Había una vez un campesino que tenía un jardín muy
hermoso que siempre le gustaba regarlo, también tenia una mascota llamada Dogui. Su mascota era muy amiga del jardín. El campesino todas las noches dejaba a su mascota para que cuide el jardín. Al amanecer el campesino salió a ver su jardín y lo encontró tal como lo había dejado, su mascota al verlo se le tiro encima y lo empezó a lamer. El campesino cogió a su mascota la llevo al medio del jardín y empezó a jugar con el cachorro, el cachorro muy feliz olía el aroma de las flores mientras su dueño se reía porque el perro y su dueño eran buenos amigos con las flores. Así pasaron los años y estos grandes amigos amantes de las flores ya no podían cuidar las plantas, se dieron cuenta que ya estaba cerca su hora de partir estaban muy tristes pues ya no podían ver cada mañana al despertar ese hermoso jardín. Al llegar el momento de su partida vieron una luz y una voz les dijo: “NO ESTEN TRISTES, POR HABER CUIDADO DE ESTE JARDIN COMO RECOMPENSA IRAN AL CIELO DONDE HAY MUCHOS JARDINES IGUAL DE HERMOSOS QUE LES ENCANTARAN”.