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14 de Setiembre de 2019

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Lecturas

Lectura del libro de Jonás (3,3 - 4,11)


Y Jonás se levantó y fue a Nínive conforme a la palabra del SEÑOR. Y Nínive era una ciudad sumamente grande, de un recorrido
de tres días. Jonás comenzó a recorrer la ciudad camino de un día, y proclamaba, diciendo: Dentro de cuarenta días Nínive será
arrasada. Y los habitantes de Nínive creyeron en Dios, y proclamaron ayuno y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el
menor de ellos.

Cuando llegó la noticia al rey de Nínive, se levantó de su trono, se despojó de su manto, se cubrió de cilicio y se sentó sobre
ceniza. E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por decreto del rey y de sus grandes, diciendo: Ni hombre ni bestia, ni buey ni oveja
prueben cosa alguna; no pasten ni beban agua, sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios con fuerza, y
vuélvase cada uno de su mal camino y de la violencia que hay en sus manos. ¡Quién sabe! Quizá Dios se vuelva, se arrepienta y
aparte el ardor de su ira, y no perezcamos. Y vio Dios sus acciones, que se habían apartado de su mal camino; entonces se
arrepintió Dios del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.

Pero esto desagradó a Jonás en gran manera, y se enojó. Y oró al SEÑOR, y dijo: ¡Ah SEÑOR! ¿No era esto lo que yo decía cuando
aún estaba en mi tierra? Por eso me anticipé a huir a Tarsis, porque sabía yo que tú eres un Dios clemente y compasivo lento para
la ira y rico en misericordia, y que te arrepientes del mal con que amenazas. Y ahora, oh SEÑOR, te ruego que me quites la vida,
porque mejor me es la muerte que la vida. Y el SEÑOR dijo: ¿Tienes acaso razón para enojarte?

Entonces salió Jonás de la ciudad y se sentó al oriente de la misma. Allí se hizo un cobertizo y se sentó bajo él a la sombra, hasta
ver qué sucedería en la ciudad. Y el SEÑOR Dios dispuso que una planta creciera sobre Jonás para que hiciera sombra sobre su
cabeza y lo librara de su incomodidad. Y Jonás se alegró grandemente por la planta. Pero Dios dispuso que un gusano al rayar el
alba del día siguiente atacara la planta, y ésta se secó. Y sucedió que, al salir el sol, dispuso Dios un sofocante viento solano, y el
sol hirió la cabeza de Jonás y él desfallecía, y deseaba con toda su alma morir, diciendo: Mejor me es la muerte que la vida.
Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tienes acaso razón para enojarte por causa de la planta? Y él respondió: Tengo razón para
enojarme hasta la muerte. Y dijo el SEÑOR: Tú te apiadaste de la planta por la que no trabajaste ni hiciste crecer, que nació en una
noche y en una noche pereció, ¿y no he de apiadarme yo de Nínive, la gran ciudad, en la que hay más de ciento veinte mil
personas que no saben distinguir entre su derecha y su izquierda, y también muchos animales?
Palabra de Dios

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo (1,12-17):


Querido hermano:
Doy gracias a Cristo Jesús, Señor nuestro, que me hizo capaz, se fio de mí y me confió este ministerio, a mí, que antes era un
blasfemo, un perseguidor y un insolente.
Pero Dios tuvo compasión de mí porque no sabía lo que hacía, pues estaba lejos de la fe; sin embargo, la gracia de nuestro Señor
sobreabundó en mí junto con la fe y el amor que tienen su fundamento en Cristo Jesús.
Es palabra digna de crédito y merecedora de total aceptación que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, y yo
soy el primero; pero por esto precisamente se compadeció de mí: para que yo fuese el primero en el que Cristo Jesús mostrase
toda su paciencia y para que me convirtiera en un modelo de los que han de creer en él y tener vida eterna.
Al Rey de los siglos, inmortal, invisible, único Dios, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios

Lectura del santo evangelio según san Lucas (15,1-32):


EN aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y
los fariseos y los escribas murmuraban diciendo:
«Ese acoge a los pecadores y come con ellos».
Jesús les dijo esta parábola:
«¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en
el desierto y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga
sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos, y les
dice:
“¡Alegraos conmigo!, he encontrado la oveja que se me había perdido”.
Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que
por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.
O ¿qué mujer que tiene diez monedas, si se le pierde una, no enciende una lámpara y barre la
casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas
y a las vecinas y les dice:
“Alegraos conmigo!, he encontrado la moneda que se me había perdido”.
Os digo que la misma alegría tendrán los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta»

Palabra del Señor


14 de Setiembre de 2019
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Para la reflexión
¿Nos dejamos llevar por el juicio duro a la hora de valorar las acciones de nuestros hermanos y hermanas?
¿Por qué no pensamos en cómo actuaría Dios con ellos?

¿De qué forma Dios ha obrado en nosotros para cambiar nuestra actitud y convertirnos en sus testigos?
¿Cómo vivías tu fe antes de pertenecer a COMOCAD y cómo te sientes ahora? ¿Qué ha cambiado?

Me Gozaré
(Cántico)

Me goo- za - ré, Coro:


me alegraré Restaurarás el santo lugar
Y cantare al Señor y pondrás allí tu habitación.
Porque han llegado las bodas Te mostrarás Poderoso Dios.
Del Cordero de Dios. En tu amor me regocijo hoy.

Coro: Lo dilatado de tu imperio y tu santa paz


Me gozaré, me alegraré los confines abarcarán.
Y cantare al Señor Y la creación entera nunca jamás gemirá,
Porque han llegado las bodas tus-hijos-se manifes-tarán.
Del Cordero de Dios.
Coro:
Y a su esposa se le ha concedido Restaurarás el santo lugar
Que se vista de lino fino y pondrás allí tu habitación.
Lino limpio y resplandeciente Te mostrarás Poderoso Dios.
Para recibir al Rey. En tu amor me regocijo hoy.

Coro:
Y a su esposa se le ha concedido Somos lugar santísimo, somos tu habitación,
Que se vista de lino fino una nueva generación.
Lino limpio y resplandeciente Que tu gloria postrera llene la iglesia de hoy,
Para recibir al Rey. Venga tu reino Señor.

Me gozaré, me alegraré Restaurarás el santo lugar


Y cantare al Señor y pondrás allí tu habitación.
Te mostrarás Poderoso Dios.
Porque han llegado las bodas
En tu amor me regocijo hoy. (Bis)
Del Cordero de Dios (Bis)
La, ra , la, la, la, ra, la, la, la
Y a su esposa se le ha concedido
Que se vista de lino fino Venga tu reino señor…
Lino limpio y resplandeciente
Para recibir al Rey. (Bis) Restaurarás el santo lugar
y pondrás allí tu habitación.
Restaurarás el santo lugar Te mostrarás Poderoso Dios.
En tu amor me regocijo hoy. (Bis)
y pondrás allí tu habitación.
Te mostrarás Poderoso Dios. En tu amor me regocijo hoy… (Bis)
En tu amor me regocijo hoy.
Amén.
14 de Setiembre de 2019
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Nuestros hermanos y hermanas mayores

John Boswell (1947-1944)


"Vivir en la memoria de uno nunca es morir".

John Eastburn "Jeb" Boswell nació el 20 de marzo de 1947 en Boston en una familia
militar. Se convirtió de la Iglesia Episcopal de su educación al catolicismo romano a los
16 años. Asistió a misa todos los días hasta su muerte, aunque como cristiano
abiertamente gay no estaba de acuerdo con las enseñanzas de la iglesia sobre la
homosexualidad. De profesión historiador, fue nombrado profesor titular de Yale en
1982, donde ayudó a fundar el Centro de Estudios para Lesbianas y Gays de esa
universidad.

Un genio lingüístico, utilizó su conocimiento de más de 15 idiomas para investigar y


argumentar que la Iglesia Católica no condenó la homosexualidad hasta al menos el siglo XII en su libro “Cristianismo,
tolerancia social y homosexualidad: personas homosexuales en Europa occidental desde el comienzo de La era
cristiana hasta el siglo XIV”. Sus publicaciones causaron mucha polémica entre los eruditos y son lectura obligada para
los estudios sobre homosexualidad y cristianismo.

Usando algunas de sus últimas fuerzas mientras luchaba contra el SIDA, Boswell redescubrió para el mundo occidental
el olvidado rito de adelfopoiesis (un rito para unir personas del mismo sexo como “hermanos”). En su libro “Uniones
del mismo sexo en la Europa premoderna”, presentó evidencia de que estas uniones -celebradas antiguamente por la
Iglesia Católica-, eran similares al matrimonio.

Boswell murió prematuramente a los 47 años a causa de una enfermedad relacionada con el SIDA en la víspera de
Navidad de 1994. Sigue siendo un santo no oficial para los muchos cristianos LGBTQ que encuentran un valor espiritual
que da vida en su investigación histórica que afirma a las personas LGBT en la historia cristiana. Boswell está enterrado
junto a su compañero de vida, Jerone Hart (1946-2010) en el cementerio Grove Street en New Haven, Connecticut.

Santa Madre Teresa de Calcuta (1947-1944)

Agnes Gonxha Bojaxhiu nació el 26 de agosto de 1910 en Uskub (Imperio Otomano).


Quedó huérfana de padre a los 8 años y fue educada en la religión católica por su
madre. En 1928, tras ingresar al convento fue designada como misionera en Calcuta
(India). Tras ser profesora en el colegio del convento de Loreto durante 20 años,
fundó la congregación de las Misioneras de la Caridad en Calcuta en 1950. La Madre
Teresa, durante más de 45 años atendió a pobres, enfermos, huérfanos y
moribundos, en diversas partes del mundo.
Revisando la vida de Madre Teresa, apenas nos es posible imaginar el dolor, la
soledad y la duda que la debió embargar en los años que llevó a cabo su labor
misionera. A menudo pensamos que los santos poseen una personalidad hermética. Olvidamos que son personas
humanas como nosotros y pasan por diversas fases de alegría y otras fases de dolor.
Durante 40 años, Teresa de Calcuta, pasó de la tranquilidad de un convento a convivir directamente con el rostro
más cruel y devastador de la miseria. Y ninguna descripción que realicemos, por más detallada que sea, podría
superar a la crudeza de realidad.
Rodeada de pobres y desahuciados, Teresa de Calcuta debió preguntarse varias veces si realmente existía un Dios
capaz de permitir tanto sufrimiento. Otras tantas, cuando era adulada por los ricos y benefactores, debió sentir la
tentación de abandonar la misión y retirarse a la tranquilidad de algún monasterio. Mas ella, se venció a sí misma y
venció al mundo. Se mantuvo firme en la convicción que Dios había puesto esa misión en su vida, y aunque la
consumía la soledad, usó ésta como fuerza para continuar su labor misionera.
Dicen que existe dos clases de dolor: El dolor de la desesperación, que nos aleja de Dios y el dolor que nos conduce
a reforzar nuestra fe. A muchos les causa pesar y admiración la idea que Teresa de Calcuta padeció ambos, y que,
por encima de eso, no se rindió.
Muchos de nosotros también llegamos a sentir dolor en diversas circunstancias de nuestra vida. Contemplar la vida y
el ejemplo de Madre Teresa, nos puede ayudar a comprender que podemos sobreponernos al dolor para
transformarlo y construir algo diferente, para seguir buscando a Dios, aunque no sintamos su presencia, para vencer
nuestras propias debilidades y mantener la confianza en que hacemos lo correcto.

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