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¿EL PRECURSOR?
Nuevo descubrimiento sacude nuestro árbol genealógico
COMITE PARA
LA INVESTIGACION
Y
LA EXPLORACION
DE NGS
NUEVO
DECUBRIMIENTO
Retrato de un precursor
Para sorpresa de la comunidad
científica, quizá los humanos más
antiguos hallados hasta hoy fuera del
continente africano no eran muy
parecidos al Homo erectus, aquel
homínido de gran cerebro que durante
muchos años se pensó había sido el
primero en ir de un continente a otro. El
cráneo de Dmanisi sugiere un aspecto
bastante más primitivo. Según esta
reconstrucción, tenía parecido con el
simiesco Homo habilis, un homínido de
entre dos millones 400 mil años y un
millón 600 mil años de antigüedad, de
largos brazos y piernas cortas, acaso
mejor adaptado para la vida arbórea que
para abandonar África. Su entrecejo era
grácil, su nariz pequeña, y su cerebro
tenía la mitad del tamaño de un cerebro
humano moderno.
El cráneo perteneció probablemente a
un “adolescente”. ¿Un macho o una
hembra? Por su tamaño, pudo haber
sido una hembra., pero sus largos
caninos parecen masculinos –aún hoy,
los primates machos usan sus caninos
en el cortejo y la defensa del territorio.
Al parecer su rostro y cuerpo estaban
cubiertos de vello.
También David Lordkipanidze, el científico georgiano y becario de National
Geographic Society cuyo equipo descubrió el cráneo, se muestra feliz. “Es
probable que el que encontramos sea el cráneo más completo de un homínido de
esa antigüedad", dice. Casi en su totalidad, los frágiles huesos que alguna vez
constituyeron este rostro están intactos; el cráneo y el maxilar conservan muchos
de los dientes, incluido un asombroso par de caninos que evocan a los colmillos
de Drácula. El interior del cráneo muestra finos detalles de los puntos en que el
cerebro y el nervio óptico tocaban el hueso.
En la década de 1990, Lordkipanidze, paleoantropólogo del Museo del
Estado Georgiano, con sede en Tbilisi, puso, junto con su equipo, a Dmanisi, una
colina que descuella sobre la antigua Ruta de la Seda, en la lista de los grandes
yacimientos de fósiles del mundo, al descubrir varios cráneos carentes de rostro y
un grupo de mandíbulas, al parecer de Homo erectus, junto con miles de
herramientas pétreas simples, en sedimentos que dataron en una edad de entre
un millón 800 mil y un millón 700 mil años; sin duda, los restos humanos más
antiguos hallados fuera de África. En un principio, las fechas sorprendieron a una
escéptica comunidad científica, que hasta entonces daba por sentado que el
Homo erectus no había dejado África sino hasta cerca de un millón de años.
Los emigrantes
Entre los animales hallados en Dmanisi hay (izq. a der.) venados, Eucladocerus senezensis;
caba-llos, Equus stenonsis; lobos euroasiáticos, Canis etruscus, dientes de sable,
Homotherium crena-tidens y Megantereon megantereon; hienas, Pachycrocuta perrieri;
jirafas de cuello corto, Paleo-tragus sp.; y avestruces gigantes, Struthio dmanisensis.
ILUSTRACION DE MAURICIO ANTON
ILUSTRACIONES DE JOHN R. ANDERSON, NGM ART (ARRIBA)
¿Una nueva genealogía? Desde 1991, en la misma capa de sedimentos de entre un millón
800 mil años y un millón 700 mil años de Dmanisi, se han hallado fósiles de al menos seis
individuos. Al parecer pertenecen a la misma especie, aunque su tamaño va de lo ciclópeo
(mandíbula, abajo, centro) hasta lo relativamente pequeño (el nuevo cráneo, arriba, centro).
Si seres tan diversos fueron una misma especie, quizá el árbol genealógico del género
Homo (arriba) debería repensarse. Tal vez, las especies que siguieron al Homo habilis
deberían formar dos variantes: Homo erectus y Homo sapiens.
Quizás, como aventura, Milford Wolpoff, de la Universidad de Michigan,
sugiere echar por tierra la idea misma de la existencia del Homo erectus y asumir
que cualquier forma de existencia humana después del Homo habilis pertenece al
imperio del Horno sapiens. Las asombrosas variaciones de los ejemplares de
Dmanisi bien podrían sustentar esta revisión radical de la genealogía del género
Homo.
¿Los primeros exploradores? Dmanisi (arriba), eterna encrucijada, alguna vez descolló
sobre la Ruta de la Seda. Hace casi un millón 800 mil años, estaba entre el Mar Negro y el
Caspio (mapa abajo), en uno de los varios corredores terrestres que iban a Eurasia. Los
seres humanos pudieron haber dejado África –y vuelto a entrar- en una serie de oleadas,
y haber alcanzado Java al menos hace un millón 600 mil años. Hace casi un millón de
años, criaturas del género Homo cruzaron quizá a Eurasia, dejando huesos y
herramientas a su paso.
En Dmanisi se han encontrado fragmentos de al menos seis individuos en
las mismas capas rocosas. Entre ellos se cuenta un enorme maxilar que
perteneció a un individuo que debió tener una talla significativamente mayor que la
del resto. Es posible que en ese lugar hayan coexistido diversas especies de
homínidos, aunque esa idea le resulta a Lordkipanidze difícil de concebir, pues los
fósiles fueron hallados cerca unos de otros, hecho poco usual. Si los fósiles
pertenecen a la misma especie, será necesario explicar la diferencia de talla. Tal
vez la gran mandíbula perteneció a un macho de edad avanzada y, como puede
verse en los gorilas actuales, los machos de Dmanisi presentaban un tamaño
mucho mayor al de las hembras. O tal vez la talla de nuestros ancestros variaba
tanto como la nuestra. ¿Es posible que los científicos, al bautizar con nuevos
nombres a cada uno de los primeros ejemplares del género Homo hayan hecho
nuestro gran árbol genealógico mucho más intrincado de lo que debiera ser?
Más imágenes del cráneo de Dmanisi y vínculos sobre los homínidos y los
hallazgos antropológicos más recientes en nationalgeographic.com/espanol