Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
BERGER J Sobre Las Propiedades Del Retrato Fotografico PDF
BERGER J Sobre Las Propiedades Del Retrato Fotografico PDF
2
SOBRE LAS PROPIEDADES DEL
RETRATO FOTOGRÁFICO
JOHN BERGER
3
4
ENTENDER UNA FOTOGRAFIA
- 1968 -
5
6
Hace más de un siglo que los fotógrafos y sus
apologistas reclaman que la fotografía se
incluya entre las bellas artes. No es fácil saber
si han llegado muy lejos en su defensa.
Es cierto que, pese a ser practicada, disfrutada,
utilizada y valorada por la inmensa mayoría de
la gente, la fotografía no es considerada como
un arte. Los argumentos esgrimidos por
quienes han defendido su inclusión entre las
bellas artes (yo mismo he estado entre ellos)
han sido un tanto académicos.
9
Las fotografías testimonia una elección
humana en una situacion determinada. Una
fotografía es el resultado de la decisión del
fotógrafo de que merece la pena registrar que
ese acontecimiento o ese objeto se han visto.
Si todo lo que existe se fotografiara
continuamente, las fotografías carecerían de
sentido. Las fotografías no celebran ni el
acontecimiento ni la facultad de la visión en sí.
Son un mensaje acerca del acontecimiento que
registran. La urgencia de este mensaje no
depende enteramente de la urgencia del
acontecimiento, pero tampoco es
completamente independiente de este. En
forma más sencilla, el mensaje decodificado
significa: he decidido que merece la pena
registrar lo que estoy viendo.
16
LA IMAGEN CAMBIANTE DEL HOMBRE
EN EL RETRATO.
- 1969 -
17
18
Me parece poco probable que se pinten más
retratos importantes. Es decir, retratos en el
sentido en que entendemmos hoy el arte del
retrato pictórico. Puedo imaginarme series de
momentos destinados a representar la
personalidad de individuos concretos. Pero
éstos no trendrán nada que ver con las obras
que hoy encontramos en la National Portrait
Gallery de Londres.
24
Los malos pintores nunca pasaron del
estereotipo. Los buenos profesionales (Hans
Memlic, Lucas Cranach, Tiziano, Peter Paul
Rubens, Anton van Dyck, Diego Velázquez,
Frans Hals, Philippe de Champaigne) pintaron
individuos, pero eran hombres, no obstante,
cuyo carácter y expresión facial se veían y
juzgaban a la sola luz de una función social
prefijada. El retrato debía ajustarse como un
traje a medida, pero el tipo de traje se daba por
supuesto.
27
Después de Géricault, el retrato profesional
degeneró y se convirtió en un modo de
adulación personal burdo y servil, cínicamente
ejecutado. Ya noera posible creer en el valor de
las funciones sociales elegidas o asignadas.
Algunos artístas sinceros pintaron cierto
numero de retratos “íntimos” de sus amigos o
de sus modelos (Jean-Baptiste Camille Corot,
Gustave Courbet, Edgar Degas, Paul Cézanne,
Vincent Van Gogh), pero en todos ellos la
única finción social de la persona retratada es
precisamente la de ser pintada. El valor social
implícito es el de la amistad personal (la
proximidad) con un artísta original, o el de ser
visto de esa manera con la persona retratada
(ser “interpretado” de esa manera) por él. En
cualquiera de los dos casos, el modelo o la
modelo está superditado al servicio del pintor,
en cierto modo como si fuera una naturaleza
muerta. Finalmente, no es la personalidad del
retratado o su función social lo que nos
impresiona, sino la visión que de él nos ofrece
el artista.
28
Henri de Toulouse-Lautrec fue la excepción
importante a esta tendencia general.
Toulouse-Lautrec pintó una serie de retatos de
prostitutas y personajes de cabaret. Cuando los
examinamos, ellos nos examinan a nosotros.
Por mediación del pintor se establece una
reciprocidad social. Lo que se nos presenta no
es un disfraz -como en el caso del retrato
oficial-, ni tampoco meras criaturas nacidas de
la imaginación del pintor. Sus retratos son los
únicos retratos de finales del siglo XIX que
resultan convincentes y con concluyentes en el
sentido que lo hemos definido antes. Son los
únicos retratos pinctóricos en cuya evidencia
social podemos creer. No sugieren el estudio
del artista, son “el mundo de Toulouse-
Lautrec”: es decir, un medio social especifico
y comlpejo. ¿Por qué fue una excepción
Toulouse-Lautrec? Porque a su manera
excéntrica creía en la función social de sus
retratados. Pintó a los artistas de cabaret
porque admiraba sus actuaciones; pintó a las
prostitutas porque reconocía su utilidad.
29
Retratos de Henri de Toulouse-Lautrec (1864-1901)
30
En las sociedades capitalistas, durante el
último siglo, el número de quienes seguían
creyendo en el valor de las funciones sociales
asignadas se redujo de forma drástica. Ésta es
la segunda respuesta a la pregunta que nos
planteábamos al empezar con respecto al
declive del retrato pictórico.
Sin embargo, esta segunda respuesta sugiere
que existiera una sociedad más coherente y
confiada, podría resurgir el retrato pictórico, lo
cual parece bastante improbable. Para entender
por qué, hemos de considerar una tercera
respuesta.
31
Se oye hablar continuamente de las crisis de la
novela moderna, pero de lo que se trata ante
todo es de un cambio en la cual los
acontecimientos se desarrollan en un orden
cronológico lineal. Esto se debe a que somos
demasiados conscientes de todo lo que se
cruza lateralmente en la línea de la narración.
Es decir, en lugar de ser conscientes de un
punto que constituye una parte infinitesimal en
un línea recta, somos conscientes de este punto
como una parte en un número infinito de
líneas, como centro de una intersección de
líneas. Esta conciencia es el resultado de tener
en cuenta constantemente la simultaneidad y la
extensión de los acontecimientos y de las
posibilidades.
35
36
37
38
39
100% libre de humo de copyright.
40