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Elogia a tus hijos. Esta es parte importante de ser un buen padre. Tú quieres
que tus hijos estén orgullosos de sus propios logros y se sientan bien consigo
mismos. Si no les brindas la confianza que necesitan para andar por el mundo
por su cuenta, entonces no van a sentirse capaces de ser independientes y
aventurarse. Cuando hagan algo bueno, hazles saber que lo notaste y que
estás muy orgulloso de ellos.
o Practica el hábito de elogiar a tus hijos por lo menos tres veces
más de lo que les regañas. Aunque es importante llamarles la atención cuando
hacen algo mal, también es importante ayudarles a construir una perspectiva
positiva sobre sí mismos.
o Si son demasiado jóvenes para entender completamente,
elógialos con aplausos y mucho cariño. Si siempre los elogias (desde que
aprenden a usar el inodoro hasta cuando obtienen buenas calificaciones),
puedes ayudarles a llevar una vida feliz y exitosa.
o Evita frases trilladas como "¡Buen trabajo!". En vez de eso,
ofréceles un elogio descriptivo que les permita saber exactamente qué es lo
que estás elogiando. Por ejemplo: "Hiciste muy bien al esperar tu turno cuando
jugabas con tu hermanita" o "Gracias por limpiar los juguetes después de que
terminaste de jugar".
Escucha a tus hijos. Es muy importante la comunicación con tus hijos. Hacer
cumplir las reglas no es tu única función. Debes escuchar a tus hijos cuando
tienen problemas. Debes ser capaz de expresar tu interés y de involucrarte en
sus vidas. Debes crear una atmósfera en la que tus hijos pueden acudir a ti
cuando tengan un problema (sea grande o pequeño).
o Incluso, puedes separar un tiempo para hablar con tus hijos todos
los días. Puede ser antes de la hora de acostarse, en el desayuno, o durante
un paseo después de la escuela. Ese momento con tus hijos es sagrado; así
que, evita distraerte revisando tu celular.
o Si tu hijo tiene algo que decirte, tómalo en serio y deja todo lo que
estás haciendo, o separa un momento en el que realmente puedas darle toda
tu atención.
Pasa tiempo con tus hijos. Sin embargo, ten cuidado de no reprimirlos ni
sofocarlos. Existe una gran diferencia entre proteger a alguien y encarcelarlo
dentro de demandas inflexibles. Tus hijos deben sentir que el tiempo que pasan
contigo es sagrado y especial, pero no deben sentirse obligados a pasar tiempo
contigo.
o Pasa tiempo con cada uno de tus hijos de manera individual.
Trata de dividir tu tiempo por igual si tienes más de un hijo.
o Escucha y respeta a tu hijo, y respeta lo que quiere hacer con su
vida. Sin embargo, no olvides que tú eres su padre. Los niños siempre
necesitan límites. Un niño al que se le permite comportarse como le plazca y se
le complace todos sus caprichos sufrirá mucho en su vida adulta cuando tenga
que obedecer las reglas de la sociedad. El hecho de que no permitas que tus
hijos lo tengan todo NO te convierte en un mal padre. Siempre debes explicarle
Sé parte de sus triunfos. Es probable que tengas una agenda de trabajo muy
apretada, pero debes hacer todo lo posible para estar presente en los
momentos más importantes de sus vidas, desde sus recitales de ballet hasta su
graduación. Recuerda que los niños crecen rápido y que van a ser
independientes antes de que te des cuenta. Tu jefe puede o no recordar que no
asististe a una reunión, pero con toda seguridad, tus hijos recordarán que no
asististe a su presentación escolar. Aunque no siempre tienes que abandonar
todo por tus hijos, al menos debes tratar de estar presente en los momentos
más importantes.
o Si estabas demasiado ocupado como para estar presente el
primer día de clases u otro momento importante para tu hijo, probablemente te
arrepentirás por el resto de tu vida. No querrás que tu hijo recuerde su
graduación como el día en que sus padres no se presentaron.
Haz cumplir las reglas de manera razonable. Impón reglas que se apliquen a
todas las personas en general para que lleven una vida feliz y productiva. No
moldees las reglas sobre tu propia perspectiva de lo que consideras ideal. Es
importante establecer reglas que ayuden al niño a desarrollarse y crecer; pero
no seas tan estricto, ya que podría sentir que no puede dar un paso sin pensar
que ha hecho algo mal. Lo ideal es que a tu hijo le importe más el amor que te
tiene que su miedo a infringir tus reglas.
o Comunica tus reglas claramente. Tus hijos deben estar muy
familiarizados con las consecuencias de sus acciones. Si les castigas,
asegúrate de que entiendan la razón y la culpa. Si no puedes articular la razón
y explicarles su falta, el castigo no tendrá los efectos desalentadores que
deseas.
o Asegúrate no solo de establecer reglas razonables, sino de hacer
que se cumplan razonablemente. Evita los castigos excesivamente severos, o
los ridículamente estrictos para infracciones menores. Evita cualquier cosa que
implique lastimar físicamente a tu hijo.
Sé coherente. Esto es importante para hacer cumplir las mismas reglas todo el
tiempo y para resistir los intentos de tu hijo de manipularte para que hagas
excepciones. Si permites que tu hijo haga algo que él no debe hacer solo
porque está haciendo un berrinche, entonces demuestras que tus reglas se
pueden romper. Si varias veces repites algo como: "Está bien, pero solo por
esta vez...", entonces tienes que trabajar para mantener normas más
coherentes con tus hijos.
o Si tu hijo siente que tus reglas se pueden romper, no tendrá
ningún incentivo para aferrarse a ellas.
Impón el orden. Tus hijos deben sentir que existe un sentido del orden y la
lógica dentro del hogar y en la vida familiar. Esto puede ayudar a que se
sientan seguros y en paz, y a que tengan una vida feliz (tanto dentro como
fuera de la casa). A continuación, te presentamos algunas maneras en las que
puedes imponer el orden con tus hijos:
o Establece límites, tales como una hora para dormir y toques de
queda, para que aprendan que tienen restricciones. De esta manera,
comprenden el sentido del amor y la preocupación de sus padres. Es probable
que se rebelen, pero por dentro disfrutan al saber que la preocupación de sus
padres se debe a que los aman.
o Fomenta la responsabilidad dándoles trabajos o "quehaceres"
que deben realizar, y como recompensa puedes darles algún tipo de privilegio
(dinero, permisos, un poco más de tiempo para jugar, etc.). Si no los realizan,
Enséñale a ser independiente. Enséñales a tus hijos que está bien ser
diferente, y que no siempre tienen que estar de acuerdo con la mayoría.
Enséñales a diferenciar entre el bien y el mal cuando aún son jóvenes para que
sean capaces de tomar sus propias decisiones (al menos, la mayoría de las
veces), en vez de escuchar o seguir a los demás. Recuerda que tu hijo no es
una extensión de ti mismo. Es una persona que está bajo tu cuidado, y no una
oportunidad para que puedas volver a vivir tu vida a través de él.
o Cuando tus hijos tengan la edad suficiente para tomar sus propias
decisiones, debes animarles a escoger actividades extracurriculares que ellos
deseen realizar o enseñarles con qué clase de amigos se pueden juntar. A
menos que creas que una actividad es muy peligrosa, o un compañero es una
muy mala influencia, debes dejar que tus hijos se den cuenta de las cosas por
sí mismos.
o Tu hijo podría tener una disposición contraria (por ejemplo, es
introvertido cuando tú eres extrovertido) y no será capaz de encajar en el
patrón y el estilo que tú le propongas, por lo que va a tomar sus propias
decisiones.
o Tus hijos tienen que aprender que sus acciones tienen
consecuencias (buenas y malas). Al hacerlo, se les ayuda a tomar buenas
decisiones y a resolver mejor sus problemas. De esta manera, se les prepara
para asumir su independencia en la edad adulta.
o No realices cosas por tus hijos de manera rutinaria para que ellos
aprendan a realizarlas por sí mismos. Aunque llevarles un vaso con agua antes
Krishna Deo Santoyo
5to “B”
de que se acuesten es una buena manera de ponerlos a dormir más rápido, no
lo hagas con tanta frecuencia para que no se acostumbren.
Deja que cometan sus propios errores. La vida es una gran maestra. No te
apresures en rescatar a tu hijo de las consecuencias de sus propias acciones si
estas no son demasiado graves. Por ejemplo, si se hace un corte (no de
gravedad), le puede doler, pero eso es mejor a que no tenga consciencia de
por qué se debe evitar los objetos cortantes. Debes ser consciente de que no
podrás proteger a tus hijos todo el tiempo, y que es mejor que aprendan las
Renuncia a tus vicios. Los juegos de azar, el alcohol y las drogas pueden
poner en peligro la seguridad financiera de tu hijo. Por ejemplo, si fumas, casi
siempre representarás un riesgo para la salud del entorno de tu hijo. Tu hijo se
volverá un fumador pasivo y podría aumentar el riesgo de contraer
enfermedades respiratorias. Además, podrías contribuir a tu propia muerte
temprana. El alcohol y las drogas no solo representan un riesgo para la salud,
sino también fomentan la violencia en el entorno de tu hijo.
o Por supuesto, si te gusta, puedes beber un poco de vino o unas
cervezas de vez en cuando (eso es algo perfectamente normal), siempre y
cuando moderes tu consumo de alcohol y te comportes responsablemente
mientras bebes.
Consejos
No vivas tu vida a través de tus hijos. Deja que tomen sus propias
decisiones y vivan su vida como quieran.
Advertencias
No tengas miedo de ser padre. Haz todo lo posible por ser su amigo,
pero nunca permitas que olvide eres es su padre, no su colaborador.
Mientras elogias a tu hijo, concéntrate en el esfuerzo que realiza y no en
los resultados finales, para evitar que se vuelva adicto a los elogios.
No creas que dejarás de ser padre una vez que tu hijo crezca. Ser un
buen padre es un trabajo de por vida. Pero recuerda que una vez que tus hijos
se vuelven adultos, las decisiones que toman en la vida son, en última
instancia, suyas (con sus respectivas consecuencias, por supuesto).
Krishna Deo Santoyo
5to “B”
No sigas estrictamente los estereotipos de comportamiento de los
padres de tu cultura, raza, grupo étnico, familia, u otro factor determinante. No
creas que solo existe una única manera de criar a los hijos.
Nunca consientas en exceso a tus hijos, ya que podrían desarrollar un
comportamiento obstinado e irresponsable. Tampoco debes actuar con
autoritarismo, esto puede conducir al resentimiento y a la desobediencia como
"protesta silenciosa".