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CIUDAD SOSTENIBLE

Una ciudad sostenible es aquella que recupera y potencia su vida propia, y por tanto
la de sus habitantes, mientras favorece la regeneración y el respeto de su entorno
natural, así como el entorno social, la educación para la paz y la integración cultural.
Es una ciudad que se construye a si misma tomando como elemento principal, de
acuerdo a unos principios económicos, ecológicos y de bienestar, a las personas y
equidad social para sus habitantes. Mediante este ensayo daré a conocer distintos
puntos de vista acerca de la lectura propuesta (El reto de la ciudad sostenible por
Margarita Marino de Botero) y como ha influido cada uno de los puntos sustentados
en nuestro diario vivir.
EL RETO DE LA CIUDAD SOSTENIBLE.

El texto anterior nos plantea una serie de propuestas y de afirmaciones por las
cuales nosotros como ciudades urbanas hemos afrontado y de la cuales las
personas de zonas rurales son las principales protagonistas, desde hace unos años
se puede observar una transformación en todas las ciudades y es que las personas
que habitan en las zonas rurales buscan distintas formas de salir adelante y de
progresar, como nos plantea Margarita Marino, se dio una “des ruralización” lo cual
en mi interpretación lo comprendo como aquel proceso que se presentó mediante
la aparición de las primeras ciudades, como los diferentes momentos históricos en
que las ciudades nacieron o se expandieron y los productores de alimentos
necesitaron trabajar más para producir no solo para su propio bien y el de sus
familias, sino también para obtener un excedente de producción que pudiera
abastecer de alimentos a quienes se dedicaban a otras actividades. Esto empezó a
poblar las grandes ciudades.

En cuanto a las adquisiciones se dio la Aparición de las primeras ciudades: al


desarrollarse la agricultura y la ganadería algunos grupos humanos se hicieron
sedentarios y formaron aldeas y pueblos. Algunas de estas aldeas crecieron
notablemente y se convirtieron en ciudades, se dio una nueva forma de
comunicación, el comercio incrementó la interacción entre las distintas ciudades.
Se consolidaron religiones, en cuando a la economía se daba local es decir propias
de cada ciudad. Un ejemplo claro de esto fue el Imperio romano, quien antes de su
caída fue uno de los imperios más duraderos que ya hubo. Ellos poseían
características que todavía hoy nos impresionan.

Las ciudades recibían aguas traídas de fuentes puras distintas, de las montañas,
llegando a través de los acueductos. Los ciudadanos más importantes (y ricos)
recibían agua encañada en casa. Los más pobres podían beber agua en las
diversas fuentes de la ciudad, embellecidas con hermosas estatuas. Había baños
públicos, en los cuales debajo de los sanitarios fluía agua (saneamiento básico, algo
que muchas ciudades no poseían).
Además, hubo el uso de la energía hidráulica, la fuerza de los ríos, para mover
pequeños engranajes que molían el trigo, ayudando a fabricar el pan más barato de
la antigüedad. Imagino que en los estadios se distribuían pan gratuitamente (aunque
con fines políticos) mientras eran exhibidos espectáculos, incluso, llenaron el
coliseo con agua para realizar batallas con barcos de verdad. El agua era también
retirada para los espectáculos con gladiadores, así como diversos animales.

Ellos desarrollaron ciudades con infraestructura, usando una especie de cemento,


hecho de cenizas volcánicas y otros elementos. Había una extensa red de calles
que favorecían el comercio, de modo que la capital reunía la mejor ingeniería,
tecnología, conocimiento y poesía. Muchos enviaban personas para estudiar en
Roma y aprender sobre el enorme conocimiento detentado por la civilización,
aprovechado de Grecia y de muchos otros pueblos.

Pero todo esto intensifico las tensiones y la lucha por el poder en las ciudades,
entonces se vivió la caída de Roma, Europa fue invadida por varias tribus bárbaras,
que mataron, violaron, saquearon y destruyeron casi todo lo que hubo a su
alrededor. Con la destrucción de los acueductos hubo la ausencia de agua
encañada en las ciudades, la población disminuyó drásticamente debido a las
huidas en dirección al campo y a sitios con ríos y lagos. Las bibliotecas fueron
reducidas a escombros, sabios y profesores murieron, las epidemias se
diseminaron.

Hubo abandono de las ciudades, la quiebra de la actividad comercial, el cierro del


Mar Mediterráneo por tribus bárbaras obstaculizando acceso a los productos que
eran importados de otros pueblos. Europa quedó sumida en la Edad de las tinieblas.
Las personas veían el fantasma de una gran civilización, las ruinas de grandes
construcciones de ingeniería y servicios público. En contraste, quedaba la suciedad,
el hambre, el sufrimiento, el trabajo excesivo y las pocas perspectivas de mejora, la
inseguridad, entre otros asuntos nada similares a los tiempos romanos. La gente,
desesperada ante el caos y la podredumbre de las duras condiciones de vida y la
constante violencia, buscaron la Iglesia para alcanzar la paz y consuelo con tiempos
mejores más allá del sufrimiento terrenal.
Trataron de asegurar su lugar en el cielo y para ello cedían todos sus bienes y tierras
a padres y religiosos. Así fue cómo la Iglesia católica llego a detentar más del 60%
de todas las tierras europeas. Las consecuencias de la caída de Roma llevaron a
siglos de oscuridad, de organización social basada en feudos, grandes tierras bajo
dominio de un señor feudal y trabajadas por los siervos, de aislamiento comercial y
urbano. Era una economía rural y autosuficiente, basada en lo que cosechaban.

Con el paso del tiempo estas diversidades de cultura, no solo en Roma o en


cualquier otra ciudad, que habían permitido nuevas unidades sociales, donde el
cemento era el progreso, el hacinamiento y el desorden urbano nos llevó a el
concepto de “ciudad”, debido a esto se empezaron a presentar dichos problemas
ambientales por la explotación de esos recursos naturales que una vez nos hicieron
tan llenos de riquezas, todo aquello que se ha despilfarrado con el tiempo ha
implicado muchos costos hoy en día, afectando el estado de la atmosfera, las pocas
áreas rurales. Estas pérdidas agravan cada día el problema del desempleo, las
migraciones de las personas hacia la ciudad buscando “un futuro mejor” debido al
derroche de energía que hoy en día se presenta en cada una de las ciudades del
mundo, unas más o menos que otras, pero aun así sigue sucediendo.

Es evidente que debemos apreciar la relación ciudad-región, como una clave


importante en nuestros procesos territoriales para así ganar opciones de
sostenibilidad en la medida en que las ciudades se convierten en un país en
desarrollo.

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