El Acantilado, 239
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
TIM~LANNING
EL TRIUNFO
DE LA MÚSICA
LOS COMPOSITORES,
LOS INTÉRPRETES Y EL PÚBLICO DESDE
1700 HASTA LA ACTUALIDAD
----------,
BIBLIOTECA
•
UNIDAD DE ARTES
fl IVFlSIOAD fPJ.1aVU1a
15680
TÍTU 1. 0 ORIGINAL Th e Triumph o/ M u sic in the Modern World
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QUA DE R N S CRE MA Compo.\"ición
Ro M AN Y i\- vAL L s Impresión y encuadernaci6n
Prefacio 9
Introducción 11
Wagner y Bayreuth 1 69
La invención de la música clásica 1 So
Eljazz y el romanticismo 184
El rock y el romanticismo r 89
3· LUGARES Y ESPACIOS :
DEL PALACIO AL ESTADIO 19 7
Iglesias y teatros de ópera 197
Conciertos en tabernas y palacios 210
Las salas de conciertos y la sacralización de la música 2 I 5
Templos para la música 222
Bayreuth y París: dos formas de dignificar la música 233
La democratización del espacio musical 242
Lugares y espacios para las masas 257
CONCLUSIÓN
Cronología 52 2
Bibliografía relacionada 534
Créditos de las ilustracion es 549
Lista de ilustraciones en color 555
f ndice analítico 557
Este libro está dedicado a todos los estudian-
tes y profesores con los que he trabajado en
Cambridge y en otros lugares, especialmente
a Derek Beales, ]onathan Steinberg, Chris
Clark y Roderick Swanston.
PREFACIO
9
PREFACIO
lO
INTRODUCCIÓN
II
<<Party at the Palace>>: el Concierto de Aniversario de la reina Isabel II,
3 de junio de 2002.
12
INTRODUCCIÓN
I3
Brian May interpreta <<Dios salve a la reina» al comienzo del Concierto
de Aniversario, el3 de junio de 2002. Según The Daily Mirror: <<Habría
que apresurarse en declarar el pelo de Brian May monumento nacional>>.
INTRODU C CIÓN
r6
INTRODUCCIÓN
I7
INTRODUCCIÓN
18
I
CATEGORÍA:
«ES USTED UN HOMBRE-DIOS,
EL VERDADERO ARTISTA POR LA GRACIA
DE DIOS»'
20
CATEGORÍA
' Pi ero Weiss y Richard Taruskin (eds.), Musicin the Western World:
A History in Documents, Nueva York y Londres, 1984, pp. 25, 28.
J Oliver Strunk (ed.), Source Readings in Music History, rev. de Leo
21
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
22
CATEGORÍA
23
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
"LibroVJII. '
0
Oliver Strunk, op. cit., p. 142.
25
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
27
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
•s Pie ro Weiss y Richard Tarusk in, op. cit., pp. 1ll 1., 8 4.
CATEGORÍA
29
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
many», en The Classical Era: From the I 74 os to the End o/ thc Eightcenth
Century, Neal Zaslaw (ed.), Londres, 1989, p. 242.
20
L. Schneíder, Geschichte der Oper und dn K6niglichen Opernhau-
ses in Berlin, Berlín, r842, Beílagen, 17.
30
CATEGORÍA
31
EL TRIUNFO DE LA MlJSICA
volr: The Early Years I7J2· f76), Londres, 19 7 6-J98o , pp. 350 -352 .
CATEGOHÍA
'· " H. C. Robbins Landon y David Wyn Jones, Haydn: His Lije and
Music, Londres , 19H8, pp. 118-119.
27 Jhidcm, p. 169. Al príncipe tampoco le hizo gracia que Haydn tu-
viera una idea tan poco acorde con su condición social como la de apren-
der a tocar por su cuenta d haritón .
33
EL TRIUNFO D E LA MÚSICA
28
Karl Geiringer, op. cit., p. 59.
2
9 Citado en David Andrew Threasher, «Franzjoseph Haydn (1732-
r8o9) Symphonies nos. 40-54 >>, en las notas de acompañamiento a la
edición del álbum Haydn symphonies nos. 4 o-54, interpretado por la Or-
questa Austro-Húngara con la dirección de Adam Fischer, vol. 3, Nim -
bus N I 5530/4 (r997l.
34
CATEGORÍA
30
László Somfai. }oscph 1/aydn. Scin Lcben in zeitgenossischen Bil-
dern, Budapest, 1966, p. 57·
'
1
H. C. Robbins Landon, Haydn: Chronicle and Works, op. cit., II:
Haydn at Ertcrháza, 1766-I790, p. 737·
"lbidem,pp.741,745·
35
HANDEL, HAYDN
Y LA LIBERACIÓN DEL MÚSICO
·' ' C.F Pohl,}oscph llavdn , voL 1, Berlín, 1875 , p.112; H. C. Rob-
bins LanJon y David W yn ,Iones , 1-/aydn: His L1/e and Music, op. cit. ,
p. 11 8 .
37
"
~~ ......~~
CONCEKTl
•
Ji'Ul!1V TK.ti'ER!iiJ CONCENT.tTO
~ YIOUNI YlOLA' R.tsso.
97
ca en «The rise of the public sphere», Parte 11, en The Cultu re o/ Power
and the Powero/Culture: OldRegime Europe r66o-r789, Oxford, 2002.
J? Donald W. Krummel, «Publishing», en The New Grave Dictionary
39
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
p. 595.
44 Ibidem, p. 596.
40
Retrato del duque de Alba , obra de Goya (1795).
41
Retrato de Franz }oseph H aydn , obra
de J. E. von Mansfeld .
45 Ibidem, p . 447, n. 5·
CATEGORÍA
6
• Derek Beales, «Religion and culture», en Th e Short Ox/ord His-
tory o/Europe: The Eighteenth Century, T. C. W. Blanning (ed.), Oxford,
2000, p. 149.
47 Ibidem, p.368.
4 8 Don ald Burrows, «Han del: his lífe and work», en Handel, Simon
(ed. ), p. 17.
4 9 En la actualidad , el origin al se encuentra en el Museo Victoria and
43
Estatua de Handel , obra de Louis Franc;:ois Roubiliac.
44
Monumento a Handel, obra de Louis Fran<;ois Roubiliac,
Abadía de Westminster.
45
EL TRIUNFO D E LA MÚSICA
EL CONCIERTO VE SALOMON
47
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
55 Ibidem, p. 56.
56 H. C. Robbins Landon y David Wyn Joncs, Ha ydn. Hi.l Lt/c and
Music, op. cit., p. 23 7. Como hemos visto, es imposible calcular con pre-
cisión el salario de Haydn , precisamente porque recibía en especie gran
parte de su remuneración .
57 Ibidem, p. 252.
XVIII , véase Peter Schleuning, Das 18. ]ahrhundert. Der Bürger erhebt
Iich, Hamburgo, 1984, p. 144, y Adam Carse, The Orchestra in the
Eightccnth Centurv, Cambridge, r 9 4 0, passim .
49
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
i
¡
l
CAT EG ORÍA
5I
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
52
La apoteosis de Haydn, 27 de marzo de r8o8, pintada originalmente por
Balthasar Wigand en una caja.
53
EL TRIUNFO DE LA MLJSICA
6
5 H. C. Robbins Landon , 1-Jaydn : Chronic/1' and Workx, op. cit. , r,
54
CATEGORÍA
6
7 Giorgio Pestelli, The Agc u/ Mozart and Beethoven, Cambidge,
1984, p. 143·
68 Emily Anderson (ed.), 'J'he Letteri o/ Mozart and His Family, 3 ."
ed., Londres, 1985, pp. 716-717.
55
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
7' Ibidem, p. 6 3.
7' Ed uard Ha nslick, Gesch ichte des Concertw esens in W ien , 2 vols.,
Viena , d l6 9 , 1, p. 38.
73 Mozart a su padre, 2 2 de diciembre de 17 8 1, en Emily Anderson
(ed. ), Th c Letter.1 o( Moza rt and lli.r Family, op. cit., p. 789 . Citado tam-
bién en Maynard Solomon, Mozart: A Lije, Lon dres, 19 9 5, p. 28 7 .
7 4 Mozart a su pad re, 21 de di ciemb re de 1782 , en E mily Anderson
57
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
(ed.), The Letters o/Mozart and His Family, op. cit., p. 832. Citado tam-
bién en Volkmar Braunbehrens, Mozart in Vlcnna, Oxford, 1991, p. 134.
75 Maynard Solomon , M(;zart: A Ll(c , op. cit., pp. 291 - 292. Se pue-
de encontrar una lista completa en Emily Anderson (ed.l, Th e Letters
o/ Mozart and His Family , op. cit., pp. 870-872. Véase también Neal
Zaslaw, Mozart's Symphonles: Context, Performance, Practice, R eception,
Oxford, 1989, p. 376.
ss
CATEGORÍA
7
6
Volkmar Braunbehrens, Mozart in Vienna, op. cit., pp. rr8-u9.
77 Jbidem, pp. 141, 36J-368.
59
'!
EL TRIUNFO DE LA MlJSICA
6o
CATEGORÍA
6r
Retrato de Monteverdi , obra de Bernard o
Strozzi ( 1640).
8
' Tilman Seebass , «Lady Music and her protégés. F rom musical
allegory to musicians ' portraits>> , Musica Disáplina, 19 88 , p. 24.
82
Ludwig Finscher, Rolf Ketreler y J org J ewanski , «Musik und bil-
dende Kunst: Der Komponist als Objekt>>, en Musik in Geschichte und
Gegenwart, vol. VI , cols. 77 5-776.
Retrato deJohann Sebastian Bach, obra
de Elias Gottlob Haussmann (1746).
Londres, 1985, p. 33 ·
Retrato de Georg Friedrich Handel, obra de Thomas Hudson (1756).
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
66
CATEGORÍA
68 ¡
1
Anuncio de bombones Mozartkugeln.
70
CATEGOKÍA
72
El cortejo fúnebre de Beethoven en I827, obra de Franz Stober.
73
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
74
CATEGORÍA
p. 737·
Stendhal, Lz/e o/ Rosiini, Londres, 19 56, p. 30.
75
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
102
Ibídem, p. 40 7 .
IOJ A llgemeine Musikalische Zeitung, 9 4 , u de noviembre de 1820 ,
pp. 74 6 ·7 47 ·
10
4 Alice M. Hanson, Musical Lz/e in Biedermeier Vienna , Cambrid-
06
' Citado e n Ali ce M. Han son . Musical Ltfe in Biedermeier Vienna,
op. cit., p. 6 6.
'
07
Ihidem , p. 6 7 .
•o H Citado en Paui.Johnson , Thc Birth o/ the Modern: Wortd Society
77
l
l
j
j
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA l
hal publicó la Vida de Rossini, que comienza con estas pa-
labras: «Napoleón ha muerto, pero un nuevo conquistador
¡
se ha presentado ante el mundo, y de Moscú a Nápoles, de !
Londres a Viena, de París a Calcuta, todos se hacen len- ~
~
guas de él. La fama de este ídolo no conoce fronteras, sal-
vo las de la propia civilización. ¡Y ni siquiera ha cumplido 1
los treinta y dos años! La tarea que me he fijado ha sido la
de trazar los senderos y las circunstancias que lo han lleva-
do a alcanzar tal trono de gloria con tan temprana edad». ro 9 1
Las ganancias de Rossini corrían parejas: se dice que en
il
una única temporada en Londres en r823 ganó 30 ooo li- 1
bras netas, una auténtica fortuna en aquella época. ' ' 0 Al fi-
nal del decenio era tan rico, que pudo pasar los siguientes
cuarenta años en un retiro opulento, sin volver a escribir
una ópera. Al parecer, era bien consciente de su categoría;
cuando fue presentado a Jorge IV, dijo que «Su Majestad
estaba ante los dos hombres más grandes de Europa: Ros-
sini y Wellington».' 11
'
0
9 Stendhal, Lz/e o/ Rossinz, op. cit., p. 1.
"
0
P au!Johnson , Th e Birth o/ the Modern, p. 128.
«Rossini», The Musical World, xx v , 2 deseptiemhre de 18 36 , p. 191.
l
CATEGORÍA
79
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
So
.• '·' 1
& !
-~~-,,:.,__,_O~.---.................-.......................,_,M__ ,___,_ _ _~J
Retrato de Niccolo Paganini, obra
de J. A. D. Ingres (r819).
11
5 Heinrich Panofka, «Correspondenz, Paris September 18 34 (Paga-
8r
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
6
" Citado en Edward Neill , «Niccoló Paganini >>, en The New G rove
Dictionary o/ Music and Muszáans, op. cit, x VIII , p. X9 o .
" 7 John Sugden , Niccoló Paganini: Suprcmc Violinist or Devil'.r
"9 Joseph -Marc Bailbé et al. (eds.), La Musique en France al' époque
122
A Eckermann, citado en ibidem, p. 4 3.
121
Michael Raeburn y Alan Kendall (eds.), Heritage o/Music, vol. 11:
The Romantic Era, Oxford, 1989, p. r8o.
' 4 Citado en Bailbé, La Musique en France d !' époque romantique, op.
2
cit., p. 202.
CATEGORÍA
26
' Frederic Ewen (ed.), Th e Poetry and Prose o/ Heinrich Heine,
Nueva York, 1948, pp. 620-621.
a H einrich Heine, Narrativa , trad. de Sabíne Ribka, Akal , Tres Can -
tos, pp.1 09-1I0 .
86
CATEGOHÍA
88
CATEGORÍA
'l' Alan Walkcr, Franz Liszt: The Virtuoso Years r8n-r847, op. cit.,
p. 374·
'l' Adrian Williams (cd.), Portrait o/ Liszt, op. cit., p. 189.
'll Alan Walker, Franz Liszt: The Virtuoso Years r8n-r847, op. cit.,
p. 288.
'J4 Ibidem, p. 221.
Caricatura francesa de Liszt con su famosa-y fálica-espada bien visible.
'35Ibidem, p. 146.
'3 6
Ibidem, p. 289. En cierta ocasión, yo mismo empleé, durante una
conferencia en el Instituto Histórico Al emán de París, una variación de
esta táctica, con resultados igualmente gratifican tes.
A un hombre descortés con reyes y emperadores no
debían de causarle una gran impresión los aristócratas, a
los que de hecho desconcertaba la «autosuficiencia de su
conducta».' 37 En 18 38, Heinrich Ehrlich, pupilo de otro
virtuoso, Sigismond Thalberg, se quedó asombrado al asis-
tir en Viena a un concierto en el que Liszt «rompió todas las
barreras sociales». Al acabar su actuación, Liszt se acercó
informalmente al público y habló en francés con los miem-
bros de la alta nobleza sentados en la primera fila «como si
fuera de la familia». En el siguiente concierto, la nobleza
se acercó a él: «En el escenario, apiñadas alrededor del ar-
tista, había señoras de la más alta aristocracia, con las que
hablaba durante los intervalos». 138 En realidad, hacía algo
más que hablar: como en el caso de Paganini, el atractivo
sexual de Liszt formaba parte de su carisma.
Su imagen titánica descansaba en gran medida en su re-
putación de rompecorazones, con preferencia por las da-
mas de la más alta sociedad. Entre sus primeras conquistas
se contaron la condesa Adele Laprunarede, que más ade-
lante se convertiría en la duquesa de Fleury, y la condesa
Pauline Plater. Cuando se pidió a ésta que clasificara a los
tres grandes pianistas que habían tocado en su salón-Hil-
ler, Chapín y Liszt-, contestó que Hiller sería el mejor
amigo, Chopin el mejor marido y Liszt el mejor amante. La
habilidad de cada uno de ellos al piano no parece ser lo que
más interesaba a la condesa.'H
La relación más duradera de Liszt fue la que mantuvo
' 37 Adrian Williams (cd.), Portrait o/ Liszt , op. cit., p. r 02. Éste fue el
comentario del diplomatico Philipp von Neuman tras presenciar la acti-
tud relajada de Liszt al ir a ver a la princesa Metternich, esposa del can-
ciller de Austria.
'l~ Jh¡Jem , p. ro6.
' 3'1 AJan Walker, Franz Lúzt: Th e Virtuoso Yean r8 II-184 7 , op. cit., p.
149·
91
EL TRIUNFO D E LA MlJSICA
con la condesa Maríe d' Agoult, hija de una rica familia ale-
mana de banqueros y casada con una de las familias más an-
ti guas de Francia (uno de los testigos de su boda había sido
el rey Carlos X). Sin embargo, tuvo tres hijos ilegítimos con
Liszt. Uno de ellos, Blandíne, se casó con el político fran-
cés Émíle Ollivier, que llevó a Francia a la catastrófica gue-
rra con Prusia de 18 yo, y otra, Cosima, se casó primero con
Hans von Bülow y luego con Richard Wagner.'4° En la dé-
cada de 1840 Liszt formó «una pareja creada por el cielo»
y ampliamente publicitada con Lola Montez (nacida Eliza
Gilbert), la cortesana más famosa de su época, antes de que
lo abandonara por el rey Luís de Baviera.
Entre 1838 y 1846 , Líszt dio más de mil recitales en pú-
blico por toda Europa y allá adonde iba se le dispensaba un
recibimiento extático, sobre todo por parte del público fe-
menino. El Ox/ord English Dictionary registra que la expre-
sión «Beatlemania» se empleó por vez primera en diciembre
de 19 6 3, cuando The Times la definió como una condición
«que encuentra expresión en bolsos, globos y otros artícu-
los en los que aparece la imagen de los ídolos, o en los gritos
histéricos de las jovencitas cuando los cuatro Beatles actúan
en público». Heínrich Heíne inventó la palabra «Lisztoma-
nia» para describir un fenómeno muy similar observado en
los conciertos de Liszt: «¡Frenesí incomparable en la histo-
ria del frenesí!». Un especialista en enfermedades femeni-
nas al que Heine consultó le dirigió una «sonrisa misterio -
sa» y a continuación habló largo y tendido sobre la histeria
colectiva en un espacio cerrado desatada por un afrodisía-
co musical.' 4 ' Las mujeres llevaban su imagen en camafeos
y broches, se peleaban por conseguir los posos de su taza de
92
Caricatura de la época de un concierto ofrecido en 1842 por Liszt en Berlín.
93
Franz Liszt, litografía de Josef Kriehuber
(! 8 4 6).
' 4 3 Ernst Burger, Fra nz Liszt: A Chronicle o/ His Lt/e in Pictures and
94
CATEGORÍA
'44 Adrian Williams (ed.), Portrait o/ Liizt, op. cit., pp. 440, 442.
'4í Alan Walker, Franz Liszt: The Virtuoso Years I8II-I84J, op. cit.,
p. 287.
95
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
6
'4 Citado enJohn Deathridge y Carl Dahlhaus, Th e New Gro ve Wag-
ner, Londres, 1984 , p. 6o.
El 12 de agosto de 18 7 6 , el emperador alemán Guillermo 1 recorre las
calles de Bayreuth desde la estación de ferrocarril hasta el Teatro del
Festival de Wagner.
97
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
r5o Citado en Alan Walker, Franz Liszt· Thc Final Ycan I86J-I886,
99
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
EL TRIUNFO D EL MÚSICO
E N E L MUNDO MODERNO
100
CATEGORÍA
101
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
p. 222.
•6 o Hans Erismann , Richard Wagn er in Zürich, op. cit., p. 62.
rGr «"Bueno, me gustaría ser un poco más grande, si no le importa a
102
J
CATEGORÍA
' ' Stewart Spencer (ed.), Wagn er Remembered, op. cit., p. 9r. Cuan-
6
103
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
' 6J Alan Walker, Franz Liszt: Thc Wcimar Yc·ars r848-r86I, Londres,
1989, p. 261, n. IOI.
' 64 http://en.wikipedia.org/wiki/Thc_ Three_Tcnors.
104
¡·
CATEGORÍA
105
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
106
CATEGORÍA
107
EL TRIUN 1'0 DE LA MÚSICA
66
' J ohn Harris, «Poli position>>, en The Beatles: Ten Years That Shook
the World, Paul Trynka (ed.) , Londres, 2co4, p. 109.
• 6 7 Paul Johnson, «The mena ce of Beatlism>>, New Statesman , 28 de
108
El líder de la oposición en Inglaterra, Harold Wilson, hostigado por los
Beatles tras entregarles un premio en la ceremonia celebrada el 19 de marzo
de 1964 en el Variety Club .
109
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
8
'" G eorge Melly, R evolt into Style. Th e Pop Art.s in tbe so.s and 6o.r,
Oxford, 1989, p. 82.
6
' 9 Cabe conjeturar con bastante seguridad que en esta ocasión sir
I 1O
Tony Blair saluda a Noel Gallagher, de Oasis, en una recepción en el n. 0 ro
de Downing Street, poco después de las elecciones generales de 1997.
17 1
Ibidem, p . 156 .
III
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
17
' Ibidem, p. 345. 1
" fbidcm, p . .l\ 7 -
II2
CATEGORÍA
1 13
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
'71 Miranda Sawyer, «Police, nudity, furious punters anJ taking out
U2>>, The Guardian, 6 de mayo Je 200 5.
' 7 6 New Musical Express , 5 Je julio de 2006.
I 14
0
Bono y Bob Geldof visitan a Tony Blair en el n. ro
de Downing Street el22 de mayo de 2003.
I I 5
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
'79 Paul Vallely, «Can rock stars change the world?», The Indepen-
II6
CATEGORÍA
18 1
Paul Valle! y, «The Missionary», Tb e Independent, 13 de mayo de
2006, p . 4!.
18
' Anthony Barnes, «Arise Sir Bono!», ibidem, 24 de diciembre de
2006,p.J.
' 8J Paul Vallcl y, «The Missionary» , op. cit., p. 41.
11 7
2
PROPÓSITO:
«LA MÚSICA ES EL ARTE MÁS
ROMÁNTICO»'
' David Charlton (ed .), E. T A. Ho// mann \ Muúcal Writings: Kreis-
leriana, The Poet and the Composer, Music Criticism, Cambridge, 1989,
p. 96. Véase la idea de Lamartine de que «la música es la literatura del
corazón, reanuda la comunicación allí donde cesan las palabras», citado
en L. M. Gottschalk, <<La musique, le piano et les pianistes», La France
Musicale, 24 , 45 , 4 de noviembre de 186o , p. 433.
rr8
ws
PR O PÓSITO
I I 9
Interpretación de La princesa de Elis como parte de Los placeres de la isla
encantada, una extravaganza multidisciplinar al aire li bre representada en
Versalles en honor de la amante de Luis XIV, Louise de la Valliere, duran-
te siete días en mayo de 166 4. Moliere era el encargado de la parte teatral
y Lully dirigía la música . Grabado de Isra el Silvest re (1664 ).
[20
PROPÓSITO
121
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
6
Peter Burke, The Fabrication o/Louis XIV, New Haven, 1992,
p. 65.
7 Elizabeth Hyde, Cultivated Power: Flowers, Culture and Politics
in the Reign o/Louis XIV, Filadelfia, 2005, passim. En sólo cuatro años,
el vivero real de París (uno de los muchos existentes) envió dieciocho
millones de tulipanes y otros bulbos; ibidem, p. 160.
8
Antoine Schnapper, «The King of France as collector in the sev-
enteenth century», en Art and History: Images and Their Meaning,
Robert l. Rotberg (ed.) yTheodore K. Rabb, Cambridge, 1988, p. 195.
9 Rebecca Harris-Warrick, «Magnificence in motion: stage musi-
I22
PROPÓSITO
123
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
' J RudolfBraun y D avid Gugge rli , Macht des Ta nzi'I-Tanz der Miich-
j
~l
.
PROPÓSITO
' 7 Donald Jay G rout, <<Some forerunncrs of the Lully opera», Music
125
EL TRI U NFO DE LA M l J SICA
Grove Dictionary o/Music and Musicians , op. cit., XIV, pp. 139-140.
2 4 Jean-Marie Apostolides , L e Roi-machine. Spectacle et politique au
126
PROPÓSITO
12 7
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
128
PROPÓSITO
129
Plano de la ciudad de Mannheim a mediados del siglo xvr 11.
J
2
Friedrich Walter, Geschichte des Theaters und der Musik am kur-
pfiilzischen Ho/e , Leipzig, 1898, p. 99·
130
PROPÓSITO
!960, p. 7!.
36 JohnA. Rice, W A. Mozart, La Clcmenza di Tito, Cambridge, 1991,
p. 45·
T32
PROPÓSITO
Lille, 1994, p. 6 7.
133
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
tecido en 1729.
40 Hans T. David y Arthur Mendel (eds.), The New Bach Reader: A
134
PROPÓSITO
135
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
136
PROPÓSITO
13 7
EL TRIUNFO DE LA M(JSICA
139
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
47 Michel Brenet, Les Concerts en France sous l' ancien régime, op.
cit., p. II7.
8
4 Karl Czok, «Zur Leipziger Kulturgeschichte des 18. Jahrhun-
derts», en ]ohann Sebastian Bach und die Au(kliirung, Reinhard Szekus
(ed.), Leipzig, 1982, p. 26.
l,
El antiguo edificio de la Gewandhaus de Leipzig, pintado por el multifa-
cético Felix Mendelssohn.
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
mado por unas sesenta personas. 4 9 Ése fue el grupo que en-
tre 1729 y 1736 dirigió Bach.
En 17 43, una sociedadmusicalmás ambiciosa, que se ha-
cía llamar Grand Concert, fue fundada por dieciséis ciu-
dadanos, cada uno de los cuales prometió donar dieciséis
táleros imperiales al año para costear conciertos. 5° Los co-
merciantes del consejo de administración respondieron al
incremento de la demanda como buenos emprendedores
aumentando el número de conciertos durante las tres gran-
des ferias comerciales celebradas en la ciudad cada año.
En 17 8 1, una asociación de reciente creación inauguró una
nueva y espléndida sala de conciertos en la antigua sala de
los pañeros, cuyo nombre alemán, Gewandhaus, ha inspi-
rado el de una tradición sinfónica que ha perdurado hasta
la actualidad. En el primer concierto, una orquesta forma-
da por treinta músicos interpretó un programa mixto de
sinfonías, música de cámara, arias operísticas y una obra
coral ante un público de quinientas personasY
Es posible encontrar un modelo similar en otros cen-
tros comerciales como Fráncfort del Meno, Hamburgo y
Lübeck. Sin embargo, prácticamente en todas partes, el
impulso no procedió de personas plebeyas, sino de aristó-
cratas. Incluso en Leipzig, entre los dieciséis ciudadanos
que fundaron las series Grand Concert en 17 4 3 había tan-
to nobles como burgueses. Los músicos profesionales que
organizaron por primera vez conciertos en Londres anhe-
laban contar con una clientela compuesta exclusivamente
por miembros de la alta sociedad, y sus aristocráticos pa-
vom 25. November IJ9I bis 25. Novemher r88r, Leipzig, r884, p. J.
50 Horst Thieme (ed.), Leipzig. Strez/züge durch die Kulturgeschich-
143
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
LA SECULARIZACIÓN DE LA SOCIEDAD, LA
SACRALIZACIÓN DE LA MÚSICA
1
1
Una función muy importante del concierto público fue la
de dar respetabilidad a la música. Las interpretaciones en
las iglesias no podían ser más que lo que eran, por supuesto,
pero, en el mundo secular, se tenía de la música una imagen
disoluta. Las cantantes y las bailarinas tenían fama-me-
recida en muchos casos-de ser además prostitutas. 56 En
Francia, esta asociación se estableció al final del reinado de
Luis XIV.Jean de Tralage escribió en r69o que, en tiempos,
casi todas las mujeres que actuaban en la ópera estaban ca-
I44
La Petite Loge, deJean-Michel Moreau (1783). Una proxeneta
presenta a su chica a dos aristócratas en un palco de la ópera.
145
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
59 Ibídem, p. 30.
6 ° Frances Burney, Evelina, or The History o/a Young Lady's Entran-
ce into the World, Margaret Anne Doody (ed.), Londres , 1994, p. u6.
PROPÓSITO
147
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
LA REVOLUCIÓN ROMÁNTICA
148
PROPÓSITO
et critique par Grim m, Diderot, Raynal, Meister, etc., vol. 11 , París , 1877,
p. Ji z; ]ournal el mémoire.1du marquix d'Argen.w n, E.]. B. Rathery (ed.) ,
vol. VIII , París, 186 7, pp. 13, 20.
68
Citado en Wlliam Weber, «Learned and general musical tas te in
eighteenth century France», Past and Present, 89, 198 0, p. 7 3, yJean-Ma-
rie Duh amel, La Muiique dan s la ville, o p. cit., p. 4 7, respectivamente.
6
9 Jean -J acques Rousseau, The Con/essions , op. cit. , p. r8o.
149
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
70 Ibidem, p. 327·
7' Jean-Jacques Rousseau, The Discourses and Other Early Politi-
cal Writings, Víctor Gourevitch (ed.), Cambridge, 1997, p. 6. [Existe
traducción en castellano: Discurso sobre las ciencias y las artes, Madrid,
Alba, 1987].
7z Ibidem, p. 16.
77 Ibídem, p. 354-
78 Raymond Trousson, «J. -J. Rousseau et son ceuvre daos la presse
périodique allemande de 1750 a r8oo», Dix-huitieme siecle, I , !969,
pp. 289-306.
PROPÓSITO
bredern4.P-574·
<o Johann Georg Meusel, «Ueber das Kunstgefühl. Ursachen seines
Mangels und seiner Verstimmung>> , Miscellaneen artistischen Inhalts ,
1780, iii, p. 11.
"' Citado en W. D. Robson-Scott, The Literary Background o/ the
Gothic Reviva! in Germany, Oxford , 19 6 5, p. 59, e lsaiah Berlín, Against
the Curren!: Euays in the History o/ Ideas, Londres, 1979 , p. ro. [Existe
traducción en castellano del libro de Berlín: Contra la corriente: ensayos
sobre historia de las ideas, Madrid , Fondo de Cultura Económica, 1992] .
153
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
81
Hans Günter Ottenberg (ed.), Der Critische Musicus an der Spree.
Berliner Muszkschrz/ttum von I748 bis I799, Leipzig, 1984, p. 15.
83 David Charlton (ed.), E. T A. Hof/mann's Musical Writings, p. 96.
l 54
PROPÓSITO
razón del creador. 85 Para que una obra de arte tuviera va-
lor, debía proceder del interior del artista, ser individual,
personal, original, espontánea y auténtica. Como escribió
Wordsworth en el prefacio de sus Baladas líricas: «La poe-
sía es el desbordamiento espontáneo de unos sentimientos
poderosos», convicción compartida por Shelley («En un
sentido general, se puede definir la poesía como "la expre-
sión de la imaginación"»), Byron («N un ca logro que la gen-
te comprenda que la poesía es la expresión de una pasión
excitada»), Novalis («La poesía es la representación del es-
píritu, del mundo interior en su totalidad») y Tieck («No
deseo copiar estas plantas, estas montañas, sino mi espíritu,
mi ánimo, que me gobiernan en este preciso momento»). 86
La idea de que el arte debería ser esencialmente expresi-
vo se entrelazó con el culto coetáneo del genio. Con ante-
rioridad, la palabra genio había designado la esencia de al-
guna cosa, como, por ejemplo, en la expresión «el genio de
la Constitución británica» (Adam Smith). Sin embargo, a
lo largo del siglo XVIII, el término se aplicó al artista crea-
tivo, como en la siguiente afirmación: «¿A qué nos referi-
mos en general al hablar de Genio, sino al Poder de reali-
zar grandes cosas sin los medios generalmente estimados
necesarios para ese fin? El Genio difiere del buen Entendi-
miento como el Mago difiere del buen Arquitecto. [ ... ]De
ahí que siempre se haya supuesto que hay en el Genio algo
Divino».87 Estas palabras fueron escritas en 17 59 por Ed-
ward Young en Conjectures on Original Composzúon, tex-
to en el que el autor establecía un contraste entre el erudi-
15 5
EL TRIUNFO D E LA MÚSI C A
88 lbidem, p . 28.
89 W. D. Robson-Scort, The Literary Background o/ the Gothic Revi·
val in Germany, op. cit., p. 58.
? O Herbert Dieckmann, «Diderot's conception of ge nius»,]ournal o/
15 7
Apolo de Belvedere, El Vaticano .
I 59
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
¡El arpa que ha callado! ¡Permitidme que lo llame así! Pues él era
un artista, y todo lo suyo lo era sólo en virtud del arte. Las espinas
de la vida lo habían herido profundamente y, como el náufrago
que se aferra a la orilla, buscó él refugio en tus brazos, ¡oh, tú,
gloriosa hermana y par del Bien y la Verdad, tú, bálsamo de los
corazones heridos, Arte divina! A ti se aferró con prontitud, e
incluso tras cerrarse el portal por el que habías entrado y le ha-
bías hablado, cuando la sordera de su oído le había vuelto ciego
a tu figura, nunca dejó de llevar tu imagen dentro de su corazón,
y a su muerte seguía reposando en su pecho. Era una artista, ¿y
quién habrá que pueda colocarse a su lado? 9 5
r6o
j
PROPÓSITO
r62
Portada d e la Tercera Sinfo nía, «Heroica», de Beethoven, con la dedica-
tori a << intito lata Bo naparte>> (' titulada Bonaparte ') tachada.
101
lbidem, p. 9 7.
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
w
2
Ibidem, p. 94·
•oJ Walther Brauneis, <<"Composta per festeggiare il sovvenire di un
grand uomo": Beethovens Eroica als Hommage des Fürsten Franz Jo-
seph Maximilian von Lobkowitz für Louis Ferdinand von PreuEen»,
Osterreichische Mu.rikzeitschrz/t, 12, 19 9 8, p. 7.
w 4 Alan Walker, Franz Liizt: The Virtuoso Years 1811-1847, ed. rev.,
106
AJan Walker, Franz Liszt: The Virtuoso Years, op. cit., p. 2 2 7.
lO? Franz Liszt, «Lettre d'un bachelier es musique», Revue et Gazet-
te musicale de Paris, IV, 29, 16 de julio de 18 37, pp. 239-241.
108
Hugh Arthur Scott, «London concerts from 1700 to 1750», Mu-
sical Quarterly, 24, 19 38, pp. 201-202.
r6s
EL TRIUNFO D E LA MLJSICA
'
0
9 T homas Nipperd cy, Wie daJ BürJ!.ertum die Modern c {and , Berlín ,
1988, p. 35·
"° Citado en T. C. W. Blanning, « Thc commerciali sation and sacrali -
sation of culture», en Tbe Ox/ord l!luJtratcd !Jiitory o/ Modern Europe,
T. C. W. Blanning (ed .), Oxford, 199 6 , p. 135.
n
"' Alan Walker, Fra nz LiJzt: 'J'h c Wáma r Ycan r84 8-r86 r , Londres,
198 9 , pp. 27 2-273.
~1(1
.' j
·i
I 66 ·l
j
.
PROPÓ S ITO
artes plás ticas , pero que también puede aplicarse a la música. Kl aus
Lankheit , Revolution und ReJtauration. Baden- Baden, 19 6 5, p. 9.
168
j
PROPÓSITO
WAGN ER Y BAYREUTH
"" Franz Liszt. «De la situation des artistes et de leur condition dans
la société», G'azette musicale de Paris, 11, 19 (JO de mayo de r83 5 ); 20 (r7
de mayo de 18 35 ): 30 (26 de julio de 1835 ); 35 (30 de agosto de r835); 41
(Ir de octubre de r8Js).
" 7 Franz Liszt, «Lettrc d'un bachelier es musique», op. cit., pp. 239-
241.
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
" 8 Citado en Alan Walker, Franz Liszt: 1hc Final Yean I861-18 86,
Londres, 1997, p. 354 ·
''9 Adrian Williams (ed.) , Portrait o/ LiJzt by 1-Jimself and His Con -
temporaries, Oxford, 1990, pp. 19 7 ,424.
'
j
PROPÓSITO
'7'
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
172
PROPÓSITO
173
Fotografía antigua del Teatro del Festival de Bayreuth
hecha desde la ciudad.
17 4
PROPÓSITO
Deryck Cooke, l Saw thc World End: A Study of Wagner's Ring, Lon -
dres , 1979, y Mark 1:3crry, Treacheruu.l Bonds and Laughing Fire: Politics
and Religion in Wagner\ R.ing, Aldershot, 2005 .
175
El culmen de la sacralización de la música: esbozo dibujado por Paul von
Joukowsky de los momentos finales del estreno de Parsz/al en Bayreuth
en 1882.
2
' 7 Adrian Williams (ed.), Portrait o/ Liszt, op. cit., p. 6 14.
176
PROPÓSITO
cía con el rey Luis II, buscaba nada menos que la regene-
ración de la humanidad. 12 8 Al vivir juntos un drama musi-
cal, los miembros del público accederían a «la verdad de
una obra de arte». La estética podía crear un consenso ético
que diera lugar a la integración social. Dicho de otro modo,
Wagner reclamaba para el arte la función ejercida con an -
terioridad por la religión y que en los tiempos modernos se
había arrogado la política o la economía. La religión, por
inadecuada y, en su forma organizada, dañina que fuera,
podía ser de ayuda , gracias a su inmenso depósito de sím-
bolos y rituales simbólicos y a su idea esencial del salvador
sufriente. Con Parsz/al, Wagner tenía el propósito demos-
trar la razón de que en el mundo hubiera tanto sufrimiento
y la necesidad de superarlo mediante la negación del yo. A
diferencia de Siegfried, el héroe de El anillo, Parsifal está
capacitado para aprender de la experiencia y advertir que
debe redimirse antes de poder redimir a otros . Por eso, la
obra concluye con las palabras «Redención al redentor».' 2 9
Como señala la importancia concedida a la negación de la
voluntad, la principal influencia filosófica de Parsifal era
la de Arthur Schopenhauer (r788-r86o). Cuando Wagner
leyó en 18 54 El mundo como voluntad y representación, el
libreto de El anillo estaba casi terminado. En 18 57, cuan-
do escribió el primer borrador de Pamfal, Wagner se había
sumergido en la filosofía de Schopenhauer con su caracte-
menhangs von Richard Wagner mit Hitler und dem Dritten Reich», en
Richard Wagner im Orillen Reich, Saul F riedlander yJorn Rüsen (eds. ),
Múnich , 2ooo , pp. 43 -4 5. Bermbach escribe sobre Wagner con una cla-
rividencia y coherencia particulares; resulta sumamente lamentable que
una parte tan escasa de su obra esté disponible para los lectores angló-
fonos.
'77
EL TRIUNFO D E LA MÚSICA
''
0
Bryan Magee, Wagner and Philo.wphy, Londres. 2000, p. 129.
''' Richard Wagner, My Lz/e, op. cit., p. 5' o .
,,, Bryan Magee, Th e Philosophy o/ Schopenhauer, Oxford, 1983,
pp. 348-349. [Existe traducción en castellano: Schopenhauer, Madrid,
Cátedra, 19 91]. El libro incluye un importante ensayo independiente ti-
tulado «Schopenhauer and Wagner>>.
' 33 Ibidem, p. 349 .
j
PROPÓSITO
'14 Citado en Herbert Barth, Dietrich Mack y Egon Voss (eds.), Wag-
179
LA INVENCIÓN DE LA MÚSICA CLÁS ICA
r8o
j
j
Jllll"""'"""
PROP ÓS ITO
18!
!'
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
t82
PROPÓSITO
'4 ' Simon McVeigh, Conccrt Li(c in London /ro m Mozart to Haydn,
186
PROPÓSITO
188
PROPÓSITO
' 51C itado en Ashley Kahn , A Loue Supremc, op. cit., p. xxii. D esde
luego, no todo d mundo estaba de ac uerdo. Cuando Coltrane murió en
196 7, Philip Larkin escribió pa ra The Daily Telegraph una necrológica
tan insultante que no pudo publicarse en su momento: «Gritar y farfu-
llar durante treinta compases no tiene mérito; Coltrane podía hacerlo
durante dieciséis minutos y dejar al ató nito oyente en una especie de es-
tado hipnótico en el que leía y releía las notas del disco hasta llega r a
pensar no , por sup uesto , que aquello le gustaba, sino que estaba oyen-
do algo importante. l ... ] Lamento la muerte de Coltrane como lamen-
to la de cualquier persona, pero no puedo ocultar que deja en el mundo
del}azz un enorm e y bendito silenci o» . Citado en Mervyn Cooke, ]azz,
Londres , 199 8, p. 1 s2. fE xiste tradu cción en castellano: ]azz , Barcelo-
na, Destino, 200 2 ].
,,
1
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
1
" lhidem , p. 1 7 1.
PROPÓSITO
Tony Palmcr, Al! YrJU Nccd Is Lovc: The Story o/ Popular Music,
' 55
tory o/Rock 'n' Rol!, Anthony DeCurtis y] ames Henke (eds.), Londres,
1992, p. 407 .
PROPÓSITO
nes de libras, que sus ingresos declarados durante los últimos diez años
ascendían a 67 ,7 millones de libras y que en los sesenta conciertos que
había ofrecido en 2002 se habían recaudado 28 millones de dólares.
193
r!
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
' 59 Bob Dylan, Chronicles, vol. 1, Nueva York, 2004, p. 51. [Existe
traducción en castellano: Crónica.r , Barcelona, Global Rh ythm Press,
2005 ] . Como esta efusión romántica hasta la médula da a entender, la
afirmación de Robert Pattison según la cual «el romanticismo del siglo
XIX perdura en la cultura de masas del siglo xx y los Scx Pistols cum·
plieron las profecías de Shelley» no es tan absurda como puede parecer.
Robert Pattison, The Triumph o/Vulgarity: Rock Muric in the Mirror o/
Romanticism, O xford , 198 7, p. xt.
194
1!
1
I'I{OPÓSITO 1
1
1
'''° Chris Williams (ed .), Boh Dylan in HiJ Own Words, Londres,
1993 , p. JO.
'9 5
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
161
James Miller, «Flowers in tbe Du.rtbin»: Tbe Rúe o(Rock and Rol!
1947-I977, Nueva York, 1999, pp. 227 -228. Véase George Melly, quien
en 19 70 escribió: «Tengo la sospecha de que la influencia de Bob Dylan
fue lo que les hizo [a los Beatles l escapa r de la prisión del pop comer-
cial.[ ... ] [Los Beatles] no hicieron sino seguir [el] ejemplo [de Dylan],
al confiar en sus propios recuerdos y sentimientos como fuente de su
música. Sin embargo, ellos se volvie ron hacia su propio pasado». George
Melly, Revolt into Style: Tbe Pop Arts in thc sos and 6os, Oxford, 1989,
p. 85.
162
Harry Shapiro, Waiting/or tbe Man: Tbe Story o( Drugs and Po-
pular Music, ed. rev., Londres, 1999 , pp. 116-117. [Existe traducción en
castellano: La historia del rocky las drogas, Teia, Ma Non Troppo, 2006].
16 3 Por supuesto, otra posible adaptación de las palabras de Marx
para aplicarlas al mundo moderno es: «los opiáceos son el opio del pue-
blo».
3
LUGARES Y ESPACIOS:
DEL PALACIO AL ESTADIO
197
EL TRIUNFO DE LA MÍJSICA
2
Hans Sedlmayr, «Die Schauseite J e r Karlskirche in Wien », en
Kunstgeschichtliche Studien /ür Ha nJ Kau//mann , Wolfgang Braunfels
(ed.), Berlín, 1956, pp. 263-26 4.
3 Thomas Da Costa Kaufmann, Court. Cloistcr ami Clty.· The Art and
LUGARES Y ESPACIOS
.' :'
199
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
200
El Teatro Real de Turín en 17 40 durante una representación
de Arsace, con música de Francesco Feo y libreto de Antonio
Salvi . El cuadro es obra de Pietro Domenico Olivero.
201
EL T RIUNFO DE LA MÚSICA
'
0
Aunque sea de poca calidad , hay una reproducción completa del
cuadro en Dieter Zochling (ed. ), Die Chronik der Oper, G ütersloh y Mú-
ních , 19 96, p. 33·
u Michael Forsyth , Buildingsfor M uHc: The Architect, the Musician,
and the Listener /rom the Seventeenth Century to thc Present Day, Cam-
bridge, Mass., 1985 . p. 88 .
202
Ópera del Margrave en Bayreuth: el palco del margrave, obra de Giuseppe
y Cario Falli Bibiena, '7 44-17 48.
203
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
204
LUGARES Y ESPACIOS
From the 174 oi to thc End o( the Eighteenth Century, N ea! Zaslaw (ed.),
Londres, 1989, p. 24.
205
r·u
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
206
j
Haydn dirige una representación en la ópera de Esterháza.
'7 Frederick L. Millner, The Operas o/Johann Adol/ Hasse, op. cit.,
p. 6.
8
' H . C. Robbins Landon y David Wyn Jones, Haydn: His Lt/e and
Music, Londres , 1988, p. 174.
207
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
208
j
Imagen de La Scala de Milán en la que se aprecian los seis pisos de palcos.
20
Louis Spohr, Autobiography, Londres, 1865, p. 259.
209
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
210
j
LUGAR ES Y ESPAC IOS
211
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
bi) y «esa famosa corte, cuyos rayos, como los del sol, ilu-
minan toda Alemania e incluso Europa entera» (Leopold
Mozart). 26 Aquí, el elector del Palatinado, Karl Theodor,
reunió a la mejor orquesta de Europa, en cuyas filas se en-
contraban, entre otros, Franz Xaver Richter, lgnaz Holz-
bauer, Christian Cannabich y Johann Stamitz. En el catá-
logo de 17 61 de una editorial francesa de música, de unto-
tal de treinta y cinco compositores, veinte sinfonías las ha-
bían escrito músicos de Mannheim. 7 No es de extrañar
2
26
Eugen K. Wolf, «The Mannheim court», en lhc C:la.nlcal Era,
Neal Zaslaw (ed.), Londres, 1989, p. 213.
27 Jan Larue, «Der Hintergrund der klassischen Symphonie», en
212
La Rittersaal en el Palacio Electoral de Mannheim (I73o), que también se
emplea ba como principal sala de conciertos.
Jo Citado en E ugen K. Wolf, «The Mannheim court», op. cit., pp. 226-
227.
2I3
El Palacio Electoral de Mannheim . La Rittersaal se encue ntra en el primer
piso del pabellón ce ntral.
214
.,
1
tion.co.uk/item.asp ?category=History&ID= 59 9.
¡
l4 Robert Elkin , Th e Old Concert Rooms o/ London, Londres , 1955, f.!
p. 92 ; Thomas B. Milligan, Th e Concerto and London's Musical Culture t:
in the Late Eighteenth Ccntury , Epping, 19 8 3, p. 1. [¡,
\
215
Las Hanover Square Rooms, en Londres , en 184 3.
216
U H;A RES Y ESPACIOS
!in; ou Frédérzc le C:rand, .\'a /amzlle, .ra cour. son gouvernement, son aca-
démie, Iei écoles, el .1·c.l' am is Littérateurs et phi!o.wphes, 3 ." ed. , 4 vols .,
París , 1813 , 11 . p. 209.
217
Teatro de Ópera de Federico II el Grande en Unter der Linden, diseñado
por Georg Wenzeslaus von Knobelsdorff. Detrás de él se alza la catedral
católica de Santa Eduvigis de Berlín, proclamación de la tolerancia reli-
giosa de Federico; a la derecha, la biblioteca real.
218
LUGAR ES Y ESPACIOS
219
EL TR IUNFO DE LA M Ú SICA
22 0
j
LlJC;ARES Y ESPACIOS
22 I
TEMPLOS PARA LA MÚSICA
49 Peter Mandler, «Art in a cool climate: the cultural policy of the Bri-
222
El Teatro Nacional del Gendarmenmarkt de Berlín, diseñado por Carl
Gotthard Langhans e inaugurado en r8o1.
223
El Schauspielhaus del Gendarmenmarkt de Berlín, diseñado por Karl
Frierdrich Schinkel e inaugurado en 18 21. El ala situada a la izquierda del
pórtico de entrada albergaba una sala de conciertos .
so Ruth Freydank, Theater in Berlin von den An/iingen bis I945, Ber-
lín , 1988, p. II2.
s• lngeborg Allihn , Eveline Bartlitz, Joachim Jaenecke y Marion
Sommerfeld, «Berlín», en Die Musik in Ceschichte und Cegenwart,
Sachteil, vol. 1, Kassel, 19 9 4 , col. 1 4 3 5.
224
LUGARES Y ESPACIOS
225
La sala de conciertos del Schauspielhaus. Quedó destruida por los bom -
bardeos en la Segunda Guerra Mundial y no se reconstruyó.
226
LUGARES Y ESPA C IOS
p. 250.
227
f !
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
228
LUGARES Y ESPACIOS
16
lhidcm , pp. 50,64 -65.
" Lugares de reunión para miembros de ambos sexos de la alta so-
ciedad en la Gran Bretaña y la l!·landa de los siglos XVIII y XIX.
229
EL TRIUNFO DE LA MLJSICA
230
LLJCAHES Y ESPACIOS
231
Aspecto original de la sala principal de la Musikverein de Viena, diseña-
da por Theophil Hansen y concluida en 18 6 9. Más adelante, se instaló un
órgano en la pared del fondo y las cariátides colocadas bajo la galería se
trasladaron a las paredes laterales.
Viena, r869, vol. 1, pp. 144-147; «Über den Verein der Musikfreunde
in Wien und das damit verbundene Conservatorium», Allgemeine Mu-
sikalische Zeitung, 46, 13 de noviembre de r 8 33, pp . 757-7 64.
232
LUGARJ:S Y ESPA C IOS
6
' Ésta es la sala de conciertos desde la que se televisa el Concierto
233
Boceto del arquitecto para la fachada del Teatro del Festiva l de Bayreuth.
En la parte inferior, Wagner escribió: <<¡Fuera los ornamentos!>> .
234
LUGAHES Y ESPACiOS
dem , p. 220.
"' Patri ck Carncgy, Wagncr and the Arto/ the Theatre, New Haven ,
2006, pp. 72-7 4· Hay muchas ilustraciones excelentes en Manfred Kie-
sel (ed.), Das Richard Wagner Festspielhaus Bayreuth , Colonia, 2007.
235
Sección transversal de la Ópera de París, obra de Charles Garnier. En la
imagen se aprecia que se destinó tanto espacio a las localidades para el
público y la escalera como al auditorio y el escenario.
66
Herbert Barth, Dietrich Mack y Egon Voss (eds.), Wagner, op. cit.,
p. 242.
Vista de la Ópera de París.
237
Gran escalera de la Ópera de París.
L U GAHI'S Y E S PA C I OS
6
x Monika Steínhauser, Die Architektur der Pariser Oper. Studien zu
ihrer Entstehungi p,eschichte und ihrer architek turgeschichtlichen Stel-
lung, Múní ch , 19 69, p. 13 .
"9 Citado en Christopher Curtís Mead , Cha rles Garnier's Paris Opé-
ra: A rchitectural Empathy and th e Renaissance o/ French Classicism,
Cambridge, Mass., y Londres, 1991, p . 1 20 .
7° Citado en ihidem, p. 12 7.
7 ' Citado en Monika Steinhauser, Die Architektur der Pariser Oper,
239
r EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
240
La Danse Bachique, de Gustave Boulanger, uno de los
frescos del Foyer de la Danse de la Ópera de París.
'1
EL TRIUNFO DF LA MLJSICA
p. 50.
7 8 Puede encontrarse un buen estudio visual de estos y otros tea·
242
I.lJGARES Y ESPACIOS
243 1
' !
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
8
' George Bernard Shaw, «The Perfect Wagnerite>>, en Majar Criti-
ca! Enays, Michael Holroyd (ed.), Londres, 1986, p. 299. [Existe tra-
ducción en castellano: El perfecto wagncriano, Barcelona, L'Holandes
Errant, 19 8 5].
8
' James H. Johnson, Listening in Parls: A Cultural Iiistory, Berke-
244
Sala de conciertos del Conservatorio de París.
8
J Richard Wagner, My Lije, op. cit., pp. 174-175.
245
EL TRIUNFO DE LA M(JSJCA
j
LUGARES Y ESPACIOS
247
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
and Music: The Earlv Romantic Era between Revolutions, r¡89 and r848,
Alexander Ringer (ed.), Londres, 1990, p. 226.
9 1 Nicholas Tempcrlcy, «Ballroom and drawing-room music», en
249
~
~!
'
.
EL TRIUNFO DI : LA MliSICA
li
l:
.
¡ .
. mentales, incluida «God Save the Queen». 9 r' La interpreta-
ción del himno nacional en estas ocasiones se hacía en gran
medida a petición del público. En el otoño de r848, mien-
tras la revolución prendía en todo el continente, el concier-
to brindado por Jullien en el Drury Lane Theatre inspiró
una demostración masiva de lealtad a la corona:
6
9 Ibidem, 9 de junio de 184 9.
97 Jhidem , 4 de noviembre de 184 8, p. 7 18.
9 8 John Rink , «Thc profcssion of music», en '/'he (.'ambridge Fii.rto-
2)0
LUC;ARES Y ESPACIOS
99 William Wchcr, Mu.l"ic and the Middle ClaiJ: The Social Structure
o/ Concert Lije in London, Parir and Vienna hetween 183 o and 184 8, Al-
dcrshot, 2004, p. 19. Es probable que el número atribuido a Londres
se quede corto, pues no incluye los muchos conciertos ofrecidos en las
afueras y que la prensa no mencionaba.
100
A. Laudel y. «Pasdeloup», L'Art Muiicale, 26 , 8, 30 de abril de
188 7, pp . 121-r 22 . Jean -Jacques E igeldinger, «1830-18 7 0. Eléments
d ' un c trajcctoire musicale>>, en La M usique en Fran ce d l'époque roman-
tique (T8;o-T87o),.Jos eph-Marc Bailbé et al. (eds.), op. cit., p. 18.
10 1
Michel Brenet, Les Conccrts en France sous l'an cien régime , París ,
1900 (reimpreso en N ueva York, 19 7 0) , p. 209.
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
'
02
Jules Ruelle, «Concert populaire du Cirque. Réouv ert ure et Wag-
nérisme» , L'Art Musical, 14, 44, 2 de noviembre de 1876, p. 349. Ruelle
solía referirse a Wagner como <<Su Inconmensurabilidad».
w3 A. Laudely, <<Pasdeloup>>, p. 12 2.
w 4 Osear Commettant, <<Concerts populaires de musiquc classique»,
j
LlJGAHES Y ESPACIOS
253
~
"l
i
EL TR I UNFO D E LA MÚSICA
254
j
LUGARES Y ESPACiOS
255
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
8
" Citado en Hans F antel, ]ohann Strauss, Father and Son, and Their
Era, Newton Abbot, 1971, pp. 4 3-44.
"9 Ibidem, p. 256.
1 20
Peter Kemp, The Strauss Family: Portrait of a Musical Dynasty,
Tunbridge Wells, 1985 , p. 139.
257
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
121
Dave Russell , «Morton, Charles (r8 r9-1904)», en Ox/ord-Dic-
tionary o/ Natio nal Biography, Ox ford, 2004 (http://www.oxforddnb.
com/ view/articlc/5o9 57 , consultado el r8 de septiembre de 2oo6l.
123
Cyril Ehrlích, Th e Music Pro/ession in Britain sin ce the Eighteenth
Century , op. cit. , pp. 57 -58.
" 4 Dave Russell, Pop ular M usic in England, op. cit., pp. 76-77.
259
1
~:
.
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
:¡
no es a los críticos que llevan guantes de cabritilla y ocupan
1 los mejores asientos del patio de butacas o los literatos emi-
nentes, sino a las personas que se colocan en las últimas filas
1
y en el gallinero y que no temen mostrar su aprobación o su
!
disconformidad. A esa clase de público les gusta el patetis-
mo sin complicaciones o el humor sin rodeos, cosas con las
que disfrutar junto a su mujer y su suegra, etcétera. Lo sacri-
ficaría absolutamente todo-la rima, la lógica, la coherencia
y el sentimiento-por una melodía pegadiza. Déjenme que
les diga que convertir una basura en algo aceptable es todo
un arte».' 2 5 Entre las canciones pegadizas que demostraron
ser perdurables estaban «The Man Who Broke the Bank
at Monte Carlo», «Burlington Bertie», «Lily of Laguna»,
«Daddy Wouldn't Buy Me a Bow-Wow», «Roamin' in the
Gloamin'», «l Love a Lassie», «M y Old Dutch», «Down at
the Old Bull andBush», «M y Old Man», «Oh! Mr Porter!»
y «Pack up Your Troubles», todas las cuales era-y es-po-
sible tararear tras oírlas una sola vez. 126
No sólo a la clase trabajadora le gustaban las buenas me-
lodías. Entre los cientos de miles de personas que acudían
en tropel a los music halls a finales del siglo x IX, había mu-
chas de clase media y también un buen número de miem-
bros de las clases altas a los que les gustaba dejarse caer por
los suburbios. Éstos ocupaban las localidades más costosas,
situadas en la luneta y el entresuelo. La entrada más barata
costaba seis peniques, un precio fuera del alcance de lama-
yor parte de las clases populares . Sin embargo, en Londres,
donde el precio podía llegar a ser de dos peniques, al music
hall podía acudir cualquier trabajador. El filántropo H. Lee
] . ] ones hizo la siguiente observación: «Creo que las dos ter-
260
LUGARES Y ESPACIOS
1
1
Tras unos comienzos lentos, el cine arrasó con todos sus
competidores y se convirtió en el medio de entretenimien-
1
to favorito de todas las clases sociales. En I 9 o 6, París te-
nía diez cines, pero al cabo de sólo dos años contaba con
ochenta y siete. En 1920, había miles de pantallas en todos
los paíseS. 129 En lugar de convertirse en una amenaza para
la creciente hegemonía de la música, el nuevo medio se
convirtió en una oportunidad para ésta. N o fue la primera
ni la última vez en la que la música demostró su maravillo-
sa naturaleza proteica para sacar provecho de los avances
tecnológicos. La primera proyección en el Salon Indien in-
cluía un piano como acompañamiento. Para la primera de-
mostración del nuevo invento en Londres, realizada en fe-
brero de 18 9 6 en el Polytechnic de Regent Street, se llevó
un armonio desde una capilla.' 10
Todas las películas proyectadas en los cines con ante-
rioridad a 19 2 7 eran mudas y precisaban de un acompa-
ñamiento musical que creara la atmósfera adecuada y di-
simulase el ruido del proyector. En las pequeñas salas de
exhibición-a menudo el salón de un ayuntamiento alqui-
lado para la ocasión-había que arreglárselas con un solo
pianista, pero los grandes palacios cinematográficos con-
taban con poderosos órganos, como el Mighty Wurlitzer, o
incluso con orquestas enteras. En algunos casos, disponían
de las dos cosas: el Strand Cinema de Manhattan, suntuosa-
mente decorado y con capacidad para albergar a 3300 es-
pectadores, contaba con una orquesta de treinta músicos
y un enorme órgano Wurlitzer.' 1 ' Max Winkler, empleado
en la editorial musical de Carl Fischer en Nueva York, no
'
2
Donald Sassoon, The Culture o/ thc Europea m, op. cit., p. 8 o 3.
9
'JO Roy M. Prendergast, Film Mu.ric 11 Neglcctcd !lrt, 2." ed., Nueva
York, 1992, p. 5·
rJr John Mundy, Popular Muiic on Scrcen: From Hollywood Musical
'3 2 Tony Thomas, Muiic/or the Movies, Los Ángeles, 1997, p. 38.
' 33 Ibidem, pp. 39-40.
LUGARES Y ESPACIOS
266
LUGARES Y E SPACIOS
268
LUGARES Y ESPACIOS
141
Debo esta información a Donald Sassoon , que la presentó el 19 de
mayo de 200 7 durante su contribución al Congreso Ameurus.
Los Beat!es en el Shea Stadium, 15 de agosto de 1965.
'4 ' Adam Sherwin, <<S tones gig at rugby's HQ kicks up storm», Th e
Times , 4 de diciembre de 2002 .
' 4 3 Ibidem; la fuente citada es la revista Fortune.
'44 Tom Phillips, «Río rolls towards S tones ' biggest bang», The Guar-
271
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
272
4
TECNOLOGÍA:
DE LOS STRADIVARIUS
A LAS STRATOCASTER
273
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
274
TECNOLOGÍA
27 5
Bartolomeo Cristofori señalando un diagrama de su
nuevo mecanismo de percusión (arriba); uno de los
tres pianos que construyó y que han llegado hasta
nosotros (abajo).
TECNOLOGÍA
277
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
j
TECNOLOGÍA
" Stephen Roe, «J ohann Uohn ) Christian Bach», Grave Music On-
27 9
r
.,
EL TRIUNFO D E LA MÚSI CA
280
TECNOLOGÍA
20
Emily AnJerson (eJ.), The Letters o/ Mozart and His Famlly , 3 .'
ed., Londres, 1985 , pp . 327-328.
' ' Elliot Forbes (ed .), Thaycr\ Lije o/Beethoven, ed . rev. , Princeton ,
1969, pp. 694 -695·
" H. C. Robbin s Landon , Beethoven: A Documentary Study, Lon-
dres, 197 0, p. 195 .
'' Anne Rousselin-Lacombe, «Piano et pianistes», en La Musique
en France d l' époque romantique ( I8JO -I87o), Joseph-Marc Bailbé et al.
(eds.), París, 199 1, p. 14 5.
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
2
4 Citado en Michael C:ol e, Th e Piano/rJrtc m thc Cla.1sical Era, op.
cit., p. 217-
25 Gunther Joppig, «B iedcrmeierli ches in der Musik», en Bieder-
meiers Glück und Ende ... die gcstr)rt c ldy/Le 18ts- t 848. H ans Ottome-
yer (ed.), Múnich, 198 7, p. 225.
;,l
l'•
PIANOS PARA LA CLASE MEDIA 1
1
:!
En menos de un siglo, el piano había pasado de ser un in-
vento a lograr aceptación y alcanzar una situación de pri-
macía. Su expresividad satisfacía y alentaba la demanda
de música que apelara a las emociones. A medida que la
revolución romántica fue ganando velocidad, se acrecen-
tó la fortuna del piano, hasta alcanzar su punto culminan-
te con Franz Liszt, sin duda su exponente más atractivo y
muy probablemente el más grande. Liszt sacó el máximo
partido de los instrumentos mejorados que le proporcio-
naba la casa Erard. Fue el primer pianista que tocó com-
pletamente de memoria; el primero que colocó el piano
en ángulo recto respecto del público, para que el intérpre-
te fuera más visible (de hecho, le gustaba tener dos pia-
nos en el escenario, para cambiar cada cierto tiempo de
uno a otro y exhibir su perfil por los dos lados); el prime-
ro en tocar con la tapa levantada, lo que hacía reverberar
el sonido por todo el auditorio; y el primero en dedicar un
concierto entero a un único instrumento: de hecho, él fue
quien inventó el término «recital», al emplearlo por pri-
mera vez para referirse a un concierto que en 1840 ofre-
ció en Londres .' 6
Liszt brindó también el testimonio definitivo acerca de
la capacidad del piano:
' 6 Alan Walker, Fran z Liizt: Th e Virtuoso Years I8rr-r847 , ed. rev.,
286
TE C NOLOGÍA
30
Volkmar Braunbehrens, M(JZart in Vienna , Oxford, 1991, p . 14 7.
J' John Rosselli, Music and Musicians in Nineteenth Century Italy,
Londres, 1991, p. 114.
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
3
2
Citado en Colín Heywood, <<Society», en Th e Sho rt Ox/ord His-
tory o/Europe: Th e Nineteenth Cen tury , T. C. W. Blann ing (ed.) , Oxford,
20 00 , p . 52.
JJ Daniel Heartz, Haydn, Mozart and the Viennes eSchool 17 4 o-1780,
Nueva York y Londres, 1995 , p. 56. Sin embargo , Cyril Ehrlich afirma
que fue Johann Christian Bach quien ofreció el primer recital público
de piano , celebrado en 17 68 en Londres: véase Cyril Ehrlich, The Pia-
no: A History, ed . rev., O xford, 1990 , p. 13.
288
1. La cultura cortesana en todo su esplendor: el Teatro Real de Turín en
17 40 durante una representación de Arsace, con música de Francesco Feo
y libreto de Antonio Sal vi.
2. Esterháza, el palacio estival del príncipe Esterházy, donde su director
de música, Joseph Haydn , escribió algunas de las mejores partituras del si-
glo XVIII para la sun tuosa sala de música y para el teatro de la ópera .
r2. Sir Elton John canta <<l Want Love>> en el <<Party at the Palace>>, el con-
cierto organizado en el palacio de Buckingham el2 de junio de 2002 para
celebrar los cincuenta años de reinado de Isabel II.
IJ. MickJagger (nacido en 1943), Charlie Watts (nacido en 1941) y Keith
Richards (nacido en 1943) son la prueba viviente de la perdurable popula -
ridad del rack 'n' rol! y de la capacidad de ganar dinero que tienen sus gran-
des exponentes.
14. La democracia en acción al estilo del siglo XXI: los jueces observan la
interpretación de Leona Lewis en el concurso televisivo para jóvenes ta-
lentos The X Factor en diciembre de 2006. Leona ganó la final con más de
ocho millones de votos; se dice que al cabo de un año cobraba un millón
de libras por actuación .
TECNOLOGÍA
J9 Ibidem, p. 7r.
4o Cyril Ehrlich, The Music Pro/cssion in Britain sin ce thc Eighteenth
Ccntury: A Social History, Oxford, 19 8 s, p. 71.
4' F. W. J. Hemmings, Culture and Society in Francc r789-r84 8, Lei-
cester, 19 8 7, p. 2 9 5.
4' Émile Zola, Nana, Douglas Parmeé (ed.), Oxford, 1992, p. 81.
293
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
l¡
las cuerdas; y la expansión del ámbito hasta abarcar sie-
te octavas más una tercera menor, que se ha convertido en
1 habitual (aunque Bosendorfer fabrica un instrumento con
ocho octavas completas) .4 9 Sigismond Thalberg escribió
acerca del mecanismo de doble escape: «Por su inventiva,
el mecanismo supera a todo lo que se ha hecho o se ha in-
tentado en este campo. Permite al intérprete comunicar a
las cuerdas todo lo que la mano más hábil y delicada pue-
da expresar». 5°
Lógicamente, los compositores aprovecharon las posi-
bilidades brindadas por unos instrumentos más grandes,
294
TECNOLOGÍA
1' Kurt Blaukopf, Musik im Wandel der Ceselúcha/t, op. cit. , pp. 88-
90.
" F Danjou (ed.) , Revuc de la musique religieuse, populaire et clas-
sique, París, 1845,1, p. 165. También llamó a Liszt«el Alejandro, el Na-
poleón, el César de los pianistas».
1 J Ma x Weber, The Rational and Social Foundations o/ Music, Don
2 95
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
6
5 «Bemerkung¡:n übcr die Ausbildung der Tonkunst in Deutsch-
land im 18 . .Jahrhundcrt», Allgemeine Musikalische Zeitung, 16, 14 de
enerode18o• , p. 2.6 3.
297
EL TRIUNFO DE LA MlJ SI<.A
60
Adam Carse, Thc Orchcstra in the Eighteenth Century, Cambrid-
ge, 1940, p. 38.
6
' H. C. Robbins Landon y David WynJones, Haydn, op. cit., p. 255.
299
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
6 > Jeremy Montagu , The World o/ Baroquc and Clamcal Musical ln-
struments, op. cit., pp. uo-u2 ; ]ohn Dilworth , «Thc violín and bow
-origins and development» , en Thc Cambridge Compan ion to th e Vio-
/in, Robin Stowe (ed.), Cambridge, 1992, p. 21.
6 J Simon McVeigh, «The violinists of thc baroque and classical pe-
300
.t
'
j
!:
TH : NOI.OGÍA
301
;
Los saxofones de Adolphe Sax : soprano (en primer plano) ,
contralto, tenor y barítono.
302
TECNOLOGÍA
305
~ 1
i
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
!.\
L J
~.
TECNOLOGÍA
78 Trevor Herbert , << Brass bands and orher vernacular brass tradi-
8' lhidem, p. 16 2.
Prueba visual de los progresos realizados por las bandas de instrumentos
de metal en Inglaterra: The Besses o ' Th' Barn Band en 1860 ...
82
lbidem, p. 188.
308
... y en 1903 . Detrás del bombo está el <<Trofeo de las mil guineas>>
del C rys tal Palace.
8
5 Jeremy Montagu, The World o/Rornantic and Modern M uúcal In-
struments , op. cit. , p. 41.
86
Malou Haine, «Les facteurs J 'instruments de musique al'époque
romantique», en La Musiq ue en Fran ce d l'époque romantique, op. cit.,
p. 105.
87 Revue de la musique religieuse, populaire et clas.rique , 1, p. 11 . Vol -
JIO
TE CN OLOGÍA
ii
un número inmenso de órganos a todos los rincones del
:1
mundo; la empresa, siempre en manos de la misma fami-
lia, todavía ocupa una posición destacada en el mercado. 88
Un buen indicativo de la ex pansión del instrumento fue la
creación en r85r del Neu es deutsches Orgel-Magazin, una
publicación dedicada enteramente a él.B 9
31 1
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
9' Peter Mardand , Since R ecord.r Began: l'!HJ , the Fint Ioo Years,
312
El violín Stroh.
9J lbidem , p. r r.
94 Roland Gelatt, The Fabulous Phonograph, op. cit., p. r 37.
9s Colin Symes , Setting th e Record Straight: A Material History of
Classical Recording , Middletown, 2004, p. 40 .
313
EL TRIUNFO Dli LA MÚSICA
,¡:
TECNOLOGÍA
1
'·
estudiaba piano en Viena en la década de r 8 9 o, confesó no
sólo que nunca había oído un concierto para piano de Mo-
zart, sino que ni siquiera había oído hablar de ellos. 98
Por supuesto, los fabricant es empleaban todos los ardi-
des de la mercadotecnia para difundir un «discurso de la
verosimilitud» (en palabras de Colín Symes), por ejemplo
al anunciar una grabación de la soprano Geraldine Farrar
en r 915 de esta forma: «Los dos son la Farrar: la grabación
realizada por la casa Víctor de su voz es tan Farrar como
la propia Farrar. La misma voz singularmente bella, con
todo el encanto personal y la individu alidad de la artista». 99
Desde luego, los cantantes interpretaban su papel. Cuan-
do Adelina Patti, que por aquel entonces contaba sesenta
y dos años, salió de su retiro en r 9 o 5 para que The Gramo-
phone Company la grabara, tuvo que respaldar el resultado
con estas palabras: «En mi opinión, el gramófono de la ac-
tualidad registra la voz humana con tal perfección que mis
objeciones de otros tiempos para que los miles de personas
que no habían podido escucharme en directo pudieran ha-
cerlo gracias a su gramófono han desaparecido, y conside-
ro que las recientes grabaciones que he realizado para us-
tedes son reproducciones naturales de mi voz».' 00 Proba-
blemente, Patti sabía las fabulos as perspectivas económi-
cas que las grabaciones abrían para los cantantes.
En r 902, la industria consiguió un hito importante, cuan-
do Fred Gaisberg, de The Gramophone Company, persua-
dió a Enrico Caruso para que grabara diez arias. Su voz era
perfecta para el gramófono, pues convertía sus defectos en
virtudes («el sueño cumplido de un hombre dedicado a la
' ° Citado en Pctcr Martland , Since Records Began, op. cit. , p. 58.
0
315
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
'04 Roland Gelatt , The Fabulous Phonograph, op. cit. , pp. 153, r69.
' 01 James J. Nott , Muiic/or thc Peoplc: Popular Music and Dance in
l nterwa r Britain , O xford , 2002 , pp. 17 , 32.
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
106
Timothy Day, A Century o/ R ecordcd Muiic, op. cit., p. s; Roland
Gelatt, The Fabulous Phonograph, op. cit., p. 8 6.
7 Pekka Gronow e Ilpo Saunio, An lnternationalliútory o/ the Re-
10
'1
i ~
TECNOLOGÍA
¡
li
Sin embargo, la difusión de las grabaciones infligió un
enorme daño a muchos de quienes se ganaban la vida con
la música. Por cada persona que encontraba un empleo
en la nueva industria, había muchas más que iban a parar '¡
al vertedero. Al igual que la división del trabajo y la pro-
ducción en serie habían acabado con los artesanos, la me-
canización de la música redujo la necesidad de recurrir a
músicos en directo. La combinación de cine, radio y gra-
baciones convirtió inexorablemente al público en consu-
midor de productos musicales prefabricados. Tras una úl-
tima etapa de esplendor en la década de 1920, la Gran De-
presión asestó un golpe del que los profesores de música,
los fabricantes de instrumentos y los músicos profesiona-
les tardaron mucho en recuperarse. Como observó Cyril
Ehrlich, tal cosa no se debió al hundimiento a corto plazo
del poder adquisitivo, sino al declive a largo plazo de la de-
manda. ¿Para qué comprar un piano y aprender a tocarlo,
cuando el gramófono ofrecía interpretaciones superiores
por mucho menos dinero ? En las décadas de 1930 y 1940,
el número de músicos profesionales disminuyó de 26 ooo
a 15 ooo y el de los profesores pasó de 21 ooo a u ooo. 11 0
Podríamos dar rienda suelta a mucho llanto por estas
bajas , pero éste es un libro sobre el triunfo de la música,
no de los músicos (y, desde luego, no de los dedicados a la
música clásica). Gracias a las grabaciones, la música com-
puesta hacía años , siglos o milenios fue desenterrada y di-
"' Citado en Roland Gelatt, The Fabu!ou.r Phonograph, op. cit., pp.
232-233.
11 2
Noel Malcolm, «An unsung cultural revolution», op. cit., p. 13.
320
TECNOLOGÍA
" :' David Sager, «History, myth and legend: the problem of early
jazz», en Thc Cambridge Companion to ]azz, Mervyn Cooke y David
Horn (eds.), Cambridge, 2002, pp. 270, 279; sobre la Original Dixie-
land Jazz BanJ. véase http: / / www.redhotjazz.com/ odjb .html.
3 21
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
11
• David Horn, « The identity of jazz», en The Cambridge Companion
to ]azz, op. cit. , p . 2 7 .
322
TECNOLOGÍA
323
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
8
" Donald Sassoon , The Culture o/ the European .\· /ro m I 8oo to the
Present, Londres, 2006, p. 1128.
324
TliCNOLOGÍA
325
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
123 Cyril Ehrlich, The Music Proj[·ssion in Britain .1incc the Eighteenth
Century, op. cit., p. 212.
" 4 Donald Sassoon. Th e Culture o/thc Europnms, op. cit., p. 1142.
326
Empleo de un gram ófono para la radiodifusión en la emisora KWCR de
Cedar Rapids a mediados de la década de 1920.
327
EL TRIUNFO DE LA MÚSJCA
12 6
Peter Martland, Sin ce R ecord.r Bcgan, op. cit., p. '4 2. Martland lo
pone en duda, pero no ofrece cifras.
27
' Ibidem, p. 46.
128
Pekka Gronow e Ilpo Saunio, An lntcrnatlonal 1listory o/ th e Re-
cording Industry, op. cit., p. 68.
12
9 Henry Pleasar'lt, «Bing Crosby», en Thc Ncw C'rovc Oictionary o/
Music and Musicians, VI , op. cit., p. 72 1.
328
TE C NOLOGÍA
329
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
330
i ;1
TECNOLOGÍA
331
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
LA ELECTRIFICA C IÓN
DE LA CULTURA JUVENIL
332
TECNOLOGÍA
Italy and the United States c. 1958-c. 1974, Oxford, 1998, p . 36.
'l~ CitaJo en Iain Braílsford. <<Hi story repeating itself: were post-
war American yo ungsters ripe for harvest?», www.kingston .ac .uk/ cusp/
Lectures/ BrailsforJpaper.Joc.
l J 9 Ibidem.
333
Gramola Wurlitzer.
334
TECNOLO G ÍA
335
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
'44 Citado en Robert Palmer, Dancing in the Street: A Rack and Roll
337
\fl{uR\._\\7..ER
Commercial Phonoqraphs
and
Remote Control Equipment
Anuncio de comienzos de la décad a de 1950. La gra-
mola es el modelo Wurlitzer 1 o 1 5, el más ve ndido de
todos los tiempos .
339
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
340
TECNOLOGÍA
' 48www.etedeschi.ndirect.co.uk/tr.radio.history.htm.
' 49Robert Pattison, The Triumph o/Vulgarity: Rack Mu.fic in the Mir-
ror o/Romantlcism, Oxford, 1987, pp . 214-215.
341
LOS DIEZ Y LOS CIEN PRIMEROS MERCADOS
RADIOFÓNICOS EN ESTADOS UNIDOS EN 1983
MERCADO 10 PRIMEROS 100 PRIMEROS
(%) (%)
Música rock 17,0 I6, 5
Música actual para adultos I3,9 I6,9
Album-Oriented Rack 7,2 9' 1
Música clásica 2,8 1 '7
Música actual urbana 4, 1 2,5
Música negra 1 Rhythm and Blues 8,2 7' I
Música country 6,2 Il,2
Sólo noticias 7,1 4, 1
Música española 4,0 2,7
Música nostalgia 6,2 6,9
Entrevistas y debates 9.4 6,9
Religión 1,4 1 '7
Música golden oldies 2,0 1 ,6
Músicajazz o,8 o, o [sic]
Música actual melódica 1 '3 1 ,4
Música ligera 8,4 9.7
RADIO INFORMATION CENTRE
''
0
El libro de título prometedor escrito y compilado por Paul du Gay,
Stuart Hall, Linda James, Hugh Mackay y Keith Negus, Doing Cultu-
ral Studies: The Story o/ the Sony Walkman, Londres, 19 97, estaba con-
cebido para un curso de la Open University y, por consiguiente, reviste
un carácter más teórico que práctico. Sin embargo, ofrece esta observa-
ción gloriosa de Iain Chambers, representativa, por desgracia, de cierto
342
TECNOLOGÍA
1 52
http ://news .sky. co m/ skynews/ article/ o ,3 o 200 -r 26 3 o 8 4,00.
html?f=rss. [Enlace inactivo].
343
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
344
TE C NOLOGÍA
' 11 John Hill, «Television and pop : the case of the 1950s», en Pop u-
345
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
347
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
6
' ' Theodor Adorno, «ÜnJ azz», en Essays on Mu.ric, selección, intro·
CONSOLAS FRONTALES
r Yamaha PM 4000-44 canales mono y 8 estéreo
1 Yamaha PM 4000 o 3000 con 32 canales
FX FRONTAL
2 Yamaha SPX 990
INSERTOS FRONTALES
10 compresores DBX r6ox
4 puertas Drawmer os 2012
1 línea de retardo estéreo Klark Technic DN725
«DRIVE» FRONTALES
5 ecualizadores paramétricos Meyer CP-10
1 Klark Technic DN 360
1 analizador Klark Technic DN 6o
«PLAYBACK» FRONTAL
r reproductor de discos compactos
1 reproductor de cinta de audio digital
2 grabadores de disco duro Akai DR4 VR
con caja de intercambio.' 6 3
Tras esta lista, hay varias páginas más en las que se deta-
lla el resto del equipo necesario bajo los epígrafes «Moni-
tores», «Micrófono», «Vídeo», «Extras de audio» e «Ilu-
minación». No es de extrañar que los escenarios levanta-
dos en 2006 para la gira «A Bigger Bang» de los Rolling
Stones tuvieran que tener resistencia suficiente para aguan-
349
EL TRIUNl' O DE LA MÚSICA
350
Una discoteca de Ibiza, la capital europea de la marcha nocturna.
3 51
EL TRIUNl'O DE LA MÚSICA
352
TECNOLOGÍA
17 1
Citado en Timothy \XIarner, Pop Muiic: Technology and Creativity:
Trevor Horn and the Digital Revolution , Alde rshot, 2 0 03 , p . 22 .
17 ' Trevor Pinch y F rank Troceo, Ana fog Days: The lnvention and Im-
l7 4 lbidem , p. 132.
353
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
EL TRIUNFO DE LA T E CNOLOGÍA
'75 Ibidem , p . 66 .
' 76 Citado en Steve Waksman , lmtruments o/ De.rire: Tbe Electric
Cuitar and th e Sbaping o/ Musical Expericnce, Cambridge, Mass., r 9 9 9,
p. 39·
3 54
.....
Anuncio de una guitarra eléctrica Pender Broadcaster de 19 5r. El nombre
pronto cambió a Telecaster.
355
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
der había creado una guitarra maciza que era eficaz, senci-
lla, robusta, fácil de fabricar y, por encima de todo, fácil de
tocar. Como explicaba el propio Fender: «En una guitarra
electroacústica, la cuerda está sujeta a una tapa armónica
que no tiene una frecuencia específica. Si tocas una nota, la
tapa reacciona a ella, pero también a un montón de notas
contiguas, lo que creará distorsión, sobre todo cuanto ma-
yor sea el nivel de la amplificación. Una guitarra maciza no
presenta ese problema: no has de preocuparte más que de
la nota que has tocado».' 7 8 Fender fue el equivalente en el
mundo de los instrumentos electrónicos a Theobald Bohm,
pues también él era músico (si bien su instrumento favorito
era el saxofón) y artesano (poseía un taller de reparación de
radios en la localidad californiana de Fullerton). Lo sabía
todo de amplificadores . Ahí radicó el secreto de su éxito:
en lugar de tomar la guitarra como punto de partida, co-
menzó con la amplificación.
Fender también se ocupó de que sus prototipos fue-
ran probados por guitarristas, con lo que pudo ir adap-
tando la forma, el tamaño y el peso a partir de sus comen-
tarios. El resultado fue un instrumento lanzado al merca-
do en 19 50 con el nombre de Broadcaster, pronto susti-
tuido por el de Telecaster cuando un fabricante de tam-
bores protestó por una coincidencia de denominaciones.
En 1954, se unió a la Telecaster la Stratocaster, un mode-
lo perfeccionado con tres fonocaptores y un brazo de tré-
molo para obtener efectos de vibrato. El modelo llegó a
ser la guitarra más vendida de la historia, un modelo ver-
daderamente emblemático. Tal era su perfección que ape-
nas se han introducido modificaciones desde entonces. Su
quincuagésimo aniversario se celebró con un concierto en
el Wembley Arena, en el que su insuperable supremacía
'79 Andy Gill, «Strat's th e way todo it», The Independent, Arts and
3 57
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
8
' l To m Wheelcr, The Stratocaster Chronicles: Celehratíng 50 Yean o/
th e FenderStrat , Milwaukee, 2004 , p. 122.
' 8• The Independent , 3 de fe brero de 2o o 6, p. 16.
3 59
Sandi Thom transmite un concierto al mundo entero desde su apartamento
en Tooting.
8
' 7 Puede encontrarse en www.youtube.com/watch ?v=fN4fiRjMf-M.
88
' http:/ /en.wikipedia.org/wiki/YouTubc.
' 8 9 LouiseJ ury, «Gol den age of home-grown music fuelled by down-
the Great, vol. 5, Londres , 1865 , pp. 259-260. Ca rl yle ofrece un a tra-
ducción más literal, pero he preferido la versión que suele cantarse en
las iglesias de Inglaterra.
' G . B. Volz (ed. ), Die Politischen Tes/amente Friedrichs des Gros-
sen, Berlín, 1920, pp . 184 -185.
LIBERACIÓN
sia, Londres, 2 0 0 6, p. 65 7.
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
p. 129.
LIBERACIÓN
370
Ll BE RACIÓN
20
(« Hixpa nus jlet, do!et Tta!ux, C ermanux boa!, Flander u!u!at, &
solux Ga!lus cantal»), Charles de Saint-Denis, seigneur de Saint-Evré-
mond , <<S ur les opera, a Monsie ur de Bouquinquant», en CEuvres mes-
lées, vol. XI, Pa rís, r68 4, reimpreso en Fran¡;ois Lcsure (ed .), Textes sur
Lully et l'opéra /ran~ms, Ginebra , 19 87 , p. 105.
" Robert M. lsherwood , Music in the Service o/ the King: France in
the Seventeenth Century, lthaca y Londres , 1973 , pp. 133-134.
371
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
372
LIBERACIÓN
373
EL TRIUNFO DE LA M(JSJCA
'
2
Comparaison de la musique italienne el de La musiquc /ram;ai.re, 2 ."
ed., 3 vols., Bruselas, 170 5-r 706, reimpreso en facsímil , Ginebra , 1972 ,
III ,p.202 .
'l Ibidem, vol. r, p. 90.
24 Pierre Bourdelot y Pierre Bonnet , Histoire de la musique et de ses
e//ets, Ámsterdam, 17 2 5, reimpreso en facsímil , G raz, 1966 , pp. 29 3-29 5.
25
Jbidem, pp. 291 ,2 99 -300. Sobre otros ejemplos de la hostilidad
372
LIBERACIÓN
373
EL TRIUNFO DE LA MlJSICA
¿No deben los italianos, que antes tutel aron a los alemanes, envi-
diar a Alemania sus admirabl es compositores y procurar apren-
der de ellos en secreto? De hecho, ¿no deben los altos y poderosos
parisinos, que solían burlarse del talento al emán por consid erar-
lo provinciano, recibir lecciones de Telemann en Hamburgo ? En
verdad, creo que nosotros , los alemanes, podemos enseñ ar a los
extranjeros cómo mejorar aún más la música, de modo semej ante
a como nuestros compatriotas, en especial Leibniz y Wolff, han
demostrado cómo elevar las ciencias filosóficas y matemáticas a
un grado aún más alto de perfección.' 7
374
Ll BE RA C IÓN
Lille, 1994 , p. 4 7.
'9 Citado en ihidcm, p. 47.
375
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
377
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
desde el alba de los tiempos: Stcphen Banfield, <<The artist and society»,
en The Blackwell H i.rtory o/ Mu.ric in Britain, vol. 5: The Romantic Age
I8oo - I9I4, Nicholas Tempcrley (ed.) , Oxford, 1988 , p. rr.
379
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
p . 33·
EL TRIUNFO DE LA MLJSICA
8
4 Michael Greenhalgh, «King Arthur», en las notas a la grabación
de Alfred Deller, el Deller Consort and Choír y el Kíng's Musíck, Har-
monía Mundi HMX 2901531, p. 6.
4 9 John Dryden, King Arthur or 'J'hc Brztish Wortbv: A Dramatick
so Ibídem, p. 6o.
11 Paul Hammond , «Dryden ,John (16 3 r-1700)» , Ox/ord Dictionary
o/National Biography, Oxford, 2004; edición digital: www.oxforddnb.
com/ view/ article/ 8 ro8 (consultado el5 de febrero de 200 7 ). Es muy pro-
bable que el libreto de 1691 estuviera basado en un borrador de 1684,
escrito antes de su conversión.
F John Dryden, KingArthur, op. cit., p. 21.
n lbidem , p. 62.
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
s. Ibidem, p. 6 3.
ss Dennis Arundell , «lntroduction» , en ibidcm, pp. VII-VII 1.
s6 Ibidem , p. 6o .
a Cuenta la leyenda que , huyendo de los daneses, el rey Alfredo se
refugió en casa de una campesina. La mujer le encomendó que vigilara
unas tartas que se estaban cociendo el el hogar, pero como el rey dejó
que se quemaran recibió una buena reprimenda.
LIBERACIÓN
s? The Work s o(] ames Thomson. with hii last corrections and impro-
sult o/ G/ory: Euro pe 164 8-181 5" . op. cit. , pp. 44 3-444 .
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
6
' Robert D. Hume, «The Beggar's Opera>>, en The New Grove Dic-
tionary o/ Opera, Stanley Saclie (ed.), Nueva York, 199 2, 1, pp. 3 74-377 .
LIHEH.ACIÓN
De Francia y el pretendiente
defiende a Gran Bretaña
y haz que caigan sus enemigos;
de la esclavitud extranjera,
de los curas y su bellaquería
y del ensueño papista
Dios nos guarde.
390
Ll BE RACIÓN
sons, vol. 11: Mazarin et Louis XIV, París, 1956, pp. 90, rrs, rr7.
68
Ibidem , p. 97.
69 Ibidem, vol. 111: Du Jansénisme a u siecle des lumieres , París, 19 57,
P·l4o.
391
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
392
LIBERACIÓN
393
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
394
Violinista-cantante en el Pont au Change .
395
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
397
tro años de edad. A la maña-
AUGE Y D E CADEN C IA DE LAS
CANCIONES POLÍTI C AS DURANTE na siguiente, la prensa radical
LA REVOLU C IÓN F RANCE SA
de París informó airadamen-
1 r6 te de que la ocasión había de-
generado en una bacanal, en
179 1
1792 325 cuyo transcurso la escarapela
1 79 3 590 revolucionaria había sido pi-
1794 701
137
soteada por los oficiales con-
136 trarrevolucionarios.
1797 147 Especialmente ofensiva ha-
1798 77
17 99 90 bía sido la música interpreta-
18oo da: «Enseguida la fiesta [ ... ]
CON S TANTI N PIERRE, se transformó en una autén-
Les Hymnes el chansom de la Révolution,
París, 1904, p. 34·
tica orgía. El vino, servido
con magnificencia verdade-
ramente regia, se subió a la cabeza de todo el mundo; los
músicos tocaron varias piezas apropiadas para exaltar aún
más el espíritu de los presentes, como "Ó Richard, ó mon
Roz~ l'univers t'abandonne!", cuya pérfida alusión no pudo
pasar inadvertida a nadie». 80 La canción en cuestión pro-
cedía de una ópera de inmenso éxito escrita por Grétry
en 17 8 4, Richard Cceur de Lion, en la que el fiel Blondel
canta que siempre será leal al rey, aun cuando el resto del
mundo lo haya abandonado. «Ó Richard» llegaría a con-
vertirse en la gran canción monárquica de la Revolución.
Sin embargo, a corto plazo contribuyó a llevar a la opinión
pública parisina a su grado máximo de agitación. El 5 de
octubre, una muchedumbre formada principalmente por
mujeres marchó de París a Versalles, intentó linchar a la
reina y llevó a la familia real de vuelta a París poco menos
que como prisionera.
También la Asamblea Nacional se afanaba en desper-
80 lbidem.
LIBERACIÓN
399
EL TRIUNFO DE LA M(JSICA
82
Había nacido «Rouget>>; el aristocrático sufijo «de I' Isle>> fue aña-
dido en 1776 para obten er su ingreso en una academia militar: Julien
Tiersot, Histoire de la MarseillazO\-c, París, 19 15 , p. 5.
8 J La historia se ha repetido muchas veces, siempre a partir del rela-
400
LIBERACIÓN
401
Claude-Joseph Rouget de l'Isle ca nt a su << Himno de batalla para el ejérci -
to del Rin» en Estrasburgo la noche delz6 de abril de 17 92 . En realidad ,
fue Dietrich, el alcalde de Es trasburgo, quien lo cantó por vez primera , si
bien la imagen más famosa , la de este cuadro de Isidore Pils, data de r84 9.
88
Julien Tiersot , H istoire de la Marseillaise, op. cit., p. 44·
402
Ll BE RA C IÓN
.,, Ihidem, p. J8;Julien Tiersot , flút oire de la Man eillaiJe, op. cit. ,
p.7o.
94 Marie Mauron, La Marsá!!aúe, París, 1968 , p. 58.
95 Citado en.John A. Lynn , Th e Bayonets o/ the Republic: Motivation
and Tactics in the Army o/ Rcuolutionary Fran ce l7.9I-I794, Urbana y
Chícago, 1984 , p. 151.
9 6 David A. Bell, Th e First TiJtaL W'a r, Boston y Nueva York, 200 7,
p. 145.
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
mory: Constructlons o/ tbe Frencb Past, Pi erre Nora (ed.) , vol. 111: Sym-
bols, Nueva York, 1998 , p. 40.
LIREHACIÓN
99 lhidem , p. 41.
¡Adelante, hijos de la patria!
¡Ha llegado el día de gloria!
Contra nosotros la tiranía
ha elevado su estandarte sangriento,
ha elevado su estandarte sangriento.
¿Es que no oís en los campos
el rugido de esos fieros soldados?
¡Vienen a quitarnos de los brazos
a nuestros hijos y nuestras mujeres para degollados!
sión brutal de los motines de Metz y Nanc y en 1790, que lo habían con-
vertido en un símbolo de la contrarrevolución. Fue él quien planeó el
intento de fuga de la familia real en junio de 17 91 y emigró cuando el pro·
yecto quedó desbaratado.
LlBEKA C IÓN
'
0
Hervé Luxardo, La Marseillaise, op. cit., pp. 99-100.
'
'
0
Pueden en contrarse en http ://chnm .gmu .edu/revolution/d/
'
410
lucha con tus defensores ,
lucha con tus defensores!
¡Que la victoria acuda bajo nuestras banderas
al oír tu s viriles acentos!
¡Que tus enemigos moribundos
vean tu triunfo y nu estra gloria!
411
EL TRIUNFO DE LA MÚSI C A
412
LIBERAC:JÓN
"
0
Richard Wagner, My L1/e, Mary Whittall (ed.), Cambridge, 1983 ,
p. 399· Wagner creía erróneamente que el domingo había sido 7 de
mayo . [Existe traducción en castellano: Mi vida, Madrid, Turner, 1989].
111
Wagncr ya había empleado «La Marsellesa» para expresar la opo-
sición a la otra gran potencia alemana, Austria. En 1834, cuando conta-
ba veintiún años, había persuadido a un grupo de compañeros de barra
en la Posada del Caballo Negro de Praga para «cantar a pleno pulmón
"La Marsellesa" en mitad de la noche». El resultado fue un interrogato-
rio en la comisaría local: ihidem, p. 8 5.
:1
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
LA LI BE RA C IÓN D E ITALIA
"
2
Puede conseguirse en un DV D Je Studio Canal, ref. 19 6 8 28 -9 .
LIBERA C IÓN
116
David Kimbell , Verdi in the !lge o/ Ttalian RomanticiJm , Cam-
bridge, 198r, p. 22;]ohn Black. The ltalian Romantic Libretto: A Study
o/Salvadore Cammarano, Edimburgo, 1984 , p. 5·
" 7 Citado en John Rosselli, M u sic and Musicians , op. Clt., pp. 7 o-71 .
8
" David Kimbell , Italian Opera, op. cit. , p. 4 18 ; John Rosselli , Music
and M usícians, op. cit. , p. 6 1.
"9 Ibídem,pp.7o,rr5 .
LIBERA CIÓN
123
lbidem, p. 493·
124
Dennis Libby, «ltaly: two opera centres», en Thc Classical Era:
Pro m the I74 os to the End o/ thc Eightccnth Centurv, N ea! Zaslaw (ed.),
Londres, 1989, p. 15.
12
' Stendhal, Lz/c o/ Rossinz, Londres, 19 56, p. 30.
126
Edward Dent, Thc Risc of Romantlc Opera, Cambridge, 1976,
p. IJ4.
12
7 lbidcm, p. 28.
420
Ll BE RACIÓN
12
~
lbidem,p.467.
" 9Wolfgang Altgcld, Das poltúsche Italienbild der Deutschen zwis-
chen Au/kliirunp, und europliischer Revolution von r84 8, Tubinga, 19 84,
p. !89.
'3° Citado in David Kimbell, ltalian Opera, op. cit., p. 3 55.
'" Edward D cnt, 'J'h e Rise o/ Romantic Opera, op. cit., p. rr6.
421
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
422
En lugar de languidecer
bajo la tiranía
. .
es me¡or monr
en la flor de la edad.' 32
I96I, p. Sr.
' 36 Ibidem .
LIB E RACIÓN
' 37John Black, Thc ltalian Romantic Libretto , op. cit., p. 104 .
'l8 Ibidem, p. rr8.
' 39 Mary J an e Phillips -Matz, Verdi: A Biography, O xford, 1993, p . 7 9.
[Existe traducción en castellano: Verdi: una biografía, Barcelona, Pai-
dós, wor] .
EL TRIUNFO DE L A M(; S ICA
14 0
Ibidem , p. 765.
1
4 Roger Parker, L eonora'.r La.rt !l. ct. E.r.ray.r in Verdian Diicour.re,
1
Vittorio
Emanuelc
Re
D'
Italia
LIBERA C IÓN
' 45Emily Anderson (ed .), Th e Letters o/ Mozart and His Family, 3.'
ed., Londres, 1985, pp. 522.564,587-588.
430
LIBERACIÓN
146
Ibidem , pp. 531-53 3·
l 47 Citado en R. R. Palmer, Twelve Wh o Ruled: Th e Year o/ th e Terror
in the French Revolution , Princeton , 19 7 0 , p. p o.
431
EL TRIUNFO DE LA MlJ SICA
cal Centre: Goethe and Weúnar 177 5-183 2, Oxford, 1986, p. 18 3, n. JO.
432
En el puesto de avanzada, de Georg Friedrich Kersting (r8r4 ). El pintor
ofrece un memorial de guerra en honor d e sus tres amigos, caídos en la gue-
rra librada contra los franceses en 1813. El poeta Theodor Kiirner aparece
sentado con la espalda apoyada contra el roble. Los colores de los Lützow-
sches Freikorps-negro , rojo y dorado-se convirtieron en un símbolo de
la liberació n nacional y acabaro n siendo los de la bandera alemana.
433
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
434
LIBEkACIÓN
435
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
' 16 John Warrack (ed.), Car! Maria van Weber: Writings on Music,
sche, franzi:isischc und italicnische Musik», Cáália, x VII, 183 5, pp. 2 22,
22 5.
437
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
439
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
440
LIBERACIÓN
'
64
Carl Friedrich Cramer, Magazin der Musik, Hamburgo, 1783-
178 6; reimpreso en Hildeshcim y Nueva York, r 9 7 1, II , 2 , 17 84, p. 1059.
61
' Jbidem, tt , l,l ? 84 , P·590.
6
' ' ' Allgemcine Mu.riÁ:alúchc Zeitung, 15,7 de enero de 18or, p. 241.
441
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
442
LIBEHACI ÓN
443
EL TRIUNFO DE LA MlJS ICA
444
LIBERACIÓN
Cuando al fin sonó la pieza, fue recibida con una salva de aplau-
sos y la petición unánime de que se volviera a interpretar. Y cuan-
do eso sucedió, ocurrió algo sin precedentes: todo el público se
unió a ella, como guiado por un poder invisible.[ .. . ] El canto del
Rin compuesto por Becker ha int1amado un millón de corazones
alemanes como un relámpago. En el norte y en el sur, en el Rin y
en el Oder, ha brillado la llama nacional de la emoción patriótica
alemana. [ ... ] La conciencia de la unidad de los alemanes ha
experimentado un poderoso renacer. ¡Esta cancioncilla ha resul-
tado ser una gran manifestación contra vosotros, los franceses!
¡No la perdáis de vista, porque su fuerte avalancha os sepultará!
[ ... ]La canción es más que un poema : es un acto, un acto común
a todos los alemanes.'??
176
Allgemcine MuJikalúchohe Zeitung 9, 3 de marzo de 1841 , p. 191.
En un año, se compusieron más de cien melodías para acompañar al poe -
ma : Cecclia 1-lopkins Porter, 'J'he Rhine as MuJical Metaphor: Cultural
Identity in German Romantic Muiic , Boston , 1996 , pp . 229-237.
m G. Schilling (ed.), jahrbücher deJ deutschen Nationalvereins /ür
M usik und ihre Wiiscnscha(t. 11, d! de marzo de 1841 , p. 8 5.
445
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
' 8 ' <<Übcr die hohe Bedcutung der Musik in der Gegenwart», Neu e
Dilettanten, p. 223 .
447
¡Oh, no, no, no!
¡Más grande ha de ser su patria!
449
DE LOS BOSQUES Y PRADOS DE BOHEMIA
450
.....,..~~- ...............
_u,.,~ e·
N.lloledtl fl\.A.Uil.BAJIEK, ~"·
~·~~!";=:-
lo> _ _ _ _ ..,,.¡;¡
a ..
Portada bilingüe del poema sinfónico de Smetana
<<De los bosques y prados de Bohemia>> (!875).
88
' Brian Large, Smetana, Londres , 1970, pp . 3, 43·
4 5]
EL TRIUNFO DE LA MLJ SICA
452
LIBERA C IÓN
453
EL TRIUNH) DE LA MlJ SICA
1 2
9 Ibidem , p. 56.
193
Ibidem, p . 53-
194 «Über den Zustand der M usik in Bóhm cn>> , lll!gemcin c Musika-
4 54
LIB E RA C IÓN
455
El Real Teatro Provincial Provisional de Praga.
' 97 Tradu cción de las notas que acompañan a la versión dirigida por
457
Frantisek Palacky pronuncia un discurso en la ceremoni a de colocación de
la primera piedra del Teatro Nacional de Praga celebrada el t6 de mayo
de t868. Smetana es el segundo por la de rec ha del grup o qu e se ve a la iz-
qui erda de P alacky.
'
0
' Brian Large, Smctana, op. cit, p. 209.
'
03
Mirka Zemanová, ]anáéd:. A Compo.rcr's Lt/e, Londres , 2002 ,
p . 20.
' 04 Ibidem.
459
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
p. 153.
Ll B ERACIÓN
210
Orlando Figes , Natasha\ Da nce.· JI CuLtural 1listory o/ Russia,
Londres, 2002 , p. 39 . [Existe traducción en castellano: U halle de Na-
tacha, Barcelona, Edhasa , 2 o o 6 J.
,. B. N. Aseyev, Russky dramatich e.1~;y fcclfr ot ("WJ istokov do k ontsa
XV!ll veka, Moscú, 1977 , p. 304.
m Vsevolod ' Cheshikhin, lstonva ru.1skm>opcrv (s 1674 ¡w 1903 g),
2." ed., San Petersburgo, r 90s. p. 12.
LIBERA CIÓN
"'3 Ibidem, p. 47 -
2 '4 Richard Taruskin, «Mikhail Matveyevich Sokolovsky», en The
New Grave Dictionary o/Music and Musicians, op. cit., rv, p. 41.
2
'l S. Frederick Starr, «Russian art and society r8oo-r85o», en Art
lova, Glinka's Lz/e in Mus ic: A Ch ronicle, Ann Arbor y Londres , 19 88,
pp . 422, 6r 4· En este ultimo libro se encuentran muchas más condenas
de París. Al parecer, a Glinka le desagradó la capital francesa incluso
más que a Richard Wagner. Es posible que su virulenta francofobia se
debiera en parte a recuerdos de infancia: en 181 2. los soldados de Na-
poleón invadieron y saquearon su casa.
LIBEHACIÓN
224
Ibidem, p. 141.
LIBERACIÓN
7 Geoffrey Hosking, Ru.u ia: Peop fc and Empire I)52- rpr¡, Cam-
22
470
LIBERACIÓN
'l' Ibidcm,p.I50.
J4 .J acob Katz, Out o/ the Ghetto: Th e Social Background o/] ewish
2
471
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
2
35 Artur Holde,Jews in Music, Londres, 1959 , pp. 62 -63.
6
2
3 TheSunday Times, 17 de agosto de 2003 .
472
LIBEI{AC!ÓN
RA Z A Y R E BELIÓN
473
EL TRIUNFO DE LA MÚSICA
2
39 Mark Tucker (ed.), Thc Dukc Ellington R.eader, Nueva York,
1993, p. 59·
474
LIBEHA C J Ó N
' 40 Ibidcm . p. 14 6 .
,. , Ibidcm . p. 1 2ll.
' 4 ' Citado en Kath y .1. O gren, Fhe Jazz Revolution: Twen ties A meri-
475
EL TRIUNFO DE LA M Ú SICA
' 43 Ibidem, p. 7.
'44 Stanley Hirshon , <<}azz, Segregation , and Desegregation», en A
M aster's Due: Essays in Hon or o/ David Flerbert Donald, William J. Co-
o per hijo et al. (eds. ), Bata n Rougc y Londres, 19 8 5, p. 235.
LIBERACIÓN
Aunque hubo que dar muchas más patadas para que la puer-
ta se abriera, se había dado un primer paso. Con bastante re-
traso, a finales de la década de 19 3o, la N ational Association
for the Advancement of Colo red People [Asociación N acio-
nal en pro del Avance de las Personas de Color], fundada en
1909, empezó a advertir las posibilidades ofrecidas por el
jazz y sus músicos. Los progresos eran muy lentos y sólo de
vez en cuando algunas iniciativas individuales hacían pen-
sar que las cosas podían ser de otra manera. Por ejemplo,
Don Redman en 1944 y Earl Hines en 1945 se negaron a ha-
cer giras por los estados del sur del país argumentando que
se verían obligados a actuar ante públicos segregados. 2 46
A este paso, se habrían necesitado siglos y hasta mile-
nios para que las barreras se derrumbaran. Sin embargo,
el proceso experimentó una aceleración extraordinaria a
causa de las fuerzas que contribuyeron al surgimiento de
la cultura juvenil, en especial la Segunda Guerra Mundial,
el consumo y el cambio demográfico. El poder de los con-
sumidores jóvenes, tanto blancos como negros, comenzó
a manifestarse a finales de la década de 1940. Una de las
consecuencias que esto tuvo en el ámbito de la música fue
el incremento de los «cruces» entre razas, fomentados en
gran medida por dos tipos de convergencia. Por una parte,
el blues-el género musical afroamericano por antonoma-
sia-obtuvo mayor predicamento entre los blancos cuando
'45 Ibidem.
'4 6Eric Porter, What li Thts Thmg Called jazz ~ A/rican A merican
Musicians as Arti.rts, Critics, and Activi.rts, Berkeley, 2002 , p. 85.
477
EL TRIUNFO DE LA MlJSICA