El Costumbro

Humberto Samayoa Godoy

Primera Edición, 2016

© Humberto Samayoa Godoy

Se prohibe la reproducción total o parcial (incluído el diseño

tipográfico y de portada) sea cual fuere el medio (electrónico o
mecánico), sin el concentimiento del escritor.

Portada:
Maestro Carlos Santos Sacú

Diseño portada:
Licenciada Ana Lucía Barquín Samayoa

Diagramación:
Julio Urquizú

Impresión
Imprenta y Litografia KAVOD
11 av. 5-10 zona 1 Apto “A”
Guatemala, ciudad
kavodkolor@gmail.com

Impreso en Guatemala
286 El Costumbro

Pucheros Gesticulaciones infantiles

Puchica Exclamación de sorpresa
Puliquera Estómago muy grande
Quequexque Apodo
Indice
Quequex Diminutivo del apodo anterior
Siguanaba, La Leyenda (Cara de yegua, cuerpo hermoso, se
le aparece a los hombres infieles ¡Ay no!)
Prólogo 5
Simasito Aproximación, casi, por poquito, ya mero
Shucos Sucios; panes con salchicha y guacamol Capítulo I
(comida chatarra) San Lucas Tolimán 7
Shutes Metidos, personajes indeseables, políticos Capítulo II
analfabetas chapines Ixtahuacán 31
Shola Cabeza
Capítulo III
Su conquién Su esposo, marido, amante, concubino, su
Palín 67
peor es nada
Tacuche Traje completo comprado en una “Paca” Capítulo IV
Talacha Impuesto que cobran en las cárceles, los Ixchiguán 115
presos viejos, para que los presos nuevos no
limpien los asquerosos inodoros Capítulo V
Livingston 145
Tarzán Hijo de dos monos. Legendario personaje
blanco africano, inventado por los gringos, Capítulo VI
para babosearse a los negros Comitancillo 187
Temblereque Tembloroso, asustado, agüevado
Capítulo VII
Tipiscualcoyona Lo mejor. Lo máximo. Expresión de Rafa Nahualá 209
“Chaquetía”
Tronó a sapo Se murió. Colgó los Tenis. Se fue con Pancho. Capítulo VIII
Caducó Amatitlán 239
Ulu grun Expresión de sorpresa ¡Ah, la gran….!
Fuentes de Información 279
Yupis Dícese de los nuevos ricos que aparecen cada
cuatro años ¡Nair! Glosario 283
 Humberto Samayoa Godoy 285

Kaput Fin. Tronó. Se acabó

Laterceredá La Tercera Edad (Los que, supositoriante, ya
no servimos p’a ni mierda)
La Guayaba La Presidencia. El Gobierno. Lugar donde se
puede güeviar libremente ¡Y qué!
Dedicatoria
La Llorona Leyenda (mujer de pelo largo, en pena; que
asesinó a su hijo y de llanto escalofriante)
La Llorona Loca De Tamalameque, del Departamento del
César, Colombia
A mis padres:
Humberto Samayoa Peralta y María Teresa Godoy Palencia, Lucas Nombre propio
recuerdos a su memoria. “Lucas” Loco. Orate. Tonto. Desquiciado. Diputado.
Presidente
A mi esposa: Mambo Ritmo de baile sabrosón parecido al chivirico
Beatriz Mirón de Samayoa
Marmaja Dinero, riqueza, papeliza
A mis hijos: Ana Cristina, Virginia María, Humberto, Juan Morlacos Dinero, billetes, moneda nacional
Pablo y José Víctor
Nachas Nalgas. Atractivo femenino
A mis hermanos: Elvira Elizabeth, Ana Alicia, Thelma Nair Exclamación de incredulidá
Odilia, María del Carmen (ϯ), Gerardo Enrique, María Teresa Nuay No hay nada (no hay ni mierda)
“Maite” (ϯ), José Francisco, Minita y Jorge Luis
Ñáñaras Miedo, temor, escalofrío
A mis nietos: Ana Gabriela, Víctor Andrés, Diego José, Laura Ojo de buey Ano. Culish. Máquina tira pedos
María, Sofía María, Marielos, Paola, Ángel Rodrigo y José
Gabriel Paca Montón de ropa gringa usada, que en Guate
pasa por nueva.
A mis bisnietos: Ana Jimena y Santiago Emilio Picsa Pizza (comida chatarra)
Pecsi Pepsi Cola (bebida química con que se rebaja
A mis tataranietos ¡Puchis, tua’vía nuay!
el guaro)
Y, especialmente ¡A todos! Pepesca Apodo del muñeco que escribe
Pirigüiche Pene, accesorio masculino multiusos
Pipiriche La misma babosada que el anterior
Pizuña Pie, pata
Porfa Por favor, súplica
284 El Costumbro

Dia’quello Hacer el amor, tener sexo

El Duende Leyenda. Criatura pequeña, orejas
puntiagudas, piel verdosa
El Sisimite Leyenda. Parecido al gorila, pies al revés, cara Prólogo
humanoide, algo enamoradón pérez
Enmotelado Amanecer en un motel, aunque sea solo
El Rorro Personaje preferido por las chavas
El Sombrerón Personaje de leyenda. Pequeño, ropa negra, En los círculos familiares, laborales, deportivos, literarios
sombrero grande negro, se le aparece a los y principalmente de amigos, todos conocemos la personalidad
bolos ¡Ay no! franca, extrovertida y jovial de Humberto Samayoa Godoy.
Fisiquín Dícese de ex candidato presidenciable que se
rajó La narrativa novelesca de aventuras y tradiciones a que nos
Guanancia Territorio salvadoreño lleno de pupusas tiene acostumbrados el autor, contrasta con el lenguaje popular
de la idiosincrasia muy chapina. De esta forma los personajes
Guaro Trago espirituoso (Guaro que del cielo vino;
tú me tumbas, tú me matas; tú me hace andar que tejen el diálogo a lo largo de la narración, produce aportes
a gatas ¡Pero yo, siempre te empino!) significativos, para conocer parajes y accidentes geográficos a
Güestinjaus Personaje inexistente, pero dia’güevo través de los cuales se da a conocer la maravilla del paisaje urbano
y rural de las descritas por nuestro escritor.
Güeveo Robo descarado. Desfalco.
Güevos Lo que le falta al Presidente para hacer un Por mi parte, puedo intuir a lo largo de los diálogos que se
buen gobierno
utilizan en la narración, un aprovechamiento del pensamiento
Güirigüiri Hablar muchas incoherencias. Hablar solo crítico sobre los acontecimientos y personajes del momento que
pajas, como los políticos, como los candidatos
a cualquier puesto se vive en el panorama nacional.

Joviel Personaje sindical que chinga mucho Como aporte que toda traducción literaria debe dar hacia las
quemando llantas
expresiones de la cultura de las comunidades, es muy alentador
Hasta el chongo Que está harto, rebalsado, que no da más encontrar en las páginas de “EL COSTUMBRO”, diversas citas
Hilachigua Lo máximo. Expresión de Rafa “Chaquetía” de autores y pensadores como hilos conductores que nos llevan a
Huevos Mierditas blancas y ovaladas que ponen las traducir con mayor claridad la intención de “BETÓN” de servirnos
gallinas por el fruncido culish de guía hacia un turismo literario que realza la importancia de los
Incatecu Marca de zapato pura mierda personajes y figuras que le dan vida a nuestra tradición real.
Irse con pancho Que fue violada, que se murió, que la
babosearon Lic. ALBERTO ORANTES LUCAS
 Humberto Samayoa Godoy 283

Glosario

Arranca cebolla Juego infantil

Aqueches Aquellos ¡Aquellos de La Línea!
Birriondo Calientón. Que le gusta el sexo ¿De cuál?
¡Del que sea!
Brincones Agresivos como los de la P.M.T.
Bumbancia No averigüé que es ¡Pero es bumbancia!
Cadejo, El Leyenda. Perro grande con ojos centellantes,
Agradecimientos se le aparece a los bolos
Cambiarle agua
Cooperativa Unión Progresista Amatitlaneca “UPA” al Canario Orinar, hacer pipí, hacer bish, miar…bolito
Licenciado Alberto Orantes Lucas Capirucha La capital Iberoamericana de la Cultura según
“Care’chompipe”
Licenciado José Carlos Chiquín Suárez (Poema “Patria Nuestra”)
Carepusita Roja Personaje de leyenda que no le daba nada al
Maestro Carlos Santos Sacú Lobo
Licenciada Ana Lucía Barquín Samayoa Charamila Trago espirituoso (guaro)
Señora Mara De Alfaro Chiripiolca Perder la razón, como cierto ex
Señor Julio Gómez (“Arpa”) Chilacayotón Ex Presidente Juan José Arévalo Bermejo
Señor Julio Roberto Fong Guerra (“Pedro Chilaquila”) Chiltepe Apodo, sobre nombre. Cosa verde chiquita
Señor Atilio González (“Palín”) que pica mucho
Chinchitas Personas mañosas como ya saben quienes
Chivirico Ritmo de baile parecido al mambo
Cuca Sexo, parte íntima de las chavas por donde
hacen bish
282 El Costumbro

PELLECER, Liliana
Capitulo I
PERALTA, Antonio
PERROT MINOT, Sebastien San Lucas Tolimán
PRENSA LIBRE
POLO SIFONTES, Francis
POLLACK, Aaron - (Internet)
RAMOS, Jorge Curiosamente, yo no sé si por casualidad, por pura carambola,
por pura gorra, por chiripazo, por pura mala fe, por chingar la
REY ROSA, Magali
pita, por un algún plan diabólico mañosamente concebido, o por
RODRÍGUEZ, James alguna misteriosa causa, razón, motivo, o circunstancia; pero todos
los Mercados de los pueblos, o por lo menos, los de mi querida,
ROLDÁN MARTÍNEZ, Ingrid mineralizada, palmafricanizada, cianurizada, cañarizada y -SAT-
ROJAS, Alex anizada patria mía; todos, pero todos, toditos, pero toditititos
¡Están a la par de la Iglesia Católica!
ROJAS, Ulises
RODAS, Haroldo Por tal motivo, el día Domingo, día de mercado, la gente que
madruga a vender o a comprar antes de las cinco de la mañana
RODAS, Hilda sus cosas de la canasta básica ¡Aunque estén bien caras! arman tal
ROMERO, Simón relajo, que ya más parece canasto con loros la babosada. También,
ya parecen gallinas apretujadas en una red de pita; o más, una
SACTC, Walter sesión plenaria en el Congreso de la República ¡Un solo relajo
SALAZAR, Carla la chingadera! ¡Pero bueno! Este singular detalle, no impide que
se pueda apreciar, entrelazado con el delicado lenguaje de las
SANCHINELLI, Hugo distintas etnias mayas que convergen en el mercado, el triste tañer
SARAVIA ZELADA, Roberto de las antiguas y rajadas campanas de bronce de las coloniales
iglesias católicas, las que, tempranamente, como es el costumbro,
SOLÍS, Roderí lanzan al viento sus roncos y lastimeros sonidos, llamando a misa
STOREK CERMAKOVA, Marie a sus devotos y mansos feligreses ¡Amén!
VÉLIZ, Walder — ¡Chicalaaaá; aminoláaaash! Se deja oír en el mercado.
VILLAR ANLEU, Luis — ¡Chamin aloj; sacapishnáaaa!
— ¡Tan talán, tan talán! —repican las campanas—.
VILLALOBOS, Viato Roberto — ¡Ma’a catosh culá, cucul matosh!
WAGNER, Regina — ¡Chanin chanin, doña Celina, val golpe!
— ¡Chanin chanin, será mi güeve! ¿Por qué no tenés cuidade
vos, indie pisade?
— ¡Vos Lencho, por’lamor di Dios; el chuche les’tá mordiende
el chorice al Juanito! ¡Vení chanín, serote, corré!
8 El Costumbro Humberto Samayoa Godoy 281

— ¡Ay Dios meyo, Dios meyo, amparáme! ¡Vos Marie, por vía ISMATUL, Óscar
tuita, llamá lueguite lam’bulancie los Bomberos Voluntaries,
IXCOT ÁVILA, Érick, Antonio
pues Monecipales nuay aquí! ¡Y vos chuche pisade, orita
mesmo te’guá quebrar el cule a puro machetaze limpio! JOHNSTON AGUILAR, René
— ¡No Lencho, por Dios, hombre; no matés al pobre chuche, no
LA CUENCA MEDIA DEL RIO CHIXOY-USAC
jodás! ¡Ese chuche viejo ya no muerde ni mis chiches! ¡Yo
tes’toy diciende el chorice; pe’ruel chorice con tortille que LARA, Celso
sestá desayunande el patojite; nuel chorice de él, pues; no sias LEMUS, Juan Carlos
mule!
— ¡Put, María; que agüevada, que agüevada me diste, por Dios LÓPEZ, Ángel
meyo! LÓPEZ YUMÁN, Freddy
— ¡Tranquelo Lencho; tranquelo! ¡Tomate tuagüita de salviasija
con cascaritas de limón criollo, un ramita de yerbagüena, un MARTÍNEZ, Francisco Mauricio
diente dia’jo, un huevo dure, dos hojitas de ripollo, un puñite MARTÍNEZ PELÁEZ. Severo
de maníes crudes, un cucharadite mostaze y’un rajite canela,
pa que te pa’sel susto! MAYORGA, Lucía
— Ah la put, vos Juana! ¿Y con ese revoltijal de babosadas, MELINI, Yuri Geovanni
será que me pa’sel susto?
— ¡No; que va, Lencho; pero te vas tirar unos pedos que ¡Ja, ja, MÉNDEZ, Jorge Mario
jay tatita! MIJANGOS, Aroldo
— ¡Talán talán, talán talán! —repican necias las campanas—.
MÓBIL, Antonio
El diario vivir; pero ¡Así es el costumbro de mi pueblo! MONZÓN, Ana Silvia
Pues más o menos así, se oye la babosada dentro y fuera del
mercado; entre agradables, podridos y fétidos olores, emanados MONZÓN, Nancy
por el ambiente. Olores agradables, ocasionados por aromáticos MORALES, Mildred - (Internet)
pétalos de exóticas flores como: crisantemos, nardos, margaritas,
gladiolas, rosas, hortensias, pensamientos, pascuas, geranios, MORALES, Sergio
pelargonios y otros. El olor fresco de las verduras, tales como MUNAIZ, Claudia
zanahoria, elotes, güicoyes, tomate, pepinos y peruleros. Dulzones
olores de frutas: melón, sandía, papaya, fresas, guanaba, anona, NAVARRETE, Carlos
zapote, caimito, jocote y mango. Olores cítricos de limones, OLIVA, Oscar René
naranjas, toronjas, mandarinas y limas. Y los fétidos olores
ocasionados por la basura en estado de descomposición, tirada ORDÓÑEZ, Mazariégos Carlos Salvador
despectivamente en el suelo del mercado; el desagradable olor a ORTEGA, Gaitán Jorge - (Internet)
sudor viejo y el ofensivo olor a patas shucas; el hedor a ropa usada
por mucho tiempo; el tufo ofensivo a “pescado” fermentado que PACAY, Margarita
emana de las enaguas y calzones de las doñas; las cagadas de los PALMA, Murga Gustavo
chuchos por todo el mercado; y los pedos que se dispara la mara,
que ¡Ja ja jay, mama! PALMIERI, Jorge
280 El Costumbro Humberto Samayoa Godoy 9

DICCIONARIO HISTÓRICO BIOGRÁFICO DE GUATEMALA Y en el fondo del alegre ambiente, se dejan oír las notas
melancólicas del ritmo que nos identifica ante el mundo, como
DICCIONARIO RAE
chapines ¡Un melancólico y cadencioso SON! Interpretado este,
DISTRIBUCIONES GLOBO aunque empíricamente, en esas marimbas de pueblo indígena, por
DOCUMENTALES “VEA” CANAL personas quienes, sin ningún estudio musical, demuestran que son
maestros natos de la música autóctona.
EL PERIÓDICO
ELLINGTON, Mario “AMANECER LUQUEÑO”. Título de un SON cadencioso,
interpretado magistralmente en las teclas morenas de una
ESTRADA MONRROY, Augustín MARIMBA criolla. MARIMBA echa de Hormigo, de Granadillo,
FASHON, Federico de Palo Blanco, o de Rosul colorado. Un bello SON que el
compositor Germán Amílcar Corzo dedicara a SAN LUCAS
GACETA DE GUATEMALA TOLIMÁN, inspirado en un bello amanecer que, extasiado,
GARCÍA ESCOBAR, Carlos René contemplara en las frías y nubosas riveras del lago de Atitlán.
Lago custodiado, celosamente, por tres imponentes colosos de
GARCÍA, Leiva Luis
alto riesgo: el Volcán “Tolimán”, el volcán “San Pedro”, y el
GUERRERO, Juan José volcán “Atitlán”.
GIL, Gemma
Pudo haber sido en algún otro pueblo de habla kakchiquel,
GIRÓN, Edgar Octavio como por ejemplo, en SAN LUCAS SACATEPEQUEZ, lugar
GÓMEZ, Julio turístico y famoso por su variado mercado de comida típica,
verduras, frutas, artesanías y trajes típicos; o en SAN LUCAS
GONZÁLEZ, Ana Lucía ICHANSUQUIT, “Casa de Lodo”, en San Juan El Obispo; dos
GONZÁLEZ, Atilio pueblos pertenecientes al departamento de Sacatepéquez. O
quizá, en SAN LUCAS CHOATACAJ, caserío del municipio de
GUZMÁN, Genner Santa Apolonia, cerquita del sitio arqueológico “Iximché” en el
GRAVE, Carlos departamento de Chimaltenango ¡Pero no! Fue precisamente en
San Lucas Tolimán, donde nació este cadencioso SON.
GUATE VISIÓN
HISTORIA GENERAL DE GUATEMALA ¡SON, que implora tanto! ¡Que quiere expresar, tal vez, nostalgia,
añoranza y tantas vicisitudes! ¡Sentimiento musical de un
HERRERA, Fermín
pueblo, que hace pensar, que hace sentir, que hace querer, e
HERNÁNDEZ, Manuel imaginar muchas cosas! Ese ritmo cadencioso que sale de lo más
HERNÁNDEZ, Juan Francisco profundo del alma de los intérpretes, quienes, con delicadeza,
acarician suavemente con las baquetas hechas de huitzizil, o
INGUAT, Mapas de mangle rojo, la MARIMBA; dejando plasmado en las teclas
INTERNET morenas del hormigo, un SON que hace recordar muchos años de
sufrimiento, de desprecio y marginación; de racismo, de exclusión
INSIVUMEH y explotación; de criminalización, de aniquilamiento, de miseria,
10 El Costumbro Humberto Samayoa Godoy 279

de hambre y muerte; de esperanza, de odio y tristeza ¡Puta; solo

falta que los cague un zope!

En ese SON ¡Ritmo y melodía que llega al alma! se pueden Fuentes de Información
expresar miles de cosas. MARIMBA criolla ¡No importa
que estés toda echa mierda! pero tus notas para mí, suenan de
maravilla. MARIMBAS criollas de pueblo pobre ¡Sin esperanzas
de nada! ¡Ni de un reconocimiento; ni de un raquítico aplauso;
de nada! ¡Pe’ruay vas, MARIMBA! Despacio; con paso lento,
pero seguro; manteniendo viva ante el mundo, aunque sea a puro ARAGÓN, Ibarra, Licda.
güevo ¡Nuestra ya casi extinta Cultura Maya!
ARCE, Manuel José
Estos mis cuates, casi no ensayan ¡No, que va; no tienen mucho ARÉVALO MARTÍNEZ, Rafael
tiempo; hay que trabajar!. Se juntan por la noche, después de las
duras tareas del campo y ¡A darle pues! Disponen escasamente ARGUETA, Alejandro
de dos horas ¡Media hora pen’sayar y hori’media pa chupar! ARTÍCULOS ANÓNIMOS
¡Porque, Ja ja jay, tatita; vaya si no les gusta el fresco a los cuates!
Y así, medio sholones, se ponen a platicar de sus ancestros; de ARRIVILLAGA, Alfonso
la familia, del trabajo, del tiempo, de los hijos, y ¡De los “hijos ARROYAVE, Alejandro
de…”, que siempre los han explotado! ¡Pero bueno!
BALSELLS CONDE, Alejandro
Los Hombres de Maíz, taciturnos, quitan el colorido rebozo BENDAÑA, Armando
de lana que cubre del polvo el instrumento autóctono y, sin mediar
palabra, cada uno ocupa su lugar. BONILLA, Cristina
BOLETINES ANÓNIMOS
Don Chema; un señor alto y cejudo; es el encargado de tocar el
BAJO, que es la parte más ancha del instrumento, en donde las BRETCH, Bertolt
teclas suenan con un bajo profundo. Puesto que desempeña la BUSTAMANTE, Jaime
coordinación y el COMPÁS de la melodía.
CASTAÑÓN, Mariela
Don Chepe; un señor de mirada perdida; toca el CENTRO. Este CASTILLO, Mike
requiere mucha destreza, pues hay que usar de 3 a 4 baquetas. Es
el puesto encargado de llevar la ARMONÍA. CASTAÑEDA SALGUERO, César
CASTELANOS CAMBRANES, Julio
Don Juanito; el más bajito del grupo; este admirable señor,
ejecuta el TIPLE. En este puesto se requiere mucha exactitud CHIQUÍN SUÁREZ, José Carlos
del ejecutante, pues es quien lleva, por la altura de las notas, la
COSMOVISIÓN MAYA
MELODÍA principal de la pieza.
DE VOLOIS, Alfred
Don Jacinto; un señor gordo y, como cosa rara, medio chingón;
DICCIONARIO GEOGRÁFICO DE GUATEMALA
encargado del PÍCOLO. Puesto para virtuosos. Personas, quienes
278 El Costumbro
que sepa la chingada qué es, pero es marasmático; y que según
parece, son casos extremos ¡Y kaput, sefiní! Otros 6 mil 5543
casos eran moderados y 8 mil 388 eran leves. Según “El Cadejo”,
“El Sombrerón”, y “El Llanero con Solitaria”, consideraron en
el último Simposio Analítico de Alimentación por Madurez, que
desde la fase moderada existe riesgo de muerte; y que muchas
secuelas infecciosas, naturalmente, afectan de por vida a la
persona”.
Aldea “LAS TABLAS” ¡Científicamente, se llama así! ¿Y
saben ustedes mis respetables amigos, porqué? ¡Pues porque
entre cuatro tablas entierran a cada rato a los niños que mueren
de desnutrición crónica! Así mismo, a las demás personas que
mueren en la aldea, sin siquiera saber, que tuvieron la mala
suerte de nacer en el “País de la Eterna Primavera”. ¡POR UNA
GUATEMALA EN PAZ! ¡Ay no!
Humberto Samayoa Godoy 11
con mucha destreza y habilidad en el manejo de las baquetas,
a veces, rompiendo las reglas de la partitura, le imprimen
impredecibles pasajes caprichosos a la melodía.
EL BIOLÓN: instrumento que, junto con el Bajo, se encarga de
la coordinación y el compás de la melodía, es ejecutado por don
Pedrito.
LA BATERÍA: ¡Nuay! ¡No si’usa! ¡Suficiente con la batería que
dan los de la SAT!
Lo curioso, como les decía, es que casi no ensayan. De solfa
no saben, ni jota. No saben leer, ni escribir. ¡Pero cada dos o
tres noches, hacen nacer un nuevo son! ¿Será que tienen una
computadora musical en su cerebro? ¿Cómo harán? ¡Ni idea;
cosas de Dios!
Reflexionando ante esto se da uno cuenta de que han pasado,
desde hace algún tiempo, varias personas de descendencia maya
por el Minisnosequé, de Cultunosequé pisados y Deportes. Pero
estos pobres personajes, por alguna enigmática y monetaria razón,
creo yo, nomás llegan a “La Guayaba tiene dueño”, y lueguito,
lueguito; como quien se quita una brasa caliente de la mera
máquina cibernética de hacer churros hediondos ¡Cambian el
traje típico, por un tacuche de “Paca”! ¡Cambian la transparente
mentalidad campesina, por la sucia mentalidá política! ¡Dejan el
sombrero de petate, a cambio de una gorra de los “Bulls”! ¡Tiran
los ancestrales caites de cuero, por unos zapatos tenis “Incatecu”!
¡En lugar de comer frijoles con tortilla, comen “shucos” y
“Picza”! ¡Ya no toman agua de maza, sino que Pecsi! ¡Cuando
se enferman ya no buscan al “Brujo” de la Boca del Monte, sino
que al doptor “Simi”! ¡Ya no toman guaro, sino que “Charamila
Etiqueta Roja”! ¡Y en lugar de darse baños de asientos, ahora se
dan baños de a trescientos! Pero bueno ¡No tiene la culpa el… no;
no la tiene él!
Entonces nuestros personajes aludidos, empiezan a caminar
cantoneándose como lagartijas en lámina caliente ¡Meneando las
nalgas de un lado pa otro! Y dejan tirada, tristemente, entre el
rastrojo de la milpa ¡La Dignidá! ¡La dignidá del hombre maya!
12 El Costumbro
¡La dignidá del hombre de maíz! ¡No la jodan, muchá; por fa!
¿No les han dicho sus ancestros que, la mona, aunque se vista de
seda, mona se queda?
“AMANECER LUQUEÑO”. El ritmo cadencioso del SON sigue;
así como sigue el bullicio de la gente. Sigue el quejumbroso y
triste tañer de las campanas coloniales; sigue el acompañamiento
del Tun y la Chirimía ¡Sigue la chingadera de los chuchos!. La
Misa ha terminado. La gente, sale apresuradamente de la iglesia;
más pior si no han dado limosna. Las que van corriendo hechas
pistola, con sus canastas al hombro pa’l mercado, son las señoras
santulonas, quienes no respetando las prioridades de la vida,
van algo a raya a ver, si de pura chiripiolca aun encuentran algo
palal’muerzo de su mero fisiquín.
¡Y cimbra la MARIMBA! ¡El aire se impregna con melodiosas
notas de cristal! ¡MARIMBA de pueblo pobre que endulza el oído
de personas pobres y ameniza el ambiente bullanguero de los
mercados chapines! ¡Callosas y duras manos de HOMBRES DE
MAÍZ, quienes al dejar el machete y el azadón entre los surcos de
la milpa, se vuelven intérpretes magistrales al tomar entre sus
gruesos y arrugados dedos, las finas y cimbreantes baquetas de
huitzizil!
— ¡Aguas aguas, doñita; val golpe, val golpe! ¡Quíteseme diay
mamaíta chula, por vía suita; no vaya ser el diablo! ¡Val golpe,
val golpe! ¡El golpe avisa, vooooy poraaaay!
— ¡Tortilles con chile, con polle, con chorice! ¿Vas querer
tua’tolite de maza, mi rey; tua’tol blanco con chile cobanero
de Cobán?
— ¿Cómo vas querer que tiaga los huevos, mi rey?
— ¡Si miace la campaña ña Chepa, diun lado pa otro!
— ¡Ansina que te los haga tua’güela, indie re serote!
— ¡Hay huevites regüeltos con chirmolite picante, mi reina; hay
huevites duros con chirmol; frijolites voltiades, con platanites
fritos; panes con galline criollo; cafecite caliento, yunque
seiga de “La Jarrellita”! ¿Qué vas querer mi reina, mi papaite
chula?
— ¡Guau guau, guau guau! —los chuchos jiotosos que nunca
faltan en los mercados—.
Humberto Samayoa Godoy 277
naguas de la suegra. Si algunas personas van a “Las Tablas”, y
dudo mucho de que vayan, se podrán dar cuenta de que allí, y
en las aldeas circundantes, hay escasas oportunidades de chance.
Algunos habitantes tienen pequeños sembradíos, pero en año
2009 no obtuvieron ni mierda de cosecha debido a la sequía; y
este año, si llovió como la chingada, pero las cosechas acabaron
en los barrancos por culpa de los deslaves.
Los campesinos no tienen pisto para comprar abono y no
saben qué más cultivar para la trama de su prole. Los suelos
están todos degradados ¡Hechos mierda; como corazón de
jubilado! y no hay proyectos productivos a corto, mediano y largo
plazo, del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación
¿Alimentación para quien putas, digo yo?, o de cualquier otra
dependencia del Gobierno. La mara sale a buscar chance de cortar
caña a las fincas vecinas en donde, si tienen suerte, les pagan y de
mala gana, Q. 20.00 diarios y bien explotados. Si no consiguen
nada, entonces se van al Petén como jornaleros a cortar palma
africana, en donde les pueden pagar, “digamos”, Q. 40.00 diarios
pero ¡Más explotados!
Pero ahí ¡Otro camote! Lo del pasaje ida y vuelta; lo de la
comida; lo del traguito ¡Ni modo que no!; y los gastos imprevistos
¡Uno que otro culito trasnochado!; entonces, no solo vienen
cansados; más flacos; enfermos por el mal clima; sin pisto, porque
no les alcanzó lo que tristemente les pagaron; y sumado a eso,
vienen a encontrarse con que los chirices, por falta de comida, “se
fueron con pancho”. Entonces, por el tiempo transcurrido; por la
falta de educación familiar; y como en el Petén “no le salió nada”
¡Entonces, corre y va de nuevo! ¡Chimaos los unos a los otros!
¡Multiplicaos, aunque no sobreviváis! Y empieza otra vez; como
ya es el maldito costumbro ¡El ciclo del hambre, de desnutrición
y de muerte!
En los primeros cinco meses del año 2,010, según datos
científicos de la Carepusita Roja, “el Ministerio de Salú había
registrado 18 mil 436 casos de desnutrición aguda, y de los otros
casos ¡También! De estos, 2 mil 407 eran casos severos; 381 de
Kwashiorkor; 630 de Marasmo y 68 de Kwashiorkor marasmático,
276 El Costumbro
como hasta ahora de hechas mierda, la desnutrición volverá a ser
aguda, o más pior”.
¡Romper el círculo de pobreza, aquí en Guatemala, quiere
güevos, Pepes! —me dice “Chiltepe”— Por esa razón y por
otras, “los niños que no reciben educación, no podrán asimilar
ningún conocimiento en el estado de desnutrición crónica en que
se encuentran” ¿No te parece? La aldea “Las Tablas”, cuando
yo fui, contaba con “una población de 351 habitantes”. Y según
un habitante me contó, “había 72 viviendas, 175 hombres y 176
mujeres”. Pero, aunque no me lo creás, dicen que “en 1,973,
había 182 hombres y 144 mujeres” ¡Puchica; 25 personas menos!
De estos; yo no sé cómo jodidos hicieron, pues no hay escuela;
“pero 11 sabían medio leer y medio escribir”.
— ¡A lo mejor había pocos habitantes, porque solo sabían medio
coger! ¿O no, vos “Chiltepe”?
Ahora, según parece, —me sigue contando el amigo sin
ponerme coco— “la aldea cuenta con una población oficial
¡Medio viva! de mil 230 habitantes. Y como es el costumbro,
no tiene puesto de Salú, ni mucho menos médico. Una vez
al mes llega, cuando le da la gana, una doña a la que le dicen
enfermera “a tomarle el pulso” a la población. El puesto de Salú
más cercano, para colmo de males, se encuentra en la aldea “El
Palmar”, a dos horas y media a pata. Los días de visita, para
variar, se mantiene cerrado con candado, igual que “La Puerta
Negra”. La mayor parte de la población no cuenta con electricidá,
ni con agua entubada. La mayoría va a traerla a un río pestilente,
el cual está más contaminado que el Congreso.
La rutina diaria de la población me parece tediosa, Pepes;
pues si es mujer, tiene que levantarse al amanecer cuando canta
el gallo; y después del respectivo polvorín en ayunas, tiene que
hacer las tortillas y ponerse a cocinar. Los hombres, se dedican
a las agotadoras tareas del campo hasta que cae la tarde. El resto
del día suelen pasarlo ¡Y pa onde!, entre las cuatro paredes de
barro del humilde rancho, respirando el dióxido de carbono que
emana de la cocina y el tufo a pescado que sale debajo de las
Humberto Samayoa Godoy 13
— ¡Tan talán, tan talán, talán, talán! —las campanas llorando
están—.
— ¿Care pescade mi reina, care güisquil, care piña, care coche?
— ¡Más care coche tiene tu madre, vieja abusive, care mi mera
culo!
¡Ahhh, los Mercados de Guatemala! ¡¡Así es “El Costumbro”
de mi pueblo!!
Todo esto lo recordaba a la vez que, de alguna u otra forma,
venían a mi memoria pasajes históricos que me había contado un
especial amigo. A este, le decíamos “Quequexque” ¿Por qué?
¡Vaya usted a saber!. Un día, sorpresivamente, apareció por mi
casa y me contó que, oliendo el tufito por aquí y oliendo el tufito
por allá, había dado con mi casa ¡Me dicen “Pepesca”!
Habían pasado muchos años desde que nos conocimos y,
la amistá, seguía firme. Pasamos el día platicando de nuestra
juventú, y de muchas cosas más. Gozaba contándome anécdotas
de sus familiares; especialmente de sus abuelos. Pero lo curioso es
que desde que se murió, no lo he vuelto a ver. Este cuate provenía
de una de esas familias del oriente del país, de las que hay que
ir a meterse a las montañas de Jalapa, Santa Rosa y Jutiapa,
especialmente, para poder encontrar una de la talla de la familia
de “Quequexque”. Estas familias están formadas por personas,
hombres y mujeres, de temperamento fuerte. Retrecheros por
naturaleza. Muy respetuosos, muy trabajadores, muy honrados,
y muy orgullosos de su raza.
En aquella época, en el oriente del país, me contaba “Quequex”,
no usaban chalecos anaranjados, no miraban “El Capo”, ni “Las
Chicas de la Mafia”, ni Pedro “El Escamoso”, ni “El Llanero con
Solitaria”, ni “La Carepusita Roja”. Nunca leyeron la novela
de Julio Viernes “Veinte mil Lenguas de Vieja sin Marido”. No
había taxis fantasmas; ni motos con tres sospechosos, mientras
que no se demuestre lo contrario. No había “tumbos” de drogas,
solo tumbos de mar. Gracias a Dios, no existía la P.M.T. que tanto
que chinga, ni tampoco la Pene Ce, que ¡También!
14 El Costumbro
“Quequexque” me contaba que ellos ¡Su familia, pues! eran
descendientes de quienes se consideran los primeros ocupantes
sedentarios en las “Tierras Altas del Macro-Maya”, representados
por grupos tales como el “CHORTÍ” y el “XINKA”. Según la
historiadora Carepusita Roja, la historia del pueblo XINKA se
remonta más o menos, allá por el año de gracia de 1,575 y medio.
Y algunos investigadores cuentan que este pueblo fue uno de
los que más le hizo yemas al camote, cuando se dio la invasión a
Guatemala por el españoleque genocida, Perucho de Alvarado.
— ¡Conquista, dirás vos! —le corrijo—.
— ¡Fue invasión, mano; fue invasión; investigá porfa, investigá!
Fijate pues. Dice mi abuelo Crisóstomo, que mi bisabuelo
Melquíades, le contaba que, las pajas que cuentan en la escuela
del tal “descubrimiento” de 1,492, no tienen nada que ver con
lo que de verdá pasó. Y las consecuencias de esa “invasión”,
hasta la fecha, siguen presentes.
Y te voy a contar, Pepes. Mi bisabuelo decía que el camote
de la babosada empezó con Cristóbal Colón, pues este, con la
ambición de abastecerse de materias primas y metales preciosos
para chaquetear a la Corona, dispuso encontrar una nueva ruta
hacia las Indas Orientales. Como podrás darte cuenta, el motivo
principal de este pirata genocida, era puramente de fichas:
conseguir seda y metales preciosos para España y el resto de
Europa. Para tan lucrativo fin, los ambiciosos Reyes Católicos
pusieron algo de papeliza y dieron el O.K. político de la babosada.
Entonces, ante tan apetecido banquete, luego llegaron “zopilotes”
privados, y banqueros judíos, haciendo contri para los costos de
tan ambiciosa y lucrativa expedición.
— ¿Y qué resultó de todo este merengue?
— Pues, primero; que el loco de Colón se dio de trompa con un
continente que los del otro lado del charco, ni se imaginaban
que existía.
— “¡Puta; aquí no es!” —dijo Colón—.
Lo que ocasionó tal despelote; como cuando Joviel
quema llantas en las carreteras. Por eso, cuando se habla de
Humberto Samayoa Godoy 275
viven seis personas. Los dos papás y sus cuatro hijos. La mayor,
que es más grande que la pequeña, y quien no sabe si tiene 17 o
22 años, fue devuelta a su casa por su esposo, porque dice este,
que ella, “no lo sabe atender”. O sea, en buen chapín: ¡Que la
chava no sabe coger! La pobre chava sufre de una deficiencia
mental de la chingada, debido a la desnutrición crónica que se
manda. Entonces ¿Cómo quieren que pueda coger la pobrecita?
¡Ni siquiera debe de saber cómo se hace la babosada! ¡No me
chinguen muchá, por favor!
Sus tres hermanos en edá escolar ¡Jamás han ido a la escuela!
Y, aunque lo hicieran, no se les quedaría ni mierda, pues no están
en condiciones de aprender nada ¡Apenas hablan! El papá dice,
algo amishado, que no comprende por qué los patojos no van a
la escuela, “yo les digo que vayan, pero no van”. El pobre cuate
no sabe que los patojos, para ir a la escuela, primero tienen que
estar inscritos en la misma. Y segundo; que es lo más importante
¡Primero tienen que desayunar! Pero ¿Qué chingados van a
desayunar los pobrecitos? ¿Se atreven ustedes a decirme qué?
¿Verdá, que no? ¡Si nuay ni mierda, muchá; pero si nuay nada!
El hijo menor de la pareja de esposos, de 8 años, pareciera que
tiene solo 4. El pobrecito se mantiene desnudito en la choza, con
el pipiriche lleno de moscas; y salió hace poco tiempo, de una sala
de recuperación mental y nutricional. Para obligarlo a que fuera
a la escuela, lo amenazaron con llevarlo a la Policía si no iba.
El papá, en su ignorancia, llegó al punto de pinchar el estómago
del niño para demostrar que la hinchazón no era “nada”; pues lo
que su hijo tenía bajo la piel, según él, era “solo agua” ¡Ni que el
pirigüiche fuera manguera, verdá vos! Un caso para Ripley.
Entonces, Pepes —me dice “Chiltepe”— podemos
preguntamos ¿Qué posibilidades tienen los niños de “Las
Tablas” de ser normales? Pues según la Siguanaba, nutricionista
del hospital, dice que muy pocas, o ni mierda. “La talla, no se
recupera; y después de tres años de edá, el crecimiento intelectual
de un niño con desnutrición aguda, tampoco es normal”, dice.
“En todo caso, explica, si los niños que han sido atendidos en el
hospital, aun padecen de desnutrición crónica, y si las cosas siguen
274 El Costumbro
las fincas ganan un salario tan pura mierda, muy por debajo del
salario mínimo.
— ¡No me chingués!
Hechá pan en tu matate, pues. En una oportunidá, una pobre
doñita, creyendo en las pajas del programa Mi Familia no Progresa
ni a Putas (MIFAPROPU) por sus siglas en Chortí; me contó que
mucha gente no puede acceder al programa de Mifapropu, por no
tener cédula, o porque sus hijos no fueron registrados.
— ¡Qué suerte tuvieron, mano; porque a mis hijos, como es el
costumbro, la policía los registra a cada rato!
¡Verdá que tengo razón en lo que pienso de vos! ¡No los
registraron en el Partido, pues; en el Partido de turno del Gobierno!
— ¡Ahhh; bien me lo imaginé!
“A más de 120 familias”, me contaba la pobre doñita,
“las hicieron firmar un documento; y a medio año”, me decía,
“entregaron solo 15 bolsas solitarias” ¿Qué güeveo, verdá, vos?
Eso, dicen que fue en el gobierno del Presidente janano. “El
niño, el que te contaba que llevaron de “Las Tablas”, no sé si
tronó a sapo o se salvó; pues antes de que lo llevaran al hospital,
solo comía tortilla; e insólitamente, en el hospital, le daban un su
atolito de a saber que putas, el cual, milagrosamente, no le caía
tan mal. Pero, al salir del hospital ¡Otra vez a comer tortilla! La
doñita, me contaba que “el pequeño angelito no recibía ayuda
gubernamental, por el “pecado” de no tener documentos que lo
identificaran” ¡Insensatos, hijos de... “La Llorona”!
Lo mismo controlé que sucede en las otras casas. Al caminar
por las veredas de la aldea, pude ver chirices demasiado pequeños
y demasiado delgados. Y algunos, tienen el inconfundible
Síndrome Kwashiorkor, que traducido al español, que los
deschavetados gobernantes; como es el costumbro; no saben, o
no entienden que quiere decir: HAMBRE PROLONGADA.
Las perspectivas de otra familia, también son dramáticas. En
una misma choza, ahumada por el humo de la cocina interior,
Humberto Samayoa Godoy 15
“descubrimiento”, es muy importante aclarar “quien pisados
descubre a quien”; algo así como cuando uno juega tuero, arranca
cebolla, o piz picigaña. Y según rezan los Anales de la Carepusita
Roja, América existía desde hace un titipuchal de años atrás. Y
como dice “Doña Florinda”, que una cosa es una cosa, y que
otra cosa es otra cosa; y que muy aparte era que los europeos no
conocieran la existencia de América.
— ¿Entonces, según tu bisabuelo, cuál sería la babosada correcta
para nombrar este camote?
— ¡Pues según mi bisabuelo Melquíades, lo correcto es invasión!
— ¿Pero porqué?
— ¡Porque hubo una apropiación indebida del territorio, mano!
¡Un güeveo, en buen chapín! Fijáte, que según dicen, el Papa
Paulo III se mandó con unas babosadas que les dicen Bulas...
— ¿No serán, Bullas, vos?
— ¡No; “Bullas” son los hermanos don Calixto y don Pablito
Peralta, los de la barbería “Bullas”! Las Bulas vienen siendo
algo así como los Decretos. En ellos ¡En los Decretos,
pues; no en don Calixto y don Pablito! “es donde se elegía
que territorio le correspondía a Portugal y cual a España;
disponiendo estos de un poder que no les tocaba”. ¿Es esto, o
no, una apropiación indebida?. Según mi abuelo, “esta maña
de los europeos de apropiarse y repartir los territorios ajenos,
para ellos era legal y legítimo” ¡Como siempre ha sido su
costumbro!. “Pero no así, para la mara nativa, quienes eran
los propietarios originales y legítimos de las tierras ¡Que diá
güevo!
— ¿Y la iglesia, jugó algún papel en este desmadre, según
apreciación de tu abuelo?
— ¡Si...món!. “La guerra, dicen; tronó a sapo allá por año de
1,492, donde la iglesia logró finalmente mandar a la mierda a
los árabes que habían llegado a la península Ibérica y habían
llegado casi que simasito a 89m kilómetros de París; pero en
ese momentito dio las nalgas la provincia de Granada y como
por arte de magia, se acabó la ocupación”. “Circunstancia que
16 El Costumbro
se aprovechó para decir que fue una victoria del cristianismo
sobre el islamismo; es el triunfo, dijeron, de la fe sobre el
paganismo”. “En el aire se respiraba una especie de euforia
político-religiosa, donde las armas y la cruz, juntas, lograron
la expulsión de los moros. Y con esa misma maña pisada
religioso-militar, es con la que la iglesia llegó a América”.
— ¡Pero en la aldea “Las Trojes” de Amatitlán, todavía salen
“Los Moros” a bailar, vos!. ¿Y cómo justifica la iglesia la
“invasión” y el genocidio?. ¡Porque también hubo genocidio!
¿O no?
— Nada babosos, se mandaron con un su documentón Pérez al
que llamaron “Requerimiento”, el que leían a donde quiera que
fueran y decía: “Venimos en nombre de Dios y del monarca.
Les traemos la verdadera religión. Por tanto, les pedimos que
se sometan a nuestro monarca y a su religión, por las buenas.
Si no estuvieran de acuerdo, nos veremos obligados a darles
chicharrón con yuca” ¿Qué pensás?
— Pregunta del millón: ¿Crees vos, que esa es la forma correcta
de justificar estas babosadas por parte del invasor?. Esa es
una actitú unilateral, mano; bastante autoritaria, y que excluye
el derecho a todo.
— Era, según los españoles, “la idea de que la religión cristiana
era la que debía ser impuesta a.p.h., sobre el resto de las
demás”. La iglesia preguntaba “quiénes eran esos sujetos que
vivían en este continente”. Y hablaban a escondidas de que,
estos “no eran seres humanos”. La iglesia se mandó con otro
decretón Pérez, al que le dicen “Bula”, donde decía que “los
nativos no eran seres humanos, sino que seres “rústicos”; que
eran una “subespecie humana” cuya principal característica
era “que no tenían alma”....
— ¿Y la “Alma Tuneca”, pues?
...entonces se empezaron a dar un montón de clavos, y la
Corona dispuso emplear la “Mano Dura”. Decretó que era
obligación voluntaria a puro güevo, aprender el castellano; cosa
que no dio resultado positivo, y los encargados de la enseñanza,
para lavarse las manos, dijeron que las personas “no aprendían ni
mierda”, que eran “tontos”. Pero de lo que no se daban cuenta
Humberto Samayoa Godoy 273
Patria”! “la situación no ha cambiado ni mierda en la aldea; en
donde siguen sin comida, ni Centro de Salú, sin escuela, sin
cosecha de nada, sin esperanza de nada” ¡Puta; sin ni pura nada!
Y parece que, según me contó El Sisimite, “todo el dinero que
serviría para atender las necesidades de estas pobres gentes, se lo
llevan los de “La Línea” ¡Como ya se volvió el costumbro!
— ¿Los de la Línea del ferrocarril, vos “Chiltepe?
— ¡No sos más mula porque no entrenás, Pepes! ¡Para la otra
línea, mano; para la línea que está de moda! Y fijate bien pues.
Para llegar a “Las Tablas”, se necesitan muchos de esas cositas
blancas y ovaladas que ponen las gallinas; que se toman con
jugo de naranja; que se pueden comer duros, tibios, revueltos,
o estrellados; y que de las autoridades del gobierno ¡Unos no
los conocen, y otros parece que no tienen! “Difícilmente se
le puede decir camino a la babosada que se convierte en fangal
cuando caen los morongazos dia’gua. Por eso no hay servicio
de transporte, porque los vehículos se atascan” ¡Así como se
atascan ya sábanas quienes! Y si lo hubiera ¡Transporte, pues;
no sábanas! “nadie podría pagarlo, por causa de la miseria en
que vive la gente”. Es impresionante, mano, ver “cómo se
transforma el entorno de los centros comerciales, el bullicio y
la prosperidad de la cabecera departamental, a la terracería, a
lo inhóspito del paisaje, a la aridez del campo, y a las humildes
y precarias construcciones de casas hechas de adobe, tablas,
pedazos de lámina, unas cubiertas con tejas y otras con nylon;
algunas otras hechas de bajareque, que es una mezcla de barro
y paja” ¡Hay algunos que prefieren el bajareque y otros, que
prefieren la paja! ¡Pero bueno!
Fijate que para llevar un enfermo al hospital de Chiquimula,
desde “Las Tablas”, hay que volar pata cerca de dos horas y media
hasta la aldea “El Palmar”, a donde sí llegan los fleteros. Pero
el clavo es que hay que pagar 30 billetes por shola y la mayoría
no tiene ¡Billetes, pues; no shola! Entonces ¡A volar caite 28
kilómetros cargando a tuto al enfermo! Y las personas que logran
juntar esos 30 billetucos, prefieren usarlos para comprar algo de
comida. Te cuento que la producción agrícola es muy escasa en
ese árido lugar y, sumado a eso, los campesinos que trabajan en
272 El Costumbro
de lugar aseguran que “¡No hay Hospital, ni Centro de Salú! Es,
sencillamente, dicen, un triste pueblo de Guatemala, y como
muchos otros, en donde el Estado, como ya es el costumbro ¡Está
AUSENTE!”.
Me contaron que “en Diciembre del 2,010” —me dijo
“Chiltepe”— “llevaron al Hospital de Chiquimula a un niño de
cuatro años de la aldea “Las Tablas”, que más parecía un bebé de
8 meses por lo hecho mierda que iba. Pesaba apenas 16 libras y
media 71 centímetro; no hablaba, no caminaba, solo balbuceaba,
no comía, no mamaba”...
— ¡Puta! ¿Y qué iba a mamar, vos “Chiltepe”, si los pechos de
esas pobres mujeres, los cuales parecen vejigas desinfladas,
en lugar de dar leche, dan lástima? —lo interrumpo—.
...“y tenía la piel llena de manchas y su cabello era bien
escaso” ¡Como sueldo de jubilado! “Su barriguita hinchada
evidenciaba su estado crítico de desnutrición aguda severa, al
igual que la mayoría de los niños de la aldea”.
Fijate Pepes, me contaba mi amigo, que “al niño lo encontraron
en la choza de su familia, al borde de la muerte ¡Por inanición!...
— ¿Y eso de inanición, qué diablos significa, pues vos?
— Mirá. Esa palabrita enigmática, se le puede aplicar a muchas
cosas aquí en nuestra querida patria, pues es algo que significa
catástrofe. Y según investigaciones científico literarias del
Licenciado Sisimite; sabio literato chapín; el significado de
la palabra “inanición” se deriva del vocablo latino griego
pokomám, “INA”, que significa: Indiferencia, falta de
voluntá política, falta de atención médica, falta de medicinas,
falta de trabajo social, falta, falta, falta ¡Puta; falta de todo!
“NI”, que significa: que nuay ni mierda que comer, ni tierra
donde sembrar granos básicos, sino que solo pa sembrar
caña y palma africana; porque nuay pisto, porque nuay de
esto, porque nuay de aquello ¡Puta; porque nuay nada! Y
“CIÓN”, que significa: ¡Muerte!
“Y lamentablemente, gracias al Estado”, dijeron ¡Al estado
de embriaguez mental en que se mantienen los “Padres de la
Humberto Samayoa Godoy 17
los gachupines ¡Que se iban a imaginar los pobrecitos! Era que
empezaba a gestarse la primera gran resistencia pacífica, para no
aceptar la imposición del idioma extranjero.
— ¿Y tu bisabuelo cree que aun existen algunos reclamos sobre
esta parte de la historia, vos?
— Si...món; porque la forma de pensar o de actuar, sobre la forma
de adueñarse de las tierras, y la maña pisada de desalojar
violentamente a las personas de sus propiedades, aun no ha
terminado; pues le si ponés un cacho de materia gris al camote,
aceptarás la triste realidá de que Guatemala sigue siendo un
país al que, cualquier serote, viene a güeviarse las riquezas
naturales y se las lleva sin que ninguna autoridá intervenga.
Entonces, según análisis de la Siguanaba, ese es el motivo,
causa, razón, o circunstancia, como se ha distribuido la
economía extractiva de Guatemala.
— ¿Con la experiencia que por lo visto tienen tus abuelos, crees
vos que puedan aportar alguna recomendación, para poder
tener una buena lectura educativa de la historia que sea más
equilibrada, y no pajera como la de hoy?
— ¡Mirá; yo creo que, de que pueden, pueden; chi la mierda! Lo
jodido es que a ver si les queda tiempo todavía, porque ya se
vislumbra en lontananza el inevitable ocaso de sus vidas. Pero
me atrevo a adelantarte algo. A mi bisabuelo Melquíades,
a mi abuelo Crisóstomo y a mí; en la escuela primaria nos
enseñaron las mismas pajas. Diz que Colón logró hacer la
expedición con sus tres calaveras: “La Nigua”, “La Piña” y
“La Fanta Amarilla”.
— ¡Sus tres carabelas, mano; sus tres carabelas! “La Niña”, “La
Pinta” y “La Santa María”.
— ¡Lo dije por joder, solo para ver si sabías! Pues sí, como te
decía. El fulano dicen que hizo la expedición, porque la reina
Chavela de España se quitó sus joyas para que él pudiera
comprar los barcos ¡Puta; con lo tacaño que son estos pisados!
Según aportes científicos del Llanero con Solitaria, la historia
se puede ver desde otro ángulo; de una manera distinta; verídica
¡Sin pajas!. Esto se puede lograr, dirían mis abuelos, con textos de
18 El Costumbro
historiadores nacionales; no textos escritos por frailes españoles,
pues ¿Quién va a hablar mal de su rancho? Aunque se ha podido
observar en los libros vigentes de una época para acá, algunos
cambios significativos en relación a la paja tradicional; esto no
quiere decir que se estén implementando; pues, si no se ponen en
práctica es porque hay algo, o alguien que lo detiene, aplicando la
mano de mono.
Y para finalizar este rollo, mis tatas te dirían que “entre
contenidos curriculares y libros de texto, hay muchos pasos de
distancia. Y, entre estos, y el maestro, hay muchísimos más”. Estoy
seguro, de que también son de la opinión de que, “El maestro, en
lugar de andar perdiendo el tiempo quemando llantas con Joviel,
debería de esforzarse más en actualizar sus pocos conocimientos
para no seguir dando paja a las nuevas generaciones repitiendo
cada año como loro ¡Solo babosadas!”.
PATRIA NUESTRA
“Patria son los surcos a desnivel en los repliegues de las
montañas de Sololá, Totonicapán y Chimaltenango; los trigales y
milperíos mecidos por el viento frío de las cumbres. Guatemala
son los sembradíos de repollo y de coliflor, de cebolla y frambuesa,
en los vallecillos y márgenes de los ríos de Almolonga y Zunil”.
“Guatemala son los pájaros. Los colores musicales de sus
escalas aéreas; gorjeos de la barranca y de la cañada; del bosque
húmedo y de la selva virgen. Trinos de las tierras altas; cumbres
frescas y misteriosas. Trópico pleno y sonoro. Ríos por donde riela
el armonioso canto de la pajarería multicolor. Xaras y tuncullines,
pitorrearles y guardabarrancas, cenzontles y clarineros, chachas
y loros parloteros en la tarde costeña. Bandadas de pericos
acompañando el ocaso. Tucanes y guacamayas, azulejos y
tortolitas, chiltotes y gorriones, que no son todos sino la muestra
del universo de alas y colores; gorjeos del país musical que es
Guatemala; tierra del quetzal, el ave más deslumbrante de nuestro
planeta”.
************
Humberto Samayoa Godoy 271
PATRIA NUESTRA
“Guatemala es mi casa, la calle y el pueblo; el paraje y el
paisaje. Patria son mis hermanos, mis padres y mis abuelos. Patria
es hacer deporte, subir a una cumbre, escalar un volcán, caminar
por la playa y por los senderos rurales de Guatemala. Es conocer
nuestro país, sus pueblos y sus aldeas, sus caseríos y sus cantones
rurales, sus mercados multicolores y sus templos. Patria es el
artesano y el estudiante, la enfermera y el policía, el campesino
y el obrero, el maestro y el artista. Guatemala son los niños del
campo y los de la ciudad, los que en este momento están en las
escuelas rurales y urbanas, preparándose para engrandecerla”.
“Patria es el pasado esplendoroso y el futuro promisorio.
Guatemala es Tikal, la ciudad de las voces el centro arqueológico
más grande y majestuoso del hemisferio occidental; es Uaxactún,
Quiriguá, Zaculeu, Iximché y Kaminal Juyú. Es el Popol Vuh;
el Libro del Consejo; la Biblia Americana. Nuestra Patria es la
Marimba. Son los símbolos de nuestra nacionalidad; el Himno
Nacional y la Bandera. La Patria somos todos los guatemaltecos”.
“¡¡Este es el País de la Eterna Primavera; Nuestra Guatemala
Inmortal!!”.
************
Me contaba mi amigo “Chiltepe”, que como ya es su costumbro
el andar por el oriente del país en busca de algún su hermano
desperdigado, se encontró con una desagradable sorpresa. Te
podría afirmar, me dijo un día, que el mundo se olvidó de “Las
Tablas”. Pero no te hablo de las Tablas de la Biblia, ni de las
Tablas de multiplicar ¡No; nada que ver! Te hablo de la aldea
“Las Tablas”; un aislado paraje a 28 kilómetros de la cabecera
departamental de Chiquimula, a donde logré llegar de puro
milagro por un “caminito” más hecho mierda que la cara de un
ex presidente. Y es ahí, precisamente, en donde las personas están
olvidadas en su propia tierra.
Ahí encontrás, como dijo alguien, “Pobreza extrema, hambre,
ignorancia, abandono, desnutrición y ¡Muerte!” En ese infierno
270 El Costumbro
Antes de despedirnos; “Chiltepe”, mi amigo y compañero
de aventuras juveniles; dispuso contarme una anécdota de su
hermano Eulalio Rosalino Cotto Mora, “Lalo”.
En una fiesta titular del pueblo —empezó mi amigo— mi
hermano se enamoró de la señorita Gorgonia Concepción, Reina
de la Feria. Se le conocía cariñosamente, como “la Gorgo”, o “la
Chon”. En el Baile de Inauguración cuando mi hermano bien
borracho, quiso bailar con ella, la chava lo mandó a freír niguas.
Este fue motivo para que Lalo, decepcionado, siguiera chupando
y disparando con su pistola en las calles del pueblo. La “pene ce”
lo detuvo y lo metieron preso.
Al otro día, Lalo despertó con una goma de la gran chucha.
Un Sargento gordiflón salió al patio de la cárcel a pasar lista,
para que los presos fueran a pagar su multa y pudieran salir libres.
Mi hermano —me decía “Chiltepe”— estuvo atento para cuando
dijeran su nombre, pero no lo escuchó. Al otro día fue lo mismo;
no lo mencionaron. Así pasó una semana. Al ver que Lalo no
aparecía, los familiares lo buscaron por todos lados, hasta que
alguien les dijo que estaba preso. Entonces fueron a la cárcel y
preguntaron el motivo por el cual no lo dejaban salir.
El jefe de la Estación, un sujeto bajito y panzón con cara de
pocos amigos; como es el costumbro en esta clase de sujetos;
llamó al Sargento gordiflón y le preguntó el motivo por el cual
no salía el preso. Y el policía, mordiéndose las uñas de la mano
izquierda, y rascándose el culo con la mano derechaa, argumentó
que, cuando él decía el nombre del preso, este no contestaba.
— ¡Esas son babosadas! —exclamó Lalo— ¡Usté nunca ha
pronunciado mi nombre!
— ¡Claro que sí! —se defendió el poli— Todos los días grito ¡La
locomotora, la locomotora! Y nadie contesta.
— ¿Y cómo quiere que conteste, serote; si yo no me llamo la
locomotora?
— ¡La noche que lo trajeron bien borracho, usté decía que se
llamaba así!
— ¡No señor! ¡Yo me llamo Lalo Cotto Mora!
Humberto Samayoa Godoy 19
Me decía “Quequex”, que haciéndole yemas al camote por el
cambio climático, por el calentamiento global, por el güeveo de
la Medalla de Oro por parte de los chinos a Érick Barrondo en el
Mundial de Atletismo en Rusia, por los berrinches histéricos del
diputado Taracena, la quemadera de llantas por el profesor que
no trabaja de profesor, y por a la constante discriminación a la
raza maya; solo por esas cositas; uno de los xinkas que mantiene
orgullosamente sus raíces es un señor conocido como don Chon,
quien afirma que la desaparición de la cultura Xinka se debe en
gran parte a la irresponsabilidad del gobierno. Pues por ejemplo,
cuentan las malas lenguas, que en tiempos del dictador que le
decían Jorge Ubico, a los ancianos xinkas se les obligaba a puro
tubo a abandonar su cultura; y si no hacían caso, les daban una
moronguiada que ¡Ja, ja, jay, tatita! con una especie de palo que
los nativos conocían como “Cepo”, que sepa la..., de qué era.
A los xinkas, en la parte oriente de la república, se les puede
localizar, por ejemplo, según “Quequex”, en San Pedro Pinula,
Santa María Ixhuatán, Chiquimulilla, Guazacapán, Taxisco, San
Juan Tecuaco, Asunción Mita, El Progreso, San José Acatempa,
Quezada, Atescatempa, Jeréz, Conguaco, Moyuta, Pasaco,
Jumaytepeque, Mataquescuintla, Santa María Xalapán, y en
algunos otros rincones de oriente. Y precisamente por eso; por
güevudos; estos dos últimos pueblos mencionados, por defender
la “UTA’ NA’RU”, o sea, la “MADRE TIERRA”; están siendo
criminalizados ¡Nuay derecho; nuay derecho! Yo creo que las
autoridades, con todo el respeto que merecen, deberían tomar
muy en cuenta la frase del doctor “Chilacayotón”, la cual dice:
“En Guatemala no hemos recibido empréstitos, porque sabemos
muy bien que, cuando se reciben dólares con la mano derecha,
con la izquierda se entrega ¡SOBERANÍA!
Me contaba “Quequexque”, que él tenía un abuelo y un
bisabuelo. Don Crisóstomo y don Melquíades, respectivamente.
Estos añejos personajes, descendientes de los xinkas, hablaban
de acontecimientos del Siglo XVIII, del Siglo XIX y del Siglo
XX. Decía mi cuate que contaban las cosas con una claridad
increíble, pues tenían una memoria de elefante, a prueba de balas.
Claro; nunca tuvieron tele; no tuvieron radio; ni tuvieron compu.
20 El Costumbro
Tampoco había cine; ni moteles con cama de agua y tele con
canales porno. No miraban “El Chapulín Colorado”, ni “Lago
Televisión”; no oían la “Radio Pepesquera”, ni “Radio Nahualá”.
No los contagiaban con Sida, no habían buses rojos, no había
nacido Joviel por eso no quemaban llantas; en fin; no había nada
que los alebrestara y les desequilibrara la bilirrubina.
“Quequexque” me contó que su abuelito don Crisóstomo,
contaba que allá por la tierra de los Catrachos, Honduras, en 1,792,
nació una linda criaturita producto de la yuxtaposición amorosa
de don Chebo y doña Lupe. A esta preciosidad de muchachito, sus
orgullosos padres le pusieron por nombre, Paco Chico Pancho;
pero cariñosamente, solo le decían Chico Pancho.
Allá por 1,826, contaba don Crisóstomo; el Presidente
de la Federación Centroamericana, el General Meme Chepe
Arce y Fagoaga; un día martes, algo dos que tres, por el mal
comportamiento de los servidores públicos ¡Igualito que ahora!
disolvió el Congreso Federal ¡Igualito que hizo el Ex que se fue a
Panamá! porque los cuates ya se estaban poniendo muy claveros
¡Igualito que los Dipu! y tenían mayoría de representantes ¡Siempre
la famosa “Aplanadora”!. Y este acontecimiento fue motivo para
que se rebalsara la copa que hizo que El Salvador y Honduras, se
pusieran más trompudos que la llorona, e inmediatamente, como
quien se quita una brasa caliente de la mera máquina de hacer
churros hediondos, dejaron oír sus protestas.
“¿Qué pasó vos? ¿Qué de qué? ¿Cómo que qué? ¿Cómo
así? ¡Lero lero, Candelero! ¡Te plancho yo primero! ¡La vieja!
¡Somato! ¡Chin chin bolita di’oro! ¡Tu nana tiene nalgas de toro!
¡La tuya! ¡Sho pisado! ¿Por qué no me callás vos? ¡Ay si tú, que
meyo! ¡Probá y te arrugo! ¡El pellejo! ¡Te arranco! ¡Los pedos!
¡Me olés! ¡El chiquirín! ¡Puyo! ¡Lustre!”. Y así se trataron los
dignatarios de la Nación de aquella época ¡Igualito que ahora!.
Y mientras el General Arce convocaba a un nuevo Congreso,
los “guanacos” y los “catrachos” iniciaron el mero morongueyo
contra los “chapines”.
Y fijate m’ijo; le decía don Crisóstomo a su nieto
“Quequexque”; que en este merequetengue que se armó desde
Humberto Samayoa Godoy 269
— ¡No te creo “Chiltepe”!
Lo que pasó —fijáte vos— es que de las Montañas de Xalapán
bajaron los indígenas Xinkas de un montón de comunidades,
indignados en contra de las mineras, pues están destruyendo
los recursos naturales que les dejaron sus ancestros. Y, como
la gran puta, dijeron: “los Xinkas nos oponemos a toda forma
de exploración y explotación minera y petrolera, no solo en las
“Montañas de Xalapán”, sino que en el departamento de Jalapa
¡Y en todo el territorio nacional!”. Y en todo el recorrido por
las calles de Santa María Xalapá, se podía ver una enorme manta
blanca portada por los acalorados indígenas de tan decidida y
emotiva manifestación, en donde se podía leer:
“AYAJLI, HURAKLI XINKAL NA XALAPÁN, HORO
HUTA NARU”. Pero la mera verdá, te digo; que aunque soy de
por aquí y llevo sangre xinka en mis venas; no entiendo nada de
lo que dice la manta.
— “MUJERES Y HOMBRES XINKAS DE XALAPÁN,
DEFENDIENDO NUESTRA MADRE TIERRA”. Eso
quiere decir, “Chiltepe” —le digo— y abajo, en letra pequeña,
está la traducción.
¡Gracias, vos; no le había puesto coco a ese detalle! También
me contaba el padrastro de la Petris; don Teófilo Sofonías; que
en oriente hay muchas mineras trabajando, aunque algunas, para
variar, parece que sin licencia —me dice “Chiltepe”—. En
Mataquescuintla y San José del Golfo, ya están chingando los
extranjeros con eso. En San Pedro Ayampuc, está otra mina que
está siendo explotada bajo dia’gua; y también se realizan trabajos
de extracción mineral en las comunidades de “San Antonio El
Ángel”, “El Guapinol” y el “Carrizal”. Ahora ya solo falta que
vengan a hacer trabajos de exploración y extracción, en la mina
de caca que tengo en el mero hoyo ¿No te has enterado de nada
de esto, vos Pepes? —me preguntó—.
— ¡Pues he oído campanas por ahí, de vez en cuando!
— ¿Y vos no sabés que cuando repican las campanas, es porque
misa van a dar?
268 El Costumbro
explota la mina que está chingando al pueblo, tiene planes para
explorar, lo que dicen que es, uno de los cinco depósitos más
grandes de oro y plata del mundo ¡Puta mano; te das cuenta! Pero
fijáte bien pues. Estos señores dicen que: “Tienen planes para
explorar” ¡Están viendo que la gente se opone a esas mierdas!
¡Pero necios los pisados! Pero ni modo; con el apoyo que tienen
del Gobierno y con el potencial económico que se vislumbra ahí
¿Ahora; quién putas los va a sacar? ¿El Chapulín Colorado?
¡Nadie, mano; nadie! Y parece que según estudios que se han
hecho bajo dia’gua, el proyecto que están desarrollando estos
extranjeros que no son de aquí, acabará luego con las fuentes
de agua; y lo más trompudo, es que contaminarán todo el manto
acuífero del subsuelo que está abajo. Y después ¿Qué chingados
van a tomar nuestros hijos, nietos y bisnietos? ¿Cianuro?
El pedo hediondo es que los de la mina dicen que: “El
agua contaminada con cianuro” ¡Te das cuenta de que aceptan
descaradamente que el agua está contaminada! Se ganan la
“Tarjeta Amarilla”. También dicen que: “el agua no es arrojada
a los ríos, porque se usa otra vez en el mismo sitio” ¡Mentira;
porque sí la vierten en los ríos; nos consta! “Tarjeta Anaranjada”.
Y continúan diciendo que: “por cada dólar recibido; 35 len
se quedan en Guatemala para pagar impuestos, regalías, y
contribuciones voluntarias” ¿Puta; no será mucho ese poquito,
muchá? “Tarjeta Roja”. ¡No señores; no la jodan, porfa! ¡Hay
que entender por las buenas! ¡No hay que buscarle tres pies al
gato! ¡No hay que ser mala onda! Recuerden que: “El respeto
al derecho ajeno es la paz”. Y tengan en cuenta, que ¡Arrieros
camino y en el andamos somos!
Cuando fui a Santa María Xalapán, a ver a la Petris, me topé
con que en la “Laguna del Pito” habían quemado unos vehículos,
parece que oficiales. Entonces el pueblo estaba que hervía de
“pintos” y de patrullas de la “pene ce”. Había tanques, cañones,
unos grandes camionones, radiopatrullas y helicópteros ¡Puta,
dije yo; estos están esperando una invasión extraterrestre! ¿Pior si
van a venir los Marcianos? ¡Pero queeeee; onde dirás vos! Lo que
estaban haciendo, era defender a los extranjeros de la mina.
Humberto Samayoa Godoy 21
1,827 hasta 1,842; salió a relucir la figurita de aquel lindo bebé
que había nacido en Honduras, haciendo célebre su nombre en las
acciones bélicas contra Guatemala ¡Me refiero, a Chico Pancho!
— ¡Si Tata, ya le entendí!
Cuando este lindo nene armó su “Ejército Aliado Protector de
la Ley” ¡Chátelo! y auxiliado por mercenarios franceses derrotó al
Presidente Arce y a las fuerzas Federales sostenidas por el estado
de Guatemala; entonces, Chico Pancho sitió la ciudad, cuya
escasa y ahuecada defensa estaba a cargo del Jefe de Estado don
Mariano de Aycinena.
— ¡Ay no, nena!
¡Respetá a los que dicen que son Próceres de la diz que
Independencia, m’ijo! Pues como te decía. Panchito; como le
decían sus culebras; dicen que avanzó con sus tropas por la finca
“Las Charcas”, al sur de Guatemala. Cabalmente hoy por esos
lares, está la cantina “El Escorpión”, de doña Lencha “Tres Pedos”,
quien tiene un chucho chihuahua que como jode. Entonces
“los valientes soldados chapines”, viendo que la cosa se ponía
trompuda y color de hormiga; comprendiendo que si ofrecían
resistencia les iban a dar chicharrón con yuca y que iban a haber
muchos muertos, dispusieron negociar la rendición de la plaza
mediante una capitulación, en la cual, el Estado de Guatemala
se comprometía a entregar las armas del ejército y mandar a la
mierda a toda la tropa. A cambio, los invasores respetarían la
vida y propiedades de los guatemaltecos y no le darían negra a
las chavas. Así, con estas huecadas del ejército guatemalteco, las
fuerzas de Chico Pancho ocuparon la ciudad en abril de 1,829.
— ¿Poshqué she agüevó el ejérshito? —pregunta la Carepusita
Roja— janana.
— ¡Ashavesh! —contesta— “El Cadejo”.
Panchito; “El Rorro”, como le decían cariñosamente sus
admiradoras; por algún motivo, causa, razón o circunstancia,
sentía una gran animadversión acérrima contra Guatemala ¡Que
no digan que son pajas, porque así era! ¿Por qué? ¡Vaya usté a
22 El Costumbro
saber!. Y después de la caída de la ciudad, desató su furia contra
ella. Dice en los libros de Historia, que la prueba de su falsedad
y traición, fue que una vez en poder de la ciudad, de las armas
que se le entregaron cobardemente y disueltas las fuerzas del
Estado; entonces Chico Pancho ¡Panchito! ¡El que decía que tenía
“Palabra de Hombre”! ¡Declaró nula la capitulación que él mismo
había firmado!
— “¡Ay no, usté! —exclamó tan digno “ombre”— ¡Es que me
agarraron descuidado; yo no firmé nada, chish!”.
— ¡No, la canasta! ¡Descuidada agarraron a mi abuela, por eso
tuvo tres hijos cuaches gemelos!
Las tropas a su mando ¡De Panchito pues! se güeviaron todas
la babosadas de los Templos; mandó a la chingada a los Curas
dominicos, franciscanos y a todo aquel que oliera a sotana; confiscó
muchos bienes particulares; saqueó las mejores residencias;
encarceló y después mandó a la mierda a sus enemigos políticos;
se palanqueó más de 3,000 fusiles del almacén de guerra del
Estado. Pero una cosa buena, si hizo. Ordenó que los diputados
del Congreso devolvieran 3 años de sueldo mal ganados (eso
deberían de hacer ahora). Desterró al Arzobispo de Guatemala
fray Moncho, sacándolo a puros empujones de su casa, a diz horas
avanzadas de la noche; y sentándolo a puro tubo en una silla de
manos, lo mandó a la chingada ¿Y qué?. También les vendió un
montón de edificios públicos, a personas particulares. Y con burla
y falta de respeto ¡Vendió el Palacio de Gobierno! el cual, por lo
visto ¡Le venía del norte!
— ¡No me chingue, abuelo! ¿”La Guayaba tiene dueño”, de
aquella época? ¡No lo puedo creer!
— ¡Pero así mero ansinita jué, m’ijo! Según me cuentan los
“shuqueros” de la 18 calle, este negoción perez, Chico Pancho
lo hizo con unos comerciantes extranjeros franceses, que no
eran de aquí, de apellidos Jourdán y Watelín. Lo único que
no vendió, porque no existía, fue Puerto Quetzal; porque si
no ¡También se va feyo!
Cuenta don Crisóstomo; el abuelito de “Quequexque”; que
cuando finalmente este catracho mal nacido, se fue a la chingada
Humberto Samayoa Godoy 267
“Son las rogaciones al corazón del mundo, en las afueras de
Chichicastenango. Guatemala es la sexta avenida y la calle real
del pueblo más lejano. Nuestra patria es el camino y la vereda; el
sol y la colina; el alba y el ocaso”.
************
Y después de pasar como un relámpago por mi mente algunas
de mis reminiscencias juveniles, y sentados en una banca del parque
de Jalapa; “Chiltepe”, a quien ya se le notaba en su físico el peso
de su guarosa y alocada vida; empezó, como era su costumbro, a
contarme algunas de las recientes novedades del oriente del país.
En este caso, la Resistencia contra las Mineras transnacionales
por parte del pueblo Xinka, defendiendo el Derecho a la Vida y a
los Recursos Naturales.
Fijáte vos Pepes—me dijo “Chiltepe”—que con eso de que
tengo un titipuchal de hermanos y hermanas por casi todo el
oriente, unos no reconocidos y otros casi que tampoco; confirmo
que mi viejo si le dio gusto a la hilacha, y cada vez que me pasan un
norte relacionado con una mi posible hermana, allá voy volando
a conocerla para hacer amistá y poder relacionarme con ella. Así
hago con todos. Vieras que bien me siento. En alguna forma,
aunque yo sé que no es lo mismo, trato de compensar en parte, el
cariño y la amistá que no tuvieron con el viejo. Eso implica tener
que recorrer bastantes y retirados lugares, cosa que no me pesa,
pues con los frutos que he logrado, me siento satisfecho.
En el mes de Octubre del año pasado, decidí ir a visitar a
mi prima Petris en San Rafael Las Flores, Santa Rosa —me dice
“Chiltepe”—. Y da la casualidá de que en esos días estaban
celebrando la fiesta titular del pueblo, en conmemoración a San
Rafael Arcángel. Y como a puro tubo tuve que acompañar a la
Petris en el recorrido de la Procesión, me fijé que el pueblo es
atravesado por el río “San Rafael” y por la quebrada “El Salitrillo”;
porque yo ¡Siempre oxer, mano; siempre oxer; por aquello de las
moscas! ¡Más pior ahora que lo andan satanizando a uno!
Mirá Pepes; me contaron unos amigos de la Petris con quienes
me crucé un par de tres “Boj Weiser”, que la firma extranjera que
266 El Costumbro
una su “cusha ligth” bien fría, y una copa grande con ceviche
de criadillas. Le cobraban veinticinco quetzales por la copota de
ceviche. Pero un domingo, le sirvieron una copita de ceviche y le
cobraron cien quetzales.
— “¡Puta mano, usté me está agarrando de maje! —exclamó
indignado— ¿Por qué otras veces me ha cobrado “choca”
por una copa grande; y ahora me está empacayando con cien
billetes por una copa chiquita?”
— El cantinero sin inmutarse, le respondió: —“¡Púchica mister!
¡Es que no siempre pierde el toro!”—.
También nos contaba “Chiltepe”, que cuando los organizadores
de la feria no podían contratar toreros mexicanos, echaban mano
de algunos corraleros de las fincas lecheras cercanas a Sanarate,
quienes naturalmente, lo único que sabían hacer era ordeñar
vacas, pero de torear ¡Ni a la suegra! Estos entusiastas, pero
improvisados toreros, salían entusiasmados al ruedo a ver que de
bueno salía. Y como es de entender, lo único que podían esperar,
era que cuando la gente se diera cuenta del engaño ¡Les mentara
a su progenitora y demás anexos!
— ¿A su progenitora? ¡Yo de una vez les hubiera mentado la
madre! —dijo uno de los oyentes—.
— Fíjese amigo, que el público de oriente es tan educado ¡Que
jamás cometerían tal sacrilegio!
PATRIA NUESTRA
“Guatemala es la flor de café a la sombra de los cushines y
caspiroles en Malacatán y Mataquescuintla, en Cuilapa y San
Pedro Carchá. Patria es la ruta al Atlántico y el ferrocarril que
baja a los puertos del Pacífico. Es la hermosa fuente colonial
en el parque de Chimaltenango. Es el vuelo grácil, en busca del
infinito, de los multicolores barriletes de Santiago Sacatepéquez
y Sumpango. Guatemala es el aroma del cacao y del cardamomo;
de la canela y de la pimienta gorda; es el día de plaza en San
Francisco el Alto”.
Humberto Samayoa Godoy 23
de Guatemala; se güevió casi todos los archivos de la capital y
ordenó que bajaran el reloj público que estaba en la torre del
Palacio de Gobierno y se lo llevó a El Salvador. La última
chulada de este verraco en Guatemala, fue quitarle la sede de la
Federación y trasladarla a San Salvador en 1,835, para que los
diputados pudieran probar a su sabor y antojo, las tan codiciadas
pupusas salvadoreñas. ¡Las de queso y de chicharrón, pues!
Estas y otras chuladas de Chico Pancho, como segundo
Presidente de la República Federal, han provocado acaloradas
y polémicas discusiones entre los admiradores ¡Puchis, que
criadillas, todavía lo admiran! y los opositores de aquel “OMBRE”;
como diría don Efraín de los Ríos; que independientemente de
sus errores o aciertos, fue sin lugar a dudas; según dicen algunos
eruditos; una de las figuras destacadas de la historia patria,
durante el siglo XIX ¡Bueno; digamos; mejor dejémoslo ahí!
Fijáte pues “Quequexque” —le dijo don Crisóstomo a
su nieto— ¡Claro! Panchito; como cariñosamente le decía su
mamá, cuando no se quería tomar los remedios; fue la figura
más importante en las masacres llevadas a cabo por su ejército; y
hay que reconocer que sus partidarios todavía lo endiosan. ¡Así
como endiosan ahora a ya saben quién! Pero también, están los
opositores, quienes todavía le mientan a su progenitora.
— ¡Puta, abuelo; menos mal que no le mientan a su madre!
— ¡A la tuya, serote!
— ¡Perdón, tata; no me refiero a la suya, sino que a la madre del
catracho!
— ¡Así merito pensé yo, por eso no te maltraté! Y acordáte m’ijo,
que en 1,829, Chico Pancho saqueó la capital de Guatemala y
mandó a la chingada la brillante intelectualidá del país.
— ¡Hí’juela, de la que me salvé!
¡Dejate de pajas, “Quequex”! a los que mandó a la punta fue
a los más shecudos; a los que más les brillaba la maceta. Y cuando
fue Presidente de la Federación, dicen que llevaba la guerra a
donde quiera que iba ¿Y qué? Pero vos sabés, m’ijo, que a
todo sábado, se le llega su coche. Hasta que por andar metido en
24 El Costumbro
babosadas, buscándole tres pies al gato, le quebraron el tira pedos
en Costa Rica, en 1,842.
— ¡Vaya vaya, la papaya, pobrecito buenostuvo; lero lero
candelero, charanga chan!
Y otro pedo importante, al que le tenés que poner camote, m’ijo
—interviene don Melquíades, el bisabuelo de “Quequexque”—
es que la presencia de ese señor Chico Pancho nos hizo ver, por
primera vez, que “las armas y la juerza, no pueden ser un vínculo
de unión, ni de amistá”. Y también nos enseñó que, “un actócrata,
jamás debe dirigir los destinos de un país”.
— ¿Y eso de autócrata, qué es, pues Tata? —pregunta
“Quequexque”—.
— ¡Buena pregunta, m’ijo! Cuando uno pregunta, aprende.
Actócrata; la misma palabra lo dice: Ac, tó, cra, ta: Actócrata
¿Entendiste? Esta palabra se deriva del latín: Actó, que
significa “actó”; y “Crata”, que significaría “crata”. Entonces
se puede decir, sin lugar a dudas, que Actócrata, es la persona
que por sí sola ejerce, o pretende ejercer actocráticamente, la
actoridá suprema de un Estado.
— ¿Así como aquí, Tata?
— ¡Si…món, m’ijo; ya le vas llegando cerca al clavo! ¡Así
merito, pero aguas, aguas! ¡Y echá pan en tu matate; pues
mirá que triste panorama! Si bien es cierto, que Chico Pancho
se llenó de gloria militar por andar echando bala por todos
lados, andando en la borrachera; también es cierto que, como
político, le fue de la patada; pues su visión, no era la de un
estadista como la del “chilacayotón”; y su tinte partidista, creó
odio y división entre la mara. Y supongando, que tuvo buena
intención de hacer algo bueno por Guatemala ¡Fracasó! ¡Tronó
a sapo! El pobre no sabía ¡Puta; qué iba a saber el pobrecito!
No sabía que la fuerza y la guerra, lejos de unir ¡Separa a los
pueblos! Y con su pobre mentalidá guerrera, creo que nunca
hubiera entendido ¡Qué iba a entender el pobrecito! Nunca
hubiera entendido las sabias palabras de la Madre Teresa de
Calcuta, quien dijo que: “Con un puño cerrado ¡No se puede
dar un buen apretón de manos!”.
Humberto Samayoa Godoy 265
— ¿Y cuál es la gigantesca desventaja en la corrida de toros
que usté dice, pues abuelo? —pregunta un patojo pariente de
“Chiltepe”—.
En que “Un chorro de sangre rueda por el torso del toro,
producto de tres banderillas y una lanza de castigo mal ensartadas.
Más de mil cien libras de furia han quedado reducidas a un amasijo
de músculos lacerados y un par de ojos aterrados. El toro se está
desangrando y tropieza sin caer. Pero, el “valiente” matador, no
lo dejará morir así ¡Güevos! Quiere volver a clavarle la espada
tras la nuca y derrotarlo. Prueba una vez más y falla ¡El toro no
cae!”.
“El torero se cantonea por el ruedo haciendo andaditos
cadenciosos y meneando sus nalguitas como lagartija en lámina
caliente. Necio, vuelve a probar y falla nuevamente. Trata de
nuevo y, esta vez, el toro se derrumba sobre su espalda con las
cuatro patas al aire. El mediocre matador sube ambos brazos y
el mentón, esperando el aplauso de miles de espectadores que
pagaron, estúpidamente, su boleto para ver la tortura y asesinato
de seis toros”.
“Naturalmente, no recibe muchos aplausos. Esto lo hace
entender ¡Que se cagó en la olla! Sabe que lo hizo mal. Aún así,
está tranquilo; pues quien murió fue el toro, no él. Lo que habla
de la gigantesca desventaja en la corrida: ¡Un mal matador, vive;
un buen toro, muere!”.
Fíjese patojos que cuando yo iba Sanarate, en el mes de la feria
patronal, todos los domingos había corrida de toros. Recuerdo
que el Alcalde de allá, perteneciente al partido oficial de aquellos
tiempos, era fanático de las corridas de toros y casi nunca faltaba a
ellas. Enfrente de la Plaza de Toros, si mal no recuerdo, estaba el
restaurante “Sevilla” y el dueño compraba el toro ya muerto para
hacer carne a la plancha, churrascos y ceviche de criadillas. El
Alcalde en mención, quien por cierto era técnico en hacer “mano
de mono”; cada vez que salía del ruedo todo emocionado por la
faena realizada por los sicópatas ¡Perdón,…digo por los toreros!,
pasaba al restaurante a echarse un su “cevichón pérez”. Pedía
264 El Costumbro
No, m’ijo; lo que pasa es que, en Jutiapa, aunque ustedes no
lo crean, también hay alemanes ¡Sí, mano! Si no, recuerden que
de allá es el ex futbolista Reginaldo Alemán. Pues este cuate ¡El
de apellido raro, no Reginaldo! Dijo que: “La conmiseración con
los animales, está íntimamente unida con la bondad de carácter
de tal manera; que se puede afirmar de que, quien es cruel con los
animales, no puede ser buena persona ¡Pues solo los sicópatas
gozan con el sufrimiento de otro seres!”.
— ¡Abuelo! —intervino uno de los patojos— ¿Los Sicópatas,
son los toros que tienen cinco patas?
— ¡Mejor no habrás la trompa, patojo! Mejor andá a ver si ya
puso huevos la cocha.
La Carepusita Roja sospecha que aquí se encuentra uno de
“Los Secretos mejor guardados”. Sospecha que aquí hay “Gato
encerrado”; pues dice la controversial dama roja que no se explica
“¿Porqué los hombres que se la llevan de machitos por enfrentarse
a un toro, puedan vestirse con trajecitos rosados, adornados con
lentejuelas de colores brillantes, los cuales, les quedan bien
ajustaditos, haciéndoles resaltar sus nalguitas?” ¡Puta; esos trajes
afeminados son para las niñas lerdas! Además, dice Londongo;
“los muy maricas usan unas zapatillas tan monas, que más parecen
baletistas; pues hacen unos caminaditos, unas contorciones y otras
cositas, que ¡Ja, ja, jay tatita!
Yo por lo menos, en esto, no veo ni Arte, ni Cultura. Veo
como otros, eso sí, “Genocidio, Sadismo y Morbosidá” ¿Cómo
puede esta práctica diabólica, en algunos países “civilizados”,
ser considerada “Patrimonio Cultural de la Nación”? ¡Aló, aló,
España! ¡Puta; de verdá que no se oye ni mierda, Padre!
¿Toreros? ¡Sicópatas son los ingratos! Y otro cuate, que si
mal no recuerdo se llama Tono Galán, escribió atinadamente una
vez: “¡Y,…de repente; el toro miró hacia mí! Con la inocencia de
todos los animales reflejada en sus ojos. Pero también ¡Con una
imploración! ¡Una imploración contra la injusticia inexplicable!
¡La súplica, frente a la innecesaria crueldad!” ¡Hmmm!
¡¿Toreros?!
Humberto Samayoa Godoy 25
— ¿Será que la Madre Teresa ya conocía el símbolo del puño
cerrado del P.P., pues Tata?
— ¡Aguas, aguas, “Quequex! ¡Puta, hombre, no jodás; porfa no
siás imprudente, mano! ¡No ves que las paredes tienen oídos!
— ¡Perdón, abuelo; es que se me chispotió!
— ¡Se me chispotió será mi güevo!
— ¿Y cómo era el nombre completo del tal Chico Pancho, pues
Tata?
— ¡No lo sabo, m’ijo! Solo me contaron unos cuates, en secreto,
que era hondureño, que era General, y de apellido Morazán.
— ¡Ahhhh, ta güeno, abuelo! Pero ¡Yo no entiendo este
rollo! ¿Si este General Chico Pancho, fue tan pura mierda
con Guatemala; entonces, por qué chingados tenemos un
“PARQUE MORAZÁN” y un municipio Morazán?
— ¡Tampoco sabo, m’ijo! ¡¡Huecos que somos, digo yo!!
— ¿Abuelo; y para usté, que es el Ejército?
— ¡Bueno; a mí, no me creás! Pero alguien dijo que es un montón
de gente pobre con uniforme; golpeando y matando gente
pobre con hambre; para beneficiar a un poquito de gente rica
¡Sin uniforme y sin hambre!
“Quequexque”, se quedó ese día sábado a dormir en mi casa.
Al otro día, domingo, después del desayuno y de otro rato ameno
que pasamos, lo fui a dejar a la carretera, cerca de la gasolinera
“Asiole”, para que abordara una camioneta para la costa sur. No
sé qué pulga le picaba por allá. Y no se a donde ¡Pero para allá
iba! Yo me quedé haciendo remembranzas de él, así como de
otros amigos que conocí en la Universidad de la Vida, recorriendo
alegremente los caminos mal asfaltados y con muchos derrumbes
¡De esta querida y transnacionalizada patria mía!
“Quequexque”, y otros grandes y especiales amigos míos,
quienes galoparon fugaces como cometas en mi ya atrofiada
mente, por unos bellos instantes, no sé si aun viven. Pero si
así fuera ¡Creo que jamás volveré a verlos! Presiento que el
inexorable ocaso de mi inocente vida está llegando a su inevitable
fin, pues ya vislumbro en lontananza los últimos y débiles rayos
de sol que alumbran el camino de mi ya exigua existencia. Pero,
lo que me desvela más que un zancudo “chinkungunya”, muchá;
26 El Costumbro
es que, por más que le haga yemas al camote, porque mi escaso
pelo ya pinta algunas canas; con nostalgia me doy cuenta que por
más que en la iglesia toquen alegres las campanas; para algunos
varoniles menesteres ¡Yo ya no tengo ganas! ¡Puta, que bonita me
salió esta babosada!
Después de que “Quequex” abordara el bus que lo llevaría a
su destino, regresé a mi casa en mi carrito Ford Sentra ¡Sentra
el agua, sentra el lodo, sentra el polvo, sentra el frío, sentra todo!
Porque tenía que lavar los trastos, planchar la ropa, bañar al
chucho, ir al mercado, y hacer todas las babosadas que hacemos
los que llegamos a LATERCEREDÁ. Llevaba encendido el
radio, oyendo un programa con mi música favorita ¡La Marimba!
De repente se cortó la música y…
¡Güenos días, queridos paisana y amigo mía! Como siempro,
tu amigo y servidor, el que siempro te acompaña desde “Radio
Nahualá”, dijundiendo desde Nahualá, Nahualá ¡Pa todos los
de Nahualá! Este día tamos trasmitiendo con muche cariño y
respeto, pa toda la comunidá indígena de las Guatemalas di’oy.
El día dia’yer no pudimos tar en sintonías con usté, porque
nos falló las energías eléctricos; pero aquí tamos todos modos,
con todos ustedes. En “Radio Nahualá”, faltan sactamente, cinco
minutos, pa que sean las siete y cinco del mañana ¡Saludamos
efusitoriamente a todos los cumplañeres d’ioy! Como y’es
costumbro, les habla ¡Pedro “Chilaquila”! ¡Y pa los que mestán
sentonizando allá por los Yunai; espic pa yur, pa todos ustedes y
con molto plachere! ¡Piter Macmofin! ¡Puta; que chula’e saludo!
Y como siempro, tamos dijundiendo en el cuadranto
clandestine, mientras que las actoridades nos actorizan el
frecuencia modulado. Pero yunque trasmitiendo bajo dia’gua,
papaíto, vos ya sábanas que siempro sirviende la comunidá!
¡Sáhh, nigua!
— ¡Loooooh! ¿Quién ta parado hablando l’otro lado la liña
telejónica?
— ¡Yo!
Humberto Samayoa Godoy 263
bien puntiaguda”. Por lo que podrán darse cuenta, de que al
inocente e indefenso animal, de todos modos ¡Le quiebran el
asterisco punto com!
— ¡Puta; a dos puyas no hay toro valiente! ¡Hay babosadas que
uno ni se imagina, usté! ¿A lo puro macho?
— ¡Si…món, mano! Y si le vuelan lente a los caballos que
montan los Picadores, van a controlar que estos ¡Los caballos
pues, no los Picadores! son animales que ya no tienen ningún
valor comercial; o sea, que ya nadie los compra ¡Y que los
van a comprar, si ya no aguantan ni con la carta de venta!
— ¡Igualito que nosotros los viejitos de LATERCEREDÁ, verdá
don! —dice un señor como de cien años que estaba oyendo—.
A lo sumo, —sigue el señor— si tienen suerte; y además, si
les dan a tomar en las noches medio vaso de jugo de guapinol,
endulzado con una cucharadita de saliva de loro; tal vez así
aguantan unas sus dos o tres corridas más.
— ¡Los de LATERCEREDÁ, así como usté, ya no aguantan ni
con media corrida, verdá Tata! —interviene el ahijado—.
— ¡Andá preguntarle a mi comadre, pisado; andá preguntarle y
platicamos!
Pues como les decía. “A los caballos de los Picadores ya
no los compra nadie porque, además de sufrir quebraduras de
costillas, a los caballos se les destripan los órganos internos por
tanto guamazo que reciben los pobres”. ¿Y la Liga Protec no sé
qué pisados de Animales? ¡Bien, muchas gracias! ¡Poray, viendo
“Corridas de Toros” bajo dia’gua! Por eso “estos caballos llevan
unas chamarras encima que les llegan hasta la mitad de las patas”
¡Puta; que lindos se ven los caballos con sus zarapes de colores,
dirás vos! ¡Zarapes será! “Esas babosadas son para que el público
no vea las profundas heridas que tiene animal; y las chamarras, no
son para protegerlos, como creen los fanáticos”.
Fíjense —decía el papá de “Chiltepe”— que hay un cuate
de apellido Schopenhauer que no recuerdo bien si era alemán de
Alemania, o alemán de Jutiapa.
— ¿Ya está fumando otra vez esa mierda, Tata?
262 El Costumbro
— Entonces tiene razón aquel señor Derbez Encuando, cuando
dice “que como cualquier animal, al sentirse atacado;
incluyendo a los seres humanos; el toro siempre tratará de
irse a la droga; pero que si en último caso, no le queda dio’tra,
entonces tratará de defenderse”.
— ¡Pues sí! ¡Eso haría yo también! ¡Puro instinto de sobrevivencia;
nada más inteligente! Y hoy; igual que antes; al pueblo ¡Pan
y circo! PAN: para tenerlo agradecido; y CIRCO: para tenerlo
baboseado ¡Pienso yo, pues, en mis adentros! —dice un
señorón ya entrado en años—.
— ¡Ahhh! ¡Pero es alegre la babosada, muchá! —exclama un
cuate—.
— Pero hay otro pedo más yuca; y por eso les voy a contar algo
sobre la grotesca desventaja que existe en una corrida de
toros. Fíjense muchá, que “al pobre toro también le golpean
los riñones y los testículos; esos que la mara le llaman güevos.
Además, le dan a beber agua con purgantes para provocarle
una gran cagazón, para que salga débil y todo arralado al
ruedo” ¡Púchica! Tomen ustedes purgante en plena “Luna
de Miel”, a ver qué tal les va ¡Se cagan muchá, se cagan!
“Al pobre animal le untan grasa en los ojos para joderle la
visibilidad, para que así no pueda ver bien al torero”. Y no
conformes con eso, “le echan unas babosadas que le producen
un ardor de la chingada en las patas, impidiendo que el toro
se esté quieto y dé la apariencia de que va a atacar”. Y lo más
pisado, es que el pobre semoviente, no se puede ni rascar.
— ¡Don; yo no lo entiendo! ¿No dijo que al que le echan
babosadas en las patas es al toro, pues? ¡Y ahora está diciendo
que es al semoviente!
— ¡El semoviente sos vos; mula! Pues sí, muchá. Todas estas
cabronadas, como podrán darse cuenta, las hacen “con tal de
que el valiente torero no vaya a quedar como cara de diputado
frente al público” ¡Y la injusticia, como ya es costumbro,
sigue! Fíjense pues. “Si el pobre toro amaneció en su día
de suerte, puede que lo maten de un solo mameyazo con una
espada larga; y el toro, sin saber de dónde le vino el pijazo,
agoniza expulsando enormes vómitos de sangre”. De lo
contrario, si amanece de malas; o sea que, “si no muere del
primer riendazo; entonces lo rematan con una espada chiquita
Humberto Samayoa Godoy 27
— ¡Yo, será mi güevo! ¡Tenés que decir tu gracia, papaíto! ¿Y
qué vas querer vos te conplasca, mi rey? ¡Pedí gustos papaíto,
que aquishtoy pa servirte mi rey! ¡Ahh chulada!
— ¡Gracias, Tata! Me podés conplacer con aquel melodía de
marimba que se llama: “Llegamos a la final y “Los Rojos”
nos moronguiaron: 5 a 1”.
— ¡Puta! ¿Y de quién es ese melodía, pues vos?
— ¡No sabo!
— ¡No sabo, será; así no se dice, paisana! Se dice ¡No sepo!
¡Ahhh; pero no tengás pene mi fisiquín, que ya colón que
querés usté! ¡Po’rai te va, pues! Con el marimba “La Voz de
los Altos” ¡”Tristeces Quezaltecos”!
Y más dispues deste melodía, vamos complacer otra llamada:
— ¡Loooh! ¿Quién habla lotro lado?
— ¡Yooo; Sotero Quisquinay Sapón!
— ¿Y pa qué soy güeno, don Serote? ¡Perdón, tata; digo, don
Sotero! ¿Con que melodie querés te complazca, mi rey?
— Si me hacés el favor, por vía tuita; con aquella que dice que,
“va corriende un chuchita re bonita, pero bien asustade, porque
la van siguiende un montón de chuches con un cuentote rojo
entre las patas”.
— ¡Ahhh, chinguenguenchón! Vos querés: ¡“Chuchites
Calientes”!
Dispués de conplacer con varies melodías de marimbe, nos
vamos trasladar la ferie dial’molonga, en ler’mana repúblique
dial’molonga, onde se celebra el feria dil’molonga, en Almolonga:
“Lor’taliza dia’mérica”. Onde tenemos nuestro corresponsal:
Abdul Cunquis Cuncuj ¿Cómo estás, Cunquis Cuncuj?
— ¡Por aquí, bien, papaíto; en ler’mana Repúblique dial’molonga!
Trasmitiende el interesanto partida de jutbol, entre los equipos
dia’lmolonga y Zunil. Hoy me to’cuel primer turno la tarde
papaíto; y ya min’cuentro en el mere campo de jutbol con
todas mis tiliches, pa poder trasmetir el emocionanta partido
de jutbol. Y pa más joder, con bocines tipo “Sinsurrún”
encorporadas al micrófano.
28 El Costumbro
Y como es el costumbro; el equipo dial’molonga se presenta
la cancha con su tradecional unijorme: Camiseta naranjada;
pantaloneta azul limón; y medias de color verde a’cua. El equipo
de Zunil se presenta la cancha, con su acostumbrada unijorme:
Camiseta amarilla huevo; pantaloneta marrón fucia; y medias
color rosados’curo ¡Ay jue puta; que colorcitos los equipos!
¡Ven’pezar el partido! El primer patada lo va dar la Reine
dial’molonga, la señorite Maríe Sholón Pojoy ¡Ahhh, chulada! Y
pa variar, le’quipo dial’molonga comues el costumbro, defien’del
porteríe ques’tá con les’palda pa li’glesia Católique. Yel equipo
de Zunil, el porteríe ques´tá con les’palde pal Campo Sante.
En “Radio Nahualá”, faltan diez minutos pa que seyan
esactamente las tres y diez de la tarde. Y llegande de
“Yojasenburgo”, l’única cantina que tiene tele en este localidá,
queda con ustedes ¡Pedro “Chilaquila”!
¡Yyyyya’rránnnnn quel’partidooo! Sa’quel pelota Almolonga
por intermedie de Carrille. Carrille se la pase a Selenic. Selenic la
degüelve a Carrille. Carrille se la pase a Toc, Toc a Chic, Chic a
Toc, Toc a Poroc, Poroc a Chuc, Chuc a Poroc, poroc chuc, poroc
chuc, porocochuc. ¡Puta; ya se metió un radie pirata! Mejor
sentonicen bien el cuadranto de su radie, papaíto, porque nos’tán
piratiande la señal.
El partide sigue continuando. Carrille se la güelve pasar a
Selenic. Selenic a Toc, Toc a Poroc, Poroc a Toc, Toc a Poroc,
Poroc a Toc, Toc a Poroc, Poroc Toc, Poroc Toc ¡Puta; que
triangulación, papaito! El equipo dial’molonga va van’zande
por el punta derecha con Carrille. Carrille se la pasa a Carrille,
Carrille a Carrille, Carrille a Carrille ¡Puta; hay un Carrille en
l’otro equipo, muchá!
Los dial’molonga pierden el balón. Los de Zunil avanzan al
porterie contrarie por intermedie del defenso central; este pa’sel
balón al centre delantero ques’tá delante; este se lo pasa a Shec;
Shec al volanto izquierdo que’s zurdo; este de taquito se la pasa
a Puc; Puc a Shec, Shec a Puc, Puc a Shec, Shec hace un finte, se
Humberto Samayoa Godoy 261
la situación, el amigo nos contó que a su viejo le gustaba ir mucho
a Sanarate a ver las “Corridas de Toros”. Y en una oportunidad
nos contaba que su señor padre, a quien por cierto decía que no
conoció, y que nunca nos dijo su nombre, les dijo a sus amigos:
— Miren cheros; es cierto que me gusta venir a Sanarate a ver
las “Corridas de Toros”; pero voy, porque llegan muchas
muchachas re bonitas y de repente me cae algo. Pero la mera
verdá, es que a mí lo que menos me gusta, son las corridas
de toros. Esos son unos espectáculos muy grotescos para mi
gusto ¿Pueden creer muchá, que en otros países a esa babosada
le dicen “Tauromaquia”, aguantan?
— ¿Pero entonces, si no te gusta la babosada, porqué chingados
venís, pues vos? —le preguntaron—.
— Como les dije anteriormente, muchá ¡Por los culitos; por los
culitos! Pero realmente tiene razón la Asociación Protectora
de Animales en Peligro Inminente de Extinción, APAPIEX,
al decir que “la “Corrida de Toros” es el costumbro criminal
de llevar a los toros al matadero; pues un matadero es el
ruedo mediante la solapada creencia de que se trata de una
exhibición taurina artística, en donde se pone en juego el valor
del hombre, frente a la bestia”. Esa mierda es una ciencia de
dolor y tortura, muchá; y para que echen pan en su matate,
por si no lo saben, sepan que un día antes de que el toro entre
al ruedo, lo meten en un cuarto oscuro.
— ¿Para qué, Tata? —pregunta un patojo que es ahijado del papá
de “Chiltepe”—.
Esto se hace, m’ijo, para que cuando lo saquen a la luz, los
gritos de la gente lo asusten; y así, todo agüevado, el toro trate
de irse a la chingada. Entonces la mara, toda emocionada dice
“¡Uy; que bravo es el toro!”. ¡Pero queeee! ¡Nel, muchá! Pero
la mera verdá, si la quieren saber, es que “el pobre animal, lo
único que quiere es irse a la mierda ¡No está pensando en atacar
a nadie! ¡Qué va! Y otra babosada, es que le cortan la punta de
los cachos para que no vaya a joder al torero. También le cuelgan
unos sacos de arena en el pescuezo durante varias horas, para qué,
bien adolorido, solo pueda ver para abajo y así no pueda distinguir
bien a su cobarde verdugo” ¡Así quién no!
260 El Costumbro
tantas babosadas ¡La embarazó! El se sentía feliz con el hijo
que habían tenido, y no sospechó que la vieja serota le estaba
jugando shuco. Y después de firmar una póliza de seguro a favor
de ella, murió en un aparatoso accidente, en cual le cayó encima
una inmensa máquina de hacer salchichas. Entonces ¡Él quedó
como salchicha, y ella se quedó sin su salchicha! Y como algo
que aquí no se ve; la propia hija de “La Viuda Negra”, horrorizada
por lo que hacía su mamá ¡La denunció a las autoridades! Pero
para variar, ni los del Ministerio Público, ni los de la CICIG le
creyeron. Al poco tiempo, la niña desapareció misteriosamente
sin dejar rastro. ¡Les digo pues!
A partir de ahí, —contaba la abuelita— “La Viuda Negra”
convirtió el asesinato en su forma de vida ¡Se volvió costumbro!
Y era tan cueruda la muy birrionda; que para ver que le caía, ponía
anuncios provocativos en la revista “C-4”, en el “El Gráfico”, en
el “New York Times” y en la “Prensa Libre” de aquella época,
que decían: “Viuda muy rica, aun joven y atractiva, birrionda pero
insatisfecha; dueña de una extensa y productiva granja; busca un
esposo, que no importa que sea viejito ¡Pero que tenga pisto!”.
Fíjense patojos, que según dicen, “todos los chuchones
que cayeron de babosos, fueron asesinados sistemáticamente,
después de haberlos dejado en trozos. Y cuando controló que
los de la “Pene Ce” de aquella época, ya le llevaban la cola
machucada, entonces, para despistarlos, fingió su propia muerte.
La muy corazón con pelos, le prendió fuego a su granja ¡Con sus
propios hijos adentro! junto con una pobre doñita de su misma
complexión, la que nada que ver, a la que después del incendio,
la encontraron decapitada y sin cabeza. Y hasta fecha, dicen que
los de la “Pene Ce” y los de la “Emetra” de allá, le sigue la pista.
Pero como cosa curiosa, patojos, y como es el costumbro ¡No la
han encontrado! ¡Igualito quia’quí!
Recuerdo que un domingo en que íbamos a ir a jugar a Santo
Domingo Xenacoj, Chimaltenango, allá donde los kakchikeles
veneran a “MAXIMÓN”, llegó “Chiltepe” para irse con nosotros;
pero como estaban cayendo unos tremendos tamalazos de agua,
el señor Director no dejó que fuéramos. Entonces, aprovechando
Humberto Samayoa Godoy 29
ladeya tantito diun’lado, y ti’run morongaze de la gran puta bien
juera di’laria grande, y……. ¡Goooool, gooool, gooooool! ¡Gol,
de Shec! ¡Gooooool, de Zunil!
¡Y se mueeeeve el marcadorrrrrrrnn! ¡El pizarre se pone:
Zunil 1, Almolonga 0!
Termi’nel primer tiempo. Y pa todos los paisanos ques’tan
oyendo las pogramaciones pura mierda dio’tras radies ¡Como es
el costumbro en mi pueblo! y que deseyen acompañarnos en esta
trasmesión, pueden sentonizarnos en el 148.5.
— ¿En el 148.5 de la F.M., don “Chilaquila”?
— ¡No mamaita! ¡En el kilómetro 148.5 de la ruta interamericana!
— ¡Puta; menos mal que le pregunté!
Y agora pa ustedes, el estado del tiempo con ¡Mari…cumbia
Pa…radillas! ¡Ahh, chulada! Y le damos paso a los anuncies de
nuestros patrocenadores.
— “Decime, vos Marie ¿Cuánto dura, el acte sexual?
— ¡Dura, lo que dura dura, Pegre!
— ¡Ah, chulada! ¿Y, cuáaaaaaa’les la Pila, Marieeee?
— ¡La pila es onde lava tu madre, Pegre!”.
¡Bueno! Con el debido respeto al señor “Chilaquila”, más o
menos así recuerdo que fue la cosa que oí. Unas palabras de
más, unas palabras de menos; pero una narración ocurrente y
folklórica. El segundo tiempo del partido ya no pude escucharlo,
porque fuerzas oscurantistas interfirieron la transmisión.
Días más tarde, supe que “Pedro Chilaquila” es personalizado
por su creador, el ahora mi especial amigo palineco Julio Roberto
Fong Guerra.
Así mismo me enteré, lamentablemente, que en esos días
había perecido ahogado en Río Dulce, Izabal, quien fuera “REY
FEO VITALICIO” de la Universidad de San Carlos de Guatemala,
desde 1,978.
30 El Costumbro
Era oriundo de la aldea “San Cayetano”, e “Hijo Predilecto”
de Ipala, Chiquimula. Fué “Rey Feo” de la USAC, durante 6 años
consecutivos. ¡ÍCONO de la Huelga de Dolores! y reconocido
como el mejor “Rey Feo” de todos los tiempos de existencia de
la misma. Me refiero, precisamente, a David Pinto Villafuerte
“LENCHO PATAS PLANAS”.
“El registro de la cédula de mi pueblo, cambió, de S-20 a AK-
47” —decía Lencho Patas Planas—. Y yo, estoy muy orgulloso
de mi nariz; pues no es que sea narizón ¡No; que va! lo que pasa
es que tengo la cara muy atrás”.
Mis respetuosas y sinceras condolencias, a su familia, al
pueblo de Ipala, a sus amigos, a sus admiradoras, a sus fans ¡Y a
toda la mara huelguera de la USAC!
Humberto Samayoa Godoy 259
— ¡Aquí les hubieran aplicado la mano dura, abuela!
Cuando la abuelita se daba cuenta de que los patojos ya se
estaban cagando del miedo, les decía: “Bueno mis hijos; como ya
va siendo hora de ir a dormir, les voy a contar el último cuento. Y
empezaba: “Si me prometen que ya no se van a seguir pedorreando
del miedo, les voy a contar la historia de “LA VIUDA NEGRA”.
Nerviosos, los patojos se apretujaban bien unos contra otros
y la abuelita empezaba: “Esta vieja poshoroca ¡La Viuda Negra,
patojos; no yo! llegó a los Yunai procedente de Noruega, a finales
del siglo que se escribe con un palito en medio de dos equis; y se
mandaba un nombrecito tan feyo, como el de la Condesa que les
conté….
— ¿Y se vendría de Noruega en “El Tren de la Muerte”, en el
“Transmetro”, o nadando, abuelita?
...y esta persona, después de llegar a “la tierra de las
posibilidades”, como la llamaban antes, y que hoy le dicen
“el sueño americano”, o en buen chapín, “el américan
eslipin boy”; se apareó con un granjero con el que adoptó
3 niños. Los adoptó, pues hacía creer a la mara que ella no
podía concebir, porque le daba miedo hacer “dia’quello”. El
don, dicen que se fue con pancho en una forma inexplicable
después de haber firmado un seguro de vida, en donde le
dejaba a ella toda la marmaja. Y ya con el pisto en la mano,
la “Viuda Negra” abrió un montón de negocios a los que por
algún motivo, causa, razón, o circunstancia, misteriosamente,
ya sea por la mano peluda, la mano pajera, la mano blanca,
la mano dura, la mano de mono, o alguna otra mano; pero
lo cierto es que, alguna mano tuvo que ser la que encendió
el fosforito ¡Y kaput! ¡Los negocios fueron arrasados por el
fuego! Y como un emocionante final, como el de los juegos
infantiles ¡El Seguro tuvo que pagar el clavo!
— ¿Igual que con los misteriosos incendios de La Terminal de la
zona 4, verdá abuelita?
— ¡Aguas, aguas, patojos; no sean mulas, no levanten bolas!
Después, “La Viuda Negra” se fue de hocico con un ganadero
de esos que son solo ganas son. Y éste, sin tantas pajas y sin
258 El Costumbro
pues se manejaba un nombrecito tan feyo ¡Que parecía de los que
ponen en San Marcos! Recibió, en medio de todo, “una esmerada
educación, en una época en la que leer y escribir, era un privilegio
de muy pocos”.
— ¡Puchica, abuelita; igualito que aquí en Guate, donde estudian
solo los nenecos de la foto!
“Como a los 15 años, cuando la cuca ya le hacía pucheros —
dijo la abuelita— la Condesa se casó con un Conde con quien tuvo
4 hijos. Y cuando tenía 44 años, sorpresivamente se quedó viuda
y dueña de uno de los ducados más importantes de Transilvania
¡De allá por donde sale el Vampiro Drácula! Después de que su
esposo tronó a sapo, aprovechó la oportunidá que le daba la vida
de ser una persona adinerada, y empezó loca y equivocadamente,
a disfrutar de peligrosos placeres que, a la larga, la condujeron a
una carrera de crímenes. Y como era mera fe…derica, y estaba
obsesionada por la belleza y la eterna juventú; dicen “que se tronó
como a no sé cuántas bellas patojas de la clase media y baja, para
tomarse y bañarse en su sangre”.
— ¡No empiece con las pajas, pues abuela!
Pero su mayor clavo, fue que cuando ya no habían más chavas
pobres, porque ya les había dado chicharrón con yuca a todas,
empezó a darles mate a las chavas de fichas ¡Y ahí estuvo el
camote! ¡Ahí cabalmente la enchufaron! Pues la policía, lueguito
le siguió la pista.
— ¡Los de aquí no siguen la pista, sino que el pisto, abuelita!
Y en 1,612, custodiada por la “Pene Ce” de allá; la famosa
y temida “Condesa Sangrienta”, fue metida a puros morongazos
en una celda de su propio castillo y atrancaron bien las puertas
y las ventanas con candados “Yale”, para evitar que se fuera ir la
chingada. Y según la “Prensa Libre” de aquella época, se podía
leer, según las malas lenguas, que los de la “Pene Ce”, dejaron un
hoyito para meterle pan y agua; y en el otro hoyito, no se sabe
que le metieron ¡Pero de que le metieron algo; se lo metieron!
¡Pero bueno! Y a todas sus propiedades les aplicaron ¡La mano
de mono!
Capitulo II
Ixtahuacán
Cuando amanezco de bajón ¡Casi todos los días! ¡Un día sí
y otro… también!, me pongo a pensar en muchas cosas que he
leído, oído, que me han contado, o que, por shute, he escuchado.
Y lo que quiero compartir ahora con ustedes, es algo que encontré
de un autor anónimo. Pero quien lo hizo, muy acertadamente
dice que:
— “Para vivir la dulce y difícil vida, necesitas de tu mejor orgullo
y de tu más profunda humildá. Virtudes de que muy pocas
personas gozan”.
— “Todo tu egoísmo, y toda tu caridá”.
— “Tu suavidá más grande, y tu dureza mayor”.
— “Tu generosidá, lo mismo que tu avaricia”.
— “Solo tu pureza, te puede destruir; y un poco de sensualidá,
ponerte a salvo”.
— “¿Cuántos se perdieron, porque en un momento dado, no
supieron ser duros como el diamante?”.
— “Lo mismo tus virtudes, que tus vicios, son necesarios para
ganar esta difícil batalla de la vida”.
Pienso yo que el que no le ponga coco a esto, no sabrá llegar
a viejo ¡A LATERCEREDÁ! ¡La Edá de ORO! ¡La Tercera Edá!
¡La Edá de los Viejitos! ¡Famosa Edá; enigmática e impredecible!
¡Edá, a la que indudablemente, cuando se es joven, no se quisiera
llegar! ¡Edá que vemos con respeto, admiración y miedo! ¡Pero
miedo de llegar a ella! Pero en cambio, cuando uno es viejo, porque
ya llegó ¡También! Edá cuando a uno ya no se le paralelelpípedo!
¡Horrorosa Edá, cuando el pirigüiche ya no sirve ni pa tirárselo a
los coches! ¡Pe’ruay anda!
32 El Costumbro
— ¿Saben ustedes, muchachitos imberbes, qué es lo que se
encuentra inerte entre las piernas de un jubilado? ¿No; no lo
saben? ¡Pues otro jubilado!
Y fíjense amigos que según anda diciendo la mara loca, parece
que “los mayas de más de 60 años”, o sea, los de LATERCEREDÁ,
“pueden ser una fuente de transmisión de valores y sabiduría”.
Esto creo que lo dicen por la desmedida discriminación de las
personas que pasamos de los 60 años, seamos indígenas o no. La
mara loca dice que “los que ahora son adultos, envejecerán, y que
se sumarán a las miles de personas mayores que necesitarán de
una atención integral que las dignifique como seres humanos”.
Además los de la mara loca, atinadamente agregan que, “esta
nueva etapa de la vida, representa muchos retos para todos
aquellos que se ven marginados por la maldita sociedá”; y lo que
es más triste dicen, “que marginados por sus propias familias ¡Su
propia sangre! al ignorar estas, el enorme legado que con el sudor
de su frente han dejado para el país” ¿No están tan locos los de la
mara loca, verdá muchá?
Según cálculos de uno de esos “censos”, que solo sirven para
hacer mano de mono; aparentemente, en Guatemala, en el año
2,002 habíamos setecientos no sé cuántos mil, con ochocientos
no sé qué pisados y pico de personas viejitas con más de 60 años.
Pero ¡Siempre hay un pero!, según otra de esas entidades que se
forman y que tampoco sirven ni para limpiarse el asterisco.com;
dice que hay unas no sé cuántas mil personas más que viven en
las calles, las que ¡Sin querer queriendo! no fueron tomadas en
cuenta.
Aparte de estos cálculos ¡Que nadie cree!, los señores
calculadores de la entidad dicen que calculan que, “en Guatemala,
viven más o menos unos doscientos cuarenta y pico mil,
trescientos no me acuerdo cuantos indígenas y “medio”, de más
de 60 años de edá”. Pero a esta cantidad hay que restarle los 18
paisanos que se acaba de quebrar el ejército en Totonicapán; los
85 descuartizados que aparecieron en bolsas nailon negro; los 8
policías que se quebraron los narcos en Salcajá; los 299 pilotos de
buses rojos “fallecidos” este mes; y mi “medio cuate” que acaba
Humberto Samayoa Godoy 257
construir en el pueblo. Su mamá, toda arralada cuando se dio
cuenta de la situación, lueguito mandó llamar al señor Cura
de la parroquia de San Rafael, para que le diera unas palabras
de aliento a su nena. La niña se encontraba peligrosamente
para en el borde de la terraza; y el señor Cura, tomando la
Biblia en una mano y el Rosario en la otra, emocionadamente
le dijo:
— ¡Lista Chefis; a la una, a las dos, y a las….!
Y como ustedes saben, muchá —nos dijo— en nuestros
pueblos, los chismes forman parte del folklor chapín; es el
costumbro. Entonces, a la Chefis, lueguito le llegó el norte de lo
que decía “Chiltepe” de ella. Y ésta, en venganza, contó que su
primo “Chiltepe” era tan feo, pero tan feo; que en lugar de tener
paloma ¡Tenía murciélago!
En algunas oportunidades, cuando pasábamos el día de salida
arrestados y sin salir, “Chiltepe” nos contaba muchas cosas de su
niñez. Nos contaba algo, que los que somos de pueblo, lo vivimos
en nuestra niñez. Nos contaba que por las noches, a las abuelitas,
para entretener a los patojos, les da por contarles cuentos. Pero lo
yuca —nos decía— es que eran solo cuentos de miedo ¡Cuentos
macabros!
Decía que los patojos de la casa y los de las vecindades, se
sentaban en el suelo, haciendo un semicírculo. Luego, hacían
silencio y ponían mucha atención. Entonces la abuelita, sentada
sobre un viejo baúl, empezaba:
— “Estarán y estarán, que hace mucho tiempo, allá del otro lado
del mar, cabalmente en Hungría, país que queda cerquita del
territorio soviético, que fue donde los chinos le güeviaron
descaradamente la “Medalla de Oro” a Érick Barrondo en
el Mundial de Atletismo; pues ahí, ahí meritito, vivía “La
CONDESA SANGRIENTA”.
Esta damisela, según contaban las abuelitas, pertenecía a la
nobleza húngara de allá por los años 1,500 y medio. A la gente
nunca se le quedó, ni pudo pronunciar el nombre de la Condesa,
256 El Costumbro
cuando habían jugado “mata tero, tero la”, pues a la mayoría ¡Ni
la cara les había visto! Su papá ¡El que su mamá calculaba que
era, pues! era un salvadoreño de origen italiano que había nacido
en Sonsonate, y que desde que era cipote, se dedicó al comercio
informal. De esa cuenta, pasaba mercadería de contrabando a
Guatemala y recorría casi todo el oriente del país. El pedo, nos
decía, fue que como era mero birriondo, regó semilla por todos
lados; razón por la cual, decía “Chiltepe”, todo el oriente de
Guatemala está cundido de mujeres pupuseras.
— ¿Cómo así, vos? —le pregunté intrigado—.
— ¡Ya vas! ¡Las mujeres que hacen “pupusas” de queso y de
chicharrón, mano!
— ¡Ah, bueno; si es así, si! ¡Eso pensaba yo; ya me parecía raro!
¡Ay no, qué alivio!
Nos contaba que tenía, por parte de su mamá, a su hermano
Eulalio Rosalino, “Lalo”; y a su hermana Yesika Agripina, la
“Yesi”. Y de todos los parientes que tenía del lado de Guatemala;
pues también tenía algunos en la guanancia; con quienes mejor
se llevaba era con sus primas: Leocadia Josefina, la “La Chefis”,
quien vivía en San Rafael Las Flores, Santa Rosa; y con Varenka
Petronila, la “La Petris”, que vivía en Santa María Xalapán,
Jalapa.
Dichas primas eran nietas de don Nicolás Laondino Mora, a
quien ellas cariñosamente le decían; Papa Nico Lao ¡Ay no; que re
feyo; ya más parece de aquella babosada que el doctor le hacen a
las doñas! Pero era un tipo chingón; exagerado; cuentero; educado;
amable; y todas aquellas facetas que hacen de una persona un tipo
simpático.
— Fíjense muchá —nos dijo un día— que mi prima Chefis,
cuando nació era tan fea, pero tan fea, que la Comadrona,
en lugar de tirar a la mierda la placenta ¡La tiró a ella! Y
que cuando tenía 15 años y nadie le hacía gancho, se quiso
suicidar. Y no cabe duda que la desilusión de ver frustrados
sus amorosos sueños quinceañeros, la motivó a querer lanzarse
desde la terraza de un edificio de once pisos que acababan de
Humberto Samayoa Godoy 33
de tronar a sapo. Entonces, los que de milagro quedan, “pueden
ser considerados como una fuente potencial de transmisores de
valores y sabiduría, especialmente, para los niños chiquitos,
porque ellos que son más pequeños que los grandes”.
“Definiremos” ¡A puta! ¿Y quiénes son estas personas,
para definir cosas tan delicadas? “Definiremos” —dicen—
“el envejecimiento de la población, como un aumento de la
proporción de personas mayores en relación con los otros grupos
de edá” ¿Cómo así? Y agregan que “esto es una definición
fundamentalmente estadística” ¡Con estas palabras se zafan
del cualquier clavo, por aquello de las moscas! “El ritmo del
envejecimiento de la población”, siguen diciendo, “depende
del estado de transición demográfica, hacia tasas más bajas
de fecundidá y mortalidá”. “Eso quiere decir”, calculan ellos,
“que a medida que el ritmo de la transición se acelera, aumenta
rápidamente la proporción de mayores”. ¡Chanfle! ¡Descubrieron
el agua azucarada estos cuates! Pero me decía alguien que, “aunque
en Guatemala, el aumento de viejitos de LATERCEREDÁ, es
relativamente bajo debido a la tasa de fecundidá; esto no libera
a los miles de guatemaltecos, de afrontar problemas pura mierda
para sobrevivir” ¡Ah, chulada de definición!
Fíjense muchá, que según la Carepusita Roja, en los yunai y
en algunos países del otro lado del charco, “las personas que se
han rajado el caite para forjar una mejor patria en cada una desde
sus diversas labores, gozan de unas condiciones de vida bastante
diá güevo”. Estos cuates; los de LATERCEREDÁ; “gozan de un
retiro bien chilero ¡Digno!” Esto quiere decir, “una jubilación
que cubre sus necesidades para vivir”; y además, “tienen una
adecuada infraestructura para su descanso integral”; o sea, para
que puedan irse de pelex tranquilamente, a cualquier lado donde
les dé la re chingada gana ¿Y qué?, algunos, como los de la
mara que le ponen coco a las babosadas, dirán “¡Puta; lo que
pasa es que en esos países si funciona bien la babosada y son
otras las condiciones!” ¡Tienen razón, muchá! Pero como dijo “El
Llanero con Solitaria”: “es que esa babosada no justifica que, en
Guatemala, no luchemos por lograr el pleno desarrollo y respeto
de los derechos humanos de las personas de LATERCEREDÁ
34 El Costumbro
¡Y más pior, con la chulada de Procuradorcito de los Izquierdos
Humanos que nos estamos chando ahora!” ¡Tamos jodidos todos
ustedes, muchá!
Algunos candidatos a la “Guayaba”, cuando andan en campaña
se llenan la boca diciendo que “sería justo que la seguridad social y
los servicios que se prestan a los adultos mayores se sensibilizaran
un poco, dándole a los viejitos participación social, y motivarlos
con algunas actividades que no los hagan sentirse como una carga
para sus familiares, ni para el Estado” ¡Pero quéeee, tata; onde
diablos! ¡No se oye Padre!
Me contaba un funcionario ya jubilado que, “hace como 20
años, hubo una asamblea formada por un montón de países”, de
esos que les gusta andar metiendo las narices donde no les cabe;
y que “en medio del despelote que había en la Asamblea”, igual
que los despelotes que se arman a cada rato aquí en el Congreso,
“nadie le puso coco a una organización”, de esas que solo sirven
para que nadie se ponga de acuerdo, “la cual inventó un montón de
principios”, a los cuales, según dicen ellos, “deben de tener acceso
todos los seres humanos; entre ellos; los adultos mayores”. O sea,
las personas de LATERCEREDÁ. Según las mentes brillantes
de la Organización; “entre los principios están” ¡Pónganse pilas
pues, y fíjense bien!
1) Acceso a suficientes alimentos ¿Puta; y con qué pisto los
compramos?
2) Vivienda ¿En asentamientos?
3) Ropa ¿De “Paca”?
4) Servicios sociales y jurídicos ¡No sean payasos!
5) AGUA ¿Contaminada con
cianuro por las mineras?
¿O de cuál, tata?
A todas las personas que trabajan en instituciones, dedicadas
a la atención de las personas mayores; o sea, personas de
LATERCEREDÁ; a estas respetables personas que están
devengando, su salario pagado por nosotros los viejitos, les quiero
decir muy respetuosamente, que tomen en cuenta que hoy, están
Humberto Samayoa Godoy 255
que ¿Cómo es posible que los antigüeños, creadores celosos de
las más impresionantes Procesiones y las más vistosas alfombras
de Semana Santa, se hayan dejado imponer un estilo de vida
inapropiado para tan distinguida Ciudá?
Hoy por hoy, en la otrora tranquila Ciudá Colonial, donde yo
estudié, proliferan centros nocturnos de noche donde hay música
rokera, que no concuerda con lo apacible del entorno; cantinas,
donde hay muchos bolos; antros de vicio, donde hay mucha mota;
prostíbulos, donde hay muchas pu…. ¡Bueno; esos pasan! Por
eso podemos ver especialmente en las noches, a personajes non
gratos que hacen de la Antigua Guatemala, una Tijuana ¡Pero ahí
no termina el pedo, muchá!
Un amigo que es docto en la materia, por ver que pensaba yo
del asunto, me dice de sopetón: “¿No se habrán equivocado, al
haberle conferido tan altas distinciones a la Ciudá Colonial? ¿Qué
pensás vos?”. ¿Y qué iba yo a pensar? ¡No le contesté nada! ¡No
supe que contestar! Entonces me dijo “que no sería malo que las
autoridades correspondientes vayan pensando en prescindir de tan
preciada designación, pues, irrespetando tan alto honor ¡Hacen
ver mal a Guatemala!”.
— ¿Qué opinás de esto, mano? —me preguntó—.
— ¡Mirá; Guatemala ya es mal vista en el todo mundo por un
montón de mierdas. Pero yo opino….!
DALIO PUZZANTINNI COTTO MORA. Así merito
se llamaba “Chiltepe”. Era oriundo del caserío “Zorrillo”,
perteneciente a la aldea “El Espinal” del municipio de San
Manuel Chaparrón del departamento de Jalapa. Y los familiares
y amigos de él, cariñosamente le decían: “Puza”. Yo prefería
decirle “Chiltepe”, porque me daba cosa decirle Puza.
En Antigua, “Chiltepe” nos contó que su mamá era del
caserío “Las Bisnagras”, que pertenece a la aldea “Chagüite”
del Municipio de Moyuta, Jutiapa; y que a su papá nunca no lo
conoció. Que una su tía, le contó que su mamá nunca estuvo
segura de quién de sus amigos le había hecho la “campaña”
254 El Costumbro
Y tuvimos que abandonar el Templo sigilosamente ¡Ay no, que
recuerdos!
Ya afuera, nos acomodamos debajo de un árbol que aun existe
en la plazoleta y ahí almorzamos celebrando mis 15 traviesas e
inocentes primaveras ¡Ay no! Mi Santa madre, llevaba en una
canasta unos panes con frijoles, otros con huevos revueltos,
unos aguacates, unos huevos duros, como ya dije, unos bananos,
unas naranjas, y unas aguas gaseosas. Mi papá me dio un fuerte
abrazo y me dijo emocionadamente: “¡Felicitaciones hijo; ahora
ya eres todo un hombre! ¡Pedorro; pero todo un hombre!”. ¡Puta;
me hormigueó el cuerpo! Después de varios abrazos con mi
mamá y mis hermanos, le dimos gracias a Dios por habernos
permitido disfrutar de ese momento ¡Y le dimos viaje a los panes!
Ése fue mi gran banquete de 15 años ¿Qué más? ¡Único! Esos
panes han significado para mí, más que las mejores viandas del
mundo ¡Gracias, mis queridos viejos; muchas gracias; que Dios
los bendiga siempre; recuerdos a su memoria! Era el año de 1,955
a.C.
Antigua Guatemala ¡Ciudá de Las Perpetuas Rosas! Ciudá
custodiada por tres celosos e impredecibles volcanes ¡Colosos de
alto riesgo! El volcán de Agua, el volcán de Fuego y el volcán
Acatenango. Ciudá Colonial en donde aun se realizan los bailes
folklóricos de “Los Gigantes y Cabezudos” ¡Cabezudos, pero de
la cabeza de arriba, pues! y el baile “Los Fieros”. Ciudá conocida
internacionalmente como “La muy Noble y muy Leal Ciudá de
Santiago de los Caballeros de Guatemala”. Por esto y por muchas
cosas más, fue declarada “MONUMENTO NACIONAL”;
proclamada, “CIUDÁ EMÉRITA”: y la Organización Mundial
UNESCO, la declaró “PATRIMONIO DE LA HUMANIDÁ”
¡Cuidadito!
Por ese montón de menciones honoríficas, las autoridades
correspondientes emitieron un Decreto: La Ley Protectora de la
Ciudá de Antigua Guatemala. Pero ¡Queeeee, onde…pi...! Los
amigos “Panzas Verdes”, con todo respeto, se han paseado en la
olla permitiendo que a la Ciudá Colonial la hayan convertido en
una “sobáme la morra” ¡Perdón! “Sodoma y Gomorra”. Pienso yo
Humberto Samayoa Godoy 35
en el amanecer de la vida; razón por lo que se sienten la mamá
de Tarzán ¡Pero ojo, muchachitos/as; mucho ojo! Algún día, no
muy lejano por cierto; les llegará el inevitable ocaso de su vida.
Entonces van a parir enanos verdes con chaleco anaranjado y
corbata roja, cuando les toque ir al CAMIC a su chequeo médico
y les toque mendingar medicinas chiploqueras, como tristemente
ahora lo hacemos nosotros, y reciban una atención ¡Tan pura
mierda! como la que hoy estamos recibiendo injustamente de
ustedes. Tomen en cuenta lo que dijo el sabio erudito Güestinjaus:
¡A todo coche, se le llega su Sáturdey!
En una oportunidá me encontraba relajando mis nervios en
el centro recreativo para personas de LATERCEREDÁ, cantina
“La Cueva del Coche”. Les voy a explicar porqué el nombrecito
tan especial del lugar. “CANTINA”; único lugar cultural de
recreación activa, al que aun tenemos acceso los muñecos de
LATERCEREDÁ. “CUEVA”; porque ahí nos encuevamos a
compartir nuestras penas y a tratar de olvidar nuestros múltiples
y tristes problemas; especialmente ¡El de la jubilación tan pura
mierda que recibimos! “COCHE”; porque los de la mara loca
parecen coches pa chupar ¡Yo no!
Ahí, me encontré esa vez con una de esas personas taciturnas y
humildes, de esas que cargan en su encorvada espalda, recuerdos
de tristes y pesados años. Una de esas personas que tanto abundan
en Guatemala; especialmente, en el área rural. Fijando la mirada
en un punto indeterminado, me dijo:
Fíjese amigo, que en mi casa ya no hay almanaques de aquellos
que daban antes en todos los comercios. Y en mi memoria, todos
los recuerdos están ya desvanecidos. Los que logro medio recordar
todavía, son aquellos almanaques ilustrados con imágenes de
Santos, de esos que guardaban las viejitas cachurecas en su baúl.
Recuerdo almanaques con bellos paisajes, aunque no fueran solo
de aquí; unos con estampas de animalitos; otros con casas de
Antigua Guatemala, pintadas de diversos colores y adornadas con
enjambres de flores trepadoras. Pero los que más me gustaban
y le soy honesto, eran los que regalaban en la tienda “La Buena
Fe”, que mostraban unos culitos desnudos. Pero desde que tengo
barriga ecológica, esas pulgas ya no brincan en mi petate.
36 El Costumbro
— ¡Ni en el mío, don! ¡Ulu grun!
— Disculpe Licenciado, pero hay que ser franco. Esos
almanaques recreaban mi vista y me ponían todo temblereque
meque. Yo los colgaba en las paredes de mi cuarto, aunque
a mi mujer no le pareciera ¡Pero todo eso se acabó! Todas las
cosas y costumbres antiguas han ido desapareciendo. Yo, sin
que nadie se diera cuenta, también me fui borrando del mapa.
Primero; porque mis hijos me cambiaron de cuarto, pues la
familia creció mucho. Después me pasaron a un cuartucho
más pequeño, donde duermo con mis nietas. Pero fíjese don
que no duermo bien. Primero, porque las niñas chillan mucho
en las noches; y segundo, porque impregnan el cuarto con un
olor a pañales con caca ¡Que, Ja ja jay, Tatita!
— ¡Ya me imagino, amigo; lo entiendo! ¡Yo ya pasé por todo
eso!
— Pues fíjese que hace poco me mandaron al cuarto de
cachivaches que está en el patio de atrás ¡Y casi que simasito
me toca dormir con el chucho encima! Para taparle el ojo al
macho, como se dice, me prometieron que le iban a cambiar el
vidrio roto de la ventana, el cual habían quebrado los patojos
de un pelotazo por andar potranquiando entre los cuartos. Pero
¡Queeee, don! ¿Onde…? Se les debe de haber olvidado, digo
yo; o sería que por joder se hacían los locos. Y lo yuca de la
hilacha, es que en las noches se cuela un airecito bien helado
que me tiene todo hecho mierda con dolores reumáticos.
Le cuento Licenciado, que desde hace algún tiempo, en
vista de que aparte de no hacer ni mierda y no tener otra cosa
que hacer ¡Me mantengo de huevón! pues por mi avanzada edá
ya no consigo chance, me dieron ganas de escribir aunque sean
babosadas, así como las que escribe usté. Pero fíjese que cosa tan
curiosa ¡Nunca encontraba un lápiz! Pedía uno, y por joder, digo
yo; me decían que no había. Cuando por fin, encontraba uno ¡Me
ponía a escribir babosadas! Y fíjese Licenciado, que al otro día
cuando quería seguir escribiendo, ya se me había olvidado donde
chingados había dejado el lápiz ¡Ay no! A mis años, las cosas se
pierden fácilmente, empezando por la memoria.
Una tarde fíjese que me puse algo a raya, pues me di cuenta
de que mi voz había desaparecido, pues cuando les hablaba a mis
Humberto Samayoa Godoy 253
que íbamos a llevar, salimos para allá. No solo no llevábamos
lenes para el almuerzo, sino que por lo lejos, regresamos de noche
y... ¡Arrestados un mes! El único que se escapó del arresto fue
“Chiltepe” ¡Ni modo!
Un día domingo, como nos manteníamos sin un len, no
podíamos ir al cine; entonces dispusimos ir a subir el volcán
de “Agua” ¡Otra clavada! Los días de salida, no nos quedaba
de otra más que ir a babosear a las ruinas. Por ese motivo
conocimos La Recolección, Capuchinas, San Francisco, Santa
Clara, El Calvario, La Mercé, La Catedral, y La Candelaria, entre
las más importantes. Así mismo, el edificio de la antigua Real
Benemérita y Pontificia Universidá de San Carlos de Borromeo,
hoy convertida en Museo; el Palacio de los Capitanes, el antiguo
Cementerio, las Alamedas, y otros importantes sitios históricos.
Además conocimos lugares aledaños a la ciudá, como Jocotenango,
Pastores, Magdalena Milpas Altas, Santa María de Jesús, San Juan
Gascón, San Cristóbal El Alto, San Cristóbal El Bajo, Ciudá Vieja
y San Antonio Aguas Calientes. Estos recorridos los hacíamos
ratos a pié, ratos andando, ratos a pata, ratos caminando y ratos a
pizuña ¡Siempre con unas aguantaderas de hambre que, ulu grun!
¿Y qui’otra?
Estudiando en “La Ciudá de las Perpetuas Rosas” ¡Cumplí mis
15 años! Medio empezaba a pelechar ¡Ya se me medio inquietaba
el esternocleidomastoideo! Recuerdo que un día domingo
llegaron al Instituto, mi señor padre y mi señora madre. Iban
acompañados de mis hermanas y hermanos. Recuerdo que en esa
oportunidá nos encontrábamos arrestados, decían, por no haber
marchado bien en el desfile del 15 de Septiembre ¡Ni desayuno
nos dieron! Mis papás lograron que me dieran permiso para salir
con ellos y, aprovechando la oportunidá, me comí un aguacate y
dos huevos duros de los que llevaban en una canasta. Después de
salir del Instituto, fuimos a oír Misa al Templo de San Felipe, en
donde mi mamá empezó a rezar un “Rosario” por mi intención,
como se dice. Pero no lo pudo terminar, pues a medio rezo iba,
cuando me hicieron efecto los huevos duros y el aguacate. Yo,
para que no se dieran cuenta del clavo, empecé a echarme uno de
aquellos sopladitos que no hacen bulla, pero que ¡Ja, ja, jay, tatita!
252 El Costumbro
según el profe, dice que no es apreciable por los sentidos, sino
que por el entendimiento; dice que esta cuestión no concierne al
orden jurídico, sino que al fuero interno. La Moral es la ciencia,
nos explicaba el profe, que trata del bien y de la bondá; así como
también, de la malicia de las acciones humanas. De manera, que
como podrás darte cuenta, la Moral, podría decirse, es un conjunto
de facultades del espíritu”.
— ¡Ahhh; yo creía que moral es el árbol que da moras!
¡Entonces; con razón, vos! Las personas que no tienen Moral,
Urbanidá y Civismo, son las que se han cagado en el lago
de Amatitlán y en el río “La Pasión”, al haber cometido con
ellos un asesinato y un genocidio ecológico a gran escala.
Asesinato; porque han matado dos reservas de agua potable.
Y Genocidio; porque las personas que beban agua, o ingieran
peces del río “La Pasión” ¡Se van a ir con pancho!
En todo esto iba yo pensando cuando me dirigía a Jalapa.
Pues con eso de que, aparte de no hacer ni mierda, no tengo otra
cosa que hacer; entonces decidí ir al oriente del país a dar un mi
colazón perez.
Sorpresivamente, en el parque me encontré con un viejo
compañero de aventuras. Se trataba nada más y nada menos que
de “Chiltepe”; apodo que le pusieron en Antigua Guatemala a este
amigo, quien trabajaba en el Correo, por ser un personaje bastante
polifacético, pues aparte de ser algo alocado, era más cuentero
que un diputado en campaña; chingaba más que una garrapata en
el fondillo, y además, sabía y estaba enterado de todo.
Lo conocí en 1,955. En ese año yo estudiaba en Antigua,
en el INVAL. Y como dije anteriormente, “Chiltepe” trabajaba
en el Correo. Jugaba muy bien el futbol, motivo por el que,
cuando el equipo del Instituto salía a jugar a algún lugar cercano,
siempre nos acompañaba. Y recuerdo que en esos años dorados,
yo era uno de los Guardametas del equipo. Entre los que jugaban
conmigo estaba “La Lipa” Escobar y a “La Cochita” Godoy.
Recuerdo también que una vez dispusimos ir a conocer “Los
Aposentos”; y después del desayuno sin imaginarnos la clavada
Humberto Samayoa Godoy 37
nietos o a mis hijos, estos no me contestaban ¿Será que no me
oyen? ¿Por qué no me contestan? ¡Puta, pero tampoco me miran!
Entonces, lleno de tristeza, me voy a mi cuarto y, amargamente,
me pongo a llorar a moco tendido. Y lo hago así, de pronto, para
que comprendan de estoy como la gran chucha ¡Para que se den
cuenta de que me han ofendido; para que vengan a buscarme y me
pidan perdón! Pero ¡Queeee, tatita! ¡Ningún pisado viene!
Qué le parece que el otro día, para ver si cambiaban un poquito
de actitú; les dije que cuando me muriera, entonces sí que me iban
a extrañar; que entonces comprenderían y se darían cuenta de lo
que significaba yo para ellos; y que el vacío que yo dejaba ¡No lo
podrían llenar ni con “Bolsas Solidarias”! Entonces mi nieto más
chiquito, el que es más pequeño que el grande, exclamó:
— ¡Puchica! ¿Y aún estás vivo, pues abuelito?
No dirá pues que les cayó tan en gracia la babosada, Licenciado;
que no paraban de cagarse de la risa. Pero de lo que no se dieron
cuenta los ingratos, fue de los tres días que estuve llorando en mi
cuarto ¡Me dolía el alma; me dolía el corazón; puta, me dolía
hasta el tira pedos! ¡Qué dolor, Licenciado, que dolor!
— Lo entiendo, amigo.
— ¡Qué me va a entender; si no es a usté a quien le duele! ¡Pero
hay cosas que duelen, don; hay cosas que duelen! Fíjese que
una mañana, entró al cuarto uno de los muchachos a sacar
unas llantas viejas; y el muy comején ¡Ni los buenos días me
dio! Fue entonces cuando me convencí de que soy invisible
¡Sí Licenciado; soy invisible! ¡Nadie me ve! ¡De repente ya
no me reflejo ni en el espejo! Y fíjese que por joder, me
paro en medio de la sala para ver si estorbo; y mi hija, sin
verme siquiera, sigue barriendo sin tocarme. Y mis nietos y
bisnietos, don; estos diablillos corren y juegan pelota a mi
alrededor, de un lado para otro; como ratones envenenados;
sin tropezarse conmigo ¡Que triste mi caso!
Otro mal recuerdo que tengo, es que una vez que mi yerno se
enfermó, aproveché la oportunidad de servirlo en algo. Le llevé
38 El Costumbro
a la cama una taza de té especial, que yo mismo había preparado.
Se lo puse en la mesita de noche y me senté a esperar a que se lo
tomara. Él, en ese momento, estaba viendo jugar a los “Rojos”
y a los “Cremas” en la televisión, y ni un parpadeo me indicó que
se daba cuenta de mi presencia. Y lo más humillante para mí,
don; fue que el té, poco a poco se fue enfriando ¡Y mi corazón
también!
— ¡Le hubiera tirado el té en toda la cara, mi amigo; le hubiera
restregado la taza en todo lo que se llama hocico! —le dije, ya
como que si la babosada hubiera sido conmigo.
— ¡Simasito lo hago, Licenciado, simasito lo hago! ¡Pero no; no
pude! ¡No es mi rollo! También recuerdo tristemente un día
viernes, en que los patojos, todos alborotados de alegría, me
vinieron a decir que al día siguiente todos nos iríamos de día
de campo ¡Me puse muy contento! Hacía mucho tiempo que
no salía de la casa, y mucho menos al campo. Al día siguiente
fui el primero en levantarme. Quise arreglar mis cosas con
calma, pero temblaba más que una lagartija en lámina caliente
y no podía ¡Ahh, los viejos! Ya nos agarra tembladera al
hacer cualquier cosa. Recordé que así decía mi mujer. Así
que traté de ponerme las pilas para no retrasarlos.
— ¡Su señora tenía razón, don; a lo macho!
— De pronto, Licenciado; me di cuenta de que todos entraban y
salían de la casa corriendo, y echaban las bolsas y los juguetes
al carro; y yo, estaba listo y muy alegre esperándolos en la
puerta. De repente, sin decir agua va, el carro arrancó y se fue
a la chingada entre una gran polvazón. Y yo, con el corazón en
la mano, los ojos nublados por las lágrimas, y parado como un
estúpido en la puerta, comprendí, que yo ¡No estaba invitado!
Aún así, tontamente pensé ¿Será porque no cabía en el auto?
¿O será que no se dieron cuenta de que no me dio tiempo
de subirme al carro? Entonces sentí, clarito, clarito, como se
encogió mi corazón ¡Sentí como me temblaba la barbilla! ¡Me
temblaba, algo así como le tiemblan a uno las nalgas cuando
ya no aguanta las ganas de cagar!
Fíjese que antes, mi rollo era darles besitos a mis nietos y
bisnietos. Era un gusto especial el que me daba al tenerlos en mis
Humberto Samayoa Godoy 251
hace aproximadamente unas tres o cuatro décadas. Yo, en mi
ignorancia, creo se debe a que en la escuela hace ya muchos años
que no dan Urbanidá, Moral y Civismo. Le pregunté a mi amigo
si se recordaba de estas materias y me contestó:
— ¡Claro que sí! URBANIDÁ, recuerdo que decía el profesor,
que según la Carepusita Roja, “es el conjunto de reglas que
tenemos que observar, para comunicar dignidá, decoro y
elegancia a nuestras acciones y palabras, para otorgar a los
demás, el respeto que les debemos”.
Así mismo decía el profe, que según la Siguanaba, “la
Urbanidá también consiste, esencialmente, en conducir de palabra
y de obra, de tal modo, que los demás se queden encantados de
nuestra presencia y encampanados de nuestro trato”.
CIVISMO, nos decía el profe, “es cuando una persona vela
por el buen desenvolvimiento de las instituciones del Estado y
por los intereses de la Patria” ¡No como ahora, verdá vos! “Y esto,
nos recalcó, es una virtú, de la cual, pocos ciudadanos gozamos
ahora” ¡Ah, chulada! “La base del Civismo, es el respeto al otro; a
la sociedá; a los bienes públicos. Y todo esto, claro, con la ayuda
incondicional de la cortesía, la educación y la urbanidá”. Así como
también, dice la Siguanaba, “es la capacidá de aprender a vivir en
una sociedá”. “Pero; recalca; en beneficio del otro, aprendiendo
a seguir normas de conducta, de educación y de cortesía. Esto;
según la sociedá en que nos desenvolvamos, naturalmente”.
Además, dice la Siguanaba, “el Civismo se basa en aquellas
actitudes tolerantes y respetuosas que tenemos hacia los derechos
de todas las personas; y esas babosadas, a pesar de que nos
diferencien en aspectos religiosos, morales, éticos, culturales
y sexuales ¡Puta; esos no! Y el encontrarnos, en Estado social
de derecho, hace que le Civismo, tenga sentido en el marco del
cumplimiento de las leyes” ¿Qué pensás vos de todo eso?
— ¡Sí; tenés razón! ¿Y Moral?
¡Bueno! “La MORAL, es algo relativo a la moral ¡Ni modo,
verdá vos! y también algo relativo a la ciencia del bien. La Moral,
250 El Costumbro
sabía que se podía encontrar. Son pocos los que han encontrado
esa cueva. No se sabe que hay adentro, ni ha donde llega.
Esa vez, había encontrado 12 “muñecos” en el sitio de
“Guillén”. Los acomodó en su mochila y emprendió el regreso
a su casa. Pero en la bajada de “La Barca”, en el lugar conocido
como “Las Lajas”, le hizo alto la Policía. Sus antenitas de vinil le
indicaron que iba a terminar preso, me dijo; entonces se baboseó
a los chontes haciendo como que iba a parar, y luego aceleró la
moto; pero como a las tres cuadras se le resbaló y la fue a parar
al suelo con todo y los muñecos arqueológicos. Como pudo se
levantó y logró esconder la moto en unos matorrales, antes que
pasaran los de la tira “¡Simasito se va con pancho!”, me dijo.
Pero ahora, me dice “Arpa”, en lugar de sacar piezas
arqueológicas del lago, solo se sacan llantas viejas, zapatos rotos,
bacinicas despeltradas, chatarra de carros, cadáveres muertos,
toda clase de plásticos, y ORNIS (objetos raros no identificados)
¡Ahhh, mis tiempos!
F/ Cristy Samayoa Hilton. El mismo lago. A mis traviesos setenticinco
añitos ¿Triste; verdá?
Recuerdo que platicamos con mi amigo “Arpa”, del cambio
drástico que ha sufrido la educación en Guatemala; en todo
sentido y desde cualquier ángulo que se le vea. Esto, desde
Humberto Samayoa Godoy 39
brazos como si fueran míos. Sentía su piel tiernita, como nalga de
indita quinceañera, y su cálida respiración muy cerca de mí. Esa
vida nueva de los niños, se me metía como un soplo en el alma.
Me dejaban todo lleno de bish y de popó cuando los cargaba, pero
eso no me importaba ¡Ni coco le ponía a la babosada! Pero un
día, una de mis nietas quien acababa de tener un bebé, dijo que
no era bueno que los ancianos besaran a los niños, por cuestiones
de higiene, porque se podían llenar de babas y de microbios ¡Los
niños, pues! Y desde ese día, los ingratos ya no dejaron que me
les acercara más a mil nietos, porque no fuera ser el Diablo que les
pasara algo malo por mis imprudencias.
— ¡Ve….qui’jos….de….La Siguanaba!
Ahora tengo miedo, pues no vaya ser el Diablo que de verdá
los contagie. Pero yo, por los principios que me inculcó mi señora
madre ¡Los perdono, los bendigo, y los amo a todos! Porque
¡Puta Licenciado; son mi familia! ¡Son mi sangre los pisados!
Pero después de todo, me pongo a pensar ¿Qué culpa tienen ellos
de que yo me haya vuelto invisible?
Pero lo que tenía que llegar ¡Llegó! Un día, mi hijo
Bienvenido, sorpresivamente, me dijo que me fuera de la casa,
pues en ella ya no había lugar para mí.
— ¡Ala; no me joda, don! ¡Bienvenido; qué nombrecito más
irónico! ¡Mejor se llamara serote!
¡Sí, verdá! Y ya se puede usté imaginar, Licenciado ¡Me
quedé de una pieza! ¡Me quedé pura estuata! ¡No lo podía creer!
¡Mi hijo; mi propio hijo; por quien yo daría la vida; me estaba
echando de la casa! En ese momento hubiera querido fumar mota
para no sentir nada. No sé cuánto tiempo pasé con un dolor que
me oprimía toda el alma. De pronto me di cuenta que mi nieto
de 10 años, Eloito ¡Aguas; se llama Eloy, Licenciado! estaba
recriminando airadamente a mi hijo, y le decía en ese momento:
— ¡Papá! ¿Por qué está echando de la casa a mi abuelito?
— ¡Vos patojo cabrón, no te metás en lo que no te importa!
40 El Costumbro Humberto Samayoa Godoy 249

¡Andá lueguito a mi cuarto, y me traés la chamarra vieja que vendidas a grandes nenecos de la capital y a extranjeros que no
está sobre la cama! son de aquí.

Mi nieto Eloito, con los ojos llenos de lágrimas y asustado
por la forma tan grosera que le habló mi hijo, se dirigió corriendo
al cuarto a traer la chamarra, y la partió en dos partes con una
tijera. A continuación, con el seño bien fruncido por el dolor que
lo embargaba, tomó las partes de la chamarra y nos las entregó.
Una para mí y otra para mi hijo.
— ¡Patojo bruto! —le gritó mi hijo— ¡Tus pencazos te voy a dar!
¿Por qué chingados partiste la chamarra en dos?
— Porque una mitá; es para que cuando haya mucho frío, mi
abuelito tenga con que taparse ahora que ya no estará con
nosotros; y la otra mitá; me va servir para que, cuando yo sea
grande ¡Lo eche a la mierda a usté de la casa!
Me contó, que de la capital, venía una “gran señora” que lo
acompañaba a bucear, a él, y sus compañeros de equipo. Y según
me contaba; esta señora, cada vez que los muchachos salían del
agua con diversas piezas arqueológicas, ya fueran incensarios,
muñecos, ollas, u otras bellezas de cerámica, la señora les daba un
trago de coñac “para agarraran calor”, les decía. Lo encontrado,
naturalmente, era para ella; pero no les pagaba en efectivo ¡Sino
que en especie! “Era lo que más contento tenía a mis cuates”; me
decía mi especial amigo.
— ¿Y a vos, no? —le pregunté—.
— ¡Yo soy casado, mano; yo respeto!

Me impresionaron las palabras de este extraño personaje. Y a

pesar de que ya me encontraba “dos que tres”, me quedé dándole
vueltas al camote y recordé que mi abuelo materno, en casos como
este, decía que la tragedia de la vejez, no consiste, precisamente,
en ser viejo; sino que el camote está ¡En haber sido joven!

Aquí, en nuestra palmafricanizada, desoberanizada, y

despatrionalizada patria, las Leyes, los Decretos, los Acuerdos, la
selección de fut, la Constitución, la Ley Monsanto, los Derechos
Humanos, la CICIG, la Bolsa Solitaria, la chinkungunya, el
chimichurri y cuanta payasada existe, la mara todo se lo pasa por
la cueva de La Llorona. Y, aparte de eso, ignoran, o se hacen los
locos, del artículo 263 del Código Civil que dice que: “Los hijos,
aun cuando sean mayores de edá, y cualquiera que sea su estado
y condición, deben HONRAR Y RESPETAR A SUS PADRES; y F/ Quique Díaz. Lago de Amatitlán, 1,980 a mis cuarenta inocentes años
están obligados, a puro güevo, a prestarles toda clase de asistencia ¿Bello; verdá?
en todas las circunstancias de la vida” ¡Pero queeeeee, tata, no
sio’ye! Me contó “Arpa”, que buceando en el acantilado, debajo de
“La Silla del Niño”, encontró una gran cueva como a tres o cuatro
Pero se dan casos en que, cuando una persona de metros de profundidá. Dice que se metió un cacho, pero que la
LATERCEREDÁ, pide pan, no le dan; pide queso, le dan un oscuridá era muy espesa y no se lograba ver ni mierda. No avanzó
hueso, para vos y tu pescuezo; tiene sueño, le dan leño; pide un mucho y se regresó, pues le dio ñáñaras seguir adelante porque no
248 El Costumbro
el ojete! Pues una doñita cachetona, más cuentera que La
Llorona Loca, diz que se gastó un morongazo de millones de
billetes para echarle una agüita mágica de calzón al agua del
lago, pa que se vuelva agua mineral.
www.veoverde.com Lago de Amatitlán ¿Peces? ¡No; plásticos! Y un gran
ser…. ¡Ay no!
Yo, solo amigos especiales tengo; y uno de ellos, es Julio
“Arpa”; un gran ex futbolista. El me contaba que, cuando era
joven; o sea, cuando a uno, en lugar de regalarle un perrito para
su cumpleaños, le regalaban un dinosaurito. En esa época, era
prohibido sacar piezas arqueológicas del lago. Pero él, y otros
amigos, en sus ratos de ocio, disponían ir a bucear a distintas partes
del lago para ver que encontraban. Lo hicieron, me contaba, en
lugares como “Casa Blanca”, “Guillén”, “El Casino”, “Zacualpa”,
“Contreras”, “Mejicanos”, “Las Lajas”, “La Bomba”, “Los
Cushales”, “La Planta”, “Los 3 Monos Sabios” ¡Ay no, ese no;
ese es motel!, “El Relleno”, “Pampichí”, “Los Tecolines” ¡Ay no,
ese tampoco; ese es cantina! y otro montón de lugares en donde
encontraron gran variedá de piezas arqueológicas en perfecto
estado de conservación; las cuales, como es el costumbro, fueron
Humberto Samayoa Godoy 41
elote, le dan un se..... ¡Ay no, muchá; mejor no hay que llegar a
viejo; yo paso! Pero lo que me da cosa, es pensar que me tengo
que morir ¡Entonces me dan ganas de cagar y ponerme a repartir!
¡Ay no!
Recuerdo a un amigo del altiplano noroccidental del país
quien, si mal no recuerdo, se llama Esfínter Propósito del Pilar
Ajcep Yaxón; Pilucho, le decía cariñosamente su mamá; a quien
por cierto tengo como 68 cajas de “Cusha Light” de no verlo;
quien me decía: ¡Aquí es bien yuca la babosada pa los viejitos, vos
Pepes! Más pior cuando llegan a un estado tal en que lo único que
se les para es el carro, el reló y, un día, por cierto no muy lejano,
se les puede parar el corazón, pero de ahí, nada, nada, nada, nadita
¿Qué si aun se les para el que qué? ¡No te digo que nada, pues!
Fijate —me decía mi amigo Pilucho— que mi compadre Juan
Mateo Nematelminto Ixcalap Ujpan, papá de mi ahijado Simón
Teleférico Ixcalap Ajquivijay; me contó que él trabajó en una de
esas Asociaciones para Viejitos de Laterceredá, (ASOVIELA, por
sus siglas en inglés), quienes ya más parecen de Laquintedá por
el estado de deterioro que poseen. Asociaciones, por lo que vivió
y pudo darse cuenta, son Asociaciones que no sirven pa ni mierda,
pues nuay pisto, nuay voluntá política, nuay presupuesto y nuy
personal ¡Pero lo más pior, es que nuay ni mierda! ¡Pero bueno!
Fijate Pepes; que me contaba mi compadre Nematelminto; o
Nema, como le decía mi comadre Nicolasa antes de acostarse;
que en sus andanzas, recorriendo el país censando a la
población en peligro de extinción, una viejita de San Juan Ixcoy,
Huehuetenango, le contó “que cuando ella era bastante joven,
venía con sus hermanos mayores y su papá, a la capital ¡A pie!
Venían, especialmente, a vender jarcia, plata y cobre. Estas,
venían en rústicas cajas de madera, las cuales eran cargadas por
bestias. El viaje era lento, decía la viejita, debido al lento paso de
las bestias; a la dificultá del camino pedregoso; a las empinadas
cuestas y pendientes peligrosas que ponían en riesgo la vida de
los animales; y a los imprevistos que nunca faltaban. Íbamos a
comprar y a vender —decía la viejita—. Pero cuando se agotaban
las provisiones, en la ida; entonces trabajábamos en labores de
42 El Costumbro
campo en algún lugar donde nos contrataran. Regresábamos con
pisto y con algunas cosas para la casa. Un viaje de más o menos
tres meses ida y vuelta ¡Agotador!”.
Nema contaba; “Fíjense muchá, que hubo un informe donde
constaba que la esperanza de vida del chapín es de 65 años de edá.
Y si hay alguno, que encendido en patrio ardimiento logra rebasar
esa meta ¡Lo hace a puro güevo! sin chance; sin indemnización;
sin IGSS; sin ahorros, pues se los güeviaron los bancos; sin ayuda
del gobierno; sin ayuda familiar ¡Total! con una carestía de todo;
de todo lo necesario para poder sobrevivir en este mundo cruel.
Un instituto de esos que solo pajas evidencian, dice que; “el 97.9%
de las personas de LATERCEREDÄ, viven en pobreza extrema;
y el 2.1% restante ¡También!”. La mayoría de estas personas,
—dice Nema— no tienen ni mierda de ingresos; y la otra parte
¡Tampoco! ¿Dion’de, pues? Gran parte de estas personas piden
limosna; y a las otras ¡Les dan! Ya no hay tierras para sembrar
granos básicos como maíz y frijol, para la alimentación del
pueblo ¡Solo para sembrar caña y palma africana! Las personas
encargadas de dirigir los destinos del país, y que menosprecian
los programas de ayuda a las personas de LATERCEREDÄ, no
se dan cuenta; por andar comprando fincas, comprando aviones
y vendiendo la Soberanía; que convertirse en anciano ¡Es solo
cuestión de tiempo! Y que arrieros somos y más vale pájaro en
mano.
Uno de esos días especiales en que amanezco con diarrea
mental, me fui en una camioneta para el Trébol. Me bajé, y me
subí a otra que iba para occidente y... “¡A donde caiga!” pensé
algo preocupadón pérez. Pues con esa maña babosa que tienen las
camionetas de todo el país de andar cayendo en cualquier barranco,
no me quedó de otra más que de echar un mi pestañazo, para
que, por aquello de la moscas, no sentir el guamazo, y despertar
tranquilo en el Cielo. Y cuando milagrosamente desperté vivo, y
con un frío de la gran chucha, me di cuenta que íbamos llegando
a Ixtahuacán, Sololá.
Santa Catarina Ixtahuacán, es un municipio sololateco que
colinda con Nahualá, con Santa María Utatlán, Santa María
Visitación, Santa Clara La Laguna, San Juan La Laguna, Santo
Humberto Samayoa Godoy 247
La mayoría de la gente pensante, le echa el muerto de la
chingadera, a la contaminación que generan las 960 industrias
que tiran sus aguas negras al río Villalobos, con un 22 por ciento
de contaminación; así como también, a las aguas negras de las
residencias de casi todo el departamento de Guatemala, con un
78 por ciento de contaminación, según dice La Siguanaba. Así
mismo —dice— este río alimenta al lago con más de 100 mil
metros cúbicos de agua contaminada con arsénico, cianuro,
plomo, arena, basura, biagra ¡Ay no, de eso no! y heces fecales
con caca; más pior que los cuates, cuando están de goma ¡Se
echan cada cagadita que, ja ja jay, tatita!
El más triste de los clavos, dice La Siguanaba, “es que
la contaminación del lago, a partir del terremoto de 1,976, se
desencadenó más rápido, a causa de la migración a la capital que
generaron los asentamientos humanos de gente” ¡Claro! exclama
El Cadejo ¡A más gente, más cagadas; a más cagadas, más caca; a
más caca, más contaminación; a más contaminación, más muerte!
Pero pregunta El Sombrerón ¿Qué se puede esperar de un
pueblo miserable; con hambre, sin educación, sin salú, sin trabajo,
explotado e ignorante? ¡Un pueblo sin conciencia ecológica, sin
educación ambiental, sin raciocinio; puta; sin ni mierda; y sin
esperanzas de nada! ¿Qué se puede esperar?
En su inconsciencia, los capitalinos y los habitantes de los
pueblos aledaños al lago de Amatitlán, lo han convertido; sin darse
cuenta de que es el único reservorio de agua potable que les queda
para sus hijos y nietos ¡En un pestilente y asqueroso pantano!
¿Qué clase de agua van a tomar sus descendientes? ¿Agua con
caca; o con qué? ¡Y lo más pior del camote es que, como ya se
cagaron en la olla; ya nuay retroceso!
“El lago siempre se ha resistido a morir” —dijo un sabio
burócrata— “y por eso, cada vez que siente que se está ahogando;
porque le hace falta oxígeno; se da vuelta….
— ¡Otra que se dio vuelta fue mi abuelita, vos!
...y es cuando los lancheros dicen que hay Bumbancia”. Pero
dice la Carepusita Roja que nuay pena ¡Que no se nos frunza
246 El Costumbro
“Y Zacualpa” ¡Zacualpa le dijo a Botas! En este sitio se
encuentra ahora el lugar de Retiros “Monte Sión”, perteneciente
a la iglesia Presbiteriana. Ahí, según cuenta El Cadejo, se observa
una figura antropomorfa, que sepa la chingada que quiere decir,
pero es antropomorfa; y es conocida como “El Hombre de Monte
Sión”. Así mismo, entre al intrincado relajo de montículos,
piedras y monte, se logra encontrar vestigios arqueológicos de
lo que fue “El Cementerio Maya”. También se logra encontrar,
aunque tocha’mierda, la llamada “Piedra del Sacrificio”, en donde
según la leyenda, se realizó el sacrificio de una Princesa. Y según
el historiador amatitlaneco, Rolando “Tacos” González; dice que
en el cerro “El Filón”, subiendo por el extravío, también hay
una “Piedra del Sacrificio”, en donde las chavas, sean, o no sean
Princesas ¡También los de la mara las sacrifican!
“El lago de Amatitlán se resiste a morir” —dijeron las
autoridades en el año 2,005— “y principia a dar muestras de
que, nuevamente, en sus aguas, se podrá pescar y navegar”; así
como también, dicen, “en sus aguas nos podremos dar un buen
chapuzón, sin el temor de salir con la piel llena de plomo, arsénico
y cianuro” ¡Pero quéeeeeeee, tata; sigue la misma mierda!
Aunque hoy, “el Lago de Amatitlán, parece estar en
agonía debido a sus altos niveles de contaminación” —dicen
historiadores—. “Este, fue centro de la historia y motivo de
inspiración para algunos poetas como el chileno Pablo Verguda...”
— ¡Neruda, mula; Pablo Neruda!
— ¡Ahh; bien decía yo que no era posible tanta dicha! Pues
Neruda; quien en su poema “Oda a Guatemala” dice: “Aguas;
aguas del Cielo lo llenaron. Aguas; aguas de estrellas se
juntaron en la profundidá aterradora de su esmeralda oscura”.
Sin embargo hoy ¡Nada que ver! Pues según estudios de la
historiadora Cartepusita Roja, allá por allacito unos 100 años,
la profundidá del lago promediaba unos 33 metros de hondo;
mientras que hoy, apenas llega a 18 metros. Pero lo más pior de
la babosada, dice la Carepusita Roja, es que si no se le pone coco
a la chingadera , poray, raspandito el año 2,016, el lago podría ser
un pantano con solo 7.5 metros de profundidá.
Humberto Samayoa Godoy 43
Tomás La Unión, San Pedro Jocopilas, Samayac, San Francisco
Zapotitlán, con Santo Tomás La Unión, Cantel y Zunil ¡Puta;
simasito y otro poquito más y colinda con Afganistán!
Ixtaguéycan Catouchis, le dicen los de mara que han ido a
dar un su colazón pérez por los yunai. Esta población kakchiquel
se encuentra en la Sierra de “Parrasquim”. La cabecera del pueblo
se puede decir que es bastante formal, pues tiene sus calles y
avenidas bien empedradas con piedra ¡No como las de mi pueblo!
Lo único feo es que los postes de luz eléctrica hieden a bish y a
popó; pues los cuates cuando andan engazados no respetan. La
mayor parte de las personas, son agricultores y se dedican a la
siembra, especialmente, de trigo. Los ladinos y los indígenas,
según el Cura de la Parroquia, viven en paz; o sea, que se pueden
yuxtaponer los unos a los otros ¡Ay no!
Santa Catarina tiene tierras muy ricas para el cultivo; y el
significado de su nombre es, según la Carepusita Roja: “Lugar
de visita”, o “Llanura cultivada”. Siendo las piedras de moler, o
“metates” ¡Los matates son otros!, una de las artesanías locales
más apreciadas por los visitantes ¡Los metates, pues; no los
matates!
Me encontraba almorzando en el mercado municipal de Santa
Catarina, cuando sorpresivamente, me encontré con un viejo
amigo: don Eleuterio Carmelino Ajpacajá Cuyuch; conocido
cariñosamente durante las procesiones de Semana Santa, como
don Yeyo.
Me contaba don Yeyo, que él nació en el caserío “Pasaquijuyub”,
perteneciente a la aldea “Tzanjuyub”, del municipio de Santa
Catarina Ixtahuacán, Sololá. Me contó que por razones de
sobrevivencia, vivió desde joven en la aldea “Tzqanjuyub”, la
cual está ubicada en la Sierra de “Chuatroj”, al sur de la montaña
“Siete Cruces” ¡Un lugar paradisíaco!
Después de las palabras de ley por tanto tiempo de no vernos:
— “¿Qué tal amigo, cómo está usté?”.
44 El Costumbro
— “¡Yo, por la santísima voluntá del Cartel de los Sapos, de la
Bolsa Solidaria, de La Línea y de San Simón, bien, gracias!”.
— “¡Me alegro de verlo nuevamente, después de tanto tiempo!”.
— “¡Más me alegro yo! ¿Cómo está su señora?”.
— “¡La mía está dia’güevo! ¿Y la suya?”.
— “¡Pues ella, por ahí, pasándola!”.
— “¡Puta; no será que a la que se están pasando es a ella!”.
¡Y ese otro montón de pajas que se dicen por pura formalidá!
Después vinieron los abrazos, los apretones de manos y otras
demostraciones de afecto, que también son pura formalidá ¡Son
puras pajas!
— ¡Púchicas, don Yeyo! Ahora lo veo algo cambiado. Pues su
físico actual, con el don Yeyo que yo conocí ¡Ya nada que
ver! ¿Qué le pasó?
— ¡Ahhh! ¡Cosas de la naturaleza, don! Usté sabe que uno
cambeya con el tiempo y un ganchito ¡Así merito como los
celajes tacanecos cambeyan de color! ¡Así como cambió de
color el agua del lago de Amatitlán! Uno tantito que no se da
cuenta, pero la gente bien que lo ojeya a uno.
— Usté siempre ha sido bajito y algo fornido; por lo menos en
eso no ha cambiado mucho.
— Pues veya licenciado ¡Pa qué le gua decir! En eso del fisiquín,
salí igualito a mi Tata.
— ¿Y lo achinadito y narizón, don Yeyo?
— Eso se lo debo a los rasgos de mi Nana, usté. Más pior
que como dicen que nuestros Tatas de antes traían sangre
monolítica en sus venas, pues saber, usté.
— ¡Sangre mongólica, don Yeyo; sangre mongólica! ¿Y lo
morenito y el pelo algo murusho, lo cual no es común en las
personas indígenas, a qué cree usted que se debe?
— Mire; si la sangre que yo llevo en las venas, no es monolítica,
sino que mongólica como usté dice, eso no significa que no
seya sangre; porque dígame usté, licenciado ¿De qué color
es la sangre de Dios? ¿Roja? ¡Hmmm! No se sabe, licenciado
¿Azul? Tampoco se sabe ¡Ni que juera Pitufo! ¿Amarilla? ¡Solo
que juera chino! ¿Verde? ¡Ni que juera de la UNE! ¿Naranja?
¡Ay no; Dios me guarde! ¿O no tendría sangre? ¡Ni que juera
Humberto Samayoa Godoy 245
— ¡Si….món cirineo!
— ¡Ah; bien decía yo!
Amatitlán ¡Tantas cosas que contar! A veces se entera uno de
cosas que ¡Nada que ver con uno; pero se entera! Por ejemplo;
algo que no me contaron en la escuela, porque de seguro
los maestros lo ignoran, es que Amatitlán estuvo asentado,
primero, en “Pampichí”; después en “Zacualpa”; y luego en
donde se encuentra actualmente y, en el área que va del primer
asentamiento al tercero, se encuentran tres sitios arqueológicos
importantes: “Zacualpa”, “Contreras” y “Mejicanos”; los cuales,
“relativamente”, como diría “El Indio” Chaveco, se encuentran
cerca el uno del otro.
“Mejicanos”. Este sitio se encuentra a 4 kilómetros de
la población de Amatitlán, sobre la carretera que conduce al
“Relleno”. Parte de las estructuras que han logrado sobrevivir
al cambio climático, al calentamiento global y a la invasión
sistemática de las transnacionales, pueden verse, si el monte y
la milpa lo permiten, en las faldas del cerro que está al otro lado
de la carretera. Estas interesantes e históricas construcciones
han sido destruidas por las siembras diversas del lugar, por el
saqueo, y por la extracción de material de relleno para la “diz”
construcción de carreteras que, aunque no se ven por ningún lado
¡Son carreteras! En el sitio se han encontrado valiosos incensarios
tipo “Reloj de Arena”; piezas con diseños teotihuacanos; y muchas
vasijas cerámicas del Clásico Temprano. Pero, el Clásico “Rojos-
Cremas”, no se juega tan temprano.
“Contreras”. También en la orilla que le hace la circuncisión
al lago, cerca del I.R.T.R.A. Aquí encontramos los sitios, aunque
ya tochos’mierda, de “Kroner” y “Jicaques”. Se han encontrado,
milagrosamente, algunas piezas de cerámica que parecen
pertenecer al período Clásico Tardío. Y, en 1,970, encontraron
una pintura rupestre, dicen que en una saliente rocosa cerca de la
aldea “Llano de Ánimas”. Dicha pintura, según dicen los expertos
en la babosada, posee características olmecas, y la denominan “El
Diablo Rojo”.
244 El Costumbro
— ¡Pues,... dos que tres; por lo menos pa las agüitas! Pero eso es,
hasta cierto punto, relativo; pues todo depende del bolcillo de
la clientela.
— Me imagino que han de llegar solo fichudos de la zona 10, de
esos los llamados de “cuello blanco”, o “vacas sagradas”.
— ¡Pues fijáte que no! La clientela, por lo regular, está
compuesta de gente sencilla. Gente pobre y trabajadora.
Obreros, maestros, militares y sindicalistas jubilados. Pero
los que con más ganan más llegan, son los estudiantes.
— ¿Y cuánto se paga por el “contenedor”? —le pregunto—.
— ¿El contenedor? ¡Puta; esa pose no la conozco yo!
— ¡Pose! ¿Cuál pose?
— ¡La pose del “contenedor” que decís vos, pues! Ellas hacen
la pose del “chompipito en bicicleta”, “sillón de barbero”,
“tumbito de mar”, “toque de corneta”, “soldado miedoso”,
“pollito asado”, “salto del oso”, “canillita de afilador”, “palo
encebado”, “mano dura” ¡Ay no, esa no!, y otro montón de
poses que pide la clientela.
— ¡Puta; dejá que me despabile un poco, porque no agarro onda!
¿De qué Línea me estás hablando?
— ¡Pues de la Línea del ferrocarril, mano! ¿O de cuál otra?
El famoso tramo de la 15 avenida entre 5ª y 10ª calles de
la zona 1, donde olía a nance shuco; allá por la Aduana
Central en el barrio “Gerona”, atrás de la iglesia de Santo
Domingo. Cabalmente ahí, tenía su cuartito la Ángela para
hacer dia’quello. La chava era buena onda, pues nos cobraba
cincuenta len a los del Aqueche, a los de la Normal, a los de
Comercio y a los del Central, por hacer lo que nadie puede
hacer por uno. Salía uno todo engarrotado por el esfuerzo
¡Pero salía! Pero no fuera ser el diablo que uno se tardara un
cachito más de la cuenta, porque te sentenciaba:
— “¡Si no te apurás, serote, me zafo! ¿No ves que tengo que
atender una cola como de una cuadra? ¡Metéle papaito, metéle;
chanín, chanín plis!” —¡Comprensible; muy hacendosa la
nena!—
— ¡Ah; yo creí que me hablabas de La Línea de la SAT!
— ¡Mula!
— ¿O sea que las mujeres de tu familia, aunque con el culo todo
adolorido, si se ganan el sustento diario honradamente?
Humberto Samayoa Godoy 45
guapinol! Y veya pues licenciado, lo que son las cosas. Según
análisis de los científicos cósmicos de Inteligencia Militar,
indican que Dios no tenía fluido sanguíneo en las venas; el
purrún es que, lo que corría por ellas ¡Por las venas, pues!
era puro aceite Castrol Aerodinámico GTX SAE 20W-50
Motor Oil Supreme XXY; pues era una máquina robot que
vino del planeta Venus de la estratósgera, en una nave espacial
impulsada por juerza automotriz....
— ¡Puta; mejor dejémosla ahí, don Yeyo; y sígame contando!
— ...Pues veya licenciado; según dice una mi madrina mía que
tengo yo solito, porque ella no es madrina de mis hermanos,
pues ellos tienen otra madrina, que no es madrina mía; y que
se llama tía Segismunda, pero que todo el mundo le dice tía
Munda, menos el marido, pues él le dice Segis; de esas tías
shutes que todo lo saben, usté; de esas que andan pelando
gente en las iglesias, en los mercados y en los salones de
belleza; salones onde entran viejas feyas y salen más feyas.
Pues asegún ella, dice ¡Mi tía Segismunda, pues; la que es mi
madrina mía; no la iglesia! Que en eso dice que me parezco
a un amigo de mi Tata ques de Líviston. ¡Cosas de la vida
quiu’no no entiende licenciado, vaá!
— ¡Pero qué bueno encontrarlo, don Yeyo! —le digo, haciéndome
el loco— ¿Y dígame; qué historia me puede contar de esta
zona? Me gustaría saber algo de Santa Catarina Ixtahuacán.
— ¡Ta güeno! Primero le voy decir que el primer asentamiento
onde se asentó de primerito Santa Catarina, fue en un lugar
llamado “CHRIJK’AQ”, cerca de Salcajá, en Quezaltenango,
allá onde le dicen “Chivos” a la mara. Pero afigúrese que un
estranjero de esos que no son de aquí, que vivía en Cantel; y
que asegún dicen que se llamaba Ignacio Urbina; ese señor
los mandó a la chingada, y tuvieron que buscar otro lugar. Y
así llegaron a un lugar que le dicen ahora “Chi’pila”. Pero ahí
no les gustó el lugar; pues afigúrese don que dicen que había
mucho frío y que no se podía sembrar ni mierda ¡Ni el pajarito!
Antonce se jueron otra vez a la chingada y llegaron a un lugar
llamado “CHWAPALA”, y poray estuvieron algún tiempo.
Y ya más de ultimito, llegaron a un lugar onde sembraron
caña, y esta retoñó con un montón de retoños. Antonces se
quedaron, y fundaron Santa Catarina.
46 El Costumbro
Afigúrese don que en 1,998, la mera fecha no me la recuerdo,
pero el año sí que merito jue el 98 ¡Antonce, que derrepentito,
que viene a chingar el huracán Mish! ¡Puchica, usté; viera visto
esa mierda! El suelo se agrietó todito todito, con grietas bien
profundas pa bajo del suelo; las casas se vinieron pa bajo pal
suelo, así diá vergazo ¡Y va llover agua, y va llover agua, y va
llover agua; viera visto! ¡Y aquellos aguajales, mi rey, que ja,
ja, jay, papaito! ¡Tres días de puros morongazos dia’gua, usté!
¡Si dialtiro no quedó ni mierda, pal que barre! Esto que le estoy
contando, jue allá bajo onde vivíanos antes.
Ahora fíjese bien, pues don. Aquí estamos en el segundo
asentamiento de Santa Catarina Ixtahuacán, que jue después del
primero. Aquí es “”Chi’pila” o “Chwipatán”, que es por onde
pasan los carros que van pa Xela y también pasan cuando regresan
que van pa Guatemala. Tamién es conocido como “La Cumbre
de Alaska”, onde hace un frío de la gran puta, usté ¡No se puede
ni miar con el chiltepe de juera! ¡Ya casi que no se encuentra
uno la babosada, usté; pues está toda enjutadita como aquel que
jue Presidente de jacto! ¡Ya casi que simasito se meyan puras
granizadas! ¡El canario lo mantiene uno como que es “kukito”;
pero no por lo sabroso; sino que; helado, helado, el pobrecito!
Aquí estamos ende principios del año 2,000 ¡Año Baktún 10!
— Baktún 13, don Yeyo.
— ¡Es que los de La Línea ya se güeviaron 3, lienciado! ¿Para
qué; no se? ¡Pero se los güeviaron! Yo no sé, Licenciado, si a
usté le enseñaron en la escuela, que antes de la llegada de los
españoles que venían de España; el pueblo, según el Título de
los Señores de Totonicapán; se llamaba: Sija Raxk’ Im.
— ¡Queeeee, don Yeyo! ¡En la escuela, la seño solo pajas le
enseña a uno! Y si uno tiene suerte, lo más que le puede
enseñar son las piernas hasta la altura de la rodilla ¡Y quieto
muñeco!
— Pues cuenta mi agüelo que cuando la gente de Sija Raxk’ Im,
supo de la venida de los españoles, que venían de España;
los quiches, más rápido que cuando uno se quita una brasa
caliente del mero tira pedos; se subieron tantito al cerro
“Tzijb’ Alchaj” y con unos anteojos de larga vista, volaron
Humberto Samayoa Godoy 243
— ¡N’sá!”
También nos contó que un día, su mujer le dijo toda mimosa:
— ¡“Pepita”; dulce amor mío! ¿Qué hiciste el libro de la
“Carepusita Roja”, que se llama “Concejos para vivir 100
años”?
— ¡Lo tiré a la basura, mi vida; no fuera ser el diablo, la flor de
ayote, la cruz de zapo y la mala suerte, que lo leyera tu mamá!
¡Ay no; cruz, calavera y camposanto!”.
Entre el grupo de amigos que disfrutábamos de las ocurrencias
del amigo “Pepita”, se encontraban los hermanos Aníbal y Bonny
Diéguez, “Trinidá y Tobago”; y uno de ellos le dijo:
— Mirá “Pepita”; lo que te voy a decir con toda sinceridá, es una
frase célebre de la Madre Teresa de Calcuta, la que te queda
como anillo al dedo: “¡Que Dios te recompense en amor, todo
el amor que has dado y toda la alegría que has sembrado, en
todas partes del mundo!”.
— Pero no todo es amor y alegría en esta vida —dijo
“Pijechucho”, otro payaso que andaba con “Pepita”—.
También hay preocupaciones, enojos, y muchas otras cosas
que le quitan el sueño a uno. Les voy a contar algo que me
tiene con los alambres cruzados hace rato. Resulta que mi
mamá; mi tía Concepción y mi tía Petronila; mis hermanas
mayores, la Güicha y la Escolástica; y mis primas la Felipa,
la Pelancha y la Juana, trabajan desde hace algún tiempo en
La Línea.
— ¡Púchica, vos; ya deben de tener sus buenos lenes! Pero... ¿Y
no las han jodido, mano?
— Pues... a veces han querido trabar a más de alguna de ellas;
pero, la experiencia vale, mano; la experiencia vale. No por
gusto se han arriesgado toda la vida haciendo ese chance; de
modo que ya saben cómo quitarse los mameyazos. Hay que
reconocer que el chance es rentable; aunque también es un
poco arriesgadón pérez. Pero han logrado, de alguna manera,
hacerse los quites poco a poco.
— ¡Ja, que leche mano! ¿Pero han de ganar harta lana, verdá
vos?
242 El Costumbro
cuate ha ido innovando su vestuario, al extremo que ahora tiene
un caballo de madera que le sirve para representar un personaje,
naturalmente, montado a caballo. Y nos contó en secreto, así
entre “nos”, que ya le alquiló el caballo a mi primo, al que le
dicen “Piloyón”, para ver si este caballo, como es el costumbro;
no lo bota, como el otro, en el desfile hípico de la siguiente feria
“¡Es que los caballos son tan mulas!”, dice Lito “Panzón”. Un
payaso muy noble este “Pepita”; siempre colaborando gratis con
instituciones de beneficencia, especialmente, donde hay personas
que ni sus propios parientes los visitan. Por tal motivo “Pepita”
se ha dado a la noble tarea de visitar Hospitales, Cárceles, Asilos
de Anciano, Hospicios de Niños, Moteles para... ¡Ay no, estos
casi no! y Pabellones de Tuberculosis. A este último hospicio
no llegan a ver a los enfermos, ni los parientes, ni los que dicen
ser amigos, ni “El Hombre Araña”, ni la “R”, ni “La Carepusita
Roja”, ni los de “La Línea”, ni “El Chapulín Colorado”. Esto,
por temor al contagio. Ah, pero… ¡Ahí está “Pepita”! Siempre
contento y amable, haciendo gala de varias de sus habilidades
¡Un buen payaso! Pero también ¡Un gran amigo!
“Les quiero contar algo que me pasó —nos dijo “Pepita”—.
Una noche llegué algo sholón a mi casa. Abrí la puerta con
mucho cuidado para no hacer mucha bulla ¡Según yo! Y cuando
traspasé el umbral del cuarto nupcial; pues es cuarto, porque yo
no tengo alcoba; entonces... ¡Ras, que se enciende la luz! Y veo
a mi “media naranja entera”; pues está tan gorda que ya no es
“media naranja”; parada a la orilla de la cama y con una mirada
que ¡Ulu grun! Y me recrimina fuertemente:
— ¡”Pepita”! Desabrocha inmediatamente mi blusa y la dejas
sobre mi cama.
— ¡Si mi amor!
— ¡Ahora el brassier, y ponlo en la silla!
— ¡Claro mi vida, ya está!
— ¡Deja mi falda en el ropero!
— ¡Bueno mi cielo!
— ¡Ahora pon mi calzón y mi panty, en el cesto de la ropa sucia!
— ¡Ya está mi reina!
— ¡Y que sea esta la última vez que salís vestido de mujer a la
calle! ¡Maricón!
Humberto Samayoa Godoy 47
lente pa ver por onde venían envadiendo los invasores. Y
cuando tantito tantearon que la cosa se ponía más peluda
que una araña sabanera, lueguito se llevaron al Señor de los
Quichés a “Jumarkaj”, el reino de Utatlán, onde lueguito se
pusieron a la orden del Gran Señor, y se dirigieron al lugar de
“Xe’ kik’ el”; conocido hoy por la mara, como “Xequijel”. Y
ahí merito jue onde le pusieron yemas al camote, y se dieron
pija contra los invasores.
— ¿A lo macho, don Yeyo? ¿Eso no me lo enseñaron en la
escuela?
— ¡En la escuela no enseñan ni mierda, don; solo a perder el
tiempo va uno! ¡Y si no; míreme a mí! Mi pobre Tata me
tuvo en l’escuela hasta sexto año ¿Y pa qué sirvo yo? ¡Pues
pa ni mierda! ¡Pa volar azadón no ses’tudia, licenciado; ni pa
volar güevo! Pues me decía mi agüelo, que hace como 50
años; porai más o menitos; que en su tierra de él había leones,
de esos que hay en el zoológio “La Agrora”. Tamién dice
que había lobos, venados, cochemontes, jabalí, tepezcuintes,
mapaches, ardillas y monos. Y además, una gran variedá de
aves tóxicas nunca vistas.
— ¡Aves exóticas, don Yeyo, exóticas!
— ¡Ahh, bien decía yo! ¡Eso quién no lo sabe! Me contaba mi
agüelo, que en su época ¡En la de él, pues; no en la suya!
las montañas estaban hasta el chongo de grandes bosques de
pinabetes, encinos, cipreses, madrecacao, matilisguate y otro
montón de árboles que las hacían parecer un paraíso. En fin
¡Había de todo, don! Pero ende que empezaron a comprar
madera esas empresas que tienen aserraderos; la gente, por
egnorancia, o por pura nesecidá; pues como la necesidá tiene
cara de chucho; antonce, sin pensar en la clavada que llevarán
más después nuestros hijos cuando ya sean grandes; hicieron
mierda la naturaleza cortando los árboles pa venderlos.
Antonce, cuando los animales del bosque se dieron cuenta de
lo que hacían los “animales” de la ciudá; antonces agarraron
sus tanates llenos de babosadas, y se jueron mucho a la
chingada onde nade los jodiera.
— ¡Interesante! Todo esto tampoco no me lo enseñaron en
la escuela. Y cambiando de tema, don Yeyo ¿Qué religión
practica usted?
48 El Costumbro
— ¡Puta; yo no practico ninguna, porque eso no es jutbol; nues
pelota, pues! Yo, profeso una; pero ¡Dígame usté primero!
— ¡Hoy si me tronó toda la jeta, don Yeyo; yo soy Ateo, por la
gracia de Dios!
— ¡Ahhh, güeno, así sí! ¡Ya decía yo, por la carita de mañoso que
tiene! Pues veya. Cuando yo era más chiquito, que ahora que
soy más grande, mi agüela me llevaba a la iglesia Católica.
Antonce; en lugar de hacer la segunda ¡Hice la Primera
Comuñón! Que cocste, don ¡Pero yo, no entendía nada! ¡En la
Luna! ¿Qué iba a entender yo que era “No fornicar”? ¡Puta!
¿Y eso que es? Yo creía que era algo así como quitar tornillos.
¡”No matarás”! ¿A quién por Dios Santo? “No desearás la
mujer de tu prójimo” ¡Momento pisado, dije yo! ¿Antonce;
porque el prójimo si deseya mi mujer mía? ¡Aquí hay mano
de mono! ¿Y ora, pues? ¡Este Cura está engazado! ¿No
estará jumando mota? ¡Y así, uste!
Y ya más después, cuando ya estaba yo más grande que mi
hermano chiquito, el que es más grande que mi hermano de en
medio y nació después que mi hermana mayor; antonce mi mamá
me empezó a llevar al Culto, onde van los evangélicos que les
dicen cristianos. Pero ¡Más pior, usté! ¡Me decían hermano!
¡Puchis! ¿A cuenta de qué? ¿Acaso ellos son hijos de mi mamá, y
del pirigüiche de mi Tata, pues? ¡Ahh, no! Y afigúrese, Licenciado,
que los que me decían hermano; pero que no eran mis hermanos
de verdá, sino que solo diá mentiras ¡Gritaban, se jalaban el pelo,
se somataban en el suelo, hacían unos gestos re feyos, aplaudían,
se somataban el pecho, se desmayaban, lloraban, pedían pisto!
¡Ay no, dije yo! ¡Esto no es pa mí!
En ese tiempo, yo era re patojo, Licenciado. Yo quería ir a
jugar con la mara, no ir a Misa, ni al Culto, a oír siempre las
mismas ondas. Me tenía que parar a cada rato, me tenía que sentar,
me tenía que hincar ¡Y tenía que aplaudir! ¡Yo no entendía nada!
Fíjese, pues. En la iglesia Católica, un señor de apellido Sacristán,
según parece; se subía por unas escaleras hasta arriba a tocar unas
campanas, para que saliera luego un señorón vestido de mujer,
con una falda roja hasta los pies y con una su cachucha media
cuta en la cabeza. Este señorón, al que todos los niños le decían
Humberto Samayoa Godoy 241
Paladeo en sueños, el sabor dulce-amargo de la “Toronja” y del
“Matagusano”. La mezcla de pepita, leche, arroz, canela, vainilla,
pasas, chicles, chocolates, cigarros, pastillas, que componen el
delicioso “Mazapán”. La “Pepita”, hecha con pepitoria, miel
y panela. La famosa “Chancaca”, la que según el historiador
pepitero don Chente “Sololíquido”, esta delicia de dulce lleva el
50% de “Chan” y el 50% de ¡Bueno; de lo demás!
También hace rato que no llegan a la feria de mi pueblo, para una
sana distracción de los niños, la tradicional “Rueda de Chicago”,
“Los Caballitos”, “El Chicotazo”, “Las Sillas Voladoras”; la
Lotería “La Huasteca”, Lotería “La Guadalupana”, Lotería “La
Guatemalteca”; “La Mujer sin Cabeza”, “La Mujer Peluda”,
“La Vice Presid”... ¡Ay no, esa no!, “El Hombre Serpiente”,
“La Mujer Invisible”, “El traga Sables”, ni “La Mujer Araña”.
Eran sanas distracciones infantiles, juveniles, y viejeriles, que no
incidían en nada malo, ni provocaban ninguna clase de peligro
para el público asistente. Era una feria de distracciones. Ahora,
lamentablemente, se ha convertido en la feria de la cerveza ¡Ay
chish!
Un detalle que vale la pena resaltar por lo insólito del asunto,
es que, en el mero “Triángulo de las Bermudas”, entre “El
Tenampa”, la “Michatoya” y el “Tri Mey”, la Industria Licorera
“Bodegas Sahara”, si mal no recuerdo, instalaba un ring de box
en donde los parcipantes que se atrevieran a concursar, se tenían
que tomar, en el menor tiempo posible ¡Una botella bien fría de
Vino Tarditti! Y por respeto a la memoria de mi respetable amigo,
quien ya falleció, me reservo el nombre del ganador absoluto de
todos los tiempos, a quien jamás, ni siquiera, le pudieron igualar
el tiempo ¡En Paz descanse don Quique Lucero!
Recuerdo la feria cuando me encontré con un grupo de cuates
tratando de echarnos unos tapis en la caseta “Tikal”, la que
se encuentra en las orillas del otrora cristalino y bello lago de
Amatitlán, la cual pertenecía al recordado amigo Juan “Chirín”.
Entre nosotros se encontraba un amigo que nos contaba que desde
muy pequeño se metió al arte de la farándula, donde empezó a
encarnar al payaso “Pepita”. Con el tiempo y un ganchito este
240 El Costumbro
hombres bailaban con el sombrero puesto, el machete al cincho y
con botas de hule. Las mujeres bailaban con el rebozo al hombro,
con el chirís a tuto y, muchas veces, bailaban mujer con mujer. Y
cuando se daba el caso de que escaseaba el sexo débil ¡Bailaban
hombre con hombre! ¡La babosada era bailar, y no importaba con
quien! Pues como me decía mi tío Chepe “Pitituza”: “¡Media vez
el amor es puro, no importa el sexo!”. Y mi tío Rafael “Guanaba”
me decía: “¡Lo importante es que cacen las entrepiernas, no
importando que sobren los extremos, m’ijo!”.
El piso del salón eran de tierra, y ya se pueden imaginar
ustedes la gran polvazón que se levantaba con el arrastrar de los
pies. Además, el olor a guaro, a cerveza, a humo de cigarros y
puros, el tufo de la ropa sudada desde a saber cuánto tiempo, el
olor a pino viejo, el olor a chencas de cigarro, a manzanilla pasada,
a vaselina “Cuatro Rosas”, las “arrojadas” fermentadas de bolo, la
hedentina a calzoncillos y calzones shucos; mas los pedos que se
tiraba cada pisadito, que ¡Ja, ja, jay, tatita! Todo esto hacía que
el alma doliera y se oxidaran los pelitos de la nariz ¡Pero total!
Ahora, añoro esas ferias ¡Los pedos no!
Ahora que ando lejos, añoro los dulces de Amatitlán. Dulces
con sabor a mujer ¡Pero bien bañaditas, pues! Especialmente
la “Pepitoria”; o como diría mi apreciado amigo, el profesor
Mario “Boa”: la “cucúrbita argyrosperma”. Y precisamente, por
ser adictos a la pepitoria, los amatitlanecos somos reconocidos
internacionalmente, como: “Pepiteros”.
Entre las personas doctas en elaborar los distintos dulces de
renombre ya conocido, puedo mencionar a la nia Choma Perea
(ϯ), abuelita de Tito “Mazapán; a las hermanas Duarte (ϯ),
hermanas de “Colaco”; a doña Teodolinda Coronado, mamá del
“Diablo” Geovani y suegra de la seño Chave; doña Jovita Ardón
de Díaz, mamá de “Nachón”; doña Berta de Muñíz (ϯ), esposa
de don Alfredo “Patelaja”, mamá del “Negro” Antípatro y del
“Chompipe”, y suegra de “Wittín”; doña Victorina Vásquez,
mamá de Toyita; y, naturalmente, doña Teresita Godoy Palencia
de Samayoa (ϯ) ¡Mi Santa Madre! Quien por cierto, elaboraba
¡El mejor MAZAPÁN del mundo!
Humberto Samayoa Godoy 49
Padre, pues talvéz sin querer queriendo, a lo mejor era su papá
de ellos; se subía a un cuento que le dicen Túlpito y empezaba a
putiar a la gente.
— ¡Púlpito, don Yeyo; púlpito!
¡Ahh; ese ha de ser otro! Nos decía que no había que portarse
mal, porque se iba uno al infierno; que no había que tomar guaro,
porque después cachimbiaba uno a la mujer; que no había que
quemarle el rancho a la mujer, porque después ella se lo quemaba
a uno; que no había que robarse las limosnas de la iglesia ¡Que
no había, que no había, que no había! ¡Puchis, usté! ¡Según él no
había que hacer ni mierda! ¡Nos hacía unos ademanes que, ja ja
jay, tatita! Y a todo esto, la gente hipnotizada ¡Calladooooota la
boca! ¡Ni cuio hacian!
Después, algo enojadón perez, el señorón se bajaba del Túlpito
y se iba a parar frente a unos Santos que estaban adornados con
flores y candelas. Un muchachito vestido de mujercita salía a
echarle humo con una babosada que se bamboliaba que le dicen
incendiario, para ver si así le pasaba el mosh al señorón. Como
todavía estaba algo braca; se agachaba detrás de un mueble, sacaba
un librito, y haciéndose el loco, se ponía a leer. Un señor se ponía
a tocar piano, para ver si se alegraba el señorón y todos teníamos
que cantar. El señorón, se ponía a cantar con nosotros un rato;
pero cuando se le olvidaba la letra, mejor se echaba una copa de
vino, con una su tortillita blanca de boquita ¡Pero a nosotros no
nos daba! Y en esas estaba, cuando la cachucha ¡Ya no apareció!
El señorón vestido de mujer, se encabronó más. Se puso a
buscar la cachucha por todos lados. Como no lo encontraba; se
paraba delante de nosotros bien enojado y levantando los brazos,
nos preguntaba con voz cantarina:
— ¿No han visto mi cachuuucha, haaaa?
— ¡Neeeeeel! —Le contestábamos cantando en coro—.
La buscaba debajo de una gran mesona ¡No había nada!
Buscaba en un cajoncito que hay en el Altar ¡Tampoco! Les
50 El Costumbro
preguntaba a los muchachitos vestidos de mujer, que si habían
visto la cachucha.
— ¡Nelorum pastelorum, no hemos visto ni mierdorummm,
mmm! —Le contestaban en coro—.
Siguió buscando y preguntando, y la cachucha no aparecía.
Entonces, bien enojado, levantó los brazos y nos dijo en un idioma
que no entendíamos:
— ¡Seculorum seculorum, no apareche la mía cachucha per
ningún rincorum; dechirme per favore quienes se güeviorum
el mio cachuchorummm!
¡Total; la cachucha no apareció! Y más bravo que un chucho
con rabia, se echaba otro trago de vino. Ya un poco engazado y
algo tranquilo, guardaba la botella de vino en un cajoncito y tapaba
la panera con un pañuelito blanco. Al rato salían dos muchachitos
vestidos de mujer, con un canastillo cada uno ¡Pidiendo contri
para comprar otra cachucha!
¡Ay no, Licenciado! Bien decía mi agüelo, que la gente
ignorante y ciega es fácil de moldear, así como se moldeya el
barro cuando está húmedo. Antonces decidí, que pa mi salú
espiritual de mi espíritu, y mental de mi mente mía; mantenerme
lejos de las iglesias, usté ¡Todas le sacan el pisto a uno! ¡Unas
más, unas menos; pero que le sacan, le sacan; y si no quiere dar;
de todos modos, le sacan! Tiene razón en esto un don de apellido
Arroyave, que escribe en la revista “Chucho Enojado”.
— ¡“Perro Bravo”, don Yeyo; “Perro Bravo”!
— ¿Y sabe usté Licenciado, cuales son las cuatro formas más
fáciles de hacer pisto en Guatemala; según dicen las malas
lenguas?
— ¡No don Yeyo, no sé!
— ¡Que cocste Licenciado, que cocste! Lo que le voy a contar
es producto de la chispa chapina ¡Forklor innato de la mara!
Y con mucho le voy a contar lo que me contó un cuate que
está pasando unas vacaciones veraniegas en el “Gran Hotel
Capitulo VIII
Amatitlán
Con eso de la feria de mi pueblo vienen a mi memoria, envueltos
en variadas y traviesas hojas alcohólicas, muchos recuerdos de
mi época de juventud ¡Cuando los semáforos todavía eran en
blanco y negro y la feria era muy distinta a la de hoy! Ahora,
ya no existen los salones de baile “Michatoya” y “Basacipe”; ni
“La San Pedrana”, ni “La Flor de Chinique”, salones donde se
bailaba el mambo y el chivirico. En estos dos últimos salones
donde empecé a dar mis primeros tanes de baile, costaba cinco
len la pieza, y cuando pasaban cobrando la pieza bailada, uno
se agachaba porque ¡Ahí viene el lazo, agáchense muchá! La
pieza terminaba cuando el lazo llegaba al extremo contrario de
donde habían empezado a cobrar. Si había poca gente bailando, la
pieza tardaba, a lo sumo, un minuto. Pero cuando el salón estaba
a reventar, entonces la pieza se volvía eterna. ¡Qué tiempos
aquellos! Recuerdo que “La San Pedrana” era una galerona que
armaban a la par de donde hoy está la cantina “El Tenampa”,
propiedad de “La Carlotona”, la cual quedaba algo inclinada ¡La
galera, pues! por el desnivel del terreno hacia el río. La marimba
que amenizaba era bastante chuecona, pero en cambio, el cantante
¡También! Este era un pachuquito algo tirando a “cholo” ¡Pero
le daba sabor a la babosada! Y arriba de donde estaba la marimba,
se podía leer un letrero que decía: “Por favor no tire chencas de
cigarro al suelo, porque se pueden quemar la planta de los pies las
señoritas” ¡Tiempos que no volverán!
Valga decir que, como era el salón más barato, ahí llegaba la
gente de escasos recursos económicos, y por consiguiente, eran
personas descalzas en su mayoría. Por lo general, era gente de
las aldeas aledañas a la cabera municipal. Ahí no se cobraba la
entrada, y por tal motivo, era un gentío de la gran chucha. Los
238 El Costumbro Humberto Samayoa Godoy 51

Preventivo Jayat Fraijanes 11”. Fíjese pues como es la

babosada.
1) Los principiantes dicen: ¡El pisto y su reló!
2) Los intermedios: ¡El celuliche y su tarjeta de crédito!
3) El avanzado: ¡No tenga pena, amigo; yo le prometo MANO
DURA!
4) El profesional: ¡Bienvenido a la casa de Dios, hermano;
cayendo muerto con los diezmos!
— ¡Hoy si se la echó buena, don Yeyo; pero se va ir al infierno
por hereje!

Pero mire, pues; yo no trato de ofender a nadie, usté. Yo

respeto las creencias de todos yunque no esté de acuerdo con ellos.
Pero fíjese que no sería malo que de vez en cuando, se les pusiera
un hasta aquí a las distintas iglesias, para que nos expliquen por
qué razón se tiene que hacer ¡A puro güevo! lo que ellos dicen,
lo que ellos quieren, o lo que a ellos les pueda convenir ¿Por
qué? ¿Juat pasa? ¡No se sabe, no se sabe! ¡Arrecuerden que se
han visto muertos acarrear basura! Ellos exigen, o comprometen
diplomáticamente a las personas, a que hagan, o a que cumplan
determinados requerimientos. Pero ¿De dónde sacarán ese
convencimiento pa con los feligreses, pienso yo? ¿Y si se los
lleva candanga por hacer algo, solo porque ellos dicen que es
por la voluntá de Dios? ¡Ve que diá sombrero! ¿O será que se
pude jugar con cualquier babosada, sin importar que se ensucie el
nombre del Señor?

¡Eso es peligroso, Licenciado! Dice mi agüelo, que la

chingadera dañina de las diferentes iglesias, se ha dado color en
muchas comunidades que comprometen a las personas a meter el
culo en crímenes inesplicables, como por ejemplo, el sisuidio en
grandes grupos. Y tamién esisten otros, que aunque no se veyan,
Licenciado, o no se quieran acectar como tales ¡Son crímenes
sociales, que de una u otra forma, afectan a la humanidá, uste!

También dice mi agüelo, que las sociedades, o personas,

que se dejan manosiar por fuerzas pisicológias coerciti nosequé
chingados, son prospensas a permitir grandes chingaderas.
El pedo más hediondo de esta babosada, dice mi agüelo que
indiscutiblemente fue ¡El Holocuásto de Alemaña!
52 El Costumbro
— ¡Fuerzas Psicológicas Coercitivas, don Yeyo!
¡Bien decía yo; si casi que las tenía en la punta de la lengua!
Pero hay un montón de cosas que yo no entiendo —termina
contándome don Yeyo—. Fíjese pues, don. Asegún dicen unas
mis amigas mías algo santulonas; “que a Dios, le podemos dar
color en nuestro interior que está dentro de uno, porque formamos
parte de Él” ¡Aguanta Licenciado! Además, dicen mis amigas;
que “todos tenemos una babosada que se llama aspecto espiritual”;
que a saber que jodidos será; y que esta cosa “nos enchufa con el
mero tenazudo ¡Con nuestro Creador!” ¡Áh…sa nigua! ¡Chulada
de babosada! Y por chingar la pita, si queremos, dicen; “nos
podemos conectar directamente con Él” ¡Con nuestro Creador,
pues! y “sin necesidá de Curas, de Pastores, de Rabinos, o de
Ministros que la hagan de mandaderos” ¡Saber que dice usté!
— Pues yo diría….
Y fíjese Licenciado, que a mí no me gusta hablar de religión,
porque “nunca se pone uno de acuerdo con nadie, pues es un tema
difícil de entender, muy complejo y muy delicado”, asegún dice
mi agüelo ¡Con usté platiqué, solo porque se ve que no es tan
mula, y me entiende un poquito! Hay algo que me tiene engazado,
y que no entiendo ¡Mire, pues! Entiendo que en Guatemala ya
tenemos más iglesias que cantinas ¡Y no son pajas, Licenciado;
no son pajas! Si usté le ha puesto coco a la babosada, se habrá
dado cuenta que hay iglesias Musulmanas, Católicas, Mormonas,
Evangélicas, Budistas, Hindúes, Mahometanas, “Testigos de no
sé quién”, “La Frater”, la “Ciudá de Cash”, la “Iglesia de Agua
Salvavidas”, la “Renovación no sé qué”, la “Iglesia de Jesucristo
de los Santos de los Penúltimos Días”, los “Hombres de Negocios
Incompletos”, “Blanca Nieves y los Siete En….” ¡Hay no, esa no
es iglesia!
Entre toda la mara que integran las iglesias de las distintas
demominaciones; mi agüelo calculaba que porai más o menos,
como un noventi’nosecuántos por ciento son católicos y
evangélicos ¿Se puede imaginar usté, Licenciado, a todo este
gentucero rezando al mismo tiempo? ¡Ay no! Antonces lo que no
Humberto Samayoa Godoy 237
También me contaba un “Coyote” —seguía contando don
Cayo— que 2 kilómetros antes de llegar a Bethel, hay una oficina
de Migración que viene siendo como la quijada de arriba ¡No
sirve para nada! Dice que hay “Coyotes” y policías que ayudan a
pasar a los indocumentados, y los de la oficina se hacen los locos.
Los conos que están en la carretera, los carros solo los sortean ¡Y
vámonos pa dentro! Los 5 chontes de la “Pene Ce” ni se meten
¡Qué se van a meter! Bethel y “La Técnica” son paso obligado
de indocumentados; ya sea pa dentro, o sea pa juera. Yo ya no le
pongo coco a estos desórdenes —dice don Cayo— pues ya me
convencí hace rato que eso de las “mordidas”, en Guatemala ¡Ya
es costumbro!
Me fui de Nahualá, muy satisfecho de haber hecho amistá con
don Juanito Encarnación Yaxón Matzar, abuelito de mi gran amigo
José Macario Yaxón Simaj. Don Juanito vive cerca de Ruk’ olib’
Al Atz’ Anin, o sea, “la cancha de jugar pelota”. Al momento de
despedirme, don Juanito vestía un pantalón color Saq: “blanco”.
Una camisa verde con Rax Q’an: “bordados”. Y en su cabeza
lucía un pañuelo Kaq Q’aq: ”rojo con chibolas negras”.
Después de despedirme con un emotivo abrazo, me subí al
carro, me dirigí hacia donde queda Le Ch’ Ab’ Al Tzi Yaq: “el
tanque de lavar ropa”; y busqué un Q’ Axab’ Al Tziij: “teléfono
comunitario”, para avisar que ya iba de regreso a casa. Al salir
del pueblo pasé por el puente principal en donde, apuradamente,
debajo de un árbol de zapote ¡Le cambié agua al canario! Ya
tranquilo, me dirigí hacia la carretera interamericana. Y dejando
atrás las ancestrales y laboriosamente labradas, tierras comunales
de Nahualá. Entonces, pensativo y triste regresé a mi pueblo; en
donde al llegar, me rempujé una mi botella de “Salcajá Kaldós
Fruits”.
236 El Costumbro
Los amigos me contaron —le decía don Cayo a su abuelo— que
el sitio argiológico “Piedras Negras”, tenía dos campos de juego
de pelota; varios palacios abovedados; varios templos piramidales;
muchas cuevas conectadas a los templos ceremomiales; edificios
de habitaciones ¡Pero sin cama de agua, ni T.V. con canales porno,
ni baños sauna! Pero lo que más destacaba y que impresionaba,
eran sus finas “Estelas”, y unas babosadas que les dicen paneles
grabados ¡Un espectáculo; una total beeza! le dijeron. Pero le
contaron que en 1,930, llegaron al sitio unos argiólogos gringos ¡Y
ahí empezó la cocha a poner huevos anaranjados! Estos supuestos
argiólogos; hasta que no se demuestre lo contrario; después de
varios días de estar haciendo cálculos del potencial de riqueza en
que se encontraban parados, hicieron una expedición en la cual,
asegún investigaciones de la Carepusita Roja, se palanquearon
todos los tesoros mayas encontrados, y dejaron solo los cascarones
vacios. La mara que ha tenido la oportunidá de ir por allá, dicen
que tal sería la magnitú y la voracidá del güeveyo, que todavía
puede verse, entre la tupida vegetación, el enorme tractor que
usaron los gringos pa tan nefasto y vil fin ¡Hay que ser hijos…
pero no tanto, muchá!
Logramos regresar nuevamente a Bethel, después de una larga
odisea contra la corriente del río. Allí nos dijeron que a unos 20
minutos río arriba, queda la comunidá de “La Técnica”, y que
100 metros más allacito, al otro lado del río, ya en territorio de los
Méxican boys, quedaba Corozal.
Lo triste y vergonzoso —dice don Cayo— es que en las dos
aldeas chapinas no hay embarcaderos. Los turistas estranjeros
que vienen del lado mexicano a visitar las ruinas en tiempo de
invierno, tienen que caminar 300 infernales metros entre un
hediondo fangal que hiede casi como que calzón de campesina
en extrema pobreza ¡Puta; no tiene! ocasionando casi siempre,
lamentables y bochornosos accidentes. Se ha visto caer muchas
veces, narcotizadas por la hediondera, a señoras que vienen
cargando a sus niños ¡Quedan irreconocibles! ¡Bañadas en lodo!
¡Juran no volver a Guatemala! ¡Tienen razón! ¿Y el INGUAT?
¡Porai; jugando piz pizi gaña!
Humberto Samayoa Godoy 53
entiendo, con mi poca inteligencia mía; es que si toda esta mara
de creyentes, se mantienen haciendo una rezadera que ¡Ja, ja, jay,
tatita! ¿Antonces, por qué putas nuestro país sigue sumido en el
sugdesarrollo y la violenza?
¡Es que éstos creyentes, sí que, ay no! —exclamó don Yeyo—
¿Será que no piden al Creador por el desarrollo del país, por el
cese la violenza, por la niñez, por la salú, por la educación, por
la ecológia, por las personas de LATERCEREDÁ, por La Ley
de Partidos Políticos ¡Aguas, aguas! Antonces ¡O estos cuates no
rezan; no saben rezar, o van a las iglesias solo a pajeriar! Pero si
rezan ¿Qué pedirán, digo yo? ¿No será que piden solo babosadas
imposibles? Por ejemplo ¿Pedirán que no gane el candidato
oficial? ¡Tan jodidos! ¿O pedirán para que echen a la mierda a las
mineras? ¡También tan jodidos! ¿Pedirán que los Diputados se
porten bien? ¡Puta; ahí tan más jodidos! ¿Pedirán para que nuestra
Selección de futbol vaya a un Mundial? ¡Ahí se cagaron en la olla!
Por eso, Nuestro Señor solo les da pita, pero no les pone coco
¡Por necios! Por pedirle a cada rato solo bosadas imposibles con
las que Él no los puede complacer ¡Ya lo han de tener engazado!
PATRIA NUESTRA
“Despunta el alba y van disipándose las sombras en el horizonte.
Se escucha el grito madrugador de los gallos en desentonado
concierto, que cual sonoro reloj, avisa a la comunidad la hora
de abandonar el tibio lecho y la proximidad de otro día de arduo
trabajo en el campo. Dibújanse ya en el paisaje, humedecidos
por el rocío mañanero, los caminos arcillosos de herradura con su
vientre tatuado por las huellas de las bestias y los pasos del amo que
las dirige, en su diario caminar, al mercado local. La abundante
floresta poblada de arbustos, al contacto con los incipientes rayos
del Astro Rey, que se filtran tímidamente al hacer contacto con la
humedad del sereno nocturno que ha dormitado en sus hojas y en
cuyas ramas, juguetones, gorjean los pajarillos, y que en coro de
dulces voces, dan serenata al alba que se avecina, y despierta de
su letargo nocturno. Así amanece en mi patria. Así despierta el
País de la Eterna Primavera”.
54 El Costumbro
“Patria son los rosarios de manzanilla y los gusanos de pino en
los nacimientos navideños; son los retablos de barro de Chinautla;
son las rojas y jugosas sandías y los perfumados melones de
Teculután en los llanos de “La Fragua”, en el corazón de oriente;
son los quesos y deliciosas quesadillas de Zacapa y Chiquimula”.
“Mi patria son los blancos penachos de los cañaverales en
flor. Es el mugido del ganado en las riberas del “Achiguate”, el
“Meléndrez” y el “María Linda”. Es la gloria de las flores de izote
y de matilisguate. Patria es la flor de pascua y la llama del bosque,
los roseladas subiéndose a los muros en los caminos rurales”.
“Guatemala son los colores de los ponchos de Momostenango.
Son los trapiches de caña movidos por bueyes en Quetzaltepeque.
Es la piedra de moler de Nahualá. Patria es la quema del diablo en
las calles de la ciudad de Guatemala. Patria son los ronrones de
Patzún, los anicillos de Zacapa, los dulces de Amatitlán. Son las
alfombras de aserrín y flores de jacaranda en las calles empedradas
por donde pasan las majestuosas procesiones de Semana Santa, en
la barroca y monumental, Patrimonio de la Humanidad, ciudad de
Antigua Guatemala”.
************
Te voy a contar algo, Pepes, que me contaron mis tatas de
un personaje que aun es bien recordado, especialmente, por los
cuates añejos de LATERCEREDÁ —me dice— “Quequexque”,
sacándome bruscamente del tonel de mis recuerdos.
Fijáte que me contaba mi abuelo Crisóstomo, que en una
oportunidá le contaron algunas cosas que él me cuenta a mí y
que ahora te las cuento yo a vos, de un tal “Chilacayotón”. Este
era un hombre bien grandote, me decía; que nació allá por onde
primero llegás vos a Escuintla; y merito después que pasás por el
I.G.S.S., onde lo atienden a uno pura mierda, llegás a la esquina
onde está el restaurante “Sarita”. Ahí, si querés, te rempujás un
tu par de tres helados yunque sean sin sabor, y más después,
cruzando a la izquierda, seguís camino pasando por la granja penal
“Canadá”, donde los angelitos, hasta que no se les demuestre
Humberto Samayoa Godoy 235
el agua venía cayendo desde varias alturas, formando caprichosos
dibujos de blanca espuma, hasta reposar tranquilamente, en una
profunda, ancha, y cristalina poza.
A cuatro kilómetros de la orilla del río —contaba don
Cayo— y después de caminar 4 kilómetros entre densa selva,
oyendo el rugido de enormes jaguares y de espectaculares monos
aulladores parecidos a cierto candidato, llegamos al centro
del sitio arqueológico “Piedras Negras” ¡Y oh sorpresa! Los
patrones ya estaban ahí. Habían llegado en avioneta, pues en el
caserío “Landón”, cerca del arroyo “Macabilero”, hay una pista
de aterrizaje. Y la mara siempre curiosa, se hace la preguntona
pérez del millón ¡Quiénes hicieron la pista! ¡Sá... banas, mano!
¿Los Nar...? ¡Ay no! ¡Uno sospecha, claro; pero aguas, aguas;
tranquilo como Camilo; no menear maicitos!
Yo ya no vi nada, usté —dice mi amigo— pues ya no quería
saber nada de nada. Iba arrepentido de haber aceptado ese trabajo,
pues ya estaba bastante enfermo. Pero como la nesecidá de los
billetes, tiene cara de chucho, don; pues….
— ¡Puta, don Macario; ya bromeamos! ¡Más cara de chucho
tendrá usté!
— ¡Perdón, licenciado; pero creo que interpretó mal mis palabras!
¡Jamás me atrevería a faltarle el respeto! Me refería a que las
necesidades de pisto son muy grandes —exclama don Cayo
bien apenado—.
— ¡No se preocupe mi apreciado amigo; las disculpas se las pido
yo; pues tarde me di cuenta de la metida de pata! ¡Perdón!
Sígame contando, por favor.
¡Gracias por su comprensión! ¡Qué alivio! Pues como le
venía contando. No solo me mareaba bastante seguido, sino
que las piernas ya me flaqueaban un cacho ¡Igualito que en la
“Luna de Miel”! Y lo más pior, es que ya casi no tenía juerzas;
y lo único que quería, pero no podía ¡Era dormir! Jue antonces
cuando tomé la decisión de renunciar ¡Ixcamik, dije! ¡Kaput! ¡Se
acabó! ¡Primero la salú! ¡Y me juí a la mierda!
234 El Costumbro
Luego pasaron por onde hay una gran piedra pintada de verde
con el símbolo de una palomita volando y la cara de una señora
toda despeinada con el pelo en la cara y, allí ¡Allí precisamente!
encontraron el estravío comunal de la comunidá, el que fue
empedrado en tiempos de la Coloña.
En este estravío —decía don Cayo— tuvieron que transitar
algo despación perez para evitar la traqueteada sobre la piedra.
Este los llevó, algo paralelo al río, hasta que encontraron una
caseta toda oxidada donde vendían cervecitas bien frías, la cual
estaba pintada de color rojo, con una mano empuñada y el dedo
pulgar levantado como queriendo pedir jalón y la cara de un señor
anteojudo enseñando todos los dientes. Les habían dicho que si
lograban llegar a ese lugar, era señal de que ya merito iban a llegar
al punto, aunque todavía les faltaba un cachito. Pero después
de un par de horas, ya sentían que no llegaban ¡Pero de que
llegaron! ¡Llegaron! Finalmente ¡La aldea Bethel! ¡Asentada
en las márgenes del impresionante río “Usumacinta”! Total del
accidentado y tormentoso recorrido: 160 kilómetros en siete
horas.
Al llegar a Bethel —contaba don Cayo— nos embarcaron
en unas lanchas rápidas con motor juera de borda, y enfilamos
al oeste por el río hacia “Piedras Negras”, en un recorrido de
aproximadamente seis horas. Algunos de mis compañeros iban
asombrados por la belleza del recorrido; pues aparte, decían, de
la exuberante vegetación, se podían contemplar muchas aves que
nunca habían visto. Yo —decía don Cayo— no miraba ni mierda,
porque iba bastante agüevado, pues decían los guías que había
bastantes alagartos; y además de ir bien mareado ¡No sé nadar!
Y lo peor, Licenciado; es que yo soy como las vacas; pues nomás
que así de tantito me entra un poco de agua en el culo ¡Me hundo!
Por fin; y después de amarrar varios “buitres” por el mareo,
llegamos a una catarata de esas que cae el agua dia’rriba pa bajo,
que nos dejó impresionados ¡Oh beeza! Dimos varias vueltas por
el lugar en la lancha, pues el río lo permitía. Pudimos apreciar la
caída del agua desde varios ángulos. A lo lejos pudimos ver la
primera caída que alcanzaba nuestra vista. Y así sucesivamente,
Humberto Samayoa Godoy 55
lo contrario, pasan sus vacaciones veraniegas bien dia’güevo y
fugándose cuando les da la rechingada gana. Luego pasás por el
“Auto Safari Chapín”, donde hay unos animales que dan tristeza;
y luego, después de un par de ganchos, llegás a Taxisco. Este
es un lugar de peregrinación, donde hacen buenos quesos y ¡Ahí
mero nació “El Chilacayotón”!
Pero fijáte —me dijo “Quequex”— que entre Escuintla y
Taxisco encontrás pintados en el camino, cada árbol, cada poste,
los puentes, las piedras, los monumentos, las casetas, chuchos,
vacas, coches, cigarros, chicles, chocolates, pastillas, y cuanta
babosada se les antoje a los partidos políticos. Dos kilómetros
de color rojo, dos de anaranjado, dos de verde y dos de morado;
y todo con el beneplácito de los candidatos a la “Guayaba” que
no respetan la ecología del país, ni el paisaje, ni la contaminación
visual, ni la prostitución de la rep… ¡Perdón! ni la Constitución
de la República ¡Ni, ni mierda! Yo por ejemplo, no me pongo
¡Ni para dormir! las camisas que tengo con esos colores ¡Me da
vergüenza, pues pensarán que pertenezco a algún partido de esos!
¡Ay no; cruz, calavera y camposanto!
— ¡Es que los partidos políticos prostituyeron los colores del
Arco Iris, mano; y con esas señas que me das del lugar, solo
que fuera tan mula me perdería! ¿Queda por El Peten, verdá?
También contaba mi abuelo que, cuando el “Chilacayotón” era
chiquito, decían que habia estudiado la primaria en varias escuelas
del país, graduándose de Ticher de Educación Primaria, en la
Escuela Normal Central para Varones —le contaba a mi abuelo
una su tráida que tuvo en la zona 18—, y que trabajaba en el bar
“Los Tecolotes Nocturnos”. Parece ser, que el “Chilacayotío”;
como cariñosamente le decía su mamá al “Chilacayotón; nada
baboso, siguió estudiando. Y como era mero buzo para estudiar,
en pocos años culminó su carrera de Bachiller. Después se
puso las pilas y se metió a la Unisancar, a la Facultad que antes
estaba frente al edificio donde como chinga Taracena. Luego de
quemarse las pestañas de tanto estudiar, le dieron una beca para
estudiar en Argentina. Ya estando en la tierra de los “Gauchos”,
dicen que aprendió a jugar futbol con Di Estefano. También
56 El Costumbro
decían que aprendió a hacer churrascos “Tambasco” y que
aprendió a bailar el Tango. Y que en algunas oportunidades había
cantado con Gardel. Y como siguió quemando candela en los
estudios, lueguito se hizo doctor en Filosofía y Pedagogía. Pero,
por andar buscándole tres pies al gato, terminó casándose con una
muchacha de las pampas argentinas y, lueguito lueguito, en lugar
de decir ¿Vos; querés pollo?, decía ¿Ché; querés posho?
“El Chilacayotón”, aburrido de comer churrascos, de bailar
tangos, y decepcionado por haberse quebrado la uña del dedo gordo
del pié derecho, en una chamusca contra Bilardo; y nostálgico por
la tierra donde enterró el ombligo; por los dulces y los “chirines
pepesqueros” de Amatitlán, los deliciosos “boshboles” de San
Miguel Chicaj, el “Cobán Chunto’s Kaldo”, el “Salcajá Friut’s
Caldo”, los “Chicharrones” de Mixco, los “Frijoles Pedorros”
de Parramos, la Marimba, el Son chapín, el delicioso aroma de
la Flor del Café, las “Golondrinas de Escuintla”, el chocolate
de Samayac, la “Huelga de Dolores”, el vals “Candelaria”,
los “Celajes Tacanecos”, la “Luna de Xelajú”, el “Valle de la
Esmeralda”; los sones “Neblina”, “Amanecer Luqueño”, “El
Costumbro”, “San Bartolo”, “Los Pajaritos de Ixgual”, “Los Tres
Reyes”; las erupciones del volcán de “Pacaya”, el Clásico “Rojos
y Cremas” ¡Puta; esa mierda no!
Por todas estas cosas y por otras más; este personaje decidió
regresar a su querida patria Guatemala ¡Tierra del Son, de las bellas
mujeres, y de la Marimba! Y me contaba mi abuelo Crisóstomo,
que le contó mi bisabuelo Melquíades; que el “Chilacayotón”
se dedicó a impartir clases y a administrar todas las babosadas
relacionadas con la docencia; y que contra todos los pronósticos
y la flor de ayote; participó como candidato a la “Guayaba”. Y
chamarreando arrolladoramente a todos sus contrincantes en las
elecciones, porque toda la mara votó por él ¡Se hizo Presidente
de la República! Y que no estaba demás contarme, me decía mi
abuelo; que los otros candidatos ¡Ni cuío hicieron!
Decía mi abuelo —continua “Quequex”— que en la época en
que gobernó el señor al que le decían “Chilacayotón”; fueron un
cachimbazo de grandes obras las que se hicieron, no importando
Humberto Samayoa Godoy 233
la rivera del río “Usumacinta”. Anteriormente, “Piedras Negras”;
—según me contaba Cayo, fijese licenciado— era conocido como
“Yo’Ki’b”, lo que significa: “Gran entrada”, o “Puerta grande”
¡”La Puerta Negra” es otra! Este importante sitio argiológico
se encuentra rodeado por otros importantes sitios, como: “La
Joyanca”, “Zapote Bobal”, “Pajaral”, y otros que decía Cayo que
no conoció. El Parque Nacional, fue declarado, por medio de la
Reserva de la Biósfera maya: Área Protegida. Hasta aquí, todo bien
chilero; pero mi nieto se preguntaba ¿Protegida de quién? Pues
según sabía por lo que había leído, y por lo que le contaban los
expertos en el tema, parece que en los lugares declarados “Áreas
Protegidas”, hay ladrones comunes, ladrones de cuello blanco,
saqueadores, depredadores, y otra clase de chinchitas; quienes,
protegidos por un “manto invisible”, succionan vorazmente todo
lo que encuentran a su paso ¿Y qué? ¡Y dije succionan; porque me
ruborizo al decir güevean! Por eso preguntaba mi nieto ¿Áreas
Protegidas; pero, protegidas de quién putas?
— ¡Tranquilo don Juanito; tranquilo! ¡Agarre onda! ¡No se
acelere; se le puede parar aunque sea el corazón!
Le contaba don Cayo a su abuelo, que para llegar de Guatemala
a Petén, él y sus compañeros de trabajo, hicieron dos días de viaje
en camión. El camino era bastante malo ¡Y sigue igual! y el
camión iba cargado con carpas para hacer el campamento, toneles
con gasolina, toneles con aguan potable, con la comida para varios
días, con aparatos que servían para trabajar, y con el personal de
apoyo para los arqueólogos, quienes hicieron solo media hora
en avión para llegar a Flores, Petén ¿Sería discriminación esta
mierda? ¿O sería solo por joder la pita?
Sin importar, que llegaron bien yucas a Petén por tan ajetreado
viaje, siguieron, acompañados por un guía, por un polvoriento
camino que de Flores conduce hacia el sur, pasando por las
Cuevas de “Actún Kan” y luego por La Libertá. Antes de llegar
a Sayaxché, se encontraron con la aldea “Subín”, precisamente
en onde la carretera se cruza con el río del mismo nombre. Y un
poquitito más allá, cruzaron algo así como a la derecha, pero en
realidá se cruza más a la izquierda por lo bisconverso del camino.
232 El Costumbro
rodeada de una estroctura palaciega ¡No, pa la ciega! ¡Esa es
otra, licenciado! Así mismo, dice Cayo que se puede apreciar la
Pirámide de la “Ventana” ¡No desde la ventana! y una calzada
bastante larga. Y lo que no podía faltar ¡El Juego de Pelota! Pero
el colmo, digo yo; y la mara que no se lo explica; es que si aquí
se ha jugado pelota desde hace un titipuchal de siglos ¿Porqué
la Selección de futbol no juega ni mierda? ¡Pero bueno! Pero
lo que más le llama la atención a la mara, según me decía Cayo,
son las pinturas murales halladas en la Pirámide fechadas en el
Preplástico Tardío, 100 años antes del Colocho, las que dicen
que representan un baluarte asterístico, icomográfico y epitráfico.
Y en este papel todo arrugado que mira aquí, Licenciado; tengo
apuntados todos esos nombrecitos chileros, pa que no se me
olviden —me dice don Juanito—.
Fíjese licenciado —me sigue contando— que a Cayo le contaron
que los murales del Sitio argiológico “SAN BARTOLO”, dan a
conocer que la civilización maya tuvo avances sorprendentes en
épocas tempranas. Además, dice que le contaron que los murales,
presentan un alto grado de preservación ¡No lo vaya a confundir
con preservativos! Y que “Son los más intactos, completos y
antiguos de las Tierras Bajas Mayas” ¡Aguanta usté! Pero me
decía Cayo que para poder preservar estos cuentereques de “San
Bartolo”, “él piensa que habría que volarle lente a las visitas al
sitio; que deberían ser mejor controladas para poder proteger la
ecológia y la fragilidá del área; porque lamentablemente, la falta
de cultura de los turistas, como es el costumbro, contribuye, a que
éstos; los turistas pues ¡Todo lo hagan mierda!”. ¡Ay San Bartolo,
San Bartolo! ¡Mejor me tiro un pedo y te dejo bolo!
Me contaba don Juan Encarnación Yaxón Matzar, el abuelo
de don Cayo, que cuando éste, postrado en su cama en las
postrimerías de su vida, ya queriendo tronar a sapo, le contó que
uno de los viajes más jodidos, y que más le había impresionado
en su experiencia argiológica, fue el viaje a “Piedras Negras”, en
Petén.
El sitio argiológico “PIEDRAS NEGRAS” se encuentra
localizado dentro del Parque Nacional “Sierra del Lacandón”, en
Humberto Samayoa Godoy 57
que toda la mara extranjera se estuviera tronando la jeta “los unos,
contra los otros”, pues estaba en su mero apogeo la Segunda Guerra
Mundial. Afortunadamente, como en aquella época a Guatemala
no le gustaba pedir babosadas de fiado en las tiendas extranjeras
¡Así como ahora! pues se encontraba libre de deudas, o sea, que no
le debía ni mierda a ninguno. En aquellos dorados tiempos, m’ijo
—me decía mi abuelo Criso— en las arcas nacionales ¡No cómo
en las de ahora! había bastante papeliza; pues ni los funcionarios
públicos, ni los que trabajaban en la Novena y Novena, ni el
propio cabezón; tenían la inocente y divertida ocurrencia de hacer
mano de mono.
Otra cosa que ayudó mucho, m’ijo; fue que el café se cotizaba
a buen precio, y Guatemala supo aprovechar esa bendición
durante una buena época. Se disfrutó a lo grande, como no se
puede disfrutar hoy. Los que la metieron cuadriculada ¡La
oportunidá, pues! fueron los cafetaleros; pues con el pistarrajal
que ganaban con la venta del café, casi todos compraron carro del
año. Compraron más terrenos ¡Y sembraron más café! Entonces,
en lugar de tomar “Indita”, tomaban “Güisqui”. Ya no tomaban
charamila, sino que “Boj Weiser”. Y en lugar de cerveza, tomaban
“Cusha Light”. En lugar de comer frijoles con tortilla, comían
camarones “Mierdé a la Franzuá”. Cambiaron el atol blanco, por
el Licuado de frutas a la “Piripituá”. Ya no iban al mercado del
pueblo, sino que al Marquet de la ciudá.
Ya no había Conserjes, sino que “Gerentes de Asuntos Varios”.
Ya no eran Diputados, sino que “Directores Generales Adjuntos
de Asuntos no Relevantes, sin ni Mierda de Importancia Alguna”.
Ya no había Albañiles, sino que “Auxiliares de Servicios de
Ingeniería Civil”. El Sepulturero, se volvió “Técnico en Recepción
y Archivo Definitivo de Recursos Humanos no Renovables”. La
“Experta en Terapia de Relaciones Inter Personales de Relajación
Orgásmica” ¡Antes era Puta! Muchos sacaron a los patojos de
la escuela pública y los pusieron en el “American Skuela Indian
Boys” ¡Todo un caso!
A la cholera le decían, “La dia’dentro”. Los más refinados
en lugar de tener casera, tenían concubina. Otros, en lugar de ir
58 El Costumbro
al monte a que vomitara el chompipe elástico, iban a “Los Tres
Monos Sabios”. El hijo ya no se llamaba Arnoldo Suárez Noriega,
si no que Arnold Shuasheneger. A Miguel Tizón, le decían Maik
Tayson y a Ricardo Martínez, Riky Martin. Y los más caqueritos,
en lugar de darse un “Baño de asientos” ¡Se daban un “Baño de a
Trescientos! ¡En fin; se atascaron cuando hubo lodo!
Fijate m’ijo —contaba mi amigo que le dijo su abuelo— que
en tiempos del “Chilacayotón”, se construyeron casas baratas y
con buena lámina; no como la porquería de lámina que venden
ahora. Este señorón dijo que “ni los coches desperdiciaban tanto
como el Estado”; pues este “desperdiciaba mucho oro respaldando
el quetzal, lo que no valía la pena, porque el quetzal valía más que
los dólares”. Le pidió a la mara que ya no chupara, porque se
gastaban el sueldo en otras mujeres; que dejaran de desperdiciar
sus lenes en ir al Estadio a ver partidos pura mierda; que mejor que
trabajaran duro y si era posible en equipo, para que ganaran más
fichas y aprendieran a ahorrar. Para lograr ese propósito, le creó a
la mara trabajadora una especie de Cooperativa de Fomento ¡Pero
queeeeee, tata! El señor “Chilacayotón” craneó hacer el Banco
de Guatemala, para que el Estado pudiera echarle mano a unas
cuantas fichas a la hora de una emergencia. Este banco, dijo que
iba a ser: El Banco Autódromo del Estado.
— ¡Autónomo, abuelo, autónomo!
— ¡Bien decía yo que no era posible, que un Banco corrieran
caballos!
— ¡Pero algunos lo administran, abuelo, lo administran; especial-
mente hoy! Y ya no le dije nada para no entrar en polémicas.
Nos habíamos tomado un descansito para relajarnos un poco
después de tanto güirigüiri; momento que aprovechó mi
abuelo para ir a cambiarle agua al canario. Al regresar de tan
personal actividad, continuó enriqueciendo mis conocimientos
de historia patria y…
…En esa babosada de la Educación, “Quequex” —me dijo
mi abuelo— ahí sí se rayó este señorón. Yo, no es que lo esté
chaqueteando, ni cosa por el estilo pues ni lo conocí. Porque a lo
mejor, sin que yo me diera cuenta, o sin querer queriendo, entre
Humberto Samayoa Godoy 231
Otras de las babosadas que se pasearon en la olla, fíjese,
abuelo; dicen que fueron las grandes sequías originadas por la
desmedida tala de bosques, las que arruinaron las cosechas. Y
a este clavo, se sumaron las huelgas contra la “nobleza”, la que
siempre requería la mano de obra gratis de los obreros, y de muchos
tributos para sus palacios ¡Igualito que hoy! Otro camote, abuelo;
era la extraña deformación presentada y las raras manchas negras
encontradas en los huesos encontrados; lo que hizo suponer, que
la población ¡Estaba hecha mierda en salú! ¡Igualito que ahora!
También controlaron que las poblaciones, habían crecido a paso
acelerado, señal de que hacían mucho dia’quello. Pero total; no
importa si la fue la sequía, la deformación, o las manchas negras
de los huesos; si fueron las huelgas de los obreros; si fueron
los rojos o los cremas; si fue el Líder o el P.P.; o si fue blanca o
negra la babosada, abuelo. Lo cierto es que, por lo que he podido
controlar, sin importar lo que fuera ¡El final fue súbito! ¡Ixcamic!
¡Kulic mitosh talagüichoch! ¡Todo tronó a sapo!
De modo, dicen; haciendo supositorios; que si cada sitio tiene
su propio patente e historia; también sale a la superficie que
hay zonas en donde la vida, en ciudades como Yucatán y Belice,
siguió su camino y no hubo pedo; pero que en otras poblaciones,
más bien parece que se trató de un simple traslado. Algunos
sabelotodo, algo así como los de la novena y novena; dicen que:
“todas las teorías son correctas, hasta que no se demuestre lo
contrario” ¡Chanfle; descubrieron el agua azucarada estos locos!
Tiene razón don Meme Chepe Arce, abuelo; cuando dice,
refiriéndose a los sitios argiológicos y a las piezas mayas. Que él,
“nada tiene que ver con todo esto que no le pertenece. Que esas
piedras, no le dicen nada. Que cuentan que son su pasado, pero...
¡No lo cree!” ¡Este cuate no se complicaba la vida!
Me contaba Cayo que el sitio argiológico “SAN BARTOLO”,
se ubica en la cuenca del río “Ixcan”, en el mero corazón de la
reserva de la Biósfera Maya, al norte de “Uaxactún”. Este sitio
es famoso por sus “Murales únicos”, según dicen los que saben de
estos rollos. Tiene una extensión de cuatro kilótremos cuadrados
—me decía don Juanito—. Cuenta con una plaza ceremomial,
230 El Costumbro
¿Sabe cuál fue el pedo más hediondo? Que sorpresivamente
apareció una epidemia, que ¡Ja ja jay, tatita! La que rápidamente
empezó a diezmar la población por falta de medicinas y por falta
de atención médica en los hospitales ¡Así como está pasando hoy
en los hospitales nacionales! ¡Bueno; eso ya es costumbro! ¡Y
menos mal que no vino el Ébola!
— ¿Ébola es el goleador de la Selección de Camerún, verdá
licinciado? Y como diría Daniel Pascual: “¡Ojo, mucho
ojo!”. Yo diría que es importante aprender a distinguir entre
abandono y colacso, para evitar meter las nachas hasta onde
dice Collins. El abandono se entiende como algo temporal;
algo que se puede superar a corto plazo; o como algo que
pasa luego ¡No como la goma, que nunca pasa! Y entre las
causas de eso, los que saben de esas babosadas, mencionan
las guerras, las enfermedades, los terremotos, los sunamis, las
inundaciones, las epidemias, los cambios de ruta del comercio,
los impredecibles cambios de ruta de los buses Rojos. Pero
además, están las dificultades de pisto, que si bien es cierto
que pasan ¡Nunca faltan! ¡Más pior a nosotros los viejitos
jubilados de LATERCEREDÁ! —me comenta mi respetable
amigo—.
En la Cuenca “El Mirador”, en donde existen muchos sitios
argiológicos del período Clásico, Clásico Medio y Clásico Tardío,
fijese abuelo —le seguía contando don Cayo a don Juanito—
se ha tenido la certeza por medio de pruebas científicas, que la
tremenda fabricación de enormes cantidades de estuco, necesitó a
su vez, un gran consumo de madera y piedra caliza ¡Y ahí estuvo
el camote que generó el clavo del año 150! Lo contrario de lo
que ocurrió del siglo VIII, al siglo IX, en el final del Clásico ¡Pero
no la mierda de clásico entre Rojos y Cremas, abuelo! ¡Ese es
otro rollo! Sino que con el colacso de las grandes ciudades como
“Tikal”, “Calakmul”, “Copán” y “Palenque”.
— ¡Cayo! ¿Qué quiere decir estuco? ¿Algún pariente del eunuco?
— ¡Pregunte abuelo; pregunte! ¡No, no es eso! El estuco, es una
masa de cal y de mármol pulverizado.
— ¡Ahhhh; bien decía yo! ¡Yo por chingar te pregunté!
Humberto Samayoa Godoy 59
tantas cosas buenas que hizo, también debe de haber hecho alguna
su chulada ¡Pero, como “ojos que no sienten, corazón que no ve”!
— ¡Al revés, abuelo; al revés! —refiriéndome al proverbio—.
— ¡No, m’ijo, no; la bragueta está aquí adelante! —me
respondió—, viéndose el pantalón.
Como te decía, patojo —siguió contándome todo chiviadón,
por la metida de pata— el “Chilacayotón”; no sé si porque era
muy responsable de sus actos, atribuciones y obligaciones; o lo
hizo sin querer, queriendo; pero lo que si te puedo decir, es que
se mandó con la construcción de edificios educativos de todos los
niveles, en distintos departamentos del país.
Fijate que no es hablar mal de la novia que tuve en la zona 18;
pues la verdá es que nos quisimos mucho, y aun guardo un bello
recuerdo de ella. Pero con vos, m’ijo, me gusta compartir mis
empíricos conocimientos de historia ¡Tengo que hablar a calzón
bajo! Te dije que tuve una novia en la zona 18, verdá. Bueno;
pues ella se llamaba Nori Navas, descendiente de padre de origen
portugués. Cuando nos conocimos; ella me dijo candorosamente
que era Servidora Pública “¡Puta! ¡Esta lo muy menos, trabaja
en el Congreso, en la SAT, en el Ministerio Público, o en el
Palacio Nacional, pensé!” ¡Y empezó el idilio, pues! Eran unos
retorcijones de lengua, intercambio de puentes y jugaditas de
saliva con microbios incorporados que ¡Ja, ja, jay tatita! Lo
que me pareció un poco raro, fue que en lugar de meterle mano
yo a ella ¡Ella me la metía a mí! —me contaba mi abuelo todo
emocionado por el recuerdo— Ella viajaba mucho por el interior
de la república; y yo —me decía— me quedaba ansioso esperando
su egreso ¡Pero a todo Sábado, le llega su coche!
Un día por poco me da el soponcio —contaba mi abuelo—
Me enteré sin querer queriendo, que sus giras acostumbradas
de trabajo por los departamentos del interior del país, como
Servidora Pública, no eran más que visitas de placer a los clubes y
burdeles nocturnos de cada lugar visitado. Entonces me di cuenta
de que la Nori Navas ¡Mi novia; mi Mona Lisa; mi Tortuguita
Ninja; mi saca pedos! no era quien yo orgullosamente les contaba
a mis familiares ¡Ella no era Servidora Pública; no era Servidora
60 El Costumbro
Social; no era ni mierda de eso! Era, tristemente ¡Servidora del
Sexo! ¡Era Puta! Pero el mal ya estaba hecho y el tamal estaba
cocido ¡Pero; yo la quería!
— ¡No, abuelo; no me joda! ¿Y aun así la quería? ¿Aunque
le quemara el rancho injustamente; así como injustamente
quemaron los ranchos de la franja del Polochíc, y quemaron
la Embajada de España con personas vivas adentro? ¿Aun
así? ¡Guácatelas!
¡Si…món, m’ijo; aún así! Tu bisabuelo Melquíades; mí papá
—me soltó mi abuelo Crisóstomo— un día en son de broma, pero
poniéndome sobre el avispero, me saludó afectivamente con una
fábula de Samaniego: ¡“A un panal de rica miel / dos mil moscas
acudieron / que por golosas murieron /presas de patas en él”!
Por todas las andanzas en que anduve placenteramente —
me dijo mi abuelo— conocí muchos lugares y recopilé mucha
información que era inofensiva, pero muy interesante. Y entre las
cosas interesantes que me contaba mi novia Nori Nava, destacan
las construcciones de edificios escolares de nivel primario,
en municipios y departamentos de la república; edificios, que
hasta el día de hoy, no han podido ser igualados, mucho menos
superados por los modernos cascarones en que hoy reciben clases
los alumnos. Estas centenarias construcciones; contra viento y
marea, contra los terremotos, contra sunamis, contra los huracanes,
contra el cambio climático, contra el calentamiento global, contra
la indiferencia de las autoridades educativas, y contra todo lo que
se les pueda poner al brinco ¡AUN SIGUEN DE PIÉ! ¡Siguen de
pié y funcionando! Ejemplos: Escuelas Prácticas, Escuelas Tipo
Federación, Institutos Normales, Escuelas Normales, Escuelas
Normales Rurales, y una Escuela de Agricultura.
— ¿O sea, que usté no aprendió todo esto que me cuenta cuando
fue a la escuela, abuelo?
— Queeeee, m’ijo! ¿Escuela? ¿Puta; cuál escuela? ¡Yo la única
escuela que tuve, fue la escuela de la vida! Escuela en donde
el Director y el Maestro de la misma ¡Fue mi propio papá!
Con él aprendí a medio escribir; aprendí a medio leer; a medio
Humberto Samayoa Godoy 229
— ¡Así me gusta, m’ijo! ¡Hediondo; pero limpio!
Hablar con los señores chapines, o con los señores extranjeros
que no son dia’quí; esos que juntos andan destruyendo los sitios
argiológicos —me dice don Juanito— es la misma babosada
¡Lo mismo es Chana, que Juana! Ellos le dicen a uno, “que han
estudiado algo de ese asunto, y que todo le deja a uno en la mente
cinco causas, a las que les dicen síntesis”. ¡Yo sí que no entiendo
ni mierda de esto, licenciado!
— ¡Yo tampoco!
— “Síntesis; las que en mayor o menor medida”; dicen ellos;
“han pesado para la acelerada desocupación de los sitios,
sobre todo, en la tierras bajas”. Con esto, entiendo yo en mi
entender mío; que todos los pobladores de los mencionados
sitios, se fueron a la chingada. Además, agregan que: “Estas
tierras, a la llegada de los “conquistadores”, llevaban al
menos cuatro siglos de estar abandonadas”. Cayo calculaba
qui’an de ser, porai alguito como por cuatrocientos años.
“A excección —dicen los argiólogos— de las capitales de
“Utatlán”,”Kiché”, “Iximché” y “Zaculeu”.
Hasta el día de hoy, sigue siendo un misterio el colacso de los
mayas —me explicaba don Juanito— Pero que asegún decían
los espertos, parece que hubo algunos fenómenos que influyeron
en el. Estos fenómenos, asegún los espertos en el rollo, aparecen
debidamente registrados en las enscricciones encontradas en
estelas, escalinatas y murales. Y asegún, una teoría científica,
parece que la yuca del camote fue una prolongada sequía la que,
naturalmente, se cagó en las cosechas, en la disponibilidad del
agua, y en la superpoblación de la zona.
La sequía, don Juanito —le digo al abuelo de don Cayo—
también influyó en las eternas luchas entre los reinos y las familias
reales, las que, intempestivamente ¡Y viniéndoles todo del norte!
interrumpieron todo el comercio ¡Así como hace aquí el CACIF!
La sequía también influyó en la rebelión contra la “nobleza”, la
que le exigía excesivos, arbitrarios y abusivos tributos a la mara
plebeya ¡Así como hace aquí la SAT! Y para terminar de joder
228 El Costumbro
¡Sin ofender a los tecolotes! Y que este señorón, gracias a la cruz
del sapo y a la flor de ayote ¡Ya se fue con pancho! y tiene que
estar pagando su infamia en el Infierno ¡Si el Diablo fue buena
onda y lo dejó entrar!”.
Ahora resulta, irónicamente, pues estamos en la “Era BAKTÚN
13” ¡La Era de los Mayas! que “La Compañía extranjera que está
haciendo mierda la Reserva Nacional dela Biósfera Maya, está
invitando a una extraordinaria exposición de piezas argiológicas
mayas, en un museo de Francia”. ¿Puta; cómo así? ¿No que lo
que les regalaron estúpidamente fue el petróleo, pues? ¿O será
que aparte del oro negro, están haciendo mano de mono con los
tesoros mayas? ¿Y El Chapulín Colorado, ontá? ¿Comprando
fincas y aviones, o en “Los Tres Monos Sabios”?
Le voy a explicar cómo está el rollo, abuelo —dijo don
Cayo—. Resulta de que por alguna loca ambición monetaria, y
sin querer queriendo, el terreno que le signaron inexplicablemente
a la Compañía extranjera ¡Es tan extenso! que en la inmensidad
de su territorio existen cientos de sitios argiológicos, a los que,
naturalmente, no se tiene acceso ¿Y por qué? se preguntará usté,
abuelo ¿Cuál es la causa, razón, motivo, o circunstancia, de tal
hermetismo? ¿Qué dirá la Carepusita Roja? ¿Habrá alguna mano
de mono?
— ¡Siriqui siaca, m’ijo!
Otro camote que está trompudo, abuelo; es que ¿Quién
jodidos va a ir a Francia a ver la exposición de piezas argiológicas
mayas robadas? ¿Más pior si pensarán que yo? ¡Solo que me vaya
nadando! ¿O cómo? ¿A pié? ¡Puta!
A veces dan ganas de meterse a la política para ver si uno
puede hacer que las cosas cambien y que caminen por un buen
sendero ¡Pero ta pisao, abuelo! Pues para eso hay que ser
mala onda, mentiroso y meterse a babosadas ¡Hay que mancharse
las manos! ¡Y eso; si que nel pastel! Yo; cuando no tengo pisto
pa comprar papel “Palín” ¡Palin... piarme el culo, pues! Me lo
limpio con tusas. Lo importante ¡Es que lo mantengo limpio!
Humberto Samayoa Godoy 61
sumar y a medio restar; a medio entender las cosas; a medio
comer, porque a veces me podía comer solo media tortilla
¡Y sin frijoles! Las cosas que te estoy contando, una me las
contó mi papá y otras mi mamá. Los que más sabían cosas
eran los que milagrosamente lograban salir de la aldea. Pero
la que más cosas me contó, realmente, fue la Nori Navas.
— ¿Y ya se moriría su amor eterno, abuelo?
— ¡No, “Quequex”; mi amor eterno no ha muerto! —dice mi
abuelo Crisóstomo— ¡Pero la que de seguro ya debe haber
tronado a sapo, es ella; la Nori! ¿Y cómo no se iba a morir
la pobrecita con la vida que se daba; si es que esa babosada
era vida? No cabe duda que el destino le aplicó la Ley de
Herodes.
— ¿Y esa ley cuál es, abuelo?
— ¡Si das mucho el culo, te jodes!
— ¡Ahhh! ¿Si verdá?
Por estar hablando babosadas que me afectan emocionalmente,
ya me dieron ganas de echarme un trago —me dijo mi abuelo
Criso; me cuenta “Quequex”— Pero antes, mejor cambiemos
de tema. Dicen que el don ¡El “Chilacayotón”, pues! se mandó
grueso con la Ley de Escalafón. Esto, para que todos los maestros
de Guatemala, no importando en que renglón se encontraran,
tuvieran un sueldo honroso y decoroso ¡No como el de ahora! y así,
dejaran de andar chingando el medio ambiente con la quemadera
pisada de llantas que hacen a cada rato pidiendo aumento ¡Pero
queeee, tatita; te digo pues!
— ¡Puchis, abuelo! Ya controló esos cascarones de escuelas
que hacen ahora ¡Cuando hacen, pues! Sin área verde, sin
drenajes, sin agua potable, sin luz eléctrica, sin letrinas pa
cagar popó y hacer bish, sin escritorios, sin pizarrón, sin yeso
y sin almohadilla. Y lo más ingrato, abuelo; lo más yuca del
camote; es que la mayoría de ellas ¡Sin Maestros!
¡Tas en lo cierto, m’ijo, tas en lo cierto! —me contestó el
abuelo—. Y fijate que el don, dejó dos cosas muy importantes pa
la salú de la población. Primero, te voy a decir el segundo lugar,
porque el primero es más mejor. En Segundo lugar; se puso las
62 El Costumbro
pilas con el Ministerio de Salú Pública y Asistencia Social, para
todas las personas mayores y menores de la Segunda Edá. Ahora
te voy a decir el primer lugar. En Primer lugar; se mandó con el
ESTITUTO GUATEMALTECO DE SEGURIDÁ SOCIAL, que
ha llegado a ser un baluarte importante para todos los viejitos de
LATERCEREDÁ. Pero lo que ahora nos da ñañaras “Quequex”
¡Es que lo quieren privatizar!
— ¡Ahhhh; no me chingue, Tata! ¿No me está dando paja?
¿Entonces que van hacer los de LATERCEREDÁ?
— ¡No sabo, m’ijo, no sabo!
— ¿Y cómo se llamaba el tal “Chilacayotón”, pues Tata?
— ¡Tampoco sabo, m’ijo!
— Y como aquí en Guatemala, se está volviendo el costumbro de
privatizar todas las babosadas públicas ¿Qué pasará cuando
privaticen el I.G.S.S., Tata?
— ¡Ahhhh, puesssss; tampoco lo sabo, m’ijo, tampoco lo sabo!
¡Pero lo más seguro es que los de LATERCEREDÁ comamos
un poquito más de caca ¡Y sin cebolla!
— ¡No lo entiendo, abuelo! Usté que habla tanto del tal
“Chilacayotón”, no sabe nada de él. Por lo que usté me ha
contado, este señor era una eminencia en todo; entonces,
dígame ¿Le dejó a usté alguna buena enseñanza; aprendió
algo bueno de él; algunas buenas costumbres, o algún buen
hábito?
— ¡Sí, m’ijo; aprendí muchas cosas! Pero lo más importante
que tengo, gracias a él; es el costumbro y el hábito de hacer
algo muy placentero ¡Algo que me hace sentir un éxtasis
maravilloso; que me pone en onda; hace que me sienta la pura
hilachigua; la mera tipiscualcoyona! por lo que le voy a estar
eternamente agradecido toda la vida.
— ¡Tan así, abuelo! ¿Y se puede saber qué cosa es lo que le da
tanto placer?
— ¡Claro que sí “Quequexque”! Lo interesante de esta babosada,
es que estés dispuesto a hacerlo la primera vez, para que poco
a poco le vayás agarrando la onda, hasta que sintás el enorme
placer que te proporciona hacerlo.
— ¡No me chingue! ¿Y usté cómo lo hace, pues?
— ¡Pues en la variedá está el gusto, m’ijo! Por ejemplo; cuando
a veces lo hago parado, siento que eso fortalece bastante mi
Humberto Samayoa Godoy 227
ponerle a las mujeres en la pelvis, los maridos celosos, por aquello
de las moscas. Ya se puede imaginar usté, abuelo —dice don
Juanito que le decía su nieto— Si en lugar de preservativo, usaban
concha estas aguerridas damiselas ¡Ja ja jay, tatita! ¿Cómo les
habrá quedado de roma la babosada a los cuates después de hacer
“de aquello”? ¡Peor que cabeza de martillo de herrero pobre!
“KALOMT’E K’ABEL”, nombre que cariñosamente le puso
su mamá a la reina, significa: “LIRIO ACUÁTICO MANO”. No
“Lirio Acuático Mano Dura” ¡Esa es otra! Pero como buena
guerrera; cuando andaba repartiendo cachimbazos en las batallas;
los de la mara, siempre chaqueteros, le decían: “IX KAN AJAW”;
lo que para ellos significaba: “DAMA SERPIENTE SEÑOR”.
En cambio, a la reina que a puro güevo quiere quedar ahora, su
mamá, sencillamente, le puso ¡Sandra!
Tan importante reina “k’ABEL”, fíjese licenciado—me
dice don Juanito— aparece retratada en la “Estela 34”. Y esta
estela, misteriosamente, como ya es el costumbro; se encuentra
descansando, plácidamente ¡En el Museo de Cleveland, en los
Estados Unidos!
Y así, licenciado —me dice don Juanito— podría enumerarle
los sitios argiológicos que me contaba Cayo, en donde los
extranjeros; como Perucho por su rancho; vienen a Guatemala a
hacer lo que les da la gana. Pienso yo ¿Y los encargados de volarle
lente a estos asuntos, ontán? ¡Porai, bien gracias; quemando
llantas!
Contaba don Cayo que él y su primo Eleazar, anduvieron
con los patrones queriendo explorar unas ruinas mayas que
se encuentran en parque nacional “Laguna del Tigre”, en el
departamento de El Petén. Pero que, según les habían pasado
el norte a los patrones extranjeros, “la babosada en mención, no
era un sitio argiológico; sino que simple y sencillamente, es una
compañía transnacional que está haciendo mano de mono con el
petróleo de Guatemala”.
El abuelo de don Cayo le contó que “el petróleo que hay en El
Petén, se lo regaló a los extranjeros un señorón cara de tecolote
226 El Costumbro
“encontró” casualmente, dijeron, los restos ya muertos de
“KALOMT’E K’ABEL”. Esta fue una reina maya guerrera que
ejerció el poder, allá por años 600 o 700 después de Cristo.
El “descubrimiento”, dicen que fue hecho por una inves-
tigadora mexicana, nacionalizada gringa, y una investigadora
guatemalteca, a la que de plano cargaban allí solo para taparle
el ojo al macho. Y un gringo cara de pedo fruncido —contaba
don Cayo— se llenaba la boca diciendo: “Para mí, que llevo 43
años trabajando en el mundo maya de Guatemala, este hallazgo
es el más importante hallado hasta hoy. Es un regalo de los
Dioses mayas”. Este extranjero, para variar, es el director del
sitio arqueológico ¿Hace 43 años? ¡Chanfle, ya debe ser mega
millonario! ¿Qué raro, verdad? Y los arqueólogos de aquí; los
que por lo visto nunca “descubren” ni mierda, ni mucho menos,
por lo visto, son dignos de dirigir un sitio arqueológico ¿Ellos,
ontan? ¿Qué hacen? ¡Porai, mano; vendiendo periódicos, chicles,
chocolates, pastillas y capuchas “Ramses”!
Fíjese abuelo, decía don Cayo; que los restos de la reina, se
encontraban debajo de la estroctura conocida como “M13-1”
¡Saber si era una metralleta chuecoslovaca! en el cuarto principal
del edificio denominado “La Adosada”. Y la reina “Kalomt’e
K’abel”, dicen los detractores que todo lo saben, que era una
mujer multiusos, pues era, al mismo tiempo: esposa, mujer,
concubina, amante, casera y consorte del rey “WAK”, más
conocido cariñosamente en las discotecas de la zona viva, como
“K’inich Bahlam II”.
En la cámara funeraria, cuando estaban examinando los restos
mortales ya muertos de la susodicha fémina; se localizó en el
pecho de la reina guerrera, una joya parecida a una efigie, que
parecía ser un retrato de ella cuando era joven y, según cree don
Cayo, la foto se la tomó en la “Foto Ruano”. En los alrededores
de la cabeza ¡Pero de la cabeza de la reina, pues! se encontraron
varias vasijas cilíndricas, las que serán analizadas para volar lente
si no contienen “Ébola”, o alguna otra mierda desconocida, que
pueda ocasionar serios clavos. Así mismo, a los pies del esqueleto
de la susodicha hembra, se encontró una concha; objeto que solían
Humberto Samayoa Godoy 63
columna vertebral. Cuando lo hago boca abajo, me estimula
bastante la circulación de la sangre. Pero en cambio, siento
bastante placer si lo hago boca arriba, m’ijo. Y cuando lo
hago solo, siento que es bien rico, pero a la vez, creo que eso
es muy egoísta.
— ¡Puchis, abuelo; quien le mira la carita de mosca muerta, pero
usté sí que me salió bueno!
— ¡No más que tu mamá, m’ijo; no más que tu mamá; quien
también tenía ese buen hábito y era la que más placer sentía!
— ¡Válgame Señor! ¡Quien se miraba a la cucaracha santulona,
somatándose el pecho en la iglesia todos los días, y aun tenía
tiempo de hacer esas cosas!
— ¡Para eso; los de LATERDEREDÁ siempre tenemos tiempo,
m’ijo; y si no; pues lo hacemos! Fijáte que cuando hago esa
babosada en grupo, es bien divertido; pero al hacerlo solo entre
dos, enriquece bastante el conocimiento. A veces, cuando no
tengo muchas ganas, lo hago en el baño, pero me han dicho
los que lo hacen ahí bastante seguido, que es muy digestivo;
y cuando para variar un poco, lo hago en el carro, aparte del
clavo, siento que es muy peligroso. Pero aunque te parezca
increíble, “Quequex”; ya me di cuenta que si logro hacerlo
con bastante frecuencia, esa babosada estimula bastante mi
imaginación.
— ¡Abuelo, abuelo; no me lo imaginaba tan birriondo!
— ¡Poray voy haciendo la lucha, m’ijo; poray la voy haciendo!
Una vez lo hicimos de rodillas con tu abuela, pero me dijo que
así era muy doloroso; entonces, ganosos, probamos hacerlo
sobre la mesa del comedor ¡Y nos caímos!
— ¡Puta, abuelo; cómo no se iban a caer; pero hoy sí que la
cagó! Jamás me había imaginado que tenía unos abuelitos tan
birriondos ¡Mis respetos, tata!
— ¡Gracias, m¡ijo! Espero que sigás mi ejemplo y lo hagás vos
también, para que podás sentir el mismo placer que he sentido
yo, y poder sentirme orgulloso de vos.
— ¡Ya me imagino, abuelo, ya me imagino; y se lo prometo,
aunque no creo ser tan cabrón!
— ¡Hay que hacer la lucha, m’ijo; hay que hacerla! ¡Pues mirá!
La babosada, como te decía, es que ya probé hacerlo con mi
mujer. Al principio no quería hacerlo, porque decía que ella
no tenía el costumbro de hacer esa babosada, porque no se
64 El Costumbro
lo habían inculcado desde chiquita. Pero la verdá es, que al
final, la cosa funcionó a la perfección.
— ¡Cada minuto que pasa lo admiro más, abuelo!
¡Y esa mierda no es nada! Te cuento que algunas veces, para
variar un poco ¡Lo hacemos en el escritorio de los patojos! Lo
hemos hecho en ayunas. En el closet, aunque es algo incómodo.
Después de desayunar. Lo hemos hecho oyendo música de
marimba. Lo hemos hecho desnudos y fumando sobre la alfombra
del corredor. A veces, despertamos a media noche y lo hacemos,
aunque luego nos da sueño. Lo hemos practicado en la banqueta
de la casa y algunas veces en el parque central. Pero donde sí se
nos fue la baranda, fue cuando lo hicimos en una hamaca; pues
cuando estábamos en lo más emocionante de la babosada, esa
mierda dio vuelta y nos dimos un morongazo de la gran puta.
— ¿Ay no, abuelo; a lo macho; no me está pajeando, verdá? ¡Es
que no lo puedo creer! ¡Pero ni yo, abuelo, pero ni yo!
— ¡Pues aunque te parezca insólito, m’ijo; no lo es! ¡Y te lo
puedo demostrar cuando querrás, con quien querrás, donde
querrás y por donde querrás!
— ¡Quieto, abuelo; quieto!
— ¡Mirá pues; es bien fácil el camote! Para hacer esta babosada
aprendí bien la técnica con el “Chilacayotón”; pues fue
él quien me inició en mis primeros tanes. Él decía que no
importa la edá que tenga la persona, ni la raza a que pertenezca
si en realidá quiere aprender a disfrutar de un inmenso placer
orgásmico.
— ¡Tranquilo, abuelo, tranquilo; mire que ya me está poniendo
nervioso!
Para gozar de este placer; sentenciaba el “Chilacayotón”;
tampoco importa la religión que se profese; ni el sexo, por raro que
sea al que se pertenezca. Ni mucho menos, la posición económica
¡Esa vale veinte! Porque, en resumidas cuentas; seas lo que seas;
lo hagás solo; lo hagás en pareja; lo hagás en grupo; lo hagás en
público; lo hagás en la iglesia; lo hagás en la SAT; lo hagás en
matamoros; lo hagás en el hospital; o lo hagas como y en donde
se te de la rechingada gana ¡Puta, m’ijo; LEER, SIMPRE ES UN
INMENSO PLACER!
Humberto Samayoa Godoy 225
que entre los principales ríos que lo bañan ¡Al Petén pues, no
a don Cayo! se encuentran el río “San Pedro”, río “La Pasión”,
río “Usumacinta”, río “Santa Isabel”, río “Machaquilá”, río
“San Juan”, río “Subín” y el “Río Azul”. Y entre las lagunas,
mencionaba: laguna “Petén Itzá”, laguna “Lancajá”, laguna
“Champoxté”, laguna “La Laguneta”, laguna “Sacnab”, laguna
“Yaxá” y laguna “Petexbatún”. O sea, que, en El Petén, por “H 2
O” ¡No hay pedo!
Ubicado en las orillas del río “San Pedro”, en el Parque
Nacional “Laguna del Tigre”, en la Reserva de la Biósfera Maya
de Petén, se encuentra el sitio arqueológico “”PERU-WAKA’”,
cubierto por una seductora selva de un exuberante verde en donde
especialmente destaca ¡La guacamaya roja! —le contaba don
Cayo, a su abuelo Juanito—. La palabra “WAKA’”, le dijeron,
significa “Ciudad empinada con afluentes”; y que contiene
muchos valores culturales y excepcionales, al encontrarse los
restos arqueológicos de las antiguas capitales de “EL PERÚ
WAKA’” y “LA CORONA-SAKNIKTE’”, como testimonios
monumentales de la civilización maya; y que contiene el único
complejo de “Santuarios adosados”, de las Tierras Bajas Mayas.
“EL PERÚ WAKA’”; dicen que en el año 550 a.C., como a las
tres y cuarto de la tarde, un día domingo que estaba lloviendo; se
alió con “TEOTIHUACÁN”, en México; y después se asoció, en
el Clásico Tardío, con “CALAKMUL”, en Campeche.
Parece que se han encontrado, pero no han querido contar
nada —le decía don Cayo al abuelo— unas figuras con las caras de
“estuco”, que les dicen; las que según las malas lenguas, las hacían
con pasta de cal y pasta de mármol pulverizado, especialmente
para lucirlas; y estaban adornadas con enigmáticas y diabólicas
expresiones. Se han hallado, según cuentan; unas figurillas
que representan a un gobernante, talladas con un impecable
policromado. Así como también, un enterramiento donde se
encontraron algunas piezas de jade, las que, lo más seguro ¡Es
que ya se las palanquearon los arqueólogos!
Las investigaciones arqueológicas, realizadas en 2,012
—según don Cayo— indican que un grupo de arqueólogos,
224 El Costumbro Humberto Samayoa Godoy 65

“con quién” por allá; o sea, una su “chamarra pedorra”; o un su
“Poncho con chiches” ¡Y echó raíces por el Petén!
Don Cayo le contó a su abuelo, que con su primo quisieron
trabajar de “Ajto’ Ooneel”; o sea, de Bomberos Voluntarios, en
la capital. Pero que como se mareaban mucho por la velocidad
de la Bomba, los dieron de baja. Después, los engancharon
para ir a trabajar con unos arqueólogos, y así recorrieron varios
departamentos del país. Voy a tratar de describirles, más o menos,
los lugares arqueológicos que le describió don Cayo a su abuelo
don Juanito.
— ¡Púchica, abuelo; que agüevada la que me dió; yo pensé que
me hablaba de otra babosada!
— No, m’ijo. Y hablando de otra cosa ¿vos sabés “Quequex”,
quién ganó las elecciones para presidente de Guatemala este
año? ¿El Lacandón o la Siguanaba?
— Nel, abuelo; ninguno de los dos ¡Ganó el manzanogüeno!
— ¡Ulugrun!

De los sitios arqueológicos que don Cayo le describió a don

Juanito, dice que algunos están en distintas zonas del país y la
mayoría están en El Petén. Este último, como ustedes saben, es
el departamento más grande de Guatemala, estando provisto de
exuberante selva que cobija los milenarios centros de la cuna
maya. Así mismo, se le denomina como el segundo pulmón de
América; siendo el primero la selva amazónica de Brasil.

En El Petén —decía don Cayo— hay varias Zonas Protegidas;

aunque la verdá, es que no se sabe protegidas de quién putas,
pues cualquier hijo de vecino se apodera de ellas y las saquea,
como a la “Reserva Biósfera Maya”, con sus exuberantes bosques
subtropicales húmedos. El Biotopo “Cerro Cahuí”, donde “se
pretende” preservar el pavo ocelado; y la Reserva Natural “San
Miguel la Palotada”, en la que se trata de conservar al morciégalo.

“Contaba don Cayo que su abuelito don Juanito, le conto que

un señor que gobernó Guatemala durante el conflicto armado, es
tan feo, pero tan feo, y está tan viejito, pero tan viejito, que en lugar
de tener paloma ¡Tiene murciélago! y en lugar de pelos ¡telarañas!”.

Cuando los descendientes de los Lacandones celebran su

fiesta patronal en honor al “Cristo Negro” de Esquipulas, en el
mes de Enero —decía mi amigo— pueden apreciarse con música
de marimba, las danzas de “La Chatona”, “El Caballito” y “Los
Huaxtecos”.

El Petén —decía don Cayo— cuenta con un titipuchal de

agua, debido a que hay muchos ríos, lagunas y lagunetas. Y
66 El Costumbro Humberto Samayoa Godoy 223

¿Sus manos? Arrugadas también. Agrietadas y callosas, de

tanto usar el azadón para calzar la milpa; de tanto usar el machete
para escombrar; de tanto usar la piocha para surquear la tierra; de
tanto usar el hacha para hacer leña; de tanto usar la sierra manual
para aserrar troncos ¡De tanto, de tanto, de tanto…! ¡De tanto
recibir leño por la supervivencia!

¿Su rostro? ¡Era una incógnita! Su semblante no denotaba

nada. Daba la impresión de que para él, todo era igual ¡Ninguna
emoción! ¿Sus ojos? Algo achinados y de un color bastante
incierto; algo medio grises, medio amarillos y un blanco pálido
medio lechoso, que daban la sensación de que no miraba para
ningún lado. Estos enigmáticos ojos, eran rodeados por espesas
cejas y por un par de ojeras algo moradonas. Pero fíjense muchá.
¿Cómo pisados no iba a tener ojeras el don, si el inocente angelito
procreó 46 hijos? Y ustedes me preguntarán: “¿Y con la misma?”.
¡Pues claro que con la misma; lo único, que con diferente mujer!
La piel de sus mejías y de su frente ya estaba más arrugadas que
un pliego de papel crepé. Pero lo más admirable de este anciano
indígena, era que no tenía canas en la cabeza ¡En la que piensa,
pues! Y como decía un mi tío Chepe “Pitituza”: “¡Arriba las canas,
y abajo las ganas!”.

— ¿La Ütz Awach? —le dije, tendiéndole la mano amigable-

mente— “¿Cómo está?”.
— ¡Ütz Matyox! —“¡Bien gracias!”— me respondió sorprendido.
— ¿Achike Rub’i’ Rija’, don? —le pregunté— “¿Cuál es su
nombre?”.
— Nub’i Rin, Juan Encarnación Yaxón Matzar —me contestó
sonriente, al ver que el muñeco sabía hablar kaqchikel.

Al preguntarle a don Juanito Yaxón, por mi amigo; me dijo

que don Cayo había fallecido hacía bastante tiempo. Que empezó
a quejarse de una extraña enfermedad, la que después de algún
tiempo ya no pudo soportar ¡Y tronó a sapo! ¡Ixcamic!

Me contó, que don Cayo y su primo Eleazar Matzar, se fueron

un día a buscar trabajo; y que después de varios años de ausencia,
solo don Cayo regresó. Eleazar, como iba soltero, encontró un su
222 El Costumbro
paz. Asegura que el viejo como yo, tristemente, ya tiene el
pájaro en paz. Y que la vieja, ya debería estar en paz, pero su
pobre cabecita loca, siempre está pensando en el pájaro. Y que
el maricón, quiere la paz por delante, pero el muy chuchón,
quiere el pájaro por detrás.
PATRIA NUESTRA
“Mi patria son los güipiles de Cobán y Quetzaltenango.
Son los trajes típicos de Nebaj y San Pedro Sacatepéquez, de
Chajul y San Antonio Aguas Calientes. Patria es la ceremonia
del cumpleaños del sol, entre los chortíes de Camotán y Jocotán.
Patria son las romerías de Esquipulas, Ayutla y Chiantla”.
“Guatemala es el ritmo cálido y entrañable de los tambores
de Livingston; la chirimía y el tamborón, en el atrio de la iglesia
parroquial. Guatemala son los faroles rojos, en las ventas de
tamales de carne los fines de semana. Son las posadas y el sonido
grato y omnipresente, de los caparazones de tortuga. Patria son
las canciones escolares; son las fiestas patronales; la marimba
sencilla y la marimba cuache; es el baile social y la popular
zarabanda”.
************
Años después regresé a Nahualá, y busqué a mi amigo José
Macario Yaxón Simaj. Al indagar por él, me mandaron a una
vivienda de aquellas que aun sobreviven, precariamente, al
cambio climático, al calentamiento global, a los clavos de Jovie,
a la selección de futbol que nunca gana, a las chuladas de la SAT,
a los programas de las emisoras de radio y canales de televisión
“nacionales”; donde me atendió un señor muy entrado en años,
que resultó ser el abuelito de don Cayo. A este señor, por su
fisonomía, le calcule sin exagerar ¡Más de cien años! Cuerpo
encorvado, no cabe duda, por cargar durante muchos años, bultos
muy pesados sobre su espalda. Sus pies descalzos, agrietados
de tanto andar por calientes caminos pedregosos, y pasar entre
grandes y húmedos fangales, contaminados quién sabe con qué.
Así ¿Cómo no se le van a agrietar?
Capitulo III
Palín
Como les contaba anteriormente; recorriendo aunque precaria-
mente por falta de lenes, los caminos, aunque todos parchados,
mal asfaltados, llenos de hoyos, mal señalizados, y mejor no sigo,
de nuestra bella Patria; he logrado acumular ¡Gracias a Dios!
grandes riquezas. Estas riquezas, están representadas en la amistá
de cada una de las personas de las que, de alguna u otra forma, he
logrado cultivar.
¡Claro! ¡A veces cuesta! La amistá no es algo que se pueda
comprar —“¡Mire usté; véndame cien quetzales de su amistá!”—
¡Puchica mano; no! ¡De ninguna manera! ¡Así no es la babosada!
Se da el caso por ejemplo de algunas personas muy ricas en dinero,
pero muy pobres en amistá y cariño ¡Nadie las quiere! La amistá,
según me enseñaron mis queridos y recordados viejos; se basa,
principalmente, en el respeto. Entonces, me decían: “Hijo; si no
hay respeto, jamás tendrás amistá; si no hay amistá, nunca tendrás
amigos; si no hay amigos, te convertís en ermitaño; y siendo un
ermitaño ¡Te podes ir en un hoyo de este tamaño!”; y me hacía
una gran seña.
Entonces, me place decir, que tengo muchos amigos. Y uno
de ellos, del cual me estoy recordando ahorita, es ¡Don Mele! Y
casi que lo estoy oyendo….
Yo me arrecuerdo, afigurese don, —me contaba una vez mi
amigo don Mele— que cuando estaba lloviendo y no podíanos
trabajar; yo, mier’mano más chiquito que yo, mier’mano más
grande que yo, y mi tata; nos metíanos al ranchito que víanos
hecho pa descansar, y nos acurrucábanos cerquitita del juego pa
que tantito nos diera calor cuando hacía mucho fríyo.
68 El Costumbro
Antonce mi tata me empezaba contar muchas cosas quel decía
que eran de actualidá nacional. Muchas cosas, me enseñó mi tata.
Muchas cosas dialtiro se me jueron de la mente usté, más pior que
aquí en el campo nuay lugar pa pensar en eso, y más pior tuavía
con eso de que uno no va a la escuela, usté ¡Queeee, dionde putas!
Allá por onde yo, los que van a la escuela, son los que tienen harto
pisto, usté; y los mandan onde hayga escuela, porque por allá por
onde yo, no se conocen esas cosas. Así como yo y mis hermanos,
lo poco que sabemos, lo aprendimos de mi tata. Nos enseñó a
trabajar la tierra, y a medio escribir, y a medio leer un cacho, usté.
Nos enseñó a respetar a la gente, usté ¡Yunque jueran policías, o
diputados, usté! Porque decía mi tata quial’fín y al cabo, también
esos señores son gentes ¡Yunque no lo parezcan! También nos
decía que nuay que hueviar, porque eso es pecado, y uno se va al
infierno ¡N’tsá; aguanta usté!
— Y dígame, Licenciado ¿Los políticos son estudiados, o son
analfabéticos?
— Usted solo preguntas jodidas hace, don Mele; yo creo que con
otra de esas, y perdemos la amistá. No sé cómo explicarle,
pero bueno. Mire; según yo, hay políticos estudiados, que
no saben ni jota. Y hay políticos analfabetos, que son unos
sabios. Ahora; según apreciaciones de mi amigo Bertolt
Brecht; un cuate que desde que se murió, no lo he vuelto a
ver; decía que el peor analfabeto ¡Es el analfabeto político!
— ¡No me chingue! ¿Y porqué, Licenciado?
Pues según él; porque estos no oyen el clamor del pueblo.
Que talvez sea porque están mal de los oídos, o porque se hacen
los locos ¡Cosa que no les cuesta mucho! O porque no hablan
cosas coherentes, o sea, que solo hablan pajas. Que no entienden
la realidá del país. Que no participan en los acontecimientos
políticos; decía mi amigo Bertolt. Por tales motivos, decía; el
analfabeto político no sabe que el costo de la vida, el precio del
pan y de las tortillas, el valor del tacuchón perez y de los zapatos
que usa; de la entrada al Motel ¡Ay no; eso no! El precio de los
útiles escolares, de las medicinas, y todo, todo, todo, pero toditito,
todo; depende de las decisiones políticas.
Humberto Samayoa Godoy 221
de estar bien bañadita para “en la noche” por si a su don le entra
el ganerío de hacer dia’quello. Antonces, después de hacer esas
cosas, y si le sobraba un cachito de tiempo; antoces se ponía a
confeccionar petates de palma, los que vendía a 75 len. Pero pa
poder venderlos, tenía que caminar 7 horas a pié, llegando bien
molida al pueblo más cercano ¡Puchis! ¿Y si no vendía nada?
Los hombres tamién tienen su historia. Estos se iban a las
fincas de la costa sur a cortar caña o café. Se iban por un mes,
o mes y medio; y regresaban con 40, o 60 quezales ¿Cuánto les
pagarían al día los finqueros, usté? ¡Y aun así, los argiólogos los
dejaron sin nada! Y me pregunto ¿Les darían onde vivir? ¿Les
darían onde sembrar su milpa? ¿Les pagarían las cosechas que
perdieron? ¿Les repondrían los familiares que siao’garon en
l’inundación de sus tierras? Les... les... les... les ¡Queeee! ¡Estoy
seguro que no!
Yo ya no vi el final de la obra, qué, como decía un señor que
le decían Charles Chaplin ¡Tendría que haber terminado sin
aplausos! —me dice don Cayo— Ya no vi si terminaron el túnel
quia’cían pa dentro. Ya no supe cuántas personas siao’garon en el
desmadre ¡Ya no quise saber ni mierda, usté! ¡Más mejor me jui a
la chingada! ¡POR UNA GUATEMALA EN PAZ! dicen a cada
rato en la tele ¿Aguanta usté? ¡Ya cayen mal los pisados! ¿En
paz? ¡Dionde jodidos! ¡Pura paja, licinciado, pura paja! ¡Yo ya
no creyo ni en la paz de los dijuntos!
— ¡Yo tampoco! ¡Yo ya no creo ni en la paloma de la paz!
— ¿La paloma no se llama paloma, verdá licinciado; la paloma
se llama pene, o no?
— ¡Así es, don Yeyo; pero la paloma es un pájaro que no vive
precisamente en paz!
— ¿Es un pájaro; cómo así?
— ¡Fíjese pues, el análisis que hizo El Sisimite! Él dice que la
Paloma, es el pájaro de la paz. Que la Mujer, en sí, es la paz
del pájaro. Dice que el soltero, ni a trancas deja el pájaro en
paz. Que la Soltera conoce bien el pájaro, pero no conoce
la paz. La Divorciada, lamentablemente, perdió la paz y el
pájaro. Dice que la casada, tiene bien seguro el pájaro y la
220 El Costumbro
dos estrocturas principales de “Chicruz”. Encontraron la
figura de un jaguar de piedra ¡Y se lo peinaron!
— ¿Cómo no se los comió?
— ¡No sea mula, licenciado; se lo güeviaron, pues! Saquiaron una
cadena de centros posplásticos, que les dicen. Saquiaron todo
a lo largo del río “Chixoy”, entre Sacapulas y Pueblo Viejo.
Y además, saquiaron los sitios arcoliógicos de “Chitomax 2”
y “Putuy”, los que encontraron un poquito más delante.
En febrero de 1982, afigúrese licenciado, que a pesar de
los clavos entre el Ejército de Guatemala y la guerrilla, en el
Conglicto Armado, esto no detuvo la voracidá de los supuestos
argiólogos, pues siguieron como “Piter por su jaus”, barriendo
con todo lo que pudieron, hasta el año de 1,983, que fue cuando
inundaron todo el área. Y a vuelo de helicóctero, manejado por un
piloto que vale, por lo visto, más que la legislación de Guatemala,
comprobaron satisfatoriamente y muertos de la risa ¡Que se habían
cagado en todo! Pues todo, en los 70 kilótremos ¡Estaba bajo
dia’agua! ¿Qué chiste, vaá? Estos hijos... ajenos de su mamá, no
respetaron los pueblos de un lugar árido, con las aldeas indígenas
de “Chivaquito”, “Paxec”, “Relejub” y “Xuaxán”; ni los pueblos
de “Río Negro” y “Chicruz” ¡¿Qué van a respetar estos, si no
respetan ni a su madre?! ¿O será que no tienen?
Yo me di cuenta, fíjese don; que en los años setentas y ochentas,
estas gentes vivían en una gran pobreza, y ahora ¡Tamién!. Las
tierras áridas onde lograron hacer su rancho, no valían nada,
usté. Por eso pienso yo que nunca se preocupó el gobierno de
desalojarlos, pues ¿Pa qué? Las tierras onde sembraban su milpa,
eran tan pura mierda, que solo “elotes locos” daba la mazorca. Y
el bajo rendimiento de la tierra, se debía a la gran sequía anual del
año ¡Ni’a putas llovía! ¡Era más fácil sacarle pisto a un diputado!
Antonce, antes que otra cosa más pior les pasara, se dedicaron
a la artesanía, pero ¡Queeee! Fíjese, pues don. Las mujeres,
después de levantarse temprano a prepararle el desayuno a su
don, de preparar a los patojos para que se vayan a la babosada
que parece escuela, de ir al río a lavar la ropa de toda la mara,
de regresar a preparar el almuerzo, de darle de comer al coche
y a las gallinas, de ir al mercado, de arreglar la casa, y de tratar
Humberto Samayoa Godoy 69
— ¿Antonce, como quien dice, que nua’cen nada?
— ¡Tranquilo, don Mele, tranquilo! Pues como le explicaba.
Según el amigo Brecht; el analfabeto político no sabe que
de su ignorancia nace la prostituta, el asaltante, el niño
abandonado, los antisociales, los Presidentes, las Vice, los
brochas, los policías y el peor de todos los bandidos ¡El
político corrupto!
— ¡Puta licenciado; es bien yuca el camote! ¿Y antonce, los
políticos qui’acen, pues?
— ¡Algo van haciendo, don Mele, algo van haciendo los
pobrecitos!
Melesio Alejandro Chigüichón Raguay. Un viejo amigo.
Palineco de nacimiento y, naturalmente, Pokomam hasta la
médula. Y no sé si todavía, pero don Mele vivía en el Barrio “San
José”, cerca del Cementerio General de Palín, en el camino que
conduce a la aldea “La Periquera”.
A este personaje lo conocí en mis años mozos, cuando yo iba
a las fiestas patronales de Palín a echarme mis tapis y a bailar
al Salón Municipal, acompañado de Roberto “Aviateca” Valencia
(ϯ), Armando “Salcajá” Ovalle (ϯ), Nayo “El Grasa” Cuevas,
Tito “Patulul” Aceituno (ϯ), Arturo “Chispín” Pineda (ϯ), Mario
“Nayaca” Gutierrez (ϯ), Beto “La Secona” Cedillo (ϯ) René
Santos (ϯ), y Sarvelio Ponciano “El Indio Chaveco”.
En aquellos dorados tiempos, don Melesio, más conocido
como don Mele; tenía un su “puestón perez” en el mercado que
estaba debajo de la Ceiba Pentandra, que consistía en una galera
con techo de lámina y circundada de lepa de pino. Vendía, para la
mara de fichas: “Boj Waiser”, “Cusha Ligth”, “Charamila etiqueta
Niger”, y “Salcajá Kaldós Fruits” traído especialmente de la tierra
del “Chaparro” Ovalle. Y para el proletariado que cortaba caña y
café: ¡Puro guaro adulterado! Había boquitas extras, de tortillas
con carnitas, chicharrones con yuca, picado de rábano, iguana en
iguashte, y otras delicias afines al trago.
Por varios años, fui cliente de don Mele. Para la celebración
de la feria titular, el 30 de Julio de cada año en honor a San
70 El Costumbro
Cristóbal, yo amanecía platicando con él, cuando el ambiente de
la fiesta no me gustaba; motivo por el cual, terminamos siendo
buenos amigos
En algunas oportunidades recuerdo que me habló de mi viejo.
Decía que lo había conocido cuando él manejaba ¡Mi viejo,
pues! la única camioneta de pasajeros que cubría la ruta Palín-
Guatemala, y que en varias oportunidades se habían tomado unos
tragos en la cantina “Noches de Ronda”.
No hace mucho, después de 67 años de no ir, subí a la aldea “La
Periquera” en mi carro Nissan Sentra. Quedé asombrado; pues en
aquel tiempo, mi señor padre hacía como dos horas para subir a
la aldea en el camión, y yo hice diez minutos. Allá me encontré
con don Chepe Santos; un señor que conoció a mi papá, cuando él
subía a comprarle café en un camión “Dodge” rojo, a don Pedro
Aifán. En esa época, cuando anochecía; en la vuelta que está
en la hondonada de “El Brujo”, salían de la nada, unos enormes
caballos a espantar a las personas. En un árbol de pimienta bien
grande, salía un enorme mono conocido como “El Monón”. Y en
vísperas del día de “Los Santos Difuntos” ya muertos, como a eso
de las doce de la noche, se veían por los caminos, las ánimas de
unas viejitas tapadas con rebozos negros, rezando por todos lados.
Cierto o no, ustedes dirán; pero a mí, me da escalofrío. La aldea
“La Periquera” queda arriba de Palín, sobre las faldas del volcán
de “Agua”.
En Palín, precisamente en el parque, rodeada por la Iglesia
Católica, la Municipalidad y el Mercado Municipal; sobresale por
su espectacular frondosidad, la CEIBA PENTANDRA. Ésta, por
una propuesta que le hizo una vez al Ministerio de Agricultura,
el botánico Ulises Rojas, fue declarada “Símbolo Nacional de
Guatemala”, el 8 de Marzo de 1,955, por el entonces Presidente,
Coronel Carlos Castillo Armas “Cara dia’cha”. Y según cálculos
de la Carepusita Roja, es la ceiba más grande del mundo, y ha
cobijado bajo sus ramas durante muchos años, el Mercado
Municipal. Esta chulada de ceiba, se calcula que tiene más de
400 años; y la sigue en tamaño y antigüedad, la de San Francisco,
en Petén.
Humberto Samayoa Godoy 219
— No entiendo a que se refiere.
Veya pues. No conformes con cagarse en la gente de los
pueblos inundados dia’gua por linun’dación dia’gua; estos mal
nacidos, hijos de Lucifer cruzados con la Siguanaba, le cambiaron
nombre a los sitios arcoliógicos, así tan fácil, como se cambia uno
de calzoncillo ¿Y las actoridades, qué? ¿on tán? ¿Antonce, pues?
Antonce, veya pues lo que pasa. El piloto del helicoctero, se
llamaba Eduardo Mazariégos ¡Guayo, le decían al pisado! ¡Pues,
sí! ¡Así de fácil fue la cosa! Fíjese pues. Al sitio arcoliógico.
“Chiventur”, le pusieron “Eduardo”; y al sitio “Chicuxtín”, le
pusieron “Mazariégos” ¿Se da cuenta, licenciado? Y le cambiaron
nombre a otro morongazo de sitios ¿Y las actoridades, qué? ¿No
es eso faltarle respeto a la memoria histórica de un pueblo; o qué
putas es?
— Le voy a plantiar algo, licenciado. Vamos a hacer un
supositorio. Supongando que usté, muy amablemente, le da
permiso a un grupo de personas que dicen ser sus amigos, para
que entren a su casa; y que estos, abusivamente, se pongan
a destruirla y a robarse todas las babosadas que encuentran
a su alcance; y que además, cuando usté los llama al orden
¡Todavía se le pongan brincones! ¿Qué haría usté? ¿Le daría
risa? Y supongando que sus hijas se llaman: Telésfora y
Petronila; y que los invitados dispongan, por puro capricho,
cambiarles el nombre y les pongan: Sandra y Roxana ¿Qué
haría usté?
— Pues…
— ¡Yo; lo que soy yo, pues; lo mando a la pura mierda! ¿Y usté?
— ¡También! —le contesto rápido, antes de que me putee—.
— ¡Ya ve, pues! Pero estos mañosos, no son nada babosos, usté.
Fíjese que antes de inundarlo todo dia’gua; se dieron a la tarea
de saquiar los edificios arcoliógicos. Primerito, agarraban
las cosas que encontraban ajuera; y más después, excavaban
pa’bajo y ¡Se lo güeviaban todo! ¡No dejaban ni mierda pal
que barre! Así, saquiaron los sitios arcoliógicos de “Talpetate”
y “Mocotorro”; los centros ceremomiales de”El Jocote” y
“Chitomax”. Tamién escavaron dialtiro pa’dentro, así pa’bajo,
218 El Costumbro
Yo no sé cómo contarle esto, don; no encuentro como. Pero
fíjese pues. Estos señores extranjeros que no eran dia’quí,
estaban haciendo un montón de presas sobre el río “Chixoy”,
desde Aguacatán, en Huehuetenango, hasta San Cristóbal
Verapaz, en Alta Verapaz. ¡Solo vuele lente que tironcito! Son
como 70 kilótremos de largo, onde harían las presas de “Palzajel”,
“Jocotales”, “Los tapescos”, “Pueblo Viejo”, “Chulc”, y “Xalalá”.
Y además, se iban a mandar un túnel, d’esos que van bajo la tierra,
de 25 kilótremos de largo, entre “Pueblo Viejo” y “Quixal”.
Afigúrese licenciado, que estos trabajos que hacían los
extranjeros ´que no son dia’quí, era nada menos que pa inundar
de agua los 70 kilótremos, entre San Cristóbal y Aguacatán. Pues
hasta ahí, que digamos, nuay pedo, don. Lo jodido era que iban
a inundar sitios arcoliógicos, d’esos onde hay ruinas viejas. Y lo
más pizarrín del camote, es que pueblos con gente dentro. Aquí,
con eso de la inundación, se fueron con pancho: “Cauinal”, “Los
Encuentros”, “Chibalam”, “Cuyucabaj”, “Xeocop”, “Chitomax”,
“Guaynep”, “Cerro Verde”, “El jocote”, “Chicruz”, “Plan de Tierra
Negra”, “Xecoyán”, “Río Negro”, “Pueblo Viejo”, “Camalmapa”,
“Santa Ana” y no sé cuantos más. Vuele matate, licenciado ¡Qué
genterío el que se quedó sin nada! ¿Cuántos se ahogaron en ese
aguarrajal? ¡Triste la babosada, usté!
Y fíjese en esta otra mierda, pues don. “La legislación
guatemalteca, dice que se prohíbe la destrución y degradación de
los sitios arcoliógicos”; así dicen que dice esa cosa ¡Pero queeeee,
licenciado, onde pisados! Por lo que a mí me cocsta, y por lo
visto con estos ojos que se han de comer los gusanos, a esta tal
legislación, los estranjeros ¡Se la pasan allá por wwwChiquilajá@
asrterisco.com! ¿Y qué?
Pero hay una cosa que no entiendo, usté. ¡Vuele matate, pues
licenciado! Pienso yo en mi pensamiento que ¿Cómo es posible
que un piloto de esos que vuelan helicócteros, valga más que
la legislación de Guatemala? ¡Y más pior, si el piloto nues ni
dia’quí! Pero ¡Y yunque juera, Licenciado, y yunque juera; es que
nuay derecho; es que ya ni pa la gran chucha, hombre!
Humberto Samayoa Godoy 71
La Ceiba, según me contaba “Palín” Estrada (ϯ), quien fuera
un extraordinario futbolista palineco; la ceiba puede alcanzar una
altura de 60 metros; y su enorme tronco, podría llega a medir hasta
3 metros de diámetro. Su copa ¡La de la ceiba, pues! me decía que
podía llegar a cubrir hasta 1,600 metros cuadrados de superficie,
con sus grandes y gruesas ramas horizontales. Su corteza original,
me contaba “Palín” Estrada, ha sido de color café oscuro, o gris
pálido, tirando a ratón tierno; pero ahora que la cagan las palomas
que anidan en ella, la corteza se ve blanca.
Para los antiguos mayas, según Magdalena Pérez, palineca
que labora en la Academia de Lenguas Mayas; la ceiba representa
la comunicación de los humanos con el Cielo y el Inframundo,
y se le respeta como sinónimo de sabiduría y resistencia. Así
mismo, simboliza la vida, la perpetuidá, la grandeza y la fuerza
¡Ah, chulada de arbolito!
Al leer el libro “POPOL VUH”, se encuentra uno con que
la Cosmovisión Maya, dice que los Dioses creadores, sembraron
en los cuatro rumbos del cosmos sus respectivas ceibas sagradas
¡Si serán pajas, quien sabe! Pero dicen que al Este, sembraron la
ceiba roja; al Oeste, sembraron la ceiba negra; al Sur, sembraron
la ceiba amarilla; al Norte, sembraron la ceiba blanca; terminó
contándome mi amigo Estrada.
También dicen que los Dioses, sembraron una quinta ceiba en
el centro de estos rumbos, don Mele. Y en sus raíces, dicen que
ubicaron a “XIBALBÁ” o “MITANAL”, que era nada menos que
la morada de los muertos. En sus bases, dice que colocaron el
“KAB”, o sea, la tierra en que habitamos los seres vivos; y en su
fuste o ramas, sentaron su morada los Dioses…
— ¿Puta; entonces los Dioses tienen morada la babosada,
licenciado?
— ¡No, don Mele; no la joda hombre! ¡Esto quiere decir, que allí
hicieron su casa!
— ¡Ahhh, bien deciya yo! Yo le pregunté solo por joder ¿Quién
no sabe esa babosada?
— Y como le decía; mientras que en la cima de sus ramas,
habitaba el origen de todos los Dioses en la forma de un
72 El Costumbro
precioso QUETZAL CELESTIAL ¿Leyenda, cuento, mito,
fábula, chisme, mentira, charada, paja, o alucinación? ¡Vaya
usté a saber!
PALÍN es un municipio del departamento de Escuintla, el cual,
según tradición oral de los palinecos, el pueblo fue fundado por
los españoles en el año de 1,525. Pintoresco poblado del período
indígena Pokomam, al que se le conocía como San Cristóbal Palín,
pues sus habitantes son devotos de San Cristóbal ¡Cachurecos los
cuates! Se puede decir que Palín se caracteriza porque, siendo el
único pueblo maya del departamento de Escuintla, la mara le ha
hecho güevos a la situación, y el pueblo ha permanecido fiel a su
cultura, a su forma de organización y a su forma de ver la vida
¡Mis respetos, muchá!
La feria titular la celebran los paisanos a finales del mes de
Julio, cuando aprovechan para ponerse “dos que tres”. Entre
los bailes folklóricos, los que son muy espectaculares, se
pueden mencionar: el baile del “Venado”, “La Conquista” y “El
Partideño”. Pero, con eso del cambio climático, la bolsa solitaria,
el calentamiento global, “El Capo” y los chalecos anaranjados; a
los amigos Pokomames les ha dado por bailar: “La Quebradita”,
“Merecumbé”, “Salsa”, “Merengue” “Punta” y “Reguetón”.
¡Pero bueno! Nos cuenta la Carepusita Roja, historiadora
internacional; que la mera cuna de los Pokomames, fue en los
alrededores de San Cristóbal “KAJKOJ”, actualmente San
Cristóbal Verapaz, en el norteño departamento de Alta Verapaz.
Pero que por la invasión de grupos indígenas Rabinales y Quiches
a Baja Verapaz, durante el siglo XIV; parte del grupo Pokomam
se vio obligado a poblar otras regiones del sur. De manera que
el Pokomchí, echó raíces en las Verapaces; mientras que el
Pokomam, lo hizo en la zona central y oriental de Guatemala; y
un grupo, se fue al suroccidente de El Salvador, donde fueron a
inventar las “pupusas”.
PALÍN, orgullosa tierra de Pokomames y de la Ceiba
Pentandra más frondosa del mundo; se encuentra custodiado por
4 de los más imponentes volcanes de Guatemala: el volcán de
Humberto Samayoa Godoy 217
¿Será cierto que dicen porai, que los kaqchiqueles son meros
arrechos pa hacer dia’quello, pues asigun dicen, parece que
como son meros bien “alentados” dicen que por eso tienen
muchas mujeres?
— Pues la verdad; es que no sabría decirle, don José. Pero ¿A
qué se debe la pregunta?
— ¿Usté no ha oído porai, que dicen, pues, que los Kaqchikeles
tienen varios anales?
— ¡Válgame, don José! Para variar, se nota que en la escuela
no le explicaron bien como es la babosada ¡Los Anales es el
libro sagrado de los mayas, conocido como: “Los Anales de
los Kaqchikeles” y “Los Anales de Xahil”! ¡Nada que ver con
los “anales” que usted piensa!
— ¿Antonce, anales no es lo mismo que culos, pues licenciado?
— ¡No, amigo! Anales, en este caso; se refiere a una relación de
sucesos acaecidos en un lugar, y relatados, ordenadamente, en
un libro, por años.
— ¡Jue la gran chucha, usté! ¡Bien mi’maginaba yo, que ansina
merito era la babosada!
Pues como le contaba don; —me sigue diciendo don Cayo—
que con eso de que tengo que andar buscando chance por todos
lados, yo miando todo Sololá, yo miando todo Totonicapán,
yo miando Cobán, yo miando Petén ¡Puta; yo miando toda
Guatemala, usté! Pues pa eso de andar volando pata, dicen soy
muy güeno. Pues en eso de que ando por todos lados, cuando
menos sentí, andaba en un lugar que le dicen CHIXOY ¡Y ahí me
dieron chance! Pero ¡Puchica, don; yo no sabía onde me estaba
metiendo yo.
Yo llegué ahí como cerquita de la mitá de medio año del 78,
digo yo; y unos señores estranjeros, de esos que no son dia’quí,
sino que son dio’tro lado, bien lejos dia’quí, y que hablan todo
machetiado. Estaban haciendo una de esas babosadas que les
dicen presas, que al principio no sabía que era la babosada, usté.
Hasta que me explicaron, que eran unas cosas que retenían el
agua de los ríos pa que se estancara en un lugar, y así poder hacer
electrecidá pa alumbrar de noche ¡Saber co’muarán, usté!
216 El Costumbro
indica que’l mero bergueyo empieza, y que es momento de que
salga la grotesca procesión.
De una casa pueden salir, más o menos, unos 800 “tabaleros”
vestidos con pesadas máscaras de madera, máscaras de diablos y
máscaras de esqueletos. Estos personajes van tocando tambores,
latas, sartenes, ollas y campanas, a un mismo ritmo, y lanzando
unos gritos que ¡Ja ja jay, tatita! saltando al mismo tiempo entre
la gran humazón de los cuetes, y de los canchenflines de cuatro
pulgadas de largo. Como usté ya se puede imaginar, licenciado,
—me dice don José— es una gran bullación. Pa mientras, el
genterío va avanzando guiado por los organizadores que organizan
la babosada, los que ya van “dos que tres”, llevando un lazo por
delante, pa que la mara no se meta al rollo. La marcha pasa por
cada una de las cofradías del lugar, incluida la de San Simón, en
donde descansan los partecipantes que partecipan. Ahí les regalan
frutas y guaro. Pero mire como son los paisanos, pues don. No
dirá pues que ¡Tiran a la mierda las frutas y solo se zampan el
guaro, pues! Ni modo; esto hace, que ya engazados, poco a poco
vaya cambiando el ánimo de cada “Tabalero” y ¡Val’golpe, tata,
val’golpe!
Los tacuches de Diablo, algunos de los Talibanes ¡Talibanes,
dije! ¡Tabaleros, es la babosada! Pues los tacuches, hay quienes
los traen de las morerías del Quiché y de Totonicapán; mientras
que otros, usan la ropa vieja de los agüelitos; o en todo caso; la
compran en donde dicen que “se abrió la Paca”. Pero a pesar de
la trasculturización —¡Puchica; hoy si me salió bien la palabrita,
licenciado!— “El Tabal” sigue siendo una tradeción que involucra
a todo el pueblo. Algunas personas que saben un poco de estas
babosadas, han pensado proponer esta tradeción pa que sea
declarada Patrimoño Cultural de la Nación, fíjese licenciado.
Pero con eso de quiay que andar volando pata por todos lados,
pa poder conseguir el tacuche; y más pior agora, con eso de que
los pintos andan masacrando indígenas en Toto; saber si tendrán
ganas los muchachos de seguir con la tradeción, usté.
— Y perdone la pregunta tan mañosa, don —me dice don José
Encarnación— pero como miro que usté es bastante estudiado
Humberto Samayoa Godoy 73
“Agua”, el volcán de “Acatenango”, el volcán de “Fuego”, y el
volcán de “Pacaya”.
¡Volcanes; bellezas de alto riesgo! Según parece, en Guatemala
hay 288 volcanes ¡Guau! pero solo 3 de ellos se cagan en la olla a
cada rato: el volcán de “Pacaya”, el volcán de “Fuego” y el volcán
“Santiaguito”. Pero también está el volcán de ladrones de la “9ª y
9ª”, que es el que más chinga.
El volcán de “AGUA”, es considerado uno de los colosos
más altos de Guatemala, con sus 3,760 metros de altura. Por
su forma y por su simetría, la que simasito es casi perfecta; este
muñeco adorna el paisaje desde cualquier ángulo del que se le
contemple ¡Parados, hincados, acostados, uno encima de otro, o
de cabeza! Pero por muy chilero que sea y muy orgásmicos sean
los paisajes que se contemplen, este volcancito pisado, todos los
años hace caca el pueblo de Palín, con las grandes correntadas
de agua que bajan por las hondonadas de sus largas faldas. No
está demás indicar, que este muñeco, abarca los departamentos de
Guatemala, Escuintla y Sacatepéquez.
En las faldas ¡Las del volcán, pues; no de las palinecas! se
pueden ver cultivos de café, sembrados por la mara pokomam.
Un poco más arriba, se siembra maíz; y cerca de la cima hay un
bosque, hasta hoy medio virgen, por la maña de cortar los árboles
para hacer leña. En el cráter hay una capilla de piedra con la
imagen del Cristo crucificado; por lo menos ahí estaba en 1,979,
cuando subí el volcán con mi hijo Betío, quien tenía 12 años
en aquella época, y con mi yerno Víctor Hugo Estrada, cuando
era fisiquín. También pude ver unas repetidoras de canales de
televisión, las que de seguro ya se palanquearon.
El nombre del volcán, según investigaciones secretas,
proviene de la corriente de agua y lodo que bajó del volcán en
1,541, después de 3 días de tormenta; cagándose en el segundo
asentamiento de la capital de Guatemala, la cual estaba donde se
encuentra lo que hoy se conoce como Ciudad Vieja. Los Mayas,
incluyendo a Checha y su “India Maya”; y hoy, todavía los
Kakchiqueles; lo reconocen como volcán “HUNAPÚ”, por ser
éste, según ellos, uno de los Dioses de la Cosmovisión maya.
74 El Costumbro
En la subida al volcán se pueden ver muchas cruces a cada
distancia, pues se debe a la tradición de subir en VÍA CRUCIS,
hasta la capilla de piedra ya mencionada. Pero también se ven
cruces que ponen los familiares y amigos, de los que han fallecido
en el intento de subir, y de los que “los han fallecido” allí. Todo
el camino está rodeado de vegetación y el ambiente suele ser
bastante fresco. La famosa “HERRADURA”, se encuentra en la
parte alta y es una sección del volcán que corresponde a un canal
de roca por donde bajan piedras rodantes, las que le imprimen un
poco de aventura al recorrido ¡Aventura, la gran puerca! Ya cerca
de la cima, los caminos se vuelven más estrechos y húmedos,
y se ven más pajonales ¡Pajonales de montes, pues; no de los
otros! Adentro del cráter se encuentra un campo, donde se puede
practicar futbol y beisbol ¡Puchica, que yuca!
El volcán de “FUEGO”, es uno de los más impresionantes
volcanes de Centro América ¡Por lo menos ya impresionamos en
algo! Lo podemos encontrar sentadito, como si no hiciera nada,
en el mero vértice entre los departamento de Chimaltenango,
Sacatepéquez y Escuintla.
Está sentado sobre la Sierra Madre ¡No sentado sobre la madre
de Sierra! Su última erupción parece que fue el 13 de Septiembre
de 2,012. Su nombre en Kakchuiquel es: “CHI’ CAG”, lo que
significa: “donde está el agua”. El volcán de “Fuego” tiene la
gracia de que es uno de los que más Chinga en Guatemala y
Centro América. Las erupciones se han registrado desde 1,524
y desde entonces, tiene a raya a todos los lugares aledaños a él,
especialmente, a San Pedro Yepocapa ¡Yopo, nopo, sepe, popor
quepe!
El peligro de cuando el volcán hace sus gracias, son los flujos
de lava, los flujos piroplásticos, la caída de enormes bloques
de piedra, la caída de ceniza incandescente, los lahares y las
inundaciones ¡Solo falta que lo cague a uno un sope! Se calcula
que en caso de que este muñeco haga erupción, puede joder a
más de 100,000 personas que viven en las aldeas que están en la
circuncisión del coloso. Y fíjense muchá, que los flujos de lava
son raros, pues estos, se convierten rápidamente en avalanchas.
Humberto Samayoa Godoy 215
— ¿Y porqué, don Cayo?
— ¿Y pa qué va comprar calzones caros? ¡No ve pues que estos
hay que romperlos a cada rato durante la Luna de Miel!
— Lo que no entiendo —le digo a don Cayo— es que ¿Por qué
tanta pedidera de mano, si lo que en realidad quieren es otra
cosa?
— ¡Pos aishtá el detalle, licenciado, aishtá el detalle! ¡Lo mesmo
pienso yo pa mis adentros! ¿Pa que chingados quiere uno
la mano, vaá? Pero ¡Vaya usté a saber! ¡Con eso de que la
tecnología está tan avanzada, y más pior que dicen que agora
la babosada hay que hacerla a control remoto; puta!
También nos contó don José Encarnación, la tradición de
“EL TABAL”. “Humo de leyenda”, “Demonios y esqueletos”,
“Fuego y viento”. Centenaria y alegre tradición de tambores,
cohetes y bombas, que hacen retumbar las calles de Sololá, el 8
de Diciembre de cada año.
Fíjese don —me cuenta don Cayo— que dicen que en la
medida que la cultura y la religión de un pueblo, son reemplazadas
por las de un ocupador más juerte, como pasa aquí en Guatemala
con los méxican boys y los gringos go jom; éstas ¡La cultura y
la religión, pues! naturalmente, tienden al cambeyo. Pero no
necesariamente a la disaparición de ellas, como quisieran algunos
de la foto ¡Güevos, Licenciado! Eso es lo que más o menos, por
pura negligencia, le ha pasado a las danzas y rituales que los
kaqchiqueles realizaban en conmemoración de sus fiestas. Pero
estas danzas y rituales, a pesar de que las han ido fundiendo ¡A
puro tubo! a la fe cristiana; aun demuestran la forma en que se
expresa la imaginación popular. “El Tabal” es una tradeción de
muchos siglos, y se celebra en Sololá cada 8 de Diciembre ¡Y qué
pisados!
Cuando empieza el friíto de Diciembre y el viento azota
los enmohecidos y enmontados tejados de Sololá, se deja oír el
sonido monocorde del tambor, acompañado por una melancólica
chirimía tocada por algún indígena bien a matraca. Y es dando
la campana de la iglesia parroquial, la última nota que indica que
son las cuatro de la tarde, truena la primera bomba de la fiesta, que
214 El Costumbro
Las bodas mayas, el noviazgo y la pedida de mano, han
sufrido algunas adactaciones hacia la cultura ladina, usté —me
dice don Cayo— Antes, antiguamente, por ejemplo, a la chava se
la cantiniaba el cuate, cuando ella iba al río a traer agua. Lo que en
algunas ocasiones, al momento de los jalones y estirones, la tinaja
volaba a la chingada y se rompía. Además, eran bien respetosos
para hablarse cuando eran novios, pues el cuate se mantenía a un
metro de distancia de la chava; y lo más que se atrevía a hacer
¡Era tocarle el rebozo! ¡No quia’ora, don…!
La primera cita, en la etnia k’aqchiquel, se hace a través de un
intermeliario; y el lugar de la reunión casi siempre es en el parque
del pueblo y antes de medio día. Si a la chava le interesa el cuate,
le dice que dentro de dos o tres meses le dará la respuesta. Si
la respuesta juera posetiva, podrán verse dos veces a la semana
durante un año, y a escondidas, ante de contárselo a los rucos.
Cuando se oficializeya el coito, pueden pasar hasta dos o tres años
antes de la boda; y mientras tanto, Licenciado, mientras tanto; uno
solo se relame el bigote pensando ¡Qué sabor tendrá el rochoy!
Después de dos o tres años de andarse sobijiando por todos
lados; el novio, junto con el papá, sus hermanos y sua’güelo ¡El
agüelo del novio, pues; no el agüelo suyo, Licenciado! —me dice
don Cayo— quien será el “Pey”, o “Pedidor”, por la esperencia
que tiene; y hasta antonce, se hace la primera reunión de la pedida
de mano, usté. En la misma se decide la fecha pa la segunda
reunión de la pedida de mano, que puede ser, dentro de tres o
cuatro meses. Esta reunión, es pa proponer una fecha pa la boda,
y la fecha pa la otra pedida; y a todo esto, asigún dicen las malas
lenguas, fíjese don, que a la novia ¡Ya le descotonaron todo el
asterisco punto com! Y en otra reunión, se decide que chingados
se va dar de trama. Y en la reunión que sigue, se escoge la iglesia
onde se llevará cabo la boda. Ya bien arreglado el tamal, se dejan
pasar dos meses pal matrimonio civil. Y pa que las familias
empiecen a conocerse y a relacionarse entre ellos, pueden pasar
otros seis meses. Por fin, después de tantas reuniones, el día tan
anhelado llega ¡Y a rajar ocote, chula! Al novio le toca comprar
la vestimenta de la novia. Lo más caro el güipil, que pude costar
unos dos mil quezales. Y lo más barato son los calzones.
Humberto Samayoa Godoy 75
— Afigurese licenciado —me contaba don Mele— que un año
cayeron tales morongocachimbazos de agua, que el volcán
soltó tanto material que se llenó un gran barrancón como
de más de 50 metros de hondo; y el lodazal y otro montón
de babosadas que traía, quedó casi que simasito encima de
las casas. Tal sería la grosería, dirá usté; que tres años más
después, la lluvia todavía arrastraba el material acumulado
en el barrancón hasta los ríos “Pantaleón” y “Niágara”.
Pero hubo un gran camote, don ¿Sia’cuerda de la tormenta
tropicálida “Stan”, que le decían? Pues esa babosada desvió
el curso del río “Niágara” y dejó a la gente de la aldea “Sangre
de Cristo” ¡Ni porque se llamaba así! aislados entre el volcán
de “Fuego” y una finca privada, la que, por cierto, hasta la
fecha, y no importando la metida de yuca que puedan llevar
las personas, no les permite el paso por su terreno ¡No le digo,
pues licenciado! ¡Es que hay cada hijo de “La Siguanaba”
que, ja, ja, jay tatita!
— Yo le gua decir mi punto de vista mío, licenciado —me dice
don Mele— A la gente de por aquí por onde yo, onde nuay
escuelas onde le lavan el coco a uno, las encargadas de lavarlo,
son las iglesias. Vuele matate pues. En la circuncisión del
volcán de “Fuego” se encuentran asentadas 13 comunidades
en zonas de alto riesgo, las que por no ir a la escuela ¡Porque
no hay! yunque sea a aprender babosadas, antonce la gente va
a la iglesia, y veya lo que pasa:
“Si el volcán llegara a reventar —dice un vecino— y no nos
diera tiempo de salir hechos pistola, lo mejor sería, como dice el
Pastor, juntarnos toda la familia y esperar la voluntá de Dios”.
¡No le digo pues! Estas gentes piensan que es un designio de
Dios y que la naturaleza decidirá si se quedan o se van ¡Se van
con pancho, pues! Hemos visto mucha resignación cristiana
¡Puta; con las lavadas de coco, como para que no piensen así!
Mucha gente dice: “aquí nací, aquí me muero”. Dice un señor
que trabaja de no sé que, en una babosada que le dicen Conre,
donde a saber qué hacen: “Estamos trabajando con las iglesias”
¡Estamos, dijo la pulga! —esto fue en el año 2,006— “para que
la gente tome conciencia del peligro”. “El siguiente paso —
aseguró— es cranear un plan de evacuación para irse a la mierda
76 El Costumbro
y mejorar las vías de comunicación, las que hace rato están como
la cara de aquel que les conté; las que, tentativamente, estarán
listas el próximo año, pues si el volcán entrara en erupción en
invierno, nos llevaría la gran puta, pues no podríamos sacar a la
gente. Pero lo que pasa es que no hay pisto, pues tenemos muy
poca capacidad de respuesta de parte del Goabierno” ¿Cómo así?
¡Todo esto es paja, muchá; pura paja! Ya pasaron más de 8 años
¿Y qué? ¿Ontan las carreteras? Pero ni modo ¡Como por ahí no
se siembra caña, vaá; pues nuay!
Otro vecino dijo: “El volcán es como una persona. Éste, el
volcán, cuando le duele el estógamo porque tiene mucha lava,
digamos, tiene necesidad de sacar esos gases. Y la persona,
cuando le duele el estógamo porque está empachado, tiene
necesidad de ir a cagar” ¿Sabiduría popular, no cree licenciado?
Total. La Carepusita Roja, neumóloga honoris causa, dice: “ahí
quiere güevos vivir ¡Es un atentado!”. Y a pesar de eso, la gente
se resiste a dejar sus casas y sus tiliches. Además, la mara no tiene
muchas alternativas onde poder elegir, pues ¿A onde se van? ¿Pa
onde agarran? Le han pedido al gobierno un pedazo de tierra onde
poder vivir dignamente; pero la respuesta, como es el costumbro,
es: ¡Nuay! ¡Nuay pisto! ¡Si no; nualcanza pa los aviones y los
helicócteros!
Volcán de “ACATENANGO”. Este muñeco, con sus 3,976
metros de altura, se encuentra entre San Miguel Dueñas, Antigua
Guatemala, y Acatenango; habiendo hecho su última gracia en
1,972. Cerca de la cima se encuentran dos picos: el “Pico Mayor”,
que es más grande que el más chiquito, y el “Pico Yepocapa”, que
yopo nopo sepe popor quepe lepe pupu siepe ropón apa sipi, a
3,880 metros de altura. A este último se le conoce también como
“Tres Hermanas”, o “El Conejo”. Dice la mara que el volcán se
encuentra “unido” al volcán de Fuego, por una babosada conocida
como “La Horqueta”.
En 1,999, ya casi ajustando mis sesenta traviesos, inquietos
e inocentes años primaverales; subí este coloso acompañado de
mi especial amigo Güicho “Perica” y como 40 compañeros más
de la Asociación de Andinismo. Le hicimos entrada por la aldea
Humberto Samayoa Godoy 213
fría en la cantina “El Somatón”, algo de la cultura maya. Nos
decía que la ceremonia del “JA K’ULB’IK”, lo que significa, “LA
BODA”, es la culminación de los rituales de noviazgo y de la
pedida de mano de la chava. O sea dicho, en buen chapín ¡Que se
legaliza el coito! Algo así como quien dice, que la chava ¡Ya se
puede ir con pancho!
Del techo del templo de la iglesia católica, —nos dice don
Cayo— se disprenden unas cortinotas blancas que caen dia’rriba
pa’bajo, en las que cuelgan un cáliz y algunos corazones de
duropor. También cuelgan unas palomas de cartulina blanca ¡La
del novio cuelga en otro lado, usté! Cuelgan bastantes vejigas
blancas y unos letreros onde se lee “recuerdo de nuestra boda”.
Bajo la puertona de la iglesia, cuelgan una enorme campana
blanca de papel crepé, llena de arroz y maíz, esperando la salida
de los novios pa romperla y que les caiga el contenido en la mera
shola. La ceremomia es muy solenne, y los asistentes que asisten,
están muy atentos y respetosos a la misma. Pero pa variar, siempre
anda un chucho serote chingando entre las bancas, distrayendo la
atención de la gente y sacándole calor al Cura. Pero nadie se hace
cargo de sacarlo ¡No le ponen coco! ¡Al chucho, pues; ni al Cura!
Y afigurese don, que al terminar el acto religioso, muchas
veces se escucha la voz emocionada de algún engazado que grita:
— ¡Un aplauso pa los novios!
Entonces se escuchan los aplausos “¡Clap, clap, clap, plache,
plache, plache, chiploc, chiploc!”. Y otra voz grita:
— ¡Arriba el novio!
— ¡Arriba la novia! —corean las invitadas solteronas, todas
celosonas y emocionadonas pérez—.
— ¡Arriba el novio!
— ¡Arriba la novia!
Y se deja oír el reclamo de uno de los invitados quien ya se
encontraba “dos que tres”, diciendo:
— ¡Puta muchá, no jodan; dejen que se pongan como ellos
quieran, hombre!
212 El Costumbro
Foto: Jean Béliveau. Buscando chance de campo en Nahualá ¡Pero
nuay!
Uno de los personajes más importantes y notables, que ha
tenido Nahualá, indudablemente fue don Manuel Tzoc; personaje
quien falleció lamentablemente en 1,899. Pero antes de su muerte,
como buen “Chapulín Colorado”, dejó construida la Iglesia
Parroquial, con sus gruesas e indestructibles paredes hechas con
piedra de granito; unas escuelas, el edificio municipal, y otras
obras que ya no logré captar en la “Radio Nahualá”, porque a
cada rato la interfiere el gobierno porque dice que es clandestina.
Su fiesta titular la celebran los nahualeños a finales de
Noviembre, conmemorando a Santa Catalina de Alejandría. En
el municipio funcionan, gracias al entusiasmo de los pobladores,
cinco Cofradías: “Cofradía de Sacramento”, “Cofradía de Santa
Cruz”, “Cofradía de San Francisco”, “Cofradía de Concepción”
y “Cofradía del Rosario”. Y la celebración religiosa, consiste
en juegos artificiales, bailes regionales como “Los Moros”, “El
Venado”, “El Torito”, “Los Mexicanos” y “La Conquista”. Pero
lo más entusiasma a la mara, son los juegos populares y las
infaltables “Zarabandas” ¡Donde la mara se pone bien a tuza!
Nos contaba don José Encarnación, un amigo de don Cayo
con quien nos encontrábamos disfrutando de una cervecita bien
Humberto Samayoa Godoy 77
“La Soledá”. Este volcancito tiene la particularidá de que no
tiene subida zigzagueante, sino que el camino es arenoso y recto
hacia arriba. La arena es muy suelta y resbaladiza, lo que implica
tener que ir dando tres o cuatro puntazos en el suelo con la punta
del zapato, para hacer un hoyo donde apoyar la punta de cada
pié, cosa que como se imaginarán, causa un dolor de todos los
jicaques en los meros camotes, razón por la hay que descansar a
cada rato.
El otro camote, es que hay que ir subiendo bien alto las
piernas, para poder pasar los troncos que se encuentran tirados
en medio del camino, así como agacharse para pasar debajo de
algunos que se encuentran atravesados a medio caer ¡Yo; ya no
solo tiraba la toalla, muchá; sino que también la mochila! ¡Qué
martirio, que martirio! Pero cuando uno es bien portadito; que
no dice muchas malas palabras y no hace caras cuando se echa el
trago; siempre aparece un alma generosa que lo ayuda a uno. Un
compañero de apellido Landaverry llegó a la cima “El Conejo”,
armó su carpa, y bajó a ver a quién ayudaba ¡Me encontró medio
muerto! Agarró mi mochila, se la puso al hombro, y ¡Ya no le vi
ni el cacho! Cuando llegué a la cima “El Conejo”, que es donde
se hace el campamento, mi carpa estaba armada. Faltaban 10
minutos para que fueran las 6 y 10 de la tarde.
Al rato de estar descansando dentro de la carpa, venían
bajando del cráter del volcán, los compañeros que habían llegado
primero; y entre otros, se encontraban: Landaverry, Peña, Molina,
Orellana, una muchacha preciosa de nacionalidá inglesa, Güicho
“Perica”, otro montón de cuates y, naturalmente, los esposos
Carbonell ¡Yo no salí de la carpa, ni a cenar! Desperté a las
dos de la mañana sintiendo que me asfixiaba. Abrí la carpa para
que me entrara aire, pero lo que entró fue una helada ráfaga de
viento, acompañada de copos de nieve ¡Estaba nevando! La
temperatura se encontraba, según un aparatito que llevaban los
guías, a 7 grados bajo cero. Mi presión arterial, cual canchinflín
Semanasantero, luego se disparó hacia arriba. Yo no sabía, hasta
ese momento, que soy hipertenso ¡Simasito me voy con pancho
En 1,994, después de subir 24 volcanes y por motivo de estar
preparándome para asistir al Tercer Campeonato Mundial de
78 El Costumbro
Maxibaloncesto en Costa Rica, con la Selección de Guatemala,
me retiré de la Asociación de Andinismo. Ya no fui al volcán
“Lacandón”, en donde no se ha establecido aun si fue puesta
por la guerrilla o por el Ejército de Guatemala, la granada que
explotó en el cráter del volcán y le destrozó los testículos a mi
especial amigo el Doctor Federico Carbonell, causándole una
muerte agónica. Un gran profesional de la medicina veterinaria
y entre los mejores, según yo, montañistas de Guatemala, junto a
Jaime Viñals y Andrea Cardona ¡La Pene Ce aun no decide a quién
echarle el muerto del granadazo, pero sigue exhaustivamente la
pista! ¡Ufff; menos mal!
F/hsg. Volcán “Lacandón” 1,994. Jorge Peña, Federico Carbonell y el
muñeco.
Por último tenemos, el Volcán de “PACAYA” ¡Belleza
indómita! Este montoncito de arena, tiene una altitud de 2,552
metros de altura. Es un volcán muy chistoso y activo; su
última gracia la hizo en 2,010 ¡Chorreándolo todo! ¡Así como la
chorreada que se están dando hoy las mineras transnacionales en
Guatemala!
Humberto Samayoa Godoy 211
el temor a ser rediculizado; por no ser acectado por una sociedá
racista; o ¡Vaya usté saber! Lo cierto, que si le digo yo, es que
cuando empezó a funcionar aquella radio que anteriormente le
comentaba, fue cuando Nahualá dispuso ponerle yemas al camote
y le abrió las puertas al crecimiento de crecer en desarrollo.
Eran más de once de la noche cuando nos acostamos. Y al
día siguiente, después de un desayuno típico de pueblo, don Cayo
me platicaba algo de la Radio que me mencionó el día anterior,
y me comentaba que ésta, es “RADIO NAHUALÁ”. Pero que
por razones de diferencia de edades; o que porque los muchachos
ya son estudiados; que porque ellos andan en un rollo y él en
otro; o que por falta de oportunidad; posiblemente no ha podido
conocerlos. Lo cierto, es que don Cayo no sabe el nombre de
las personas que laboran en la radio, ni el nombre de la persona
que transmite, todos los domingos, los partidos de futbol entre los
equipos quezaltecos de Zunil y de Almolonga.
— Licenciado; le arrecuerdo que hoy es día domingo. Vamos a
encender el radio porque ya va siendo hora de que empiecen a
trasmetir los programas acostumbrados.
Y efectivamente, así fue. Al rato de estar escuchando un
programa de marimba, y siendo las siete de la mañana, se suspendió
el programa musical y pudimos disfrutar de los programas
exclusivos de Pedro “Chilaquila”, por “Radio Nahulá”.
Pues desde esta clandestina y prestigiosa radio, también nos
hemos enterado que en el Censo efectuado en 1,955, indicaban
que el porcentaje de indígenas era más o menos de 99.9 por
ciento y que el 96.4 por ciento de ellos, eran tan analfabetos que
no sabían escribir ni leer. Contaban que sus moradores vivían
de su miserable cosecha de maíz, y de sus escasos ingresos
como jornaleros temporales en las distintas fincas de la costa
sur; considerándoseles, por tal motivo, “pobladores indígenas
sobreviviendo miserablemente en extrema pobreza”. Ahora, sus
habitantes han aprendido a elaboran las tradicionalmente famosas
piedras de moler y, además, confeccionan rodilleras, morrales y
sombreros de los llamados sombreros “tiesos”.
210 El Costumbro
muy re feyo: Yadumira Burgundólfora; y que como usté iba a ser
el padrino, dijo que le pusiéranos María Inés ¿Se arrecuerda? ¡Ya
nos habíanos rempujado una caja de cervezas entre los dos! La
segunda vez, vino cuando la patoja hizo su Primera Comuñón.
La tercera vez, cuando cumplió sus quince años. La cuarta vez,
cuando resultó embarazada y se tuvo que casar a puro güevo. Y
agora, que se vino a encontrar con que ya me hizo bisagüelo la
Marinés. Por eso le pido por favor que se quede hasta mañana,
porque la próxima vez, quien quita que ya no voy a estar en
esta bendita tierra del Seños, pues no vaya ser ¡Que ya me estén
comiendo los gusanos!
— De acuerdo, don Cayo ¡Me quedo!
Pues desde que vino la primera vez, hasta pasadito 1,962,
cuando ya más o menos funcionaba una radio aquí; usté se dio
cuenta que Nahualá era un pueblo que casi vivía en una pobreza,
de esas que les dicen estremas ¡Y no era paja, Licenciado; no era
paja! De generación, en generación, y’unque pobremente, aquí se
han venido celebrando nuestros ancestrales ritos mayas, los que
en una forma oral ¡Como es el costumbro! nos han trasmetido
nuestros agüelos.
Me arrecuerdo bien cuando los turistas venían a ver nuestros
bailes forklóricos. Ellos no se imaginaban el sacreficio económico
que significaba pa cada uno de nosotros, poder participar en cada
evento realizado en nuestra fiesta titular. Por los gestos de la
gente, se da uno cuenta cuando a una persona no le gusta lo que
está presenciando; especialmente los patojos; que por lo regular,
vienen algo a la fuerza acompañando a sus papás, y no les interesa
el espectáculo pues no saben nada de nuestra cultura. En cambio,
hay personas que disfrutan el evento y han dicho que somos un
pueblo muy tradicional. Pero lo que escapa del conocimiento de
ellos, es qué, si somos un pueblo “muy tradecional”, es porque,
“muy tradecionalmente” ¡Hemos venido comiendo mierda desde
hace más de quinientos años!
Nosotros, Licenciado, bien es cierto que nos mantuvimos
alejados de la cevilización por mucho tiempo por algunas cosas de
esas que uno no entiende. Si era por miedo a lo desconocido; por
Humberto Samayoa Godoy 79
La ubicación permanente de este cuate, es en San Vicente
Pacaya, Escuintla ¡Ahí se le puede encontrar a cada rato y a
cualquier hora! Tiene colindancia, según los estudios científicos
hechos por el Congreso de la República, con Amatitlán y Villa
Canales. Para llegar a él ¡Al volcán, pues, no al Congreso! se
cruza a la izquierda como 5 kilómetros antes de llegar a Palín, por
la carretera que, precisamente, va para Palín. Después de cruzar,
pasa el puente “Pantirique”, en donde se pueden oler fragancias
nauseabundas emanadas del otrora cristalino y caudaloso río
“Michatoya”, que pasa sus pestilentes aguas debajo del puente.
Adelantito, empieza la cuesta; se pasa por la finca “El Barretal”,
de donde se abastece de agua a la población de Amatitlán y luego
de un morongazo de peligrosas curvas, se llega a San Vicente
Pacaya. Previamente, se llega a una cuchilla. Si uno agarra el
camino de la derecha ¡Se va feyo; pues se babosió y hay que
regresar! Entonces, se toma el camino de la izquierda, que pasa
por la aldea “El Cedro” y se llega a “San Francisco de Sales”.
Ahí merito es en donde está el camino de acceso al coloso. Y un
cachito más adelante, después de la cantina “El Chupadero”, se
llega a la laguna de “San José Calderas”.
Para ascender al coloso se cuenta con dos rutas. La primera
y la segunda. La segunda ruta es la más chichona, o sea, la más
fácil; se sube por el “Cerro Chino”. La subida empieza adelantito
de la aldea “El Cedro”, cabalmente, por donde está orinando un
chucho negro en el tronco de un árbol de aguacate. La primera
ruta, o sea, la más yuca; se coge ¡La ruta, pues; no la yuca! por el
sendero “Del rancho de Pedro”.
El macizo volcánico, también conocido como “Macizo del
Pacaya”, cuenta con varios cerros, algunos picos, pequeñas cimas,
la “Laguna de Calderas” y varios miradores. Desde estos se
pueden apreciar, en días despejados, el volcán de “Acatenango”,
el volcán de “Fuego”, el volcán de “Agua” y…. ¡El volcán de
basura que lamentablemente dejan los cultos turistas!
El macizo, en su impresionante recorrido de norte a sur,
arrancando de las inmediaciones del lago de Amatitlán, y enfilando
hacia las planicies de la costa sur, está adornado con el “Cerro
80 El Costumbro
Hoja de Queso”, “Cerro de Agua”, “Cerro Negro”, “Cerro Chino”,
“Cerro Mackenney”, “Cerro Inactivo” y “Cerro Chiquito”, entre
otros más menos.
A continuación, unos fragmentos del poema de Roderi Solís,
dedicado al macizo del Pacaya:
“Cinco cumbres forman tu complejo,
Donde orográficamente, ya eres viejo.
Cuatro cimas de bosques tropicales,
Y un pico ardiente, que surge en arenales”.
“Tus cenizas señalan tus terrenos,
Donde tienes tu señorío en pleno.
En más de una ocasión han sepultado,
Pueblos que el hombre ha trabajado”.
“Reflejando tu imagen en las aguas
Del lago que lame tus enaguas;
Amatitlán, Calderas, te siguen donde vayas,
Macizo insigne, tú eres ¡Volcán Pacaya!”
Este volcán estromboliano, hizo erupción hace miles de años;
y desde la época del genocidio; que hubo antes de la desgraciada
colonización española de América, hasta hoy; ha tenido como 23
erupciones. Y el muñeco, después de estar dormido durante más
de un siglo, se le ocurrió hacer erupción otra vez, violentamente
¡Cual bolo atascado de guaro! en 1,965; y desde entonces, ha
estado chinga que chinga ¡Como los de la PMT!
En el año 2,005 fue declarado “PARQUE NACIONAL”,
para ver si así dejaba de chingar un poco ¡Pero quéeee, onde
jodidos, tata! Ciertamente, por excelencia, es un lugar tranquilo,
de atracción turística para nacionales y para extranjeros que no
son de aquí ¡Tranquilo si no lo asaltan a uno, pues! Pero esto lo
tiene bien controlado la Pene Ce, pues dice que los ladrones solo
roban un día sí ¡Y otro también!
“Lobos con piel de cordero”; le decimos a las actoridades que
vienen cada vez que comemos mierda, usté; pues, “afigúrese don,
que han querido movernos dia’quí ¡Pero güevos, usté! Afigúrese
Capitulo VII
Nahualá
Fíjese Licenciado que con eso de que como uno es pobre;
con un montón de chirices, tan seguiditos, como que son teclas de
marimba; y con la escopeta como que juera de guardián miedoso
¡Bien cargada! Además, uno no es estudiado; ni tiene parcela pa
sembrar su milpa; y pa juste de penas ¡Soy de raza indígena! —
me decía don Cayo— ¡Usté bien sabe Licenciado, que la necesidá
tiene care chucho! Antonce tengo que andar caminando por todos
lados buscando chance pa poder mantener a la prole.
José Macario Yaxón Simaj; especial amigo mío, oriundo del
caserío “Chuacetesicabaj”, de la aldea “Xejuyub”, municipio de
Nahualá, Sololá.
Fíjese don, que Nahualá queda, como ya pudo darse cuenta,
casi pegado al cerro “Juyub Raxón”, que es aquel que está viendo
detrás de aquella pequeña loma; y que asigún nos han trasmetido
nuestros abuelos, ellos siempre lo han conocido como “Cerro
Verdoso”. Yo no sé si tiene un tiempecito pa que le cuente
algunas cositas de mi pueblo, o no sé si ya va de salida pa su
casa y lo estoy entreteniendo mucho y su mujer lo vaya a regañar.
Pero me gustaría que se quedara hasta mañana domingo, pa poder
platicar un cachito con usté, porque presiento en mi interior mío,
que cuando usté venga otra vez ¡Si es que güelve! Ya no me va
a encontrar. No dirá pues Licenciado, que hace rato que vengo
oyendo el aleteo frío de la calaca, y eso hace que me mantenga en
alerta roja, por aquello de los temblores.
¿Se arrecuerda Licenciado, de la última vez que vino a ni casa,
y bautizamos a mi primera hija? ¿Se arrecuerda de mi mujer, la
Candelaria? Ella quería que la niña se llamara como la agüela
de’lla, pero usté dijo que no, porque el nombre de la agüela era
208 El Costumbro Humberto Samayoa Godoy 81

que se incurría y la paja que nos daban. Ahora, se ha demostrado,
científicamente, que la babosada depende del ojo clínico con que
lo vea la CICIG.
— A ver niño chaveco ¿De cuantas partes está compuesto el
cuerpo humano?
— ¡Depende seño!
— ¿Cómo que depende?
— Si. El de la mujer se compone de tres partes y el del hombre
de cuatro.
— ¿Cómo así?
— El de la mujer: Cabeza, tronco y extremidades; y el del
hombre: Cabeza, tronco, tronquito y extremidades.
que los sitios a los que han querido llevarnos son más piores
quia’quí. Una vez nos llevaron a inseñar un sitio que se inundaba
en invierno ¡Y en verano tamién! Otra vez, a ver si caíanos de
babosos, nos llevaron a una finca que no tenía agua”; según se
quejaba don Fito, un habitante de la aldea “El Patrocinio”, en las
merititas faldas del volcán de “Pacaya”.
“No nos vamos, porque el cerro avisa” —dice doña Escolástica,
de la aldea “El Rodeo”—; una señorona medio canchita de
pómulos rosaditos, quien se tira unos pedos ¡Que ja, ja, jay tatita!
“Mientras no moleste, estamos tranquilos”. “Cuando la cosa se
pone peluda, esperamos que vengan los Bomberos, o lo que Dios
quiera. Pero ¿A onde vamos a ir, don?”.

En mis andares y andares, me encontré de repente en “El

Caracol”; esta aldea es, posiblemente, la más cercana al cráter. Al
notar que andaba indagando pormenores del lugar, se me acercó
un señor de aspecto de campesino en extrema pobreza, pero muy
platicador. Queriendo no cabe duda, de hacer puntos conmigo, me
dijo:

— Disculpe Coronel…
— ¡Más pura mierda es usté! —le dije—.
— ¡Disculpe, licenciado!
— ¡Así ya platicamos, mi amigo!
— ¡Bien decía yo pa mis adentros, quius’té no tenía planta de ser
de esos! ¡Pero con esa gran puliquera que se manda, pareciera
que sí; pero no! Pues le quiero chismosiar licenciado, que un
día vino un señor que dicen que es Neumonosequé, y nos dijo
que nos pusiéranos la pilas a la hora de un bergueyo, pues
yunque nos juéranos lejos del volcán, corríanos el riesgo de
respirar pa dentro una concectración de plomo más superior
a lo normal que tiene el aire. Y que esa babosada, produce
otra babosada, que da una babosada que se llama “armenia y
artrogia pulmonar”. Tamién nos dijo quio’tra babosada que
se llama “boro”, regüelto en el agua, forma una babosada que
le dicen un mineral, que puede joder el estógamo, el hígado y
los riñones.

Pa quitarnos un poco lo agüevado que estábanos, nos dijo:

“¡No se agüeven, muchá; háganle yemas al camote! “Es cierto
82 El Costumbro
que el polvo es bien yuca”, nos dijo; “pero no pa la gente que vive
cerca di’un volcán activo, porque el morongazo de la explosión,
nu’es tan juerte ni tan seguida; pero deben protegerse bien ante una
erucción, pa no respirar la ceniza pa dentro”. Lo más diá güevo,
nos dijo; “sería que no respiraran ¡O que no vivieran aquí!”.
Ahí, onde lo ve, licenciado, el neneco tiene su historia —me
platicaba el señor—. Asigún las recordaciones de la vulcalónoga
Carepusita Roja de fecha 9 de junio, asigun parece, indicaban
que por la gracia de la actividá pisada del volcán de “Pacaya”,
y de la cagada que nos dio la tormenta tropical “Águatha”; una
estitución encargada de volarle lente a todas la babosadas que los
desastres naturales hacen mierda, informó, de última hora, que a
ojo de buen cubero, más o menos 6 las cifras aproximadas de los
daños que ingresaron al lugar onde se controlaban estas cosas, era
el siguiente:
Fotonoticiasdebomberosguatemala.com (*)
* “Uno de los momentos trágicos vividos durante la tormenta “Ágatha”. Y según
explicó el campesino amable con apariencia de persona que vive en extrema
pobreza, y quien por lo visto ya está en peligro de extinción; la Carepusita Roja
dice que la señora que aparece en la fotografía de arriba, no está gritando por el
miedo de que se la lleve la correntada de lodo; sino que el grito pisado, es por
el dolor que le causó el pellizco que el soldado que viene atrás de ella, le dio en
la punta de las chiches”.
Humberto Samayoa Godoy 207
— ¡Puchica; y usté cree que yo ando de pelex para tener tanto
tiempo de poner tantos telegramas.
— ¡No hay pena, compadre; yo pago el valor de los telegramas!
Hay le recomiendo por vía suyita, pues. Previniéndome así,
puede evitarme un infarto; usté bien lo sabe!
Al mes del incidente:
— ¡Compadre “Capirucho”; hay le encargo nuevamente a mi
familia! Fíjese que mañana salgo para Sansirisay, Jalapa, a
dejar unas muestras médicas y a hacer unas demostraciones
de las mismas en el área rural para las personas que viven en
pobreza extrema, y que por falta de medicinas gratis ¡Que
el Estado no proporciona ni a putas, por culpa de La Línea!
están en peligro de extinción.
— ¡Váyase sin pena, compadre; aquí me quedo yo puro “ojo de
chícharo” para evitar que le hagan mal de ojo a la comadre;
pues no vaya ser el diablo y la flor de ayote, de que alguien
le quiera sacar todavía los pedos! Cualquier imprevisto yo le
aviso.
El compadre “Tapón de Thermo”, ya no regresó vivo al pueblo.
Tronó a sapo en Sansirisay, por culpa dicen, de un misterioso
telegrama que le mandó su médico de cabecera:
— ¡Compadre; su mamá se subió a un árbol!
Tantas cosas que recordar de la vida. Y más pior, cuando
uno ya está jubilado; pues como aparte de no hacer ni mierda, no
tiene uno que otra cosa hacer; entonces, se pone uno a pensar y a
escribir babosadas ¡Así como yo! Que es lo único que nos queda.
Recuerdo con nostalgia, los años dorados de la escuela
primaria. Años que ¿Qué pena, muchá? ¡Dormir, comer, jugar
y chingar! ¡Ah; y ir a la escuela! Seis años, según yo, perdidos;
pues ¡Solo pajas le dan a uno! Recuerdo que la seño nos decía que
el cuerpo humano se componía de tres partes: “Cabeza, tronco y
extremidades”. Pero ahora, con eso de la tecnología, el cambio
climático y la babosada de La Línea, se ha demostrado el error en
206 El Costumbro
Tenían varias cosas en común. Vivían en la misma colonia de
fichas, en Amatitlán. Las casas, estaban a la par una de otra. Eran
grandes amigos desde la escuela. Jugaron juntos, en su juventú,
en el equipo “Michatoya”, y en sus años longevos, en el “Grupo
Chatarra”. Aparte de ser compadres ¡Eran concuños! Total; una
gran amistá que conllevaba una gran confianza. Por consiguiente,
el doctor era médico de cabecera del visitador.
“Tapón de Thermo”, el visitador médico, tenía de mascota un
gato al que quería más que a su suegra ¿Qué raro, verdá? Y en
una oportunidá en que tuvo que salir a trabajar, le dijo al doctor:
— ¡Compadre; mañana salgo para Xela a promocionar unos
productos nuevos; por favor, le encargo que le dé una miradita
a mi familia pero, especialmente, a mi gato! Usté sabe que es
mi mascota y que lo quiero mucho. Cualquier cosa me avisa.
— ¡Váyase tranquilo compadre, que yo me encargo de su familia!
El visitador, a los pocos días, recibió un telegrama que por
poco le cuesta la vida. Este decía así:
— ¡Compadre; su gato se murió!
Al regresar de la gira de trabajo, el “Tapón de Thermo” le
recriminó duramente al doctor la forma en que le avisó lo del gato.
— ¡Compadre —le dijo— usté es mi médico de cabecera, y sabe
que padezco del corazón! ¿Cómo chingados me manda un
telegrama diciéndome “su gato se murió”?
— ¿Y cómo putas quería que le pusiera; no se murió el gato
pisado, pues?
— ¡Si; pero es que usté, sabiendo de mi enfermedá, me hubiera
ido preparando poco a poco la mala noticia para que, cuando
la recibiera, no me afectara tanto el impacto! Por ejemplo:
el primer día me manda un telegrama diciendo: “Compadre,
su gato se subió a un árbol; por ejemplo, pues”. El segundo
día: “Compadre; su gato está en la rama más alta del árbol”.
El tercer día: “Compadre; su gato se cayó del árbol”. El
cuarto día: “Compadre; su gato está en estado de coma en el
hospital”. El quinto día: “Compadre; su gato se murió”.
Humberto Samayoa Godoy 83
La cosa, más o menos decía así, licenciado: Tenemos en
nuestro haber, 135 mil 402 personas y medio, en riesgo de que
se las lleve la chingada. Así tamién, 399 mil 501 personas ¡A las
que ya se las llevó! Así como 107 mil 872 personas damnificadas,
que ya se las va a llevar. 166 mil 153 personas evacuadas para
que no se las lleve; y 23 mil 293 personas que permanecen a
raya, pensando en que a ellas ¡También se las va a llevar! Estas
personas están siendo alojadas en los casi 220 nuevos albergues
Tipo “La R” ¡Aunque tochos mierda, pero quio’tra!
La asistencia humanitaria se ha movilizado ¡Icso fracto! O
como quien dice ¡Hechos pistola! al interior del país ¡Pa qué
putas se movilizó la asistencia, no se sabe, licenciado; pero de
que se movilizó; se movilizó! Se lamenta —decía el injorme— el
sensible fallecimiento de quienes en vida, jueron 195 personas
vivas; pero que agora que ya se jueron con pancho, ya pasaron
a la categoría de dijuntos. Así como tamién, 133 desaparecidos
que no aparecen nia putas ¡Porque ya deben ser dijuntos! Y
182 personas que simasito ya jueran dijuntos ¡Pero no; solo jue
arralón de caca!
El daño ocasionado, pero no confirmado oficialmente, según
el injorme; a las viviendas de adobe y bajareque; es de 19 mil 451
viviendas con daños leves, o sea, que casi no les pasó ni mierda;
11 mil 800 con daños moderados, o sea, dos que tres; y 9 mil 904
que si se las llevó la gran puta.
En total, licenciado, son como morongo mil, no sé cuántas
viviendas dañadas. Pero como diría una relevante funcionaria:
¡Ay no; si el volcán es RE BONITO!
La más diul’tima tragedia qui’zo el volcán, licenciado; me
decía el campesino amable; jue cuando murió calcinado por la
lava el reportero de “Noti 7”, Aníbal Archila de 23 años de edá.
El patojo jue de los primeros en llegar al volcán a cubrir el
desastre, junto con sus compañeros de chance Byron Secaida
y Raúl Shoná —me contaba el campesino amable—. Era una
noche lluviosa, que caía mu’chagua, usté. A la hora del mero
84 El Costumbro
bergueyo, se podía ver a personas humildes que no tenían ni petate
en que caer muertos, salir chas’mierda de las aldeas vecinas,
llevando café y pan con frijolitos parados, pa los reporteros, pa
los Bomberos, pa los policías y demás cuerpos de socorro que
llegaron, voluntariamente, a cubrir la emergencia nacional.
— “No se miraba nada; todo estaba oscuro” —comentaba Byron
Secaida—, reportero que resultó bien herido, junto con su
compañero de chance, Shoná. Ellos; como inseparables
compañeros de trabajo; se encontraban junto con Archila, a
una distancia de 20 metros de la lava y comentaban que era un
calor insoportable.
Fíjese licenciado —me comentaba el campesino amable—
que cuando el volcán prencipió a lanzar la lava pa’rriba hasta la
pura mierda dial’to, como a 400 metros dial’to; asegún decía el
Ensigumen; antonces se puso más pior la babosada, pues empezó
a tirar unas piedrotas más grandes que las de’lotro día. Antoce
hizo mierda la caseta onde antes habían unas babosadas de
antenas de repetición que les dicen, y la rompió dial’tiro en dos, y
¡Ash’taban metidos los pobres patojos, licenciado!
“Los patojos de “Noti 7” se encontraban muy cerca del cráter,
cuando el volcán entró en su fase más fuerte. No cabe duda, que
bien agüevados, se refugiaron en una de las viejas casetas de radio
y televisión que se encuentran allá arriba. Y como la tormenta
tropical se encontraba en su apogeo; estaban cayendo unos
tremendos chorros de agua, los que se revolvían con la arena que
emanaba del volcán ¡Una tremenda cagada de lodo hirviente! Y
no contento ¡El volcán, pues! con la chulada que estaba haciendo;
empezó a lanzar piedras incandescentes del tamaño de un carro,
de una lavadora; según testigos oculares; y una de estas fue la que
cayó en la caseta donde se refugiaban nuestros héroes, y la partió
en dos”.
“Del tremendo morongazo, resultó gravemente herido el
reportero Archila; quién, auxiliado por su compañero Secaida,
se refugiaron en un barranco donde les cayeron más piedras
incandescentes. Inmediatamente, viendo la gravedá del compañero
Humberto Samayoa Godoy 205
vos? ¡No jodás, hombre, no jodás! ¡Otro maje vendrá y que
acarree!
— ¿Y usté no tiene preocupaciones, pues Tata?
— ¡Pues claro de que si tengo, “Quequex; claro que sí! ¿Cómo
de que por qué no? ¡Pero solo una que, aunque insignificante,
me quita el sueño y me da rasquiña!
— ¿Y se puede saber cuál es, Tata?
— ¡Pues que nuestro Presidente no duerme bien desde que supo
que la Selección de México, no va ir a jugar al Campeonato
Mundial de futbol en Brasil!
— ¡Aaahhh… no me chingue! ¡Con razón! ¡Bien me lo
imaginaba yo!
— Y mirá, m’ijo; para terminar con nuestro chismorreo el día de
hoy, quiero darte un consejo.
— ¡Deshiláchece, abuelo; que mis oídos son conchas acústicas
para sus concejos!
— Fijate “Quequexque”, que si uno quiere algo en la vida ¡Algo
que valga la pena! Hay que ponerse pilas para alcanzar una
meta; la cual, naturalmente, primero hay que trazarla. Por eso
le preguntan a uno ¿Ya te trazaste una meta? De modo m’ijo,
que la vida, desde cualquier punto que la veas, es cuestión de
metas ¡Así es que, pilas m’ijo; pues mientras más la metas,
mejor!
Tantas cosas lindas que recordar. Claro; también hay cosas
chuecas ¡Pero también se recuerdan! Las cosas chuecas sirven,
en el mejor de los casos, para enmendar el camino torcido. El que
no tiene buenos o malos recuerdos de la vida ¡Es porque no ha
tenido una vida plena! ¡Qué triste su caso!
Les voy a contar algo que viene del costal de mis recuerdos
curiosos. Resulta de qué, entre mis amigos, estaba Céfiro
Capricornio Orozco, más conocido como “Capirucho”; oriundo
de San Pedro, San Marcos. Éste, era Médico y Cirujano; y tenía
un compadre que era visitador médico. El doctor “Capirucho”,
era médico de cabecera del visitador médico, de quien, por cierto,
no recuerdo el nombre, solo el apodo: “Tapón de Thermo”. Le
decían así, porque era bajito, gordito y bien re choncho.
204 El Costumbro
— ¡Tutankamón, m’ijo, Tutankamón!
— ¡Ay, cabecita loca, en que estás pensando! ¿O tendrán que
saber en qué país queda el lago Titipopó?
— ¡Titicaca, m’ijo; Titicaca! Y según dicen las malas lenguas,
las personas que viven en el lago Titicaca, en el día hacen
“Titi” y en la noche hacen ¡Lo que pueden!
— ¿Y no es lo mismo caca que popó, pues? ¡No Tata; no! ¡Pa
tortiar y pa cortar caña, no se estudia! Me contaba un mi primo
mío que trabaja en la capirucha, que ya ofrecieron unas becas
para los patojos que salgan de sexto grado en las refundidas
aldeas onde nuay escuelas ¡Pero si apenas salen dos al año;
y con suerte! Bueno; de que las ofrecieron ¡Las ofrecieron!
Pero de que las den ¡Cerveza digo yo! Esto, dicen ¡Es para
frenar la masiva emigración! ¡Mejor no digo lo que pienso,
porque me puede regañar, abuelo!
— ¡Vomitá lo que sintás, “Quequex”; vomitálo; porque te vas a
quedar corto conmigo!
— ¡A mi me preocupan muchas cosas de Guatemala, Tata!
— ¡Sí, m’ijo! ¿Cómo cuales?
— ¡Solo dos cositas, abuelo! La desnutrición crónica, el
analfabetismo, la falta de escuelas, la falta de medicinas, la
inseguridá, la falta de trabajo, la falta de transparencia, la
ingobernabilidad, la impunidá, los buses rojos, la corrupción,
la mala educación, la militarización, el alto costo de la canasta
básica, el alto costo de la tarifa eléctrica, los monopolios, el
precio de los combustibles, los chalecos anaranjados, los
desalojos de campesinos, la contaminación del agua, la feria
de mi pueblo, la minería a cielo abierto, el saqueo de los
sitios arqueológicos, el precio del Viagra. Me preocupo por
la no aplicación de la Ley de Aguas, por los migrantes, por
el trabajo infantil, por el próximo candidato a “La Guayaba”,
por la discriminación, por los ritos satánicos, por las maras,
por los asaltos, por “La Mano de mono”, por la Selección de
futbol, por el clavo de “La Línea”, por el clavo del I.G.S.S,
por el clavo del Congreso, por el río “La Pasión”, por la
quemadera de llantas, por los diput….
— ¡Puta m’ijo, agarrá onda, mano! ¿Y por esas babosadas tan
insignificantes, te preocupás vos? ¿Si el Gobierno no le pone
coco a esas babosadas, por qué chingados te preocupan a
Humberto Samayoa Godoy 85
Archila, Secaida lo arrastró, como pudo, hasta recostarlo en el
tronco de un árbol y empezó, desesperadamente, a pedir ayuda
a compañeros de otros medios de comunicación que andaban
cerca del área. Junto a él, se encontraban dos personas más,
pertenecientes a la aldea “El Bejucal”, quienes fueron alcanzadas
por el río de lava”.
“El deceso de Aníbal Archila, quien perdiera la vida dándole
cobertura a la erupción del volcán de “Pacaya” para mantener
informada, tanto a la población chapina, como al resto del
mundo, enluta al gremio periodístico. Los restos de Aníbal fueron
encontrados cerca del “Cerro Chino”.
Uno de los más de 60 rescatistas que lo buscaron infructuosa-
mente, contó acongojado: “fue encontrado muy cerca de su
vehículo; él se encontraba en una posición fetal; abrazado a su
cámara de video”. Otra persona dijo: “cuando los socorristas
relataron cómo lo encontraron, sentí un dolor en mi corazón, pues
él quedó solo en ese infierno. Murió protegiendo su material de
video. Su amor al periodismo evidenció la manera en que protegió
su cámara”.
¡Ay no, muchá; el neneco del “Pacaya” tiene bien ganada
su historia! Y con eso de que aparte de ser algo shute, soy algo
metido donde no me llaman y miando metiendo por todos lados,
les voy a contar algunas anécdotas que me han contado los amigos
pacayences.
“Hace mucho, pero mucho, mucho tiempo; más o menos
cuando el “Arco Iris” era todavía en blanco y negro —me contaba
un venerable anciano— existió una finca muy grande en la parte
oeste del actual cono activo del volcán, en el lugar conocido
actualmente por la mara como, “El Rabón”. La dueña, una
española conocida en los relatos como, “Doña María”, era una
mujer, posiblemente viuda o solterona, que vivía sola ¡Pues no se
le conocía “su conquién”!
Doña María era una mujer muy rica ¡Porque tenía mucho
pisto, pues! y muchas joyas. Un día, cuentan los ancianos, “el
86 El Costumbro
volcán de los Humitos” como se le conocía al volcán de “Pacaya”,
dispuso entrar en una actividad muy fuerte. Enorme flujos de lava
descendían del volcán con dirección a la finca de doña María. Los
rancheros o mozos de la finca, poniéndose las pilas, recogieron
sus escasos tiliches y pusieron pies en polvorosa. Muchos, le
suplicaron a doña María que se fuera con ellos; pero pudo más el
exagerado amor a sus riquezas y prefirió quedarse sentada sobre
su baúl lleno de joyas y dinero.
La naturaleza ¡Es la naturaleza! Y, naturalmente ¡Actuó
como tal! La lava bajó arrolladoramente, arrasando con todo; y
como castigo, dice la leyenda, “doña María quedó convertida en
piedra”. Dice un dicho muy sabio que, “Por el amor al pisto, a
muchos personajes ¡El culo les han visto!”.
Foto:
Dr. Alfredo
Mackenney.
Piedra de
doña María
Humberto Samayoa Godoy 203
¡Ahora vuele matate, pues Tata! —le dice “Quequexque” a su
abuelo— ¿Cuántos niños y niñas saldrían de su casa buscando “el
sueño capitalino”, como le pasó a mi amigo Gervacio Indalecio?
El vino buscando “El Edén” y se quedó vendiendo chicles,
chocolates, pastillas ¡Y no le den! Y las mujercitas ¿Cuántas
terminarían de putías? Yo no sé si Gervacio me daba paja; pero
según él dice, de la aldea “Chixal”, en los últimos años, han
salido muchos niños de sus casas, más o menos entre 13 y 14
años, buscando algo para poder vivir ¿A esa edá Tata, a esa edá?
¿Qué rendimiento pueden tener los varoncitos en algún trabajo,
más pior si este es un trabajo pesado, cuando los pobrecitos, con
la desnutrición crónica que se mandan, no pueden ni con la carta
de venta? ¿Y las hembritas; cómo pueden trabajar de putias, si
su cucharita todavía es del tamaño de una semilla de ayote? ¿Y
el Presi y la Vice de la Repú; y los Derechos Huma no sé cuantos
del Arzobis no sé qué; y la Defenso de no sé qué chingados de
la niñez; y los Dipu títeres; y el Minis no sé qué público; y los
de la Corte de Prostitu no sé qué putas? ¿Y todos estos grandes
personajes, qué? ¿Ontán? ¡Porai; bien gracias! ¡Quemando llantas
con Joviel!
— ¡Aguas aguas, mìjo; por la gran chucha hombre, tranquilo;
dejá de estar hablando babosadas! ¿Te cocsta eso? ¡Decíme,
pues! ¿Te cocsta?
¡Mejor no le digo nada, porque ya le salió calor! Y fíjese,
abuelo; pienso yo que ¿De qué le sirve a esos niños ir a la escuela,
si cuando salen de sexto grado ¡Si es que salen! no encuentran
donde, ni en que trabajar? De modo, que las niñas ¡A choleriar!
Y los patojos ¡A cortar caña y café; a meterse a una clica, o a
arriesgar el pellejo con los “Zetas”! Y dígame usté, Tata ¿Pa
cortar caña y café, le preguntan a uno si sabe los ríos de Europa,
o donde queda aquella babosada que le dicen las “Cacarañácaras
de Gárgaras”? ¿Puta; verdá, que no Tata?
— ¡Las Cataratas del Niágara, m’ijo; las Cataratas de Niágara!
¡Simasito adivino, abuelo! ¿Y pa poder tortíar tortillas,
tendrán que saber las patojas cómo se llamaba la mujer de aquel
Rey egipcio que le decían “Tu Gran Cañón”?
202 El Costumbro
jueron. Unos se jueron pa la costa, y otro pal otro lado, usté.
Se jueron hacer pisto pa comprar una su mudada suya, pos ya
no tienen nada. Agora solo me quedaron 11 patojos. Los más
chiquitos, y los que son más pequeños que los grandes, Usté.
Ora; las muchachas ¡Tamién….!
— ¿También qué, don?
— ¡Tamién se jueron pa la chingada, usté! Una se jue aquí
nomacito pa Xela, onde la Güicha “Pateloro”; y lotra que se
jue pa Patachula, pues asigún nos dimos cuenta ¡Ya le hacía
gárgaras la cuca!
— ¡Tapachula, don! —le corrijo—.
— ¡Güeno, ahí mero ansina se jue! Ora, la ques más medianita
que la más grande, esa se jue pa la capital hacer harto pisto, pa
mandar algo pa comprar una su parcela pa sembrar su milpa y
pa hacer su rancho. Lúl’tima vez que vino, nos dijo que onde
vive allá en la capital, se llama la Maya zona 18, ques que le
dicen; y ques muy re alegre la babosada. Dice que ansina de
montones, llegan muchos hombres, usté; que llevan re harta
lana; que bailan con ella, y con otras amigas de su mismo
chance; y que chupan mucho guaro, usté. Dice porque por
cada cerveza que pide un siñor, a ellas les dan una ficha, pa
ver quien junta más ¡Es bien güena la babosada!
Dice m’ija que ende que llegó, y la patrona vide quera mera
arrecha pa’l chance, y no se quejaba mucho, le dio dos turnos
pa que trabajara en el negocio; uno de día y uno noche. Pero
que cuando más mejor aprovechaba, era en los fines de semana;
en Semana Santa; pa Noche Buena, y pa’l Año Nuevo; porque
antonces trabajaba día y noche ¡Nos traiba mucho pisto, don;
viera visto! ¡Pistales, eran! Pero asegún nos contó; está bastante
preocupada, pues dice que agora como ya tiene bastante isperencia,
chambeya solo de noche ¡Pero que ya le duele mucho el culo!
¡Pobrecita m’ija! ¿No será que trabaja solo sentada? ¡Vaya usté
a saber! ¿No será, digo yo, por eso de la tenologia moderna, o por
las medecinas pura mierda que dan en el IGSS? ¿O más pior, si
la está jodiendo el cambio asmático, o el calenturiento globar?
¡Ay, que Diocito lindo de Guadalupe y la Virgencitas Crucificada
de Esquipulas me lam’pare! ¡Ay, que no me la vaya a joder el
zancudo “chimichurri”!
Humberto Samayoa Godoy 87
“La Piedra de Doña María”, de unos 10 metros de alto por 4
de ancho, según los aldeanos, se reflejaba desde muy lejos. Se
podía distinguir, especialmente, desde el camino que conduce de
la aldea “El Patrocinio” a la aldea “Los Pocitos”, la silueta de una
mujer sentada con la cabeza tapada con un manto y, curiosamente,
otras deliciosas formas propias de las mujeres ¡No digo las chi…
y el cu…, porque me da cosa! Ahora, solo se puede ver en una
que otra foto, pues por culpa de las constantes correntadas de
lava ocasionadas por tantas erupciones ¡Hizo que se fuera con
pancho!”.
Cuentan que una romería de feligreses católicos, llegó de
Totonicapán a la iglesia de la aldea “Los Pocitos” en el año
2,006, a celebrar, por invitación de la misma, un intercambio de
experiencias religiosas. La reunión dio inicio a las siete de la
noche, y finalizó a las once. Y después de la respectiva cena, con
el respectivo traguito de “Cusha Light”, como es el costumbro, la
comitiva totonicapense abordó el bus de regreso a casa.
En el camino, a la altura de la aldea “Los Llanos”, algunos
se bajaron a “cambiarle agua al canario”; y como cuando uno se
puya un ojo, el otro le llora; también les dieron ganas de cambiarle
“grasa a la mona”. Frisaba la media noche. Había luna llena, y la
vista del paisaje nocturno, era maravilloso, pues se podía ver muy
bien la silueta del volcán y del “Cerro Negro”. Cuando estaban
todos juntos, pujando, haciéndole el respectivo “car wash” a su
cuerpo, vieron a un personaje que se paraba en la cumbre del
volcán y, a pesar de que la distancia que los separaba era como
de 3 kilómetros en línea recta, el personaje aludido se veía muy
grande. Algo agüevadones, vieron que el sujeto encendió algo
parecido a una linterna de mano, pero con una luz muy fuerte.
Algo así, dicen, como las luces que encienden los aviones cuando
se preparan para aterrizar.
En una de esas, estando ellos petrificados, el tipo dirigió la
luz hacia donde estaba la mara, y la luz al darles de frente, les
iluminó el lugar de tal manera, que parecía que era medio día.
Sin decir agua va y sin mediar palabra, todos corrieron hacia el
bus. Unos con el pantalón a media rodilla; las mujeres con el
88 El Costumbro
calzón en la mano ¡Muchos ni se limpiaron! Mudos se subieron
al bus pidiéndole a Dios que el chofer no los fuera a accidentar y
que el sujeto de la linterna no los fuera a seguir. El bus llegó todo
apestoso a caca a Totonicapán.
Las anécdotas me las ha contado mi especial amigo don
Aroldo Mijangos; quien fuera Guarda Recursos del Parque
Nacional “Volcán de Pacaya”. También me contó, que en algunas
ocasiones han sido vistos unos enanitos como de 60 centímetros
de alto, saliendo del cráter del volcán y caminando sobre la lava
ardiente. Siempre se ven tres o cuatro personajes. En una ocasión,
me contaba, en el lugar conocido como “Las Granadillas”, un
señor conocido como don Güicho, fue a cortar leña acompañado
de sus tres hijos, y cuando ya estaban listos para cargar las bestias,
vieron a tres hombrecitos que conversaban en las faldas del volcán
sobre los ríos de lava fría.
Por aquello de las moscas, se escondieron detrás de un peñasco
de lava vieja. Entonces, incrédulos, vieron como uno de ellos
subía corriendo hasta el cráter, permanecía ahí un rato, y bajaba
corriendo otra vez a reunirse con los otros dos. Esto se repitió
varias veces. Entonces, don Güicho bien agüevado, le dijo a sus
hijos:
— ¡Puta, muchá; carguemos la leña y nos vamos rápido a la
chingada, porque esta babosada no es cosa buena!
Los cuatro se retiraron casi corriendo y casi olvidando las
bestias quienes, sin ponerle coco a la babosada, apacentaban
tranquilamente. Ellos no lograban entender el motivo de la
actividá de los pequeños hombrecitos, quienes vestían igual, y
subían y bajaban el volcán, corriendo tan rápidamente, que era lo
que más los impresionaba.
Tengo el privilegio de gozar de la amistá de varios Guías,
Rescatistas, y Guarda Recursos del Parque Nacional Pacaya,
quienes han aportado sus conocimientos geográficos de la zona;
ayudando con ello y con su trabajo, al vulcanólogo, doctor Alfredo
Mackenney, quien ha estudiado el volcán desde el año 1,961.
Humberto Samayoa Godoy 201
— ¿Y sabe usté, Tata, que quiere decir dilema?
— ¿Cómo quiá que no, m’ijo? ¿Cómo no lo voy a saber?
Tampoco es pa que digan ¡Puta; este viejo como sabe!
Pero la babosada, es que algo sé. Entonces, quedamos en
que DILEMA, según dice en el diccionario que yo tengo
guardado en un baúl en mi casa, y que ojalá mi mujer no me lo
haya tirado a la mierda todavía; el dilema es la obligación que
tiene uno de escoger entre dos cosas. Uno escoge primero la
primera cosa y después la segunda; pero cuando uno anda algo
engazado ¡Primero escoge la segunda! ¿Y, qué? ¡La babosada,
es que hay que escoger una! Eso es algo jodido, m’ijo; pues
hay que saber escoger bien. Porque a veces, se ve uno entre
la espada y la paré ¡O sos rojo, o sos crema! ¡O sos Chana, o
sos Juana! ¡O te ponés el chaleco anaranjado, o no te ponés ni
mierda! Pero en resumidas cuentas, de que te lo ponés ¡Te lo
ponés!
Cuando yo era patojo de unos 19 años....
— ¡Auuuuuuu….!
— ¡Respetáme, serote! Cuando yo era patojo, me pasó algo bien
camote que no se me olvida. Fijate que una vez, mi mamá
entró a mi cuarto a despertarme pa que me fuera a trabajar; y
el pedo fue que encontró el piso bien vomitado, pues yo me
había puesto una buena matraca la noche anterior y me había
acostado bien bolo. Mi pobre viejita me dijo muy triste:
“¡M’ijo; si de verdá me querés un poco, dejá de chupar por
favor!”. Y ese fue mi primer dilema, “Quequex”. Tuve que
escoger entre dos opciones: O dejar de chupar ¡O dejar de
querer a mi mamá!
— ¡Ah chulada, abuelo; usté si que salió bueno! Pues como
le decía. A los niños, prácticamente los echan de la casa,
pues dicen los papás que como son muchos hijos, no tienen
pisto para comprarles ropa, ni mucho menos para que sigan
en la escuela. Si usté va por ejemplo, a la aldea “Chipel”
y le pregunta a un campesino, quien solo, se encuentra
desmontando el terreno donde va a sembrar su milpa:
— ¿Trabajando solo, don; y sus hijos no lo ayudan?
— ¡Esos ya se jueron, usté; ya se jueron a la mierda; ya no viven
conmigo! Cuando tantito ajustaron sus 13 años, lueguito se
200 El Costumbro
chirajos y estropajos. Niños que, al no encontrar en su aldea, una
solución al problema de su mísera existencia, se encuentren con
el DILEMA de ¿Qué hacer, Dios mío?
Entonces, Tata, el DILEMA al que se enfrentan las niñas, es
que cuando tantito cumplen 13 años ¡Se tienen que casar, aunque
no hayan pelechado! Porque las que no se casan, tienen dos
opciones ¡O emigran a la capital a rifarse el físico; o se ponen
las de hule a un pueblo cercano, a trabajar en casas particulares
de choleras! Tienen que conseguir lenes, abuelo; pues ya están en
edá de usar “Kleenex”, o “Kotex”, para limpiarse su babosadita;
pero como no tienen fichas para comprarlos, se lo tienen que
limpiar con “Tusex”.
Y el DILEMA de los varoncitos, Tata; es que nomacito van
ajustando sus 13 años ¡Cuando aún no se les inquieta “la nena”, y
tampoco han cambiado de voz! se encuentran con dos opciones ¡O
se van a buscar chance a las fincas de la costa sur de Guatemala;
o se exponen a pasar la frontera por el río Suchiate, arriesgando el
pellejo para ir a México a cortar caña y café.
Lo cierto, abuelo ¡Es que todos quieren salir del hoyo! ¡De
ese hoyo miserable que les deparó el destino! ¡Hoyo donde viven
una existencia pura mierda! Entonces, vuelve a presentarse el
inevitable DILEMA ¿Se quedan, o se van? De manera que como
ya no los quieren en su casa; pero no porque en sí ya no los quieran;
sino lo que pasa es que ya no los pueden mantener. Entonces, no
les queda más remedio que escoger entre las dos alternativas ¿Se
quedan o se van? Y en ese momento, precisamente, es cuando
empiezan los dolores de cabeza “¿Pa onde me juera?” “¿Con
quién me juera yo?” “¿Y si me pasa algo en el camino?” “¿Y si
me agarra la Migra, a onde me llevarán?” “¿Cuánto iré a ganar?”
“¿Y si a última hora no me pagan?” “¿Y si no me alcanza pal
regreso?” “¿Será que iré a regresar?” “¿Y si mejor me quedo
aquí?” “¿Y allá con quién voy hacer dia’quello?” “¿O mejor me
voy?” “¿Será que me voy?” ¡Dilema, dilema, dilema; dilema,
tras dilema! Más pareciera que no se van; pero entre que se van y
no se van ¡Se van! ¿Pues quio’tra?
Humberto Samayoa Godoy 89
Ellos son, entre otros: don Aroldo Mijangos, don Guillermo y don
Juan Antonio Morales, quienes viven en la aldea “El Cedro”;
y don Antonio Peralta, que vive en la aldea “San Francisco de
Sales”, precisamente, donde empieza la subida oficial al coloso.
El chance de estos mis amigos, como ustedes comprenderán,
es bastante variado, pues consiste en guiar a los turistas por
las distintas sendas de ascenso al coloso; velar, especialmente,
porque no corran ninguna clase de peligro; rescatar personas
accidentadas; prestar primeros auxilios ¡Los segundos los prestan
otros! Prestar auxilio inmediato cuando cae una avioneta o un
helicóptero en el volcán; recorrer diariamente los senderos que
le hacen la circuncisión al “Pacaya” ¡Perdón; la circunvalación!
para reportar cualquier comportamiento raro del mismo a las
autoridades competentes y algo muy importante, también ¡La
reforestación del Parque y áreas circundantes! ¡En fin; un solo
camote! Don Aroldo Mijangos, encargado del vivero, tiene un
letrero en la entrada del mismo que dice: “Todas las grandes
civilizaciones del mundo, se iniciaron con la tala del primer árbol;
y todas se acabarán, con la tala del último” ¡Profecía preocupante,
pienso yo!
Don Tono Peralta me contó muy amablemente las heroicas
vivencias de los pobladores de San Francisco de Sales, el día de la
erupción volcánica del 27 de Mayo del año 2,010. Especialmente,
voy a tratar de recordar lo que le tocó vivir a él y a su familia.
— “Fíjese licenciado, que uno, a veces, como que presiente las
babosadas. Ese día, precisamente el 27 de Mayo del 2,010,
como a eso de las ocho y media de la mañana, andaba yo
haciendo un recorrido por el cono sur del coloso volando
lente a ver si había signos que indicaran algo inusual. Iba
acompañado de mi compañero de trabajo y gran amigo, Abel
Carrera, quien vive allá abajo donde matan coche. Y lo que
logramos controlar y los contamos, fueron 58 ríos de lava
que corrían por las faldas del volcán en todas direcciones y
el chorro de lava que lanzaba se elevaba a 1,500 metros de
altura”.
— ¡Noi’jueputa! dije yo ¡Esta babosada está jodida!
90 El Costumbro
— “Inmediatamente saqué mi celuliche del morral y llamé a los
ingeniero Eddy Sánchez y Gustavo Chigma ¡Dije Chigma!,
directivos del INSIVUMEH, para contarles la situación”.
F/A. Mackenney. Don Antonio Peralta. Guía, Rescatista y Guarda
Recursos del Pacaya.
— ¿En donde se encuentra, Tono?
— Andamos con Abel haciendo un recorrido por aquí arriba,
pero la situación se puso color de hormiga ¡Esto no me gusta
nada, nada, ingeniero!
— ¡Llego como a eso de las dos de la tarde, Tono, si el tráfico no
está muy pisado!
“Rodeando los ríos de lava, —me contaba don Tono—
logramos llegar al “Cerro Negro” en donde nos juntamos con el
ingeniero Chigma. Y después de los saludos de rigor, los que son
pura paja: “¿Qué tal está? ¡Yo bien, gracias! ¿Y su señora que tal
está? ¿La mía dia’güevo, y la suya? ¡Poray, pasándola!”. En fin,
como dije licenciado ¡Pajas; puras pajas; pero así es el costumbro!
Entonces empezamos a subir un poco para que el ingeniero diera
su diagnóstico del fenómeno, cuando de pronto se oyó un gran
Humberto Samayoa Godoy 199
duermen mis coches. No hay hospital, abuelo; no hay centro de
salú. No hay medicinas, no hay nada que comer ¡Con decirle que
la gente de aquí no defeca!
— ¡Ah, no; dejáte de pajas! ¿Cómo que no defecan?
— ¡A lo puro macho, abuelo; a lo puro macho! El pedo es que,
como no tienen nada que comer ¡No tienen ni mierda que
cagar! Además, no hay agua; no hay esperanzas de nada
¡Puta; no hay ni mierda! Lo único que tienen estas gentes
en abundancia ¡Son hijos! ¡Y por eso es el clavo! Pues por
esta situación tan ingrata en que viven; los niños no pueden
estudiar, ni trabajar ¿Onde, pues abuelo? Los papás, como no
tiene fichas, solo se preocupan en conseguir algo para comer;
y lo poco que puedan juntar, cuando les va bien, no les alcanza
para vestir a su prole.
En los parajes occidentales, como ya es costumbro, es común
ver a los niños semidesnudo. Y el mayor porcentaje de niños,
desde chiquitos usan las mismas prendas de vestir, hasta que
tienen de diez a doce años. A esa edad, como los patojos ya
crecieron un cachito más, las prendas de vestir, que ya más parecen
hilachas; les quedan tan chiquitas, pero tan chiquitas ¡Que andan
enseñando el pirigüiche y todo el asterisco.com!
“¿Qué hago, Dios mío? ¡Necesito ropa nueva a mi medida!
¡Pero mi viejo no tiene pisto! ¡Mi mamá, menos! ¡Yo tampoco!
¡No consigo chance porque no sé leer, ni escribir! ¡De todos
modos, por aquí no se consigue nada! ¿Puta; que hago?”.
Comprenderá entonces, abuelo; que no es de extrañar que en
aldeas como “Taltimiche”, “Sabalique” y “Tuichilupe”; en los
caseríos de “Tuijála”, “Tuixoquel” y ”Tuscajchís”; en las aldeas
que se encuentran diseminadas entre los parajes de “Intojchoj” y
“Palo Hueco”; otras, entre los cerros de “Cacxuqué”, “Tuigutz”,
“Tzununhuitz” y “Tuitaquequé”; algunas aldeas que se encuentran
en las riveras de los ríos “Chixal”, Saquichijá”, “Xalcatá”,
“Talajtzuj” y “Quiajiscoá”; en todas estas y otras aldeas, como le
dije anteriormente, hayan niños que se encuentran vestidos, como
diría mi especial amigo Roberto Saravia Zelada: con andrajos,
198 El Costumbro
esperanzas alimentarias de la raza Mam, se encuentra; triste y
lamentablemente ¡En explotación minera! ¿Y sabía usté, abuelo,
que por estos parajes, así como en casi todos los pueblos del país,
no se encuentra buena medicina? ¿No lo sabía? Pues para que se
vaya de cubilete; tampoco hay asistencia hospitalaria, ni mucho
menos, asistencia médica ¡Queeeee, onde jodidos! Este es uno
de los muchos pueblos que son castigados por la indiferencia
de los que gobiernan la Guayaba tiene dueño; castigados por el
hambre, por la desnutrición crónica, por la insalubridad, por la
mortalidad infantil, por la explotación, por la falta de trabajo, por
la migración, por, por, por, por. Y ahora, pa’juste de penas ¡Les
quieren imponer chalecos anaranjados!
Todo esto que le cuento, tata, lo están viviendo diariamente
los habitantes del pueblo que le cuento, junto con sus 12 aldeas
y sus 40 caseríos. Esto me lo contó, lleno de nostalgia, por
encontrarse desde hacía mucho tiempo lejos de su terruño mi
amigo Gervacio Indalecio Villatoro Mux, originario de la aldea
“Chicajalaj”; nombre, que en dialecto Mam, significa: “Sangre
de mazorca de caña de maíz”. Me estoy refiriendo, abuelo, a
¡COMITANCILLO!, llamado también TZOL JÁ, “Entre ríos”.
Pujante municipio de clima frío en la zona del altiplano del país,
en la mera meseta central, del a veces nevado, regularmente
terremotonizado y lamentablemente narcotraficanizado
departamento de San Marcos.
En Comitancillo, en sus aldeas y caseríos —le contaba
“Quequexque” a su abuelo— se da un fenómeno de ingratitú con
los niños de todo el territorio. Resulta que por estos parajes no
hay fuentes de trabajo ¡Menos fuentes de agua! Las tierras por
consiguiente, son muy áridas; no hay buenas cosechas de granos
básicos ¡Los únicos granos son los que tienen los patojos en el
culo! La gente es muy pobre, y por eso, muchos viven en lugares
inhóspitos. El 50% de la población, vive en extrema pobreza; y
el otro 50% ¡También! Los niños piden pan, y no les dan; piden
queso, les dan un hueso, para vos y tu pescuezo. Razón por la que
hay mucha desnutrición crónica. No hay luz ¡No hay esperanza!
No hay escuelas. Y las pocas champas donde precariamente
pueden funcionar algunas, están más jodidas que las galeras donde
Humberto Samayoa Godoy 91
retumbo y, del chorro de lava que se elevaba, empezaron a caer
grandes piedras”…
— ¡Puta, muchá; vonós a la mierda porque esta babosada va a
explotar! —exclamó el ingeniero Chigma—, bien agüevado.
“Entonces empezamos a correr hacia abajo en dirección a
donde había dejado el carro. En el trayecto nos encontramos
con el camarógrafo Érick Archila y sus compañeros de trabajo,
quienes, entusiasmados por el espectáculo, tomaban fotos y no
atendieron la voz de alerta que se les hizo ¡Estaban cumpliendo
con su trabajo!”.
“Logramos llegar a la aldea —me decía don Tono— y el
ingeniero Chigma se quedó en las oficinas del Parque con el señor
Administrador, don Humberto Morales. Yo logré llegar a mi casa
cuando empezaron a caer, sobre toda la aldea, miles de piedras de
fuego de todos tamaños. Tuve que refugiar a mi familia en una
casa vecina que era de concreto ¡Todo bajo la lluvia de fuego!
Pero lo más yuca del camote, fue la pasada de mi suegra, quien
se encontraba en silla de ruedas ¡Una odisea la babosada, don
Humberto!”.
“La aldea, prácticamente ¡Desapareció del mapa bajo el
fuego! Yo me quedé en mi casita, parado bajo el dintel que
divide un cuarto, con el corredor que da al patio. Ahí, parado,
pasé el infierno. El techo de lámina, se hundió bajo el peso de
las enormes piedras de fuego. Se quebraron vigas y tendaños.
Agarraron fuego las camas, el ropero, la tele, el radio, las sillas,
la mesa ¡Puta; agarró fuego todo! ¡Se hundió la cocina! Y yo,
parado bajo el dintel, no daba crédito a lo que estaba viviendo. Mi
casa, las casas vecinas, el patio, el cerro de enfrente ¡Todo bajo las
llamas! ¡El puro infierno, vivito, coleando y a todo color! ¡Puta!”.
El amigo, con la mirada fija en un punto indeterminado, me
dice: “¡No me pasó nada; ni un rasguño! ¡Ni me quemé! ¿Cómo
fue posible? ¡No me lo explico, pero aquí estoy; siempre al
servicio de las personas que necesiten algo de mí! Pero vea lo
que es Dios. De repente, en medio de la agonía ¡Empezó a llover!
¡Gracias Señor!”.
92 El Costumbro
“¡De todos modos comimos mierda! Pero como a los tres días,
empezó a llegar la ayuda humanitaria. Yo estoy muy agradecido
con los guías de Antigua Guatemala que traen turistas al volcán,
pues a través del servicio y la atención que les prestamos a las
personas que traen, y a ellos, ha nacido una especial amistá, la
cual fue demostrada en esa ocasión, cuando, sorpresivamente,
aparecieron con unos picops y unos furgoncitos con láminas y
ropa para 90 personas; especialmente, don Manuel Vanegas ¡Por
poquito digo talegas! También recibimos ayuda de láminas de
Azúcar de Guatemala; de la Termo Eléctrica que está aquí en San
Francisco; de una Asociación que yo no sé si era de chinos, de
coreanos o de japoneses, pero lo cierto es que eran personas de
esas que solo lo medio miran a uno, pues tienen medio cerrado
los ojos; y también nos ayudó con láminas y maíz, por medio del
Padre Darío, la iglesia católica de San Vicente Pacaya ¡Que Dios
los bendiga a todos!”.
— ¿Y la ayuda del gobierno, en qué consistió, don Tono?
— ¡Puta; en ni mierda; ni se asomaron; han de haber estado
ocupados en La Línea! Otros que dieron bastante ayuda
fueron don Mainor Alfaro y doña María Marroquín de
Alfaro de “Lago Televisión” y “Servi Cable” de Amatitlán;
pero ellos centraron la ayuda, especialmente, en la aldea de
San José Calderas ¡Donde también fue un infierno! por ser
esta, jurisdicción de Amatitlán; nosotros pertenecemos a San
Vicente. Toda la vegetación se fue con pancho, licenciado.
Los cerros y el volcán se quedaron pelones, pelones ¡Así como
usté! No podía uno echarse una su cagada allá arriba, porque
los de abajo le miraban a uno todo el cu…bilete pelado ¡Ay
no; cruz, calavera y camposanto!
Pues como verá, licenciado; el ingeniero Gustavo Chigna es
el encargado de venir al volcán a dar un su colazón Pérez de vez
en cuando, a ver a quien chinga. Y el ingeniero Eddy Sánchez,
aparte de controlar los aparatos sofisticados del INSIVUMEH
para ver si no hay clavo a la vista, es el que sale en la tele dando
el pronóstico del tiempo:
“El día de hoy la temperatura bajará un cachito porque está
muy re alta; pero no tan re alta, que conste, como el precio del
Humberto Samayoa Godoy 197
PATRIA NUESTRA
“Guatemala es nuestro país, donde se gozan todos los tonos
de verde. País de panoramas arbolados, patria de las maderas
preciosas en El Petén y la costa sur; maderas duras de las sierras y
llanuras de oriente; coníferas del altiplano; bosques tropicales de
la costa grande; bosques húmedos de las verapaces, donde crecen
las orquídeas más bellas y extrañas de América, como la monja
blanca, flor nacional e Guatemala. Hasta el sonido más peculiar
de esta tierra vegetal, el de sus marimbas; es música autóctona,
telúrica, arbórea”.
“Guatemala es el aroma inolvidable de las manzanas, duraznos,
guindas y membrillos de Tejutla, Jalapa y San Bartolomé Milpas
Altas. Patria son las ciruelas rojas y amarillas de Camotancillo,
Chichicastenango y San Lucas Sacatepéquez; son las flores del
cerezo de pájaro a la vera de los caminos rurales de Sibinal y
Zaragoza; los jocotes de corona en Jocotán y Jutiapa; es la flor de
loroco en Concepción las Minas; es el balido de las ovejas en las
laderas de San Marcos, Totonicapán y Quetzaltenango”.
************
Yo no sé abuelo, si usté ha oído hablar alguna vez de un pueblo
que está refundido allá en la Sierra Madre, cabalmente entre los
ríos “Chixal” y “El Jícaro” —le preguntaba “Quequexque” a
su abuelo don Crisóstomo—. Fíjese que ese pueblo, según nos
decían en la escuela; pertenecía al circuito “El Barrio”, como
antiguamente se llamaba la ciudad de San Marcos, en tiempos de
la Colonia.
Según nos enseñaba el profesor de Historia; parece que de
la extensión del territorio de los Mames; en dos terceras partes
del mismo, se encuentran algunos bosques, pastos, y tierras con
mucho barro, por lo que no muy sirven para sembrar algo. Y
aun así, sobre esa tierra toda echa mierda; pero como la necidá
tiene cara de chucho; allí se encuentran asentados, contra viento
y marea, un morongazal de pueblos. Lo más yuca del camote, es
que solo una miserable tercera parte del suelo, sirve para cultivar
algo; y este miserable pedazo de tierra, que alienta las exiguas
196 El Costumbro
el cadáver del difunto, con el cadáver de un chucho, de un
mono, o de una culebra; y así, lo tiraban a un río, negándole
de esa forma un Santo entierro ¿Sería cierto Tata, o será otra
paja?
— ¡Así deberían de hacer ahora, “Quequexque”! ¡Al que se
salga del comal; que le den chicharrón con yuca! No que si ya
te diste cuenta, hay como no sé cuántos sentenciados a muerte
y, no solo no les “dan agua”, sino que hay varios con arresto
domiciliario; y esto, como “Chana que Juana”, viene siendo lo
mismo que estar libres. Y los que se quedan en el Preven, se
están cagando de la risa viviendo como reyes y aprendiendo
a salir más mañosos que la maña de pedir fiado. Entonces
¿Preventivo de qué? Y pa cambiar de tema, te quiero contar
algo de lo que me di cuenta con la entrada de los gobiernos
liberales. No dirás pues vos, que la injerencia de la iglesia
Católica, que siempre se mete onde no le corresponde ¡Como
pirigüiche en hoyo ajeno! se redujo considerablemente en los
asuntos de no meterse en la aplicación de la ley.
— ¡Menos mal, abuelo, menos mal!
— Recuerdo “Quequex”, que cuando yo era patojo y alguien se
metía a opinar algo que no cabía en su matate, mi señor
padre le decía ¡Zapatero; a tus zapatos! De modo que tal vez
me equivoque; pero creo que mientras la iglesia ¡La que sea!
siga metiéndose en asuntos de la aplicación de la ley; como
lo comentan algunos analistas políticos, doctos en el tema; la
justicia seguirá siendo muy parecida a la de los tiempos de la
Colonia. Y dicen que siempre será ineficaz, estancada, lenta,
parcial, racista, y casi siempre ¡Ridícula! ¿Qué opinás vos?
— Yo opino lo que decía su señor padre, abuelo ¡Zapatero; a
tus zapatos! Porque ¿Qué sé yo de leyes? ¿Y qué sé yo onde
es que meten la nariz las iglesias? ¿Qué se yo? ¡Triste pero
cierto, Tata; yo no sé ni mierda de eso! Pero usté no tiene ni
idea de lo que yo gozo oyendo todo lo que me cuenta. En
cierta parte, me ha servido mucho, pues he abierto los ojos a
muchas cosas que me tenían confundido y que no entendía.
Ahora, déjeme contarle algo de lo que yo he aprendido en
la vida por medio de algunas personas con las he platicado;
y también, poniéndole coco a lo que usté sabiamente me ha
dicho, sobre el saber escuchar a las personas; pues ¡El que no
escucha, no aprende!
Humberto Samayoa Godoy 93
azúcar con vitamina “A” y de la energía eléctrica. El viento será
moderado ¡Lo pisado es que quién sabe! Se prevé que entre un
frente frío de la gran puta, proveniente del golfo que está más allá,
con vientos a la bisconversa, de tendencia suroeste. Por la mañana
caerán buenos morongazos de agua, y por la tarde ¡También! El
suroriente gozará de una mañana bastante soleada, con un sol
radiante, pero por aquello de las moscas ¡Lleve paraguas!”
Vale la pena resaltar, que la Junta Directiva del Museo
Popol Vuh, le otorgó la “Orden del Pop 2,013” al doctor Alfredo
Mackenney Fleischmann, quien es Médico y Cirujano egresado
de la USAC, “por su destacada labor en la definición del
patrimonio y de la riqueza guatemalteca”. El doctor Mackenney,
aunque de apellidos exóticos, es chapín de pura cepa. Tiene el
ombligo enterrado en la capital, siendo hijo de padres chivos
¡Quezaltecos, pues! Por tal motivo, siendo pequeño se fue a vivir
a Quezaltenango, en donde inició sus primeros tanes volcánicos
en los volcanes “Cerro Quemado” o Katinok Juyup; “Santa
María” o Yaxkanul; “Siete Orejas” o Cacique Dormido; “Zunil”,
o Pekul; “Santiaguito”; “Lacandón”; y “Chicabal”, el Centro de
la Cosmovisión Maya.
El volcán “Lacandón” es muy poco visitado, porque aun
conserva en sus faldas restos nefastos del mal llamado “conflicto
armado interno”, en forma de minas anti personales ¿Quién las
puso? ¿El Ejército o la Guerrilla? ¡No importa quién! ¡Lo cierto
es que se cagaron en la olla! Por el lado del municipio de Flores
Costa Cuca ¡No de la costa que tiene flores en la cuca! el coloso
tiene un área conocida como “El Chuvá”, donde se encuentran
enormes riquezas en recursos hídricos, o sea, donde hay un
morongazo de agua aun no contaminada por las mineras ¡Pero ya
van llegando los pisados! Y estos recursos hídricos, consisten en
enormes cataratas y anchos y serpenteantes causes de agua fría y
cristalina.
Pero de todos los volcanes de Guatemala, los cuales ya
los subió todos, el doctor se encampanó más con el volcán de
“Pacaya”, el que, a la fecha, ha subido más de 1,400 veces. “Pico
Mackenney”, se llama en honor al doctor, el cráter más activo del
volcán de “Pacaya”.
94 El Costumbro
Don Aroldo
Mijangos y el Dr.
Alfredo Mackenney
“En la escuela, dice el doctor, no sé si por güevonería o
por ignorancia, los maestros solo enseñan 33 volcanes cuando,
en realidá, hay 248. El rollo, dice, es que muchos son cerros, o
conos pequeños ¡Puta; pero son volcanes! La mayoría de ellos
se encuentran en el departamento de Jutiapa; así, como en menor
escala, en Jalapa y en Santa Rosa. Aquí, por ejemplo, cerca del río
“Los Esclavos”, hay un corte en uno de los volcanes mal llamados
cerros, y puede apreciarse, a través del mismo, la lava antigua que
lo cubre. “A mis 70 años” —dijo en una oportunidá— ¿Qué les
puedo yo decir, amigos? El “Pacaya” ha sido mi vida, y lo seguirá
siendo siempre ¡Es mi hijo mayor!”.
Humberto Samayoa Godoy 195
— ¿Y que tenía que ver la iglesia con todo esto, pues abuelo?
— ¡Nada, m’ijo; shutes que son! Cuentan algunos de esos que les
dicen cronistas, m’ijo; pero a mí no me creás nada; que muchos
criminales de esos que eran bien cuerudos, especialmente los
acusados de violar niños; vivieron asilados en las iglesias,
haciéndose los locos por mucho tiempo. Algunos de ellos;
los viejitos, los muy enfermos, los más débiles; estos, dicen
las malas lenguas que se fueron con pancho ¡Que tronaron a
sapo antes de ser juzgados! Y que los otros, los más buzos,
dicen que ¡Se volvieron Curas! ¡Pero saber!
— ¡Esos que violaban niños, abuelo, han de ser los Curas a los
que les dicen “pedonosequé”!
— ¡Pedófilos, “Quequex”, pedófilos!
— ¿Será porque le sacan los pedos a los patojitos, abuelo?
— ¡No sos más mula porque no entrenás; caballo!
¡Eso, eso! Y fíjese abuelo que yo leí en una revista, que
también existía la pena de muerte.
— ¡Sí m’ijo! De eso te iba hablar precisamente.
— Pero lo que me asombra es que en la revista que leí, abuelo;
dice que al condenado a muerte lo hacían recorrer las calles de
la ciudad y la Plaza Mayor, acompañado de un vergudo….
— ¡Verdugo; mula; verdugo!
— Bien decía yo; ya me parecía raro ¡Solo que lo fueran a torturar
a vergazos! ¡Ay no! Además; lo acompañaba un señor, parece
que de apellido Escribano; otro señor, que de apodo dicen que
le decían pregonero; un par de chontes, que nunca faltan;
un señor tocando un clarín, otro tocando un tambor ¡Puchica,
como que fuera circo esa babosada! ¡Solo faltó el elefante, el
león, los monos, los trapecistas y los payasos del Congreso!
Luego lo llevaban al prostíbulo…
— ¡Patíbulo; serote!
— ¡Ay cabecita loca, en que estarás pensando! ¡Ya decía yo que
no era posible que lo llevaran al prostíbulo! ¡Al patíbulo es
la babosada! Tarima la que habían armado un día antes en la
Plaza Mayor; y... “en sus marcas, listos,... ¡Zaz; ahorcado!”.
Después, descuartizaban el cadáver ya muerto, lo metían en
un saco de cuero de vaca, también ya muerta y, acompañando
194 El Costumbro
al bote a las mujeres chingonas, a las que jugaban tipaches,
a las relajeras, a las borrachas, a las que andaban quemando
llantas, a las pispiretas, a las que eran algo locas, a las muy
rasquiñudas, a las que echaban harina en la cara, y a las
güevonas ¡Puta; se las llevaban a todas, m’ijo! ¡Pero a la que
nunca se llevaron fue a la birrionda de mi mujer!
— ¡Ah no, Tata! ¿Y como hacían para distinguir a cada una?
¿Con termómetro? ¿Al puro tacto? ¿Al ojo clínico? ¿Con el
dedo castigador? ¿O cómo, pues? ¡Me doy!
— ¡Interesante la pregunta! ¡Pero la verdá, es que no sé! Pero
otras que también se iban con pancho, eran las que pedían
limosna, las que tenían hijos del puro aire, las que querían
dejar al marido, las que se quedaban viudas por joder, las que
no le daban dia’quello al marido, las pobres de espíritu, las
putas ¡Ay no, esas no; esas pasan! Las que hacían, tomaban,
no invitaban, y vendían guaro. En fin; cosas injustas, digo yo;
pero como te dije; la justicia ¡Casi siempre es ciega! Y aquí
en nuestra querida Guatemala ¡Ya es el costumbro!
Algo que levantó mucho revuelo por lo increíble, fue el clavo
de una chava que la fue a parar al bote por no querer a su mamá.
Entonces…
— ¡Puta! ¿Igualito que los de la novena”, que parece que no
muy la quieren, verdá abuelo?
— ¡Aguas aguas, m’ijo; no enseñés zacate verde, donde
hay ganado flaco! A veces uno ya no sabe ni que pensar,
“Quequexque”; pero tené cuidado con las babosadas que
decís. Pues fijáte que a los que agarraban cometiendo alguna
cabronada en aquellos días, estos no se preocupaban mucho,
porque gozaban de una babosada que le decían “Recurso de
Defensa”, la que servía pa poder burlar la ley. A esta cuestión
se le conocía también, como “Asilo Eclesiástico”.
— ¡Saco! ¿Cómo así, Tata?
— Mirá. Con este privilegio, los criminales que se escondían en
las iglesias, quedaban fuera del alcance de la ley, aunque esta
presentara pruebas en su contra. Y ay de aquel que con ciega
locura, sacara a un cuate de allí; pues, automáticamente ¡Era
excomulgado!
Humberto Samayoa Godoy 95
— ¡Puchica, doctor; dele cincho al nene pa que no chingue tanto!
Me contaba don Aroldo, que una tarde se encontraban algunos
de los Guarda Recursos en la meseta del volcán, cumpliendo
como es su costumbro, con el turno del día; siendo
aproximadamente, como las seis de la tarde. De pronto:
— ¡”Ron ron”, llamando a “Cuyo”! —claves de trabajo—
¡”Cuyo, cuyo”, aquí de “Ron ron”!
— ¡Adelante “Ron ron”!
— Negativo de “tangos” (turistas) ¿Qué decís si nos retiramos de
“lima”? Confirmá y te espero en los “bravos”.
— ¡Enterado “Ron ron”; es afirmativo, es afirmativo!
Total, se reunieron en el lugar indicado y ya para retirarse
vieron luces y escucharon voces de personas que subían el volcán.
— ¡Bueno —dice “Ron ron”— sin remedio seguimos esperando!
Siendo ya como las siete de la noche y calculando el tiempo
que los grupos hacen para retornar del cráter, se empezaron a
desesperar porque ya era mucho tiempo. Lo pisado para ellos era
que ya no se miraban las luces, sino que solamente escuchaban
las voces del grupo; pero lo raro era que casi siempre en el mismo
lugar.
— ¡Bueno “Cuyo” —dice “Ron ron”— ya esperamos mucho
tiempo; yo tengo un hambre de la gran puta y un frío de la
chingada; vamos a “Los Potros” (al Mirador), y le tiramos
“sierra” a “Foca” para saber que guía anda con el grupo!
— ¡Vamos! —exclama “Cuyo”—.
Al lograr la comunicación, “Foca” contesta:
— ¡Negativo de “tangos” en el “vector”, los últimos ya se
retiraron de este “lima” hace una “hotel”; diríjanse rápido ya
que estábamos preocupados por ustedes!
— ¡Copiado! —dice “Cuyo”—.
En ese momento se dieron cuenta que lo que ellos estaban
escuchando, en realidá, no eran turistas y ¡Patitas pa que te quiero!
96 El Costumbro
bajando chos’mierda del volcán. Y al otro día, para verificar lo
sucedido, subieron muy temprano a darle color a las huellas y
saber si algún grupo había subido por otro sendero ¡Pero nel!
¡Todo fue negativo! Según relatos de muchas personas, esta no ha
sido la única vez que ha sucedido esta babosada; pues le ha pasado
a otros Guarda Bosques, y a turistas extranjeros y nacionales que
han acampado en varios de los misteriosos lugares del volcán, en
donde, según tradición oral de los ancianos ¡Espantan!
Don Aroldo me contó que en 1,961, época en que gobernaba
el General Idígoras Fuentes, el volcán de “Pacaya” entró de nuevo
en actividá y, para los patojos y para los que nunca habían vivido
una experiencia de estas, fue una gran novedá. Todos los días
llegaba gente de todos lados a ver las enormes correntadas de
lava que brotaban del volcán por un pequeño orificio en el lugar
conocido como “Las Cachaginas”.
— ¡Fíjese licenciado que la gente cuenta, que hasta el Presidente
Idígoras vino a ver el fenómeno natural, y no podía cerrar la
boca por la impresión que se llevó! Dicen los que estaban
en el “Cerro Chino”; que fue a donde el Señor Presidente
llegó; iba acompañado de un morongazo de soldados bien
armados, y dos tanques de guerra con unos grandes cañonotes
más grandes que la transmisión de un burro. Cuentan, los
que estaban cerca de él ¡De Idígoras, pues; no del burro!, que
oyeron estas instrucciones:
— ¡Sargento!
— ¡Sór’denes mi jefe! Y tal fue el taconazo que dio, que perdió
el equilibrio y cayó dando un gran platanazo sobre la lava fría.
— ¡Mula, no taconee tan fuerte; repórtese inmediatamente con
su superior y que lo mande arrestado al calabozo, por mula, a
solo agua; porque no hay pan; el pan está muy caro; y dígale
que me mande un Sargento más pilas que usté!
— ¡Sór’denes mi General!
Entonces oyeron la insólita orden:
— ¡Sargento; si cuando yo vaya subiendo el volcán, este pisado
empieza a temblar y a lanzar piedras y lava, inmediatamente
Humberto Samayoa Godoy 193
gran chucha, y de pagar un montón de mordidas a los jueces, un
abogado, como cosa rara, logró lueguito que dejaran en libertá a
los niños ¡Pero ya habían pasado dos años!
Y lo más indignante, m’ijo; y que es lo que más lo indigna
a uno; fue que como la policía de aquel tiempo siguió la pista,
tan rápida y tan efectivamente, lueguito supieron quien fue el
mañoso ¡Pero nunca lo castigaron! Y otro camote bien yuca, era
que cuando algún indígena quiché, no podía hablar español y le
ponían un intérprete que hablaba pocomám, los dos no entendían
ni mierda de lo que el otro decía. Entonces dispusieron mandar
el tamal al Supremo Consejo de Indias; pero resulta, m¡ijo, que la
tal institución quedaba hasta la pura chingada en España. Cosa
que como verás, era un descalabro total ¡Una gran ingratitú! Pues
en aquella época, como sabrás, no había telégrajo, ni teléjono,
ni cedulares, pa poder arreglar la cosa rápido. Total, tenían
que mandar las babosadas hasta España en barco, pa ver que se
arreglaba. ¿Pero, cuánto se tardaría el barco ida y vuelta, dirás
vos? ¿Cuánto tiempo se tardarían los Licenciados del Consejo
pa arreglar tan delicado asunto? ¡Más pior, si eran buenos pal
guaro como los dia’quí! Lo más seguro era que al regresar el
barco, podían pasar tres cosas: Que al pobre cuate no le hubieran
arreglado nada y tuviera que seguir preso. Que el cuate ya hubiera
tronado a sapo. O que ya lo hubieran vuelto güicoy ¡Pero... así era
la justicia, m’ijo; una mierda! ¡Pero así es el costumbro aquí!
Fijáte “Quequex” —le decía don Crisóstomo a su nieto— que
en aquellos años de la Colonia; a las mujeres acusadas de cometer
un crimen, o a las que estaban cumpliendo largas condenas en
la cárcel; las castigaban metiéndolas en un lúgubre sótano del
Ayuntamiento en un lugar conocido como “Casa de Recogidas”.
Y...
— ¡Perdón! ¿Eso quiere decir, Tata, que se las cogían dos veces?
— ¡Cara de listo tenés, serote; pero veo que sos bien mula! A este
lugar iban a parar las mujeres que eran catalogadas como, “de
la mala vida” y...
— ¡Qué mala vida va a ser esa, Tata! ¡Es bien chingona!
— ¡Ya te dije que si seguís hablando babosadas ya no te cuento
nada! Y como te decía; no perdonaban a nadie. Se llevaban
192 El Costumbro
“La sociedad que dora su desdoro
Persigue con saña al criminal
Más si el puñal del asesino es de oro
Enmudece el Juez ¡Y besa el puñal!”.
— ¡Buena, abuelo! ¿Y esa babosada de donde la sacó?
— ¡En primer lugar, no es babosada; eso que quede bien claro!
Es un verso del poema que se llama “Verdades Amargas”, de
un autor desconocido que nadie lo conoce, m’ijo.
A los presos, pa evitar que se fueran a la chingada fácilmente,
como lo hacen ahora; les ponían cadenas en los tobillos; y
además, les ponían otra que tenía una gran bola de hierro, más
grande que una pelota basquetbol ¡Y, pesaba! Al reo que llegaran
a condenar por un delito algo grueso, lo amarraban a un poste en
pleno parque a la vista de todo el pueblo y le daban riata a puro
latigazo limpio, pa que les sirviera de aviso a otros muñecos que
quisieran salirse del comal. Las autoridades lo hacían en público,
porque ¡Ojos que no ven, corazón que no siente ni mierda! A
otros infelices los amarraban sobre la espalda de un caballo, y
los llevaban a las esquinas del pueblo, en donde eran azotados
en público. Ya te podés imaginar ¡Pior si era delante de la traída!
Pero así se aseguraban, según ellos, de que nadie se atreviera a
cometer un delito ¡Así era antes la justicia, m’ijo!
— ¡Nts’ah!
¡Pero fijáte, pues “Quequex”! Hay babosadas que uno no
entiende. Cuentan algunos historiadores que allá por el medio
año de 1,700, hubo un crimen bien yuca; y que por pura mala
potra del destino, fue presenciado por dos niños chiquitos, que
eran más pequeñitos que sus hermanitos más grandes; uno tenía
10 años y el otro de 8 ¡Ay no, es al revés! Uno tenía 8 años y el
otro 10. Y fijáte pues ¿Cómo fue posible que a esos dos niños
los encerraran junto con los presos más peligrosos de la cárcel,
solo por haber visto una babosada que ellos aun no entendían?
¿A qué arriesgaron a esos pobres niños, dirás vos? ¡Pues a que
un mulato degenerado, le destrozara la chumacera de la máquina
tira pedos, al patojito de 8 años! Y después de un vergueyo de la
Humberto Samayoa Godoy 97
da la orden de disparar a la tropa; y los tanques que disparen
sus cañones hacia el cráter y lo hagan mierda, para que se
detenga mientras yo bajo!
— ¡Sór’denes mi General; entendido; así se hará; cambio fuera!
En esa oportunidá, unos trabajaban de guías; otros vendían
comida; algunos hicieron sus lenes vendiendo guaro: “Cusha Light
Etiqueta Negra”, “Boj Waiser Añejo”, “Charamila Centenario”,
“Alcohol Clínico Sello de Oro” y alguna otra bebida espirituosa.
Pero cuatro años después, en 1,965, cuando el General Idígoras le
había pasado la estafeta al General Peralta Azurdia ¡Ahí se puso
peluda la babosada! Se hizo un hundimiento de la chingada, por
el cual, el volcán empezó a hacer fuertes explosiones y a lanzar
grandes rocas, miles de toneladas de arena y ceniza.
Cuando el neneco hizo su primera gracia por este cráter; actual
Cono Mackenney; la gente salía cha’mierda huyendo; unos pa
San Vicente, unos pa Amatitlán y otros pa Palín. Lo importante
era salir de ahí. Después del susto, todos contaban, con lujo de
detalles y con risas nerviosas, lo sucedido.
Muchos, cuenta la leyenda; los no creyentes ¡Dieron el piojo!
Bien agüevados, se hincaron, se persignaron y empezaron a rezar
y clamar a Dios. Unos le pedían por sus familiares desaparecidos
por la caída de ceniza. Uno en especial, no creyente por cierto,
dicen que pedía en esta forma:
— ¡Ay Dios meyo; Tata, Diosito lindo de Escuintla; por vía tuita
te pido que no mates a mi papá y te regalo un tu costal lleno
de elotes!
Otros, cuentan los tíos abuelos; no creyentes también; que
ni siquiera sabían persignarse, caían de rodillas y trataban de
rezar ¿Qué putas pedían; no se sabe; pero rezaban? En tantas
erupciones que hemos sufrido —me decía don Aroldo— siempre
queda algo para contar y algo de qué hacer chistes. Como una vez
que una señora quien era madre de varias hijas, tuvo que huir con
ellas y con sus vacas. La hija mayor jalaba con un lazo a la vaca
más gorda; razón para que se rezagara un cachito en el camino.
98 El Costumbro
Entonces la angustiada mamá, pensando en que la lava las podía
alcanzar, le gritó:
— ¡La gran puta, vos Chabela; jalá duro a tu madre, que esta
mierda nos va a matar y ese maldito de tu Tata que ya no vino
el muy re serote!
Hubo tienderos, dicen; que al salir despavoridos, dejaron
la puerta de la tienda abierta; y cuando regresaron, después del
arralón de nalgas, las estanterías estaban vacías ¡Unos en la pena
y otros en la re pepena! Unos recién casados huyeron tan rápido,
que dejaron a su hijo recién nacido acostadito en la cuna; y cuando
regresaron a la casa a enmendar el error ¡Ni bebé, ni cuna! ¡Solo
carbón!
Unos, no creyentes, en su aflicción, le clamaban al “Niño de
Antorcha de Amatitlán”, “Virgencita de Guadalupe de Mixco”,
“Cristo Negro de Xetulul”, “Golondrinas de Escuintla” ¡Ay no,
esa no!. En fin. Unos gritaban, otros lloraban, corrían, hablaban
solos. Una señora iba diciendo:
— ¡En la última erucción lo perdí todo; todo, bendito Dios Santo
de Escuintla! ¡Perosh’toy viva y lista pa otro montón de
erucciones; a mí no me mata nada!
De pronto, en medio de la oscuridá que reinaba en la media
noche; de la nada apareció un caballo y la pasó atropellando ¡Se
fue con pancho; tronó a sapo!
Otro señor, que si era creyente; en su tormento, hasta al Señor
Presidente de la República maltrataba y lo hacía responsable de la
situación:
— ¡Este Presidente serote, tiene la culpa de esta babosada por no
sacarnos de aquí!
Afortunadamente, licenciado —me dice don Aroldo— yo
tengo la dicha de poder contar el cuento ¡Pues yo también la vi
negra!
Humberto Samayoa Godoy 191
por Dios, por Santa María, y hacer la señal de la Cruz ¡Que
no te de risa pisado, porque es cierto! A las castas, el juez
les preguntaba por su “calidá”; que cual era su estrato en la
sociedá: ¿Indios, mulatos o pardos? Y dependiendo de lo que
contestara el fulano, así era la metida de yuca que recibía. En
algunas oportunidades, fijate m’ijo, de una vez se les iba la
baranda en los procesos pues se tardaban un cachimbazo de
años en ser resueltos. A tal extremo llegaron de hacerse tanto
los locos, que hubo presos que estiraron los tenis antes de
ser juzgados.
— ¿O sea, Tata; que antes, los ladrones eran algo decentones
para robar? Porque ahora roban carros, celulares, bancos,
niños, motos, y cuanta babosada se les pone enfrente. Y
los ladrones de cuello blanco, que les dicen; esos sí que no
se sabe cuánto se roban; pero en fin. En cuanto al famoso
juramento ¡A todos les viene del norte! Y en lugar de hacer
la señal de la Cruz, hacen la cruz del sapo. Si hablamos de la
cuestión de las castas ¡Eso ya valió! Porque ahora, sean lo
que sean y del color que sean ¡Todos se van con pancho!
También eran jodidos; pues se daban casos de extrema tortura
y de injustas coacciones al preso, m’ijo. Esto lo hacían pa que
el fulano confesaran algo que ¡Nada que ver! Muchas veces, por
ejemplo, los jueces reducían al acusado aplicándole “el piadoso
tormento”.
— ¡Púchica, Tata; esa onda es bien rica! ¡A mí me hacen “el
piadoso tormento” cuando voy a “Los Tres Monos Sabios” o
al “Omni”!
— ¡No seas mula, m’ijo; no me refiero a ese “tormento”! Esta
babosada consistía en amarrar al preso y acostarlo en un gran
potro de madera. Este grotesco aparato podía llegar a zafarle,
o a quebrarle los brazos y las piernas al pobre cuate. Y
dependiendo del apretón pérez que recibía; aparte, de sacarle
los ojos ¡Le sacaba los pedos! Este inocente procedimiento
podía tardar horas y horas, hasta que el pobre cuate, ya cagado,
aceptara su culpabilidá, no importando que el juez supiera
que era inocente.
190 El Costumbro
— ¡Si…món, m’ijo; más o menos! Y “los otros”; los plebeyos;
esos pobres eran recluidos en unas cárceles asquerosas e
inmundas, con un gran amontonamiento de presos, donde
proliferaban las enfermedades. Cada preso si quería comer,
tenía que pagar su filo. La trama la vendían dentro de la
cárcel; pero si el cuate no tenía papeliza ¡Pues sencillamente,
no comía! Algunos pa comer, pedían limosna; otros hacían
algunas manualidades con las manos, como pitas, hamacas,
lazos y canastos; y los más buzos, extorsionaban a los
compañeros de celda. A los que eran más peligrosos, los
mandaban a las prisiones que estaban hasta la punta del
chorizo, como el Castillo de San Felipe en el lago de Izabal,
o a la Isla de Flores, en Petén.
— ¡Ahí si cambia la babosada, abuelo! Porque hoy, “a los otros”,
los tienen en cárceles amplias y bien limpias; y además,
les van a construir cinco cárceles más cómodas de máxima
seguridá, para que se puedan ir más rápido a la chingada.
Comen bien los tres tiempos; y si por algún motivo, causa,
razón, o circunstancia, no les gusta la trama, hacen huelga de
hambre, o les llevan el filo del “Camino Real”, o del “Jayat”.
Además, tienen hospital con medicina a la orden ¡Y con
médico incorporado! Así mismo, gozan de derechos humanos
y se pueden fugar cuando quieran; pero no lo hacen porque
están más seguros allí adentro ¡Y es más alegre! En fin; es
bien chilera la babosada.
En aquellos dorados siglos, m’ijo; los crímenes más
practicados por la mara, eran los güeveos y los asaltos con arma
blanca; y los que no tenían, lo hacían con arma de otro color.
Y lo más que se llegaban a robar, era un poco de pisto, algunos
sombreros de fieltro de moda en aquella época, una chamarra, o
algunos paquetes de cigarros; y los más gachos, llegan a robar
hasta jocotes.
— ¿Jocotes, abuelo? ¡No me rasgue el anicillo!
— ¡Si m’ijo; jocotes! Y a la hora en que se celebraba el juicio
por algún delito; tanto los españoles como los plebeyos;
tenían que prestar juramento a puro güevo, de que iban a
decir la verdá y nada más que la verdá. Tenían que jurar
Humberto Samayoa Godoy 99
— ¡Yo creo que todas la tienen negra, don Aroldo!
— ¡Ah; no sea malcriadote pues licenciado, no sea malcriadote!
Quiero decir; que yo viví la erupción del año 2,010; año en
que hizo como que gobernó, pero no; porque la que gobernó
fue una señora de pelo en la cara; un señor de anteojos que
tenía cara de pepita de mango de pashte ya chupada, y que
hablaba como que era radio mal sintonizado ¡No se le entendía
ni mierda! Ese día; el día del mero morongueyo; yo andaba
inspeccionando la situación cerquita del cráter, cuando:
— ¡Puta, patojos; vonós a la mierda! —dije asustado—.
Y salimos huyendo por las faldas del “Cerro Chino” con dos
de mis hijos, un primo, y otros patojos que huyeron con nosotros.
Cinco minutos antes de la explosión, pude ver al periodista Érick
Archila, quien se encontraba muy contento con sus compañeros
de trabajo y algunos jóvenes y niños de la aldea “El Cedro”. Sin
imaginarse el camote que se avecinaba, gozaban del espectáculo
y tomaban fotos.
Le aseguro licenciado, que en ese tormento de angustia que
viví, en lo único que uno piensa es que se va morir ¡Que va a
tronar a sapo! Pero por increíble que parezca; uno no quiere que
otros mueran y trata la manera de ayudarlos para que se salven.
Al menos, así lo he vivido yo en esta y en otras erupciones. Pero
reconozco que la erupción del 2,010, ha sido la más fuerte que
hemos vivido. Fue tan fuerte la experiencia, que pasa el tiempo,
se platica de lo sucedido, se piensa, se sueña, se trata de olvidar,
pero ¡Se repite la historia como si hubiera sido ayer!
¡Pero no hay mal que por bien no venga! Estos desastres
naturales nos enseñan que debemos respetar a la Madre Naturaleza
y que debemos estar preparados para esta clase de eventos ¡Pero
no lo hacemos! ¡Nos acomodamos, como diputados! Y por eso
siempre estamos vulnerables a los desastres.
Entre algunos lugares donde espantan en el volcán de
“Pacaya”, según leyendas y tradiciones de los lugareños, está “La
Cueva de La Llorona”. Esta pequeña cueva se hizo famosa en
la época en que todos estos lugares pertenecían al departamento
100 El Costumbro
de Amatitlán, o sea, en la época que el “Arco Iris” era en blanco
y negro; ya que la aldea “Los Pocitos” también era parte; y la
comunicación de las personas de este lugar, con San Vicente,
antes “Pacayita, y Amatitlán, era más estrecha. La gente por lo
regular viajaba andando, caminando, volando pata, o a pie; y los
que tenían sus fichas ¡A caballo! El que no podía montarlo, lo
jalaba ¡Pero llevaba caballo!
F/ hsg. ¿El Cadejo? ¡No; es mi hijo Juan Pablo, explorando “La Cueva
de La Llorona”!
Todos procuraban que no les entrara la noche, pues sabían
que existían muchos lugares en el trayecto del camino donde
espantaban. Especialmente, en “La Cueva de La Llorona”, en
donde era casi seguro que esta salía a sentarse a la entrada de
la cueva, dando fuertes y lastimeros llantos, que hasta al más
valiente le aguadaba el chiltepe y se le fruncía el tira pedos. Y
dicen, que hasta la fecha, hay varias personas que no les ha vuelto
el habla del susto.
--¡A lo mejor el ex Presidente Janano fue a dar un su colazo por la
cueva, vio a “La Llorona”, se le arraló el ojo de buey, y por eso
se quedó así!
Humberto Samayoa Godoy 189
¡Mirá m’ijo! Según he leído en los libros de historiadores
españoles, los que en su mayoría son Curas, diz que católicos; pues
de historiadores nacionales no he leído ninguno, pues parece que
de ellos no se puede leer nada y no sé qué motivo, razón, causa,
o circunstancia maquiavélica está detrás de esta babosada, pero
dicen que había un Alcalde, que a la vez era Juez. Este cuate, se
encargaba de darles color a los “clavos” civiles y criminales que
se presentaban en su jurisdicción. Cuando él creía conveniente,
podía mandar a traer pié con jeta a un acusado y lo mandaba a la
cárcel de “Cadenas”, la que según testigos que estuvieron allí,
era una prisión bien yuca que estaba en el Ayuntamiento. Por
supuesto, m’ijo, que para esto, lo apoyaba un grupo de policías,
a los que les decían “Compañías de Pardos”, porque casi todos
ellos eran descendientes de africanos de África. Entonces, como
podrás volar lente; el Cabildo era compuesto solo por gente que
no tragaba a los negros; y ellos, eran los encargados de mantener
la ley y el orden.
— ¡No me joda, abuelo! ¿No me diga que desde aquellos
tiempos de la Colonia, ya daba en el Canal 3 la serie de “La
Ley y el Orden”?
— ¡Ya te dije que cuando estoy hablando en serio, no me gustan
las preguntas tontas!
— ¡Perdón, abuelo!
— ¡Nuay pedo, m’ijo! Pues como te decía anteriormente; a los
presos se les catalogaba en dos grupos. “Los de la foto” y “los
otros”.
“Los de la foto”; o sean, los españoles, los criollos y los ladinos
de fichas; a ellos los mandaban a la Sala del Ayuntamiento, pues
eran consideradas “personas decentes”, no importando el grado
del “clavón pérez” que se hubieran mandado. Pero como vos
sabés que siempre han existido las preferencias y la corrupción;
entonces, las inocentes chinchitas, o sean, los españoles, dormían
cómodamente, comían bien dia’güevo, tenían visita conyugal a
cada rato y gozaban de alguna atención médica.
— ¿Igualito que hoy, verdá Tata?, que los mandan al Hospitalito
aunque no estén enfermos, ni sean “de la foto”, pero sueltan
papeliza.
188 El Costumbro
parece que les dan premio! ¡Visita conyugal todos los días; y
con derecho a repiteshon! ¡No le digo pues!
Hay muchas personas de las que se la llevan de fustán con
picos, que se asustan de los antiguos castigos, aduciendo que eran
muy brutales y salvajes. En aquella época m’ijo, por ejemplo; si
se quebraban a un fulano y su cadáver no podía ser identificado;
entonces lo colocaban en una banca frente a la puerta del Cabildo
que se encontraba en el edificio del Ayuntamiento, pa ver si entre
el público alguien le podía dar color. Y cuando vayás a dar un tu
colazo por la Ciudá Colonial, m’ijo, volale lente al edificio, y te
vas a dar cuenta que a pesar del cambio climático y los chalecos
anaranjados, el Ayuntamiento aun en pié.
— ¡Que esperanzas, abuelo! Yo tengo un mi carrito Toyota
“Sentra”; pero con el elevado precio de la gasolina ¡Ni a Misa!
— ¿El Toyota no es “Sentra”, m’ijo?
— ¡Bien, abuelo! ¡Sentra el agua, sentra el polvo, sentra el
frío, sentra el lodo; puta; sentra todo! Pero eso si que estaba
jodido, abuelo. Porque imagínese usté ¿Qué pasaría si el
muerto resultaba ser un ladrón, un asesino, un violador, uno
de la SAT, o un diputado? ¡Puchis! ¿Quién iba a decir que era
su pariente, o su amigo? ¡Nel mano! Si alguien se atrevía a
reconocer a un preso, él mismo se daría un colorón de la gran
chucha ¡Ni que fuera tan mula, el muy caballo!
En eso tenés razón, m’ijo. Y otra cosa que no ha cambiado
nada, pues he visto que está igual, es que durante la época de la
Colonia trataban de un modo a los españoles de España y de otro
modo a las castas dia’quí.
— ¿Cómo así, tata? ¡Explíqueme por favor!
¡Mirá , “Quequexque! Hay una babosada que le decían La
Legislación, que dicen que era una clase especial de la sociedá
donde se controlaba el color de la piel y la condición de pisto de
cada una de las personas.
— ¡Ahhh bueno, así, sí! ¡Ya decía yo! ¡Eso quien no lo sabe;
pero mejor si me lo explica, Tata!
Humberto Samayoa Godoy 101
F/hsg. ¿Las
hijas de “La
Llorona”?
¡No, no; son
María José y
María Andrea,
mis sobrinas,
en el “Cerro
Chino”, con
el muñeco!
No muy lejos de “La Cueva de La Llorona”, había un pequeño
caserío llamado “El Caracol”, formado por unas cinco familias.
A un costado de aquel lugar pasaba el camino que conduce a San
Vicente; y como a unos trescientos metros del caserío hay un
pequeño manantial donde se surtían de agua los vecinos y todas
las personas que pasaban por ahí. Lo yuca, era pasar de noche,
ya que allí era el lugar preferido de la “Siguanaba”. Esta le salía,
especialmente, a los que pasaban solos, y mejor, si llevaban un
su par de tres “Boj Waiser” o de “Cusha Light”, entre pecho y
espalda.
A más de alguno se le subió a las ancas del caballo; otros solo
escuchaban sus risas burlonas. En algunas ocasiones somataba su
guacal, dando a entender que se estaba bañando desnuda, y ver
quien, por chuchón, se iba de hocico. Algunos por llevársela de
102 El Costumbro
fisiquínes ¡Comieron heces fecales! Ahora prefieren pedir posada
en “El Patrocinio”, o en otro lugar cercano; pero ya no se arriesgan
a otro arralón de pescuezo.
La Montaña de “La Negra”, es otro lugar que se hizo famoso.
Más bien, tenebroso, dicen algunos ancianos. Pues según ellos
cuentan, no era nada agradable de contar ¡Los que pudieron contar
el cuento! De que una “Mujer Negra”, con unos enormes pechos
como tecomates, acompañada de un séquito de hombres también
negros, armados de enormes garrotes, caminaban por este lugar.
Uno de los negros, el del garrote mejor dotado, tocaba un enorme
tambor llamado “Sambumbia” y que cuando encontraban a alguien
que se le había entrado la noche, lo agarraban y lo llevaban pie
con jeta con “La Negra”.
Esta, posiblemente la Reina, o jefa del grupo, tomaba de los
brazos al incauto, lo colocaba frente a ella y le preguntaba:
— ¿Querés mamar tu teta, mi rey, o querés “Chirrión”?
El “Chirrión” era nada menos que un enorme látigo, o chicote
de cuero; y el pobre desdichado tenía que decidir entre mamar,
como bebé, en los peludos y enormes pechos negros, o amanecer
en el fondo de un barranco con el cuerpo todo lesionado por
la chirrionada que le daba “La Negra” ¡Puta; yo preferiría la
chirrionada!
Y termino; no porque no hayan más lugares encantados que
contar; sino que para no aburrirlos más, con la leyenda del “Cerro
Negro”.
Este no era tanto un lugar de espantos; sino que más bien,
de “encantos”, como cuentan los abuelos. Ellos cuentan que al
buscar sus animales; vacas, caballos o cabras; las que llevaban a
pastar por necesidá al “Cerro Negro”; se encontraban con lugares
muy re bonitos llenos de pacayas y chicuilotes. Algunos juntaban
leña, encendían sus fuegos, y almorzaban pacayas asadas; otros
preferían llenar sus alforjas o morrales, con pacayas y chicuilotes,
para llevar algo de comer a la casa.
Capitulo VI
Comitancillo
Fijáte m’ijo —le decía don Crisóstomo a su nieto
“Quequexque”— que mi tata me contaba que antes; porai por los
siglos que ya pasaron hace rato; si un pisado no quería a su mamá,
lo metían preso al bote. Y Dios me guarde si el cuate se güeviaba
unos jocotes ¡Ja ja jay, m’ijo; más pior tua’vía! pues entonces la
policía le reventaba la espalda hasta con 200 chicotazos. Así era
antes la babosada, m’ijo.
— ¿Antes como que sí funcionaba bien la mano dura, verdá Tata?
¡Si vas a empezar con pajas no te cuento nada! Las cárceles en
tiempos de la Colonia eran bien yucas, m’ijo. Los presos estaban
en unas condiciones tochas mierda, pos dicen que casi que no
les daban filo, ni agua; no tenían camas pa dormir, ni chamarras
pa taparse del frío. Dicen que dormían unos encaramados sobre
otros en una celda en condiciones re shucas. Se los llevaba la
gran chucha, pues como la justicia era bien lenta, m’ijo, tenían
que pasar mucho tiempo sin que les arreglaran su clavo. Y más
pior era cuando los abogados de aquella época no se ponían pilas
¡Igualito que ahora, m’ijo! Ya más parecía que no le atinaban a
nada. Eso sí; los castigos ¡Cuidadito!
— ¡Puchica, abuelo! Entonces sí que era jodida la cosa. No que
fíjese que ahora, según se entera uno por los periódicos, los
presos viven mejor que uno. Controle como es el rollo de la
cosa pues. Según dicen; los que están presos se dan una vida
bien guangocha. Gozan de buena comida y a la carta; en lugar
de agua, toman vino; duermen en camas de agua, y se tapan
con buenas chamarras; duermen dos en cada cuarto. Eso sí
tata; la justicia ¡Pa la mosca! Sigue siendo igualita que antes
¡Lenta, parcial y preferencial! ¡Y los castigos, tata! ¡Si más
186 El Costumbro
¡Porque esa babosada crea identidá, mano; ya te lo dije; y
además, crea sentido de pertenencia; según la licenciada Aragón,
pues! Ella dice que nosotros tenemos que saber el rollo de
nuestra sociedá; o sea, dice ¿De dónde chingados venimos; que
palomazo nos engendró; que se ha logrado hacer; qué clase de
clavos afrontamos; en que purrún estamos metidos? Esto, dice la
doñita, ayuda a controlar las bases de nuestro futuro. Y también,
la licenciada Aragón, se echa una su máxima absoluta que dice:
“Quien no conoce la historia, está condenado a meter las nachas
hasta donde dice Collins, por los mismos clavos”.
— ¿Y vos crees “Chocolate”, que Guatemala es un pueblo libre?
— ¡La Libertá solo reside en los Estados en los que, el Pueblo,
tiene el poder Supremo! —según decía mi amigo Cicerón—;
quien, por cierto, desde que se murió, no lo he vuelto a ver ¡A
saber en qué hoyo anda metido!
— Guatemala fue asignada hace poco “Capital Iberoamericana
de la Cultura” ¿Qué pensás de eso, “Chocolate”?
— ¡Si no querés que perdamos la amistá, dejá de preguntarme
pajas! Mejor adiviná esto ¿Qué es lo que el rico guarda con
mucho celo entre la bolsa del pantalón, y el pobre lo tira a la
mierda con total desprecio?
— Este,... este ¡Los mocos!
— ¡Adivinaste Lucas!
Humberto Samayoa Godoy 103
Pero esto no se podía hacer en “El Encanto”; pues se podía
comer; pero no se podía llevar nada. Y los que hicieron la prueba,
se perdieron en el camino cuando regresaban a casa. Y ya cansados
de tanto dar vueltas y vueltas sin saber que putas pasaba; tiraban
a la chingada las pacayas y los chicuilotes e, inmediatamente,
encontraban de nuevo el camino.
También me contó don Aroldo que le contaba un su tío abuelo,
que en una ocasión fue, con otro tío abuelo a buscar unos caballos.
“Hay que hacer constar que, quienes son llamados “tíos abuelos”
en las comunidades del campo, son, por lo regular, personas que
han rebasado el límite de los cien años y, aunque parezca increíble,
gozan de una constitución física y mental que ¡Ulu grun!”. Pues,
fueron a buscar los caballos y, al no encontrarlos, decidieron
llevarse un chilacayote cada uno, los que en esa zona abundan.
Después de cortarlos, los acomodaron en una gruesa rama
que se encontraba tirada en el lugar. De pronto, uno de ellos
divisó unos caballos en “El Cerro de las Cabras”, y pusieron ojo
de chícharo para ver si eran los que buscaban. Ya satisfechos de
la inspección, volvieron la mirada hacia la rama y, sorprendidos,
vieron que los chilacayotes iban rodando muy rápido en la enorme
ladera del cerro ¡Puta; pero pa’rriba; no pa’bajo!
— ¡Puta tío; vámonos a la chingada, que esto está jodido! —
exclamó uno de los señores— quienes, a pesar de su costalada
de años, salieron disparados como canchinflín de Semana
Santa.
Otras personas con las que platiqué; entre ellas, una tía abuela;
me dijo:
— Afigurese licinciao; ques’tos mis ojos míos, quial’gún día
si’an de comer los gusanos; han sido testículos de….
— ¡Testigos, doñita, testigos!
— ¡Ahhh; ansina le dicen agora! ¡Ta güeno pues! Pues como
lei’ba diciendo licinciao; estos mis ojos míos han sido
testículos de cosas muy re feyas, usté. Han de ser castigos del
Siñor, digo yo; por’quen la biblia di’cel Pastor que….
104 El Costumbro
— ¡Tía; el licenciado anda preciso; cuéntele luego lo que ha
visto y no le cuente pajas que dice el Pastor! —interviene mi
amigo—.
— ¡Ahhh; pues estos mis ojos míos que’sian de comer los
gusanos, han sido testículos que yo a visto animales quian’dan
solo en la tierra; pero que agora yo, y otras personas junto
con yo; hamos visto ques’tos animales quian’dan solo en la
tierra, andan carrediando por las ramas de los árboles como
que si jueran monos o garrobos ¡Ay no; cruz, calavera y
camposanto!
Otra cosa que tenía alebrestados a los habitantes de las
aldeas aledañas al coloso del “Pacaya”, era el avistamiento de
tres monolitos extraterrestres que permanecían en una extraña
posición de cuclillas e inmóviles; con la mirada, fija, en las
correntadas de lava que fluían del cráter. Hubo pánico ¡Llamaron
a medio mundo! ¡Pero medio mundo no llegó! Los que llegaron
fueron los Bomberos, los de la Pene Ce, los de la Peme Te, los
Periodistas, los de la Tele y, todos los shutes que nunca faltan;
entre ellos ¡Yo! Pero cuando la mara llegó; insólitamente ¡Los
extraños seres ya no estaban!
Pero siempre hay un roto para un descocido. Alguien oportuno;
un muchacho de la aldea “El Caracol”, logró tomar algunas fotos;
y alguien dijo:
— ¡A esos seres, yo los he visto en alguna parte!
Y cuando yo tuve la oportunidad de ver las fotos, reconocí
inmediatamente a los “seres extraterrestres”. Eran mis especiales
amigos: Tono “Garrobo”, Julio “Arpa” y Lito “Panzón, quienes
habían ido a dar un su colazón Pérez al volcán.
Áreas rodeadas de exuberante naturaleza. Naturaleza;
sinónimo de vida. Pueblos con leyendas, mitos y misterios.
Leyendas, mitos y misterios que forman la historia de los pueblos
¡Un pueblo sin historia, no es nada; es como que no existiera!
Relatos y cuentos de “La Llorona”, “La Siguanaba”, “Las
Rezadoras”, “El Carruaje del Muerto”, “La Carreta Encantada”,
Humberto Samayoa Godoy 185
Te voy a ser franco, vos. Yo de esas babosadas no sé ni
pura mierda, mano. Pero según opinión de la licenciada que te
contaba; dice que a finales del siglo antepasado, la educación
pública fue organizada por gobiernos puramente de visión liberal.
Y que ni modo; por ese rollo, es que se resaltan las fechas y las
babosadas que hacen los personajes de la foto, las cuales son
bastante nebulosas; como por ejemplo: la “conquista” de Piter
de Alvarado; los “próceres” de la llamada “Independencia”; el
“descubrimiento” de América por Colón; el derrumbamiento de
“Las Tres Torres Gemelas” ¡Ah puta; eso no!
Y fijate que dice la licenciada Aragón, que ella recuerda “que
en su niñez le pedían que memorizara, a puro tubo, los nombres de
los “Próceres”, solo porque estos estaban a favor de la separación
de España”, pero...
— ¡Cómo no iban a estar a favor! ¿No eran “Criollos”, pues?
...pero no daban detalles de nada ¡Te quedabas en la Luna!
Triste y lamentable la babosada; pues esta chingadera aun
persiste, porque los libros “oficiales” de texto, siguen dando
la misma paja; y lo más trompudo es que, los maestros que
siguen al falso profeta quema llantas, siguen, en su ceguera,
rigiéndose a eso.
— Vos “Chocolate” ¿No habrá otro rollo para cambiar estos
criterios absurdos sobre el pasado de nuestra historia?
¡Queeeee, mano, ni mierda; aquí nuay nada de eso! Aquí; o
aceptás la paja que te dan en la escuela ¡O te vas! En la escuela
aprendés, a puro güevo, los hechos de la llamada “conquista”; pero
que en realidá fue “invasión y masacre”; a partir de lo que dice
la visión de los textos escritos por historiadores, quienes el 98%
de ellos son religiosos españoles, y el 2% restante ¡También! Por
eso, ellos hacen mano de mono, pues como ellos ¡Los religiosos,
pues; no los monos! se portaron pura mierda con los indígenas, no
les conviene hablar del punto de vista de los habitantes de estos
pueblos ¡No les interesa que se sepa la verdá!
— Tal vez tengás razón, “Chocolate”, pero ¿Por qué crees vos
que sea necesario saber algo de historia?
184 El Costumbro
Universidad Popular, aun nos reunimos de vez en cuando en
la casa de “El Gordo” David, a platicar y a tomarnos un par de
“Boj Waiser”, o “Cusha Ligth” ¡Como es el costumbro! Y, en
una oportunidá, alguien contó que el amigo “Chocolate”, ya
había tronado a sapo ¡Nunca supimos su nombre! Y como cosa
curiosa, acabo de enterarme hace poco que, en septiembre de
1,980, el Congreso de la República, después de varios años de
análisis, deliberaciones, exhumaciones, investigaciones, debidos
procesos, exhibiciones personales, amparos, desistimientos, vistas
públicas, Abeas Corpus, Corpus Cristi, y varios sobres solidarios
bajo la mesa, al fin declaró Héroe Nacional a Juan Matalbatz.
Una mención, creo yo, que pocos conocen; por eso es ¡El Héroe
olvidado!
— Yo podría decirte que….
¡Mirá vos! Todo este pajerío, dice mi abuelo que da porque
somos un pueblo ignorante de nuestra realidá. De modo que
dejémonos de pajas ¡Nosotros no tenemos historia; por lo tanto;
tampoco podemos presumir de nacionalismo! Hay quienes,
acertadamente, y con justa razón, dicen que LA HISTORIA CREA
IDENTIDÁ. Pero lo pisado del camote, según la Licenciada en
Historia, Aragón Ibarra, “la Historia de Guatemala, se aprende
según las versiones oficiales” ¡Puta; pero así está jodido, mano;
porque te pueden dar gato por liebre! Y lo más pior ¡Atol con el
dedo sin uña! ¡O sea que te dan paja! ¿No te parece?
— Yo opino...
...Por eso estoy de acuerdo con la Licenciada Aragón; porque
si vos te das cuenta; desde hace un titipuchal de años persiste
el clavo de que, la historia, a puro güevo, se la meten a uno
en la escuela según lo que dicen los libros oficiales de historia
escritos por historiadores españoles ¡Nada de historiadores
nacionales! Esto, como te darás cuenta, Pepes, se presta a la
mano de mono de tal manera, que te esconden “la otra cara de
la moneda”, como se dice.
— Fijate “Chocolate”, que un día que casualmente entré sin
querer a una cantina, me topé con un mi maestro que decía
que: “la historia se aprende de acuerdo a la versión de quien
la escribe” ¿Qué pensás vos?
Humberto Samayoa Godoy 105
“Las Ánimas en Pena”, “El Sombrerón”, “El Sisimite”, “El
Cadejo”, “El Presidente mentiroso” ¡Ay no; ese no! “El Padre sin
Cabeza”. Volcanes; zonas ricas en leyendas; en rocas curiosas y
cuevas volcánicas. Leyendas de seres enanos y bolas de fuego
que aparecen en el firmamento cruzando ida y vuelta del volcán
de “Agua” al volcán de “Fuego” ¡Misterios extraterrestres! Y se
pueden encontrar, además, especialmente en San Vicente Pacaya,
piezas arqueológicas de la etnia maya Pokomám ¡Así es mi
Guatemala señores; enigmática!
¡VOLCANES; colosos; bellezas de alto riesgo! Todo esto
lo recordaba la vez que, de alguna u otra forma, venían a mi
memoria pasajes históricos que me había contado mi amigo
“Quequexque”.
PATRIA NUESTRA
“Se vislumbra en la lejanía, los polvorientos caminos que,
como serpientes, envuelven los cerros en gráciles ondulaciones
bajando hasta el valle y besando las aguas cristalinas del río, en
donde mujeres laboriosas, bajan a las fuentes que brotan puras de
la montaña, tomando en sus cántaros de barro el agua necesaria
para el sustento diario, y obsequiando a nuestra vista un cromático
desfile de trajes típicos de la región; atuendo que lucen orgullosas
con el cántaro a la cabeza y su equilibrado paso en retorno a su
hogar, en donde humea en olla de barro, el apetecido frijol negro,
el arroz y el maíz, base de la dieta del guatemalteco de corazón,
que con su esforzado sudor, fertiliza nuestras tierras labrantías,
sin faltar en la mesa el aromático recogido de la boscosa montaña,
que le procura la leña para prender su cocina ¡Esta es la belleza
de nuestra tierra del Quetzal, país de la eterna primavera”!
***************
Me contaba “Quequex” que su bisabuelo, don Melquíades, en
uno de sus acostumbrados relatos, le contó algo sobre un intento
de colonización negra en Guatemala.
Parece ser le contaba que por allá por 1,861, vino a Guatemala
un abogado gringo portando unas cartas que lo acreditaban como
106 El Costumbro
Ministro Plenipotenciario de los Yunai, en Guatemala. Este
canchito carita de ratón tierno traía instrucciones de convencer, a
puro güevo, al Presidente de Guatemala de establecer una Colonia
de negros del sur de los yunai, en el departamento de Izabal y en
las verapaces. Este plan lo cranearon los “inteligentes” asesores
del Presidente que usaba un sombrerito bien chingón; sombrerito
negro, alto, con rayas blancas y rojas, a quien los culebras le dicen
“Tío Sam”. Esto lo hacían, pensando en disminuir la población
negra del sur; la cual, al ser separada de la Unión, podrían
armar un gran camote bélico en aquel país, por motivos de la
discriminación; y que no fuera ser el Diablo, que algún día, por la
maldición de la cruz del sapo y la flor de ayote, fueran a tener un
Presidente negro ¡Ay no, ni lo permita Dios quiera!
El ministro gringo tenía que obtener a puro tubo la aprobación
del gobierno chapín, para que se pudieran establecer en Guatemala
unos dos millones de negros del sur de los yunai; los que serían
comprados a sus amos esclavistas, con pisto de los fondos
federales. La Colonia estaría bajo el control y protección de los
gringos; y a Guatemala le tocaría limpiar las cagadas de todo el
negrerío pisado asentado en las verapaces ¡Ve que di’a….!
Entonces, el Presidente de Guatemala, el General Carrera;
al ver que la cosa se le ponía negra, lueguito salió a la carrera; y
rodeado de sus asesores, por aquello de las moscas y poniéndose
las pilas, le dijo en inglés de monte al diplomático enviado por
“Barbita de chivo” Lincoln:
— “¡Ah, mi cuevo, broder! Yur ustedes mandar very very
mocho negro caimito. Aquí mara espik quiché, kakchiquel,
Ixil, tzutujil, Mam, Keqchí y Kanjobal. Indian chapines boys
no entender nimier de inglish. Yur mocho venir montón
negros, igual montón tener güi nosotros in Livingston bich.
Por cueshtion securiti, mi no querer more black boys in
Guatemala. Yo conformeshon con garífunas. Negreshon
black gringo tener very larga la palomeshon, y si chapina
indita coger, poder salir aplastada nariz indito ¡Más pior si
parecerse a Obama o Maicol Yacson; ay no, Dios meyo! Dis
babosada no funcioneshon, mano. Negreshon boys, very mal
Humberto Samayoa Godoy 183
la independencia, y la soberanía de esta bendita tierra nuestra;
porque los llamados dirigentes del llamado “Plan pacífico” que
antecedió a la firma de ese documento, el cual era como la carabina
de Ambrosio, que no servía pa ni mierda y por eso no tuvo la
menor importancia; eran unos cuantos nenecos aristócratas y
criollos que, como era el costumbro, aprovecharon que las tropas
del emperador Napo Bonaparte estaban invadiendo España y
que acababan de echar a la mierda al rey Lipe II de España; así
como también, aprovecharon la entronización en su lugar, de su
hermano Chepe Bonaparte como rey de España; para ya no tener
que seguir pagándole ni pura rosca de impuestos a la corona por
sus ganancias mal obtenidas, y poder seguir chingando la pita,
aun más, a expensas del pueblo.
Pero fijáte Pepes, que mi abuelo, no creía que estos pisados
estuvieran inspirados en un auténtico espíritu patriótico; y mucho
menos; animados de la intención de dar libertá, independencia
y soberanía a este pueblo; del cual, era mayoría la población
indígena; y a pesar de ello, no se le dio vela en este entierro. Y lo
más serote del asunto, dicho sea de paso; “la población indígena
continuó siendo tan sojuzgada, como lo venía siendo desde la
llamada “conquista”; la que en realidá ¡Fue invasión! La verdá
es que, el “Acta” de la llamada “independencia”, “fue firmada a
espaldas del pueblo indígena original del país, que era mayoritario,
y a espaldas de las demás provincias de Centroamérica que
estaban como la chingada porque no les pasaron chibola”, y
por ello, hicieron un berrinche de la chingada, “y firmaron su
independencia poco tiempo después”.
Toda esta farsa de la llamada “Independencia” que le contaba
don Lencho a su nieto, y buen amigo mío, “Chocolate”; coincide
con lo que piensa don Jorge Palmieri al respecto. Él dice: “Una
verdadera Independencia hubiera sido, si en ella, hubieran
intervenido los indígenas como Manuel Tot; dirigente quekchí,
quien en vano trató de hacerla en 1,813, con el movimiento
independista denominado “Conjuración de Belén”.
Han pasado muchos años desde que “Chocolate” nos contara
todo esto. Los sobrevivientes del equipo de basquetbol de la
182 El Costumbro
Este mismo señor que le mencionaba, dice que como los
españoles no le pudieron dar color al nombre de los guerreros
que colgaron el caite en los primeros morongueyos; algunos
historiadores lambiscones, por quedar bien con la Corona y
resaltar el nombre de Alvarado en la conquista; comenzaron a
inventar una leyenda llena de babosadas, en la que los principales
personajes de la película eran, Tecún Uman “El bandido” y el tal
Perucho de Alvarado “El traidito”. El escritor que le mencionaba,
señala como responsable de estas narraciones mentirosas y
traicioneras, al “criollo” que quería ser cronista de la Corona, y
autor de “Recaudación Florinda”.
“Mirá, m’ijo; mis ancestro dia’ce rato; dicen qui’ay un
morongazo de verdaderos héroes diá verdá, que nos’tan
reconocidos por lis’toria, como: Kaji’ Imox, “Señor de los
Kaqchiqueles”. Este guerrero se’chó pija contra los españoles
durante 10 años y nunca pidió pelo ¡Güevos, m’ijo; no se rindió!
Yo en mi mente mía, pienso que siempre esistirá duda sobre la
esistencia de Tekum Umam, como dice la’cademia; pero lo que si
dicen mis ancestros míos, es quiu’bo grandes guerreros güevudos,
que lucharon por no caer bajo el dominio de los invasores ¡O
sea, m’ijo; que todas las babosadas que nos enseñaron y siguen
enseñando en les’cuela, son puras pajas! ¿No te lo vivo diciendo,
pues?”.
— Pues mirá “Chocolate; de todas las reminiscencias que has
contado de tus abuelos, yo me atrevería a decirte que...
— ¡Y esperáte, mano! El resumen de todas estas anécdotas, e
historias, de las cuales, unos no saben nada y otros ¡Tampoco!
termina en lo que mis tatas llamaban “El drama de la llamada
Independencia”.
Fijáte bien pues como es la babosada. Mi abuelo Lencho;
que se llamaba Fulgencio, no Lorenzo; me contaba que la firma
del Acta de Independencia de las Provincias de Centroamérica,
tuvo lugar el 15 de septiembre de 1,821. Pero ¡Siempre hay
un pero! aún es discutible, decía, si no hubo mano de mono en
esta babosada, pues no se cree que realmente, que esta Acta,
haya sido suscrita con la buena intención de obtener la libertá,
Humberto Samayoa Godoy 107
ejempleshon tu di chápin indian boys ¡Nou, nou, nou; estar
mucho muy re pisade dis negoseshon perez! Mejor mucho
senquiu, broder, pero nel.
Y fijate vos “Pepes”, que hay un señor que se llama Francis Polo
Sifontes, que dice que ¡Puchica! ¿Cómo estaría hoy Guatemala
si el Presidente Carrera no se hubiera portado buzo, y hubiera
cedido parte del territorio nacional para que los gringos trajeran
ese morongazo de negros? ¡No es discriminación; no; nada de
eso! ¿Pero por qué no los controlaban allá, verdá vos? ¡No que
qué dial pelo! Los negros, quien se los mira, son jodidos, vos.
Fijáte que; calladito, calladito; como cuando uno se tira un pedo
soplado por el mero asterisco punto com, y sin tantas babosadas;
lograron colar a un negrito sandía de cocinero en la Casa Blanca
¡Y ahora es Presidente! ¡Te digo pues! No puedo imaginarme las
consecuencias que hubiéramos tenido aquí con semejante mulada
¡Ay no!
— Y cambiando de tema ¿Has oído hablar de Tata Lapo, mano?
— No “Quequex”; no he oído hablar de él. Es más ¡Ni lo conozco,
ni preso he estado yo! —le digo al amigo—, abreviándole el
apodo.
— ¡Puchica, mano; cómo lo vas a conocer si tronó a sapo hace
más de 150 años! Y según me contaban mis viejos; este don
fue el más importante y aguerrido montañés, proveniente
de una familia del oriente del país. Era cuate y cuñado del
General Rafa Carrera y había combatido con él, en un montón
de batallas; tal como la campaña contra los guanacos en
1,863. Pero como era mero sobado de la morra, a veces se le
iba la baranda, y se pasaba a las filas contrarias y terminaba
echándole riata a Rafita.
— ¡No me jodás!
— ¡No te digo pues, nnn!
Y no dirás pues, que cuando fue la reelección de Chente
Cerna, se armaron unos camotes de la gran chucha, que dieron
motivo para que el General Serapio Cruz; pues así se llamaba Tata
Lapo; se pusiera otra vez en pie de guerra ¡Relajero el pisado!
108 El Costumbro
— Vos “Quequex” ¿Por qué le pondría Serapio al pobre cuate, su
mamá? ¿Será que fue el nombre más bonito que encontró en
el almanaque?
— ¡Pues a lo mejor; pero lo más seguro es que quién sabe, mano!
Pues como te contaba; este Serapito; como cariñosamente
le decía su mamá; era mero cruzado de la shola. En una de
sus engazadas, invadió Guatemala por el lado de Chiapas,
acompañado de un montón de guatemaltecos que se
encontraban en ese estado mexicano; unos cortando café,
unos cortando palma africana y otros cortando caña. Algunos
venían repatriados de los yunai por no tener DPI; venías varios
que querían ser Mariachis, pero no pegaron, pues no cantaban
ni en la bacinica; unos que andaban de shutes con los Zetas;
y otros que no se sabe en qué rollo andaban por allá, tal es el
caso del notario público Justo Rufino Barrios.
Ya en Guatemala, Tata Lapo dispuso que lo que convenía era
echar punta desde la montaña, que era su mero cuatro, pues era lo
que estaba acostumbrado a hacer. El objetivo, según él, era cansar
a las tropas enemigas, subiendo y bajando las montañas, para que
así, cansados, desertaran ¡Y, simasito lo logra, mano, simasito lo
logra! Pues como ratón envenenado, corriendo de aquí para allá y
de allá para acá, con una velocidad increíble; ya estaba en el norte,
ya estaba en el occidente; y cuando menos se esperaba, ya estaba
en el centro del país. Y cuando Tata Lapo tanteaba que la cocha
iba a poner huevos ¡Se iba para México!
Entonces, cuando al gobierno le salió calor; le encomendaron
la guerra contra tan escurridizo personaje ¡Al “Chapulín
Colorado”! quien resultó ser un miembro de otra familia aguerrida
de las montañas santarroseñas; el General, Tonito Solares. Y aquí
fue donde la chucha parió enanos de dos metros de alto. Pues
en medio de que los dos, eran unos Generales verracos y buenos
para los cachimbazos; a Tonito Solares no le paraba la diarrea solo
de pensar que se enfrentaría a la leyenda de oriente: el General
“TATA LAPO”.
Y fijate vos “Pepes” que me contaban mis abuelos, que a
principios del año 1,870, se dio un acontecimiento que le arraló el
Humberto Samayoa Godoy 181
conquistador español Bernal Díaz del Castillo, asegura,
asegún él, en su “Recaudación Florinda”, que Tecún murió en
el paraje “Pacajá”,.....
— ¡Ni pa la chingada, abuelo; este Tecuncito sí que salió bueno;
pues según parece, murió en “Pinar”, murió en “Pachah” y
murió en “Pacajá”! ¿Cómo haría? Y bueno ¿Lo mató el tal
Pietro, o no?
...y el muy culebra, fijate m’ijo; escribió su libruco fluco
“Recaudación Florinda”, pa que no se les juera chispotiar a los
chavos de la Corona, que los criollos, que’ran descendientes
puros de españoles; dominaban ¡Yunque juera a puro güevo!
a la raza indígena. Él; el criollo; quería ser cronista de la
Corona; pero como el muy culero se contradecía mucho en las
babosadas que escribía, le dijeron nel pastel.
Como cosa rara, m’ijo, los historiadores que escriben
babosadas, por fin se pusieron dia’cuerdo en que, en el bergueyo
contra los españoles, colgaron los caites muchos guerreros de
gran linaje; pero el purrún es ¿Quién o quiénes jueron los que
tronaron a sapo?
Fíjese abuelo que un día leí un reporte de un señor y él dice
que “no hay ninguna fuente cercana a la Conquista que mencione
el nombre del jefe militar indio sacrificado. Además, dice; El
Memorial de Sololá, o Anales de los Cakchiqueles, solo escribe
brevemente lo sucedido en 1,524, pero no dice el nombre. Pero,
según el escritor y conquistador español Díaz del Castillo, dice
que fueron dos los capitanes que murieron en el despelote.
— ¡Puta, m’ijo; antonce jueron dos quezales los que enterraron
el hocico en la sangre de Tecún; no uno! ¿Antonce pues?
También leí, abuelo; que después de comparar esas babosadas,
se considera que quienes comandaron los pijeyos contra los
invasores en los llanos del “Pinar”, fueron los héroes históricos
de los quichés: Ajaw K’otuja y Winäq B’am; a quienes nunca se
les ha reconocido como tales.
— ¡Ya ves m’ijo, que te dije; ahí hay otros dos héroes reales que
han sido olvidados!
180 El Costumbro
bien clara del clavo ¿Y sabés que les contestaron, m’ijo; sabés
que les contestaron?.
— ¡Ni idea abuelo, ni idea; pues los funcionarios dan cada
respuesta, que.....!
Pues como ya es el costumbro, m’ijo, que en las oficinas del
Estado se tiren la chibolita, los unos, a los otros:
— “¡Ay no usté; yo no sé nada de’so; mejor pase a lo’tra ventanilla
porque yosh’toy en mi hora dial’muerzo!”.
Y otro contestó que, “ni las juentes indígenas, ni las juentes
españolas, sabían con esactitú la fecha del morongueyo onde
murió Tecún. Pero que ellos “creían” que el 20 de Febrero podría
ser la más segura; o que a lo mejor quien quita; que a lo mejor
saber quién sabe; que lo más seguro es que no se sabe; pero, de
que murió ¡Murió!”.
Hay un documento que se llama “El Título de los Señores de
Coyoy”. Y este, fijate m’ijo; hay quienes dicen que lo utilizan pa
afirmar la actenticidá del cuate. Dice que Tekum era un personaje
importante pa los quichés, pues era nieto nada más y nada menos,
que del gobernador de’llos; el Ajpop Quikab”.
Otra babosada que se caga en lo’lla, m’ijo; es la inesactitú
del punto onde jué el mero bergueyo que le costó la vida a Tecún;
pues asegún dice un libro d’iun señor que lo escribió; “que este
punto tiene un punto, es otro punto dudoso del camote, dice”.
— ¡Púchicas, abuelo; el rollo es bien enredado; solo dudas es la
cosa!
“¡Y cháte sebo pa lo que viene, m’ijo! Asegún me contaba
mi Tata; dice que asegún el dictamen de la Sociedá de Giografía;
asegún dice; dice que jue en el morongueyo del valle del “Pinar”
onde mero tronó a sapo el guerrero quiché ¡Pero fijate bien, pues;
fijate bien! La Sociedá, dice que eso jue antes quial’varado ¡El
Perucho, pues! entrara en la ciudá de Quezaltenango y”…
— ¡Púchicas, Tata; entonces no lo pudo haber matado el tal Piter!
...“y el “criollo”, descendiente directo del escritor y
Humberto Samayoa Godoy 109
lodo hediondo a todos. Resulta que el General Tata Lapo llegó
a Palencia a ver un su “poncho pedorro” que tenía por ahí; y no
cabe duda, que dada la calentura que lo embargaba, no tomó en
cuenta el sabio refrán que dice que: “cuando la cabeza de abajo
se calienta ¡La de arriba no piensa!”. ¡Y ahí lo enchufaron por el
fruncido ojal!
El General Tonito Solares, poniéndose las pilas, se dirigió
rápidamente con su tropa a Palencia, y simasito que lo agarra en
calzoncillo. Pero Tata Lapo; chucho aporreado; reaccionó luego,
dando lugar a que se entablara una encarnizada matazinga ¡Y
lo que tenía que pasar, pasó! A los seguidores de Tata Lapo,
les dieron chicharrón con yuca. Y el aguerrido montañés ¡La
leyenda; Tata Lapo; murió en el vergueyo! ¡Ni cuío hizo! Luego,
los vencedores, en un acto que solo puede ser llevado a cabo por
personas desequilibradas; le cortaron la cabeza ¡La que piensa
pues! para llevarla a la capital y demostrar así, su valentía y su
victoria ¡Eso no se hace ni con el peor enemigo, muchá, no la
jodan hombre!
Y fijate mijo —le seguía contando don Melquíades a
“Quequex”— que cuando tronó a sapo el General Justo Rufino
Barrios; o Chefino, como cariñosamente le decía su mamá; la
Asamblea nombró como Presidente al señor Cando Sinibaldi;
quien ha de ser algo parientón perez del que se anda cagando hoy
las carreteras. Pero esta respetable persona, fijate m’ijo, no tenía
carácter para eso, pues era de carácter suave, como se dice. Él
entendía cosas de comercio, pues era comerciante; parece, según
cuenta la Carepusita Roja, que vendía verduras, aguacates, granos
básicos, plásticos, lazos, pañales desechables, y otro montón de
babosadas en el mercado de la Terminal de la zona 4.
Este cuate sí que no tuvo tiempo de montar en su caballo,
pues le meneó la silla el General Tín Barrundia; Martín, como era
conocido en barrio; con el objetivo de que éste no hiciera nada
relevante en el cargo y así, trabajar cómodamente para apoderarse
de la guayaba tiene dueño. De modo que lo acomodó para ser
visto como una figura meramente decorativa, y él se asignó para
sí, la totalidad de las funciones del gobierno ¡Algo así como le
pasó al janano!
110 El Costumbro
El señor Cando, al verse relegado de esa manera y ver que
no lo querían en el puesto, porque no encajaba; se puso a llorar
y tomó la decisión que deberían tomar los gobernantes de hoy,
a los que les pasa lo mismo ¡Que nadie los quiere! Don Cando
¡Renunció! y se fue la chingada. Mientras tanto, le avisaron al
General Meme Chando Barillas, pariente del “Meloso” Barillas,
que se viniera lueguito de Xela porque había tronado a sapo Justo
Chufino Barrios.
Meme Chando, en lugar de quedarse chando el otro, se
vino hecho pistola para la capirucha, y todavía llegó a tiempo al
Cementerio General…
— ¡Puchica Tata; aquí sí que hasta el cementerio tiene grado
militar!
— ¿Cómo así m’ijo?
— ¿Y no acaba de decir, pues; el cementerio “General”?
— ¡Ay m’ijo, si serás! ¡Es que no sos más mula, porque no
entrenás! .... Y llegó tan a tiempo, como te decía; que todavía
pudo echarle tierra en el hoyo al General Barrios ¡En el hoyo
de la tumba, pues! Y ahí mismo, el General Tín Barrundia y
todos los Ministros de Estado, se pusieron a sus órdenes como
segundo designado a la Presi. Y ahí empezó el camote; pues
rapidín rapidín, empezó a impartir órdenes como Presidente en
funciones y ¡Quién lo paraba, m’ijo; quién lo paraba! Era un
mes de Abril del año del Señor, porai por mil ochocientos…y
algo.
Este Memín Barillas, cuando era patojo, dicen que era mero
chispudo para esa babosada de la carpintería: hacía trompos,
camioncitos, carretillas, capiruchos, etc. Pero lo que más le
gustaba hacer era el capirucho; pues andaba por todos lados
metiendo el palito en el hoyito ¡En el hoyito de capirucho, pues! Y
por este motivo, por ser buen carpintero, no por andar puyándole
el hoyito; el General Barrios lo nombró administrador de sus
fincas en el occidente del país y, como resultó bueno para sembrar
café, para cortar caña y para ordeñar vacas; inmediatamente fue
ascendido a General del Ejército ¡Ulu grun!
Humberto Samayoa Godoy 179
¡Es que no me tenés paciencia, Pepes!... Pues, según él decía
¡Mi Tata, pues; no las torres verdes! “A Tecún, asegún parece;
dicen que lo declararon Héroe Nacional, los shecudos del
Congreso de la República, el 22 de Marzo de 1,960; eso, asegún
un papelito pisado que le dicen “Decreto 1344”. Y desde 1,960,
asegún parece; investigaciones policíacas de la Carepusita Roja;
todos los Colegios Privativos y Escuelas Públicas celebran con
actos y hacen mierda el trágico de todos los pueblos y ciudades del
país, marchando por las calles de los mismos pa celebrar el día de
Tecún Umán. Pero también, averiguó que, asegún la Academia de
Leguas Mayas, la jorma correpta de escrebir el nombre, es: Tekum
Umam. Pero la historia quen’señan en los establecimientos diz
que de enseñanza; pero que nuen’señan bien sobre la muerte de
Tekum, quien juera príncipe y gran guerrero de los defensores de
nuestra patria; ha venido siendo desvirtuada, o sea ¡Que es paja;
pura paja, m’ijo! Esa babosada tiene más paja que un rancho de
caserío del altiplano del país, habitado por gente pobre en extrema
pobreza y con una desnutrición crónica de la gran puta.
“Un señor, del que no sé cuál es su gracia; en un su libro
que escribió, primero, en un cuaderno universitario de 40 hojas, y
después, en otro de 80 porque el de 40 no le alcanzó; que se llama
“La máscara de Tekum”; ahí merito, dice que hay un montón
de babosadas, m’ijo, por las cuales, se duda de la esistencia
del personaje que te cuento. Uno de estos clavos, jue cuando
los relajeros del Congreso iban a aprobar el Decreto 1344, y se
toparon con el tamal de la fecha esacta de la dejunción de Tecún”.
— “¡Güevos, muchá; pa firmar, primero queremos la fecha esacta
de la dejunción del dijunto que se murió todito! ¿Jue el 20 de
Febrero, o jue el 3 de Marzo de 1,524 la babosada? —dijo el
diputado más relajero de todos—, Mario Taralmuerzo”.
— ¡Puta, Tata; ese ha de ser algo parientón pérez de aquel
Taracena!
— ¡Pue’que, m’ijo, pue’que! Y ante el gran camote que se les
armó; las diputadas; quienes son más pilas que los chavos,
pues ellas se tiran agua, se tiran harina, se tiran pedos; en fin;
si; ellas; ellas amenazaron con quemar llantas con Joviel, si
la Sociedá de Giografía y Historia no les daba una aclaración
178 El Costumbro
Quemado” y el volcán “Siete Orejas”. Este volcán, el “Siete
Orejas”, según cuenta La Llorona Loca de Tamalameque,
pertenecía a la G-2 ¡Por tanta “Oreja”! “Se cree” —dicen
los historiadores españoles— “que Tecún Umán, murió en esa
ocasión” —¡Por lo visto no están seguros!— El Título de La
Casa Izquín Nehaib, señala “que Tecún fue atravesado por la
lanza del tal Peruchini de Alvarado”; otros señalan “que fue
muerto por la espalda, de un balazo de carabina”.
Bueno ¿Murió o no murió en 1,524? Nada de “se cree” ¡Se
cree, será mi güevo! ¿En donde nació, y en qué año? ¿O no
nació? ¿Tuvo mamá, o no? ¿O nació por probeta? Dicen que un
quetzal volaba sobre su cabeza porque lo andaba cuidando ¡Tu
tío! En primer lugar; el quetzal es un ave muy arisca y no hubiera
podido soportar el bullicio de la batalla. Y segundo; el quetzal
no era ningún chucho para andar cuidando a ninguno. Dicen que
cuando Perucho atravesó el pecho de Tecuncito con su lanza, el
pobre quetzal, acongojado, y con los ojos llenos de lágrimas,
cayó muerto sobre la sangre de éste, tiñéndose de rojo las plumas
del pecho ¿O sea que las plumas del quetzal, eran solo verdes?
¡Entonces, no es posible que, por un quetzal que se mancho unas
plumas con sangre, ahora todos los quetzales nazcan con el pecho
rojo! ¿Fantasía, imaginación, invención, leyenda, ilusión, rumor,
cuento, mitología, fábula, ficción, babosadas, o paja, como es el
costumbro? ¡Me doy! ¿Vos qué pensás, Pepes?
— ¡Por pensar equivocadamente hay muchos en la cárcel, vos!
Todo esto que te he contado, por supuesto que es lo que yo
creo; pero oí lo que me decía mi Tata: “Fijate m’ijo, que un señor
a quien sus cuates le decían “El gran Lengua”; que fue Premio
Novelty de Literatura, y papá de un chavo que dice que se llama
Gaspar Ilom, pero que no se llama así, dicen que decía: “Tecún
Umán; el de las torres verdes; el de las torres verdes, verdes; el de
las torres verdes, verdes, verdes; el de las torres verdes, verdes,
verdes, verdes, el de”...
— ¡Cállate, cállate, cállate, porque me desespeeeeeerás!
Humberto Samayoa Godoy 111
— ¿Quiere decir Tata; que si en lugar de entrar a la Politécnica a
perder mi tiempo; me consigo una mi parcela de tierra allá por
Tiquisate, me pongo a sembrar milpa y frijol, compro un par
de tres vacas, unos mis cinco cochitos y una mi media docena
de diez gallinas, será que me nombran General?
— Mirá “Quequexque” ¡Mejor hacé shó, querés!
No me vayas a interrumpir más, por favor —suplicó don
Melquis a su bisnieto—. El General Barillas convocó a elecciones
presidenciales, poniendo un mal ejemplo para venideros
candidatos, pues lanzó su candidatura a la presidencia, siendo aún
Presidente interino ¡No te digo pues! Pero había un clavo. La
Constitución de la República, tantas veces mancillada; prohibía
esas babosadas, para que no se usaran fondos del Estado a favor
del candidato oficial, para que no anduvieran pintando postes,
árboles, puentes, pasarelas, y todas las piedras de las carreteras del
país con los colores del partido oficial, cagándose en la ecología
y quitándole realce a la belleza de los paisajes del país, así como
hacen ahora ¿Pero qué pasó? El cuate, nada maje, cambió el
artículo de la Constitución, se lanzó al ruedo ¡Y ganó! ¿Qué
alegre, verdá m’ijo? Y como Vice, nombró al Coronel Chente
Castañeda.
Pero siempre hay relajos en los poderes del Estado, como te
darás cuenta más adelante, m’ijo. Luego empezaron los clavos
entre el poder Ejecutivo y el Legislativo.
— ¿Noi’juelá; y esos poderes que son, pues Tata?
— ¡Puta “Quequexque”! ¿No podés hacer sho un rato? Fijate
pues. El poder Ejecutivo, es el que ejecuta; y el poder
Legislativo, es el que legisla ¿Entendiste?
— ¡Ahhh bueno! ¡Así sí! ¡Eso merito pensaba yo! ¡Chish! ¡Eso
quién no lo sabe!
Después de varios clavos ocasionados por los servidores
públicos, los cuales ya le habían sacado calor; Chandito Barillas
disolvió la Asamblea en 1,887…
— ¡Igualito hizo el Ex que está en Panamá!
112 El Costumbro
— ¡Hacé sho te digo, va pues! Y luego, ya como la gran puta,
así como me estoy poniendo yo por tu culpa ¡Chandito se
constituyó en DICTADOR!
— ¡Noi’juelagran…! ¿Así podría pasar ahora, verdá Tata?
— ¿Cuidadito; verdá m’ijo? Luego, ya con tacuchón especial;
Chandito expulsó del país al arzobispo de Guatemala,
licenciado no se qué Casanova y Estrada; quien a saber si es
algo del guardameta “El Gato” Estrada. Y como que si la cosa
era chiste, agarró aviada y se mandó con otros clavos. Y como
no es de extrañar en estos casos; nombró una nueva Asamblea
Constituyente, la cual, entre otras cosas divertidas, aprobó
lo actuado por el muñeco Chandito: Prolongó el período
presidencial a 6 años; suprimió el cargo de Vicepresidente,
para poder echarse él, dos sueldos; y se volvió al sistema de
designados; o sea que, en lugar de ser elegidos, eran puestos a
dedo por el jefe…
— ¡Igualito que hoy, Tata!
…y todos estos personajes que optan por echar raíces en la
guayaba, no se ponen a pensar que ¡La tortilla da vueltas en el
comal! Y ¡Arrieros andamos y en el camino somos! ¡Agua que
no has de beber, machete estate en tu vaina! Que no es lo mismo,
un pájaro de alto vuelo; que ¡Qué alto está el pájaro de tu abuelo!
En fin; lo cierto es que inmediatamente, se armó tal camote, que
hasta la Carepusita Roja se agüevó. Dicen que grupos armados
del oriente y occidente del país, armaron tal merequetengue, que
todos terminaron arralados…
— ¿Así como estamos hoy aquí, Tata?
…y el Coronel Chentío Castañeda, como la chingada porque
le habían dado negra en la Vice; dispuso, así de fácil como cuando
uno dispone comer jocotes verdes con sal y limón; atacar la plaza
de Huehuetenango. Pero como no contaba con la astucia de los
paisanos de Diego Olaverri ¡Fue rechazado, capturado y fusilado!
— ¡Buenostubo por chuchón, diana diana chin chin chín!
Dicen que los años 1,888 y 1,889, fueron de relativa paz y...
Humberto Samayoa Godoy 177
para mantener a los nativos dominados, espiritual, moral, mental,
laboral, y sexualmente”.
Y según el historiador, Riguroso Martínez Peláez,...
— ¡Severo, mano; Severo Martínez Peláez!
— ¡Puta! ¿No es lo mismo riguroso que severo, pues?
— ¡Sí; pero en este caso, Severo es nombre propio!
— ¡Ahh, bueno; ya decía yo que Severo no podía ser tan riguroso!
Pero lo cierto es que don Riguroso ¡Perdón; digo, don Severo!
dice que el régimen colonial fue el causante de los bochinches
donde hubo reacciones violentas contra la explotación legal
¡Digamos! y contra los impuestos injustos y violentos, ilegales
del Gobierno. Dice la Carepusita Roja, que el historiador
Carlitos Navarrete, señala que “las revueltas, principalmente,
se dieron a causa de la corrupción del cobro exagerado de
tributos, y por problemas ¡Como ya era el costumbro! con la
apropiación de tierras pertenecientes a los guatemaltecos.
Y por último; tenemos a TECÚN UMÁN; o Tecuncito, como
cariñosamente dicen que le decía su mamá ¿De él si sabés algo,
verdá vos?...
— ¡Pues ... dicen que él era hijo de Oxib Queh’ y nieto de
Quicab’!
— ¡Puta; por lo visto, no tenía mamá! ¿Te das cuenta, Pepes; y
antonce quién le daría de mamar? ¿La loba que está frente a
la Muni capitalina?
— Dicen que cuando el abuelo colgó los tenis, entonces Tecún
ocupó el cargo de “Nimá Rajop Achij”; o sea, el Gran
Capitán. Y que cuando la mara, por medio de las antenitas
de vinil, se enteró de la inminente llegada de los invasores
genocidas, Tecún fue llamado por teléfono celular para que
fuera a preparar la defensa del reino quiché. En la chamusca
del combate, los españoleques mataron a unos tres mil
combatientes indígenas; y el 20 de febrero de 1,524, según el
Memorial de Sololá, hubo un nuevo morongueyo en el valle
de “Pachah”, o en el valle “El Pinar”; este valle pertenece
a Quetzaltenango, y se encuentra entre el volcán “Cerro
176 El Costumbro
agricultor y, sobre todo, un líder y protagonista junto a Atanasio
Tzul, “del gran levantamiento colonial indígena de Totonicapán
de 1,820, en donde le cayó penca. Logrando, aun así, derrocar,
durante 29 días, al poder español en la región; aunque después,
el movimiento fue desbaratado”.
En aquella agitada época; Aguilar, quien tendría a lo sumo
como 59 años; “fue quien picó el hormiguero y convocó a los
pueblos vecinos para que se rebelaran en contra de los españoles”.
Y de acuerdo con el historiador Mobil; “Aguilar y Tzul
encabezaron el levantamiento indígena en contra de la colonia
española, entre julio y agosto de 1,820”. “El interés, decía Mobil,
de ambos líderes que representaban a una parte del pueblo,
radicaba en acabar con el nefasto costumbro de cobrar impuestos
eclesiásticos y el tributo real”.
Aquí se había puesto alegre la babosada, pues la rebelión
dispuso mandar a la mierda al Alcalde Mayor, Chepe Manuel
Lara, y se impuso de un gobierno propio, donde Aguilar se
nombró presidente; e incluso, llegaron a elaborar una constitución
propia. El movimiento sufrió una represión de más de mil
milicianos ladinos que terminó con la rebelión. Y tanto Lucas
Aguilar, como Atanasio Tzul, fueron apresados por el antimotines
SWAT, quienes los torturaron y los azotaron durante 9 días; y ya
bien moronguiados, fueron liberados en marzo de 1,821, por no
haber encontrado pruebas fehacientes que ameritaran ese castigo
inhumano ¡Pero no hay clavo, pues afortunadamente, la P.N.C.
aun le sigue la pista a los culpables! Y hay que hacer notar una
cosa muy importante ¡Este Lucas, no era tan lucas!
Y fijáte vos Pepes, que las rebeliones de los indígenas; si vos
tenés dos dedos de frente ¡Que dudo que los tengás! te darás
cuenta de que esas babosadas se dieron, principalmente, “por
las opresiones infligidas a los pueblos conquistados; y estos, le
tenían que hacer güevos al camote de dos formas. Primero; al
Control Administrativo; con el que con mano dura y mano de
mono, “los de la foto” controlaban las fichas y no dejaban ni
mierda pal que barre. Y segundo; el Control Religioso que los
españoles impusieron, a puras criadillas, como era el costumbro,
Humberto Samayoa Godoy 113
— ¡Ni modo, Tata! ¡Cómo ni iban a estar en paz, si no les había
pasado todavía la agüevada que llevaron, y no iban a...!
...Y para terminar ¡Por qué ya me estás sacando calor con tanta
interrupción! Voy a finalizar con lo siguiente. Y si no lo entendés
¡Que te lo explique tu abuela!
— ¡Ni modo que la suya, si ya se murió! ¡Tranquilo Tata,
tranquilo; tei quirisit plis!
El gobierno del General Barillas; pariente del “Meloso”
Barillas; “Quequex”; fue, podríamos decir, un gobierno que ni fu
ni fa. Fijate m’ijo, que para empezar, marcó la decadencia de un
movimiento reformador en 1,871. Y dicen que caracterizó por
muchas asonadas, guerras y reformas constitucionales, para hacer
mano de mono. Y si bien es cierto, que fue el primer Presidente de
Guatemala que no se reeligió; él, mañosote, según la Carepusita
Roja; aumentó el período de mandato presidencial ¡Puchica, la
misma babosada! ¡Lo mismo Chana que Juana! Según dice el
“Hombre Araña”, aplicó lo negativo del liberalismo criollo: la
fuerza, la dictadura, y otras de sus genialidades. Pero también se
hizo el loco con lo positivo: la libertad individual y el progreso
material, por ejemplo. Y finalmente, como dice don Francis
Polo Sifontes: “en el gobierno del General Barillas, se explotó la
bandera de Centro América para taparle el ojo al macho, y tapar
otras acciones menos nobles”.
Y según datos históricos, el General Lizandro Barillas;
Memín, como cariñosamente le decía su mamá; dicen que fue
asesinado en México…
— ¿Y qué andaría haciendo por allá, pues Tata? ¿Tocaría
violón con el Mariachi Vargas de Tecalitlán; se iría a unir
a los “Zetas”; o iría mojado para los yunai en “El Tren de la
Muerte”? ¡Más pior si no llevaba su DPI!
...por órdenes; según contó un testigo ocular; de don Mamín
Estrada Cabrera ¡Y ya no me vayás a preguntar ni mierda, por
favor, “Quequexque”!
114 El Costumbro
— ¡Ya abuelo, cálmese! Mire; antes de irme quiero que me
adivine una adivinanza ¿Porqué se congela una cerveza;
porqué se quema una pizza; porqué se ahoga una niña; y por
qué queda embarazada una mujer?
— ¡Decime vos primero!
— ¡Déjese de pajas, abuelo! ¿Sabe o no sabe?
— ¡No sabo, m’ijo!
— “¡Por no sacarla a tiempo, abuelo!”.
Humberto Samayoa Godoy 175
pérez, se fue a refugiar en las altas montañas ¡Igual que Rambo!
donde hizo su hogar y nunca regresó a Zaculeu. Y, según cuenta
la Siguanaba; la historia oral da cuenta de que el espíritu de Kaibil
Balam, jamás fue conquistado; ni derrotado; ni muerto; ni, ni
mierda; dice que sigue vivito y coleando en las cumbres.
¿Y no sé si has oído algo de CHUITAMANGO, el “Héroe
Maya de Totonicapán”, vos Pepes?
— ¡Queeeeee!
Pues fijáte, que más o menitos allá por entre 1,905 y 1923;
años más, años menos; porque cuando no le conviene a los
historiadores españoles, no dan nombres ni fechas exactas; otro
notable y güevudo totonicapense, de quien la falsa historia estoy
seguro de que oculta su nombre, y que solo lo llama como: “El
Señor de Chuitamango”; bajó de la montaña como la chingada,
con cientos de comuneros a San Miguel Totonicapán, a protestar
contra las “leyes de jornaleros” y contra “las leyes de vagancia”.
Estas; por si no lo sabías; eran verdaderas agresiones a los pueblos
mayas por parte del gobierno y por la oligarquía ¡Como ya es
el costumbro! para someterlos al trabajo forzado sin tener que
pagarles ni un len. “Su heroica lucha, —dicen historiadores
nacionales— fue ocultada en los anales de la historia, porque no
le convenía al tirano sistema que, desde 1,821, imperaba ¡Y sigue
imperando en el país!
“Hoy, —dice un orgulloso habitante de los 48 cantones—
le rindo un tributo especial, a aquel totonicapense que siguió
con la rebeldía innata de Chuimekena, y que supo decirle a sus
autoridades de turno ¡Güevos, muchá; Totonicapán, no se humilla
ni antes, ni ahora, ni después!”.
— ¡Y qué quiere decir Chuimekená, vos “Chocolate”?
— Ese es el nombre ancestral de Totonicapán y significa: “Sobre
el agua caliente”.
Así mismo tenemos a LUCAS AGUILAR, “AKIRAL”.
Este cuate fue un indígena guatemalteco, macehual reservado,
174 El Costumbro
Otro de los héroes, fue KAIBIL BALAM...
— ¡El de la marimba, mano!
— ¡Mirá; en consideración de que somos amigos, no te voy a
contestar como quisiera! ¿Verdá que no sabés nada de él?
Pues Bilito, como cariñosamente le decía su mamá, se cree
que nació el 27 de abril de 1,492 y fue el primer hijo del rey
Acab, quien gobernaba el reino Mam antes de la invasión de
los genocidas españoles.
Kaibil Balam empezó a hacer sus tanes en la unidad especial
de guerreros de la Guardia Real del Imperio Mam, conocida
como “Quachic”, algo así como quien dice la GESTAPO o el
FBI. Dicen que a los que aspiraban a engrosar las filas de ese
grupo, eran dejados en las afueras de la ciudad fortaleza, y estos
tenían que emprender un viaje por espacio de un mes lunar, el
cual tenía 29 días. Debían sobrevivir a puro güevo, sin alimentos
y sin mayores babosadas ¡Igualito que en “La Pólvora! Durante
el entrenamiento aprendían a caminar sigilosamente y a moverse
sin dejar huellas; a guiarse por las estrellas ¡Pero si era de día,
se jodían! Aprendían a orientarse por marcas que dejaban en
los árboles y por las sombras proyectadas en el ambiente. Eran,
además, por aquello de las moscas, perseguidos por guerreros de la
unidad “Quachic”. Y quien fuera capturado ¡Ja ja, jay, tatita! Más
le valdría renunciar, que ser objeto de vergüenza y de aguantar las
burlas de los compañeros.
Bilito, pese al cuello que se mandaba por su condición
de príncipe, tuvo que pasar una prueba a puro tubo, durante el
“Pacúm Chac”; o sea, la fiesta dedicada a los dioses de la guerra,
celebrada durante el mes “Pax”; la cual, superó ampliamente.
Balam heredó el reino de su papucho, en 1,523. Y de repente,
los españoles, al mando de Chalo de Alvarado, sitiaron a los mames
en Zaculeu; y nuestro héroe, salvaguardando la integridá física de
sus hombres y de sus familias, capituló con 18 mil guerreros.
Los de la mara consideran que la solidez de los invasores en
la región, se logró en 1,530; y Kaibil Balam algo decepcionadón
Capitulo IV
Ixchiguán
Un día, después de levantarme, fui hacer dia’quello al baño ¡Y
qué susto! ¡Me vino el asunto, pensé! ¡El agua del inodoro estaba
tan roja, cual cachete de quinceañera! Pero en ese angustioso
momento, recordé que el día anterior había comido remolacha
¡Pero qué arralón, muchá; qué arralón!
Después de pasado tremendo susto, empecé el viaje que hacía
tanto tiempo tenía planificado ¡Quería conocer Ixchiguán! Y para
tal fin, le había llevado mi carro último modelo 1,973 (último,
porque ya solo ese quedaba) al mecánico, para que me lo dejara en
óptimas condiciones para lo que resulto ser, un largo, invaluable,
fructífero, e inolvidable viaje.
Salí temprano de mi pueblo y tomé la ruta de tierra caliente,
pues aunque la carretera está como que es chamarra de indio pobre
¡Toda remendada! ¡Más vale lo viejo conocido, que machete
estate en tu vaina! Pero aunque dicen que la carretera de tierra
fría ya la arreglaron ¡Saber mano! ¡No vaya ser el Diablo!
Pasé por Escuintla, “Ciudad de las Palmeras” y puerta al
Océano Pacífico, en donde el sol y el agua se conjugan en un
solo y mágico escenario. Luego por Siquinalá, Santa Lucía
Cotz., Cocales, Rio Bravo, San Antonio Such., San Bernardino,
y llegué a Mazatenango; “Tierra de Venados” y famoso por su
Internacional Carnaval; quienes celebran su feria patronal en
honor a San Bartolo ¡Me tiro un pedo y te dejo bolo! el día 24 de
Agosto.
Seguí mi camino hacia Cuyotenango. Enfilé seguidamente
para Retalhuleu, ciudad conocida como “La Capital del Mundo”
y según estudios realizados, la palabra Retalhuleu proviene
116 El Costumbro
etimológicamente de dos voces: Retal, que en quiché significa
“señal”; y Huleu, que significa “hoyo de tierra”. Sobre la marcha
fui pensando en el significado de las dos palabras, llegando a la
conclusión de que estas dan lugar a la interpretación: “Señal hoyo
de tierra”. Pero hay que ponerse pilas, muchá; porque no es lo
mismo decir: “Juan se fue en el hoyo de tierra”; que decir: “Juan
tiene tierra en el hoyo”.
Aproveché dar un mi colazón perez por el pueblo; y volando
lengua con algunas personas, me enteré que los lugares de
atracción turística de que se ufanan los retaltecos, son los Parques
Acuáticos de “Xetulul” y de “Xocomil”, en San Martín Zapotitlán.
Y como me encontraba en área de la terminal de buses, busqué
un comedorcito en donde comer algo y poder rempujarme un mi
octavo de “Boj Weiser” con rosa de Jamaica. Después de almorzar
y ya con la barriga llena y el corazón contento, salí rumbo hacia
“El Asintal”, en donde se localiza el sitio arqueológico olmeca
“ABAJ TAKALIK”.
Seguidamente, pasé por Flores Costa Cuca y en un rápido
recorrido llegué a Coatepeque. Aquí, aproveché para cargar
pilas con un delicioso cevichón perez de camarones y el
respectivo traguito de “Cusha Light” Luego, mi codiciada nave
impulsada por fuerza automotriz, me condujo hacia Pajapita,
en donde vertiginosamente crucé hacia la derecha, para llegar
a “El Tumbador” y a “El Rodeo”, donde pasé saludando a mi
entrañable y bigotudo amigo, Tito “Mazapán”. De aquí empecé
a recorrer la carretera entre unas grandes plantaciones de café, las
que reciben una fresca sombra de altos y centenarios árboles, de
los que algunos de ellos exhiben en sus altas ramas ramilletes de
bellas flores amarillas.
Y admirando la belleza de la zona y descendiendo por una
estrecha carretera, no sentí el camino que me condujo hasta
llegar al río “Cabús”. Ahí permanecí un rato con la boca abierta
contemplando, por primera vez, la magnitud de las piedras
que cada invierno, bajando atronadoramente por las faldas del
volcán “Tajumulco”, son arrastradas por la turbulenta corriente
del río. Después subí una tremenda cuesta que me llevó a San
Rafael Pié de la Cuesta, donde aproveché para echar gasolina. Y
Humberto Samayoa Godoy 173
También tenemos a MANUEL SALVADOR DE LA CRUZ
TOT ¿Y de él sabés algo? ¿Tampoco? ¡Mirá pues! Memín Tot,
a quien desde que se murió no lo he vuelto a ver, nació allá
por 1,780 en San Juan Chamelco, Alta Verapaz. Cuentan los
macehuales, que en 1,813, Memín andaba en la mara que participó
en la Conjura de Belén. En esa ocasión, dicen que ofreció dirigir
a unos 15 mil indígenas hacia la capital para servir en la causa de
la Independencia. Cuando los sublevados fueron delatados, trató
de irse de mojado a México, pero en San Marcos cayó enfermo
picado por el zancudo “Chintuncurra” y...
— Perdoná que te interrumpa, mano; pero es: Chinkungunya.
— ¡Noi’juelá! ¡Pero pica! ¿Y esa babosada que será, vos?
— Esa babosada es un virus que transmiten los zancudos serotes
cuando lo pican a uno. Duele la cabeza, salen granos en la
piel, dan náuseas de arrojar, da un cansancio de la chingada,
da dolores musculares, se pone uno todo erizo, se suda mucho,
se aguada el cereguete, se enjuta el pirigüiche,...
— ¡Igual que en la “Luna de Miel”, verdá mano! —Exclama
“Chocolate”—.
...se hablan babosadas...
— ¡Igual que en el Congresos!
...Además, dicen que se trata del virus ARN, que pertenece
a la familia Togaviridae. Chinkungunya significa “encorvado ó
doblado”; y el nombrecito se lo pusieron los negritos de habla
kimakonde de idioma Bantú del sur de Tanzania y del norte de
Mozambique en África —termino de decirle al amigo “Chocolate”.
...Ahh; pues se babosió —continúa mi amigo— pues
creyendo que iba a tronar a sapo, le confesó su participación en
el morongueyo, a un tal sacerdote López Rayón, quien; como ya
se ha vuelto costumbro en algunos de ellos; violó el sacramento
confesional, he hizo que los del Antimotines lo metieran al bote.
Los del F.B.I. se lo llevaron a la capital y fue puesto a disposición
de las autoridades españolas ¡Siempre culebras los cuates! Triste,
y abandonado, estiró los tenis en su celda, más o menos, porai
deslizándose sigilosamente el año 1,828.
172 El Costumbro
como reyes. El 1 de agosto, el movimiento sufrió una inesperada
represión, en manos, de por lo menos, unos mil milicianos ladinos
que les dieron chicharrón con yuca a los amotinados; y Tzul fue
refundido en una cárcel de Quetzaltenango, en donde fue azotado
y torturado durante nueve días. Finalmente, el 1 de marzo de
1,821, fue indultado, después de la gran moronguiada que le
dieron y de una gran manifestación de totonicapenses que pedían
su liberación.
Tachito Tzul era originario del cantón “Paquí”, de Totonicapán,
e hijo de una familia de jaboneros que vivían en el barrio “Linkan”.
Su distinguida esposa fue la señora Felipa Soc ¡Lipita, le decía
Tachito cariñosamente cuando era su novia!
Según los Anales de la Carepusita Roja, Tzul inició su vida
política en 1,813, al ser nombrado Principal de la Parcialidá y
también denominado como “Calpul” de la ciudá de Linkah.
Redondeando el año de 1,820, Tzul ya era reconocido como
representante no oficial, o sea “bajo dia’gua”, de las parcialidades
de Tinamit, Pachah, Linkah, Chiché y Uculjuyub. En ese mismo
año, con la representación antes anotada y ante la nacesidá que
tenían los de su pueblo de acabar con los malditos impuestos
eclesiásticos ¡Que ya los tenían hasta el mero chongo! Atanasio
Tzul, poniéndose pilas, unió sus fuerzas con las de Lucas Aguilar
y con el Alcalde Mayor de Totonicapán, Chicho Mallol. Juntos,
le hicieron güevos al camote y lucharon en contra del poder de la
colonia española, manejada, nada más ni nada menos ¿Sabés por
quienes, mano? ¡Por el Jefe Político del Reino de Guatemala; y
por el Arzobispo de Guatemala, Ramón Casaus y Torres!....
— ¡Puta; este no será antepasado de la Sandra, vos!
...así como también, por la élite ladina local, y por los
caciques de Totonicapán. Estos arrastrados lambiscones, eran
diferenciados del resto de la población indígena; y además, gozaban
de especiales privilegios, como entrada gratis al Comisariato y al
Estadio del Ejército; tenían gasolina regalada, Hospital Militar,
Instituto Alfonso Bejol para que estudiaran sus patojos; y todo
esto, debido a su lambisconería y su apoyo a la invasión europea
¿Qué tal... netes? ¿Puros fisiquines los nenecos, verdá vos?
Humberto Samayoa Godoy 117
finalmente, después de pasar Esquipulas Palo Gordo; llegué a la
cabecera departamental de San Marcos. Ahí me quedé a dormir
¡Aguantando un frío de la gran puta!
Al día siguiente, después de un suculento desayuno, salí
para Tejutla, en donde tuve que pasar a una gasolinera a que me
prestaran el “servicio solitario” ¡Porque entra solo uno! pues ya
no aguantaba las ganas de “descomer” ¡Y ja, ja, jay; tatita!
Tejutla, antiguamente, me contaba el encargado de la
gasolinera, se llamaba Santiago Texutla. pero que según datos
históricos de la Carepusita Roja, fue más o menos en el año de
mil sapote cientos, que fue cuando el Comendador del Convento
mercedario fray Diego de Reinoso, le vendió a Blas de León
Cardona 14 caballerías de tierra cerca del volcán “Tacaná”,
al que los indígenas Mames de aquella época, conocían como
“Tacnahuyú”.
Me contaba también el amigo, que en Tejutla hay dos sitios
arqueológicos: el “Cuyá” y el “Chipol”, los que se encuentran,
como ya es costumbro, muy abandonados. Las personas que ya
los conocen, me dice, cuentan que se ven excepcionales parajes
turísticos; siendo el que la mara busca, por ser el de mayor
atractivo, el paraje la “Vega de Xolabaj”. Esto, efectivamente lo
comprobé cuando seguí mi rumbo hacia Ixchiguán.
Rodando por la serpenteante carretera, subiendo y bajando
altas montañas como las de “Colcohuitz”, de “Tuinimá” y
de “Tuiquinamble”, y pintorescos cerros como el “Cuache”,
el “Qo’tzic” y el “Pajatz”. Cerros y montañas que proveen
de pasto a enormes rebaños de ganado ovino que constituye,
junto con la papa, el maíz, las habas y el frijol, un importante
medio de alimentación para la supervivencia de la raza maya.
Tuve la oportunidad de contemplar entre rayos de sol, los que
en ese momento atravesaban una tenue neblina, de uno de
los atardeceres más increíbles que he observado en mi vida.
Contemplé pintorescos e indescriptibles cerros que surcan como
serpientes “La Sierra Madre”. Y finalmente, pasando a un lado
del río “Grijalba”, pude llegar a la cabecera de IXCHIGUAN,
importante y pujante municipio del occidental y a veces nevado
118 El Costumbro
departamento de San Marcos, el cual colinda con los Méxican
Indian Boys.
¿Se puede conocer Ixchiguán? ¡Si…món! Pero solo a medida
que uno va avanzando por sus angostas calles, porque las nubes
bajan a tal grado, que solo se logra controlar las cosas a unos
cinco metros alrededor de donde uno se encuentra. Las ráfagas
de neblina del medio día, no dejan ver ni mierda, pues los días son
tan fríos como las noches, a tal extremo que cuando uno hace pipí
¡Se congelan los miados! Hace tanto frío que las mujeres andan
ataviadas con suéteres gruesos y largos vestidos que les llegan a
los pies ¡No enseñan nada! ¡Más pior cuando cae nieve!
¿De dónde proviene la Sierra de los Cuchumatanes? Pues
de la mayor cadena montañosa que atraviesa toda América: LA
SIERRA MADRE ¿Dónde se encuentra Ixchiguán? Ahí; en esos
fríos e indescriptibles parajes de Guatemala ¡Otrora “País de
la Eterna Primavera! Ahora, es “País de la Eterna Güeviadera”.
Ixchiguán se encuentra sobreviviendo al cambio climático, a
los terremotos causados por las explosiones subterráneas de las
mineras, y al peligro latente de extinción de la especie de pinabete
conocido como “Abies Guatemalensis”. Hay que hacer notar que,
esta especie de raro pinabete, se produce entre los 11 y 15 grados
centígrados y se desarrolla, especialmente, entre la niebla espesa.
F/T.D.Jamblet. Ixchiguán. Aquí se le congela a uno todo, todo; y se
orinan granizadas.
Humberto Samayoa Godoy 171
¿Tabú? ¿Por qué; qué intereses oscuros se esconden? ¿Cuál es
el rollo? Hurgando y hurgando entre mi enmarañada memoria,
encuentro a otros personajes que han tomado parte activa, de
alguna u otra forma; así como también, en distintas épocas de
nuestra historia; de la defensa del territorio nacional contra la
invasión perpetrada, especialmente, por los genocidas españoles;
quienes, inexplicablemente, por lo menos para mí; hacían sus
atrocidades cortándoles la cabeza a los indígenas que no besaba
ni aceptaban la cruz. Esto, acompañados de Curas y Frailes de
distintas denominaciones; y éstos ¡Amén a las masacres! Y lo
insólito de estos ensotanados es que ¡Algunos volaron cabezas y
otros volaron...! ¡Ay no; la historia tan cuentera que es!
Te voy a mencionar a otros de estos personajes de carne y
hueso que también son héroes olvidados, y que no les dan la
importancia debida en los textos de historia que enseñan en la
escuela ¡No te digo, pues! ¡Así; cómo vamos a tener identidá! —
me dice “Chocolate”, ya camino para la casa—.
Tenemos por ejemplo, a ATANASIO TZUL, “El último Rey
Quiché” ¿Sabés algo de él? Pues Tachito, como cariñosamente le
decía su mamá, nació allá más o menos por el año de 1,760, y fue
uno de los más aguerridos dirigentes del movimiento subversivo
de Totonicapán ¡Y no quemaba llantas, ni tiraba harina en la cara,
ni pertenecían a La Línea!
Dicen que en 1,812, un día, como a las tres de la tarde, por
disposición de una babosada llamada la Constitución de Cádiz; se
suprimió el pago del impuesto cobrado por la mara 18, pero, dos
años más tarde, el rey Fernandito VII dijo “¡Puta, coño; ya no me
alcanza ni pa la talacha!”. Y clavó otra vez el impuesto; lo cual,
naturalmente, causó que se armara una gran pelotera en el Reino
de Guatemala. En 1,820, el monarca, como la gran diabla por la
quemadera de llantas y la quema de buses rojos, puso en vigencia
la Constitución de Cádiz. Y para celebrar esta babosada; el 12 de
julio, Tachito Tzul tuvo que asistir a un acto vestido a la española
¡Como era el costumbro en aquella época! Con casaca, sombrero
con tres picos ¡Dos del sombrero y el de él! Espadín, bastón,
y medalla al cuello; donde, con su esposa, fueron reconocidos
170 El Costumbro
medio de navegación. El punto de desembarque fue el Lago de
Izabal, “en la orilla sur-poniente”, donde hoy está el Bar “Tolo”,
atendido por la negra Celina.
Desde allí, desde la playa de desembarque, les empezó a sudar
el calzoncillo a los que transportaron, a tuto, todos los regalos
que le fueron obsequiados en nombre de Carlitos V; entre los
cuales, había vasos sagrados de oro y plata, candeleros, lámparas,
incensarios, ciriales, estandartes, banderas de terciopelo, imágenes
católicas y varias campanas de bronce. Una de ellas aún se
conserva en la iglesia de San Juan Chamelco, y de puro milagro
no se la han güeviado. También se trajeron los primeros machetes
“Collins”, azadones “Tramontina”, motosierras “Sthil” y otros
instrumentos de labranza.
Pateando el año 1568, el cacique quekchí, Don Juan Matalbatz,
“Sachamil”; abandonó Chamelco y se fue a las montañas ¡Igual
que Rambo! Construyó una ermita y colocó una cruz que aún
existe. La tradición oral dice que unos años más después; según
fuentes de La Llorona; indican que fue en 1,572, al sentirse
enfermo de “Chinkungunya”, y en vista de que en el hospital
de Cobán, como ya es el costumbro, no había ni medicinas, ni
cama disponible, ni banco de sangre, ni ambulancia, ni aparato de
rayos X, ni enfermeras, ni doctor ¡Puta; como ya es costumbro, no
había ni mierda! Entonces, dispuso entrar en una caverna donde
se celebraban ritos mayas ¡Y desapareció! De ahí, el nombre de
ese sitio, “Sachamil”, que significa “del desaparecido”. Y fijáte
Pepes, que durante el terremoto de 1976, la caverna se desmoronó
—termina contándome “Chocolate”.—
Llegamos a la capital y la camioneta en que viajábamos se
dirigió a la Terminal de Buses de la zona 4. Unos compañeros
abordaron buses # 11 y 12 de la ruta “Unión”; otros # 2 y 7 de
“Eureka”; y como “Chocolate” y este servidor, no teníamos 5 len
para el pasaje ¡Volamos pata para la casa! No había Transmetro, ni
bicitaxis, ni buses rojos, ni taxis fantasmas, ni P.M.T., no robaban
celulares, no existía la S.A.T. ¡Todo era RE BONITO!
Me fui pensado mucho en el personaje Juan Matalbatz ¡Me
impresionó! ¿Por qué nos ocultaron su existencia en la escuela?
Humberto Samayoa Godoy 119
Pequeño bosque de pinabete, dicen ¡Conservado a puro
güevo!, con lo que los habitantes de Ixchiguán, la población más
alta de Guatemala y la segunda de América, ayudan a producir y
contribuyen a la conservación del ambiente natural de Guatemala
¡Y del mundo!
En “La Mesilla”, Huehuetenango; en “El Carmen” y “Tecún
Umán”, San Marcos; y en El Petén; dicen que hay muchos
puntos secretos que solo los “Coyotes” saben dónde están, por
donde pasan miles de migrantes al año bajo dia’gua, buscando
afanosamente algo que nunca encontrarán, o que solo muy pocos
han encontrado ¡El “sueño americano”! (Di American Esliping;
por sus siglas en inglés) Pero lo que no saben los de la mara, es
que para lograr, lo que realmente no es un “sueño”; tienen a puro
güevo que arriesgar el pellejo en “El Tren de la Muerte”, (Di Dead
Train, por sus siglas en inglés, según dicen los Mames) para tratar,
milagrosamente, de llegar a los Yunai. Además, los de mara le
dicen ahora a San Marcos: “T.C.”, o, “Ti Ci”, por sus siglas en
inglés, según Pedro “El Escamoso”; lo que para ellos quiere decir:
“Tierra Conflictiva”. Este calificativo, es por la chingadera de
las mineras transnacionales que tanto daño le están haciendo a
la ecología del país y al entorno del pueblo en el que hace rato se
están cagando; y por supuesto, a la chingadera de los narcos, que
¡Tambor!
La población Mam de Ixchiguán, parece que es, según
la Carepusita Roja, la más alta de Guatemala con sus 3,200
metros de altura sobre el nivel del mar; y la rodean naturalmente,
poblaciones mames como Concepción Tutuapa, San José
Ojetenam, Sibilia, Río Blanco, Tejutla, Tacaná, Tajumulco, solo
por mencionar algunos de los municipios.
¡A mí no me crean nada, muchá! Pero me contaron porai, que
algunos escritos encontrados en lengua mam, dicen que según
la tradición maya, promediando hace poco más de dos siglos,
llegaron al sitio que hoy ocupa la actual cabecera, pobladores
que en su mayoría eran de apellidos Orozco, Ramírez y Chilel,
que provenían del municipio de Tajumulco, llevando con ellos
grandes rebaños de ganado ovino. Allí, dicen que encontraron
120 El Costumbro
gran cantidad de hierba conocida entre ellos con el nombre de
“ixchigua”, y por esa razón, le pusieron al pueblo el nombre de
“Ixchiguán”.
También contaba una viejita, que el primer Alcalde que tuvo
la primera Municipalidad de Ixchiguán, fue el señor Lencho Chilel
¡Puta; con razón ahora en lugar de sembrar hierba “ixchigua”,
siembran marihuana!
Estas gentes, según me contaba el cuate de la gasolinera donde
pasé a cambiarle agua al canario, celebran su fiesta titular en el
mes de Julio en honor a San Cristóbal de Jesús. Y a la mera hora
del asunto, los cofrades se toman una bebida ancestral llamada en
lengua mam: “xtzu”. Esta electrizante bebida es elaborada a base
de maíz y condimentada con ceniza. Pero los cuates cuando ya
andan engazados, le echan algunas babosadas secretas que solo
ellos conocen, lo que le da a la bebida un sabor único, exótico y
orgásmico, que los pone rápidamente “dos que tres”.
Quizá algunos de ustedes no lo crean; pero allá por el
norte donde le dicen “el sueño americano”, lo que en realidad
a muchos les ha provocado, es “el sueño eterno”; en el mero
Estado de Minessota hay un pueblo ¡Pero no como los de aquí;
en extrema pobreza, con desnutrición crónica, sin chance, y con
una mortalidad infantil que da miedo! ¡No; de esos no! Ese
pueblo se llama Worthington ¡Algo fe…liciano el nombre, pero
qué pisados! Y con eso de que los paisanos, ya sea por el llamado
conflicto armado interno, por la falta de chance, o por los chalecos
anaranjados, han tenido que emigrar, aun arriesgando el pellejo
en el “tren de la muerte”, a buscar en los Yunai los horizontes
que aquí no han encontrado. Y por ese motivo, han cundido de
chapines mayan boys el lugar. Y ese pueblito en donde no los
echan a la mierda, ni los discriminan, ni los criminalizan, es
considerado “El Centro de los Mames”, en los Yunai seroteshon
Siux boys ¡Pero por lo menos, poray viven medio tranquilos!
Admirando extraordinarios celajes y experimentando
extrañas sensaciones en templados atardeceres; queriendo
entender la conjugación de colores que en los ocasos ¡Solo a la
Humberto Samayoa Godoy 169
Los regalos grandes y pesados iban en cajas de madera donde
se podía leer “Frágil. Manéjese con cuidado; tei quirisit”. Y en
ellas había vasijas de barro; fuentes para frutas, decoradas con
bellos dibujos; jícaras; recipientes con chocolate, y otras monerías.
En 10 grandes bolsas verdes de “Cemaco”, iban chiles de diversas
clases, frijol negro, zarzaparrilla, maíz amarillo, cebolla, ajos,
liquidámbar, copal y pom. En cajas de cartón donde se leía “Jabón
Ámbar”, llevaban vistosas telas chichicastecas tejidas a mano,
rodeadas de varias capas de algodón; varias especies aromáticas
y hierbas curativas como uña de gato, pelo de elote, yerbabuena,
agüita de nance ¡Ay no; eso es para otra onda! En unas grandes
bolsas transparentes con el logotipo de “Azúcar de Guatemala”,
iban varios cientos de “Bolsas Solitarias”. Y en unas bolsas rojas,
verdes y anaranjadas, de los partidos de aquella época, Iban
“Suvenires Solidarios”, camisetas con la leyenda “Si se puede”,
banderines con la leyenda “Me toca” y gorras con el logotipo
“Mano dura” ¡Ay no; si por poquito los mandan de regreso!
Pero fijáte vos Pepes, que según parece, también transportaron
presentes especiales, tales como dos mil plumas de quetzal...
— ¡Puta, mano; con razón desde entonces está devaluada la
moneda!
...y varios pájaros...
— ¿Puchis; desde esa época ya no tenían pájaro los españoles,
pues vos?
...para que el príncipe español tuviera una idea del ambiente
de los bosques y las abundantes y fértiles montañas de
Tezulutlán.
— ¡Ahhhh!
Matalbatz y toda su mara de acompañantes, permanecieron
en España alrededor de 7 meses. Carlitos V, en agradecimiento
a la ayuda prestada a los misioneros dominicos en el proceso de
evangelización de sus territorios, concedió al cacique quekchí, el
título de: Don ¡Puta; mejor le hubiera regalado unos sus lenes!
Según Estrada Monroy, Don Juan Matalbatz regresó a tierras
guatemaltecas el 11 de febrero de 1546, luego de cinco meses y
168 El Costumbro
— Yo creo —le digo a “Chocolate”— que el “Ajaw” K’iché, don
Juan Cortéz; tenía derecho a reclamar lo que él creía justo. O
como diría mi tío Rafael “Guanaba”: ¡O todos hijos; o todos
hijos de la gran.....! Mejor no digo porque me da cosa.
En el libro “El mundo k’ekchi’ de la Vera-Paz”, escrito por el
mismo historiador Estrada Monroy; se detalla la forma de vestir
de la mara de Matalbatz: “Iban bien chileros vestidos con sus
mejores galas, que consistían en una camisola del Barsa ¡Perdón,
de algodón! con decorados de hilo del mismo material en diversos
colores; un calzón ¡Pero sin caca! también de hilo, que les llegaba
arriba de la rodilla y en cuyos ruedos les colgaban los huevos
¡Perdón! colgaban los flecos de colores. La cintura, ceñida por
una faja vistosa que colgaba parcialmente por delante; y a manera
de cola, en la parte de atrás,….”
— ¡Púchica! ¡Ni modo que con la cola adelante!
“...también con los hilos terminales en flecos. Las pantorrillas
lucían en su derredor, ataderas con borlas de hilo a manera de
pequeño ramo de flores ¡Ay no! Sandalias de cuero decoradas por
la parte superior con dos borlas. El cabello, largo, entrelazado
con una larga cinta que colgaba hacia atrás a manera de tocoyal o
rasta. Para cubrirse la espalda, cada uno llevaba capas de plumas
bellamente entrelazadas” ¡Puta; ni que fueran los Moros de “Las
Trojes” de Amatitlán! ¡Pero bueno; se les perdona porque son
paisanos!
“El emperador Carlos V, escandalizado, dicen que se tapó los
ojos a la vista de la poca ropa que llevaban sus visitantes, pues a
unos ya casi que se les miraba la transmisión, y les dijo: “Pareze
que fueraiz de azero, coño”. Y se dice, también, que cuando a Juan
Matalbatz le ordenaron que se hincara ante el príncipe, futuro rey
Lipe II; cagándose de la risa les contestó: “¡Güevos, muchá; entre
principales, no nos hincamos uno frente a otro! ¿Juat japen, tíos?”.
En esa misma ocasión, Juan Matalbatz y compañía limitada, le
presentaron a su majestá las ofrendas que habían llevado desde
Guatemala.
Humberto Samayoa Godoy 121
caprichosa Madre Naturaleza se le pueden ocurrir! Y rodando
por los caminos de la patria, contemplando las maravillas que nos
dio el Creador ¡Caprichosas pinceladas de la naturaleza, que las
mineras transnacionales, los cañaverales y la palma africana están
haciendo mierda! Así llegué a parar, sin querer y sin darme cuenta,
al caserío “Taxcontzé”; lugar en donde, tristemente, casi nadie
sabe leer y escribir; y el resto ¡Tampoco! Este caserío pertenece
a la aldea “Toquián Grande”, en el municipio de Tajumulco, San
Marcos.
Ahí, para mi agradable sorpresa, me encontré con unos viejos
amigos. Se trataba de los esposos, don Teófilo Zuriel Orozco y
su esposa doña Segismunda Leocadia Chilel; sus hijos Gelímero
Sofonías, el hijo más grande; y Pánfilo Yurandir dos Fuentes, mi
gran amigo de farras y aventuras. Y como podrán darse cuenta,
por allá ponen unos nombrecitos que ¡Ja, ja, jay, mi rey!
La maravillosa hospitalidad de estas gentes, dio lugar a que
pudiera quedarme con ellos una semana; durante la cual, mi
amigo Pánfilo Yurandir dos Fuentes Orozco Chilel; más conocido
como YURI; me contara parte de su trabajo y me llevara a
conocer algunos lugares a donde le tocaba llevar al personal de la
institución en la que laboraba como piloto.
Según me contaba, se están construyendo dos Micro
cuencas en la parte alta de la Cuenca del río “Naranjo”, entre
los departamentos de San marcos y Quetzaltenango. La Micro
cuenca “Tacaná” y la Micro cuenca “Turbalá”.
Me contaba Yuri que la Micro cuenca “Tacaná”, está ubicada
en el municipio de San Antonio Sacatepéquez, del departamento
de San Marcos; la cual tiene colindancia con la Cuenca “Cuilco”,
la Micro cuenca “Ciéneca”, la Micro cuenca “Turbalá”, y con la
Micro cuenca “Chol” y la Micro cuenca “Naranjo Alto” ¡Puta;
solo faltó la micro “Buses”!
Dentro del área que abarca la Micro cuenca “Tacaná”, me
decía Yuri, se encuentran, si los topógrafos no estaban engazados
cuando hicieron el mapa; las comunidades de “San Miguel de los
122 El Costumbro
Altos”, “Candelaria Siquival”, “Vista Hermosa”, “Las Escobas”,
“San Antonio Sacatepéquez” y “Tojchina”.
Interesado en la babosada esta, controlé que la Micro cuenca
de “Turbalá” se encuentra entre los municipios de San Pedro y
San Antonio Sacatepéquez y en Palestina de los Altos. También
colinda con la Cuenca “Cuilco”, las Micro cuencas “Ixchol” y
“Suj”; las Micro cuencas “Cienecá” y “Espunpujá”; y las Micro
cuencas “Chol” y “Naranjo Alto”.
Dentro de esta Micro cuenca; la “Turbalá”, pues; se pueden
ir a visitar, haciéndole yemas al camote, las comunidades de
“Cancheguá”, “San Vicente Esquipulas”, “El Carmen II”, “Chim”,
“Nueva Palmira”, “El Carmen I”, “Toj Pic”, “Palestina de los
Altos”, “Buenos Aires”, “Roble Grande”, “San José Granados”,
“Santa Rosa de Lima”, “El Desierto”, “Los Laureles”, “Los
Miranda”, “Los González”, “Los Alonzo”, y “Los Calderón”
¡Puta; solo faltaron los Pérez Molina, los Pop, los Tarecena, los
Crespo, los Baldizón, los Tuyuc y los Menchú! Pero conste que
todos estos lugares no los conocí, sino que solo los controlé en los
mapas ¡Por eso pongo tanto nombre!
¡Qué tanatal de comunidades, muchá! Yo creo vale la pena
hacer saber a las autoridades competentes; en este caso ¡A ya saben
quién!, que más de la mitá de la población de estas comunidades
son personas que viven, precariamente, en extrema pobreza; y
que, la otra mitá ¡También!
— ¡Perdoná mi ignorancia Yuri, pero ¿Para qué están haciendo
tantas Micro cuencas?
— ¡Pues mirá, vos Pepes! —me dice mi amigo— Según he
oído decir a los ingenieros y demás personal que trabaja en
esto, que el clavo es por la cuestión del uso del agua y por los
conflictos pisados que siempre se dan. También para el mejor
control de las áreas protegidas, las que de todos modos, ni las
protegen ¡Pero que siguen siendo áreas protegidas! Además,
por la situación de los residuos sólidos; por la importante
conservación, dominio y aprovechamiento del agua; y por
otro montón de babosadas que dicen los Inges que hay que
arreglar, pues son de vital importancia.
Humberto Samayoa Godoy 167
— ¿Era grueso este maricón, verdá abuelo; sería peor que Hitler
y que, ya sabe quién?
— ¡Aguas, serote; no ves que pueden haber oréganos! Pues el
acuerdo, asimismo, concluyó con la fundación de Santa Cruz
Munchú.
— ¿De plano era la cáscarabuelita de la Premio Nóvelty, la Rigo
Menchú, verdá Tata?
¡Mejor cállate querés! Y el 24 de junio de ese mismo año,
después de la fundación de San Juan Chamelco; el Cacique de
Caciques recibió el bautismo cristiano y fue cuando recibió el
nombre de Juan Matalbatz…
— ¡Y colorín colorado!
¡Colorín colorado será mi güevo; la babosada sigue! Según
los Anales del Cadejo y del Sombrerón, el 19 de mayo de 1,544,
después de la declaración oficial del inicio de la evangelización
pacífica; con quemadera de llantas en Tezulutlán, De Angulo
le propuso a Matalbatz y a otros señores principales quekchís,
efectuar un viaje hasta España para visitar al emperador ¡Puta,
m’ijo; más pior si querían que se jueran nadando!
Como ves, Pepes —me dice “Chocolate”— cada vez me
cuentan cosas que se les habían quedado en el tintero cerebral.
Pues según me dijeron; “Matalbatz y su comitiva, entre ellos
los caciques Miguel de Paz y Chun; Juan Rafael Ramírez Aj
Sakq’uim, de San Luis; Diego de Ávila Mo y Pop, guiados por los
frailes dominicos, llegaron bien mareados a la Península Ibérica
el 4 de febrero de 1,545” ¡Cómo putas no iban a llegar mareados
los pobrecitos, si lo más que habían viajado era en cayuco!
“Entonces, el 12 de febrero, ya que les había pasado la arrogadera
y la gran agüevada, fueron recibidos en la Corte española”. “Fue
el único cacique de América que llegó ante el rey de España”
¡Quien, a decir verdá, no era la gran mierda, que digamos! ¡Pero
bueno! “Aunque, en 1,557, don Juan Cortés; “Ajaw” k’iche’;
también visitó la Corte para reclamar ciertos derechos por su alta
jerarquía”.
166 El Costumbro
marcándolos muchas veces, con hierros candentes; pero con Juan
Matalbatz se echaron cebo; pues este, mantenía el control de su
provincia”.
Y de acuerdo, con el Diccionario Histórico Biográfico de
Guatemala; libros que según el “Hombre Araña”, a veces no
dicen la verdá; el gobierno de Aj Pop O’Batz, antes de la llegada
de los españoleques, abarcaba lo que hoy se conoce como
Carchá, Cahabón, Lanquín y Tucurú. En el año de 1555, un fray
apellidádoce Román, escribió: “Eran sus leyes muy santas y buenas;
que si las quisiéramos comparar con muchas de las nuestras, no
discreparíamos mucho” ¡Ay no, muchá; estos siempre yéndose de
hocico; siempre queriendo saludar con sombrero ajeno!
Según le contaba el bisabuelito a “Chocolate”, parece que años
antes de 1,537, Juan Matalbatz invitó por primera vez, arriesgando
el pellejo para tomarles el pulso; a los frailes dominicos para
que lo visitaran y pudieran tomarse unos tragos de “Barranco
Centenario” con él. Como el Aj Pop O’Batz era buena onda;
en 1,541 ayudó a los frailes a convertir al cristianismo a varios
señores de Tezulutlán; entre ellos: los Hic, los Cau, los Borzoc,
los Tox, los Cani Pepb, los Lucas García ¡Ay no; estos no habían
nacido aun! Así dicen las malas lenguas, que lo menciona el
cronista Tonito de Remesal. Aunque, erróneamente, indicó; pues
según parece, fue cuatro años antes, según Estrada Monroy ¡Puta;
ni en estas babosadas se ponen de acuerdo! ¡Pero bueno! En esa
ocasión, fray Güicho Cáncer, quien no murió precisamente de
cáncer, sino que de otra cosa, fue recibido con danzas y vistosos
arcos de flores.
En los primeros meses de 1,543, durante 80 agotadores días —
fijáte m’ijo, decía el abuelo— el cacique quekchí sostuvo pláticas
con los frailes Pedro de Angulo, a quien le gustaba que le tocaran
el...; con Juan de Torres, y con Güicho Cáncer, para la pacificación
y evangelización de su territorio; porque estos pisados, los frailes,
no podían solitos, pues decían que les daba meyo. Así mismo;
con el compromiso de que sus habitantes no fueran sometidos
por los conquistadores, quienes, desde 1,524, habían masacrado
poblaciones enteras bajo el mando del peor genocida de América,
el tal Perucho de Alvarado.
Humberto Samayoa Godoy 123
Decía un señor extranjero, de esos ignorantes que no saben
nada, pero que vienen a asesorar a los funcionarios de aquí que no
saben ni mierda, “que las Micro cuencas “Tacaná” y “Turbalá”,
reflejan cabalmente la problemática nacional, pues albergan una
gran variedad de ecosistemas con una especial fragilidad ambiental,
de la cual dependen muchas personas de 25 poblaciones humanas
que viven en condiciones de pobreza y pobreza extrema”.
— ¡No chingués!
También decía el señor, “que la deforestación desmedida y
la ampliación de la frontera agrícola y urbana resaltan entre sus
dificultades, así como también, la presión por el uso y abuso del
agua para fines domésticos y agrícolas; cosa que ha incidido
negativamente en los afluentes locales”. Y que para terminar de
joder la pita, “a eso se suma ahora ¡La mierda de la minería!”. Y
lo más trompudo; comentaba el señor; es que “ya no hay agua de
uso turístico”; pues dice que el agua de los ríos, de los lagos y el
agua subterránea, “está siendo contaminada por la minería, con el
aval del gobierno”.
— ¡Ay no, vos; eso sí que no te lo creo! ¿El gobierno? ¡No jodás,
hombre! ¡No los creo capaz de cometer semejante genocidio!
¡Me cuesta un arresto y la mitá de los otros tres, creer que los
Padres de la Patria le estén jugando shuco al país! ¡Es que
no puede ser, mano! ¡Si tan inocente que se les miraba su
carita cuando andaban ganando votos en la campaña! ¡Si tan
chulas las cosas que ofrecían! ¡Si hasta se ponían ropa típica!
¡Una señora con el pelo en la cara, hasta les daba besitos a
los muchachitos indígenas, no importando que le dejaran
toda la cara llena de mocos! ¡Si los hubieras visto, Yuri; si los
hubieras visto! ¡Si hubo uno que quería tanto a los paisanos;
el que hablaba puro radio mal sintonizado y no se le entendía
ni mierda; que hasta se volvió Sacerdote Maya, mano! ¡Otro
decía que habría seguridá para todos, y que no tuviéramos
miedo, porque solo la puntita nos iba a meter!
— ¡Sí, pero ya nos la metió toda! Pues fijate Pepes; que otro
don decía que lo muy menitos “hay unos nosecuantos mil
habitantes que viven en la Cuenca del río “Naranjo”; de los
124 El Costumbro
cuales, decía; más de mitad viven de actividades agrícolas,
y que ni porque están ubicados en una Cuenca hidrográfica,
son pocas las autoridades que le dan color a la importancia
del enfoque de la Cuenca como unidad de planificación que
tiende al manejo integral de los recursos hídricos para el
desarrollo local”. Y agregaba que: “como la mayoría de los
funcionarios son ignorantes”, que no hay que echarle a ellos
la culpa, sino que “a los majes que los hicieron compadres”.
— ¡Menos mal que yo no fui a votar ese día, vos; amanecí
enmotelado y de goma!
¡En tu conciencia queda, mano; en tu conciencia queda! Y
algo que valdría la pena tomar como ejemplo y hay que ponerse
luego las pilas —decía el mismo señor— “son los países que
utilizan moderadamente sus recursos hídricos disponibles”; y que
precisamente por eso; “son países donde casi no hay problemas
de escasez de agua”. Sin embargo —dice— “Tristemente; países
como el de nosotros ¡Guatemala, pues! enfrentan la amenaza de la
sed, a causa de que la condición de los recursos hídricos adolece de
grandes carencias en cuanto a instrumentos políticos, económicos
e institucionales; razón por la cual” ¡Y vuelve la mula al ruedo!
“No es de extrañar que países como el de la hoja de maple; esté
acabando, ensuciando, robando, contaminando, cagando, y todo
lo que termina en ando; en la ya poca existencia de agua potable
que nos queda; pues descaradamente; vienen a echar aquí ¡La
cagada que no les conviene echar en su país!”.
¡Ciertísimo, pensé! Y según pude darme cuenta en los planos
de la institución encargada de tan ambicioso proyecto; que en
la Micro cuenca “Tacaná”, se encuentra un bosque húmedo
subtropical que se ha escapado de las motosierras, y está ubicado
más o menos al norte de la Cuenca del río “Narranjo”. Esta
cuenca por lo que pude controlar a ojo de buen cubero, abarca
Palestina de los Altos; San Cristóbal Cucho, hasta llegar al vértice
“Muxbal”; San Pedro Sacatepéquez, San Antonio Sacatepéquez
y San Marcos, hasta las purititas faldas del volcán “Tajumulco”.
En el volcán se puede encontrar ciprés, pino blanco, encino y
otras variedades de árboles los que, gracias a Dios, se han hecho
los quites para no ser consumidos por tanto incendio serote mal
Humberto Samayoa Godoy 165
Cuando Carlitos I de España, V de Alemania ¡Puta; y que
simasito VIII de Amatitlán! viendo los buenos resultados y
habiéndose vencido el plazo del Concierto en 1554; aprobó el
nombramiento del Gobernador Aj Pop O’ Batz, el 3 de agosto
de 1555. Y según El Lobo Feroz, testículo ocular de los pechos
¡Perdón! Testigo ocular de los hechos; dice que los Curas
dominicos, para que no los echaran a la mierda los de la migra,
entraron mojados a Guatemala por el río “Suchiate” en 1,543; y
que declararon oficialmente ante la SAT, que habían ingresado en
avión en Agosto de 1,544 ¡Más mentirosos que Pinocho P.M. y
los diputados!
Fijáte Pepes que las historias que me contaban mis Tatas, las
tenía que escuchar por abonos, como quien dice; pues cuando
llegaban a visitarlos algunos amigos, pasaban varios días
emparrandados ¿Y quién los paraba? Especialmente, cuando
llegaba el compadre Tot, los jugadores de pelota Píloro Eulalio
Ajcep, Simón Esfínter Pop, Pascual Exitoso Yat y Juan Propósito
Caal. Entonces se bajaban sus tinajitas de “Boj Centenario” y de
“Cusha Light”. Naturalmente, ya sea por la edá, por los tragos, o
por la goma, lo cierto es que perdían el hilo de la babosada; y yo
¡También!
Y mientras los demás pueblos de la región, se mantenían
metidos en chismorreos de viejas cachurecas:
— “¿Ay mi chulis, ya vistes a la mosquita muerta de la Remedios?
¡La muy serota, cara de mi calzón con caca, compró un celular
nuevo para llamar a escondidas al hueco de mi marido; la
muy re puta!”.
Así como también; los hombres andaban metidos en
problemas internos de guerras fratricidas que debilitaban su
poderío; y los muy güicoyes, buscaban alianza con los españoles.
Pero, el Señorío quekchí ¡Güevos chula! este permaneció pilas,
haciéndole yemas al camote de manera viril, a todos los intentos
de penetración de los ancestros de Rafael de España. Y según
escribió el señor Estrada Monroy, “Los caciques indígenas de
toda América y sus guardespaldas, eran sometidos y esclavizados,
164 El Costumbro
dieran una buena acogida”. Pero la mara pocomchí, respetuosa
de los Derechos Humanos, y como no eran pedófilos ¡No se lo
cogieron!
“Chocolate” estaba emocionado y contento de que, por lo
menos, yo le pusiera atención a las anécdotas de su abuelo. Pues
fijáte vos, me siguió contando; que el héroe nacional olvidado, Aj
Pop Batz, no era ningún baboso. Él sabía que tales triunfos eran
como aves de paso ¡Efímeros! Y no obstante, que el territorio
era indomable; sabía que tarde o temprano, los españoles se lo
agenciarían genocidamente. Juan Matalbatz, confiaba en la
bravura de sus guerreros; pero lo que jodía la pita era el tamañito
de los pocomchíes. Además, estaba la dificultad de acceso a la
montaña, y la densidad pisada del follaje de la región ¡Nair!
Preocupado por lo que le pudiera pasar a sus guerreros,
aceptó, entonces, un diálogo con los Curas dominicos, dirigidos
por un pelón que está en las fichas dia’len, a quien llaman Fray
Bartolomé de Las Casas quien, con habilidad y diplomacia, logró
en 1537, un acuerdo llamado: Concierto Maldonado-Las Casas...
— ¡Puta! ¿Ya había nacido Abundio, pues vos?
...en el cual, Alonso de Maldonado, o Ponchito, como
cariñosamente le decía su mamá; en nombre del Rey garantizó
que ningún español entraría a Tezulutlán-Verapaz a tomarse todo
el “Boj Waiser” de las cantinas. Que podrían entrar, dijo; sí; pero
a partir de cinco años después de que los dominicos, liderados por
Bartolomito de Las Casas, hubieran cruzado sus cantinas ¡Puta;
perdón; sus confines! En ese tiempo, Ponchito era el gobernador
interino de Guatemala. Y cuenta la Carepusita Roja que, Fray
Bartolomé Las Casas, o Bartolomito, como cariñosamente le
decían las Monjas cuando andaba en calzoneta; logró, después de
tomarse unos tragos de “Cusha Light” con los jueces de la Corte;
que este convenio fuese prolongado a diez años. Y, naturalmente
¡Se armó la mera hilachigua! Los españoles, como la chingada,
rechazaron la babosada. El Rey, refunfuñando les dijo: “¡Vozotroz
podreiz zer la mera tipisculcoyona, coño; pero yo; sigo siendo el
Rey!”. Y tuvieron que hacerle yemas al camote.
Humberto Samayoa Godoy 125
intencionado; o por los depredadores forestales autorizados. Y la
Micro cuenca “Turbalá”; tiene una topografía algo ondulada y es
parte de la llamada “Zona de vida”. Pero con el peligro latente
que representan las mineras, dentro de poco va ser llamada ¡Zona
sin vida!
Me contaba Yuri, que la red hídrica que abastece a las dos
Micro cuencas, tiene varios ríos, entre los que se encuentra el río
“Tres Chorros”, que nace en la aldea “Santa Irene” en la Sierra
Madre. Pero ¡Lo que tenía que pasar, pasó! Ahora, el río solo
tiene un chorro, porque los otros dos ¡Ya lo hicieron mierda las
mineras! Este río pasa por el volcán “Saquibutz” y está ubicado
en San Antonio Sacatepéquez, San Marcos. Es considerado
candidato potencial para ser área protegida del Corredor Biológico
Mesoamericano y ha sido propuesto para la conservación de los
volcanes de la zona. El río “Tres Chorros”, después de pasar por
el volcán, cambia su nombre a río “Tacaná”. Más adelante, se
dirige al sur en un serpenteante recorrido; y pasando después por
la aldea, “San Isidro Ixcolochil”, desagua su potencial líquido en
el río “Nahualá”.
El río “Nahualá”, me decía Yuri; nace en el caserío
“Tuixcamal”, cerca del volcán “Tajumulco” en la Sierra Madre.
Después, pasa por las aldeas “La Grandeza”, “San Andrés Chápil”
y “San José Cabén”. Luego pasa por San Pedro Sacatepéquez,
refrescando con su brisa, la aldea “Siquibal”. A continuación,
luego de un recorrido serpenteante por el sur occidental del país,
pasa por la aldea “San Isidro Ixcolochil”. Y por último llega a
la aldea “Chim”, donde desagua tranquilamente sus cristalinas
aguas en el río “Naranjo”.
Así también, el río “Turbalá”, nace en el caserío “La Cumbre”,
en la Sierra Madre, atravesando los municipios de Palestina de los
Altos, San Antonio y San Pedro Sacatepéquez, y la aldea de “San
José Granados”. En Palestina de los Altos, se le une el río “Suj”;
y después de atravesar la aldea de “San Andrés Ixcolochil”, se
le une el río “Cancheguá”, el que también, al pasar por la aldea
“Chim”, desagua en el río “Naranjo”.
126 El Costumbro
El “Suj”, es un río que nace en el cerro “Veinte Palos” en la
Sierra de Sija. Y al pasar por Palestina de loa Altos ¡También
descarga sus aguas en el río “Naranjo”, dijiste vos! ¡Güevos,
mano; este descarga sus aguas en el río “Turbalá”!
“Cancheguá”, es otro río. Pero este, curiosamente, se forma cerca
de la aldea “San Rafael Sacatepéquez”; y después de pasar por la
aldea “San Isidro Ixcolochil”, también desagua en el río “Turbalá”.
Y espero no quedar mal, Pepes, al contarte, casi detalladamente,
la situación hídrica y topográfica de la zona. Pero lo hago así,
para que te des cuenta de que por agua, en estos olvidados parajes
¡No hay pedo!
— ¿Cómo vas a creer, mano? ¡Al contrario! Estoy muy
agradecido con vos, porque me estás dado una cátedra de
geografía nacional ¡Mejor que la que me enseñaron en la
escuela! ¡Y yo que creía que el único río de Guatemala era el
“Michatoya”!
¡Si es así me alegro mucho, Pepes! Entonces sigamos. Fijate
que el cauce de todos estos ríos, y la ubicación de las aldeas y
comunidades, casi que me las sé de memoria por tantas veces que
he tenido que llevar a los ingenieros a recorrer el área. Cuando
vamos me toca medir distancias, profundidades, desniveles,
potencial hídrico, densidá de poblaciones, ubicación de cantinas
¡Porque vaya si n les gusta el fresco a los cuates! Y otro montón
de cosas más. Y fijáte, vos Pepes —me dice Yu— que el área
de las Micro cuencas, dicen mis patrones que ellos la ubican en
la región fisiográfica conocida como “Tierras altas volcánicas”
¡Pero hay un gran pedo, vos! Yo no me explico por qué chingados,
si habiendo tanta agua, por tantos ríos que hay en la zona, hayan
tantas comunidades pasando penas porque no gozan del vital
líquido en sus viviendas ¡Yo no encuentro cuál es el hoyo, Pepes;
no lo encuentro! ¿Y vos?
— ¡Depende de cuál hoyo, mano; depende de cuál hoyo!
Y otra bosada que jode, vos —prosigue Yuri con una sonrisa—
es que los desagües de las municipalidades descargan sus aguas
Humberto Samayoa Godoy 163
Pues fijáte que, cinco años antes de naciera Idígoras Fuentes,
en 1524, en un paraje llamado “Llanos del Pinar”, al líder
de los quichés, Tecuncito, le habían dado chicharrón con
yuca, y con él ¡Con Tecuncito, pues; no con el chicharrón!
Se desvanecieron las esperanzas del pueblo maya quiché de
liberarse de la chingadera y del genocidio de los españoles.
El año anterior al nombramiento de Aj Pop O’ Batz, o sea,
en 1528, las huestes genocidas del Juan Rodríguez Cabrillo,
habían capturado, a puro güevo, a guerreros q’eqchíes
quienes, encendidos en patrio ardimiento, defendían su patria
y su hogar en la Sierra de Chamá. Uno de ellos, el más buzo,
logró escapar y contó la metida de yuca y los horrores a los
que eran sometidos en el trabajo minero y de la esclavitud a la
que estaban sometidos los integrantes de otras etnias.
Vino, del otro lado del charco, una cédula real, sellada y
firmada por Chali I de España y V de Alemania, en la cual se
le confería “Al Gobernador don Juan Aj Pop O’ Batz”, el poder
para que pudiera apresar españoles reos de algún delito”; o lo
equivalente en buen chapín ¡A meterles toda la estaca hasta donde
el Diablo perdió el poncho!
En vista de las atrocidades cometidas por los nenecos españoles
contra los defensores de la patria; los quekchíes y los pocomchíes
le pidieron al “Aj Jolomná”, que se trasladara a Chamil, lugar en
donde hoy está San Juan Chamelco, con el objetivo principal de
preparar la defensa del territorio.
¡Y a tiempo! Pues en 1530, un día en que todo estaba en calma,
pues como el Lobo Feroz estaba enfermo con “Chinkungunya”,
no andaba chingando a la Carepusita Roja, entonces, el tal Diego
de Alvarado, primo del Perucho, arremetió contra los poqomchíes
en la región de Tezulutlán ¡Pero sin éxito! Pues según él, iba a
agarrar pichones otra vez ¡Pero güevos chula! Y lo más divertido
de la babosada, es que en el año de 1531, según don Francisco
Paco Chico Pancho Vásquez, un cronista seráfico: “El Capitán
Diego de Alvarado volvió en abril, con sus escuadrones en no
muy gallardas circunstancias; y, desbaratado y destrozado, por las
guerras en servicio de su Majestá, esperó que los pocomchíes le
162 El Costumbro
le ponía atención a la cátedra de historia que, gratuitamente,
nos daba “Chocolate”. Decepcionados por la derrota, casi todos
venían dos que tres. Yo era el único que iba bueno, pues a mí no
me gusta tomar de esa porquería tan deliciosa; de manera que me
senté junto a “Chocolate”, para ver qué cosas nuevas me contaba.
— Voy a contarte algo que ignora el pueblo de Guatemala y que
ni las mismas autoridades de educación, casi que estoy seguro,
ignoran. Se trata de JUAN MATALBATZ; Gobernador
Vitalicio de la Provincia de la Vera Paz, cuyo nombre original
era AJ POP O’BATZ, el gran héroe nacional desconocido.
— Yo nunca he oído hablar de otro héroe nacional, más que de
Tecún Umán, o Tecuncito, como cariñosamente le decía su
mamá.
— Pues yo tampoco había oído hablar de él, sino es por mi Tata.
Y me dijo que en el parque de Cobán, hay una estatua de él
¡De Matalbatz pues, no de mi abuelo!
Fijate vos Pepes que, según le contó una viejita birrionda a mi
bisabuelo, dice que según las malas lenguas, la tradición oral que
cuenta el pueblo q’eqchi’, es que Aj Pop O’ Batz, nació en el año
1,500 en las montañas “Quaj Xac”, en terrenos que hoy pertenecen
a la finca “Guaxac”, del que hoy es el municipio de Tucurú, de Alta
Verapaz. Y, según apreciaciones del historiador Agustín Estrada
Monroy: El primer día del almanaque agrícola de los q’eqchi’ de
1529, el “Gran Consejo de todos los Señoríos y Cacicazgos de las
Verpaces”, ante el fuego sagrado de un tradicional ritual maya,
eligió arrolladoramente a Aj Pop Batz como el “Aj Jolomná”
de toda la “Tierra de Guerra”, designándolo como “Cacique de
Caciques”, por su prudencia, valentía y buen juicio, en la primera
década del siglo XVI.
— ¿Y eso de, “Aj Jolomná”, qué querrá decir, mano?
— Aj Jolomná significa “Pueblo Cabeza”.
— ¿Puta; ya debe de haber estado algo camagua el don, verdá
vos?
— ¡Pues no! Andaría pateando, a lo sumo, sus 18 vivarachos
años. Pero como te darás cuenta vos, que las razones de
tantos títulos y nombramientos, fueron más que entendibles.
Humberto Samayoa Godoy 127
de consumo en los ríos. Ahí van los desechos químicos de las
fábricas, los desechos líquidos y sólidos de los hospitales, y las
aguas negras con caca de la población. Entre estas, está el agua
de los inodoros donde se hace bish y popó, así como cualquier
agua shuca que salga del pueblo. Y todo esto naturalmente, y no
me dejarás mentir, va a dar ¡Al cauce de los ríos! Estos ríos, en
su mayoría, manejan más de 1,700 partes de “Coliformes” que las
permitidas para que el agua sea apta para el consumo humano;
así como más de 90 partes por millón de “E. Coli”, permitidas
para agua de uso potable de la mara. Todo esto que te explico es
¡Según los biólogos encargados del laboratorio!
— ¡Vos; y eso de “Coliformes” y “E. coli”! ¿Qué putas, mano?
¿Algunas verduras parientes de la coliflor con vitamina “E”?
—le pregunto a Yuri—.
— ¡Pues la mera verdá; es que no sé! Pero según oí; parece que
son unas bacterias o bacilos, que aparecen en la caca de los
seres humanos. Así dicen los biólogos del laboratorio. Y
como aquí la mara es mera chingona; aguantá mano que dicen
que el límite de coliformes fecales, es de cero ¡Fecales; quiere
decir popis, caca, popó, excremento, o mierda; por si no lo
sabías! Eso sí que está trompudo, pues según indicaciones,
hay que ponerse bien las pilas porque las aguas de los ríos
hace rato que están altamente contaminados de caca ¡Y hasta
el chongo!
— El rollo que yo veo —le digo a Yuri—. Es que aquí se
echaron una de caca y una de arena. Porque según dicen, los
coliformes que se encuentran en las aguas, por sí mismos, no
son nocivos pa la salú ¡Pero que los coliformes fecales, sí!
¡No entiendo!
— ¡Yo tampoco; pero vos agarrá onda, mano; y ya no te bañés
en el río!—me dice.
Otra cosa preocupante, Pepes; es que según los cuates que
te conté; dicen que las bacterias que pueden ser transmitidas
por el agua, son la Salmonella “Typhi”; la Salmonella “SPP”; la
“Vibrio Cholerae”, que hace vibrar a la cholera cuando uno se
acuesta con ella. Así también, la “Escherichia Coli”; la “Shigellae
Dysinteriae”, causantes de la fiebre tifoidea, la Salmonelosis, las
128 El Costumbro Humberto Samayoa Godoy 161

enfermedades gastrointestinales, la disentería o diarrea sangrante. Popoyá cakchiquel Ríos unidos

Y mucho ojo; porque cualquiera de estas causas puede provocar la
Siquinalá quiché Pájaro joven
muerte. Y finalmente, tenemos ¡“El Cólera”! ¡Puta, mano; cómo
no te va a dar cólera con tantas enfermedades, y sin medicinas en Tiquisate náhuatl A la orilla de cipreses
los hospitales!
Yupiltepeque pipil En el cerro del Dios Totec
Pero mirá pues, Pepes. Cómo chingados no se van a Lanquín quekchí Pueblo rodeado de paja
contaminar los ríos, si solo por poner un ejemplo, un periodista
Semuc Champey quekchí Donde el río desaparece
me contaba que los habitantes de “Candelaria Siquibal y “San
Antonio Chiquito”, en San Marcos, tiran la basura al cauce del Ipala quekchí Donde abundan las sillas con respaldo
río “Tacaná” ¡No te digo pues! Y que los cuates de Palestina
Conejo Ber... ¡Ay no; este no!
de los Altos, ya se pasearon en el bosque municipal, “La Cruz
del Cerezo”, pues tiran todos los días, a escasos metros del Huité náhuatl Medio camino*
pueblo ¡Docenas de toneladas de basura! ¡No hombre, muchá;
no jodan! ¿Y así quién va a querer ir al cerro a pasear? ¡Y menos PATRIA NUESTRA
con la familia! Pues con tanta porquería regada en el bosque
¡Ya no puede uno acostarse en cualquier lugar, a echarse un su “Caen las sombras nocturnales sobre la floresta guatemalteca.
“almuerzón perez” con la muñeca! La grisácea oscuridad que se extiende y se hace cada vez más
espesa, cual sigilosas pantera, va devorando la boscosa cordillera
— Vos Yuri ¿Y por qué habiendo tanta agua, hay tanto conflicto que se yergue sobre la extensa planicie del valle. Paisaje
por ella? sembrado de pasto y cultivos propios del agro Chapín. Los
— Porque fijáte vos que a veces, se da el fenómeno que en una colosos centinelas que se yerguen imponentes vestidos de luto y
comunidad no hay agua, pero cerca de allí se encuentra un plata, besan el firmamento en idílico coqueteo con la luna recién
manantial. Pero luego resulta que éste, está en una propiedad despierta por la temprana oscuridad, haciéndose acompañar de su
privada. Entonces por lo regular, el dueño nada baboso, vende séquito de titilantes luceros que, como luciérnagas, son testigos de
el agua según los litros que salgan por segundo del caudal. Y este marco de sublime belleza que nos obsequia la Madre Natura,
por tal motivo, se da el caso de que por un manantial puedan bañando con su plateada luz, los ranchos de nuestra Campiña, de
pedir entre diez mil, y ciento veinticinco mil morlacos. donde salen olorosas fumarolas que se elevan al cielo en humilde
— ¡Tan así, vos! ofrenda de gratitud, por la abundante cosecha recogida de este
— ¡Si...món! Muchos ya salieron de pobres por eso. suelo bendito de Guatemala”.
Hasta donde se sabe, el agua, vos bien lo sabés, Pepes; le sirve ************
a las municipalidades para hacer tanques públicos, para que la
gente de escasos recursos pueda ir a lavar su ropa, o bien, para Veníamos de regreso del lugar a donde habíamos ido a jugar
poner chorros en las calles a una distancia estratégica, para que basquetbol con el equipo de la Universidad Popular, y la mayoría
las personas a las que no les llega el agua a su casa, puedan ir de compañeros venía durmiendo. Habíamos perdido el juego.
a llenar sus tinajas al chorro. Pero cuando la municipalidad y Apenas tres puntos fue la diferencia ¡Pero perdimos! Ya nadie
el dueño del manantial, no se ponen de acuerdo en el precio del
mismo, entonces la gente, desesperada por el agua ¡Arman el * El río “Huité” divide la población en dos. Entonces están reconocidos: “Este
gran camote de siempre! lado” y “El otro lado” ¡Huitecos al fin!
160 El Costumbro Humberto Samayoa Godoy 129

Heredia”, antes “”Mancharén”. BÁRCENAS; aldea del municipio
de Villa Nueva, que toma su nombre por un españolete llamado
Manuel de La Bárcena. LAVARREDA; aldea del municipio de
Guatemala, cerca del puente “Las Vacas”, antiguamente paraje
“Los Encuentros” y toma su nombre del españolillo Héctor de
La Barreda. Y así, podríamos seguir con este nombrecidio ¡Pero
bueno; dejémoslo ahí!
— Fijate Yuri, que si mal no recuerdo, en la escuela ¡Cuando sí
le enseñaban a uno cosas positivas! nos decían “que el agua
no le pertenece a una persona, ni a dos, ni a mil, ni a nadie”.
Nos decían que “el agua es de todos; que el agua no tiene
precio; que el agua no se acapara, ni se vende ¡Se comparte!”.
Pero aquí, mano; los de la mara no comparten ¡Pero ni el
guaro!

Otra cosa que no acepta mi abuelo, muchá, es ¿Por qué Los días iban pasando. Cada vez que se presentaba la
ponerle nombre de santos a los pueblos indígenas? ¿Qué culpa oportunidá, yo acompañaba a Yuri en sus salidas de trabajo. Por
tienen ellos? ¡Los pueblos pues! “San no sé qué pisados, San no ese motivo conocí muchos lugares montañosos de occidente, en
sé quio’tra, San Po, San Buto, Santa no sé cuantos, Santa Quirina donde se planificaban las Micro cuencas. Me di cuenta de la
quian’dando sio’rina” ¿Saben ustedes cuanto municipios tienen miseria en que viven las personas de esos lugares; olvidados, no
nombre de santos y santas en Guatemala? Pues poray les va: de solo de las autoridades, sino que talvéz hasta de Dios ¿No será
338 municipios, 105 son “San” y 32 son “Santa” ¡Solo municipios; que son sus “Renglones Torcidos”? Es que ¡Viven a puro güevo,
aparte las aldeas! ¡Pero si tan RE BONITOS que son los nombre mano! ¡Si eso es vivir! Viven en una extrema pobreza, que ¡Ulu
mayas, muchá, por Dios! Vuelen matate, pues: grun! Y por eso mismo ¡Con una desnutrición crónica que da
miedo!
Panajachel cakchiquel Lugar de cañas y matasanos
Patzicía cakchiquel Perro de agua Cuando por motivos de cupo, yo no podía acompañar al
amigo en los viajes de chance, me quedaba en la humilde vivienda
Chajul ixil Joya sagrada platicando con don Teófilo y con doña Segis; como cariñosamente
Chajul quiché Ocote para alumbrar le decían a la mamá de Yuri; y aprovechaba la oportunidad para
inquietar con algunos requiebros a la prima de Yuri, quién llegaba
Chuimekená cakchiqquel Sobre el agua caliente ocasionalmente a ver a la familia.
Cotzal Ixil Vamos a tierra caliente
Yo me sentí la mera hilachigua con la tal prima, pues me daba
Sacapulas quiché Baños de vapor o Temascal cuenta de que cada vez que rozaba mi cuerpo con el de ella, se
Patzún cakchiquel Girasoles silvestres ponía algo cotorrona. Un día le pregunté a Yuri que cómo se
llamaba la prima, y me dijo que se llamaba Leovigilda Roxana
Balanyá cakchiquel Tigre de agua Escolástica Asunción del Pilar; pero que cariñosamente, le decían:
Nebaj ixil Lugar donde nace el agua Lacha ¡Guácatelas! Y es que por allá ponen unos nombrecitos
¡Que ja ja jay, tatita!
Palín pocomam Agua que está de pie
Raxruhá quekchí Aguas verdes Y como por arte de magia ¡O tal vez por el nombrecito sui
géneris de la damisela!, lo cierto es que se me enfrió el ganerío, y
Purulhá quekchí Agua que hierve empecé con cierta pena y disimulo, a rehuir de las oportunidades
Cahabón quekchí Lugar abundante en pinturas celestiales de encontrarme solo con ella. Y esto lo logré fácil, pues
afortunadamente para mí, Yuri salió de vacaciones del chance y
Patulul cakchiquel Donde abundan los zapotales
130 El Costumbro
casi siempre estábamos juntos. Entonces me entretenía oyendo
sus aventuras y las anécdotas que me contaba. Ciertas o no ¡Vaya
usté a saber! Lo que sí; es que me entretenía y me hacía olvidar
los problemas tristes de la vida; especialmente ¡Los problemas
que diariamente afrontan los jubilados como yo!
PATRIA NUESTRA
“Nuestra Patria es Guatemala. Y Guatemala es la tierra y es
el cielo. Son los ríos presurosos como el Michatoya y el Suchiate.
Caudalosos como el Usumacinta y el Motagua. De serena belleza,
como el Naranjo y el Río Dulce. Guatemala es el ocre de las
serranías de las Minas y el Merendón; los azules Cuchumatanes;
el egregio Tajumulco, cimero y desafiante; el viejo Hunapú,
histórico y perfecto”.
“Nuestra Patria son los lagos. Ópalos y esmeraldas, como el
Atitlán, en la región más verde de la primavera; el de Izabal, en el
trópico suave y deleitoso. Lagos y lagunas de nombres musicales
como Petén Itzá, Petexbatún, Ayarza y Atescatempa. Guatemala
son playas dilatadas y esplendorosas junto a bosques de manglares
como Tilapa, Tahuesco, Tecojate y Punta de Manabique”.
“Guatemala son los árboles. Los amorosos silbos del viento
en los pinares y cipresales. Alisos y encinos del altiplano. Es la
ceiba en el parque del pueblo, la que parece detener el cielo con
sus brazos inmensos. Es el cedro y la caoba, el palo blanco y el
matilisguate; el guayabo volador y el palo jiote; es el hormigo, el
árbol más musical del Universo”.
************
Un día lluvioso, en que por cierto, en la esquina de la casa
amaneció muerto un pobre chucho; le dio a Yuri por contarme
algunas cosas relacionadas con la Cultura maya y…
— Fijáte que “EL CONVITE” es un alegre y bullicioso baile
callejero amenizado por “enmascarados”, “encamisados” y
“fieros”. El rollo se trata de recaudar fondos para chingar
Humberto Samayoa Godoy 159
saber; si yo hasta ayer lo supe! Pues resulta de que este gringo,
fue el Legislador que redactó el Código Civil de Luisiana, Estados
Unidos, quien se llamaba, antes de morirse, Edwar Livingston;
pero ahora, parece que se llama Difunto ¿Y a todo esto; a
nosotros que chingados nos importa el Código Civil de Luisiana?
¿Háganme favor, muchá; en qué nos beneficia esa babosada?
¡En nimier! ¿Y saben quién fue el chistoso Jefe de Estado de
Guatemala que le cambió el nombre a La Buga, solo porque se
enculó con el apellido Livingston? Difícil de creerlo, may darlin
boys; pero fue ¡Marianito Gálvez!
— ¿Por qué no le devolverán su nombre original a Livingston?
¿Crees vos, mano; que con esas gracias de cambiar nombres a
los pueblos, sin previa consulta popular, una Universidá deba
llevar el nombre de un personaje que así lo hizo? ¡Universidá
Mariano Gálvez; será!
— ¡Mirá; aquí se vale de todo, mano; media vez no se demuestre
lo contrario!
MORAZÁN ¿Y éste qué...? ¡Les digo pues! Ahora; este
pueblo es un municipio. Se le conoció, en el período maya, con
el nombre quiché de “Tocoy Tzimá”, según el Título Real de
don Paco Izquín Nehaíb de 1,558; y está asentado en la Sierra
de “Las Minas”, en el departamento de El Progreso ¿Saben
ustedes quién fue Francisco Paco Chico Pancho Morazán? ¿Verdá
que no saben? Pues están y estarán, que este, fue un Generalillo
hondureño, que humilló al ejército de Guatemala y se güevió más
de 2,000 fusiles del mismo. Cuentan que ultrajó mujeres andando
en la borrachera y, además, les vendió, a unos comerciantes
franceses, varios edificios de Gobierno antes de salir huyendo,
cobardemente, hacia El Salvador. Total ¡Era re bonito el neneco!
¿Cómo es posible, dice la Carepusita Roja, que en “homenaje” a
él, le hayan quitado el nombre “Tocoy Tzimá” al municipio, y le
hayan puesto, “Morazán”? ¡Yo; por lo menos; no le encuentro el
chiste a la babosada! ¿Y usté?
FRAY BARTOLOMÉ DE LAS CASAS ¡Más extranjeros!
Éste; municipio de Alta Verapaz. ZARAGOZA; municipio
de Chimaltenango, “Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza de
158 El Costumbro
Pero no todo es de color de hormiga ¡No; que va! En el año
2,006, la esperanza para la gente de “Crique Chino”, es que les han
dicho que las preocupadas autoridades de gobierno, han inventado
un proyecto que está re bonito, y que beneficiará a la comunidá
hindú. Este chispazo es, ni nada más, ni nada menos que: “El
Museo de las Culturas de Livingston”; en donde, naturalmente,
estará representada la cultura hindú. “El proyecto está próximo a
ser inaugurado”, les dijeron.
Don Walder Véliz, de la comisión de Turismo dijo todo
emocionado:”Esperamos que el Museo esté listo para cuando
llegue el Gabinete Móvil de Gobierno, para que el Presidente
Óscar “Conejo” Berger, sepa de la presencia de los hindúes en
Guatemala”. Pero ¡Puta; m’ijo,..... todavía lo están esperando!
¡Nair!
Otra de las cosas que le sacaban caliche a mi Tata —nos
decía “Chocolate”— era que los españoles, sin asistirles ningún
derecho, le cambiaban el nombre maya original a los pueblos,
poniéndoles nombres de personajes, en su mayoría; nefastos para
nosotros; así como también, a plazas y monumentos ¿Ejemplos,
dicen?:
CIUDAD PEDRO DE ALVARADO ¿A cuenta de qué?
¿Qué buenos méritos hizo este genocida y nefasto personaje por
Guatemala? ¿No fue él el invasor; el genocida; que diz que vino
a “conquistar” esta tierra? ¿Ya se olvidaron que mató, decapitó
y masacró indígenas que, encendidos en patrio ardimiento,
defendían su patria y su hogar? ¿Ya se les olvidó que robó a su
sabor y antojo, todo lo que se puso en su camino? ¿Qué incendió
pueblos enteros? ¿Qué destruyó toda evidencia del pueblo maya?
¿Ya se olvidaron de que violó niñas hasta de 8 añitos de edad? ¿Ya
se olvidaron de que, de que, de que; que putas; ya se olvidaron de
todo? Mejor le hubieran dejado su original nombre, por ejemplo
a: “Paso del Pijije”. Nombre a lo chapín que tenía la aldea del
municipio de Moyuta, Jutiapa, en las riveras del río “Paz”, que
limita El Salvador con Guatemala.
LIVINGSTON ¡Háganme el favor, muchá! ¿Saben ustedes
quién pisados fue ese señor? ¿No saben, verdá? ¡Qué lo van a
Humberto Samayoa Godoy 131
la pita; y aprovechando la ocasión; los amigos que participan
en el baile se disfrazan de personajes misteriosos de la
cosmovisión maya y de personajes famosos de la comunidad.
Hay algunos pueblos de origen maya, —me decía Yuri— en
donde aun se celebra “El Convite”. Lo celebran cabalmente,
para su fiesta patronal. En Momostenango y Totonicapán, por
ejemplo, lo celebran en la primera quincena de Diciembre en
honor a las Vírgenes de Concepción y de Guadalupe. Con sus
máscaras y vestimentas de alegras coloridos, recorren las calles de
Momostenango desde hace poco más de cien años, según apunta
la tradición oral. Otro pueblo que no ha perdido sus costumbres
ancestrales, es San Juan el Obispo.
— ¡El hoyo te pellizco!
¿Pero sabés cuánto cuesta cada tacuchito de estos? —me
pregunta Yuri, con semblante serio, pero que ya se ríe— ¡Volale
matate, pues! Cada máscara cuesta dos mil billetes y el traje
completo vale cinco mil billetes. Además, hay que echar el colazón
perez a la cabecera de Quiché, a Mazatenango, o a San Francisco
El Alto, en Totonicapán, para encargar el tacuche. Pero el pedo
importante, es que hay que guardar el secreto de la vestimenta,
pues nadie debe de saber de qué vas a salir ¡O la cagaste!
“El Convite” sale a las calles como a las 9 de la mañana y
termina a las 7 de la noche, ya cuando la mara ya anda dos que
tres. El convite tiene 20 paradas obligadas durante el recorrido,
delante de las casas de los que tienen como tradición participar.
Cada hogar le paga doscientos cincuenta billetes a los personajes,
para que bailen dos piezas acompañados con marimba, frente a
su casa. Al terminar el convite, en el Salón Municipal se da el
“descubrimiento”, o sea, que todos se quitan las máscaras para
que el público, en medio de un alegre relajo, sepa quién es cada
personaje.
— ¡Ha de ser muy alegre!
— ¡Ya te podés imaginar! Y así, termina la celebración en medio
de risas y aplausos del público, que es el único premio que
132 El Costumbro
reciben los artistas ¡Por lo menos en mi querida patria! por
salir a las calles cada año a bailar, para divertir a la gente.
— ¿Pan y circo, dirías vos?
¡Yo diría que sí! Y para que echés pan en tu matate y por si
te interesa; los convites que aun se llevan a cabo en Guatemala,
contra viento y marea; son los de Sipacapa, Santa Cruz, Santo
Tomás Chiché, Chichicastenango, Sumpango, San Francisco El
Alto, y el de Villa Nueva.
Según algunos historiadores; los bailes de Guatemala de
origen prehispánico, son los de “La Culebra”, “El Venado”, “El
baile de los Güegüechos”, y “El Rabinal Achí”. Y los bailes de
origen hispánico, son las danzas de “Los Toritos”, “Los Diablos”,
“La Conquista”, “Moros y Cristianos”, “Danza de Flores”, “Baile
de Gigantes”, “Los Mexicanos”, y algunos otros que no se por
qué motivo, razón, causa, o circunstancia, no se han tomado en
cuenta; me dice Yuri.
Otra tradición maya que te voy a contar, antes de que aparezca
mi prima Lacha, es “LA PEDIDA”. Por ejemplo, en San Sebastián
y en San Rafael Petzal, municipios de Huehuetenango, el novio
le tiene que pagar a los papás de la novia, entre mil y cinco mil
billetes, para poder contraer matrimonio con la chava; o sea, según
apreciaciones recabadas por la Carepusista Roja; es que ese pisto
avala la legalización del coito y la quitada de calzón de la chava.
En algunos pueblos mayas de occidente, aun se conservan
varias costumbres en relación a la unión conyugal, que es cuando
uno va hacer “dia’quello”. Por allá consideran un rito casarse
entre los 13 y 15 años ¡Puchis; a ese edad todavía no se ha
pelechado! ¿Verdá vos? Aquí sí que está jodida la babosada para
las chavitas, mano; pues a la mujer que llega a los 18 años y no
tiene quien le haga “dia’quello”, la consideran una mujer “vieja”
¡Ya quisiera yo una mi vieja de 18 años de por allá! ¡Ah, chulada!
Pero lo que más llama la atención de esta babosada en las
comunidades, es el pago que el hombre tiene que hace para
convertir a una mujer en su esposa. Este “fenómeno”, dicen que
Humberto Samayoa Godoy 157
estas personas olvidadas por todos los gobiernos, habidos y por
haber; es del respeto, la confianza y la convivencia que, con ellos,
mantienen los habitantes de las aldeas circunvecinas.
Algunos dicen que los hindúes, “son morenos, pero de un
moreno distinto a los afrocaribeños”; pues éstos, dicen; “son
morenos caimito, tirando a ratón tierno”. Otros dicen que “hay
planes para la revalorización de sus raíces culturales ¡Chátelos!
los que son perceptibles en algunos aspectos diarios, como la
trama y la forma de educar a sus hijo” ¿Y cómo putas no los van a
educar ellos, si ahí no hay “covachas” de las llamadas escuelas; ni
escritorios, ni pizarrones, ni cuadernos, ni agua, ni luz, ni servicio
solitario para hacer popó y caca, ni mingitorio para hacer bish
y pipí ¡Puta; no hay ni maestro! ¿Entonces; cómo no los van a
educar ellos? —En este caso particular, vale mucho la experiencia,
aunque empírica, de los ancianos hindues—.
Los hindúes de Livingston, originalmente “La Buga”,
conforme se adaptaban a la comunidá, poco a poco fueron
pasando desapercibidos; o sea, que los fueron aceptando. Dice
un señor que apellidase Aldana, que “la presencia de los hindu-
guatemaltecos en el país, es casi desconocida para la mayoría de
la población —¡Yo diría que para toda!— Y lo más yuca del
camote, es que el grupo “se encuentra excluido dentro del marco
de los Acuerdos de Paz” ¿Racismo? ¡Pero bueno! Como diría La
Siguanaba: “¡Al fin y al cabo, los Acuerdos de Paz pueden ser RE
BONITOS, pero no sirven ni pa limpiarse la máquina tira pedos!”.
Los habitantes de la aldea “Crique Chino” quieren ser
valorados y reconocidos ¡Para que ya no les den atol con un dedo!
En una oportunidad, contó una señora, como para taparle el ojo
al macho, les llevaron cine, pero no hubo función pues ¡No hay
electricidá! Y es que ¡No hay nada, muchá; no hay nada! La gente
pide a gritos una escuela de secundaria permanente; pues no solo
había una, aunque toda desvencijada y toda hecha ya saben qué,
sino que para colmo de males ¡La cerraron! Y lo yuca es que, si
un chavo estudiante de Livingston, quiere estudiar la secundaria,
tiene que ir, en lancha o nadando, hasta Puerto Barrios; según dice
un señor Colman, pescador artesanal de ascendencia hindú.
156 El Costumbro
A estas personas que traían de la India, las catalogaban como
“obreros bastante activos” —¿Puta; cómo no iban a ser activos, si
al que tantito güevoniaba, lo mataban a puro morongazo limpio?—
Estas personas eran identificadas como “Coolies”; pero según
dice el Presidente de la Cámara de Comercio Guatemala-India,
“Los actuales habitantes hindúes de Livingston no son coolies,
puesto que esa palabra definía a esclavos o trabajadores forzados;
cosa que ellos no son en la actualidad”. Pero dice la Carepusita
Roja: ¿Pero de qué sirve que no sean coolies, si aquí son tratados
peor que si lo fueran?
La miserable aldea se llama “Crique Chino” ¿Cómo no va a
ser miserable, si ahí no hay ni mierda? En ella ¡La aldea pues!
hasta hoy, conviven, pacíficamente, entre garífunas, ladinos,
quekchíes, y gentes de otras nacionalidades, que se han quedado
a vivir en esa parte de Guatemala, más o menitos, unas 80
familias formadas por unas 600 personas. Sus habitantes viven
de la agricultura y de la pesca; y como dice Walter Véliz, “Ellos
mantienen su identidá, a pesar de que han dejado atrás algunos
elementos, como la indumentaria y la religión”. Unos van a la
iglesia católica; algunos a la iglesia del Séptimo Día; y otros
¡También!
— ¡Puchis! ¿Quién lo entiende, abuelo; primero, que son hidues;
y ahora, que son chinos?
— ¡No seas mula, caballo! Crique, en hindú, significa río. Lo
que pasa es que cuando vinieron nuestros antepasados, en
esa parte de la selva donde se asentaron, había varios ríos;
en los cuales, en las riveras, habitaban personas de diferentes
nacionalidades. Nuestros ancestros se ubicaron cerca de la
aldea de los chinos. De ahí, para ubicarnos; pues el nombre
de “Crique Chino”, significa, “en el río, al lado de los chinos”.
A partir de 1,980, para evitar problemas genéticos que podría
causar un incesto, y que los muchachitos pudieran salir con cara de
policías; los descendientes hindúes le tuvieron que hacer güevos
al camote, y se yuxtapusieron con ladinos, garífunas y quekchíes;
perdiéndose así, los rasgos faciales que los caracterizaban y que
fueron conservados durante décadas. Y lo que sí reconocen
Humberto Samayoa Godoy 133
“puede ser la forma simbólica de una transacción económica,
entre dos grupos que se vinculan por el matrimonio de uno de
sus miembros”. Si te das cuenta, Pepes; eso es como decir: “yo
te doy este bien económico”, y vos me das, a cambio “¡Un bien
puyable!” ¿O cómo lo interpretás, vos?
— ¡Pues yo lo interpretaría.....!
...Cuando el papá controla que su chavito empieza a pelechar,
—sigue Yuri sin hacerme caso— le dice: “¡Luchá por comprar tu
mujer, m’ijo; luchá por tu chamarra pedorra! ¡Hacéle yemas al
camote tierno! ¡No vaya ser que se te oxide la babosada y se te
caiga!”. El pago que se hace por la traidita, es en el día de “La
Pedida”, que es 15 días antes del matrimonio, o “unión de hecho”,
como le llaman porai; y no se le conoce con un nombre específico,
sino que simple y sencillamente, se dice que es, “El Costumbro”;
que es ,“El Concierto”. “Esta cantidad, es como una recompensa
por la crianza de la patoja”, dicen los ancianos. Antes, cuando
Nerón era joven; los padres eran los encargados de buscarle mujer
al hijo ¡Puchica! ¿Y si a uno no le gustaba la chava, mano? ¿Así
como a vos, verdá Pepes?
— ¡Puta; y a mí por qué, vos!
— ¡Porque no le hiciste yemas a mi prima, solo porque no te
gustó el nombrecito! ¡Maricón!
— ¡Lo que pasa es que soy hombre casado; y soy muy respetuoso,
mano!
¡Ahh; buena vos! ¿Por qué no lavás mi calzoncillo y te tomás
el agua? Pues como te decía; parece que a principios de 1,960, se
conseguía una chava por unos diez o veinticinco billetes; pasadito
1,980, ya costaban entre doscientos y quinientos billetes. Pero hoy
si que se les fue la baranda. Mirá; yo entiendo que así como los
gobernantes no tienen ningún derecho de regalar la Soberanía; los
papás no tienen ningún derecho de vender a las hijas. Controlá
los clavos que se dan. CLAVO: el papá de la novia le regala al
yerno unas cuerdas de tierra, para que tenga donde sembrar, y
no se ande sembrando solo a su hija; así como también, le regala
unos caballos, vacas, ovejas, o unos bueyes. CLAVÓN: que ha
134 El Costumbro
habido un elemento que ha venido chingando hace rato, y ha hecho
cambiar algo estas sanas costumbres. Primero, la iglesia católica;
que le dice a la pareja que no hay que hacer “dia’quello” antes de
casarse. Está bien; pero ¿Y si uno quiere? ¿Y si la chava también
quiere; qué? Segundo; que la iglesia evangélica ha dispuesto que
no hay que darle pisto a los suegros por la novia, sino que mejor
se le dé al Pastor, para que él se encargue de orar por el nuevo
matrimonio ¡Estos sí que salieron buenos, vaá! Y, CLAVADA:
¡Clavada la que llevan cuando se casan sin pisto!
Lo triste de estas niñas, Pepes; es que a la larga, se ve que no
han tenido una infancia como debe de ser. Estas hembritas, estoy
casi seguro que nunca han jugado “tenta” ¡Solo las han tentado a
ellas! Nunca han jugado “disconecta”, ni de comidita, ni “yax”,
ni “arranca cebolla”, ni “tuero”; ni han jugado “¿Qué quería su
Señoría, mata tero, tero la?”. Menos “Vamos a la vuelta, del Toro
toro gil”. Nunca han tenido una muñequita “Barby”, nunca han
jugado “Pispicigaña, matemos la araña”, ni “chiviri cuarta”. No
han jugado de Cenicienta, de Blanca Nieves, ni de Carepusita Roja
¡Queeee; onde, digo yo! Si su infancia la pasan solo trabajando y
criando ¡Triste realidad!
Y también, por otro lado, podés ver cuerpecitos menudos
de niñas, cargando a unas niñitas. La niña tendrá a lo sumo,
13 o 14 años. Entonces pensás: “¡Pobrecita, tan chiquita y tiene
que cargar a su hermanita!”. ¡Pero... güevos, mano! ¡No es su
hermanita; es su hija! ¡Sí; es su hija! ¡Pero si aun no ha pelechado,
dirás vos! ¿Y con qué pechos le va a dar de mamar a la famélica
criatura? Puta; pero si los pechos de la mamá, apenas son del
tamaño de un huevo ¡Sí; pero de un huevo estrellado! Y es de ahí,
precisamente, de donde viene la pregunta del Millón. Hagamos
el supositorio de que por su corta edad, estas niñas aun no tengan
leche en sus aplanados pechitos. Y entonces ¿Quién jodidos le va
dar de mamar a la criatura, si sus pechitos, en lugar de dar leche,
dan lástima? ¡Eh! ¿Quién putas, decime?....
— ¡Yoooo! ¡El Chapulínnn Colorado! ¡No contaban con mi...!
...Lo irónico de estas menores; continuó Yuri, sin hacer caso
de mi tonta imprudencia; es que al casarse a tan temprana edad,
Humberto Samayoa Godoy 155
imaginaban la clavada de yuca que les esperaba aquí ¡Y eso que
no habían buses rojos, ni P.M.T.!
Con el tiempo y un ganchito, se los empezó a llevar candanga,
pues tanto el gobierno de aquí como el de allá, se hicieron los locos
y los dejaron prácticamente a la deriva ¡En el olvido! La mala
administración de la Corona Belga hizo que la colonia tronara a
sapo en 1,853. Unos se quedaron a vivir en Guatemala; los que
tenían 15 len para el pasaje, regresaron en barco a su país; los que
no tenían ni un len, se fueron nadando. La mayoría murió; y en
Santo Tomás de Castilla, se encuentra un monumento construido
en 1,959, en su memoria. Algunos se adentraron en la cuenca del
río “Polochic”, desde Panzós hasta El Estor.
Nos contaba Chocolate”, que su bisabuelito, con eso de que
era más birriondo que mi especial amigo Rafa “Chaquetía”;
tuvo un su ataque de celos que le provocó un tremendo bajón
de ánimo, al extremo que cayó en cama. En esa etapa, que
significó la postrimería de su longeva vida, aun le sobro un cacho
de espíritu para contarle a sus nietos algo sobre otros extranjeros
que arribaron, casi siempre para su mala suerte, a estas benditas
palmafricanizadas y mineralizadas tierras del devaluado quetzal.
Fíjense mis hijos, —empezó el viejito, al tiempo que pedía la
bacinica porque ya se hacía de “aquello”— que si ustedes visitan
Livingston, encontrarán, sobre las riveras del río “Dulce”, a unos
dos kilómetros más parallacito de casco urbano, unas humildes
chozas construidas con caña y palma, en donde viven ¡En un
abandono total! familias de descendientes hindúes, quienes
arriesgaron sus vidas, huyendo de las colonias de esclavos que
los ingleses tenían en Guyana, Trinidad y Jamaica.
Estas personas ignoran la ruta por donde trajeron, desde Asia,
a sus antepasados. Pero que según parece, quien quita quien sabe,
pero a lo mejor es cierto, que a los primeros esclavos los trajeron
a Belice poray merito por 1,860, y algunos, ingenuamente,
pensando que les iba a ir re bonito, como diría ya saben quien, se
vinieron para Guatemala donde les ha ido de la patada.
154 El Costumbro
no hacer nada, no tenía ni mierda que hacer; se le ocurrió, ya
medio sonado, hacer unas colonias administradas por su Corona
en el continente recién invadido por los españoles. Entonces, su
cabecita loca recordó lo que le había contado la Carepusita Roja,
cuando bailaron reguetón en la fiesta de su Primera Comunión:
“Fíjate Polito, que después de su independencia, Guatemala
facilitó la inmigración extranjera, pues sus tontos gobernantes;
los que todavía creen que porque el zope caga blanco, es porque
toma leche; “consideran que los aportes extranjeros harán crecer
al país” ¡Te digo, pues vos! “Entonzez, zi zoiz buzo, tu objetivo
tiene que zer Guatemala ¡Coño!”.
Lo que no le dijeron al Rey Polito I, era que después de tres
largos y fructíferos siglos de colonialismo español, estos habían
dejado al país sin la infraestructura esencial para su desarrollo; y
que las riquezas naturales ¡Ze laz habían güeviado loz ezpañolez!
Y que para estimular a otros países, el gobierno les dio carreta de
que les otorgaría diversas facultades con tal de que sus empresas
vinieran a asentarse al territorio que escogieran ¡Te digo, pues
mano!
“Los empresarios —dice en un libro— o colonizadores;
percibían a cambio, diversos privilegios y exenciones especiales;
además, un terreno que debían ocupar y cultivar por ocho años,
y el derecho adicional de obtener, después de ese período, otros
terrenos baldíos” ¡Candil de la calle!
Según contaba la mamá del abuelito de “Chocolate”, porai
por marzo de 1,843, salieron de Bélgica cuatro goletas y, según
las malas lenguas, después de cambiar llantas varias veces, por
fin llegaron a Santo Tomás de Castilla, con 59 belgas; o sea, que
vinieron solo hombres ¿O no?
A estos cuates, según los Anales del Chapulín Colorado, se
los llevo la chinilaria, pues encontrándose en el mero trópico de
Izabal, empezaron a padecer de un titipuchal de enfermedades
tropicales que estaban de moda en aquella época, tales como el
paludismo, el vómito negro, la tuberculosis, el sida, el ébola y la
chinkungunya. Pobrecitos; tan contentos que venían; pero no se
Humberto Samayoa Godoy 135
desperdician las pocas oportunidades de superación que puedan
tener, ya que dejan de asistir a la escuela. Y al dedicarse a hacer
“dia’quello”, a tan temprana edad; a los 16 años ¡Ya tendrán dos
hijos, y la escopeta cargada! Decía un asesor extranjero que
no era de aquí; “que por andar jugando “capirucho”, las niñas
cortan la oportunidad de desarrollo, porque a puro tubo tienen que
atender el hogar, y tienen que trabajar para poder vivir. Pero para
estos pueblos, por lo visto, ese problema ¡No es problema! ¡Es el
costumbro”!
Y según, uno de los clavos de este fenómeno, es la extrema
pobreza en que viven, ya que los padres de familia, no tienen
recursos económicos para pagar las “mordidas” de inscripción que
cobran en las escuelas públicas; ni mucho menos, para comprar
el tanatal de cuadernos tan caros que piden, los que la mayoría,
en resumidas cuentas, solo sirve de papel palín ¡Palin... piarse el
asterisco.com! De modo que; o se casan lueguito, antes de que se
les oxide la babosada; o... ¡A choleriar en alguna casa particular!
Casa en n donde, lo más seguro ¡Es que la embarace el hijo de
papi! O, en su defecto; que la embarace el rimbombante chofer
de la familia; quien por alguna misteriosa, e inexplicable razón
¡Puta; también es hijo de papi!
Los varoncitos ¡La misma mica, con la misma montura! Estas
famélicas criaturas ¡Puta! ¿Con la desnutrición crónica que se
mandan, como jodidos no van a estar famélicos? A estos niños,
es pecado obligarlos a tener alguna responsabilidad; no solo por
su corta edad, sino que por su ignorancia escolar. Y con esos
cuerpecitos endebles que se manejan, es imposible que puedan
desempeñar trabajos pesados; peor si aun no han pelechado.
Tampoco pueden responder, digo yo, a las obligaciones,
requerimientos y acrobacias que exige ¡La Luna de Miel! ¡Ay no!
A estos pequeños niños, hechos hombres prematuramente; no
se les ha permitido disfrutar; por algún motivo, causa, razón, o
circunstancias misteriosas e inexplicables de la vida; por ejemplo:
¡A jugar pelota! Y si no han volado barrilete ¡Menos van a volar
matate! No han jugado de carritos, ni de avioncitos. No han
jugado trompo, yoyo, chajalé, cincos, zancos, ni capirucho. Pero
136 El Costumbro
por otro lado; ves niños picando piedra con cincel y martillo,
para hacer piedrín; niños arriesgando la vida, haciendo cohetillos
y canchinflines; otros, sacando basura sin ninguna protección
contra las infecciones. Niños cargando grandes bultos en los
mercados; niños vendiendo chicles, chocolates y pastillas en
las camionetas. También se pueden ver en las esquinas donde
hay semáforos, niños echándose gas en la boca, para lanzar una
llamarada de fuego, haciéndose mierda la garganta. También se
encuentra niños lavando y cuidando carros. Todo esto y más; por
la necesidad de ganarse unos pinches lenes, los que, abusiva y
despectivamente, les tiran al suelo algunas malas personas y….
— ¡Yo diría que.....!
...También está “LA CARRERA DE LA MUERTE” —sigue
contándome Yuri— conocida como la “Carrera de las Ánimas”,
o “Juego de Gallos”. Esta babosada, más que todo, creo yo que
es un evento cultural maya que divierte mucho a la gente; donde
los que participan pone en riesgo el pellejo ¡Ni modo! pues toda
la mara de corredores que participan, lo hacen ¡Bien sonados!
Y en completo estado de ebriedad; o como quien dice, “dos
que tres”; con los caballos bien enfurecidos quien sabe por qué
razón y ataviados con un vistoso y colorido vestuario, que incluye
un sombrero adornado con plumas; los paisanos de Todos Santos
Cuchumatán en Huehuetenango; no solo arman un solo relajo
en la feria titular celebra del 23 de Octubre al 3 de Noviembre
de cada año; sino que no conformes con eso, también colaboran
ceremonialmente en el ritual denominado “Juego de gallos”, o
“Carrera de las ánimas”. Pero estos jueguitos, ahí donde te los ves
tan chileros; son tan impredecibles; que si tantito se babosean los
cuates ¡Se pueden ir con pancho!
Con nueve días de anticipación, —continua mi amigo—
los intrépidos competidores se preparan espiritual, física, y
alcohólicamente, para tan loca odisea. Y a manera de despedida;
la noche anterior al 1 de Noviembre; le ofrendan, por aquello de
las moscas, una fiesta a la Madre Tierra, porque no vaya ser el
Diablo que no sobrevivan a tan insólita carrera. Y como te decía,
Humberto Samayoa Godoy 153
la producción de café del departamento de Alta Verapaz, era de
ellos.
Además; decía el abuelo de “Chocolate”; que la mera
babosada que atraía a los nazis a las verapaces, fue “la ambición
de hacer pisto fácil y rápido, dado que el Gobierno les daba unas
facilidades de la chingada, comparadas con el trato pura mierda
que otorgaba a los propios paisanos”. Y la otra metida de dedo
pulgar, fue: “la Ley de Inmigración de 1,879”, que les facilitó las
babosadas; ya que esto fue “para regular y definir los derechos de
los extranjeros en Guatemala”, en los cuales, “se les prometían
concesiones”. Así mismo; les daban un combo gratis que incluía:
“un título de tierras baldías, las cuales, eran propiedades que
habían sido expropiadas a los indígenas” ¿Linda la flor de ayote,
verdá muchá?
Hay una babosada que reza: “No hay que morder la mano
que nos da de comer”. Pero estos seres inferiores, en medio de
que eran algo reguliche pal chance, mordían cualquier mierda que
encontraban en su camino, que oliera a pisto. Estos engendros
del Demonio y de Hitler, “ejercieron poder y opresión sobre la
población del lugar, para poder hacer fichas”. Algunos opinaban
que “los indígenas y ladinos eran malcriados, falsos y tontos”.
Pero se vanagloriaban al decir que, “Guatemala era su segunda
patria” ¡Puta; menos mal que no armaron otro Holocausto!
Eran unas enormes fincas de café ¡Enormes en tamaño, y
enormes en producción! Cada finca con más de 300 trabajadores
no asalariados ¡Igualito que hoy! Y cuando los alemanes fueron
expulsados de Guatemala, las fincas pasaron a manos del
Gobierno; y como desde entonces, ya se hacía mano de mono,
las producciones de café empezaron a venirse a pique, hasta que
tronaron a sapo y ¡Adiós fincas!
Otros chavos que vinieron muy contentos del otro lado del
charco, y se asentaron en Santo Tomás de Castilla formando una
colonia, fueron los belgas.
Resulta de que al Rey Leopoldo I de Bélgica; Polito, como
cariñosamente le decía su mamá; dicen que; como aparte de
152 El Costumbro
la mayoría de garífunas propietarios de las tierras adjudicadas,
fueron desalojados por el ejército ¿Por qué? Además, en 1,996,
se supone que se firmaron los Acuerdos de Paz; que les dicen; y,
por consiguiente; a los garífunas se les inscribió en “la tenencia
consuetudinaria del derecho a tierras”. Pero irónicamente, a pesar
que diz que se respetan esas babosadas ¡Las mejores tierras de
las que fueron desalojados, están en manos de extranjeros! ¿Y
ellos qué? ¡Bien gracias; poray; comiendo mierda como es el
costumbro!
Hubo varias salidas en que nos acompañó ¨”Chocolate”.
Y en cada una de ellas nos contaba historias, increíbles para
nosotros, que ni en la escuela, ni en el Minis nosequé de Educa
nosequépisados, creo que las saben.
El abuelo del amigo, le contaba que en el siglo XIX llegaron
a las verapaces muchos inmigrantes alemanes quienes, de alguna
u otra forma han dejado su huella en esa región, por medio de sus
costumbres, su infraestructura y su cultura.
Los alemanes, nazis, o chelones, como les decían los de la
mara Salvatrucha; que vinieron pelechando a estas benditas tierras;
y cuando les entró el ganerío de hacer dia’quello, no les quedó
más remedio que formar una familia con una chava queqchí. Pero
¡Siempre hay un pero! Pero como unos eran meros retrecheros,
y otros eran discriminadores recalcitrantes; entonces, un gran
porcentaje de ellos, mandaron a traer una su ruca a Alemania.
Pero estos últimos, poco después, se arrepintieron cuando se
dieron cuenta de que las merengues ¡No se meneaban, como es el
costumbro aquí!
A los alemanes; dice una señora que vende chicles, chocolates
y pastillas en el tren; que lo que los atrajo a las verapaces de
chapinlandia fue, especialmente, el natural aislamiento de la
zona, para que nadie viera la clavada que le iban a dar a los
indígenas. Además; su inigualable clima templado, su suelo fértil,
y las posibilidades de poder desarrollarse agrícola, comercial y
sexualmente. En lo agrícola, les fue mejor que matar judíos en
el Holocausto, pues en 1,890, más de las dos terceras parte de
Humberto Samayoa Godoy 137
vos Pepes; los jinetes empiezan la carrea bien “sonados”, a las seis
de la mañana; y la actividad la suspenden un cacho al medio día,
para que la mara de corredores se vuelen su trama y se echen un su
“Boj Weiser”, o una su “Cusha Light”. Como a las dos de la tarde,
estando un poquito más “sholones” que antes; siguen trastumbando
alegremente en el emotivo jueguito, el cual finaliza entre gritos,
abrazos, apretones de mano, somatones, risas, y cansancio, a la
seis de la tarde en punto; que es cuando los personajes ya no creen
en la paz de los difuntos, ni en la cruz del sapo, ni en la flor de
ayote, ni en el ofrecimiento de los candidatos y ya no saben ni de
qué color es el caballo blanco de “La Llorona”.
Por orden de los cuates encargados del evento; la pista la
circulan con reglas de madera, para evitar lamentables accidentes
con los vecinos y con los turistas que llegan a volarle lente a la
babosada. El camote, consiste en correr a caballo de un extremo
a otro de la improvisada pista. Pero hay que aclarar que esta
actividad hípica no es una competencia, sino que solo es una
amistosa y tradicional participación ¡Aquí no importa quién gane,
ni quién pierda, ni quién se mate! Los cuates se visten con sus
mejores tacuches típicos ¡Sá nigua! bordados con finos broqueles,
cintas de colores, y el tradicional sombrero, adornado con vistosas
plumas. Y toda esta vestimenta; me dice Yuri; después que termina
el evento ¡Termina todo hecho mierda!
Dicen que cuando inventaron tan espectacular actividad, se
pagaban cuatro billetes al día por el alquiler de un caballo. Pero
hoy, con eso de los harinazos, los abucheos, la Huelga de Dolores,
el alto costo de la vida, la Ley Monsanto, La Línea, el clavo del río
“La Pasión”, los Cucuruchos, y la campaña anticipada; el precio
es de tres mil varas diarias por caballo.
— ¡Puta; yo por caballo los pagaría, Yuri!
Pero los jinetes, cuando ya están bien aver... gonzados ¡Sí
los pagan! —dice Yuri—. Y cuando unos ya están bien bolos,
algunos bien a matraca, otros algo a pichinga, y los Alcohólicos
Anónimos, en completo estado etílico; se lanzan a la pista para
demostrar las hípicas habilidades con que logran mantenerse
138 El Costumbro
“ensimismados” sobre el caballo. Para esto se utiliza una pista
de aproximadamente unos 800 metros de largo, por 12 de ancho,
mejor si se encuentra en una de las principales calles de tierra
dentro del pueblo, y que el terreno esté en óptimas condiciones
para llevar a cabo tan espectacular y tradicional evento.
Dicen las malas lenguas que, según la tradición; “cuando
algún jinete se cae del caballo durante la carrera ¡Es un mula!
Pero si se muere; o sea; que si se va con pancho del tamalazo que
se da cuando se cae del caballo; eso es señal de que el cuate tendrá
un buen año, con mucha abundancia en la agricultura; también es
señal de que tendrá menos enfermedades y que, económicamente,
va a tener más pisto”. Pero como dice la mara; ya muerto ¿Pa qué
chingados quiere la vida? ¿No te parece?
Y no cabe duda de que estas actividades ancestrales, son parte
de su cultura ¡Es el Costumbro de mi pueblo! Pues fijate mano;
que cuentan unas viejitas de esas que se mantienen solo zampadas
en la iglesia, que en la antigüedad; 13 guías mayas, o 13 alcaldes
rezadores; volaban pata en romería desde Totonicapán durante los
ocho días antes del Día de los Santos y llegaban, la noche previa al
Fiambre del primero de Noviembre, a Todos Santos Cuchumatán.
Ya te podés imaginar vos Pepes, que ocho días aquellos; pues
cabalmente, caminaban en la mera época del frío, subiendo los
Cuchumatanes.
Al “Juego de gallos” se le conoce así, porque estos ¡Los gallos
pues! eran colgados al final de la pista, para que en cada vuelta
que dieran ¡Los jinetes pues! trataran de arrancarles la cabeza ¡A
los gallos, pues; no a los jinetes! como ofrenda de sangre a los
Dioses.
— ¡Cierto, Yuri! —intervine—. Yo vi este rollo en la feria de San
Ildefonso Ixtahuacán, Huehuetenango, en una oportunidad en
que fui con mi gran amigo, el profesor Oscar Villatoro, quién
precisamente, era de allí. En esta oportunidad, en lugar de
gallo, colgaron un pato; y los jinetes trataban de quitarle la
cabeza cada vez que pasaban montados a caballo. Algunos
terminaban con la mano derecha despedazada, pues la parte
Humberto Samayoa Godoy 151
Cuenta mi abuelo que los primeros garífunas que vinieron
a Guatemala, entraron al territorio por la Bahía de Amatique en
1,802, liderados por Marcos Sánchez Díaz, alias “Tata Marcos”.
Éste, dice la tradición oral, era un importante Sacerdote y un
médico curandero. Hay quienes afirman que “Tata Marcos” vivió
132 años, lo que indica que los garífunas son longevos….
— ¿Vos “Chocolate”; los longevos son los que tienen larga la
babosada?
...pero lo que sí se desconoce, fue cuantos africanos vinieron
a América, pues en esa época se les compraba por tonelada y
así no se podían contar pues...
— Ya me imagino a las doñas en un día de mercado, comprando
una tonelada de negros de los más alentaditos.
...pero, según análisis de la Carepusita Roja, en 350 años
entraron, más o menos, unos 15 millones de esclavos,
provenientes la mayoría, de los países africanos de la costa
atlántica, como Angola, El Congo, Camerún, Nigeria, Biafra,
Costa de Marfil, y otros países costeros en donde caían en la
redada: hombres, mujeres, ancianos, mujeres embarazadas y
niños. Hay que hacer notar, dice mi abuelo; que los encargados
de agarrar a los negros para esclavizarlos, fueron los Curas ¿Y
saben ustedes, muchá, quienes remaban? ¡Güevos; ellos no;
queeeee! ¡Los negros muchá; los negros; sí; ellos! ¡Hombres,
mujeres, niños, ancianos; mujeres embarazadas con la cirimba
que ya les reventaba! Y si estas, por el esfuerzo de la remada
abortaban ¡Tiraban a la criatura al mar, para almuerzo de los
tiburones!
— ¡Eso si que no te lo creo vos! ¿Los Curas? ¿Los Curas tiraban
al mar a las criaturas?
¡Pues sí; yunque tú no lo creas! Y para terminar, pues ya
estamos llegando a nuestro destino, les cuento que en 1,799, los
garífunas estuvieron al servicio de la Corona Española, en contra
de los ingleses. Por tal motivo, en 1,813, les dieron tierras en
Livingston en pago de sus acciones militares a favor del Reino de
Guatemala —terminó contando “Chocolate”—.
Ahora, 55 años más tarde de este relato; podemos darnos
cuenta que durante el conflicto armado interno, que le dicen,
150 El Costumbro
en Brasil. A los negros no les quedó más remedio que hacerle
güevos al camote, y adoptaron el costumbro de los caribes.
Entonces, según los Anales de la traidita del fisiquín Lobo
Feroz; la Carepusita Roja; los africanos que llegaron a la
isla de San Vicente, empezaron a hacer “dia’quello” con las
caribes rojas...
— ¡ja, ja, jay, tatita! ¡Deben de haber nacido puros caimitos
bermellones, tirando a majunche morado cruzado con
remolacha sazona!
...y con el tiempo y un ganchito, los hijos de ambos dos,
hicieron “dia’quello” con otros mestizos y con otros negros
“bien alentados” que llegaban a la isla. Y entre palomazón
pérez po aquí, y palomazón pérez por allá ¡Nacimos los
Garífunas!
¡Y lo que tenía que pasar, pasó! Los mecié francezuá, por
alguna razón ignorada, le dejaron sus territorios a los inglish
boys, ancestros de los Bitles. Y estos, por andarse cantineando a
las nativas, se metieron en un gran camote; y en 1,795 ¡Estalló
el conflicto armado interno! Esta babosada terminó mal para
mis antepasados garífunas, ya que los echaron a la mierda dos
años después del relajo. Estos, tuvieron que dejar su casa y el
ombligo enterrado en Brasil; siendo un poco más de cinco mil
garífunas. Solamente lograron quedarse, escondidos en el
estadio “Maracaná”: Pelé, Jairzinho, Neymar, Robinho, Cafú y
Ronaldinho.
Después que los echaron a la chingada de la isla de San
Vicente —nos seguía contando “Chocolate”— anduvieron del
tingo al tango en un montón de islas en el Caribe, hasta que
al Reino Unido se le dio la gana disponer a donde chingados
mandarlos. Por fin, en el divertido año de 1,797, condujeron a
un grupo de más o menos unos dos mil 26 caribes negros a la
deshabitada isla de Roatán, en Honduras; luego, los más buzos, le
pidieron chance a la Capitanía General del Reino de Guatemala
para asentarse en tierra firme; y cuando les dijeron que si... món
les daban permiso, lo hicieron por lugares aledaños al puerto de
“Trujillo”; y en agradecimiento a la campaña que les hicieron;
pues ellos ya sabían que no hay morder la mano que da de comer;
colaboraron en algunas cosas con la Corona Real Española.
Humberto Samayoa Godoy 139
del pescuezo del pato es muy áspera; y además, el tronco de
las plumas queda al revés. Pero lo increíble es que, al que
logra quitarle el pescuezo al pato, de premio, le regalan lo
que queda del pato para que se lo coma. Pero ¿Y la mano
despedazada, que? ¡Putz que le dijo!
Un día antes de regresar a mi terruño, Yuri me contó algo sobre
las cataratas y cuevas que había tenido la oportunidad de visitar
cuando andaba trabajando con los ingenieros. Y me contó que en
el departamento de San Marcos, hay una compañía minera que se
está güeviando el oro de Guatemala; está destruyendo la ecología
del entorno; y está contaminando el agua. Ahí se encuentran al
menos 15 cataratas que deberían ser áreas protegidas ¡Pero queeee,
tata! Los ecologistas y los que han tenido la suerte de conocer
estos lugares, señalan que las caídas de agua más atractivas del
occidente del país, se encuentran en San Rafael Pie de la Cuesta,
San Pedro Sacatepéquez, San Cristóbal Cucho, Tejutla, San Pablo,
San Miguel Ixtahuacán, Sipacapa y en la cabecera departamental.
Fijate mano, que en el municipio San Rafael Pie de la Cuesta,
en San Marcos; se encuentra la aldea “La Trinidá”, en donde
cabalmente está la catarata “LA TRINIDÁ”, enclavada en terrenos
de la finca particular “Armenia Lorena”, que sepa de quién es.
Ahí, caminando entre espesa vegetación, plantaciones de café y
percibiendo el olor a tierra húmeda; se puede contemplar, surcando
el cielo con gran esplendor, con su henchido pecho colorado
circundado por verdes y azuladas plumas tornasoles, luciendo una
trenzada y larga cola, en muy raras y especiales ocasiones; esa ave
indiana que vive en nuestro escudo ¡El Quetzal!
Y también en la misma aldea, en las márgenes del río “Mopá”, se
encuentra la catarata “PEÑA FLOR”. En San Pedro Sacatepéquez,
siempre del departamento de San Marcos, se encuentra la catarata
“AGUA TIBIA”. En el municipio de Tejutla, podemos encontrar
la catarata “LOS MOLINOS”. En el caserío “Veinte Palos”, se
encuentra una cascada como de aproximadamente 20 metros de
altura que aun no ha sido bautizada. En la aldea “El Bajonal”,
nace agua cristalina y también hay baños naturales, pues son
zonas vírgenes que aun no han sido exploradas, ni explotadas por
140 El Costumbro
las mineras transnacionales ¡Pero ya van llegando! Y el día que,
desgraciadamente eso suceda ¡Toda la zona se quedaría sin agua!
En el cantón “Las Flores”, de la comunidad “Rancho El
Padre”, en San Cristóbal Cucho, se encuentra la cascada más
vistosa. Y rodeada de nacimientos de aguas termales, está la poza
“LA CIMARRONA”. No sería mala onda, recomendarles a las
autoridades, que protejan estas fuentes hídricas, para evitar las
contaminaciones y la deforestación de sus cuencas; pues no hay
que olvidar, que estas, desempeñan una función importante en el
ciclo del agua ¡Y del MEDIO AMBIENTE! De manera que,
como diría Daniel Pascual “¡Ojo; mucho ojo!”.
También visité, —me dice Yuri— las oscuras cuevas de
la “REGIÓN HUISTA”. Fijate vos que Santa Ana Huista
se encuentra a noventa y pico de kilómetros de la cabecera de
Huehuetenango; y a trescientos cincuenta no sé cuántos y medio
de kilómetros de la Capital. O sea que se encuentra, podríamos
decir, como a media cuadra de donde el diablo perdió la virginidá
¡Pero se llega!
— ¿Vos; y eso de HUISTA qué significará?
— Pues según la Carepusita Roja, parece que en lengua Náhuatl,
significa “Paraje Espinoso”.
— ¡Ahhh! ¿Entonces tiene espinas?
¡No, pendejo; tiene escamas! Pero mirá. Para llegar a la región
Huista, hay dos rutas ¡La primera y la segunda! Los güevones
agarran la más corta, que es por la ruta interamericana; la cual,
al llegar al municipio de La Democracia camino hacia la frontera
con México, se cruza a la derecha en la aldea “Camojallito”,
hasta llegar a la aldea “Cuatro Caminos”. Ahí, se cruza otra vez
a la derecha, y ¡Rapidín rapidín! como cuando le das un beso
hipocritón en el cachete a la suegra ¡Se llega a Santa Ana Huista!
La otra ruta, donde se lo lleva a uno candanga, es un
cachito más larga, pero más atractiva. Se sale de la cabecera
departamental de Huehuetenango, enfilando la nave impulsada
por fuerza automotriz, hacia Chiantla, en donde se encuentra la
Humberto Samayoa Godoy 149
Díaz; y que el nombre original de la población era “La Buga”,
lo que en idioma garífuna significa “La Boca”; y que cada mes
de Noviembre se celebra el arribo de los primeros garífunas a
Guatemala. A esta celebración se le llama “Yurumein”.
Según cuenta la Carepusita Roja; en las islas caribeñas
Antillas Menores; llamadas así por ser más chiquitas que las más
grandes; mucho antes de la invasión al Nuevo Mundo, por los
españoles, ya habitaban en ellas los caribes rojos…
— ¿Y los caribes cremas en que isla vivirían, vos “Cholate?
...éstos, eran, según fuentes científicas; producto de la
yuxtaposición, o sea, que se hacía “dia’quello”, entre indígenas
caribes e indígenas arahuacos. Estos últimos, guerreros de la
cuenca del río “Orinoco”.
— ¿El río “Orinoco” es onde uno se orina, mano?
En los Anales de la Carepusita Roja, se consigna que con la
llegada del sin patria, Cristóbal Colón…
— ¿Y por qué, sin patria, vos?
— Es que por alguna misteriosa razón, este nefasto personaje,
al que endiosan en los libros de historia que te enseñan en
la escuela, esconde su verdadera nacionalidá, pues a ciencia
cierta, no se sabe si era español, portugués, palineco, o
italiano. Pues cuando el personaje en mención, llegó a las
islas menores en 1,492, luego empezaron las exploraciones; y
a continuación, empezaron a proliferar las colonias: francesas,
portuguesas, inglesas, holandesas, chinas, alemanas y
españolas; igual que aquí con el Padre Girón, que por todos
lados aparecen “colonias”.
Pues en uno de los viajes, uno de los barcos pinchó llanta en un
arrecife cercano a San Vicente, frente a las costas de Venezuela...
— Yo creía que San Vicente quedaba cerca del volcán de
“Pacaya”, y...
...y venía hasta el chongo, con africanos que habían sido
secuestrados por la fuerza de las armas para ser esclavizados
148 El Costumbro
De lo que si nos dimos cuenta fue que era un Garífuna oriundo
de Livingston, Izabal. Este departamento ¡Todo un paraíso! Se
puede afirmar, como dijo un buen amigo, que los garífunas “¡Son
el ritmo y las danzas de Livingston!”.
“Morenita linda” —le dicen cuando camina por las calles esta
belleza de garífuna— ¡Por lo menos son educados los cuates!
Ella sonríe y sigue su camino con normalidá. Es consciente de
su belleza ¡Ella y todo el país! Ella es Marva Weatherborn ¡Miss
Guatemala 2,004!
— En el certamen de Miss Universo me preguntaban si Guatemala
quedaba en África —cuenta sonriente Marva—.
“Esa negrita que va caminando,.. esa negrita lleva su
tumbao...”. Es el estribillo de la canción de Celia Cruz, en cuyo
videoclip la modelo garífuna guatemalteca Deborah David Lino
lleva el papel protagónico.
¡Si las conocieran, muchá; si las conocieran!
Entre las principales atracciones de Izabal se encuentran el
Biotopo “Chocón Machacas”, Refugio de Vida Silvestre Punta
de Manabique, Refugio de Vida Silvestre Cerro San Gil, Siete
Altares, Punta Cocolí, el Lago de Izabal, el Río Dulce, el río
Sarstún, Bocas del Polochic, el sitio arqueológico “Quiriguá”, y
el Castillo de San Felipe. Patrimonio Cultural, antes “Torreón de
Bustamante”.
El departamento cuenta con dos recursos económicos. El
agrícola, para los nacionales: arroz, plátanos, café, frijol y maíz.
Y el mineral, para los extranjeros: Petróleo y níquel.
“Chocolate” era un tipo atlético y musculoso, que practicaba
varias disciplinas deportivas. Además, era muy bueno para bailar
“Punta” y, cuando el equipo salía al interior de la República a
jugar, aprovechaba para contarnos algunas anécdotas que le
contaba su abuelo.
Fíjense muchá —empezó en una oportunidá— que dice mi
abuelo que Livingston fue fundado en 1,802, por Marcos Sánchez
Humberto Samayoa Godoy 141
Virgen de Plata ¡Pero no la del Pín! Luego se sube al Mirador
“Diego Olaverri”, en donde empiezan los Cuchumatanes.
Después de recorrer parajes que hacen parecer que está uno en
la Luna; de contemplar largos cercos hachos con piedra blanca
que se encuentra abundantemente en el entorno; de admirar
exuberantes y bellas flores exóticas, las que orgullosas exhiben
sus bellos colores entre extraños árboles enanos, los que más
parecieran ser “Bonsai”; finalmente se llega a Todos Santos
Cuchumatán. Uno cree que ya llegó ¡Pero güevos! Después
hay que pasar Concepción Huista, te pasás echando un tu trago
por Jacaltenango, dejás atrás San Antonio Huista y... ¡Santa Ana
Huista! ¿Fácil, verdá?
— ¡Si... món!
Santa Ana Huista, es conocida como “La Puerta de la Región
Huista”. Y para que te vayás de cu…bilete; fijate que el río “Huista”,
nace en Todos Santos Cuchumatán, en el paraje conocido como
“La Ventosa”, en donde vive una viejita que se tira unos ventosos
que ¡Ja ja jay, tatita! Y haciendo un largo recorrido, como río
“Limón”, atraviesa varios municipios y aldeas, hasta recibir las
aguas del río “Ocho” en “Los Encuentros”, cabalmente en la aldea
“Rancho Viejo”. Este río ¡El “Ocho” pues; no el nueve! Nace en
San Juan Atitán; y antes de converger con el río “Limón”, se le
une el río “Chichimes”, en San Pedro Nécta. Ya entrado en tierras
santanecas, se le unen un titipuchal de pequeños arroyuelos que
surgen de las montañas, así como los arroyos “Shak” y el “Arroyo
Grande”. Y este último; que por cierto no es el último; es el que
forma la poza “La Cimarrona”.
Por lo que pude darme cuenta —me dice Yuri— el río
“Huista”, después de recorrer varios kilómetros en una extraña e
intrincada formación geográfica en parte de la finca “El Tabacal”,
que a saber de quién chingados será; desaparece misteriosamente
en la montaña, en la cueva “EL RESUMIDERO” ¡Donde se
pueden resumir muchas babosadas! brotando nuevamente, en
tierras demócratas ¡Pero en el municipio de La Democracia, pues!
donde converge el río “Camojá” y el río “Selegua”. Y después
de desperdiciar tristemente sus aguas ¡Porque las desperdicia!, en
142 El Costumbro
tierras chapinas ¡Porque así es el rollo! el río “Huista” recorre
las llanuras de “Rincón Tigre” y las llanuras de “Tepeguajal”,
perdiéndose después misteriosamente en un desierto rocoso.
Luego, baja raudamente por un profundo cauce, el que recorre
misteriosamente hasta llegar a territorio azteca, en donde sí
aprovechan tan preciado caudal hídrico.
Y para que se te suba la adrenalina y se te alborote un
poco la bilirrubina; tenés que explorar “LA CUEVA SECA”,
caminando en su interior varios kilómetros. Y los engazados que
ya tuvieron la suerte de entrar a conocer lo que los mayas llaman
“El Inframundo”; cuentan que dentro de la cueva se encuentran
muchas variedades de murciélagos, de arañas gigantes, de grandes
ratas colmilludas, muchos escorpiones negros y gran variedad de
culebras; y al final, se sale por una laguna paradisíaca en donde,
además de pescar ¡También podés bañarte!
— ¿Y no es muy helada el agua, vos Yuri?
— ¡No seas culeco, mano! También, si te gusta caminar un cacho,
hay un camino que es algo escabroso por el que se llegar a
un bosque tropical húmedo; y si uno es un poco buzo, puede
ir descendiendo un poco de terreno, hasta llegar a las aguas
del río “El Zapote” ¡Ponéme atención, pues pelón serote!
en donde se encuentra uno con la cueva “EL LIMÓN”. En
esta cueva, es donde surge el río “Huista”, para unirse a otros
afluentes ¡Impresionante la experiencia!
— Sí, pero...
...Y te digo una cosa, vos Pepes. En donde si me sacó el jugo
la caminata, fue cuando fuimos a la aldea “Tocache”, en San
Pablo. Yo no sabía la ensartada que iba a llevar ¡Pero valió la
pena! Ahí, después de volar pata cerca de una hora entre cafetales,
exuberante vegetación, y contemplando exóticas plantas y flores
que tal vez nunca has visto; se topa uno con otra magistral, de
las obras caprichosas de la naturaleza: Las Cataratas de “LA
IGUALDÁ” ¡Indescriptibles! ¡Tenés que ir a conocerlas!
Y si sos amante de las aventuras de alto riesgo ¡Aunque
lo dudo por tu avanzada edad y la gran puliquera que te andás
Humberto Samayoa Godoy 147
— Mi agüelo se llamaba, Jason Mauricio Nepomuseno Nicolás
Washington Baldizón Pacay, m’ijo.
— ¡Ja, ja, jay, abuelo; que nombrecito más re bonito!
— Es que mi bisagüelo era puro garífuna, y mi bisagüela era
pura queqchí, algo cruzada con lacandón, m’ijo.
— ¿Entonces, por eso somos negros de pelo casi medio murushón
perez, tirando algo así como a gallina coquecha; no murusho
puro como pashpala de mulata vieja, verdá abuelo?
— ¡Si... món, m’ijo! ¡Pu’e que sí, pu’e que no; dos que tres;
medio espinudito liso, medio murushito enmarañado, pero
negro; eso sí; negro! Pero sin ir a perder el tiempo a la
escuela, mi agüelo se dedicó a la agricultura y a la pesca. Y en
los barcos onde anduvo caminando aprendió muchas cosas.
Cosas interesantes que, en la escuela ¡Nada que ver!
Finalizando los años cincuenta, yo jugaba basquetbol con el
equipo de la Universidá Popular en la Liga Mayor. El Director de
la Universidá Popular era don Eloy Amado Herrera (ϯ); el Capitán
del equipo era Roberto Palomo (ϯ); el Entrenador, don Ignacio
Yon “Nachito” (ϯ). Jugadores: Roberto Palomo “Palomeque”
(ϯ), Antonio Palomo “El Sapo” (ϯ), David González “El Gordo”,
Francisco Garavito “Garavo”, Carlos Ruano “El Gato”, Gabriel
Morales “Cantinflas”, Carlos Álvarez “El Pichi”, Rodolfo Izaguirre
“El Doc.”, Vinicio Suasnavar “Micho”, Roberto Orellana “La
Brasa”, Manuel Quan “Meme”, y esta chuladita que les cuenta
el asunto, Humberto Samayoa Godoy “Eneas”; apodo que me
pusieron en el Instituto Rafael Aqueche y por el cual era conocido
en el ámbito basquetbolístico de la Liga Mayor de Guatemala.
Algunos jugadores, por X o Y razón, pasaron fugazmente
por el equipo, dejando un gran recuerdo como personas y como
jugadores; entre ellos: Mario Payeras “El Gato” (ϯ), Donald
Winter “El Gringo”, Leonardo Quan “Nayo”, Mario Morales “El
Zurdo”, y Arturo Éngel “El Chucho”.
Fue ahí donde conocí a “Chocolate”. Era un moreno que
se había vuelto “Fan” del equipo ¿Por qué? ¡No se! ¿Cómo se
llamaba? ¡Nunca lo supimos! Lo cierto fue que se hizo amigo
incondicional de cada uno de nosotros ¡Un tipazo el “Chocolate”!
146 El Costumbro
pobreza extrema; violencia intolerable; un desempleo de la gran
chucha; desnutrición crónica, pues ¡Nuay ni mierda que comer! Y
a todo esto, se suma una alta tasa de crecimiento de la población
¡Que ja, ja, jay, tatita; puras ratas! Ocasionada, tal vez; piensan
algunos shecudos; por la negación incomprensible, tanto del
gobierno, como de la iglesia; de los derechos sexuales y de
reproducción.
— ¿Y eso que significa, abuelo?
— Pues, esactamente, no te lo puedo esplicar, m’ijo. Pero parece
que todas esas babosadas, juntas —según opinión de un
señor colunnista— hacen parecer que, “si a un guatemalteco,
lo pusieran delante de un espejo, la imagen reflejaría a una
persona trabajadora, muy segura de sí misma, y que lucha en
la adversidad. Pero, al mismo tiempo, pude ser una persona
conformista y violenta”.
— Algo así como en El Salvador, abuelo ¿Sabe usté, por qué
razón se para desnuda una salvadoreña frente a un espejo?
— ¡No m’ijo, no lo sabo!
— ¡Para ver si la tiene de queso, o de chicharrón!
— ¡Ya te saliste del comal, güey!
Mi bisabuelo, Arnold Inocencio, o sea, tu tatarabuelo,
Burger Sotero; hijo de mi tatarabuelo, Chakespier Hermógenes,
casado con mi tatarabuela, Maricumbia Encarnación; o sea, tu
cascarabuelo, el recordado filósofo, Sócrates Filomeno del Pilar
Caal de Angulo; me decía que nosotros no tenemos historia, ni
identidá. Decía que carecemos de patriotismo y de nacionalismo.
Me decía el viejito, que nosotros no respetamos, ni queremos lo
nuestro; que cualquier perico de los palotes, o sea, que cualquier
serote, viene libremente a imponernos lo que le da la gana; viene
a ponerle nombre de extranjeros a nuestros pueblos, a nuestros
los parques; viene a güeviarse nuestros tesoros naturales, a poner
hidroeléctricas, a sembrar palma africana, a explotar recursos
minerales, a tomarse nuestro guaro, a cogerse a nuestras chavas.
Total; vienen a sopapiarnos el hocico ¿Y qué? Ya solo falta que
nos puyen el asterisco punto com.; y nosotros... ¡Amén! ¿Vaá?
— ¿Y cómo se llamaba su abuelo, Tata?
Humberto Samayoa Godoy 143
manejando! Pero si quisieras impresionarme, con que aun no se te
han descargado las pilas; entonces, podrías echarte un tu colazón
perez por el cerro “Malpil”; un lugar considerado sagrado, en
donde los guías mayas aun celebran sus ceremonias ancestrales.
Y después, si aun te sobran de aquellas cositas blancas y ovaladas
que alegremente ponen las gallinas, podrías tener chance de
dirigirte a otros bellos sitios cruzando un tambaleante puente de
hamaca ¡Si calcularas que no te vas a marear!
— ¡Yo, solo me mareo cuando me rempujo un mi par de veinte
chelas, mano; y cuando me habla mi mujer!
Tantas cosas lindas que recordar; aunque, bueno, también hay
algunas que ¡Ulu grun! Pues un día que no tenía nada que hacer;
pues como aparte de no hacer nada ¡No tengo ni mierda que hacer!,
me fui a un restaurante de lujo que hay en las playas públicas del
lago de mi pueblo. Dicho lago, aunque re contaminado, para
las autoridades es un lago re bonito ¡Y qué! Para rescatarlo de
la constante contaminación que recibe diariamente por el río
“Villalobos” por parte de las industrias que desechan en él sus
aguas no recicladas, por no darles la rechingada gana de tener
plantas de tratamiento; más las heces fecales con caca de los
municipios, aldeas, asentamientos y demás amontonamiento de
seres humanos que tienen la linda ocurrencia de cagarse en el
lago, único reservorio de agua potable que le queda a la capital y,
que por descuido de las autoridades, ya sea por desconocimiento
de causa, o por hacer mano de mono; lo cierto del caso es que,
dentro de pocos años, el lago se convertirá en un pantano ¡Y no
habrá retroceso! Pues como les decía; para que el lago se limpie
de inmundicias, una señora le echó agüita de calzón. Agüita, que
según ella dice; es re milagrosa y que luego le matará las algas
que lo joden, y así poder, dentro de pocos meses, poder tomar
agua potable de él ¡Cosas veredes querido Sancho! ¡Pero bueno!
Me contaba “Chilolo”, el “bartender” ¡Mesero es el pisado!
del restaurante que les mencionaba; que meses atrás, estuvo
llegando a almorzar un señor con un olfato extraordinario para
las comidas. El no pedía “la carta del día” ¡No, no! el pedía el
cuchillo de la cocina ¡Insólito! Él me pedía el cuchillo, y yo se lo
144 El Costumbro
llevaba, me contaba “Chilolo”. Lo olía dos o tres veces y pedía
el menú ¡No fallaba; lo que pedía; de eso había!
El cocinero —siguió mi amigo— me preguntó un día la razón
por la cual el cliente me pedía el cuchillo de la cocina. Cuando
le expliqué la babosada, de que el señor olía el cuchillo y después
me pedía lo que quería comer ¡No lo podía creer! No seas pajero,
me dijo.
— ¡Mañana, cuando venga el señor, me avisas! —me dijo el
cocinero—.
Así lo hice.
— ¡Juana —le dijo el cocinero a la muchacha que ayudaba en
la cocina— pasáte unas dos o tres veces el cuchillo entre las
piernas, antes de que se lo lleven al señor de la mesa #4!
La Juana, incrédula ante tan extraña petición, se pasó
el cuchillo de 12 pulgadas tres veces por todo lo que se llama
wyzculish@gtasterísco.com Y a continuación, con un asco de la
gran chucha, dice “Chilolo”, tomé el cuchillo por el mango con la
punta de los dedos, y lo lleve lo más retirado que pude de mi nariz.
El comensal tomó el mango con los dedos de la mano derecha, y
la punta del cuchillo con los dedos de la mano izquierda. Se lo
llevó a la nariz; lo olió ¡Lo volvió a oler! y poniendo los ojos en
blanco, lo retiró despacito. Incrédulo ¡Lo volvió a oler! Y con
una expresión de asombro exclamó:
— ¡Puta, usté; no me chingue! ¡No me diga que aquí trabaja la
Juana!
Capitulo V
Livingston
— M’ijo; “Para conocer un país, hay que conocer primero su
historia”, asegún dice un señor Villalobos.
— ¿Y nosotros tenemos historia, pues abuelo?
— ¡Güeno; así como quien dice; puta, que historiota la que
tienen estos majes; no! Lo que tenemos, asegún yo, m’ijo,
son algunas anécdotas nebulosas, o pajas, que nos enseñaron
en la escuela ¡Y creo que las siguen enseñando! No sé si por
equivocación, por conveniencia, o por pura mala fe. Lo que
sí, es que en la escuela aprendemos historia de otros países,
pero de Guatemala ¡Nel pastel!
— Entonces abuelo ¿Cuál sería nuestra India sin gracia?
— ¡Idiosincrasia, m’ijo, idiosincrasia! La india sin gracia que
vos decís, es la Premio Novelty de la Paz, que cuando se
pone anteojos oscuros ¡Parece tortuga Ninja! Pero güeno.
Aquí, vamos a analizar varios aspectos, m’ijo. Pero como
diría Juan Carlos Lemus “¡Yo, no voy a juzgar; solamente, te
contaré lo investigado!”.
Principiando, m’ijo, por la cantidá de personas que somos.
Según datos de la revista que sale los días domingo, y de la
sociológica Ana Silvia Monzón…
— ¡Socióloga, abuelo, socióloga!
...¡Güeno, ésa es otra! ...Pues la socióloga, según vos decís;
dice que somos más o menitos como 14 millones, 361,066 y ½
de habitantes. Y que juntos, dice la socióloga; compartimos en
esta bendita e hidroeléctricatizada tierra del Señor, de las guapas
mujeres y la ma... rimba (si masito digo, ma... rihuana); de
incomparables paisajes; con un clima variado y agradable; de una
más o menos una acogedora hospitalidad; y también, compartimos