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VI. LOS TONTOS RACIONALES: UNA CRITICA DE LOS FUNDAMENTOS CONDUCTISTAS DE LA TEORIA ECONOMICA* Anarva K, Sex EN su Mathematical Psychics, publicado en 1881, afirmaba Edgeworth que “el primer princi la Economia es que cada agente ests movido slo por su propio interés”? Esta concepcién del hom: bre ha sido persistente en los modelos econdmicos, y la naturaleza de la teoria econémica parece hi berse visto muy influida por esta premisa basica En este ensayo me gustaria examina algunos de los problemas surgidos de esta concepcién de los seres humanes. Tomado de Philosophy and Public Affairs, 6, 1976 197, pp. SITS, * Esta conferenia de Herbert Spencer, pronunciada en 1a Universidade" Ovid en octubre de 101 aparccest en Scenifie Modes and. Man, comp. 1h Hatt (posi pe Dicacin, 1878) 4e reproduce aqui graces al amnble pr miso eoneedido por Is Owlord Uicosy Paess Agiadeno Tos tills comentaios formnlados sob uns nesta ante rior por ls decor de esta tevista y por Ake. Andean, Teast Berlin, Frank Hh, Marti Tl Janos” Korma Derek Pari Chubtopher Peacocke y ior Sctowty “TE. ¥. Edgeworth, Mathematica! Pychion stn Boy on ‘he Application of Mthematce to he Move Scones, (los ‘rs 1) pe. Y LOS TONTOS RACIONALES ns Mencionaré que el propio Edgeworth estaba bien consciente de que st primer principio de eco tromia no era partcslarmente reali En efecto, rela que “el Hombre conereto del siglo x0x es en Su mayor parte un egotsa impuro, on wtitarista Initio"? Foto plantea el interesante enigma de Ta Tard de que Edgeworth dediara tanto tempo y talento a desarollar ‘una Tinea de investigacién tayo primer princpioconsideraba fabo. Nos trata de saber por qué dean empleaiseabstaecio mes en la investigation de Tas cuertoncsecondm'cas generates la naturalera de In invesigacon hace fue esto sea inevitable sino por qué habrom de eseoger un supussto que no slo consideramos i onecto en detalle sno Tandamentalmente equive Cato, Como podremos observar esta cuestion iene tun fnterés continuo tambien para Ts economia me dena, or lo que toca a Edgeworth, una parte do 3s {que no consideraba fandamentalmente erado nizadora de la ganancia, 0 por lo menos To hacen. con tanta frecuencia que este supuesto general re- ssulte apropiado para la teorfa econémica. La pte- sencia de respuestas que no maximizan Tas ganan- as, incluidas las verdaderas, revela de inmediato Ja presencia del compromiso como parte del com: portamiento. Esta cuestidn es pertinente también para la bliografia reciente sobre la votacién estratégica. Re- cientemente se han establecido varios resultados analiticos excelentes que demuestran la imposibi- lidad de que cualquier procedimiento de votacién sutisfaga clertos requerimientos elementales y haga de Ia votacién honesta la estrategia maximizado- ra de la ganancia para todos No se cuestiona la rsints, Economie Efficiency. and Ethic", mimengrafiads (Universidad de Harvard, ‘Enimating De senator Pubic Goods’ An Experiment’, European Feo nomic Review, 8 (1572. ‘TA. Gibbard, “Manipulstion of Voting Schemes: A Ge aneral Rest”, Feonometrice, 41, (1979, Me A. Saterthwaite, "Strategy prosiness and Arrows Conditions", Joursal of Poonoaie Theory, 10-1873}; De Schmeidler y HL. Sonnen- Eien “he posiblty of Non anipulable Social Choice Konctions” eats, Uoivenidad -Nonihwestern, 1974); Be Duta y P.'Re Pattanai, "Oa Nicely “Consistent. Voting ffscucla de Eeonomia de Delhi, 1978); P. K. Pautanaik, "strategic Voting without Collusion under Bi FAORM Democratic Croup Decsion Rules", Review of Teonomie Studies, 42 (3); B- Peleg, “Condstent Voting Steen" Gnotiwio de Maremitcas, Universidad Hebrea, Jaowstén, 1970, A. Gibbard, "Social Decision, Sat Behavior, and Best Outcomes: An Smposblity Rest” 188 108 TONTOS RACIONALES correccién de estos resultados, gpero es correcto el supuesto de que los individuos tratan siempre de maximizar sus ganancias personales en su compor- tamiento de votacién? En las elecciones grandes, resulta dificil demostrar que cada votante tiene alguna esperanza reai de afectar el resultado con “su voto, y si la votacién implica algin costo, la ganancia neta esperada de Ia votacién puede ser Upicamente negativa. Sin embargo, todavia puede ser muy elevada la proporcién de votos en grandes elecciones, y en otra parte he tratado de demostrar que, en tales clecciones, los individuos pueden es tar guiados a menudo “no tanto por la maximiza- cidn de la utilidad esperada come por algo mucho mis simple, o sea el deseo de registrar su verdadera preferencia’.*® Si este deseo relleja un sentimiento de compromiso, el comportamiento en cuestidn no corresponderia a la visién del hombre en la teoria econdmica tradicional La cuestién del compromiso es importante en va- rigs otros contextos econdmicos3! Es fundamental Ensayo para Discusiéa mim. 224 (cess, Universidad Northwester, 1976) © Vinee AK. Sen, Collective Choice ond Social Welfare (Edimbusgo y San Francine, 1970). pe 16 © Vease la exposicin que’ prevnia’ Ragnar Trich de ta rnccesdad de “uh fundamentateérico reals para ls po ies social”, en su “Samarbeid melon Plitikere og oko. hometrikere ‘om Formuleringen. ay Politike Pyeierenemser™ (Gexialokonomen, 1971). (Estoy en deuda con Lit. Johan fen, quien tradujo pata mi las porcoics pertinent, de ee eruayoy) Véase tambien J. A. Mislocy "Fhe Eouomles LOS TONTOS RACIONALES 19 para el problema de 1a motivacién del trabajo, cuya importancia para la produccién no puede pasarse por alto. Es sin duda costosa, y quizd imposible, la elabo. racin de un sistema de supervisién con recom- pensas y castigos de tal manera que todos tengan incentivos para esforzarse. Por lo tanto, todos los sistemas econémicos han tendido a depeuder de 1a existencia de actitudes hacia el trabajo que t€ co- locan por encima del cilculo de la ganancia nev derivada de cada unidad de esfuerzo. El acondicio- namiento social desempefia aqui un papel muy iu portantes? Estoy persuadido de que las actuales dificultades econdmicas de Gran Brevana_tienen mucho que ver con problemas de la motivacién para el trabajo que enen fuera de la economia de Tecompensas y castigos, y una de las razones de que los economistas parezcan tener tan poco que apor tar en esta area es Ia omision, en Ja teoria econd- mica tradicional, de todo este tema del compro miso y las relaciones sociales que lo rodean.* of Charitable Contributions", Reunidn de la Sociedad Eco hométria Europea (Oso, 157 SiVease A. Tox, Beyond Contract: Wo ‘Tras: Relations (Landes, 1974): HM. G. Nutainger, “The Firm a6 Socal Institution: The Failase of 9 Contactaian Viewpoint, Ensiyo de Trabajo nm, 82 (Inttato. Ald Weber, Universidad de Heldelerg, 197). "= "Tampoce... debemes olvidar Is medida en que Ik teorla eonvencional pasa por alto ta forma y 1a ra°dm_ por 1h que te organi st tabajo dentto de la emprea ye SStabecimlento, lo que. poirismos llamay_ las vrlacones fociales, del procea We produccdn”, R.A. Gordon, “Rigor fand. Relevance in 2 Clanging.Instivstional Setting", Dis fio Presidencial, avmeican Beouomie Review, 6. (1976) 200 LOS TONTOS RACIONALES Por supuesto, estas cuestiones se conectan con la ética, ya que el razonamiento moral influye sobre nuestras acciones, pero en un sentido més amplio se trata de cuestiones culturales, entre las que se ineluye Ja moral. En efecto, para mencionar un ‘caso extremo, uno de los objetivos primordiales de ‘la “revolucién cultural” china fue el incremento del sentido de compromiso teniendo en mente los resultados econémicos: “el objetivo de Ia Gran Re- volucién Cultural Proletaria es una revolucién en la ideotogia del pueblo, para alcanzar resultados mayores, mis rapidos, mejores y mis econdmicos en todos los campos del trabajo”. Por supuesto, China estaba experimentando con una reduccién extaordinaria del papel de los incentivos mate riales en Ia produccién, lo que seguramente habria incrementado el papel asignado’ al compromiso, pero aun dentro de los sistemas de pagos tradicio. nnales, suele recurrirse en gran medida a reglas de condiucta y modos de comportamiento que van mis Vease también R, Dahrendort, Cless and Class Confit in Industria Society Gtantord, 1958); 0. E, Williamson, “The Evolution of Hierarchy: An Esay on the Organization of Work", Ensayo para Dicusiéaauin. 91" (Universidad de Pensilvana, 1970); y S.A. Marglis, “What Do Bose Do? ‘he Origins and Functions of Hierarchy in Capitalist Pro Auction", Heview of Hadical Political Economics, 6 (1974. "The Decision of the Central Committee of the Chinese Communist Party Concerning the Great Proletarian Cult fal Revolution", adopiada ef § de agosto Ge 1965, spr Gucida en Joan Robinson, The Cultural Revolution, ta China (Harmondsworth, 1960). Vease temblén A. K. Sen, On Economie Inequality (Oxford, 1973}: y €. Riskin, “Ma fm and. Mouation: A Discusion of Werk. Motivation tn China”, Bulletin of Concerned dian Scholars, 873. LOS TONTOS RACIONALES 20 AIlé de 1s incentvos enictamente econémicos* Cuando se administra una organizacion enteramen- te mediante incentives de ganancia pertonal se etd Condenado al iracao, ‘Mis adelante veremos lo que podfa encontrarse deris del semide de compromiso. Ahora quisiera Subrayar que la moral'o Ia cltura en que basa tal sentimfento podria ser mas bien estecha, muy Iejana de la getnezs de enfoques tales como el tlterismo, Las “colusiones implica” que se han otervado en el comportamiento emprestal de fos sligopoioe parceen baste en un sistema de om fianea matun y un sentido de responsabilidad que tine limites Bien definidey, de modo que los In temtes de “universalizcion” de la misma. cate de tomportamiemo a otras sferas dea acc uc den fesulare extraios. Se trata de manera predsa de una cucstin de dcica empresarial que se upone ‘plicable en un campo ericamente Hinitado. De igual modo, en las negocaciones saa fales y los contratoscolectives, puede tener limits bien Aefinids el sentimiento de solidaridad en ambos tandos, y quizi no encaje nada bien en un enfo gue tai tomo el del uliarinmo general, El au puewo implicxo de Edgeworth ances mencionalo, nel senido de que el egotmo y el ilitaisma agotan las poubilidades de motivaciones alterna tas serd espedialmente strlen este contesto. Es pile que el campo del compromio tea extens, que el compromio basado en el wiltarime y © Véase Williamson, “The Bsaluion of Hieratchy", dow de apatece un andliss rico de fa literatura recente sobre feta res | ane LOS TONTOS RACIONALES ottos sistemas morales universalizados constituya tuna parte relativamente pequefia del conjunto total. leh veces se critica Ja teria ccondmica de Ia ut Tidnd “que se relaciona con la teria del com povtaniento racional~ por ser demasiado str Toraday se aloga que Tot sres humanos son "ms Spleen la veidad, Si nuestvo argumento es onleto tasta aqut, ccurtrd.precsamente lo com tear la toria tradicional Gene muy escasa es tractra. Se asigna un ordenamfento de preteren aque este ordenamiento rfleje nos inteese, repre cena su bienestan, resume su idea de To que de- Biera hacerse,y describe sus eleeciones y st com poramiento elective, zPodrd hacer todo eso un Srdenamiento de prefrencis? Una persona ast des Grit puede set “Taciona™ en el sintida Tinitado tniento de cleceién, pero si no puede wtilirar estas distincones entre concepton muy diferentes, dive tnos que eum tonto. En efecto, el hombre’ pure C1 punto de vista soa. a teorin econdmica se tha oeupado mucho de este tonto racional arrella nado en le comodidad de sa ordenamiento tinico de preferencas para todos lov propositos. Neces Jos diversossconeaptos relacionados Con su compar ‘Que clase de estructura necesitamos? Lt impor an 110s TONTOS RACIONALES 208 tante distincién de John Harsanyi, entre las prefe- rencias “éticas" de una persona y sus preferen- cias “subjetivas", abre un campo mis amplio: “las primeras deben’expresar lo que este individuo refiere (0 preferiria, mejor dicho) de acuerdo con Consideraciones sociales impersonales exclusivamen- te, y las ultimas deben expresar lo.que en efecto, prefiere, sobre Ia base de sus intereses personales } cualquier otra base”** Esta estructura doble nos permite distinguir entre lo que considera bueno tina persona desde el punto de vista social y 10 que considera bueno desde su propio punto de vista. Presumiblemente, Ja simpatia interviene en forma directa en la Hamada preferencia subjetiva, pero el papel del compromiso queda poco claro. En la medida en que se cree que las preferencias “Gubjetivas” de tna persona “definen su funcién de uutilidad", parece existir Ia intencién de excluir de alli el compromiso, pero surge una ambigiiedad del hecho de que las prelerencias subjetivas “ex: presan sus preferencias plenamente, tal como son En realidad”, ,Se entender4 esto en el sentido de ta leccién, 0 en el sentido de la concepcién de st propio bienestar? Es posible que Harsanyi haya Guerido referire a esto tiltimo, porque a Tas pre- fevencias “éticas” se asigna por contraste el papel de expresar “lo que prefiere el individuo s6lo en los momentos posiblemente raros en Tos que se im- pone. una actitud imparcial ¢ impersonal espe~ Gala? gPero qué divemos si el individuo se desvia J, Manayi, “adil Wee, Inia Ee aon Finenat Comprsnn of Uys Towel of Paw lonong, C9) P3 ins pp ea 204 LOS TONTOS RACIONALES de su maximizacin del bienestar personal (in- dluida cualquier simpatia), no por efecto de una Freocupacién inate por tolln sno por tn Eentimiento de compromiso hacia algin grape par. Gul, digamos l de los vecins eel eh dase social a que pertenecc? La verdad esque todavia iow falta estrnctarn ‘Aun en su expresiin de juiios morales desde un punto de visa Impersonal, rest, detiiente una estructura doble, Un ordenamiento de pref rencias puede ser mis ecco que ott, pero menos au tn fre. Tambien en ete seni nec thos més extricturn. He propuesto en lta parte en Ta conferencia de Brisal de 1972 sobre “In razén prictica"™ que debemos coniderar ordena. mmientos de ordenanientos de referencias para tx presar nuestros juicios morales Quisira exam far un poco mds eta eltructura, Puede verse una Adviewase que, segin Harsanyl, “lay preferendas de un individu saiacen exe tequetiniemto “de. impesona lads indian Insulin al que aeogele 8 no spl il a pin geal asia ‘toga (en cualquiera deste oplons in que tiers tna probbdad igual "de ctener asia e lato. ‘iciooessecalesexetes en ete sein, dete ha dia tasta in ane baja” (ps 310, ALK Sen, "Choi, Orderiags and Moray”, en omier “(omp), Practical Reaon (Oxford: 190). Véae timbién Ha etesacien de J. Watkine ym sep en iismo volumen. y RG. Jeiey, “Preece among. Pre ferences", Journal of Pliluophy, 71 (0M): K. Bitmore ‘an Example in Group Perey Joumal of Rese Theory, 10" (1979, y By A. Welsh, “Toward a Sate Pre ference’ Moat! of Cuity Fonction ‘Preferences: A> Cone. tual "Note", mincogralade, (Univenidad de Wisonis, 1970. LOS TONTOS RACIONALES 08 moral particular, no sélo en términos del ordena- miento “més moral” del conjunto de acciones al- ternativas, sino como un ordenamiento moral de los ordenamientos de las acciones (algo que va mu- cho ms allé de In mera identificacién del ordena. miento “més moral” de las acciones). Sea X el con- junto de combinaciones alternativas y mutuamente excluyentes de las acciones consideradas, y sea ¥ el conjunto de ordenamientos de los clementos de X, Llamaremos un metaordenamiento del conjunto de aeciones Xa un ordenamiento del conjunto ¥ (incegrado por ordenamientos de acciones). Sosten- go que un ordenamiento particular det conjanto de acciones X no esté sulicientemente articulado para decir mucho acerca de una moral dada, y que se obtiene un formato mis robusto escogiendo un metaordenamiento de acciones (es decir, un orde- namiento de Y, en lugar de X). Por supuesto, tal metaordenamiento puede incluir entre otras cosas Ja especificacién de un ordenamiento particular de acciones como el “mis moral”, pero en la medida en que el comportamiento efective pueda basar se en una transacci6n entre las exigencias de Ia moral y Ta biisqueda de varios otros objetivos in cluido el interés propio), debemos tomar en consi desacién también las posiciones morales relativas de los ordenamientos de acciones que no son “mis morales” Por ejemplo, consideremos un conjunto X de combinaciones alternativas de accivanes y los tres ordenamientos siguientes de este conjunto de accio- nes X: el ordenamiento 4 representa mi bienestar personal (0 sea que en cierto sentido representa mis intereses personales); el ordenamiento B re- 6 LOS TONTOS RACIONALES flea mis interes personales “aisades", omivendo Ia simpatia (cuando tal separacion es’ posble, Io que n0 siempre ocurte)#©y el ordenamfento © en uyos términos reali efectivamente mis eleccfonee (cuando tales eleeciones,pueden representarve me, diante un ordenamiento, lo que tampoco. ocirte “tiempre)t EL ordenamiento “inis moral” A pos de ser concebiblemente cuilquiers de estos" or denamientos 4, ff'0.C. O puede ser algun ole ordenamiento muy diferent de estos tee (Ast tema moral en ‘cuestidn, y si ‘adems, el ssc va moral requiere el sscrifcio de agin, interes propio y también del interés propio “aisado”) Pero aun cuando se idemiique algun ondennnien ‘0M, distinto de 4, B'y C, como el ocupante del Sitio mis alto de la tabla moral, no sabremos cil es el lugar ocupado por , B y C- Por ejempto, si s coloca ta basqueda del interés propio, con in slusién del placer y el dolor derivades de la sim por encima de Ta bisjueda del interes propio aislado” (lo que eonduce 4 una coincidencts jar cial del interés propio con la mors y las elec nes efectivas rellejan ‘tins posiién ‘moraine superior a la busqueds del interes propio. (gars * sto presupone clerta “independenc®2* entre tos divs os clementos que iniluyen sobre scl unel del Bienes wencral, 10 que implica certs “posbilidad de sep Vease We M. Gorman, "Tricks with Uulity Funct M. Ais yA. Re Nobay (compe). Ese}s Anclysis (Cambridge, 173) © Véase la nota 16 antetior LOS TONTOS RACIONALES 07 ‘moral en cuestién precipitard el metaordenamiento M, C. 4, B, en orden descendente. Por supuesto, sto va mucho més alld de Ia especificacién de que M es “moralmente lo mejor”. La ténica del metaordenamiento-permite una extension variable de la articulacién moral, No se sti sosteniendo que un metaordenamiento moral deha ser un ordenamiento completo del conjunto Y, es decir, que deba ordenar por completo todos los ordenamientos de X. Puede ser un otdenamien- to parcial, y espero que a menudo sea incompleto, pero creo que en la mayoria de los casos no habri problema para ir mucho més alla de la expresién limitada permitida por la especificacién doble de las preferencias “‘ticas" y “subjetivas”. Por supuesto, los ordenamientos de la accién pueden ordenarse también sobre bases distintas de Jas de un sistema de moral particular: el metaor- denamiento es una técnica general utilizable bajo interpretaciones alternativas de la relacién de me taordenamiento. Puede utilizarse para describir una ideologia particular © un conjunto de priori les politicas © un sistema de intereses de clase En un contexto muy diferente, puede prover el formato para expresar fas preferencias que habria- mos preferido tener (“Quisiera que me gustaran iis fos alimentos vegetarianos”, o bien “Quisiera que no me gustara tanto fumar"), O puede usarse para analizar 10s conflictos implicados en Ia adic Gién ("Dados mis gustos actuales, me siento mejor con Ia heroina pero a heroina me Heva a la adic: cidn, y habria preferido mo tener estos gustos”). La hherramienta de los metaordenamientos puede usar 208 LOS TONTOS RACIONALES se en muchas formas diferentes en contextos dis- tintos, Claramente, éta no es la ocasién propicia para un anlisis detallado de Ia forma en que esta es tructura més amplia permite un entendimiento mejor de la preferencia y el comportamiento, Des- de Tuego, una estructura no ¢s una teoria, y pue- jeden formularse teorias alternativas utilizando esta ‘estructura. Sin embargo, debo mencionar que la ¢s- tructura exige mucho més informacién que la provista por la observacién de las elecciones efec- tivas de los individuos, las que a lo sumo revela- rian sélo el ordenamiento C. La estructura asigna tun papel a la introspecci6n y Ia comunicacién. Para ilustrar un uso del aparato, mencionaré al- fgunos resultados técnicos. Supongamos que estoy tratando de investigar su concepeién de su propio bienestar, Usted especifica primero el ordenamien- to A que representa su ordenamiento del bienes- tar, Pero quiero ir més alld y tener una idea de su funcidn de utilidad cardinal, es decir, en tér- mings generales, no s6lo cual ordenamiento le da a usted mayor bienestar, sino también en qué me dida. Ahora le pido que ordene los diversos orde- namientos en términos de su “proximidad” a su ordenamiento efectivo del bienestar A, asi como un policia usa Ia técnica del retrato hablado: se parece esto mis a él, 0 esto otro? Si sus respuestas reflejan el hecho de que Ia reversién de una pre ferencia més fuerte aleja mas el resultado que la re. version de una imtensidad menor de la preferenci sus respuestas satisfardn ciertas propiedades de con- sistencia, y Ia sucesin de Tos ordenamientos nos permitiré comparar sus diferencias de bienestar en- LOS TONTOS RACIONALES 209 tre pares. En efecto, considerando ordenamientos cada vez mayores, podremos determinar su fun- cién de bienestar cardinal con tanta precisién como usted quiera especificar-#® No estoy afirmando que este tipo de didlogo sea el mejor método para des- cubrir su funcién de bienestar, pero ilustra que una ver que abandonamos el supuesto de que la observacién de las clecciones es Ia unica fuente de los datos sobre el bienestar, se abre todo un mundo nuevo, liberdndonos del yugo de informacién del enfoque tradicional. Esta estructura mds amplia tiene muchos otros uusos. por ejemplo el de permitir un andlisis més claro de la akrasia la debilidad de la voluntad— y aclarar algunas consideraciones conflictivas de la, teoria de Ia libertad, los que he tratado de exa- minar en otra parte.® También ayuda a analizar © Este resultado, y otros relacionados, srgieron en die- casiones que sosture con Ken ‘Binmore en 1975: sn em: Dargo, no hemos excsito el ensayo conjunto que proyectamos para publiesr esr resitadon, Re Nader epahon! tabaja hora ambien sobre exe. puto Vere Sen, "Choice, Orderings and Morality": y tam bigm Sen, “Liber, Unanimty and. Rights", Economica, 43 (1928). Adviértase tambien In pertnencia de esta esiructura para el aniliss del cavdter ineompleio de In coneepeién fle Ia fberad en términos de Ta capacidad pars hacer {2 que en realidad gueremoe hacer, “Si descubto que puedo hhacer pow v nada de To que dese, slo tengo que contract © extinguir mis desis, y estate Wixe. $i el tirana. "per suasor oculto} Togta condicionar a sue suitor (o cites) para que. picrdan sus dewos originales y abracen” (inte Forleen) Ie forma ie vida gue hi Inventado para ellos, habré logrado liberrlos de acuerdo com esta detinicién.” 1 Berlin, "Two Concepis of Liberty", en For Eup! on Liberty (Oxford, 1983), pp. 159-140 —— 210 LOS TONTOS RACIONALES eee ee ers estrategia del otro —cualqui oe SBSH RD. Live y H. Ralls, Games and Dections {Bius York 158:°8, Rapopost yA. Chama, Pr oners' Dilenima: Study tn Conflict and Couperation (nm Arbor, 1965}; W. G. Rencinian yA. Ke Sem, “Canes Fosse and the General ‘Wily Mind. Fi “Diy NT: ard, Paradoxes of Rationality (Cambridge, Mavs, 1973) LOS TONTOS RACIONALES au base de Ia famosa distincién de Rousseau entre la “voluntad general” y Ia “voluntad de todos". Pero el enigma desde el punto de vista del com- portamiento racional reside en el hecho de que, en las situaciones reales, los individuos no siguen a menudo la estrategia egoista. Son bien conocidos los ejemplos de la vida real de este tipo de com- portamiento en circunstancias complejas, pero aun en experimentos controlados en las condiciones det laboratorio, los individuos que juegan el Dilema de los Prisioneros se comportan frecuentemente de modo altruistas® ‘Al interpretar estos resultados experimentales, el tedrico de los juegos se ve tentado a imputarlos Ia falta de inteligencia de los jugadores: “Evidente: mente, los jugadores ordinarios no son lo. bas tante Tefinados en términos estratégicos para en- tender que la estrategia DD [la estrategia egolsta] cs Ia tinica defendible en términos racionales, y testa deficiencia intelectual les impide el cierre".** Fs posible que un enfoque més fecundo permits Ia posibilidad de que la persona sea mds refinada que lo establecide por la teorla, que se pregunte cudl tipo de preferencia le gustaria que tuviera el ‘otro jugado: ¥, sobre bases kantianas, haya const derado el caso en que él mismo tuviera esas pre- ferencias, 0 se comportara conto si lis niviera, Psta linea de raronamiento Te obliga a considerar las * Vease Ruciam y Seu & Vease, por ejemplo, LB. Lave, “An Empirical Appr ach to the Privoncr Dilemma Game". Quarteriy Journal Gf reonomics, 96 (1962), y Rapoport y Chammah, Pris mere Dilemone © wapoport y Chumialy p az LOS TONTOS RACIONALES modificaciones del juego que se generarian si se actuara mediante el compromiso (en términos de las “preferencias reveladas”, esto pareceria como si tuviera preferencias diferentes de las que en efecto tiene), y tuviera que evaluar las normas de compor tamiento alternativas en esas condiciones. He ex plorado estos problemas en otra parte,‘® de modo que aqui sefialaré simplemente que el aparato del ordenamicnto de ordenamientos ayuda al razona- mento que implica la consideracin de los méritos de divers0s tipos de preferencias (0 del hecho de actuar como si se tuvieran).. Por supuesto, Ia admisiin del comportamiento bse sudo en el compromiso tendra consecuencis in Portantes para la natarlera de muchos. modelos Econdmcor. He tratado de mostrar por que es ne cesario ete cambio y por que pueden ser graves Tas consecwencias, Quedan penientes snuchas cues tones, invita Ia importancia empirica del com: promito' como. patte del comportamiento, In que tarlard de un campo s otro. He indicndo tarnbien gue fa informacidn empitica necestia no. pede Bhscare en In mera observacién de las eleciones etectvas debe abarear otras fuentes de informa cidn, Ia introspeecisn y la diseusion, © Sen, “Choice, Ordering: and Morality”. Véase tambien K. thier, "Rationality and’ Morality, y A. K, Sen, "Ratio: nalty and Morality: A’ Reply, prdniml publicacién en E Fenntniss K, Baier, The Moral Point of Faw (Ithaca, 195) y el ands de Fled Selick, "Rationality and Socttiey”. LOS TONTOS RACIONALES a3 Sin embargo, subsiste el problema de determinar siesta concepcién del hombre equivale a verlo ‘como una ctiatura irracional. Mucho depende del concepto de racionalidad que se use, y existen mu- has caracterizaciones alternativas. En el sentido de Ia consistencia de la elecci6n, no hay razém para pensar que la admisién del compromiso deba im- plicar alguna desviacién de la racionalidad. Pero éste es un sentido débil de Ja racionalidad. El otro concepto de la racionalidad predominan. te en Ia economia la identilica con 1a posibilidad de justificar cada acto en términos del interés pro: pio: cuando el acto x es escogido por la persona i y el acto y es rechazado, esto implica que i espera que sus intereses personales resulten mejor servides por x que por y. Me parece que hay tres clementos distintos en este enfoque. Primero, es una vision de consecuencias: se juzgan los actos slo por las consecuencias.® Segundo, es un enfoque de evalua- cidn de los actos, antes que de evaluacién de jas reglas. Y tercero, las Gnicas consecuencias consid rradas en la evaluacién de los actos son las que afec tan nuestros propios intereses, todo lo deiés «5 a lo sumo un producto intermedio. Desde luego, pueden disputarse las pretensiones de cada uno de os elementos de ser una parte necesaria de Ia concepeiin de la racionalidad en cl sentido del diccionario de “el poder de ser capaz de ejercer Ia razén propia”, Ademds, no es dificil encontrar ar © sobre ta natuiaera del “consceuencalismo” y los pro- blemas,chgsndrades por este concepts, \ease B.” Williams, MA Cridque of uiltarianiam’, en J. J C Smarty B. Williams, Utiterantom: For end “Against (Cambiklge, 1973). 2 10S TONTOS RACIONALES gumentos para rechazar la camisa de fuerza de ats uno de estos tes princpios. La justlcacion {Ee la aeciones basadas’ en el-compromiso puede drivar de la volncion de cualquiera de esos tres rincipios Fl compromiso se reaciona 2 yects con Eh eedeimiento de obligacion que va mis all de Tar eonsecuencis. A veces se scepta la ausencin dis ganna personal en actor pariculares onside tank el valor de las reglas de_comportamiente Pero aun dentro de un marco de evaluacin de los Tey por aun consecuencias, La exclusion de toda onsideracgn distinta del interés propio parece Smponer una limtacion totalmente sbirara a fa notion de racionalidad Henry Sidgwick sealé ta naturales a del supuesto del ego'smo: Si el Uuilitarista debe contestar este interrogante: “gpor qué debo sacrficar mi propia felicidad en ana de la mayor felicidad de otro, sn dud ser fdtasible que se pregunte al Egohta: “Yor qué Gebo sacrlicar un’ placer presente en aras de unt plecer futuro? gPor qué debo preocuparme por mis Dropios sentimientos fucuros mis que por los sentir Inientos de otras personas?” Sin duda parceeré. ps thuldjfco para el Sentide Comin que busquemos un rizéh pata busear nuestra. propia felicklad en com junto; pero no entienda como puedan repuiar por Abwurda esta demanda quienes adoptan las concep: tones de la escucla empisica extrema de psicologis aunque se suponie de ordinario que tales conccyio hes tienen una aliuidad esirecha con el Hedonismo Fgotsta. Es cierto que el Ego es s6lo un sitema fenémenos colicrentes, que el "Yo" permanente € idéntico no es un hecho sino una Ticion, como LOS TONTOS RACIONALES as sostienen Hume y sus seguidores; entonces epor qué Ilabria de preocuparse una parte de la serie de sen timientos en la que se resuelve el Ego por otra parte dde la misma serie, en mayor medida que con cual: aqiera otra scrie2™ La concepeién de Ja racionalidad que la identi fica con una evaluacién de las consecuencias de los actos puede cuestionarse desde cualquiera de estos tues ngulos. La admisién del compromiso como parte del comportamiento no implica negar la evar Iuacin razonada como base de la accién. No tiene caso dedicar grandes esfuerz0s a debi tir la definicién “apropiada” de racionalidad. EL término se emplea en inuchos sentidos diferentes, y ninguna de las eriticas de los fundamentos con ductistas de la teoria econémica presentadas aqui ‘depend de la definicién escogida, La cuestion ps cipal ¢5 la aceptabilidad del supuesto de la bi queda invariable del imterés propio en cada acto. Cuando decimos que ese tipo de comportamiento «5 racional, © que sus desviaciones son irracionales, no cambiamos Ia pertinencia de estas criticas, aun- que producimos una definicién arbitrariamente es- trecha de la racionalidad. Este ensayo no se ha ocu- pado en el tema de si el comportamiento humano se describe mejor como racional o irracional. La tesis principal ha sido la necesidad de incluir el com: DAM Sidgwich, The Method of Bthies (Londres, 18745 FP eth, 1907), pp. AUBAID. Vase también La vgorose ex posilén que hace Nagel de In tesis de que “el propio al uismo depende de un reconodiiento de la realidad de ftias peronan, de la capacidad equivalmte para conse fine simplemente como un indisiduo entre muchos", The Pouibility of -ltratom, pL 216 LOS TONTOS RACIONALES promiso como parte del comportamiento. El com- romiso no presupone el razonamiento, pero tam. poco lo excluye; en efecto, en la medida en que las consecuencias para los demés deban entenderse y evaluarse con mayar claridad en términos de huuestros valores ¢ instintos, es posible que se ain plie el campo del razonamienio, He tratado de analizar Jas extensiones estructurales en la concep. cion de la preferencia que vuelve necesario el com. ortamiento basado en la evaluacién razonada del compromiso. Las preferencias entre ordenarnientos deben ser sustituidas por una estructura mas rica que implica los metaordenamientos y los conceptos relacionados, También he sostenido que no debe verse el com. portamiento en términos de la dicotomia tradi ional existente entre el egoismo y los sistemas ‘morales universalizados (como el utilitarismo). Los {grupos intermedios entre el individuo y los demds, comio Ia clase y la comunidad, proveen el foco de ‘muchas acciones que implican el compromiso. Por 4o tanto, el rechazo del egoismo como una descrip. cidn de la motivacién no implica la aceptacién de sictta moral universalizada como la base del com portamiento efectivo. Tampoco vuelve a los sexes humanos excesivamente nobles. ¥ por supuesto, ef uso del razonamiento tam. poco implica una sabidurfa notable. Es tan cierto como que el nombre de César era Flavio, Que ningun’ economtista: fue jamais mis sabio, dijo Robert Frost en una alabanza jocosa del eco LOS TONTOS RACIONALES 217 nomista contemporineo. Es posible que deba ren. dirse un tributo dudoso semejante al hombre eco. némico de nuestra concepcién modificada. Si este hombre brilla en absoluto, brillard por compara- cién ~en contraste— con la imagen dominance del tonto racional.

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