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Introducción
El hígado normal del adulto pesa entre 1400 y 1600 g, recibe aporte sanguíneo
por la vena porta y la arteria hepática a través del hilio hepático, y la bilis sale por
el conducto biliar hepático común. Clásicamente el hígado se divide en lobulillos
que tienen de 1 a 2 mm de diámetro ubicados alrededor de venas centrales. Entre
los cordones hepáticos se encuentan los sinusoides vasculares y los hepatocitos
se encuentran bañados por un lado por sangre venosa portal y sangre arterial
hepática. Los sinusoides están revestidos por células endoteliales fenestradas y
discontinuas que demarcan el espacio de Disse extrasinusoidal. Las células de
Küpffer del sistema del fagocito mononuclear, células defensivas fagocíticas, se
adhieren a la superficie luminal de las células endoteliales. Entre hepatocitos
colindantes están los canalículos biliares, conductos de 1 a 2 micrones de
diámetro.
El higado es vulnerable a una serie de agentes tóxicos, microbianos, alteraciones
circulatorias, y neoplásicas. En algunos casos el proceso es primario en el hígado,
como en la hepatitis viral pero muy frecuentemente es secundario a algunas
enfermedades comunes tales como descompensación cardíaca, cáncer
diseminado, alcoholismo.
Las principales lesiones que pueden encontrarse en el hígados son:
1. Necrosis. Cualquier agresión puede causar una necrosis en el hígado.
Puede haber necrosis isquémica, por sustancias tóxicas o por mecanismos
inmunológicos, donde se forman los cuerpos de Councilman (hepatocitos
encogidos, picnóticos, muy eosinófilos, sufriendo proceso de apoptosis).
También puede presentarse necrosis focal, zonal, submasiva, masiva,
centrolobulillar.
2. Degeneración. Antes de ocurrir una necrosis los hepatocitos pueden tomar
un aspecto tumefacto y edematoso, y la presencia de sustancias en el
citoplasma del hepatocito pueden ser de utilidad en el diagnóstico de
algunas lesiones.
3. Inflamación. Se denomina hepatitis y pueden haber procesos inflamatorios
agudos o crónicos.
4. Regeneración. El hígado tiene mucha capacidad de regeneración.
5. Fibrosis. El tejido fibroso se puede formar en respuesta a inflamación o
agresión tóxica directa al hígado. Si es progresiva termina formándose la
cirrosis.
Referencias Bibliográficas
Cirrosis hepática.
La Cirrosis se define por tres características:
1. Fibrosis: bandas finas o gruesas de tejido conjuntivo con colágeno.
2. Nódulos: formados por la regeneración de los hepatocitos.
3. Distorsión de la arquitectura del parénquima por todo el hígado.
Referencias Bibliográficas
Retroalimentación
Ictericia y colestasis
Falla hepática
Referencias Bibliográficas
Retroalimentación
Hepatitis viral
Hepatopatía alcohólica
Referencias Bibliográficas
Retroalimentación
CICLO DE PRACTICA V:
Tumores hepáticos.
Los tumores del hígado pueden ser primarios o secundarios. Entre los primarios el
más importante es el carcinoma hepatocelular. Entre los secundarios, las
metástasis de primarios desde órganos distantes constituyen complicación
frecuente en la evolución de paciente con cáncer avanzado, siendo los primarios
más frecuentemente ubicados en estómago e intestino.
Carcinoma hepatocelular (CHC)
Como ya hemos señalado la hepatitis vírica crónica es un factor importante de
riesgo para su aparición, y muchos pacientes pasan por hepatitis y cirrosis antes
de desarrollar este cáncer. La alfafetoproteína es un marcador serológico
relacionado con CHC y su detección puede ayudar a detectar casos en estado
inicial, al igual que mediante escáner y con la detección de portadores de VHB.
Está demostrada una correlación entre la tasa de prevalencia de portadores del
VHB en una zona geográfica y la incidencia del CHC. En Taiwán se ha
demostrado un incremento 100 veces de riesgo de presentar CHC en personas
con la infección crónica, comparado con los no portadores de VHB. Las
secuencias víricas del VHB quedan integradas a las células tumorales de CHC de
quienes tienen dicho carcinoma.
En las características clínicas se encuentra, hepatomegalia, dolor en el
hipocondrio derecho, pérdida de peso, y en exámenes de laboratorio es
importante los niveles altos de alfa feto proteína. El pronóstico depende de la
posibilidad de extirpación. Más información acerca de tratamiento busque en
Cancernet (ref. 3).
Tumores metastásicos.
El hígado y pulmón son los órganos más afectados por la diseminación
metastásica de tumores malignos. La inmesa mayoría de los tumores malignos del
hígado son secundarios o sea metastásicos y frecuentemente de primarios
ubicados en mama, pulmón, estómago y colon, pero los de cualquier localización,
incluso de la boca, pueden diseminarse al hígado. Generalmente se observan
múltiples focos que si crecen más rápido que el aporte vascular van necrosandose
al centro. Antes que el paciente desarrolle insuficiencia hepática puede haber un
compromiso extenso.
Referencias Bibliográficas
Retroalimentación
Referencias Bibliográficas
Retroalimentación