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Modelo Atómico.

Un modelo atómico por lo tanto, consiste en representar, de manera gráfica, la materia en


su dimensión atómica. El objetivo de estos modelos es que el estudio de este nivel
material resulte más sencillo gracias a abstraer la lógica del átomo y trasladarla a un
esquema.

Fue desarrollado durante la década de 1920, sobre todo por Schrödinger y Heisenberg.

Es un modelo de gran complejidad matemática, tanta que usándolo sólo se puede


resolver con exactitud el átomo de hidrógeno. Para resolver átomos distintos al de
hidrógeno se recurre a métodos aproximados.

De cualquier modo, el modelo atómico mecano-cuántico encaja muy bien con las
observaciones experimentales.

De este modelo diré que no se habla de órbitas, sino de orbitales. Un orbital es una región
del espacio en la que la probabilidad de encontrar al electrón es máxima. Los orbitales
atómicos tienen distintas formas geométricas.

En la simulación que tienes a la derecha puedes elegir entre distintos tipos de orbitales y
observar su forma geométrica.

Existen distintos tipos de modelos atómicos. El modelo atómico de Bohr o de Bohr-


Rutherford, por ejemplo, es un modelo cuantizado del átomo que se desarrolló para dar
explicación a la forma en que los electrones logran trazar órbitas que resultan estables en
torno al núcleo. Este modelo funcional no se basa en la representación física del átomo: se
orienta, en cambio, a usar ecuaciones para explicar su funcionamiento.
Modelo atómico de Thomson
Introduce la idea de que el átomo puede dividirse en las llamadas partículas fundamentales:

 Electrones, con carga eléctrica negativa

 Protones, con carga eléctrica positiva

 Neutrones, sin carga eléctrica y con una masa mucho mayor que la de electrones y
protones.

Thomson considera al átomo como una gran esfera con carga eléctrica positiva, en la cual se
distribuyen los electrones como pequeños granitos (de forma similar a las pepitas de una
sandía).

Modelo atómico de Rutherford.


En 1911, Rutherford introduce el modelo planetario, que es el más utilizado aún hoy en día.
Considera que el átomo se divide en:

 un núcleo central, que contiene los protones y neutrones (y por tanto allí se concentra
toda la carga positiva y casi toda la masa del átomo)

 una corteza, formada por los electrones, que giran alrededor del núcleo en órbitas
circulares, de forma similar a como los planetas giran alrededor del Sol.

Los experimentos de Rutherford demostraron que el núcleo es muy pequeño comparado


con el tamaño de todo el átomo: el átomo está prácticamente hueco.

Experimento de Rutherford.

Consistió en bombardear una lámina muy fina de oro (10-3 cm de espesor) con un haz de
partículas a. (Las partículas a son iones He2+; son uno de los tipos de partículas que se
producen cuando se descompone una sustancia radiactiva.)

Según el modelo de Thomson, lo que cabía esperar es que el haz de partículas atravesase la
lámina, separándose algo más unas partículas de otras. Sin embargo, Rutherford obtuvo unos
resultados sorprendentes: algunas partículas sufrían desviaciones considerables y una mínima
parte incluso rebotaba en la lámina y volvía hacia atrás.

El mismo Rutherford describe su asombro ante tal resultado con estas palabras: "...Esto era
lo más increíble que me había ocurrido en mi vida. Tan increíble como si un proyectil de 15
pulgadas, disparado contra una hoja de papel de seda, se volviera y le golpeara a uno..."

Las grandes desviaciones de algunas partículas a sólo se podían explicar por choque contra
una partícula de gran masa y elevada carga positiva. Esto hizo suponer a Rutherford que toda
la carga positiva del átomo estaba concentrada en un pequeño gránulo donde residía además
la casi totalidad de su masa. Los datos experimentales indicaban que el radio del núcleo era
más de diez mil veces menor que el del átomo.

Como el peso atómico de los elementos tenía un valor mucho mayor que el calculado a base
de los protones del núcleo, Rutherford sugirió que en los núcleos de los átomos tenían que
existir otras partículas de masa casi igual a la del protón, pero sin carga eléctrica, por lo que
las llamó neutrones. El neutrón fue descubierto experimentalmente en 1932 por Chadwick,
quien, al bombardear el berilio con partículas a, observó que se producían unas partículas
que identificó con los neutrones predichos por Rutherford.
Partícula Carga eléctrica (Coulombs) Masa (kg)

electrón - 1,6021 · 10-19 9,1091 · 10-31

protón + 1,6021 · 10-19 1,6725 · 10-27

neutrón — 1,6748 · 10-27

Fallos del modelo de Rutherford.

Se contradecía con las leyes del electromagnetismo de Maxwell, las cuales estaban
ampliamente comprobadas mediante numerosos datos experimentales. Según las leyes de
Maxwell, una carga eléctrica en movimiento (como es el electrón) debería emitir energía
continuamente en forma de radiación, con lo que llegaría un momento en que el electrón
caería sobre el núcleo y la materia se destruiría; esto debería ocurrir en un tiempo muy
breve.

Modelo Atómico de Bohr


El modelo atómico de Rutherford llevaba a unas conclusiones que se contradecían
claramente con los datos experimentales. Para evitar esto, Böhr planteó unos postulados que
no estaban demostrados en principio, pero que después llevaban a unas conclusiones que sí
eran coherentes con los datos experimentales; es decir, la justificación experimental de este
modelo es a posteriori.

Primer postulado

El electrón gira alrededor del núcleo en órbitas circulares sin emitir energía radiante.

La idea de que "el electrón gira alrededor del núcleo en órbitas circulares" existía ya en el
modelo de Rutherford, pero Bohr supone que, por alguna razón desconocida por el
momento, el electrón está incumpliendo las leyes del electromagnetismo y no emite energía
radiante, pese a que se trata de una carga eléctrica en movimiento, que debería emitirla
continuamente.

Segundo postulado

Sólo son posibles aquellas órbitas en las que el electrón tiene un momento angular que es
múltiplo entero de h/(2 · ð. )

.
Puesto que el momento angular se define como L = mvr, tendremos:

m: masa del electrón = 9.1 · 10-31 kg


v: velocidad del electrón
r: radio de la órbita que realiza el electrón alrededor del núcleo
h: constante de Planck
n: número cuántico = 1, 2, 3...
a0: constante = 0,529 Å

Así, el Segundo Postulado nos indica que el electrón no puede estar a cualquier distancia del
núcleo, sino que sólo hay unas pocas órbitas posibles, las cuales vienen definidas por los
valores permitidos para un parámetro que se denomina número cuántico, n.

Tercer Postulado

La energía liberada al caer el electrón desde una órbita a otra de menor energía se emite en
forma de fotón, cuya frecuencia viene dada por la ecuación de Planck:

Ea - Eb = h · n

Así, cuando el átomo absorbe (o emite) una radiación, el electrón pasa a una órbita de mayor
(o menor) energía, y la diferencia entre ambas órbitas se corresponderá con una línea del
espectro de absorción (o de emisión).

Correcciones al modelo de Bohr: números cuánticos.

En el modelo original de Bohr, se precisa un único parámetro (el número cuántico principal,
n), que se relaciona con el radio de la órbita circular que el electrón realiza alrededor del
núcleo, y también con la energía total del electrón. Los valores que puede tomar este número
cuántico son los enteros positivos: 1, 2, 3...

Sin embargo, pronto fue necesario modificar el modelo para adaptarlo a los nuevos datos
experimentales, con lo que se introdujeron otros tres números cuánticos para caracterizar al
electrón:

 Número cuántico secundario o azimutal (l)

 Número cuántico magnético (m)

 Número cuántico de espín (s)

Número cuántico secundario o azimutal (l).

En 1916, Sommerfeld modificó el modelo de Bohr considerando que las órbitas del electrón
no eran necesariamente circulares, sino que también eran posibles órbitas elípticas; esta
modificación exige disponer de dos parámetros para caracterizar al electrón.
Una elipse viene definida por dos parámetros, que son los valores de sus semiejes mayor y
menor. En el caso de que ambos semiejes sean iguales, la elipse se convierte en una
circunferencia.

Así, introducimos el número cuántico secundario o azimutal (l), cuyos valores permitidos
son: l = 0, 1, 2, ..., n - 1

Por ejemplo, si n = 3, los valores que puede tomar l serán: 0, 1, 2

Número cuántico magnético (m).

Indica las posibles orientaciones en el espacio que puede adoptar la órbita del electrón
cuando éste es sometido a un campo magnético externo (efecto Zeemann).

Valores permitidos: - l, ..., 0, ..., + l

Por ejemplo, si el número cuántico secundario vale l = 2, los valores permitidos para m
serán: -2, -1, 0, 1, 2

El efecto Zeemann se debe a que cualquier carga eléctrica en movimiento crea un campo
magnético; por lo tanto, también el electrón lo crea, así que deberá sufrir la influencia de
cualquier campo magnético externo que se le aplique.

Número cuántico de espín (s).

Indica el sentido de giro del electrón en torno a su propio eje. Puede tomar sólo dos valores:
+1/2, -1/2.

Fallos del modelo de Bohr.

El modelo de Bohr permitió explicar adecuadamente el espectro del átomo de hidrógeno,


pero fallaba al intentar aplicarlo a átomos polielectrónicos y al intentar justificar el enlace
químico.

Además, los postulados de Bohr suponían una mezcla un tanto confusa de mecánica clásica
y mecánica cuántica.

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