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Introducción
Aldo Garagani
7
El debate sobre la crisis de la ciencia que se ini
cia con Ja teoría de la relatividad, en el fondo no
es sino la crisis de una concepción del quehacer
científico y del conocimiento en general, según la
cual las teorías están destinadas a explicar median
te esquemas de naturaleza lógica necesaria, de
conformidad con leyes naturales del pensamiento.
Como expresa Garagani, recientemente han
aparecido posiciones críticas a la concepción clási
ca de racionalidad: "Lo común a las críticas ac
tuales, a la racionalidad clásica es la introducción
del recurso de la acción en la reconstrucción con
ceptual de la realidad, el tratar de unir lo que nun
ca debió tratar de separarse: saber y actividad de
los hombres"2, lo cual puede conducir a una nue
va forma de racionalidad. La larga crisis de la ra
cionalidad clásica es la crisis de lo estático, de lo
predetenninado: la concepción del p;esente como
simple consecuencia del pasado, la concepción que
excluye las posibilidades alternativas a lo real.
El gran reto para la nueva racionalidad es el vie
jo problema del movimiento de lo real, de su
transformación y de cómo captar racionalmente al
objeto en transformación. Específicamente, el
pro blcma del movimiento de lo real como articula
ción entre objetivo y subjetivo que excluya todo
determinismo y que a Ja noción de casualidad clá
sica Ja pueda sustituir la definición de espacios de
posibilidades para la acción de los sujetos.
Desde el punto de vista metodológico, Ja crisis
de la racionalidad clásica se manifiesta como la Ju-
9
El plan del mismo abarca inicialmente la discusión
sobre la estrategia del concrcto.abstracto
concreto, entendiendo a ésta como una alternativa
metodológica superadora de otras propuestas. Po
nemos aquí especial acento en la polémica acerca
del dialéctico materialista, pues consideramos que
en su funcionamiento podría estar implícita toda
la potencialidad marxista de captación del movi
miento.
En un segundo capítulo se confronta el carácter
de las abstracciones marxistas -abstracciones his
tóricamente determinadas-, con las de dos gran
de. s rivales de Marx: Weber y Durkheim. Tratare
mos de destacar lo específico de la abstracción
marxista dentro de su intento constructivista de
teoría cuya intencionalidad es la captaciór. del mo
vimiento del objeto.
En el capítulo tercero se analiza el papel de lo
estructural en el conocer marxista, introduciendo
el problema de lo histórico como articulación en
tre objetivo y subjetivo. El análisis se hace a partir
de tres obras marxistas que implican intervencio
nes diversas de lo subjetivo: El capital, El die
ciocho Brumario y Dos tácticas de la social demo
cracia en la re voluci6n dem ocrática.
En el capítulo cuarto se analiza con detalle el
método en el primer capítulo de El capital y en El
desarrollo del capitalismo en Rusia. El propósito
es confrontar aspectos metodológicos de un obje
to estructural con el estudio de una formación so
cial concreta, en donde la intervención de lo empí
rico, la pertinencia de la operacionalización y del
uso de indicadores aparecen palpables.
Finalmcnt�. en el capítulo sexto, se añaden al
gunas reflexiones acerca de la pertinencia del uso
de indicadores en el marxismo en relación con los
10
pro blemas de l a verificación y el papel de lo empí
rico en el método de Marx.
Los capítulos que forman el presente libro fue-
ron concebidos originalmente como artículos. Se
buscó al máximo evi tar repeticiones en dichos ca
pítulos sin co nseguirlo totalmente pues to que hu
biese afectado la estructura de la exposición .
Quiero agradecer al profe sor Nelson Minello y
a M iguel González M adrid sus agudas observacio
nes, las cuales sirvieron para mejorar el presente
texto. Este trabajo debe l as ideas importantes que
pudiera con tener al profesor Hugo Zemelman .
11
l. Problemas de una met o dología
1narx.ista
EJ circuito co ncreto-abstracto-concreto
13
Para Della Volpe el método de Marx se puede
esquematizar en el circuito concreto-abstracto
concreto. Al respecto dice: "El método correcto
puede ser representado como un movimiento cir
cular de lo concreto o real a lo abstracto o ideal y
de éste a aquél: o sea que con precisión lógica con
siste en un continuo e inevitable ajuste histórico de
las abstracciones o categorías. Ese ajustar históri
camente las categorías o abstracciones es el méto
do del concreto-abstracto-concreto.' '2
Althusser al entender por práctica todo proceso
de transformación de una materia prima determi
nada en un producto determinado, transforma
ción efectuada por un trabajo humano utilizando
medios de producción determinados, considera a
la "práctica teórica" como una de las prácticas
po:.;ibles. En la pi·áctica teórica se trataría e.Je efec
tuar una "ruptura epistemológica'' entre el cono
cimiento ideológico previo y la nueva teoría gene
rada en la práctica teórica. Recuérdese, que al
hablar este autor del proceso de Ja práctica
teórica, se está refiriendo al proceso del conoci
miento científico.3
Siguiendo a Bachelard, Althusser considera la
ruptura epistemológica en dos sentidos: como rup
tura histórica que permite delimitar entre prehisto
ria de una ciencia y su historia propiamente dicha;
y como ruptura entre ideología y ciencia en la in
vestigación concreta.
La práctica teórica, como toda práctica, impli
ca la actividad humana transformadora de una
14
materia prima (generalidad 1) con determinados
medios de producción (generalidad 11). La genera
lidad 11 estaría constituida por la teoría de la cien
cia del momento, así como por todas las técnicas
que pueden auxiliar en la transformación de la ge
neralidad 1 (ideológica o de menor cientificidad
que la generalidad m), en una generalidad m
(científica). La diferencia entre generalidad 1 y 11
no sería en cuanto a su diferente naturaleza; am
bas serían ideas, sin embargo, la generalidad 1
sería ideológica o científica en proceso de perfec
cionamiento, en tanto que la generalidad 11 con
sistirá en la teoría del momento, no específicamen
te objeto de perfeccionamiento (a pesar de que se
ría impensable la creación de la generalidad m sin
la tiansformación de la generalidad 11). Como re
sultado de la práctica teórica se �endría una nueva
teoría sob1e ti cbjC;tO (gcnera!idad 111) de mayor
cientificidad que el punto de partida. A esta teoría
específica del objeto específico, Althusser la llama
"concreto del pensamiento", para diferenciarla
de la realidad concreta.
Hay que reconocer que, en Para leer El capi
tal, 4 el autor especifica más su esquema de inves
tigación rescatando la importancia de la confron
tación con el concreto real, evitando caer en un es
quema puramente especulativo. Esta intervención
del concreto real en el proceso del conocer, ade
más de las consideraciones acerca del concreto del
pensamiento, permite formular el esquema de la
práctica teórica como un abstracto-concreto real
concrcto pensado.
Luporini por su parte, considera que el método
15
marxista es aquél que parte de lo concreto repre
sentado y va a lo concreto pensado. Un con�reto
que tanto en el punto de partida como en el de lle
gada, es siempre un concreto sólo en la mente. Es
te autor añade que el círculo dellavolpiano del
concreto-abstracto-concreto "describe el procedi
miento de la ciencia burguesa (clásica) de la
economía, ni más ni menos y cJlo en un sentido en
teramente preciso, que Marx explica muy clara
mente: la primera vía es la representada por los
economistas del siglo xvn, la segunda vía (que in
tegra a la primera y la corrige), la representada por
los economistas del siglo xvm y posteriores, hasta
Marx excluido".5 Así para Luporini, el método
marxista de l a economía podría definirse como
una espiral que ida de lo abstracto a lo abstracto;6
d punto de partida serían categorías elaboradas
previamente y se arribaría al ".racde!o 2.bs�racto
de la sociedad burguesa capitalista".
La distinción entre las diferentes interpretacio
nes metodológicas del marxismo estriba funda
mentalmente en la concepción sobre los puntos
nodales del método: el concreto real (o verdadero
punto de partida), el abstracto y el concreto pensa
do. Kosik,7 refiriéndose al concreto real, nos dice
que en el proceso del conocimiento se trata de
romper por medio de Ja abstracción con la
"seudo-concreción", conformada por el mundo
de los fenómenos externos; el mundo de las praxis
16
fctichizadas ; el m undo de las represen taciones co
munes; el mu ndo de los objetos fetichizados.
El problema que se presenta con respecto al ver
dadero punto de partida, no es sino el de la rela
ción entre sujeto y objeto. Eviden temente M arx
no plantea un sensualismo de partida en el conoci
miento , ni tampoco hace "tab ula rasa" del cono
cimiento anterior sobre el objeto. Lo sensorial pu
ro no existe en el hombre sino como scnsación
concepto . M arx dice al respecto: " transformar in
tu iciones y representaciones en conceptos". Pero
la incidencia del objeto sobre el s ujeto n unca es
considerada por M arx como co ntemplación (ni
mucho menos como aplicación de la teoría al obje
to), sino fundamentalmente como praxis. Praxis
q ue es concebida en un sen tido his tórico y social ,
y no individual y abstracto .
Es de la praAis de donde surgen intu¡cionr.s y re
presentacio nes q u e tendrán q ue ser volcadas en
conceptos. Pero Ja praxis no es concebible sin el
conocimie nto, sin la conceptual ización , no obs
tan te q ue es te conocimiento sea en primera in stan
cia un conocimiento " seudo-concreto " . Es decir,
desde nuestro punto de vista, el verdadero punto
de partida es el concreto real, el objeto en relación
de praxis-conoci mien to con el sujeto . Este concre
to real no sería sino Ja unidad dialéctica , no identi
fi cable, en tre objeto y sujeto en relación prácti ca.
Tan to l a concepción del concreto real co mo ab
so l u tamen te aislado del sujeto , como la del punto
de partida como generalidad 1, nos parecen unila
tcral izaciones del problema. 8 No o bstante que la
teo ría en el marxismo no tiene esencialmente una
17
función deductiva (como en el pos iti vismo) , ello
no significa que se parte sólo de las impresiones
fhicas del obj eto sobre el sujeto . Si éstas intervie
nen , es sólo po rque el conocimiento del sujeto
puede co nvertirlas en in tu iciones y representacio
nes que imp licaJ1 ya cierto nivel de abstracción. La
concepción del punto de partida como un punto
de partida teórico l leva a una función contemplati
va y ded uctivrst a del conocimiento , al mismo tiem
po que no considera la cuestión en su d i mensión
social .
Para Marx se parti ría de ese concreto real y se
avanzaría en una primera fase del p roceso del co
noci miento hacia lo abstracto Oa abstracción más
simple). A esta primera fase le ilama/ase de la in
vestigación. Al respecto dice Marx que "el método
de exposición debe distinguirse fo rmal:nente del
mctodo de investigació n . La investigación ha de
ten der a asi mil ar en detalle la materia investigada,
a anal izar sus diversas formas de des arrollo y a
descu brir sus nexos inte rnos. Só lo después de co
ro nada esta labor puede el investigador proceder a
exponer adecuadamente el movimiento real" .9
IS
con creto real a lo pens ado no se d(:sarrolla en uno
o dos pasos, sino en múl tiples etapas intermedias
defin idas por el arribo a conceptos o abstraccio
nes.
Dice Marx que "el todo , tal como aparece en la
mente, corno tod o del pensamiento , es un produc
to de la men te que piensa. y que se apropia del
m un do del único modo posible; de lo que se trata
es de trans formar a través del trabaj o de elabora
ción , las intuiciones y representaciones en conccp-
tos" .10
La abstracción no es sino l a "ciescomposición
del todo" (del concreto real), en nue�tro pensa
m iento, po r medio de conceptos . Dich a abstrac
ción es forzosamente producto del pensamiento .
Desde es te punto de vista, la abstracción es un pa
so inevitable en el proceso del conocimiento, inde
pendientemente d e la forma que adquiera y de los
presupuestos epistemológicos que subyacen a di
cha abstracción.
Al decir de Len in "el hombre no puede captar,
reflej ar la naturaleza como un todo en su integri
dad; en su to talidad inmediata; sólo puede acer
carse etern amente a ella, creando abstracciones ,
conceptos , leyes , etc . , resulta i mposible tener la
mera noción de ninguna cosa si no se forma un
concepto". 11
Respecto a la abstracción hay dos posturas epis
temológicas fundamen tales. Por un lado aquella
en qu� la imagen abstracta no se con trapone abso
l u tamen te a lo con creto; esta posición establece
res, 1974.
19
que el concepto puede ser a la vez concreto, es de
cir, que puede expresar una realidad concreta. En
el otro polo de la controversia epistemológica
acerca de la relación abstracto-concreto se encon
traría la posición en la que la imagen abstracta
desprovista de todo contenido concreto se trans
forma en un esquema inerte; para ésta, Ja abstrac
ción es sólo un cadáver, como plantearía la lógica
metafísica formal, por exclusión incesante de ras
gos del objeto. A dicho resultado llega la
"abstracción generalizadora" de la gnoseología
neokantiana de Rickert, que lo llevó a establecer
que "la esencia del concepto no contiene nada re
al" y a contraponer absolutamente el mundo con
ceptual al real. 1 2 El positivismo lógico cae en po
siciones semejantes al declarar como lo h2.ce
Cárnap, que la ciencia formal carece por completo
de objeto, se restringe a ser un si!>tema de oracio
nes auxiliares desligadas de todo objeto y de todo
contenido.13
Marx muestra cómo, tanto el trabajo concreto
como el abstracto, existen en la realidad material
y que la reducción del trabajo concreto al abstrac
to se presenta como una abstracción que tiene lu
gar diariamente en el proceso social de la produc
ción. En esta medida lo abstracto puede ser a la
vez concreto. En esta corriente el pensamiento es
en general abstracto, en el sentido de no concreto
empíricamente; pero en su esencia p11c:dc ser con
creto al expresar lo real en sus múlliplcs propieda
des y conexiones.
20
Como expresa Lenin, dentro de la corriente se
J1al ad a no se trata sólo " de un universal abstracto ,
sino de un universal que abarca en sí la riqueza del
particular= abs tracción+ totalidad'' .1.i
El método que va de lo abstracto a lo concreto ,
en el que " las abstracciones conducen a la repro
d u cción de lo concreto por la vía del pensamien
to " , es definido por Marx como "el método cien
tífico correcto". Es un método específico que
"sólo es para el pensamiento la manera de apro
piarse del concreto , de reproducirlo bajo la forma
de pensamiento concreto ".
Para Marx , cada abstracción es el producto de
la reproducción de lo concreto en l a realidad , a su
expresión sintetizada y abstracta en la conciencia.
"Red ucir" la p lenitud concreta de lo real a su ex
presión ab:;trací.a e:i1 la conciencia es l a condición
sine qua non de to da i nvestigación . Aquí el aspec
to contradictorio del proceso de la formación del
concepto se descubre en la u nidad de su aspecto
analítico y sintético: mas no se trata sólo del análi
sis y la síntesis empírico-sensorial , sino que preten
de ir a lo esen cial , y en esa medida no se equipara
abstracción a generalización . La aproximación del
espíritu a un objeto particular, al sacar " una copia
de él" (un concepto) , no es un acto simple, inme
diato , u n reflej o muerto en un espejo, sino un acto
complejo dividido en dos , que incl uye en sí l a posi
b i lidad del vuelo de la fantasía fuera de la vida y
la transforma ción del concepto abstracto en fic
ción. La posibilidad del idealismo se presenta des
de l a primera abs tracción . P ara Kant la "cosa en
sí" es una abstracción vacía, en cambio para He-
22
estas categorías, ideas, pensamientos espontáneos ,
independien tes de las relaciones reales , no queda
m ás remedio que asignar como origen a estos pen
samien tos el movimiento de Ja razón pura" .1s Es
decir, las abstracciones científicas están sujetas en
Marx a dos restricciones: 1) corresponder a rela
cio nes reales; y 2) estar históricamente determina
das.
De esta forma Marx co ntrapone las abstraccio
nes reales, históricamente determinadas , a las que
pro duciría el método absol uto hegeliano : "A fuer
za de abs traer", co n el método absoluto , "de
cualquier o bjeto todos Jos pretendidos accidentes,
animados o inanimados, hombres o cosas, tene
mos razón al decir que en ú l tima abstracción se l le
gan a tener como substancia las categorías lógicas
y si se encuentra en Jas catego rías !ógicas Ja subs
tancia c!c to das las cosas, puede creerse qu� \!n Ja
for ma lógica está el origen de] movimiento de Ja
cosa. " 1 9
Decíamos que las abstracciones marxistas no
son simples separaciones o aislamientos de rasgos ,
sino que son abstracciones que se encuentran en
las formas sociales analizadas, existentes en la vida
real , que dependen tanto de Ja ciencia de l a que se
trate, como del estado de desarrollo de la realidad
i nvestigada: "La posibilidad de aprehe nder Ja
abstracción de Ja categoría trabajo se da cuando
en la producción no predomina una forma deter
minad a , limitada, restringida y singular de traba
j o . La indiferencia hacia un trabajo particular co-
23
rrespondc a una forma de sociedad en la que los
individuos pueden pasar fácilmente de un trabajo
a otro y cm Ja que el género determinado de traba
jo es para ellos fortui to y, por tanto,. indiferente.
El trabajo se ha convertido entonces, no sólo en
tanto categoría, sino también en Ja realidad, en el
medio para crear l a riqueza en general y, como de
terminación, ha dej ado de adherirse al individuo
como una particularidad suya. "20
La abstracción históricamente determinada no
implica el historicismo y sí el descubrir la estructu
ra interna del objeto "separándolo " , "purificán
dolo " de las formas complej as, para captar el fe
nómeno en "su simple forma elemental" , sin mo
mentos perturbadores y oscurecedorcs.
La abstracción históricamente determinada no
es una abst.raccién lockeana, que se limita a aislar
todo lo general, todo elementc com ún a ana serie
de objetos mediante una comparación o cotejo en
tre ellos, sino que es una generalización que se lle
va a cabo sacando a l a luz el elemento material, el·
facto r individualizante y discriminante : lo general
csencial .21 Tampoco prescinde de l a identidad es
pecífica de la especie.
Sin embargo , es necesario precisar los límites
entre lo históricamente determinado y lo abstracto
indeterminado . Dilucidar si habría, pues, objetos
históricamente determinados y objetos indetermi
nados históricamente .
El problema de las abstracciones históricamen
te determinadas y sus límites con respecto a lo
2-t
abstracto indeterminado, dentro de la línea de la
totalidad concreta, 22 en contraposición a la l ínea
del "sistema teórico ", a nuestro entender, estaría
sol ucionado una vez resucito el problema del obje
to. Es decir, si el objeto está históricamente deter
minado y su explicación no se intenta como una
deducción a partir de un sistema teórico , sino por
reconstrucción de su totalidad, en esta explicación
podrán intervenir categorías de grados diversos de
abstracción (de determinaciones históricas diver
sas). Las categorías pertinentes y su nivel de
abstracción dependerán del objeto .
E l pro blcma del significado y carácter de la
abstracción históricamente determinada se en
cuentra en la base de la polémica acerca de la dia
léctica. 23 Una interpretación crítica de la dialécti
ca engclsiana la acusa de positivismo al tratar de
plantear leyes universaJes (las leye� de la dialécti
ca) que contradicen el carácter de la abstracción
históricamente determinada. Para esta crítica, di
cha abstracción significaría la perennidad de l a va
lidez de los conceptos o lo que es Jo mismo , su va
lidez estaría circunscrita a ciertos parámetros de
tiempo .
Sin embargo el pro blcma no es sencillo , Marx
en la Introducción del 57 habla de la función expli
cativa de las categorías generales, como l'a de pro
ducción . En El capital evidentemente intervienen
categorías de muy diversos rangos de temporali-
25
d ad -por ejemplo, intervienen conceptos como
m ercancía (de una determinación histórica supe
rior al ámbito capital ista), y producción en general
(válida para tod a forma conocida de producción)
es decir, que un o bjeto históricamente determina
do, exi stente den tro de ciertos parámetros de tiem
po, no sólo IJega a ser explicado por Marx median
te categorías de u na validez restringida a esos mar
cos temporales; a l a vez, resulta claro que sin las
categorías específicas a esos marcos, la explicación
no puede alcanzarse .
Por lo anterior, el planteamiento de ColJetti de
buscar u n a ab stracción de tipo nuevo que no caiga
en Ja "sociedad en general"24 resulta, a su vez,
" abstracto indeterminado" y sólo tendría sentido
en un marxismo que tendiera al sistema teórico de
expli cación y no en aquél que pone el énfasis en lo
cspecífi::o .
Es evidente que l as abstracciones de Marx en El
capital acerca de l a producción e n general caerían
en lo que Col letti l lama " abstracciones sobre la
sociedad en general " , pero en Marx " l as leyes dcl
m o vimiento de la sociedad capitalista" no se tra
tan de deduci r de ninguna ley de la sociedad en ge
nera l , sino principalmen te a partir de lo específico
a ella, aunque no únicamente.
En esta medida, el enfoque de Ja totalidad con
creta logra reso l ver la co ntradicción entre lo histó
ricamente determinado y Jo abstracto: una
abstracción será h istóricamente determinada si lo
gra expresar relacio nes reales, pertinentes a la ex
plicación del o bjeto ; de otra manera, una abstrac
ción por poco generalizan te e históricamente limi-
24 L. Ccl lc t t i , Júid.
26
tada que sea, podrá ser indeterminada si no es
pertinente al obj eto .
Las abstracciones que pretendan una validez
mayo r que el obj eto , como la mercancía con res
pecto del capi talismo, tendrán que probar su perti
nenci a para cada obj eto concreto, lo contrario
presupondría una acumulación teórica que apun
tara h acia el sistema, hacia el a priori y la
deducción (en el marxismo intervienen tanto la
inducción como la deducción , pero la construc
ción de la total idad no puede reducirse ni a una ni
a la otra ni a ambas).
En la fase de la investigación el papel de l as ca
tegorías no podría situarse dentro de la discusión
de lo históricamente determinado o no, puesto que
éstas aparecen en primera instancia como concep
tos ordenadores relativamente vacíos, cuyo conte
nido sólo se _precisará pos�edormente. En la fase
expositiva l as categorías aparecerán con el conte
nido pertinente al objeto y en esa medida serán
históricamente determinadas: el punto de vista de
la totalidad concreta resuelve la contradicción en
tre abstracción y concreción.
La exposición
7
la antigüedad lo que determina cuál será la célula
originaria en la exposición, sino que en aquélla
aparezcan en potencia las contradicciones y pro
piedades de las otras categorías y de todo el con
creto pensado..
El método de exposición (en la fase expositiva)
es considerado por Marx como el aspecto científi
co del método en el sentido de ser capaz de una sis
tematización m ayor. Esta fase expositiva en el mé
todo de la economía política iría de lo abstracto al
concreto pensado; concebido éste como síntesis de
múltiples determinacfones, reconstrucción teórica
del objeto y explicación del mismo .
La exposición debe considerarse como síntesis y
encadenamiento progresivo y dialéctico de los
múltiples aspectos de la realidad abstraída. Proce
:;o er.iincntemente lógico , pero que St!fre la con
frontación periódica con lo real durante el propio
proceso reconstructivo del objeto en el pensamien
to.
En El capital el proceso de reconstrucción
teórica implica arribar a categorías cada vez más
complej as a partir de otras que se subsumen en
ellas: mercancía-pl usvalía-capital , etcétera. En las
etapas de la reconstrucción, como las señaladas ,
aparecen a su vez categorías i ntermedias . De l a ca
tegoría más simple -la mercancía- se avanza a
la siguiente categoría en u n proceso de génesis es
tructural y en algunos casos de génesis histórica.
En este proceso de reconstrucción (en cuanto a la
génesis de las c ategorías), adquiere relevancia la
relación dialéctica entre lo lógico y lo histórico .
En la Introducción del 57 Marx se pregunta si
las categorías más simples tienen una existencia
histórica anterior a las categorías complej as , de las
cuales son síntesis , y responde de la siguiente ma-
28
nera: 1 ) las categorías más simples pueden expre
sar las relaciones dominantes de un todo no desa
rrollado, o bien las relaciones subordinadas de un
todo más desarrollado . En este caso, el camino de
Jo simple a lo complejo corresponde al proceso
histórico real; 2) sin embargo , aunque Ja categoría
más simple haya podido existir históricamente an
tes que la más concreta, en su pleno desarrollo,
puede pertenecer a una forma social compleja. Lo
más complejo condiciona lo más simple. Como en
la totalidad más desarroJJada Jo simple expresa to
das sus determinaciones , la totalidad más desarro
JJada permite entender a las meno s desarrolladas,
así, Ja anatomía del hombre fue Ja clave para en
tender la del mono.
Por tanto, concluye Marx que , sería impráctico
y erróneo alinear las categorías en el orden en que
histódcamente fueron determinantes. Su orden de
sucesión se encuentra en cambio, determinado por
las relaciones existentes entre ellas en la sociedad
burguesa moderna. Se trata de encontrar su arti
culación en el i nterior de Ja sociedad, de descubrir
Ja lógica interna del desarrollo de ésta.
Engels agrega que, dado que la historia suele
desarrollarse a s altos y zig-zags, pretender seguir
las categorías estrictamente en su génesis histórica
conlleva el riesgo de recoger mucho s materiales de
escasa importancia y por Jo tanto el peligro de
romper la hilación lógica. Es por esto que plantea
que el método correcto es el método lógico en lu
gar del histórico. Luego entonces , en el método de
El capital, la génesis lógica tiene preeminencia so
bre la génesis histórica como hilo conductor del
proceso de reconstrucción del concreto pensado.
No obstante, el método de la economía política de
Marx no e s sólo un método estructural, sino que
29
se mueve simultáneamente en dos planos: en el
plano del desarroilo lógico y en el del movimiento
histórico real. Lo teórico toca cons tanlcmente lo
factual, sobre todo en cuatro momentos: J) como
ejemplos q ue ilustran el desarrollo teórico; 2) co
mo hechos histó ricos que aparecen como presu
puestos empíricamente comprobables y no como
ilustraciones del desarrollo teórico ; 3) como expli
caciones genético-h istóricas de las categorías; 4)
como verificación interna de hipó tesis subsi diari as
a la reconstrucci ón.26
Lo lógico y lo histórico no se excluyen en el mé
todo de la economía política, aunque lo estru ctu
ral tenga el mayor peso y la línea genética de las
categorías se dé en este sentido . 27 El tratamiento
estructural pres upone la introducción de aquellas
relaciones que ccndicionan la génesis, el desarro
l lo y la destrucción de la estructura.
El concreto pensado
30
J a real idad". 28 Es d e cir, totalidad concreta y con
creto pensado son eq u ivalentes; co n cre to pe nsado
hace re fe re ncia a la teoría e s pe cí fica que exp l ica el
m ovimiento del objeto . Aquí espe cífi co no puede
significar sólo lo s i n g u lar , sino más bien la articu
la c ió n entre lo general y lo particular. En tal senti
do, la exp li c ació n se conseguirá cuando se haya
obte nido esa teoría espe c í fica, ese concreto pensa
do.
Explicar equivale a decir construcción de Ja to
talidad concreta, o sea construcción de teoría es
p e cí fica so b re el o bj e to . Sólo así p uede ser
congr uent e la me todología con el supuesto episte
mológico del mo vi mie nto : si movimiento s igni fica
transfo rmación del objeto , i ncluso de sus leyes de
fun cionamiento y cambio , sólo la creación teórica
puede asegurar la no ! m p osició n al obj e to de mo
d e lo s que p u d ie se n resul tar obsoletos.
La total idad concreta no es el todo, es arti c u la
ción en tre as pectos de lo real que expresan articu
laciones en tre p roceso s ,29 articulaci ones j e rarq u i
zadas en donde intervienen las categorías de
d e t e rm inació n y p e rti n enci a . La pri mera hace re
ferencia a q ue Jos aspectos de Jo real no son igual
mente determi nantes y la seg u nd a, a q11e la e x p l i
cación no i mplica la inclusión de todos los
aspectos del obj eto . La total idad concreta, desde
el punto de vista metodológico , no es 1111 modelo
teó rico sino un conj u n to de criterios epistemo lógi
cos acerca de la e x p l i c ac i ó n en la perspectiva mar
xista. La to tal i d ad concreta no es el objeto real s i
no un enfoque sobre la rea l i dad .
Por lo an terior pensamos , que las cons ideracio-
31
nes de Marx en el Método de la economía potaica
podrían resumirse en la espiral concreto real
abstracto-concrcto pensado , a reserva de conside
rar el concreto real como Ja relación social de
praxis-conoci miento entre sujeto y objeto.
En el campo del marxismo es comúnmente
aceptada la presencia de una cara lógica y o tra his
tórica en el método; a partir del comen tario de En
gels al primer tomo de El capital se desprende la
preeminencia de lo estructural sobre lo histórico ,
en el método de la economía política. Sin embar
go, nos parece pertinente el pl anteo de dos p roble
mas: 1) si la preeminencia de lo lógico sobre lo his
tó rico , en el método de la economía política,
puede ser consi derada o no como un elemento pa
radigmático del "método marxista" y consecuen
temente, si cabe hablar de un método marxista
contenido en El capital, lugar por excelencia don
de se encontraría en "estado práctico " ; 2) en
cuanto al segundo problema, es sabido que en el
marxismo se debaten dos posiciones. U na, de ori
gen engelsiano en el sentido de dicotomi zar el mar
xismo en un material is mo dialéctico y ot ro históri
co, con sus respectivas conexiones y <1 u tonomías
relati vas. El materialismo dialéctico consti tuiría la
ontología , la gnoseología y la metodología marxis
tas. A nuestro entender, en esta primera posición
se encuadraría la formulación de Engcls acerca de
la dialéctica de la naturaleza, al concebir la di aléc
tica como la ciencia general de desarrollo de la ma
teria y de la conciencia y a las leyes de la dialéctica
como su núcleo central .
La otra posi ción dentro del marxismo trata de
deslindar taj antemente con el positivismo, evitan
do hablar de un método general para toda ciencia .
En este sentido se desaprobaría Ja ex istenci a de
32
una " lógica de la investigación científica" -en el
sentido en que lo entiende el pos itivismo·- y se rei
vindicaría en lo metodológico sus co mponentes
h istó ricos y concretos. Es decir, sólo h a b ría crite
rios metodológicos indisol ublemen te un idos a una
concepción de la historia, del co11ocin1 i(.;11 lo y al
o bjeto , sin l legar a con formar una metódica gene
ral en el sen tido tradicion al de ella. Dependiendo
del o bjeto , el " método marxista" ado p t aría u na u
otra fo rma, y el con tenido de esos cri lc rios meto
dológicos sería diverso.
Pensamos que Marx vincula su método a la ma
teria investigada , al grado de desarrollo de la cien
cia y al grado de desarrollo del propio o bjeto eslu
diado . Así , el método especí fico del método de la
economía pol ítica desarrollado por Marx en El ca
pital, debe verse relacionado c0n dos cues t iones :
1 ) con el m6todo como método especí fico de Ja
economía política y 2) con el problema de su rela
ción co n lo que hemos llamado criterios metodoló
gicos abiertos.
Sobre el segundo aspecto pensamos que Marx
fun d a un nuevo tipo lógi co de pensamien to cien t í
fico (d i feren te a una lógica de investigación cien lí
fica) por su co ncepción de Ja explicación , ele Ja
prueba, por la función de la teo ría y su relación
con lo empírico , por la determ inación social e h i s
tó rica del conocim iento , etcétera .
Es posible individu alizar algunos aspcclos esen
ciales que separan en el pl ano metodológico al
m arxismo de lo que llamaremo s "me lodología
tradicional" .30 El aspecto que nos parece cen tral
l �
. j
es el que denominaremos "estrategia del conoci
m iento ' ' , consistente en Ja línea general que con
d u ce a la aprehensión cognoscitiva del objeto . En
la metodología tradicional és.ta es una estrategia
verificacionista, que tiende a Ja contrastación de
una hipótesis operativa (la cual puede tomar muy
di versas fo rmas : proposición uni vari able , m ulti
variable, modelo , sistema con o sin retroalimenta
ció n , cte. ) que se confronta con la realidad
empírica. En esta estrategia Ja teoría tiene u n pa
pel fu ndamen talmente deductivo , es decir, debe
tener Ja capacidad de generar hipótesis teóricas ,
modelos, cte. Las h ipótesis deben ser opcracion a
l izablcs y operacionalizadas a manera de poder
traducirlas en términos de indicadores e índices,
los cuales deben ser u llenados" con d atos (hay d i
versas propuestas de cómo opcracional izar: una
de la� r.1ás socorri das es la de.: Lazerfcid , otra la de
B lalock). En esta perspectiva la investigación cul
mina con la veri ficación de las hipótesis, las cualcs
son aceptadas o rechazadas . En este últi mo caso se
puede volver sobre Ja teoría e intentar su modi fica
ción , sin q u e se proporcionen criterios un ívocos
ace rca de cómo crear teoría. 31 En la es t rategi a ve
ri ficacionista la noción de causali dad resu l ta cen
tral ; en ú ltima i nstancia se trataría de aislar un
e fecto y ponerlo en fu nción de determ i n adas ca u
sas q ue deberá n ser trad u cidas en variables . Y así
como cen t ral es la causal idad, también lo es la hi
pó tesi s : la propuesta a priori de la explicación que
sólo al final s u frirá la prueba pr ácti ca.
32 Cf , capítulos 11 y 1 1 1
Criterio m et odológico El Capital El 18 Brumario !Jos t<Ícticas
5 . E:-; r l i c:-t c i ó n . 1 .a l ey d e l m ovi mientc1 La ca tegoría d e 1 .:-t C:l l \.' <!lH Í;1 di.' .
del m o do d e p ro- n on a p :-t r t i s m o . G o b i .:> rn ,) P 1 .i 1 i
d u cci ó n ca p i t a l i st :-i . s i o n :1' R c 1 · o l u ,· i , 1 -
n :1 1 i o .
38
11 . La abstracción en J a sociología ciásica
39
rasgos y propiedades sin importancia , y o tro posi
tivo co nsis te nte en la síntesis (generalización y re
flejo en el concepto de determinadas propiedades
y rasgos de los objetos) .
Con res pe cto a la abstracción habría dos postu
ras epi ste mol ó g i cas fundamentales. 3 En primer
térmi no, aquell a en la que l a imagen abs tracta se
contrapone abso l utamente a lo concreto. En esta,
la imagen abstracta aparece desprovista de todo
co n tenido concreto y se transforma en un esquema
inerte . La abstracción es sólo cadáver, plantearía
l a lógica me tafísica formal , como resul tado de la
exclusión incesante de rasgos del obj eto. A d icho
resultado llega la " abstracción generalizadora" de
la gnoseología neokantiana de Rickert, q ue lo lle
va a establecer q ue "la esencia del concepto no
contiene nada r�al " 'J a contraponer absol utamen
te el mundo co nceptual al rea!.
El empirismo , al identificar realidad con percep
ciones , también contrapone radicalmente el con
cepto , la abstracción , con la realidad. Otro tanto
h ace el positivismo lógico al redu cir el problema
de la ciencia y s u relación con la real i d ad a un pro
blema del lenguaje. Pero e mpiria y realidad no
pueden ser identificadas ; entre sensación y concep
to media un proceso , como d ice Piaget, de capta
ción de " totalidades inmediatas " , de tal forma q ue
el concepto no es simple síntesis de sensaciones.
En el o tro polo de la polémica acerca de la rel a
ción entre conocimiento y realidad está la posición
40
enu nciada por Marx. Para éste, el pensamiento
que utiliza la abstracción para conocer, p uede ser
a la vez concreto , es decir, puede expresar lo real
en sus m ú ltiples determinaciones y conexiones .
Como veremos más adelante, Marx muestra en El
capital, q ue tanto el trabajo concreto como el tra
baj o abstracto existen en la realidad material , y
que l a reducción del trab aj o concreto al trabajo
abstracto es u n a reducció n que tiene lugar diaria
mente en el proceso social de la producción. En es
ta medida lo abstracto p uede ser a la vez concreto .
E n esta corrien te no p uede ser identificado con
creto real con concreto del pensamiento, ni empi
ria con realidad; en el concreto pensado intervie
nen tanto lo empírico como lo conceptual , y e n
última i nstancia, lo empírico e s captado también
en función de lo c0ncept11al y no t;On una existencia
en sí, como pensaron los sensualistas y em;Jj¡istas .
Den tro de este espacio epistemo lógico , con sus
dos soluciones polares, pero con infinidad de mo
dalidades in termedias encuadramos el presente
trabaj o ; es decir, se trata de explorar acerca del ca
rácter de las abstracciones en M arx, Weber y Dur
k heim .
La a bs tracción en Marx
41
de apropiarse lo concreto , de reproducirlo bajo la
forma de pens a mien to concreto " .
Para M arx , con la abstracción s e trataría d e ex
presar al con creto en la conciencia en forma sinte
tizada. Además, esta reducción del concreto en la
abstracción sería una condici ó n cognosci tiva sin la
cual ninguna aprehensión de lo real sería posible.
Al mismo tiempo no habría que reservar la noción
de abstracción sólo para el campo de lo científico
o de lo sistemático , sino que h ab ría que emplearla
en s u conno taci6 n más amplia de expresión especí
fica de l a con ciencia cognoscitiva.
En la abstracción en sentido amplio están impli
cados el análisis y l a síntes is , desde el momento
que abstracción es descomposi ción del todo y a la
vez m an u tenci ó n de l os l azos fundamen tales con
ese todo. Además no h abría q ue identificar
abstracción con gcncra!ízació n , puesto .:iuc:- ah;tra
cr es p retender ir a lo esencial .
Como decía en el capitulo anterior: l a aproxi
mación del espíri tu a un objeto p ar ticular, al sacar
"una copia de él " (un concepto) , no es un acto
s imple , inmedi ato , un reflej o muerto en u n espej o ,
sino u n acto co mplejo d ivid ido en dos , que incluye
en sí la posib i l i d ad del vuelo de la fantasía fuera
de la vida y la transformación del co ncepto
abstracto en u n a fantasía. La posibilidad del idea
lismo se p resenta desde la pri mera abstracción . 4
En Marx , el pensamiento que avanza de lo con
creto a lo abstracto no signi fica un alejamiento del
objeto , sino un acercamiento a él. En esa medida,
4 2.
las abstracciones científicas "reflejan la naturaleza
de la sociedad en forma más profunda, completa y
veraz. De la percepción viva al pensamiento
abstracto y de éste a la práctica: tal es el camino dia
léctico del conocimiento de la realidad objetiva". s
Marx, en el prólogo a la primera edición de El
capital, considera a la abs tracción como l a herra
m ienta equivalente al microscopio o a los reactivos
del químico ; sin embargo , el químico , como cual
quier científico natu ral, no puede tampoco pres
cind i r de la abstracción n i s ubstituirla por medio
de ins trumentos de experimentación, aunque hay
q u e reconocer que en las ciencias natu rales mu
chas veces el instrumento de medició n determina ·
5 V. I. Le ni n , op. cit.
6 K. r..1 a r x ,
Misl!ria de la fi/osof/a , Nacio na l , ;\ l éx i co ,
1 97 2 , p . 3 2 .
método absol u to de Hegel, que h ace abstracción
de toda particularidad y realiza con ello la famosa
inversi ón entre m undo y abstracción; ya no es la
realidad l a que determina a la abstracción sino la
abstracción la que determina la realidad. Las con
diciones de historicidad y " reali dad''' en las
abstracciones marxistas impide , po r un lado , par
tir de lo co ncreto y terminar como Hegel en la ló
gica y, por el otro , el que la separación de rasgos
se haga en forma antojadiza y arbitraria, puesto
que las abstracciones estarían determinadas por la
historicidad del o bjeto , determinado temporal y
espacialmente en tanto realidad, que al transfor
marse cambia las abstracciones que lo sintetizan.
El planteo de la abstracción existente no debe
introducir la co n fusión entre concreto real y con
creto pensadq. Si bien el concreto pen.�ado es un
producto del pensamiento, éste expresa relaciones
reales que no agotan al concreto real.
El problema de la abstracción existente remite
a la viej a polémica entre conceptualistas y nomi
nalistas, sin embargo en el análisis de Marx de la
sociedad capital ista se relaciona con una peculiari
dad intrínseca de ésta: el fetichismo. En el trata
miento marxista del fetich ismo se pl antea que las
relaciones capi tali stas aparecen invertidas, fetichi
zad as ; los productos humanos aparecen como si
estuviesen dotados de propiedades sociales natura
l es y las relaciones entre los hombres se muestran
cosificad a s . Los p roductos llegan a domin ar a su
c reador, a ad q u i ri r vida propia que escapa a la vo
l u ntad de s u s pro ge n i tores . El hombre es domina
do por abstraccio nes q u e se materi al izan , que lle
gan a vol v e rse ex i s ten te s As í el co n ce p to adq u i ere
.
48
el ejército que con su pasividad contribuyó a la
caída de la monarquía; 2) la participación del pro
letario en dicho derrocamiento , como fuerza prin
cipal . Esto último daba un co nteni d o d i ferente a
la revol ución con respecto de las revoluciones pa
sadas; indicaba, de hecho , el inicio de las revolu
ciones proletarias, cuando aún las burguesas no
habían cumplido sus tareas democráticas . Asimis
mo, el afto de 1 848 , marca el descenso de la ola re
volucionaria democrática burguesa, por la emer
gen cia de una n ueva fuerza social que hace los pri
mero s intentos por ingresar a la escena hi stórica.
La inmadurez del pro!etariado para tomar el poder
queda p atentizada en la descripción de M arx , sin
embargo, su presencia permea to do e l peri odo , y
en cierta medida determina la impoten cia revolu
r.ionari a de la burguesía.
El periodo an a lizado por Marx , así como lo!: di
versos cortes en el interior del mismo , se encuentra
delimitado por acontecimientos históricos res ulta
do de la transformación de hechos em píricos cro
nológicamente identi ficables y distinguibles en
acontecimientos; es decir, de la in finitud de h e
chos empíricos que se suceden en el peri odo , Marx
sólo uti liza aquéllos en los que a) se sintetizan las
contradicciones del corte precedente, y en los q u e
se da un b ) cambio en las correlaciones de fuerzas
que implique un e) cambio en la d i re cci ó n del pro
ceso .
En febrero de 1 848 es el proletariado el que enca
beza la lucha contra la m o n arquía al iado a o tras
c l ase s y fracciones, pero a partir del 4 de m ayo de
1 848 ese proletariado se e n frenta a to das las demás
clases. Su consiguie nte d erro ta lo impo s i bi l i tó , du
rante todo el perio do, a ser l a fuerza dirigente,
dándose así un vi raj e en la m archa de la revolu-
49
ció n , l a cual fue descansando so bre destacamentos
cada vez menos revolucionarios. Después del 28 de
mayo de 1 849, el prole t a ri ado y Ja pequeño burgue
sía vulven a ser aliados. El 1 3 de j unio de 1 849 es
derrotada l a pequeña burguesía y la contradicción
pri ncipal pasa a establecerse entre el partido del
orden y el Ej ecutivo En l as elceciones del 1 0 de
.
50
contradicción princip a 1 ,9 en J a dirección de los
procesos.
Es decir, en Marx abstraer es también indi vi
dual izar, "aislar" hechos . Pero esa individualiza
ción-concreción no es resultado de la arbitrarie
dad, sino de la presenci a de instrumentos como los
conceptos ordenadores , q u e no tienen , un conteni
do preciso antes de la reconstrucción (como el de
la cl ase social y sus correlaciones de fuerzas ) ; co
mo el de so bredeterminación (en el sentido de
j erarquía variable en procesos, conceptos o leyes,
en cuanto a su importancia explicati va) , que reco
noce capacidad explicativa a la superestructura; y
el de i n determ i n ación de Jos procesos supcrcstruc
turales , en el sentido de admitir sol uciones diver
sas , no sólo en función de con d iciones objetivas,
sino también de la volun tad de los actores. Lo real
como lo dado-dánd'Jse como espacio de> posibili
dades resultado de la arti cu lación entre lo objetivo
y Jo subjetivo , como la negación del determinismo
del signo que fuere.
51
en lo concreto, y no se deduce lo particular de lo
general , ni lo concreto de lo abstracto.
·
Estas categorías teórico generales , además de su
papel ordenador en la investigación, en l a expos i
ción se cargan de contenido y pueden aparecer o
en "estado práctico " 1 0 o explicitadas. Algunas de
las categorías de índole político más relevantes que
allí aparecen son: Estado , dominación , legitima
ción, orden, estructuras institucionales, formas
sucesivas de la dominación burguesa, clase y re
presentación po lítica, sociedad política y civil,
alianzas de clases y bonapartismo.
Durante la exposición, estas categorías irrum
pen en diversos momentos en el proceso descripti
vo que culmina con la constru cción de la totali
dad. En este proceso, a la vez q ue los hechos empí
ricos se convierten en aco ntecimientos y sirven de
núcleos explicativos a acontecimientos subsecuen
tes , la explicación se remonta a un nivel de
abstracción que supera al mismo acontecimiento ,
echando mano de categorías como las señaladas.
Pero la irrupción de una categoría teórico general
en el proceso explicativo no es simplemente , como
en el método hipotético-ded uctivo , para probar su
vali dez en la parti cularidad de un fenó m eno ; aq uí
el papel pri ncipal del concepto en la fase de inves
tigación es la de servir para ordenar el materi al
empírico ; en la expo sición su co ntenido puede
coincidir o no co n la signi ficación de la categoría
previa a la inves tigación . De esta forma, el co n
cepto teórico no perm anece congelado ni es im
puesto a la real i dad .
La irrupción de las categorías teórico generales
en la ex plicación , con las sal vedades ex p uestas, no
1 0 E n e l sen t i d o de A l t h u sse r .
52
se da sólo con la idea de superar toda posi ble de
formación historicista, sino , también , por el reco
nocimiento de l a presencia simultánea de pro cesos
de d i ferentes tem poralidades. Es por e�! o q u e , una
categoría particular para el capitalismc, , como la
de burguesía o de proletariado , se vucl vr general
para la explicació n en El dieciocho Hmm ario . Lo
general o lo particular de la categoría no só lo de
pende del ámbito de lo real a que haga re ferencia,
sino también de su nivel de abstracción .
Por ej emplo , la región económica no sólo ad
mite l a tem poralidad del modo de prod u cció n , si
no también la de la coyuntura y , en esa medida, lo
general o lo particular de la categoría depende ,
tamb ién , del nivel de abstracción del ámbito en
cuestión .
E s decir, e n Marx no sólo se presen t a l a articu
laci6n de p rocesos correspo ndien í.cs a á rri bito� di
versos de lo real con sus diferentes temporal ida
des, sino que también en el i n terior de un ámbito
se admite n n iveles d iversos de abstracción . Esto
repercute en las categorías utilizadas en la explica
ción ; n o sólo se manej an categorías de ám bitos di
feren tes sino q ue den tro de un m ismo ámbi to las
categorías pueden tener diversos n i veles de
abstracció n . El elemen to económico en El die
ciocho Brumario es sólo uno de los m u chos u tili
zados por M arx en la expli cación .
Lo anterior queda ilustrado con claridad al in
troducir el ámb i to económ ico como co nj u nto de
núcleos expl icati vos en d icha o bra . Lo económico
aparece , en primer término, como lo económico
coyuntural , represen tado por un periodo de auge
comercial o industrial hasta abri l de 1 8 5 1 y otro de
crisis hasta octu bre de 1 85 1 . Su importancia expli
cativa, j u nto a otros muchos elemen tos , se ad vicr-
te , cuando M arx refiriéndo se a la primera fase de
auge económico en relación con la impotencia re
volucionaria del proletariado nos d ice que éste,
ante la prosperidad comercial e in dustrial , se dejó
guiar por los demócratas , " o l vidando su interés de
clase ante el interés momentáneo " . En esa fase "el
comercio prospera, las man ufacturas trabajan, los
precios del trigo están bajos, los víveres abundan ,
el proletariado tiene empico" .
Por o tro l ado, Marx hace in tervenir lo
económ i co al ex pl icar los conflictos en tre las cla
ses. Obviamente , lo económi co no basta para defi
nir la clase, pero en el caso de las pugnas entre
orleani stas y legitimistas, al decir de Marx , "lo
que separaba a los legitim istas de los o rleanistas
no eran l as pugnas ideológicas sino esencialmente
la co ntradicci ó n entre la renta de la tierra y el capi
tal " . La contra d i cción entre renta de la tierra y ca
pital no sólo es tá haciendo referencia a un ámbito
de lo rea l , sino también a categorías de un ni vel de
abstracción que supera al periodo analizado junto
con su coyuntura económ ica .
De las d iversas coyunturas anal izadas por Marx
en la obra en m ención se puede i n feri r , q u e si bien
la con trad icci ó n entre las cl ases a n i ve l i n fracstruc
tural se encue n t ra siempre presente (pc.r ejemplo
renta-capi tal , capital-trabaj o) y dichas con tradic
ciones de algu n a manera se mani fies t a n en las l u
chas y a l ianzas e n tre las clases, no bas t a n para ex
pl icarlas , sino q ue i ntervienen di versos elementos
su peres tructuralcs mu chas veces so brcdctcrmi n an
tes . Dichos e leme ntos supcrestructuralcs no son el
simple reflejo de lo infraestructura! en la co ncien
cia de los hombres y sus luchas. Es este el caso de
l a i deología cam pes ina l igada al recuerdo n apoleó
nico q u e no co rresponde a las co n d icio nes mate-
rialcs de Ja nueva parcela en 1 848 , en Fr a nci a .
La a bstracción e n We ber
55
conceptual y su relación con la realidad son dis tin
tas . "
La "validez objetiva" e s considerada por We
ber como l a ordenació n de l a realidad según cate
gorías subje tivas , es decir, una validez sólo de
acuerdo a cierto marco valorati vo , que niega que
haya algo esencial a los fenómenos 1 2 y que haya
factores de m ayor peso que o tros. 1 3
Con base en lo an terior podemos decir q ue las
abstracciones weberianas no son planteadas por
este autor como abstracciones "existentes " en la
realidad ,14 sino que estarán determinadas por los
valores del investigador que condicionan el aisla
m iento del o bjeto, la discrim i n ación de lo acceso
rio de lo fundamental y la di rección de la relación
de causali d ad que se quiere i nves tigar y , por la no
existenci a de relaC:ones necesarias ni de u n a jerar
quía en�re ellas.
La concepción weberiana de la real i dad y del
conoci mien to se reflej a, en tre o tras , en dos cues
tiones fund amen tales : la causali dad y el tipo ideal .
Para Weber la sociología tiene por objetivo el
e ntender la acción social y explicarla causalmen te
e n su desarrollo y efectos.15 Pero la acción social
o rien tada por un sentido (entendida como conduc
t ::i human a , siempre que el suj eto le atribuya un
sentido) , sólo existe como con du cta de una o va
rias person as i ndividuales .
56
Ese sentido subj etivo y mentado de los suj etos,
en Weber puede tener dos connotaciones: como
existente de hecho , con dos modal idades: a) casos
históri cos individuales y b) como promedio de una
m asa de casos; y de un tipo i deal .
Cuando se ha al canzado 'la captación explicati
va del sentido mentado, se dice que se tiene la
comprensión explicativa del mismo. Y a diferencia
de las ciencias n aturales en las que se trataría de
establecer leyes causales, la comprensión uniría
significados por medio de tipos ideales.
P ara alcanzar la comprensión explicativa exis
ten obstáculos importantes: 1 ) los motivos encu
bren , aún para el actor, la conexión real de la tra
ma de la acción; 2) mani festaciones externas " i
guales " pueden encubrir conexiones de sentido
diverso ; y 3) en los motivos se presenta l a pugna
en tre impulsos contrzrios.
En esa comprensión explicativa se trataría de
establecer l a " causación adecu ada' ' , definida por
Weber como: "una sucesión de hechos es causal
mente adecuada si, con b ase en la experiencia exis
te alta probabilidad de que siempre transcurra de
la misma manera . Explicación causal adecuada es
que a un determinado proceso o bservado siga otro
proceso determin ado , de acuerdo a una regl a de
prob ab ilid ad " .
E n Weber, la causa adecuada l o e s del proceso
singular (como u n a entre muchas), y su presencia
en otros procesos sólo implicaría cierta probabili
dad de que los procesos desemboq uen en las mis
m as consecuencias que el caso estudiado .
En Weber el problema de la causalidad no con
siste simplemente en l a sustitución de l a univoci
dad causal por l a multivocidad causal (ambas cae
rían dentro del determinismo). No sería l a sus titu-
ción de una caus alidad del tipo x -Y , po r otra
de la forma x •. X2 xn --- Y . Sino que imp!ica
• . . .,
L os tipos ideales
58
categoría, resu lta de u n proceso de abst racción y
que dicho tipo idear, como lo dice Weber, debe ser
mej orado tanto durante la investigación particu lar
como en el proceso general del conocimiento .
El tipo ideal t iene, ciertamente, cierto grado de
subjetividad, pero no es totalmente subjetivo. En
su s ubj etividad entran los valores del i n vestigador,
el cu al al definir el objeto , los términos de la rela
ción causal y el sentido de ésta, fij a los marcos de
los tipos ideales a utilizar: lo restringe a ciertos
rasgos y no a o tros . Y a la vez, si se p retende que
el méto do sea neu tro , siendo que la co nstrucción
de los t i pos ideales es una de sus pa rtes fu ndamen
tales , se requ iere que durante esa con s t r u cción se
de un proceso de verificación con la real idad , lo
cual imprime al tipo ideal cierta objeti vidad den
tro de su subj etividad . Por eso dice Weber, que
u r1a v�z definidas las inten ciones del i n ves tigador
"hasta un ch ino podría veri ficar el descubrimien
to " . De la misma forma, los tipos ideales no po
drían ser mejorados sin la veri ficación referida. Es
decir , aunque Weber lo niegue explíci tamente, es
necesario que haya cierta adecu ación entre tipo
ideal y real idad.
Veamos el anterio r problema a part i r de La éti
ca protestante. Tomaremos el caso de l a construc
ción del tipo ideal de calvinista.
En cierto momento de La ética . . . , \Veber se
pregunta si el dogma característico del ca l vin i s mo
es la pre desti nación; la pregunta se rea l i za para
tratar de hacer u n a impu tación h i s tó rica , la cu al
debe ser veri ficada med ian te sus " e fectos h istóri
co-cul turales " . 1 7 Algunos de esos efectos h is tóri -
)
co-culturales esgrimidos por Weber son : 1 ) la lu
cha por la cultura de OldenbareveJdt se estrelló en
ese dogma; 2) las discrepancias· en la Igl.csia angli
cana fueron insuperables, desde el momento en el
que la corona y el puritanismo mantuvieron dife
rencias dogmáticas en torno a esto ; 3) fue conside
rado como el elemento antiestatal de Calvino, et
cétera.
A continuación se analiza cómo nació la teoría
y cómo se integró en determinados complejos
i deológicos de la teoría calvinista: 1) racionalmen
te, en todos los espíritus religiosos apasionados, el
fenómeno rel igioso va u n ido al tener q ue agrade
cerlo todo a D ios ; 2) la soledad interior del hom
bre , al cual nadie podría ayudar (ni tan siquiera el
pastClr). Sólo el elegido era capaz de comprender
a Dios. Weber anota que esta consecuencia
teológico-psicológica o b;;erva su permanencia aun
donde el dogma h abía perdido su vigen cia.
Luego Weber trata de encontrar cuáles fueron
las consecuencias inesperadas de esa ideología y
práctica rel igiosa. Por u n lado, se da un argumen
to teológico : D ios quiere q ue los cristianos hagan
obra social y lo social se adapte a e llo ; y por el
otro, del dogma se deduce un comportamiento lai
co (comparándolo con otras sectas p rotestantes
como el lutera n ismo , y , con el catol icismo) y se
concl uye que, Ja "esencia del calvi nismo es la cris
tianización de la existencia' ' , que trajo como con
secuencia inesperada una forma superior de orga
nización social .
Por otra parte, al referirse Weber en Economía
y sociedad al p roblema de la veri ficación, señala
q ue ésta podrá lograrse: comparando el mayor nú
mero de hechos de la vida h istórica; por el experi
mento idea l ; es tadísticamente; y en los casos d i fí-
60
ciles no q u ed a sino la evidencia racional in terpre
tativa.
D i ce Webe r en cuanto a este punto: "si l a
prueba d e q u e el desarro l lo ideal m en te co nstruido
de los modos de conducta encarnan en alguna me
d i d a , tamb ién , en la re alida d , una ley semej an te
h u b i era si do una cons trucción sin valor alguno pa
ra el conocimiento de la acción real " . 1 s
Con respecto a los tipos i deales se presenta u n
pro b lema adicional. E n Econ omía y sociedad,
Weber p arte de una catego ría abstracta (válida pa
ra cualqu ier sociedad y tie mpo): la acción so cial;
de ésta pasa a la de relación social , des pués a las
relacio n a d as con las formas co mo se regulan las
relaciones sociales (introduce con ceptos tales co
mo los de or den , legitimidad , co m u n i dad , socie
d a d , po der, domi nación , asociación de domina
ción y Es tarlo) . Luego , en el c3pít 1 1 l o w , entra a
analizar l as fo rmas de dom in aci ó n . Es de obser
varse q u e en este desarrollo conceptual las catego
rías no corresponden a algún periodo histó rico
particul ar y si se recurre a la his toria es p ara ilus
trar el co ncepto , o bien , para en tresa car rasgos de
d i ferentes periodos .
Pero los co nceptos weberianos no son arbitra
rio s , s ino qu e son derivados lógicamen te unos de
los otro s , buscando a la vez, su con t rastación con
si tuaciones h istó ricas . Weber nunca dice que sus
tipologías sean ex hausti vas , pero tampoco están
restri ngidas al i n terés de una rel ación singu lar ; es
tos tipos i deales en Economía y sociedad tienen
claramente una ex tensión mu cho mayor a los uti l i
zad os en La ética protestante . En aquella obra , los
tipos fuero n construidos para u n problema tan ge-
ú2
cías, sentimientos o representaciones colectivas,
comu nes al promedio de la población. Para este
autor, esos hechos sociales poseen una existencia
objetiva, es decir, no dependen ni del sujeto que
conoce ni de ningún hombre individualmente con
siderado .
P o r otro lado, l o social e s enten dido como es
tructurado e integrado, cumpliendo cada p arte
u n a función determinada. Cada nivel de l a reali
dad tcn"!lría su propia legalidad, y esas leyes (rela
tivamente -estables y generales) serian susceptibles
de ser descubiertas. Es decir, en D urkheim se plan
tea u n a homo logía entre ciencia soci al y n atural en
cuanto a Ja existencia de leyes u niversales, en
cuanto a Ja concepción de la causalidad en un sen
tido determinístico , en cuanto a la neutralidad va
l orativa de ambas ciencias y en cuanto a Ja meto
dología.
En el primer aspecto, aunque D urkheim recurre
a Jo empírico si tuado en diverso s tiempos cronoló
gicos y periodos históricos, Jo h ace sólo para apo
yar a la existencia de Jcyes universales (de ahí
tamb ién su desprecio por el método histórico). Pa
ra Durkhcim lo histórico no sería sino el sustrato
en el que se manifestarían las leyes sociales univer
sales. Efectivamente, considera camb ios evoluti
vos en la socied ad (por ejemplo , de un tipo de soli
daridad a otro), pero la distinción entre sociedades
sería sólo de grado. En cuanto a la causal idad, al
consi derar los hechos sociales con una existencia
obj etiva, estos, más que sujetos de la historia serí
an instrumentos de aquélla; en vez de considerar
a las coyunturas con su espacio de soluciones posi
bles , su solución estaría de termin ada por las con
diciones preexistentes. Aunque sus esquemas cau
sales no se red uzcan al tipo A - B, sino que se
complej izan tomando las formas de:
y
x - y - z, ó X -l z
Estos esquemas, sin embargo , siguen cayendo
dentro del determinismo.
En lo que se refiere a la neutralid ad valorativa,
el autor nos habla de la necesidad de despojarse de
las prenociones y de independizar la sociología de
la fi losofía (cosa que, po r supuesto , no logra).
P ara D urkheim los hechos soci'ales , como los
naturales, se pueden medir y comparar en magn i
tudes a la manera de las uentidadcs físicas' � y pro
pone como· método sociológico por excelencia uno
que es tomado de las ciencias natu rales: el de las
d i ferencias concomitantes, el cual , no o bstante las
so f isticacion� que le introduce, sigue conservan
do los presupuestos de d ichas cien ci as . Lo anterior
lo lleva a enunciar su forma categorial y el cómo
llegar a. construirla. En El suicidio se refiere a lo
que él llama el " tipo colectivo " , para diferen
ciarlo del tipo medio (resultante de un simple pro
medio). En la definición del tipo colectivo juegan
algunos de los elementos enunciados anteriormen
te . Es un tipo b ásicamente ahistórico (a pesar de
la importancia de lo empíri co en su cons trucción)
que se determina, no por su génesis his tó rica, sino
por sus causas; no es el simple promedio de los ti
pos individuales y además es un tipo neutro.
Ciertamente Durkheim utiliza un abundan te
material empírico en sus investigaciones, pero en
él lo empírico resulta a su vez ahistórico al tomar
datos no sólo del presente y de un tipo de socie
dad , sino tamb ién del pasado , para construir una
categoría universal .
64
Por o tro lado , el tipo colectivo no es considera
do como un tipo medio, dada Ja concepción de
Du rkheim de la objetividad de los hechos sociales
y de la independencia relativa en tre hecho social e
individuo. En El suicidio nos d ice que "es un error
fundamental el confundir el tipo colccc i vo de una
sociedad con el tipo medio de los indivi d uos . . . el
medio de calcular un elemento cualquiera del tipo
colectivo , no es el de medir la magnitud que ten
gan l as conciencias individuales y sacar el prome
dio de todas esas medidas " , 22 el hecho coJcctivo
es más una síntesis que un pro medio.
Dada la existencia de leyes universales, lo histó
rico para D urkheim no es sino el campo de lo con
tingente que sirve de s ustrato a la manifestación de
esas leyes universalcs, 23 de tal forma q ue "el mé
�odo histórico debe ser rechazado " ; la génesis h is
tó!"ica 1 1 0 puec!c explicar un efecto pue5to que S lJ s
causas trascienden lo histórico . En esa medida, y
puesto que a un efecto corresponde una causa, lo
válido es el método etiológico que i n vestiga las
causas y no el morfo lógico el cual podría aislar
rasgos contaminados por lo con tingen te. Sólo
cuando se han descu bierto las causas del tipo co
lectivo sus rasgos po drán ser completados por el
método morfo lógico .
Además, Durk heim parece e rigi r e l dato e n su
premo j uez, considerándolo como neu tral y no co
mo consti tuido de acuerdo a determi n ados presu
puesto s . Sólo consi deran do la neutral idad del dato
se puede pensar en en contrar abstracciones un iver
sales neutrales.
65
Es claro que las abstracciones durk hcimnianas,
no históricamente determinadas , construidas por
sus causas, neutrales, etc. , son el resul tado de una
concepción de la realidad y de objetos cons truidos
no para un periodo histórico determinado (obvia
mente sus tipos de suicidio no so n sólo válidos pa
ra la Europa del siglo x1x) y cuya decantaci ón se
realiza mediante un proceso de elimi n ación de hi
pótesis altern ativas ; procedimiento q ue lleva a la
conformación de un objeto al que las ligas ·con el
todo , algunas de las cuales pudieran tener
significación explicativa, se van co rtando. Cu ando
Durkheim , tal vez percatándose que a su construc
ción pudieran faltarle algunas de las ligas cortadas
previamen te , trata de restituir las articulaciones
co n el to do, lo hace en dos formas principalmente :
deduciendo de las causas la morfología de cada ti
pc y buscan dc la rel ación del tipo co n otros h e:.
chos sociales . Con esto úl timo no se logra sino
yuxtaponer categorías y la del imit ación del o bjeto
y sus nú cleos explicativos no sufre modificaciones
apreciables .
66
111 . Lo estructural e n el méto d o marxista
67
Hegel . 1 Para d i cho autor en Marx se eq uipara
metodo lógicamente lo estructural a lo teórico lógi
co. 2 En este contexto cobra sentido el viejo pro
blema de la relación entre lo lógico y lo histórico .
En el campo del marxismo es comúnmente
aceptada Ja presencia de estas dos caras en el mé
todo y a partir del comen tario de Engcls al primer
tomo de El capital,3 se desprende J a preeminencia
de lo estructu ral (lo lógico) sobre Jo h istórico , en
el método de la economía política. Sin embargo,
creemos válido pl antear los sigu ientes problemas :
1 ) Si l a preeminencia d e l o lógico sobre lo
histórico en el método de la economía política
puede ser considerada co mo un elemen to paradig
máti co general del " método m arxista" y, conse
cuentemente, 2) s i Jos diversos objetos de estudio
i mponen peculiaridades mctociológkas y a qué n i
vel ; 3) si es posi ble hablar de: un método m arxista
formalizable a partir de El capital, en donde se en
contraría en "es tado práctico " .
Al pri mer pro blema trataremos de d ar respues
ta específica a lo l argo del presente trabaj o , anali
zando el papel de Jo estructural en tres momentos
culminantes de la "aplicación " del método mar-
Lenguas Ex t r: m j c ra � • .\fosc ú , t . 1 , 1 95 5 .
68
xista: El capital, El díeciocho Brumaría y Dos tác
ticas de la socíal democracía en la revolución
democrática. La pertinencia de haber seleccionado
esos trabajos proviene de las siguientes con sidera
ciones: El capital constituye indiscu tiblemente la
obra más importante de la literatura marxista en
cuanto al análisis del modo de producción capita
l ista; El dieciocho Brumaría es el estudio de una
coyuntura política específica, 4 4 aprovechado" por
Marx p ara "aplicar" la nueva co ncepción mate
rialista de la historia; y Dos tácticas es un trabajo
de Len i n referente a la revolución rusa de 1 905 , el
cual co nstituye una brillante exploración marxista
sobre los problemas de la previsión de los resulta
dos de los procesos so ciales (la táctica pertinente de
acuerdo a los posibles desenlaces de la revolución).
E n cuanto al problem a de si el método ma:-xista
es equi valen te al método de la eco r.omía pol ítica ,
pensamos que la solución del papel d e l o estructu
ral para objetos diversos dará algunas luces sobre
el mismo . Es sabido que en el marxismo se deba
ten dos posicio nes con respecto a dicho problema .
Una de ellas con reminiscencias engelsianas en el
sentido de dicotomizar al marxismo en u n mate
rialismo dialéctico y otro histórico , con sus respec
tivas co nexio nes y autonomías rel ativas (el mate
rialismo dialéctico constituiría la ontología, la
gnoseología y la metodología marxista; y el mate
riali smo histórico la teoría de la sociedad). 4
70
Lo histórico y lo estructural en Et capital
72
sino q ue presupone su asimilación crítica.10
Veamos cómo se da ese proceso doblemente
genético en el primer capítulo del libro 1 de El
capital. En e ste capítulo se parte de la mercancía,
sintetizando de entrada el concreto real pot el cual
la riqueza de las naciones aparece como un inmen
so arsenal de mercancías, se pasa a continuación
a desplegar la mercancía en dos d i mensiones: por
un lado , la mercancía aparece como una cosa para
la satisfacción de necesidades human as , por el
o tro , posee la "capacidad " de i ntercambiarse por
o tras mercancías. De la p rimera d i mensión de la
mercancía Marx abstrae la categoría de valor de
uso , resultado del trabaj o co ncreto. Luego, referi
do a la segun d a dimensión se hablará de la capaci
dad de in tercambiarse valores de uso d i versos, los
caalcs para q ue sean conmensu rables deben ser re
ducidos a u n comúil denoml naGor: la ca!1 tic!ad de
trabajo abstracto . Así pues, la cantidad de trabajo
abstracto será el valor de l a mercancía.
M arx ha arribado a la categoría de valor a par
tir de la de mercancía en un proceso de lo abstrac
to a lo co ncreto ; en una primera in stancia con base
en un proceso lógico (génesis lógica) , por el cual se
prescinde del carácter concreto de la actividad
pro ductora q uedan do únicamen te el trabajo
73
abstracto como gasto de " fuer.za humana de tra
bajo ' ' . Pero, al mismo tiempo, se hecha mano de
la génesis histórica de la mercancía y del valor. Só
lo cuando los intercambios se generalizan aparece
en Ja realidad Ja categoría de trabajo abstracto y
de valor .
H asta este punto de Ja reconstrucción de El
capital, la mercancía ha Uegado a desplegarse en
sus dos caras: el valor de uso y el valor. Las cuales
son aspectos co ntradictorios de la misma categoría
y, al decir de Engels, cada uno de estos lados se es
tudia separadamente. Su contradicción es resuelta
posteriormente en una nueva categoría, solución
que se plantea también en la práctica, y si en la
práctica han encontrado solució n veremos que ha
creado u na nu eva relación cuyos elementos con
t radictorios es necesario desarrollar ahora.
Así, l<t co11 tradicción entre valor de uso y ·1alor
se supera lógica e históricamente con el desarro1lo
del proceso de cambio y la aparición del trabajo
abstracto y el valor; en una etapa posterior
aparecerá el dinero tanto lógica como histórica
mente e n la reconstrucción.
La primera forma del valor es la forma simple
de éste , aquella en la que el intercambio es un in
tercambio esporád ico , no generalizado, sólo entre
dos mercancías co ncretas . Esta fo rma simple del
valor es deplcgada en la reconstrucción en dos di
mensiones co ntradictorias : la forma relativa y la
forma equivalenci al del valor . La forma relativa es
la que hace el papel activo , la que va a reflej ar el
valor en la otra . La forma equivalencia] es la re
flectora del valor de la primera y j uega un papel
pasivo. Es tas dos formas se condicionan mutua
mente, son antagónicas y extremos opuestos de
una misma categoría; la contradi cción en tre ellas
74
surge desde el momento en el que la mercancía que
toma la forma equivalencia} hace abstracción de
valor de uso del trabajo concreto y del carácter
privado del trabaj o , para luego i ntercamb iar pa
peles c o n la que toma la forma relativa.
La co ntradicción entre la fo rma relativa y la
equ ivalencia} se trata de resolver lógicamente al re
ducirse ambas a trabajo abstracto , e históricamen
te cu an d o el intercambio dej a de ser eventual . La
s uperación de la contradicción se da en la forma
desarrollada del valor. El desarrollo de la
pro d ucción mercantil lleva a una diversidad cada
vez mayor de productos en el mercado; cada mer
cancía b usca su equivalente individual y sin em
bargo , cada una de el las en cuentra una infinidad
de equ ivalentes . Entre mayor es el universal de
equivalentP.s se estrecha aún más su posib!lidad
particu l ar de in tercambio. La forma desarrollada
del valor no hace sino generalizar la limitación de
la forma simple. Aquella despliega, a su vez, las
dimensiones relativas y equivalencial , y sus con
tradiccio nes aparecen desde el momento en que la
ecuación de equivalen cia es siempre incompleta;
aparece u n a multiplicidad de expresiones del valor
dispares y distintas, las expresiones de Ja forma re
lativa del valor de cada mercancía son infinitas y
distin tas a las de las otras mercan cías .
Las co ntradicciones de la fo rma desarrollada
del valor encuentran lógica e his tóricamente su
superación en Ja forma general del valor, en Ja
cual todas las mercancías expresan sus valores en
otra que sirve de equ ivalente general .
La fo rma general del valor expresa Ja necesidad
de abstraer de Ja divers idad de equi valentes parti
cul ares Jo común a todos ellos, es decir, Ja necesi
dad de Ja aparición de un equivalente general .
75
ductor que lleva de lo simple a lo complej o , de lo
abstracto a. lo concreto , un camino que impl i ca la
génesis lógica e histórica (en este caso) de las
categorías , con el predominio de lo primero , así
como la presencia y solución de las contradiccio
nes al nivel de las mismas categorías.
76
la cual presenta rasgos que trascienden al estudio
particular de El dieciocho Brumario.
En cuanto a los elementos fundamen tales del
método de El dieciocho Brumaría , en compara
ción con el método de la economía pol ítica, cabría
hacer las siguientes consideraciones:
1 ) En El dieciocho Brumario el punto de parti
da lo constituye el evento histórico más simple que
contiene en germen las contradicciones que se ma
nifestaron en el periodo ; no se trataría como en El
capital de la categoría teórica más simple (la mer
cancía) .
2) Si en el método de la economía política hay
un proceso que va de lo abstracto a lo concreto
pensado , y en ese camino son las categorías teóri
cas las que constituyen los pasos hacia una mayor
concreción . en El dieciocho Brumario, a pesar de
la aparición de éstas en forma numerosa, no es su
emergencia lo que marca el hilo conductor y los d i
ferentes estadios en la reconstrucción de la totali
dad, sino diversos eventos históricos establecidos
de acuerdo a u na periodiiación que implica cam
bios cuali tativos en la correlación de las fuerzas en
pugna y de direcciones en el proceso .
3) S i en el método de la economía política pre
domina y da sentido al proceso de lo abstracto a
lo concreto el carácter contradictorio estructural
de las categorías , en El diecioch o Brumaría son
principal mente las contradicciones en tre las fuer
zas soci ales .
4) En el método de la economía pol ítica Engels
plantea la preeminencia de lo lógico con respecto
a lo histó rico; en El dieciocho Brumaría el mayor
énfasis corresponde a lo histórico en cuan to a la lí
nea de reconstrucción , aunque siguen siendo cate-
7
gorías teóricas l a clave o rdenadora de lo fenomé
nico.
El punto de partida
78
Lo materialista dialéctico
79
sociales dentro de determinadas relaciones econó
micas que las potencia a ser al iadas o enemigas.
Sin que ésto baste, tampoco, para explicar el com
portamiento coyuntu ral de las clases.
Como plantea Engels e n el Prólogo , todas las
luchas h istóricas son expresión de Ja lucha de cla
ses y están cond icionadas por el grado de desarro
llo de la situación económica. No obstan te , el ele
mento fundamental de la explicación son las clases
sociales y las categorías en lucha. La acción de es
tas clases no se sustenta en el aire (a pesar de inter
venir múltiples factores políticos e ideológicos) si
no que Marx explica cuáles son las condiciones ma
teriales , no sólo económicas, de existencia de las
clases y categorías sociales que permiten entender
sus comportamientos más allá de lo coyunturaJ . 1 3
Lo que separaba esencialmente a los legitimistas
de los orleanistas , no ernr. sólo pugnas ideológicas ,
sino la contradicción entre la renta de la tierra y el
capital; asimismo, los intereses generales de orlea
nistas y legitimistas los hacía monárquicos, temero
sos del socavamiento que significaba l a república
en cuanto a su base social , al tener que enfrentarse
sin Ja mediación de la corona con los dominados .
Los campesinos. Oase inviable que requiere de
ser representada: " Los campesinos parcelarios for
man una masa inmensa cuyos individuos viven en
idéntica situación, pero sin que entre ellos existan
muchas relaciones. Su modo de producción los
aísla unos de otros, en vez de establecer relaciones
mutuas entre ellos . . . En la medida en que millones
de familias viven bajo condiciones económicas de
80
existencia que las distinguen por su modo de vivir,
sus intereses y su cultura de otras clases y las opo
nen a éstas de un modo hostil, aquéllas forman una
clase . Por cuanto existe entre los campesinos parce
larios una articulación puramente local y la identi
dad de sus intereses no engendra entre ellos ningu
na comunidad, ninguna unidad nacional, ninguna
organización política, no forman una clase. ' '
L a burocracia. Marx la considera una de l 'as ba
ses de la autonomía relativa del Estado con su nu
merosa burocracia sometida al Ejecutivo. El Esta
do vigil a y regula a la sociedad civil y ha generado
una gran centralización; además su entrelazamien
to con el interés material y político de la burguesía
lo impele a aumentar la represión que conlleva al
aumento de sus recursos y poder.
El proletariado . Éste se dejó guiar por la peque
ña burguesía olvidando sus inteceses de clase ante
el interés momentáneo (además, la derrota de junio
lo imposibilitaría a tomar la iniciativa por muchos
años).
La pequeña burguesía. Los pequeños burgueses
vieron en peligro sus intereses materiales después de
las jornadas de junio y puestas en tela de juicio las
garantías democráticas que habían de asegurarle la
posibilidad de hacer valer aquellos intereses. Pero
el demócrata, como representante de la pequeña
burguesía, es decir, de una clase en transición en la
que confluyen los intereses de dos clases, cree estar
por encima de los antagonismos de clase en gene
ral . Ella cree que las condiciones especiales de su
emancipación, son las condiciones generales fuera
de las cuales no puede ser salvada la sociedad mo
derna y evitarse la lucha de clases.
De las diversas coyunturas analizadas por Marx
en El dieciocho Brum ario se infiere que, si bien la
contradicción de las clases a nivel estructural se en
cuentra permanentemente presente (por ej emplo
capital-trabaj o , capital-renta de la tierra) y de· algu
na manera se manifiesta en las luchas y alianzas en
tre las clases, no basta para explicar aquell as, sino
que diversos factores superestructuralcs que inter
vienen pueden volverse sobredetenninantcs. Ade
más, estos factores superestru cturales no son tan
sólo un reflej o mecánico de la situación material ,
como es el caso de la ideología campesi na ligada al
recuerdo napoleónico , la cual ya no correspondía a
las condiciones materiales de la nueva parcela, pero
sí a las de la viej a .
L a definición de las alianzas de ciases e n las di
versas fases de periodo se convierte en El diecioch o
Brumario en el elemento fundamental para enten
der los car.lbios en l� corrdacio;1es de fuerzas. De
esta manera Marx de:;cribe cómo e:il fcbrern de
1 848, el proletariado dirige la rebelión en contra de
Ja mon arquía aliado a la pequeña burguesía; pero
a rartir del 4 de mayo de 1 848, el proletariado se
tiene que enfrentar a todas l as otras clases de l a so
ciedad francesa. Después del 28 de mayo de 1 849,
el proletariado y la pequeña burguesía vuelven a ser
ali ados . Cuan do la pequeña burguesía es derrotada
Ja contradicción principal se establece entre el parti
do del orden y el Ej ecutivo , pero cuando la social
democracia gana terreno en las elecciones de m arro
de 1 8 50 se reco ncilian el partido del orden y el pre
sid ente . P ara mayo de 1 850, se enfrentan Bonapar
t e , el lumpen y el ejército con la Asamblea. El 1 1
de abril de 1 8 5 1 , al revisarse la constitución para
perm itir la reelección de Bonaparte se e n frentan el
presidente y los republicanos puros , en tanto que el
partido del orden se mantiene en el cen tro de la dis
puta.
82
La periodización histórica
1 4 En el se n t i d o de agrupamientos no c l a s i st a s c o m e' e l
ejércit o , e l clero , Ja b u rocraci a , c t cercra .
83
Francia y en esa medida está inserto en una rica to
talidad: " Un hecho histórico es resul tado de .la to
talidad concreta. ' '
Sin embargo , paralelamente al desarrollo histó
rico que culmina el 2 de d iciembre de 1 85 1 , Marx
desarolla categorías teóricas cuya validez rebasa a
la coyuntura estu diada. Pero estas categorías no
guardan entre sí en El dieciocho Brumario la se
cuencia lógica que un estudio teórico de las mis
mas hubiera presentado . No obstante, a pesar de
lo anterior , con dicha categorización Marx sienta
l as bases de algunos de los elementos fundamenta
les de lo que podría ser una teoría política del capi
talismo . Algunas de esas categorías son el concep
to de Estado , do minación, legitimación y orden
político , estructuras institucionales , formas suce
sivas de la domi n ación burguesa , clase y represen
tación política, soci<.:dad política y sociedad civil,
alianza de clases , bonapartismo.
Lo histórico y lo lógico
84
te. De tal forma que el golpe de Estado se ubica
dentro de un ciclo descendente ..
Decíamos q ue cada fase del perio do culmina
con algún evento histórico que sin tetiza l as contra
dicciones de la fase precedente, pero a ese evento
también se arri ba lógicamente, aunque el peso
principal de la explicación recae en lo primero.
Por ejemplo , cuando Marx trata de explicar el
advenimiento de la república burguesa, a ésta se
arriba como consecuencia de 1a síntesis de las con
tradicciones entre las clases que se oponían a Luis
Felipe y la que lo apoyaba (históricamente se cons
tituye el 4 de mayo de 1 848) . Pero también lógica
mente a la monarquía burguesa sólo pod ía suce
derle Ja república burguesa; esa sín tesi s q ue
constituye Ja república burguesa presenta nu�vas
contradicciones: las armas antifeudales de la bur
guesía se v uelven contra ella en Uil periodo en que
el proletariado entra en la escena de la lucha de
clases con demandas propias.
Aunque Ja l ínea de Ja génesis reconstructiva es
acotada por eventos históricos, de cualquier for
ma son l as categorías teóricas, específicamente el
concepto de clase social , Jos elementos ordenado
res de lo fenoménico . Al grado que se alcanza la
explicación con Ja construcción de u na n ueva cate
goría teórica, la de bonapartismo , construcción
q ue culmina al mismo tiempo con el 2 de diciem
bre.
Podemos concluir hasta aquí que el peso de lo
estructural en la expli cación de una coyuntura co
mo Ja de El dieciocho Brumario, a pesar de ser
central , disminuye con respecto al que tenía e n El
capital. Fundamen tal mente , el cam ino de lo
a bstracto a lo concreto en El dieciocho Brumario
85
se encuentra gu i ad o en su línea genética por lo his
tórico en vez de lo estructural.
86
lismo en el libro del señor Struve y El desarrollo
del capitalismo en R usia) .
Así como en El capital la reco n s tru c ción im pli
ca estudios teóricos en cuanto arriba a categorías
cada vez más concretas, y en El dieciocho Bruma
río a hechos h istóricos que m arcan v i rajes en el
rumbo de la revol ució n , en Dos tdcticas . . Lenin
.
87
mocrática. El par tido no puede, por un l ado , p l an
tearse tareas que no pueda cumplir, ni por el otro
hipotecar en aras de la táctica i nmed iata el fu turo
de la revolución socialista.
88
mocrática. El par tido no puede, por un l ado , plan
tearse tareas q ue no pueda cumplir, ni por el otro
hipotecar en aras de la táctica inmed iata el futuro
de la revolución socialista.
9
bre el zarismo debe ser el centro de la educación
y Ja o rganización del proletariado.
La insurrección
90
La fuerza contraria estará constituid a por la
burocraciá, la corte, la policía, los funcionarios, el
ejército y la aristocracia.
Las posibles alianzas presentan las siguientes
contradicciones pues pretender que no se presen
ten tales contradicciones sería propio del pensa
miento metafísico : 1 ) la revolución democrática
no o bstante ser una revolución burguesa servirá al
pro letariado; 2) la marcha del proletariado al lado
de l a burguesía no signi fica eliminar las contradic
ciones entre la burguesía y proletariado : la futura
revolución socialista impone la independencia des
de ahora del partido p:olctario con respecto de la
burguesía; 3) contradicción entre las fuerzas socia
les interesadas en la revolución y el zarismo; 4)
contradicciones entre la b u rguesía republicana y
lo� obreros y campesinos ; S} contradicciones entre
los o br�ros y los campesinos .
91
Lenin arriba lógicamente a l a necesidad del go
bierno p rovisio n al como paso sigu iente al triunfo
de la insurrecció n , puesto que se requiere de un
poder que preserve l as conqu istas de l a revolución ,
aplastando los i ntentos contrarrevolucionarios, y
que favo rezca los intereses de' los obreros y campe
sinos. Lógi camen .1e la forma que debe adoptar ese
gobierno provisional debe ser la de la dictadura
( " toda estructura p rovisional de Estado después
de una revolución exige una dictadura' '). En este
gobierno provisional se presentan también aspec
tos con tradictorios: por una parte servirá a l a bur
guesía al eliminar las trabas feudales, pero a l a vez
servirá al proletariado al i mplan tar la libertad po
l ítica, que facili tará l a propaganda y organización
del mismo; elimi n ará l as trabas feudales, reparti rá
la tierra y elevará el nivel de vida; será una "dicta
dura drmocrática " .
El proletariado deberá participar e n ese gobier
no porque 1 ) lógicamente sólo con su participa
ción, por ser l a única clase consecuentemente re
volucionaria, se podrán preservar l as conquistas
de la revolución ; 2) h istóricamente, desde la derro
ta de la Comuna de P arís la socialdemocracia se
ha acostumbrado a la defensa y no al ataque. Al
cambiar las con d iciones es posible la acción desde
arriba del gob ierno (p. 1 4) . H istóricamente la so
cialdemocraci a i n ternacio nal se ha plan teado ser el
partido de la o posición extrema, pero al variar l as
condiciones esa t áctica general dej a de ser válida
y resulta legítimo el plan tearse actuar desde arri
ba. Segui r siendo el partido de la oposición ex tre
ma es una fórmula general correcta, pero buena
para las cond iciones de la democracia burguesa y
la lucha defensiva: en periodos revolucionarios los
contrarios se convierten en su an títesis.
92
La táctica de luchar por un gobierno provisio
nal revolucionario sintetiza todas las otras deter
minaciones y hace las veces, del concreto pensado
("esta consigna del gobierno provisional revolu
cionario define las alianzas, el carácter de l a dicta
dura y el método de construir").
93
teóricas y Jo que hemos llamado núclc-0s explicati
vos co mo , por ejemplo, I� contradicciones base
superestructura; etcétera. De cualquier forma la
táctica llega a definirse cuando se arriba a la con
signa de gobierno provisional revolncionario , la
cual sintetiza toda la construcción.
Creemos haber demostrado que en objetos de
estudios diversos , como fueron los de El capital
(' 'las leyes de movimiento del modo de produc
ción capitalistaº), El dieciocho Brumario ("el
pro ceso que culmina en el golpe de Estado del 2 de
di ciembre . ") y Dos tácticas de la socialdemocracia
("la táctica partidaria en l a revolu ción de 1 905"),
lo estructural (lo lógico o teórico) ocupa un l ugar
importante e imprescindible en el método marxis
ta.
Sin embargo , a pesar de haberse arribadc en los
tres estudios a la construcción de una categoría
(clase social, bonapartismo y gobierno provisional
revolucionario , respectivamente) el peso de lo es
tructural y de lo histórico es diverso dependiendo
del objeto de estudio .
En el primero y tercer casos , el peso de lo teóri
co fue mucho mayor que en el segundo. En el pri
mero , por tratarse de un estudio al nivel de abstrac
ción del modo de producción capitalista que,
aunque incluye a la superestructura, pone el énfa
sis en los elementos más constantes de dicho modo
de producción; en el tercero, por tratarse de un es
tudio de p revisión histórica donde el obj eto estaba
por construirse en la realidad. En el segundo caso
era de esperarse ese énfasis mayor en lo histórico
dadas las características de un estu dio de corto
tiempo co n acento especial en la superestru ctura.
La d i ferencia en peso de lo estructural en las re
construcciones s igue dos líneas principales:
1 ) El paso de lo abstracto a lo concreto , que en
el método de la. economía política implica estadios
reconstructivos estructurales, en los otros casos se
ve modificado radicalmente. En el segundo, los es
tadios son hechos histó ricos y, en el tercero, no se
puede hablar de estadios categoriales como en El
capital, sino de núcleos explicativos generales .
2) En cuanto al peso de lo histórico o de lo es
tructural en el establecimiento de diche>s estadios.
En el caso de El capital es evidente la preferencia
por la génesis estructural . En El dieciocho
Brumario ese peso disminuye notablemente. Aun
que las categorías teóricas siguen cumpliendo el
papel general ordenador, ya no es con base en ellas
como se establece el hilo conductor para ir arri
bando de un p�riodo a otro en la reconstrucción.
En el tercer caso , como habíamos anotadc, lo hjs
tórico, por las particularidades del objeto , se ve
disminuido al máximo , al grado de no poder ha
blar propiamente de la génesis históri ca de catego
rías virtu ales , sino sólo de su probable existencia
objetiva a partir de desarrollos anteriores. De
cualquier forma resulta notable el hecho de que
por caminos diversos siempre se arriba a una cate
goría, síntesis de múltiples determinaciones, con
cuya reconstrucció n se alcanza la explicación o la
predicción . Lo anterior nos lleva a plante ar la con
jetura de que el elemento metodológico central y
constante en el marxismo es la noción de Totali
dad. Asimismo a que explicar en el marxismo (o
predecir) es reconstruir (o construir) la totalidad
como síntesis de múltiples determinaciones, y que,
en dicha reconstrucción -dependiendo del
obj eto- lo estructural o lo histórico tendrán pe
sos diverso s ; pero de cualquier forma, explicar es
95
descubrir la lógica específica del objeto específico
y no la su bsunción del caso particular en alguna
ley general .
Pensamos que las ideas anteriores nos obligan
también a ser cautelosos al hablar de un método
marxista en general con posibilidades de formali
zarse a la manera del método hipotético
deductivo ; así como a considerar erróneo el tratar
de extraer de El capital un método general ya listo
para aplicarse en cualquier situación. Posiblemen
te más que un método, en el sentido que el positi
vismo lo entiende, debería de hablarse de criterios
metodológicos de grados diversos de generalidad ;
entre los más generales probablemente se encon
trarían el de la totalidad y el de la estadización (en
tendido como el establecimiento de estadios en la
reconstrucción q ue marcan avances e!1 la coni::r cti
zación), ya como periodos históricos , ya como
etapas reconstructivas teóricas .
IV . La d ialéctica en el primer capítulo de
El capital. Notas metod ológicas*
7
fun d izar sobre el tema, Olmedo estable ce 5i mple
men te q ue Marx q uería " constatar" la dial éctica
en El capital. 2
2) La q ue plan tea q u e la d ialéctica sí cumP lc un
papel en el d iscurso marxista y, po r tan to , e 11 la re
construcció n . Esta posición se divide a su 'lez en
dos : a) la q ue establece q ue la dialéctica cu m p le u n
papel en l a reconstrucción por ser u n a pro p iedad
de lo real . Tal es la posición de Rosdols ky, e l cual
plantea, en una polémica con Poulan tzas y otros
autores, q ue "El capital es dialéctica de pri flC ipio
a fin " . 3 La misma postura, e n un contexto local,
sería la d� Bolívar Echeverría : "en la form <t mer
cantil de las cosas hay una con tradicció n en tr e va
lor y valor de uso. La mercancía debe ex isti r so
cialme nte en dos modos simultáneos y q 1J<� sin
embargo , se excluyen o repclr.n mutuame n �c . L a
l ucha �r.t!"e capacid:ides-nece�id:ic:!cs socialc5 Y la
competencia entre productores-consu m ido res se
ría la base de la co ntradicción en la mercan c ía " · 4
3) La q ue propone q ue la di aléctica tiene u n pa
pel en el discurso no por ser p ropiedad de lo re al ,
sino porq ue el capitalismo ha fctich izad o , i n �er � i
do las re laciones so ciales. Al respecto Collcttl d i s
tingue en tre oposición real (contrari eda d de
opuestos i ncompati bles: q ue no viola el pri n cipio
de identidad, compatible con la lógica fo r m a l ) Y
oposición dialéctica o contrad icción . En la con tra -
l)l)
pertinencia de categorías dialécticas la impone el
propio funcionamiento de la sociedad capitalista,
los individuos d o minados por abstracciones ' ' .
Naget por s u parte concluye diciendo que no
hay tal coqueteo de Marx con Hegel en El capital
sino dialéctica efectiva.
4) La última posición hablaría de un papel de la
dialéctica en la reconstrucción teórica concebida
como forma de razonamiento y no como propie
dad de lo real. En esta perspectiva la lógica del co
nocimiento no tendría por qué coincidir con la ló
gica de la realidad , y la dialéctica sería la forma de
descubrir la lógica específica del objeto específico.
En esta medida la dialectización del conocer
apuntará hacia una nueva racionalidad científica,
hacia la superación de la antigua forma de har.er
ciencia. El campo específico de la dialéctica sería
ei de la captación del movimiento y específicamcn·
te el de la integración del movimiento de lo objeti
vo y lo subjetivo , de determinación e indetermina
ción de proceso y proyecto. 6
La posición explícita de Marx acerca de su
"método dialéctico " ha quedado plasmada en pa
sajes como los siguientes: a) en el Posfacio a la se
gunda edición de El capital dice Marx. que "el mé
todo dialéctico [que utiliza] estriba en el
esclarecimiento de las leyes especiales que presiden
en el nacimiento , la existencia, el desarrollo y la
muerte de un determinado organismo social y la
sustitución por otro " . En esta frase queda sinteti
zada la concepción de que el método marxista con
duce a la captación de la "lógica específica del ob
jeto específico" , es decir, no a la constitución de
1 00
la teoría general sobre la marcha de la humanidad,
sino a l as leyes de un determinado organismo so
cial . No s parece capital la concepción de Marx
contenida en esta definición de su método, el cual
busca captar al objeto en movimiento, no estático ,
que s ignifica captar su funcionamiento actual y
además contemplar en las propias leyes del orga
nismo social l as potencialidades de su dcsarroJlo
futuro. La posibilidad abstracta de que habla Co
lletti . como la posibilidad de que el organismo so
cial sólo reconozca, de acuerdo a su propia lógica,
determinados desarrollos y no otros, será abstrac
ta en tanto no l a especifiquen otras determinacio
nes. La p roblemática resumida por Marx en el pa
saje anterior no es sin o la de Ja captación del
presente y del pasado para definir el campo futuro
µara Ja acción de los sujetos sociales, captación
qu� no se identifica co n extrapolación , sino con
potenci alidad; no con determinismo sino con es
pacios para la acción de Ja voluntad ; b) en el mis
mo texto, Marx se refiere explícitamente a su mé
todo dialéctico : "Mi método dialéctico no sólo es
fundamentalmente distinto del método de Hegel,
sino que es, en todo y por todo , l a antítesis de él".
¿En q ué consiste la diferencia entre el método dia
léctico de Marx y el de Hegel? ¿Se ubica sólo en
la articulación entre método y concepción ontoló
gica? Al deci r de Engels la diferencia estribaría en
la inversión mistificante que hace Hegel entre ma
teria y conciencia, pero ¿la forma lógica del méto
do hegeliano se mantiene íntegra en el método
marxista? Al parecer los análisis de Althusser
apuntan en sentido contrario , al menos habría ca
tegor ías en l a dialéctica materialista no contenidas
en el discu rso hegeliano ; e) sin embargo agrega
Marx que : " Hasta llegué a coquetear de vez en
cuando, por ·ej e mplo en el capítulo consagrado a
la teoría del valor, con e l lenguaj e pecul iar (de He
gel) . El hecho d e que la dialéctica sufra en manos
de H egel una m is.tificad6n , no o bsta para que este
fi lóso fo fuese el primero que supo exponer de un
modo amplio y consisten te sus formas g,cncralcs
de movimiento " ; el) Grundrisse: " ' Más tarde será
necesario . . . cor regir el estilo idealista de la exposi
ción , q ue da la i mp resión de q ue se· trata solamen
te de determinaciones conceptuales y de una dia
léctica de estos conceptos , , . "En este punto se
muestra claramen te q ue Ja forma dialéctica de la
exposició n sólo es correcta cuando se es con scien te
de sus l ímites. ' '
No es posible concluir grandes cosas acerca de
la dialéctica material ista a: partir de las notas explí
citas ae Marx sobre el caso excepto que: 1 ) M arx
reconoce ia espccifidad ae su métocio con re5pecto
a otros; 2) que la pretensión de este método m ar
xista es l a captación del objeto en movimiento; 3)
que su método no es el de Hegel; 4) que en este mé
todo no se trata de la d ialéctica de los conceptos
como sucede en Hege l ; y 5) se reconoce en Hegel
el intento de captació n del movimiento.
La obscuri dad metodológi ca ex plícita en la
obra de M arx nos ha hecho i!l ten tar d i l u cidar al
gunos aspectos rel acion ados con su método a par
tir de su "estado p ráctico " en El capital, específi
camente el prob lema de la dialéctica.
simple general ·
Dinero
total
1 05
M arx sintetiza su concreto real en ese "inmenso
arsenal de mercancías capitalistas" y pasa inme
diatamente a postular l as dos caras de la
mercancía. Elevándose a un nivel superior de
abstracción , analiza la mercancía. Las operacio
nes lógi cas básicas del análisis son :
l7
res de cambio hacen abstracción de los valores
de uso (deducción).
Lo común a las mercancías es ser productos del
trabajo (se prescinde de los elementos materia
les y de las formas que lo convierten en valor de
uso).
Pero con el carácter útil de los productos del
trabajo desaparecerá el carácter útil de los tra
baj os que representan y las diversas formas
concretas de esos trabajos: esto origina el con
cepto de trabaj o humano abstracto.
g) Lo que queda con base en un proceso de abstrac
ción es " coágulo de trabajo humano indistin
to " . Luego , como cristalización de ese trabajo
humano abstracto , los objetos son valores. Es
decir, deduciendo del concepto de trabajo
abstracto se llega al concepto de valor,
TrabaJO A bstracto
Productos del
Trabajos
Concretos
Valor de cambio
1 08
a) Un valor de uso encierra u n valor por ser mate
rialización del trabajo humano abstracto (p. 6).
¿Cómo se mide l uego la magnitud del valor? De
ducción: por la cantidad de trabajo abstracto que
encierra .. ¿Cómo se mide esa cantidad? Generali
zación : por el tiempo de trabajo.
b) Sin embargo, la realidad es diversa (baj a de ni
vel de abstracción). ¿Córrio determinar ese tiempo?
El trabajo individual es sólo parte del trabajo so
cial ; por una indu cción-teorización llega al con
cepto de tiempo de trabajo socialmente necesario .
Ilustración histórica: l a introducción en Ingla
terra del telar de vapor y su influencia en Jos pre
cios de Jos productos . No se trata de verificar es
trictamente las determinaciones del valor, puesto
que hay o tras determinaciones , sino de constatar
cierta tendenci a.
c) Cau�alidad (o bien , determinación): lo que de
termina la magnitud del valor de un objeto no es
más que la cantidad de trabajo socialmente nece
sario (cr) .
Pero el tiempo de trabajo socialmente necesario
cambia al cambiar l a capacidad productiva del tra
bajo (CPT).
Valor = f ( __!._)
CT
CPT
Lo anterior trata de basarlo históricamente por
medio de: 1 ) un ejemplo hipotético , 2) cál culos de
Eschwege en 1 823 entre costos de producción de
diamantes y los del azúcar y el café.
d) No se p uede ser valor sin ser valor de uso . Para
ser valor se debe producir para o tros . El carácter
social de l a mercancía es lo que le da su determina-
ción h is tórica: uso de conceptos de diversa genera
lidad (valor y valo r de u so).
El valor de uso no es concepto universal en el
tratamiento de Marx , sino q ue el valor de uso "co
mo valor de uso de la mercancía adq u iere por sí
mismo un carácter h istórico específico " . El valor
de uso en m i o bra desempeña u n papel muy im
portante . . . si bien sólo se plantea a11í donde se
arranca del anál isis de un régimen económico da
do y no de especulaciones abstractas acerca de los
conceptos y de las locuciones 'valor de uso' " (p.
720).
/ .,. "'
Valor
(contenido)
� �� / v or
uso
1 10
valo r- trabajo -aspecto -- existencia- resultado
abstracto cuantitativo no de la
natural di visión
social del
------ M ERCANCÍA trabajo
1 12
l a sol ución se ha creado una nueva relación .
Es claro que esta presentación de Engcls , ade
más de estar asignada por la reminiscencia hegelia
na (dialéctica de los conceptos) , resulta demasiado
mecánica. ¿Cuál sería ese despl iegue para la cate
goría valor, o valor de uso? Es evidente que el pro
ceso que l leva de la mercancía al dinero es mucho
más complej o que la sín tesis, entre valor de uso y
valor, en el dinero ; en el cual ciertamente habría
una identificación entre valor y valor de uso. En
el dinero el valor de u so coincidiría con la manifes
tación del valor: el valor de cambio .
E n e l tratamiento d e Marx d e la "génesis del di
nero " se aprecia una gran concordancia entre gé
nesis lógica e histórica. Aquí lo histórico j uega
principalmente el papel de génesis y no de il ustra
ción u otra funci0n. Además se parte nuevamente
de t a expres!ón del ·valor mis simple , que l\ 1 arx lla
ma la forma simple Oa cual coincide históricamen
te en su simplici dad) . La primera forma del valor
es la forma simple de éste, aquélla en la q ue el in
tercam bio es u n intercambio esporádico no gene
ralizado , únicamente entre dos mercancías concre
tas . Esta forma simple del valor es desplegada en
l a reconstrucción en dos dimensiones contrad icto
rias: la forma rel ativa y la forma equivalencia) del
valor.
Aq uel la es la que hace el papel activo , la que va
a re flej ar valor en l a otra; la forma equivalencia)
es la reflectora del valor de la primera y hace un
papel pasivo . Estas dos formas se condicionan
mutu amente, son extremos opuestos y antagóni
cos de una misma categoría; la contradicción entre
ellas surge desde el momen to en el que la mercan
cía que tom a la forma equivalencia) hace abs trac
ción del valor de uso , del trabaj o concreto y del
113
carácter privado del trabajo (p. 25) para luego in
tercambiar papeles con la que toma la forma rela
tiva. (Cada rasgo de la mercancía se convierte en
su antítesis.)
La contradkéión entre la forma relativa y la
equivalenéia.l se trata de resolver lógicamente al re
ducirse ambas a trabajo abstracto , e históricamen
te cuando eJ intercambio dej a de ser eventual . La
sol ución a la contradicción se trata de encontrar
en la forma desarrollada del valor. El desarrollo
de la producción mercantil lleva a una diversidad
cad a vez mayor de productos en el mercado bus
cando su equjvaJente individual que , sin embargo ,
encuentra una i nfinidad de equivalentes. Entre
mayor es el uni versal de equivalentes se estrecha
aún más su posibilidad particular de intercambio.
La forma desarrol lada del va�or no hace sino gene
raHzar la limitación de la forma simpJe . La formz.
desarroJiada despliega, a su vez, las dimensiones
relativa y equivalencia], y sus contradicciones apa
recen desde el momento en que: 1 ) la ecuación de
equivalencia es siempre incompleta; 2) aparece
una multiplicidad de expresiones del valor dispa
res y distintas , y 3) las .expresiones de la forma re
l ativa del valor d e cada mercancía son infinitas y
distintas a las de las otras mercancías .
Las contradi cciones de la forma desarrollada
del valor encuentran lógica e históricamente su so
lución en la forma general del valor, por la cual to
das las mercan cías expresan sus valores en otra
que sirva de equivalente general .
La forma general de) valor expresa la necesidad
de abstraer de la diversidad de equivalentes parti
culares lo común a todos elios, es decir, la necesi
d ad de la aparició n de un equivalente general .
La transición de la forma general del valor a la
1 14
forma dinero sólo está medida por la: costumbre
social e� históricamente, por la producción de oro.
El oro, d ice Marx , como dinero se enfrenta a to
das las mercancías porque ya anteriormente se les
enfrenta como mercancía.
Mercancía-dinero : forma simple-forma dcsa
rrollada-fonna general-dinero . He ahí el hilo con
ductor que lleva de lo simple a lo complej o , de lo
abstracto a lo concreto, un camino que impl ica la
génesis lógica e histórica (en este caso) de las
categorías . con el predominio de lo primero , así
como la presencia y solución de las contradiccio
nes al nivel de las mismas categorías.
En la génesis del d inero lo histórico tiene un pa
pel más importante que en los pasajes precedentes:
1 ) Forma simple. El producto del trabajo es ob
j eto útil en todas las :;ociedades; sólo en una época
históri camente determinada s� convi�rte en mer
cancía. La forma simple del valor es la forma sim
ple de la mercancía y por lo tanto , el desarrollo de
la forma de la mercancía coincide con el desarrollo
de la forma del valor.
2) Forma general . "Evi dentemente, esta forma
sólo se presentaba con un carácter práctico en
tiempos primitivos , cuando los productos del tra
baj o se transformaban en mercancías por medio
de actos de cambio eventuales y episódicos . . . La
forma desarroll ada del valor empieza a presentar
se en la realidad a partir del momento en que un
producto del trabaj o , el ganado , por ej emplo, se
cambia, pero no como algo extraordinario, sino
habitualmente , por o tras diversas mercancías . "
3) Forma dinero. E l oro por la fuerza d e l a cos
tumbre conquista su papel de equivalente general .
Las categorías más .simples tienen la posibilidad
abstracta de las más complej as: el germen de la
1 15
forma dinero se encierra en Ja forma simple. La
forma rv es reducible a Ja forma 1 (ver diagrama
7). ¿Por qué ese camino de génesis histórica? Se
trata de una génesis depurada, a la manera de En
gels y Zcleny.
Dialéctica y movimiento
1 1 (¡
/fo rma rel a t i va
rela tiva
�
A B STRA CTO
eq uival e n c i a !
a equi valencia!
forma
------ general D i n ero
(m) h i s tó r i cam en t e (I V)
1 18
abstracto, sino además su contrario sustantivo: el
valor de uso no es el " 'no valor de cambion y, asi
mismo , el valor no es el "no valor de uso" lógico.
Ambos contrarios se presuponen en l a mercancía
y, dependiendo de las condiciones, puede predomi
nar la cara del valor de u so o la cara del valor. De
esta forma, los aspectos contradictorios no pue
den deducirse de l a lógica, sino de la propia reali
dad.
A la pregunta ¿qué es la mercancía? , l a contra
dicción p uramente lógica dialéctica sólo podría
contestar con la incertidumbre; la mercancía sería
algo y "no algo" , y nunca se podría saber si nos
encontramos ante una mercancía. En cambio en la
contradicción sustantiva, o materialista, la incerti
dumbre desaparece, la mercancía es valor y valor
de uso, no puede �xistir sin el uno y sin el otro, y
ambos en tanto aspectos contradkto:dos �ustanti
vos pueden estudiarse relativamente aislados uno
del otro .
Es posible un análisis del valor de u so y su arti
culación posterior con el valor; asimismo , el valor
en el tratamiento de Marx no siempre se l iga explí
citamente al valor de uso en el análisis , aunq ue és
te sea siempre un presupuesto latente. De esta for
ma es posible medir el valor sin confu ndirlo con el
valor de uso, y es posible captar la calidad "valor
de uso " , sin que interfiera en el análisis el "va
lor " .
Así, l o acientífico d e l a dialéctica d e q ue h abla
Colletti , al negar el principio de no contradicción ,
es un falso problema para la dialéctica materialis
ta. Desde el punto de vista de la lógica del princi
pio de no contradicción , es evidente que no puede
afirmarse nada de un objeto q ue aho ra es y no es
(principio lógico del movimiento). La incertidum-
1 19
brc del conocimiento permanece mientras nos mo
vamos en un plano puramente lógico . Sin embar
go si cambiamo s de plano , a uno más concreto ,
podemos decir que si el principio del movimiento
implica la transformación del objeto, también im
plica la permanencia de rasgos que permiten ha
blar de regularidades y de leyes , por lo cual no se
desemboca en l o puramente contingente. Este
principio de lo regular, que no hay que identificar
necesariamente con lo universal , permite que las
mutaciones del o bjeto se produzcan en el espacio
de lo posible enmarcado por las determinaciones
más abstractas , salvo q ue el cambio sea de tal cali
dad que trastoque las determinaciones más sim
ples del objeto . Pero , en ú ltima instancia, la des
trucción de la estructura también tendría que estar
contenida �n el propio espacio abstracto y concre
to de posibilidac.les. De esta for;na el otjeto real se
transforma y l a imagen conceptual del mismo de
be cambiar; pero en la lógica del concreto
abstracto-concreto la mutación conceptual puede
implicar m utaci ó n en las determinaciones a niveles
di versos de abstracción y, en cambio , continuar la
vigencia de categorías abstractas y sus consiguien
tes espacios de posibilidades de transformación
del obj eto , dentro de los cuales estarán compren
didos los cambios más concretos .
Pensamos que l a dialéctica e n e l primer capítulo
de El capital presenta una fun ción adicional que
especifica la captación del movimiento : la de ser
vir de hilo conductor a l as etapas reconstructivas;
hilo que está íntimamente relacionado con los es
pacios articulados que se van definiendo en el
avance del abstracto hacia el concreto .
Adicionalmente al problema de la dialéctica se
c o n s t a t a en El capital q ue la recons trucción teóri-
1 20
ca procede por etapas delimi tadas por conceptos.
Además, lo histó rico aparece como i l ustración del
desarrollo lógico , como ejemplo h i potético y co
mo génesis histórica. A pesar de lo anterior lo h is
tóri co se vuel ve " d i fuso " en este capítulo , lo cual
no n iega su pertinencia.
}
Forma I: x
de A = y d e B
Forma de A = y de B = z de e = w de
II: X D= ...
Fo rmam: x d e A
y de B
= a de F
z de e
w de O
Forma I V : = 2 onzas de oro
1 21
V . No tas metod ológicas acerca del
d esarrollo del capitalism o en Rusia
1 23
Al parecer desde el in icio de la obra Lcnin deli
mita su objeto de est udio en los términos indica
dos anteriormente haciendo un corte "pragmáti
co " de la realidad, para dej ar pendiente un
análisis más completo del problema del mercado
interno . Este recorte " arbitrario" o pragmático de
la realidad , como paso anterior a la reconstruc
ción , presentará, como veremos más adelante,
consecuencias importantes en cuanto a las conclu
siones teóricas de Lenin en esta obra.
En el plan de l a obra, expuesto por Lenin en el
prólogo a la primera e dición, parece seguir un ca
mino de Jo abstracto a lo concreto. En el capítulo
primero se analizan las teorías sobre el mercado
interno ; en el segundo la diferenciación dentro del
campesinado; en el tercero el proceso de forma
ción de la agricul tu ra comercial y capitalista; en el
quir.to la pequeña industria campesir.a; la manu
factu ra y el trabaj o a domicilio en el sexto; la gran
industria en el séptimo ; y el octavo es una sín tesis
de toda la investigación. De esto s o cho capítulos ,
los cuatro primeros podrían ser consi derados co
mo la reconstrucción de la evolución del capitalis
mo agrícola en Rusia.
A ellos dedicaremos las observaciones que si
guen .
El marco teórico
2 Idem .
das en el primer tomo de El capital. Lenin busca
también en este m arco· rebatir las tesis de los eco
nomistas populistas, según las cuales , la ruina del
campesino como resultado del desarrollo capitalis
ta contraería el mercado interno e impulsaría a la
burguesía zarista a realizar sus productos en el ex
tranjero. Lenin trata de· probar la tesis contraria, a
saber, que la ruina del campesino por el capitalis
mo expande el mercado interno. Esta idea es pro
bablemente la que· sintetiza las hipótesis de Lenin
en esta obra, misma que es deducida teóricamente
en el capítulo primero de El desarrollo del capita
lismo . . .
Las hipótesis derivadas de l a tesis central
podrían ser las siguientes: el desarrollo de.1 c:apita
iismo provoca 1 ) diferenciación social en el cam
pesinado; 2) proletarización de una parte d� los
campesinos; 3) descampenización . Todas estas hi
pótesis son, a su vez, deducidas por Lenin a partir
de la teoría marxista y buscará en los capítulos
subsiguientes verificarlas .
1 26
fundamentales de ese fenómeno y en determinar
su importancia" 3 .
3 Ibídem. , p. 48.
4 Zemst vo : "administración autónoma" local encabezada
por la nobleza en las provincias centrales de la Rusia Zarista .
Sus atribuciones se circunscribían a asuntos económicos pura
:nente locales. Lenin utilizó como fuentes de información un
gran número de obras sobre la comunidad rural y la hacienda
campesina dado que los funcionarios de los zemstvos encarga
d os de recopilar la i nformación para los censos comunmente
falseaban la i n formación, teniendo que hacer un análisis de los
datos para p roceder a su reagrupamiento.
. 27
N Cuadro l . Concen tración de la tierra por estratos de su perficie cultivada
CX)
Pobres
I: no si embra n 1 .5 4.6 1 .0
II: 5 1A 1 1 .7 4.9 1.1 3.5 2.4
III: 5-10 21 . 5.4 1 .2 8 .0 4.7
Medios
IV: 1 0-25 39.2 6.3 1 .4 1 6.4 37.6
Rico s
V: 25-50 1 6. 9 8.2 1 .9 34.5 34.3
VI: 50 3 .7 1 0. 1 2 .3 75 . 0 1 6 .0
1 29
modados es apoyada con cifras acerca de la canti
dad de obreros empleados en cada estrato .
Asimismo , los datos indican cómo los campesi
nos pobres para sobrevivir se emplean como obre
ros , dado sus ingresos insuficientes como campesi
nos .
Lenin concluye en este punto que su hipótesis
inicial es pertinente: el mercado interno crece por
dos circunstancias, la mercuntiliZJJci6n de la pro
ducción agrícola y la trans/ormación de la fuerza
de trabajo en mercancía. .Para precisar aún más la
verificación emprendida y analizar en detalle la
for mación del mercado interno , procede a conti
nuación a analizar cada estrato del campesinado
por separado.
Con respecto a los campesinos acomodados nos
pres�nta los d atos del cuadro 2.
1 30
De este cuadro infiere que los campesinos aco
mo d ados , a pesar de q ue poseen más tierra que na
die por hacienda, concentran una gran proporción
de las tierras compradas y arrendadas; con base en
lo cual se van convirtiendo en pequeños terrate
nitntes y " farmers " . Además , el arriendo y la
compra de tierra implica que ésta se transforme en
mercancía.
Después de concluir que se produce la concen
tración de la tierra por "vías mercantiles " , sobre
todo por los campesinos ricos, analiza lo aconteci
do con otros medios de producción; primero con
sidera al ganado y los aperos de l abranza , como se
puede ver en el cuadro 3 .
1 0.3
II 1 .0
III 1 .9 0.5
IV 3 .2 1 .0
V 5.8 1 .5
VI 10.5 2.4
131
Además , considerando otros instrumentos de
trabajo, señala que 92. 8 0Jo de las ,segadoras de ce
real y heno se encuentran concentradas en el sector
de los campesinos acomodados. Resulta lógico
-expresa Lenin-, que estos campesinos acomo
dados apliquen una técnica agrícola superior al
término medio dada la mayor cantidad de recursos
disponibles. Lo anterior se traduce en mayor efi
ciencia de los campesinos ricos y en que sus costos
de producción sean menores (al respecto cita una
fuente en donde se comparan los costos de pro
ducción por tamafto de hacienda y concluye que
las haciendas grandes son las más eficientes).
Los campesinos ricos son campesi nos aburgue
sados no sólo por los recursos que concentran y su
relación creciente con el mercado , sino también
por el empleo de trabajo asea.lariado .
Del cuadro 4 puede observarse cómo lo!: campe
sinos ricos son los que más emplean trabajo asala
ri ado y cómo la mayoría de las haciendas de este
estrato compran fuerza de trabajo.
% de haciendas
Estrato con braseros
1 3 .8
II 2.5
111 2.6
IV 8 .7
V 34.7
VI 64 . 1
1 32
Una vez analizado el campesinado ri co y con
cluido su carácter burgués, Lenin estudiará a los
campesinos pobres. Estos campesinos están cons
tituidos por aquellos que n o siembran o lo hacen
poco y venden su fuerza de trabajo. Estudiada la
comp ra-venta de la fuerza de trabaj o se completa
rá la panorámica de l a fracción campesina pobre
dinamizando su situación de vendedor de fuerza
de trabajo y cultivador: los ingresos de los campe
sinos pobres provienen de esa venta de su fuerza
de trabajo y también del arriendo del nadiel , como
se m uestra en el cuadro 5.
1 80 97. 1
11 30 38 . 4
111 23 17.2
IV 16 8.1
V 7 2.9
VI 7 1 3. 8
1 33
en tres fracciones : pobre , medio y acomodado;
que se ha dado el predominio de l as relaciones ca
pi talistas de producción y la consiguiente concen
tración de los medios de pro ducción en la fracción
acomodada al parej o de la expropiación de los
campesinos pobres; que lo anterior ha originado la
mercantilización de l a producción agrícola y la
conversión de l a fuerza de trabajo e n mercancía.
A nues tro entender la reconstrucción metodoló
gica del an.álisis de Lenin hasta este punto es el si
guiente : se trata de veri ficar que las relaciones ca
pitalistas de producción predo minan en el campo
rus o ; para ello se dimensiona/iza el con cepto de re
lación capitalista de producción en tres niveles:
concentración y expropiación de los medios de
producción; incremento de la producción para el
mercado; y compra- venta de la fuerza de trabajo
(co mpra por los campesinos aburguesados y venta
por los campesinos pobres).
Es decir , es probable que haya un proceso de
o peracion al izaci ón por parte de Le nin del concep
to de " relación capitali sta de producción" ; sin
e mbargo , como no se trata sólo de constatarla s i
no de cap tarla en su di námica, a cada dimensión
del concepto le debe correspon der su contradi
mensión . Si la relación capitalista se desarrolla im
plica concentración-expropiación de medios de
producció n , me rcantilizació n-decadencia de la
pro ducción de los campesinos pobres y compra
ven ta de fuerza de trabajo. Hasta este punto del
análisis to davía es difícil hablar de captación del
pro ceso , sin embargo la in troducción de la contra
dicción en los ind icadores avisora lo que podría
ser el inicio de la captaci ón del espacio de posibi li
dades en el análisi s . De los datos es tadísticos anali
za dos hasta este momen to , no es posible concluir
1 .< -1
toda vía acerca de la t�ndcncia del proceso capita
lista en el campo, debido a .que dichos datos sólo
representan un punto en el tiempo; pero la articu
lación entre lo teórico y lo empírico abre la posibi
lidad de que el proceso sea en el sentido propuesto
por el au tor.
La operacionalización realizada por Lenin
podría haber transcurrido de acuerdo con el si
guiente esquema:
Conceptos Dimensiones
Categorla específicos básicas
1 35
Los indicadores u ti lizados por Lenin serían los si
gu ien tes :
Dimensiones Indicadores
1 . Medios de pro- - porcentaje de haci endas por
ducción estrato
- personas por hacienda
- área cultivada por hacienda
- porcentaje por estrato de la
superficie total cultivada
- porcentaje de tierra comprada
y arrendada por estrato
- porcentaje de la ti erra de
nadiel arrendada
- porcentaje de los campesinos
que rentan su nadiel por
estrato
- porcc11 táj: de gaaadv y apero�
de labor por estrato
- maquinaria agrícola por
estrato
- técnica utilizada por estrato
(indicador: costos de
producción)
2. Mercantiliza - porcentaje de lo producido
ción de la por estrato , dedicado al
producci ó n mercado
3 . Fuerza de - porcentaj e de haciendas con
trabajo braceros por estrato
1 36
cació n basada en la posesión de ganado de labor
(segundo medio de producción en importancia) .
Esta segunda estratificación l e sirve para destruir
asociaciones erróneas entre "ariablcs, como las in
feridas por los populistas al considerar ci fras me
dias q ue enmascaran la diferenciación social en el
campo . 6
Al estrati ficar por ganado de labor y mostrar lo
i lusorio de la inferencia hecha por los populistas
no hace sino utilizar la técnica de la variable de
control : la variable posesión de ganado de l abor se
asocia a la variable posesió.n de medios de produc
ció n , mostrándose una correl'ación positiva entre
ellas; correlación que no es posible captar con la
utilización de simples promedios.7
-l s c 2 = X2 s ¡
n [ min[(r- 1 ), (c- l l )J ]
r = renglones n = número de datos
c = columna s x = valor de la variable estandarizada
137
2) La d i ferencia entre estratos no es sólo cuanti
tativa, sino que cual itativamente se diferencian
por el " modo de producir ' ' , por el proceso de tra
bajo y las relaciones de p roducción implicadas. En
cuanto al proceso de trabajo porque los estratos
q ue empican maquinaria o aperos perfeccionados,
o bien los que tienen más caballos, están obligados
a aplicar técnicas diferentes que los estratos atra
sados y pobres.
1 38
Cuadro 6. Gastos e ingrt!sos por hacien da (rublos)
A trasos
Ingresos Gastos Cuántos en el
Número de personas Ingresos Gastos Ganacia en en ru blos pago de
por fam ilia totales totales liquida metálico metálico Balance debe impuestos
w
\O
la tendencia se invierte al considerar lo gastado en
la hacienda. El autor concluye que la información
anterior refuerza su tesis acerca de la. existencia de
proletarios y burgueses.
Al comparar el origen del ingreso para cada es
trato, saca en conclusión que lo'S pobres obtienen
sus ingresos de la venta de su fuerza de trabajo y
del arriendo del nadiel , y que se trata de obreros
agrícolas con nadiel.
A continuación, en el cuadro 7 se analiza el in
greso y gastos en metálico por estrato campesino :
I 57. 1 0 54.6
II 46 .47 4 1 .4
III 43 .57 45 . 7
IV 4 1 .47 42.3
V 46.93 40. 8
VI 60 . 1 8 59.2
1 40
ciencia indican lo miserable de la hacienda campe
sina sin caballo y también de la que posee sólo un
ani mal de trabajo. La información empírica seña
la que los campesinos sin caballo o con sólo uno
tienen una alimentación insuficiente y de mala ca
lidad. Al estudiar los gastos en metálico dedicados
a la alimentación puede verse que los campesinos
pobres gastan porcentualmente más que los cam
pesinos medios y ricos, lo que significa que su pro
lctarización los obliga también a depender del
mercado interno para subsistir. Es decir, "la
transformación de los campesinos en proletariado
rural crea mercado, en especial , para artículos de
consumo " . 8
Así, Lenin muestra cómo la proletarización
crea mercado interno , en contraposición a las tesis
populistas que plantl!aban que la r!.lina campesina
0biigaría a los capitalistas a realizar sus merca.'1 cías
en el mercado externo.
Algunas de las más importantes conclusiones de
Lenin en este capítulo son : 1 ) en el campo ruso
predomina ya la economía mercantil; 2) lo "co
munal" ruso (nadiel y mir) no es sino lo pequeño
burgués con una cobertura de instituciones que
traban su desarrollo . El campesino no es antagóni-
�
co al capitalismo sino su base más sólida; 3) se
pro duce en el campo ruso un proceso de descam
penización consistente en la destrucción radical
del viejo régimen patriarcal campesino y la dife
renci ación social de éste ; 4) la diferenciación pro-
ducida en el campo ruso ha dado origen a tres ti-
pos de población rural , el campesino pobre -un
pro letario con nadiel- , el medio y el acomodado;
5) la diferenciación social en el campo crea merca-
1 42
trabajo y sus rasgos disti ntivos eran : 1 ) imperio de
l a economía n atural; 2) los campesinos estaban
suj etos a J a tierra y dispon ían de medios de pro
ducción ; 3) el campesino era dependiente del te
rrateniente y se requería de coacción extraeconó
mica para mantener sujeta Ja mano de obra a la
tie rra, abarcando desde l a servidumbre hasta el
carácter estamental de Ja sociedad; y 4) Ja utiliza
ción de técnicas productivas atrasadas.
En el capítulo tercero de la obra considerada,
Leni n emprende el análisis histórico de l a transi
ción a la economía capi talista en el campo ruso . Al
respecto , l a reforma agraria de 1 861 en Rusia ha
bría tenido importantes efectos transformadores
sobre el régi men de trabajo l l amado de prestación
person al . Con la reforma, la hacienda campesina
se separó de la t�rratenie:ite y obligó a ésta a em
pezar a producir en forma capital ista.
Pero el cap i talismo no surgió de golpe en el
campo ruso , a ello se opusieron: 1 ) la falta de ma
quinaria y obreros que presuponían el paso a otra
fo rma productiva; 2) la prestación personal que
no fue desterrada de cuajo con Ja refo rma, puesto
que partes importantes del n ad iel co nt i n u aro n en
manos de los terratenientes; 3) l a co acción ex trae
conómica asociada a los restos d{' la servidumbre
y el patri arcal ismo. Así pues, se impuso un si stem a
de tr ansición entre la prestación personal y el régi
men capi talista: un régimen que re unió rasgos de
los otros dos . Ahora bien , la exten sión de uno y
o tro régimen de pro ducción Len in lo analiza a
partir de datos como los del cuadro 8 .
E l a u tor concluye del cuadro anterior e l predo
minio de la economía capitalista en la Rusia euro
pe a. Aunque todavía se trata de un régimen de
transición en el que el pago en trabaj o ya sin pre-
Cuadro 8 . Tipo de economía por número
de pro vincias (Rusia europea)
Zonas fuera
Economía Zonas de tierra de las tierras
prevaleciente negra negras Total
Capitalista 9 10 19
Mixta 3 4 7
Pago en trabajo 12 5 17
1 4 .:t
du stria y la relación entre diferenciación social y el
desarrollo de la agri cultu ra capitalista.
Así, termina la primera parte de esta obra con
l as co nclusiones siguientes: 1) se está produciendo
en el campo ruso una diferenciación soci al rápida
que conduce hacia la descampenización, correl ati
va con el cambio del régi men de pago en trabaj o
a l capitalista; 2) l a agricultura comercial s e está
desarrollando y al mismo tiempo se está creando
un mercado interno capitalista al crecer la oferta
y la demanda de mercan cías ; 3) como resultado de
la d i ferenciación social se agudizan las contradic
ciones entre las n uevas clases sociales; 4) el cami
no del capitalismo en la agricultura es diferente al
de la industria. La penetración del capitalismo
puede adoptar fo rmas diversas de acuerdo a las
condi ciones agrarias, j urídicas , a las costumbres,
e t: . La inc!ust:ia agríc0l a , por otra parte, a cife
rencia de otros sectores de la econom ía, no se divi
de por ramas totalmente separadas; se especial i za
en la producción de uno u otro producto para el
mercado , su bordinando los restantes aspectos de
l a agricultura a ese producto principal ; en tanto
que "las formas de la agricul tura comercial se dis
tinguen po r una gigantesca diversidad y varían no
sólo en las distin tas zonas , sino también en las dis
tin tas haciendas " . 10
L.__
H i stórico- Histórico- Empírico-
estructural estructural estructural
D iferenciación
Evolución de - Transición a la f--.. del campesinado
la agricultura economía y creación del
comercial capitalista mercado interno
-- - --
1 46
el momento en que se toman las consideraciones
abstractas de Marx sobre el mercado como marco
�córico , a partir de éste se deducen hipótesis que
posteriormente se operacionalizarán y verificarán.
Lo anterior tiene implicaciones importantes para
ei método de Lenin en esta obra: más que un in
tento de reconstrucción teórica de la realidad se
trata de la aplicación del método hipotético deduc
tfvo, lo cual significa que se hace un uso deductivo
de la teoría11 y que la línea básica de la investiga
ción haya sido la de verificación de las hipótesis.
En este sentido, a pesar de la introducción de lo
histórico en los capítulos m y 1v, la explicación
ctel proceso de diferenciación social en el campo
ruso es resultado de la verificación de las máximas
generales . En el prefacio a la segunda edición de
ia obra critica a Jos mencheviques su " método in
verso de razonar" , que consiste en "hallar respues
tas a l as cuestiones concretas en el simple desarro
l lo lógico de la máxima general " , 1 2 lo cual en
esencia no se diferencia del método que utilizó en
El desarrollo del capitalismo en Rusia. 13 Aunque
no se trate sólo de deducir la explicación sino tam
bién de veri ficarla, la lógica es la misma: el uso de-
I SO
VI . Indicadores y reconstrucción
de la realidad
1 54
nalización no pueden tener ni el mismo papel ni la
misma importancia en las dos perspectivas.
En el método hipotético-deductivo el paso de
las hipótesis teóricas a las empíricas (operacionali
zación) ha tratado de ser formalizado , entre otros,
por L azarfcid, 1 y puede ser esquematizado de la
siguiente manera:
1 1 1
1
1
1
! 1 1
H ipótesis empírica: y - x i , x2.- - - - - - - Xn
Y: Concepto teórico
a¡: Dimensiones
b¡j." Indicadores
y: Ind ice
1 55
P ara Lazarfcld las dimensiones son los aspectos
del concep to que pueden ser deducidos analítica
mente de éste o empíricamente a partir de la es
tructura de sus interrelaciones .
En cambio el indicador es definido como una
operación que comprende, tanto a la observación
como al instrumento de medición, enfocado a en
contrar una cantidad q ue represente una dimen
sión y el indicador sólo queda definido en térmi
nos de probabilidad ; para Lazarfeld es necesario
utilizar un gran número de indicadores . En cam
bio para otros como D ubin , a cada dimensión de
be corresponer un indicador.
El índice es definido como una medi da única de
los indicadores de una variable teórica.
La operacionalización propuesta por Lazarfeld
presenta problemas en cuanto a s us tres pasos:
concepto-dimensiones , dimer.siones-indicadores ,
indicadores-índices . En particular para el segundo
paso, dice Lazarfeld q ue no existe ninguna teoría
formal para realizarlo.
156
con el inicio mi smo del capitalismo; que esta lucha
se desarrolla a lo largo de todo el periodo manu
facturero , pero que el obrero no lucha contra el
instrumen to de trabaj o ("contra la modalidad ma
terial de la existencia del capital ") hasta la intro
ducción de la máquina. Agrega que pasó tiempo
para que el obrero pud iese distinguir la máquina
de su empleo capitalista y que la lucha por el sala
rio en la manufactura presupone a ésta y no va, ni
mucho menos, en contra de ella; el combate en
contra de la creación de manufacturas parte más
bien de los m aestros gremiales y de las ciudades
pri vilcgiadas. 3
Estas posiciones son apoyadas por Marx tanto
desde el punto de vista teórico como histórico :
1 ) "La prod ucción capitalista descansa en el
hecho de que el obrero vende su fuer.za de trabajo
corno mercancía. ' '
"La d ivisión del trabaj o reduce a es a fuerza de
trabajo a la pericia puramente detallista del obrero
en el manej o de una herramienta parcial . " "Al
pasar del manejo de la herramienta a cargo de la
máquin a, la fuerza de trabajo pierde su valor de
uso y con él su valor de cambio . "
Por otro lado, en el maquinismo "el obrero que
no encuentra salida en el mercado queda privado
del valor " ; " los desocupados siguen dos caminos:
uno es la lucha desigual con la manufactura desde
una condición de trabaj ador manual y, dos , aba
rro tando el mercado de trabajo y contribuyen do a
disminuif el valor de la fuerza de trabajo". Es de
cir, hay una base obj etiva para el enfrentam iento
del obrero con la máquina (esto se relaciona con
J K. M arx , lbid . , p. 3 5 5 .
1 57
el problema de la enajenación y de la subsunción
real del trabajo al capital).
2) Marx cita numerosas fuentes históricas que
apoyan sus proposiciones, en particular aporta da
tos sobre los algodoneros ingle.ses y los indios
orientales .
Marx con cluye que es en la era de la máquina
cuando estallan las revueltas contra los instrumen
tos de trabaj o : "donde esta contradicción adquie
r:e su carácter más palmario, es ahí donde las nue
vas aplicaciones de la maquinaria compiten con la
industria manual o la manufactura"; pero "tam
bién en la gran industria la automatización produ
ce efectos aná1ogo.sn. Esto es apoyado teórica
mente y analizando empíricamente el funciona
miento de las fábricas de Manchesttr.
A continu ación Marx establece u na proposición
de mayor grado de concreción (la proposición más
abstracta parece ser aquella de que en el capitalis
mo la maquinaria se enfrenta al obrero de manera
inmediata) : "el aumento del capital por medio de
la máquina se halla en razón directa al número de
obreros cuyas condiciones de vida anula ésta' ' . 4
Luego analiza, a partir de información empírica,
cómo , a mayor intensificación de la producción,
menor el número de obreros empleados por la in
dustria.
La variable intensifi cación de la producción es
analizada a partir de tres indicadores: número de
fábricas , nú mero de telares a vapor y número de
husos para la in dustria textil.
Marx veri fica que para diferentes países y diver
sos años decrece el n úmero de fábricas , telares a
4 K . Marx, /b id . , p . 356.
1 58
vapor y husos, a pesar de incrementarse la produ c
ción . Lo anterior lo resume en un cu adro como el
sigu iente:
País A País A
País B País B
País C País C
1 59
1 1) proposición teórica A mayor intensifi cación
de segundo ni vel : de la producción menor
número de obreros
empleados
{
lll) Operacionalización:
Variable: Intensificación de
la producción.
a) número de telares
a vapor
Indicadores: b) número de
industrias
e) número de husos
Variable: Número de obreros
empleados
l GO
1 ) Permite incorporar mujeres y niños al traba
jo productivo, ya que hace superflua la fuerza del
músculo , depreciando con ello !a fuerza de traba
jo.
2) Permite la intensi ficación del trabaj o .
3) Acentúa l a lucha entre el obrero y l a máquina .
4) Mueve la destrucción de las manufacturas ,
de los oficios manuales y del trabajo doméstico .
El pasaj e analizado se inscribe en el interior de
esta problemática como uno de sus eslabones .
Después de esta parte Marx pasará a estu diar las
relaciones entre plusvalía absoluta y rel ativa.
Del análisis de ese pasaj e es posible concluir lo
siguiente:
l . Que la verificación en el sentido del método
hipotético deductivo aparece con un contenido y
ur.a función diversa a aquél . La " verificadón" se
encuentra subordirn1da a la reconst!"ucción teóri
ca. Por otro lado, no hay mecanismo en la bús
queda de la veri ficación de cada aserto teórico .
2. Del proceso reconstructivo se derivan "hipó
tesis subsidiari as" , derivadas lógicamente del mis
mo , sin que haya homología entre cada paso re
construido y las hipótesis empíricas manej adas.
3 . La verificación de tales hipótesis subsidiarias
es una de las formas de asentar el concreto pensa
do -en pro ceso de reconstrucción- a la realidad;
es uno de los papeles de lo h istórico y de la praxis,
las que globalmente consi deradas probarán la re
construcción. En esta medida, el proceso recons
tructivo no concluye con la verificación de hipóte
sis sino con la reconstrucción teórica del objeto .
En el método del concreto-abstracto-concreto el
punto culminante del mismo es la construcción del
concreto pensado ; en ese momento se alcanza Ja
explicación y ésta coincide con la construcción del
1 6�
objeto , puesto que en una concepción abierta de la
teoría, éste no puede ser construido al inicio de la
investigación , sino que tiene que ser especificado
al calor de la propia reconstrucción teórica.
4. No existe una hipótesis o conj unto de hipóte
sis a ser verificadas previamente a la reconstru c
ción. Las hipótesis como ' ' hipótesis subsidiarias "
se generan en el propio proceso y en él se operacio
nalizan y veri fican. En esta medida adquiere pre
sencia operativa la subordinación de la causalidad
a la totalidad.
5. Este papel de lo histórico como empírico
constata Ja o bservación de Colletti de que la teoría
en el m arxismo sufre una doble verificación , 5 una
como empírico y otra como proceso histórico glo
bal . Es decir, lo histórico, en su cara empírica,
acepta en el m arxismo un tratamiento veri ficacio
nista con sus implicaci�:mes de operacionalización
y uso de indicadores , a condición de quedar subsu
mido en el proceso reconstructivo .
1 63
y el uso de los intuitivos forma parte del compo
nente de incertidumbre de todo conocimiento . Por
ejemplo , si se busca como i ndicador del valor a1
precio, el movimiento de los precios no siempre
significa movimiento en los valores puesto que el
precio depende de más determinaciones que el va
lor. Expresado matemáticamente tendríamos las
siguientes relaciones entre precios y valores:
y como
dP
= 1 + g
dv
dP
= V - Pu
dg
1 64
dP
= l + g
s
sistemático . Evidentemente siempre será mej o r un
indicador sistemático cons truido estrictamente
con base en el paradigma utilizado que otro prove
niente de otro paradigma; sin embargo, lo dicho
para los indi cadores intuitivos es válido para el pa
so de indicadores de un paradigma a otro : bien
porque la teoría sistemática no sea capaz todavía
de permitir la reconstrucción de un indicador, o
bien por cuestiones de economía en términos de
poder generar la i n formación deseable . El uso de
indicadores de un paradigma a otro no p uede ser
descartado , a condición de ser mediado por la re
flexión acerca de sus determinaciones y aquellas
deseables para el concepto que se qu iere reflejar.
Recapitul ando n uestras consi deraciones sobre
los ind icado res en el marxi smo , podemos decir
que la operacionalización y el uso de i ndicadores
no e s , en s<:: n tido estricto , para veri ficar d i recta
mente la reco nstrucción sino que sólo constata que
los pasos lógi cos tienen consecuenci as fe no méni
cas verificables . En el camino de lo abstracto a lo
concreto , en el pensamiento se h acen simplificacio
nes que reducen inicialmente la reali dad a su "m e
dida ideal " ; a estos supuestos simpli ficado res Go
delier les llama hipótesis (designación equi vocada
según nuestro criterio). Si la vía de lo abstracto a
lo con creto tiene su paralelismo con aquella q u e va
de lo simple a lo complej o , n o es de esperarse la
"verificación " en sentido positivista de lo abstrac
to pu esto q u e del co ncepto abstr acto al indicador
empírico resta to do un camino reconstructivo y
nuevas determin aciones , diversas a l as co nten i d as
en el con cepto abs tracto .
El p roblema de l a verificación en el método h i
potético deductivo tampoco es una cuestión senci
l l a , au nque aparente serl o , p o r lo menos en cu anto
1 66
a sus implicaciones epistemológicas . En este cam
po habría dos posiciones fundamentales:
1 ) La verificacionista propiamente dicha, es
quema tizable en las siguientes fórmulas:
A B
a b
C1 C2
(aquí la flecha no significa causa sino secuencia
generativa o génesis lógica); e hipótesis sustanti
vas subsidiarias de la forma hipotético deductiva:
teórico c1 c2
empírico c 1 c2
1 67
Esto porq ue en la recon strucción, al pasar de la
categoría c1 a la categoría c2 l a relación que entre
ellas se establece no es de causalidad sino de géne
sis teórica (también histórica) . El esquema entre
pasos lógicos e hi pótesis subsidi arias sería más
bien de la forma:
1 68
A nexo :
Las antinom ias de Lucio Colletti
69
lado lo particu lar específico , lo finito, para consi
derarlo i n mediatamente como infinito. Lo
abstracto se construye negando no algún aspecto
de lo concre to , sino todo lo concreto . Asimismo ,
la vuelta a lo múltiple se concibe como deducción
a partir de lo abstracto , mani festación t ambién
abstracta de lo infinito. La dialéctica de lo finito
en Hegel no es sino la anulación del mundo y su
reducción a la idea.
P ara Collctti, mostrado el carácter idealista de
la dialéctica hegeliana esta dialéctica no puede si
no descmpciiar, como desempeñó en Hegel, un
papel mistificador; l uego, no procede retomar la
dialéctica hegcUana en un contexto material ista,
porque su " n úcleo racional " es idealista. A nues
tro entender el problema no es tan simple, éste se
puede traducir a otros términos : ¿Es posib!c la in
corporación de categorías que en un sis tema tienen
un papel mistificador a otro sis tema en donde de
sempeñan el papel opuesto? Al pasar una catego
ría de un sistema a otro (v. gr. el con cepto de valor
en R icardo y en Marx) tiene que sufrir una rees
tructuración total y una ubicación adecuada a la
nueva articulación. Es decir , la dialéctica hegelia
na no puede ser trasladada simplemente con el
agregado del reconocimiento de Ja objetividad de
Jo fi n i to.
El probl ema puede ser compl icado aún más.
Parece claro , aun en Engels , que la dialéctica no
es de igual n aturaleza que las leyes de las ciencias
parti culares , que esta di aléctica es concebida como
concepción científica del mundo , que su "cientifi
cidad " no implica su " verificació n " directa, a la
manera de las leyes cientí ficas . Toda racionalidad
tiene detrás determinados presupuestos , no veri fi
cables en el sentido convencional del término , pe-
ro operantes en las prácticas científicas , influyen
do en dichas prácticas y sus resultados. Pudiera
ser que la dialéctica, más que ciencia de la ciencia,
fuese un conjunto de enunciados sobre Ja realidad,
de carácter no teórico y que como tales no estuvie
sen sujetos a contrastación .
Por otro lado, Colletti trata de criticar al mate
rialismo dialéctico con base en la crítica a Hegel.
Para Hegel la filosofía debe constituirse en ciencia
de las ciencias . El desprecio hacia lo concreto es
extendido al desprecio hacia las ciencias particula
res; así como lo concreto debe ser negado, los re
sultados de las ciencias deben ser trascendidos en
la filosofía y específicamente en la lógica. De esta
manera, la ciencia de la naturaleza se convierte en
filosofía de la naturaleza, la cienci a social en filo
sofía sociaJ .
L a lógica del movimiento social y natural será
l a misma porque lo concreto , lo específico, debe
ser negado por irreal, por no poseer su ser en sí
mismo sino en otro. Como dice Marx, a fuerza de
abstraer de todo sujeto los pretendidos accidentes,
animados o inanimado s, ho mbres o cos as , tene
mos razón al decir que -en Hegel - en la última
abstracción se llega a tener como sustancia las ca
tegorías lógicas.
"Al ser reducida toda cosa a una categoría lógi
ca, y todo movimiento , to do acto de producción
al método , se deduce natural mente que todo con
j unto de productos y de producción, de objetos y
movimientos, se reduce a una metafísica aplica
da. " 1
171
Collctti, extendjendo la crítica de Hegel al ma
terialismo dialéctico (habiendo probado el
carácter .idealista de la dialéctica hegeliana), agrega
que Engels .se equivoca al tratar de aplicar la dia
léctica de Hegel a las cosas, que en cambio se tra
taría de ver cómo la materia, las cosas, contribu
yen concretamente a estructurar la nueva dialécti
ca.
Agrega que Hegel llegó a las leyes de la
dialéctica con un método y una concepción idealis
ta del m undo ; por tanto, estas mismas leyes están
preñadas de idealismo y no basta con adj udicarlas
como propiedades de la realidad y no sólo del pen
samiento.
Para el m aterialismo , dice .Colletti , plantear le
yes genéricas a la manera de Engels, independien
temente de su o rigen, implica de por sí el haber lle
gado al método absoluto . a abstraccioPes fan
genéricas que son i ndepend ientes del obj eto , a una
lógica hegeliana. Específicamente, dice Colletti
criti cando a las leyes de la dialéctica: A) "la ley se
confirma en todos los casos, porque confirmación
de ella no hay en ningún cas o " ; B) "que una ley
que no explica ningún proceso particular no expli
ca nada, y por tanto no es una ley " , y C) "que la
omisión por la ley de todos los movimientos con
cretos , impl ica una ley idealista " .
Para Colletti, las leyes de la dialéctica, al hacer
abstracción de los . movimientos concretos, omi
tiendo las particularidades, se con vierten en leyes
idealistas.2 La relación dialéctica entre lo general
1 72
y lo p articular la reduce Collctti a la relación entre
materialismo e idealismo . Para éste, si se toma en
cuenta sólo lo particular, los movimientos particu
lares , tendremos una posición materialista, en
cambio si se trata de abstraer proposiciones gene
rales se caerá en el idealismo. Olvida que Marx, en
la introducción del 57, nos habla del papel que en
el conocimiento tienen las proposiciones comple
tamente generales (aquéllas que son válidas para
todos los periodos históricos). Es edvidente que
sólo a partir de esas categorías generales es imposi
ble explicar los procesos particulares , pero son ca
tegorías que claramente tienen un papel en la for
ma de conocer marxista (el que sean categorías ge
nerales no implica que adquieran el carácter de
absolutas; son generales en tanto "se cumplen en
todos los casos particulares"). Al cri ticar Colletti
el que Er.gel:; abstraiga leye:; "dcrr.asicido genera
les ", no puede establecer a priori los límites entre
lo que él llama los movimientos particulares y el
movimiento "idealista sin contenido ". Los movi
mientos particulares que las ciencias posi tivas es
tudian y a partir de los cuales se han abstraído le
yes , son a su vez abstracción de singularidades,
abstracciones de otros movimientos "más" parti
culares.
Col/etti extiende su crítica al materialismo
dialéctico a partir de la argumentación anterior di
ciendo que las leyes de la dialéctica no son leyes,
puesto que no explican ningún proceso particular.
Al respecto diría Engels : " Y a es una falta de
comprensión total de la naturaleza de la d ialéctica
el que el Sr. Dühring3 la tome como un instru-
1 73
mento de mera prueba, al modo como puede con
cebirse, por ejemplo, limitadamente·, la lógica for
mal o la matemática elemental , incluso la lógica
formal es ante todo método para el hallazgo de
nuevos resultados, para progresar de lo conocido
a lo desconocido y eso mismo es la dialéctica" . 4
Finalmente , Colletti impugna l a afirmación de
Engels de que estaría en proceso de conformación
una nueva ciencia dialéctica contrapuesta a la
ciencia metafísica. Tal ciencia, expresa, no existe.
En cuanto a Ja dialéctica de Ja naturaleza en su
versión engelsiana, la. crítica de Colletti procede a
mostrar el carácter idealista c!e la dialéctica de la
naturaleza de Hegel .
En Hegel la dialéctica de la naturaleza se puede
resumir en l a siguiente fórmula: la naturaleza, co
r.lo fü�itc , es i nfinita, lo real es racional . Lo finito
es infiníto, una ces.a "es" y " no es" y esta contra
dicción da origen al movimiento . Colletti concluye
de su análisis de Hegel que el primer dialéctico de
la naturaleza es el filóso fo clásico alemán.
A pesar de la declaración de materialismo de la
di aléctica engelsiana, dice Colletti que su concep
ción es la misma que la de Hegel porque: A) todas
las proposiciones fundamentales de la " dialéctica
de la materia' ' fueron formuladas originalmente
1 74
por Hegel ; B) el materialismo dialéctico se ha limi
tado a transcribirlas a partir de los textos de He
gel , incluso los ejemplos de Engels en la Dialéctica
de la naturaleza son los mismos esgrimidos por
H egel en su Ciencia de la lógica.
Coincidimos con Colletti en cuanto a que la
dialéctica hegeliana no es parcialmente materialis
ta sino profundamente idealista. Sin embargo, si
gue sin resolver el problema de si la expresión má
xima del idealismo puede servir de fundamento (al
menos no teórico) a la expresión máxima del mate
rialismo. Si por tanto , el idealismo de Hegel puede
superarse en un materialismo dialéctico que impli
que u na concepción del mundo que de alguna ma
nera influya al proceso del conocimiento y a las
praxis concretas.
Colletti en uno de sus últimos trabajos, "Mar
xismo y dialéctica", s replantea sus críticas a Ja dia
léctica a partir de algunas anotaciones de Marx
contenidas en La crítica de la filosofía del Estado
de Hegel; Marx afirma en esta obra juvenil: "los
extremos reales no pueden medirse entre elJos ,
precisamente por ser extremos reales . Pero tampo
co precisan de mediación alguna, pues son de na
turaleza opuesta. No tienen nada en común el uno
con el otro , no se requieren ni se integran " . De es
to concluye Colletti q ue es tiempo perdido hablar
de "dialéctica de las cosas" . M ás adelante trata de
reafirmar esta tesis apoyándose en Kant: "La opo
sición es o bien lógica por contradicción o bien re
al , esto es sin contradicción " . Así pues , en la
oposición real hay también negación , anulación ;
1 75
pero es negación de un tipo completamente dis tin
to del de la contradicción.
En resumen, Colletti distingue entre "contra
riedad• ' (oposición real) y contradicción (oposi
ción ,lógica, racional). En otras palabras, la reali
dad no sería intrínsecamente dialéctica sino que la
dialéctica sólo sería inherente a cierto tipo de pen
samiento. Colletti, consciente de la "contradic
ción" (para usar su terminología) en que caería si
planteara simplemente la existencia de una razón
dialéctica y una realidad no dialéctica sin sus debi
das mediaciones , trata de conciliar los términos de
la contradicción. A sabiendas de que para Marx
las categorías sociales son dialécticas y de que és
tas expresan relaciones reales (lo cual es conse
cuente con la ' ' abstracción determinada" de Marx
y de Colletti), este último plantea qt1e si el marxis
mo ve las relacion�s sociales capitalistas cosifica
das, luego las, categorías que lo expresan son dia
lécticas; lo cual no significa que la realidad social
lo sea. Una conclusión que se puede sacar de Co
lletti es que la dialéctica sólo opera en lo social y
en el capitalismo. Pero Colletti olvida que al mar
xismo no le interesa sólo expresar las relaciones
"invertidas " , cosificadas, sino ponerlas sobre sus
pies . No basta, por ejemplo , refiriéndonos al feti
chismo del capital de préstamo , señalar que el di
nero a préstamo aparece como "dinero que pare
dinero", sino que, profundizando en las relacio
nes reales y expresándolas en categorías , el marxis
mo trata de desentrañar el origen de la ganancia
del capital de préstamo . Pensamo s que Colk.tti no
logra establecer la medi ación entre categorías dia
lécticas y realidad social no dialéctica.
El problema fundamental con respecto al ma
terialismo dialéctico y a la di aléctica de la natura-
1 76
leza podría plantearse en los siguientes términos:
1) ¿son las leyes de la dialéctica y la concepción
di aléctica un conocimiento a la manera de las leyes
sustantivas? y 2) ¿la dialéctica como concepción
del mundo abre la posibilidad del cuestionamiento
de la racionalidad legitimada como científica has
ta ahora y su superación?
En cuanto a la primera cuestión coincidimos
con Colletti en que las llamadas leyes de la dialéc
tica no tendrían, por un lado , la función deductiva
de las leyes científicas en cuanto a derivar de ellas
hipótesis a ser verificadas; por otro lado, tampoco
jugarían el papel de teoría en una reconstrucción
particular de la totalidad. Es decir, de acuerdo con
los criterios de cientificidad prevalecientes hasta
ahora, las leyes de la dialéctica no podrían ser con
sideradas como tales. Asimismo, el presupuesto de
una legali do.d dialéctica al m argen de los obj etos
recuerda a Hegel y en el mejor de los casos al posi
tivismo.
Sin embargo , como hemos expresado anterior
mente , es distinto hablar de ciencia que de concep
ción del mundo y los problemas que se abre, por
tanto , son: 1 ) si las concepciones del mundo tienen
un papel en el conocer científico y, 2) si la dialécti
ca en l ugar de ciencia debe ser considerada simple
mente como concepción del mundo . Con respecto
a lo primero , pensamos que detrás de toda racio
nalidad hay implícita o explíci ta una concepción
del mundo. Por ejemplo, en el cri terio de los filó
sofos de la ciencia de matriz positivista, la concep
ción del mundo que implica la homogeneidad de
éste en cuanto a no distinción entre ciencias mnemo
téticas e ideográficas. Esto, que no es demostrado
en el sentido de la verificación sustantiva, es racio
nalmente apoyado pero imposi ble de constituirse
1 77
en una ley científica en el sentido estricto del
término.
En cu anto al segundo problema, l as numerosas
consideraciones acerca del papel de la dialéctica en
Marx es posible que apoyen la idea de Engels de
la d ialéctica como concepción del mundo . Con
cepción del mundo que por su carácter de "no
ciencia" no estaría suj eta a verificación en un sen
tido tradicional pero sí a verse apoyada en los re
sultados de las ciencias particulares . Concepción
del mundo en donde se articulan ciencia e ideolo
gía, idealismo y materialismo, objetividad y teleo
logía. Concepción del mundo no sólo en cuanto a
valores para la acción sino también en cuanto a
consideraciones sobre lo real que no adquieren por
esto la calidad de leyes científicas: guía para la ac
ción y el conocimiento , y no conodmiento científi
co .
Detrás del problema de la dialéctica se encuen
tra la cuestión de cómo aprehender el objeto en
movimiento . De acuerdo a la concepción marxista
del movimiento, és te puede implicar cambios no
sólo en forma sino también de con tenido en el ob
jeto; un cambio de con tenido en el obj eto puede
significar la reformulación de sus leyes de funcio
namiento y transformación. En este contexto , la
gran limitación lógica del principio de no contra
dicción es su incapacidad de captación de las transi
ciones en los con tenidos del objeto en movimiento .
La incapacidad del principio de no contradicción
para captar el movimiento en su máxima expresión
es Ja misma que la del uso de Ja hipótesis en la in
vestigación científica .
S i n embargo , e l movimiento permanente del
objeto no implica la negación de la legalidad , de
lo regular , y en esta medida se abre Ja posi bilidad
1 78
de la teorización, pero de una teorización capaz de
entrever los desarrollos potenciales del objeto.
La dialéctica y en particular la contradicción
dialéctica pudiera ser una forma de solución epis
temológica a la captación cognoscitiva del movi
miento y a la inclusión en la teoría de Ja " posibi li
dad abstracta" , como posibilidad de cambio y
como límite a la conti nuidad de lo permanente.
Pero la contradicción puramente lógica no es ca
paz de resolver el p roblema del movimiento puesto
que entra en oposición con la necesidad científica
de la verificación. 6
Sin embargo, caben dos posibles concepciones
alternativas a la de la contradicción dialéctica co
mo lógica: 1 ) la de la oposición real en el sentido
manej ado por Colletti sin i mplicar esto la inclusi
vidad de los contrarios y 2) Ja de la contradicción
diaiéctica sustantiva, es decir Ja inclusividad de los
contrarios pero contrarios no lógicos sino sustan
tivos ; contrarios que habría que descubrir y no de
d ucir. Así, en la contradicción inherente a la mer
cancía entre valor de uso y valor, los elementos de
esta contradicción tendrían que ser descubiertos y
al descubrir uno de los polos de la contradicción
el otro no queda lógicamente definido . El valor no
es simplemente el no valor de u w sino específica
mente cantidad de trabaj o incorporada en deter
minadas condiciones históricas de Ja producción.
AJ definir el valor de uso es imposible i n ferir el
contenido del valor por la negación lógica del va-
1 79
Jor de uso. En esta me dida la mercancía es valor
y valor de uso y no simplemente valor y no valor.
Así, los polos de la contradicción sustantiva pue
den ser verificados separadamente y el principio
de no contradicción utilizado en la verificación
parcial sin negar por ello la contradicción entre va
lor y valor de uso. La contradicción sustantiva im
plica al principio de no contradicción subordinán
dolo al principio del movimiento .
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