonista, es pasado por alto por muchos: es un
objeto relativamente pequeño, no tiene forma muy definida, su

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ubicación es marginal al foco de la atención; pero un sujeto


depresivo con ideas suicidas, probablemente le preste atención y
lo vea como un revólver ; en II del Rorschach, lo que unos ven
como dos payasos jugando iluminados por las luces del circo, para
otros son dos personas que pelean y están sangrando por sus heridas,
ambas respuestas son perfectamente adaptadas a las “condiciones
externas” del estímulo, pero cada una refleja distintos sentimientos
de los examinados.
De modo que, el que un “objeto” sea percibido y el modo
cómo lo sea, depende en gran medida del sentido que el objeto
tenga para el sujeto, de lo que significa para él con relación a su
experiencia pasada o con relación a los fines del adaptarse a la
vida, en el sector en que esa significación opera. Pues el organismo
no está en el mundo pasivamente expuesto a la multitud de
impresiones que le llegan por sus órganos de captación, los sentidos:
la luz impresiona nuestra retina, los sonidos nuestros oídos; pero
no sólo vemos,, sino que miramos; no oímos simplemente, sino
que escuchamos; nuestros sentidos captan en cada momento
multitud de estímulos, pero llegan a nuestra conciencia y
reaccionamos sólo a algunos de ellos, y los más pasan des-
apercibidos, o apenas alcanzan a crear una impresión general, como
un fondo sobre el que se destaca como figura aquello que en el
momento tiene importancia para el perceptor: la percepción
funciona activamente, comprometida en buscar en el mundo lo
que el perceptor necesita para sus diversos propósitos.
La actividad de la percepción se hace evidente en su tarea
selectiva: siendo limitado el campo de la conciencia, excluye del
mismo funcionalmente mucho datos que llegan a los sentidos, pero
que no son pertinentes a los fines buscados, y concentra su energía
en lo que interesa; este mecanismo de exclusión y concentración
es tanto más activo cuanto más vital es el requerimiento de un
objeto: así puede explicarse la presencia persistente de algunos
contenidos en las pruebas, y la ausencia de otros normalmente
esperables.
Pero la percepción no sólo selecciona por razones de
economía para mantener la energía de que dispone la persona

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orientada a lo que vitalmente interesa, dejando el campo de la


conciencia libre de “ruidos parásitos”; también puede excluir
positivamente datos tenidos por perturbadores, por ejemplo si están
asociados a conflictos o experiencias negativas; esto se ve
claramente en algunas patologías (la ceguera selectiva histérica,
p.ej.); también se ha demostrado en experiencias con taquitoscopio:
palabras que se corresponden con los valores aceptados por un
sujeto, son pronta y fácilmente reconocidas, mientras que las que
expresan disvalores requieren más tiempo de exposición, el umbral
de reconocimiento es en estos casos mucho más alto.
Esta capacidad de positiva exclusión configura en ocasiones
una verdadera “defensa perceptual”, que parece estar emparentada
con la represión: en el Rorschach, muchas veces personas con
problemas en lo sexual, omiten interpretar o francamente rechazan
áreas de las láminas habitualmente asociadas a tal impulso; en estos
y similares casos se da lo que podemos llamar “subcepción”10,
cuando el estímulo es captado por los sentidos, lo que se evidencia
en las reacciones que produce, pero no accede a la conciencia;
también en experiencias con taquitoscopio se ha comprobado que
estímulos que se supone perturbadores para el sujeto son capaces
de producir una reacción de ansiedad mensurable por el
psicogalvanómetro, sin que aquel haya tomado conciencia de los
mismos; en algunos Do. del Rorschach esto se hace evidente;
también tal fenómeno es el responsable de fracasos en responder a
algunas pruebas: (en VI del Rorschach, lámina donde muchos
reconocen “símbolos sexuales”, hay quienes no logran responder
“por que no ven nada”, “fracasan” a pesar de que hay posibilidad
de respuestas fáciles fácilmente reconocidas por la gran mayoría.),
o de reacciones conductuales que no parecen coherentes con la
respuesta verbal (como cuando en la misma lámina se notan
demoras, expresiones de ansiedad y desagrado, etc., para dar
después la respuesta “popular” “ignorando” el estímulo sexual que
ha sido el responsable de aquellas reacciones.
Todo indica entonces que el dato sensorial llega primero a
lo inconsciente, y en caso de ser “autorizado” por el yo pasa al
10
.-También “percepción subliminal”

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preconciente, donde se une a una representación de palabra para


recién acceder a la conciencia.
Todo este complejo y teleológico11 accionar de la percepción
se realiza según el “programa perceptivo” que cada uno va
conformando de modo muy individual desde el primer momento
de su vida: comprende en una ajustada organización lo
constitucional, las relaciones objetales, los aprendizajes y
experiencias, sea que estén al presente conscientes u olvidados o
reprimidos; también lo prospectivo, los objetivos que la persona
se plantea para su vida y condicionan su accionar; o sea, la historia
y el futuro, sin olvidar las circunstancias actuales y los símbolos
culturales.
Es en base a tal “programa”12 que seleccionamos los datos
que nos llegan, les damos un sentido para nuestra vida, los
organizamos según las pautas de nuestra propia organización
psíquica; según su influencia se define en una u otra dirección la
ambigüedad de un estímulo; resume en sí lo que hemos llamado
“factores internos de la percepción”.
Entonces, lo que esperamos de las Técnicas Proyectivas es
que nos faciliten el acceso a ese mundo interno, partiendo de
suponer que la organización y sentido que se ha dado al material
en la particular situación de prueba reflejan la estructura y
contenidos de aquel, y que desde lo percibido podemos remontar
hasta el conocimiento del “programa perceptivo”, y allí
encontrarnos con la personalidad que lo ha formado al ir
conformándose ella misma.

Percepción y realidad.

Teniendo por demostrada la influencia condicionante de lo


subjetivo y estrictamente individual en el modo como cada uno
percibe el mundo, es lógico que surja la pregunta sobre el
conocimiento que podemos tener de la realidad. Se trata de un
11
.-De , significa “orientado a un fin”, “lo que tiene una finalidad”
12
.- Se utiliza tal término por la analogía existente con el “programa” con que se ha
cargado una computadora y según el cual responde.

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problema que el hombre se planteó desde que comenzó a


reflexionar, como lo acredita la historia de la Filosofía: lo que
hemos dicho sobre percepción a su modo lo sabían ya los antiguos:
“el hombre es la medida de todas las cosas”, decía hace 2500 años
Protágoras, y desde entonces se dieron muchas y diversas opiniones
sobre el tema.
Aristóteles sostuvo la natural capacidad del hombre de
conocer la realidad, “lo que es”, en la medida que utilizara bien
sus recursos intelectuales, es decir, razonando correctamente; para
ello desarrolló su Lógica, que llamó “Organon” (instrumento),
sistematizando en ella las leyes del pensar, que conforman lo que
hoy conocemos como “proceso secundario”.
Cierto es que evitaríamos muchos errores ajustándonos a esas
normas, pero desde su posición intelectualista no tomó en cuenta
lo que San Agustín, siglos más tarde, haría notar muy claramente:
cómo los sentimientos pueden influir y aún deformar la
“objetividad” de la inteligencia poniéndola a su servicio, y haciendo
que vea las cosas como los sentimientos quieren; pero la inmensa
autoridad del pensamiento aristotélico impuso el “realismo” durante
siglos, hasta que la filosofía moderna vuelve sobre el tema, y
Descartes, si bien acepta nuestra posibilidad de conocer la realidad,
no pudiendo ignorar las variantes y aún deformaciones que tantas
veces introducimos en nuestro proceso de conocimiento, recurrió
a explicarlas por la acción de algún “genio maligno” que nos jugaba
esas “malas pasadas”; la Psicología hoy ha ido más allá, y ha puesto
en evidencia toda una pléyade de “geniecillos” ocupados en
ocultarnos o deformarnos la visión “objetiva” de la realidad, y los
ha identificado, y los llama fantasmas, impulsos, necesidades,
prejuicios, cultura, etc..
Pero no es nuestro objetivo entrar aquí en análisis y
controversias que corresponden a la gnoseología; lo que no significa
aceptar sin más que la naturaleza de nuestro conocer se apoya en
un relativismo subjetivista; la percepción sana está lejos de eso,
aún cuando sigamos sosteniendo la inexorable influencia de los
citados “factores internos”; es en base a los mismos que elaboramos
activamente los datos “crudos” que recibimos del entorno: “afirmar

20 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

que percibimos el mundo externo gracias a nuestra actividad


perceptiva de modo tal que el resultado no puede ser considerado
una imagen especular o fotográfica del mundo externo, sino una
construcción sobre la cual ha ejercido una influencia directiva
nuestra actitud psíquica y nuestra estructura anímica, no es hacer
relativismo subjetivista; al contrario, es decir que ese activo modo
nuestro de percibir nos permite incluso corregir los datos
proporcionados por los receptores sensoriales”.13
De no ser así, confundiríamos, por ejemplo, tamaño con
distancia, perspectiva con deformación; si nuestra percepción no
organizara el mundo, la música no sería otra cosa que una sucesión
de sonidos, y lo mismo una conversación: el mundo sería
simplemente un caos; el hombre primero organiza el mundo con
su percepción, para poder después actuar en él, con él y sobre él.

Un concepto operativo de “realidad”

Lo que nos interesa como psicólogos es “cómo el hombre


piensa el mundo humano”, cómo percibe sus relaciones con los
demás y con las cosas en cuanto tienen un significado para él
como hombre”; somos sociales desde nuestras primeras relaciones
objetales, y precisamente según ese modelo.
Por eso, cuando nos preguntamos qué es en la práctica la
realidad, así nos responde L. Frank14: “Operativamente definimos
realidad en relación a la personalidad, entendiendo que la realidad
que se espera que un sujeto enfrente es esencialmente el mundo
cultural simbólico, el mundo público consensuado, las
significaciones aceptadas por el grupo… Si aceptamos que el
mundo cultural simbólico es un producto proyectivo de todos los
miembros del grupo, y por tanto aquello que todos esperan percibir
o interpretar de acuerdo a los símbolos aceptados en su cultura,
entonces nos ponemos en condiciones de clarificar la ambigüedad
del concepto de “realidad” evitando los aspectos epistemológicos,
teológicos y metafísicos que frecuentemente el término implica”.
13
.-Gemelli-Zunini, “Introducción a la Psicología”, cap. VI – Ed. Miracle, Barcelona.
14
.-L.K. Frank, “Toward a Projective Psychology”, Journal of Proj. Tech. 24, 1960.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Karl Jaspers lo dice así:15"Desde el punto de vista lógico,


realidad es lo que es en sí, cuando lo distinguimos de lo que nos
parece; lo objetivo, como diferente de la experiencia interna….pero
lo que en la práctica es realidad, es un significar de las cosas,
procesos, situaciones…la conciencia de la realidad me penetra
como un saber acerca de la realidad que me concierne, que está
encajada en la realidad general tal como se me ha estructurado y
desarrollado en su contenido por la tradición y la cultura en la
que he crecido y he sido educado…lo que es accesible al saber
común y no sólo subjetivamente privado”.
O sea: “real” es lo que tiene un significado en el que acuerdan
sustancialmente aquellos que participan de una cultura; y puesto
que hay diversas culturas, habrá diferentes realidades según este
concepto; lo cual implica un relativismo16, que podemos aceptar si
tenemos muy presente que nos referimos a un concepto “operativo”,
práctico, y hemos prescindido de adentrarnos en la problemática
esencial y en las discusiones que la misma plantea; de modo que
“adecuación a la realidad” significará simplemente “adaptación a
los valores de la cultura a la que se pertenece”17, “sentido común”;
es así que llegamos a considerar “patológicas” algunas desviaciones
de esta norma, y de hecho en todo trastorno mental, sea de origen
psíquico u orgánico, la evaluación de la “realidad” siempre está en
mayor o menor medida perturbada, el enfermo se distancia del
modo común de ver las cosas; el extremo es el delirio
esquizofrénico, en el que el enfermo, que ha perdido la significación
de las cosas, les “restituye” un sentido tomado de su propia
subjetividad, por lo que el verdadero delirio es “incomprensible”
15
.-”Psicopatología General”. Ed Beta.
16
.-Los problemas del mundo actual-globalización, inmigraciones masivas, etc.- deben
llevar a profundizar en conceptos como el de “relativismo cultural” que inicialmente
planteara B. Malinowski; una cosa es analizar culturas que están a miles de Km., como
el caso de Du Bois en Alor, Malinowaski en Tobriand, Mead en Samoa, p.ej., y otra
muy distinta cuando esas culturas conviven y se entremezclan con otras muy diferentes.
17
.-Sin embargo hay conductas que parecen “adaptadas” a determinada cultura, pero
que chocan con normas más elevadas, como las leyes naturales: estrellarse con un
automóvil cargado de explosivos contra un supermercado lleno de gente para conseguir
en el cielo un harén con 70 vírgenes, está más cerca del delirio que de la adecuación a
cualquier realidad.

22 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

(en su etimología, de-lirium significa “salida del surco”, o sea, del


cauce del pensamiento general).
Pero hay otro tipo de desviaciones: los grandes innovadores,
las personas creativas también se separan de la realidad tal como
la hemos definido; poco habría avanzado la humanidad si al menos
algunos hombres no hubieran sido capaces de pensar de modo
diferente a lo por todos aceptado en su tiempo y cultura18; muchos
de ellos fueron por eso tenidos por locos.
Ahora bien, para poder evaluar la pertenencia a la realidad,
“necesitamos saber”, continúa Frank, “cuán ajustadamente
concuerda el material proyectivo de una persona con los patrones
culturales, especialmente las interpretaciones simbólicas y las
conductas requeridas para vivir en un orden social, y en qué
medida excede la distorsión y la desviación que cualquier cultura
permite” lo que ahora no es fácil determinar, puesto que “en un
período de la historia en que las tradiciones y los patrones
culturales son abandonados, rechazados y reemplazados, la
cuestión de qué desviaciones son psicopatológicas se hace cada
vez más difícil de establecer”.
Nuestra cultura, en la loable búsqueda de plasticidad y de
eliminación de tabúes y prejuicios, se ha tornado hasta tal punto
permisiva, que presiona para diluir las diferencias entre conductas
adaptadas y patologías; cualquier criterio para inventariar éstas es
hoy susceptible de ser relativizado19. Además, la “globalización”
y el “pluriculturalismo” permiten y aún estimulan la introducción
en una cultura, de valores o disvalores de otra, con la confusión al
menos inicial consiguiente.
Tampoco puede ignorarse que los avances tecnológicos,
sobre todo aquellos que tratan con la “realidad virtual” tienden a

18
.-Seguimos pensando en un “sentido de realidad” válido en un mundo estable, en el
que los valores tenían vigencia por generaciones, y muchas veces también las cosas,
sobre las que había un consenso amplio de aceptación; lo tenido por “real” era verificable
y consistente; hoy, en medio del relativismo de los valores y de la expansión de la
“realidad virtual”, y de lo que implica la globalización, cabe preguntarse si el concepto
de “realidad” que venimos manejando no se está tornando anacrónico.
19
.-¿Cómo juzgamos en el resultado de nuestras pruebas subculturas underground,
góticos, dark, swinger, etc., si aceptamos una posición relativista?

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

permeabilizar las fronteras entre fantasía y realidad, con particular


influencia sobre niños y adolescentes y en general sobre aquellos
que tienen disposición a confundir ambas instancias.

Creatividad: es un tema del que se ha ocupado mucho la


psicología, y si bien hay regular claridad conceptual sobre el mismo,
en la práctica es difícil establecerla en un caso concreto, como se
ve en el área de lo que se da por llamar “arte”, donde a veces
aparece alguna expresión “creativa”, pero con mucha frecuencia
se confunde con creativo lo que no es más que extravagante.
Hoy se caracteriza la “creatividad” como la capacidad de
sumergirse en niveles tempranos de la evolución de la personalidad,
y contactar allí la singularidad aún no sometida a la presión
masificadora, “adaptativa” del grupo, de la habitual “educación”,20
y emerger con aportes para enriquecer la propia producción; Schafer
lo dice así: “Esta primitivización sutil, controlada y adaptativa
del funcionamiento psíquico, permite traer a la superficie fantasías
arcaicas, normalmente inconscientes, o modos de razonamiento,
recuerdos, conceptos e imágenes que serán moldeados y
manipulados por un yo crítico y orientado a la realidad, si es
sano, y se distinguirá de los impulsos psicóticos primitivamente
experimentados”21, lo que Kriss22 resume en su conocida expresión:
“Regresión controlada al servicio del yo”.23

20
.-Se atribuye a Bernard Shaw haber dicho: “ a los 8 años debí abandonar mi educación
para comenzar la escuela”
21
.-Schafer, Roy. – “Psychoanalitic interpretation in Rorschach testing”, Grune &
Stratton, N.Y. 1954
22
.-Kriss, E. –”Psicoanálisis del arte y del artista”, ed. Paidos.
23
.-Treinta años antes que estos autores, Rorschach, en uno de sus escritos sobre
Psicología Religiosa, dice: “Aquello que el esquizofrénico que se precipita en la
introversión vivencia de modo forzado, lo vivencia el artista, el místico, el filósofo, de
modo activo; todos alcanzan el mismo nivel de pensamiento arcaico; incluso las
respectivas producciones muestran un estrecho parentesco entre sí; la diferencia estriba
en que el filósofo, p.ej., desciende a la introversión peldaño por peldaño, y por eso
puede encontrar de modo activo el camino hacia la plena extroversión, mientras que el
esquizofrénico es arrojado, precipitado en la introversión, y pasa el resto de su vida
intentando, más o menos estérilmente, encontrar el camino de retorno”. En K. Bash,
“Hermann Rorschach – Obras menores e inéditas”. Ed. Morata, Madrid, 1967.

24 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

En las pruebas la creatividad produce respuestas originales,


ricas y complejas con mucho de personal en el motivo o en la
elaboración del material, sin dejar por eso de estar adaptadas a la
realidad, con la que el sujeto trata en un nivel más elevado,
evidenciando así disponer de superiores recursos de adaptación;
supone un yo suficientemente fuerte como para permitirse
regresiones y manejarlas en su beneficio
Pero también hay desviaciones del modo común de percibir
que son igualmente originales, ahora como expresión de una
regresión a la que el yo está pasivamente sometido sin dirigir ni
poder aprovechar esa experiencia, o de la presión de un impulso o
necesidad que supera las posibilidades de control del yo; esta
producción es también personal, pero negativa por el desajuste a
la realidad que supone; aquí pertenecen muchas de las que
llamaremos “distorsiones perceptuales”
La línea que separa estas dos condiciones no siempre es
nítida, como no lo es muchas veces la que distingue el genio de la
locura; no es fácil juzgar acertadamente algunas situaciones
fronterizas, ni encontrar pautas objetivas para evaluarlas; pero
ayuda a esto observar el conjunto de la conducta y de la producción
en las pruebas.
La creatividad tal como aquí debe entenderse, nos interesa
en cuanto supone una buena inteligencia, y particularmente, un yo
fuerte que no necesita adherirse rígidamente a estereotipos por
temor a verse sobrepujado por los impulsos si libera su fantasía,
sino que es capaz de recurrir a la misma generando “adaptaciones
creativas” y por tanto, plásticas, a las múltiples situaciones que
plantea la vida, lo que está en las antípodas del predominio de una
actitud “a la defensiva”, signada siempre por limitación, rigidez,
bloqueos.
Hay muchas diferencias individuales en cuanto a la extensión
y profundidad de la referida regresión, y a la capacidad para
utilizarla productivamente; buena integración o patología pueden
deducirse de esto.

| 25
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

La Fantasía:

Lo dicho nos lleva a hacer referencia a otro tema de


importancia para las Técnicas Proyectivas; en efecto, las respuestas
a las mismas que se separan del modo común de ver las cosas son
siempre de interés por llevar el sello de la singularidad; en ellas
reconocemos menos la objetividad y más la fantasía; entendemos
por tal la dinámica de las representaciones, conscientes o no, que,
o son residuo de la actividad perceptiva (imágenes mnésicas); o
elaboraciones de las mismas condicionadas por diferentes motivos,
incluyendo la expresión de los impulsos, y todo esto sin ceñirse a
las pautas del proceso secundario; esto último es lo que
comúnmente llamamos “fantasía”.24
Las respuestas objetivas a las pruebas responden a las
imágenes de la memoria, de allí su carácter de re-conocimiento;
no son despreciables en cuanto a su valor diagnóstico, ya que
posiblemente fueron seleccionadas por alguna razón -muchas veces
de modo no consciente- entre multitud de recuerdos disponibles;
Mohr25, investigando las respuestas frecuentes dadas a las láminas
del Rorschach, encontró que, a pesar de su objetividad, muchas
veces hacían referencia a experiencias de alguna significación;
Höhn26 puso en evidencia que a la mayoría de las historias “clisé”
del T.A.T. se les encuentra una referencia personal si se cuenta
con una muy completa anamnesis. La misma palabra re-cordar
(“Cor”, del latín, significa “corazón”) nos hace notar la importancia
de las imágenes de la memoria27
En toda prueba, respuestas objetivas son esperables, ya que
no siempre el material es afectivamente estimulante para todos, o
el examinado puede no tener problema alguno en relación a la

24
.- En su origen griego, “fantasma” significa “representación”.Fantasía se diferencia
así de “percepción”, que tiene un inmediata referencia a las cosas de la realidad.
25
.-Mohr,P. “Die Inhalte der Deutungen beim Rorschachen Formdeutversuch und Ihre
Beziehungen zum Versuchperson” – Schweizerischen Arch. Neurol. und Psych., 47, 1941
26
.-Höhn,E. “Theoretische Grundlagen der Inhaltanalyse Projektiver Tests”,
Psychologische Forschung, 29, Jahrgang 1959-62
27
.-También en francés : “par coeur”= de memoria.

26 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

temática que el material presenta, y por tanto éste no provoca una


reacción emocional importante; son también un elemento positivo,
ya que nos permite evaluar el ajuste del sujeto, en cuanto que la
adaptación se expresa en gran medida en reconocimientos acordes
al sentido común.
Un predominio a veces total de este tipo de respuestas se
encuentra en personas de poca inteligencia o en aquellas cuyo
acervo de imágenes es pobre por insuficiente estimulación del
medio; denuncian entonces sólo la banalidad y chatura del
pensamiento; también en personas inseguras, que carecen de
pensamiento autónomo y buscan seguridad en el “pensar como
todos”.
Pero en muchos casos, puede pensarse que la persistente
búsqueda de objetividad en las reacciones a las pruebas tiene un
carácter defensivo: el temor a que la fantasía acerque a la conciencia
contenidos perturbadores, si no llega hasta el bloqueo y el
consiguiente fracaso en responder, puede hacer que se recurra a lo
que Bohm llama “huida a la banalidad”, mediante respuestas que
se apegan a la realidad de modo tal que no dejan espacio a ninguna
fantasía; en la medida que esto se acentúa, se pone en evidencia
cómo la libertad de la fantasía ha sido reemplazada por el uso de
mecanismos de estilo obsesivo, dando como resultado una entera
“secundarización” de los resultados. Ya hemos hablado de esto al
referirnos a la ausencia de creatividad.
También puede suceder que las fantasías asociadas a
conflictos o necesidades estén tan cargadas emocionalmente, que
se impongan al margen de toda consideración realista y presionen
para expresarse traduciéndose esto en distorsiones del contenido o
estructura de las respuestas.
L. Frank, en el artículo antes citado, dice: “el concepto que
se opone diametralmente a realidad es el mundo de la fantasía
privada, de los sentimientos o deseos que, o conflictúan con el
mundo público consensuado, o ignoran sus exigencias, o dan
pábulo al inmediato placer y satisfacción de impulsos”, es decir,
la fantasía regida por el proceso primario.

| 27
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

En las Técnicas Proyectivas se plantea constantemente este


conflicto, pero un yo sano no establece una oposición entre
creatividad y defensa, entre el proceso primario y el secundario,
entre fantasía y objetividad, sino que es capaz de fluctuar a voluntad
entre el pensamiento creativo-personal y el objetivo-adaptado, y
alcanzar el ideal de adaptarse creativamente.
Si lo que nos interesa es, mediante estas pruebas, conocer el
“mundo interior” del individuo, es obvio que nos ha de interesar
su fantasía, a la que de diversa manera aquellas buscan estimular;
allí está lo más individual, independiente de las exigencias de la
adaptación; y por eso es allí donde mejor podemos conocer las
“necesidades”, particularmente aquellas que no se evidencian en
la conducta, y las que el sujeto siente como insatisfechas: en esa
dirección va la fantasía, si se le deja volar libremente.

Objetividad y subjetividad

Usamos constantemente los términos “objetivo” y


“subjetivo”, y sería pertinente aclarar su significado. Dijimos al
comienzo de este capítulo que, según una determinada “ideología”,
si la psicología quiere alcanzar el rango de ciencia, debe usar los
métodos y criterios de las físico-naturales, para lo cual es necesario
eliminar todo lo que no es cuantificable; lo demás, se dice, “es
metafísica”, o sea, algo etéreo ajeno a todo conocimiento “serio”;
Thorndike lo expresó con toda claridad: “Todo lo que existe, existe
en alguna cantidad, y por tanto puede ser medido”; lo que podría
expresarse también de esta manera: “Lo que no puede ser medido,
no existe”; a esto se llama “objetividad”: lo que es en sí, lo que es
accesible al saber común y no se relaciona con el mundo interno,
lo que es verificable según criterios “públicos”. Pero en las “ciencias
del espíritu” hay cosas que tienen otro modo de existencia: lo que
pertenece a los sujetos como tales, lo “subjetivo”28, sustrato de los
fenómenos psíquicos29; estos pueden ser sometidos al método

28
.-Ob-jectum =, lo que está delante. Sub-jectum: lo que está debajo (de ob- y subjicere)
29
.- , lo que se muestra, lo que aparece.

28 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

“científico”, pero lo “subjetivo” es inaccesible al mismo.


Lo subjetivo está inexorablemente presente en la tarea clínica,
por tanto también en el uso de las Técnicas Proyectivas, lo que en
absoluto disminuye su valor: en este mundo, los aspectos
“subjetivos” de la actividad humana –emociones, impulsos,
sentimientos, etc.- son más importantes que el saber científico, es
más, lo condicionan y lo ponen a su servicio; en la historia del
hombre, las decisiones más importantes, que a veces han cambiado
el rumbo del mundo, no se han tomado por razones científicas;
además, hace ya tiempo que los científicos tienen claro que aún en
las ciencias, toda observación está condicionada por el marco
subjetivo de referencia del observador, y es relativa al mismo.
Esto significa que los fenómenos pueden ser tratados con
los métodos científicos, pero la verdadera comprensión de los
mismos es una experiencia subjetiva; el saber darle a cada cosa su
trato y su importancia es la actitud conveniente, y no el alentar la
ingenua pretensión de “objetivar lo subjetivo”, como alguna vez
se dijo que era la función de las Técnicas Proyectivas, y de lo que
dice Kadinsky que es como “querer hacer un círculo cuadrado”.
En modo alguno despreciamos lo objetivo ni renegamos de
ello; en este mismo texto decimos que una de las razones de ser de
las Técnicas Proyectivas es aportar a la clínica algo de objetividad
y disminuir los riesgos de la excesiva subjetividad; por eso
aceptamos de buen grado e integramos en nuestra tarea los datos
que vienen de la experimentación o de la estadística; pero no
podemos ignorar que rendir culto a la objetividad sería condenarse
a un trato superficial con las manifestaciones de lo psíquico, y
abandonar la empatía, la interpretación, etc.

Percepción y Técnicas Proyectivas:

El límite entre lo objetivo y lo subjetivo nunca es nítido, por


que ambos conceptos están en la práctica imbricados: lo más
objetivo siempre tiene para cada uno alguna dosis de subjetividad,
y lo muy subjetivo se construye en gran medida con elementos de
la realidad; de modo que decimos objetivo o subjetivo según el

| 29
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

predominio en mayor o menos grado de estas características en la


percepción. Teniendo en cuenta esto, según lo expuesto, podemos
distinguir modos de percibir que caracterizan las respuestas:
Hablamos de percepción objetiva, cuando coincidimos en
la captación de algo con la mayoría de las personas “sanas”, al
menos dentro de un ámbito cultural; para esto, el estímulo debe
ser suficientemente definido y el perceptor no debe estar ante el
mismo con una carga emocional grande; tal es el caso de aquello a
lo que nos aproximamos con el pensamiento científico-técnico, y
también de muchas cosas de la vida diaria en las que
sustancialmente coincidimos; en buena medida se basa en esta
modalidad objetiva de percepción la posibilidad de convivir en
una sociedad organizada.
En las Técnicas Proyectivas es la estadística la encargada de
mostrarnos que un material dado es percibido del mismo modo
por la mayoría, lo que es muy importante, ya que es a partir de
conocer cómo es captado algo por el “sentido común” que es posible
establecer los grados de desviación.
Ejemplos de percepción objetiva en los tests proyectivos son
las respuestas “populares” del Rorschach, y la “valencia temática”
de las láminas del T.A.T.
Pero en la medida que algo tiene para nosotros importancia,
por que se asocia con experiencias significativas, o roza alguna
necesidad, etc., es decir, por que tiene una “carga emocional,”
tendemos a verlo a la luz de nuestra subjetividad; decimos entonces
que apercibimos; Apercepción es la interpretación en diversa
medida subjetiva que hacemos de un objeto; los factores internos
juegan aquí un rol importante, lo que se ve facilitado por la
ambigüedad del material, que es así susceptible de varias
interpretaciones. En la lámina I del T.A.T., todos ven un niño
sentado ante un violín; se trata de una percepción objetiva; pero la
expresión del chico no es muy definida, lo que permite interpretar
de diferentes modos su actitud: llora por que se ve obligado a
estudiar violín en lugar de jugar….o sueña con futuros éxitos como
violinista…o recuerda a su padre muerto que tocaba ese
instrumento…. son “apercepciones”, que suponemos traducen algo

30 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

del mundo interno del que así apercibe.


En estas apercepciones, como puede verse, se respeta el dato
objetivo, y se aprovechan los resquicios que deja la ambigüedad
para introducir lo subjetivo, necesario para lograr una definición
de la escena; pero cuando los “factores internos” ejercen tal presión
que los aspectos objetivos son ignorados o deformados, hablamos
de distorsión aperceptiva, como cuando en la citada lámina se ve
al niño vomitando en una palangana, o, más distorsivo aún …una
nena que llora ante su muñeca rota.
Por supuesto, estas modalidades de la percepción forman un
continuo que va desde el completo ajuste al objeto con un mínimo
– siempre presente – de tono personal, hasta la interpretación muy
subjetiva, autista, de factura patológica, pasando por la originalidad
adaptada.

Proyección.

Por lo que hemos visto, nuestro “programa perceptivo”


aparece como el responsable de influir para que la percepción se
adapte a nuestra economía vital; cabe entonces que nos
preguntemos, qué mecanismo mental nos lleva, como algo que
nos es connatural, a organizar el mundo según nuestras propias
condiciones, y a quedar muchas veces convencidos de que la
realidad es tal como nosotros la vemos. El que apercibe, y aún el
que distorsiona tiene una subjetiva certeza (por cierto que no
“invencible” como en el delirio); nuestra visión de las cosas no
sólo es antropomorfa en general, sino en cada caso automorfa,
por la natural tendencia a verlas desde el ángulo de nuestra
subjetividad.
Llevado al extremo del delirio, es lo que sirve a Freud para
explicar la Paranoia (que etimológicamente significa “conocimiento
falso”), y lo llama Proyección (de pro-jactare, echar adelante, poner
al frente); en las psicosis este mecanismo causa graves distorsiones,
pero en forma menos grave se lo encuentra también en las
psiconeurosis; Freud lo consideró una defensa contra impulsos que
el sujeto no puede tolerar como propios, y se libera de ellos

| 31
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

adjudicándolos a otros; en este caso, tanto el contenido como el


proceso de proyección son inconscientes.
Pero no es necesario acudir a la Psicopatología para
encontrarse con proyecciones; en “Tótem y Tabú”, Freud explica
mediante ese mecanismo las supersticiones y otras formaciones
culturales; también lo encontramos implícito en el lenguaje
cotidiano: “…el ladrón cree que todos son de su condición” “…para
la madre no hay hijo feo…” y en la expresión bíblica: “por sus
obras los conoceréis”.
A pesar de la comunidad de nombre, y de la analogía de
funcionamiento, la proyección a que nos referimos en nuestra
técnicas se distingue claramente del mecanismo de defensa; en
primer lugar, por no tratarse de algo inconsciente, como veremos;
además, por que quien responde a una Técnica Proyectiva no está
tratando de desasirse de una característica negativa; incluso
proyectamos sentimientos positivos, como lo demostró Bellak
sugiriendo bajo hipnosis un estado de ánimo alegre, y obteniendo
en el T.A.T. historias con predominio de ese tono anímico.
Vamos a entender entonces por proyección “la natural
tendencia a adjudicar a un objeto del mundo externo aspectos de
nuestra propia interioridad, apercibiendo después ese objeto como
teniendo realmente esas características”.
Esto, que no tiene funcionalidad defensiva, y que
Ombredanne llamó “proyección dinámica” supone que para el
sujeto no es del todo firme la distinción yo – no yo, lo que facilita
que aspectos escindidos del yo sean tenidos por modos legítimos
de experiencia de las cosas; puede entonces darse el caso de que la
proyección no sea reconocida como tal y se sostenga con fuerte
convicción; o – lo que es más sano-, que se reconozca el carácter
proyectivo de la conducta, y que lo proyectado se reintegre al yo,
acordando entonces con la realidad y desapareciendo la proyección;
todo terapeuta sabe de esto: Van Lennep decía que uno de los
objetivos de la psicoterapia es ayudar a “desproyectar”. La rigidez
o flexibilidad con que son sostenidas las proyecciones es un
importante dato diagnóstico y pronóstico.

32 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

Proyección y apercepción:

La proyección es un paso en el proceso aperceptivo, que se


puede describir así: Nuestros sentidos son impresionados por un
objeto con el que toman contacto físico; los impulsos nerviosos
originados en los receptores sensoriales llegan a los centros
cerebrales, donde – de alguna manera – entran en la corriente de
la vida, que los conforma según sus requerimientos; el dato
inicialmente objetivo, así configurado automórficamente, es re-
situado en el mundo externo (proyección), y recién entonces accede
a la conciencia, que se ubica ante el mismo como si fuera tal como
ella lo capta (apercepción).
En el caso de la percepción objetiva juegan un rol mínimo
los factores internos, como si el objeto fuera indiferente para el
“programa perceptivo”, que por tanto no lo impregna y por eso no
encontramos allí proyección significativa como tal.

Técnicas ¿Proyectivas?:

El calificativo de “Proyectivas” para el conjunto de las prue-


bas de personalidad se generaliza después de un artículo que L.
Frank publica en 193930; pero en realidad, para que tal adjetiva-
ción pueda aplicarse a estas pruebas indiscriminadamente, el con-
cepto de Proyección debe ensancharse hasta no significar nada
preciso.
Este es un tema que debiera haber recibido más atención de
los teóricos, ya que conocer con más profundidad el funcionamiento
de estos instrumentos ayudaría a perfeccionarlos y a hacer más
confiables sus resultados. Pues no hay duda que las diferentes
técnicas recorren hacia su objetivo caminos en muchos aspectos
distintos, y que aún dentro de la misma prueba operan distintos
mecanismos, y no sólo la Proyección31: “Los procesos psicológicos
30
“Projective Methods for the study of personality”, Journal of Psichology, 8, 1939.
En este artículo el autor se ocupa de los mecanismos que utiliza el T.A.T., prueba en
que la “proyección”, como la hemos definido, está claramente presente.
31
.- Rapaport.,D. “Tests de diagnóstico psicológico”, Paidos, Bs.As., Cap.

| 33
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

que subyacen en las respuestas son tan complejos, que su


comprensión supone prácticamente todos los campos explorados
de la Psicología”.
El T.A.T, al que principalmente se refería Frank en el artículo
citado, utiliza en gran medida la Proyección, aunque, como veremos
en su lugar, eso no alcanza para explicar completamente su
funcionamiento; también el D.A.P.; pero en relación a la prueba
más importante de que dispone el Psicodiagnóstico, el Rorschach,
dice Schachtel32: “El concepto de Proyección, tal como fue
originalmente desarrollado por Freud, no juega ningún rol
importante en ninguna de la Técnicas Proyectivas; pero ni aún
cuando se usa como yo lo hago, como atribución de condiciones
propias a un objeto externo, no desempeña papel alguno en muchas
de las llamadas “pruebas proyectivas”. En el Rorschach, por
ejemplo, interviene en los Movimientos, en las respuestas
dinámicas de Forma, pero no en la mayoría de las respuestas, y
en las citadas no es el único factor. En otras palabras, sólo una
fracción de los muchos procesos que subyacen a las respuestas
del Rorschach es de naturaleza proyectiva”.
Tal vez sería más exacto considerar a estas pruebas “aper-
ceptivas”; algo así pensó Cattell al llamarlas “Misperception
Techniques”, si bien acentúa impropiamente el aspecto distorsivo.
Heiss propone el nombre de “Técnicas de despliegue” (Entfaltung),
resaltando que su utilidad principal está en facilitar el exponer
núcleos afectivos muy condensados, conflictuales o no. Pero el
rótulo de “Proyectivas” que Frank les asignara se impuso para to-
das las que utilizan estímulos ambiguos; habiendo sido esto con-
sagrado por el uso general, seguiremos llamándolas así, aunque
teniendo en cuenta la amplitud del concepto de “proyección” que
esto supone.

Precisiones sobre la Proyección.

A pesar de lo dicho, adentrarnos un poco en el tema ayudará


a comprender mejor aquellas pruebas que primordialmente utilizan
32
.-Schachtel, E. “Experiential foundations of the Rorschach test”, Basic Books, cap. II.

34 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

este mecanismo. Al respecto nos pueden ser de provecho las


distinciones que hace Ombredanne33:
Proyección especular: el sujeto “se ve reflejado” con las
características que él mismo se atribuye, en el objeto que se le
presenta; define la ambigüedad del mismo en el sentido de sus
propios rasgos y lo apercibe como un reflejo de sí mismo.
Decimos “Proyección especular en modo indicativo” cuando
se refleja en el objeto “tal como él es o cree ser”: quien vivió una
niñez sometida a una educación rigurosa y exigente, muy
probablemente verá en I del T.A.T. a un niño que no puede salir a
jugar, obligado a aprender un instrumento que no le gusta. El que
se retrae del contacto por sus fuertes sentimientos de minusvalía,
casi seguramente dibujará una figura humana pequeña y
“arrinconada” en la esquina superior izquierda del papel; ambos
pueden decir –y a veces lo dicen: “es como yo”.
Pero si alguien por alguna razón ha sentido frustradas sus
aspiraciones de realización y progreso, puede contar ante la misma
lámina la historia de un niño que llega a ser un famoso violinista;
o el tímido en el DAP tal vez dibuje una figura grande, que ocupe
toda la hoja, en ambos casos “por que así quisieran ser”, lo que es
el “modo optativo” de la proyección especular.

En la “Proyección complementaria” se adjudica al otro un


correlato del propio estado afectivo, sin que haya evidencias que
legitimen esa atribución; estamos así ante una percepción ilusoria
del aspecto deseado –o temido- del objeto. Sería éste el “modo
indicativo” de esta modalidad de proyección: en 5 T.A.T., un sujeto
con sentimientos de culpa verá en la mujer una mirada ceñuda y
una actitud controladora, mientras que el dependiente con necesidad
de afecto puede ver en la misma imagen una madre amorosa y
solícita; en ambos casos se adjudica una actitud correlativa a los
propios sentimientos.
En las circunstancias de la vida diaria, esta “percepción
ilusoria” trae habitualmente la decepción, al imponerse la realidad
33
.-Ombredanne, A. “Distinction et mise en place des aspects de la proyection”,
Rorschachiana I, 287 sig.

| 35
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

sobre la ilusión.
Hay un “modo optativo” cuando se anhela encontrar en el
otro el sentimiento correlativo : en 2 T.A.T., la joven de primer
plano regresa de estudiar en la ciudad, donde se sintió muy sola,
esperando encontrar en quien fuera el noviecito de la adolescencia
los mismos sentimientos de entonces, y lo encuentra ya casado;
como dice Sartre, “el que ama, necesita sentirse amado”, pero el
mero deseo, aún intenso, no se convierte por eso en realidad.
La relación de esta forma de Proyección con la “Transferencia” es
muchas veces evidente, al punto que puede considerarse la
transferencia como una forma de proyección complementaria; esto
es importante por que la proyección complementaria sobre figuras
de las pruebas puede ser el desplazamiento de la transferencia sobre
el examinador.

En la “Proyección catártica” (purificadora): adjudicamos


a otro una condición que rechazamos en nosotros mismos: el otro
es “como yo no soy”; funciona como el mecanismo defensivo
paranoide, aunque no se espera que en las pruebas alcance niveles
delirantes; suele aparecer como crítica o fuerte rechazo a un rasgo
o conducta repudiable para el sujeto que éste cree identificar en
algún personaje: un sujeto que por sus conflictos hace sospechar
tendencias homosexuales, puede ver en 18 T.A.T. un homosexual,
al que se refiere con epítetos denigrantes. Goethe decía: “no es
difícil darse cuenta que un hombre se siente inmaculado e inocente
cuando puede hablar a su gusto sobre los propios defectos que ve
en los otros” y también “Quien imagina a los dioses sedientos de
sangre, no hace más que atribuirles su propia sanguinaria
condición”34 Este tipo de proyección no es frecuente en las Técnicas
Proyectivas; a veces se detecta en las historias del T.A.T. o en
respuestas del Rorschach agresivas o sexuales, muy “cargadas”,
en sujetos que aparecen como muy “inofensivos” y rechazan esos
sentimientos.
34
.- En “Ifigenia en Táuride”; Freud había leído seguramente a Goethe, tambien a
Nietsche, pero no los cita como antecedentes de sus conceptos sobre proyección,
represión, etc.; por su extremado narcisismo, no era muy dado a reconocer que sus
ideas podían provenir de otro origen que no fuera su propia inteligencia.

36 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

Estos tres tipos de Proyección no están separados por una


línea nítida, y además con frecuencia operan combinados en la
misma respuesta, de modo que no siempre es posible aislarlos con
seguridad; a pesar de esta dificultad, se les debe prestar atención,
ya que pueden proporcionarnos importantes elementos para
comprensión del funcionamiento de la personalidad.
También es de interés el “Fenómeno de perspectiva”,
emparentado con la Proyección, y que Pagès estableció
experimentalmente: “El grado en que un sujeto posee un rasgo, le
sirve de norma para estimar la intensidad de ese rasgo en otros”;
o dicho de otro modo: cuando en una situación ambigua, como las
que presentan las Técnicas Proyectivas, se adjudica a un objeto un
rasgo con determinada intensidad, se puede confiablemente afirmar
que tal rasgo se encuentra con similar intensidad en el perceptor.
Murray dice que no sólo proyectamos condiciones personales
constituyentes del sí mismo, sino también “constituyentes
figurativos”, por los que entiende “las tendencias y modalidades
que caracterizan a las figuras que pueblan los pensamientos del
sujeto y entran en relación con sus fantasías”; se trata de imágenes
importantes (padres, hermanos, amigos, etc.) en general, aquellos
con los que ha estado íntimamente relacionado, y que son miembros
de su “acompañamiento interno”.
Esto vale sobre todo para el T.A.T. o pruebas semejantes,
donde estas “figuras” suelen jugar un rol importante en la
proyección complementaria, o representar instancias del aparato
psíquico; ocasionalmente aparecen en contenidos del Rorschach,
p.ej. en IV o en casos de “relación centro-laterales.”

Percepción “fisiognómica”:

Todo puede ser proyectado, particularmente si tiene


significación para el sujeto, y también, todo puede servir de pantalla
para la proyección; cualquier cosa, antropomorfa o no, puede ser
caracterizada por un rasgo proyectado; así, hay pruebas proyectivas
que presentan animales, plantas y aún objetos.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

En general, la base de esta “antropomorfización” del objeto,


que Werner llama “percepción fisiognómica” 35 supone
“sensibilidad ante la expresividad del cuerpo humano, con
participación afectiva y motriz en la conformación del objeto…que
recibe así un carácter fundamentalmente diferente al del austero
modo objetivo de la percepción habitual del adulto”, que el autor
llama “geométrico-técnica”. Este tipo de percepción es frecuente
sobre todo en niños, pero también en adultos ingenuos y
espontáneos, en personas particularmente expresivas, y, por
supuesto, en la poesía y el arte.
La designación de “fisiognómica” se aplica estrictamente
cuando se perciben las cosas con características análogas a
expresiones faciales o corporales: un árbol aislado con sus ramas
secas y caídas es visto como “solitario y triste”, una alta torre “se
yergue orgullosa y desafiante”, una cueva es “un bostezo de la
tierra”; frecuentemente se amplía incluso a estados de ánimo: un
día triste, un paisaje oprimente.
Ocasionalmente en el T.A.T., algo más en el Rorschach, se
observa este tipo de proyección de sentimientos sobre seres no
humanos.
Dice Arieti 36que se utiliza en estos casos el “pensamiento
paleológico”, según el principio de von Domarus: “Donde la
persona normal acepta la identidad sobre la base de idénticos
sujetos, el pensamiento paleológico lo hace basado en idénticos
predicados”; lo que haría pensar en un pensamiento regresivo,
pero en un contexto sano, esta “regresión al servicio del yo” indica
soltura, espontaneidad, creatividad.
Un pensamiento patológico se sospecha cuando las
percepciones de este tipo son absurdas e inadecuadas, distorsivas,
o tan frecuentes que reemplazan una percepción más realista, o se
insiste perseverando en un tema, o se toma este tipo de percepción
como “muy real”, lo que suele verse como actitud normal en niños.
35
Werner, H. “Einführung in die Entwicklungspsychologie”, ed. Barth, München,
1959.
36
Arieti,S. “The World of Schizofrenia, a psychoestructural approach”, Basic Books,
1955.

38 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

Contenido y estructura en las pruebas Proyectivas.

En todo fenómeno psíquico pueden distinguirse estos


factores: pongamos como ejemplo: una persona puede estar
presente ante otra por la percepción, si la está viendo, oyendo,
etc.; por la representación, en la imagen mnésica; por la alucinación,
si la ve aunque no esté realmente; por el delirio, si juzga real la
presencia alucinada. Es decir, un “contenido” (tal persona) puede
estar en varias estructuras psicológicas distintas.
A su vez, la misma estructura de un fenómeno psíquico puede
aparecer con muy diversos contenidos: un delirio puede ser de
persecución, de reivindicación, de grandeza, místico, etc. .
Obviamente, para el conocimiento de la personalidad importa
más establecer con seguridad si se está ante una actividad delirante,
que determinar si el delirio es celotípico o erotomaníaco, por
ejemplo, lo que por otra parte es casi siempre evidente.
De ahí que se considere en general más importante atender a
la estructura, por que refleja más directamente la organización de
la personalidad, y se refiere a aspectos más profundos y estables;
el contenido, en cambio, hace a los factores que permiten a la
estructura expresarse y están muchas veces influidos por las
circunstancias, por lo tanto es más superficial y cercano a la
conciencia.
El contenido es el material, y la estructura es la forma en
que la personalidad le da expresión; pero más que dos cosas
distintas, son dos aspectos del mismo fenómeno, que separamos
lógicamente, pero que en la realidad van juntos.
Suelen dividirse las pruebas proyectivas en “estructurales”
y “de contenido”; de hecho hay algunas en las que lo estructural
cuenta poco o nada (al menos en el estado actual del conocimiento
de estas pruebas) y están orientadas a producir “contenidos”; tal
es el caso de los tests de frases o relatos incompletos; pero existen
otras en las que no hay, o casi, un contenido ideacional, como el
Miokinético y el Bender-Hutt; también se dan casos de pruebas
que tienen tanto estructura como contenido, si bien los sistemas
clásicos de evaluación privilegian el contenido (T.A.T.) o lo

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

estructural (Rorschach).
Pero esto es en muchos casos una cuestión de enfoque: el
análisis – categorial, temático o simbólico- del contenido del
Rorschach enriquece mucho el resultado, y en cuanto al T.A.T.,
hay sistemas como los de Bellak y de Shentoub en el que las
conclusiones más importantes se obtienen del análisis estructural.

Trabajar en la Técnicas Proyectivas el aspecto estructural


(que se presta más para un tratamiento nomotético) es más árido y
engorroso, sus significaciones son más escondidas, más
dependientes de factores centrales; no es nada entretenida la
clasificación cuidadosa del protocolo Rorschach, la elaboración y
análisis de las fórmulas, etc.; en cambio el contenido plantea lo
más accesible, los conflictos y tendencias, se presta para la
interpretación simbólica y el enfoque ideográfico. Por diversas
razones, ninguna de ellas muy científica, algunos privilegiaron el
análisis simbólico del contenido como enfoque excluyente,
resultando una especie de psicoanálisis silvestre, que no sólo es
parcial, sino que con mucha probabilidad conduce a errores; pero
esa tendencia, que hoy se ha revertido, derivaba de confundir
psicoanálisis con psicología; hoy se ha afirmado la modalidad de
análisis que da a lo estructural toda su importancia; de hecho, a
nivel de contenido, las pruebas no nos dan a veces mucho más de
lo que nos puede proporcionar una buena anamnesis y una
entrevista bien realizada.
En modo alguno se trata de privilegiar un modo de análisis
desvalorizando otro: ambos son importantes, se complementan y
se refuerzan, y la evaluación correcta de una prueba exige integrar
ambos.
Dentro de esta línea, la interpretación del contenido debe
hacerse siempre con un ojo puesto en la estructura: lo que se
expresa en el contenido puede tener una significación muy diferente
según la estructura de la respuesta en particular y de la prueba en
general: en el T.A.T., por ejemplo, un tema muy cargado de
agresividad no se juzgará del mismo modo si la historia se mantiene
organizada y con una relación armónica y plástica entre el impulso

40 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

y las defensas, o si el impulso las ha desbordado y desorganizado


el pensamiento y por tanto la narración; una respuesta de contenido
“oral” en el Rorschach puede no tener mayor importancia en una
estructura psicosexual que acredite suficiente madurez, pero
reforzará la presunción de fijaciones tempranas en una estructura
más primitiva.

Como ya dijimos, el material de la prueba propone


objetivamente un contenido manifiesto, que es el reconocido por
la generalidad; pero detrás de la ambigüedad del mismo, están
escondidos los contenidos latentes, múltiples posibilidades de
interpretación que se harán presentes y el sujeto seleccionará para
su respuesta según su “programa perceptivo”.
Para la “normalidad”, no cualquier material ofrece cualquier
posibilidad latente, y el de las pruebas ha sido seleccionado y
probado para provocar reacciones significativas en áreas
importantes de la personalidad; los diferentes ítems de una prueba
se orientan a temas precisos (como se ve en la “valencia temática”
de las láminas del T.A.T.), y no a suscitar aleatoriamente cualquier
respuesta: en la lámina 1 de dicho test se narran con gran frecuencia
(entre otras) historias relacionadas con la presión educativa
experimentada por el sujeto en la niñez, pero no se presta para
temas sexuales, que sí son comunes en 13.
Pero aún siendo así, un sujeto fuertemente presionado por
un conflicto o una necesidad o incluso por una preocupación actual,
puede encontrar en cualquier material ocasión de proyectar, sea
distorsionando el estímulo, sea manteniéndose ajustado a la realidad
si es creativo.
Que alguien pueda elaborar el material de una prueba de
manera tal que logre expresar un contenido para el cual el estímulo
no da ninguna facilitación, indica con qué fuerza su preocupación
busca sintonía con latencias ocultas, y evidencia que se está ante
un contenido sobrevalente.

Los problemas importantes, sobre todo si connotan algo


negativo para la personalidad, raramente son abiertamente

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

expresados, casi siempre utilizan una expresión analógica, que


llamamos “Símbolo”; no se puede hablar de la interpretación de
la Técnicas Proyectivas si no se hace al menos una muy breve
referencia al mismo, ya que la interpretación simbólica es de gran
utilidad para adentrarnos en la comprensión de los “factores
internos”;
En principio un símbolo es algo muy individual, aunque
estudios antropológicos, de religiones y mitologías comparadas,
etc., han demostrado que hay símbolos comunes a diversas épocas
y culturas, con semejante significado, y también que el mismo
símbolo ha variado su significación en culturas y épocas diferentes;
pero, para el caso singular, un símbolo universal puede tener, en
base a la particular historia y circunstancias del sujeto, un sentido
muy individual.
De modo que no puede interpretarse algo como símbolo de
modo fijo y aplicable sin más a todos los casos; criticando el olvido
de estas condiciones dijo no sin sorna Bernfeld : …”Un dirigible
no sólo es un símbolo fálico; también sirve para volar”.
Muchas veces un símbolo es multívoco y condensa varios
niveles de significación, algunas más fácilmente accesibles, otras
más profundas cuya interpretación exige una formación seria en
diversos ámbitos del saber, psicológico y cultural.
Todo autor serio recomienda cautela en la interpretación
simbólica, y critica a quienes, insuficientemente preparados,
incursionan en el caliginoso mundo de los símbolos profundos
retozando irresponsablemente con interpretaciones silvestres; tan
valiosa es la interpretación simbólica en las Técnicas Proyectivas
que debe ser respetuosamente utilizada.

Transposición y Expresión.

No es sólo por la proyección que se manifiesta el “programa


perceptivo”, y se nos hace posible conocer las profundidades de la
persona; en general, la proyección se materializa en el contenido
de las respuestas (y decimos en general, por que cada prueba puede
tener particularidades que exijan un análisis especial), al definir

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

con elementos del mundo interno la ambigüedad; pero en relación


a la estructura, el sujeto revela su propia estructura interna en la
organización que impone al material para dar su respuesta al mismo,
que puede entonces analizarse y evaluarse como un reflejo de su
organización psíquica: el sujeto abrumado por conflictos a los que
un yo débil no puede oponer adecuadas defensas, dará como
respuesta al T.A.T. historias desorganizadas; el que rige su vida
por una estricta lógica formalista, ordenará en una sucesión rígida
sus respuestas al Rorschach, el que es muy inseguro dibujará con
una línea débil y vacilante, etc.; es decir, se pasan a la prueba (se
“transponen”) aspectos de la propia estructura personal
Cuando algo del mundo interior se ex –pone37, tenemos la
expresión; si estoy triste, y digo que el día es triste, proyecto sobre
un objeto externo mi tristeza; si lloro, la expreso; la proyección es
narcisista, la pantalla queda objetivamente ajena a ella; la expresión
es comunicación, siempre solicita la comprensión del otro.
Cada persona tiene una forma propia de expresarse, un estilo
que tiene un profundo arraigo; de allí la muy conocida frase de
Buffon: “el estilo es el hombre”; pero está sometida a exigencias
culturales, e incluso puede ser voluntariamente falseada, lo que
disminuye su claridad o intensidad, pero no la anula.
Qué aspectos expresivos pueden actuar en cada prueba, es
interesante poder discernir; pero ahora nos interesan las expresiones
del sujeto que realiza una prueba, y que no ingresan formalmente
en el sistema de evaluación; en particular las que llamamos
“reacciones conductuales”, que sin ser propiamente respuestas, son
auténticas y muchas veces importantes reacciones ante el material
o la situación de prueba.
Las expresiones que se verbalizan se registran con la res-
puesta a la que acompañan: comentarios, a veces ajenos a la situa-
ción, dudas, rechazos, o particular agrado y complacencia, críticas
o autocríticas, etc.; el tono de la voz al responder puede modificar
el sentido de una respuesta. Las expresiones somáticas van desde
un rictus captado sólo por un ojo atento, a reacciones casi especta-
37
.- el prefijo “ex” significa “fuera de”.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

culares, no frecuentes pero que aparecen ocasionalmente: gestos


de asombro, de asco, accesos de tos, sudoración profusa, sialorrea
o sequedad de boca, oleadas de calor, náuseas.
Sean verbalizadas o somáticas, las expresiones siempre
denuncian un estado de ánimo, la actitud general ante la prueba, o
el impacto que produce un determinado estímulo dentro del material
del test, y pueden ser una ayuda importante para la evaluación.
Aún cuando las reacciones expresivas no alcancen una intensidad
tal como para influir en el curso de la prueba, o sean negadas,
disimuladas o controladas en la respuesta, seguramente encontrarán
alguna vía, tal vez sutil, de salida, por lo que hay que estar atento,
sin que el examinado se percate de esto para que no pierda
espontaneidad..
Las expresiones verbales pueden ser registradas literalmente
y sometidas posteriormente a un análisis más objetivo, al control
de terceros, etc.; pero la expresión gestual o somática es fugaz,
volátil, se puede registrar su paso, pero no “congelarla” para una
observación cuidadosa y controlada; la posibilidad de que el
examinador introduzca su subjetividad al evaluar su significación
es siempre un riesgo, que se disminuye algo si al aparecer la
expresión se la describe objetivamente, dejando su interpretación
para después en el conjunto de lo producido por el examinado;
p.ej., en lugar de anotar ante una lámina del Rorschach: “el sujeto
se pone muy ansioso”, se consigna la conducta: “el sujeto, que no
ha fumado en las anteriores entrevistas, solicita un cigarrillo”.

Niveles de conciencia:

El tema es: ¿Cuán consciente es un examinado de aquello


que vuelca en sus respuestas? o, en otros términos: qué grado de
conciencia puede tener del significado de lo que proyecta,
transpone o expresa.
Teniendo en cuenta el principio de sobredeterminación, según
el cual toda respuesta puede tener un significado en distintos niveles
del psiquismo, podemos decir, refiriéndonos al “contenido”:

44 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

Hay un primer nivel, al que llamaríamos de “comunicación


pública”, que es la respuesta misma –verbal, gráfica, etc.-, con su
significación manifiesta.
Un segundo nivel es el de la “significación privada”, o sea,
la relación que tiene la respuesta con deseos, temores, experiencias,
etc., del sujeto, que han encontrado la posibilidad de representarse
o simbolizarse en la respuesta manifiesta; la relación es consciente
o puede hacerse consciente fácilmente; el análisis que se hace de
este nivel estará en el plano descriptivo.
Por debajo están los niveles de “significación profunda”,
que se relacionan con lo inconsciente, lo reprimido, los factores
estructurales de la personalidad, accesibles (inicialmente de modo
hipotético) mediante la interpretación simbólica apoyada en una
teoría de la personalidad.
Esta estratificación no ha de aplicarse rígidamente en cada
caso, pero en términos generales ayuda par la comprensión y
evaluación.
Un par de ejemplos para ilustrar: un joven hijo único dice en
I Rorschach: “Dos insectos tienen atrapado a un tercero, que pide
ayuda”. En el segundo nivel, representa su relación con sus padres
sobreprotectores y controladores, y su búsqueda de ayuda para
salir de esa situación; ha graficado así en la respuesta el motivo de
su consulta; en el tercer nivel, con apoyo del resto del protocolo,
se hipotetiza que no tiene resuelta la situación edípica, ni definida
su identidad sexual. En 2 T.A.T., el joven de la escena, ante la
presencia de la chica que desea, hunde el arado hasta el fondo
haciendo un surco profundo; en el segundo nivel, hay una
exhibición narcisista de fuerza como acentuación de virilidad; en
el tercer nivel, el examinador interpreta en el joven un impulso
fálico con connotaciones sádicas.

Es claro que lo que llamamos “tercer nivel” no es accesible


al conocimiento consciente, y en todo caso se requiere un complejo
y a veces prolongado proceso terapéutico, como podría ser un
Psicoanálisis.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

En cuanto al “segundo nivel”, como cosa general podemos


decir, siempre refiriéndonos a los contenidos: a veces el examinado
se reconoce espontáneamente en su respuesta, y así lo hace notar;
otras puede ser llevado a reconocerse en su producción sin grandes
dificultades, si se le hace ver con habilidad la relación entre ésta y
sus circunstancias actuales o históricas, lo que se facilita si se
dispone de una completa anamnesis.
Pero también sucede que la “relación yoica” de una respuesta
no sea reconocida por el sujeto: puede ser que se trate de una
respuesta estereotipada, clisé, objetiva, y por tanto, impersonal.
Pero si la respuesta aparece como más original y significativa, el
no reconocimiento lleva a sospechar alguna resistencia, que puede
ser muy profunda, o un esfuerzo consciente por eludir el confrontar
con un determinado tema.
Si dentro de las condiciones de un Psicodiagnóstico no
alcanzamos clarificación, sólo nos queda plantear hipótesis que
estimulen ulteriores y más profundas investigaciones en otra
instancia, tal vez una psicoterapia.
Por supuesto aún cuando el sujeto cobre conciencia de la
relación de su respuesta con sus problemas o circunstancias, eso
no implica que capte su significación psicológica, ni que tenga
insight de los aspectos de personalidad involucrados.
Este punto tiene importancia no sólo para el Psicodiagnóstico,
sino también cuando se debe hacer una “devolución” al mismo
examinado, o si eventualmente se desea utilizar los resultados de
las pruebas con un objetivo terapéutico.

Consistencia:

Llamamos “consistencia intraindividual” a la tendencia de


una persona a mantener un modo típico de reaccionar y conducirse.
Así como en la vida diaria suponemos en quien conocemos una
conducta previsible, y si cambia nos preguntamos el por qué, a lo
largo de la administración de una prueba o de una batería esperamos
una modalidad relativamente estable y pareja, por ejemplo respecto
al ritmo temporal, la cantidad y calidad de las respuestas, etc. Si

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

en algún momento hay una variación llamativa, debemos pensar


que el material ha tocado un núcleo sensible, que ha desorganizado
en alguna medida la adaptación habitual.

Las pruebas funcionan mediante comparación de sus


respuestas con valores normativos; si el sujeto produce con ajuste
a los mismos, hablamos de “consistencia interindividual”; si hay
desviaciones de las normas, seguramente obran en el sujeto
tendencias específicas- positivas o negativas- que lo separan de la
conducta o modo habitual de reaccionar del grupo.
En el caso de falta de consistencia interindividual, la
experiencia acumulada sobre la prueba da indicaciones sobre el
posible valor diagnóstico de la desviación de las normas; cuando
alguna respuesta rompe la consistencia intraindividual, la situación
es más singular y la evaluación dependerá en mayor grado de la
experiencia del examinador.
La falta de consistencia es como una “luz roja” que indica
que probablemente haya allí algo importante, por lo que siempre
debe prestársele atención.
Estos conceptos son válidos para el caso en que la producción
es al menos relativamente consistente, es decir, si el sujeto se
conduce a lo largo de la prueba con suficiente ajuste a al consigna,
al material, etc., y en algún momento esa situación varía
notablemente, de modo que se puedan señalar desviaciones; pero
si no hay ningún patrón de respuesta, y todo está fuera de lo
normativo- lo que ya es muy significativo –hay que buscar otros
criterios más individuales para evaluar el rendimiento del sujeto.

Técnicas Proyectivas y Entrevista Clínica.

Ambos métodos presentan diferencias que no sólo no los


oponen, sino que los complementan y hacen que se necesiten
recíprocamente para completar adecuadamente el Psicodiagnóstico.
Esencialmente: la entrevista reconstruye la psicodinámica
del sujeto a partir de la observación de la conducta e inferencias a
partir de ello; los tests lo hacen desde la organización de los

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

procesos de pensamiento que se infieren de los datos surgidos de


las evaluaciones sistemáticas que se realizan de las respuestas.
La entrevista tiene la ventaja de obtener datos de un muy
amplio ámbito de la conducta, ya que el clínico es libre para
incursionar a lo largo y lo ancho de la historia del individuo; estos
datos no son recogidos de modo sistemático, están seleccionados
conscientemente o no por el entrevistador según múltiples
condicionamientos del mismo: su “ideología”, su formación
profesional, sus objetivos generales o específicos en relación al
caso, y por supuesto su propia personalidad, con sus conflictos,
defensas, etc., y el curso de la entrevista está regulado por la
interpretación “privada” que se va haciendo de cada nuevo elemento
que se aporte. En estas ineludibles condiciones se establece en la
entrevista una relación de singularidad, persona a persona, y el
entrevistador sólo podrá cumplir eficientemente su tarea si logra
empatizar con la individualidad del entrevistado; este trato “sujeto
a sujeto” es pues inexorablemente subjetivo y singular; (allí está
el gran valor de la entrevista, pero también su flaqueza por la
posibilidad de proyecciones por parte del clínico) Lo obtenido del
entrevistado queda ligado a la singularidad del caso sin la
posibilidad de una comparación estricta con estándares generales
que permitan establecer acuerdos o desviaciones.
Las pruebas tienen la desventaja de operar sobre un segmento
de conducta muy estrecho (pero que siempre es una unidad molar
de comportamiento), que además nada nos dice con seguridad sobre
los “hechos reales” de la vida del examinado: por eso casi nunca
nos informan suficientemente qué adaptación ha logrado el sujeto
con su eventual patología, cosa que sí es posible detectar en la
entrevista; pero pequeños desajustes o insidiosos procesos pueden
ser fácilmente pasados por alto en la entrevista, o ser mal
interpretados, siendo más posible que sean detectados y
correctamente entendidos por las pruebas: un estado depresivo no
se le ocultará al clínico en la entrevista, pero, ¿se percatará de que
se trata del primer síntoma de una esquizofrenia?, lo que muy
posiblemente sea identificado como tal por el Rorschach.

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

El “segmento de conducta” que utiliza una prueba, si bien


limitado, ha sido probadamente seleccionado para estimular cierto
tipo de reacciones, que pueden recogerse sistemáticamente; aunque
un segmento limitado difícilmente pueda mostrar todos los factores
dinámicos subyacentes a la conducta. Se presentan a todos los
examinados el mismo material y la misma consigna, lo que hace
que los resultados de diversos sujetos sean comparables y se
posibilite observar la consistencia interindividual; los resultados
se pueden cuantificar, aunque en la práctica esto es posible muy
limitadamente.
Las pruebas, apoyadas en estudios de campo, en estadísticas
y experimentos, regulan la viabilidad de las hipótesis formuladas
en la entrevista, ofrecen anclajes objetivos que impiden excesivos
deslices hacia la subjetividad, y marcan los ítems de interés para
continuar la investigación; la evaluación de los resultados se apoya
en un sistema probado, y es un proceso “público”; además todo
queda documentado – en los protocolos, en los sistemas de
evaluación, en el informe- y puede ser revisado y controlado en
cualquier momento, lo que es importante por que tampoco las
pruebas excluyen las proyecciones del examinador.
De todo lo dicho queda claro que las pruebas no son un
instrumento objetivo de medición, pero en un terreno tan
resbaladizo como el que trabajan, lo que puedan aportar en ese
sentido será siempre bienvenido.
Hay cierta analogía con la función del laboratorio en la clínica
médica; y como en Medicina, también en Psicología, “la clínica
reina sobre el laboratorio”, pero por su particular contextura técnica,
las pruebas proyectivas pueden completar, y enriquecer la pericia
del clínico; debe tenerse en cuenta que su función no es reemplazar
al clínico, sino confrontar sus afirmaciones e hipótesis, y si es el
caso, plantear nuevas cuestiones para que se continúe investigando.

******

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

La Consigna:

Una vez que todo se ha dispuesto para la administración de


una prueba, el examinador comunica al sujeto qué debe hacer; estas
instrucciones conforman lo que se llama “consigna”.
En los tests psicométricos, se exige atenerse ajustadamente
a la letra de la consigna; en los proyectivos, si bien el autor de una
prueba propone la consigna, no es necesario repetirla “ad litteram”,
pero aún cuando se cambien algunas palabras para darle el
conveniente tono “coloquial”, es muy importante que se mantenga
estrictamente el objetivo de la misma en cuanto a indicar con
claridad la tarea a realizar y sólo eso; téngase en cuenta que forma
parte de la estandarización de la prueba, y si los resultados han de
ser comparables, no sólo el material deberá ser el mismo para todos,
sino también las instrucciones sobre lo que se ha de hacer con él.
La consigna debe mantenerse en el nivel promedio de
ambigüedad de la prueba; si es necesario hacer aclaraciones, se ha
cuidar esta condición, es decir, no se debe ni definir más la tarea,
ni hacerla más imprecisa.
Se debe tener seguridad de que el sujeto ha comprendido
bien qué se espera que haga; si desde las primeras respuestas se
observa que ha habido una errónea interpretación de la consigna,
será necesario repetirla tal vez con alguna aclaración, respetando
siempre la esencia, sin “ayudas” o sugerencias; un examinador
con experiencia pronto sabe si la dificultad en seguir la consigna
depende de una mala comprensión de la misma o de otro problema:
quienes sienten la situación de prueba como una imposición
autoritaria, pueden resistirse a obedecer la consigna; otros,
inseguros y dependientes, insisten con preguntas sobre qué y cómo
han de responder, lo que en realidad es un pedido de que se le
estructure la tarea y se obvie la libertad de elección en cuanto al
actuar, respecto a lo cual toda consigna deja siempre un amplio
margen.

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

El “Objetivo”:

Concretaremos el tema refiriéndonos al objetivo de la


administración dentro de la situación de prueba, o sea: cómo vive
el examinado la administración según el uso que se prevé de los
resultados y las consecuencias que para él se pueden derivar de los
mismos: muchos experimentos han demostrado que esto influye
de modo significativo en las respuestas.
Estas pruebas pueden “dar todo de sí” en la situación clínica,
cuando una persona con alguna conciencia de sus conflictos y
motivada para enfrentarlos, solicita un psicodiagnóstico con ánimo
de cooperación y sabiendo que el uso de los resultados será siempre
en su beneficio; los conflictos y defensas están activados, y aunque
las defensas juegan muchas veces inconscientemente en contra, el
“mundo interno” busca en las pruebas una forma de expresión.
Pero no es lo mismo en otras ocasiones: por ejemplo, en los
casos en que las pruebas se utilizan para una selección de personal,
puede haber una consciente voluntad de disimulo; es comprensible
que el examinado trate de dar una “buena imagen”, y de variar a su
favor aspectos de las pruebas accesibles a su control consciente:
es posible que eluda contenidos sexuales y agresivos, que trate de
ser ordenado y original, etc.; sabemos que hay elementos de las
pruebas, particularmente lo referido al contenido, que son accesibles
a un manejo voluntario.
Todavía puede complicarse más la situación cuando se trata
de estudios periciales cuyos resultados podrían ser seriamente
comprometedores, o desfavorables para las expectativas del
examinado.
En tales casos, un sujeto relativamente “sano” puede manejar
a su favor algunos factores de las pruebas sin que esto sea detectado
con certeza, aunque se sospeche; pero si hay en el examinado alguna
patología, es muy probable que ésta se denuncie en lo estructural
o en contenidos simbólicos: un sujeto adulto, acusado de
exhibicionismo, que negaba cerradamente los cargos, interpretó
en la mancha roja de la lámina II del Z-Test: “Un reloj cucú, esos
en que el pajarito sale y entra, sale y entra…” La significación es

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

más clara todavía si se recuerda que el color rojo se asocia al


sentimiento de castración.
Relacionado con esto puede darse otra situación: sucede -
aunque no es posible decir con qué frecuencia- que una persona
que debe someterse a un psicodiagnóstico con el fin de obtener un
beneficio –una jubilación por invalidez, una larga licencia por
enfermedad mental, un resultado favorable ante un tribunal de
familia respecto a la tenencia de los hijos -, se hace instruir sobre
las respuestas convenientes por algún psicólogo que, por amistad
o por dinero, olvida su más elemental ética.
De donde se evidencia la necesidad, por parte del examinador,
de estar particularmente atento ante situaciones donde el resultado
de las pruebas aparece como muy importante para el examinado,
no sólo en el análisis de las respuestas, sino agudizando su atención
en la entrevista y eventualmente recurriendo a pruebas “paralelas”
u otras menos conocidas en el medio y en lo posible también a
pruebas objetivas (cuestionarios, particularmente aquellos que
tienen una “escala de sinceridad”)

Relación examinado – examinador.

Dijimos desde el comienzo que la “situación de prueba” es


una realidad compleja y que no se agota el análisis de sus variables
en atender a las características del material que se le presenta al
sujeto y las respuestas del mismo; hicimos algunas consideraciones
sobre la “consigna” y el “objetivo” de la administración; nos queda
por desarrollar el tema del epígrafe para completar el estudio de
los factores que configuran la “situación de prueba”; esto sin
ignorar que otras influencias, incluso circunstanciales, pueden
incidir en la misma.

Quien tiene experiencia en Clínica, sabe que todo lo que


sucede desde que profesional y paciente entran en trato (sin excluir
cosas aparentemente muy ajenas a la tarea profesional, como el
dar y otorgar el “turno” de atención, la modalidad de la secretaria,
las características de la sala de espera y del consultorio, etc.) puede

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

significar algo en función de la modalidad que adopte la relación,


y por supuesto que también son útiles para el diagnóstico las
reacciones del sujeto ante esto como ante las pruebas mismas, sobre
todo ante aquellas que como el Rorschach y el T.A.T. son más
sensibles y pueden ser influidas por las modalidades de esa relación.
Podría parecer excesivo dar importancia en ese aspecto a
actitudes aparentemente irrelevantes; pero hay que tener en cuenta
que el paciente llega a la consulta con alguna curiosidad y cierto
nivel de ansiedad, con fantasías y no raramente con preconceptos,
muchas veces con alguna información-parcial, falsa- sobre los “tests”:
no es raro que se les atribuya el poder de penetrar hasta lo más íntimo
de la persona y poner todo al descubierto,38 lo que lo lleva a desarrollar
ansiedad y a exacerbar sus actitudes defensivas. Hay que tener en
cuenta también la particular “sensibilidad neurótica”.
Así, la cantidad de material que el examinado proporciona
(p.ej., número de respuestas, en el caso del Rorschach, desarrollo
de las historias en el T.A.T., detalles en los gráficos, etc.) es un
dato de interés; ciertamente, “el examinador necesita respuestas”,
y cuando este material es muy escaso, el examinador puede sentirse
frustrado; pero esto les sucede a aquellos que sólo atienden al
contenido para sus conclusiones, descuidando todo lo que puede
dar el cuidadoso análisis de la estructura; dejando de lado los casos
en los que el escaso aporte obedece claramente a la patología, como
en depresivos, en muchos otros hay que buscar las razones, que
pueden estar, p.ej en la rigidez de determinadas defensas;
comprender esto nos da una buena pista para el diagnóstico;
presionar para obtener más material sólo puede llevar a un
incremento artificial: es de atender el consejo de Schafer: “no hay
que ejercer más presión que la necesaria para probar la rigidez de
las defensas”, o, en el caso de respuestas muy bizarras39, para

38
.- Quien se ha ocupado más detalladamente de esto es Schafer (op.cit.)También
Schachtel, E.G., en “Experiential foundations of Rorschach’s test”, (Basic Books, N.Y.,
1966) en lo que él llama “la definición de la situación de test”.
39
.- “Se llama bizarra a una combinación insólita de cualidades que dan la impresión
de lo extraño y fantástico y parecen expresar una intención desconcertante de paradoja
e ilogicidad”. “El grado en que la convicción delirante se separa de la realidad
culturalmente consensuada”

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

comprobar el límite de la capacidad de autocrítica del sujeto.


Respuestas vagas y difusas dificultan la calificación, pero
sabemos que derivan de la intolerancia a la ansiedad; llenar un
protocolo de clisés o banalidades parece inutilizar la administración,
aunque hace sospechar que algo se está ocultando y hay muchos
modos de llegar a saber qué es lo que lo que concientemente o no
se quiere esconder.
Con estos ejemplos se pretende mostrar cómo, en lugar de
frustrarse y generar una actitud posiblemente agresiva hacia el
examinado, que puede incidir en el diagnóstico, el profesional
puede utilizar fructíferamente para su tarea todas las modalidades
de reacción de aquel.

Transferencia:

Podría parecer suficiente que se logre establecer un buen


“rapport”, una relación cómoda entre quien administra la prueba y
el examinado; pero, sobre todo bajo la influencia del Psicoanálisis,
se fue haciendo evidente la característica particularmente dinámica
de esta relación, e incluso experimentalmente se comprobó que
estaban en ella presentes y activos factores importantes, manifiestos
una veces, sutilmente las más, y con influencia no despreciable
sobre la producción del examinado. Esto es lo que nos importa en
cuanto aplicamos estas pruebas: la eventual influencia de estos
factores sobre las respuestas, como una variable que ha de tenerse
en cuenta en la evaluación de las mismas.
Citamos algunas experiencias entre muchas que avalan lo
dicho: Cassel40comprueba que, si se ausenta el examinador después
de dar la consigna del H.T.P., los dibujos resultan
significativamente más grandes y con más cantidad y relevancia
de signos diagnósticos; concluye que la presencia aún pasiva del
examinador actúa de forma constrictiva. Hammer y Piotrowski 41
encontraron en las historias del T.A.T. más signos de agresividad
cuando los examinadores habían sido calificados previamente como
40
.-Journal of Clinical Psichology 14, 1958.
41
.-Journal of Projectives Techniques, 17, 1953

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

agresivos. Milam42 observó que las historias variaban según fuera


pasiva o agresiva la actitud del examinador, y que la relación
protagonista – ambiente en el T.A.T parecía reflejar la establecida
entre examinado y examinador. Höhn (op.cit.) dice que, si el
psicólogo administra el Rorschach vistiendo guardapolvo blanco
(aparentando así ser médico), obtiene más respuestas anatómicas
que el promedio.
La importancia de la relación interpersonal no es nueva para
el clínico, acostumbrado a tenerla muy en cuenta en las entrevistas;
pero en las Técnicas Proyectivas, que nacen con cierta pretensión
de aportar mayor objetividad al diagnóstico, tomar en consideración
este aspecto implica introducir variables de difícil evaluación por
su particular carga de subjetividad; sin embargo, no se las puede
descuidar, ya que sería renunciar a datos que pueden enriquecer la
comprensión de los resultados, y por que a veces estos no serían
correctamente evaluados si se prescindiera de computar este factor.
Desde nuestras tempranas relaciones objetales, y bajo la
influencia de las figuras significativas de la niñez, vamos
aprendiendo determinados modos de reaccionar, que después a
través de la vida reactivamos ante situaciones análogas planteadas
por quienes, en razón de su rol, representan para nosotros, de modo
consciente o no, aquellas figuras importantes de nuestra historia
infantil; o sea: trasladamos al presente nuestro modo de conducirnos
en el pasado, transferimos a las personas de hoy los sentimientos
que tuvimos respecto a las de ayer, reaccionamos hoy, adultos,
como aprendimos a hacerlo cuando niños en circunstancias
semejantes; o, como dice el diccionario43, “se trata de una
repetición de prototipos infantiles vividos con un acentuado
sentimiento de actualidad”; podríamos expresarlo metafóricamente
diciendo que, en la transferencia, “se ejecuta la música de hoy con
la partitura de ayer”.44

42
Id., 18, 1954
43
Laplanche – Pontalis. Ver “Transferencia”.
44
Hablar de “pasado” y “presente” en la vida psíquica, equiparando la dinámica de la
vida al decurso temporal del mundo físico, no es en realidad correcto; la vida nos está
siempre presente como un todo actual, si bien con constantes referencias temporales.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Todos actuamos en alguna medida bajo estas condiciones,


ya que no podemos desprendernos de nuestros aprendizajes básicos,
pero en una personalidad suficientemente madura y con un sentido
de realidad sin fallas severas, la transferencia no va más allá de
matizar la conducta: se ve entonces al examinador como lo que es,
un profesional que realiza una tarea técnica, sin que a través de él
se transparente la imagen de un padre protector o exigente, por
ejemplo.
Pero en sujetos regresivos, poco integrados y con pobre
sentido de realidad, las actitudes transferenciales fácilmente
aparecen y a veces con intensidad, condicionando sus reacciones,
como lógica consecuencia de las fijaciones infantiles.
En el Psicoanálisis, donde el manejo de la transferencia es la
médula del proceso de curación, se crean condiciones para
estimularla, como se ve en la modalidad de la sesión de análisis;
pero en la administración de la Técnicas Proyectivas, aunque la
correcta evaluación de eventuales aspectos transferenciales
enriquece la evaluación, también la complica, no es fácil apreciar
su incidencia en las respuestas, y si bien no se la puede evitar, al
menos se trata de no provocarla, para lo que cuenta mucho una
actitud equilibrada, “profesional” del examinador. Si éste,
desajustándose de su rol se conduce de modo autoritario o muy
maternal, por ejemplo, es fácil que suscite con intensidad en
examinados apenas predispuestos las reacciones correlativas de
sumisión o rebeldía, o dependencia, “transferenciales”, cargando
entonces con la responsabilidad de haber distorsionado la situación
de prueba, que se hubiera desarrollado de otro modo si el
examinador fuera más maduro.
Explayarnos respecto al juego de transferencia y
contratransferencia no es nuestro objeto; el manejo de estas
situaciones corresponde a la necesaria formación y experiencia en
clínica que debe tener el examinador, junto a su adiestramiento
específico en el uso de las pruebas.
Puntualizando lo dicho:
• Si bien algún matiz transferencial colorea siempre las
relaciones humanas, en lo que hace a nuestro interés

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

debemos atender en especial a las actitudes y respuestas


de aquellas personalidades inmaduras con particular
inclinación a reacciones transferenciales significativas.
• En la tarea de administrar las Técnicas Proyectivas, la
transferencia nos importa en cuanto influye en las
respuestas, o sea, en la medida que es útil para comprender
y evaluar las respuestas del examinado.
• Un examinador que no se ubica en su rol en razón
seguramente de sus propios conflictos, puede suscitar
reacciones transferenciales aún en sujetos que
normalmente no son proclives a las mismas.
• Las reacciones contratransferenciales de un examinador
inmaduro pueden generar un interjuego que distorsione o
aún pervierta la situación de prueba, y también influir en
la evaluación misma: según viva ese “interjuego” se verá
llevado a enfatizar en sus informes un tipo de problemática
o descuidar otra, acentuar lo más negativo o lo positivo,
etc.

Constantes de la “situación de prueba”:

El conjunto de factores que integran esta “situación” genera


siempre un monto de ansiedad, muy variable según los casos (se
suele hablar hoy de “ansiedad situacional”), que además puede
verse potenciada por la que trae el sujeto sea en razón de su propia
patología o por otros motivos ajenos a la “situación”. La ansiedad
es una experiencia que parece natural en la condición humana, y
en mayor o menor grado está presente de modo habitual o surge
ante diversas circunstancias: un cambio importante, una fuerte
presión, etc..
Una ansiedad moderada es funcional y adaptativa para
enfrentar tales situaciones: agudiza nuestra percepción, activa
nuestros recursos y defensas, en suma, moviliza nuestro mundo
interno; una condición así predispone muy adecuadamente para
una buena productividad, cuantitativa y cualitativa, ante las
Técnicas Proyectivas.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Pero si la ansiedad alcanza un nivel elevado con relación a


las posibilidades de manejo y control que el sujeto tiene, resulta
perjudicial para la administración: aquel puede resistirse, o
bloquearse y fracasar, o desorganizarse, o recurrir a defensas
rígidas con empobrecimiento de su producción, etc., aunque todas
estas conductas, producto de que se ha privado al sujeto de los
apoyos externos de su estructura defensiva, no carecen de valor
para el diagnóstico.
En psicoterapia la ansiedad cumple otra función y puede ser
utilizada, pero en psicodiagnóstico, es un factor perturbador si
excede la posibilidad de un adecuado control; “El examinador
necesita respuestas”, como dijimos, por eso debe evaluar la
situación y decidir si se dan las condiciones adecuadas; según
sea, tratará de crear una atmósfera de tranquilidad, postergará la
administración, o comenzará por pruebas que habitualmente no
son ansiógenas, por ejemplo los tests gráficos, u otros igualmente
simples: “frases incompletas”, por ejemplo; la prueba más
ansiógena es sin duda el Rorschach, seguido por el T.A.T., y dada
su importancia, se deben administrar cuando el sujeto esté en las
convenientes condiciones.

Hay algunas “constantes”, que son inherentes a la situación


de prueba, y normalmente tienden a producir algún monto de
ansiedad y pueden –al menos-, “colorear” transferencialmente la
relación:
• El sujeto es estimulado por la consigna a funcionar en un
nivel de fantasía, a ser creativo en responder, con lo cual
se lo invita a una regresión, que será en más o en menos
regulada por el yo, pero que en alguna medida facilitará la
expresión de los impulsos.
• Se le pide espontaneidad; se ve así, en parte al menos,
relevado de su responsabilidad en cuanto al contenido de
sus respuestas; lo que, al obviar la presión superyoica,
tiende sutilmente a infantilizar la posición emocional del
examinado.

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

• El material y la consigna se le imponen, y sus respuestas


serán evaluadas sin su participación; lo que tiende a revivir
arcaicos patrones de reacción ante la autoridad.
• No se le dan claves para juzgar la adecuación de sus propias
respuestas, ni se le ayuda a estructurar su tarea, lo que hace
surgir sentimientos de abandono y de “pérdida de objeto”
ante la ambigüedad del estímulo.

Pero la misma situación tiene otras características


“tranquilizantes”, en las que el examinado puede apoyarse para
equilibrar las anteriores; su capacidad para lograr ese equilibrio, o
la inclinación hacia una u otra vertiente, también nos ilustra sobre
las tendencias y defensas del sujeto:
• La situación es transitoria, y la relación tiene una
formalidad “profesional” con la distancia consiguiente, lo
que da cierto reaseguro contra los aspectos traumáticos.
• No tiene que explicitar material autobiográfico que podría
estar cargado emocionalmente.
• Si bien el material y la consigna son ambiguos, la tarea se
puede encarar con los recursos perceptuales habituales.
• No deberá confrontar directamente con las interpretaciones
que hará el examinador.

La situación de prueba, en concreto, supone una relación


entre dos personas, cada una de las cuales desempeña un “rol”;
nos referiremos a “constantes”, es decir, condiciones estables de
esos roles, que por tanto estarán matizando al menos la situación,
y, al interactuar con los rasgos individuales, generarán una
dinámica en mayor o menor grado intensa y manifiesta, realista o
desviada, entre quien administra la prueba y quien es examinado.

Constantes de la situación de “ser examinado”:


También el “ser examinado” tiene características inherentes,
que son experimentadas con mayor o menor ansiedad por todo
aquel que se somete a estas pruebas:

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S


Siempre hay una sensación de violación de la intimidad,
ya que el sujeto no sabe qué está revelando de sí mismo en
cada respuesta, ni qué aspectos suyos están siendo
observados por quien es, en realidad un extraño, ni sabe
tampoco si sus posibles aspectos negativos serán
comprendidos y aceptados.
Si es sumiso, puede colocar al examinador en una posición
de omnipotencia, o en caso contrario, rebelarse con actitudes
manifiesta o latentemente agresivas, incluyendo negativismo u
oposición.
• Hay pérdida de control en la relación interpersonal, que
pasa a ser manejada por el examinador, quien impone sus
pautas, registra las respuestas sin dar explicaciones, etc.;
al perder el examinado sus referencias externas de control,
agudizará las defensas que le ayuden a paliar la ansiedad,
y si es sumiso, reaccionará como en el ítem anterior; pero
si es una personalidad dominante, puede establecer con el
examinador una sorda lucha por el poder para adueñarse
del manejo de la situación.
• Se teme confrontar con aspectos propios desconocidos,
que se pueden fantasear como negativos, o verse
descubierto en cosas conocidas que se preferiría no
recordar, y menos, comunicar: lo que puede derivar en
actitudes de resistencia.
• La tentación de adaptarse de modo regresivo a estas
molestas situaciones puede llevar a una actitud pasiva de
entrega colocando al examinador en el rol de un padre
bueno y omnipotente, o a una resistencia negativista o
arrogante.
• La ambigüedad de la consigna y del material obliga al
sujeto a usar su libertad optando por determinado modo
de responder; como toda opción libre, tiene sus riesgos, y
el sujeto puede desorganizarse por la ansiedad que genere
la irrupción fantasmática, o defenderse de la misma
aferrándose rígidamente a los aspectos más “objetivos”
de la situación.

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

Constantes del “rol de examinador”:

El examinador es un profesional adiestrado en técnicas


ideadas especialmente para lograr en tiempo breve un más profundo
y objetivo conocimiento de la persona que lo consulta reconociendo
su capacidad para ayudarlo en su necesidad o conflicto. Lo que no
significa suponer que haya dejado en la puerta del consultorio sus
tendencias inconscientes, que en determinadas circunstancias
pueden surgir, y reaccionar con las del examinado, aún cuando
tenga aquel un buen nivel de madurez y de autoconocimiento;
obviamente que esto se acentúa si no se ha alcanzado el deseable
grado de evolución.
La función de examinar tiene características que hacen a su
naturaleza misma, pero que a la vez interactúan con los rasgos
individuales del mismo examinador, suscitando conductas diversas
en éste y reacciones en el examinado:

* El examinador, para cumplir su tarea, debe introducirse en


la intimidad del otro, “espiar” sin comprometerse emocionalmente,
por lo que este aspecto del rol se puede designar por analogía,
como “voyeurista”; el examinado se siente entonces naturalmente
“violado en su intimidad”, con las reacciones consiguientes; esto
se mantiene en una dialéctica controlada entre personas
suficientemente maduras; normalmente los pacientes aceptan que
se incursione en temas penosos o escabrosos si es pertinente y se
hace con la necesaria delicadeza. Pero si el examinador tiene en su
personalidad tendencias voyeuristas, tenderá a exagerar este
aspecto de su rol: indagará con excesiva minuciosidad y más allá
de lo necesario para el diagnóstico en áreas íntimas, particularmente
en las relacionadas con la sexualidad, lo que llevará al examinado
a agudizar sus resistencias a la “invasión”.
Puede suceder también que el mismo examinado tenga
correlativas inclinaciones “exhibicionistas”, la relación tenderá en
tal caso a convertirse en más o menos perversa; y si el examinador
tiene formaciones reactivas contra sus tendencias voyeuristas,
omitirá atender a todo lo concerniente a la intimidad, se conformará

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

con generalidades e indagará menos de lo necesario para


comprender adecuadamente el caso.

* Hay en este rol también un aspecto “autocrático”, ya que


lógicamente es el examinador el que debe mantener el manejo de
la situación: como toda relación humana, también ésta está
encuadrada en la “dialéctica del amo y del esclavo” que planteara
Hegel; la manera como el examinador use o abuse de su autoridad
puede tener mucho que ver con la calidad y cantidad de las
producciones del examinado, y con el modo de éste de interpretar
la consigna
Si este aspecto del rol coincide con rasgos autoritarios en la
personalidad, se reforzará, y despertará en el examinado las
esperables reacciones, según tienda a la sumisión o a la rebeldía.
Si en cambio el examinador es de carácter pasivo, y no ejerce ese
aspecto de su rol, o si reacciona contra sus propias inclinaciones al
autoritarismo, puede entregar las riendas y el examinado manejará
la situación, con la distorsión consiguiente de la misma, pérdida
de las condiciones estándar de la administración, etc.

* El examinador interpreta, encuentra importantes


significados en extrañas manchas o en inocentes dibujos, saca a
luz cosas ocultas y pronostica; este aspecto de su rol puede también
por analogía, ser llamado “oracular”45; si se hace cargo del mismo
de modo acrítico, tomará la actitud omnisciente de quien es capaz
de penetrar e interpretar todo, pues cree que no hay respuesta o
conducta que no tenga para él un claro significado ( se ha llamado
a esto “delirio interpretativo”); Esto es una tentación que puede
tener cualquier clínico, pero son más propensos a ceder a ella los
que no pueden aceptar en sí ninguna ignorancia, los que necesitan
que su imagen se agrande ante el examinado, los que se inician en
el métier y ante su inexperiencia se aseguran así casi mágicamente,

45
Se llamaba “oráculo” en la antigüedad greco-romana, a una comunicación de los
dioses, y a la persona que recibía esa comunicación y la trasmitía a los hombres; fueron
famosos entre otros el Oráculo de Delfos, que hablaba en nombre de Apolo, y la Sibila
de Cumas.

62 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

o ignoran cual es el verdadero alcance de las pruebas que utilizan.


Este aspecto del rol se ve muchas veces avalado por pacientes que
otorgan al profesional y a sus instrumentos poderes especiales. Si
el examinador asume plenamente el rol de oráculo, le será difícil
trabajar en equipo: para él, los demás no saben, o son engañados o
muy superficiales en sus evaluaciones; pero si desvaloriza o reniega
de este aspecto de su rol, estará lleno de dudas, no se animará a
arriesgar una interpretación, y no podrá asumir las
responsabilidades que supone la tarea de diagnosticar.

* El de examinador es un rol que tiene también un aspecto


“benevolente”, ya que su función, y se supone que también su
deseo, es ayudar, comprender; eso es también lo que espera de él
el paciente que por eso lo consulta; si esto es sentido por él como
una pesada carga, puede intentar desprenderse de ella asumiendo
una actitud distante y objetiva, dando a la relación un enfoque
intelectual. Si tiene formaciones reactivas contra rasgos sádicos,
tenderá a exagerar lo bondadoso de su rol, reconfortando al
examinado y prometiéndole todos los beneficios; si en tal caso el
examinado se muestra rechazante, o no se deja ayudar, se sentirá
frustrado y reaccionará agresivamente; pero si aquel se acoge a su
bondad y por tanto se torna exigente de comprensión y amparo,
entonces asustado recurrirá a refugiarse en la estandarización.

Variables de la personalidad del examinador:

El examinador no es un ser aséptico y perfectamente


equilibrado, una especie de robot o computadora que
impasiblemente registra reacciones; su personalidad puede tener
facetas inmaduras, potencialmente conflictuales, que enfrentadas
con las del examinado, generen un juego de acciones y reacciones
con posible influencia negativa sobre la tarea que se realiza. No se
trata, como en cuanto a los anteriormente citados, de aspectos que
pertenecen al rol mismo, sino de posibles características de los
examinadores como individuos; como tales, son tan variadas como
examinadores hay, pero es posible reducirlas a una especie de

| 63
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

“tipología”, de la cual se pueden mencionar algunos ejemplos:


Dependerá de cómo estos rasgos están integrados en qué
contexto de personalidad, que perturben la tarea o que resulten
beneficiosos para el paciente y para el examinador mismo.

El examinador inseguro de su identidad personal:


La Psicología clínica en general, y en nuestro caso todo lo
que implica la administración y evaluación de las pruebas, seduce
fácilmente a personas con identidad vacilante –los que ante
situaciones de significación no saben qué hacer y cómo actuar- y
aparece como una oportunidad para observar la variedad de
soluciones que la gente da al problema de la identidad; el
examinador del epígrafe se sentirá tentado a buscar allí criterios
para juzgar su propia normalidad o anormalidad, o a adoptar algunas
de las soluciones observadas para él mismo integrarse; atenderá
entonces de modo especial a aquellos que le ofrecen elementos de
valor para sus fines, y se desinteresará de los otros.
En un aspecto positivo, esta búsqueda de identidad puede
llevarlo a agudizar la percepción de cómo el examinado trata de
resolver sus problemas, con el consiguiente aumento de su
capacidad para comprenderlo. Schafer hace notar que, puesto que
esto supone una constante autoconfrontación, puede contribuir al
crecimiento personal y profesional del examinador.

El examinador socialmente inhibido:


El que tiene dificultades para establecer relaciones
interpersonales con algún grado de intimidad, puede aprovechar
la ocasión que le brinda la administración de las pruebas como un
medio para el contacto; la ventaja que le ofrece su rol en este caso
estriba en que le es dado solicitar al examinado la expresión de su
intimidad y en general, de cosas que incluso hacen a lo cotidiano,
sin que él deba responder con una actitud similar: no hay un
intercambio de intimidades.
Si el paciente le exige reciprocidad, lo que implicaría más
compromiso personal, puede que se retraiga hacia una actitud más
fría y distante o que reaccione de modo paranoide. Si el examinador

64 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

responde intercambiando información personal, se contaminará la


situación con temas ajenos a la tarea que debe realizarse.
Algún grado de inhibición social puede asociarse a una
particular sensibilidad ante los matices emocionales de las
relaciones personales, lo que puede ser utilizado positivamente.

El examinador dependiente:
El examinador necesita respuestas, ya que basándose en ellas
elabora su informe; pero si es de naturaleza dependiente, tomará
más pruebas, exigirá más respuestas, historias más largas, etc.;
esto se hace más notable si presta mayor atención al contenido que
a la estructura de las respuestas, de modo que un examinado que
proporcione un pobre rendimiento cuantitativo y cualitativo le
provocará frustración y resentimiento.
También temerá que el examinado se retraiga, por lo que a
toda costa tratará de mantener “un buen rapport”, olvidando que
éste es sólo un medio para obtener el material necesario, pero no
un fin en sí, que privilegiarlo en la relación puede distorsionarla y
que a veces se lo debe arriesgar en pro de esclarecer problemas
importantes.
Si tiene defensas rígidas contra sus necesidades de
dependencia, y su tarea está signada por la necesidad de siempre
dar y nunca recibir, tratará de colocar al examinado en la posición
pasivo receptiva que rechaza en sí mismo, y no tolerará que niegue
sus necesidades.
Algún rasgo dependiente en una personalidad bien integrada
puede aumentar la empatía con las necesidades del examinado y
la tolerancia cuando éste tienda a negar sus falencias.

El examinador intelectualista:
Una actitud intelectual controlada es conveniente en un
examinador, ya que le facilitará aislar los afectos, y tratar con mayor
objetividad un material que puede ser muy conflictivo; y por
supuesto, le ayudará a tener una observación atenta y penetrante
de los múltiples matices de las respuestas. Pero si tal actitud
predomina, se mantendrá frío y distante, excesivamente “objetivo”,

| 65
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

el examinado será para él “un caso” que merecerá su atención en


la medida que es interesante para su experiencia o su lucimiento
en un congreso, ateneo, etc.; sus informes serán sobre todo una
expresión de su narcisismo intelectual.
Algunos examinados ven halagado su amor propio si se los
considera como “un caso raro”, nada común; son los que suelen
preguntar al examinador, “si alguna vez se han encontrado con un
caso como éste”, y colaboran de buen grado con la actitud
“intelectualista” del examinador; pero otros, que perciben esa
actitud del profesional, se resisten a ser tratados como “conejillos
de Indias”; ambas actitudes perturban la situación de prueba: el
examinado debe percibir que se lo está considerando como un ser
humano en su individualidad.

El examinador sádico:
Se ocupará en especial de los aspectos más negativos y
humillantes del examinado y los acentuará, olvidando lo que puede
haber de positivo; sus informes parecerán “denuncias denigrantes”;
si el examinado es también sádico, la relación se convertirá en un
enfrentamiento hostil; pero si tiende al autodesprecio, puede
establecerse una relación perversa sado – masoquista.
Si el examinador tiene defensas rígidas contra su sadismo,
reforzará el aspecto “benevolente” de su rol; y si el examinado
capta entonces el sadismo subyacente a esta defensa, se sentirá
como “el loco al que hay que llevarle misericordiosamente el
apunte”.
Una cierta dosis de sadismo facilitará al examinador prestar
atención a los aspectos dolorosos en la situación del paciente.

El examinador masoquista:
Dejará caer el control de la situación en manos del
examinado, y se someterá a sus exigencias, “sacrificándose” para
acceder a sus requerimientos, por ejemplo a los horarios insólitos
que le sean cómodos, tolerará sin quejas ausencias o tardanzas,
que no acate las consignas, etc., lo que llevará a la desorganización
de toda la situación de prueba. Dada su condición, puede ser que

66 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

las dificultades que así se crean sean para él fuente de alguna


satisfacción.
Schafer considera que algo de masoquismo ayuda al
profesional a pasar gran parte de su vida atendiendo pacientes no
siempre agradables .

Estos son sólo ejemplos que podrían multiplicarse según la


variedad de rasgos personales, de modalidades defensivas y de
interacción entre las personalidades de ambos partícipes; intentan
mostrar las posibilidades que ofrece el enfocar este aspecto de la
situación de prueba, y la necesidad de tomarlo en cuenta,
preocupándose por tener un buen insight de las propias
características, y comprender y evaluar mejor las respuestas y
conductas de los examinados.46

¿Qué significa, en relación a las Técnicas Proyectivas,


conocer la personalidad?

Es éste un punto central para nuestra temática, ya que


repetidamente hemos llamado a estos instrumentos “pruebas de
personalidad”; pero la pregunta sería mejor planteada si se
formulara así: ¿En qué medida, y de qué modo, las Técnicas
Proyectivas aportan al conocimiento de la personalidad total?

Nuestro modo de conocer nos lleva a hablar de sectores, áreas,


capas, etc., aún cuando sabemos que la vida no tiene
compartimentos; postulamos la unidad de la personalidad y su
presencia como un todo en cada una de sus expresiones; es decir,
en cada conducta está actuando toda la personalidad, aunque de
modo manifiesto sólo revele alguna de sus funciones; es desde
este concepto “holista” que consideramos posible acceder al
conocimiento de la personalidad a partir del análisis de las

46
En los últimos puntos hemos seguido muy de cerca de Schafer,R., en “Psychoanalitic
interpretation in Rorschach testing, theory and application”, ed. Grune & Stratton,
N.Y.1954, y en “Transference in the reaction of the patient to the tester”, Journal of
Proj. Tech. 20, 1956 ; también Schachtel, op.cit. cap.12.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

conductas; pero ¿en qué medida, de qué modo con estas pruebas?
por que la personalidad de un individuo es algo muy complejo
para nuestro entender: formada por mil influencias que se
entrecruzan e influyen recíprocamente, inagotable en sus
posibilidades, escurridiza por su dinámica, siempre “jugando a las
escondidas” ante el muchas veces desorientado examinador; sería
ingenuo pretender que interpretando unos dibujos o unas manchas
esa complejidad se nos hará en su totalidad transparente.
Expertos en el tema expresan así la conciencia de las
posibilidades y limitaciones de las pruebas: “Hay una multitud de
Técnicas Proyectivas que, siendo en su diversidad variantes de
los mismos principios básicos, presentan diferentes modos de
acceso a la personalidad, se orientan hacia una determinada área
sintomática y captan diferentes relaciones estructurales; esto en
la práctica, en principio todas tienden a una captación total de la
personalidad…Cada técnica, por su camino busca su resultado, y
desde su punto de vista capta la personalidad total”47. “Formular
la personalidad total significa establecer desde qué punto de vista
actúa como unidad”48
Estas y otras expresiones reafirman el principio holista, pero
a la vez remarcan los límites reales de la práctica, lo que con mayor
claridad expresa Abt49: “El cuadro de la personalidad como un
todo que puede lograrse mediante el empleo de los tests
proyectivos, sólo se aplica a una formulación en sección
transversal de la unidad e integración de los procesos parciales
de la personalidad en un momento dado de la historia del individuo
examinado”. Según esto, ¿debemos conformarnos sólo con que
las pruebas nos proporcionen “una serie de formulaciones
descriptivas sobre la personalidad, que pueden resultar útiles para
un propósito particular, a menudo muy limitado”?(id.)
Aún aceptando las limitaciones de los instrumentos, sería
decepcionante si sus resultados sólo nos aportaran lo arriba dicho,
47
.-Heiss,R. “Diagnostik del Persönlichkeit und Persönlichkeitstheorie”, Zeit.für
Diag.Psych., B. II, l964..
48
.-Anzieu,D., op.cit.
49
.-En Abt y Bellak, op.cit.

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

que es poco más de lo que obtenemos en lo que hemos llamado


Primer y Segundo nivel.
Ciertamente, si operamos con los datos inmediatos, no vamos
mucho más allá de lo descriptivo, en base al significado manifiesto
o inmediatamente deducible tanto de lo estructural como del
contenido de lo que el sujeto siente o vive; no nos alejaríamos así
mucho de una concepción conductista (E-R).
Pero hemos visto, al referirnos a la percepción, que una
respuesta al estímulo actual depende del estímulo y de eventos
anteriores (que hemos designado como “programa perceptivo”)
que condicionan el hecho de reaccionar de un modo dado a dicho
estímulo; es decir, siempre hay respuestas que se van alineando a
lo largo de la evolución del sujeto, e influyen en las respuestas
posteriores y aún las determinan, como se ve con claridad en el
fenómeno de la transferencia: “el problema central de la
comprensión psicológica está en saber qué explica la conexión
entre dos respuestas (R – R)…a medida que se va construyendo la
personalidad (desarrollo longitudinal) no existen respuestas que
no dependan a la vez de la situación estimulante (corte transversal)
y de las respuestas precedentes, y ni siquiera hay una situación
percibida que no revista un sentido en función del pasado”50
(apercepción), a lo que hay que agregar las expectativas del futuro.
Esta significación de la historia sobre el presente es
precisamente lo que acentúa el psicoanálisis; y si bien una buena
anamnesis nos puede dar claridad sobre las situaciones pasadas
que determinan las actuales, muchas de ellas no pueden ser
evocadas voluntariamente por haber sido excluidas de la conciencia
por diferentes mecanismos que actúan por diversas razones, lo que
llevó a Freud a elaborar un método que pudiera sortear tal dificultad.
No se intenta presentar las Técnicas Proyectivas como una
de esas “máquinas del tiempo” que en la ficción realizan viajes al
pasado y al futuro; sino que se trata de recordar que lo actual no
aparece de repente en la vida por una especie de “generación
espontánea”, como un “hecho puro”, que sería un absurdo ni no
50
.-Filloux, J.C., “La personalité”, ed. Presses Universitaires de France.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

tuviera su explicación al menos parcial en sus raíces y en sus frutos;


todo lo actual tiene sentido precisamente por que tiene antecedentes
(pasado) y consecuencias (futuro), y buscamos allí la comprensión
del presente; no otra cosa significa la historicidad del hombre, como
tan fuertemente lo acentuara el Existencialismo.51
Ciertamente que un Psicodiagnóstico realiza un corte
transversal en el desarrollo longitudinal, y que respondemos a las
pruebas desde nuestro “aquí y ahora”; pero es que allí está toda la
vida, no en los hechos acontecidos, que son “pasado”, sino en la
significación de los mismos para la persona presente, significación
casi siempre sólo “latente” tras lo manifiestamente expresado; a
los hechos pasados podríamos llegar por la evocación voluntaria o
auxiliados por métodos especiales, pero al sentido de los mismos
para la formación de la personalidad accedemos casi siempre sólo
mediante la interpretación, en cuanto que tal sentido se expresa
usando lo manifiesto como su “símbolo”.
Esto –la posibilidad del acceso a lo latente- no sólo exige
suficiente formación en el arte de la interpretación simbólica (sobre
todo si se trata de los llamados símbolos profundos), sino que
requiere además instrumentarse con una teoría de la personalidad.
Pues si queremos “pensar” la personalidad más allá de las
abstracciones de cualquier definición, necesitamos organizar
racionalmente los fenómenos en que se expresa, y elaborar una
estructura mental que los sostenga y explique; esto es lo que
llamamos una “teoría de la personalidad”: una “construcción
ideada”, por supuesto que con apoyo de observaciones e
investigaciones, destinada a conceptualizar lo que en sí no es
perceptible; un entramado conceptual orgánico que nos permite
ordenar el caos fenoménico de las conductas y profundizar en su
comprensión; nos da los conceptos para la interpretación y el
encuadre para las hipótesis que sobre la comprensión de las mismas
conductas puedan formularse.
Si el examinador tiene un buen conocimiento de la teoría de
la personalidad que ha adoptado, además de formación en el método
clínico y en la teoría y práctica de las pruebas que utiliza, puede
51
.-Recuérdese lo dicho en la nota nº 43.

70 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

decirse entonces que está en condiciones de alcanzar la


“personalidad total”, en cuanto que puede conformar un cuadro
de una personalidad individual tan completo como lo permita la
teoría.
En suma: cuando decimos que investigamos la personalidad,
lo que hacemos es ubicar orgánicamente el significado de las
conductas en un lugar coherente y operativo dentro del entramado
conceptual que ofrece una teoría.
Así llegamos mucho más allá de lo inmediatamente dado
por el “corte transversal”, haciendo deducciones e interpretaciones
y formulando hipótesis, algunas que encuentran su verificación al
confrontar con ellas conductas, recuerdos, síntomas; otras se
refuerzan entre sí como indicadores que apuntan en la misma
dirección, y habrá las que quedarán como hipótesis hasta que futuras
observaciones las comprueben o desechen.
Este proceder es legítimo incluso en la investigación
científico natural y ha permitido allí grandes avances: un biólogo,
observando un tronco seccionado (intervención transversal), puede
llegar a conocer la edad del árbol, en qué períodos recibió más o
menos nutrientes, qué plagas lo afectaron y cuándo, cuáles fueron
las características del suelo y del clima en que creció, cuál el
desarrollo de sus raíces y de su copa, etc.; un geólogo, con los
datos de una perforación, nos hablará de glaciaciones, inundaciones,
movimientos telúricos, erupciones volcánicas que hacen a la
historia de ese terreno; ¿acaso lo que sabemos del hombre primitivo
no proviene de unos pocos fragmentos óseos?.
La función que en los casos citados cumplen las leyes de la
biología y la geología y ciencias relacionadas, está en nuestro caso
cubierta por las diversas ciencias que aportan a la Psicología:
Psicología General, Evolutiva, etc., por las investigaciones
psicológicas –clínicas, psicométricas, experimentales -, y la teoría
de la personalidad que las ordena.

Estos son conceptos generales cuya aplicación práctica


requiere que se tengan en cuenta algunos aspectos concretos:

| 71
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

En qué momento se realiza el “corte transversal”: es


necesario que ese “corte” sea lo más representativo posible de la
conducta general (un segmento de conducta “molar”, como se dice,
por oposición a “molecular”); además, se debe evitar la
administración de las pruebas en circunstancias muy atípicas de la
vida del sujeto; si está actualmente muy presionado por
circunstancias de gran significación, positiva o no, que pueden
influir en el estado de ánimo o en imponer un contenido de
conciencia momentáneamente “sobrevalente”, puede que los rasgos
estables estén enmascarados y su expresión dificultada si no
impedida; también cuentan aquí factores somáticos: influencia de
fármacos o tóxicos, gran fatiga, convalecencia de una severa
enfermedad, etc.; si de todos modos es necesario administrar las
pruebas en condiciones especiales, ha de tenerse eso muy en cuenta
en la evaluación.

Es necesario saber seleccionar las pruebas a administrar,


organizando una “batería” que cubra los diferentes aspectos a
investigar, para lo que se debe atender entre otras cosas,
particularmente al “objetivo”; las pruebas conocidas y en uso
universal pueden darnos importantes elementos, si bien no es
posible asegurar cuál proporcionará los datos de mayor interés;
aunque puede estimarse que hay generalmente correlación entre
la complejidad de una prueba y la riqueza potencial de sus
resultados. Hay pruebas simples, fáciles y breves en cuanto a
administración y evaluación, pero de poca amplitud en cuanto a la
gama de índices sobre los que pueden informar suficientemente, y
las relaciones dinámicas que permiten establecer entre ellos; es el
caso p.ej. de las pruebas gráficas, al menos en el estado actual del
conocimiento sobre las mismas; no son de ninguna manera
despreciables, cuando se usan como complemento. Otras, como el
Rorschach y el T.A.T., presentan una amplia variedad de estímulos
y suscitan muchas y complejas reacciones, que hacen a diversos
aspectos o áreas del funcionamiento de la personalidad y su
interacción, y permiten una comprensión más amplia y profunda
de los mismos.

72 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

Pero eso no debe hacer olvidar la importancia de capacitarse


para leer los resultados “en profundidad”, sin querer suplir las
deficiencias de la propia formación “amontonando” una gran
cantidad de pruebas, con lo que sólo se consigue que el examinado
pague la impericia del examinador con altos costos en tiempo y
eventualmente en dinero.

Se deben utilizar técnicas cuya validez haya sido


suficientemente probada, avaladas por publicaciones serias e
investigadas tanto teóricamente como en campo, y que tengan un
método de evaluación suficientemente bien establecido para evitar
en lo posible la excesiva subjetividad del examinador; si no se
atiende con algún rigor a estas exigencias, el uso de una prueba se
equipara a la interpretación de cualquier conducta, y se pierde una
de las razones de su uso, que es aportar más objetividad al
Psicodiagnóstico; es pues insuficiente apoyarse sólo en la
“experiencia clínica”, que propiamente sirve sólo para quien la ha
obtenido por su pericia, sus conocimientos o su intuición, lo que
puede permitirle a ese profesional un uso eficaz, en base a criterios
“privados” que no son enteramente transmisibles; la dificultad para
investigar en Técnicas Proyectivas hace que debamos muchas veces
apoyarnos en este tipo de información, pero, como bien dice
Jaspers, “donde el conocimiento científico ha avanzado, la pericia
debe cederle el lugar”; confiar en la “experiencia clínica” de alguien
se asemeja a un acto de fe, y cabe preguntarse por qué quien dice
poseer tanta experiencia en el manejo de una técnica, no la ha
organizado sistemáticamente en estadísticas, experimentos y otros
métodos “públicos” que den aval a sus afirmaciones.

Es necesario contar con datos suficientes sobre el


examinado, sea que los recoja el mismo examinador, o que le sean
transmitidos por el profesional que lo deriva para el estudio; pues
es necesario conocer el campo en que esa personalidad se ha
desarrollado en el pasado y actúa en el presente en razón de sus
metas. Un “análisis a ciegas” de las respuestas a las pruebas es,
como dice Bohm, “una obra de arte”, útil si se quiere validar una

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

prueba, pero inadecuado para el uso clínico.


El no contar con suficientes datos “fácticos” –biografía,
historia clínica, circunstancias actuales -, nos hace permanecer en
el plano de las hipótesis, al no poder confrontarlas y verificarlas
con las evidencias conductuales, e incluso puede conducir a errores
si se desconocen circunstancias que pueden ser muy influyentes.
Para preservar lo objetivo que pueden aportar las pruebas,
se recomienda que en lo posible se haga una primera evaluación
de los resultados antes de incorporar los “datos fácticos” que pueden
influir en el juicio del examinador.

Psicodiagnóstico es “la investigación de la personalidad


caracterizada por la utilización de pruebas psicológicas”; éstas no
tienden a proporcionar un “diagnóstico” en el sentido de enmarcar a
un sujeto dentro de una nosología en razón de los síntomas que
presenta, en lo cual difiere del diagnóstico psiquiátrico clásico, que
se ocupa de la enfermedad y busca suprimir los síntomas mediante
la medicación; el Psicodiagnóstico es más amplio, pluridimensional
y dinámico, intenta una en mayor o menor medida completa
formulación del funcionamiento de la personalidad, tanto con
métodos descriptivos como interpretativos, cualquiera sea el objetivo;
si está ante una patología, se ocupa más de la personalidad enferma
que de la enfermedad, confirmando o cuestionando las hipótesis del
clínico y formulando sus propias hipótesis para guiar la investigación
de éste52. No le interesa, por ejemplo, llegar a establecer que un
sujeto es un “neurótico obsesivo”, sino aportar elementos para la
comprensión individual de la patología en ese caso, “cómo es
obsesivo” ese sujeto, incluyendo lo que puede conocerse sobre el
estado de sus recursos (fuerza del yo, p.ej.) para basar un pronóstico.
Es el requisito adecuado para llevar adelante una psicoterapia.

Técnicas Proyectivas y Teorías de la Personalidad.


Ya hemos hecho referencia a la necesidad de las Técnicas
Proyectivas de apoyarse en una Teoría de la Personalidad para
52
Moser, Ulrich “Die Projektionstests in der Psychiatrie”, Schweiz.Zeit. für Psych.,
24, 1965.

74 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

organizar sus propios conceptos y profundizar en la significación


de los elementos que obtienen. Cualquiera haya sido su origen,
prácticamente todas, salvo las que son exclusivamente
estructurales, han encontrado su ámbito de desarrollo dentro de la
teoría psicoanalítica, siguiendo las vicisitudes de la misma,
recibiendo influencias de las concepciones kleinianas, de la
Psicología del yo, etc.,a medida que evolucionaban y se ampliaban
los conceptos de esa teoría. Incluso el Rorschach, que inicialmente
es interpretado por su autor con conceptos psiquiátricos, por el
tiempo y lugar en que surge se beneficia de enfoques
fenomenológico – existenciales, pero prontamente comienza a ser
trabajado con mucho fruto con las teorías psicoanalíticas. Aparte
de la indudable capacidad de estas concepciones para aportar
conceptos muy valiosos para la comprensión y evaluación de las
pruebas, tal vez haya también influido que estas técnicas se
desarrollan precisamente en el tiempo en que cobra auge el
psicoanálisis.
El material y la consigna que proponen pueden ser
comprendidos en principio desde cualquier teoría dinámica, de
modo que no deben ser tenidas estas pruebas como instrumento
propio de una determinada teoría; si así fuera, nada podrían
revelarnos que no estuviera en el marco conceptual de esa teoría,
lo que supondría o limitar las posibilidades de una prueba, o
considerar que la teoría adoptada, en su desarrollo actual, está en
condiciones de facilitar la interpretación válida y completa de todo
acontecer psíquico, lo que tiene tanto de dogmático como de
ilusorio.
Las interpretaciones por las que los datos de las pruebas se
ligan a una teoría, suponen una transferencia de aquellos a otro
ámbito conceptual, eventualmente regido por categorías diferentes
a las de las pruebas; es pues al menos pensable que éstas, en algún
aspecto, pueden hacer referencia a una dimensión de lo psíquico
atisbada sólo por la prueba y que no puede ser retraducida
totalmente en los conceptos teóricos disponibles.
Otro aspecto descuidado es que, así como una teoría se va
completando y ampliando en base a la experiencia y la investigación

| 75
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

clínica, también podría beneficiarse si con actitud de apertura sus


cultores atendieran a los datos que las Técnicas Proyectivas pueden
proporcionar para confirmar, ensanchar, y por qué no, cuestionar
los conceptos teóricos.
El planteo de estas posibilidades debería llevarnos a insistir
en la investigación de las Técnicas Proyectivas, atendiendo más al
valor que en sí tienen sus aportes, sin que la presión que puede
ejercer el prestigio de un sistema teórico nos inhiba de sacar
conclusiones ajenas al mismo53.
En un momento se llegó a pensar en una “Psicología
Proyectiva”, que desarrollara sus propias concepciones teóricas a
partir de los datos “cuasi-experimentales” aportados por las
pruebas54; de haberse concretado, hubiera dado insospechadas
dimensiones a la investigación psicológica; sin embargo, desde
hace ya tiempo, y aún cuando en los últimos 20 años se ha
revitalizado notablemente el interés por las técnicas Proyectivas,
y se investiga mucho en cuanto a su aplicación, parece haber
decaído la preocupación por profundizar en los principios
psicológicos subyacentes para buscar respuesta a los múltiples
interrogantes que plantea su funcionamiento.
La Psicología Proyectiva está esperando para concretarse una
mente genial que lamentablemente no asoma aún en el horizonte.

Deficiencias en las Técnicas Proyectivas.


En modo alguno queremos presentar las Técnicas Proyectivas
como un ojo escrutador al que ningún recoveco de la personalidad
se le oculta; están muy lejos de ser la “bola de cristal” que algunos
legos pueden suponer; cultivar esa actitud “oracular” impediría
todo progreso; pero al hacer su crítica tampoco buscamos
desvalorizarlas, sino sólo poner las cosas en su lugar, y por la
conciencia de las deficiencias, estimular la investigación y un uso
más serio de estos instrumentos.
Si hiciéramos dos listas, una con el “haber”, donde figurara
todo lo que se ha hecho y se puede lograr con ellas, otra con el
53
Kadinski,D. “Rorschach Forschung”, Rorschachiana 8, 1963.
54
Frank,L. “Toward a projective Psychology”, Journal of Proj. Tech. 24, 1960

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

“debe”, detallando sus falencias teóricas y prácticas y el mal uso


que de estas pruebas se hace, es difícil saber cuál sería más larga;
pero ahora nos limitaremos a señalar algunos de los vacíos más
notables, sobre todo en nuestro medio, y muy en general, ya que
cada prueba tiene muchas veces sus propios “problemas”, así como
sus logros y ventajas.

• No hay suficiente investigación teórica sobre su


funcionamiento; un ejemplo de esto es la comodidad de
emplear un concepto de “proyección” tan amplio que cubre
la ignorancia sobre los mecanismos que junto a, o en lugar
de la proyección, son responsables de las respuestas. En el
Rorschach hay todavía muchos enigmas, que a veces son
resueltos mediante el expediente de ignorarlos o de darles
alguna solución simplista. Respecto a trabajar en
psicodiagnóstico con una “batería” de pruebas”, hay que
decir que en general no se aclara qué relación de significado
hay entre las características que ponen de manifiesto las
diferentes pruebas que la componen: usamos la misma
palabra, p. ej. agresividad para referirnos a los “espacios
blancos” en el Rorschach, a la historia de un crimen en el
T.A.T., al dibujo de una persona con las manos con uñas
puntiagudas; pero ¿es el mismo concepto?
• Hay otro problema que no se ve atendido en las múltiples
publicaciones dedicadas a estas pruebas: se supone que
tanto el material como el objetivo de las pruebas deben ser
desconocidos para el examinado, de modo que no pueda
manejar sus reacciones; no es así actualmente, cualquiera
puede encontrar mucha información sobre las mismas en
Internet; y no sabemos con seguridad qué significa esto
para la praxis del psicodiagnóstico.
• Una comprensión más completa y profunda del
funcionamiento de estas pruebas, necesaria para un uso cada
vez más amplio y seguro, requiere abocarse a la reflexión
conceptual, y no tanto amontonar números y tablas
estadísticas como gustan los adherentes al pensamiento

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

positivista. La multitud de “pruebas proyectivas” de toda


índole que circulan con más o menos o ningún éxito, lleva
a preguntar si no es que todo aquel que se dedica al
psicodiagnóstico, se siente en algún momento obligado a
legar a la posteridad alguna prueba de su factura; cuando
que la verdadera necesidad del momento es la exploración
teórica sistemática, con auxilio de la observación clínica,
la experimentación y la investigación de campo, de las ya
existentes reconocidamente valiosas.
• Todas las organizaciones de inhibición y control que
elabora el aparato psíquico, están destinadas a controlar la
motilidad y regular así la compuerta de los impulsos, a fin
de impedir que éstos se adueñen de aquella y la pongan a
su servicio; de modo que el estudio de la motilidad y sus
regulaciones debería jugar un papel fundamental en la
evaluación de la personalidad, pero se ha hecho muy poco
al respecto; pruebas como el Miokinético o el Bender-Hutt
y los gráficos en general deberían ser reestudiados en esa
dirección.55
• Al no haber suficiente investigación de campo, no están
bien establecidas en la mayoría de los casos las reacciones
típicas por grupos de edad, sexo, nivel intelectual,
subculturas, etc.; en muchos casos nos guiamos por la
“experiencia clínica” de alguien a quien atribuimos
autoridad en el tema; otras veces aceptamos los resultados
estadísticos sin preguntarnos al parecer cosas como: de qué
población cuantitativa y cualitativamente considerada se
han obtenido los datos, qué metodología se ha seguido y
con qué margen de error se ha trabajado, cuáles hipótesis
han sido verificadas y cómo, y cuáles no, etc.; y así
adoptamos normas extranjeras de las que conocemos sólo
los números, de modo que, por autorizado que sea quien
las propone, no sabemos si son válidas para nuestra
población en el medio en que las aplicamos.

55
.- Rapaport, D. – “ T.P. y la teoría del pensamiento”, J.Proj.Tech., 16, 1952

78 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

• Con lamentable frecuencia se observa en los que utilizan


las Técnicas Proyectivas una formación realmente
deficiente, no sólo en cuanto a las técnicas mismas, sino a
veces también en el método clínico, en psicopatología, etc.
• Por ignorancia del análisis estructural, o por pereza en
realizarlo, se recurre muchas veces a cómodas
interpretaciones simbólicas muchas veces de modo
silvestre, y así “el informe parece mas bien una página
arrancada del proteico texto de Fenichel”, como dice
Schafer.
• Por todo lo cual, los informes que se solicitan desde
diferentes ámbitos – justicia, selección, clínica -, son
muchas veces inadecuados, no resultan de la utilidad
esperada, y con razón se consideran a veces prescindibles..

Sin que sea una disculpa, no pueden ignorarse las dificultades


que en nuestro medio ayudan a mantener tales deficiencias: las
instituciones no estimulan ni menos apoyan la investigación, que
cuando se trata de estas técnicas es particularmente compleja;
tampoco es fácil y a veces ni siquiera posible “estar al día” en
información, ya que la mismas bibliotecas universitarias carecen
de libros y qué decir, de revistas especializadas que pudieran
proporcionarla.
Aparte de las citadas deficiencias, que pueden retraer de
solicitar el aporte de las pruebas, hay casos en que este aporte es
“por principio” marginado; tal es el caso de los psicólogos de
orientación conductista, que “tienen un declarado escepticismo
respecto a la utilidad de inferencias acerca de las “ entidades
latentes”, y prefieren orientarse hacia un análisis puramente
conductual”56.
Algunas orientaciones que se autotitulan “humanistas”
rechazan el uso de todo tipo de pruebas psicológicas por
considerarlas “discriminatorias”(¿?)57
56
Meehl,P. “A funny thing happened to us in the way to latent entities”, J.for Pers.
Assesment,43,1979.
57
Weiner,Y. Does Psichodiagnostic have a future? J. Pers. Assesment, 36, 1972.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

El psiquiatra clásico, sin mayor formación en los aspectos


psicológicos de la enfermedad, y que por tanto se apoya sólo en la
química de los psicofármacos, se interesa por los síntomas, pero
no por la estructura de la personalidad enferma a la que pueden
referirse los resultados de estas técnicas.
Pero también son muchos los terapeutas que prefieren no
confrontar sus inferencias con los datos mas “objetivos” de los
tests; o a veces sucede que no saben qué les pueden aportar las
pruebas, o trabajan con supuestos que excluyen el diagnóstico
previo.
De todos modos, y aún cuando exaltemos el valor de nuestras
técnicas, hay que saber que no son en todos los casos
imprescindibles para un buen diagnóstico: el cuadro que el paciente
presenta puede ser simple, o suficientemente claro, o el clínico
puede tener la necesaria pericia y conocimientos como para realizar
un buen diagnostico mediante entrevistas, etc.
No es arriesgado afirmar que siempre las pruebas pueden
aportar algo de interés, lo que, como dijimos, no hace su aplicación
exigible en todos los casos; pero son particularmente útiles cuando
hay contradicciones o ambigüedades, o las entrevistas dejan algunas
dudas importantes, sea por resistencias más o menos conscientes,
o por que la complejidad del caso plantea la necesidad de un
diagnóstico diferencial, o por que se deben tomar decisiones críticas
que requieren apoyarse en datos objetivos, verificables y
documentados, como es el caso en las pericias, etc.

Ejemplos de utilidad de las Técnicas Proyectivas en


diferentes campos:

Siempre nos hemos referido al diagnostico en general, y


podemos así decir que las Técnicas Proyectivas pueden ser
utilizadas fructíferamente siempre que se necesite conocer con
rapidez y profundidad los vectores básicos de la estructura personal;
pero se requeriría todo un tratado para detallar en qué pueden ser
útiles en cada caso; sólo intentaremos dar muy pocos y breves
ejemplos.

80 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

En el caso del counceling, conocer la estructura de la


personalidad del consultante le da al consejero la base dinámica
necesaria par la comprensión más profunda de los problemas
planteados, de modo que su tarea tenga una sólida base psicológica.
Lo mismo vale para algunos casos de “mediación”.
Particularmente importante es el aporte que pueden realizar
en caso de encararse una terapia breve, ya que el conocimiento
previo permite una planificación sobre bases más seguras, cubre
al terapeuta de la posibilidad de que aparezcan “sorpresas”, y
permite el ahorro de tiempo al proporcionar desde el inicio
información útil.
En la orientación vocacional, el Psicodiagnóstico facilita en
muchos casos conocer los latentes “por qué” de los intereses
manifiestos, las causas de las dificultades de decisión, la estabilidad
de los intereses, y prevenir “elecciones neuróticas”
En la selección de personal, particularmente de niveles
medios y altos del organigrama, podemos informar sobre el enfoque
intelectual en la resolución de problemas, la creatividad o
estereotipia, la capacidad del yo para resistir el stress y las
frustraciones, la estabilidad de las emociones, la calidad de las
relaciones humanas, la actitud ante la autoridad, etc..
En accidentología, es posible con las pruebas saber algo sobre
auto o héteroagresividad, sentimientos de culpa y necesidad de
autocastigo, ocultas tendencias suicidas o parasuicidas, impulsi-
vidad, etc.
En medicina psicosomática, es de gran utilidad conocer la
estructura básica de la personalidad que acompaña o condiciona
los síntomas.
Hay técnicas preparadas para ser administradas a la pareja o
al grupo (familiar o no), permitiendo conocer su dinámica y
conflictos, facilitando notablemente la terapia del grupo.
Podría prolongarse la lista; debe agregarse que en todos los
casos, con el estudio realizado pueden salir a relucir larvadas
patologías no detectadas por otros medios, dando oportunidad para
tomar a tiempo las medidas adecuadas.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Fuera de la clínica, se las ha utilizado para estudios


transculturales, como auxilio de la Antropología; baste recordar el
famoso estudio que Cora Du Bois realizó con la ayuda de
Oberholzer utilizando el Rorschach en la cultura Alorense, de cuyas
conclusiones toma Kardiner su concepto de “personalidad básica”.
Al servicio de la Psicología Social, han cooperado para el estudio
de actitudes, prejuicios, etc.
Para terminar, se puede hacer referencia al uso de los
resultados de las Técnicas Proyectivas para instrumentar una
psicoterapia (a lo que nos referiremos in extenso al tratar el T.A.T.)

******

Los siguientes temas, “informe” y “devolución”,


corresponden propiamente al proceso psicodiagnóstico, del que la
Técnicas Proyectivas son una parte, si bien sustancial, por lo que
haremos sólo una referencia breve a los mismos.

El Informe.

Si bien ocasionalmente se dan circunstancias en que se


informa verbalmente, la norma es que se redacte por escrito; el
modo de hacer esto no puede someterse a reglas fijas, dada la gran
variedad de situaciones que pueden darse, sobre todo dependiendo
del objetivo con que se administraron las pruebas, y de la persona
a quien el referido informe se dirija. Por lo que nos limitaremos a
puntualizar sólo algunos aspectos:

• El informe debe hacerse en un lenguaje comprensible para


quien lo ha de recibir; si éste no está formado en los
conceptos teóricos y los términos que el informante utiliza,
éste debe traducirlos en expresiones accesibles, pero sin
descuidar la exactitud; es el caso habitual en pericias
judiciales, selección de personal, etc..
• Si el destinatario está familiarizado con las Técnicas
Proyectivas, conviene hacer referencia a los datos de las

82 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

pruebas que fundamentan las conclusiones; de ese modo


el clínico se sentirá más seguro y eventualmente puede
ampliar los resultados sacando sus propias conclusiones y
discutiéndolas con el examinador.
• El informe debe distinguir entre los hechos y las hipótesis,
y en cuanto a éstas, entre las que tienen apoyo en evidencias
fácticas y por lo tanto presuntamente mayor validez, las
que se refuerzan concurrentemente, las que se infieren sólo
mediatamente de los datos de las pruebas sin haber podido
ser confirmadas por otros medios; conviene también
distinguir entre el nivel descriptivo y el interpretativo.
• El informe dirigido a un terapeuta debe ser exhaustivo,
tanto en la referencia a los hechos (si la anamnesis ha estado
a cargo del examinador) como en cuanto a la descripción e
interpretaciones. En otros casos es conveniente informar
sólo lo que corresponde al objetivo, aunque se hagan otras
referencias generales; lo no pertinente al objetivo – hechos
o interpretaciones- a veces deben ser omitidos en
salvaguarda de la intimidad: el jefe de personal de una
empresa que solicita selección no tiene por qué enterarse
de problemas en la vida sexual del o de la postulante;
asegurar desde el comienzo a éste su derecho a ciertas
reservas facilitará la apertura ante el examen, la sinceridad
y la espontaneidad.
• Si bien con el informe y la devolución culmina la tarea del
examinador, no significa esto que debe darse por entero
terminada cuando los resultados se utilizan en la
psicoterapia: “La evaluación con técnicas proyectivas
debería ser ocasión para discusiones entre examinador y
terapeuta, antes y después de la aplicación de las pruebas,
y durante el proceso terapéutico, a fin de evaluar los
cambios, progresos y dificultades”.58. En estos casos es
habitual que el mejor conocimiento que se obtiene del

58
.-Blatt, S. “The validity of Projective Techniques, and their clinical and research
contribution”, Journal of Personality Assesment, 39, 1975.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

paciente con el avance de la psicoterapia permita verificar


o desechar las hipótesis hechas sobre el material
proporcionado por las pruebas; también aparecen nuevos
elementos que requieren una reinterpretación de éstas, con
la consiguiente ampliación de la información que
proporcionan.
• Si el que aplica las pruebas conoce el interés específico
del terapeuta por determinados aspectos, les prestará mayor
atención y eventualmente organizará la batería tomándolos
particularmente en cuenta.
• Por fin: sea o no conocido el contenido del informe por el
examinado, siempre debe ser enviado al destinatario
directamente como documento privado. El examinador
debe reservar copia del mismo, ya que puede serle requerido
por razones a veces importantes (p.ej. por un Juez, u otro
terapeuta) aún mucho tiempo después.

Devolución:

Muy en general, puede decirse que el examinado tiene


derecho a recibir información sobre las conclusiones que se han
obtenido de la administración de las pruebas; derecho que sin
embargo está sujeto a la evaluación que el examinador debe hacer
respecto al beneficio del examinado, ( y no del examinador; pues
si éste, como por ahí se lee, necesita hacer la devolución por que
tiene que descargar la angustia que le ha provocado el recibir a
través de las respuestas a las pruebas las ansiedades del paciente,
es un problema de él que debe resolver en su terapia, y no
condicionar la devolución.). Pero cuando tales principios se
enfrentan a las situaciones concretas, éstas son tan variadas que su
aplicación debe decidirse en cada caso; no siendo éste, como
dijimos, un tema que nos corresponda agotar, nos limitaremos a
algunas indicaciones.
Supongamos el caso en que el sujeto haya sido derivado por
un terapeuta para el estudio de personalidad con tests; en tal caso,
es éste quien debe decidir quién hace la devolución, y cómo; lo

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

más conveniente en estos casos es que desde el momento en que


lo deriva, deje muy claro ante el paciente que los resultados del
estudio le son necesarios para planificar y conducir la terapia del
modo más eficaz, y que en función de eso la devolución se hará de
determinada manera; si el paciente confía, como se supone, en el
terapeuta, eso se aceptará como lógico, a pesar de la comprensible
curiosidad.
Si el terapeuta decide que el mismo examinador haga la
devolución, debe haber previamente entre ambos una discusión
del informe para acordar criterios, de modo que no haya después
contradicciones entre lo devuelto al paciente y el proceso posterior.
Algo semejante es la situación cuando el sujeto es enviado a
un psicodiagnóstico por un orientador vocacional, un
psicopedagogo, etc.: el profesional actuante es el responsable del
caso, y si aparecen problemas serios que requieren una psicoterapia,
será él mismo quien deba plantearlo al consultante, o solicitar que
el examinador haga la devolución en las condiciones antedichas.
Casos hay en que una persona es enviada a realizar un
psicodiagnóstico por alguien que no es profesional de la salud:
puede ser el abogado consultado por un problema de divorcio, el
sacerdote que atisba en la confesión o en la dirección espiritual un
trasfondo presuntamente psicopatológico, etc.; la devolución queda
entonces a cargo del mismo examinador, y se convierte en muchos
casos en algunas sesiones de counceling o esclarecimiento, pero si
del estudio realizado surgen problemas serios que requieran una
intervención más de fondo, el sujeto debe ser llevado a un suficiente
insight de su situación como para aceptar una psicoterapia; pueden
darse situaciones semejantes en casos de selección de personal.
En todos los casos en que haya una devolución directa por
parte del examinador, se debe tener extrema prudencia en la
comunicación, cuidando que sea bien comprendida y que no suscite
excesiva ansiedad, sobre todo si las circunstancias no aseguran la
posibilidad de contención, como puede suponerse que sucede fuera
de una relación terapéutica; debe tenerse en cuenta que los
examinados tienden con frecuencia a percibir de modo
distorsionado lo que se les informa en una devolución breve.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Hay situaciones en que se debe atender a aquello que dice


que “muchas veces, la mejor devolución es una buena derivación”.

Todo lo que se ha expuesto en las páginas precedentes debe


llevar a comprender que la utilización de Técnicas Proyectivas
requiere una responsable formación en las diversas áreas de la
psicología y específicamente en el manejo de las pruebas; quien
las utiliza debe sentirse obligado no sólo a profundizar
constantemente en su conocimiento sino también a investigar para
perfeccionar su uso.
El mal uso de este recurso de la Psicología en cualquiera de
sus aplicaciones puede traer malas consecuencias para el
examinado: una pericia, una selección, un diagnóstico mal realizado
pueden ser muy perjudiciales; el respeto que debemos a quien nos
consulta confiando en nuestra profesionalidad es una exigencia
que no se puede soslayar. Esto nos lleva a hacer algunas breves y
parciales consideraciones sobre Deontología:

Ética y Psicodiagnóstico.

Todas las profesiones se ocupan en alguna manera de


situaciones humanas; pero ninguna como la Psicología penetra tan
profundamente en el ser mismo del hombre como tal; por eso su
accionar está esencialmente ligado a valores y cargado de
significaciones éticas, que en el Psicodiagnóstico cobran relieve
por la importancia de la relación de quienes intervienen en ese
proceso.
Sin entrar a discutir sobre la relatividad de los valores en
esta época –aunque es evidente que están más cerca de la “Hedoné”
epicúrea que de la “Areté” aristotélica 59,
parece aceptarse (al menos en palabras) a la persona humana
como un valor central; es pues un gran objetivo el desarrollo
completo y armónico de la persona, y la Psicología tiene sobre
esto mucho que decir y hacer; lo que por la relación con la persona
está regulado por la ética, y por tanto lo está el psicólogo que
59
.-Hedoné: el placer; areté: la virtud.

86 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

concreta la acción de la Psicología. El tema es amplio y complejo


y vale para toda la actividad del psicólogo, pero aquí lo vamos a
reducir así: para actuar con ética en el proceso psicodiagnóstico,
el psicólogo debe “conocer” y “conocerse”, pues sólo así podrá
trabajar con competencia y responder a las legítimas expectativas
de quien lo consulta confiado en sus condiciones.
“Conocer” supone dar importancia a su formación intelectual
desde la Universidad y constantemente después; para trabajar en
Psicodiagnóstico, tiene que conocer los fundamentos teóricos de
las pruebas, haber adquirido bajo control suficiente pericia en la
administración y evaluación de las mismas; debe saber organizar
una batería de tests, hacer una buena anamnesis, realizar entrevistas,
manejar conocimientos de psicopatología, psicología dinámica,
psicología de la percepción; debe saber utilizar los datos
experimentales y estadísticos, etc. etc., sin olvidar que también
debe dotarse de un buen bagaje de cultura general; no son
exigencias excesivas: recuérdese que si bien es importante hacer
–p.ej., conducir una psicoterapia-, no lo es menos decidir qué debe
hacerse, lo que compite al psicodiagnóstico. Esto supone una
conducta ética, por que no respeta los derechos de la persona que
consulta el profesional que no sabe actuar como corresponde, con
el riesgo cierto de consecuencias dañosas si los resultados son
deficientes o equivocados.
Pero también debe “conocerse”; sabemos qué distorsiones
puede causar en la relación interpersonal que el psicodiagnóstico
supone y consiguientemente en los resultados un examinador
inmaduro, que no maneja sus tendencias ni advierte sus propias
proyecciones; de esto se ha hablado extensamente en el texto.
Si estos requisitos no se cumplen, seguramente habrá “mala
praxis”, y si no hay sanción legal, tiene una inexorable sanción
ética por que significa lesionar los derechos del consultante
confiado en la competencia que el profesional promete al exhibir
su título.

| 87
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Problemas que se plantean respecto a la validez de las


Técnicas Proyectivas.

Ocuparse de la verdadera capacidad que las Técnicas


Proyectivas tienen para alcanzar el objetivo que se proponen es de
suma importancia para confiar en que no se está tratando con
fantasías; es un tema complejo en el que hay muchas inseguridades,
que no tenemos intención de resolver sino apenas de plantear.
Se corre constantemente el riesgo de que estas pruebas sean
usadas por personas con insuficiente madurez personal y
profesional que actúan como si los resultados fueran firmemente
válidos, y toman decisiones importantes en base a tales “creencias”;
como si fuera suficiente criterio de validez el que sean útiles y que
aporten elementos de valor al diagnóstico clínico; pero es obvio
que no se puede demostrar una creencia subjetiva en base a otra
presunción también con mucho de subjetivo; el tema en cuestión
debe ser considerado como un problema, para el cual llegan
respuestas ya desde la clínica, ya desde una actitud “objetivista”,
que no son satisfactorias.
Una adecuada validación haría realmente progresar la ciencia
psicológica, ya que contribuiría a afianzar y profundizar las teorías
sobre personalidad y a hacer más confiables las intervenciones
diagnósticas.
El problema planteado implica un desafío a las técnicas de
investigación, en cuanto exige para su solución elaborar métodos
para organizar de manera adecuada a la naturaleza de las pruebas
los datos multifactoriales que el clínico configura en una síntesis
interpretativa.
En el estado actual de la cuestión, es comprensible que se
rechacen los métodos puramente estadísticos como no adecuados
para tratar las complicadas configuraciones que adoptan los datos
pluridimensionales que las Técnicas nos proporcionan; pero
también es cierto que los criterios habituales para juzgar un
conocimiento científico quedan desconcertados ante informes
clínicos donde se confunden test e intérprete, donde la necesidad
de interpretación requiere operaciones subjetivas y no explícitas,

88 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

donde se usa un vocabulario sin precisión que impide tanto la


comprobación como la refutación.
De hecho el método clínico no acepta variables aisladas, sino
múltiples variables en constante y diversa interacción; no considera
exactamente repetible ninguna experiencia, rechaza la posibilidad
de que profesional y paciente sean observados al margen de su
interacción en la situación de prueba, y las relaciones significativas
entre los datos se obtienen mediante una síntesis interpretativa de
la que no es posible despejar del todo elementos tales como el
objetivo del examinado y la personalidad del examinador.
En la “vereda opuesta”, el método experimental, “científico”,
exige que las hipótesis de relaciones entre variables se formulen
de modo explícito y verificable, que las variables sean aislables y
controlables separadamente, que la experiencia pueda ser repetida
por el mismo u otros investigadores, que sus resultados sean por
tanto independientes del investigador y de otras variables no
perfectamente controladas, y que se use un lenguaje preciso, en lo
posible, con cuantificación de los resultados; a lo que se agrega,
desde el método estadístico, la inconveniencia de generalizar las
conclusiones a una población distinta a aquella de donde se han
obtenido las conclusiones, y la necesidad de definir las variables
antes de establecer relaciones funcionales entre ellas. Fácil es ver
que casi todos de estos requisitos son de imposible satisfacción en
cualquier actividad de la clínica psicológica.
De modo que validar una Técnica Proyectiva con los métodos
psicométricos habituales no es posible: p.ej.,ni administrando una
prueba dos veces con intervalo de tiempo, ya que en el ínterin
aspectos importantes de la persona pueden cambiar bajo la
influencia de factores internos o externos; tampoco por el recurso
de dividir la prueba en dos mitades y comparar sus resultados, ya
que las mitades de estas pruebas no son homogéneas; ni por pruebas
paralelas, que casi no las hay, sea por que no se han construido
ante la gran dificultad de la tarea, sea por que se considere imposible
construir pruebas estrictamente paralelas, sea por que, aunque se
las construyera con todas las exigencias, siempre podrá pensarse
que el sujeto está reaccionando con aspectos distintos de su
personalidad en cada caso.

| 89
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Las Técnicas Proyectivas, además, tienen supuestos que no


sólo no han sido suficientemente demostrados, sino que a veces
son mal comprendidos y utilizados; por ejemplo, se supone que
reflejan en sus resultados la organización fundamental de la per-
sonalidad, pero, el test o la batería aplicados, ¿fueron suficiente-
mente amplios y completos como para permitir generalizaciones?
O en otros términos: ¿el o los “segmentos de conducta” analiza-
dos son suficientemente representativos? Se supone que de todos
y cada uno de los aspectos de la ejecución puede inferirse la con-
figuración básica de la personalidad del examinado; pero, ¿se toma
en cuenta la posible influencia de factores transitorios o periféricos?
Estas y otras deficiencias en la construcción y en el uso de las
técnicas, como la selección y justificación del segmento de con-
ducta, la imprecisión del vocabulario usado, son problemas que
pueden resolverse con más seriedad en el trabajo con las mismas,
pero parece que no se pone en eso la necesaria preocupación..
Todo esto debe hacernos muy cautelosos en el uso de la
Técnicas Proyectivas, y estimularnos para una mejor preparación
general y en particular para su administración y evaluación, ya
que así pueden obviarse muchas de las dificultades planteadas;
también para poder asumir el desafío de investigar y de buscar
para ello métodos adecuados; éste es un punto crucial, ya que no
se ve razón válida para que las Técnicas Proyectivas deban ceñirse
obligadamente a los criterios y métodos con que se investiga en
las ciencias físico – naturales, dadas las esenciales diferencias
existentes: no es pensable que lo subjetivo pueda investigarse con
métodos objetivos, ni que lo anímico entre en las mismas categorías
que las cosas. Muchos de los que preconizan métodos “objetivos”
ignoran a Dilthey y son “fundamentalistas de la objetividad” que
reemplazan la comprensión psicológica por la estadística; pero es
igualmente cierto que son también muchos los que utilizan las
Técnicas Proyectivas sin interesarse en absoluto por atender a los
requisitos que dan seriedad a su funcionamiento.
Habría que considerar una cuestión más básica y significativa,
profundizando con relación a estas técnicas lo que Dilthey planteara
hace tiempo, sobre la distinción entre “ciencias de la naturaleza” y

90 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

“ciencias del espíritu”,60 y que Windelband llamara el conocimiento


“nomotético” o “ideográfico”: la clínica psicológica y sus
instrumentos, ¿no tendrán acaso sus propios criterios de verdad y
falsedad, de válido o no válido como conocimiento, de acierto o
error, sin tomarlos prestados de las “Ciencias” de las que difieren
radicalmente en su objeto? ¿Acaso se trata igual con el “hardware”
y el “software” de una computadora?. El problema de la validez
de los instrumentos clínicos debe pues plantearse primero como
epistemológico que como metodológico; Kadinsky termina así su
presentación ante el 7º.Congreso mundial de Rorschach: “La
aproximación experimental a la Psicología tiene que abandonar su
pretensión de monopolizar la ciencia y liberarse de las anticuadas
concepciones de objetividad”.61

Cfr. W. Macfarlane y R. Tuddenham, en Anderson y


Anderson, “Técnicas Proyectivas del diagnóstico psicológico”,
Rialp, Madrid, 1963. – Kadinsky, D., “Projectives Techniques,
objective assessment or subjective understanding ?, Rorchachiana
IX. 1968 - Rapaport, D.: “Projectives Techniques and the theory
of thinking”, Journ. of Proj. Tech. 16, 1952.

La Bibliografía que puede consultarse para esta Unidad está


consignada en notas en pie de página.
60
.- Debemos a Heinz von Förster esta reflexión: “Las ciencias duras tienen éxito por
que tratan con problemas blandos; las ciencias blandas tienen muchas dificultades, por
que se ocupan de problemas duros” “Sein und Einsicht”, Braunschweig, 1985.
61
.- Kadinsky hace aquí referencia a conceptos de Percy W. Brigdman, físico que se
ocupó también de la filosofía de la ciencia, fundador del “operacionalismo”. En lo que
hace al tema “objetividad”, opina que el material crudo de la ciencia es inicialmente
privado e individual antes de llegar a se público y universal…y que llega a esa condición
después de una gran cantidad de complejas operaciones…de modo que la idea de
“objeto” que tiene el sentido común, con su realidad e individualidad fuera de todo
marco de referencia, es un concepto sumamente simple, del que se ha excluido sin
miramientos toda conciencia de la complejidad de los procesos que lo han engendrado
y mantenido…es un concepto pre-einsteiniano, algo acarreado de los días en que los
científicos no eran suficientemente sofisticados para ver la complejidad escondida en
lo aparentemente sencillo, ni suficientemente prácticos en el análisis para poner en
evidencia esas complejidades…”. Desarrolla esto en “Reflections of a Physicist”,
editado en 1980.- Esto traza un puente entre lo “objetivo” de las ciencias naturales y lo
“subjetivo” de las sociales., y preconiza una redefinición de “objetividad” y de validez.

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Unidad II

Tests Gráficos

Sidney Levy inicia su presentación del D.A.P. (Draw A


Person) diciendo: “La técnica de analizar dibujos carece de
validación experimental suficiente; rara vez proporciona
información inequívoca y a menudo lleva a los incautos a
formulaciones erróneas…aunque estas afirmaciones valen también
en mayor o menor medida para otras técnicas proyectivas, el análisis
de dibujos es particularmente vulnerable a los errores de su empleo;
puesto que no es necesario dominar un complicado sistema de
puntuación ni llevar a cabo un aprendizaje prolongado, las pruebas
gráficas constituyen una particular atracción para examinadores
irresponsables”; Machover insiste en conceptos semejantes; pero
“El análisis de dibujos es una fuente tan económica y
potencialmente fructífera de información sobre la personalidad,
que la práctica de introducirlos en una batería junto a otras técnicas
mas complejas constituye una medida clínica justificable”, continúa
el mismo autor.
Que el hombre se haya manifestado desde muy temprano
mediante dibujos, lo acredita la evidencia de que se expresó
mediante ellos mucho antes de desarrollar la escritura, y que ésta
comenzó siendo dibujos, como los antiguos jeroglíficos; fue un
lenguaje primitivo en las pinturas rupestres y sigue siendo hoy un
modo universal de comunicación: esperando ser comprendido por
ese medio, el hombre envió en el Voyager sus dibujos hacia las
estrellas.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

La indudable capacidad expresiva del dibujo, su accesibilidad


a toda clase de personas independientemente de factores
circunstanciales (nivel cultural, idioma, etc.), su simplicidad en
cuanto a administración y evaluación, y el costo mínimo en tiempo
y material que requiere, avalan su incorporación a la panoplia
diagnóstica de la psicología.

Pueden indicarse algunas pautas generales para el manejo


de las pruebas gráficas:
• La significación de cada ítem es una orientación, una
interpretación posible; la probabilidad se incrementa
cuando otros indicadores –de la misma o de otras pruebas-
concurren; pero la certeza sólo la da la observación de la
conducta
• La habilidad para dibujar, aprendida o no, dificulta algunas
conclusiones o las hace más inseguras: enmascara los
aspectos muy personales, se combina con ellos y diluye al
menos un tanto su expresión con recursos técnicos, pero
no los anula. La comparación de estos casos con la
producción de un artista es muy relativa: el sacar
conclusiones sobre la personalidad del mismo partiendo
del análisis de su obra es posible precisamente por que lo
que éste busca es expresar su singularidad mediante su
habilidad; en cambio, cuando se requiere un dibujo como
prueba diagnóstica, el sujeto trata habitualmente de hacerlo
“lo mejor posible”, y si tiene habilidad para ello, casi
siempre surgirá un producto “realista”, adaptado; por cierto
que en tales casos una eventual distorsión tendrá más
significado. Si el que dibuja es un artista creativo, habría
que tener cuidado en juzgar las desviaciones de las normas,
ya que algunas aparentes distorsiones podrían tener en tal
caso un buscado valor de expresión.
• Es necesario observar la conducta expresiva del examinado
mientras dibuja, el modo cómo trata cada área, la secuencia
en que va dibujando, etc.; también el manejo de la
motricidad: si sus movimientos al dibujar son rápidos,

94 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

decididos, o lentos y cautelosos, inseguros o firmes; por


otra parte, se ha demostrado que, en ausencia del
examinador, los dibujos son más significativos, más
grandes en tamaño y con más cantidad y relevancia de
signos diagnósticos. Por tanto, se debe observar, pero
haciéndolo de modo que el sujeto no se sienta controlado.
• En los gráficos es en general posible la administración
colectiva; obviamente se pierden los matices que da la
observación de la conducta del examinado, que es el precio
por lo que se gana en tiempo; si la administración se realiza
en grupos pequeños, algunas conductas son todavía
observables.
• Después de obtenidos los dibujos, el examinador debe hacer
una rápida inspección de los mismos, y eventualmente
solicitar aclaración sobre algunos aspectos, particularmente
si hay algún rasgo muy original o algo aparece como una
posible distorsión; los aportes del examinado pueden ser
una valiosa ayuda para una interpretación adecuada del caso
singular.
• Las características de un dibujo que la experiencia – o
mejor, la estadística – indican como “comunes”, son en
general poco significativas, si bien esto debe confirmarse
en cada caso; lo original, muy personal, en cambio, siempre
debe ser atendido.
• En general los dibujos tienen unos aspectos conscientes y
otros no; estos muchas veces se aclaran a partir de la historia
clínica, datos de otros tests, a veces de las asociaciones del
sujeto respecto a su dibujo; pero lo conscientemente
realizado no carece de importancia.
• El tamaño grande supone expansión y/o pobre control; lo
pequeño, inhibición o demasiado control. Un dibujo vacío,
carente de detalles, es más primitivo, mientras que el exceso
de detalles sugiere un esfuerzo de control casi obsesivo.
• En los gráficos es de interés atender a la “simbólica del
espacio”: lo que está arriba es lo valioso, igual que lo más
grande; abajo lo malo o no valioso. A la izquierda lo

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

regresivo, lo emocional y materno; a la derecha, lo


evolutivo, la realidad, lo normativo y paterno; en el
“andrógino” de los alquimistas medievales, la parte
izquierda era lo femenino, la derecha lo masculino. Koch
asume en su “Test del árbol” el esquema de Grünwald, al
que no conviene sin embargo tener como referencia
universalmente aplicable: en esto como en otros aspectos,
lo que vale para un tipo de dibujos no puede sin más
aplicarse a todos.1
• Se parte del supuesto que el dibujo está “determinado”;
“determinado” aquí no se opone a “libre”, sino a casual o
aleatorio; podemos entonces aceptar con suficiente
seguridad (aunque no dogmáticamente), que las conductas
“nucleares” pueden considerarse en tal sentido
“determinadas”; pero no puede excluirse la posibilidad de
“factores accidentales” influyendo sobre todo en las
conductas “periféricas”; si bien no siempre es fácil ni seguro
establecer qué determina un rasgo, ni cuál puede
considerarse accidental. Al respecto, tampoco debe
olvidarse que la respuesta a una Técnica Proyectiva es
resultante de proyección, expresión y adaptación en grado
diverso según las personas
• El modo cómo el sujeto maneja su motricidad al dibujar,
puede decirnos mucho sobre cómo controla o descarga sus
impulsos.
• En el estado actual del conocimiento sobre los tests
gráficos, estos no deben ser utilizados sino como un
complemento dentro de una batería de tests mas probados;
para casi ninguno de aquellos se cuenta con estudios de
campo suficientemente amplios y consistentes; es claro que
no hay modo de validar (en el sentido psicométrico) los
infinitos modos individuales de dibujar; de modo que parte

1
.- Los «aspectos estructurales» de los tests gráficos siguen en general las pautas de la
Grafología (precisamente por eso se los suele llamar «grafológicos»): tamaño,
orientación en el espacio, línea, etc., tienen muchas veces similares significaciones.

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

al menos de la interpretación está confiada al criterio del


examinador; que precisamente por eso necesita apoyarse
en datos sólidos, de los que habitualmente se carece.

Un tema particular entre los tests gráficos: el dibujo de


la figura humana.

Sobresale entre las pruebas que utilizan dibujos, por diversos


motivos: por la potencial riqueza de significación; por que su
contenido es tan importante como lo estructural, y la interacción
entre ambos aspectos más estrecha; el significado de las diferentes
partes del cuerpo se interpreta a partir de su sentido funcional obvio
sin tener que recurrir necesariamente a analogías o simbolismos a
veces dudosos, aunque esto no significa excluir la interpretación
simbólica; el valor afectivo del cuerpo y sus partes se relaciona
con sus vicisitudes, y particularmente con las representaciones
afectivas que caracterizaron su evolución y manejo; el cuerpo es
percibido a la vez que perceptor activo de sí mismo, de modo que
la repercusión afectiva de la actividad cognoscitiva es mayor que
en las percepciones del mundo exterior; el desarrollo del cuerpo
va acompañando al del yo individual, así, podemos hablar de un
“yo corporal”, que sólo por analogías a veces distantes podría
referirse a otras cosas. El dibujo de personas de ambos sexos agrega
una dimensión específica muy importante, también está dada la
posibilidad de que el dibujo proyecte imágenes distintas al mismo
dibujante, p.ej., parentales.
A ello hay que agregar la vasta experiencia acumulada sobre
su uso, accesible en una amplia bibliografía, y el hecho de integrar
otras pruebas (H.T.P., test de la familia, de la pareja, etc.), todo lo
cual le da a esta prueba indudable preeminencia entre los gráficos.

Conviene hacer aquí algunas observaciones a los dichos de


Levy con que comenzamos el capítulo, que valen para los que
intentan analizar el dibujo simplemente yuxtaponiendo los valores
de significación de cada ítem, como si utilizaran un diccionario de
significados fijamente establecidos; pero cuando se quiere trabajar

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

como corresponde, sabiendo que cada ítem cobra sentido en


relación al conjunto, que todo lo que pueden dar los manuales es
probabilístico, pero que lo que el examinador tiene ante sí es una
persona singular, y que su producto –el dibujo en este caso- es
también singular y debe ser evaluado como tal, entonces se ve que
la facilidad es aparente, que la simplicidad es engañosa, y que un
trabajo responsable exige conocimientos y dedicación que excluyen
el facilismo con que –en esto tiene razón el autor- no pocas veces
se realiza la evaluación del dibujo.

El cuerpo humano como realidad expresiva.

Los tiempos modernos trajeron consigo, junto a muchos otros


cambios, una mayor libertad y un sinceramiento frente a realidades
antes cargadas de prejuicios y tabúes; una de estas realidades es el
cuerpo del hombre, durante mucho tiempo desconocido, ocultado,
negado, desvalorizado cuando no repudiado. No es nuestro objetivo
analizar aquí la importancia de los factores culturales en el
desarrollo de la conciencia del cuerpo, fuertemente acentuada por
los psicólogos culturalistas y existencialistas; ni hacer juicios de
valor sobre cómo en muchas instancias este redescubrimiento del
cuerpo, aunque ya insinuado en el Renacimiento, se va llevando a
cabo en el vivir cotidiano de la postmodernidad; nos interesa, sí,
señalar sucintamente algunos aspectos útiles para servir de
fundamento a la utilización del dibujo del cuerpo en el
psicodiagnóstico, aspectos cuya sistematización con ese objeto aún
falta completar.
Desde comienzos del siglo XX, y particularmente bajo la
influencia de la filosofía existencial y de las doctrinas psicológicas
de ella derivadas, la atención de la psicología y la psiquiatría se ha
centrado más en el cuerpo, que es cada vez más explícitamente
tratado como lo vivido, lugar de percepción y proyección, objeto
y sujeto de la acción y el conocimiento.
Tal interés, presente en estas ciencias pero también en
muchas otras expresiones de la actividad cultural, científica y aún
religiosa, puede considerarse como un verdadero “retorno de lo

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

reprimido”, después de mucho tiempo de una actitud “oficial”


ascética, cuando no simplemente mojigata, ante la realidad corporal
y la de los impulsos que en el cuerpo se originan: el modo de tratar
con el cuerpo ha sido condicionado sobre todo por la actitud hacia
la sexualidad, también por el narcisismo y el goce en general.
La tradición médica, inicialmente desde que se hace posible
el estudio de la anatomía sobre cadáveres, después con la práctica
de la cirugía en vivos, y con la penetración bajo lo aparente por los
medios diagnósticos “por imágenes” – Rayos X, etc.-, culminó en
una “desmitificación” del cuerpo, en una objetivación del mismo
en sus más recónditos rincones: el cuerpo ya no oculta nada que
no pueda hacerse visible; esto implicó sin duda un avance, y
también una actitud tranquilizante, como la del niño que enciende
la luz de una temida habitación oscura, y comprueba que allí no
hay nada temible; comporta otro modo de defenderse, ahora por
negación, del cuerpo como importante portador de sentido, estando
esta actitud en la base de las concepciones organicistas de la
psicopatología.
Un giro fundamental se produce a partir de los estudios de
Freud sobre la histeria de conversión, ese “salto misterioso de lo
psíquico en lo físico”, y desde allí las concepciones psicoanalíticas
harán particular hincapié en las significaciones corporales.
La psicología existencial, netamente humanista, hace
asimismo aportes sustanciales para la revalorización del cuerpo,
“condición de nuestra presencia en el mundo”. Medard Boss
expresa que el hombre “no tiene un cuerpo, sino que es un cuerpo”,
y acentúa que el estar en el mundo en sus diversas modalidades se
acompaña en el organismo de regímenes funcionales específicos.
Nuestro interés, el estudio de lo que el cuerpo expresa, que
esperamos captar en el dibujo del mismo, está también en el misma
línea de la medicina psicosomática, o mejor, del enfoque
psicosomático de la tarea médica, que trata de aprehender el síntoma
reinsertándolo en la unidad del todo psicofísico, y tratándolo como
teniendo un sentido. Sea que esta comprensión se busque desde el
enfoque psicoanalítico o desde la psicología existencial
(Biswanger): la Escuela Psicosomática de París considera que el
proceso de somatización aparece cuando el sujeto no es capaz de

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

elaborar mentalmente sus conflictos, no sólo por que no ha


estructurado defensas, sino por que no le es posible representarlos
internamente de modo suficientemente completo.2
Esta condición del cuerpo de ser expresivo de su interioridad
también se ve con claridad en la psicopatología, desde las
alucinaciones corporales, delirantes o no, a las vivencias de
despersonalización con alteración del yo corporal: “a veces la
angustia es vivida en la materialidad misma de la existencia
corporal, objetivada, encarnada en la vida del cuerpo y de sus
órganos, en tanto que éste es a la vez portador de la existencia y
medio de comunicación: es el dominio de la hipocondría y de las
cenestopatías”
Desde el concepto de “esquema corporal”, modelo del estado
postural del organismo en cada instante, elaborado inicialmente
por Head3 (1911) principalmente sobre datos de investigaciones
neurológicas, desarrollado por Schilder que introduce la dimensión
psicológica y expone en “Imagen y apariencia del cuerpo humano”4,
hasta Peisse que escribe (1944), a propósito de la cenestesia: “es
por este sentimiento que el cuerpo aparece constantemente al yo
como suyo, y que el sujeto espiritual se siente y se da cuenta de su
existir en la extensión limitada de su organismo”, el concepto
evoluciona hasta ser netamente diferenciado por Federn: el “yo
corporal” es “la imagen del cuerpo sólo cuando éste está
completamente investido”,5 “el esquema corporal representa el
conocimiento continuo del cuerpo, la imagen del cuerpo es la
representación variable del cuerpo en el espíritu; es a través de
estas variaciones que el yo corporal es la conciencia permanente
del cuerpo”
La “somatognosia”, que abarca los matices de los diferentes
conceptos, resulta de la experiencia de la vida, y no puede ser

2
.- Chabert, C. – «Les métodos projectives en psicosomatique», E.M.Ch, Psych., ed
Tecniques, París, 1988.
3
.- «Las impresiones que se van almacenando en la corteza cerebral, forman modelos
organizados de nosotros mismos que se pueden llamar «esquemas».
4
.- Schilder, Paul – «Imagen y apariencia del cuerpo hmano», Paidos, 1935
5
.- Federn, Paul «Ich-Psychologie und die Psychosen», Hans Huber, Bern, 1956.

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

considerada como una realización cerrada, por que toda experiencia


nueva es capaz de modificarla, y culmina en la “conciencia de sí
mismo”, que es la conciencia del ser total como persona individual.
La somatognosia avanza desde el primitivo “espacio bucal”
(Spitz), pasando por todas las etapas de que se ocupa la psicología
evolutiva, hasta la conciencia corporal que se constituye con la
socialización, en la relación con los otros: ser en el mundo es ser
ante los demás. En todo este proceso es la libido el aglutinante que
va uniendo lo que inicialmente es vivido como parcelado, fijándose
a través del desarrollo en diversas zonas, importantes por razones
funcionales o experienciales, y dándoles un valor particular para
el sujeto: en el estadio oral, el infante no diferencia entre sí y el
pecho que lo alimenta; a medida que evoluciona, se va generando
el espacio bucal, primer signo de discernimiento entre sí mismo y
mundo exterior; en la etapa anal, se acentúa la identificación con
los padres, inicialmente por la imitación, sobre todo de sus
movimientos, lo que junto al control de esfínteres va organizando
el esquema corporal; en la fase edípica, el interés por la anatomía
de los sexos es otro paso adelante, y en la adolescencia se completa
con la aparición de los caracteres sexuales secundarios y el
desarrollo corporal; todo esto en un contexto de relaciones con los
demás que le devuelven, por ellos elaborada, al niño y después al
adolescente, la imagen que estos proyectan. La formación de una
imagen armoniosa del cuerpo tiene mucho que ver con el haber
superado de modo adecuadamente gratificante estas etapas del
desarrollo.
Una expresión muy significativa de esta unidad de evolución
psicofísica es la experiencia del “miembro fantasma”; autores como
H. Ey6 han asimilado este fenómeno éidolo-alucinósico a una post-
imagen persistente después de la desaparición del objeto que
representa, gracias a la actividad de las capas inconscientes, lo
que indica cuán profundamente anclado está el yo corporal. La
representación sensitiva corporal, que aparece confirmada por datos
clínicos y terapéuticos (parece mejorar después de intervención
6
.- Ey, Bernad y Brisset, «Tratado de Psiquiatría», Toray-Masson S.A., Barcelona,
1969.

| 101
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

sobre la corteza parietal), no es suficiente para explicar este


fenómeno que no solamente es sentido, sino vivido a veces con
extraordinaria intensidad (como en algunos casos de algo-
alucinosis); es un testigo de la experiencia del cuerpo, que ni la
mutilación ha podido modificar, o como dice Merleau-Ponty, “un
antiguo presente que no se resigna a convertirse en pasado”. La
relación del fenómeno con la imagen corporal se refuerza dado
que no aparece casi nunca en sujetos mutilados en la temprana
infancia, cuando la imagen del cuerpo no se ha integrado aún
totalmente; y su connotación afectiva es clara al comprobarse que
el fantasma se borra progresivamente cuando el paciente, muchas
veces ayudado por psicoterapia, “acepta la pérdida y asume la nueva
forma de su cuerpo”.

La obra humana ha sido considerada siempre expresiva de


la interioridad del hombre; pero los aportes tan sucintamente arriba
expuestos llevaron a pensar que el principal vector de significación
es el cuerpo mismo, no como mero instrumento del alma para
expresarse, sino como presencia perceptible del todo humano. ¿Es
el dibujo de la figura humana un medio idóneo donde el todo se
proyecta y puede ser captado dentro de parámetros experimentales?.
Los estudios de Machover primero, y la vasta experiencia
que se acumuló desde la publicación de su libro –casi no hay en la
literatura sobre Psicodiagnóstico una batería de tests que no lo
incluya -, dan seguridad al respecto, aunque todavía persisten zonas
oscuras tanto teóricas como en la evaluación práctica.
Es por eso que lo hemos seleccionado entre los diversos tests
de dibujo y lo proponemos en las siguientes páginas para su estudio
y aplicación, y no como una obra acabada, sino como un estímulo
para investigaciones que prometen ser fructíferas.

Test del “Dibujo de una persona”, de Karen Machover.

“En el cuerpo vivido de modo simbólico se desarrolla el


drama del inconsciente en un lenguaje metafórico que es
preciso descifrar” (J. Le Boulch)

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

Goodenough utilizó en niños el dibujo de la figura humana


para determinar inteligencia, pero ya en 1926 hace notar que estos
dibujos pueden dar datos para la comprensión de la personalidad.
Poco después Machover, estudiando niños con el Stanford-Binet
y el test de Goodenough, notó que en niños que tenían el mismo
nivel intelectual, sus dibujos evidenciaban a veces marcadas
diferencias, coherentes con las condiciones conocidas por la
anamnesis u observadas en su conducta actual, comprendiendo
entonces que la imagen corporal era un modo natural de realizar
proyección de ansiedades, sentimientos, aspiraciones, etc.; así entra
el dibujo de la figura humana a formar parte de las Técnicas
Proyectivas.
Durante años Machover va realizando estudios comparativos
entre rasgos del dibujo y juicio clínico, va siguiendo las
características evolutivas según se expresan en los dibujos, y
estableciendo explicaciones dinámicas, demostrando así que como
Goodenough partía de suponer que el niño dibuja de la figura
humana “lo que sabe”, según su evolución intelectual, cualquiera
reaccionará ante el pedido de dibujar una persona “dibujando lo
que siente y como lo siente”.
No requiere ser demostrado que en el cuerpo se expresan de
mil modos los estados anímicos; pero sí que en parte por la
funcionalidad misma de cada área, y en alguna medida también
por la significación culturalmente atribuida, cada zona se relaciona
con impulsos mas o menos específicos, que además pueden
desplazarse para ser expresados en otras partes del cuerpo.
A través de la evolución personal, sensaciones, actitudes
conscientes o no, necesidades y satisfacciones, han ido fijando una
imagen de nuestro cuerpo hasta hacerla tan propia e íntima que
podemos hablar de un “yo corporal”, organizado a partir de multitud
de experiencias no sólo físicas, sino predominantemente psíquicas;
si bien esta diferencia que frecuentemente nos vemos obligados a
hacer pierde aquí significación, ya que en esta prueba se ve muy
bien cómo el hombre reacciona como totalidad, aunque nuestro
lenguaje, formado a partir de ideas dualistas no nos facilita la
designación de una tan particular unidad.

| 103
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

De esta manera, el cuerpo se convierte en vehículo de la


expresión, y el dibujo del cuerpo ha probado ser una interesante
vía para la comprensión de la realidad psíquica, de modo más
directo y completo que otros tests de dibujo: la evaluación se
relaciona con el valor funcional de cada parte del cuerpo, de cada
miembro u órgano, lo que se enriquece con la interpretación
simbólica, siendo también de interés atender a los estereotipos
sociales, plasmados muchas veces en dichos populares, en dibujos
de historietas, etc.
Si bien el tema del dibujo, la figura humana, es estructurado,
presenta suficiente ambigüedad como para dejar un amplio margen
a la libertad del examinado.

La prueba es realmente prometedora mas allá de lo mucho


que el estado actual de su desarrollo aporta al psicodiagnóstico, y
sería importante que los interesados en las Técnicas Proyectivas
se sintieran estimulados a investigar sobre la misma en algunos de
los múltiples aspectos, teóricos y prácticos, que aún presentan
interrogantes: sería deseable contar con estadísticas sobre la
frecuencia de aparición de determinadas características en los
dibujos, según sexo, edad, etc., ya que las que pueden catalogarse
como “populares” no tienen en general la misma importancia
diagnóstica que otros mas personales; también sería importante
contar con datos seriados sobre la evolución del dibujo según los
niveles de desarrollo, por la importancia que tiene para precisar el
grado de inmadurez de un adulto la presencia de rasgos de un nivel
inferior de edad.7 Interesaría saber más sobre cómo las modas, la
mayor libertad sexual de nuestro tiempo, el rol femenino más
evolucionado en comparación con lo tradicional, etc. influyen sobre
algunos aspectos del dibujo.
Se esperan aportes para una mejor comprensión de los
diferentes niveles de conciencia en que se expresan los distintos
rasgos, la distinción entre la proyección de la imagen propia sentida
7
.- Al respecto es ilustrativa la lectura del artículo de Machover «Diferencias sexuales
en el patrón de desarrollo infantil en el dibujo de la figura humana « publicado en
«Técnicas Proyectivas para niños», de Rabin y Haworth, ed. Paidos.

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

y la deseada, la relación entre los dibujos de los sexos, el


discernimiento de rasgos propios proyectados o los de figuras
significativas, los diversos tipos de proyección en juego en cada
caso, etc..
Sería asimismo de gran interés relacionar esta prueba con
estudios de la psicología cognitiva (Witken y otros) sobre
“dependencia – independencia de campo” (relación entre imagen
del cuerpo y mundo circundante) y “articulación del cuerpo”
(diferenciación del dibujo), así como con los de Fischer-Cleveland
sobre los límites de la imagen corporal (delimitación-penetración)
y la personalidad, con particular referencia a enfermos
psicosomáticos.8

Todavía hay mucho de intuitivo en la valoración de la prue-


ba, y como en mayor o menor medida sucede en todas las Técni-
cas Proyectivas, hay mucho de “arte” en la interpretación, y si
bien en estas técnicas no es esperable que se llegue nunca a ex-
cluir eso enteramente (no se puede fantasear con la
“psicometrización” de las Técnicas Proyectivas, ya que la perso-
nalidad no es objeto de un conocimiento nomotético), sería desea-
ble mediante investigaciones disminuir lo subjetivo a favor de as-
pectos mejor convalidados: “donde la ciencia ha avanzado, la pe-
ricia debe hacerle lugar”, como bien dice Jaspers.
Pero siempre el análisis del material deberá realizarse
contando con amplitud de conocimientos psicológicos, con actitud
de respeto por la realidad por encima de las fantasías y con
disposición a la investigación, dentro de las normas generales para
el manejo de las Técnicas Proyectivas.
No debe intentarse realizar un diagnóstico nosológico de tipo
psiquiátrico; Machover recuerda que “Anastasy y Foley, después
de un exhaustivo informe…se ven obligados a concluir que las
discriminaciones (psiquiátricas) establecidas a partir de dibujos,

8
.- Encontraron que los artríticos tienen musculatura rígida, y sienten sus cuerpos
como recubiertos por una caparazón dura como una barrera; mientras que los que
tienen síntomas internos (úlcera gastroduodenal, p.ej.), viven su superficie corporal
como permeable, fácilmente penetrable.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

no son confiables, salvo cuando el dibujo es particularmente bizarro


o idiosincrásico”
Téngase también en cuenta la observación de F. Brown: hay
que atender a la distinción entre sexualidad genital y las amplias
significaciones libidinales de la sexualidad, cuando se indican
aspectos sexuales explícitos o deducidos del dibujo, que no se
refieren normalmente a la concreta actividad sexual, sino casi
siempre a aspectos caracterológicos de la personalidad,
interpretados desde un enfoque dinámico.

En las páginas que siguen no se pretende ni mucho menos


agotar el tema, ni presentar una serie de ítems para su aplicación
mecánica; se exponen los resultados de diversos estudios, inclu-
yendo la experiencia personal, pero apoyándose particularmente
en los trabajos de Machover, que son los mas extensos y profun-
dos, y más allá de los cuales no parece haberse avanzado
significativamente.

Trataremos a continuación con los dibujos realizados por


adolescentes o adultos; para los dibujos infantiles conviene
consultar trabajos específicos9, que siempre es bueno tener
presentes, pues los rasgos infantiles que aparecen en dibujos de
adultos deben considerarse indicadores de inmadurez o regresión

Administración de la prueba:

Estando el sujeto sentado ante una mesa o escritorio, con la


comodidad suficiente para moverse con libertad en la tarea que se
le solicitará, se le entrega una hoja de papel blanco liso, tamaño
carta, junto a un lápiz regularmente blando (nº 2) y una goma, y se
le dice simplemente: “por favor, dibuje una persona”; tal es la
consigna, que no necesita ser ampliada ni explicada.
El papel debe ser de calidad suficiente como para permitir
sin mayor deterioro el uso aún insistente de la goma de borrar, o
9
.- por ejemplo, Koppitz, E.: «El dibujo de la figura humana en los niños», ed.
Guadalupe, Bs. As., 1995.

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

eventualmente evitar la ruptura por exceso de presión del lápiz; si


por cualquier razón el papel resulta dañado, puede entregarse otra
hoja; todos los dibujos se conservan, y las hojas deben ser
numeradas en el orden en que el sujeto las ha utilizado.
Sucede a veces, aunque con poca frecuencia, que el sujeto
coloca la hoja en forma transversal, “apaisada”, lo que se permite:
no se le ha dado a esto mayor importancia; puede ser un intento de
singularización o una actitud de cierta oposición; Clawson encontró
correlación significativa entre colocación horizontal de la hoja y
extroversión, pero su significación no está bien establecida. Esto
se ve en 6% de varones y 2% de mujeres, con más frecuencia en la
primera figura dibujada.
Cuando se ha concluido el dibujo de modo aceptable según
la consigna, se entrega otra hoja y se pide un dibujo del otro
sexo, con lo que se completa la prueba.

Después que reciben la primera parte de la consigna, (“por


favor, dibuje una persona”) algunos sujetos se abocan sin más a la
tarea; otros en cambio ofrecen alguna resistencia, alegando no saber
dibujar, “no haber tomado un lápiz para dibujar desde la escuela
primaria”, etc.; tales expresiones no son particularmente
significativas, y la resistencia cede ante una leve presión: “inténtelo,
de todos modos”, “no importa su habilidad para el dibujo, sino
simplemente lo que Ud. puede hacer”, o algo similar, cuidando de
que no aparezca como una exigencia autoritaria; es muy raro
encontrarse con una renuencia más decidida; de ser así, puede
dejarse la prueba para otra ocasión, intentar “ablandar” la resistencia
proponiendo algún otro gráfico, p.ej., el test del árbol; como en
tantas otras circunstancias, el buen criterio del examinador deberá
decidir lo más conveniente.
Otros traducen la ansiedad que les produce la prueba en
preguntas sobre cómo se debe realizar lo solicitado: si deben hacer
una persona vestida o desnuda, de qué sexo, si basta dibujar la
cabeza, etc.; en realidad están solicitando al examinador que les
estructure la tarea: normalmente basta con decirles, siempre usando
un tono amistoso: “Ud. es libre de elegir, haga como Ud. lo

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

prefiera.” Se trata de que el examinado cumpla con lo pedido en la


consigna, y no es el momento de hacerle “señalamientos” o
interpretaciones de su actitud.
Todo lo que el sujeto dice o hace desde que recibe la
consigna debe ser tenido en cuenta; aún la conducta preliminar
ya permite alguna hipótesis: ¿coopera o es negativista?, ¿tiene
necesidad de que se le estructure la tarea?, ¿expresa dudas sobre
su habilidad?, ¿se muestra inseguro, ansioso, tenso, o confiado,
seguro?, ¿actúa de modo sereno, cauteloso, impulsivo? etc..
También debe atenderse a cómo se realiza el dibujo: “tempo”,
secuencia, vacilaciones, uso de la goma de borrar, etc.; pero se
debe tener cuidado de que el examinado no “se sienta perseguido”
por una manifiesta observación atenta de toda su conducta, pues
entonces perdería espontaneidad.
Si dibuja sólo la cabeza o medio cuerpo, se le entrega otra
hoja y se le pide que haga un dibujo completo; por tal se entiende
una figura con cabeza, tronco y extremidades, aunque falten algunos
ítems (rasgos faciales, manos o pies, p.ej.)
Cuando el dibujo es muy esquemático (el llamado “hombre
palito” o el “muñeco de nieve”), o muy abstracto o extraño (un
esqueleto, p.ej.), se le solicita otro, pidiendo que “intente ahora
hacer una figura más completa”, o más realista, según el caso. Si
lo que dibuja es un “estereotipo”, conviene solicitar otro más
personal. Por supuesto que tales dibujos, aunque técnicamente no
respondan a la consigna, no son para nada despreciables.
Concluida la prueba propiamente dicha - es decir, ambos
dibujos -, se puede realizar o no un interrogatorio al examinado,
pedirle que hable de las personas dibujadas o cuente una historia,
etc., de lo que hablaremos al final.

(Los aspectos cuantitativos a que haremos referencia, han


sido tomados del trabajo de Gilda Jones (Tesis de licenciatura,
U.N.C. 2001) : 200 casos de “no consultantes”, de ambos sexos
por mitad, mediana de edad 24 a, nivel de educación, secundario o
superior, habitantes de la llamada “Región Centro” (Córdoba, Santa
Fe, Entre Ríos) Ocasionalmente citamos también los resultados

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

obtenidos en Córdoba por P. Duje de los dibujos de 200


“consultantes”, 63% varones, edad media 27 a., 83% con estudios
secundarios o superiores)10

El citar circunstancialmente la frecuencia de un rasgo en un


grupo “normal” se hace con la intención de que el examinador
tenga un punto de referencia para juzgar la eventual desviación de
la norma por parte de determinado dibujo. Las diferencias que en
este tema se evidencian entre la primera y segunda figura dibujada,
entre la de uno y otro sexo, entre cómo dibujan con mayor
frecuencia varones o mujeres, no siempre tienen una explicación
segura, pero no son datos que puedan descuidarse o menospreciarse.

Suele adoptarse como criterio que puede considerarse un


rasgo más o menos “común” el que aparece con una frecuencia
superior al 16 %

Análisis:

Hay que proceder, como en todas las Técnicas Proyectivas,


sin olvidar que se está en una tarea clínica: el conjunto del dibujo
y de la conducta del sujeto debe ser atendida, y puesta en relación
con los restantes datos obtenidos en otras pruebas o entrevistas;
como ya se ha dicho, donde existan referencias estadísticas o
experimentales, se debe recurrir a ellas.

Primero debe hacerse un cuidadoso análisis descriptivo,


asociando las características del dibujo con las significaciones
asignadas funcional o culturalmente (segundo nivel), atendiendo
a los valores estadísticos cuando se dispone de ellos; sobre esta
base se esbozan hipótesis interpretativas, en relación con los
restantes datos disponibles y las hipótesis surgidas de otras pruebas.
10
Los datos estadísticos aportados por Vels, obtenidos en España, muestran algunas
concordancias y también discrepancias con los nuestros; en su grupo, 43% dibuja con
algún movimiento; en el nuestro 49%.- Pero mientras que en su grupo 64 % de varones
y 33 % de mujeres dibujan de perfil, en nuestro grupo los % son, respectivamente, 10
y 4.

| 109
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Se comienza por el análisis de lo estructural, que después se


integrará con lo que aporta el contenido, recordando lo dicho al
respecto cuando se trató sobre las Técnicas Proyectivas en general;
también es importante tener presente lo allí dicho sobre
“consistencia”: Machover remarca que el valor diagnóstico de un
rasgo del dibujo depende en gran medida de su originalidad o
“popularidad”,

En el dibujo se expresan a veces también defectos o


problemas corporales reales; p.ej., se ha comprobado que personas
con dificultades de audición prestan particular atención al dibujo
de las orejas; en general, una parte del cuerpo puede ser tratada de
alguna especial forma, por que está particularmente catectizada:
la respuesta al por qué de esto no siempre la encontramos en el
mismo dibujo, pero no debe descartarse de que se trate de un factor
objetivo; sujetos narcisistas, que “no han extendido su energía
libidinal mas allá de su propio cuerpo”, frecuentemente dan
específicas representaciones de las mínimas injurias corporales que
han ocurrido en el curso de su vida.

El dibujo puede ser una Dibujo de un joven


representación de la autoimagen o maniaco
del ideal del yo, o de alguna persona
significativa; puede indicar el
conflicto o la defensa, o ambos, el
defecto o la compensación o
ambos; o una combinación de todas
estas cosas, que pueden proyectarse
sobre la figura del propio sexo o la
otra; por eso se dice que en este
aspecto la interpretación es un
verdadero desafío.

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

Aspectos estructurales en el dibujo de la persona

Tamaño:
El tamaño del dibujo (refiriéndonos a la altura), la ubicación
en el papel y la pose se combinan formando una unidad de
significación; así, casi siempre las figuras muy grandes son
dibujadas de frente y en el centro de la hoja, las muy pequeñas
también de frente y las más de las veces en el cuadrante superior
izquierdo.
El tamaño se asocia en la apreciación general con valor e
importancia: hablamos de “un gran hombre”, un “gran país”,
incluso de “una gran catástrofe”; muchos experimentos han
demostrado que lo más grande en tamaño es considerado más
valioso, y a su vez lo más valioso es apercibido como de mayor
tamaño, mientras que lo irrelevante e intrascendente es tenido
por “una pequeñez”; “agrandarse” o “achicarse” ante una
dificultad es una expresión que se usa para indicar la actitud de
fuerza y afirmación o de debilidad ante la misma.
Se asume que la hoja de papel en que el examinado debe dibujar
representa el medio ambiente en que actúa; el tamaño del dibujo
reflejará entonces el espacio que el sujeto cree –o desearía- ocupar
en su ámbito de vida, su modo de responder a la presión ambiental.
Cuando el dibujo es proyección del concepto de sí mismo,
el tamaño se relaciona con la autoestima, con el modo de responder
a las presiones del medio, sea en la realidad o en la fantasía.
El tamaño también tiene que ver con el control: la
impulsividad lleva a la expansión, mientras que la presión
superyoica es constrictiva.

Figuras “muy grandes” (20 cm o algunos más) se ven en 14% de los varones y
8% de mujeres
Figuras “grandes” (15 a 20 cm), en 29 % de varones y 17% de mujeres.
Figuras “medianas” (9 a 14 cm) : en 46 % de varones y 57% de mujeres
Figuras “pequeñas”: (5 a 9 cm) : en 11% varones, 18% mujeres
Figuras”muy pequeñas”(> 5 cm.) no hay en esta muestra de personas “normales”,
como tampoco hay figuras “exageradamente grandes” que llenen toda la hoja o
la excedan.

| 111
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Pueden pues considerarse “normales” (con la indicación de


“tender” a pequeño o grande) figuras entre 9 y 20 cm., siendo
más frecuentes dibujos de mayor tamaño en varones.

Dibujos notablemente mayores que la norma se ven en:

• maníacos, muchas veces con despliegue de


movimiento y aditamentos varios, casi siempre con
dibujos de fondo; por el escaso control de la motricidad,
suelen ser desprolijos.
• algunos esquizofrénicos: sus dibujos son desmañados,
muy poco elaborados.
• deficientes y orgánicos, que los realizan sin detalles
pertinentes ni adecuada organización.
• psicópatas agresivos, con rasgos que evidencian
inseguridad, y ubicándolos preferentemente en la mitad
izquierda de la hoja.
• paranoides con ideas de grandeza, con connotaciones
agresivas en la pose, la mirada, etc.
• Hay que evaluar la posibilidad de que un dibujo de
gran tamaño, a veces chocando contra los límites que
impone el papel, sea hecho por personas que reaccionan
contra un ambiente que sienten lleno de limitaciones,
“castrante”, como una reacción de protesta ante el
mismo.
• Dibujos exageradamente grandes, ocupando toda la
hoja, son realizados por sujetos inseguros, con muy
bajo nivel de autoestima, que exaltan en la fantasía el
propio poder y valor; a veces puede ser que actúen
sobrecompensando sus sentimientos de insuficiencia,
pero lo más frecuente es que sean más bien inhibidos
en su conducta manifiesta, con más o menos clara
conciencia de su condición, en franca contradicción
con la imagen que proyectan (que corresponde
entonces a una proyección especular en modo
optativo).

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

• Ocasionalmente –no es nada frecuente - el examinador


se encuentra con algún sujeto que comienza dibujando
en el extremo superior de la hoja, y continúa de modo
tal que el dibujo no puede completarse dentro de los
límites de la misma; algunos se percatan de esto al
avanzar en el dibujo, e intentan adaptarse a los límites
reduciendo el largo de las piernas, resultando una
chocante desproporción; otros parecen darse cuenta
recién cuando llegan al límite inferior, y solicitan otra
hoja que “yapan” a la primera completando en aquella
su obra; es obvio que en estos casos las fantasías de
autoexaltación superan la evaluación realista de la
propia condición.

El dibujo muy grande hace suponer que el sujeto responde a


las presiones ambientales con sentimientos de expansión; en general
hay escaso control y tendencia a la descarga impulsiva, a veces
también agresividad; hay que evaluar en cada caso si esto puede
verificarse en la conducta, o sólo en la fantasía, que es lo más
probable en los casos referidos en los dos últimos ítems. Es pues
muy importante observar si existen indicadores de control: un
dibujo muy grande pero bien diferenciado, con adecuados detalles,
líneas firmes, etc., permite un juicio mas positivo en cuanto a
actuación y adaptación.

A medida que las figuras se empequeñecen,

• Es muy probable que sean proyección de sentimientos


de minusvalía, con los que casi siempre se asocia
inhibición social por timidez, inseguridad, etc.. Tales
dibujos las más de las veces son sensiblemente menores
que el promedio – unos 5 ó 6 cm.-, pero otras son
verdaderas miniaturas que apenas exceden el
centímetro. Las hacen así generalmente personas que
responden a la presión ambiental disminuyéndose,
anulándose.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

• Si los rasgos faciales están bien delineados,


posiblemente les cueste entrar en relación con extraños,
pero logran integrarse suficientemente cuando han
tomado cierta confianza y se sienten aceptados, aunque
no puede esperarse que asuman un rol protagónico.
Otros logran integrarse comportándose de modo
servicial o “gracioso”, buscando así aceptación.
• Cuando los rasgos faciales son muy débiles o están
ausentes, es más seguro que predomina la inhibición
y aún el aislamiento.
• Los que hacen dibujos pequeños tienen con mayor o
menor claridad, conciencia de sus sentimientos
negativos hacia sí mismos; lo que no excluye que
puedan alimentar fantasías de dominio social.
• El dibujo pequeño se asocia más seguramente con el
control de los impulsos (en particular de la agresión),
que el tamaño grande con la actuación de la misma.
• Si estos pequeños dibujos son realizados con líneas
firmes y adecuados detalles, es muy probable que
expresen un gran control, y no tanto la inhibición y
minusvalía, o que estos rasgos no sean preeminentes
en la conducta.
• Los depresivos dibujan en el límite inferior de la norma
en cuanto a tamaño, o sus dibujos pueden ser algo más
chicos, pero raramente minúsculos.

Para asegurar la significación es importante establecer si el


dibujo es proyección de la autoimagen, o de un ideal
fantaseado: si el dibujo grande es una imagen parental, puede
que el sujeto la vea fuerte, valiosa, o amenazante y agresiva,
según otras características del dibujo; pero también puede
suceder que defensivamente desvalorice una imagen
oprimente, y la dibuje pequeña.

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

Ubicación del dibujo en la hoja:

Si dividimos el papel en mitades iguales con una línea


horizontal y otra vertical, una figura de tamaño “normal” se ubicará
aproximadamente en la vertical central, tal vez levemente hacia la
izquierda, con el punto medio del dibujo algo por encima de la
horizontal imaginaria que divide la página en dos mitades iguales.
60% ubica así su dibujo, otro 13% lo hace más a la derecha, y 8%
bien al centro. En dibujos hechos en el cuadrante superior derecho,
los varones triplican a las mujeres.
Aunque la ubicación por sí sola no es suficiente para fundar
un juicio, la experiencia dice que en el área citada dibujan sujetos
suficientemente bien adaptados, “centrados”; pero también los que
gustan de colocarse “en el centro de la atención” en razón de su
narcisismo o por cierto exhibicionismo.
“La simbólica del espacio”: -”arriba está lo bueno, lo positivo;
también la fantasía y el mundo de las ideas; abajo lo malo y
negativo, así como la tierra, lo sólido y concreto (esto recuerda los
gestos de Platón y Aristóteles en el famoso mural de Rafael, “La
escuela de Atenas”); a la izquierda el pasado, lo inconsciente, lo
materno; a la derecha la acción, el futuro, lo paterno”-, ayuda
muchas veces a comprender el significado de la “posición” del
dibujo, así como algunas indicaciones de la grafología o las
tendencias miokinéticas observables en los lineogramas del P.M.K.;
pero no son un criterio siempre seguro que deba aplicarse
inexorablemente para interpretar este ítem.
• Siendo así, cuando se dibuja a la derecha es más probable
que haya un comportamiento más estable y controlado; si
la figura sugiere movimiento, es muy posible que haya
deseo de relacionarse con el mundo y la gente: la orientación
hacia el cuadrante superior derecho es lo que Grünwald
llamó “zona de contienda activa con la vida”. Si no hay
movimiento (pero tampoco rigidez) con igual significación
habrá más pasividad.
• En la tendencia a dibujar a la izquierda sería mayor la
posibilidad de conductas impulsivas buscando satisfacción

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

inmediata: Machover dice que los psicópatas agresivos


dibujan muchas veces hacia la izquierda del papel.
• Dibujos de tamaño relativamente grande o muy grande se
hacen casi siempre en la línea central, con menos frecuencia
se ubican en la mitad izquierda de la hoja, (y no sólo los
hechos por psicópatas), mientras que casi nunca se los sitúa
a la derecha.
• Sería interesante verificar si la predominante tendencia a
emplazar el dibujo algo hacia la izquierda tiene que ver
con el hábito de comenzar a escribir desde ese sector.
También si esta disposición de los dibujos vale lo mismo
para diestros o “zurdos”.
• Los dibujos muy pequeños se encuentran casi siempre en
el ángulo superior izquierdo, como si el que dibuja buscara
automarginarse en un rincón, confirmando los sentimientos
de minusvalía, inseguridad, inhibición social que
habitualmente expresan; esta ubicación es consistente con
el esquema de Grünwald, que caracteriza a ese lugar como
“zona de pasividad, de retirada, la sala de los espectadores
de la vida”; en cambio es excepcional encontrar dibujos en
el cuadrante superior muy corridos a la derecha, y
prácticamente nunca hay dibujos muy pequeños en ese
lugar, “zona de contienda activa con la vida”
• En la mitad superior de la hoja, a veces cerca del tope de
la misma, figuras casi siempre algo más chicas que la
norma, sin ser minúsculas, indicarían, según Hammer, un
“fugarse del ambiente hacia lo alto, sea en el estado de
ánimo o los valores”; son sujetos que o se plantean metas
muy elevadas, o buscan sus satisfacciones más en la fantasía
que en la realidad; puede ser que “estén en el aire”, o que
busquen “mantenerse distantes”.
• Algo más bajo de lo que hemos considerado “ubicación
normal” dibujan personas serenas y estables; también
quienes se orientan a un realismo concreto; encontramos
allí 20% de los dibujos.

116 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

• En la mitad inferior están frecuentemente dibujos de


depresivos, que, aparte de lo simbólico de tal ubicación,
posiblemente por su astenia no realizan movimientos de
suficiente amplitud como para alcanzar la zona del papel
más alejada del propio cuerpo.
• En el cuadrante inferior izquierdo suelen dibujar los que
se retraen ante los problemas que la vida plantea, o se
automarginan, son depresivos o se sienten fracasados.
• Personas inseguras y dependientes, que necesitan “apoyarse
en algo” suelen utilizar el límite inferior de la hoja como
un “piso” para su dibujo.

Posición o “pose”
La actitud física de una persona en la vida real es claramente
expresiva de su modalidad habitual o de lo que en ese momento
pasa en su interior; en lo cotidiano juzgamos con bastante acierto
los sentimientos por la posición que alguien adopta: reconocemos
una actitud tensa o relajada, agresiva o temerosa, activa o pasiva,
frontal o esquiva, segura o vacilante, etc., en los demás y en
nosotros mismos; Wallon hace notar que los esquemas afectivos
no se independizan totalmente de las reacciones tónicas y
posturales que típicamente los han expresado. Le Boulch dice que
“la expresión del cuerpo, sobre todo en sus manifestaciones
tónicas, es la traducción, en otro registro, de las reacciones
emocionales y afectivas profundas, conscientes o no, y es
significativa de la forma en que es vivida la relación consigo mismo
y con los demás…como modo habitual de ser-en-el-mundo o estilo
de existencia…la regulación postural escapa en gran medida a la
intervención voluntaria, de donde su gran valor expresivo…” Con
los límites que tiene un simple dibujo, estas actitudes quedan, con
mayor o menor evidencia plasmadas en el mismo y pueden ser
consideradas de igual modo que lo hacemos en la vida real, con
la lógica cautela por el riesgo de “proyección” de los sentimientos
del examinador que tal evaluación conlleva.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Lo esperable es el dibujo de tamaño mediano, de frente, de


pié y con alguna leve insinuación de movimiento (en la posición
de brazos y piernas).
Siendo habitual dibujar “de frente”, (80%) no tiene esto
particular significación; sin embargo, debe tenerse en cuenta que
en cada caso puede haber una diferente razón para dibujar así:

• Las figuras regresivas y muy infantiles se hacen de frente;


de hecho, los niños no dibujan perfiles.
• Eligen dar al dibujo esa posición los que buscan acentuar
la simetría, el detallismo, los rasgos sexuales.
• También sujetos autoafirmados y seguros, los que se
plantan agresivamente ante el medio (entre ellos algunos
paranoides), o son defensivamente tensos y rígidos.
• Los narcisistas y los que gustan exhibirse.
• Generalmente se dibujan de frente las figuras femeninas
que representan una madre dominante.
• Llamativamente, las figuras pequeñas se dibujan de frente.

Los dibujos “de perfil” implican algo de evasivos en cuanto


al enfrentarse con el mundo: “venir de frente” o “mirar para otro
lado” son expresiones comunes que bien pueden aplicarse al
significado de la posición del dibujo.

• El dibujo de perfil es mas frecuente en varones (10%)


que en mujeres, (4%); posiblemente por la mayor
tendencia exhibicionista en éstas, y la mayor
inseguridad de aquellos en su relación con el medio,
ya que en general tienen que responder a más
exigencias en cuanto a rendimiento.
• El cuerpo de frente con la cabeza de perfil (2%), o pies
de frente, cuerpo de perfil, o cuerpo de frente y pies de
perfil (15 %) puede indicar ambigüedad en la actitud.,
disociaciones internas o en la relación con el medio.
Dice Machover que quienes dibujan de ésta o
semejante manera “tienen confusión respecto a su

118 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

orientación en la vida, intentan ir por distintos caminos”


• En relación con lo dicho antes: si el dibujo de perfil
mira hacia la izquierda, puede presumirse que el sujeto
está ligado al pasado, por tanto a lo materno e infantil;
si está orientado hacia la derecha,, es posible una
actitud más social, interés por el mundo y el futuro.
• Son raros los dibujos “de espalda” (no se encuentran
en la muestra “normal”): puede haber una relación obvia
con un deseo de fuga, extremando lo evasivo que se
insinúa en el perfil; puede que el sujeto quiera huir de
algo que le desagrade, de algo que no quiere ver o en
lo que no quiere participar; también supone un no
querer mostrarse, de allí la posibilidad de disimulo u
ocultamiento. Eventualmente se asocian con
sentimientos de inadecuación sexual, tal vez como un
deseo de disimular las diferencias de los sexos. Figuras
desnudas de espalda se han visto también en quienes
practican relaciones anales. Si se dibuja de espaldas la
figura del otro sexo, puede indicar sentimientos de
rechazo.

• Ocasionalmente se observan dibujos hechos “en


posiciones confusas”, alejadas de una representación
realista, que según el grado de distorsión indican la
gravedad de la falla en el juicio de realidad: por
ejemplo, alguna vez se dibuja el tronco y los brazos de
frente, mientras que la cabeza, piernas y pies están de
perfil, o todo el cuerpo de perfil y sólo los brazos de
frente; de modo más bizarro aún, un rostro en el que
boca y nariz se presentan de perfil, ambos ojos de
frente; en casos así, si no se trata de una deficiencia
intelectual, hay que sospechar psicosis, o al menos
aspectos regresivos.

Posiciones pasivas: Figuras acostadas, sentadas, arrodilladas,


suelen ser dibujadas por personas pasivas, asténicas, depresivas;

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

puede tratarse también de sujetos emocional o físicamente agotados


por situaciones actuales; también en personas de vida activa, pero
que añoran una tranquila pasividad (p.ej. algunas mujeres
profesionales o empresarias).
En quienes integran comunidades religiosas, sobre todo
mujeres, la posición de rodillas no es rara, y puede estar en relación
con su dedicación a la oración.
(En la muestra normal, la frecuencia de estas “posiciones
pasivas” es 0% en la primera figura, y 2% en la segunda)
Un dibujo de pié “en falsa
escuadra”, manifiestamente desviado de
la vertical, indica inestabilidad,
inseguridad; se los ha visto alguna vez
preanunciando un derrumbe psicótico,
verificado poco tiempo después; un sujeto
joven que dibujó así, hizo a continuación
un árbol precariamente ubicado al borde
de un abismo, pocos días antes de un brote
psicótico. De los 400 dibujos de la muestra
analizada, sólo 5 acusan alguna
desviación de la vertical.

Dibujos con movimiento:

El movimiento no es lo más frecuente, en parte tal vez por


que no es fácil representarlo para quien no tiene habilidad para
el dibujo; las más de las veces sólo se insinúa la actividad de
caminar, o un desplazamiento de los brazos.

• Un gran despliegue de movimientos parece indicar impulso


a la actividad, física y/o ideacional; en maníacos estos
dibujos son desmañados, desprolijos, acordes con el pobre
control de la motricidad en estos casos; dibujos con mucho
movimiento, pero adecuados, pueden verse en “personas
de acción”.

120 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

• El tipo de fantasías que sugiere el dibujo en movimiento


debe deducirse de otros datos; en preadolescentes varones
no es raro el movimiento en el dibujo, expresión de fantasías
de poder y logros.
• La insinuación de un movimiento que aparece bloqueado
o no desarrollado, sobre todo si a la vez aparecen rasgos
“autistas” y de introversión, se ve en sujetos cuyos esfuerzos
de realización son fuertes pero quedan en la fantasía.
• El tipo de movimiento, en cuanto a su “contenido”(pasivo,
agresivo, etc.) puede entenderse como expresión de
tendencias y eventualmente, de intereses.

Se espera que el dibujo, si no hay movimiento, al menos dé


una clara expresión de plasticidad; la manifiesta rigidez, casi
siempre en figuras de frente, a veces en posición de “firmes”, o
con los brazos separados del cuerpo pero tensos, debe considerarse
expresión de una actitud defensiva de quien siente que su control
es precario; puede inferirse que se esconden conflictos que no han
encontrado una adecuada vía de resolución. La tensión muscular
expresada en el dibujo, tanto allí como en la vida real es un
indicador confiable de un estado de alerta por eventuales desbordes,
y de la consiguiente angustia ante la posibilidad de perder el control;
tales sujetos recurren a mecanismos de tipo obsesivo, carecen de
espontaneidad en sus relaciones con los demás, están siempre
alertas por que su yo es débil y se sienten expuestos a irrupciones
impulsivas; sus dibujos son casi siempre acentuadamente
simétricos y al menos regularmente detallados. “Las reacciones
de contención traducen, por medio de una actitud rígida, el exceso
de control debido a un “ideal del yo” demasiado exigente; como
si el sujeto quisiera esconder ante los otros y ante sí mismo lo que
es o teme ser; todo el cuerpo está a la defensiva como rodeado de
un caparazón tónico”(Le Boulch)
• Los esquizoides evidencian su retracción del trato con el
ambiente con dibujos rígidos y brazos muy pegados al
cuerpo.

| 121
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Si bien es una característica del dibujo difícil de “objetivar”,


en la muestra analizada no más del 2% da evidencias de “gran
despliegue de movimiento”; tiende a la rigidez 13%, siendo menor
el porcentaje en la segunda figura; un movimiento moderado se
ve en 27% de varones y 17% de mujeres, siempre menos en la
segunda figura.
Se ha sugerido que pueden distinguirse los movimientos
como “extensión” o “flexión”, a semejanza del Rorschach, con
una significación análoga.

Línea del suelo o “piso”.

• No siempre aparece en los dibujos, y por tanto su ausencia


no tiene particular significación. Trazada a la ligera, sin
énfasis alguno, tampoco merece una interpretación, tal vez
sólo insinúe cierto realismo práctico. Esta línea aparece de
alguna manera en 18% de varones y 29% de las mujeres.
• El sujeto inseguro, inestable, “que se siente en el aire” y
que por tanto tiene necesidad de un apoyo firme, lo suele
expresar reforzando la línea de base; esta clase de personas
a veces traza primero esa línea, y sobre ella apoyan
posteriormente su dibujo, como si intentaran asegurarse
antes de presentarse ante el mundo.
• Una línea de base notablemente inclinada también se asocia
a inseguridad y labilidad; o puede que se trate de alguien
que siente la inminencia de un cambio significativo en algún
aspecto importante de su vida.
• Cuando la línea del suelo se traza a alguna distancia por
debajo de los pies, sugiere desarraigo, un “sentirse
despegado” de sus relaciones con el medio, a veces por
pensar que éste no lo apoya lo suficiente.
• Si la línea de base se aleja convirtiéndose en horizonte, en
lejanía, distanciándose de la realidad inmediata y dejando
de ser por tanto un apoyo actual, sugiere cierta nostalgia
de un apoyo perdido o simplemente fantaseado.

122 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

• Si el dibujo se coloca sobre un promontorio, o se asienta


en un espacio cerrado como si fuera una pequeña isla,
seguramente hay sentimientos de soledad, tendencia al
aislamiento. Se encuentra esto en 2% de varones, y en ningún
caso en mujeres.

El “fondo”:

Tras el dibujo como “figura” suele alguna vez agregarse un


“fondo”, casi siempre paisajes, a veces edificios, raramente otros
motivos. Quienes dibujan un fondo con muchos elementos son
casi siempre personas con algo de infantiles (en nuestro grupo,
2%; en un grupo de “maestras jardineras”, todos los dibujos tenían
un fondo). En todo caso, puede ser de interés analizar si los
elementos que componen dicho “fondo” tienen alguna
significación, aunque esto no es frecuente: un sujeto marcadamente
fóbico dibujó al fondo un avión, una lancha y una moto: la actitud
típicamente evasiva del fóbico se expresaba en su disposición “a
escaparse”. Algunos parecen hacer el fondo como un simple
“relleno”, como si temieran “el vacío”.

La Línea:

La línea que marca el contorno del dibujo es como “la piel”


del mismo: lo contiene y define el “contenido”, la forma humana.
Cada una de sus características –grosor, presión, continuidad,
uniformidad, etc.-, es un elemento de significación que debe
juzgarse en consonancia con las características del dibujo en
conjunto y/o especialmente respecto a un área determinada.
• La característica general de la línea debe entenderse como
expresión del tipo de relación con el medio ambiente que
tiene el dibujante; pero la modalidad de un trazo diferente
de la línea general en un área determinada corresponde a
conflicto con la significación funcional o simbólica de ese
sector del dibujo.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

• El predominio de trazos curvos, redondeados, se asocia a


lo femenino, y de allí con dependencia, pasividad,
emotividad; los trazos rectos, con masculinidad,
racionalidad; eventualmente pueden indicar rigidez y
represión; si son angulosos, y más si tienen conformación
puntiaguda, expresan agresividad.
• Una línea de trazo largo y firme habla de decisión y
autoafirmación, mientras que sujetos inseguros o ansiosos
dibujan con líneas cortas, interrumpidas, a veces como
“yapadas” para darles continuidad.
• El temblor de la mano obviamente se trasmite a la línea; si
no hay organicidad, se deberá seguramente a ansiedad,
“nerviosismo”, sea habitual en el sujeto o situacional ante
el examen.

La presión del trazo es un indicador del nivel de energía


física y psíquica del dibujante, de donde puede deducirse la fuerza
de sus impulsos; lo que deberá evaluarse según el grado de control
y el nivel de madurez que sugiera el dibujo completo.
• Una línea débil, trazada con muy poca presión, puede verse
en sujetos de tono depresivo, en inseguros y vacilantes,
frecuentemente pasivos y dependientes. indica casi siempre
poca energía física y aún psíquica, con las consiguientes
dificultades para la autoafirmación.
• La línea pesada, de fuerte presión, se ve en orgánicos
cerebrales, en sujetos agresivos y en personas muy tensas.
Que se llegue a romper el papel, sucede, pero es muy
excepcional.
• Una presión media y constante, y una consiguiente línea
nítida y firme refleja un buen nivel de energía y vitalidad y
un estado de ánimo equilibrado.
• La presión fluctuante, despareja, se ve en inestables.

(Un modo práctico de obtener una constancia objetiva de la


presión del trazo, consiste en colocar un papel carbónico con la
cara marcadora contra el dorso de la hoja del dibujo).

124 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

• El contorno del dibujo trazado con una línea fuerte, bien


marcada, continua, que se erige como una pared entre el
yo y el ambiente, señala la necesidad de aislar al yo y
protegerlo de presiones externas que pongan en riesgo un
precario sentimiento de individuación. Esta significación
es más segura si los elementos del interior –rasgos faciales,
vestimenta, etc.,- aparecen marcados normal o débilmente.
• También se ve esto en sujetos inseguros e inconsistentes,
que requieren de una “caparazón”, como de un exoesqueleto
que los mantenga organizados y contenidos.
• El sujeto retraído que se siente aislado puede expresar tal
condición de modo análogo.
• Algo semejante, aunque ineficaz por la evidente menor
disposición de energía, puede expresarse mediante dos o
más líneas débiles casi superpuestas que pretenden aparecer
como una más gruesa.
• Énfasis en reforzar la periferia del cuerpo también se
encuentra en quienes temen perder el control de sus
impulsos, particularmente de la agresión; el “muro” que
ponen para separarse del exterior busca impedir la salida
de aquellos.

Confirmando esto, Fisher y Cleveland11 concluyeron de sus


investigaciones con artríticos y otros enfermos psicosomáticos que
las personas que tienen impulsos inaceptables y temen perder el
control de los mismos, creen necesario cubrir su cuerpo con un
muro que impida la salida al exterior de esos impulsos, y llaman a
esta condición “Delimitación”; normales y psicosomáticos con alto
índice de “delimitación” canalizan sus reacciones fisiológicas hacia
la piel y musculatura; son personas que tienen fuerte definición de
identidad y reacciones controladas. Esto lo podemos asociar no
sólo con el punto anterior, sino también con la rigidez en la postura.

Interesan también otros aspectos de la motricidad:

11
.- «Body image and personality», Princeton, 1958

| 125
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

• Trazos ejecutados con brusquedad, a veces como con cierta


violencia: pueden indicar poco control, impaciencia,
inestabilidad.
• Trazos rápidos: en sujetos prácticos, eficientes (si el
resultado es bueno); también sujetos ansiosos, en ese caso
el dibujo no será posiblemente tan adecuado.
• Trazos lentos: personas tranquilas, reflexivas, prudentes;
a veces algo perfeccionistas. Si las líneas son débiles en
cuanto a presión, posiblemente son pasivos, de poca
energía.

Acentuación de la simetría:

El cuerpo humano es
sensiblemente simétrico, e incluso la
vestimenta acompaña por lo general
esta condición, que es normalmente
mantenida en el dibujo “de frente”,
salvo cuando se introduce el
movimiento; pero el dibujante
“normal” no cuida mucho que cada
rasgo o trazo se reproduzca con
exactitud en la otra mitad. Sólo el 2%
en la muestra “normal” acentúa
fuertemente la simetría; en igual
porcentaje se presenta notable
asimetría.
• En todos los casos, la simetría da sensación de equilibrio;
por eso, quien necesita reforzar una precaria sensación
respecto a su equilibrio y estabilidad emocional, y
mantenerse en posición defensiva ante los impulsos,
exagera la simetría hasta llegar muchas veces a dar una
fuerte impresión de tensión y rigidez.
• Así suelen dibujar sujetos inseguros de sus reacciones que
se esfuerzan por controlarse, pero que están expuestos a
descargas abruptas; su control es de signo obsesivo, con

126 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

represión y refuerzo de la intelectualización y el


aislamiento, por eso son casi siempre emocionalmente fríos
y distantes.
• A veces lo que indica esta rígida acentuación del equilibrio
es una actitud defensiva ante el ambiente, como potencial
provocador de reacciones impulsivas.
• También los depresivos suelen acentuar la simetría, pero
como sus dibujos no son detallados, el efecto es menos
notable ante el observador.
• Los perfeccionistas suelen hacer dibujos cuidadosamente
simétricos,
Una asimetría notable puede reflejar problemas con el
esquema corporal en sujetos con dificultades de motricidad,
o en adolescentes en la época del “crecimiento rápido” que
desorganiza sus cenestesias.
• También se ve en personas con poco control y autocrítica:
sujetos de más espontáneos, sobreactivos; en general
supone un trastorno en el manejo de los impulsos.
• Si la asimetría da al dibujo características bizarras, es casi
seguramente producto de una desorganización psicótica de
la imagen del cuerpo, o de deficiencia intelectual.
• La asimetría de una determinada parte del cuerpo debe
analizarse desde posibles significaciones específicas.

Acentuación de la línea media:


Su insinuación acompaña habitualmente a la simetría como
eje organizador, pero también cumple esa función estructurante
en dibujos no rígidamente simétricos.

• Suele estar indicada por elementos de la vestimenta, como


p.ej. una apretada fila de botones; hace las veces de
“columna vertebral”, y como tal, cuando se la acentúa,
puede señalar preocupación por la organización corporal,
o necesidad de seguridad y apoyo, dependencia y
consiguiente inmadurez.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

•Según Machover, los que acentúan la línea media suelen


dibujar una figura masculina débil y una femenina con
características agresivas.
• En sujetos involutivos las preocupaciones somáticas suelen
llevar a un refuerzo del trazo en cuestión.
La línea media aparece marcada de algún modo en 33% de
varones y 37% de mujeres, pero en muy pocas ocasiones
fuertemente acentuada.

La preocupación por mantener la integridad del cuerpo –


reflejo de la ansiedad por la integridad del psiquismo – se puede
manifestar también:
¾ Remarcando las articulaciones: particularmente en codos
y rodillas: un punto notable, un pequeño círculo, un rayado
o sombreado de dichas zonas. Machover asocia esto con
los tornillos que sostienen las articulaciones de marionetas
y otros muñecos, que permiten su movimiento y a la vez
los mantienen armados. Esto aparece en 0% de varones y
11% de mujeres, en la primera figura; en la segunda, igualan
en 5%.
¾ Dibujando primero unas líneas esquemáticas, casi siempre
débilmente trazadas, que sirven como de guía para realizar
el dibujo alrededor de las mismas; recuerdan esa especie
de “esqueleto de alambre” que tienen algunos muñecos
de estopa, que les otorga cierta consistencia.
¾ A veces la misma intención se limita a marcar con unos
puntos en el papel un esquema virtual como referencia de
apoyo para construir el dibujo.

• Se ven estas modalidades de dibujar en sujetos


dependientes, inmaduros, que muchas veces hacen una
figura femenina más fuerte que la masculina; en mayor o
menor grado indican la necesidad de reforzar el sentido de
la integridad corporal – y por tanto del psiquismo — ante
temores regresivos de desorganización.

128 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

• En personas más integradas, con dibujos realistas, puede


indicar la necesidad del sujeto de contar con marcos de
referencia externos que lo sostengan y ayuden a mantenerse
estructurado: familia, grupo, instituciones, etc.

Transparencia:

Consideramos tal cuando se


dibuja el cuerpo, y se agrega después
la vestimenta, dejando que aquel sea
visualizado a través de la ropa.
• En general es signo de
deficiente apreciación de la
realidad. No se encuentra ningún
caso en nuestro grupo “normal”
• En particular, es un indicador
de conflictos con relación al área transparentada; así, la
transparencia de las piernas de la figura masculina a través
del pantalón hace sospechar rasgos homosexuales si el
dibujante es varón; en la figura femenina, cualquiera sea el
sexo del dibujante, la transparencia de cadera y piernas a
través de la pollera es un indicador general de problemas
relacionados con la sexualidad, que deberán especificarse
con otros datos; si el que así dibuja es varón, se presume
una sexualidad infantil, fantasías sexuales y tal vez
desviaciones de la sexualidad normal.
• A veces el que dibuja se percata de lo inadecuado, e intenta
cubrir la transparencia con un sombreado, lo que sin excluir
el problema evidencia una mejor evaluación crítica; pero
el sombreado sobre la transparencia también puede ser un
refuerzo del significado conflictual del área así tratada.
• En sujetos desorganizados, una transparencia notable
aumenta la sospecha de psicosis. La transparencia de
órganos internos es casi definidamente psicótica.
• Hay transparencias claramente irrelevantes, como cuando
en un dibujo de perfil el brazo llevado hacia delante deja

| 129
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

transparentar la línea del tronco; atender a ese detalle y


borrar la línea transparentada es más propio de cierto
perfeccionismo.

Sombreado:

El sombreado de la figura debe


considerarse una expresión confiable de
ansiedad y conflicto respecto al
significado funcional o simbólico del área
así tratada.
Se considera sombreado cuando:
¾ Se hace un “rayado vigoroso”,
desprolijo, expresando
desordenada liberación de
tensiones y pobre control de la
motricidad; tal descarga tiene algo
de agresiva, más si la línea es de
fuerte presión. Se lo observa en el 6% de los varones, no
aparece en los dibujos de las mujeres.
¾ En forma más controlada, se “colorea” un área, como un
difuminado, (lo que en técnica gráfica se llama propiamente
sombreado). También es más frecuente en varones que en
mujeres -9 y 5 % respectivamente-, pero en la segunda figura la
frecuencia se duplica.
¾ Se adjuntan líneas débiles a la principal que delinea
determinada área; esta modalidad es la más frecuentemente
utilizada en el tratamiento de los hombros de la figura
masculina, en los senos o en la cadera de la figura femenina,
o en la entrepierna de figuras de ambos sexos. También es
poco frecuente, siempre más en varones: 4 y 2%.
¾ La forma más elaborada consiste en agregar dibujos, en
general de geometrismo simple, a la vestimenta; suelen
tener forma de flores, cuadriculados, rayas que quieren
representar pliegues, etc.; se usa con frecuencia en la
vestimenta femenina dibujada por ambos sexos: 13%

130 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

• Un sombreado intenso y con presión (del primer tipo) en


el área sexual femenina realizado por un varón hace pensar
en un sujeto con fuertes componentes sádicos en su
actividad sexual.
• Sombrear toda la figura del propio sexo, sugiere que hay
un fuerte rechazo del cuerpo; puede aparecer en sujetos
con sentimientos de inferioridad física real o fantaseada.
• Personas que tienen conocimiento de técnicas de dibujo
suelen sombrear con difuminado algunas áreas para dar la
impresión de volumen o profundidad, sin otro significado.

La consigna nada dice sobre la posibilidad de “borrar”,


pero el sujeto queda tácitamente autorizado puesto que junto al
papel y el lápiz se pone a su disposición una goma; de modo que
borrar ocasionalmente para corregir un trazo es enteramente
normal y supone una sana capacidad crítica.
• Usar insistentemente la goma hace pensar en una actitud
hipercrítica, en disconformidad, inseguridad, o
perfeccionismo según el caso.
• Borran mucho sujetos ansiosos, que por eso “no pueden
quedarse quietos”.
• Algunos borran cada trazo para rehacerlo igual que antes;
este “deshacer lo hecho” recuerda la “anulación retroactiva”
de los obsesivos.
• Borrar y rehacer una parte del dibujo, sobre todo si se lo
hace varias veces, es signo seguro de ansiedad respecto al
significado de esa zona; a veces esta conducta aparece como
una verdadera “fijación” en un área significativa, que se
borra y se vuelve a dibujar muchas veces casi
compulsivamente, llegando en ocasiones a deteriorar el
papel, sin una real mejora de lo tan insistentemente
“corregido”.
• No pocas veces el cambio que se realiza borrando y
rehaciendo pone de manifiesto el conflicto entre el impulso
y la defensa: p.ej. cuando una mano con dedos puntiagudos
es borrada para dibujarla con guantes; o entre la deficiencia

| 131
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

y la compensación: hombros débiles son reemplazados por


otros muy anchos y fuertes., etc.
• Sucede alguna vez que en vez de borrar, el sujeto
simplemente tacha lo que hizo y comienza de nuevo, con
otro dibujo, lo que tiene significación semejante al borrar.
Se supone que el borrar está más sometido a la conciencia
que la línea o el sombreado como indicador de conflicto.

Secuencia:

Cualquiera sea el resultado final, producto de responder a la


consigna de “dibujar una persona”, es de interés atender a cómo se
va realizando el dibujo.
• Lo que habitualmente se hace, y puede considerarse normal,
es comenzar dibujando la cabeza, continuado
sucesivamente hasta los pies, completando después algunos
detalles; es la modalidad convencional, que también
relacionamos con un pensamiento lógicamente ordenado.
• Sujetos obsesivos y perfeccionistas suelen ir completando
detalles del dibujo a medida que avanzan, deteniéndose a
veces para retocar minuciosamente, agregar, borrar, rehacer,
o volviendo atrás con el mismo objetivo.
• La excitación del maníaco, así como el desorden del
pensamiento esquizofrénico pueden expresarse en una
secuencia confusa y sin plan, denunciando las serias fallas
en la lógica del pensamiento.
• Toda secuencia extraña requiere una explicación; en
principio hace sospechar desajustes, pero no debe
descartarse que se trate de algún modo original de dibujar,
sin otra connotación que la ruptura de lo convencional.

Detallismo:

La acumulación de detalles en la figura dibujada – más allá


de los necesarios para responder adecuadamente a la consigna - es
característica de una modalidad que utiliza preferentemente

132 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

defensas obsesivas. En palabras de Hammer, “los que sienten que


el mundo que los rodea es incierto y peligroso, se defienden del
caos interno y externo creando un mundo muy estructurado y
ordenado con rigidez… las ejecuciones gráficas demasiado
perfectas, hechas con un control y cuidado fuera de lo común,
expresan el esfuerzo para mantenerse integrado contra la amenaza
de una desorganización inminente… constituye una manifestación
directa de la hipervigilancia que se ejerce, e implica la presencia
de un yo bastante débil que teme tanto la irrupción de sus impulsos
prohibidos, que no se atreve a descuidar su vigilancia constante.
El correlato emocional más frecuente de los detalles excesivos en
un dibujo, es la sensación de rigidez…en estos sujetos puede haber
ocasionales irrupciones impulsivas”; esto es así, aún cuando se le
quite parte del exagerado dramatismo que suele poner Hammer en
sus apreciaciones; puede verse que hay paralelismo entre esta
significación adjudicada al “detallismo” y lo que dijimos de la
“acentuación de la simetría”: ambas modalidades del dibujo
suponen un particular esfuerzo por ejercer un cuidadoso control, y
una agudizada vigilancia por parte de la conciencia, y el
consiguiente riesgo de fallas ocasionales de este control. Es
frecuente que ambas características se presenten en el mismo
dibujo.

******

Con lo dicho quedan expuestos, por cierto que sin pretensión


de haber agotado el tema, los aspectos estructurales del “Dibujo
de una persona”; de su lectura, y sobre todo, de la práctica con la
prueba, surge su importancia sin necesidad de que hagamos
ponderaciones.
Si bien los presentamos separadamente, no olvidamos que
estructura y contenido deben ser siempre evaluados como una
configuración.
También conviene recordar lo dicho sobre “consistencia
interindividual”: el dibujo completo, o un área del mismo, tratados
de modo diferente a como lo hace la mayoría, según la experiencia

| 133
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

transmitida por autores confiables, o preferentemente según normas


estadísticamente establecidas, cuando las hubiere, deben ser
particularmente atendidos como potenciales portadores de
significación personal, conflictual o no.
Igualmente importa cuando el que dibuja rompe su propia
“consistencia”, y da a una zona de la figura un tratamiento distinto
a su manera de realizar el resto de la misma.
Borrar o retocar con insistencia, sombrear, cambiar el tipo
de línea, vacilar, etc. son indicadores confiables de que el área tan
particularmente atendida es en algún sentido especialmente
significativa para el dibujante.

Las significaciones adjudicadas no son taxativas ni


dogmáticas; son indicadores que intentan orientar la tarea de
interpretación, y que no deben ser aplicados mecánicamente; el
saber teórico general, el conocimiento del método clínico y la
pericia del examinador en el manejo de las pruebas tienen la
responsabilidad del juicio “último práctico” en el caso singular.

Análisis del Contenido.

La consigna impone el contenido: se trata de dibujar una


persona; esto es suficientemente ambiguo como para dejar un
amplio margen al dibujante para que plasme la imagen de “una
persona” tal como está en su interior, construida a través de su
vida por múltiples y variadas experiencias; en lo que se dibuja y
en el modo como se lo hace, intentamos ver un reflejo de ese
interior.

Una vez más, aún a riesgo de fatigar con la insistencia,


recordamos que el dibujo debe ser analizado como un todo; la
separación por áreas que hacemos en esta exposición es un artificio
que sólo se justifica por razones didácticas.

Desde muy antiguo el cuerpo humano fue presentado


dividido en zonas funcionales: la función intelectiva residía en la

134 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

cabeza, la irascible en el tronco, y la concupiscible en la zona


abdominal y pélvica; Menenio Agripa acalló los reclamos de la
plebe romana equiparando en una metáfora la República a un
cuerpo, en el que hay una cabeza para pensar y gobernar, un
estómago que consume, brazos que trabajan y producen; muchos
dichos populares – que citaremos muchas veces, ya que son siempre
atendibles como condensación del sentido común – hacen
referencia a la significación de áreas corporales.

La figura humana tiene una organización y proporción que


debe mantenerse en el dibujo, aún dentro de la amplia libertad de
que se dispone para hacerlo; la falta de armonía del dibujo, sobre
todo en cuanto a una no realista integración de las diversas áreas,
se relaciona con la falta de coordinación armónica de las funciones
representadas, y de allí con inadecuada organización de la
personalidad.

La cabeza:

Principiamos el análisis por la cabeza, no sólo por que es


normal comenzar así el dibujo, sino también por su importancia y
significación, objetivamente evidente en la experiencia personal y
en el sentir y expresarse de las diversas culturas en todos los
tiempos. Siempre ha sido asociada a poder de gobierno, control,
racionalidad: en el “cuerpo social” que imaginaba Platón, la cabeza
eran los filósofos, por que a los sabios les compete gobernar con
acierto. “Estar a la cabeza” es dirigir, “perder la cabeza” significa
actuar de modo inadecuado e irracional, etc.: fácil e
inequívocamente se acredita que este concepto de la cabeza como
centro rector es universal y naturalmente aceptado.
No sólo se ubica allí el cerebro, sino también los principales
órganos sensoriales para la vida de relación, tanto respecto a la
captación del mundo como a la expresión de lo anímico.
La cabeza es tenida por la parte mas digna del cuerpo,
representa a toda la persona, identificamos mejor a los demás por
la cabeza que por cualquier otra parte del cuerpo; lo primero que

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

dibuja el niño pequeño cuando supera la etapa del garabato, es un


círculo que representa la cabeza: pues en la primera infancia, la
expresión del rostro, la voz, la mirada de la madre se asocian con
la satisfacción de las necesidades básicas físicas y de afecto.

Si el dibujo no se comienza por la cabeza como es habitual,


estamos ante una conducta singular, que debe ser evaluada como
tal: puede haber conflictos entre razón e impulsos - se actúa antes
de reflexionar -, dificultades en la relación con el medio, o
perturbaciones en el curso del pensamiento.

No es raro que la cabeza sea dibujada de un tamaño algo


mayor que el exigido por ideales relaciones de proporción con el
resto del cuerpo:12
La cabeza dibujada de un tamaño sensiblemente mayor
es indicio de una especial catectización, lo que puede suceder por:
• Preocupaciones con base objetiva, como es el caso de
quienes han padecido o sufren actualmente problemas
orgánicos: cefaleas, traumatismos, operaciones, etc..
• Hipervaloración de la función de control mediante
intelectualización.
• Narcisismo del rendimiento intelectual (en estos casos suele
acentuarse de alguna manera la frente o la zona occipital,
según el frecuente estereotipo del “inteligente”).
• La “inflación del yo” en paranoides con ideas de grandeza
se expresa con frecuencia dibujando una cabeza algo más
grande que la norma. Por alguna analogía, sujetos
ambiciosos también suelen dibujar así.
• Asimismo los que tienen una dolorosa conciencia de una
capacidad intelectual que no alcanza a llenar sus
aspiraciones o es insuficiente para las exigencias que la

12
.-En el s. I a.C. el arquitecto romano Marcus Vitruvius intentó establecer las «medidas
áureas», las proporciones que debía tener un hombre ideal, lo que fue perfeccionado
muchos siglos después por Leonardo da Vinci; por supuesto que aquí no pretendemos
comparar los dibujos con tales proporciones ideales, sino que nos remitimos a las
apreciaciones que hacemos diariamente.

136 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

vida les plantea: expresan a veces así la importancia que


dan a esa carencia.
• Casi siempre la figura que representa una autoridad social
y /o intelectual suele tener cabeza algo más grande; varones
dependientes, cuando la figura femenina representa a la
madre, frecuentemente la dibujan así.

Tiende a ser más pequeña la cabeza del dibujo de quienes:


• Dudan de su capacidad para controlar sus impulsos
• O desprecian la función de control racional sobre los
mismos y no les importa actuarlos.
• También aquellos que no se interesan por la adquisición
de conocimientos y el ejercicio del pensar.
• Los que sienten tener una capacidad intelectual insuficiente
en relación a lo que sus aspiraciones requieren, la dibujan
notablemente más pequeña, desvalorizándola por la
frustración que les supone; suele haber entonces
sentimientos de minusvalía.
• Un caso aparentemente contradictorio, no frecuente, es el
dibujo de un cuerpo grande, muchas veces corpulento, con
una cabeza desproporcionadamente chica; Machover
interpretó con acierto, pues la clínica lo confirma, que se
trata de sujetos que sienten ambivalencia respecto a la
expresión franca de su vida impulsiva, y “reniegan del
control de la conciencia” que les impide su libre actuación;
quienes así dibujan son casi siempre personas con
pronunciados rasgos obsesivos de carácter, que sin embargo
no son enteramente egosintónicos.
Cabeza sensiblemente más grande o más chica se ve en el
3% de los dibujos del grupo normativo.

• Si la línea de la cabeza está bien marcada, a veces incluso


reforzada, en contraste con un cuerpo de tamaño
aproximadamente normal trazado con líneas débiles e
inseguras, puede pensarse en una especial necesidad de
participación social, deseada pero no lograda, o en la

| 137
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

realización fantaseada de impulsos narcisistas de dominio


social.
• Cuando para una cabeza bien marcada y normalmente
detallada, el cuerpo aparece esfumado, inadecuado,
pobremente detallado, puede tratarse de quien recurre
mucho a la fantasía, o se apoya preferentemente en sus
recursos intelectuales, o tiene sentimientos negativos hacia
su propio cuerpo: culpa, inadecuación, no aceptación.
• Si en cambio es la cabeza la que se presenta con líneas
débiles y poco detallada en cuanto a rasgos faciales, aunque
el resto del cuerpo esté normalmente dibujado, podemos
pensar que quien así dibuja es una persona tal vez tímida,
con dificultades para actuar socialmente.

Goodenough observó que las mujeres, sobre todo


adolescentes, tendían a poner más énfasis en detalles de la cabeza
y rostro, mientras que los varones acentuaban otras partes del
cuerpo: tronco, brazos, etc.; Machover considera que estas
diferencias pueden obedecer a las diversas expectativas que la
sociedad plantea a los sexos: todavía hoy para la mujer en muchos
casos el ubicarse socialmente tiene que ver con la belleza, la
seducción, la simpatía, etc., mientras que al varón se le exige mas
bien rendimiento y afirmación en realizaciones concretas.

El rostro es considerado “la epifanía de lo psíquico”, ya


que ninguna otra parte del cuerpo se le equipara en posibilidades
expresivas y de comunicación; puede haber una expresividad
plasmada conscientemente o no en el rostro de la persona dibujada,
manifestando un “tono anímico” de miedo, agresión,
desvalimiento, depresión, etc., si bien la expresividad del dibujo
no queda limitada al rostro. Machover da importancia a este
aspecto, y considera que los sentimientos así transmitidos pueden
ser interpretados con considerable confiabilidad y contribuir
significativamente al diagnóstico; y Le Boulch agrega que “Las
expresiones persistentes traducirán una estructura
caracterológica, como modo habitual de ser en el mundo o estilo

138 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

de existencia…la actitud positiva o negativa con respecto a los


demás se manifestará necesariamente por medio de reacciones
tónicas que se graban en los músculos del rostro…la expresión
somática traduce fielmente las reacciones afectivas y es
significativa de la forma en que es vivida la relación consigo mismo
y con los demás”. De más está decir que aspecto tan subjetivo ha
de ser juzgado con gran cautela.

La expresividad es más completa en el rostro “de frente”, de


allí lo evasivo del perfil.
• Siendo el rostro nuestra “presencia social”, ocuparse en el
dibujo de los rasgos faciales es una actitud indicadora de
la capacidad y/o necesidad de comunicación e integración
social.
• Acentuar los rasgos faciales, sobre todo cuando el resto
del dibujo no ha sido tratado con igual cuidado, se ve en
los que se interesan particularmente por relacionarse;
buscan compensar en su actuación social la debilidad de
su autoafirmación, aunque el intento puede ser inadecuado
o quedar en la fantasía; muchas veces son sujetos que
“prima facie” aparecen como socialmente dominantes.
• Si el rostro es dibujado recién al final, cuando el resto del
dibujo ya ha sido completado, seguramente hay alguna
dificultad en las relaciones.
• La omisión de los rasgos faciales (“cara vacía”), o un
descuidado y diluido dibujo de los mismos se encuentra en
quienes o no tienen mucho interés en comunicarse, o tienen
manifiestas dificultades para relacionarse y actuar en
sociedad; casi siempre son tímidos, retraídos, superficiales
y cautelosos en el trato con los demás, evitando
comprometerse; esto es más notable si el cuerpo ha sido al
menos normalmente detallado. De los 400 dibujos analizados,
sólo 6 muestran “cara vacía”, casi siempre la primera figura.
• Si en tales casos en el dibujo hay claros signos de
agresividad, puede haber evasión ante el carácter conflictual
de las relaciones humanas; el trato con los demás puede

| 139
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

estar entonces cargado de suspicacia, a veces con algo de


solapada agresividad..
• Si la cara se omite o diluye, pero el contorno de la cabeza
está a la vez remarcado, hay necesidad de participación
social, pero impedida por algún bloqueo interno, por
timidez o por una actitud muy egocéntrica.
• Arrugas en el rostro (suelen hacerse en la frente y en el
surco naso-labial), según Machover aparecen en sujetos
que ponen algún énfasis en la reflexión.

Pasemos a analizar por separado los componentes del rostro:

El cabello ha sido asociado siempre a la vitalidad –fuente


de los impulsos en general -; hay abundantes referencias en todos
los tiempos y culturas al simbolismo sexual del cabello: baste
recordar la historia de Sansón y Dalila, o el fetichismo que toma
como objeto al cabello; una cabellera opulenta habla de energía
vital, mesarse los cabellos fue signo de desesperación, cortarlos o
ensuciarlos, señal de duelo o culpa; cortarlos como actitud ascética
significaba renuncia a los impulsos, y por eso formó parte de los
ritos de iniciación de muchas comunidades religiosas; perder los
cabellos se asocia a fracaso y pobreza, así, “quedar pelado” se
dice del que perdió sus bienes, lo que puede simbolizar castración
En la mujer, el cabello está más asociado a la seducción.

• Una cabellera hirsuta puede significar desarreglo en el


manejo de los impulsos; si un varón dibuja así el cabello
de la figura masculina, con un sombreado vigoroso con
poca delineación de la forma, hace pensar en problemas
con la virilidad que pueden llevar a conductas sexuales
desviadas.
• En el otro extremo, el cabello “ceñido al casco”, como
engominado, se observa casi siempre con otros rasgos de
rigidez y fuerte control, como simetría, detallismo, etc.;
hay algún esfuerzo por el control intelectual de los impulsos.

140 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

• Narcisistas y homosexuales suelen presentar peinados muy


elaborados; también mujeres, sobre todo adolescentes, con
“fantasías de seducción”, que con frecuencia agregan joyas
o algún adorno; un gran moño da en cambio un tono infantil
al dibujo.
• El “jopo” del peinado masculino suele equivaler a una
acentuación fálica, si está enfatizado o tratado de modo
particular.
• Si el cabello cubre la frente, puede ser entendido como
expresión de conflictos entre impulsos y razón.
• Si un varón dibuja una figura masculina prolijamente
peinada, y una mujer con cabello abundante y desordenado,
hay seguramente narcisismo hostil hacia la mujer por
inmadurez psicosexual
• Si el dibujo masculino hecho por un varón se presenta
cuidadosamente peinado, con raya al medio, es muy
probable una fuerte identificación con lo femenino, y un
intento de superación del conflicto mediante narcisismo y
mecanismos obsesivos.
• A despecho de las modas, el largo del cabello sigue siendo
en el dibujo un rasgo de diferenciación – a veces el único –
en cuanto al sexo de las figuras; por ello la inversión de lo
habitual – cabello largo en la figura masculina, muy corto
en la femenina, o ambos dibujos con cabello largo
presentado de modo semejante en ambos sexos, puede
indicar en el varón inadecuada identidad sexual, o al menos
ambivalencia.
En nuestro grupo, el cabello desarreglado es relativamente
frecuente en los dibujos masculinos hechos por varones (11%), y
muy raro en los dibujos hechos por mujeres. Prácticamente nadie
le pone cabello largo a la figura masculina, o corto a la femenina;
ausencia total de cabello se ve 6 veces en dibujos masculinos hechos
por varones.

Las orejas son frecuentemente omitidas en los dibujos, tal


vez por no ser un órgano activo; sobre todo en dibujos no muy

| 141
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

detallados, si no están simplemente ausentes, aparecen apenas


insinuadas, o cubiertas por el cabello; esto en las figuras de frente,
en las presentadas de perfil raramente faltan, aunque tampoco
suelen ser notables.
Esta tendencia normal a descuidar este órgano hace que, “a
contrario sensu”, el acentuarlo de algún modo – en tamaño, forma,
sombreado, borrado, etc. – supone una catectización de su función.
Así, se ven de alguna manera resaltadas (dibujadas con
presión, sombreadas, deformadas, etc.):


Muchas veces, en personas con dificultades auditivas.

En sujetos sensibles a la crítica social, que hacen depender
su autoestima del juicio de los demás.
• En la disposición a “ideas de referencia”, en personas con
características paranoides, muchas veces homosexuales.
• Ya en lo severamente patológico, delirios de referencia o
alucinaciones auditivas pueden llevar a un tratamiento muy
significativo de las orejas.
• Si se dibujan con algún aditamento que sugiera actividad
(ondas, chispas, p.ej.), seguramente hay una más o menos
manifiesta patología.
Remarcadas de alguna manera se ven en 7% de los varones
y 13% de las mujeres.

Aros en las orejas ocasionalmente se insinúan y casi nunca


se los enfatiza; alguna vez aparecen en figuras femeninas muy
detalladas, o en algún dibujo femenino “glamoroso” hecho por
una mujer. Parece que su función no es resaltar las orejas, sino
más bien desviar la atención de las mismas y enmarcar el rostro.
No se les ha atribuido una significación importante, salvo S. Levy,
según quien “con frecuencia los individuos con preocupaciones
sexuales de tipo exhibicionista dibujan aros”

Los ojos tienen una importancia funcional por cierto muy


grande; si el rostro es lo más expresivo del cuerpo, lo es en gran
medida por los ojos, que por eso han sido bien llamados “ventanas

142 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

del alma”, por las que ésta se asoma;


pero además de su gran valor
expresivo, obviamente difícil de
trasladar al dibujo, cumplen la función
de permitir que el mundo externo entre
en nosotros: “ver” equivale a conocer,
en cualquier sentido y de cualquier
modo; “abrir los ojos” es tomar conciencia, mientras que “cerrar
los ojos” es ignorar o directamente negar, cerrarse al mundo, no
querer ver y también no querer ser visto.
Este ver o conocer tanto puede ser un pasivo absorber los
estímulos, o una activa búsqueda de lo que interesa: que para el
sujeto sano es lo que necesita para su vida y desarrollo, para el
paranoide, los objetos amenazantes, para el voyeurista lo que puede
satisfacer sus urgencias perversas, etc..

Los ojos se presentan en los dibujos de diversas formas:


• Si bien es poco frecuente,-(0 %)- alguna vez se encuentra
una cara en la que no se han dibujado, ni siquiera insinuado,
los ojos; lo que sugiere aislamiento social, no enfrentar la
realidad, escaparse en la fantasía.
• Otras veces los ojos se dibujan, pero cerrados: puede ser
que se trate de una defensa contra tendencias voyeuristas,
o un no querer manifestarse o expresarse por algún motivo
(que puede ser alguna culpa), o no querer ver una realidad
indeseable, propia o externa. – 7% en varones, 3% en mujeres.
• Ojos pequeños, cerrados o casi cerrados, a veces indicados
por un par de breves líneas: hacen pensar en el narcisista
que “se autoabastece” sin mayor interés por los datos de la
realidad; se nutren de sus propios juicios, y suelen ser
desconfiados respecto al mundo. En un contexto de
madurez, pueden indicar tendencia a la autoobservación.
• Ojos pequeños dentro de una fosa orbital grande:
ambivalencia, un querer y no querer ver a la vez.
• Ojos sin pupila, vacíos, significan un mirar egocéntrico e
inmaduro, sin mayor diferenciación objetiva de la realidad;

| 143
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

un “ver sin mirar”, de un receptor pasivo. 20% en varones,


4% en los dibujos de las mujeres.
• Si estos ojos “vacíos” son grandes y remarcados pueden
indicar ambivalencia entre curiosidad sexual y culpa por
la misma.13
• Ojos como círculos vacíos, en un dibujo que a la vez
presenta una boca y botones con igual forma, se ven en
sujetos infantiles y regresivos, como indicadores de
dependencia.
• También representan tendencias voyeuristas los “ojos
saltones”; si hay culpa por tales inclinaciones, puede ser
que se dibujen ojos defectuosos (bizcos, p.ej.) como castigo;
algún autor adjudica a los “ojos defectuosos” el significado
de no querer ajustarse a los modos esperados de
comportamiento.
• Los paranoides dibujan ojos penetrantes, que dan la
impresión de una mirada fija; casi siempre para dar tal
impresión recurren a remarcar la pupila, o dibujan sólo ésta.
Pupila remarcada se con una frecuencia de 12% en ambos sexos.
• En varones homosexuales, y en mujeres adolescentes, la
función de seducción sexual de la mirada suele expresarse
en ojos grandes, maquillados, con largas y arqueadas
pestañas.
• Los sujetos extrovertidos suelen dar importancia a los ojos,
dibujándolos más grandes y marcados, al contrario los
introvertidos.

Las pestañas: Los varones las marcan o al menos insinúan


en el 10% de sus dibujos, las mujeres en el 48%. Su valor –adorno,
seducción- depende del énfasis que se ponga en ellas. Varones
homosexuales suelen darle importancia en sus dibujos.

13
.- La «cultura» actual ha legitimado muchas formas de voyeurismo y exhibicionismo,
de modo que en general no se esperan sentimientos de culpa por tal tipo de actividades.
Estas significaciones aportadas en su momento por Machover y otros autores hoy
parecen, para muchos casos, anacrónicas.

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

Las cejas casi nunca merecen la atención del dibujante; faltan


en dibujos poco detallados, o no son más que una sutil línea sobre
los ojos; cobran algún relieve cuando se las utiliza para dar
expresión al rostro. Pueden ir pulcramente delineadas junto a las
pestañas, en el caso arriba citado.
• En la figura masculina, cejas muy pobladas comparten con
otras pilosidades el deseo de acentuar la virilidad; en tales
casos, cuando se presentan desprolijas, a veces uniéndose
ambas cejas en la línea de entreojos, suponen personalidad
más rústica y primitiva en la expresión impulsiva, mientras
que si son más cuidadas hablan de cierto “refinamiento”
en ese aspecto.

La nariz raramente es del todo


omitida, aún en dibujos poco
detallados: una pequeña línea vertical
parece bastar muchas veces; pero otras
es parte importante del dibujo del
rostro; cuando se la quiere resaltar, se
suele elegir el planteo de perfil.
Que la nariz sea importante
depositaria de complejos, lo saben muy
bien – y a veces lo explotan – los
cirujanos plásticos; en los estereotipos
sociales, forma y tamaño de la nariz
están claramente relacionados con
rasgos de la personalidad: es típica la
nariz aguileña del sujeto viril y agresivo, la naricita repingada de
la joven casquivana, la nariz ganchuda de la bruja de los cuentos,
la ancha y chata del sujeto tosco, la afinada de Mefistófeles, etc.
Pero aparte de expresar un “tipo caracterológico”, hay modos
de dibujar la nariz que se asocian con bastante seguridad a
problemas sexuales, por su indudable connotación fálica.
• Sujetos con problemas sexuales tipo impotencia,
eyaculación precoz, etc., distorsionan a veces el dibujo de

| 145
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

la nariz hasta hacerla aparecer como una inequívoca


representación de un pene.
• Fantasías compensatorias de agresividad fálica, en varones,
sobre todo adolescentes, que tratan de afirmarse en un
vacilante rol masculino, suelen expresarse en una nariz
notablemente alargada y puntiaguda.
• Distorsiones aún poco conspicuas, borraduras, sombreados,
refuerzos de la línea, etc., siempre hacen sospechar algún
conflicto en lo sexual; según Machover, los varones que
así dibujan tienden a proyectar sus dificultades sobre la
mujer.
• En dibujos normalmente detallados, la completa ausencia
de la nariz puede indicar un sentimiento de castración.
• Ya no directamente en relación con lo sexual, una nariz
prominente y “enérgica” puede indicar agresividad, incluso
en forma de empuje, fuerza de carácter; y la ausencia de
nariz, o apenas una leve insinuación, tendencia a la
retracción, timidez.
• Machover dice, aunque sin dar fundamentos, que el
remarcar los orificios nasales se relaciona con agresividad.

La boca tiene una obviamente importante significación


simbólica, además de su también importante función. De la boca
sale, por la palabra, el mundo interno para amar, destruir, halagar,
dominar: “de la abundancia del corazón habla la boca”, dice la
Biblia. También incorporamos por la boca el mundo, con toda la
carga de significación que tiene el alimento: comer significa
figuradamente apropiarse, poseer, incorporar de cualquier
manera, sea de modo activo – agresivo, o pasivo – dependiente.
• La omisión de la boca parece relacionarse con culpa por la
agresividad oral; también suele ser omitida por depresivos,
que expresan así su retraimiento y pobre comunicación;
por lo mismo suele también faltar en los dibujos de sujetos
tímidos e inseguros para la relación social. Los asmáticos
omiten muchas veces dibujar la boca.

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

• Una exagerada acentuación parece relacionarse con


problemas de alimentación, o con coprolalia o agresividad
oral.
• Una boca cóncava, abierta, receptiva, dibujada como un
círculo u óvalo, indica dependencia, pasividad; esta
significación se refuerza si además hay en el dibujo botones
e incluso los ojos como pequeños círculos.
• Cuando es dibujada con una línea trazada con presión,
sugiere agresividad verbal, a veces en forma de actitud
hipercrítica; esto es más claro si esa línea termina en punta
o en un pequeño gancho. (Pero una línea recta y firme
aunque sin gran presión puede significar, según el contexto,
energía y decisión al expresarse.)
• Cuando tal línea comienza con fuerte presión, pero el que
dibuja la va disminuyendo dando la impresión de un trazo
no acabado, indicaría una fuerte tendencia a la agresión
verbal, pero el temor al rechazo hace que el individuo se
frene.
• Trazada con una línea curvada hacia arriba, simulando una
sonrisa, se ve en sujetos necesitados de aprobación social:
se la encuentra en 15% de los dibujos realizados por varones y
en 27% de los de mujeres.
• Mientras que la curva hacia abajo – la “omega invertida”
de la semiología psiquiátrica clásica – se asocia con ánimo
depresivo. – 0% en nuestro grupo investigado.

Los labios bien delineados, gruesos y “sensuales”, más aún


si tienen forma de “arco de Cupido”, en la figura masculina los
dibujan homosexuales junto con otros signos de narcisismo; en la
figura femenina, con aditamentos cosméticos, chicas adolescentes
con “fantasías de seducción”.
Machover ha encontrado historias de erotismo oral en quienes
dibujan con una pajita o palillo entre los labios.

La lengua casi nunca aparece en el dibujo; pero una boca


entreabierta que la muestra, señala refuerzo de las tendencias orales

| 147
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

con características primitivas, y eventualmente fantasías eróticas


de ese nivel.

Los dientes tampoco aparecen con frecuencia en los dibujos,


aunque suelen verse en sujetos inmaduros; no debe olvidarse su
potencialidad agresiva, que ha quedado plasmada en expresiones
tales como “mostrar los dientes”, “pelear con uñas y dientes”; la
costumbre de los primitivos de adornarse con los dientes y las
garras del animal vencido implicaba la victoria definitiva, y a la
vez apropiarse mágicamente de su agresividad.
Así, pues, el dibujar los dientes indica agresividad infantil,
lo que se extrema cuando los dientes son puntiagudos, como los
de un serrucho, en dibujos casi siempre con mucho de primitivos.
Pero la mera insinuación de dientes, en un dibujo al menos
regularmente detallado, debe juzgarse según las características del
mismo, y puede que no tengan una significación negativa.

El mentón contribuye mucho a la expresión del rostro y a


tipificar la persona dibujada: quien repase en su memoria los
rostros de personajes de famosas historietas, fácilmente
reconocerá algunos estereotipos caracterizados en gran medida
por su mentón.
• El mentón ancho y anguloso, “cuadrado”, corresponde a
personajes enérgicos, agresivos y “muy masculinos”; o que
compensan su debilidad, presentándose como socialmente
fuertes y dominantes. Si la línea del perfil facial está
reforzada, mientras que en otras partes del dibujo las líneas
son más débiles, los rasgos citados alimentan la fantasía y
no se expresan tanto en la conducta.
• El mentón débil, más fino y redondeado, aparece en el
rostro de figuras más delicadas y femeninas.
• Alargado, afinado casi en punta (a veces tomando esa forma
por la barba) corresponde a figuras, habitualmente
masculinas, con algo de “diabólicas”, enigmáticas y de
intenciones tortuosas; afinado y saliente (la bruja), es
característico de malignidad.

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

Mentón y nariz habitualmente “hacen juego” con similar


significación; si son contradictorios pueden indicar rasgos de
carácter disociados y aún opuestos.

La barba, como atributo masculino, debe entenderse como


un refuerzo del rol; esto es particularmente claro cuando la
barba es casi lo único que diferencia el sexo en los dibujos.
• Cuando la barba es notable, y sobre todo si está
“desarreglada”, es más fuerte la necesidad de acentuar los
rasgos viriles, en sujetos que necesitan compensar un
sentimiento de inseguridad en cuanto a su identidad sexual.
• El bigote cumple la misma función, pero casi nunca se lo
dibuja independientemente de la barba.
• Cuando, en dibujos hechos por una mujer, la figura
masculina aparece con barba, también puede indicar la
necesidad de definir el propio rol sexual acentuando las
diferencias, sobre todo si los dibujos son en ese aspecto
ambiguos.
• Si la figura dibujada es claramente una representación
paterna, la barba y el bigote pueden ser en ese caso sólo un
estereotipo.
Sólo 2% de los varones, y 8% de las mujeres le pone barba a
la figura masculina.

******

Como arriba dijimos, desde antiguo se ha considerado al


cuerpo dividido en tres zonas funcionales principales: cabeza,
tronco y abdomen-pelvis, cuya separación está marcada por el
cuello y la cintura.
Si la cabeza es centro de control, y el resto del cuerpo, fuente
de los impulsos, el cuello cumple funciones de comunicación - o
de intercepción – entre ambos sectores y sus significados.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

El cuello “normal”, proporcionado, sin refuerzos,


sombreados, etc., sugiere que el sujeto se siente con comodidad y
confianza en la relación impulsos –control.
• Como cosa general: un cuello un tanto largo y fino es un
rasgo femenino, más corto y grueso, masculino.
• Si es tan corto y grueso que casi no separa cabeza y tronco,
como si fuera una vía breve y amplia para el tránsito de los
impulsos, habla de una tendencia a la actuación impulsiva
espontánea, y de las consiguientes dificultades para
mantener el control racional, particularmente de la
agresividad; con esta significación a veces hay una casi
completa omisión del cuello, sobre todo en dibujos con
otros indicadores de fuerza y agresión, como p.ej. un tórax
amplio.
• También puede faltar en dibujos de deficientes mentales o
en adultos regresivos.

En general se considera que si el cuello es mas bien fino y


notablemente largo hay, por razones diversas, necesidad
de “poner distancia” de los impulsos, que pueden entonces
no estar bien integrados en el manejo racional; lo que es
mas seguro si el pecho es amplio y fuerte.
• En particular, se lo encuentra así dibujado en sujetos
moralistas, de rígido control.
• También en esquizoides que consideran su cuerpo débil y
compensan con fantasías de poder y agresión; en
esquizofrénicos, como una expresión más de las escisiones
en la personalidad.
• Se lo ve asimismo cuando hay trastornos digestivos
psicosomáticos.
• Un cuello bien largo y delgado, dando impresión de ágil y
flexible, para facilitar la orientación de la cabeza y de los
órganos de captación del entorno, muy posiblemente se
relacione con la necesidad de atenta vigilancia típica del
paranoide.

150 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

• También suelen dibujar un cuello largo los que se esfuerzan


por sobresalir sobre los demás.

A veces algún aditamento del dibujo es utilizado para


representar la necesidad de poner barreras: una gargantilla muy
marcada y elaborada, una prenda de cuello ajustado y también
remarcado pueden tener tal significación.

Remarcar en el cuello de la figura masculina el hioides (“nuez


de Adán”) es un modo de reforzar los rasgos viriles; sólo 4% de
los varones la dibuja, y 1% de las mujeres.
Si esto sucede en el dibujo femenino – lo que es muy raro –
supone atribución de virilidad a la mujer.

******

Continuando la secuencia que nos hemos propuesto, nos


encontramos con el tronco .
Desde la antigüedad se consideró a esta parte del cuerpo
depositaria de la vida impulsiva y de las fuerzas primitivas de la
vitalidad, y esta significación está con frecuencia claramente
presente en los dibujos.
• Si es omitido, derivando miembros elementalmente
dibujados (casi siempre unilineales) directamente de la
cabeza, estaríamos ante un dibujo patológicamente
regresivo, semejante al del niño muy pequeño.
• En personas depresivas o desorganizadas, se suelen
encontrar figuras de tamaño casi siempre algo menor al
promedio, indiferenciadas y carentes de detalles, en las que
el tronco es dibujado con dos líneas paralelas que bajan
hasta unos pies precarios desde unos hombros estrechos.
Esto aparece sólo 1 vez en los 400 dibujos de la muestra.
• En sujetos algo mejor integrados, un dibujo semejante, sin
cerrar la parte inferior, se asocia a preocupaciones sexuales.
• Un tronco muy delgado, estrecho, a sentimientos de
debilidad, disconformidad con el propio cuerpo.

| 151
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

• El tronco “cuadrado” se ve en sujetos muy inmaduros o de


poca inteligencia.

******

La cintura divide al tronco en dos zonas: el pecho y la pelvis,


que de alguna manera deben presentarse diferenciados en el dibujo.
El pecho, en el varón, está asociado a fuerza, en la mujer a
la función nutricia, por la ubicación allí de los senos. Está
conformado en la parte superior por los hombros, con la cintura
como límite inferior.

Los hombros caracterizan en gran medida la forma del


pecho; si son anchos refieren poder físico y virilidad; el narcisismo
corporal masculino se expresa frecuentemente en un pecho con
forma de triángulo equilátero invertido: es el estereotipo “atlético”,
que muchas veces aparece como compensación de sentimientos
de debilidad, incluso físicos, o como intento de reforzar una
virilidad íntimamente vacilante.
• Indicarían “fuerza” en el sentido de la disposición –o fan-
tasía – a actuar, disponer, emprender (independientemente
de la capacidad para ello); por eso se relacionan con la
autoestima
• Por tal razón no es raro encontrar en la figura masculina
un tratamiento de los hombros como zona conflictual:
exageración de la forma, borraduras, sombreados, casi
siempre mediante líneas adjuntas.
• Sujetos tímidos, inhibidos, desvalorizados, dibujan
hombros débiles, a veces casi inexistentes, en la figura
masculina; o muy anchos y fuertes, a veces
desproporcionados, por compensación.
• En la figura femenina no se les presta a los hombros mayor
atención; cuando se presentan notables, casi “masculinos”,
sugieren una idea fálica de la mujer, que puede entonces
representar una imagen materna fuerte y dominante; si

152 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

quien dibuja es una mujer, puede haber una identificación


con tal figura; si es un varón, muy posiblemente se tratará
de un sujeto dependiente, que a la vez acentuará los senos
de la figura femenina y dibujará una figura masculina más
débil.

Los senos se relacionan con la función nutricia y a la vez


caracterizan, con las caderas, la forma femenina del cuerpo; en la
figura “normal” suelen estar sólo indicados, en los perfiles, por
una pequeña prominencia, en la figura de frente, por dos arcos de
círculo.
• En los dibujos realizados por varones, casi siempre se
relacionan con sentimientos de dependencia cuando de
algún modo se los hace resaltar; si el dibujo es realizado
por una mujer, junto con otras evidencias de “seducción”
pueden tener mas bien una significación relacionada con
lo sexual.
• Varones inmaduros y dependientes suelen darles un
tratamiento conflictual: sea sombreando esa zona,
reforzando el trazo o adjuntando líneas a la principal que
los insinúa; no es raro que este sombrear con líneas débiles
se realice a ambos costados del pecho, a la altura de los
senos. Si las tendencias dependientes están más elaboradas,
los senos pueden ser reemplazados por bolsillos colocados
en su lugar, con mayor o menor refuerzo o detallismo.
• Varones con severa confusión sexual pueden insinuar senos
en la figura masculina, y a la vez casi siempre masculinizan
la femenina, p.ej. poniéndole anchos hombros.
• Una mujer que rechaza su rol o teme la madurez puede
omitir aún la insinuación de senos en la figura que
representa su autoimagen.
• Si una mujer realza los senos de una figura femenina con
rasgos de fuerza, hace presumir identificación con una
madre dominante.
• Un tratamiento conspicuo de los senos (así como de otros
rasgos específicos de cada sexo) puede ser también un modo

| 153
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

de remarcar las diferencias sexuales como intento de


resolver la propia ambigüedad.

La zona pélvica representa la función sexual, con sus


diversas connotaciones, y tiene con frecuencia particular
importancia en el dibujo de la figura femenina.
• Se supone que se han de diferenciar los dibujos de los sexos
en el tratamiento que se les da a las caderas (y en el perfil,
a las nalgas); la no diferenciación insinúa conflictos, que
serán juzgados según el sexo del dibujante.
• Si una mujer no insinúa al menos en el dibujo lo normal de
la forma pélvica femenina, probablemente se trata de
represión de la sexualidad. También puede ser que esté en
desacuerdo con su rol, lo que es más seguro si también se
descuida el dibujo de los senos.
• Si en cambio remarca estas áreas, sobre todo en un dibujo
con bien delineados rasgos femeninos, o hay una buena
identificación con su condición, o puede ser que se apoye
y reasegure con su rol femenino.
• El varón que “redondea” la cadera de la figura masculina
(o en el perfil, si acentúa las nalgas), muy probablemente
tenga fuertes tendencias homosexuales.
• En general se presumen problemas en lo sexual si la zona
pélvica es remarcada, sombreada, borrada, transparentada,
etc.. También en varones que con un saco demasiado largo,
ocultan esta zona del cuerpo, o la acentúan disimuladamente
ensanchando un tanto la parte inferior de esa prenda.

La cintura separa ambas zonas del tronco; de allí que:


• En la figura femenina, una cintura muy estrecha y ajustada
puede expresar el deseo de acentuar las caderas y su
significado, o, menos probable, la necesidad de aislar y
controlar los impulsos sexuales. El resalte de las caderas
logrado de ese modo en la figura masculina hecha por un
varón, habla de una identificación femenina.

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

• La negación o la sola reticencia a continuar el dibujo por


debajo de la línea de la cintura evidencia problemas con la
sexualidad.
• Con el fin de “remarcar las zonas” y separarlas, suele usarse
un cinturón elaborado, con líneas reforzadas, sombreado,
etc.; los varones suelen dibujar un cinturón muy marcado
como modo de indicar la necesidad de controlar los
impulsos sexuales.

El ombligo es normalmente indicado con un punto en


desnudos o figuras apenas vestidas, si estos dibujos son
normalmente detallados; pero si son elementales, vacíos y carentes
aún de otros detalles obvios, la presencia del ombligo como único
detalle indica dependencia, aunque haya algunos –elementales –
rasgos faciales.

La hebilla del cinturón particularmente marcada es también


indicio de dependencia, en cuanto supone prestar particular atención
a la zona umbilical.

******

Brazos y manos funcionalmente son


depositarios de la capacidad de acción y
realización, de manejo y dominio del medio14;
para bien o para mal, son instrumentos
ejecutores de muchos de los impulsos; con ellos
se acaricia o se mata, se da o se quita, se
construye o destruye, se explora el propio
cuerpo y se relaciona uno con el de los demás;
real o simbólicamente se dice “tener mano
fuerte”, “dar una mano”, “tener las manos
atadas”, se habla del “brazo armado de la

14
.- Los griegos usaban la misma palabra (÷Ýéñ) para nombrar la “mano”, o para significar
“actividad”, “dominio”.

| 155
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

justicia” o de ser “el brazo derecho” de alguien. El surgimiento


del hombre en la naturaleza, con su capacidad de transformación
de la misma, ha sido caracterizado como “la revolución de las
manos”. Recuérdese además que, si bien la boca es muy
importante, lo primero que el infante explora activamente es la
mano.
Al ser órganos polifuncionales, es comprensible que estén
cargados de significaciones potenciales.

Los brazos aparecen desde temprano en dibujos infantiles,


aún elementales; casi nunca faltan en los de adultos, y su eventual
omisión tiene siempre algún significado importante:
• Depresivos y esquizofrénicos a veces los omiten
expresando así su retracción de la realidad, su falta de
interés en la relación activa con personas y cosas.
• Sentimientos de culpa derivados de la propia actividad
también pueden llevar a la omisión.
• Alguna vez sucede que la causa es un fuerte sentimiento
de impotencia para el necesario manejo de circunstancias
actuales, lo que hace sentir al que dibuja “con los brazos
cortados”
• Varones adultos que no se han sentido aceptados por sus
madres en la infancia (y por eso ahora se creen rechazados
por otras mujeres) pueden dibujar la figura femenina sin
brazos; a veces en tales casos la figura masculina tiene los
brazos extendidos hacia delante, como pidiendo o
esperando algo.
• Aunque muy raramente, pueden omitir los brazos en
cualquiera de las figuras o en ambas, quienes se han sentido
rechazados aún por sus pares en la niñez.
• Mientras que si se dibujan brazos largos y fuertes a la figura
femenina, se supone la necesidad de una madre protectora
y afectuosa.
• Una forma menos drástica de omitir los brazos es llevarlos
atrás, contra la espalda, en figuras de frente.

156 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

Del vigor y posición de los brazos pueden sacarse


conclusiones sobre la disposición a la acción y la índole de la
misma; esto suele verse con más evidencia en las figuras
masculinas dibujadas por varones, ya que, como dijimos, estos
tienden a poner más énfasis en los brazos que las mujeres.

• Brazos fuertes, junto a otros signos de vitalidad y vigor,


hacen pensar en confianza en la propia capacidad de
realizaciones.
• Si además son algo más largos que lo habitual, sugieren
ambición de realizaciones o de cosas, o de dominio del
ambiente, incluso agresivamente, particularmente si
muestran algún movimiento; si no, puede que la ambición
se vea frustrada por la inseguridad.
• Pero si, siendo largos, son débiles, hacen suponer que se
desea esa relación con el medio pero sin llegar a un manejo
activo del mismo; es decir, puede haber la ambición, pero
con poca capacidad de ejecución. También pueden expresar
necesidad de afecto.
• Personas que han visto reducida su eficiencia en la acción
por razones físicas o de otra índole, lo evidencian dibujando
brazos débiles, con líneas vacilantes. También cuando no
se logran buenos contactos sociales.
• Notablemente cortos, sugieren retraimiento, dificultades
para relacionarse. Si además parecen débiles, puede que
falte la suficiente confianza en la lucha por la vida.
• En sujetos que han sufrido una fuerte presión educativa
(“sobreeducados”) pueden indicar temor a actuar con mas
amplitud y espontaneidad.
• Brazos asimétricos (uno más corto y/o más débil):
inseguridad en la acción, ambivalencia respecto al contacto
o a las realizaciones.

Debe atenderse a la posición que adoptan los brazos en la


figura, lo que puede decir mucho sobre la cualidad de la relación
con el medio:

| 157
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

• Caídos, flojos, “como colgando”: retracción, pasividad,


poca energía para la acción y la relación.
• Separados del cuerpo dando impresión de actividad y
tensión, hablan de impulsos agresivos, positivos o no.
• Pero rígidos y separados del cuerpo, a veces casi
horizontales, las más de las veces en dibujos simples y más
bien pequeños, se asocian con contactos pobres en cuanto
a afectos, sin calidez ni profundidad.15 Si la figura dibujada
tiene aspecto infantil, se trata más bien de una sensación
de desvalimiento y dependencia.
• Si aparecen tensos, pegados al cuerpo, sugieren rigidez
defensiva.
• Pegados al cuerpo, flojos y además con las manos en los
bolsillos: personas que eluden manejar activamente las
situaciones; puede que sean algo pasivas y dependientes.
• Si parecen alejarse pero vuelven hacia el cuerpo, de modo
algo semejante a la posición de “brazos en jarra”, suponen
un compromiso entre realizaciones externas y narcisismo.

La significación de los brazos y de su posición se completa


muchas veces tomando en cuenta el dibujo de las manos; dibujarlas
parece ser para muchos dificultoso, y así lo expresan con
frecuencia los examinados; pero es raro que se las omita:
Machover dice que el tratamiento con modalidades conflictuales
de manos y pies (omisiones, borraduras, sombreados, etc.) es muy
frecuente “en nuestra sociedad competitiva, exigente y llena de
contradicciones”, de modo que no han de ser interpretados como
“rasgos neuróticos” a no ser que otros factores induzcan a tal
interpretación; ya puede verse aquí la incidencia de factores
culturales: pues la autora citada se refiere a la sociedad
(norte)americana; en nuestro medio, la ausencia de las manos es
muy infrecuente (no más del 3 %)
15
.- Sin embargo alguna vez sucede que la situación es más individual: un joven con
buena formación religiosa, que dibuja una figura masculina de pie, al centro de la hoja
con los brazos abiertos, explica que «se autorepresenta en forma de cruz, queriendo en
la vertical unir la tierra al cielo, y con los brazos representando su deseo de acoger a
todos en ese mismo ideal». Siempre debemos estar atentos a la singularidad.

158 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

La omisión de las manos supone en general algún conflicto


con lo que las manos significan funcionalmente, de modo más
radical que lo que se dice en los tres puntos siguientes.
• Para no dibujarlas sin dar la evidencia de una omisión, se
suele recurrir a ponerlas a la espalda, o a dibujar los brazos
como si las manos estuviesen en los bolsillos; (esto pasa en
el 7% de los dibujos hechos por varones, y 3% en los de mujeres).
Puede ser entonces que haya dificultades para el contacto
o la acción, o poca disposición para ello, o culpa por algo
que se ha hecho; Machover relaciona esto a veces con
delincuentes o psicópatas haraganes.
• Dibujadas pálidamente, borrosas: falta de confianza en la
propia productividad.
• Sombreadas, deformes: culpa por algo, casi siempre en
relación con la sexualidad o agresividad.
• Manos grandes: compensación por dificultades de contacto
o realización, o por debilidad física; también agresividad.
(Las manos están muy relacionadas con la agresividad,
como fácilmente se comprende: la costumbre de saludarse
“dándose las manos” parece tener su origen en una actitud
de renuncia a la agresión).
• Como puños cerrados, se asocian con agresión reprimida,
si los brazos están pegados al cuerpo: en estos casos es
más probable que la agresión se manifieste en síntomas, y
no en la conducta, o sólo indirectamente. Pero si con los
puños cerrados, los brazos se alejan del cuerpo dando
impresión de dinamismo, entonces la agresividad puede
ser actuada.
• La mano abierta, con los brazos algo alejados del cuerpo,
habla de indefensión o de renuncia a la agresión, sobre todo
si la palma de la mano está claramente de frente.
• La mano enguantada, sin diferenciar los dedos, como con
guantes de box o de esquiar, indica represión de la agresión
(“gato con guantes no caza ratones”); eventualmente la
agresión puede tomar formas furtivas.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

• Según algunos autores, las manos de las figuras masculinas


con guantes comunes indicarían deseos sexuales
reprimidos, timidez en el trato con el otro sexo; en la figura
femenina, en cambio, los guantes darían una nota de
erotismo.
• Si la mano cubre la zona genital sugiere conflictos de alguna
índole en lo sexual.
• En general, - como sucede con otros miembros – vacilar
cuando se trata de dibujar las manos, borrar o retocar con
alguna insistencia, y actitudes similares, sugieren algún
problema relacionado con la significación de las mismas,
que suele ser inseguridad, poca autoconfianza en un nivel
que no sale mucho de lo “normal”; pero si las citadas
actitudes son muy notables, y/o se agregan sombreados,
deformaciones, etc., se les debe prestar más atención.

Los dedos, si bien forman parte


de las manos, merecen ser atendidos
en algunos aspectos particulares; su
importancia funcional no necesita ser
puesta de relieve: tal vez por eso los
niños pequeños los dibujan antes que
las manos, y si se encuentran así en
dibujos de adultos- o sea, como
saliendo directamente del brazo -, se
trata de un rasgo severamente
regresivo.
• Los dedos unilineales indican una agresividad primitiva,
más aún si son dibujados saliendo del brazo (como sin
manos); pero si forman parte de un dibujo con otros rasgos
regresivos, pueden no indicar otra cosa que lo poco
evolucionado de esa personalidad.
• Dedos largos y agudos como puñales, o manos y dedos
dibujados en forma de garras o herramientas (pinzas, tijeras,

160 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

etc.), son indicadores seguros de agresividad. No se ven en


ningún dibujo hecho por mujeres, y 7 veces en los varones.
• Si bien los dedos largos pueden tener en muchos casos
connotación fálica, ésta significación debe ser consistente
con otros aspectos del dibujo.
• Son signo de infantilismo dedos muy cortos, casi no
diferenciados de las manos; también cortos y anchos, como
“en forma de pétalos”: llamativamente, aparecen así en 9%
de los dibujos hechos por varones, y en 30% de los dibujados
por mujeres.
• Si los dedos se dibujan muy juntos, apenas separados por
una línea, son señal de agresión reprimida; Machover los
ha encontrado en personas que se retraen del contacto
emocional por temor a sus propios impulsos agresivos.
• En cambio dedos muy separados, abiertos “en abanico”,
dan impresión de infantilismo, pasividad e indefensión
(recuérdese lo dicho de las “manos abiertas”).
• Sujetos ambiciosos pueden dibujar más de cinco dedos,
mientras que la falta de un dedo – sobre todo pulgar o índice,
y más si da impresión de haber sido cortado -, puede estar
significando un “sentimiento de castración”, lo que se
encuentra en 11 % de los dibujos de los varones, y en el 21 % de
los hechos por mujeres.

Las uñas, con los dedos y las


manos, son una unidad de significación,
que hemos separado sólo pretendiendo
una más clara exposición; conforman un
“subtotal”, dentro de la Gestalt general
que es el cuerpo, que como tal debe ser
analizado; pero las uñas merecen un
párrafo aparte: con los dientes, son
nuestras “armas naturales”, y conservan
su significado agresivo.
• En los arriba citados “dedos puntiagudos” no suelen
diferenciarse las uñas; tampoco cuando las manos y dedos

| 161
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

se dibujan como garras, etc.; pero cuando son remarcadas


cuidadosamente, junto con otros detalles de los dedos, como
los “nudillos”, se indica un control obsesivo de la agresión.
• Si en la figura femenina – en dibujo hecho por una mujer –
aparecen las uñas pintadas, puede tratarse de un elemento
más dentro de la preocupación “cosmética” evidenciada
en el dibujo; en otro contexto, se pueden asociar a una
elaboración de la actitud agresiva; o, según lo dicho en el
párrafo anterior, formar parte del “trato cuidadoso” de matiz
obsesivo. De todos modos es muy poco frecuente que las
uñas sean “pintadas” en el dibujo.

******

Piernas y pies son los pilares en que se asienta el cuerpo,


los responsables de su estabilidad: “aguantar a pie firme”, “estar
bien parado” quiere decir solidez, firmeza, mientras que la
precariedad se expresa en dichos tales como “tener pies de barro”
(en alusión a la narración bíblica), “no poder mantenerse en los
propios pies”, etc.; o sea: la consistencia y estabilidad de la postura
personal, reflejo de la solidez interior, tiene que ver con el modo
cómo se dibujan las piernas:
• Delgadas, débiles, vacilantes, tanto en su contextura como
en la línea, se ven en sujetos inseguros, con poca
autoconfianza.
• Personas de edad avanzada, sobre todo varones, que se
sienten declinantes por la edad o la salud, suelen dibujar
unas piernas unilineales, con trazo inseguro, como
prolongaciones de los límites del tronco, agregando unos
pies igualmente precarios.

El dibujo de piernas y pies se presta igualmente para expresar


conflictos sexuales:
• Varones sexualmente inmaduros dibujan las piernas
bajando líneas desde el tronco como si fuera una pollera, y
después con una línea central vertical tratan de dar la idea

162 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

de pantalones.
• Piernas notablemente musculosas, de aspecto masculino,
en la figura femenina, es un dato que apunta a confusión
sexual.
• Resistencia a relacionarse sexualmente – por represión, o
tal vez por una concepción agresiva de la sexualidad
masculina – lleva a algunas mujeres a dibujar la figura
femenina con piernas firmemente apretadas; aunque esto
también puede ser expresión de un deseo reprimido. 10%
de las mujeres dibuja así la figura femenina.
• Si la figura femenina es dibujada así por un varón, se trata
a veces de temor a sentirse rechazado sexualmente, lo que
se observa en 6% de los dibujos.

Los pies son tratados de modo diferente según el sexo:


• Siempre se ha considerado que tener pies pequeños es un
rasgo femenino; por lo que si un varón dibuja así los pies
de la figura masculina, puede señalar inseguridad y tal vez
afeminamiento, mientras que dibujarlos grandes y notables
habla de necesidad de seguridad.
• Omitir los pies en el dibujo es muy raro, y puede
considerarse un indicador de inseguridad. Los pies faltan
sólo en 9 de los 400 dibujos de la muestra.
• Los pies pueden tener connotación fálica, como se ve por
su virtualidad agresiva y su relación con aberraciones
sexuales; los varones con inadecuación sexual o los dibujan
muy pequeños, o compensatoriamente mas grandes,
alargados y dándoles mediante el calzado forma puntiaguda,
alargada (fálica).
• El significado de los dedos de los pies es análogo al de los
de las manos; particularmente notable es la agresividad que
se expresa en dedos punzantes, como garras, etc., a veces
visibles sin calzado aún cuando la persona dibujada esté
vestida, aunque sea elementalmente.

******

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

La gran mayoría de los examinados responde a la consigna


dibujando una figura en alguna manera vestida.
La vestimenta ha tenido siempre la función de adornar y
resaltar partes del cuerpo, también de cubrir en relación con el
pudor y con la necesidad de protección; estas funciones del vestido
han estado siempre condicionadas por circunstancias tales como
rol social, presión cultural, ambiente físico, etc., y a estos
condicionamientos se les ha dado diferentes respuestas según las
épocas y circunstancias.
La vestimenta, en el dibujo como en la vida real, parece
representar algo más superficial, lo que se es en apariencia o lo
que conscientemente se desea representar; expresa más al
“personaje” que a la persona, con mucha frecuencia tiene algo de
“máscara” y de necesidad de diferenciación.

• La duda con frecuencia inicialmente expresada antes de


comenzar, si se ha de dibujar la persona vestida o desnuda,
sugiere algún conflicto con la autoimagen, particularmente
en relación con la sexualidad.
• A veces se recurre a alguna característica de la vestimenta
como única diferenciación sexual, evidenciando una
resolución superficial de una ambigüedad básica.
• Otras, indica la edad: un adulto vestido formalmente, casi
siempre “fuera de moda”, puede ser la representación del
padre o madre.
• Marcar cuidadosamente las rayas del planchado del
pantalón es, según Machover, hacer ostentación de rasgos
masculinos, tal vez compensatorios.
• Además, el vestido se presta mejor que el cuerpo para sumar
detalles, de modo que quienes se ven inclinados al control
rígido y obsesivo que se expresa en el “detallismo”,
encuentran en la vestimenta una mejor oportunidad de
acumular detalles abundantes y precisos.

Entre estos podemos referirnos a los botones, que, a pesar


de su aparente intrascendencia, no carecen de interés en cuanto a
su significación.

164 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

Llama la atención que los uniformes, que marcan la


dependencia de una institución, tienen habitualmente muchos
botones; se solía llamar “botones” tal vez por ese motivo al
servidor de un hotel.

• De hecho los botones aparecen multiplicados, reforzados,


ostensibles, en sujetos dependientes.
• Cuando aparecen como pequeños círculos, sobre todo si la
boca ha sido trazada de igual manera (a veces también los
ojos), son signo confiable de dependencia oral.
• También sucede que los botones, aunque en sí dibujados
de modo irrelevante, se utilizan para acentuar la línea media
de la figura.
• Si se prolonga esta línea de botones por debajo de la cintura,
sobre todo en el dibujo masculino, revelan preocupaciones
sexuales.
• Agregados en la bocamanga del saco o en el puño o cuello
de la camisa, añaden una nota de matiz obsesivo.

No muy diferente es la significación atribuida a los bolsillos,


que habitualmente reciben menos énfasis en los dibujos hechos
por mujeres; puesto que simbolizan un órgano receptivo, se asocian
con dependencia y carencia afectiva; dibujados en el pecho de la
figura femenina, reemplazan de una manera en mayor o menor
medida elaborada, la acentuación de los senos.

En varones jóvenes, el modo de dibujar la corbata – según


Machover también el pañuelo en el bolsillo superior del saco –
revelan conflictos sexuales por el simbolismo fálico.
· Una corbata acentuada en el trazo o el tamaño, más
todavía si está desarreglada, o “volando” se entiende como
expresión de agresividad fálica en sujetos necesitados de compensar
sus sentimientos de impotencia; mientras que pequeña, fina, poco
conspicua, va más bien con sentimientos de inadecuación e
insuficiencia; dibujada con mucho cuidado en una figura de aspecto
afeminado, hace pensar que el dibujante es homosexual.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

En cuanto a la “corbata moñito”, que rara vez aparece, la


significación no se ha establecido.

El cinturón que marca y refuerza


la cintura y su significación, pone en
evidencia la necesidad de establecer
“compartimentos estancos”: sobre todo si
es grueso, sombreado, muy ajustado, etc..

La hebilla del mismo, por su


ubicación en la zona umbilical, se asocia
con dependencia, si está de alguna forma
acentuada.

El calzado puede ser dibujado con una inequívoca


connotación fálica por sujetos, casi siempre adultos, con problemas
sexuales tipo impotencia o eyaculación precoz. Los varones jóvenes
no suelen prestarle mayor atención, en cambio no es raro que las
adolescentes hagan un tratamiento detallado del calzado, sobre todo
de la figura masculina, implicando un acento obsesivo sobre una
prenda con posibles significaciones sexuales.
Un detallismo también de matiz obsesivo puede expresarse
allí en quienes dibujan cuidadosamente el lazo de los cordones,
etc..

El sombrero parece haber sido en su origen un símbolo de


poder, en cuanto se hacía resaltar así la cabeza, como lo evidencia
una elaboración del mismo, la corona; quitarse el sombrero ante
otro indicaba sumisión, respeto y reconocimiento de la propia
menor jerarquía social; en otros tiempos, algunos nobles
preeminentes obtenían como especial privilegio el “no
descubrirse” ante el Rey. Aún cuando el cubrirse la cabeza tuviera
como fin su protección, casi siempre los yelmos o cascos tenían
agregados indicadores de jerarquía o poder.
Pero en la mujer, cubrirse la cabeza significaba lo contrario,
“no tener cabeza”, por tanto carecer de poder, autonomía, etc; tal

166 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

es el sentido de la “capucha” en los hábitos monacales; y es hoy la


significación del “velo islámico”.

• La literatura psicoanalítica hace frecuentes referencias al


significado fálico del sombrero (por su referida relación
con el poder) y la forma que se le da en algunos dibujos,
sobre todo al “ala”, parece confirmar esto.
• Esta prenda se dibuja con poca frecuencia, y casi
exclusivamente en la figura masculina; para los muy raros
casos en que la mujer es dibujada con sombrero, Machover
no hace hipótesis sobre su significado.
• En figuras muy poco elaboradas o incluso regresivas, el
sombrero que transparenta la cabeza se asocia con
sexualidad muy inmadura.
• Si un varón dibuja una figura masculina con un sombrero
notable, y la femenina con cabellera enfatizada, muy
posiblemente se trate de un sujeto que ha permanecido
psicosexualmente infantil pero alimenta fantasías de
virilidad; casi siempre la mujer es representada entonces
con rasgos de mayor fuerza y afirmación.

La vestimenta ha tenido –y tiene, aún hoy en muchos casos-


la función de “agrandar” la presencia del cuerpo, y dar así
impresión de poder: todavía puede verse en las “hombreras” de
algunos trajes, en las vestimentas ceremoniales de los reyes o en
las rituales de sacerdotes; esa función también la cumple el
sombrero, exaltando la altura de la persona; y en especial la capa,
que incrementa manifiestamente el volumen de la figura. En la
naturaleza, algunos animales recurren también a la “apariencia”:
agrandan de alguna manera su tamaño y dan así un aspecto de
fuerza que desanima a los depredadores.

Un collar o gargantilla, en la figura femenina, si está


remarcado, puede estar allí con la intención de separar cabeza y
cuerpo; pero también, junto con los brazaletes, al recordar antiguos
instrumentos de servidumbre, se puede asociar con dependencia;

| 167
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

si el dibujo tiene otros detalles de adorno, puede ser simplemente


uno más.

No son muchos los objetos que suelen añadirse a los dibujos,


ni es frecuente que se incluya algo más que la vestimenta:
Pipas y cigarrillos, más comúnmente dibujados por varones
jóvenes, enfatizan el erotismo oral y además pueden tener un
simbolismo fálico y denotar preocupación sexual y afirmación viril,
sobre todo si son notables, están humeando, etc.; un palillo o pajita
entre los labios, o cualquier actividad en relación con la boca
(inflando un globo, bebiendo una gaseosa, p.ej.) tienen también
relación con la oralidad.
El bastón se ve más bien en varones adultos, implicando
inseguridad y necesidad de apoyo, y preocupación por la posible
declinación sexual, con fantasías de apariencia de virilidad. Según
la figura, puede ser también un símbolo de status.
Un portafolios puede significar compensación de las propias
falencias vía refuerzo de la actividad intelectual (también los
anteojos pueden indicar esto); si se lo dibuja ocultando la zona
genital, sugiere que se intenta compensar la inseguridad sexual
con logros intelectuales.

******

Nos hemos referido a las significaciones manifiestas o


latentes en el dibujo del cuerpo y de algunos aspectos de la
vestimenta; una observación aún superficial de la vida cotidiana
nos permite distinguir personas que prestan particular atención a
su cuerpo, de otras para quienes la vestimenta es lo más importante.
De acuerdo al valor que se le asigne a una u otra forma de
representarse y estar ante los demás, según cuál sea el principal
apoyo narcisista del que dibuja, se puede distinguir un narcisista
del cuerpo o del vestido.

El narcisista del vestido (al que se solía llamar “figurín” o


“dandy”) es en general extrovertido, socialmente dependiente,

168 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

preocupado por su necesidad de dominio, prestigio y aprobación


social; no hay en él un interés auténtico por los demás; dan gran
importancia al “tener” en su sistema de valores; tienden a ser algo
exhibicionistas de sus logros, cualidades, éxitos. Si es varón, puede
dibujar una mujer con más musculatura que seducción; si quien
dibuja es mujer, acentúa casi siempre en la figura femenina el uso
de cosméticos y adornos.

El narcisista del cuerpo tiene en


común con el anterior el ser más
inmaduro, egocéntrico, dependiente,
sexualmente conflictuado y necesitado
de compensar sentimientos de
minusvalía, que el promedio; hace en
general dibujos grandes, de frente,
cubiertos sólo por una malla de baño,
con gran despliegue muscular en los
dibujos masculinos realizados por
varones,(entre quienes se cuenta la gran
mayoría de este tipo), los que pueden
dibujar una figura femenina casi
siempre de menor tamaño, vestida pero
con gran resalte de sus formas.. Son sujetos muy preocupados por
su acontecer corporal, más relacionados con sus propias fantasías
que con la adaptación social; por eso pueden ser algo esquizoides,
y con tendencia a una sexualidad autoerótica. En sus fantasías la
sexualidad ocupa un lugar importante, y a partir de sus sentimientos
básicos de minusvalía e inadecuación, buscan en ellas, como en la
ostentación física, sus compensaciones.

Últimamente nuestra “cultura” ha producido dos “Tipos”: el


llamado “Metrosexual”, sujeto que se ocupa de implementarse con
toda la tecnología de uso cotidiano disponible, sobre todo
electrónica, y finca en ello su narcisismo; si tales sujetos tienen
características particulares que proyecten en sus dibujos, no estaría
en condiciones de afirmar; pero la descripción que se hace parece

| 169
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

asimilarlo al “narcisista del vestido”; más recientemente ha surgido


el “Übersexual”, que privilegia la seguridad y autoconfianza –de
cuestionable autenticidad. Pero como la esencia de estos “tipos”
es la apariencia, no parecen diferir sustancialmente de los
establecidos por Machover.

En las sociedades “postmodernas” se ha desarrollado una


“subcultura” para la que la imagen corporal ideal es la extrema
delgadez en la mujer y el resalte muscular en el varón, promovido
esto por la industria de la moda, de la alimentación “Light”, y aún
del juguete (Barbie), todo vehiculizado con gran entusiasmo por
los medios de comunicación visuales; conocidas son las
consecuencias, pero no se sabe aún si influye en la imagen del
cuerpo proyectada en el dibujo.

******

Los desnudos no son frecuentes, casi siempre la figura se


presenta aunque sea elementalmente vestida; aún el típico
“narcisista del cuerpo”, que pone énfasis en resaltar las formas
corporales, exhibe el cuerpo pero casi nunca del todo desnudo. No
hay un solo caso en nuestra muestra; en sus investigaciones en
España, Vels encontró sólo 3 % de dibujos desnudos.
• Como generalidad puede decirse que la figura desnuda,
aún aquella que presume de “expresión artística”, señala
algún problema en el área de la sexualidad.
• Una intención subyacente puede ser poner en evidencia
las diferencias sexuales, lo que señala inseguridad respecto
a la propia identidad sexual.
• El componente exhibicionista que estos dibujos implican
es todavía más evidente cuando se hace un dibujo ostentoso,
casi siempre grosero, de los órganos sexuales, en figuras
que habitualmente tienen mucho de primitivo.
• También se evidencia la ambigüedad en desnudos
asexuados.

170 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

• Aún participando de lo general, a veces el que dibuja


desnudos quiere mostrarse como liberado de prejuicios y
tabúes, o colocarse en actitud oposicionista a los hábitos
sociales.
• También hay ambigüedad cuando se dibuja una figura con
algo de ropa muy ceñida al cuerpo –tipo malla de baile,
p.ej.-, que marca muy en detalle las formas del mismo.
• Los psicóticos suelen remarcar de modo grosero el sexo
de sus regresivos dibujos.
• Siendo poco frecuentes los desnudos, son más raros aún
en los dibujos hechos por mujeres, menos aún en forma
“ostentosa”.16
• Puede considerarse que hay represión cuando se visten las
figuras con amplias túnicas que borran todo tipo de
diferenciación sexual.

******

La consigna pide el dibujo de “una persona”, completado el


cual se solicita otro, que ahora deberá ser de sexo distinto al ya
dibujado.
Dibujar una persona, por las implicancias inherentes al
cuerpo – en la realidad no se da la persona humana en abstracto -
, plantea al menos subrepticiamente problemas relacionados con
la sexualidad, más claramente aún si se deben dibujar dos personas,
una de cada sexo. La primera parte de la consigna es ambigua en
muchos aspectos, pero en lo concreto exige definir, entre otras
cosas, el sexo de la primera figura a dibujar.
Habida cuenta de la predominante tendencia en esta prueba
a la “proyección especular”, es esperable que el examinado dibuje
en primer lugar una figura de su propio sexo (obviamente en el
caso que concuerden el sexo biológico y el psicológico)
Esto parece acordar con lo obtenido en diversas
investigaciones: Levy dice que de 5000 casos, 86% de los varones
16
.- Id.:Gravitz, M.: «Nudity and amount of clothing on the fig, drawing of normal
adults»,J.Genet.Psych. 45, 1971

| 171
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

dibujan primero una figura masculina; Jones, 92%, Duje 76%, en


100 estudiantes universitarios de Psicología, encontré 95%.

Los datos de que hasta ahora disponemos sólo nos permiten


deducir que, cuando un examinado varón dibuja primero una figura
de sexo femenino, que puede haber hay una condición anómala en
cuanto a la identidad sexual, lo que es importante por lo que
significa en la estructura de la personalidad y en la conducta, como
un estado enfermo mientras no se demuestre lo contrario a lo hasta
ahora sostenido por la psicopatología, con argumentos psicológicos
y no de otra índole.
De todos modos, no es un dato suficiente para sacar
conclusiones en el caso individual; pero lleva al examinador a
preguntarse: por qué razón el sujeto (varón) examinado dibujó una
figura del otro sexo; a guisa sólo de ejemplo: puede ser que sea
francamente homosexual, o que tenga una más o menos severa
confusión en cuanto a su identidad sexual, o una gran dependencia
o admiración por una figura del otro sexo, que no necesariamente
ha de ser uno de los padres, o alguna otra razón más general en
cuanto a desajuste en algún aspecto de la sexualidad.
Pero también sucede que homosexuales manifiestos dibujan
primero una figura masculina; esto, que he observado repetidas
veces, no es lo que dice Levy, según el cual de16 homosexuales
masculinos, 13 dibujaron primero una mujer, pero Duje informa
que de 10 homosexuales manifiestos de su muestra, 9 dibujan
primero una figura masculina.
Dar de esto una explicación segura supondría investigar
clínicamente los casos individuales, lo que no parece haberse
realizado; sólo puede entonces enunciarse una hipótesis: la primera
figura dibujada no supone necesariamente una “identificación” ni
una proyección “especular”; tal vez muchas veces al menos se
dibuja primero lo que es para el sujeto un objeto libidinalmente
catectizado (como lo sería un varón para otro varón homosexual),
o una proyección “complementaria”.

172 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

También hay que hacer alguna observación respecto al primer


dibujo de las examinadas femeninas: con mucha frecuencia dibujan
primero una figura masculina: 22 % (Jones), el mismo porcentaje
en mis estudiantes universitarios, más alto aún en la muestra de
Duje: 39%; puede que valga aquí la hipótesis ya enunciada, ya
que estamos en una cultura que todavía tiene mucho de
“androcéntrica”. Sería entonces mucho menos probable que hubiera
algún desajuste en la identidad sexual en la mujer que dibuja
primero una figura masculina.
Hammer ya observó lo dudoso que es considerar la primera
figura del dibujo como un factor indicador de identificación sexual
o de conflictos psicosexuales
Todo esto es una buena muestra de cómo no se puede
universalizar una conclusión sin atender a los factores que en cada
caso determinan la conducta.17

(En cuanto a los números de Duje, recuérdese que la muestra


está compuesta de “consultantes”, aunque se hayan excluido los
casos de patologías severas; posiblemente a los otros factores
“hipotéticos” se sumen los desajustes de estas personas)

También hay otras formas en que se expresa al menos


ambigüedad en la identidad:
• Cuando se pregunta de qué sexo debe ser la figura a dibujar.
• Si se hacen figuras asexuadas, o sexualmente indiferenciadas.
• Si la figura de un sexo tiene claras características del otro.
• Cuando se cambia el sexo de la figura que ya se ha
comenzado a dibujar.
• Resistiéndose a dibujar la figura del otro sexo, o, lo que es
muy raro, la del propio.

17
.- La diferencia entre varones y mujeres en cuanto al sexo de la primera figura
dibujada, sería un interesante tema de investigación; ya se observó aún en púberes,
aumentando la diferencia en la adolescencia.: Tolar y Tolar, «Children figure drawings
and changing attitudes toward sex roles»,Psych., Rep. 34, 1974. – Heinrich & Triebe:
«Sex preferentes in Children’s human figure drawing», J. Pers. Assess. 36, 1972.

| 173
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

• Si el sexo de las figuras está indicado sólo por detalles


superficiales o simbólicos, como diferenciar la figura
femenina sólo por el cabello más largo
También cuentan aquí algunos de los ítems referidos al tratar
el “desnudo”.
Hay que tener en cuenta que hay muchos signos “indirectos”,
como los que, por evidenciar una actitud defensiva o de
compensación, denuncian el conflicto.

******

Dado que la prueba supone dibujar dos personas, surge esta


pregunta:
¿Qué proyecta el examinado sobre cada una de las
figuras?
• No hay para tal pregunta una respuesta segura, ni por tanto
pautas definitivamente claras para la evaluación en este
aspecto. En general puede estimarse que quien dibuja se
proyecta preferentemente en la figura “más parecida” a él
mismo, en sexo, edad y a veces en características singulares;
se supone que es la primera que dibuja.
• Algunos dicen que a la otra figura se le adjudicarían los
propios rasgos “indeseables”, partiéndose de suponer que
el sujeto está menos “identificado” y se ubica “mas
distanciado”; pero tampoco puede excluirse que atribuir
rasgos negativos puede indicar hostilidad hacia la figura
sobre la cual se los proyecta; en todo caso, ésta es sólo una
alternativa entre muchas posibilidades.
• Dentro de lo dicho, con mayor seguridad puede decirse
que si un adulto dibuja un niño – sobre todo si es del mismo
sexo -, corresponderá a una imagen de sí mismo infantil,
pasiva y dependiente.
• Los adolescentes y jóvenes de ambos sexos dibujan casi
siempre figuras que representan una persona joven; si
dibujan figuras de mas edad, muchas veces con una

174 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

vestimenta “demodé”, muy probablemente estén


representando una imagen parental o un adulto muy
significativo; los que así dibujan siguen en buena medida
manejados por su pasado, y no han logrado total
independencia.

Si sobre la primera figura se realiza una “proyección


especular”, probablemente la segunda tenga rasgos atribuidos por
“proyección complementaria”; así, supuesto que el sujeto haya
dibujado como primera figura la del propio sexo, el tratamiento
dado a la segunda puede arrojar luz sobre el concepto que tiene del
otro sexo, correlacionado con la autoimagen.
• Puede entonces suceder que si una mujer dibuja una figura
femenina “fuerte” (en el sentido de masculinizada), muy
probablemente hará como segunda figura un varón más
pequeño, débil e infantil, diluyendo las características
masculinas de agresividad, afirmación, etc. Este refuerzo
de los valores femeninos, si no es un intento de
compensación, puede suponer o “feminismo”, o en una
pareja, la desvalorización del esposo.
• Un varón inseguro, con características infantiles,
dependiente y sexualmente inmaduro, puede dibujar una
figura masculina “normal” de perfil, y la femenina más
fuerte y agresiva, de frente, habitualmente incluso de mayor
tamaño (a veces defensivamente de tamaño mas pequeño,
pero conservando los rasgos de fuerza y afirmación), lo
que puede significar una exaltación de la imagen materna
(pudiendo haber entonces tendencias homosexuales); en
la relación de pareja, esto sugiere que el sujeto coloca a su
esposa en el rol de su madre.

******
Pero el sexo de la figura no agota “el tema” del dibujo: en la
mayoría de los casos, los dibujos representan figuras tipo “hombre
de la calle”, pero ocasionalmente aparecen “temas” que merecen

| 175
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

una particular atención y un juicio


singular; conviene en estos casos indagar
cual ha sido la intención del sujeto al
dibujar así, eventualmente qué se ha
querido representar, etc.
• Tal el caso del dibujo de soldados,
policías, Súperman, Batman,
etc.Los disfraces pueden indicar
disconformidad con lo que se es,
o indicar lo que se quisiera ser
• El dibujo de esqueletos es
excepcional, y con seguridad
puede decirse que indican una
patología, aún cuando el dibujante
no muestre síntomas evidentes.
• Esquizofrénicos pueden hacer dibujos muy singulares.
• Eventualmente algunos dibujos caricaturescos pueden ser
una expresión simplemente humorista.
• Dibujos ridículos del propio sexo pueden señalar una
tendencia a burlarse de sí mismo, adelantándose en el
autodesprecio a la burla de los demás; algunas caricaturas
pueden entrar en este rubro; en otros casos, sobre todo si
no son negativamente ridículas, se ven en sujetos que “no
se toman en serio a sí mismos”; a todo este grupo pueden
pertenecer personas que no se sienten aceptados como son
en el mundo en que viven.
• Payasos, bufones, monigotes y similares también pueden
considerarse así; otras veces indican cierto infantilismo,
que puede ser un rasgo positivamente utilizado: dibujos
con tales temas son frecuentes en personas, habitualmente
mujeres, con habilidad y placer para tratar y comprender
niños pequeños; es el caso de las “maestras jardineras”
• “Brujas” o similares dibujados por un varón pueden indicar
hostilidad hacia la mujer.
• Figuras “mecánicas” deben alertar sobre la posibilidad de
rasgos psicóticos en quien las dibuja. (Sin embargo, bajo

176 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

la influencia de la T.V., revistas, etc., no sería raro hoy que


un niño o adolescente dibuje un robot; pero Koppitz hace
notar que chicos que dibujan robots se perciben distintos a
los demás.
• Figuras muy esquemáticas o “abstractas”, sugieren evasión,
en sujetos inseguros, con dudas de sí.
• Figuras “vacías”, o sea, sólo una línea de contorno parecen
corresponder a una libidinización excesiva del cuerpo
materno, con consiguiente empobrecimiento de las catexias
del propio; por su indiferenciación, deben ser considerados
dibujos primitivos; a veces el único detalle es el ombligo,
reforzando así el significado de dependencia.
• Ocasionalmente sujetos no psicóticos hacen dibujos
extraños, que salen de toda normativa, y que por tanto no
son susceptibles del análisis habitual; en tales casos sólo
profundizar en la clínica general del caso puede facilitar
alguna conclusión.

Un párrafo aparte corresponde


dedicar al “hombre palito” o figura de
alambre: dibujo esquemático, trazado con
unas líneas y sin rasgos faciales o apenas
insinuados. (1% en nuestro grupo)
• No es raro que sea así la primera
respuesta a la consigna, en
personas que declaran su
incapacidad para dibujar, pero que
ante una insistencia del
examinador hacen un dibujo mas
completo.
• También puede ser una reacción negativista, sobre todo si
el sujeto se resiste a realizar un dibujo más desarrollado.
• Si no hay razones para sospechar esta actitud, y tal dibujo
es lo que el examinado considera su respuesta a la consigna,
puede entenderse como desconfianza en poder hacer bien

| 177
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

cosas de cierta complejidad, es un evadirse de situaciones


que pueden llevar al fracaso.
• Otras veces significan posiblemente una situación
conflictual con el significado del cuerpo; casi siempre son
dibujos pequeños, situados cerca del margen superior y más
bien hacia la izquierda; indican temores y ansiedades,
suelen verse en neuróticos, depresivos; Si son de tamaño
grande, a veces ocupando toda la hoja (lo que se ve muy
pocas veces) pueden indicar aspectos psicóticos.
• En general dibujos así, muy esquemáticos, marcan el poco
interés en lo humano.

******

Hasta aquí es lo que puede decirse sobre la prueba, su


administración y las orientaciones para la evaluación que, como
dijimos, no deben aplicarse mecánicamente, como si fueran
significaciones forzosas válidas para todos los casos. Sin olvidar
esto, cierto es que la acumulación - sistemática o no – de experiencia
sobre la prueba permite establecer características por así llamarlas,
“populares”, a las que, confrontadas con el conjunto de datos de
que se dispone, se les puede asignar una significación con razonable
validez. Pero con frecuencia aparecen en los dibujos rasgos muy
singulares, ante los cuales no nos ayuda la estadística, y la
evaluación se torna entonces muy hipotética: se debe recurrir en
tal caso a los datos de otras pruebas, a la historia clínica, etc.
Höhn 18 dice, citando un amplio número de casos, que muchas
veces el desconcierto ante esta situación deriva de una anamnesis
incompleta, y que cuando se profundiza en la misma, muchas de
estas “singularidades” cobran sentido concreto; de no ser así, la
hipótesis esperará una posible verificación, p.ej. si el examinado
realiza psicoterapia.
En lo inmediato ayuda, y en ocasiones de modo sustancial,
realizar una rápida inspección de los dibujos, y hablar con el
18
.- Höhn, Elfried – Theoretische Grundlagen der Inhaltanalyse projectiver Tests -
Psych. Forschung, 26, 1962.

178 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

examinado sobre las particularidades observables: una joven señora


hace como primer dibujo una mujer que con claridad aparecía como
su propia imagen; colgando del cuello el dibujo tenía un adminículo
que parecía un chupete; la citada señora explica que su primer hijo
murió a poco de nacer, varios años atrás, y que en esa ocasión, un
amigo, habilidoso artesano, le entregó un pequeño chupete de plata,
que había hecho para regalar al recién nacido cuando cumpliera
un mes; desde entonces ella lo lleva siempre al cuello, y en esa
ocasión no era visible por el abrigo que traía. La aclaración permitió
evitar un error de interpretación asociando ese objeto con
dependencia, oralidad, etc., lo que además no hubiera tenido
coherencia con el resto del análisis.
El análisis simbólico tiene sus conocidas dificultades y
riesgos, si bien hay símbolos universales, o al menos que valen
para el universo de una cultura, lo que autoriza a interpretarlos
según un determinado valor; por lo que la recomendación de Buck,
quien hablando de la prueba de su autoría, el H.T.P., recomienda
no interpretar simbólicamente sin obtener previamente asociaciones
del examinado, es atendible pero de difícil implementación salvo
en casos especiales: nada fácil sería obtener tales asociaciones de
cualquier examinado, ni se dispone normalmente, dentro del
proceso psicodiagnóstico, del tiempo necesario para tal tarea.

Nos hemos referido a la conveniencia de indagar al sujeto


sobre aspectos del dibujo con el objetivo de evaluar correctamente
el mismo; nos mantenemos así dentro de las condiciones de la
prueba; eso no impide que el examinador amplíe la conversación
sobre los dibujos hasta el límite que sus objetivos decidan; en esta
línea puede ubicarse el cuestionario que Machover propone realizar
después de terminados los dibujos; pero hay que saber que todo
esto es “extra – prueba”, se obtienen datos de un plano diferente al
del gráfico, y si bien pueden ser de interés para la comprensión
general del caso, los dibujos no han de ser interpretados en base a
los mismos; por eso Machover hace presente que tal cuestionario
es potestativo, es decir, puede ser o no utilizado, y añade: “Este
aspecto verbal y más consciente del proceso no constituye un

| 179
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

elemento intrínseco de la técnica del dibujo, pero ofrece una


posibilidad de obtener información clínica indirecta acerca del
sujeto…La mayoría de las veces los dibujos se interpretan
independientemente de la asociaciones verbales, e incluso sin
tenerlas en cuenta”. Lo cierto es que con la aplicación del
cuestionario tal como se lo propone, se elimina la economía de
tiempo, que es uno de los factores importantes en toda prueba y
que en particular favorece el uso de los gráficos

Se reproduce aquí el citado cuestionario, en su forma para


adultos varones (con mínimos cambios obvios, se utiliza para
mujeres); aunque la autora no lo dice, se supone que se hace
referencia al dibujo de la persona con la que el examinado se
identifica.

Se pide en primer lugar al sujeto que narre una historia como


si la persona dibujada fuera un personaje de una novela u obra
teatral ; después sobre la misma se hacen estas preguntas o similares
(obviamente, si no están ya respondidas en la historia narrada;
como se verá, algunas al menos de las preguntas que aquí figuran
son prescindibles; en todo caso, pueden omitirse unas y agregarse
otras que se consideren más pertinentes para el caso)

¿Qué está haciendo? ¿Qué edad tiene? ¿Está casado?


¿Cuántos hijos tiene? ¿Con quién vive? ¿A quién prefiere: a su
padre o a su madre?
¿Tiene hermanos y hermanas?.
¿En qué trabaja? ¿Qué educación ha recibido? ¿Qué
ambiciones tiene?.
¿Es simpático? ¿Es fuerte? ¿Es sano? ¿Es buen mozo?.
¿Qué es lo mejor y qué lo peor de su cuerpo?
¿Es nervioso? ¿En qué suele pensar? ¿Qué teme? ¿Qué lo
entristece? ¿Qué lo enoja?
¿Cuáles son sus tres mejores cualidades, y sus tres principales
defectos?

180 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

¿Prefiere estar solo o acompañado? ¿Qué dice la gente de él?


¿Es suspicaz?
¿Cómo se lleva con su mujer? (o con sus padres, si es soltero)
¿Ha estado alguna vez separado? ¿Sale con otras mujeres?
¿Su mujer le es fiel? ¿Qué siente hacia ella, en lo sexual?.
¿Cuándo tuvo su primera experiencia sexual? ¿Sale siempre
con la misma chica?(si es soltero). ¿Qué tipo de chicas le gustan?.
¿Ha tenido relaciones sexuales con otros hombres? ¿Alguna
vez otro varón le ha hecho proposiciones?.
¿Se masturba? ¿Con qué frecuencia? ¿Qué piensa de ello?
¿A quién le recuerda? ¿Le gustaría parecerse a él?

Preguntar directamente al sujeto:


¿Cuál es la peor parte de su propio cuerpo? ¿Cuál la mejor?
¿Qué tiene Ud. de bueno? ¿Qué de malo?

Preguntar al sujeto si alguno de los rasgos atribuidos al


personaje se aplican a él mismo.
Sobre las respuestas de interés clínico se debe interrogar
más ampliamente.

******

Bibliografía:

Machover, K.: “Personality projection in the drawing of the human


figure” – C.C. Thomas, Springfield, U.S.A., 1949.
Machover, K.: “Dibujo de la figura humana: un método para
investigar la personalidad”- en: “Técnicas Proyectivas del
diagnóstico psicológico”, Anderson y Anderson, Rialp, Madrid,
1963
Hammer, S.: “Tests proyectivos gráficos”- Paidos, Bs. As., 1982
Levy, S.: “El dibujo de la figura humana como test proyectivo”-
en: Psicología Proyectiva, Abt y Bellak, Paidos Bs.As. 1967

| 181
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Dolto, F.: “La imagen inconsciente del cuerpo”- Paidos, Barcelona,


1997.
Holzber-Wesler: “The validity of human drawing as a mesure of
personality deviation” – Ro. Research Exchange 14, 1950.
Precker, J.: “Painting and drawing in personality assessment”- Ro.
Res. Exch. 14, 1949
Cirlot, J.E.: “Diccionario de símbolos” – Labor, Barcelona, 1979
Flugel, J.C.: “Psicología del vestido”, Paidos, Bs.As., 1968
Enciclopédie Médico – Chirurgicale, Secc. Psychiatrie – Ed.
Techniques, Paris – T. I, “Les alterations de la consciente du moi”.
T. IV: “Le corps dans la relation médicin-malade” – et alibi.
Vels, A.: “Escritura y personalidad”, Miracle, Barcelona, 1955. –
en Internet: “Dibujo y personalidad”.
Le Boulch, J.: “Hacia una ciencia del movimiento humano-
Introducción a la psicokinética” – Paidos, 1971
Koppitz, E.: “El dibujo de la figura humana en los niños”, ed.
Guadalupe, Bs. As., 1995

******

Información sucinta sobre otros tests gráficos.

En los últimos tiempos se han multiplicado las pruebas


gráficas; no son muchas las que han publicado un “Manual” para
su aplicación y valoración y acreditan estudios sistemáticos que
garanticen suficiente validez, otras tienen ya una larga tradición
como integrantes de las baterías psicodiagnósticas. Haremos breves
referencias a algunas de ellas, con la sola intención de que se
conozca su existencia y despertar interés por su uso y la
investigación sobre las mismas, aportando alguna bibliografía
accesible.
En modo alguno debe deducirse que las pruebas no citadas
aquí son inservibles; nuestra intención no es hacer un “catálogo”;
información más amplia puede verse en los libros dedicados al
tema.

182 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

Test del árbol:

En “Transformaciones y símbolos de la libido”, Jung hace


alusión a cómo la mitología asoció a los dioses con los árboles.
El primero en utilizar este dibujo como prueba psicológica
fue Juker, en Suiza, quien ya en 1928 lo utilizaba en su actividad
de orientación vocacional, con interpretaciones casi enteramente
intuitivas. Sus experiencias llamaron la atención, y en 1934 Hurlock
y Schlieb a realizan los primeros estudios sistemáticos . En 19457
Buck publica sus conclusiones sobre el H.T.P., que incluye el árbol
como prueba proyectiva ; en 1957 Koch edita un estudio sistemático
aportando datos estadísticos con normas por edad, y los interesantes
resultados del dibujo hecho bajo hipnosis; expone los indicios que
en los dibujos permiten conclusiones sobre características de
personalidad. Fundamenta la utilización del dibujo del árbol como
prueba psicológica con amplias referencias a simbolismos
culturales.
Back considera que –en relación al dibujo de la casa y la
persona en su test, el H.T.P.-, el árbol es de más peso en cuanto al
captar aspectos profundos de la personalidad: de hecho, cambia
poco o nada aún con una consistente psicoterapia. Además la
“mayor distancia” en cuanto a identificación hace que haya más
disposición a proyectar conflictos.
Landisberg ha comparado dibujos de árboles con protocolos
Rorschach encontrando, p.ej., que quienes dibujan árboles secos
dan más respuestas de claroscuro, y que la ausencia de C y M en el
Rorschach se corresponde con trazos rígidos y uniformes en el
dibujo.
Como ejemplo de los rasgos que detecta Stora en su
investigación relativamente reciente con 820 casos (niños,
adolescentes y adultos), el tamaño tiene que ver con la autoestima;
si el tronco está por encima de la línea del suelo, hay falta de
contacto con el medio; si tiene base ancha, es que busca afianzarse
en esa relación; si el follaje está por encima del tronco sin conexión
con el mismo, indica que vida intelectual e impulsiva no están
bien integradas, si se eleva, entusiasmo, si cae, depresión, etc.

| 183
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Francisco de Castro (citado por Stora), analizando la


aplicación clínica, encontró que los autores no coinciden respecto
a los rasgos psicológicos detectables, y que el dibujo no diferencia
con seguridad normales de neuróticos, sí en cambio distingue los
psicóticos.

Pueden consultarse: “El test del árbol”, Koch, K.,Kapelusz,


Bs. As.. 1957 – “El test del árbol”, Stora, R. Paidos, 1997 – También
lo referido al árbol en el H.T.P., en Hammer, op.cit.

Haus, Tree, Person (H.T.P.) – Casa, árbol, persona, de J.


Back.

El autor consideró conveniente reforzar y ampliar el valor


diagnóstico del dibujo de la persona que Machover había
desarrollado y que era ampliamente utilizado, con el agregado de
otro dibujo que también se usaba como test fundado en
significaciones arraigadas en arquetipos culturales universales, por
lo que las interpretaciones del mismo podían tocar capas más
profundas y menos controlables por la conciencia y también menos
influidas por circunstancias inmediatas: agregó entonces el dibujo
del árbol. Completó el tríptico con el dibujo de la casa, tema elegido
por las conexiones que tiene con múltiples e importantes
experiencias de la persona, relacionadas especialmente con las
relaciones sociales en general y familiares en particular.
En la presentación de la prueba en 1947 –venía trabajando
en ella desde mucho tiempo atrás, habiéndola inicialmente ideado
como posible test de inteligencia-, pone particular énfasis en
recomendar que no se deben interpretar los símbolos sin el aporte
de las asociaciones del examinado, que se ha de llegar a
conclusiones relacionando los datos de los dibujos con la anamnesis
y otras observaciones recogidas, y que la prueba no es la sumatoria
de tres tests diferentes, sino que conforma una experiencia unitaria,
por lo que todo trazado debe entenderse según la configuración
general en que se inserta.

184 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

Los dibujos del árbol y la persona se analizan según las pautas


dadas para esos tests; las originalidad del autor está en la
introducción del dibujo de la casa. A modo de ejemplo de las
significaciones de este dibujo: el techo, según su dimensión, nos
indica qué importancia tiene la fantasía en la vida del sujeto; la
firmeza y solidez de las paredes se asocian a la fuerza y estabilidad
del yo; puestas y ventanas nos dan datos sobre la modalidad de las
relaciones sociales; una puerta pequeña, poco accesible, indicaría
dificultades, mientras que una muy grande, dependencia de los
demás ; el dibujo de la chimenea, en sujetos con conflictos en la
sexualidad, puede interpretarse como símbolo fálico; un humo
denso que salga de la misma, hablaría de turbulencias y conflictos
en la vida familiar, etc.
Una vez obtenidos los tres dibujos, se entregan nuevas hojas
y ocho crayones, seis con los colores clásicos del espectro
(excluyendo el “ïndigo”), y además uno blanco y otro negro, y se
repite la consigna de dibujar la casa etc., pero en este caso con los
colores, que agregan al dibujo una nueva dimensión para la
interpretación.
Se encuentra alguna información sobre esta prueba en
Hammer, op.cit.

Adaptación proyectiva del test Gestáltico Visomotor de


L. Bender.

En 1923 Wertheimer publicó sus conclusiones sobre las


funciones configurativas tal como se manifestaban en la
reproducción de una serie de dibujos construidos siguiendo pautas
de la Gestalt; en 1938, y en posteriores publicaciones en 1946 y
1949, la Dra. L. Bender toma nueve de tales figuras y las modifica
“para simplificarlas o para hacer resaltar su aspecto gestáltico”, de
donde resulta su conocido test, que se hace conocido y confiable
como prueba de desarrollo y organicidad cerebral.
En 1969 M. Hutt publica la adaptación del mismo a prueba
proyectiva. El material consiste en nueve tarjetas con las figuras

| 185
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

de Bender; se le pide al sujeto que las copie “tan exactamente


como pueda”; una vez obtenidos los dibujos, hay una “fase de
elaboración”: mse retiran los dibujos realizados, se presentan de
nuevo las tarjetas y se pide al examinado que las dibuje ahora
variándolas para que queden “como más le gusten”; por fin, en la
“fase de asociación”, se van presentando las tarjetas y las
modificaciones, y se pide al examinado que diga “qué le recuerdan,
a qué se parecen, qué le sugieren”.
Como ejemplos de las significaciones adjudicadas a los
dibujos, podemos citar: los tímidos comienzan a dibujar desde el
ángulo superior izquierdo, y sus dibujos son pequeños; en cambio
los narcisistas y las personalidades psicopáticas los hacen grandes
y al centro de la página. Los ansiosos y necesitados de sostén
arriman los dibujos a los márgenes, los introvertidos los hacen
demasiado juntos, los extrovertidos, muy separados. Cuando hay
poco control yoico los dibujos se superponen. El imperfecto cierre
de las figuras (sus líneas no se unen) indica temor a las relaciones
interpersonales. La fragmentación o no terminación de las figuras
es propio de psicóticos y orgánicos.
El autor expone su test en “La adaptación Hutt del test
gestáltico de Bender”, Hutt, M.L., ed. Guadalupe, Bs. As., 1981 –
En el libro se encuentran tablas normativas, criterios para establecer
puntajes y para elaborar una escala psicopatológica.

El “W.Z.T.” (Wartegg Zeichnen Test) – Test de dibujo, de


Wartegg.

Es una prueba poco conocida en nuestro medio, a pesar de


que ha sido amplia y seriamente investigada y ulteriormente
desarrollada precisamente en nuestro país. En la versión original
de Wartegg, publicada en 1939 consistía en una hoja con ocho
cuadrados de 3 X 3 cm, blancos sobre fondo negro; en cada
cuadrado hay un elemento gráfico a partir del cual el sujeto debe
realizar un dibujo; Biedma y D’Alfonso (1960) agregan otra hoja
con otros ocho cuadrados . En 1981, D’Alfonso presenta otra
ampliación que lleva el número de cuadrados a 32, incorporando

186 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

el uso de colores. Sobre estas bases el Mag. D. Beláustegui, de


U.C.A. ha elaborado una nueva prueba, actualmente en validación.
Wartegg parte de un supuesto clásico en las técnicas
proyectivas: “las diferencias individuales resaltan más claramente
si la fuerza estructurante del examinado actúa de modo
espontáneo”; los muy simples trazos gráficos dados en los
cuadrados dejan un muy amplio margen de libertad para la
creatividad con un mínimo condicionamiento de las respuestas.
Los elementos gráficos que se presentan como estímulo inicial
para realizar un dibujo a partir de ellos se consideran “arquetipos
gráficos”, derivados de escrituras y dibujos de muy antiguas
culturas: los consiguientes “contenidos” –lo que se dibuja- se
interpreta simbólicamente, mientras que los aspectos
“estructurales” se valoran como en general en los tests gráficos.
La bibliografía (citada al final) aporta indicaciones sobre el
significado básico de los “arquetipos”, listas de las respuestas más
comunes para cada cuadro y del valor simbólico de los contenidos,
además de las indicaciones necesarias para la administración y
evaluación.
La teoría de base del autor es ecléctica, incorporando
elementos de psicología estructural, gestáltica y de la
neurofisiología.
Como ejemplo, el primer cuadro; al centro del mismo hay
sólo un punto; se trata aquí de detectar cual es la actitud del
examinado ante los problemas: el punto aislado no da apoyo para
hacer ningún dibujo significativo, el espacio vacío que lo rodea
deja amplio espacio para la expresión, con la consiguiente dificultad
para decidir; si el punto es utilizado en contacto con los elementos
que se agregan, se supone que el sujeto tiende a involucrarse en la
búsqueda de soluciones; que tipo de soluciones y cómo trata de
llegar a ellas, lo dice el dibujo que se realiza, que se interpreta
simbólicamente, además de atender a los aspectos estructurales.

Se puede consultar: “El lenguaje del dibujo”, Biedma, C. –


D’Alfonso, P. - Kapelusz, 1960. “Símbolos e inconsciente
personal”, D’Alfonso, P. El Ateneo 1981 – Hammer (op. cit.) trae

| 187
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

una síntesis muy apretada del libro de M. Kinget “The drawing


completion test” (Grune & Stratton, N.York, 1952). La autora
presenta una técnica de evaluación menos complicada que la de
Wartegg, citando investigaciones que avalan su validez. - También
se trata el tema en “Los Tests”, de B. Székely, tomo III, Kapelusz
1960. El manual del autor (“Schichtdiagnostik, Einführung in die
experimentelle Graphoscopie”, Hogrefe, 1953) no es accesible en
castellano.

El Psicodiagnóstico Miokinético” (P.M.K.) – E.Mira y López.19

El autor, siendo médico psiquiatra de la aviación española


observó que, cuando los pilotos, aún aquellos avezados, realizaban
vuelos “a ciegas”, sin referencia visual, al mover la palanca de los
timones de profundidad y de deriva para guiar el avión, cada uno
tendía a desviarse siempre en una misma dirección como un error
típico (téngase en cuenta que entonces, los años 30, no existía el
vuelo por instrumentos). Esto le llamó la atención y se dedicó a
investigar la causa de tales errores, llegando a elaborar una teoría
y después un instrumento (con el simple uso de lápiz y papel) para
medir las tendencias motrices dominantes, presentando también
una interpretación psicológica de los trazados.
Completa sus investigaciones en Inglaterra y presenta sus
conclusiones ante la Royal Society, que las publica al año siguiente
(1940); poco después merece una edición del Centre de Psychologie
Appliquée (1951), y en 1958 Logos Press edita sus trabajos en
Nueva York.
Parte del principio de la “ideokinesis”, formulado por
Carpenter a mediados del s. XIX, elaborado después por Fouillée
en su teoría de la “ideas-fuerza”, retomada después por otros hasta
llegar a conformar la “teoría motriz de la conciencia” (Delacroix):
toda idea tiene un correlato neuromuscular en dirección a su
realización; así, el predominio de un tipo de ideas – p.ej., de
19
.- Obviamente no se trata de una prueba proyectiva; sin excluir el uso de otros
mecanismo, en buena medida se basa en la «transposición»;creo que a nadie se le ha
ocurrido (todavía!) convertirlo en un test proyectivo, al estilo del Bender-Hutt.

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

agresión- o la habitual repetición de actos físicos con la misma


intención desarrollan un hábito motriz que permanece en la
memoria neuromuscular; de modo que los movimientos
espontáneos y no conscientemente controlados tenderán a seguir
la dirección impresa en la citada memoria.
La prueba está compuesta de varios sub-tests, con trazados
diferentes a realizar: líneas, escaleras, zigzag, paralelas, círculos,
algunos con una mano, otros con ambas a la vez ; deben ser
realizados sin que la mano toque el papel, moviendo todo el brazo
y sin contar con control visual.
Tomemos como ejemplo el primer sub-test, los “lineogra-
mas”: son seis líneas de 4 cm., colocadas simétricamente tres en la
mitad derecha y otras tantas en la mitad izquierda de la hoja. El
examinado debe repasar con el lápiz la línea sagital modelo tres
veces, entonces el examinador interpone una pantalla y el trazado se
continúa, ya sin control visual, diez veces más, con el movimiento
del brazo adelante-atrás; el examinador marca la última línea. Lo
mismo se hace con la mano izquierda. Igualmente se procede con
las líneas horizontales (movimiento izquierda-derecha). Las verti-
cales exigen que el tablero en que se apoya el papel se coloque en
posición vertical, siendo el movimiento arriba-abajo.
El trazado sagital corresponde a la dirección dominante de
los movimientos agresivos: la héteroagresión se denuncia por la
tendencia de los movimientos a ir hacia delante, hacia fuera, al
mundo; si el movimiento se dirige hacia adentro, hacia el mismo
sujeto, pensamos en tendencia a la autoagresión. En los trazados
horizontales, el movimiento hacia el centro de la hoja corresponde
a las tendencias introversivas, extrotensivas si se orienta hacia
afuera. En las verticales, la actitud de exaltación, ánimo alegre,
etc., lleva el trazo hacia arriba, venciendo la gravedad, mientras
que en la depresión la falta de energía hace que tienda a caer.
Cada sub-test tiene su propia consigna para la ejecución, y
su evaluación aporta datos específicos; una vez completada la
administración, se toman una serie de medidas, también diferentes
para cada subtest, además de la presión, eventual temblor, rapidez,
etc. Los manuales traen tablas con los valores referenciales

| 189
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

necesarios para la interpretación de las diferentes mediciones (unas


80 para toda la prueba). Siguiendo a W. Wolf, considera el autor
que –en los diestros-los trazados de la mano derecha corresponden
a las actitudes conscientes desarrolladas por la educación, etc.,
mientras que los de la izquierda dependen del temperamento; la
relación entre las medidas obtenidas de ambos trazados nos informa
sobre la “coherencia” entre las tensiones internas y externas.
La prueba puede dar información sobre muchos aspectos de
la personalidad, con la ventaja de ser enteramente “estructural” y
utilizar sólo la motricidad, sin introducción de otras variables que,
como el contenido, en otros tests se combina con aquella haciendo
a veces muy difícil discernir la influencia de una u otra en el
producto final. Si tenemos en cuenta que la vida impulsiva utiliza
la motricidad para obtener sus objetivos, podemos inferir la
importancia de una prueba mediante la cual se pueda comprender
mejor la tendencias motrices típicas de un individuo.
La prueba ha merecido que autorestan im portantes como
Allport, Ombredanne, Wechsler se haya ocupado de ella. Paidos
ha editado el Manual con las tablas de mediciones. El Ateneo
publicó en 1950 el libro de C.Coronel “El psicodiagnóstico
miokinético, su teoría y su práctica”. También se puede consultar
Bela Székely “Los tests”, tomo III.

Dibujo de la familia, que se usa sobre todo con niños; se


supone que se dibuja la propia familia y la inserción del examinado
en la misma; se ha observado que el tamaño de una figura tiene
que ver con la importancia que el niño le asigna; importa la
ubicación relativa de cada uno, la proximidad al padre o la madre,
el aislamiento o distanciamiento del grupo, la omisión de un
miembro o el agregado de un extraño. Además los aspectos
estructurales como detallismo, sombreados, etc.

Dibujo de la pareja

“Persona bajo la lluvia”, de autor desconocido y sin estudios


de validez conocidos; según Hammer (op.cit. 239) “se intenta lograr

190 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

un relato de la imagen corporal bajo condiciones desagradables de


tensión ambiental…ilustra la sensación de estar bajo las
condiciones ambientales más estresantes posibles”20. Se supone
que informa sobre las ansiedades y defensas de un sujeto en
situaciones de stress, eventualmente la organización patológica
subyacente.

Se podrían citar más de estas pruebas : dibujo de un animal,


de las propias manos, de los tres árboles…parece que ha habido
más afición a inventar pruebas nuevas que a perfeccionar las
existentes, tal vez por que no es muy difícil pergeniar un nuevo
“test” de dibujo, sobre todo si no hay mayor interés en apoyarlo en
un sistemático trabajo de validación.
Algunas de estas pruebas utilizan colores, y se sacan
conclusiones de ello; Heiss demostró con mucha seriedad (“Über
psychische Farbwirkungen”, Studium Generale, Heft 7, 1960) que
la significación de un color varía según su saturación, según la
relación con otros colores y, sobre todo, según el objeto sobre el
que se aplica; los tests de dibujo que utilizan colores no dan
indicación de haber atendido a estos aspectos del uso del color.

20
.- Seguramente Hammer se refiere a una persona que esté en el planeta Venus, donde
llueve ácido sulfúrico; aquí en la tierra la lluvia no es necesariamente un acontecimiento
tan terrible, menos aún si se tiene un campo sembrado con soja…

| 191
Unidad III

Test de Apercepción Temática (T.A.T.)

Introducción:
El “Test de Apercepción Temática”, T.A.T. (Thematic
Apperception Test), ideado por Murray, es uno de los métodos
para la investigación de la personalidad más importantes y más
usados por los psicólogos de todo el mundo. Consiste en láminas,
variables según sexo y edad, que se entregan sucesivamente al que
va a ser examinado requiriéndole que narre una historia basada en
la escena que se representa en cada una.
Desde el primer momento esta prueba despertó considerable
interés, que no ha disminuido hasta hoy, al contrario, se ha
reavivado notablemente en los últimos años; testimonio de ello
son los más de 2.500 títulos publicados sobre la misma, las
numerosas presentaciones en congresos, etc.; se ha trabajado mucho
en elaborar métodos de evaluación, en experimentos sobre el
material mismo, en aplicarlo a otros objetivos aparte de la clínica,
etc..
El T.A.T. y el Rorschach, son las únicas pruebas
“Proyectivas” de uso primordial en las baterías clínicas en todo el
mundo, de modo que su conocimiento es inexcusable para aquel
que se interesa por el psicodiagnóstico.

| 193
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Un poco de historia.
En su actividad en la Clínica Psicológica de la Universidad
de Harvard, Murray tropezaba, como tantas veces sucede, con las
dificultades que genera aquel paciente que, requiriendo ayuda
psicológica, no expresa, o no lo hace con suficiente claridad y
amplitud, los verdaderos motivos de su consulta y la naturaleza de
sus problemas, y esto por diferentes razones, desde reticencias
conscientes hasta resistencias inconscientes; pensó entonces en
construir un instrumento que permitiera sortear tales
inconvenientes.
Sabía por supuesto que una persona se revela de diversos
modos en las obras que produce, y que cuando alguien se enfrenta
a una situación significativa, su reacción manifiesta con mayor o
menor claridad, y de modo directo o no, su estructura interna y su
temática predominante.
Sin duda lo estimularon los trabajos de Freud sobre diversas
obras de arte y la personalidad de sus autores: el Werther de Goethe,
el Moisés de Miguel Angel, etc.; en esto Freud había sido precedido
por el extraordinario trabajo de Burckhardt, que revive las
características del Renacimiento italiano analizando el arte de la
época1.
El mismo año que Freud publica el análisis de una novela de
Jensen, la Gradiva (1907), Brittain, un pedagogo, hace conocer
“A study of imagination”, donde consigna sus experiencias: quería
investigar las fantasías de jóvenes de ambos sexos y sus
inclinaciones religiosas, morales y sociales; para ello utilizó nueve
láminas con diversas escenas, concluyendo que hay una íntima
relación entre la vida afectiva y la actividad de la fantasía; allí
estaba en simiente lo que muchos años después sería el T.A.T..
El trabajo de Brittain fue olvidado, hasta que un psiquiatra,
Schwarz, lo descubre y aplica esa experiencia en su trabajo con
jóvenes delincuentes, usando ocho láminas que reproducían
situaciones análogas a las que frecuentemente se presentaban en
la vida de esos jóvenes; en 1932 publica su “Social situation picture
1
.- Burckardt, J. «Die Kultur der Renaissance in Italien», 1860.

194 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

test”, que, si bien también fue olvidado, junto con el “Test de los
cuatro cuadros” de Van Lennep son los antecedentes inmediatos
del T.A.T., ya que muy poco después, en 1935, Morgan y Murray
dan a luz la primera versión de esa prueba, partiendo del supuesto,
apoyado en las citadas experiencias, de que “un individuo, al que
se confronta con una situación social ambigua y se le solicita que
la interprete, con gran probabilidad manifestará su personalidad;
en esa interpretación el sujeto no se sentirá directamente
investigado, y por eso estará más dispuesto a revelar su vida
interior”.
En 1938 Murray hace conocer su teoría de la personalidad o
“Personología” para apoyar su prueba y su método de evaluación,2
y publica la primera modificación del material del test, al que llamó
de “Apercepción” por la interpretación subjetiva del material, y
“Temático” por consistir en láminas con escenas que se refieren a
“temas” importantes en las relaciones interpersonales. En 1943 se
edita el juego de láminas revisado, que hoy se utiliza.
El T.A.T. se expandió rápidamente por el mundo occidental,
y si bien no está exento de justificadas críticas, puede decirse que
no hay hoy batería clínica que no lo incluya, ocupando en ese
aspecto el segundo lugar, después del Rorschach, con el que se
complementa muy bien.

Objetivos de la prueba.

Fue considerado desde el principio como “un método con el


cual el diagnosticador experimentado puede conocer los
dominantes impulsos, sentimientos, complejos y conflictos de una
personalidad en su trama social”, ya que la intención del autor
fue desarrollar un instrumento apto para explicitar los contenidos
de la vida psíquica; es por eso que se lo considera un buen
complemento del Rorschach, pues, como dice Bellak, “el
Rorschach es hasta ahora insustituible para revelar la naturaleza
formal de los procesos de pensamiento, o sea, lo estructural de la
2
.- «Explorations in Personality», Oxford Univ. Press, 1938

| 195
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

personalidad; el T.A.T. en cambio es la técnica de elección cuando


se trata de conocer los contenidos de esas formas, la dinámica
constante de las relaciones interpersonales”. Esto sin embargo es
relativo, pues Rapaport primero, y más recientemente el mismo
Bellak y sobre todo Shentoub, han ido derivando la atención hacia
el valor diagnóstico de los aspectos formales del T.A.T., y a la vez
nadie duda de la importancia del análisis de contenido, sea desde
el punto de vista categorial, simbólico o temático, en el Rorschach.
Ha demostrado ser muy útil para la investigación teórica,
particularmente en cuanto a motivaciones y actitudes sociales,
sexuales, agresivas, etc.3 También se lo ha adaptado con éxito para
estudios transculturales4.
Es de interés su uso como auxilio en una psicoterapia para
destrabar resistencias, o para utilizar el abundante material que
proporciona en facilitar y abreviar los procesos de esclarecimiento
y autoconciencia en terapias breves; al respecto ampliaremos más
adelante.

Resumiendo las ventajas de la utilización de esta prueba:

• Proporciona buen caudal de material biográfico.


• Pone al descubierto necesidades, sentimientos y conflictos que
no se detectan fácilmente en las entrevistas.
• Da información sobre las relaciones sociales en general, en
particular con padres y otras figuras significativas.
• Brinda un panorama de la psicodinámica del caso desde un
enfoque relativamente profundo en un período de tiempo breve.
• En caso de ser utilizadas las historias en una psicoterapia, ayuda
al sujeto a avanzar en su autoconocimiento.

Descripción del material del test.

El T.A.T. se compone de 31 láminas, 30 de ellas con


3
.- Atkinson,J. «Motives in fantasy, action and society», N.Y. 1958.
4
.-Alguna información al respecto puede encontrarse en: Bell,J. «Técnicas Proyectivas»,
Paidos. – Anzieu, D. «Los tests Proyectivos», Kapelusz – Henry,W.. en Anderson y
Anderson «Tests proyectivos de diagnóstico psicológico, Rialp.

196 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

imágenes en blanco y negro, 1 totalmente en blanco; todas llevan


en el reverso un número, que indica el orden de presentación, y
letras que señalan el sexo y grupo etario al que se destinan; las que
tienen sólo el número, valen para toda edad y sexo.
Las que han de ser presentadas a hombres adultos, se
distinguen por la letra H. Para mujeres adultas, la letra es M ; V en
para niños, y N para niñas.
Las letras aparecen a veces combinadas: H M, para adultos
de ambos sexos; V N, para niños y niñas; V H, varones de toda
edad, N M, para todos los examinados de sexo femenino. Estas
combinaciones dan 20 láminas para cada grupo.
Murray considera que las láminas V N son aplicables entre
los 4 y 14 años; pero la experiencia ha demostrado que no es viable
su aplicación antes de los 8 años de edad; Bellak elaboró series de
láminas especialmente adaptadas a niños.
A diferencia de otras pruebas como el Rorschach, en el que
la presentación de todas las láminas en su orden es un estricto
requisito de la estandarización, en esta prueba el examinador puede
seleccionar las láminas que le parecen más adecuadas para sus
objetivos, y decidir el orden de presentación; en la práctica se
atiende, para determinar cuántas y cuáles láminas serán
administradas, al tiempo disponible y a los temas que se desean
investigar.
En la administración estándar, las 20 láminas más la
entrevista posterior insumen “normalmente”, 3 horas de trabajo
con el examinado, a lo que hay que agregar un tiempo de evaluación
proporcionalmente largo; no son éstas condiciones convenientes
para la tarea clínica. Además, hay consenso en que varias láminas
son escasamente estimulantes en cuanto a producir historias
significativas, por lo que se consideran prescindibles. Por tales
razones, es conveniente seleccionar aquellas que, de acuerdo al
interés del examinador, pueden ser más fructíferas, es decir, las
que según la experiencia, están cargadas de “contenidos latentes”
que pueden estimular aquellos aspectos del mundo interior del
examinado que se desea poner en evidencia. En base a este criterio,
la selección puede hacerse sin atender al número de orden, ni al

| 197
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

sexo o edad para el que fueron originalmente dispuestas por el


autor.
Es claro entonces que para hacer una adecuada selección,
hay que tener previamente algún conocimiento de la problemática
del sujeto y de su historia clínica; también es necesario conocer
las “propiedades estimulantes” de las láminas; por esto, se aconseja
que el que se interesa en trabajar con ésta prueba, adquiera primero
experiencia en el manejo estándar del test completo.
Bellak propone las siguientes láminas, calculando completar
la administración en una sesión:
para varones adultos: 1 – 2 – 3 V H - 4 – 6 V H – 7 V H – 11 – 12
H – 13 H M.
para mujeres adultas: las mismas, cambiando 12 H por 9 N M.
Se puede agregar alguna otra según el interés específico del
caso. En mi opinión una visión bastante completa se obtiene
usando:
Con varones adultos: 1 – 2 – 3 V H – 6 V H – 7 V H – 8 V H – 13
H M – 14 – 15 – 16.
Para mujeres adultas: 1 – 2 – 3 V H – 6 N M – 7 N M – 8 N M – 13
H M – 14 - 15 –16.
Pero son sólo sugerencias: el examinador experimentado
sabrá seleccionar las láminas convenientes para cada caso según
las áreas de conflicto que desee investigar.
Hay que hacer notar que ocasionalmente alguna de las
láminas generalmente consideradas prescindibles por ser “poco
productivas”, estimula una historia de gran valor diagnóstico, pero
esto es imprevisible, y la posibilidad no justifica la administración
completa, salvo que se disponga de tiempo y se trate de un
examinado bien dispuesto y con buena fantasía.

Características físicas de las láminas:

Se ha criticado particularmente el predominio de tonos


oscuros y el aspecto “anticuado” de los personajes y de su
vestimenta; Murstein utilizó láminas con colores naturales, y
encontró que provocaban en personas “normales” historias que

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

los diferenciaban mejor de los grupos “psiquiátricos”; también


observó que el refuerzo de los trazos del contorno de las figuras,
para obtener una mejor definición de las mismas, activa las
tendencias proyectivas, mientras que el mismo tratamiento dado
al fondo no tiene efecto alguno; pero las diferencias con las láminas
habituales no aparecían como importantes.5
Se pensó también que un mayor parecido entre los personajes
de las láminas y los examinados o las figuras significativas de su
entorno facilitaría la proyección y la consiguiente producción de
historias más valiosas; el autor citado y otros6 establecieron lo
contrario: acentuar las semejanzas activa las tendencias defensivas
y lleva a represión e historias irrelevantes; lo mismo sucede si se
“actualiza” la moda en las vestimentas de los personajes, para
asemejarlos más a personas del presente: al parecer, los examinados
tienden a retraerse ante una pantalla de proyección evidente.
Todo indicaría que las láminas, tal como son, ayudan a crear
un cierto clima de “distancia” e irrealidad que facilita el actuar de
la fantasía y consiguientemente la proyección.

Psicodinámica de la situación de prueba.

Este aspecto de la prueba no ha sido investigado con el mismo


interés que se ha puesto en estudiar la relación examinado –
examinador en el Rorschach; pero todo indica que los conceptos
generales, tal como los presenta Schafer (ver Unidad I) son aquí
igualmente válidos; como ejemplos puede citarse que Mussen7
observó que un examinador con signos de autoridad inhibía la
expresión libre, sobre todo de temas tabúes. Milam8 encontró que
examinadores de personalidad agresiva o con actitud negativa
determinan historias con más conflictos y agresiones que los que
tienen una actitud amistosa, y constató que a veces se trasladan a

5
.- Murstein, B. «Theory and Research in Projectives Techniques», N-Y. 1965.
6
.- Kornadt,H. «Thematische Apperzeptionsverfahren», Band 6, Götingen, 1964.
7
.- Mussen,P. and Scodel,A.: «The effect of sexual stimulation under varying conditions
on T.A.T. sexual responsiveness», Journal of Consulting Psychology 19, 1955.
8
.- Milam,J. «Examiner influences on the T.A.T. stories», J.of Proj.Tech. 18, 1954.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

los personajes de las historias los sentimientos que se experimentan


hacia el examinador, como un desplazamiento a las historias de
las reacciones transferenciales experimentadas por el examinado.

Administración de la prueba.

Para una adecuada administración y evaluación, el


examinador debe contar con un conocimiento suficiente de la
biografía y problemática del sujeto a examinar; ello posibilita
seleccionar las láminas adecuadas, permite realizar indagaciones
pertinentes en la entrevista posterior, comparar los recuerdos
conscientes con lo expresado en las historias, etc..
Sabido es que para la administración de estas pruebas es
importante que el examinador haya logrado una buena relación
con el sujeto a examinar, distendida y cómoda dentro de lo
profesional, lo que facilitará el deseado fluir de la fantasía.
Si se decide el uso de grabador, lo que en general no es
necesario, es honesto hacérselo saber al sujeto, pero manteniendo
el aparato disimulado; el registro escrito es aceptado sin problemas,
pero muchos se sienten “perseguidos” por la presencia de un
grabador.
Se considera normal una demora de unos 30 segundos entre que
se entrega la lámina y se comienza la narración; pero para estimarlo
no hace falta la precisión de un cronómetro.
La iluminación parece tener importancia, requiriéndose luz blanca
suficiente como para leer normalmente; experimentos realizados
variando la intensidad de la luz indican que si bien no hay cambios
“cuantitativos” de significación en la producción del examinado, su
influencia se nota en el “tono anímico” de las historias, que se hace
más penoso según aumenta la oscuridad, y más positivo con mayor
claridad.
Si se recurre a la administración estándar, el test se toma en dos
sesiones, diez láminas por vez; entre cada sesión no debe haber un
lapso mayor de una semana: se ha observado que mucho más tiempo
exige al examinado un esfuerzo para “reencontrarse” con la situación
de prueba, ya que debe “recrear” el espacio imaginario donde
transcurren las historias.

200 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

Consigna.

Las instrucciones para realizar el test deben transmitirse de


modo “coloquial” y no recitarse de memoria; tampoco es necesario
atarse a una fórmula, basta que se tengan en cuenta algunos puntos
esenciales, siendo lo importante que quede claro para el examinado
qué se espera que haga, a saber:
- Tiene que narrar una historia en base a la escena que
presenta la lámina.
- Dicha historia debe tener vida, haciendo que los personajes
de la misma piensen, sientan, actúen, etc.
- No importa el aspecto literario, pero sí el juego libre de la
fantasía.
- La historia debe desarrollarse en unos cinco minutos.

Un ejemplo de consigna que cumple los requisitos antedichos


puede ser ésta:
“En estas láminas están representados personajes y escenas
como uno podría ver en la vida diaria; usando libremente la
imaginación, cuente una historia a partir de la escena que presenta
la lámina; déle vida a los personajes para que expresen lo que
sienten, piensan, lo que quieren; recuerde que una historia implica
imaginar lo pasado, o sea, de dónde viene esta situación, qué sucede
ahora y cómo va a transcurrir hasta que termine; no se preocupe
por la belleza literaria de la narración, hable con espontaneidad y
calcule para cada historia unos cinco minutos”.

Recién entonces se entrega la primera lámina.


Para la lámina en blanco - la Nº 16-, hay una consigna
especial: se entrega la lámina, y se dice algo así:
“Como Ud. ve, esta lámina no tiene ninguna imagen; trate
de representarse una escena - si le parece, puede hacerlo con los
ojos cerrados -, y describa la imagen que se representa”.
Una vez que el sujeto lo ha hecho, se le pide que cuente
sobre ella una historia, como hizo con las demás láminas. Por
supuesto, el examinador ha escrito también la descripción.

| 201
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

En la administración de la prueba se presentan muchas


situaciones distintas que el examinador debe resolver usando su
experiencia y su buen sentido; pero en lo posible sin intervenir, o
si debe hacerlo, no para influir en el relato; la –siempre cautelosa
y nunca sugestiva- intervención es legítima para insistir en el ajuste
a la consigna, para reforzar un buen ajuste (“así está bien”), o para
ayudar a completar la historia, con preguntas tales como : “¿qué
originó esta situación?” o “¿en qué va a terminar esto?”, etc.; si el
sujeto se bloquea, preguntas así pueden ayudarlo a continuar la
historia.
Cualquier pregunta sobre las láminas o la tarea debe
responderse con alguna generalidad, de modo que sea el examinado
el que resuelva la ambigüedad sobre la que pide aclaración.
Si la historia es demasiado breve, se debe alentar a ampliarla;
Ombredanne propone preguntas básicas ante situaciones no
suficientemente desarrolladas: qué – quién – cómo – por qué –
para qué. Pero si se va haciendo muy larga, se le solicita que
trate de atenerse al tiempo previsto.
Algunos insinúan varias historias posibles: (“Podría ser
que…o tal vez sucede aquí…o…”); si no eligen espontáneamente,
se les debe pedir que decidan entre ellas, mejor si optan por la
primera que insinuaron. También se han obtenido elementos de
interés indagando en la entrevista de completamiento sobre todas
las representaciones que surgen ante cada lámina y son desechadas
o después excluidas de la historia narrada.9

Entrevista de completamiento.

Es el último paso antes de proceder a la evaluación definitiva,


y debe tener lugar lo antes posible después de la administración de
toda la prueba, pero no sin que el examinador haya hecho un primer
análisis del material aportado; el objetivo de esta entrevista es
indagar sobre toda falta de claridad, eventuales distorsiones,

9
.- Lasaga y Martinez – «Some suggestions concerning the administration and
interpretation of the T.A.T.» – J. of Psych., 22, 1946

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

confusión en la trama de la historia, contradicciones reales o


aparentes, y toda duda que quedara en el ánimo del examinador.
También es la ocasión para pedir información sobre la
“fuente” de donde ha surgido la historia: se le presenta al sujeto la
lámina, se lee aunque sea resumidamente la historia que narrara, y
se le pide que trate de recordar qué experiencias se relacionan con
la misma: escenas, personajes, temas, y en lo posible el contexto
biográfico de la experiencia.
Si la historia ha sido tomada de una película, un libro o
cualquier situación conocida por el sujeto pero ajena a él, no por
eso carecerá de importancia, si se tiene presente la selectividad de
la memoria; Bellak dice que “una historia puede tomarse de una
película, y utilizarse por que refleja un conflicto importante a nivel
preconsciente, y a la vez tener un significado simbólico en lo
inconsciente”; si se conoce el libro o película de donde fue tomada
la historia, se tiene la posibilidad de comprobar si se han introducido
distorsiones en el recuerdo. También es de interés conocer las
circunstancias que rodearon la situación narrado, o la lectura del
libro o la película referida.
Estos “recuerdos” pueden ser “encubridores”, y no tan
“casuales” como el mismo sujeto cree; Rapaport insiste en “no
olvidar que las historias del T.A.T., igual que nuestras relaciones
interpersonales diarias, muchas veces nos muestran cómo se evade
el sujeto, cómo elude, niega o expresa sólo indirectamente sus
contenidos ideacionales esenciales; el uso eficaz del test reposa
en el conocimiento de esta premisa”.
Sucede a veces que el sujeto, aún con buena actitud de
cooperación, insiste en que su historia es puro producto
imaginativo; es posible que así sea, pero eso no nos exime de
sospechar que puede haber una relación más personal con
la narración: la fantasía, aún la más original, se nutre de toda la
experiencia pasada, variadamente elaborada; pero los recuerdos
de estas experiencias no están siempre con su entera realidad
originaria disponibles para la conciencia, pues pudieron con el
tiempo haber sufrido represiones o transformaciones que los
presentan como alejados de las vivencias originarias; si se tiene

| 203
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

una buena anamnesis, casi siempre es posible encontrar una


conexión de la “fantasía” actual con experiencias pasadas, y de
allí con la significación de las mismas.
Esto lleva a un interrogante más general: cuán consciente es
el sujeto de sus proyecciones en las historias; al respecto pueden
darse varias situaciones:
• Hay quienes reconocen una relación yoica apenas ven la
imagen, o mientras narran o han terminado la historia: casi
siempre lo explicitan: “este soy yo”, “he contado mi propia
historia”, o expresiones similares.
• Otros caen en cuenta, a veces con cierto asombro, de esa
relación yoica cuando se les hace ver la conexión de lo narrado
con su historia pasada o sus circunstancias actuales.10
• También sucede que, a pesar de que pueden mostrarse esas
conexiones, no se acepta la relación; puede tratarse según
dijimos arriba, de imágenes que el sujeto no logra evocar por
olvido, pero también por que están reprimidas y no pueden
ser evocadas; establecer la conexión, si se considera importante
hacerlo, puede exceder el marco del psicodiagnóstico, y deberá
esperar un eventual proceso terapéutico.

A veces resulta de interés que se le ponga título a la historia,


ya que el mismo suele condensar el sentimiento que ha regido la
elaboración de la misma.
Conviene hacer notar aquí la utilidad de lograr del examinado
introspección acerca del significado de los estímulos y sus
reacciones, al menos de lo más significativo; de lo contrario
quedaría poco claro cómo han sido experimentados subjetivamente.

10
.-Höhn, E. «Theoretische Grundlagen der Inhaltanalyse projectiver Tests» –
Psychologische Forschung,
26, Jahrgang 1962. La autora dice que sobre 594 historias,52% están más o menos
claramente relacionadas con el sujeto y son reconocidas con diverso grado de dificultad;
en 25% no parece haber relación, pero profundizando la anamnesis, muchas de ellas
evidencian una relación yoica.

204 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

Protocolización:

El registro de las historias debe hacerse completo y “ad


litteram”; para ello, si es necesario, puede pedirse al sujeto que
hable en voz más alta o más pausado; además es importante que
sea legible, por si debe ser revisado tiempo después.
Además de la historia misma, tiene que quedar consignada
toda intervención del examinador, y toda verbalización o conducta
del sujeto al margen de la narración.
Autoadministración y administración colectiva: se justifican
sólo por la carencia de tiempo; las diferencias con la administración
individual son obvias, particularmente en cuanto no se puede
observar la conducta del sujeto. La consigna para la forma
autoadministrada se entrega por escrito:
- No mire las láminas antes de leer las instrucciones.
- Mire sólo una lámina por vez, en el orden dado, y escriba una
historia sobre lo que allí sucede, qué llevó a esa situación y
cuál será el desenlace; escriba espontáneamente lo que se le
ocurra y a medida que lo piense, sin atender a exigencias
literarias; hágalo como si escribiera un cuento.
- Calcule siete minutos para cada historia, pero si es necesario
puede extenderse algo más.
- Escriba aproximadamente una hoja tamaño oficio, si tiene letra
grande.
- Numere las historias a medida que las escriba, y consigne su
nombre en la primera.

Con algunas variantes, esto puede adaptarse para la


administración colectiva; conviene usar estas modalidades
excepcionalmente, y siempre con sujetos inteligentes y bien
dispuestos para la prueba.

Contenidos manifiestos y latentes en las láminas del T.A.T.

Como toda Técnica Proyectiva, el material de esta prueba se


presenta con diferentes grados de ambigüedad; la consigna pone

| 205
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

al sujeto ante la necesidad de resolver esa ambigüedad, lo que cada


uno hace a “su” modo, dando así elementos para asomarnos a esa
interioridad singular que es cada persona.
Dentro de esas condiciones de ambigüedad, las láminas han
sido seleccionadas (es opinable si en todos los casos con pleno
acierto) buscando provocar determinadas reacciones, relacionadas
con áreas claves de la organización de la personalidad; con tal fin,
presentan un “contenido manifiesto” – lo que se percibe
“objetivamente” – que, sin embargo, por su relativa ambigüedad,
es diversamente “apercibido”, recibiendo entonces la ambigüedad
una definición mediante la proyección; el aspecto interno que se
proyecta está facilitado por los “contenidos latentes”, agazapados
tras lo manifiesto; cada examinado “sintoniza” esa latencia según
“la orientación de su antena”, es decir, según su programa
perceptivo; o, en otros términos, cada uno ve en las láminas lo que
está dispuesto a ver en razón de su experiencias, intereses,
conflictos, etc.; los contenidos latentes son, pues posibilidades de
interpretación que ofrecen las láminas, que se actualizan en las
historias al encontrar resonancia en el interior del sujeto.
En principio son muchos los contenidos que están latentes11
en cada lámina (latente proviene de “latere”, estar escondido); pero
en la práctica, hay aspectos objetivos del estímulo que ponen límites
a las posibilidades, y facilitan la actualización de determinada
latencia y no dan apoyo para otras: en la lámina 1, son comunes
las historias de presión educativa o de sueños de logros futuros,
pero no de agresión, que en cambio son frecuentes en 8 V H.
Por esa razón, cuando la historia se centra en un tema para el
que la lámina no ofrece un asidero objetivo, puede suponerse
confiablemente que ese tema ocupa un lugar importante en las
preocupaciones, conscientes o no, del sujeto; más todavía, por
cierto, si ejerce tal presión que para expresarse pasa por alto las
condiciones objetivas, llegando a distorsionar la percepción del
material para acomodarlo a su necesidad.
Pero también sucede lo contrario: cuando un tema es
esperable, por que los elementos presentes en la escena lo facilitan
11
.- del latín «latens», escondido, oculto.

206 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

y aún lo exigen, su no aparición en la historia puede indicar que es


particularmente perturbador para el sujeto, cuyas resistencias le
traban el acceso a la conciencia: tal suele ser el caso cuando se
ignora la temática sexual en la lámina 13.
La “percepción objetiva” de la lámina, o sea, el contenido
manifiesto de la escena que en ella se presenta, se establece en
base al “consenso público”, es decir, según la percepción de la
mayoría estadísticamente comprobada; sobre esta base “objetiva”
siempre hay aspectos “ambiguos” que deben ser definidos para
organizar la historia, lo que se hace introduciendo lo personal y
subjetivo. De modo que al solicitarse una historia, se plantea una
dialéctica entre la presión del estímulo objetivo y la definición
personal de la ambigüedad; la síntesis más frecuentemente lograda
nos indica qué tipo de temática, eventualmente de problemas o
conflictos, será probablemente expresado ante esa imagen; es lo
que llamamos la “valencia temática” de las láminas.
Al analizar las historias, es importante tener en cuenta la
“valencia temática” de cada lámina, pues nos permite conocer cómo
ha impactado en el sujeto, por el grado de desviación a causa de la
participación de la subjetividad, que puede llegar a la distorsión.
También este conocimiento hace posible seleccionar
acertadamente las láminas adecuadas, cuando se desea investigar
una problemática específica.
Se supone además que la persona suficientemente adaptada
no se desvía sustancialmente del tema esperable, aún cuando sea
capaz de elaborarlo con alguna originalidad; de modo que también
podemos evaluar el ajuste del sujeto al “sentido común”.

Las historias “clisé”:12

Toda respuesta a una prueba de estímulos ambiguos resulta


de la participación en grado variable de las tendencias adaptativas
12
.- Se llama clisé o cliché a una plancha metálica grabada con la que se pueden
imprimir indefinido número de copias iguales. Aquí designamos así a las historias que
se ajustan de tal modo al estímulo que no presentan nada personal, y por tanto son
casi iguales en muchos y diferentes sujetos. También se las puede llamar historias
«estereotipadas».

| 207
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

y proyectivas; el ajuste excesivo a lo objetivamente dado da como


resultado historias estereotipadas con mínima presencia de lo
subjetivo y personal; estos “clisés” nos dicen que el sujeto ha
resuelto la dialéctica objetividad – subjetividad netamente a favor
de la primera; de allí que para algunos autores tales historias, al
carecer de elementos proyectivos significativos, son prescindibles
para el diagnóstico.
Sin duda que son más valiosos los que Rapaport llama
“contenidos ideacionales esenciales”, pues son los que permiten
hacer inferencias respecto a las tendencias de importancia central
en el probando; se los encuentra en historias que tienen al menos
alguna originalidad, por tanto con fantasía y sello personal, y
justamente por eso permiten algún acceso al mundo interior.
Pero hay que tener en cuenta que una historia original puede
ser un producto casi enteramente “intelectual”, con material
proyectivo escaso y de poco valor; a esta posibilidad hay que
atender cuando se trata de sujetos inteligentes con aptitudes
literarias; también los “clisés” pueden derivar de la pobreza
imaginativa, en personas de pobre nivel intelectual y cultural, o
también de escasa motivación o actitud negativa hacia el examen,
o que temen resultados desfavorables (a veces pasa en situaciones
como selección de personal, pericias, etc.)
Además, no necesariamente la escena de la lámina va a
movilizar la fantasía de una persona, si ésta no tiene conflictos en
el área temática a que hace referencia aquella, y por tanto no hay
“sintonía” con los contenidos latentes.
Asimismo es posible que una historia narrada como “clisé”
coincida con la problemática del sujeto y sin embargo no aparezca
emocionalmente cargada; pues las experiencias emocionales
pueden perder con el tiempo su cualidad originaria y su intensidad,
y volver como recuerdo en forma relativamente banal.
Todo esto parece apoyar a quienes desvalorizan el aporte
diagnóstico de las “historias clisé”; sin embargo, la importancia
de atender a las mismas radica en saber que pueden configurar una
maniobra defensiva: el sujeto, si bien responde a la consigna, lo
hace eludiendo de modo más o menos consciente toda expresión

208 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

muy personal; esta “huida a la banalidad” evita el compromiso


con los “contenidos latentes”; de ese modo, el clisé puede reflejar
las defensas del sujeto a través de la rígida ausencia de fantasía, la
verborragia hueca o la descripción más o menos minuciosa.

No hay reglas precisas para determinar si un clisé está


cumpliendo una función defensiva, pero puede sospecharse que
“algo se está tratando de ocultar”, conscientemente o no:
• Si se conocen los temas conflictuales de una persona, y en las
láminas preparadas para facilitar la expresión de los mismos,
se responde con ese tipo de historias: es una actitud que
frecuentemente se toma en la vida diaria, cuando “no se quiere
hablar de un tema”: recurrimos entonces a conversar sobre
banalidades .
• También cuando un tema persevera, incluso cuando es sólo
insinuado en varias historias, aunque éstas sean estereotipadas.
• Asimismo si después de demoras, dudas, inicial rechazo (“no
se me ocurre nada”) u otras muestras de ansiedad, se narra
una historia clisé; o si, narrando una historia de estas
características, el sujeto se bloquea, cambia el rumbo de la
misma, no acata la consigna, etc..
• Y en general, si estamos ante una persona de buena
inteligencia, pero sus historias son chatas, sin fantasía.
• Se puede sospechar ocultamientos conscientes, cuando un
resultado “auténtico” de la prueba podría ser negativo para el
examinado.
Pero sólo son indicadores que alertan al examinador, cuya
pericia es la que debe decidir ante qué situación se está.

| 209
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

“Valencia temática” de las láminas del T.A.T..

1.- Un niño,
sentado ante una
mesa, parece
contemplar un
violín que está
sobre la mesa
ante él.

Dos temas aparecen en la gran mayoría de las historias (90%,


según Revers):
- El protagonista se ve confrontado con presiones de alguna
autoridad (en general, los padres), ante las que reacciona
diversamente: sumisión, rebeldía activa o pasiva, fuga en la fantasía,
transacción.
- O su preocupación está centrada en su necesidad de
autorrealización y logros, con esfuerzo real o en la fantasía.
En ocasiones ambos temas se entremezclan. Casi no hay
fracasos o rechazo de la lámina, aunque pueden surgir algunas
dificultades iniciales por tratarse de la primera: no comprensión
de la consigna, o alguna inhibición para expresarse con soltura.
No son raras las “distorsiones perceptuales”: el violín es visto
como un libro, o un juguete; más grave, como una palangana en la
que el chico vomita; otras veces el sujeto inicialmente no reconoce
qué es eso que el niño parece mirar.
Algunos autores dicen que no reconocer el violín puede ser
indicio de sentimientos de culpa por masturbación; según Bellak,
un violín inservible, con las cuerdas o el arco rotos, sugiere un
sentimiento de castración; para el mismo autor, “no reconocer el
violín” es un síntoma seguro de “déficit de atención”; yo mismo

210 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

he comprobado esto en algunos casos de adolescentes y jóvenes


con historia infantil con dicha patología (no en grado grave),
persistiendo cierto déficit de atención residual. No hay sin embargo
una explicación segura para esto.
2.- Una escena
campesina: en pri-
mer plano, una jo-
ven con unos libros,
de espaldas al resto
de la escena; atrás,
una mujer mayor,
aparentemente em-
barazada, y un hom-
bre joven que guía
un arado; al fondo,
algo como galpones
o montañas.

Con frecuencia se presentan escenas de conflictos entre la


joven y los otros personajes, que suelen ser familiares, pero que
más bien representan un modo de vida y valores diferentes; la joven
– que es prácticamente siempre la protagonista, sobre la cual
proyectan también examinados masculinos - personifica deseos
de cambio, aspiración a un más alto nivel de vida, interés por valores
culturales y espirituales, a veces ambición. Suelen expresarse
expectativas respecto al futuro.
Pueden surgir ante esta lámina el tipo de conflictos que el
sujeto tiene con su familia: problemas de sumisión o autonomía,
etc., tal vez desengaños amorosos.
A veces aparecen temas de rivalidad entre ambas mujeres
por el amor del hombre que trabaja la tierra; o la joven intenta
ayudar a los campesinos a salir de su situación de ignorancia; más
raramente el tema del embarazo de la mujer de segundo plano es
objeto de particular consideración.
Sujetos obsesivos se preocupan por definir los detalles del
fondo, o se preocupan por los surcos torcidos, etc..

| 211
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

3 H. V. – Una persona
joven, de espaldas,
sentada en el suelo, se
reclina sobre lo que
parece una cama; a su
lado, algo que semeja un
revólver.

La figura es ambigua en cuanto a su sexo; según Rausch,


40% de varones ven allí una figura femenina, de modo que este
dato por sí sólo no alcanza para presumir problemas de identidad
de género.
Es común que la historia verse sobre un estado depresivo,
sea a raíz de alguna frustración, sea por sentimientos de culpa, y
eventualmente castigo por agresión (está en la cárcel, p.ej.); el
objeto que está en el suelo es muchas veces pasado por alto, o se lo
interpreta como un revólver o cuchillo, y entonces entra en la
historia relacionado con la agresividad (ataque o defensa) y de allí
la culpa; en el 25% de los casos, según Siguán, aparece asociado a
ideas suicidas, que son preocupantes si el sujeto examinado es
depresivo, o muestra en general tendencias autoagresivas y un super
yo muy severo.
Quienes reprimen fuertemente la agresión suelen prestar
atención al revólver pero, distorsionando, lo ven como un objeto
cualquiera, una mancha en el piso, algo impreciso; si son algo
obsesivos, vacilan mucho sobre lo que puede ser tal objeto. Como
siempre que una lámina sugiere un tono depresivo, importa ver si
el final es optimista o pesimista.

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

3 M, N, – Una mujer
joven, de aspecto
abatido, se apoya con
la mano izquierda en el
marco de una puerta y
con la derecha se
cubre el rostro.

La figura es muy definida en cuanto al sexo y a su estado de


ánimo (depresión, angustia), por lo que algunos autores proponen
su reemplazo por 3 VH.
Los varones tienden a proyectar en 3 VH fracasos vitales,
las mujeres en ambas láminas expresan más bien sus reacciones
ante actitudes de otras personas: pérdidas afectivas, experiencias
de agresividad, culpa, no raramente con un trasfondo sexual. La
aparición de ideas suicidas es muy significativa, en condiciones
semejantes a las de la lámina citada antes. Se suele prestar más
atención al estado de ánimo del protagonista que a las causas del
mismo; en especial actúan así personas angustiadas o depresivas.
Es importante ver qué otra persona es introducida en la historia.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

4. – Una mujer parece


querer retener a un
hombre que hace un
gesto aparentemente de
rechazo a esa actitud;
en el fondo, un tanto
diluido, un cuadro con
una figura femenina con
connotaciones eróticas

La escena induce a plantear problemas de pareja, y da


oportunidad de expresar lo que se siente sobre actitudes
características atribuidas a cada sexo: el varón puede ser visto como
protector (se dispone a defender a la mujer), o como engañado o
celoso, agresivo o intentando liberarse de ella; la mujer puede
aparecer como seductora, moderadora (intenta calmarlo),
absorbente, más o menos sutilmente dominante.
Suelen aparecer historias de amenazas o agresiones, con
referencia a terceros no presentes en la lámina; la mujer del cuadro
del fondo puede dar origen a una “historia triangular”, o caracteriza
el ambiente en que se encuentran. En niños, con mucha frecuencia
aparecen los conflictos entre los padres.

214 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

5. – Una mu-
jer de edad
madura se
asoma a una
habitación a
través de una
puerta entre-
abierta.

Los temas más frecuentes se refieren a la relación madre –


hijo: la madre es sobreprotectora (se asoma a ver si el hijo necesita
algo), o es autoritaria, controladora, de “cara agria”; en tal caso
puede haber sentimientos de culpa (el hijo está haciendo algo malo).
Semejantes sentimientos aparecen si se plantea la relación entre
esposos.
Probandos femeninos, al proyectarse sobre la figura de la
lámina, denuncian sus actitudes y sentimientos hacia hijos y esposo.
A veces aparecen historias de matiz voyeurista (espiar,
curiosear) o angustia ante un ataque (ladrones, etc.)

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

6 H. V. – Una mujer anciana


mira aparentemente al
infinito por una ventana, de
espaldas a un joven que
mantiene la mirada baja.

Las historias se refieren habitualmente a la relación madre –


hijo, frecuentemente con un tono conflictual, signado por la
ambivalencia entre las necesidades de independencia del hijo y la
ligazón afectiva a la madre; ocasionalmente la relación toma un
claro matiz edípico.
En el hijo pueden aparecer también sentimientos de culpa
(conducta reprobable), frustraciones (reconocimiento de fracaso).
Pueden deducirse datos sobre la imagen que de la madre tiene el
examinado, sus actitudes hacia ella, y eventualmente ante la esposa
y la mujer.

216 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

6 M. N. – Una mujer joven,


sentada en un sillón, se vuelve
hacia un hombre maduro que se
dirige a ella desde atrás.

Esta lámina debería ser la correlativa de la anterior para el


sexo femenino, y referirse entonces a la relación padre – hija.; no
es así en la practica, aunque el tema aparece a veces en niñas. En
adolescentes y adultas, la temática se ubica en el ámbito de la
relación entre los sexos, indicando casi siempre la sorpresa o
inquietud de la joven ante las palabras del varón, que pueden ir de
la agresión a la seducción. También se ventilan acá frecuentemente
problemas de pareja; de todos modos, sean cuales fueren las figuras
representadas, el modo de relación es en alguna medida y modo
conflictual.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

7 H. V. – Un hombre
mayor parece hablar a
otro, más joven, que
mira a lo lejos

Los temas más frecuentes se refieren a la relación padre –


hijo, o a la actitud ante gente de mas edad y los valores de anteriores
generaciones.
Casi el 50% de las historias tratan de dificultades del joven,
que busca ayuda en los consejos de una persona de más experiencia,
generalmente el padre; consejos que pueden ser bien o mal recibidos
por aquel.
Más raramente, aparecen historias en las que la figura de
más edad es malévola e intenta influenciar al joven hacia conductas
antisociales.

218 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

7 M. N. – Una mujer
leyendo un libro a
una niña que está
sentada a su lado,
con una muñeca
sobre las rodillas, y
aspecto pensativo.

La relación madre – hija es el tema habitual; la actitud de la


niña parece sugerir alguna actitud negativa hacia la madre, o al
menos desinterés ante lo que lee o dice, a veces callada rebeldía.
Los pensamientos de la niña pueden referirse también a actitudes
ante la vida, ocasionalmente ante la maternidad o el rol sexual.
Casi siempre el protagonista es la niña, pero personas adultas
pueden proyectarse en la mujer y reflejar sus problemas en el trato
o educación de sus hijos. Puede ser de interés el contenido del
libro que la mujer lee.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

8 H. V. – En primer
plano, un adolescente;
a un costado, lo que
parece el cañón de un
rifle; al fondo, como en
una nebulosa, una
escena que con
frecuencia se interpreta
como una intervención
quirúrgica de
emergencia.

Predominan historias en las que de alguna manera el


protagonista – siempre es el joven del primer plano – está
involucrado en una situación agresiva (herida por accidente,
guerra); casi siempre entonces el arma es incorporada a la narración.
Frecuentemente participan en la historia familiares (padre,
hermano). En adolescentes, la escena de fondo se conecta a veces
son fantasías sobre la vida profesional futura.
Con el arma pasa muchas veces lo mismo que en 3 V.H..

220 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

8 M. N. –
Una mujer
joven con el
mentón
apoyado en
una mano,
la mirada
perdida a lo
lejos.

Generalmente se describe a una joven sumida en sus ensueños


o preocupaciones; que pueden ser sus relaciones con los demás,
particularmente amorosas; también temas depresivos, problemas
familiares; ocasionalmente, proyectos o temores del futuro.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

9 H. V. – Un
pequeño
grupo de
hombres que
vestidos
sencillamente
descansan
tendidos en
el suelo.

La lámina se presta poco a la proyección personal directa, y


no es frecuente encontrar historias significativas; las narraciones
suelen versar sobre vagabundos, ladrones, obreros descansando, y
expresar prejuicios sociales o sentimientos de marginación.
Algunas veces el tema es la relación con el grupo. Pueden aparecer
también impulsos o temores homosexuales.

222 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

9 M. N. – Una
joven observa,
desde atrás de
un árbol, a otra
que, con
vestido largo,
corre en un
plano inferior,
sobre una
playa.

La proyección suele recaer sobre la figura del primer plano,


que no raramente tiene hacia la otra una actitud negativa; otras
veces ambas participan de consuno en la misma acción.
Suelen aparecen ante esta lámina actitudes ante personas de
la misma edad y sexo, en particular ante las hermanas o una “rival”
(celos). Con frecuencia la figura del plano inferior está en una
situación difícil y huye, y la del primer plano la contempla con
sentimientos que van desde el odio hasta el deseo de ayudar.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

10. – Una mujer


(der.)apoya la
cabeza en el
hombro de un
varón (izq.)

La mayor frecuencia está dada por historias sobre relaciones


de pareja, que se acercan por diferentes motivos, sea por afecto,
búsqueda de consuelo o apoyo, o por pasión. La ambigüedad de la
lámina permite que, a veces, el sexo de las personas y el tipo de
relación entre ellas se interprete de muy diversas maneras, incluso
como relación homosexual.
En el caso de varones que perciben la escena como una
relación madre – hijo, la figura de la izquierda es vista como
femenina (madre).

224 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

11. – Un paisaje tenebroso,


donde parece haber
bosques, ruinas, animales
extraños.

Esta lámina casi siempre crea dificultades, al menos iniciales,


dada su pobrísima estructuración, con predominio de tonos oscuros,
y la ausencia de figuras humanas, que dificulta la proyección;
historias bien narradas se encuentran casi exclusivamente en
personas de buena imaginación.
Se presentan habitualmente en las historias situaciones
amenazantes que ponen en peligro la vida del protagonista o le
impiden alcanzar objetivos valiosos. A veces la presencia del
dragón, del que se ve parte del cuerpo, estimula contenidos míticos.
Son frecuentes los símbolos, p.ej., lucha entre el bien y el mal.
Historias de total desolación pueden indicar un grave
empobrecimiento emocional.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

12 H, - Un
j o v e n
acostado,
con los ojos
cerrados; un
h o m b r e
mayor, de
pié, extiende
sobre él su
mano.

Las historias más frecuentes se refieren a alguna intervención


terapéutica, hipnótica o mágica sobre el joven, con voluntad
benéfica o maligna, lo que se puede relacionar con deseos o temores
de dependencia de figuras poderosas.
Otras veces la figura acostada es vista como un ser querido
muerto, importando entonces los sentimientos y reacciones
atribuidos a la persona mayor.
Pueden plantearse problemas con relación a la sexualidad
según el sexo que se adjudique a la figura acostada.
Según algunos autores, pueden proyectarse las actitudes del
examinado respecto a una psicoterapia: p.ej. una gran pasividad
pondría dudas en cuanto al éxito terapéutico.

226 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

12 M. – Dos figuras
femeninas: una
joven, y detrás, como
hablándole al oído,
una vieja de aspecto
desagradable.

Raramente son consideradas como madre e hija; en tales


casos, a veces se plantean problemas generacionales; pero con más
frecuencia la vieja es vista como una bruja, celestina, a veces la
suegra, casi siempre con intenciones malsanas; interesan entonces
las reacciones de la joven ante las sugerencias. Suelen proyectarse
los aspectos negativos de la imagen materna.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

12 V. N. –
Un paisaje
de campo
cuyo objeto
central es
un bote
solitario.

Esta lámina es considerada prescindible por la mayoría de


los autores; la excesiva ambigüedad crea dificultades, así como la
ausencia de personas; por tales motivos, los temas son muy
variados, y con frecuencia, banales. Sin embargo, se encuentran
historias referidas a búsqueda de independencia, a veces en forma
de aventuras; o a la relación con coetáneos en empresas comunes
(casi siempre, excursiones); puede haber entonces elementos de
significación. Aplicada a adultos, suelen surgir historias con
implícita temática sexual. Sujetos deprimidos pueden aludir a
suicidios en sus narraciones.

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

13 H. M. – Un
hombre joven de
pié cubriéndose la
cara; atrás, una
mujer semidesnuda
en una cama.

El estímulo se presta para que la temática sexual esté presente


en las historias, al punto de considerarse que, de no ser así, ha sido
consciente o inconscientemente eludida, lo que suele denunciarse
por vacilaciones iniciales. Las historias recorren una amplia gama,
desde una normal relación marital hasta un crimen pasional.
Para los varones, el gesto de la figura masculina de la lámina
refleja fatiga, culpa; las mujeres ven con frecuencia en ese gesto la
actitud del varón hacia la mujer: agresividad, egoísmo, etc..
Historias no sexuales – explícitamente al menos – hablan de
la mujer cansada, enferma, o muerta, y la actitud del compañero,
casi siempre el esposo, ante ello.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

13 V. – Un niño,
sentado en el
umbral de una
cabaña, en actitud
pensativa.

Se presentan temas referidos a vivencias infantiles: problemas


familiares, pérdidas afectivas, sentimientos de soledad; también
temores o expectativas del futuro. La lámina es útil en adultos con
infancia conflictual.

230 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

13 N. – Una figura
que parece una
niña sube por la
escalera de una
construcción
imprecisa.

La lámina es poco estimulante, y no es tenida por útil;


presentada a púberes, suelen aparecer deseos de independencia,
en relación a situaciones familiares; también sueños y proyectos
pueden ser temas de la narración.

| 231
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

14. – Una lámina negra, con un


recuadro blanco que sugiere una
ventana, contra el que se perfila
una figura joven.

Habiendo una única figura definida, se facilita la proyección


sobre ella; a pesar de su simplicidad, la lámina es estimulante y
produce historias de interés. La figura, vista habitualmente como
de sexo masculino, está generalmente dentro de la habitación oscura
y la ventana comunica al exterior.
Las historias se refieren muchas veces a reflexiones del
protagonista sobre sus circunstancias, sea con estado de ánimo
depresivo, sea planeando o soñando el futuro.
No son raras las consideraciones filosóficas o religiosas, el
sentido de la vida, etc.; muchas veces la ventana abierta a la luz
representa la salida para una situación “oscura”.
También hay historias de suicidio, de robo, etc..
Personalidades de tipo obsesivo ponen énfasis en decidir si
el sujeto está fuera o dentro de la habitación, de acuerdo a la “lógica”
del recuadro iluminado; a veces llegan hasta interrumpir una
historia ya iniciada para readecuarla a lo que consideran
perceptualmente más exacto.

232 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

15. – Un hombre de
aspecto tenebroso,
de pié, orando o
reflexionando entre
tumbas.

El tema de la muerte es el habitual ante esta lámina;


distorsiones perceptuales (“un director de orquesta entre los atriles
de sus músicos”), son muy raras.
Las narraciones se refieren a la pérdida de un ser querido,
expresándose entonces sentimientos de culpa, depresivos, alguna
vez latente agresividad; otras veces son consideraciones sobre la
propia muerte, o reflexiones filosóficas o religiosas sobre la muerte
y el “más allá”.
No faltan historias de sepultureros, ladrones de tumbas o
“vampiros”.

| 233
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

16. – Lámina en blanco.

La introducción de esta lámina es sin duda un acierto del


autor del test; para que sea productiva, requiere del probando una
rica fantasía y buena disposición hacia la prueba.
No es raro entonces que la secuencia de temas desarrollados
en las láminas anteriores culmine con una historia muy impregnada
del conflicto central.
La carencia de un anclaje objetivo – no hay estímulo, ni la
consigna aporta ninguna orientación – lleva a veces a historias
semejantes a sueños, que requieren de interpretación simbólica.

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

17 M. N. – Un puente, una
figura femenina se inclina
sobre la baranda; abajo
parecen embarcaciones, y
se ven personas trabajando.

Las historias son en general irrelevantes: p.ej., una turista


que mira el trabajo del puerto; algunas veces se plantean inquietudes
sociales, en relación con los trabajadores. Pero cuando hay estado
de ánimo depresivo, sentimientos de soledad, etc., aparecen
historias de suicidio.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

17 H. V. – Un hombre
aparentemente desnudo
subiendo o bajando por
una cuerda.

Los temas, muy variados, pueden ser de competencia


deportiva, fuga, exhibicionismo, intenciones voyeuristas.
Personalidades obsesivas dudan en definir la situación en el sentido
de subir o bajar.

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

18 H. V. – Dos manos, y
aparentemente una tercera,
sostienen o sujetan a un
hombre adulto.

Dos tercios de las historias se refieren a agresión sufrida por


el personaje de la lámina; otras veces a accidentes, borrachera,
enfermedad del mismo, que es ayudado por otros; estos temas
“inocuos” hacen sospechar el intento de evitar otros más
comprometidos, como la referida agresión o la posible
homosexualidad.
Bellak considera esta lámina clave para la manifestación de
la ansiedad, y útil para observar los procesos de pensamiento al
resolver el problema que plantean las tres manos que toman a la
persona.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

18 M. N. – Una mujer
toma del cuello – o
sostiene la cabeza – de
otra, al pié de una
escalera.

Son frecuentes los temas agresivos, o la ayuda a una enferma,


accidentada, etc..
Aparecen muchas veces historias de relaciones conflictuales
entre madre e hija.

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

19. – Formas
extrañas sugieren una
cabaña en la nieve
con un cielo de nubes
tormentosas.

La lámina es poco estructurada, y el consiguiente


desconcierto lleva con frecuencia a historias de poca significación.
De modo semejante a la lámina 11, los temas son principalmente
situaciones de amenaza y peligro en un medio hostil, aquí en
contraposición a la seguridad y protección de la cabaña.

| 239
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

20. – Un hombre
se apoya en un
farol que alumbra
muy débilmente.

La imprecisión del cuadro lleva a historias muy variadas y


casi nunca significativas,
Son frecuentes temas de soledad, débacle económica o
afectiva, a veces ideas suicidas; otras veces se trata de conductas
antisociales o de aventuras sexuales.
En nuestro medio no son raras las historias de “guapos del
900” con los temas clásicos del tango.

240 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

Aportes para una comprensión teórica del funcionamiento


del T. A. T.

Una prueba de personalidad es valiosa como tal, entre otras


razones, si el material que utiliza facilita la “externalización” de
aspectos importantes de la personalidad, y si ofrece un sistema de
evaluación de las respuestas que permita obtener conclusiones
válidas sobre los mismos.
Tanto la selección del material como el sistema de evaluación
dependerán de los conceptos sobre personalidad que maneje el
autor, que conformarán el “encuadre teórico”, y de su objetivo
específico al construir la prueba .
Pero sabemos también que una prueba proyectiva, aunque
haya nacido al calor de determinada teoría, no depende
necesariamente de la misma, y que tampoco hay un modo único
de evaluar las respuestas; ni hay una teoría que explique todos los
vericuetos de la conducta humana, ni por tanto de ese “segmento
de conducta” que es una de estas pruebas.
De tal modo que una teoría que fundamente de modo
omnicomprensivo esta prueba no existe, tal vez ni siquiera es hoy
realistamente pensable; los que quisieron desentrañar su
funcionamiento se encontraron con una extraordinaria complejidad,
lo que hizo decir a Kagan en 1961: “No comprendemos del todo
la mecánica de este instrumento donde variables aún no
sospechadas parecen jugar un rol esencial en las respuestas;
sentimos la necesidad de una todavía ausente teoría capaz de
clarificar los mecanismos mentales que actúan en esta situación”;
o como dijo Holt, “Conocemos el nudo, pero no cómo ha sido
hecho, lo cual nos dificulta desatarlo”
Las historias que surgen de responder a la consigna, son un
producto en gran medida de la fantasía; el análisis de productos de
la fantasía ya lo intentó Freud en la interpretación de los sueños,
estableciendo que los sucesos del día dan lugar a una cadena de
reacciones inconscientes, que lleva a conflictos y deseos
reprimidos, al ligarse con fantasías o recuerdos que son

| 241
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

representantes de necesidades insatisfechas a su vez escondidas


en síntomas, conflictos no resueltos y experiencias traumáticas.
Sin ocuparnos de las críticas de que es pasible esta concepción
freudiana, es claro que las historias del T.A.T. no pueden
equipararse a los sueños, puesto que la intervención de la conciencia
aporta muchos otros elementos que no son deseos reprimidos; pero
Holt13 apoya la comprensión de las historias en la teoría freudiana,
considerando que la relación entre los “restos diurnos” y el sueño
es la misma que entre la lámina y la historia: el proceso perceptivo
inicia una relación con configuraciones significativas de la vida
emocional y conativa, que utilizan ese contacto para lograr una –
en general indirecta – expresión en la conciencia; pero la esencia
de ese “contacto” no queda suficientemente clara, de modo que la
relación entre percepción e historia sigue sin una explicación
convincente.
Desde Hartmann, el desplazamiento del énfasis del ello al
yo lleva a acentuar la importancia de las reacciones conscientes,
en un contexto de suficiente control – consigna, estructuración del
estímulo, etc. – lo que no permite que la fantasía llegue a jugar un
rol absoluto;14 de modo que las diferentes concepciones hoy
consideran que las historias son un resultante de la dialéctica entre
el yo y la combinación organizada de impulsos y necesidades, lo
que por otra parte no es propio y exclusivo de esta prueba, sino
que hace a la naturaleza de las Técnicas Proyectivas en general.
Una base teórica amplia y sólida no sólo permitiría penetrar
más en la significación de lo que nos aportan las historias, sino
que también facilitaría elaborar mejores sistemas de evaluación .
Al respecto se han realizado intentos, todos han dejado saldos
valiosos aunque parciales; sólo reseñarlos llevaría un gran espacio;
de modo que nos limitaremos a presentar resumidamente algunos,
comenzando por las ideas del mismo Murray, en honor al creador
de la prueba.

13
.- Holt., R.: «El Test de Apercepción Temática», en Anderson y Anderson, «Técnicas
proyectivas del diagnóstico psicológico», Rialp, Madrid, 1963.
14
.- Holt., R.: «The nature of T.A.T. stories as cognitive products», en: Kagan and
Lesser, Springfield, 1961

242 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

Murray expone sus concepciones sobre la personalidad, con


el objetivo de dar un fundamento teórico a su prueba en
“Explorations in personality”, en 1938; partiendo de que “el
organismo es su historia”, considera que “la personalidad es una
gran unidad que se desarrolla desde el nacimiento hasta la muerte
en una secuencia de unidades menores o episodios dinámicamente
relacionados; cada episodio muestra al sujeto en relación con su
ambiente (en la prueba, cada lámina intenta representar uno de
estos episodios o “temas” –de allí la designación del test como
“temático”); de esta relación surgen necesidades que lo llevan a
actuar dentro de un medio que a la vez ejerce sobre él presiones;
en esta dialéctica necesidad – presión y en las reacciones ante las
mismas está la estructura dinámica del episodio.
Los episodios simples se organizan en otros más complejos,
y su secuencia conforma la biografía, que es la “ruta histórica del
organismo”; su unidad está dada por la recurrencia de temas
principales, por la reactivación de actitudes anteriores por estímulos
del presente, y por la organización de los temas en el “gran tema”
que es la personalidad.
El desarrollo de la persona está dado por su progresiva
integración y diferenciación, y se pone en evidencia en la
creatividad con que va enfrentando y resolviendo los conflictos.15

Esta teoría no tuvo la misma suerte que el test del mismo


autor: posiblemente por que más que explicar la dinámica interna
de la prueba, trató de dar fundamento a un sistema de evaluación
que prontamente dejó de ser utilizado.

Enfoque perceptual:

Describe el desarrollo de cada historia según los mecanismos


de la percepción: la prueba presenta como estímulo diversas
15
.- Un buen resumen del libro de Murray «Explorations in Personality» puede leerse
en «Teorías de la Personalidad», de Hall y Lindzey, ed. J Wiley, N.Y. 1962.
9,. Shentoub,V. «Thematic Apperception Test (T.A.T.) Theory and Methodology»
- Psychologie Française, 32, 1987.- También «Manuel d’ utilization du T.A.T.», ed.
Dunod, Paris, 1990.

| 243
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

situaciones, que si bien manifiestamente aparecen con algunas


características “objetivas” que pueden ser reconocidas por la
mayoría (contenido manifiesto), tienen también diferente grado
de ambigüedad, como para que su significación no sea igualmente
clara para todos, sino que ofrezca múltiples posibilidades de
interpretación (contenidos latentes).
En función de la naturaleza automórfica de la percepción,
tenderemos a ver los aspectos ambiguos de acuerdo a lo que en
nuestra experiencia han significado situaciones análogas (programa
perceptivo), y construiremos la historia solicitada adjudicando a
los personajes de las láminas condiciones propias o que fueron
típicas de figuras para nosotros significativas (proyección).
Si la escena de la lámina no se asocia con experiencias
emocionalmente cargadas, posiblemente la historia quede muy
ligada a lo objetivamente presentado, al no haber presión interna
sobre la percepción; en caso contrario, habrá más participación
personal en una interpretación subjetiva (apercepción), llegando
incluso a deformar el estímulo (distorsión), pudiendo también
suceder que el sujeto se aferre -conscientemente o no- a la
objetividad (clisés) para impedir que surjan fantasías que reaviven
ciertos sentimientos.

El enfoque psicoanalítico.

Los autores que han intentado fundar el test en concepciones


psicoanalíticas, en general consideran que la historia que responde
a la consigna es resultante de una dialéctica entre posibilidades de
regresión y el esfuerzo del yo por ajustarse a la realidad, entrando
a jugar aquí las fantasías, las defensas y la fuerza del yo.
La elaboración más completa desde este punto de vista es la
que prepone Shentoub 16 .

16
.- En la literatura del T.A.T. se habla habitualmente de «héroe»; pero en nuestro
lenguaje cotidiano, esa palabra tiene una connotación «épica», por lo que es aconsejable
reemplazarla por «protagonista», que significa precisamente «principal actor». (de:
“pratos” y “agein”).

244 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

Este autor llama “proceso” al conjunto de mecanismos


mentales comprometidos en la particular situación en que se pone
al sujeto cuando se le pide narrar una historia a partir de las
imágenes presentes en una lámina, o sea, producir una fantasía a
partir de cierta realidad; tal situación comporta tres factores
principales –material, consigna y examinador-, que encierran
antinomias que el sujeto debe resolver, siendo la estructura de la
historia en gran medida la resultante de cómo lo haya logrado .

• Material de la prueba:
Las imágenes del T.A.T. presentan situaciones que se
relacionan con los conflictos universales; en todas ellas existen
de alguna manera referencias a la libido y a la agresividad; el
desarrollo de la prueba invita al sujeto a entrar en el ambiente
que la imagen sugiere, y a elaborar un relato en consonancia
con el nivel de la problemática insinuada. Lo que la lámina
ofrece es lo que llamamos “contenido manifiesto”: los
personajes, con sus características y relaciones obvias, y los
objetos presentes, todo con su relativa ambigüedad; pero detrás
están “latentes”, precisamente por esa ambigüedad, posibles
significaciones capaces de avivar problemas, profundos o de
superficie.
Hay aquí una antinomia entre lo manifiesto, que fija límites
a la fantasía en función de la percepción de lo objetivo,
que supone el sentido de realidad, y lo latente, que reaviva
las huellas mnésicas en relación con la fantasía, y que por
tanto se conecta con el principio de placer.
• En la consigna se presenta la misma antinomia: ya que a la
vez se pone el acento sobre el control consciente, pues se
pide contar una historia a partir de lo que figura en la lámina,
-historia que se ha de desarrollar de modo lógico y coherente,
de acuerdo al proceso secundario-, y se plantea la necesidad
de bajar el umbral de control para permitir el flujo de la
fantasía: lo que implica regresión, acceso a los fantasmas y al
proceso primario. Lo particular de la consigna es que plantea
la exigencia de ligar ambas instancias en un sólo y único
movimiento: dejar volar la fantasía, pero manteniéndola a la

| 245
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

vez controlada, de modo que pueda transformar las


representaciones de cosas en representaciones de palabra; o
sea, admitir las cargas afectivas que revela la regresión, pero
asumiéndolas con un pensamiento ordenado.
• El examinador tiene un doble rol: está presente de modo
neutro, se abstiene de todo juicio y de toda intervención y
relación; pero es quien impone el material y la consigna,
registra lo que el sujeto produce y será quien lo evalúe; o sea,
facilita la fantasía, pero a la vez representa la realidad.

Estos tres factores de la “situación T.A.T.” pueden asimilarse


a una típica condición de conflicto: se enfrentan fantasía y realidad,
proceso primario y secundario, lo inconsciente y lo consciente, el
impulso y la defensa, conflicto que de alguna manera debe ser
resuelto para narrar la historia.

El proceso de elaboración de la historia tiene los siguientes


pasos:
• Una vez percibido el contenido manifiesto de la escena
presente en la lámina, el contenido latente y la consigna de
imaginar estimulan una regresión y la consiguiente aparición
de fantasías inconscientes junto a los afectos a los que están
ligadas.
• Este complejo representaciones – afectos, por definición no
organizado, como todo lo que surge del inconsciente, será
asumido por el yo y expresado en palabras si está en
condiciones de integrar esas fantasías, utilizar adecuadas
defensas y efectivizar el objetivo consciente de “contar una
historia”.
• La historia así obtenida es testimonio del compromiso logrado
por el sujeto entre los aspectos conscientes e inconscientes, y
pone de relieve las modalidades utilizadas para resolver este
conflicto al relacionar los diferentes niveles del
funcionamiento mental.

Esto dependerá del monto de energía con que estén investidas


las fantasías y las operaciones defensivas inconscientes, o la

246 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

actividad consciente: si las representaciones activadas por el


contenido latente están muy fuertemente investidas, se dificultará
la percepción de lo objetivo del estímulo, el yo no podrá ajustarse
a la realidad y dar entonces una historia adecuada a la lámina; o
sea, se da una relación inversamente proporcional entre la
intensidad de la presión fantasmática y la cualidad de la elaboración
consciente; dicho de otra manera: cuanto más fuertemente investido
esté lo fantaseado, en peores condiciones se encontrará el yo para
ajustarse al sentido de realidad, para diferenciar lo percibido de
los fantasmas y narrar una historia que se ajuste suficientemente a
la lámina.

Hay pues dos modelos de fracaso en cuanto a cumplir


plenamente la consigna integrando fantasía y realidad:
• La historia es desorganizada por el impacto de las fantasías,
aún cuando se intente el uso de defensas.
• La sobreinvestición de las estructuras conscientes a costa de
la investición de las huellas mnémicas inconscientes impone
una historia al ritmo de lo objetivo, lo cotidiano, con el buen
sentido común reemplazando los fantasmas; la historia aparece
entonces perfectamente “secundarizada”, con predominio de
la inhibición a falta de defensas más sofisticadas, lo que impide
la expresión de lo más íntimamente personal del sujeto.
• En el equilibrio entre el proceso primario y secundario, con
investición relativamente homogénea de lo consciente y lo
inconsciente, encontraremos historias correctamente
secundarizadas a la vez que coloreadas por las resonancias
fantasmáticas: es el modelo ideal.
Dentro de este “modelo” se encuentran no ya individuos
normales en el sentido habitual del término, sino organizaciones
ricas y dotadas de potencial creador, que tienen la posibilidad de
sumergirse en el contenido latente y emerger con una historia
elaborada originalmente.
Esto a veces no se logra sin experimentar una desorganización
pasajera, una acentuación de las defensas, pero con capacidad para
retomar el nivel de funcionamiento adecuado.

| 247
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Evaluación diagnóstica de las historias.

El “Protagonista”17

Si en algo acuerdan los que han elaborado sistemas de


evaluación para el T.A.T., es en que las historias se tejen alrededor
de un personaje central, dándose por supuesto que sobre él se
“proyecta” el narrador; establecer entonces en cada historia el
“protagonista” es de importancia, y si bien muchas veces es
evidente, pues se tiene por tal a quien ocupa en la historia el papel
principal, como sucede en novelas, películas, etc., y frecuentemente
es la persona que en la lámina es más parecida al examinado en
sexo, edad, etc., y cuyos sentimientos, actitudes y demás aparecen
como mejor comprendidos y descriptos, sin embargo hay que tener
en cuenta que:
• En sujetos con conflictos no resueltos, aspectos diferentes y
aún opuestos pueden proyectarse en distintos personajes (p.ej.
la agresividad en un criminal y el super yo en un policía).
• El examinado puede adjudicar a un personaje distinto del
protagonista, un rasgo propio que no acepta en sí, o que no
está bien integrado en su personalidad.
• Ocasionalmente el protagonista puede ser alguien no presente
en la lámina, aunque introducido en la historia; también puede
ser un objeto, un animal, un grupo, etc.
• Aunque es muy poco frecuente, y casi siempre sólo en sujetos
muy narcisistas, el examinado puede proyectarse sobre varias
figuras, que pasan así sucesivamente al rol central, cambiando
sus rasgos propios iniciales; las características del sujeto están
entonces como “desparramadas” en una serie de protagonistas
secundarios.
• La historia puede contener a su vez otra historia (algo que el
protagonista ve, etc.), con un protagonista secundario.

17
.- Tomkins,S. «The Thematic Apperception test; the Theory and Technique of
interpretation», Grune and Stratton, N.Y.1947.
13.- David Rapaport, «Tests de diagnóstico psicológico», Paidos. – Debe tenerse en
cuenta que en ese libro se refiere el autor a la primera serie de las láminas, que son las
que toma para sus ejemplos.

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

El sistema de evaluación de Murray


Murray, consecuente con el objetivo que se propuso al crear
la prueba, presenta un sistema de evaluación orientado a obtener
conocimiento del contenido de los conflictos del sujeto; analiza
las necesidades y presiones que se dan en la relación entre el “héroe”
y su ambiente; este análisis es meticuloso y lleva mucho tiempo,
siendo esa una de las razones por las que el método fue prontamente
abandonado; también por que descuida tomar en cuenta los aspectos
estructurales. Tomkins intenta perfeccionarlo, pero su sistema es
aún más largo y complicado18. Ambos sistemas son útiles si se
quiere investigar aspectos puntuales, pero muy poco prácticos para
el uso clínico.
Murray describe 28 “necesidades”, entendiendo por tales
“direcciones de la actividad, vividas subjetivamente como
impulsos, deseos, etc., que se expresan en la orientación dada a la
conducta observable”. Estas necesidades se relacionan
diversamente entre si: por “fusión”, cuando una actividad satisface
varias necesidades; por “subordinación”, si una necesidad
dominante utiliza para su beneficio la satisfacción de otra u otras,
que obran de modo auxiliar; por “conflicto”, cuando necesidades
opuestas impiden recíprocamente la satisfacción.
En su libro antes citado, Murray expone ampliamente lo que
aquí resumimos:
1.1-Necesidad de autohumillación (soportar sin resistencia
ofensas, presiones; aceptar resignadamente culpas,
fracasos)
1.2 -Necesidad de agresión:
a): en sentimientos o expresión oral.(odiar, enojarse,
discutir, burlarse).
b): físicamente, de modo socializado (luchar por defender
algo valioso, castigar un delito)
c): físicamente, de modo asocial (atacar o dañar a otro sin
razón justa, venganza, etc.

.- V. et S.A. Shentoub – «Contribution a la recherche de la validation du T.A.T.» –


18

Revue de Psych. Appliquée, 1958, vol. 8, Paris.

| 249
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

1.3 - Necesidad de autovaloración: (esforzarse por obtener algo


valioso, éxitos)
1.4 - Necesidad de dominio: (influir, adquirir poder sobre otros)
1.5 - Necesidad de introagresión: (autocrítica, arrepentimiento,
suicidio).
1.6 - Necesidad de demostrar simpatía y cuidado: (expresar
sentimientos amistosos, preocuparse por los demás)
1.7 - Necesidad de pasividad: (buscar el descanso, ser apático)
1.8 - Necesidad sexual : (buscar relación afectiva o física con
personas del otro sexo)
1.9 - Necesidad de ayuda (buscar ayuda, consuelo, sentir
desamparo, tener adicciones)

2.-Murray señala también algunos estados internos y


sentimientos del protagonista particularmente importantes
para la evaluación:
Conflicto: estados de indecisión, de oposición interna
momentánea o crónica ante impulsos, necesidades,
objetivos; inhibiciones
Labilidad: cambios significativos de los sentimientos en la
misma situación; constante búsqueda de lo nuevo.
Derrotismo: sentimientos de depresión, decepción, duda,
culpabilidad, infelicidad.
3. - Los motivos y estados del protagonista –analizados en cada
historia casi “renglón por renglón”- son calificados de 1 a
5, según los siguientes criterios: Intensidad, Persistencia,
Frecuencia, Peso relativo en el conjunto de la historia. A
lo largo de todo el test estos valores se suman, y deberían
poder ser confrontados con valores normativos, a los que
Murray hace referencia, pero que no publicó; sigue sin
embargo siendo útil la “cuantificación” como indicador
relativo.

4. - Las “presiones” del medio sobre el protagonista son así


categorizadas:

250 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

4.1 - Afiliación:
a) en sentido de agrupamiento: (presencia de amigos,
pertenencia a un grupo)
b) en sentido de sentimientos : (relaciones de parentesco,
de amor).
4.2 - Influjos agresivos:
a) afectivos o verbales: (alguien odia al protagonista, lo
critica, se burla de él)
b) físicos socializados: (el protagonista es perseguido,
castigado por una falta). destrucción de propiedades
del protagonista por parte de otra persona o fuerza.
4.3 - Dominio: (alguien obliga al protagonista, le impide hacer
algo, lo tienta o convence)
4.4 - Ayuda: (alguien protege, apoya, estimula al protagonista)
4.5 - Rechazo: (alguien desprecia, abandona al protagonista,
le es infiel)
4.6 - Falta o pérdida: al protagonista le falta algo necesario
para la vida o su realización, o lo ha perdido: (familia,
fortuna, oportunidades).
4.7 - Peligro físico:
a): activo: (el protagonista está expuesto a peligros no
humanos: animales, tormenta, bombardeo)
b): Pérdida de sostén físico: (peligro de caída, de ahogarse)
4.8 - Lesión corporal: el protagonista es físicamente dañado
por personas, animales, cosas, enfermedades.

Estas “presiones” se cuantifican siguiendo los mismos


criterios que respecto a las “necesidades”. También deben tenerse
en cuenta todas las particularidades, por ej. la presencia de
elementos no comunes o la ausencia de los habitualmente
esperados; las personas o cosas no presentes en las láminas que el
sujeto introduce; las características persistentemente atribuidas a
tipos de personas: p.ej.: para un examinado, todas las mujeres son
protectoras, lo ayudan; para una examinada, todos los varones son
agresivos, etc.

| 251
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Todo esto configura una fase preparatoria. Una vez


establecidos los personajes sobre los cuales el sujeto se ha
proyectado, las necesidades que en estas proyecciones se revelan,
y las presiones que vienen del ambiente, verificando lámina por
lámina la lista de los ítems, queda por ver cómo interactúan, o sea:
cómo actúa el protagonista en su relación con el medio, y cómo
incide la influencia de ese medio; por ej.: con qué fuerza persigue
el protagonista sus objetivos, con qué dificultades se encuentra,
cómo reacciona ante las mismas, si espera constantemente apoyo,
o actúa con independencia, cómo maneja su agresividad, si vive
su ambiente como frustrante o propicio, si tiende fácilmente a
sentirse culpable….etc., etc.
Se puede entonces elaborar una descripción de los problemas
que enfrenta el examinado y su reacción ante los mismos, lo que
se correspondería con su conducta real.

Desde el primer momento que se comenzó a probar esta


prueba, aún antes de la definitiva selección de las láminas, Rapaport
se percató de que era necesario distinguir, en los contenidos de las
historias, cuáles eran verdaderamente significativos como
indicadores de conflicto, de los comunes y banales o que, aún siendo
originales, podían considerarse un producto intelectual sin mayor
relieve emocional; estaba más interesado en los procesos de
pensamiento que en los contenidos de los mismos, lo que lo llevó
a prestar particular atención al “análisis formal”, tanto de la
estructura como del contenido del relato, estimando que sus
alteraciones denunciarían la perturbación del sujeto ante aspectos
significativos, lo que permitiría identificar los “contenidos
ideacionales esenciales.”
En el “análisis formal de la estructura del relato” toma en
cuenta:
• Acatamiento a la consigna: no se cumple con este requisito
cuando no se narra una historia con argumento, o no se atiende
al decurso temporal; cuando la escena de la lámina es tomada
como un sueño, una pintura, una película, o la historia se narra

252 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

en primera persona, o las láminas se vinculan en una historia


continuada.
• Acatamiento a la lámina: no se da cuando hay distorsiones,
omisiones o por el contrario se introducen elementos no
presentes en la imagen.; tampoco cuando se pone énfasis en
un factor accidental de la imagen descuidando o ignorando
sus aspectos esenciales.
En cuanto al “análisis formal del contenido”: teniendo en
cuenta que “las características formales del contenido constituyen
abstracciones mediante las que se eliminan los elementos
incidentales y se extraen lo esenciales”, se consideran:
• El “tono anímico” prevalente en la narración, sentimientos
que se manifiestan y el modo de hacerlo.
• Caracterización del protagonista y de las figuras significativas
de la narración, sus tendencias y actitudes, sus relaciones
interpersonales.
• Los obstáculos de cualquier índole que se oponen a estas
tendencias del protagonista, o los factores que las estimulan y
facilitan.
En este análisis se debe prestar atención a la “consistencia”,
tanto intra como interindividual.19

El sistema de evaluación de Shentoub:

Expresa así su enfoque: “No son esencialmente las


necesidades y los conflictos expresados en la historia narrada lo
que permite distinguir lo normal de lo patológico, sino la forma de
asumirlos o resolverlos, que se observa en el modo cómo se
organiza y desarrolla la historia” 20
El análisis del protocolo, según esto y los fundamentos
teóricos ya expuestos, tiene por fin elaborar hipótesis respecto a la
organización estructural, es decir, el modo habitual del
19
.- Ver: «Freud and projective techniques», J. Proj. Tech. 20, 1956 ; también Wyatt,
F.: «A principle for interpretation of phantasy», id. 22, 1958.
20
.-El sistema está ampliamente expuesto en el libro de Bellak,L. «T.A.T., C.A.T.,
S.A.T., uso clínico», ed. Manual Moderno, México, 1996-. También hay allí referencias
a otros métodos de evaluación.

| 253
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

funcionamiento mental del examinado frente a una situación de


conflicto. Se trata de establecer la relación dinámica y económica
entre los mecanismos de control de las representaciones y de los
afectos que las acompañan, y de los que evidencian la libertad
dada a las fantasías y a la descarga afectiva.
• En casos óptimos, estos mecanismos se equilibran y dan lugar
a una ligazón armoniosa entre las estructuras conscientes e
inconscientes, o sea una organización mental rica y adaptativa
a la vez que creativa; historias de tal índole son llamadas por
el autor “legibles”, y son ordenadas y lógicas,
“satisfactoriamente secundarizadas”; los mecanismos de
defensa puestos en acción son flexibles y variados, los afectos
aparecen matizados en función de las variaciones de los
estímulos, y existe una resonancia fantasmática en relación
con el contenido latente de la imagen.
• Esta “legibilidad” se altera y aún llega a deteriorarse, si hay
una sobreinvestición de los fantasmas suscitados por el
“contenido latente”, lo que precipita defensas masivas que
perturban y desorganizan el curso del pensamiento; el análisis
de estas defensas, su nivel genético, su valor económico y
constelación, permite ubicarlas como parte de una determinada
estructura patológica.
• También se desorganiza la historia cuando las defensas son
muy débiles y no pueden sostener al yo contra las regresiones
inducidas por fantasías angustiantes.
• Igualmente se altera la “legibilidad” cuando se sobrecargan
económicamente los mecanismos de control, que no permiten
el acceso de ninguna fantasía y acentúan al extremo el ajuste
a la objetividad del estímulo, dando lugar a historias
rígidamente ordenadas, completamente “secundarizadas” y
sin presencia alguna de la subjetividad.
Lo importante para el autor es determinar en qué nivel se
plantea el conflicto insinuado en el contenido de la historia; un
nivel maduro del conflicto coincide con una buena “legibilidad”,
mientras que las alteraciones de la misma indican, sobre todo por
los mecanismos usados, un conflicto relacionado con un nivel
evolutivo en mayor o menor grado primitivo. O dicho de otro modo:

254 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

las historias que acreditan un trabajo de ligazón satisfactorio entre


las subestructuras del aparato psíquico, evidencian igualmente un
nivel de problemática relativamente evolucionado en relación al
modelo edípico: domina el pensamiento lógico, los afectos son
matizados y variados, hay una relativa diversidad de modalidades
defensivas, las regresiones son temporarias y reversibles; mientras
que un registro desestructurado por proyecciones masivas, con
afectos tormentosos y predominio del proceso primario, evidencia
por si, cualquiera sea el texto manifiesto de la narración, que la
problemática activada por el estímulo se inscribe en un orden
arcaico de funcionamiento. De modo que aún cuando en la historia
se exprese con evidencia un impulso, el grado de control del mismo
y la integración de la personalidad se deducirán de la organización
dada a la historia, o sea, de los factores estructurales.

Esto se completa teniendo en cuenta, en el contenido de las


historias:
• La naturaleza del conflicto (p.ej.: entre el yo y el super yo)
• La naturaleza de la angustia (de castración, de pérdida, etc.)
• El tipo de relación de objeto dominante (oral sádico, p. ej.)

Lo expuesto es el esquema básico del sistema; el autor


presenta una “planilla de evaluación” con casi un centenar de ítems
a considerar para confeccionar el informe final, lo que hace poco
viable su utilización en la práctica de consultorio; pero los
conceptos fundamentales siguen siendo muy útiles.

Sistema de evaluación de Bellak.

Sus conceptos sobre la comprensión teórica de la prueba son


semejantes a los de Shentoub, 21pero el sistema de evaluación que
propone es más práctico. Siguiendo a este autor, aunque no al pie
de la letra, se proponen las siguientes pautas para la evaluación;
quien esté familiarizado con las mismas, no necesitará mucho más
21
.- Piotrowski aplica aquí las normas psicoanalíticas para la interpretación de los
sueños.

| 255
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

de 1 hora para analizar un “set” de 8 ó 10 historias de dificultad


promedio.
El examinador debe disponer de información sobre el sujeto,
incluyendo la recogida en la “entrevista de completamiento”.
El análisis de los ítems que se proponen a continuación debe
hacerse de modo ordenado para todas las historias, a fin de facilitar
las comparaciones entre las mismas.
• El primer paso consiste en una “reformulación de la historia”
abstrayendo el núcleo significativo de lo circunstancial, de
modo que quede claro el tema principal.
• Se establece el protagonista y sus características más salientes:
por ejemplo sus necesidades (de valoración, dependencia,
afecto, dominio, logros, etc.), los impulsos predominantes
(agresión, autoagresión, sexual, etc.)
• Verificar si existen protagonistas secundarios, a los que se
les haya adjudicado rasgos del examinado; también los
personajes que representen figuras importantes (componentes
figurativos); determinar el tipo de proyección usado en cada
caso (especular, complementaria, etc.).
• Personajes y objetos de la lámina excluidos de la narración, y
aquellos otros que no figuran en la escena pero se los incorpora
a la historia; hacer hipótesis sobre la razón de estas conductas.
• En todos los casos, cuáles son las actitudes típicas del
protagonista hacia el ambiente y viceversa; atender a la
madurez de las relaciones objetales, cuál es su concepción
del ambiente físico y social: p.ej. protector, hostil, amistoso,
peligroso, etc.
• Conflictos significativos, intrapsíquicos o con el ambiente;
conductas resultantes, principales defensas utilizadas.
• Factores generadores de ansiedad (desaprobación, abandono,
etc.) y modalidad típica de enfrentarlos.
• Características del super yo: rígido, sádico, débil (relación
conducta – culpa – castigo).
• Fuerza del yo: sentido de realidad, relación fantasía – realidad,
plasticidad o rigidez de las defensas, estereotipia defensiva o
creatividad, control ausente o excesivo, desenlace de la historia
pesimista u optimista, fantasioso o realista, etc.).

256 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

• En todos los casos se busca establecer si existen patrones


generales de conducta, o ante determinado tipo de situaciones.
• Se atiende a la consistencia (inter e intraindividual), a la
adecuación a la consigna y al estímulo (posibles distorsiones),
a los “clisés”, alteraciones en el curso del relato, etc., para
señalar historias significativas o estímulos particularmente
perturbadores.
• Después de analizar cada historia según estas pautas, se
establecen las características comunes y las modalidades
relevantes, y se organiza todo en una descripción general de
la personalidad, completando eventualmente con hipótesis a
partir de interpretaciones simbólicas.22

Pautas generales, útiles para ser tenidas en cuenta en


cualquier modo de interpretación, y que resumen mucho de lo ya
dicho, son las propuestas por Piotrowski y Lindzey, que
sintetizamos así:
ƒ El examinado proyecta sus propias condiciones sobre todo
en un personaje de la escena (el protagonista), de modo que
la conducta de éste reflejará en muchos aspectos su conducta
real o posible.
ƒ Pero puede haber depositado también en cada personaje un
aspecto de su personalidad.23
ƒ Cuanto más aceptable sea un rasgo para el examinado, lo
atribuirá a un personaje que sea más semejante a él.
ƒ Y cuanto menos aceptable, más tenderá a atribuirlo a
personajes que tengan con él poca semejanza o sean muy
diferentes, incluso animales u objetos.
ƒ Estas características pueden ser representadas directa, indirecta
o simbólicamente; es más probable que las aceptadas sean
representadas de modo más directo.
ƒ Las historias reflejan las actitudes del examinado hacia
personajes de su propia historia, no necesariamente las que
tiene hacia la gente en general.

22
.-Piotrowski, Z. «A new evaluation of the T.A.T.», Psychoanalitic Revue, 1950.
23
.-Al respecto puede consultarse los libros citados de Rapaport, Bell y Bellak.

| 257
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

ƒ Estas actitudes se ven en las historias expresadas con más


libertad y menos distorsión que en la vida real, donde
frecuentemente están condicionadas por exigencias
adaptativas.
ƒ No todas las historias tienen el mismo valor diagnóstico;
algunas pueden no tener valor alguno.
ƒ Es más posible que tengan ese valor historias que en algún
aspecto al menos rompen la consistencia inter o
intraindividual, y son originales.
ƒ Las historias muy ligadas a lo objetivo de la lámina, puede
hacer referencia a un conflicto manifiesto, no hacer referencia
a conflicto alguno, o pueden ocultarlo tras la superficialidad
y estereotipia del relato.
ƒ Cuando un tema es recurrente, es más posible que sea
significativo; si además es intenso el afecto que lo acompaña,
y realista la historia que lo incluye, más probable es que se
muestre en la conducta.
ƒ Las historias no se refieren sólo a situaciones vividas por el
sujeto; hechos meramente presenciados, o tomados de lecturas,
películas, etc., no dejan por eso de ser significativos: se supone
que si los seleccionó entre múltiples recuerdos, fue por tener
para el sujeto alguna importancia.
ƒ Las historias también pueden derivar de circunstancias
actuales, incluso estar influidas por la misma situación de
prueba.
ƒ Cuanto más diversos e incompatibles son los impulsos que
aparecen en las historias, proyectados también sobre
personajes diversos, más tensión interna y menor integración
de la personalidad, más indecisión, ansiedad y temor al
descontrol.
ƒ La conflictividad que encierren los contenidos de las historias,
(y su manejo o no por el yo) se deducirá en gran medida de
los aspectos formales (estructura) de las mismas.24

Las historias pueden ser analizadas desde diferentes puntos


de vista, no habiendo sistema de evaluación que los incluya a todos.
.- Cfr. Bellak, op.cit.
24

258 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

Los que aquí presentamos, y muchos otros que omitimos, tienen


todos elementos útiles, que pueden se utilizados según la modalidad
del caso y el objetivo del examinador, ya que no son sistemas
cerrados.

T.A.T. y Psicopatología.25

Las Técnicas Proyectivas no tienen como objetivo reemplazar


el diagnóstico psiquiátrico; buscan una más amplia comprensión
del funcionamiento de la personalidad, y no “signos” que refieran
a cuadros nosológicos; sin embargo, las modalidades del
funcionamiento del psiquismo en cada patología tiene
características típicas que quedan plasmadas en la elaboración del
material de estas pruebas, ya en el contenido o en la estructura, por
lo que es posible muchas veces confirmar o cuestionar el
diagnóstico psiquiátrico.
Las historias suelen presentarse así:

En obsesivos:
ƒ Descripción circunstanciada de las imágenes, con atención
detallista; eso los lleva a insinuar varias historias, sin poder
decidirse por ninguna, pues no les es fácil integrar los
elementos de la lámina. Son frecuentes expresiones de duda
como “quizá sea”, “podría ser”, “tal vez”.
ƒ Les cuesta elaborar un desenlace para la historia, por que no
encuentran indicaciones “suficientemente objetivas” que
definan un final, y no pueden permitirse una fantasía libre.
ƒ Con frecuencia reducen los relatos, en cuanto al aspecto
emocional, a derivaciones lógicas de los detalles vistos,
asumiendo una actitud rígidamente racionalista.
ƒ Cuando las historias son claramente autorreferenciales, los
personajes aparecen indecisos, paralizados por dudas o
vacilaciones.

.- Haynal et Hermann; «Apects fundamentaux des méthodes employées en


25

psychothérapie», E.M.Ch., ed. Techniques, Paris, 1987 – 36801 A10.

| 259
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

ƒ Se mantienen “a distancia” de la escena, sin compromiso


emocional, a veces incluso explicitando que “están
inventando” o que tienen conciencia de su proyección.
ƒ Con frecuencia las historias son estereotipadas, muy ajustadas
al estímulo, y muy organizadas según la consigna de “contar
una historia”: (excesiva secundarización).
ƒ La tendencia a la intelectualización también puede
evidenciarse en la elección de “temas intelectuales”, o en el
uso de un vocabulario rebuscadamente “culto” o
especializadoMuchas veces, donde el estímulo facilita historias
con agresividad, los temas son de bondad, amor al prójimo,
solidaridad, etc.
ƒ El detallismo y perfeccionismo se expresa a veces en críticas
a aspectos incluso sutiles de las láminas.

En personalidades “histéricas”:
ƒ Reaccionan fácilmente y con intensidad afectiva durante la
narración o incluso ante la sola vista de las imágenes, muchas
veces con expresiones exagerada de agrado o desagrado, o
acotaciones ingenuas o moralizantes.
ƒ Como los depresivos, pueden hasta llorar al contar una
historia, pero a diferencia de aquellos, al momento pueden
estar tranquilos o riendo; la labilidad y superficialidad del
afecto los denuncia. La labilidad es más frecuente en mujeres.
Prestan particular atención al estado de ánimo de los
personajes.
ƒ Pueden bloquearse ante estímulos sexuales o agresivos. Pero
a veces introducen fantasías sexuales no pertinentes a la
historia que narran; o fantasías eróticas que terminan en
frustración.
ƒ Son frecuentes los temas de dependencia y de temores; a veces
temor claramente edípico.

En desórdenes narcisistas de carácter:


Son sujetos muy egocéntricos con muy baja tolerancia a la
ansiedad, que buscan apoyo y afecto de los demás sin

260 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

contrapartida, con pobre capacidad de empatía; emocionalmente


inestables, con frecuencia histriónicos, a veces muy agresivos, pero
básicamente con una distante frialdad.
ƒ Las historias pueden ser convencionales y bien ajustadas a la
consigna, pero nada reveladoras; si se hace alguna presión
para que se hable de los sentimientos o motivos de los
personajes, no se obtiene nada o tal vez alguna respuesta
más o menos arbitraria.
ƒ A veces el contenido de las historias es antisocial, perverso,
chocante; o tratan de ser “graciosos” a toda costa.
ƒ Pero en todos los casos se nota la frialdad distante, la tendencia
a eludir lo más personal y la baja tolerancia a la ansiedad.
ƒ Se diferencian de los histéricos en una mayor productividad,
salvo cuando los mecanismos contra la ansiedad no funcionan
bien, pues entonces se bloquean.

En desórdenes psicopáticos:
Entendiendo por psicópatas: sujetos con historias de
conflicto con reglas sociales, sin culpa auténtica, carencia de
perspectiva de vida, mínima capacidad de demora, actitudes
“seductoras” (a veces con extrema cortesía y deferencia) pero
incapaces de empatía.
ƒ Pueden darse historias de robo, asesinato, cárceles; indican
una preocupación dominante por el conflicto entre la ley y la
transgresión.
• temas idílicos con predominio del amor y la virtud, con los
que se intenta dar una imagen diferente.
• Las historias pueden ser tendenciosamente detalladas para
eludir toda resonancia personal.

En la depresión neurótica(En depresiones profundas no


tiene sentido la administración ya que en el mejor de los casos
apenas se obtiene una breve descripción de lo más obvio de la
lámina; debe recordarse además que tendencias depresivas
acompañan muchos cuadros psicopatológicos, y por tanto pueden
observarse algunas de las características que abajo se citan en
casos en que no se trata sólo de depresión)

| 261
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

• Las historias son cortas, vagas, estereotipadas, siempre con


implicaciones negativas. Necesitan constante estimulación
para adecuarse a la consigna.
• Puede haber muchos simbolismos de infelicidad,
desesperanza, fracaso.
• También sentimientos de culpa, y expiación mediante el
sufrimiento.
• Predomina el tono pesimista, y los desenlaces negativos.
Suelen expresar miedo a la enfermedad, la vejez, la soledad.
Se quejan del tono oscuro de las láminas.
• Pero también puede haber historias de amor y felicidad (como
expresión de fantasías y deseos).
(No confundir con Neurastenia, que se caracteriza por fácil
fatigabilidad, retraimiento y desinterés, con preocupaciones
hipocondríacas y muchas veces escrúpulos) - En estos casos las
narraciones son pobres, emocionalmente chatas, los temas acentúan
los sentimientos de insuficiencia.

Esquizofrenia:
• Expresión cruda de impulsos inaceptables en el contenido de
las historias.
• Sobreelaboración simbólica.
• Temas de aislamiento del mundo y de las personas.
• Ideas de poder o influencia, mágicos o sobrenaturales.
• Importancia excesiva dada a detalles irrelevantes.
• Contenido arbitrario, al margen de lo que la lámina sugiere.
• Distorsiones perceptuales severas,
• Explicaciones crípticas, lógica autista.
• Tendencia a hacer interpretaciones “simbólicas” de algunos
detalles.
• Pueden tener reacciones extrañas ante el examinador o el
examen.

En la esquizofrenia paranoide se observa un esfuerzo tenso


por mantener una “buena fachada”; hay inferencias frecuentes y
muy peculiares; distorsiones perceptuales notables; errores en el
reconocimiento del sexo de los personajes; temas misteriosos y

262 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

amenazantes, no raramente de espionaje o similares; a veces


historias extremadamente moralistas, negación de las tendencias
agresivas.
En la esquizofrenia simple no son raros los rechazos sin
razón aparente, bloqueos durante las narraciones; las historias son
breves, incompletas, primitivamente descriptivas, faltas de
emoción, desarticuladas; a veces una historia se continúa en otro
cuadro; suele haber más o menos severas distorsiones preceptuales;
también verbalizaciones peculiares, neologismos, perseveración
en una frase o palabra.
En la esquizofrenia incipiente, lo dicho de la esquizofrenia
aparece ocasionalmente y de modo atenuado, dentro de un contexto
más ordenado y realista; pero como “fuera de contexto” puede
aparecer alguna historia fantástica o alguna llamativa distorsión.
En el carácter esquizoide, los temas son con frecuencia de
soledad, de aislamiento del mundo y de fragilidad de las relaciones
interpersonales.

Paranoia:
• Distorsiones perceptuales, sobre todo respecto al sexo de las
figuras; los temas suelen estar cargados de sospechas; están
frecuentemente relacionados con la temática deliran
Carácter paranoide:
• El pensamiento “legalístico” se muestra en inferencias de
tipo silogístico a partir de detalles a veces insignificantes
puestos de relieve.
• No hay distorsiones severas, pero es frecuente que haya
muchas distorsiones menores.

(Las características citadas en los cuadros paranoides


pueden encontrarse siempre que haya una condición paranoide
asociada a cualquier otra patología: son comunes temas de
desconfianza y espionaje, referencias a los móviles del examinador
o a la intencionalidad del test mismo. Puede haber una negación
sistemática de la agresión a través de toda la prueba.)

| 263
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Trastorno límite (Personalidad “borderline”).

(Según el DSM, puede sospecharse un “estado límite”, si se


actúa de modo muy impulsivo en cualquier ámbito; las relaciones
interpersonales de estos sujetos son intensas e inestables, van de
la idealización extrema a la total desvalorización, hay dudas sobre
identidad sexual, la autoimagen, los objetivos y valores demuestran
gran inestabilidad, y se realizan actos de autoagresión, etc.)
Siguiendo la descripción que hacer Kernberg de esta
patología, ésta se refleja así en las historias:
• Ansiedad abrumadora más que angustia señal: esto de ve
en las reacciones desorganizadas, repentinas, excesivas de
los personajes ante una situación ansiógena.
• Escisión más que ambivalencia: se evidencia en que el
examinado presenta opciones extremas en sentimientos o
conductas, sin matices: las personas son ángeles o demonios,
los sentimientos van del amor al odio, etc.
• Falta de constancia representativa objetal: toda separación
o pérdida es vivida como definitiva: en las historias, lo que
se pierde desaparece, quien se va muere o no se sabe más de
él.
• Super yo preedípico: castigos extremos por faltas leves; o a
veces, perdones totales, mágicos. Los personajes
experimentan más bien vergüenza o humillación que culpa
(o sea: hay más preocupación por sentirse humillado ante
otros, que culpable por haber dañado a otros).
• Actuación impulsiva más que demora reflexiva: Los
personajes reaccionan sin medir consecuencias, o sin plan ni
sentido, demandan con urgencia, etc..
• Fragmentación más que función sintética: se nota en historias
inconexas, sin organización hacia un fin lógico, pareciendo
a veces asociaciones libres.

El carácter narcisista por su condición preedípica tiene


algunas semejanzas con este cuadro, pero sin los aspectos de
desorganización.

264 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

El T.A.T. en el diagnóstico neuropsicológico26.

Lezak dice que las historias del T.A.T. de pacientes con daño
cerebral tienen características análogas a los “protocolos orgánicos”
del Rorschach, y siguiendo los “indicadores de organicidad” que
para este test establece Piotrowski, propone los siguientes ítems:
• Historias pobres en palabras e ideas. – Tiempos iniciales más
largos (más de 20 - 30 segundos), con pausas e interrupciones.
• Descripción y/o enumeración de los elementos de la escena,
con gran dificultad para una elaboración con fantasía.
• Historias chatas con poca acción, incapacidad para tratar la
escena como un todo.
• Confusión en las figuras y en el tema de la historia.
• Perseveración en el tema. – Repetición automática de frases
o palabras.
• Incapacidad para mejorar la propia performance aún cuando
se percata de ello o se le señalan sus fallas.

Déficit de atención (por “disfunción cerebral mínima”)


Según Bellak, los que lo padecen:
• No ven o no reconocen algún objeto obvio de la ilustración,
como el violín de la lámina 1 ( sin que nada lleve a pensar
que se trata de “defensa perceptual”)
• Con frecuencia, en lugar de inventar una historia, cuentan
una ya conocida por películas, lecturas, etc. (= incapacidad
para usar la fantasía).
• Frecuentemente cambian el protagonista, incluso modificando
la historia (= dificultad para mantener la atención centrada)
• No pueden desarrollar, dentro de la historia principal, un
ordenamiento secundario (= no pueden coordinar en forma
lógica dos secuencias)
• Irrupción impulsiva brusca, sobre todo ideas sexuales o
agresivas; los personajes son propensos a acciones impulsivas
(= están expuestos a actuaciones impulsivas, reflejo de la
tendencia del examinado al acting out)
26
Backer, G, - Therapeutic application of psychodiagnostic tests results – J. Of.
Proj.Tech. 28, 1964.
También las obras citadas de Bellak y Revers.

| 265
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

• Los personajes no llevan una acción planificada, y sus


acciones no muestran una secuencia ordenada.
• Suele observarse confusión de lateralidad.
• Los personajes pueden mostrar necesidades de dependencia
y apoyo, o tienen dificultades para aprender, o sufren
pequeños accidentes, o están perdidos o desorientados.

Los mecanismos de defensa en el T.A.T.


En el desarrollo de las historias puede muchas veces
apreciarse la acción de las clásicas defensas, a veces caracterizando
una modalidad a través de toda la prueba, otras marcando
significativamente la reacción ante un estímulo particularmente
perturbador. En general son detectables en las historias como lo
serían en la observación de la conducta; así, al caracterizar las
historias de las personalidades “obsesivas”, se aprecia claramente
el uso de la intelectualización, aislamiento, formación reactiva; en
las personalidades histéricas, la represión, la proyección en el
carácter paranoide, así como la regresión en la esquizofrenia.

Represión: Se denuncia por el notable empobrecimiento


cuantitativo y/o cualitativo de la producción: historias apenas
esquemáticas, o puramente descriptivas o, como ya hemos visto,
netamente “objetivas”.
• También lo es, aunque no frecuente, el rechazo de la lámina
(fracaso) (aunque estas dos últimas modalidades también
pueden ser modos conscientes de reaccionar).

Es frecuente observar una forma “atenuada” de la represión,


que si bien margina del foco de la conciencia un contenido, no
impide que las más de las veces éste sea sin excesiva dificultad
“recuperable”; pero hace pensar que detrás del “contenido
manifiesto” así tratado, hay uno “latente” que puede ser el
verdadero perturbador.
Si tomamos como ejemplo la agresividad, como uno de los
impulsos que frecuentemente exigen del yo el uso de este
mecanismo, podemos encontrar las siguientes variantes en las
modalidades de su empleo:

266 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

• La defensa se dirige contra el hecho de la proyección; por


ejemplo: la historia puede reproducir “algo leído, visto en el
cine”, etc, donde la agresividad aparece intensa y claramente,
pero el sujeto no reconoce tales sentimientos como propios.
También es el caso cuando una historia semejante es declarada
por el sujeto como la necesaria y lógica consecuencia del
estímulo presente en la lámina, excluyendo así la relación
yoica con el mismo; ambos casos podrían llamarse “fuga hacia
la irresponsabilidad”, en cuanto es como si el examinado
dijera: “la cosa puede ser muy mala, pero yo no tengo nada
que ver”.
• Semejante a esto es orientar la historia hacia “la inocuidad”:
el acto agresivo es simplemente un accidente, o un acto
médico.
• Otro modo de no sentirse “comprometido” con el impulso es
el “distanciamiento en la identidad”: el autor de la agresión
es un animal, una fuerza de la naturaleza.
• También se usa al efecto el “distanciamiento espacial o
temporal”: el evento agresivo sucede en un lugar muy
distante, o en un tiempo remoto.
Aislamiento: Se pone énfasis en el control intelectual; la
exactitud de la percepción es importante como evidencia de que
eso se ha logrado.
• Se expresan “como con objetividad”, sin aparentemente
experimentar molestia alguna, contenidos que normalmente
serían acompañados de sentimientos negativos.
• Estos contenidos son dados a veces de modo humorístico, o
se los ridiculiza o torna risibles.
Formación reactiva: contra la agresividad:
• historias largas, a veces preguntando “está bien así? o “quiere
que siga?, u otras actitudes corteses o amables para con el
examinador.
• Historias idílicas, llenas de bondad.
• En sujetos con gran inhibición sexual en su conducta, a veces
historias de temas sexuales muy explícitas y desinhibidas.
Anulación retroactiva: se cambia una historia desagradable
por otra agradable o inocua, sea dando un giro brusco a la narración,
sea cambiando el tema.

| 267
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Intelectualización: Se trata de huir de las emociones hacia


el mundo de los conceptos.
• Son frecuentes los símbolos y las abstracciones..
• Se disimulan las emociones con verborrea : historias largas
pero insustanciales, con muchas acotaciones, descripciones –
a veces ocupándose de este modo de aspectos que
normalmente no llaman la atención, lo que suele denunciar
qué temas o afectos han de ser diluidos.
• Se le da a la historia un curso perfecto.
• Se suelen mostrar conocimientos especiales, bien
especificados, a veces de modo rebuscado, se usan símbolos,
o abstracciones.
Desplazamiento: Se desplaza la angustia adjudicando
carácter angustiante o amenazante a elementos en sí más bien
indiferentes, ante los que la mayoría reacciona apenas
Renegación: es una defensa genéticamente primitiva; cuando
es muy usada puede contarse con una tendencia a regresar al
principio de placer. Está muy relacionada con el aislamiento y
formación reactiva. Se la considera como una modalidad primitiva
de la represión, que sería una evolución de la misma: en la represión,
se trata de mantener lejos de la conciencia los derivados impulsivos;
en la renegación, se excluye de la percepción lo que puede generar
angustia. (ej.: revólver en III, en historias depresivas: “acá hay
algo, pero no se qué es”.
Negación en la fantasía: historias contrarias al estado de
ánimo disfórico o situación negativa del examinado: todo lo ven
positivo, tanto en las láminas como en la situación de prueba y en
el examinador.
Proyección: es un mecanismo primitivo: supone
permeabilidad de los límites realidad – fantasía; puede evidenciarse
en:
• Suspicacia ante el examen: historias muy breves,
desconfianza por lo que el examinador dice o hace.
• La actitud “controladora” suele llevar a minucias, casi
siempre más elaboradas que las de los obsesivos; también a
historias rígidamente ordenadas.

268 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

• Puede haber distorsiones, como falseamiento de la realidad


• En megalomaníacos: historias grandiosas – a veces,
expresiones de autosuficiencia, o cierto “desprecio” o
desvalorización de la prueba.

Acción “psicocatártica” del T.A.T.

Quien haya trabajado en el uso clínico del Psicodiagnóstico,


habrá observado cierto “efecto ansiolítico”, que se nota en que el
paciente, que ha llegado a la consulta preocupado y ansioso, se
siente más tranquilo y muchas veces así lo manifiesta, como con
cierto asombro; este cambio puede explicarse por lo que significa
para el sujeto, que ha concurrido buscando algún alivio, el sentir
que tiene un serio apoyo profesional y que está siendo guiado por
un conocedor confiable en el camino de búsqueda de solución para
sus conflictos. Tal efecto depende en este caso de la confianza que
deposita el paciente en el profesional, y de la capacidad de éste
para actuar sin desmentir esa confianza; dado el peso que tienen
en el proceso de Psicodiagnóstico las pruebas proyectivas, buena
parte de ese “efecto” puede atribuirse a ellas.
Dentro de ese contexto, el T.A.T. cumple un rol de particular
importancia, ya que plantea al sujeto situaciones análogas a las de
la vida diaria; de modo que los que tienen dificultad para manifestar
sus sentimientos pueden hacerlo indirectamente a través de las
historias, expresar sobre una situación concreta lo que sentían
difusamente, o descargar sobre un objeto sustitutivo sus tensiones
reprimidas en la realidad de lo cotidiano. Bellak dice que el T.A.T.
es uno de los pocos medios que pueden servir para establecer algún
contacto con depresivos. Los pacientes “bloqueados” se encuentran
muchas veces con que han podido expresar en concreto lo que
difusamente sentían, lo mismo los que buscan ayuda sin saber bien
por qué, o los que se sienten confusos y el test les ayuda a ordenar
sus pensamientos, todos ellos ganan en insight ante sus propias
historias narradas.

| 269
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Puede añadirse la posibilidad que ofrece la prueba de


descargar “in effigie”, sobre un objeto vicario, sus tensiones
impulsivas –agresividad, sexo, etc.- reprimidas en la vida diaria.
En suma, el test permite “poner en palabras” y con el orden
lógico exigido por la consigna, los contenidos de la vida interior,
con la posibilidad de un insight y una mejor comprensión de los
mismos, lo que ayuda indudablemente a disminuir la ansiedad ante
ese mundo interno ahora menos desconocido y por eso algo mas
“controlable”; esto sería negativo si el paciente dedujera que sus
conflictos ya están resueltos o no tienen significación, y se apoyara
en esa “tranquilidad” para eludir enfrentarse a los mismos; en otro
caso, es un factor positivo para aceptar un tipo de terapia como la
que se propone a continuación.

El T.A.T. como herramienta terapéutica.

Puede utilizarse el test como instrumento eficaz para realizar


una terapia breve o para colaborar en una psicoterapia de cualquier
índole, por su capacidad de “destrabar” un bloqueo o ayudar a
vencer una resistencia; Bellak informa de sus experiencias al
respecto: dice que le ha resultado de gran utilidad cuando la
psicoterapia parecía haber llegado a un “punto muerto”, para poner
en marcha nuevamente el proceso paralizado por alguna resistencia;
en esas ocasiones hacer que el paciente narre historias sobre algunas
láminas seleccionadas –a veces bastó sólo una- fue suficiente.
Las características básicas de una psicoterapia consisten en
los siguientes aspectos fundamentales, que pueden perfectamente
cumplirse con la utilización del test: 27

• La supresión temporaria de las restricciones sociales: el narrar


una historia con fantasía dando vida a personajes presentados
en imágenes, sin otra restricción que su duración en minutos,
permite la expresión libre de los contenidos internos, que
quedan así plasmados en la historia.
• Estimulación y descarga de afectos: se posibilita así que surjan
y sean vividos y expresados sentimientos y fantasías de los

270 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

que el sujeto no tiene que hacerse cargo, por que son


adjudicados a los personajes de la historia. El rol de la vivencia
emocional es muy importante para el éxito de terapias breves;
además, las láminas están diseñadas precisamente para
estimular los sentimientos relacionados con áreas conflictivas.
• Aceptación de los afectos por parte del examinador (ahora
devenido terapeuta): lo que ayuda a enfrentarlos sin
sentimientos de culpa y a hacer de ellos una evaluación más
objetiva.
• El develar los contenidos latentes y símbolos mediante la
interpretación (de tipo esclarecimiento, no “ profunda”) en
la evaluación de la prueba, forma parte de una estrategia
destinada a abrir nuevas perspectivas, ya que enfoques
novedosos de un problema constituyen un factor cognitivo
importante en toda psicoterapia.
• La utilización del T.A.T. tiene la ventaja de llevar al sujeto de
modo relativamente fácil a un insight, ya que es posible
mostrarle sus problemas explicitados en su propia producción,
y sobre sus propios datos fundar racionalmente una imagen
realista, lo que supone tomar distancia respecto de sí mismo.
Esto ayuda a reducir la “paranoia”, ya que los datos del test
son compartidos y no usados sin que el paciente tenga claridad
sobre su origen y propósito.
• También es posible mediante el test ayudar al paciente a
familiarizarse con la dinámica de sus pensamientos y con sus
pautas de conducta típicas, y hacer que conozca y acepte los
patrones subyacentes a las mismas: motivaciones, defensas,
etc. Particularmente importante es la posibilidad de enseñar
al paciente a reconocer y aceptar sus proyecciones; cuando
esto se evidencia en alguna historia, es más fácil que las
reconozca en otras y después en la vida.
• Se ponen de relieve las necesidades, mostrando la relación
dinámica que hay entre las que son socialmente aceptables y
las que no lo son, ya que el sujeto tenderá a aceptar mejor
éstas si las ve relacionadas con aquellas.

| 271
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Debe tenerse en cuenta para esta praxis:

• Se debe cumplir con las reglas básicas de cualquier


psicoterapia: evaluar el estado del yo y la eventual necesidad
de reforzarlo, comenzar por los aspectos aceptables, no
efectuar interpretaciones que el paciente no esté en condiciones
de asimilar, etc.
• Si se prevé utilizar las historias con intención terapéutica,
hay que seleccionar las láminas a administrar teniendo en
cuenta el objetivo de la intervención; la selección equivale a
la planificación de la terapia.
• Se requiere que el paciente haya tenido buena disposición
para hacer la prueba, y que haya sido al menos medianamente
productivo en sus narraciones, cuantitativa y cualitativamente.
• El terapeuta deberá contar con una anamnesis todo lo completa
que sea posible, y con los resultados de un análisis cuidadoso
de las historias; un método como el de Bellak, que tome en
cuenta a la vez contenido y estructura y proceda de modo
ordenado, puede ser el más conveniente.
• Las láminas estarán a la vista, y el paciente dispondrá de copias
mecanografiadas de sus narraciones.
• Se usará un lenguaje llano, evitando terminología muy
específica; las interpretaciones se harán en el nivel adecuado,
tratando de hacer comprensible la relación símbolo –
significado.
• Se buscará que el sujeto reconozca y acepte sus propias
proyecciones; para ello, es eficaz apoyarse en elementos que
aparecen de modo recurrente en las historias, y el conocimiento
biográfico hace en general posible relacionarlos con alguna
claridad con la conducta conocida.

No exponemos aquí un método terapéutico, sino que tratamos


de mostrar cómo se puede utilizar la prueba con ese objetivo,
enseñando al paciente a pensar y analizar sus propios problemas y
sus defensas, poniendo de relieve los temas de conflicto y los modos
típicos de enfrentarlos y las tendencias a deformar aperceptivamente

272 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

la realidad, discutiendo alternativas y soluciones “creativas” para


romper los estereotipos negativos de conducta.28

Bibliografía:

Murray, H.: Manual del “Test de Apercepción Temática”, Paidos,


2003
Bellak., L.: “T.A.T., C.A.T., S.A.T., uso clínico” – Manual
Moderno, Méjico, 1996.
Abt, L. y Bellak, L.: “Psicología Proyectiva”, Paidos, Bs. As., 1967.
Rapaport, D.: “Tests de diagnóstico psicológico”, Paidos, Bs. As.,
1959.
Anzieu, D.; “Los métodos proyectivos”, Kapelusz, Bs. As. 1962
Shentoub, V.: “Thematic apperception Test (T.A.-T.), Theory and
Methodology”. Psychologie Française 32, 1987.
Revers, W.: “Der Thematische Apperzeptionstests”, Hans Huber,
Bern, 1973.
Haymal et Hermann: “Aspects fundamentaux des méthods
employées en psychothérapie”. Enciclopédie Médico Chir., ed.
Techniques, Paris, 1987.

******************************************************************************************

Tests de láminas derivados del T.A.T.

C.A.T. (Children Apperception Test).

Habiéndose comprobado lo inadecuado del T.A.T. para ser


usado en niños pequeños, L.Bellak desarrolló esta prueba, destinada
a chicos entre 3 y 10 años, utilizando figuras animales en las que,
como es sabido, los niños se proyectan fácilmente. Se compone de
10 láminas en las que se plantean problemas relacionados con la
oralidad, rivalidad entre hermanos, actitud hacia los padres
individuales y como pareja, fantasías sobre la escena primaria, etc.;
es útil para investigar qué factores dinámicos inciden en la conducta
del niño en la familia, en el grupo y otras situaciones típicas de la

| 273
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

vida infantil. Bellak propone utilizarlo en estudios longitudinales,


administrándolo cada 6 meses desde los 3 años para observar la
evolución de los problemas infantiles.

C.A.T. – H.

Investigaciones posteriores a la publicación del C.A.T.


indicaron que algunos niños preferían una prueba con figuras
humanas; si bien se sospecha que puede haber otras variables que
incidan en esta preferencia, se hizo claro prontamente que preferían
las figuras animales niños con alguna dificultad para expresarse,
mientras que los más productivos funcionaban mejor ante láminas
con figuras humanas; también se observó que los niños ya algo
avanzados en la escuela, sobre todo aquellos de C.I. más elevado,
consideraban el test con figuras animales como “más infantil”.
Bellak se decidió entonces a traducir su C.A.T. en figuras humanas,
resultando el C.A.T. – H.

C.A.T. – S.

Las pruebas citadas estaban orientadas a los problemas


universales de los niños, pero prontamente se advirtió la necesidad
de explorar situaciones particulares, problemas que podían
plantearse a un niño en particular, por ejemplo como consecuencia
de una discapacidad física temporal o permanente, como reacción
ante un embarazo de la madre, su conducta en la escuela, su relación
con niños del otro sexo, etc.; las 10 láminas de este “suplemento”
pueden reemplazar a algunas del C.A.T. o agregarse a éstas en la
administración.

S.A.T. (Senior Apperception Test).

Sabido es que, particularmente en los países “desarrollados”,


se registra un notable incremento de personas de edad avanzada,
como consecuencia de diferentes factores que han elevado
considerablemente el promedio de vida; eso ha determinado que

274 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

se comience a prestar atención a los problemas que se plantean en


esa franja de la población hasta no hace mucho tiempo casi
ignorada. Este “Test para edades avanzadas” presenta en sus 16
láminas - de tamaño algo mayor que las del T.A.T., tomando en
cuenta las deficiencias visuales frecuentes en esas personas –
situaciones típicas de esa edad y que frecuentemente son
problemáticas: sociabilidad, problemas económicos, de salud, la
relación de pareja y con hijos y nietos, soledad y pérdidas, etc..

Sobre estos tests, cuyo autor es el muchas veces citado L.


Bellak, puede encontrarse abundante información en el libro del
autor: “T.A.T., C.A.T., S.A.T., uso clínico”, Ed. Manual Moderno,
México, 1996. – Del C.A.T. y del C.A.T. – S. hay manuales y
láminas editadas por Paidos.

“Picture Story Test”.

En 1950 P. Symonds publicó ese test, siguiendo las pautas


del T.A.T. pero destinado a adolescentes, con láminas que
presentaban escenas referidas a típicas situaciones de esa edad.
Sin embargo no ha tenido aceptación y no ha logrado desplazar al
T.A.T. en esa franja etaria, aún cuando Bellak lo considera ideal
para la misma.
Paidos lo ha editado como “Test del relato ilustrado” (P.S.T.)

MAPS: en 1947 E. Schneidman publica el “Make a picture


store”: son 22 láminas con un “fondo” y aparte 67 figuras de
diversos personajes, algunos sin rostro, que el examinado puede
colocar sobre el “fondo”, y narrar una historia sobre esa
“construcción”, historia que se referirá a situaciones que
parcialmente “ha creado”; la misma construcción de la lámina.
estímulo es proyectiva.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Test de Relaciones Objetales.

H. Phillipson, de la Clínica Tavistok, presenta esta prueba


muy ligada a las concepciones kleinianas, con 12 láminas repartidas
en 3 series que tienen algunas características distintas; los dibujos
se diferencian netamente de los del T.A.T., por ser mucho menos
estructurados, buscando dar más lugar a la fantasía y a asociación
con las condiciones perceptuales de la temprana infancia. No hay
mucha bibliografía sobre el test, ni se han realizado estudios
importantes o experimentos que acrediten su validez; puede decirse
que su ámbito de aplicación se reduce al de influencia del
pensamiento de M.Klein.
Puede consultarse el libro de Siquier de Ocampo “Las
Técnicas Proyectivas y el proceso Psicodiagnóstico”, Ed. Nueva
Visión, 1974; Paidos ha editado junto a las láminas la traducción
del Manual del autor: “The object-relation Technique”.

Test de Frustración.

Su autor S. Rosenzweig presentó su “Picture association


Study for assesing reactions to frustration” ( más breve: Picture
Frustration Study, P.F.T) como “un procedimiento dirigido
limitadamente a revelar los tipos de reacción a los stress de la vida
diaria”, basándolo en su teoría de la frustración; considera que
existe una frustración “cuando el organismo encuentra un obstáculo
mas o menos insuperable en el camino a la satisfacción de una
necesidad, reaccionando entonces con un aumento de tensión”.
Define la tolerancia a la frustración como “la capacidad del
individuo para soportar la frustración sin perder su adaptación
psicobiológica, es decir, sin recurrir a respuestas inadecuadas”, lo
que supone un yo suficientemente fuerte como para postergar la
satisfacción y para usar medios adecuados para soportar el
displacer. Distingue diferentes tipos de estímulos frustrantes y de
respuestas a la frustración.
El test consiste en una serie de 24 dibujos, cada uno
representando una situación común de frustración; en cada

276 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

“cuadrito” hay dos personas, una que plantea la situación frustrante


brevemente, en lenguaje simple; la otra, que es el sujeto frustrado,
dispone de un espacio que el examinado debe llenar con la respuesta
que se le ocurre para tal situación; para facilitar la proyección, las
figuras no tienen rostro y su mímica está reducida al mínimo.
Cada tipo de respuesta recibe una calificación más o menos
compleja según las características de la reacción, calificación que
se compara con tablas de frecuencia.
El Manual ha sido editado por Paidos, e incluye el cuadernillo
de dibujos, tablas estadísticas y gran cantidad de ejemplos para
orientar la calificación.

Tests de frases incompletas.

Este tipo de pruebas consiste en una serie de frases que el


examinado debe completar rápidamente, sin reflexionar, que se
refieren a situaciones que frecuentemente encierran conflictos; a
veces en primera persona (ej.: “cuando estoy con una chica,
yo………” “Si mi padre me hace una observación………” Otros
utilizan la tercera persona: “Cuando Juan tiene que hacer algo
difícil…….” Son alrededor de 50 frases, y varias de ellas están
dedicadas al mismo tema (por ejemplo, la relación con el trabajo,
con cada uno de los padres, con el sexo, etc.) diseminadas
irregularmente.
Si bien se han publicado algunos (los más conocidos son el
de Rotter y el de Sacks-Levy), se pueden construir fácilmente
adecuando las frases al interés del examinador por determinados
temas. No hay sistemas de evaluación precisos. Son particularmente
útiles para señalar pronta y fácilmente posibles áreas de conflicto;
la discusión de las respuestas ayuda muchas veces a completar
datos de las entrevistas.

Hay información amplia en Bellak, “Psicología Proyectiva”


y en Anderson y Anderson “Técnicas Proyectivas del diagnóstico
psicológico”

| 277
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

El cuestionario desiderativo.

El recurso a la expresión fantaseada de deseos y temores


para conocer necesidades y tensiones que se explicitan cuando una
persona manifiesta sus fantasías, ha sido muy utilizado en
Psicología; esta prueba plantea una situación de fantasía
completamente fuera de lo habitual para eludir el control consciente
del sujeto en la expresión de sus deseos.
Pigem y Córdoba (España) lo plantearon en 1946, utilizando
como referencia para la interpretación los valores que E. Spranger
describe en “Formas de vida”; diez años después Bernstein, en Bs.
As., Lo amplía y desarrolla, y bajo esa forma, a veces con alguna
modificación accidental, es muy usado en nuestro medio. Se
pregunta al sujeto “qué le gustaría ser, si no fuera persona”; el
examinado se ve llevado a imaginarse como un ser animal, vegetal
o como una cosa, solicitándose también una explicación de su
elección; después se vuelve a preguntar, excluyendo el tipo de seres
ya elegido, y por fin una tercera vez; posteriormente se hacen tres
preguntas por la negativa: qué no le gustaría ser, y por qué.
Da lugar para analizar las funciones del yo (realidad, control
de impulsos, defensas) en la interpretación del símbolo elegido y
la justificación de la elección.
La prueba es de sencilla administración y evaluación, y dentro
de su simplicidad, productiva para el psicodiagnóstico como aporte
complementario; faltan sin embargo estudios sistemáticos sobre
frecuencia de las elecciones, referencias estadísticas a rasgos
patológicos o conflictuales, etc.; se obtienen datos interesantes si se
agrega la pregunta sobre qué clase de persona le gustaría ser, si no
fuera quien es, y por qué; y qué no le hubiera gustado nunca ser.

Pueden consultarse: Siquier de Ocampo, “Las Técnicas


Proyectivas y el proceso psicodiagnóstico”, T.I, cap. IV; Nva.
Visión, 1974, donde esta prueba es tratada desde el enfoque
kleiniano; conviene particularmente leer “El cuestionario
desiderativo”, de Nijamkin – Braude, ed. Lugar, Bs. As., 1996.

******

278 |
Unidad IV

Breve introducción al estudio de los “Tests de manchas”

El “Psicodiagnóstico” de HERMANN RORSCHACH

Noticia Histórica.

Rorschach fue un joven médico egresado de la Facultad de


Zurich; orientado desde el comienzo a la psiquiatría, tuvo algún
conocimiento del uso de tests dado que su maestro Bleuler utilizaba
la prueba de asociación de palabras de Jung; su padre era profesor
de dibujo y pintura en escuelas de esa ciudad, tal vez por esa razón
haya sido afecto a jugar con manchas de tinta, al punto que en la
Facultad recibió el sobrenombre de “Kleck” (mancha).
Trabajó en varias instituciones psiquiátricas públicas de
Suiza, utilizando diversos recursos para comunicarse con los
pacientes, en una época en que no existían los psicofármacos que
hoy facilitan la conexión con el enfermo; uno de esos recursos
consistía en fabricar una mancha simétrica y preguntar al paciente
sobre las semejanzas que encontraba; poco a poco fue observando
respuestas típicas de las diferentes patologías, y ayudado por su
gran capacidad intuitiva, fue estableciendo categorías: verificando
que las respuestas abarcaban a veces toda la mancha, otras sólo
partes, e incluso que algunas se referían no a la mancha, sino al
fondo blanco de la lámina; dividió también en diferentes clases

| 279
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

los múltiples contenidos de las respuestas: humanos, animales,


anatómicos, etc., y encontró que algunas respuestas eran muy
frecuentes, llamándolas “vulgares”, y otra muy raras, “originales”;
vio que la mayoría de las respuestas estaban determinadas por la
forma de la mancha, y agregó como un aporte muy personal, que
en otras se proyectaba una sensación de movimiento; un trabajo
de tesis presentado por un estudiante de Pedagogía lo llevó a
introducir el significado de los colores; fue trabajando su material
sistemáticamente, atendiendo incluso a criterios psicométricos,
estableciendo valores medios, etc..
Varios de sus compañeros, interesados en la experiencia,
administraban la prueba a sus pacientes, y después le remitían a
Rorschach el protocolo con los datos de sexo y edad como única
información; los “análisis a ciegas” que éste realizaba eran
asombrosamente exactos, lo que fue dándole al “experimento”
como lo llamaba el autor, una aureola de significación, a la vez
que se confirmaba así su validez.
No disponía de fortuna, vivía de su trabajo, pero dedicaba
todo el tiempo posible al estudio y la investigación; consideraba
que su gran obra sería el estudio de la psicología de las religiones,
y de hecho había recogido muchos datos sobre sectas suizas,
llegando a escribir algunos artículos sobre ellas. También escribió
sobre psicoanálisis, alcanzando la vicepresidencia de la Sociedad
Psicoanalítica Suiza.
Presionado por sus amigos, redactó en pocos meses su
único libro donde expone la técnica de su “experimento”, y muy
poco después de recibir el libro y las láminas impresas, muere por
una peritonitis, a los 34 años de edad, en 1922.
Su obra permaneció mucho tiempo conocida e
investigada sólo por un reducido círculo de sus amigos en Suiza, y
recién después de la guerra diversas circunstancias expanden su
conocimiento por el mundo occidental. Hoy es la prueba
“Proyectiva” más utilizada, hay sobre la misma una bibliografía
muy numerosa y cualitativamente valiosa, importantes revistas

280 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

dedicadas tanto a sus aspectos teóricos como a la práctica en los


más diversos ámbitos de la actividad de la psicología.
La difusión de la prueba por diversos países resultó en
la conformación de diversas “Escuelas”, que se distinguen por
acentuar uno u otro aspecto y dar a la clasificación de las respuestas
matices propios, pero sin diferenciarse de modo sustancial; así,
puede hablarse de escuela centroeuropea (suizo-alemana), de
escuela francesa e inglesa; en los E.E.U.U. se pueden distinguir
cinco “escuelas”, cuya “unificación” ha intentado Exner, quien a
la vez trata de “psicometrizar” la prueba; realiza interesantes aportes
prácticos, pero descuida los fundamentos teóricos, y
lamentablemente muestra una total ignorancia sobre lo realizado
en el área europea. También en Japón hay un centro de
investigaciones sobre el Rorschach, donde se han realizado
interesantes trabajos.
Hoy la prueba de Rorschach, como método para investigar
la estructura de la personalidad, es universalmente utilizada en
todos los ámbitos de la actividad psicológica; se avanza también
constantemente en investigaciones, si bien quedan no pocas
incógnitas sobre aspectos teóricos y prácticos

La muy resumida presentación que aquí se hace tiene como


modesto objetivo dar una idea del funcionamiento de la prueba y
de lo que de ella se puede obtener, como un conocimiento general
que no puede faltarle a ningún psicólogo; pero el manejo de la
misma como técnica del Psicodiagnóstico requiere mucho más
dedicación y conocimientos.1

1.- Administración de la prueba.

El material de la prueba consiste en diez láminas numeradas


con manchas simétricas sobre fondo blanco; cinco de ellas tienen
manchas totalmente grises, dos incluyen manchas rojas, y tres son
polícromas.
1
.- Una presentación detallada y completa se puede ver en el libro del mismo autor de éste
y la misma editorial : «Introducción al estudio de los tests de manchas», 2ª ed., 2006.

| 281
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

La administración requiere un lugar suficientemente


silencioso como para no distraer la atención, y una iluminación
con luz blanca de la intensidad que se acostumbra para la lectura;
las láminas se disponen de manera que puedan ser entregadas por
estricto orden, y de modo tal que el examinado no vea la mancha
antes de que el examinador se la entregue; una vez que está en
manos del examinado, éste puede rotarlas a cualquier posición,
pero inicialmente se entregan en posición estándar, que llamaremos
“a”; girando en el sentido de las agujas del reloj, las otras posiciones
serán “b”, “c”, “d”.
La consigna es muy simple: “¿Qué le parece que es esto?”;
a todo pedido de aclaración se responde, como es habitual en este
tipo de pruebas, diciendo que “haga como quiera”, o eventualmente
remitiendo la explicación para después del examen.
El registro de las respuestas se hace literalmente. Toda
conducta gestual o verbal debe ser atendida: no raramente alguna
conducta particular ante una lámina es el único síntoma de ansiedad
ante la misma: como fumar, pedir un vaso de agua, mostrarse
inquieto en el asiento, toser, etc.
El modo cómo el sujeto maneja las láminas nos informa sobre
su motricidad: sujetos ansiosos, “nerviosos” giran las láminas con
rapidez y sin orden; en cambio perfeccionistas rígidos giran lenta
y sistemáticamente de “a” a “d” ; los depresivos dejan las láminas
sobre la mesa, y casi no las tocan, etc.
El sujeto puede dar varias respuestas si lo desea; una vez
que considera haber terminado y devuelve la lámina, se le entrega
la siguiente, y así por orden hasta la décima, sin omitir ninguna,
como a veces hacen para abreviar quienes ignoran el manejo de la
prueba.

Una vez que se ha terminado con la última, se vuelve a


comenzar por la primera, pero ahora para indagar acerca de aspectos
de las respuestas: p.ej., qué parte de la lámina utilizó el examinado
para su respuesta, si respondió sólo en base a la forma, o si también
tuvo en cuenta el color, etc.. Esta fase de interrogatorio requiere
suficiente conocimiento de la prueba, pues se debe saber qué

282 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

preguntar, cuándo (no toda respuesta exige ser indagada) y cómo,


ya que debe evitarse toda sugerencia.
Terminado el interrogatorio, se está en condiciones de
comenzar la codificación de las respuestas, primer paso en el
proceso de evaluación de la prueba.

N.B.: Ninguno de los factores de la prueba tiene un valor de


significación estable, absoluto; cada uno de ellos cobra su verdadero
sentido para la singularidad del caso en su relación con los demás
datos.
Todo manual ofrece orientaciones generales; el caso singular
debe ser analizado y evaluado como tal, nunca aplicando
mecánicamente lo que los manuales dicen.

2.- Número de respuestas: R.

No todas las expresiones verbales del sujeto durante la prueba


son respuestas; a veces son manifestaciones de agrado o desagrado,
valoraciones estéticas, descripciones, críticas, etc.; tenemos una
respuesta cuando a un área de la lámina se le asigna un contenido
mediante por lo menos un determinante.
La cantidad promedio de respuestas en la población “normal”
está alrededor de 24, con grandes oscilaciones, aprox. entre 18 y 30.

R disminuye debajo de 18 cuando hay depresión, masivo


uso de la represión, falta de motivación o una actitud negativa
hacia la situación de prueba, falta de inteligencia, inhibición para
expresarse; ocasionalmente algún sujeto inteligente, que busca un
rendimiento óptimo, puede dar sólo diez excelentes respuestas, en
lo que se llama “ambición de calidad”. También dan muy pocas
respuestas las personas con trastornos orgánicos cerebrales, los
histéricos por efecto de la represión, los depresivos por su astenia.

R aumenta por encima de 30 cuando hay buen humor, buena


disposición y motivación, inteligencia imaginativa, detallismo
minucioso, o “ambición de cantidad”: raramente R excede la

| 283
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

cantidad de 50, aunque algunos obsesivos superan largamente este


límite..

NB: R se obtiene de la sumatoria de los diferentes “modos de


aprehensión”.

3.- Tiempos:
Los procesos internos que culminan en la respuesta, requieren
obviamente un lapso de tiempo; para el número promedio de
respuestas, el tiempo total de la prueba oscila cerca de los 20’ (no
se considera aquí el interrogatorio); se ha observado que los factores
que aumentan el número de respuestas disminuyen el tiempo,
mientras que frecuentemente quienes dan pocas respuestas suelen
ser lentos.
La demora en dar la primera respuesta (Tiempo de reacción, T.r.
que puede estimarse en unos 30"), aparte de las condiciones
generales, depende en gran medida del impacto que el estímulo de
esa lámina produzca en el sujeto; un T.r. cercano al minuto o mayor
puede indicar que alguna característica de la lámina ha
desconcertado al sujeto, que debe “reorganizarse” para responder;
si logra hacerlo adecuadamente, aún después de una considerable
demora, es un signo positivo en cuanto a la capacidad del yo para
“digerir” las situaciones traumáticas. Si en cambio, después de
una considerable demora, la respuesta es de mala calidad (F-), es
seguro que hay un yo débil que no logra controlar el impulso
activado por la mancha.

******

4.- Codificación de las respuestas

Cada respuesta es calificada desde cuatro enfoques:


• Si toda la mancha es utilizada para la respuesta, o sólo una
parte, o la respuesta se refiere al espacio blanco (fondo).
Tenemos entonces los “modos de aprehensión”

284 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

• Qué aspecto o elemento de la mancha ha “determinado” la


interpretación: puede ser la forma de la mancha, o tiene
que ver y en qué medida, el color o el claroscuro, o el
sujeto imagina la figura interpretada en movimiento: son
los “determinantes”.
• Qué le ha parecido la mancha al sujeto: una persona, un
animal, algo de la naturaleza, algo de anatomía, etc.: son
los “contenidos”.
• Según una respuesta aparezca en una gran cantidad de casos,
o sólo muy raramente: es la “frecuencia”.

Veamos ahora cada uno de estos ítems:


(En los ejemplos, el número romano indica la lámina, las
letras a, b, c, d, la posición de la misma al darse la respuesta.)

4.1.- Modos de Aprehensión:

Los Modos nos informan sobre la particular modalidad de


enfocar la realidad; como función intelectual implican mucho de
aptitudinal, pero también intervienen otros aspectos de la
personalidad.

Respuestas “Globales”, “G”

Si para dar la respuesta que la consigna solicita se utiliza


toda la mancha, tenemos una respuesta “Global”.
Las “G” pueden ser de distintos tipos:
Ge: Global esquemática: respuesta que se basa en la forma
que marca el contorno de toda la mancha; como se prescinde de
tomar en cuenta cualquier detalle, se llaman también “abstractas”;
son las globales más frecuentes. Ej.: I a: Mariposa - I c: Corona -
IV a: Un gigante.
Gc.: Global combinatoria: cuando dos o más partes de la
mancha se relacionan orgánicamente para conformar una totalidad;
cada parte aislada podría ser interpretada independientemente, pero

| 285
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

relacionadas con sentido forman una sola respuesta: I a: Dos


encapuchados (ambos laterales) sostienen una mujer (centro) - I a:
Dos pájaros (laterales) tomados de un tronco (centro) alimentan
sus pichones; dos huevitos todavía no han abierto (centro arriba).
Ga.: Global amorfa: como su nombre lo indica, no hay forma;
la respuesta supone la presencia difusa del color o del claroscuro.
IV: La noche.
Gv.: Global vaga: la forma está presente, pero de modo
impreciso, indefinido: I: una mancha. - VII : nubes.
Gi.: Global impresionista: la forma no es precisa, pero el
claroscuro o el color contribuyen para que la “impresión” sea
adecuada: X : Carnaval. X: fiesta infantil.
GB., Gb.: El fondo de alguna manera es incorporado en la
respuesta global:
I a: Mariposa de museo, apolillada (por los huecos): Gb. - I
c: Corona con piedras preciosas (las áreas blancas internas): GB.

Valor diagnóstico de las respuestas G:

Dependerá de la cantidad de G que haya en el protocolo, del


tipo de G predominante, de la adecuación realista de su Forma, de
su mayor o menor originalidad.
Para una inteligencia algo superior al promedio, se espera
que aprox. el 40% de las respuestas sean G ; en números absolutos,
para una inteligencia media no menos de 6 G, para un nivel
intelectual mas elevado, 8 o más.2
Un número elevado de buenas G es índice de la energía de
que dispone el sujeto para la actividad intelectual, de su voluntad
para alcanzar buenos rendimientos, de su capacidad para pensar
con amplitud y organizar la experiencia con sentido para el futuro,
para abstraer. También se asocia con una autoestima al menos
suficiente.

2
.- De acuerdo al número de G que hemos verificado como promedio, sería más exacto
hablar de 6- 8 G para una inteligencia media, y 10 ó más para una más elevada.

286 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

Pero si las G son banales, sin originalidad, formalmente


apenas adecuadas, indican que las referidas capacidades no
alcanzan más nivel que el necesario para manejarse en lo cotidiano.
Muy pocas G, en personas de buena inteligencia, hablan de
un déficit significativo en el narcisismo, y consiguiente baja
autoestima.
Si predominan buenas Ge., muy posiblemente hay aptitud
para el pensamiento abstracto.
Si hay en el protocolo Gc. de calidad, habrá capacidad
analítico – sintética y habilidad para organizar.
Ga. se asocian a angustia difusa que el yo no puede contener;
no se esperan en protocolos “sanos”
Las Gv., si son varias (alguna es “normal”) hablan de
regresión a modos del pensamiento infantil poco estructurado,
regresión causada por la ansiedad; también pueden indicar la apatía
del sujeto no motivado
Gi. aparecen en personas sensibles, impresionables, muchas
veces en los que tratan de intelectualizar sus emociones.
GB., Gb. se encuentran en quienes tienen una
disconformidad interior con algo importante de sí mismo o de sus
circunstancias, y por eso se sienten en conflicto con el ambiente.

N.B.:Para que una respuesta sea considerada G, debe abarcar


toda la mancha; la excepción es la respuesta “Popular” de la lámina
III, que se considera, ya desde Rorschach, técnicamente G aunque
se excluyan las manchas rojas.

Globales Patológicas:

• Confabuladas: Se parte de interpretar un área,


habitualmente pequeña, de la mancha, y después se extiende
el significado a toda ella, sin atender al ajuste realista de la
forma. Ej.: I, a: Cangrejo (por que el detalle superior central
parece dos pinzas).

| 287
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Ocasionalmente puede encontrarse alguna de las más


comunes en personas que en sus juicios no prestan mucha atención
a la lógica; pero si hay otros indicadores de regresión, entonces
deben entenderse como expresión de modalidades del proceso
primario en el pensamiento (desplazamiento).
• Contaminadas; Dos contenidos diferentes se superponen
en la misma mancha. Ej.: I, a: Murciélago rezando misa (el
centro parece un sacerdote, con las manos alzadas orando;
los laterales, ángeles del altar: todo, un murciélago).
Las contaminaciones equivalen a la “condensación” como
modalidad del proceso primario. Las verdaderas contaminadas los
de esquizofrénicos, son incomprensibles, el enfermo no logra
separar los preceptos superpuestos.
• Combinaciones confabuladas: en estas respuestas, varias
áreas de la lámina pueden ser vistas aisladamente de modo
realista, pero la relación que el examinado ve entre ellas es
arbitraria e irreal. Ej.: VIII, a: Dos toros (rojo lateral) se
apoyan en la cabeza de un bulldog (rojo inferior, en c) para
agarrar una mariposa (verde azulado central) que está en
un árbol (extremo superior).
Suponen fallas serias en la estructura lógica del pensamiento.
Holt las considera una forma de “condensación”.

Todas estas repuestas en alguna medida indican fallas en el


juicio de realidad, confusión entre ésta y la fantasía, intromisión
del proceso primario en el pensamiento; cuanto más
incomprensibles son y más evidente su irrealidad, y menos capaz
sea el sujeto de reconocerlo, tanto más seguramente surgen de una
estructura psicótica.
En sujetos inteligentes y productivos, alguna respuesta de
este tipo puede indicar creatividad, como una regresión
voluntariamente buscada; en tales casos quien da la respuesta es
consciente de lo irreal de la misma y puede hacer una crítica
adecuada de su interpretación.
No son raras las llamadas “contaminaciones atenuadas”, que
propiamente no son “condensaciones” (no hay superposición), sino

288 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

mezclas o combinaciones irreales, como a veces las vemos en el


arte, la mitología, etc.; deben ser juzgadas según el contexto en
que aparecen ; ej.: V: Conejo con alas de murciélago.

Respuestas “Detalle”: “D”.

Si en la respuesta se le asigna un contenido a una parte de la


mancha, y tal área es fácilmente separable del resto por estar
espacialmente aislada, o por tener diferente color o distinto matiz
de gris, y por ese motivo “salta a la vista”, de modo que es
frecuentemente elegida para la interpretación, tenemos un
“Detalle”.
Los D conforman normalmente alrededor del 50% del total
de las respuestas; por su definición se comprende que quienes
tienden a interpretar D sean personas “prácticas”, a las que no se
les pasa por alto lo inmediatamente dado; por lo mismo, los D
tienen relación con el “sentido común” y con la capacidad de
mantener contactos sociales; pero también es el modo de
aprehensión que por sí nos informa menos acerca de lo más personal
del sujeto.

Respuestas “Pequeño detalle”: “Dd”.

A diferencia de las anteriores, estas respuestas se refieren a


partes de la mancha que no son comúnmente vistas como separadas
del todo, sea por que son muy pequeñas y las personas “normales”
no les prestan atención, sea por que cualquiera sea su tamaño, no
tienen características que permitan separarlas fácilmente del resto
de la mancha; razones que explican su escaso número: normalmente
no son más de una o dos por protocolo, o pueden faltar totalmente.
A pesar de su nombre, no es el tamaño lo que los diferencia de los
D, sino su menor “segregabilidad”
Los Dd de tamaño grande surgen de un pensamiento poco
convencional; si su forma es inadecuada o arbitraria, la desviación
debe valorarse negativamente, incluso como síntoma patológico.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Los Dd pequeños, a veces minúsculos, casi siempre


con formas muy exactas, abundan en los protocolos de obsesivos,
de perfeccionistas rígidos, de sujetos minuciosos; por su tamaño y
la agudeza de su percepción formal, son las antípodas de la Gv:
mientras que éstas suponen algún grado de “disolución de la
conciencia” por la ansiedad, los Dd indican una gran agudización
de la misma, constituyendo así una defensa contra la angustia;
hablan de mecanismos tales como intelectualización, aislamiento,
desplazamiento a una minucia, etc.
Quienes ven muchos Dd pequeños suelen dar mucha
importancia a lo que objetivamente es intrascendente, y ponen en
ello mucha energía. Pero también esta condición puede tener un
lado positivo: en lo “aptitudinal”, hay actividades que requieren
para ser bien desempeñadas esa aplicación a la minucia .

Los “Detalles oligofrénicos”: “Do”.

Cuando tenemos ante nosotros un todo con una organización


gestáltica “fuerte”, tendemos naturalmente a percibirlo integrado,
y aún cuando prestemos particular atención a una parte, no dejamos
de tener la representación del todo; esto es evidente respecto al
cuerpo humano, y por analogía, al de los animales. En estas
respuestas Do, el sujeto sólo ve una parte de una figura humana o
animal que todos perciben completa. Ej.: En I a, algunos ven en la
parte superior del centro, “dos manos como pidiendo algo”, cuando
la gran mayoría ve en todo el detalle central “una persona con las
manos levantadas”. En II a, hay quienes ven la punta gris central
como “dos manos unidas”, siendo que parece obvio ver como G
“dos personas juntando las manos”, p.ej. en un juego .
Algo en estos casos impide que actúe la ley gestáltica del
“cierre” perceptual, y si no hay una deficiencia intelectual
(Rorschach llamó así a estas respuestas por haberlas encontrado
inicialmente en oligofrénicos), entonces es la angustia la
responsable, como lo demostraría el hecho de aparecer Do en
“neuróticos angustiados”, como síntoma de la angustia provocada
por un “choque”, y también en obsesivos ; perfeccionistas que

290 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

sólo aceptan las formas que tienen una más ajustada semejanza
con la realidad, muchas veces interpretan sólo esa parte de un todo.
Por eso algunos autores prefieren llamarlos “Di” = detalle
inhibitorio. Cuando aparecen, puede contarse con algún grado de
bloqueo en cuanto al rendimiento intelectual.

Respuestas “primarias” al espacio blanco : “B”.

La natural tendencia perceptual es a privilegiar la captación


de la “figura” sobre el “fondo”; éste aparece normalmente detrás
de la figura, como algo poco o nada diferenciado. Sucede sin
embargo que nuestra percepción “invierte” a veces esta relación,
y el fondo pasa a ser figura, teniendo como fondo lo que es
habitualmente captado como figura.
En las láminas del Rorschach, el fondo blanco unas veces
aparece como un espacio dentro de la mancha, otras toma forma
en las entrantes y salientes de la misma; ejemplos de esta
“inversión” que señalamos como “B” son: en I, los blancos internos
son “fantasmas”; en II, un avión; en V, el espacio entre lo que es
muy frecuentemente “patas” del murciélago, aparece como “una
zanahoria” o “una cúpula”.
Esta conducta perceptual puede entenderse desde el punto
de vista intelectual, como “flexibilidad” en el manejo de las
condiciones de la percepción. Pero desde un enfoque
“caracterológico”, implica una “oposición” a la ley gestáltica de
la relación figura – fondo; por lo que la presencia de estas respuestas
en la prueba se asocia a actitud oposicionista y a agresividad.
Un par de estas respuestas es un dato positivo, ya que indican
la capacidad para sostener los propios valores y para enfrentar
activamente los obstáculos.
Pero si son más, son señal de que el yo del sujeto se opone a
los impulsos que pueden superarlo; esto marca una “condición
neurótica” (deducida de la necesidad de defensa ) y su repercusión
en la conducta es el incremento de las actitudes de oposición y de
la agresividad.

| 291
INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Respuestas “secundarias” al espacio blanco: “b”.

En estas respuestas no hay inversión figura – fondo; el área


blanca es vista como un hueco en la mancha, una rotura o similar;
siempre dan una impresión de precariedad, deterioro; de allí que
su significación sea de inseguridad, sentimientos de insuficiencia;
también se ven como ojos o boca, como expresión de dependencia.
No tienen por qué encontrarse en personas sanas, en cambio
raramente faltan en neuróticos.

Aspecto cuantitativo:

Para un R medio, se esperan aproximadamente: 40 % G, 50


– 60 % D, y no mucho más de 10 % de los restantes modos ( Dd,
B, b, Do, llamados en su conjunto “modos menores”). Variaciones
importantes en estos porcentajes siempre tienen significación,
positiva o no, según el caso. El aumento de los “modos menores”
(por encima de 15 %) siempre es negativo: se lo ha llamado
“síndrome de incertidumbre interior”, pues se asocia con
inseguridad, angustia, etc.; pero un juicio más ajustado dependerá
de cuál de los modos menores es el que aumenta.

G%: G.100 = 40-50 ; D%: D . 100 = 50 60 ; Dd + B + b + Do . 100 = 10 -15


R R R

Téngase siempre presente que, si bien la posibilidad de


cuantificación es una de las ventajas del Rorschach sobre otros
“proyectivos”, los números son sólo indicadores relativos, y deben
ser evaluados en relación a los demás factores de la prueba.
Cualquier cantidad debe entenderse como indicando una tendencia,
señalando siempre “aproximadamente”, nunca taxativamente.

Nivelación de figura y fondo: (N)

Hemos visto que el fondo blanco de la lámina puede pasar a


ser “figura”, por un acto perceptual de inversión (“B”), o seguir

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

siendo fondo, visto a través de un hueco de la mancha (“b”); hay


otra posibilidad: que figura y fondo se pongan “al mismo nivel
perceptual”, formando una especie de “superfigura”: Ej.: I :
Mariposa con manchas blancas. – IX : Un lago rodeado de
vegetación y costas arenosas,
Este fenómeno no tiene una explicación clara; parecen intervenir
factores neurológicos, ya que es frecuente en epilépticos; pero
también se encuentra en personas inteligentes, como expresión de
posibilidad creativa, sobre todo si las N son buenas originales; la
razón sería que se relacionan con el proceso primario, donde las
leyes gestálticas no cuentan; en neuróticos es frecuente que tengan
estas respuestas un contenido ligado a complejos.

Sucesión de los modos de aprehensión:

Normalmente se tiende ante una situación, a observarla


primero en su conjunto, para después “entrar en detalles” y por
último ocuparse de alguna minucia; esto corresponde, en las
láminas, a ver primero la mancha como un todo (G), después
atender a los detalles y recién después a los Dd; o sea, una sucesión
G – D – Dd – B..
Si este orden se mantiene en todas las láminas, es una
sucesión “rígida”, expresión de la misma característica en el sujeto
que así se conduce; en el otro extremo, en que ninguna lámina
guarda ese orden, tenemos la sucesión “desordenada”, que
evidencia un desorden del pensamiento que incluso hace sospechar
psicosis.
Si el citado orden se guarda en la mayoría de las láminas (7
u 8, p.ej.), la sucesión es “ordenada”, que es la esperable en un
sujeto inteligente y normal, con un pensamiento lógicamente
disciplinado; y es “suelta” si sólo en 3 ó 4 láminas se mantiene el
orden: es el caso de sujetos poco inteligentes, neuróticos, personas
lábiles de humor, o artistas.
También puede darse el caso de que se proceda “al revés”:
Dd – D – G: (sucesión invertida); entonces se trata de personas

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

cautelosas, inseguras, que por eso “se andan con rodeos” antes de
“entrar en materia”.
La inversión de la sucesión en una lámina es casi siempre
signo – a veces el único - de que en la misma hay algún factor
perturbador.

******

5.- Determinantes:

Si preguntamos qué llamó en particular la atención del


examinado para asignar tal contenido a un área de la mancha, nos
responden los determinantes.
En la mayoría de los casos, la respuesta está determinada
por la Forma del área elegida, como único factor que decide la
respuesta, pero la Forma también aparece muchas veces en alguna
manera asociada a otro determinante.

5.1.- Determinante “Forma”: “F”.

La Forma representa en la prueba el manejo de la función


intelectual por parte del sujeto, frente a la variedad de estímulos
que las láminas ofrecen; dos terceras partes de todas las respuestas
(entre el 60 y 70 %) son normalmente “formales”; las variaciones
de estos porcentajes son significativas: si F % desciende
notablemente (p.ej. por debajo de 50), podemos suponer que en la
vida de esa persona hay una intromisión de afectos, ansiedades o
fantasías tal, que pone en cuestión la objetividad de las reacciones;
si en cambio aumenta, por encima de 80, hay un excesivo
formalismo, rigidez y aún represión de los afectos y la fantasía
con intelectualización

Pero para juzgar adecuadamente el valor diagnóstico del F


%, es decisivo definir si la forma a que se refiere la respuesta
acuerda o no con la forma que en la realidad tiene el contenido: si
ante la lámina I se responde “una mariposa”, la pregunta es: ¿es

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

suficientemente parecida la forma de la mancha a una mariposa?


Si la respuesta es “si”, tenemos entonces una “forma bien
vista”, o F+.
Por supuesto que la semejanza que se requiere para una F+
no es fotográfica, basta un “suficiente parecido” a juicio del “buen
sentido común”, o sea, según el parecer de la “gente sensata”;
establecer esto requiere una amplia experiencia en el uso de la
prueba.3
Si en cambio la semejanza no es suficiente según el mismo
criterio, entonces se considera “forma mal vista” o F-.
El porcentaje de F+ que esperamos encontrar en un protocolo
normal (F+%) oscila entre 80 y 95.

Un buen porcentaje de F+ supone capacidad de atención y


concentración, necesaria para tener percepciones claras e imágenes
precisas (fijación); facilidad para disponer de las imágenes mnésicas
(evocación), y a la vez para seleccionar entre éstas las adaptadas a
la forma de la mancha, es decir, ajustadas a las exigencias de la
realidad (capacidad crítica); en otras palabras, un buen
funcionamiento de los recursos intelectuales; esto
consiguientemente está implicando que los impulsos han podido
ser sometidos a una estimación racional, y demorados o
circunstancialmente reprimidos; de modo que además del buen
uso por parte del yo de los factores de la inteligencia, indica su
capacidad para manejar racionalmente los impulsos adaptando su
expresión a la realidad, lo que supone la influencia del super yo.

Si el F+% desciende, hay deficiencia intelectual, o problemas


orgánicos cerebrales, o serios conflictos afectivos; se considera el
70% como “límite de la salud”.
Pero si aumenta - a veces hasta el 100% -, seguramente hay
una actitud perfeccionista, hipercrítica, derivada de un super yo
muy exigente; por eso suele encontrarse en obsesivos;
3
.- Rorschach tuvo claro que calificar el nivel formal con objetividad sería difícil y
tal vez no posible; hoy se tiende a usar un criterio estadístico a mi juicio muy discutible:
sería F+ aquella respuesta que aparece al menos en 4.5% de los protocolos (2.5%
según algunos)

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

ocasionalmente puede tratarse también de una persona muy


inteligente e imaginativa (en este caso las respuestas serán variadas
en cuanto a modos de aprehensión y no carentes de originalidad;
los obsesivos en cambio acumulan F+ como Dd).
Es consiguientemente normal la presencia de alguna F-, como
expresión de la posibilidad de relajación del control superyoico;
pero si son varias hay que buscar una explicación: puede tratarse
de deficientes u orgánicos cerebrales; en estos casos los contenidos
de las F- no son significativos; también puede suceder que sean el
resultado de la presión de un impulso que logra imponerse sin
atender a la realidad; entonces los contenidos suelen ser directa o
simbólicamente expresiones del impulso, como es típico de
neuróticos.
Obviamente que la pérdida del sentido de realidad en
psicóticos se traduce en muchas y a veces aberrantes F-.

Un índice que completa y perfecciona el significado de F+%


es el R+%: llamamos R+ a la suma de todas aquellas respuestas
en la que la F es adecuada (F+), ya sea la Forma el único
determinante, o acompañe a otro en la respuesta.
R+% nos informa cómo funcionan los factores intelectuales
y el control racional cuando en la reacción se incorporan los afectos,
las ansiedades o fantasías; así, si el F% baja de 50, pero las F que
acompañan al color, o al claroscuro, son adecuadas,( y por tanto el
R+% es alto) el juicio sobre la situación es entonces favorable.
El R+% esperable es de 85 – 90.

F%: F . 100 = 60-70 ; F+%: F+ . 100 = 80-95 ; R+ %: resp. con F+. 100 = 85-90
Nª determ. F nº determ.
(En las fórmulas correspondientes a los Determinantes, no
se usa como denominador R, por que el número de aquellos puede
ser mayor que el de los Modos, ya que una respuesta puede tener
más de un determinante)

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

5.2.- Determinante “Color”: C.

En la prueba, los colores representan los impulsos; esto,


aparte de la verificación clínica, se apoya en la experiencia cotidiana
de la relación entre los colores y los sentimientos, y en las analogías
que se observan entre la experiencia de los colores y la vida afectiva:
como los sentimientos, los colores aportan placer o displacer,
excitan o sedan; igual que un sentimiento, el color nos invade, y
somos pasivos ante ambas experiencias, que nos “afectan”
inmediatamente, sin elaboración alguna. Además, tanto los
impulsos como los colores se asocian universalmente con lo vital.
No toda referencia a los colores es una “respuesta”:
expresiones como “qué lindos colores”, “los colores están mal
combinados” y similares, son observaciones, valoraciones, críticas,
pero no respuestas.
Cinco láminas presentan colores, de modo que el examinado
tiene oportunidades suficientes para dar respuestas que incluyan
el color; sin embargo, hay protocolos en los que no se ha
reaccionado en absoluto ante los colores: esto pasa en depresivos,
en formalistas rígidos y obsesivos que los reemplazan por la
intelectualización, con aumento del porcentaje de Formas, y
también donde hay una represión masiva de los impulsos.
En el otro extremo, hay muchas respuestas cromáticas en
maníacos e hipomaníacos, en sujetos muy emotivos y reactivos,
en personas impulsivas.
Lo “normal”, para un número medio de respuestas, es de
dos a cuatro que incluyan el color.

(En adelante con el símbolo RC designaremos indiferencia-


damente toda respuesta que de alguna manera incluya el color)

Que en un protocolo haya respuestas que incluyen el color,


sólo indica que el sujeto es afectado por estímulos externos y que
reacciona ante ellos; las características de esta reactividad se
deducirán de la cantidad, y sobre todo, del tipo de RC.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Diferentes tipos de respuestas cromáticas:

Si, como hemos visto, el color representa los impulsos, y la


Forma, la función racional y la presencia del super yo, la
combinación de ambos factores nos dará pautas para juzgar la fuerza
del impulso y la capacidad de control del mismo.

FC, “morfocromáticas”, son respuestas en las que el


contenido se expresa en una “forma coloreada”; predomina el factor
formal, de modo que, si faltara el color, el contenido igualmente
sería reconocible por la forma, pero el color le agrega
diferenciación, vivacidad: II: Un avión cohete (el blanco central
es el avión, el rojo inferior es el fuego que escapa por la tobera) –
II, mancha roja inferior: Mariposa tropical (mariposa por la forma,
tropical por el color; y si este se excluye, la forma de mariposa se
reconoce, pero ya sin diferenciación) – Lo mismo pasa con III,
mancha roja central “Moño para el cabello de una nena”, “Moño
de payaso”.
El predominio formal poniendo límite al color, en estas
respuestas indica que el impulso está sometido al control racional
y ligado al objeto; la afectividad que expresan es alocéntrica,
madura.

CF, “cromoformales”: el color predomina de tal manera


que si se suprime, ya no se reconoce el contenido; la forma juega
un rol secundario y es habitualmente imprecisa: III, rojo lateral,
“Mancha de sangre” ( si se retira el color, sigue siendo una mancha,
por su forma imprecisa, pero ya no de sangre) – IX: “Un incendio:
humo, llamas” – X: “Jardín en primavera”.
Aquí, a diferencia de las FC, predomina el impulso y el
control racional se intenta pero no se logra; tal afectividad es
egocéntrica, lábil, inmadura, es la típica de los neuróticos. Dentro
de un contexto de madurez indican más bien espontaneidad y
vivacidad de la vida afectiva.

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C, “cromáticas puras”: no hay ningún elemento de forma


en la respuesta, que se determina sólo por el color de la mancha:
cualquier área roja puede ser “sangre”, si es azul, “agua”, o si es
verde, “vegetación”, etc..
El impulso se expresa crudamente, sin intento siquiera de
adaptación, y la afectividad es muy impulsiva y egocéntrica, las
catexias objetales son muy inestables; se encuentra “color puro”
en personas muy inmaduras, en orgánicos cerebrales o en
psicóticos. No se espera encontrarlas en protocolos normales; sin
embargo, en personas de fuerte y viva reactividad emocional, junto
a varias otras respuestas de color más adaptadas puede verse alguna
“C” aún con suficiente madurez.

Según esto, una persona “madura” debería dar 2 FC, 1 CF y


0C, según la proporción que indicó Rorschach; sin embargo, en
nuestro medio hemos encontrado una relación 2 CF, 1 FC, 0 C ;
sea por la frecuente presencia de rasgos neuróticos como “cosa
normal” en nuestros tiempos, sea por la actual permisividad de la
expresión impulsiva, o por el “temperamento latino”, más
espontáneo que el de los suizos con que trató Rorschach en los
“años ’20".

El tipo de “C” que se encuentra en esquizofrénicos y


orgánicos cerebrales carece muchas veces de la vivencia afectiva,
siendo mas bien expresión de una experiencia sensorial
pasivamente experimentada; la forma más elemental y menos
elaborada de una respuesta C es simplemente “nombrar el color”:
Cn: “Aquí hay rojo” – “Tres colores: rojo, verde y naranja”, y se
encuentra casi exclusivamente en los casos citados.

Personas sin espontaneidad, que disimulan sus emociones,


interpretan los colores muchas veces describiéndolos: X (área
central): “El rojo comienza más diluido en los bordes externos y
se va haciendo más intenso hacia el interior, donde entra en contacto
con el azul y resulta un color liláceo….”etc. Es la”descripción
del color”, Cd.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Por fin, otra de estas formas “intelectuales” de responder al


color, es el “uso simbólico” del mismo: Cs : X: “Representa la
vida humana: los colores cálidos son emociones fuertes, los fríos,
representan el control; pero siempre hay algo de depresión
representada por el gris”; esta modalidad de responder denuncia el
esfuerzo para diluir los afectos mediante recursos intelectuales.

Hasta aquí nos hemos referido a los colores en relación con


los factores de control; pero es posible diferenciar la cualidad de
los sentimientos predominantes en el examinado atendiendo al
contenido de la respuesta cromática; según esto, las respuestas de
color cuyos contenidos son agradables, estéticos, o relacionados
con la vitalidad, sugieren la presencia de sentimientos positivos
en la relación con los demás: bondad, solidaridad, etc.; mientras
que los contenidos desagradables, destructivos, se asocian con
sentimientos que dificultan o perturban el contacto.

Respuestas de color “acromático”.

Ocasionalmente el blanco, o el gris o negro de algunas


manchas es usado como si fuera un color: así, el espacio blanco
central de II puede interpretarse como “Una cúpula de mármol
blanco”; en VI. puede parecer “Una piel de rata” por su color gris.
Si aparece alguna de estas respuestas entre otras de verdadero
color, se las valora como una RC más; pero si hay varias, sobre
todo si las verdaderas respuestas cromáticas faltan o son muy pocas,
se las interpreta como signo de una reactividad emocional
“apagada”, como de quien quiere ocultar sus afectos; si son de
color blanco, puede haber un matiz eufórico en el estado de ánimo,
y más bien depresivo, si son de tono oscuro.
Pueden citarse otras varias modalidades diagnósticamente
significativas de responder ante los colores: p.ej.: la “negación
de color”: el sujeto niega que el color haya determinado una
respuesta que obviamente debe incluirlo; habitualmente se
acompaña de una racionalización: III, (rojo lateral): “Sangre, pero
sólo por el modo cómo se ha escurrido hasta coagularse”. El sujeto

300 |
MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

trata así de mantener lejos de la conciencia el afecto ligado al


estímulo perturbador, en este caso el color rojo.

Hablamos de “colores falsos” - F/C – cuando no hay


correspondencia entre el color de la mancha interpretada con el
contenido asignado a la misma: X (azul lateral): “Araña azul”.
Este tipo de respuestas se encuentra en personas que simulan una
adaptación afectiva que realmente no tienen.

Se da también el caso –nada frecuente –en que el examinado


atribuye colores a la lámina gris que interpreta: V: “Una hermosa
mariposa de lindos colores”; no es que el sujeto vea realmente allí
colores, sino que hay una “proyección”, de la que el sujeto
permanece consciente; parece ser un esfuerzo para suprimir
sentimientos depresivos y reemplazarlos por otros de tono eufórico.
Es la “Proyección de color”: Cp.

Choque cromático:

Es la más importante y significativa reacción ante la presencia


de colores; el sujeto se ve perturbado por estos (o sea, por los
impulsos representados), a veces hasta el punto de no poder
responder (“fracaso”), o de lograr alguna respuesta recién después
de un largo tiempo de desconcierto y estimulado por el examinador
(“fracaso inicial”).
Se den o no las citadas reacciones, lo más típico del choque
cromático es la sensible disminución cualitativa y/o cuantitativa
de las respuestas: así;
• Se alarga el tiempo de reacción y se desordena o invierte la
sucesión; disminuyen en cantidad y/o calidad las G,
aumentan los Dd, aparecen Do.
• También disminuyen las F+, las FC son reemplazadas por
CF y a veces por C; disminuyen las M, a veces hasta
desaparecer.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

• Se dan respuestas anatómicas, sexuales, o sangre, y otras


indicadoras de complejo (como expresión del “retorno de
lo reprimido”).
• Baja el número de las Populares, y pueden verse Originales
con F-.

El choque ante el color es “el síntoma más general de


neurosis”, en cuanto que evidencia la presencia de “Represión”, lo
que puede explicarse mediante una analogía con la situación de
“trauma psíquico”:si los colores representan los impulsos, la
aparición de aquellos en la particular situación de prueba será
experimentada por el sujeto como un refuerzo de estos; si entonces
el sujeto dispone de suficiente energía libre para asimilar este
incremento de la presión impulsiva e integrarlo en la economía
personal, sus respuestas podrán ser normalmente adecuadas; pero
si no es el caso, precisamente por tener su energía comprometida
en represiones, no podrá ligar los nuevos estímulos, decaerá su
performance intelectual y su capacidad adaptativa, y por los
resquicios de la defensa “retornará lo reprimido”, p.ej. como
respuestas de complejo.

Ocasionalmente se da el caso de personas de carácter


esténico, con un yo suficientemente fuerte como para
“sobrecompensar” cuando se ven así presionados, y reaccionar ante
la situación de choque, con sus mejores rendimientos.

El choque cromático es un indicador general de fijaciones


infantiles; pero es posible precisar mejor los “puntos de fijación”
si en el protocolo se encuentran choques a colores específicos.
Todo choque indica angustia ante los impulsos, y en el
choque al rojo, la hay ante los impulsos agresivos; se asocia con
angustia de castración, y fijación en la fase fálica.
También se han establecido choques al color azul o verde, y
al marrón, (que difícilmente se encuentren en el Rorschach, y sí en
el Zulliger), Se relacionan respectivamente con fijación en la fase
oral sádica, y en la fase anal, con los síntomas consiguientes.

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

La ausencia de RC no indica que el sujeto carezca de vida


impulsiva o que sea incapaz de reacciones emocionales; pero tales
sujetos no siempre pueden disponer de ellas; por eso, cuando no
hay RC en un protocolo, pueden temerse reacciones abruptas y
desproporcionadas al estímulo.
En estos casos, conviene atender a estas variantes:
• El examinado no interpreta los colores, pero hace frecuente
alusión a ellos, usándolos para referirse a la localización
de la respuesta: X:”Lo azul es una araña”; VIII: “ Lo rojo
parecen dos osos”; IX, b: “lo verde me parece una gorda
en motoneta”. Este “citar colores” sugiere una actitud
ambivalente ante los afectos: se los reconoce pero no se
los incluye en la respuesta.
• Puede ser que no haya RC, pero sí un gran número de
respuestas en las laminas polícromas; en tal caso, hay una
“reactividad latente” disimulada por intelectualización. Esto
puede establecerse si el número de respuestas en esas tres
últimas láminas conforma un porcentaje superior a 33 (o
sea, más de la tercera parte del total de R). También puede
recurrirse al “cociente afectivo”, dividiendo el número de
respuestas de las tres últimas por el de las siete primeras :
C.af.: R 3 últimas láminas = .4 - .6
R 7 primeras láminas

Si el resultado es > .6, y no hay colores en el protocolo, o


sólo alguno, puede suponerse que hay una latente disposición
afectiva, disimulada por intelectualización pero no fuertemente
reprimida, por lo que fácilmente puede activarse en circunstancias
dadas.
Si tal resultado se encuentra junto a varias RC, se refuerza la
vivacidad y espontaneidad, o según el caso, la labilidad e
impulsividad.
Pero si el resultado es < .4, y no hay RC o sólo alguna, hay
inhibición de la expresión emocional, posiblemente fuerte
represión.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

5.3.- Determinante “Claroscuro”: K.4

Respuestas de claroscuro (RK) son aquellas en las que


intervienen los matices o tonos de claridad de la mancha, de modo
difuso en cuanto que no diferencian ninguna sombra en particular.
En términos generales, estas respuestas reflejan un estado
de ánimo angustiado, con más o menos importantes componentes
depresivos.
Esta angustia deriva de muy tempranos conflictos en las
relaciones objetales, época en que la percepción visual era
indiferenciada y captaba sólo tonos de claridad, más oscuros y
difusos inicialmente, algo más claros y diferenciados después; tales
conflictos y dicha modalidad perceptual quedaron asociados en la
experiencia de la persona, de modo que, al serle presentadas
manchas con tonos difusos de mayor o menos oscuridad, revive
los sentimientos de aquel entonces.
Cuanto más oscuro sea el tono al que el sujeto reacciona
negativamente, más temprano es el conflicto en la etapa oral, y
por tanto mayor la pobreza narcisista y la necesidad de afecto y
dependencia (fijación en fase oral conflictual); si además los
contenidos son desagradables, “disfóricos”, es señal de que el
conflicto es mas grave, que la fijación oral es más importante y
que las defensas no funcionan bien: IV, c: “Algo amenazante, un
horrible ser de las profundidades”.
A este tipo de RK las llamaremos “A”

Cuando el tono utilizado es gris claro, y los contenidos


neutros (es decir, no revelan una carga emocional; como en VII,
“Nubes”) o a veces agradables (VI: “Una mullida piel de corderito”)
la fase oral es preconflictual, y la fijación predominante está en la
fase fálica; por eso habitualmente en tales protocolos hay también
respuestas de contenido sexual. Son el tipo “B”.

4
.- Utilizamos la inicial en castellano para designar los diversos factores de la prueba;
en este caso, para no confundir con el color, usamos «K» en lugar de «C», lo que
hacen otros autores, como Klopfer y Rapaport.

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

Hay otras respuestas de claroscuro, que Binder llamó


“sombras”, dándoles el símbolo F(C) ; en estos casos, el claroscuro
no se presenta en forma difusa, sino delineando formas mediante
la utilización de los diferentes tonos de la mancha; IV, c, ½ sup.:
“Dos brujas de oscura túnica con velos de tul volando al viento,
hacen conjuros junto a una fuente de mármol negro veteado”. La
presencia de estas respuestas es positiva, ya que indican un yo
fuerte capaz de superar el estado de ánimo negativo que suponen
los claroscuros difusos.

De modo análogo a las respuestas de color, puede intervenir


la forma como expresión del control que el yo tiene en cada caso
sobre esa angustia:
Si los tonos difusos están contenidos dentro de una estructura
formal, tenemos las respuestas FK : IV; “Piel de un animal peludo”.
– VI, b, mitad superior: “Ruinas de un castillo vistas a través de la
niebla”.
En las KF, algún débil elemento formal está presente, pero
impreciso, y el contenido es reconocido principalmente por los
tonos de gris: IV: “Radiografía”; IV: “Un papel quemado”. – VII:
“Nubes”.
En las K, sólo determina la respuesta la pura y difusa
impresión del claroscuro, sin participación alguna de la Forma:
IV: “Ambiente tormentoso”. – “La vía láctea”.

También en relación con los claroscuros se encuentra el


intento de mantener alejados de la conciencia los sentimientos
desagradables que despiertan, mediante recursos intelectuales; tales
son:
Las “reminiscencias científicas”, respuestas con las que se
trata de impresionar con conocimientos especiales para compensar
los sentimientos de insuficiencia despertados por el claroscuro:
VI: “Cultivo histológico teñido al nitrato de plata”.
Las “respuestas simbólicas al claroscuro”: con el mismo
objetivo, ostentan un refinamiento intelectual o cultural: II: “Una
luz de esperanza en una noche de angustias”.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Las “descripciones de claroscuro”, en las que la actitud


descriptiva “objetiva” permite al sujeto mantenerse a distancia de
los sentimientos asociados al claroscuro.
VI: “Una mancha, casi negra al centro, se aclara a los costados
y después toma un tono gris más fuerte…etc.”
En cuanto al aspecto cuantitativo: por ser indicadores de
conflicto, no necesariamente deben encontrarse en cualquier
protocolo; sin embargo raramente faltan totalmente aún en
protocolos “normales”, casi siempre con tonos claros y contenidos
no desagradables.
Es esperable que falten completamente en sujetos de pobre
inteligencia, en melancólicos, esquizofrénicos, y antes de la
pubertad.
Cuando no los hay donde otros indicadores (por ej., evidencia
de un “choque al gris”) permiten suponer que “debería haberlos”,
sobre todo si hay rasgos obsesivos, probablemente ha habido alguna
pérdida significativa, y que el sujeto no puede elaborar el duelo
mediante progresiva descarga de las tensiones angustiosas.
Alguna buena FK en un protocolo “normal” es un dato
positivo, que habla de introspección y habilidad sutil en las
relaciones humanas.

Respecto a la relación con los colores: los claroscuros


corresponden a estados de ánimo negativos, surgidos de relaciones
objetales conflictuales, con la consiguiente pasividad y retracción
de la acción. Los afectos representados por los colores, en cambio
nos hablan de la catexia objetal y de la descarga motriz del impulso;
hay pues relación inversa entre cantidad de claroscuros y colores
en un protocolo: cuanto más grave es el conflicto en las relaciones
de objeto y más libido está involucrada en el mismo, más disminuye
la capacidad del sujeto para actuar los impulsos y gozar de los
placentero, y consiguientemente van desapareciendo los colores.
Pero ocasionalmente se encuentran protocolos en los que,
junto a muchos claroscuros, particularmente tipo “A”, hay también
muchos colores, sobre todo CF y C: en estos casos se suman los
conflictos objetales con los impulsivos, puede esperarse gran

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

inestabilidad, y reacciones explosivas de humor disfórico ante la


menor frustración.
Si hay muchos colores con algunos claroscuros, se reacciona
ante el mundo exterior, pero estas personas tienden a quedar pasivas
por el carácter inhibidor de los claroscuros.

Respuestas de textura (t): la visión del claroscuro puede


despertar una sensación táctil; si ésta es agradable, VI: “Cuero de
oveja de vellón suave y mullido”, habla de necesidad de afecto
requerida en forma cercana, casi corporal, como en el niño pequeño,
y en alguna medida satisfecha. Si por el contrario la sensación es
desagradable IV:”Un horrible ser del pantano, me parece viscoso,
qué asco”, se supone que las experiencias afectivas tempranas han
sido penosas, acentuándose los aspectos negativos del claroscuro.

Choque ante el claroscuro:

En el “choque cromático”, como vimos, se trata de represión


de la libido; en el “choque K” hay una herida narcisista que
amenaza inundar el estado de ánimo; por eso este choque ha sido
descrito como “angustia ante la angustia”. Puede manifestarse
mediante rechazo de la lámina hasta el fracaso total, o con aumento
de Dd, aparición de Do, varias F-, descripciones, etc.. Señala
intensificados los síntomas negativos relacionados con el
claroscuro: tendencia a estados de ánimo disfórico, pobreza
narcisista, necesidad de afecto, disposición regresiva a reacciones
de la fase oral.
Hay quienes, aún evidenciando claros síntomas de “choque
K”, expresan un particular agrado por las láminas grises; este
“Disimulo” que intenta una negación de los sentimientos negativos,
supone una seria falla en la aceptación de la realidad.

Varias respuestas de claroscuro, una tras otra, indican una


tendencia a estados de ánimo disfóricos prolongados; es la
“atracción por el claroscuro”.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Mientras que en la “adherencia al claroscuro”, el sujeto da


muchas respuestas en láminas grises, sin utilizar claroscuro: como
queriendo probar si puede superar los sentimientos negativos.

5.4.- Determinante “Movimiento” : M.

Son las respuestas en las que se “ve” una figura humana


realizando un movimiento; la esencia de las M está en que el sujeto
“sienta” en su propia musculatura el movimiento que proyecta sobre
la mancha; por eso debe tratarse (salvo excepción) de figuras que
representen una persona, o un animal antropomorfo (osos, gorilas,
etc.) en cuanto realicen movimientos semejantes a los humanos.

Las M recién aparecen por los 5 ó 6 años, por que por esa
edad el niño ya tiene suficientemente organizado su esquema
corporal - condición necesaria para poder proyectar un movimiento
sentido en los propios miembros -, y por que ya la educación le
impone restringir la descarga de los impulsos, “demorando” la
misma, lo que se realiza mejor si se desarrolla la capacidad de
encontrar una satisfacción sustitutiva en la fantasía: las M, pues,
hacen referencia a deseos y tendencias muy profundas que no
pueden ser actuadas por factores internos o externos y entonces
inervan la actividad de la fantasía.
De allí que las M se relacionen con el desarrollo del
pensamiento; Aristóteles decía que el pensamiento viene a suplir
el manejo directo de las cosas, lo que Freud expresará después
afirmando que “el pensamiento es una desviación del camino
directo a la gratificación”.
Además las M son expresión del desarrollo psicosexual:
representan maduras identificaciones, que han sido precedidas por
la imitación de los padres, educadores, etc.; estas tempranas
identificaciones, en gran medida visual – motrices, conforman las
primeras ligazones emocionales con otras personas, que serán
posteriormente introyectadas en el yo; las M representan entonces
el intento de restablecer la situación simbiótica donde no existía la

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

distinción yo – no yo: lo que es así particularmente cuando hay


muchas M y no hay colores en un protocolo: estos son sujetos
muy introtensivos, en los que el interés por el mundo exterior es
reemplazado por una pasiva sumisión a las propias fantasías.
Si a las M se agregan colores alocéntricos (FC) y buen
número de contenidos Humanos, puede haber una buena capacidad
de empatía.

Rorschach dividió las M en “extensión” y “flexión”:


M extensión: son aquellas en las que lo “visto” en
movimiento presenta la mayor superficie corporal, se extiende en
el espacio, se separa del centro de la lámina: III c: “Un político
arengando a la multitud”. Este tipo de M las dan sujetos con fuertes
impulsos de afirmación, aunque a veces con inhibiciones
neuróticas.
M flexión: el movimiento se cierra sobre sí mismo, se inclina
hacia el centro (el extremo sería la posición fetal). Se encuentran
en sujetos pasivos, que necesitan apoyarse en alguien más seguro.
IX, c, D inferior: “Dos ancianos haciéndose una reverencia”.
M bloqueadas: las tendencias antes citadas se neutralizan:
III: “Dos personas intentan levantar algo muy pesado, y no pueden”
– las dan sujetos irresolutos, personas tironeadas por tendencias
opuestas que no pueden conciliar.
M ambiguas: movimientos opuestos en las mismas figuras:
III: “Dos que se inclinan para saludarse, o tratan de levantar algo”:
según Zulliger, en personas “que no quieren encontrarse consigo
mismas”
Posturas rígidas, tipo “posición de firmes”: sujetos con
inhibiciones para actuar.

Si la Forma que acompaña al movimiento es inadecuada,


tenemos M-, que raramente se encuentra en normales: I c: “Un
chico bailando”.
Sujetos inteligentes y con aptitudes artísticas suelen dar
respuestas que están a la vez determinadas por el movimiento y el
color: MC :II: “Dos borrachos (por la cara roja) brindando”.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Lo mismo pasa con el claroscuro: MK : IV: “Gigante vestido


con pieles caminando pesadamente”; suponen una especial
disposición a la angustia, y marcados rasgos paranoides.
Cuando la respuesta M hace referencia a áreas muy pequeñas,
la llamamos Mp, o sea, movimiento con pequeña kinestesia; no se
consideran auténticas M; se relacionan más bien con gusto por la
fabulación, se encuentran en literatos, sujetos con aptitudes
pedagógicas - en estos casos “fabulación” significa “imaginación
creativa”- con un matiz algo “fantasioso” y casi siempre con un
tono lúdico; también en obsesivos y paranoides: X, (azul lateral,
pequeña saliente): “Un viejo con bastón caminando encorvado”. (
Las Mp. no cuentan para el Tipo Vivencial)

M con contenido no Humano:

Siendo esencial para una auténtica M la vivencia del


movimiento en el propio esquema corporal, es posible calificar
como M movimientos antropomorfos de algunos animales
humanosímiles (osos, por ej.): IV: “Un oso descansando sentado
en un tronco”, y aún figuras no animales: III,c: “Un robot
levantando amenazadoramente los brazos”. Excepcionalmente
pueden ser figuras no antropomorfas, si el movimiento que realizan
puede representarse como humano, y hay una fuerte carga emotiva
ligada a la respuesta..
En general, las M con contenido no H suponen el establecer
distancia de la identificación, y por tanto de fantasías no
enteramente aceptables. Si predominan, pueden indicar desengaño
en el aspecto afectivo de las relaciones humanas.

Diferente es cuando se trata de animales que realizan


movimientos que les son propios: VIII: “Dos comadrejas trepando
a un árbol”, m.an. o cuando son objetos que se mueven
II: “Un avión volando entre nubes”, m.ob. . Este tipo de
respuesta es más común en niños, y si en un protocolo adulto son
varias, pueden asociarse a inmadurez.

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

En un protocolo normal, debe haber por lo menos 2 M; si


hay una buena inteligencia, 4.
En una persona de inteligencia al menos media, la ausencia
de M se relaciona con una fuerte represión de la fantasía: “son
personas que se aferran a lo sensorial, por que temen sus fuerzas
inconscientes, y se colocan en una defensa instintiva ante sus
fantasías y cualidades creativas”; esto es frecuente en la pubertad
y adolescencia, correspondiendo la represión de M al intento de
renunciar a relaciones objetales infantiles, para acceder a los modos
adultos de relación; si esto no tiene éxito, encontraremos represión
de M en la vida adulta, señalando entonces inmadurez, y algún
trastorno en la vida sexual.
Siendo la M “popular” de la lámina III sumamente frecuente,
su ausencia requiere una explicación; casi siempre se trata entonces
de un “choque kinestésico”, causado por las figuras humanas y
por las manchas rojas de esa lámina. Ambos estímulos son
suficientes para activar las “fantasías edípicas”, de donde la
reacción de angustia, que determina una actitud defensiva de rigidez
muscular, que inhibe la posibilidad de “sentir” el movimiento.

******
6.-Tipo vivencial : M / C

Habiendo hablado ya del Color y del Movimiento, estamos


en condiciones de referirnos a una de las relaciones más importantes
de la prueba; la relación cuantitativa entre ambos tipos de respuestas
permite establecer el “tipo vivencial” al que pertenece el sujeto. A
tal efecto, se le asignan puntajes a cada uno de los citados
determinantes: cada M vale 1 punto, de modo que si hay 3 M en
un protocolo, el puntaje M será 3; en cuanto a los colores, cada FC
que hay en el protocolo cuenta como ½ punto, cada CF, 1, y cada
C, 1 ½.
;Así, en un protocolo donde haya 3 M / 2 CF y 1 FC = 2 ½,
la “fórmula vivencial” será: M/C = 3 / 2 ½..

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Si el puntaje más alto está del lado de las M, hablamos de


“introtensión”, y de “extrotensión” si está del lado de los colores;
“ambigual”, si es aproximadamente el mismo de ambos lados.
Si el valor numérico de cualquiera de los lados es como
máximo 1, es del tipo “coartado”; si es 3, se lo llama “coartativo”,
“normal” si el valor es 4 ó 5, y si es aún mayor, “dilatado”.
Cuando predominan las FC, el tipo cromático se denomina
“desviado a la izquierda”; es “central” si el mayor número de
respuestas cromáticas corresponde a las CF, y se lo llamará
“desviado a la derecha” si son C la mayoría de los colores
interpretados.
Ejemplos: 5 M, 2FC, 1 CF, 0C: M/C = 5 / 2 : normal
introtensivo desviado a la izquierda. - 3 M, 2 FC, 4 CF, 1 C: M/C
= 3 / 6 : dilatado extrotensivo tendencia central. - 0M, 1CF; M/C =
0 / 1 : Coartado ’! extrotensivo.

Describir todo lo referente al “Tipo vivencial” excede


ampliamente nuestro objetivo; Rorschach le dedicó una parte
sustancial de su libro, pues lo consideraba “el eje de la prueba”, ya
que todos los restantes datos tienen sentido confrontados con él;
de alguna manera planteaba allí la relación entre la fantasía - M - y
la actuación sobre la realidad – C-; estimaba que sería de interés
investigar cómo se verificaba esta tipología en las diversas
profesiones, culturas y etnias; él mismo comenzó con tales
investigaciones, frustradas por su prematura muerte.

El “introtensivo” se caracteriza por una mayor productividad


propia, una inteligencia más diferenciada, más personal y creativa,
un contacto social más intensivo que extensivo, afectividad más
estable; dedica sus energías sobre todo a las fantasías, a la reflexión,
a su mundo interno; si el predominio de M sobre C es muy grande
o aún total, seguramente habrá una actitud defensiva ante el mundo
externo, un recluirse en lo interior ante las dificultades que aquel
plantea; lo que puede llegar, en el introtensivo puro (sin colores)
sobre todo si es dilatado, a cierto autismo, por reemplazo de la

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

realidad por la fantasía, y a la omnipotencia que surge de restablecer


la unión simbiótica originaria.
El “extrotensivo” es más reproductivo, su afectividad más
lábil, sus relaciones más numerosas pero superficiales, su energía
psíquica está aplicada predominantemente a su relación con el
exterior; si hay un fuerte predominio de C sobre M, el sujeto se
defiende de su propio mundo interno, elude sus fantasías, huye
hacia fuera, hacia la actividad, actúa mucho y piensa poco, a veces
hasta alienarse en la acción.
El tipo ideal sería la ambigualidad sin mucha dilatación:
esto supone la posibilidad de un “flujo y reflujo” de las
disposiciones psíquicas, la capacidad de salir al mundo externo
para transmitir, actuar, aprender, confrontar con la realidad, y
“volver adentro” para elaborar, crear, profundizar, y poder salir
nuevamente internamente enriquecido para a su vez enriquecer la
realidad exterior con el aporte personal.

Pero el “tipo vivencial” sólo indica “cómo vivencia, no cómo


vive” el sujeto; señala una modalidad posible, pero por sí sólo no
dice qué parte de sus posibilidades hace funcionar en la vida
concreta.
Tampoco es algo fijo: el alcohol amplía la extrotensión;
también influye así la mucha actividad externa, mientras que el
trabajo mental acentúa la introtensión, y lo mismo aquellas
situaciones que impiden el libre movimiento; enfermedades, cárcel
y similares.
El buen humor dilata el tipo vivencial; la depresión, la fatiga
y por supuesto la represión, lo coartan.
Puede agregarse que el tipo vivencial cambia con la edad:
en niños tiende a ser extrotensivo y dilatado (por el predominio
impulsivo); se coarta y se aproxima a ambigual en la edad escolar
(exigencias de disciplina, desarrollo del super yo y del
pensamiento), se dilata de nuevo en la adolescencia con tendencia
extrotensiva (refuerzo del ello y represión de las fantasías), en la
madurez hay una tendencia a la introtensión (productividad más

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

personal, conciencia de límites) y en la vejez vuelve a extrotensión


con regular dilatación (se vuelve a un menor control de impulsos,
como en el niño, pero ahora no por inmadurez, sino por decadencia
de la materia cerebral).
Por supuesto que estas tendencias generales pueden verse
influidas por circunstancias.

******

7- Contenido de las respuestas:

Cuando la consigna pregunta al sujeto “que le parece que es


esto”, el examinado reacciona buscando una semejanza entre la
mancha y las imágenes aportadas por su memoria o elaboradas
creativamente; tal semejanza se expresa, verbal y conscientemente
como el “contenido” de la respuesta, que depende, por una parte,
de la mancha misma y sus características “objetivas”, por otra, de
la cultura, experiencias, intereses, etc., del sujeto, y también de
sus conflictos y necesidades, expresados directa o simbólicamente.
Para su análisis el contenido puede ser agrupado en
“categorías”, o en “temas”, o interpretado según su valor simbólico.
En todos los casos se debe seguir una regla fundamental: el
análisis del contenido debe apoyarse en lo estructural, y en relación
con los restantes factores de la misma respuesta y del protocolo todo.

Categorías de contenido:

La variedad de interpretaciones que posibilitan las manchas


es muy grande; para hacerlas manejables, se las ha agrupado en
categorías genéricas, de las que citaremos sólo las más importantes:

Respuestas con contenido “Humano”:

Figuras humanas completas - H - o parte de las mismas –


Hd ; conforman aproximadamente el 20% de las respuestas. En

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

general indican el interés del sujeto por los problemas humanos,


por lo que su número es habitualmente alto en profesionales de la
Psicología, Sociología, Antropología, etc.; su disminución se asocia
a perturbaciones en las relaciones interpersonales.
La relación H – Hd es de 2 a 1; si los Hd aumentan mucho,
se trata de angustia, y si no hay pobreza intelectual, es que hay
bloqueo neurótico del rendimiento.
Algunos Hd tienen una importante significación: “boca” se
asocia con dependencia; “ojos”, sobre todo si son penetrantes,
malignos, etc., se ven en paranoides; “máscara”, en sujetos que
disimulan su propia realidad. Muchas “cabezas” o “caras” como
D o Dd se encuentran en fóbicos; “caras” como G, en sujetos que
han tenido un particular apego a la madre.

Respuestas con contenido Animal: A, Ad.

Es el contenido que más frecuentemente aparece,


posiblemente por que las manchas se prestan para tales semejanzas;
por tal motivo, Rorschach lo asumió como medida de la
“estereotipia del pensamiento”, o sea de la monotonía,
automatización del mismo.
El porcentaje promedio está entre 40 y 50; por encima, se
supone falta de inteligencia, o falta de agilidad mental, rigidez de
los procesos mentales (por eso aumenta en la edad avanzada).
Desciende cuando hay buena inteligencia, imaginación, intereses
variados; pero si es muy bajo (menos de 30), puede haber dispersión
de intereses y de la atención.

Cuando el contenido H o A se refiere a figuras humanas o


animales no reales – seres mitológicos, extraterrestres, dibujos
animados, etc.- se anotan (H) – (A). Deben ser juzgados según el
contenido (figuras mitológicas pueden indicar cultura, dibujos
animados, infantilismo, etc.) pero siempre dan un matiz de poco
realismo .

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Respuestas con contenido Anatómico (Anat.)

Engloba lo que se refiere al interior del cuerpo humano:


órganos, huesos, también radiografías; no se espera encontrarlas
en protocolos normales, aunque no es raro ni significativo que
aparezca alguna de las más frecuentes.
Varias de ellas indican rumiaciones hipocondríacas, o
preocupación narcisista por el esquema corporal; frecuentemente
ocultan preocupaciones sexuales; siempre se encuentran algunas
cuando hay perturbaciones afectivas.
En neuróticos, las formas de estas respuestas son
medianamente aceptables: I, “Pelvis” – II (sólo lo gris) “Una
vértebra” - III, rojo central: “Pulmones”; rojo lateral: “Esófago y
estómago”. IX, verde: “Pelvis”. X, gris superior: “Tráquea y
bronquios”.
Más graves son las perceptualmente bizarras: IV, “Hígado”.
VIII: “Aparato circulatorio”. X, “Interior del cuerpo humano”.
Éstas pueden aparecer en neuróticos más graves o en psicóticos.
Personas preocupadas por problemas reales de salud suelen
dar varias Anatómicas,
incluso muy inexactas (F-)

Respuestas con contenido Sexual (Sex.)

Se incluyen aquí órganos sexuales internos o externos y sus


secreciones, sean de seres humanos o de animales; algunas de las
manchas se prestan para estas interpretaciones, que por eso son
relativamente comunes: “Vagina” suele verse en: II: centro rojo
inferior. VI: centro más oscuro del detalle mayor. VII: centro detalle
inferior. IX: centro detalle rojo superior. “Pene” es frecuente en el
D superior de VI, en línea central de IX, y en el D gris superior de
X. En esta lámina, las manchas amarillas y verde centrales inferiores
son frecuentemente interpretadas como “Ovarios y trompas de
Falopio”; en VI, la pequeñas formas redondeadas de la escotadura
inferior central aparecen como “Testículos”.

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

Se supone que no tiene por qué haber respuestas “Sexuales”


donde no hay problemas con la sexualidad, o, dicho de otro modo,
la existencia de conflictos sexuales se manifiesta casi siempre en
la aparición de varias respuestas con este contenido en el protocolo.
Actualmente, por la “destabuización” de lo sexual, puede
encontrarse alguna de estas respuestas más comunes en cualquier
protocolo sin que eso tenga alguna significación particular.
Pero también una educación victoriana llena de tabúes, o
una fuerte represión neurótica pueden hacer que no haya tales
respuestas, aún cuando existan conflictos.
O, por el contrario, sujetos que se rebelan contra una
educación muy represora, o que quieren mostrarse
“desprejuiciados”, suelen dar algunas respuestas sexuales.
Cuando las formas con estos contenidos son muy arbitrarias,
a veces con connotaciones desagradables, hacen pensar en psicosis.

Un modo cómo se pone muy claramente en evidencia la


problemática sexual de un examinado, es cuando la percepción de
la semejanza de una mancha a un órgano sexual produce una
reacción manifiestamente negativa, que se denomina “Estupor
ante símbolos sexuales” E.S.S. : hay entonces fracaso inicial o
total, alteraciones en la sucesión, vacilaciones, expresiones de
desagrado, etc. Se suele encontrar esta reacción estuporosa ante
las áreas arriba indicadas de II, VII, VI.

Respuestas con contenido “Sangre”.

Se las encuentra en un 10% de normales; alguna al menos


suele verse en casi cualquier patología, y puede no tener significado
especial, pero dependiendo del contexto, se pueden asociar a
angustia y culpa, y a sentimientos negativos para la relación con
los demás.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Otras categorías de contenido:

Abstractas: en sujetos de buen nivel intelectual,


particularmente interesados en el mundo de las ideas, X: “Unidad
en la diversidad”.
Alfabeto; letras y números; son raras, se las considera
infantiles. VII, “U”.
Arquitectura: si son construcciones monumentales;
necesidad de reaseguramiento, de compensar inseguridad.
Ciencia: personas que se adaptan usando sobre todo la
inteligencia, que por ese medio tratan de superar sentimientos de
inferioridad,
Comida: como expresión de complejo oral, dentro de un
contexto de inmadurez, indica necesidad de dependencia: VII:
“Masitas” – IX c: “Un helado de pistacho y frutilla”.
Explosión, fuego, volcán; control precario de los impulsos;
o deseo (fantaseado) de afirmación agresiva en sujetos que en la
realidad son mas bien pasivos.
Geográficas: Pueden ser muy “vagas” – islas, continentes y
similares-, y entonces son consideradas “respuestas evasivas”; si
son más precisas, se asocian a “ambiciones escolares”: VIII, detalles
superior: “El Fuyi-Yama”; y si son rebuscadas y muy específicas,
como “Jutlandia”, denuncian un “deseo de impresionar”.
Heráldica: ambición de prestigio y status social; deseos de
ejercer dominio. VIII: “Escudo de una casa de la nobleza europea”
Humo: ansiedad difusa: VII: “Columnas de humo de un
incendio”
Mancha: actitud evasiva; otras veces fracaso en lograr una
mejor interpretación por que el estímulo perturba e impide una
elaboración más diferenciada
Naturaleza: Su significación es semejante a las
“geográficas”; si son muchas y muy banales – montañas, lagos,
piedras, etc., pueden indicar infantilismo.
Objeto: Por ser un contenido frecuente en niños, si hay varias
en un protocolo de un adulto hacen presumir inmadurez; también
pueden ser índice de relaciones frías y distantes con los demás;

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

pero si son de buena forma y originales, casi seguramente reflejan


algún interés especial.
Vegetal: I, IV: “una hoja”, IV: “Árbol, pino”; no es un
contenido frecuente, si son varias, también infantilismo.

Son muchas más las categorías en que se dividen los


contenidos, las citadas son los que se encuentran con más frecuencia
en casi cualquier protocolo.

Contenidos profesionales:

Son los relacionados con el objeto o los instrumentos propios


de una profesión o actividad; se trata casi siempre de respuestas de
alguna originalidad, ya que las comunes no facilitan tal
diferenciación: si un médico da como respuestas algunas de las
comunes Anatómicas, más probablemente se tratará de rasgos
neuróticos que de intereses profesionales.
Además, si bien la presencia de estos contenidos puede
ayudar a conocer los intereses, su ausencia nada significa: por que
no es forzoso que los intereses se expresen de tal manera en la
prueba, y por que las manchas no dan la posibilidad de interpretar
contenidos referidos a todas las profesiones o intereses por igual.
Bohm dice que cuando estas respuestas son F-, sugieren
desajuste con la profesión; Salomon considera que muchas
respuestas profesionales siempre se relacionan con conflictos con
la profesión, o el ejercicio profesional como medio de
autoafirmación en sujetos inseguros.

Riqueza del contenido:

Se supone que en una persona sana y de inteligencia al menos


media, el conjunto de las respuestas H, Hd, A, Ad, Anatómicas,
Sexuales y Sangre no debe sobrepasar aproximadamente el 75%
del total de R; si son más, puede tratarse de estereotipia o rigidez
del pensamiento, a veces, depresión; pero es importante saber cual

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

de dichos contenidos aumenta, ya que eso puede ser un interesante


indicador.
Si son mucho menos, dispersión de la atención; pero en esto
como en todos los aspectos de la prueba, hay que atender a la
singularidad del caso: un sujeto con valores medios en H y A, que
no tenga Anat., Sex. ni Sangre, puede tener una variación de
contenido del 40%, sin que tal cantidad tenga significado negativo.

Análisis temático:

Además de las habituales categorías ya citadas, los


contenidos pueden agruparse según “temas dinámicos”: p,ej.: los
contenidos arma, personas discutiendo, explosión, tigre, si bien
pertenecen a cuatro categorías clásicas, pueden unificarse en el
tema “agresividad”. Obviamente se da así una dimensión más
profunda al significado del Contenido, en el nivel de interpretación,
mientras que las categorías habituales responden más bien a un
enfoque descriptivo. El “análisis temático” se relaciona con lo
siguiente.

Análisis simbólico:

El contenido puede decirnos mucho sobre las necesidades,


fantasías, conflictos de una persona; el análisis simbólico es en
este aspecto de invalorable ayuda; pero, como resultado de una
deficiente formación, se ha prescindido a veces de toda atención a
los factores formales, como si el test fuera producto de un sueño o
de asociaciones libres; esta especie de “psicoanálisis silvestre” no
ha sido avalada por ningún autor serio, al contrario, se lo ha
denunciado como pereza facilista para eludir la laboriosa
indagación de los factores formales; el test permite el
desplazamiento entre los niveles adaptativos y autistas, proceso
que se evidencia en la totalidad de la respuesta, por eso una
interpretación dinámica debe incluir todo el proceso de
interpretación; la interpretación profunda es un paso a dar después
que se ha hecho la evaluación estadística y formal de todo el

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

protocolo: así, una posible “respuesta de complejo” sólo puede


entenderse como tal si el protocolo da evidencias de una estructura
psicosexual infantil.
El protocolo bien trabajado ofrece casi siempre tanta riqueza,
que no se justifica introducirse en el resbaladizo terreno de los
símbolos si no se está seriamente capacitado para ello.

******

8- Frecuencia de las respuestas:

Las respuestas “populares” “P”:

Son las que alcanzan una frecuencia mínima de 25%, es decir,


se encuentran por lo menos en la cuarta parte de los protocolos de
la población “normal”; en nuestro medio las respuestas que
sobrepasan ampliamente esa frecuencia son:
I, a, G : Murciélago – Mariposa.
II, a, G : Dos figuras humanas o humanoides en movimiento.
III, a G : Dos figuras humanas en movimiento, con o sin las
manchas rojas.
IV, a G : Figura humana o humanoide.
V, a G : Murciélago – Mariposa.
VI, a G : Cuero de animal, alfombra.
VIII,a : Toda respuesta que incluya los animales laterales
como cuadrúpedos.

No todas las respuestas Populares tienen que estar en un


protocolo; pero siempre hay que verificar si las ausencias no se
deben a alguna perturbación causada por el estímulo de la lámina.
En un protocolo “normal” se esperan 4 - 6 respuestas populares; si
son menos, puede haber un divorcio de la realidad, poco contacto
intelectual con el medio, escasa participación en el pensamiento
general, pobre “sentido común”; la disminución de P es menos
seria como síntoma si hay un número normal de F+ y un buen
número de respuestas “frecuentes”.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Si las Populares son muchas – sobre todo si no están


balanceadas por algunas buenas respuestas originales – contamos
con un pensamiento prosaico, banal; puede haber una inteligencia
no más allá de la media, pobreza cultural y de intereses; pero
también puede ser un modo de eludir la confrontación más
comprometida con las manchas – y con la riqueza de la realidad -
, la “huida a la banalidad”, la alienación en la adaptación al grupo.
El “Indice de realidad”: se consideran las respuestas “más
frecuentes” por que tienen el mayor porcentaje de aparición: III:
Dos personas,(como G M), V: Murciélago o Mariposa, G (a), VI:
Cuero de animal (G), VIII: Cualquier respuesta que incluya los
animales laterales. Si estas P aparecen como primera respuesta en
la lámina, se le asigna 2 puntos, y sólo 1 si aparecen después. Lo
esperable es un puntaje entre 5 y 7.

Las Respuestas “originales”: “O”: están en el otro extremo


del continuo de frecuencia; idealmente, se supone que aparecen
una vez cada 100 protocolos (lo que es imposible de determinar en
la práctica; por lo que el criterio operativo es considerar originales
las respuestas que un examinador con mucha experiencia en la
prueba considera tales).
Las repuestas originales pueden ser de tres clases:
Originales por el motivo: cuando el contenido es
completamente original en una mancha interpretada habitualmente
de otras maneras: V: “Un burro cargado con chivitos que trae de
las sierras”.
Originales por la elaboración: un contenido incluso frecuente
se presenta con agregados que lo hacen novedoso: III: “Personas
parasitadas por Alien: el pequeño monstruo está naciendo de sus
pechos”.
Originales por la percepción: pueden encontrarse en los casos
de Nivelación de la figura y el fondo, o en la organización insólita
de partes de la mancha habitualmente no relacionadas, en algunos
Dd muy bien vistos y de organización al menos medianamente
compleja, en casi todos los Dd “raros”: VIII, G: “Pote

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

primorosamente decorado” – VII: (todo el D inferior más el D


medio de la derecha): “Juguete, hamaca”.

Las P son por definición F+; las O pueden ser O+, O- según
la F de la respuesta. Varias O+ se encuentran en protocolos de
personas inteligentes, con capacidad creativa, “originales” en su
enfoque de la realidad; pero si son más del 30% de R puede no ser
positivo: demasiada originalidad hace sospechar poco contacto con
la realidad, “extravagancia”.
Las O- son siempre un factor negativo, ya que implican una
fantasía regida por impulsos y necesidades que desbordan y
distorsionan la realidad; en neuróticos son muchas veces respuestas
de complejo.

*******

9- Fenómenos Especiales:

Se denomina así a las características de algunas respuestas,


o a las verbalizaciones y conductas anexas a las mismas, no
puntuables en las columnas del protocolo, pero que tienen un gran
valor de significación.
Bohm estableció más de 70, y otros autores han agregado
algunos más; citaremos aquí los más frecuentes; algunos ya los
hemos descrito junto a las respuestas a las que se asocian:
Nivelación, al tratar las respuestas “B”; choque al color y al gris y
otros al tratar de C y de K; E.S.S., cuando nos referimos al contenido
“sexual”, etc..

Censura: El contenido impulsivo – casi siempre, sexual –


aparece al comienzo explícitamente, y en sucesivas respuestas va
siendo “ocultado”, aunque manteniendo alguna semejanza o
relación simbólica con el tema inicial: es la “censura final”: VI, D
superior: “Pene erecto” – “Una espada” – “Un faro” – “El Cristo
del Corcovado”.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

En la “censura inicial” sucede a la inversa: el impulso


inicialmente “censurado” va insinuándose hasta aparecer
claramente: en el centro del D grande de la misma lámina VI: “Una
hendidura en una piedra” – “Un tajo en un cuero” – “Una vagina”.
En la censura inicial, hay un yo débil que cede ante la fuerza
del impulso; en la censura final, un yo más fuerte que es capaz de
tomar el control y reprimir.
Conciencia de interpretación: Normalmente, quien
responde a la consigna de la prueba, sabe que se trata de manchas
casuales que pueden tener algún parecido con algo de la realidad;
o sea, tiene una subyacente conciencia de estar interpretando; pero
ocasionalmente esta actitud pasa al foco de la atención; tal se revela
en expresiones como “Por cierto que es una mancha, sólo que ha
tomado la forma de…” o similares. Hablamos entonces de
“Conciencia de interpretación aumentada” (C.I.A.); esto suele verse
en sujetos hipercríticos, a veces en obsesivos y depresivos, y en
todos los casos en que hay agudización de la función consciente.
En el caso opuesto, el sujeto vive la situación como si la
lámina fuera una determinada realidad, entiende la consigna como
si debiera descubrir “qué es verdaderamente”; por eso a veces
pregunta: ¿acerté? o ¿después me va a decir qué es?. Este nivel de
“Conciencia de interpretación disminuida” (C.I.D.) no es serio
como síntoma, suele verse en sujetos inseguros. Pero la disminución
es más notable cuando se reacciona ante la lámina como si fuera
muy real, como cuando alguien, ante una mancha roja, experimenta
un fuerte rechazo: “¡Sangre, qué asco, no puedo ni mirar esa
mancha!”; esta conducta ya es más claramente neurótica. Y es
grave, y seguramente asociada a rasgos psicóticos, cuando la
conciencia de interpretación aparece “anulada”; es el caso de las
“autoreferencias”, cuando el sujeto se ve retratado en la lámina, o
cree que la misma se refiere a él: VI: “Esta es la radiografía de mis
pulmones arruinados por el tabaco, ¿cómo es que la tiene Ud.?
Choque al vacío: Se presenta ante la lámina VII, con
síntomas tales como fracaso, tiempo de reacción muy prolongado,
expresiones de desagrado o crítica, respuestas infantiles (dibujos

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

animados, juguetes), respuestas orales, reflejos, etc.; el impacto


sería provocado por el “vacío” del centro de la lámina, que se asocia
con el “seno materno”, y derivaría de un sentimiento de abandono
e imagen negativa de la madre.
Desvitalización: Figuras humanas o animales son percibidos
como cosas inertes o como explícitamente privados de vida: V:
“Murciélago disecado”; VI c: “Hoja petrificada”; VII: “Estatuillas
de porcelana”.
Las dan personas que tienen miedo a entrar en contacto
profundo con los demás, lo que las lleva a una visión fría y rígida
de las relaciones humanas.
Fracaso: Cuando ante una lámina el examinado sufre un
impacto tal, que ya no le es posible usar sus normales recursos
intelectuales, y no logra responder; es una reacción estuporosa,
evidenciada en la demora, y/o en expresiones tales como: “no se
me ocurre nada”, “no veo nada”; el examinador debe “apoyarlo”,
diciendo por ejemplo: “tómese su tiempo, algo se le va a ocurrir”,
o algo parecido; muchas veces esto basta para que el sujeto logre
elaborar una respuesta; en tal caso, consignamos “Fracaso inicial”
; pero si no logra salir del estupor, y pasan varios minutos (5) sin
respuestas, se pasa a la lámina siguiente, y estamos ante un “Fracaso
total”, que aparece con menor frecuencia que el anterior.
Generalmente los fracasos son expresión de un “choque”, y
la lámina ante la que se producen puede dar pistas sobre su valor
sintomático.
En I, por el desconcierto que supone la tarea de interpretar;
en II y especialmente en VI, como forma extrema del E.S.S.; en
IV, por la masividad del gris oscuro; en VIII y IX, como
manifestación del “choque al color”; en X, por la “dispersión” que
presenta, perturbadora para el neurótico poco integrado.
El fracaso indica siempre más o menos severos rasgos
neuróticos; pero en IX no es raro aún en “normales” (posiblemente
por que tampoco falta algún rasgo neurótico)
Los esquizofrénicos pueden fracasar ante cualquier lámina
sin razón aparente.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Mutilación: Seres humanos o animales aplastados, o en


alguna forma destruidos o desmembrados: pueden indicar
tendencias sádicas o masoquistas, y relacionarse con un sentimiento
de castración.
Deterioro: Objetos rotos, arruinados; I: “Hoja seca, rota”;
II: “Trozo de tela quemada, agujereada”; indican inseguridad,
disminución de la autoestima (como autoproyección); pueden ser
también expresiones de un sentimiento de castración.
Frecuentemente van con el modo “b”.
Observaciones críticas: A veces el examinado critica su
propio rendimiento: “no tengo mucha imaginación”. “Seguramente
es ridículo lo que digo”. Esta “Crítica del sujeto” (C.S.) se encuentra
en inseguros con sentimientos de insuficiencia y desconfianza en
sí mismos. Pero puede ser también que la actitud crítica se dirija
hacia lo interpretado (casi siempre como crítica de la forma): V:
“Murciélago, pero las orejas no tendrían que ser tan grandes”;
esta “Crítica del objeto” (C.O.) es una proyección de la propia
autocrítica, y tiene el mismo significado que C.S.; suele aparecer
en los “eternos disconformes”, también se ve en perfeccionistas.
“o”: Cuando dos respuestas más o menos semejantes
aparecen unidas por una “o” expresando duda en la interpretación:
IV: “Esto es un cuero de animal o un papel quemado”. Cuando
hay varias, sugieren indecisión, inseguridad de juicio.
Represión de la adaptación: También llamado “choque de
adaptación”: ante la primera lámina, el sujeto se ve enfrentado
ante una situación para la que no tiene respuestas previstas, dada
la no familiaridad y la ambigüedad del estímulo; eso puede
traducirse en vacilaciones, demoras, rechazo al menos inicial,
expresiones de desconcierto; alguna dificultad siempre es esperable
ante lo nuevo, pero se hace muy notable en sujetos de por sí
inseguros y angustiados.
Reflejos: Una mitad de la lámina se ve reflejada en agua, o
en un espejo, conformando así una respuesta más amplia, casi
siempre G, y las más de las veces, sobre el eje de simetría – VII:
“Una señora mirándose en un espejo” – VI, b: “Nubes de tormenta
se reflejan en un lago”.

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Indican problemas de narcisismo, necesidad de afecto,


sentimientos de minusvalía y dificultad para establecer relaciones
objetales maduras; también se las encuentra en quienes están muy
atentos a la impresión que causan en los demás.
Simetría: Si bien la simetría de las manchas es obvia, sólo
personas inseguras hacen expresa referencia a ello, a veces
insistentemente; esto puede explicarse por que la simetría es el
único factor estructurante evidente, al que se aferran entonces los
que se sienten desconcertados e inseguros ante la débil estructura
del estímulo.
La simetría también permite considerar la lámina como
teniendo un equilibrio ponderal, y se ven llevados a atender este
aspecto quienes sienten en cuestión su propio equilibrio interno.

******

10.- Estructura de las manchas.

Algunas características de la estructura de las manchas dan


lugar a reacciones poco frecuentes, pero de mucho interés por que
indican una particular sensibilidad del sujeto ante esa particularidad.
Así, se ha observado que el detalle central representa al mismo
examinado, y los laterales su medio ambiente, pudiendo hacerse
hipótesis sobre las relaciones que mantienen entre ambos; esto
puede verse claramente en I.
Otros hacen notar que las figuras “están en el aire”, no tienen
un “piso” donde apoyarse; denuncian así su inseguridad (III, IV);
en VIII, los animales laterales “pueden caerse para atrás”.
En VII hacen referencia a lo inestable de la construcción
personas que “temen derrumbarse”
En VIII, pero sobre todo en X, la falta de unidad angustia a
los que se sienten poco integrados.

******

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

11.- Mecanismos de defensa.

Es dable muchas veces establecer qué mecanismos


defensivos son principalmente usados por el examinado, lo que es
un buen aporte para el diagnóstico. Quien conoce cómo operan
estos mecanismos, no tendrá mayores dificultades en reconocerlos
en las respuestas a la prueba. Aquí se presentan sintéticamente sus
manifestaciones más importantes.
Represión: es un mecanismo que “empobrece” las
manifestaciones del psiquismo, de modo que se manifiesta por
una disminución notable de la calidad y cantidad de las respuestas;
en particular son expresión de represión los “choques” (al color,
claroscuro, kinestésico, E.S.S.), el Tipo Vivencial tiende a la
coartación, aparecen “respuestas de complejo” por “retorno de lo
reprimido”.
Aislamiento: aumento notable del F%; aumento de Dd y
disminución de G. Contenidos generalmente tenidos por
desagradables son dados sin emoción alguna, otras veces con un
tono humorístico.
Formación reactiva: particularmente notable cuando se
dirige contra los impulsos agresivos: hay muchos signos de
adaptación, inhibición y de amabilidad y “cortesía” para con el
examinador: muchas respuestas, mostrarle dónde se localiza cada
respuesta y aún dar otras explicaciones como queriendo facilitarle
la tarea. Pocas o ninguna CF, muchas P (adaptación). Muchas H y
a la vez muchas B (agresividad tras un fachada humanista).
Personas con serios conflictos sexuales que llevan a la inhibición,
suelen dar Sex. enteramente “desinhibidas”.
Anulación retroactiva: Después de una respuesta de
contenido desagradable, de da otra “linda”, o se le hacen agregados
que minimizan lo negativo.
Intelectualización: Junto a los dos anteriores, es típica de
neurosis y aún del “estilo” obsesivo. En este caso se trata de huir
de las emociones hacia la objetividad y la “frialdad” de lo
puramente intelectual. Por eso aumenta mucho el F% y el F+%;
muchas respuestas, frecuentemente con agregados aclaratorios o

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

ampliatorios (no siempre acertados); a veces dan impresión de


“verborragia”. Suelen esforzarse por dar muestras de su cultura,
conocimientos, etc., en contenidos científicos, culturales,
simbólicos o abstractos
Renegación: se presenta en muy diversas formas: por
ejemplo, negando el impacto negativo de los “choques” (como lo
que hemos llamado “disimulo” respecto al choque K); eludiendo
responder al color o claroscuro mediante descripciones,
aumentando el número de M y Mp (negación en la fantasía),
excluyendo la parte ansiógena (sexual) de una percepción, por lo
que pueden aumentar Hd y Do; muchas H y P, intentando negar
un sentimiento de soledad, o muy pocas P, negando la realidad
inmediata, etc.
Proyección: la desconfianza lleva a pocas respuestas y a no
responder, lo que puede parecer un “fracaso”; la actitud
hipercontroladora supone muchos Dd, y puede haber muchas G si
hay fantasías grandiosas; en este caso también escudos de nobleza,
figuras prominentes: reyes, dioses. La actitud de control hace que
aumenten F% y F+%, también M, ya que lo paranoide es síntoma
ideacional. Es frecuente que la respuestas incluyan “ojos”
penetrantes, malignos, etc.

******

12.- Elaboración de los datos del protocolo:

Hay muchas formas de encarar la evaluación de la prueba,


dependiendo de diversos factores, como el objetivo del examen,
los datos de que se dispone, la habilidad y aún la personalidad del
examinador y su formación, etc.. Un modelo elemental y
sistemático podemos presentarlo así de modo muy esquemático:
1.- Una vez que se ha completado la administración, incluso
el interrogatorio, se procede a la codificación de las respuestas en
las columnas pertinentes, y se consignan los fenómenos especiales,
en particular los “choques”. Se marcan las posibles respuestas de
complejo y los eventuales contenidos simbólicos. Se señalan las

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

conductas, las modalidades particulares de reacción ante cada


lámina, las características de las verbalizaciones, incluso su tono
emocional, etc., y toda situación llamativa.
2.- Se procede entonces a realizar los cómputos, se elaboran
las fórmulas, comparando con los valores normativos, atendiendo
a las desviaciones de las normas intra e interindividuales.
Con estos elementos sistemáticamente ordenados se
confecciona el Psicograma.

Para elaborar un “informe” no hay reglas fijas; hay un modo


“artístico” de hacerlo, partiendo de un dato significativo del
protocolo – un choque, una respuesta de complejo, la desviación
muy notable de una norma, por ejemplo,- y a partir de allí se van
organizando los restantes datos; esto requiere particular experiencia
y también que el protocolo se preste para tal forma de trabajo.

Un modo sistemático puede presentarse sintéticamente así:


• Se analiza primero todo lo que hace al funcionamiento
intelectual: R, Modos de Aprehensión, nivel formal, M,
A% y variedad de contenidos, P y O, juicio de realidad. Se
atiende a aquellos factores que pueden estar incidiendo de
modo negativo en el rendimiento.

• La afectividad se observa en particular desde las respuestas


cromáticas y su relación con otros determinantes, y los
fenómenos especiales relacionados con los colores.
Se verifica el peso de los factores de control (F%, F+%,
R+) y la capacidad de demorar la satisfacción impulsiva
(M).

• La fantasía (M), su relación con la actuación sobre la


realidad exterior (Tipo vivencial),

• Modalidad de las relaciones sociales: según la cantidad


y tipo de RC, los contenidos de éstas, M y H% como

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

indicadores de empatía, P como adaptación al pensamiento


grupal, B como autoafirmación o como agresividad.

• Estado de ánimo predominante: signos de angustia (Do,


claroscuros, choques, algunos contenidos: sangre, humo,
etc.), de depresión (bajo R, tiempos alargados, falta de
Colores y M, aumento de F+%, H% bajo y A% alto), de
ánimo alegre o exaltado (muchas R, tiempos cortos, tipo
vivencial dilatado con colores lábiles, muchas G)
• Nivel de la autoestima: G, B o b, claroscuros, M extensión
o flexión, contenidos (Heráldica, etc.), C.O, C.S., Deterioro,
Simetría, Reflejos.

El análisis se hace relacionando cada dato con todos los


restantes elementos, apoyándose constantemente en los factores
formales y en los valores estadísticos, e incluyendo datos de la
historia clínica, (anamnesis, síntomas), eventualmente tomando
en consideración los resultados de otros tests.

Este enfoque “descriptivo” prepara para el análisis


interpretativo y simbólico, “dinámico”, realizando las hipótesis
que permiten los datos, hasta presentar un cuadro coherente y
orgánico de la personalidad.
(El nivel descriptivo conviene cuando el informe está
destinado a quien no es conocedor de psicología dinámica: por ej.,
en la selección de personal, pericias judiciales, gabinetes de
escuelas, etc.) ; El nivel dinámico, cuando se trata de un diagnóstico
para orientar una psicoterapia.)

De allí se puede llegar a un diagnóstico pluridimensional,


marcar puntos oscuros y líneas para una más profunda
investigación, hacer indicaciones terapéuticas si es el caso, y
eventualmente un pronóstico sobre la evolución.

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INTRODUCCIÓN A L E S T U D I O Y P R Á C T I CA D E L A S T É C N I CA S P R OY E C T I VA S

Información sobre otros tests de manchas.

Antes de Rorschach se utilizaron manchas para la


investigación psicológica, pero orientadas a verificar la riqueza
imaginativa mediante la complejidad y originalidad de las
respuestas. El “Psicodiagnóstico” de dicho autor muestra el primer
intento –en gran medida ya por él logrado-de utilizar las manchas
con un propósito diagnóstico en la clínica psiquiátrica, lo que
posteriormente se ampliará a la investigación de la personalidad
normal o patológica, llegando a ser el valioso instrumento que es
hoy. Después de Rorschach hubo otros intentos de construir tal
tipo de tests, pero no alcanzaron la importancia y difusión de aquel.
El creador del método pronto manifestó la necesidad de contar
con otras pruebas “paralelas”-que se orientaran al mismo objetivo
pero con estímulos en alguna medida diferentes, a efectos de poder
“retestear” válidamente, sabiendo que la repetición del mismo test
arrastra cierto aprendizaje que desvirtúa los resultados. Su amigo
y discípulo Hans Behn-Eschemburg, con su asesoramiento,
confeccionó una prueba que sigue de cerca las pautas de las láminas
originales, que se conoce hoy como “Be – Ro”; si bien es dudoso
que sea estrictamente “paralelo”, se lo usa como complemento del
original, y ha demostrado ser particularmente apto para el examen
de niños.
Más recientemente ha habido otros intentos; las experiencias
realizadas con esas nuevas láminas son auspiciosos en cuanto a la
posibilidad de que puedan ser considerados verdaderos “paralelos”:
pueden citarse el elaborado por Parisi.- Pes, de la Escuela Romana
de Rorschach, y el de Kataguchi, de “Tokio Institut for Rorschach
Research”.

Otra prueba de manchas, aunque sin pretensión de ser


“paralela” es el “Z-Test”, de Hans Zulliger, construida a pedido
del ejército suizo para la selección de su oficialidad, presentada
inicialmente en diapositivas para su uso colectivo, y publicada en
1950 en forma de láminas para el examen individual. El citado

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MIGUEL ANGEL MIROTTI | PABLO ALBERTO LIENDO

autor “condensó” en tres láminas lo esencial de las diez del


Rorschach: la primera es masivamente gris oscuro y representa
una figura que con frecuencia es considerada amenazante,
asemejándose a la IV, la segunda es polícroma, puede equivaler a
la VIII, y la tercera puede compararse con la III. La prueba se
codifica y evalúa igual que el Rorschach, y si bien no lo suple, es
un buen complemento, y da una buena aproximación a la estructura
personal con la ventaja de la brevedad en la administración y
evaluación.

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