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BIOGRAFIAS DELOS | OBJETOS CIENTIFICOS lorraine daston (editora) Lageirra Biographies of xientifc objects Licensed by The University of Chicago Press, Chicago, Ilinois, US.A. (© 2000 by The Univesity of Chicago. Allrights reserved © Deesueliciin: 1a Cifta Editorial, 2014 ‘Queda peohibida la reproducidn total dela preserite obra sn Ia aurorizacibn expres del editor o dl auzoc. BIOGRAFIAS ipheeneence a eee | DELOS , ose zee OBIETOS CIENTIFICOS Cuidado de la edicién: lorraine daston (editora) Genovera Mufor Castillo ISBN: 978-607-9209-21-6 sea publicacidn fue realizada con elestimulo del Programa de Apoyo aa Traducci6n (eRoTRan) dependence de insticucionesculeuraes mexicanas. LaCifra Editorial S. de RL. de CY. LA®clFRA Avenida Coyoacin 1256-501 Del Valle Benito Judrez, C.P.03100 Ciudad de México, México swwnrlacifizeditori.com.me conezetolacifta@gmailcom Inpresoen México jed x. buchwald Durante la siguiente década y metla, los jévenes fisicos, ast como mu- chos otros vigjos, djaton de ocups-se, en la préctica,con la reproduccién ylaproduccién excepto como evidencia del poder de la microtecnologia Para 1910, por ejemplo, los textos tendfan a tratar el argumenco produc- tivo y reproductive como un tipe de escalador para ascender desde el campo de las ecuaciones hacia los microprocesos. Estos argumentos no eran para entonces la meta ni el propésitoesencial de la préctica de avan- ada, # No es del todo claro cémo y for qué este colosalvirgje tomé lugar tan ripida y tan abarcadoramente, si bien es posible construir ls diversas facctas que constituyeron el munco activo de la microisica hasta fina~ les de la década de 1920, Es verdad que se produjeron las herramientas innovadoras en el pape y en el laboratorio que hicieron posible para los fisicos planteary resolver de manera consenstada problemas fascinantes, Es quizds también el caso de mediados de finales de 1890, cuando los nuevos problemas sobre el papel eran cada vez mas diftiles de resolver yyla conseruccién de nuevos artefactos ce laboratorio era igualmente in- usual, con excepcién del radiador y el detector bipolar de Hertz. Todo ello comenzé a cambiar para finales de esa década, Quiero termina, en- tonces, sugiricndo (timidamente) que el moderno micromundo no se volvié dominance tinica ni prineipelmente debido a que la fsica de fina- les del siglo x1 habia fracasado ensu ineento por explcar algo que todo ‘mundo pensaba que debia ser explisado, Se hizo dominante al menos en pacte porque proveia alos fsicos de un trabajo fascinante acerca del cual ademés, podian rivalizat, 320 SEGUROS DE VIDA, PRUEBAS MEDICAS Y LA ADMINISTRACION DE LA MORTALIDAD Theodor M. Porter Los objetos cicntificos no séloestin hechos por cienificos. Especialmen- te cuando observamos la investigaci6n que involucra e uso potencial en Jos contextos militar, industrial, comercial, médico, agricola, educativo, Legislativo, politico 0 burocratico, vers que los objetos cienlfcos son ‘moldeados por intereses y expectativas de diversos actores. Las formas Jimpersonales de conocimiento que suelen identificarse con la ciencia bi- sica pueden asociarse mas estrechamente con la distancia y la desconfian- 2a caracterlsticas de aquellas formas de menos imparcialesinvestigacién. El deseo de acceder a verdades aremperales acerca de la naturaleza,inde- pendientes de los deseos y esperanzas humanos, ¢s un incentivo para la objetividad, pero una oposicién mas amplia de cardcter politico respecto alo subjeeivo y lo personal es quizés ahora un incentivo mas poderoso ‘Un desplazamiento desde el jucio experto informal hacia laconfianzaen cobjetos cuantificables constieuye una manera de privilegiar los estindares pliblicos sobre ls habilidades privadas. Esee-ensayortrata de Ia creacién y el mantenimicnto de tasas de mortalidad cstables por parte de las compafias de seguros de vida esta dounidenses. En el siglo x1, las compaiias se defendian en contra del incremento de la moztalidad entre Ics asegurados que resultaria de la admision de “vidas defectuosas” mediante la aceptacion tinicamente de Argamento en este mismo sentido en milibro Trust in Numbers: The Parsuit of Objecsivityin Science and Public Life (Prinee:on: Princeton Univecsity Press, 1995). 32a candidatos de constitucién robusta y buen cardcter moral. En el sigho xx, cuando esta forma de selecci6n se volvi6 administracivamente inviable y politicamente sospechosa, las aseguradoras hicieron un uso creciente de ‘medidas instrumentals y tblasestaisticas invocando variables como la presién sanguinea 0 el peso con relacién a la altura, Estos elementos, por su parte, dependian de nuevas pricticas medicasy nuevos roles profesio- nales, Como sus aliados, ls compafias aseguradoras contaban con una gran cantidad de entidades cientficas con l fin de defender las tases de mortalidad estandarizadas frente a las corrosvas tendencias de la ineru- sign burocratica y la desconfianza. MODAUIDADES DE INFORMACION, Los seguros, unto con los baneas y la contabilidad, constituyen la in- ddustria clisica de la informaciéa. El ejemplar realmente sobresaliente de la alianza entre los seguros de vida y el conocimiento formal es la tabla de mortalidad, Una tabla de mortalidad define, para una cierta ca- tegorfa de personas y a partir de una cohorte de 100,000 nacimientos, cl miimeto esperado de individuos que permanecerin con vida cada afio hasta la edad de 100. Los matematicos comenzaron a preparar esas tablas ‘para contribuir al establecimient» de tasas para pensiones y contratos de segutos en el siglo xvi, En el siglo x0% surgié una nueva profesién cuya cocupacién principal consistiaen preparartablas de mortalidad y caleular primas con base en la experiencia de mortalidad y en la recuperacién de _Iainversién. Los origenes de las iblas de mortalidad pueden vincularse a a fandacién de la probabilidad matemética en el siglo xvi, Las tasas de mortalidad estables eran ampliamente publicicadas en el siglo xn como cevidencia de que incluso la vida humana esti sujetaa eyes estadisticas, as cuales no dependen de nuestra voluncad. La estimacion de las tasas ce mortalidad representa perfectamen- te del papel de Los métodos formales y del conocimiento explicito en Jos seguros de vida, En otros seatidos, el seguro de vida dependié por ‘mucho tiempo de formas de conocimiento profundamente personales. 322 4 LA ADMINISTRACION DE LA MORTALIDAD Los actuatios ingleses de mediados del siglo x1X incluso insistian en que sus célculos requetfan un juicio experto basado tanto en expecta tivas razonables de la recuperacién d= la inversi6n como en las estima ciones de la mortalidad. Pero no se trataba simplemente de un asunto de prediccién. La valides. de las tab as de mortalidad dependia de la seleceidn experta de lo que era Ilamara “vidas de calidad”. Si inicamen- te las petsonas saludables, virtuosas y présperas eran admitidas en los segutos de vida, generalmente era posible mantener las tasas de morta- lidad por debajo de las cortespondientes a las de la poblaci6n general. Era universalmente entendido entre los actuatios que sin una seleccién ccuidadosa, el seguro de vida seria adquirido prefetentemente por perso- nas que sospechaban de su mala salud y quienes por esa razén morirfan ‘a mayores tasas de lo que las tablas predecian. A esto se le lamé “selec- cin adversa”? La seleccién adversa, podemos notar, ¢s por si misma una entidad problemitica cuya existencia Suele ser controvertida. Los aseguradores invocan esta variable para justificar laspolfticas que cxcluyen de la cober- tura a aquellas personas que son sujet2s de un riesgo mayor y que por lo tanto tienen una mayor necesidad de un seguro, o bien para imponerles ‘primas mas altas, Qué beneficios tiensn los seguros, se pregunta agente, siestin disponibles s6lo para aquellos que probablemente no los cobra- an? gPor qué no calcular los precios ce los seguros con base en la moxta~ lidad de la poblacién general y ast emitir pélizas a cualquicra que desee pagar la prima? Las compatifas de seguros responden que la cuestién no cs simple porque de ese modo las pélizas serian buscadas preferentemen- te por quienes saben que se encuentran en mayot riesgo. Sila seleccidn adversa no puede mantenerse bajo control, nos dicen los actuarios, las tablas de mortalidad perderén su validez, Pero la selec- cidn de las vidas asegurables ha sido siempre un negocio dificil. En el ¥ Sobre las eablas de vida, el cielo y el julio en los eguros de vida ver: Lomraine Daston, Classical Probability in the Enligbtexment (Princeton: Princeton Univesicy Press, 1988), 174-182; Timothy Alborn, “The Other Economists: Science and Commercial Culture Victorian England (wsisdoctoral, Harvard Univesity. 1991). “33 theodore m. porter LA ADMINISTRACION DE LA MORTAUDAD. siglo x1x y principios del siglo xx, incluso més que ahora, era tan dificil para los médicos expervos saber acerca de la salud general del solictante de un seguro como lo era saber acerca de su propia salud. Mis alld de ¢0, las compaaias de segnros enfrentaron geaves problemas de confian- a. El médico de cabecera del solicitante de un seguro sentia mAs lealtad con su paciente que con una compafia sieuada en otra ciudad y rara vez se negaba a determinar la buena condicién médica de su paciente Sila compafifa mancuviera a su propio experto inédico, probablemente veria al soliccante una sola vez. Por ello, el médico de la aseguradora tenia que confiar profundamente en la palabra del solicicante, Pero, al parecer, esta sivaacién apenas resultaba satisfactoria; sin duda una mentira evidence cen algunos casos podia invalida: el contrato con una aseguradora. El problema real no eran las mentiras demostrables, sino la reticencia casi universal de hablar francamente de dolores y molestias persistentes o de condiciones médicas no diagnosticadas. En parte por ello a seleccién de solicitantes de seguros era como la admisién a un club de cabal cha con la honorabilidad y a confiabilidad del solicitante. En Inglaterra, de acuerdo con un documento de 1843, no era raro que los directores de companias aseguradoras preguntaran detalles intimos; por ejemplo, sielsolicitance habfa suftido ciertas enfermedades, se le solicicaban refe- rencias de médicos y amistades personales a quienes se les preguntaba no sélo acerca de la salud general de. solicitante sino también acerca de su cardctery desu forma de vida, Se esperaba en general que el solicitante se presentara ante un médico perito designado por la compaiia y algunas ‘veces también ante su consejo directivo, el cual bien podian rechazat una opinién médiea frvorable, El actuatio Chaeles Ansell explicé a un comi- téselecto de la Cémara de los Comanesen 1843 la “ventaja quea veces se obtiene de que hombres de mundo observen a los candidatos a obtener un seguro, a saber, que los habitos de los hombres son frecuentemente revelados por su apariencia,y ello sucle conducir aindagaciones relativas a compafia tenfa que estar satisfe- 324 asus habitos de vida"? Al parecer también en las compafias estadouni- denses el conocimiento médico estaba subordinado a la determinacién general dela honorabilidad y la moralidad. Por ejemplo, incluso después de que la State Mutual Life Insurane Company designé a un director ‘médico en 1865, la condicién médica del solicitante permanecia “del todo subordinada ala consideracién de su caricler general, reputacién y responsabilidad financicra, De este modo, la seleccién de vidas asegura- bales se realizaba casi como el anlisis de la personalidad en el circulo de costura de la iglesia del pucblo”* El cerdccer moral se entendia como un mérito que permitia la aceptacién en una sociedad selecta, pero también cra tomado como un buen predictor de longevidad. “El hombre conoci- do por asisir a los clubes, que vive libremente, generalmente muere de ‘manera prematura’> Este aspecto de los seguros permanecié hasta el siglo xx y no ha desaparecido del codo, Las compaflas aseguradoras asumen que los solicitantes de pélizas saben mas acerea de su propia salud de lo que las compaifas pueden descubri a primera vista y por ello deben per- smanecer siempre vigilantes ante la seeccidn adversa. En consecuencia, las aseguradoras buscan cuidadosamente cualquier signo de enga- fio por parte de los solicitantes o indicios de que el contrato de se- guro se pretende como una inversién especulativa més que como la proteccién en contra de la pérdidz del ingreso. Generalmence, las 3 Fist Report ofthe Selee Comite on Joint Stock Companies, Periamentary Papers, House of Commons, 1844, vol 7, 1, 147-48, Discuto estos temas en "Precision and Tus: Early Vieorian Insurance and th: Politics of Caleulation’yen: Te Values, ‘af Precision, ed. M. Norton Wise (Princeton: Princeton University Pres, 1995), 173-197. Sobre los problemas de confianzc en la ciencia, especialmente donde se entrecruzan eon l vide pbc ver milibre Trust in Number. 4 Homer Gage, “Addeesby the Presidene’, Alstractofthe Proceedinsofthe sociation of Life Insurance Medical Director of dmerica (en adelante paczvnd) 5,28 ceunisn anual, 1917, -17,aqu p.6, Homer Gage, quien en esa época era director médico de Jamisma compa, reporta aquilo que su fadrelehabfacontado, 5 Z, Taylor Emery, dscusién de T, F McMchon, “The Use of Alcohol and the Life Insurance Risk’ asoana 2, 22vaceunién anual, 1911, 466-477, aqui p. 476, 325 thoodore m. porter aseguradoras rechazan la venta de pélizas que exceden agin milti- plo del ingreso real o que nombran como beneficarios a personas sin rningiin interés financicro en la vida del asegurado, Regularmente exa- ‘minan de manera minuciosa los asuntos financieros del solicitante de tana péliza mayor, en parte can el fin de establecer el interés asegura- ble pero en parte también en us intento pot evaluar st personalidad. Enlos afos posteriores ala Segunda Gyerra Mundial antes de que Ja Fair Credit Reporting Act hiciera mas diftcil confia en referencias de tercetos, esa forma de Vigilancia se acereb a la perfeccién. Las agencias de investigacién como la Retail Credit Company, en Atlanta, empleé miles de investigadores con el fin de evaluar las vidas privadas y los ‘asuntos financietos de los solicitaates de seguros. Los solicitantes estaban sujetosa algo parecido a una autcrizaci6n oficial de acceso: Ios inspecto- res preguntaban acerca de sus sfliaciones tligioss, sociales y politicas, {dentificaban a los amigos cercanos y alos socios de negocios, y después preguncaban a esa gente acerca de as responsabilidades laborales del sol citante las circunstancias financieras, lo habitos de consumo dealeohol, as{ como la repatacién en general, Estaban profundamente interesados en cualquier evidencia de habitos sexuales ircegulares. Naturalmente, Jos informantes solfan negerse a divulgar tal cancidad de informacién acerca de sus amigos y vecinos, de modo que los inspectores tenfan que cultivar el arte de la deteccién dementias. Si més de alguno de los cono- cidos dudaba o sonrefa sospechosamente cuando se le preguntaba, dign- mos, acerca del uso del alcohol, al soliitante se le podia cobrar una prima ids alta ose le podia negar la cobertura.$ Estas investigaciones més bien personales y regularmente demasiado indiseretas eran una forma de trctar con el problema de ls confianza que enfrentaban los agentes de segurcs. Otra forma era moversc hacia la obje- tividad, que en el dominio médico significa en general fa confianza en las © Sobee los criverios considerados relevantes para otorgur una péliza de seguro ser: "Case Clinic Discussion® Journai of Insurance Medicine 1, no, 2 (1946): 45-53; la deuallada discusién en Harry Dingman, Risk Appaial (Cincinnati: National Undecwter Company, 1946), 158-182, 240-245 326 LA ADMINISTRACION DE LA MORTALIDAD pruebas delboratorioy ls eeturas dediversosinstrumentos. Las prucbas ‘nédieas han sido activamente promovidas por las aseguradoras. Hacia 1950, los practicantes dela medicina de seguros coménmente escribfan «quest especialidad era la tnica que temaba cn serio la meta del diagnés- sico a laego plazo, Tenfan injerencia en el desarzollo y I estandaizacién dela mayoria de los instrumentos de diagnéscicu ands importances de la época. Esos instrumentos, por su parte, crearog nuevas medicioncs 0, is bien, mediciones de nuevos objess. EL DIRECTOR MEDICO Es natural que las compaflas aseguridoras se preocuparan por el diag néstico médico, pero no era obvio cue ello habria de expresarse como una preocupacién por las lecturas d>instrumentos, La préctica del si- glo xix —e incluso del siglo xx— puso més énfass en un toque alts nente sensibilizado (“tacto médico”) y en la habilidad de obtener del paciente una historia informativa que en cualquier informacion que un instramento pudiera mostrar? Con fines de diagndstico, al tacto médico se le dio menos énfasis, pero la historia médica del paciente era general- mente vista como la mejor ftente de informacion relevante. Hacia finales del siglo x1x se cred una profesin incipiente,o al menos una categorta laboral, con el fin de determina la salud de los solicitantes de seguros de vida, Se trataba del director médico. Inicialmente, los directores mé- dicos examinaban a la mayorla de los solicitantes de manera personal antes de claborar una recomendaci6a a los directores de las compafis. Este estilo informal se volvié inviable hacia finales de siglo x1x, pues el nnimero de personas aseguradas en as més exivosas compafias de segu- ros aument® a cientos de miles y posteriormente a millones, y a-veces 7 Chrscopher Laweence, “Incommunicable Knowledge: Science, Technology, and the Clinieal Artin Britain, 1850-1914% Journal of Contemprany History 20 (1985): 503-520. a7

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