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a 5 a . c £ a Julio Le Riverend Brusone (1912) es historiador y ‘economista cubano, graduado de Doctor en Derecho Civil y Doctor en Ciencias Politicas, Econémicas y Sociales de la Universidad de La Habana (1940-1941), y Licenciado en Historia del Colegio de México (1943-1947). Junto a su ‘constante labor cientfica, ha desarrollado una considera ble actividad docente. Fue profesor de Econom{a ¢ His- {oria de la Economfa cubanas en las universidades de Las Villas y de La Habana (1959-1962). En 1973 se le otorg6el titulo de Doctor Honoris Causa del Instituto de América Latina de la Academia de Ciencias dela URSS; es Doctor cen Ciencias Historicas, en 1983, y Profesor de Mérito, en 4985, de la Universidad de La Habana. Es Presidente de la Uni6n Nacional de Historiadores de Cuba. Entre sus numerosas responsabilidades ha ocupado los cargos de Vicepresidente del Banco Nacional de Cuba (1959-1961), Vieepresidente de la Academia de Ciencias de Cuba (1962), Director del Instituto de Historia y del Archivo Nacional de Cuba (1962), Viceministro de Educacion General y Especial (1972-1973). Fue Em- bajador de Cuba ante la UNESCO (1974-1977). Es rmiembro del Consejo Técnico Asesor del Ministerio de Cultura, y miembro del Instituto de Historia de Cuba, Entre sus obras figuran Los origenes de la economia cubana, 1946; Historia econdmica de Cuba, publicada también aparte en 1971; La Habana, biografia de una provincia, 1960; La reptiblica: dependencia y revotucién, 1962; Historia universal y de Cuba (16 fasciculos), 1971+ 1979, con un colectivo de autores. Ademis ha publicado articulos y ensayos en la Revista de Historia de América, € Historia Mexicana (de México) y en las siguientes revistas y periddicos: Casa de las Américas, Bohemia, Verde Olivo, Moncada, Cuba, Santiago, Islas, Granma, y en publicaciones de otros paises. | Frausk BREVE HISTORIA DE CUBA Julio Le Riverend HISTORIA DE CUBA 6 EDITORIAL DE CIENCIAS SOCIALES, LA HABANA, 1997 ‘Cuarta reimpresin tomada de la primera edicion, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1978 Edicién : Mario Lépez Cepero Diseto: Santiago Ramirez Pérez RealizaciOn: Haydée Caceres Martinez © Iulio Le Riverend, 1997 (© Sobre la presente edicién: Editorial de Ciencias Sociales, 1997 ISBN: 959.06-01317-3 ‘Depésito Legel: M-13401-1997 Imprime S'8.A.G., SL. - MADRID (Espaita) Estimado lector, le estaremos muy agradecidos si nos hace Hegar su opinién, por escrito, acerca de este libro y de nuestras ediciones Instituto Cubano del Libro Editorial de Ciencias Sociales Calle 14 no, 4104. Playa, Ciudad de La Habana, Cuba NOTA PRELIMINAR Ponemos en manos del lector un panorama del proceso que forma y define al pueblo de Cuba en su esfuerzo secular por fraguarse un destino digno. Esta afanada bis- {queda se expres6 como es logico, de diferentes maneras y on varia intensidad segin las condiciones yas cireunstan- cias de cada época, las cuales venfan conformadas por un ingente laboreo previo y en congruencia con fenémenos y acontecimientos continentales latinoamericanos y mun- diales. En este sentido la especifica historia de Cuba no puede concebirse sino inserta y relacionada de modo indi soluble con el contexto més general. Sin embargo, tratan- dose de un resumen no podia concederse mucho espacio a todo cuanto fuera necesario para un conocimiento pro- fundo de ese proceso. Este recuento sigue el plan de Ia Historia de Cuba publicada por el Departamento de Orien- tacién Revolucionaria del Comité Central del Partido Co- rmunista de Cuba, en 1975, En este caso ha sido también inexcusable poner el énfasis en algunas eategorias o series de hechos y en ciertas vinculaciones significativas con acontecimientos de escala mayor. ‘Consideramos que las indicaciones bibliograficas pueden ser itilesa los interesados en adquirir una informacion mis vasta y precisa. Los lectores hallarin en este texto las bases para una ‘comprensién apropiada de nuestra historia y el incentivo para proseguir las lecturas que les permitan apreciar con v ‘una mayor profundidad las rafces ya seculares y las reali zaciones de la Revoluci6n Cubana. A esta ticrra y a su. pueblo les han dolido sus momentos de sacrifcio, tanto como ahora les regocija un presente Iuminoso. Conocer aquéllos y éste contribuye a la comprensi6n del futuro. Se comprenderé también una vez més, que el camino previsto por Marx, Engels y Lenin, realizado con decisiva procza pot el pueblo soviético en 1917, ha demostrado su fuerza, su virtud ereadora y sti validez universal PARTE I SIGLOS XVI-XVI La conquista y los indios Inicio de la economia colonial La sociedad colonial “Trine tera, como terra tranizada y de serio lsacentote Miguel Veldsques nacdo.en Cuba, metizo de india ‘yespatal.en carta Liegan tos conquistadores Simiramos un mapa mundi comprenderemos por gue deecubrimiento de America consty6 un acootecimicn- tode profundas consecuencan. Anes de 1492, en medio dc ejendaryslatorconfson ose conocia que hubiera oro continents en Europa y Asi. Lega l Nuevo Mun do no fue fal, pues hubo que vencerprjuicis entre. seo, temores's ignorancia, Cuando Crisibal Colon (Giast7 1500) deseubrio América y Cabo, en 1492 habia feoorrido un largo camino de experiencian nia y cconémicas Colon era un marine habilyambiciowe, nacido en Gé- nova Italia, Antes de descubri Ameria babiavajado a Jo largo de las costas de Africa, comerciando con escla- ton purticipando on everson negocion Al igual que ots turopeos desu epoca, no sabia que de ado opuesto al toéano Ailialico babia oa masa coorme de terra que Posterlormeats se lamaria America, Pores azn ro- puso los Reyes de Espata -Feraandoolsabel, como Eosconel nombre de Reyes Catlicoe~ que ptrocinaran tte expedicida marina para era el Ailgatco con el ‘bjt de legar a Asia, cuyoe les productos fos et ropeos conoctan bien, Los ayes accediron y maron Con Calon un contato rode el hal e repartan los beneficio que resultaran del comercioefectuado com exe fico continente. Ast con el apoyo de los monares, se Organiz® una expedicign compucsta de tres carabelas, fouabre gues daba enfonces sun tipo de embareacin "Eta desembarc en Cab, en un gard a este aati la antigua provicia de Oriente 6127 de octobre de 1abz)Loe primero indoe que iron sus arcon hye fon de las costs baci era adetro.Col6n env Jos 3 enelao 1789 pidieron autorizacién al Gobierno colonial para traer todos los esclavos africanos que estimaran conveniente. Siempre en pos de mayores beneficios, los ~ La represion El Gobierno de Espata se percats de que en Cuba se era seguir el ejemplo dela demds coloniasy procedi6 ‘lacrecentarelnimero desoldados, concediendo ademas mpliarfacullades los obernadores para reprimir to. dos lor intentos de sublevacion 9, aun ido hasta Inc Simples protests: En 1825 comenz una epoca de error Contr a poblaciin de Cuba, El Gobiernd colon am n dope otras medidas pata impel las fevluciones en Cuba; eniré ellas, las que beneficiaban a los grandes Dropitarioe de irra: azucarto Ycomerciantes. Se realizaba cl programa felormista de ‘Arango y Parreao. Los hacendados azucareros cata. leros querian mas facidades para comercat com pales extranjeros, especialmente con Esiados Unidos, Por sa parte, el Gobierno metropoltano conceals esas facioa Ses aunigie no en la medida que los relormistas las de ‘Seaban. Etce mismos:propiiarios no. querian tener ‘obstéculo egal alguno para vendet y comprar tierasy ct Gobierno colonialiesconcedilasfaiadesy promulig leyes que les pernitierondisponc sn rab algona de ee derran Tambien ambicionaban ch algunas osss apode, rarae de las tlerras de los sogueros, como ocura en Gaines, yasipudieron despojaros mpuncmente,Deeste ‘modo dps ricos eubanostemerosos de la sevolucion por depeRdET, se opusiron ain masaclla porquclas medidas mplantidas por el Gobierno colonial es garam, * Tizaban sus intereses. El afin de los ricos cubanos de la época por evitar la revolucién, coadyuv6 a que los gobernantes de la colonia reprimieran cada vez con mas intensidad las manifesta~ iones de descontento de la poblaciénn libre. Por otro ‘el régimen de explotacion y represion de 2 fctaleros,ganaderos clavos. Un lustre cubano de la época, José Antonio co (1797-187), fue obligado a expatriarse por orden del gobernador Miguel Tacén (1775-1855), de quien fos enbanos descontentos decian, que gobernaba a Cuba “a taconazos". Ademas de la represion contra todo el pue- blo, existia entonces una gran corzupcién motivada porel ‘comercioclandestino de esclavos en Cuba. Desde 1820 el ‘Gobierno espasol se habia comprometido con el Gobier- no inglés a no continuar la trata de-esclavos pero los hhacondados, los comerciantes, los traficantes de carne Ihumana y muchos funcionarios piblicos, sin exclu a gobernantes de Madrid y a los propios reyes, estaban Ssociados para mantener y lucrar con ese comercio vig lado y perseguido por los barcos de guerra ingleses. La 4 trata de negros eselavos que siempre habia sido eruel, ‘adopt un cardcter brutal, al convertise en clandestin Se eoridcen casos en que un barco negrero (entonces sc le lMamaba asi) para no ser capturado por un navio ings arrojaba al mar a todos los esclavos que transportaba. Tosé Antonio Saco, reformista destacado, fue expulsado de Cuba por propagar ideas contra este trafic. Otros eubanos dela época tenian iguaes ideas; sin embargo, en aquellos tiempos muy pocos eran partidarios de acabar con la esclavitud; ni el propio Saco abrigaba esta idea Estosucedfa porque la mayor parte de los eubanos po rosos y cultos de la 6poca eran grandes propietarios de clavos y temian arcuinarse si aquéllos eran declarados, libres. ‘Como siempre sucede, los poderosos no querian que cambiase la sociedad y se negaban a evonocer los dere- chos de ls explotados: pero afin de cuentas a necesidad las autoridades espatolas deseubrioron a Conspracion y decidieron detener a lo- dos los complicados en el movimiento. Fara no caer reso, Carlos Manuel de Cespedes decid levantarse Tontra el poder colonial espanol) lanzd el Grito-de— Independencia 9 Mucrie en su propio Ingenio “La De- tmajagua”, etea de Manzanillo e110 de octubre de ese Tho, Fucroa mochas las aciones heroics de ls combs: tients por labertad, que emprendieron lalicha en esos Mins Loe revoluconariostvieron una serie de enfenta- teat on as ops clonal yloparon toma jaded de Bayamo, donde consitujeron el primer Go- aaa ee aaratin ca arma, A les Je 188 9 n= ee ie) a lanearoa el combate grupos de patriots ‘de Camagiicyy Las Villas, En Camaghey se destaco desde” 36 ¢l inicio el gran lider combatiente Ignacio Agramonte (4841-1873) yen Las Villas, Eduardo Machado. Desde los primeros combates, los patriotas obtuvieron grandes victorias pero la uni6n de todos se hacia necesa- ¥, por esa raz6n, decidieron reunirse en el pueblo de Gudimaro para constituir un gobierno tnico y elaborar “publica de Cuba a Carlo ¢ {86 una Constituci6n el 10 de abril de 1869. A partir de 0s momentos la Revolucién entr6 en una fase de amplio. desarrollo, Cientos de patriotas se incorporaban a los cjrcitos libertadores, Ademés de los propictarion de tierra descontentos, la poblacion pobre, campesina y de las eudades y antiguos esclavos liberados por ls fuerzas revolucionarias, se unieron a la lucha, Muchos de los hombres de las clases humildes de la época como Antonio Maceo (1845-1896) y su hermano rm e cada (1838-1895), Maximo Gémez (1836-1905) y otros de la lucha en grandes _jefes militares. En las demas regiones también surgian jeles guerreros como Ignacio Agramonte que siempre se destacs por su Valor personal y su gran capacidad de organizador. Entre los revolucionarios cubanos de aquella época surgieron diferencias porque no todos tenian las mismas ‘ideas sobre cémo dirigir la Revolucion. Algunos lideres revolucionarios opinaban que los jefes del Ejérito de- biandisponer de mésima libertad para actuar; otros con- sideraban necesaria la subordinacion a la Cémara de Representantes. Unos querfan otorgale muchas faculta- ‘esa Carlos Manuel de Céspedes y otros patriotas con: p cedérselas a la Cémara de Representantes. Pero estas -Giferencias no impidieron el desarrollo de la Revoluciéa porque ante todo, los cubanos odiaban el colonialsmo 7 espasol. La fuerza revolucionaria del pueblo cubano era muy poderosa en las antiguas provincias de Oriente, Camagity y Las Villas. Numerosisimos combates de guerilla algunas acciones, donde se enfrentaron miles de combaticates de ambasfuerzas encmigas, fucronotras tantas victorias de las armas revolucionarias. La Revoluci6n no se desarroll6 con fuerza en ls regio- znes de Matanzas, La Habana y Pinar del Rio porque los sgrandes propietarias de tieras y de esclavos se mantuvie~ ron al lado del poder colonial espail. Esto no significa {que en la capital faltaran patriotas pues unos se incorpo- aban al Ejército Libertador, mientras otros agitaban en pro de la independencia o ayudaban a los combatientes. A principios de 1869 ocurrieron ea la capital una serie de hi H ‘Marti (1853-1895), condenado entonces a trabajos 16rz “dos. Para incorporar la regién occidental w-iz-hicha, “Gurgio la idea de levara cabo la invasin a esa region. Un j {ran cjército revolucionario inicaria la marcha; desde Oriente, pasaria por Camagley y Las Villa y harfa su entrada en la zona de més grandes ingonios de Cuba, 0 sea, en Matanzas y La Habana, Silograban penctrar al, Jos evolucionarios podiansublevar aun enorme masa de eselavos. En los aos 1873 y 1874 se formé un Ejército Tnvasor al mando del general Maximo Gémez. En Cama ‘giley, G6mez y sus tropas libraron batallas muy importan- tes contra el Ejércio colonial espaaiol, como La Sacra, PaloSeco, Los Naranjos Las Gudsimas, Una vanguardia de este Ejército Invasor legé hasta las cercanias de la q ciudad de Colén. Pero la Tavasién tavo que detener st avance pues no cootaba con suficientes recursos en hom bres y armas. Sin embargo, en Oriente y Camagiey sc continuaba luchando con bravura durante cl aho 1875. Jefes como Antonio Maceo, Serafin Sénche, Méximo 38 ra peo ‘choques com los colonialistas, en los cuales particips José _ Gomez y otros patriotas, mantenian muy en alto la ban- dera revolucionaria. ElGobierno espaol comprendi entonces suimpoten- ia para derrotar a los revolucionarios y comenz6 a ma- niobrar con promesas de paz. En aquel entonces, entre Tos jefes revolucionarios también se hicieron mis agudas las contradicciones, lo cual facilité la labor divisionista del Gobierno espaol. Tuvieron lugar varios cambios de Presidente de la Repablica en Armas. En 1874 Carlos Manuel de Céspedes fue depuesto y posteriormente mu Fié en combate frente a los soldados espasoles. El susti- tuto de Céspedes también fue relevado del poder por la CAmara. Otro presidente, Tomas Estrada Palma (1835- 1908), cay6 preso. Calixto Garcia (1839-1898), un gran jefe oriental, fue hecho prisionero en 1874 estaba herido de gravedad, luego de tratar de suicidarse, Todos estos {ecimientos coincidian, debilitando a una parte dela ‘Las maniobras colonialistas dieron sus frutos. El 10 de. 1878)un grupo de jefes revolucionarios firm, | de acuerdo con las autoridades militares espafolas, el ‘Mamado Pacto del Zanjén. Eneste conveniose prometian ‘al pueblo cubano algunas reformas; en verdad no obte- rnfan ninguna de las demandas esenciales que habian motivado la Guerra de los Diez Afios. Es preciso saber ue no todos los jefes del Ejrcito revolucionario, y mu- cho menos los soldados, aceptaron ese Pacto, Una gran parte de los patriotas continu la lucha. Entre los jefes es| necesario mencionar a los generales Antonio Maceo, Goyo Benitez, Ramén Bonacheay otros. Maccoafirmaba quelos colonialistas espaioles no ofrecian ninguna de las demandas de los cubanos y pedian que los patriotas aceptaran la paz y dejaran las armas; también crefa que era preciso obtener del Gobierno espafiol la abolicion de lnesclavitud, pues existian atin cientos de miles de escla 39 vos en la Isla. Mediante la Protesta de Baragud, Antonio Maceo y otros patriotas se opusieron al Pacto del Zanjon. Meses después, Maceo decidi6 marchar hacia el extran- jero a recabar la ayuda de los emigrados cubanos sin obtener resultado. Como en esos momentos no habia posibilidades de seguir laguerra permanecié enelextran- jero pero manteniendo su llamado a continuar Ia lucha. ‘La guerra se reanudé en 1879 con la participacion de Calixto Garcia y otros jefes revolucionarios como José Maceo, Guillermén Moncada, Quintin Banderas (1834 1906), en colaboracién con José Marti, El hecho de que ‘muchos de los jefes y soldados estuvieron desilusionados, contribuy6 a que esta nueva insurrecciOn, Hamada Guerra Chiquita, no pudicra desarrollarse. Los jefes del ‘nuevo movimiento y el propio José Martf consideraron {que no haba posibilidades de continuar lalucha con éxito Y dieron por terminado el alzamiento en 1880. ‘Alterminar el movimiento revolucionario de 1868, ella radical de la clase terrateniente cubana qued6 liquidada por la muerte de sts elementos més decididos en la lucha ‘rmada, y por su rina econdmica, En Cuba no volvio a cexistir un grupo terrateniente tan revolucionario como el {que encabez6 la sublevacion de 1868, Por el contrario, la Clase terrateniente com tal se volvi6 colonialista, rede ‘ionaria 9 anexionista, 0 sea, conservadora, Nueva formacién de clases ‘La Revoluci6n de 1868 desencaden6 el proceso de abo- ticién de la esclavitud, Desde mediados del siglo XIX en ‘se debatia cul seria el futuro de la sociedad Cubana, debido a las transformaciones tecnologicas de la el pais 0 industria azucarera y al encarecimiento del precio de los esclavos introducidos en la Isla de contrabando para burlar los tratados internacionales, as{ como por el.| desarrollo de una conciencia social que no respondia a | tos intereses de ls grandes propitarios de esclavos. La politica colosaisa que agitaba el “peligro” de las suble~ ‘raciones de esctavoscedio el paso ante la aparicin de 10s {cotimientos nacional. Ens fils revolucionarias, mu- ‘hos independentistasliberaban alos esclavos, lyes y ddecretos del Gobicrno de la Reptblica en Armas con fzuraban la poltica abolicionist. Numerossimos cuba- fos de origen aticano hicharon por la independencia, ‘mostrando sus extraordinaras cualidades. Marti afr que en la Revoluci6n de 1868, el combate comén y la unidad de ideales forjaron para siempre la hermandad de (1880-1886). De este modo, sco ‘Braba un proceso de transformacion social, el mas impor- {ate que e produjo en los cuatro sighs dé éalonialismo. Por qué la abolicién fue un paso tan decisivo? Porque todos los que trabajaban adquireron la misma condicion partir de entonees eran proletarios. Esto quicre decir que la abolicién de la eselavitud marcd"elinicio"de-ta formacion dela clase obrera "AS como la guerra habia afiinado a una parte impor- tantedelavieja clase terrateniente queselanz6 alalucha, cl desarrollo arucarero, sobre la base de centrales muy costosos, también contribuy6alaliquidaciéa de esa clase. [Los hacendados azucarcros esclavistas desa “Industriales ‘burgueses; otros, Thos se convirtieron perdicron susingeniosy quedaron s6lo comoterratenien- tes capitalistas dedicados al cultivo de la cafia. A estos .. thimos se les denominaria después colonos. En suma, las a clases y grupos sociales se simplificaron, se condensaron en las dos clases propias del capitalismo: burguesfa y proletariado, Entre ambas, una clase media 0 pequesa bburguesia que, por entonces, se emprobrecia de manera reciente. Si se recuerda que José Martf tuvo conciencia de! papel politico jugado por los obreros blancos, mestizos ynegros, espafioles y cubanos, en la decision del desti- no de Cuba, se comprenderd la transcendencia de la abolicion de la esclavitud y del establecimiento de una sociedad con clases més definidas. Martf se percato de {que la clase obrera encarnaria los més altos sentimien- tos patristicos. Reaparecen los reformistas La terminacién de la Guerra de los Diez Afios y de la Guerra Chiquita inici6 una nueva etapa en la historia de (Cuba. En primer lugar, los gobiernos de Espaia no cum- plieron las promesas hechas a los revolucionarios cuba- ‘nos en el Pacto del Zanjén. No se realizaron reformas importantes en el gobierno. Los colonialistas continuaron explotando las riquezas de Cuba y, sus cuerpos represivos ~policia y ejército— ‘mantuvieron la persecucién sobre los cubanos descon- tentos. Algunos terratenientes y gente de la clase media ‘cubana crearon el llamado Partido Liberal o Autonomis- ta que se enfrentaba en las elecciones al partido mas reaccionario, llamado Unién Constitucional. En estas clecciones se determinaban los miembros de cada parti- do que integrarfan la Cémara de Representantes y el ‘Senado existentes en Madrid. Como se comprenderé, la a -mayoria de los representantes y senadores espafoles que allise reunfan estaban relacionados con los grupos pode- +0308 opuestos a cambiar las condiciones en que Espaia ‘gobernaba a Cuba Los pocos representantes de Cuba en Espafa no podian tener éxito alguno en su gestién; si de veras querian mejorar la situacién de su pais, nada podian hacer en el orden practico. Los liberales 0 autonomistas convocaban a mitines en La Habana y en un pueblo del interior de la Isla donde pronunciaban discursos que ponfan al descubierto el en- {gafo del Gobierno colonialista. Muchos partidarios de la independencia asistian y aplaudian esas criticas, que nun- case transformaron en una accién politica consecuente, pues los autonomistas mantenian su eriterio de reformas y de lucha pacifica que, en definitiva, no ofrecia resulta- dos apropiados. En verdad, tal critica era un engaio a las masas. Huelga decir que entonces la mayor parte de los veteranos de la Guerra de los Diez Afios se encontraba cen el exlio y, los que permanccfan en Cuba, se apartaban de la accién politica reformista y mantenfan vivo el re- cuerdo de aquella guerra heroica. Algunos de los liberta- dores escribian libros y folletos de propaganda y, aunque perseguidos, planteaban con suma franqueza la necesi- dad de luchar por la independencia de Cuba. Ejemplode ello fueron Manuel Sanguily (1848-1925) y Juan Guall to Gomez (1854-1933). Como se comprenderé, el fracaso de los autonomistas facilit6 la labor del ideal inde- pendentista. iSe habria podido esperar algo positive de los reformis. tas? Pregonaban entonces en Cuba la paz; pero el Go- | bierno colonial mantenia la represién contra el pueblo cubano. Sélo era una paz para que los colonialistas explo: tadores gozaran de sus privilegios y bencficios. Asi suce- de hoy en diversas regiones del mundo; mientras se proclama que con la paz social se logra el desarrollo y el @ bienestar, los imperialistas explotan més los recursos naturales de los paises bajo su dominio, aumenta la mise- fia, el analfabetismo, el desempleo, a la vez que se persi- gue con safia alos progresistas y los revolucionarios. EL nuevo movimiento revolucionario EI movimiento independentsta fue en ascenso desde 1887 Contaba con un lider, un hombre genial y desinte esado que le dio todo. su estuerza: José Marti, cuyas setividades a partir de 1869 conocemos. Apenas tenia Genes afos en esa fecha y fue condenado a trabajos forzados. (Mant Ssliado desde 1871, vsié en Espaia, recortis vivios pastes de Amercia Latina, conociendo sus proble~ thas» partcipand en fos movimientos progresistas de Tha uno de ellos; estuvo al tanto de los hechos que SCurrfan en su pate como el fasilamiento abominable de toe ocho catudlantcs de medicina. En 1880 se radicé en. — ‘Buados Uniden, donde se pereatd de, que los grandes interests econdmicos de esa nacion, os grandes “nos monopolistas, os gobernantes y politicos vingula- {Tosa sor intereses,tenian puestos sus ojos sobre Cubs {toda América Latina para beneficiarse con sus riquezas ‘Comprendié el camino negativo que all tomaba la &i- > acion para et lero y la violencia. Marti se enfrent6 al Aperisimo entonces maciete y seal naturaleza srcava;denuncis el cardcier econbmico de su domina- SEhay sents los cimientos de una accibn coma latinoa- on a ue ol primer peasador y hichador activ rere es gontinenle, que dedica conscientemente su vida=— area que el capitalism Financiero norteamericano a se apoderara de las riquezas y del trabajo de los pueblos Tiermanos. Por eso, puede afirmarse que su obra de orga~ _Bizador révolucionario y la nueva guerra de liberacion (4895) coiseiden con el estudio de esa época realizado por elgran Viadimir ich Lenin (1870-1824) quien, trein taahos despiiés analizarfa con profundidad inigualada el fenémeno imperialists. ‘Martf comprendis laimportancia de las masas pobres y trabajadoras del pais. Como en Estados Unidos vivian niles de obreros cubanos emigrados, se dedicé a estimu- lar su conciencia independentista y'a organizarlos. Por otra parte, en aquel pais residfan muchos de los partic- pantes en la Guerra de los Diez. Afios. Martf puso todo Suempeio en unir al pueblo humilde con los ibertadores de 1868-1878 para constituir juntos la fuerza principal de Ja futura revolucion, Con vista a unic al pueblo y para organza la Revolucion. funds en 19241 Partido Reo- __lucionario Cubano euyo propésito era lograr por medio e las armas Liindependencia de Cubal José Mans, al ‘igual que Simén Bolivar y otros grandes de la historia de America, comprendo ue ca nests I soliardad lai de Revolucionario Cubano publicé Patria, periédico donde se definfan los objetivos de la Revolucién Cubana y se mantenia en alto la bandera de la independencia, Marti, ademas de gran organizador y dirigente politico, fue un pensador muy sagaz que concebfa una democracia bur- ; también era un poeta extraordi- jores del modernismoenlalengua espafiola. Todas sus actividades giraron siempre en toro ‘los problemas de la sociedad de su tiempo y de su patria adolorida. Con posterioridad, sus Obras completas se han reunido en 28 volimenes. 65 La masa de los enliados obrerosexbanos en Estados sido ise programa yi Sigs de Mart Muchos obrercsdiban put desu cig salaio pare comprar ara deisadn si fara rvclucon. Ee iberadores de 868-1878 se fueron aienarupando juntoal ertido Revlutonari Cuban yal propaa de Mart a abr de propaganda resaads dese ene orga bay otic sos iberadoren sides infor gecraionovteiocriay omen a org sar grupos para sblevare canner Ren Glonafo Cuteno dea a orden Ba coordination cos Masino Gomer y Antonio Maceo Se prepare el asa -Bieao que to gar el 24d ebrere de 9S "il rateicnte 0 ae sumaron sa Revolucion a sera dena atgndnsnsmag Por dementos dei Sue medi (Sequcte upecady Populares reser ufancs oc autonomistas continue, Tomablande de 'formacy de ese mado setresforme. ‘on en encmosdedaradt dela Rerun) se Hecron ‘ide icoticomas del close pate, El bamicnose prod simltancamene on diversas regions del pl como Orientey Metanay, ale de Poconos pits pleas cores we Fas clots, Antonio Maceo desembarc por el note Se Ontenteyscincorporé sh leche: Mat jute on Maso Gomes, descmbars pore sur de Oren en Plays tensa des overs a saber {uc estabancnCubalosees mas queidoyomperines. those decive Mice de bombvesy nancroe mu terse incrporaron ala ach, Tambien muchos vencs de it 20 ance de edad rspondiren al lama el Partido ReveaconarioCubaroporlaindependenia oe jtes dea Revoluson se eunieron ia fies "La Morn pars decir sobre la crpnenion del gbics fy dels fore mires” La Hevlucin Coben & reconocia como dirigentes militares a Maximo Gomez y Antonio Maceo, designados Generales en Jefe del Ejér- citoy Teniente General, respectivamente. Marti que pro- yeetaba aunar a toda América Latina en favor de la ‘Revolucién por la liberacién de Cuba y Puerto Rico, debta partir hacia el extranjero. Pocos dias después de esa reunién, en el combate de Dos Rios, el Maestro ‘perdié la vida el 19 de mayo de 1895. De esta manera caia el mis alto exponente del patriotismo cubano. Pero la Revolucisn no se detuvo, los dirigentes revolucionarios acordaron llevar la guerra a todo el territorio del pais 0 sea, emprender la Invasion que no se habia podido levar ‘a cabo en 1873-1874. Con esta finalidad se preparé el ‘contingente de libertadores que tendria a su cargo com: batir en todos los departamentos de la Isla. Esta extraor- dinaria marcha guerrera, conocida con el nombre de Invasién de Oriente a Occidente fue dirigida por Miximo Gémez y Antonio Maceo. Partieron de Mangos de Bara: ‘gv, lugar de Ia protesta de Maceo contra el Pacto dei ‘Zanjén en 1878. En una serie de batallas fueron vencien- doa las tropas colonialistas. A medida que avanzaban en direccién a occidente, sc les unfan mas y més combatien: tes. La mayor parte permanecia luchando en sus provi cas y zonas respectivas y otros se incorporaban a la Columna Invasora. (Durante la Revolucién dirigida por cel Comandante en Jefe Fidel Castro, también se organi: zaron dos columnas invasoras al mando de los comanidan- tes Ernesto Che Guevara (1928-1967) y Camilo ‘Cienfuegos (1932-1959), que avanzaron por Camagiicy y Megaron hasta Las Villas, donde destruyeron el poder de la dictadura de Batista con la toma de Santa Clara y otras ciudades.) La Columna Invasora, dirigida por Gémez.y Maceo, a provincia de La Habana el 1° de enero “de 1896, En el pequefio territorio de esta provincia, don- 67 de los espaiioles habfan concentrado la mayor parte de su fuerza, tuvieron lugar batallas victoriosas para las fuer- 7as mambisas. Aqui Gomez y Maceo se separaron. Gomez permaneci6 en La Habana con la alta responsabilidad de ‘mantener en jaque al enemigo, mientras Maceo continua bala Invasion hasta Pinar del Rio. Al llegar al pueblo de ‘Mantua, en el extremo occidental del pals, el 22 de marzo de 1896, Maceo dio por terminada la Invasi6n. El resul- tado pretendido habia sido alcanzado: la guerra de libe- racine libraba en todo el territorio de la Isla. Cumplida la inmortal campafa de la Invasi6n, el regreso a La Habana donde de nuevo se encontré con ‘Gomez; combatieron juntos en Moralitos y prosiguierom la lucha heroicamente en la provincia habanera y con posterioridad llegaron a Matanzas. Alli se despidieron, esta vez para siempre, en el campamento de Galeén, ‘cerea de Bolondrén. Maceo reinicié la marcha hacia ‘Occidente combatiendo a diario, Después de una intensa campaiia en Pinar del Rio, emprendi6 el regreso hacia Oriente. Acompaiado de unos pocos libertadores cruz6 enbote la bahia de Mariel yse internéen|azona de Punta Brava en La Habana, donde se puso en contacto con las, fuerzas cubanas de esta regi6n. Su pequeiio campamento fue sorprendido por una columna espafiola y, cuando Maceo, ya repuesto de la sorpresa, comenzaba a ripostar el ataque, cay6 herido mortalmente por balas espafiolas el de diciembre de 1896, Su muerte represent6 un golpe ‘muy duro para la Revolucién, no s6lo por su gran calidad de combatiente, sino también por sus profundos senti- rientos y principios politicos. ‘A pesar de este golpe, la Revolucién no se debilité. Se ‘organiz6 un Consejo de Gobierno bajo la presidencia de Salvador Cisneros Betancourt (1828-1914); se formula- ron una Constitucién y leyes para darle vida al Estado revolucionario, Maximo Gomez, como General en Jefe, 68 dirigfa desde Las Villas la organizaci6n y actividad de todo el Ejércto Libertador. En Oriente, Calisto Garcia ‘sustituy6 a Maceo como jefe de la regién. Otros muchos jefes actuaban en las demés provincias y serfa muy larga Ialista si tuvigramos que citar 2 los principales. ‘La lucha se libro duramente entre fuerzas patriotas y espaioles fariosos alno poder vencer a los lbertadores, enviaron a Cuba como obernador y capitén general a Valeriano Wevler (1838- “1930) que aplicd medidas represivas eae poblacién campesina, Aldictar el bando de laQReconcen- “traci6n{ Weyleroblig6 alos campesinos a vir en cud ‘des y pueblos protegidos por guarniciones colonialistas. (Esie sistema criminal fue también empleado y desar®- Ilado por los ejércitos yanquis en Viet Nam del Sur. iAcaso no fue la Reconcentracién un precedente muy claro de las “aldeas estratégicas” creadas por los impe- rialistas en Viet Nam? Ambos son crlmenes semejantes.) Esa masa campesina reconcentrada en pueblos y ciuda- des no encontraba trabajo, ni alimento, ni vivienda, por- {que las tierras no se cultivaban yla produccién se paralizé fen casi todo el pats. Se calcula que murieron cerca de 1 os colonialisas lograron vencer a los libertadores cubanos. Puede afirmarse que todo el ‘campo de Cuba estaba en poder de los revohicionarios y solamente los pueblos y cudades, muy bien protegidos por fuerzas del Ejército espaol, podtan resistr los at ‘ques de las fuerzas cubanas_ Cada da que pasaba era una prucba més de que los coloMfaistas no podian vencer en Por sii parte, aunque los libertadores eran fuertes, no ‘contaban con elementos decisivos para aplastar definiti- vamente a los colonialistas, Por ejemplo, les faltaba ar 6 Herta, cafiones capaces de destruir las fortificaciones del Ejército espafol. A pesar de que los emigrados cubanos Bacian grandes esfuerzos por reunir recursos y enviar cexpediciones con armas y hombres, no siempre tenfan 6xito. Negociantes yanquis sin escripulos vendian armas y barcos viejos a los revolucionarios cubanos a precios ‘muy altos; después, denunciaban la expedicin a las au- toridades de Estados Unidos que capturaban el carga- mento y ponian en prision o dispersaban a los expedicionarios. El Gobierno imperialista yanqui practi- caba la doble politica de aparentar simpaiia por los cu- bbanos y scrvir a los intereses colonialistas espafioles, dificultando la salida de las expediciones hacia Cuba, En 1897, el Gobierno colonialisa espaiiol reconocié que el sistema de Weyler no daba los resultados espera- dos. Por otra parte, los libertadores habjan aplicado la politica de la tea incendiaria: quemaban los centros de tiqueza de las clases colonialistas. El pals estaba arruina- do totalmente y en el mundo entero comenz6 a desenca- denarse una campafa contra la criminal politica colonial del Gobierno espaiol en Cuba. Algunos grupos y parti dos politicos de Espaita consideraron que habia llegado ‘el momento de maniobrar demagégicamente para des- ‘truir la Revolucién, pues aumentaba el descontento en Espafa contra una guerra que pesaba de modo extraor- dinario sobre el pueblo. Por eso, a partir del 1° de enero de 1898 se decidié cambiar el Gobierno espafiol de Cuba, Con esta variaci6n, el Gobernador espaol estaria auxi- liado por un grupo de cinco secretarios procedentes de las filas del Partido Liberal (Autonomista). Al nombrar estos secretarios del gobierno, los dirigentes del colonia- lismo espaol pensaban engafiar al pueblo, debilitar las filas revolucionarias y dar la apariencia de que el pais seria gobernado por sus propios hijos. Al mismo tiempo ue se establecta este gobierno autondmico, se trataba de 70 enviar emisarios alos jefeslibertadores con el objetivo de que depusicran las armas. Desde luego, esta maniobra no tuvo éxito pues la gran mayoria de jefes y soldados del Ejercito Libertador permanecié fiel al ideal patriotico de Jaindependencia. {Las ambiciones imperialistas se desenmascaran Mientrasen el pueblo nortcamericano surgian sentimien- 10s de solidaridad hacia el pueblo cubano, los politicos y los grandes intereses econémicos consideraron que habia egado el momento para intervenir en la guerra entre et pueblo cubano y los colonialistas espaioles. Sus senti ‘mientos eran muy diferentes a los del pueblo norteame- ricano ya que no les importaba que se hiciera justicia; a los imperialistas s6lo les interesaba apoderarse de nues- tro pais para explotar sus riquezas. Un barco de guerra norteamericano, el acorazado ‘Maine’ fue enviado de visita a la bahia de La Habana, donde explot6 et 15 de febrero de 1898, La propaganda yanqui acus6 a los espa oles de ser los causantes de la explosion, aunque con posterioridad se pudo comprobar que eso no era cierto, ‘Sino fueron los espaiioles quienes sabotearon ese barco, s6lo los propios guerreristas yanquis pudieron haber sido los culpables del incidente que sirviera como pretexto para declarar la guerra a Espaiia. Este y otros incidentes fueron aprovechados por los imperialistas yanquis para cenconar més los énimos. En marzo de 1898 los politicos yanquis et gobierno del presidente William Mac Kinley (1843-1901) tenfan pre~ parada la guerra en abril la iniciaron sin previa declara~ cién, El 18 de abril el Congreso norteamericano aprobé n tuna resoluci6n en la cual declaraba que Cuba era y de derecho debia ser libre e independiente. En esa resolu- cién apareefan otros parrafos que contradecfan esta afir- maciGn y demostraban que los impcrialistas yanquis no intervenian en la guerra entre Cuba y Espaia para entre- gar el gobierno a los libertadores, sino para quedarse ‘como duefios del pats. Durante la Guerra Hispano-cubano-norteamericana, Estados Unidos pidié ayuda militar a los libertadores ccubanos pero no reconocié al Partido Revolucionario ‘Cubano ni a su Delegaci6n establecida en Nueva York; tampoco, al Consejo de Gobierno presidido por el gene- ral Bartolomé Maz6 (1830-1904), ni al General en Jefe el Ejército cubano. Silos imperialistas hubieran interve~ nido en la guerra para ayudar a la independencia de Cuba, habrian reconocide al Gobierno revolucionario y 1 Ia Jefatura del Ejército Libertador. El gobierno del presidente Mac Kinley pidi6 avuda directa a Calisto Gar- ‘fa. El gran jefe cubano, no s6lo aconsejé a los jefes militares norteamericanos sobre su plan militar, sino que ‘earantiz6 con las fuerzas cubanas el desembarco de las tropas yanguis yel asalto a Santiago de Cuba. Sinla ayuda decisiva de las fuerzas cubanas, las tropas norteamerica- znas no hubieran podido desembarcar con éxito, ni hubie~ sen vencido al Ejército espafiol en el breve tiempo que lo hicieron, ‘La campafa final de la guerra se caracteriz6 por las brillantes acciones del Ejército Libertador bajo el mando de Calisto Garcia, Impedidos de recibir refuerzos, los jeles del Ejército colonialista espatiol en Santiago de ‘Cuba, después de las batallas de El Caney y San Juan, se rindieron @ las fuerzas yanquis. El jefe de éstas, general Shafter, con pretextos hipécritas decidi6 no permitir alas fuerzas cubanas la entrada en la capital de Oriente. Esta tbonducta de los interventores motivé una famosa carta de n Calixto Garcfa quien se alej6 de la zona de Santiago de Cuba, renunciando a su cargo de jefe militar. En verdad, los principales dirigentes cubanos, hab(an. actuado-sin ‘Donerse previainente de acuerdo y de esta manera favo: ‘ecieron la intriga anticubana del Gobierno de Washing {on. Especialmente responsable fue el delegado Tomés “Estrada Palma quien estableci6 acuerdos con el Gobier- ‘no norteamericano sin consultar ni comunicarse adecua- damente con las autoridades civiles y militares de la Revolucién. [Los yanquis se apoderan de Cuba ‘Al comenzar la ocupacién norteamericana, fue designa- do gobernador de-Oriente el general Leonard Wood_ mediatam se firmé Paris que puso trmit ‘De esta manera, por un lado, los yanquis actuaror _si Cuba fuera un pafs que habian conguistadoy no reco- idad alguna y trataron a toda la poblacion ‘como enemiga; por otro, los gobemns -espaiioles, con un estrecho espiritu de revancha y en ‘defensa de sus intereses econémicos, prefirieron tratar directamente con los negociadores norteamericanos. I pueblo de Cuba gociacioues del Tratado de Paris, uiera consultados. Nuestra tierra fue entre pies y menos, para hacer B atcipaon ches. de ella lo. que quisiesen. Mediante el Tratado de Paris, Puerto Rico, ocupado por las tropas yanquis sin disparar “WU, queds como colonia yanqui: También ségitn este ‘atado, cl archipiélago de las Filipinas, situado al sudes- de de Asia, en el océano Pacthi nado por los imperialistas. ia cumplimiento del Tratado de Parts, el 1° de enero dades colonialistas espapolas entrega~ b -de Cuba. Los vicjos libertadores que habian luchado durante treinta afios por la inde- pendencia vefan izar sobre las fortalezas militares y los edificios pablicos la bandera norteamericana y no la cu bana. Los interveatores y numerosos eubanos al servicio ‘del nuevo amo desarrollaron una intensa campaiia pro- pagandistica sobre la “ayuda generosa” que los yanquis hhabfan dado a Cuba para lbertarla, pero en el pueblo y ‘en la masa de los libertadores, la desconfianza con res- ecto a las intenciones de los imperialistas, se manifesto desde el primer momento. Esta desconfianza se acentu6 cuando ef general Brooke fue sustituido por el general Wood. A medida que transcurrieron los aos 1899 y 1900, el espirtu patriético se intensificaba y presentaba una ‘mayor resistencia a los proyectos anexionistas del Go- bierno imperialista yanqui. Hombres como Bartolomé ‘Mas6, Enrique Collazo, Manuel Sanguily, Salvador Cis- neros Betancourt, no ocultabaa su repudio a la politica orteamericana contra la independencia de Cuba, El Gobierno de Washington comprendié que cualquier in- {ento de forzar la anexi6n de auestro pais, encontrarfa la resistencia creciente de un pueblo animoso y heroico. Ea realidad existen muchos testimonios sobre la dispo- sici6n de continuarla guerra-esta vez contra los yanquis y sobre el repudio casi general alos interventores a los ancxionistas, Los imperialistas norteamericanos se vieron ™ obligados a cambiar su politica, abandonando los proyec- 'ytomaron el camino de someter a Cuba Iuisin anexarse a Estados Unidos, aparen- 15 PARTEV 1. SIGLO XX La dominacién imperialista Formacin de un nueva conciencia revolucionaria Por supuesto que a Cuba e le ha dejado pocs 0 ‘ninguna independencia con ia Eamienda Pat (Creogque esune adqusicion muy deseabe para los [Exiadoe Unidos. a Isla ze norteamercaniard (ic) grdusimenteyasu debido tiempo contare: ‘mon con una dele casydeseablesposesiones que hay en el mundo. LLzowano Wooo (Gaba debe emer més aun banco prestamita que ‘Sinco acoraadon Porgue lor acorazadoe van {dae lor Dancer Son ln corsa de lox baneos ENIuQUE Jost VARONA +, Interventor militar de Cuba, 19991902. ‘s+ "Gon estab", en Cua Comempordnea, XXIX [La Habana], wa, La falsa independencia ‘La Asamblea Constituyente fue convocada en 1901. Apa- rentemente su finalidad era que los delegados clegidos por el pucblo cubano redactaran una Constituci6n pero tela propia convocatoria ala Asamblea se expresaba que fenla misma se debfa aprobar un Apéndice a dicha Cons- titucibn, donde se establecicra el “derecho” de Estados Unido a intervenir en los asuntos internos de la Repd- blica de Cuba. Ese Apéndice fue la ominosa Enmicnda Plart. Huelga decir que la mayorta de los delegados se egaron a aprobar el texto que arrebataba su inde- ppendencia a Cuba. Es famoso el dictamen del patriota Juan Gualberto Gémez, miembro de la Constituyente ‘contra esa imposici6n. Pero el Gobierno yangui por me- Contra el yanqui, la nacionalizacion Ge las propiedades extranjeras. De esos ais anteriores ‘21930 fueron a revista Cuba Contemipordnea (1914-1927) Yy la Revista Bimestre Cubana (1910-1960). Mientras estos intelectuales reiniciaban y desarrollaban la temética nacional, se formaba una generacién nueva que, ademas de aleanzar una calidad expresiva superior, Sportaba, en sus més notables exponentes, un mensaje revolucionario, progresista y marxista. Rubén Martinez Villena, poeta singular; Juan Marinello (1898-1977), de magna obra maltiple e inspiracién martiana; Marfa Villar Buceta, de insOlita expresion postica; Regino Pedroso (a. en 1896), el primero que refleja directamente al proleta- Fado en la pottica cubana; Nicolés Guillén (1902-1990), €l primero que incorpora totalmente los elementos ne- faros cn la literatura cubana, contribuyendo decisivamen- te a darle su fuerza y cardcter; Alejo Carpentier (n. en 1904), maestro de la narrativa, de significativa aproxima- ci6n al tema llamado negrista, y muchos otros, constitu- yen un grupo de creadores ‘muy definido y, ademas, esencial para la comprensién de nuestra historia mas reciente. No faltaron los grandes innovadores de la plis- tica como Victor Manuel y Eduardo Abela (1892-1965), 96 quienes junto a los grandes miisicos Amadeo Roldén (2990-1939) y Alejandro Garcia Caturla (1906-1940), destruyen la tradiciOn artistica académica e imitativa. A suve7, el historiador Emilio Roig de Leuchsenring (1889- 1964) mostré Ia falsedad de la “ayuda” imperialista y Serefiere sas universidaesprvada,y que Ie pie no Namero de peliculas produerdas 1 9 [erp ir aaplemlaren Namero de peliculas estrenadas: (a) 124 (@)Exckye sector prado ‘ Foente: Comie Neto de statin. Numero de museos 6 7m Namero de casas de cultura 0 262 Namero de galerias de arte @ 6 (2) No existe dato ofc. iewre:* Batoede tanta Conral de Panificacisa ‘s+ Comite Nacional de Fatadstcas. AT RS X Los Angeles, 1932 : Se XIV Londres, 1948 fet : XV Helsinki, 1952 56 : XVI Melbourne, 1956 a : Titulos ganados XVI Roma, 1960 : . . a XVIII Tokio, 1964 1 - 1 - Tat _oro_plata_bronce XIX Mexico, 1968 hola A XX Monch 972 $301 4 eneroemmericanos XXI_ Montrcal, 1976 13 6 4 3 ee XXII Mosca, 1980 20 8 7 5 X PueroRicn 966 78336 / XI Panamé, 1970 210 «9861 SL. t Xt Republica ees Dominicana 197s apt son ss as | nner ious mene XII Colombia, 1978 2 1200 4418 Penodico Granda Habana, 21 de agostode 1991 f XIV Guba De moi nS XV Republica Bebrnicom, 1986 209 1h gt xvt Meco 86 32 td 50 Panamecanos V Canati, 967s Vi Goan 83 Vikuobs i 83 Vil Peenokeowm Ms IK Vener ss ee Reus = ts NGwii swe _Otinpeor 11 Pars 1900 oe MI Santas a8 vit Pars be ooo X Amicon 2s) bs 132 | 5 E BIBLIOGRAFIA AVERHOFF PURON, MARIO: Los primeros partidos ppolitics. 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Tras el triunfo revolucionario, la campaiia de alfabetiza- *(1961) P2upMY uo mbuek ousteadun Jop eOLEp Wess wrod ‘ugng wéejg uo soueuopnjasas qu), @ C00CCCCe, Coeccce ‘aendog sopog Jap jeue}eN vayquiesy B| 2p upIsOg vision politico-administratva actual de Cuba por pro- vincias. Nota preliminar/ V Parte I. Sighos XVI-XVII/1 Llegan los conquistadores /3 Los indios de Cuba /5 Los conquistadores se apoderan de la Isla /8 La esclavitud de los negros / 10 (Cémo explotaban las riquezas de Cuba / 12 Aparecen piratas, corsarios y contrabandistas / 15 Los primeros conflictos sociales /17 Gobernadores y otras autoridades / 19 Parte IL Siglo XVII /21 ‘Cambios politicos y ecrmémicos /23 Primera sublevacién campesina / 25 Los comerciantes cubanos entran en escena /27 Descontento y ataques exteriores / 28 Los ingleses toman La Habana / 30 Parte II 1, Siglo XIX /33 Aumentan la producci6n y el comercio. El esclavismno fen ascenso/ 35 Los primeros reformistas / 37 ‘Empieza la lucha revolucionaria / 39 La represién / 42 Mejoras en la industria azucarera / 45 El anexionismo / 47 El fracaso del reformismo / 49 Evolucién cultural / 50 Parte IV. 2. Siglo XIX /53 ‘Surge la nacionalidad cubana / 55 ‘Comienza la lucha armada: la Revolucion de 1868756 ‘Nueva formacion de clases /60 ~ Reaparecen los reformistas 62 EI nuevo movimiento revolucionario / 64 Las ambiciones imperialistas se desenmascaran / 71 Los yanquis se apoderan de Cuba / 73 Parte V. 1, Siglo XX/77 ‘La falsa independencia 79 Los falsos gobiernos cubanos / 81 La feroz dictadura de Machado / 86 El movimiento de 1933 y la traiciOn de Batista / 88 La dictadura /90 La Constitucién de 1940 / 91 La Segunda Guerra Mundial /92 Reaccion, corrupeisn y nueva dictadura /94 Madurez cultural /95 Parte VI. 2. Siglo XX / 99 ‘La lucha armada / 101 [Ea Revolucion / 104 Anexo, Resumen estadistico / 125 Bibliogratia / 135 Kramer IMPRBSO EN LOS TALLERES GRAFICOS SOCIEDAD DE SERVICIOS DE ARTES GRAFICAS, $1 MAYO DE 1997 MADRID UESPANA)

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