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Los primeros intentos llevan del

planeador al avión propulsado por


motor

Entre 1899 y 1900 los hermanos Wright centraron sus


investigaciones en el control del artefacto volador. Al contrario
de lo que se había experimentado hasta la fecha, los Wright
concibieron que el control de su máquina voladora no
dependía del balanceo del piloto si no de una serie
de superficies que se movían o retorcían modificando el
flujo de aire alrededor de la máquina y haciendo que ésta se
moviese en respuesta a estos mandos. Algo tan sencillo de
decir requirió una gran cantidad de experimentos, incluso se
fabricó un rudimentario túnel de viento para esos
experimentos.
Con una cometa de tan sólo metro y medio de envergadura los
Wright perfeccionaron sus sistemas de control. Rápidamente
se dieron cuenta de que retorciendo las puntas de las alas de la
cometa ésta se torcía y giraba con cierto control de la
maniobra. El sistema constaba de cuatro cuerdas sujetas a dos
bastones en las manos del piloto.

Así en 1900 los hermanos Wright se desplazaron a Kitty


Hawk una zona de dunas en el estado de Carolina del Norte
en la que el servicio meteorológico les aseguró que existían
brisas constantes durante casi todo el año. Con un planeador
de sólo 5,33 m de envergadura y 24 kilos de peso realizaron
cientos de vuelos controlados. Entre 1900 y 1902 el planeador
original fue evolucionando hasta convertirse en una máquina
de 9,78 m y 51 kilos que consiguió volar hasta 26 segundos y
recorrer 189,7 metros. Sólo faltaba instalar un motor y probar
el conjunto.

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