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Viendo el Bosque

William L. Pierce

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Viendo el Bosque
Por William L. Pierce, 1999

Cada semana recibo diversas cartas de oyentes que creen que yo culpo demasiado a los judíos
por la destrucción de nuestra sociedad. No me refiero ahora a las cartas de enloquecidos
fundamentalistas cristianos que despotrican acerca de mí diciendo que los judíos son "el pueblo
elegido de Dios" y que por lo tanto éstos están autorizados para hacer todo lo que ellos quieran
sin que deba criticárselos. (Estas lastimosas almas me dicen: "Dios se encargará de usted si dice
algo malo sobre los judíos. ¿No sabe usted que Jesús fue un judío?"). Y tampoco me refiero a las
cartas de lemmings, que simplemente repiten el Políticamente Correcto libreto del partido que
ellos han aprendido mirando la televisión, en el sentido de que los judíos son sólo como
cualquier persona, sólo que mejores, y que la única razón de que yo hable críticamente de ellos
en mis emisiones es que estoy celoso de su éxito. Ellos me dicen que yo soy un amargado
perdedor que vive en un remolque, que tiene mala dentadura, que nunca recibí educación, y
que paso la mayor parte de mi tiempo emborrachándome y haciendo cosas íntimas con mis
parientes femeninos, porque los medios de comunicación les han enseñado que toda la gente
que vive en West Virginia es así. Como sea, nunca pierdo mi tiempo discutiendo con la gente
acerca de su religión, ya se trate del fundamentalismo cristiano o de la Corrección Política. A
menos que la gente tenga una base razonada para sus creencias, una discusión razonada con
ellos es inútil.

Los creyentes de los que quiero discutir hoy son aquellos que creen que cometo un error al
imputar malas motivaciones a los judíos en conjunto. Algunos de ellos me dicen que no son los
judíos en sí quienes están destruyendo nuestra raza y nuestra civilización, sino que es la gente
rica, judía y no judía. Que son los millonarios avaros los que mantienen nuestras fronteras
abiertas al Tercer Mundo porque ellos quieren un suministro estable de mano de obra barata.
Que son los abogados deshonestos, judíos y no judíos, que manejan a nuestros legisladores y
nuestros tribunales para enriquecerse más bien que para darnos buenas leyes y justicia.

Y, por supuesto, la gente que me dice esto tiene razón, hasta cierto punto. Es verdad que los
millonarios Gentiles realmente tienden a poner su enriquecimiento adicional en lo alto de su
lista, y que ellos realmente tienden a estar de acuerdo con los millonarios judíos en muchas
cosas. Ellos rara vez ven alguna ganancia para ellos mismos en oposición a los judíos, aun cuando
no estén de acuerdo ideológicamente con ellos. Los millonarios están más inclinados a seguir las
tendencias existentes y tratar de beneficiarse de ellas en vez de oponerse a ellas y arriesgarse a
perder dinero. Se ha dicho realmente que es más fácil para un camello pasar por el ojo de una
aguja que para un hombre rico... hacer algo que pudiera disminuir su fortuna. Y también es
verdad que la mayor parte de los abogados eligieron su profesión no con el objetivo de servir a
su pueblo o porque ellos estén interesados en la ley, sino más bien porque ellos la ven como un
camino para el patrimonio personal y el poder. Y también es verdad que tenemos una sociedad

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sobrecargada de abogados. Deberíamos tener a otra gente aparte de abogados estableciendo
la política.

Más generalmente, es verdadero que si uno mira cada institución destructiva en nuestra
sociedad, si uno mira detrás de cada política destructiva, uno encuentra tanto a no-judíos como
a judíos. La ruinosa política de inmigración que tenemos ahora en Estados Unidos es favorecida
por algunos Gentiles así como por prácticamente todos los judíos. La ley de inmigración de 1965
que cambió el flujo de inmigrantes en este país desde sobre todo europeos a casi puros no-
europeos fue impulsada principalmente por judíos, pero el senador Ted Kennedy fue un co-
patrocinador de la ley. Los judíos pueden estar haciéndose cargo del crimen organizado en
Estados Unidos, pero todavía hay algunos italianos implicados en ello.

Los legisladores más activos en el Congreso que insisten en el recorte de nuestro derecho a
tener y portar armas son judíos, pero muchos Gentiles también están implicados. Si examinamos
la destructiva explotación de nuestro medioambiente natural, la reducción de nuestros bosques
y la explotación de minas a cielo abierto de nuestra tierra y la contaminación de nuestros ríos,
probablemente encontraremos a especuladores Gentiles avaros y miopes más a menudo que a
judíos. E incluso en los medios de comunicación, uno todavía puede encontrar algunos jefes de
medios no-judíos que promueven esencialmente la misma línea del partido que los jefes judíos
de medios de comunicación: Rupert Murdoch es un ejemplo.

Todo esto es verdadero. De este modo, entonces, ¿por qué no me quejo sólo de los
plutócratas o los abogados o los hombres de negocios?; ¿por qué singularizo a los judíos? La
respuesta a esto es que si no miramos a los judíos específicamente, si no tratamos de
entenderlos como judíos, entonces nunca podremos entender realmente lo que le está
sucediendo a nuestra raza y a nuestra civilización. Y si no entendemos lo que está ocurriendo,
con mucha menor probabilidad seremos capaces de cambiar las cosas para mejor. Tenemos que
entender el proceso, y a fin de entender el proceso tenemos que entender el papel judío en ello,
porque es el papel clave.

Retrocedamos un poco y preguntémonos: ¿cuál es la institución más poderosa e influyente


en la vida estadounidense hoy?; ¿qué institución, más que ninguna otra, está promoviendo las
peores y más destructivas tendencias en la vida estadounidense?: ¿Es el básquetbol profesional?
Ésa es ciertamente una influencia nociva, pero no es la más nociva. ¿Es el Servicio de Impuestos
Internos (IRS)? No. No es ni siquiera el gobierno de Clinton, del cual el IRS es una parte, porque
el gobierno de Clinton en sí mismo sólo es una criatura de la institución más poderosa, y aquella
institución más poderosa está compuesta por los medios noticiosos y de entretenimiento, que
juntos forman la opinión pública y controlan la política pública. Y estos medios a su vez están
dominados por judíos.

No entraré en todos los nombres y relaciones organizacionales hoy, porque he hecho eso ya
varias veces en emisiones pasadas, y los detalles están todos en un folleto que publico y actualizo

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con regularidad, llamado Who Rules America? Pero hagamos sólo un rápido resumen: los tres
gigantes en los medios electrónicos son Disney-ABC, encabezado por Michael Eisner; Time
Warner-CNN, encabezado por Gerald Levin; y el nuevo conglomerado Viacom-CBS, encabezado
por Sumner Redstone. Eisner, Levin y Redstone son todos judíos, pero no sólo los hombres que
están arriba son judíos; estos gigantes de los medios están conformados por judíos de arriba
abajo.

En los medios impresos de comunicación los tres periódicos más influyentes del país son el
New York Times, el Wall Street Journal y el Washington Post. Todos ellos son poseídos o
controlados por judíos. Las únicas tres revistas de noticias semanales ampliamente leídas en
Estados Unidos son Time, que es poseída por la Warner-CNN de Gerald Levin; Newsweek, que
es poseída por la Washington Post Company de Katharine Meyer Graham; y U.S. News & World
Report, que es poseída por el desarrollador inmobiliario judío Mort Zuckerman. La historia es la
misma en la industria cinematográfica de Hollywood y en todo el resto de los medios de
comunicación de noticias y entretenimiento.

Ahora bien; hay gente que le dirá a usted muy seriamente que este dominio casi total de la
institución más poderosa de nuestra sociedad por la minoría judía, que compone sólo el 2,5%
de la población estadounidense, es sólo una coincidencia que no tiene ninguna significación
siniestra. Es como si hubieran sido los mormones o los Testigos de Jehová los que resultaran
dirigir los medios de comunicación. ¿Qué diferencia hace eso?

Cuando hombres maduros dicen algo así, usted puede apostar sin peligro que hay otra cosa
que la razón en juego. Por lo general es el miedo: no tanto un miedo consciente sino un reflejo
condicionado de evitación, el producto de un programa a largo plazo, por parte de los medios
de comunicación, de condicionamiento del público para que éste nunca diga o siquiera piense
algo negativo con respecto a los judíos, no sea que uno sea etiquetado como un "anti-semita" o
un "nazi". Realmente, el nombre propio para esta clase de condicionamiento es "lavado de
cerebro".

Piense en ello durante un minuto.

Imagínese a usted mismo estando entre un grupo de profesionales jóvenes, en un


restaurante, supongamos, o en un cóctel —una especie bastante sofisticada e irreverente de
gente. Usted puede hacer un chiste sobre el Papa, e incluso los católicos que haya en ese grupo
se reirán. Usted puede decir algo indecente sobre la Madre Teresa o Martin Luther King sin
objeción. Usted puede expresar su aversión a los homosexuales o las feministas. Algunos de
aquellos presentes pueden argumentar contra usted, pero probablemente no se pondrán
nerviosos por ello. Pero si usted quiere parar la conversación en seco y dar a cada uno de los
presentes una fuerte acidez estomacal, sólo diga algo poco amistoso sobre los judíos, sobre un
judío específico o sobre los judíos como conjunto. Diga, por ejemplo, algo como: "Bueno; ahora
que el judío Sumner Redstone se ha apoderado de la CBS, apenas hay alguna parte de los medios

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de comunicación que los judíos no posean. Pienso que eso no es bueno para Estados Unidos".
Diga eso, y luego huela el miedo en el aire mientras sus amigos se atragantan con sus martinis.

Quizás exagero un poco, pero no tanto. Los judíos realmente reciben un tratamiento especial,
y ello no es más coincidencia que su control de los medios de comunicación. Ha sido planeado.
Ha sido diseñado así.

Ahora bien, estoy seguro de que, habiendo dicho esto, las mentes de muchos de mis oyentes
acaban de clausurar sus oídos por cuanto el reflejo condicionado que les prohíbe pensar
cualquier cosa poco amistosa con respecto a los judíos les está dando patadas. Pero, usted sabe,
es posible vencer este condicionamiento, este lavado de cerebro —a menos que usted sea un
lemming, por cierto. Los lemmings no pueden vencerlo porque ellos no quieren vencerlo. Ellos
no quieren pensar nada que no esté aprobado, ningún pensamiento que todos los demás no
piensen. Pero si usted es una persona que quiere pensar claramente sobre esta materia, todo lo
que usted tiene que hacer es comenzar a mirar los hechos. Tómese su tiempo. Estudie los hechos
con cuidado; no sólo los hechos que yo le ofrezco, sino también todos los demás que usted
pueda descubrir en este asunto. Piense en las implicaciones. Llegue a sus propias conclusiones.
Usted puede superar el miedo condicionado; y como un adulto responsable, como un
estadounidense responsable, como un miembro responsable de su raza, usted debiera
superarlo.

Y cuando usted ya no tiene miedo y usted finalmente es capaz de mirar la verdad


directamente a la cara, usted ya no creerá que es una coincidencia el que los judíos se hayan
abierto camino a codazos en prácticamente cada posición de control en los medios de
comunicación. Usted ya no creerá que los judíos no usan el poder consciente y colectivamente
que este control de los medios les da. Diré esto nuevamente: los judíos usan su control de los
medios de comunicación, no como capitalistas individuales, a la manera en que los pocos no-
judíos en los medios lo hacen, sino que ellos lo usan colectiva y cooperativamente para hacer
progresar los intereses judíos. Por eso usted puede ver una agenda propagandística común a
través de todos los medios controlados. Todos ellos promueven la imagen del judío como una
víctima, nunca como un depredador o como un agresor; todos ellos promueve la imagen de los
judíos como sensibles y creativos y comprensivos, no como la especie que planea y organiza una
sangrienta revolución bolchevique y masacra a decenas de millones de rusos y ucranianos
inocentes, o que dirige el negocio de esclavos Blancos y fuerza a miles de jóvenes muchachas
europeas a una vida de prostitución cada año, o como la especie que se abre camino a codazos
hasta las posiciones claves del control de los medios y luego ayuda a sus congéneres judíos a
hacer lo mismo.

Y todos ellos también fomentan el sexo inter-racial. Todos ellos propagan la mentira de que
la mayor cantidad de crímenes inter-raciales es la de Blancos contra los Negros. Todos ellos
suprimen cualquier noticia que contradiga aquella mentira. Todos ellos tratan de persuadirnos
de que el homosexualismo es normal y aceptable, y que es sólo un estilo de vida alternativo.
Todos ellos hacen propaganda para el multiculturalismo y para más "diversidad" y para

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mantener nuestras fronteras abiertas al Tercer Mundo y para desechar la Segunda Enmienda [el
derecho a las armas]. Todos ellos.

Ahora, retrocedamos durante un momento, porque acabo de decir algo extremadamente


importante, y quiero estar seguro de que sea entendido, de que yo lo haya convencido a usted.
Pienso que la gente más perspicaz y responsable, una vez que ellos han concebido en sus mentes
que ellos quieren conocer la verdad, pueden aceptar el hecho del control judío de los medios de
comunicación; aquel hecho es realmente indiscutible. Pienso que la mayor parte de ellos pueden
dar entonces el siguiente paso y concluir que este control judío de los medios no es sólo una
coincidencia; ellos pueden concluir que los judíos deliberada y cooperativamente intentan
conseguir ese control y luego usarlo para hacer progresar sus intereses colectivos.

La gente puede entender esto en términos de la clase de comportamiento grupal con el cual
ellos ya están familiarizados. Los miembros de otros grupos también cooperan entre ellos a fin
de conseguir un poder grupal y luego usar ese poder para concretar sus intereses de grupo. Y
entonces no debería ser sorprendente que los judíos que están en los medios de comunicación
colaboren para crear una imagen favorable de ellos en la mente pública. La mayoría de la gente
puede persuadirse a sí misma de que no es "anti-semítico" creer que los judíos se comportan
como muchos otros grupos a fin de llevar adelante sus intereses de grupo.

Es el siguiente paso el que es dificultoso para muchas personas: consiste en reconocer que la
agenda propagandística de los jefes judíos de los medios de comunicación va mucho más allá de
promover una imagen favorable de ellos; también promueve todo lo que es desfavorable para
la mayoría no-judía. Y esta propaganda destructiva no es una coincidencia tampoco; es el
producto de un esfuerzo planeado, deliberado y colaborativo.

Alcanzar esta conclusión es un gran paso, un paso difícil, para muchas personas, incluso para
la gente que quiere entender, que quiere conocer la verdad. Es un gran paso porque separa a
los judíos de cada otro grupo con intereses especiales. Pone a los judíos aparte del resto de la
Humanidad y los identifica como un grupo únicamente hostil, destructivo y engañador. Los
identifica como un grupo que es excepcionalmente peligroso para nuestra gente. Y deja, a
cualquiera que dé este paso, abierto a la acusación de "anti-semitismo". Ciertamente, si usted
da este paso —si usted llega a esta conclusión— y usted anuncia su conclusión en público, usted
será denunciado como un "anti-semita" por los jefes de los medios de comunicación, y
probablemente por los lemmings también.

Y por eso no quiero que usted considere sólo mi palabra para esta muy importante
conclusión sobre la naturaleza de los judíos como un grupo singularmente hostil y peligroso.
Quiero que usted estudie los hechos. Quiero que usted piense en la evidencia y llegue a su propia
conclusión. Pero no quiero que usted se detenga antes de llegar a una conclusión debido al
miedo, debido al lavado de cerebro. Quiero que usted venza su miedo y examine la evidencia
objetivamente.

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Haré unas pocas observaciones más sobre esta conclusión y sus implicaciones ahora, sin
embargo. Déjeme decirle que realmente es clave para entender muchas otras cosas la historia
de los judíos en Europa, y en otras partes. ¿Por qué siempre los judíos han sido mucho más
fastidiados y perseguidos que cualquier otro grupo?; ¿por qué todos los demás siempre los han
odiado?; ¿por qué ellos han sido echados a patadas de prácticamente cada país en Europa
durante los pasados mil años: de Inglaterra y España y Portugal y Francia y Suecia y Alemania y
una docena de otros países, y se les ha dicho que no vuelvan más, sólo para regresar
sigilosamente y luego ser echados nuevamente? Los judíos le dirán que fue por causa de la
intolerancia cristiana. Pero la intolerancia cristiana no puede explicar por qué los egipcios los
echaron de Egipto más de mil años antes de Cristo, ni tampoco puede explicar por qué los
paganos griegos y romanos los odiaron. Yo solía hacerme preguntas sobre estas cosas. E incluso
después de que comencé a sospechar que las actividades social y racialmente destructivas de
los judíos fueron planeadas y deliberadas, yo no sabía por qué. No tenía sentido para mí que los
judíos deliberadamente procuraran destruir una sociedad en la cual ellos estaban montando en
lo alto, que ellos deliberadamente hicieran agujeros en el fondo de un barco en el cual ellos eran
pasajeros. Yo no podía imaginarlo, hasta que comprendí la naturaleza de los judíos.

Y aquella naturaleza realmente es única. En algún tiempo lejos atrás en el período


prehistórico, ciertamente hace más de 3.000 años, los judíos desarrollaron un modo único de
supervivencia como depredadores y parásitos. Mientras que otras razas, otras tribus, buscaban
vivir solos entre los de su propia clase —o conquistar militarmente a otras tribus y tomar su
tierra o exigirles que pagaran tributos—, los judíos procuraron invadir el territorio de otras razas
sigilosamente y luego subvertirlas, socavar su moral, y destruir el orden y la estructura de sus
sociedades como un fenómeno concomitante para controlarlas y explotarlas.

Al principio, hace miles de años, esto puede haber sido sólo un novedoso plan para ganar el
control de un vecino particular, pero finalmente se desarrolló como un estilo de vida. Llegó a ser
parte de su religión, y finalmente entró en sus genes. Creo que hoy ellos realmente no pueden
abstenerse de hacer eso. Y como dije antes, usted tiene que pensar con mucho cuidado sobre
esto. Usted tiene que estudiar los hechos. Es difícil para muchas personas entender a los judíos
porque éstos realmente son diferentes de cada otro grupo étnico.

Un aspecto del problema judío que se suma a la dificultad que tienen muchas personas para
enfrentarlo de manera directa, es que los judíos no son sólo una intrigante y siniestra kehillah
(comunidad) de varones adultos jefes de medios de comunicación. Ellos son una comunidad
completa, con mujeres y niños y muchos miembros en los márgenes: judíos en parte, disidentes,
etcétera, incluso unos cuantos judíos anti-judíos. Hay aproximadamente seis millones de judíos
en Estados Unidos, de acuerdo a su propia cuenta, y ellos no pueden todos ser dueños de
estudios de cine o editores de periódicos o promotores de música "rap" o guionistas de
Hollywood. La mayor parte de ellos viven y trabajan en una forma que les da relativamente poca
oportunidad personal para dañar a nuestra sociedad. Ellos son simplemente profesores y
hombres de negocios y comerciantes y abogados y médicos, que se ganan la vida más o menos
como todos los demás —pero no completamente.

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Usted debe echarse hacia atrás un poco a fin de ver el bosque más bien que sólo los árboles.
La cosa esencial acerca del bosque consiste en que está destruyendo nuestro mundo. Es un
bosque parásito. Está inyectando un veneno espiritual y cultural en nuestra civilización y en la
vida de nuestra gente, y sorbiendo nutrientes para enriquecerse a sí mismo y ponerse aún más
destructivo. Quizás sólo el 10% de los árboles en este bosque judío tiene raíces lo bastante
profundas para inyectar su veneno en nosotros, y el otro 90% desempeña sólo papeles
secundarios de una clase u otra. Es sin embargo el bosque entero el que es nuestro problema.
Si el bosque no estuviera aquí no habríamos tenido que soportar la maldición del bolchevismo.
Si el bosque no estuviera aquí, Estados Unidos no se estaría poniendo más oscuro y más
degenerado cada año. Es el bosque entero, no sólo algunos de los árboles más venenosos que
hay en él, el que debe ser desarraigado y quitado de nuestro suelo si debemos llegar a estar
sanos otra vez.

El punto esencial, una vez más, es éste: no todo judío tiene un papel principal en la promoción
de los males que nos están destruyendo, y no cada persona judía colabora con los principales
judíos que promueven el mal; pero es sólo debido a que los judíos como conjunto están entre
nosotros, que los males que ellos siempre promueven nos están abrumando. Si los judíos no
estuvieran presentes podríamos vencer a los malvados hombres de nuestra propia raza. Los
malos hombres de nuestra propia raza pueden buscar su propia ganancia a costa del resto de
nosotros, pero ellos no procuran destruir nuestra raza.

Sólo los judíos buscan aquello.

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