Material de educación cristiana

para adultos y jóvenes - Alumno

Contenido General:
El mensaje del Dios encarnado: Desde el punto de vista del
Evangelio de Juan
La vida de los cristianos en un mundo perverso
Los milagros de Jesucristo y nuestra responsabilidad social
El fin del mundo

Mario Zani Eduardo Aparicio

Gerente General de CNP Editor
Luis Manoukian Florencia Himitian
Redactor Redactora Asociada
Artes Gráficas
Sevagraf-Longseller

Publicado por CNP Editorial

Casilla de Correo 154 - (1629) Pilar/Argentina
E-mail: cnp@cnplibros.com
Catálogo y ventas por Internet: www.cnplibros.com

Prohibida la reproducción en cualquiera de sus formas,

salvo pequeñas citas indicando la fuente.

Zani, Mario
El sendero de la verdad - Alumno / Mario Zani ; Marcelo Laffitte ; Ana
María Zani ; coordinado por Eduardo Aparicio - 1a ed. - Derqui : Casa
Nazarena de Publicaciones, 2006.
196 p. ; 28x20 cm.

ISBN 987-22923-6-1

1. Educación Cristiana. I. Laffitte, Marcelo II. Zani, Ana María III.

Aparicio, Eduardo, coord. IV. Título
CDD 268

Fecha de catalogación: 02/08/2006

2006 Todos los derechos quedan reservados conforme a la ley

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El fin del mundo

Por Eduardo Aparicio

De acuerdo con la Biblia, Armagedón será el epicentro del Apocalipsis; es decir, del fin
del mundo. Es el lugar donde Dios reunirá a todos los reyes del mundo para la "batalla
de aquel gran día del Dios Todopoderoso" (Apocalipsis 16:1, 14).
Mientras escribo estas líneas siento que nos rodea una atmósfera de pesimismo
en relación con los acontecimientos sociales, políticos y religiosos del mundo en que
vivimos. Escritores de revistas y periódicos importantes del mundo, afirman que
estamos yendo por el camino de nuestra autodestrucción, ya que "estamos causando el
deterioro y destrucción de nuestro planeta tierra, no solo en el aspecto físico, sino
también en lo moral y ético".
Por otro lado, los fenómenos naturales, como el Tsunami –o maremoto–
ocurrido en diciembre de 2004, que afectó a Indonesia, Tailandia, Sri Lanka, Malasia y
la India; los tornados que dejaron a su paso miseria y devastación; y los huracanes,
como el Katrina, que destruyeron la ciudad de Nueva Orleáns y algunas ciudades a su
alrededor, realzan esta atmósfera de pesimismo.
Es más, las compañías cinematográficas seculares y cristianas han filmado
películas con la misma temática. Por ejemplo, la película: "Dejados atrás", de Tim
LaHaye, junto con la serie de libros de ficción, narran las cautivantes historias de
aquellos quienes, después del Rapto de la Iglesia, son "Dejados atrás", y experimentan
la tribulación y otros grandes acontecimientos antes del regreso de Cristo a la tierra.
Otra película cristiana que muestra el mismo tema es: "Código Omega 2".
Comienza con una situación moderna de la realidad que poco a poco tiene un
desenlace catastrófico –fin del mundo– en un futuro no tan lejano.
En el último trimestre de este año estudiaremos el tema El fin del mundo, no
porque este ambiente de pesimismo en el que vivimos nos exija hacerlo, sino porque la
Biblia tiene mucho que enseñarnos al respecto. La palabra de Dios nos dice que
Jesucristo vendrá por segunda vez para destruir este orden de injusticia que domina la
mente y el corazón de los seres humanos, y construir "cielos nuevos y tierra nueva",
donde habrá amor y justicia, cuyo Rey de reyes y Señor de señores será Jesucristo, el
hijo de Dios.
Pero antes de llegar al estudio de ese tema será importante recordar lo que la
palabra de Dios nos dice en relación con Jesucristo y el mensaje de esperanza y
salvación que trajo a la humanidad.
Nuestro primer tema de estudio será: "El mensaje del Dios encarnado", desde el
punto de vista del Evangelio de Juan. Este Evangelio describe la razón fundamental por

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la que Dios se encarnó en Jesucristo y vino a vivir o morar en medio de nosotros.
Lamentablemente, ese mensaje no fue bien recibido por el pueblo de Dios, de
tal manera que la sola presencia de Jesucristo provocaba, por un lado rechazo, y por el
otro aceptación. Rechazo de aquellos que no querían aceptar que Jesucristo era el
Mesías prometido, y aceptación de aquellos a quienes cautivó el evangelio de justicia y
salvación.
El segundo tema de estudio del presente año tiene que ver con "la vida de los
cristianos en un mundo perverso". Esta serie de lecciones es la respuesta a diversas
preguntas que se plantea el hombre de hoy. Por ejemplo: ¿el trabajo es un castigo o una
maldición de Dios? ¿Por qué no podemos participar de los juegos de azar? ¿Por qué es
tan difícil ser sal y luz de la tierra?
Lo dicho anteriormente no agota todas las situaciones con las que se enfrenta el
cristiano. ¿Cuál es nuestra opinión frente al tema del dinero, la homosexualidad, el
aborto y la eutanasia? ¿Qué nos dice la Biblia al respecto, y cuál será nuestra posición
frente a estos asuntos cotidianos?
Y antes de entrar al estudio del "fin del mundo", durante un trimestre
estudiaremos los milagros de Jesucristo y el mensaje que nos dejan a nosotros hoy.
Es triste leer y escuchar a profesores de la Biblia que afirman que los milagros
fueron fenómenos que se dieron solo en la época apostólica. "Hoy", dicen, "no
necesitamos de milagros porque Cristo es el milagro más grande dado a la humanidad,
y si alguien necesita sanidad física", continúan, "para eso tenemos médicos, clínicas y
hospitales".
No escuchemos a los falsos profetas de hoy, sino el mensaje verdadero de la
palabra de Dios. Ella es nuestra norma de vida y la "lámpara" que alumbrará el camino
que nos toque recorrer hasta que el Señor venga por segunda vez.
Entonces, ¿qué esperamos? Que Dios nos ayude a comprender su Palabra por
medio de estas lecciones de escuela dominical, y que asimismo afirmen nuestra fe en él.
Antes de proseguir con nuestro estudio, queremos pedirle que:
1. Ore a Dios por su profesor o profesora de escuela dominical. Que el Señor
los unja con su Espíritu Santo para que enseñen con poder y autoridad.
2. Ore por todos los maestros y maestras de escuela dominical de su iglesia y de
las iglesias de su país, para que enseñen con el poder del Espíritu Santo.
3. Ore por usted mismo, para que el Señor le abra los ojos y oídos espirituales, a
fin de que comprenda y aplique a su vida la palabra de Dios.
El deseo del equipo editorial de CNP es que este sea para usted un año lleno de
bendiciones del Señor Jesucristo, nuestro Salvador.

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INTRODUCCIÓN AL TRIMESTRE I
El mensaje del Dios encarnado

FECHA EN QUE FUE ESCRITO EL EVANGELIO DE JUAN

En el Comentario Bíblico Beacon sobre "el Evangelio según San Juan", J. H. Mayfield dice
lo siguiente: "Tanto la evidencia interna como la externa, casi consistentemente apoya la fecha
de su escritura alrededor del 95 d.C."
En su discusión de los orígenes del Evangelio según Juan, el profesor Lightfoot afirmó: "El
Evangelio según Juan quizá haya comenzado a circular un poco después, si no antes, del año 100
d.C., de acuerdo con la evidencia disponible de los textos de papiros descubiertos en Egipto".
El Dr. Hobbs, en su libro, El Evangelio según san Juan (1968), sugiere que se escribió apro-
ximadamente entre el 80 y 90 d.C. También dice que "para los últimos 25 años del segundo
siglo, la iglesia aceptó el cuarto Evangelio como la obra canónica del apóstol san Juan".
Boice, un erudito de la Biblia, en su primer volumen de su obra, El Evangelio según san Juan
(1975), expresa que los descubrimientos de los papiros más recientes, apoyan la idea de que
Juan escribió su Evangelio en una fecha más temprana. Algunos reconocen una fecha entre 30
ó 40 años después de la muerte de Cristo.
Todos estos datos nos sugerirían una fecha más temprana a la del 95 d.C. Para algunos eru-
ditos, el uso de la idea del Logos y de términos como "luz y tinieblas" y "vida y muerte", son
motivo de preocupación. En estos estudios, se ha procurado investigar el uso de tales términos
en relación con la influencia del pensamiento griego sobre la iglesia cristiana. Generalmente se
cree que tal influencia ocurrió mucho después del primer siglo. Sin embargo, como Boice ex-
presa, las cuevas de Qumrán, donde se decubrieron los rollos del mar Muerto, no están lejos
de Jerusalén en "la misma área donde San Juan sitúa los eventos más tempranos del ministerio
de Cristo". La literatura que estos rollos contenían "reveló el mismo uso de tales términos grie-
gos, como se encontraron en el Evangelio según san Juan".
Algunos critican al autor del cuarto Evangelio porque no se nombra ni se identifica a sí mis-
mo en su evangelio. Sin embargo, se llama a sí mismo "el discípulo que Jesús amaba". Además,
san Juan ni siquiera nombra a su hermano mayor, Jacob, aun cuando ambos pertenecían al cír-
culo íntimo de los apóstoles del salvador.
Al reflexionar de nuevo sobre el poder encantador de este Evangelio, percibimos el sello de
la autoridad divina, y experimentamos una sensación de seguridad. También Juan había logra-
do una perspectiva más clara de las promesas que se hicieron realidad entre el cuerpo de cre-
yentes. Escribió como testigo ocular, con el deseo de que otros aprendieran la verdad eterna
que se recibe solamente por fe.
En su prólogo, Juan dice: "Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros". Luego añade
con una nota personal: "Y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gra-
cia y de verdad" (Juan 1:14).

IMPORTANCIA DEL EVANGELIO

Por muchos años, los verdaderos creyentes le han dado un lugar de alta importancia al Evan-
gelio según san Juan. El Dr. Billy Graham, evangelista internacional, frecuentemente recomien-
da a los cristianos jóvenes o recién convertidos este Evangelio como punto de partida para
aprender a leer las Escrituras.

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 Todos aquellos que escriben, enseñan y estudian sobre las devociones personales, consideran
este Evangelio en un nivel superior. Un escritor lo llama: "El evangelio universal". Otro lo
identifica como "El evangelio del creyente".
Martín Lutero estudió cuidadosamente sus páginas, y predicó muchos sermones basados en
la riqueza de las páginas del Evangelio. Lo coloca, a la par de Romanos, en un alto nivel de
importancia: "El libro es muy especial, tierno, el evangelio genuino. Si algún tirano pudiera
destruir las Sagradas Escrituras, y solo quedaran la epístola a los Romanos y el Evangelio se-
gún San Juan, el cristianismo se salvaría".

EL EVANGELIO DE JUAN Y SU RELACIÓN CON MATEO, MARCOS Y LUCAS

Mientras que los Evangelios llamados sinópticos, Mateo, Marcos y Lucas, son un relato del
ministerio de Jesucristo aquí en la tierra, el Evangelio de Juan es una interpretación teológica
de las enseñanzas y ministerio del Señor. Por tanto, aunque hay diferencias en su composición,
no hay diferencia alguna en la temática, o mensaje; es decir, que Jesucristo es el hijo de Dios
encarnado, que vino para anunciar el mensaje del evangelio de justicia y salvación.

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Contenido:
Trimestre I El mensaje del Dios encarnado
Desarrollo de la lección Lección 1 7
Mario Zani (lecciones 1-5) ¡Increíble! Dios con nosotros
Marcelo Laffitte (lecciones 6-9)
Ana Maria Zani (lecciones 10-13)
Lección 2 11
Comentario Devocional Juan el Bautista, ¡el portavoz del rey!
Mario Zani (lecciones 1-5)
Marcelo Laffitte (lecciones 7-9)
Miriam Pozzi (lecciones 6, 8, 10-13) Lección 3 15
¿Qué pasó cuando Cristo llamó a sus primeros
Material de Apoyo
Varios autores discípulos?

Lección 4 19
Una entrevista inolvidable

Lección 5 23
¿Quién podrá saciar la sed humana?

Lección 6 27
Jesús provoca siempre aceptación o rechazo

Lección 7 31
¿Por qué no creían que Jesús era el Hijo de Dios?

Lección 8 34
¿Qué sucede cuando los líderes no ven lo que Dios ve?

Lección 9 38
Jesús es la resurrección y la vida

Lección 10 41
Un nuevo estilo de vida

Lección 11 45
La gran promesa del Hijo de Dios

Lección 12 48
El Espíritu de Dios nos redarguye y guía

Lección 13 51
La oración del Hijo de Dios

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Lección 1
¡Increíble! Dios con nosotros
Para estudio: Juan 1:1-34, 20:31; Filipenses 2:5-11
Para memorizar: Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que
es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están
en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el
Señor, para gloria de Dios Padre (Filipenses 2:9-11).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
Las catástrofes, sean naturales o no, tienen
un denominador común, sacan a luz lo me-
jor y lo peor de la gente, del pueblo o del
país que sufre esa tragedia. Eso fue lo que su-
cedió el 29 de agosto del 2005, cuando el
poderoso huracán Katrina atacó el golfo nor-
te de los Estados Unidos afectando con sus
lluvias torrenciales y fuertes vientos las ciu-
dades de Mississippi, Alabama y Louisiana.
El impacto y destrucción fue mayor en la
ciudad de Nueva Orleáns.
¿Qué fue lo que sucedió? Los diques que
fueron construidos para contener las aguas del
mar y proteger a la ciudad de Nueva Orleáns,
fueron destruidos por el huracán Katrina.
¿Qué tiene que ver este incidente con la
lección de hoy?
La llegada, primero, de Juan el Bautista y,
enseguida, la de Jesucristo, el Hijo de Dios,
rompieron diques religiosos y paredes que
aparentemente eran inconmovibles en el sis-
tema político-religioso de ese tiempo.
En apariencia, el sistema y la formalidad re-
ligiosa del judaísmo ofrecían muchas garan-
tías de seguridad espiritual al pueblo. Sin
embargo demostraron antes, durante y des-
pués del advenimiento de Jesús, que el pue-
blo judío vivía fuera del espíritu de la ley que
Moisés le había dado. ¿Por qué?
Primero porque esa ley era rígida y consti-
tuía una carga que al pueblo judío le era im-
posible cumplir.
Segundo, por lo mismo, esa ley en lugar de
acercar al pueblo hacia Dios, lo mantenía
dentro de los confines de una estructura le-
galista de ritos y de ordenanzas.
Es así que para los líderes religiosos, aque-
llos que velaban por mantener la vigencia de
esa estructura legalista, la llegada de Cristo
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no fue bienvenida. Desde la jerarquía religio-
sa más alta, hasta los que tenían a su cargo
funciones secundarias en los quehaceres de la
religión judía, percibieron que sus enseñan-
zas y exigencias legalistas se desvirtuaban, y
caían con la presencia de Jesús.
Aunque la llegada de Jesús, el Mesías, ha-
bía sido anunciada por Dios desde el tiempo
de la caída del hombre (Génesis 3:15) y por
medio de sus profetas (Hebreos 1:1-3), por
cuanto los líderes estaban cegados por tanta
práctica religiosa, no reconocieron al Mesías,
a Jesucristo, que había nacido en un pesebre.
¿Hasta qué punto hoy la práctica de las
costumbres religiosas –como las oraciones,
las lecciones y las predicaciones– no son sino
otra manera de un comportamiento similar
al de los judíos del tiempo de Jesús?
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En su opinión, si Jesús apareciera hoy en
cumplimiento de sus anuncios de una segun-
da venida, ¿qué tipo de religión encontraría
que practicamos?
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I. El testimonio del apóstol
A. ¿Quién era Juan?
Juan, el hijo de Zebedeo y Salomé (Mateo
27:56 y Marcos 15:40-41), era el más joven
de los apóstoles. Jesús lo llamó cuando jun-
to con Santiago, su hermano mayor –tam-
bién conocido como Jacob–, y con su padre,
remendaba las redes en el lago de Tiberias,
conocido también como mar de Galilea (Ma-
teo 4:21-22).
Más tarde Juan, junto con Pedro y su her-
mano Jacobo, conformaría lo que se ha lla-
mado un "círculo inmediato" a Jesús. Fue a
él a quien Jesús se dirigió desde la cruz para
que se encargara del cuidado de María, su
madre. El historiador Eusebio de Cesarea
(265-240 d. C.), menciona en sus escritos
que, después de la ascensión de Jesús, Juan
permaneció 15 años más en Jerusalén, hasta
la muerte de María. Juan, conocido como
"el amado" de Jesús, ya muy anciano murió
pacíficamente, de muerte natural.
B. Tema y propósito del Evangelio de Juan
Así como los autores de los otros Evange-
lios, Juan se encarga de enriquecer y añadir
aspectos acerca de la vida y enseñanazas de
Jesús que de otra manera no hubiesen llega-
do a ser conocidos. Por ejemplo, después de
la ascensión de Jesucristo al Padre, había
maestros que decían que Cristo era divino,
un ser espiritual, pero no humano. Por eso,
tanto en su Evangelio como en sus cartas,
Juan hace hincapié en la doctrina de la encar-
nación de Dios: Dios se hizo carne, y habitó
entre nosotros.
Una nota interesante es que Juan da a co-
nocer el propósito al final de su Evangelio:
"Hizo además Jesús muchas otras señales en
presencia de sus discípulos, las cuales no están
escritas en este libro. Pero éstas se han escrito
para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo
de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en
su nombre" (20:30-31).
C. Uno con el Padre
En los primeros 18 versículos Juan expresa
un cántico al Hijo de Dios. Dice el profesor
Joseph Mayfield que estos versículos son tan-
to una "declaración de los grandes temas"
que tratan sus 21 capítulos, como también
un testimonio fehaciente de "la revelación
personal" de Dios.
Las iglesias cristianas afirmamos que Jesús
es eterno. Confesamos que "creemos en Je-
sucristo, la segunda persona de la divina Tri-
nidad; que él eternamente es uno con el Pa-
dre; que se encarnó por obra del Espíritu
Santo y que nació de la virgen María. De ma-
nera que dos naturalezas enteras y perfectas,
es decir: la divina y la humana, se unieron en
una Persona, verdadero Dios y verdadero
hombre, el Dios-hombre..."
¿Cree usted en la confesión anterior?
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¿Por qué?
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D. Nuestra fe
Sería una contradicción decir que somos
"cristianos", sin confesar que Cristo es nues-
tro Señor y Salvador. Nos ubicaríamos den-
tro del mismo grupo de los que "no le reci-
bieron" (1:11). ¿Por qué decimos esto? Hay
grupos que se reúnen para "practicar" una
religión "en nombre de Cristo" o de alguna
idea acerca de él, que aparentemente tienen
base bíblica, pero, cuando las comparamos a
la luz de la palabra de Dios, descubrimos su
inconsistencia porque se apartan de la decla-
ración bíblica acerca de él.
Juan, el apóstol, hace notar el rechazo que
Jesús sufrió de su propia gente. "A lo suyo
vino, y los suyos no le recibieron". No solo
eso sino que lo "rechazaron", lo "persiguie-
ron", y finalmente lo crucificaron.
¿Podríamos decir que en este proceso par-
ticipan todos los que no reciben a Jesús co-
mo Salvador? (Mateo 7:21-23)
II. El testimonio acerca de Jesucristo
A. El testimonio bíblico
Cuando confesamos que "Jesucristo es
nuestro Señor", estamos declarando que él
es el evangelio de justicia y salvación, la esen-
cia de nuestra existencia y fe.
En base a esta declaración, ¿cuál es la rela-
ción del mensaje de Salmos 90:2 con el de
Juan 1:1-4?
Lea Hebreos 1:1-3. En su opinión, ¿cuál es
el mensaje en relación a Jesucristo?
Basándonos en los tres pasajes anteriores,
¿cuál es el argumento de Juan respecto de la
promesa del Mesías y su encarnación?
B. Testimonio de Juan el Bautista
Tal como el mismo Juan el Bautista lo de-
clara, él vino para dar "testimonio... a fin de
que todos creyesen por él" (Juan 1:7). "El
Bautista" presentó a Jesús como "el Verbo",
"la luz que resplandece", "el unigénito del
Padre", y por último como "el Cordero de
Dios, que quita el pecado del mundo... el
cual es antes de mí; porque era primero que
yo... Y yo le vi, y he dado testimonio de que
éste es el Hijo de Dios" (1:29-34).
C. El testimonio de Jesús
Además del testimonio de Juan, el apóstol
de Jesús, y de Juan "el Bautista", Jesús da
testimonio de sí mismo.
 1. A los 12 años, discutiendo con los doctores
de la ley en el templo, sabía que tenía que estar
en los "negocios de su Padre" (Lucas 2:46-49).
2. En otra ocasión, cuando estaba con sus
discípulos dijo: "De cierto, de cierto os digo:
Antes que Abraham fuese, yo soy" (Juan
8:58). Esta afirmación de sí mismo, la repitió
en diferentes ocasiones durante su ministerio
aquí en la tierra.
3. Y en su oración sacerdotal, intercedió
tanto por los suyos como por su iglesia, dijo:
"Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con
aquella gloria que tuve contigo antes que el
mundo fuese" (Juan 17:5).
D. ¿Cuál debe ser nuestro testimonio?
Creer significa mucho más que admitir.
¿Qué dice Santiago 2:19 al respecto? "Tú
crees que Dios es uno; bien haces. También
los demonios creen, y tiemblan".
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Es decir, de nada vale creer con el intelecto
o manifestar una creencia por medio de prác-
ticas religiosas, si no venimos a Cristo y lo
aceptamos como Señor y Salvador.
¿Qué dice Mateo 16:24 al respecto?
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"Negarse" significa dejar que el Señor Jesu-
cristo tome el cotrol de nuestra vida. Y "to-
mar la cruz" es ser obedientes a él en todo.
CONCLUSIÓN
Dios es fiel a sus promesas. A su tiempo
vino al mundo por medio de Jesucristo pa-
ra dar a conocer el evangelio de salvación,
y cumplir su misión, morir en la cruz por lo
pecados de todo el mundo.
Este es el testimonio de Juan en su Evan-
gelio. También fue el testimonio de los es-
critores sagrados a través de las edades, y
del mismo Jesús. El Señor se reveló con el
propósito de completar su ministerio de
salvación en nosotros, que somos su iglesia.
Si recibimos a Cristo, y lo invitamos a que
entre en nuestra vida, seguirá su misión sal-
vadora por medio de nosotros. ¡Eso sí es
increíble, que siendo pecadores, podamos
ser redimidos; y que siendo transformados,
seamos incorporados al Cuerpo de Cristo,
para que continuemos su misión en el
mundo hasta que él vuelva por nosotros!
¡Amén!
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COMENTARIO DEVOCIONAL
“Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo
sumo, y le dio un nombre que es sobre todo
nombre, para que en el nombre de Jesús se
doble toda rodilla de los que están en los cie-
los, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda
lengua confiese que Jesucristo es el Señor, pa-
ra gloria de Dios Padre” (Filipenses 2:9-11).
Hace unos días, mi hijo Louis y yo dialoga-
mos a través de la internet. El diálogo no era
verbal ni con una cámara, era sencillamente
lo que se conoce como "chateo". Uno escri-
be y el otro responde en un diálogo poco
usual. Es posible que mientras uno escribe –y
si no espera la respuesta del otro– las pregun-
tas se intercalen con preguntas y las respues-
tas con respuestas y, finalmente y al releer el
diálogo, no tenga mucho sentido para otros.
Más confuso puede ser aún si interviene una
tercera persona. En nuestro caso, llamé por
teléfono a mi esposa y le dije: "Louis está en
línea". La invité –porque así es posible hacer-
lo en esta era de la conversación cibernética–,
lo cual la alegró en gran manera.
¿A qué se debía tanta alegría y que se em-
plearan tres computadoras frenética y simul-
táneamente con tres personas comunicándo-
se entre sí? Muy sencillo, nuestro hijo, solda-
do en Irak, estaba en línea y nos podía con-
tar –después de muchos días de no saber
acerca de él– cómo estaba espiritual, física y
mentalmente en estos tiempos de guerra,
qué le estaba ocurriendo, y muchos otros as-
pectos que ahora no vienen al caso mencio-
nar.
En un momento de nuestro diálogo le di-
je: "Hijo, cuando salgas de toda esa situación
en la que estás involucrado tendremos inme-
diatamente una gran reunión con toda la fa-
milia y celebraremos como nunca tu retor-
no".
Mientras continuó el diálogo, pensé:
"¿Qué no daría porque mi hijo no estuviera
en ese lugar sino con nosotros?" Por lo tan-
to, podría expresar que, cuando mi hijo re-
grese de esa horrible guerra, le haremos un
homenaje.
Si ese es mi sentimiento, ¡cuánto mayor de-
be haber sido el sentimiento de Dios hacia su
Hijo Jesucristo! Habiendo salido de sus luga-
res celestiales para encarnarse y pelear la bata-
lla por nosotros en un mundo que lo resistió,
lo persiguió y lo crucificó. Y habiendo triun-
fado en la cruz por su resurrección, dejando
establecida su iglesia en un puñado de segui-
dores con un futuro como el que sabemos ha
tenido, tiene y tendrá la iglesia, ¿cómo su Pa-
dre no exaltaría a su Hijo hasta lo sumo?
Mis sentimientos de padre me ayudan a
pensar no solo en el amor de Dios hacia mí
sino, sobre todo, hacia su Hijo. Ese amor di-
vino es inmensurable. Que confiese toda la
tierra: "Jesús es el Señor".
MATERIAL DE APOYO
El huracán Katrina
Lo que horas antes de la llegada del huracán
Katrina era una rutina cotidiana para algunas
ciudades de Estados Unidos, como Mississip-
pi, Alabama, Louisiana y sobre todo Nueva
Orleáns, súbitamente se transformó en una
peregrinación a otras ciudades, en medio de
un ambiente de miedo, caos y muerte.
Los planes y vivencias cotidianas de los ha-
bitantes de las ciudades mencionadas, fueron
repentinamente trastocados y pasaron a ser
intrascendentes y secundarios frente a la ca-
tástrofe que estaban viviendo.
Súbitamente se truncó los planes para el
resto de la semana y los siguientes meses,
preparados con mucha diligencia por indivi-
duos, corporaciones, iglesias y escuelas, tam-
bién y se pusieron a un lado porque dejaron
de tener importancia.
La magnitud del desastre, muerte y des-
trucción que produjo el huracán Katrina, de-
jó sin valor alguno todas las buenas ideas pa-
ra ganar dinero, entretenerse, motivar y mu-
Mis notas:
10
chas otras cosas lindas que el ser humano
creía controlar antes de esa tragedia.
Las noticias y testimonios de los afectados
plantearon preguntas, seguidas de todo tipo
de reflexiones: ¿Fue realmente Katrina, el
huracán de categoría cinco que alcanzó a te-
ner vientos de 280 kilómetros por hora,
quien causó todos los problemas que surgie-
ron de inmediato en la ciudad de Nueva Or-
leáns? ¿Qué proporción del desastre en esa
ciudad se debió a la falsa seguridad de las au-
toridades y ciudadanos? ¿Qué papel jugó la
falta de preparación para semejante tragedia
y cuántos fueron afectados por no hacer ca-
so a las advertencias? ¿Por qué en Nueva Or-
léans, en poco tiempo, casi todo quedó bajo
las aguas? Si Katrina fue el problema, ¿por
qué la dimensión del desastre fue mucho
menor en otras ciudades por donde también
pasó el mismo huracán?
Las autoridades civiles, políticas, y los pe-
riodistas, han concluído que más allá del per-
juicio material, Katrina sirvió para desenmas-
carar la fragilidad de las defensas de conten-
ción de agua que tenía esa ciudad. Aun
cuando desde hacía muchos meses atrás los
ingenieros especializados y periodistas ha-
bían dedicado muchos esfuerzos en evaluar
construcciones y advertir sobre el peligro in-
minente, la ciudad no tomó las medidas ne-
cesarias para que los diques soportaran el
embate de la naturaleza como el ocurrido en
esa semana.
Lección 2
Juan el Bautista, ¡el portavoz del rey!
Para estudio: Juan 1:19-34; 3:23-30; Lucas 7:18-28.
Texto para memorizar: Somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por me-
dio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios (2 Corintios 5:20).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
En los tiempos de Jesús, tal como en las
historias de reyes y palacios, una de las tareas
del heraldo era la de anunciar al rey cuando
tenía que hablar al pueblo, o cuando llegaba
victorioso de una batalla.
Hoy en día es más común observar este
mismo papel en los anunciadores de eventos
especiales, desde los deportivos hasta aque-
llos de orden político.
Es muy probable que Juan, el autor del
Evangelio, conociera a Jesús cuando Andrés,
el hermano de Pedro, era discípulo de Juan
el Bautista. El mismo autor del Evangelio se
encarga de describir esa ocasión: Al "siguien-
te día otra vez estaba Juan, y dos de sus dis-
cípulos" (1:35), para luego mencionar que
"Andrés... era uno de los dos" (1:40).
Al estudiar el pasaje, la pregunta lógica es:
¿Quién era el otro discípulo? ¿Por qué?
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I. Juan el Bautista, el enviado de Dios
Para el autor del cuarto Evangelio no fue
difícil relatar parte de la vida y ministerio de
Juan el Bautista. Había caminado junto a él
y había observado de primera mano su estilo
de vida. Con mucha naturalidad, entonces,
Juan, el apóstol, presentó a Juan el Bautista
inmediatamente después de la descripción de
Jesucristo, como el Verbo encarnado.
A. El que anuncia la llegada del Mesías
La Biblia dice que Juan vivía en el desierto,
se alimentaba de langostas y miel silvestre, y
se vestía con piel de camello. Este hombre
sencillo dejó dos importantes enseñanzas:
1. Que el reino de Dios se acercaba, y tam-
11
bién la venida de su Rey; por lo cual, desafió
al pueblo a que dejara abierto su corazón pa-
ra recibir al Mesías, el verdadero, quien ven-
dría de él.
2. Posiblemente Juan el Bautista estaba al-
canzando cierta popularidad, por eso advir-
tió al pueblo que era necesario que él men-
guara para que Jesús tomara el lugar mesiá-
nico que le correspondía.
B. Juan el Bautista era de linaje sacerdo-
tal
Tanto su padre Zacarías como su madre
Elizabet fueron descendientes de Abías y Aa-
rón respectivamente (1 Crónicas 24:10; Lu-
cas 1:5). Mencionamos este dato histórico
porque es importante destacar el lugar espe-
cial que ocupó su familia en el ministerio de
Juan como enviado de Dios. ¿Por qué? Por-
que los planes y propósitos de Dios en una
persona, de alguna manera, se complemen-
tan con la vida de otras. Por supuesto, la de-
cisión de responder a la invitación de Dios
siempre será enteramente personal.
Es muy importante rodear a los hijos de un
ambiente de amor y sensibilidad espiritual,
para que cuando tengan que tomar una deci-
sión frente al llamado de Dios, como fue el
caso de Juan el Bautista, den ese paso con
convicción y para toda la vida.
C. Los padres de Juan el Bautista
En el plan de Dios, los padres de Juan, que
eran justos, tuvieron que cumplir su respon-
sabilidad, mientras que a Juan le correspon-
día la suya. El ángel le dio las instrucciones a
Zacarías, quien a su vez tendría que pasárse-
las a su hijo. "Zacarías", le dijo el ángel, "tu
hijo será nazareo" (Números 6:1-21), su mi-
sión será profética [Isaías 40:3] y consistirá
en hacer ‘que muchos de los hijos de Israel
se conviertan al Señor Dios de ellos’" (Lucas
1:16). Zacarías aceptó obedecer y hacer su
parte.
Cuando circuncidaron a Juan, Zacarías re-
cuperó la capacidad de hablar. ¿Por qué ha-
bía quedado mudo? Sencillamente fue una
reprimenda de Dios por no creer que para
Dios era posible que una esposa estéril y de
avanzada edad pudiera dar a luz.
No olvidemos este principio divino: Si
Dios necesita que una piedra hable, así será.
Zacarías, como hacemos algunos hoy, usó la
lógica, cuando el Dios creador se había pro-
puesto hacer un milagro.
D. ¿Son necesarias las señales para obe-
decer el llamado de Dios?
El llamado de Dios a una persona para un
ministerio específico, es en sí un milagro.
Muchos jóvenes esperan ver una zarza ar-
diendo como la que vio Moisés; otros desean
escuchar una voz audible del más allá como
Isaías, y hay quienes esperan ser cegados co-
mo Pablo, cuando iba camino a Damasco.
Juan el Bautista, Moisés, Isaías y Pablo no
tuvieron la misma experiencia ante el llama-
do de Dios. Entonces, ¿por qué esperamos
señales para reconocer un milagro, si Dios,
por medio de su Palabra, la predicación, los
himnos, las circunstancias negativas, los ami-
gos, la familia, el propio pastor y la congre-
gación, nos muestra el camino que debemos
seguir? En sí, ¡esos son verdaderos milagros!
II. ¿Tú quién eres?
Algunos esperan su minuto de fama, y
cuando le llega lo aprovechan. Hace unos
años, en un programa cómico de televisión,
un equipo de locutores salía a la calle con
cámaras y todo un equipo sofisticado.
El propósito era entrevistar a transeúntes,
a quienes les pedía que emitieran su opi-
nión acerca de un nuevo producto que les
daban para probar. En breves segundos, an-
tes del rodaje, les explicaban que el éxito
del producto dependería de sus palabras, y
que debían responder con convicción.
A la orden del director: "Luz, cámara, ac-
ción", comenzaba el rodaje del supuesto
corto publicitario. El producto, por el ca-
rácter de la broma, era de sabor rancio y
agrio. Inmediatamente, los televidentes no-
taban dos cosas:
Primero, que el producto causaba inme-
diatamente asco en el entrevistado, debido
al gesto, que aunque duraba milésimas de
segundos, requería un esfuerzo casi sobre-
12
humano para sobreponerse a la sorpresa.
Segundo, los entrevistados mentían con tal
de quedar bien. Su papel les exigía una son-
risa, que regalaban sin mucha convicción,
diciendo: "Mmmm, ¡qué rico!"
El locutor, entonces, para añadir más risas
al programa le preguntaba: "¿Le gusta?" El
entrevistado, con la convicción insegura de
un condenado a muerte, respondía: "No
solo a mí me gusta, sino que les gustará a
todos..."
A. ¿Fama o ministerio?
Como Simón, el mago, en Hechos 8:19,
hay muchos falsos líderes religiosos que es-
tán dispuestos a negociar la verdad por un
minuto de fama. No les importa si sus ense-
ñanzas trastornan la verdad, con tal de te-
ner por un momento la "plataforma" que
los lance al estrellato, a la fama.
En el ser humano existe un sentimiento
ególatra natural que, aunque tenga que
arriesgar su vida o la de los demás, lo hace
capaz de cualquier cosa. La iglesia no es la
excepción y es posible encontrar este tipo
de gente que busca su propia oportunidad.
B. ¡No soy el Cristo!
Juan el Bautista tenía esa oportunidad de
ser famoso. Además del pueblo, los líderes
religiosos salían al desierto para escucharlo.
También, llevaban consigo una encomienda
de parte del sanedrín, sus superiores, que
era el concilio regulador de la religión ju-
día: "¡Averigüen quién es él! Más aún, pre-
gunten si es el Mesías o si es Elías". Mateo
dice que "salía a él Jerusalén, y toda Judea,
y toda la provincia de alrededor del Jor-
dán". Lucas nos dice que "el pueblo estaba
en expectativa, preguntándose todos en sus
corazones si acaso Juan sería el Cristo" (Lu-
cas 3:15), o uno de los profetas (Juan
1:21).
1. Ante la creencia de muchos de que po-
día ser el Mesías, Juan fue preciso y tajante:
"No soy el Mesías". Ante la pregunta: "¿tú,
quién eres? Confesó, no negó, sino confe-
só: Yo no soy el Cristo" (Juan 1:20).
2. Al no ser el Mesías, quedaba la posibi-
lidad de que fuese alguno de los profetas.
Por eso le preguntaron: "¿Eres tú Elías?"
Su respuesta fue: "No soy". "¿Eres tú el
profeta?" Y respondió: "No" (Juan 1:21).
Pero Juan el Bautista entendió que decir-
le a la comitiva que no era Cristo ni Elías no
sería suficiente. No basta con desmentir,
hay que declarar quiénes somos.
III. "Yo soy la voz"
El testimonio genuino brota espontánea-
mente. Cuando la persona desempeña un car-
go importante, lo da a conocer a sus amigos.
Cuando el enamorado acaba de declarar su
amor y es aceptado, les cuenta a sus amigos
acerca de su novia.
¿Por qué hay cristianos que no declaran
abiertamente su amor por el Señor? ¿Qué
opina usted al respecto?
____________________________________
_____________________________________
_____________________________________
Juan el Bautista necesitaba revelar quién
era él y el ministerio que Dios le había dado.
Literalmente, esta acción le costaría más tar-
de su cabeza. Pero ahora, y ante la pregunta
de los sacerdotes y levitas: "¿Pues quién
eres?", si no era ninguno de los dos, Juan el
Bautista tendría que ser "alguien" importan-
te como para arrastrar multitudes tras de sí.
"Dinos, ¿quién eres?"
"¿Quién eres?" Esta pregunta, en otra for-
ma y contexto, resonó en los labios de Pilato
cuando se dirigió a Jesús: "¿Eres tú el Rey de
los judíos?" (Lucas 23:3). La respuesta de Je-
sús fue: "Tú lo dices".
"¿Quién eres?" La pregunta es repetida una
y otra vez, en el aula, en el trabajo, en la ca-
lle. Tristemente, más de una vez, la respues-
ta no es la que la gente necesita oír. Falta
convicción, existe vergüenza. Un viejo ami-
go me decía en una ocasión: "Hay que saber
escoger el momento oportuno para declarar
que somos cristianos. ¿De qué vale que los
compañeros se burlen de uno en la escuela o
en el trabajo? ¡En lugar de hacer un bien, ha-
cemos un mal! Así es", se asentía él mismo,
"hay que buscar el momento oportuno". Le
pregunté: "¿Y cuándo fue la última vez que
‘escogiste el momento oportuno’?" Se son-
rojó. Hacía mucho que usaba el mismo
cuento. Pero, por primera vez, encontró que
alguien desafiaba su respuesta engañosa.
"¿Quién eres?" te preguntarán esta semana
o la próxima. ¿Qué respondes cuando te ha-
cen esa pregunta?
Juan el Bautista exclamó: "Yo soy la voz de
uno que clama en el desierto: Enderezad el
camino del Señor, como dijo el profeta
Isaías" (1:23).
CONCLUSIÓN
El apóstol Pablo nos recuerda que somos
13
embajadores del Señor en el tiempo presen-
te. "Somos embajadores en nombre de Cris-
to, como si Dios rogase por medio de noso-
tros" (2 Corintios 5:20a).
¿Cómo se sentirá Jesús de nuestra repre-
sentación de él en el mundo? No olvidemos
que somos embajadores en nombre de Cris-
to. ¡Qué privilegio el nuestro! ¡Esta semana
está llena de oportunidades para cumplir con
esa responsabilidad que Cristo nos ha dado!
¡Salgamos, entonces, seamos la voz, seamos
embajadores de Cristo hoy mismo!
COMENTARIO DEVOCIONAL
Somos embajadores en nombre de Cristo,
como si Dios rogase por medio de nosotros;
os rogamos en nombre de Cristo: Reconci-
liaos con Dios (2 Corintios 5:20).
Una vecina llegó al funeral de un familiar
de mi cuñado, durante el cual tuve la opor-
tunidad de predicar. Aunque la mayoría de
los allí presentes eran inconversos, la oportu-
nidad de explicar el evangelio y hacer la invi-
tación transformó un momento de gran do-
lor en victoria para amigos y deudos. Más de
cincuenta personas levantaron la mano para
pedir oración o aceptar al Señor como Salva-
dor de sus vidas. Días después, esa vecina se
acercó a saludar a la viuda para darle el pésa-
me. Ella dijo: "Siento mucho el fallecimien-
to de su esposo... Tantas veces lo saludé, pe-
ro nunca me presenté como cristiana.
¡Cuánto lo siento!" Es fácil ser cristianos en
silencio. Hay muchos de ellos y por todas
partes. ¡Tristemente, muchas veces se dan a
conocer demasiado tarde!
No olvidemos, somos embajadores de
Cristo. Él nos ha llamado para reconciliarnos
con Dios y nos ha dado la palabra de la re-
conciliación.
MATERIAL DE APOYO
El que anuncia al Presidente
Un ejemplo de heraldo moderno sería la
persona que anuncia el ingreso del presiden-
te de los Estados Unidos a la sala o Cámara
de representantes.
Momentos antes del ingreso del Presiden-
te a la Cámara de Representantes, aparece
por una de las puertas un emblemático
anunciador que dice en voz alta: "Señoras y
señores". Luego, y seguido de una pausa cal-
culada, continúa su anuncio: "El Presidente
de los Estados Unidos..." Y termina dicien-
do el nombre del Presidente. Inmediata-
mente ingresa el Presidente. La concurren-
cia, de pie, recibe y aplaude al ilustre manda-
tario.
Es difícil imaginar cómo se sentirá ese pre-
sentador en su posición y con la responsabi-
lidad de anunciar el ingreso de su Presidente
a la sala donde están diputados, senadores,
ilustres visitantes y los medios de comunica-
ción.
Por supuesto que el anunciador toma esa
tarea con gran responsabilidad y cuidado. Su
misión puede que no la comente el periodis-
mo ni sea muy importante para la mayoría.
Es posible que nadie sepa su nombre ni se
acuerde cómo era él, después de haber aca-
bado su tarea, a menos que cometa un error
durante la presentación o pretendiera hacer-
se el gracioso. ¡Sería ridículo! Aunque su pa-
pel pudiera aparentar sencillez e irrelevancia,
realmente no lo es. Basta imaginar a ese
anunciador unos días antes del evento ensa-
yando cómo presentará al mandatario de su
país, consciente y preocupado de su respon-
sabilidad, preparándose mentalmente para
desempeñarse conforme a las expectativas de
Mis notas:
14
quienes le encomendaron la tarea. Pero sin
duda, si hay alguien a quien querrá agradar es
al mismo Presidente.
El legado de los padres cuando son siervos
de Dios
Siempre recuerdo a mi padre con amor y
admiración. Durante su niñez, en su hogar,
estuvo rodeado de circunstancias negativas
porque nadie en su familia conocía al Señor.
Cuando fue joven, en lugar de sentir lástima
de sí mismo o tomar el camino equivocado,
decidió sobreponerse con trabajo y estudio y
formar, junto a mi madre, una familia cristia-
na. Él decía: "Cuando conocí a Cristo enten-
dí que el cambio que produjo en mí no era
solo para mí, sino también para mi esposa,
mis hijos, mis nietos y así sucesivamente".
Años más tarde, un gran amigo mío me di-
jo: "Al ver a tu familia, yo me propuse formar
una como la de ustedes". Debo reconocer
que mi propio llamado se vio enriquecido y
facilitado por la vida de piedad, contenta-
miento, ejemplo y compromiso de mis pa-
dres.
Lección 3
¿Qué pasó cuando Cristo llamó a sus
primeros discípulos?
Para estudio: Juan 1:35-51
Para memorizar: De cierto de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene
vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida (Juan 5:24).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
En su libro Desarrolle el líder que hay en us-
ted, John Maxwell hace hincapié en un prin-
cipio que practicaron Juan el Bautista y Je-
sús. Esos datos los encontramos en los pri-
meros capítulos del Evangelio de Juan.
El principio es el siguiente: El éxito no es-
tá en todo lo que hacemos y logramos pro-
ducir individualmente, sino en formar la si-
guiente generación de líderes para que hagan
más discípulos y prediquen el mensaje del
reino de Dios.
Cuando Juan el Bautista vio a Jesucristo
cerca a las orillas del río Jordán, exclamó:
"He aquí el Cordero de Dios" (Juan 1:35-
36). Más que una exclamación, afirmación o
información, las palabras de Juan el Bautista
fueron un testimonio de la presencia del Me-
sías prometido, para que sus dos discípulos,
Juan y Andrés, siguieran a Jesucristo.
El papel del discípulo es desarrollar una re-
lación de mutua confianza con aquellos que
está discipulando. Eso lo hizo Jesucristo, y
también lo hicieron sus discípulos, a quienes
les encargó continuar el ministerio que él ha-
bía comenzado, la predicación del mensaje
de salvación y vida eterna.
I. Jesús y los discípulos de Juan el
Bautista Juan 1:35-39
En este pasaje vemos lo que hizo Juan el
Bautista:
A. Juan invita a sus discípulos para que
sigan al Maestro
Esta era la segunda vez que Juan el Bautis-
ta señalaba algo más allá de sí mismo. La pri-
mera vez lo hizo cuando dio testimonio de
15
Jesús como el cordero de Dios que quita el
pecado del mundo (1:29-30).
Vemos en Juan las siguientes cualidades:
1. Invitó a sus discípulos para que lo aban-
donaran. Cuando Juan el Bautista vio al hijo
de Dios, supo que había llegado el tiempo
para que los discípulos, que hasta ese mo-
mento lo seguían, dejaran a su maestro y si-
guieran al Maestro de maestros, y Señor de
señores.
2. Invitó a ser leales a ese nuevo y gran
Maestro. En Juan no vemos nada de celos ni
envidia. Sabía cuál era su ministerio: Prepa-
rar el camino del Señor y ligar a las personas
no consigo mismo, sino con Cristo.
B. Los discípulos de Juan el Bautista si-
guen a Jesús (1:37)
La palabra de Dios dice que después de
que Juan el Bautista habló, sus discípulos
"siguieron a Jesús".
1. La pregunta de Jesucristo: "¿Qué bus-
cáis?" Parece que los discípulos lo estaban si-
guiendo a cierta distancia. Posiblemente ha-
bía en ellos cierta timidez, inseguridad o te-
mor. De todas maneras, con esa pregunta, el
Señor les abría las puertas para que pudieran
entrar a su ministerio, y predicaran el evan-
gelio de justicia y salvación. Ellos buscaban
al Mesías, y lo encontraron.
2. La pregunta de los discípulos de Juan:
"¿Dónde moras?" (1:38). Era mucho más
que la simple curiosidad de saber dónde vi-
vía. Lo que ellos querían era estar con Jesús
no solo en el camino, pero también querían
entrar a su casa. El que quiere ser discípulo
de Jesucristo, no será solo como un conoci-
do de paso, sino como un amigo que quiere
encontrarse en la propia casa del Señor.
3. La respuesta de Jesucristo: "Venid y
ved" (1:39). Sabemos que Jesucristo no te-
nía un lugar donde recostar su cabeza; sin
embargo, les dijo a los discípulos, "venid y
ved". En otras palabras, los estaba invitando
a conversar y descubrir las cosas que solo él
era capaz de enseñarles y revelarles.
Una de las cualidades del discipulador es
abrirse espontáneamente con sus discípulos.
Ser abierto es mucho más que ser hospedador
o tener momentos inspiradores para programar
alguna actividad, lo cual es importante. Pero
"abrirse" significa que en el área espiritual, éti-
ca y moral, todo el tiempo, el discipulador es-
tará abierto para que lo vean tal como es.
Juan nos dice que la hora era avanzada, era
como la hora décima; por tanto, se quedaron
con Jesús. Es más fácil dar importancia a la
primera parte del texto y no tanto a la segun-
da. "Se quedaron con Jesús", significa que
los discípulos "durmieron en la casa de Je-
sús", porque la hora era avanzada.
En esos tiempos andar de noche era peligro-
so, pero, ¿acaso no es más importante subra-
yar el hecho de que esos dos discípulos se
quedaron con Jesús? ¡Imagínese cuatro o cin-
co horas de charla, de conversación con el
Maestro! Aunque no lo dice Juan, pero a la
mañana siguiente y después de haber estado
con Jesús, esos discípulos no eran los mismos.
El discipulador debe pasar tiempo con sus
discípulos y, cada vez que estén en contacto
con él, los discípulos no deben salir igual que
como vinieron. ¡Deben ser transformados
por el impacto de la vida y enseñanzas del
Maestro!
Hasta allí llegó el trabajo de Juan Bautista.
Preparó discípulos para que siguieran al
Maestro de maestros. Ese es el trabajo y mi-
nisterio que nos toca hacer como discípulos
de Cristo.
II. Andrés y Pedro, discípulos de
Jesús Juan 1:40-42
Después de estar con Juan en la casa don-
de moraba Jesús, Andrés "halló primero a su
hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al
Mesías (que traducido es, el Cristo)" (1:41).
El tiempo que Juan el Bautista dedicó a sus
discípulos, sumado a la experiencia personal
de haber descubierto "la verdad", fue sufi-
ciente como para que Andrés se animara a
testificar: "Hemos hallado al Mesías".
No hay duda que conocemos más a Pedro
que a Andrés, porque la información que te-
nemos de este último es limitada. Sin embar-
go, tenemos mucho que aprender de este
gran discípulo del Señor.
16
En Andrés notamos dos características:
A. Fue seguidor del Señor (1:40)
La Biblia siempre identifica a Andrés como
"el hermano de Simón Pedro", y muchos
decían que vivía bajo la sombra de aquel.
Aunque nadie conocía a Andrés, en cambio,
todos conocían a Pedro.
1. Andrés no formaba parte del círculo ín-
timo de Cristo junto con Pedro, Santiago y
Juan, pero eso no lo afectó en nada.
2. Andrés fue uno de los dos primeros que
siguieron a Jesús.
3. Jamás exigió un lugar de privilegio entre
los discípulos del Señor.
4. No le preocupaba ocupar los lugares de
honor. Lo único que le importaba era estar
con Jesús y servirlo con todas sus fuerzas.
B. Llevaba a otros hacia Cristo
¿Qué dicen los siguientes versículos al res-
pecto?
Juan 1:41-42
____________________________________
Juan 6:8-9
____________________________________
Juan 12:22
____________________________________
La satisfacción que tenía Andrés era llevar a
las personas a Cristo. Lo único que quería
era reflejar la gloria del Señor. Muchos estu-
diosos del Evangelio de Juan afirman que
Andrés tenía un corazón misionero.
III. Felipe y Natanael: Los discípulos
que encontraron al Mesías Juan 1:43-51
A. El llamamiento a Felipe (1:43)
En Caná, Jesucristo llamó a Felipe. Al igual
que Andrés, no pudo guardar para sí el men-
saje del evangelio ni a su mensajero, el Me-
sías, porque inmediatamente Felipe fue en
busca de su amigo Natanael.
De acuerdo con Juan 1:45 ¿qué le dijo?
____________________________________
______________________________________
La gente irá a Cristo no por medio de dis-
cusiones o argumentos teológicos, sino,
cuando les presentemos a Cristo como Señor
y Salvador.
B. El llamamiento a Natanael (1:48-51)
Natanael bien puede ser el portavoz de
aquellos otros que se constituyeron en sus
apóstoles y también los discípulos de la igle-
sia cristiana toda.
1. "Tú eres el Hijo de Dios" y el "Rey de
Israel" (v. 49). La confesión de Natanael no
podía ser más exacta: "Maestro: Tú eres el
Mesías, el Hijo de Dios". Es como si hubie-
se dicho: "Suficiente, Señor y Maestro, no
necesito otra evidencia para afirmar a los
cuatro vientos quién eres tú".
2. "Veréis el cielo abierto, y a los ángeles de
Dios" (v. 51). La declaración de Jesús: "de-
bajo de la higuera te vi", fue tan sorprenden-
te que lo llevó a Natanael a declararlo como
el Mesías. Pero aún más impresionante será
cuando ellos vean a los "ángeles de Dios que
suben y descienden sobre el Hijo del Hom-
bre".
En un vocabulario más actual, Jesús pare-
ciera decir: "¿Te sorprende que te haya visto
debajo de una higuera? ¡Mayores cosas verás
si caminas todo el tiempo a mi lado!"
CONCLUSIÓN
A la pregunta: ¿qué ocurrió cuando Cristo
llamó a sus discípulos? Nuestra respuesta es
la siguiente:
1. Fueron sensibles al llamado de Jesucris-
to.
2. Dieron testimonio acerca de Cristo y de
la salvación.
3. Llegaron a ser discípulos y hacer discípu-
los.
4. La verdad quedó en evidencia: el resul-
tado fue que mayor cantidad de personas co-
nocieron al Señor y los discípulos hacían dis-
cípulos.
COMENTARIO DEVOCIONAL
“De cierto, de cierto os digo: El que oye
mi palabra, y cree al que me envió, tiene vi-
da eterna; y no vendrá a condenación, mas
ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24).
En nuestro idioma se hace una distinción
muy sutil entre "escuchar" y "oír". Se dice
que escuchar es percibir voces y sonidos a
nuestro alrededor por el sentido del oído.
Mientras que oír, y especialmente en el con-
texto de las palabras de Jesús, significa
"obedecer". Esta misma acepción la encon-
tramos en Juan 8:47.
¿Cuántas personas estarán reunidas en
iglesias cristianas alrededor del mundo –co-
mo la suya– donde se enseña y predica el
17
evangelio con el propósito de edificar la fe,
desafiar a la acción y alcanzar a otros, si-
guiendo el ejemplo y el mandato de Cristo?
¿Cuántos serán los que escuchan y cuántos
serán los que oyen?
El oír precede al creer. Intencionalmente
oír la voz del Espíritu a través de las páginas
de la palabra de Dios, de una lección bíbli-
ca o del mensaje del pastor movilizará a la
persona a la obediencia y lo llevará a creer
en él, y en la misión de Dios en el mundo.
En otras palabras, la obediencia se transfor-
mará en que la misión y la acción del cre-
yente sean como las de Cristo.
¿Cuál es la misión de Dios y la de Cristo?
¿Cuál es la misión de su iglesia? ¿Cuál es la
misión del creyente?
Dice Juan 3:16 que la misión de Dios en
Cristo fue "para que todo aquél que en él
cree" no se perdiera, sino que tuviera vida
eterna. Hasta aquí todo está bien, Dios en
Cristo por iniciativa propia busca a hombres
y mujeres. Mientras no se dé el acto volun-
tario humano de aceptar la redención, todo
lo que ocurrirá será el acto de escuchar.
Creer es recibir y obedecer al autor de la sal-
vación. Ese acto de fe garantiza la vida eter-
na.
Las palabras de Jesús, en este texto, nos
permiten saber: (1) cuál es la condición de
todos mientras no haya obediencia; (2) cómo
por oír, creer y obedecer a Cristo la persona
"pasa" ("ha pasado", dice el texto) inmedia-
tamente de muerte a vida. Ello no ocurrirá en
el futuro, ni por sacrificios u obras propias, y
mucho menos después de muerta en algún
purgatorio. Ocurre inmediatamente, cuando
cree.
"La fe es la entrada a la vida. Jesús dijo: El
que cree en mí tendrá vida eterna. Juan es-
cribió: ‘Mas a todos los que le recibieron, a
los que creen en su nombre, les dio potes-
tad de ser hechos hijos de Dios’ (Juan
1:12). Es menester recibir el don que nos
ofrece en sus manos traspasadas por clavos.
Debemos poner toda nuestra confianza en
él y entregarnos totalmente a su cuidado.
"Cuando respondemos con fe, la que
también es un don de Dios, el Espíritu San-
to se vuelve el agente de la regeneración en
nuestras vidas. Él es el que nos vivifica, y
nos lleva de muerte a vida eterna. Él es el
Partero Divino, y nos trae al nuevo mundo
del Reino de Dios y nos inyecta la mismísi-
ma vida de Dios. Entonces somos nacidos
del Espíritu y nos volvemos hijos de Dios".
–John T. Seamands. De puntillas por amor. p. 48.
MATERIAL DE APOYO
Maxwell dice: "Todos los certificados de
reconocimiento se destiñen. Los monumen-
tos que construimos caerán en pedazos y los
trofeos se oxidarán. Pero lo que hacemos por
los demás tendrá un efecto duradero. En
nuestro mundo el éxito verdadero solo se da
cuando cada generación sigue desarrollando
a la siguiente, enseñándoles la utilidad y el
método para formar a los próximos líderes".
Una gran oportunidad para toda iglesia lo-
cal que desea crecer, aunque tenga recursos
humanos limitados, consiste en preparar dis-
cípulos reproductores. Quizá en ese contex-
to, el término "mentor" sea el más común y
más conocido. Conversando telefónicamen-
Mis notas:
18
te con un líder laico local, me decía: "Pastor,
me llamó justo cuando estaba saliendo para
la iglesia. Hoy enseñaré una lección sobre
Daniel, pero antes me reuniré con dos jóve-
nes que estoy preparando para que sean
maestros de mi clase. Cuando termine de
prepararlos dividiremos la clase en dos gru-
pos. Ellos enseñarán a un grupo y yo segui-
ré con el otro grupo. Así nos multiplicare-
mos y tendremos más recursos humanos".
¡Con razón esa iglesia está creciendo! Su
pastor continuamente toma a algunos laicos y
los prepara. Esos laicos, a su vez, preparan a
otros en sus propias responsabilidades. La pre-
paración es más que teoría, incluye la práctica
junto al mentor y, más adelante, la responsabi-
lidad de trabajar y reproducirse en otros.
Lección 4
Una entrevista inolvidable
Para estudio: Juan 2:13; 3:1-21
Para memorizar: Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para
que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado (Juan 3:17-18).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
En el primer capítulo de su Evangelio,
Juan subrayó las siguientes verdades eternas:
"El Verbo era Dios” o sea, Jesús es Dios
(1:1) y la luz de los hombres, y que "la luz
en las tinieblas resplandece" (1:5).
La presencia de la luz en un cuarto oscuro
revela lo que hay en él. ¿Verdad? Por otra
parte, donde hay luz se pone en evidencia lo
que cubría la oscuridad.
En la oscuridad de la ignorancia que reina-
ba entre los judíos del tiempo de Jesús, su
presencia sacó a relucir a quienes transforma-
ban la religión en una práctica ritual y super-
ficial, sin permitir que hubiese transforma-
ción profunda en el ser humano que afecte
positivamente su vida, familia y sociedad.
Por otra parte, en el templo o la casa de
Dios, se establecieron costumbres y ritos que
a David o Salomón jamás se les pasó por la
mente. ¿Por qué?
Primero, se construyó el templo para que
Jehová habitara en él.
Segundo, cuando Salomón terminó de
construir el templo, lo dedicó a Jehová e hi-
zo una hermosa oración.
Lea la oración, y luego responda a la siguien-
te pregunta, ¿qué aspectos de la oración de Sa-
lomón le llaman la atención? (1 Reyes 8:22-61)
_____________________________________
_______________________________________
I. Las prácticas de la religión Juan 2:13
A. La religión expuesta a la luz
Sin duda que vimos el siguiente texto en-
marcado en algún templo cristiano: "Que es-
tén tus ojos abiertos de noche y de día sobre
esta casa, sobre este lugar del cual has dicho:
Mi nombre estará allí; y que oigas la oración
que tu siervo haga en este lugar" (1 Reyes
8:29).
19
Todos veían que el templo que construyó
Salomón estaba lleno de la gloria de Dios (1
Reyes 8:11). Esa fue la petición de Salomón
cuando comenzó su construcción. El templo
era señal de la presencia de Jehová en medio
de su pueblo, y también el lugar de oración.
Se imagina, ¿qué es lo que Jesús sintió
cuando vio el templo de su Padre convertido
en todo, menos en una casa de oración?
El templo que Salomón construyó fue des-
truido por el ejército de Babilonia. Años más
tarde, se reconstruyó bajo el liderazgo de
Zorobabel, Jesúa y Esdras. El relato de Es-
dras señala que: "Esta casa fue terminada el
tercer día del mes de Adar, que era el sexto
año del reinado del rey Darío. Entonces los
hijos de Israel, los sacerdotes, los levitas y los
demás que habían venido de la cautividad,
hicieron la dedicación de esta casa de Dios
con gozo" (Esdras 6:15-16).
Casi 60 años antes del nacimiento de Cris-
to, el templo nuevamente había sido manci-
llado, pero esta vez por los romanos. Años
más tarde, aproximadamente 20 años antes
de Cristo, Herodes, rey de facto de Jerusa-
lén, por motivos religioses decidió recons-
truir el templo y hacerlo más grande. Es im-
portante notar que para la gente de los tiem-
pos de Jesús y de la iglesia primitiva el tem-
plo era simplemente eso, un edificio; por esa
razón, de acuerdo a las declaraciones de Je-
sucristo, el templo o "la casa de Jehová", lo
habían convertido en cueva de ladrones.
B. "El celo de tu casa me consume"
1. Cuando Jesús "limpió el templo", Juan
2:17 dice que los discípulos se acordaron de
lo que sus padres y maestros les habían ense-
ñado. Dios, que no habita en templo hecho
de manos, separa lugares, objetos y personas,
para que estén a su servicio.
2. Por tanto, el templo era considerado el
centro de la vida social y religiosa de los ju-
díos. Lamentablemente, los líderes religio-
sos, con el consentimiento del pueblo, con-
sintieron que la "casa de Dios" llegara a ser
un lugar de negocios y no de oración y ado-
ración.
Por supuesto, los que vendían y negociaban
con animales, no estaban allí para guiar al
pueblo a un encuentro genuino con Dios. La
misión de ellos era distinta, lucrar en la mis-
ma casa de Dios con las ofrendas de animales
vivos que el pueblo debía presentar como sa-
crificio delante de Dios.
3. La corrupción era una práctica corriente
que pasaba a veces desapercibida y otras veces
facilitada por los sacerdotes y levitas. Convir-
tieron la adoración a Jehová en un simple ri-
to religioso. Lo mismo sucedió en el Antiguo
Testamento, es por eso que Jehová clamó:
"Porque misericordia quiero, y no sacrificio,
y conocimiento de Dios más que holocaus-
tos" (Oseas 6:6).
¿Cómo veía el pueblo ese problema? Apa-
rentemente lo aceptaba como parte de la vi-
da cotidiana. Además, al parecer para ellos era
conveniente. ¿Para qué llevar al templo un
cordero o dos palomas si allí había un puesto
de compra de esos animales para el sacrificio?
Esa forma de ver las cosas, lamentablemen-
te, les parecía buena porque representaba una
fuente de trabajo y, al mismo tiempo, un ac-
ceso práctico e inmediato para los que tenían
que presentar sus ofrendas y sacrificios.
El problema, y así lo entendió Jesús, es que
algunas personas creen que la religión es un
trámite o un compromiso más. Mientras se
dé cumplimiento de la manera más rápida po-
sible a "los requisitos" establecidos, mucho
mejor. ¿Para qué tanto formalismo? ¿Para qué
criar al animal si lo podemos comprar en el
mismo templo? ¿Por qué pagar tanto por uno
sin mancha, cuando con dos manchas era más
barato?
C. Jesús y la fiesta de la pascua
Jesús, en cumplimiento con la ley, acudió
a la fiesta de la Pascua, tal como se esperaba
de todo varón judío. Éxodo 12 explica deta-
lladamente esta observación ceremonial que
Dios estableció antes de que los israelitas
fuesen liberados de su esclavitud en Egipto.
Durante ese tiempo la ley decía que no de-
bía guardar ni comer pan con levadura.
También se conocía esta fiesta como la "de
los panes sin levadura".
Jesús observó la ley y dio ejemplo de có-
mo se puede ayudar a la fe por medio de las
observancias religiosas, que en su tiempo in-
cluían acudir al templo, hacer sacrificios y
20
celebrar las fiestas.
II. Nuevo nacimiento
A. ¿Quién fue Nicodemo?
Solo el evangelio de Juan menciona tres ve-
ces a Nicodemo. La primera mención se cono-
ce como "la entrevista de Nicodemo". En la
segunda mención Juan muestra a Nicodemo
que sale en defensa de Jesús ante el sanedrín
(7:50-52). Y la tercera ocasión, es cuando par-
ticipa del entierro del Señor (19:39-42).
Al igual que el apóstol Pablo, Nicodemo
era fariseo, versado en el conocimiento de la
ley y los profetas. Tenía responsabilidades re-
ligiosas y civiles en su pueblo. Una de ellas
era el sanedrín o corte suprema de justicia en
Jerusalén.
Nicodemo conocía las promesas de Dios
respecto al Mesías. Y cuando vio a Jesucris-
to, sabía que había venido de Dios (Juan
3:1-2). Reconoció que aún tenía mucho más
que aprender. En ese sentido, Nicodemo no
se quedó en la oscuridad del descreimiento
de sus colegas, sino que ante la duda se ani-
mó a ir a la luz.
B. ¿Qué sabía Nicodemo?
La visita de Nicodemo a Jesús estaba fun-
damentada en tres verdades:
1. Que Jesús era enviado de Dios. Tanto
los líderes religiosos, como el pueblo, esta-
ban a la espera de la llegada del Mesías (Juan
4). Pero Nicodemo fue más allá. Cuando
veía a Jesús caminar por Jerusalén para ense-
ñar y hacer milagros, sabía que era el Mesías.
Por ello, aquella noche le dijo a Jesucristo:
"Has venido de Dios..."
¿No sucedió eso mismo con usted y con
muchas otras personas, que cuando ven
nuestra forma de ser y forma de hablar se
dan cuenta que somos del Señor?
¿Por qué?
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2. Si alguien hacía esos milagros o señales,
significaba que Dios estaba en esa persona.
Jesús hacía "señales", por lo tanto, el Señor
estaba con él.
3. Reconoció la autoridad de Jesús, por eso
lo llamó "rabí", o maestro. Vio a Jesús ro-
deado de discípulos y la gente lo seguía; por-
que, más allá de los milagros y las señales,
enseñaba las verdades acerca del reino de
Dios.
 Las mejores señales no son aquellas que
nos traen gloria a nosotros, sino las que tes-
tifican acerca de Aquél que es nuestro Señor
y Salvador. Hoy muchos "milagreros" tratan
de atraer la atención hacia ellos o los grupos
que representan. Si somos del Señor y vivi-
mos en el Espíritu, naturalmente, la mejor
señal visible en nosotros será el fruto del Es-
píritu y nuestra conducta diaria que refleje
ese fruto (Juan 15; Gálatas 5:22-23).
¡No es suficiente con ir a la iglesia o parti-
cipar de los programas de la iglesia! Tenemos
que ser genuinos seguidores de Jesús, eso es
lo que verá la gente en nosotros.
B. ¿Qué es lo que no sabía Nicodemo?
Todo lo que sabía Nicodemo no le alcan-
zaba para "ser evangélico", diríamos hoy.
Cuando Jesús le dijo "que el que no naciere
de nuevo no puede ver el reino de Dios"
(Juan 3:3), quedó confundido. No supo có-
mo interpretar esas palabras de Jesús.
Conocía la ley, pero no fue suficiente para
nacer de nuevo. La pregunta fue honesta:
"¿Cómo puede un hombre viejo nacer de
nuevo?" Jesucristo le respondió con otra
pregunta, "¿tú eres maestro de Israel y no lo
sabes?"
Nicodemo era un intelectual que no sabía
acerca del nuevo nacimiento. Jesús le dijo y nos
dice: "Os es necesario nacer de nuevo" (v. 7).
Si una persona se cree más que Dios, aun-
que no lo diga, va a discutir con él o va a
posponer su decisión de seguirlo. Sencilla-
mente no querrá creer, recibir su luz, o ad-
mitir que tiene necesidad de Dios.
Jesús le dio a Nicodemo el mismo mensaje
que sigue resonando desde nuestros púlpitos
hoy, como testimonio de cada discípulo:
"De cierto, de cierto te digo, que el que no
naciere de agua y del Espíritu, no puede en-
trar en el reino de Dios" (v. 5).
CONCLUSIÓN
La entrevista de Nicodemo con Jesús fue
inolvidable. Jesús le dijo: "Os es necesario
nacer de nuevo" (v. 7). La aparición final de
Nicodemo en Juan, nos habla elocuente-
mente de su perseverancia en la fe cuando
fue al sepulcro del Señor con las especies y
perfumes necesarios para dar digna sepultura
al cuerpo de su Maestro (Juan 19:39).
COMENTARIO DEVOCIONAL
"Porque no envió Dios a su Hijo al mun-
21
do para condenar al mundo, sino para que el
mundo sea salvo por él. El que en él cree, no
es condenado..." (Juan 3:17-18a)
Tenía mucho deseo de evangelizar a mi ve-
cino, y luego de haber iniciado nuestra con-
versación –según él "religiosa"–, llegué a un
punto donde le hice varias preguntas.
"Don Marcelo, ¿usted sabe que Jesús vino
al mundo, nació en Belén, en un pesebre,
verdad?" Me miró sorprendido por la pre-
gunta que le hacía y me respondió: "¿Cómo
no voy a saber eso? ¡Todo el mundo lo sabe!
¡Por eso celebramos la Navidad!" Entonces
proseguí. "Y usted sabe que él creció, y ca-
minó por las calles de Palestina predicando
un mensaje muy importante, ¿verdad?"
Orgulloso, don Marcelo, respondió: "¡Eso
lo sabe cualquiera que está en mi religión!"
Su respuesta me animó, porque íbamos por
buen camino y creí que en cinco minutos
más estaría invitándolo a aceptar al Señor.
Añadí: "Y usted sabe que Jesucristo murió
en una cruz, ya hacia el final de su ministe-
rio, ¿verdad?" Otra vez, sacó pecho y res-
pondió con seguridad: "¡Claro! ¡Por eso ce-
lebramos Semana Santa!" Ahora sí, a mi pa-
recer venía la pregunta más importante, la
que me permitiría presentarle a Cristo.
"Y, dígame don Marcelo, ¿usted sabe por
qué murió Jesucristo en la cruz?" Hubo un
breve silencio. Enseguida ganó su compos-
tura y, como si lo que contestara fuese toda
la verdad, me respondió con certidumbre
total: "¡Ah! ¡Eso es un asunto de él!"
Todo lo demás lo sabía, pero nunca enten-
dió en su religión que Cristo en la cruz ha-
bía tomado el lugar de Marcelo. La conver-
sación no siguió y se me esfumó la oportu-
nidad. Posiblemente, por mi falta de expe-
riencia no había preguntado correctamente
y por eso a él no le interesó continuar el diá-
logo. Pero hubo algo que, a mis 26 años de
edad, me ayudó a entender claramente. Hay
mucha gente que sabe todo acerca de Jesús,
pero no sabe lo más importante. Esto ocu-
rre tanto con gente religiosa como con pa-
ganos.
Nicodemo era religioso pero necesitó de
un encuentro personal y profundo con el
Señor para entender que el cumplimiento de
la venida del Mesías había ocurrido. Pero le
faltaba "nacer de nuevo". Para ello tuvo que
escuchar atentamente y tomar una decisión:
"El Mesías vino para salvar al mundo..., el
que en él cree no es condenado."
Jesús, por su muerte otorga vida. No acep-
tar al Señor es quedarse en la condenación.
Si bien la primera parte del mensaje a Nico-
demo trae tranquilidad y seguridad, no de-
bemos olvidar la realidad de la condenación
para el que no cree: Dios “ha establecido un
día en el cual juzgará al mundo con justicia,
por aquel varón a quien designó, dando fe a
todos con haberle levantado de los muer-
tos" (Hechos 17:31). Y, también, Jesús mis-
mo declaró: "También vosotros estad prepa-
rados; porque el Hijo del Hombre vendrá a
la hora que no pensáis" (Mateo 24:44).
¿Cuál es la oportunidad? "El que en él cree,
no es condenado".
MATERIAL DE APOYO
Los símbolos en la Cena del Señor
El jugo de la vid, en representación de la
sangre de un cordero sin mancha que sirvió
para marcar los dinteles de las puertas (Éxo-
do 12:5, 7, 12-13), y el pan sin levadura, los
usó Jesús la noche previa a su crucifixión. Es-
tos símbolos significaban el cuerpo sin peca-
do de Jesús partido por nosotros, y su propia
sangre derramada, ofrecida voluntariamente
Mis notas:
22
en expiación por nuestros pecados.
Por las referencias bíblicas podemos afir-
mar que, además de esta ocasión, Jesús par-
ticipó en otras tres celebraciones de la Pascua
judía (Marcos 2:18-22; Juan 6:4), incluyen-
do la de la última cena con sus discípulos
(Juan 11:55).
Milagros y señales
En el caso del Señor, sin duda un milagro
fue el las bodas de Caná de Galilea. Una se-
ñal fue la purificación del templo en Jerusa-
lén (Juan 2:13-22). Dice el relato del Evan-
gelio que en las bodas de Caná, Jesús mani-
festó su gloria y que los discípulos creyeron
en él (2:11).
Después de la purificación del templo, el
relato del Evangelio dice que muchos creye-
ron en él "viendo las señales que hacía"
(2:23).
Al final del capítulo 2, Juan informa que
Jesús "no se fiaba de ellos", de los que creían
en él, porque conocía sus corazones. Esta es
otra buena razón para que Nicodemo tuvie-
ra que entrevistarse con Jesús a solas. ¡Jesús
todavía no daba entrevistas en público!
Lección 5
¿Quién podrá saciar la sed humana?
Para estudio: Juan 4:1-42
Para memorizar: ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí
os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega (Juan 4:35).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
Después del aire, el agua es el elemento
más indispensable para la existencia del ser
humano. Sin ella no podríamos vivir y mu-
cho menos encontrar sustento a nuestro alre-
dedor. Los científicos están a la búsqueda de
alternativas u otras fuentes para suplir la de-
manda cada vez mayor del vital líquido. Al-
gunos ya vaticinan que en algunas partes del
mundo el agua será tan valiosa y costosa co-
mo el petróleo.
En el área espiritual, tenemos esa agua viva
para la humanidad, y a pesar de que hay mu-
chas iglesias y creyentes que han recibido y
tienen ese mensaje de agua viva que "salta
para vida eterna", por lo menos dos tercios
de la población mundial que no ha escucha-
do ese mensaje, es decir, no han escuchado
que Cristo es el "agua viva".
Sin ir muy lejos, en nuestro propio medio,
hay hombres y mujeres que sienten una sed
espiritual que solo Cristo puede satisfacer.
I. ¿Por qué fue necesario que Jesús
pasara por Samaria? Juan 4:1-4
A. El avance del evangelio
Antes de dar respuesta a la pregunta, ¿por
qué fue necesario que Jesús pasara por Sama-
ria?, es necesario afirmar que gracias al minis-
terio evangelístico de Jesús y de sus discípu-
los, muchos escucharon el mensaje de salva-
ción: "El que cree en el Hijo tiene vida eter-
na; pero el que rehúsa creer en el Hijo no ve-
rá la vida, sino que la ira de Dios está sobre
él" (Juan 3:36). El resultado de ese mensaje
era que muchos pedían perdón por sus peca-
dos, y eran bautizados como testimonio de
ese arrepentimiento.
Por un lado, la autoridad espiritual de Je-
sús provocó celos en los fariseos. Y por otro
lado, el mensaje y ministerio del Señor reve-
23
laron que los líderes religiosos estaban más
preocupados por una apariencia de piedad
que por el compromiso que debieron haber
tenido por el bienestar espiritual del pueblo.
Dadas esas circunstancias, Jesucristo vio
prudente salir de Judea y regresar a Galilea
para seguir con el ministerio al cual Dios, su
Padre, le había enviado, anunciar las buenas
nuevas del reino.
Hoy, ¿cuáles son los obstáculos que impi-
den a la iglesia hacer su tarea evangelizado-
ra?
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______________________________________
B. Samaria y la gran comisión
Aquí va la respuesta a la pregunta del títu-
lo de esta sección. El paso por la región de
Samaria, aunque era la ruta más directa para
ir de Judea a Galilea, sin embargo no era la
más recomendable.
¿Por qué? Por los problemas sociales y cul-
turales que había entre samaritanos y judíos,
por esa razón estos buscaban una ruta alter-
na. Principalmente los judíos, con tal de no
pisar tierra samaritana, pasaban al este del
Jordán, luego se dirigían hacia el norte a tra-
vés de Perea, para luego cruzar otra vez el
Jordán y llegar a Galilea.
Esa pugna racial comenzó después de la
caída de Samaria en manos de los asirios
(722 a.C.). El Diccionario Ilustrado de la Bi-
blia (Editorial Caribe), dice lo siguiente al
respecto: "La historia de los samaritanos no
se conoce en su totalidad... Según el punto
de vista judío, los samaritanos con descen-
dientes de los gentiles que los asirios llevaron
a Israel después de la conquista y la deporta-
ción de los israelitas (2 Reyes 17 y 18). Su
religión es sincretista, como lo indica 2 Re-
yes 17:32-33; una mezcla del paganismo con
la religión hebrea" (p. 588). Por esta razón,
los judíos se negaron a tener cualquier tipo
relación con los samaritanos.
 Otro asunto de controversia para los judíos
era que los samaritanos desconocían los escri-
tos proféticos sagrados, y basaban su autori-
dad doctrinal solo en los libros del Pentateu-
co. Se puede decir que los samaritanos crea-
ron su propio sistema religioso que competía
con las demandas religiosas de los judíos.
Lea Juan 4:20–25. ¿En qué creían los sa-
maritanos?
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1. La premura de Jesús para ir a Galilea, y
su compromiso para llegar a todos por igual
con el mensaje del evangelio, le llevó a tomar
la decisión de ir por el camino más directo; es
decir, pasar por Samaria.
2. Gracias a esta decisión, Jesús y los discí-
pulos rompieron sus prejuicios y compren-
dieron que Dios no hace distinción de perso-
nas.
¿Qué nos enseñan los siguientes pasajes bí-
blicos al respecto?
Deuteronomio 10:17
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Job 32:21
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Hechos 10:34
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Romanos 2:11
____________________________________
Colosenses 3:25
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Santiago 2:1, 9
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II. Una estrategia evangelística Juan 4:8-26
El viaje fue agotador, por tanto Jesús deci-
dió descansar junto a un pozo cerca de Sicar.
Esta ciudad que antiguamente se conoció co-
mo Siquem (Génesis 37:12; Josué 24:1; 1
Reyes 12:1), quedaba a una distancia de 12
kms. al sureste de la ciudad de Samaria. Era
la residencia de Jeroboam, rey de Israel (1
Reyes 12:25). Los romanos la bautizaron
con el nombre de Flavia Neápolis, y más tar-
de los palestinos árabes le dieron el actual
nombre de Nablus.
24
Los discípulos decidieron que era oportuno ir
a la ciudad a comprar algo para comer. Mien-
tras Jesús descansaba y aguardaba por sus discí-
pulos, una mujer "de Samaria" (4:7) se acercó
al pozo por agua a una hora poco común.
De ese encuentro de Jesús con la mujer de
Samaria, podremos conocer tres aspectos de
la estrategia de evangelismo personal que usó
el Maestro: Identificación, el mensaje e in-
tencionalidad.
A. Identificación
Describa algunas de las características per-
sonales y culturales de la mujer de Samaria:
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______________________________________
Sabemos que para Jesús la persona era lo
más importante, es por eso que se encarnó y
murió por nosotros. Por tanto, él no tenía
ningún problema para identificarse con el ser
humano. A él no le importaba la condición
social o cultural de las personas.
Lamentablemente, no todos los cristianos
somos así. Tenemos mucho que aprender del
Señor.
Responda las siguientes preguntas:
A usted, ¿le es fácil identificarse con otras
personas?
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¿Por qué?
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De acuerdo con Hechos 10:25-48, ¿qué
hizo el Señor para que Pedro no tenga pre-
juicios?
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¿Cuál fue la pregunta de la mujer samarita-
na a Jesús? (4:9)
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Jesús no tomó esas palabras como ofensi-
vas, sino que con paciencia prosiguió la con-
versación. Muchas veces, nuestras propias
barreras como el temor al rechazo, los pre-
juicios e indiferencia nos impiden proclamar
el evangelio a otras personas.
¿Qué es lo que le impide hablar a otras per-
sonas de Jesucristo? ¿Por qué?
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 B. El mensaje
Jesús supo que la mujer necesitaba ese
mensaje de esperanza, vida y salvación. Y la
Biblia nos dice que Cristo es la verdad y el
agua de vida eterna que sacia la sed del ser
humano.
Jesús le explicó a la mujer samaritana que el
agua viva que él estaba ofreciendo, no brota-
ría del pozo de Jacob, sino que era un rega-
lo de Dios para vida eterna.
Finalmente, la samaritana reconoció quién
era Jesús y la autoridad con que le había ha-
blado, por eso le abrió su corazón y confesó
todo acerca de ella.
C. Intencionalidad
Antes de presentar el mensaje de salvación
y revelar su identidad, Jesucristo dialogó con
la samaritana, y por medio de ese diálogo el
Señor la ayudó a descubrir sus necesidades
emocionales y espirituales, y las contradiccio-
nes de su vida. De esa forma la samaritana es-
taba preparada para recibir el mensaje de sal-
vación y conocer a Jesucristo como su Señor
y Salvador.
Según Juan 4:15-29, ¿cuál fue el resultado
de ese encuentro entre la mujer samaritana y
Jesús?
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III. ¿Cuál es nuestra misión hoy?
Juan 4:30-38
¿Qué cosas importantes o interesantes te
pueden hacer perder el apetito u olvidar tu
comida?
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A. La misión de Jesús
Cuando los discípulos regresaron con los
alimentos, se acercaron a Jesús y le invitaron
a comer, pero el Señor respondió: Mi comi-
da es hacer la voluntad del que me envió y
terminar su trabajo (v. 34).
Según Juan 6:38-40, ¿para qué vino Jesús a
la tierra?
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B. La misión de los discípulos
Así como Jesús quiso participar de "comi-
da de vida eterna" con sus discípulos, de la
misma manera nosotros tenemos que com-
25
partir a Cristo, que es el "pan de vida", con
los que tienen hambre de él.
La intención de sus palabras, en el v. 35,
fue abrir los ojos de sus discípulos para que
vean que el campo estaba listo para la cose-
cha.
¿Cuál fue el resultado de esa conversación?
¿Qué dice Juan 4:39-42 al respecto?
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Jesús enseña que hay recompensa para los se-
gadores. El obedecer la voluntad de Dios nos
conduce por el camino de la felicidad y el go-
zo. No hay mayor satisfacción que participar de
la obra transformadora de Cristo en la vida de
aquellos que tienen hambre y sed de la palabra
de Dios.
CONCLUSIÓN
Con Jesús, los discípulos aprendieron prin-
cipios importantes para la evangelización:
1. Para Dios todos los seres humanos son
importantes.
2. Es necesario, con ayuda de Dios, y por
medio del diálogo, descubrir las necesidades
de la persona a quien se le dará el mensaje de
vida.
3. Es necesario crear lazos de empatía para
comprender la situación de las personas.
4. Jesús nos invita a "levantar la mirada", a
no perder de vista todo el campo y toda la
cosecha.
COMENTARIO DEVOCIONAL
"¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses
para que llegue la siega? He aquí os digo: Al-
zad vuestros ojos y mirad los campos, porque
ya están blancos para la siega" (Juan 4:35).
El diálogo de Jesús con los discípulos, al lle-
gar a este versículo, es enfático. Quizá, y para
ayudarnos a reconstruir el momento, vale la
pena "ver" imaginariamente el entorno y "oír"
a Jesús y a sus discípulos.
La brisa de la llanura, cerca del pozo de Ja-
cob, golpeaba suavemente sus rostros. Los dis-
cípulos casi jadeando llegaron hasta donde es-
taba Jesús, quien contemplaba a la distancia a
esa mujer que un momento atrás había estado
con él. Ella iba en dirección al pueblo. Ante Je-
sús, esa gran extensión de campo labrado. Los
surcos reflejaban con claridad el esmero en la
preparación de la tierra. Para los campesinos, y
aunque se trataba de una rutina anual de sus la-
bores, el trabajar la tierra les generaba gran ex-
pectativa. La presencia de algunas aves atesti-
guaba que ellos habían arrojado la semilla tam-
bién durante esa mañana.
Tal vez sobre la orilla del pozo de Jacob, los
discípulos prepararon y colocaron el almuerzo
cuidadosamente. De manera irónica, y porque
no estaban en casa, uno de ellos dijo: "La me-
sa ya está puesta... Llamémoslo".
"Señor, Señor... ¿acaso no comerás? ¿No nos
has visto llegar y preparar la comida para ti?
¿Acaso te trajo alguien de comer?"
Él les respondió: "Yo tengo una comida que
todavía ustedes no conocen. Es una convicción
que me quita el sueño y el hambre. Cada día
que me levanto y cada vez que me acuesto no
dejo de pensar en ello".
Los discípulos se miraron entre sí. No alcan-
zaban a comprender sus palabras. Jesús agregó:
"Con mi Padre hicimos un plan que es real-
mente mi mayor deleite y razón para vivir en-
tre ustedes. Quiero hacer su voluntad y necesi-
to acabar la tarea. ¡Si supieran, les quitaría tam-
bién el hambre y el sueño!"
La conversación continuó un momento más.
A lo lejos comenzó a aparecer una nube de
polvo. En un principio semejaba un tropel de
animales. Pero no, eran hombres que corrían a
la par de una mujer.
"Ustedes pueden decir al mirar ese campo
recién labrado que faltan cuatro meses para se-
gar. Pero miren a los que vienen allí, son sama-
ritanos y vienen con la mujer que descubrió mi
identidad, mi mensaje y creyó en mí".
Los ojos de los discípulos se posaron prime-
ro en la extensión del campo labrado. Ante esa
acción, Jesús les indicó, señalando con el dedo
a los que corrían hacia ellos y les dijo:
"¡Esa es mi cosecha! ¡Alcen la mirada, véan-
los! ¡Ellos están listos para ser segados!"
No hace falta continuar con la historia, ama-
do lector. Es elocuente en cuanto a nuestra res-
ponsabilidad y terminante en cuanto a los re-
sultados. "Muchos de los samaritanos de aque-
lla ciudad creyeron en él por la palabra de la
mujer, que daba testimonio... Creyeron mu-
chos más por la palabra de él" (Juan 4:39,41).
La siega está lista. ¿Cuántos han creído en Je-
sús por su testimonio, este año?
26
MATERIAL DE APOYO
Importancia del agua
Durante el mes de abril se celebra en mu-
chos países del mundo "el día del agua". A
diferencia de otros días especiales del calen-
dario que intentan comerciar con su signifi-
cado, el propósito de este día es crear con-
ciencia de responsabilidad en el uso de este
vital líquido y, también, que la población re-
conozca la necesidad de proveer de un siste-
ma de agua potable a los sectores margina-
dos o países subdesarrollados.
La UNESCO (por las siglas en inglés de
United Nations Educational, Scientific and
Cultural Organization –Naciones Unidas,
Organización Educacional, Científica y Cul-
tural), presentó recientemente un estudio
donde destaca que el agua dulce abunda co-
mo para suplir la demanda mundial. Pese a
ello, más de mil millones de personas care-
cen de agua potable y casi un 50% de la po-
blación mundial no posee un sistema de pu-
rificación del agua.
Más aún, continúa el informe, la falta de
administración del agua ha hecho que en al-
gunos países esta se desperdicie mientras que
en otros países otros se mueran de sed y fal-
ta de alimentación, como resultado de la fal-
ta de agua.
La ciudad de Samaria
Samaria quedaba a 12 kms. de distancia,
por lo que es difícil pensar que la samaritana,
en el relato de Juan 4:1-42, caminara toda
esa distancia para ir a sacar agua del pozo de
Jacob.
Algunos eruditos afirman que tampoco es
posible que ella viviera en Sicar, teniendo en
cuenta que el escritor sagrado no menciona
a Sicar como la ciudad de la que ella salió o
a la que regresó. solo debemos asumir que
así fue, porque todo lo que se nos dice en es-
te pasaje es que era "samaritana" (Juan 4:9).
Otras ciudades samaritanas cerca del "pozo
de Jacob" eran Enón y Salim.
El relato bíblico no nos dice cuál era el
nombre de la mujer, solo sabemos que ella
llegó al pozo a las 12 del mediodía, la hora
sexta, posiblemente, como afirman algunos
historiadores de la Biblia, prefería evitar el
encuentro con las personas por su reputa-
ción moral.
Lección 6
Jesús provoca siempre aceptación y rechazo
Para estudio: Juan 6:60--7:51
Para memorizar: El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que
yo os he hablado son espíritu y son vida (Juan 6:63).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
Muchas veces el mensaje del evangelio de
Jesús inquieta o atormenta a las personas.
¿Por qué? La razón es sencilla, les muestra un
nuevo estilo de vida que muchos no quieren
seguir. Ellos piensan que si abandonan los
caminos que están siguiendo, la vida será
menos placentera y más aburrida.
No son muchos los que están dispuestos a
llevar una vida santa tal como la Biblia la en-
seña. Incluso, creen que el negarse a uno
mismo (Marcos 8:34-36) es un precio muy
alto que no están dispuestos a pagar. Enton-
ces, para esas personas, el camino más fácil es
mantenerse alejados de Dios, porque se con-
vencen a sí mismos que las enseñanzas del
Señor son imposibles de seguir (Juan 6:60;
6:66).
En realidad, la dureza está en el corazón de
la gente y no en las palabras de Jesús.
I. "Dura" es esta palabra Juan 6:59-60
A. Una palabra difícil de tolerar
"Duro", es la traducción al español de la
palabra griega sklerós. Significa "difícil de
tolerar". De acuerdo al relato de Juan
(5:60), "muchos de sus discípulos" no de-
cían que las palabras de Jesús eran difíciles de
entender, sino difíciles de tolerar o aceptar.
Cuando Dios habla, espera que le obedez-
camos, y es por esa razón que muchos no
quieren leer la Biblia; y si la leen, se niegan a
aceptar y creer en el mensaje de salvación y
santidad.
El momento en que los discípulos dijeron
que la palabra de Jesús era dura, estaban
dando a entender que la demanda moral era
alta. Y es verdad, el Señor Jesús demanda de
nosotros un alto nivel de vida, moral y espi-
ritual, pero él sabe que ese nivel de vida no
lo alcanzaremos con nuestros propios es-
27
fuerzos, sino con la ayuda de él.
B. Verdades que provocaron abandono
(6:66-69)
1. Los que se fueron (v. 66). Tan pronto
como Jesús les explicó la calidad y estilo de
vida que esperaba de aquellos que querían
seguirle, muchos comenzaron a alejarse de
él. Lo abandonaron. Eso reveló que no eran
verdaderos discípulos.
De acuerdo con Juan 8:31, una condición
indispensable para ser discípulo de Jesús es
permanecer en su palabra. Precisamente eso
era lo que la gente no quería hacer, por esa
razón, "muchos de sus discípulos volvieron
atrás, y ya no andaban con él" (v. 66).
2. Los que permanecieron (vv. 67-69).
¿Qué pasó con los discípulos que no se fue-
ron?
Lea el v. 67. ¿Cuál fue la pregunta de Jesús?
____________________________________
______________________________________
¿Cuál fue la respuesta de los discípulos? (v. 68)
______________________________________
_________________________________________
¿Cuál es el significado de esta respuesta? Lo
que los discípulos querían decir era lo si-
guiente: "Señor, es cierto que tu palabra es
dura. Pero, también sabemos que esas pala-
bras, aunque duras, son para vida eterna. Por
tanto, ¿a quién iremos sino a ti?"
Cuando tenemos dudas, luchas y proble-
mas que no alcanzamos a comprender, debe-
mos ir a Cristo, él tiene palabras de vida eter-
na, y nos ayudará a vivir de acuerdo a su vo-
luntad.
C. Un traidor entre los doce discípulos
(6:70-71)
En estos versículos el Señor revela que en-
tre ellos había uno que le iba a traicionar.
Aunque en el v. 64 ya lo había mencionado,
pero en términos más generales. Pero aquí,
vv. 70-71, declara que Judas, uno de los do-
ce, sería el que lo iba a entregar.
¡Qué extraño! Un diablo entre los doce
discípulos de Jesús. Algunos usan este caso
para alegar que la iglesia está llena de "dia-
blos". No es así. De vez en cuando hay uno
que otro, pero no debemos ir al extremo de
generalizar.
II. Luz y vida; manifestación y recha-
zo Juan 7:1-10
A. ¿Qué pasó en la fiesta de los
tabernáculos?
1. En las cortes de justicia de algunos paí-
ses, el ladrón y el criminal salen mejor para-
dos que sus víctimas. Y por qué no decirlo,
generalmente la gente odia a los que son
buenos y honestos, y no así a los que son ma-
los.
¿Por qué?
La respuesta la tenemos en Juan 7. Sentían
odio porque Jesús era la luz y la vida de los
hombres, y eso no les gustaba a los que vi-
vían bajo el dominio de las tinieblas y de la
muerte.
El relato de Juan 7 aconteció uno o dos
días antes de la Fiesta de los Tabernáculos. El
propósito de esta fiesta era doble: Primero,
celebraban el tiempo de la cosecha. Segun-
do, era un tiempo de alegría y gratitud a
Dios (Números 29; Deuteronomio 16:13-
15).
A pesar de lo que dijimos anteriormente,
durante la fiesta de los tabernáculos, los ju-
díos seguían anidando odio abierto contra
Jesucristo, y procuraban matarlo.
2. Así como en esa época la gente odiaba a
Jesús injustamente, no debe extrañarnos que
hoy le siguan odiando, y a nosotros nos re-
chacen porque damos testimonio que él es
nuestro Señor y Salvador.
B. A Jesús lo acusaron de que estaba
engañando al pueblo (7:12)
¿Por qué? ¿Cuál era el contenido de sus en-
señanzas?
Jesús era el regalo más grande de Dios pa-
ra el ser humano, y a pesar de ello, los líde-
res religiosos lo odiaban y lo perseguían.
La experiencia que vivió Jesucristo durante
la Fiesta de los Tabernáculos nos advierte lo
siguiente:
1. Nosotros también seremos acusados si
predicamos o enseñamos el mensaje de salva-
ción.
28
2. Si nos rechazan, es porque rechazan ese
mensaje de vida eterna. No olvidemos que a
Jesús le hicieron lo mismo (Juan 7:20; 8:48).
Y lo peor fue que querían matarlo.
C. El odio de los líderes religiosos (7:1-2)
Los dirigentes judíos se habían puesto en
contra de quien nunca "hizo pecado ni hubo
engaño en su boca" (1 Pedro 2:22).
¿Por qué procuraban matar a un hombre
que no hizo nada malo, sino predicar el
mensaje de luz y vida? ¿Qué opina al respec-
to?
____________________________________
______________________________________
______________________________________
______________________________________
C. Incredulidad de la familia (7:3-5)
Ni siquiera los hermanos de Jesús creían en
él (v. 5). ¿Por qué?
1. Ellos también veían que las enseñanzas y
palabras de Jesucristo eran duras.
2. Posiblemente sentían temor de los ju-
díos. Por lo cual preferían seguir la opinión y
tomar la actitud de los demás, que las de
Cristo, nuestro Señor y Salvador.
Reflexión personal:
¿Cuáles son las aplicaciones que encontra-
mos en esta lección? Responda brevemente a
las preguntas planteadas:
En este momento ¿estaría dispuesto a se-
guir o a abandonar a Jesucristo? ¿Por qué?
Si el mensaje de Jesucristo es de luz y vida,
¿cómo aplicaría ese mensaje a su vida cotidia-
na?
En el hogar:
____________________________________
_____________________________________
En la iglesia:
____________________________________
______________________________________
En el trabajo:
____________________________________
______________________________________
CONCLUSIÓN
Seguir a Cristo es la determinación más sa-
bia y trascendente que podemos tomar, por-
que significa ganar la vida eterna y el favor de
Dios.
COMENTARIO DEVOCIONAL
“El espíritu es el que da vida; la carne pa-
ra nada aprovecha; las palabras que yo os he
hablado son espíritu y son vida” (Juan
6:63).
Las palabras de Jesús ponían generalmente
a los hombres y a las mujeres frente a una
encrucijada.
A Pedro y a Andrés les dijo: “Venid en pos
de mí, y os haré pescadores de hombres”.
Al leproso: “Muéstrate al sacerdote y pre-
senta la ofrenda que ordenó Moisés, para
testimonio de ellos”.
Al centurión: “Ve, y como creíste, te sea
hecho”.
Al discípulo que quería enterrar a su pa-
dre: Deja que los muertos entierren a sus
muertos.
A la mujer enferma de flujo de sangre:
“¡Ten ánimo, hija, tu fe te ha salvado!”
A los ciegos: “¿Creéis que puedo hacer es-
to?”
A los discípulos en medio de un mar azo-
tado por el viento: “Tened ánimo, yo soy,
no temáis”.
Estos y muchos otros, frente a la palabra
de Jesús, tuvieron que tomar una decisión,
seguir al Señor, o rechazarlo.
Hoy, como ayer, estar frente a la palabra
de Dios requiere de nosotros una acción.
El hombre rico estaba en la encrucijada de
su vida. La pregunta: "¿Qué debo hacer pa-
ra heredar la vida eterna?", se podría tradu-
cir como: "¿Qué camino debo seguir?"
Las palabras de Jesús fueron claras: Vende,
dalo, ven y sígueme.
La mala disposición de este hombre para
compartir su riqueza mostraba que no esta-
ba amando a su prójimo como debía. Si hu-
biera respondido a la instrucción del Salva-
dor hubiese conocido el camino de la salva-
ción. Pero eligió irse triste, rehusó dejar lo
que tenía para seguir a Jesús.
Todos llegamos a un punto en nuestra vida
en el cual necesitamos tomar una decisión:
Creer en él o no creer, buscarlo con sinceri-
dad o rechazarlo, disponernos a vivir una vi-
da santa de obediencia y negación de noso-
tros mismos o una vida fácil que nos aleja de
Dios.
En cada encrucijada, la decisión será nues-
tra.
Pero, ¿sabes?, si optas por el camino co-
rrecto, al final estará Cristo con sus brazos
extendidos hacia ti diciéndote: “Buen siervo
y fiel, sobre poco fuiste fiel, sobre mucho te
29
pondré. Entra en el gozo de tu Señor”.
MATERIAL DE APOYO
Indiferencia
Un caballero, que era un músico virtuoso,
dio un concierto en la casa del pastor Cado-
gan. Aquel músico solía ir a las reuniones
dominicales para escuchar los sermones del
Rev. Cadogan.
Mientras daba el concierto, el músico per-
cibió que el pastor no le estaba prestando
atención. Por esa razón, cuando el pianista
terminó de interpretar la primera composi-
ción musical, se acercó al pastor y le pregun-
tó:
—¿Qué le pareció mi música, pastor?
(Para su sorpresa, no encontró respuesta
alguna.)
Permítame que toque otra sonata —insis-
tió el pianista— ¡esta sí que le gustará mu-
cho!
Al terminar, el siervo de Dios seguía tan
indiferente como antes.
Casi perdiendo la paciencia, el músico le
dijo:
¿Dónde tiene usted los oídos?
—Disculpe, señor —le respondió el pas-
tor— muchas veces yo me he esforzado en
hacer sonar desde el púlpito las notas más
maravillosas del amor de Dios, y me he di-
cho: seguramente este músico será conmovi-
do. Sin embargo usted ha permanecido
siempre indiferente y frío. Por tanto, permí-
tame que le devuelva la pregunta: ¿Dónde
están sus oídos espirituales?
El alto costo
Un hombre hablaba con un amigo sobre
la necesidad de entregarse a Cristo.
—He pensado muchas veces en esto —le
confesó el otro— pero pienso también que
me costará mucho hacerlo. ¿Cuántas cosas
deberé abandonar para seguirlo...? Hay co-
sas que no quisiera dejar... me gustan mu-
cho.
—Pero, —contestó el amigo— ¿has pensa-
do lo que te costará no seguir a Cristo?
El cuidado de las cosas terrenas
Un hombre viajó más de 2,000 kilómetros
para conocer las imponentes cataratas del
Niágara. Cuando estaba a unos diez kilóme-
tros del destino, le pareció oír el ruido del
caer de las aguas. Se acercó entonces a un
campesino que estaba en el campo y le dijo:
—¿Ese ruido que se oye será del Niágara?
 El hombre le respondió:
—No sé... pero puede ser.
Sorprendido, el turista le preguntó si era
del lugar, y el labriego le dijo que había na-
cido y se había criado allí, pero que nunca
había tenido curiosidad por llegar hasta las
Mis notas:
30
cataratas. Y terminó diciendo:
—Yo cuido mi campo.
Sin duda, hay muchos hombres que están muy
cerca de las alegrías y las bellezas más grandes del
cielo y, sin embargo, nunca se han preocupado
por conocerlas. Cuidan sus campos. Solo eso.
Lección 7
¿Por qué no creían que Jesús era
el Hijo de Dios?
Para estudio: Juan 8:12-59
Para memorizar: Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres (Juan 8:36).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
Los fariseos creían que Jesús era un impos-
tor. Nunca lo reconocieron como el Mesías
o el Señor. Estaban dispuestos a apedrearlo y
aun a matarlo.
También lo acusaban por blasmefia, por-
que decía que era Hijo de Dios o que prove-
nía del Padre. Lo irónico es que los blasfe-
mos eran ellos, ya que maldecían y atacaban
al Hijo de Dios. Ante esa actitud e incredu-
lidad, Jesús pronunció una frase muy dura:
"En vuestros pecados moriréis" (8:24).
I. Jesús, la luz del mundo Juan 8:12
A. Una sola luz. No muchas "luces"
En este pasaje Jesús da testimonio que él es
la luz del mundo. De la misma manera que
si el sol no brillara, el mundo moriría; por
tanto, el ser humano, en su mundo espiri-
tual, no existiría sin la luz que es Cristo.
Jesucristo es la luz del mundo. Las otras
"luces" no tienen ni punto de comparación
con la luz que es el Señor Jesús. Las demás
religiones que el hombre ha creado para bus-
car a Dios, son comparables a una vela, la
cual no ilumina toda la casa ni puede alum-
brar por mucho tiempo. No así Jesucristo,
quien con su luz alumbra a todo el mundo
(1:9; 3:19; 9:5).
B. No más tropiezos (8:12)
Cuando el Señor nos dice: "El que me si-
gue no andará en tinieblas", está afirmando
que en él ya no caminaremos en confusión ni
temor. No estaremos tropezando con aque-
llo que las tinieblas no nos dejaban ver para
esquivarlas. Es que la luz de Cristo es tan po-
derosa que disipa las tinieblas de nuestro ca-
mino o vida.
31
C. Carácterísticas del que camina en la
luz de Cristo (8:12)
Para los que seguimos a Cristo, hay cuatro
características muy marcadas:
1. Somos más sensibles al pecado. Un peca-
do que tal vez antes no hubiese tenido im-
portancia, ahora lo evitamos.
2. Con ayuda de Dios, llevamos una vida
transparente o limpia.
3. Odiamos el pecado porque nuestro
amor a Cristo es sincero, no fabricado.
4. Gracias a esa luz de Dios en nosotros,
todos podrán distinguir la presencia del Es-
píritu Santo en nuestra vida.
En el mundo el hombre reconoce que ne-
cesita de la luz que provee el conocimiento
intelectual, por eso tenemos educadores, li-
bros, escuelas dónde aprender más, etc. Va
en busca de instrucción y conocimiento para
salir de las tinieblas fruto de la ignorancia.
Desde el punto de vista espiritual, el ser
humano anda en tinieblas, por esa razón es
preciso que conozca a Dios, por medio de
Jesucristo que es la luz del mundo.
II. El testimonio de Jesús es verdade-
ro Juan 8:13-20
Cuando Jesús les dijo a los judíos: "Yo soy
la luz del mundo...", sucedió lo siguiente:
A. Los fariseos rechazaron el testimonio
de Jesucristo (8:13)
Decían que su testimonio no era válido,
primero porque provenía directamente de él,
y segundo porque no cumplía con los requi-
sitos legales para considerarlo válido; es de-
cir, tener dos testigos.
De acuerdo con la afirmación de Juan
5:36-37 y 1 Juan 5:6, ¿cuáles eran los requi-
sitos para que un testimonio sea verdadero?
____________________________________
¿Cuál es la relación de los pasajes leídos an-
teriormente con Juan 8:16?
____________________________________
______________________________________
B. La actitud de los fariseos frente a las
enseñanzas de Jesucristo (8:14-15, 17-19)
Vemos dos actitudes:
1. Reaccionaron con violencia ante la frase:
"Yo soy la luz del mundo". Para los judíos,
el término "luz" estaba íntimamente ligado
a Dios (Salmos 27:1; Isaías 60:19; Miqueas
7:8). De manera que cuando Jesucristo hizo
esa declaración, en realidad les estaba dicien-
do: "Yo soy Dios", algo que para ellos era in-
tolerable.
2. También decían que el testimonio de Je-
sús no era válido porque necesitaba dos o tres
testigos; pero a pesar de la explicación que Je-
sús les dio en el v. 18, los fariseos no lo acep-
taron. En vista de esa actitud, Jesús les dijo
que no conocían ni al Padre ni al Hijo (v. 19).
C. El justo juicio de Jesucristo (8:15-16)
A pesar de que Jesucristo conocía el pensa-
miento y la actitud de los fariseos, no estaba
allí para juzgarlos (v. 15; Juan 12:47).
Pero, en el caso de que Jesucristo los hu-
biera juzgado, su juicio sería verdadero, por-
que no lo hacía él solo, sino Cristo y el que
lo envió, el Padre.
III. El pecado nos ata y nos mata
Juan 8:21-22
A. Morir en tinieblas
Jesús les estaba ofreciendo una solución
extraordinaria. Quería salvarlos de la muerte
eterna, pero ellos no aceptaron esa invitación
del Señor. Lo mismo sucede hoy, y causa do-
lor ver que la gente rechaza el mensaje de
salvación. Ellos morirán en sus pecados por-
que están despreciando el único camino que
puede rescatarlos de su maldad. Muchos es-
tán tan atrapados por los valores de este
mundo, que no pueden ni quieren ver el va-
lioso regalo que Cristo les ofrece.
B. Jesús es la verdad que nos libera
(8:32; 8:36)
Él es la fuente de la verdad, la norma per-
fecta de lo que es bueno; por tanto, es el úni-
co que nos puede liberar de las consecuen-
cias del pecado (8:34).
Aunque el pecado busca la manera de es-
clavizar, controlar, dominar y dictar nuestros
actos, Jesús puede destruir ese poder (8:36).
32
C. Seguidores de Satanás
Los judíos descendían de Abraham, el pa-
dre de la fe, y se consideraban a sí mismos
como hijos de Dios. Lamentablemente sus
acciones decían todo lo contrario (8:41).
Revelaban que eran verdaderos hijos de Sa-
tanás.
Esto nos deja dos enseñanzas:
1. El hecho de pertenecer a una iglesia o
ser hijos de creyentes no nos convierte auto-
máticamente en hijos de Dios.
¿Por qué? Porque lo primero que tenemos
que hacer es aceptar a Cristo como Señor y
Salvador, quien después de perdonarnos y
justificarnos, nos aceptará como sus hijos.
2. Si no damos los pasos anteriormente
mencionados y nos alejamos de Cristo, esta-
mos afirmando que somos hijos de Satanás.
¿Qué dicen los siguientes pasajes bíblicos
al respecto?
Juan 8:44-49
____________________________________
1 Juan 2:4
____________________________________
1 Juan 3:8
____________________________________
Las palabra de Jesucristo en Juan 8:44-45,
alarmaron a los fariseos. Sin temor y obvia-
mente sin discernimiento, se atrevieron a de-
cir que el Hijo de Dios tenía demonio (v.
48).
¿Cuál fue la respuesta de Jesucristo?
Primero, que no tenía demononio porque
su vida estaba allí para honrar al Padre. Los
demonios no honran al Padre. Puesto que
ese momento los judíos estaban deshonran-
do al Hijo, por tanto, también estaban des-
honrando al Padre, y por esa razón, los que
tenían demonio eran ellos (v. 49).
Segundo, a diferencia de Satanás, Jesucris-
to no estaba buscando su propia gloria. El
único que busca su propia gloria es Satanás.
A pesar de estas explicaciones, los judíos
seguían creyendo, cegados por las tinieblas,
que Jesucristo tenía demonio (v. 52).
CONCLUSIÓN
Da pena ver que mientras muchos niegan a
Jesús, y tildan de fanáticos religiosos a sus se-
guidores, están firmando su sentencia de
muerte eterna a causa de sus pecados. Por
esta actitud serán echados de la presencia de
Dios (8:35).
Para nosotros esto es una advertencia para
que caminemos de acuerdo a su voluntad.
Pero al mismo tiempo, es una amonestación
para que proclamemos el mensaje de salva-
ción: que Cristo, como hijo de Dios, vino
para salvarnos de nuestros pecados y darnos
vida eterna.
De allí la importancia de cumplir con la
Gran Comisión para arrebatar las almas que
se van al infierno.
COMENTARIO DEVOCIONAL
“Así que, si el Hijo os libertare, seréis ver-
daderamente libres” (Juan 8:36).
¿Cuáles son las características de una perso-
na libre?
1. Los libres creen en Cristo (v. 30). Creer
es recibir a Cristo como nuestro Señor y Sal-
vador. Eso nos lleva a un nuevo nacimiento
y regeneración.
2. Los libres permanecen en su Palabra (vv.
31-32). La escuchan o leen, para guardarla y
permanecer en ella. La estudian, analizan y
memorizan porciones, para su fortalecimien-
to espiritual. Se apropian de sus enseñanzas,
es decir, las aplican a su vida, la obedecen.
3. Los libres conocen la verdad (v. 36). Je-
sucristo es la verdad (Juan 14:6), y su Pala-
bra es verdad (Juan 17:17). La verdad nos
muestra los verdaderos valores de la vida. Al
apropiarnos de ellos, estamos capacitados
para caminar hacia la libertad personal y la
vida victoriosa en Cristo (Gálatas 2:20).
La verdad nos muestra la situación en que
se encuentra el hombre sin Cristo: Su futuro,
su presente, la razón de sus sufrimientos, sus
lágrimas y conflictos. Al comprender lo que
sucede, el ser humano comienza a liberarse.
La verdad nos muestra los principios fun-
damentales para vivir de acuerdo a la volun-
tad de Dios.
MATERIAL DE APOYO
¿Quiénes eran los fariseos?
Los fariseos constituían una de las tres ra-
Mis notas:
33
mas principales del judaísmo de los tiempos
de Cristo. Tuvieron su origen en el tiempo
de los macabeos y permanecieron hasta el
año 70 d.C.
El nombre "fariseos" significa: "separa-
dos", y aparece por primera vez en el archi-
vo del rey Juan Hircano (134-104 a.C.).
Los fariseos generalmente pertenecían a la
clase media y, debido a su popularidad entre
el pueblo, se los escogía para el sanedrín.
Constituían lo más ortodoxo del judaísmo.
Creían en todas las escrituras judías, en los
ángeles, la resurrección de los justos, defen-
dían el libre albedrío y el derecho a la resis-
tencia si interfería con su práctica de la vo-
luntad revelada de Dios.
Intentaban aplicar a cada situación la ley de
Dios en forma tan meticulosa que a veces lle-
gaban al ridículo. Para ellos la observancia de
la ley era meritoria, y a la vez el único cami-
no para alcanzar la justicia. A los judíos que
no seguían sus prácticas los consideraban
"pecadores", y se apartaban de ellos.
¿Cuál era la diferencia esencial entre los fa-
riseos y Jesús?
Jesús hacía énfasis en el amor, como signi-
ficado y cumplimiento de los requisitos de la
ley. Jesús enseñaba una justicia superior a la
de los fariseos. Los fariseos veían la ley como
un código suficiente en sí mismo, atendían a
las ceremonias exteriores y descuidaban la
verdad y la pureza internas. Se inclinaban a
lo más insignificante mientras descuidaban
los asuntos más importantes.
La importancia que le daban a la letra de la
ley les hacía pasar por alto el principio y la in-
tención de la ley. Ostentaban orgullosos
cuando daban limosnas u oraban. Imponían
cargas que ellos mismos no podían llevar, y
tenían un espíritu crítico y exclusivista en lu-
gar de un interés genuino por el bienestar de
la gente.
Por eso Jesús, en Mateo 23, les dijo que
eran "hipócritas" y "guías ciegos".
–Arnold E. Airhart. Diccionario Teológi-
co Beacon, pp. 295-296.
Lección 8
¿Qué sucede cuando los líderes no
ven lo que Dios ve?
Para estudiar: Juan 9
Para memorizar: Dijo Jesús: Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven,
vean, y los que ven, sean cegados (Juan 9:39).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
En cierta ocasión Napoleón estaba en
compañía de un grupo de escépticos intelec-
tuales discutiendo sobre la persona del Señor
Jesús. La mayoría había declarado que Jesús
era un gran hombre, pero nada más.
“¡Señores”, —exclamó Napoleón— “yo
conozco muy bien a los hombres, y Jesucris-
to, se los aseguro, era mucho más que un
hombre!”
Esta también fue la opinión de un ciego
que ignoraba muchas cosas, pero sabía algo
muy importante: Que antes era ciego y lue-
go pudo ver. En Jesucristo se cumplieron las
profecías de Isaías 29:18 y 35:5.
Sabemos que hay una ceguera mucho más
grave que la física, es la ceguera espiritual.
Los que la padecen están incapacitados para
ver a Jesús, el hijo de Dios, que es la luz del
mundo. En cambio, los que tienen la dicha
de ver espiritualmente, como nosotros los
creyentes, entendemos y creemos lo que
Dios ofrece, el regalo de la vida eterna.
En el relato de Juan 9 leeremos cómo Je-
sús sanó a un ciego de nacimiento, y cuál fue
la reacción de la gente frente a ese milagro.
I. El impacto de volver a ver Juan 9:1-12
A. Beneficios de la obediencia (9:1-5)
1. Los judíos creían que la enfermedad era
el resultado del pecado y desobediencia a
Dios; pero, el caso de este ciego demostró
todo lo contrario, por lo menos las declara-
ciones de Jesucristo así lo muestran. Ade-
más, el Señor no dejó de pasar esta oportu-
nidad para enseñar que la fe y obedencia a
Dios traen sanidad tanto física y espiritual, y
por eso Dios es glorificado.
34
No olvidemos lo que dijo Jesucristo: "En
el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo
he vencido al mundo" (Juan 16:33b).
2. Los discípulos plantearon a Jesucristo la
siguiente pregunta: "Rabí, ¿quién pecó, este
o sus padres, para que haya nacido ciego?"
(v. 2). Ellos estaban seguros de que la enfer-
medad era consecuencia del pecado.
Hoy en día tomamos la misma actitud que
tomaron los discípulos. Por ejemplo, cuando
se enferma un ser querido, muere un familiar
o un amigo, tal vez no decimos que fue por
causa del pecado, pero sí acusamos a Dios o
nos rebelamos contra él.
El Señor Jesús no dijo que las enfermeda-
des eran consecuencia del pecado; por eso, la
respuesta a sus discípulos en el v. 3 son con-
sistentes con sus enseñanzas: "No es que pe-
có este, ni sus padres..."
Cuando nos enfermemos o pasemos por
una prueba, no preguntemos, "¿por qué me
sucedió esto?". Tampoco, "¿en qué me equi-
voqué?". Más bien pidamos que Dios nos dé
fortaleza en medio de esa adversidad.
3. ¿Cómo resolvió Jesucristo el problema
del hombre ciego de nacimiento? Puso lodo
en los ojos del ciego, y le dijo: "Vé a lavarte
en el estanque de Siloé", el ciego obedeció.
Y la palabra de Dios dice que él "fue... y se
lavó, y regresó viendo".
Cada vez que obedecemos a Jesús, como lo
hizo este ciego, el Señor nos llena de bendi-
ciones. La clave de una vida cristiana victo-
riosa, es la obediencia.
B. Desconcierto y asombro (9:6-12)
1. Cuando supieron que el ciego de naci-
miento había recobrado la vista, hubo entre
los vecinos todo tipo de comentarios. Hoy,
desde un punto de vista espiritual, pasa exac-
tamente igual. Cada vez que alguien acepta a
Cristo como Señor y Salvador, y el cambio
que Dios opera en la vida de esa persona,
despierta reacciones de todo tipo en la gente
que le rodea. Algunos valoran esa nueva for-
ma de vida; en cambio, otros lo critican til-
dándolo de fanático.
2. Jesús sanó al ciego para que las obras de
Dios se manifestaran en él. Es interesante,
Juan no dice que el ciego pidió su sanidad.
No hay duda de que él estaba dispuesto a dar
todo para ver, pero no lo expresó, cosa que
sí lo hizo el ciego Bartimeo (Marcos 10:46-
52). Lo que vemos en el relato de Juan, es la
gracia y misericordia del Señor la que le mo-
tivó hacer esa obra milagrosa.
3. ¿Por qué Jesús hizo lodo? Solo tenía que
decir que estaba sano, tal como lo hizo con
Bartimeo. Tenemos dos respuestas:
Primero, el Señor Jesucristo es soberano.
Segundo, si es poderoso para declarar sani-
dad, también es poderoso para usar cualquier
medio que esté a su disposición para llevar
bendición a las personas.
II. El interrogatorio de los incrédulos
Juan 9:13-41
Mientras que los fariseos investigaban y
discutían respecto a Jesús, él seguía bendi-
ciendo y haciendo obras milagrosas. En la
actualidad muchos se empeñan en hacer
creer a la gente que Dios no existe; sin em-
bargo, el Señor sigue vivo y activo sirviendo
a la humanidad, devolviendo la vista a quie-
nes caminan en tinieblas y dando vida eterna
a los que se arrepienten y le reciben como
Señor y Salvador.
El escepticismo de los fariseos no se basaba
en la falta de evidencias, sino en los celos de-
bido a la popularidad de Jesús y su influencia
en las personas.
A. El día de reposo como una excusa
(9:14-16)
Los fariseos, tan atados a las reglas huma-
nas, habían elaborado una larga lista de per-
misos y prohibiciones relacionadas con el día
de reposo. El que Jesús haya hecho lodo pa-
ra sanar al ciego, lo tomaron como un traba-
jo en día de reposo, por tanto, había desobe-
decido la ley; es decir, había pecado contra
Dios.
Es posible que Cristo hizo el lodo a propó-
sito, de esa manera quería enseñar a la gente
que, aun en el día de reposo, era necesario
mostrar el amor y la misericordia de Dios.
Los religiosos cuidaban celosamente el
35
cumplimiento de la ley, y querían, por todos
los medios, que el pueblo viera que Jesucris-
to iba contra esa ley. Por esa razón, cuando
vieron que sanó al ciego en el día de reposo,
los fariseos se atrevieron a decir que Jesús no
venía del Padre, porque no guardaba el sába-
do. En cambio, otros preguntaban: Si este es
pecador, "¿cómo puede hacer estas señales?"
(9:16).
Este es un problema común entre los lega-
listas. Malinterpretan el significado y el pro-
pósito de la ley de Dios.
B. ¿Cuáles fueron los resultados de
aquel milagro? (9:17-25)
El ciego no podía dar demasiados datos de
Jesús, primero, porque no lo había visto an-
tes, recordemos que era ciego de nacimien-
to; y segundo, porque tampoco sabía mucho
accerca de él. El único testimonio que podía
dar era el siguiente: "Habiendo sido ciego,
ahora veo".
Cuando los religiosos manifestaron que Je-
sús era pecador porque había trabajado en el
día de reposo, el ciego respondió con senci-
llez y candidez, que gracias a Jesucristo po-
día ver.
Los fariseos eran dirigentes religiosos eru-
ditos en la ley de Jehová, pero al mismo
tiempo ignoraban o no podían ver lo que
Dios quería hacer por medio de su Hijo Je-
sucristo. Estos "sabios" tenían un problema,
carecían de una relación personal con el
Creador. No es necesario conocer toda la
teología para testificar de Cristo, solo basta
contar cómo éramos antes y cómo somos
ahora. Esta es, sin lugar a dudas, la mejor es-
trategia para ganar a otros para Cristo, nues-
tro testimonio.
En su opinión, ¿cuál es el testimonio que
debemos tener para ganar a nuestros amigos
para Cristo?
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_______________________________________
Una de las razones por las que los incrédu-
los no pueden ver la obra de gracia y amor de
Dios, es porque no le "conocen en forma
personal". Por esa razón, cuando algo mila-
groso y extraordinario ha ocurrido con uno
de los amigos, fruto de ese encuentro con
Dios, en lugar de buscarlo y arrepentirse,
blasfeman el nombre del Señor o se burlan
de aquel que recibió su bendición y sanidad.
C. El creer en el mensaje de Cristo, pro-
voca problemas (9:28-34)
Si sabemos de antemano que nos acarreará
inconvenientes e incomprensiones el procla-
mar nuestra fe en Cristo, entonces, no hay
razón para que nos quejemos. Todo lo con-
trario, debemos dar gracias a Dios porque
nos da poder y autoridad para anunciar el
amor y la salvación de Dios por medio de
Cristo.
El que era ciego había creído en Jesucristo,
y aunque era inmaduro espiritualmente, sin
embargo, defendió con vehemencia lo que
Cristo hizo con él.
D. La ceguera espiritual (9:35-41)
Cada vez que una persona rechaza a Cris-
to, está perdiendo la oportunidad para ser
transformado por él y ser de bendición a los
demás. La obediencia del ciego a la voz del
Señor, terminó con su ceguera física y tam-
bién con su ceguera espiritual. Le dijo:
"Creo, Señor; y le adoró" (v. 38).
Creer y caminar cerca del Señor nos permi-
tirá conocerlo a él cada vez más. Aquel hom-
bre no solo adquirió la vista física, sino tam-
bién la espiritual.
CONCLUSIÓN
Todos tendrán la oportunidad de conocer
a Jesús como el Señor. Pero los arrogantes y
orgullosos seguirán ciegos y serán condena-
dos. En cambio, los simples y receptivos, los
que reconozcan sus pecados, recobrarán la
vista y serán salvos.
COMENTARIO DEVOCIONAL
Dijo Jesús: Para juicio he venido yo a este
mundo; para que los que no ven, vean, y los
que ven sean cegados (Juan 9:39).
Hay un micromensaje que el Señor Jesús
inserta en Juan 9:4: "La noche viene, cuan-
do nadie puede trabajar". Es decir, el tiempo
que nos toca vivir aquí en la tierra es muy
breve. Todo pasa rápido y es necesario redi-
mirlo.
¿Qué significa esa frase? Que debemos ac-
tuar con urgencia, aprovechando cada día (es
decir la corta vida sobre la tierra), puesto que
la noche se acerca cuando ya no será posible
trabajar.
36
1. La noche puede referirse a nuestra parti-
da de este mundo, cuando todo se acabe pa-
ra nosotros en la dimensión terrenal y ya no
podamos hacer nada más.
2. También podría estar señalando los
tiempos de persecución y oposición al evan-
gelio.
3. Sin duda, la noche puede significar la
terminación de la labor de Jesucristo en la
tierra; es decir, de su misión. Él tenía una ta-
rea asignada y un tiempo limitado para lle-
varla a cabo.
4. La noche puede además tener connota-
ciones que hablen de la ceguera espiritual de
los hombres. Y nuestra urgencia debe apun-
tar precisamente a esto: sacarlos de allí y ayu-
darlos a ingresar al reino de la luz, que es
Cristo.
La declaración de Cristo: "Entre tanto que
estoy en el mundo, luz soy del mundo" (v.
5), es una grandiosa promesa para aquel que
está angustiado, afligido y temeroso. El Se-
ñor es la luz que el hombre necesita. Jesu-
cristo quiere ser la luz de la vida de cada per-
sona.
En medio del dolor y la desgracia no nos
rebelemos contra Dios, porque él nos ama y
tiene propósitos especiales para nuestra vida.
MATERIAL DE APOYO
20/20 Visión perfecta
El sentido de la visión es una obra maestra
del creador. La usamos continuamente cuan-
do estamos despiertos, pero también cuando
dormimos, porque en nuestros sueños apa-
recen imágenes visuales. Las expresiones vi-
suales aparecen cada vez que una persona
habla. Por otra parte, cuando una persona
piensa en sí misma o en otro, generalmente
lo hace de un modo visual.
El órgano responsable de desencadenar las
imágenes (el ojo) es uno de los más comple-
jos. Este se encuentra en continuo movi-
miento, se adapta rápidamente a los cambios
de luz, enfoca automáticamente lo que entra
en su campo visual, recoge la luz y la trans-
forma en millones de impulsos que son ana-
lizados por el cerebro. Todo ello constituye
un proceso increíblemente complejo que, fi-
nalmente, brinda sentido a lo que se está
viendo.
Desde el exterior solo se puede ver el iris y
la pupila del globo ocular, lo cual constituye
una sexta parte del mismo. La mayoría de los
elementos que bordean el ojo tiene una fun-
ción protectora: las cejas, las pestañas y los
párpados lo protegen del exceso de luz y pol-
vo. Las lágrimas lavan los restos de polvo y
contribuyen a evitar las infecciones. El par-
padeo es una acción refleja que ayuda a pro-
teger al ojo de cualquier partícula extraña
que se pueda introducir.
Las personas pueden tener el mismo color
de ojos, pero el patrón preciso del pigmento
de su iris es tan personal como sus huellas di-
gitales. Ya hay sistemas que reconocen ese
patrón para poder entrar y salir de lugares
protegidos sin llaves ni códigos.
Antiguamente se pensaba que los ojos irra-
diaban la luz que permitía ver los objetos.
Ahora se conoce mejor su funcionamiento y
se sabe por qué en ocasiones los ojos no brin-
Mis notas:
37
dan resultados óptimos. Hay afecciones visua-
les u oculares que resultan comunes. Las más
frecuentes, que afectan a personas de cual-
quier edad, son la hipermetropía y la miopía.
Ambas implican un error de enfoque y se co-
rrigen con anteojos y lentes de contacto.
Por todo lo dicho hasta ahora, podemos
apreciar que nuestros ojos son órganos tan
maravillosos que pueden tener una visión
20/20 perfecta. Pero es muy probable que
los ojos de nuestro entendimiento aún no
enfoquen correctamente a Jesús y su obra.
¡Qué mejor lente que la Biblia, su propia
Palabra, para tener una imagen 20/20 de él
y de la salvación!
–Miriam Pozzi
Lección 9
Jesús es la resurrección y la vida
Para estudio: Juan 11
Para memorizar: Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté
muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? (Juan
11:25-26).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
La reacción de Marta y María, al ver que la
salud de su hermano Lázaro se agravaba, fue
la correcta, por eso buscaron el auxilio en Je-
sús, quien las ayudó realizando uno de los
milagros más extraordinarios que registran
las Escrituras: La resurrección de Lázaro.
Este relato tiene dos enseñanzas impor-
tantes: El poder de Dios sobre la muerte y
la promesa de nuestra resurrección.
Lázaro y sus hermanas eran amigos de Je-
sús, y el relato bíblico dice que cuando Je-
sús oyó que Lázaro estaba enfermo, "se
quedó dos días más en el lugar donde esta-
ba" (Juan 11:6).
El día que Jesús llegó al lugar donde Lá-
zaro vivía, "halló que hacía ya cuatro días
que Lázaro estaba en el sepulcro" (11:17).
La historia nos cuenta que Jesús resucitó a
Lázaro y, gracias a ese milagro, muchos ju-
díos creyeron en el Señor.
Esa es, en pocas palabras, la historia. Pero
la lección va más allá. Si Lázaro resucitó,
también nosotros resucitaremos, unos para
resurrección de vida, y otros para resurrec-
ción de condenación. Eso es lo que la Biblia
declara (Juan 5:29).
I. La enfermedad de Lázaro y el po-
der de Dios Juan 11:1-16
A. Dios hace todo con un propósito
(11:1-4)
Todo lo que nos pasa a los que creemos en
Cristo Jesús, Dios los sabe. No cae una sola
ave en tierra sin que él no lo sepa. En el ca-
so de Lázaro, Jesucristo sabía que su amigo
estaba enfermo de gravedad, pero también
38
sabía que su sanidad sería "para que el Hijo
de Dios sea glorificado por ella" (v. 4).
Cuántas veces hemos pasado por dificul-
tades y contratiempos, pero también vimos
que si en medio de esas tormentas nos man-
tenemos firmes en nuestra fe, salimos victo-
riosos, y esa victoria glorifica a Dios.
Antes de seguir adelante, planteamos la si-
guiente pregunta, ¿qué es lo que hacemos
cuando vienen los problemas?
_____ ¿Nos enojamos con Dios?
_____ ¿Decimos que es "mala suerte"?
_____ ¿Le echamos la culpa a Dios?
_____ ¿Pedidmos que Dios nos dé la vic-
toria?
B. Jesús demora su llegada a Betania
(11:5-7)
Jesús amaba a la familia de Lázaro (11:5)
y a menudo la visitaba. Pero esta vez, sa-
biendo que su amigo estaba enfermo, de-
moró su llegada a Betania. Jesús esperó dos
días (v.6). Aguardó hasta que llegara el mo-
mento oportuno para obrar de acuerdo a la
voluntad de Dios, y no de acuerdo a suge-
rencias de los que estaban a su alrededor.
Cuando llegó ese momento, hizo lo que
debía hacer.
Vemos con frecuencia en la Biblia "aparen-
tes" demoras de Dios, y debemos saber que
estas demoras muy pocas veces responden
en tiempo y forma a lo que nosotros quisié-
ramos. Sin embargo, él nunca llega tarde,
siempre está a tiempo, y responde a nuestras
peticiones de acuerdo a su voluntad.
Lo que tenemos que comprender es que
"a los que aman a Dios, todas las cosas les
ayudan para bien". Por tanto, debemos
aguardar con paciencia el tiempo de Dios y
él suplirá conforme a su voluntad (Filipen-
ses 4:19).
 C. Jesús se alegra de no haber llegado
(11:14-15)
Si Jesús hubiera estado allí durante la en-
fermedad de Lázaro, seguramente lo hubie-
se sanado. Pero Dios permitió que muriera
para que de esa manera mostrara a sus discí-
pulos que también tiene poder sobre la
muerte.
A veces juzgamos ligeramente ciertas situa-
ciones que nos tocan vivir, y olvidamos que
detrás de toda acción de Dios existe un pro-
pósito divino.
II. Jesús consuela a Marta y a María
Juan 11:17-37
A. Un caso difícil (11:17)
Betania se encontraba a unos tres kilóme-
tros de la ciudad de Jerusalén. Muchos ju-
díos habían ido a la casa de Marta y María
para consolarlas por la muerte de su herma-
no. Durante los siete días que duraba el due-
lo, era común que los amigos visitaran a la
familia para ofrecerle sus condolencias y llo-
rar junto a ella.
Cuando Jesús llegó a Betania, "halló que
hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el
sepulcro". Los judíos creían que cuando al-
guien moría, el alma de esa persona perma-
necía en el cuerpo durante tres días, pero
que al cuarto se iba.
Desde ese punto de vista o creencia, la
muerte era irreversible. Para ellos, Lázaro ya
no tenía ninguna esperanza de vida. Pero los
judíos jamás se imaginaron que serían testi-
gos del milagro que Jesús llevaría a cabo. Por
eso, Jesús le dijo a Marta: "Tu hermano re-
sucitará".
No cometamos el error de Marta, quien
quiso indicarle al Señor lo que tendría que
haber hecho (11:21). No debemos ser so-
berbios. Dios sabe muy bien lo que hace.
B. Poder sobre la muerte (11:25-28)
En su conversación con Marta, Jesús le di-
jo que su hermano resucitaría.
¿Cuál fue la respuesta de Marta? "Yo sé
que resucitará en la resurrección, en el día fi-
nal" (11:24).
¿Y cuál fue la respuesta de Jesús? ¿Qué di-
ce el v. 25?
____________________________________
______________________________________
Cuando Jesús le preguntó a Marta:
"¿Crees esto?", ella respondió: "Sí, Señor, yo
he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de
39
Dios, que has venido al mundo" (v. 27).
Entonces, de acuerdo a la palabra de Dios,
obtenemos la vida eterna y la resurrección,
recibiendo a Cristo como nuestro Señor y
Salvador.
C. Las emociones de Jesús (11:33-38)
El Evangelio de Juan nos muestra dos ver-
dades importantes:
1. Que Dios se interesa por nosotros.
2. Que tiene emociones, no es un ser sin
sentimientos. La prueba es que Jesús lloró
por Lázaro (v. 35). Eso revela el corazón de
Dios. Y aunque Jesús era perfecto, pasaba
por experiencias humanas.
III. Si crees verás la gloria de Dios
Juan 11:38-44
A. La determinación de Jesús (11:39-40)
La descomposición del cuerpo de Lázaro
era un hecho. Cuando Jesús se acercó a la
tumba y pidió que removieran la piedra que
cubría el sepulcro, Marta le advirtió que ha-
cía ya cuatro días que estaba allí. Aparente-
mente ella se resistía a que quitaran la piedra,
pues no entraba en su mente la idea de que
su hermano podría resucitar.
Jesús, por su parte, volvió a hablar de la
importancia y las consecuencias de la fe: si
Marta creía en la promesa de Jesús, vería la
gloria de Dios.
B. La comunión de Jesús con su Padre
(11:41-42)
Aunque Jesús tenía la autoridad para de-
cirle directamente a Lázaro: "¡Ven fuera!",
sin embargo primero oró a su Padre, y lo hi-
zo a causa de la multitud, para que com-
prendieran la importancia de la oración, y
para estimular la fe de los demás.
C. La resurrección de Lázaro (11:43-44)
Jesucristo tiene autoridad para resucitar
muertos. Anteriormente había declarado su
poder (5:21, 28).
Lázaro salió de la tumba. Venció a la muer-
te por medio de un acto todopoderoso y so-
brenatural de Jesús. La muerte es un terrible
enemigo, pero un enemigo que ha sido ven-
cido (Hebreos 2:14).
¿Cuál fue la reacción de la gente? Hubo
dos tipos de reacciones (11:45-47):
1. Aquellos que recibieron el mensaje po-
deroso de Jesús con sencillez y creyeron.
2. Los otros que, pese a la evidencia de los
hechos, desconfiaron del Señor, revelando
así la naturaleza humana y orgullo.
A pesar de que Jesús había demostrado cla-
ramente su poder, no solo resucitando a Lá-
zaro sino también a la hija de Jairo (Mateo
9:18-26; Marcos 5:41, 42; Lucas 8:40-56) y
al hijo de la viuda (Lucas 7:11-15), muchos
no quisieron creer. Estaban tan endurecidos
que preferían rechazar al Hijo de Dios antes
que reconocer que él era el Mesías.
Debemos cuidarnos del orgullo.
CONCLUSIÓN
Para el cristiano cuya fe descansa solo en
Dios, la vida no termina aquí en la tierra. Si
Dios ha resucitado a su Hijo, también noso-
tros seremos resucitados por él (2 Corintios
4:14).
Asimismo, debemos recordar que si perse-
veramos en hacer el bien y en procurar la
gloria y la honra del Señor, tendremos vida
eterna (Romanos 2:7).
COMENTARIO DEVOCIONAL
“Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la
vida; el que cree en mí, aunque esté muerto,
vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no
morirá eternamente. ¿Crees esto?” (Juan
11:25-26).
Hace algún tiempo, el famoso predicador
Carlos E. Fuller anunció que predicaría so-
bre el cielo. Durante la semana, recibió una
hermosa carta de un anciano muy enfermo
que, entre otras cosas, le decía:
"Nos dijo que el próximo domingo usted
hablará acerca del cielo. Permítame decirle
que yo estoy muy interesado en el tema,
porque desde hace 55 años tengo en ese lu-
gar un título de propiedad.
"Primero, no pagué nada por esa propie-
dad; me lo dieron sin dinero y sin precio; pe-
ro, Dios la compró para mí al precio de un
tremendo sacrificio.
"Segundo, esa propiedad no la tengo para
ganar dinero, ya que el título es intransferi-
ble. No es tampoco una propiedad vacía,
pues por más de medio siglo he estado en-
viando materiales al más grande de los arqui-
tectos, quien ha estado preparando para mí,
en ese lugar, un hogar que no necesita ser
reparado o reconstruido. Allí las termitas no
pueden comer su fundamento porque está
enclavada en la Roca de los siglos. El fuego
40
40
no la puede destruir, ni las inundaciones al-
canzar. No hay cerraduras en sus puertas,
pues ningún hombre malo puede entrar allí.
"Querido pastor, el próximo domingo es-
pero oír su sermón acerca del cielo desde mi
habitación, pero no tengo seguridad de po-
der hacerlo. Mi pasaje al cielo no tiene fecha
de ida ni de vuelta, y no permite llevar male-
tas. Sin embargo, ya estoy listo para ir. Y si
no puedo estar aquí mientras usted desarro-
lle ese precioso tema el próximo domingo,
lo encontraré a usted allá arriba".
MATERIAL DE APOYO
Un día en el cielo
El gozo de estar algún día en el cielo, será
la recompensa de todos nuestros sufrimien-
tos en la tierra. El pastor Earl D. Sims, que
fue misionero en la China por 16 años, ha
relatado de esta forma su regreso al hogar de
su infancia:
"Después de un trabajo pesado de muchos
años en una tierra extraña, sufriendo muchas
privaciones y peligros, viviendo aislado de
los demás misioneros y sin poder satisfacer
las necesidades de la vida, volví a mi casa pa-
ra ver a mi anciana madre y a los demás
miembros de mi familia.
"Viajé muchas semanas en un buque y
unos días en tren, y llegué a la estación.
Cuando bajé, me encontré con mi hermana,
a la que no veía hacía muchos años. Ya no
era una niña como cuando me fui, sino una
señorita de 20 años. ¡Qué gozo! Luego,
cuando llegaba a la casa, y vi a mi madre pa-
rada en la puerta esperándome, corrí y la
abracé muy fuerte. ¡Cuánta felicidad ence-
rraba ese momento! Aquel instante compen-
saba todos los sufrimientos de aquellos 16
años tan duros".
Estas palabras del misionero Sims nos invi-
tan a pensar en lo que será el cielo para aque-
llos que fueron fieles al Señor y obedientes a
Dios.
Cuando nos encontremos con el Redentor
que fue crucificado en lugar de nosotros,
nos reunamos nuevamente con los seres
amados que nos han esperado tanto tiempo,
y descansemos bajo el Árbol de la Vida jun-
to a los redimidos que han dado sus vidas
por la causa de Cristo, huirán de nuestras
mentes todas las tristezas y sufrimientos que
pasamos aquí en la tierra.
–Marcelo Laffitte
Lección 10
Un nuevo estilo de vida
Para estudio: Juan 13
Para memorizar: Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he
amado, que también os améis unos a otros (Juan 13:34).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
En este capítulo 13, Juan nos relata algu-
nos hechos interesantes.
Primero, el ejemplo de humildad que mos-
tró Jesús, el Hijo de Dios, cuando lavó los
pies de sus discípulos. Esa fue una muestra
de servicio que los discípulos no pudieron
comprender.
Luego, sucedieron ciertos eventos que le
trajeron a Jesús profunda tristeza. ¡Cómo no
le iba a dar tristeza y dolor la forma en que
se comportaron dos de sus discípulos!
Por ejemplo, en Juan 13:21-30 Jesús mis-
mo dio el nombre de quien había de entre-
garlo, Judas Iscariote; y en Juan 13:38 le di-
jo a Pedro: "De cierto, de cierto te digo: No
cantará el gallo, sin que me hayas negado
tres veces".
Pero, a pesar de esa tristeza y dolor, Jesús
nos dejó la enseñanza central de su mensaje,
conocida como el nuevo mandamiento:
"Que os améis unos a otros". Y sabemos que
el Señor era el mejor ejemplo de ese amor.
Aunque Jesucristo tenía todo poder para
revertir los acontecimientos a los que tenía
que enfrentar, sin embargo no lo hizo por
amor a nosotros. De esa manera, él no per-
dió de vista el propósito por el cual estaba en
este mundo.
I. Jesús, el ejemplo por excelencia
Juan 13:1-18
Lea Juan 13:1-18, y escriba cómo se hu-
biese sentido usted si hubiera estado en el lu-
gar de Jesús.
–––––––––––––––––––––––––––––––––––––
–––––––––––––––––––––––––––––––––––––––
______________________________________
41
El Comentario Teológico Beacon dice al
respecto: "Jesús sabía que su hora había lle-
gado... esto no estaba determinado por un
planteamiento humano. Nadie podía quitar-
le la vida. Jesús iba a entregarla estrictamen-
te por su propia iniciativa".
Este acto de Jesús nos enseña que:
A. Él amó a los que estaban en el mundo
y los amó "hasta el fin" (13:1)
Aun en medio del rechazo al que Jesús se
enfrentó durante su ministerio aquí en la tie-
rra, también tuvo que enfrentarse a un juicio
injusto, maltrato físico, burla, muerte, y
muerte en la cruz. A pesar de todo eso, nos
amó sin esperar nada a cambio, y nos amó
hasta dar el último aliento de su vida aquí en
la tierra; es decir, nos amó "hasta el fin".
Así es, y Dios continúa amándonos, la
muestra más grande de ese amor es su Hijo,
que dio su vida en la cruz del Calvario en fa-
vor de nosotros.
Por eso decimos que Jesús es el ejemplo
más sublime que un maestro pudiera dar. Je-
sús amó "hasta el fin". Y esa es la gran reali-
dad que nos sigue hasta el día de hoy. Al mo-
rir en la cruz, realizó un "servicio total, com-
pleto", y de esa manera cumplió con el mi-
nisterio que su Padre le había encomendado.
Si Jesús no hubiese cumplido la voluntad
del Padre, ¿qué hubiera sucedido con noso-
tros? ¿Qué opina usted al respecto?
____________________________________
_____________________________________
_____________________________________
B. Sin amor es casi imposible que haya
servicio
Es difícil servir si no hay amor: Amor a
Dios, amor al prójimo, amor sin esperar re-
compensas, amor desinteresado. Es posible
que hagamos algún tipo de servicio solo por
altruismo, lo cual es bueno; pero, servir sin
esperar recompensa alguna, es muy diferen-
te.
En este tiempo se ve el sufrimiento a nues-
tro alrededor en todo momento y lugar. Sin
importar en qué país estemos, vemos familias
desintegradas por el pecado, por esa razón
nuestras enseñanzas no pueden ni deben ser
meras palabras. Si tenemos el amor de Cris-
to en nosotros, no solo enseñaremos, sino
que mostraremos el amor de Dios y servire-
mos sin esperar recompensas.
Desde el punto de vista humano es difícil
lograrlo, pero no imposible si dependemos
totalmente del Señor. Si Dios envió a su úni-
co Hijo, y si Cristo murió en la cruz del Cal-
vario para perdonarnos y darnos vida eterna,
entonces es posible lograr un estilo de vida
diferente.
¿Cuál es la diferencia entre servir y hacer
una "obra benéfica"?
II. ¿Qué hizo Jesús? - Juan 13:4-5
A. Se levantó de la cena, dejó de comer
Jesús sabía que sus horas finales se acerca-
ban y quiso dejar una de sus últimas ense-
ñanzas. No le importó dejar de comer. Qui-
so que todos los que se encontraban en ese
salón fueran "limpios". Quiso tocarlos no
solo con el poder de sus palabras, sino tam-
bién con sus manos y ejemplo.
¡Qué privilegio para sus discípulos! ¡Cómo
nos hubiera gustado estar allí!
¿Acaso Jesús no sentía hambre, como los
otros que estaban allí reunidos? ¿Acaso no
tenía el derecho de contar sobre sus sufri-
mientos, lo injusta que era la gente, y lo que
le estaba por suceder? Como cualquier ser
humano, Jesús también buscaba la compren-
sión de los suyos.
¡Cuántas veces le damos mayor importan-
cia a nuestros propios intereses, dolores físi-
cos y emocionales, o problemas familiares,
en vez de enseñar las verdades eternas y
aprovechar tal vez la única oportunidad de
dejar el mensaje del amor de Cristo!
Jesús aprovechó la mejor oportunidad,
porque todos sus discípulos estaban allí reu-
nidos. Él sabía que era el mejor momento
para darles esta importante lección.
B. Se quitó el manto (13:4)
Quiso estar cómodo para hacer mejor su
tarea, se quitó el manto, y tomando una toa-
lla, se la ciñó. ¡Jesús estaba preparado! El
42
Comentario Teológico Beacon explica que el
ceñirse "caracterizaba la acción de un escla-
vo" o del siervo de la casa. Fue una gran
muestra de humildad por parte de Jesús.
¿Podríamos en esta época lavar los pies de
nuestros amigos y hermanos en señal de hu-
mildad y servicio?_______________________
¿Por qué?____________________________
____________________________________
______________________________________
¿Qué le impide a usted hacer lo mismo?
Comente el motivo.
____________________________________
______________________________________
Si no "lavamos los pies" literalmente, ¿de
qué otras maneras podemos demostrar hu-
mildad y servir a nuestro prójimo?
C. Puso agua en una vasija y comenzó a
lavar los pies de todos y a secarlos con
una toalla (13:5)
De acuerdo al Comentario Teológico Bea-
con, es posible que hubiera una "campaña
por ocupar puestos", por eso ningún discí-
pulo tomó la iniciativa de lavar los pies. Por
tanto, Jesús era el único que lo podía hacer
en esos momentos.
Ser humilde es algo que nos cuesta a los se-
res humanos. No es cuestión de decir que
soy humilde, es cuestión de tener la actitud y
el deseo de hacer algo por mi prójimo.
¿Cómo se habrán sentido los discípulos al
ver que Jesús comenzó a lavarles los pies?
____________________________________
______________________________________
¿Será que ellos despreciaban hacer algo se-
mejante? ¿Piensa que era algo de muy "baja
categoría"?
____________________________________
______________________________________
III. ¿Sabéis lo que os he hecho?
Juan 13:12-17
A. Jesús dio el ejemplo de servicio total
(13:14-15)
Si el Maestro y Señor les lavó los pies, tam-
bién ellos debían hacerlo. Jesús predicó, en-
señó, sanó, restauró, perdonó, y ahora les es-
taba demostrando una actitud imposible de
comprender para sus discípulos. El Señor y
Maestro sirvió hasta el fin, por amor a cada
uno de nosotros.
¿Cuál cree usted que fue el motivo princi-
pal para que Jesús les lavara los pies a sus dis-
cípulos?
____________________________________
______________________________________
B. Si entienden estas cosas y las ponen
en práctica, serán "dichosos" (13:17)
Ninguno debe creerse más que su señor.
Todos estamos llamados a servir. ¡Qué triste
es que, habiendo tantos necesitados, no este-
mos dispuestos para servirles o ponemos ex-
cusas para no hacerlo!
¿Estamos dispuestos a servir aunque no re-
cibamos pago o no nos den ningún tipo de
reconocimiento?
IV. ¿En qué consiste este nuevo esti-
lo de vida?
A. El nuevo mandamiento (13:34)
"Un mandamiento nuevo os doy: Que os
améis unos a otros; como yo os he amado,
que también os améis unos a otros".
¿A qué se refiere Jesús cuando dice "como
yo os he amado"? Escriba su opinión:______
____________________________________
_____________________________________
¿Jesús espera que demos nuestra vida como
él lo hizo? ¿Qué opina al respecto?
____________________________________
_____________________________________
B. ¿Debemos "dar nuestra vida" en el
sentido literal de la palabra?
En los años que tengo de caminar en el
evangelio, he visto a mucha gente que sirve
a Jesús de forma desinteresada, gente que
aprendió de corazón el mensaje del servicio,
gente que "vive con el lebrillo y la toalla ce-
ñida", esperando la oportunidad para reali-
zar un acto de servicio.
CONCLUSIÓN
Este nuevo estilo de vida que nos enseñó
Jesús es para que lo pongamos en práctica.
Jesús quiere que amemos a nuestro prójimo.
Y si lo amamos, estaremos dispuestos a ser-
virlo sin esperar recompensa.
COMENTARIO DEVOCIONAL
Una mirada a Jesús
Filipenses 2:5-11 es, sin duda, una de las más
grandes declaraciones que se encuentran en el
Nuevo Testamento en relación a Jesucristo.
43
Él, que era divino, por medio de la encar-
nación llegó a tomar la "forma de siervo-es-
clavo". Vino a la tierra no como víctima, re-
bajado y humillado, sino que él mismo tomó
esa forma, "se despojó a sí mismo" de su po-
der para ser un siervo.
Si necesitamos un ejemplo de servicio y hu-
mildad, es a él a quien tenemos que mirar.
¿Necesitamos perdón? Lo hallamos en Je-
sús: Y verá toda carne la salvación de Dios
(Lucas 3:6).
¿Necesitamos poder? Lo hallamos miran-
do a Jesús: “... Y decían: Hoy hemos visto
maravillas” (Lucas 5:26).
¿Necesitamos la capacidad para servir a un
mundo que no lo ama? Lo hallamos mirando
a Jesús: Comenzó a lavar los pies de los dis-
cípulos, y a enjuagarlos con la toalla con que
estaba ceñido" (Juan 13:5).
¿Necesitamos amor? Lo hallamos mirando
a Jesús. “Que os améis unos a otros; como
yo os he amado...” (Juan 13:34).
–Miriam Pozzi
MATERIAL DE APOYO
Gracias hermano
Recuerdo a mi hermano, una persona co-
mún y corriente, muy trabajador, fiel y res-
ponsable, de profesión electricista. Mi her-
mano puede hacer lo que usted le pida: elec-
tricidad, pintura, techos, alfombras, conexio-
nes de gas, contabilidad, y mil cosas más. Ja-
más lo oí decir: "no puedo, no lo sé, no ten-
go tiempo, estoy trabajando, estoy cansado".
Salía a las 5:00 p.m. de su trabajo, y a las
5:30 ya estaba trabajando y sirviendo en la
iglesia hasta las 10:00 de la noche. Era quien
llegaba primero a los servicios o actividades.
Sin importar cuál fuera la edad de los partici-
pantes, él estaba allí para "servir, ayudar y
apoyar" colocando las mangueras, acarrean-
do refrescos y hielo, trayendo los baldes y el
jabón, comprando trapos, lavando automó-
viles o recogiendo fondos para las actividades
de los jóvenes.
Para la escuela dominical, compraba los lá-
pices, la goma de pegar y los lápices de colo-
res. Preguntaba si había café, y cuando no
había, salía silenciosamente a comprar. En la
Escuela Bíblica de Vacaciones veíamos a mi
hermano perdido entre los pequeñitos, ense-
ñándoles cómo pegar las bolitas de algodón
en una oveja o cómo hacer una manualidad
de madera. En la guardería, colocando moni-
tores para que las mamás puedan ver y escu-
char el servicio.
 Era también el último que salía del edifi-
cio, junto a los pastores (creo que aún lo si-
gue haciendo) y cerraba las puertas. No sé
cuántos marcapasos tenía, debido a una im-
portante operación del corazón, sin embar-
go eso nunca lo detuvo, aun en los días más
calurosos de verano en Kansas.
Él prefiere mantenerse en el anonimato, y
yo lo respeto.
Cuando un hermano o una anciana necesi-
taba algún arreglo en su casa, allí estaba mi
hermano. Todos sabíamos a quién llamar. Él
siempre estaba listo, con su caja de herramien-
tas. Es un hermano común y corriente, pero
con un corazón dispuesto a servir al necesita-
do las 24 horas del día, los 365 días del año.
Un día creí que era necesario que mi her-
mano descansara un poco y pasara su manto,
como lo había hecho Elías con Eliseo. Algu-
nos jóvenes captaron la idea. Allí estaban
Mis notas:
44
ellos dispuestos a aprender y a servir tam-
bién. Al poco tiempo comenzamos a ver a
esos muchachos limpiar los campos de la
iglesia, cortar el pasto con el tractor, realizar
arreglos de electricidad, apalear la nieve en el
crudo invierno, echar sal sobre el hielo
amontonado, pintar y efectuar trabajos de
construcción.
¡Así es!, el manto de mi hermano había
caído sobre los jóvenes y sobre sus propios
hijos. Y ellos también aprendieron a "ceñir-
se la toalla", como lo hacía Jesús y como lo
hace mi hermano.
Gracias hermano, por tu espíritu de servi-
cio a nosotros y a la iglesia. De esa manera lo
sirves a Él. Gracias por amarnos, porque de
esa manera amas a Jesús. Gracias por ense-
ñarnos que en el servicio hay gozo. Gracias
por pasarles a otros "tu toalla".
–Miriam Pozzi
Lección 11
La gran promesa del Hijo de Dios
Para estudiar: Juan 14:15-31
Para memorizar: Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros
para siempre (Juan 14:16).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
¡Qué triste cuando alguien promete algo y
luego no cumple lo prometido! En mi vida
escuché a mucha gente prometer, pero todos
no cumplían con su promesa. Creo que to-
dos tenemos ese "problema". Pero no es así
con Jesucristo. Él prometió enviar al Espíri-
tu Santo, y cumplió su promesa.
El relato de Hechos 2:1-12 da testimonio
de ese gran evento en la vida de los discípu-
los, de la iglesia y de cada hijo de Dios.
I. Cristo consuela a sus discípulos
Juan 14:1-7
Para comprender mejor la declaración de
Juan 14:1-2, es necesario conocer el contex-
to de ese relato (Juan 13:31-35). Solo así ve-
remos con más claridad la razón por la que
Jesucristo les dio a sus discípulos la promesa
de un Consolador.
A. Jesús anunció su partida (Juan 13:31-35)
Juan 13:31-33 afirma que el tiempo de Je-
sucristo en la tierra estaba llegando a su fin,
y él se los dijo a sus discípulos para que estu-
vieran preparados para ese momento de su
partida.
¿Qué les dijo Jesucristo?
Juan 13:33____________________________
____________________________________
Juan 13:34-36_________________________
_____________________________________
B. "No se turbe vuestro corazón" (Juan
14:1-14)
En su opinión, ¿cómo interpretaron los
discípulos las palabras que Jesucristo expresó
en Juan 14:1-4?
¿Qué otras promesas les dio?
45
14:1 ________________________________
14:3_________________________________
14:6________________________________
14:12-14_____________________________
II. La promesa de un Consolador
Juan 14:15-24
Después de escuchar de labios de Jesucris-
to el anuncio de su partida (13:31-38), y sus
palabras de consuelo (14:1-14), el Señor les
dio una gran promesa.
¿Qué les dijo Jesucristo en Juan 14:16?
____________________________________
_____________________________________
_____________________________________
En los vv. 15-18 leemos las siguientes afir-
maciones eternas:
A. Cristo "rogará al Padre" para que en-
víe otro Consolador (14:16)
Hasta ese momento, Jesucristo era el Con-
solador de sus discípulos, pero sabía que
ellos se quedarían solos después de su parti-
da, por eso les dijo que "rogará" –o suplica-
rá– al Padre para que les envíe otro Consola-
dor, el Espíritu Santo, para que esté con ellos
para siempre, y de esa manera no se sientan
huérfanos (14:18).
En su opinión, ¿hoy es importante la pre-
sencia del Consolador en la iglesia?
____________________________________
¿Por qué?
____________________________________
¿Cree usted que tiene al Consolador en su
corazón?
____________________________________
Si no es así, esta es la mejor oportunidad
para invitarlo a que sea parte de su vida. El
Consolador es una persona que desea "abo-
gar" por usted y por todos nosotros.
B. ¿Cuál es el ministerio del Espíritu
Santo en la vida del creyente?
¿Qué dicen los siguientes pasajes bíblicos al
respecto?
Lucas 12:12____________________________
Mateo 10:20___________________________
Mateo 4:1______________________________
Romanos 8:14__________________________
Hechos 5:32____________________________
Hechos 13:4___________________________
Romanos 8:26-27______________________
Efesios 1:13; 4:30_______________________
Juan 16:7-8____________________________
Juan 16:14-15__________________________
1 Juan 2:20, 27_________________________
III. La presencia constante del Espíri-
tu Santo en la vida del creyente
Juan 14:15-27
¿Cómo sabemos que Dios está con noso-
tros por medio de su Espíritu Santo?
Conversen en la clase sobre las diversas for-
mas en que sintieron la presencia y el amor
de Dios. Eso nos ayudará a recordar la pro-
mesa de la presencia del Señor por medio del
Consolador en la vida de cada uno de noso-
tros, y de esa manera otros comprenderán
que el Espíritu Santo no es una teoría, sino
una experiencia real.
¿Qué sucede cuando tenemos el Espíritu
Santo?
A. Tenemos el amor de Dios (14:21)
Ese amor es recíproco. Si amamos al Se-
ñor, somos amados por el Padre, y por con-
siguiente Jesús nos ama y se manifiesta a no-
sotros. El Padre nos ama, el Hijo nos ama, y
el Espíritu Santo lo confirma.
B. Somos morada de Dios, el Padre
(14:23)
Si tenemos el amor del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo, nada impedirá que Dios more
en nosotros.
C. Nos enseñará y nos hará recordar...
(14:26)
Este año fue muy difícil para nuestra familia.
Vimos a mamá prácticamente pasar por la
agonía de la muerte. En pocas semanas dejó
de comer, caminar, y su vida se iba apagando
46
poco a poco.
Cuando el doctor vino a casa le prescribió
casi 20 botellas de suero. Mamá deliraba, de-
cía cosas que no entendíamos, se enojaba, y
deseaba salir de la cama. En todo ese tiempo
yo le leía la Biblia, le cantaba sus himnos pre-
feridos y le pedía que orara.
Y aunque se esforzaba, nos dimos cuenta
que se había "olvidado" cómo debía orar. Por
momentos me decía: "yo sabía orar". ¡Claro
que sabía orar! ¡Sus amigos y su familia somos
testigos del poder de las oraciones de mamá!
Pronto mamá empezó a recuperar sus fuer-
zas, y también comenzó a orar. Empezó dan-
do gracias al Señor por sus bondades, y nos
llamó la atención cuando le dijo al Señor:
"Gracias por recordarme cómo orar". En ese
momento abrió sus ojos, nos miró y dijo emo-
cionada: "¡Gracias a Dios ahora recuerdo có-
mo orar, antes no me salían las palabras ni me
venían los pensamientos!"
Su recuperación duró varias semanas. Da-
mos gracias a la ciencia médica –las 20 bote-
llas de suero fueron de ayuda crucial– pero so-
bre todo, damos gracias a Dios que envió a su
Espíritu Santo para recordarle a una anciana
cómo articular una simple oración de gratitud
en medio del desequilibrio que le trajo su en-
fermedad.
D. Nos da paz (14:27)
Siempre mamá nos había dicho: "Cuando el
Señor me llame a su presencia, no quiero que
lloren ni se desesperen, yo me voy con él. Us-
tedes solamente canten coros e himnos".
Una vez más, mamá casi parte con el Señor,
pero sentimos durante esos días la paz y la
tranquilidad que solamente su Espíritu puede
dar a quienes lo amamos. Una paz que no
proviene de las circunstancias externas o de
los sentimientos del momento. Es la paz que
Cristo anunció tan claramente: "La paz os de-
jo, mi paz os doy; yo no os la doy como el
mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni
tenga miedo".
¡Mamá acaba de cumplir 92 años! Y aunque
su salud siempre ha sido precaria y nos ha da-
do varios "sustos", ella sigue siendo la mujer
que nos inspira con su vida de oración, su tes-
timonio, el deseo de servir al Señor. Sobre to-
do, por medio de ella conocemos lo que es la
paz de Dios.
IV. ¿Qué debemos hacer para contar
con la presencia del Espíritu Santo?
A. Cumplir con sus mandamientos (14:15)
¿Por qué es tan importante este requisito
para que el Padre nos envíe el Espíritu San-
to? ¿Qué opina al respecto?_______________
____________________________________
_____________________________________
B. Amar a Dios (14:23)
¿Qué dice 1 Juan 5:3?___________________
____________________________________
El amor a Dios es un mandamiento. Él lo
dijo en el Antiguo Testamento (Deuterono-
mio 6:5) y lo reafirmó en el Nuevo.
C. Obedecer a Dios (14:23)
Obedecer es otro de los requisitos impor-
tantes para recibir el Espíritu Santo.
Lea los siguientes pasajes para luego co-
mentar en clase sobre la importancia de obe-
decer al Señor: Éxodo 24:7; Deuteronomio
28:62; 30:10-16; Josué 24:24; 1 Samuel
15:22; Jeremías 17:24, 42:6; Hechos 5:29.
D. Tener fe en Dios (14:29)
La fe nos lleva a creer en Dios, el Padre.
Esa misma fe nos hace creer en el Hijo, Jesu-
cristo, y en la tercera persona de la Trinidad,
el Espíritu Santo.
Conclusión
¡Qué privilegiados somos al formar parte
del plan de Dios! Como sus hijos, tenemos la
bendición de que no estamos solos para ca-
minar en nuestra jornada cristiana. El Con-
solador está con nosotros y en nosotros para
darnos poder para vivir de acuerdo a la vo-
luntad de Dios, aun en medio de las circuns-
tancias más difíciles.
COMENTARIO DEVOCIONAL
El soplo de Dios
(Génesis 2:7, Juan 20:22)
En estos dos pasajes el Espíritu se presenta
como el aliento o soplo de Dios. En Génesis:
“Jehová sopló en su nariz aliento de vida, y
en Juan: Sopló y les dijo: recibid el Espíritu
Santo”.
Los seres humanos podemos pasar varios
días sin comer, varias horas sin beber, y has-
ta podríamos pasar toda nuestra vida sin ver
u oír, pero apenas unos minutos sin aire bas-
tarían para en primer lugar matar nuestro ce-
rebro, y luego nos sobrevendría la muerte en
forma definitiva.
47
El Espíritu Santo formaba parte del "haga-
mos" de Génesis 1–2. Él estuvo presente
desde el principio. Dios nos dio la forma que
hoy tenemos tomando barro, pero no tuvi-
mos vida hasta que sopló su aliento en nues-
tra nariz. Ese "toque" de vida y de amor nos
distingue de todos los otros seres creados,
convirtiéndonos en objeto de su especial cui-
dado.
El pecado hizo necesaria una nueva crea-
ción. En Juan 3, Jesús habla sobre la necesi-
dad del nuevo nacimiento: El que no nacie-
re de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
Es decir, el que no nace del Espíritu, no po-
drá ver el reino de Dios.
A partir de Génesis 2:7 vemos que el Espí-
ritu de Dios es el aliento de vida del ser hu-
mano, y hoy, continúa el ministerio del Espí-
ritu de Dios que "sopla" aliento de vida es-
piritual a todos aquellos que lo buscan de
corazón y le obedecen.
MATERIAL DE APOYO
Me gusta la jardinería. Para mí es una ale-
gría muy grande ver cómo germinan y cre-
cen las semillas que uno sembró. Luego, lle-
ga el tiempo de trasplantarlas a su lugar per-
manente. A muchas de esas plantas es nece-
sario colocarles una estaca o un palo para
que crezcan derechas. Cada vez que coloco
esas estacas, pienso que así actúa el Espíritu
Santo (el parákletos: para significa "al lado
de", y kaléo "llamar"), o sea: "uno llamado
al lado para ayudar" (Diccionario Teológico
Beacon, p. 496).
Esas plantas necesitan "a su lado" una guía
continua, permanente. Necesitan algo firme
que las sostenga, especialmente en aquellos
días cuando hay viento o tormentas fuertes.
Por la misma razón, el Señor sabía que sus
discípulos necesitarían al parákletos, y hoy,
usted y yo también necesitamos de él, para
que sea nuestra guía y soporte permanente.
Cuando llegaron los fuertes vientos y llu-
vias torrenciales, mis plantitas permanecie-
ron firmes porque estaban sujetas al soporte,
al parákletos que les había colocado. Permi-
tamos que el Espíritu Santo sea nuestro "so-
porte" en medio de las tormentas que la vi-
da nos trae y en medio de las asechanzas de
Satanás para hacernos caer.
–Ana Maria Zani
Lección 12
El Espíritu de Dios nos redarguye y guía
Para estudio: Juan 16:7-15; Hechos 1:8; 2:1-21
Para memorizar: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no
vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de
pecado, de justicia y de juicio (Juan 16:7-8).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
Los discípulos estaban tristes. La hora final
de Jesús se acercaba, porque iba al Padre. En
relación con el pasaje de Juan 16:4, el Co-
mentario de la Santa Biblia de Adam Clarke
dice que cuando Jesús llamó a sus discípulos
no les declaró todas las cosas respecto al rei-
no de Dios. Por el momento, no era necesa-
rio, porque Jesús estaría con ellos, porque si
les declaraba todos los acontecimientos futu-
ros, sin duda no le hubiesen entendido, y así
el desánimo se hubiese apoderado de ellos.
Pero, ya que su partida, o retorno al Padre,
se acercaba, vio que era el tiempo apropiado
para revelarles acerca de su muerte en la cruz
para salvación de los pecadores. También, de
esa manera llegaría a su cumplimiento la pro-
mesa del Consolador, el Espíritu Santo.
De acuerdo con Juan 16:7, ¿por qué era
necesario que Cristo muriera?
____________________________________
_____________________________________
______________________________________
¿Cuál sería el ministerio del Consolador?
____________________________________
_____________________________________
______________________________________
¿Cualquier persona puede recibir el Espíri-
tu Santo?______________________________
Si la respuesta es no, ¿por qué?
____________________________________
_____________________________________
______________________________________
El ministerio del Espíritu Santo es amones-
tar, convencer, reconvenir, reprender. Él es
quien nos guía en todo momento y nos hace
sensibles, por la fe, a la voz del Padre y del
48
Hijo, Jesucristo.
I. El Espíritu Santo está siempre en
medio de nosotros - Juan 16:8
A. No estamos solos
Cuando él venga significa, cuando venga el
Consolador. Esta promesa tuvo cumplimien-
to en Pentecostés (Hechos 2).
¿Recuerda alguna experiencia en la cual ha-
ya sentido una gran necesidad del Consola-
dor y él estuvo allí para ayudarlo? ¿Podría
contarnos esa experiencia?
____________________________________
_____________________________________
______________________________________
El Espíritu Santo convencerá al mundo (Juan
16:8-11)
¿De qué convencerá al mundo?
1. De pecado. El profesor Barclay tiene una
hermosa explicación al respecto, él dice:
"Cuando los judíos crucificaron a Jesús no
creían que cometían pecado, pensaban que
estaban sirviendo a Dios. Sin embargo,
cuando más adelante se predicaba la historia
de esa crucifixión (Hechos 2:37), se com-
pungieron de corazón". Repentinamente se
dieron cuenta que cometieron el crimen más
grande de la historia, y que quien lo había
provocado había sido el pecado de ellos.
Ese es el ministerio del Espíritu Santo.
2. De justicia. La presencia del Espíritu en
el mundo es prueba de la justicia de Cristo.
Desde el momento en que el Espíritu Santo
vino al mundo, los hombres se convencieron
de la injusticia cometida contra el Hijo de
Dios. Y cuando uno se da cuenta que fue in-
justo con una persona, ¿qué es lo que hace?
Inmediatamente trata de rectificar. Recono-
ce la injusticia cometida, y pide perdón.
Eso es lo que hace el Espíritu Santo en los
que aceptan a Cristo como Señor y Salvador.
3. De juicio. La presencia del Espíritu en el
mundo es evidencia de que Satanás fue juz-
gado y derrotado; de otra manera, Satanás
controlaría al mundo.
¿Siente que usted es parte del grupo de
personas que creen y son guiadas por el Es-
píritu Santo? SÍ – NO ¿Por qué?
____________________________________
______________________________________
Si aún no tiene al Consolador en su cora-
zón, ¿desea que él esté con usted cada día? SÍ
– NO Si su respuesta es SÍ, el maestro de la
clase o pastor de la iglesia le ayudará a recibir
al Espíritu Santo en su vida. Si la respuesta es
NO, ¿por qué?
____________________________________
______________________________________
C. El Espíritu Santo nos da poder
(Hechos 1:8)
Ese poder es para vivir de acuerdo a la vo-
luntad de Dios y promulgar las buenas nue-
vas del evangelio a toda criatura.
En la época de la iglesia primitiva, a causa
de la persecución, los discípulos necesitaban
el poder de Dios para anunciar el mensaje de
salvación. Hoy, frente a la indiferencia, el
materialismo y tanto pecado, necesitamos el
poder que viene del Espíritu para proclamar
el mensaje de salvación y santidad.
Si Dios le está hablando por medio del Es-
píritu Santo para que deje lo que está hacien-
do (trabajo, estudios, negocios, etc.) e ir a
anunciar el evangelio de salvación:
¿Aceptaría la invitación del Señor? Sí - No
¿Por qué?
____________________________________
______________________________________
D. El Espíritu Santo nos redarguye: nos
amonesta, convence y reprende
1. Si leemos la Biblia, oramos y estamos en
comunión con Dios, debemos estar 100% se-
guros de que el Consolador, el Espíritu San-
to, será nuestra guía. Él nos amonestará para
no cometer pecado. Guiará nuestros pasos
por el camino recto que conduce a la vida
eterna. El Espíritu será como esas barreras de
contención que hay al lado de la carretera:
evitará que usted y yo nos deslicemos hacia el
precipicio del infierno.
2. Parte del ministerio del Espíritu Santo es
llamar o alertar nuestra conciencia frente a la
tentación. Con su ayuda y dirección recorda-
remos la palabra de Dios y sabremos muy
49
bien qué hacer. Tendremos discernimiento
y, una vez que estemos apercibidos, el Espí-
ritu nos dará la fortaleza para huir y alejarnos
de la tentación.
¿Puede contarnos de qué manera sintió
que el Espíritu Santo le advirtió, justo a
tiempo, antes de que usted caiga en la tenta-
ción?
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_____________________________________
______________________________________
II. El Espíritu Santo es nuestro guía
constante - Hechos 2:1-21
A. Su presencia siempre trae unidad,
no división (2:1)
Unánimes juntos. ¿Escuchó la expresión la
unión hace la fuerza? No es un texto bíblico,
sino un dicho que encierra una gran verdad.
Si tenemos "un mismo sentir" las cosas irán
mejor, porque somos parte del mismo equi-
po. Habrá victoria en nuestra vida, entre
nuestros seres queridos y en la iglesia donde
servimos al Señor.
Si tenemos un mismo sentir no perdere-
mos nuestra individualidad, y habrá unión,
compañerismo y armonía. Si actuamos bajo
la dirección del Espíritu Santo, seremos en-
caminados a hacer la paz y no la guerra.
¿Ha sentido alguna vez que estaba en cons-
tante guerra y desunión con su prójimo, y el
Espíritu Santo lo amonestó para que buscara la
unidad y el perdón? Comente la experiencia.
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B. Da poder para anunciar el evangelio
(2:14)
Desde que Pedro recibió el Espíritu Santo
en Pentecostés, no fue el mismo. Era una
persona que proclamaba el mensaje del Cris-
to resucitado con el poder y autoridad del
Espíritu Santo.
¿Cree usted que el Espíritu Santo le puede
dar poder para anunciar su Palabra si usted
se lo pide? Sí - No.
¿Por qué?
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Si Dios lo llama, ¿estaría dispuesto a prepa-
rarse para servir al Señor? Sí - No
¿Por qué?
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C. Habrá mensaje de Dios para siempre
(2:17-22)
Dice la Biblia en Mateo 24:35: "El cielo y
la tierra pasarán, pero mis palabras no pasa-
rán". Esta es una realidad de las promesas del
Señor. Su Palabra sigue surtiendo efecto en
los corazones y en la vida de las personas.
Aunque una persona esté perdida y viviendo
en pecado, la Palabra sigue calando hondo.
Muchas veces ni el consejero mejor prepara-
do, ni el siquiatra más renombrado, podrán
llegar adonde llega la palabra de Dios.
Aún en medio del siglo XXI, los hijos de Dios:
1. Profetizarán, anunciarán el mensaje de
salvación (vv. 17-18).
2. Verán visiones (v. 17).
3. Soñarán sueños, la presencia del Espíri-
tu será constante día y noche (v. 17) para
aquellos que lo obedecen.
4. Habrá prodigios, señales y milagros que
nos dejarán admirados (v. 19), porque las
personas serán salvadas, sanadas, transforma-
das por el poder del Espíritu.
5. Habrá fe y esperanza. En él seremos
"más que victoriosos" porque "todo aquel
que invocare el nombre del Señor, será sal-
vo" (v. 21).
CONCLUSIÓN
¿Que sería de nosotros sin la presencia
constante del Espíritu Santo? Por medio de
él se afirma y afianza nuestra fe, con la certe-
za de que estamos sirviendo a un Dios vivo
y personal.
El Consolador, quien se interesa en forma
constante por cada uno de nosotros, nos re-
darguye y guía. Verdaderamente somos per-
sonas bendecidas. Somos hijos de Dios.
COMENTARIO DEVOCIONAL
“Os conviene que yo me vaya; porque si no
me fuera, el Consolador no vendría a vosotros;
mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él ven-
ga, convencerá al mundo de pecado, de justicia
y de juicio” (Juan 16:7-8).
En este pasaje de Juan leemos el anuncio que
hace Jesús anuncia a sus discípulos de la llega-
da del Consolador.
El Espíritu Santo, la tercera persona de la tri-
nidad, nos da señales de alarma cuando nos en-
contramos en tentación. Nos trae consuelo
fresco de parte de Dios en los tiempos difíciles
50
y de pruebas. Nos ayuda a entender su Palabra
cada día y nos guía constantemente por el ca-
mino correcto.
Jesús sabía que necesitaríamos la presencia del
Espíritu Santo, porque es por medio de él que
llegamos a convencernos de pecado, de justicia
y de juicio. Es posible que tengamos mucho
conocimiento de la palabra de Dios, que hable-
mos muy bien, que tengamos muy buena pre-
sencia, pero si el Espíritu Santo no mora en no-
sotros, nadie será convencido de pecado, de
justicia y de juicio. Como cristianos debemos
profundizar nuestra relación con Dios, y a tra-
vés de esa relación personal, el Espíritu Santo
nos guiará para llevar a muchos a los pies de
Cristo. Veremos la mano de Dios en la vida de
cada uno de nosotros y comprobaremos el po-
der con que se mueve para que otros conozcan
a nuestro Señor y Salvador.
MATERIAL DE APOYO
El Evangelio de Juan hace muchas referencias
al Espíritu Santo. Por ejemplo:
Juan 3:5: "Respondió Jesús: De cierto, de
cierto te digo, que el que no naciere de agua y
del Espíritu, no puede entrar en el reino de
Dios".
Juan 3:34: "Porque el que Dios envió, las pa-
labras de Dios habla; pues Dios no da el Espí-
ritu por medida".
Juan 7:39: "Esto dijo del Espíritu que habían
de recibir los que creyesen en él; pues aún no
había venido el Espíritu Santo".
Juan 14:17: "El Espíritu de verdad, al cual el
mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le
conoce; pero vosotros le conocéis, porque mo-
ra con vosotros, y estará en vosotros".
Juan 15:26: "Pero cuando venga el Consola-
dor, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíri-
tu de verdad, el cual procede del Padre, él dará
testimonio acerca de mí".
Entre los cuatro Evangelios, el de Juan es el
que más menciona a la persona del Espíritu
Santo, y dice que es el "el Espíritu de verdad",
o el "Consolador".
Por otro lado, Jesús desea que nazcamos de
nuevo, "de agua y del Espíritu" para entrar en
el reino de Dios (Juan 3:3-5). Sin embargo, pa-
ra nacer del Espíritu debemos permitirle a él
obrar en nuestras vidas con poder, negarnos a
nosotros mismos y buscar una relación mucho
mas profunda con él.
Que Dios nos ayude para que tengamos una
relación más íntima con él y así cumplir con el
propósito que tiene para cada uno de nosotros.
–Miriam Pozzi
Lección 13
La oración del Hijo de Dios
Para estudio: Juan 17
Para memorizar: No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.
Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad (Juan 17:15,17).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
¿Ha pensado que la oración de Jesús en
Juan 17, es también una oración por usted?
¡Qué bendición y privilegio!
Cuando escucho que otros oran por mí,
me emociona. Eso me demuestra que soy
importante para ellos. Muchas personas que
ni siquiera nos conocen, oran por nosotros,
y tienen escritos nuestros nombres en un
cuaderno o tarjeta dentro de sus Biblias.
Piense, entonces, en el significado de la
oración echa por Jesús a favor de sus discípu-
los, pero también por los que habrían de
creer en él, es decir, por nosotros. ¡Jesús dio
gracias a Dios por usted y por mí!
Según el Comentario Bíblico Beacon, esta
es la oración registrada más larga que hizo
Jesús, y está dividida en tres temas principa-
les: Jesús ora por sí mismo (17:1-8), Jesús
ora por sus discípulos (17:9-19), y Jesús ora
por sus futuros discípulos (17:20-26).
A continuación estudiaremos cada una de
estas tres partes de la oración de Jesús:
I. Jesús ora por sí mismo - Juan 17:1-8
Si Jesús era el Hijo de Dios, ¿por qué ne-
cesitaba orar al Padre?
____________________________________
______________________________________
Si Jesús tenía "toda potestad" o poder,
¿cómo es que necesitaba orar por sí mismo?
¿Qué opina usted al respecto?
____________________________________
______________________________________
A. "Padre... glorifica a tu Hijo, para que
también tu Hijo te glorifique a ti" (17:1).
1. Esto nos demuestra que Jesús tenía una
51
comunión íntima con su Padre. Esta oración
dicha poco antes de su crucifixión, fue para
que comprendiéramos cuál era su misión,
como también la salvación y vida eterna que
tenemos en él (v. 3); y de esa manera cono-
ciéramos al Padre como el único Dios verda-
dero, y a Jesucristo, su Hijo.
¿Se imagina? ¡Cuán difícil e imposible sería
si tuviésemos que ganar, por esfuerzo pro-
pio, nuestra salvación!
Si así fuera, ¿qué cree que deberíamos ha-
cer para ser salvos? ¿Qué opina al respecto?
____________________________________
_____________________________________
2. Por otro lado, vemos al Hijo en comu-
nión y diálogo directo con su Padre. Este es
otro de los ejemplos que Cristo nos ha deja-
do. La comunión de Jesús con su Padre nos
enseña que no podemos ni debemos llevar
una vida cristiana aislada de Dios y del pró-
jimo.
Si Jesús, el hijo de Dios, buscó ayuda de su
Padre celestial, ¡cuánto más nosotros, seres
finitos, mortales e imperfectos, debemos
acudir en forma constante al Padre para lle-
var la vida cristiana como a él le agrada!
La oración de fe es eficaz. Por medio de
ella descansamos, dejando en el Señor todas
nuestras cargas.
¿Cuál es el lugar que ocupa la oración en
su vida diaria?
____________________________________
______________________________________
B. "Padre, glorifícame tú... con aquella
gloria que tuve contigo..." (17:5)
Jesús necesitaba el apoyo de su Padre por-
que estaba en un territorio completamente
diferente al que conocía. Por esa razón pidió
ayuda a quien debía pedir y en quien confiar:
En su Padre celestial.
 C. Jesús, el Hijo obediente
En su oración, ¿qué es lo que Jesucristo le
dijo al Padre?
17:4________________________________
17:6________________________________
17:7________________________________
17:8________________________________
Qué hermoso será aquel día, antes de nues-
tra hora final, cuando tengamos la oportuni-
dad de repasar nuestro caminar con Dios en
esta tierra y decir, como Cristo, que hemos
cumplido con la tarea que Dios nos encomen-
dó.
Por medio de esta oración vemos que Jesu-
cristo fue obediente a su Padre en todo.
II. Jesús ora por sus discípulos
Juan 17:9-19
A. "Yo ruego por ellos" (17:9)
Por los once, por los que caminaron con él,
por quienes lo siguieron en obediencia. Ju-
das había pasado a otro plano; Jesús abierta-
mente declara que este discípulo era "el hijo
de perdición".
B. "Todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío"
(17:10a)
No había nada oculto entre el Padre y el
Hijo. Todo era sabido y compartido entre
ellos. Una vez más, el texto hace hincapié en
que fue glorificado en sus discípulos. Al creer
en Jesús, los discípulos entraron a formar
parte del plan eterno de Dios.
¿Es posible que nosotros podamos tener
una relación tan cercana con Cristo, como la
tuvieron sus discípulos? ¿Qué opina al res-
pecto?
____________________________________
_____________________________________
______________________________________
C. Dos grandes peticiones (17:11)
1. Que el Padre los guarde. Jesucristo quie-
re para nosotros, la misma protección que
nuestro Senor tenía de parte de su Padre.
2. Y que sean uno en Cristo. Para Jesús era
muy importante la unidad de sus discípulos y
de los que habían de creer. Como todos sa-
bemos, Satanás trae división, pero Cristo de-
sea la unión. Si Satanás logra que haya divi-
sión entre los hijos de Dios, habrá alcanzado
52
su propósito de desalentar a sus discípulos y
dividirlos para que su obra no perdure.
La desunión trae división y, por ende, mu-
chos conflictos imposibles de resolver.
Pablo, en en su oración de 1 Corintios
1:10, pide para que no haya división en la
iglesia, por eso los anima para que estén per-
fectamente unidos en una misma mente y un
mismo parecer. Cualquier relación o tarea
prosperará si hay unión.
José Hernández, en su famoso libro Mar-
tín Fierro, dice:
Los hermanos sean unidos,
Porque esta es la ley primera,
Tengan unión verdadera,
En cualquier tiempo que sea,
Porque si entre ellos pelean,
Los devoran los de afuera.
Si los hijos de Dios no están unidos, otros
aprovecharán y tomarán ventaja de sus perte-
nencias, de esa manera perderán la herencia
que su Padre les dejó.
Cristo llamó a los suyos para que perma-
nezcan unidos, especialmente en medio de
los conflictos y tiempos difíciles. Jesús sabía
que llegarían esos días difíciles y la persecu-
ción a la que estarían expuestos "los suyos",
por eso clamó al Padre que no los quitara del
mundo, sino que los guardara del mal (v.
15).
Los discípulos tenían frente a ellos la gran
tarea de predicar el reino de Dios, y para lo-
grarlo, debían permanecer en el mundo pero
lejos de toda maldad. A simple vista, parecía
una tarea imposible de lograr; pero, como vi-
mos en las dos clases pasadas, no estarían so-
los, porque tendrían el apoyo del Consolador.
D. "Para que tengan mi gozo cumplido en
sí mismos" (17:13b)
En su oración, Jesús pidió que sus discípu-
los sean guardados del mal, que permanecie-
ran unidos, y que también tengan su gozo en
el Señor.
Lo opuesto al gozo es la amargura, y esta es
una de las armas que Satanás tiene en contra
nuestra para que no tengamos victoria espiri-
tual. Por lo mismo, el hijo de Dios debe vivir
con el gozo del Señor. Un cristiano cabizba-
jo y apesadumbrado, no es el mejor testimo-
nio para aquellos que no conocen a Cristo.
E. "Santifícalos en tu verdad" (17:17)
Dios hace la obra en nosotros. El hombre
no puede santificarse a sí mismo. Esa bendi-
ción la tenemos gracias a Jesucristo cuando
somos bautizados con el Espíritu Santo.
Desde ese momentos tenemos la fuerza es-
piritual para evitar todo aquello que nos
puede separar de Dios. Por medio de la Pa-
labra nos damos cuenta lo que debemos y lo
que no debemos hacer: "Lámpara es a mis
pies tu palabra, y lumbrera a mi camino"
(Salmo 119:105).
III. Jesús ora por sus futuros discípu-
los - Juan 17:20-26
A. "Por los que han de creer en mí por la
palabra de ellos" (17:20b)
Pensemos en el alcance que tuvo la predi-
cación de los once. Luego, recordemos a
aquellos que sufrieron persecución por cau-
sa del Maestro. ¿Cómo es posible que el
mensaje del evangelio nunca se haya apaga-
do? ¿Cómo es posible que haya llegado has-
ta nosotros?
Nombre algunos países que actualmente
sufren persecución a causa de la Palabra:
____________________________________
_____________________________________
B. "Para que el amor con que me has
amado, esté en ellos, y yo en ellos" (17:26)
El mundo verá que, a pesar de las diferen-
cias culturales, raciales o económicas, los hi-
jos de Dios estamos unidos por lazos de
amor cristiano.
Conclusión
Haga planes concretos para la clase, ponga
en práctica lo que aprendió en esta lección.
Por ejemplo, que todos puedan mostrar el
amor de Cristo ayudando a alguien que está
en necesidad, y que puedan llegar a ellos con
el mensaje de Cristo.
COMENTARIO DEVOCIONAL
No ruego que los quites del mundo, sino
que los guardes del mal. Santifícalos en tu ver-
dad; tu palabra es verdad (Juan 17:15, 17).
Vemos en estos versículos una parte im-
portantísima de lo que constituye la oración
más extensa de Jesús. Uno de los elementos
de esta oración, es la "la misión" de parte de
Jesús a sus discípulos y, por extensión, a to-
dos los creyentes que vendríamos después de
ellos.
Debemos considerar que se elevó esta ora-
ción poco antes del arresto de Jesús. Él que-
ría preparar a sus discípulos para los aconte-
cimientos que habrían de venir; sin embar-
53
go, fue más allá y nos preparó a nosotros
también. Él sabía exactamente los problemas
y dificultades que atravesaríamos, y nos dio
la salida para cada uno de ellos.
"Santifícalos en tu verdad; tu palabra es
verdad". Él nos dice que cada día debemos
buscar la santidad, y que la encontraremos
en su Palabra, que es verdad. Qué privilegio
enorme que nuestro Señor Jesucristo haya
pensado en nosotros, porque pidió al Padre
para que nos guardara del mal.
Qué privilegio poder ser santificados a través
de la guía de su Espíritu Santo, quien nos da
aviso a cada instante y nos lo muestra a través
de las Escrituras, cómo podemos leerlo en
Juan 8:32: "Y conoceréis la verdad, y la ver-
dad os hará libres" Dios nos ayude a que en
cada momento tengamos esa búsqueda espiri-
tual de la verdad, que tan solo viene de Dios.
MATERIAL DE APOYO
Muchos grandes pensadores de la historia
volcaron todos sus esfuerzos para compren-
der el significado del concepto "verdad".
Por ejemplo, el famoso filósofo Martin Hei-
degger, dijo al respecto: "La esencia de la
verdad se desvela como libertad".
Hoy mismo escuchamos y vemos a través
de los medios masivos de comunicación có-
mo las personas van en busca de distintas
verdades. En muchos casos estas personas se
constituyen en esclavas de esa búsqueda de la
verdad. Pero Dios nos dice, por medio de su
Palabra, que la verdad está en él y ella nos
hará libres.
Lamentablemente el hombre quiere encon-
trar la verdad por distintos medios, y sabemos
cuáles son los resultados de esa búsqueda
cuando no toma a Dios y a su Palabra como
guía. Muchas guerras se han librado en pos de
dos verdades. Jueces que escuchan a distintos
testigos en búsqueda de la verdad que será el
fundamento para tomar el veredicto.
Cuando queremos buscar la verdad lejos
de Dios, solo encontramos lo opuesto a la
verdad y lamentablemente creemos en ellas.
Con razón dijo el famoso filósofo y escritor
francés Voltaire: "Decimos una necedad, y a
fuerza de repetirla, acabamos creyéndola".
La única verdad se encuentra en la palabra
de Dios porque, como alguna vez escribiera
Antonio Machado: "La verdad es lo que es, y
sigue siendo verdad aunque se piense al re-
vés". La palabra de Dios es la única verdad
que nos dará libertad, porque es viva y eficaz.
–Miriam Pozzi
INTRODUCCIÓN AL TRIMESTRE II
La vida de los cristianos en un mundo perverso

Melinda1 tiene 27 años y es madre de dos hijos. Hace cuatro años que se convirtió al evangelio.
Pero, tiene un problema: es víctima de abuso sexual. Su esposo, que es inconverso,
constantemente la viola y se burla de su fe en Cristo.
Melinda vive en Kansas, EUA. En ese estado existe una ley que protege a la mujer contra la
violación conyugal. Si al esposo lo declararan culpable, podrían sentenciarlo como a cualquier
violador. Una amiga de Melinda le informó de sus derechos como ciudadana. Ella está
desesperada y casi a punto de denunciar al esposo ante las autoridades.
Sin embargo, hay otro problema. Melinda piensa que si presenta cargos contra el esposo, deja
de ser cristiana. Alguien le ha dicho que, por la causa de Cristo, los cristianos renuncian
voluntariamente a todo tipo de defensa propia, sea física o legal. Después de todo, eso hizo Jesús,
y en el Sermón del Monte les dio a sus discípulos el mandato de soportar las injusticias con
paciencia.
Melinda ha leído estas palabras de Jesús: "No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te
hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra" (Mateo 5:39). Esto parece confirmar lo que
le han dicho.
También ha visto la reprensión de Pablo a los cristianos pendencieros de Corinto, a quienes
pidió que no recurrieran a las cortes para resolver sus disputas. Pablo dice que hacerlo "es ya una
falta". Por eso les pregunta: "¿Por qué no sufrís más bien el agravio?" (1 Corintios 6:1-7).
Y Melinda conoce la instrucción de Pablo a las esposas de que se sujeten a sus maridos "en
todo" (Efesios 5:22-24).

Las dos opciones para ella parecen ser:

1. Denunciar al esposo aunque deje de ser cristiana, o
2. Seguir siendo cristiana aunque tenga que soportar el abuso sexual que perjudicará su salud
mental y física, y hasta podría causarle la muerte.
El problema de Melinda es desagradable, pero plantea preguntas que los creyentes se hacen
frecuentemente: ¿Cuáles son mis derechos como cristiano? ¿Qué debe hacer el cristiano cuando
es víctima de fraude o de crasa injusticia, o cuando vive bajo la amenaza de violencia? ¿Tenemos
derechos, o acaso ser cristianos significa que, por causa del Señor, debemos sufrir maltratos sin
tomar acción alguna para impedirlo?
–Al Truesdale

1
Se han cambiado el nombre y otros detalles de la historia.

54
Contenido:
Trimestre II La vida de los cristianos en un mundo perverso
Desarrollo de la lección Lección 1 56
Mario Zani (lecciones 1, 3) Cómo ser sal y luz del mundo
Ozier Perales (Lecciones 2, 4 y 6)
Francisco Cabanillas (lecciones 7 y 8)
Marcelo Laffitte (lección 9) Lección 2 60
Macario Balcázar (lecciones 10-13) ¿Debo dar testimonio de mi fe en mi trabajo?

Comentario Devocional Lección 3 63

Varios autores (lecciones 1, 3-4, 7, 11-13) ¿Es el trabajo un castigo?
Miriam Pozzi (lecciones 2, 5-6, 8-10)

Lección 4 67
Material de Apoyo
Varios autores
¿Es malo tener dinero?

Lección 5 70
¿Cuándo llega a ser pecaminosa la diversión?

Lección 6 74
¿Por qué no participamos de los juegos de azar?

Lección 7 77
¿Qué tiene de malo el trago social?

Lección 8 80
Cómo vencer la lujuria

Lección 9 83
Un matrimonio a prueba de infidelidad

Lección 10 86
¿Por qué el aborto es un asunto de vida o muerte?

Lección 11 90
¿Qué enseña la Biblia acerca de la homosexualidad?

Lección 12 93
¿Cómo santificar el día de reposo?

Lección 13 96
¿Cómo defender lo sagrado de la vida humana?

55
Lección 1
Cómo ser sal y luz del mundo
Para estudio: Mateo 4:16, 5:13-16; Romanos 13:12-14
Versículo para memorizar: Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el
Señor; andad como hijos de luz (Efesios 5:8).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
Las noticias informaron recientemente de
dos carros del sistema funicular de la ciudad
de Nueva York, con más o menos 70 pasaje-
ros, que debido a la falta de electricidad es-
tuvieron más de 12 horas en el aire, sobre el
río que separa Manhattan de la Isla Roose-
velt. Así, suspendidos a casi 80 metros de al-
tura, pasaron toda la noche a oscuras y ate-
rrorizados por la incertidumbre de lo que
pudiera ocurrirles. Finalmente, después de
"una larga noche de terror", como la llama-
ron algunos de los pasajeros atrapados en esa
situación, todos estuvieron a salvo.
Oscuridad, miedo, desconocimiento, no es
solamente una experiencia que se puede pal-
par físicamente, sino que también se percibe
a través de los sentidos físicos.
Tanto emocional como espiritualmente hay
realidades y experiencias que son aún más es-
peluznantes. Hombres y mujeres buscan hoy
una luz que les entregue esperanza, porque el
mundo solo les ha dado luces fugaces de es-
peranza que rápidamente se desvanecen.
¿Cuál es el mensaje bíblico para la situa-
ción descrita en el párrafo anterior? Hay al-
guna luz y esperanza para el hombre y la
mujer que vive en tinieblas y sin esperanza?
La respuesta es positiva. Veamos.
I. El pueblo está en tinieblas
Mateo 4:16
A. Pecado y muerte
Un sinónimo de "oscuridad" en las Escri-
turas es "ignorancia". A nadie le gusta que
lo llamen "ignorante", porque el término es
despectivo. Quien lo usa, por lo menos en
nuestro contexto latinoamericano, no solo
quiere ofender pero hace alarde de saber más
que la persona a quien se lo adjudica. En rea-
56
lidad, en su verdadera acepción, el término
se refiere a una persona que por desconoci-
miento, es inepto y no tiene la capacidad si-
quiera de opinar.
¿Ha experimentado estar en un cuarto des-
conocido donde quedó a oscuras, sin poder
ver nada? ¿Qué es lo que sintió?
____________________________________
_____________________________________
______________________________________
Encontrarse ante esa situación produce te-
mor, y en algunos casos, pánico. Pero, ima-
gínese, ¿qué pasa si usted sabe que en medio
de ese cuarto hay un gran hoyo, que si cae en
él, nadie lo podrá sacar? ¿Se animaría a dar
un paso en la oscuridad?
1. ¿Qué es oscuridad? El Diccionario de la
Real Academia Española define oscuridad
como la falta o ausencia de la luz. Por otro
lado, el profeta Isaías habla de la oscuridad
como la separación del hombre de Dios. Y
desde el punto de vista bíblico, el que anda
lejos de Dios, vive en "pecado", o sea, en
"tinieblas".
2. Consecuencias del que vive en oscuri-
dad. El profeta Isaías vio con dolor y tristeza
cómo el pueblo de Israel cada día se alejaba
más de Dios. Además de eso, pudo también
ver las consecuencias de ese alejamiento de
Dios, "calamidad y una vida sin esperanza".
Lea Isaías 8:21-22, ¿qué dice el profeta en
relación con lo que dijimos en el párrafo an-
terior?
____________________________________
_____________________________________
______________________________________
3. Para comprender la redención de Cristo,
tenemos que entender la muerte como conse-
cuencia del pecado. Un profesor solía decir-
nos, "no es necesario que muevan con las ma-
nos el basurero para saber cómo es la basura".
 Aplicando este principio a la lección de
hoy, decimos: "No es necesario vivir en pe-
cado para saber lo que es el pecado", basta
con leer la Biblia para ver lo que es el peca-
do, o esa vida sin Dios.
¿Qué nos dice la Biblia en relación con el
pecado?
____________________________________
______________________________________
_______________________(Romanos 3:23).
En la Biblia, pecado es sinónimo de muer-
te. Pero gracias a Dios, hay solución para es-
te problema.
B. Perdón y vida
Mateo 4:16 hace eco de las palabras dichas
por el profeta Isaías acerca de la venida del
Mesías a este mundo: "El pueblo asentado
en tinieblas vio gran luz; y a los que asenta-
dos en región de sombra de muerte, luz les
resplandeció" (4:16).
Solo en Jesucristo, el ser humano encon-
trará luz, vida y esperanza. Pero para eso, te-
nemos que reconocer que él es Dios, tene-
mos que aceptarlo como nuestro Señor y
Salvador. Al hacerlo, nosotros llegaremos a
ser "luz y sal" de esta tierra.
II. Jesús transfiere su misión
Mateo 5:13-16
El Sermón del Monte es el primer gran
discurso de Jesús en su recién iniciado minis-
terio terrenal. El propósito fue enseñar el ca-
rácter y conducta del verdadero discípulo.
Estas enseñanzas de carácter espiritual, mo-
ral, y ético, conocidas también como "los
principios o leyes del Reino", se encuentran
en todos los Evangelios.
Además, Jesucristo no se detiene allí, sino
que continúa con su mensaje en distintos
momentos de su ministerio haciendo uso de
metáforas para que todos entiendan el evan-
gelio de justicia, luz y salvación. Pero tam-
bién el Señor dice que sus discípulos deben
ser sal de la tierra y luz de este mundo.
El profesor Ralph Earle hace el siguiente
breve comentario: "La naturaleza del cristia-
no se declara en Mateo 5:13-16. Interior-
mente es como la sal, pues da sabor y preser-
va. Exteriormente brilla como una luz, para
guiar y guardar".
A. Vosotros sois la sal de la tierra (5:13)
En la antigüedad la sal cumplía una fun-
ción muy importante. Como no existían má-
57
quinas congeladoras, como las que tenemos
acceso hoy, la sal servía para preservar y pu-
rificar los alimentos. También, como en la
cocina de hoy, la sal se usaba para sazonar.
Era un elemento necesario e insustituible.
Aparte de los discípulos o de la iglesia,
¿puede alguien cumplir con la tarea de ser sal
de la tierra? _______ ¿Por qué?________
____________________________________
______________________________________
La sal que tenemos en casa, no la compra-
ron para que esté guardada en el salero, sino
para dar sabor a las comidas. Del mismo mo-
do, ningún seguidor de Cristo existe para sí
mismo sino que tiene la responsabilidad de
entregarse a la tarea de tocar a otros para que
sepan quién es Cristo.
B. Luz del mundo (5:14-16)
Las casas de aquel entonces no tenían ven-
tanas amplias como las de hoy. Muchos de
los cuartos al no poseer ventanas, eran muy
oscuros. La única forma de ser iluminados
era con lámparas de aceite que permanecían
siempre encendidas. El cuarto se iluminaba
mejor cuando la lámpara se colocaba en lu-
gares altos.
La ilustración de Jesús en este pasaje nos
pone frente a la importancia de ubicarnos
donde mayor efecto pueda causar, por me-
dio de nosotros, la luz de su presencia. Por
tanto, debemos tomar en cuenta lo siguien-
te:
● Cada creyente debe ser como esa lámpa-
ra que se coloca en el lugar visible y estraté-
gico. Si no estamos confesando que Cristo es
nuestro Salvador, estamos poniendo la luz
bajo la mesa.
● A los que viven en oscuridad, les ayudare-
mos a encontrar la salida hacia la luz: Cristo.
Mencione tres maneras en que usted pue-
de poner la luz en lo más alto de su hogar,
de su trabajo, en su barrio o en la escuela pa-
ra que otros sean iluminados con el mensaje
de Cristo:
____________________________________
_____________________________________
_____________________________________
______________________________________
______________________________________
III. Responsabilidades
Cristo nos ha comisionado para influir a
todo el mundo con el evangelio. Sin embar-
go, debemos tener presente lo siguiente:
 A. Lo que debemos evitar (Mateo 5:13)
No hay peor cosa que la sal pierda su capa-
cidad de salar. Jesús dice que no servirá para
otra cosa sino para ser arrojada y pisoteada.
Un hijo de Dios que presta atención a co-
sas vanas e ideas que pueden contaminar su
vida y su testimonio, perderá credibilidad, y
la integridad de su mensaje no tendrá fuerza.
El mensaje de Cristo debe mantenerse puro
sin otros elementos extraños que pueden al-
terar su efectividad (Romanos 12:1-2).
B. Lo que debemos hacer
1. Estar llenos de la presencia de Dios.
Cuando Pablo escribe a los Filipenses, los ex-
horta para que se ocupen en su salvación te-
niendo en cuenta que son "luminares en el
mundo" (2:13-18).
2. Mantener la paz, amor y unidad cristia-
nas. Es otra forma de dar testimonio, noso-
tros y la iglesia, de la obra de salvación de
Cristo.
¿Qué nos dice Juan 13:35 al respecto?
____________________________________
______________________________________
_______________________________________
Conclusión
Nuestra vida brillará con intensidad para
los demás cuando la entreguemos en un sa-
crificio vivo y continuo a Dios. Haciendo así,
entenderemos la voluntad del Padre que es
agradable, perfecta; por tanto, seremos sal y
luz de este mundo.
COMENTARIO DEVOCIONAL
Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas
ahora sois luz en el Señor; andad como hijos
de luz (Efesios 5:8).
En este versículo y en toda la epístola a los
Efesios, Pablo recuerda reiteradamente a sus
destinatarios cómo fueron sus vidas antes del
encuentro que tuvieron con Cristo. Aún
más, en este versículo les hace ver que no so-
lo estuvieron en la oscuridad sino que ellos
mismos eran tinieblas. Es decir, eran del mis-
mo color y naturaleza que la oscuridad. Ser
pecadores o vivir en pecado es caminar en
pecado.
Pasar de la oscuridad a la luz requiere del
pecador sencillamente un paso de fe. La
muerte y resurrección de Jesús permite que
toda persona pueda tomar la decisión, por fe,
de pasar de muerte a vida, de la oscuridad a
la luz.
58
Una vez que dio ese paso y está en el Se-
ñor, la persona es luz. Por medio de Jesucris-
to, su vida, esencia y naturaleza, se convierte
en luz. A través del perdón de sus pecados,
Jesús también la transforma en esperanza (sal
de la tierra) para los demás. La vida cristiana
no es una vida solitaria, sino una influencia y
testimonio.
Recordemos que Dios no creó al ser huma-
no en tinieblas ni para el pecado. Dice Pablo
que él nos creó "para que fuésemos santos y
sin mancha" (1:4). Si bien es cierto, el ser
humano –en Adán y Eva– nació pecador;
Dios le dio vida cuando estaba muerto en sus
"delitos y pecados" (2:1).
A partir del perdón, el creyente debe seguir
caminando y creciendo, porque ha sido edi-
ficado "para morada de Dios en el Espíritu"
(2:22). Al caminar, debe hacerlo con certi-
dumbre; tiene "seguridad y acceso con con-
fianza" a Jesucristo "por medio de la fe en
él" (3:12). En esta relación con el Señor, el
creyente caminará con dignidad (4:1).
El camino de la luz será siempre uno de pri-
vilegios y oportunidades que, también, con-
llevará responsabilidades y obligaciones. El
creyente caminará en humildad, se comporta-
rá con mansedumbre, tendrá paciencia para
con los demás, mantendrá la paz con todos
en amor, según ha aprendido y aprende de
Cristo. Es más, renovará el espíritu de su
mente, hablará verdad con su prójimo y, aun-
que se aíre, no pecará. Sus palabras serán lim-
pias; su conversación será para edificación.
La benignidad, la compasión, la misericor-
dia y el perdón serán el común denominador
de su vida porque, en el poder de la sangre de
Cristo, en lugar de herir o contristar al Espíri-
tu con acciones y reacciones negativas, busca-
rá alegrarlo, complacerlo y disfrutarlo todo el
tiempo. Es en el capítulo 4 de Efesios donde
Pablo hace esa lista que refleja el "fruto del
Espíritu" y que, como señala después, ocurre
"en toda bondad, justicia y verdad" (5:9).
Para ser luz y caminar como hijo de luz,
entonces, el creyente dependerá de la gracia
que Dios tiene por su Espíritu para todos los
que le aman. ¿Cuál es la demanda para el cre-
yente? Muy sencilla: "Andar".
MATERIAL DE APOYO
Mateo 5:16
En relación con el pasaje de Mateo 5:16 y
al contenido de la lección de hoy, el profesor
W. Barclay, agrega lo siguiente:
1. "Los hombres deben ver nuestras buenas
acciones. En el idioma griego hay dos pala-
bras que designan el bien: La palabra agazós,
mediante la cual se define la bondad; kalós,
que quiere decir que algo no solo es bueno,
sino también hermoso, atractivo, elegante".
La palabra que emplea Mateo es kalós. Las
buenas acciones del cristiano no deben ser
solo buenas, sino también atractivas.
"Debe haber una cierta prestancia en la
bondad cristiana. Lo malo de muchas perso-
nas que creen ser buenas, es que su actitud
resulta fría, dura y excesivamente austera.
Hay una bondad que atrae y una bondad que
repele. Hay en la bondad cristiana cierto en-
canto que la hace hermosa".
2. "Pero también debe notarse que nues-
tras buenas acciones no tienen el propósito
de atraer la atención de los demás sobre no-
sotros, sino sobre Dios. Estas palabras de Je-
sús son una prohibición absoluta de lo que
alguien ha llamado ‘la bondad teatral’.
"En una conferencia a la cual había sido in-
vitado D. L. Moody había también un grupo
de jóvenes que tomaban muy en serio su fe
cristiana. Una noche realizaron una vigilia de
oración que duró toda la noche. A la maña-
na siguiente, cuando se retiraban, se encon-
Mis notas:
59
traron con Moody, quien les preguntó qué
habían estado haciendo. Ellos se lo dijeron,
agregando: ‘¿No se da cuenta de cómo bri-
llan nuestros rostros?’ A lo cual el gran pre-
dicador replicó: ‘Moisés no estaba tan ansio-
so como ustedes de que su rostro brillara’.
La bondad teatral, o sea aquella bondad que
se anda exhibiendo, no es una bondad cris-
tiana".
El rey Enrique V (1387-1422)
Un antiguo historiador escribió con respec-
to a Enrique V, rey de Inglaterra: "Después
de la batalla de Agincourt, no permitió que
los trovadores cantaran estrofas de alabanza
por su gloriosa victoria, porque quería que
toda la alabanza y gratitud se dieran a Dios".
El cristiano nunca piensa en lo que ha he-
cho, sino en lo que Dios le ha permitido ha-
cer. Nunca procura hacer que la mirada de
los hombres se concentre en él, sino que la
conduce hacia Dios. Mientras alguien pase
todo el tiempo pensando en la alabanza, la
gratitud o el prestigio que obtendrá por sus
buenas acciones, ni siquiera ha comenzado a
transitar por el camino de Cristo.
–W. Barclay. Mateo I, p. 136
Lección 2
¿Debo testificar de mi fe en mi trabajo?
Para estudio: 1 Corintios 10:31-33; Efesios 6:5-9; 1 Timoteo 5:8-10
Para memorizar: Y todo lo que hacéis, sea de palabra o hecho, hacedlo todo en el nombre del
Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él (Colosenses 3:17).

Desarrollo de la lección
Introducción
Dios llama a todo cristiano para dar testi-
monio de su fe en Cristo. Pero, ¿cómo testi-
ficaremos de la fe que tenemos si no nos re-
lacionamos con otras personas?
Las relaciones humanas propician oportu-
nidades para que los creyentes mostremos
esa bendición de andar con Cristo, confian-
do siempre en él. Por ejemplo, nuestro lugar
de trabajo es el medio que permite que nos
relacionemos cada día con nuestros jefes,
compañeros de trabajo y clientes, por tanto,
el lugar propicio para dar testimonio de
nuestra fe en Cristo.
En la presente lección desarrollaremos dos
conceptos al respecto: Las diferentes mane-
ras de dar testimonio, y el testimonio en el
trabajo.
I. El testimonio en nuestra vida
social - 1 Corintios 10:31-33; 11:1
Los tipos de relación interpersonal que de-
sarrollamos en nuestra vida social son múlti-
ples, y también variadas las maneras de dar
testimonio de nuestra fe.
Indique cinco formas de relaciones sociales:
1.__________________________________
2.__________________________________
3.__________________________________
4.__________________________________
5.__________________________________
A. Debemos testificar por medio de nues-
tras buenas acciones (1 Corintios 10:31; 1
Timoteo 5:9-10)
Generalmente se piensa que la manera más
común de testificar de Cristo es por medio
de la palabra oral o escrita. Pero, alguien ha
dicho que las acciones hablan más que las pa-
labras. También hay un refrán que dice: "lo
60
que haces no me deja escuchar lo que dices".
Sin desvalorizar el testimonio hablado o es-
crito, entendemos que el más eficaz es el de
las acciones. Además, para que un testimo-
nio de palabra sea eficaz, debe estar respalda-
do por actitudes que muestren nuestra bue-
na relación con Cristo.
Al respecto, ¿qué le aconseja Pablo a Timo-
teo? (1 Timoteo 4:12)
____________________________________
______________________________________
Además, la palabra de Dios dice que solo el
amor debe motivar nuestras buenas obras (1
Corintios 13), de esa forma Dios recibirá la
honra y la gloria.
¿Qué nos dice 1 Corintios 10:31 al respecto?
____________________________________
_____________________________________
_____________________________________
B. Debemos testificar por medio de nues-
tro ejemplo (1 Corintios 10:32)
Lea la cita indicada y mencione tres formas
en que uno puede ser tropiezo para los de-
más:
1.___________________________________
2.___________________________________
3.___________________________________
Pablo les dice a los hermanos de Corinto:
"No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles,
ni a la iglesia de Dios". Seguramente Pablo
recordó las enseñanzas de Jesús en Lucas
17:1-2.
¿Qué nos dice Lucas 17:1-2?
____________________________________
_____________________________________
______________________________________
Jesucristo nos está hablando del tropiezo
intencional. Pero es posible que seamos tro-
piezo sin que esa sea nuestra intención, y
nuestro prójimo sea ofendido; por ejemplo,
a través de un gesto, un comentario, falta de
cortesía, etc.
Además, sin que esa sea nuestra intención,
también podemos llegar a ser tropiezo para
que otros no busquen a Cristo.
¿Qué dice Mateo 16:23 al respecto?
____________________________________
_____________________________________
_____________________________________
¿De qué forma podemos ser hoy tropiezo
para el Señor?
____________________________________
_____________________________________
______________________________________
Para evitar ser tropiezo a otros, debemos
seguir el consejo de Mateo 5:16.
¿Cuál es el mensaje que da Mateo 5:16?
____________________________________
_____________________________________
______________________________________
C. Nuestro testimonio debe tener un
propósito (1 Corintios 10:33)
Ese propósito debe ser, que otros lleguen a
ser salvos para la gloria de Dios.
II. El testimonio en las relaciones la-
borales - Efesios 6:5-9
Enumere las clases de personas que existen
en una relación laboral o de trabajo
En toda relación laboral por lo menos hay
tres clases de personas: a) los empleadores,
b) los empleados, y c) los usuarios o clientes.
Pablo, en su carta a los efesios, toma como
ejemplo el caso más extremo, la relación en-
tre un amo y su esclavo o siervo (empleador
y empleado). En los tiempos del apóstol, el
amo poseía todos los derechos, no así el es-
clavo o siervo. Sin embargo, dice Pablo que
aun en ese tipo de relación laboral se puede
testificar de Cristo.
A. Nuestro testimonio como empleados
(6:5-8)
¿Cómo podemos testificar a nuestro jefe o
empleador?
1.___________________________________
2.___________________________________
A continuación damos algunas sugerencias
de cómo podemos dar testimonio a nuestros
61
empleadores. Por ejemplo, debemos ser:
1. Obedientes.
2. Diligentes en nuestro trabajo.
3. Honrados.
B. Nuestro testimonio como empleado-
res (6:9)
Cuando Pablo escribe su carta, la situación
entre amos y esclavos era muy desigual.
Mientras los amos poseían todos los dere-
chos civiles, los esclavos carecían de todo de-
recho, aun el de su propia vida, la cual de-
pendía de la voluntad de sus amos.
¿Cuál es el consejo que Pablo les da a los
amos? (Efesios 6:9)
____________________________________
______________________________________
¿Cómo se deben aplicar esos consejos a
nuestra situación hoy?
____________________________________
______________________________________
Dios quiera que los empresarios cristianos
practiquen los consejos de Pablo, y separen
parte de su tiempo para servir a la iglesia.
Debemos dar a nuestros empleados lo que
nosotros esperamos de ellos, como:
1. Respeto.
2. Estima.
3. Ayuda.
Es de mucha importancia para un trabaja-
dor saber que su empleador está al tanto de
sus necesidades y dificultades. De esa mane-
ra el trabajador verá en su empleador el ver-
dadero carácter cristiano.
C. Nuestro testimonio a los clientes o
usuarios
Quien desempeña una actividad laboral,
necesariamente tendrá que relacionarse con
los clientes. Cualquier actividad que desem-
peñe una empresa siempre originará que se
establezca una relación con otras personas;
por ejemplo: compradores, vendedores etc.
El cristiano siempre debe estar alerta a to-
das las oportunidades que se le presenten pa-
ra dar testimonio de su fe, y para eso debe
cultivar cualidades como: la amabilidad, la
cortesía y sobre todo un espíritu de perma-
nente gozo en el Señor.
D. Nuestro testimonio como siervos de
Cristo (6:8-9)
El apóstol les dice, a los empleados como a
los empleadores, que son siervos de Dios, y
que deben servir "de buena voluntad, como
al Señor y no a los hombres, sabiendo que el
bien que cada uno hiciere, ése recibirá del
Señor, sea siervo o sea libre" (Efesios 6:7-8).
La regla recomendada por el apóstol es te-
ner buena voluntad. Si se aplica ese consejo,
eliminará de la persona la pereza, el desor-
den, la infidelidad, etc. Además, al cristiano
se lo considera un embajador de Dios en la
tierra, por tanto, nuestra responsabilidad pri-
maria es hacer la voluntad del Señor. Dueños
de empresas y trabajadores deben dar testi-
monio de su fe.
El mensaje de salvación es para toda perso-
na, sin importar su condición social o su ra-
za. Si el Señor no hace acepción de personas,
tampoco deben hacerlo sus hijos.
CONCLUSIÓN
Se llama al cristiano a dar de gracia lo que
ha recibido de gracia: "Porque por gracia
sois salvos por medio de la fe, y esto no de
vosotros, pues es don de Dios" (Efesios 2:8).
El deber de todo cristiano es proclamar a
otros la salvación que hemos recibido por
gracia de Dios.
Los centros laborales presentan oportuni-
dades, que los trabajadores cristianos no de-
ben desaprovechar, para dar testimonio de su
fe en Cristo.
COMENTARIO DEVOCIONAL
El testimonio de la fe de una doncella
(2 Reyes 5:1-27; Lucas 4:27)
Naamán, general del ejército del rey de Si-
ria, era un gran varón ante los ojos de su Se-
ñor. Se distinguía por sus éxitos militares, era
muy rico, pero era leproso.
En su casa trabajaba una doncella. Esta jo-
ven hebrea, esclava de la esposa de Naamán,
le hizo saber a este que el Dios del profeta de
Israel podía curar su lepra. Ella había sido
aprehendida y esclavizada en una de las mu-
chas incursiones de rapiña que hacían los si-
rios en la frontera con Israel; sin embargo,
había entendido bien que Dios quería que
ellos fuesen instrumentos para ganar a otros
pueblos para él.
Gracias a esta doncella, Naamán encontró a
Eliseo, profeta de Dios, para su sanidad. A
pesar de la renuencia del general del rey de
Siria para obedecer al "método de sanidad"
de Eliseo, obedeció y la Biblia dice que
"quedó limpio".
Después de ser objeto del milagro de Dios,
62
¿qué hizo Naamán? De acuerdo al relato bí-
blico, Naamán dio testimonio diciendo: "He
aquí ahora conozco que no hay Dios en to-
da la tierra, sino en Israel".
Desde ese momento, este valiente general,
prometió no sacrificar holocausto a ningún
Dios, sino a Jehová.
MATERIAL DE APOYO
Testimonio de Jorge Porcel
Posiblemente escucharon hablar o comen-
tar de Jorge Porcel, un comediante y actor
argentino que se convirtió a Cristo, quien fa-
lleció recientemente.
En una oportunidad, dijo lo siguiente:
"Termino de filmar la película. Una serie de
enfermedades, una detrás de otra, me tienen
entrando y saliendo del hospital, pero Dios
me rescata de todas".
"¡Cómo me cuesta caminar! Cuando tengo
que hacer distancias largas uso una silla de
ruedas, siempre con mi fe puesta en Dios…
"Estoy perfeccionando mi camino. Ya no
resbalo ni me caigo como antes.
"En todas partes de América mis hermanos
en Cristo se enteran de mi conversión. Me
invitan para dar mi testimonio en diferentes
lugares. Primero en Costa Rica, donde unas
diez mil personas, en dos días sucesivos, ha-
cen rebalsar el templo del pastor Hugo Solís,
tanto es así que se tienen que poner pantallas
gigantes en la playa de estacionamiento para
la gente que se ha quedado afuera sin poder
entrar.
"Luego en Paraguay sucede lo mismo, in-
vitado por los ‘Hombres de Negocios del
Evangelio Completo’.
"Pero soy consciente de que la única estre-
lla es Jesús. En todos lados sucede lo mismo.
Por gentileza del evangelista Alberto Motte-
si vuelvo a Costa Rica para dar mi testimo-
nio. También me invitan a México. En am-
bos lugares, miles de almas se entregan a
Cristo.
"En uno de los entreactos, después de sa-
ludar a muchos hermanos, se acerca una ni-
ña de nueve años y me dice que gracias a mi
testimonio, que leyó en un periódico, su
abuelo dejó de beber.
"Allí termino de darme cuenta que el viejo
cómico, los aplausos y las vanidades han que-
dado atrás, muy atrás. Ahora soy siervo del
Señor. Trabajo para su causa: Rescatar almas.
Toda la gloria y la honra son solo para él".
–Jorge Porcel. Risas, Aplausos
y Lágrimas. Editorial Betania, 1998.
Lección 3
¿Es el trabajo un castigo?
Para estudio: 2 Tesalonicenses 3:6-15
Para memorizar: Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien (2 Tesalonicenses 3:13).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
¿Cómo tratar a una persona que no traba-
ja, y además es una carga para su hogar y los
que le rodean?
La pregunta no es para quien busca traba-
jo y no lo encuentra, sino para aquel que
quiere vivir a costa de los demás sin hacer na-
da; es decir, la pregunta es para aquel que es
holgazán.
Para contestar a la pregunta del título de la
lección, es necesario que reflexionemos en
las siguientes preguntas.
I. ¿Es correcto vivir a costa de otros?
Lógicamente la respuesta es no. Pero diga-
mos algo más. Vivir a costa de otros cuando
el recurso del trabajo está a nuestro alcance,
no glorifica a Dios.
1. Esta no es la primera vez que Pablo plan-
tea el tema del trabajo. Ya lo había hecho en
su primera carta a la iglesia de los tesaloni-
censes. Especialmente cuando trató el pro-
blema de aquel que sencillamente "no que-
ría trabajar". En esa ocasión era más bien
una exhortación, por eso les dijo: Tranquilí-
cense y ocúpense de sus negocios, y trabajen
con sus manos de la manera en que les pedi-
mos (1 Tesalonicenses 4:11).
2. En la primera carta, Pablo les había es-
crito y enseñado a los hermanos de esa igle-
sia acerca de la segunda venida del Señor.
Ese tema –que para Pablo era de suma im-
portancia y, diríamos, hasta urgente– dio
motivo a que algunos, animados por falsos
maestros, dejaran su trabajo y se pusieran a
esperar la venida del Señor. Eran como si
ellos hubiesen escuchado de Pablo lo que no
les dijo.
¿Verdad que muchas veces hay personas
que esperan por una frasecita u observación
63
para enseguida armar su propia "teología",
"idea", o aún "orden" con tal de hacer lo
que les venga en gana? Ellos no escucharon
con atención lo que ya el apóstol les había
dicho anteriormente.
¿Qué les había dicho? Acuérdense, herma-
nos, cómo trabajamos y cuánto nos fatiga-
mos; cómo lo hicimos de día y de noche pa-
ra no ser una carga a ninguno de ustedes, pa-
ra predicarles el evangelio (1 Tesalonicenses
2:9).
¿Cómo hacían esos hermanos holgazanes
para comer? ¿Cómo hacen hoy los vividores
y aprovechadores de la buena voluntad de
otros hermanos? Mientras los tesalonicenses
esperaban la venida del Señor, quizá en algu-
na colina cercana y hasta con vestiduras blan-
cas, de tanto en tanto, volvían al pueblo, a las
casas de los hermanos, a "saludarlos" –nor-
malmente a la hora del desayuno, el almuer-
zo o la cena– y se aprovisionaban suficiente-
mente como para seguir a la dulce espera del
Señor... ¡sin trabajar! "¡Qué nobles! ¡Qué
santos!" –seguramente pensaban algunos de
esos hermanos. Pero la mayoría de ellos –los
trabajadores, muy comprometidos con el Se-
ñor– comenzaron a sentir con Pablo "la mo-
lestia" que les causaban los holgazanes. Esos
no solo fueron molestia quitándole sus pro-
pias provisiones, pero también su tiempo
precioso.
3. No dejemos de pensar en quienes tenían
verdadera necesidad –como los enfermos,
pobres, ancianos y viudas. Estos eran despla-
zados por esas "aves de rapiña". ¿Qué enfer-
mo puede competir con un holgazán sano?
¿Qué velocidad puede tener un anciano con-
tra un holgazán joven, que ni trabaja ni estu-
dia, para llegar hasta donde reparten o hay
disponibilidad de comida?
Quizá la pregunta más importante, para
esos hermanos y para nosotros hoy sería,
¿cómo pudiera glorificarse el Señor y cómo
pudiera beneficiarse la iglesia de Cristo y el
mundo con el testimonio de vida de un "hol-
gazán cristiano"? Verdaderamente Pablo es-
taba preocupado con el estilo de vida escogi-
do por alguno de los tesalonicenses como pa-
ra bendecirlos con un pedido como este: "Je-
sucristo... conforte vuestros corazones, y
confirme en toda buena palabra y obra" (2
Tesalonicenses 2:16-17).
4. En lugar de ir hacia atrás, el desafío de
Pablo era que en sus necesidades tuvieran
consuelo, hablaran y obraran –o trabajaran–
como correspondía a verdaderos seguidores
de Jesús. El apóstol quería, se preocupaba,
anhelaba, que "la palabra del Señor" corriera
y fuera glorificada en otras partes, les decía,
"así como [había corrido y Él había sido glo-
rificado] entre vosotros" (3:1).
II. ¿Es mejor trabajar o no trabajar?
1. La respuesta, casi seguramente de la ma-
yoría, será "trabajar". Algunos lo dirán enfá-
ticamente y otros quizá sin mucha convic-
ción. Pero admitamos que la ecuación de al-
gunos es que trabajar significa maldición,
carga, castigo, oprobio o cualquier otro sinó-
nimo semejante. Vivir sin trabajar sería para
ellos una suerte de bendición, premio o algo
parecido. ¡Qué equivocados!
Algún teólogo improvisado por ahí ha di-
cho que el trabajo es parte de la maldición
del pecado. Para reforzar su argumento aún
ha usado la Biblia. No olvidemos que el dia-
blo también citó versículos de memoria de
las Escrituras, y que eso no le garantizó éxi-
to. ¡Cuidado!
¿Cuál texto bíblico usan quienes argumen-
tan la maldición del trabajo? En el relato de
Génesis 3, después que Adán y Eva pecaron,
Dios le dijo al hombre: "...maldita será la tie-
rra por tu causa; con dolor comerás de ella
todos los días de tu vida. Espinos y cardos te
producirá, y comerás plantas del campo. Con
el sudor de tu rostro comerás el pan hasta
que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste
tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás"
(3:17-19).
Para acompañar a esos teólogos improvisa-
dos, pudiéramos entresacar de manera anto-
jadiza otras enseñanzas absurdas y a la vez ri-
sueñas de estos versículos. Pudiéramos afir-
mar, por ejemplo, que antes de que Adán y
Eva pecaran no existía el sudor. También pu-
diéramos decir que cuando Adán y Eva co-
mieran pan, sería tan duro o difícil de masti-
carlo, que transpirarían. Causa risa pensar así
64
y también causa risa pensar que el trabajo es
maldición. ¿Por qué?
2. En Génesis mismo está la respuesta.
Apenas el hombre fue creado por Dios y mu-
cho antes de pecar, recibió la bendición del
trabajo: "Y los bendijo Dios, y les dijo: Fruc-
tificad y multiplicaos; llenad la tierra, y so-
juzgadla, y señoread en los peces del mar, en
las aves de los cielos, y en todas las bestias
que se mueven sobre la tierra" (1:28). Ense-
guida, la Escritura indica que: "Tomó, pues,
Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huer-
to de Edén, para que lo labrara y lo guarda-
se" (2:15). ¡Eso sí que era trabajo! ¡Observe
todos los verbos activos y encontrará una
descripción de trabajo con horas muy ocupa-
das para Adán y Eva antes de caer en pecado!
III. ¿Es posible comer sin trabajar?
1. La respuesta es sí. Mientras existan per-
sonas compasivas, habrá alguien que dará de
comer a quien no trabaja. Más que un man-
damiento, Pablo está diciendo a los tesaloni-
censes: "¡Basta! ¡Ya no les den de comer a
esos vagos! Si no trabajan, que no coman de
arriba" (3:10). El apóstol no solo proporcio-
na pautas para ser bendecidos por el trabajo,
pero también guía a la iglesia acerca de cómo
proceder frente a los que no cuentan al tra-
bajo como bendición y prefieren ser holga-
zanes. Pareciera que Pablo es muy estricto,
pero el problema amenazaba la estabilidad y
la misión de la iglesia. ¿Acaso no es bueno
tratar asuntos como estos cuando peligra la
razón de ser de una congregación como la
de Tesalónica.
2. Más allá de ser un líder con carisma, el
apóstol Pablo fue ejemplo de trabajo para to-
da la iglesia, incluyendo a quienes pensaban
que no trabajar y vivir "de arriba" era una
buena idea. En pocas palabras, Pablo de-
muestra que el estilo de vida de un cristiano
no es andar desordenadamente.
¿Qué significa ser desordenado?
____________________________________
_____________________________________
______________________________________
El uso que Pablo le da a la palabra "desor-
den" no solo se refiere a la indisciplina, des-
cuido, y falta de cuidado en la vida de una
persona, pero también egoísmo, carga, y, li-
teralmente, escándalo (piedra de tropiezo
en el contexto griego) para la iglesia y su
testimonio. En sí, no trabajar produce de-
sorden no solo en la misma persona, sino en
quienes le rodean.
Pablo, cuando señala que trabajó "para no
ser gravoso", intenta abrir los ojos a los que
cegados por la excusa de la espera de la se-
gunda venida, iban de casa en casa pidiendo
sustento.
3. La lección es sencilla. Quien no trabaja
impone una doble carga en los demás. He
observado hogares donde el padre y la ma-
dre llevan toda la carga de responsabilidad de
trabajo en la casa, aun cuando hay adolescen-
tes y jóvenes en ese hogar que pudieran co-
laborar en los quehaceres hogareños o en al-
gún trabajo para cooperar en el sustento. Se
levantan y dejan la cama sin hacer; llegan de
la escuela o de la calle, se sirven comida, y
dejan la vajilla sucia; dejan su ropa tirada en
su habitación; viven, prácticamente, como si
los demás existieran para servirles. ¡Eso es ser
gravosos! Pablo continúa diciendo que "te-
nía derecho" de depender en su sustento de
los hermanos, pero que había decidido no
aprovecharlo.
¿Por qué?
____________________________________
______________________________________
Conociendo a los tesalonicenses y para evi-
tar que hablaran de más, el apóstol decidió
dedicar tiempo de su ministerio al trabajo se-
cular y lograr así su propio sustento. Si un
ministro del evangelio que pudiendo ser sos-
tenido por su congregación debe dedicar su
tiempo de ministerio al trabajo secular por la
falta de compromiso hacia él y su familia, esa
congregación deberá dar cuenta a Dios. ¿De
qué? Seguramente de todo lo que deja de
hacer el ministro para lograr un mayor im-
pacto, por ejemplo, en evangelismo y disci-
pulado, administración de la iglesia, salud fí-
sica y mental y cosas semejantes.
La orden, el mandato, de Pablo a los hol-
gazanes, al igual que a los de nuestro tiem-
po, es que "en nombre del Señor Jesucristo
trabajen sosegadamente y coman de su pro-
pio pan".
CONCLUSIÓN
Al igual que el resto de las Escrituras, Pa-
blo nos enseña que el trabajo no es castigo;
todo lo contrario, si hay que castigar a al-
guien, ese debiera ser quien no trabaja. El
trabajo es bendición de Dios y permite que
la vida del creyente sea valorada correcta-
mente, fortaleciendo su autoestima. Tam-
bién permite que, junto a los demás creyen-
65
tes, como iglesia, puedan sostener la obra y
su misión en la comunidad y en el mundo.
COMENTARIO DEVOCIONAL
Hay países, por ejemplo Estados Unidos,
donde existen programas de alimentación a
los que se accede por necesidad justificada.
Uno de esos programas se llama "food-
stamps" [cupones para comida]. Un buen
amigo mío, mientras yo vivía en ese país, me
preguntó si ya conocía ese beneficio. Por
cierto que lo conocía. Debido a que había lle-
gado como estudiante, por el salario bajo que
tenía y una familia que mantener, había echa-
do mano a ese recurso que me sacó de apu-
ros económicos reales durante todo un año.
Mi amigo me preguntó, "¿por qué no con-
tinuaste usándolo?" Le mencioné que ya te-
nía un trabajo mejor que, aunque no me per-
mitía equiparar ese subsidio o ayuda del go-
bierno, me hacía sentir mejor. Mi meta per-
sonal consistió en no crear dependencia de
esa ayuda y llegar a superar en mi salario ese
"subsidio de los pobres" (así llamado por
muchos en ese país).
Debemos reconocer y aplaudir los progra-
mas de ayuda de gobiernos, iglesias, asocia-
ciones y amigos, porque permiten, en alguna
medida, hacer frente a la limitación alimenti-
cia a la que subyuga la pobreza. Pero, en el
caso de mi amigo no era tanto un problema
de necesidad sino de conveniencia. Con una
sonrisa malévola, ese amigo –evangélico– me
confesó: "Yo pudiera tener un mejor trabajo,
¿pero para qué esforzarme tanto si con esas
´estampillas´ me alcanza para comer todo el
mes y la paso muy bien?" He conocido a
otros seudo cristianos que para obtener este
beneficio han mentido, lo cual es otro tema
aparte (la mentira), como también otro
asunto es el de los que trabajan tanto que
descuidan a Dios y la familia, y viven solo pa-
ra trabajar (adictos al trabajo).
Pero está ese otro asunto al que Pablo se
refiere a lo largo de su enseñanza en la lec-
ción de hoy y que va más allá de lograr nues-
tro propio sustento. Se trata de "no cansar-
nos de hacer el bien".
¡Qué desafío! Juan Wesley decía: "Gana to-
do lo que puedas, ahorra todo lo que pue-
das, da todo lo que puedas." El creyente que
ahorra sin duda posee una virtud especial,
pero más grande es la vocación de aquel que
ahorra para ayudar y ser compasivo con el
propósito de agradar al Señor. No hay excu-
sa como para dejar de hacer el bien a los de-
más, aún cuando estemos cansados de quie-
nes se aprovechan de la bondad de otros.
El estilo de vida de Pablo fue hacer el bien
incansablemente. ¿De dónde aprendió, sino
de Jesús? En Hechos 20:20-21, al igual que
en este texto, el apóstol dice y enseña: "Es-
tas manos me han servido. En todo os he en-
señado que, trabajando así, se debe ayudar a
los necesitados, y recordar las palabras del
Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado
es dar que recibir".
MATERIAL DE APOYO
El trabajo
"La Biblia es, en un sentido, un libro que
Mis notas:
66
registra la vida de un pueblo trabajador. El
trabajo entre los hebreos era parte de una
perspectiva teológica. En el Génesis se exalta
el trabajo creativo. Es el mismo Dios que
continúa laborando (Salmos 104:22–24;
Isaías 28:29; 40:28).
"La obra de Dios en favor del hombre fue
fundamento de la dignidad del trabajo. Los
Diez Mandamientos no solo subrayan el día
del descanso, sino el trabajo de los otros seis
días (Éxodo 23:12). Nehemías señala el bien
que se recibe del trabajo hecho y cumplido
(Nehemías 4:6). El apóstol Pablo exalta por
igual el trabajo (1 Tesalonicenses 4:11)".
–Vine Diccionario Expositivo. Caribe.
Lección 4
¿Es malo tener dinero?
Para estudio: Eclesiastés 5:10–6:2; Hechos 8:18-20
Para memorizar: Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando
algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores (1 Timoteo 6:10).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
Es imposible negar la utilidad del dinero en
la sociedad actual. Las necesidades básicas
del ser humano, como la alimentación, el
vestido, la salud, principalmente, son satisfe-
chas a través del dinero.
La Biblia hace muchas referencias sobre el
dinero: algunas como símbolo de la bendición
de Dios (1 Crónicas 29:12), y otras como
símbolo de maldición, especialmente cuando
el hombre hace del dinero el objeto de su
amor, dándole un valor superior al del ser hu-
mano, e incluso, convirtiéndolo en su dios.
La presente lección se basa en la enseñanza
de Eclesiastés 5:10–6:2.
I. ¿Qué beneficios trae el amor al di-
nero? Eclesiastés 5:10-12
Lea Eclesiastés 5:10-12, y responda las si-
guientes preguntas:
¿Es necesario tener dinero?_____________
¿Por qué?
____________________________________
¿Debemos amar el dinero?______________
¿Por qué?____________________________
Es importante establecer la diferencia entre
necesitar dinero y amar el dinero.
Especialmente en nuestra sociedad, ningu-
na persona puede prescindir del dinero, pues
sin él no podría subsistir. Gracias al dinero
cumplimos con nuestras responsabilidades
económicas y también satisfacemos nuestras
necesidades humanas básicas.
Si lo que dijimos arriba es cierto, también
debemos prestar atención a la nota de adver-
tencia del autor de Eclesiastés, especialmente
con relación a las consecuencias que sufren
aquellos que aman, por sobre todas las cosas,
el dinero y las riquezas de este mundo.
67
A. "El que ama el dinero,
no se saciará..." (5:10a)
Otras versiones han traducido este pasaje
como "siempre quiere más" ó "nunca tiene
bastante". Si para una persona el dinero es
solo un medio para suplir sus necesidades
básicas, vivirá contenta y en paz.
Pero eso no sucede con los que aman el di-
nero. No importa cuánto tengan ahorrado
en el Banco, para ellos nunca será suficiente.
Asimismo, la codicia se anidará en sus cora-
zones, y el resultado será: envidia, enemista-
des y aun crímenes. Las oficinas judiciales es-
tán repletas de querellas originadas por el
deseo de obtener más dinero.
B. "El que ama el mucho tener, no sacará
fruto" (5:10b)
Hoy es común medir a través del dinero el
valor de las riquezas materiales que posee
una persona, familia o nación. Por ejemplo,
se dice que una persona es rica, porque sus
bienes materiales están valorizados en millo-
nes de dólares.
A pesar de ello, la persona no está satisfe-
cha con lo que tiene, porque invierte toda su
preocupación en ver cómo aumentar esas ri-
quezas, y por ende no quiere gastar en sí
misma, y mucho menos en ayudar al próji-
mo.
Les doy un ejemplo. Conocí a un hacenda-
do cuya riqueza era superior a la de todas las
personas de su ciudad; sin embargo, vivía co-
mo el más pobre de todos. Al tener más, no
quería gastar su dinero.
A ese tipo de personas se las conoce como
avaros. El único afán que tienen es acumular
riquezas materiales, por eso no satisfacen sus
propias necesidades básicas y menos aún ayu-
dan a satisfacer las de los demás. El mejor fru-
to que se puede obtener de las riquezas es la
satisfacción de haberlas usado al servicio de los
demás, especialmente de los más necesitados.
 Como cristianos nos gozamos cuando sa-
bemos que el dinero que dimos a la iglesia:
1. Es para la predicación del mensaje de sal-
vación.
2. Sirvió para construir templos para la
adoración y enseñanza de la palabra de Dios.
3. Contribuye a que los pastores tengan un
salario digno de un siervo del Señor.
El amor a las riquezas impide que la perso-
na reconozca la voluntad de Dios sobre el
uso correcto de los bienes materiales. Jesús
dijo: "¡Cuán difícilmente entrarán en el rei-
no de Dios los que tienen riquezas!" (Lucas
18:24).
Entonces, ¿qué beneficios otorga el amor
al dinero? ¿Qué opina usted al respecto?
____________________________________
_____________________________________
______________________________________
II. ¿El mucho dinero trae satisfaccio-
nes o insatisfacciones?
Eclesiastés 5:11-17
¿Es posible encontrar en el dinero toda la
satisfacción material? ______________ Si su
respuesta es negativa explique por qué?
____________________________________
______________________________________
Y si su respuesta es positiva, mencione al-
gunos ejemplos
____________________________________
_____________________________________
____________________________________
Dijimos que el dinero es útil, pero tenerlo
en abundancia produce efectos negativos en
la persona. A estos efectos los llamaremos in-
satisfacciones.
A. El amor al dinero produce disgusto e
intranquilidad (5:11-12)
Lea el v. 12. ¿Qué opina al respecto? ¿Tiene
razón el autor de Eclesiastés?_____________
¿Por qué?_______________________________
____________________________________
______________________________________
______________________________________
______________________________________
Los que poseen abundantes riquezas, satis-
facen todas sus necesidades; sin embargo, es
cierto también que las personas, aunque po-
sean abundancia de bienes, no siempre se en-
cuentran satisfechas.
Por otro lado, el escritor afirma una gran
verdad: quien tiene abundancia de bienes no
68
duerme placenteramente.
B. Los bienes que tengamos, pocos o mu-
chos, debemos administrarlos de acuerdo
a la voluntad de Dios (5:13-15)
La Biblia dice que la administración es un
don de Dios (1 Corintios 12:28). Por lo tan-
to, el dinero que tengamos, sea mucho o po-
co, debemos administrarlo de acuerdo a la
voluntad de Dios. Es allí donde encontrare-
mos la satisfacción que esperamos.
C. Las riquezas no se pueden llevar a la
eternidad (5:16-17)
Una de las mayores preocupaciones del
hombre que ha acumulado bienes materiales
es que no sabe lo que pasará con ellos cuan-
do él muera.
¿Qué dice Eclesiastés 5:15 al respecto?
____________________________________
______________________________________
III. El dinero y la voluntad de Dios
Eclesiastés 5:18-20
Tenemos que comprender que toda la ri-
queza de este mundo le pertenece a Dios,
porque él la creó. Él es el dueño y soberano
sobre todos sus bienes. Su voluntad es que el
hombre disfrute de los bienes que él le pro-
vee.
A. El dinero es recompensa por el traba-
jo (5:18-20)
Dios ha establecido la forma en la cual el
hombre puede adquirir los bienes de su crea-
ción: "Tomó, pues, Jehová Dios al hombre,
y lo puso en el huerto de Edén, para que lo
labrara y lo guardase" (Génesis 2:15).
Desde la creación, Dios estableció que el ser
humano debe obtener bienes materiales por
medio del trabajo honrado. Adquirirlo de otra
forma va en contra de la voluntad de Dios.
Cuando Pablo le escribió a Timoteo di-
ciéndole que "la raíz de todos lo males es el
amor al dinero", sin duda estaba pensando
en las consecuencias de una mala administra-
ción, pero también en las consecuencias que
trae el dinero mal adquirido.
B. La soberanía de Dios sobre las rique-
zas (6:1-2)
Santiago nos dice que aun nuestras decisio-
nes están sujetas a la voluntad de Dios, por
eso afirma: "En lugar de lo cual deberíais de-
cir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos
esto o aquello". Si hemos aceptado a Cristo
como Salvador y Señor, pertenecemos a él
con todo lo que somos y tenemos.
CONCLUSIÓN
Ni las riquezas, ni el dinero son malos en
sí mismos, lo importante es la actitud del que
los tiene, quien muchas veces ama más al di-
nero que al dador del dinero, nuestro Señor.
Si en verdad lo amamos a él, estaremos ca-
pacitados para usar el dinero y las riquezas
como medios de bendición para satisfacer
nuestras necesidades básicas, para invertir en
el ministerio y en el bien del prójimo.
COMENTARIO DEVOCIONAL
“Porque raíz de todos los males es el amor
al dinero, el cual codiciando algunos, se ex-
traviaron de la fe, y fueron traspasados de
muchos dolores” (1 Timoteo 6:10).
Salomón fue una de las personas más ma-
terialistas que jamás haya existido. Sus rique-
zas eran tan abundantes que únicamente las
medía en oro, sin tener en cuenta las pose-
siones de plata. Sustituyó las copas de plata
del palacio por otras de oro. Revistió de oro
el interior del templo, y surtió el altar con
utensilios de oro. Si alguien conoció el pla-
cer de las riquezas, ese fue Salomón.
Sin embargo, muchos estudiosos de la Bi-
blia piensan que Salomón fue el escritor anó-
nimo del libro de Eclesiastés, aquel pesimis-
ta que se lamentaba, entre otras cosas, por lo
inútil de las riquezas.
"El que ama el dinero, no se saciará de di-
nero", lamenta el autor, "y el que ama el mu-
cho tener, no sacará fruto" (Eclesiastés 5:10).
Parte del problema que ocasiona el dinero
es que uno siempre desea tener un poco
más. Nunca es suficiente lo poco o mucho
que tengamos. Esto se debe a que la riqueza
material es relativa. Un millón de dólares
cambiaría por completo la vida de algunas
personas, pero resultaría una inversión bas-
tante escasa para aquel que posee billones.
Ernie Pyle, famoso corresponsal durante la
Segunda Guerra Mundial, siendo aún un jo-
ven escritor, reportó que un hombre había
heredado "la enorme fortuna de 15 mil dó-
lares". Cuando el jefe de redacción lo corri-
gió por haber empleado el adjetivo "enor-
me", Pyle le respondió: "Eso depende de
quién sea el heredero". En este caso, 15 mil
dólares verdaderamente significaba una
enorme suma para el que la había heredado.
Con el tiempo, su sabiduría ayudó a Salo-
69
món a descubrir que la persona que trabaja
con las manos es la más feliz y la que está en
mejores condiciones que todas las demás, in-
cluyendo a los ricos. "Dulce es el sueño del
trabajador, coma mucho, coma poco; pero al
rico no le deja dormir la abundancia" (5:12).
MATERIAL DE APOYO
Mis negocios son mis negocios
Carlos G. Finney estaba dirigiendo una se-
rie de cultos evangelísticos en un determina-
do lugar. Un individuo pasó adelante y dijo
que quería ser salvo. Finney se arrodilló para
orar por él: "Señor, aquí está este hombre
que quiere entregar por completo su corazón
a ti". El hombre asintió: "Amén, Señor".
Finney continuó: "Aquí está este hombre
que quiere abrir su hogar para ti, quiere es-
tablecer el culto familiar y que sus hijos sean
salvos". El hombre volvió a asentir: "Amén".
Finney prosiguió: "Señor, aquí está este
hombre que quiere hacerte parte de sus ne-
gocios. Quiere que tú seas su socio y que lo
ayudes a dirigir sus negocios". El hombre
permaneció tan callado que Finney levantó la
vista para preguntarle: "¿Por qué no me apo-
yó con un ‘Amén’?"
El hombre le respondió: "Porque mis ne-
gocios son mis negocios. No estoy dispuesto
a aceptar que Cristo maneje mis tratos co-
merciales, ni compartirlos con él, ni pedirle
su ayuda en la dirección de los mismos".
Este hombre, como el joven rico, quería la
salvación de su vida y de su familia, pero no
estaba dispuesto a pagar el precio. Amaba
más su dinero que a Cristo y la vida eterna.
Oro en el corazón
El Reverendo A. Fuller visitaba el banco
principal de Inglaterra. Allí le mostraron el
departamento secreto donde se guarda el
oro del imperio británico. Tomando un lin-
gote en su mano, este siervo de Dios, luego
de examinarlo, dijo: "¡Cuánto mejor es tener
esto en la mano que en el corazón!"
Moneda
El término latino "pecunia" (moneda) se
deriva de "pecus" (ganado), lo que indica
que el valor de las mercancías se medía origi-
nalmente en cabezas de ganado.
Las primeras piezas de moneda se emitie-
ron probablemente en el siglo VIII a.C. en
Asia Menor, entre los lidios y los griegos.
–Miriam Pozzi
Lección 5
¿Cuándo llega a ser pecaminosa la
diversión?
Para estudio: Efesios 4:17–5:20; Colosenses 3:15-17
Para memorizar: Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me
son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna (1 Corintios 6:12).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
Quizá hayamos escuchado frases como:
"Los evangélicos son aburridos", "nunca se
divierten" o "no saben cómo hacerlo". ¿Pe-
ro es cierto que no sabemos cómo divertir-
nos? ¿A qué llama el mundo diversión?
El diccionario castellano define el concepto
diversión como recreo, pasatiempo, solaz. Sin
embargo el mundo, la gente que no conoce al
Señor, le da otro significado. Para ellos, gene-
ralmente, diversión es pasar un tiempo donde
es imprescindible las bebidas alcohólicas. Y en
muchas reuniones de jóvenes, además del al-
cohol, se espera que no falte la droga.
Ese tipo de diversión que se da en casi to-
dos los círculos sociales, atenta contra los va-
lores morales, espirituales y emocionales de
la persona. Desde el momento en que el al-
cohol o las drogas toman el control de los
que eligen ese tipo de diversión, suceden
muchas cosas de las cuales más tarde se la-
mentarán.
¿Es verdad que los cristianos somos aburri-
dos o no sabemos cómo divertirnos?
¿Qué nos dice Dios al respecto? Busque los
siguientes pasajes bíblicos:
Levítico 23:40-41______________________
Salmos 97:1__________________________
Filipenses 4:4________________________
La Biblia dice que fuimos creados para ala-
bar y honrar a Dios. Él nos dice: "regoci-
jaos", "alégrense", "den voces de júbilo".
Por naturaleza, y porque así nos hizo Dios,
somos seres sociales, y eso hace que disfrute-
mos de un compañerismo sano, donde las
actividades, la música y otros elementos de
diversión, nos edificarán.
Dios se complace en la alegría de sus hijos,
70
siempre que esté de acuerdo con su voluntad.
Los pasatiempos, la recreación, los depor-
tes, el arte, la música, las vacaciones, son
buenos si honran a Dios.
¿Por qué debemos alegrarnos y regocijar-
nos en el Señor?
La respuesta es:
I. Porque en Cristo tenemos una
nueva vida - Efesios 4:17-24
Nuestra forma de divertirnos antes de co-
nocer a Cristo concordaba con la forma en
que se divertía el mundo. Ahora que Cristo
es el Señor de nuestra vida, Pablo nos exhor-
ta a que nuestro estilo de vida sea opuesto al
que nos ofrece el mundo: "... os ruego que
andéis como es digno de la vocación con que
fuisteis llamados" (Efesios 4:1).
Para seguir el consejo de Pablo se requiere
lo siguiente:
A. Despojarnos del viejo hombre (4:22)
Lea Efesios 4:17-19, y mencione cuáles
son las marcas de una vida sin Cristo:
v. 17________________________________
v. 18________________________________
v. 19________________________________
Todas esas características, como: Vanidad,
entendimiento entenebrecido, estar ajenos a
Dios, ser insensibles, muestran una vida sin
Cristo.
Por eso, el Señor nos pide que:
1. Nos despojemos del viejo hombre. Es
decir, que dejemos atrás nuestra pasada ma-
nera de vivir.
2. Nos renovemos en el espíritu de nuestra
mente. Es cuando nos vestimos cada día de
la naturaleza de Cristo; es decir, cuando pen-
samos como Cristo piensa.
 3. Nos vistamos del nuevo hombre. Se refie-
re al amor, santidad y justicia de Dios. Es así
cómo debe vestirse la nueva criatura en Cristo.
B. Aplicar las normas éticas de la vida
cristiana
Al tener una nueva vida en Cristo, estamos
aprendiendo a vivir bajo nuevas normas de
conducta moral que regirán nuestra vida.
Tres observaciones:
1. Estas nuevas normas de conducta moral
son bíblicas.
2. Debemos aplicarlas en nuestro hogar, en
el trabajo, en la escuela, con nuestros veci-
nos.
3. Si cumplimos con la voluntad de Dios,
estaremos honrando y dando gloria a su
nombre.
Preguntas de aplicación:
¿Cómo honrará a Dios nuestra conducta
cristiana en nuestro hogar?
____________________________________
_____________________________________
¿Cómo honrará a Dios nuestra conducta
cristiana en nuestro trabajo?
____________________________________
_____________________________________
¿Cómo honrará a Dios nuestra conducta
cristiana en el vecindario y en la iglesia?
____________________________________
_____________________________________
II. Llamados a testificar
Colosenses 3:15-17
El espíritu del mundo es anticristiano, care-
ce de respeto a la ley, tiene costumbres irra-
cionales, ideales bajos y deseos de comodi-
dad y placer sensual. En el mundo todo es
engañoso, falso y trivial. La mundanalidad se
nota de manera más completa en las diversio-
nes. No permitamos que el mundo sea nues-
tro modelo. La conducta del cristiano debe
diferenciarse completamente de la del incon-
verso.
Según su concepto, ¿cómo entiende lo que
Pablo dice en Romanos 12:2?
____________________________________
_____________________________________
______________________________________
A. Llamados a testificar contra los ma-
les de la sociedad
A la luz de la palabra de Dios, no debemos
71
permanecer indiferentes a lo que el mundo
nos ofrece, sino que debemos estar prepara-
dos para oponernos a ciertos estilos de vida y
negarnos a apoyar una sociedad que es liber-
tina.
B. Glorificando a Dios en todo
(Colosenses 3:15-17)
Ahora bien, analicemos si en todo lo que
hacemos, específicamente cuando nos diver-
timos o hacemos uso de las diversiones, esta-
mos glorificando a Dios.
¿Qué le dicen a usted los siguientes pasajes?
1 Corintios 6:12
_____________________________________
1 Corintios 10:23
____________________________________
Todo nos es lícito, pero no todo edifica y
conviene. Preguntémonos si lo que hacemos
cuando nos divertimos glorifica a Dios o si,
por el contrario, esa diversión puede llegar a
ser pecaminosa.
En el siguiente cuadro queremos mostrarle
algunos ejemplos de diversiones para que us-
ted analice. Luego escriba cuáles son los re-
sultados positivos y negativos.
En las columnas "uso bueno" y "uso ma-
lo" escriba lo bueno y lo malo que cree que
se puede obtener de las diversiones mencio-
nadas. Por ejemplo: "jugar algún deporte"
es bueno cuando se practica para mejorar la
salud física, y es malo cuando se usa para
apostar dinero.
DIVERSIÓN USO BUENO USO MALO
1. Jugar algún deporte
2. Internet
3. Escuchar música
4. Consumismo musical
5. Juegos electrónicos
6. Chistes
7. Celebraciones
8. Paseos o turismo
9. Películas
III. Aprovechando bien el tiempo
Efesios 5:13-20
A. Mayordomía del tiempo libre
Cuatro formas de usar el tiempo libre:
1. Recreación. Nos referimos a los depor-
tes, ejercicios, paseos. Los griegos decían:
"mente sana en cuerpo sano".
¿Qué le sugiere el pasaje bíblico de 1 Co-
rintios 6:19-20?
 ____________________________________
______________________________________
Los cristianos debemos actuar como ma-
yordomos de nuestro cuerpo, pues lo hemos
recibido de Dios para que sea templo del Es-
píritu Santo, por lo cual, es nuestro deber
mantenerlo sano.
2. Superación intelectual. El mejoramiento
intelectual se logra con la lectura de buenos
libros.
3. Adoración y servicio. Usemos nuestro
tiempo libre para adorar y servir a Dios.
Practicamos esto cuando vamos a la iglesia y
nos involucramos en el servicio de los minis-
terios.
Como dice el salmista: "prefiero estar un
día en tus atrios que mil fuera de ellos" (1
Corintios 4:2, Efesios 5:15-16).
B. ¿Cuándo llega a ser pecaminosa la di-
versión?
Existen diversiones o entretenimientos
que nos apartan de Dios, y por tanto, es pe-
caminoso. Sugerimos aplicar las siguientes
pruebas para saber si la participación en una
u otra diversión puede ser pecaminosa:
1. La prueba de lo secreto. Pregúntese, ¿me
sentiría avergonzado si mi participación en
alguna diversión se anunciara en un servicio
de la iglesia?
2. La prueba de la universalidad. Pregúnte-
se, ¿qué clase de familias, iglesias, comunida-
des o sociedad tendríamos si todos participá-
ramos de esta diversión?
3. La prueba de la oración. Pregúntese,
¿puedo orar por esta diversión y pedirle a
Dios que me acompañe y me bendiga?
El Señor Jesús ofreció a sus discípulos, y a
nosotros, que enviaría el Espíritu Santo para
que nos guiara a toda verdad. Busquemos ser
guiados por el Consolador prometido, y él
nos librará de participar en diversiones peca-
minosas.
CONCLUSIÓN
Tengamos cuidado de participar en diver-
siones que no glorifican ni honran a Dios. Él
espera que usemos nuestra propia inteligen-
cia para determinar lo que es bueno y lo que
es malo.
Susana Wesley, madre de Juan y Carlos, dijo
una impactante verdad: "Lo que debilite tu ra-
zón, endurezca la sensibilidad de tu concien-
cia, oscurezca tu sentido de Dios, o te quite el
gusto por las cosas espirituales, es pecado".
72
COMENTARIO DEVOCIONAL
Romanos 12:1-2
No dejemos que el mundo nos comprima
dentro de su propio molde. El mensaje de
estos dos versículos es el siguiente:
1. Un cuerpo entregado. “Nuestros cuer-
pos” implica nuestros miembros y, por ex-
tensión, nuestra vida en su totalidad.
Cuando comprendemos que Jesucristo
murió por nosotros, lo único que haremos es
vivir para él. Ya no tenemos que acudir a
Dios con ofrendas de animales muertos, sino
que debemos ofrecer toda nuestra vida como
sacrificio espiritual.
También forman parte de nuestra vida:
Nuestro servicio (Romanos 15:16). Nuestra
alabanza (Hebreos 13:15). Nuestras pose-
siones (Hebreos 13:16).
2. Una vida separada. Pablo nos aconseja
que no debemos adaptarnos a las formas de
este mundo. El mundo tiene su propia polí-
tica, arte, costumbres, música, religión y di-
versión, y trata de conseguir que cada uno se
amolde a su cultura y costumbres.
Nosotros no somos de este mundo, sino
que somos enviados al mundo para testificar
que sus obras son malas y que la salvación es-
tá disponible para todo aquel que la quiera
recibir.
3. Una mente transformada. Es una mente
que no se acomoda a los valores y esquemas
del tiempo presente sino que medita en la
palabra de Dios para ponerla por obra.
MATERIAL DE APOYO
Tiempo para cantar y escuchar música
Miles de hombres y mujeres piadosos de
ayer y de hoy hacen posible que podamos ex-
presar nuestro amor y adoración a Dios con
himnos y cantos. Muchos himnos son signi-
ficativos para mí, como: "Cariñoso Salva-
dor", "Grande es tu fidelidad", "Cuán gran-
de es él", "Como el ciervo brama por las co-
rrientes de las aguas", "Te coronamos", "Te
exaltaré mi Dios y Rey".
Me gusta cantar esos himnos y coros mien-
tras voy manejando en mi auto, hago los
quehaceres de mi casa o me despierto por la
noche. Disfruto de ese tiempo de adoración
que tenemos los cristianos.
En cambio, la mayoría de la música secular
promueve el delito, el sexo ilícito, las drogas,
la falta de respeto a las autoridades, la rebe-
lión, y aun sus letras hacen apología de la
muerte.
 ¿Cómo podemos proteger nuestra mente y
corazón?
Primero, usando la música como herra-
mienta para que nos ayude a alabar a Dios.
La música tiene los recursos para captar
nuestras emociones y expresarlas de una for-
ma que no conocemos. Compremos música
cristiana, busquemos un lugar solitario y de-
jemos que la música nos guíe a elevar nues-
tro pensamiento hacia Cristo.
Tal como Pablo y Silas lo hicieron, pode-
mos cantar desde nuestras propias celdas y
comprobar que el Dios Todopoderoso co-
mienza a remover los muros de la prisión en
la que nos encontramos.
–MIRIAM POZZI
Mis notas:
73
ACTIVIDAD FÍSICA
El Ministro de Salud de los Estados Unidos,
afirma en su informe anual que la actividad fí-
sica regular, realizada durante la mayor canti-
dad posible de días de la semana, reduce el ries-
go de padecer las enfermedades que constitu-
yen la principal causa de muerte en el país.
El ejercicio reduce considerablemente el ries-
go de padecer diabetes y tener presión alta, co-
mo también ayuda a formar y mantener los
huesos, músculos y articulaciones saludables.
La gente que por lo general se mantiene inac-
tiva puede mejorar su salud y bienestar si reali-
za con regularidad alguna actividad. La activi-
dad física no tiene que ser enérgica para obte-
ner beneficios, pero estos serán mayores al in-
crementar su duración, frecuencia e intensidad.
–J. y L. Hull. Santidad y Salud. CNP 2002.
Lección 6
¿Por qué no participamos de los
juegos de azar?
Para estudio: Efesios 5:15-20; Mateo 6:20-21,24; Marcos
7:21; Romanos 12:1-2; 1 Corintios 10:7; Colosenses 3:5.
Para memorizar: Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo
justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si
algo digno de alabanza, en esto pensad (Filipenses 4:8).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
El juego es un medio de relación social, y to-
dos tenemos algún grado de interés en el jue-
go como medio de diversión.
Generalmente, todo juego está sujeto a cier-
tas reglas, donde hay un ganador y un perde-
dor, según la destreza de los que participan.
La diferencia que hay con los juegos de azar
es que los que ganan o pierden dependen de la
casualidad y no de la destreza del que partici-
pa en ellos. Mencionaremos algunos juegos de
azar: lotería, carreras de caballos, todo tipo de
rifas y los juegos de cartas.
La Biblia, aunque no menciona directamen-
te de cuáles juegos debemos o no participar, sí
delinea algunos principios básicos que deben
regir nuestra conducta cristiana.
I. Los juegos de azar obstaculizan el
crecimiento espiritual
Efesios: 5:15-20; Proverbios 6:6-11
Lea Efesios 5:15, y responda la siguiente pre-
gunta: ¿quién es un sabio?
Lea Efesios 5:11-18, e identifique cuatro
principios que debemos aplicar con sabiduría:
1.______________(v. 11) 2.___________(v. 15)
3._____________(v. 17) 4.____________(v. 18)
Si aplicamos estos principios a todas las áreas
de nuestra vida, ellos nos ayudarán a vivir de
acuerdo con la voluntad de Dios.
A. Los juegos de azar impiden el buen uso
del tiempo (Efesios 5:15-16)
De acuerdo al diccionario de la Real Acade-
mia Española, "sabia" es aquella persona cuya
74
conducta es prudente en la vida. Y aplicado a
la vida cristiana, diríamos que sabia es la perso-
na que conduce su vida de acuerdo con la vo-
luntad de Dios, incluyendo el sabio uso del
tiempo.
Indique tres formas en las que un cristiano
debe usar bien su tiempo:
1.____________________________________
2.____________________________________
3.____________________________________
Desde el punto de vista bíblico, usamos sa-
biamente nuestro tiempo cuando trabajamos,
oramos, leemos y meditamos en la palabra de
Dios, cuando visitamos enfermos, suplimos las
necesidades de nuestro prójimo, testificamos
de Cristo, etc.
Por tanto, cuando participamos o invertimos
nuestro tiempo en los juegos de azar, desvir-
tuamos el propósito por el cual Dios nos ha
creado y nos alejamos de él.
B. Los juegos de azar son contrarios a la
voluntad de Dios (Efesios 5:17)
De acuerdo con Efesios 5:17, ¿qué somos si
no ponemos atención a la voluntad de Dios?
Un insensato es un tonto, alguien que no
tiene entendimiento. Y desde el punto de vista
bíblico, un insensato es aquel que carece del
conocimiento de la voluntad de Dios.
Desde el punto de vista de Pablo, ¿cómo po-
demos conocer la voluntad de Dios?
_____________________________________
_______________________________________
Para conocer la voluntad de Dios tenemos
que leer y estudiar su Palabra. Ella nos revela-
rá quién es Dios, y nos dará sabiduría para vi-
vir de acuerdo con su voluntad.
De acuerdo con 1 Tesalonicenses 4:3, ¿cuál
es la voluntad de Dios?
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_______________________________________
Dios desea que seamos santos como él es san-
to. Para eso nos ha enviado su Espíritu Santo,
para que nos ayude a vivir de acuerdo con su
voluntad.
Los juegos de azar, al basarse en la causalidad
o en la suerte, no constituyen una actividad
que vaya de acuerdo con la voluntad de Dios.
Lamentablemente, hay iglesias que realizan
sorteos o juegos de bingo, para reunir dinero
para alguna actividad social u obra de caridad.
Y los que organizan dicen que esa es "la única
forma de conseguir recursos económicos para
esas nobles actividades". De acuerdo con Ro-
manos 15:25-26, ¿qué hicieron los primeros
cristianos para ayudar al prójimo?
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_______________________________________
Dar a la iglesia nuestras ofrendas, tiempo y
talento, son los únicos medios aprobados por
el Señor para cumplir nuestras responsabilida-
des sociales con nuestro prójimo.
C. Los juegos de azar relajan la moral
(Efesios 5:18)
En el año 2,000, en una de las ciudades de
Estados Unidos se realizó una votación para sa-
ber si la gente estaba a favor o en contra de los
negocios de juegos de azar, o casinos. El argu-
mento a favor fue que estos negocios traerían a
la ciudad más fuentes de trabajo, y ayudarían al
sistema escolar en forma de impuestos.
Lamentablemente, de acuerdo a las estadísti-
cas, desde el año en que aprobaron la existen-
cia de casinos en esa ciudad, además de au-
mentar los índices de criminalidad, aumenta-
ron también los divorcios, suicidios, alcoholis-
mo y drogadicción.
III. ¿Cómo vencer el hábito del jue-
go de azar? Mateo 6:20-21,24; Colosenses
3:5; 1 Corintios 10:7; 1 Timoteo 6:10
¿Cuál es el mensaje que nos deja cada uno de
estos pasajes bíblicos?
Mateo 6:20-21,24
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Colosenses 3:5
_____________________________________
1 Corintios 10:7
_____________________________________
75
1 Timoteo 6:10
_____________________________________
En todo juego de azar, el propósito principal
es ganar mucho dinero, y sin esfuerzo.
¿Qué nos dice 1 Timoteo 6:10 al respecto?
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Para vencer el hábito de los juegos de azar
debemos apelar a los medios de gracia que
Dios nos ha provisto. En la Biblia encontra-
mos actitudes y decisiones que pueden liberar
de estas ataduras a quien ha caído en ellas.
Por ejemplo, debemos:
A. Despojarnos de lo terrenal que se
opone a Dios (Colosenses 3:5)
Mientras vivamos en este mundo, nuestras
actitudes y acciones apuntarán a dos propósi-
tos: Identificarnos con el mundo actual, o pre-
pararnos para el reino de Dios. Hacer morir lo
terrenal significa despojarnos de aquellas acti-
tudes y acciones que solo buscan conformar-
nos a este siglo. Una de esas acciones, hábitos
o vicios, son los juegos de azar.
¿Qué nos sugiere Pablo en Colosenses 3:2?
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B. Hacer que Dios sea el objeto de nuestro
servicio supremo (Mateo 6:24; 22:37; 1 Timo-
teo 6:10)
"Ninguno puede servir a dos señores; por-
que o aborrecerá al uno y amará al otro, o es-
timará al uno y menospreciará al otro. No po-
déis servir a Dios y a las riquezas".
Jesús también dijo: "Porque donde esté
vuestro tesoro, allí estará también vuestro co-
razón" (Mateo 6:21).
Si nuestro servicio supremo es a Dios, no ha-
brá ni lugar ni tiempo para ocuparnos de prác-
ticas que no glorifican su nombre. "Amarás al
Señor tu Dios con todo tu corazón, y con to-
da tu alma y con toda tu mente" (Mateo
22:37).
C. Debemos hacer tesoros en el cielo
(Mateo 6:20-21)
El pueblo judío creía que la persona o fami-
lia que poseía riquezas materiales, gozaba del
favor divino; sin embargo, las enseñanzas de
Jesucristo eran contrarias a esa forma de pen-
samiento judío.
Para Cristo, las riquezas de este mundo son
pasajeras y están sujetas al deterioro o al robo.
Las empresas pueden quebrar, al dinero lo
pueden hurtar.
Por tanto, lo que la Biblia nos dice es que de-
bemos invertir nuestro tiempo, talentos y vida
en aquello que es eterno y no pasajero.
¿Cuáles son, en su opinión, las cosas eternas
en las que debemos invertir nuestra vida?
Mencione por lo menos cinco:
1.____________________________________
2.____________________________________
3.____________________________________
4.____________________________________
5.____________________________________
El cristiano que es fiel a Cristo anhelará cum-
plir con la voluntad del Señor. De esa manera
estará atesorando riquezas que son eternas.
Quien actúa con esa fidelidad a su Salvador, no
le dará lugar a la práctica de los juegos de azar.
CONCLUSIÓN
La presencia del Espíritu Santo en nuestra vi-
da nos ayuda a crecer espiritualmente, a tener
una mente limpia y a realizar acciones correctas.
También nos ayuda a despojarnos de todo
aquello que obstaculice nuestro crecimiento en
el Señor y en el cumplimiento de su voluntad.
COMENTARIO DEVOCIONAL
Pájaros en la cabeza
(Filipenses 4:8)
"Dime lo que piensas y te diré quien eres" o
"el hombre es lo que piensa", son dos aforismos
muy populares.
En este pasaje (Filipenses 4:8), el apóstol Pablo
nos da un consejo muy sabio en relación a los pen-
samientos que debemos tener. Muchas personas
se resignan ante la idea de que no pueden tener
ningún control sobre todos los pensamientos que
se les vienen y que a veces llenan la mente.
Carlos Spurgeon, el más famoso predicador
del sigo XIX, dijo: "No podemos impedir que
los pájaros vuelen, pero sí que hagan nido sobre
nuestras cabezas".
¡Sí podemos hacer algo!
Así como de una fuente no puede salir agua
dulce y salada a la vez, de la misma manera, no
debemos permitir que en nuestro corazón haya
pensamientos negativos o malos.
Tan pronto nos venga un mal pensamiento, de-
bemos librarnos inmediatamente de él, meditan-
do en la persona y obra de Cristo. Rechazar ese
pensamiento en el nombre de Cristo sería como
espantar los pájaros que quieren anidar en nuestra
cabeza. No hace falta ser un gran teólogo para
descubrir al Señor Jesucristo en el Filipenses 4:8.
"Verdadero" es aquello que no es falso, sino
sincero y real. "Justo" significa recto delante de
76
Dios y de los hombres. "Puro" es aquello de ca-
rácter moral elevado en la vida de una persona.
"Amable" es todo aquello que nos resulta gra-
to de considerar o contemplar.
MATERIAL DE APOYO
¿En qué consisten los juegos de azar?
Joan Halliday y Peter Fuller, en su libro The
Psychology of Gambling [La psicología de los
juegos de azar], los definen como "una reasigna-
ción de riquezas basada en un riesgo deliberado,
que implica pérdida para una parte y ganancia
para la otra, sin que normalmente medie el tra-
bajo productivo de ninguna de las partes. El pro-
ceso determinante siempre incluye un elemento
de suerte, y quizá solo suerte".
Apostar se distingue de otras formas de riesgo
por tres elementos que coexisten: (1) se hace un
pago, para (2) que se otorgue un premio, (3) ba-
sado en la suerte, que en ocasiones va acompaña-
da de cierta destreza. Cuando falta uno de esos
elementos, quizá se trate de una seudo apuesta:
"ganar dinero sin hacer nada ni ofrecer servicios",
pero no es un verdadero juego de azar.
En la vida continuamente corremos riesgos,
por ejemplo al realizar inversiones financieras, al
iniciar una empresa, o al establecer los límites en
nuestra póliza de seguro. Sin embargo, estos
riesgos son diferentes a las apuestas porque in-
cluyen trabajo productivo, se toman las decisio-
nes sobre la base de datos objetivos, y los reveses
pueden frecuentemente corregirse mediante una
sabia administración.
¿Por qué juega la gente?
Hay varios móviles que mantienen girando la
rueda de la fortuna. Los principales son:
1. Pobreza. Muchas personas viven cerca o por
debajo de la línea de la pobreza, y les atrae la po-
sibilidad de ganar grandes cantidades de dinero
con poca inversión.
2. Codicia. La codicia, el deseo insaciable de
poseer más, motiva a las personas de todos los
niveles económicos.
3. Diversión. El deseo legítimo de diversión y
esparcimiento lleva a mucha gente a las mesas de
juego.
4. Emoción. La posibilidad de ganar enormes
sumas de dinero, y el suspenso en el juego, hacen
que la adrenalina del apostador fluya más rápida-
mente y le provoque emoción. Muchos jugado-
res afirman que esto es lo que más los motiva.
5. Compulsión. Para los jugadores compulsivos,
el apostar actúa como estimulante, los embriaga, y
si dejan de hacerlo, experimentan síntomas simila-
res a los del adicto cuando necesita droga.
Lección 7
¿Qué tiene de malo el trago social?
Para estudio: Génesis 1:26,27; 9:18-29; Salmos 104:15; Proverbios 23:29-35; 31:4,5;
Romanos 13:12-14; Gálatas 5:19-21; Efesios 3:19; 5:18-20; Colosenses 3:10-12.
Para memorizar: No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos
del Espíritu (Efesios 5:18).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
Cuando el cristiano se consagra totalmente a
Dios, el Espíritu Santo lo ayuda a discernir en-
tre lo bueno y lo malo (Romanos 12:2). En la
presente lección veremos cómo la palabra de
Dios nos da las pautas para tener ese discerni-
miento y, por supuesto, nos ayudará a dar res-
puesta a la pregunta: ¿Qué tiene de malo el tra-
go social? Cada vez que hablemos de trago, nos
estaremos refiriendo a las bebidas alcohólicas.
Así como el cristiano que consagra a Dios to-
do su ser, cuerpo, alma y espíritu, desea por to-
dos los medios estar preparado para servir a
Dios y ser una influencia positiva para todos los
que lo rodean; así también, su conducta, espe-
cialmente si participa del trago social, ejercerá
una poderosa influencia negativa en quienes lo
rodean, especialmente en los jóvenes, mucho
más allá de lo que podamos imaginar.
Mientras estudiamos este tema, tomaremos
conciencia de que somos responsables ante
Dios, ante nosotros mismos y ante los que nos
rodean, de todas las decisiones que tomemos y
del estilo de vida que sigamos. Por lo tanto,
dejemos que el Espíritu Santo nos enseñe, a
través de la palabra de Dios, para que seamos
de bendición para los que nos rodean.
I. El carácter social de las bebidas
embriagantes - Génesis 1:26,27; 9:18-29;
Nehemías 8:10; Proverbios 31:1-5
Todo lo que el hombre hace tiene finalmen-
te consecuencias sociales, por cuanto es un ser
social –mucho más si se trata del trago social,
del cual los efectos serán altamente visibles.
A. El hombre es un ser social
(Génesis 1:26-27)
Dios creó al hombre, varón y mujer los
77
creó, porque vio que no era bueno que el
"hombre estuviera solo". Es decir, desde la
creación somos seres sociales, como Dios.
Por lo mencionado anteriormente, tanto en
sus relaciones sociales como en su relación con
Dios, el hombre no es solo yo, sino también tú
y nosotros. Por lo cual, a través de su conduc-
ta, directa o indirectamente, estará siempre en
relación con otros, influenciándolos de forma
positiva o negativa. En consecuencia, el trago
es siempre social.
El uso de bebidas embriagantes tiene efectos
sociales negativos (Génesis 9:18-29; Prover-
bios 31:1-5). Por ejemplo, aunque en el Anti-
guo Testamento el vino era considerado como
parte de la creación de Dios para dar alegría al
hombre (Salmos 104:15), no obstante, su uso
era restringido debido a sus efectos dañinos.
B. El trago y sus consecuencias negativas
en el hogar: el caso de Noé (Génesis 9:18-29)
En Génesis 9:18-29 se menciona por prime-
ra vez la palabra vino, y lo significativo es que
se lo menciona en relación con los efectos ne-
gativos que produjo en el hogar de Noé.
1. Entre los semitas u orientales, se conside-
raba la desnudez como libertinaje sexual. De
acuerdo con el relato de Génesis 9, al parecer,
Noé se embriagó, por esa razón se desnudó y
se echó a dormir en medio de su tienda.
2. Cam, el hijo menor de Noé, al verlo en esa
condición, no hizo nada para cubrirlo. Simple-
mente se limitó a informarles del hecho a sus
hermanos mayores, quienes respetuosamente
cubrieron la desnudez de su padre. La falta de ti-
no de Cam le costó muy caro, y recibió de Noé
la maldición para él y para toda su descendencia.
C. El trago y sus consecuencias sociales
negativas en el pueblo: malos gobernantes
(Proverbios 31:4-5)
1. Los sacerdotes debían abstenerse del vino
cuando entraban al tabernáculo de reunión.
De esa manera podían discernir entre lo santo
y lo profano, entre lo inmundo y lo limpio, y
así podían enseñar la ley, la palabra de Dios,
con autoridad (Levítico 10:8-11; Ezequiel
44:21).
2. De igual modo, los príncipes y reyes de-
bían evitar el alcohol para no olvidar la ley o
pervertir el derecho.
¿Qué dice en Proverbios 31:4-5?
_____________________________________
________________________________________
II. La Biblia no recomienda el trago
social a los hijos de Dios
Proverbios 23:29-35; Lucas 21:34; Romanos
13:12-14; Gálatas 5:21
La Biblia menciona el uso del vino en el pueblo
judío, como en otras culturas, pero no recomien-
da el trago social debido a sus efectos dañinos.
Estos son sus consejos:
A. Debemos evitar la tentación de la
bebida (Proverbios 23:29-35)
La forma más segura para no caer en la tenta-
ción de la bebida es no ponernos a su alcance.
B. La apariencia del vino es engañosa
(Proverbios 23:31)
Las palabras de Proverbios 23:31 dicen que
nos abstengamos totalmente de bebidas em-
briagantes. El Comentario Teológico Beacon
afirma que nadie sufre las consecuencias de la
embriaguez y los tormentos del alcoholismo a
menos que beba.
C. Debemos evitar el alcohol porque afec-
ta la salud física (Proverbios 23:29-32)
Aunque las bebidas embriagantes entran
suavemente en el organismo, el efecto que
producen es tóxico debido a la concentración
de alcohol en el torrente sanguíneo. Causan
dificultad visual, pérdida de la coordinación
muscular, alteración respiratoria, daños hepáti-
cos, hasta llegar al delirio y la muerte (Rober-
to Bereta, en Fajardo, 1990:17).
La palabra de Dios se cumple, ya que más tar-
de vienen los "ayes" como veneno de serpien-
te (v. 32). Todo esto se podría evitar si solo es-
cucháramos a tiempo los consejos divinos.
D. El alcohol afecta la conducta: miradas,
vocabulario, actitudes (Proverbios 23:33-35)
Las bebidas alcohólicas afectan el comporta-
miento. La mayoría de los que beben se vuel-
ven agresivos; otros, en cambio, se tornan ca-
78
riñosos o chistosos. Pero hay quienes se trans-
forman en habladores y lujuriosos, miran con
ojos lascivos a las mujeres, intentan abrazarlas
y hablan "perversidades" (v. 33).
E. El vino afecta la vida espiritual, aleján-
donos de Dios (Isaías 5:11-12, 22)
Los que se dejan dominar por los efectos del
alcohol, no consideran a Dios ni las necesida-
des de su prójimo (Habacuc 2:15). El trago
social conduce a la ruina espiritual y, finalmen-
te, nos priva del reino de Dios (1 Corintios
6:10; Gálatas 5:21).
III. Victoria sobre el trago social: la
llenura del Espíritu Santo
Efesios 5:18-20; Romanos 13:14; 1 Corintios 6:11
La gracia de Dios es abundante, por medio
del Espíritu Santo. Gracias a él tenemos la vic-
toria total sobre todo pecado. En él "somos
más que vencedores" (Romanos 8:37).
A. Santidad, la alternativa para una vida
victoriosa (Efesios 5:18-20)
La única alternativa para vivir victoriosa-
mente sobre el trago social, y sobre todo vicio
y pecado, es la llenura del Espíritu Santo.
¿Por qué la llenura del Espíritu Santo exclu-
ye el "trago social"?
_____________________________________
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B. La llenura del Espíritu es incompati-
ble con el trago social: abstinencia total
(Efesios 5:18)
La palabra de Dios nos dice que la llenura
del Espíritu Santo no es compatible con vicio
alguno de la carne.
¿Qué dicen al respecto Gálatas 5:21,25 y
Efesios 5:18?
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_______________________________________
C. Otras razones por las cuales debemos
abstenernos del trago social
1. Un trago lleva a tomar otros. De acuerdo
con las estadísticas, una de cada tres personas
que comienza con el trago social tiene proble-
mas de alcoholismo.
2. Tomar un trago incita a que otros hagan
lo mismo. Un estudio sobre el tema nos mues-
tra el motivo por el cual en los adolescentes de
hoy encontramos un alto índice de alcoholis-
mo. Las respuestas que ellos dan son las si-
guientes: a) Mis padres toman. b) En nuestra
familia tenemos el problema del alcoholismo y
yo también caí. c) En mi familia no había
amor. d) Mis amigos tomaban y cedí a la pre-
sión.
Vemos que de las cuatro razones menciona-
das por los jóvenes, tres de ellas indican que
empezaron a beber porque otros lo hacían.
3. Un trago puede abrir la puerta a toda cla-
se de problemas sociales. Por ejemplo, entre
los obreros produce una baja productividad,
malestar tras la borrachera, depresión, dolor
de cabeza, accidentes, etc. Los resultados son:
la pérdida del trabajo y una multitud de pro-
blemas familiares.
CONCLUSIÓN
El trago social, aunque aparentemente no
hace mal a nadie, es como una serpiente vene-
nosa escondida en el jardín (Proverbios
23:32). La norma del cristiano debe ser la abs-
tinencia total y no el trago social, o el tomar
con moderación.
Nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo (1
Corintios 6:19-20), y debe ser totalmente consa-
grado a Dios (Romanos 12:1; Efesios 5:18).
COMENTARIO DEVOCIONAL
“No os embriaguéis con vino, en lo cual hay
disolución; antes bien sed llenos del Espíritu”
(Efesios 5:18).
"¡Elizabeth, vaya lugar para vernos otra vez!
¿Quién hubiera dicho 40 años atrás que nos
encontraríamos aquí?".
Ese fue el saludo del actor Peter Lawford a
Elizabeth Taylor, en el año 1983, al encon-
trarla en el Centro Médico Eisenhower de
Rancho Mirage, California, un "centro de re-
habilitación para alcohólicos y drogadictos
que patrocina la ex primera dama de los Esta-
dos Unidos, Betty Ford".
No se habían visto desde que trabajaron jun-
tos en las películas The White Cliffs of Dover
(Los blancos acantilados de Dover) y Mujerci-
tas. Ahora ambos eran pacientes, y estaban tra-
tando de vencer la dependencia del alcohol.
"Estaba bebiendo demasiado y me cansé.
Pero, ¡nunca más! Empecé a ver la dirección
en que iba mi vida y decidí internarme de in-
mediato en el centro Eisenhower. ¡Es lo más
sabio que he hecho en mucho tiempo! ¡No sa-
bes lo bien que me siento ahora!", le dijo Pe-
ter con una gran sonrisa. Pero, quizá para él ya
era demasiado tarde. En menos de un año
murió, a la edad de 61 años.
¡Nunca más! ¡Qué firme expresión para
nuestro tiempo y para gente de toda edad!
Insto particularmente a los líderes cristianos,
79
que están forjando las nuevas generaciones de
jóvenes, a que los ayuden a evitar el trauma de
un centro de rehabilitación. Si ya están to-
mando, motívelos a decirle al alcohol: "¡Nun-
ca más!". Y a los que no toman, motívelos a
declarar: "¡Nunca comenzaré!"
MATERIAL DE APOYO
Un "choque de atención"
El 85% de los accidentes de tránsito se produ-
cen por fallas humanas. No se debe consumir al-
cohol ni antes ni durante un viaje. En la mayo-
ría de nuestros países, la pena puede llegar has-
ta la revocación de la licencia para conducir.
El uso de drogas o alcohol incrementa enor-
memente las posibilidades de un choque. Un
conductor sobrio circulando a 80 kms. por ho-
ra, detiene su auto en 73 metros. Un conduc-
tor ebrio, necesita 97 metros. En esos 20 me-
tros de diferencia se juega la vida de él y la de
otras personas.
Efectos del alcohol en el organismo
Corazón: Se dilata y se endurecen las arterias
(ateroesclerosis).
Estómago: Se irrita la mucosa gástrica y pro-
duce gastritis y úlceras.
Duodeno – páncreas: Se irrita la mucosa
duodenal produciendo pancreatitis aguda y
pancreatitis crónica.
Cerebro: Deprime las funciones cerebrales.
Hígado: El alto consumo de alcohol produ-
ce cirrosis. La cirrosis no se cura.
Glándulas genitales: El consumo de alcohol
puede ser causa de infertilidad y pérdida de la
capacidad sexual.
Paradoja
Los bebedores gastan una fortuna en bebi-
das alcohólicas durante muchos años, y cuan-
do quieren dejarlas tienen que invertir dinero
en tratamientos para desintoxicarse y abando-
nar el vicio.
El mejor método para dejar el alcohol es
nunca comenzar a beberlo.
Definición de la Organización Mundial para
la Salud (O.M.S.)
"El alcoholismo es una enfermedad crónica o
desorden de la conducta, caracterizada por la
ingestión repetida de bebidas alcohólicas en
medidas que, excediendo el consumo corriente
o las costumbres sociales de la comunidad, cau-
sa perjuicio a la salud del bebedor, a su relación
con otras personas y a su actividad económica".
–Miriam Pozzi
Lección 8
Cómo vencer la lujuria
Para estudio: Génesis 1:26-31; 2:18,24; 4:19; 6:1-7; 2 Samuel 11:2-4; 1 Reyes 11:1-3; Mateo
24:37-39; Marcos 7:21-23; 10:45; Hechos 10:38; Romanos 6:6-14; 12:1-2; 1 Corintios 6:9,10;
Gálatas 5:17-23; Colosenses 3:10-14.
Para memorizar: Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y
deseos (Gálatas 5:24).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
La maldad se ha multiplicado en el mundo,
tal como lo profetizó nuestro Señor Jesucris-
to (Mateo 24:12). Desde el momento en
que el hombre se alejó de Dios, pervirtió to-
do lo bueno que él había creado. Ese es el
principal motivo por el cual nuestra sociedad
está llena de lujuria, vicios y codicia.
Sin embargo, en medio de ese ambiente,
vemos en Jesucristo la esperanza y la victoria
sobre toda maldad. Pero tendremos esa vic-
toria si vamos a él, nos arrepentimos de
nuestros pecados, y lo aceptamos como
nuestro Señor y Salvador.
I. Dios creó al hombre, varón y hem-
bra los creó - Génesis 1:26-31; 2:18,24
Todo lo que Dios creó era "bueno en gran
manera" (Génesis 1:31). La creación del
hombre como "varón y hembra" fue el plan
de Dios para la gloria de su nombre y el
buen vivir de sus criaturas.
A. "Varón y hembra los creó" (1:27; 2:24)
El ser humano fue creado para vivir en uni-
dad y armonía con sus semejantes.
1. "Varón y hembra", a la imagen de Dios
(1:27). Dios creó al ser humano con la capa-
cidad de conocer, amar, comunicarse con sus
semejantes, y vivir en santidad, tal como
Dios conoce, ama, se comunica con los seres
humanos y vive en santidad.
2. "Varón y hembra"... "y serán una sola
carne" (2:24). Aquí tenemos la institución
del matrimonio como creación de Dios. Por
eso, el varón dejará a su padre y a su madre
y se unirá a su mujer, y así serán una sola car-
ne, en una identificación mutua total. Ese es
80
el plan de Dios para la humanidad.
B. Dios creó al varón y a la mujer con un
propósito (1:28)
Dios creó al ser humano para que se mul-
tiplicara y fuera mayordomo de la creación.
El texto expresa el propósito de Dios para
sus criaturas:
1. Para que se multiplicaran (1:28). Es de-
cir, para que procrearan, tuvieran hijos e hi-
jas, dentro del matrimonio. Dios dice:
"Fructificad y multiplicaos, llenad la tierra".
2. Para que fueran mayordomos de la crea-
ción (1:28). Para su bienestar y para la gloria
de Dios, el hombre fue constituido mayor-
domo de todo lo creado. Por ello, su respon-
sabilidad es cuidar la creación del Señor y no
pervertirla.
II. La lujuria, fruto de la desobedien-
cia del hombre
Génesis 4:19; 6:1,2; 1 Reyes 11:1-3; Marcos
7:21-23; 1 Corintios 6:9,10; Gálatas 5:19-23
Desde la caída de Adán y Eva, el hombre
comenzó a pervertir todo lo bueno que Dios
había creado. De esa manera también pervir-
tió la sexualidad humana, trayendo así la-
mentables consecuencias para la humanidad.
Algunos ejemplos:
A. Poligamia y corrupción (Génesis 4:19;
6:1-2, 5-7; Mateo 24:37-39)
Una de las formas de corrupción más no-
torias del género humano después de la caí-
da, fue la perversión sexual expresada por la
lujuria.
1. Los inicios de la lujuria (Génesis 4:19).
Lamec, descendiente de Caín, es el primer
polígamo (el primero que tiene varias muje-
res) que la Biblia menciona. Esa conducta
rompió el modelo monogámico diseñado
por Dios para el matrimonio y la familia.
2. Crecimiento de la lujuria (Génesis 6:1-
2). Los hijos de Dios, descendientes de Set,
escogieron esposas sin tener en cuenta su fe.
Buscaron esposas entre las mujeres de la des-
cendencia de Caín. (¡Cuidado con el yugo
desigual! Es una realidad que continúa en la
actualidad.)
La lujuria es una prueba de que el hombre
se ha apartado de Dios ¿Qué opina al respec-
to?
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3. El diluvio: Castigo por la lujuria (Géne-
sis 6:5-7; Mateo 24:37-39)
Cuando los hombres de la época de Noé se
entregaron a la lujuria, al punto que "todo
designio de los pensamientos del corazón de
ellos era de continuo solamente el mal"
(6:5), el juicio de Dios cayó sobre ellos (Co-
losenses 3:6).
¿Cree usted que los desastres naturales de
hoy en día podrían tratarse de juicios de Dios
por el pecado del hombre? ¿Qué opina al res-
pecto?
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B. La lujuria y sus consecuencias espiri-
tuales (1 Reyes 11:1-3; 1 Corintios 6:9,10;
Gálatas 5:21)
La ley de la siembra y la cosecha también se
cumple en la vida humana. Nuestra forma de
vivir tiene consecuencias eternas. Si nuestro
corazón se desvía de Dios, se nos privará de
su reino.
1. La lujuria desvía el corazón (1 Reyes
11:1-3). La lujuria de Salomón lo condujo a
buscar muchas mujeres. Mientras su deseo
por ellas crecía, su amor y obediencia a Dios
se desvanecían. Dejó a Jehová, su Dios, para
complacer a sus mujeres.
¿Cree usted que Salomón pudo haber sido
fiel a Dios, sin apartarse de sus mujeres? Co-
mente el porqué:
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2. La lujuria nos priva del reino de Dios (1
Corintios 6:10; Gálatas 5:21).
La lujuria no solo separa al hombre de
Dios en esta vida, sino también eternamente.
La palabra de Dios es clara: los que llevan
una vida lujuriosa "no heredarán el reino de
81
Dios". Hoy es el tiempo de escoger qué co-
secha queremos tener al final de nuestra vida
(Gálatas 6:8). Practicar la lujuria es sembrar
para la carne; en consecuencia, la cosecha se-
rá corrupción eterna en el infierno (Apoca-
lipsis 21:8).
C. La lujuria tiene su asiento en el cora-
zón del hombre (Marcos 7:21-23; Gálatas
5:17-21)
La lujuria, y otras formas de depravación
que constituyen el pecado original, causan
conflictos en el corazón de un creyente.
1. La lujuria es parte del pecado original, o
depravación (Marcos 7:21-23; Gálatas 5:19-
21).
2. La lujuria causa conflicto espiritual en el
corazón (Gálatas 5:17).
III. Victoria sobre la lujuria
Romanos 6:6-14; 12:1; Gálatas 5:22-23
Se puede quitar la lujuria, y cualquier otra
forma de pecado, del corazón del hombre a
través de la obra del Espíritu Santo. Es posi-
ble tener victoria total sobre la lujuria si nos
consagramos a Dios para vivir, servir y ser
como Cristo es.
¿Cómo alcanzamos esta victoria?
A. Reconociendo que estamos muertos al
pecado (Romanos 6:6-12)
La persona que se ha convertido a Cristo
vive solo para él, pues ya ha muerto al peca-
do por la fe. Su único motivo en la vida es ha-
cer la voluntad de Dios por sobre todas las
cosas.
Son varias las maneras en las que el cre-
yente puede mostrar que ya ha muerto al pe-
cado. Por ejemplo:
1. Crucificando la carnalidad (6:6-10).
¿Qué dicen al respecto los siguientes pasajes
bíblicos?
Colosenses 3:5
____________________________________
_____________________________________
Gálatas 2:20
____________________________________
______________________________________
2. Considerándonos por fe muertos al pe-
cado (6:11-12).
B. Consagrando todo nuestro ser a Dios
(Romanos 12:1-2; 6:13-14)
La consagración a Dios tiene por lo menos
dos propósitos fundamentales:
Primero, experimentar una transformación
profunda del corazón (12:1-2).
Segundo, que Dios nos use en el ministe-
rio como instrumentos suyos (6:13-14).
C. Viviendo como Cristo (Marcos 10:45;
Hechos 10:38; Colosenses 3:10-14)
Ser como Cristo, y vivir como él, es la me-
ta de todo creyente. ¿Cómo lo logramos?
1. Vistiéndonos de Cristo (Colosenses
3:10-14). Después de despojarnos de las ves-
tiduras del pecado debemos vestirnos de Je-
sucristo (Romanos 13:14).
La vida de santidad nos da la victoria so-
bre la lujuria.
2. Sirviendo como Cristo (Marcos 10:45;
Hechos 10:38). Ser como Cristo afecta no
solo el área espiritual del ser humano, sino
todo su ser: alma, espíritu y cuerpo.
CONCLUSIÓN
Dios creó al hombre y a la mujer en santi-
dad para que glorifiquen su nombre; sin em-
bargo, ellos pervirtieron la creación de Dios
de muchas formas, una de las cuales es la lu-
juria sexual.
En Cristo Jesús el hombre puede recibir
perdón y ser transformado para vivir y servir
en santidad. Solo en Cristo Jesús hay victoria
total sobre la lujuria y sobre todo pecado.
COMENTARIO DEVOCIONAL
La hermosura de la santidad
(1 Crónicas 16:29)
Al mirar el maravilloso universo en el que
Dios nos colocó, nos damos cuenta de la
hermosura de su creación. No obstante, tan-
ta belleza no es digna de comparar con la
hermosura de la santidad con la que Dios
adorna la vida de sus santos.
Así como de la combinación de tres haces
de colores –rojo, amarillo y azul– obtenemos
el blanco más puro, de la unión de algunos
atributos de la santidad se logra la hermosu-
ra de la misma. Por ejemplo:
La pureza: Un corazón puro es aquel que
se separa o aparta de todo lo malo. Vivimos
en un mundo pecaminoso, pero el que es
santo no se contamina con las prácticas peca-
minosas sino que se deleita en hacer la vo-
luntad de Dios.
El amor: El amor perfecto de Dios no es
como el amor humano, que se puede alterar
82
por las circunstancias. Cuando este amor se
entroniza en la vida de cada uno de noso-
tros, experimentamos el amor que describe
Pablo en el capítulo 13 de Corintios.
La humildad: Es simplemente la obedien-
cia a Dios. En lugar de saciar nuestros de-
seos, buscamos los deseos y la voluntad del
Señor. En ese sentido, llegamos a ser seme-
jantes a Cristo.
El gozo: La presencia de Dios llena de go-
zo la vida del creyente (Romanos 14:17).
La armonía: Hebreos 2:11. Los resultados
de una vida de santidad es estar en armonía
con Dios, con nuestros semejantes, con no-
sotros mismos y con la naturaleza.
La imitación a Cristo: La Biblia nos dice
que debemos ser como Cristo.
MATERIAL DE APOYO
Consejos para vencer la lujuria
1. Reconozca el problema y llámelo por su
nombre. Si es lujuria, llámela "lujuria". Tiene
que admitir su problema, a fin de poder tratar-
lo.
2. Deje de alimentar la lujuria. Una vez
que sembramos imágenes en nuestra mente,
es muy difícil arrancarlas, y no existen solu-
ciones mágicas para este problema.
3. Reconozca el engaño. Aunque duela, tie-
ne que reconocer el engaño y denunciarlo.
4. Reconozca el verdadero precio. El pre-
cio que se paga por la lujuria es alto. Al prin-
cipio es sutil, pero cuando va en aumento
uno pierde no solo la buena relación familiar
sino también la relación con Dios. Pierde el
sentido de dignidad y respeto por uno mis-
mo.
5. Desarrolle actividades sanas y positivas.
Por ejemplo: jugar al fútbol, al frontón, co-
rrer, tocar la guitarra u otro instrumento,
etc. Busque actividades y lecturas sanas.
¿Necesita amar y ser amado/a? ¿Necesita
sentir que alguien lo considera importante y
atractivo/a? Esas son necesidades básicas del
ser humano, no así los deseos lascivos tem-
porales.
Busque relaciones y situaciones en las que
esas necesidades básicas sean satisfechas.
Consulte con algún profesor cristiano, un
adulto maduro de su iglesia, su pastor, o el
grupo de apoyo y oración. Seguramente al-
gunas de esas personas, o quizá todas, po-
drán ayudarlo a encontrar sanidad para la
raíz de su obsesión.
–Leadership Journal, otoño de 1982.
Lección 9
Un matrimonio a prueba de infidelidad
Para estudio: 1 Corintios 13; 1 Juan 3:6-18
Para memorizar: El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es
jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda
rencor (1 Corintios 13:4-5).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
A Evelyn y a mí nos regalaron una semana
de vacaciones, sin costo alguno. Nos fuimos a
Alaska y visitamos el fabuloso parque nacional
de monte McKinley. Nos llevaron hasta allí en
un pequeño avión. Sobrevolamos abismos
profundos y hermosos lagos entre majestuosas
montañas.
¡El paisaje era impresionante! Luego, en un
autobús de turismo, viajamos durante cinco
horas por las montañas con nuestra amable
guía, Wally Cole, hasta llegar al remoto cam-
pamento Denali.
Como niños en su primer viaje a Disneylan-
dia, observábamos todo boquiabiertos. Era
un paraíso para los fotógrafos. Había osos gri-
ses, caribúes, alces, ovejas, aves exóticas; lo vi-
mos todo. ¡Y la montaña más alta de Nortea-
mérica, el monte McKinley, lucía espectacular,
tremendo, majestuoso, sobrecogedor!
Pero, durante ese memorable viaje, vimos
también muchos letreros en las carreteras.
Eran avisos de advertencias: "Zona de des-
prendimiento de rocas", "manténgase en el
camino", "prohibido acampar". Existían ade-
más avisos con informaciones útiles: "Mirador
panorámico", "estación científica", "monu-
mentos históricos".
El matrimonio es algo similar, es un largo y
memorable viaje. Y llega a ser más significativo
si ponemos cuidadosa atención a los avisos.
Veamos algunos de los avisos de advertencia.
I. No compare lo incomparable
En realidad no existe un modelo de matri-
monio que se aplique para todos. Las compa-
raciones son como puertas giratorias que no
conducen a ningún lugar. Si hace comparacio-
nes de su pareja con otras, solo confirmará la
83
idea de que su matrimonio es inferior a los de-
más, o incrementará sus temores de fracasar.
Su matrimonio es único y, por lo tanto, in-
comparable. La personalidad y el temperamen-
to de su cónyuge, las características heredadas
de la familia, las oportunidades, la educación, las
experiencias y muchos otros factores, hacen que
cada situación difiera ampliamente de la otra.
Es fácil pensar que otros matrimonios están
mejor que el nuestro, pero en realidad no co-
nocemos la situación real de ninguno, porque
no vivimos con ellos. No compare su matri-
monio con otros. Hacerlo es negativo. Las se-
millas para el éxito matrimonial ya están en su
pareja, solo tiene que regarlas y abonarlas.
II. Cuidado, no se ponga trampas
Muchas infidelidades ocurren cuando las
personas caen en las trampas que ellas mismas
pusieron y prepararon con su propia carnada.
Ingenuamente derraman aceite por donde se
pueden deslizar y, en forma inconsciente, ha-
cen cosas que las predisponen a caer. Veamos
algunas posibles trampas:
A. Examine primeramente sus amistades
En una sociedad en la que es común flirtear
y en donde la infidelidad matrimonial es tan
común y aceptada, usted tiene que escoger y
cultivar cuidadosamente sus amistades.
Si tiene amigos que tratan el tema de la in-
fidelidad con liviandad, aléjese de ellos, por-
que muchas infidelidades ocurren entre ami-
gos íntimos que empiezan con esas sugeren-
cias. Evítelos.
B. Tenga cuidado con las trampas en la ofi-
cina o el lugar de trabajo
No es nada nuevo que muchos amoríos co-
mienzan en el lugar de trabajo, y que los favo-
res sexuales influyen en los contratos o ascen-
sos. No acepte invitaciones a almorzar solo/a
con ejecutivos del sexo opuesto, ni dé lugar a
tratos extra laborales.
C. Evite las revistas, programas de TV o
películas inmorales
Las telenovelas, tan ingenuas aparentemen-
te, son peligrosas. Sus libretos están plagados
de sexualidad, infidelidad, amoríos, abortos y
todo tipo de aberraciones.
Cuando usted compara lo que allí sucede
con su matrimonio, lo ve como gris y aburri-
do, y le hace pensar que a lo mejor una rela-
ción extramarital lo sacaría del desencanto.
D. Otros consejos para la salud del matri-
monio
1. Rehúse aserrar el aserrín. El aserrín no se
puede aserrar de nuevo. El pasado quedó atrás
y no se puede vivir otra vez. Ya no hay nada
que podamos hacer sobre la conducta previa,
excepto aprender de ella. No permita que su
matrimonio sufra hoy por lo que sucedió ayer.
El verdadero amor no registra las ofensas del
pasado. Tire la libreta de anotaciones y deshá-
gase de esas armas de manipulación que usted
guardaba para usar en momentos oportunos.
De esa manera, cada día será un nuevo co-
mienzo y no la simple repetición del pasado.
2. Trate de ver las situaciones desde la perspec-
tiva de su pareja. Hágale esta pregunta a su cón-
yuge: ¿Qué opinas acerca de nuestro matrimo-
nio? ¿En qué puedo y podemos mejorar? Si mi
cónyuge sufre por algo, necesito saberlo. Si se
aburre, necesito conocer la razón. Si se siente re-
chazado/a física, social o sexualmente, tengo
que saberlo; de otra manera nada mejorará.
3. Mantenga las manos vacías, pero la "caja
llena". El matrimonio es como una caja vacía.
No hay nada en su interior. Representa la opor-
tunidad de poner algo adentro, de hacer algo a
su favor. El romance, la consideración, la gene-
rosidad, no están en el matrimonio sino en las
personas; son ellas quienes los ponen en la caja
del matrimonio. Cuando la caja está vacía, so-
mos más susceptibles de caer en la infidelidad.
Si mantiene la caja llena, puede extender las
manos, sin mantener a su cónyuge asido/a.
Restringir, controlar, limitar a su cónyuge es
muy negativo. El papel del que quiere "man-
dar" en el matrimonio no llena ninguna caja
de cosas bellas, todo lo contrario.
III. Al amor se lo debe aprender... y
volver a aprender
Para aprender hay que estudiar. Y respecto
84
del amor, la Biblia es la única guía autorizada
y completamente precisa que podemos hallar.
En ella hay al menos tres pasajes que tratan so-
bre el amor:
El primero es el libro de Cantar de los Can-
tares. Es una historia detallada y cándida del
amor matrimonial.
El segundo es 1 Corintios 13, que muestra
en qué consiste el amor y cómo se comporta.
Y el tercero, 1 Juan 3–4, que recalca dos ver-
dades igualmente importantes: que el amor
primero se recibe de Dios y luego se da inten-
cionalmente a los demás. Los verbos "hacer,
practicar, dar y amar" se usan repetidamente
en esos dos capítulos.
Puesto que Dios nos manda que amemos:
"Maridos, amad a vuestras mujeres" (Efesios
5:25), "amémonos unos a otros" (1 Juan
4.7), el amar es una decisión. "Que nuestro
amor no sea solo de palabra, amemos de veras
y demostrémoslo con hechos" (1 Juan 3:18,
Lo más importante es el amor).
Por tanto, el amor es acción. Es algo que se
realiza. Y debemos aprender para hacerlo con
destreza y calidad. Eso implica concentración,
disciplina, paciencia y entrega.
IV. Cómo evitar la inmoralidad
conyugal
A. No escuche las quejas acerca del cón-
yuge
Una situación que puede conducir a compli-
caciones nada saludables es escuchar a un
hombre quejarse de su esposa. Quien escucha
esta clase de quejas puede ser una mujer solte-
ra o casada. La oficina parece ser el lugar más
apropiado para este tipo de comentarios. Por
eso, las mujeres que quieren preservar su ma-
trimonio deben estar alertas todo el tiempo
para evitar caer en la trampa de los mensajes
indirectos.
B. No vaya en busca de elogios
Tal vez usted esté casada con un hombre
que no le hace muchos elogios, por lo cual
busca o acepta todos los que le hacen por allí.
Intencionalmente, trata de despertar la admi-
ración de otros hombres. Esto puede condu-
cir a que consiga no solo los elogios sino algo
más que no estaba buscando.
C. Si usted siente electricidad...
Una cristiana sincera decía: "Si estoy hablan-
do con un hombre casado y siento algo así co-
mo una ‘electricidad’ entre él y yo, dirijo mi
atención a su esposa y aún me alejo, dando li-
teralmente un paso hacia atrás. Entonces, la si-
guiente vez que veo a esa pareja, me parece
más amistosa y agradable. Eso me produce un
sentimiento de satisfacción por haber tomado
ese pequeño incidente, que pasó casi desaper-
cibido, y decir sin palabras que no estoy emo-
cionalmente interesada en el marido de esta
mujer.
D. Cuidado con la mirada fija prolongada
En una conversación normal, usted se en-
cuentra por algunos momentos con la mirada
de la otra persona, y por otros, usted o el otro
apartan la mirada. Esa es la manera correcta de
llevar una conversación.
Pero cuando un sentimiento especial está
surgiendo en la otra persona, se manifiesta a
través de una mirada fija prolongada. Esto es
una señal que le podría está indicando que él
o ella es especial, y puede ser un aviso de que
viene algo más. ¡Cuidado!
CONCLUSIÓN
La experiencia nos dice que aquellas perso-
nas que se creían más seguras en el terreno de
la fidelidad, terminaron tropezando y aun ca-
yendo.
La fidelidad requiere un permanente estado
de alerta. Requiere que vivamos en una estre-
cha relación con Cristo. Esa debe ser nuestra
prioridad y es la mejor vacuna contra la infide-
lidad.
Nuestra mente puede volar hacia aventuras
peligrosas; sin embargo, el tener al Señor en
primer lugar será una bendición para nosotros
y una protección.
COMENTARIO DEVOCIONAL
El amor es sufrido, es benigno; el amor no
tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se
envanece; no hace nada indebido, no busca lo
suyo, no se irrita, no guarda rencor (1 Corin-
tios 13:4-5).
El doctor Howard Hendricks, del Seminario
Teológico de Dallas, habló una noche sobre el
tema: "El secreto de vivir piadosamente".
Cuando comenzó su mensaje, todos estaban
sentados ansiosamente, lápiz en mano. Nunca
olvidaré la desilusión inicial, cuando comenzó
diciéndole al grupo que él no tenía nada nue-
vo que transmitir, que todos nosotros ya ha-
bíamos oído lo que él iba a decir. "Lea la Pala-
bra, ore, reúnase con otros cristianos, ¿qué más
puede decirse? ¡El asunto ahora es hacerlo!"
Lo último que deseamos hacer cuando esta-
85
mos deprimidos es leer la Biblia. Después de
todo, ya sabemos lo que dice. Si la leemos, es
sencillamente por obediencia, y la vida cristia-
na consiste precisamente en la obediencia a
Dios. Sepamos que lo que hacemos en obe-
diencia, Dios nos lo recompensará en amor.
La recompensa no se siente inmediatamente,
pero vendrá.
Para determinar si una conducta es apropia-
da ante una situación dada, examinemos nues-
tros caminos, escudriñémoslos, y volvamos al
Señor (Lamentaciones 3:40).
El primer paso para corregir nuestra con-
ducta, especialmente en aquellas "áreas gri-
ses", es identificar las necesidades insatisfechas
de su propia vida. Después de hacer eso, usted
debe descubrir cómo está llenando esas áreas.
¿Las está tratando de llenar de acuerdo a los
patrones del mundo o con el amor que solo
Dios puede dar?
MATERIAL DE APOYO
Cambios en la conducta
¿Qué debemos hacer cuando nuestra con-
ducta no está ayudando a fortalecer nuestra
relación matrimonial?
1. Analice sus relaciones interpersonales.
¿Hay alguien del sexo opuesto, casado/a, que
aún así despierta en usted sentimientos de co-
queteo, romance y excitación?
Debe ser honesto/a en su respuesta. Sin ho-
nestidad no hay forma de salir de la conducta
inadecuada.
2. Cambie sus patrones de conducta. Cuan-
do admite que es atraído/a por alguien casa-
do/a, usted debe cambiar inmediatamente de
conducta. El grado de dependencia que tiene
con la otra persona determinará, en gran me-
dida, el grado de cambio que necesita. Tal vez
tendrán que dejarse de ver el uno al otro, o tal
vez, si es necesario, ir tan lejos como cambiar
de empleo. Si ya está emocionalmente involu-
crado/a, recuerde que está a un paso de la in-
moralidad.
3. Clame pidiéndole ayuda al Señor. La san-
tidad es algo que se mantiene en sociedad con
Dios. Así como el agricultor está también en
sociedad con el Señor –ya que uno ara la tie-
rra, planta la semilla y coloca el abono, y el Se-
ñor hace salir el sol y manda la lluvia– asimis-
mo nosotros debemos tomar la firme decisión
de no pecar y clamar pidiéndole ayuda al Se-
ñor. Y el Espíritu Santo, que está dentro de
nosotros para guiarnos a toda justicia, vendrá
en nuestro socorro.
–Marcelo Laffitte
Lección 10
¿Por qué el aborto es un asunto de
vida o muerte?
Para estudio: Salmos 139:13-20; Jeremías 1:4-5; Proverbios 5:15-23; 1 Corintios 6:15-20.
Para memorizar: Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre
(Salmos 139:13).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
Por medio de esta lección, queremos alcan-
zar los siguientes objetivos:
1. Explicar que la vida es un don de Dios.
2. Dar a conocer las consecuencias físicas,
emocionales y espirituales del aborto.
3. Que cada persona se comprometa a vivir
una sexualidad santa y responsable, y se
oponga decididamente al aborto inducido.
¿Sabía usted que cada año se practican más
de 100 millones de abortos por aquellas per-
sonas que dicen amar la vida?
En esta lección queremos estudiar nuestros
conceptos, afirmar nuestros principios bíbli-
cos y consolidar nuestras acciones, de modo
que como cristianos sepamos con claridad
cuál debe ser nuestra posición y acción fren-
te a este problema que día a día añade mal-
dición a la tierra.
I. Lo sagrado de la vida humana
Salmos 139:13-18; Jeremías 1:4-5
A lo largo de los años, la iglesia cristiana ha
afirmado lo sagrado de la vida humana desde
su concepción como creación de Dios. Por
lo tanto, nos oponemos al aborto inducido
por cualquier causa que fuere, ya sea por
conveniencia personal o para el control de la
población.
A. La vida de cada ser humano es un don
de Dios (139:13-15)
David se detuvo a reflexionar acerca del va-
lor de la vida humana. No hay duda de que
en sus tiempos también se atentaba contra la
vida de los que aún no habían nacido, tal co-
mo ahora se hace. Él dijo:
1. "Porque tú formaste mis entrañas" (v.
86
13). El concepto "entrañas", usado en la Bi-
blia, es una expresión que puede entenderse
de varias maneras. Sin embargo, aquí se re-
fiere claramente a la complejidad de los órga-
nos vitales que nos permiten vivir.
¿Qué sería de nosotros si nuestros pulmo-
nes, cerebro, corazón, sistema digestivo, ri-
ñones y aparato reproductor no trabajaran?
David reconoce en todo ello la mano prodi-
giosa de Dios. ¿Quién más podría haberlos
hecho? ¿Acaso el paso de millones y millones
de años podría dar forma a una máquina tan
compleja como es el cerebro, el corazón o
los pulmones?
2. "Tú me hiciste en el vientre de mi ma-
dre" (v. 13). El salmista, admirado por lo
maravilloso de la vida humana, reconoce que
no solo sus entrañas, sino todo su ser es crea-
ción de Dios.
Cuando meditamos y recordamos que la
vida es un don de Dios, debemos reconocer
que no hay concepción si la misericordia de
Dios no lo permite. Y que, aunque le otorgó
a los seres humanos la capacidad para repro-
ducirse naturalmente, él es quien permite
que la vida continúe o se paralice.
3. "Bien que en oculto fui formado, y en-
tretejido en lo más profundo de la tierra" (v.
15). Aquí el salmista expresa la delicadeza y
ternura que debe haber en la concepción. Es
tan íntima y delicada que no se puede hacer
a la vista de los demás. Dios vela por este ac-
to humano, y quiere que sea realizado bajo
los principios que nos enseña su Palabra, es
decir, dentro del marco del matrimonio.
4. "Te alabaré... estoy maravillado" (v. 14).
La complejidad y maravilla de la vida huma-
na nos lleva a admirar al Creador de la vida.
David exalta a Dios por su formidable obra,
por haber hecho la vida humana de esa ma-
nera. Todo su ser, su alma, y lo más íntimo
de él, alaba y reconoce que solo Dios pudo
haber hecho semejante prodigio. Segura-
mente la ciencia creará robots maravillosos
que podrán hacer cosas admirables, pero
siempre serán supervisados por la mente hu-
mana, que está por encima de cualquier arte-
facto técnico o científico.
¿Cuántas veces se ha detenido usted a ala-
bar a Dios por lo maravilloso que es el cuer-
po humano y lo maravillosa que es el alma?
B. Dios tiene cuidado del embrión que es-
tá en el seno materno (139:16)
El salmista hace algunas afirmaciones al
respecto:
1. "Mi embrión vieron tus ojos". Hablar de
los "ojos de Dios" indica el cuidado paternal
que él tiene sobre la vida humana. ¡Y pensar
que ahora se negocia con los embriones y se
juega con ellos como si fuesen huevos de ga-
llina o de codorniz!
2. "En tu libro estaban escritas todas aque-
llas cosas..." Dios no hace las cosas al azar. Él
es un Dios de orden, cuyos planes están bien
elaborados y son perfectos.
C. Los planes de Dios para cada ser huma-
no (Jeremías 1:4-5)
Jeremías dice:
1. "Antes que te formase en el vientre te
conocí" (v. 5). Aquí se resaltan dos verdades:
Primero, que Dios conoce a cada ser hu-
mano, incluso antes de su concepción.
En segundo lugar, que Dios es quien for-
ma al feto en el vientre de su madre.
2. "Antes que nacieses te santifiqué..." (v.
5). "Santificar", en la Biblia se entiende de
varias maneras; pero uno de los significados
más comunes es "apartar" o "separar para".
En el caso de Jeremías, Dios lo santificó pa-
ra que fuese su profeta (su voz, su palabra, su
heraldo) ante las naciones.
D. Debemos alabar a Dios por la maravi-
llosa obra que es la vida (Salmos 139:17-18)
Si nos preguntaran por qué los cristianos
dedicamos tanto tiempo a la adoración a
Dios, encontramos esta respuesta: Jamás po-
dremos callar ni dejar de decir lo maravilloso
que es nuestro Dios y su obra.
II. Las razones que se presentan
a favor del aborto, y las
consecuencias del mismo
Después de estudiar en la Biblia lo maravi-
llosa que es la vida y saber que es un don de
87
Dios, examinemos algunas de las razones
que dan aquellos que están a favor del abor-
to inducido.
A. Peligro para la salud de la madre
Esta es una situación que la pueden deter-
minar los médicos responsables. Pero debe
tenerse mucho cuidado, porque hay dema-
siados "doctores" para quienes la vida de un
niño en gestación o feto no significa nada.
Asimismo, muchos de ellos, con el afán de
ganar dinero, podrían falsear la información.
B. Deficiencias congénitas
En este caso también debe tenerse el mis-
mo cuidado. Las preguntas que debemos
plantearnos son: ¿Debemos continuar con
un embarazo sabiendo que el ser que se está
desarrollando será incapaz de conducirse co-
mo un ser humano normal? ¿Tenemos el de-
recho de quitarle la vida a quien considera-
mos un ser no normal? ¿Tendrá Dios algún
propósito al permitir que un ser con dichas
características se haya formado en el vientre
de su madre?
El sabio consejo pastoral y de los maestros
de la escuela dominical serán de mucha ayu-
da. Usted no debe tomar una decisión ligera
sino meditada, y no sin antes estar muchas
horas de rodillas delante de Dios.
C. La conveniencia personal
La conveniencia personal se defiende a tra-
vés de diferentes argumentos:
1. "No medimos las consecuencias y, como
no estamos preparados para tener un bebé,
inducimos el aborto".
2. Fue fruto del incesto o violación fuera
del entorno familiar.
3. "Nos comimos la torta antes de tiem-
po".
Esta y otras expresiones similares hacen re-
ferencia a las relaciones sexuales prematri-
moniales entre novios o enamorados, que,
por consecuencia, terminan en un embarazo,
el cual ellos desean interrumpir.
III. La ética bíblica de la sexualidad
Proverbios 5:15-23; 1 Corintios 6:15-20
El Manual de una respetable denomina-
ción dice lo siguiente: "La iglesia cristiana
reconoce que la consideración del aborto,
como medio para terminar un embarazo no
deseado, se da con frecuencia porque se pa-
san por alto las normas cristianas de la res-
ponsabilidad sexual. Por lo tanto, la iglesia
hace un llamado a que las personas practi-
quen la ética del Nuevo Testamento en lo re-
ferente a la sexualidad humana, y a que tra-
ten el tema del aborto dentro del marco más
amplio de los principios bíblicos, los que nos
dan la dirección para tomar decisiones mora-
les".
Entre los principios bíblicos, encontramos
los siguientes:
A. El cuerpo es templo del Espíritu Santo
(1 Corintios 6:15, 19-20)
En estos tres versículos encontramos cua-
tro principios:
1. Nuestros cuerpos son miembros de Cris-
to.
2. Nuestro cuerpo es templo del Espíritu
Santo.
3. Hemos sido comprados por precio.
4. Debemos glorificar a Dios en nuestro
cuerpo y espíritu, porque pertenecen a Dios
(Isaías 43:7, 21).
B. Las relaciones sexuales son para el
matrimonio (Proverbios 5:15-19; libro
cantar de los cantares).
El proverbista, consciente de que somos
criaturas de Dios, en forma poética y sencilla
a la vez, nos enseña que:
1. La sexualidad es para los cónyuges (vv.
15-17, 18).
2. La sexualidad entre los cónyuges es para
disfrutar (vv. 18, 19).
3. La sexualidad pervertida trae graves con-
secuencias (vv. 20-23).
CONCLUSIÓN
El aborto es un mal terrible para la socie-
dad. Los que lo practican están pecando
contra Dios y contra su prójimo.
El aborto es una horrible consecuencia de
la rebelión de los seres humanos contra la vi-
da y contra las leyes de Dios que regulan la
sexualidad. La sangre de Cristo puede limpiar
aun de estos pecados, y Dios puede perdonar
a los que se arrepientan y crean en él, que es
la vida y el autor de la salvación de todos.
COMENTARIO DEVOCIONAL
La vida: don misterioso y profundo
Nuestra vida es un don de Dios, misterio-
so y profundo.
Algunos pasajes bíblicos, como en Salmos
139; Jeremías 1:5; Isaías 40:26; Lucas 1:41;
y Hechos 17:24-25, expresan este misterio
88
de la creación. En ellos vemos cómo:
1. Dios crea la vida. El ser humano posee
un complejo desarrollo que incluye lo gené-
tico, lo fisiológico, lo moral, lo mental, lo es-
piritual y lo relacional. El hecho de que en
cada uno de estos aspectos del desarrollo se
haga presente la intervención de Dios es lo
que le proporciona valor y dignidad. Dios
ordena y preserva la vida; por tanto, los
hombres y mujeres que viven y se guían por
su ley respetan y protegen la vida que Dios
les ha concedido.
El pecado se ha encargado de corromper lo
que Dios creó, y de distorsionar su voluntad
y propósito para la vida del ser humano. Ve-
mos esto a diario en forma de: abuso sexual,
violencia, asesinato, aborto, abandono, es-
clavitud, desvalorización y otras acciones que
atentan contra la vida y la dignidad de la per-
sona.
2. Dios redime la vida a través de Jesucris-
to. Cuando morimos al pecado, a través de
Cristo, resucitamos a una nueva vida (Roma-
nos 6:22). Nuestra fe se hace activa en el
amor, empleamos nuestra libertad para el be-
neficio de los demás, practicamos la justicia,
amamos la misericordia, y caminamos en hu-
mildad para con nuestro Dios (Miqueas 6:8).
3. Dios conduce la vida hacia su plenitud
en medio de la comunidad de cristianos. Los
redimidos por Cristo viven en comunidades
que son responsables ante Dios, ante sí mis-
mos, y ante los otros. Nuestro amor al próji-
mo se extiende también a los que son más
vulnerables, incluyendo tanto a la mujer em-
barazada como a la vida que hay en su seno.
MATERIAL DE APOYO
¿Por qué destruir una vida inocente?
Se han escrito un sinnúmero de libros en
defensa del derecho de la mujer a abortar, y
del derecho del feto a ser protegido. He oí-
do numerosos argumentos a favor de la ani-
quilación del bebé por nacer, o de la criatura
defectuosa, y la mayoría giran alrededor de
dos puntos principales:
1. El primero hace referencia a la calidad de
vida. Y declara situaciones como por ejem-
plo: "¿Cómo es posible que valga la pena vi-
vir cuando alguien se encuentra severamente
impedido?" "Si un infante o un adulto es re-
tardado –al punto de no saber ni su nombre–
no tiene ni siquiera el valor de un animal".
"Para una familia es demasiado afrontar los
gastos médicos para cuidar de un vegetal hu-
mano, o de alguien que nace sin extremida-
des. Además, aunque la sociedad pudiera cu-
brir los altos costos, ¿qué sucede cuando la
madre del infante no lo desea o no le tiene
cariño? Sería mejor, para todos los interesa-
dos, abortar o acabar con la criatura".
2. El segundo punto es el de la libertad pa-
ra escoger. Propone que se le permita a la
madre decidir si tendrá al bebé o si abortará.
Esta idea se expresa de diversas maneras:
"Yo soy la única que puede emitir juicio res-
Mis notas:
89
pecto del aborto". "La mujer debe tener el
derecho de controlar su cuerpo y determinar
su futuro". "Es mi cuerpo y mi vida". "Si us-
ted no acepta el aborto no tiene que abortar,
pero no me diga a mí que no puedo hacerlo".
La Biblia nos enseña todo lo contrario. La
vida le pertenece a Dios, y nosotros no tene-
mos autoridad moral, ética, y mucho menos
espiritual, para decidir que ese niño o niña
no debe nacer.
–Macario Balcázar
Lección 11
¿Qué enseña la Biblia acerca de la
homosexualidad?
Para estudio: Génesis 1:26-28; 2:7,18-25; 18:20-21; 19:1-13; Deuteronomio 23:17-18; Jueces
19:22-28; Romanos 1:18-32; 5:6-8
Para memorizar: Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los
hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos
en este siglo sobria, justa y piadosamente (Tito 2:11-12).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
Día a día, las informaciones dan cuenta de
que el número de matrimonios homosexuales
va en aumento. Hoy mismo hay homosexua-
les que usan los diferentes medios de comuni-
cación, como la radio, la televisión, internet y
los periódicos, y también realizan marchas ca-
llejeras, para defender sus derechos.
Pero, ¿qué nos dice la Biblia al respecto?
¿Qué podemos decir los cristianos acerca de la
homosexualidad?
La Biblia afirma con claridad que Dios creó
al hombre "varón y hembra". Y toda relación
sexual íntima debe darse dentro del matrimo-
nio. Por lo cual, la Biblia no apoya el acto se-
xual entre seres del mismo sexo, sino por el
contrario, lo condena.
I. La Biblia y la homosexualidad
Génesis 1:26-28; 2:7,18-25
Los cristianos fundamentamos nuestras
creencias, convicciones y prácticas en la ense-
ñanza bíblica. Estos principios los encontra-
mos tanto en el Antiguo como en el Nuevo
Testamentos.
A. Antiguo Testamento
En el Antiguo Testamento existen varios pa-
sajes que contienen enseñanzas específicas so-
bre el tema.
Citaremos algunos de ellos.
1. ¿Cuál es la enseñanza que nos dejan los si-
guientes pasajes bíblicos?
Génesis 1:26-28
_____________________________________
90
Génesis 2:7
_____________________________________
Génesis 2:18-25
_____________________________________
2. Así es cómo se instituyó el matrimonio.
¿Por qué? Porque esa es la provisión divina pa-
ra que el ser humano se relacione con amor y
respeto mutuo, y procree hijos e hijas.
Cuando Adán vio a Eva exclamó: "¡Esta sí
que es hueso de mis huesos y carne de mi car-
ne! Será llamada varona (mujer), porque del
varón fue tomada". Lamentablemente, en el
idioma español no hay una concordancia mé-
trica para los conceptos varón y mujer. En
cambio, sí existe en el hebreo; por ejemplo:
ish (varón), e isháh (mujer).
¿Qué significa la enseñanza del párrafo ante-
rior? Que, de acuerdo a la Biblia, no debe dar-
se una relación íntima entre un ish y otro ish.
Tampoco entre una isháh y otra isháh. Eso se-
ría abominación a Dios, y al hacerlo, el ser hu-
mano estaría desvirtuando los propósitos divi-
nos y sublimes.
3. Dos casos: Sodoma y Gomorra, y Gabaa
(Génesis 13:13; 18:20-21; 19:1-11, 15; Jue-
ces 19:22-28). La historia de estos pueblos,
muy conocida en las narraciones bíblicas, nos
permite ver cómo Dios castiga la desviación
del orden por él establecido, porque él es un
Dios justo. Y, aunque muchos quieran darle
otra interpretación, no podemos negar que el
problema de estos pueblos era la práctica de la
homosexualidad.
¿Qué nos enseñan los siguientes textos bíbli-
cos?
Levítico 18:22
_____________________________________
 Levítico 20:13
_____________________________________
B. Nuevo Testamento (Romanos 1:18-32; 1
Corintios 6:9-10; 1 Timoteo 1:9-10)
El apóstol Pablo escribió los tres pasajes
mencionados, él conocía las costumbres de las
culturas judía, griega y romana.
Estudiemos cada uno de estos pasajes:
1. La declaración de Pablo en Romanos
1:24-32. Es uno de los discursos que describe
con mayor claridad lo que significa vivir sin
Dios.
Para Pablo, tanto la homosexualidad (rela-
ciones sexuales entre varones) como el lesbia-
nismo (relaciones sexuales entre mujeres) son
consecuencia del rechazo de Dios. El ser hu-
mano, al alejarse de Dios y de su voluntad, cae
en depravación moral y espiritual.
2. La declaración de Pablo en 1 Corintios
6:9-10 y 1 Timoteo 1:9-10. En estos dos pa-
sajes, el apóstol Pablo hace una lista de peca-
dos abominables delante de Dios, entre los
cuales están las desviaciones homosexuales, las
conductas afeminadas y toda práctica que
muestre el rebelde comportamiento del ser
humano delante de Dios. Estas prácticas son
condenadas, al igual que la borrachera, el hur-
to, el homicidio y otras.
II. ¿Qué es la homosexualidad o el
lesbianismo?
Son las relaciones sexuales entre personas
del mismo sexo, ya sean varones (homosexua-
lidad) o mujeres (lesbianismo).
A. ¿Dónde y cómo se inician estas desvia-
ciones sexuales?
Las prácticas homosexuales generalmente
comienzan cuando una persona sufre una vio-
lación dentro del seno del hogar, especial-
mente por parte de un pariente cercano: el
tío, el padrastro, el abuelo, etc; como también
por parte de un amigo de la familia, quien con
engaños seduce a los más desprotegidos.
También, la homosexualidad puede ser
aprendida o reforzada por los medios de comu-
nicación o culturas promiscuas.
B. ¿Cuáles son las consecuencias?
1. Hay problemas emocionales en el matri-
monio. El dolor causado por una violación
durante la niñez, ya sea en el varón o en la
mujer, queda grabado en el alma; y esos re-
cuerdos se manifiestan con mucha fuerza
91
cuando los esposos tienen relaciones íntimas.
2 Es un estilo de vida que contagia a otros.
Las violaciones a menores generan un terrible
trauma que esclaviza a la víctima, quien, lue-
go, tal como sucede con el síndrome de Esto-
colmo, se vuelve defensora de su victimario, y
hasta se encarga de propagar el mal.
3. Es causa de muchas enfermedades. Una
de ellas es la terrible enfermedad llamada SI-
DA (Síndrome de Inmuno Deficiencia Ad-
quirida). Hoy en día el SIDA está matando a
más personas que cualquier otra enfermedad
en el mundo.
La lascivia tan marcada que se ve en los ho-
mosexuales es resultado del pecado. El peca-
do pervierte la mente y el alma del ser huma-
no y corrompe a los demás.
III. El homosexual puede ser redimi-
do por Dios - Romanos 5:6-8
¿Por qué el homosexual puede ser redimido
por Dios?
_____________________________________
______________________________________
A. El homosexual se hace
El homosexual es un ser humano por quien
Cristo también murió y derramó su sangre, a
fin de darle vida nueva. Puesto que esa prácti-
ca es consecuencia del alejamiento del hom-
bre de Dios, ello significa que el homosexual
elige ese estilo de vida.
Aunque muchos científicos dicen que una
persona nace con esas tendencias homosexua-
les o lesbianas, las investigaciones, hechas por
especialistas respetados y serios, afirman que
ese estilo de vida es aprendido.
B. Dios ha provisto el camino de redención
El hombre o la mujer que en algún momen-
to de su vida tuvieron una experiencia distor-
sionada, fueron esclavizados por dicha prácti-
ca. Pero Dios también les ha provisto un ca-
mino de redención.
Muchas personas que fueron liberadas de
ese estilo de vida dan testimonio que Dios los
ha trasformado y redimido por medio de su
hijo Jesucristo.
A los que han caído o han sido atrapados
por ese mal, les recordamos que Dios es po-
deroso para liberarlos. Solamente deben tener
fe y creer en la transformación que Dios efec-
túa por medio de su hijo Jesucristo.
¡Hay esperanza de liberación!
Animamos a los miembros de las iglesias
cristianas que no odien a los homosexuales, si-
no que los amen con el amor de Cristo. Por
supuesto, no estamos de acuerdo con sus
prácticas y estilo de vida, pero tenemos que
mostrarles el amor del Señor, quien es el ver-
dadero camino de liberación.
CONCLUSIÓN
El cristiano debe saber y creer lo que Dios
ha establecido de forma definida en cuanto a
la sexualidad. Él nos hizo varón o mujer. Por
eso la homosexualidad es una afrenta contra el
Creador, y necesitamos, con toda nuestra
fuerza espiritual, combatirla en el poder de
Dios.
Cada líder y maestro debe estar capacitado
para imponer las manos en el nombre de Je-
sús y, con la ayuda de Dios, declarar libre a la
persona que se arrepiente de ese pecado.
Tomemos hoy la decisión de ayudar a clari-
ficar lo que significa la vida sexual establecida
por Dios. La creación de Dios es perfecta.
COMENTARIO DEVOCIONAL
La actitud de Jesús: Amor al pecador
Jesús, en su ministerio terrenal, se refirió a
muchos asuntos de orden sexual. Habló de ma-
trimonio, adulterio, fornicación y divorcio de
una manera realista e innovadora, casi diríamos
"revolucionaria" para la sociedad de la época.
Jesús se mostró distante de todo tipo de
discriminación social, y trató estos temas de-
fendiendo siempre a los que la sociedad mar-
ginaba. Por ejemplo:
1. La homosexualidad era una práctica co-
nocida y condenada por el pueblo de Israel y,
aunque Jesús no se refirió a ella, su insistencia
en enseñar la observancia de la ley y los profe-
tas, era un mensaje claro de que ese estilo de
vida sexual no estaba permitido por Dios.
2. Las historias de la mujer adúltera (Juan
8:1-11) y de la mujer de mala vida (Lucas
7:36-50) conmueven nuestro corazón y nos
enseñan a ser misericordiosos como Cristo, y
al mismo tiempo ayudar a la restauración de
esas personas a la imagen de Cristo.
El establecimiento del reino de Dios que
Cristo anunciaba traía nuevas relaciones, en
las que todos los hombres se transformaban
92
en hermanos de la misma familia, ligados por
un amor fraterno que arrojaba luz sobre cual-
quier tipo de discriminación.
El amor de Dios para con "todas" las per-
sonas se transforma en ellas en amor solidario
que cambia las relaciones humanas y hace a la
convivencia social libre de discriminaciones y
prejuicios. Este es el secreto que nos permite
amar al pecador y aborrecer su pecado.
MATERIAL DE APOYO
Si alguien quisiera conocer con mayor pro-
fundidad la lucha que experimenta un cristia-
no homosexual hasta encontrar la restaura-
ción en Cristo, puede leer el libro de Don Ba-
ker, Beyond Rejection: The Church, Homo-
sexuality and Hope [Más allá del rechazo: la
Iglesia, esperanza y homosexualidad. 1985].
El autor del prefacio de esta obra es Frank
Worthen, quien salió de un estilo de vida ho-
mosexual, a la edad de 44 años, para volver a
consagrar su vida a Jesucristo. Es el fundador
de Love in Action [Amor en acción], uno de
los ministerios de ex homosexuales más gran-
des del mundo, director de New Hope Minis-
tries [Ministerios de nueva esperanza] en Ca-
lifornia, y escritor de varios libros sobre cómo
salir de la homosexualidad.
Él dice:
"Ojalá este libro sea un faro de esperanza
para los miles de hombres y mujeres que han
sido derrotados por la homosexualidad, pero
que en su fuero interno saben que Jesucristo
puede liberarlos...
"El núcleo del evangelio es la esperanza de
vida nueva para todos los que la buscan, inclu-
so para los homosexuales... Casi nadie lo pue-
de hacer por su cuenta, y se requiere de la ayu-
da de otros a lo largo del camino. Encuentro
que aquellos cuya fe es débil o inexistente ge-
neralmente no lo logran. Pero quienes tienen
una fe interior fuerte poseen la fuerza motiva-
dora que los conducirá, a través de años de di-
ficultad, hacia una nueva existencia maravillo-
sa que nunca pensaron que sería posible. Esta
es la historia de cómo un hombre consiguió
adoptar esa nueva forma de vida, la historia de
un hombre sacado de una enmarañada red de
pecado por el poder y la gracia de Dios".
–Miriam Pozzi
Lección 12
¿Cómo santificar el día de reposo?
Para estudio: Génesis 2:2-3; Éxodo 16:22-30; 20:8-11; 31:12-17; 34:21; Isaías 58:13-14;
Salmos 84; Lucas 6:1-11; 13:10-17; 1 Corintios 16:1-2
Para memorizar: El Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo (Lucas 6:5).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
Alguno de ustedes recordará que, tiempo
atrás, en muchos países todos los negocios
cerraban los domingos, porque era el día pa-
ra ir a la iglesia, estar en familia, descansar o
ir de paseo.
Desde el punto de vista bíblico, el día de
reposo tuvo su origen en la creación de Dios.
Dios nos enseñó a trabajar y también a des-
cansar. Luego de completar su maravillosa
creación, Dios descansó y santificó un día,
para que también nosotros descansáramos y
dedicáramos ese día para un encuentro per-
sonal con él, y para ser de bendición para
nuestros semejantes.
I. ¿Qué enseña la Biblia sobre el día
de reposo? Génesis 2:2-3; Éxodo 16:22-30;
20:8-11; 31:12-17; 34:21; Isaías 58:13-14; Lu-
cas 6:1-11; 13:10-17
En la Biblia abundan las enseñanzas acerca
del día de reposo. En esta lección, por razo-
nes de espacio y tiempo, será imposible estu-
diar todos los pasajes que hablan sobre el te-
ma; sin embargo, hemos procurado tomar en
cuenta los pasajes que nos dan la enseñanza
principal.
Si usted tiene interés en conocer todos los
pasajes bíblicos que hablan sobre el tema, le
sugerimos que consiga una concordancia
completa de la Biblia.
A. Dios estableció el día de reposo
(Génesis 2:2-3; Éxodo 16:22-30)
Después de seis días de trabajo, la Biblia di-
ce que el séptimo día Dios descansó. ¿Por
qué? ¿Eso significa que Dios, tal como noso-
tros, es suceptible al cansancio? La respuesta
es no. Tanto el Padre como el Hijo trabajan,
pero no se cansan.
93
¿Qué nos dice Juan 5:17 al respecto?
____________________________________
______________________________________
¿Entonces, por qué estableció un día de
descanso o reposo?
1) Él sabe que el ser humano se cansa, por
lo cual consideró necesario poner un día de
reposo para el bienestar y salud de los hom-
bres y mujeres de toda edad. ¡Y qué bueno
que Dios mismo nos dio el ejemplo!
2) Además, estableció el día de reposo co-
mo un mandamiento, y nosotros debemos
obedecerlo.
Literalmente, en el hebreo, "sabat" o "re-
poso" significa: "cesar o terminar de traba-
jar".
¿Qué nos dicen los siguentes pasajes bíbli-
cos al respecto?
Éxodo 20:11
____________________________________
Éxodo 31:17
____________________________________
Hebreos 4:4,10
____________________________________
1) Que el día de reposo es santo y consa-
grado a Dios.
2) Que Dios provee lo necesario para que
ese día no se trabaje. En el caso de Éxodo, el
sexto día Dios provee lo necesario para el
séptimo.
3) Que el día de "reposo", como su nom-
bre lo indica, es para descansar y dedicarlo a
Dios.
B. El día de reposo no es para trabajar
sino para descansar (Éxodo 20:8-11; 31:12-
17; 34:21)
El día de reposo forma parte de los diez
mandamientos, y tiene vigencia mientras ha-
ya vida en la tierra.
En la Biblia, el número siete representa algo
completo, perfecto. Es por eso que el séptimo
día Dios vio que todo lo que había hecho era
perfecto y estaba en orden, y que había que
darle la gloria al Soberano del universo.
Pero tampoco debemos olvidar que el sép-
timo día de la creación fue el primer día de la
vida del ser humano. Por lo tanto, santificar
el día de reposo es una norma divina y no
humana. Ningún ser humano tiene la potes-
tad o el privilegio de dedicarlo a otros me-
nesteres. El séptimo día es solo para descan-
sar y adorar a Dios.
C. ¿Quiénes deben descansar en el día de
reposo? (Éxodo 20:10; Lucas 13:10-17)
¿Qué nos enseñan los siguientes pasajes al
respecto?
Éxodo 20:10
____________________________________
Lucas 13:10-17
____________________________________
II. ¿Por qué debemos santificar el día
de reposo? Salmos 84
Dios estableció el día de "reposo" para que
lo pasáramos en su presencia; por tanto, es
necesario que hagamos un alto en nuestros
quehaceres semanales para dedicar un tiem-
po a Dios, nuestro Creador y Señor.
Entonces, el día de resposo:
A. Es como estar en la casa de Dios (84:1-2,10)
Es una bendición estar en la presencia o en
la "casa de Dios" el día de resposo.
B. Trae bienaventuranza (84:4-5)
El ser humano que guarda en obediencia las
instrucciones de Dios acerca del reposo santo,
recibe la bendición de Dios. Es dichoso y feliz.
C. Encontramos consuelo de Dios para
los momentos difíciles (84:6-12)
¿Qué dicen al respecto los versículos 6-12?
____________________________________
_____________________________________
______________________________________
III. Encontramos reposo en la casa
de Dios 1 Corintios 16:1-2
Si encontramos reposo en la casa de Dios,
o en el templo, ¿cómo convencer a nuestros
94
familiares y amigos que nos acompañen a la
casa de Dios?
____________________________________
_____________________________________
______________________________________
Aquí van algunas otras sugerencias:
A. Debemos ser ejemplo
Podemos repetir hasta el cansancio que no
hay mejor enseñanza que aquella que se da
con el ejemplo. Dispongamos en nuestro co-
razón seguir fielmente la orden de Dios; lue-
go, con oración, responsabilidad y amor, lle-
vemos a nuestra familia puntualmente a la
casa de Dios. Eso no pasará inadvertido para
sus demás familiares y vecinos.
B. Priorizar el día del Señor
Para Pablo, el primer día de la semana era
una prioridad. Ese día los cristianos se reunían
para adorar a Dios y para llevar sus ofrendas.
Casi la mayoría de las iglesias tienen servi-
cios de adoración, estudio bíblico y oración
durante la semana. Asistir a esos cultos es ex-
celente y, en la medida que nuestras ocupa-
ciones nos permitan, no debemos faltar. Pe-
ro es más excelente aún separar y consagrar
el primer día de la semana para ir a la casa de
Dios y adorarlo con regocijo, estando en su
presencia y en comunión con nuestros her-
manos y hermanas.
C. Ser cuidadosos en nuestras dádivas
para Dios
Como es sabido, la sabia administración de
los bienes que Dios ha puesto a nuestro cui-
dado es un indicador de nuestra madurez es-
piritual. Los cristianos consagrados jamás de-
jarán de ser cuidadosos en ofrecer con fideli-
dad y abnegación sus bienes a Dios.
Debemos separar nuestras ofrendas, diez-
mos y primicias con el debido tiempo, y en-
señar a nuestros hijos que esa es otra forma
de adorar a Dios.
CONCLUSIÓN
Dios, con su ejemplo y preceptos, estableció
un día a la semana para que reposemos y nos de-
diquemos a él. La obediencia a dicho mandato
trae bendición; la desobediencia, maldición.
COMENTARIO DEVOCIONAL
El Hijo del Hombre es Señor aun del día de
reposo (Lucas 6:5).
 Lucas 6:1-11 narra dos eventos que suce-
dieron en el día de reposo judío y que levanta-
ron las airadas protestas de los escribas y fari-
seos. La respuesta de Jesús a esas protestas nos
permite entender la reorientación que el Señor
le dio al cumplimiento del día de reposo.
1. El Hijo del Hombre es Señor del día de
reposo (v. 5). Nadie pone en tela de juicio
que el "Hijo del Hombre" es Jesús. Cuando
dijo que el Hijo del Hombre "es Señor", es-
taba usando el término hebreo Adonaí, el
cual los judíos utilizaban para referirse a Dios.
La palabra hebrea Adonaí se traduce al espa-
ñol como "dueño, señor, amo absoluto". De
esta manera, Jesucristo dio a entender, o qui-
so que entendieran, que él era Dios y que, co-
mo tal, tenía el poder para reorientar el signi-
ficado y prácticas del día de reposo.
La iglesia primitiva comprendió perfecta-
mente este mensaje de Jesucristo. Por eso,
conjugando la reorientación dada y el hecho
glorioso de la resurrección de nuestro Señor,
empezó a guardar el primer día de la semana
como día de reposo.
2. El día de reposo no es para oprimir al
hombre sino para redimirlo (v. 9). El relato
de la sanidad del hombre que tenía "la mano
seca" es un mensaje claro que nos muestra
que Jesús vino para salvar y liberar al hom-
bre, no solo de sus pecados sino también de
aquellas tradiciones religiosas que lo atan y lo
esclavizan.
Concluimos manifestando que el día de re-
poso es, en primer lugar para adorar a Dios,
en segundo lugar para descansar, y en tercer
lugar para hacer bien a nuestros semejantes.
Es una gran bendición cuando los hijos de
Dios dedican el día del Señor para visitar cár-
celes, orar por los enfermos y predicar las
buenas nuevas de salvación.
MATERIAL DE APOYO
¿Qué pasa con los cristianos que tienen
obreros bajo su responsabilidad?
El cuarto mandamiento establece que de-
bemos descansar y dedicar ese día a Dios. Pe-
ro también debemos animar a quienes están
95
bajo nuestra responsabilidad laboral a que
ellos también dediquen ese día al Señor.
El consejo de Moisés al pueblo de Israel
fue el siguiente: Que tanto el jefe de familia,
su esposa, sus hijos e hijas, como también los
siervos, siervas, e incluso los animales que
trabajaban en la casa, debían guardar el día
de reposo.
Esta es una enseñanza de justicia y equi-
dad.
¿De qué sirve que el patrón descanse el día
de reposo si sus obreros o empleados ese
mismo día están gimiendo bajo las pesadas
jornadas de trabajo? Si a los israelitas se les
exigió dar descanso a sus animales y obreros,
¿por qué ahora algunos patrones o empresa-
rios llamados cristianos afligen a sus trabaja-
dores, impidiéndoles el descanso en el día de
reposo?
Jesús, que es también el Creador de todo el
universo y del hombre, enfatizó que en el día
de reposo debemos liberar de las pesadas car-
gas físicas y espirituales a las personas que es-
tán atadas o ligadas por ellas (Juan 5:5-18).
Por lo tanto, la responsabilidad de los cris-
tianos es doble: honrar a Dios obedeciendo
sus preceptos respecto del día consagrado a
él, y ayudar a las personas a ser libres de las
injusticias humanas y ligaduras espirituales.
El día de reposo es para adorar a Dios
Éxodo 16:23; Isaías 58:13-14.
Nuestro muy amado teólogo Orton Wiley
dice que el principal negocio del cristiano es
adorar a Dios. Por supuesto que la adoración
a Dios es continua y en todo momento y lu-
gar, pero hay tiempos especiales para adorar-
lo, y uno de ellos es el día de reposo, que pa-
ra los cristianos es el primer día de la semana
o domingo.
En Éxodo 16:23 se nos enseña con mucha
claridad que el día de reposo es santo, esto
es: apartado, separado, purificado para Dios.
También dice que es consagrado a Jehová. Si
es consagrado a Dios, quiere decir, entonces,
que durante ese día debemos estar ocupados
en las cosas de Dios.
–Eduardo Aparicio
Lección 13
¿Cómo defender lo sagrado de la
vida humana?
Para estudio: Génesis 1:26-31; 2:7; Miqueas 6:8; Salmos 8; Malaquías 2:10; Hechos 17:24-
28; Isaías 53:4-5
Para memorizar: Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti:
solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios (Miqueas 6:8).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
Si deseamos cumplir con el propósito de la
lección respecto del ser humano, debemos dar
los siguientes pasos:
1) Valorar la vida como un don de Dios.
2) Defender la libertad humana y, sobre to-
do, su libertad en Cristo.
3) Contribuir a la salud de la población hu-
mana.
En América Latina con frecuencia hay mar-
chas por las calles, donde se protesta contra la
injusticia y se defienden los derechos de los
más desposeídos.
Mientras escribíamos la presente lección, por
la televisión pasaron una noticia sobre un estu-
diante peruano que había sido asesinado por
xenófobos neonazis en Rusia. En respuesta a
esa injusticia, muchos de sus compatriotas, co-
mo también estudiantes de otros países, mar-
charon por las calles de algunas ciudades rusas
exigiendo el respeto por la vida de todos los se-
res humanos.
La Biblia nos enseña que la vida del ser hu-
mano es un don de Dios y, por lo tanto, es sa-
grada y tiene que ser defendida.
¿Pero cómo?
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I. Defendiendo la propia vida e iden-
tidad personal Génesis 1:26-31
En Génesis leemos que el ser humano es
creación de Dios. Por lo cual, tanto el varón
como la mujer tienen su origen en Dios y en él
también hallan su identidad porque fueron
creados a "imagen y semejanza" del Señor.
Esta verdad nos muestra que:
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A. La vida humana es la expresión más tier-
na y perfecta del Creador (Génesis 1:26-27;
2:7, 21-22)
La creación, es decir, la vida, el universo y to-
do cuanto existe, fue hecho por Dios con mu-
cho cuidado, amor y hermosura. Solo al ver el
hermoso aspecto de una flor, de una mariposa,
o lo complejo de un delfín, nos damos cuenta
del cuidado que puso Dios en el momento de
su creación. Con razón dice la Biblia que,
cuando Dios vio todo lo que había hecho, di-
jo que "todo era bueno, en gran manera".
1. Dios manifestó su deseo de crear al hom-
bre en presencia de la Trinidad. La Biblia dice
que, para crear al ser humano, Dios dijo: "Ha-
gamos al hombre a la imagen y semejanza
nuestra". Note que habla en plural.
2. Fue una creación especial. ¿Por qué? Dios
no dijo: "sea el hombre", tal como sucedió
con la creación del universo y de los otros se-
res vivientes; sino que "formó al hombre del
polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de
vida, y fue el hombre un ser viviente" (Géne-
sis 2:7).
3. Hizo al hombre como señor de la creación
(1:26, 28-29). La personalidad del hombre y
de la mujer está diseñada para ejercer dominio.
Este dominio no debe ejercerse en forma inde-
pendiente, sino en dependencia de Dios. En el
huerto del Edén, se le asignó al ser humano la
administración de la creación de Dios.
B. La vida humana procede de un linaje divi-
no (Malaquías 2:10; Hechos 17:24-28)
¿Qué nos dice la Biblia al respecto?
1. Todos los seres humanos provienen de un
solo Padre (Malaquías 2:10). La vida humana,
independientemente de su raza o color, tiene
su identidad en Dios, el Padre.
2. No tenemos el derecho de ser desleales
con nadie (Malaquías 2:10). Nuestro único
derecho, si es que lo tenemos, es ver a todos
los demás como iguales a nosotros mismos, y
como expresión del amor creador de Dios.
II. Defendiendo la libertad que Dios
le dio al ser humano Miqueas 6:8
Según Miqueas 6:8, ¿cómo podemos defen-
der la libertad del ser humano?
A. Haciendo justicia
La justicia es hermana inseparable de la liber-
tad. Donde hay injusticia no hay libertad. La jus-
ticia tiene que darse en nuestra propia vida, en
nuestro hogar, en el vecindario y en la iglesia.
B. Amando la misericordia
Para vivir en este mundo imperfecto se nece-
sita una gran dosis de misericordia. El profeta
dice que amemos la misericordia, porque es un
sentimiento que nace de un corazón lleno de
amor y bondad.
C. Humillándonos ante Dios
¿Cómo podemos defender la libertad de los
demás humillándonos ante Dios?
1. Reconociendo su soberanía.
2. Reconociendo su amor, poder y bondad.
3. Reconociendo su misericordia.
III. Defendiendo la salud humana
Isaías 53:4-5
Vivimos en un mundo que está contamina-
do, y en el cual las enfermedades proliferan.
Hoy, las personas no solo son alcanzadas por
un proyectil o un arma blanca, sino que el me-
dio ambiente está tan contaminado que esas
sustancias químicas que ingerimos, a través de
los alimentos, están destruyendo nuestro siste-
ma inmunológico. El profeta Isaías, hablando
del Siervo de Jehová, nos menciona lo que él
hizo para darnos salud. ¿Qué fue?
A. Llevó nuestras enfermedades
Lo que Cristo hizo por nosotros fue obrar
una salvación completa. No solo nos salvó es-
piritualmente sino también físicamente.
B. Sufrió nuestros dolores
Por grande que sea cualquier dolor que ten-
gamos, recordemos que Cristo ya lo sufrió an-
tes que nosotros.
C. Fuimos curados por sus llagas
Cuando una persona se identifica con el do-
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lor ajeno, es capaz de dar su vida por él. Ya lo
dijo nuestro Señor: "Nadie tiene mayor amor
que este, que uno ponga su vida por sus ami-
gos" (Juan 15:13).
III. Breves reflexiones sobre nuestra
salud personal
Las enfermedades que sufrimos son conse-
cuencia no solo del pecado sino también de
nuestro descuido en la manera de alimentar-
nos y vivir.
A. Somos templo del Espíritu Santo
No olvidemos que nuestro cuerpo es templo
del Espíritu Santo y que ha sido comprado por
el bendito precio de la sangre de Jesús, derra-
mada en la cruz del Calvario. Entonces, debe-
mos cuidar lo que es de Dios; es decir, cuidar-
nos a nosotros mismos porque somos hijos de
Dios, creados por él.
B. Debemos alimentarnos sanamente
Moisés instruyó a los israelitas sobre qué ali-
mentos debían comer y cuáles desechar. Si es-
tudiamos el libro de Levítico, allí encontrare-
mos una lista de aquellos alimentos que son sa-
nos, y los que son inmundos para Dios.
Si un pueblo siguiera los consejos que Dios
dejó a través de Moisés en Levítico, sería uno
de los pueblos más sanos. Es importante que
sepamos esto, porque vivimos en la época de
las comidas rápidas (con abundancia de grasa y
sal); de las comidas enlatadas que contienen
muchos aditivos, como conservantes y sabori-
zantes; y de las que tienen exceso de azúcares
y diferentes sustancias que no son buenas para
nuestra salud.
Les doy dos ejemplos:
1. Mientras esperábamos el vehículo que nos
llevaría del paradero del Dome (un estadio te-
chado de fútbol americano) hacia el Training
Center, en Indianápolis, mi esposa y yo obser-
vamos a un hombre que, sin ofender su digni-
dad, era tan obeso que apenas podía caminar.
2. Mientras escribíamos esta lección, estaban
dando la noticia de que, en el norte del Perú,
una mujer que pesaba más 200 kilogramos
murió porque su corazón y otros órganos in-
ternos no pudieron seguir trabajando debido a
su obesidad.
Otro problema: hoy en día se ha elevado el
índice de las personas que sufren diabetes, y de
las que tienen en su cuerpo un alto porcentaje
de colesterol.
¿Por qué? La respuesta tiene mucho que ver
con la forma en la que nos alimentamos. Es
tiempo de volver a los hábitos de una alimen-
tación sana. Es tiempo de dejar la pereza y em-
pezar a cocinar alimentos naturales, beber agua
en lugar de gaseosas y realizar ejercicios, aun-
que sea caminar. No dejemos de consumir ver-
duras frescas y frutas igualmente frescas.
CONCLUSIÓN
La vida, y especialmente la vida humana, es
sagrada, porque Dios la creó a su imagen y se-
mejanza. Por eso, él mismo dio las instruccio-
nes de cómo debemos vivir, e incluso cuáles
son los alimentos que debemos ingerir.
Es tiempo de que valoremos este don de
Dios, para defenderla no solo de palabras sino
también con hechos y con el amor de Dios. El
mundo espera ver un ejército de cristianos que
honran a Dios cuidando la vida humana, pero
que también se cuidan a sí mismos, porque son
creación de Dios. Amén.
COMENTARIO DEVOCIONAL
Derechos humanos
(Juan 14:15-21)
Los derechos humanos son una serie de prin-
cipios aprobados por las Naciones Unidas, ra-
tificados por los gobiernos nacionales, que son
(o deberían serlo, a partir de allí) de cumpli-
miento obligatorio.
En muchos países latinoamericanos, la ban-
dera de los derechos humanos se levanta a dia-
rio para defender el derecho a una vida digna,
con salud, trabajo, educación, protección y jus-
ticia para todos.
Del otro lado de la moneda, en contraparti-
da, de las obligaciones y deberes no se habla, o
se habla menos. Separar los "derechos" de los
"deberes" sería como usar billetes impresos de
un solo lado, no servirían para pagar nada, ya
que no están perfectamente acuñados.
En nuestra relación con Dios, nuestra actitud
hacia él es, muchas veces, parecida. Hablamos
de nuestras expectativas, de las promesas que
Dios cumplirá en nosotros, de la gracia que
nos ofrece, o sea, nos movemos muy fácilmen-
te en el plano de los derechos que tenemos an-
te él por ser sus hijos. Y no es incorrecto, pero
es "incompleto". A veces nos olvidamos que
sus promesas, dirigidas a los que lo aman y lo
conocen, están indisolublemente condiciona-
das a una actitud de sumisión y obediencia a su
ley, a su Palabra y a su voluntad. Esos son nues-
tros deberes ante Dios, condiciones ineludibles
para que sus promesas puedan tener cumpli-
miento. Pocas horas antes de subir al Calvario,
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Jesús les repitió a sus discípulos, por las dudas
que se fueran a olvidar: "Si me amáis, guardad
mis mandamientos" (Juan 14:15).
Si diariamente reflexionamos en todo lo que
Dios ha hecho y hace por nosotros, nos con-
vertiremos en cristianos que alaban a Dios y le
agradecen por sus bondades, y al mismo tiem-
po nos será más fácil reparar en los "deberes"
que tenemos que cumplir.
MATERIAL DE APOYO
Los alimentos entre los israelitas
Para la mayor parte de la gente, la alimenta-
ción era muy sencilla. Consistía de: Pan, aceitu-
nas, queso, frutas y verduras. El pan era un ali-
mento tan importante que se convirtió en sinó-
nimo de la vida misma. "Comer pan" era la fra-
se equivalente a "comer una comida". "El pan
nuestro de cada día, dánoslo hoy" (Lucas 11:3)
era una oración pidiendo la provisión diaria de
alimentos. El pan era algo tan fundamental y
especial que Jesús se designó a sí mismo como
"el pan de vida" (Juan 6:35). La leche era otro
alimento básico, y se obtenía de la mayor parte
de los animales que se pastoreaban. Parte de
ella se fermentaba para obtener yogur, y otra
parte se batía para obtener mantequilla. Tam-
bién la leche se empleaba para hacer queso.
La carne y el pescado eran alimentos de lujo,
y se limitaban a los ricos, excepto en épocas
festivas o de sacrificio. Generalmente, se hervía
como parte de la cocción. Esto seguía al de-
sangrado exigido por la ley. La carne de los
animales de pastoreo se complementaba con la
que se había conseguido cazando. Era común
atrapar a los animales con redes o en un foso.
La fruta era otra parte importante de la die-
ta. Se podían conseguir higos frescos y secos,
uvas frescas y pasas, granadas y melones. Las
algarrobas eran un alimento dulce, y siempre
había almendras y pistachos a mano.
Para endulzar se empleaba la miel porque no
existía el azúcar.
Los condimentos se limitaban a la sal, que se
podía conseguir en inagotables depósitos de
las Colinas Salinas cerca del mar Muerto. Esta
se empleaba no solo para condimentar, sino
también para conservar los alimentos.
La dieta judía era generalmente buena para
la salud. Las leyes judías daban un buen grado
de protección frente a la posibilidad de enve-
nenamiento alimentario, en un tiempo en que
las temperaturas de cocción eran inferiores a
las empleadas en la actualidad.
–Ralph Coger. Manual de Usos
y Costumbres de los Tiempos Bíblicos
INTRODUCCIÓN AL TRIMESTRE III
Los milagros de Jesucristo y nuestra responsabilidad social

Los Evangelios registran treinta y cinco milagros que Cristo realizó. En Mateo se mencionan veinte de
ellos; en Marcos, 18; en Lucas, 20; y en Juan, 7. Sin embargo, estos no son todos los milagros que
hizo nuestro Señor. Mateo, por ejemplo, alude a doce ocasiones en las que Jesús hizo obras maravillosas
(4:23-24; 8:16; 9:35; 10:1; 8; 11:4-5;11:20-24; 12:15; 14:14; 14:36; 15:30;19:2; 21:14).
Los escritores de los evangelios seleccionaron los milagros, de acuerdo con el propósito de sus escritos,
de entre el gran número de milagros que el Señor hizo. Hay muchas maneras de ordenar los milagros
individuales que se mencionan en los evangelios. A continuación se incluye el orden en que ocurrieron:
1. Transformación del agua en vino (Juan 2:1-11).
2. Sanidad del hijo del noble en Caná (Juan 4:46-54).
3. Sanidad del paralítico en el estanque de Betesda (Juan 5:1-9).
4. La primera pesca milagrosa (Lucas 5:1-11).
5. Jesús libera al hombre de la sinagoga que tenía un demonio (Marcos 1:23-28; Lucas 4:31-36).
6. Sanidad de la suegra de Pedro (Mateo 8:14-15; Marcos 1:29-31; Lucas 4:38-39).
7. Sanidad de un leproso (Mateo 8:2-4; Marcos 1:40-45; Lucas 5:12-16).
8. Sanidad de un paralítico (Mateo 9:2-4; Marcos 1:40-45; Lucas 5:18-26).
9. Sanidad del hombre de la mano seca (Mateo 12:9-13; Marcos 3:1-5; Lucas 6:6-10).
10. Sanidad del siervo de un centurión (Mateo 8:5-13; Lucas 7:1-10).
11. Resurrección del hijo de una viuda (Lucas 7:11-15).
12. Sanidad de un ciego y mudo endemoniado (Mateo 12:22; Lucas 11:14).
13. Jesús calma la tempestad (Mateo 8:18; 23-27; Marcos 4:35-41; Lucas 8:22-25).
14. Libertad de los endemoniados gadarenos (Mateo 8:28-34; Marcos 5:1-20; Lucas 8:26-39).
15. Sanidad de la mujer enferma de flujo de sangre (Mateo 9:20-22; Marcos 5:25-34; Lucas 8:43-48).
16. Resurrección de la hija de Jairo (Mateo 9:18-19, 23-26; Marcos 5:22-24, 35, 43; Lucas 8:41-
42, 49-56).
17. Sanidad de los dos hombres ciegos (Mateo 9:27-31).
18. Libertad de un endemoniado mudo (Mateo 9:32-33).
19. Alimentación de los cinco mil (Mateo 14:14-21; Marcos 6:34-44; Lucas 9:12-17; Juan 6:5-13).
20. Jesús camina sobre las aguas (Mateo 14:24-33; Marcos 6:45-52; Juan 6:16-21).
21. Libertad de la hija de la sirofenicia (Mateo 15:21-28; Marcos 7:24-30).
22. Sanidad de un sordomudo en Decápolis (Marcos 7:31-37).
23. Alimentación de los cuatro mil (Mateo 15:32-39; Marcos 8:1-9).
24. Sanidad de un ciego en Betsaida (Marcos 8:22-26).
25. Libertad de un niño posesionado por demonios (Mateo 17:14-18; Marcos 9:14-29).
26. Se encuentra el dinero del tributo (Mateo 17:24-27).
27. Sanidad de un ciego de nacimiento (Juan 9:1-7).
28. Sanidad de una mujer encorvada en el día sábado (Lucas 13:10-17).
29. Sanidad de un hidrópico (Lucas 14:1-6).
30. Resurrección de Lázaro (Juan 11:17-44).
31. Diez leprosos son limpiados (Lucas 17:11-19).
32. Sanidad del ciego Bartimeo (Mateo 20:29-34; Marcos 10:46-52; Lucas 18:35-43).
33. Maldición de la higuera (Mateo 21:18-19; Marcos 11:12-14).
34. Sanidad de la oreja de Malco (Lucas 22:49-51; Juan 18:10-11).
35. Segunda pesca milagrosa (Juan 21:1-11).

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Contenido:
Trimestre III Los milagros de Jesucristo y nuestra responsabilidad social
Desarrollo de la lección Lección 1 101
Eduardo Aparicio (lecciones 1-10 y 12) Los milagros de Jesucristo
Gerald Earles (lección 11) -¿Qué significan para nosotros hoy?-
Kara Ogden (lección 13)
Lección 2 104
Comentario Devocional El desamparo del hombre y el poder y autoridad de Cristo
Eduardo Aparicio (lecciones 1-8, 10-13)
William Barclay (lección 9)
Lección 3 107
Los milagros y nuestra fe
Material de Apoyo
Diferentes fuentes de consulta
Lección 4 110
La compasión de Cristo

Lección 5 114
Impuestos, milagros y nuestra responsabilidad ciudadana

Lección 6 118
Cristo muestra amor y compasión por medio de su
poder sanador

Lección 7 122
Los milagros de Cristo restauran nuestra relación
con Dios, con nosotros mismos y con la sociedad

Lección 8 125
La paz que Cristo nos da en medio de las tormentas

Lección 9 129
El poder de Cristo vence a la muerte y a la enfermedad

Lección 10 133
El gozo del pueblo cuando se restauran los enfermos.

Lección 11 137
Cristo frente al poder demoníaco

Lección 12 140
El milagro de una vida transformada

Lección 13 143
El llamado de Cristo

100
Lección 1
Los milagros de Jesucristo
-¿Qué significan para nosotros hoy?-
Para estudio: Lucas 7:18-35; Mateo 11:1-15
Para memorizar: Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se
abrirán (Isaías 35:5).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
1. ¿Qué es un milagro? El Diccionario de la
Lengua Española (RAE) dice lo siguiente:
"Hecho no explicable por las leyes naturales
y que se atribuye a una intervención sobrena-
tural de origen divino".
Y el Diccionario Teológico Beacon define la
palabra milagro de la siguiente manera: "Es
un evento en el que Dios interviene para
mostrar su poder para ayudar al hombre". En
esta definición también encontramos el pro-
pósito de los milagros: mostrar el poder de
Dios para ayudar al hombre.
Cuando hablamos de milagros, general-
mente lo relacionamos con las sanidades físi-
cas, lo cual no está mal porque la Biblia habla
de ellas; sin embargo, desde nuestra opinión,
el milagro más grande se produce cuando el
hombre va al encuentro de Cristo y lo acepta
como su Señor y Salvador.
2. En el Nuevo Testamento se emplean
tres palabras para referirse a los milagros: se-
ñales, maravillas y prodigios o poderes. El
Diccionario Ilustrado de la Biblia (Caribe)
dice lo siguiente al respecto:
a. Señales: "Indican una prueba de la cerca-
nía de Dios y de su obra" (Juan 3:2; 7:31;
10:41). "Testifican del poder dado a la perso-
na que los realiza" (Marcos 6:20; Hechos
14:3).
b. Maravillas: "Indican el asombro que el mi-
lagro produce entre los espectadores" (Marcos
2:12; 4:41; 6:51; 7:37). "Además, maravilla
siempre aparece unida a la palabra ‘señal’"
(Mateo 24:24; Hechos 14:3; Romanos
15:19).
c. Prodigios o poderes: El prodigio o po-
der "reside originalmente en el mensajero
101
divino que es facultado directamente por
Dios" (Hechos 6:8; 10:38; Romanos
15:19).
Después de esta introducción, vayamos al
estudio de Lucas 7:18-35.
I. La pregunta de Juan el Bautista:
"¿Eres tú el que había de venir?"
Lucas 7:18
Es interesante que este mismo relato (Lucas
7:18-35) lo encontramos en Mateo 11:2-19,
y por él sabemos que Juan el Bautista estaba
en la cárcel cuando envió a sus mensajeros
para hablar con Jesucristo.
¿Pero, por qué estaba en la cárcel?
De acuerdo con Mateo 14:1-12; Marcos
6:14-29 y Lucas 3:19-20, Juan el Bautista fue
encarcelado debido a sus denuncias contra
Herodes Antipas, quien había tomado por
mujer a su cuñada Herodías. Por instigación
de esta, su hija Salomé pidió que Juan el Bau-
tista fuera encarcelado y luego decapitado.
A. Las buenas noticias de Jesucristo (7:18)
Los discípulos de Juan el Bautista fueron
ante su maestro para informarle de las "nue-
vas" y de todas "las cosas" que estaban ocu-
rriendo, especialmente en relación con un
maestro llamado Jesucristo.
¿Cuáles fueron "esas cosas"?
En el contexto del pasaje de estudio se en-
cuentra la respuesta. Lucas 7:1-10 y 7:11-17
respectivamente, nos relatan cómo Jesucristo
sanó al siervo del centurión y resucitó al hijo
de la viuda de Naín. Estos milagros eran
"acontecimientos" nunca vistos en esos tiem-
pos. Esto llamó la atención de los discípulos
de Juan el Bautista, quienes consideraron que
él tenía que saber lo que estaba aconteciendo.
 B. "¿Eres tú el que había de venir o espera-
remos a otro?"
Cuando Juan el Bautista escuchó las noticias
que sus discípulos le llevaron, llamó a dos de
ellos para que fueran a encontrarse con Jesu-
cristo y le preguntaran: "¿Eres tú el que había
de venir o esperaremos a otro?"
¿Cuál fue la razón que lo llevó a Juan a plan-
tear esa pregunta?
Primero, antes de que Jesucristo naciera, el
pueblo de Israel estaba a la espera de un Mesías
que vendría a liberarlos del dominio romano; es
decir, esperaban a un Mesías político montado
en un caballo y con una espada en la mano.
Segundo, Juan el Bautista comenzó su mi-
nisterio profético predicando el arrepenti-
miento para perdón de pecados, y al mismo
tiempo anunciando la llegada del reino de
Dios; y él sabía que este reino iba a ser inau-
gurado por el Mesías prometido.
Por esa razón, Juan el Bautista quería saber
si Jesucristo, de quien le habían hablado sus
discípulos, era el Mesías que inauguraría el
reino de Dios o debían esperar a otro.
II. La respuesta de Cristo Lucas 7:22-23
Los discípulos de Juan cumplieron con las
órdenes de su maestro, y le dijeron a Jesucris-
to: "Juan el Bautista nos ha enviado a ti a pre-
guntarte: ‘¿Eres tú el que había de venir o es-
peraremos a otro?’" (v. 20).
La respuesta de Jesucristo fue doble: una a
través de los hechos y la otra verbalmente.
A. Respuesta a través de los hechos (7:21)
La Biblia nos dice que cuando Jesús escuchó
la pregunta de los discípulos de Juan el Bautis-
ta, él "sanó a muchos". En ese momento, los
mensajeros de Juan vieron que a la sola palabra
o toque divino de Jesucristo los enfermos sa-
naban, los que tenían plagas y espíritus inmun-
dos eran liberados, y los ciegos recibían la vis-
ta.
B. Respuesta verbal (7:22)
Después de estos hechos milagrosos, Jesu-
cristo se acercó a ellos y les dijo: "Id, haced sa-
ber a Juan lo que habéis visto y oído":
● Los ciegos ven
● Los cojos andan
● Los leprosos son limpiados
● Los sordos oyen
● Los muertos son resucitados (Lucas 7:11-
17).
Y aún más importante que los milagros
mencionados es que a los "pobres es anuncia-
102
do el evangelio" de salvación y vida eterna.
C. ¿Cómo recibió Juan la respuesta de Jesu-
cristo?
La Biblia no nos dice nada respecto de
cómo Juan el Bautista recibió la respuesta de
Jesucristo pero, tan pronto como escuchó el
informe de sus mensajeros, Dios le confirmó
que Jesucristo era el Mesías. Posiblemente en
esos momentos Juan recordó lo siguiente:
1. Lo que Dios dijo de Jesucristo en Betába-
ra, al otro lado del Jordán, donde él estaba
bautizando: "He aquí el cordero de Dios, que
quita el pecado del mundo" (Juan 1:29).
2. También recordó que, después de que Je-
sucristo fue bautizado y subía del agua, "los
cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de
Dios que descendía como paloma y venía so-
bre él" (Mateo 3:16), y oyó una voz del cielo
que decía: "Este es mi Hijo amado, en quien
tengo complacencia" (Mateo 3:17).
3. Finalmente, Juan recordó lo que Dios le
dijo cuando lo envió a bautizar con agua: "So-
bre quien veas descender el Espíritu y perma-
necer sobre él, ese es el que bautiza con Espí-
ritu Santo" (Juan 1:33). En otras palabras,
Juan estaba convencido de que Jesucristo era
el Mesías prometido.
III. ¿Cuál es el mensaje para nosotros
hoy?
El relato bíblico que acabamos de estudiar es
hermoso, ¿pero, qué tiene que ver conmigo
hoy? ¿En qué me ayuda? ¿Cuál es su aplicación
para mi vida?
La respuesta es la siguiente:
A. Los milagros dan testimonio de que
Dios es todopoderoso
La respuesta de Jesucristo: "Id, haced saber
a Juan lo que habéis visto y oído" (Lucas
7:22), es un testimonio de que hay un Dios
grande, todopoderoso, que puede hacer esas
señales, puede hacer prodigios, milagros y ma-
ravillas. Y Jehová Dios, a quien adoramos hoy
por medio de Jesucristo, es el mismo ayer, y
hoy, y por los siglos (Hebreos 13:8).
B. Los milagros nos hablan del verdadero
reino de Dios
El propósito de la venida del Mesías fue
anunciar la llegada del reino de Dios, donde
imperarían la justicia y el amor; un reino al que
entrarían solo los que aceptaran el mensaje del
evangelio de salvación, y a Cristo como el úni-
co Señor y Salvador.
 Después de que los mensajeros de Juan vie-
ron el poder de Dios, por medio de los mila-
gros, Jesucristo añadió: "... y a los pobres es
anunciado el evangelio".
Los milagros en sí no nos salvan de nuestros
pecados, sino que nos muestran que Dios tie-
ne poder no solo para sanar, sino también pa-
ra dar vida eterna, la cual disfrutaremos en su
reino eterno.
C. Los milagros nos hablan del amor y
compasión de Dios
Los comienzos de la historia de la iglesia pro-
veen abundantes testimonios del ministerio
entre los pobres, desvalidos y marginados; en
otras palabras, nos muestran el amor y compa-
sión de Dios.
CONCLUSIÓN
Para terminar la lección, deseamos que res-
ponda las siguientes preguntas:
1. ¿Cuál es el mensaje que nos deja el relato
de los milagros en la Biblia?
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2. ¿Puede dar testimonio de algún milagro
ocurrido en su familia? ¿Cuál?
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3. ¿Qué fue lo que aprendió a través de ese
milagro?
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COMENTARIO DEVOCIONAL
“Entonces los ojos de los ciegos serán abier-
tos, y los oídos de los sordos se abrirán” (Isaías
35:5).
No debemos pasar por alto el contexto de
Isaías 35:5. Si leemos los primeros cuatro ver-
sículos de este capítulo veremos que son pasa-
jes ricos en promesas de Dios. Por ejemplo, el
profeta nos dice que desde el desierto y la so-
ledad vendrán gozo y alegría (v. 1), fertilidad
en la tierra al punto que el yermo florecerá (v.
2), y habrá belleza después de lo seco y estéril
(v. 4).
Estos versículos describen el tiempo de ale-
gría, cuando Jehová vendrá para liberar a su
pueblo de toda aflicción causada por razones
físicas, emocionales, espirituales y políticas.
Por supuesto que el cumplimiento de esa
promesa traerá gozo y alabanza a Dios. Ade-
más, el v. 5 dice que cuando lo anterior sea una
103
realidad, "los ojos de los ciegos serán abiertos,
y los oídos de los sordos se abrirán". Veamos
estos dos temas:
Los ojos de los ciegos serán abiertos. Esto se
refiere tanto a la ceguera física como a la espi-
ritual. Las obras de Dios, descritas en los vv. 1-
4, harán que las personas puedan ver el poder,
amor y misericordia de Jehová. Al mismo
tiempo, el pueblo confiará en el poder sanador
del Señor, porque si del desierto y la soledad
saldrán gozo, alegría y fertilidad, entonces
también el ciego podrá ver.
Y los oídos de los sordos se abrirán es otra
demostración del poder y el amor de Dios, a
fin de que escuchemos el mensaje de salvación,
sanidad y liberación que traerá Jehová.
MATERIAL DE APOYO
El mundo moderno ha objetado frecuente-
mente los milagros de Cristo. Espinoza los de-
claró "imposibles"; Hume, "increíbles"; Sch-
leiermacher, "solo remotamente posibles".
Los milagros de Cristo parecerán ridículos pa-
ra quien no pueda aceptar con fe el milagro
que es Cristo mismo.
Graham Green, en su libro The Potting Shed
[El invernadero], menciona a un famoso filó-
sofo, agnóstico, quien empecinadamente daba
conferencias contra todo milagro. Estando en
su lecho de muerte, llamó a su familia –a to-
dos, excepto a su hijo Santiago.
Después del funeral, Santiago fue a visitar a
su tío y le rogó que le explicara por qué nunca
había sido aceptado por su padre. Su tío final-
mente le contó la verdad sobre lo que había si-
do un secreto durante mucho tiempo.
Cuando era muchacho, Santiago se había
quedado encerrado accidentalmente en el in-
vernadero. Allí lo encontraron el jardinero y su
tío, el cuerpo estaba frío y sin vida. Allí mismo,
los dos hombres se arrodillaron y oraron con
fe. El aliento regresó al cuerpo del muchacho.
Pero, debido a que Callifer no podía aceptar la
posibilidad de los milagros, tampoco pudo
aceptar al muchacho. El hijo y los milagros
eran una misma cosa.
Si usted no es capaz de aceptar el milagro de
la resurrección del Hijo de Dios, entonces no
puede aceptar los milagros de Cristo. "Cuan-
do sabemos verdaderamente que Jesús es el
‘Hijo poderoso de Dios’, no dudamos más de
su poder para obrar maravillas y señales, como
los evangelios nos testifican de él".
–Richardson. A Theological Word Book of
the Bible, p. 153.
Lección 2
El desamparo del hombre y el poder
y autoridad de Cristo
Para estudio: Juan 5:1-29
Para memorizar: Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a
Jesucristo, a quien has enviado (Juan 17:3).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
Jesucristo, en su visita a Jerusalén, había en-
contrado oposición y hostilidad de parte de
los judíos al atreverse a purificar el Templo,
porque los líderes religiosos habían converti-
do la casa de su Padre en "casa de mercado"
(Juan 2:13-22).
Después de lo sucedido en el Templo, el Se-
ñor fue Jerusalén (Juan 5:1), porque "había
una fiesta de los judíos". En esa época, una de
las costumbres del pueblo judío era ir a Jeru-
salén para la Pascua, el Pentecostés y la fiesta
de los Tabernáculos. Juan no especifica a cuál
de esas fiestas asistió el Señor.
Sin embargo, y eso es lo que Juan quería re-
saltar en su relato, lo sucedido cerca del estan-
que de Betesda, fue algo extraordinario. Un
hombre desamparado y sin esperanza, con la
ayuda de Cristo, obtuvo esperanza y sanidad.
I. El paralítico de Betesda Juan 5:2-6
En esta escena, Jesucristo no estaba con sus
discípulos. Cuando fue al famoso estanque de
Betesda –cuyo nombre significa "casa de la
misericordia"– vio allí a un hombre que nece-
sitaba ayuda, porque no tenía quién lo metie-
ra en el estanque cuando el agua se agitaba.
A. ¿Cuál era la condición del paralítico y
de los que estaban a su alrededor?
Lea Juan 5:1-4. ¿Quiénes eran los que esta-
ban cerca del estanque de Betesda y por qué?
_____________________________________
______________________________________
_______________________________________
De acuerdo con Juan 5:5, ¿cuántos años ha-
104
cía que estaba enfermo el paralítico?
_____________________________________
_______________________________________
B. La pregunta de Jesucristo: "¿Quieres
ser sano?" (v. 6)
¿Por qué cree que Jesucristo le preguntó si
quería ser sano?
¿Acaso el Señor no sabía que ese era el deseo
del paralítico? ¿Qué opina usted al respecto?
_____________________________________
_______________________________________
La pregunta de Jesucristo no estaba fuera de
lugar. Decimos esto por la siguiente razón:
Posiblemente, después de 38 años de enfer-
medad, el paralítico había perdido la esperan-
za de ser sanado. Cuántas veces hemos escu-
chado decir: "Hace años que estoy en lo mis-
mo, mis problemas no se resuelven, y creo
que no hay nadie que pueda resolverlos". Es-
ta actitud revela:
● Fatalismo
● Desesperanza
● Abandono
Cuando llegamos a ese estado, nuestro cora-
zón y mente nos engañan tanto que creemos
que Dios no puede hacer nada por nosotros.
C. La respuesta del paralítico y el poder de
Jesucristo (v. 7)
Ante la pregunte del Señor: "¿Quieres ser
sano?", ¿cuál fue la respuesta del paralítico?
_____________________________________
_______________________________________
"Señor, no tengo quien me meta en el es-
tanque..." ¡Por supuesto que quería ser sana-
do y tener una vida normal! Pero, hasta ese
momento nadie lo había ayudado a entrar en
el estanque.
Esta respuesta nos revela que el paralítico:
1. No tenía familiares. Posiblemente estos lo
habían abandonado.
2. No tenía amigos. Cuántas veces escucha-
mos decir que los amigos son aquellos a quie-
nes les contamos lo que nos resulta difícil ma-
nifestar a nuestros seres queridos. Los amigos
son como hermanos para nosotros. Pero el
paralítico no tenía amigos. En nuestra opi-
nión, los únicos amigos que poseía eran la de-
sesperanza y el desamparo. Ellos lo habían
acompañado durante 38 años. Por tanto, no
existía esperanza de sanidad para el paralítico.
D. ¿Qué nos enseña la presencia de Jesu-
cristo?
¿Cree usted que era casualidad que Jesucris-
to pasara cerca del estanque de Betesda? Si
afirmamos que él es Dios, ¿no cree que él sa-
bía que allí se encontraba una persona que iba
a necesitar su ayuda?
Lo único que podemos decir es que el Señor
es un Dios de compasión y misericordia. Por
eso siempre está dispuesto a ayudar y a sanar,
y que, por medio de ese acto de amor y poder,
quiere enseñarnos algo más acerca de él.
¿Qué enseñanza podemos encontrar en el
diálogo de Jesucristo con el paralítico?
Primero, Jesucristo es amigo de los que no
tienen amigos. Está allí para darles una mano
de ayuda, pero también para acompañarlos en
todo tiempo.
Segundo, Jesucristo es nuestro hermano
mayor, y como tal está dispuesto a defender-
nos y a cuidarnos.
Tercero, por medio de Jesucristo conoce-
mos el poder y el amor de Dios.
II. El poder de Cristo ante el
desamparo del hombre - Juan 5:8-9, 14
Hemos escuchado decir que cuando Dios
viene en nuestra ayuda nunca se adelanta ni se
atrasa. Él siempre llega a tiempo. Posiblemen-
te fue este el caso del paralítico de nuestra his-
toria. Jesucristo estaba allí con su poder para
transformar.
Los hechos de este relato se sucedieron así:
A. "Levántate, toma tu lecho, y anda" (5:8)
Si usted hubiese estado en el lugar del para-
lítico, ¿cuál hubiera sido su reacción frente a
las palabras: "Levántate y anda"?
_____________________________________
_______________________________________
Si yo hubiese sido el paralítico, hubiera reac-
105
cionado diciéndole:
1. "Maestro, ¡eso es lo que quiero hacer des-
de hace 38 años, pero yo solo no me puedo
levantar ni caminar! Además, no creo que
pueda porque no sé cómo caminar y no ten-
go fuerza en mis piernas".
2. "Maestro, quiero levantarme, pero no
tengo un amigo que me ayude a hacerlo".
B. La respuesta del paralítico (5:9)
¿Qué nos dice el v. 9 al respecto?
_____________________________________
______________________________________
El paralítico no dudó de las palabras de Je-
sucristo. La Biblia dice que "al instante aquel
hombre fue sanado, y tomó su lecho, y andu-
vo". Creyó en Jesucristo. Confió en él y su vi-
da fue transformada.
1. Jesucristo se preocupa por nuestras nece-
sidades físicas. Él quiere lo mejor para noso-
tros, nuestro bienestar y salud física.
2. Jesucristo se preocupa por nuestras nece-
sidades espirituales. Después de que sanó al
paralítico, más tarde le dijo: "Mira, has sido
sanado; no peques más, para que no te venga
alguna cosa peor" (v. 14).
C. La reacción de los judíos (5:10-16)
Un hombre había sido curado de una enfer-
medad incurable. Ese hecho en sí ya era oca-
sión de gozo y alegría, pero los judíos no pen-
saban de la misma manera.
¿Por qué?
1. Jesucristo había sanado un día sábado, y
eso iba en contra de la ley de los judíos.
2. El que era paralítico ahora caminaba por
las calles con el lecho a su espalda, y eso tam-
bién iba contra la ley judía.
3. Por ello, los judíos buscaban la ocasión
para matar a Jesucristo, simplemente porque
ministraba el día sábado; es decir, trabajaba.
Lo triste es que los judíos no sabían que Dios
también trabaja.
Jesús les dijo: "Mi Padre hasta ahora traba-
ja, y yo trabajo". Trabajan para llevar ayuda y
salvación al desamparado.
CONCLUSIÓN
¿Cuál es el mensaje para nosotros hoy? De
este relato podríamos sacar muchas enseñan-
zas; sin embargo, mencionaremos solo dos:
1. La pregunta de Jesucristo: "¿Quieres ser
sano?", está vigente hoy. Tal vez no estamos
enfermos como el paralítico, pero hay muchas
situaciones que "paralizan" nuestra salud espi-
ritual, personal y familiar.
2. Si estamos dispuestos a ser sanados, el Se-
ñor nos va a decir: "¡Levántate!" Eso tal vez re-
querirá un esfuerzo sobrehumano de nuestra
parte, pero tenemos que hacerlo. El milagro
ocurre cuando creemos y obedecemos a
Dios.
COMENTARIO DEVOCIONAL
Y esta es la vida eterna: que te conozcan a
ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a
quien has enviado (Juan 17:3).
Hay dos verdades que deseamos resaltar:
1. "Y esta es la vida eterna: que te conozcan
a ti, el único Dios verdadero". ¿Por qué tuvo
que orar de esa forma a su Padre? La respues-
ta es sencilla. En los tiempos de Jesucristo, el
principal problema no era el ateísmo sino el
politeísmo. Los griegos tenían muchos dio-
ses, e incluso edificaron un monumento al
"dios no conocido".
Entonces, puesto que la hora de la muerte
de Jesucristo se acercaba y que luego retor-
naría al Padre, su deseo era que sus discípu-
los conocieran al Padre como el único Dios
verdadero, en contraste con todas las formas
de politeísmo pagano, panteísmo místico y
naturalismo filosófico.
"Y a Jesucristo, a quien has enviado". Este
es el único lugar donde el Señor se refiere a
sí mismo como "Jesucristo". ¿Por qué?
Primero, "Jesús", porque él salvaría a su
pueblo de sus pecados.
Segundo, "Cristo", porque fue ungido con
el Espíritu Santo para ejercer su ministerio de
salvación.
Tercero, "a quien has enviado para salvar", en
la plenitud de la autoridad y el poder divino.
2. También esta oración era para los judíos.
¿Por qué? La vida eterna, de acuerdo con 1
Juan 5:20, es conocer a Dios. Los judíos, a
pesar de que hablaban de Jehová y le temían,
realmente no conocían a Dios. Conocían
acerca de él, pero no habían tenido un en-
cuentro personal con él. Por tanto, lo que
aquí se nos enseña es que conoceremos a
Dios, quien nos da vida, conociendo a su Hi-
jo Jesucristo.
Conocer a Dios es conocer sus caminos, su
voluntad y sus planes de salvación por medio
de su Hijo Jesucristo.
106
MATERIAL DE APOYO
Algunas enseñanzas sencillas
1. El gran Doctor está preocupado profunda-
mente por todos los enfermos del cuerpo y del
alma. Nadie está fuera del alcance de su mano
sanadora.
2. La obra continua de Dios debería causar
alegría indescriptible en cada corazón. Los días,
las noches, y los años están llenos de continuos
esfuerzos para que los hombres sean íntegros
otra vez.
3. Los esfuerzos por lograr la propia sanidad
son inútiles. En treinta y ocho años de arras-
trarse hacia el estanque sin ayuda alguna, el po-
bre hombre no pudo llegar a ser una nueva per-
sona. Nuevos esfuerzos de la misma índole no
le hubieran proporcionado su sanidad.
4. En la actualidad, el poder vivificante y mi-
lagroso de Cristo despierta, sana y fortalece
moralmente a muchas personas en todo el
mundo.
5. Creer en el Hijo nos proporciona vida eter-
na y nos aleja de la muerte eterna. Aquel que
dijo que tenía poder sobre la enfermedad y la
muerte nos provee el milagro completo de dar-
nos vida. ¡Qué requisito tan sencillo! ¡Qué
transformación tan maravillosa! ¡Cuánta alegría
para el corazón que experimenta la sanidad
completa!
6. Jesús quiso dar prueba absoluta de su dei-
dad cuando habló con los líderes religiosos de
sus días. Porque es el Salvador divino, Jesucris-
to imparte vida nueva, libra del mal y juzga con
su justicia. Él es Redentor, Juez y Salvador.
Cristo, el conquistador
Se cuenta la historia de Juliano, el apóstata,
quien trató de restablecer la adoración a los
dioses paganos y destruir el cristianismo. Bajo
su autoridad tenía un soldado cristiano a quien
maltrataba. "¿Dónde está ahora tu Carpinte-
ro?", le preguntó el verdugo. "Está haciendo
un ataúd para tu emperador", le respondió el
cristiano.
Unos meses después, en una batalla decisiva,
Juliano fue herido mortalmente. Pronto corrió
el rumor de que el cristiano había infringido la
herida. Dándose cuenta de que su muerte se
hallaba cerca, Juliano hundió su mano en la
sangrante herida y levantando la mano al cielo
clamó: "¡Has vencido, oh Galileo!"
Cristo ha vencido por completo: a la muerte,
a la enfermedad, al dolor y al pecado.
Lección 3
Los milagros y nuestra fe
Para estudio: Mateo 13:53-58; Juan 4:39-54; 14:7-14
Para memorizar: Jesús le dijo: Vé, tu hijo vive. Y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo,
y se fue (Juan 4:50).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
¿Cuál fue la reacción de la gente ante el mi-
nisterio de Jesucristo y los milagros que él ha-
cía por el poder de Dios?
1. Muchos temieron ante su presencia y cre-
yeron en él.
2. Otros pidieron más señales o pruebas de
su autoridad.
3. Y hubo quienes decidieron no aceptar a
Cristo ni las obras que él hacía.
¿Cuál sería hoy la reacción de la gente si Je-
sucristo realizara los mismos milagros por el
poder de Dios?
Esta pregunta tiene solo dos respuestas. Po-
siblemente algunos dudarían del poder de
Dios, pero otros creerían en él y en la palabra
de Jesucristo.
Esperamos que después del estudio de esta
lección, nuestra fe en el Señor sea cada día más
firme.
I. ¿Cuáles son las consecuencias si no
creemos en el poder de Dios?
Mateo 13:53-58
Lea Mateo 13:53-58 y responda las siguien-
tes preguntas:
¿Dónde estaba Jesucristo? (v. 53)
_____________________________________
_______________________________________
¿Qué hacía allí? (v. 53)
_____________________________________
_______________________________________
¿Cuál fue la reacción de la gente? (vv. 55-57)
_____________________________________
_______________________________________
_______________________________________
107
¿Cuáles fueron las consecuencias de esa reac-
ción? (v. 58)
_____________________________________
_______________________________________
Vayamos paso a paso analizando las respues-
tas dadas:
A. ¿Dónde estaba Jesucristo? (Mateo 13:54)
La palabra de Dios nos dice que Jesucristo
recorría toda Galilea y llegó a Nazaret, el lugar
donde había pasado su niñez, y allí "les ense-
ñaba en la sinagoga de ellos".
B. ¿Cuál fue la reacción de la gente?
No sabemos cuánto tiempo estuvo Jesucris-
to enseñando por toda esa región. Lo único
que podemos decir es que "se maravillaban"
de las enseñanzas que escuchaban de su boca.
En otras palabras, estaban sorprendidos de
que el hijo de José, el carpintero, estuviese en-
señándoles acerca del reino.
Y eso no fue todo, la Biblia nos dice que "se
escandalizaban de él" (v. 57). Fue triste para
Jesucristo haber encontrado en su pueblo tal
hostilidad e incredulidad.
C. ¿Cuáles fueron las consecuencias de la
incredulidad del pueblo? (13:58)
A través de la lectura del texto, vemos que
los habitantes de Nazaret no recibieron las
bendiciones que Dios les tenía preparadas por
medio de su Hijo Jesucristo. Por eso Mateo,
con mucha tristeza, nos dice que Jesucristo
"no hizo allí muchos milagros".
¿Por qué?
Primero, por la incredulidad del pueblo. Si
no creemos en Cristo y el mensaje del evange-
lio, estaremos impidiendo que el Señor sane
nuestros males físicos, emocionales y espiritua-
les. Si una persona no quiere vivir, no hay mé-
dico que pueda salvarla.
Segundo, por la indiferencia del pueblo a los
planes y propósitos de Dios. Es posible que
creamos en el mensaje de justicia y salvación,
pero si somos indiferentes a ese mensaje, ¿qué
podrían hacer Jesucristo o el Espíritu Santo pa-
ra que comprendamos el amor de Dios?
Tercero, porque Jesucristo no fue recibido
por ellos. El Señor no podrá hacer nada a fa-
vor de nosotros si no le damos la bienvenida a
nuestra vida y hogar.
II. ¿Qué sucede cuando creemos en
el poder de Jesucristo? Juan 4:46-54
En contraste con la incredulidad se encuen-
tra la fe, tal como lo ilustra el relato de la sani-
dad del oficial del rey.
En esta historia bíblica encontramos tres ver-
dades:
A. Primera verdad: Hay un hombre que
tiene una gran necesidad
1. Juan nos dice que el hijo del oficial del rey
estaba a punto de morir. En ese momento,
¿qué otra necesidad era mayor que esa?
Si un miembro de nuestra familia estuviera
enfermo y esa enfermedad fuera terminal, lo
enfrentaríamos de dos maneras: no haciendo
nada, algo así como una resignación o fatalis-
mo, o haciendo todo lo posible, incluso esta-
ríamos dispuestos a gastar hasta el último cen-
tavo de nuestros ahorros para la sanidad de
nuestro ser querido.
2. El oficial del rey era un padre que estaba
dispuesto a luchar para que su hijo no murie-
ra. Por eso caminó casi 30 kms. para encon-
trarse con Jesucristo, porque sabía que en el
Señor estaba la solución a su necesidad.
3. Cuando el oficial del rey se encontró con
Jesucristo, "le rogó que descendiese y sanase a
su hijo" (v. 47). Aunque no comprendía com-
pletamente dónde radicaba el poder sanador
de Cristo, lo que sí sabía, por el testimonio de
los galileos, era que Jesucristo era el único que
podía sanar a su hijo. (vv. 45-46).
B. Segunda verdad: Jesucristo desafía la fe
del oficial
1. La afirmación de Jesucristo. Después de
que el Señor escuchó la necesidad y petición de
este oficial, le dijo: "Si no veis señales y prodi-
gios, no creeréis" (v. 48). En otras palabras, lo
que Cristo le dijo fue: "Vienes a mí solo porque
hice milagros, de lo contrario no vendrías a mí".
2. La respuesta del oficial. A pesar de esa afir-
mación del Señor, el oficial del rey le dijo: "Se-
108
ñor, desciende antes de que mi hijo muera".
En otras palabras: "Señor, lo único que sé es
que si tú vas a mi casa, mi hijo vivirá. Eso es to-
do lo que me importa. Y tú eres la única per-
sona que tiene el poder para sanar a mi hijo".
3. La respuesta de Jesucristo. Las palabras
del oficial del rey conmovieron al Señor, por
eso Jesucristo le dijo: "Vete, tu hijo vive". Y la
Biblia dice que el oficial del rey "creyó la pala-
bra que Jesús le dijo, y se fue" (v. 50).
Él, como oficial del rey, comprendió la or-
den del Señor, y obedeció al Rey de reyes y Se-
ñor de señores.
C. Tercera verdad: Jesucristo honra la fe
del oficial del rey
Posiblemente el oficial del rey podía haberle
respondido a Jesucristo: "Está bien Señor que
desees que mi hijo sane; sin embargo, es nece-
sario que vengas a mi casa".
O podía haberle dicho: "Señor, ¿qué garan-
tía me das para saber que has sanado a mi hi-
jo?" Pero no fue así. Lo único que el oficial del
rey hizo fue creer en Cristo; y en el momento
en que creyó, su hijo fue sanado.
Cuando se fue a su casa, "sus siervos salieron
a recibirlo, y le informaron diciendo: Tu hijo
vive" (v. 51). Eso fue suficiente para él; ade-
más, supo que su hijo recibió la sanidad en el
mismo momento en que Jesucristo le dijo:
"Vete, tu hijo vive". Y la Biblia nos dice que el
oficial del rey "creyó él con toda su casa".
III. ¿Cuál es la enseñanza de esta
historia bíblica?
Primero enumeraremos las enseñanzas que
se desprenden de este relato bíblico. Luego,
sería bueno analizar otras verdades que sin du-
da encontraremos en esta hermosa historia bí-
blica.
A. En este mundo siempre habrá aflicciones
Jesucristo nos dijo: "En este mundo tendréis
aflicción; pero confiad, yo he vencido al mun-
do" (Juan 16:33). La enfermedad forma parte
de esas aflicciones, pero debemos confiar en el
Señor, pues él ha vencido toda aflicción.
B. Debemos creer en las promesas de Cristo
Jesucristo le dijo al oficial del rey: "Ve, tu
hijo vive" (v. 50). Así de sencillo. No tene-
mos que decirle al Señor lo que él tiene que
hacer para responder a nuestras necesidades.
Sencillamente debemos creer, así como lo hi-
zo el oficial del rey: "El hombre creyó la pa-
labra de Jesús".
 C. Debemos poner en práctica nuestra fe
El oficial del rey no solo creyó en la palabra
de Jesús, sino que también la obedeció "y se
fue". No discutió, no dio argumentos, no le pi-
dió prueba alguna para ver si su palabra era ver-
dadera. Lo que hizo fue levantarse e irse a ca-
sa, porque el hombre "creyó la palabra" de Je-
sús.
D. ¿Qué otras enseñanzas usted encuentra
en este pasaje?
1._____________________________________
2._____________________________________
3._____________________________________
4._____________________________________
CONCLUSIÓN
Los pasajes para estudio de hoy nos muestran
el contraste entre tener fe en Cristo y no tener-
la.
Donde hubo incredulidad, la gente se limitó
a aceptar lo que entendió. No podía apropiar-
se de las posibilidades del cambio transforma-
dor que Dios puede obrar en un hombre que
se rinde a él.
El oficial del rey tenía fe que Jesucristo podía
sanar a su hijo, no solo por el testimonio de los
galileos.
¿Tenemos nosotros la misma fe que tuvo el
oficial del rey?
COMENTARIO DEVOCIONAL
Jesús le dijo: Vé, tu hijo vive. Y el hombre cre-
yó la palabra que Jesús le dijo, y se fue (Juan
4:50).
Juan 4:43-54 nos relata la segunda de las sie-
te señales realizadas por Jesucristo.
En Caná de Galilea, cuando Jesús convirtió el
agua en vino, vemos que la salvación se realiza
por medio de la Palabra. En este caso, Juan
4:43-54 relata la curación del hijo de un oficial
del rey, afirmando que la salvación fue por fe.
¿Cómo ocurrió este hecho milagroso?
El hijo del oficial del rey iba a morir y estaba en
Capernaúm, como a 30 kilómetros de Caná. El
oficial quería que Cristo fuera con él, porque no
sabía que podría curar al muchacho a la distancia.
Jesús no fue con él, sino que en lugar de eso pro-
nunció las palabras: "Vé, tu hijo vive" (v. 50).
¡Y el hombre creyó la palabra que Jesús le di-
jo! (v. 50).
Al oficial le hubiera llevado solo dos o tres
horas regresar a su casa; sin embargo, el v. 52
indica que se quedó en Caná un día entero. El
muchacho sanó a la una de la tarde y el padre
109
llegó a su casa al día siguiente. Esto demuestra
que tuvo fe genuina en la palabra de Cristo,
porque no se apresuró a regresar a su casa pa-
ra ver lo que había pasado.
Es por medio de esa fe que tenemos la salva-
ción, porque es fe en la palabra de Dios. Si
Cristo habla, debemos creer en él, y el proble-
ma estará resuelto.
El oficial del rey tuvo gozo y paz porque cre-
yó en la palabra de Cristo (Romanos 15:13),
porque su confianza estaba puesta solo en la
palabra del Señor. No se sorprendió cuando
sus criados le dijeron: "Tu hijo vive". Simple-
mente les preguntó cuándo sucedió la cura-
ción y verificó que había sido a la hora en que
Cristo se lo dijo. ¿Cuál fue el resultado de ese
milagro? Él y toda su familia creyeron en Cris-
to. "La fe viene por el oír; y el oír por la pala-
bra de Dios" (Romanos 10:17).
En el v. 48 Jesús menciona la razón básica
por la cual las personas no creen: primero quie-
ren ver señales y prodigios. Tenga presente que
Satanás es capaz de realizar señales y milagros
para engañar (2 Tesalonicenses 2:9-10). Si su
salvación se basa en sentimientos, emociones,
sueños, visiones, voces o cualquier otra eviden-
cia carnal, usted se halla en terreno peligroso.
Solo la fe en la palabra de Dios le dará la segu-
ridad de la vida eterna (1 Juan 5:9-13).
MATERIAL DE APOYO
Jesucristo
Jesucristo, durante su vida terrenal, enseñó a
través de grandiosas obras. Los milagros que
realizó fueron recibidos de diferentes maneras.
Algunos tuvieron temor ante su presencia,
otros creyeron inmediatamente, en cambio hu-
bo quienes pidieron más señales o pruebas es-
pecíficas de su autoridad. Lamentablemente,
muchos decidieron vivir en incredulidad, sin
aceptar ninguna de las obras de Cristo.
Las obras de nuestro Señor tuvieron signifi-
cado, propósito y dirección. Él utilizó su poder
para mostrar a un grupo de seguidores que él
era el Mesías. En algunas ocasiones no realizó
muchos milagros, pero en otras respondió con
obras portentosas ante las necesidades de las
personas que acudieron a él.
Su poder sanador fue eficaz aun a la distancia.
Pero se negó a dar algunas señales a quienes de-
mandaban un milagro para beneficio personal.
Jesucristo usó su poder divino de manera
que pudiera fortalecer la fe de la gente que lo
buscaba, o afirmar la fe de quienes creían y no
dudaban de Dios. Nunca fue intimidado por
quienes dudaban o no creían en él.
Lección 4
La compasión de Cristo
Para estudio: Mateo 14:13-21
Para memorizar: Jehová será refugio del pobre, refugio para el tiempo de angustia. En ti
confiarán los que conocen tu nombre, por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te
buscaron (Salmos 9:9-10).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
El relato de Mateo 14:13-21 empieza con
la siguiente afirmación: "Oyéndolo Jesús, se
apartó de allí en una barca a un lugar desier-
to y apartado".
1. "Oyéndolo Jesús" (v. 13). La pregunta
es: ¿Qué es lo que Jesús oyó? La respuesta la
encontramos en Mateo 14:9-12. Juan, el que
preparó el camino para el ministerio del reino
de Dios (Mateo 3:1-3), el que bautizó a Je-
sucristo, había muerto, y no de muerte natu-
ral, sino que fue decapitado por Herodes.
Los discípulos de Juan el Bautista, los mis-
mos que días atrás le habían preguntado a
Jesucristo: "¿Eres tú aquel que había de ve-
nir o esperaremos a otro?" (Mateo 11:3), le
contaron al Señor todo lo que había aconte-
cido en relación con la muerte de Juan. Eso
fue lo que oyó Jesús. Y esa noticia lo entris-
teció en gran manera.
2. "Se apartó de allí en una barca a un lu-
gar desierto y apartado" (v. 13). ¿Cuál sería
nuestra reacción si uno de nuestros seres
queridos, o amigos íntimos, muriera como
Juan el Bautista? No hay duda de que senti-
ríamos una gran tristeza y un profundo do-
lor. Y cuando eso acontece, lo único que de-
seamos es estar solos.
De la misma manera, nuestro Señor sintió
la muerte de su amigo. Por esa razón quería
estar solo, sin nadie a su lado. Eso demues-
tra que Jesucristo era como "uno de noso-
tros", a fin de que también nosotros seamos
como él.
En esta lección estudiaremos ese aspecto
compasivo de Jesucristo, y luego veremos las
enseñanzas que este relato posee para noso-
tros hoy.
110
I. La compasión y el poder de Cristo
Mateo 14:13-14
Posiblemente, la gente que rodeaba a Jesu-
cristo no sabía lo que había acontecido con
Juan el Bautista. Y, cuando vieron que Jesús se
iba al otro lado del desierto en una barca, lo si-
guieron "desde las ciudades". Según los histo-
riadores de la Biblia, la mayoría viajó varios ki-
lómetros a pie solo para escuchar y ver a Jesu-
cristo. Es por esa razón que, al bajar de la bar-
ca, el Señor vio en la orilla "una gran multitud"
que lo esperaba para escuchar sus enseñanzas.
Este relato nos habla de:
A. La compasión de Cristo
¿Qué significa compasión?
_____________________________________
_______________________________________
_______________________________________
De acuerdo con El Diccionario de la Lengua
Española (RAE), compasión es: "Sentimiento
de conmiseración y lástima que se tiene hacia
quienes sufren penalidades o desgracias".
En la Biblia, compasión también significa:
"benignidad", "bondad", "misericordia" y
"piedad". Esta no fue la primera vez que Jesu-
cristo expresó un sentimiento de compasión
hacia el ser humano, o hacia las multitudes.
Veamos algunos ejemplos:
Lea los siguientes pasajes bíblicos e indique
qué nos enseñan en relación con la compasión
del Señor.
Mateo 9:36
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_______________________________________
Marcos 8:1-2
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 _____________________________________
Mateo nos dice que el Señor quería estar so-
lo porque la tristeza que sentía por la muerte
de Juan el Bautista era intensa. Pero, en lugar
de la quietud que buscaba, se encontró con esa
multitud; y en lugar de sentir molestia, se
compadeció de ella y aún dio un paso más:
"sanó a los que de ellos estaban enfermos".
La compasión de Jesucristo no es un simple
sentimiento humano, sino que busca la sani-
dad total del hombre: sanidad espiritual, emo-
cional y física.
B. El ministerio del discípulo
Escuché a un pastor contar la siguiente anéc-
dota, referida a un diálogo entre Satanás y Je-
sucristo.
Satanás: "Yo sé que estás empecinado en sal-
var al mundo para el reino de Dios. Pero, ¿có-
mo lo harás?"
Jesucristo: "Llamaré a mis discípulos y los
enviaré para que prediquen el evangelio del
reino de justicia y salvación".
Satanás: "¿Solo eso?"
Jesucristo: "Sí, así de sencillo".
Satanás: "Y si ellos te fallan y te traicionan,
¿tienes algún otro plan?"
Jesucristo: "No. Ellos son el único plan que
tengo".
1. La preocupación de los discípulos (v. 16).
En este relato vemos la preocupación de los
discípulos por la gente que se había reunido pa-
ra escuchar a Jesucristo. La hora avanzaba y po-
siblemente las madres y los niños estaban in-
quietos porque tenían hambre. Al ver esa situa-
ción, los discípulos se acercaron a su maestro
para decirle: "El lugar es desierto y la hora ya
pasada; despide a la multitud, para que vayan
por las aldeas y compren de comer" (v. 15).
2. La respuesta de Jesucristo. El Señor vio la
preocupación y sinceridad de sus discípulos.
Pero también quiso enseñarles una gran lec-
ción de fe. La respuesta que les dio fue: "No
tienen necesidad de irse; dadles vosotros de
comer" (v. 16).
El plan de Jesucristo para que las multitudes
escuchen el mensaje del evangelio de salvación
y sanidad son los discípulos. Y los discípulos
somos nosotros. No tiene otro plan. Él cuen-
ta con nuestro compromiso y fidelidad al men-
saje del evangelio. Amén.
C. La generosidad de Dios
Después de que Jesucristo bendijo los cinco
panes y los dos pescados, los dio a sus discípu-
los y estos a la multitud. Y la palabra de Dios
111
dice que: "Comieron todos y se saciaron". Y
no solo eso, sino que "recogieron lo que so-
bró de los pedazos, doce cestas llenas" (v. 20).
Cuando Dios da, lo hace en abundancia,
porque nuestro Señor es un Dios generoso.
II. ¿Cuál es la enseñanza de este relato?
Este evento sucedió hace más de 2,000 años.
¿Qué tiene que ver con nosotros hoy?
Si alguien le dijera: "Tengo muchos proble-
mas, y no estoy interesado en estudiar la histo-
ria de la alimentación de los cinco mil porque
no me ayudará en nada". ¿Cuál sería su res-
puesta?
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A. Este relato está en la Biblia para que la
gente crea en Dios y en Jesucristo, su Hijo
La Biblia nos dice que Dios es el mismo ayer,
hoy y por los siglos; por tanto, su poder y bon-
dad no cambian. Y si hace más de 2,000 años
hizo milagros, los hará también hoy para que
la gente crea en Jesucristo, como su Señor y
Salvador.
¿Qué nos dicen al respecto los siguientes pa-
sajes bíblicos?
Juan 3:16
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Juan 6:40
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Juan 11:25-26
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Juan 20:31
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B. Nos enseña que no debemos ser egoístas
Mateo 14:21 dice: "Y los que comieron fue-
ron como cinco mil hombres, sin contar las
mujeres y los niños". Lo mismo nos dicen
Marcos 6:38 y Lucas 9:14. Pero el relato de
Juan nos da un dato muy interesante.
¿Qué nos dice Juan 6:8-9?
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Un muchacho tenía cinco panes y dos pesca-
dos, y se los dio a los apóstoles, y estos al Se-
ñor. En otras palabras, ese joven no fue egoís-
ta y compartió lo poco que tenía. Pero ese po-
co en las manos de Jesucristo fue más que su-
ficiente para alimentar a miles de personas.
No seamos egoístas con lo que el Señor nos
dio. Compartamos con el necesitado de acuer-
do a nuestras posibilidades. Pero antes de eso,
lo que tenemos –sea poco o mucho– debemos
entregárselo a Dios para que él lo bendiga.
C. Nos motiva para que honremos y adore-
mos a Dios por medio de Cristo
Cuando la gente vio el milagro de la alimen-
tación de los cinco mil, dijo: "Este verdadera-
mente es el profeta que había de venir al mun-
do" (v. 14), y querían convertirlo en rey.
Por supuesto que nosotros no haríamos lo
mismo, porque Jesucristo ya es Rey de reyes y
Señor de señores. Sin embargo, lo que nos to-
ca hacer es honrar y adorar a Dios por su amor
y compasión hacia nosotros.
CONCLUSIÓN
El mensaje que este relato nos deja es doble:
Primero, que la presencia de Jesucristo mar-
ca una diferencia en las personas que lo rodean.
Él sana, bendice, salva y provee lo necesario y
en abundancia.
Segundo, que Jesucristo no está ajeno a las
necesidades del ser humano. Él tiene compa-
sión por la gente. Y esa compasión no tiene
que ver solo con las necesidades materiales que
puedan tener, sino, y sobre todo, con que no
conocen a Dios.
Entonces, ¿qué nos corresponde hacer a no-
sotros, los discípulos de Cristo?
¿Cuál sería su respuesta a la pregunta plan-
teada?
COMENTARIO DEVOCIONAL
Jehová será refugio del pobre, refugio para
el tiempo de angustia. En ti confiarán los que
conocen tu nombre, por cuanto tú, oh Jeho-
vá, no desamparaste a los que te buscaron
(Salmos 9:9-10).
"Jehová será refugio del pobre". En los
tiempos del Antiguo Testamento, los pueblos
que estaban fundados sobre una roca o un
monte, con murallas altas y una torre de vigía
para divisar a la distancia, se sentían muy pro-
tegidos del enemigo. De la misma manera,
Jehová es nuestro refugio.
Al respecto, Salmos 18:1-3 dice: "Te amo,
oh Jehová, fortaleza mía. Jehová, roca mía y
castillo mío, y mi libertador; Dios mío, forta-
leza mía, en él confiaré; mi escudo, y la fuer-
za de mi salvación, mi alto refugio. Invocaré
a Jehová, quien es digno de ser alabado, y se-
112
ré salvo de mis enemigos".
Como podemos observar, los versículos que
leímos dan testimonio de que Jehová es refu-
gio y roca firme no solo para el pobre, sino
también para todos aquellos que están pasan-
do por situaciones difíciles o tiempos de an-
gustia. Es en ese momento cuando clamamos
al Señor pidiéndole que nos salve de esa situa-
ción. ¿Y por qué en algunas ocasiones no va-
mos al Señor en busca de refugio y salvación?
Existen por lo menos dos razones:
1. Porque creemos que no necesitamos a
Dios, y que nosotros mismos podremos resol-
ver la situación negativa que estamos atrave-
sando.
2. Porque confiamos más en nuestras capa-
cidades que en Dios.
El salmista reconoce que él hacía lo mismo.
Pero, llegó un momento en su vida donde tu-
vo que reconocer que solo Dios podía ayudar-
lo.
Más tarde, el salmista dice: "Dios es nuestro
amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en
las tribulaciones. Por tanto, no temeremos,
aunque la tierra sea removida, y se traspasen
los montes al corazón del mar; aunque bra-
men y se turben sus aguas, y tiemblen los
montes a causa de su braveza" (46:1-3).
MATERIAL DE APOYO
Alabemos a Jehová en todo tiempo
Cuando alabamos a Dios, estamos recono-
ciendo que el Señor es quien nos cuida, pro-
tege y bendice. Dios es el que nos protege de
toda crítica e injusticia. Es posible que en es-
ta vida nos enfrentemos a muchas injusticias:
1. Nos pueden acusar falsamente.
2. Tal vez no seamos correspondidos como
esperamos.
3. Algunos no reconocerán el trabajo y ser-
vicio que prestamos a la iglesia o comunidad
donde vivimos.
4. Cuando tenemos una opinión, tal vez la
misma no cuente o sea ignorada.
A pesar de las situaciones negativas por las que
atravesemos, Dios debe ser alabado. Si no con-
fiamos en que él nos vindicará, el odio y la auto-
compasión controlarán nuestra vida. Si realmen-
te confiamos en él, experimentaremos su paz y
él "levantará nuestra cabeza", porque somos hi-
jos del Rey de reyes y Señor de señores.
Todos queremos la ayuda de Dios en tiem-
po de problemas. Algunos quieren su ayuda
para tener éxito. Otros recurren a Dios para
vivir cómodamente y sentirse bien consigo
mismos. Lamentablemente, esos son los mo-
tivos egoístas que nos impulsan a buscar a
Dios. Sin embargo, nuestra actitud debe ser
diferente; y las razones por las que debemos
buscar al Señor deben ser distintas a las acti-
tudes que tiene este mundo egoísta.
Es por eso que el salmista dice:
"Te alabaré, oh Jehová, con todo mi cora-
zón; me alegraré y me regocijaré en ti; canta-
ré a tu nombre, oh altísimo".
Aquí el salmista no dice que alabará a Dios
cuando todo le vaya bien, sino que lo alabará
Mis notas:
113
por lo que Jehová es: Dios de amor, de mise-
ricordia y de perdón; porque él es quien cui-
da del pobre y desamparado, pero también
cuida de nosotros.
Dios nunca desampara a aquellos que lo
buscan. Desamparar a alguien es abandonar-
lo. Dios nos ha prometido que si confiamos
en él, nunca nos desamparará y estará a nues-
tro lado siempre, en todo momento.
Entonces, alabemos al Señor en todo tiem-
po porque él es nuestro Señor y Salvador.
Lección 5
Impuestos, milagros y nuestra
responsabilidad ciudadana
Para estudio: Mateo 17:24-27; 22:15-22; Romanos 13:1-6
Para memorizar: Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey (1 Pedro 2:17).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
En cualquier país o ciudad del mundo,
cuando se trata el tema de los impuestos, los
ánimos de algunos se ponen candentes; en
cambio, en otros se observa una actitud de
resignación.
¿Por qué?
En primer lugar, porque consideran que
los impuestos que pide el estado son muy al-
tos.
En segundo lugar, porque el ciudadano
considera que las instituciones recaudadoras
de impuestos hacen mal uso de esos ingresos
que el pueblo aporta.
Respetamos lo que el pueblo opina; sin
embargo, nuestro propósito en esta lección
es aprender lo que la Biblia nos enseña.
Hoy estudiaremos el tema de los impuestos
y nuestra responsabilidad ciudadana. En pri-
mer lugar, veremos las leyes de los impuestos
que regían en la época del Nuevo Testamento;
luego, lo que Jesús creía al respecto; y por úl-
timo, estudiaremos las enseñanzas que extrae-
mos de Mateo 17:24-27 para nosotros hoy.
I. Los impuestos en el Nuevo Testa-
mento Mateo 17:24-27; 22:15-22
En el tiempo del Nuevo Testamento exis-
tían dos clases de impuestos: los que se des-
tinaban para el templo y los que se tributa-
ban al Imperio Romano.
A. El impuesto para el templo (17:24-27)
En su opinión, ¿por qué los sacerdotes pe-
dían impuestos para el templo?
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114
El templo de Jerusalén era hermoso y reque-
ría de una buena administración y manteni-
miento:
1. Todos los días, por la mañana y por la
tarde, el pueblo presentaba sus sacrificios an-
te el altar de Dios. Eso significaba que se de-
bía limpiar cada día el lugar donde se ofre-
cían esos sacrificios.
2. El incienso que se quemaba en el templo
debía ser comprado y preparado.
3. Las vestimentas de los sacerdotes se gasta-
ban y, por supuesto, debían ser reemplazadas.
¿De dónde provenía el dinero para pagar el
mantenimiento y los gastos del templo? La
respuesta la encontramos en Éxodo 30:13.
En ese tiempo se había establecido que todo
varón judío de más de 20 años de edad tenía
que pagar un impuesto anual de medio ciclo
al templo.
¿Cuánto representaba medio ciclo compa-
rado con el valor monetario del Nuevo Tes-
tamento? De acuerdo con los expertos en la
materia, equivalía más o menos a dos días de
trabajo (dos dracmas). Por supuesto que era
mucho dinero, pero así lo establecía la ley.
Esto nos lleva a comprender por qué los
que recaudaban impuestos esperaban que Je-
sucristo pagara tributo al templo. Por eso, le
preguntaron a Pedro: "¿Vuestro Maestro no
paga las dos dracmas?"
B. El impuesto para el imperio (22:15-22)
1. En ese tiempo, las naciones o imperios
conquistadores no gobernaban de manera al-
guna para el beneficio de los pueblos some-
tidos, sino todo lo contrario, conquistaban
para que esos pueblos estuviesen al servicio
de los conquistadores.
2. Por esa razón, la nación o imperio con-
quistador no pagaba impuestos, sino solo los
pueblos sometidos.
II. Jesucristo y los impuestos
La posición de Jesucristo ante las institucio-
nes sociales y políticas del imperio romano no
era de subversión –aunque esa fue la acusación
de las autoridades religiosas contra el Señor.
¿Cuál fue la posición de Cristo ante la ley
de los impuestos para el templo y para el im-
perio romano?
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A. La actitud de Jesucristo ante el im-
puesto para el templo (17:24-27)
De acuerdo a lo estudiado en la sección an-
terior, ¿cómo se originó el impuesto para el
templo?
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1. La pregunta de los recaudadores de im-
puestos (17:24).
No sabemos cuál era la situación. Lo único
que Mateo nos dice es que los recaudadores
de impuestos se acercaron a Pedro para ha-
cerle la siguiente pregunta: "¿Vuestro Maes-
tro no paga las dos dracmas?"
No hay duda de que esa pregunta sorpren-
dió a Pedro, y en el apuro por defender a su
Maestro, él contestó: "Sí", es decir: "el Maes-
tro también paga sus impuestos" (v. 25).
2. El diálogo de Jesucristo con Pedro (v.
25). Aunque no aparezca en el relato de Ma-
teo, no hay duda de que Jesucristo escuchó
la pregunta de los recaudadores de impues-
tos. Por esa razón, tuvo que aclarar la situa-
ción con Pedro.
¿Cuál fue la pregunta que le hizo Jesucris-
to a Pedro?
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¿Cuál fue la respuesta de Pedro?
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De acuerdo a lo estudiado en la sección an-
terior, eran los "extraños", el pueblo "con-
quistado", quienes pagaban los impuestos, y
no los hijos de los pueblos conquistadores.
El razonamiento de Jesucristo fue el si-
guiente: "El templo es la casa de Dios, y yo
soy el Hijo de Dios; entonces, ¿por qué de-
bo pagar los impuestos?"
En otras palabras, Jesucristo no era ningún
115
extraño. A él no le correspondía pagar ese
impuesto; sin embargo, lo haría, simplemen-
te para no ofenderlos.
3. Un milagro, y los impuestos (v. 27). Es
obvio que Jesucristo no tenía dos dracmas,
de lo contrario no le hubiese dicho a Pedro:
"Echa el anzuelo y toma el primer pez que
saques, ábrele la boca y hallarás una moneda.
Tómala y dásela por mí y por ti".
De lo expuesto en los puntos 2 y 3, ¿es po-
sitiva o negativa la opinión que usted tiene
sobre lo que dice Jesucristo? ¿Por qué?
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Jesucristo es el ejemplo a seguir en el cum-
plimiento de nuestros deberes con la casa y
con el ministerio de Dios.
B. La actitud de Jesucristo ante el im-
puesto para el César (22:15-22)
Estamos frente a otro relato sobre el tema
de los impuestos. Esta vez tiene que ver con
el tributo al César.
¿Cuál fue la pregunta que le hicieron a Jesu-
cristo los fariseos y los herodianos? (vv. 16-17)
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Esta pregunta había sido muy bien elabo-
rada por los enemigos de Jesucristo, porque
querían desprestigiarlo ante las autoridades
romanas y ante su pueblo.
¿Por qué? Existen dos razones principales:
1. Si Jesucristo les hubiera dicho que no
debían pagar el tributo al César, inmediata-
mente lo hubiesen denunciado frente a las
autoridades romanas como sedicioso y, sin
duda, lo hubiesen arrestado.
2. Si Jesucristo les hubiera dicho que de-
bían pagar el tributo al César, su pueblo ha-
bría perdido la confianza en él. Para el judío,
el único rey era Dios, y pagar un tributo a un
rey terrenal era como insultar a Dios. Por
eso, los judíos veían el tributo al Cesar como
algo injusto.
¿Cuál fue la respuesta de Jesucristo? (v. 21)
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¿Cuál es su opinión al respecto?
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 La respuesta de Jesucristo establece un
principio importante:
Primero, cada uno de nosotros es ciudada-
no del país donde vive, y como cristianos de-
bemos ser responsables de nuestras obliga-
ciones tributarias hacia ese país.
Segundo, también somos ciudadanos del
reino de Dios, y tenemos responsabilidades
para con la iglesia local de la cual somos
miembros.
Un cristiano verdadero es un buen ciuda-
dano del país donde vive y un buen ciudada-
no del reino de Dios. El profesor Barclay di-
ce al respecto: "No fallará en su obligación
hacia Dios, y tampoco en su obligación hacia
los hombres".
CONCLUSIÓN
Romanos 13:1-6
La Biblia nos enseña que el cristiano debe
cumplir con sus responsabilidades ciudada-
nas. En Romanos 13:1-6, el apóstol Pablo
nos ayuda a comprender esa responsabilidad,
dándonos principios bíblicos que tienen apli-
cación universal:
1. Debemos ser obedientes a las autorida-
des, ¿por qué? Porque, según lo dicho por el
apóstol, toda autoridad proviene de Dios.
¿Y si una autoridad es injusta? La justicia de
Dios no tarda, siempre llega a tiempo y,
mientras tanto, pediremos que el Señor nos
dé sabiduría para saber cómo actuar en esa si-
tuación.
2. Nuestra conducta debe concordar con
los principios cristianos. Pablo nos dice:
"Haz lo bueno y tendrás alabanza de ella" (v.
3).
3. Debemos cumplir con nuestras responsa-
bilidades financieras hacia el estado, pagando
los tributos o impuestos, y pagando a nuestro
prójimo todo lo que le debemos (v. 7).
No esperemos encontrar un pescado con
monedas dentro de él para cumplir con nues-
tras responsabilidades financieras. Trabaje-
mos honradamente y Dios nos recompensa-
rá. Eso fue lo que hizo Simón Pedro. Fue al
mar con su anzuelo, esperó quién sabe cuán-
to tiempo hasta pescar algo, y gracias al fru-
to de su trabajo obtuvo lo suficiente para pa-
gar los impuestos de Jesucristo y los suyos.
COMENTARIO DEVOCIONAL
Honrad a todos. Amad a los hermanos. Te-
med a Dios. Honrad al rey (1 Pedro 2:17).
Aquí Pedro nos da consejos prácticos de
116
cómo el cristiano debe vivir en armonía con
el estado, país o ciudad de residencia. Vea-
mos algunos ejemplos. El apóstol nos dice:
1. Honrad a todos. Significa que debemos
respetar a cada ciudadano. Por supuesto, a
las autoridades civiles debemos darles el res-
peto correspondiente a su investidura, y a
nuestro vecino, respetarlo porque es una per-
sona que necesita de Dios.
2. Amar a los hermanos. Todos los hom-
bres somos hermanos porque descendemos
de un ancestro común: Adán. Pero las Escri-
turas no hablan de este tipo de hermandad,
sino de aquella que brota del nuevo naci-
miento en Cristo. Esta comenzó cuando fui-
mos adoptados y llegamos a ser parte de la
familia de Dios. Gracias a esta relación espi-
ritual, los creyentes no solo estamos vincula-
dos por medio de Jesucristo, sino también
porque somos hijos y herederos de Dios en
Cristo.
3. Temed a Dios. El deber de todo cristia-
no es el temor y respeto a Dios, Señor de se-
ñores y Rey de reyes. Si leemos los siguientes
pasajes bíblicos, comprenderemos con mayor
claridad lo que el apóstol Pedro nos quiere
decir y enseñar:
"Y no engañe ninguno a su prójimo, sino
temed a vuestro Dios; porque yo soy Jehová
vuestro Dios" (Levítico 25:17).
"El principio de la sabiduría es el temor de
Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría
y la enseñanza" (Proverbios 1:7).
"No tenga tu corazón envidia de los peca-
dores, antes persevera en el temor de Jehová
todo el tiempo" (Proverbios 23:17).
4. Honrad al rey. Aunque Pedro se refiere
al rey del imperio romano; sin embargo,
también hace referencia a aquellos que están
en puestos de autoridad y nos gobiernan.
¿Cómo debemos honrar a nuestros presi-
dentes, ministros o reyes? Siendo buenos
ciudadanos y respetando las leyes del país.
Desde el momento en que conocimos a
Cristo y lo aceptamos como Señor y Salva-
dor, tenemos un nuevo estilo de vida; y a tra-
vés de ella debemos dar testimonio de lo que
Cristo hizo por nosotros.
MATERIAL DE APOYO
Temor a Dios
Puede significar terror, miedo, o sencilla-
mente reverencia y respeto. El temor que re-
sulta del antagonismo de los hombres, o de
algún peligro que se acerca, es una emoción
humana que puede tener sus beneficios (por
ejemplo, tener conciencia de lo malo o del
peligro), pero puede ser también una fuerza
negativa y destructiva".
"Asimismo, el temor puede dominar al
hombre que ignora el perdón y el amor que
infunde el Espíritu Santo. La misma con-
ciencia manchada causa miedo aun cuando
nadie lo persiga" (Proverbios 28:1; cf. Adán
y Eva en Génesis 3:10). Gedeón no quiso in-
cluir miedosos entre sus tropas para no po-
ner en peligro la moral y el ánimo de los va-
lientes (Jueces 7:3)".
"Repetidas veces la Biblia insta a los hijos
de Dios a no temer. En Génesis 15:1 Dios le
dice a Abraham que no tema porque ‘soy tu
escudo, y tu galardón’. El salmista dice: ‘No
temeré mal alguno porque tú estarás conmi-
go’ (Salmos 23:4). El Nuevo Testamento
empieza con un mensaje angelical de no te-
mer (Lucas 1:13). Jesús en múltiples ocasio-
nes invita a sus discípulos a no temer (Mateo
10:31; Lucas 5:10; 12:32)".
"El ‘temor de Dios’ puede calificarse como
reverencia y reconocimiento de la majestad,
el poder y la santidad de Dios; o sea, respeto
Mis notas:
117
filial. Es esta clase de temor el que Dios pide
en Salmos 33:8; 34:9; 112:1. En el Antiguo
Testamento, debido a la importancia que los
israelitas le daban a la ley, a menudo se con-
sideraba a la verdadera religión como sinóni-
mo del temor de Dios (cf. Salmos 34:11; Je-
remías 2:19; etc.)".
"El énfasis del Nuevo Testamento destaca
más el amor y el perdón de Dios basados en
la relación filial entre el cristiano y su Padre
celestial. Permanece, no obstante, un temor
reverente como parte del deber humano. El
temor ayuda a andar rectamente (Hechos
9:31; 2 Corintios 7:1). El temor a Dios le da
al creyente el valor para dominar el temor
que viene de los contratiempos, inclusive de
la misma muerte (Hebreos 2:15; Apocalipsis
2:10; cp. 2 Timoteo 1:6, 7)".
"Los que temen a Dios son del pueblo de
Dios. A los gentiles que adoraban al Dios ju-
dío se los distingue como aquellos temero-
sos de Dios" (Hechos 10:2, 22, 35).
–Wilton Nelson. Diccionario Ilustrado de
la Biblia. p. 647
Lección 6
Cristo muestra amor y compasión
por medio de su poder sanador
Para estudio: Mateo 8:1-17
Para memorizar: Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste
anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba
con él (Hechos 10:38).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
Hoy estudiaremos cómo el amor y la compa-
sión sanadora de Jesús llegan a todas las perso-
nas: ricos y pobres, esclavos y libres, con el
propósito de que sean transformados y crean
en Cristo y su evangelio de justicia y salvación.
En esta lección veremos dos ejemplos del
poder sanador de Jesucristo, que transformó la
vida de las personas y de los que lo rodeaban.
I. La sanidad de un leproso Mateo 8:1-4
La lepra era la más terrible de las enfermeda-
des. El profesor W. Barclay dice lo siguiente:
"Son úlceras que producen un líquido de as-
pecto desagradable y se van agrandando. Se
caen las cejas. Los ojos asumen un aspecto fan-
tasmal, como si nunca dejaran de mirar fija-
mente a los demás. Se ulceran las cuerdas vo-
cales y la voz se vuelve afónica... Este tipo de
lepra termina con el paciente en unos nueve
años" (El Nuevo Testamento, vol. I, p. 310).
En el pensamiento bíblico, la enfermedad de
la lepra está siempre asociada al concepto de
pecado; además, se menciona esta enfermedad
para referirse a sus efectos destructivos.
A. ¿Qué dice el relato bíblico?
En Mateo 8:1-4 vemos tres situaciones:
Primera situación: Un leproso se acercó a Je-
sucristo (8:1)
Después de que Jesucristo predicó el "ser-
món del monte" (Mateo 5–7), la Biblia nos
dice que descendió de allí y "lo seguía mucha
gente". En ese momento, dice el relato, "se le
acercó un leproso" (v. 1).
Eso fue algo insólito. En ese tiempo los le-
118
prosos tenían prohibido acercarse a una perso-
na, porque todo lo que tocaban se convertía
en impuro. El leproso de nuestro relato pasó
por alto todas esas prohibiciones porque tenía
fe de que Jesucristo aceptaría a un leproso re-
chazado por todos.
Segunda situación: El leproso se postró ante
Jesucristo (8:2)
La Biblia nos dice que el leproso se acercó al
Señor, y que además se postró ante él. De esta
actitud extraemos dos enseñanzas:
1. El leproso confiaba en Jesucristo. Posible-
mente había escuchado sobre los milagros que
él hacía en favor de los hombres; por esa ra-
zón, cuando vio que Jesucristo descendía del
monte, se acercó a él con toda confianza. Sa-
bía que él lo iba a sanar.
2. El leproso adoró a Jesucristo (v. 2). La pa-
labra griega que usa Mateo (proskuein), que se
traduce como "postrar", se empleaba solo en
relación con la adoración a una divinidad. En
este caso, el leproso sabía que estaba ante la
presencia de Dios.
Tercera situación: Jesús extendió la mano y
lo tocó (8:3)
En esa época, una persona que tocaba a un
leproso corría el riesgo de ser declarado "im-
puro"; sin embargo, Jesucristo extendió su
mano y lo tocó. ¿Por qué? Por dos razones:
1. Vemos la compasión del Señor. En el co-
razón de Jesucristo había un solo propósito:
ayudar al prójimo haciendo algo por él. El sen-
timiento divino estaba acompañado por una
acción: la de salvar y restaurar, tanto espiritual
como físicamente.
2. Vemos el amor del Señor. El profesor Bar-
clay explica el amor de Jesucristo hacia el le-
proso, de la siguiente manera: "Para el médi-
co, el niño atacado de una enfermedad conta-
giosa no constituye una amenaza, sino es un
ser tierno que necesita ayuda". Esa fue la acti-
tud de Jesús. Él se arriesga cuando se trata de
ayudar al necesitado.
3. Vemos los resultados de ese amor y com-
pasión. Cuando el leproso se le acercó al Se-
ñor, le dijo: "Señor, si quieres, puedes limpiar-
me". La respuesta de Jesucristo no se dejó es-
perar, "extendió la mano y lo tocó, diciendo:
Quiero, sé limpio". Y por supuesto, los resul-
tados estaban a la vista de todos: "Al instante
su lepra desapareció".
B. ¿Qué nos enseña el relato de Mateo 8:1-4?
Luego de que el leproso fue sanado, Jesu-
cristo le ordenó que no dijera a nadie lo que
había hecho con él, sino que fuera al sacerdo-
te con la ofrenda que se requería para estos ca-
sos (Levítico 14:1-32). Esto nos enseña que:
1. El Señor restaura nuestra comunión con
Dios.
2. Restaura nuestra comunión con la familia.
3. Restaura nuestra comunión con la socie-
dad.
II. Jesús sana al esclavo de un centu-
rión Mateo 8:5-13
Jesús continuó su viaje y entró en Caper-
naum. Allí le salió al encuentro un centurión,
cuyo criado estaba "paralítico, gravemente
atormentado".
A. Un centurión sin igual (8:5)
Un centurión, o soldado romano, era una
persona a quien los judíos consideraban gentil
o extranjero; por tanto, tenía que mantenerse
alejado de ellos. Sin embargo, la Biblia nos di-
ce que Jesús tuvo amor y compasión no solo
por el centurión sino también por su criado.
En el relato de Mateo 8:1-4, Jesucristo tocó
a la persona para que fuera sanada. En Mateo
8:5-13 Jesucristo habló, y el poder de su pala-
bra sanó a la persona que se encontraba en
otro lugar. El poder sanador de Jesús no está
limitado por el tiempo ni el espacio.
B. La actitud del centurión (8:8)
El soldado romano respetó el poder y la au-
toridad de Cristo porque él mismo tenía auto-
ridad sobre los hombres. Tenía el poder para
decirle a alguien: "Ve" y esa persona iba; y
"ven" y obedecía (v. 9), pero también tenía el
poder para darles o quitarles la vida. Él reco-
noció que Jesucristo poseía un poder y autori-
dad mayor; que a su sola palabra todo sucedía.
De la actitud del centurión se desprenden
119
tres enseñanzas que tienen aplicación univer-
sal:
Primero: La preocupación del centurión ha-
cia su esclavo. En los tiempos del Nuevo Tes-
tamento nadie estaba dispuesto a hacer lo que
hizo el centurión. Los siervos o esclavos eran
considerados como una "cosa" o propiedad
del amo o señor. Vender o comprar a un sier-
vo o esclavo era como vender o comprar una
herramienta de trabajo.
Sin embargo, para el centurión, su esclavo
no era una cosa sino su prójimo. Por esa razón
fue al encuentro de Jesucristo para pedirle que
lo sanara.
Segundo: El centurión era un hombre de fe.
Confiaba cien por ciento en la palabra de Jesu-
cristo, porque sabía muy bien lo que significa-
ba dar órdenes y que ellas se cumplieran de
manera indiscutible. Por esa razón le dijo a Je-
sucristo: "Señor, no soy digno de que entres
bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi
criado sanará" (v. 8).
¿Qué dijo Jesucristo? "Al oírlo Jesús, se ma-
ravilló, y dijo a los que le seguían: ‘De cierto
os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta
fe’" (v. 10).
Tercero: El centurión era un gentil; sin em-
bargo, estaba dispuesto a ir ante Jesucristo –un
judío– en busca de ayuda. Con este relato,
Mateo deja en claro que la fe y el evangelio del
reino de Dios no son monopolio de ninguna
raza. Lo único que desea el Señor es un cora-
zón lleno de fe en él.
III. La sanidad de la suegra de Pedro
Mateo 8:14-15
Después de haber tenido un día muy ocupa-
do, Jesucristo se dirigió a la casa de Pedro,
donde se alojaba para descansar. Pero al saber
que la suegra de Pedro estaba enferma, fue an-
te ella, tocó su mano y la fiebre la dejó.
De este relato extraemos dos enseñanzas:
A. Jesucristo estaba allí para ayudar a las
personas
Cuando el Señor veía una necesidad, fuera es-
piritual o física, estaba allí para ayudar. No bus-
caba fama ni publicidad; lo único que quería es
dar a conocer el evangelio de salvación.
B. La respuesta de la mujer a quien Jesús
sanó
Lo primero que hizo la suegra de Pedro des-
pués de ser sanada fue servir a Jesús y a los que
estaban en la casa. Ese era el único deseo de la
mujer. Por medio de su servicio quería mostrar
su gratitud. Como dice el profesor Barclay:
"Se consideraba salvada para servir".
CONCLUSIÓN
¿Cuál fue el impacto social que ocasionaron
los milagros de Jesucristo? ¿Podría mencionar
por lo menos tres?
1.____________________________________
2.____________________________________
3.____________________________________
El primer milagro de Jesucristo restauró la
relación del leproso con Dios, con su familia y
con la sociedad.
Por medio del segundo milagro, Jesucristo
mostró que su amor y misericordia abarcaban
a todas las razas y grupos sociales.
Y el mensaje que nos deja el tercer milagro
es que Jesús nos restaura para que seamos úti-
les a Dios y a la sociedad.
COMENTARIO DEVOCIONAL
Dios ungió con el Espíritu Santo y con po-
der a Jesús de Nazaret, y cómo este anduvo
haciendo bienes y sanando a todos los opri-
midos por el diablo, porque Dios estaba con
él (Hechos 10:38).
Una de las preguntas que nos planteamos
es: Si Cristo, el Hijo de Dios, nació sin peca-
do, puro y santo, entonces, ¿por qué fue un-
gido por el Espíritu Santo y con poder?
Hay dos respuestas posibles:
Primero, no olvidemos que Jesucristo fue
Dios encarnado, o como dice la Biblia, "Dios
hecho hombre"; por tanto, siendo ser huma-
no como nosotros, estaba sujeto a las mismas
tentaciones y situaciones a las que nos en-
frentamos cada día. Por esa razón necesitaba
la unción del Espíritu Santo y poder, para
vencer todo aquello que le impediría cumplir
con la voluntad y ministerio que su Padre le
había encomendado.
Segundo, él es nuestro ejemplo. Si siendo
Dios, e Hijo de Dios, necesitaba la unción
del Espíritu Santo, ¿cuánto más nosotros ne-
cesitaremos de esa bendición para tener vic-
toria y poder en el Señor?
Filipenses 2:6-8 dice que Jesucristo, "sien-
do en forma de Dios, no estimó el ser igual a
Dios como cosa a que aferrarse", sino que se
despojó de sí mismo, tomó la forma de sier-
vo y de esa manera se hizo semejante a los
hombres, "haciéndose obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz". Por lo mismo, te-
120
nía que ser ungido con el Espíritu Santo y
con poder.
Dios, nuestro Padre, quiere que seamos co-
mo él, santos y llenos de su poder. No nos es-
tá pidiendo lo imposible. Si Dios nos pide que
seamos santos, es porque con su ayuda, es po-
sible llegar a ser como él quiere que seamos.
Para eso, primero, tenemos que confesar a
Dios nuestros pecados, pedir su perdón, y
luego recibir a Cristo como nuestro Señor y
Salvador. Ese es el primer paso.
El segundo paso, una vez que somos hijos
de Dios, perdonados y justificados de nues-
tros pecados, tenemos que pedir el poder de
lo alto, al Espíritu Santo, para que nos santi-
fique y capacite para vivir como Dios quiere
que vivamos, y tengamos su poder para ven-
cer toda tentación.
Si damos esos dos pasos anteriores, camina-
remos de victoria en victoria, no por nuestras
propias fuerzas, sino por el poder de Dios por
medio de su Espíritu Santo.
MATERIAL DE APOYO
Unción, ungimiento
"La unción, literalmente, es la aplicación de
aceite (óleo o grasa) a una persona u objeto.
Desde la antigüedad las personas han sido
ungidas para protegerse de los efectos del sol
(Salmos 104:15), o por razones cosméticas y
médicas. En lugares de clima cálido, los acei-
tes y ungüentos eran aplicados abundante-
mente sobre el cuerpo después de bañarse.
Herodoto relata que los escitas nunca se ba-
ñaban, sino que cubrían sus cuerpos con una
sustancia espesa de aroma dulce. Los egipcios
consideraban los ungüentos artículo de pri-
mera necesidad. Es sabido que a veces los
obreros se declaraban en huelga para protes-
tar por la escasez de alimento y de ungüen-
tos. Actualmente, en muchas partes del mun-
do, los aceites, las pomadas y los ungüentos
son usados como curalotodo.
"El uso ceremonial y metafórico de mas-
hach en el Antiguo Testamento, y de crio en
el Nuevo Testamento, tienen especial impor-
tancia. Del término hebreo se deriva la pala-
bra Mesías, y del término griego proviene la
palabra Xristos. El aceite es un símbolo del
Espíritu Santo. Y Jesús es el Mesías o el Cris-
to —el Ungido. En la religión revelada, Dios
usa la unción como símbolo de su relación
con el pueblo elegido.
"En el Antiguo Testamento, los reyes y los
sacerdotes eran instalados en su oficio me-
diante el rito del derramamiento de aceite so-
bre la cabeza. El ungimiento era realizado
por un representante de Dios (como Samuel
quien ungió a Saúl y a David). Aunque las
Escrituras no le dan connotación mágica al ri-
to, hay una implicación definitiva de autori-
dad y de poder que están fuera del alcance
natural del hombre mortal. La unción hacía
énfasis tanto en la responsabilidad como en la
capacidad y poder otorgados por Dios.
Mis notas:
121
Cuando el "ungido de Jehová" (el rey) go-
bernaba al pueblo de Dios, él mismo ejercía
sus derechos reales por medio de su ungido.
De igual forma, el sacerdote representaba al
hombre ante Dios, con el poder de Dios, y en
la manera ordenada por él".
–Wilber T. Dayton. Diccionario Teológico
Beacon. p. 707.
Lección 7
Los milagros de Cristo restauran
nuestra relación con Dios, con
nosotros mismos y con la sociedad
Para estudio: Lucas 17:11-19
Para memorizar: Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que
seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho (Santiago 5:16).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
En la lección de hoy estudiaremos la histo-
ria de diez hombres a quienes Cristo sanó.
Diez hombres que luchaban contra la sole-
dad, el aislamiento y el rechazo debido a sus
enfermedades físicas. Pero cuando se encon-
traron con Cristo, la vida de ellos se transfor-
mó.
Estos milagros afirman que Dios nos ama a
pesar de nuestras circunstancias. El alcance de
su amor y misericordia, como mencionamos
en la lección anterior, no está determinado
por nuestra raza, color, credo, herencia gené-
tica, nacionalidad o sexo del ser humano.
Dios nos ama tal como somos y está dispues-
to a restaurarnos.
En esta lección estudiaremos, en primer lu-
gar, la respuesta de los diez leprosos ante el
amor y la misericordia de Jesucristo, y en se-
gundo, los resultados de esa obra milagrosa
no solo en la vida de cada uno de ellos sino
también en la vida de sus familias y la comu-
nidad que los rodeaba.
I. El amor y la misericordia de Dios
ante la necesidad del ser humano
Lucas 17:11-19; Juan 9:1-7
En estos dos relatos vemos que Dios está in-
teresado en nuestro bienestar físico, emocio-
nal y espiritual. Y al mismo tiempo, nos reve-
la que ese amor y misericordia de Dios:
1. Rompe toda barrera social y racial.
2. Restaura al que está caído.
3. Revela la ingratitud del ser humano.
122
A. El amor y la misericordia de Dios rompen
todas las barreras que separan al ser humano
1. Era un examen médico de rutina. El mé-
dico ordenó que me tomaran la presión de la
sangre, que escucharan con el estetoscopio el
funcionamiento de mis pulmones, y también
que me sacaran sangre para enviarla al labora-
torio para su análisis posterior.
"Usted está bien de salud", me dijo el mé-
dico. "Hoy enviaré al laboratorio las muestras
de sangre y tan pronto me lleguen los resulta-
dos, lo llamaré".
Así fue. Al día siguiente, el médico me lla-
mó y me dijo: "Todo está bien, excepto el ni-
vel del PSA (antígeno específico de la prósta-
ta) que muestra una elevación, es decir, la
próstata está más grande de lo normal. No se
alarme, puede tratarse de una infección a cau-
sa de la elevación del PSA. De todas maneras,
le aconsejo que saque una cita con el urólo-
go".
Saqué turno con el urólogo y, después de
los exámenes de rutina, me hizo una biopsia.
A los tres días, el urólogo me llamó para dar-
me la noticia de que tenía cáncer de próstata,
y que requería más exámenes y radiografías
para ver cuán avanzado estaba el cáncer y el ti-
po de tratamiento que debía recibir.
La noticia fue devastadora, como también el
tratamiento que me recomendó el urólogo.
Unos amigos me aconsejaron que buscara
una segunda opinión médica. Así lo hice, y
por la gracia de Dios el médico que me dio
esa segunda opinión, Dr. Mario Gumucio,
me puso en contacto con los mejores médicos
en uno de los mejores hospitales del mundo,
el Hospital de Johns Hopkins, en Baltimore.
 El tratamiento que me recomendaron fue
recibir cinco sesiones de radiación cada sema-
na, de lunes a viernes, durante dos meses. Por
esa razón tenía que trasladarme a Baltimore y
vivir allí durante el tiempo que durara mi tra-
tamiento, y junto conmigo, gracias a la tecno-
logía de hoy, llevé también mi oficina.
Me alojaron en el Hope Lodge, del Institu-
to Americano del Cáncer. Ese hotel tiene 24
apartamentos. Allí podían vivir solo los pa-
cientes con cáncer durante todo el tiempo que
durara el tratamiento.
En el Hope Lodge había pacientes con cán-
cer de diferentes razas, color, nacionalidad, re-
ligión y nivel social. Todos nos llevábamos
muy bien. Nos cuidábamos el uno al otro.
Compartíamos lo que teníamos. ¿Por qué?
Teníamos un enemigo común: el cáncer. Una
desgracia común había roto toda barrera so-
cial que nos separaba.
2. En la época del Nuevo Testamento, la le-
pra era como el cáncer, y aún peor, porque el
paciente no solo se veía afectado en su físico
sino que también era alejado de sus seres que-
ridos, del vecindario y de la comunidad.
Quien poseía lepra era considerado una perso-
na inmunda.
En el relato de Lucas leemos que había diez
leprosos (v. 12), nueve eran judíos, y el déci-
mo era samaritano (v. 16). Sabemos que entre
judíos y samaritanos no había trato alguno,
pero en este caso los diez convivían juntos
porque contaban con un enemigo común.
3. Jesucristo los vio y los sanó. No tomó en
cuenta si eran samaritanos o judíos. El amor
de Jesucristo, su misericordia y poder rompie-
ron con toda barrara social o racial.
B. El amor y la misericordia de Dios re-
nuevan a los hombres caídos
La sanidad de los diez leprosos y del ciego de
nacimiento también nos muestran que Jesús
transforma a las personas en nuevas criaturas.
Nada es imposible para Dios. Él tiene el poder
para dar nueva vida al cuerpo leproso o cance-
roso. Pero lo que es más importante, Dios lim-
pia primero el pecado y renueva el corazón y el
alma del hombre pecador por medio de Jesús,
el Cristo. Ese es el milagro más grande.
C. Revela la ingratitud del ser humano
(17:17)
Lucas nos dice que después de que Jesús sa-
nó a los leprosos, por medio del poder y el
amor de Dios, solo uno regresó para darle las
gracias. No hay duda de que los otros nueve
estaban tan llenos de alegría que se olvidaron
123
quién los había sanado.
Jesús preguntó: "¿No son diez los que fue-
ron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?
¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios
sino este extranjero?" (Lucas 17:17-18).
Esta historia revela la ingratitud del ser hu-
mano para con Dios. Cuando estamos en
apuros acudimos a Dios en busca de su ayuda,
y él en su misericordia oye nuestra oración y
responde a nuestro clamor. Pero, el tiempo
transcurre y nos olvidamos de Dios, sin si-
quiera darle las gracias. ¡Qué pena!
II. Consecuencias del milagro de sani-
dad de los diez leprosos
¿Cuál es el mensaje del relato de Lucas
17:11-19 para nosotros hoy? Hay tres respues-
tas:
1. Nos confirma el poder sanador de Dios
por medio de su hijo Jesucristo.
2. Nos confirma la misericordia y amor del
Señor para con todos los seres humanos.
3. Nos confirma que cuando Dios hace el
milagro en una persona, afecta en forma posi-
tiva no solo la vida de ella sino también la vi-
da de todos los que se relacionan con ella.
Reflexionemos en el tercer punto.
A. El milagro de Cristo nos reconcilia con
nosotros mismos
¿Cuáles era la situación de los leprosos en
los tiempos del Nuevo Testamento? Eran
considerados inmundos (Levítico 13–14), por
tanto, estaban excluidos de entrar en el tem-
plo. Una persona que era llamada inmunda,
se consideraba a sí misma como lo más bajo
de la sociedad. Era peor que un esclavo. Un
leproso, o "inmundo", perdía su autoestima y
su relación con Dios.
Pero cuando un leproso se encontraba con
Cristo, recibía sanidad y así dejaba de ser in-
mundo; eso hacía que esa persona cambiara el
concepto que tenía de sí misma.
B. El milagro de Cristo nos reconcilia con
la sociedad
A los leprosos también se los separaba no
solo de sus familiares sino también de la socie-
dad. Y cuando eso sucedía, el único lugar que
encontraban para vivir, según el relato bíblico,
eran los sepulcros. Vivían entre los muertos,
porque ellos mismos se consideraban como
tales.
Pero cuando Cristo sanaba a un leproso, es-
te volvía a su hogar y era nuevamente acepta-
do por la sociedad que lo había desechado.
 C. El milagro de Cristo nos reconcilia con
Dios y con nosotros mismos
Como dijimos anteriormente, al leproso se lo
echaba del templo porque los sacerdotes, de
acuerdo con la ley, los declaraban inmundos y
pecadores; por tanto, ellos mismos considera-
ban que no eran dignos de acercarse a Dios.
Pero cuando tenían un encuentro con Cris-
to, eran restaurados en su comunión con Dios
y con el templo y, por supuesto, eso también
restauraba la dignidad personal.
CONCLUSIÓN
Para concluir este estudio, les pedimos que
respondan las siguientes preguntas:
¿Qué nos dice este milagro acerca de Dios?
_____________________________________
______________________________________
_______________________________________
¿Qué nos dice este milagro acerca de Jesu-
cristo?
_____________________________________
_______________________________________
_______________________________________
¿Qué nos dice este milagro acerca de noso-
tros mismos?
_____________________________________
______________________________________
_______________________________________
COMENTARIO DEVOCIONAL
“Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad
unos por otros, para que seáis sanados. La oración
eficaz del justo puede mucho” (Santiago 5:16).
En ninguna parte la Biblia les promete a los
cristianos que tendrán una vida fácil, pero sí nos
dice qué debemos hacer cuando vengan las
pruebas. Algunos cristianos tendrán aflicciones
(atravesarán alguna prueba). ¿Qué deberán ha-
cer en esa situación? La respuesta es: ¡Orar!
Santiago no promete que Dios quitará la
aflicción, pero sí afirma que Dios dará la gra-
cia necesaria para soportarla. De acuerdo a la
palabra de Dios, ¿qué debemos hacer a favor
de los enfermos? Llamar a los líderes de la igle-
sia y orar por los enfermos.
Lo anterior no es un rito de la iglesia para
preparar a la persona para morir, porque San-
tiago dice que resultará en la curación del
cuerpo de la persona. La Biblia dice que el en-
fermo debe ser ungido con aceite.
El aceite era una medicina común en esos
días. Los médicos a menudo ungían al enfer-
mo con aceite (Lucas 10:34). El cuadro aquí
124
es el de los santos que no solo oran los unos
por los otros sino que también usan los me-
dios que Dios ha provisto para obtener salud.
En el versículo 16, Santiago resume la lección:
los cristianos deben confesar sus pecados
(cuando han pecado uno contra el otro) y orar
los unos por los otros.
Santiago creía en la oración. Es más, la tra-
dición nos dice que pasaba tanto tiempo en
oración que sus rodillas se habían endurecido
y encallecido. Dios obra eficazmente median-
te la oración, pero esta debe proceder de un
corazón limpio y consagrado.
MATERIAL DE APOYO
Jesucristo, el Maestro por excelencia
Jesucristo, cuando enseña, hace uso de to-
dos los recursos didácticos para que compren-
damos y vivamos el mensaje del reino de Dios.
Uno de esos recursos fue su ejemplo. Él vivió
lo que enseñó. También las parábolas y los mi-
lagros fueron medios para que sus discípulos,
y todo el pueblo judío y gentil, fueran cauti-
vados con el evangelio de justicia y salvación.
En la lección de hoy, el relato del milagro de
sanidad de los diez leprosos imprimirá en
nuestro entendimiento y corazón valiosas en-
señanzas sobre la fe, la obediencia, la consa-
gración y la alabanza a Dios. Lucas nos relata
la sanidad del hombre que tenía una enferme-
dad repulsiva que afectaba su piel, la lepra. Es-
ta historia está llena de compasión y amor, que
conmueve nuestros sentimientos y emocio-
nes, porque nos dice que hombres enfermos
que no tenían esperanza son restaurados físi-
camente y vueltos a la sociedad gracias al po-
der sanador de Jesucristo. Hombres que lu-
chaban contra la soledad, el aislamiento y el
rechazo de una cruel sociedad, por el amor y
la gracia de Dios, son nuevas criaturas.
¿Cuál fue la actitud de cada uno de estos
hombres ante el hecho milagroso de su sani-
dad? ¿Cómo respondieron a la nueva vida que
recibieron? ¿Cómo vio el Señor sus reacciones
ante estos acontecimientos? ¿Qué lecciones
podemos obtener de este relato?
En la lección encontramos las respuestas a
estas preguntas:
1. La Biblia nos dice que tenemos un Dios
todopoderoso.
2. En Cristo, Dios encarnado, tenemos sani-
dad y salvación.
3. La actitud del ser humano ante el poder
sanador de Dios no siempre es de agradeci-
miento, sino de indiferencia.
A pesar de eso, el amor de Dios en Cristo es
el mismo, no cambia. ¡Amén!
Lección 8
La paz que Cristo nos da en medio
de las tormentas
Para estudio: Marcos 4:35-41; 6:45-51
Para memorizar: Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis
aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo (Juan 16:33).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
Nuestro estudio de hoy toca un problema
que todos confrontamos: el miedo ante las
tempestades de la vida.
Algunos estudios médicos demuestran que
el miedo puede salvar nuestra vida en mo-
mentos de emergencia; por ejemplo, cuando
estamos frente a un peligro, el miedo envía
una señal a nuestro cerebro que produce
ciertos cambios fisiológicos que hacen que
estemos preparados o huyamos de los pro-
blemas.
Los pasajes bíblicos que estudiaremos en
esta lección nos enseñarán cuál debe ser
nuestra actitud ante los problemas o afliccio-
nes de la vida.
I. El miedo en medio de las tempes-
tades Marcos 4:35-41
Los que estudian la conducta humana nos
dicen que cuando estamos frente a un pro-
blema, nuestro cuerpo se prepara para:
1. Enfrentarse al peligro.
2. Pedir ayuda.
3. Huir del problema.
Véase Marcos 4:35-41 y responda las si-
guientes preguntas:
¿Qué fue lo que sucedió?
____________________________________
_____________________________________
______________________________________
Ante esa situación, y de acuerdo a los
puntos 1-3 arriba mencionados, ¿qué hicie-
ron los discípulos?
____________________________________
______________________________________
125
¿Por qué?
____________________________________
______________________________________
A. Los discípulos enfrentan solos la
tempestad
Los discípulos, pescadores de profesión,
constantemente se enfrentaban a las tormen-
tas marinas. Sin duda, muchas veces lucha-
ron contra esas tormentas para mantener el
barco a flote. Pero la tempestad de esa noche
era más violenta, al punto que la barca esta-
ba por hundirse. Por supuesto, el temor se
apoderó de ellos cuando vieron que sus es-
fuerzos por mantener el bote a flote eran
inútiles.
B. Los discípulos piden ayuda a Jesús
En medio de la tempestad y los esfuerzos
de los discípulos por luchar contra ese fenó-
meno natural, sucedió algo fuera de lo co-
mún, especialmente para los pasajeros. Mar-
cos nos dice que Jesús estaba "en la popa,
durmiendo sobre un cabezal".
¿Por qué Jesús estaba durmiendo? ¿Acaso
no le importaba la situación que sus discípu-
los estaban atravesando? ¿Qué opina al res-
pecto?
____________________________________
______________________________________
Lo único que podemos decir es que Jesu-
cristo es Señor y Creador. Él tiene poder so-
bre su creación y los fenómenos naturales
que ocurren en ella. Además, Jesús sabía que
el barco no se iba a hundir y que ninguno de
sus discípulos perecería.
Entonces, ¿por qué iba a preocuparse?
____________________________________
______________________________________
 C. La actitud de los discípulos y la nues-
tra hoy
Si nosotros hubiésemos estado en el barco
con los discípulos, ¿qué hubiéramos hecho?
Encierre con un círculo la respuesta que en
su opinión sería la correcta.
● Ayudar a los compañeros de viaje para
mantener el barco a flote.
● Tirarnos al mar.
● Por el pánico, no hubiéramos hecho na-
da.
● Pedirle ayuda a Jesús.
La actitud de los discípulos frente a los pro-
blemas es la típica del ser humano. Cuando
estamos frente a un problema o "tormenta",
tenemos la tendencia natural a confiar en
nuestra valentía, fortaleza o habilidad para
enfrentar y vencer esos problemas.
Al principio, fue esa la actitud de los discí-
pulos, pero luego vieron que la tormenta era
más poderosa que ellos, por lo cual acudie-
ron a Jesucristo en busca de ayuda.
¿Cuáles fueron los resultados?
____________________________________
______________________________________
¿Por qué?
____________________________________
______________________________________
D. ¿Qué lecciones extraemos de este re-
lato?
Hay distintas tormentas a las que nos en-
frentaremos cada día: tormentas del dolor,
de la duda, de la incertidumbre o de la ansie-
dad, por mencionar algunas.
¿Cómo nos ayuda Jesucristo en medio de
esas tormentas?
1. El relato bíblico nos dice que, ante la
presencia de Jesucristo, tanto el viento como
la tormenta perdieron su poder y todo volvió
a la tranquilidad. Si tenemos al Señor a nues-
tro lado, su presencia será de gran ayuda
frente a las situaciones difíciles que se presen-
ten ante nosotros.
2. La presencia de Jesucristo crea una at-
mósfera de paz en medio del dolor. Nos con-
suela y promete que siempre estará con no-
sotros.
3. La presencia de Jesucristo en nuestra vi-
da nos ayuda a conocer esa paz que solo vie-
ne de él. Especialmente en esos momentos
de incertidumbre cuando no sabemos qué
hacer, allí está nuestro Señor para tendernos
su mano y darnos la calma que necesitamos
para tomar las decisiones con la sabiduría que
solo viene de él.
126
II. La presencia de Jesús echa fuera
el temor - Marcos 6:45-51
Teniendo en cuenta el contexto de este pa-
saje (Juan 6:1-15) vemos que, después del
milagro de los cinco panes y los dos peces, la
gente quería que Jesucristo fuera su rey (v.
15). Sin embargo, él se retiró de allí, prime-
ro, porque quería estar solo, y segundo, por-
que no quería ser rey. Ese no era el propósi-
to de su ministerio.
Pero antes de que la gente manifestara ese
deseo de convertirlo en rey, de acuerdo con
Marcos 6:45, Jesucristo "hizo a sus discípu-
los entrar en la barca e ir delante de él a Bet-
saida, en la otra ribera, entre tanto que él
despedía a la multitud". Así lo hicieron. Pe-
ro cuando iban cruzando el mar, comenzó a
soplar un viento muy fuerte y se levantó una
tormenta.
A. Los discípulos se enfrentan a otra
tormenta
A veces no podemos comprender por qué
nos enfrentamos a ciertos problemas cuando
precisamente estamos obedeciendo al Señor.
Pero, sin duda, es mejor obedecer al Señor y
tener problemas, que tener problemas o tor-
mentas por nuestra desobediencia a él.
B. Jesús nos ve desde su lugar de oración
El relato bíblico nos dice que después de
que Jesús envió a sus discípulos a que fueran
antes que él a Betsaida, estando en la otra ri-
bera, se fue a la montaña a orar. Y desde allí
vio que sus discípulos luchaban contra las
olas por causa de la tormenta. Se conmovió
ante el sufrimiento de ellos y descendió a
ayudarlos.
¿Creen que hoy Jesús haría lo mismo por
nosotros en la hora de nuestra mayor necesi-
dad? La respuesta es afirmativa. Pero no olvi-
demos que debemos vivir cada día en comu-
nión con el Señor. Si lo hacemos, él nunca
nos abandonará.
En los momentos más difíciles de nuestra vi-
da, veremos que Jesús viene hacia nosotros ca-
minando sobre las olas de nuestra angustia. Y
aún más, nos llamará para que vayamos a él.
C. Estemos atentos a la voz del Señor
Los discípulos no reconocieron a Jesús
cuando caminaba sobre las aguas en la oscu-
ridad de la noche. De hecho, sintieron temor
porque pensaron que se trataba de un fantas-
ma. Pero, desde el momento en que escu-
charon la voz del Señor, inmediatamente sus
temores se disiparon y una atmósfera de paz
y esperanza llenó la vida de cada uno de
ellos.
En medio de nuestras dificultades, espere-
mos atentos la voz del Señor, que nos dirá:
"¡Yo soy, no temáis!" (v. 50).
1. Luego que los discípulos reconocieron
que se trataba de Jesús, él subió a la barca e
inmediatamente "se calmó el viento". Des-
pués de esa experiencia, regresaron a su tra-
bajo, en Genesaret, y allí continuaron minis-
trando a los demás.
2. Muchos cristianos tratan de "remar so-
los" para vencer las tormentas de la vida.
¿Por qué tenemos que enfrentar las tormen-
tas con nuestras propias fuerzas cuando tene-
mos a nuestro lado al Príncipe de paz?
Invitémoslo a Cristo a que entre en la bar-
ca de nuestra vida y se "calmarán los vien-
tos". Y allí comprenderemos la paz que nues-
tro Señor puede darnos a nosotros, sus discí-
pulos.
CONCLUSIÓN
Hasta aquí hemos visto que Jesucristo cal-
mó la tormenta, echó fuera demonios y sanó
a los enfermos; es decir, nos mostró que él es
Señor y que tiene poder para darnos la paz y
la esperanza que solo vienen de él.
Entonces, ¿cuál debería ser, de hoy en ade-
lante, nuestra actitud frente a las dificultades
que tengamos en esta tierra?
¿Cree que Cristo es el mismo ayer, hoy y
por siempre?
¿Por qué?
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______________________________________
¿Cree que Jesucristo puede hacer milagros
hoy, como lo hizo durante su ministerio aquí
en la tierra? ¿Por qué?
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______________________________________
Si sus respuestas a las dos preguntas ante-
riores son afirmativas, entonces, ¿cómo de-
bemos vivir delante de Dios y de nuestro Se-
ñor Jesucristo?
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______________________________________
¿Acaso no hemos de confiar en que nos
mostrará misericordia en nuestra hora de ne-
cesidad? ¡Recordemos la "contraseña" mila-
grosa que Cristo nos ha provisto: "No ten-
gáis miedo"!
127
COMENTARIO DEVOCIONAL
“Estas cosas os he hablado para que en mí
tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción;
pero confiad, yo he vencido al mundo”
(Juan 16:33).
"Aquí hay un versículo que a primera vista
parece estar fuera de lugar: ‘Estas cosas os he
hablado para que en mí tengáis paz’. Signifi-
ca que:
1. "Si Jesús no hubiera predicho la debili-
dad de los discípulos, más tarde cuando es-
tos percibieran cómo le habían fallado y
abandonado, podrían caer en la desespera-
ción total y absoluta. Sin embargo, se los ad-
virtió antes de que sucediera. Es como si les
hubiera dicho: ‘Sé lo que sucederá; lo digo
ahora, no deben pensar que su infidelidad
me produjo alguna sorpresa. Sabía que suce-
dería y eso no cambia en absoluto el amor
que siento hacia ustedes. Cuando piensen en
ello más adelante, no desesperen’.
2. "Aquí tenemos la piedad y el perdón di-
vinos. Jesús no pensaba en el dolor que sen-
tiría por el pecado de los hombres sino en el
dolor que ellos sentirían por el pecado come-
tido contra su Maestro. Haríamos una gran
diferencia si pensáramos menos en el dolor
que nos infringieron los demás y dedicára-
mos más tiempo a pensar en qué medida el
hecho de habernos herido nos produjo arre-
pentimiento y dolor en el corazón".
–W. Barclay. El Nuevo Testamento. Vol, VI,
p. 225.
MATERIAL DE APOYO
La debilidad de nuestras fuerzas
La actitud de los discípulos hacia el miedo
es la típica que se observa en la mayoría de
las personas. Frente a situaciones difíciles, te-
nemos una tendencia natural a confiar en
nuestras fuerzas o habilidades para resolver el
problema. ¿Y cómo lo hacemos? Lo enfren-
tamos, huimos o simplemente nos mostra-
mos indiferentes.
Un estudio realizado en una importante
universidad ha demostrado que aun las dila-
ciones son a menudo el resultado del miedo
al fracaso. Algunas personas dejarán de to-
mar una decisión importante, en lugar de
aceptar el desafío para su propio beneficio.
El problema de las reacciones de "enfren-
tar, huir o mostrarnos indiferentes", consiste
en que el éxito o el fracaso dependen abso-
lutamente de la habilidad que uno tenga pa-
ra mantener el control de esa situación todo
el tiempo. Sin embargo, como son pocas las
veces que podemos estar completamente se-
guros de los resultados, el miedo no se redu-
ce, sino por el contrario, frecuentemente au-
menta con cualquiera de esas tres actitudes.
Deténgase por un momento a pensar có-
mo reacciona usted frecuentemente cuando
tiene miedo. ¿Cuál ha sido su experiencia?
¿Cuál es su reacción?
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______________________________________
Dios nos fortalece en nuestras debilidades.
Jesús nos sugiere otra alternativa a las men-
Mis notas:
128
cionadas anteriormente, que es la "fe". Aun-
que si pensáramos en ello reconoceríamos
que no es una actitud natural que elegiría te-
ner la mayoría de las personas frente a los
problemas o el miedo.
La fe nos invita a confiar cien por ciento en
Dios y no en nuestras fuerzas o habilidades.
Tenemos que aprender a confiar, tener fe en
las promesas de Dios y practicar esa fe cuan-
do "vengan las tormentas".
La opción de fe que ofrece Jesús es el me-
jor camino, porque nos permite conocer
nuestras debilidades y confiar en la fortaleza
del Señor.
Lección 9
El poder de Cristo vence a la muerte
y a la enfermedad
Para estudio: Lucas 7:11-17; 8:40-56
Para memorizar: Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni
habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron (Apocalipsis 21:4).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
Los dos pasajes que hemos escogido para
nuestro estudio de hoy nos hablan de lo si-
guiente:
Primero, Jesucristo, el Hijo de Dios, sien-
te lo que nosotros sentimos y sufre como
nosotros sufrimos. Esa es la realidad de la en-
carnación.
Segundo, frente a la realidad de la muerte,
Dios es nuestra única confianza y esperanza,
porque por medio de Cristo, su Hijo, tene-
mos vida eterna.
Entonces, comencemos nuestro estudio y
que el Señor nos ministre por medio del
mensaje de su Palabra.
I. Dios ha visitado a su pueblo
Lucas 7:11-17; 8:41-42
Lea 2 Reyes 4:18-37 y Lucas 7:11-17. ¿Cuál
es la relación que hay entre los dos pasajes?
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1. Naín se encontraba entre los pueblos de
Endor y Sunem, donde Elías resucitó al hijo
de una viuda.
2. Los hijos que se mencionan en los rela-
tos de 2 Reyes y Lucas, eran hijos únicos y
resucitados por el poder de Dios. En 2 Re-
yes Dios lo hizo por medio del profeta Eli-
seo, y en Lucas por medio de Jesucristo.
¿Qué es lo que nos enseña el relato de Lu-
cas 7:11-17?
A. Que en la vida hay aflicción
En realidad esta no es una nueva enseñan-
129
za, Jesucristo ya nos había advertido que en
este mundo tendríamos aflicción. Pero lo que
deseamos recalcar es que tales aflicciones nos
llegan a todos, tanto a los hijos de Dios como
a los que no lo son. La diferencia está en la for-
ma en la que enfrentemos esas aflicciones.
En la cultura oriental, las procesiones fúne-
bres eran encabezadas por un grupo de pla-
ñideras o lloronas profesionales. Algunas ve-
ces iban acompañadas de personas que toca-
ban instrumentos con un son lastimero.
La situación que narra el relato bíblico era
más triste aún, porque el difunto era hijo
único de su madre, la que era viuda.
Mencione, además de la muerte, ¿cuáles
son aquellas aflicciones que nos frustran y
hacen que nos sintamos solos y lejos de
Dios? Mencione por lo menos cinco de ellas.
1.__________________________________
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2.__________________________________
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3.__________________________________
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4.__________________________________
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5.__________________________________
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B. Que en medio de la aflicción vemos la
compasión de Jesucristo (7:13)
En nuestra cultura existe la tendencia a
ocultar o negar la crisis, la pena o la tristeza,
las enfermedades graves o las situaciones de
la vida que nos atemorizan.
Por ejemplo, cuando nuestros amigos nos
preguntan: "¿Cómo estás?", ¿cuál es la res-
puesta que generalmente les damos?
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______________________________________
Sí, comúnmente esa es la respuesta que da-
mos: "Bien, gracias". Sin embargo, nosotros
sabemos que no estamos bien.
Pero no debería ser así, porque hay alguien
mayor que nosotros que conoce realmente
lo que sentimos y la profundidad de nuestra
tristeza. Él tiene compasión de nosotros, nos
comprende y busca la forma de resolver el
problema.
En Lucas 7:13, ¿cuál fue la actitud de Jesu-
cristo?
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_____________________________________
______________________________________
En el idioma original, "compadecer o com-
pasión" significa sentir un dolor profundo.
Eso es lo que Jesucristo sintió, un dolor pro-
fundo ante la situación de la viuda de Naín.
Asimismo nosotros, cuando estemos atra-
vesando un momento muy difícil, debemos
ir ante Dios y contarle lo que sentimos, ya
que él, como dice su Palabra, estará a nues-
tro lado, y hará el milagro para que podamos
salir de esa situación.
C. Que Jesucristo tiene el poder para encon-
trar una solución a nuestra aflicción (v. 14)
¿Qué hizo Jesucristo en favor de la viuda
de Naín? (v. 14)
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______________________________________
Jesucristo hizo lo que nadie más hubiese
hecho.
Pronunció palabra de vida. Dijo: "joven, a
ti te digo, levántate". Jesucristo no es solo el
Señor de la vida, sino también quien tiene
poder sobre la muerte y sobre todas las aflic-
ciones que puedan venir sobre nosotros.
II. ¿Quién me ha tocado? Ha salido
poder de mí Lucas 8:43-48
Si observamos el contexto del relato bíbli-
co, esta historia ocurrió cuando Jesucristo
estaba atendiendo la petición de Jairo, un
"alto dignatario de la sinagoga".
¿Cuál era el problema que se presenta en
Lucas 8:40-42?
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1. Era la única hija de Jairo.
2. Era una niña de 12 años de edad.
130
Creo que como padres entendemos la si-
tuación de Jairo. Sin duda, nosotros también
haríamos lo que hizo este dignatario de la si-
nagoga.
Después de que Jairo se postró delante de
Jesús, ¿qué es lo que le pidió al Señor? (v. 41)
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La Biblia dice que, mientras Jesús iba a la
casa de Jairo, una multitud de personas lo
oprimían. En ese momento sucedió algo
hermoso.
A. La mujer que padecía de flujo de san-
gre (8:43-44)
Tratemos de imaginar la situación que es-
taba atravesando la mujer de la historia.
1. Desde hacía 12 años sufría una enferme-
dad que era común y muy difícil de tratar en
esa época. Lucas, que era médico, nos dice
que ella "había gastado en médicos todo
cuanto tenía, y por ninguno había podido
ser curada" (v. 43).
2. Por el tipo de enfermedad que tenía, flu-
jo de sangre, era considerada por las leyes ju-
días como una persona impura.
¿Qué dice Levítico 15:19-33 al respecto?
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Esa enfermedad, además de afectar la salud
de la mujer, la mantenía alejada del culto a
Dios y de sus amigos (Levítico 15:25-27).
B. Tocó el borde del manto de Jesús (8:44)
Como antes mencionamos, la mujer de la
historia, después de haber recurrido a todos
los médicos, probado todos los tratamientos
que estaban a su alcance y haber gastado todo
su dinero en busca de la sanidad, se acercó a
Jesús como último recurso y tocó su manto.
¿Cómo supo ella que Jesús la iba a sanar?
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Sin duda, la fama de Jesucristo iba de pueblo
en pueblo. Hablaban del nazareno que daba
vista a los ciegos, que sanaba a los enfermos y
que resucitaba a los muertos. Así que ella es-
cuchó acerca de Jesucristo y, aunque era una
mujer gentil, depositó toda su fe y esperanza
en él. Por eso, a pesar de la gran multitud, ella
se acercó al Señor para tocar su manto.
 C. Entonces Jesús dijo: "¿Quién es el que
me ha tocado?" (8:45)
"La fe mueve montañas" es un dicho basa-
do en la promesa de Jesucristo que se en-
cuentra en Mateo 17:20. Es obvio que la fe
de la mujer era grande, y Dios honró dicha
fe.
De este pasaje se desprenden tres enseñan-
zas:
Primero, delante de Jesucristo todos so-
mos iguales. Es cierto que estaba en camino
hacia la casa de Jairo, un hombre importan-
te y dignatario de la sinagoga; sin embargo,
el Señor se detuvo para atender a una mujer
humilde y sanarla.
Segundo, lo que agrada a Dios y llena su
corazón de alegría es la fe de los que se acer-
can a él. Dios está dispuesto a hacer todo por
aquel que le cree en todo a Cristo, su Hijo.
Tercero, el que tiene fe experimenta el poder
de Dios. En el momento en que Jesucristo sin-
tió que salió poder de él, la mujer se sanó.
Cuarto, la fe es lo único que nos salva y sa-
na. Jesucristo así lo declaró cuando le dijo a
la mujer que tenía flujo de sangre: "Hija, tu
fe te ha salvado; ve en paz" (v. 48).
CONCLUSIÓN
Sobre la base de lo dicho anteriormente,
¿cuál es el mensaje que nos dejan a nosotros
los dos relatos bíblicos estudiados en esta
lección?
1. Gracias a Cristo se restaura nuestra co-
munión con Dios.
2. También por el mismo poder se restau-
ra nuestra comunión con la sociedad, fami-
lia, vecinos y amigos.
COMENTARIO DEVOCIONAL
“Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de
ellos; y ya no habrá más muerte, ni habrá
más llanto, ni clamor, ni dolor, porque las
primeras cosas ya pasaron” (Apocalipsis
21:4).
”La promesa de Dios a Israel es que este
será su pueblo y él su Dios. Esta promesa tie-
ne ecos en todo el Antiguo Testamento: Le-
vítico 26:11-12; Jeremías 31:33; Ezequiel
37:12.
”La más elevada expresión de esta prome-
sa la encontramos en el libro del Cantar de
los Cantares (6:3), cuando se describe la re-
lación en la cual verdaderamente Dios y el
creyente pueden decir: ‘Yo soy de mi amado,
y mi amado es mío’.
131
”Esta comunión con Dios, en la edad do-
rada, va acompañada de ciertas cosas: Desa-
parecerán las lágrimas, el dolor y el llanto.
Este fue también uno de los sueños de los
profetas de Israel: Isaías 35:10; 65:19. Tam-
bién desaparecerá la muerte. Los profetas
anticiparon, del mismo modo, esta maravi-
llosa realidad (Isaías 25:8).
”Se trata, entonces, de una promesa para el
futuro. No hemos llegado todavía a la era en
la cual desaparecerá todo dolor, donde no
habrá lágrimas y donde la muerte no tendrá
más poder. Pero aún en este mundo es cier-
to que los que lloran son bienaventurados,
porque encuentran consolación. También es
real que la muerte es tragada por la victoria
de Cristo para todos los que lo conocen y
comparten su comunión, la comunión con
sus sufrimientos y el poder de su resurrec-
ción” (Mateo 5:4; Filipenses 3:10).
W. Barclay. El Nuevo Testamento.
Vol. 16, p. 457.
MATERIAL DE APOYO
Compasión
Sentimiento íntimamente ligado a la de-
mostración del amor, que en la Biblia se ex-
presa con el término hebreo "rakhamin" y el
griego "splagjna". El primero, usado en el
Antiguo Testamento, designa el sentimiento
paternal de Dios (Deuteronomio 13:17; Sal-
mos 103:13; Isaías 49:15; Oseas 11:8). Y el
segundo, denota la disposición y actitud de
Jesús frente a las personas (Mateo 9:36;
14:14; 15:32; Marcos 6:34; Lucas 7:13). Am-
bos, sin embargo, hablan del más profundo
sentimiento. Literalmente, "sentir con las en-
trañas".
Dios siente compasión por la necesidad ex-
trema de las personas (2 Samuel 12:22;
Isaías 54:7-8). Cristo encarna esa compasión
divina y la enseña con actos y palabras (Ma-
teo 18:27; Lucas 10:30; 15:20). Es la com-
pasión de Cristo la que se espera del cristia-
no (1 Pedro 3:8).
Poder de Dios
La poesía hebrea celebra con singular senti-
miento el poder de Dios. El verdadero poder
o capacidad para ejercer verdadera autoridad
le corresponde solamente a Dios (Salmos
62:11). El poder de Dios se manifiesta en la
creación y Dios mantiene a esta con su poder
(Salmos 65:5–8; 148:5). Dios concede parte
de su autoridad al género humano (Génesis
1:26; Salmos 8:5-8), pero en muchas ocasio-
nes interviene activamente en los asuntos de
su pueblo Israel y lo redime mediante su ac-
ción directa (Éxodo 15:6; Deuteronomio
5:15).
Los antiguos nombres hebreos aplicados al
Dios de Israel, tales como "el Fuerte de Ja-
cob" (Génesis 49:24), "el Fuerte de Israel"
(Isaías 1:24), "El Shadai" (Éxodo 6:3), reve-
lan un alto concepto del poder de Dios.
En el Nuevo Testamento, las palabras grie-
gas dynamis y exousé expresan el poder de
Dios, y las doxologías celebran este poder
manifestado en Cristo (por ejemplo: 1 Co-
rintios 1:24).
Exousé significa autoridad derivada o con-
ferida, garantía o derecho de hacer algo
(Mateo 21:23-27), y en este sentido Jesús es
portador de la autoridad de Dios. Dynamis
expresa habilidad o energía en el creyente
Mis notas:
132
(Efesios 3:16), acción poderosa (Hechos
2:22) o espíritu poderoso (Romanos 8:38;
cf. Mateo 28:18). Cristo actúa por el poder
que recibió de su Padre para perdonar peca-
dos y para echar fuera demonios o espíritus
malignos, y a su vez confiere este poder a sus
discípulos (Mateo 9:6; 10:1). A ellos les dio
potestad de ser hechos hijos de Dios (Juan
1:12) y cooperar en la tarea evangelizadora
(Marcos 3:15).
Jesús inició su ministerio en el poder (dy-
namis) del Espíritu (Lucas 4:14; 5:17). En el
Nuevo Testamento, el poder de Dios se ma-
nifiesta armoniosamente en las acciones de la
Trinidad (Mateo 11:25; Juan 5:17). En el
mensaje del apóstol Pablo, la resurrección de
Cristo es la prueba más sobresaliente del po-
der de Dios (Romanos 1:4; Efesios 1:19ss;
Filipenses 3:10).
Lección 10
El gozo del pueblo cuando se
restauran los enfermos
Para estudio: Mateo 9:27-31; Lucas 13:11-17
Para memorizar: Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las
cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es
el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre (Juan 20:30-31).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
Cada milagro tiene una causa y produce un
resultado. Dios es la causa primaria de los
milagros, porque él es el Creador y Sobera-
no de todo lo creado. Y el resultado, como
lo veremos al leer los relatos bíblicos, es el
gozo y la alegría de la salvación que viene de
Dios por medio de Jesucristo.
I. El grito de desesperación del ser
humano Mateo 9:27-31
En los tiempos bíblicos, la ceguera era una
de las enfermedades más comunes, y la causa
de ella era generalmente la falta de higiene.
A. ¿Qué nos dice el relato bíblico?
Lea Mateo 9:27-31, y responda las pre-
guntas planteadas:
¿Quiénes siguieron a Jesucristo?
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¿Qué le decían los ciegos a Jesucristo?
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______________________________________
¿Qué sucedió cuando llegaron a la casa?
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¿Qué les preguntó Jesucristo a los ciegos?
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¿Cuál fue la respuesta de los ciegos?
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133
¿Qué les dijo Jesús cuando les tocó los
ojos?
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Después de que sus ojos se abieron, ¿qué
les encargó Jesús?
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¿Y qué sucedió luego?
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¿Por qué no obedecieron el encargo de Je-
sús?
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B. Dos tipos de ceguera
En el relato de Mateo ocurrieron dos tipos
de milagros: uno físico y el otro espiritual.
1. Milagro físico. De acuerdo con los rela-
tos de los Evangelios, este no fue el único ca-
so de ceguera sanado por Jesús. Hubo otro
parecido relatado por Marcos y Lucas.
Lea Mateo 20:29-34; Marcos 10:46-52 y
Lucas 18:35-43. ¿Cuál es la similitud de es-
tos relatos con el relato de Mateo 9:27-31?
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En el relato de Mateo 9:27-31, ¿qué les di-
jo Jesucristo a los que sanó?
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 De acuerdo con el v. 31, ¿qué hicieron los
ciegos que sanó?
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Y de acuerdo con los relatos de Marcos
10:46-52 y Lucas 18:35-43, ¿qué hicieron
los que fueron sanados?
La sanidad física que traería el Mesías ya
había sido anunciada en el Antiguo Testa-
mento (Isaías 29:18; 35:5); y lo sucedido
con los dos ciegos que Jesús vio en el cami-
no y con Bartimeo, fue simplemente la con-
firmación de esa promesa.
2. Milagro espiritual. Vemos que el milagro
que Mateo relata no fue solo un milagro físi-
co sino también espiritual.
¿Por qué?
Jesucristo les dijo a los ciegos que recibie-
ron la vista: "Mirad que nadie lo sepa" (v.
30). Pero ellos salieron y "divulgaron la fama
de él por toda aquella tierra".
Fue en ese momento cuando ocurrió el mi-
lagro espiritual, porque ellos vieron con sus
ojos espirituales que Jesucristo era el Hijo de
David –título que los judíos daban al Mesías.
Por lo cual, cuando recibieron la vista, "vie-
ron" también al Mesías y no podían quedar-
se callados. Sintieron la imperiosa necesidad
de decirles a todos que el Hijo de David, el
Mesías prometido, estaba en medio de ellos.
Ese es el milagro más grande que una per-
sona puede recibir: conocer a Cristo, el Hijo
de Dios, como su Señor y Salvador.
¿Usted ha experimentado ese milagro espi-
ritual?
____________________________________
Si su respuesta es afirmativa, indíquenos
cuándo fue
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_____________________________________
______________________________________
Y si su respuesta es negativa, ¿desearía
aceptar a Cristo como su Señor y Salvador?
____________________________________
El profesor de la escuela dominical o el pastor
de la iglesia le ayudarán a tomar esta decisión.
II. El regocijo de un pueblo ante la
presencia del Mesías Lucas 13:10-17
A. ¿De qué habla el relato?
Podemos dividir el pasaje en el que se rela-
134
ta la sanidad de la mujer encorvada de la si-
guiente manera:
1. La ocasión: Era sábado. Jesús enseñaba
en una sinagoga.
2. Una necesidad: Desde hacía 18 años una
mujer tenía un "espíritu de enfermedad":
andaba encorvada y no podía enderezarse.
3. La misericordia de Jesús: Cuando Jesús
vio a la mujer, la llamó y le dijo: "Mujer, eres
libre de tu enfermedad".
4. El milagro de Jesús: Cuando Jesús puso
las manos sobre ella, inmediatamente se en-
derezó y "glorificaba a Dios".
5. La reacción de las autoridades religiosas
y de la gente: Un alto dignatario de la sina-
goga se enojó porque Jesús había sanado el
sábado; sin embargo, el pueblo se regocijaba
por todos los hechos gloriosos realizados por
Jesús.
B. ¿Qué nos enseña este pasaje?
1. Que ante Dios todos somos iguales y te-
nemos la misma oportunidad de ser sanados
y salvos. En la época de Jesús, en la mayoría
de los casos las mujeres eran iletradas y se las
consideraba propiedad del jefe de hogar.
En la literatura antigua casi no se mencio-
na a las mujeres porque eran consideradas se-
res inferiores. El judío devoto oraba diaria-
mente y agradecía a Dios porque no era gen-
til, esclavo ni mujer.
Pero Lucas no sigue ese mismo pensamien-
to. Él incluye en su Evangelio varios relatos
en relación al papel importante que jugaron
las mujeres en el ministerio de Jesucristo y en
la predicación del mensaje del reino de Dios.
2. Para Jesucristo, el bien de las personas
estaba por encima de cualquier ley humana.
Las autoridades religiosas seguían cada paso
de Jesucristo. Vigilaban cada uno de sus mo-
vimientos y buscaban pruebas para acusarlo.
En aquel tiempo, sanar a una persona el día
sábado era considerado técnicamente como
un trabajo; por tanto, de acuerdo con la ley
de los judíos, Jesús había quebrantado el día
de reposo, y protestaron por semejante vio-
lación a la ley.
El motivo era que ellos no comprendieron
que para Jesucristo, el Hijo de Dios, era más
importante sanar a una persona el día sábado
que desatar a los animales para llevarlos a to-
mar agua.
De acuerdo con los vv. 14-16, ¿qué era más
importante para el principal de la sinagoga:
guardar el día de reposo, sanar a una perso-
na o llevar a los animales a beber agua?
____________________________________
______________________________________
¿Por qué?
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______________________________________
Este milagro revela que a Dios no le gusta
el sufrimiento del ser humano. Nadie lo hu-
biese acusado a Jesús si él hubiera sanado
cualquier otro día, salvo el día de reposo. Pe-
ro nos enseñó que debemos sanar el sufri-
miento al instante, sin esperar más tiempo.
Ninguna buena obra que podamos hacer
hoy debe posponerse para mañana.
3. La compasión de Jesús. Jesucristo vio
más allá de la necesidad física, vio el alma de
esa persona. Para él, la enfermedad del cuer-
po es también una señal de un padecimiento
más profundo: la dolencia del alma.
CONCLUSIÓN
Nunca se podrán explicar los milagros por la
razón, porque se trata de algo sobrenatural.
Les cuento un ejemplo reciente: mientras
escribíamos esta lección, sucedió algo her-
moso con una niñita llamada Carly, hija del
hermano Luis.
Cuando conocí a la familia de Luis, lo que
más me llamó la atención fue la situación de
Carly, su hija menor. Para entonces ella tenía
seis meses. Sus piernas y brazos estaban tor-
cidos. La misma semana que los conocí, el
médico les había dicho que Carly sufría de
un problema muscular muy serio, por lo que
tendría que pasar su vida en una silla de rue-
das. Además, añadió, "tendrán que alimen-
tarla, porque Carly no podrá sujetar ni una
cuchara con las manos".
La noticia les cayó como una bomba.
"Pastor", me preguntó Luis, "¿usted cree
que Dios puede hacer un milagro y que
Carly podrá caminar?". "La Biblia dice que
Dios sana", fue mi respuesta.
Para no hacer más larga la historia, hoy
Carly se alimenta sola y corre por los pasillos
de la iglesia. Eso sucedió en forma paulatina.
A Carly le tocó realizar su visita anual al
médico que le diagnosticó su enfermedad.
Para entonces Carly ya había cumplido 11
meses de vida, y entró al consultorio cami-
nando. El doctor, al verla caminando, lloró
de alegría; y de acuerdo al testimonio de
Luis, lo único que dijo –y repitió– fue: "¡Me
demostraste que estaba equivocado!"
Nosotros sabemos que fue un milagro de
Dios.
135
COMENTARIO DEVOCIONAL
Hizo además Jesús muchas otras señales en
presencia de sus discípulos, las cuales no es-
tán escritas en este libro. Pero éstas se han es-
crito para que creáis que Jesús es el Cristo, el
Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis
vida en su nombre (Juan 20:30-31).
Existe una dimensión espiritual en el ser
humano. Cada uno de nosotros tiene su ori-
gen en un Ser eterno, existente en sí mismo
y racional, a quien los cristianos llamamos
Dios. Cada milagro tiene una causa y produ-
ce un resultado. Dios es la causa primaria, y
sin él no existirían los milagros.
No comprenderemos los milagros de Cris-
to si no vemos el milagro de Cristo mismo.
Por ejemplo, su encarnación. La Biblia dice
que Jesucristo es Dios encarnado. Ese es el
milagro más grande de todos. El mundo aún
permanece confundido con la idea y la reali-
dad del Dios-Hombre, Cristo Jesús.
En relación con la humanidad, no fueron
muchos los que vieron a Cristo resucitado,
porque no estaban preparados para ver esa
realidad con los ojos de Dios. Aún Tomás, el
discípulo de Jesucristo, no pudo creer que su
maestro había resucitado. Pero cuando Cris-
to estaba frente a él, lo único que alcanzó a
decir fue: "¡Dios mío y Señor mío!"
¿Los milagros quebrantan las leyes de la na-
turaleza? El arzobispo Trench dijo: "Debería-
mos definir al milagro no como una infrac-
ción a la ley, sino observar en él la neutraliza-
ción de una ley menor que da paso a una ley
mayor. Cuando levanto mi brazo, la ley de
gravedad no se niega o aniquila en lo que res-
pecta al brazo. Existe, como siempre, pero es
superada por una ley mayor de mi voluntad".
No vivimos bajo el dominio absoluto de la
ley natural. Dios reina y es soberano. Él no
es prisionero de sus propias leyes.
Estudiemos a continuación dos milagros.
MATERIAL DE APOYO
Ceguera
Para quien goza del sentido de la vista, en
ocasiones el mundo le es desagradable. Pero,
al mismo tiempo, la ceguera se convierte en
una prisión. ¿Por qué?
1. Generalmente la gente seguía a Jesucris-
to por los milagros que él hacía, pero la ce-
guera espiritual de ellos les impidió ver el
mensaje de salvación que envolvía cada uno
de esos milagros.
2. También en los Evangelios se nos dice
que la gente seguía al Maestro solo para ver
lo espectacular de cada obra milagrosa que él
hacía, pero que estaban ciegos al amor y
compasión que Dios mostraba en cada uno
de esos milagros hechos por su Hijo, nuestro
Señor y Salvador.
¿Qué es la ceguera interna o espiritual? Es
un mal peor que la ceguera física. Es un mal
que no nos deja ver lo que Dios está hacien-
do por medio de Jesucristo. La Biblia nos di-
ce que Jesús es el camino, la verdad y la vida.
Él es el único camino al Padre. Él es la única
"luz del mundo". Debemos orar diciendo:
"Señor, ten misericordia de nosotros".
Necesitamos ver nuestra necesidad a la luz
de su presencia y clamar a él en arrepenti-
miento.
El Cristo suficiente
Una de los sentimientos más profunda-
mente arraigadas en los habitantes de los al-
tiplanos de Nueva Guinea es el de la vengan-
za. Si matan a un hombre de una tribu deli-
berada o accidentalmente, un hombre de la
Mis notas:
136
tribu ofensora tiene que morir. No necesa-
riamente debe ser el que cometió el crimen,
sino cualquier hombre de la tribu.
Si no se vengaba la muerte del hombre, se-
gún ellos, su espíritu se disgustaría y acarrea-
ría enfermedad y muerte a los de su propia
tribu.
Dos tribus que vivían cerca de Kudjip eran
tradicionalmente enemigas. Pero un día los
líderes guerreros de ambas tribus se convir-
tieron a Cristo. ¿Podría el amor de Cristo ex-
tirpar los patrones de pensamiento que los si-
glos habían arraigado? ¿Podrían Andrés y
David sentarse juntos en un culto? La situa-
ción se hacía más difícil porque el propio her-
mano de Andrés había muerto por la tribu de
David.
El gran día llegó. David y Andrés se en-
contraron frente a toda la congregación y se
dieron la mano, y fueron amigos hasta que
David partió a los cielos hace algunos años.
¡Cristo es suficiente! ¡El Señor hace mila-
gros!
Nancy Seale. Misionera en Nueva Guinea
Lección 11
Cristo frente al poder demoníaco
Para estudio: Lucas 8:26-39
Para memorizar: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él
solo servirás (Lucas 4:8).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
A Tai lo llevó su esposa al hospital nazare-
no de Kudjip, en Papúa Nueva Guinea, una
isla del Océano Pacífico. Las palabras de Tai
eran incoherentes. Su esposa nos dijo que lo
habían golpeado en la cabeza, pero los mé-
dicos no encontraron señal de herida ni de
conmoción cerebral.
Cuando supimos el nombre de la persona que
golpeó a Tai, tuvimos que reconocer que está-
bamos frente a un problema satánico. Tai no
necesitaba un doctor sino un pastor, porque el
hombre que lo golpeó había muerto un año
atrás.
Taima, el pastor nazareno de aquella locali-
dad, lo llevó a la capilla y junto con otros
cristianos oró para que fuera liberado de los
malos espíritus. Después de un período de
oración, Tai se esforzaba por hablar, pero
musitaba entre dientes palabras incoherentes.
Después de casi dos horas de batalla espiri-
tual, el pastor le pidió que dijera: "Cristo".
Tai se esforzó y finalmente pronunció el
nombre del Señor. En el mismo momento
en que dijo: "Cristo", fue liberado de esa
fuerza espiritual maligna y su cuerpo sanó.
Luego todos fueron a la casa de los misio-
neros a tomar una taza de té. El rostro de Tai
estaba iluminado con el gozo del Señor. Su
victorioso testimonio era inconfundible:
"Cristo me ha libertado de los malos espíri-
tus".
En el pasaje bíblico que nos toca estudiar
hoy, el Señor encuentra a un hombre cuyo
problema no es familiar para la mayoría de
nosotros, pero sí para la gente de Kudjip, el
pueblo natal de Tai y del pastor Taima. El
hombre con quien Jesucristo se encontró es-
taba atormentado por demonios y fuera de
control.
137
I. Jesús, luz entre los gentiles Lucas 8:2
A. La profecía acerca del Mesías
Cuando Jesucristo nació y lo llevaron al
templo, el anciano Simeón (Lucas 2:29-32)
tomó al niño en sus brazos y dijo: "Ahora,
Señor, despides a tu siervo en paz, conforme
a tu palabra. Porque han visto mis ojos tu
salvación, la cual has preparado en presencia
de todos los pueblos; luz para revelación a
los gentiles, y gloria de tu pueblo Israel". Es
decir, el Mesías prometido sería el salvador
no solo de los judíos sino también de los
gentiles; sería el salvador y libertador de to-
do ser humano.
El pasaje bíblico nos dice que en la región
de Gadara el endemoniado fue liberado. En
el Evangelio según Marcos, el lugar se lo
identifica como Decápolis (5:20). Los histo-
riadores de la Biblia concuerdan que Decápo-
lis estaba formada por diez ciudades donde
predominaba la influencia griega. Por consi-
guiente, en esa región habitaban gentiles.
B. La salvación es para los judíos y los
gentiles
Hasta antes de su visita a la región de los
gadarenos, el Señor había viajado principal-
mente por las regiones de Galilea. Él, por ser
judío, generalmente visitaba las sinagogas
para enseñar la palabra de Dios.
Sin embargo, el ministerio de Jesús no es-
taba limitado solo al pueblo judío, porque
ese mensaje de salvación y liberación también
lo necesitaban escuchar los gentiles. Lo cier-
to es que, con la liberación del endemoniado
gadareno, Jesús estableció un precedente
que sigue vigente hasta nuestros días: la vida
de los gentiles también deberá ser transfor-
mada por Aquel que es la "luz del mundo".
II. El poder de Jesús sobre los demo-
nios Lucas 8:27-33
 A. Cristo entra en territorio enemigo
(8:27-29)
1. La Biblia nos dice que el gadareno era un
hombre poseído por los demonios o espíritus
malignos; es decir, esos malos espíritus o de-
monios controlaban su vida, a tal punto que
lograron separarlo no solo de su familia sino
también de la sociedad. Es por esa razón que el
gadareno vivía en los sepulcros (v. 27).
2. Para la gente de ese tiempo, el tema de la
posesión demoníaca era real. La literatura he-
brea y griega da testimonio de ese hecho. Allí
se encuentran muchas referencias sobre la inte-
racción de los espíritus con los seres humanos.
Hoy, en pleno siglo XXI, sabemos que en ca-
si todos los países desarrollados o en proceso
de desarrollo, hay iglesias satánicas, y la gente
acude a esos servicios satánicos en busca del
maligno y su poder.
Aunque el diablo trabaja de una forma muy
sutil en las personas, la Biblia nos dice que Je-
sucristo vino a salvarnos y liberarnos de su po-
der y del ataque de todas sus huestes malignas.
3. Para Jesucristo, la realidad del poder de-
moníaco no es ninguna novedad. Él sabe que
Satanás está allí con el único propósito de des-
truir la obra de salvación. Por tanto, mientras
Cristo esté en nosotros, el poder del enemigo
está anulado.
El relato bíblico nos dice que el demonio que
estaba en el gadareno reconoció quién era Je-
sús, por eso le decía: "¿Qué tienes conmigo,
Jesús, Hijo del Dios altísimo? Te ruego que no
me atormentes" (v. 28). Es que la presencia de
Jesús incomoda o atormenta al que no es de
Dios, por eso prefiere seguir en "tinieblas"
practicando la maldad en todas sus formas.
Por otro lado, el relato bíblico nos dice que
Jesucristo estaba ordenando "al espíritu in-
mundo que saliese" del gadareno (v. 29).
B. Cristo derrota a los demonios (8:30-33)
1. Aunque el gadareno seguía gritando, Jesús
se le acercó y le preguntó: "¿Cómo te llamas?"
La respuesta fue: "Legión", y el texto bíblico
nos explica la razón de este nombre: "Porque
muchos demonios habían entrado en él" (v.
30).
Varios comentaristas sugieren que desde el
momento en que el gadareno reveló su nom-
bre, Satanás perdió el control que tenía sobre
esa persona por medio de sus huestes malignas.
Desde ese momento, los espíritus malignos le
"rogaban que no los mandase ir al abismo" (v.
31). Esta puede ser una referencia al abismo
profundo de Apocalipsis 20:3, y una indicación
de que ellos conocen su lugar final.
138
2. Los demonios, en lugar de ir al abismo,
preferían entrar en un hato de muchos cerdos
que pacían en un monte cercano (v. 32; Mar-
cos 5:13). A este pedido, dice Lucas: el Señor
"les dio permiso". ¡Y allí se produjo una es-
tampida! El hato de aproximadamente 2,000
cerdos se dirigió inmediatamente hacia el
mar y allí murió.
3. La noticia de los cerdos despertó la cu-
riosidad de la gente de Gadara. Casi todo el
pueblo salió a ver lo que había sucedido y
"vinieron a Jesús, y hallaron al hombre de
quien habían salido los demonios, sentado a
los pies de Jesús, vestido, y en su cabal juicio;
y tuvieron miedo" (v. 35).
III. Las posesiones materiales com-
paradas con el alma humana - Lucas
8:34-37
A. La gente de los alrededores tuvo miedo
(8:34-35, 37)
Los propietarios de los cerdos se enojaron.
Sus riquezas habían menguado. Sus emocio-
nes los llevaron de la sorpresa al temor (v.
37).
El miedo y la ira pueden causar toda clase
de distorsiones en las personas. En este caso,
el miedo no les dejó percibir el valor del
hombre que había sido sanado, por esa razón
le pidieron a Jesús que se fuera de esa región
(v. 37). No hay duda de que estaban más
preocupados por los cerdos que por la sani-
dad del hombre.
Para Jesucristo, el ser humano tiene priori-
dad por sobre las cosas. El milagro de Lucas
8:34-37 nos muestra que Dios y la gente son
mucho más importantes que las cosas.
B. La sanidad renueva las relaciones co-
rrectas (8:35)
1. ¡Gloria sea a Dios! Desde que los demo-
nios salieron del gadareno, se restauró su re-
lación con Dios, consigo mismo y con los de-
más.
2. Ante la evidencia innegable del poder de
Cristo, todavía los temerosos lo rechazan. De
la misma manera que los gadarenos le pidie-
ron al Señor que se "alejara" (v. 37), muchos
hoy prefieren que Jesucristo se aleje del en-
torno en el cual están.
¿Qué es lo que hizo Jesús? Sencillamente
entró en la barca y se fue con sus discípulos.
De esa manera, los gadarenos –por propia
decisión– se vieron privados de la presencia
del Dios encarnado, y del mensaje de libera-
ción y salvación.
CONCLUSIÓN
El testimonio de nuestra liberación debe co-
menzar en nuestra casa (Lucas 8:38-39).
Aunque la gente del pueblo estaba contenta
de que Jesús partiera de esa región, no lo esta-
ban con quien había sido sanado. Él quería se-
guir a Cristo, seguramente para ser uno de sus
siervos. Pero los planes del Señor eran distintos.
De acuerdo con el v. 39, ¿qué le dijo Jesucris-
to al gadareno?
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Y ¿qué hizo el gadareno?
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Entonces, ¿cuál es el mensaje de este pasaje
para nosotros?
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COMENTARIO DEVOCIONAL
Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al
Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás (Lu-
cas 4:8).
En la primera tentación, Satanás le pidió a Je-
sucristo que convirtiera las piedras en pan. Los
arqueólogos nos dicen que ese desierto no era
arenoso, sino que era un terreno cubierto por
pequeños trozos de piedra caliza, que a la dis-
tancia se veían como panes.
Lo que deseaba Satanás es que Jesús soborna-
ra a la gente, que hiciera milagros para que to-
dos lo siguieran. Frente a tal sugerencia, Jesu-
cristo respondió con una cita de las Escrituras
que se encuentra en Deuteronomio 8:3: "no
solo de pan vivirá el hombre, sino de toda pa-
labra de Dios".
En la segunda tentación, Jesús estaba en un
alto monte donde podía ver todo el mundo ci-
vilizado. En ese momento, Satanás se presentó
y le dijo: "A ti te daré toda esta potestad, y la
gloria de ellos; porque a mí me ha sido entre-
gada y a quien quiero la doy. Si tú postrado me
adorares, todos serán tuyos".
Nuevamente Jesucristo citó las Escrituras
(Deuteronomio 6:13; 10:20): Vete de mí, Sa-
tanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios
adorarás, y a él solo servirás.
Y en la tercera tentación, cuando Jesucristo se
encontraba en el pináculo del templo, Satanás
139
lo animó para que se tirara desde allí, y citando
las Escrituras le dijo: "porque escrito está: A sus
ángeles mandará acerca de ti, que te guarden;
y, en las manos te sostendrán, para que no tro-
pieces con tu pie en piedra" (Lucas 4:10-11).
Ante esta tentación, la respuesta de Cristo no
se dejó esperar: "Dicho está: no tentarás al Se-
ñor tu Dios".
Las tres tentaciones tenían un solo motivo:
alejar a Jesucristo de su camino de obediencia
al Padre y de su muerte en la cruz; es decir, de
ese camino que nos daría libertad y vida eterna.
En el desierto, la lucha entre Satanás y el Hi-
jo de Dios fue frontal. Era una lucha por el po-
der entre alguien que sumergiría a la raza hu-
mana en la esclavitud espiritual y el poder de
Dios para sacarnos de allí y darnos libertad y vi-
da eterna. De esa batalla, el que salió victorioso
fue nuestro Señor, porque no cayó en ninguna
de las tentaciones de Satanás.
Sin embargo, debemos recordar lo siguiente:
1. Hoy Satanás continúa tentando al ser hu-
mano con el propósito de alejarlo de Dios, y a
los cristianos de hacer la voluntad del Señor.
2. Sin embargo, como la victoria la ganó el
Señor, a nosotros, los hijos de Dios, lo único
que nos toca hacer es estar firmes en esa victo-
ria y no separarnos del Señor, porque en él ten-
dremos el poder para resistir al diablo.
MATERIAL DE APOYO
La batalla contra la tentación
En la vida de Jesucristo hubo momentos cru-
ciales, de los cuales dependía que nosotros fué-
ramos librados del mal y tuviéramos vida eterna.
Por ejemplo:
1. En el templo, cuando Jesucristo tenía 12
años, había tomado conciencia de que Dios era
su Padre y que debía estar en "los negocios de
él".
2. Durante su bautismo, comprendió que ha-
bía comenzado su ministerio de predicar el
evangelio del reino, y que su Padre y el Espíri-
tu Santo lo acompañarían.
3. Cuando Jesucristo estaba a punto de co-
menzar su ministerio público, la Biblia dice que
el Espíritu Santo lo llevó al desierto para ser
tentado. Este relato de la tentación nos mues-
tra el deseo inquebrantable de Jesucristo de ga-
nar hombres para Dios, rechazando el camino
del poder y de la gloria y eligiendo el de la cruz
del Calvario.
Lo único que podemos hacer es darle gracias
a nuestro Señor Jesucristo, quien venció toda
tentación para darnos libertad y vida eterna.
Lección 12
El milagro de una vida transformada
Para estudio: Lucas 5:1-11
Para memorizar: Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres (Mateo 4:19).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
Hace unos años conocí a una persona en
Michigan, cuyo pasatiempo favorito era la
pesca. Tenía un hermoso bote, una colección
de cañas de pescar y una caja repleta de an-
zuelos.
La mayoría de los pescadores se sentirían sa-
tisfechos con una docena de anzuelos y carna-
das, pero mi amigo poseía más de cien anzue-
los de todos los tamaños, diseños y colores.
Un día lo acompañé a pescar. Aunque no
sé nada de ese deporte, quería estar con él.
Lo primero que hizo fue escoger cuidadosa-
mente la caña de pescar; lo mismo hizo con
el anzuelo. Luego, puso la carnada en el an-
zuelo y lo lanzó hacia el lugar que había es-
cogido. Cuando sintió que el hilo de pescar
se tensó, fue enrollando poco a poco el ca-
rrete para guiar el anzuelo hacia el bote.
Todo ese esfuerzo y paciencia fue premia-
do con un pez de casi dos kilogramos de pe-
so. Aunque no obtenía tan buenos resulta-
dos todas las veces que echaba el anzuelo al
agua, sin embargo, fue persistente. Fue una
experiencia única ver cómo disfrutaba de su
deporte favorito.
La lección de hoy relata la historia de unos
pescadores que encontraron el favor de Dios
y llegaron a ser parte de la "pesca" más im-
portante que se haya logrado en la historia
de la humanidad. El Señor estaba preparán-
dolos para hacerlos pescadores de hombres.
I. El milagro que transformó la vida
de un pescador Lucas 5:1-3
Jesucristo, por ser el Maestro de maestros,
hizo uso de todos los recursos didácticos que
pudo con el fin de que sus discípulos y el
pueblo pudieran entender el mensaje del
evangelio de salvación. Pero uno de sus mé-
140
todos de enseñanza favoritos era su propia
vida. Todo lo que enseñaba, toda palabra
que salía de su boca, era respaldado por su
estilo de vida.
¿Qué dicen al respecto los siguientes pasa-
jes bíblicos?
Mateo 7:28-29
____________________________________
Marcos 1:22
____________________________________
Lucas 4:31-32
____________________________________
Toda palabra que salía de la boca de Jesús
tenía mayor autoridad que la de los doctores
de la ley.
El pasaje de estudio de la presente lección
comienza de la siguiente manera: "Aconte-
ció que estando Jesús junto al lago de Gene-
saret, el gentío se agolpaba sobre él para oír
la palabra de Dios" (Lucas 5:1).
A. Una barca, plataforma para la predi-
cación del mensaje del reino de Dios
Si leemos el contexto anterior al de nues-
tro pasaje de estudio, podremos ver que Je-
sucristo enseñaba el mensaje del evangelio
en las calles, pero también en el desierto y en
las sinagogas.
¿Por qué?
Al Señor le urgía que el mensaje del evange-
lio de salvación fuera conocido por todos.
Aprovechaba toda oportunidad para enseñar
el mensaje del reino de Dios y, aunque mu-
chas veces estaba cansado, siempre encontra-
ba un espacio para llevar consuelo, esperanza,
sanidad y salvación al que lo necesitaba.
En Lucas 5:1, el autor de este Evangelio
nos dice que Jesucristo se encontraba a ori-
llas del lago de Genesaret, y la gente se
"agolpaba sobre él" para escuchar el mensa-
je del evangelio.
El Señor vio cerca de él dos barcas y tres
pescadores que lavaban sus redes. Después
de pedirles permiso para entrar en una de
ellas, la de Simón, le rogó que la apartara de
tierra un poco. Desde allí el Señor enseñaba
a la multitud (v. 3).
B. El pedido del maestro: "Echad vues-
tras redes" (5:4)
Lucas no nos dice cuánto tiempo estuvo
Jesús enseñando desde la barca, posiblemen-
te haya sido toda la tarde. Tampoco nos dice
qué sucedió con la multitud –posiblemente
se retiraron a sus casas cuando Jesús "termi-
nó de hablar" (v. 4). Lo que sí Lucas relata
es la petición de Jesús a Simón, un pedido
que este no esperaba:
1. "Boga mar adentro" (v. 4). La hospitali-
dad es una de las características del pueblo
judío y, a pesar de que Simón estaba muy
cansado por haber trabajado toda la noche
tratando de pescar algo, estaba dispuesto a
obedecer al maestro y, por tanto, a bogar
mar adentro.
2. "Echad vuestras redes para pescar" (v.
4). Y aunque Lucas no lo dice, es posible que
esta petición haya colmado la paciencia de
Simón. ¿Por qué?
Primero, porque él y sus compañeros ha-
bían tratado de pescar durante toda la noche,
pero sin ningún éxito.
Segundo, porque no quería echar las redes
durante las horas de la mañana para no hacer
el ridículo frente a sus compañeros. A esa ho-
ra, por lo menos en el mar de Galilea, era im-
posible pescar porque los peces se escondían
de la luz y buscaban aguas más profundas.
Por eso, frente a esta nueva petición, Si-
món le dijo a Jesucristo: "Maestro, toda la
noche hemos estado trabajando, y nada he-
mos pescado". En otras palabras: "Maestro,
hasta aquí hemos hecho lo que nos has pedi-
do; además, somos pescadores de profesión,
y sabemos que a estas horas del día no hay
peces, y tú nos pides que echemos nuestras
redes para pescar, ¡creo que eso es demasia-
do pedir!"
C. La respuesta de Simón: "Mas en tu pa-
labra, echaré la red" (5:5)
Desde el punto de vista de Simón, Jesucris-
to le estaba pidiendo algo imposible; sin em-
bargo, él reconocía que no estaba ante un
hombre común, y por eso le respondió: "en
tu palabra echaré la red". Y cuando lo hizo,
Simón y sus amigos recogieron tal cantidad
141
de peces que su red se rompía. Incluso, lla-
maron a sus compañeros para que acudieran
a ayudarlos.
II. De la incredulidad a la adoración
al Señor - Lucas 5:8-10
Por la cantidad de peces que había en la
red, la Biblia dice: "Llenaron ambas barcas,
de tal manera que se hundían" (v. 7). ¡Cuán
inagotable es la bondad, el amor y la miseri-
cordia de Dios!
A. La doble visión de Pedro
¿Por qué hablamos de la "doble visión" de
Pedro?
Primero, porque después del éxito de la
pesca, Simón Pedro vio el poder, la sabiduría
y la santidad de Jesucristo.
Segundo, Simón también se vio a sí mis-
mo. Por eso cayó de rodillas ante Jesús, di-
ciendo: "Apártate de mí, Señor, porque soy
hombre pecador" (v. 8). Frente a la santidad
de Jesucristo, Pedro vio que era pecador.
B. También otros se maravillaron
No hay duda de que los demás discípulos
sintieron lo mismo que Pedro. Todos esta-
ban atónitos por lo que habían visto.
¿No cree que si hoy presenciáramos ese
mismo milagro quedaríamos también atóni-
tos ante el poder, autoridad y santidad del
Señor?
III. El plan de Jesús para propagar el
evangelio - Lucas 5:10-11
Jesucristo vino a buscar y a salvar a los per-
didos. Esta fue su principal misión en el
mundo. Millones de personas han experi-
mentado la alegría del perdón de sus pecados
y la plenitud del Espíritu de Dios.
Sin embargo, existe otro aspecto impor-
tante del ministerio terrenal de Cristo: Él
nos llama para que seamos "pescadores de
hombres".
A. Jesús prepara a sus discípulos
1. Lo primero que hizo Jesucristo, antes de
comenzar su ministerio público en la tierra,
fue elegir a sus discípulos, entrenarlos y en-
viarlos para que anunciaran el mensaje del
reino de Dios.
2. Luego, les enseñó el mensaje del evan-
gelio del reino de Dios por medio de su pa-
labra y vida; y tercero, los envió a predicar
ese mismo evangelio del reino.
 B. Los discípulos preparan a otros
Si antes eran pescadores de peces, ahora, por
lo menos Simón, debía salir a pescar hombres.
"Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora
serás pescador de hombres" (v. 10).
Anteriormente el Señor le había pedido a
Pedro que bogara "mar adentro... para pes-
car". Así lo hizo y obtuvo resultados increí-
bles. Debido a ese acto de obediencia, Jesús
llamó a Simón para que fuera pescador de
hombres.
Es imprescindible capacitarnos para el mi-
nisterio al cual Jesucristo nos ha llamado, pe-
ro también debemos ir por todas partes pre-
dicando el mensaje del reino de Dios.
CONCLUSIÓN
Los cuatro pescadores habían visto lo sufi-
ciente como para convencerse de que su fu-
turo estaba al lado del Señor Jesucristo. Por
esa razón abandonaron su negocio anterior y
siguieron a Cristo para convertirse en pesca-
dores de hombres.
Pronto, aquellos cuatro llegarían a ser do-
ce. Y luego, ellos ayudarían a transformar el
mundo entero.
¿Y qué de nosotros? ¿Estamos dispuestos a
obedecer al Maestro para llegar a ser pesca-
dores de hombres?
COMENTARIO DEVOCIONAL
Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré
pescadores de hombres (Mateo 4:19).
Los hombres a quienes Jesús llamó para ser
sus discípulos eran personas muy sencillas.
No provenían de grandes escuelas ni de uni-
versidades; no los había buscado entre los
eclesiásticos ni entre la aristocracia; no eran
hombres instruidos, ni poseían riquezas.
Eran pescadores, personas trabajadoras, gen-
te común.
Él vio en ellos algo que nosotros general-
mente no estamos capacitados para ver; es
más, a pesar de verlos tal como eran, estaba
dispuesto a confiar en ellos plenamente. Por
esa razón, les dio una tarea, un ministerio y
una visión que cambiaría al mundo. Les dio
algo en lo que podían invertir su vida.
Como dice el profesor W. Barclay: "Jesús
convocó a aquellos hombres no a una como-
didad sin sobresaltos ni a una letárgica inac-
tividad sino a una tarea en la cual tendrían
que quemarse y gastarse, y, finalmente, mo-
rir por Jesucristo y por sus semejantes.
142
"Los llamó a una tarea en la cual solo po-
drían conseguir algo para sí mismos entre-
gándose íntegramente a él y a los demás".
Eso mismo busca Dios de nosotros. Un
compromiso sin condiciones. Una entrega
total a la tarea o ministerio que nos ha enco-
mendado para que cambiemos el mundo.
Pero eso debe comenzar con nuestra familia,
vecindario, comunidad y ciudad.
Al igual que a sus discípulos, Dios nos está
llamando a ser "pescadores de hombres".
MATERIAL DE APOYO
El mar de Galilea
Toda la región de Galilea tenía como centro
el mar que lleva su nombre. También se lo co-
noce con los nombres de "Lago de Genesa-
ret" o "Lago o Mar de Tiberíadas". Es un mar
pequeño –técnicamente se trataría de un la-
go– y es así como lo llama Lucas (Lucas 5:1).
En los tiempos de Jesús, el mar de Galilea
estaba lleno de barcos de pesca. En sus escri-
tos, el historiador judío Josefo dice que no tu-
vo dificultades en reunir 240 barcos para ha-
cerlos zarpar de Tariquea cargados de tropas.
El relato bíblico nos dice que Jesús iba ca-
minando por la costa del lago y al encontrar-
se con Pedro y Andrés los llamó. Lo mismo
hizo con Santiago y Juan. No debemos pen-
sar que esa era la primera ocasión en la que
él los había visto, o ellos a él. Tal como Juan
narra en la historia, por lo menos algunos de
ellos ya eran discípulos de Juan el Bautista
(Juan 1:35). Deben haber tenido más de una
oportunidad de conversar con Jesús. Fue allí
donde Jesús llamó a esos pescadores a que lo
siguieran.
Es interesante notar qué clase de hombres
eran. No eran personas que hubieran recibi-
do preparación académica, que gozaran de
gran riqueza ni de un nivel social alto o in-
fluencia. No eran pobres, ni tampoco sim-
ples trabajadores sin distinción ni futuro. Je-
sús eligió personas comunes.
El profesor W. Barclay narra la siguiente
anécdota: "En cierta ocasión se acercó a Só-
crates un hombre común que se llamaba Es-
quines. ‘Soy pobre’, dijo Esquines, ‘y no ten-
go nada que te pueda ofrecer, pero me doy a
mí mismo a ti’. ‘¿No te das cuenta’, le repli-
có Sócrates, ‘que me estás dando lo más pre-
cioso que nadie pueda ofrecer?’"
Lo que Jesús necesita son personas comu-
nes que estén dispuestas a entregarse a sí
mismas a él. Con personas de esta clase pue-
de hacer cualquier cosa".
Lección 13
El llamado de Cristo
Para estudio: Juan 21:2-19
Para memorizar: Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas?, y le
respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas
(Juan 21:17).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
Con mucha frecuencia hemos escuchado la
frase: "Soy salvo, santificado, y voy a ir al cie-
lo. Deseo andar con el Señor por el resto de
mi vida". Tales palabras fluyen de los labios
de muchos creyentes; sin embargo, la vida de
ellos muestra todo lo contrario.
La frase del himno: "Seguiré do tú me
guíes" puede transformarse en petulantes pa-
labras que salen de nuestra boca si nuestros
corazones no armonizan con el himno de
consagración que estamos entonando.
La invitación de Cristo a la consagración y al
ministerio fue un desafío para los discípulos del
primer siglo. El estudio de hoy es un recorda-
torio oportuno de lo que ese desafío implica.
Una consagración que diariamente le dice: "Te
seguiré a donde tú me guíes, Señor".
I. Jesucristo se manifiesta a sus discí-
pulos Juan 21:2-8
A. La vida continúa
Pedro era el tipo de persona que espontá-
neamente tomaba decisiones. Después de la
crucifixión y muerte de Jesucristo, segura-
mente pensó que ya era tiempo de que todos
dejaran de lamentarse y sugirió que regresaran
al oficio que habían dejado tres años atrás.
Además, las provisiones comenzaban a es-
casear, el dinero no sobraba y el aire fresco
les haría bien. Así que, siete de ellos salieron
a pescar.
Era una noche clara. Cada estrella parecía
brillar más de lo normal pero, a pesar de eso,
no habían pescado nada. Por esa razón se
sentían muy cansados, frustrados y desani-
mados. Sin duda extrañaban a Jesucristo y se
sentían solos.
143
B. Intervención divina
Al día siguiente, muy temprano a la maña-
na, cuando los primeros rayos de sol se aso-
maban, los discípulos escucharon una voz
que les decía: "Hijitos, ¿tenéis algo de co-
mer?"
Ellos, con voz cansada y descontenta, res-
pondieron: "No".
Nuevamente escucharon la voz que les di-
jo: "Echad la red a la derecha de la barca, y
hallaréis". Seguramente los discípulos mur-
muraron entre sí: "¿Quién es ese? ¿Acaso no
sabe que por estos lugares se pesca durante
la noche y no cuando amanece? Además, so-
mos pescadores experimentados y hemos es-
tado aquí toda la noche".
A los discípulos les hubiese resultado fácil
ignorar la orden de esa voz y regresar a tie-
rra. Pero, por alguna razón, obedecieron,
porque había algo en esa voz que invitaba a
ser obedecida. Por eso, cada uno de ellos, a
pesar de su confusión, sintió el impulso de
echar la red una vez más, y cuando lo hicie-
ron vieron que la red comenzó a hundirse y
no la podían sacar por la gran cantidad de
peces (v. 6).
Mientras sacaban la red, posiblemente en
el corazón de cada uno surgió la pregunta:
¿Quién es el hombre que nos dijo "echad la
red a la derecha de la barca"?
Allí estaba Juan, el discípulo a quien Jesús
amaba, y él exclamó diciendo: "¡Es el Se-
ñor!"
A veces, cuando nos agobia la soledad y el
desánimo, no estamos inmunes a los temores
y conflictos que la vida pueda traernos. Pero
tenemos la certidumbre de que en algún lu-
gar escucharemos la voz del Señor, aquella
que nos traerá alegría y esperanza.
La vida no siempre es fácil de comprender.
Las circunstancias y los eventos llegan de tal
manera que quisiéramos evitarlos. Sabemos
que debemos sobreponernos, pero nos sen-
timos incapaces, mal preparados o confundi-
dos. Sin embargo, si somos hijos de Dios,
discípulos del Señor, debemos estar prepara-
dos para escuchar su voz y ser obedientes a
ella de forma incondicional.
C. ¡Es el Señor!
Los discípulos vieron que las redes se hun-
dían porque estaban llenas de peces, pero
también la luz del día les permitió ver con cla-
ridad la figura que estaba en la playa. ¡Era Je-
sús! Donde había confusión y falta de espe-
ranza, ahora reinaban la confianza y la alegría.
Aunque no siempre podamos reconocer la
presencia de Cristo, sí podemos descansar en
la seguridad de sus promesas. Cualquiera
que sea el llamado o la orden, podemos estar
seguros de que Cristo está cercano. Nuestra
exclamación podrá ser la de los discípulos:
"¡Es el Señor!"
II. Restauración y servicio - Juan 21:9-14
A. Restauración
Ya sabemos que los discípulos estaban can-
sados porque habían estado trabajando toda
la noche. Aun antes de que ellos llegaran a la
orilla, Jesús ya había preparado fuego para
que se calentaran; además, les preparó una
comida con pescados y pan. El Señor conocía
las necesidades de sus discípulos, y en ese mo-
mento los restauró espiritual y físicamente.
B. Servicio
Nuevamente el Señor les demostró a los
discípulos, a través de su ejemplo, que debe-
mos aprender a servir al prójimo. Por eso en-
cendió el fuego, preparó el pescado y sirvió
la comida. Posiblemente algunos de ellos re-
cordaron una comida similar cuando Jesús se
inclinó ante ellos y les lavó los pies.
Como seres humanos deseamos ser servi-
dos. Pero seguir a Jesús implica un llamado a
servir. De la misma manera en que Dios nos
ministra, también nos llama para que minis-
tremos a otros.
Además, debemos comprender que si el
Señor nos está llamando a su servicio, él tam-
bién nos capacitará para que cumplamos fiel-
mente ese ministerio.
III. El Señor nos llama a apacentar
sus ovejas - Juan 21:15-19
Después de comer, Jesús se acercó a Pedro.
144
¿Cuál fue la pregunta que le hizo Jesús?
(vv. 15-17)_____________________________
___________________________________
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_____________________________________
¿Cuál fue la respuesta de Pedro?
____________________________________
______________________________________
_______________________________________
Cada vez que Pedro respondía a la pregun-
ta del Maestro, ¿qué ministerio le estaba pi-
diendo Jesús que desarrollara?
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Nuestro nombre también podría ser Pedro.
Nosotros, como él, hemos declarado a me-
nudo nuestra lealtad al Maestro y también le
hemos fallado.
A. El asunto de las prioridades
No fuimos llamados para vivir como los er-
mitaños, que se alejan de todo lo que los ro-
dea para vivir "lejos del mundanal ruido".
Todo lo contrario, el Señor nos ha llamado a
servir y amar a nuestro prójimo, es decir, a
pastorear sus ovejas.
En tres ocasiones Jesús le preguntó a Pedro
si lo amaba. Y su discípulo tres veces le res-
pondió: "Señor, tú lo sabes todo; tú sabes
que te amo".
¿Jesús sabía que Pedro lo amaba? ¡Claro
que sí! Entonces, ¿por qué le preguntó si lo
amaba? Sencillamente para que Pedro confe-
sara con su boca ese amor y consagración
que tenía por su Maestro.
B. El desafío inevitable
Solo necesitamos leer el periódico de nues-
tra ciudad o pueblo para escuchar el clamor
de la gente a causa de la injusticia y el odio de
los que son objeto. Es en medio de esa situa-
ción cuando se produce el llamado de Cristo.
El Señor nos está preguntando: "¿Me
amas?" Si respondemos positivamente, él nos
dirá: "Apacienta mis ovejas".
CONCLUSIÓN
Jesucristo, que murió, resucitó y nos dio
vida, nos está llamando para anunciar a este
mundo el amor de Dios. Él desea que sepan
que Cristo murió por los pecados de todos,
y que debemos arrepentirnos para recibir su
perdón y tener vida eterna.
Si el Señor lo llamara hoy, ¿qué respuesta le
daría?
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______________________________________
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COMENTARIO DEVOCIONAL
Pedro se entristeció de que le dijese la ter-
cera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor,
tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús
le dijo: Apacienta mis ovejas (Juan 21:17).
A pesar de que lo había traicionado, en es-
te pasaje notamos que Jesucristo confiaba en
Pedro.
Primero, le dio la tarea de apacentar las ove-
jas del Señor. "Si me amas", le dijo Jesús,
"apacienta mis ovejas". Solo podemos de-
mostrar que amamos a Jesús amando a otros.
El amor es el mayor privilegio del mundo, pe-
ro también conlleva grandes responsabilida-
des.
Segundo, le mostró que el amor hacia
Dios y hacia las ovejas del rebaño del Señor
es un amor sacrificial. Por eso Jesucristo le
dijo: "De cierto, de cierto te digo: Cuando
eras más joven, te ceñías, e ibas a donde
querías; mas cuando ya seas viejo, extende-
rás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a
donde no quieras".
Llegó el día cuando Pedro, estando en Ro-
ma, murió por su Señor. A él también lo
sentenciaron a morir en la cruz, pero pidió
que lo crucificaran cabeza abajo porque no
se sentía digno de morir como su Señor.
El amor le proporcionó una tarea y una
cruz. El amor siempre implica responsabili-
dades y sacrificios. Nuestro amor por Cristo
será genuino siempre y cuando estemos dis-
puestos a enfrentar la tarea de cargar su cruz.
145
MATERIAL DE APOYO
La invitación de Cristo
La invitación de Cristo a la consagración y al
ministerio también fue un desafío: "Si alguno
quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo,
tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el
que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el
que pierda su vida por causa de mí, éste la salva-
rá" (Lucas 9:23-24).
No es fácil responder positivamente a esta cla-
se de consagración, ni se la puede tomar a la li-
gera una vez que se la aceptó.
La verdadera consagración consiste en despo-
jarnos de nosotros mismos para vivir en Cristo
(Gálatas 2:20). La consagración implica una re-
flexión constante sobre lo que Cristo hizo por
nosotros: murió, resucitó y nos dio vida. A esa
clase de desafío no se puede responder a medias
ni caprichosamente.
La verdadera consagración al ministerio impli-
ca responder positiva e incondicionalmente al
llamado del Señor. Es tener esa fe que confía en
su dirección; esa paz que nos ayuda a vivir en
medio de las dificultades y circunstancias difíci-
les que no podemos comprender.
Pregunta y desafío
Jesús evaluó en tres ocasiones el grado de con-
sagración y amor de Pedro. No creo que Jesús
dudara de él, sino más bien lo estaba desafiando
a saber lo que decía cuando le respondía: "Sí,
Señor; tú sabes que te amo". El llamamiento
cristiano es al sacrificio, a la responsabilidad y a
la preocupación por los demás. A medida que
crecemos en Cristo se incrementan los sacrifi-
cios y las responsabilidades a las que somos lla-
mados.
El Señor pronto regresaría al cielo. Aquellos
que dejó a cargo de su obra debían hacer de esa
la razón de sus vidas para proclamar las buenas
nuevas que él les dio. En ese momento no po-
día existir una aceptación indiferente.
INTRODUCCIÓN AL TRIMESTRE IV
El fin del mundo
Richard Eckley

Todo llega a su fin. Una buena novela de misterio tiene un desenlace final. Las profesiones culminan
con la jubilación. La vida de una persona sobre la tierra cesa cuando llega la muerte. Algún día este
mundo, tal como lo conocemos, dejará de existir.
Por lo general sentimos curiosidad acerca de estos dos finales –nuestra muerte y el fin del mundo–
porque plantean preguntas que no tienen respuesta. Nos preguntamos cómo será la muerte y cómo
terminará el mundo, porque ambos eventos nos afectarán seriamente.
Casi a diario aumenta el interés por el fin del mundo. Los medios de comunicación seculares man-
tienen el tema sobre la preservación del ambiente en primera plana. Los líderes religiosos enseñan di-
versos puntos de vista al respecto.
En medio de este creciente interés, muchas personas experimentan confusión o temor, o ambos.
Nuestro objetivo en esta obra no es aumentar esos sentimientos, sino proclamar la esperanza que los
cristianos tenemos en Jesucristo.
El propósito de estas trece lecciones es motivar a cada alumno de escuela dominical a discutir dife-
rentes temas. Queremos ayudarlos para que dialoguen acerca de los dos finales más importantes: la
muerte que nos espera a todos y la segunda venida de Cristo. Nuestra meta es que los participantes
comprendan con claridad respecto de "los últimos acontecimientos". Tratados desde la perspectiva
wesleyana inspira esperanza porque está firmemente fundamentada en la gracia de Dios.
Los eruditos de esta posición que cubrieron antes este territorio expresaron de manera muy correc-
ta nuestro propósito. H. Orton Wiley, un prominente teólogo de la santidad de la generación ante-
rior, dijo:
"Al comenzar, diré que titubeo considerablemente para discutir esto... Un tema que ha causado opi-
niones tan variadas debe tratarse con cautela, y eso es lo que hemos procurado hacer. Respecto de te-
mas que no se han revelado claramente, se debe hablar con apropiada modestia. No son sabios ni re-
verentes los que hablan con tal seguridad que excluyen el pensamiento sincero de estudiantes de la
Biblia que sostienen ideas diferentes. Mi deseo, pues, es presentar el material... a manera de sugeren-
cia, en lugar de dogma, confiando en que las declaraciones hechas aquí motiven a continuar estudian-
do e investigando... Las Escrituras nos dicen lo suficiente como para proveerle a la iglesia una espe-
ranza gloriosa; pero los eventos nunca se pueden explicar sino hasta que la profecía llega a ser histo-
ria, y vemos claramente los hechos en su relación histórica" (H. Orton Wiley, Christian Theology, 3
tomos: Kansas City: Beacon Hill Press, 1940-1943, 3:306-307).
Ofrecemos estas lecciones para guiar, desde la perspectiva wesleyana, el tema acerca del fin del mun-
do. Y hacemos eco de lo que Juan escribió al concluir el libro de Apocalipsis: "El que da testimonio
de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús" (Apocalipsis 22:20).

146
Contenido:
Trimestre IV El fin del mundo
Desarrollo de la lección Lección 1 148
José Rodríguez (lecciones 1-5, 12 y 13) ¡El fin del mundo!
Eduardo Aparicio (lecciones 6-8 y 10)
José Rodríguez y Eduardo Aparicio -¿Por qué es importante estudiar este tema hoy?-
(lecciones 9 y 11)
Lección 2 151
¿Es cierto que Dios creó el tiempo?
Comentario Devocional
Myriam Pozzi y Eduardo Aparicio Lección 3 154
La muerte nos acecha
Material de Apoyo
Myriam Pozzi y Eduardo Aparicio
Lección 4 158
¿Qué hay más allá de la muerte?

Lección 5 161
Última parada: ¿El cielo o el infierno?

Lección 6 164
La segunda venida y el reino de Dios

Lección 7 168
La misión del discípulo y el mensaje del reino de Dios

Lección 8 172
El ministerio de Jesucristo y el mensaje del reino de Dios

Lección 9 176
La santidad y la segunda venida

Lección 10 180
El anticristo, la tribulación y otros temas aterradores

Lección 11 184
La resurrección del cuerpo y la segunda venida de Cristo

Lección 12 188
La Navidad y la segunda venida de Cristo

Lección 13 192
Jesús, el don inefable

147
Lección 1
¡El fin del mundo!
¿Por qué es importante estudiar este tema hoy?
Para estudiar: 2 Pedro 3:7, 10-12
Para memorizar: El fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración (1
Pedro 4:7).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
Todo cuanto existe en el universo fue crea-
do por Dios. La Biblia nos dice que Jehová,
Dios, es eterno, que está en todas partes, es
justo, santo y lleno de amor.
Pero la Biblia también nos dice que noso-
tros, sus criaturas, somos seres finitos, limita-
dos por el tiempo y el espacio y, por lo mis-
mo, nos planteamos muchas preguntas con
el propósito de encontrar respuestas en rela-
ción con el tiempo, la vida, la muerte, el cie-
lo y el infierno. Queremos saber más acerca
de la resurrección del cuerpo, de la segunda
venida de Cristo, de la tribulación, del juicio
final y la vida eterna.
Estos temas generalmente causan cierta in-
certidumbre y temor, pero lo bueno es que
la palabra de Dios tiene respuesta para cada
uno de esos temas.
En referencia al fin del mundo, algunos es-
tudiosos de la Biblia dicen lo siguiente:
"Aunque no es posible que haya unanimidad
de opinión respecto a este asunto complejo,
puede haber caridad mutua. Por sobre todo,
debe haber unidad de devoción hacia Cristo,
que vino una vez de acuerdo con la prome-
sa, y nos aseguró que volverá otra vez. Tal
devoción se comprobará en servicio fiel, pre-
paración constante y expectación amorosa"
(Purkiser; Taylor. Dios, hombre, y Salvación,
CNP, pp. 674-675).
I. El fin del mundo: Interés y temor
universal
A. ¿Por qué despierta interés el tema del
fin del mundo?
Hay dos posibles respuestas:
148
Primero, porque la Biblia lo dice y, por lo
mismo, tenemos una idea de cómo se dará
ese acontecimiento.
Segundo, los cataclismos y fenómenos na-
turales devastadores ocurridos en diferentes
lugares de nuestro planeta tierra –por ejem-
plo, el más reciente (cuando redactábamos
esta lección) fue el maremoto (tsunami) que
azotó a Indonesia, Malasia, Sri Lanka y llegó
hasta Somalia, que se encontraba a 5,000
kms. del epicentro– nos llevan a plantearnos
la pregunta: "¿Algún día desaparecerá nues-
tro planeta tierra?"
B. Temor del fin del mundo
La misma pregunta, planteada en el párra-
fo anterior, hace que sintamos cierto temor
en relación con el tema del fin del mundo.
Pero también hay otras razones que nos con-
ducen a ese temor; por ejemplo:
1. El ser humano se siente indefenso frente
a los fenómenos naturales. ¿Qué más podría
hacer? ¿Huir? ¿Tendrá tiempo para hacerlo?
Las películas, los libros y los programas de
TV seculares que tratan el tema, dan testimo-
nio de ese temor por parte del ser humano.
2. El ser humano se siente impotente fren-
te a esos fenómenos naturales. Aunque la
ciencia conoce las causas de esos fenómenos
naturales, sin embargo no puede evitarlos.
C. La fe en Dios y el fin del mundo
Pero también debemos tomar en cuenta
que el factor religioso juega un papel impor-
tante en relación con el tema del fin del
mundo. ¿Qué dicen al respecto los que son
ateos? ¿Cuál es la actitud de los que tienen fe
en Dios?
1. Por un lado, los que no creen en Dios sa-
ben que no pueden hacer nada frente a esos
eventos escatológicos relatados en la Biblia.
Y por otro lado, adoptan la misma actitud
que tuvo el faraón egipcio cuando no quiso
oír la petición de Moisés de dejar en libertad
al pueblo de Israel. El faraón le dijo a Moi-
sés: "¿Quién es Jehová, para que yo oiga su
voz... yo no conozco a Jehová" (Éxodo 5:2).
2. En cambio, la actitud de los que creen
en Dios es diferente. Si bien esperan el fin del
mundo con temor y reverencia, también hay
en ellos expectativa y esperanza.
3. Y por qué no mencionar a los que dudan
y dicen: "¿Dónde está la promesa de su adve-
nimiento? Porque desde el día en que los pa-
dres durmieron, todas las cosas permanecen
así como desde el principio de la creación"
(2 Pedro 3:4).
II. Lo que la Biblia enseña con
respecto al fin del mundo
2 Pedro 3:7, 10-12
Los cristianos sabemos que la respuesta a
las preguntas acerca del fin del mundo está
en la palabra de Dios.
A. ¿Qué dice la Biblia con respecto al mun-
do?
Lo primero que hace la palabra de Dios es
relatarnos el origen de este mundo. Respon-
da las siguientes preguntas:
¿Qué nos dice Génesis 1 en relación con el
mundo?
____________________________________
______________________________________
De acuerdo con el relato de Génesis 6:5-9,
¿por qué Jehová decidió el "fin de todo ser"?
____________________________________
______________________________________
¿Cuál es la relación de lo dicho anterior-
mente con la afirmación de 2 Pedro 3:3-7?
____________________________________
_____________________________________
B. ¿Cómo será el fin del mundo?
¿Qué nos dice al respecto 2 Pedro 3:10-12?
____________________________________
_____________________________________
______________________________________
III. ¿Cómo deben esperar el fin del
mundo? los hijos de Dios
A. La palabra de Dios tiene la respuesta
Ya dijimos que la respuesta a nuestras pre-
149
guntas en relación al fin del mundo se en-
cuentran en la Biblia; por tanto, es necesario
estar preparados para ese gran día donde ten-
dremos "cielos nuevos y tierra nueva, en los
cuales mora la justicia" (1 Pedro 3:13).
B. Debemos examinar nuestro corazón
para estar seguros de que estamos prepa-
rados para ese día final
1. Debemos tener la misma actitud y peti-
ción que tenía el rey David.
De acuerdo con Salmos 139:23-24, ¿cuál
fue la petición del rey David?
____________________________________
______________________________________
2. Debemos estar seguros de que tenemos
el testimonio del Espíritu Santo.
¿Qué nos dice al respecto Romanos 8:15-
16?
____________________________________
______________________________________
3. Debemos estar ocupados en el ministe-
rio del Señor. Reflexionemos en el mensaje
que tiene el siguiente himno:
"¡Trabajad! ¡Trabajad! Somos siervos de
Dios, seguiremos la senda que el Maestro
trazó. Renovando las fuerzas con bienes que
da, el deber que nos toca cumplido será.
"¡Trabajad! ¡Trabajad! Hay que dar de co-
mer, al que pan de la vida quisiere tener; hay
enfermos que irán a los pies del Señor, al sa-
ber que de balde los sana su amor.
Coro: "¡Trabajad! ¡Trabajad! ¡Esperad, y
velad! ¡Confiad! ¡Siempre orad! Que el
Maestro pronto volverá".
¿Cuál es el mensaje de este himno?
____________________________________
______________________________________
CONCLUSIÓN
Los cristianos creemos que la respuesta a
las dudas y temores del hombre moderno
con respecto al fin del mundo se encuentran
solo en la Biblia. Por esa razón recomenda-
mos la lectura y estudio de la palabra de
Dios, porque encontraremos esperanza y
consuelo en las promesas del Señor.
COMENTARIO DEVOCIONAL
El fin de todas las cosas se acerca; sed, pues,
sobrios, y velad en oración (1 Pedro 4:7).
En este pasaje el apóstol Pedro hace hinca-
pié en tres puntos importantes.
 Primero, les hace recordar a los cristianos
del primer siglo que el Señor pronto viene.
Este mundo tal como lo conocemos cambia-
rá cuando el Rey de reyes y Señor de señores
venga para establecer un reino de justicia. Es
por eso que les dice: Tengan paciencia, por-
que se acerca ese día cuando Jesucristo ven-
drá por segunda vez.
Segundo, mientras viene ese día debemos
ser "sobrios", es decir, juiciosos. Debemos
actuar con sensatez y sensibilidad.
Cuando recibieron esta carta, los hermanos
del primer siglo estaban sufriendo una cruel
persecución de parte del imperio romano, y
ante esa situación tendían a tomar decisiones
equivocadas. Para entonces, Pedro ya les ha-
bía aconsejado de la siguiente manera: "¿Y
quién es aquel que os podrá hacer daño, si
vosotros seguís el bien? Mas también si algu-
na cosa padecéis por causa de la justicia, bie-
naventurados sois. Por tanto, no os ame-
drentéis por temor de ellos, ni os contur-
béis..." (1 Pedro 3:13-14).
Los hermanos del primer siglo debían en-
carar la vida, de acuerdo a Pedro, con un al-
to grado de esperanza en las promesas del Se-
ñor, pero también con responsabilidad.
Tercero, mientras hacían lo anterior tenían
que velar en oración. Esa es la única forma de
descubrir la voluntad de Dios para nosotros.
MATERIAL DE APOYO
Mi padre recuerda que en la noche del 30 de
octubre de 1938, la pequeña iglesia en la que
crecí estaba llena. En esa víspera de Hallo-
ween, o "día de las brujas", Orson Welles leyó
por la radio una dramatización de War of the
Worlds [Guerra de los mundos], por H. G.
Wells. La historia trataba de la invasión de
marcianos en la tierra. Aunque se aclaró que
era una dramatización, fue tan realista que el
pánico dominó a millones de radioescuchas
con visiones de monstruos feroces y ciudades
en llamas. Al ver tan cercano el fin, hubo gen-
te en todo el país —y en ese pequeño pueblo
minero— que decidió poner en orden su vida.
Ya se trate de nuestro deceso o del fin del
150
mundo, nos fascina hablar del fin. A diario
los noticieros reportan historias de muertes
trágicas. La mayoría de la gente conoce a al-
guien que murió recientemente. Cada vez
que nos miramos en el espejo, el reflejo de
un cuerpo que envejece confirma que somos
mortales. Ante tal realidad, la mente huma-
na se pregunta: ¿Qué pasa cuando morimos?
¿Adónde vamos? ¿Cuándo moriré? ¿Cómo
sucederá? Generalmente preferimos pasar
por alto las preguntas acerca de nuestra
muerte, pero cuando nos encontramos al
borde de una crisis, el tema de pronto ad-
quiere importancia. Al pensar en nuestro fi-
nal, consideramos seriamente la eternidad.
El tema del fin del mundo surge casi por
doquier. Si una clase de escuela dominical
decide estudiar el libro de Apocalipsis, mu-
chas personas asistirán. O, al leer el periódi-
co o ver la televisión, notamos que las fuen-
tes seculares se preguntan: "¿Puede la huma-
nidad sobrevivir otro milenio? ¿Estará cerca
el fin del mundo?"
–Richard Eckley.
¿Estará cerca el fin del mundo? En la Biblia
encontramos la respuesta.
Los cristianos buscamos en la Biblia la ex-
plicación acerca de la muerte y el fin del
mundo. Aunque surgen diversas opiniones,
sabemos que Dios tiene la respuesta a nues-
tras preguntas más profundas.
Cristo vino a la tierra como ser humano pa-
ra mostrarnos cómo es Dios. Su resurrección
nos da esperanza de que la muerte física no
es la destrucción final. Es en la Biblia donde
los cristianos leemos de la vida ejemplar de
Jesucristo, de su muerte como sacrificio, y de
su resurrección que inspira esperanza.
Los cristianos creemos que la respuesta a
nuestras preguntas acerca del fin del mundo
también se encuentra en la Biblia. Como a
todos los demás, nos interesa este tema. Sin
embargo, por medio de Jesucristo, la Iglesia
ha aprendido a depender del tiempo de Dios
y no de ideas humanas. Un serio estudio
acerca de la muerte y el fin del mundo debe
brindarle al creyente esperanza y consuelo.
Lección 2
¿Es cierto que Dios creó el tiempo?
Para estudio: Génesis 1:1-31; Eclesiastés 3:1-14; Efesios 5:15-20
Para memorizar: En tu mano están mis tiempos... Enséñanos de tal modo a contar nuestros
días, que traigamos al corazón sabiduría (Salmos 31:15; 90:12).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
¿Qué es el tiempo?
_____________________________________
_______________________________________
El Diccionario de la Lengua Española
(RAE) da las siguientes definiciones:
1. Duración de las cosas que están sujetas a
cambio.
2. Época durante la cual vive alguien o suce-
de algo.
3. Edad, es decir, tiempo vivido.
4. Estado atmosférico.
Todos usamos continuamente la palabra
"tiempo". Por ejemplo: Hablamos de "tiem-
po bien aprovechado" o de "tiempo perdi-
do", "tiempo de levantarnos o "tiempo de ir
al trabajo".
A veces, dependiendo de nuestro punto de
vista personal, el tiempo puede ser un concep-
to relativo; por ejemplo, a la pareja que está en
la sala de un hospital esperando el resultado de
un análisis que determinará cuál es la enferme-
dad que amenaza la vida de su hijo, le parece-
rá que el tiempo no avanza. Pero, si la misma
pareja estuviera de vacaciones en un crucero,
seguramente diría que cinco días de diversión
y descanso realmente "vuelan".
Pero, ¿por qué tenemos que estudiar el
"tiempo" en una lección de escuela dominical?
Por las siguientes razones:
I. El tiempo le pertenece a Dios
Génesis 1:1-31
La Biblia dice que "en el principio creó Dios
los cielos y la tierra" (Génesis 1:1), pero tam-
bién podemos decir que "en el principio creó
Dios los cielos, la tierra y el tiempo".
151
A. Dios es el creador del tiempo
San Agustín, uno de los teólogos de la igle-
sia que escribió sobre el tema de Dios y del
tiempo, dice: "Ciertamente nuestro tiempo
está en las manos de Dios" (Confesiones. Li-
bro XI, cap. XIV). Si el universo y el tiempo
son creación de Dios y están en las manos de
Dios, entonces nosotros, sus criaturas, tam-
bién estamos en las manos de Dios y depende-
mos de él.
B. Dios es eterno, pero también vive entre
nosotros
¿Cómo se relaciona el Dios eterno con noso-
tros, que somos sus criaturas, temporales y fi-
nitas?
1. Las preguntas del hombre común. La Bi-
blia afirma que Dios es eterno pero también es
Dios de amor y de misericordia. Sin embargo,
cuando ocurren desgracias naturales, o cuando
las circunstancias son negativas, nos es difícil
comprender, teniendo en cuenta el amor y la
misericordia de Dios, el por qué de esas situa-
ciones. Por esa razón, el hombre común, impo-
tente para hacer frente a las circunstancias nega-
tivas, se plantea diversas preguntas. Por ejem-
plo: "Si Dios es eterno y está lleno de amor,
¿por qué ocurren estas desgracias?", "¿qué suce-
de con Dios?" o "¿dónde está Dios?"
2. Las respuestas del cristiano. Nosotros, los
hijos de Dios, tenemos las respuestas a esas
preguntas. El apóstol Pablo dice: "Y sabemos
que a los que aman a Dios, todas las cosas les
ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su
propósito son llamados" (Romanos 8:28).
Es importante recalcar que este versículo, en
el idioma original, está en tiempo presente, y si
se tradujera literalmente debería señalar: "Sa-
bemos, además, que a los que están amando a
Dios, todas las cosas los están ayudando a
bien, esto es, a los que conforme a su propósi-
to están siendo llamados".
En otras palabras, todo lo negativo que nos
pueda suceder, Jehová, Dios, eterno y lleno de
amor, hace que sea para nuestro bien y fortale-
cimiento espiritual. Pero la condición es que lo
amemos constantemente. Por eso debemos
buscarlo ahora, en este tiempo, y no solo cuan-
do las circunstancias se tornan difíciles.
¿Qué dicen Romanos 8:31-39 y Filipenses
4:11 al respecto?
_____________________________________
_______________________________________
II. ¿Por qué es tan importante com-
prender el concepto del tiempo en la
Biblia?
En el idioma español, para referirnos al tiem-
po tenemos solo la palabra "tiempo". Sin em-
bargo, en el griego, el idioma original del Nue-
vo Testamento, se utilizan dos palabras para
referirse al mismo concepto: cronos y kairós.
Estudiemos estos dos términos.
A. Cronos
Describe la medida del tiempo. De ahí viene
la palabra "cronología" o "cronómetro". Es el
cronos de 24 horas, el tiempo del calendario.
¿Qué dice al respecto Eclesiastés 3:2?
_____________________________________
_______________________________________
B. Kairós
También se traduce como "tiempo", sin em-
bargo se refiere a sucesos o eventos.
¿Qué dice Juan 7:8 al respecto?
_____________________________________
_______________________________________
¿A cuál tiempo se refería Jesucristo?
Más adelante, la Biblia nos dice que estaba
hablando del tiempo de su crucifixión; es decir,
el tiempo de nuestra salvación y vida eterna.
C. ¿Qué tiene que ver con nosotros el estu-
dio del significado de esos dos conceptos?
1. Dios no nos creó para que viviéramos un
tiempo limitado, cronos.
2. Dios nos creó para que viviéramos con él,
en su kairós, eternamente.
III. ¿Para qué creó Dios el tiempo?
Génesis 1:1-31
A. Para comprender que somos seres fini-
tos, pero también eternos
El propósito del "tiempo" como creación
152
era darle a nuestra vida un orden cronológico
en contraste con la eternidad de Dios. Por
eso Génesis 1 nos dice que el Dios eterno
creó los cielos, la tierra y al hombre, en seis
días (vv. 5, 8, 13, 19, 23, 31).
Nosotros, como seres finitos, aunque no po-
demos conocer el orden de la eternidad de
Dios, podemos conocer el cronos, el orden de
las leyes del tiempo y del espacio que Dios nos
ha dado.
Dios sabía que íbamos a necesitar del tiem-
po como cronos, porque somos criaturas fi-
nitas que vivimos en un mundo limitado;
pero también quería que entendiéramos que
somos seres espirituales y eternos. ¿Por qué?
Si creemos en él y confesamos que es nues-
tro Señor y Salvador, tendremos vida eterna.
B. El tiempo en las enseñanzas de Pablo,
Pedro y Jesucristo
Hechos 17:26-27; 2 Pedro 3:9; Isaías 55:6
1. Pablo, en su sermón a los filósofos de
Atenas, declaró cuál era el propósito del
tiempo desde el punto de vista de Dios. Él
dijo: "El Dios que hizo el mundo... siendo
Señor del cielo y tierra... ha prefijado el or-
den de los tiempos y los límites de su habi-
tación (de los hombres), para que busquen
a Dios, si en alguna manera, palpando, pue-
dan hallarle, aunque ciertamente no está le-
jos de cada uno de nosotros" (Hechos
17:24-27; véase también Isaías 55:6).
2. El apóstol Pedro también nos enseña lo
mismo: "El Señor no retarda su promesa, se-
gún algunos la tienen por tardanza, sino que
es paciente para con nosotros, no queriendo
que ninguno perezca, sino que todos proce-
dan al arrepentimiento" (2 Pedro 3:9).
3. Cristo le dijo a Zaqueo: "El Hijo del
Hombre vino (entró a nuestro tiempo) a
buscar y salvar lo que se había perdido" (Lu-
cas 19:10; véase Génesis 3:15; Gálatas 4:4).
CONCLUSIÓN
¿Cuáles son las enseñanzas para nosotros
hoy?
Primero, que Dios es el creador del tiem-
po (kairós y cronos). Y, como creador, admi-
nistró y continúa administrando el tiempo
para aquel día cuando vivamos con él eter-
namente y reinemos junto con Jesucristo, su
Hijo.
Segundo, que mientras esperamos el día
de la segunda venida de Cristo, debemos ad-
ministrar el tiempo que nos dio (cronos) y
vivir de acuerdo a su voluntad.
COMENTARIO DEVOCIONAL
En tu mano están mis tiempos... Enséñanos
de tal modo a contar nuestros días, que traiga-
mos al corazón sabiduría (Salmos 90:12).
Para comprender Salmos 90:12 tenemos
que analizar el contexto de este versículo, o sea
Salmos 90:7-11.
La rebelión de Israel en Cades-barnea trajo
la ira de Dios (Números 14:11-25). Dios de-
terminó afligir a la nación con enfermedades,
como también desheredarlos; pero Moisés le
suplicó que no lo hiciera, basándose en sus
promesas y pactos. Le pidió que perdonara sus
pecados, pero el Señor juzgó a Israel haciendo
que la generación adulta muriera en el desier-
to durante los siguientes cuarenta años. Fue el
funeral más largo del mundo. "La paga del pe-
cado es muerte".
Los seres humanos pecadores viven bajo la
ira de Dios. Juan 3:18 dice: "El que no cree,
ya ha sido condenado". Dios ve los pecados
secretos (Hebreos 4:13) y los que están a la
luz. Los días del ser humano "declinan" como
el ocaso (v. 9), van de luz a oscuridad. Nues-
tros días son "como un suspiro", son muy bre-
ves y vacíos y pasan con mucha rapidez.
¿Cuánto viven los seres humanos? Pues bien,
la generación de los días de Moisés (Números
14:29) viviría cuarenta años más. Si se añade
veinte a cuarenta, se tiene sesenta. Moisés ha-
blaba de setenta años como límite, a menos
que Dios concediera diez años adicionales. En
aquel tiempo, las personas mayores de Israel
no vivirían para cumplir los ochenta años debi-
do a sus pecados. Nótese que Caleb tenía cua-
renta años en Cades-barnea y se le permitió
entrar a Canaán a los ochenta y cinco años (Jo-
sué 14:6-15).
Los vv. 11–12 arriban a una conclusión prác-
tica: cuente sus días y haga que su vida valga.
¿Quién entiende el poder de la ira de Dios? Si
lo comprendiéramos, no desperdiciaríamos
nuestras vidas como lo hacemos en empresas
inútiles. Debemos temer a Dios, honrarlo y
usar nuestras breves vidas para su gloria. El
principio de la sabiduría es el temor de Jehová.
Puesto que somos frágiles y pecadores, necesi-
tamos un Salvador; y el único Salvador es Je-
sucristo.
MATERIAL DE APOYO
Tiempo: Concepto teológico
Tiempo es un concepto que se emplea para
indicar:
1. Una simple secuencia cronológica (Gé-
153
nesis 4:3).
2. Una duración correspondiente a deter-
minado estado de cosas (por ejemplo: el
tiempo del nazareato, el tiempo del reinado
de Ciro, etc.)
3. Una época o período común a varios
acontecimientos (Deuteronomio 32:7).
4. Una ocasión oportuna o momento decisi-
vo histórico en el que se cumplirá la voluntad
de Dios (2 Corintios 6:2).
Es notable que la Biblia hace énfasis no en la
continuidad del tiempo (faltaría, por cierto, un
vocablo hebreo para tal concepto) sino en la
importancia que significan para Dios determi-
nados momentos de la historia. El tiempo así
considerado es más una oportunidad (en grie-
go, kairós) que una sucesión de lapsos crono-
lógicos (en griego, jronos) como lo expresa,
por ejemplo, el poema de los tiempos de Ecle-
siastés 3:1-8.
Modelos de tiempo
Al igual que los individuos, las culturas orde-
nan el tiempo de maneras significativas a su
existencia. Podemos distinguir dos modos bá-
sicos de ver el tiempo.
1. Tiempo cíclico
La creencia básica del concepto cíclico es que
el tiempo se repite. Por lo tanto, se puede re-
conocer y predecir el futuro, porque se parece-
rá al pasado. En el mundo antiguo, muchos de
los israelitas pensaban que el tiempo era cícli-
co. Veían que las plantas brotaban de la tierra,
daban fruto y morían. El nacimiento y la
muerte formaban el ciclo de la vida. Por esa ra-
zón, las sociedades agrícolas ordenaban su ca-
lendario según ese punto de vista. Las celebra-
ciones de la cosecha y acción de gracias, los
cultos a la fertilidad y los sacrificios se entre-
mezclaban para conmemorar la abundancia
pasada y las necesidades futuras. Tras las etapas
de reposo en los campos, seguían los períodos
de crecimiento. Estos ciclos anuales servían
como modelo para que la comunidad reflexio-
nara sobre las preguntas acerca de la vida y la
muerte humana.
2. Tiempo lineal
Sin embargo, el cristianismo no ve la historia
como un ciclo interminable de eventos que
conducen a un sentido general de progreso. El
punto de vista lineal sostiene que el tiempo
avanza en una línea hacia un final finito. Los
cristianos creemos que Dios creó el tiempo y
que, intencionalmente, estableció la relación
con los seres humanos dentro del marco del
tiempo. También creemos que, en algún mo-
mento, él hará que el tiempo llegue a su fin.
Lección 3
La muerte nos acecha
Para estudiar: Génesis 2:17; 3:1-11; 1 Corintios 15:13-17
Para memorizar: Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna
en Cristo Jesús Señor nuestro (Romanos 6:23).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
La cultura en la que vivimos rechaza la rea-
lidad de la muerte. Generalmente en nuestra
conversación hay dos temas que nos incomo-
dan: la edad que tenemos y la muerte.
Es notorio, entonces, que todos queremos
permanecer jóvenes y por eso compramos
productos que nos ayudan a mantener una
apariencia de juventud.
Ese deseo de buscar el tónico de la "eterna
juventud" no se da solo en nuestra época;
antiguamente muchos invertían su vida y re-
cursos para encontrar la "fuente de la juven-
tud". Hoy esa búsqueda continúa, pero aho-
ra se intenta encontrar la "fuente de la juven-
tud" a través de la ciencia y la tecnología.
Lamentablemente, todos los esfuerzos nos
dan un resultado temporal, porque a medida
que pasa el tiempo nos enfrentamos ante la
realidad de que estamos envejeciendo y que
la muerte está a las puertas.
I. El origen de la muerte
Génesis 2:17; 3:1-11
A. Dios no es Dios de muertos
1. La Biblia dice que Dios creó a Adán y
Eva a su imagen y semejanza, por lo tanto, la
muerte no era parte del plan divino. Dios es
vida y nos da "vida en abundancia" (Juan
10:10) para que vivamos con él para siempre.
2. Por lo tanto, la vida es un don de Dios.
La Biblia dice: "Porque en él vivimos, y nos
movemos, y somos" (Hechos 17:28a). Por
esa razón, Jesucristo les dijo a los saduceos:
"¿No habéis leído lo que os fue dicho por
Dios, cuando dijo: Yo soy el Dios de Abra-
ham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?
Dios no es Dios de muertos, sino de vivos"
(Mateo 22:31-32).
154
B. ¿Cuál fue la causa de la muerte?
(Génesis 2:17; 3:1-24; Romanos 5:12-17)
Si Dios es Dios de vivos, entonces ¿cómo se
introdujo la muerte en su creación? Para res-
ponder a esta pregunta debemos compren-
der lo siguiente:
1. Adán fue creado santo. La Biblia nos di-
ce que Dios es santo, y cuando él creó a Adán
y Eva, los creó a su imagen y semejanza. Dios
quiso que el ser humano fuera santo.
2. Adán fue creado con libre albedrío. ¿Por
qué Dios le otorgó libre albedrío? Así como
él quiso que Adán y Eva fueran santos, tam-
bién quería que decidieran libremente si de-
seaban ser santos como Dios es santo.
Cuando Dios le dijo a Adán: "De todo ár-
bol del huerto podrás comer; mas del árbol
de la ciencia del bien y del mal no comerás;
porque el día que de él comieres, ciertamen-
te morirás" (Génesis 2:16b-17), quería que
ellos escogieran libremente no comer de ese
árbol, pero lamentablemente ellos le dijeron
"sí" a la serpiente y "no" a Dios.
Más tarde, el apóstol Pablo explica lo si-
guiente al respecto: "Por tanto, como el pe-
cado entró en el mundo por un hombre, y
por el pecado la muerte, así la muerte pasó a
todos los hombres, por cuanto todos peca-
ron" (Romanos 5:12). La causa de la muer-
te fue la desobediencia a Jehová.
3. De acuerdo con las enseñanzas bíblicas,
todos hemos heredado el castigo por el peca-
do de Adán. Incluso los niños están pagando
las consecuencias de la decisión de nuestros
primeros padres, Adán y Eva.
Dios no quiere que nos olvidemos que la
muerte es una realidad que debemos aceptar.
Génesis 5:1-31 es un relato de las generacio-
nes de Adán y, comenzando con él, da el
nombre de cada uno de sus descendientes,
con la siguiente sentencia: "y murió" (vv. 5,
8, 11, 14, 17, 20, 27 y 31).
II. ¿Qué es la muerte?
Nuestra cultura quiere ignorar o disfrazar
la realidad de la muerte. La Biblia declara ca-
tegóricamente: "que está establecido para los
hombres que mueran una sola vez, y después
de esto el juicio" (Hebreos 9:27b).
La palabra que mejor expresa la realidad de
la muerte en la Biblia es "separación". Por
eso la palabra de Dios nos habla de tres sepa-
raciones que revelan el significado y alcance
de la muerte.
A. Muerte como separación del alma de
la presencia de Dios
1. El mismo instante en que Adán y Eva co-
mieron del fruto prohibido, murieron espiri-
tualmente. Hubo una separación espiritual
entre ellos y Dios.
¿Qué nos dice Génesis 3:7-10 al respecto?
____________________________________
_____________________________________
_____________________________________
Adán y Eva perdieron su inocencia y, al ver-
se desnudos, trataron de cubrir sus cuerpos.
Por temor intentaron esconderse o "separar-
se" de la presencia de Dios (Génesis 3:7-10).
La muerte espiritual es una realidad, así co-
mo lo es la muerte física.
2. Entonces el mundo, espiritualmente ha-
blando, está lleno de "muertos" cuyos cuer-
pos no han sido sepultados. El gran poeta
Antonio Muñoz Feijóo expresó al respecto:
"No son los muertos los que en dulce calma,
la paz disfrutan de la tumba fría. Muertos
son los que tienen muerta el alma y aún vi-
ven todavía".
B. Muerte como separación entre el alma
y el cuerpo
1. La muerte física ocurre en el momento
en que el alma se separa del cuerpo. Puesto
que el cuerpo es materia, regresará al polvo
de donde fue tomado originalmente. Dios ya
le había dicho a Adán: "... porque de ella (de
la tierra) fuiste tomado; pues polvo eres, y al
polvo volverás" (Génesis 3:19b).
1. Los cementerios constituyen la prueba y
el recordatorio de la muerte física. Aunque es-
tén adornados con las flores más hermosas y
con bellas fuentes de agua, ello no modifica la
realidad de que la muerte física es el castigo
por la desobediencia y rebeldía contra Dios.
C. Muerte como separación final y eterna
1. En el Apocalipsis, Juan nos habla de la
155
tercera y final separación como consecuencia
del pecado: "El mar entregó los muertos que
había en él; y la muerte y el Hades entrega-
ron los muertos que había en ellos; y fueron
juzgados cada uno según sus obras. Y la
muerte y el Hades fueron lanzados al lago de
fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que
no se halló inscrito en el libro de la vida fue
lanzado al lago de fuego" (20:13-15).
2. La muerte, dice el profesor H. O. Wiley:
"Es el juicio final de Dios sobre el pecado.
Es la separación permanente e irrevocable
del alma de la única fuente de vida espiritual.
Es el castigo del pecado aparte de las in-
fluencias de la gracia divina. Es la consuma-
ción final de aquella realidad trágica anuncia-
da en las Sagradas Escrituras con las palabras:
"la paga del pecado es muerte" (Romanos
6:23).
3. Cristo también dijo, en referencia al jui-
cio final: "Apartaos de mí, malditos, al fuego
eterno preparado para el diablo y sus ánge-
les" (Mateo 25:41).
III. ¿Cómo debemos enfrentar la
muerte?
A continuación presentamos algunos pen-
samientos al respecto:
1. La muerte es tan real como el pecado, y
tenemos que aceptar esa realidad.
¿Qué dijo Cristo al respecto?
____________________________________
_____________________ (Marcos 14:33-44).
2. Por lo tanto, aunque tengamos temor,
debemos tomar la actitud de Pablo.
¿Qué dijo Pablo en Filipenses 1:21?
____________________________________
______________________________________
3. Nuestra fe y confianza en Cristo nos ca-
pacitan para enfrentar la realidad y lo ho-
rrendo de la muerte. Sabemos que, gracias a
la muerte física, vamos al encuentro con
Dios para vivir con él eternamente.
4. De esa manera estamos preparados para
enfrentar la muerte con una esperanza viva.
La resurrección de Cristo es la prueba que
fortalece nuestra fe en él.
Al respecto, Pablo dice en 1 Corintios
15:13-17:
Primero, que si no hay resurrección de
muertos, tampoco Cristo resucitó (v. 13).
Segundo, que si Cristo no resucitó, vana es
entonces nuestra predicación, vana también
es nuestra fe (v. 14). Tercero, que si Cristo
no resucitó, aún estamos en pecado (v. 17).
CONCLUSIÓN
La resurrección de Cristo viene a ser la ga-
rantía de nuestra resurrección. Cristo repre-
senta las primicias de los que durmieron.
Una parte vital del propósito redentor de
Cristo es que el hombre no solamente sea li-
brado del pecado desde el punto de vista es-
piritual, sino también desde el punto de vis-
ta físico.
COMENTARIO DEVOCIONAL
Dios de vivos
(Lucas 20:27-40)
Los saduceos eran los materialistas de esa
época. No creían en la vida después de la
muerte y vivían solamente para este mundo.
Con la pregunta que le hicieron a Jesús so-
bre la vida venidera quisieron confundirlo y
ridiculizarlo ante el pueblo.
Jesús les señaló, tanto a ellos como a la
multitud, que su pregunta partía de una pre-
misa falsa respecto de la naturaleza de la vida
resucitada. "Erráis, ignorando las Escrituras
y el poder de Dios" (Mateo 22:29).
Para fortalecer nuestra fe, ¿qué debemos
hacer para no errar?
1. Conocer las Escrituras. El Señor les señaló
a los saduceos que sus problemas provenían
porque de no conocer las Escrituras. Solo
aceptaban los libros de Moisés, por eso él esco-
gió Éxodo 3:6: "Yo soy el Dios de tu padre,
Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Ja-
cob".
El más próximo de estos patriarcas tenía más
de 300 años de muerto cuando Moisés oyó la
voz de Dios. A pesar de ello, Dios habló en
tiempo presente: "Yo soy", no "yo era el
Dios". De esta manera Jesús silenció a sus opo-
nentes tomando una de sus frases favoritas.
2. Vivir en un nivel superior. El versículo
40 dice que cuando el Maestro terminó de
hablar, los escribas no osaron preguntarle na-
da más. Todas nuestras preguntas reciben
respuesta cuando buscamos ver el rostro de
Jesús y oír su voz. Si no estamos seguros de
la inmortalidad, quizás estemos viviendo en
un nivel muy inferior al que él demanda.
Si vivimos solo buscando placer, dinero o
fama, entonces las realidades espirituales se
vuelven vagas. Para sentir que somos inmor-
tales debemos vivir como seres inmortales.
Cuando los ojos están puestos en cosas su-
156
perficiales, quedan encandilados de forma
que no pueden percibir el resplandor de lo
eterno. Cuando llenamos el corazón de cosas
pasajeras perdemos la fe en la corona de glo-
ria. Dios da seguridad solamente a los cora-
zones que se abren a él, los que comunican
no solo gozo y paz sino una convicción in-
conquistable de que, cuando la obra termine
aquí, el morir será ganancia. Sepamos que
aunque la muerte es una realidad, los cristia-
nos tenemos la seguridad de que resucitare-
mos para vida eterna.
MATERIAL DE APOYO
Muerte: Concepto teológico
"Muerte es el antónimo de vida, ya sea fí-
sica o espiritual. Muerte física es la separa-
ción del espíritu o alma del cuerpo. Muerte
espiritual es la separación del espíritu o alma
de Dios. La muerte física se hace evidente
por la presencia de cementerios y necrolo-
gías. Pero la muerte espiritual la comprende-
mos solamente por revelación, como lo ense-
ña la palabra de Dios. Su definición no se en-
cuentra en diccionarios ni enciclopedias. Es
negada por los incrédulos e ignorada por el
mundo. Sin embargo, su importancia es eter-
na.
"La muerte física y espiritual se inició en el
mundo con la caída (Génesis 2:17; Romanos
5:12-17; 1 Corintios 15:21-22). La muerte
física se hizo realmente concreta en Adán al-
gunos años más tarde, como lo registra Gé-
nesis 5:4-5; sin embargo, en la humanidad se
había hecho efectiva en una fecha más tem-
prana, con la muerte de Abel (4:8).
"La muerte espiritual de Adán y Eva ocu-
rrió en forma inmediata, y se demostró como
tal cuando Dios los echó del jardín del Edén
y de su presencia inmediata (3:23-24; véase
Isaías 59:1-2). Puesto que solo el hombre
fue creado a imagen y semejanza de Dios
(Génesis 1:26-27), y puesto que solo el
hombre llegó a ser alma viviente, creado pa-
ra inmortalidad (2:7) entre todas las criaturas
de Dios, solo el hombre puede morir espiri-
tualmente.
"A través del Antiguo Testamento se infor-
ma regularmente sobre la muerte física y se
declara que la ‘larga vida’ (física) es el premio
de los justos (Salmos 91:16). La muerte es-
piritual no está claramente definida en el An-
tiguo Testamento. Aparte de la declaración
mencionada en Isaías 59:1-2, probablemen-
te Daniel 12:2 es la única referencia del An-
tiguo Testamento que declara la consecuen-
cia eterna de la rebelión espiritual, dando a
entender muerte espiritual.
"Los Evangelios sinópticos dicen poco res-
pecto de la muerte espiritual. Sin embargo,
el Evangelio de Juan registra distintas ocasio-
nes cuando nuestro Señor habló sobre el te-
ma. Por ejemplo, Juan 5:24 declara que al
oír y creer uno pasa ‘de muerte a vida’. Jesu-
cristo explicó más ampliamente esta verdad a
Marta: ‘El que cree en mí, aunque muera (fí-
sicamente), vivirá (espiritualmente), y todo
el que vive y cree en mí, no morirá (espiri-
tualmente) jamás’ (11:25-26 – BA).
Mis notas:
157
"Aunque la muerte física desciende sobre
el incrédulo como castigo original por el pe-
cado, para todos los que están en Cristo pier-
de su aspecto de castigo y llega a ser un me-
dio de disciplina y de entrada a la presencia
eterna de su Dios. Juntamente con Pablo
pueden decir: ‘¿Dónde está, oh muerte, tu
aguijón?’(1 Corintios 15:55); con el salmis-
ta: ‘Estimada es a los ojos de Jehová la muer-
te de sus santos’ (Salmos 116:15; véase Ro-
manos 8:10; 14:7-8).
–Milton S. Agnew. Comenta-
rio Teológico Beacon. p. 449.
Lección 4
¿Qué hay más allá de la muerte?
Para estudiar: Éxodo 3:3-15; Juan 14:6; Romanos 8:18, 31-39; 1 Corintios 13:9-12; 15:20-22; 2
Corintios 4:17; Filipenses 1:21-23; 1 Juan 3:2; Apocalipsis 14–18; 7:14-17; 21:1-4; 22:1-5
Para memorizar: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá
(Juan 11:25).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
En la lección anterior habíamos dicho que
nos resulta incómodo hablar de la muerte. No
nos gusta hablar de ella porque creemos que
con la muerte termina todo. Pero el mensaje
de la Biblia nos dice todo lo contrario.
¿Hay algo más después de la muerte? ¿Qué
opina usted al respecto?
_____________________________________
______________________________________
Cada pueblo y cultura tiene su propio punto
de vista para tratar el tema. En la primera sec-
ción de esta lección estudiaremos el punto de
vista que tienen los diferentes grupos culturales
respecto de la muerte. Luego, en la segunda
sección, veremos el punto de vista bíblico.
I. Respuestas culturales e históricas
A. Los egipcios
Los egipcios creían en una vida más allá de la
muerte. Y la prueba es que cuando enterraban
o sepultaban a sus muertos ponían en esa tum-
ba diferentes objetos que podían ser usados "en
la otra vida". Por esa razón llegaron a ser exper-
tos en el proceso de momificación, porque de-
seaban preservar el cuerpo indefinidamente.
B. La China antigua
En modernas excavaciones en la China, se
descubrió un antiguo lugar de sepultura en el
cual habían incluido todo un ejército para que
acompañara al rey al más allá.
C. Los griegos
Los griegos creían en la inmortalidad del al-
ma. Esa era la enseñanza que impartían sus
grandes filósofos, entre los cuales se encontra-
ban: Sócrates, Platón y Aristóteles. Y aunque
158
creían en la inmortalidad del alma, sin embar-
go negaban la resurrección del cuerpo, porque
lo consideraban como un castigo impuesto
por los dioses.
D. Las culturas indígenas de Centro y Su-
damérica
Los incas de Sudamérica y los mayas y azte-
cas de Centroamérica y México también
creían que había otra vida en el más allá.
II. El punto de vista bíblico
La Biblia no ofrece una descripción sistemá-
tica sobre el tema de la muerte, pero nos
muestra las promesas y verdades que nos ayu-
darán a vislumbrar la muerte desde otra pers-
pectiva.
Lea los pasajes bíblicos y llene los espacios en
blanco con el mensaje que contiene cada uno
de ellos:
1 Corintios 15:50-55; 1 Juan 3:2
_____________________________________
______________________________________
2 Tesalonicenses 4:17; Juan 14:2-3; Apoca-
lipsis 21:1-4
_____________________________________
_______________________________________
1 Corintios 13:9-12; 1 Juan 3:2
_____________________________________
______________________________________
Apocalipsis 7:14-17; 21:3-4
_____________________________________
______________________________________
Apocalipsis 21:1-4; 22:1-5; Romanos 8:18;
2 Corintios 4:17
_____________________________________
______________________________________
Resumen
Si alguien le pregunta: ¿Qué dice la Biblia
respecto de la muerte, cuál sería su respuesta?
_____________________________________
_______________________________________
______________________________________
A. Afirmaciones bíblicas en relación con
la muerte
1. Cuando era pastor, asistí a un velorio de
un joven de más o menos 23 años. Lo mata-
ron en su casa porque decían que se había in-
volucrado con una pandilla que traficaba co-
caína. La madre del difunto era cristiana, pero
con el tiempo se había apartado de su fe.
Cuando entré a la casa, ella me recibió lloran-
do por la muerte de su hijo, y la pregunta que
me hizo, la cual repitió unas cuatro veces, fue la
siguiente: "Pastor, ¿mi hijo está en el cielo, ver-
dad?" En ese momento no sabía qué respon-
derle, porque de acuerdo con la Biblia, los que
no aceptaron a Cristo como Señor y Salvador,
no tienen vida eterna; es decir, no van al cielo.
Lo único que le dije fue: "Señora, otro día
responderé a su pregunta. Por ahora estoy
aquí para acompañarla". En ese momento la
abracé y ella se quebrantó aún más, y mientras
lloraba repetía diciendo: "Usted me está abra-
zando tal como lo hacía mi hijo".
2. Otro caso. La señora María era una hija de
Dios. Su fe era inquebrantable en el Señor.
Constantemente les presentaba a sus amigas el
evangelio del reino de Dios. Cuando murió, el
que sintió más la muerte de doña María fue
Carlos, su nietito de siete años. En uno de esos
momentos cuando había mucha gente acom-
pañando a la familia, Carlitos le preguntó a su
mamá: "¿Dónde está la abuelita ahora?"
¿Cuál hubiese sido la respuesta que usted le
hubiera dado a Carlitos?
¿Por qué?
_____________________________________
_______________________________________
3. La Biblia nos dice que cuando uno mue-
re, al producirse esa separación entre el alma y
el cuerpo, el alma inmediatamente va a la pre-
sencia del Señor.
¿Qué dijo Pablo al respecto?
Romanos 8:35-39
_____________________________________
_______________________________________
Filipenses 1:21-23
_____________________________________
159
La Biblia dice que aunque la muerte nos cause
tristeza, sin embargo es lo mejor que le puede pa-
sar a un verdadero cristiano, porque va a la pre-
sencia de Dios para morar eternamente con él.
III. ¿Cómo debemos enfrentar la rea-
lidad de la muerte?
En una de sus obras, Shakespeare dice lo si-
guiente: La muerte es ese "país desconocido
de cuyas fronteras ningún viajero regresa".
Hay dos formas de enfrentar la muerte: sin
Cristo o con Cristo.
A. ¿Qué sucede cuando enfrentamos la
muerte sin Cristo?
1. La posición del ateo: "Dice el necio en su
corazón: No hay Dios" (Salmos 14:1).
2. La posición del escéptico: este afirma que
no existe la verdad; y si existe, el hombre no
puede conocerla. En otras palabras, niega a
Cristo, quien dijo: "Yo soy la verdad y la vida".
3. La posición del materialista y naturalista:
para él lo único que existe es la materia.
¿Qué diría el ateo, escéptico, materialista y
naturalista sobre la declaración de Juan 3:16?
_____________________________________
______________________________________
Entonces, de acuerdo con la Biblia, ninguno
de ellos entraría en el reino de Dios, a menos
que se arrepientan y reciban a Cristo como Se-
ñor y Salvador.
B. ¿Qué sucede cuando enfrentamos la
muerte con Cristo?
1. Cristo, nuestro Señor, se enfrentó a la
muerte.
¿Qué dicen los siguientes pasajes bíblicos al
respecto?
Hebreos 2:9
_____________________________________
______________________________________
Filipenses 2:8
_____________________________________
______________________________________
3. Aun los hijos de Dios van a morir, pero te-
nemos el consuelo y fortaleza del Señor.
¿Qué dice al respecto Salmos 23:4?
_____________________________________
______________________________________
_______________________________________
La fe cristiana tiene la respuesta a la pregunta:
¿Qué hay después de la muerte? Además, ofrece
la única interpretación coherente y razonable so-
bre nuestra existencia y la vida después de esta.
¿Por qué?
La respuesta está en las palabras de Cristo:
"Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en
mí, aunque esté muerto, vivirá" (Juan 11:25).
CONCLUSIÓN
Entonces, ¿cuál es nuestra respuesta a la pre-
gunta del título de esta lección? Primero, que
algún día, cristianos y no cristianos moriremos
porque somos seres finitos. Segundo, que el
Hijo de Dios, Jesucristo, murió en la cruz del
Calvario para que nosotros tuviéramos vida
eterna. Es decir, sí, hay vida después de la
muerte. Tercero, la promesa de Jesucristo fue
que él iría a su Padre para preparar un lugar para
nosotros (Juan 14:2).
Cuando Jesucristo estaba en la cruz del Cal-
vario, uno de los ladrones le dijo: "Acuérdate
de mí cuando vengas en tu Reino" (Lucas
23:42-43). ¿Cuál fue la respuesta del Señor?
_____________________________________
_______________________________________
Entonces, de acuerdo con la Biblia, ¿hay algo más
allá de la muerte? ¿Qué opina al respecto, y por qué?
_____________________________________
_______________________________________
COMENTARIO DEVOCIONAL
Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en
mí, aunque esté muerto, vivirá (Juan 11:25).
"Estas palabras maravillosas las pronunció Je-
sús en respuesta a la petición de Marta. Había
oído que Jesús llegaba. Consecuentemente con
su modo de ser, fue la primera en actuar y,
mientras María seguía en la casa, salió al en-
cuentro del Maestro. Las palabras con que lo
saludó no han de considerarse como queja o
reproche: "Señor, si hubieses estado aquí, mi
hermano no habría muerto". Expresan pesar
espontáneo, no por la llegada tardía de Jesús
después de la muerte de Lázaro, sino porque
no estuvo presente cuando todavía estaba en-
fermo para así haberlo podido curar.
"Marta agregó luego lo que puede considerarse
como petición de su fe triunfal; daba por sentado
que Jesús podía hacer volver a la vida a su herma-
no. Sin embargo, su fe no era perfecta. Daba a en-
tender que Jesús, como hombre, podía pedir algo
a Dios, y también que el ámbito en el que Cristo
actuaba era esencialmente físico y no espiritual.
"Para incrementar su fe, Cristo replicó: ‘Tu
hermano resucitará’. Esta promesa, empero, no
consoló a Marta; la interpretó en el sentido de
una resurrección general y remota’. "A Marta,
160
y a cualquier doliente, le llegó esta incompara-
ble promesa de nuestro Señor: ‘Yo soy la resu-
rrección y la vida’. No necesitó pedir que la vi-
da le fuera devuelta; no le pidó a Marta que es-
perara en un día futuro; él mismo es la fuente
de Vida".
–Carlos R. Erdman.
El Evangelio de Juan. pp. 121-122.
MATERIAL DE APOYO
Muerte de Cristo
"La muerte de Cristo es el tema esencial del
mensaje del Nuevo Testamento. Tanto el hecho
como su significado constituyen el centro de
atención de los escritores del NT. Sin embargo,
nunca podemos ver la muerte separada del pro-
pósito eterno de Dios, y del resultado triunfal de
la resurrección y salvación para la humanidad.
"El hecho se presenta claramente. Los cuatro
Evangelios relatan el evento. La horrible cruz, el
costado de Jesús traspasado, el cuerpo ungido, la
tumba sellada, y las declaraciones de innumera-
bles testigos; todo confirma el hecho y las cir-
cunstancias de la muerte de Cristo. Aun Bult-
mann reconoce que la muerte de Jesús es un he-
cho crucial originado en el evento histórico de
su crucifixión. Jesús verdaderamente murió.
"Pero fue una muerte planeada, no por ene-
migos sino por Dios mismo y por Jesús. Él vi-
no para morir (Filipenses 2:5-8; Juan
10:11,15; 12:32). Durante el último año de su
ministerio terrenal, por lo menos en tres oca-
siones específicas, Jesús anunció su muerte y
resurrección (Marcos 8:31; 9:31; 10:33-34).
Durante su arresto, juicio y crucifixión, Jesús
permaneció sereno, como la persona que esta-
ba al control de todo (véase especialmente
Juan 18:1-13).
"Dar la vida por sus ovejas involucró mucho más
que el dolor de la muerte cuando "entregó el es-
píritu". Debido al pecado y la necesidad humana,
el Hijo de Dios se despojó de su gloria celestial.
Eligió venir y morir por nuestra redención (Fili-
penses 2:5-8). Luego experimentó el sufrimiento
del rechazo que caracterizó su vida y ministerio.
Además, sufrió los ataques directos de Satanás en
la tentación. Y llevar los pecados ensombreció su
vida terrenal, así como su muerte. Fue en el jar-
dín del Getsemaní donde su sudor parecía sangre,
no en la cruenta cruz. Todo fue por amor –por
nosotros y nuestra salvación. Así como Jesucristo
tomó sobre sí la suerte del hombre y murió, tam-
bién su resurrección triunfante y la vida celestial es
nuestra".
–Wilber T. Dayton. Comentario Bíblico
Beacon. p. 451.
Lección 5
Última parada: ¿El cielo o el infierno?
Para estudiar: Génesis 18:25; Daniel 7:9-11; Mateo 25:41-45; Lucas 12:4-5; Hechos 17:26-31;
Apocalipsis 11:18; 14:7; 21:14-15
Para memorizar: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad
a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas (Apocalipsis 14:7).

Desarrollo de la lección
Introducción
¿Existen el cielo y el infierno? ¿Qué ocurriría
si no existieran ni el cielo ni el infierno? ¿Qué
sucedería si no hubiera consecuencias después
de esta vida, ni castigo ni recompensa? ¿Sería
más fácil la vida? ¿Son el cielo y el infierno re-
liquias de creencias religiosas que resultan irre-
levantes en el mundo moderno?
Toda creencia en el más allá tiene que con-
testar las siguientes preguntas: ¿Cómo es esa
existencia futura? ¿Se trata acaso de la transi-
ción incondicional a un estado de bienaventu-
ranza? ¿Es un mundo triste donde uno pierde
su identidad? ¿Es una experiencia de tormen-
to, castigo o felicidad?
Al hombre moderno le es difícil aceptar la vida
venidera y el juicio. Especialmente al materialista
y al existencialista les incomoda el tema de una vi-
da más allá de la muerte. Como diría Pablo: to-
das estas "filosofías y huecas sutilezas, según las
tradiciones de los hombres" (Colosenses 2:8) re-
chazan la idea de una vida después de la muerte.
Por eso mismo, nosotros, los cristianos, te-
nemos que conocer más las promesas que
Dios tiene para nosotros en su Palabra. De esa
manera tendremos la respuesta bíblica para
darle a aquella persona que desee saber lo que
nos espera después de la muerte.
Por lo tanto, estudiaremos los temas del jui-
cio final, el infierno y el cielo.
I. El juicio final - Génesis 18:25; Daniel 7:9-
11; Hechos 17:26-31; Apocalipsis 11:18; 14:7.
A. La enseñanza bíblica
La palabra de Dios enseña con claridad que des-
pués de la muerte habrá un juicio donde el Señor
juzgará tanto a los justos como a los injustos.
En ese juicio saldrán a luz, ante el tribunal
divino, las obras y motivaciones de todos los
161
hombres. El juicio divino, o como nosotros lo
llamamos "el juicio final", es una de las ense-
ñanzas principales en la palabra de Dios.
1. En el Antiguo Testamento. El Antiguo
Testamento enseña que hay un juicio temporal
en el cual Dios castigará o condenará a quienes
están fuera del pacto, o que, estando incluidos
en este, lo quebrantan. Abraham, por ejemplo,
dijo lo siguiente en relación al juicio que Dios
tenía preparado para Sodoma: "Lejos de ti el
hacer tal, que hagas morir al justo con el impío,
y que sea el justo tratado como el impío; nunca
tal hagas. El juez de toda la tierra, ¿no ha de ha-
cer lo que es justo?" (Génesis 18:25). En Sal-
mos 7:11 leemos: "Dios es juez justo, y Dios
está airado contra el impío todos los días".
Pero también el Antiguo Testamento enseña
que viene el día del Señor en el cual todos se-
rán juzgados (Daniel 7:9-11). Aun el autor de
Eclesiastés, después de experimentar y describir
su peregrinaje intelectual de escepticismo, fi-
nalmente reconoce que "Dios traerá toda obra
a juicio, juntamente con toda cosa encubierta,
sea buena o sea mala" (12:14).
2. En el Nuevo Testamento. El Nuevo Tes-
tamento es más claro y específico respecto del
juicio final. El escritor de la carta a los Hebreos
dice: "Y de la manera que está establecido pa-
ra los hombres que mueran una sola vez, y des-
pués de esto el juicio" (9:27).
También Pablo les dijo a los filósofos en el
Areópago que Dios "ha establecido un día en el
cual juzgará al mundo con justicia" (Hechos
17:31).
3. Dios y el juicio final. El Dr. H.O. Wiley
nos dice: "Solo Dios puede hacer el oficio de
Juez en esta última asamblea. Solo él es el to-
do sabio, y solo él conoce los secretos más ín-
timos del ser humano. Además de entender
sus acciones, también conoce sus motivos más
escondidos".
Pero este juicio es por medio de Cristo, su Hijo.
 ¿Qué dice Juan 5:22-23 al respecto?
_____________________________________
_______________________________________
¿Y qué dice Pablo en Hechos 17:30-31?
_____________________________________
_______________________________________
"Aquel varón" del que habló el apóstol es Je-
sucristo, el Hijo de Dios.
B. El juicio final y nuestro libre albedrío
1. El juicio final no es una opción sino un he-
cho necesario establecido por Dios. Por eso es
que Pablo dice: "Es necesario que todos noso-
tros comparezcamos ante el tribunal de Cristo;
para que cada uno reciba según lo que haya
hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno
o sea malo" (2 Corintios 5:10).
2. La realidad del juicio no es solo la expre-
sión de la ira de Dios hacia el pecado sino tam-
bién de la libertad que hemos recibido de par-
te de Dios y cómo la ponemos en práctica. Mu-
chos desean vivir en desobediencia a la volun-
tad de Dios, y así lo hacen; pero cuando venga
el juicio tendrán su recompensa de acuerdo a
sus obras: la muerte eterna. En cambio, los que
vivieron en obediencia a Dios, en ese juicio
también tendrán su recompensa: la vida eterna.
II. El infierno Mateo 25:41-45; Lucas 12:4-5;
Apocalipsis 21:14-15
Estudiaremos tres aspectos importantes en
relación al tema del infierno. Primero, veremos
qué otros nombres usa la Biblia para referirse
al infierno; luego, responderemos la pregunta:
¿Es necesario el infierno? Y por último, en qué
consistirán las penas de los que irán al infierno.
A. Nombres bíblicos que se refieren a la
palabra infierno
1. Antiguo Testamento. "Seol" es la palabra
hebrea que se traduce como infierno. Aparece
65 veces y también se traduce como "sepultu-
ra" o "sepulcro".
Los hebreos miraban al "seol" con cierto temor.
¿Qué dicen los siguientes versículos al res-
pecto?
Salmos 139:8
_____________________________________
Proverbios 15:11
_____________________________________
Daniel 12:2
______________________________________
162
2. Nuevo Testamento. En el Nuevo Testa-
mento hay tres palabras que se usan como infier-
no: Hades, que aparece 11 veces; gehenna, que
aparece 12 veces; y tártaros, que aparece solo en
2 Pedro 2:4 y que la tradujeron como infierno.
B. ¿Es necesario el infierno?
El profesor Pedro Wagner dice lo siguiente al
respecto: "Bajo el gobierno de un Dios infinita-
mente santo, justo, sabio y amoroso, obligado
por su propia naturaleza y por el cuidado que
tiene del bienestar de su universo a expresar su
aborrecimiento hacia el pecado, la existencia del
infierno es una necesidad" (W. Nelson. Diccio-
nario Ilustrado de la Biblia. Caribe, p. 299).
¿Qué dicen los siguientes pasajes bíblicos al
respecto?
Romanos 6:23
______________________________________
2 Tesalonicenses 1:6-11
______________________________________
Apocalipsis 20:11-15
______________________________________
Los que van al infierno son personas libres,
responsables de sus decisiones, pecadoras e im-
penitentes, que han empleado mal su tiempo y
rechazaron la gracia que Dios les ha ofrecido.
El gran plan divino para librar al ser humano
del infierno se manifiesta en la muerte de su Hi-
jo en la cruz del Calvario. El infierno, desde el
punto de vista bíblico, es una realidad y una ne-
cesidad.
C. ¿Cuál será el sufrimiento de los que irán
al infierno?
A nadie le gusta hablar de los sufrimientos
que tendrán las personas que no aceptan a
Cristo como su único Señor y Salvador, pero es
necesario hacerlo. Por ejemplo, si en la casa del
vecino se prendió fuego o está a punto de in-
cendiarse, ¿acaso no llamaremos a los bombe-
ros o daremos la voz de alarma a todo el vecin-
dario en busca de ayuda para salvar la casa del
vecino y a los que allí viven?
Entonces, es necesario hablar del infierno y de las
penas que pasarán los que vayan a ese lugar. Y solo
diremos lo que la Biblia nos enseña al respecto.
1. El infierno es la prueba de la presencia y
del amor de Dios. Si en esta vida podemos ver
la diferencia entre caminar con Dios y caminar
lejos de él, entonces ¿cómo será vivir lejos de
Dios eternamente?
2. El infierno será también la ausencia de toda
felicidad y la perpetuidad de una vida en pecado.
 ¿Qué dicen los siguientes pasajes bíblicos al
respecto?
Mateo 7:21-23
_____________________________________
Mateo 22:13
_____________________________________
Mateo 25:41
_____________________________________
2 Tesalonicenses 1:9
_____________________________________
"Nada en el mundo debe temerse tanto como
una eternidad en el infierno" (Pedro Wagner).
CONCLUSIÓN
¡Qué bueno es saber que "de tal manera amó
Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigé-
nito, para que todo aquel que en él cree no se
pierda, mas tenga vida eterna"! (Juan 3:16).
COMENTARIO DEVOCIONAL
Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora
de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hi-
zo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las
aguas (Apocalipsis 14:7).
"Las palabras del ángel son muy interesantes.
Son un llamado a la reverencia y la adoración, al
temor de Dios, creador y sostenedor de todas las
cosas que existen. Este mensaje no es especial-
mente cristiano; es la base y la materia prima de
toda religión. Corresponde exactamente al men-
saje que Pablo y Bernabé trajeron a los habitan-
tes de Listra, cuando le dijeron que debían apar-
tarse de las vanidades y adorar al verdadero Dios,
el creador de todas las cosas.
"El profesor H. B. Swete habla, en este caso,
de ‘un llamado a la conciencia ingenua del paga-
nismo, incapaz, por el momento, de recibir otro
tipo de predicación’. Es el llamado a las criaturas
de Dios para que traigan a memoria su Creador,
y para que vean al Creador en las maravillas del
mundo que él ha hecho".
–W. Barclay. Apocalipsis. p. 356.
MATERIAL DE APOYO
Concepto bíblico del infierno
"Este término se refiere al castigo eterno. Para
la mente hebrea, el concepto de extinción era
inaceptable. Los muertos continuaban existien-
do en un mundo de sombras y silencio. La pala-
bra usada en el AT es seol, y su equivalente en el
163
NT es hades. "El seol estaba dividido en dos
áreas: Paraíso, el lugar donde los muertos justos
se reunían, y gehena, reservado para los malos.
Aunque algunos traducen la palabra griega ha-
des como ‘infierno’, es gehena la que se emplea
en asociación con el elemento de castigo. De
acuerdo con Mateo 10:28, mientras que las al-
mas de los malos van al hades después de la
muerte, el alma y el cuerpo son lanzados al ge-
hena después de la resurrección y el juicio final.
"El trasfondo histórico del uso hebreo de la
palabra gehena está relacionado con el valle de
Hinom, cerca de Jerusalén. Allí se ofrecían niños
como sacrificios a Moloc, dios venerado por
Acaz (2 Crónicas 28:3) y por Manasés (33:6).
Ese lugar llegó a ser el basurero de la ciudad, en
donde el fuego ardía constantemente, por lo que
se consideró como un tipo de castigo relaciona-
do al fuego (como se conceptuó más tarde). En
la literatura judía posterior, por ejemplo Enoc
27:2, gehena llegó a ser el nombre popular para
el lugar de castigo futuro. Aunque la doctrina del
infierno tiene sus raíces en el pensamiento he-
breo y griego, fue durante los primeros siglos de
la era cristiana cuando se le dio forma definitiva.
De las muchas ideas expuestas, la principal es la
que denota separación de Dios. Wiley dice que
‘aquellos que rechazan a Cristo y la salvación
ofrecida por medio de él, morirán en sus pecados
y estarán separados de Dios por siempre’. En el
desarrollo de la doctrina de la iglesia, se asoció
estrechamente el término hades con el concepto
de castigo. La parábola del NT acerca del rico y
Lázaro se usa frecuentemente para ilustrar la en-
señanza de la recompensa y el castigo futuros. Al
morir ambos, a Lázaro se lo describe en el ‘seno
de Abraham’, a veces comparado al Edén; mien-
tras que al rico se lo describe en tormento.
"Cualquiera que sea la naturaleza del castigo
futuro, parece difícil evitar la severidad de las pa-
labras de Jesús contra el pecado cuando no hay
arrepentimiento. Ningún tipo de razonamiento
puede aligerar las implicaciones de estas palabras.
Marcos 9:43 habla de ‘fuego que no puede ser
apagado’; mientras que Mateo 18:8 usa la frase
‘fuego eterno’. No podemos, de ninguna mane-
ra, tomarnos la libertad de interpretar estas ex-
presiones como simbólicas.
"El Nuevo Testamento no responde muchas
de las preguntas que surgen, pero no queda nin-
guna duda acerca de la seriedad del pecado y sus
consecuencias. El infierno es, por lo menos, la
negación de los valores reales de la vida relacio-
nados a la integridad moral de la persona".
–Hugh Rae. Diccionario Teológico Beacon.
p. 359.
Lección 6
La segunda venida y el reino de Dios
Para estudiar: Daniel 2:44; Hechos 1; Mateo 24:36; Marcos 1:15; 14:25: Lucas 17:20-30;
22:18; Filipenses 2:10-11; 1 Tesalonicenses 4:18; Tito 2:13; Apocalipsis 20.
Para memorizar: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y
creed en el evangelio (Marcos 1:15).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
Cuando hablamos del fin del mundo desde
una perspectiva bíblica hay dos temas impor-
tantes que no podemos pasar por alto. Prime-
ro, el tema de la segunda venida de Cristo, y
luego, el establecimiento del reino de Dios.
En esta lección estudiaremos estos dos te-
mas.
I. ¿Qué dice la Biblia acerca de la se-
gunda venida de Cristo?
Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Tes-
tamento encontramos enseñanzas muy claras
en relación a la promesa de la segunda venida
del Señor.
A. La promesa de la venida del Mesías en el
Antiguo Testamento (Daniel 7)
¿Por qué preferimos el libro de Daniel para
ver las enseñanzas proféticas en relación a la se-
gunda venida del Mesías? Desde nuestro pun-
to de vista hay tres razones:
Primero, se conoce al libro de Daniel como
"el Apocalipsis del Antiguo Testamento"; es
decir, el libro que revela los planes y misterios
de Dios.
Segundo, en él vemos que Dios cumple con
lo que le prometió a su pueblo.
Tercero, es el libro que anuncia la llegada de
un reino nuevo y justo, es decir, el reino de
nuestro Señor Jesucristo.
Lea Daniel 7:13-14, y responda las siguien-
tes preguntas:
¿Quién venía en las nubes del cielo?
_____________________________________
__________________________________(v. 13).
Cuando el Hijo del Hombre vino hasta el
164
Anciano de días, ¿qué se le dio?
_____________________________________
________________________________ (v. 14).
¿Cómo era el dominio que se le dio al Hijo
del Hombre?
_____________________________________
________________________________ (v. 14b).
Lo que Daniel vio fue que en las nubes venía
uno como un "hijo de hombre", que se acercó al
Anciano de días, quien le dio dominio, gloria y
reino eterno, "un reino que nunca será destrui-
do".
B. La promesa de la segunda venida de
Cristo en el Nuevo Testamento (Hechos 1)
¿Qué dice Hechos 1:9-11, especialmente el v.
11?
_______________________________________
_________________________________________
¿Cuál es el mensaje de Mateo 25:1-13, espe-
cialmente en relación a la segunda venida de
Jesucristo?
_____________________________________
_______________________________________
En estos dos pasajes, la Biblia nos dice que la
segunda venida de Jesucristo será visible e ines-
perada. Estudiemos lo que eso significa.
C. La segunda venida del Señor será visible
(Hechos 1:11)
Los varones con vestiduras blancas dijeron a
los discípulos de Jesucristo: "Este mismo Jesús,
que ha sido tomado de vosotros al cielo, así
vendrá como lo habéis visto ir al cielo" (v. 11).
1. El que vendrá por segunda vez como rey
será el mismo Jesús que murió por nuestros
pecados en la cruz del Calvario.
 2. Y vendrá de la misma manera en que lo
vieron partir. Es decir, su venida será visible.
¿Qué dicen los siguientes pasajes bíblicos al
respecto?
Mateo 26:64
_____________________________________
Marcos 13:26
_____________________________________
Apocalipsis 1:7
_____________________________________
La palabra de Dios dice que Jesús vendrá en
forma visible. No debemos confundir, como mu-
chos lo hacen, la segunda venida del Señor con su
venida al corazón de la persona cuando, por la fe,
lo acepta como su Señor y Salvador personal.
D. La segunda venida de Cristo será repen-
tina (Mateo 25:1-13)
La Biblia dice que la segunda venida del Se-
ñor será repentina. Citaremos dos ejemplos de
las enseñanzas que Cristo dio al respecto.
1. Marcos 13:24-37
¿Cuáles son las enseñanzas principales de es-
te pasaje?
_____________________________________
_______________________________________
Primero, nos dice que antes de la venida del
Señor sucederán cataclismos cósmicos "y las
potencias que están en los cielos serán conmo-
vidas" (v. 25).
Segundo, verán al Hijo del hombre, a Jesu-
cristo, venir en las nubes con "gran poder y
gloria" (v. 26).
Tercero, la hora de su venida nadie la sabe,
"ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el
Hijo, sino el Padre" (v. 32).
Cuarto, tenemos que "velar", porque no sa-
bemos cuándo será el tiempo en el que vendrá
el Señor (vv. 35-37).
2. Mateo 25:1-13
Esta es una historia que podría haber sucedi-
do en cualquier momento en algún lugar de
Judea. Para comprender mejor esta parábola,
citemos lo que vio el Dr. J. Alexander Findlay
en una ciudad de Galilea, la misma que fue re-
latada por el profesor William Barclay. Dice así:
"Cuando nos acercamos a las puertas de una
ciudad de Galilea, vi diez jóvenes vestidas con
ropas muy alegres que bailaban por el camino
delante de nuestro coche, mientras tocaban al-
guna clase de instrumento musical. Al pregun-
165
tar qué hacían, el intérprete me respondió que
iban a acompañar a la novia hasta que llegara
su futuro esposo. Le pregunté si había alguna
posibilidad de ver la ceremonia. Él hizo un
gesto negativo con la cabeza y me dijo: ‘Puede
ser esta noche, o mañana a la noche, o dentro
de quince días, nadie lo sabe con certeza’.
"Después me explicó que una de las mejores
cosas que se podían hacer, si fuera posible, en
un casamiento de clase media en Palestina, era
sorprender al cortejo nupcial durmiendo. El
novio llega de forma imprevista, a veces en me-
dio de la noche. Es cierto que la opinión pú-
blica exige que envíe a un hombre por la calle
que exclame: ‘¡Mirad! ¡Llega el novio!’, pero
eso puede suceder en cualquier momento.
"Otra cosa importante es que no se permite sa-
lir a la calle a nadie después del anochecer sin una
lámpara encendida y, además, una vez que llegó
el novio y se cerró la puerta, no se deja entrar a
quienes llegan tarde a la ceremonia" (Barclay. El
Nuevo Testamento. Vol. 2, pp. 325-326).
Estas dos parábolas confirman que la segun-
da venida del Señor será repentina, por lo tan-
to, debemos estar velando para estar en las bo-
das del Cordero.
II. ¿Qué enseñó Jesucristo acerca del
reino de Dios?
Cuando hablamos del reino de Dios tenemos
que tomar en cuenta dos aspectos importantes:
Primero, se refiere a Dios como "Rey de los
siglos" (1 Timoteo 1:17), es decir, al gobierno
y carácter de Dios como Rey.
Segundo, se refiere también a la manifesta-
ción de ese reino divino que se establecerá con
la segunda venida de Jesucristo.
En los Evangelios, el título más común es "el
reino de Dios"; solo en Mateo aparece la frase
"reino de los cielos". Pero no hay contradic-
ción entre estos dos términos porque expresan
una misma realidad.
El concepto del reino de Dios en el Nuevo
Testamento se puede analizar desde cuatro
puntos de vista:
A. Como autoridad y poder de Dios (Mar-
cos 1:15; Mateo 12:28)
¿Qué dice Marcos 1:15?
_____________________________________
_______________________________________
¿Qué dice Mateo 12:28?
_____________________________________
_______________________________________
 Estos dos versículos, y muchos otros más, nos
hablan del poder y autoridad que Dios tiene en
este mundo, especialmente en el área espiritual.
B. Como realidad presente y dinámica en
este mundo
1. Los versículos anteriores nos dicen que la
presencia del reino de Dios se veía en las obras
poderosas que Jesús realizaba a favor de los
necesitados: Echaba fuera demonios, sanaba a
los enfermos, daba de comer al hambriento.
2. Pero el propósito del reino era mucho
más que la satisfacción de las necesidades físi-
cas; también era la lucha sin cuartel contra Sa-
tanás.
¿Qué dice Mateo 12:28 al respecto?
_____________________________________
______________________________________
C. Como aquel lugar adonde entramos
los que aceptamos a Cristo como Salvador
y Señor
¿Qué dice Mateo 7:21-23 al respecto?
_____________________________________
______________________________________
Para entrar en ese reino debemos nacer de
nuevo.
¿Qué dicen los siguientes versículos al
respecto?
Juan 3:3,5
_____________________________________
______________________________________
Mateo 21:31-32
_____________________________________
_______________________________________
D. El reino de Dios está relacionado con la
segunda venida de Cristo
Cuando Cristo venga, será:
1. Un tiempo de reunión de todos los hijos
de Dios del mundo entero (Mateo 8:11).
2. Un tiempo de juicio (Mateo 16:27).
3. Un tiempo de regeneración (Mateo
19:28).
CONCLUSIÓN
Terminamos nuestra lección con la siguien-
te pregunta: ¿Cuál es el mensaje de 2 Pedro
3:10-14?
____________________________________
______________________________________
Amén.
166
COMENTARIO DEVOCIONAL
El Reino en parábolas
(Mateo 13:44-50)
El tesoro escondido. Esta parábola recalca
el ínfimo valor de "todo" en comparación
con el valor del Reino. Pablo declaró su re-
nuncia total a las posesiones humanas para
ganar a Cristo (Filipenses 3:4-11).
La perla preciosa. El mercader estaba en la
búsqueda de la mejor perla. Todos los hom-
bres nos encontramos en la misma búsque-
da, tratando de saciar la sed que solo Cristo
puede satisfacer. Ese fue el descubrimiento
de Pablo en el camino a Damasco y de Wes-
ley en la capilla de Aldersgate. El Señor Jesús
fue el mercader que lo vendió todo por la
perla preciosa. En Filipenses 2:5-8 dice que
él pagó el precio supremo de la redención.
La red. Los pescadores saben que en una
red entran todo tipo de peces, y que luego
de recogerla se necesita realizar el trabajo de
selección y separación. Los pescados buenos
se guardan para venderlos o comerlos. Los
peces inservibles se devuelven al mar o se de-
jan sobre la arena para las aves.
El mensaje y los privilegios del evangelio
están al alcance de todos, los buenos y los
malos. Pero habrá un día cuando se realiza-
rá el balance final. Entonces serán juzgados
todos los que escucharon el evangelio. Los
que rehusaron arrepentirse sufrirán el juicio
y los que aceptaron la salvación recibirán la
recompensa.
En esta parábola se declaran los destinos
futuros y la suerte final de los fieles cuando
Cristo venga. Vivir bajo el reinado de Cristo
es someterse a su poder pero también a su
autoridad. En su reino sigue habiendo salud,
provisión y cuidado, pero el propósito del
reino va más allá de la satisfacción de las ne-
cesidades físicas.
Debemos orar para que en el momento de
la separación final no seamos rechazados.
"No todo el que me dice: Señor, Señor, en-
trará en el reino de los cielos, sino el que ha-
ce la voluntad de mi Padre que está en los
cielos" (Mateo 7:21).
MATERIAL DE APOYO
Segunda venida de Cristo
"Entre los muchos pasajes que forman la
base para nuestra creencia en la segunda ve-
nida de Cristo están: ‘Veréis al Hijo del
Hombre sentado a la diestra del poder de
Dios, y viniendo en las nubes del cielo’ (Ma-
teo 26:64), y la promesa de Jesús: ‘Voy, pues,
a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere
y os preparare lugar, vendré otra vez, y os to-
maré a mí mismo, para que donde yo estoy,
vosotros también estéis’ (Juan 14:2-3). Las
últimas palabras registradas en las Escrituras,
que datan de 60 años o más después de la as-
censión, se las declararon a Juan en la isla de
Patmos y están registradas en Apocalipsis
22:20: ‘Ciertamente vengo en breve’. A es-
tas palabras Juan respondió: ‘Amén; sí, ven,
Señor Jesús’.
"Las señales de su venida incluyen gran tri-
bulación, falsos profetas y falsos ‘cristos’, dis-
turbios sociales, y evangelización mundial
(Mateo 24; 2 Tesalonicenses 2:1-12; 1 Ti-
Mis notas:
167
moteo 4:1-3; 2 Timoteo 3:1-5).
"Otra señal de su venida será la apostasía
entre los cristianos, y el abandono de la fe.
Dentro de la iglesia habrá enfriamiento espi-
ritual: ‘Y por haberse multiplicado la mal-
dad, el amor de muchos se enfriará’ (Mateo
24:12).
"Algunos creen que la segunda venida
inaugurará un reinado visible y literal de
Cristo en la tierra durante mil años; otros
creen que la aparición de Cristo señalará la
destrucción de la tierra, su recreación y el
juicio final (véase 2 Pedro 3:10-13). Cristo
juzgará a los malvados, pues cuando venga
‘sacará a la luz las cosas ocultas en las tinie-
blas’" (1 Corintios 4:5, BA).
–Norman R. Oke
Lección 7
La misión del discípulo y el mensaje
del reino de Dios
Para estudio: Lucas 9:1-6
Para memorizar: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado (Mateo 3:2)

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
En el año 1999, en la escuela dominical,
habíamos estudiado durante un trimestre el
tema del discipulado. El título de una de las
lecciones era el siguiente: ¿Quiénes eran los
discípulos?
Puesto que en esta lección estudiaremos la
misión del discípulo y el mensaje del reino de
Dios, sería bueno que veamos, a modo de re-
paso, quiénes eran los discípulos a los que Je-
sucristo llamó durante su ministerio terrenal.
Luego estudiaremos la misión que el Señor
les dio y veremos cuál es el mensaje para no-
sotros hoy.
De acuerdo con el relato de los Evangelios,
los doce discípulos que aceptaron el desafío
de seguir a Jesucristo y predicar el mensaje
del reino de Dios eran personas comunes.
Ninguno de ellos era líder religioso y mucho
menos una persona famosa en su comunidad.
Además tenían profesiones, caracteres y
trasfondos culturales distintos; sin embargo,
Jesucristo los llamó para que predicaran el
mensaje del evangelio en Jerusalén, en Ju-
dea, en Samaria y hasta lo último de la tierra.
I. ¿Quiénes eran los discípulos de
Cristo? Mateo 26:36-46; Marcos 14:33
Pensábamos iniciar el estudio de esta sec-
ción conociendo a los discípulos de acuerdo
al orden en que fueron llamados por el Se-
ñor, pero vimos conveniente comenzar con
la vida y ministerio de los discípulos que for-
maron el grupo más íntimo de Jesucristo.
A. El círculo íntimo de Jesucristo (Mateo
26:36-46)
Juan, Pedro y Jacobo, hijo de Zebedeo,
siempre estaban con Jesucristo. Los llama-
168
mos el círculo íntimo porque el Señor les
permitió presenciar los momentos íntimos
de su relación con el Padre: La transfigura-
ción y la agonía en el Getsemaní.
¿Y por qué fueron ellos y no otros de los
discípulos? Posiblemente porque Cristo vio
en ellos aptitudes que serían de gran ayuda
para los primeros años de vida de la iglesia.
1. Juan era sensible y valiente. Se lo conoce
también con el nombre de "el discípulo ama-
do". Junto con Jacobo, hijo de Zebedeo,
formaban el dúo conocido como "los hijos
del trueno", por el carácter violento que te-
nían ambos.
2. Pedro era impetuoso. Aunque estaba
dispuesto a dar su vida por Jesucristo, sin
embargo, terminó negando a su maestro.
B. Judas Iscariote, Mateo, Simón el zelo-
te y Tomás (Mateo 10:4; 9:9; Lucas 6:15;
Juan 20:28)
1. Judas Iscariote es conocido como un
traidor y villano. Se dejó guiar por Satanás y
terminó traicionando a Jesucristo, aquel que
dio su vida por él y por nosotros.
2. Mateo trabajaba para el imperio romano
cobrando impuestos, pero les cobraba a sus
paisanos más de lo que la ley del imperio pe-
día; por esa razón, la reputación de Mateo
no era nada positiva entre los judíos.
3. Simón, el Zelote, era una persona con
espíritu de lucha, cuyo propósito era liberar a
los judíos del dominio del imperio romano.
4. Tomás era uno de los discípulos más pe-
simistas. Aunque no dudaba de que Jesucris-
to era el Mesías; sin embargo, dudó de que
ese Mesías, después de muerto, pudiera resu-
citar.
C. Felipe, Natanael, Andrés y Judas Tadeo
1. Felipe fue el primer discípulo que estaba
convencido de que Jesucristo era el Mesías.
Además era evangelista personal. Para él no
significaba ningún problema que tanto ju-
díos como gentiles conocieran a Jesucristo
(Juan 12:20-22).
2. Natanael era sensible a las esperanzas
mesiánicas. Conoció a Jesucristo gracias al
ministerio evangelístico de Felipe.
3. Andrés fue discípulo de Juan el Bautista.
La última vez que se lo menciona es en el
aposento alto. De acuerdo con la tradición
cristiana, fue crucificado en Acaya después
de haber realizado una labor misionera fruc-
tífera.
4. Judas Tadeo, a diferencia del otro Judas
que traicionó a Jesús, era fiel al Maestro.
II. ¿Cuál fue la misión que Cristo les
dejó a sus discípulos?
Para nosotros es un milagro que Jesucristo
reuniera a un grupo de discípulos con caracte-
res, costumbres, pensamientos, puntos de vis-
ta e ideales tan diversos. Sin embargo, transfor-
mados por el amor de Jesucristo, ellos salieron
a predicar el evangelio del reino de Dios.
A. ¿Por qué llamó Jesucristo a sus discí-
pulos?
Cuando Jesucristo inició su ministerio, vio
imprescindible llamar a algunas personas pa-
ra trasmitirles le visión y el ministerio que su
Padre le había dado. Por esa razón, reunió a
12 discípulos para:
1. Extender, por medio de ellos, su campo
de acción. Jesús, como ser humano, no po-
día estar en todas partes, por esa razón llamó
a los que colaborarían con su ministerio.
2. Que fueran sus representantes o apósto-
les.
3. Que predicaran el mensaje del reino de
Dios.
B. Para que cumplieran ese ministerio,
Cristo les dio a sus discípulos poder y au-
toridad
El mensaje de Jesucristo no era humano,
sino divino; por lo tanto, su misión y mensa-
je necesitaban de un poder sobrehumano, es
decir, de un poder divino.
¿Que decía la gente después de escuchar las
enseñanzas de Jesucristo y ver cómo minis-
traba a las personas?
____________________________________
______________________________________
__________________(Lucas 4:31-32, 36-37).
De allí extraemos dos observaciones:
1. A los discípulos, Jesucristo les otorgó su
169
mismo poder y autoridad.
De acuerdo con los siguientes pasajes bíbli-
cos de Lucas 4, ¿qué es lo que hizo Jesucris-
to?
vv. 31-37
____________________________________
_____________________________________
vv. 38-39
____________________________________
_____________________________________
vv. 40-41
____________________________________
_____________________________________
vv. 42-44
____________________________________
_____________________________________
2. Jesucristo les dio poder y autoridad para
hacer lo mismo que él: predicar el reino de
Dios, echar fuera demonios y sanar a los en-
fermos.
Esa es la misión principal del discípulo:
Predicar el evangelio del reino de Dios. Ese
es el mensaje que nos toca anunciar hasta
que él venga por segunda vez.
C. La nota sobresaliente en el ministerio
de Jesucristo
Uno de los aspectos que nos llama la aten-
ción en el ministerio de Jesucristo es que la
predicación del reino de Dios estaba acom-
pañada de la sanidad de los enfermos y la li-
beración de demonios.
1. La predicación del evangelio del reino
de Dios no tiene que ver solo con palabras,
por muy lindas que estas sean, sino también
con hechos: Que los enfermos sean sanados,
que las personas vengan al conocimiento de
Cristo, y que los endemoniados sean librados
de esa esclavitud espiritual.
2. El mensaje del reino de Dios no solo ha-
bla acerca de la eternidad sino también de las
necesidades que el ser humano tiene en esta
tierra.
3. El mensaje de salvación del reino de
Dios es total: Espiritual, emocional y físico.
III. ¿Cuál es el mensaje para
nosotros hoy? - Lucas 10:1-20
Empecemos el estudio de esta sección bus-
cando la relación entre Lucas 9:1-6 y Lucas
10:1-16
¿Cuál era el número de los discípulos, tan-
to en Lucas 9 como en Lucas 10?
____________________________________
______________________________________
¿Cuál era el mensaje que debían anunciar
los 12 y los 70 discípulos?
____________________________________
_____________________________________
¿Cuál es la similitud entre Lucas 9:1-2 y
Lucas 10:9?
____________________________________
_____________________________________
Lucas 10:1-20 nos enseña varias verdades
de gran importancia para el discípulo y la
iglesia.
____________________________________
______________________________________
A. Cristo tiene discípulos en todas par-
tes y de todas las edades
1. Para iniciar su ministerio, él llamó a 12
discípulos.
2. Más adelante, también llamó a 70 discí-
pulos.
3. De acuerdo con la oración pastoral del
Señor en Juan 17:20-26, todo aquel que
cree en él y los sigue es también su discípu-
lo.
B. El discípulo tiene un solo mensaje
1. El discípulo fue equipado con el poder y
la autoridad del Señor para predicar el evan-
gelio del reino de Dios, hasta que él venga
por segunda vez.
2. El discípulo también fue equipado con
el poder y la autoridad del Señor para echar
fuera todos los demonios y para sanar a los
enfermos.
C. Para poder cumplir con su misión, el
discípulo no debe sobrecargarse con las
cosas materiales
1. No debe trabajar en el ministerio por la
ganancia que pudiera obtener, ya sea finan-
ciera, de poder o prestigio.
2. Debe comunicar el mensaje que recibió
con urgencia. Nada debe distraerlo de esa
responsabilidad.
CONCLUSIÓN
Nosotros, los discípulos, además de llevar
el mensaje, también debemos hacer discípu-
los y enseñarles todas las cosas que el Señor
nos ha enseñado, entre ellas, predicar el
170
evangelio del reino de Dios. A este mandato
lo acompaña una gran promesa, y Jesucristo
lo expresa de la siguiente manera: "Y he aquí
yo estoy con vosotros todos los días, hasta el
fin del mundo" (Mateo 28:20); es decir, has-
ta que él venga por segunda vez. Amén.
COMENTARIO DEVOCIONAL
De discípulos a apóstoles
(Mateo 10:1-4; Lucas 6:12-16)
Jesús tenía una multitud de discípulos bajo su
tutelaje directo. Hombres y mujeres como no-
sotros, personas vivas y reales con las que nos
podemos identificar. En la Biblia aparecen regis-
tradas sus características encantadoras pero tam-
bién sus defectos y debilidades. Ninguno era co-
nocido por su erudición ni por su gran saber.
Los discípulos –mathetes en griego– son
los "aprendices, estudiantes". No eran ora-
dores ni teólogos. No eran perfectos. No so-
bresalían por sus dotes naturales, por el con-
trario, eran proclives a equivocarse, lentos y
hasta torpes espiritualmente (Lucas 24:25).
Pero, con todas sus fallas y debilidades de
carácter, siendo hombres comunes y corrien-
tes, después de la ascensión de Jesús, trastor-
naron el mundo, dejando un impacto indele-
ble. "Estos que trastornan el mundo ente-
ro…" (Hechos 17:6).
Provenientes de un trasfondo mundano y
de ocupaciones terrenales, los doce fueron
seleccionados y llamados personalmente por
Jesús a un breve e intenso discipulado, en el
cual les transfirió la misión. Jesús los conocía
como solo su Creador los podía conocer.
Conocía sus fallas aun antes de elegirlos. Je-
sús estuvo con los discípulos enseñándoles a
orar, a perdonar y a servirse mutuamente con
humildad. Les dio instrucción moral, los ca-
pacitó para sanar enfermos, liberar de los de-
monios y hacer milagros.
Aunque la noche del arresto huyeron ate-
morizados y el programa parecía haber fraca-
sado, cuando se enteraron que Jesús había
resucitado volvieron a su llamado.
Por sí mismos eran ineptos para la tarea,
pero la llenura del Espíritu Santo los hizo
elegibles para el cargo apostólico. A los após-
toles –apostoloi en griego, que quiere decir
"mensajeros, enviados"– se les dio el cargo
de embajadores, y la autoridad de ser voceros
de Cristo. En Hechos Lucas reserva esta pa-
labra casi exclusivamente para los doce.
Los discípulos de hoy, además de llevar el
mensaje, tenemos que hacer discípulos y en-
señarles todas las cosas que el Señor nos ha
enseñado, entre ellas: Predicar el evangelio
del reino de Dios.
MATERIAL DE APOYO
Concepto de misión en las Escrituras
La revelación de Dios como Creador y
Redentor de la humanidad comienza a verse
con más claridad en la promesa dada a Abra-
ham por el pacto, en donde Dios les dijo que
todas las naciones de la tierra serían bendeci-
das por medio de él (Génesis 12:3).
Este tema universal sigue desarrollándose
en el Antiguo Testamento, particularmente
en los salmos y en los libros proféticos. Sin
embargo, Israel tendió a comprender su reli-
gión como monopolio étnico, y no cumplió
la misión señalada por Dios de ser luz a las
naciones (Isaías 42:6). De manera que Dios
tuvo que crear un nuevo Israel, la sociedad
universal de la Iglesia, para que sirviera co-
mo su agente misionero al mundo.
Cristo inició la misión primeramente con
los judíos, por medio de su propia actividad
misionera y con el envío de los 12 y los 70.
En el tiempo entre su resurrección y su as-
censión, Jesús indicó que la misión era explí-
citamente universal. Esto lo hizo por medio
de la Gran Comisión, a través de la cual en-
vía a toda la Iglesia, para ir a todo el mundo
Mis notas:
171
a predicar todo el evangelio. El libro de He-
chos y las epístolas registran cómo la Iglesia
Primitiva cumplió el mandato de su Señor y
llevó el evangelio hasta lo último de la tierra
en el mundo que conocían (Hechos 1:8).
El significado teológico de misión
El objetivo fundamental de la misión es
glorificar a Dios al cumplir sus propósitos
redentores para la humanidad mediante la
extensión del reino de Dios. Este objetivo
evangelístico está delineado en la Gran Co-
misión: (1) Hacer discípulos, (2) e incorpo-
rarlos a la Iglesia. No debemos pensar que el
compromiso evangélico hacia el evangelis-
mo bíblico excluye la preocupación social y
la búsqueda de justicia social para todos;
más bien, se requiere de este aspecto como
corolario apropiado del evangelismo.
La misión de la Iglesia la deben iniciar es-
pecialistas (misioneros, evangelistas y quie-
nes establecen nuevas iglesias). Sin embar-
go, se cumple mejor el objetivo cuando to-
dos los creyentes se comprometen a testifi-
car usando sus dones espirituales, en res-
puesta al llamado y a la necesidad del minis-
terio. Esto puede ser en tribus o en las gran-
des metrópolis del mundo.
–Paul R. Orjala. Notas de clase
Lección 8
El ministerio de Jesucristo y el
mensaje del reino de Dios
Para estudio: Mateo 4:12-25; Marcos 1:9-15
Para memorizar: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres (Mateo 4:19).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
Conocí al Señor a la edad de 16 años. Para
mí todo era nuevo: La clase de escuela domi-
nical para adolescentes, los temas que trata-
ban, el libro que leían, las conversaciones y
aun las canciones que cantaban.
Creo que fue al tercer mes cuando el profe-
sor de la escuela dominical comenzó la lección
con la siguiente pregunta: ¿Cuál es el tema
principal de los Evangelios de Mateo, Marcos
y Lucas?
Yo no sabía nada. Recién estaba conocien-
do la Biblia. Pero mis compañeros de clase sí
sabían. Las respuestas que dieron fueron las
siguientes: "Cristo es el Salvador", "la muerte
de Cristo", "Cristo es el Hijo de Dios", "el
evangelio de las buenas noticias", etc.
Después de escuchar esas respuestas y algu-
nas más, el profesor les dijo: "Todas las res-
puestas son buenas. Están en los Evangelios y
en la Biblia. Sin embargo, hay un tema que sin
él las respuestas que ustedes dieron no ten-
drían sentido".
Bueno, en mi opinión estábamos en lo mis-
mo. Mientras tanto, el profesor nos miraba
como queriendo encontrar la respuesta, y lue-
go expresó: "El reino de Dios es el tema prin-
cipal de los Evangelios".
¿Por qué?
1. Con ese tema Jesús inició su predicación
(Mateo 4:17; Marcos 1:14).
2. Es el tema de todas las parábolas (reino
de Dios o de los cielos).
3. Es el tema que pronunció en la última ce-
na (Mateo 26:29; Marcos 14:25; Lucas
22:16).
4. Jesucristo vivió, ministró y murió pensan-
do en el reino de Dios.
Por lo tanto, hoy comenzaremos nuestro
172
estudio sobre este tema, y lo haremos de la
siguiente manera:
Primero, veremos que este tema ya estaba
presente durante el bautismo de Jesucristo.
Segundo, veremos que el tema del reino de
Dios estaba presente durante el ministerio de
Jesucristo en Galilea.
Tercero, también el tema del reino de Dios
estaba presente en el ministerio de Jesucristo
en Cesarea de Filipos.
Cuarto, veremos lo que Jesucristo enseñó
en Jerusalén en relación al reino de Dios, en
su última semana de vida.
I. El bautismo de Jesús y el mensaje
del reino de Dios Marcos 1:9-11
Lea Marcos 1:9-11 y escriba o mencione
cuáles son, en su opinión, los dos o tres even-
tos importantes que se encuentran en este re-
lato.
1.
_____________________________________
2.
_____________________________________
3.
_____________________________________
A. El bautismo de Jesús fue un momento de
decisión
¿Por qué el bautismo de Jesús fue un mo-
mento de decisión?
1. Cuando Jesucristo tenía 12 años estaba en
el templo "sentado en medio de los doctores
de la ley, oyéndoles y preguntándoles" (Lucas
2:46). Sus padres, María y José, después de
encontrarlo, porque creían que se había perdi-
do, le dijeron: "Hijo, ¿por qué nos has hecho
así? He aquí tu padre y yo te hemos buscado
con angustia". La respuesta de Jesucristo fue:
"¿No sabíais que en los negocios de mi Padre
me es necesario estar?"
2. Desde entonces, Jesucristo sabía que de su
misión especial de lo alto, solo estaba buscan-
do el momento oportuno para desarrollarla, y
lo encontró por medio de Juan el Bautista.
B. El bautismo de Jesús fue el momento de
confirmación de su ministerio
¿Cuál fue esa confirmación?
1. Se abrieron los cielos.
2. El Espíritu de Dios descendió sobre él.
3. La voz del cielo que dijo: "Tú eres mi Hi-
jo amado; en ti tengo complacencia".
¿Cuál es la relación entre Marcos 1:11, Sal-
mos 2:7 e Isaías 42:1?
_____________________________________
______________________________________
______________________________________
"Mi hijo eres tú", o "tú eres mi hijo ama-
do", era la frase que se usaba para coronar al
rey y cuando eso sucedió en su bautismo, Je-
sús vio su propio destino como el llamado de
Dios a ser el Mesías que el pueblo esperaba. Y
con el descenso del Espíritu de Dios sobre él
comprendió que tenía la autoridad para ser el
Mesías y el Rey del nuevo reino que iba a
inaugurar.
II. Su ministerio en Galilea y el mensa-
je del reino de Dios Marcos 1:15, 35-39
En el pasaje de esta sección, especialmente
en Marcos 1:15, hay tres elementos importan-
tes para el inicio del ministerio de Jesucristo
en Galilea.
Lea Marcos 1:15. ¿Cuáles son esos elemen-
tos importantes?
_____________________________________
_______________________________________
A. "El tiempo se ha cumplido"
El "tiempo" al cual se refiere Marcos es, des-
de nuestro punto de vista, el tiempo señalado
por Dios para la manifestación del reino mesiá-
nico. Se trata del reino de Dios y la predicación
de las buenas nuevas, las mismas que se en-
cuentran en relación con lo dicho por el profe-
ta en Isaías 52:7. Es decir, había llegado o se
había cumplido el tiempo profetizado por
Isaías.
B. "El reino de Dios se ha acercado"
Aquel reino que había esperado el pueblo
por tanto tiempo estaba a las puertas y más
173
cerca de lo que ellos pensaban. Esas eran las
buenas noticias. Lamentablemente, los ojos es-
pirituales del pueblo, y especialmente de los lí-
deres religiosos, no alcanzaron a ver esa reali-
dad; y en lugar de proclamarla, crucificaron al
Mesías que les trajo ese reino esperado.
C. "Arrepentíos y creed en el evangelio"
Las características del reino que Jesucristo
estaba inaugurando eran las siguientes:
1. Era un reino divino, en contraste con el
reino terrenal que esperaban los judíos, el
pueblo de Dios.
2. Era un reino que se inauguraría por me-
dio de la paz y no de la fuerza.
3. Es un reino al que, para entrar en él, de-
bemos arrepentirnos y creer en el evangelio,
es decir, en Cristo el Hijo de Dios.
III. Su ministerio en Cesarea de Fili-
pos y el mensaje del reino de Dios
Marcos 8:27-34
Durante casi dos años, Jesucristo estuvo
predicando el mensaje del evangelio del reino
de Dios. Y estando con sus discípulos en las
aldeas de Cesarea de Filipos, y antes de dirigir-
se hacia Jerusalén, quería que sus discípulos
comprendieran el mensaje del reino de Dios.
Por eso les preguntó: "¿Quién dicen los hom-
bres que soy yo?"
A. Respuesta de sus discípulos
La gente creía, de acuerdo al informe de sus
discípulos, que Jesús era Juan el Bautista resu-
citado. Otros decían que era el profeta Elías o
algún otro gran profeta.
Esto nos enseña que no es suficiente saber lo
que otra gente dice acerca de Jesús, sino que
es necesario conocerlo personalmente. Por esa
razón Jesucristo les preguntó: "¿Y vosotros,
quién decís que soy?" (v. 29).
B. La respuesta de Pedro
Cuando escuchó la pregunta, Pedro inmedia-
tamente expresó lo que el grupo de los discípu-
los pensaban acerca de su maestro. Posiblemen-
te ellos habían hablado o comentado al respec-
to, llegando a una conclusión, la cual Pedro ex-
presó respondiéndole: "Tú eres el Cristo".
C. El comentario de Jesucristo (9:31-33)
¿La respuesta de Pedro fue la correcta? Sí, y
Jesucristo la aceptó. Al respecto podemos de-
cir lo siguiente:
Primero, que después de esa confesión, les
pidió que no "dijeran esto de él a nadie".
 ¿Por qué? Si la gente hubiese sabido que el
Mesías, el Cristo, el Ungido de Dios, estaba
en medio de ellos, lo hubiesen coronado co-
mo rey. Eso hubiese impedido que Cristo fue-
ra a la cruz del Calvario.
Segundo, les dijo que era necesario que "el
Hijo del hombre padeciera mucho". No se
refirió a sí mismo como el Cristo, o el Mesías,
sino como el Hijo del hombre, en referencia
a Daniel 7:13.
Tercero, Pedro comprendió muy bien lo
que Jesús había dicho, por eso quiso impedir
que Jesucristo padeciera en la cruz. ¿Por qué?
Sencillamente porque Pedro creyó en el reino
de Dios en términos humanos y no divinos.
CONCLUSIÓN
Era necesario que no solo Pedro sino tam-
bién los otros discípulos, comprendieran que
el reino de Dios sería establecido no con ejér-
cito sino por medio de la muerte de Jesucris-
to. Ese era su plan y voluntad.
Por lo tanto, todos los que deseen entrar o
pertenecer a ese reino deben arrepentirse de sus
pecados y creer en Jesucristo, el Hijo de Dios.
COMENTARIO DEVOCIONAL
El general Booth
(Mateo 6:33)
Todos sabemos que los reinos de la tierra
son temporales. Basta con leer mapas de 10,
20 o 30 atrás para ver que esto es así.
No obstante, debemos dar gracias a Dios
de que hay un reino eterno y permanente al
que los hijos de Dios tenemos entrada por-
que, a través de Cristo, hemos adquirimos la
ciudadanía. Este reino tiene sus normas y le-
yes. Podríamos decir que su Código civil es
el Sermón del Monte, en el cual Dios pro-
mulga sus leyes y promesas.
Si usted quiere tener plenitud de vida y vi-
vir en paz, conságrese a las cosas de Dios.
No ponga ninguna cosa por encima de
Dios. ¿Cuál es el primer mandamiento?
"Amar a Dios sobre todas las cosas". Ese
versículo no es para los inconversos; ellos no
pueden buscar el reino, porque antes de
buscar el reino uno debe convertirse. Este
mandamiento es para los creyentes que no
estamos buscando primeramente el reino de
Dios o amando a Dios por encima de todas
las cosas.
Siempre que usted ponga cualquier cosa
antes que a Dios sufrirá grandes desilusio-
nes. Por eso él dice: "Mas buscad primera-
174
mente el reino de Dios y su justicia, y todas
estas cosas os serán añadidas".
Cuando el fundador del Ejército de Salva-
ción, el general William Booth, quedó cie-
go, su hijo Branwell se encargó de darle la
noticia. Una vez que se la había dado, el ge-
neral le preguntó: "¿Quieres decir que estoy
ciego, que no te volveré a ver más?" Su hijo
le respondió: "Me temo que sí, papá".
Entonces, el general movió su mano por
encima del cubrecama hasta alcanzar la ma-
no de su hijo, y dijo: "Branwell, con mi vis-
ta he hecho por el reino de Dios todo lo que
pude, ahora sin mi vista haré por el reino de
Dios todo lo que pueda". No hubo murmu-
raciones ni lamentos; porque este hombre
no tenía su confianza en sus ojos sino en el
Dios todopoderoso que no muere, que no
nos abandona ni cambia.
MATERIAL DE APOYO
El reino de Dios
"Para apreciar el significado de este térmi-
no en su uso histórico, bíblico y teológico,
es esencial comprender su término correlati-
vo: ‘rey’. El concepto israelita del término
‘rey’ y sus derivados tuvo su raíz lingüística
en la comprensión sirocananea del ‘Dios su-
premo’ como rey con autoridad ilimitada.
Dicha autoridad tomó dos formas: Una afir-
maba que ‘Jehová es rey’ (el modo esencial,
u ontológico: Salmos 93:1; Jeremías 10:7);
la otra, que ‘Jehová ha probado que es rey’
(el modo existencial, o dinámico: Salmos
47:8; 97:1).
"El tema del reino de Dios en el Nuevo
Testamento afirma la continuidad de sus raí-
ces en el Antiguo Testamento. Solo Dios es
verdaderamente digno de realeza, contra
‘los reyes de la tierra’ (Mateo 17:25). La
evaluación positiva de la monarquía davídica
y sus implicaciones mesiánicas es impresio-
nante (2 Samuel 7; Hechos 13:22), aunque
solo se exalta a otro rey, Melquisedec (Géne-
sis 14:18; Hebreos 7:1ss.), tipo de Cristo, el
sumo sacerdote, Hijo de David.
"Juan el Bautista se convirtió en el factor
de cambio en la comprensión del ‘reino’,
puesto que surgió en el punto convergente
de la predicción profética y el cumplimiento
escatológico (véase Lucas 7:28), con un lla-
mado al arrepentimiento y al bautismo que
se pueden explicar razonablemente solo des-
de un punto de vista mesiánico, escatológi-
co del reino de Dios. Con su enfoque en el
inminente juicio de Dios, y el advenimiento
de otro hombre más poderoso que él (Ma-
teo 3:7-11), invita a la comparación con Je-
sús y el mensaje de él. De hecho, se sugiere
(Lucas 16:16) que la historia puede dividir-
se en dos fases: La ley y los profetas antes de
Juan, y la presencia del reino de Dios des-
pués de Juan (compárese con Mateo 5:17;
11:11ss).
"Esta nueva era de salvación exhibe el rei-
no de Dios presente como la dinámica de la
actividad divina. Es el gobierno soberano de
Dios, aquí y ahora, que desafía y demanda
nuestra respuesta. Es social en naturaleza,
porque el reino se compone de personas re-
dimidas que fungen a menudo bajo presión
y oposición. Es salvador, en el sentido de
Mis notas:
175
que la exhortación al arrepentimiento está
presente junto con la oferta de misericordia
en las palabras y obras de Jesús (Isaías 52:7;
Marcos 1:15). Es puramente de carácter re-
ligioso, un reino que trasciende linderos
nacionalistas (Mateo 4:1-11). En la vida y
muerte de Jesús, el reino de Dios presente
y futuro están lado a lado.
"El reino de Dios, por lo tanto, en reali-
dad está presente en el ministerio de Jesús,
predicando un nuevo modelo de vida, afir-
mado cristocéntricamente, y relacionado
con un rey que funciona como Padre" (Ma-
teo 6:9 ss).
–John S. Lown. Diccionario
Teológico Beacon. p. 583.
Lección 9
La santidad y la segunda venida
Pasaje para estudiar: 1 Tesalonicenses 3:11-13; 5:23-24; 2 Pedro 3:1-14; 1 Juan 3:1-3
Texto para memorizar: Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así
como él es puro (1 Juan 3:3).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
Durante mi ministerio pastoral en una igle-
sia de San Antonio, Texas, un domingo, co-
mo era mi costumbre, llegué temprano.
Cuando entré, un hombre me esperaba. Des-
pués de saludarlo y presentarme como el pas-
tor de la iglesia, él me dijo que era evangelis-
ta y que deseaba hablar conmigo. Pasamos a
mi oficina y, para mi sorpresa, la primera pre-
gunta que me planteó fue la siguiente: "Pas-
tor, desearía saber cuál es su teoría en relación
a la segunda venida de Cristo".
Justo cuando iba responder a su pregunta,
me mostró los bosquejos de sermones que él
había preparado sobre la segunda venida del
Señor. Traía bosquejos sobre el milenio, el
rapto, la tribulación, el anticristo, la bestia, la
resurrección, etc.
Después de ver esos bosquejos, le dije:
"Hermano, yo no tengo una teoría sobre la
segunda venida de Cristo, sino la seguridad
de que Cristo viene por segunda vez".
Además agregué: "En sus bosquejos sobre
el tema no veo nada acerca de la preparación
espiritual que los cristianos deben tener para
recibir al Señor. Tampoco leo en sus bosque-
jos la necesidad de vivir en santidad para ver
al Señor. La Biblia dice que ‘sin santidad, na-
die verá a Dios’.
La palabra de Dios nos enseña que no po-
demos separar una vida de santidad aquí en
la tierra de la segunda venida de Cristo. Los
dos temas van de la mano (Salmos 15; 24:3-
6; Mateo 5:48; Hebreos 12:14).
I. La Biblia y la enseñanza sobre la
santidad
Sería imposible estudiar todo lo que la Bi-
176
blia enseña sobre el tema de la santidad; sin
embargo, como el refrán dice: "para muestra
basta un botón", veremos en forma muy bre-
ve cómo el Antiguo y el Nuevo Testamentos
nos instruyen al respecto.
A. La santidad en las enseñanzas del An-
tiguo Testamento (Éxodo 15:11; Levítico
11:44-45; Salmos 11:1-7; 24:3-6)
Lea los siguientes pasajes bíblicos, y expli-
que brevemente lo que nos enseñan sobre el
tema de la santidad:
Éxodo 15:11
____________________________________
_____________________________________
Levítico 11:44-45
____________________________________
_____________________________________
Salmos 24:3-6
____________________________________
_____________________________________
¿Cuál es el mensaje de estos pasajes para
nosotros hoy?
Primero, que Jehová, nuestro Dios, es san-
to. No hay otro como él.
Segundo, que Jehová, nuestro Dios, quie-
re que seamos santos como él es santo. Nos
dice: "Seréis, pues, santos, porque yo soy
santo" (Salmos 11:45).
Tercero, si deseamos entrar a su lugar san-
to debemos tener las manos limpias y el co-
razón puro, es decir, debemos ser santos.
B. La santidad en las enseñanzas del Nue-
vo Testamento (1 Tesalonicenses 3:11-13;
5:23; Hebreos 12:14; 1 Pedro 1:15-16)
Lea los siguientes pasajes bíblicos y expli-
que brevemente lo que el Nuevo Testamen-
to nos enseña en relación al tema de la santi-
dad:
1 Tesalonicenses 3:11-13
____________________________________
______________________________________
1 Tesalonicenses 5:23
____________________________________
______________________________________
Hebreos 12:14
____________________________________
______________________________________
1 Pedro 1:15-16
____________________________________
______________________________________
¿Cuál es el mensaje de estos pasajes para
nosotros hoy?
Primero, que debemos vivir en santidad y
de esa manera seremos irreprensibles cuando
Cristo venga con todos sus santos.
Segundo, que debemos ser santos, porque
sin la santidad no podremos ver a Dios.
Tercero, que Dios, quien nos llamó, es san-
to, por lo cual también nosotros debemos
ser santos como él es santo.
Como vimos, tanto en el Antiguo Testa-
mento como en el Nuevo, no hay ninguna
contradicción respecto de las enseñanzas de
una vida santa. Dios es santo, por lo tanto
quiere que nosotros seamos santos como él,
y que tengamos ese estilo de vida hasta que
Cristo venga.
¿Y cuál es la razón para practicar ese estilo
de vida cristiana? La Biblia dice que sin "san-
tidad" no podremos ver a Dios. Es esa la ra-
zón.
Entonces vemos que hay una relación ínti-
ma entre las enseñanzas de la segunda veni-
da de Cristo y las enseñanzas de una vida de
santidad.
II. La santidad en las enseñanzas de
los apóstoles
Por razones de espacio, veremos solo aque-
llas enseñanzas que los apóstoles Pedro y Pa-
blo nos dejaron por medio de sus cartas.
A. La santidad y la segunda venida en las
enseñanzas de Pablo
En las enseñanzas del apóstol Pablo hay
tres temas principales que resumen toda su
teología: La justificación por medio de la fe
en Cristo, la segunda venida como nuestra
177
esperanza de la vida eterna, y la vida de san-
tidad en Cristo.
¿Qué dicen los siguientes pasajes al respec-
to?
Romanos 1:16-17
____________________________________
______________________________________
2 Tesalonicenses 2:1-3
____________________________________
______________________________________
1 Tesalonicenses 3:12-13
____________________________________
______________________________________
En resumen, lo que Pablo nos enseña es lo
siguiente:
1. En contraste con el mundo donde no
hay justicia, Pablo dice que la justicia de
Dios la encontraremos solo en el evangelio
predicado por Cristo. Más tarde, en Roma-
nos 5:1, Pablo estaría repitiendo la misma
enseñanza.
2. Pablo se refiere a la segunda venida de
Cristo como nuestra reunión con él.
3. Para lograr esa reunión con Cristo nues-
tra vida debe ser santa delante de Dios, nues-
tro Padre.
B. La santidad y la segunda venida de
Cristo en las enseñanzas de Pedro
Pedro es el que confesó que Jesucristo era
el Mesías, el Hijo de Dios, pero también el
discípulo que negó a su Maestro tres veces.
Las enseñanzas de Pedro en relación a la
segunda venida de Cristo, son las siguientes:
¿Qué dicen estos pasajes al respecto?
1 Pedro 1:3-5
____________________________________
______________________________________
1 Pedro 1:13-16
____________________________________
______________________________________
2 Pedro 3:10-12
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______________________________________
Pedro nos dice:
1. En Cristo tenemos una esperanza viva. Es-
ta vida no termina con la muerte, sino que nos
espera otra vida, y esto es una realidad gracias
a la resurrección de Jesucristo de los muertos.
Pero si queremos esa nueva vida debemos
aceptar la salvación que Cristo nos otorgó en
la cruz del Calvario, y esa salvación la tendre-
mos solo mediante nuestra fe en él.
2. Esa nueva vida en Cristo nos capacita pa-
ra vivir sobriamente y en santidad. Pedro ci-
ta el pasaje de Levítico 11:44-45 para recor-
darnos que debemos ser santos como Dios
es santo.
3. Pedro afirma que Jesucristo vendrá nue-
vamente. Esa venida será repentina, "como
ladrón en la noche". Por lo tanto, si la se-
gunda venida del Señor es una realidad, la
exhortación de Pedro es la siguiente: "¡Có-
mo no debéis vosotros andar en santa y pia-
dosa manera de vivir, esperando y apresurán-
doos para la venida del día de Dios...!" (2
Pedro 3:11-12).
CONCLUSIÓN
¿Qué es lo que aprendimos en la lección de
hoy respecto del tema de la santidad y la se-
gunda venida de Cristo?
1. El Antiguo Testamento nos dice que Je-
hová, nuestro Dios, es santo. No hay otro co-
mo él. Por lo tanto, Dios quiere que seamos
santos como él es santo porque esa es la con-
dición para que entremos a su lugar santo.
2. En el Nuevo Testamento el tema se re-
pite. Ante Dios debemos vivir una vida de
santidad. Es la condición para ver a Dios.
3. Y por último, los apóstoles Pablo y Pe-
dro enseñan lo mismo. En Cristo tenemos
una nueva vida que nos capacita para vivir en
santidad, y ese estilo de vida debemos practi-
carlo hasta que el Señor sea manifestado en
su segunda venida.
Brevemente escriba, ¿cómo aplicará estas
enseñanzas en su vida durante la semana que
viene?
____________________________________
_____________________________________
______________________________________
COMENTARIO DEVOCIONAL
Compra, cambio o donación
(1 Juan 3:24)
Compra, cambio o donación son las tres
formas en las que cualquier hombre honrado
puede obtener posesión de alguna cosa.
¿Puede alguien comprar la plenitud del Es-
píritu Santo? Simón el mago fue reprendido
severamente por querer hacerlo (Hechos
8:18).
El joven rico podría haber cambiado sus
posesiones por una vida más abundante y no
178
lo hizo. ¿Has intentado alguna vez negociar
con Dios ofreciéndole algunos fragmentos
de tiempo, algunos retazos de energía, algún
segmento de talento a cambio de la plenitud
de su Espíritu?
En 1 Juan 3:24 dice que el Espíritu Santo
se nos ha dado. Cuando alguien nos da algo,
lo único que podemos hacer es recibirlo y
agradecerle al dador.
Dios nos ofrece la plenitud del Espíritu
Santo como un don. ¿Está orando por esa
plenitud? ¿Está rehusando el don hasta que
se crea digno de recibirlo? ¿Está intentando
neciamente llenarse del Espíritu con sus pro-
pios esfuerzos? Si le dice a Dios que anhela
ser lleno del Espíritu Santo, reclame su ple-
nitud como un derecho de nacimiento. To-
me el don y úselo inmediatamente para la
obra de Cristo. Por un acto de fe puede re-
cibir la plenitud del Espíritu Santo. Permíta-
me sugerirle algunas reglas simples para reci-
bir tan grande bendición:
1. Esté seguro de su salvación.
2. Entréguele completamente su vida al Se-
ñor. Si hay algo grande o pequeño que se
constituye en argumento u obstáculo entre
usted y Dios, abandónelo. El Señor da el Es-
píritu Santo a los que lo obedecen.
3. Implore la limpieza de la sangre de Cris-
to para su corazón carnal.
4. Pídale al Espíritu Santo que venga a su
corazón. "Cuánto más vuestro Padre Celes-
tial dará el Espíritu Santo a los que se lo pi-
dan". Pídalo. "No tenéis porque no pedís".
5. Crea y espere recibirlo. Las bendiciones
de Dios están condicionadas por la fe del que
pide.
6. Viva en santidad y conserve ese estilo de
vida hasta que él venga. Esa es la condición
para ver a Dios.
MATERIAL DE APOYO
Santidad
"Cada cultura diferencia lo sagrado de lo
secular, y tiene una terminología para hacer
tal distinción. Canaán ya tenía esos términos
cuando Israel adoptó su lenguaje. El proble-
ma consistía en que lo que era santo para los
cananeos era abominable para Jehová (Gé-
nesis 38:21-23; Deuteronomio 23:17-18).
"En el Nuevo Testamento hay cinco térmi-
nos que se traducen como santo: ierós, osíos,
semnós, ágios, agnós. Todos ellos, sin em-
bargo, estaban relacionados a dioses paga-
nos, sus templos o sus servicios.
"Desde el punto de vista bíblico, la santi-
dad proviene solo de la asociación con la pre-
sencia de Jehová y es una santidad impartida.
Donde está él, su presencia santifica o juzga.
Sin su presencia, todo es profano. Su santi-
dad es impartida donde su presencia es bien-
venida. Y donde su presencia es rechazada,
su santidad inexorablemente trae juicio. En
Levítico, ciertas frases de afirmación de la ley
se usan como sinónimo, son intercambiables
y expresan esta identificación entre Jehová y
la santificación: "Yo Jehová vuestro Dios",
"Yo Jehová", "Sed santos, porque yo Jehová
soy vuestro Dios", "Santo soy yo Jehová que
os santifico" (Levítico 19:1, 4, 10, 12; 20:7,
24, 26; 21:8, 12, 15, 23, y otros).
"La santidad no debe tratarse sencillamen-
te como otro atributo de Dios. Si se piensa
así, debe ser considerado como el atributo de
los atributos, la esencia del carácter de Dios
que determina la naturaleza de sus atributos.
Es la brillantez máxima de la bondad del
Dios viviente.
"La santidad de Dios habla de la diferencia
que hay entre él y sus criaturas en términos
Mis notas:
179
de su trascendencia, majestad, perfección
moral y ética, y amor soberano. Cuando el
hombre es confrontado por la santidad de
Dios, se ve abatido por la conciencia de su
naturaleza de criatura y de su pecado. Su res-
puesta debe ser temor, reverencia y culpabi-
lidad (Éxodo 20:18-19; Isaías 6:5-7; Lucas
5:8; Apocalipsis 1:17). Para el hombre, esta
santidad divina es atractiva y a la vez repelen-
te (Salmos 96:9; 99:1-3, 9). Para el hombre
que no abandona su pecado, es destrucción
(Éxodo 32; Número 11:1-3).
"La santidad de Dios es siempre moral y
ética; y siempre está relacionada con su amor.
El Decálogo, dado a un pueblo a quien Dios
redimió amorosamente, es una expresión de
esto (Éxodo 20:2). Él los busca para sí, pero
el mismo amor santo que los busca y los redi-
me demanda que sean como él es. La comu-
nión con el Santo debe y puede basarse úni-
camente en la santidad, por lo que su amor y
su ira nunca se separan. Ambos son expresio-
nes inevitables de su santidad".
–Dennis F. Kinlaw.
Lección 10
El anticristo, la tribulación y otros
temas aterradores
Pasaje de estudio: 1 y 2 Juan; Apocalipsis 7:9-14
Texto para memorizar: El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve.
Amén; sí, ven, Señor Jesús (Apocalipsis 22:20).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
En uno de los períodos de descanso, en la
universidad donde enseñaba, escuché la si-
guiente conversación:
—¿Fuiste a la iglesia de Palo Alto? —pre-
guntó una estudiante.
—Anoche estaba allí, ¡y predicaron el ser-
món más aterrador que escuché en mi vida!
—No, respondió otro estudiante, no he es-
tado allí, pero estoy seguro que el mensaje
que escuchaste no fue tan aterrador como el
que oí anoche en la iglesia a donde fui. Habla-
ron de la bestia, Irak y Rusia.
Durante un mes los estudiantes visitaron va-
rias iglesias con el propósito de escuchar men-
sajes sobre la segunda venida de Cristo. Uno
de ellos describió que algunos sermones sobre
el tema parecían una "versión cristiana de las
películas de terror".
Posiblemente nosotros no califiquemos esos
sermones de la misma forma en que lo hicie-
ron esos estudiantes, pero sí estamos de
acuerdo en que la mayoría de los mensajes so-
bre la segunda venida apelan al temor. Ade-
más, usan palabras que están en la Biblia, pe-
ro que generalmente nosotros no las emplea-
mos en nuestro diálogo cotidiano.
Por ejemplo, algunas de ellas son: "El anti-
cristo", "la marca de la bestia", "la tribula-
ción", etc. Por el temor que infunden esos
mensajes, mucha gente teme el regreso de
Cristo.
Nosotros, los hijos de Dios, creemos, tal co-
mo lo dice la Biblia, que el día de la segunda
venida de Cristo será un día de gozo y alegría.
Por esa razón debemos estudiar el tema tal
como lo enseña la palabra de Dios. Es cierto
que hay términos que a nosotros nos resultan
180
extraños, pero los escritores sagrados los usa-
ron para explicar los grandes acontecimientos
que se darían antes y durante la segunda veni-
da de Cristo.
Hay dos términos que es necesario conocer
para comprender mejor el tema de la segunda
venida de Cristo: El anticristo y la tribulación.
I. El anticristo - 1 y 2 Juan
Lean los siguientes pasajes bíblicos y escri-
ban lo que ellos dicen respecto del anticristo:
1 Juan 2:18-19
_____________________________________
______________________________________
1 Juan 4:1-3
_____________________________________
_______________________________________
2 Juan 1:7-9
_____________________________________
_______________________________________
A. Significado de la palabra "anticristo"
Anticristo es una palabra que viene del idio-
ma griego y significa alguien que se opone a
Cristo o que toma su lugar. Especialmente se
refiere a un personaje que ha de venir antes de
la "hora final" o del fin del mundo.
B. El anticristo desde el punto de vista del
apóstol Juan
Como ya lo notamos, la palabra anticristo
aparece en la Biblia cuatro veces, y todas están
en las epístolas de 1 y 2 Juan.
De acuerdo a lo que Juan expresa, ¿qué es
lo que niega el anticristo?
1 Juan 2:22
_____________________________________
______________________________________
1 Juan 4:3
_____________________________________
______________________________________
2 Juan 1:7
_____________________________________
______________________________________
El anticristo, de acuerdo a las enseñanzas de
Juan, niega:
1. Que Jesús sea el Cristo.
2. Al Padre y al Hijo.
3. Que Jesucristo haya venido en carne, es
decir, que es Dios encarnado.
Estos pasajes nos muestran que anticristo es
toda enseñanza, actitud o espíritu que recha-
za la verdad que es Cristo.
C. ¿Es posible que hoy tengamos "anti-
cristos" a nuestro alrededor?
Desde el punto de vista de Juan, sí, es posi-
ble que tengamos anticristos a nuestro alrede-
dor. Por ejemplo, 1 Juan 4:3 declara que el es-
píritu del anticristo es cualquier espíritu que
no confiesa la deidad de Cristo. A partir de esa
afirmación podríamos decir que toda persona
que niega a Cristo es un anticristo.
Sin embargo, el contexto de las cartas nos
da a entender que esas personas, las que nega-
ban la deidad de Cristo, eran parte de la igle-
sia y enseñaban falsas doctrinas respecto del
Señor.
II. La tribulación
Mateo 24:21 y Apocalipsis 7:14
El tema de la tribulación está muy relaciona-
do al concepto del anticristo. Se refiere a un
tiempo de aflicción y sufrimiento intensos,
justamente antes de la segunda venida. La
"gran tribulación" es un término que aparece
en Mateo 24:21 y en Apocalipsis 7:14.
Aunque muchos estudiosos de la Biblia po-
seen diferentes opiniones respecto de la inter-
pretación de la gran tribulación, nosotros es-
tudiaremos el tema tal como lo relata la Bi-
blia.
A. Señales antes del fin (Mateo 24:3-21)
Lea Mateo 24:3-21 y escriba brevemente
los eventos que sucederán antes del fin:
_____________________________________
______________________________________
______________________________________
______________________________________
181
Jesús advierte a sus discípulos que, al llegar
el fin, habrá una gran tribulación cual nunca
se ha experimentado antes. El contexto men-
ciona la "abominación desoladora" (v. 15), di-
ce que se acortarán los días por causa de los
elegidos (v. 22), y habla de falsos profetas y
falsos mesías (vv. 23-24).
B. ¿La tribulación será antes o después de
la segunda venida de Cristo?
A continuación describiremos brevemente
tres puntos de vista sobre el tema:
1. Muchos dicen que Cristo vendrá y se lle-
vará a la Iglesia al cielo antes que principie la
tribulación. Declaran que esta no será la se-
gunda venida porque Cristo solo estará "en el
aire" (1 Tesalonicenses 4:17). Luego seguirán
siete años de gran tribulación, durante los
cuales Israel se convertirá. Después de esos
siete años, Cristo regresará en su segunda ve-
nida para establecer el reino milenial.
2. Otros creen que la Iglesia sufrirá toda la
tribulación.
3. En cambio, hay quienes dicen que la tri-
bulación de la que habla Apocalipsis 7:14 des-
cribe muy bien los sufrimientos que experi-
mentaron los cristianos en la primera guerra
judía, del año 66 al 70 d.C. También indican
que la palabra griega que se traduce como
"tribulación", en los pasajes mencionados,
describe presión, persecución, problema, aflic-
ción y sufrimiento.
CONCLUSIÓN
¿Entonces qué es lo que ocurrirá finalmen-
te?
En esta lección planteamos brevemente lo
que la Biblia dice en relación al anticristo y a
la tribulación. Y de paso, mostramos diferen-
tes opiniones en cuanto a la interpretación, es-
pecialmente en relación al tema de la tribula-
ción.
Reconocemos que es fácil confundirse con
tantas interpretaciones diferentes. Lo bueno
es que para ser salvos no debemos entender
todos los detalles, sino poner nuestra fe en la
gracia de Dios.
A continuación, damos algunos consejos:
1. La Biblia es muy clara al afirmar que Cris-
to regresará. Dice que los muertos resucitarán
y que los que estén vivos serán arrebatados pa-
ra que estén con él.
2. La Escritura también advierte que nadie
sabe el día ni la hora en que todo esto sucede-
rá. Pero nos dice que debemos estar prepara-
dos para la venida del Señor. No necesitamos
conocer la identidad del anticristo ni de la
bestia, tampoco si esos seres se manifestarán
en los últimos tiempos.
3. Si creemos en Cristo y vivimos de acuer-
do a la voluntad de Dios, no tenemos por qué
temer a la tribulación porque Dios nos prote-
gerá. Por eso, es necesario vivir bajo su cuida-
do.
4. Por último, no deben atemorizarnos las
imágenes de "bestias", "anticristos" y "tribu-
lación". En 1 Tesalonicenses 4:18, Pablo les
dijo a los creyentes de Tesalónica que deben
alentarse unos a otros con el mensaje del re-
greso de Cristo. La genuina enseñanza cristia-
na acerca de la segunda venida trae esperanza,
gozo y alegría, en lugar de temor.
COMENTARIO DEVOCIONAL
Su promesa no tarda
(2 Pedro 3:9-14)
Desde el Génesis hasta el Apocalipsis todas
las promesas del Señor se han cumplido y se
cumplirán fielmente. Prueba de ello es la pri-
mera venida y la obra redentora del Salvador.
Cuando llegó la hora de su muerte, Jesús
dijo: "Padre, la hora ha llegado" (Juan 17:1).
Así llegaron sucesivamente la resurrección, la
ascensión, el Espíritu Santo y llegará la hora
de su segunda venida.
Hoy más que nunca creemos que su venida
será pronto; todo a nuestro alrededor lo evi-
dencia. La Iglesia es amonestada una y otra
vez a estar apercibida. La promesa de Cristo a
los suyos fue que volvería para llevarlos con él.
Tanto el encuentro como la ceremonia se ce-
lebrarán en el aire, mientras que en la tierra
los que no fueron arrebatados tendrán que
sufrir los tristes acontecimientos de la gran tri-
bulación.
En el aire la Iglesia será recibida con gran re-
gocijo y melodía celestial, el sonido de la
trompeta abrirá los sepulcros y los que dur-
mieron en Cristo resucitarán para formar par-
te de la compañía que será conducida por el
esposo a las bodas.
En este mismo tiempo, Satanás, lanzado a la
tierra, hará estragos, y el anticristo encabezará
turbulentos y grandes movimientos dirigien-
do a todos los habitantes a que lo adoren a él.
Frente a estas profecías, el Señor nos exhor-
ta a mirar, velar y orar siempre cuidando de
estar firmes y atentos, no sea que nos halle
durmiendo. Sigamos predicando el evangelio
y viviendo de tal manera que glorifiquemos al
Señor en todo.
¿Está usted esperándolo? Si es así, gracias a
182
Dios. Si no es así, es preciso que arregle sus
cuentas con él, que confiese sus pecados, que
le pida ayuda al Señor para abandonarlos y
que crea que la sangre de Cristo lo limpia y es
poderosa para guardarlo santo e irreprensible
para su segunda venida.
Cristo dijo: "Ciertamente, vengo en breve".
Todos los redimidos esperamos con gozo y
clamamos: "Ven, Señor Jesús".
MATERIAL DE APOYO
Anticristo u hombre de pecado
El hombre de pecado es la figura escatológi-
ca que Pablo describe en 2 Tesalonicenses 2:1-
12. La fuente para el pensamiento de Pablo
aquí es el Libro de Daniel (cc. 7—8; 11—12).
Estos y otros pasajes del Antiguo Testamen-
to, posteriormente condujeron a ciertos gru-
pos judíos y cristianos a creer que la venida
del Mesías sería precedida por un período de
apostasía religiosa y de persecución, repre-
sentado por un poderoso gobernante mun-
dial. Jesús se apropió de las palabras de Da-
niel 11:31 respecto de la profanación del
templo, y proyectó su cumplimiento a lo fu-
turo, cerca del fin de la era presente (Mateo
24:15; Marcos 13:14). En los escritos juani-
nos la expectativa adoptó la forma de la figu-
ra de un anticristo futuro (1 Juan 2:18, 22;
4:3; 2 Juan 7; Apocalipsis 13).
De acuerdo con lo dicho por Pablo, el
hombre de pecado será mucho más que una
persona preeminentemente impía. En él, la
alienación hostil de la humanidad apartada
de Dios alcanzará su revelación definitiva y
escatológica. Será la contrapartida final de
Cristo. Como Cristo, se revelará (2 Tesaloni-
censes 2:3, 6, 8) y vendrá.
Su venida se caracterizará por toda forma de
poderes, señales y prodigios, con los cuales
engañará a la humanidad incrédula (vv. 9-11).
Se proclamará "dios" y demandará la adora-
ción del mundo (v. 4). Será la culminación de
la hostilidad hacia Dios y hacia Cristo inspira-
da por Satanás, la cual ha operado a lo largo
de la historia (vv. 7, 9).
–Fred D. Layman
Tribulación
"De acuerdo con el Nuevo Testamento, el
cristiano no puede esperar nada de este mun-
do, excepto tribulación. Realmente, el llama-
miento básico de Jesús a seguirlo significa to-
mar nuestra cruz en el discipulado (Marcos
8:34; 10:21).
 "Tomar nuestra cruz se interpreta general-
mente como llevar nuestras cargas; pero una
cruz no es una carga, era un instrumento de
muerte. Cuando un hombre sigue a Jesús no
puede esperar nada sino tribulación que lo lle-
va a la muerte. Cuando la semilla del reino de
Dios es sembrada en la tierra, puede venir tri-
bulación sobre los que escuchan y reciben la
palabra solo en forma superficial.
"Pablo sufrió tribulaciones constantemente,
pero él se gloriaba en ellas, porque solo expe-
rimentándolas podría cumplir con su misión
apostólica (2 Corintios 7:4; Efesios 3:13).
Cuando se dirigió a las siete iglesias en Asia,
Juan dijo de sí mismo: ‘Yo Juan, vuestro her-
mano, y copartícipe vuestro en la tribulación’
(Apocalipsis 1:9). Los creyentes deben respon-
der de tal manera que se gloríen en las tribula-
Mis notas:
183
ciones (Romanos 5:3), y por tanto, soportarán
con paciencia las tribulaciones (Romanos
12:12).
"El Nuevo Testamento enseña que al final
de esta era habrá un tiempo de gran tribula-
ción: ‘Porque habrá entonces gran tribula-
ción, cual no la ha habido desde el principio
del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aque-
llos días no fuesen acortados, nadie sería sal-
vo; mas por causa de los escogidos, aquellos
días serán acortados’ (Mateo 24:21-22). En
otras palabras, la persecución que vendrá al fi-
nal de esta era en la gran tribulación no será
diferente cualitativamente de aquella que la
Iglesia debe esperar del mundo a través de su
historia. La única diferencia será la intensidad
de la tribulación, no su método".
–George Eldon Ladd
Lección 11
La resurrección del cuerpo y la
segunda venida de Cristo
Para estudiar: Salmos 49:15; Isaías 26:19; Ezequiel 37:1-14; Daniel 12:2; Hechos 24:15; 1
Tesalonicenses 4:16-17
Para memorizar: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá
(Juan 11:25).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
La resurrección es una de las doctrinas más
importantes de la Biblia. El "Credo de los
Apóstoles", una síntesis doctrinal de la fe
cristiana, entre otras cosas, afirma lo siguien-
te en relación a Cristo: "... al tercer día resu-
citó de entre los muertos: subió al cielo, y es-
tá sentado a la diestra de Dios Padre Todo-
poderoso... creo en la resurrección del cuer-
po y la vida perdurable. Amén".
Es decir, el tema de la resurrección no es
solo una afirmación doctrinal de la iglesia
cristiana sino también la esperanza de que un
día, así como Cristo resucitó, nosotros tam-
bién resucitaremos, unos para vida eterna y
otros para muerte eterna.
Si Cristo resucitó, dice la Biblia, entonces
hay resurrección de los muertos, por lo tan-
to, nuestra predicación y fe no es vana (1 Co-
rintios 15:11-20).
I. Fundamentos bíblicos para la doc-
trina de la resurrección
Salmos 49:15; Isaías 26:19; Ezequiel 37:1-14;
Daniel 12:2
En la Biblia, un sinnúmero de pasajes nos ha-
blan de la resurrección, y en esta sección estu-
diaremos solo algunos de los que allí se encuen-
tran.
A. La resurrección en el Antiguo
Testamento
Lea los siguientes pasajes bíblicos y, en for-
ma breve, escriba lo que dicen en relación al
tema de la resurrección.
184
Salmos 49:15
_____________________________________
_______________________________________
Isaías 26:19
_____________________________________
_______________________________________
Ezequiel 37:1-14
_____________________________________
_______________________________________
Daniel 12:2
_____________________________________
_______________________________________
A través de estos pasajes bíblicos vemos que
el tema de la resurrección del cuerpo era par-
te de la fe y la esperanza del pueblo judío de
una vida después de la muerte. Sin embargo,
el Nuevo Testamento nos indica que no todos
los judíos aceptaban la doctrina de la resurrec-
ción de los muertos.
¿Qué dicen Lucas 20:27; Hechos 4:1-2 y
23:6-9 al respecto?
_____________________________________
_______________________________________
Los fariseos creían en la resurrección, los sa-
duceos no.
B. La resurrección en el Nuevo Testamento
El profesor Ronald Wilson menciona:
"Aunque el Antiguo Testamento asume en
sus enseñanzas y ejemplo que la resurrección
del cuerpo es real, su más alta expresión se en-
cuentra en el Nuevo Testamento".
Veremos cuáles son las enseñanzas de Jesu-
cristo, Pedro, Juan y Pablo sobre el tema de la
resurrección:
1. La enseñanza de Jesucristo. Para los ju-
díos, las enseñanzas de Jesucristo eran nuevas.
Muchos decían que él enseñaba con una auto-
ridad que no tenían los doctores de la ley.
En cambio, otros, a pesar de reconocer esa
autoridad, se oponían al Señor al punto que
procuraban matarlo (Juan 5:18). Sin embar-
go, Jesucristo seguía enseñando lo que su Pa-
dre le decía que debía enseñar (Juan 5:19).
El tema de la resurrección era parte del
mensaje del evangelio, por eso Jesucristo de-
cía: "Porque como el Padre levanta a los
muertos, y les da vida, así también el Hijo a
los que quiere da vida".
¿Qué nos dice Juan 5:28 y 29 al respecto?
_____________________________________
_______________________________________
2. Las enseñanzas de Pedro y Juan. Lea He-
chos 4:1-4 y responda las siguientes pregun-
tas:
Pedro y Juan estaban hablando al pueblo en
Jerusalén. ¿Cuál era uno de los puntos princi-
pales de las enseñanzas de ellos?
_____________________________________
___________________________(Hechos 4:2).
¿Por qué pusieron en la cárcel a Pedro y
Juan?
_____________________________________
_______________________________________
¿Cuáles fueron los resultados de las enseñan-
zas sobre la resurrección?
_____________________________________
____________________________(Hechos 4:4).
Creyeron en la predicación de Pedro y Juan
porque el evangelio es un mensaje de vida, no
solo para hoy sino también para después de la
muerte. Por lo tanto, los que creemos en Cris-
to resucitaremos para tener vida eterna con él.
3. Las enseñanzas de Pablo. Todos los que
estudian la vida y enseñanzas de Pablo están
de acuerdo en que 1 Corintios 15 es el cora-
zón de la enseñanza sobre la resurrección.
Lea los siguientes versículos de 1 Corintios
15 y escriba en forma breve lo que nos ense-
ñan sobre el tema de la resurrección:
vv. 3-4
_____________________________________
_______________________________________
v. 12
_____________________________________
_______________________________________
185
vv. 13, 16
_____________________________________
_______________________________________
vv. 14-15
_____________________________________
_______________________________________
vv. 20-22
_____________________________________
_______________________________________
Para Pablo, la resurrección de Cristo es la
victoria sobre la muerte, por esa razón él plan-
tea las siguientes preguntas retóricas: "¿Dón-
de está, oh muerte tu aguijón? ¿Dónde, oh se-
pulcro, tu victoria?" (v. 55)
¿Y qué dice en el v. 57?
_____________________________________
_______________________________________
II. Más preguntas en relación al te-
ma de la resurrección
Hechos 24:15; 1 Tesalonicenses 4:16-17
El profesor Roger Hann, en una de sus cla-
ses de escuela dominical, planteó dos pregun-
tas en relación a la resurrección de los muer-
tos: "¿Qué sucederá con los que no son cris-
tianos?”, y “¿Tenemos que morir para resuci-
tar?". Las respuestas que él dio fueron:
A. ¿Qué sucederá con los que no son cris-
tianos? (Hechos 24:15)
Es interesante que al hablar de este tema,
Pablo solo trata acerca de la resurrección de
los creyentes. En ninguna de sus cartas discu-
te si los malos resucitarán. Sin embargo, otras
secciones de la Biblia tratan sobre esta pre-
gunta. Hechos presenta un discurso de Pablo
en el que el apóstol declara: "Ha de haber re-
surrección de los muertos, así de justos como
de injustos" (24:15). En Juan 5:28-29 Jesús
declara: "Vendrá hora cuando todos los que
están en los sepulcros oirán su voz; y los que
hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de
vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrec-
ción de condenación".
Se discute si la resurrección de los justos
—para recibir su recompensa— y la resurrec-
ción de los malos —para recibir condena-
ción— sucederán al mismo tiempo, o una
después de la otra. Al leer Hechos 24:15 y
Juan 5:28-29 se puede pensar que los justos
e injustos resucitarán al mismo tiempo y que
luego se anunciará el destino de cada uno.
La Biblia no indica con claridad cómo o
cuándo sucederá todo esto. La Escritura no se
escribió para responder a esas preguntas, sino
para preparar a los creyentes para la esperanza
que Dios nos tiene reservada.
B. ¿Debemos morir para resucitar? (1 Te-
salonicenses 4:16-17)
Lo central de la resurrección para los cristia-
nos plantea otra pregunta interesante: ¿Qué
sucederá con el cuerpo de las personas que es-
tén vivas cuando llegue el tiempo de la segun-
da venida? ¿Tendremos que morir para expe-
rimentar la resurrección?
En el año 51 d.C., los creyentes de la iglesia
de Tesalónica hicieron esa pregunta, y la res-
puesta de Pablo fue la siguiente: "El Señor
mismo... descenderá del cielo. Entonces, los
muertos en Cristo resucitarán primero. Luego
nosotros, los que vivimos... seremos arrebata-
dos juntamente con ellos en las nubes para re-
cibir al Señor en el aire, y así estaremos siem-
pre con el Señor".
Al explicar que los cristianos que estén vivos
serán arrebatados para reunirlos con Cristo, se
usa la palabra "rapto". El rapto ocurrirá inme-
diatamente después de que los creyentes resu-
citen, como parte del evento de la segunda ve-
nida de Cristo.
El siguiente versículo dice: "Por tanto, alen-
taos los unos a los otros con estas palabras" (v.
18). El rapto será en el momento y la manera a
través de la cual los cuerpos físicos de los cristia-
nos que estén vivos serán transformados en
cuerpos de resurrección sin pasar por la muerte.
CONCLUSIÓN
En la Biblia, y especialmente en el Nuevo
Testamento, la resurrección es la gran espe-
ranza de la fe cristiana. Los cristianos que en
verdad han comprendido la resurrección y
creen en ella, enfrentan la muerte de una ma-
nera muy diferente a la de los incrédulos.
Una palabra de advertencia: los funerales y
los momentos de duelo no son ocasiones
apropiadas para enseñar estas verdades. Por lo
mismo, se deben enseñar con regularidad en
la escuela dominical, en las predicaciones, en
los estudios bíblicos y en los hogares, para que
el pueblo de Dios esté preparado y espere con
alegría estos acontecimientos divinos.
COMENTARIO DEVOCIONAL
Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en
mí, aunque esté muerto, vivirá (Juan 11:25).
1. La resurrección de Cristo prueba que él es
186
el Hijo de Dios. Si no hubiera conquistado la
muerte y ascendido al cielo, no podríamos re-
conocer que él fue "el que descendió del cie-
lo" (Juan 3:13).
2. La resurrección de Cristo es la evidencia
de la vida inmortal más allá del sepulcro. No-
sotros seremos como él y tendremos cuerpos
glorificados (Filipenses 3:21).
3. La resurrección de Cristo es la plena segu-
ridad de nuestra resurrección, porque él dijo:
"El que cree en mí, aunque esté muerto, vivi-
rá" (Juan 11:25).
4. La resurrección de Cristo muestra el po-
der que él tiene sobre nuestros enemigos. No
hay poder en la tierra o en el infierno que se
pueda oponer al Señor.
5. La resurrección de Cristo implica y sim-
boliza nuestra nueva vida luego de convertir-
nos, porque estábamos muertos en nuestros
delitos y pecados.
6. La resurrección de Cristo es la base de
nuestra dicha eterna cuando estemos en su
presencia en los cielos. Pensemos en el ladrón
de la cruz que invocó el nombre del Señor y
fue salvo, pasando de la agonía al descanso, de
la muerte a la gloria.
Un Cristo muerto sería solamente el maes-
tro más grande de la historia. Lo honraríamos
como a un educador incomparable, como a
un hacedor de milagros y maravillas. Su re-
cuerdo hubiera permanecido a lo largo de las
generaciones porque fue mayor a todos los fi-
lósofos y sabios que ha habido en la tierra. Pe-
ro solamente un Cristo que vive, que se levan-
tó del sepulcro, puede ser el Salvador y el da-
dor de la vida abundante a los creyentes (Juan
10:10).
Ese fue y será el mensaje de la Iglesia a tra-
vés de la historia. Es el fundamento de ella. La
resurrección es la fuerza y el consuelo de los
que aman al Señor y la esperanza de los que en
él confían: ¡Él ha resucitado!
MATERIAL DE APOYO
Resurrección del cuerpo
"El Credo de los Apóstoles declara: ‘Creo
en... la resurrección del cuerpo’. Otros credos
de la Iglesia Primitiva repiten y amplían la en-
señanza de la Escritura de que los cuerpos de
los muertos resucitarán. Jesús declaró: ‘Yo soy
la resurrección y la vida’ (Juan 11:25).
"Debido a la tumba vacía, los creyentes han
recibido la seguridad de la victoria final sobre
la muerte (1 Corintios 15:17). El apóstol Pa-
blo les dio palabras de esperanza a los creyen-
tes de que sus seres queridos que habían
muerto en la fe no serían excluidos en la veni-
da de Cristo. ‘Los muertos en Cristo resucita-
rán primero’ (1 Tesalonicenses 4:16), segui-
dos prontamente por los creyentes ‘que vivi-
mos, los que hayamos quedado’. Ante Félix,
el gobernador, Pablo testificó ‘que ha de ha-
ber resurrección de los muertos, así de justos
como de injustos’ (Hechos 24:15).
"Las Escrituras van más allá del concepto
griego de ‘la inmortalidad del alma’ y declaran
una reunión de alma y cuerpo. En vez de es-
pectros inmateriales en forma de fantasmas,
saldrán de las tumbas cuerpos reconocibles de
los seres amados que murieron. El cuerpo re-
sucitado asegurará la preservación de identi-
dad personal, sin ser idéntico anatómica y bio-
lógicamente. Más bien el cuerpo resurrecto se-
rá transformado y hecho ‘semejante al cuerpo
de la gloria suya’ (Filipenses 3:21).
"Aunque el Antiguo Testamento asume en
sus enseñanzas y ejemplo que la resurrección
del cuerpo es real (ejemplos: Salmos 49:15;
Daniel 12:2; Ezequiel 37:1-14), su más alta
expresión se encuentra en el Nuevo Testa-
mento. El apóstol Pablo bosquejó la verdad,
en forma significativamente detallada, en 1
Corintios 15. Su escrito fue la respuesta a
aquellos que cuestionaban el hecho y trascen-
dencia de la resurrección (v. 12). Pablo decla-
Mis notas:
187
ró que no afirmar esta verdad sería negar la
misma resurrección de Cristo y su significado
(vv. 13, 16). La validez del testimonio de las
personas y los hechos de fe junto con el poder
de la predicación estarían en entredicho con
tal negación (vv. 14-15). Sin embargo, la re-
surrección de Cristo abrió el camino para la
resurrección de los muertos (vv. 20-22).
"Después, Pablo presenta estas preguntas:
‘¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué
cuerpo vendrán?’ (v. 35). Nuestros cuerpos
resurrectos estarán gloriosamente capacitados
para la comunión eterna con nuestro Señor
resucitado. Nuestros cuerpos terrenales son
sembrados en ‘corrupción’, ‘deshonra’ y ‘de-
bilidad’. Serán resucitados en ‘incorrupción’,
‘gloria’ y ‘poder’ (vv. 42-43). Nuestros cuer-
pos terrenales fueron creados a la imagen del
‘primer hombre’; nuestros cuerpos resurrec-
tos llevarán la ‘imagen del celestial’ (vv. 47,
49). El cuerpo de carne y sangre (v. 50) dará
paso al cuerpo incorruptible especialmente
creado para ‘inmortalidad’ (vv. 52-54). Esta
resurrección final del cuerpo declarará el
triunfo: ‘¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?
¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?’" (v. 55).
–Ronald E. Wilson. Diccionario Teológico
Beacon. p. 601.
Lección 12
La Navidad y la segunda venida de
Cristo
Para estudiar: Isaías 53:1-9; Jeremías 23:5-6; 33:8, 15-18; Lucas 2:1-7; 23:32-38; Mateo 28:5-
7; Hechos 1:6-11; Marcos 8:29-31; 14:61; 15:2.
Para memorizar: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que
ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo (Hechos 1:11).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
Mientras escribimos esta lección, las tiendas
de negocios y los grandes centros comerciales
están preparando sus vitrinas con motivos na-
videños y, por medio del sistema de sonido de
los grandes centros comerciales, se escuchan
hermosas canciones navideñas.
Sabemos que esos negocios comerciales in-
vierten mucho dinero, y lo hacen por una sim-
ple razón: tener la mayor ganancia posible. De
esa manera convierten la época de la Navidad
en una actividad comercial.
Las iglesias cristianas evangélicas también es-
peran con expectativa la Navidad. Preparan
dramatizaciones, cantatas, cenas y todo tipo de
reuniones para festejar el nacimiento de Jesu-
cristo, nuestro Salvador.
Los niños son los que tienen mayor interés
en la Navidad, porque la relacionan con los re-
galos que recibirán. Para ellos, por lo menos en
diciembre, el centro de su atención es Papá
Noel, Santa Claus, etc., y no Jesucristo, el Hi-
jo de Dios.
Es más, en algunos países la Navidad es cau-
sa de controversia. Algunos no le dan impor-
tancia, otros desearían que el 24 y 25 no fue-
ran feriados religiosos, y están aquellos que de-
searían quitar, por ley, el saludo de "Feliz Na-
vidad" por "Felices Fiestas". Porque, según la
opinión de los que promueven esa idea, si de-
cimos "Feliz Navidad" a una persona que no
cree en Dios, la estaríamos ofendiendo con ese
saludo.
Pero así es la vida y así también las personas.
La pregunta es: ¿Cuál es nuestra actitud frente
a la Navidad? ¿Por qué deseamos festejarla? ¿La
188
Navidad es una época que une a las personas o
las separa aún más? Después de todo, ¿por qué
estamos hablando de la Navidad si el tema de
estudio del presente trimestre es la segunda ve-
nida de Cristo?
En esta lección esperamos, por lo menos, dar
respuesta a algunas de las preguntas planteadas
en el párrafo anterior. Pero, sobre todo, nues-
tro propósito es comprender que estamos es-
tudiando el tema de la segunda venida de Cris-
to porque un día, ese Señor que volverá y con
él su reino, nació en un pesebre, y solo unos
pocos comprendieron la importancia de ese
evento. Pero ese nacimiento no fue, como mu-
chos creen, una sorpresa, sino que Dios lo ha-
bía anunciado por medio de sus profetas cien-
tos de años atrás; en otras palabras, Dios esta-
ba preparando a su pueblo para ese evento, pa-
ra que esperaran la llegada del Mesías que los
libraría del dominio del mal.
Comencemos, entonces, el estudio de nues-
tra lección.
I. Jehová y la promesa de un salvador
Isaías 53:1-9; Jeremías 23:5-6; 33:8, 15-18
Para entender mejor el porqué de la Navidad
y la segunda venida de Cristo, es necesario que
veamos lo que enseña el Antiguo Testamento
al respecto.
A. El pueblo elegido por Jehová
Ya conocemos el relato del llamamiento de
Dios a Abraham. Una de las promesas que Je-
hová le hizo a su siervo fue la siguiente: "Y ha-
ré de ti una nación grande, y te bendeciré, y
engrandeceré tu nombre, y serás bendición"
(Génesis 12:2). Es decir, Dios quería levantar
un pueblo suyo, y por medio de él ser bendi-
ción a todos los pueblos de la tierra.
B. Desobediencia del pueblo de Dios
1. Y Jehová cumplió su promesa. Israel fue el
pueblo escogido por él. Además, portaba las
promesas y bendiciones de su Señor. Pero, pa-
ra que el pueblo de Israel pudiera ser canal de
bendición de Jehová, tenía que ser obediente y
fiel al Señor que lo eligió y llamó.
2. Lamentablemente Israel no fue obediente
a Jehová. Aunque constantemente Dios, por
medio de sus profetas, llamaba a su pueblo a
que se arrepintiera y fuera obediente a él, Israel
se negaba. Por esa razón, el profeta Zacarías di-
jo lo siguiente: "Pero no quisieron escuchar,
antes volvieron la espalda y taparon sus oídos
para no oír; y pusieron su corazón como dia-
mante, para no oír la ley ni las palabras que Je-
hová de los ejércitos enviaba por su Espíritu,
por medio de los profetas primeros" (7:11-12).
C. La promesa de un Mesías
Dios había hecho todo lo posible para que su
pueblo fuera obediente a Jehová, se arrepintiera
de sus pecados y fuera perdonado por su Señor.
Uno de los medios de reconciliación eran los
sacrificios, pero Israel convirtió esos sacrificios
en un ritual religioso, y no como un medio de
gracia para un sincero arrepentimiento.
Así que Dios prometió a su pueblo un Me-
sías que daría su vida para la liberación y el per-
dón de los pecados de su pueblo.
Lea los siguientes pasajes bíblicos y mencio-
ne, brevemente, cuál es el mensaje que nos
dejan.
Isaías 53:1-9
_____________________________________
_______________________________________
Jeremías 23:5-6; 33:8, 15-18
_____________________________________
_______________________________________
El Mesías prometido en el Antiguo Testa-
mento, fue para el pueblo una figura de la sal-
vación, ya sea de sus enemigos o de sus peca-
dos contra Dios.
II. Cristo, el Mesías prometido
Lucas 2:1-7; 23:32-38; Mateo 28:5-7
La promesa de Dios de un libertador se cum-
plió con el nacimiento de Jesucristo. Pero para
sorpresa del pueblo de Dios, Jesucristo, el Mesías,
no fue aquella persona que ellos imaginaban.
¿Por qué? A continuación damos las razones:
189
A. El Mesías nació en un pesebre (Lucas
2:1-7)
Los judíos no esperaban este hecho. En su
opinión, el libertador llegaría desde el cielo en
las nubes como un capitán triunfante, dispues-
to a destruir a sus enemigos.
B. El Mesías dio su vida en la cruz (Lucas
23:32-38)
La muerte en la cruz era algo vergonzoso
para la persona que era crucificada. Puesto que
los judíos esperaban un capitán que destruiría
a sus enemigos, creían que ese Mesías nunca
iba a morir, y que reinaría eternamente.
Pero, de acuerdo a los planes de Dios, el sa-
crificio de su Hijo en la cruz del Calvario era la
única forma para que el pueblo fuera perdona-
do de sus pecados.
C. El Mesías murió y resucitó
¿Cuál fue el mensaje que les dieron los ánge-
les a María Magdalena y a María, la madre de
Jesús, cuando fueron al sepulcro de Jesucristo?
(Mateo 28:5-7)
_______________________________________
_______________________________________
III. La ascensión del Mesías y la pro-
mesa de su segunda venida
Hechos 1:6-11
La ascensión de Jesucristo al Padre marcó
una de las etapas más importantes para la Igle-
sia cristiana: la venida del Espíritu Santo. Y con
este evento tan importante como lo fue Pente-
costés, el Señor nos está preparando para otra
gran manifestación: la segunda venida de Jesu-
cristo. Cuando eso suceda, los que fueron fie-
les a él reinarán con el Señor para siempre.
La segunda venida fue anunciada por Jesu-
cristo y por los apóstoles. Veamos brevemente
esas enseñanzas:
A. La segunda venida en las enseñanzas de
Jesús
Recordemos que Jesucristo no se refirió a sí
mismo como el Mesías sino como el "Hijo del
hombre".
¿Qué dicen los siguientes versículos al res-
pecto?
Marcos 8:38
_____________________________________
_______________________________________
Marcos 13:24-27
_____________________________________
_______________________________________
 Marcos 14:62
_____________________________________
_______________________________________
B. La segunda venida en las enseñanzas de
Pablo
El apóstol Pablo sigue las enseñanzas de Je-
sucristo.
¿Qué dicen los siguientes pasajes al respecto?
1 Corintios 15:23
_____________________________________
_______________________________________
2 Tesalonicenses 4:13-18
_____________________________________
_______________________________________
CONCLUSIÓN
Después de haber estudiado la lección de
hoy estamos preparados para responder la si-
guiente pregunta:
¿Cuál es la relación de la Navidad con la se-
gunda venida de Cristo?
_____________________________________
_______________________________________
Ese Cristo que nació en un pesebre vino pa-
ra entregarnos el evangelio de justicia y salva-
ción. Murió en la cruz del Calvario para salvar-
nos de nuestros pecados. Pero con el poder de
Dios resucitó y ahora está sentado al lado de
Dios Padre.
Lo hermoso es que vendrá por segunda vez
a reinar por siempre. Por eso, si esperamos con
expectativa las fiestas navideñas, con mayor ra-
zón debemos esperar la segunda venida de
nuestro Señor. Amén.
COMENTARIO DEVOCIONAL
El sentido de la Navidad
Cuando San Francisco de Asís, en el año
1223, hizo el primer "portal" de Navidad en
Italia, su intención fue subrayar "la humildad
de la encarnación de Jesús recostado en el pe-
sebre entre el buey y el asno". En una época en
donde la teología se había convertido en do-
minio de expertos, Francisco buscó un medio
para volverla a poner al alcance de los más sen-
cillos y humildes.
El paso de los siglos ha convertido la celebra-
ción de la Navidad en algo lejano a esa idea ini-
cial. Los que la ven como una fiesta de niños o
una oportunidad comercial han olvidado su
verdadero sentido. La Navidad es la fiesta de la
encarnación: Dios se hizo carne, con todas las
190
consecuencias que ello implica. Esa es la gran
noticia de Lucas 2:10-11: El nacimiento del
Salvador.
Ese es exactamente el sentido comprometido
de la encarnación: cada vez que le cerramos la
puerta a un hombre o a una mujer pobres, co-
mo se las cerraron a María y José en Belén, en
realidad se la estamos cerrando a Dios. Y así lo
reclamará el Juez en el juicio, el cual será defi-
nitivo: Porque tuve hambre, y no me disteis de
comer... fui forastero, y no me recogisteis (véa-
se Mateo 25:31-46).
Los ángeles cantaron: "¡Gloria a Dios en las
alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para
con los hombres!" por el nacimiento de Jesús;
sin embargo mientras no haya justicia, Dios
puede estar rodeado de gloria en el cielo, pero
no habrá paz para los hombres, por mucho
que Dios los ame.
La Navidad es la fiesta para todos, porque la
redención es para todos. Ojalá podamos escu-
char, una vez más, que nos ha nacido un Sal-
vador, y que hay salvación y liberación para ca-
da uno de nosotros. ¡Feliz Navidad, en justicia
y libertad!
MATERIAL DE APOYO
La primera Navidad, una promesa cumplida
La profecía dicha en Isaías 9:1-7 se cumplió.
La primera Navidad abrió la oportunidad para
que, a partir de allí, el futuro cambiara para la
humanidad entera. El cumplimiento de la pro-
mesa del nacimiento del Mesías significaba
también el inicio de la misión que le tocaba
cumplir. Esta misión se encuentra descrita en
los nombres que recibió el niño al nacer.
¿Cuáles son los nombres que menciona Ma-
teo 1 para designar a nuestro Señor?
_____________________________________
_______________________________________
A. Jesús
El nombre griego Jesús es Josué en hebreo,
el cual es la forma breve de Josúa, el cual sig-
nifica: "Jehová es Salvación".
B. Cristo
La palabra griega Cristo es el equivalente al
término hebreo Mesías. Ambos significan un-
gido. Leemos en el Antiguo Testamento que
reyes, profetas y sacerdotes, al ser establecidos
en su santo oficio, eran ungidos. Jesús tenía las
tres funciones:
1. Como profeta nos declaró la voluntad de
Dios.
2. Como sacerdote se hizo sacrificio por
nuestros pecados.
3. Como rey demanda nuestra obediencia a
sus leyes.
Inmediatamente después de su bautismo fue
ungido con el Espíritu Santo, siendo designa-
do así como el escogido de Dios.
C. Emmanuel
Nombre hebreo que significa "Dios con
nosotros". Una vez más nos damos cuenta
que lleva ese nombre porque expresa lo que
él es. Por medio de la encarnación, Dios ha
hecho causa común con el hombre para par-
ticipar de nuestra humanidad y hacernos par-
tícipes de su santidad.
Es así que la encarnación del Redentor fue
el cumplimiento de las palabras dichas por
Isaías más o menos 700 años antes de que
ese evento sucediera en la historia (Isaías
7:14). Mateo lo señala como el cumplimien-
to y verificación de la predicción divina.
No es posible pensar en el Cristo-niño sin
pensar en su relación con Dios, el ser huma-
no y su creación, y sin meditar en la gracia de
Mis notas:
191
Dios hacia la humanidad.
En relación con el relato del nacimiento de
Jesucristo (Mateo 1), el profesor W. Barclay
dice lo siguiente: "En este capítulo del Evan-
gelio hay mucho más que el hecho crudo de
que Jesús haya nacido de una madre virgen.
La esencia de la narración de Mateo es que el
Espíritu de Dios actúa en el nacimiento de
Jesús de una manera sin precedentes. Es el
Espíritu que trae la verdad de Dios a los
hombres. Es el Espíritu que pone a los hom-
bres en condiciones de ver esa verdad cuan-
do está delante de ellos. Es el Espíritu que
puede, solo en él, re-crear el alma cuando es-
ta ha perdido la vida que debería tener. Jesús
nos capacita para ver lo que es Dios y lo que
debería ser el hombre; Jesús abre nuestros
ojos y mentes de tal manera que podamos
ver la verdad de Dios para nosotros; Jesús es
el poder creador que ha descendido a los
hombres; Jesús es el poder re-creador que
puede liberar las almas de los hombres de la
muerte del pecado" (El Nuevo Testamento.
Vol. 1, p. 29).
Lección 13
Jesús, el don inefable
Para estudiar: Salmos 31:14-15; Eclesiastés 3:10-11; Juan 1:9-11; 2 Corintios 9:15; Gálatas 4:4;
Hebreos 10:29
Para memorizar: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna (Juan 3:16).

DESARROLLO DE LA LECCIÓN
Introducción
¡Ha llegado otra Navidad! Niños y adultos
cantamos los villancicos e himnos, cuyo
mensaje anuncia el nacimiento de Cristo,
nuestro Salvador.
Como dijimos en la lección anterior, la Na-
vidad es la fiesta de los niños, por los regalos
que ellos esperan recibir. Nosotros también
debemos tener la expectativa que tienen los
niños, pero no para recibir un regalo mate-
rial sino para conocer mejor al regalo más
grande que Dios le dio al ser humano: Jesu-
cristo, su Hijo.
Cierto día Cristo dijo a sus discípulos: "De
cierto os digo, que si no os volvéis y os ha-
céis como niños, no entraréis en el reino de
los cielos. Así que, cualquiera que se humille
como este niño, ése es el mayor en el reino
de los cielos. Y cualquiera que reciba en mi
nombre a un niño como este, a mí me reci-
be" (Mateo 18:3-5).
I. El calendario del hombre y el ca-
lendario de Dios Salmos 31:14-15; Ecle-
siastés 3:10-11; Gálatas 4:4
A. El calendario del hombre
1. Todos tenemos un calendario o agenda.
El padre de familia tiene anotado en una li-
breta los días de trabajo, la fecha en que re-
cibirá su sueldo, las cuotas de los préstamos
y otros gastos. El deportista anota en su
agenda los días señalados para los entrena-
mientos, las competencias, etc. También al-
gunos niños o niñas tienen anotado en sus
cuadernos aquellos días feriados cuando no
hay clases.
2. Por lo mismo, el hombre contemporá-
192
neo cree que es señor y dueño de su tiempo,
y se olvida que nuestro tiempo, como dice la
Biblia, está en manos de Dios.
¿Qué dicen los siguientes pasajes bíblicos al
respecto?
Salmos 31:15
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_______________________________________
Eclesiastés 3:10-11
_____________________________________
_______________________________________
B. El calendario de Dios
1. Tenemos que comprender que el calen-
dario de Dios es muy distinto al que noso-
tros tenemos, es decir, al que está dividido
en 12 meses, 52 semanas y siete días.
Para Dios el tiempo es relativo. Por esa ra-
zón, para él "un día es como mil años y mil
años como un día" (2 Pedro 3:8).
Más que un calendario o agenda, para Dios
el tiempo es aquel momento cuando se cum-
plen sus promesas y voluntad.
¿Qué dice 2 Corintios 6:2 al respecto?
_____________________________________
_______________________________________
_______________________________________
La Biblia no pone una fecha para la hora
aceptable de salvación y del cumplimiento de
sus promesas, porque el tiempo de nuestro
Señor es distinto al nuestro.
2. Por eso la Biblia no hace tanto hincapié
en la continuidad del tiempo de acuerdo al
calendario humano sino en la importancia
que presta Dios "a determinados momentos
de la historia".
En su opinión, ¿cuáles serían esos determi-
nados tiempos de Dios? ¿Qué dice al respec-
to el siguiente pasaje bíblico?
Gálatas 4:4-5
_____________________________________
_______________________________________
No dice que cuando llegó el día Dios en-
vió a su Hijo. Lo que la Biblia recalca es:
"Cuando vino el cumplimiento del tiempo",
es decir el tiempo de Dios y de su voluntad.
3. De la misma manera será la segunda ve-
nida de Jesucristo. Se dará en el tiempo de
Dios Padre.
¿Qué dicen los siguientes versículos al res-
pecto?
Mateo 25:31
_____________________________________
_______________________________________
Marcos 13:36
_____________________________________
_______________________________________
1 Tesalonicenses 5:2
_____________________________________
_______________________________________
2 Tesalonicenses 1:7-8
_____________________________________
_______________________________________
En cuanto al día y la hora de la venida de
Cristo, nadie sabe, sino el Padre (Mateo
24:36).
II. Los regalos del hombre y el don
de Dios 2 Corintios 9:15
A. Los regalos del hombre
1. Una de las costumbres del ser humano
para expresar su gratitud a una persona, fa-
milia o institución, es mediante regalos.
Debemos reconocer que esos regalos mu-
chas veces los hacemos para recibir algo a
cambio.
2. Por otro lado, con el tiempo nuestros
regalos dejan de ser. No perduran, porque
son finitos como el hombre que los da.
¡Cuán distinto es el regalo que Dios tiene
para nosotros!
B. El regalo inefable de Dios
(2 Corintios 9:15)
¿Qué dice 2 Corintios 9:15?
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_______________________________________
193
¿Qué significa "don"?
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_______________________________________
¿Qué significa "inefable"?
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En la Biblia, "don" significa regalo. Este
regalo puede venir de Dios o del hombre. E
"inefable" significa aquello que no se puede
explicar con palabras.
O sea, cuando la Biblia habla del "don ine-
fable" se refiere al regalo que Dios le dio al
hombre. Es un regalo tan grande y hermoso
que no se puede explicar con palabras.
C. Jesucristo es ese don inefable de Dios
(Lucas 2:1-12)
Lea Lucas 2:1-12 y responda las siguientes
preguntas.
1. ¿Cuál fue el edicto de Augusto César?
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2. ¿Dónde nació Jesús?
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3. ¿Cuál fue el mensaje del ángel a los pas-
tores? (vv. 10 y 11).
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Cristo, el Señor, es el don inefable de Dios.
Es un regalo distinto al que los hombres dan.
Es un don que le da la oportunidad al ser hu-
mano de tener una nueva relación con Dios
y la salvación eterna.
¿Qué dijo Simeón al respecto en Lucas
2:25-32?
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Por medio de Jesucristo, el don inefable,
Dios nos mostró lo siguiente:
● Su amor (Juan 3:16; 1 Juan 3:1; Efesios
3:17-19).
● Su gracia (2 Corintios 9:15).
● Su santidad (1 Pedro 1:18-20).
III. Un regalo que puede ser aceptado
o rechazado Juan 1:9-11; Hebreos 10:29
Si nosotros le diéramos un regalo a nuestro
mejor amigo o amiga, ¿cómo nos sentiríamos
si él o ella lo rechazara?
 La Biblia nos dice que ese regalo inefable
que Dios nos ha dado puede ser aceptado o
rechazado.
A. Jesucristo, el don de Dios, es rechazado
Eso es lo que Juan dijo: "mas a lo suyo vi-
no, y los suyos no le recibieron" (Juan
1:11).
Cuando Juan dice "los suyos no le recibie-
ron", ¿a quiénes se está refiriendo?
_____________________________________
______________________________________
En este caso, se refiere al pueblo de Dios,
Israel. Ellos tenían la promesa de un Mesías
y lo estaban esperando con mucha expecta-
ción, pero cuando ese Mesías esperado se
presentó ante ellos y les predicó el mensaje
del evangelio de salvación no lo aceptaron.
Constantemente lo perseguían y buscaban la
manera de deshacerse de él, hasta que lo
crucificaron.
De acuerdo con Juan 3:36, ¿qué ocurre si
desobedecemos o no aceptamos a Cristo, el
regalo inefable?
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______________________________________
B. Jesucristo, el don de Dios, es aceptado
¿Se imaginan cuán grande es la tristeza de
Dios si rechazamos a Jesucristo, ese don ine-
fable? ¿Y qué pasa si lo aceptamos a su hijo,
Jesucristo?
Los resultados de aceptar a Jesucristo son:
1. Tenemos vida eterna (Juan 3:16).
2. Llegamos a ser hijos de Dios (Juan
1:12).
3. Somos coherederos con Cristo (Roma-
nos 8:17).
4. Somos miembros de la familia de Dios
(Efesios 2:19).
CONCLUSIÓN
Lecciones navideñas permanentes:
1. Dios tiene su tiempo, lugar y manera
de hacer las cosas. Y lo que Dios hace
siempre lo hace a tiempo, nunca antes o
más tarde.
2. Cuando piense en los regalos que re-
cibirá o dará, no se olvide de Cristo, "el
don inefable de Dios".
3. Dios ha regalado al hombre lo mejor
que tenía: su único hijo, no lo rechace, sea
obediente a él.
4. Si todavía no ha aceptado ese don ine-
fable de Dios, ahora es tiempo de que lo
194
haga. Si recibe a Jesucristo como su Señor
y Salvador, esta será su mejor Navidad.
COMENTARIO DEVOCIONAL
El verbo se hizo carne
(Juan 1:14)
Es el tiempo de celebrar la venida de Jesús,
el Hijo de Dios. Jesús es un hombre como
los demás, que nace, vive y muere siguiendo
el destino de todos los seres humanos. Sin
embargo, en él, el Espíritu de Dios se refleja
de una manera singular y única, embargando
toda su persona. El Espíritu divino habita en
lo profundo de su ser de un modo radical. Es
algo que se va revelando a lo largo de su vi-
da, y sobre todo a la hora de su muerte,
cuando ese Espíritu lo resucita de entre los
muertos como Hijo Unigénito de Dios.
Y es desde esta experiencia pascual que po-
demos contemplar retrospectivamente su na-
cimiento como un hecho singular, en el que la
presencia divina cobra una cercanía y una di-
mensión inusitada y única en el ser humano.
Su pueblo festeja el nacimiento de Jesús
con fe, no para celebrar un aniversario como
quien recuerda los datos biográficos de un
personaje, sino para dar testimonio del gran
acontecimiento: la vida, muerte y resurrec-
ción de Jesús, y por lo tanto su nacimiento.
Jesús, desde el primer instante de su vida
fue el Mesías Salvador. En ningún momento
de su vida en la tierra dejó de ser hijo de
Dios. Cada uno de los Evangelios muestra
esa realidad.
El nacimiento de Jesús revela la encarna-
ción, permitiéndonos ver hasta qué punto el
Espíritu de Dios se ha hecho carne y habita
en medio de nosotros. Nos muestra que
Dios y su Espíritu no son realidades de otro
mundo lejano, sino presencia y compañía en-
tre los hombres. No es una cuestión mística
sino una realidad cotidiana.
La encarnación es esa irrupción de un
hombre concreto, Jesús, del Espíritu de
Dios, gracias a la cual, ese hombre, siendo
absolutamente hombre, es a la vez hijo uni-
génito de Dios, quien hace posible nuestra
salvación.
MATERIAL DE APOYO
Don, regalo divino
"Este término tiene su origen en Roma-
nos 5:15-17, donde aparece cinco veces
(R-V 1960). Es uno de los términos del
Nuevo Testamento para la salvación que
viene por medio de la expiación de Cristo.
‘El don vino... para justificación’ (v. 16).
"Ningún hombre merece esta salvación. Es
por gracia, un don de Dios. Esta ‘gracia es la
manifestación inmerecida, espontánea del
amor divino sobre el cual descansa la reden-
ción del pecador’ (Encyclopedia of Religious
Knowledge, 5:41).
"Dios estaba en Cristo reconciliando consi-
go al mundo’ (2 Corintios 5:19). La teología
arminiana-wesleyana no cede terreno al soste-
ner la iniciativa y soberanía de Dios en la re-
dención del hombre. La salvación es el don de
gracia de Dios libremente ofrecida a todos.
‘Por la justicia de uno vino a todos los hom-
bres la justificación de vida’ (Romanos 5:18).
"Pero la Biblia enseña que la redención la
reciben solamente los que aceptan las condi-
ciones divinas de fe y arrepentimiento. ‘Cree
en el Señor Jesucristo, y serás salvo’ (Hechos
16:31). ‘Así que, arrepentíos y convertíos,
para que sean borrados vuestros pecados’
(3:19). Nuestro Señor mismo enseña: ‘El
reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y
Mis notas:
195
creed en el evangelio’ (Marcos 1:15). A los
que piensan que existe algún otro camino
para la gracia salvadora de Dios, Jesús decla-
ra: ‘Si no os arrepentís, todos pereceréis
igualmente’ (Lucas 13:3,5).
"Aunque a los hombres se les requiere
arrepentimiento por el pecado y fe para sal-
vación, estas no son las obras del hombre
aparte de la gracia capacitadora de Dios. La
Biblia afirma que ‘toda buena dádiva y todo
don perfecto desciende de lo alto, del Padre’
(Santiago 1:17). Wesley escribe: ‘Todas
nuestras obras, tú, oh Dios, has hecho en
nosotros’. Y otra vez: ‘Por muchas que sean,
o santas, no son de nosotros, sino de Dios’
(Works, 5:7).
"La perspectiva bíblica del don gratuito de
Dios a los hombres responsables es descrita
correctamente por Pablo: ‘Porque por gracia
sois salvos por medio de la fe; y esto no de
vosotros, pues es don de Dios; no por obras,
para que nadie se gloríe’ (Efesios 2:8-9).
–A. F. Harper. Notas de clase.