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N34a14 PDF
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REVISTA DE DERECHO
N.º 34, Barranquilla, 2010
ISSN: 0121-8697
377
Resumen
De este análisis sobre los aspectos más controversiales y conflictivos de la teoría
de la simulación de actos jurídicos, desarrollada por la doctrina y la jurispru-
dencia ordinaria, se concluye que la simulación es el acuerdo entre dos o más
personas para fingir jurídicamente la existencia de un negocio, o de sus ele-
mentos. La acción de simulación puede ser intentada por las partes del negocio
o por terceros perjudicados por aquél, y quien la alegue tendrá la carga de
demostrarla. En este ámbito se facilita la labor judicial de encontrar la verdad
detrás del negocio aparente y declararla, haciendo desaparecer el negocio o sus
elementos ficticios, pues el juez tiene mayor libertad de apreciación probatoria
y menor exigencia de congruencia fáctica.
Palabras Clave: Simulación, legitimación, interés, valoración probatoria.
Abstract
From this analysis concerning the most debated issues of the theory of simula-
tion of legal acts, which has been developed by scholars and Colombia’s highest
Courts, one may conclude that simulation is the agreement between two or
more people to legally portray the existence of a contract, or parts thereof, in
disagreement with their real intention. The action of simulation can be attemp-
ted by the contracting parties or by third parties to whom certain and actual
damages are caused. Whoever claims the simulation bears the burden of its
proof. In this area, the Court has a lower demand of factual consistency and
more freedom to appreciate the evidence in order to find and declare the truth
behind the apparent business.
Key words: Simulation, legitimation, interest, evidence appreciation.
1. INTRODUCCIÓN
2. CONCEPTO DE SIMULACIÓN
3. EL CAMPO DE LA SIMULACIÓN
Bajo este rasero es, precisamente, que se perfila el artículo 1525 del
Código Civil, en virtud del cual “no podrá repetirse lo que se haya
dado o pagado por un objeto o causa ilícita a sabiendas”. Sin embar-
go, existe consenso en cuanto a que esta prohibición no resulta apli-
cable al fenómeno de simulación, por dos razones, principalmente:
(i) porque, como es sabido, no puede extenderse vía analógica una
disposición de tipo sancionatorio; y (ii) porque ello conduciría a
consecuencias indeseables, como el afianzamiento de negocios si-
mulados, aparejados con el “enriquecimiento injusto del simulante
demandando quien, de todas formas, es coautor, o por lo menos
cómplice, del acto ilícito” (Corte Suprema, 1998). Esta postura ju-
risprudencial ha sido sostenida de manera uniforme desde una sen-
tencia del 18 de diciembre de 1964, reiterada, entre otras ocasiones,
en 1994, cuando se sentó que
5. CARACTERÍSTICAS DE LA SIMULACIÓN
6. ACCIÓN DE SIMULACIÓN
[…] los principios generales para incoar cualquier acción: tiene que
haber interés para interponer la demanda ante la justicia o para con-
tradecirla. Nuestro Código (el argentino), conforme a la doctrina y
legislación general, no introduce ninguna limitación. Todo sujeto
poseedor de un derecho regularmente constituído (sic), cualquie-
ra sea –contratante, heredero o tercero–, está facultado para hacer
declarar judicialmente la simulación de cualquier acto cuyo carecer
ficticio le ocasione o pueda ocasionarle perjuicio […]
por el acto ficto. Pero Cámara (1958) no llega a exigir, como sucede
en Colombia, un perjuicio cierto y actual a dicho derecho subjetivo,
ni mucho menos que su “ejercicio se halle impedido o perturbado
por el acto ostensible, y que la conservación de ese acto le cause un
perjuicio” (Corte Suprema, 2000).
Aun así, la prueba indiciaria suele ser la única vía a la que puede
acudir con relativas posibilidades de éxito la parte actora –o quien
excepciona simulación– para satisfacer la carga probatoria de demos-
trar los hechos en los cuales se fundamentan sus pretensiones o ex-
cepciones; lo anterior en virtud del sigilo que suele rodear al acto ve-
lado, que difícilmente podrá demostrarse mediante pruebas directas
6.2.3. Valoración
Ha sostenido la Corte Suprema (2005) de manera reiterada que
Sobre lo último conviene revisar el texto del artículo 306 del Código
de Procedimiento Civil, según el cual
CONCLUSIÓN
La acción para develar la realidad que yace tras el velo del contra-
to simulado puede ser intentada bien por las partes (gracias a la
excepción del principio Nemo auditur) o bien por terceros que ha-
yan sufrido perjuicios ciertos y reales a raíz del contrato simulado
(como excepción a la aplicación estricta de la teoría de la relatividad
de los contratos), y quien la alegue deberá demostrar la existencia de
los hechos que acreditan la simulación. Se ha visto que, a raíz del
sigilo con el que suelen actuar las partes, la principal prueba suele
ser la indiciaria, pero lo cierto es que proceden todos los medios de
prueba estipulados en la ley. A su vez, en este ámbito se acentúa
la libertad apreciativa del acervo probatorio por parte del juez de
instancia –que en principio es intocable en casación– y el principio
de congruencia fáctica se atenúa, dotando al juez de mayores posi-
bilidades para auscultar la verdad detrás del negocio aparente. Por
último, en caso de prosperar las pretensiones, el negocio desapare-
cerá del mundo jurídico, o desaparecerán los elementos ficticios del
mismo, salvo que tal declaración pueda afectar los derechos de los
terceros de buena fe, o que el negocio real vulnere el ordenamiento
jurídico.
REFERENCIAS
Betti, E. (1935). Teoría general del negocio jurídico. Madrid: Editorial Revista
de Derecho Privado.
Cámara, H. (1958) Simulación en los actos jurídicos. Buenos Aires: Roque
Depalma Editor.
Corte Constitucional (2004). Sentencia nº C-071 del 3 de febrero de 2004 (ex-
pediente D-4692). Ponente: Álvaro Tafur Galvis. Bogotá.
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil y Agraria (1941). Sen-
tencia del 24 de abril de 1941. Citado Corte Suprema de Justicia, Sala de
Casación Civil y Agraria (2006). Sentencia del 17 de enero de 2006 (expe-
diente nº 02850). Ponente: Manuel Isidro Ardila Velásquez. Bogotá.
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil y Agraria (1951). Senten-
cia del 29 de agosto de 1951 (LXX, 74). Citado Corte Suprema de Justicia,
Sala de Casación Civil y Agraria (1998). Sentencia del 17 de noviembre de
1998 (expediente nº 5016). Ponente: Rafael Romero Sierra. Bogotá.
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil y Agraria (1969). Senten-
cia del 21 de mayo de 1969.
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil y Agraria (1971). Senten-
cia del 29 de abril de 1971 (t. CXXXVIII, p. 314). Citado Corte Suprema de
Justicia, Sala de Casación Civil y Agraria (2006). Sentencia del 2 de febrero
de 2006 (expediente nº 16971). Ponente: Pedro Octavio Munar Cadena.
Bogotá.
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil y Agraria (1992). Senten-
cia del 24 de junio de 1992 (expediente nº 3390). Bogotá.
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil y Agraria (1994). Senten-
cia del 24 de febrero de 1994. Bogotá.
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil y Agraria (1998). Senten-
cia del 23 de abril de 1998 (expediente nº 4544). Ponente: Jorge Antonio
Castillo Rugeles. Bogotá.
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil y Agraria (1998). Sen-
tencia del 17 de noviembre de 1998 (expediente nº 5016). Ponente: Rafael
Romero Sierra. Bogotá.
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil y Agraria (2000). Sen-
tencia del 19 de junio de 2000 (expediente nº 6266). Ponente: Jorge Santos
Ballesteros. Bogotá.