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DOS CARAS DEL PODER.

Las investigaciones sobre el poder, según Bachrach y Barataz, arrojan una


diferencia de enfoque entre los sociólogos y los politólogos. Esta diferencia radica
fundamentalmente en las metodologías utilizadas por ambos y en las concepciones
de base que utilizan para sus estudios, de tal manera que: “los sociólogos han
encontrado consistentemente que el poder es altamente centralizado, mientras que
los académicos formados en ciencias políticas tienen regularmente como
conclusión que el poder de las comunidades es altamente difuso. Presumiblemente,
esto explica por qué en el estilo los politólogos son “pluralistas”, y su contraparte
“elitistas”.” (Bachrach, 947).

MODELOS DE ANALISIS
Elitista Pluralista
ENFOQUE ESTRUCTURAL. La premisa ENFOQUE RELACIONAL. Concentran su
básica de la que parten es que toda institución atención en el ejercicio del poder no sobre el
humana es un sistema ordenado de poder, una origen o las fuentes de poder. Poder para ellos
"estructura de poder", la cual es una parte significa "participación en la toma de
integral y una imagen inversa de la decisiones" y puede ser analizada sólo
estratificación que existe en la organización después de un "examen cuidadoso de una serie
integral. de decisiones concretas”.

CRITICA. Los sociólogos toman como base dos CRITICA: Los politólogos no tiene en cuenta
hipótesis “erróneas“: a) la estructura de poder que: a) que el poder a menudo es ejercido para
tiende a ser estable en el tiempo y b) equiparan confinar el alcance de la toma de decisiones, y
el poder supuesto con el poder real. b) el modelo no proporciona criterios objetivos
para distinguir entre cuestiones "sin
importancia" y lo “importante” que surge en el
ámbito político.

Elaboración propia con información de Bachrach y Baratz

Los autores ven en los “elitistas” un modelo estructural que se refiere al poder como
posición. La tesis central de estos autores sobre que existen dos caras del poder,
se refiere a una conceptualización del poder como relación y como preferencia;
de aquí que ratifiquen la definición de Schattschneider (Bachrach, 949):
“Todas las formas de organización política tienen una preferencia en favor de la explotación de
algunos tipos de conflicto y la supresión de otros porque la organización es la movilización de las
preferencias. Algunos temas se organizan en la política, mientras que otros se organizan a fuera.”1

Bajo esta definición es entendible la tesis de los autores sobre que los politólogos -
pluralistas- solo ven una de las caras y los sociólogos –elitistas- no vean ninguna.
La definición de las dos caras del poder se comprende mejor bajo este argumento
(Bachrach, 948):

“Por supuesto el poder se ejerce cuando A participa en la toma de decisiones [poder como
relación] que afectan a B. Pero el poder también se ejerce cuando A dedica sus energías a la
creación o reforzamiento social y político de los valores y las prácticas institucionales [poder
como preferencia] que limitan el alcance del proceso político en la consideración pública no sólo de
aquellas cuestiones que son relativamente inocuas para A (…) Como es quizás evidente, hay
similitudes en las dos caras del poder. En cada uno, A participa en las decisiones y afecta de esta
manera adversa B. Pero hay una diferencia importante entre los dos: en un caso, A participa
abiertamente; en el otro, participa sólo en el sentido de que él trabaja para mantener esos valores y
normas de procedimiento que le ayudan a mantener ciertas cuestiones fuera del dominio público (…)
en la medida en que una persona o un grupo, consciente o inconscientemente, crea o refuerza
las barreras a la difusión pública de los conflictos políticos, esa persona o grupo tiene el
poder.”

Discutiendo un trabajo de Dhal, donde éste politólogo da cuenta de la existencia de


“decisiones políticas clave”, Bachrach y Baratz, especifican que haciendo caso
omiso de la cara menos visible del poder, tanto Dahl como los pluralistas, no son
capaces de diferenciar adecuadamente entre una "clave" y una "rutina" política de
decisión. Es decir que no logran distinguir una cuestión importante de una cuestión
no importante o no significativa en la determinación de la distribución del poder; en
otras apalabras, que enfatizan el estudio de los problemas en lugar de los valores y
prejuicios que se construyen en el sistema político. Bajo esta confusión, en los
pluralistas “no es de extrañar la conclusión de que el poder en la comunidad este
ampliamente difuso”.

Para Bachrach y Baratz, en el análisis del poder es útil partir de la modelo pluralista
en términos de que su enfoque relacionista ubica su objeto de estudio en las
decisiones, su objeción radica en que este enfoque no distingue de manera eficiente
entre decisiones importantes -decisiones clave-, de las decisiones de rutina; por ello

1
Schattschneider citado por (Bachrach/Baratz, p. 949). Se entiende mejor esta definicón bajo el argumento
si
deja fuera consideraciones subjetivas que repercuten en el ejercicio y distribución
del poder a partir de las preferencias de los actores. Bajo esta línea argumental
puede comprenderse el enfoque de las dos caras del poder en la forma siguiente:

ENFOQUE DE ANALISIS DE MOVILIZACIÓN DE PREFERENCIAS : “LAS DOS


CARAS DEL PODER”
1. Bajo este enfoque, el investigador no comenzaría, como lo hace el sociólogo por la
pregunta: "¿Quién manda?", ni como lo hace el pluralista que pregunta: "¿Alguien tiene el
poder?"
2. Después de haber analizado los valores dominantes, los mitos y la política establecida,
los procedimientos y reglas del juego, se haría una cuidadosa investigación sobre la
polarización existente entre personas o grupos y sobre las desventajas producidas.
3. A continuación, se investigaría la dinámica de la toma de decisiones, es decir, el examen
de en qué medida y de qué manera el status quo de personas y grupos orientados a influir
en los valores de la comunidad y de las instituciones políticas, tienden a limitar el alcance
de la toma de decisiones de temas "importantes".
4. Por último, utilizando su conocimiento de la cara restrictiva del poder como una base para
el análisis y como un estándar para distinguir entre las decisiones "clave" y las decisiones
políticas "de rutina", el investigador, a la manera de los pluralistas, analizaría la
participación en la toma de decisiones de cuestiones concretas.
Elaboración propia con información de Bachrach y Baratz, p. 952

Finalmente, los autores citados se previenen de las críticas sobre su enfoque


argumentando lo siguiente (Bachrach, 952):

“Rechazamos de antemano como, posibles críticas, que este enfoque del estudio del poder es
probable que resulte infructuoso porque va más allá de una investigación de lo que es objetivamente
mensurable. Al reaccionar contra los aspectos subjetivos del modelo sociológico de poder, los
pluralistas tienen, a nuestro juicio, el error de descartar "elementos medibles" considerándolos como
irreales. Es irónico que, al hacerlo, se han expuesto a la misma crítica fundamental que tienen tanta
fuerza contra los elitistas: su acercamiento a suposiciones sobre el poder predetermina sus hallazgos
y conclusiones.”

José Cipriano Gutiérrez Vázquez

Bibliografía.
Peter Bachrach, Morton S. Baratz, Two Faces of Power, The American Political Science
Review, Volume 56, Issue 4 (Dec., 1962), 947-952

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