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Contenido

ESPECIAL: CHAN CHAN


4 Supervivencia de Chan Chan: Notas para su estudio
Survival of Chan Chan: Notes for its study
Jorge Zevallos Quiñones 8
4 Chan Chan: Nuevos hallazgos, nuevas hipótesis
Chan Chan: New finds, new hypothesis
Cristóbal Campana Delgado 27
4 Complejo arqueológico Chan Chan: Los conjuntos amurallados y sus nominaciones
Chan Chan archeological complex: The walled complexes and their names
Arturo Paredes Núñez 53
4 Chan Chan, la capital del Chimor: 540 años después de la conquista de los incas
Chan Chan, capital of Chimor: 540 years after Incas conquest
Jesús Briceño Rosario 59
4 Rituales en torno al camino ceremonial en Chan Chan
Rituals around the ceremonial road in Chan Chan
Luis Valle Álvarez 73
4 Iconografía y uso del espacio en los recintos con estructuras en forma de
“U” del conjunto Nik An (Chan Chan)
Iconography and use of space in Nik An compound precincts with U-shaped structures (Chan Chan)
César A. Gálvez Mora, María Andrea Runcio 83
4 Decoración y arquitectura en Chan Chan
Decoration and architecture in Chan Chan
Rodolfo Gutiérrez Rodríguez 93
4 Shi, ciclo mítico de la deidad Chimor
Shi, mytical cycle of Chimor deity
Arturo Paredes Núñez 97
4 Chan Chan en la poesía y la narración
José Eulogio Garrido, Francisco Xandóval, Manuel Ibáñez Rosazza, José Hidalgo, Rolando Toro,
Eduardo Paz Esquerre 113

EDUCACIÓN
4 Propuesta de lectura desde la lingüística textual
Reading proposal from textual linguistics
Hugo González Aguilar 125
4 Bullying: propuesta de solución desde el aula de clase
Bullying: Solution proposals from classrooms
Liliana Paz Ramos 131
4 ¿La pedagogia es una ciencia o una tecnología?
Reflexiones en tiempos de neoliberalismo
Pedagogy: Science or technology? Thinkings in neoliberalism times
Mario Wilfredo Hernández Hernández, Guillermo Gayoso Bazán 135

CRÍTICA LITERARIA
4 Vigencia y proyección de El monólogo eterno y Pueblo-Continente
Validity and proyection of El monólogo eterno y Pueblo-Continente
Elmer Robles Ortiz 157

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Contenido
4 Presencia de la muerte en el mundo de la infancia y reclamo social en
algunos poemas de Luis Valle Goicochea
Presence of death in the realm of childhood and social claim in some poems by Luis Valle Goicochea
Chrystian Zegarra 171
4 De la cronística a la novelística: Ecos del Inca Garcilaso en Las cartas de una peruana
From the chronicler to novel: Garcilaso Inca echoes in Letters of a peruvian woman
Sebastián Coffey 177
4 La comparación como método de producción de los Comentarios Reales del
Inca Garcilaso
Comparison as production method of the text of Comentarios Reales of Garcilaso Inca
Saniel E. Lozano Alvarado 187
4 España: “La Generación del 98”. El pensamiento vivo de don Miguel de Unamuno
Spain: The generation of '98. The alive thinking of Mr. Miguel de Unamuno
César Adolfo Alva Lescano 193

INVESTIGACIÓN AGRARIA
4 Cobertura biodegradable gelatina-almidón-tara y las características
fisicoquímicas, microbiológicas y sensoriales de uva (Vitis vinifera) Red Globe,
durante el almacenamiento
Coating of gelatin-starch-tara biodegradable and the physicochemical, microbiological and
sensory properties of grape (Vitis vinifera) Red Globe, during storage
Luis Márquez Villacorta, Carla Pretell Vásquez 199
4 Bioestimulante biozyme T.F. y el cultivo de paprika (Capsicum annun L.) var. Papri King
Biozyme T.F. biostimulant and the cultivation of paprika (Capsicum annun L.) var. Papri King
Eduardo Alejandro Limonta Kong, Alvaro Hugo Pereda Paredes 215
4 Diagnóstico y desarrollo de componentes para un plan de manejo integrado de
plagas y enfermedades en la pequeña y mediana agricultura de la costa peruana
Diagnose and development of components for a plan of integrated pest and disease
management in the small and middle agriculture of the peruvian coast
Martín Augusto Delgado Junchaya 221
4 Mezcla de extractos de plantas medicinales: ¿sinergismo o reacción química?
Extract mixtures of medicinal plants: Synergism or chemical reaction?
Fredy Pérez Azahuanche, Fernando Rodríguez Avalos, María Elena León Marrou,
Gonzalo Malca García 239
4 El periodo crítico de la competencia de malezas con el cultivo de espinaca
(Spinacia oleracea L.) var. Viroflay en el Valle de Santa Catalina
The critical period of weed competition with the cultivation of spinach (Spinacia oleracea L.) var.
Viroflay in Valley of Santa Catalina
Luis Antonio Cerna Bazán, Aroldo Chacón Neyra 243

DISCURSOS
4 Palabras del señor Rector, doctor Guillermo Guerra Cruz, al finalizar la gestión 2005-2010 255
4 Discurso de orden en conmemoración de los 118 años del nacimiento de Antenor Orrego
Julio Luis Chang Lam 259

ESTAFETA DE PUBLICACIONES 261

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Editorial

En la reafirmación de una política editorial definida que identifica la naturaleza, caracterís-


ticas y estructura de “PUEBLO CONTINENTE”, conforme a las cuales cada número se dedica a
un tema específico, en esta oportunidad la presente edición está dedicada a exaltar los valores tras-
cendentales de CHAN CHAN, el más grande y emblemático monumento arqueológico de la
región y uno de los más importantes del Perú, el torno al cual hemos convocado y reunido en esta
edición de homenaje a prestigiosos investigadores, estudiosos y creadores, cuyos textos otorgan
sentido primordial y singular brillo a estas páginas.
De esta manera, así como anteriormente hemos expresado nuestro justo homenaje, plasma-
do en sucesivos números de homenaje, por ejemplo, a las colosales y pétreas construcciones de
Machu Picchu; al Grupo “Trilce”, con ocasión de sus Bodas de Oro; a Ciro Alegría, en el Cente-
nario de su nacimiento, en esta ocasión el homenaje se centra en el foco de la cultura primigenia
que se asentó en las fértiles y fecundas tierras de los Moche. Por eso expresamos nuestro testimo-
nio de gratitud y reconocimiento a los autores de los diversos textos, gracias a los cuales se conso-
lida el contenido y la imagen de una publicación universitaria que cada número se esmera en ubi-
carse en el más alto nivel en el contexto del mundo universitario.
Por eso es gratificante, y nos estimula sobremanera, recibir las colaboraciones, no sólo de dis-
tinguidos profesores de nuestra propia Universidad y de otras de la región, sino también de auto-
res de otra procedencia, como los casos de Sebastián Coffey, de la Universidad de Buenos Aires;
Hugo González Aguilar, de la Universidad Autónoma del Perú; y Christian Zegarra Benites, de la
Universidad de Indiana, Bloomington, USA.
La ocasión es propicia para reiterar nuestra invitación a los profesores de la Universidad para
que oportunamente nos envíen sus colaboraciones. Similar invitación la extendemos, con senti-
miento muy fraterno, a los autores de otras organizaciones e instituciones académicas. Las pági-
nas de “PUEBLO CONTINENTE” están abiertas; además, de acuerdo a las recomendaciones de
los organismos internacionales especializados, las revistas de investigaciones adquieren mayor
valor e importancia, en la medida en que su contenido incluye trabajos de autores de distinta pro-
cedencia académica y no sólo de la institución de origen.
Por otro lado, también queremos destacar el momento crucial en que aparece este número,
coincidente con el término de una administración universitaria y el advenimiento de una nueva
gestión; en tal sentido, creemos haber cumplido con la tarea que se nos encomendó, al mismo
tiempo que manifestamos nuestra predisposición a continuar en la brega según los designios y
decisiones de las nuevas funciones que desde el pasado mes han asumido las máximas autoridades
del claustro, a todos quienes les expresamos los deseos de muchos éxitos en su gestión.

EL DIRECTOR

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Especial:
CHAN CHAN
“Muro de Gran Chimú”
Los sabios nativos que dieron forma a Chan Chan, la capital del reino Chimú, fueron poseedo-
res de una tecnología y una creatividad propias con las que amaron y desarrollaron su ser. Tuvieron
un modo de entender y de vivir un trasfondo religioso con el que palparon la existencia de un
mundo espiritual, carne y destino de la numerosa población moradora entre sus muros.
En la presente sección especial de “PUEBLO CONTINENTE” se incluyen valiosos trabajos que
avanzan en la interpretación, significado y funciones de diversos aspectos culturales que compren-
de Chan Chan y aportan, cada uno, una luz para comprender el espíritu de sus antiguos habitantes
con descripciones y conceptos de aproximación interpretativa. Constituyen, asimismo, esfuerzos
reconstructivos de lo que habría sido la gran ciudad y algunas formas de su pensamiento religioso.
En este sentido, agradecemos a los arqueólogos y estudiosos de nuestra historia: Cristóbal
Campana Delgado, Arturo Paredes Núñez, Jesús Briceño Rosario, Luis Valle Álvarez, César Gálvez
Mora, María Andrea Runcio y Rodolfo Gutiérrez Rodríguez, por la publicación de sus trabajos en
este volumen. Así mismo rendimos nuestro homenaje al desaparecido maestro de muchos
arqueólogos trujillanos, el etnohistoriador Jorge Zevallos Quiñones, de quien también se incluye
un documentado trabajo sobre Chan Chan. “Únicamente la Arqueología –ha dicho él– podrá rom-
per el sello que cierra por tantos siglos los labios de la gran ruina”.
Pero, al lado del arqueólogo y del historiador, también podemos apreciar a Chan Chan en la
voz de la poesía, la imagen pictórica y la música. Chan Chan y sus constructores son también inspi-
ración, vivencia estética, acontecimiento significativo, símbolos que emocionan, conmueven y
relumbran. Por eso presentamos textos poéticos de José Eulogio Garrido (Huancabamba), Francis-
co Xandóval (Ascope), Manuel Ibáñez Rosazza (Lima), José Hidalgo (Pisco), Rolando Toro (Chile),
una narración de Eduardo Paz Esquerre (Ascope) y las acuarelas y la composición musical ”Canto
coral a Chan Chan”, del polifacético Cristóbal Campana Delgado (Santiago de Chuco).
Agradecemos también al profesor Alberto Pinillos Rodríguez el habernos proporcionado foto-
grafías de Chan Chan, tomadas en los años veinte y treinta del siglo pasado; permiten apreciar la
orfebrería sacada de una de las ciudadelas y frisos hoy desaparecidos. El es autor de “Chan Chan en
la poesía” (Trujillo, 1994), la primera antología sobre el tema Chan Chan que se ha publicado en el
Perú.
De esta manera, con el presente volumen, la UPAO brinda su valiosa contribución al conoci-
miento de Chan Chan, la antigua capital Chimú.
Eduardo Paz Esquerre
Saniel E. Lozano Alvarado
Supervivencia de Chan Chan:
Notas para su estudio

Survival of Chan Chan:


Notes for its study

Jorge Zevallos QuiñonesU1

I. CHAN CHAN, ESCENARIO ARCAICO Aunque perseguidas por la ley, hemos visto en la
década de 1960 a 1970, por ejemplo de modernidad,
Bajo el popular nombre de Chan Chan, la imagina- las escandalosas locuras de la fiebre chaquirera, esta
ción popular –y aún la docta– suele evocar de inme- pasión popular por las cuentas para collares.
diato un vasto escenario donde en la más remota anti- Todo nos lleva a considerar, pues, al área hoy uni-
güedad ocurrieron grandes cosas. No importa el que versalmente conocida por Chan Chan, área extensa
aún tales grandes cosas no se conozcan en propiedad, donde los reyes del Chimo vivieran, rigieran y constru-
y, por tanto, sigamos ignorando qué, cuándo y cuáles yeran sus palacios y tumbas, área una de las más sur-
hubieran sido. gentes y misteriosas para visitar, o, aún más común-
El imparable romanticismo con que suelen estar mente, para el que desde afuera del ámbito nacional
rodeados los más hermosos sitios prehistóricos acom- lea sobre antigüedades peruanas.
paña también a Chan Chan, y con ello, desde siglos A la vez, Chan Chan viene hacer para el mundo de
atrás la imaginación compensa exaltadamente a las la ciencia antropológica un documento formidable.
elusivas verdades arcaicas. Esta es su más íntima y valiosa naturaleza, y por ella ha
Y es que realmente no es fácil broquelarse en fría ingresado oficialmente a la lista de tesoros reconoci-
objetividad cuando uno pasea por los callejones, las dos de la Cultura Universal.
murallas de adobe, y las plazoletas y cenotafios, todo Quisiéramos enfatizarlo. Sea cual fuere el ángulo
roto y desmayado, pero todavía en su destrozo capaz desde el que se quiera mirar a esta magnífica y noble
de documentar. En el entorno, arenales y mar; al con- ruina, aunque nada podría impedir la invitación al
torno, restos de huacas y sitios de incomprensible apli- mito que de por si de inmediato despierta, la Ciencia
cación. del Hombre nos obliga a considerarla un permanente
Y por si fuera poco, la tradición fulgurante de haber- centro de alta investigación.
se hallado en su área entierros de tesoros de sin igual En este sentido se han escrito estas líneas para
riqueza, nunca antes vista ni sospechada en todo el alcanzar algunas referencias tocantes al Chan Chan
mundo americano. Con los relatos del oro de las huacas post colombino, o mejor dicho post pizarrino. La
de Peje Chico, de Yomayocgoam, Moyco, etc. desde el Arqueología, a cuyos profesionales las dedico, es una
siglo XVI se desató ahí la devastadora huaquería gene- ciencia que admite subsidiariamente a sus leyes y
ral, cuyas intermitentes razzias, empujadas siempre por reglas técnicas, al lado de su admirable mecánica con-
la leyenda y la codicia, no cesan. ceptual, la colaboración de otras disciplinas asimismo

1 Etnohistoriador chiclayano.

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Supervivencia de Chan Chan: Notas para su estudio

antropológicas; porque el rastro dejado por el hombre chat y Ossa, de antigüedad de 10 a 12000 años, y con
arcaico en la tierra ha permanecido guardado a través los ubicados en el nada cercano paraje de Quirihuac
de los siglos de varias maneras, y precisa su hallazgo el –que, por la fecha, les son coetáneos– representan la
uso también de varias herramientas no siempre mate- más antigua data humana en el campus liberteño. Pro-
riales. ceden de tiempos que en hordas o grupos trashuman-
¿Qué es Chan Chan? Para Conrad y Moseley, sus tes se desplazaban incesantemente en busca de ali-
conocidos excepcionales estudiosos y cuya opinión mento. Aún se desconocía el uso de la agricultura,
citamos casi a letra, Chan Chan fue uno de los centros como es sabido, y, por tanto, para no morir de hambre
urbanos prehistóricos más grandes del área andina. El a manos de otros hombres, asimismo vagantes y famé-
tamaño de tal ciudad refleja el status que tuvo como licos, sólo quedaba como salvación el arrasar flora y
capital del reino de Chimor, o del Imperio de Chimú. fauna silvestre donde se las hallara, manteniéndose de
Con unos comienzos legendarios en el siglo XII, esta ellas hasta extinguirlas, antes de volver a errabundear
entidad política expandió posteriormente su control sin otra meta posible.
sobre más de mil kilómetros de la faja desértica coste- En el área de Chan Chan parece que no ha apareci-
ra, desde cerca del golfo de Guayaquil en el Ecuador do resto importante correspondiente a los siglos II y III
–según se dice– hasta las vecindades de Lima actual. d.C. Escogemos esas centurias porque entonces flore-
Chimor era el Estado más grande, más poderoso, que cía ya la cultura Moche en estos valles, de la que sí hay
compitió en el Norte con la hegemonía cuzqueña, y pruebas ceramográficas in-situ, aunque de secuencias
fue conquistado por el Inca hacia 1470, cayendo Chan más tardías de la dicha cultura. Hasta hoy no se aclara
Chan con todos los territorios que una vez rigiera, bajo definitivamente si pertenecen a ella unas pequeñas
el dominio serrano. Durante algunos años más la ciu- estructuras halladas debajo de otras típicas de Chan
dad continuó funcionando como importante centro Chan, encuentro realizado por arqueólogos y alumnos
urbano, pero poco antes de la llegada de los españoles, de la Universidad de Trujillo bajo la dirección de
ya estaba abandonado. Miguel Cornejo. Más bien, rastro Moche y del mejor,
La región geográfica comprendida bajo el nombre correspondiente a los estadios IV y V de Larco, se
de Chimor, o Chimo, abarca toda el área que tiene por hallaron, y pueden haber todavía en la parte alta de
centro a Chan Chan, o sea las actuales parte de los pue- Trujillo, en lo que hoy se llama valle de Moche, alrede-
blos de Mansiche y Huanchaco, la pampa y Pueblo dor de los edificios epónimos que se conocen como
Joven de “La Esperanza” y “La Cumbre”. Ese era “el huacas del Sol y La Luna.
valle de Chimo” que aparece en los documentos espa-
ñoles del siglo XVI. Aunque, es lícito suponerlo, la sali-
da principal del gran complejo de ruinas al mar hubo
de estar en Huanchaco (playas de Huancarute, etc.).
Cabe también la posibilidad del empleo artesanal de la
pesca o los cortos viajes al norte y sur desde tan cerca-
no litoral hacía el noreste del gran complejo; precisa-
mente donde se han hallado cementerios, hoy total-
mente devastados.
Las Crónicas aluden, con gran escasez, a la capital
de Chimor, y de hecho, con el nombre de Chan Chan
no hay referencia alguna en sus escritos del siglo XVI.
Llama la atención esta pobreza referencial en la Heu-
rística norcosteña porque el auge del reino Chimo,
aunque pre-histórico, pertenece más bien a la proto-
historia peruana.
En ojeada general, el valle de Chimo contiene, sin
embargo, los restos del hombre hasta hoy más antiguo
de esta parte de la Costa. Fueron ubicados por Chau-

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Especial: Chan Chan

Tentativamente en esta ojeada resumida del valle ga, manteniéndola en sus privilegios, condecorándola
de Chimo podríamos darle una mayor antigüedad de con apelativos runa-simi honoríficos y aceptando la
poblamiento, si se recuerda que en el vecino valle de supervivencia de sus lenguas y dioses. El Inca permitió
Chicama, con el cual hubo siempre fácil comunica- que el heredero de Minchanzaman, el rey Chumun
ción, Junius Bird descubrió, en la Huaca Prieta (San- Caur, ascendiese al trono de Chan Chan, aunque es
tiago de Cao), un complejo pre cerámico de 6000 años obvio que gobernó mediatizado y bajo la férula del
atrás, con agricultura incipiente y técnicas notables de Cuzco. En su tiempo el conquistador serrano impuso
textilería inicial. su famoso modelo de organización y tributación deci-
Esto nos lleva a crear una hipótesis de trabajo: hay mal, herramienta habilísima de su tesis imperial.
igual antigüedad para el hombre neolítico de los valles Todavía está muy atrasada la investigación de la
de Chicama y Chimo. etapa Inca en esta parte de la costa. Parece que dejaron
Volviendo a la documentación arqueológica más al rey Chimú y su corte en la sacralizada Chan Chan, en
conocida, parece indudable que en la época Moche se tanto que, más bien, los representantes del emperador
hicieron en la parte de Chimo algunas acequias, aun- cuzqueño situaron sus oficinas administrativas en el
que para una escasa población sembradora. En gene- próximo valle de Chicama, donde el cuartel general de
ral, los llamados “mochicas” no parecen haber alcan- estos conquistadores del Chimo, quizás pudo estar en el
zado en esta área una demografía representativa, paraje de Chiquitoy Viejo, como lo postula Conrad tras
como ocurriría quinientos años después; ni siquiera una excelente investigación de campo.
como por entonces se mostraba en la parte alta, del Sol Sin embargo, el brazo incaico no pudo dejar de
y la Luna. Mientras tales huacas eran los santuarios meter la mano en el valle Chimo y sus palacios, y aún
más notables en todo el Norte del Perú, entre Piura y pudo, ¿por qué no?, retocar la administración Chimú,
Casma durante los siglos I a VII d.C, con sorpresa se quizás cambiando la funcionalidad sacro funeraria de
observa que, al mismo tiempo, el área tan cercana Chan Chan con la aplicación, creación o reducción de
llamada Chimo, y donde se edificara después el com- parajes edificados. ¿Hubo el intento de incanizar
plejo de Chan Chan, no tuvo relevancia alguna de que Chan Chan? Para investigarlo no falta una buena cita
haya rastro. de partida, y es la de Cieza de León, quien en la Cróni-
Pero sí vino a tenerla y muy notable desde finales ca del Perú (Cap. LXVIII) dice:
del llamado Horizonte Medio, y, sobre todo, una vez “Como los Ingas reyes, del Cuzco, se hicieron seño-
fundado el reino con Tacaynamo más o menos hacía el res destos llanos, tuvieron en mucha estimación a este
siglo XI o XII. Fue entonces cuando empezaron a cons- valle de chimo, y mandaron hacer en él grandes apo-
truirse los importantes tramos del gran complejo de sentos y casa del placer, y el camino real pasa de largo,
Chan Chan, las mal llamadas “ciudadelas”, que, a hecho con sus paredes”.
decir verdad, mejor sería nombrarlas “complejos fune-
rarios”, si aceptamos la teoría de Conrad. Hay pocas referencias, y oscuras, sobre el final de la
Desde entonces fue surgiendo ahí el escenario utilización de Chan Chan.
sacro-político de los reyes de Chimo, el mismo que por Se dice que en la época de Huayna Capac, estando
más de doscientos años vino a ser el centro nervioso el emperador en la región de Quito los chimúes inicia-
donde capitalizaba el gobierno del extenso litoral de la ron una rebelión anticuzqueña, y fueron aplastados
Costa Norte, entre Paramonga y Guayaquil. por el Inca que bajó, bien fuera con ese motivo o un
En el segundo tercio del siglo XVI, los quechuas de viaje al Cuzco, y castigó severamente a los culpables.
Túpac Inca Yupanqui invadieron y conquistaron Chan Parece que parte de Chan Chan fue incendiada, de lo
Chan y toda su jurisdicción gubernativa. Transportaron que, curiosamente, quedan rastros aparecidos en las
preso al Cuzco al rey Minchanzaman, así como a cientos excavaciones de Harvard. La gente que la habitaba
de artesanos chimúes: ceramistas, lapidarios, orfebres y cortesanamente, fue expulsada; el rey salió a vivir en el
textilarios, con cuya obra y su ejemplaridad las artes paraje de Mansiche y el gran solar se abandonó.
cuzqueñas iban a florecer notablemente. En esta situación y bajo el gobierno del dinasta
En cuanto a la política de dominación, los jefes interino Caja Cim Cim, llegaron en 1533 los españoles
incaicos parece ganaron la voluntad aristocrática yun- al valle.

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Supervivencia de Chan Chan: Notas para su estudio

ró que los chimúes tenían su propia lengua, la Quing-


nam, y lo que el Padre Carrera había gramatizado era
la vieja lengua Mochica lambayecana.
Por tanto, si la forma repetitiva del término Chan
Chan es ciertamente forma Chimú, no lo es el signifi-
cativo que se quiere dar, porque pertenece A OTRA
LENGUA.
Middendorff no tuvo tiempo de advertir su error,
porque desde el título, ya lo cometía al escribir su famo-
sa gramática “DAS MUCHIK ODER DIE CHIMU
SPRACHE”.
Por otro lado, el fonema de la “CH” no puede reem-
plazar al de la “J” aunque éste sí al del arcaico “XLL”.
Por lo menos, en las transformaciones de la lengua
Mochica-lambayecana, unos de cuyos ejemplos más
II. SOBRE EL NOMBRE Y LA PROPIA interesantes es el apellido señorial de Llontop, anti-
UBICACIÓN DE CHAN CHAN guos dinastas del valle de Monsefú, que aparece escri-
to en documentos del siglo XVI “XLLONTOP”. Este y
En cuanto dejamos la visión romántica del com- otros casos permiten asegurar que la barbarización de
plejo, tan cara a la literatura regional, y entramos a la “XLL” pasa finalmente a “LL”, y nunca a “CH”. Lo que
investigación de su problemática objetividad, vale prueba que Chan Chan es un término NO Mochica, y,
decir, a los predios de la antropología, en los que apare- por tanto, nada tiene que hacer con él los conceptos
ce Chan Chan como un excepcional documento pre- de sol, oro, luz, etc.
histórico, empiezan las interrogantes fundamentales. Es muy peligroso buscar mediante brillantes artilu-
Dejámoslas, casi en su totalidad, para la futura gios, casi siempre a base de semejanzas fonéticas, el
labor de los arqueólogos, por ser obviamente de su significado de términos sobrevivientes de una antigua
natural responsabilidad profesional. Únicamente la lengua muerta. El desuso secular, la ley del menor
Arqueología podrá romper el sello que cierra por tan- esfuerzo y –entre nosotros– la barbarización europei-
tos siglos los labios de la gran ruina. zante, han ido despojando la palabra arcaica (sea topó-
Nos interesa ahora en este trabajo averiguar acerca nimo, antroonomástico o conceptual) de sus facciones
del nombre propio de Chan Chan, que hoy se aplica, más puras, y una larga serie de cambios o supresiones
creo que atinadamente, al enorme conjunto pre- en los prefijos y sufijos termina por restarle casi todo
hispánico. valor al documento. ¿Podría valer para un paleolin-
Los diletantes con muy buena fe han querido eti- güista los términos de Nepén (valle de Chicama),
mologizarlo, partiendo de su parecido fonético con Nepeña (área de Chimbote) o Chornaca (área de la
términos registrados en la gramática mochica del pres- huaca Chotuna en Lambayeque), si a poco de iniciar
bítero D. Fernando de la Carrera, publicada en Lima el su intento etimologizador se da con que hacia 1650
año 1644. El más ilustre de los etimologistas fue Mid- dichos términos se registraban como Enepén. Enepe-
dendorff, en 1892, al postular que Chan Chan venía ñac v Seornancacum?
de Jang Jang forma barbarizada y duplicada del térmi- En tanto que no ocurran hallazgos gramaticales
no Mochica Lambayecano XLLANG, a su vez signifi- sobre la propia lengua de Chimo, la Quingnam, en
cativo de Sol, en castellano. Chan Chan vendría a ser, algún archivo americano o europeo que contenga
entonces Sol-sol, cuya repetición debía de tomársele sermones, vocabularios etc., quedaremos sin saber del
por el plural. Otro tiempo después se atrevieron ale- término Chan Chan, pues no hay ayuda científica
gremente a traducir Oro-oro, y hasta Luz-luz. La lista posible.
podría, si acaso valiese la pena, hacerla crecer. Más interesante es conocer cuál fue la verdadera
Pero todo es mero esguince, instante de fuegos amplitud territorial propiamente nombrada de Chan
artificiales, “hobby” intelectual: Middendorff no repa- Chan.

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Especial: Chan Chan

Nos había llamado la atención no encontrarlo Fundamentemos tal proceso: cuando se revisan las
recogido por los cronistas del siglo XVI y tampoco en fuentes más conocidas, y la inéditas en los archivos, se
los planos posteriores, como DENOMINACIÓN advierte, en las de más antigua data, que toda vez que
GENE-RAL DEL GRAN COMPLEJO. se alude o señaliza el gran complejo arqueológico del
Por el contrario, una vasta documentación hay valle de Chimú (sin enumerar las particularidades
sobre que Chan Chan fue UNA PARTE, un sitio, un toponímicas que históricamente no venían integran-
Asiento determinado, dentro del gran perímetro y no do), el nombre de Chan Chan NO APARECE.
su nombre para el total. Sin embargo, confusamente, Cieza de León al describir el área hacía 1549 dice:
desde el segundo tercio del siglo XVIII, un tanto más
“Cuentan algunos indios que antiguamente antes
seguro a sus finales, y ya públicamente usado en gene-
que los ingas tuvieran señoríos hubo en ese valle un
ral, a mediados del siglo XIX, el nombre de Chan Chan
poderoso Señor a quien llamaban Chimo. Como el
quedó aplicado a todo el complejo, tan consolidado
valle se nombra agora el cual hizo grandes cosas ven-
hoy día, como para saber que nunca más perderá esta
ciendo muchas batallas y edificico unos edificios que
universalidad. Merece la pena investigarlo porque, si
aunque son tan antiguos que parece claramente haber
en vez de su totalismo jurisdiccional, no representó
sido gran cosa”.
otrora en la pre-historia sino una localización corres-
“(…) los ingas reyes del cuzco (...) mandaron
pondiente a un paraje o parte del todo, pienso que
hacer en el (valle de Chimo) grandes aposentos v
terminaríamos con las oportunidades de que, divagan-
casa de placer”.
do, se busque una “truculenta” interpretación a dicho
término Chimú. El memorialista Váquez de Espinosa, cuya valiosa
Lo hemos pesquisado desde tres puntos de vista: copilación se hace en 1628, anota:
a. Hasta mediados del siglo pasado, por lo menos,
el nombre tradicional del gran perímetro pre- “(…) en este valle de Trujillo y en el de la población
histórico NO FUE CHAN CHAN. Chimocapac donde ay suntuosas Guacas se an
b. De acuerdo a fuentes documentales, en su hallado grandes tesoros (...)”.
remota antigüedad CHAN CHAN FUE SOLA- “(...) ay cantidad dellas en esta población que fue
MENTE UN PARAJE, incluido dentro de la gran del Rev Chimocapac”.
área construida, a semejanza de otros topóni-
mos que contenía. No hallamos una sola cita del nombre buscado en
c. Debido a factores posibles de corregir, sucesiva- la crónicas del XVI y papeles oficiales del XVII. La
mente se fue acostumbrando a dar el nombre catalogación general conoce el área con la única refe-
de CHAN CHAN a toda el área arqueológica en rencia de los palacios reales de Chimor.
general. Este fenómeno iniciado en tono En el siglo siguiente, la “Relación Descriptiva” del
menor, popularmente ya a fines del siglo XVIII, corregidor D. Miguel Feyjoo de Sosa, editada en
adquirió su definitiva consagración en las últi- Madrid el año 1763, por la utilización que hace de las
mas décadas del siglo XIX. fuentes orales y escritas de aquel tiempo, podría haber
citado a Chan Chan si por entonces hubiera sido de
común aceptación. Pero no. Por el contrario, al referir-
se a la huaca “Toledo” dice de ella:
“(...) una Huaca, que dista una legua de la ciudad,
junto al camino que va para el pueblo de Guanchaco
(...)” “(...) una Huaca llamada Yomayocgoam, junto
al palacio arruinado de dicho Regulo (...)”.

Se podría aumentar las citas coetáneas, mas para


no extender esta exposición meramente ubicatoria del
viejo Chan Chan, recurramos ahora a los clásicos más
usados, los del corregidor Feyjoo (1760) y los del Obis-

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Supervivencia de Chan Chan: Notas para su estudio

po Martínez de Compañón. En ambos el topónimo Dígase de paso que, por sus fuentes entonces muy
está ausente, no se le ha tomado en cuenta, y, más utilizada, Squier trae colaciones de los “Comentarios
bien, el uno cita las grandes ruinas como “casas arrui- Reales” de Garcilaso Inca de la Vega, escritor de
nadas del rey Chimo”, y otro, a las mismas, bajo las comienzos del siglo XVII, quien, por cierto, tampoco
frases “Mansiche” y “Palacio de los Reyes Chimos que hace mención del topónimo cuestionado.
dominaron en la Costa del Mar del Sur”. En cambio, las pruebas salen al paso en buen núme-
Añadimos dos citas más, importantes, provenien- ro para indicar que CHAN CHAN FUE TAN SOLO EN
EL VIRREYNATO UNO DE LOS TANTOS SITIOS O
tes del siglo XIX en su primera mitad; una es de noticia
PARAJES INTERESANTES QUE SE CONOCÍAN EN
tomada por un viajero europeo, culto y preguntón, el
EL CITADO GRAN COMPLEJO. Veremos más adelan-
inglés Henry Lester Maw, quien desembarca en el
te como a fines del siglo XIX –y hasta el presente–
puerto de Huanchaco el 4 de diciembre de 1827, y
aquel nombre se implanta para el apelativo definitivo
apunta en su diario de viaje:
general.
“(…) en la mitad del camino entre Huanchaco y Chan Chan debió ser un paraje no corto, caracte-
Trujillo (están) las ruinas de una enorme ciudad India rístico por sus yacimientos de salitre natural, con
llamada Gran Chimú”. entierros prehistóricos más cerca del mar de lo que hoy
(Colee. Docmts. Indep. del Perú, To XXVII, vol, 4, pag 46). imaginamos. Siempre existió así, pero dentro de su
naturaleza ceñida y particular como otros sitios y para-
La otra cita es el libro notable de E. George Squier jes del área sacralizada de Chimo.
“Un Viaje por tierras Incaicas” (traducción de Lima, Los testimonios empiezan desde temprano. El
1974), sobre cuyo autor y su personalidad científica, corregidor de la ciudad, en Marzo de 1606 notificó a
intenso estudio de antigüedades peruanas y particular los pobladores, por medio de bando público para los
conocimiento de la Costa Norte, son prendas conoci- que se hallaran en proceso de excavar huacas, presen-
das por demás en el campo de la investigación antro- taran en las oficinas de la Real Caja de Trujillo las
pológica peruana. En el capítulo VII del libro y en el IX, licencias que les amparaban. En los días siguientes se
ambos dedicados a “Trujillo - Reconocimiento del fueron acercando a registrarse los buscadores de teso-
Gran Chimú” y a “Exploraciones en el Gran Chimú”, ros: Jacome Baez, que operaba en “la guaca junto a
que contienen sus interesantes observaciones, medi- Tasca”: Antonio López, con permiso del Virrey Már-
ciones, descripciones y planos de nuestro Chan Chan, quez de Montesclaros para cavar “la guaca de Tasca”:
se refiere al gran complejo de esta manera: Rodrigo de Meneses, trabajaba en “Ha, -roto- zan”: la
“Las ruinas de Chimú, Moche y Virú”. “(Sobre india Juana de Ortigosa, con título de huaca “en Chan
las ruinas) La planicie de Chimú propiamente dicha Chan”. acompañada por Hernán Pérez, descubridor
abundantemente cubierta por la ruinas de la antigua de tumbas “en Chan Chan”, en cuyos entierros tam-
ciudad. Estas consisten en gran cantidad de muros bién buscaba Don Francisco Pacheco. (Arch. Dptal. de
que forman grandes recintos, cada uno de los cuales Trujillo: Judicial, leg. 266 cuad. 3071).
contiene un laberinto de ruinas, moradas y construc- El paraje que particularmente investigamos se
ciones de otro tipo, relevadas, aquí y allá, por gigan- hallaba señalizado claramente en el mapa de Feyjoo de
tescas huacas, entre las que más se destacan las del Sosa, aunque no con el nombre, pues tan solo dice
Obispo, Conchas y Toledo, grandes masas que el visi- “Salitrales”, cerca al mar y dentro de un triángulo
tante dificilmente puede creer que sean artificiales”. formado por el litoral “las casas arruinadas del regulo
“Las dunas situadas a escasa distancia de la playa, Chimo” y el pueblo de Huamán.
como casi todos los lugares baldíos y desiertos alrede- Esta ubicación corresponde a la que en 1816 des-
dor de Chimú, son inmensos cementerios”. “Entre la cribe D. José García, solicitante a la intendencia de
ruinas de Chimú hay muchos grandes bloques o áreas Trujillo, pidiendo licencia para desenterrar un tesoro
rectangulares, encerrados por macizos muros, que “en el sitio que llaman chanchan ENTRE LA GUACA
contienen en su interior patios, calles, casa, depósitos DE TOLEDO Y PALACIO DEL GRAN CHIMO”. En 11
de agua etc., etc.” “Patio de subbarrio en las ruinas de Setiembre de ese año obtuvo la licencia para poder
del Gran Chimú”. excavar “en el sitio de chanchan (sic) ENTRE LA

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Especial: Chan Chan

GUACA DE TOLEDO Y PALACIO DEL GRAN CHIMO Charles Wiener fue uno de los últimos viajeros
a una guaca de las muchas que hay en dichos sitios”. científicos que visitará en el segundo tercio del siglo
(Arch. Dptal. de Trujillo, Judicial, leg. 146 cuad.787). XIX el área grande con estudio, y de lo que vio y obser-
Además de las propias salitreras que caracterizaba vó, fotografió y mapeó, ha quedado un variado mate-
al paraje de Chan Chan –como más adelante vere- rial en su libro “Pérou et Bolivie”. En el texto Wiener
mos– se hallaba limítrofe de unas salinas que, hasta hace referencia a:
bien entrado el siglo XIX, existieron en propiedad de “le quartier de Chan Chan DANS LA PARTIE
la familia Orbegoso Cabero, y cuyos linderos pueden SUD-EST DELA VILLE”.
ayudar, a quien investigue, a dar con los propios e inme- (ob. Cit., p. 105 notal).
moriales del Asiento de Chan Chan.
En efecto, por ante notario Mateo Ortega, el 28 de ¿Cuándo comienza la aplicación generalizadora
Abril de 1834 Da. Albina Cabero, mujer legítima de del topónimo a toda el área prehistórica? La más anti-
D. Manuel Orbegoso Pinillos, da en arriendo a D. Héc- gua referencia está, nos parece, en “La Descripción
tor Thomas, natural de Bélgica, vecino y comerciante Geográfica de la Ciudad y Partido de Trujillo”. apa-
de la ciudad, unas salinas situadas entre el pueblo de recida en el “Mercurio Peruano”, 1791:
Huamán “y las ruinas del Chimú de este distrito”. El
“Se conserva aún a media legua de esta ciudad
plazo era de cinco años la merced conductiva de 250
(Trujillo) en un SITIO LLAMADO CHAN CHAN,
pesos anuales y los linderos de dichas salinas los
confinante al mar, unos admirables monumentos del
siguientes:
poder y soberanía de estos antiguos príncipes, que son
“por el norte la huaca más elevada que se encuen-
los ruinosos edificios de un magnífico palacio, y los
tra próxima a la ciénaga DONDE PRINCIPIAN LOS
trozos de sus dobles murallas de tierra. De esta materia
TERRENOS DE CHAN CHAN, y la paralela va hacia
son también los suntuosos y grandes sepulcros (...) se
el Este de esta guaca siguiendo el cordón de otras
ven también muchas poblaciones destruidas por el
rumbo al Cerro de Cabras hasta terminar con una
tiempo y otras fábrica ingeniosas etc; etc.”
huaca que hay próxima a los cercos de los terrenos
cultivados de Mansiche al lado opuesto, hacia el Oeste
La cita de Lecuanda es algo oscura, y por ello más
la recta va de esa misma guaca grande hasta topar con
bien podría amparar el primer enunciado ya antedi-
unas lomadas oscuras que se encuentran cerca de la
cho, sobre Chan Chan, mero sitio en el área grande,
playa; por el Este una guaca larga o lomada artificial
pero la consideramos ahora porque también trata de
que corre de norte a sur y sobre la que va el cerco linde-
sepulcros, poblaciones “y otras fabricas ingeniosas”,
ro de los terrenos cultivados de Mansiche, que partien-
que, por lo general, se reparten doquier allí.
do de la guaca donde terminó por ese lado el lindero
Norte va a encontrar al Camino Real de Trujillo a la El antropólogo Bandelier ha dejado observaciones
Salina o CHAN CHAN y dando una pequeña vuelta de importancia después de sus estudios, y un plano
para salvar un trozo de terreno perteneciente a las hecho en 1893, donde se lee:
Quintanas va a espirar al cerco o tapiales de la Chaca- “Groundplan of the ruins called Chan Chan
rilla de D. Juan Sussoni y por el Sur etc., etc.” ALSO Chimú”.

Es interesante saber que precisamente en el paraje El proceso para extender el nombre de Chan Chan
privativo de Chan Chan durante el Virreynato funcio- a todo el gran complejo debió comenzar en el segundo
nó con éxito una industria salitrera. La densidad de tercio del siglo XVIII, cuando la industria salitrera
viejos cementerios prehistóricos habían ido creando tenía sus mejores momentos. En efecto, situada su
tierras aparentes, que unidas a otras de PH muy fuerte limitada área particular cerca del mar, casi en el come-
permitieron esa industria con instalaciones no grandes dio de Huamán a Tasca, el camino entre Trujillo y
pero suficientes. El salitre era materia prima para Huanchaco cortaba por ahí. Era la frecuentadísima
hacer entonces la pólvora, y ésta se hallaba estancada ruta vieja que con el nombre de “Las Carretas” venía
por el Gobierno Vicerreal. Más adelante expondremos sirviendo desde el siglo XVI no sólo para el tráfico
los datos que se han hallado sobre el particular. comercial marítimo hasta y desde el puerto, sino tam-

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Supervivencia de Chan Chan: Notas para su estudio

bién continuaba, suponemos, hacia el valle de Chica- Juana Feliciana Chayhuac, ambas de otra rama des-
ma por donde, hacia 1606, se llamaba “el camino Viejo cendiente de los vástagos del rey Chimú.
de Chiquitoy”. No debe confundírsele con el camino a Si aún hubiera estado en uso el “camino viejo de
Chicama que se estableciera posteriormente y duró en Chiquitoy”, que pasaba por la ruinas como indicamos
uso hasta la república bajo su apariencia antigua, y hoy anteriormente, ¿podría ser CHECHENGO el antece-
es gran parte de la actual carretera Panamericana. dente quingñam más puro del ahora barbarizado
Este camino dijimos, cruzaba las ruinas en el paraje CHAN CHAN?
de Chan Chan. Al llegar al cruce se pasaba por las
salinas, y luego las salitreras, y era el periplo obligado
de los viajeros que deseaban conocer los palacios III. EL ENORME CAMPUS DE CHAN CHAN
derruidos del Gran Chimú, cuya extensa área no tenía
otro camino de entrada. Todo esto ayudó a usar el nom- En esta líneas quisiéramos hacer recordar a los
bre de Chan-Chan para ir por dichas ruinas; y, como es investigadores de la prehistoria norcosteña y, en espe-
necesario darle algún apelativo toponímico a los monu- cial, a los del Valle de Chimo y época Chimú, que el
mentos prehistóricos que no lo tienen o ya se ha perdi- estudio del área que nos ocupa no es, ni puede seguir
do el propio con el paso de los siglos, hubo de ocurrir, y siendo, tan solamente el estudio del perímetro de los
en buena hora, la generalización. conjuntos sacro-funerarios, las once mal llamadas
No quisiera cerrar estas largas líneas sobre tema “ciudadelas”.
tan especializado y por ende fatigoso, sin aventurar Esta grandiosa ciudad prehistórica trujillana, capi-
cual pudiera haber sido el verdadero nombre de Chan tal del reino de Chimor por consenso de todas las fuen-
Chan. tes, tuvo un ámbito vivencial notoriamente extenso,
En el proceso de barbarización que fueron sufrien- en el cual, así como nuclearmente estaban los mauso-
do las arcaicas lenguas de la costa hasta desaparecer, leos reales, también se comprendían, es obvio, las lla-
los términos originales padecieron distorsiones pro- mémosles, oficinas de la administración civil y militar,
gresivas que alteraron sus fonemas y cambiaron sus los principales centros de rito religiosos, las huertas y
grafías. Ya fue incontenible el impacto de la legítima corrales privados para abastecer a la aristocracia resi-
pronunciación por las dos lenguas regionales, Muchic dente, que fuera la más alta del Estado, y en fin, el hábi-
de Lambayeque, Pescadora o Quignam, pues se expre- tat de nobles y, periódicamente, de los elementos de la
saban con guturación o aglutinamiento morfológico gleba traídos para trabajar según el caso o los casos.
inalcanzables para el castellano. A la vista está que las fórmulas empleadas para la
De las dos dichas lenguas, la Pescadora o Quig- reconstrucción de los recintos funerarios de la dinastía
nam del Chimú desapareció con impresionante rapi- fueron mejores que las de la vida cotidiana. Tumbas y
dez. De ella sobrevivía tan sólo, a mediados del siglo centros ceremoniales: representaban el puente a la
XVII, una parte de antropónimos y algún caudal de Divinidad, o sea a lo Eterno.
toponimias. A estos conjuntos paleolingüísticos, Casas, cuarteles, piezas de servicio doméstico: esce-
también la ley del menor esfuerzo los recortaba y narios de la perecible pequeñez humana. Debió haber
cambiaba cuando no los llevaba a su anulación la sido la tesis ideológica de nuestro hombre prehistórico
extinción de los indios. y ahora sin perjuicios, es fácil advertirla.
Hemos hallado en el testamento de Don Antonio Pero el arqueólogo no puede dicotomizar el estudio
Chumbi Huamán, noble de Mansiche, “bisnieto de del pasado y, por tanto, así como la cerámica utilitaria
Don Antonio Chumbi Guarnan el Viejo (último rey tiene una trascendentalidad y unos problemas para
Chimú)”, extendido el año 1679 este intrigante dato: estudiarla, así también el marco de la vida cotidiana
En la enumeración que el testador hace de las pro- en la prehistórica regional demanda igual atención
piedades rústicas que deja, hay una de dos fanegadas, que el estudio de las formas de vida más altamente cla-
“(...) EN EL ASIENTO DE CHECHENGO que cae en el sistas.
Camino Real de Chicama”. Parece haberse ya concluido el conocimiento fun-
Esos terrenos habían pertenecido a su mujer Doña cional del perímetro de unos 6 Km. cuadrados, donde
Beatriz Jacinta Chayhuac y a la hermana de ésta, Doña se encuentran las “ciudadelas”. Por lo menos, puede

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Especial: Chan Chan

contarse no sólo con una arqueografía general sino En el excelente plano Emilio González García,
también con una excelente teoría interpretativa, la del levantando en Trujillo el año 1951, además de las once
arqueólogo norteamericano Conrad. Es necesario, ciudades, aparecen nueve secciones:
ahora, voltear los ojos al resto del paisaje arqueológi- ! Tello
co. En lo demás, y hasta donde sé, –exceptuando los ! Escorras
trabajos de la gran huaca “El Paraíso” (“Arco Iris”)– el ! Huaca “El Olvido”
resto de Chan Chan permanece por desbrozar científi- ! Anexo Tschudi
camente. ! Huamanchumo
Hacia 1945 empieza a usarse oficialmente una lista ! Anexo Rivero
de nombres para señalizar las “ciudadelas”. No hemos ! Huaca El Higo
logrado saber aún la fecha exacta ni el bautizador, pero ! Litoral
sospechamos ello ocurriera en la facción del primer ! Anexo Velarde
plano delimitador e intangibilizador de Chan Chan; y diez "Principales Huacas":
por lo cual, si alguien se interesa, habría de buscarse
! El Dragón
algún expediente corrido para conseguir tal efecto en
! El Obispo
los archivos del antiguo Patronato Nacional de
! Conchas
Arqueología, que se guardan en Lima.
! El Olvido
La lista nominativa contiene algunas impertinen-
! Toledo
cias e injusticias. Pienso que hubo de recurrirse a ella
! Tres Huacas
por apresuramiento necesario de los trámites o por
! El Higo
alguna propensión más romántica que justiciera.
! Lineal
La lista que aún se usa comprende once ciudadelas:
! Esmeralda
! Martínez de Compañón
! Tacaynamo
! Gran Chimú
! Bandelier Nos atreveremos a tildar parte del enlistado de
! Uhle impertinente o injusto, porque si, al componer ese
! Chaihuac padrón de nombres y perennizarlo bautizando a cada
! Tschudi Ciudadela con uno de ellos, se quiso honrar de buena
! Rivera intención a los grandes estudiosos de Chan Chan,
! Laberinto salta a la vista no tener tal rango todos los congrega-
! Velarde dos. Si ojeamos la lista de Ciudadelas podría observar-
! Squier se estas desigualdades:
! Calvario de los Incas CHAYHUAC: Es el apellido de los Caciques de

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Supervivencia de Chan Chan: Notas para su estudio

Mansiche que vivieron al mando de sus Parcialidades interdisciplinario espléndido y rotante, empezó a dar a
en ese pueblo. En la época prehistórica la familia de la conocer la problemática de Chan Chan a cabalidad
dinastía Chimú no usaba apellido repetitivo, ya que profesional. Nos ha quedado de ese esfuerzo una
eso era moda española que después de la cristianiza- bibliografía y mapoteca fundamentales para continuar
ción de los pueblos naturales se implantó como de uso los estudios.
obligatorio. Dos de la figuras conductoras de dicha misión Har-
TSCHUDI: Ilustre hombre de ciencia austríaco vard, los arqueólogos Moseley y Carol Mckey, publica-
que, al parecer, nunca vino a Chan Chan. Fue ameri- ron en 1974 un nuevo enlistado sobre las facciones
canista especializado en paleobotánica y lengua que- arqueográficas de Chan Chan. Es así:
chua. Estuvo en Lima y ha dejado unas interesantes ! Martínez de Compañón
crónicas sobres los ambientes y costumbres locales ! Ganoza Vargas
que vio en su viaje efectuado en el primer tercio del ! El Obispo
siglo XIX. ! San José
Es posible que se le haya comprendido entre los ! Gran Chimú Norte
calificativos para las Ciudadelas porque, en unión de ! Squier
Rivero, publicaron en Europa un “ATLAS DE ANTI- ! Gran Chimú Sur
GÜEDADES PERUANAS” , muy celebrado en su tiem-
! Velarde
po (mediados del siglo XIX), en cuyo texto corre un ! El Olvido
plano de Chan Chan relativamente original. ! Gran Chimú Norte (II)
RIVERO: D. Mariano Eduardo de: Uno de los ! Llamoyocguan
más notables hombres de ciencia de su tiempo, arequi- ! Bandelier
peño y de multiforme talento. No vino a Chan Chan. ! Tello
Se juntó con Von Tschudi para publicar en Europa, ! Uhle
hacia 1850, el ATLAS DE ANTIGÜEDADES PERUA- ! Huachaque Chico
NAS, donde, entre otros materiales arqueológicos del
! Huachaque Grande
Perú, hay información sobre Chan Chan y un plano ! Cementerio Tschudi
apreciable en su tiempo.
VELARDE: En honor del prefecto de Trujillo así Su resumen señala:
apellidado, quien por un azar típicamente de huaque- Nueve Palacios o Ciudadelas, una gran Cancha
ría, descubrió parte de un bello friso de manpostería cercada, cuatro Huacas, dos cementerios y dos huer-
Chimú en la Ciudadela que hoy lleva su nombre. tas hundidas.
Velarde no fue estudioso del viejo Chan Chan, sino dis- La lista de Moseley-Mckey es la inmediatamente
tinguido funcionario político civil del régimen del Sr. útil para los futuros trabajos arqueológicos que se pla-
Leguía. nifiquen en el área, porque si se repasa con atención,
CALVARIO DE LOS INCAS: Este nombre era, se advierte el espíritu antropológico, profesionalmen-
en parte, antiguo (“El Calvario”), por una imagen reli- te hablando, con que ha sido faccionada. En efecto, y
giosa que se veneraba en medio del campo; y en parte, para no extender el texto más, nótese que las unidades
moderno y literario (“de los Incas”). Me parece un des- nominales pueden, mejor diremos deben ser conside-
propósito, falla producida más bien por una mente radas como un programa de investigación, las aún no
romántica, pues, precisamente, fueron los Incas quie- tratadas, y como un programa de insistencia arqueo-
nes acabaron con Chan Chan, pues Huayna Capac lógica, las ya presentadas provisionalmente.
despobló la capital. En las escrituras públicas y/o las oficiales adminis-
Continuando con las señalizaciones se hace nece- trativas que aún se conservan en los viejos archivos
sario, y es muy justo, recordar aquí los estudios noto- trujillanos y limeños, provenientes de los siglos XVI,
rios realizados en el área de Chan Chan durante varios XVII, XVIII y XIX, aparecen de vez en cuando rastros
años, a partir de 1968, por la Universidad de Harvard, de la particular toponimia del valle de Chimo; algunos
cuyo equipo conducido por Michael Moseley e inte- de cuyos términos reproduciremos a continuación
grado por arqueólogos bien entrenados y un equipo para provecho de quienes emprendan la tarea de hacer

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Especial: Chan Chan

un mapa histórico tardío de ese valle, en el que pudiera deros: “Partiendo de una huaca nombrada TASCA
llegarse a establecer la ubicación más segura de los se sigue con la vista a esta ciudad y dejando el mar a
sitios nominados. la derecha, una cordillera o lomada de tierra, que
El verdadero perímetro funcional de la capital de es el límite de los terrenos de la chacra SAN
Chimor tiene por necesidad que ser columbrado por ROSENDO, propia del Dean Lizarzaburu, hasta lle-
los arqueólogos incluyendo las siguientes áreas: gar a una huaquita donde hay un pie de palmo, y a
El litoral desde la playa de Huamán hasta las cerca- sus inmediaciones unos pies de higuera: de este
nías de Santiago de Cao. punto dejado a un lado y a otro dos cordilleras, se
Todo el perímetro del pueblo de Mansiche. continuación la mira hacia Huamán por un llano,
El perímetro del fundo El Cortijo, las chacras de hasta llegar a una cordillera, quedando a la izquier-
Huanchaco y el antiguo fundo “San Rosendo”. da, esto es por la parte de arriba, un carrizal, sobre
El área clásicamente llamada hoy de Chan Chan dicha cordillera se sigue línea recta hasta encon-
(unos 18 Km, cuadrados, en la que 6 son de 11 Ciuda- trar con el camino del SALITRAL; de allí sube línea
delas). recta hasta tocar con la tierras del Común de Man-
Las antiguas pampas de Mansiche y de Huancha- siche (que el cura Seyjas tenía compradas en enfi-
co; las tierras de “Valdivia”. El área integra de “La teusis) de aquí vuelve con la vista a Huanchaco lin-
Esperanza”. dando con una lomada o cordillera que está al
El Instituto Nacional de Cultura debería construir Oriente, al pie de las tierras que tiene tomadas en
en alguna parte del valle del Chimo, quizás en el sector arrendamiento Manuel Pulido a la Señora Quinta-
hoy poblado de las chacras de Huanchaco, yendo de na, hasta tocar con las que fueron de los Pescoranes
Trujillo a ese puerto, a la derecha, una especie de Cuar- y hoy (son) de SAN ROSENDO, y baja con la vista
tel General de la Investigación Arqueológica de Chan al mar hasta al pie de las mismas tierras, y voltean-
Chan, parecido al centro que existe en el área de do a la derecha por el pie de las que fueron de Sote-
Tiahuanaco, en el Collao boliviano. Esto permitiría: ro Esquén y hoy de sus menores, así mismo de las de
1. Acceso al trabajo para especialistas nacionales Manuel USLLON y de Julián Silva” “después conti-
y extranjeros. nua igualmente por el pie de las que fueron del
2. Gran biblioteca especializada. mismo Manuel USLLON, de Nazario Jerónimo y
3. Taller. de Julián Silva, y hoy son del Sr. Dean, que las ha
4. Cubículos personales para la investigación. comprado y ha agregado a SAN ROSENDO; y sigue
5. Archivos y almacenes catalogados. por la misma Cordillera hasta encontrar otra vez
6. Mapoteca norperuana. con la huaca y palmo de donde se comenzó”.
CHAN CHAN: “...en el sitio que llaman Chan Chan
Hemos ido recogiendo los siguientes topónimos de entre la Guaca Toledo y Palacio del Gran Chimú
la propia área pre-histórica de Chan Chan: etc.” 1816.
CHAIAC: Tierras de la familia indígena García, de CHINE: (¿CHUSE?) Tierras en el Valle de Chimo
Mansiche, 1642. con ruinas. Estas sirven de lindero a otras “hasta
CALVARIO: Huaca en el pueblo de Mansiche. La topar con la Huaca nombrada del Obispo”, etc.
huerta que está al lado se vende en 1869. Entre sus CHECHENGO: En el valle de Chimo, 1679.
linderos, en dirección a Huanchaco hasta encon- CHUCHILMINI: “Lugar nombrado etc.”. Ahí tenía
trar la chacra de Manuel Usllón y de allí en línea una suerte de tierras Doña María Trinidad, indíge-
recta “hasta pasar un paredón nombrado EL na noble, 1698.
CALVARIO, de donde da vuelta en dirección a la Lindaba por el poniente con las tierras de la parcia-
iglesia vieja de dho pueblo (Mansiche),etc.” lidad de Don Rodrigo Cuyuchi Huamanchumo,
CARRIZAL: En 1867 el Cura de Yapatera y Morro- Cacique Segunda Persona de Mansiche. (También
pón Dr. D. José Fulgencio Seyjas vende a través de CHUQUILMINI).
su apoderado al Dean Dr. Eugenio Lizarzaburu una ESPERANZA, LA: La Chacarilla y pampa, propie-
suerte de tierras NOMBRADAS CHAN CHAN y EL dad de D. José Patricio Ortega. En 1873 sus linde-
CARRIZAL, términos del pueblo de Mansiche. Lin- ros son:

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Supervivencia de Chan Chan: Notas para su estudio

“Por el frente, el camino Real que va al Puerto de GUANCARMINE: Tierras así llamadas, propias de
Huanchaco, dando frente al cerrito de la Virgen, los Alfaro por su rama materna de Del Salto. Esta-
hasta tocar con un mogote de piedra que se puso por ban “en el lugar nombrado” La Piedra Horadada y
lindero y parándose allí con frente a la sierra hasta Real Camino de carril, en el pueblo de Mansiche,
tocar en donde acaba la última pared de los Incas 1785.
medio borrada que va a dar hasta en frente del hor- “HAf(…)ZAN”: Huaca. l606.
cón de Cerro de Cabras, según los títulos, y desde allí HUARICARPUT: Tierras a la salida del pueblo de
seguirá vista al mar hasta tocar una pared con una Mansiche, 1694. Con las tierras de DESAGÜA-
acequia de los chacareros y línea recta hacia la DERO, “corrían desde el camino real de las Carre-
izquierda con las tierras de doña Josefa Gutiérrez lla- tas que van al pueblo de huanchaco (...) y por el
madas LA ESPERANCITA Por dicha acequia va des- otro lado las tierras de LA PAYLETA, y más abajo al
lindando con todos los terrenos de los indicados cha- lado del MONTE DE LOS GALLINAZOS, que tam-
careros hasta alcanzar UNA PARED TAMBIÉN DE bién salen al mar”.
LOS INCAS, línea recta hasta llegar a una acequia LLINLLINGUAN: Huaca, gran corralón y pampa a
DE LA GUACA QUE QUEDA A LA DERECHA la salida del pueblo de Mansiche, S.XVIJJ.
LLAMADA DEL OBISPO; allí se vuelve a pasar con MOYCO: Una de las más importantes Huacas del
la vista al mar siguiendo LA MISMA PARED DE LOS valle, sobre la que habría mucho para reproducir.
INCAS hasta seguir al camino Real de donde comen- El nombre parece haber desaparecido a mediados
zaron a deslindar quedando LAS GUACAS QUE del siglo XVII. Por varias razones y señales, bien
TRABAJA EL CORONEL DON FELIPE SANTIAGO pudiera haber sido esta gran huaca de Moyco la
LA ROSA dentro de los linderos de la propiedad de que hoy se conoce con el nombre nada entendible
LA ESPERANZA”. de “Arco Iris”.
GUALPICA: Huaca grande en el valle de Mansiche, OBISPO: Huaca sobresaliente, hacía Huanchaco. Es
“Conocida generalmente (...) por Peje Grande (...) de creer que los dibujos de cadáveres chimús, cerá-
inmediata a la chacra de Bartolomé García a la mica, textilería y objetos de metal y plumería, que
derecha del Camino Real que sale del pueblo de hizo reproducir a color en láminas ad-hoc el obispo
Mansiche para Guanchaco”. En 1792 solicita Martínez de Compañón hacia 1780, hayan proce-
licencia para excavarla un Joaquín de Sebastián, al dido de excavaciones coetáneas hechas por el pre-
parecer indígena. lado en esta notable huaca.

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Especial: Chan Chan

PALACIOS DEL GRAN CHIMÚ: Es el nombre Es una lista provisional de topónimos, habiendo,
con que se conocieron las extensas ruinas hasta por supuesto, muchos más dentro del área tradicional
que en la segunda mitad del siglo XIX lo reemplazó de Chan Chan.
el de Chan Chan, aplicado para toda extensa área ¿Algunos de estos nombres corresponderían, en su
prehistórica. remota antigüedad, al de las “Ciudadelas”?
PAREDES: “Tierras de Paredes”, pertenecientes a la
Comunidad del pueblo de Mansiche. En 1801, a su
pedido la Real Justicia, autorizó para que se dieran IV. CHAN CHAN EN LOS TIEMPOS
en arriendo mediante público remate. MODERNOS
TALPAGUA: Huaca “grande”, a orillas del mar e
izquierda de San Josef. En 1792 hubo solicitud a la Cuando a comienzos de 1534 los españoles entra-
Intendencia para obtener permiso a excavarla. ron por primera vez en este valle de Chimo, las exten-
Esta huaca con la de GUALPICA eran entonces sas construcciones pre-históricas del perímetro que
"bien visible ambas por su corpulencia". hoy llamamos Chan Chan se hallaban vacías y habían
PUREMIÑE: Pampa y Asiento "junto al Camino Real perdido su utilización política. Quizás todavía conti-
de Carreteras" tierras de los indios nobles García nuaban los cultos funerarios para los restos más o
en 1713. menos momificados de los antiguos monarcas; pero
Asimismo, escrito PURIMINI. cuánto con ello estuvo enterrado ritualmente y repre-
TASCA: Otra de las huacas más notables entre Man- sentaba alguna riqueza o extraordinario valor, se había
siche y Huanchaco, también nombrada en el siglo transportado al Cuzco por los vencedores, como botín
XVII TASCAGUAN, su importancia merece un de la conquista. Lo dicen las Crónicas. La razzia de
estudio particular. Huayna Capac para aplastar, como lo hizo, un levanta-
TOLEDO: La estructura funeraria donde en 1556 miento Chimú, castigó el asentamiento sacro dinásti-
Garcí Gutiérrez de Toledo, hidalgo vecino de la ciu- co y dispersó las funciones de la aristocracia. Empezó a
dad de Trujillo, halló un increíble tesoro de orfe- morir definitivamente así este colosal centro costeño,
brería pre-hispánica. Su ubicación es conocida. que hoy, en escombros, continúa enamorando a quie-
VASCATE: “La guaca grande de Mateo de la Cruz nes lo rememoran, estudian o, simplemente visitan.
Vascate”, indio mansichero; En 1739 tenía entre A partir del rey Huamanchumo, nieto del gran
sus linderos: por el pie “con una cordillera de pared Minchanzaman, parece haber sido trasladada la fami-
de antiguos”. lia Real al punto extremo de la antigua sede, el Asien-
VALDIVIA: Tierras de sembrío, 1816. to de Mansiche, entonces con un nombre topónimo
mucho más puro y Chimú, parecido al de MANSIZ,
YOMACYOAGAN: Huaca grande, de conocida ubi-
con que está escrito en un documento de 1535, glosa-
cación. También escrita a través de los siglos:
do por Murra a Cristóbal Campana, y existe en el
YOMOYACGUAN, YOMOYUGAN (1577), OMO-
YACGUAN, YOMOYAGUAN, YOMAYOCGUAN, Archivo de las Indias de Sevilla.
YOMAYOGAN. El gran perímetro eclesiástico-cortesano, o sea Chan
Chan, al cesar la actividad en sus recintos fue volvién-
YAYANOUIBI: Tierras en el área del pueblo de Man-
dose montuvio, boscoso, en que sauces y huaranganos,
siche, S. XVII.
(Arch. Dptal. de Trujillo, sección JUDICIAL, leg. algarrobos y abundante “monte” llegaron a crear un
200 cuad. 1373; protoc. Ortega 1869 fol. 87 Id. Orte- hábitat aparente para animales huidos o silvestres.
ga 1867 fol.89v; judicial,leg. 146, cuad, 787; protoc. Tan eso ocurrió que, en otro documento, asimismo
Ortega 1845 fol. 236v; protoc Cortijo 1678 fol. 355v; glosado por Murra y publicado por Campana, fechado
registros de Juan Eligio Chumbi Huamán: escritura en el mismo año 1535 (a meses de fundada la ciudad
en Mansiche 30 VIII 1698; protoc altuna fol,454; de Trujillo) se hace mención de cómo el vecino Blas de
Judicial: Intendencia, leg. 435, cuad. 3506; Judicial: Atienza, capitán ilustre y Encomendero de Collique,
eg. 182A; Id.leg. 266, cuad. 3072: Id. leg. 268, cuad. dio con un entierro en “una casa de ydolos que estaban
3198; protoc F.X. de León 1801 fol 139; cuadernillo a la mar” en oportunidad que había salido de la ciudad
Chumbi Huamán 1713). “andando a cazar”.

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Supervivencia de Chan Chan: Notas para su estudio

Creemos que a partir de la Resoluciones apoyadas la famosa huaca de los Toledos, la leyenda de Peje
por el Virrey Don Francisco de Toledo, por las cuales, Grande y el abundantísimo oro de la huaca de Yomac-
entre otros pueblos, se consolida el de Mansiche, yoagan. Relatos, como se sabe, muy conocidos.
podríase empezar el estudio de las varias funcionalida- Se desconoce todavía el número siquiera aproxi-
des que con el correr del tiempo fueron sirviendo para mado de las excavaciones huaqueriles que precedie-
dar un nuevo rostro, quizás feo pero grandemente pro- ron al año 1555, fecha de la violenta apertura de la
motor, al otrora sacralizado Chan Chan. En otras pala- huaca de Toledo, hallazgo clásico de tesoro prehistóri-
bras, el destino legendario, transido de historia religio- co norcosteño; así como tampoco se ha tentado enlis-
sa y social, con que se fuera levantando durante la tar las que se continuaron haciendo en los siglos
prehistoria; después de su muerte, como capital de un siguientes; y no me refiero a las clandestinas, porque
reino poderoso y conjunto de palacios, tumbas y tem- estas son un fenómeno moderno, sino a las legalmente
plos, fue cambiando a través de los siglos a un increíble autorizadas por la Real Justicia coetánea, que las per-
zigzag de extrañas cuando no pedestres realizaciones. mitía de acuerdo a ley bajo la figura de “búsqueda de
Chan Chan va a servir, en todo o por partes, como tesoros”.
escenario para tres fines, cada uno de los cuales, quié- Desde el siglo XIX ya no habría disculpa alguna
rase o no, alterará, recortará y desnaturalizará la arcai- legal, pues entonces apareció la Arqueología y los cien-
ca razón de ser del gran conjunto. Entre 1535 y 1985, tíficos empezaron a visitar Chan Chan para estudiar al
buscando lapsos redondos, se suceden, cruzan o reem- extinguido Chimú. Pero aún, aprovechándose del atra-
plazan en el aprovechamiento y la destrucción, las so cultural, se mantuvieron los depredadores, esta vez
siguientes etapas: obviamente dolosos. Un ejemplo para nosotros clásico
A. La tetrasecular huaquería. de estos delincuentes ochocentistas que ya saben lo
B. Al aprovechamiento agrario. que hacen contra la ciencia y la historia del hombre,
C. El uso industrial. viene a ser un coronel chileno de apellido La Rosa, ins-
De los tres estadios, quizás el más alterador del talado en Trujillo, y de cuya voracidad, inacabables
casco pre-histórico, el removedor y, por lo tanto, el destrucciones huaqueriles y ventas de objetos arqueo-
más lesivo para la conservación de Chan Chan, ha lógicos habla Squier en su libro.
sido el primero, la feroz, insaciable y salvaje huaquería. Los protocolos de notarios coloniales de Trujillo
Iniciada por los Incas con el despojo externo de las registran a partir de la fundación de la ciudad no pocas
riquezas palaciegas, inmediatamente después de la fun- escrituras de formación de Compañías para huaquear,
dación de Trujillo continuó la frenética búsqueda de solicitudes en busca de licencias administrativas para
tesoros, concentrada desde entonces en las tumbas. hacerlo, cesión y venta de partes de huaca entre los
Ocurrieron así los hallazgos fabulosos de conjuntos compañeros de la excavación de terceros etc.
áureos, plata, chaquiras y exquisita tapicería; por todo Proclamada la República, cesó la obligación de
el territorio de la Costa norte, el más rico, sin duda, de requerir licencias. Por lo menos no las he visto después
toda la prehistoria del Perú, se extendió, febril, la peste de 1833. Sin embargo, el mal no se detuvo y el saqueo
de las violaciones funerarias, sopacadas bajo la activi- de los cementerios chimúes de Chan Chan continuó
dad lícita de perseguir el descubrimiento de riquezas (¿continúa?) impávida y brutalmente.
escondidas “por los Gentiles”, según la moda de aquel Por otro lado, el daño es mucho mayor, si cabe ima-
tiempo, y con la licencia legal, supervisoría adminis- ginarlo, pues la incesante actividad de destapar las
trativa y partición del Gobierno vicerreal a través del tumbas en busca de ajuares arqueológicos, ha ido malo-
impuesto de los Reales Quintos. grando aquí, como en el territorio nacional, muros, res-
Así la depredación de Chan Chan alcanzó límites tos de caminos, esquinas de patios arquitectónicos, en
de locura. fin, toda una riquísima documentación que, si pudié-
Tal pasión de huaqueos ejercida públicamente, sin ramos haberla conservado siquiera en una tercera
oposición de ningún género, sería imposible de imagi- parte de lo que fue, ayudaría incomparablemente a la
nar. Pero podríamos acercarnos a su estímulo terrible reconstrucción del pasado peruano. La última plaga
sobre la imaginación y el frenesí codicioso del hombre, de tales sacrilegios culturales (¿y por qué no decir tam-
al leer las crónicas de lo que ocurriera en el saqueo de bién sacrilegios religiosos?, ¿no son tumbas?) la hemos

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Especial: Chan Chan

visto hasta hace poco, cuando, verdaderas hordas de poseedor de otras tierras en la parte de Conache
toda edad, ha vuelto a remover a su gusto los yaci- (valle de Moche) y de cincuenta fanegas en las
mientos para sacar, a como se pueda, chaquiras, con tierras de Quirihuac. Estas últimas y las de Cona-
cuyas bellas cuentas y en negocio muy redituable, con che no las explotaban los mansicheros, porque no
un alegre mercado turístico .copiosamente dolarizado, las necesitaban dado que su población indígena
se han vendido exóticos pero vulgares collarcitos y pul- empadronada para el tributo iba decreciendo
seras. demográficamente y se hallaban en verdad bastan-
El investigador del pasado de Chan Chan debe te lejos de su centro poblado.
resignarse a saber que una muy importante documen- Las tierras en posesión del Común de Huanchaco
tación le ha sido arrebatada para siempre y, por tanto, también quedaban a la salida del pueblo, en direc-
está obligado a calibrar, más que en otras parte, su ción a Trujillo; quizás hacía las ruinas de Chan
pasión profesional al servirse de ella para la problemá- Chan, o quizás hacía Río Seco en la zona de las
tica del sitio; y además, porque así es el reto, esforzar su huertas y chacras conocidas en el siglo XIX con ese
ingenio y su paciencia para ir creando, quizás, nuevos nombre.
métodos de averiguación al valerse de menor número B) Las tierras en que las familias indígenas nobles de
de documentos y dentro de un paisaje cultural horro- Mansiche perennizaron su inmemorial propiedad
rosamente maltratado. patrimonial. Está bien probado que la aristocracia
Otra de las fases de aplicación que el tiempo ha ido chimú, al igual que toda la norcosteña, disfrutaba
dando al gran perímetro de Chan Chan es el del perió- la propiedad privada a su favor. Los españoles reco-
dico cultivo agrícola. nocieron esta patrimonialidad cuando era aproba-
Mucho más lesivo al yacimiento que la actividad da por el método legal de las informaciones de Tes-
pecuaria (que también la ha habido y hay, siempre des- tigos. No sabemos cuál era el lugar entre las tierras
parramada), es la agrícola, porque las necesidades de generales de Chan Chan, pero consta no fue de
ésta se basan en la movida del suelo, temporal aunque pequeña extensión.
incesante, y el uso del agua. En el agua no sólo vive el Con el tiempo, y sobre todo después de la Indepen-
peligro del perenne pase líquido, incomparable altera- dencia, cuando los indios ya podían vender sus
dor de estructuras y pisos, sino la infinita gama de ace- propias tierras, esas propiedades, de por si subdivi-
quias, contra-acequias, pequeñas compuertas y cana- didas por la herencia, pasaron a darse en arriendos,
les de derivación para las cambiantes zonas de cultivo, enfiteusis o ventas totales. Revisando las escrituras
chicas, medianas y grandes, según las temporadas y que han quedado de tales tratos, al llegar a los acá-
dueños. pites de la correspondiente linderación, nos damos
Son dos las tradicionales áreas de cultivo en el gran con señales de gran interés: “acequia antigua”,
perímetro totalmente arqueológico: “paredones”, “pirca de Gentil”, huacas, huaquitas,
A) Los lotes adjudicados por los Jueces Visitadores de acequias perdidas y secas, etc.
Tierras, para que de acuerdo a las leyes Indias, las
comunidades de Huanchaco y de Mansiche tuvie- Tras de estas frases se halla un desconocido testi-
ran donde sembrar. Las cosechas servirían para el monio arqueológico.
propio sustento de los sembradores, y con sus pro- Cabría hacer un cuidadoso trabajo de “rompecabe-
ductos en excedente, al ser vendidos en libre mer- zas” para ir planeando el gran plano de estas chacras y
cado, pudieran cancelar el tributo anual que les huertas, por lo general no muy extensas, y en la des-
tocaba. cripción de cuyos linderos se hallan casi siempre espe-
No ha habido tiempo para investigar bajo qué cri- cificaciones toponímicas grandemente sugerentes
terios y dentro de los cuales exactos linderos los para el arqueólogo.
Jueces Visitadores adjudicaron en el siglo XVII las La acumulación producida por las compras o
tierras en posesión al Común de Mansiche, pero se herencias sucesivas de generación a generación, ha
sabe que estaban en las afueras del pueblo, hacia hecho que un buen número de estas cortas y medianas
Chan Chan. Sin embargo, bien que tampoco sepa- unidades agrícolas hayan ido transformándose en fun-
mos la razón legal, ese Común de Mansiche era dos más consolidados. Así, en el Almanaque para el

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Supervivencia de Chan Chan: Notas para su estudio

año 1907, editado por el diario “El Mercurio” para Tru- guos tiempos Trujillo-Chiquitoy) cortaba las ruinas.
jillo hace ya más de ochenta años, se dice que en el “Va- Recuérdese que este camino, desde el siglo XVI llamado
lle del Chimo” existían por entonces las siguientes pro- de las Carreteras, no es el mismo que el que hoy se utili-
piedades rústicas: za. En el plano del Corregidor Feyjoo está señalizado.
! La Esperanza y el Gigante (De D. Luis Sánchez Este punto del camino, el encuentro con la sali-
Ferrer). trera de Chan Chan, fue, por tanto, el paso obligado
! El Salitral (Testamentaria Sussoni). para cargar el salitre o visitar las extensas ruinas,
! El Parrillero (De D. Pedro Rubio). para quienes venían o iban a Trujillo. El viajero salía
! “Terrenos de Mansiche” (De D. Manuel A Vale- de la ciudad por la ruta a Huamán, tomaba el camino
ra). de las Carreteras, paralelo al mar en sentido, y llega-
! Otros “Terrenos de Mansiche” (De J. Velasco y ba al salitral.
M Rodríguez). Luego, entraba a visitar a los palacios del Rey Chi-
! Otros “Terrenos de Mansiche” (De D. Ademar mú, o cargaba salitre, o seguía al puerto de huanchaco,
Pagador). cuando no hasta el valle de Chicama.
! San José (De D. Apolonio de Bracamonte Jime- Tal incidencia con el paraje de Chan Chan nos per-
ro:52 fdas). mite pensar que, a la larga, aquel nombre particular-
! El Cortijo (De D. Washistong Ferrer. De sus 120 mente ubicado, terminaría por costumbre aplicado a
fdas; 48 estaban entonces bajo cultivo). los restos de la arcaica capital Chimú.
Las noticias más antiguas sobre la explotación sali-
La tercera forma, a mi ver, por medio de la cual tam- trera del sitio alcanzan a mediados del siglo XVII. Por
bién se explotó el perímetro arqueológico de Chan entonces un Antonio Blanco, vecino morador de la
Chan estuvo manifestada bajo la intención industrial. ciudad de Trujillo, tras haber hecho el denuncio legal,
Por cierto, hoy día florecen en ese gran campus era dueño de “el Asiento y Minas de salitre llamado
algunas pequeñas empresas que trabajan en las actua- Chan Chan, que es como se va del pueblo de Mansi-
les tierras litigadas con dura suerte por el Instituto che a la mar”. Lo trabajó buen tiempo hasta que el 19
Nacional de Cultura. Pero, en realidad, no me refiero a de Noviembre de 1659, por ante el notario Sancho
ellas, sino a la intención industrial que apareció en García Durán vende la propiedad a Roque de Zubiate,
Chan Chan en el primer tercio del siglo XVIII y así Tesorero General de la Santa Cruzada en este Obispa-
mismo se proyectó ahí a mediados del siglo XIX. Me do, y a Francisco Díaz Zarco, vecino de Lima.
refiero a la producción del salitre, y, posteriormente, al La venta se hace “con todo lo que le pertenece y
cultivo de la cochinilla. seis leguas en redondo y según y de la manera –dice
Las tierras salitreras, por lo general, entonces en Blanco– que lo registre (...) y según de la manera que
poder de particulares, eran muy estimadas en la costa hoy está y se va labrando y sacando el dho salitre, y
del Perú, pues debido a la acumulación secular de sub- casas y adherentes y pertrechos que tiene e irán decla-
stancias ácidas y salinas, secadas por acción del tiempo rados (...) con cinco negros y una negra”, de 22 a 50
y la putrefacción de la materia orgánica en apreciables años de edad.
cantidades, producían uno de los elementos funda- “Y dos paylas de cobre de cocer salitre
mentales para la obtención de la pólvora. Dos peroles de cobre de a 6 arrobas.
El detonante se hallaba estancado por el estado Otro fondo de cobre en que se refina el salitre, de doce
vicerreal, que lo procesaba y producía en centrales ad- arrobas.
hoc, para uso mayoritario y exclusivo de la artillería Un perol pequeño de cobre
militar, la minería y el consumo de particulares que Una carretera con cinco bestias mulares
tenían armas de su propiedad. Cuatros borricos "que cargan tierra", y otros cuatro
Entre los palacios templos del Chimo había un pequeños.
paraje particularmente cubierto de una gruesa capa de Cuatro lampas chicas y grandes
tierras salitrosas, conocido con el nombre de Chan Una barreta de 20 libras
Chan. Su situación parece haber estado en la parte por Dos hachas de cortar leña
donde la ruta Trujillo-Huanchaco (en los más anti- Cien costales de sayal y jerga”.

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Especial: Chan Chan

En el último tercio de aquella centuria era dueño


de la salitrera un Basilio de Herrera. Luego de su muer-
te, el hijo y heredero Ignacio de Herrera intenta traba-
jar el yacimiento, pero sin éxito. Había sido protegido
económicamente por O. Juan Josef Martínez de Pini-
llos, vecino de la ciudad, y hallándose precisado a con-
tinuar los trabajos, Herrera hizo donación a Pinillos de
la mitad de sus tierras (“en el paraje que llaman de
Chan Chan”) por escritura del 20 de marzo de 1792
ante el notario Vega Bazán.
Dos días después, Pinillos y Herrera forman socie-
dad para laborar el salitre por tiempo de nueve años. El
socio capitalista proveería de oficinas, cuatro pailas de
cobre, canoas, tinajones, hormas, burros, sillones,
capachos, yunta de bueyes, etc.
Se entabló la industria salitrera una vez más en el pre-
dio de Chan Chan ya señalizado, y sus productos pasa-
ban al estanco del Gobierno. Pero accidentes imponde-
rables alterarán su prosperidad. Así, en los años 1799 y
1800 hubo aluvión y las crecientes del río Moche (“que
salió de su madre”) anegaron la fábrica puesta en el pue-
blo de Huamán. Hubo de suspenderse los envíos a Lima
Además “con los derechos y acciones que le perte- por una buena temporada, hasta hacer que la Real
necía al dho salitral y los papeles y Prouisiones y títulos Fábrica de Pólvora de Lima reclamara a Pinillos el cum-
–dice el dueño– que de el tengo”. plimiento del contrato que le obligaba a remitir al Esta-
A la vez traspasada a los compradores el contrato do 400 quintales de salitres anuales.
que tenía con Da. Isabel de Castillo, vecina de Lima, Martínez de Pinillos, escribiendo el 28 de Febrero
“que tiene hecho asiento con Su Magestad de la pól- de 1801, ponía en conocimiento de la Real Fábrica las
vora”. causas de su demora: sus instalaciones se habían
El salitral de Chan Chan estaba libre de censos, derrumbado con la inundación, obligándolo a trasla-
empeños ni obligaciones hipotecarias, generales ni darlas al pie de las grandes huacas de Chan Chan
especiales. Los esclavos se vendían sanos, y no eran “cuya obra consta de ocho coladores de cal y pie-
borrachos, ladrones, cimarrones ni con otros vicios, dras, mesa de tres paylas y bodega con todos los utensi-
tachas ni defectos. El precio, 20 000 pesos de a ocho lios necesarios, etc.”.
reales el peso, a pagarle la mitad de dinero y de conta-
do, y la otra mitad un año más tarde. Estos interesantes datos se hallaban en el antiguo
Cien años después, el marqués de Otero, vecino de archivo notarial de D. Baldomero Jara, en un expe-
Lima, otorgaba el capital poder a Josef Mariano de San- diente sobre como promover la extracción y beneficio
doval, residente en Trujillo, para que le obtuviera tes- de salitres en el Partido de Lambayeque en el año
timonio del contrato de venta que hemos glosado. 1800. Por entonces el gobierno estaba muy urgido de
Otra cosa no sabemos de esa época, sino que el salitral pólvora ante las circunstancias pre-emancipadoras.
ya había pasado a manos de limeños. Consta que a Ignacio de Herrera, codueño del negocio, falleció
comienzos del XVIII Da. Tomasa Castilla y Guzmán lo pocos años después, dejando viuda y herederos. De
había heredado de sus padres. Estaba casada con D. inmediato el albacea, presbítero D. José Domingo Var-
Diego Messia de Torres, hijo del Conde de Sierrabella, gas, presentó un recurso contra Pinillos, reclamando
y dicho su marido, siendo Alcalde Ordinario de Lima la propiedad total del asiento salitrero (“las guacas de
en 1705, tenía un molino de pólvora en los extramuros Chan Chan”). El Alcalde, por auto dado el 29 de Mayo
de la capital. de 1809, admitió la querella y autorizó se levantara

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Supervivencia de Chan Chan: Notas para su estudio

una Información de Testigos, que no hemos alcanzado pues habiendo cosechado de ésta unos 66 zurrones,
a encontrar. Vargas acusaba también al codueño de cada uno de 6 arrobas, los remitió a Inglaterra donde
haber puesto como arrendatario a D. Manuel Larrea, fueron vendidos de inmediato.
autorizándole para que sacara de dichas huacas y bene- Entusiasmado del éxito, Blackwood quiso ampliar
ficiara salitre. los trabajos, pero tropezó en Virú con el problema de la
Parece que, posteriormente, la familia de La Quin- escasez de peonaje. Era el año 1845, y buscando otras
tana tentó hacer salitre allí, por vía de arrendamiento. tierras para sus planes, escogió las de Chan Chan, cer-
Setenta años más tarde, la situación ha variado total- canas a la ciudad y al puerto.
mente en cuanto a dueños del salitral. En 1871 el D. Al efecto, pidió al gobierno se le vendieran las tie-
Héctor Thomas pide al tribunal de Minería “unas hua- rras de LA HUACA, al noreste de Trujillo. Estaban bal-
cas de salitre, sitas en las pampas de Chan Chan”; más días, “no habiendo noticia de que hayan sido pobladas
le sale al paso D. Juan Sussoni proclamándose dueño, y ni ocupadas o poseídas desde los tiempos de la Con-
haberlas explotado “siempre”. quista”. Blackwood presentó su petición en el mes de
El último dato obtenido nos confunde: en 1881 diciembre de aquel año, indicando el lugar escogido
aparecen nuevos dueños del salitral “en el paraje deno- “entre la ciudad y el puerto”.
minado Chan Chan”: las familias Bueno-Ortiz de Para el caso, era suficiente la iniciación del proce-
Zevallos y Cox-Bueno, por ser herederos del difunto dimiento ante la subprefectura de la ciudad, la cual
D. José Antonio de La Quintana. Estas multiplicida- mandó hacer la mesura del terreno requerido, el que se
des de posibles dueños del asiento salitrero pudiera sig- hallaba “en el nombrado Chimo”.
nificar que el negocio y las tierras estuvieran ya dividi-
La descripción del perímetro es la siguiente:
dos por ventas sucesivas o herencias.
Hemos descrito, con la minuciosidad posible, el “Abraza por la parte inferior el camino común al
negocio de la industria salitrera instalada en Chan puerto de Huanchaco y por la parte superior el camino
Chan, para advertir a los futuros investigadores de de Chicama”.
campo, que por más de doscientos años hubo en esa
parte de Chan Chan un constante remover de huacas, El 17 de abril de 1846, atendiendo a lo dispuesto
trajinar de recuas, instalaciones de depósitos para coci- por el Supremo Gobierno, el Subprefecto D. José
nar, lavar, hervir. Antonio Cabrera, el Alcalde de Mansiche y Huancha-
Buena parte de los rastros de la secular actividad co y un número de vecinos ancianos de ambos pue-
debe estar escondida en el subsuelo, y podría confun- blos realizaron la medida perimetral cordel en mano,
dir a los jóvenes que se inician en la profesión arqueo- “con mucho cuidado”. Se establecieron los límites
lógica, si acaso ya no estuvieran advertidos de lo que apuntados a continuación:
ahí pasó en los últimos tiempos. “Por el costado nombrado la ruinas de CHUSE
Otra fase de la intención industrial desarrollada en hasta topar con la huaca nombrada EL OBISPO, de
Chan Chan fue la proyectada para hacer extensos cul- donde volviendo el rostro hacía el mar seguimos en
tivos de nopal o penca, con objeto de criar, en grandes línea recta hasta topar con el camino que va al puerto
cantidades, la cochinilla. Ocurrió a mediados del siglo de Huanchaco, de donde volviendo la cara al pueblo de
pasado, y coincide con el gran mercado que entonces Santiago se siguió hasta ponernos línea recta al cerrito
hubo en Europa para los tintes, siendo de los mejores de Huanchaco, de piedras, de donde volviendo el rostro
el típico púrpura de este insecto. hacia la sierra continuamos dicha medida hasta llegar
A semejanza de lo que ocurrió en otros departa- a las ruinas de unas paredes de Gentiles, de donde con-
mentos, aquí también en el de La Libertad hubo espíri- tinuamos la medida cruzando el cordel hasta ponernos
tus emprendedores que vieron una excelente oportu- frente línea recta de la punta del cerro nombrado CA-
nidad en esta empresa y, entre ellos, D. Juan Bautista BRAS, de donde volviendo el rostro hacía el mar conti-
Blackwood, natural de Irlanda. nuamos la medida hasta llegar a la toma de la Acequia
Blackwood había establecido ya en el valle de Virú Alta, que reparte a los de Huanchaco, en donde con-
el cultivo de la penca para el mismo fin. Los primeros cluyó esta mesura por haberlo dispuesto el Señor Sub-
resultados con la cochinilla viruñera fueron felices, prefecto”.

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Especial: Chan Chan

Sumando las cordeladas consumidas el resultado Es curioso que en todos los escritos corridos en
da una extensión de 173 fanegadas “salvo yerro de dichos tres años de procedimiento administrativo, en
pluma y cuenta”, habiéndose empleado para el acos- ningún momento apareciese el nombre de Chan
tumbrado cálculo legal la fanegada de 288 varas de Chan, sino, más bien, “las tierras baldías sitas en la
largo por 144 de ancho. pampa de Huanchaco de la pertenencia del Estado”.
Se establecieron tres clases de tierras para su tasa- Finalmente el Supremo Gobierno aprobó el remate
ción: a favor de Blackwood el 25 de setiembre, dándose el
caso concluido.
Primera Clase:
Hubo reclamo de parte de la Comunidad de Huan-
Noventa fanegadas eriazas, muy secas, pedregosas y
chaco, mas la queja no fue atendida porque no pudo
enteramente “sin jugos” (sic) ni tampoco tener derecho
exhibir título alguno sobre el particular.
al agua absolutamente. Se aprecian a 5 pesos cada
No hemos podido seguir los dares y tomares
fanegada:...................................................... 450ps.
agroindustriales del irlandés Blackwood. Es de supo-
Segunda Clase: nerse que llevó a cabo en parte los cultivos de las pen-
47 fanegadas muy cortadas. pues eran “de aquellas que cas y aún pudo haber hecho algunos negocios buenos
llaman tierras agrias”, cascajudas y sólo uno que otro con las primeras acumulaciones del buscado animali-
trozo de tierra con algún polvo. A 7 pesos cada fanega- to. Mas, el mercado europeo no duró y todos los que
da................................................................ 329ps. con gran interés se habían dedicado a la cochinilla en
Tercera Clase: el Perú fueron cesando en el empeño.
36 fanegas de la mejor calidad que las anteriores, “son En el caso de la tierras de Chan Chan, consta que
tierras que llamamos mestizas” y la más de ellas con Blackwood, años después de haberlas tenido en almo-
alguna soltura y migajón. No tienen derechos de agua neda y, dado el lapso, quizás pudo utilizarlas todas o en
“sino en los seis meses poco más o menos de abundan- parte. Decidió salir de ellas; y el 23 de agosto de 1862,
cia”. ante el notario J.B. Aguilar las vendió por 3000 pesos
A 10 pesos cada fanegada.............................. 360ps. (en una letra girada a seis meses vista) a D. José Patri-
cio Ortega. En la escritura se indica que las tierras esta-
Total del precio 1139 ps. ban situadas “en el valle del Chimo, es decir entre los
pueblos de Mansiche y Huanchaco”, y se hallaban rea-
Hicieron el peritaje D. José Luis de la Torre, D. lengas.
Francisco Javier Céspedes Tito y D. Francisco Ortea- Es importante decir que Ortega con su compra
ga, firmándose el día 23 de abril. (173 fanegadas) formó luego una propiedad a la que
El expediente subió a Lima y el 8 de enero siguiente dio el nombre de “Terranova” o LA ESPERANZA, rega-
se dispuso por el Tribunal Mayor de Cuentas que las ble tan sólo durante las avenidas anuales.
tierras fueran sacadas a pública almoneda, de acuerdo
a ley. Trujillo, 1995.

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Chan Chan:
Nuevos hallazgos, nuevas hipótesis

Chan Chan:
New finds, new hypothesis

Cristóbal Campana Delgado*

BREVE INTRODUCCIÓN estructura de comportamiento, en una sociedad para


celebrar o conmemorar eventos o acontecimientos
Conforme se ha ido estudiando Chan Chan en los convertidos en elementos de su ideología. En la tradi-
últimos 15 años, los hallazgos de los tres últimos años ción andina hay cultos bastante difundidos dentro del
nos indican que las ideas que se tenían con respecto a pensamiento religioso, como el culto a los ancestros, al
dicha urbe deben ser replanteadas. Ha aparecido una agua, al fuego, u otros, asociados a las fuerzas de la natu-
serie de nuevas evidencias que nos podrían sugerir que raleza, transferidas a animales simbólicos que las repre-
su enorme magnitud, obedecía a funciones fundamen- sentan como el jaguar, la serpiente o al águila. Como
talmente ceremoniales y rituales para mostrar y man- imágenes simbólicas, son seres o animales míticos que
tener el poder de sus gobernantes. Veremos sólo algu- –realmente– son conjuntos de ideas valorativas.
nos hallazgos, como los muros perimetrales y su rela- El pensamiento andino muestra muchas caracte-
ción ceremonial, los pórticos de acceso, las plazas y rísticas en común en las de la mayoría de sociedades
patios, la forma de las paredes de las “audiencias”. precolombinas, las que aparecen en su arquitectura,
Estos hallazgos, ahora nos pueden dar información iconografía y parafernalia funeraria. Pero, y a su vez,
nueva que reorientará las futuras hipótesis para su hay muchas diferencias específicas en cualquiera de
investigación. los aspectos a discutir. Por ejemplo, la noción del culto
El poder –en cualquiera de sus manifestaciones– a los ancestros, o la “ancestralidad” misma, o el culto al
necesita ser comunicado y expresado para que adquie- agua, con sus respectivos cultos, podrían parecerse
ra valor funcional. Sostiene Víctor Turner (1970) que mucho entre las sociedades andinas, pero tienen sólo
cuando se trata de exponer el ejercicio del poder, sus eso: parecido; pues fueron intrínsecamente propias a
símbolos deben aparecer y, en el caso de Chan Chan, cada sociedad. Esto es obvio, al responder a ecosiste-
esto es evidente en toda la urbe. Todas las manifesta- mas, climas y procesos de asentamiento, diferentes. En
ciones arquitectónicas muestran esa intención, desde la costa, la relación con el mar y la carencia de lluvias,
los símbolos del origen hasta los de la muerte que apa- explicaría sus concepción del “culto a los muertos” así
recen en sus muros. La diferencia entre ceremonia y como el “culto al agua” en los huachaques, tan asocia-
rito no es una cuestión semántica, sino una diferencia- dos –físicamente– en Chan Chan. Esto se debe a que
ción de funciones usando espacios y tiempos diferen- “Un ancestro es primeramente un ser creado por una
tes con ejecutantes y actores también diferentes. sociedad concreta con la cual mantiene vínculos; no exis-
Hay ceremonias y ritos que, como acciones ordena- ten ni existieron ancestros “internacionales” (Kaulicke
das para un culto1, pueden aparecer como partes de una 2001: XIV).

* Director de la Unidad Ejecutora 110 Complejo Arqueológico Chan Chan, Ministerio de Educación. Docente de la Universidad Nacional de
Trujillo.

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Especial: Chan Chan

Los nuevos hallazgos, y sus variantes de ubicación, en forma de “U” por Anthony Andrews (1972, 1974).
nos permiten diferenciar los actos ceremoniales de los Las plataformas funerarias por G. Conrad (1974, 1981,
actos rituales. Los primeros requieren de espacios más 1982) y también por Thomas Pozorski (1971, 1979). Los
amplios y accesos más grandes, a diferencia de los patrones de subsistencia fueron estudiados por S.
segundos que tienen espacios más restringidos, mayor Pozorski (1976, 1979, 1982), los que serían ampliados al
ornamentación y sendas muy angostas. Los movi- estudiarse los sistemas de irrigación por M. Moseley y
mientos de sus actores –entonces– se definen más E. Deeds (1982). Los desarrollos regionales por R. Kea-
claramente, en cuanto a especialización y nivel jerár- tinge (1973, 1974, 1975, 1977, 1982); también por R. Kea-
quico. Tanto ceremonias como ritos requieren de un tinge y G. Conrad (1983); nuevamente por Keatinge y
espacio especial y de un tiempo apropiado, que res- Day (1973). Finalmente, en esa década, los estudios
pondan y permitan su “representación”. cronológicos basados en una seriación de los adobes
En Chan Chan, para comunicar los símbolos del por A. Kolata (1978, 1982), y enriquecidos con informa-
poder exigía una atmósfera escénica, desde los pórticos ción adicional sobre cerámica y arquitectura, por J.
de entrada a las grandes “plazas”. La ubicación de “hitos Topic y M. Moseley (1983). La hipótesis central soste-
humanos” en los ángulos de los grandes edificios, a nía que la cantidad de “palacios” correspondería a los
manera de hitos básicos o las construcciones tan reduci- 9 dinastas descendientes de Taykanamo.
das para los actos de ofrenda, más conocidos como “au- Este paisaje “urbano”, donde se fue construyendo
diencias”, donde en algunos casos, las imágenes mismas Chan Chan, había sido ocupado por otras sociedades,
parecieran estar en acción ceremonial y respondiendo a cuyos rastros de su existencia están visibles y tienen
ritmos y acciones que evidentemente son rituales2. compromisos culturales. F. Iriarte (1968), Odón Rosa-
les (1973) y otros, encontraron en sus excavaciones
1.0. EL UNIVERSO ARQUITECTÓNICO restos de construcciones mochicas en las áreas de lo
que sería Tschudi y Rivero, en ese orden. Posterior-
El Complejo Arqueológico de Chan Chan fue mente, se encontró también cerámica Mochica y
construido a lo largo de un proceso de más de seis estructuras en el ángulo interior de Tschudi, donde
siglos, lo que generó variaciones notables en los con- estuvo “El Mirador” y se escribió: “En el caso de Tschu-
ceptos de su edificación. Sus formas se modificarían di, los arquitectos construyeron un palacio sobre estructu-
constantemente por la dinámica de su uso, por uno o ras monumentales de fases previas, en algunos casos reuti-
dos terremotos y por los cambios sociales. En este pro- lizándolas” (Narváez, Navarro & Paredes 1984: 4).
ceso, la trama urbana iba cambiando de acuerdo a su
crecimiento, al engrandecimiento de la sociedad, a la 1.1. LOS MUROS PERIMETRALES
centralización de los pueblos conquistados y a los rea-
comodos políticos en las estructuras del poder. Es Son los muros que delimitaban conjuntos de cons-
posible que la forma tardía que conocemos, haya trucciones de importancia, muestran un fuerte com-
comenzado su planeamiento en la segunda fase, al promiso ideológico y, su construcción fue posterior y
establecer sus bordes del este y del oeste, con La Calza- acelerada. Por el momento, no sabemos si todos los
da y con el Camino Troncal o “A”. muros perimetrales conocidos se sobrepusieron a
El estudio temprano de esta urbe se le debe a Geor- estructuras con otras funciones o hechas por grupos
ge E. Squier (1877), y los más completos fueron hechos humanos de menor nivel social. Pero, los muros que
por los arqueólogos del Proyecto Chan Chan-Valle de hemos estudiado, como los de Tschudi, Rivero, Uhle,
Moche, así: los sitios previos a Chan Chan en el valle Laberinto o Ñain An (Bandelier), fueron hechos des-
de Moche por John Topic (1877,1982); por T. Pozorski pués y sobre áreas con otras estructuras. Ahora sabe-
(1975, 1976, 1980, 1982a). También por Garth Bawden mos que tenían diferencias en sus taludes, alturas y
(1977, 1978, 1982b). La arquitectura de los recintos bases (Fig. 01).
monumentales por Kent Day (1973a, 1982a, 1982b), la Estos muros, no tenían esas magnitudes a través de
arquitectura intermedia por Ulana Klymyshyn todo el proceso de crecimiento urbano. Podríamos
(1976,1982), la arquitectura residencial de la clase baja decir que, en algún momento, se decidió cercar con
fue hecha por John Topic (1977, 1982), las estructuras esos altos muros, un conjunto mejor ordenado de

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Chan Chan: Nuevos hallazgos, nuevas hipótesis

Fig. 01. Diferencia de alturas y anchura de las bases en el Edificio Principal de Tschudi, indicarían la
existencia de un modelo, pero no así de un patrón para erigir los muros perimetrales.

Fig. 02. Dibujo mostrando la existencia de cuatro niveles en la construcción de un muro perimetral externo:
Una zanja con cascajo en seco. Sigue una especie de cimiento con piedras grandes y barro para nivelar la
construcción, luego un sobre cimiento con hormigón prensado y finalmente un muro de adobes de tres dimensiones.

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Especial: Chan Chan

construcciones dedicadas a actividades ceremoniales, de varios tamaños, grandes, medianos y pequeños, al


cortando o modificando las ya existentes. También es margen de su forma, pues, “Es esencial notar que a pesar
posible que algún fuerte fenómeno natural no cíclico, que existe una gradación en cuanto al tamaño del adobe,
como un terremoto, una sequía o una tempestad con que va de adobes grandes en la base de las paredes, a muy
rayos y truenos, o un evento “Niño”, comprometiese pequeños en la cima de las mismas” (Kolata 1980: 132).
sus creencias, al grado de exigir replanteamientos Pero, al haber tenido que construir y elevar estos
religiosos, sociales y políticos y, por lo tanto, la modifi- muros, al final y a veces apresuradamente, sobre otras
cación de las ceremonias y sus rituales concatenados. construcciones, determinó que su comportamiento no
También es necesario advertir que: los muros peri- fuese homogéneo y perfecto. Desde el diseño, después
metrales interiores que rodean los Complejos Funera- de trazados y construidos los cimientos, en los ángulos,
rios Reales, fueron hechos en un momento posterior, ponían a manera de “hito”, un entierro con partes de
siendo de menor altura, pero si de muy buena factura una persona como se puede ver en los ángulos N.E. y
técnica. Con éstos se encerró –si se quiere– el núcleo N.O. de Ñain An (Bandelier). (Fig. 04). Estos espacios
ritual funerario, separándolos de aquellos que servi- internos, conteniendo “hitos humanos”, en muros sin
rían para las ceremonias previas. adobes engranados, obviamente, generaron proble-
El doble talud, una base muy ancha y una elevada mas de resistencia (Fig. 05), de allí que en las esquinas
altura, fueron las características recurrentes, pero al de dichos muros, aparezcan colapsos, justamente
ser estudiados encontramos que sus ángulos, espesores donde no deberían aparecer.
y taludes no fueron constantes, ni en un mismo muro. La construcción de estos muros perimetrales apa-
La característica general a todos es que, los cimientos rece –en varios casos– sobre estructuras de adobe que
fueron hechos con piedras grandes unidas con barro y fueran destruidas por eventos telúricos. En otros casos
encima, hormigón prensado hasta determinada altu- encima de estructuras de menor tamaño y jerarquía,
ra, a manera de sobrecimiento, para luego seguir eri- hechas éstas con materiales sencillos. Entonces surgen
giéndolos con adobe. Sobre ese “sobrecimiento” y en las preguntas: ¿Desde cuándo se comienza a cercar
las primeras hiladas de adobes, se hincaron o planta- espacios diferenciados con estos muros? ¿Por qué en
ron las “cañas de guayaquil” para servir de hitos o jalo- los primeros niveles no hay restos de engranaje en la
nes a todo lo largo del muro, tratando de mantener la disposición de los adobes (Fig. 02) ¿Cuáles fueron los
homogeneidad de los taludes laterales. presupuestos ideológicos para delimitar obras de
El doble talud es la característica más fácil de arquitectura mayor, dejando sin delimitar –en algunos
observar y se pensó que era la respuesta que determinó casos– otras de este mismo alto nivel? Ahí están los
su resistencia ante los movimientos telúricos tan cons- casos del Edificio Este de Rivero, u otro del mismo
tantes en este lado del Océano Pacífico. Esto fue nivel conocido como “conjunto” Tello. Además, no se
mucho más complejo, pues sus constructores habían sabe cuál fue la razón para amurallar y luego “sellar”
advertido que ante un movimiento sísmico había que estos espacios. Hasta el momento cualquier respuesta
evitar al máximo la conexión entre el suelo y la obra sería una conjetura. También es necesario recordar
construida, permitiendo –a la vez– cierto grado de que en los ángulos de Ñain An (Bandelier), se halla-
flexibilidad para evitar mayores tensiones. Esto llegó a ron las evidencias de esqueletos de personas usadas a
generar una compleja tecnología de sismo-resistencia manera de “hitos humanos”.
que iba, desde los sistemas de cimentación, hasta el Es reconocida la presencia de estos grandes muros
armado con cierto grado de flexibilidad en el muro, al dividiendo espacios arquitectónicos diferenciados, en
momento de engranar los adobes con las cuatro for- épocas anteriores a las Chimú. Pero, en Chan Chan, es
mas y tamaños de éstos (Campana 2006: 230). un rasgo muy importante, tanto por sus magnitudes,
Así, la obra quedaba montada sobre una especie de por su cantidad, como por su ingeniosa tecnología.
arriostre con “rodamientos”, para obtener la flexibili- Esto parecería normal como rasgo dentro de un proce-
dad. Se engranaban los adobes, tendiéndolos sobre un so histórico, pero el problema surge cuando se advierte
lecho de barro rico en arcilla, y en las llagas, se ponía que estos muros perimetrales fueron erigidos después
grumos de barro casi seco o “cascajo seco”, lo que per- de construida gran parte de la urbe, en varios casos
mitiría la flexión requerida. Los adobes, fueron hechos rompiendo estructuras ya existentes.

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Chan Chan: Nuevos hallazgos, nuevas hipótesis

Hay dos tipos de muros perimetrales según el mate-


rial: unos, hechos de adobe y otros –como los interio-
res de Rivero– hechos de “adobón” u hormigón pren-
sado. También hay dos tipos de muros perimetrales
según su función: los exteriores para delimitar el Edifi-
cio Principal o “palacio” y otros muros perimetrales
interiores, muy parecidos pero menos altos, para deli-
mitar los Complejos Funerarios Reales (CFRs). Estos
muros “interiores” encierran funciones asociadas a
ritos funerarios, pues allí están los mausoleos o “plata-
formas de entierro”, una pequeña plaza ceremonial,
rampas para unir niveles ascendentes y también
estructuras con hornacinas.
Para el trazado de un muro perimetral, se hincaba
una alta caña de guayaquil3, sirviendo de jalón (Fig. 03).
Una serie de estas mantenían la línea recta en el tra-
yecto. Es interesante anotar que, junto a la caña, en la
Fig. 03. En el punto de inicio de la vida de los seres con
mayoría de los casos, el muro ha sufrido menos y se vida, reales o no, aparecerá como en este caso, la concha
mantiene más alto, lo que querría decir –también– que (spondylus) para simbolizar el nacimiento. Aquí, nace el
ésta fuera usada como elemento estructural para puntal que daba longitud a los muros.
transferir flexibilidad a esa parte del muro, disminu-
yendo la tractibilidad, la que se acentuaba en los even-
tos telúricos. En Ñain An (Bandelier) se encontró que
en el punto de arranque del hito, se ponía una concha
bivalva (Spondylus) o unas pequeñas piedras planas.
Estos muros con doble talud casi nunca muestran
ornamentaciones en relieve y, al parecer, sólo en algu-
nos casos hay pintura en el lado interior, y bastaba una
o varias capas de enlucido. Las primeras capas son más
gruesas y las últimas son de más fino y delicado acaba-
do, además de contener más arcilla.
En los muros perimetrales de Bandelier4 hay
muchas muestras de “entierros intrusivos”, hechos
que no son fáciles de entender, pues no comprometie-
ron las formas originales. Pero, por haber sido hechos,
posteriormente generaron desprendimientos, derrum-
bes o graves colapsos de sectores importantes en el
paño mural. Lo extraño es que estas “intrusiones”
funerarias –más tardías– han preferido los muros o las
construcciones que tienen –siempre– paramentos
ataludados.
En los ángulos N.E. y N.O., del mismo edificio
principal, donde se junta el muro norte con los del este
y el del oeste, los derrumbes comprometieron su resis-
Fig. 04. Véase como se construyó el muro sobreponiendo
tencia a esfuerzos tectónicos. Por ser ángulos de
“capas” de adobes las que al final se desprenderían.
fusión, no debían colapsar, pero allí estaban los efectos El “hito humano” en el círculo.
de su caída. Cuando se hizo el estudio para su reforza-
miento, en el proceso de restauración (2007, 2009), se

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Especial: Chan Chan

Fig. 05. La falta de engranaje en los adobes, en ambas fotos, en la base del muro perimetral, bien pudo
haber causado el fácil derrumbamiento de esa construcción. Se advierte que –a lo más– sólo se los acomodó.
En otros, ni eso. Las hiladas exteriores siempre se desprendieron, generando su colapso.

limpiaron los adobes para engranarlos nuevamente acción depredadora de los huaqueros los pusieron al
con los de la parte destruida, y así lograr el reforza- descubierto. Hemos encontrado, por ejemplo, horna-
miento respectivo. Entonces fue que se advirtieron las cinas excavadas en el muro, muy cuidadosamente
causas de ese colapso: los “entierros” en su construc- enlucidas y aparentemente vacías.
ción (Figs. 06, 08). Otra variable de los muros perimetrales es la de los
El problema técnico se había generado al alinear muros interiores de Rivero, que siendo de doble talud
los adobes del paramento externo para definir el bor- como los exteriores, iguales de altos, fueron hechos
de, determinando una separación longitudinal sin con otra técnica y otros materiales: Hormigón prensa-
engranar con los adobes del interior, y no armando una do, a lo que hemos dado en llamar “técnica del ado-
sola estructura (Ver flecha en figura 04). El notable talud bón”, ya descrito y estudiado (Campana 2006: 229-234).
de los muros perimetrales, pareciera determinar que el Recordemos que esta técnica a base de hormigón pren-
engranaje de lado a lado no fuera necesario, pero eso sado (Fig. 07), es idéntica a la que fuera usada para
no fue así, pues por diversas causas se desprendieron hacer los techos de las tumbas reales en los mausoleos,
largos paños de adobes no engranados con los adobes técnica que demuestra su buen comportamiento sis-
interiores. mo-resistente, así como su capacidad de flexión, tanto
En diversas partes de los muros perimetrales, se a los movimientos telúricos como a los tectónicos.
observa en el tendido de las primeras hiladas de ado-
bes, una falta de uniformidad en la disposición, pues
en algunos casos sólo rellenaron la parte interior con
tierra y canto rodado sin producir una armazón. Es
decir, no hubo engranaje en cada “tendida” de adobes
(Fig. 05). Es interesante observar cómo estos muros
fueron horadados para “enterrar” allí a personas den-
tro del proceso constructivo o, como ya dijimos antes,
después y en forma subrepticia, pero que, en uno u
otro caso, esto implicaba acciones rituales o ceremo-
niales (Figs. 06, 08).
En varias partes de estos muros hay evidencias de
fracturas, rupturas de sectores, huecos hechos ex profe-
so, colapsos y otras variantes modificatorias, desde
tiempos chimúes. Hay casos en que se han hecho –por
ejemplo– hornacinas para depositar ofrendas, y luego Fig. 06. Esta cavidad cuadrangular, finamente acabada,
selladas engranando los adobes, para que no se vea lo fue hecha en el muro oeste de Bandelier para enterrar o
hecho y que, después, un movimiento telúrico o la guardar algo en ella.

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Chan Chan: Nuevos hallazgos, nuevas hipótesis

La calidad de los acabados y el cuidado puesto en el


ocultamiento exterior de éstas, nos hace suponer que
fueron construidas para fines rituales, después de
haber construido el muro y que realmente no llegaron
a usarla.
Los muros que encierran a Uhle y Bandelier –norte
y sur respectivamente– no son paralelos y su separa-
ción pudo haber servido como un gran pasaje, pero
tenía un muro, al noroeste de Uhle, cerrando el paso o
por lo menos restringiéndolo con una puerta angosta,
que ahora no es visible. En ese punto se puede obser-
var que el muro de Uhle se hizo primero, y después los
de Bandelier, los que en el este y el oeste fueron arrasa-
dos hasta sus cimientos por los castellanos al hacer el
“camino de carretas”. Este breve análisis puede
demostrar nuestra hipótesis de que los muros perime-
trales se hicieron en la última fase Chimú, inclusive,
rompiendo estructuras anteriores.
Otro caso parecido se encuentra entre los muros
perimetrales de Laberinto y Tello (Campana 2006: Figs.
302, 303), donde se puede observar que pese a haber
sido construido posteriormente, había una puerta de
acceso entre ambos, mostrando la conexión de las
funciones asociadas, entre ambos edificios.
Fig. 07. Muro interior de Rivero hecho con hormigón
prensado a manera de tapia. 1.2. LOS MUROS, LOS ENTIERROS Y LOS
“HITOS HUMANOS”

Estas construcciones, con tan secretas y especializadas Al trabajar en Ñain An (Bandelier), vimos que el
técnicas, nos inducen a pensar en un trabajo de espe- colapso de las esquinas de este “palacio”, habría sido
cialistas, ya sea en lo referente a su diseño, como en lo por problemas estructurales desde su construcción, al
constructivo. poner “hitos humanos”, pues al principio creímos que
Es evidente y deducible que los entierros instrusi- dicho colapso se debería a intentos de sepultamiento
vos no produjeron cambios en la forma externa del de personas en tiempos posteriores a su construcción,
muro, pues la mantenían en toda su longitud, pero, sí
implicaban su debilitamiento y colapsos posteriores.
Esta sería la explicación de la constante restauración
desde aquellos tiempos. Es posible que la urgencia
tardía de acelerar la construcción de estos altos muros,
para encerrar las otras construcciones con tantas imá-
genes de alto valor simbólico y religioso, les haya
hecho no engranar obligatoriamente los adobes.
En un caso, cuando analizábamos la presencia de
unas hornacinas en el muro perimetral de Bandelier,
hecha en una etapa posterior a su construcción, vimos
que en una de ellas sólo había un conjunto de 07 de
piedras planas y pequeñas, sin filos o bordes agudos, Fig. 08. Entierro a manera de “hito humano”
puestas con cuidado pero sin ningún orden aparente. en el ángulo N.E. de Bandelier.

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Especial: Chan Chan

que no tenían el rango social como el de los grandes


señores (Figs. 03, 08, 09, 12), pues al limpiar y analizar
otro colapso en el ángulo NE, pudimos observar que
en cada ángulo había sido sepultado un cadáver huma-
no en los momentos de la construcción.
Cuando estábamos haciendo la limpieza y los estu-
dios de superficie de Chol An o Rivero (2008), se
encontró restos de cadáveres de mujeres jóvenes, no
enterrados, sino prácticamente puestos en la superfi-
cie, aunque en momentos diferentes. Se debió tratar
de ofrendas, también de gente más modesta. Esto que-
rría decir que debíamos diferenciar mejor los concep-
tos de “entierro” y sepultamiento y sus respectivas
relaciones de clase y rango social. Las posiciones, dife-
rentes, y sus elementos mortuorios del contexto,
podrían hasta sugerir que podría tratarse de personas
que se auto ofrendaron dejándose morir en un lugar
Fig. 09. En el ángulo N.O. de Bandelier se encontró cercano a otro con personajes de mayor jerarquía o
este forado, donde se ven las huellas del envoltorio rango social
del “emparedado”. En fechas anteriores se encontró en la parte inte-
rior del muro perimetral del este, la ofrenda de una
mujer joven con una posible atadura en el cuello. Su
ubicación sobre un nivel tardío de uso, divide los efec-
tos de lluvias fuertes, del otro nivel más bajo y mejor
conservado sin rastros de lluvias. Esta división sugiere
que fue roto para enterrar la ofrenda femenina. La
línea que divide dicho muro, muestra dos tipos de
estado: uno más bajo, muy bien enlucido, sin huellas
de lluvias fuertes. Y el superior, con restos de haber
sido herido por las torrenteras de las lluvias. Esta divi-
sión, asociada a la ofrenda ante el muro plantearía la
posibilidad de un ritual asociado a la prevención de un
fenómeno “El Niño” (Fig. 10).
En la parte noreste y externa del muro perimetral,
también se encontraron varias muestras de haber reti-
rado los adobes, logrando una excavación tan grande,
como para poder allí –en la oquedad– pernoctar o vivir
un tiempo determinado, pues se ve restos de cocina,
más algunos rastros de ofrendas sencillas. Así como
estas excavaciones u horadaciones en los muros peri-
metrales, hay muestras evidentes de diferentes tipos
de ritual, dados los pequeños objetos allí encontrados.
En cuanto a estas ofrendas más tardías, de mujeres
jóvenes, ya habíamos obtenido información anterior-
mente en otros “palacios”, aunque, la más clara y defi-
Fig. 10. Cadáver cerca del muro interior. Se ve que nitiva fue hallada en Rivero (Chol An). Lo más intere-
hubo la intención quitarse la atadura del cuello. sante en estos casos se observa de su disposición y ubi-
¿Ofrenda de mujer ahorcada? cación, pues parecían sentadas o recostadas, como si

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Chan Chan: Nuevos hallazgos, nuevas hipótesis

voluntariamente se hubiesen ubicado allí (Fig. 11). Y,


en el caso de Bandelier se ha encontrado varias mues-
tras de este tipo de ofrendas en los muros norte, este y
oeste, porque hemos intervenido más en esos sectores
de dicho muro perimetral.
La presencia de cadáveres a manera de “hitos
humanos” en los cuatro ángulos, nos plantea una serie
de interrogantes que por el momento todavía no
podrían tener respuesta: 1º, ¿Estos entierros tienen
equivalentes en todos los llamados palacios? 2º, ¿Des-
de cuándo fue usada esa costumbre? 3º, Estos, que sí
son “entierros” porque están dentro de la estructura Fig. 11. Dos cuerpos femeninos ofrendados en diversos
momentos, sin evidencias de “entierro”. La primera
de adobes en la etapa constructiva ¿también fueron de
parece sentada y tiene otros huesos, algunos de
personajes nobles o de alta jerarquía social? 4º, ¿Co- camélidos. La segunda, está echada sobre su lado
rresponden a un nivel social determinado, asociado tal izquierdo, puesta sobre el suelo de una construcción
vez a su condición de constructores, o a aquellos tra- posterior. En ninguno de los casos hubo realmente
bajadores que pudieran haber muerto en circunstan- “entierro” o sepultura. Rivero o Chol An.
cias accidentales?. 5º, El conjunto de haces de caña y
sus envoltorios con tejidos de tela ¿significó un ritual?,
pues el cadáver no aparece dentro de esa envoltura.
En fin, este hallazgo aunque fuera desconcertante,
correspondería a la lógica funeraria del Pensamiento
Andino, pero que por primera vez es referido en lo que
va de los estudios de Chan Chan (Figs. 08, 09, 12).

1.3. LOS PÓRTICOS DE ACCESO al espacio


sagrado

Los accesos a los edificios principales suelen estar


en el muro perimetral norte. El mejor conocido sería el
pórtico de Ñain An (o ex Bandelier), pues, este edificio,
tiene su única entrada por un hermoso pórtico5 con
una cubierta montada sobre dieciséis pilares –o
columnas de madera– hincados en el segundo nivel, y,
talvez, también sobre cuatro columnas de madera, las
que tenían un espóndilo en la base izquierda y un cara-
col en la base de la columna derecha, vistas así desde el
interior del “palacio” (Fig.13).
Los dieciséis pilares de madera, estaban dispuestos
en grupos ordenados de ocho y ocho pilares a cada
lado, conformando sendas columnatas, las que partían
desde el primer escalón de la entrada (Figs. 13, 14),
determinando un pasadizo con veinte hornacinas en
la parte inferior de la jamba (Fig. 15). El rasgo más
importante de esta entrada, son las hornacinas6 por su Fig. 12. Dibujo reconstructivo de un entierro a
valor simbólico, hechura que implicó una determina- manera de hito humano, cuya fotografía aparece
ción posterior a la construcción del contrafuerte o con el Nº 08.
“machón” con las columnatas laterales y al enlucido

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Especial: Chan Chan

La forma frontal de la entrada, tiene dos jambas


paralelas sólo hasta el primer nivel del muro, nivel que
funcionaba como un amplio escalón para que sirviera
de base a la columnata de cada lado (Figs. 13, 14). Con-
figurando el acceso, ambas partes extremas del muro
tienen un contrafuerte o “machón”, el que aumenta
80 ctms el espesor de dicho sector central del muro
perimetral, en un tramo de 1,92 hasta el filo de la jam-
ba. Éste tiene una altura de 2,20, donde se forma un
primer nivel a manera de escalón, dejando ver las hue-
llas de las dos columnatas, en doble hilera, de 8 pilares
Fig. 13. Detalle interior del pórtico. La cubierta del
por lado, portantes de la cubierta, cuya altura desco-
pasadizo estuvo montada en 4 columnas desde el piso nocemos (Fig. 14).
y en dos columnatas de 8 y 8, en cada uno de los Es posible que hubieran varios pórticos con escul-
machones. En las jambas se abrió un boquete para turas en Chan Chan, pero muy poco sabemos al res-
hacer las hornacinas. pecto. Así, R. Ravines publica una escultura que
habría sido encontrada en Rivero, posiblemente foto-
grafiada por uno de los arqueólogos de la Universidad
de Harvard7, estatuilla consignada así: “Talla en made-
ra típica del Chimú sur. La entrada a la ciudadela Rivero
estuvo originalmente delineada con este tipo de esculturas,
emplazadas en sus respectivos nichos”8. Cuando se hizo el
tratamiento de consolidación del muro norte de Velar-
de, dirigida por el arqueólogo A. Paredes N. (2006), se
encontró un pórtico posiblemente escalonado, el que
serviría de entrada a la plaza principal de ese edificio y
con esculturas en madera, en número de 17 a las que
denominaron “idolillos”, dentro de veinte hornacinas
Fig. 14. Vista de los machones interiores del pórtico, de alargadas, como las que se ha encontrado en Ñing An,
los pilares que flanquean el pasaje y la posible inclinación en este año (2009). El estudio y excavaciones específi-
de la cubierta.
cas aún no se han publicado, sólo lo sabemos por comu-
nicaciones personales (Arturo Paredes y Yemina Asmat
de las jambas, pues se tuvo que abrir un boquete en 2006).
éstas, a más de 1,90 de altura y a casi todo lo largo del
pasadizo con una profundidad no mayor de 0,30, en el 2.1. EL PÓRTICO Y LAS “ESCULTURAS DE
muro, no bajo el piso (Fig.13). La forma en media luna LA VIDA”, EN ÑAIN AN
del boquete lo sugieren las rajaduras en superficie del
enlucido final que lo cubrió. Todo esto hace evidente De alguna manera tendremos que denominar a un
que esta parte de la construcción es una de las más conjunto de doce imágenes de varones sedentes,
tardías de Chan Chan y que fue hecha en varias etapas encontradas con símbolos de género femenino y mas-
y como producto de algunos cambios asociados a culino, en el pasadizo del pórtico principal al edificio
entierros posteriores. El elemento divisor entre cada principal –o palacio– del conjunto Ñain An, nombre
hornacina, ya no se hizo con adobes, sino moldeando actual de Bandelier. Todas, dentro de veinte angostas
hormigón con arcilla y luego enlucieron el interior, sin hornacinas, diez a cada lado de dicho pasadizo. Las del
prever el ancho o las dimensiones de las estatuas, las lado este o derecho, ligeramente más grandes que las
mismas que debieron ser hechas por manos diferentes del lado izquierdo (Fig. 15), portan representaciones de
y con variantes en sus dimensiones y, además con un caracol (Conus fergussoni), símbolo de masculini-
representación de género. dad. Las del lado izquierdo portan un espóndilo en sus

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Chan Chan: Nuevos hallazgos, nuevas hipótesis

manos (Spondylus peruvianus.), símbolo del género bajo el piso. La forma en media luna del boquete lo
femenino. sugieren las rajaduras en superficie del enlucido final
El contexto del hallazgo es muy interesante, pues que lo cubrió. Todo esto hace evidente que esta parte
las relaciones arquitectónicas, sus atributos, la carac- de la construcción es una de las más tardías de Chan
terización, su ejecución, los entierros funerarios aso- Chan y que fue hecha en varias etapas y como pro-
ciados y su simbología, generan preguntas que nos ducto de algunos cambios asociados a entierros pos-
llevan a buscar explicaciones en tiempos del Formati- teriores (González y Rodas, com. pers.). El elemento divi-
vo, más de dos mil años atrás. Todo nos hace suponer sor entre cada hornacina, ya no se hizo con adobes,
que se trataba de representaciones de personajes mas- sino moldeando hormigón con arcilla y luego enlu-
culinos de alta jerarquía social, pero representando a cieron el interior, sin prever el ancho o las dimensio-
seres de uno y otro sexo. nes de las estatuas.
El gran rectángulo hecho con fines ceremoniales y La construcción de la entrada, no tiene dos jambas
funerarios, tiene su única entrada al centro del muro paralelas desde el piso hasta la parte más elevada del
norte, entrada que es un hermoso pórtico9 con una muro, pues tiene dos niveles más, actuando el primero
cubierta montada sobre cuatro pilares –o columnas de como un amplio escalón que sirvió de base a la columna-
madera– altas, hincadas en el piso, con un espóndilo ta de cada lado (Figs. 13 y 14). Los muros perimetrales que
en la base izquierda y un caracol en la base de la colum- conforman el lado norte, para permitir el acceso, tienen
na derecha. También sirvieron de soporte de la cubier- un contrafuerte o “machón”, el que aumenta 80 ctms el
ta otros ocho pilares a cada lado, conformando sendas espesor del muro perimetral, en un tramo de 1,92 hasta
columnatas, las que partían desde el primer “escalón” el filo de la jamba. Éste tiene una altura de 2,20, donde
de la entrada (Figs. 13 y 14). se forma un primer nivel a manera de escalón, dejando
El hacer las hornacinas10 implicó una determina- ver las huellas de las dos columnatas, en doble hilera, de
ción posterior a la construcción del machón con la 8 pilares por lado, portantes de la cubierta, cuya altura
columnatas laterales y al enlucido de las jambas, desconocemos, aunque nos parece que fue a una sola
pues se tuvo que abrir un boquete en éstas, a más de agua, con el lado bajo hacia adentro.
1,90 de altura y a casi todo lo largo del pasadizo con Es posible que hubieran varios pórticos en Chan
una profundidad no mayor de 0,30, en el muro, no Chan con esculturas, pero muy poco sabemos al res-

Fig. 15. Los arqueólogos, con un nivel, determinan la diferencia de la altura promedio.
También se advierte cómo tuvieron que romper el piso para introducir en las hornacinas las
imágenes que, entre vástago y estatua eran más altas que las hornacinas.

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Especial: Chan Chan

Fig. 16. En el frontis del pasadizo aparecen dos plataformas y la del lado derecho del
monumento, tiene una rampa que le da acceso. El dibujo sugiere que el acceso tenía
dos triángulos, unidos por su lado escaleno. La cubierta vierte hacia el interior.

pecto. Así, R. Ravines publica una escultura que do los 90 centímetros, y sin comprometer la estruc-
habría sido encontrada en Rivero, posiblemente foto- tura. Pero, no sabemos el por qué tuvieron que rom-
grafiada por uno de los arqueólogos de la Universidad per hasta 1,92 de altura en forma de media luna, si
de Harvard11, consignándola como: “Talla en madera sólo necesitaban algo más de un metro para las 10
típica del Chimú sur. La entrada a la ciudadela Rivero hornacinas de cada lado, debiendo ser el corte rec-
estuvo originalmente delineada con este tipo de esculturas, tangular en la parte baja (Fig. 13).
emplazadas en sus respectivos nichos”12. Cuando se hizo Este pórtico debió tener valores funcionales y sim-
el tratamiento de consolidación del muro norte de bólicos muy importantes, siendo objeto de ceremo-
Velarde, dirigida por el arqueólogo A. Paredes N. nias, rituales y ofrendas, pues tiene los dos elementos
(2006), se encontró un pórtico posiblemente escalona- simbólicos asociados a la vida como son el espóndilo y
do, el que serviría de entrada a la plaza principal de ese el caracol, de allí el nombre propuesto, de “Esculturas
edificio y con esculturas en madera, a las que denomi- de la Vida”. Y también a la muerte, pues, no olvidemos
naron “idolillos”, en número de 17, dentro de hornaci- que el acto de “enterrar”, en el pensamiento andino, es
nas alargadas, como las que se ha encontrado en Ñain “sembrar” la semilla de los que deben reproducirse. De
An, en este año 2009. El estudio y excavaciones espe- allí, entonces, la idea nuestra que este era el “Pasaje de
cíficas aún no se han publicado, sólo lo sabemos por la Vida”.
comunicaciones personales (Arturo Paredes y Yemina En el lado interior, ante un personaje con orejeras,
Asmat 2006). se hizo entierros humanos y de camélidos, a manera de
En un principio, también creímos que los costa- ofrendas. Éstos últimos, hechos en diversos momentos
dos del acceso eran de doble escalón, como son en la posteriores a la construcción del pórtico. Tanto las dos
mayoría de accesos a los lugares sacralizados, espe- columnas interiores (Figs.13 y 16) que aparecen en las
cialmente a los que sirven de sepultura real. En este esquinas interiores del pasadizo, como las estatuas
caso, existe sí, la evidencia de un escalón, no de dos, sedentes, según su lado, tienen el elemento simbólico
pues en éste están las oquedades de donde partían que define su connotación sexual, en sus bases, en el
los 16 pilares y, por ello sabemos que el boquete que punto de “origen”, o sea que al momento de ser allí
abrieron en cada jamba no podía ser de mayor pro- elevadas o puestas, lo harían en una ceremonia para
fundidad por las huellas circulares de las columnas representar simbólicamente el “origen” de su existen-
de madera, más cercanas al borde interior, superan- cia. Igual actitud aparece al hincar o elevar los hitos de

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Chan Chan: Nuevos hallazgos, nuevas hipótesis

“cañas de Guayaquil”, para así, alinear el muro peri- advertir que en el sector Este, pasaba debajo del con-
metral (Fig. 03). En las esquinas de este gran recinto trafuerte o “machón”13, lo que indicaría que esta parte
ceremonial, también, aparecen los restos de seres de la construcción, fue posterior, al igual que la apertu-
humanos, a manera de “hitos-humanos” para deter- ra y enlucido interior de las hornacinas. Sobre este piso
minar su cuadratura. hay dos “niveles de uso” que funcionaron como “pisos”
El pasadizo tiene dos metros de ancho y las horna- en los momentos en que se hacía las modificaciones
cinas, desde su umbral a su dintel, varían de altura constructivas (González y Rodas, com. personal). En la
según el lado: Las de la derecha son más altas –entre parte del muro perimetral y ataludado, cercana e inte-
dos y cuatro centímetros– que las del lado izquierdo. rior al contrafuerte, en el lado Este, hay varias fases de
Pero también, son de alturas ligeramente diferentes fino enlucido y una de las primeras nos deja ver que
entre las de cada lado, dentro de alturas promedio de –inclusive– estaba pintado: en una fase con pintura
0,98 a la derecha y 0,96 a la izquierda, desde el piso blanca y en otra con un color blanco rosáceo.
más bajo, mostrando de esta manera que no fueron En la parte frontal externa del pórtico –mirando
hechas en el momento de la construcción del pórtico, hacia el norte– hay varios elementos arquitectónicos
pero sí antes que las estatuas fueran puestas, pues en que explican algunas de sus funciones, como las de
casi todos los casos tuvieron que romper las partes de acceso controlado, uso temporal del edificio, varias
los costados, a la altura de sus hombros o de las orejas fases de enlucido del muro perimetral, rasgos de una
para que estas estatuas pudieran ser empotradas en ornamentación con líneas verticales bruñidas a un
dichas hornacinas. promedio de 0,11 centímetros, unas de otras y que,
El piso original está alisado y bruñido, y se puede después de haber cumplido ciertos requerimientos

Fig. 17. En el flanco izquierdo, el gesto, la dimensión y la toca son diferentes. De la hornacina
vacía se deduce que sí tuvo una imagen, pues al empotrarla rompieron los costados, igual que en
los otros casos. Véase el tamaño de las orejas. Todas las estatuas tienen un espóndilo en su base.

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Especial: Chan Chan

ceremoniales este pórtico fue clausurado con piedras y alguna tradición que haya tenido que ver con los nue-
adobes. En otras partes del muro hay el rastro de que vos reinos conquistados.
fuera usado para enterrar cadáveres de menor jerar- La representación del género, por medio del
quía social. Aunque, pareciera, que los chimúes de los espóndilo y del caracol, proviene desde los lejanos
últimos tiempos seguían reconociéndole su valor tiempos del Formativo norteño, pues en una escultura
sagrado, y que por algunas partes lograron romper el de estilo Cupisnique, encontrada en Chavín de Huán-
muro y enterrarse en él –u ofrendar– dentro de este tar, un personaje antropomorfo, en posición frontal,
gran recinto, fabricado sólo para ritos y ceremonias de aparece con las manos sobre el pecho, con la mano
los más altos dignatarios. izquierda sostiene un espóndilo y en la derecha un
La techumbre debió ser hecha a base “caña brava” caracol. En aquel entonces dijimos: “La presencia itera-
cubierta con una “torta” de barro y con la vertiente tiva de caracoles y conchas, de origen marino está asociada
hacia el interior, montada sobre una armazón de made- a las actividades de los marisqueros, dando origen a una
ros largos, cubriendo el pasadizo y las columnatas late- ideología y a sus signos representativos. Es posible que en
rales. Esto es una deducción a partir de representacio- aquellas épocas la relación del caracol con lo masculino y
nes en huacos de factura Chimú, donde aparece un la concha con lo femenino, se asociase al origen de la vida”.
personaje sentado sobre un trono, las paredes en (Campana 1993: 29. Lámina II). Como se podrá deducir,
forma de triángulos escalonados y la vertiente hacia la eso siguió presente en la memoria colectiva de los
parte trasera del personaje, quien tiene una clara con- escultores chimúes, quienes representaron así los
notación nobiliar. orígenes de la vida.
Tanto en la ubicación como en su extracción hay
2.2. LAS ESTATUAS DE LOS PÓRTICOS: ciertas coincidencias que deben responder a problemas
TRADICIÓN, SIMBOLOGÍA Y de ideología y a sus actos ceremoniales correspondien-
SIGNIFICADOS tes. Por ejemplo: la quinta imagen -de uno y otro lado-
contada desde el sur, fueron extraídas rompiendo exce-
Se trata de doce imágenes en bulto (de veinte), sivamente la parte superior de la hornacina. En otros
empotradas en las hornacinas laterales. Aparente- casos, la misma ruptura de la base para que puedan
mente estarían sentadas sobre una especie de cubo, entrar las estatuas, incluyendo sus respectivos vástagos,
pero están en cuclillas. Además de diferenciarse al fue hecha sin saber la verdadera dimensión de éstas,
representar los dos géneros que determinan la vida de aunque algunas carecían de tal apéndice y no hubiese
los seres vivientes, también son diferentes entre sí, sido necesario hacer el hueco de la misma profundidad
porque son de variados tamaños, diversas proporcio- como para las que si tenían dicho vástago.
nes y gestos faciales, fueron labradas por diferentes Las esculturas, tienen rasgos diferenciadores y son
escultores y en diversos momentos. Hay indicios de muy interesantes, sobre todos por la connotación que
que no llegaron a ejecutar las veinte y que algunas exponen. Todas tuvieron dos procesos de pintura
–después de estar empotradas– fueron extraídas por facial, primero, un gris muy claro y, luego otro, de pin-
los mismos chimúes. tura blanca de mayor pastosidad, conformando una
Hay un hecho que, sin ser un rasgo de las escultu- especie de empaste. Los símbolos que portan para
ras, muestra algún aspecto de la ideología de entonces: diferenciar simbólicamente su género, parecen ser
a todas las esculturas existentes les destruyeron la llevados por varones, pues, pese a tener el pecho, tórax
nariz con una herramienta cortante y pesada (Figs. 17 y o torso, desnudos, ninguna muestra alguna insinua-
18). Al mismo tiempo, advirtamos que a los portadores ción de la presencia de glándulas mamarias, más pro-
del caracol, este símbolo fue destruido totalmente y pias del género femenino. Otro elemento morfológico
–en algunos casos– hasta les cortaron la mano y una común a las imágenes de cada lado, es la representa-
parte del brazo derecho. Pero, y con sentido opuesto, ción de la oreja (Figs. 17, 18).
en ningún caso se trató de destruir el espóndilo que Las imágenes del lado derecho –supuestamente
estaba en las manos de los personajes del lado izquier- masculinas– son más angostas y más blancas. Todas
do o femenino. No sabemos si eso se debería a la valo- tienen un gesto diferente, entre serios y adustos y la
ración materna, a cambios sociales, de estirpe o de forma de los ojos es ligeramente más oblicua. La boca

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Chan Chan: Nuevos hallazgos, nuevas hipótesis

Fig. 18. Imágenes representantes de los dos géneros, con atributos diferentes, pero ambos sin tetillas.
El que portaba un caracol llevaba un morral cruzado hacia su lado derecho, ornamentado con el
mismo tema frontal del gorro. A los dos les rompieron la nariz y –al primero– también el caracol.
Véase la diferencia del gesto y la forma.

es una leve hendidura pequeña y horizontal. A los oreja, no es así, pues en las orejeras mochicas y chimúes,
costados de la base nasal muestran restos de haber traen constantemente la imagen dual de la “ola escalo-
tenido un elemento “decorativo” de forma trapezoi- nada” dentro del círculo –o de un semicírculo– repre-
dal, a manera de una lámina muy delgada, y puesta en sentativo de las orejas de los más altos dignatarios. Esto,
la primera fase de pintura facial. Estos personajes lle- nos permite deducir el alto rango social de los personajes
van un gorro alto, como la mitad de un óvalo, en cuya que están en cuclillas en el “Pasaje de la Vida”, del pórti-
parte delantera muestra formas romboidales, a mane- co de Ñaing An o Bandelier (Fig. 18).
ra de red, logradas por una especie de cintas, super- Las imágenes del lado oeste o izquierdo15, cuyo
puestas sobre el tejido llano del gorro. Cintas, que en el símbolo correspondería al género femenino, también
centro –algunas– tienen una incisión y que, según las muestran en sus rostros gestos diferentes, aunque son
esculturas, son de diferente profundidad. El gorro va más redondeados y, pareciera, que no llevaban tocado
sujetado a la cabeza por un barboquejo. El morral tiene o gorro, sino que se trataba de un peinado con aparen-
el mismo elemento decorativo romboidal (Fig. 18, 19). te flequillo en la frente. Peinado largo y llano, hacia la
Las orejas son muy grandes, lo cual sugiere o expresa espalda, llegándole a la cintura. En otros casos, ese
su condición de “orejones”, concepto muy simbólico peinado parece cubierto por una especie de tul con los
dentro del pensamiento andino. Éstas han sido tratadas pequeños triángulos en los costados, idénticos a los de
con conceptos icónicos, pues en la parte superior del la frente (Figs. 19, 21). En la frente, la altura de este
lóbulo, donde están las fosas, la escafoide y la triangular, posible peinado o toca, difiere en altura, pareciendo
éstas, han sido convertidas en olas, conformado así un gorro plano. Los rostros de este lado muestran ojos
cuatro “olas opuestas”, dos en “positivo” y dos en “nega- más grandes, algo más redondos como si estuviesen en
tivo”14. El trago ha sido labrado como un triángulo, en un gesto de asombro. La boca es más grande que las del
cambio el antitrago, no aparece representado. Esto que otro lado, parecen sonreír y –en general– acabadas
pareciera sólo una forma de simplificar el diseño de la con una técnica más elaborada.

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Especial: Chan Chan

Para finalizar, debemos recordar que en la parte inte-


rior del pórtico –dijimos– que se ha encontrado alrede-
dor de cinco entierros asociados al cadáver de un perso-
naje que tenía cinco conos, orejeras de cobre dorado y,
cerca, seis espóndilos (González y Rdas en com. personal).
Los entierros parecen posteriores a la construcción
inicial del edificio y ser más tardíos los momentos de
ofrendar otros cadáveres de humanos y de camélidos.
Además, estas ofrendas serían en diversas circunstan-
cias, para el señor “enterrado” en el lado derecho16. La
publicación17 de estos estudios nos traería información
muy valiosa, por las connotaciones que determinarían
las correlaciones de espacio y tiempo, en un periodo
crucial y final de la sociedad Chimú, en un lugar de tanta
Fig. 19. El “peinado” parece cubierto por una
toca que cubre la cabellera larga. importancia ceremonial como es Chan Chan.

3.0. LAS PLAZAS Y LOS PATIOS

La variación diferencial de las magnitudes del espa-


cio y las elevaciones de los fragmentos de éste, en
Chan Chan, nos permiten explicar y entender las fuer-
tes diferencias en la estratificación social y los grados
de importancia y relación ceremonial y ritual. Estas
diferencias de altura y de tamaño, en relación con las
dimensiones y la ideología, implicarían y determina-
rían la función. El tratamiento del espacio y su jerar-
quización por una mayor altura, es muy notorio, con
respecto a otros espacios más elevados y pequeños,
Fig. 20. Tres imágenes del lado derecho (Este) muestran como
frente al de las grandes plazas.
se les destruyó la nariz y su símbolo de género. La altura o En los grandes edificios de Chan Chan, estos
tamaño de los gorros difiere, por eso tuvieron que romper el ambientes se caracterizan porque sus dimensiones
dintel de la hornacina, pues la imagen no entraría.
plantean funciones diferentes para diversas cantida-
des de personas. Estuvieron hechos para permanecer
allí un tiempo determinado y no sólo de paso. Tienen
por lo menos tres variables, según sus dimensiones:
estancias, plazas y patios. Todos son lugares en donde
la permanencia es evidente, pero se diferencian por
sus dimensiones y sus niveles. Una estancia es un
ambiente generalmente cerrado por muros y –al pare-
cer– no fueron techados, suelen estar ubicados entre
dos ambientes mayores, con funciones más definidas,
evitando que el tránsito de las personas se hiciese difi-
cultoso o tortuoso.
Si los accesos implican la solución inicial para los
movimientos y tiempos apropiados, permitiendo reali-
Fig. 21. Vista trasera de los personajes, donde las diferencias se zarse por allí las acciones previstas, las estancias plan-
observan en los atuendos: El tipo de peinado, el morral en la
imagen de la derecha, la ausencia de faldellín, u otra prenda de tean ambientes pequeños y eventuales para estar o per-
vestir equivalente, en las de la izquierda. manecer un tiempo corto o de paso y, al parecer, siem-

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Chan Chan: Nuevos hallazgos, nuevas hipótesis

Fig. 22. de una “estancia” antes de entrar a una “plaza ceremonial”. Detrás un “patio” con entradas
hacia otros recintos rituales. Desde una “plaza hundida” se asciende por rampas laterales hacia los
espacios rituales, más altos y pequeños.

pre diferenciando los niveles sociales o el status de los cruzaría la plaza y se iría ascendiendo por una rampa a
transeúntes u ocupantes. En todos los casos son de una plataforma o banqueta ancha, al sur, donde está el
pequeñas dimensiones y tienen dos entradas para el otro pórtico, dando acceso hacia el interior (Fig. 23). A
paso, lo que explicaría la eventualidad de la estadía y el los costados este y oeste, de la plaza, o sea a izquierda y
paso de pequeños grupos de personas, posiblemente derecha, también hay banquetas y recintos, pero en un
en acciones rituales. nivel inferior a la central. Casi cerca de los ángulos NE
En estas estancias, generalmente no hay niveles y NO suelen estar las puertas laterales, asociadas a las
que generan posibles ocupaciones de diferente jerar- banquetas laterales y a funciones que aparecen dife-
quía o, en algunos casos, aparece un pequeño poyo de renciadas entre “izquierda” y “derecha”, tal vez en rela-
poco peralte donde sólo cabría una persona que podría ción ideológica de género y religiosidad. (Figs. 23, 24).
haber cumplido funciones de control de quienes por En las grandes plazas, estos tipos de accesos plan-
allí pasasen. Las mejores muestras de estas estancias tean funciones diferentes, pues los centrales con el eje
las encontramos asociadas y precediendo a los núcleos norte-sur, nos permiten deducir que servían para el
rituales de las “audiencias”, pues en la mayoría de conjunto de acciones que focalizaban la ceremonias,
casos están frente a la apertura de la “U”, o en los en una plataforma central, y quien venía desde el inte-
extremos oblicuos de éstas. rior del edificio, se ubicaba en la plataforma más alta
Una plaza, siempre es un gran espacio abierto, sin del sur, a la que accedía la rampa central (Figs. 23, 24). Si
techumbre, con tres o más accesos de diversa jerarquía se quiere, con ese eje se realizaban las acciones de
(Figs. 22, 23). Tienen grandes muros ornamentados, o ofrenda.
no, pero sus dimensiones le dan una notable magnifi- Sintetizando: en la gran mayoría de los espacios
cencia. Muestran dos accesos centrales manteniendo organizados por los arquitectos chimúes, a la izquierda
un eje norte-sur, como las entradas son por el norte, se están los recintos para depósitos, o por lo menos, con

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Especial: Chan Chan

caracteres continentes, dando acceso a los huacha-


ques y a los complejos funerarios reales y, en todos los
casos, servidos por los pasajes mayores y más amplios,
casi envolventes. Las entradas a la derecha, siempre se
asocian a pasadizos, estancias y plazas menores, de
mejor calidad escénica por su compleja ornamenta-
ción simbólica muy apropiada para la ceremonia y el
rito.
Hay plazas de diferentes dimensiones tanto en los
edificios principales como en los edificios del norte,
con la diferencia de que en estas del norte hay menor
cantidad de elementos ornamentales propios del esce-
nario ceremonial. Generalmente, al costado izquierdo
Fig. 23. Desde la plaza principal (Tschudi) se asciende de las plazas principales, hay otras plazas menores, sien-
por una rampa a los espacios rituales interiores.
do algunas de estas “hundidas” como en Velarde,
Tschudi o Rivero. Hay plazas de importantes dimen-
siones en varias estructuras en “U”, algunas de éstas
dentro de los complejos ceremoniales reales, como la
que se puede ver en ese complejo del Edificio Mayor de
Tschudi,o en el de Bandelier.
Las “Audiencias”. Entre las construcciones más
interesantes y características de Chan Chan estarían
las llamadas “audiencias”18. Estas pequeñas obras de
dimensiones parecidas, habrían ido modificando sus
formas conforme fue creciendo la urbe y fueron modi-
ficando las creencias. Al respecto, y para su análisis,
Fig. 24. Plaza interior ornamentada con escaques. Una hay dos tesis propuestas. Una parte de la concepción
rampa sube de oeste a este. Tschudi. “estilística”, es decir, que su forma evoluciona de lo
más simple a lo más complejo, o de lo más chico a lo
más grande, siempre en un sentido lineal. La otra pro-
puesta (Kolata 1980) se funda en el análisis de los adobes
usados y en el compromiso temporal que ello embarga.
La primera corresponde a una temprana publicación
de Anthony Andrews (1974) quien sostuvo que las pri-
meras estructuras en U parten de una formulación típi-
ca, con seis nichos (alacenas) en los tres costados, con
“pozos” interiores, debiendo ser las primeras las que
existen en Chayhuac, Tschudi y Rivero. En una segun-
da fase estarían las de los “palacios medios” como Ban-
delier, Laberinto, Velarde, Tello y Uhle. Las últimas,
en Squier y Gran Chimú.
Si cada “Palacio” estaba dividido en sectores, nor-
te, centro y sur, y, las “audiencias” con estructuras en
“U” y alacenas, anotemos que “hay más estructuras en
forma de U en el sector norte que en el central. El radio
promedio para las dos áreas es de 5:1, el cual implica que
Un patio frente a una “audiencia” y dos estancias las áreas norte de los recintos fueron las más activas….
laterales. Tschudi. Aún así, hay una relación inversa entre los números de

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Chan Chan: Nuevos hallazgos, nuevas hipótesis

audiencias en los sectores norte y central de los recintos y,


los números de instalaciones de almacenamiento en estas
áreas. Esto implica que las estructuras en forma de U fue-
ron más que simples lugares para el conteo”. (Moseley 1975:
221 - 222). Esto es muy importante, pues así se entende-
ría que él no cree que hayan sido sólo lugares “adminis-
trativos”, lo que coincidiría con nuestra propuesta.
Nosotros sostenemos que fueron lugares para determi-
nados ritos con ofrendas, puestas en las “alacenas”.
Construyeron los ambientes o escenarios apropia-
dos para una ceremonialidad orgánica, fluida, acepta-
da y calculada dentro de determinados calendarios.
Por ello, la arquitectura muestra un sinnúmero de face-
tas, vocabularios, jerarquías de funciones y las imáge-
nes propias y creativas. De acuerdo a los datos ofrecidos
por Cieza (1967), sabemos que muchas de las caracterís-
ticas propias de una etnia o “nación”, conjuntamente
con la vestimenta y el idioma de cada una de estas “na-
ciones”, habría sido la forma de enterrar a sus muertos
con sus respectivas ceremonias. Aquí vemos que cada
Conjunto Funerario Real (CFR) es la obra más impor-
tante del Edificio Principal o “palacio”, para cuya cons-
trucción hicieron gala de lógicas e ingeniosas técnicas
–de adobón (Campana 2006) o de “tapial” –, cuya tradi-
ción técnica y uso proviene de sociedades mucho más
antiguas desde el Formativo en este valle.
Como un esquema metodológico para entender el
proceso constructivo, sostenemos que el todo urbano no Fig. 25. Tumba real y compleja edificación en el CFR
estaba planificado de antemano, salvo los grandes cami- de Uhle. Un pequeño huachaque ceremonial en el
nos que darían acceso a la urbe; debieron existir cons- centro.
tantes problemas y requerimientos que iban generando
reacondicionamientos, redistribuciones, superposicio-
nes y cambios en la construcción de los edificios y sus
respectivas partes; todo para luego ser de muy controla-
do acceso; de allí que los muros perimetrales respectivos
son de factura final, a su proceso de uso.
El concepto “estructura en U” es más amplio y
engloba al de “audiencia”, pues puede referirse a edifi-
cios mucho más grandes como un templo, un mauso-
leo (como el de Chayhuac) o a toda una plaza con edi-
ficios menores a su alrededor, siempre configurando
una “U” (Figs. 25, 27 en Uhle). Los planteamientos cons-
tructivos –en general– más recurrentes tienen un ape-
lativo asociado con una letra mayúscula y así tenemos: Fig. 26. En la foto se ven las bien acabadas estructuras ceremoniales,
edificios en “L”, en “U”, en “C”, o en “E”, pudiendo sobre las que se fue construyendo la pirámide funeraria (mausoleo,
dentro del círculo rojo fig. anterior). Después, la plaza y las
variar sus magnitudes. Hay edificios en “U” desde los
estructuras que encierran el pequeño huachaque ceremonial,
de pequeñas dimensiones, o “audiencias”, como rectangular y con el eje mayor N-S. Luego el muro perimetral de
muchas en Chan Chan, hasta templos de grandes Complejo Funerario Real (CFR Uhle).

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Especial: Chan Chan

dimensiones, cuyos criterios o modelos vienen desde tos de mujeres adolescentes junto con objetos de cerá-
el precerámico. Por igual, también hay construcciones mica, trozos de spondylus, huesos de llama, tejidos e ish-
en “L”, como los que vemos para “depósitos”, u otros pingo (Necthandra sp.), todo, debajo de las estructuras
que corresponden a los edificios principales como los (Andrews 1980: 174). Estas posibles “ofrendas” nos sugie-
de Tschudi, Rivero, Squier, etc. Por el momento no ren haber sido hechas con carácter votivo, para un
sabemos cual habría sido el criterio para adoptar esos determinado culto, parte inicial del proceso constructi-
diseños de planta. vo, así como se hacía con los grandes muros perimetra-
Las “estructuras en U” son de antigua tradición les, es decir, como ofrenda en un ritual.
que debieron tener relaciones cultuales desde el For- Tanto las estructuras en “U” como las “audien-
mativo, con ceremonias cuya estructura ideológica no cias”, estarían relacionadas por factores económicos
conocemos. Los tamaños y las dimensiones de estas de Estado, con acciones ceremoniales, pues Moore
estructuras en Chan Chan varían, aunque hay algunas (1985:140-190) plantea que los modelos para integrar la
constantes en las cantidades de hornacinas, en la ubi- economía de estado aparece como dividida en dos gru-
cación de los elementos simbólicos y en las dimensio- pos: el modelo burocrático y el modelo de un señorío.
nes de éstos. Los estudios que se han hecho, no han podi- El primero, proviene de los arqueólogos del Proyecto
do definir con precisión sus funciones, pues siempre se Harvard basados en evidencias arqueológicas y mate-
ha encontrado a estas hornacinas limpias y sin huellas riales, pudiendo ser comparados con los del Imperio
recurrentes de desgaste, huellas que pudiesen informar incaico (Keatinge y Day 1973, Moseley 1975a). El segundo
de sus posibles usos. En las estructuras excavadas por el modelo deviene de los datos etnohistóricos del perio-
arqueólogo, se ha encontrado “entierros” con esquele- do virreinal, temprano, en la Costa Norte (Netherly
1977; Rostworowski 1961, 1977, 1981). La diferencia entre
los dos modelos citados depende del grado de cómo se
involucra el Estado en la economía. Con el modelo
burocrático se plantea una economía redistributiva,
controlada por el Estado. En cambio, en el modelo de
señorío se plantearía un sistema económico basado en
vínculos de linaje.
Para ver sus medidas, es fundamental y decisivo
que observemos su relación con la estatura de un hom-
bre chimú, y así entender mejor sus posibles funciones.
Cuando vemos la forma de los muros laterales de las
“audiencias”, en Uhle, al no ser estos paralelos en su
altura, y al no tener restos de algún tipo de techumbre
que requiera de postes para obtener una apertura que
Fig. 27. En espacios tan pequeños que no cabe una
persona y la misma acción de transitar se hace difícil.
permita cualquier tipo de operación en su interior,
(Uhle). automáticamente los descalifica como lugares para

Fig. 28. La parte más alta de la estructura, que corresponde a la abertura frontal, siempre da a una pequeña
plaza o a un espacio abierto y la superficie superior de la parte inclinada del muro lateral estaba enlucida.

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Chan Chan: Nuevos hallazgos, nuevas hipótesis

actuar con cierta facilidad (Figs. 27, 28). Entonces, la


mayoría de las audiencias a las que nos referimos, no
debieron haber funcionado como lugares para la
administración de los almacenes que hubiere en las
cercanías.
El acabado de los enlucidos de estas pequeñas cons-
trucciones en “U”, son muy refinados, pintados con arci-
lla líquida de color y en la parte superior del muro no hay
huellas de haber habido postes y ese enlucido –a la vis- Fig. 29. Una estructura en “U”, compleja, con un huachaque
ta– parece aún “intacto”, es decir no tiene rastros de uso, ceremonial en el centro y a los costados 10 pequeñas estructuras
(Fig. 25), con el borde superior de sus paredes en declive, no
ni menos de desgaste, o de la impronta del techado (Figs. parecen haber servido como depósitos.
26, 27). Todo esto es de sumo interés, pues deja entrever
dos cosas: primero, que sus ejecutantes fueron verdade-
ros especialistas cuyo trabajo estaba únicamente al ser-
vicio de los más altos niveles sociales y que –a su vez–
tuvieron muy poco uso que los pudiera dañar o erosio-
nar y, segundo, no fueron hechas para recibir techado en
la parte alta. Todo eso refuerza nuestra hipótesis de su
función únicamente ritual.
Hay publicados muchos estudios sobre las “audien-
cias”, pero faltan varios aspectos a discutir con respec-
to a las modificaciones conceptuales del espacio arqui-
tectónico, posiblemente después de los terremotos.
Hay que analizar las causas que modificaron la noción
de espacio funcional, como se podría observar en las
“audiencias” de Uhle, Tschudi y Rivero19, las que están Fig. 30. Véase cómo el piso pintado de crema y casi blanco fue
debajo de las actuales construcciones. Otro objetivo roto en su interior, para plantar una columna, posiblemente de
madera enlucida, para sostener la techumbre o talvez sólo una
buscaría entender la relación de la forma de las pare- eventual cobertura. Los rombos muestran un color pardo y, en la
des laterales con las posibles funciones realizadas en su parte inferior de la cinta que enmarcaba la hornacina, se puede
interior, más los efectos derivados de los cambios ver el color gris muy bien pulido. Este color gris bruñido aparece
sociales, reflejados en las dimensiones de dichas “au- en otras partes de esta “audiencia”, pero correspondiendo a
etapas anteriores de uso y ornamentación.
diencias”.
El problema de las destrucciones producidas por
los terremotos, realmente ha sido muy poco tratado, Es posible que uno o dos movimientos telúricos,
pues la mayoría de las evidencias –visibles– provienen acontecidos en aquellos tiempos, hayan producido
de las acciones delictivas de los huaqueros, quienes al fuertes y graves impactos en las citadas estructuras de
hacer sus “pozos” sacaron a la luz, los restos de cons- función religiosa, pero, –también– en la correspon-
trucciones anteriores a las que se ven en la superficie diente imaginación celebratoria de la ideología religio-
de Chan Chan. Los casos mejor conocidos serían el de sa de los chimúes, al grado de modificar el planeamien-
las “audiencias” de Tschudi o los de Rivero. El pozo de to y orientación de las llamadas “audiencias”, rampas,
huaquero que permitía ver las estructuras en el sub- puertas y pasadizos. En otros casos, también se vieron
suelo de Tschudi, fue cubierto cuidadosamente por obligados a modificar la orientación de los huachaques
orden de F. Iriarte, en la década de los 60s, para evitar asociados a los mausoleos, tal como se puede advertir
que los huaqueros siguiesen excavando en forma sub- en Tschudi (Narváez & Paredes 1987), así como también
repticia, destruyendo la información arqueológica de en Velarde, o talvez en otros edificios, pues es fácil
los monumentos existentes (Campana 2006). Pero ahora advertir que la apertura de un sector y el relleno de
sabemos que tanto Nik An (Tschudi) como Chol An otro, trajo consigo fallas en el suelo de estos centros
(Rivero), fueron construidos tempranamente. ceremoniales, dada la diferente estructura de éste.

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Especial: Chan Chan

Fig. 31. Aquí vemos otro espacio sagrado de uso ceremonial, en dos medios de
representación: En fotografía y en un plano. En uno o en otro, podemos ver con claridad
la presencia de estructuras en “E” y sus variables. En otro sector, como el de de este
temprano edificio se sobrepuso una pirámide y mausoleo.

Sobre los más importantes cambios en la forma, personas en los actos ceremoniales. De esta manera, las
podríamos deducir que fueron aquellos que tendrían dimensiones de los volúmenes también compromete-
que ver con los muros en declive y la ausencia de rían la capacidad o el tamaño de las ofrendas. En los
techados; y, paralelamente, los cambios en sus dimen- casos donde son de mayores dimensiones las “audien-
siones, paredes de cuatro lados paralelos y las variables cias”, de otros edificios principales, como los de Tschudi
del techado. Esto porque, estas modificaciones debie- o Gran Chimú, estas construcciones tienen restos de
ron influir notablemente en las funciones para las que columnas y de sus respectivos techados, planteando una
fueran construidas. Si se quiere, encontraríamos sus variante en las funciones de su uso, así como también,
extremos entre las existentes en Uhle y las tardías de pasajes muy angostos, con relieves en sus zócalos, con
Tschudi. En el primer caso, son más chicas, tienen sólo 0,32 m. de ancho para el supuesto paso.
muros laterales en declive y no tienen evidencias de Ya dijimos que estos cambios responden a determi-
haber sido techadas. En cambio en las de Tschudi, son nados aspectos sociales e ideológicos, que comprome-
más grandes y complejas, los muros laterales son para- ten las funciones ceremoniales y rituales. El ejemplo
lelos y tienen evidencias de haber sido techadas. más esclarecedor de la relación entre tecnología y
Analizando las estructuras en “E” de Uhle (Fig. 31), clase social, también lo podríamos encontrar en la
vistas como “audiencias”, podremos advertir que sus construcción de las estructuras en “U” o en “E”, pues
dimensiones no permitirían realizar actividades a una en éstas, los acabados son los más delicados y elabora-
persona dentro de cada cubículo, pero sí, afuera, en la dos, requiriendo de técnicas especializadas, las mismas
parte delantera. La forma de los volúmenes varía de que sólo aparecen en la zona monumental de Chan
acuerdo a las dimensiones y su relación jerarquizada; Chan. Los acabados tienen que obedecer a cantida-
pues como ya dijimos, los más pequeños y restringidos des, medidas, enlucidos e imágenes simbólicas y, cada
estaban ubicados en planos más elevados que los más uno de estos aspectos, con el cálculo ergonométrico de
amplios. En los primeros, la restricción limitaba el trán- sus posibles usuarios y, desde luego, todo enmarcado
sito y la ocupación; en cambio, en los más amplios, dentro de un pensamiento religioso y su expresión cere-
posiblemente podrían caber mayores cantidades de monial o ritual (Fig. 32).

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Chan Chan: Nuevos hallazgos, nuevas hipótesis

Insistiremos en la especialización de los arquitec- una ideología religiosa y a una actividad ritual, asocia-
tos, pues, cuando se estudia detenidamente cada uno do a un calendario.
de los aspectos anotados, podemos advertir lo cuida- Desde esta perspectiva, la obra arquitectónica de
doso del trabajo para responder a una ideología impe- la sociedad Chimú, muy desarrollada y de larga tradi-
rante. Entendemos que las cantidades de elementos ción creativa, es el nuevo escenario donde la vida
constitutivos de una estructura en “U”, varían poco y, transcurrirá calculada y prevista. Dentro de estos espa-
según las variables de sus funciones pueden tener “ni- cios organizados de acuerdo a las funciones cotidianas
chos”, generalmente 06, de 2-2-2-, algunas pocas tie- y eventuales, la ceremonia es la función más impor-
nen más, pero casi nunca en números impares. tante, tal como se la advierte en sus grandes patios, en
Andrews, con el resultado de sus excavaciones intentó los accesos, en los angostos pasadizos, en la ornamen-
establecer estas variables: “Audiencias. Son las más tación mural o en los sistemas de rampas, donde el
comunes y tienen seis nichos interiores, dos en cada pared. tiempo se manifiesta como un producto del cálculo. Es
[.. .] Variantes de audiencias. Son básicamente audiencias decir, la arquitectura “contiene” y expresa los tiempos
con pequeñas modificaciones y/o detalles adicionales como de esas acciones, los que se pueden reflejar en la divi-
nichos extras, nichos en forma de L, entradas restringidas, sión y organización espacial, dónde y cuándo se desa-
etc. […] Alacenas. Su disposición es idéntica a la de los rrollaron diversos momentos de la celebración cere-
tipos anteriores, salvo que presenten tres o cuatro alacenas monial, en cualquiera de sus niveles y magnitudes,
en vez de nichos, una a cada costado, y una o dos al fondo” pese a su acceso controlado.
(Andrews 1980: 168). Como se podrá advertir, hay un De acuerdo a las evidencias, al parecer, las cons-
orden cuantitativo que no nos parece que respondería trucciones existentes fueron derruidas por fuertes
a funciones administrativas para controlar depósitos, terremotos, obligando a nivelar el terreno para luego
sino que habría otro orden imperante, más ligado a volver a construir nuevos edificios, modificando los

Fig. 32. En un mismo conjunto arquitectónico, en Uhle, se puede ver la variedad de muros cuyas formas implican la
necesidad y variedad de techumbres. Las paredes oblicuas de la parte delantera, no tuvieron techo, ni las
posteriores, en cambio sí, las del centro pues el ápice del hastial era para recibir la viga cumbrera para el techo.

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Especial: Chan Chan

planteamientos arquitectónicos, la orientación de las 2. En el diccionario citado, “rito” o “ritual”, se definen así: “Se-
cuencia o serie de actos, por lo general de corte religioso o mági-
“audiencias” y de las rampas. Es posible deducir que, si
co, impuesta por la tradición. Los ritos no son probablemente
se modificó la orientación de las estructuras –como en tan persistentes como un culto. Surgen a menudo del modo de
el caso de las “audiencias” de Tschudi– también eso vida cotidiano de un pueblo” (p. 512.). Habla de una decena de
debió modificar algunos aspectos de las ceremonias, ritos generalizados como de fertilidad, iniciación, acrecenta-
posteriores a los graves eventos telúricos. Por el miento, nacimiento, matrimonial, medicinal, social, de pasaje,
de purificación, enterramiento, transición, etc.
momento no sabemos si antes de los terremotos ya 3. El nombre vulgar es ese, lo que no compromete el origen de
habían sido construidos algunos muros perimetrales, o donde fuera o hubiese sido traída. Se trata de Guada angustifo-
si es que éstos sólo fueron hechos en la última fase cons- lia. Planta que se produce en toda la costa centroandina, así
tructiva de Chan Chan. Pero, sí es evidente que éstos como también en las yungas interandinas.
4. Como se podrá advertir, casi todos los casos que venimos tra-
fueron erigidos después de haber reestructurado y rea-
tando, corresponden a Bandelier y ello se debe a que los espa-
condicionado los espacios arquitectónicos, muchas ñoles, al hacer el camino de carretas, rompieron los citados
veces, sobre otras estructuras existentes, al igual que la muros, arrasándolos hasta sus bases, donde hemos encontrado
arquitectura intermedia y la doméstica o SIAR. estas evidencias. Hay otros muros perimetrales con jalones,
pero no podremos analizar en ellos los tipos de recurrencia, por
Asimismo, al limpiar cuidadosamente los “pozos
razones obvias. Hay sí, en otros, casos que describiremos más
de huaquero”, para reforzar los muros laterales de un adelante.
mausoleo20, observamos que el proceso de construc- 5. El diccionario Larousse, 2007, en la primera acepción lo define
ción de la pirámide funeraria fue otro, partiendo desde como: “Espacio cubierto y con columnas, situado delante de los
templos u otros edificios monumentales”. p. 818.
el “sepultamiento” de un conjunto de “estructuras en
6. Preferimos este término al de nicho –ambos de posible uso–
E”, como base de dicha pirámide (Cueva 2007)21. El sólo porque el segundo tiene una implicancia más: “Concavi-
análisis empírico –o de visu– en Uhle (Fig. 26), nos ha dad”…, el diccionario lo define como: “Cualquier concavidad
permitido entender que fueron otras las funciones aso- practicada en la pared con cualquier fin”. DICCIONARIO DE
ARQUITECTURA. D. Ware y B. Beatty. Ed. Gustavo Pili, S.A.
ciadas a esas “audiencias”, pues la estatura física de los
Barcelona. 1963. p. 103.
ceremoniantes no concuerda con las actividades pro- 7. En la lámina que allí aparece, no consigna origen o proceden-
puestas en esas construcciones. cia de la fotografía, pero es idéntica a otra estatuilla tomada por
nosotros, al ingreso de una plaza de Rivero y no del mismo edi-
ficio, pues la plaza es un elemento arquitectónico abierto y al
NOTA FINAL interior del edificio. Es decir, no en el pórtico.
8. “Chanchan Metrópoli Chimú”. P. 92.
Como se habrá advertido, los hallazgos que hemos 9. El diccionario Larousse, 2007, en la primera acepción lo define
expuesto fueron hechos dentro de los trabajos de lim- como: “Espacio cubierto y con columnas, situado delante de los
pieza para la restauración de algunos edificios monu- templos u otros edificios monumentales”. p. 818.
mentales. Cada uno de estos trabajos corresponden a 10. Preferimos este término al de nicho –ambos de posible uso–
porque el segundo tiene una implicancia más: “Concavi-
proyectos, los que comienzan con un estudio arqueo- dad”…, el diccionario lo define como: “Cualquier concavidad
lógico. Realmente, estos hallazgos –los anotados– practicada en la pared con cualquier fin”. DICCIONARIO DE
requieren de estudios más sistemáticos y especulativos ARQUITECTURA. D. Ware y B. Beatty. Ed. Gustavo Pili, S.A.
partiendo de nuevas hipótesis, pues las existentes ya Barcelona. 1963. p. 103.
11. En la lámina que allí aparece, no consigna origen o proceden-
no servirían de sustento teórico. Son tan recientes y cia de la fotografía, pero es idéntica a otra estatuilla tomada por
seguidos que aún los arqueólogos responsables no han nosotros, al ingreso de una plaza de Rivero y no del mismo edi-
tenido el tiempo apropiado para plantear las hipótesis ficio, pues la plaza es un elemento arquitectónico abierto y al
correspondientes. interior del edificio. Es decir, no en el pórtico.
12. “Chanchan Metrópoli Chimú”. P. 92.
13. Com. pers. de William Rodas, arqueólogo que excavó ese sec-
Notas tor del pórtico.
1. Un culto está determinado por “Observancias rituales conteni- 14. El tratamiento icónico en el arte Chimú, siempre suele mostrar
das en la veneración o en la comunicación con personas espe- el concepto de DUALIDAD, oponiendo una misma forma en
ciales, sobrenaturales u objetos o sus representaciones simbóli- dos, una “negativa” y otra “positiva” que se mueven en sentido
cas. Un culto incluye la colección de ideas, actividades y prác- contrario. El caso de las “olas escalonadas” es muy fácil de
ticas asociadas con una divinidad dada o un grupo social, p. ej., observar, en muchos “frisos” de Chan Chan.
el culto a Dionisios. Así, los dioses griegos tenían cada uno su 15. Para el arqueólogo Arturo Paredes, también estarían asociadas
propio culto” (Winick. 1969: 172). a los conceptos de hanan, arriba y hurin, abajo, entendiendo

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Chan Chan: Nuevos hallazgos, nuevas hipótesis

que los ríos bajan de las partes altas y vienen por el este. A lo Cieza De León, Pedro.
que podríamos agregar que todo lo relacionado a la vida, como 1967 El Señorío de los Incas, 2da. parte de la Crónica del Perú,
el sol, la luna y los ríos van a morir al oeste marino. (Introducción de Carlos Araníbar), Fuentes e Investiga-
16. Las nociones de Derecha e Izquierda, están deducidas de su ciones para la Historia del Perú, Textos Básicos 1, Instituto
visión desde el interior, donde está el universo sacralizado y no de Estudios Peruanos, Lima.
lo debemos confundir con la visión –moderna– del que entra a Compañon y Bujanda, Baltasar Jaime Martinez D.
visitar o estudiar. 1936 Trujillo del Perú a fines del siglo XVII. Madrid.
17. En conversaciones personales con los arqueólogos que excava- Conklin, William
ron el sitio, Guillermo Gonzáles y William Rodas desde el pri- 1990 Architecture of the Chimú: Memory, Funtion, and Image.
mer momento y, específicamente, para los estudios de los entie- En: THE NORTHEN DYNASTIES: KINGSHIP AND
rros Sinthya Cueva, Fabián Soberón y Lilliana Pretell. S TRATECRAFT I N C HIMOR . A Symposium at
18. Usamos entre comillas el término “audiencias” porque no fue Dumbarton Oaks 12TH AND 13TH OCTOBER 1985.
su nombre, ni es una categoría, de allí que los arqueólogos sue- María Rostworowski de Diez Canseco and Michael E.
lan preferir el término estructuras en U, para su caracterización, Moseley, Organizers. Michael E. Moseley and Alana
haciendo las especificaciones necesarias. Cordy- Collins, Editors. Dumbarton Oaks Research
19. Nótese que nuestras observaciones parten de los estudios últi- Library and Collection. Washington D.C.
mos al intervenir para su restauración, en los edificios mayores Conrad, Geoffrey
de Ñing An (Bandelier), Nik An (Tschudi), Velarde, Chol An 1980 «Plataformas Funerarias». En: Chan Chan, metrópoli Chi-
(Rivero) y Uhle. mú., pp. 217-230 (Ravines editor). Instituto de Estudios
20. En el Edificio Principal de Uhle, en el mausoleo o “plataforma Peruanos, serie Fuentes e investigaciones para la Histo-
de entierro”, había un muro al borde del colapso, por sus cuatro ria del Perú/5, Lima.
costados, con partes ya caídas, que se debía evitar que esto suce- Cornejo García, Miguel Ángel
da y, dentro de los trabajos de restauración por emergencia 1980 “Estudio de los recintos ceremoniales en forma de U del
(2007), se encargó a la arqueóloga S. Cueva G. hacer los estu- Palacio Tschudi en Chan Chan una hipótesis de inter-
dios previos para reestructurar dicho muro y evitar el colapso. pretación”. Tesis para optar el Título de Licenciado en
En esas circunstancias, los pozos dejados por los huaqueros Arqueología. Universidad Nacional de Trujillo. Perú.
mostraban las evidencias del proceso constructivo y sólo se Castillo, Luis Jaime; Nelson, Andrew y Chris Nelson
perfilaron sus lados, sin intentar mayores investigaciones, pues 1997 “Maquetas Mochicas. San José de Moro”. En: Arkinka,
no existía el permiso para ello. Nº 22: 120-128, Lima.
21. En: “Informe de Recepción de Uhle para la evaluación de su Deza Medina, Carlos
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2, Lima. Webmaster : Ingrid Galeano Ruiz. Diseño: César Augusto González

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Complejo arqueológico Chan Chan:
Los conjuntos amurallados y
sus nominaciones
Chan Chan archeological complex:
The walled complexes and their names

Arturo Paredes Núñez1

INTRODUCCIÓN cultural, y en especial el arqueológico, se constituye en


herramienta de primer orden en la necesidad de la
Chan Chan es la nominación de un amplio com- construcción y/o fortalecimiento de la identidad cul-
plejo arqueológico que entre sus componentes contie- tural. En mérito a ello, se hace necesario que nuestro
ne a una de las más grandes manifestaciones urbanas patrimonio cultural deba ser investigado, conocido,
de América prehispánica construida en tierra. Aun- valorado, respetado y custodiado por la comunidad,
que no es la nominación aborigen del sitio, por la además del estado. En tal empresa es igualmente prio-
investigación y los cronistas se sabe que fue la capital ritario el rescate del patrimonio inmaterial que fre-
del antiguo estado Chimú, cuya vigencia ocurrió entre cuentemente le sirve de explicación y sustento. Ante
los siglos IX y XV de nuestra era. Se trata pues de un tales circunstancias, junto a las elementales medidas
monumento cuya configuración y compleja trama de protección del referido bien cultural, la arqueología
urbana es el resultado de milenios de evolución cultu- desarrolla un importante esfuerzo en la necesidad de
ral de los pueblos y sociedades del momento prehispá- entender el rol del complejo en el proceso histórico y
nico, asentados en el norte del Perú. En mérito a sus social de la región. Por lo referido, en tanto sitio
excepcionales características históricas, culturales y emblemático e ícono de nuestra identidad, Chan
estéticas, en 1986 el Complejo Arqueológico Chan Chan debería ser una fuente permanente de apoyo en
Chan fue inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial la construcción y fortalecimiento de la identidad. Más,
de UNESCO. Tales referencias sirven de elemental por el contrario, si se toma en cuenta un aspecto tan
marco argumental para afirmar y sostener que el monu- elemental como la nominación de los componentes
mento referido forma parte de nuestro legado cultural, más representativos del área urbana del complejo, se
y hace que Chan Chan se constituya en el mas impor- constata la existencia de serios problemas.
tante referente de la identidad cultural de nuestros
pueblos, en particular de la región norteña del Perú,
PROBLEMÁTICA
que necesariamente deberá ser tomado en cuenta en
el objetivo de fortalecer, coadyuvar y/o construir nues- En función de la indicación previa se puede afirmar
tra identidad cultural. que en Chan Chan se constata un hecho contradicto-
En el contexto de la globalización en que las dife- rio: en tanto manifestación del pasado se evidencia
rencias que particularizan e identifican pueblos y como una inagotable cantera de identidad, como
comunidades, tienden a su disolución, el patrimonio manifestación presente exhibe algunas flaquezas, que

1 Arqueólogo. Unidad Ejecutora 110 Complejo Arqueológico Chan Chan, Ministerio de Educación.

Pueblo cont. 21(1) 2010 | 53


Especial: Chan Chan

deben ser reconocidas y superadas. Un caso en apa- SUSTANTIVOS 02


riencia simple, aunque de implicancia mayor es el de la . Sustantivo simple Laberinto (01)
nominación de los más importantes conjuntos amura- . Alusión histórica Gran Chimú (01)
llados de su área urbana. Debemos empezar recono-
ciendo que, hasta el presente, los más importantes En la medida en que el mayor énfasis la nomina-
conjuntos amurallados del área urbana de Chan Chan ción de los principales conjuntos amurallados de Chan
han sido aludidos con nominaciones heterogéneas, Chan se carga en los antropónimos es evidente que de
totalmente discordantes con la necesidad de que sir- ellos, aun cuando los nombres correspondientes a
van o favorezcan el sentido de identidad. Adicional- personajes extranjeros guardan relación en distinto
mente, aun cuando se desconoce el momento y las grado con la arqueología y en general con nuestro
razones por las que se procedió a dar tales nominacio- patrimonio cultual, es muy poco lo que ello tiene que
nes, considerando la particular historia de algunos de ver con el objetivo de encontrar referentes para la
los personajes aludidos en la nominación de ciertos construcción y/o fortalecimiento de la identidad. De
conjuntos –tales como Rivero o Velarde–, ello parece otro lado, en el caso de los nombres que aluden a per-
haber ocurrido hacia la mitad del siglo XX, posible- sonajes nacionales el asunto indicado no cambia en lo
mente gracias a las buenas intenciones de algún espíri- sustantivo; aunque debemos reconocer la singular
tu interesado en el sitio sede de los Chimú. validez de don Mariano Rivero, quien con su obra
En relación con lo precedente se debe indicar que, aportó al conocimiento de la cultura andina, de la que
de los varios conjuntos amurallados que configuran el se valió el señor Tschudi para ingresar en la nómina de
área urbana del complejo, son particularmente impor- los interesados en nuestra cultura. En cuanto a los
tantes los nueve conjuntos amurallados con platafor- otros personajes nacionales, estamos obligados a indi-
ma funeraria, en la medida en que han sido aludidos car que, el caso del señor Áureo Velarde, corresponde
como palacios (lámina 1). Las nominaciones de tales al de un conocido buscador de tesoros y reliquias, que
conjuntos amurallados pueden ser agrupadas en: nom- se valió de su condición de autoridad política de la
bres propios (07), y sustantivos (02). En el primer caso ciudad de Trujillo (fue subprefecto), para desarrollar
se trata de nombre de personas que, atendiendo a su sin problema su actividad.
origen o procedencia pueden ser organizados como Adicionalmente debemos referir con extrañeza
nombres de personajes extranjeros (Bandelier, Squier, que, en la medida en que se alude al nombre de un
Tschudi, Uhle) o nacionales (Chayhuac, Rivero). De otro gobernante Chimo del momento colonial –don Anto-
lado, en atención a un elemental criterio cronológico nio Chayhuac–, llama la atención que en la nomina-
tales nombres pueden ser diferenciados como antiguos ción de los conjuntos amurallados de Chan Chan no
–uno corresponde a un personaje aborigen (Chay- se mencione a ninguno de los gobernantes étnicos del
huac)– o modernos. Varios otros aluden a arqueólogos momento del desarrollo autónomo del reino Chimú o
(Uhle), exploradores y/o estudiosos (Bandelier, Rivero, del sometimiento a la administración Inca, referidos
Squier, Tschudi), y también a depredadores (Velarde). En en la Crónica Anónima, que necesariamente debieron
el segundo caso los sustantivos pueden ser diferencia- estar comprometidos de muchas maneras con tales
dos como: simples (Laberinto), o alusiones de carácter componentes estructurales: sea con la construcción
histórico (Gran Chimú). de alguno de ellos, con el mantenimiento de las tradi-
ciones, mitos y rituales a los que debieron estar orien-
NOMBRES PROPIOS 07 tados algunos de tales recintos, o con las acciones de
Nombres extranjeros 04 resistencia por mantener invicta e incólume la inde-
. Viajeros y estudiosos Bandelier, Squier, Tschudi. (03) pendencia e identidad de la etnia, con que se intenta-
. Arqueólogos Uhle. (01) ba mantener la vigencia del conjunto urbano. Ello
permite la posibilidad de sostener que la no alusión a
Nombres nacionales 03
tales gobernantes se deba al hecho que la publicación
. Estudioso Rivero (01) de la relación de gobernantes apuntada por el Anóni-
. Anticuario Velarde (01) mo trujillano, ocurrida en 1938 por Carlos Romero,
. Aborigen Chayhuac (01) fue un hecho posterior al bautizo de tales conjuntos.

54 | Pueblo cont. 21(1) 2010


Complejo arqueológico Chan Chan: los conjuntos amurallados y sus nominaciones

Luego, puesto que el referido com-


plejo arqueológico ha sido asumido
como sitio emblemático de nuestra iden-
tidad regional, la pérdida y/o desconoci-
miento de las originales nominaciones
de las edificaciones, contradictoriamen-
te resulta un hecho de urgencia para
nuestra identidad. Debemos puntuali-
zar a renglón seguido que, la necesidad
del cambio de nominación de los con-
juntos amurallados de Chan Chan no es
un asunto nuevo. Fue nuestro viejo
maestro, el historiador don Jorge Zeva-
llos quien lo sostuvo desde los años 70,
época en que escribía su trabajo sobre
los nombres de Chan Chan. Agotada su
pesquisa en archivos sobre antiguos
topónimos del área, para él estuvo claro
que Chan Chan era topónimo que solo
aludía a un sector del complejo, y que su
uso para referir a la totalidad era un
hecho tardío, debido a la pérdida de la
nominación original, que igualmente
por sus pesquisas sostenía que pudo
haber sido Chejmoer. Adicionalmente,
debemos indicar que, aun cuando care-
cía de pruebas suficientes, en su opinión
habría sido Tello el autor de la nomina-
ción que alude a los conjuntos amuralla-
do de Chan Chan.

POSIBILIDADES

Constatado el problema y conocien-


do la escasez de referencia toponímica
para el área arqueológica, nos vimos obli-
gados a una singular búsqueda de posibili-
dades alternas. Producto de lo cual se
llegó a considerar hasta tres propuestas Lámina 1. Chan Chan, Complejo Arqueológico.
que, en términos de resumen eran: (1)
referir a los conjuntos amurallados con el nombre de los La primera propuesta intentaba referir a los con-
gobernantes Chimú; (2) referir los conjuntos amuralla- juntos amurallados con el nombre de los gobernan-
dos con un número correlativo, expresado en lengua tes Chimú. Para ello contábamos con la relación de
aborigen; (3) referir a los conjuntos amurallados usando los Chimo contenida en la Crónica Anónima, que
términos en lengua aborigen, y de acuerdo a determina- refiere tanto a los del periodo aborigen del Chimor,
dos criterios. Al final, luego de una elemental evalua- como a los del momento de la presencia Inca, e
ción de las posibilidades ofrecida por cada una de las incluso algunos de los inicios de la colonia. En aras
propuestas referidas se decidió por la tercera. de que la relación fuera limpia, los conjuntos amura-

Pueblo cont. 21(1) 2010 | 55


Especial: Chan Chan

llados solo deberían ser nominados con los gober- que resulta de la unión de dos lexemas: SI (luna) y
nantes del momento autónomo, para lo cual solo AN (casa); considerando que el segundo elemento
contábamos con cuatro (Taycanamo, Guacricaur, alude al recinto, tal como los conjuntos amurallados
Nañcenpinco, Minchanzaman) o cinco (si se incluye que nos preocupan, pensamos que en ello tenemos
a Querrutumi). Más, al constatar que no todos los un mecanismo viable para la nominación de los con-
nombres enlistados en la Crónica eran exclusiva- juntos amurallados del Complejo arqueológico Chan
mente de gobernantes, y porque la cantidad de Chan. Para el primer elemento apelaremos al con-
gobernantes no era suficiente para cubrir la cantidad junto de términos acopiados en los distintos vocabu-
de conjuntos amurallados considerados, el proyecto larios correspondientes a la lengua yunga.
se vio frustrado. A lo cual habría que adicionarle el
hecho de que a mediano plazo el asunto podría com-
PROPUESTA
plicarse por cuanto daría pie a una especie de “remi-
tificación” en torno a la relación entre los nombres Para una elemental y adecuada propuesta de
de los gobernantes y los conjuntos amurallados. nominación a los más importantes conjuntos amura-
La segunda propuesta intentaba referir a los con- llados del Complejo arqueológico Chan Chan se han
juntos amurallados con un número correlativo combinado cuatro criterios elementales: magnitu-
expresado en lengua aborigen. Sobre el particular des, cronología, emplazamiento, y ornamentación.
debemos indicar que desde el inicio supusimos que En mérito a ello se constata que, mientras la dimen-
ello era menos problemático y posible, en la medida sión diferenciada de los conjuntos permite eviden-
en que una elemental revisión del diccionario yunga ciar una “casa grande” y una “casa chica”, por su
nos convence de que se contaba con los términos diferencia temporal se hace manifiesta una “casa del
requeridos. Con todo, los problemas no se hicieron inicio” y una “casa del final”. Adicionalmente, en
esperar, surgieron en el momento de definir el crite- atención a la disposición espacial de tales conjuntos
rio para la dinámica o derrotero de la progresión se pueden evidenciar realidades como “casa del
numérica; es decir, qué conjuntos deberían ser aludi- este”, “casa del oeste”, “casa del norte”, y “casa del
dos antes o después. Dicho en otros términos, la pro- centro”; finalmente, por la particularidad decorativa
gresión en la nominación debería hacerse en función de los conjuntos se constata la existencia de una
a la disposición espacial de los conjuntos amuralla- “casa de las aves” y una “casa del mar”.
dos en el sitio (con lo que el derrotero evidenciaría Luego, iniciando un recorrido desde el sur, empe-
un elemental ordenamiento), o en base a la defini- zaremos nominando “casa antigua” o “casa del inicio”
ción temporal aportada por la investigación arqueo- (Quixmic-an) a lo que fue conocido como el conjunto
lógica (con lo que se rompía toda posibilidad de orde- Chayhuac, que los especialistas le asignan la mayor
namiento espacial). En tal caso, sin resolver el crite- antigüedad, es el más temprano de los conjuntos de
rio del derrotero, el proyecto igualmente quedó sin Chan Chan, en contraposición a“casa nueva” o “casa
mayor posibilidad. del final” (Chol-an) que alude al conjunto ex Rivero,
que es el mas tardío o reciente. En base a ello se explica
La tercera propuesta intenta referir a los conjun- el término “casa del centro” (Nik-an), que refiere al
tos amurallados usando términos en lengua abori- conjunto ex Tschudi, por ubicarse en medio de ambos
gen, de acuerdo a determinados criterios. Habida (lámina 2). Continúa la “casa del este” o “casa del ama-
cuenta de los problemas para encontrar un adecuado necer” (Xllangchic-an) que refiere a ex Uhle, y su con-
mecanismo de nominación de los conjuntos amura- traparte la “casa del oeste” o “casa del atardecer” (Fe-
llados, debimos recurrir a Calancha quien nos permi- chech-an) que alude a ex Laberinto, además de la
te nuevas y/o mejores posibilidades. Puesto que él “casa del norte” (Fochic-an) ex Squier (lámina 3). A
apuntó que el sitio en que los pobladores del reino ello les sigue la “casa pequeña” (Tsuts-an) ex Tello,
del Chimo reverenciaban a su deidad, Shi (Luna), que a la vez se contrapone a “casa grande” (Utzh-an)
era el Sian, término yunga que por el propio Calan- ex Gran Chimú (lámina 4). Finalmente están, la “casa
cha se traduce como “casa o adoratorio de la dei- de las aves” (Ñain-an) ex Bandelier, y “casa del mar”
dad”. Puesto que se trata de un término compuesto (Ñing-an) ex Velarde (lámina 5).

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Complejo arqueológico Chan Chan: los conjuntos amurallados y sus nominaciones

N N

9104500 9104500

Lámina 2. Lámina 3.

N N

9104500 9104500

Lámina 4 Lámina 5

Lámina 4. Lámina 5.

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Especial: Chan Chan

NOMINACIÓN PROPUESTA SIGNIFICADO ACTUAL

QUIXMIC AN Casa del inicio CHAYHUAC


Casa antigua
CHOL AN Casa del final RIVERO
Casa nueva
NIK AN Casa del centro TSCHUDI
XLLANGCHIC AN Casa del amanecer UHLE
Casa del este
FECHEC AN Casa del atardecer LABERINTO
Casa del oeste
FOCHIC AN Casa del norte SQUIER
TSUTS AN Casa pequeña TELLO
UTZH AN Casa grande GRAN CHIMU
ÑAIN AN Casa de las aves BANDELIER
ÑING AN Casa del mar VELARDE.

COMENTARIO por la enorme diferencia de escalas. Finalmente, más


allá de la dificultad en la pronunciación de los térmi-
Se debe indicar que, buena parte de los criterios, e
nos propuestos, se debe aclarar que la empresa sólo
incluso la mayor parte de las nominaciones fueron
tuvo un objetivo: avanzar en la necesidad de que Chan
definidos en reunión habida el 18 de enero del 2006,
Chan se convierta en verdadero referente de identi-
entre la Alta Dirección del Instituto Nacional de Cul-
dad y orgullo, desde cualquier lado por el que se le
tura, la Dirección del INC - La Libertad y el área técni-
aluda. Dispénsenos por tanto, de todo afán protago-
ca INC - La Libertad, en que se contó con la presencia
nista al haber puesto en evidencia un problema ele-
del Dr. Luis G. Lumbreras, Director Nacional del INC,
mental y por haber hecho las propuestas del caso.
la Dra. María E. Córdova, Directora de Gestión del
INC, el Ing. Alejandro Falconi, Gerente General del Finalmente, en mérito a la integridad del procedi-
INC, la Mgs. Lutgarda Reyes, Directora del INC - La miento estamos obligados a hacer evidente la discre-
Libertad, el Lic. Cesar Gálvez, Director DCPCM, INC pancia constatada entre el que la nominación de los
- La Libertad, el Lic. Héctor Suárez García, Jefe del conjuntos amurallados ha sido lograda en base a la
Departamento de Conservación del INC - La Liber- lengua Yunga, y la referencia de Calancha, quién indi-
tad, y el Lic. Arturo Paredes, por el Proyecto Velarde. ca que la lengua del Chimo fue el Quingnam. En rela-
Igualmente se debe puntualizar que tal reunión fue ción con ello vale la pena recordar que, mientras para
el remate de una previa en que se generó el tema a el caso de la lengua Yunga se cuenta con una serie de
propósito de una elemental reflexión sobre la nomina- vocabularios, recogidos en momentos diferentes, y
ción del conjunto Velarde. una elemental gramática escrita por Carrera, el cono-
Aún cuando debe haber quedado suficientemente cimiento de la lengua Quingnam, con excepción del
aclarado, estamos en la obligación de indicar –no sin corto vocabulario de topónimos logrado por Zevallos
énfasis– que las nominaciones originales de los con- en base a la evaluación de documentos coloniales, es
juntos amurallados no existen más; por lo tanto es casi inexistente. Con todo, un elemento que permite
obvio que las nominaciones propuestas ni son las origi- superar la incongruencia es precisamente el dato refe-
nales, ni intentan parecérseles. Por el contrario, las rido a los Sian, adoratorios de la deidad, debido a que
nominaciones tienen un carácter analítico, tienden a fueron la base de nuestro procedimiento y se disponen
organizar la percepción del sujeto (visitante) en rela- en la mayor parte de lo que fue la territorialidad del
ción a un objeto (Chan Chan) aparentemente amorfo reino Chimú.

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Chan Chan, la capital del Chimor:
540 años después de la
conquista de los Incas*

Chan Chan, capital of Chimor:


540 years after Incas conquest

Jesús Briceño Rosario1

“... no es fácil broquelarse en fría objetividad cuando uno pasea por los callejones, las murallas
de adobe, y las plazoletas y cenotafios, todo roto y desmayado, pero todavía en su destrozo capaz
de documentar. En el entorno, arenales y mar; al contorno, restos de huacas y sitios de
incomprensible aplicación.” (JORGE ZEVALLOS QUIÑÓNEZ, 1995).

INTRODUCCIÓN Estas duras experiencias con la naturaleza, fueron


más que una razón para levantar el nuevo centro urba-
A partir de una diversidad de variables como alti-
no, más distante del cauce del río Moche y que llegó
tud, latitud, topografía, entre otros factores, los Andes
posteriormente a constituirse como una gran ciudad y
Centrales representan una de las pocas regiones en el
capital de la cultura Chimú, conocida como Chan
mundo donde se encuentran una gran variedad de
Chan. No importó que estas tierras hubieran sido muy
ecosistemas, que el hombre prehispánico tuvo que
secas, pedregosas y enteramente “sin jugos”, o tierras
hacerle frente desde los primeros momentos de su
muy cortadas, cascajudas, con solo uno que otro trozo
llegada a estas cálidas tierras.
de tierra llamadas tierras “agrias” (Zevallos 1995). El
En la costa norte del Perú, donde predomina un hombre Chimú no solo llegó a dominar estas tierras,
suelo extremadamente árido, salpicado por el verdor sino que allí levantó las construcciones de tierra más
de pequeños valles, aproximadamente entre el siglo IX impresionantes de todo el continente americano.
después de Cristo, una sociedad muy compleja va a Chan Chan fue creciendo y concentrando poder.
establecer su capital en lo que se denominó el valle del Gobernantes, sacerdotes y arquitectos con mucho cono-
Chimo. cimiento manejaron el crecimiento y desarrollo de la
La cultura Chimú, como ha sido denominado, ciudad de Chan Chan. Se perfeccionó las diversas acti-
conocía muy bien los fenómenos naturales, que se vidades como el trabajo de los metales, las obras de inge-
presentaban cada cierto tiempo, destruyendo las obras niería hidráulica, la textilería, entre otras manifestacio-
civiles y religiosas e incluso, ponía en riesgo la supervi- nes culturales, mientras que un poder político centrali-
vencia del hombre mismo. La experiencia que segura- zado y poderoso ampliaba su dominio y territorio.
mente se recordaba claramente, fue cuando un fuerte Conociendo perfectamente la variedad de ecosis-
Fenómeno El Niño, destruyó el Centro Urbano de las temas existentes, se establecieron una compleja red de
Huacas del Sol y de la Luna. Las aguas del “río grande”, intercambio de bienes para mantener y fortalecer el
salieron de su “madre” y cubrieron las viviendas y áreas poder político, social y religioso que ostentaban la
de trabajo de los artesanos. clase gobernante.

* Este trabajo fue publicado bajo el título “Chan Chan, la capital del Chimor: 534 años después”, en: Aportes para la historia de Chan Chan.
Luis Valle (Ed.), Pp. 13-28, Trujillo (2004).
1 Arqueólogo. Instituto Nacional de Cultura La Libertad.

Pueblo cont. 21(1) 2010 | 59


Especial: Chan Chan

En este punto se hace necesario precisar que al cronistas, fueron descriptores de las cosas que veían y
hablar de la cultura Chimú, nos estamos refiriendo al que, por lo tanto, proporcionaban al historiador y
conjunto de elementos culturales que caracterizaron a arqueólogo de hoy “datos e informaciones históricas”.
este lapso del desarrollo histórico de la costa norte. Mien- Pero tal consideración no es tan cierta, por cuanto hay
tras que cuando mencionamos el término Chimor, es un consenso en la actualidad que las “informaciones”
para referirnos al reino que fundó la citada dinastía y que de los cronistas se tratan de opiniones, puntos de vista
creó un estado poderoso, conquistador de una buena o interpretaciones de las cosas vistas u oídas. Los espa-
parte de la costa norte y nor-central. Los inicios de la ñoles veían las cosas de modo distinto a los nativos y su
dinastía del Chimor, se considera que debió darse alre- lenguaje reflejaba lo que veían y comprendían, con el
dedor del año 1300 d.C. y sobrevivió hasta muy tarde del agregado que lo dicho por los nativos a través del filtro
inicio de la conquista española. Minchancaman, el gran de los intérpretes no coincidía con su propia conducta
conquistador, al que los cronistas le llamaron el Chimo (Ramírez 1997:735).
Capac, solamente fue el último rey independiente Chi- Por otro lado, debemos tener también presente que
mor (Bonavia 1991:441, 445). tanto los primeros cronistas como la temprana docu-
El tiempo transcurrió, y en el siglo XV una socie- mentación administrativa, judicial y notarial, tuvie-
dad también muy fuerte, de origen sureño, los incas, ron que afrontar la gran dificultad que significó la
buscaba dominar a los Chimúes, quienes, luego de traducción de las lenguas nativas al español. El resul-
resistir por un largo tiempo, llegarían a ser conquista- tado fue el establecimiento de un léxico como pudie-
dos entre 1462 y 1470 (según la propuesta de Cabello ron o quisieron y se empezó a divulgar traducciones de
de Balboa). La conquista inca fue un hecho que términos y se empezó a identificar instituciones, dio-
impactó notablemente a la sociedad Chimú. El poder ses, ritos y actividades diversas (Pease 1995: 330).
Inca fue tal que destruyó casi totalmente la organiza- Otro problema que se observa en la información
ción Chimú. Chan Chan es abandonado, se traslada a que nos presentan las crónicas es la traducción de
los “especialistas” a diferentes lugares y se impone un categorías “europeas” a la realidad andina y que son
nuevo poder político y social en estas tierras. La domi- totalmente diferentes. Por ejemplo, volviendo a citar a
nación Inca no duró mucho tiempo por cuanto, 63 Pease (1995:208-209), la categoría de una “jurisdicción”,
años después llegarían hombres de otros mares, los en Europa, es habitualmente relacionado a un espacio
españoles, y conquistarían a los Incas, continuando territorial continuo, mientras en los Andes estuvo más
con la destrucción de Chan Chan, con la constitución relacionado con la imagen de un “territorio étnico”,
de empresas para saquear principalmente las tumbas determinado por la población que se halla en el mis-
de los gobernantes. Pero, a pesar de todos estos mo. Un caso que ayuda a comprender lo indicado
hechos, la obra del hombre Chimú, ha llegado hasta anteriormente es cuando sea hecho referencia al terri-
nuestros días, sobre lo cual queremos escribir estas torio del grupo étnico Lupaca, habitante del sur-oeste
líneas apuradas y breves. del lago Titicaca, que incluía ámbitos específicos en
los valles costeños de Sama, Moquegua y otros veci-
CHAN CHAN A LA LLEGADA DE LOS nos, y también en lugares más bajos, ubicados al este
ESPAÑOLES: LAS REFERENCIAS DE LOS del altiplano. Es decir que un “territorio”, en términos
CRONISTAS. étnicos, estaba entonces demográficamente determi-
nado, pues en los valles costeños o en las tierras bajas
No vamos a presentar un recuento detallado de indicadas hacia la Amazonia, había también gentes de
todo el aporte que hicieron los cronistas sobre Chan otras procedencias étnicas, lo cual no impedía que los
Chan. Solamente queremos detenernos en algunos Lupacas consideraran dichos ámbitos multiétnicos
aspectos que consideramos necesario hacerlo, por como su territorio, ni que otros grupos que lo cohabi-
cuanto varias “informaciones” que hemos encontrado taban los entendieran también así. Esto demuestra
en las crónicas sobre Chan Chan y el Chimor, han sido que mientras los españoles denominaban una “provin-
aceptadas sin ser analizadas en su profundidad. cia” como un espacio geográfico, para los andinos se
Generalmente, se ha considerado que los “aventu- trataba de un espacio étnico (Pease 1995: 124).
reros intelectuales”, como Pease (1995) denomina a los Es posible que este concepto de “ámbitos multiétni-

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Chan Chan, la capital del Chimor: 540 años después de la conquista de los Incas

cos”, pueda explicar el caso de las tierras que tenían en recogidos, transformaron los mitos en alegorías, de allí
posesión el “Común de Mansiche” en el siglo XVII y que que muchos de los relatos de las crónicas son mitos
fueron adjudicados por los Jueces Visitadores de Tie- convertidos en historia. Además, siempre debemos
rras, por el que Zevallos (1995) refiere que “...bien que tener presente sobre la necesidad imprescindible de
tampoco sepamos la razón legal...”. El “Común de Mansi- confrontar estas “informaciones” con el conocimiento
che”, no solamente tenía sus tierras en las afueras de la europeo de su tiempo, incluyendo por cierto, las
ciudad de Trujillo, camino a Chan Chan, sino que creencias populares que influyeron claramente en los
también era poseedor de otras tierras en la parte de cronistas (Pease 1995:76).
Conache y Quirihuac, en este último lugar la exten- De acuerdo a la información histórica, cuando en
sión era de cincuenta fanegas. 1533 llegan los españoles, el valle del Chimo que se
El caso de los Lupaca del altiplano, como también encontraba bajo el gobierno del dinasta interino Caja
podría haber sido el caso del “Común de Mansiche” con Cim Cim, abarcaba toda el área que tiene por centro a
sus diferencias, no solo significa una traducción total- Chan Chan (los actuales pueblos de Mansiche y Huan-
mente diferente de la realidad andina, sino que tam- chaco, la pampa y pueblo de La Esperanza y la Cum-
bién pone en evidencia cómo el régimen colonial igno- bre) (Zevallos 1995), aunque Agustín de Zarate también
ró por completo sobre la posesión simultánea de archi- señala que la región del Chimor es “donde agora es
piélagos que John Murra (1997), llamó la atención por Truxillo” (Pease 1995: 180).
la década de 1970. La corona española, a través de sus Por su monumental obra y por ser considerado
virreyes, no llegaron a entender que una misma etnia como el “príncipe de los cronistas” y el “caminante demo-
ocupara territorios dispersos, que mediante las “enco- rado por los Andes” (Pease 1995), debemos detenernos
miendas”, se vieron disgregadas. De esta manera fue- en las referencias de Pedro Cieza de León en relación
ron separadas las chacras de maíz de los potreros de al reino del Chimor. Este cronista quien por primera
uchu y ambos, de los cultivos de tubérculos (Murra vez nos presenta una visión del mundo andino previo y
1997:741). posterior a la invasión española, señala en su obra
Pero, también los españoles tradujeron términos Crónica del Perú que: “Como los Ingas reyes, del cuzco,
de otras partes del continente americano y fueron se hicieron señores destos llanos, tuvieron en mucho esti-
aplicados al territorio andino. Un buen ejemplo es el mación a este valle de chimo, y mandaron hacer en él gran-
término “cacique”, término de origen antillano, que se des aposentos y casa del placer, y el camino real pasa de
llevó a México y de allí al Perú. Agustín de Zárate afir- largo, hecho con sus paredes”.
maba que “en todas las prouincias del Perú auia Señores Es evidente que cuando Cieza de León llega al Perú
principales que llamauan en su lengua Curacas, ques lo ante el llamado de Pedro de la Gasca, ya las diversas
mesmo que en las islas antillanas solian llamar Caciques” construcciones y caminos de la costa estaban destrui-
(Pease 1995: 126). Luego, el Padre Fernando de la dos posiblemente a consecuencia de la guerra entre el
Carrera y el Fray Antonio de la Calancha, harían refe- Tahuantinsuyo y el Chimor y la falta de mantenimien-
rencia que el termino Mochica “Alaec” quiere decir to después de 1533(Pease 1995: 191,210).
cacique. No sabemos hasta qué punto el término caci- Por esa agudeza en sus observaciones y por una
que de las antillas tiene el mismo significado para el descripción precisa del medio ambiente, Cieza de
área andina. León, deja bien en claro que el termino yunga no iden-
Todo lo señalado líneas arriba, no tiene como pro- tificaba un espacio costero, sino una tierra cálida y
pósito quitar valor a las crónicas. Lo que se busca es húmeda, por lo que yungas hallábanse tanto en la
tener siempre presente que las crónicas como fuentes costa, como en la sierra y en la selva (Pease 1995: 277).
históricas son en realidad historias elaboradas, que Esta observación es importante de ser resaltada por-
asumen y trasmiten a sus lectores estereotipos y prejui- que, como lo señala Pease (Op. Cit.: 211), otorga una
cios en medio de sus relatos. Es decir que las crónicas tonalidad y un ámbito especial al termino yunga, con
no son un “retrato” de las versiones históricas recogi- una más precisa connotación ecológica. Aunque tam-
das en forma oral de los labios de los pobladores andi- bién es necesario señalar que, desde tiempo antes de
nos. Pease (Op. cit.: 76,129), con mucha claridad ha Cieza (antes de los 1540), se precisaban distintas acep-
señalado que los cronistas al escribir los relatos así ciones para el término yunga. Por ejemplo, Estete

Pueblo cont. 21(1) 2010 | 61


Especial: Chan Chan

indicaba que “toda esta gente que reside en esta región Las referencias de “las casas arruinadas del rey Chi-
caliente (se refiere a la costa) es llamada yungas, que es lo mo”, de los “... edificios... que parece claramente haber
mismo que villanaje: y la gente ciudadana y que más se sido gran cosa”, que han señalado los diversos cronistas
tiene es la de la tierra adentro”. Puede asumirse que aun- sobre Chan Chan y el territorio Chimú, se han com-
que el término yunga tenga una connotación ecológi- plementado con las informaciones sobre las “... suntuo-
ca cálida y húmeda, la experiencia andina reconoce sas Guacas que se an hallado grandes tesoros...” y todas
caracteres distintos para cada tipo de yunga (chaupi las acciones de saqueo español que se realizaron en
yunga, por ejemplo). Aunque Cieza de León no precisó todos los lugares más importantes del Chimo (ver Zeva-
estas distinciones, conviene resaltar el valor de su llos 1994, Ramírez 2002).
identificación de la yunga serrana pues señala que en Un hecho que pocas veces ha sido tomado en cuen-
“... los pueblos y prouincias del Perú situadas de la manera ta en la destrucción y modificación de la capital
que he declarado: muchas de ellas en as abras que hazen Chimú es el negocio de la industria salitrera que se
las montañas de los Andes y serrania neuada. Ya todos los instaló desde mediados del siglo XVII. Por tal razón, es
moradores de los altos nombran serranos: y a los que habi- importante resaltar la observación que Zevallos
tan en los llanos llaman Yungas. Y en muchos lugares de la (1995), ha hecho al respecto, cuando señala que los
sierra por donde van los rios; como las sierras siendo muy investigadores deben advertir que por “...más de dos-
altas, las llanuras esten abrigadas y templadas, tanto que cientos años hubo en esa parte de Chan Chan un constante
en muchas partes haze calor como en estos llanos, los mora- remover de huacas, trajinar de recuas, instalaciones de
dores que viven en ellos, aunque estén en la sierra, se lla- deposito para cocinar, lavar, hervir”.
man Yungas. Y en todo el Peru, quando hablan destas La lista de los cronistas, viajeros y científicos que se
partes abrigadas y cálidas que están entre las sierras, luego han referido de Chan Chan y la obra del hombre Chi-
dicen es Yunga... se llaman Yungas, por biuir en tierra mú, desde la llegada de los españoles hasta fines del
cálida” (Pease 1995: 211,225). siglo XIX puede ser muy larga de mencionar y en esta
El nombre de Chan Chan, no se encuentra men- oportunidad no es nuestro propósito principal. Como
cionado en las fuentes de “más antigua data”. De mane- hemos señalado al principio de este capítulo solamen-
ra confusa dicha denominación puede ser encontrada te queríamos hacer algunas reflexiones y presentar
a finales del siglo XVIII, siendo usado más pública- algunos puntos de vista que, a nuestro modo de ver,
mente a mediados del siglo XIX, cuando con este tér- hemos considerado necesario hacerlo.
mino se empezó a identificar a todo este complejo
arqueológico. Chan Chan era conocido solamente
EL APORTE DE LA ARQUEOLOGÍA AL
como los “palacios reales del Chimo” (Zevallos 1995:134-
CONOCIMIENTO DE CHAN CHAN
135). Para Ravines (1980:46), son Antonio Vásquez de
Espinosa (1615) y Miguel Feijoo de Sosa (1763), los Si bien en la primera mitad del siglo XX se dieron
primeros en consignar tal nombre para la capital Chi- inicio los trabajos arqueológicos de carácter científico
mú. Se ha revisado dichas fuentes, pero no aparece tal en Chan Chan y en los diferentes sitios Chimú de la
mención. Incluso, en la obra monumental del Obispo costa norte, es recién en 1972 con el Proyecto Chan
Baltasar Jaime, Martínez Compañon (1978-1994), no Chan valle de Moche dirigido por Edward Michael
aparece el topónimo de Chan Chan. Moseley y Carol Mackey, donde se dan las más impor-
Sobre el significado de Chan Chan, consideramos tantes y extensas excavaciones en lo que se considera
que Zevallos (Op. Cit. 133), es quien nos ofrece mejores el núcleo de la cultura Chimú.
luces sobre este tema. Todo parece indicar que la pro- Uno de los primeros aportes del Proyecto Chan
puesta que Middendorff hiciera en 1894, al sostener Chan Valle de Moche, es que por primera vez se conta-
que dicho término provenía de la palabra de la lengua ba con una planimetría aproximada de este complejo
Chimú “Jan Jang” (Middendorff 1973:263), forma barba- arqueológico. Asimismo, con el desarrollo de dicho
rizada y duplicada del término Mochica Lambayecano proyecto se van a tratar varios aspectos de Chan Chan
XLLANG, que traducido al castellano significa sol-sol, y su relación con otros sitios dentro del valle de Moche
se trató de un error que no fue aclarado en su oportu- y los valles vecinos. De esta manera, entre otros temas,
nidad. se aborda el estudio de la secuencia constructiva y las

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Chan Chan, la capital del Chimor: 540 años después de la conquista de los Incas

formas de las ciudadelas (Day 1973; Kolata 1978, 1982, bién presentan las ciudadelas son las plataformas fune-
1990); las Plataformas Funerarias (T. Pozorski 1971; Con- rarias, estructuras elevadas diseñadas y construidas
rad 1974, 1982); la arquitectura intermedia (Klymyshyn específicamente para entierros humanos y ofrendas
1976, 1982); los barrios populares (Topic 1977, 1982), funerarias. Cada una de las plataformas existentes en
las características y función de las estructuras en forma Chan Chan presentan ciertas diferencias en cuanto a
de U (Andrews 1972, 1974; Day 1982b), el manejo del su ubicación, tamaño, material principal de construc-
agua (Day 1979). ción, número y tipo de celdas, planta del patio delan-
A partir del análisis de las estructuras actualmente tero y estructuras adicionales (Conrad 1980:217-218).
visibles, el Proyecto Chan Chan valle de Moche, llega Las excavaciones realizadas en la Plataforma Funera-
a plantear que en este lugar es donde se encontraba ria Las Avispas, asociada a la ciudadela Laberinto,
toda la autoridad administrativa Chimú y que las tres puso de manifiesto su función como estructura funera-
clases de arquitectura que se llega a definir correspon- ria de un individuo importante, enterrado junto a
dían a tres niveles sociales de la sociedad Chimú (Mo- docenas de jóvenes mujeres sacrificadas. (T. Pozorski
seley y Day 1982). 1980:242). Los trabajos arqueológicos realizados en la
Las ciudadelas que se levantaron en el centro de la plataforma funeraria del Palacio Tschudi, por parte del
ciudad de Chan Chan, caracterizadas por las formas más INC-La Libertad, también ha permitido recuperar
grandes y complejas a escala monumental, con altas importante información, que nuevamente debemos
paredes circundantes y una sola entrada hacia el norte señalar, se espera su publicación.
que limitaba el acceso (Day 1980:155), han sido asociadas Sobre el tema de las plataformas funerarias, es
como los lugares donde se desarrollaron diferentes fun- importante mencionar el trabajo de Sakai (1998),
ciones como: el control absoluto de la producción, el quien a partir de mediciones y observaciones, ha pro-
almacenamiento y redistribución de los bienes, las resi- puesto que a partir de la plataforma funeraria del Pala-
dencias de las elite, áreas de depósitos y redistribución, y cio Chayhuac, se habría definido la orientación de los
en su momento final fueron las tumbas de los reyes (Con- templos y los mausoleos de los reyes, y desde donde
rad 1974, 1981, 1982; Day 1980; Keatinge y Day 1973; Moseley y también se habría organizado Chan Chan. Según
Day 1982; Moore 1996). La elite que vivía en estas ciudade- Sakai (1998:124), el mausoleo de Chayhuac, construi-
las se trataba de los grandes señores Chimú, considera- do por el primer rey, se trató de un observatorio que
dos diferentes al resto de los humanos por mandato tenía una relación estrecha con cerro Blanco donde se
divino y celestial (Day 1980:157). El orden tripartito localizan las huacas del Sol y de La Luna; con la salida
interno que caracteriza a las ciudadelas, se presenta de Sirio, estrella identificada como antepasado de la
recién con la construcción de la ciudadela Laberinto clase alta; y, por último, se relaciona con Cerro Prieto.
(Kolata 1980:150). Luego que las ciudadelas dejaron de Siendo más preciso, Sakai (1998:126) considera que lo
tener un uso activo como centros de redistribución, que quería establecer el primer rey con la construcción
inmediatamente después de la conquista Inca, fueron del mausoleo de Chayhuac, fue el de reafirmar la con-
reocupadas por pequeños grupos que se instalan princi- tinuidad entre los antiguos moche y el reino del Chi-
palmente en la parte delantera de las ciudadelas como mor. Sakai (1998:125), también resalta que, mientras
ha sido demostrado en las ciudadelas de Rivero y Tschu- los mausoleos se expandieron en forma horizontal, los
di. En el caso de la ciudadela Rivero, las excavaciones templos se ampliaron no solo en forma horizontal, sino
arqueológicas han demostrado que parte del sector fron- que crecieron y se “renovaron” de manera vertical.
tal fue destinado como una posible área de cocina, con Se ha llamado la atención que por las característi-
fogones muy pequeños que van a destruir pisos y enluci- cas de las ciudadelas, sobre todo por haber sido los
dos (Day 1974; Keatinge y Day 1974:230; S. Pozorski 1980:191). lugares donde se habría concentrado la riqueza a decir
Este mismo comportamiento se observó en la plaza prin- de la cantidad de áreas de depósitos y las plataformas
cipal de la ciudadela Tschudi, durante los trabajos reali- funerarias, se puede observar un marcado contraste
zados entre 1987-1990 por el Instituto Nacional de Cul- respecto al abigarramiento de la arquitectura interme-
tura La Libertad, cuya información todavía no ha sido dia y de los barrios populares (Day 1980:157). Es decir,
publicada hasta la fecha. que las características arquitectónicas que presenta-
Un importante elemento arquitectónico que tam- ron las ciudadelas, como su monumentalidad, de algu-

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Especial: Chan Chan

na manera originó un impacto psicológico sobre los argumento más para la secuencia propuesta, es que
individuos, contribuyendo, tal como manifiesta Has- según el análisis mediante computadora, las curvas de
sig (1993), para que un grupo social incremente su proporciones de adobes para Galindo (el estableci-
poder por el tipo de vida urbana al que tenía acceso. miento Moche Tardío en el valle de Moche) y la ciuda-
Kolata (1980), a partir del estudio de los tipos de dela de Chayhuac, considerada como la más antigua
adobes de las diversas ciudadelas y la seriación de las de los conjuntos reales de la capital chimú, son casi
audiencias plantea una secuencia cronológica para coincidentes. En Galindo hay cantidades significati-
Chan Chan, estableciendo que las ciudadelas Chay- vas de adobes planos equivalentes al tipo de adobe
huac, Uhle, Tello y Laberinto son las construcciones plano de Chan Chan, por lo que lo que se ha señalado
más antiguas. Luego, se continúa con la construcción que ambos sitios pueden tener la misma ubicación
de Laberinto (algunas secciones), Gran Chimú con temporal (Kolata 1980:131).
sus anexos y posiblemente Squier. Finalmente se cons- Posteriormente a la propuesta de Kolata, Narváez,
truye Velarde, Bandelier, Tschudi y Rivero. Tal pro- Paredes y Navarro (1984), realizan excavaciones en el
puesta se constituye hasta la fecha como la primera palacio Tschudi con el objetivo de entender mejor el
cronología relativa para la ciudad de Chan Chan, con problema de la secuencia constructiva de Chan Chan.
elementos fechables procedentes de contextos absolu- Uno de los aportes de este trabajo es haber llegado a
tamente seguros. identificar evidencias más tempranas de las conocidas
La propuesta de Kolata se centró en el análisis de la hasta ese momento, que permiten plantear la necesi-
arquitectura misma y de sus partes constituyentes. dad de abordar el crecimiento de la ciudad de Chan
Para este investigador la arquitectura de adobe de Chan, no solamente en términos horizontales sino
Chan Chan tiene una secuencia temporal que se refle- también verticalmente. Pero, las excavaciones realiza-
ja tanto en la morfología arquitectónica como en las das fueron muy restringidas y solamente se centraron
características de los adobes. Con relación a los tipos en el palacio Tschudi (Narváez et al. 1984; Narváez 1989).
de adobe se establece una dirección de desarrollo Entre 1987-1990, el Instituto Nacional de Cultura
desde el adobe tipo plano (es el más antiguo), seguido La Libertad, dentro del Programa del Fondo de Apoyo
del adobe de lados cuadrados y el adobe alto y posible- al Turismo, intervino en diferentes sectores de Chan
mente muy alto (los más tardíos). Tal propuesta se ha Chan obteniendo importantes datos para explicar
centrado principalmente en evidencias registradas en mejor su secuencia constructiva, información que
excavaciones estratigráficas en amplias y dispersas tampoco ha sido publicada. Por ejemplo, en dichos
áreas de Chan Chan, que pusieron de manifiesto trabajos se llegó a determinar para el Palacio Tschudi,
estructuras construidas con adobes planos, debajo de que su planta original fue modificada sustancialmen-
edificaciones mayores hechas con adobes de extremos te. El Huachaque que tenía una forma cuadrangular,
cuadrados o altos. Una de estas áreas es la comprendi- se reduce su tamaño por el norte para ampliarlo por el
da entre las ciudadelas Chayhuac y Uhle, donde el lado oeste. Esta modificación permitiría la construc-
corte de un canal moderno reveló estructuras frag- ción de la segunda plaza y todos los ambientes asocia-
mentadas de adobes planos, debajo de una impresio- dos a este espacio.
nante reconstrucción masiva hecha exclusivamente Pillsbury (1992,1993,1995) con la ejecución del Pro-
con adobes altos y tardíos. Asimismo, observaciones yecto Frisos de Chan Chan en 1990, nos brinda evi-
sobre la reutilización de los adobes en diversas ciuda- dencias que refuerza la secuencia hecha por Kolata
delas ha reforzado la secuencia propuesta. Se ha lla- (1980; 1990) y Topic y Moseley (1983). Se plantea que
mado la atención, por ejemplo, que en algunas cons- las variaciones de técnicas de construcción de los fri-
trucciones hay claras indicaciones de reutilización de sos están estrechamente relacionadas con el problema
adobes planos, asociados con construcciones prima- de la secuencia constructiva de las ciudadelas. Es decir
rias de adobes altos “nuevos”. Nunca se ha encontrado que las diferencias entre las técnicas utilizadas para
lo opuesto, es decir, adobes altos reutilizados en aso- realizar los relieves en Chan Chan, estarían reflejando
ciación con los de tipo plano (Kolata 1980:134). una diferencia temporal. De los estudios realizados en
Otra observación que debemos resaltar del trabajo las diferentes ciudadelas Pillsbury, observa que la téc-
de Kolata (Op. cit.: 130), y que se constituye como un nica del modelado siempre es primero que la técnica

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Chan Chan, la capital del Chimor: 540 años después de la conquista de los Incas

del diseño y corte del barro. Esta última técnica estaría objetos de cerámica, fragmentos de textiles, huesos de
relacionada con el período del Chimú Medio y Chimú llama y algunos artículos “importados” como “ishpingo”
Tardío, cuando se buscaba obtener resultados rápidos de la selva y conchas de Spondylus princeps del Golfo de
e impresionantes de los relieves. El personal del Insti- Guayaquil. Por tales evidencias, también se ha propues-
tuto Nacional de Cultura La Libertad ha intervenido to que las estructuras en U o audiencias habrían cumpli-
nuevos sectores con relieves, como es el caso de la do una función religiosa-ceremonial (West 1970; Andrews
ciudadela Uhle. Estos nuevos datos, y los que se han 1974,1980). Los últimos trabajos realizados en el sector
obtenido para otros sitios Chimú, son de mucha audiencias del Palacio Tschudi a fines de los años 90,
importancia para evaluar la propuesta de Pillsbury. estarían también confirmando el carácter religioso-
Si bien los trabajos relacionados con el problema ceremonial de estos ambientes.
de la secuencia cronológica de Chan Chan, realizados En 1998, entre los escombros de las excavaciones
hasta la fecha, todavía siguen siendo insuficientes, no realizadas durante la época colonial en la Huaca de La
dejan de tener mucha importancia, sobre todo porque Luna, se encontró una maqueta completa de una plaza
con esta información se ha dejado de lado observacio- principal Chimú, casi con todos los detalles arquitec-
nes como la de Lanning (1967:153), quien señalaba que tónicos que presentan las plazas principales en Chan
esta ciudad fue construida en un solo momento, o Chan (Uceda 1999 a, 1999 b). Pero, además la maqueta
cuestionar modelos como los propuestos por Conklin contenía diversos elementos relacionados con los
(1990), Isbell (1981), Paulsen (1981) y Zuidema (1990), rituales o ceremonias de veneración del ancestro (¿el
quienes consideraban que las ciudadelas habrían sido gobernante Chimú?). Con tales evidencias, ahora se
ocupadas en sucesión, debiendo haber construido tienen mejores luces para entender la función que
cada rey su propio palacio. cumplieron estos grandes espacios públicos al interior
Las estructuras en U o audiencias, son otras de las de las ciudadelas, donde las actividades religiosas y
características que definen la arquitectura principal civiles debieron conferir prestigio y autoridad a quie-
de la capital chimú y los centros administrativos pro- nes tenían el control de estas ciudadelas.
vinciales. (Andrews 1974; Klymyshyn 1982; Kolata 1982;
Saltando los altos muros que encierran las ciuda-
Topic 1982; Topic y Moseley 1983). Efectivamente, se tra-
delas de Chan Chan se encuentra lo que se ha denomi-
tan de recintos abiertos de tres lados, que definen una
nado la arquitectura intermedia y los SIAR (small
forma en U, en cuyo interior se van a presentar una
irregularly aglutinated rooms). La arquitectura inter-
serie de detalles arquitectónicos, siendo los más fre-
media (“elite compounds”), que comparte ciertas
cuentes nichos, depósitos o alacenas en la cara interna
características con la arquitectura monumental de las
de los muros (Andrews 1980:167). Sobre la función que
ciudadelas y los SIAR, se trata de construcciones que
cumplieron dichas estructuras se sigue considerando
habrían estado restringiendo el ingreso a una ciudade-
que sirvieron para el control de personas ajenas al área
la y quienes ocuparon estos lugares, habrían sido per-
de los depósitos (Andrews 1974; Keatinge 1982 a, 1983;
Keatinge y Conrad 1983; Kolata 1982; Mackey y Klymyshyn
sonas de alto status, desconociéndose el rol que cum-
1990; Day 1982 a). Según Andrews (1980:168,180), fue plieron dentro de la sociedad Chimú. Tampoco se
Kent Day el primero en observar que las estructuras en conoce si todas las unidades de la arquitectura inter-
forma de U o audiencias estaban asociadas con los media fueron áreas residenciales (Klymyshyn 1976;1980;
inmensos complejos de almacenes que cubren exten- 1982, 1987). En este punto, es necesario mencionar el

sas zonas de la ciudad de Chan Chan, lo que le llevó a debate, que aún se mantiene hasta la fecha, con rela-
postular que dichas estructuras habrían cumplido una ción al carácter y status de los artesanos (Ravines
función administrativa, representando al mismo tiem- 1980:165). Los trabajos realizados en los últimos años

po el sistema de administración estatal Chimú. por el personal del Instituto Nacional de Cultura La
Pero, al mismo tiempo debemos señalar que, a partir Libertad en el Anexo Norte del Palacio Tschudi, pare-
de las excavaciones en varias de las estructuras en U en ce confirmar lo señalado por Klymyshyn, en el sentido
las ciudadelas Gran Chimú y Bandelier, se ha puesto en que el acceso principal habría estado restringido.
evidencia el entierro debajo de los pisos de estas estruc- Con relación a los SIAR, una sigla considerada
turas, de esqueletos de mujeres adolescentes, junto con neutra por no encerrar conceptos preconcebidos sobre

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Especial: Chan Chan

el status económico, social o político de sus habitan- CHAN CHAN Y EL TERRITORIO DE LA


tes, la información que disponemos solamente se CULTURA CHIMÚ
basan en los trabajos realizados por Topic (1977, 1980,
El territorio Chimú
1982), quien ha propuesto que en estos lugares se
habría establecido la mayor parte de la población. La El conocimiento sobre el territorio que comprendió
arquitectura de los SIAR, se trata principalmente de la cultura Chimú no ha cambiado sustancialmente en
estructuras de quincha, con bases de muros de piedra. los últimos años. Por el norte, el actual territorio de Tum-
Las excavaciones de Topic (1980:268, 282), ha permiti- bes sigue siendo el límite de la expansión chimú. Los
do definir tres tipos de SIAR (barrios, cuartos sobre trabajos que ha realizado Moore y colaboradores en el
plataformas y SIAR especiales), y al mismo tiempo valle de Tumbes (Moore et al. 1997), han puesto en eviden-
observar que hubo una gran variación en la posición cia que la presencia Chimú fue organizada de manera
social y la función de la clase urbana baja, vital para el distinta que la del Imperio Inca. Se ha señalado que las
funcionamiento del Estado Chimú. Pero, al mismo políticas de los dos imperios prehispánicos fueron dife-
tiempo, también debemos señalar una propuesta que rentes, pero todavía no se ha explicado estas caracterís-
considera que las diferencias entre las estructuras de ticas. La presencia de cerámica Chimú encontrada
quincha y las estructuras de adobe habrían obedecido hasta la fecha en Tumbes proviene principalmente de
a aspectos funcionales antes que sociales. Es decir, que contextos funerarios. Por el sur los límites, no son muy
las estructuras de quincha fueron zonas de vivienda claros, mencionándose de manera general la costa cen-
mientras que las estructuras de adobe correspondie- tral. Por la parte oriental, tampoco se han establecido
ron a una arquitectura religiosa-administrativa. sus límites, contando solamente con el reporte de la
Muy cerca del mar, se habrían asentado principal- presencia de cerámica Chimú, pero no se tiene informa-
mente los pescadores, tal como lo demuestran los ción de asentamientos (Briceño 1997; Briceño y Pillsbury
diversos montículos que se encuentran al sur de la 1997; Briceño, Pillbury y Golstein 1998).
ciudadela Chayhuac. En la primera mitad de la década Sobre el crecimiento y expansión del Estado
de los 80, se realizó un gran proyecto de arqueológico Chimú a través del tiempo no se tiene una informa-
en esta parte de Chan Chan, pero lamentablemente, ción consistente (Kolata 1990; Mackey y Klymyshyn 1990).
solo existe un reporte detallado de tales trabajos, La propuesta que esta expansión fue consecuencia de
información que corresponde a un perfil de un pozo de fenómenos naturales como el caso del Fenómeno El
huaquero (Unidad sur N° 2, Chayhuac), donde Angu- Niño (Moseley, Feldman, Ortloff y Narváez 1982; Moseley y
lo (1986-1987), a partir de los 24 pisos que llega a defi- Deeds 1982; Ortloff 1988; Ortloff, Moseley y Feldman 1982;
nir, demuestra una ocupación permanente de grupos Pozorski 1987), consideramos que debe ser tomada con
de pescadores desde los inicios de la tradición Chimú cierta reserva.
hasta la época de la llegada de los Incas.
Tanto al norte como al sur de Chan Chan, se esta-
La ciudad de Chan Chan habría basado su econo-
blecieron Centros Administrativos Regionales, los
mía en una explotación externa, es decir en una eco-
que a su vez debieron controlar centros administrati-
nomía de tipo de tributario, con una creciente organi-
vos rurales (Mackey 1987; keatinge 1980 a).
zación burocrática, que se encontrará reflejada clara-
mente en su arquitectura. En un primer momento la Los Centros Administrativos Regionales o tam-
ciudad de Chan Chan ejerció un efecto centralizador bién conocidos como las capitales provinciales Chi-
en la población del valle de Moche, para posterior- mú, se establecieron a partir del siglo XIII, como es el
mente expandir su dominio a otros valles. El tiempo caso de Manchan en el valle de Casma (Mackey y
transcurrió, y en la primera mitad del siglo XV, se Klymyshyn 1981; 1990). Los trabajos realizados por el
habría presentado un período de recesión económica, Proyecto Chimú Sur, dirigidos por Carol Mackey y cuyos
que no fue posible sostener a una gran burocracia, resultados no han sido publicados ampliamente, ha
dando lugar a irreparables daños internos en el impe- llevado a plantear evidencias también de clases sociales
rio, y que restaría capacidad combativa para controlar en estas capitales provinciales. Las excavaciones en los
la amenaza externa Inca (Keatinge 1980 a: 284; Kolata nueve complejos de adobe y las áreas de estructuras de
1980:153,154). quincha en Manchan estarían sustentando tal propues-

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Chan Chan, la capital del Chimor: 540 años después de la conquista de los Incas

ta (Mackey y Klymyshyn 1981; 1990; Moore 1981; 1985; 1988; dadelas de Chan Chan, adaptados a una función admi-
1992). Asimismo, Manchan habría tenido el control de nistrativa de carácter rural –a pesar de la casi ausencia
los centros administrativos rurales como Laguna II y de depósitos–, con el objetivo de mantener el control
Cahuacucho (Mackey y Klymyshyn 1990), Puerto Pobre del Estado Chimú sobre la tierra, agua y recursos de
(Thompson 1961; Mackey y Klymyshyn 1990 Koschmieder y trabajo (Keatinge 1980 a:296; Rodríguez Suy Suy 1970:49),
Vega-Centeno 1996), Santa Cristina que estuvo asociado a nuestro conocimiento sigue basándose en sitios como
campos de cultivo elevados (Pozorski, Pozorski, Mackey y Cerro la Virgen, Milagro de San José, El Milagro,
Klymyshyn 1984; Moore 1988). Katuay (valle de Moche) , Quebrada del Oso y Mocan
Por el norte, el Centro Administrativo Regional (valle de Chicama) (Keatinge 1974, 1975, 1980 a; Araujo y
Chimú más conocido es Farfán. Los trabajos realizados Flores 1989).
principalmente por Keatinge (1977, 1980 b 1982 b, 1990),
han descrito que el sitio de Farfán presenta un parale- CHAN CHAN EN EL TERCER MILENIO: 540
lismo, en términos arquitectónicos, con Chan Chan AÑOS DESPUÉS. COMENTARIO FINAL
(presencia de estructuras en forma de U, un pequeño
Chan Chan “... esta magnifica y noble ruina”, en las
conjunto amurallado, entre otras características, pero
palabras del Dr. Jorge Zevallos Quiñónez (1995), a
con poca cantidad de depósitos), y que habría jugado
pesar de los estudios limitados que se han realizado
un rol principal en el control y centralización de todo
hasta la fecha, se trata de uno de los sitios más impor-
el sistema hidráulico del valle de Jequetepeque (Keatin-
ge 1977, 1980b, 1982b Keatinge y Conrad 1983; Eling 1978, tantes de los Andes Centrales, cuyas características
1987; Hecker y Hecker 1990). En estos últimos años, Mac- arquitectónicas, organización política, económica y
key viene realizando investigaciones arqueológicas en social aún todavía requieren de mayores estudios.
este sitio, que sin lugar a dudas, van a proporcionar La ciudad de Chan Chan que ha llegado hasta
mejores luces en el entendimiento de este Centro nuestros tiempos, es un “Chan Chan mutilado” (Zeva-
Administrativo Chimú. Con relación al complejo llos 1995), y del que conocemos muy poco a pesar de
arqueológico de Pacatnamú, localizado en la parte más de 100 años de estudios arqueológicos en el Perú.
baja del valle de Jequetepeque, Keatinge (1977), ha Los trabajos de investigación arqueológica realizados
señalado que este lugar habría jugado un rol más de hasta la fecha son muy limitados, que no nos permite
carácter ceremonial. Los sitios localizados al norte de comprender cabalmente a esta compleja ciudad andi-
Farfán, como Apurlec, Chotuna, Túcume, posible- na. Por esta razón, cuando nos planteamos diversas
mente funcionaron de manera distinta a Chan Chan, preguntas sobre esta ciudad y el Chimor, surgen las
al haber sido antiguas capitales establecidas de peque- expresiones de: “no sabemos”; “al parecer”; “quizás fue
ños estados regionales que fueron incorporados al así”, o “esto no lo sabremos jamás” (Bonavia 1991). Sola-
dominio Chimú (Parsons y Hastings 1988). Rostworowski mente “hipótesis” siguen estando presentes en el cono-
(1961) y Netherly (1977), han señalado por su parte que cimiento de Chan Chan.
los Chimú, sobre todo en las etapas finales de su desa- Existen varios temas que requieren más informa-
rrollo, compartirían el poder con los gobernantes loca- ción para tener un mejor entendimiento de esta ciu-
les, aprovechando los sistemas de parentesco existen- dad de Chan Chan, que no sobresale por su volumen
tes. Dentro de este tema, no podemos dejar de men- sino por su forma espacial. Por ejemplo, en el tema de
cionar los últimos trabajos realizados por Mackey en el la secuencia constructiva de Chan Chan, no solamen-
sitio El Algarrobal de Moro, valle de Jequetepeque. te se requiere de más excavaciones, sino de contar con
Sus extensivas excavaciones realizadas van a contri- fechados radiocarbónicos que precisen mejor este
buir mucho a entender, entre otros aspectos, el con- tema. Se requiere más información sobre los tema del
tacto entre el Chimú Tardío y la presencia Inca en el Chimú Temprano y Chimú Tardío. Las evidencias
valle de Jequetepeque (ver también Briceño 1996). “Chimú Inca”, encontradas en Chan Chan (Narváez y
Con relación a los centros administrativos rurales Montalva 1985), que pueden estar asociados cronológi-
Chimú, considerados desde el punto de vista arquitec- camente al periodo Inca o Colonial, deben ser revisa-
tónico como “miniciudadelas”, que incorporan das o buscar más evidencias para explicar el abandono
muchos de los componentes estructurales de las ciu- de la ciudad.

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Especial: Chan Chan

Un interesante llamado de atención que ha hecho valor de este importante testimonio del pasado. La
Bonavia (1991), es que en Chan Chan hasta la fecha no implementación y ejecución de este Plan Maestro
se han reportado los talleres de producción de cerámi- debe ser el compromiso de toda la población, particu-
ca. ¿No existen talleres de producción de cerámica en larmente de los arqueólogos, por cuanto, citando nue-
Chan Chan o no se ha tomado en cuenta este tema? La vamente al Dr. Jorge Zevallos Quiñónez (1995), “Úni-
misma realidad presenta el tema de la producción de camente la Arqueología podrá romper el sello que
los metales, sobre todo porque los escoriales al que han cierra por tantos siglos los labios de la gran ruina” .
hecho referencia algunos investigadores, no tendrían
una relación directa con el trabajo de los metales, AGRADECIMIENTO
porque se trataría de tillandsiales y restos de techos
caídos. Siempre a Maria del Sol, “mi eternidad encarnada”.
El conocimiento que tenemos sobre las diversas
“huacas” que se distribuyen en la ciudad de Chan BIBLIOGRAFÍA
Chan, es también muy mínimo. Hasta la fecha, salvo
Andrews, Anthony P.
las observaciones realizadas por Sakai (1998), no se han
1972 A Preliminary Study of U-Shaped Structures at Chan
realizado ningún trabajo en estos lugares, por lo que no
Chan and Vicinity, Peru, B.A. Honor Thesis, Department
sabemos cuál fue la relación con las actividades reli- of Anthropology, Harvard University. Cambridge.
giosas que se desarrollaron dentro de la ciudad. 1974 The U-Shaped Structure of Chan Chan, Peru, Journal of
Las investigaciones que se vienen realizando en el Field Archaeology, Vol. 1, pp. 241-264.
1980 Estructuras en U, símbolo de la administración imperial,
centro urbano de las Huacas del Sol y de La Luna, nos
Chan Chan Metrópoli Chimú, Rogger Ravines (editor),
lleva a plantear la necesidad de reevaluar la propuesta pp. 167-180, Instituto de Estudios Andinos, Lima.
que el trazo de los centros urbanos y la planificación Angulo Iglesias, Carlos
ortogonal fue un elemento cultural Huari que los 1986-1987 Perfil de un pozo de huaquero en Chan Chan (Unidad
Chimú lo heredaron. sur N° 2, Chayhuac), Revista del Museo Nacional, Tomo
Podemos seguir exponiendo más tareas pendientes XLVIII, pp.41-54, Lima.
que tenemos que atender en el futuro inmediato, pero Araujo Calvanapón, Vivian y Janet Flores Franco
ese no es nuestro propósito por ahora. Lo importante 1989 El Milagro: Un centro administrativo rural Chimú en el
valle de Moche, Informe de Practicas Pre-Profesionales de
es que Chan Chan y el área que comprendió el Chi- Arqueología, Universidad Nacional de Trujillo, Trujillo.
mor, requiere de más trabajo, no solamente por parte Bonavia, Duccio
de los arqueólogos, sino también de otras disciplinas, 1991 Perú, Hombre e Historia 1. De los orígenes al siglo XVI,
que de manera conjunta, se puedan reformular pre- Ediciones EDUBANCO, Lima.
guntas, revisar las informaciones existentes y se reali- Briceño Rosario, Jesús
cen nuevas interpretaciones de los datos existentes. 1996 El Algarrobal de Moro, valle de Jequetepeque: Observa-
ciones preliminares, Revista del Museo de Arqueología,
Por estas razones, es de mucha prioridad apoyar los
Antropología e Historia N° 6, pp. 137-159, Universidad
esfuerzos que viene realizando el Instituto Nacional de Nacional de Trujillo, Trujillo.
Cultura La Libertad, por proteger las 1,400 hectáreas 1997 Apuntes sobre una caminata del valle de Moche al Parque
aproximadamente, con el retiro de las diversas instala- Nacional Río Abiseo, Revista Arqueológica SIAN N° 3,
ciones modernas dentro de esta Área Intangible. La pp.12-15, Trujillo.
protección de Chan Chan no solamente debe ser la Briceño Rosario, Jesús y Joanne Pillsbury
tarea de esta institución, sino el de todos los profesio- 1997 Chan Chan y el Intercambio en la Epoca Chimú: Relacio-
nes Longitudinales y Transversales en los Andes Centra-
nales en arqueología y la población en su conjunto. les, Ponencia presentada al 49 Congreso Internacional de
El Plan Maestro para la Conservación y Manejo del Americanistas, Pontificia Universidad Católica del Ecua-
Complejo Arqueológico de Chan Chan, elaborado por dor, Quito .
el Instituto Nacional de Cultura en el año 2001, que Briceño Rosario, Jesús; Joanne Pillsbury y Paul Golstein
debe ser mejorado y actualizado, consideramos que se 1998 Results of an archaeological experiment concerning the
inter-relationship betweeen the coast and tropical high-
trata de un importante documento, no solamente en lands, northern Peru, Late Intermediate period, Paper
la defensa y protección de Chan Chan, sino también presentado a 38 th. Annual Meeting, The Institute of
para continuar con la investigación y la puesta en Andean Studies, Berkeley.

68 | Pueblo cont. 21(1) 2010


Chan Chan, la capital del Chimor: 540 años después de la conquista de los Incas

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Pueblo cont. 21(1) 2010 | 71


Arriba: ORFEBRERÍA CHIMÚ DE CHAN CHAN. En esta foto de 1920 puede apreciarse, sobre una mesa, un conjunto de hermosos vasos
ceremoniales de oro, cilindrocónicos, profusamente calados, repujados con diversas representaciones; también tupos o alfileres trabajados en
oro con representaciones totémicas antropomorfizadas, una momia, ceramios y tejidos. Esto es parte de un tesoro que un espiritista apellidado
Neyra (vivía en la calle Unión de Trujillo) desenterró en la llamada Huana “Misa”, al interior de la ciudadela CHOL AN (Ex Rivero) en Chan Chan.
Este tesoro de la orfebrería Chimú fue comprado por la familia Larco y hoy puede encontrarse en algún museo arqueológico de Lima (Foto archivo
Alberto Pinillos Rodríguez).
Abajo izquierda: Implemento ceremonial: vaso sonaja de plata. Orfebrería Chimú. Abajo derecha: Frisos en la ciudadela UTZH AN (ex Gran
Chimú) en 1930. (Foto archivo Alberto Pinillos Rodríguez).
Rituales en torno al camino ceremonial
en Chan Chan*

Rituals around the ceremonial road


in Chan Chan

1
Luis Valle Álvarez

INTRODUCCIÓN cen amplia documentación”. Felizmente esta visión


empieza a cambiar con los trabajos de Beck (1979)
Una de las cosas que yo más me admiré, contemplando y notando las cosas
deste reino, fue pensar cómo y de qué manera se pudieron hacer caminos tan
donde recorre el valle de Moche y da alcances impor-
grandes y soberbios como por él vemos y que fuerzas de hombres bastaran tantísimos sobre la planificación de los caminos; asi-
a los hacer y con qué herramientas y estrumentos pudieron allanar los montes
y quebrantar las peñas, para hacerlos tan anchos y buenos como están... mismo Hyslop (1992) registra gran parte del Qhapa
(PEDRO DE CIEZA DE LEÓN 1967 :45). Ñan (sistema vial incaico) y documenta más de
20,000 Km de caminos.
El poblador prehispánico para su desplazamiento En la costa norte son casi nulos los trabajos de
no pensó únicamente en las bondades que le ofrecía el investigación arqueológica en caminos y los estudios
medio geográfico, sino que estuvo en constante bús- que se han realizado se basan principalmente en docu-
queda de comunicación para realizar sus actividades mentos que dejaron los cronistas, fuentes etnohistóri-
de subsistencia, intercambio, costumbres, etc.; esto los cas, referencias de viajeros, personas del lugar y por
llevó a preocuparse por la planificación de sus caminos medio de la prospección arqueológica.
que, en un inicio, eran simples senderos. Quienes planificaron y ejecutaron la construcción
En este sistema vial confluían diversas actividades, de los caminos (desde el Horizonte Temprano, y posi-
las que actualmente constituyen para nosotros funcio- blemente desde antes), lograron que estos cumplan
nes separadas: “... algo así como si una enorme entidad diferentes funciones: para usos militares, comerciales,
reemplazara nuestras redes aérea, ferroviaria y terres- administrativos, económicos, religiosos y de usos mix-
tre, nuestro sistema postal y telefónico, así como parte tos o múltiples. Sin el uso de los caminos no se puede
del aparato administrativo nacional” (Hyslop 1992:20). explicar el gran desarrollo alcanzado por nuestras
Ya Regal, en la década del 30 (1936: 5), nos dice sociedades en los diferentes campos del saber.
“que casi ningún autor se ha ocupado de una manera El presente camino ceremonial corresponde al
especial de los caminos del antiguo Perú, sin embargo Reino del Chimor, que se desarrolló en la costa norte
en crónicas, documentos oficiales descriptivos del del Perú, entre los años 900 a 1460 d.C. en que fueron
país, o escritos similares de la época de la Conquista o conquistados por las huestes incaicas a cargo de Túpac
la Colonia se encuentran, registrados y a veces en Inca Yupanqui, cuando gobernaba el Reino Michan-
número apreciable, notas sobre ellos. Después de estas caman. Se extendió por el norte hasta Tumbes y por el
épocas, los arqueólogos, historiadores, viajeros, que sur hasta Carabaillo (Lima), con una extensión lineal
han estudiado o recorrido el territorio, también ofre- de unos 1000 Km. Su capital fue la ciudad de Chan

* Artículo tomado del libro: Desarrollo Arqueológico de la Costa Norte del Perú, Tomo 2: Pág. 49-60. L. Valle (editor), Ediciones SIAN, año
2004, Trujillo.
1 Arqueólogo.

Pueblo cont. 21(1) 2010 | 73


Especial: Chan Chan

Chan, ubicada en el valle de Moche, con unos 20 Km2 lo más importante fue que constituían los únicos
de extensión, apreciándose en su interior nueve con- medios físicos para mantener la administración políti-
juntos amurallados, además de una arquitectura inter- ca y militar de los valles conquistados (desde el centro
media dedicada a los funcionarios y los SIAR (cuartos mismo de poder).
pequeños irregulares y aglutinados) donde vivía la
población dedicada a las labores de artesanía, pesca, FILIACIÓN CULTURAL
agricultura, etc., que servían de sustento a la capital.
Tuvieron un gran desarrollo en la metalurgía, hidráuli- Recién a partir de este siglo varios autores ya no
ca, agricultura; su cerámica predominante es de color atribuyen la construcción de los caminos a los Incas,
negro y en ella se representan seres míticos y las dife- sino que reconocen que su planificación, construcción
rentes actividades diarias que realizaban. y uso, es un fenómeno anterior, desde por lo menos el
Horizonte Temprano o el Formativo. Para tener una
mejor idea de esta continuidad de los caminos de la
IMPORTANCIA
Costa Norte aquí vertimos algunos planteamientos
Señalaremos la opinión de algunos investigadores sobre su continuidad.
sobre la importancia de los caminos que se resume en Beck (1979: Sumario pág. 1,2), en el estudio que efec-
el papel fundamental de los caminos para conectar, tuó para determinar la naturaleza y extensión de los
dominar y unir los diferentes valles. caminos pre Incas en el valle de Moche, nos dice que el
Wiener en 1880 (1993: 592) explica que la única reconocimiento implicó el sistema de caminos más
manera de dar sana vitalidad a los centros de pobla- tempranos conocidos en el nuevo mundo. Más de
ción y de asegurar la administración de un gran país es ciento sesenta caminos antiguos fueron registrados y
establecer comunicaciones fáciles entre las ciudades: los datos muestran que los caminos eran una parte
por eso el sistema de comunicaciones era una de las integral de las culturas de la Costa Norte, al menos tan
más poderosas palancas de gobierno bajo los sobera- temprana como el Horizonte Temprano. Los caminos
nos indígenas, que comprendieron y aplicaron el axio- interiores así como los caminos intervalles fueron
ma según el cual quien ordena más rápido ordena construidos al mismo tiempo y por las posteriores cul-
mejor. turas en el área. Cuando los Incas conquistaron esta
Rodríguez (1970) argumenta que el desarrollo agrí- región ellos incorporaron los caminos existentes den-
cola, la formación de los sectores agrícolas con sus tro de su propia red mientras iniciaban la construcción
centros de población compacta y el intercambio regio- de sus propios caminos a través del área.
nal de productos alcanzado hasta el período Chimú, Regal (1936: 6), afirma que la conformación física
requirió de caminos debidamente estructurados que del país es tal que la comunicación entre puna y puna,
garantizaran el rápido desplazamiento del hombre y y de valle a valle, necesita de hacerse siempre por el
sus animales de carga. Además, le permitió el cuidado mismo itinerario, y de allí que los caminos incaicos
inmediato de sus cultivos y rápido acarreo de sus cose- tuvieron que seguir las mismas rutas de los senderos de
chas. Garantizó igualmente, su relación con los valles los primitivos pobladores, y que más tarde recorridas,
vecinos y la zona andina; así como debió significar en gran parte, por los “Caminos de herradura”, y aún
también el mejor instrumento político-administrativo hoy por las vías traficadas por automóviles y camiones.
para el gobierno central de la época correspondiente. Rodríguez (1972: 10), menciona que la construc-
Kosok (1978: 617), indica que en la costa peruana, la ción de los caminos o comienzos de su construcción,
construcción de caminos y de sistemas de comunica- debió ocurrir en las fases tempranas del Formativo
ción entre los valles tuvo un papel fundamental por- Temprano, alcanzando su estructuración más comple-
que fue solamente por medio de estos delgados hilos ta en el Horizonte Medio. Esto último, debido al
de adobe y piedra que los distintos valles, económica- mayor desarrollo político-administrativo, económico
mente y físicamente separados, pudieron ser reunidos. y social experimentados; luego se reutilizaron durante
Desde un punto de vista económico, los caminos fue- el Intermedio Tardío y Horizonte Tardío.
ron el medio para transportar los tributos hacia el cen- Hagen (1977: 278, 279) cuando se encontraba reali-
tro político, reforzando así su poder e influencia. Pero, zando un reconocimiento aéreo de las ruinas al norte

74 | Pueblo cont. 21(1) 2010


Rituales en torno al camino ceremonial en Chan Chan

Camino ceremonial

Camino ceremonial

Figura 1. Vista oblicua de Chan Chan (en el lado izquierdo se puede apreciar el camino ceremonial).
Foto Fundación Odebrecht.

de Chan Chan, observó cuatro caminos. El camino de sólo por ser los mejores conservados, sino porque
mayores dimensiones, tenía por lo menos veintidós representan la síntesis de la tecnología vial andina.
metros y medio de anchura, por lo cual debe haber sido En cambio, Kosok (1978: 619) nos dice que es muy
un camino procesional de origen Chimú. Sabíamos probable que los Chimú hayan construido sobre los
que no era incaico puesto que los incas habrían consi- caminos pre Chimú existentes y que los Incas hayan
derado los caminos de semejante anchura como una mejorado los caminos Chimú.
pérdida conspicua de esfuerzo y terreno. Los otros tres El catastro arqueológico de los valles de Santa
caminos concordaban más con el concepto que los (Palo Redondo) y Virú, reportan una gran cantidad de
incas tenían de la economía en el campo de las carrete- caminos, que son evidencias de rutas de tránsito entre
ras: cada uno de ellos era angosto y bordeado con diferentes sectores de un valle como dos o más valles.
muros. Todos desaparecían de la vista en el desierto Algunas veces los caminos están delimitados con hile-
arrasado por el viento. ras de piedras; sus anchos varían entre 5 a 11 metros
Para Ravines (1978: 608), el camino no es un fenó- (Uceda et al. 1990: 9).
meno característico del Estado Inca, y su desarrollo es Por su parte Hyslop (1992: 130), considera que algu-
notable en la Costa Norte en la época Moche, y los nos caminos utilizados por el Tawantinsuyo son evi-
Chimú trazaron importantes obras viales en el desier- dentemente más antiguos. La arteria principal de la
to; los caminos Incas han adquirido notoriedad no Costa Norte del Perú es un claro ejemplo. Este parece

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Especial: Chan Chan

haber tenido un uso ininterrumpido durante siglos y Vichansao, en las faldas del Cerro Cabras) en donde
antes que los Inkas, uso que se prolongó hasta bien actualmente se encuentra el local de PRONAA (Km
entrada la época colonial. 558 de la Panamericana Norte), ocupando este tramo
Rostworowski (1992: 87) nos informa que segura- una longitud de 3150 m.
mente la hegemonía Wari dispuso de caminos para Políticamente el camino pertenece a los Distritos
trasladar sus ejércitos a los lugares a donde llegó su de Huanchaco y La Esperanza, en la Provincia de Tru-
dominio o influencia, y que fueron necesarios para jillo. Geográficamente el camino se encuentra en la
mantener su organización política. Posteriormente, región Chala o Costa, en la margen derecha y baja del
los Chimú, cuyos dominios abarcaron una amplia zona valle de Moche, entre las coordenadas UTM: Norte
de la costa, emplearon rutas aún reconocibles por los 9109780 y Este 714346 (en el extremo de la Panameri-
arqueólogos. cana Norte), y UTM: Norte 9101973 y Este 711095 (a
Chauchat et al. (1998), en el reconocimiento de la altura de la orilla del mar). Se encuentra entre los
sitios arqueológicos en la Zona de Cupisnique y mar- 100 m.s.n.m. a la altura de la Panamericana Norte y a 5
gen derecha del valle de Chicama, nos informan de un m.s.n.m. a la orilla del mar.
gran número de caminos de diferentes períodos.
Algunos de estos autores sugieren la existencia de Tecnología
caminos anteriores a los Incas como (Regal 1936; Hagen Se procederá a dar una breve explicación de la
1977; Ravines 1978; Kosok 1978; Rostworowski 1992); otros tecnología constructiva empleada en la construcción
reportan caminos sin darle mayormente filiación cul- del camino:
tural como (Uceda et al 1990). En cambio Rodríguez Muro
(1970, 1971, 1972, 1997) junto con Beck, son los que Los muros tienen una sección trapezoidal y a partir
mejor han trabajado el tema de los caminos y ubica su de la mitad del camino con dirección al canal fueron
construcción desde el Período Formativo. Beck (1979) construidos con piedras grandes en la base unidas con
por su parte, para su tesis doctoral estudia los antiguos argamasa de barro y en el interior relleno de grava,
caminos en el Valle de Moche, llegando a la conclu- superponiéndose en algunos sectores una trama de
sión que su construcción se inicia desde el Horizonte adobes (Fig. 4). En cambio de la mitad del camino con
Temprano. Hyslop (1992) presenta algunas referencias dirección a la muralla Norte de Chan Chan los muros
de caminos anterior a los Incas, basándose en referen- se elaboraron con cimientos de piedra y adobes dis-
cias de otros investigadores y por medio de su expe- puestos en hileras de soga y cabeza (Valle et al. 1998: 15).
riencia. El acabado de los muros implica el tratamiento de
ambas caras; el enlucido consistía en barro arcilloso en
EL CAMINO CEREMONIAL CHIMÚ forma irregular, siendo posteriormente nivelado para
Ubicación y dimensión (Fig. 1, 2 y 3) darle un mejor acabado (Valle et al. Ob. Cit.: 15) (Fig. 5).
Piso
Ubicado en la margen derecha del río Moche, con Dentro de las áreas excavadas se evidenció que el
un recorrido aproximado de 9 Km y un ancho prome- material que lo constituye es de tierra y piedrecillas de
dio de 14 metros; permitió el desplazamiento del hom- consistencia semicompacta. El piso sólo se evidencia
bre desde la orilla del mar hasta el Canal Milagro Alto en la base interior de los muros, mas no así en su parte
o A1 (Deeds et al. 1978), que se forma por la intersección central (Valle et al. Ob. Cit.: 15).
de los canales La Cumbre y Vichansao. Este camino se
inicia en la orilla del mar al suroeste de Chan Chan Propuesta de Función
avanzando su trazo por un costado de los conjuntos Estoy de acuerdo con lo que señala Beck (1979: 134,
Laberinto y Velarde, hasta la muralla del extremo 135), cuando nos dice que la interpretación de un cami-
norte de Chan Chan a 5650 m de su origen, donde gira no como ceremonial proviene de su ubicación o de las
en ángulo recto hacia el este y luego de un recorrido de técnicas de construcción empleadas, lo cual sugiere
300 m, nuevamente gira en ángulo recto hacia el norte que estos no fueron usados para el comercio o trans-
para avanzar en línea recta hasta el Canal Milagro porte entre los centros poblados. Criterio que se usará
Alto (que deriva de la unión de los canales La Cumbre para proponer la función de este camino.

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Rituales en torno al camino ceremonial en Chan Chan

Figura 2. Foto aérea del camino ceremonial y su intersección con el canal Milagro Alto o A1.
Fuente: Servicio Aerofotográfico Nacional.

Conservación DISCUSIÓN Y COMENTARIO


El camino se encuentra en mal estado de conserva-
Técnica constructiva
ción. Su destrucción se inició con la construcción de la
Panamericana Norte y la Línea del Ferrocarril (Trujillo Hyslop y Urrutia (1980) consideran que, en gene-
- Chicama). Posteriormente, desde 1986, el trazo de ral, el camino de Cerro La Virgen fue construido cerca
calles y trochas de los proyectos de edificación estata- de las entradas de los valles. Las paredes que lo bor-
les realizados por ENACE y FONAVI han cortado dean son de barro o de piedras o a veces de las dos. Se
dicho camino. Asimismo, los pobladores del sector diferencia del camino de estudio por la técnica y mate-
Manuel Arévalo vienen usando los adobes de los riales empleados en su construcción. Cotrina et al.
muros para sus construcciones y extraen arena. Ade- (1998: 70), nos indican que la técnica de construcción
más se ha convertido el camino en un depósito de del camino, a partir de la mitad con dirección al canal,
desmonte y basura (Fig. 6). consistió en grandes piedras en su base, rellenado de

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Especial: Chan Chan

pequeñas piedras y adobes en su parte superior y enlu- mos cuadrados. Kolata (1980: 132) para los adobes dice:
cidas, pero a partir de la mitad con dirección a la mura- “son planos, cuando proporcionalmente son más
lla de Chan Chan, los muros se elaboraron con cimien- anchos que altos”. Entonces el camino fue construido
tos de piedra y adobes dispuestos en hileras de soga y en la primera fase constructiva de Chan Chan; y por la
cabeza y también presentan enlucido. Asimismo el presencia de adobes de extremos cuadrados, indicaría
piso se ha encontrado relativamente limpio y en la que en la segunda fase constructiva de Chan Chan, el
parte central del camino el piso no se encuentra, pro- camino tuvo un permanente mantenimiento e impor-
ducto de su posterior abandono. tancia. Beck (1979), también ha encontrado adobes en
Otra característica sería la utilización de adobes en número de 150 a lo largo del camino y recuperados en
el camino. En Chan Chan se encuentran tres tipos una excavación de Thomas Pozorski para el programa
principales de restos arquitectónicos: la arquitectura Riego Antiguo y determinaron que casi todos los ado-
monumental, la arquitectura intermedia y los SIAR bes medidos fueron planos con algunos pocos de extre-
(cuartos pequeños irregulares y aglutinados). La mos cuadrados; por lo tanto, los muros son tempranos
arquitectura monumental y la intermedia presentan en la secuencia de adobes de Kolata.
como material principal de construcción los adobes, Asimismo, Cotrina et al. (Ob. Cit.: 71, 72) informan
en cambio los SIAR son cuartos de arquitectura rústi- que en la trinchera 6, en la parte exterior del muro
ca. En general, sus muros están elaborados con cantos oeste se encontró un entierro disturbado, en donde se
rodados, y rara vez pasan los 50 cm. de alto. Estos pudo recuperar algunos restos óseos cuya observación
muros sirvieron como base a estructuras de estera y da como resultado la determinación del sexo. Se trata-
palos. Ocasionalmente los pisos y paredes tuvieron un ba de un individuo masculino, joven de aproximada-
enlucido de barro, aunque lo característico es que mente de 16 a 17 años (Mario Millones, comunicación
fueran de tierra compacta, humedecida (Topic 1977, personal 1998); estos restos se encuentran asociados con
citado en Topic 1980). una ofrenda de cerámica que corresponde al Período
Otro motivo para postular el carácter funcional del Chimú Medio (Segundo Vásquez, comunicación personal
camino Chimú es el uso de adobes, pues en los tres 1998); esto nos estaría indicando que el camino tuvo
tipos de arquitectura de Chan Chan, los SIAR no vigencia en el Período Chimú Medio, y posiblemente
presentan adobes a diferencia del camino que sí lo siguió siendo utilizado en el Período Chimú Tardío
presenta. Esta característica indicaría el uso restringi- hasta la llegada de las huestes Incaicas en el año 1460-
do para un grupo reducido conformado por la elite. 1470. Creemos que para inferir esta conclusión se
Cotrina et al. (1998) comentan que el único método debe contar con mayores datos, pero es interesante
que ha permitido fechar el camino fue por medio de los señalar que se cuenta con una ofrenda que es un punto
adobes. De acuerdo a la tipología de Kolata, la mayoría de partida para esta afirmación.
son de tipo plano, con algunas excepciones de extre-
El dato etnográfico
Camino con dirección al mar
Rodríguez (1971: 104), realizó un trabajo etnográfi-
co acerca del camino que nos ocupa, sobre el cual nos
informa que sale casi paralelo al muro exterior de la
ciudadela Laberinto hasta llegar muy cerca de la orilla
del mar –según el testimonio de ancianos de Moche y
Huanchaco, ellos lo reconocen como “Camino del
Rey”–, los muros que lo limitan son de adobe (ahora
destruidos por el salitre) sobre alto cimiento de piedra.
El muro del lado Sur muestra vestigios de haber sido
Figura 3. Vista general del camino ceremonial con más alto que el lado Norte, seguramente también para
dirección al canal (actualmente se encuentra en este protección de los vientos. Asimismo refiere que los
sitio el local del PRONAA en la Panamericana Norte). pescadores de Huanchaco lo llaman “Camino del

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Rituales en torno al camino ceremonial en Chan Chan

Rey”, agregando que por ese camino salía el Rey a la


orilla del mar. Averiguando entre los mismos pescado-
res la práctica de alguna costumbre relacionada con el
mar, obtuvimos de los ancianos la siguiente informa-
ción: “Nuestros abuelos y nuestros padres, todavía
han conservado la costumbre de echar brasas a las olas
del mar al mismo tiempo que rezaban algunas oracio-
nes (católicas), con el objeto de ahuyentar la espesa
neblina y cualquier tempestad que pudiera poner en
peligro la vida de sus parientes que se encontraban
pescando o viajando en alta mar. Es una costumbre
que hoy se está perdiendo. Probablemente, esta ver-
sión representa una remota y débil supervivencia del
gran ceremonial que al Rey Chimú le tocó cumplir en
la orilla del mar para fines similares. Entonces, el Rey
Chimú debió concurrir en procesional desfile confor-
me a su alta investidura, razón por la cual llega hasta
nuestros días el recuerdo de que por ese camino iba el
Rey al mar; los motivos representados en la ciudadela
Tschudi y otras como Rivero y Laberinto, bien podrían
corresponder a ese ritual (ídem: 104, 105).
Cabello de Balboa, en la leyenda de Naymlap, nos
informa que había un personaje llamado Fonga que
era el encargado de derramar polvo de conchas mari-
nas en la tierra que su Señor había de pisar (citado por
Ravines 1980: 68 y 77). Entonces esta cita puede corro-
Figura 4. Vista general del muro que conforma
borar el gran ceremonial que le tocó cumplir al sobera-
el camino ceremonial.
no Chimú.
Esta costumbre de echar brasas a las olas del mar, Asimismo, en el Morro de Etén, sitio del Horizonte
debió estar relacionado con las conchas de mullu, Temprano, existe un camino que conduce perpendicu-
indispensables en los ritos para pedir lluvia y alimento larmente al acantilado después de cruzar el único cerro
favorito de los dioses; también se uso para fines ritua- de la región situado cerca del mar (Elera 1992: 178, 179).
les el Strombus y la concha Cahuachi para ofrendas También Rodríguez (1970: 22) menciona varios
dirigidas al mar y usadas en la sierra central (AAL- caminos ceremoniales que llegan a las playas; el de
Idolatrías, Legajo 2, Exp. 11 año 1696) en (Rostworowski Huaca La Cruz en Huanchaco que llega a la playa del
1981: 91). Al mencionar a las principales divinidades actual caserío de Huanchaquito, rica –como hasta
norteñas, cabe señalar el océano que, según Calancha, hoy– en abundantes y variados peces de escama y
(1638, lib. II, Cap. XI) llamaban Ni y le ofrecían, entre mariscos, y los caminos de Alto Moche, que se unen a
otras cosas, harina de maíz blanco y almagre para con- la planicie que hay entre las Huacas del Sol y de La
seguir abundante pesca y que no embraveciera (citado Luna, con las playas de Salaverry y Uripe.
por Rostworowski 1981: 134). En tanto Espinoza (1987 TI:
171) también nos informa de la importancia del mullu
Camino con dirección al canal
para realizar actos relacionados al culto. Con relación a este camino Chimú que llega al
Desde el Horizonte Temprano, ya se registra cami- Canal Milagro Alto, Rodríguez (1971: 105) considera que
nos con dirección al mar, es así que Bischof (1988) está relacionado con la llegada de las aguas de avenida
documenta, en las Haldas y Culebras, un sistema inte- en verano y a los trabajos de cultivo intensivo que se
gral de instalaciones para actos rituales orientados practicaba en las hoy desérticas tierras de Pampa La
hacia el mar. Esperanza. Entonces el “Rey Chimú” debió concurrir

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Especial: Chan Chan

ejemplo, los trabajos de limpia constituían una verda-


dera fiesta: trabajaban, comían, bebían y bailaban. El
“Jefe de limpia” ricamente ataviado (collares, pulseras
y brazaletes de oro), seguido de su “corte”, inspeccio-
naba los trabajos; después de ser concluidos, conti-
nuaban la gran fiesta comunal (Rodríguez 1971: 106).
Los datos etnográficos referidos al culto del agua
registrados en los valles de Moche, Ica, Ayacucho,
entre otros lugares (ver Valle et al. 1998: 16), nos propor-
cionan valiosa información sobre las ceremonias que
se realizan y que serían una continuidad de aquellas
ejecutadas por sus antepasados.
Figura 5. Enlucido del paramento interior del muro
En lo referente a las ceremonias y al registró de este
que conforma el camino ceremonial.
tercer camino que conecta dos fuentes de agua: mar y
canal, se lo puede relacionar con el culto al agua; así
también en procesional desfile por este camino hasta el Rodríguez (1971: 104), con relación al camino Chimú,
punto en que se unen los canales para recibir las aguas”. le atribuye una función ceremonial basado en la pesca
Una supervivencia de aquella ceremonia, podría estar y agricultura, respectivamente, debido a la dirección
representada por la procesión del “Señor de la Sangre” que ambos siguen y al testimonio actual de los pobla-
(San Isidro Labrador, Señor Crucificado y Virgen dores de Huanchaco y agricultores de Moche. Enton-
María) que ahora, sólo en casos de sequía, se celebra en ces la cita de Soldi (1980: 21), puede resumir la posible
Moche. En tales circunstancias los agricultores de función de este camino, y se refiere al agua diciendo que
Moche sacan esta procesión siguiendo el camino que no es de extrañar entonces que, además de las medidas
van a los templos del Sol y de la Luna. Llegando la proce- de carácter técnico y administrativo tomadas para ase-
sión a un punto predeterminado sobre la “acequia del gurar el abastecimiento de sus campos, los antiguos
pueblo” fuera de la zona urbana, el sacerdote, vestido habitantes de la costa y de la sierra hayan acudido a
con sus ornamentos sagrados, invoca a Dios por la veni- expedientes mágicos religiosos para intentar resolver sus
da del agua y luego, tomando la pala de San Isidro, da problemas. Igualmente Rostworowski (1981: 121) afirma
unas lampadas en la acequia, después de la cual regresan que dos aspectos, el inquietante y el benéfico, se tradu-
a la Iglesia. Según la creencia de los agricultores, des- cen en las manifestaciones artísticas, materiales y ritua-
pués de esta ceremonia el agua no se hace esperar más les de los yungas. Para contrarrestar lo temible se realiza-
tiempo. Para reforzar esta afirmación Carrión (1955: 37) ban ceremonias apaciguadoras, se aplacaba el mal, se
nos señala que dentro del ritual de la siembra, los pobla- imploraba a través de ritos propiciatorio; lo favorable se
dores del litoral dieron especial importancia al agua de agradecía con fiestas y regocijos.
mar, a las conchas molidas y a pequeños peces como las
Comparación con otro camino
anchovetas, cuya cabeza se enterraba con la semilla para
asegurar el desarrollo de la planta. Rostworowski (1981: Es necesario hacer una comparación con la red vial
91) manifiesta que el mullu era indispensable en los ritos que parte en Batán Grande (río La Leche), donde
para pedir lluvia; por su parte Espinoza (1987: 171) men- comenzó la expedición de Hyslop y Urrutia (1980) hasta
ciona que el mullu era importante como culto al agua y a la ciudad de Trujillo. En este caso sólo trataremos el
la fertilidad. tramo correspondiente al valle de Chicama y Moche.
Estoy de acuerdo con Rodríguez (1971), que, aparte Se siguió la ruta antigua entre Chicama y Moche,
de las ofrendas realizadas en esta parte del camino, la en donde se encuentra el camino que pasa por las Hua-
otra posible ceremonia pudo estar relacionada tam- cas Chiquitoy Viejo y Colorado a 4 km. al sur-este de la
bién con los trabajos de limpieza y conservación de los Hacienda Cartavio en Chicama. El camino se pierde
canales. Una supervivencia de estos trabajos puede ser en el desierto entre Chicama y Moche, pero reaparece
la habida en Moche y Virú hasta 1920 más o menos, en entrando en Moche unos 6 Km. al norte de Huancha-
un ambiente de gran colorido tradicional. En Virú, por co. Su ancho es de aproximadamente 29 m.

80 | Pueblo cont. 21(1) 2010


Rituales en torno al camino ceremonial en Chan Chan

En el trayecto (Moche-Chicama), el camino une BIBLIOGRAFÍA


los centros poblados de Cerro La Virgen en Huancha- Beck, Colleen M.
co, con los poblados que se encuentran en el valle de 1979 Ancient Roads on the North Coast of Peru. Tesis doctoral.
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son pocos los trabajos realizados y asimismo su excava-
N° 2, Lima.
ción; además fue interesante documentar toda una Cieza de León, Pedro de
planificación para la construcción del camino consis- 1967 El Señorío de los Incas. Instituto de Estudios Peruanos,
tente en piedras grandes en su base y adobes, igualmente Lima.
se registró el piso del camino encontrándose limpio, lo Cotrina, Jorge; Pretell, Elvia; Samán, Roberto; Terrones, Jorge Y
Valle, Luis
cual nos indica que no fue de uso corriente. También se
1998 Estudio de un Camino Prehispánico en Pampa La Esperanza -
realizó una comparación con otro camino de la misma Valle de Moche. Informe de Prácticas Pre Profesionales de
época y difiere con el camino ceremonial en la técnica Arqueología - Universidad Nacional de Trujillo.
constructiva y en los puntos que unían. Asimismo, se lo Chauchat, Claude; Jesús Briceño; César Gálvez y Santiago Uceda
relacionó con el dato etnográfico, encontrando impor- 1998 Sitios Arqueológicos de la Zona Cupisnique y Margen Derecha
del Valle de Chicama. Instituto Nacional de Cultura La Liber-
tantes costumbres como son las ceremonias que hasta
tad - Trujillo e Instituto Francés de Estudios Andinos - Lima.
hace unas décadas se realizaban. Por los datos expuestos Deeds, Eric y otros
se plantea el carácter ceremonial del camino, quedando 1978 “Un Estudio de Irrigación Prehispánica en Pampa La
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Pueblo cont. 21(1) 2010 | 81


Especial: Chan Chan

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82 | Pueblo cont. 21(1) 2010


Iconografía y uso del espacio en los
recintos con estructuras en forma de “U”
del conjunto Nik An (Chan Chan)

Iconography and use of space in Nik An compound


precincts with U-shaped structures (Chan Chan)

1 2
César A. Gálvez Mora , María Andrea Runcio

RESUMEN
En Nik An (antes Tschudi), uno de los conjuntos amurallados de Chan Chan, existen elementos iconográfi-
cos que parecen corresponder –independientemente de su forma y significado– a indicadores de la orienta-
ción del desplazamiento realizado por distintos individuos para circular a través de los pasajes, corredores y
recintos de función ceremonial, en particular en un conjunto de recintos con estructuras en “U” ubicados al
sur de la plaza principal de Nik An.
Combinando la morfología, localización e iconografía de las vías de circulación y de los recintos con estructu-
ras en “U”, se realiza una propuesta que aborda la conexión entre éstos y el uso de su espacio interior, así como
su relación con otros ambientes arquitectónicos del sector norte de Nik An.
Palabras clave: Chan Chan, Nik An, iconografía, recintos con estructuras en “U”.

ABSTRACT
Nik An (formerly Tschudi) is one of Chan Chan nine walled compounds containing iconographic designs
that seem to indicate –independently of their shape and meaning– the orientation of the movement
performed by different individuals to walk from corridors and passages towards ceremonial patios, in
particular precincts with U-shaped structures located from the main plaza southwards.
Considering the shape, location and iconography of corridors, passages and precincts with U-shaped
structures a proposal considering the connection among them, the use of inner space and their relationship
with other architectural precincts of Nik An northern sector is made.
Key words: Chan Chan, Nik An, iconography, U-shaped structures.

1 Arqueólogo. Dirección Regional de Cultura-La Libertad/INC (Perú); socio correspondiente del Instituto de Estudios Andinos (Berkeley,
EE.UU).
2 Arqueóloga. Centro de Investigaciones Precolombinas (Buenos Aires, Argentina).

Pueblo cont. 21(1) 2010 | 83


Especial: Chan Chan

Introducción estructuras en “U” (Andrews 1974); además, corredo-


res, pasajes, un pozo para aprovisionamiento de agua y
Chan Chan, capital del estado Chimú (1000-1475
–en un solo caso– un pozo ceremonial. Generalmente
d.C.), se ubica en la margen derecha del valle de
los conjuntos amurallados comprenden tres sectores y
Moche, costa norte del Perú, donde ocupó una exten-
muestran una sola entrada en el norte (Ravines 1980).
sión de alrededor de 20 km² (Fig. 1).
Las paredes de los ambientes ceremoniales presentan
Su área central comprende 6 km² y muestra arqui-
relieves que originalmente fueron policromados (Pill-
tectura de gran escala: nueve conjuntos amurallados,
sbury 1995).
tres templos, espacios cercados, chacras hundidas y
En la medida que las investigaciones arqueológi-
caminos. A extramuros de los conjuntos amurallados
cas han demostrado la ausencia de vestigios de ocupa-
se localiza la arquitectura intermedia, atribuida a la
ción doméstica en los conjuntos amurallados, es evi-
residencia de la élite; asimismo hay cementerios y
dente que tales espacios tuvieron un uso particular
sectores donde vivía la gente común (Moseley y Mackey
1974; Ravines 1980; Klymyshyn 1982; Moseley y Day 1982; vinculado a las élites.
Topic 1982). En contraste, el área marginal rodea a la
Caso de estudio
central y está compuesta por conjuntos habitaciona-
les, depósitos, templos de menor escala, cementerios, El conjunto Nik An (antes Tschudi) es uno de los
canales, chacras hundidas, caminos, etc. (Moseley y conjuntos tardíos (Kolata 1980) y muestra un plano
Mackey 1974; Ravines 1980). tripartito (Fig. 2). En el sector norte de Nik An el reco-
Los conjuntos amurallados expresan un desarrollo rrido progresivo de norte a sur es un tránsito de los
horizontal o extendido (vide: Moseley y Mackey 1974) e espacios más amplios y con iconografía menos variada
incluyen ambientes de función ceremonial, como hasta los de menor extensión que tienen iconografía
plazas, patios, el recinto funerario y recintos con compleja. Dada la recurrencia de figuras en posición
lateral en los espacios arquitectónicos más significati-
vos, hemos propuesto que independientemente de sus
diferencias morfológicas y del significado que les die-
ron sus creadores, también habrían sido un conven-
cionalismo para indicar la orientación del desplaza-
miento (circulación) de los participantes en las activi-
dades ceremoniales que acontecieron en estos espa-
cios (Gálvez y Runcio 2010).
En este artículo circunscribimos nuestro estudio
a nueve recintos con estructuras en forma de “U”
(REU) localizados hacia el sur de la plaza ceremo-
nial, que son conocidos como “audiencias” (Andrews
1974): ocho agrupados en dos conjuntos de 4 REU
cada uno, y uno independiente de los anteriores. En
este caso, nuestro interés es determinar cómo
mediante las representaciones iconográficas los chi-
múes ordenaron la conexión entre estos recintos y
los patios, planteando las claves para la circulación
de las personas, y también cómo al interior de cada
recinto se plantearon las posibilidades de desplaza-
miento humano cumpliendo una norma predetermi-
nada para recorrer los diversos componentes arqui-
tectónicos de un REU. Para tal fin, consideraremos
Figura 1. El conjunto Nik An en Chan Chan la morfología, localización y orientación de cada
(adaptado de Topic y Moseley 1983). espacio, así como la iconografía mural.

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Iconografía y uso del espacio en los recintos con estructuras en forma de “U” del conjunto Nik An (Chan Chan)

Figura 2. Sectores del conjunto Nik An (adaptado de Moseley y Mackey 1974).

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Especial: Chan Chan

El Sector Norte de Nik An El Patio 2 se ubica al suroeste de la Plaza. En su lado


meridional hay una plataforma alta en forma de “L”,
Los ambientes arquitectónicos del sector norte de
con una rampa ancha (al este) y una angosta (al oes-
Nik An fueron clasificados en varios tipos: plaza,
te), así como cinco vanos. El vano sureste conduce al
patios, recintos con estructuras en “U” (REU) y espa-
Corredor 4 y luego a cuatro REU (B1, B2, B3 y B4). A
cios de circulación (pasajes y corredores) (Gálvez y
través del vano suroeste se puede llegar a un REU ais-
Runcio 2010).
lado (Recinto C) (Fig. 2). La iconografía de este patio
La Plaza es el recinto más amplio adonde se llega corresponde a diseños reticulados, bandas paralelas y
por medio de una entrada indirecta a partir del vano símbolos escalonados (Fig. 5). La ubicación del Patio 2
de acceso de Nik An (muro norte) (Fig. 2). Sus pare- al sur de Plaza y su colindancia con los REU mencio-
des presentan ardillas y bandas paralelas. Las prime- nados, demuestran su importancia como espacio cere-
ras son indicadores de una norma para el desplaza- monial. Pero su menor jerarquía en relación al Patio 1
miento norte-sur de los participantes en las ceremo- se refleja en una iconografía menos variada, la ausen-
nias, a partir del vano de entrada así como de los cia de simetría bilateral y su menor altitud.
vanos laterales (oeste y este) (Gálvez y Runcio 2010) El Patio 3 se halla al este de la Plaza y tiene el vano
(Fig. 3). de ingreso en el lado norte (Fig. 2). Presenta veinticua-
El Patio 1 está al sureste de la Plaza, con la cual se tro nichos y paredes llanas. Entre el Patio 3 y la Plaza
comunica mediante el Corredor 5 (Fig. 2). La iconogra- hay 4 espacios de transición. La ubicación más septen-
fía del vano de entrada corresponde a un patrón en trional de este patio en relación a los anteriores y los
damero en alto y bajo relieve, encima de unas aves que REU, la ausencia de iconografía, su menor altitud res-
tienen las cabezas orientadas hacia atrás y se ubican en pecto al Patio 1 y su asociación con un REU sin nichos
posiciones opuestas (Fig. 4). Las paredes del patio tam- (ubicado al sur), demuestran su inferior jerarquía.
bién presentan una decoración en damero en alto y Los recintos con estructuras en “U” (REU) se
bajo relieve. El vano sur se conecta con el Pasaje 1 hallan al sur del Patio 1, del Corredor 5 y del Patio 2
(este-oeste) donde una fila de aves orientada de este a (Fig. 2). Las estructuras en “U” presentan dos nichos en
oeste conduce al Ambiente A. Este último es la ante- cada uno de sus lados interiores, pisos levemente ele-
sala para ingresar a cuatro recintos con estructuras en vados (Fig. 6) y pueden estar asociadas a depósitos.
“U” (A1, A2, A3, A4). La vinculación del Patio 1 con Los espacios de circulación corresponden a un
el vano sur de la Plaza y los REU mencionados conjunto de corredores que conectan los diversos
demuestra su mayor jerarquía en relación a los patios 2 componentes del sector norte del conjunto Nik An.
y 3, realzada por su mayor altitud y una iconografía Asimismo, a varios pasajes angostos que sirven de
más variada. comunicación entre los REU.

Figura 3. Detalle de elementos arquitectónicos e iconografía del sector sur de la plaza (sector norte de Nik An).

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Iconografía y uso del espacio en los recintos con estructuras en forma de “U” del conjunto Nik An (Chan Chan)

Figura 4. Detalle del vano oeste del Patio 1, con diseños en damero y aves en posiciones opuestas.

Recintos con estructuras en forma de “U”


Existen ocho REU cercados por un muro perimé-
trico, los cuales pueden separarse en dos grupos de
cuatro: A (A1, A2, A3, A4) y B (B1, B2, B3, B4) (Fig.
7). Además, hay un recinto independiente (Recinto
C), separado del resto por el Corredor 4. Los REU se
comunican entre sí mediante pasajes angostos que
muestran una profusa iconografía. Así:
- El pasaje 1 comunica al Patio 1 con el grupo A;
- Los pasajes 2, 3 y 4 facilitan la comunicación den-
tro del conjunto de los REU. Cabe precisar que en los
Figura 5. Pared norte del Patio 2 (izquierda) con la
pasajes 2 y 4 las figuras laterales de una de las paredes estructura denominada “altarcillo”.
sigue una orientación opuesta a las figuras de la otra
pared (Fig. 8). Es decir, los símbolos laterales sugieren
dos direcciones distintas, y conducen a los vanos de
uno o más recintos;
- El pasaje 5 es un espacio asociado a B1 y de uso
muy restringido.

Elementos de separación de los grupos A y B


La separación de ambos se sustenta en varios indi-
cadores:
a. Un pasaje oeste - este (Pasaje 5), ubicado entre Figura 6. Modelo de un recinto con estructura en “U”
los recintos B1 y B3, que tiene representaciones de la (recinto A-2) (maqueta: P. Suárez).
cruz escalonada. Este símbolo no expresa una direc-
ción específica de movimiento lo cual concuerda con
un ambiente de uso muy restringido. El vano este del b. La conexión del Grupo A con el Patio 1 median-
pasaje es muy estrecho y sirve para restringir el ingre- te un vano angosto, es una prueba de la independencia
so; además, su extremo oeste se encuentra cerrado; de éste con relación al Grupo B; y,

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Especial: Chan Chan

Figura 7. Recintos con estructuras en “U” y orientación de los íconos (adaptado de Topic y Moseley 1983).

c. En el caso del Grupo B, la existencia de un vano anti horario (Figs. 7, 9). Esto significa que los partici-
en un muro lateral del Corredor 4 permite un ingreso pantes se desplazarían de la siguiente manera:
independiente a este conjunto de recintos desde el Vano norte → giro de 90° (a la derecha) para
Patio 2. seguir paralelamente a la pared norte →giro de 90°
(a la izquierda) para seguir la pared oeste → giro de
Circulación desde el Patio 1 hacia el Grupo A 90° (a la izquierda) hasta llegar a la estructura en
Se hace a través del vano sur, desde donde se reco- “U” principal → giro de 90° (a la derecha) para
rre sucesivamente el Pasaje 1, el Ambiente A, el Pasaje ubicarse frente a la estructura en “U” ya indicada
2 (oeste-este) decorado con aves (Figs. 7, 8) y finalmen- (momento de realizar el gesto ritual)→ giro de 90°
te el Pasaje 3 (norte-sur). En el interior de los recintos (a la izquierda) y recorrido de oeste a este →giro de
del Grupo A, la indicación de la orientación del movi- 90° (a la izquierda) para llegar a la estructura en
miento es evidente en los símbolos laterales represen- “U” secundaria” → giro de 90° (a la derecha) para
tados en el espacio delantero a la estructura en “U”: ubicarse frente a esta estructura en “U” → giro de
90° (a la izquierda) y desplazamiento en dirección
Recinto A1 a la pared norte → giro de 90° (a la izquierda) para
Indeterminada, porque la iconografía es abstracta recorrer la pared norte y salir por el vano de entra-
y no indica movimiento. El vano de ingreso presenta da. En este caso, el contacto con la estructura en
unas aves a cada lado. “U” principal no es directo.

Recinto A2 Recinto A3
A partir del lado oeste del vano de entrada (muro Indeterminada. Al igual que en A1, las representa-
norte), unas aves estilizadas se desplazan en sentido ciones abstractas no indican movimiento.

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Iconografía y uso del espacio en los recintos con estructuras en forma de “U” del conjunto Nik An (Chan Chan)

Figura 8. Pasaje 2 (de Este a Oeste) con íconos (aves) Figura 11. Iconografía del interior del recinto B2.
orientados en direcciones distintas en cada pared. Una fila del símbolo de la “escalera y la ola”
se dirige al vano de ingreso.

Figura 9. Vano de ingreso e iconografía del interior Figura 12. Interior del recinto B3. Dos filas de aves
del recinto A2. Las aves se orientan en convergen en el vano de ingreso.
sentido anti-horario.

Figura 10. Interior del recinto A4. Dos filas de aves Figura 13. Iconografía del interior del recinto B4.
convergen en el vano de ingreso. Dos filas de aves convergen en el vano de ingreso.

Pueblo cont. 21(1) 2010 | 89


Especial: Chan Chan

Recinto B2
Dos filas de símbolos de la “escalera y la ola” reco-
rren las paredes interiores y convergen en el vano de
entrada (muro norte); un caso comparable al de A4
(Figs. 7, 11). En este caso, los participantes seguirían
este desplazamiento:
Vano norte → Estructura en “U” principal →
giro de 90° (a la izquierda) en dirección a la pared
este → giro de 90° (a la izquierda) y recorrido para-
lelo a la pared este → giro de 90° (a la izquierda)
hasta llegar a la estructura en “U” secundaria →
giro de 90° (a la derecha) para ubicarse frente a la
Figura 14. Vano de ingreso e iconografía del interior del esta estructura → giro de 90° (a la izquierda) para
recinto C. Los símbolos de la “escalera y la ola” se continuar de este a oeste → giro de 90° (a la dere-
orientan en sentido horario.
cha) y salida por el vano de entrada. En este caso, el
contacto con la estructura en “U” principal es
directo.
Recinto A4
Recinto B3
Dos filas de aves recorren las paredes interiores y
Dos filas de aves se desplazan por las paredes inte-
convergen en el vano de entrada (muro sur) (Figs. 7,
riores y convergen en el vano de entrada (muro oeste)
10). En este caso, los participantes realizarían este
(Figs. 7, 12). Esto es similar a lo observado en B4. Ade-
desplazamiento:
más, B3 presenta un muro en celosía que facilita la
Vano sur → Estructura en “U” secundaria → comunicación visual y sonora entre ambos recintos, lo
giro de 90° (a la derecha) para dar frente a esta cual sugiere que éstos fueron utilizados al mismo tiem-
estructura (momento de realizar el gesto ritual) → po. Se plantea el siguiente desplazamiento:
giro de 90° (a la izquierda) para continuar el reco- Vano oeste → desplazamiento hasta la estruc-
rrido hacia la estructura en “U” principal →giro de tura en “U” principal → giro de 90° (a la izquierda)
90° (a la izquierda) en dirección a la pared oeste → para dar frente a la estructura ya indicada (realiza-
giro de 90° (a la izquierda) y recorrido paralelo a la ción del gesto ritual) → giro de 180° (a la derecha)
pared oeste → giro de 90° para seguir paralelamen- para desplazarse de norte a sur hasta la estructura
te a la pared sur hasta salir por el vano de entrada. en “U” secundaria → giro de 90° (a la izquierda)
En este caso, el contacto con la estructura en “U” para mirar frente a esta estructura → giro de giro
es directo. de 90° (a la derecha) en dirección a la pared sur →
giro de 90° (a la derecha) y recorrido paralelo a la
Circulación desde el Patio 2 hacia el Grupo B pared sur → giro de 90° (a la derecha) para seguir
Se realiza a partir del vano sureste del Patio 2, de paralelo al muro oeste hasta salir por el vano de
donde se pasa a otro vano localizado en el Corredor 4. entrada. En este caso, el contacto con la estructura
Este último permite el ingreso al Pasaje 4 ubicado alre- en “U” principal es directo.
dedor del recinto B2. Este pasaje facilita la entrada a Recinto B4
los REU del Grupo B (Fig. 7). En estos recintos, la indi-
cación de la orientación del movimiento está expresa- Dos filas de aves recorren las paredes interiores y
da en los símbolos laterales representados en el espa- convergen en el vano de ingreso (muro sur) (Figs. 7, 13).
cio delantero a la estructura en “U”: Esto es comparable con B3. El vano secundario (muro
este) está realzado por la convergencia de aves en
Recinto B1 ambos lados, e indican el ingreso a B3. Se propone el
Indeterminada (no ha sido excavado). siguiente desplazamiento:

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Iconografía y uso del espacio en los recintos con estructuras en forma de “U” del conjunto Nik An (Chan Chan)

Vano sur → desplazamiento hasta la altura de Comentario final


la estructura en “U” principal → giro de 90° (a la Es importante destacar el valor de las representa-
derecha) para dar frente a esta estructura (realiza- ciones iconográficas como elementos ordenadores del
ción del gesto ritual) → giro de 90° (a la izquierda) protocolo seguido para el ingreso y recorrido de los
y desplazamiento hasta la estructura en “U” secun- espacios arquitectónicos significativos del sector norte
daria → giro de 90° (a la izquierda) para llegar a la de Nik An, en particular de los recintos con estructu-
parte central de esta estructura → giro de 90° (a la ras en forma de “U” (REU). Es evidente que no basta
derecha) para ubicarse frente a dicha estructura atribuir a un determinado recinto o ambiente una
→ giro de 90° (a la izquierda) en dirección a la función, sino que es necesaria una aproximación al
pared oeste → giro de 90° (a la izquierda) y recorri- posible manejo que los encargados del oficio ceremo-
do paralelo a la pared oeste → giro de 90° (a la nial efectuaron en cada uno de estos escenarios. Los
izquierda) para continuar paralelamente la pared íconos representados en posición lateral resultan ser
sur hasta salir por el vano de entrada. En este caso, sugerentes en este aspecto.
el contacto con la estructura en “U” principal es Existen varios indicadores que revelan la mayor
directo. sacralización de los REU: En primer lugar su ubicación
meridional en el Sector Norte de Nik An y su mayor
Circulación desde el Patio 2 altitud en relación a otros espacios significativos (plaza,
hacia el Recinto C patios); en segundo lugar la restricción del ingreso a los
mismos, materializado mediante el diseño de vanos más
El acceso al Recinto C es posible a partir del vano estrechos que los de otros espacios arquitectónicos cere-
suroeste del Patio 2. A partir de éste, se recorre un moniales; en tercer lugar su asociación a los pasajes
ambiente con planta en “L” y un pasaje angosto que angostos que sólo permiten la circulación de grupos
conduce al vano de ingreso (oeste) del Recinto C. reducidos de individuos ordenados en filas; y, finalmen-
Existe un segundo pasaje angosto en el lado norte del te la presencia de elaboradas estructuras en “U” como
Recinto C. La parte inferior de la estructura en “U” y elemento ordenador del espacio interior de los recintos
las paredes de este REU muestran el símbolo de la y el objetivo principal de la visita a estos espacios.
“escalera y la ola” dispuesto en fila, así como en colum-
Dentro de los REU, el ordenamiento de las figuras
na en los vanos y esquinas. En las paredes, la orienta-
laterales en un sentido horario o antihorario a partir
ción de estos diseños sugiere un movimiento en senti-
del vano de ingreso indica el contacto no inmediato de
do horario a partir del vano oeste (Figs. 7, 14). Además,
los participantes con la estructura en “U”, y el poste-
hay diseños en forma de red. En este caso, se propone
rior recorrido de salida siguiendo la orientación de los
el siguiente desplazamiento:
símbolos. Por el contrario, cuando dos filas de figuras
Vano oeste → giro de 90° (a la izquierda) para laterales convergen hacia el vano de ingreso, se puede
seguir paralelo a la pared oeste → giro de 90° (a la plantear un contacto directo o inmediato de los parti-
derecha) y recorrido paralelo a la pared norte → cipantes con la estructura en “U” al momento de
giro de 90° (a la derecha) para llegar hasta la ingresar, y posteriormente la salida siguiendo cada una
estructura en “U” → giro de 90° (a la izquierda) de las dos filas de figuras laterales. Los gestos rituales
para ubicarse frente esta estructura en “U” (reali- de los participantes, sin duda, tenían lugar frente a las
zación del gesto ritual) →giro de 90° (a la derecha) estructuras en forma de “U” principales.
hasta llegar a la pared sur → giro de 90° (a la dere- Finalmente, se puede afirmar que el diseño y ubica-
cha) para seguir paralelamente a la pared sur → ción de los patios y los REU responden a la necesidad
giro de 90° (a la derecha) para recorrer la pared de graduar un mayor control del número y jerarquía de
oeste hasta salir por el vano de entrada. En este los participantes restringiendo el espacio físico, a dife-
caso, el contacto con la estructura en “U” es en rencia de los espacios más amplios del sector norte de
segunda instancia. Nik An, como la Plaza, planeados para ceremonias
más “públicas”.

Pueblo cont. 21(1) 2010 | 91


Especial: Chan Chan

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Técnicas, Lima. Mexico Press, Albuquerque.

92 | Pueblo cont. 21(1) 2010


Decoración y arquitectura en
Chan Chan*

Decoration and architecture


in Chan Chan

1
Rodolfo Gutiérrez Rodríguez

LA DECORACIÓN MURAL bastones, langostas marinas, cangrejos, lunas llenas,


círculos, peces de diverso tipo, grandes y pequeños,
Hasta donde hoy sabemos, sólo en los muros de las
pulpos, anzumos, etc.
estancias más importantes de los palacios de Chan
Al motivo ave lo encontramos estilizado caminan-
Chan y en la Huaca “El Higo”, por lo menos, existen
do, con las alas y cola levantadas como cuando aterri-
decoraciones a base de figuras en barro fino, mayorita-
zan, con la cabeza hacia atrás y sobre el cuerpo, con
riamente en alto relieve plano, con algunos agregados
una configuración textil, en picada sobre el mar, pelí-
cilindricos (en cuellos) y redondos (en cabezas).
cano sobre la proa de un caballito de totora, pares de
Sólo en el ángulo sur-oeste de la plaza del anexo del patitos, con un garrote sobre el cuello, con un pecesillo
palacio Tschudi, Iriarte encontró restos de frisos in situ dentro del pico y en posición de engullirlo, etc.
pintados con amarillo ocre y negro, no habiéndose Los motivos no van en desorden, si no siguiendo
encontrado frisos en el resto de las estructuras medias un lineamiento de fila india en los zócalos y yuxtapues-
y populares. En Tschudi se encontró pintura blanca en tos en los marcos de las entradas y esquinas cóncavas,
las concavidades de frisos de rombos. unos en un sentido o dirección y otros al contrario,
En los palacios, los motivos representados son de como si indicasen ida y vuelta por allí mismo, o en
filiación marina, habiendo representación de monos ambos lados hasta encontrarse en un punto, etc.; todo
en la Huaca “El Higo” En Chan Chan no hay motivos lo cual enriquece la visión plástica de los muros, en
de filiación agrícola, pese a que los chimús basaron su medio de lo cual se observan cantidades que se obser-
economía en la agricultura. Hemos visto frisos en los van cantidades que nos indicarían alguna faceta de
palacios Gran Chimú, Bandelier, Velarde, Laberinto, algún fenómeno vivido por los chimús. Algo así como
Max Uhle, Rivero y Tschudi y la Huaca “El Higo”. Los que entre los números se encuentra algún registro, por
motivos son diversos y algunos de ellos están represen- ejemplo, calendárico, con alguna cifra clave como el
tados repetidamente en diversa estilización. Sus confi- seis o el siete. Todo lo cual merece una exposición
guraciones no son abstractas sino casi al natural. especial, sin olvidar que los frisos con su asociación a
Hay aves marinas, rombos en resalte, pero con los sitios donde están, trasuntan un mundo religioso
concavidades internas, cuadrados en alto y bajo relie- tan amplio e importante como la arquitectura.
ve alternadamente como en un damero, pescadores Cómo fueron hechos los frisos. La casi totalidad de los
navegando sobre caballitos de totora y llevando peces seres vivos representados que hemos visto se muestran
y redes encima de estos, volutas, listones horizontales de costado. El pelícano que está en picada, en el palacio
inclinados y no inclinados, personajes humanos con Bandelier, se ve de espalda y hacia abajo, un humanoide

* Tomado de “CHAN CHAN, arquitectura e implicancias sociales del Palacio Tschudi”, Lima, 1990, CONCYTEC.
1 Arqueólogo.

Pueblo cont. 21(1) 2010 | 93


Especial: Chan Chan

en el palacio Velarde va con el cuerpo de costado, pero dirección, Y en una parte del listón inferior que separa
con la cara mirándonos de frente, y peces que semejan a los frisos y al piso, se tiene el dibujo de un anzumito
lifes se ven también de espalda, nadando horizontal y que no fue recortado por cambio de ubicación para
verticalmente en un gran marco de frisos. dejar bien horizontal a los frisos allí.
Sobre el enlucido de los muros se colocó una capa
delgada de barro fino mezclado con arena fina como LA ARQUITECTURA MONUMENTAL DE
desgrasante para evitar que se rajara. Después de ser CHAN CHAN
bien aplanada y estando aún fresca la masa, el artesano Recordemos que las construcciones en la ciudad
dibujó primero sobre ella el bosquejo del perfil de los muestran tres tipos de arquitectura: la monumental
motivos a representar, utilizando un palillo o algo que corresponde a los palacios, la media o intermedia,
semejante. Enseguida procedió a recortar las siluetas, y la popular.
utilizando delgadas herramientas punzo-cortantes, La arquitectura monumental se caracteriza por
sacando la masa de barro que quedaba fuera de la figu- tener en su interior lo mejor de las concepciones chi-
ra, quedando la representación en alto relieve plano. mús sobre espacios arquitectónicos y de las técnicas de
En algunos palacios vemos que los frisos quedaron construcción de entonces.
así, tal y conforme después del recorte, pero en la mayo- Pues, dentro de los palacios existen plazas ceremo-
ría de los otros se procedió enseguida a pulir a cada niales, templetes o unidades religioso-administrativas,
friso tras un corto tiempo de espera para que la masa salas, depósitos, callejones, pozos de agua con estruc-
quedara, ya no húmeda, sino sólo saraza, para que turas laterales especiales, cocinas colectivas, algunos
resistiera la leve presión del pulidor. En el palacio talleres artesanales y, en la mayoría, un complejo fune-
Tschudi, a. los frisos de aves se les agregó masa sobre el rario a base de una plataforma que fue la tumba para el
cuello para darle medio volumen cilíndrico; y sobre la rey de cada palacio. Es el caso del palacio Tschudi.
cabeza y el cuerpo para formar el medio volumen Esta tipología de espacios varía en sus cantidades,
redondo, es decir: les dieron tercera dimensión (pri- pero obedece en su distribución a un patrón general que
mero el dibujo, luego el alto relieve plano y, tercero, el toma como base o punto de partida a la única y pequeña
lineamiento curvo del volumen). En los que quedaron entrada que cada palacio tiene siempre sólo en medio
sólo recortados aún está la huella dejada en el muro de del frente norte. Básicamente, el esquema establece tres
fondo por la punta de la herramienta punzo-cortante, grandes partes: un primer sector ubicado sobre el lado
además de restos de la rebaba y el filo dejado por el norte y junto a la entrada única, y en el que se ubican los
corte. En los pulidos estos filos o bordes están romos. templetes de los tecnoburócratas encargados de la admi-
En la primera plaza ceremonial de Tschudi, en la nistración pública: un segundo sector en el centro, en el
parte inferior del muro Este, se tiene anzumitos (los que residió, a nuestro entender, el rey y sus más íntimos
animalitos del zócalo) sobre cuyos cuerpos muestran del poder; y sobre el lado sur, el complejo funerario real.
aún parte del dibujo con que se les diseñó antes del Hay variación como en el palacio Max Uhle y Gran
recorte, pero que el artesano no siguió durante el Chimú, pero lo infaltable es el sector donde se ubicó el
recorte porque el pulso de su mano lo llevó en otra rey y el complejo funerario.

94 | Pueblo cont. 21(1) 2010


Decoración y arquitectura en Chan Chan

Los dos primeros sectores muestran los dos niveles En aquel tiempo el sacerdote era una pieza clave
sociales generales en que estuvieron divididos los habi- de la estructura social. Era el que más conocía,
tantes de cada palacio, pero unidos dentro de éste, por sobre meteorología, agricultura, medicina, curan-
ser los que ejercieron el poder del Estado; lo cual es derismo, modo de comunicarse con los dioses, era el
corroborado por la presencia en algunos palacios de sólo representante de los dioses; lo cual le permitió ejer-
dos plazas ceremoniales, una en cada sector. cer el dominio de las gentes y el consiguiente poder
Tenemos entendido que dentro de los palacios resi- político y, fundamentalmente, el poder económico
dieron los que ejercían al más alto nivel profesional y a través de la posesión, en nombre de los dioses, de
oficial, el sacerdocio y el curanderismo, la agricultura y los medios de producción como la tierra de cultivo,
la técnica de irrigación con largos canales, la dirección el agua, las semillas y la mano de obra, así como los
de la guerra, la orfebrería, la metalurgia, la textilería, la tributos.
escultura, el comercio, la administración de los bienes Por estas razones, la gran cantidad de depósitos
del régulo, los arquitectos y los expertos constructores, dentro de cada palacio convirtió a estos en grandes
los que preparaban las ceremonias, etc. Y han de haber almacenes de todo lo que la élite gobernante “cose-
sido los familiares más cercanos del rey, pero sólo los que chaba” en el valle de Moche y en los valles que domi-
descollaban por sus habilidades y fortaleza síquica, los naba. Los bienes del rey se guardaban en su propia
que tuvieron a su cargo estas elevadas funciones, así casa; lo cual explica que la muralla que encierra a
como los puestos claves del gobierno. cada palacio no era para fines exclusivamente milita-
Piezas claves para entender la vida en los palacios res de defensa sino para preservar todo contra los
son los templetes, porque en estos residieron, en el robos, mantener su alta privacidad y distinguir que
sentido de hacer vida íntima básicamente, los funcio- dentro de dicho espacio estaba la residencia del todo-
narios públicos. Allí ejercieron su personería religiosa, poderoso gobernante. Y mostraba también la pro-
administrativa y política, en mayor o menor grado nunciada división social entre gobernantes y gober-
según su nivel socio-político. Donde había un temple- nados.
te estaba una autoridad importante de carácter oficial Mientras los mochicas levantaron elevadas pirá-
del Estado y el gobierno. Y donde estaban éstos, estaba mides para, encima, construir su residencia privada,
implícitamente, en alguna medida, el representante los chimús utilizaron el espacio horizontal para cons-
religioso. El régulo era el sumo sacerdote. truir amplias y holgadas residencias palaciegas.

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Arriba: Frisos en la ciudadela ÑING AN (ex Velarde) 1920. (Foto archivo Alberto Pinillos Rodríguez).
Abajo: Detalle ampliado de los frisos de la foto superior (Archivo: Miguel Adolfo Vega Cárdenas y Carlos Alberto Vega Cárdenas).
Shi, ciclo mítico de la deidad Chimor

Shi, mytical cycle of Chimor deity

1
Arturo Paredes Núñez

INTRODUCCIÓN Chimor logró articular el conjunto de valles del área


norcosteña en el contexto de un bien organizado siste-
Hace más de medio siglo, en un trabajo que signifi-
ma político administrativo (Mackey y Klymyshyn, 1990),
có la primera sistematización de la información escrita
resulta difícil pensar que la burocracia gobernante no
sobre los Chimor, Rowe (1970/1948) desarrolló algunas
haya logrado desarrollar una elemental unidad religio-
reflexiones sobre la religión Chimor; desde entonces
so –toda vez que se sirvió de ella para fundamentar su
es muy poco lo avanzado sobre el tema. Usando como
poder–, con objeto de reforzar el sistema en su conjun-
referencia la Crónica Moralizada del Orden de San
to. Estos breves apuntes sirven de marco referencial
Agustín (Calancha, 1977/1636), Rowe sostiene que la
para la formulación de un conjunto de cuestionamien-
religión Chimor era similar a la Inca aunque difería en
tos a propósito del tema. Por ejemplo, ¿se puede soste-
detalles: pensaba por ejemplo que no había existido
ner la inexistencia de una religión nacional y un pan-
una categoría de dios creador como en los Incas debi-
teón Chimú? En el caso particular de Shi, ¿se trata de
do a que Calancha no lo indica y por que, aun cuando
una deidad regional –circunscrita al valle de Jequete-
Carrera utiliza el término creador, como título de Dios,
peque– o corresponde a la nación fundada por Tayca-
aquel no habría correspondido a una denominación
namo?, ¿cuál fue su ubicación en el contexto del pan-
aborigen sino a una traducción literal del verbo hacer.
teón Chimor y cuales sus características?
Indicaba que en el valle de Pacasmayo, Shi –luna– era
Como la presente comunicación pretende ser una
asumido como la más importante deidad, reverencia-
reflexión sobre el particular, con el objeto de aclarar el
da en un templo nominado Sian –casa de la luna.
panorama, necesitamos empezar reconociendo que el
Igualmente sostenía que en cada región habían adora-
estudioso de la cultura de la sociedad Chimú tiene una
torios locales, cada cual con su objeto de adoración, su
particular deuda con Fray Antonio de la Calancha, ya
leyenda y culto. Tales adoratorios o huacas variaban
que es uno de los pocos que tuvo la paciencia de tomar
en importancia, desde templos mayores –como Chot
nota sobre las creencias y tradiciones de los naturales
construido por Naymlap en el valle Lambayeque (Ca-
del valle de Jequetepeque. Luego, aún cuando tales
bello, 1951/1576)– hasta los de menor rango –como la
apuntes y referencias no son muchas, además de lacó-
casa de Mollep (el piojoso) en cerro Coslachec, valle
nicas, es posible que con un adecuado tratamiento de
de Jequetepeque (Rowe (op. cit.).
la información se pueda acceder a una percepción más
Puesto que la investigación arqueológica ha amplia sobre el particular. Apelaremos al método de
demostrado que, en determinado momento la etnia lectura propuesto por Urbano, quién asume que en la

1 Arqueólogo. Unidad Ejecutora 110 Complejo Arqueológico Chan Chan, Ministerio de Educación.

Pueblo cont. 21(1) 2010 | 97


Especial: Chan Chan

producción mitológica o simbólica andina es posible en lengua Iunga, quiere decir casa de Luna; teníanla
discernir la presencia de esquemas estructurados que, por más poderosa que el Sol, porque él no parecía de
por su propia naturaleza imprime al discurso, a los noche, i ella se dejava ver de noche i de día; que asta en
elementos simbólicos aparentemente incoherentes, esto son desgraciados los que no están presentes; i
una lógica y rigor pocas veces observados (Urba- tanbién porque ella los eclipsava muchas vezes, i el Sol
no,1987). Él propone que las funciones y tareas de los jamás la eclipsava a ella ( ). En los eclipses del Sol azían
personajes comprometidos en la referencia deben ser festines a la Luna, festejando su victoria; en los de la
definidas a partir de lo que afirma el relato mítico Luna lloravan en bayles lúgubres, mientras durava su
(Urbano, 1988:139-140). eclipse, manifestando el pésame de su tristeza, i acom-
En un trabajo anterior, amparados en los apuntes pañando con lutos su escuridad.”
de Calancha (op. cit.) llegamos a sostener que Shi era la 2. “Creían los Indios de los llanos, que quando la
deidad Chimor, y que la particular historia que le evi- Luna no parecía aquellos dos días, iva al otro mundo a
dencia estaba conformada por personajes que, en castigar los ladrones que avían muerto ( ). Sacrifica-
atención a su función, permiten configurar un ciclo van a la Luna niños de cinco años, encima de algodo-
mítico cuya estructura lógica resulta totalmente simi- nes de colores acompañados de chicha i fruta”.
lar a la definida por la configuración arquitectónica de 3. “Tenían por deidad dos estrellas que llama-
los patios ceremoniales de los conjuntos amurallados van Patá, que son las que llamamos las Marías, i
de Chan Chan, complejo arqueológico aludido como muchos destos Indios cuentan ( ) que la estrella de en
sede del reino Chimor (Paredes 1997). Junto con ello medio es un ladrón, i malechor i facineroso, que la
debemos reconocer que para entonces no presenta- Luna quiso castigar, i enbió las dos estrellas que lo
mos los elementos suficientes y necesarios con que llevasen asido (que eso quiere decir Patá) i lo entrega-
pudiéramos haber permitido al lector la posibilidad de ron a que se lo comiesen buytres, que son estos gallina-
avanzar en el proceso de evaluación y fundamenta- zos figurados en quatro estrellas que están mas debajo
ción de nuestra propuesta. En el presente pretende- de las Marías, i que en memoria deste castigo ejemplar
mos empezar con la presentación y evaluación de los están aquellas siete estrellas en el cielo acordando la
apuntes de Calancha, que sirven de fundamento refe- culpa i el castigo; ( ) creían que las siete estrellas esta-
rencial en base a la cual nos proponemos avanzar a la van acordando a los onbres el justo castigo del delin-
definición y/o reconfiguración del esquema del ciclo quente”.
mítico. Luego, en la medida en que los datos referen- 4. “A los que perdían el respeto a sus templos,
ciales nos lo permitan, presentaremos algunos aportes guacas, o Idolos, o Faltavan en la obediencia a su Rey,
adicionales. o cazique enterravan vivos entre los guesos de otros
semejantes, i con animales inmundos, teniéndolos por
REFERENCIA MÍTICA condenados, llamándolos Ramar, título con que asta
oy vituperan a uno, quando le quieren azer alguna
En atención a la necesidad de desarrollar una ele- grande afrenta”.
mental evaluación de la información proporcionada 5. “Contra los ladrones se egecutaba una ley tan
por Calancha, en relación a la deidad norcosteña del llena de terror como de egenplo, porque colgavan vivo
momento tardío, se procede a presentarle en forma de a medio aogar al que azía el urto ( ). Quando contava
citas autónomas –en la medida en que aluden a asun- el urto, aunque fuese de cantidad pequeña, o de esti-
tos específicos–, y en acuerdo con el orden en que mación valadí, i no se conocía el ladrón, ponían en el
fueron apuntados por su autor. En mérito a tales consi- canpo i camino Real un palo alto, i colgadas mazorcas
deraciones, cada párrafo será aludido mediante un de maíz con ramos verdes, que era decirles que avía
número correlativo. ladrones, no tanto porque guardasen sus alajas, como
1. “Adoraban los Indios de Pacasmayo, i los mas porque iziesen las pesquisas; a ellas se obligavan tanto
valles de los llanos por principal i superior Dios a la los que no eran dueños, como los que eran interesados,
Luna, porque predomina sobre los elementos, cría las por ser delito de vindicta pública, i exceso que damni-
comidas i causa alborotos del mar, rayos i truenos. En fica el sosiego común. Todo el territorio azía sacrificio
una guaca era su adoratorio, que llamavan Sian, que a la Luna para que descubriese el transgresor; invoca-

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Shi, ciclo mítico de la deidad Chimor

van a las dos estrellas que llamavan Patá, como a eje- de Compañón (1936/1790), por que era visible de
cutores de justicia de su Dios, consultavan agoreros, i noche y de día –mientras aquél lo hacia en el día–, y
andavan días i noches vigilantes, con que descubrien- porque eclipsaba muchas veces a Han –mientras aquél
do el urto, i el delincuente a vozes concurrían, i como a jamás lo podía hacer–. Igualmente refiere algunos
maldito lo entregavan, hallándose cada valle al supli- aspectos de debilidad, tales como los rituales donde
cio, i asta los padres i ermanos a la ejecución, porque la sacrificaban infantes en el contexto del plenilunio, en
mesma pena se dava al que encubría el delito como al que los naturales creían que la oscuridad se debía a que
que cometía la maldad”. Shi se encontraba en el otro mundo castigando ladro-
nes fallecidos; o los ritos luctuosos y de pesar desarro-
EVALUACIÓN llados en relación a la oscuridad por eclipse de luna.
Por los datos de la referencia 3, queda claro que los
Las referencias de Calancha corresponden a un Patá son dos personajes divinos que se evidencian
conjunto de fragmentos de información que permiten como ayudantes y ejecutores de la justicia de la deidad
un acercamiento a las creencias y consideraciones míti- Shi. Mientras la relación de Shi con los Patá es explíci-
cas sobre determinados elementos o fenómenos, junto a ta, su relación con el delincuente es implícita. Adicio-
lo cual se entrecruzan referencias sobre gestos rituales, e nalmente se constata que la actual constelación de
información de carácter iconográfico. En base a los Orión (lámina 1) fue aludida por los indígenas Chimú
apuntes de Calancha se pueden evidenciar dos tipos de como Patá (1), conjunto estelar en que se pueden dife-
información: una explicita, evidente o directa que refie- renciar dos agrupamientos: el de la periferia, asociado
re a lo estructural, y otra implícita, velada o indirecta a seres zoomorfos, y el del centro, configurado por
que alude a un proceso o secuencia. Mientras la primera personajes antropomorfos. Mientras en derredor se
tiene que ver con los más destacados componentes del disponen cuatro gallinazos (Coragyps atratus) o sonto,
panteón que a la vez forman parte de un ciclo mítico y su de acuerdo a Bruning (Zevallos 1987), en el área nuclear
particular configuración, la segunda guarda relación (que corresponde al cinturón de Orión) lo hacen tres
con una secuencia de acontecimientos por los que la personajes de carácter divino: los Patá en los flancos, y
información se evidencia como una secuencia narrati- el irreverente y condenado en el centro. Por lo referido
va. El primer tipo de información se define en cinco queda evidenciado que estamos ante una constelación
referencias de Calancha que pueden ser organizadas en –grupo de estrellas próximas en la esfera celeste, que
tres conjuntos o partes, y que a la vez pueden ser aludi- aparentemente forman una figura que recibe un nom-
das como: personaje protagonista (referencias 1 y 2), bre particular–, ya que el conjunto estelar es referido
ayudantes del protagonista (referencia 3), y personaje como evidencia o plasmación gráfica de un evento o
antagonista (referencias 4 y 5). historia singular: se trata del momento en que la dei-
Por lo aludido en las referencias 1 y 2 queda claro dad sentenció al irreverente a pagar su culpa: ser ali-
que la Luna fue aludida como la deidad más importan- mento de los gallinazos, para lo cual ordena a sus ayu-
te del panteón Chimú. Además, por la nominación de dantes a que le conduzcan hasta el punto donde debía
su templo (Sian: casa o adoratorio de la luna) se puede ser supliciado. Adicionalmente se debe resaltar el
proponer que la nominación para la deidad fue Si, que hecho de que el ladrón es referido con los términos
en otro momento fue registrado como Shi en el área de malhechor y facineroso.
Eten, valle Lambayeque, por Brunning (1902). De otro Por la referencia 4 se evidencia que Ramar es aludi-
lado, la información alude a la relación de la deidad do como símbolo de la irreverencia e irrespeto a las
con el mar (causa alborotos) y el cielo (causa truenos), normas sancionadas por los dioses y mantenidas por
además de la tierra (crea los alimentos o comidas) y las autoridades, actitud que le hace merecedor de
por ende con los hombres. Junto con ello, la informa- castigo; por lo que entre los naturales fue sinónimo de
ción resalta algunos aspectos positivos del personaje, afrenta, vejación o vituperio. Ramar es el apelativo
presentado en términos comparativos: indica que Shi que alude tanto al irreverente como al condenado. Por
era más poderoso que el Sol, de quien no indica nomi- la referencia 5 se evidencia que el término ladrón
nación aunque, en atención a Carrera (1939/1644) se alude o refiere al transgresor de la norma social cuya
habría llamado Xllang, o Han, de acuerdo a Martínez acción pone en riesgo el orden establecido. Puesto que

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Especial: Chan Chan

llegó a hacer obligatoria la intervención de la deidad,


que probablemente debió enfrentar y vencer al delin-
cuente, luego de lo cual le condenó a servir de alimen-
to a los buitres. Posteriormente, Rem debió ordenar a
los Pata: dar cumplimiento a su condena, por lo que,
de inmediato los ayudantes conducen al irreverente
hasta el patíbulo que, de acuerdo al dato sobre los
curanderos (Oquetlupuc), debió ser una especie de
Lámina 1a. Orión, constelación Lámina 1b. Patá, constelación
cementerio u osario de seres considerados inmundos
griega. chimú. para tal sociedad. Ahí, el condenado debió ser amarra-
do y abandonado hasta que falleciera por inanición.
Luego de lo cual debieron intervenir las aves y demás
ante su manifestación se da inicio a un conjunto de bestias carroñeras.
acciones que rematan en una especie de ritual nacio- Por lo precedente se hacen necesarias ciertas preci-
nal (en todo el territorio se hacían sacrificios) en que siones filológicas. Para el caso de Luna se registran los
se invoca a la deidad (Shi) y sus ayudantes (los Patá) términos: Si (Calancha, 1638; Martínez Compañón, 1785;
para descubrir al transgresor, no es desatinado propo- Middendorf, 1892), Shi (Brunning,1902) y Rem (Bastian,
ner que tales gestos rituales responden a la envergadu- 1878; Villareal, 1921; Larco, 1939. Todos citados en Zevallos,
ra de un personaje de carácter negativo de trascen- 1987:14). Aún cuando se ha sostenido que Rem habría
dencia nacional. Luego, observando que las dos refe- sido la nominación original de Luna, y que Calancha
rencias corresponden a un mismo hecho –la irreveren- se equivoca al indicar que el término Sian alude a
cia–, pensamos que ellas se complementan. Por tal adoratorio de la deidad, debido a que “en todos los
razón se puede sostener que el personaje antihéroe del vocabularios” dicha expresión, o una muy parecida,
ciclo mítico tiene nombre propio: es Ramar. Se trata significa Sol (Millones, 1982:262), se debe indicar que
de un término que alude por igual tanto al ladrón las referencias invocadas como fundamento –Bas-
como al irreverente ante el orden divino y humano, y tian,1879; Vilches,1920; Reyes,1939, que se toman de
por lo tanto puede ser el calificativo para el personaje Altieri en su estudio preliminar a la reedición del Arte
central de la constelación Patá. de Carrera (1939:XI a XVI)– son muy recientes en com-
El segundo tipo de información (implícito), como paración a Calancha que es la más antigua referencia
era de esperarse sólo se evidencia ahí donde los datos conocida, o a las otras que igualmente son tempranas.
aluden a más de un personaje. Ello se manifiesta en el Por ello sostenemos que Shi debe ser la nominación
conjunto informativo referido a la constelación Patá, originaria. Adicionalmente, Si o Shi igualmente signi-
debido a que ahí aparecen considerados tres de los fican Dios, por lo cual es evidente que su significado
cuatro componentes del ciclo mítico: los ayudantes de es, a la vez Dios y Luna o simplemente deidad lunar.
la deidad y el irreverente. En tal información se hace Habiendo evidenciado el probable significado de
evidente que el conjunto estelar alude o representa al Shi, queda por explicar la doble nominación registrada
momento en que los Patá conducen al irreverente a para lo lunar: ¿Shi o Rem? Como el segundo sólo signi-
cumplir con la condena impuesta por la deidad: ser fica luna, en tanto el primero además alude a la cate-
devorado por gallinazos y buitres; lo cual, si se toma en goría de deidad, proponemos que Shi pudo haber sido
cuenta que tales especimenes pertenecen al género la nominación del ciclo mítico, en tanto Rem habría
vulturidae, aves rapaces caracterizadas porque se aludido al personaje más importante del mencionado
alimentan de carne muerta, abre la posibilidad a un complejo. De ser viable la propuesta, debemos reparar
desarrollo diacrónico o a una secuencia de hechos de inmediato, que los términos que refieren al par de
organizados en base a la interpolación de ambos aspec- personajes del ciclo mítico Shi, muestran un étimo
tos de la información: los componentes de la constela- similar –Rem o Ram–, que podría tener algún particu-
ción y el dato de los vulturidos. En principio, el castigo lar significado que no alcanzamos a comprender. Por el
al irreverente por parte de la deidad supone la comi- momento solo afirmamos que ellos corresponden a los
sión de una falta o delito de gravedad superlativa que personajes más importantes de la referida historia

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Shi, ciclo mítico de la deidad Chimor

mítica, con lo que se aclararía la doble nominación ciclo mítico –en función de su adscripción a las cate-
para lo lunar. Cuando Rem es descrito como un ser de gorias de orden o caos– definen dos agrupamientos
condición superior que ordena a sus subordinados –los cuantitativamente asimétricos y cualitativamente
Patá– a prender y castigar a Ramar, de inmediato se antagónicos: una triada conformada por el héroe y sus
manifiesta como el personaje que define e impone las ayudantes, relacionado al orden y otra mónada defini-
reglas y el orden; ante lo cual el irreverente, en su acti- da por el antihéroe, asociado al caos (lámina 2).
tud antagonista representa la amenaza del caos y el Triada PATA - héroe
peligro latente de una ruptura del orden establecido. del REM - + ORDEN
En dicha argumentación se transparentan los actores: orden PATA ayudantes
héroe y antihéroe del ciclo mítico en tanto que los Monada
ayudantes del primero desempeñan roles secundarios. del RAMAR antihéroe CAOS
desorden
COMENTARIOS
Adicionalmente, si se toma en cuenta los roles que
Como se observa, a partir de las pocas y escuetas refe- caracterizan a los personajes, ellos pueden ser ubica-
rencias de Calancha se puede sostener que Shi es el dos en tres niveles diferenciados. El protagonista Rem
término que refiere a la deidad que a la vez se define en su calidad de héroe desarrolla una función ordena-
como un complejo mítico del que se puede rescatar dora y exhibe características positivas, por lo cual debe
–por recomposición– una especie de resumen argu- ser emplazado en la más alta ubicación del complejo
mental, cuya trama –aunque igualmente exhibe una mítico. Por su parte, Ramar en tanto antagonista del
serie de vacíos– muestra una elemental estructura personaje ordenador deberá ubicarse en el nivel con-
lógica configurada por cuatro personajes de funciones trario que es el inferior. En relación con ello, el par de
definidas: Rem como protagonista y héroe, Ramar el personajes subordinados, en su calidad de ayudantes
irreverente como antagonista, y los Pata como ayu- del héroe deberán ocupar el espacio intermedio a los
dantes del primero. Desde una perspectiva formal se
hace evidente que los personajes se organizan en dos
agrupamientos cuantitativamente simétricos, aunque
cualitativamente diferenciados: el dúo principal com-
puesto por Rem como protagonista y Ramar como
antagonista, seguido del dúo secundario conformado
por los Patá.

Dúo REM / héroe / orden /


principal RAMAR antihéroe caos.

Dúo PATA / ayudantes adscritos al


subordinado PATA del héroe orden

Mientras el dúo principal exhibe relaciones de


oposición y complemento –debido a que el héroe se
asocia con el concepto orden cuando el antihéroe lo
hace con el caos–, el dúo subordinado muestra relacio-
nes de complementación y reciprocidad entre si y con
el héroe. En base a la referencia es claro que la asocia-
ción entre Rem y los Patá se define en aras de la confi-
guración y mantenimiento del orden, por contraposi-
ción a la amenaza del caos que está personificada en Lámina 2. Textil Chimú. El motivo parece
Ramar. Por lo tanto, se puede afirmar que, desde el graficar al esquema del ciclo mítico:
punto de vista del contenido, los cuatro personajes del arriba los Patá y Ramar, abajo Rem.

Pueblo cont. 21(1) 2010 | 101


Especial: Chan Chan

definidos por los anteriores. En términos resumidos, el cm. Shi: REM


ordenamiento vertical de los personajes del ciclo míti- PATA PATA
RAMAR
co debe ser: el héroe en el nivel superior, los ayudantes
en el medio, mientras en el nivel inferior se dispone el Recapitulando, la evaluación de la información
antihéroe. referida al panteón Chimú nos ha permitido eviden-
Nivel superior REM héroe Orden ciar un ciclo mítico que aludimos como Shi, confor-
Nivel medio PATA ayudante mado por cuatro personajes que, a la vez que se organi-
Nivel inferior RAMAR antihéroe Caos zan en dos parejas, principales y subordinados, en aten-
ción a sus roles individuales, se pueden disponer en
De otro lado, considerando la naturaleza luctuosa
tres niveles, superior, medio e inferior. En lo funda-
de los ritos que los naturales efectúan por ocasión de la
mental, se trata de una cuatripartición organizada en
oscuridad producida por el eclipse de luna y/o por el
términos de una dualidad asimétrica por dos conjun-
novilunio, se puede sostener que el héroe se asocia al
tos: uno triade y otro mónada. Por lo tanto, la configu-
concepto de luminosidad, mientras que su antagonista
ración elemental del ciclo mítico se define a partir de
lo haría con el de la oscuridad. A la vez observando
la adscripción de los personajes a los conceptos de
que los naturales festejaban el eclipse de sol como una
orden o caos, por lo que se disponen en dos conjuntos,
manifestación del vigor y vigencia de Shi, es evidente
triade o monada. Adicionalmente, por los datos de
que el héroe es asumido como más poderoso e impor-
Calancha queda claro que los personajes del ciclo
tante que Han (el sol) porque alumbra tanto de día
mítico Shi, deidad Chimú, son aludidos y/o represen-
como de noche y porque lo hace cuando debe, y no
tados en dos elementos celestes: Luna y constelación
con la monotonía y regularidad del sol. Adicionalmen-
de Orión. Luego, se trata de personajes míticos de
te, por la contraposición entre Rem que representa la
naturaleza celeste.
luminosidad y Ramar que personifica la oscuridad, es
En función de los datos evaluados, se puede arribar
posible que la asociación de héroe con la luz deba ser
a una primera conclusión: el discurso o historia mítica
asumida como que Rem simboliza a la luminosidad
debió haberse generado en base a la oposición lógica
como totalidad, tanto diurna como nocturna.
habida entre los conceptos orden y caos, que son los
REM héroe Claridad que resumen la diferencia habida entre el personaje
PATA ayudantes que representa y alude a la norma y las leyes (Rem o la
RAMAR antihéroe Oscuridad deidad) y aquel que representa la transgresión y desa-
La necesidad de graficar la organización interna de cato de las mismas (Ramar el irreverente). Con todo,
los componentes del complejo mítico nos lleva a se debe reconocer de inmediato que, por la informa-
tomar en cuenta el conjunto de aspectos evidencia- ción referida a los gestos rituales desarrollados durante
dos. En principio, formalmente los cuatro personajes la oscuridad manifestada en el eclipse de luna es que se
deben mostrarse en dos agrupamientos de simetría llega a la constatación de que tal contradicción igual-
cuantitativa y diferencia cualitativa –dúo principal / mente se expresa como la diferencia entre luz y oscuri-
dúo subordinado– que, a la vez, se disponen en tres dad, en base a lo cual se define el decurso de la historia
niveles –superior/medio/inferior–, que en lo esencial mítica. En el primer caso la contradicción se mantuvo
se organizan como dos conjuntos cuantitativamente en un nivel antropomórfico, en el segundo se manifies-
asimétricos y cualitativamente antagónicos –triada ta en un nivel cosmológico.
ordenadora / mónada desordenadora. Luego, como la La interpolación de la información ha permitido
figura romboidal cumple con tales requisitos, ella sirve definir las características de los elementos evaluados
para graficar la probable organización interna del ciclo en base a los cuales se evidencian elementos adiciona-
mítico. Sus cuatro ángulos se relacionan con cada uno les para entender el rol del sol en el contexto del pan-
de los personajes del ciclo. Rem, en calidad de héroe se teón Chimor, además de la particular relación habida
ubicará en el ángulo superior, Ramar, en su papel de entre los elementos lunar y solar. Puesto que Rem per-
antihéroe, deberá ocupar el lado contrario al primero, sonifica o representa a la iluminación o la luz del cos-
es decir el ángulo interior; mientras que los laterales mos, sol y luna resultan asimilándose en base a una
deben corresponder a los Patá, ayudantes del héroe. característica común: dan luz, iluminan el día o la

102 | Pueblo cont. 21(1) 2010


Shi, ciclo mítico de la deidad Chimor

Chan Chan

Lámina 3. Area intangible de Chan Chán.

noche, respectivamente. La diferencia entre ellos configuración elemental del ciclo mítico la que nos
radica en la regularidad (elemento solar) o irregulari- llevó a equiparar ambas manifestaciones, a primera
dad (elemento lunar) de su accionar, y es en tal distin- vista incompatibles.
ción que los Chimú encontraron los elementos de
justificación para atribuir a la luna más poder que el ASPECTO ARQUITECTÓNICO
sol. Luego, en la medida en que el sol exhibe un rol de
segundo orden, aunque en algún momento del derro- El Complejo arqueológico que actualmente cono-
tero mítico participa definitivamente, él no es uno de cemos como Chan Chan, corresponde y/o reemplaza a
los personajes mayores cuya particular función le per- Chejmoer, posible nominación aborigen (Zevallos 1991)
mita configurar el ciclo mítico. de la sede del reino del Chimo (Cieza 1959/1553), se
Definida la elemental configuración del ciclo míti- ubica en la margen derecha del valle de Moche, a 5
co Shi en base a las escuetas referencias de Calancha, Km. noroeste de la ciudad de Trujillo. Se dispone
donde era subyacente, de inmediato se pudieron apre- desde la orilla del mar hasta unos 3 Km., en el norte
ciar similitudes con una manifestación cultural distin- (lámina 3). Tiene una altitud promedio de 16 m.s.n.m.
ta de la mítica, donde lo definido a partir de considera- Originalmente tuvo una extensión de 20 Km2, de los
ciones lógicas permita su comprobación fáctica debido que actualmente se conserva 14,15 Km2. Se manifiesta
a que los aspectos de la configuración elemental se como un área nuclear de carácter urbano, y otra peri-
apreciaban de manera evidente. Se trata de la configu- férica de carácter rural. La última esta conformada por
ración estructural de los patios de entrada de los Con- grandes áreas cercadas de terreno llano y amplias áreas
juntos amurallados del momento tardío de Chan hundidas, habilitadas para uso agrícola. Las primeras
Chan. De primera intención nada nos hacia preveer de hasta 400 m. por lado, se ubican al norte y este del
una relación entre mito y arquitectura –¿Qué podría área nuclear; originalmente fueron amplias extensio-
haber en común entre tales manifestaciones suficien- nes de arquitectura popular. Las otras corresponden a
temente diferenciadas?– Pero, fue la definición de la los llamados huachaques (Chico, Grande y Pampas de

Pueblo cont. 21(1) 2010 | 103


Especial: Chan Chan

Alejandro), en que se aprovecha la humedad del sub- de un motivo zoomórfico parecido a una ardilla, que se
suelo, se disponen en el sur y sureste del núcleo, y se orienta hacia el sur, por lo que divergen en el acceso
relacionan con la urbe a través de caminos elevados. inferior y convergen en el superior. Sobre él se definen
El área urbana, cuya extensión promedio es 6 Km2, paneles de líneas horizontales y paralelas –aludidos
se dispone sobre una terraza marina, desde el borde de como representación de olas marinas. La continuidad
una antigua línea de playa hacia el norte (lámina 4) estructural y ornamental es seccionada por los acce-
exhibe tres tipos de arquitectura: monumental (Con- sos: los laterales cortan muro, banqueta y decoración,
rad, 1980; Day, 1980; Kolata, 1980), intermedia (Klymyshyn, mientras los principales sólo cortan el muro y exhiben
1980) y barrial (Topic, 1980). En la primera se considera cierta complejización ornamental. Así, las jambas del
a algunas estructuras piramidales, y una decena de ingreso superior muestran una alternancia vertical de
conjuntos amurallados edificados con adobe, que por motivos zoomórficos, consistente en aves y mamíferos,
sus dimensiones, complejidad estructural y ornamen- mientras las jambas del acceso inferior –remarcadas
tación, se definen como las más importantes manifes- por un contrafuerte– muestra un complejo geométrico
taciones arquitectónicas del asentamiento. Ellos se escalonado invertido, en relieve negativo –rehundi-
orientan de sur a norte y exhiben una entrada pequeña do– por cuya razón difiere del diseño dominante y la
en el norte. Los conjuntos amurallados tardíos –con- unidad iconográfica, además de la estructural.
trario a los tempranos en que no hay una definida con-
figuración interna– muestran una definida división COMENTARIOS
tripartita, y en el inicio de los sectores norte y central
se ubica reiteradamente un Patio de entrada (PE) que, La observación de la planimetría, configuración
por su disposición central y asociación estructural se estructural y ornamentación mural del patio de entra-
define como eje de un sistema de desplazamiento al da nos conduce a evidenciar una serie de similitudes
interior de los sectores referidos del conjunto. Fre- con el ciclo mítico evaluado. Se trata de la particular
cuentemente, el del norte es más amplio que el del disposición de los cuatro accesos del patio de entrada
centro. que, por su ubicación, dimensión y alineamiento, se
Con objeto de lograr una adecuada descripción del organizan en pares, principales y secundarios. Los
patio de entrada recurriremos a la información sobre ingresos mayores –al sur y norte– configuran el dúo
el conjunto Nik-an (ex Tschudi) (2) (lámina 4), donde dominante que define el eje axial del contexto; los
esta mejor definido, tanto en el sector norte (PE1) vanos menores –al este y oeste– conforman el dúo
como en el central (PE2). A partir de cuatro muros secundario, cuyo eje es perpendicular al primero. Tal
laterales, dichos patios (lámina 5) se definen como un similitud nos llevó a emprender una evaluación más
espacio rectangular orientado con el norte. Cada uno acuciosa sobre otros aspectos de la arquitectura, con
de sus lados muestra vanos de acceso, de tamaño dis- objeto de verificar si era posible evidenciar otros ele-
tinto, que definen alineamientos perpendiculares. Los mentos de relación y equiparidad. Una observación
mayores –dispuestos al norte y sur–, se alinean con el superficial permite constatar una reiteración en la
eje axial y se disponen en planos distintos –inferior el cuatripartición, aunque la observación puntual evi-
primero, superior el segundo– y resaltan sus diferen- dencia dos tipos de configuración dual, que podríamos
cias con elementos como las pilastras de contrafuerte. aludir como simple o compleja. Para una explicación
Desde el centro del patio las del norte son observables, del asunto se necesita dividir el espacio mediante el
las del sur no lo son. Las entradas laterales –al este y teórico trazo de dos diagonales que unen los ángulos
oeste– son estrechas y se alinean en un eje perpendi- opuestos del patio de entrada.
cular al axis, aunque está desplazado al norte. Los La configuración dual simple alude a dos propor-
muros este, sur y oeste presentan banquetas adosadas ciones simétricas aunque diferenciadas. La distinción
–la central es más alta y se asciende a través de una se evidencia en los accesos mayores: el del sur es más
rampa. En el eje axial, aunque desplazado al norte, se importante que el del norte por estar en un nivel supe-
dispone un pequeño podio rectangular. rior. Los vanos laterales aunque se relacionan con el
Los muros están ornamentados con motivos geo- del nivel superior, se diferencian entre ellos. Como en
métricos y realistas. El zócalo se define por el continuo las jambas del vano superior, el ornamento de la dere-

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Shi, ciclo mítico de la deidad Chimor

cha se inicia con aves mientras el izquierdo lo hace con tricas (vano este + vano superior + vano oeste / vano
la ardilla, ello sugiere una diferencia de niveles entre el inferior), y se podría representar en la proporción 4 =
lado derecho –que por el ave se asocia al medio aéreo y 3 + 1. La configuración dual compleja refiere al con-
superior– y el izquierdo –que por la ardilla se asocia al cepto de totalidad en un nivel organizativo complejo,
terrestre e inferior. Por ello se puede postular que el que guarda relación con la definición de dos conjuntos
vano derecho –este– es más importante que el izquier- en que uno de ellos se asocia con el orden –aludido por
do –oeste–. Luego, las cuatro partes del patio se pue- tres personajes, uno de los cuales es el héroe– y el otro
den organizar en dos porciones simétricas por lo que el al caos –definido por el antihéroe. Es decir se trata de
vano derecho (este) se asocia con el superior (sur), la misma disposición estructural definida en el ciclo
mientras el izquierdo (oeste) lo hace con el inferior mítico de la deidad.
(norte), lo cual se puede representar en la proporción De otro lado, una observación atenta de los moti-
4 = 2 + 2. Tal propuesta se reitera en la planta de la vos que decoran la cara interior de los muros del patio
sala de las hornacinas, de configuración similar al de entrada, permitirá percatarse que los paneles deco-
patio de entrada aunque se diferencia por los vanos rativos están dispuestos en un orden correlativo que
secundarios que se disponen hacia el sur y no están en define tres niveles (lámina 7): superior en el sur, inter-
línea (lámina 6). En relación al vano superior –en el medio al este y oeste e inferior en el norte (3). Tal escalo-
lado sur– la disposición de los secundarios permite namiento ornamental guarda relación con la particu-
asumir que, por su cercanía, el de la derecha –en el lar configuración arquitectónica del recinto y la ubica-
este– está “más alto” que el izquierdo –en el oeste–, ción de sus accesos. Observando que en los accesos
ubicado “más abajo” por su lejanía. Resumiendo, la principales, se definen motivos diferentes, es posible
configuración dual simple refiere al concepto de tota- que por su disposición podamos acceder a su significa-
lidad en un nivel de organización simple, y se podría ción. En un derrotero de norte a sur (lámina 8), se cons-
aludir en la categoría Inca de los cuatro suyus (tahuan- tata que en el nivel inferior se dispone la representa-
tinsuyu), que igualmente se ha documentado en socie- ción de una horadación en diseño esquemático, en el
dades norcosteñas del momento Lambayeque o
Moche (Paredes, 1994).
La configuración dual compleja refiere a dos por-
ciones asimétricas y antagónicas. A partir de la organi-
zación estructural y ornamental se pueden establecer
dos conjuntos: uno triade –de cuyos tres elementos
sobresale el central que se asocia a la porción superior–
y otro mónada –correspondiente a la porción inferior
que, aun cuando forma parte del conjunto, aparece
N

individualizado y excluido. La disposición de las ban-


quetas define una asociación estructural entre los
accesos este, sur y oeste, en desmedro del vano norte,
lo cual se reitera con la visualización de las pilastras
que le particularizan. Igualmente, por diseño y motivo,
se aprecia una interrelación entre los accesos este, sur
y oeste, en contraposición al vano norte, que se refuer-
za con el derrotero y orientación de los motivos zoo-
mórficos que, a nivel del acceso inferior se muestran
divergentes –por lo que el vano se define como punto
inicial de desplazamiento–, mientras a nivel del vano
superior convergen –con lo que se define como punto
final del derrotero–, lo cual incluye a los ingresos late-
rales en que las ardillas se dirigen al sur. Luego, el espa-
cio cuatripartido se evidencia en dos porciones asimé- Lámina 4. Nik-an, Conjunto Amurallado.

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Especial: Chan Chan

nivel medio, a través de diseño esquemático y natura- arquitectura– revela un nivel ideológico suficiente-
lista, se alude a lo acuático –olas– y terrestre –anima- mente definido, homogéneo y coherente. Por lo desa-
les–, mientras en el nivel superior –a partir de anima- rrollado se puede sostener que, aun cuando los datos
les en diseño realista– se alude a lo terrestre y aéreo. procedentes de la fuente escrita frecuentemente son
Con tales elementos se hace evidente que el nivel asumidos como anecdóticos y adjetivos ante aque-
inferior alude a lo subterráneo, y/o marino, el nivel llos que provienen del trabajo arqueológico (Paredes,
medio a lo terrestre, mientras el superior se asocia a lo 1994), la interpolación de la información ha permiti-
celestial. Ello resulta totalmente similar a los tres nive- do una adecuada mediación entre ambos conjuntos
les del cosmos inca: el Hananpacha o mundo de arri- de datos: la información derivada del estudio critico
ba, donde se disponen las deidades celestes, el Kaypa- de la referencia mítica y el dato empírico que nos
cha o mundo de la superficie donde radican lo hom- ayudó en la interpretación de una serie de aspectos
bres y el Uckupacha o mundo del subsuelo, morada de en los que el apunte del cronista no era suficiente-
los difuntos y dioses de la fertilidad (Garcilaso, mente claro.
1959/1609; Valcárcel, 1967: 150). La arquitectura de los patios de la entrada de los
Por lo evidenciado, en los patios de entrada de los conjuntos amurallados, en su manifestación planimé-
Conjuntos amurallados de la sede Chimor en relación trica, estructural y ornamental, permite apreciar a la
al ciclo mítico de la deidad Chimor, se pueden estable- vez, la plasmación de dos aspectos básicos de la
cer similitudes a nivel de su configuración elemental aprehensión andina del espacio: una visión horizontal
que permite una interpolación de las definiciones asociada con el nivel geográfico que puede ser resumi-
horizontal y vertical del espacio. En general se puede da en el concepto Inca de las cuatro regiones –suyus– y
sostener que existe una relación entre el ingreso supe- una visión vertical relacionada con el nivel cosmológi-
rior y el héroe, los ingresos intermedios con los ayu- co que igualmente se puede sintetizar en el concepto
dantes y el inferior con el antihéroe. Como los tres quechua de los tres mundos –pacha–; y de otra parte,
niveles se corresponden con los tres mundos del una dimensión que resulta de la combinación de
esquema vertical del espacio Inca, es evidente que ambas definiciones y tiene que ver con la concepción
Rem se asoció con el Hananpacha, los Patá lo hacen de la totalidad, que se constituye a partir de los compo-
con Kaypacha, en tanto Ramar se relaciona con el nentes orden y caos, y define lo fundamental de la
Uckupacha. Luego, por las relaciones de reciprocidad configuración documentada en los casos del mito y la
y complementación entre los ayudantes y el héroe es arquitectura Chimor. Igualmente la configuración
lícito asumir que el orden impuesto por este regirá en definida en ambas manifestaciones culturales de los
Hananpacha y Kaypacha mientras que, en el Uckupa- Chimor resulta similar a la de otros ciclos míticos del
cha, imperaría el orden invertido. De otro lado, la área andina, el caso más representativo y mejor docu-
asociación entre Rem y Hananpacha encaja coheren- mentado es el de los Ayar y los Viracocha, héroes míti-
temente con lo que la referencia indica y/o permite cos de la sociedad Inca, cuya lectura –en términos de
definir a propósito del héroe; es decir, se trata de un las funciones (Urbano 1981, 1988)–, permite observar
ente lunar o deidad celeste, tal como la asociación una configuración similar a la de la referencia norcos-
entre Ramar y Uckupacha podría aludir a una deidad teñas. Por lo cual es evidente que, aun cuando en
subterránea o marina. A partir de lo cual, se puede ambos casos –Chimor e Inca– los personajes y las cir-
sostener que lo fundamental de la trama argumental cunstancias específicas son diferentes, a nivel del
del ciclo mítico Shi refiere a un enfrentamiento entre gesto y función de los personajes, así como por la confi-
las fuerzas celestes y las subterráneas o marinas, repre- guración elemental de la referencia, dichos ciclos míti-
sentadas en los personajes de la claridad –Rem– y de la cos resultan totalmente similares.
oscuridad –Ramar. Aun cuando en el inicio supusimos que nuestro
En la medida en que el modelo de configuración trabajo podría esta mediatizado por lo raleado de la
definido en base al ciclo mítico se reitera en la arqui- información escrita, fue al comprobar que la configu-
tectura, es evidente que no se trata de un asunto ración del ciclo mítico se reiteraba en la arquitectura
circunstancial. La similitud en la configuración de ceremonial Chimor, lo que nos convenció de la validez
dos manifestaciones culturales distintas –mito y de nuestro procedimiento. Con todo, debe quedar

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Shi, ciclo mítico de la deidad Chimor

NORTE SUR
MURO ESTE

INGRESO NORTE INGRESO SUR

Lámina 5. Patio de entrada, Nik-an.

constancia sobre la diferencia en cuanto al material Adicionalmente la similitud de los ciclos míticos
informativo: mientras en el caso Inca se cuenta con de las deidades Chimor e Inca, a nivel de sus modelos
abundante material referencial, en el caso Chimor los de configuración elemental, evidencian cierta unidad
datos resultan insuficientemente breves y entrecorta- ideológica andina que, tal como hemos sostenido en
dos. Más, aun cuando se ha perdido gran parte de la otro momento (Paredes, 1996), nos conduce a la bús-
historia mítica Chimor, el reconocimiento de su confi- queda de un antecedente común.
guración básica permitió apreciar su similitud con la
estructura elemental del ciclo mítico de la deidad
ÁREA DE VIGENCIA
Inca. Luego, debido a la similitud esencial entre ambas
referencias, es posible proponer que el ciclo mítico Shi Puesto que hay quienes piensan que Shi es una
puede corresponder al de una deidad similar a Viraco- deidad adscrita al valle de Jequetepeque, que no guar-
cha. Como en el caso de los personales componentes da relación con el territorio dominado por los Chimor,
del ciclo mítico Inca son referidos por su nombre parti- estamos en la obligación de presentar los elementos
cular, la nominación general –tal es el caso de Viraco- referenciales que demuestren lo contrario. Puesto que
cha Pachayachachic o Viracocha Taguapaca y los son varios los aspectos que permiten sostener que Shi
demás– en el caso Chimor, los personajes que confor- es la deidad de los Chimor, proponemos una presenta-
man el ciclo mítico Shi debieron haberse nominado ción ordenada de tales referencias. Como la primera
Shi Rem, Shi Ramar o Shi Patá. necesidad es demostrar que Shi no es deidad exclusiva
del valle de Jequetepeque, un aspecto que nos puede
Chimor: c.m. SHI Inca: c.m. VIRACOCHA ayudar proviene de la evaluación precedente en que se
Rem Pachayachachic demuestra que el esquema organizativo del ciclo míti-
Patá Patá Imaymana Tocapu co resulta equivalente a uno logrado al evaluar la
Ramar Taguapaca arquitectura ritual de los patios ceremoniales de los

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Especial: Chan Chan

conjuntos amurallados de Chanchan, sede del Chi- similar ocurre desde la perspectiva del apunte etno-
mor. Con lo cual se hace evidente que aun cuando la gráfico: ya que si se toma en cuenta que el término Shi,
versión sobre Shi fue recogida en el área del Jequete- inicialmente registrado por Calancha (1639) en el valle
peque, por la similitud aludida se puede sostener que de Jequetepeque, igualmente fue documentado en
los del valle de Moche en que se emplaza la sede de los Eten, valle de Lambayeque, por Brunning (1902), con
Chimo igualmente conocieron tal referencia. Algo lo que se evidencia que la deidad referida no se cir-
cunscribió al área Jequetepeque, sino que además del
valle Moche, igualmente se le registra en el de Lamba-
yeque.
Luego, además de evidenciar que Shi no es deidad
circunscrita al valle Jequetepeque, se trata de demos-
trar que se trata de una deidad reconocida en la ampli-
tud del territorio Chimor, en la medida en que es el
propio Calancha quien lo sugiere cuando indica que
Shi fue deidad a la que “adoraban los Indios de Pacas-
mayo i los mas valles de los llanos…” (énfasis nues-
tro. AP). Luego, aunque no exhibe mayores argumen-
tos, nosotros pensamos valiéndonos del propio Calan-
cha, que se puede organizar una demostración sobre el
particular. Puesto que el adoratorio de la deidad fue
Sian, ello permite definir un mecanismo mediante el
cual se puede lograr un acercamiento al área de distri-
bución de los templos de la deidad. Conociendo que la
edificación que Calancha aludió como Sian actual-
mente se conoce como Singan, es evidente que los
términos Sian y Singan son equivalentes. De otro
lado, observando la existencia de algunos sitios de
nominación equivalente –tal como el caso del Com-
plejo arqueológico Batán Grande en el valle la Leche
que, en documentos de 1536 (AGI-Justicia 418) figura
como Signan, Sican, Cican y otros (Paredes, 1987)–, es
posible proponer que aún cuando el étimo que alude a
la deidad es Si o Shi, no es difícil asumir que, igual-
mente, pueda haberse escrito como Ci o Chi. Luego,
Lámina 6. Sala de las hornacinas. siendo Si/An los étimos básicos del término que alude

NIVEL INFERIOR NIVEL MEDIO NIVEL SUPERIOR


ORNAMENTAL

INGRESO SUR (ALTO)

INGRESO NORTE (BAJO) INGRESO ESTE (MEDIO) ESTRUCTURAL

MURO NORTE (E) MURO ESTE MURO SUR (E)

Lámina 7. Elevación compuesta. El muro este y las porciones este


de los muros norte y sur.

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Shi, ciclo mítico de la deidad Chimor

al templo de la deidad, el elemento de conjunción de to en que se amparó la organización político-


las denominaciones tardías puede variar, sin por ello administrativa del Chimo.
alterar el significado original.
Bajo tales consideraciones hemos registrado una CONCLUSIONES
serie de términos equivalentes a Sian. Supusimos que
Del conjunto de personajes deificados reconoci-
la observación de la ubicación de tales sitios y su distri-
dos, se hace evidente que el panteón Chimú fue regido
bución espacial nos permitiría elementos suficientes
por una deidad lunar cuya particular historia se evi-
para desarrollar una evaluación más justa sobre el
dencia en un ciclo mítico en que intervienen cuatro
asunto. La propuesta era: si el área de distribución se
personajes: un par es conformado por los actores prin-
circunscribía al valle de Jequetepeque obligaría a sos-
cipales que exhiben funciones contrapuestas (héroe,
tener que fue una deidad local o regional, ya que de
antihéroe); el otro par lo es por los actores secundarios
rebasar el área del referido valle, se podría contar con
que muestran funciones complementarias y en favor
prueba suficiente para asumir que Shi fue la deidad
del héroe.
nacional de los Chimor. Escrutando referencias docu-
mentales sobre toponimia y onomástica (Paredes, El discurso de la historia mítica de Shi se genera en
1987:9-97) se llegó a definir que el término Sián se dis- base a la oposición lógica habida entre las categorías
tribuye en el área comprendida entre los valles La orden y caos, que aluden y/o resumen la diferencia
Leche y Huaura (4) que, en líneas generales guarda entre: el personaje que representa a las normas y pau-
similitud y correspondencia con el territorio que la tas sociales (Rem: la deidad) y aquel que encarna la
arqueología define como Chimú. Por lo tanto, el área transgresión y desacato de aquellas (Ramar: el irreve-
de dispersión de los adoratorios de Shi se constituye en rente), lo cual además se expresan en la contradicción
elemento demostrativo de que, efectivamente Shi fue habida entre luz y oscuridad.
la deidad mas importante de los Chimú y, además Aunque se debe reconocer que buena parte del
sugiere la posibilidad de un sistema religioso organiza- discurso mítico sobre la deidad costeña se ha perdido
do a partir de una amplia red de adoratorios dedicados irremediablemente, por los apuntes de Calancha se ha
a la deidad nacional, probablemente en correlación logrado rescatar lo fundamental de su estructura, en
con aquellos dedicados a los númenes locales o regio- base a lo cual se hace evidente que el ciclo mítico de
nales. Lo cual, pudo ser un mecanismo de sometimien- Shi resulta elementalmente equiparable al ciclo de

BANQUETA LATERAL BANQUETA CENTRAL

NIVEL INFERIOR NIVEL MEDIO NIVEL SUPERIOR


SUBTERRÁNEO TERRESTRE SUPRATERRESTRE

Lámina 8. Esquema de la elevación compuesta. Ornamentación y niveles.

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Especial: Chan Chan

Viracocha, en función de lo cual se puede sostener que de muros cuya altura fue producto de la particular decisión
de quien estuvo encargado de tales trabajos, por cuanto no
podría tratarse de una deidad creadora.
estuvo amparada por evidencia empírica. De otra parte, por
Demostrada la similitud de estructura en manifes- comparación a lo documentado en el PE2, cuya limpieza fue
taciones culturales diversas –material (arquitectura) o hecha por el INC a fines de los años 1980, se evidencia que el
no material (mitología)–, se puede hablar de una mani- patio de entrada del sector norte (PE1) y central (PE2), son
festación religiosa compleja y totalmente definida similares y, que el PE1 exhibe una estricta adscripción a la
planimetría y estructuración original. Como asunto adicio-
para la sociedad Chimor. Por todo lo evaluado creemos nal, debe indicarse que el desnivel observado en la cabecera
haber argumentado suficientemente para sostener de los muros este y oeste de PE1, en relación con la banqueta
que Shi fue venerada en sus particulares templos superior, se corresponde con lo que se observa en dos mode-
(Sian) que se distribuyeron en el territorio Chimor. los arquitectónicos recuperado en tumba Chimú en Huaca
de la Luna (Uceda, 1996).
La similitud de elementos y categorías constatada (3) Con objeto de facilitar la percepción de los tres niveles –en los
en relación a la cosmología Inca, a la que previamente planos estructural y ornamental– del patio de entrada, se
asumíamos como la que creó y aportó: la configura- propone el esquema gráfico de una vista interior sobre la eleva-
ción del espacio en términos de horizontalidad –cua- ción del muro este, en que se incluyen los segmentos este de los
muros norte y sur, que han sido gráficamente extendidos a una
tro suyus– y verticalidad –tres pachas–, o la estructura
superficie única del primer patio de entrada (PE1) del Conjun-
básica de los ciclos míticos, permite reconsiderar el to Nik-an.
punto y proponer en términos reiterativos que los (4) A partir del registro de toponimia y onomástica, se observa que
Incas conjugaron y/o recrearon una serie de elementos el área de dispersión del término Sián –que alude al templo de
la deidad Shi y sus variantes se documenta en los valles de:
culturales de las sociedades precedentes.
- La Leche: Sican (Cican, Signan, Sicani, Cani)
- Lambayeque: Sinan (Singan) Sipan.
Notas - Jequetepeque: Sian (Singan), Sisnan.
- Chicama: Chicam
(1) Por Calancha sabemos que lo que conocemos como constela- - Moche: Chican (Chicamy, Chicaman, Chaucan). Chingan
ción de Orión fue aludido por los Chimú con el término Patá, (Chiguan)
ya que en ella estaban representados los ayudantes de la - Huaura: Sipan
deidad (Patá) conduciendo a Ramar al patíbulo, en cumpli-
miento de la orden de Shi. Por necesidad de un ordenamien-
to elemental del referido agrupamiento estelar se puede Referencia Bibliográfica
sostener que, la constelación Pata corresponde a un comple- Cabello Balboa, Miguel
jo estelar configurado por dos conjuntos de estrellas: uno 1951/1576 Miscelánea antártica, una historia del Perú antiguo.
central y otro periférico, dispuestos en forma concéntrica. El Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Facul-
agrupamiento de la periferia está definido por cuatro elemen- tad de letras, Instituto de Etnología. Lima.
tos de carácter zoomórfico, puesto que representan a gallina-
Calancha, Antonio de la
zos (Coragyps atratus, los de cabeza negra y Cathartes aura, los
1977/1636 Cronica Moralizada del orden de San Agvstin en el Perv,
de cabeza roja), o sonto, que habrían de devorar los restos del
con svcesos egemplares en esta monarqvia. Volumen IV.
malhechor condenado. Los cuatro sontos están representa-
Edición de Ignacio Pastor. Transcripción, estudio
dos por las estrellas alfa orionis (Betelgeuse), beta orionis
crítico, notas bibliográficas e índices de I. Prado. Lima.
(Rigel), gamma orionis (Bellatrix), y kappa orionis (Saiph). El
agrupamiento del área nuclear está definido por tres elemen- Carrera, Fernando de la
tos de naturaleza antropomórfica, que a la vez se diferencian 1939/1644 El arte de la Lengua Yunga. Estudio critico de Radamés
entre: dos componentes laterales –los Pata, ayudantes de la Altieri. Instituto de Antropología, Universidad
deidad, que son aludidos por delta orionis (Mintaka) y zeta Nacional de Tucumán. Argentina.
orionis (Alnitak), y uno central, el irreverente es aludido por Cieza de Leon, Pedro
epsilon orionis (Alnilam). 1959 /1553 Crónica del Perú, Primer parte. Pontificia Universidad
(2) En la medida que nuestras apreciaciones aluden al conjunto Católica del Perú; Academia Nacional de la Historia.
de elementos estructurales y ornamentales del patio de Lima.
entrada del sector norte (PE1) del conjunto Nik-an (ex Conrad, Geoffrey W.
Tschudi), cuya limpieza data de los años 1960, se debe indi- 1980 “Plataformas funerarias”, Chan Chan metrópoli Chimú:
car que existe una discusión en torno al procedimiento de 217-230. R Ravines, compilador. Instituto de Estudios
conservación. Observando fotografías de aquella interven- Peruanos, Lima.
ción y por el reconocimiento directo de la estructura y seg- Day, Kent C.
mentos ornamentales en sus niveles inferiores, podemos 1980 “Las ciudadelas de Chan Chan”, Chan Chan metrópoli
indicar que el problema no radica ahí, sino en relación a la Chimú: 255-258. R Ravines, compilador. Instituto de
disposición de la ornamentación en las porciones superiores Estudios Peruanos, Lima.

110 | Pueblo cont. 21(1) 2010


Shi, ciclo mítico de la deidad Chimor

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Pueblo cont. 21(1) 2010 | 111


Arriba: Foto de 1930. Sala de “arabescos” en la ciudadela UTZH AN (ex Gran Chimú) (Foto archivo Alberto Pinillos Rodríguez).
.Abajo: Foto de 1930. Frisos en la ciudadela ÑING AN, ex Velarde (Foto archivo Alberto Pinillos Rodríguez).
Chan Chan en la poesía y la narración

VISIONES DE CHAN CHAN …Sí… al vagar por esta calleja larga, con sus
muros paralelos, inacabables, fue que oí un rumor
José Eulogio Garrido
envolvente y ronco… Era como si detrás del muro
de la derecha, una multitud orara.
Visión XXIII
Yo había venido de lejos, de muy lejos a estas
Aquí en este laberinto. llanuras. Bien lo recuerdo. Había venido desde
Aquí, en este laberinto, se me perdió el alma hace una montaña remota, a saber el oráculo de mi
quién sabe cuántos siglos. destino.
Fue aquí, en este laberinto y no en los fútiles Por esto era que esa mañana, caminaba por en
laberintos del mundo, donde se me perdió el alma. medio de este callejón desierto. Amarillo, de un
Desde entonces mi cuerpo ha ido pegado a otras amarillo nacarado estaba el callejón y, arriba, el
almas, y mis almas, tomadas de acá y de allá, han cielo tan azul; y al igual del callejón un cerro
ambulado con otros cuerpos por los falaces dentado y hosco, tallado, titánicamente tallado en
caminos del tiempo y del espacio. un bloque de granito grisazul…
Y, ahora, que mi memoria resucita y tiembla como Así como esta mañana.
un sutil cristal transparente, recuerda que fue aquí El rumor clamante del otro lado del muro creció
donde mi alma se perdió. como la ráfaga de un ventarrón.
La mañana es como una inmensa campánula azul, Fue entonces que divisé empotrada, a la mitad del
volcada sobre esta ciudad de tierra que no quiere muro de la derecha, una puerta pequeña, y hacia
acabarse. ella fui casi sonambúlicamente.
Yo, con mi cuerpo de ahora y con mi alma de Penetré por la puerta y por ella, del otro lado, me
ahora, he venido instado no sé por qué voz llegó el turbión de la multitud y el mensaje áureo
recóndita hasta aquí para constatar este hecho de la luz que esmaltaba otro callejón.
imposible. El callejón que vino a mi encuentro, al transponer
Y al venir a parar entre este laberinto, desde donde la puerta, fue cortado por otro y luego por dos…
es tan remoto y tal azul el cristal de la mañana, Yo seguí caminando hacia el rumor como un
siento cómo mi memoria de antes vuelve a vibrar y autómata… Nadie… nadie… Sólo el clamor
recuerda, vagamente, que aquí fue donde se perdió pávido lejos… Y un tronar seco de tambores y un
mi alma de antes, mi primera alma, mi alma alarido de trompas en agudo.
primaria. La encrucijada se multiplicó…
Mi memoria, como un lente retrospectivo, va Fue, entonces, que me hallé, en el centro del
escrutando en lo que ya pasó. laberinto, pávido, ensordecido, deslumbrado,
…Fue una mañana tan antigua… Más azul que desasido de lo de antes…
ésta, de un azul de zafiro… La mañana de Sentí un extraño desgarramiento interior y ya no
entonces no fue una campánula azul volcada; fue oí nada ni vi nada… nada…
una inmensa ánfora de cristal azul y en el fondo Fue aquí en este laberinto donde se me perdió el
de ella esta ciudad amarilla que ya se desmorona, alma aquella mañana tan vieja ya…
se erguía soberbia con sus muros hoscos y No he venido a buscarla, no…
vigilantes… Ya no…

Pueblo cont. 21(1) 2010 | 113


Especial: Chan Chan

¿Para qué? de una tienda en el dintel


Sin embargo, siento, ahora, que entre el laberinto –cántaro de agua de oro–
y yo hay como un eslabón hecho de sueño y de se oye una voz de mujer.
sortilegio…
El aletazo de un ave del mar que ha venido a Plazas, talleres, salinas,
pararse sobre uno de los ángulos del laberinto, cisternas y, por doquier,
agita el aire azul y, simplemente, decorativamente, el hechizo de la vida
sin porqué… que lo llena todo, pues
el sol es radiante, límpido
ANA ÑUSTA Y LA el cielo, azul, el mar e
CIUDAD LUMINOSA ilustre el canto. El amor
entona su himno de ayer,
Francisco Xandóval de hoy y siempre en la diáfana
paz del trabajo y el bien.
En el país de los Chimús,
linda de luz junto al mar, Desde los glaucos estanques
una ciudad florecía, junto al mar, lindo es de ver
y era su nombre Chan Chan. cuántos caminos se muestran,
y santuarios en andén,
Formábanle las montañas grandes hornos, factorías
hemiciclo colosal; y el dinámico vaivén
de modo que ella dormía de aquel concierto moreno
en dulce y fragante paz, de hombres puros, cuya fe
coronada de azoteas, se simboliza en los signos
florecida de amancaes, de eternidad que se ven
escoltada por los Andes en sus huacas y en la frente
y arrullada por el mar. de los príncipes y el rey.

Sus trapeciales palacios Y a la noche obscura, el vago


viéronse un día emerger misterio de Dios, en que
como gigantescas flores relucen fosforescentes
bermejas, a cuyos pies los raros ojos del pez
enjambres de toldos de alga de los augurios, que bullen
batiendo como un cairel, en la esclusa de Chepec:
poblaban de gloria el sueño, el pez demiurgo que anuncia,
de alba, de gracia y de miel. medroso, el acontecer,
y al que eunucos sacerdotes
Tiendas de las alfareras vienen su sangre a ofrecer,
que gritan al viento: –¡Aibec!,* para sentir el contacto
y ensamblan de estruendo el aire. telúrico, el no sé qué
cien tamtanes a la vez trágico que en lo profundo
con su fanfarria de plata de sí les hace entrever
hienden el atardecer giro de astros, luz de luna,
indio, y, a un cuerno de la luna, rombos de fiebre y de sed,
signos del destino humano
* Aibec en lengua yunga significa cambiad, trocad. más allá del mal y el bien.

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Chan Chan en la poesía y la narración

que lanza Aquí es la tierra misma


desmesurado grito. eternamente arcilla.

Chan Chan caballo de En El Dragón


totora, pelícano, hay hora de cosecha.
llanura. Aquí están las entrañas
del origen, la dimensión
Talladura de barro del tiempo, el éxodo
donde el hombre del canto.
sembró como maíz
su reciedumbre, Vestidos de pesar
hasta llegó a llegamos al extremo
sembrar de tu luz detenida,
su corazón aquí Chan Chan,
y llegó a cosecharlo para encontrarnos
en una diminuta a nosotros mismos
alba de lluvia. y así sabernos
cerámicos pequeños
Vasija del recuerdo, angustiados cerámicos.
enorme huaco,
cuánta mano bronceada En nuestra Patria
forjó tu piel hay una hora
ocre de tierra, de pómulos,
azul de mar, Arcilla erguida
verde de chirimoya Mochica Padre, Chimú.
blanca de virgen, Padre dos veces
roja de pueblo ojera desmedida, indio
para después cantar, de caña brava, de
estrellas y minutos. brava soledad;
sin espacio ni siglo
Última sombra vive en silencio.
de la primera madre
el hombre baja a los subterráneos Te dormiste en
sube a los paredones la playa para soñar,
para asombrarse tú, libertad de ave,
de tanta magnitud vive sin tiempo.
de tanta arcilla Recuérdante
imperio de la ausencia como una cosa triste,
apenas se te puede llevar vive sin llanto.
en la memoria. Los días las pisadas.
El maíz y los dioses
En la Esmeralda están lejos.
hay hora de tambores El hombre volverá,
aquí es a mí, no hay puntos vive sin sangre
cardinales ni tropiezos. el hombre, un otoño

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Especial: Chan Chan

MAGNITUD DE ARCILLA Hombres en la madrugada


Manuel Ibáñez Rosazza con un bosque de oro
bajo el pecho
En el inicio y redobles
hubo sólo el verbo, de piedra
luego existieron hombres. en plena cara.

El hombre puso arcilla Mujeres


sobre arcilla, con pedazos de luna
luego fueron los muros. en los pulseros,
halando peces
Además de la arcilla y pinceles de noche
el hombre en los cabellos.
se puso hombre.
Chan Chan Desde abajo, desde
se hizo. el agua, desde las huacas
la vida y el aire
Arrebatando espacio se confunden.
a las gaviotas,
surgió un día Chan Chan ¿Quién se llevó
con un rostro de polvo Los árboles?
y de rocío. La hierba es color
siempre:
Era un nido de arcilla empecinada
para hombres, era avanza hasta la espuma
un cóndor salino del mar y se descuelga
detenido en la playa entre nuestro ser
con las alas y el primer Huaco,
abiertas para el vuelo. entre nuestra sonrisa
y tanto hueso
Ahora el viento atisba Chan Chan relámpago caído
desde la altura, hace por rebelde
enredaderas alma de niebla
nos asusta que asciende
la historia. para besar la cumbre
Flota junto a la arena que hay en el fondo.
un opaco clamor
de tiempo mudo Chan Chan ronca canción,
como una voz de Ande casa de nadie, casa
que nos viene. sin ventanas,
silabario de quenas
No hay nadie
proclamando revueltas.
pero invisible
gente
Chan Chan ayer del hoy,
transita por las calles.
hoy del ayer

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Chan Chan en la poesía y la narración

volverá, con estos muros. No pudo


definitivamente. jamás con estas manos invisibles
Volverá. que me dan sus manos.
Definitivamente Nunca pudo con estas sombras
al polvo tú alzadas en el barro y sus raíces,
un presentido día con este aliento y estos ojos
de otoño, de gaviotas que me espían. Nunca contigo
y arcilla. Metrópoli del Mundo, ceramio
Tiempo será gigantesco de frisos y murallas.
del sitio verdadero… Nunca y jamás con esta sangre
. convertida en barro.

POEMAS DEL CAMINANTE VIII


¿Qué dios, entonces,
PARA CHAN CHAN
inspirado en el amor te tomó
José Hidalgo entre las cuencas alfareras de sus manos
y acuñó sus indelebles huellas digitales
V en tu cántaro esparcido a flor
Aquí me tienes, pues, de tierra?
Chan Chan, ciudad heroica, ¿Qué dios
tatuada y rescatada, sopló tu cuerpo para abrir
victoriosa y sobreviviente, de par en par gozosas puertas y ventanas
inmóvil y agazapada y concibió y dibujó su paraíso
bajo la túnica agrietada en la cáscara maleable y fresca
del eterno barro. de tu barro?
La furia del viento ¿Cuál
me devuelve los gritos fue el que te creó y te eligió
triunfantes y las voces para que le sobrevivieras?
de los que un día te crearon ¿Qué dios
y ahora duermen quiso dejarte, Chan Chan, en señal
envueltos en tus brazos y como prueba y testimonio innegable
y tu abrigo. de su eterna existencia ya acabada?

VI IX
Lo mismo que un fantasma He aquí que ahora se oyen
me acerco al calor pututos y tambores. Muchedumbres
humeante de tus muros y dejo que aclaman, te invaden jubilosas.
que mis pasos deambulen Y emergiendo entre espejismos,
por tus calles y plazas y avenidas. confundidas en el ronco clamor
Gente Chan Chan dejó también aquí de los guerreros, van las voces y las risas
sus más humanas huellas de los niños mochicas y sus cantos.
ofrendándolas a dioses
como el viento y el dragón. X
Y es el viento,
VII y otra vez de nuevo y longevo
Pero, el viento no pudo jamás el viento que ruge

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Especial: Chan Chan

en la solitaria región SIETE CANTOS DE CHAN CHAN


de tu arquitectura.
Rolando Toro
Y es la sed
que ardiendo corre enloquecida Avancé por las calles
y vertiginosa danza perdidas
en la espiral de los remolinos. de ausencia.
Y es el eco Te busqué entre los muros
llamándose así mismo, dormidos.
siempre alerta Fui por el pasadizo de los peces
entre los poros del adobe, más allá del mar.
como el único guardián
Crucé los patios y los corredores
que atisba
llamándote, hermano.
que habla,
Hundí mi rostro en la raíz del cielo
que camina
y no encontré tu dulzura
por el lomo quemante
ni al escultor de pájaros
de tus calles.
ni al constructor de balsas.
Y es la mar
Pero en el seno de la tierra
con sus pájaros y peces
cayendo a las entrañas del abismo
cantando para ti.
sentí el gemido y las rosas temblando.
No fue en el cielo
XI
sino en el barro germinal
donde encontré tu rostro.
Pero, el sol
ya se acuesta por Huanchaco Toqué los surcos abiertos por la furia
escoltado entre espadas y en la herida de la arena
de totora y yo debo seguir hallé el secreto estremecido de las vidas ausentes.
por mi camino, Llamé por las ventanas
caminante que te halló agugeros del tiempo
como al azar. con cuencas vacías
Caminante que al mirarte y apareciste tú,
se detuvo sorprendido dulce hermano chimú.
entre la red de tus murallas
y la imagen del Ciempiés II
evocando con nostalgia a los viajeros Manantial de la luna
en tu Templo del Dragón. humedad genital de los estanques.
Y yo debo seguir por mi camino Cuerpos desnudos
después de saber que por ti pasaron confundidos con la verde energía.
las furias de mil vientos, El pez en la cabeza
que cayeron sobre ti los cataclismos las anguilas por brazos.
y las aves de rapiña La luna en hachas y cuchillos
te invadieron sin saber besando las semillas.
que ya eras inmortal. Si-an la terrible derramando leche.
Aurinegros huanchacos Los pescadores cabalgando
tejen trinos de victoria para ti. barcas de totora
en el océano furioso.
El mar distribuía el alimento y la muerte.

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Chan Chan en la poesía y la narración

III V
¿Cómo eran tus amores, pueblo Chimú? Volveremos de nuevo
¿Cómo surgía la música de tus como semillas indestructibles
quenas sagradas? generando, cada segundo,
¿Dónde hallaste el junco de tus barcas? terrible verdad.
¿Dónde danzaban tus vírgenes para Renaceremos una y otra vez
el aniversario del rey? en el útero maravilloso
Me tiendo sobre tus lomas de la contemplación.
espaldas de gigante. Volveremos a los senderos inundados de luna
Camino por los laberintos a los relojes de agua
donde guardabas la cosecha de primavera y llanto.
los tributos y los sueños del amor. Volveremos en cada pensamiento
y en cada una de las danzas.
IV Allí estaremos siempre
semillas errantes.
El huracán del tiempo Renaceremos para iniciar de nuevo
acaricia mi rostro, abriendo el amor.
espacios de dolor Volveremos vestidos de barro
y marcando las fases de la luna. en infinitas nuevas formas.
Somos el mismo hombre ayer y hoy Volveremos príncipes terribles.
caminando el mismo sueño Alfareros,
el mismo río de frutos joyeros de los ojos de águila.
el mismo mar de las mujeres Sembradores de Kiwicha.
y el vendaval de la muerte. Panaderos, amantes,
Hemos estado juntos hace mil años. visionarios del cielo
en el beso visionarios del abismo.
mujer chimú Volveremos desde el reino de la muerte
Te vi pasar por el patio de los reyes para encontrarnos y ser frutos
con el cuerpo enlazado de zarcillos en el árbol sagrado del mundo.
y serpientes. Volveremos cantando, iluminados
La gloria es el horror volveremos pescadores
de ser arena caminando en la brisa… agitando redes.
He vivido mil años Sacerdotes con vasos de plata
en esa medusa de ilusión alzados a la luna.
en este mar profundo y verde. Sacerdotes del sol
Conozco la huaca del Dragón elevando cálices de oro.
el Templo del Arco-Iris Volveremos
y el peciolo de la noche. con lanza de relámpagos
Soy más viejo que la piedra más antigua. con un tigre rugiendo en la sangre
El huracán fue mi canción de cuna a consagrar de nuevo el maíz.
los grandes lagartos mis amigos.
He vivido mil años VI
en este agujero negro ¡Oh Dios Sardina,
del amor perdido apenas encontrado. Dadnos abundancia!
Descubro tu rostro de niña, mujer chimú, ¡Diosa del mar,
cada mil años. Salvad los náufragos con tu mano verde!

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Especial: Chan Chan

VII Lo indestructible nos reconoce.


Lo indestructible aúlla salvaje
Porque lo indestructible
cuando nos encontramos de nuevo.
es la vida
Soy como tú, hermano Chimú,
cuando navegas en los ojos
ni de piedra milenaria
(lo indestructible es el instante).
ni de acero cruel.
Es posible que vayamos caminando
Sino de arena.
entre ruinas.
Arena que ríe y ama
Es posible que la última visión
arena pasajera
del amor no vuelva jamás
que se detiene un instante
a las selvas y a los ríos.
en este agujero del tiempo
Pero lo indestructible tiene forma humana
y descubre el amor:
miradas, danzas, besos.
la Semilla infinita.

*
EL DESAFÍO DE LOS HUACOS
Eduardo Paz Esquerre

…y que atado está al Globo, En la cabeza del huaco de Ñancenpingo, brillante


como a un huaco estupendo que girara.
por el pulimento, dos gruesas orejeras dejaban ver, en
CÉSAR VALLEJO (poema “Huaco”)
relieve, los rasgos abreviados de su ave sagrada,
emblema del tipo de sabiduría que vivía en esa fase de
Se encendieron grandes fogatas en la amplia su vida y presente también en el significado de la síla-
planicie; la gente esperaba. Ñancenpingo y Ferchel- ba inicial de su nombre, Ñan, ave, en el viejo idioma
tán se reunieron allí. Cada uno traía en una mano, usado en la región. El rostro sereno del huaco era, a su
cuidadosamente tapada, una tinaja conteniendo el vez, el del propio Ñancenpingo y miraba ligeramente
líquido verduzco que habían preparado en sus hua- hacia arriba.
cas, según reglas especiales, con maíz pinto, con- Ambos ceramios eran de paredes gruesas, barro
chas rojas, rodajas del cactus huachuma y zumos de duro cocido, gollete tubular arqueado, con cuello
desconocidos ingredientes vegetales. En la otra, un cilíndrico, vertical, encima y el centro del arco;
huaco retrato. aptos para guardar el líquido protector y de poder de
Las sombras de sus acompañantes se movían en las huacas.
la oscuridad, ubicándose a prudente distancia de los Si la luz del Sol o de las fogatas tocara directa-
dos para observarlo todo. mente el líquido, el efecto de sus radiaciones se debi-
Fercheltán portaba un huaco retrato de rostro litaría. Con este tipo de gollete, así el pico estuviera
bravío, con dos protuberancias en el semicírculo destapado, no había peligro de que llegara luz al
frontal del tocado correspondientes a pequeñas contenido durante el día o la noche. La cerámica,
cabezas de jaguar, de ojos abiertos, símbolos de dos con su líquido activo consagrado, dejaba de ser una
tipos de poder y valor invisibles provenientes de los arcilla cualquiera de alfarero para convertirse en
espíritus de los jaguares celestes. El rostro del cera- una extensión de la huaca, es decir, en huaco: poder
mio, fiero, era el de Fercheltán. mágico en acción permanente.

* Cuento finalista de la V Bienal de Cuento Premio COPÉ 1987, incluido en “Cide Hamete Benengeli coautor del Quijote y los cuentos
ganadores del premio Copé 1987”, Ediciones COPÉ, Lima, 1989.
1 Profesor de la Universidad Privada Antenor Orrego.

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Chan Chan en la poesía y la narración

Cuando, frente a frente, ambos se saludaron y acompañado de hombres armados para la casa y la
tomaron asiento en medio de la planicie, las fogatas lucha, después de haber recorrido la pampa de Güe-
y demás luces fueron apagadas. Poco a poco, todos reque y la vega de Calasnique, las tierras de Ñam-
acostumbraron a mirarse sólo en la tenue luz de las bol, Faclo, Tecapa y Mojucape.
estrellas, en la oscuridad. De talla pequeña y delicados pies, Ñancenpingo
Destaparon cuidadosamente sus tinajas y llena- había estado recorriendo todas las huacas de Chi-
ron, con la ayuda de un pequeño embudo de made- mor y Chicamac, escuchando el saber de todas ellas
ra, el huaco retrato que correspondía a sus propios y dándoles de lo suyo. Bajo la dirección del sacerdo-
rostros. te mago de la huaca Sunsacur, se había entrenado
Ñancenpingo asperjó, con mucho amor, el pri- en el manejo de los terribles pero útiles poderes de la
mer contenido de su huaco, en el viento y el suelo, enorme Piedra Parada colocada en una cresta espe-
en torno suyo, ofreciendo la bebida a la tierra, al cial del cerro Rupipe, cerca de Chiquitayap. Más
mar, a los cerros y a la huaca-isla de Macabí, cuya alto, dominador de los lugares agrestes de las sierras,
fuerza submarina sentía muy cerca. Fercheltán hizo las cuevas y los pumas, Fercheltán exploraba los
lo mismo, especialmente para el cerro bravío de llanos del sur, conocedor, ya, de las potencias de los
Ninalingón, así como el cerro Maguar, al fondo de la Yoc y Jequetepeques.
quebrada de Cupisnique, más allá de las playas de Fercheltán vio en ese encuentro la oportunidad
Mocán, en tierra de los cuntis. de aumentar su prestigio de guerrero y de mago,
Ceremoniosos, siete veces se sirvieron y bebie- retando y venciendo a Ñancenpingo, hijo de Guacri
ron en sus huacos. Nuevamente los llenaron, con Caur, nieto de Taycanamo, Señores Chimor de
una gota de sangre suya en el líquido. Soplaron con Chan Chan. Llevaría su cabeza como trofeo de gue-
fuerza en la sustancia, antes de tapar y sellar hermé- rra a Cupisnique.
ticamente el pico de los ceramios. –Sométete como mi vasallo o lucha por tu vida
Pintaron con esencias, en el rostro de sus respec- –le dijo.
tivos huacos, el símbolo mágico de sus vidas. Pro- –Soy hombre libre –replicó Ñancenpingo– y
nunciaron, quedamente, inaudibles palabras y arro- vivo para la felicidad de mi pueblo. Si quieres pelear,
jaron sobre el símbolo el vaho vivo del aliento. Esta- pelearemos. Si venzo, que tu clan se una en paz con
ban ya vitalmente ligados a los huacos, cuyas caras mi pueblo, bajo el mando de los más sabios de Chi-
se les parecían mucho más ahora, como cobrando mor. Sé que será para su bien.
vida. –Está bien –contestó Fercheltán, sin discutir ni
Estos ceramios de base plana y dura, erguidos al regatear nada, seguro de su victoria-. No peleará
lado de cada uno, se miraban ahora entre sí, a cierta nuestra gente. Lucharemos sólo tú y yo, pero no con
distancia en el suelo. escudo y lanza, sino con los secretos del barro que
Luego de tapar herméticamente las tinajas, se ambos conocemos.
encendieron todas las fogatas. En la iluminada pla- Ahora estaban listos para la lucha.
nicie creció el bullicio de todos los que miraban. Ñancenpingo y Fercheltán sintieron sus múscu-
Tres días antes se habían encontrado, cara a los y sus huesos como hechos de arcilla cocida.
cara, en la llanura contigua del cerro Chum-Pong, Fercheltán cogió el huaco retrato que le repre-
cerca de la acequia Colupe. Ñancenpingo, del clan sentaba y, con mucho cuidado y cálculo, lo tiró al
de Moche, se dirigía a la huaca Chacnam, en la cielo. Giró en el aire dos veces en su ascensión y dos
pampa de Urricape, procedente de las huertas y veces en el descenso, cayendo, luego, sentado por su
huacas de Yucutinamo, Nepén y Cucurripe, acom- base, en el piso de tierra y arena.
pañado de pocos hombres de Man-Si-Chep, Sonoli- –Ahora de toca a ti –le dijo.
pe, Licapa y Macabí. Ñancenpingo hizo lo mismo. Cogió el suyo y lo
Fercheltán, jefe del clan guerrero de Cupisnique, lanzó, con mucho cálculo, al cielo. Mientras subía
venía de las montañas del fondo de su quebrada, girando, sintió la presión mental de Fercheltán sobre

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Especial: Chan Chan

el huaco buscando desviarlo de su ruta de giro. Sintió ocurría, yacían acomodados en el suelo. Algunos
en la carne de su cara el viento que arriba azotaba el mascando coca. Silenciosos.
rostro del huaco, aunque, abajo, donde él se hallaba Antes de lanzar otra vez, Fercheltán miró por
físicamente, no había viento. El ceramio dio su último unos instantes los ojos de Ñancenpingo, y éste le
giro y, finalmente, cayó sentado por su base. sonrió, lo cual le fastidió. Lanzó. Esta vez el huaco
Fercheltán lanzó al aire nuevamente su huaco, subió en el aire con un impulso desviado que fue
seguido, a su turno, por Ñancenpingo. modificando su posición vertical a la horizontal
Era un rito de cuidado y precisión que requería conforme completaba los giros de bajada, cayendo y
autodominio físico, mental y emocional para resta- chocando de costado, en tierra, por su lado más
blecer la ruta de giro deseada, cuando energías ocul- frágil. Se quebró en numerosos pedazos.
tas del otro alteraban el movimiento. Aterrorizado, mirando los pedazos, se puso de
Como gatos o pequeños pumas invencibles lan- pie y retrocedió cogiéndose el pecho, la cabeza, el
zados al aire, cayendo siempre de pie por más giros estómago, desencajado, los ojos muy abiertos. No
que les hicieran dar en la altura, los huacos estuvie- pudo llegar muy lejos. Vomitando sangre por la boca
ron subiendo y bajando interminablemente, mien- y la nariz, se desplomó tratando de cubrir las abertu-
tras se terminó la noche, vino la madrugada, ama- ras naturales de la cara con un trapo. Se inundaba
neció y salió el Sol, apagándose los fuegos. por dentro. Se había roto interiormente en pedazos,
El canto de los pájaros, huanchacos y chilalas, como se había roto el huaco, ligado a su vida en un
remecían ya las ramas de los algarrobos, chilcales y gesto inútil de valor y conquista.
zapotes. Ñancenpingo, lentamente cogió el otro huaco
La claridad puso al descubierto numerosos ros- retrato, intacto sobre la tierra. Le borró el signo de
tros y grupos humanos que habían ido llegando, su vida del rostro y, chupando sobre su superficie,
sigilosamente, en la oscuridad de la noche. Trasno- sorbió, disolviendo, el lazo invisible que le conec-
chados, pero vigilantes, sin perder detalle de lo que taba a él. Si se quebrara no habría ya ningún peli-
gro para él. Había aprendido, una vez más, que la
paz del alma, el valor y el autodominio eran esen-
ciales para cualquier victoria.
–En adelante nuestros pueblos, el tuyo y el mío,
serán uno solo bajo tu mando. Que los más sabios
nos guíen –le dijo el más viejo de los cupisniques que
había visto todo.
–Toma este huaco de mi victoria –contestó Ñan-
cenpingo, depositándolo en sus manos–. Tenlo
junto a ti, en tu hogar, en tus quehaceres y, algún
día, en tu tumba. Las radiaciones de las fuerzas que
en él habitan te protegerán en mi nombre, aquí y en
la eternidad.
Un brillo amarillento que imponía una fuerza,
partió de los ojos de Ñancenpingo a todos los ojos
que se los miraban. Se acercó al cuerpo muerto de
Fercheltán y le arrancó una pequeña bolsa de tela
que llevaba siempre colgada en el pecho. Un diente
humano muy antiguo, de descomunal tamaño, cuyo
origen era desconocido para los cupisniques, estaba
allí guardado como amuleto. Se lo llevó.

122 | Pueblo cont. 21(1) 2010


Educación
“Huaca y huachaque”

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