Está en la página 1de 2

7 Puertos y comercio marítimo en el Imperio Romano

Durante el Imperio Romano aparece el cargo denominado Praefectus Insularum


Baliarum Orae Maritimae que tenía que gestionar las aduanas y la
responsabilidad de la vigilancia de las costas.

El principal flujo de mercancías era para abastecer Roma y para su comercio. Era
el centro comercial del mundo. También acaparaba el tráfico administrativo y de
personal para la gestión del imperio.

Aparte de este principal flujo, estaban los relacionados con el comercio entre
puertos.
Los excedentes agrarios y ganaderos de las islas eran escasos y el comercio
relacionado con ellos no era muy importante, siendo pequeño en cantidad en
relación al comercio que, ya de oeste a este o de sur a norte, pasaba por la isla.
Rstudios arqueológicos basados en la procedencia y contenido de las ánforas de
los pecios muestran vinos itálicos del Maresme y de la Bética, aceite del norte de
Africa y de la Bética, cerámicas diversas y salazones de pescado que desde el sur
de la península iban con destino a Roma. En sentido inverso, joyas, objetos
artísticos, metales y manufacturas procedentes de Roma o del oriente, pasaban
con rumbo al oeste o al sur. Tráfico modesto en sus inicios, adquiere una relativa
importancia en el siglo I y parte del II, pues ya hacia finales de éste empieza una
importante crisis económica que duró hasta el final del imperio

Los grandes puertos de la antigüedad y del imperio romano, con obras de


infraestructura: dársenas, muelles, almacenes fueron los de Tiro y Cartago (para
las flotas fenicia y púnica), el del Pireo (para los griegos), Alejandría (para
griegos y ptolomeos) y los cercanos a Roma.

El Pireo fue la base del comercio marítimo de Atenas. Se comenzó a construir en


el siglo V aC y en su máximo esplendor disponía de tres dársenas, dos de ellas
militares, y la mayor comercial, dotada de amplios almacenes.

Alejandría fue, antes de la construcción de los puertos romanos, el más


importante del mundo. Fundado y construido junto con la ciudad por Alejandro
el Grande, intercambiaba productos del Índico, de África y de todo el
Mediterráneo. La ciudad estaba comunicada mediante un canal con el Nilo y
disponía de un gran puerto natural completado con dos grandes diques artificiales
en el Mediterráneo. En la bocana del puerto se hallaba el faro sobre el islote de
Pharos, y unido a tierra por el dique Heptaestadio de un kilómetro de longitud.
Tenía este faro más de 100 metros de altura y su luz podía ser vista desde 30
millas de distancia. Inaugurado en el 283 aC funcionó hasta 1303 cuando un
terremoto lo destruyó. Cuando Alejandría cayó bajo el dominio romano, fue el
principal puerto de exportación de cereales hacia Portus, uno de los puertos de
Roma.

A partir del siglo I aC los grandes puertos mediterráneos fueron los de Roma.
El puerto de Ostia, sobre el río Tíber cumplió las funciones de puerto de la
Capital del Imperio. Recibía y enviaba mercancías a todos los puertos del
Mediterráneo, así como la documentación y personas oficiales - cónsules,
funcionarios y soldados - y las embarcaciones de guerra. Sin embargo tenía
problemas técnicos de acceso y resultaba insuficiente para una actividad tan
intensa. Los grandes barcos no podían superar la barrera de la desembocadura del
Tíbet y desde los barcos grandes debían transbordar las mercancías a
embarcaciones más pequeñas.

Pouzzoles, en la bahía de Nápoles sirvió de puerto base para los grandes barcos.
Inició sus actividades al servicio de la ciudad de Roma en el siglo II aC y tuvo su
mayor actividad en el cambio de era.

Portus se inició a construir en el año 42, en tiempos del emperador Claudio, pese
a ser conocido como el puerto de Augusto. Tenía dos grandes dársenas. La
primera tenía diques de resguardo de 800 m. de longitud y 15 de ancho que
cerraban una dársena de 65 hectáreas. La segunda dársena, llamada Trajano, fue
construída a partir del año 62, con forma exagonal con lados de 358 m que
delimitaban una dársena de 33 ha. Se comunicaba con la primera (el puerto de
Claudio) por un canal interior.

Además de estos grandes puertos, el comercio mediterráneo y las


comunicaciones marítimas contaban con un amplio sistema de puertos e
infraestructuras impulsdas por los ingenieros romanos. Así, otros puertos
importantes fueron Leptis Magna, Siracusa, Massalia, Ampurias y Tarraco.

En ese amplio sistema, los puertos de las Baleares - Palma, Pollentia, Iamo,
Mago, Sanicera y Ebusus - tuvieron su papel de puertos de municipios nuevos o
medianos, como Palma y Pollentia. Eran puertos de islas con pocos recursos
naturales para exportar y, por tanto, puertos de transborde y de comercio.
Supieron aprovechar sus posibilidades. Probablemente no dispusieran de obras
artificiales ya que eran refugios naturales.

El puerto de Palma había un brazo de mar que entraba en tierra, cauce de una
riera que llegaba hasta el Borne y que se utilizó hasta el siglo XIV, defendido por
un pequeño dique a poniente. También Portopí debió ser utilizado como puerto

También podría gustarte