Explora Libros electrónicos
Categorías
Explora Audiolibros
Categorías
Explora Revistas
Categorías
Explora Documentos
Categorías
Lazarsfeld,
W.J. M. Mackenzie y otros
Tendencias de la
investigación en
las ciencias
sociales
Versión espaííola d e
Pilar CastriIlo
Alianza/ Unesco
Tendencias de la
investigación en
las ciencias
sociales
Alianza Universidad
Los textos incluidos en este volumen constituyen capítulos de la obra
Tendcmces principales de la recherche &ns les sciemes
-
sociales et humines Pwtie I: Scierzces socides,
publicada por la Unesco en 1970
@Unesco, 1970
@FA.cast.: Alianza Editorial, S.A., Madrid, 1973
Calle Milán, 38; %
!
? 200 0045
ISBN 84-206-2045-9
-
Depósito legal: M.3743 1973
Papel fabricado por Torras Hostench, S. A.
Impreso en Eosgraf, S. A., Dolores, 9.Madrid
Printed in Spain
INDICE
RENÉ MAHEU
Director general de la Unesco
ADVERTENCiA
Samy Friedman
1. CLASIFICACI~N
EN DISCIPLINAS SOCIALES Y
«CIENCIAS HUMANASn
propias del desarrollo. Esta es la razón por la cual, desde finales del
siglo XIX, en Estados Unidos se ha dado el nombre de «psicología
genética» a los estudios que versan sobre la formación de las estruc-
turas mentales en el niño.
3. PARTICULARIDADES
Y FUNDAMENTOS EPISTEMOL~GICOS
DE LAS CIENCIAS DEI. HOMBRE
11. Pero no por ello deja de ser cierto que los problemas me-
todológicos de la experimentación,de la medida y de la confronta-
ción de los datos de la experiencia con los esquemas teóricos, pre-
sentan en las ciencias del hombre dificultades muy peculiares. Como
acabamos de ver, éstas no se deben tanto a las limitaciones de la
experimentación misma, ya que este mismo problema se encuentra
en algunas ciencias de la naturaleza por razones de escala y de des-
arrollo histórico: en principio, la experimentación en sentido es-
tricto puede, como hemos visto, ser reemplazada por un análisis su-
ficiente de los datos de observación y de las medidas. El problema
más grave (y en este aspecto los obstáculos con que tropiezan las
ciencias del hombre son comparables a aquellos con los que se en-
cuentran algunas disciplinas biológicas) es el de la medida en cuanto
tal,o,para decirlo de otro modo, el del grado de precisión que puede
lograrse en la observación de los hechos.
La medida consiste, en principio, en una aplicación del número
a los datos discontinuos o continuos que han de evaluarse. Y si se
recurre al número no es en virtud del prestigio de las matemáticas
o debido a algún prejuicio en favor de la cantidad, pues ésta no es
sino una relación entre cualidades, y es imposible separar los as-
pectos cualitativos y cuantitativos de ninguna estructura, cualquiera
que sea, ni siquiera puramente lógica’. El valor instrumental del
número proviene del hecho de que constituye una estructura mucho
más rica que la de las propiedades lógicas de que se compone: por
una parte, la inclusión de clases, que preside los sistemas de clasifi-
cación, y, por otra, el orden, que caracteriza las seriaciones. El nú-
mero, en tanto que síntesis de la inclusión y del orden,presenta una
riqueza y una movilidad que hacen que sus estructuras sean particu-
larmente útiles en todas las cuestiones de comparación,es decir, de
correspondencias y de isomorfismos: de ahí la necesidad de la
medida.
9 E n cuanto a las estructuras propiamente matemáticas, los matemáticos con-
temporáneos no dejan de insistir en sus aspectos cualitativos,hasta el punto de
que identificar las matemáticas con el estudio de la cantidad significaría sim-
plemente ignorar los trabajos actuales en este campo.
Situación de las ciencias del hombre 81
solo plano, sino que cada una de ellas admite distintos niveles je-
rárquicos: n) el objeto o contenido material de su estudio; b) SUS
interpretaciones conceptuales o técnica teórica; c) su epistemología
interna o el análisis de sus fundamentos,y d) su epistemología de-
rivada o análisis de las relaciones entre el sujeto y el objeto en CO-
nexión con las demás ciencias.
Por consiguiente,si nos atenemos únicamente a los niveles b) y
posiblemente c), es decir, a las técnicas teóricas de estas ciencias y
a su epistemología interna, el orden lineal indicado es enteramente
aceptable y la lógica debe ser situada al frente de la serie, ya que
los lógicos no necesitan recurrir para construir sus axiomatizaciones
ni a los psicólogos ni siquiera a los lingüistas; los matemáticos de-
ben someterse a las exigencias de la lógica, pero no de la física ni
de la biología, etc.
En cambio, es evidente que, desde el momento en que consi-
deremos el objeto de las disciplinas (a) y su epistemología deriva-
da (d), el objeto de la lógica no puede ser separado por completo
del sujeto, por lo mismo que la lógica formaliza estructuras opera-
torias construidas por este último; y el orden de las ciencias vuelve
a ser de nuevo necesariamente circular.
Esta circularidad es, por otra parte, de un gran interés para la
epistemología de las ciencias del hombre,pues refleja el círculo fun-
damental que caracteriza la interacción entre sujeto y objeto; el
sujeto no conoce los objetos más que a través de sus propias activi-
dades, pero no puede conocerse a sí mismo más que actuando sobre
los objetos. Así, la física es una ciencia del objeto, pero no logra
alcanzarlo más que por medio de estructuras lógico-matemáticas
debidas a las actividades del sujeto. La biología es otra ciencia del
objeto, pero el ser vivo que ella estudia mediante algunos instru-
mentos tomados en partes de la físico-químicaes al mismo tiempo
punto de partida de un sujeto de comportamiento que acabará en
el sujeto humano. Para estudiar este último, la psicología y las
ciencias del hombre utilizan algunas de las técnicas de las ciencias
anteriores; pero, por otra parte, el sujeto humano construye las
estructuras lógico-matemáticasque, a su vez, constituyen el punto
de partida para las formalizaciones de la lógica y de las matemáticas.
En suma: el sistema total de las ciencias se ajusta al modelo de
una espiral sin fin, cuya circularidad no es viciosa en absoluto, sino
que más bien es expresión de la dialéctica del sujeto y del objeto
en su forma m á s general.
Vemos entonces que las ciencias del hombre, a la vez que son
las más complejas y difíciles, ocupan una posición privilegiada den-
tro del círculo de las ciencias: como ciencias del sujeto que construye
106 Jean Piaget
las demás ciencias no se pueden separar de las otras sin caer en una
simplificación deformadora y artificial; pero si se coloca al sujeto
humano en su verdadero puesto, que es a la vez el de meta, desde
la perspectiva de1 objeto físico y biológico,y el de punto de partida
creador, desde la perspectiva de la acción y el pensamiento, las
ciencias del hombre son las únicas que hacen inteligible el cierre, o
más bien la coherencia interna, de este círculo de las ciencias.
7. PRINCIPALES
ORIENTACIONES TE~RICAS:
P R E V I S I ~ NY EXPLICACI~N
tibilidad total, como era creer que el universo entero, en sus innu-
merables manifestaciones, podría reducirse a una ecuación básica
a partir de la cual sería posible deducir las demás. En cambio,
A.Comte,a pesar de la forma lineal de su clasificaciónde las ciencias,
consideraba cada escalón como caracterizado por alguna noción irre-
ductible y se oponía, por ejemplo, a la reducción de la afinidad quí-
mica a las leyes de la física. Pero, de hecho, salvo cn los casos en
que ha habido una reducción simple (o sea, el descubrimiento de
una identidad por debajo de una aparente desigualdad), el problema
del reduccionismo desemboca generalmente, en las ciencias físico-
químicas, en una causalidad circular por asimilación recíproca. Así
fue como Einstein pudo prescindir de la fuerza de la atracción a
distancia de los newtonianos, reduciendo los movimientos de los
astros a movimientos inerciales de acuerdo con las curvaturas de un
espacio riemanniano. Pero esta geometrización de la gravitación ha
ido acompañada de una fiscalización del espacio, en el sentido de
que Ias curvaturas han sido consideradas como dependientes de las
masas. Del mismo modo,las relaciones entre la mecánica y el electro-
magnetismo, tras una fase de intentos de reducción,acabaron redu-
ciéndose a una serie de interdependencias y superaciones de las que
surgió la mecánica ondulatoria.
En el caso de las ciencias del hombre, ni que decir tiene que,
si bien se están planteando constantemente problemas de este tipo,
aunque en términos muy diferentes, la gama de soluciones posibles
es,en general,más reducida,por falta de técnicas lógico-matemáticas,
pero sobre todo experimentales,igual de desarrolladas. Sin embargo,
nos encontramos aquí de nucvo la misma tríada: reducción,especifi-
cidad de los fenómenos de escala superior y causaIidad con acción
retroactiva.
U n ejemplo trivial es el de las relaciones entre el lenguaje,que es
un mecanismo colectivo y, desde este punto de vista, superior,y la
inteligencia o pensamiento,propios del individuo y, en este sentido,
de escala inferior.Mientras en los siglos XVII y XVIIIparecía evidente
la subordinación de la gramática a la </razón», después y hasta muy
recientemente ha predominado el punto de vista contrario de la
subordinación del pensamiento al lenguaje. En cambio, Chomsky
vuelve en cierto modo a la postura clásica, pero su descubrimiento
de las gramáticas transformacionalespermite un análisis de las inter-
acciones psicolingüísticas, mucho más piolundo que el que podía
realizarse anteriormente, en relación con el estudio psicogenético
de las funciones cognoscitivas: en el estado actual de la cuestión,
parece que la inteligencia precede al lenguaje y condiciona su adqui-
sición, aunque hay acciones retroactivas dentro de este proceso en
108 Jean Piaget
11. Esto nos trae al problema central de las leyes y las causas O
de la previsión y de la explicación.Ya sabemos lo mucho que el positi-
vismo ha insistido constantemente en cómo se debía imponer a la
ciencia la obligación de limitarse a la búsqueda de leyes o a la pre-
visión apoyada en ellas y de abstenerse de búsqueda de causas o del
«modo de producción» de los fenómenos.Es extraño que este requisi-
sito deba estar en A.Comte,que,acertada o equivocadamente,estaba
convencido del carácter utilitario de la ciencia,tanto más cuanto que,
si bien la previsión es útil a la actividad humana, ésta consiste en
producir tanto como en reproducir, y para estos dos propósitos e1
«modo de producción» tiene un interés mucho mayor que la mera
previsión.
En el dominio de las ciencias de la naturaleza es bastante corrien-
te que los especialistas de las distintas disciplinas se las den de posi-
tivistas y que hagan alguna declaración en este sentido en el prefacio
de sus obras,como si la tarea de la ciencia no fuera otra que la de
generalizar y establecer leyes y deducir de ellas previsiones que han
de verificarse experimentalmente. Pero si, como ha señalado siempre
E. Meyerson, pasamos del prefacio al interior de estas obras,encon-
tramos un estado de cosas muy diferente, pues ningún espíritu
científico digno de este nombre se dedica a buscar leyes o funciones
sin buscar la razón de las mismas, sin tratar de aislar «factores»
y sin introducir hipótesis explicativas entre las ideas que guían la
investigación. Uno de los ejemplos más conocidos de la inutilidad
de tales limitaciones lo encontramos en la investigación atómica,cuya
hipótesis había sido severamente criticada por algunos positivistas
cuando sólo era una hipótesis explicativa,pero que todos sabemos lo
que ha logrado desde entonces. Es cierto que, si bien el atomismo
constituye un modelo causal para fenómenos de escala superior a
él, cuando estudiamos el átomo no encontramos más que leyes y no
causas inmediatas. Pero las mismas leyes requieren, a su vez, una
explicación,y así sucesivamente.
La desaprobación de la búsqueda de causas o del modo de pro-
ducción de los fenómenos ha tenido una repercusión mucho menor
en el dominio de las ciencias humanas,en primer lugar,porque estas
disciplinas son más recientes y más modestas (y porque entre las co-
rrientes que presumen de «positivistas» en este dominio hay unas
Situación de las ciencias del hombre 109
16 Debemos señalar que esta solución no añade nada a los modelos «para-
lelistas» en el aspecto particular de los hechos psicofisiológicos. Pero desde el
punto de vista epistemológico presenta, como veremos en seguida, la ventaja
de situar la cuestión dentro del problema mucho más general de la concordancia
entre los sistemas de implicación (lógico-matemática)y las realidades físicas (y
también fisiológicas).
Situación de las ciencias del hombre 113
8. ESPECIALIZACIONES
E INTEGRACIONES:
INVESTIGACI~NFUNDAMENTAL Y APLICACIONES
1. PSICOLOGÍA
CIENTÍFICA Y PSICOLOGÍA FILOS~FICA
tífica y que otros no competen a ésta, pero que pueden quedar para
la filosofía? Simplemente, porque existen cuestiones que pueden
ser suficientemente delimitadas como para dar lugar a una solución
por medio de la experiencia y del cálculo, y porque las soluciones
así obtenidas son capaces de ganar la aceptación general de los
investigadores (o,en caso de desacuerdo momentáneo, de dar lugar a
críticas o verificaciones que permitan esperar un acuerdo ulterior).
Si el problema de la libertad no interesa (o no actualmente) a la
ciencia, no es debido a su naturaleza (fenómeno o «esencia»,etc.),
sino al hecho de que no se ve, o al menos todavía no ha logrado verse,
la manera de plantearlo en términos de verificación experimental o
algorítmica y de que, al menos en el estado actual de las cosas, las
soluciones que se nos proponen dependen de juicios de valor, creen-
cias, etc.; que son todas respetables,pero irreductibles unas a otras,
lo que constituye una situación aceptable en filosofía, pero no en
las ciencias.
En una segunda aproximación se dirá, pues, que la frontera entre
la psicología científica y la filosófica es una cuestión de métodos:
métodos objetivos,por una parte,y simplemente reflexivos,intuitivos
o especulativos,por la otra. Pero en un dominio como el estudio de
los hechos mentales, que es tema de interés de todos, ¿dónde está
el límite entre la objetividad y la intuición subjetiva? A menudo
hay tendencia a creer que esta línea de separación es relativa a la
introspección. Efectivamente, ha existido una escuela de psicología
(el behaviorismo,hoy en día notablemente atenuado)* que proscribía
toda referencia a la conciencia para atenerse únicamente al compor-
tamiento. Pero también han existido filosofías que han defendido un
materialismo dogmático, y sería, por tanto, enteramente erróneo
sostener que la psicología científica ignora la conciencia, mientras
que la psicología filosófica hace su objeto de análisis. Una escuela
entera alemana de psicología (la Denkpxychologie de Wurzburg )
intentó incluso, a principios de siglo, mientras que A.Binet se ocu-
paba de los mismos problemas en París, hacer producir a la intros-
pección su maximum de información utilizando un método de in-
trospección provocada y centrando la introspección sobre cuestiones
bien delimitadas y decidibles: el papel de la imagen en el pensamiento
y las diferencias entre un juicio y una asociación de ideas, etc. Y si
estos trabajos pusieron de manifiesto los límites de la introspección,
como veremos en seguida, no llevaron en modo alguno a negarle
toda significación.
Sería completamente falso suponer que la psicología filosófica es
2 G.M iiier escribió con humor que él se consideraba a sí mismo un «be-
haviorista subjetivo».
1. La psicología 125
11. No hay nada más iiistructívo para comprender cómo las ten-
dencias interactivas o relacionales tienden hoy en día a suplantar este
reduccionisino,que describir a grandes rasgos la suerte que ha corri-
do este reflejo condicionado en los dos planos paralelos y, última-
mente, interdependientesde la fisiología y la psicología.
En el dominio fisiológico,los grandes descubrimientos de Pávlov
han llevado a distinguir escalas de fenómenos y a reconocer la exis-
tencia de una acción de los niveles superiores sobre los inferiores,
y no sólo la inversa.La asimilación de la «asociación de psicólogos»
al condicionamiento era una reducción de lo superior a lo inferior,
pero inmediatamente después Pávlov puso de manifiesto los efectos
ejercidos por la actividad nerviosa superior (es decir, los reflejos
condicionados) sobre los mecanismos viscerales, lo que supone una
influencia de la escala superior sobre los fenómenos de escala infe-
rior. Después descubrió los dos sistemas de señalización,uno pura-
mente sensoriomotor, otro ligado al lenguaje, y lo psicólogos so-
viéticos multiplicaron los ejemplos de acción de la señalización verbal
sobre los condicionamientos de escala inferior y hasta sobre las reac-
ciones fisiológicas de nivel periférico.
En tercer lugar, las técnicas electrofisiológicas han mostrado que
el reflejo condicionado no es puramente cortical,sino que concierne
138 Jean Piaget
7. LA ESPECIFICIDADDEL COMPORTAMIENTO
Y LAS ESTRUCTURAS DE LA MEMORIA
10. RELACIONES
DE LA PSICOLOGÍA
CON OTRAS CIENCIAS
ción por sus propios medios o por los medios más débiles de las
teorías que presupone: para llegar a esta demostración es preciso
acudir a medios más «fuertes»,es decir, construir una teoría más
rica que englobe y sobrepase la precedente,y asi sucesivamente.D e
donde se deduce que para una inteligencia humana, entendiendo por
tal una inteligencia que hace la ciencia y no que la proyecta, una vez
hecha, en el mundo de las Ideas platónicas, el sistema de teorias
deductivas no se presenta ya como una pirámide que reposa sobre
una base inquebrantable o,al menos, acabada, con una superposición
de pisos, cada uno de los cuales es definitivo a su vez, sino más
bien como una construcción progresiva en la que cada nivel presenta
lagunas que son rellenadas en el siguiente nivel, pero con la con-
dición de continuar indefinidamente. D e aquí se deducen dos con-
secuencias de considerable importancia
La primera es que la lógica no puede encerrarse en sí misma. Es
la ciencia de la formalización, pero la formalización tiene ahora sus
límites: la realidad que surge más allá de esta frontera se presenta
entonces como siendo simplemente intuitiva, lo que hace pensar
que existe también un dominio «de este lado de» las fronteras que
la lógica tendría que formalizar o axiomatizar y que consistiría no
en el pensamiento consciente del sujeto, sino en sus estructuras ope-
ratorias. Esto no significa,naturalmente, que la lógica se quede aquí,
sino simplemente que parte de este punto (es lo que Aristóteles
hizo con la silogística) y que después prolonga sus axiomáticas como
le parece. En efecto, la segunda consecuencia que hay que sacar de
cuanto precede es que el estructuralismo lógico no es estático, sino
constructivista: esta construcción progresiva, que consiste en llenar
sin terminar nunca las lagunas que van apareciendo constantemente
en los nuevos niveles, es singularmente similar al desarrollo psico-
lógico de la propia inteligencia,con sus construcciones de estructura
que se equilibran unas detrás de otras,pero apoyándose siempre en
las siguientes,que llenan sus lagunas y las reequilibran en un terreno
más amplio.
Esta es la razón por la cual varios jóvenes lógicos se interesan
hoy por la psicología del desarrollo con vistas no a encontrar en ella
la verdad formal o lógica, sino a comprender mejor la epistemología
de su propia ciencia.
La psicología tiene que ver con todas las actividades y todas las
situaciones del hombre: la educación, los estados psicológicos y
la psicoterapia, la higiene mental, el trabajo y los ratos de ocio en
casi todas las formas del primero (particularmente el trabajo in-
dustrial), la selección y la orientación escolar o profesional de los
individuos, etc. Desde su constitución,la psicología científica se ha
visto envuelta, voluntaria o involuntariamente, en problemas de
aplicación, y son incluso algunos de estos problemas los que han
contribuido a su orientación experimental inicial (el problema de
los tiempos de reacción ha sido planteado por el astrónomo Bessel
a propósito de las variaciones individuales apreciadas en las medidas
de sus colaboradores y después de que Maskelyne hubiera despe-
dido de Greenwich a un observador cuyos cálculos llevaban un
retraso sistemático de 1/10 de segundo por término medio por res-
pecto a sus propias medidas). D e hecho, la psicología se ha visto
siempre en una situación en cierto modo comparable a la de la me-
dicina, es decir, obligada a hacer aplicaciones antes de estar en
posesión de los conocimientos experimentales y sobre todo teóricos
que hubieran permitido darles alguna base firme.¿Es esto un bien
o un mal desde el punto de vista de la ciencia y desde el del valor
de las propias aplicaciones?
1. Desde el primero de estos dos puntos de vista está claro
que la preocupación por la aplicación lleva a plantear nuevos pro-
blemas en los que, sin ella, no se hubiera pensado. Si Binet no
hubiera reclamado la fundación de clases especiales para alumnos
atrasados en las escuelas, y si la administración no le hubiera pre-
guntado con qué criterio podría distinguirse un simple atrasado
de los casos de retraso o debilidad mentales, no habría construido
con Simon ni publicado en 1905 su Escala métrica de la inteligen-
cia, la primera realización concreta de los tests de inteligencia,que
tan en boga han estado después. Si la psicopatología no hubiera
192 Jean Piaget
1. SITUACI~N
DE LOS PROBLEMAS
1. L a colaboración interdisciplinaria
en las ciencias exactas y naturales
11. ESTRUCTURAS
Y REGLAS (o NORMAS)
dominantes parecen ser las siguientes. Por una parte, se está cada
vez más de acuerdo en dudar de la existencia de reglas «innatas»,
tales como una lógica o una moral transmitidas por vía hereditaria ".
Las operaciones lógicas naturales sólo se constituyen muy gradual-
mente (por término medio apenas antes de los siete u ocho años
en las sociedades desarrolladas) conforme a un orden de sucesión
constante, pero sin esta regularidad fija en los niveles de edad, que
sería síntoma de maduración interna o nerviosa. Estas se obtienen
ciertamente de las formas más generales de coordinación de las
acciones, pero se trata tanto de acciones en común como de acciones
individuales,de tal forma que parecen ser el resultado de una equi-
libración progresiva de naturaleza psicosociológica más bien que
heredadas biológicamente (dicho de otra forma, el cerebro humano
no contiene ninguna programación hereditaria, como ocurriría si
los comportamientos lógico-matemáticos constituyeran una especie
de instintos,pero presenta un funcionamiento hereditario cuya utili-
zación permite a la vez la vida en común y la constitución de coor-
dinaciones generales que permiten, a su vez, la constitución de tales
estructuras). Las obligaciones morales, como han demostrado J. M.
Baldwin, P. Bovet y Freud, están ligadas, por lo que a su forma-
ción se refiere, a una serie de interacciones interindividuales, etc.
Por otra parte, parece cada vez más probable que si toda estruc-
tura equilibrada impone no sólo una serie de regularidades, sino
también una cierta «pregnancia» debida a sus regulaciones, y si
todo sistema de regulaciones implica, por el hecho mismo de sus
éxitos o fracasos,una distinción obligada entre lo normal y lo anor-
mal (nociones propias de la materia viva y desprovistas de signifi-
cado en físico-química),existe, no obstante, una especie de punto
límite que separa, y une a la vez, las regulaciones y las operacio-
nes (véase 9 5). Pues bien: este punto de transmisión podría muy
bien ser también en muchos casos punto de transición entre lo
individual y lo interindividual.
b) U n segundo problema general, que prolonga lo que acaba-
mos de decir, es el de los tipos de obligaciones o de reglas. La ne-
cesidad lógica se traduce en operaciones coherentes susceptibles de
constituir estructuras deductivas, pero hay un gran número de obli-
gaciones y reglas sin consistencia intrínseca y debidas fundamental-
mente a condicionamientos más o menos contingentes o momentá-
Hay que hacer una excepción, no obstante, con N. Chomsky, para el
que las gramáticas incluyen un «núcleo fijo innato», pero cabe preguntarse,
desde el punto de vista psicológico, si el núcleo fijo racional no resulta de la
equilibración de los esquemas sensomotores, cuya constitución es anterior al len-
guaje y sólo esti parcialmente programada hereditariamente.
2. Investigación interdisciplinarin y mecanismos comunes 227
puesto que los axiomas son independientes entre sí, pero las nuevas
combinaciones que se obtienen son «necesarias» (no hubieran po-
dido ser distintas de como son en virtud de las operaciones dadas).
En el sistema jurídico, por el contrario, sólo sabemos que el par-
lamento no puede violar la constitución,pero dentro de este marco
vota lo que quiere; dicho de otra forma, las operaciones construc-
tivas se desarrollan de forma válida en función de imputaciones
transitivas y necesarias, pero sus resultados siguen siendo contin-
gentes porque no están determinados por la forma de estas opera-
ciones, siendo lo único determinado por éstas la validez de los mis-
mos en la medida en que no hay contradicción con las normas de
orden superior.
En otras palabras, existen estructuras normativas en que la for-
ma misma determina el contenido y que precisamente por esto
pueden llamarse «formales»,y otras cuya forma no lo determina. Las
primeras, que pueden dar lugar a disciplinas deductivas «puras»
(lógica y matemática pura), no por ello dejan de afectar a todo el
comportamiento humano,ya que las conductas económicas no sobre-
pasarían el nivel del trueque si no se admitiera que dos y dos son
cuatro. Por consiguiente,puede tener un cierto interés el hacer una
comparación entre las estructuras y los sistemas de reglas desde el
punto de vista de estas relaciones entre la forma y el contenido.
Ahora bien: está claro que tales análisis comparativos no son PO-
sibles más que por medio de una estrecha colaboración interdisci-
plinaria.
El estudio de los hechos morales ofrece otro ejemplo de tales
problemas, y no deja de ser significativo que este tema haya atraído
la atención de sociólogos, psicólogos, algunos lógicos, juristas*', es-
pecialistas en sociología del derecho y un número considerable de
economistas (las explicaciones utilitaristas de los hechos morales son
esencialmente producto de corrientes de ideas debidas a los econo-
mistas anglosajones). En un estudio muy sugerente sobre los hechos
morales, el economista francés M.Rueff ha planteado el problema
de fa formalización de las diferentes morales y ha utilizado los sig-
nificativos términos de «morales euclídeas» y «no euclídeas» para
poner en evidencia las diferencias entre los postulados propios de las
distintas morales observables y difundidas por el grupo social. Si-
guiendo el desarrollo psicogenético de las reglas morales en el niño
y el adolescente, nos hemos visto llevados a distinguir en él dos
clases muy distintas de estructuras, según que el origen de las nor-
111. FUNCIONAMIENTO
Y VALORES
p=--- 1 - c -s
V V
donde S designa la propensión marginal a ahorrar. La tasa de creci-
miento p, normalmente positiva, es, pues, proporcional a la propen-
sión a ahorrar e inversamente proporcional al coeficiente de inversión.
El modelo puede,entances,ser representado por el siguiente diagrama,
en el que los círculos designan las variables y los paralelogramos
las transformaciones que tienen lugar en ellas (en el sentido de
las flechas):
1
4
cit 1
I
256 Jean Piaget
V. CONCLUSI~N:
EL SUJETO DE CONOCIMIENTO
Y LAS CIENCIAS HUMANAS
.
Como hemos visto en la Introducción, las ciencias sociales y
humanas plantean una serie de problemas epistemológicos que les
son propios. Pero debemos distinguir a este respecto dos clases de
cuestiones muy distintas: las que atañen al investigador como tal,
es decir, las que caracterizan la epistemología de su disciplina en
tanto que forma particular del conocimiento científico,y las que con-
ciernen al'objeto mismo de estudio, que, en tanto que sujeto hu-
mano, es una fuente de conocimientos, y constituye, de hechq, el
punto de pmtida de todos los conocimientos -ingenuos, técnicos,
2. Investigación interdisciplinaria y mecanismos comunes 277
PRÓLOGO
Lo que se puede hacer es definir con más precisión los métodos empleados.
Se han puesto a punto, con este fin, nuevos modelos matemáticos, especialmente
con vistas a hacer más claro el cuarto paso: la síntesis de los indicadores. Puede
verse tratada esta cuestión en «Modeles et méthodes mathématiquem (en
Tendances principales de la recherche dans les sciences sociales et humaines,
Mouton/Unesco. París/La Haya, 1970).
298 Paul Lazarsfeld
características que pueden definirse. Los hechos se presentan como
correlaciones entre índices sucesivos. El término que conviene a esta
representación es el de denguaje indicial»,y, aunque no suena muy
bien, este término es indispensable para nuestra demostración.
3. Lenguaje indicial
Las conclusiones de la investigación social empírica tienen un
punto importante en común con el lenguaje ordinario. Del mismo
modo que distinguimos entre palabras y frases, tenemos índices y
las proposiciones resultado de su agrupación. Todas las «proposi-
ciones» agrupan necesariamente los índices en matrices de varias
dimensiones. Estas matrices pueden ser muy complejas si los índices
que abarcan son muchos. Y aun cuando tratemos sólo con tres ín-
dices, se puede obtener una gran diversidad si recurrimos a matrices
contingentes, como, por ejemplo, en la expresión siguiente: En las
capas superiores de la sociedad es probable que hombres y mujeres
voten en la misma proporción; mientras que en las capas inferiores
los hombres votan en una proporción mayor que las mujeres. Esta
afirmación se apoya evidentemente en la construcción de una mues-
tra de individuos elegidos en función de su status y en el estableci-
miento posterior de matrices de dimensiones múltiples para cada
subconjunto y para el porcentaje de votantes.
Se podría pensar que un denguaje indicial» de este tipo termina
haciéndose monótono. Pero no ocurre esto debido a que los mismos
índices pueden ser de muy diferentes tipos. Pueden caracterizar
tanto a grupos como a individuos, corresponder a momentos de
tiempo diferentes, referirse al comportamiento lo mismo que a los
informes de experiencia «interiores»,etc. Combinando el formalis-
m o de las matrices de dimensiones múltiples con una clasificación
apropiada de los tipos de índices, se llega a una tipología de propo-
siciones expresadas en lenguaje indicial que tiene consecuencias in-
telectuales de gran alcance.
H e escogido tres términos que desempeñan un papel considerable
en la discusión sociológica: proceso, contexto y tipología. Ilustraré
cada uno de ellos con un ejemplo concreto con el fin de hacer ver
que a cada una de estas tres nociones, generalmente empleadas de
una manera muy vaga, puede corresponder una representación pre-
cisa en lenguaje indicial. No pretendemos poder captar así todos los
matices que los distintos autores tratan de expresar por medio de
estos términos. Sería más exacto decir que el lenguaje indicial ex-
presa un contenido mínimo común que está implícito en las diver-
3. La sociología 299
sas aplicaciones. Pero una traducción de este tipo tiene una doble
ventaja. En primer lugar, se puede verificar en cada caso particular
si el término empleado satisface un criterio básico. En segundo lugar,
si hay un remanente de significado se estará en mejores condiciones
de ponerlo de manifiesto.
Espero que los ejemplos concretos sacados de diversos dominios
de la investigación hagan más viva la discusión. Su contenido especí-
fico no tiene aquí ninguna importancia. Al lector no le será difícil
encontrar casos parecidos en su propio campo de experiencia.
4. Proceso social
OP OP 163
@ 29
A 30 18 (226)
1070 OP
NOP
NOP
NOP
OP
NOP
36
6
S
11 A
8
@168
(89)
(166)
(231)
tan a ellas, en lugar de ser los valores los que provocan la modifica-
ción de las elecciones.
Es evidente que una estructura de este tipo no depende sola-
mente de dos índices. U n modelo acabado añadiría otros elementos.
La primera y la última filas del cuadro dan una idea del carácter
incompleto del sistema. Hay algunos en los que al principio se da
una concordancia entre la elección y los valores. Sin embargo,entre
algunos de éstos la elección no se mantiene siempre igual: las cifras
que se refieren a ellos están marcadas con triángulos. También aquí
separamos dos cifras, señaladas esta vez con un triángulo, y obte-
nemos información suplementaria. Si la a r m o d a se rompe es proba-
ble que los valores sean menos estables que las elecciones. Las cuatro
cifras, marcadas con un círculo o con un triángulo,ponen de relieve
hasta qué punto los dos ítems, elecciones y valores, no bastan para
dar cuenta de todo el proceso, (Señalemos de pasada que algunos
de estos cambios pueden deberse a la poca seguridad que ofrecen
las medidas).
No vamos a analizar aquí los múltiples datos contenidos en estos
cuadros relativamente simples. Lo que queremos demostrar funda-
mentalmente es que encuestas repetidas sobre los mismos sujetos
permiten un análisis muy preciso de la noción de proceso. Dispone-
mos ya de numerosos estudios de este tipo: la interacción entre la
afiliación a un partido y la postura ante determinadas cuestiones
políticas; el uso de productos comerciales y la exposición del con-
sumidor a la publicidad; el comportamiento militar de los soldados
y sus posibilidades de promoción, etc. No es el contenido sustancial
de estos estudios lo que aquí nos interesa,sino más bien su método,
que contribuye a dilucidar más de una de las oscuras discusiones
acerca del problema de las relaciones de causalidad. Y esto no sólo
es verdad por lo que se refiere al análisis de los procesos, sino tam-
bién a otras cuestiones de la sociología general sujetos a controversia.
Otro ejemplo (sacado del núcleo de la problemática de la sociología
general) nos ayudará a comprender mejor las líneas generales de esta
orientación.
5. Contextos sociales
A pesar de su contribución final a la sociología,este movimiento
en favor de las encuestas tuvo, durante cierto tiempo, efectos entor-
pecedores para el desarrollo de la sociología general, y la suerte
reservada en la tradición dominante entonces a los estudios acerca
de los grupos es un testimonio elocuente de ello. Sociólogos alema-
3. La sociología 303
nes como Von Wiese enviaban a sus alumnos a los pueblos con el
fin de que allí pudieran observar directamente las relaciones sociales.
Sociólogos austríacos e ingleses observaron la manera de vivir de
los obreros sin trabajo en los barrios «leprosos» de las ciudades in-
dustriales. Investigadores polacos estudiaron la situación de los
campesinos antes y después de su emigración a los Estados Unidos
a través de cartas y autobiografías. A principios del siglo xx la es-
cuela de Chicago dominaba la sociología americana a causa de su
competencia para analizar los problemas planteados por grupos tales
como las pandillas juveniles y las minorías étnicas inmersas en las
grandes ciudades.
El mérito principal de esta corriente estribaba en su sensibili-
dad para captar los índices que permiten sacar conclusiones refe-
rentes a la organización social y a las estructuras normativas de los
grupos. La historia de los esfuerzos realizados con vistas a hacer más
sistemáticos estos trabajos es muy larga. El astrónomo belga Quételet
intentaba descubrir leyes estadísticas generales en los registros de
antecedentes penales guardados por la administración francesa. El
ingeniero de minas Le Hay exploraba los hechos en busca de las
pepitas de oro que le permitieran elaborar una psicología de la cul-
tura. Todos estos esfuerzos giraban en torno a la colectividad más
bien que al individuo.
Sin embargo, durante algún tiempo el entusiasmo por los nue-
vos métodos de sondeo y de medida de las actitudes y de los mo-
delos de comportamiento eclipsó el interés por el desarrollo de aque-
llos viejos métodos. Efectivamente, la técnica de encuestas, por su
misma naturaleza,amenazaba con atomizar la sociología. En lugar de
ver el grupo humano como un todo, el analista de encuestas tendía
a considerarlo como un agregado de individuos aislados.
Pero como ya señalamos antes,no tardaron en hacerse oír voces
de disconformidad. Estas pusieron de relieve algunas de las liinita-
ciones del método de encuestas tal y como se había aplicado hasta
entonces. Cuando el libro de Stouffer The American Soldier (El
soldado americano), clásico en el análisis de encuestas,hizo su apa-
rición,fue cuando empezó a expresarse con mayor claridad esta opo-
sición por parte de los partidarios del «holismo».Un sociólogo se-
ñaló que, de haberse tratado de un verdadero trabajo de sociología,
se habría titulado T h e American Army (El ejército americano).
Como todas las observaciones hechas por conservadores sagaces,
estos argumentos contenían algo de verdad, pero como la mayoría
de las críticas conservadoras,ésta no proponía ningún remedio apro-
piado. No hacía falta, sin embargo, renunciar por completo al mé-
todo de encuestas, sino solamente ampliar el lenguaje indicial, de
304 Paul Lazarsfeld
manera que fuera posible hablar de grupos lo mismo que de indi-
viduos. Esto es lo que se ha hecho después, dándose con ello un giro
completo a la historia de la investigación social empírica.
Bastará recordar los recientes progresos realizados en el estudio
de las organizaciones sociales para hacer más clara la cuestión. Nada
impide describirlos en términos cuantitativos después de haber ana-
lizado bien su naturaleza. Las organizaciones deben reclutar personal;
los criterios de selección son claramente accesibles a una descripción
detallada y, con frecuencia, a mediciones relativamente precisas. Una
vez que los hombres están en el trabajo,su productividad debe man-
tenerse al mismo nivel; por consiguiente,se impone el estudio de los
sistemas de estímulo y sanción. Los trabajadores deben ser guiados
y dirigidos,y esto lleva al estudio del ejercicio de la autoridad,de los
niveles jerárquicos y de las relaciones internas. Finalmente, las or-
ganizaciones requieren sistemas de control; de ahí que deben eva-
luarse sistemas de autorregulación que aseguren el cumplimiento de
las líneas directrices en todos los niveles.
Estas diversas formulaciones permitieron medir características
inás complejas que las propias de los individuos,pero que, en cuanto
a estructura metodológica, no diferían de manera fundamental.Una
vez conocidas estas medidas era posible, en principio, deducir la
influencia de una organización en el comportamiento de sus miem-
bros. Para poder generalizar, se requería, desde luego, realizar este
estudio en un número bastante considerable de organizaciones simi-
larse. La operación es costosa,pero ésta es una limitación práctica,no
teórica.
La socióloga soviética G.Andréeva ha analizado la necesidad
de incluir en cualquier tipo de análisis empírico índices que trascien-
dan las características individuales. Es probable que ella no se con-
formara todavía con las medidas señaladas en nuestro ejemplo acerca
de las organizaciones sociales.Siguiendo el razonamiento de Andréeva,
un empresario benévolo puede perfectamente hacerse despiadado en
caso de que su empresa se viera amenazada por la quiebra. Por con-
siguiente,hace falta analizar a la vez una presión ejercida sobre una
organización y otras características del medio social más amplio.No
queda muy claro en la argumentación de G.Andréeva si cree que
es necesario tener en cuenta en cada estudio el sistema social entero.
Pues en este caso habría que acudir a métodos de análisis total-
mente diferentes de los que estamos analizando en este momento
y de los que no vamos a hablar ahora.
8 G. Andréeva, «L'homme analysé par la sociologie», pp. 49-62, en La
Sociologie en URSS. (Rapports des membres de la délégation soviétique au
VIbe Congres International de Sociologie.) Moscú,Editions du Progres, 1966.
3. La sociología 305
6. Tipologías
Grado de aceptación de la
autoridad por parte de los
hijos
Elevado Medio Débil
Fuerte 11 21 31"
Autoridad ejercida por los padres Moderada 411 511 61"
Débil 7 8111 9
Este esquema puede ser puesto en correlación con los cuatro tipos
de Fromm, que evidentemente se han concebido en un principio par-
tiendo de consideraciones cualitativas muy diferentes.
11. MACROSOCIOLOGÍA