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El concepto político de izquierda es histórico y por tanto no univoco: “Es decir, el termino
izquierda en política data de las revoluciones burguesas enmarcadas en la modernidad,
teniendo no solo un fundamento espacial sino también de posición frente al origen y
legitimidad del poder, y por tanto, de la toma de decisiones. Nos parece que el primer
fundamento ha perdido vigencia por ser accidenal, pero el segundo no, pues resulta esencial.
Pero hay que añadir que entendida asi a la izquierda política, el concepto se desborda del
propio tiempo y espacio en el que hemos ubicado su denominación, y lo desborda tanto hacia
adelante como hacia atrás, pues estas ideas y posiciones existieron desde antes de la
modernidad y continúan después de ella. De la misma forma ha transvasado el espacio
europeo.” (pp. 37)
“Ahora, si bien sabemos que existen elementos comunes que caracterizan a las organizaciones
políticas que se reclaman socialistas y que como generalidad se les denominan izquierda, en la
presente investigación hemos querido llamar la atención sobre su diversidad, de ahí que se les
llame izquierdas, pues su pluralidad no solo se halla en la cantidad, sino sobre todo en la
concepción que tuvieron de la política y su ejercicio; además de sus programas,
comportamientos que asumieron y las diferencio unas de otras” (pp. 58)
POMR
A partir de división de VR, surgirían tres corrientes. Una de ellas seria la facción denominada
“tendencia obrera revolucionaria” de la cual nacera en 1970 el POMR (pp. 52 – 53)
PST
“En 1944 se formara el Grupo Obrero Marxista (GOM) y que prontamente en 1946 se
transformara en Partido Obrero Revolucionario (POR), en 1962 el POR se unio a otras fuerzas
de izquierda conformando el Frente de Izquierda Revolucionario (FIR), del cual se van a
desprender en 1971 el Partido Socialista de los Trabajadores (PST) y el Partido Obrero Marxista
Revolucionario de Ricardo Napuri, ex Vanguardia Revolucionaria, y finalmente en 1978 se
forma el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) (pp. 54)
2do proceso: oleada democratizadora de fines de los años setenta (“momento – bisagra”)
1 “Entendemos básicamente por democracia a las ideas acerca de las formas de gobierno – pues lo que
existen son ideas de democracia en plural y no democracia en singular (Dhal, 1988) – en las que la
mayoría del pueblo gobierna e implica una comunidad política donde existe alguna forma de igualdad
política entre las personas (Held, 1996), cuyos valores fundamentales son la igualdad y la libertad
(Bobbio, 1989; Bovero, 2003), principalmente, y que en la actualidad debería ampliarse no solo
construyendo nuevas instituciones, sino definiendo amplias vías de participación cívica en la toma de
decisiones regional y mundial (Held, 1996) (Navarro, 2016: 167)
(1) ESTRUCTURA HISTÓRICA DEL ESTADO OLIGÁRQUICO Y (2) LA MATRIZ IDEOLÓGICA DEL
MARXISMO-LENINISMO ESTALINISTA
“…a lo largo de nuestra historia las izquierdas no valoraron de forma real a la democracia, ni
como ideología ni como forma de gobierno, debido a que nacieron y se desarrollaron, en y
sobre, una estructura histórica – económica, social, política, cultural y mental – excluyente,
autoritaria y violenta: el Estado oligárquico, el cual reprodujo una concepción de la política
siempre como conflicto. La matriz ideológica de la que provinieron fue el marxismo –
leninismo de marcada influencia estalinista, perspectiva que reforzó las estructuras mentales
sobre cómo concebían la política, pues calzó perfectamente con las raíces autoritarias de
nuestra sociedad que nos legó el Estado oligárquico. De esta manera, las izquierdas
asimilaron al marxismo – leninismo en su versión estalinista de forma dogmática y esta
forma de asimilación del marxismo las llevó a confundir, en la teoría como en la práctica, una
correcta concepción sobre la democracia (…) Los paradigmas democráticos que sí aceptaron e
identificaron con la democracia directa estuvieron sustentados en experiencias ajenas a
nuestra realidad: la Comuna de París y los soviets de la Revolución Rusa” (Navarro, 2016: 179
– 180)
“Primero, el desalentador fracaso de los reformismos – PAP, AP, DC, MSP –, ya que al mostrar
sus limitaciones develaban también la debilidad e improcedencia de la democracia. Y
segundo, las transformaciones estructurales del gobierno revolucionario de las FF.AA. que
democratizaban la sociedad desde medidas autoritarias, producto de un golpe de Estado, y
que concebían a la democracia de una manera sui géneris: la DSPP de raigambre claramente
antipolítica.” (Navarro, 2016: 180)
¿POR QUÉ LAS IZQUIERDAS VEÍAN PROXIMA UNA “REVOLUCIÓN” DURANTE LA SEGUNDA
FASE?
“…por los dogmas ideológicos que casi todos los partidos de izquierda de ese momento
compartían y que les hacía ver en nuestra realidad situaciones revolucionarias históricas de
otras latitudes y épocas. Pues una cosa era hallar las causas de las movilizaciones y los grandes
e inigualables paros nacionales de 1977 y 1978 que el movimiento popular condujo basado en
demandas marcadamente reivindicativas en lo económico, salarial y sindical; y otro encontrar
en esas mismas causas un móvil revolucionario que cuestionara al Estado burgués militarizado
y al capitalismo como sistema económico” (Navarro, 2016: 172 – 173)
“Las izquierdas identificaron la lucha clasista y radical que liberaron durante este periodo
dentro del movimiento popular como señal de que el comportamiento político que debían
seguir era ese, el de la confrontación; pues era una izquierda prepolítica, o sea más sindicalista
que partidaria (Peaso y Romero, 2013.Citado por Navarro, 2016: 173).
“(…) la opción radical de la izquierda pensaba que la revolución estaba a la vuelta de la esquina,
producto de un equivocado diagnóstico de la situación que creían revolucionaria, sobre la base
del comportamiento del movimiento popular (…) Lo que si es acertado y valorable en estas
agrupaciones de la izquierda peruana es que tuvieron un rechazo rotundo a la dictadura militar
y la férrea defensa de las libertades democráticas, incluso en contra de sus principios políticos,
ya que consideraban a estas como cuestiones secundarias que la derecha defendía para
confundir al pueblo” (pp. 174)
“Para las izquierdas, si la democracia representaba algo positivo tenía que serlo en términos de
las dos cuestiones antes señaladas. La democracia directa, o lo que realmente debería ser
designado como las instituciones de la democracia directa {asambleas populares, autodefensa
de masas, frentes de defensa, etc.}, fue una concepción que estuvo muy arraigada en las
organizaciones de la izquierda peruana, ya que la oponían conceptualmente a la democracia
representativa que, a su vez, era identificada indefectiblemente como burguesa y liberal.
Además tenía un plus extra, era también identificada con la democracia social o real en
contraposición a la democracia política o formal (…).En cuanto a los modelos democráticos, la
comuna o los soviets eran los paradigmas a seguir” (pp. 177 – 178)
EN CONCLUSIÓN:
“Es con toda esta complicada herencia histórica e ideológica antidemocrática que las izquierdas
ingresarán al sistema demoliberal por medio de la Asamblea Constituyente. La duda y
desconfianza en el sistema que no supieron encaminar para sus fines, debido a que pesaron
demasiado las estructuras históricas y mentales, provocaron una reacción desacertada:
pragmatismo e instrumentalismo con la democracia” (pp. 180)
“La primera ventaja fue la lucha que mantuvieron junto al movimiento popular y que les
significo el reconocimiento popular y, por lo tanto, vínculos más estrechos con las masas (…) La
segunda ventaja consistió en que ellas, las izquierdas, eran lo nuevo del sistema político y el
sistema de partidos en formación.” (pp. 183)
“…la primera desventaja estuvo ligada a su falta de capacidad para capitalizar la labor
desplegada con y a favor del movimiento popular… Al no ponerse de acuerdo sobre lo que
deberían hacer con la convocatoria para dicha asamblea, le dio toda la iniciativa y legimitdad a
las derechas que, aunque no siempre de acuerdo, se mantuvieron firmes a sus propuestas y en
aparente contradicción con la dictadura” (pp. 184)
“Según el informe político del PCP, las explicaciones que se dieron para el fracaso de la unidad
fueron: 1) La poca cantidad de firmas aportadas por los aliados. 2) La exigencia de APS de
colocar a uno de sus representantes como vocero oficial del frente. 3) El PSR argumento que
por ser un partido nuevo tenia que primero consolidar su identidad, pues si marchaba en
conjunto este objetivo no se iba a lograr. 3) La DC y el MAS siempre mostraron plena
coincidencia con las propuestas del PCP, pero al parecer el prejuicio y el temor de un
pinochetazo pudo más que sus buenas intenciones. Y 4) “El grupo de los 5 (PCR, VR (m-l), IP,
MAP, MIR) informaron la constitución de la Unidad Democrático Popular (UDP) y su intención
de recolectar firmas, inscribirse y participar en las elecciones. Precisaron que en dicho frente
no estarían por razones ideológicas ni el PC, el PSR ni la DC” (Herrera, 2002, p. 50)” (pp. 191)
1ra cuestión: “…esta concentración de votos a favor de la persona de Blanco, que fue postulado
por el FOCEP, en vez de generar apoyo y unidad dentro de las izquierdas, lo que ocasionó fue
disputas y enconos que llegarían a ser determinantes en las elecciones generales de 1980…”
(Navarro, 2016: 194)
2da cuestión: Una relectura de los votos preferenciales y totales de cada lista candidata (pp.
Navarro, 2016: 194) (interesante de agregar como pide de página)
DE LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE
PSR: “…fue quizás el más coherente y posible, pues proponía una democracia avanzada y
radicalizada en sus extremos para de esta forma llegar al socialismo…pero el problema de
fondo en realidad era otro, porque las instituciones que postulaba el PSR en su alternativa de
Constitución se fundaban casi totalmente en el derecho a la elección política: el sufragio
universal, dejando de lado las instituciones de la democracia directa. Por lo tanto, el exceso
de realismo llevó al PSR a igualar democracia y liberalismo” (Navarro, 2016: 201)
UDP: “…la cual parece hallar su mayor virtud en justamente lo que al PSR le hacía falta: (…)
las instituciones de la democracia directa. Pero no solo estas formas institucionales que
planteaba la UDP eran formulaciones de experiencias históricas pasadas y ajenas a nuestra
realidad concreta, sino también todas las figuras legales e institucionales que proponía en su
proyecto” (Navarro, 2016: 201-202)
¿QUÉ PERDIERON LAS IZQUIERDAS EN SU CAMINO HACIA LA ASAMBLEA?
“1) La posibilidad de construir una nueva alternativa política dentro de los marcos de una
democracia renovada. 2) Contribuir no solo con la continuación, sino con la prolongación y
superación del camino político transformador y heterodoxo trazado por el velasquismo. 3) La
posibilidad de luchar y trabajar en unidad desde la constituyente y por una nueva
Constitución de acuerdo a los requerimientos de las mayorías populares. Y 4) la opción de
debilitar fuertemente al PAP, al resto de la derecha y a los militares golpistas” (Navarro,
2016: 202-203)
“1) Contundente presencia política dentro del nuevo sistema político y de partidos formado
por las derechas y los grupos de poder. 2) La posibilidad de ser gobierno tras una
autotransformación respecto al valor de la democracia en el socialismo. 3) Fuerza electoral.
4) Apoyo popular, más allá de lo electoral, en el nuevo escenario social y político que se
había abierto. Y 5) encontrar nuevas formas de lucha y organización dentro del sistema que
tanto habían repudiado, manteniendo los ideales, pero de una forma realista y concreta.”
(Navarro, 2016: 204)
“MOMENTO BISAGRA”
“El ingreso y aceptación de las izquierdas al sistema democrático liberal (…) fue un punto de
quiebre y una bisagra entre las estructuras históricas del cambio – el velasquismo y el
movimiento popular – y los acontecimientos de coyuntura (…)” (Navarro, 2016: 204)
“…la pugna por desarrollar alianzas con base a fragmentaciones bien delimitadas estuvieron
encabezadas tanto por el PCP como por la UDP, lo que finalmente devendría en la
imposibilidad de una gran alianza” (Navarro, 2016: 206)
“Con ello quedó establecida una división que habría de incidir en la incapacidad para formar
una alianza que compitiera con éxito en las elecciones generales previstas para 1980” ( Herrera,
2002: 54)
Conformada por PCP, PSR, FOCEP, Partido Vanguardia Revolucionaria (PVR), Movimiento de
Izquierda Revolucionaria (MIR), Comité de Orientación Revolucionaria (COR) y Frente
Democrático Popular del Perú (FEDEP), siendo el gran animador el PCP. (Navarro, 2016: 207)
“1) el cuoteo electoral y 2) las diferencias de orientación política de las organizaciones que se
adhirieron a él.” (Navarro, 2016: 207)
“Como dice acertadamente Guillermo Herrera, por lo primero las dificultades aparecieron por
la decisión de ubicar a los candidatos al parlamento de acuerdo a los resultados obtenidos en
la Asamblea Constituyente, cuestión que no beneficiaba a los integrantes del FOCEP: “Esto fue
especialmente notorio en los casos de Piura, Junín, Arequipa y Cusco donde los dirigentes
locales se negaron a ocupar los puestos que les correspondían por considerarlo debajo de sus
expectativas” (Herrera, 2002: 65)
“…fue la unidad de los grupos denominados como radicales, esta alianza fue
extremadamente heterogénea y contradictoria, probablemente la única en el mundo donde
estuvieron reunidos grupos maoístas, trotskistas, castristas e incluso proestalinistas (…)
(Navarro, 2016: 208)
La integraron:
“…surgirá del propósito que estos tenían de quitar de la gran unidad a los considerados
reformistas del PCP y del PSR, o sea a los que ellos calificaban como revisionistas y agentes
del socialimperialismo y a los velasquistas, respectivamente.” (Navarro, 2016: 209)
“Casi todos los que han opinado al respecto, concuerdan en que por lo menos existieron
cinco motivos por los cuales se termina ARI: 1) discrepancias ideológicas entre tendencias tan
disímiles como las que intentaron construirla; 2) el sectarismo y hegemonismo de los grupos
que lo conformaron; 3) las disputas personales, enfocadas principalmente en los liderazgos
de Barrantes, Carlos Malpica y sobre todo de Hugo Blanco; y 4) el cuoteo electoral” (Navarro,
2016: 209)
“Evidentemente fue la conjunción de muchos factores los que llevaron al fracaso a ARI, pero
sea cual fuese la razón principal, como podemos distinguir, en todos estos intentos de
explicación aparece el tema del trotskismo y del forzado liderazgo de Hugo Blanco que
hallaba sustento en una lectura, de muchas que se puede hacer, de los resultados electorales
de la constituyente” (Navarro, 2016: 210)
Para las elecciones del 18 de mayo de 1980, se presentan 7 planchas presidenciales en la forma
de 5 frentes y 2 partidos: FOCEP, UI, UDP, UNIR-PCR, FNTC, PRT y APS.
Factores externos:
Factores internos:
“1) La división de las izquierdas en siete candidaturas. 2) Las disputas por cuotas electorales
dentro de las alianzas que se estaban formando. 3) Los comportamientos caudillistas y
hegemonistas que practicaron entre sí los líderes y partidos de la izquierda. 4) Las
enemistades personales en pro de los liderazgos y las candidaturas. Y 5) las posiciones
ideológicas y las tendencias políticas que incentivaron las divergencias internas” (Navarro,
2016: 214)
“Dado que las variaciones entre 1978 y 1980 en el voto nulo, el ausentismo y el voto en blanco
tiene tan solo ligero aumento en este último (diferencia de 4%) y es casi igual en los otros
rubros, es de suponer que el voto perdido de la izquierda favoreció principalmente la
candidatura presidencial de Belaunde Terry” (Bernales, 1987: 127)
TEXTOS PENDIENTES:
Osmar Gonzáles (1999) Señales sin respuesta. Los zorros y el pensamiento socialista en el Perú
1968 - 1989 (pp. 144)
Rochabrun, 2009
Guillermo Herrara (2002) Izquierda Unida y el Partido Comunista (pp. 54, 65)
Alberto Adrianzén (2011). Apogeo y crisis de la izquierda peruana: Hablan sus protagonistas
Henry Pease y Gonzalo Romero (2013). La política en el Perú del siglo XX.
Martín Tanaka (1998). Los espejismos de la democracia. El colapso del sistema de partidos en el
Perú, 1980 – 1995 (pp. 127, 128)