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SÁ N CH EZ DE ARÉVALO (1404-1470) FRENTE A L H UM AN ISM O ITALIANO

KARL KOHUT

El humanismo fue en España, más que en los otros A ntes de pasar a discutir sobre la correspondencia misma
países europeos, humanismo cristiano.1 Una de las causas tenem os que presentar a los corresponsales y describir
más importantes de esta evolución especial debe buscarse aunque sea brevem ente la situación histórica. En febrero
en el origen del humanismo español en el siglo xv, en el de 1468 se acrecentaron rumores de que algunos huma­
cual autores cristianos jugaron un papel decisivo. En nistas proyectaban asesinar al Papa y proclamar la repú­
Castilla se m ostró el primer interés por los studia humani- blica. Los tiempos eran poco seguros y los rumores desig­
tatis, que se habían desarrollado en Italia, en el joven rey naban una posibilidad por lo menos creíble. A fines de
Juan II y en un núm ero reducido de nobles. La mayor parte febrero el Papa mandó detener a los cabecillas presumibles
de éstos no sabían latín (la educación de los niños nobles de la conjura, pero se logró prender solamente a uno de
era en esos tiempos más bien rudimentaria) ; necesitaban ellos, Plátina. Los otros—Callimacho, Glauco y Petreyo—
por lo tanto traducciones si querían leer las obras huma­ escaparon. En los días siguientes otros humanistas fueron
nísticas, escritas en latín en su gran mayoría. En esta detenidos y encarcelados en el Castillo de Sant'Angelo:
época eran prácticamente sólo los clérigos que sabían hacer Pomponio Leto—el humanista más importante después
estas traducciones. Los diferentes prólogos de Cartagena de Plátina—y también M affeí, Campano, Fazini y Caffa-
a sus traducciones de Cicerón y Séneca revelan m uy clara­ relli. Después de algún tiempo ya no se habló de la acu­
mente esa situación cultural. sación de conjura política ; quedó la acusación de paganismo
y amoralidad que tampoco fue proseguida. Después de un
La internacionalidad de la iglesia reforzó este papel de
año, los humanistas fueron liberados sin proceso; sólo
mediadores de los clérigos españoles. Fue sobre todo eri
Plátina quedó encarcelado algún tiempo más, sin que se
el Concilio de Basilea (1431-38) donde se divulgaron ideas
supiera claramente por qué.
hum anísticas; algunos miembros de la delegación española
debieron conocer allí por primera vez las nuevas ideas Los prisioneros escribieron en seguida al Papa, a Sánchez
humanísticas. Además, en el transcurso del siglo xv (como de Arévalo, a protectores en posiciones altas. Protes­
ya a fines del siglo xiv), algunos clérigos españoles jugaron taban de su inocencia y se quejaban de su situación lamen­
un papel importante en el Vaticano (respectivamente en table, pero solamente en el caso del obispo español nació
la corte papal de Avignon), donde pudieron conocer el de esas cartas de súplicas y quejas una correspondencia
humanismo romano. extensa, que ha sido conservada parcialmente.
Sánchez de Arévalo tenía en este momento unos 64 años.
Si esta mediación correspondía a un interés genuino, o
Desde que Enrique IV le había enviado como embajador
si resultó solamente de obligaciones sociales que los clé­ a Calixto IV , vivió en Roma (fuera de unos tantos viajes
rigos cumplían tal vez de mala gana, no puede decidirse cortísimos a España), donde desempeñó a partir de 1458
claramente en la mayoría de los casos. Lo que sí es cierto posiciones altas en la curia (1458-referendarius utriusque
es el conflicto interior que resultó de esa mediación, en el signature, 1464-alcalde de Sant'A ngelo). A partir de
cual se renovó el gran conflicto entre cristianismo y cul­
1457 fue obispo de varios diócesis españoles: 1457-Oviedo,
tura pagana de finales de la antigüedad. Humanismo 1465-Zam ora, 1467-Calahorra, 1469-Palencia; con la sola
cristiano significaba en España (y no solamente allí, sino excepción de Oviedo no estuvo nunca en ninguna de sus
en España de manera más destacada) siempre un vacilar diócesis.
entre el entusiasmo por las letras humanas y la condena­ Su carrera política y eclesiástica empezó con el Concilio
ción de su contenido pagano y amoral. de Basilea donde perteneció a la delegación española bajo
Este conflicto puede verse de modo paradigmático en el obispo de Burgos, Cartagena. Con éste debe haber esta­
un pequeño episodio histórico. En 1468 algunos huma­ do ligado en amistad. Después del Concilio le encontramos
nistas romanos estaban encarcelados en el Castillo de en Burgos en el círculo de Cartagena quien, por lo visto,
Sant'Angelo que servía entonces de cárcel papal. Se les le favorecía. En esos años los reyes Juan II y, más tarde,
acusaba de dos crímenes : (1) la preparación de un complot Enrique IV , le confiaron unas tantas embajadas que, final­
político contra el Papa; (2) paganismo y vida amoral. El m ente, le llevaron a Roma.
alcalde de Sant'A ngelo era entonces Sánchez de Arévalo. Sánchez de Arévalo debe su carrera política y eclesiástica
Surgió una correspondencia extensa entre los prisioneros a dos posiciones que mantenía firmemente en su pensa­
y el guardián, en la cual, según las palabras de Pastor, se m iento y en sus actos: la fidelidad absoluta a la monarquía
enfrentaron renacimiento pagano y renacimiento cris­ y al pontificado. Ambas posiciones pueden verse en su
tiano.2 La opinión es compartida (con cierta reserva) por vasta obra, escrita en su m ayor parte en latín, y que hasta
Menéndez Pelayo.3 ahora sólo ha sido editada parcialmente. "En tre los espa­
ñoles del siglo xv nadie fue más fecundo ni facundo pro­ ¿Cóm o explicar este interés obvio, por parte del obispo
sista latino/' juzgó Menéndez Pelayo sobre el escritor español, en esa correspondencia? Un motivo importante
latino Sánchez de Arévalo.4 se debe ver en los esfuerzos del obispo quien, por sentir
La obra está compuesta sobre todo de tratados de derecho en sí las responsabilidades de padre espiritual, quiere con­
canónico y política eclesiástica. Su obra más importante solar a las almas que le están confiadas. Procuró mejorar
y a la vez más conocida es el Spéculum vitae humarme, su situación en cuanto le era posible; por ejemplo, les per­
impreso en 1468 en Rom a; la obra quiere ser un espejo m itió congregarse en una celda y discutir sobre los temas
crítico de la sociedad de su tiempo. En el contexto de nues­ que les interesaran, lo que les debía ser especialmente
tra problemática nos interesa además un tratado de peda­ grato, ya que eran miembros de una academia humanís­
gogía pueril, Tractatus de arte disciplina et m odo alendi tica. Sus cartas estaban dirigidas a humanistas indivi­
et erudiendi filias, pueros et juvenes, compuesto aproxi­ duales, pero estaban destinadas obviamente a ser leídas
m adamente en 1 4 5 3 .5 En español, Sánchez de Arévalo en el círculo de los humanistas. Por lo tanto, la corres­
escribió dos tratados dedicados a Enrique IV : la Suma pondencia se desprendió de la situación original y llegó a
de la política y el Verjel de los príncipes, un tratado sobre ser (también) un ejercicio literario.9
los entretenim ientos dignos de un rey .6 Se debe suponer, pues, que las motivaciones de Sánchez
A pesar de esa producción literaria tan rica (literaria en de Arévalo en aquella ocasión eran espirituales y literarias.
su sentido más amplio), Sánchez de Arévalo se revela Le gustaba ciertamente competir con los humanistas en el
m uy reservado frente a la literatura en su sentido más medio literario. En la carta de Maffei mencionada arriba
estricto: literatura como ficción y como forma bella. Se (escrita después de la liberación de éste) escribe: "Tuve
ha relacionado su tratado pedagógico con los tratados aná­ que hacer la experiencia de no conocer bastante de tu pre­
logos del prehumanismo italiano, escritos por Salutati, sencia carísima, lo dulce, lo agradable y lo útil que es el
Vergerio, Vegio, Piccolomini y Filelfo.7 Pero a diferencia trato co n tig o ," y añade que el sitio llegó a ser, para los
de éstos, el plan de estudios de Sánchez de Arévalo no prisioneros, una "escuela agradable," una "academia filo­
asigna importancia ninguna a la literatura. La misma só fica," un lugar ciertamente "sin alegría," pero "rico
reserva frente a las letras se nota en los dos tratados polí­ en ocio y concentración."10
ticos, escritos en los años entre 1454 y 1457, y sobre todo En estas palabras se deja sentir que a Sánchez de Arévalo
en el Verjel de los príncipes, Sánchez de Arévalo trata le pesaba ya no poder conversar todos los días con los
solamente de torneos, de caza y música, las distracciones hum anistas. Quería obviamente que los humanistas
favoritas de Enrique IV ; de literatura ni una palabra. La le aceptaran como su igual. Intentó escribir en latín cas­
distancia al clima cultural en la época de Juan II es inmensa: tizo; citó al lado de autores eclesiásticos siempre autores
allí, en ese contexto, se le hubiera asignado un lugar de de la antigüedad pagana, sobre todo Séneca y Cicerón.
preferencia a la literatura. ¿Quiso el autor nada más que Sus corresponsales sintieron m uy bien esos esfuerzos y le
adular al rey? La comparación con el tratado pedagógico prodigaron adulaciones que resultaron a veces bastante
indica que Sánchez de Arévalo no debía estimar mucho pesadas: elogiaron su estilo elegantísim o,11 su erudición
la literatura. Fue un escritor muy erudito y fecundísimo, profunda,12 le llamaron protector de las letras y de los
pero a sus obras les hace falta ese aspecto literario-retórico hombres que las am an.13 A veces los elogios adquieren
que caracteriza a las obras propiamente humanísticas. formas verdaderamente hím nicas.14
Todas las obras de las cuales hemos hablado hasta ahora Sería sin embargo demasiado fácil ver en esas palabras
fueron escritas en España. Nos queda por analizar si y nada más que adulaciones lastimosas y ridiculas a la vez,
cómo cambió su postura ante el humanismo y la literatura como lo hace Pastor.15 Los humanistas encarcelados
durante su estancia en Roma. querían, por supuesto, ganar el afecto de su guardián,
Ya hemos mencionado que los humanistas encarcelados pero el punto decisivo está en el hecho de que creyeran
en el Castillo de Sant'Angelo habían escrito a varías per­ obviamente que podían impresionar a su guardián con esas
sonas; pero solamente con Sánchez de Arévalo nació de adulaciones, lo que hubiera sido imposible si éstas care­
esas cartas iniciales una correspondencia. Por lo visto, éste cieran absolutam ente de fundamento. Si ya los humanis­
tenía interés en esa correspondencia, cuyos temas están tas coetáneos elogiaban rasgos humanísticos en esas cartas
determinados por la situación de los humanistas: deploran (a pesar de toda reserva), el juicio de Toni y Laboa, quienes
su suerte, suplican intercesión con el Papa, piden consuelo. ven en esa correspondencia el testimonio más importante
Las respuestas de Sánchez de Arévalo se convierten muchas del humanismo de su autor, gana peso.16
veces en pequeños tratados de teología moral: sobre fatum Pero estos autores no vieron que las cartas de Sánchez
y fortuna, las emociones del ánimo, los sueños. Lo que de Arévalo contienen también rasgos antihumanísticos.
salta a la vista es que las acusaciones del pleito inminente En las citas de autores clásicos añade a menudo " t u " al
no son debatidas en la correspondencia (por lo menos en nombre del autor: "tu C icerón," "tu M arcial," etc.;
las cartas conservadas). Se puede suponer que Sánchez solamente Séneca es—siguiendo la traducción española—
de Arévalo no estaba convencido de la culpa de sus prisio­ "n u estro Sén eca." Como el pronombre posesivo que
neros ; en una carta a M affei, escrita después de la libera­ junta Sánchez de Arévalo a los nombres de Cicerón, Mar­
ción de éste, escribe que M affei había ingresado inocen­ cial, e tc., aparece en singular, no está empleado de modo
tem ente en la cárcel.8 análogo a "nu estro Séneca" ; más bien se ve en esos pasa­
jes que Sánchez de Arévalo imputa a sus corresponsales m ente libros y patrañas paganos y poéticos. La dulzura
una relación íntim a con estos autores. Para decirlo en dos (pero en realidad solamente verbosidad) de esos productos
palabras: son tus autores, no los míos. ablandaría solamente el ánimo juvenil, de modo que ya
En otros pasajes, Sánchez de Arévalo subraya la auto­ no podrían gozar las Escrituras. Sagradas, sin hablar de
ridad de las Escrituras Sagradas, de los profetas y filóso­ las enseñanzas falsas de los libros paganos (fol. 67v y ss.).
fos17 o contrapone destacadamente filósofos (mundanos) Sin embargo, Sánchez de Arévalo restringe un poco
a autores católicos.18 Son indicios leves pero distintos de esas exigencias severísimas. Todas las ciencias humanas
que nuestro autor ve el humanismo de los prisioneros tal y todo esplendor de la palabra tendrían su origen en la
vez con cierta benevolencia, pero no obstante con distan­ Escritura Sagrada. Pero este argumento tradicional proli­
cia. En una sola ocasión habla más abiertamente: contra­ terario de la literatura patrística está empleado aquí sola­
pone explícitamente letras humanas a letras sagradas y m ente de un modo limitado: las ciencias humanas con­
no deja dudas de que son solamente éstas las que tienen tendrían mucho de lo que podría ser útil a las sagradas
importancia e interés para él. El pasaje recuerda la famosa ciencias. Por lo tanto, Sánchez de Arévalo no intenta con­
despedida de las musas en la Consolación filosófica de denar al que lea de vez en cuando libros paganos, siempre
Boecio. Sánchez de Arévalo aconseja a Fazini leer las Escri­ que esté anclado firmem ente en la fe católica. Para la edu­
turas Sagradas: "L a lectura perseverante de las buenas cación práctica, esto significa: los adolescentes deben leer
artes—no hablo de poesías y m entiras—entrena (como dice y estudiar primeramente las Escrituras Sagradas; más
Gregorio) a los fuertes y gusta a los pequeños con palabras tarde pueden leer escritos paganos y aprovecharlos para
hu m ild es."19 la verdad de la fe (fol. 68r).
Estas palabras indican que el humanismo de Sánchez Sánchez de Arévalo apoya la argumentación con muchas
de Arévalo se reduce a sus esfuerzos de escribir en estilo citas de la literatura patrística, recurre aun a Platón, al
elegante. Pero no se debe olvidar el contexto histórico: que conoce a través de San A gustín. Por el gran número
conversaba con humanistas acusados al principio de una de esas citas el capítulo llega a ser una antología verdadera
conjura política, y más tarde de paganismo y amoralidad. de afirmaciones antiliterarias de la literatura patrística.
En este contexto los elementos antihumanísticos de las Parece lógico ver en este capítulo del De remediis afflic­
cartas aparecen más bien moderados. tae ecclesiae una reacción a la conjura de los humanistas.
La correspondencia tiene un epílogo curioso. Todavía Pero una comparación de las afirmaciones de este capítulo
estando encarcelados los humanistas—o poco tiempo des­ con el Spéculum vitae hum anae, impreso ya en 1468,
pués—Sánchez de Arévalo escribió el tratado De rem edas dem uestra qu e Sánchez de A rév a h abogaba este rigorismo
afflictae ecclesiae,20 con el cual persiguió dos fines; forta­ ya antes de este episodio histórico. En los capítulos dedi­
lecer la autoridad del Papa contra el movimiento concilia­ cados a las artes liberales critica severamente el humanis­
rio, y señalar remedios a los males que afligen a la iglesia. mo y la retórica. Esta—según dice allí—tiende siempre a
Entre esos males aparece en lugar destacado la lectura de reemplazar la sapiencia por la elocuencia. Sánchez de
libros paganos. En el capítulo 22 escribe que la ignorancia— Arévalo ve los ánimos de su tiempo tan pervertidos que
según dice Am brosio—es la causa de muchos y graves para él esos ánimos toman el follaje en vez de las frutas,
pecados. La iglesia está sufriendo graves persecuciones y el hum o en vez del fuego. La enseñanza verdadera y sana
tribulaciones por el solo hecho de que sus miembros no queda abandonada debido a las fábulas y patrañas de los
beben el agua de la Escritura Sagrada. En vez de eso: poetas. Sánchez de Arévalo ha reconocido el papel central
leen día y noche escritos mundanos y libros paganos de la retórica dentro de los studia humanítatis, que debe­
que están llenos de fábulas, libros que la malicia de rían llamarse más bien por la importancia atribuida a la
nuestro tiempo llama libros hum anítatis y que deberían retórica studia vanitatis.21
llamarse más bien libros crudelitatis. Siguen meditando
En efecto, tenemos que considerar que Sánchez de
sobre estos libros ; pero son m uy pocos los que leen la
ley divina. . . .La iglesia queda humillada gravemente Arévalo está criticando, en esta obra, a todos los estados
al ver cómo niños y jóvenes que deberían grabarse en y ciencias; la condenación de la retórica no está, por lo
la m em oria la ley divina y sus mandatos, así como las tanto, aislada. El mismo argumento vale también para el
Escrituras Sagradas y los libros canónicos, abandonan­ De rem ediis afflictae ecclesiae. La crítica del humanismo
do todo eso, son llevados a la lectura de historias ficti­
form a solamente una parte de una crítica general de la
cias, y leen con perseverancia patrañas poéticas y libros
paganos. Ese es el fundamento de su educación, en eso perversión de su tiempo que Sánchez de Arévalo quiere
siguen regocijándose, eso Ies conduce a la debilidad y a sanar con la enseñanza pura de los padres de la iglesia.
cosas vanas cuando son hombres, (fol. 66r) La correspondencia de Sánchez de Arévalo con los huma­
Sobre todo, Sánchez de Arévalo pone en duda el valor nistas, en la cual Toní y Laboa vieron el testimonio más
pedagógico de la literatura. No admite que se puedan destacado del humanismo de su autor, está situada, por lo
aprender las palabras y su sentido por la lectura de los tanto, dentro de un contexto rigurosamente antihuma­
poetas. Al contrario, los niños aprenderían solamente nístico. Pero no se debe acusar al obispo español de false­
palabras deshonestas y —lo que es aun más inquietante— dad. La rigurosidad de la condena se explica muy proba­
con ellas las cosas mismas (fol. 67v). blem ente también por el hecho de que éste siente la ten­
Sánchez de Arévalo recomienda como remedio que el tación de los studia hum anítatis en su propio corazón, y
Papa prohíba rigurosamente a los jóvenes leer continua­ la condena rigurosa de éstos no le impide conversar amiga­
blem ente con los humanistas y aprender de ellos. Tiene de le cose lascive che lTiomo non le intese may piu et
la delicadeza suficiente de intentar conducir muy discre­ questo quando se metteno ad volere dire: in questi modi
tam ente a los prisioneros de las letras humanas a las letras se po fare uno peccato; dicendo S. S .ta che gli sono tanti
libri che se possono legere et che legendoli l'homo se
sagradas; tiene la habilidad de insistir en lo que les está
farà tanto docto quanto bastará et che l'è meglío dire
uniendo y de relegar a segundo término lo que Ies está una cosa per lx proprii vocabuli che per queste circui-
separando, sin ocultarlo por completo. tione che usano poetí.22
La crítica de Sánchez de Arévalo del humanismo romano
El documento más importante de esa tendencia anti-
tiene que ser vista y valorada en su doble contexto romano
humantstica es probablemente O rationes contra poetas
y español. Su crítica corresponde a la tendencia antihu­
del obispo florentino Ermolao Barbara il vecchio.23
m anística de la curia, a la cual se oponía una tendencia
prohumanística no menos destacada. A ésta pertenecen En España, la postura antihumanística de Sánchez de
sobre todo los Papas Nicolás V y Pío II, a aquélla Pablo II, Arévalo se integra en la tendencia antiliteraria que hacia
entre otros, que fue Papa en la época de la pretendida con­ la mitad del siglo sigue al clima literario y humanístico
jura de los hum anistas, y al cual Sánchez de Arévalo ya de los decenios anteriores. El cambio puede verse de ma­
había dedicado el Spéculum vitae hum anae. En un informe nera paradigmática en las obras de Cartagena: en sus tra­
de 1468, el embajador milanés Blanchus nos ha transmi­ ducciones de Cicerón y Séneca (escritas en los años veinte
tido declaraciones de Pablo II que coinciden casi textual­ y treinta) se muestra abierto a la literatura de la antigüe­
m ente con las opiniones del obispo español que hemos dad, a pesar de sus reticencias siempre perceptibles ; en su
encontrado en el Spéculum vitae hum anae y el De reme- obra tardía O racional de Fernánd Pérez, escrita poco tiem­
diis afflictae ecclesiae: po antes de su m uerte, se ha vuelto (después de algunas
Comenzó S . S ta ad damnare moho questi studii de transiciones) hostil a la literatura mundana y pagana.24
hum anitá dicendo che se Dio gli prestava vita, voleva Los escritos romanos de Sánchez de Arévalo pueden inter­
providere ad due cose : l'una che non fosse licito studiare pretarse también como continuación directa de esa tenden­
in queste vane historie et poesie perche sono piene de cia de rigorismo moral, tendencia que llega a su fin extre­
heresie et maledictione ; l'altra che non fosse licito
m o en el De rem ediis afflictae ecclesiae.
imparare ne exercire astrologia perche da essa nascono
m olti errori dicendo li putti non hano ad pena dece anni Las obras de Sánchez de Arévalo, escritas en Roma
che senza che vadano ad scola sano mille ribaldarie, entre 1467 y 1469, resultan de una situación histórica
pensate come se degono poy impire de mille altri vicíi concreta y deben comprenderse a partir de esta situación.
quando legeno Juvenale, Terentio, Plauto, Ovidio et
Pero revelan además de manera paradigmática las tensio­
uesti altri libri, dicendo Juvenale monstra de repren-
ere li vicii, ma el ne fa docto et li ínsigna ad chi lo lege, nes y tiranteces que resultaron del choque de cristianis­
como fano anche questi nostri predicatori quali qualche mo y humanismo, y que determinaron en gran parte el
volta havemo reprehesi che predicando insignano fare 12345 clima cultural de los siglos xv y xvi.

Universitat Duishurg

1 La ponencia se enlaza a mi estudio sobre "Der Beitrag der Théologie E d u c a ti o n b y B is h o p K o d e r ic u s Z a m o r e n s i s , " Bulletin Hispanique, 32
zum Literaturbegriff in der Zeit Juans ÍI. von Rastillen," que aparecerá (1 9 3 0 ), 1 9 3 -2 1 7 ; S . R o m e r o M a r í n , " B r e v e t r a t a d o d e e d u c a c ió n de
en Romanische Forschungen, 89 (1977). Las introducciones de los dos d o n R o d r ig o d e A r é v a l o , " Las Ciencias, 3 (1 9 3 6 ).
trabajos parten de los mismos hechos y exprimen, por lo tanto, ideas 6 E d . m o d e r n a d e l o s d o s tr a t a d o s e n Prosistas castellanos del siglo
análogas. Para una discusión más detallada de los orígenes del huma­ X V , e d . M . P e n n a , B . A . E . , 1 1 6 (M a d r i d , 1 9 5 9 ) , p p . 2 4 9 - 3 4 1 .
nismo español, vea el trabajo bien documentado de O. DiCamillo, EÏ 7 L aboa, pp. 2 6 7 y s s .; T ra m e , p. 75.
humanismo castellano del siglo X V (Valencia, 1976), pp. 17-66.
8 C it a d o s e g ú n L a b o a , p . 4 0 9 .
2 L. von Pastor, Geschichte der Pdpste im Zeitalter der Renaissance,
9 C f. L ab o a, pp. 2 1 6 y 2 1 8 .
II, 13a. ed. (Freiburg-Rom, 1955), p. 333. La correspondencia está con­
servada en dos manuscritos: Ms. 166 del Corpus Christi College en 10 C it a d o s e g ú n L a b o a , p . 4 0 9 ( t r a d u c c ió n m í a d e l o r ig in a l l a t in o ) .
Cambridge, y Ms. Mss. Latini, Cl. 11, Cod. 103 de la Bibl. Naz. di S. 11 P l á t i n a , c it a d o s e g ú n e l M s . V e n e c i a , f o l. 7 8 r .
Marco en Venecia. Eds. parciales de la correspondencia se encuentran 12 C a m p a n o , c it a d o s e g ú n L a b o a , p . 4 0 5 .
en: T.A. Vairani, Cremonensium Monumento Romae extantia, Pars. I
13 F a z i n i , p . 3 7 5 .
(Romae, 1778), pp. 45-66 (corr. con Platina); M. Creighton, A History
of the Papacy during the Period of the Reformation, III (London, 1887), 14 Fazini y Maffei, pp. 383-6 y 390.
apéndice (corr. con Pomponio Leto); J.M. Laboa, Rodrigo Sánchez de 15 P a s t o r , p p . 3 3 2 y s s .
Arévalo, Alcaide de Sant'Angelo (Madrid, 1973), pp. 375-413 (corr. 16 T o n i , p - 2 2 4 ; L a b o a , p . 3 1 9 ,
con Fazini, Caffareíli, Maffei y Campano). 17 C it a d o s e g ú n e l M s . V e n e c ia , f o l. 9 7 v .
Obras de consulta sobre la problemática aquí tratada (además de las 18 O p . c i t , f o l . 9 3 v .
obras ya citadas): V. Zabughin, Gitilio Pomponio Leto (Roma, 1909-12),
19 C it a d o s e g ú n L a b o a , p . 3 8 2 .
2 vols.; T. Toni, S.J., "Don Rodrigo Sánchez de Arévalo, 1404-1470,"
20 E x i s t e n M s s . d e e s t a o b r a e n la s b ib lio te c a s d e V e n e c ia , F lo r e n c ia ,
Anuario de la Historia del Derecho Español, 12 (1935), 97-360; H. Jedin,
P a d o v a y d e l V a tic a n o . U s a m o s e l M s . Z - L - X C d e la B i b l . N a z . d i S a n
"Sánchez de Arévalo und die Konzilsírage unter Paul 11," Historisches
Jahrbuch, 73 (1954), 95-119; R.H. Trame, S.J., Rodrigo Sánchez de M a r c o e n V e n e c ia .

Arévalo, 1404-1470 (Washington, 1958); M. Penna, introducción a 21 Spéculum vitae hu m an ae, L ib r o I , c a p . 3 6 . El p a s a je e s t á e n ia


su ed. de Prosistas castellanos del siglo XV, B.A.E., 116 (Madrid, 1959), e d ic i ó n in c u n a b le u s a d a p o r m í ( s . l . , s . a . , d e s c r it a e n E b e r t , n ú m . 1 9 2 2 5
pp. LXX-XC1V. y e n H a i n , n ú m . 1 3 9 3 3 ) e n lo s f o ls . 8 8 r - 8 9 v .

3 M.. Menéndez Pelayo, Bibliografía hispano-latina clásica, III 22 C it a d o s e g ú n P a s t o r , p p . 7 6 9 y s s .


(Santander, 1950), p. 189. 23 E d . c r i t . d e G . R o n c o n i ( F i r e n z e , 1 9 7 2 ) .
4 Menéndez Pelayo, p. 188. 24 Tractado que se llam a el oracional de fern an d p e r e s . . .( M u r c i a ,
5 Eds.' modernas: H. Keniston, "A Fifteenth-Century Treatise on 1 4 8 7 ) , p r ó lo g o y c a p . 1 .

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