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CAPÍTULO I

LA FILOSOFÍA DE LA PROTECCIÓN

POR RELEVADORES

1.1. INTRODUCCIÓN.- Los sistemas eléctricos de potencia

han tenido un considerable crecimiento en las últimas

décadas, debido a que representan un elemento de

primordial importancia en el desarrollo de los países. Se

han realizado importantes esfuerzos técnicos para lograr

un mejor aprovechamiento de los recursos energéticos en

la generación de energía eléctrica, así como en el

diseño, construcción y operación de subestaciones y

líneas de transmisión.

Considerando que en un sistema eléctrico, desde la

generación hasta el consumo se requiere mantener el

suministro en forma continua, es decir, con un mínimo de

interrupciones y en la cantidad y calidad que necesitan

los distintos tipos de usuarios, se hace imprescindible

contar con técnicas apropiados y la tecnología moderna en

la planeación, diseño y operación de estos sistemas.

Las líneas de transmisión de alta tensión que

conducen energía para las cargas, pueden extenderse por


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varios centenares de kilómetros. Debido a que por lo

general todas estas líneas son aéreas y se exponen a la

intemperie, la probabilidad de que se interrumpan por

causas tales como tormentas, caída de objetos externos,

daños a los aisladores, etc., es muy grande. Estas pueden

ocasionar no sólo daños mecánicos sino también fallas

eléctricas que producen cambios súbitos y a veces

violentos en la operación del sistema.

En general, se piensa en un sistema eléctrico de

potencia, en función de sus partes más impresionantes:

Las grandes estaciones generadoras, los transformadores,

las líneas de transmisión, etc. Mientras que estos son

algunos de los elementos básicos, hay muchos otros

componentes necesarios y fascinantes. La protección por

relevadores es uno de los principales.

El papel de la protección por relevadores en el

diseño y funcionamiento de un sistema eléctrico de

potencia, se basa en tres aspectos: Funcionamiento

normal, previsión de una falla eléctrica y reducción de

los efectos de la falla eléctrica.

El termino “Funcionamiento normal” supone que no hay

fallas del equipo, errores de personal ni hechos

fortuitos. Incluye los requisitos mínimos para la


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alimentación de la carga existente y una cierta cantidad

de carga futura anticipada.

Las provisiones para un funcionamiento normal

comprenden el costo mayor para el equipo y el

funcionamiento, pero un sistema diseñado de acuerdo con

éste solo aspecto no podría satisfacer los requisitos hoy

en día. Las fallas del equipo eléctrico originan salidas

intolerables. Debe haber provisiones adicionales para

disminuir el daño al equipo y las interrupciones del

servicio cuando ocurren las fallas.

Dos recursos se presentan: Incorporar

características de diseño con el fin de impedir las

fallas e incluir provisiones para reducir los efectos de

la falla cuando ésta ocurre. El diseño moderno de

sistemas de potencia emplea ambos recursos en diversos

grados, como los dictados por la economía de cualquier

situación en particular: Notorios avances continúan

haciéndose para lograr mayor seguridad. Pero también se

pone cada vez más confianza en la potencia eléctrica por

lo tanto aún cuando se disminuye la posibilidad de falla,

también se disminuye la posibilidad de daños al servicio.

Pero es en vano (al menos no se justifica económicamente)

tratar de impedir todas las fallas. Tarde o temprano la


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ley de los réditos decrecientes de hace sentir. Donde

esto ocurra podrá variar en sistemas o entre partes de

una sistema, pero cuando ocurre esto es necesario hacer

un gasto adicional para prevención de la falla. Es más

provechoso, entonces, dejar que ocurran algunas y prever

para reducir sus efectos.

El tipo de anormalidad eléctrica que origina los

máximos efectos es el cortocircuito o falla, como se la

conoce generalmente; pero otras condiciones de

funcionamiento anormales, propias de ciertos elementos

del sistema que también requieren atención.

De este modo, la protección por relevadores es una

de las diversas características del diseño del sistema de

un sistema relacionado con la disminución del daño al

equipo y con las interrupciones al servicio cuando

ocurren las fallas eléctricas. Cuando decimos que los

relevadores protegen, entendemos que, junto con otro

equipo, ayudan a disminuir el daño y a mejorar el

servicio. Es evidente que todas las características de

disminución dependen entre sí para lograr reducir con

éxito los efectos de la falla. Por lo tanto, las

capacidades y los requisitos de la aplicación de los

equipos de protección por reveladores deberían


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considerarse de acuerdo con las otras características.

Este enunciado se subraya, porque algunas veces se da la

tendencia a pensar en el equipo de protección por

reveladores después de que se han fijado todas las otras

consideraciones de diseño en forma irrevocable. Dentro de

límites económicos un sistema eléctrico de potencia debe

diseñarse de tal manera que pueda estar adecuadamente

protegido.

La aplicación apropiada del equipo de protección por

relevadores, involucra una selección adecuada no solo del

equipo de relevadores sino también de los aparatos

asociados.

En contraste con la mayoría de los otros elementos

de un sistema eléctrico de potencia, la protección por

relevadores se mantiene inactiva la mayor parte del

tiempo. Algunos tipos de equipos de protección pueden

tener que funcionar sólo una vez en varios años. Los

relevadores de líneas de transmisión tienen que operar

más frecuentemente, pero aún así éstos pueden funcionar

sólo algunas veces por año. Esta falta de uso frecuente

de los relevadores y su equipo asociado debe compensarse

en otras formas para estar seguro de que el equipo de

protección trabajará cuando venga su turno.


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La calidad del equipo de protección por relevadores

puede afectar los gastos de ingeniería al aplicar el

equipo de protección mismo. El equipo que puede funcionar

adecuadamente, aún cuando se hagan cambios futuros en el

sistema o en su funcionamiento, ahorrará más ingeniería

futura y otros gastos relacionados.

Uno no debe concluir que el gasto justificable para

un equipo dado de protección por relevadores es

necesariamente proporcional al valor o importancia del

elemento del sistema que va a ser protegido de un modo

directo. Una falla en ese elemento del sistema puede

afectar la capacidad para dar servicio completo y por lo

tanto, ese equipo de protección esta realmente

protegiendo el servicio del sistema completo. Pero los

paros más serios son ocasionados por los efectos que

proviene de una falla originada en el equipo de relativa

importancia que no se protegió como se debía.

1.2. NATURALEZA Y CAUSAS DE LAS FALLAS.- Una falla es

simplemente una condición anormal que ocasiona una

reducción de la resistencia del aislamiento básico ya sea

entre 1os conductores, entre los conductores de las fases

y la tierra o entre cualquiera de las mallas a la tierra

que rodean a los conductores. En realidad la reducción


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del aislamiento no se considera como falla, hasta que

produce algún efecto en sistema, es decir, hasta que

provoca un exceso de corriente o la reducción de la

impedancia entre los conductores o entre los conductores

y la tierra, a un valor inferior al de la impedancia de

carga mínima normal para el circuito.

Es inevitable que en una red tan grande como lo es

un sistema de potencia constituido por generadores,

interruptores, transformadores, circuitos de transmisión

y de distribución, no ocurra alguna falla. La

probabilidad de que se presente una falla o una condición

anormal en las líneas de energía es mayor simplemente

porque, como ya se mencionó su longitud y exposición a la

atmósfera, son mayores.

Antes de proceder a1 estudio de las diversas causas

de fallas, conviene clasificarlas en función de su

origen.

a) La interrupción puede ocurrir con voltaje

normal a causa de: el deterioro del aislamiento

y el dańo debido a hechos impredecibles como el

que se posen pájaros sobre las líneas, los

cortocircuitos accidentales ocasionados por

serpientes, cuerdas de cometas, árboles, etc.


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b) La interrupción puede ocurrir por voltajes

anormales, ya que el aislamiento sólo puede

soportar el voltaje normal. Esto sucede ya sea:

por variaciones ocasionadas por los

interruptores o por variaciones causadas por

rayos.

La práctica actual consiste en proveer un alto

nivel de aislamiento que va 3 a 5 veces el valor

nominal del voltaje. Sin embargo, la resistencia de

dicho aislamiento disminuye con la acumulación de

contaminantes sobre una fila de aisladores que, por

ejemplo en las áreas industriales, se origina por el

depósito de hollín o de polvo de cemento, y por la

sal que deposita la brisa marina en las áreas

costeras. Inicialmente esta disminución en la

resistencia del aislamiento sólo ocasiona pequeńas

fugas de corriente, pero a la larga esto acelera el

deterioro. Aún cuando la instalación esté

encasquillada, como ocurre con los cables blindados

o armados y con los interruptores de coraza metálica

el aislamiento se deteriora conforme va pasando el

tiempo. Otra causa de la falla de los aislamientos,

es la formación de huecos en el compuesto aislante


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de los cables subterráneos. Este deterioro se debe a

que los cambios de temperatura provocan que dichos

cables se dilaten y contraigan de manera irregular.

El aislamiento de las líneas y de los aparatos

puede estar sujeto a sobrevoltajes transitorios

debidos al funcionamiento de 1os interruptores. El

voltaje que se eleva con rapidez, puede alcanzar un

valor máximo de aproximadamente el triple del

voltaje entre fase y neutro. En estos casos, se

provee inicialmente un nivel de aislamiento mas

alto. Un sistema podrá soportar estos continuos

sobrevoltajes, si los niveles de aislamiento han

sido escogidos correctamente y no han sido alterados

por alguna de las causas descritas en el inciso a).

Sin embargo, si por alguna causa el aislamiento se

ha debilitado, es de esperarse que ocurra alguna

falla en el momento que los interruptores empiecen a

funcionar. En los sistemas de potencia los rayos

producen una variación del voltaje del orden de

millones de voltios, y en estas circunstancias no es

factible proveer un aislamiento que pueda soportar

tal anormalidad. En los circuitos de energía, estas

subidas viajan a la velocidad de la luz, siendo los


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factores limitadores: la variación o subida de la

impedancia y la resistencia de la línea.

1.3. CONSECUENCIAS DE LAS FALLAS.- El fuego es la

consecuencia más grave de una falla mayor no

eliminada, ya que puede no sólo dañar la parte en

que se originó, sino extenderse al sistema y

ocasionar su destrucción total. El tipo de falla más

común, y también el más peligroso, es el

cortocircuito, el cual puede ocasionar cualquiera de

las siguientes anormalidades:

1. Gran reducción del voltaje de la línea en una parte

importante del sistema. Esto conduce a la interrupción

del suministro eléctrico que incluso puede ocasionar

fugas en la producción.

2. Daños a los elementos eléctricos del sistema.

3. Daños a otros aparatos del sistema debido a

sobrecalentamiento y a fuerzas mecánicas anormales.

4. Perturbaciones en la estabilidad del sistema

eléctrico, que incluso pueden ocasionar un paro

completo de1 sistema de potencia.

5. Marcada reducción en el voltaje, que a veces puede ser


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tan grande que hace que fallen los relevadores que

tienen bovinas de presión.

6. Considerable reducción en el voltaje de los

alimentadores en buen estado conectados al sistema que

está fallando. Esto puede ocasionar ya sea que los

motores absorban cantidades anormales de energía o que

entren en funcionamiento las bovinas de voltaje nulo o

"no voltaje” de los mismos. En este último caso, habrá

una pérdida considerable en la producción industrial,

ya que el funcionamiento de los motores debe ser

restablecido.

1.4. ESTADISTICA DE LAS FALLAS.- Conviene tener una idea

de la frecuencia de incidencia de las fallas en los

diferentes equipos de un sistema de potencia. Esta

información es útil cuando se consideran los problemas de

diseño e instalación de la protección. La tabla 1.1 da

una idea de la forma en que están distribuidas las fallas

en las diversas secciones de un sistema de potencia.


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Tabla l.l Frecuencia de la ocurrencia de una falla en las diferentes secciones de un

sistema de potencia.

Equipo %del Total

Líneas de energía 50

Cables 10

Interruptores 15

Transformadores 12

Transformadores de corriente y transformadores 2

de potencia

Equipo de control 3

Otros 8

100

Es interesante observar que las fallas que ocurren

en las líneas de energía aéreas constituyen casi la mitad

del número total de fallas. Por lo tanto, es conveniente

analizar la naturaleza de las fallas de dichas líneas. En

un sistema trifásico, la falla del aislamiento entre una

de las fases y la tierra, es conocida como falla de línea

de tierra o falla de tierra de una fase o monofásica; la

falla del aislamiento entre dos cualesquiera de las

fases, es conocida como falla de línea a línea; 1a falla


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del aislamiento entre dos fases y la tierra es conocida

como doble falla de línea a tierra y a 1a falla del

aislamiento entre las tres fases se le conoce como falla

trifásica.

La tabla 1.2 es una guía elemental de la ocurrencia

de estas fallas.

Nota.- La falla L-L-L, llamada falla trifásica simétrica,

generalmente ocurre por descuido del personal de

operación. Por lo general; las líneas de fase se amarran

juntas a un conductor descubierto para proteger al

liniero, mientras trabaja en las líneas, contra la carga

inadvertida de la línea. Una vez terminado el trabajo,

hay ocasiones, en las que el liniero se olvida de quitar

dicho amarre y cuando se conecta el interruptor, ocurre

una falla trifásica simétrica.

Por lo tanto es evidente que la falla de línea a

tierra ocurre más comúnmente en las líneas de energía

aéreas. Por fortuna, un gran número de estas fallas es de

naturaleza transitoria y puede desaparecer después de

unos cuantos ciclos, como sucede, por ejemplo, cuando cae

una rama de un árbol quedando atravesada entre una línea


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y una crucera. Esta se quema hasta eliminarse o

simplemente cae de la línea.

Tabla 1.2 Frecuencia con que se presentan los diferentes

tipos de fallas en las líneas de energía aéreas.

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