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Qué es Toma de Decisiones:

Se entiende por toma de decisiones el proceso de evaluar y elegir, por medio


del razonamiento y la voluntad, una determinada opción en medio de un
universo de posibilidades, con el propósito de resolver una situación específica,
ya sea que se trate del ámbito personal, vocacional, familiar, social, laboral,
económico, institucional o empresarial, entre otros.

En esa medida, el proceso de toma de decisiones debe distinguirse de las


elecciones cotidianas de rutina, tales como las preferencias sobre el atuendo
del día, el menú del almuerzo, etc., que no implican necesariamente un
proceso de escrutinio racional.

La toma de decisiones implica la evaluación de una serie de condiciones y


variables de un escenario, frente al cual es necesario elegir una estrategia de
intervención por parte del sujeto involucrado, sea un individuo o un colectivo
(empresas, instituciones, comunidades). Por ello, se trata de un proceso muy
complejo.

Características de la toma de decisiones:

1. Análisis objetivo

Una buena toma de decisiones requiere de un análisis frío e imparcial de los


hechos, y la consideración de las experiencias pasadas que permite realizar
predicciones o proyecciones. Es por eso que el análisis es global y objetivo.

2. Periodicidad

La periodicidad es lo que indica con qué frecuencia se toma una decisión. Será
de una decisión de alto nivel cuando se hace referencia a una decisión
excepcional, mientras que las decisiones regulares que se toman normalmente
son decisiones de bajo nivel.

Este elemento responde a la pregunta de si una decisión se toma frecuente o


excepcionalmente. Una decisión excepcional es una decisión de alto nivel, mientras que
una decisión que se toma frecuentemente es una decisión de nivel bajo.

3. Impacto

Una decisión tomada a un nivel bajo afectará pocas actividades o áreas, en


cambio cuando se la toma a un nivel alto resultará más trascendente.

Esta característica se refiere a la medida en que otras áreas o actividades se ven


afectadas. Si el impacto es extensivo, es indicado tomar la decisión a un nivel alto; un
impacto único se asocia con una decisión tomada a un nivel bajo.

4. Reversibilidad
De acuerdo con la capacidad de reversibilidad, la decisión se tomará a un nivel
bajo o alto: si revertir es fácil, será bajo, en cambio si implica una
reestructuración muy importante, será alto.

Se refiere a la velocidad con que una decisión puede revertirse y la dificultad que
implica hacer este cambio. Si revertir es difícil, se recomienda tomar la decisión a un
nivel alto; pero si revertir es fácil, se requiere tomar la decisión a un nivel bajo.

5. Calidad

Las decisiones se toman de acuerdo con la cantidad y, más aún, calidad de los
factores involucrados, asuntos legales, éticos, imagen de la empresa, etcétera-
y esto determinará el nivel de decisión (alto o bajo).

Este factor se refiere a las relaciones laborales, valores éticos, consideraciones legales,
principios básicos de conducta, imagen de la organización, etc. Si muchos de estos
factores están involucrados, se requiere tomar la decisión a un nivel alto; si solo algunos
factores son relevantes, se recomienda tomar la decisión a un nivel bajo.

6. Efectos futuros

Las decisiones cuya influencia perdura en el largo plazo, se consideran una


decisión de alto nivel, mientras que aquellas destinadas al corto plazo son
decisiones de nivel bajo.

Tiene que ver con la medida en que los compromisos relacionados con la decisión
afectarán el futuro. Una decisión que tiene una influencia a largo plazo, puede ser
considerada una decisión de alto nivel, mientras que una decisión con efectos a corto
plazo puede ser tomada a un nivel muy inferior.

Tipos de Decisiones
Vinculado a lo anterior, se distingue a las decisiones según los siguientes tipos:

 Decisión programada: Son decisiones rutinarias, repetitivas, su


práctica está condensada a través de un método. Como se encuentra el
problema enfocado, no hay necesidad de pasar por el proceso completo
de decisión, hay pasos secuenciados para su resolución.
 Decisión no programada: Cuando se habla de cerrar una división no
rentable, por ejemplo, se habla de una decisión no programada. Es
decir, no hay plan de acción configurado de antemano.

Importancia de la Toma de Decisiones


Nuestras vidas y también las organizaciones de las que formamos parte
dependen de dos factores: las decisiones que tomamos y el entorno externo.

El entorno externo son todas aquellas circunstancias que nos rodean y sobre
las que no tenemos ningún control, no tenemos manera de influir sobre ellas.
Algo distinto sucede con esas otras circunstancias que nos acompañan en la
vida y sobre las que sí tenemos posibilidad de influir. Sobre algunas
tendremos control total y sobre otras simplemente podremos influir en cierto
grado. Controlamos o influimos sobre todas esas circunstancias mediante las
decisiones que tomamos. Es por esto que lo que en el futuro sea nuestra vida
dependerá de las decisiones que adoptemos a lo largo del tiempo,
porque tomando decisiones es como influimos en la realidad.
Podemos decir que nuestra historia personal es la historia de las decisiones
tomadas, y que nuestro futuro —que está condicionado por aquellas que ya
hemos tomado- lo vamos forjando a través de las futuras decisiones. De ahí la
importancia de la toma de decisiones en la vida de las personas, ya que en
último término cada uno es lo que decide ser. De hecho, tomar decisiones es
la actividad más importante que realizamos las personas. En el
ámbito empresarial, es el acto directivo fundamental, porque un directivo lo es
en la medida que decide.
La toma de decisiones está tan ligada a nuestra vida que no podemos
prescindir de ello: no podemos abstenernos de hacerlo, porque decidir no
tomar una decisión implica de por sí haberlo hecho. Lo que sí podemos
decidir es si la queremos tomar nosotros o si preferimos que otros lo hagan
por nosotros. En ese caso estamos decidiendo poner el control de nuestra vida
en manos de terceros. Por eso no podemos renunciar a decidir, porque
haciéndolo nos convertimos en espectadores en vez de en actores
protagonistas de nuestra existencia. La toma de decisiones no la podemos
subcontratar, a diferencia de, por ejemplo, la gestión patrimonial de la
empresa. Cada persona está irremediablemente obligada, por acción o
por omisión, a tomar decisiones. Por todo esto es bueno acostumbrarse a
adoptar decisiones activamente, aunque sea sobre cosas pequeñas. Este es
un hábito que fortalecemos con la práctica y que sin ella se anquilosa. Si nos
acostumbramos a no tomarlas proactivamente, entonces nos costará más
hacerlo, porque la indecisión genera más indecisión.
A la decisión siempre va ligada la posibilidad del error. Hay personas que
tienden a no tomar decisiones porque tienen miedo a equivocarse, y dejan
que las circunstancias decidan por ellas, abandonando así el control de su
propia existencia. Este tipo de personas, que se niegan la posibilidad de
«fracasar», paradójicamente, lo acaban haciendo porque al no decidir
no tienen posibilidades de salir al encuentro del éxito. Renunciando a la
posibilidad de fracasar, renuncian también a la posibilidad de triunfar.
Las personas de éxito también han tenido desventuras. Personas
consideradas como grandes empresarios acumulan en su historial fracasos,
algunos de ellos sonados. El éxito muchas veces es fruto del fracaso. Tener
éxito consiste en levantarse una vez más de las veces que se haya caído. Si
no probamos no podemos ganar.

Nuestras vidas y también las organizaciones de las que formamos parte


dependen de dos factores: las decisiones que tomamos y el entorno externo.

El entorno externo son todas aquellas circunstancias que nos rodean y sobre
las que no tenemos ningún control, no tenemos manera de influir sobre ellas.
Algo distinto sucede con esas otras circunstancias que nos acompañan en la
vida y sobre las que sí tenemos posibilidad de influir. Sobre algunas
tendremos control total y sobre otras simplemente podremos influir en cierto
grado. Controlamos o influimos sobre todas esas circunstancias mediante las
decisiones que tomamos. Es por esto que lo que en el futuro sea nuestra vida
dependerá de las decisiones que adoptemos a lo largo del tiempo,
porque tomando decisiones es como influimos en la realidad.

 Constituye un aspecto primordial de la alta gerencia, un buen gerente es


aquel que maneja adecuadamente la responsabilidad de tomar
decisiones acertadas, ya que diariamente toman grandes decisiones que
suponen riesgos para las organizaciones.

 Decidir implica adoptar una posición y la elección de un camino a seguir,


el cual requiere información interna y externa de la organización.

 Es parte fundamental del proceso de planeación, ayuda a mantener la


armonía y la eficiencia organizacional.

 Una decisión acertada tomada bajo un buen procedimiento nos ahorrara


tiempo, esfuerzo, energía y dinero. Debido al avance tecnológico y la
competencia, los gerentes una organización con un óptimo crecimiento y
desarrollo.

Etapas
Según Robbins & Coulter (2005), el proceso de toma de decisiones, incluye
una serie de ocho etapas que comienza por identificar el problema y los
criterios de decisión y por ponderarlos; enseguida se pasa a trazar, analizar y
elegir una alternativa para resolver el problema, y para concluir se evalúa
la eficacia de la decisión. Este proceso es tan pertinente para su decisión sobre
qué película ver la tarde del viernes como para un acto corporativo, como tomar
una decisión sobre el uso de la tecnología para manejar las relaciones con
los clientes. El proceso también sirve para describir decisiones de individuos y
de grupos. Veamos más de cerca el proceso con el fin de comprender sus
etapas. Los ilustraremos con un ejemplo: decidir cuál es la
mejor franquicia para comprar.

Etapa 1: Identificar un problema


El proceso de toma de decisiones comienza con la existencia de
un problema o, más específicamente, de una discrepancia entre la situación
actual y la situación deseada.
Recuerde también que la identificación de los problemas es una actividad
Subjetiva. Lo que un gerente considera un problema otro no lo verá así. Más
aun, el gerente que por equivocación resuelve el problema erróneo tiene un
desempeño tan malo como el gerente que no identifica el problema correcto ni
hace nada.
Como ve, no es fácil ni trivial saber identificar problemas. Para hacerlo mejor,
los gerentes tienen que comprender las tres características de los problemas:
estar conscientes de ellos, estar presionados para actuar y tener
los recursos necesarios para emprender acciones.
Los gerentes se hacen conscientes de un problema al comparar el
estado actual de las cosas con la situación en la que deberían estar o quisieran
que estuvieran. Si las cosas no están donde los gerentes quieren o marchan
como deberían, hay discrepancia. Pero esto no es suficiente para que se trate
de un problema.
Una discrepancia sin la presión para actuar es un problema que puede
posponerse. Para iniciar el proceso de toma de decisiones, el problema debe
acuciar al gerente para que actúe. La presión puede venir, por ejemplo,
de políticas de la organización, plazos, crisis económicas, actos de
la competencia, quejas de los clientes, expectativas del jefe o
una evaluación inminente del desempeño.
Por último, no es probable que los gerentes señalen algo como problema si les
parece que no tienen la autoridad, la información o los recursos para actuar. Si
los gerentes reconocen un problema y están presionados para actuar pero les
parece que no tienen los recursos adecuados, explican que es una situación en
la que hay expectativas poco realistas acerca de lo que pueden hacer.

Etapa 2: Identificar los criterios de decisión


Cuando un gerente detecta un problema, tiene que identificar los criterios de
decisión importantes para resolverlo.es decir, los gerentes tienen que
determinar que es pertinente para tomar una decisión. Sean explícitos o tácitos,
los gerentes tienen criterios para guiar sus decisiones.

Etapa 3: Asignar pesos a los criterios


Si los criterios que se identificaron en la etapa 2 no tienen toda la misma
importancia, quien toma la decisión tiene que ponderarlos en forma ordenada
para asignarles la prioridad correcta en la decisión. ¿Cómo se ponderan los
criterios?, Un método simple consiste en dar al criterio más importante un peso
de 10 y tomarlo como referencia para ponderar los otros. Así, un criterio con un
peso de 10 seria dos veces más importante que uno de cinco. Desde luego,
uno puede dar 100 o 1000 o cualquier número como peso máximo. La idea es
establecer las prioridades de los criterios identificados en la etapa 2 asignando
un peso a cada uno.

Etapa 4: Desarrollar las alternativas


En la cuarta etapa, quien toma la decisión tiene que preparar una lista de las
alternativas viables que resuelvan el problema. No se hace ningún intento por
evaluar las alternativas, solo se enumeran.

Etapa 5: Analizar las alternativas


Después de identificar las alternativas, quien toma la decisión tiene que
analizarlas críticamente. ¿Cómo? Las evalúas de acuerdo con los criterios
establecidos en las etapas 1 y 2. Con esta comparación se revelan las ventajas
y desventajas de cada alternativa.
El punto es que la mayor parte de las decisiones de los gerentes requieren
ejercer el juicio: los criterios elegidos en la etapa 2, los pesos dados a los
criterios de la etapa 3 y la evaluación de las alternativas de la etapa 5.
La suma de las calificaciones representa una evaluación de cada alternativa de
acuerdo con los criterios y los pesos establecidos. Ocurre a veces que quien
decide no tiene que pasar por esta etapa. Si una opción tiene calificación de 10
en cada criterio, no hace falta considerar los pesos. Del mismo modo, si los
pesos son todos iguales, para evaluar cada alternativa basta sumar los
renglones apropiados.

Etapa 6: Seleccionar una alternativa


La sexta etapa consiste en elegir la mejor alternativa entre todas las
consideradas. Después de ponderar todos los criterios de la decisión y de
analizar todas las alternativas viables, simplemente escogemos aquella que
generó el total mayor en la etapa 5.
Etapa 7: Implementar la alternativa
En la etapa 7 se pone en marcha la decisión, lo que consiste en comunicarla a
los afectados y lograr que se comprometan con ella. Si las personas que deben
implementar la decisión participan en el proceso, es más probable que apoyen
con entusiasmo el resultado que si solo se les dice lo que deben hacer. En las
partes tercera a quinta del libro se estudia la implementación de las decisiones
mediante la buena planeación, organización y dirección.

Etapa 8: Evaluar la eficacia de la decisión


La última etapa del proceso consiste en evaluar el resultado de la decisión para
saber si se resolvió el problema. ¿Se consiguió el resultado buscado con la
alternativa elegida en la etapa 6 y puesta en marcha en la etapa 7? En la sexta
parte, en la que estudiamos la función de control, detallamos como evaluar los
resultados.
¿Qué ocurre si la evaluación muestra que el problema persiste? El gerente
tiene que examinar que salió mal. ¿Definió mal el problema? ¿Cometió errores
en la evaluación de las alternativas? ¿Eligió la alternativa correcta pero la
implanto mal? Las respuestas llevaran de vuelta al gerente a una de las etapas
anteriores. Incluso es posible que deba repetir todo el proceso.

Características de un Tomador de Decisiones:


 Experiencia: Cuando un mando se enfrenta a un problema recurre a su
experiencia para poder resolverlo.

 Buen Juicio: Se utiliza este término para referirnos a la habilidad de


evaluar información de forma inteligente.

 Creatividad: El tomador de decisiones creativo es capaz de captar y


entender el problema de una forma más amplia.

 Habilidades Cuantitativas: Esta es la habilidad de emplear técnicas


presentadas como métodos cuantitativos o investigación de operaciones
como pueden ser la programación lineal, teorías de líneas de espera y
métodos de inventario.

-El tomador de decisiones de este nuevo siglo se anticipa a los cambios y


acepta de forma positiva cada cambio que se le presenta, visualiza y
percibe cada cambio como una oportunidad y un reto.
Características comunes:
-El nuevo milenio ha transformado las practicas de las organizaciones y con
ello las habilidades y características que el nuevo entorno empresarial
demanda de los directivos, las características que hemos descrito nos
señalan que el tomador de decisiones de hoy debe poseer un perfil muy
distinto en comparación con el de hace décadas atrás, cuyo patrón se
ajustaba en mayor medida al control y supervisión.

-A los tomadores de decisiones del siglo XXI se les exige una preparación
diferente para poder atender las necesidades de las empresas modernas,
conocimiento de más de un idioma, estudios universitarios, conocimientos
de informática y capacidad de comunicación son algunos de los aspectos a
tener en cuenta para lograr ser exitoso y competitivo.

Niveles de Decisiones

Para poner en marcha, sostener y hacer crecer un negocio es imprescindible


tomar buenas decisiones. Sin embargo, si todas las decisiones recaen en el
emprendedor, la tarea puede resultar agobiante y el tiempo permanentemente
escaso. Enfocarse en decisiones estratégicas y delegar las operativas es vital
para crecer con el negocio
A continuación, un repaso de una de las clasificaciones más útiles para saber
qué importancia dar a cada decisión y cuáles delegar en el equipo de trabajo:

1. Decisiones Estratégicas

En el escalón más alto de importancia están las decisiones que pueden


comprometer el futuro de la empresa, es decir, aquellas que ponen en juego la
supervivencia, el desarrollo y el crecimiento del negocio. Por lo general,
son decisiones de riesgo, únicas e irrepetibles, por lo que requieren un análisis
pormenorizado. Así, resultan indelegables y, aun cuando el negocio crezca, es
imprescindible que se mantengan en cabeza de los dueños, emprendedores o
directivos de más alto nivel.

Ejemplos de estas decisiones clave: a qué actividad dedicarse, en qué


mercado operar, cómo competir, qué productos o servicios vender, dónde y
cuándo abrir sucursales, cuánto dinero invertir, cuánto endeudarse, entre otras.

2. Decisiones Tácticas

Se trata de decisiones que, si bien tienen impacto en el desarrollo del negocio,


no comprometen su futuro. Suelen desprenderse de las decisiones estratégicas
y, por lo tanto, pueden delegarse en profesionales o personal calificado
(encargados, gerentes, responsables de área, etc.).

Algunas decisiones tácticas habituales en una pyme: cómo organizar los turnos
de trabajo, a qué proveedores comprar, a quién contratar, cómo distribuir el
local u oficina, con qué bancos operar, qué promociones ofrecer a los clientes,
etc.

3. Decisiones Operativas

En el día a día del negocio aparecen innumerables situaciones en las que hay
que elegir cursos de acción alternativos. Puede tratarse de decisiones
relativamente simples, decisiones acerca de temas menores o decisiones más
complejas pero que se repiten con frecuencia y pueden programarse:
organización diaria, atención a clientes, horarios de trabajo, trámites, orden de
tareas de producción, pequeñas compras, etc. Éstas son las decisiones
que todo emprendedor debe intentar delegar para ganar tiempo y enfocarse en
los temas estratégicos.

1. ETICA EN LA TOMA DE DECISIONES

-Racionalidad Técnica: Es una racionalidad científico-técnica que mira


exclusivamente a los resultados de la acción sin considerar quien las realiza,
por lo que es propia del ámbito de lo orgánico y lo mecánico. Se es eficaz si se
logran resultados previstos con unos medios dados.
-La Racionalidad Ética: Juzga acerca de lo bueno o lo malo de la acción
humana, para juzgar la dimensión ética, no basta mirar el resultado de la
acción, exclusivamente hay que mirar la intención y el objeto de la acción.
Cada organización trabaja para conseguir su misión, que es su objetivo o razón
de ser. En toda organización existen fines, metas u objetivos, de allí que pueda
hablarse de organizaciones más o menos eficaces, en la medida en que logren
sus objetivos.
Se desprenden de su constitución natural, se puede hablar de una
“racionalidad científico-técnica” que atañe a la Eficacia y Eficiencia y de una
racionalidad ética referida al comportamiento de las personas. La Ética,
Eficacia y Eficiencia son aspectos esenciales en el desarrollo de las
organizaciones.

-Racionalidad Práctica: Busca conocer cómo actuar en determinada situación.


Tomar buenas decisiones requiere de adiestramiento, adquisición de hábitos
prácticos, de estudio y reflexión.

La Racionalidad Teórica: Es el uso del entendimiento para el conocimiento


racional de la realidad, busca conocer la realidad con la mayor certeza posible

Tres tipos esenciales de habilidades y capacidades requeridas en los directivos


para ser buenos profesionales:
1 - Habilidades Intelectuales:
2 - Habilidades Técnicas:
3 - Habilidades Humanas

2.- FASE DISEÑO DE ALTERNATIVAS:


- Desarrollo de posibles soluciones alternativas
- Análisis de cada una de ellas siguiendo los criterios y ponderaciones
establecidas en la fase anterior.

EL PROCESO DE TOMA DE DECISIONES Y LA NORMA ÉTICA


La Eficacia, la Eficiencia y la Ética
De todas las virtudes humanas, hay una que adquiere especial relevancia en el
plano de la toma de decisiones, de la acción concreta y al de deliberación
acerca de donde está el punto medio al que se ha hecho referencia.
La persona prudente es la que posee la virtud de la Prudencia, a lo que hoy
podría ser mejor entendido como la “sabiduría práctica para acertar”, esa
cualidad humana del que acierta en el análisis y la puesta en práctica de una
decisión en cada paso particular es decir, antes y ahora.

3.- FASE DE ELECCIÓN: Se da de la selección de alternativas que mejor


responde al análisis realizado previamente y se actúa.

OTRAS VIRTUDES ÉTICAS CLAVE EN EL PROCESO DE TOMA DE


DECISIONES

Contar con información de todas las personas afectadas por el problema antes
que intentar su diagnóstico racional, incorporando además como criterio básico
de decisión la posible contribución al desarrollo personal de los afectados por la
decisión, es decir, previniendo o anticipando las consecuencias.
En el mundo profesional de las organizaciones, lleno de presiones, no basta
con el conocimiento de los principios (racionalidad teórica) a los que se llega
con la reflexión recta y el estudio, sino que es necesario desarrollar
“capacidades” para ponerlos en práctica.

Conjunto de pasos que permite diagnosticar un problema y tomar una


determinación.

2. La ética y la toma de decisiones en la empresa

La ética es necesaria en la empresa porque forma parte de todas y cada una


de las decisiones humanas. Las personas que participan en una empresa
buscan resultados distintos y actúan por motivaciones variadas; por tanto, los
directivos tienen que tener en cuenta varias dimensiones de sus acciones, que
incluyen los beneficios materiales, pero también variables psicológicas,
sociales y éticas. Esta manera de introducir la ética en la empresa es
endógena: viene a ser una condición de equilibrio de la empresa, que mira no
ya a su rentabilidad a corto plazo, sino, sobre todo, a su consistencia, es decir,
a su capacidad de generar beneficios también a largo plazo, porque mejora la
capacidad de las personas para tomar mejores decisiones.

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