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Hernán Fair*
RESUMEN
ABSTRACT
This article analyzes some relevant theoretical contributions from the Lacanian psychoa-
nalysis to the Social Sciences and Humanities. Specifically, it emphasized its main theore-
tical contributions and implications for the development of the contemporary social and
political theory and critical sociopolitical analysis.
1 Una versión anterior de este trabajo fue presentado en las IX Jornadas de Sociología “Capitalismo del siglo XXI, cri-
sis y reconfiguraciones. Luces y sombras en América Latina”, Carrera de Sociología, Facultad de Ciencias Sociales,
Universidad de Buenos Aires (UBA), Ciudad de Buenos Aires, 8 al 12 de agosto de 2011. Agradezco al evaluador anó-
nimo de esta revista por sus pertinentes sugerencias y comentarios.
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Así, aunque las intersecciones entre el así como la contemporánea (Heidegger, 1991),
psicoanálisis, lo político y lo social se encuen- los enfoques críticos (Adorno y Horkheimer,
tran presentes ya desde sus primeros semi- 2002) y posmodernos (Lipovetsky, 2000) y la
narios y escritos, continuando con la idea teoría política, social y cultural (Bauman, 2003,
freudiana de que toda psicología individual 2007), la primacía que adquiere la lógica del
representa también una psicología social consumo masivo y el hipermercantilismo en
(Freud, 1979), es especialmente a partir de su la sociedad capitalista. En la misma línea, ha
seminario XVII, “El reverso del psicoanálisis”, criticado también, en consonancia con la teoría
conocido corrientemente como el seminario crítica de la Escuela de Frankfurt (Marcuse,
sobre los “Cuatro discursos”, donde el teórico 1983; Adorno y Horkheimer, 2002), la sociología
y analista francés ha incursionado de manera cultural (Bourdieu, 1984), la teoría y filosofía
definitiva, aunque muchas veces sutil, en los política post-estructuralista (Laclau y Mouffe,
temas filosófico-político-sociales-culturales. En 1987; Laclau, 1996 y Ranciere, 1996), el análi-
ese contexto, aunque siempre más interesado sis semiótico del discurso de origen peirciano
en los efectos derivados en el plano individual (Verón, 1987) y los enfoques filosóficos pos-
del sujeto 4 , Lacan (2006) ha criticado, en la modernos (Lyotard, 1992) y de pensamiento
misma línea que una parte de la teoría y filoso- complejo (Morin, 1998), la modalidad de estruc-
fía política y social moderna (Rousseau, 1996), turación y legitimación política que presenta
el discurso de la Ciencia tradicional, rechazada
principales vínculos existentes entre la teoría y por intentar borrar la presencia del sujeto y sus
filosofía política y el análisis sociopolítico crítico elementos de subjetividad inherentes, en pos de
y el psicoanálisis lacaniano (Stavrakakis, 2008 y
una Ciencia posicionada como puramente obje-
2010; Alemán, 2010), hallando algunas similitu-
des y afinidades entre sus categorías y la teoría tiva y neutral.
política contemporánea (Zizek, 1992, 2001, 2003 y Finalmente, desde sus primeros escri-
2006; Laclau, 2003 y 2005; Lebrún, 2003; Copjec, tos, Lacan (1982, 1987 y 2003) ha destacado
2006). En todo caso, conscientes de que existe una la primacía que adquiere el lenguaje como un
pluralidad de interpretaciones diferentes sobre el
psicoanálisis lacaniano, en este ensayo nos situa-
elemento material que contribuye a conformar
mos (me sitúo) en un “marco teórico” que ha dado y a modificar al sujeto, las identidades y creen-
en llamarse, de manera arbitraria, la “izquierda cias subjetivas, en un aporte conceptual que
lacaniana” (Alemán, 2010; Stavrakakis, 2010), con encuentra afinidades con enfoques como la filo-
una orientación más o menos definible a favor de
sofía analítica (Wittgenstein, 1987), el pragma-
las vinculaciones entre el psicoanálisis lacaniano,
la teoría política y social y el análisis sociopolítico tismo anglosajón (Austin, 1998), la semiótica
crítico, desde una posición en defensa explícita social (Pierce, 1955 y Benveniste, 1989) y el post-
de una democracia (y un énfasis normativo en estructuralismo (Laclau y Mouffe, 1987; Derrida,
la democratización) “radical y plural” (Laclau y 1989). Sin embargo, donde se puede observar
Mouffe, 1987).
con más detalle esta confluencia posible con la
4 Cabe aclarar que cuando hace referencia a la teoría teoría filosófica de la política y el análisis políti-
política y social, lo hace en un sentido amplio,
incluyendo, en ese sentido, a la filosofía política y
co, social y cultural, es en sus últimos semina-
social, al entender que toda teoría política repre- rios, especialmente el XIX y el XX. En aquellos
senta, a su vez, o se encuentra íntimamente ligada seminarios, conocidos como O peor y Aun, el
(pese a poder diferenciarse y adquirir una “auto- psicoanalista francés desarrolla un análisis teó-
nomía relativa”), a una determinada teoría social
rico que encuentra afinidades directas con la
y a una determinada filosofía política y social. Del
mismo modo, toda sociología política se inserta teoría y la sociología política “posfundacional”
también en el marco de una determinada teoría (Marchart, 2009), e incluso con la epistemología
política y social (o de una determinada teoría polí- crítica. En ese contexto, se remonta a las con-
tica que constituye a lo social), en tanto la política, tribuciones iniciales de Descartes, para criticar,
a través del discurso político, es el elemento que,
desde el enfoque que seguimos aquí (y que com-
desde los aportes de la semiótica peirciana, la
parte el psicoanálisis lacaniano), constituye imagi- filosofía analítica del “segundo” Wittgenstein y la
nariamente el lazo social. epistemología post-racionalista de Quine, Frege,
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Godel, Lakatos y Feyerabend, el tipo de discurso pueden situarse (es decir, construirse y articu-
objetivista y cientificista que tiene su origen larse) los principales aportes de su extensa obra
en la lógica formal aristotélica, la geometría a las ciencias sociales en general, así como a la
de Euclides y el empirismo leibniziano, hasta teoría y el análisis político crítico en particular.
alcanzar su elixir con el positivismo lógico y el Lejos de desconocer que el objetivo central del
conductismo anglosajón (Lacan, 1971-1972 y psicoanálisis lacaniano y del psicoanálisis en
2008). Al mismo tiempo, en estos y otros semi- general, se vincula a una interpretación crítica
narios, así como en textos (Lacan, 2005, 2006), tendiente a la emancipación del sujeto en un
el célebre pensador francés se opone con fuerza plano más cercano a lo individual, interesa
a la fe positivista en el progreso y el avance de la examinar las posibles aplicaciones e implican-
Ciencia como emancipadoras del hombre, y en cias de sus categorías analíticas para el desa-
la propia fe en el hombre como elemento eman- rrollo de una ciencia social (y en especial, una
cipador, ya sea a través de la clase, el partido, ciencia política) más compleja y con mayor
la administración, o cualquier otro elemento capacidad crítica.
sustituto que cumpla esa función, en una críti- En ese contexto, el objetivo principal no
ca anti-positivista que incluye desde Hegel y el consiste en “hallar” posibles afinidades o simi-
marxismo, hasta el positivismo racionalista y el litudes entre el enfoque lacaniano y la teoría
empirismo conductista. política, ni tampoco consiste en indagar en los
Es, precisamente, a partir del recono- aportes de las ciencias sociales y humanas a la
cimiento de estas afinidades y diálogos poten- teoría psicoanalítica, sino en intentar examinar
ciales entre el psicoanálisis lacaniano y los el sentido inverso, analizando algunas de las
temas circundantes de la teoría política y social contribuciones teóricas que pueden derivarse
contemporánea 5, en donde, a nuestro entender, de la obra del célebre psicoanalista francés,
al campo de lo político (en sentido amplio)6.
5 A fin de cuentas, el psicoanálisis se aplica sobre Específicamente, se procura hacer hincapié
pacientes individuales, aunque sabemos que el
individuo nunca es plenamente un individuo ais-
en lo que se considera que constituyen algu-
lado, sino un ser social atravesado por la sociedad nas de las principales herramientas que puede
y la cultura, como efecto del lenguaje (Lacan lo brindarnos el psicoanálisis lacaniano para el
define, a partir de Heidegger, como un “ser que desarrollo y expansión de la teoría política y
habla”). De allí que el psicoanálisis no pueda des- social, así como al análisis sociopolítico crítico.
atenderse nunca de lo cultural y de lo social, que
lo sobredeterminan ya desde el nacimiento (con
Como cientistas sociales, se espera en definiti-
la imposición de un nombre). En ese marco, el va, acercarse al cumplimiento de dos objetivos
único comentario metodológico que se dirá al “trascendentales”. En primer lugar, contribuir
respecto, es que los aportes teóricos de Lacan en a promover y fomentar el análisis multi e inter-
términos similares o confluentes con la teoría disciplinario o transdisciplinario, que permita
política y social contemporánea, en particular en
su Seminario XVII, se enmarcan originariamente
las neurociencias, el conductismo, la psicología
en un discurso analítico que, aunque comparte
“evolutiva” y la psicología cognitiva), cosmovisio-
ampliamente los principales presupuestos teóricos
nes racionalistas que, al igual que las diversas filo-
y epistemológicos de la teoría política contempo-
sofías ontológicas que nacen en la Antigüedad, y se
ránea que se retoma en este trabajo, parten de la
desarrollan con el capitalismo moderno, rechazan
base de las relaciones sociales en términos predo-
el deseo inconsciente y por lo tanto, la relevancia
minantemente individuales. No obstante, como
que adquiere el lenguaje, el sujeto y la alteridad,
se verá, Lacan (2006) luego extiende y dialecti-
además de creer en una ciencia objetiva que, a
za la misma lógica de la “diferencia ontológica”
partir del supuesto saber superior del clínico, se
(Marchart, 2009), al conjunto de los discursos exis-
basa en la hipermedicalización experimental sobre
tentes (Discurso del Capitalismo, del Amo antiguo,
el “sujeto”. Acerca de los “interlocutores” princi-
del Universitario, de la Histérica y del Analista). En
pales a los que se enfrenta Lacan, véase Ramírez
ese contexto, que permite dilucidar sus fructíferos
Escobar (2009).
aportes a la teoría y la filosofía política y al análisis
sociopolítico contemporáneo (Stavrakakis, 2008: 6 También sus indudables aportes a la epistemología,
17 y ss.), su crítica principal se dirige hacia los desarrollados por autores como Badiou (2007) y
enfoques de la “psicología científica” (entre ellas, Alemán (2010).
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una mayor complejización de aquello que defi- y social crítica, en particular, para el análisis
nimos como lo social. En segundo término, de sociopolítico posfundacional y de “izquierda
manera simultánea, aportar algunos elementos lacaniana”. En algunos casos, se han agregado,
teóricos que contribuyan a la construcción, además, algunas implicancias epistemológicas,
desarrollo y expansión de una “izquierda laca- pretendiendo contribuir, nuevamente, a una
niana” (Alemán, 2010 y Stavrakakis, 2010) que mayor comprensión de los múltiples e incalcu-
recupere la función política de crítica radical y
lables aportes que sin dudas, brindan las herra-
transformación de las condiciones existentes,
mientas provenientes de la teoría psicoanalítica
promoviendo una mayor democratización en
todos los campos del quehacer humano y la lacaniana7.
extensión normativa de una sociedad más justa,
digna, libre, igualitaria y solidaria. 2. SEIS CONTRIBUCIONES DEL PSICOANÁLISIS
Para intentar llevar a cabo esta tarea, en LACANIANO A LA TEORÍA POLÍTICA Y
este artículo se examinarán seis importantes SOCIAL CONTEMPORÁNEA Y AL ANÁLISIS
contribuciones que, desde nuestro punto de SOCIOPOLÍTICO CRÍTICO8
vista, puede ofrecernos la teoría psicoanalítica 2.1. EL INCONSCIENTE ESTRUCTURADO COMO UN
lacaniana para el desarrollo y expansión de la
LENGUAJE
teoría y el análisis político y social contempo-
ráneo: 1) La presencia del inconsciente estruc-
turado como un lenguaje, lo que se vincula a Sigmund Freud, inventor y máximo sím-
la primacía que adquiere el significante para la bolo del psicoanálisis y de su método interpre-
conformación del sujeto y del lazo social, así tativo, fue el primero en subrayar la relevancia
como, la recuperación de la retórica, a partir clave y fundamental que adquiere el elemento
de la metáfora y la metonimia, 2) La afirma- inconsciente en la práctica individual e incluso,
ción acerca de la “imposibilidad” de la “relación
sexual”, lo que se relaciona a la lógica teórico- 7 Esta recuperación de las contribuciones de la obra
de Lacan no debe llevar, sin embargo, a un “endio-
política y epistemológica del “no todo”, 3) La samiento” doctrinario y dogmático que impida
identificación en torno al denominado “objeto la crítica sobre sus postulados teóricos. El propio
a”, vinculado a la construcción parcial del lazo Lacan parece advertirnos que no lo tomemos tan
social, 4) La teoría de los tres registros (RSI), en serio, cuando hace hincapié en lo “barrado”
de todo discurso, aunque se debe reconocer que
relacionada a la presencia del nudo borromeo
muchos de sus seguidores, comenzando por su
como una nueva configuración que estructura/ principal “heredero”, Jacques Alain Miller, funda-
desestructura lo que denominamos lo social, 5) dor de la Asociación Mundial de Psicoanálisis y
La denominada Teoría de los Cuatro Discursos, dueño de los derechos de edición de los Seminarios
que permite comprender diversas modalidades de Lacan (algunos de ellos, todavía no autorizados
por el propio Miller para su edición pública), han
de estructurar discursivamente el lazo social y generado a un Lacan-Dios, como hay también un
6) La importancia del “goce” y el “plus de goce”, Dios Marx, que no admite críticas y debates sobre
en tanto elemento primordial que sobredeter- su enseñanza. Sobre la experiencia de este dogma-
mina la conformación de la subjetividad. tismo en el caso argentino, centrado especialmen-
te en la Escuela de Orientación Lacaniana (EOL),
A continuación, se analizará, de un modo
véase Vainer (1997).
sintético, estos seis aportes teóricos. En ese
8 Se reitera que se trata solo de algunas contribu-
marco, para enriquecer y promover el diálo-
ciones e implicancias que pueden derivarse de su
go fecundo y contribuir a una mayor y mejor obra, así como de una interpretación posible, entre
comprensión de nuestro “objeto”, se ha deci- otras igualmente válidas. Además, se debe destacar
dido incorporar un apartado derivado de cada que las contribuciones teóricas que se plantean
contribución, que coloca el eje en lo que se en este trabajo se encuentran, en su mayoría,
interrelacionadas entre sí, por lo que no deben ser
aprecia que constituyen las principales impli- entendidas con independencia unas de otras. En
cancias derivadas del enfoque lacaniano para ese marco, la distinción propuesta es meramente
la expansión y el desarrollo de la teoría política analítica y ordenadora.
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como en sus textos llamados “sociales” 9, en la documentados10, toda una simbología parti-
práctica colectiva de los sujetos. Precisamente, cular para expresar su significación cultural.
el psicoanálisis se centra en la interpretación Básicamente, sin centrarse en el detalle espe-
del inconsciente de los sujetos, situación que cífico de este intrincado tema, lo más relevante
se manifiesta simbólicamente en los sueños, que descubrió el genio de Freud es que los sue-
lapsus, actos fallidos y chistes (Freud, 1973a, ños manifiestan el deseo inconsciente mediante
1973b y 1979). una serie de “condensaciones” y “sustituciones”,
Lacan, como continuador crítico de las basadas en la “libre asociación” de símbolos que
enseñanzas iniciales de Freud, destacará la realiza el sujeto (Freud, 1979).
Lo que hará Lacan (2003), como en tan-
relevancia fundamental que adquiere el deseo
tas otras ocasiones, será retomar esta distin-
inconsciente, aunque realizará importantes
ción y complementarla con algunos aportes
reformulaciones, en muchos casos, contra los
reformulados de la lingüística estructuralista
propios presupuestos de su “maestro”. Una de De Saussure (1961), en este caso, articulados
de las más importantes es la afirmación de con las contribuciones de Roman Jacobson
que el inconsciente “se estructura como un (1985) referidas a la metáfora y la metonimia.
lenguaje”. ¿Qué significa esto? Significa, a En ese marco, dirá que la lógica de condensa-
grandes rasgos, que el deseo inconsciente se ción y sustitución de los sueños, toma la forma
constituye y se manifiesta de manera cohe- de “metáforas” y “metonimias”, expresadas
rente y estructurada mediante el lenguaje. mediante la estructura gramatical del lenguaje.
Recordemos que Freud ya había destacado la A partir de allí, señalará que el inconsciente se
relevancia clave que adquiere el deseo incons- manifiesta de manera estructurada y coherente
ciente y su manifestación mediante los sueños en el sujeto mediante metáforas y metonimias
(Freud, 1979), actos fallidos, lapsus involunta- que simbolizan imaginariamente la unidad
rios (Freud, 1979a) y chistes (Freud, 1979b). deseada. Haciendo un paréntesis, se debe men-
El análisis más importante y reconocido de cionar, brevemente, una de las premisas prin-
todos ellos es, sin dudas, el de los sueños, en cipales del psicoanálisis, que luego se detallará
el que Freud construirá, a partir del estudio en el punto acerca de la ausencia de relación
empírico de centenas de casos debidamente sexual y sobre el goce. Es la premisa que afirma
que todo sujeto, una vez instaurado el orden
9 Por textos “sociales” se hace referencia a los tra- significante que lo determina (el orden de las
bajos que más explícitamente aluden a cuestiones
socioculturales y sociopolíticas, o concernientes a 10 Una de las principales (y más curiosas) críticas
la construcción del lazo social, en particular a “El al psicoanálisis es su presunta ausencia de empi-
malestar en la cultura”, “Psicología de las masas ricidad, lo que se vincula, desde el empirismo
y análisis del yo” y “Tótem y Tabú”. En realidad, hegemónico, a la condición de cientificidad y, por
como se dijo, el propio Freud rechaza la distinción lo tanto, de garantía de objetividad de toda teo-
tajante entre la psicología individual y la social, ría. Si bien el psicoanálisis, como afirma Lacan,
lo que ha llevado a diversos análisis marxistas a no es (ni pretende ser) una Ciencia en sentido
recuperar sus contribuciones teóricas (al respecto, estricto, representando más bien un método
véanse, por ejemplo, Marcuse, 1983 y Horkheimer interpretativo, difícilmente pueda hallarse en las
y Adorno, 2002). Este trabajo, no obstante, se cen- Ciencias Sociales y Humanísticas (incluyendo a
trará en los aportes del psicoanálisis lacaniano, la Economía), una disciplina tan empírica como
entendiendo que, pese a su indudable herencia aquella. Debemos tener en cuenta, en ese sen-
freudiana, Lacan presenta profundas críticas a su tido, que para su simbología de los sueños, así
“maestro”, lo que lo aleja en gran medida del freu- como para su análisis de los actos fallidos, lapsus
dismo y lo acerca a una especie de post-freudismo y chistes, Freud recopiló centenas de testimonios,
que, en algunos casos, es claramente diferente (y anécdotas y “fallidos” de sus propios pacientes. A
hasta antagónico) a los presupuestos freudianos partir de la documentación de ese amplio corpus
clásicos. Posiblemente, para destacar una analo- es que elaboró (y luego reelaboró varias veces) su
gía plausible dirigida a aquellos lectores de teoría teoría de los sueños, chistes y actos fallidos, como
política, Lacan sea a Freud y al freudismo, lo que expresiones del deseo inconsciente (véase Freud,
Laclau es a Gramsci y al marxismo. 1973a, 1973b y 1979).
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palabras, expresadas bajo la forma estructura- cruciales para el estudio de las relaciones entre
da del lenguaje), desea el retorno a la unidad la retórica y el discurso, con larga tradición en
perdida con el cuerpo de la Madre (la llamada ciencias sociales desde Aristóteles, el Grupo
Cosa). Como esa unidad es imposible, ya que Mu y los estudios de comunicación (Le Guern,
al nacer se trata de dos cuerpos separados para 1976; Lakoff y Johnsonn, 1988), e incluso, recu-
siempre, a partir de su prohibición (castración peradas de forma reciente por el análisis polí-
fálica), se desea el retorno a la mítica unidad. tico del discurso (Laclau, 2005 y 2008), entre
Precisamente, lo que hace el orden significante otras vertientes discursivas.
es permitir, por la vía de metáforas y metoni-
mias, el retorno imaginario de aquella unidad 2.2. “NO HAY RELACIÓN SEXUAL”
con la Cosa. En ese marco, para el psicoanálisis
adquieren vital importancia las construcciones Siguiendo, en parte, la “herencia” freu-
metafóricas y metonímicas, lo que lleva a inda- diana, Lacan formuló una polémica frase, muy
gar en sus indudables implicancias para la teo- discutida aún, que afirma que “No hay rela-
ría política y social, y el análisis sociopolítico. ción sexual”. Lejos de entenderla en su sentido
literal, la imposibilidad de la relación sexual
2.1.2. IMPLICANCIAS PARA LA TEORÍA Y EL ANÁLISIS refiere, básicamente, a la no complementación
SOCIOPOLÍTICO posible entre el hombre y la mujer. A diferencia
de aquellos sujetos que creen (desean) hallar
Si el inconsciente está estructurado
su “media naranja”, Lacan les advierte que no
como un lenguaje, y esta estructuración se
existe esa complementariedad, lo que se hace
expresa mediante la utilización de metáforas y
evidente, por ejemplo, en las propias relaciones
metonimias, las cuales sustituyen y condensan
sexuales concretas, cuando los tiempos orgáni-
la unidad deseada de un modo coherente y posi-
cos del hombre y la mujer difieren, además de
ble de ser interpretado, entonces la principal
las inevitables peleas y conflictos de pareja, que
implicancia para la teoría y el análisis sociopo-
no hacen sino mostrar una imposibilidad de
lítico, es que el lenguaje adquiere una función
armonía y complementación, que Lacan (2006
crucial. Lacan (2003) retoma, en ese sentido,
y 2008) luego extiende, como analogía, al con-
la distinción entre el significante (la imagen
junto de la sociedad.
acústica o palabra asociada al concepto) y el
significado (el significado o concepto literal)
2.2.1. IMPLICANCIAS PARA LA TEORÍA Y EL ANÁLISIS
de De Saussure (1961), para señalar la primacía SOCIOPOLÍTICO
absoluta del primero sobre el segundo (S/s). En
ese marco, afirma que el discurso constituye y Las implicancias de esta famosa y con-
determina a los sujetos como tales, lo que nos trovertida frase para la teoría política y social,
reenvía a su relación directa o indirecta con y el análisis sociopolítico son muchas y han
teorías políticas y sociales como la semiótica sido desarrolladas por algunos trabajos ubi-
social (Pierce, 1955; Benveniste, 1989 y Verón, cables dentro de lo que se conoce como el
1987), la filosofía del lenguaje (Bajtín, 1982 post-marxismo (Laclau y Mouffe, 1987) y la
y Voloshinov, 1989), la teoría post marxista llamada izquierda lacaniana (Alemán, 2009 y
del discurso (Laclau y Mouffe, 1987; Laclau, Stavrakakis, 2010). Las mismas se vinculan, en
1996 y 2005), la deconstrucción (Derrida, primer lugar, con la traslación de la imposibili-
1989 y 1997), la epistemología post-empirista dad de la relación sexual del campo individual
(Wittgenstein, 1988) y el pragmatismo anglo- al social. Siguiendo en parte a Freud (1973c y
sajón (Austin, 1998). 1973d) en sus Seminarios 17 y 20 Lacan tras-
Pero además, la primacía del significante ciende el análisis meramente individual, para
conduce a Lacan, como se ha visto, a destacar indagar en algunas implicancias sociopolíticas
la relevancia clave que adquieren las metáforas de su enseñanza. Lo que aquí se debe destacar
y las metonimias, las que desarrolladas por es que las implicancias de esta frase, para una
Roman Jacobson (1985), presentan implicancias teoría y un análisis sociopolítico crítico, se
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siempre “tachado” o “barrado” por efecto del límites inmanentes de la realidad, desestruc-
lenguaje, imposible de abarcar y aprehender la turándola, de modo tal que si se desata uno de
totalidad del ser. los tres nudos, el total del sistema se modifica
No obstante, a partir de una segunda y se desintegra.
etapa, que se inicia aproximadamente en sus
seminarios XVI y XVII, Lacan comenzará a otor- 2.4.1. IMPLICANCIAS PARA LA TEORÍA Y EL ANÁLISIS
SOCIOPOLÍTICO
gar primacía a un tercer elemento, que deno-
minará lo Real (Zizek, 2003). A diferencia de lo Las implicancias de esta construcción
imaginario y lo simbólico, este registro le per- lacaniana para la teoría y el análisis socio-
mitirá colocar el eje en los límites estructurales político, pese a que curiosamente han sido
de toda formación significante, experimentando desarrolladas con mucho mayor detalle por
su imposibilidad de plenitud. Resumidamente, la filosofía política (Badiou, 2007), resultan
el orden de lo Real, en tanto diferente a la rea- evidentes y adquieren una vital importancia.
lidad, representa la muestra estructural de En efecto, entendemos que el denominado
que toda realidad simbólica no es más que nudo borromeo, que anuda los componentes
imaginaria. Recordemos que todo sujeto (y de lo Real, lo Simbólico y lo Imaginario, per-
toda realidad social) se constituye mediante mite explicar tanto la estructura y organi-
el orden simbólico. Sin embargo, ese sujeto y zación macro del orden (y del lazo) social,
esa realidad son siempre imaginarios, pues se como su capacidad de ruptura, reformulación
constituyen excluyendo su propia imposibilidad parcial o desestructuración global. En relación
estructural. Lo Real, precisamente, es ese “poco a la estructura del orden social, destacando su
de verdad”, posible de ser simbolizado bajo la componente de construcción imaginaria, vía
forma del síntoma histérico, que muestra que el orden simbólico. De este modo, Lacan conti-
la realidad es siempre incompleta y fallida. Es núa con una lógica similar a la de la semiótica
por ello que Lacan (2006 y 2008) nos dice que pragmática pierciana y la semiología social en
la realidad es siempre “no toda”, pero que, al general, así como los aportes de la filosofía
mismo tiempo, puede ser “medio dicha”, lo que analítica, el post-estructuralismo y la decons-
habilita en su teoría la presencia de una contin- trucción derridiana.
gencia ontológica. No obstante, el elemento sin dudas más
Recapitulando, entonces, tenemos en interesante es el que se subraya en su última
Lacan la presencia de tres registros: el orden de etapa, el de la primacía de lo Real. Mediante
lo simbólico (S), el de lo imaginario (I) y el de la incorporación de este registro y su anuda-
lo real (R). Estos tres registros Lacan los escri- miento con los otros dos mediante la incor-
be RSI y retomando la teoría de los conjuntos, poración de la teoría de los conjuntos, Lacan
los describe (y escribe) conjuntamente (Lacan, logra trascender su estructuralismo inicial,
1971-1972). ¿Qué quiere decir esto?, que estos brindando importantes herramientas heurísti-
elementos no están plenamente separados cas a la teoría y al análisis sociopolítico. Por un
entre sí, sino anudados por un eje central. lado, trasciende las limitaciones de las visiones
Lo interesante, sin embargo, es que desde su estructuralistas tradicionales, como las de De
estructuración, persiste un elemento ocultado Saussure, algunos trabajos de Levi Strauss, los
o reprimido, que es el del orden de lo Real, es textos iniciales de Pecheux y Althusser o los
decir, un registro que representa lo imposible, análisis de Foucault, así como de otras teorías
pero que el orden de las construcciones de y filosofías cercanas a este enfoque, como el
lo simbólico muchas veces intenta forcluir o funcionalismo y el estructural-funcionalismo
reprimir en su formación imaginaria de lo que parsoniano y las teorías sistémicas y organi-
se denomina la realidad. No obstante, su inten- cistas, para mostrar los límites inmanentes de
to (deseo) de forcluirlo, lo Real, en tanto expre- toda estructura cerrada. Es así que, como en
sión de lo imposible estructural, emerge en Derrida (quien, a su vez, se basa en la tempora-
algún detalle de la estructura para mostrar los lidad de Nietzsche y Heidegger), se puede decir
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la construcción del orden social se esta- la estructura, siempre aparece para mostrar
blece por la vía del orden simbólico y se esos límites inmanentes.
estructura de forma imaginaria. Se señala, por lo tanto, que el síntoma
3) Además, en particular mediante el regis- social, en tanto simbolización de ese “poco de
tro de lo Real como imposible estructu- realidad”, permite la mostración fáctica de la
ral, muestra los límites inherentes y la “dislocación” (Laclau, 1993) o la “heteroge-
imposibilidad estructural concreta de neidad radical” (Laclau, 2005) de toda forma-
toda construcción hegemónica y de toda ción social hegemónica, “reactivando” lo social
utopía de plenitud, universalidad o totali- “sedimentado” (Laclau, 1993)13. Continuando
zación. con las contribuciones implícitas que brinda
4) La ahistoricidad de lo Real permite este autor, se puede afirmar también que, desde
incorporar, junto a las determinaciones el análisis psico-socio-político del discurso,
estructurales, cierto optimismo de base, un síntoma político se constituye cuando esta
en el sentido de que todo sistema siempre emergencia de lo imposible logra metaboli-
muestra, en algún momento temporal, zarse simbólicamente (un proceso que siem-
las fallas estructurales que expresan su pre es retroactivo) para constituir un nuevo
imposibilidad. lazo social alternativo y consistente que resulta
5) La emergencia de lo Real-imposible pre- antagónico del orden hegemónico y al mismo
senta la posibilidad de ser metabolizado tiempo, se presenta desde una lógica de la uni-
en el orden simbólico, bajo la forma de versalidad “barrada”. Un ejemplo de ello, que
síntomas. hemos trabajado en otro lugar (Fair, 2009b),
6) La metabolización simbólica de los sín- es la irrupción de los trabajadores desocupados
tomas, en términos sociopolíticos, abre conocidos como los piqueteros, surgidos duran-
la posibilidad para la emergencia del te el año 1996 en Argentina, al calor del dis-
sujeto político y su capacidad potencial curso hegemónico neoliberal del menemismo y
de transformar radicalmente el orden los despidos de empleados públicos promovidos
vigente (aunque también habilita la posi- por el proceso de privatizaciones. Este discurso
bilidad de que el sistema retorne a un alternativo logró constituirse, bajo ciertas cir-
discurso similar al existente, e incluso cunstancias que remiten a su lógica de articu-
más reaccionario y explotador). lación política, como un síntoma “espectral”, en
el sentido derridiano (Derrida, 1995), mostran-
Pensando esta lógica en los términos de do los límites ontológicos del discurso univer-
la teoría política del discurso de Laclau (1993, salizante y totalizante del menemismo, si bien,
1996 y 2005), se puede decir que no existe una se podría decir que algo frágil para expresar de
forma duradera y consistente el antagonismo.
sociedad sin antagonismos, la sociedad (plena)
Biglieri (2006), de un modo similar, se ha
es “imposible” y se encuentra estructuralmente
referido a la emergencia de un discurso (y una
“dislocada”, por lo que la formación del orden
práctica discursiva) horizontal y asamblearia,
comunitario no puede ser más que hegemónica
emergente en la Argentina del 2002, como un
(“no toda”). La llamada “lógica de la diferencia”,
síntoma sociopolítico de la profunda crisis del
en ese sentido, habita reprimida para emerger
orden liberal-democrático que crujió con la cri-
estructuralmente. Precisamente, la metaboli-
sis y derrumbe del neoliberalismo, hacia fines
zación discursiva que se deriva de los efectos
sintomáticos de la emergencia del componente 13 Cabe destacar, en la obra de Laclau, la presencia de
de lo Real-imposible, es lo que permite com- algunas contradicciones conceptuales en relación
probar, en el plano simbólico, la premisa de a la categoría de lo Real, que en algunas ocasio-
que toda realidad social está siempre fallada o nes es vinculada a la noción de “antagonismo”
(Laclau y Mouffe, 1987), mientras que en otras,
barrada, esto es, que hay un hueco reprimido más recientes, el autor logra dilucidar su compo-
que, “más allá del análisis del discurso” (Zizek, nente más estructural de “dislocación” (Laclau,
1993), pulsa por aparecer y en algún detalle de 1993) o “heterogeneidad radical” (Laclau, 2005).
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del año anterior. El propio fenómeno político lo Real se observa siempre en sus efectos, los
del kirchnerismo puede ser visto también, al efectos de lo Real no pueden ser nunca contro-
igual que el chavismo, entre otros gobiernos lados o gestionados en su totalidad. Es por eso
críticos de la ortodoxia neoliberal, como sín- que Badiou afirma que la política del psicoaná-
tomas políticos de la hegemonía de la globali- lisis consiste en hacer lo “imposible” (Badiou,
zación neoliberal, al establecer un proceso de 2007), lo que permite, precisamente, la emer-
“inclusión radicalizada” (Barros, 2006), antagó- gencia de un sujeto político que realice una
nico de muchos de los principios centrales del transformación de incalculables e imprevistas
neoliberalismo excluyente, aunque, como siem- derivaciones, mientras que Laclau incorpora al
pre, esta caracterización responde a una cues- mismo tiempo, la necesidad de promover una
tión de interpretación política (subjetiva) del disputa hegemónica por defender una políti-
analista14. El problema principal, en todo caso, ca a favor de la “emancipación” popular (“no
es que como se ha señalado anteriormente, este toda”) y la profundización de una democracia
síntoma político o sociopolítico que emerge de “radicalizada” y “plural” (Laclau y Mouffe, 1987;
la ruptura del nudo borromeo que estructuraba Laclau, 1996).
determinado orden social, no siempre es “pro-
gresista” o “rupturista”. 2.4.2. IMPLICANCIAS EPISTEMOLÓGICAS
En ese sentido, se tiene el ejemplo del
nazismo en la Alemania posterior a la crisis de Las implicancias epistemológicas de
la República de Weimar y a la propia Europa de la teoría de los tres registros se vinculan con
hoy, cuyo sistema socioeconómico de “valori- una profundización de las contribuciones de la
zación financiera” del capital (Basualdo, 2000) epistemología crítica y la filosofía analítica, en
ha ingresado en una profunda “crisis orgánica” torno a la imposibilidad de aprehender la reali-
(Gramsci, 1984), aunque ello ha conducido en dad social en su totalidad. Lacan se constituye,
la mayoría de los casos, a la emergencia de un así, en un fuerte crítico de la idea de objetividad
discurso dominante restaurador o conservador y neutralidad valorativa, aunque incorporan-
del viejo orden neoliberal, si bien, mezclado do, como una nueva crítica, el componente
con otros discursos “progresistas”, fuertemente de deseo inconsciente que sobredetermina al
críticos del modelo de acumulación y otros tan- propio lenguaje y al propio sujeto, elementos
tos xenófobos y conservadores de derecha, en el subjetivos que son imposibles de ser desliga-
plano social. Lo más relevante de este proceso dos, en tanto habitan en el propio lenguaje que
es que nada en la estructura misma del sistema estructura la realidad. En cuanto al compo-
indica que la política emergente de lo Real sea nente específico de lo Real, como se destaca,
necesariamente “progresista” o “demócrata- incorpora un elemento interesante en términos
radical”, pudiendo irrumpir, en los términos epistemológicos, ya que permite complejizar el
de Laclau (2005), discursos institucionalistas o clásico debate objetividad-subjetividad, sin caer
tecnocrático-gerenciales, discursos “populistas” en un relativismo posmoderno de construccio-
de izquierda, “populistas” de derecha o bien, nismo radical. Lo Real, precisamente, no es ni
una mezcla compleja de ambos, entre otras plenamente interno al sistema, ni plenamente
opciones posibles. externo. Se trata de un componente “éxtimo”
Este elemento se vincula con una segun- que, como el punto cero, es al mismo tiempo
da “función” que presenta el componente de lo interno y externo. En todo caso, lo Real es
Real en términos sociopolíticos. Por un lado, si como un equivalente al elemento olvidado por
expresa la emergencia de la falla y su posibilidad el orden simbólico, el número 0 de la cadena
(siempre potencial) de ser simbolizada median- numérica que, como el inconsciente, siempre
te síntomas sociales/políticos, también abre el retorna para mostrar su existencia, una exis-
paso a lo incalculable. En efecto, si es cierto que tencia que se expresa en la imposibilidad del
Uno todo. Pero además de este olvido del 0, se
14 Acerca de la teoría de los cuatro discursos en ha visto que el componente de lo Real también
Lacan, véase Álvarez (2006). abre el paso a lo incalculable o inimaginable.
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Lacan (1971-1972) se refiere, en ese sentido, a propia especificidad en lo que refiere, en tér-
la construcción de la cadena 1, 2, 3, 4. La lógica minos de la teoría política, a su modalidad de
indica que el paso siguiente sería 5, 6, 7, 8. No legitimación social15.
obstante, uno bien puede escribir 9, 10, 11, 12 En primer lugar, el denominado discurso
y luego 17, 18, 19, 20. O bien, puede modificar del Amo antiguo, toma como referencia al Amo
en su totalidad la propia lógica que presenta de la Antigüedad que analiza Hegel, para des-
la estructura de la cadena, escribiendo 1, 2, 3, tacar la dialéctica que se establece en la rela-
4 y luego 5, 7, 9, 11, lo que habilita opciones ción Amo-Esclavo. En ese marco, Lacan afirma
infinitesimales. Pues bien, la misma lógica de lo que el Amo domina políticamente mediante su
imposible e incalculable es la que domina a una poder de coacción y el Esclavo obedece por obli-
política transformadora, una política que es gación y miedo.
capaz de realizar lo visto, impuesto o pensado El discurso del Universitario o discurso
como imposible, hasta entonces, por el orden del Amo moderno, nos ubica, en cambio, en
dominante. la Modernidad. La dominación ya no proviene
de la fuerza física y el temor, sino más bien
2.5. LA TEORÍA DE LOS CUATRO DISCURSOS del saber superior. Como lo analizara Foucault
(2003) y lo desarrollaran críticamente los enfo-
Uno de los aportes sin dudas más rele-
ques posmodernos (Lyotard, 1992), el poder se
vantes y estimulantes que ha brindado la teoría
psicoanalítica lacaniana, es la llamada teoría vincula directamente al saber como un modo
de los cuatro discursos. Esta teoría, aunque de dominación. En el caso de Lacan, su crítica
presente también en su texto “Radiofonía y se dirige a la corriente conductista, así como,
televisión”, la desarrolla el pensador francés en a la psicología científica y a las neurociencias,
su Seminario XVII, en plena ebullición política que a partir del presunto saber superior de la
estudiantil de Mayo del 68. Para ello, Lacan psiquiatría y la medicina anglosajona, prescribe
tomará como referencia un curso realizado con “científicamente” medicamentos que prometen
el filósofo ruso Alexander Kojeve, que le permi- la curación del paciente casi por arte de magia.
tirá recuperar algunas referencias hegelianas Lacan, en cambio, sostendrá que la curación
en clave crítica. Además, Lacan aplicará tam- proviene de las interpretaciones del analista
bién algunas contribuciones provenientes del y por lo tanto, de los efectos performativos de
marxismo, que luego indicaran cuando se vea curación que bajo ciertas condiciones, adquiere
el tema del goce. la palabra, lo que explica su oposición al cientifi-
Finalmente, desarrollará un análisis dis- cismo de la psiquiatría y la medicina tradicional,
cursivo que tomará como eje una topología aunque también su posición de analista no ple-
matemática basada en matemas o letras, que namente antagónica al discurso de la Ciencia.
simbolizan (y sintetizan) las posiciones de cada
uno de los discursos (se trata de posiciones dis- 15 La interpretación de los liderazgos “progresistas”
de la región como antagónicos del neoliberalismo
cursivas de sujeto, un concepto que se asemeja puede resultar un poco extrema y es motivo de
en gran medida a la noción de “posiciones de importantes debates entre los analistas políticos.
sujeto” de Foucault). Resumidamente, Lacan En cuanto al tema de los grados de radicalidad de
(2006) destaca la presencia de cuatro macro- estos liderazgos emergentes, es motivo también
discursos que estructuran el lazo social: el de debate si es posible referirse, desde la teoría del
populismo de Laclau, a una inclusión social del
discurso del Amo, el discurso Universitario, sujeto “pueblo” que presente o no diversas grada-
el discurso del Analista y el de la Histérica. ciones (para un enfoque a favor, véase Aboy Carlés,
Luego, incorpora un quinto discurso, que defi- 2005. Para un enfoque opuesto, véase Barros,
ne como el discurso Capitalista. Cada uno de 2006). Desde la “izquierda lacaniana”, el eje, en
estos discursos, expresado en un conjunto de todo caso, radica en la pregunta de si se puede pen-
sar en “acontecimientos” sintomáticos que expre-
matemas que van variando sus posiciones, sen diversos grados de ruptura con el orden simbó-
constituye una modalidad diferente de cons- lico, en una especie de desestructuración “parcial”
truir y estructurar el lazo social y contiene su (y no siempre total) del orden hegemónico.
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puede ser descripta como una teoría social o puede criticar también al discurso “histérico”
una teoría política contemporánea17. En ese de los enfoques posmodernos o de construccio-
marco, los aportes que se derivan de estos cua- nismo radical, así como a algunas corrientes
tro discursos pueden ser utilizados para realizar post-estructuralistas y pragmáticas, las cuales
una genealogía de las diversas formas de domi- solo se basan en la lógica política del no-todo,
nación política o bien, para dar cuenta de las olvidando la necesidad de constituir una posi-
estrategias de dominación del Amo moderno en tividad que edifique un nuevo lazo social alter-
la actualidad. En ese marco, su utilización per- nativo (si bien, siempre barrado). Esta misma
mite desarrollar una crítica al funcionamiento crítica es también la que puede hacerse desde
actual del sistema capitalista y a sus diversas un pensamiento post-marxista, a perspectivas
y cambiantes modalidades de estructuración y lacanianas que, como la que presenta Zizek
legitimación social. Para citar solo una posibi- (1992, 2003), pretenden atravesar la fantasía
lidad, se puede destacar que, en la actualidad, o fantasma imaginario en el que se estructu-
la dominación del capitalismo se basa, como ha ra toda realidad social, aunque sin articular
sido trabajado por diversos autores de la teoría un lazo social (barrado) antagónico20. La pro-
y filosofía política contemporánea y la sociolo- puesta de pensar en un lazo social “parcial”,
gía cultural, en la conjunción de un discurso tal como lo presenta implícitamente Lacan,
Capitalista centrado en una lógica de consu- permite reforzar, por otra parte, las similitudes
mo masivo que crea necesidades para el sujeto existentes entre el enfoque lacaniano y la teoría
mediante la televisión y sus propagandas des- política del discurso de Laclau (1996 y 2005),
reguladas, así como, la acumulación incesante quien trasciende también la mera “diferencia
de riquezas que promueve el sistema como ontológica” (Marchart, 2009) de los enfoques
modo presunto de adquirir felicidad y libertad post-heideggerianos de izquierda, las filoso-
individual18 , así como la más reciente legiti- fías estructuralistas, las posmodernas y las
mación del neoliberalismo mediante un nuevo nietzscheanas de construccionismo radical,
discurso Universitario centrado en la presunta para recuperar la necesidad de edificar nuevas
superioridad de la ciencia económica por parte construcciones hegemónicas alternativas, sin
de los tecnócratas neoclásicos y la idea mítica olvidar por ello la defensa de la pluralidad y el
de objetividad científica con la que se presentan disenso como constitutivos21.
ellos mismos, los periodistas y comunicadores
20 Esta crítica teórica y política es la que le rea-
sociales, los mismos que funcionan como “inte-
liza recientemente Stavrakakis (2010) a Zizek,
lectuales orgánicos” que suturan la hegemonía al entender que el filósofo esloveno defiende un
neoliberal globalizadora19. modelo “histérico” sobre la teoría de Lacan, cuan-
Por otra parte, si se aplica las categorías do en realidad esta visión solo es defendida por este
lacanianas al análisis sociopolítico crítico, se autor en una primera etapa, cuando toma como
analogía de la acción al mito griego de Antígona.
En una segunda etapa, en cambio, Lacan pro-
17 Si tenemos en cuenta que toda sociología política
mueve la formación de un nuevo lazo social (par-
se vincula con la conformación del lazo social y
cial) que trasciende la simple negación del orden
la teoría de los cuatro discursos de Lacan refiere,
instituido (una negación del sistema capitalista
precisamente, a cuatro posiciones que constituyen,
que parece ser la única construcción política que
desde el orden simbólico, el orden social, entonces
presenta en sus textos Zizek). Para una crítica
se puede inferir que al menos este seminario, se
a la (ausencia de una) teoría política de Zizek,
emparenta en mucho con una teoría y una sociolo-
que comparte los principales presupuestos de
gía política de lo social, por la vía del discurso.
Stavrakakis, véase Laclau (2003, 2005 y 2008).
18 Esta crítica al hipermercantilismo y a la lógi-
21 En una especie de “punto intermedio”, se puede
ca capitalista de las industrias culturales, en
hallar al análisis filosófico político de Badiou, quien
una coincidencia con el pensamiento lacaniano,
retoma a Lacan y a sus aportes provenientes de la
encuentra antecedentes que pueden hallarse en la
teoría de los conjuntos, para destacar la necesidad
Teoría Crítica de la Escuela de Frankfurt (véanse
de metabolizar y elaborar los “acontecimientos”
Marcuse, 1983; Adorno y Horkheimer, 2002).
que, como los síntomas lacanianos, permitan cons-
19 Véase, por ejemplo, Fair (2009c). tituir nuevas formas alternativas de emergencia
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2.6. LA IMPORTANCIA DEL GOCE Y DEL PLUS DE lacaniano es el deseo de unidad corporal con
GOCE ese objeto de deseo primordial, imposibilitado
por la castración fálica instaurada por el orden
Como señala Braunstein (2006), una de
simbólico. A partir de entonces, imposibilitado
las categorías clave que creara la teoría laca-
de regresar al paraíso imaginario de plenitud
niana (2006, 2008 y 2009), ausente en la obra
y transparencia, se desea su retorno, expresado
de Freud, es la de goce. A diferencia de lo que
corrientemente se cree, el goce no implica mediante las construcciones inconscientes del
necesariamente una equivalencia directa con lenguaje, los “fantasmas”, que a su vez, están
el placer. Incluso, en muchos casos, el goce investidos de goce. Como se señaló, para Lacan
es no placentero y hasta doloroso. Retomando (2006 y 2008), el goce principal es el goce de la
algunas cuestiones analizadas por Freud en unidad o goce “unario”, que rememora imagi-
“Más allá del principio del placer”, a partir del nariamente el goce original de unidad corporal
ejemplo de Sade, Lacan (1987b) recupera, en con la madre y luego con su pecho, constituido
su última etapa, la importancia crucial que en el primer objeto a un objeto causa de deseo
adquiere el goce. A su vez, el célebre pensador (Dor, 1997). En ese marco, intentando recu-
francés se basa en la noción de plusvalía de perar el goce perdido, se construyen diversas
Marx, para referirse también a la relevancia que edificaciones teóricas, a partir de metáforas y
adquiere lo que llama el “plus de goce” (Lacan, metonimias, las cuales intentan suplir la impo-
2006 y 2008). Básicamente, lo que señala Lacan sibilidad del retorno a la unidad corporal, sus-
es que el discurso está investido libidinalmen- tituciones y condensaciones inconscientes del
te de un goce inconsciente, si bien el goce no Uno-todo que se expresan siempre por la vía
pertenece a priori al orden del lenguaje, siendo del lenguaje, pero que están investidas libidi-
independiente de aquel (Braunstein, 2006 y nalmente (sexualmente) del goce unario. Del
Stavrakakis, 2010). El goce mayor es, origina- mismo modo, se tienen relaciones sexuales
riamente, el que se deriva de la unidad plena de pareja que representan un goce para los
y corporal con la Cosa perdida (la Madre). Sin órganos sexuales masculino y femenino, res-
embargo, se ha visto que ese goce sexual cuer- pectivamente, y se desea o se consume droga
po a cuerpo es estructuralmente imposible. En o psicofármacos para acceder al goce perdido
ese marco, a partir de la castración instaurada (Sissa, 1968). En todos los casos, se busca por
por el significante, se busca su retorno median- todos los medios la materialidad del goce, des-
te formaciones discursivas que se invisten de tacándose el rechazo a la “liviandad” del discur-
goce, si bien siempre presentan una pérdida so y la necesidad de materializaciones concretas
inevitable de goce, ya que son goces lenguajeros que otorguen corporalidad a las experiencias,
(Braunstein, 2006), esto es, goces del lenguaje tal como resulta típicamente en el consumo de
(Lacan, 2008). mercancías de diversa índole, ofrecidos como
Se debe recordar, en ese sentido, que una objetos “causa de deseo” que intentan llenar
de las premisas fundamentales del psicoanálisis imaginariamente el hueco o la falta constitu-
tiva que origina la presencia del orden signi-
del sujeto político y de producción “no toda” del ficante, por la vía, precisamente, del lenguaje
lazo social. No obstante, si bien se presenta aquí (Lacan, 2006 y 2008).
una recuperación del sujeto y de su libre capacidad Además, retomando a Marx y su inven-
de acción política, Laclau le critica a este autor
ción del síntoma, a partir de la noción de plus-
que no explique cómo realizar operativamente la
articulación política, además de olvidar la nece- valía, Lacan (2006) inventa el término “plus de
sidad de pensar esa articulación desde el Estado, goce”, para dar cuenta de un plus o un “más
en una crítica a su cosmovisión política maoísta allá del lenguaje”, que incorpora un suplemento
y autonomista, desde el post-gramscianismo. Una inconsciente de goce para el sujeto. Siguiendo,
crítica política similar realiza Laclau a los proyec-
tos anarquistas y autonomistas que promueven
en parte, a Freud, afirma que la mirada y la voz
los enfoques de Ranciere, de Hardt y Negri (véase son fuentes de goce inconscientes para el suje-
Laclau, 2008). to. Ello nos remonta a las primeras fuentes de
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lo que, a diferencia del modelo benefactor paridad cambiaria fija en un plano de igual-
keynesiano-regulador, el goce ilimitado dad con la superpotencia imperial, en 1991),
y la autonomía nuevamente quedarían el recurrente “hermanos y hermanas”, al que
posicionados del lado del “Esclavo”. apelaba con insistencia el discurso de Menem
4) La presencia de un elemento adicional, en cada una de sus alocuciones y las metáforas
signado por el endeudamiento del sec- unarias y aconflictivas de la “aldea global” o
tor privado en el plano financiero, que la “comunidad internacional”, en el marco de
actúa como una tercera pata que con- la percepción creada de fracaso de otras alter-
solida la hegemonía del discurso neoli- nativas políticas. En este caso, se afirma que
beral, al permitir no solo la reproduc- el goce era primordialmente masoquista, pro-
ción económica de las dos variables clave ducto de la necesidad perentoria de unificarse
del sistema capitalista actual (acumu- y “reconciliarse” socialmente para alcanzar un
lación económica y consumo masivo), futuro promisorio de paz, libertad, progreso
sino también la existencia de crecien- y felicidad para todos. De la misma forma es
tes demandas sociales conservadoras en como puede interpretarse, además, el plus de
torno a la permanencia del sistema neo- goce derivado del discurso hegemónico, que
liberal, en el marco del temor generali- señalaba que la Argentina era “importante” a
zado a que una devaluación monetaria nivel mundial, que sobre todo, a partir del éxito
destruya económicamente a los sectores del Plan de Convertibilidad, era “reconocida”
endeudados e impida continuar con las socialmente por su “inédita” inserción interna-
pautas socioculturales imperativas. cional al orden global, así como las constan-
5) Por último, la solidificación del discurso tes muestras de apoyo y consentimiento de la
hegemónico, a partir de la función unaria “comunidad internacional”, entre ellas el Fondo
de tecnócratas neoliberales de presunto Monetario Internacional (FMI) (que conside-
“saber superior” y objetivo, que refuerzan raba al país como el “mejor alumno”) y de los
Estados Unidos (que señalaba a la Argentina
la lógica y los imperativos superyoicos
como “aliado extra Organización del Tratado
del modelo de acumulación y consumo
Atlántico Norte (OTAN)” y “gran amigo” del
masivos, contribuyen a la sedimentación
gobierno estadounidense). Por último, el dis-
discursiva de valores liberal-democráticos
curso liberal-democrático se articulaba con el
vinculados a la percepción de una cre-
neoliberal, para insistir en la presencia de un
ciente libertad, autonomía y democrati-
“mundo feliz”, basado en mayores márgenes de
zación de los individuos, y fomentan la
libertad, democratización y progreso para los
presencia de un discurso que promueve
individuos, frente a las experiencias previas del
el temor generalizado a salir del siste-
Estado que “todo lo absorbía” (peronismo de
ma socioeconómico vigente, frente a los posguerra), o bien, del “autoritarismo” y la “vio-
costos económicos, sociales y culturales lencia” de períodos anteriores (Dictaduras mili-
derivados de tal decisión (caos de la deva- tares), así como, su control y limitación sobre
luación, inflación, o bien ambos, pérdida las libertades y derechos individuales.
de los hábitus de consumo).
3. A MODO DE CONCLUSIÓN
Es en este mismo marco interpretati-
vo en el que puede entenderse, por ejemplo, En este artículo se propuso recuperar
que durante la experiencia más radicalizada de una serie de categorías clave provenientes de
aplicación del neoliberalismo en la Argentina, la teoría psicoanalítica lacaniana, para exami-
durante el gobierno de Carlos Menem (1989- nar algunas de sus múltiples contribuciones
1999), existiera un goce derivado de metáforas potenciales para el desarrollo y enriqueci-
unarias como las del “1 a 1” (el Régimen de miento de la teoría política y social contem-
Convertibilidad, que estabilizó económicamen- poránea, y el análisis sociopolítico crítico.
te la moneda, mediante la aplicación de una Si bien, atentos al riesgo de psicologismo y
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