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DESIGN THINKING

La metodología Design Thinking se ha convertido en los últimos años en una herramienta


de gran utilidad para las empresas, porque se enfoca principalmente en fomentar el recurso
que genera mayor valor en los productos y servicios: innovación.
Las marcas de hoy, sean grandes o pequeñas, buscan la innovación constante, saben que en
estos tiempos de transformación digital, alta competitividad y demandas de los usuarios o
clientes, el negocio depende de ese camino.
¿Qué es la metodología del Design Thinking?
El Design Thinking es una metodología que considera tan importante el análisis y el
raciocinio como la intuición para la resolución de problemas. Esta permite construir ideas
en base a la función y a emociones.
Esta metodología gira alrededor de la experiencia del usuario. Su aplicación genera
soluciones que de otro modo no se habrían podido implementar, permitiéndoles a los
desarrolladores ponerse en los zapatos de sus propios clientes o usuarios.
Mientras que en el proceso tradicional se partía del producto para definir la experiencia,
con el Desing Thinking es al revés. Para hacer este análisis se integran equipos
multidisciplinarios, que generen tantas ideas como sea posible.
Finalmente, el objetivo de ese proceso es aprender a partir de las reacciones de los usuarios
al interactuar con el producto.
¿Por qué el Design Thinking está siendo tan usado por las empresas del mundo?
Hay seis razones por las cuales esta metodología se ha convertido en una herramienta de
gran utilidad para las empresas. El diario El Comercio apuntó:
Permite generar ideas utilizando no solo el cerebro sino cualquier parte del cuerpo. En este
proceso no basta con sentarse en un escritorio a pensar las ideas. Se sale de la oficina a
investigar en el mismo lugar que está el consumidor o el usuario.
Expone a los desarrolladores a la realidad del mercado. Al ponerse en los zapatos del
consumidor, los desarrolladores de productos comprenden las necesidades a las que se
enfrentan, planteando preguntas cuyas respuestas serán las mismas que se hacen los
usuarios.
Somete al equipo a plazos y ritmos dinámicos y exigentes. No se trata de generar productos
en el largo plazo. Si se trata de ser los primeros en llegar al mercado, este método permite
ser los primeros con soluciones mínimo viables.
El trabajo en equipo y la creación colectiva conduce al éxito. Esta metodología reúne por lo
general a profesionales de diferentes ramas, todos sentados en busca de una misma
solución. El aporte de cada profesional es vital en la construcción de la idea final.
Nos obliga a ponernos la camiseta del usuario y del consumidor. Ningún otro método
permite ponerse los pantalones de los consumidores. Antes de entrar en el modo ejecutor,
observa, escucha y aprende primero cómo se comportan y utilizan las personas los
productos.
Genera prototipos bajo un enfoque de permanente ensayo/error. Gracias a esta apuesta por
la innovación, las soluciones a las que se llegan no se dejan de probar. Por el contrario, la
aplicación de esta metodología genera versiones cada vez más perfectas de los productos.
Elementos del Design Thinking
El Design Thinking es una excelente herramienta que promueve la sincera empatía con los
usuarios. La base de esta metodología cuenta con siete elementos, de acuerdo a la
Universidad ESAN en su portal web, citando a uno de sus profesores, Daniel Aguilar
Pilares.
Fracasar para aprender: El análisis de la falla debe arrojar nueva y valiosa información para
mejorar nuestra solución.
a) Prototipo: La cultura del Design Thinking es llevar a desarrollar prototipos que
pueden ser muy simples pero que permiten entender una idea y cómo funciona.
b) Enfoque creativo: Se da la posibilidad de que cada integrante pueda manifestar de la
manera más natural su forma de interpretar.
c) Empatía: La cualidad que tenemos de poder entender al otro, es importante en esta
metodología, pues permite hallar soluciones entendiendo el porqué se comportan las
personas como lo hacen.
d) Coexistencia de varias ideas: Impulsando el pensamiento divergente y una actitud
exploratoria.
e) Optimismo: El Design Thinking es irremediablemente optimista y cree que
cualquier reto técnico, social o económico se puede resolver.
f) Iterar: Este punto es uno de los más importantes porque permite validar las ideas
durante todo el proceso del diseño.
Paso a paso, el proceso del Design Thinking
A la hora de desarrollar esta metodología es importante considerar cinco características
esenciales del proceso:

1. Empatizar: Es clave entender las circunstancias, los problemas y las necesidades de


los clientes para adquirir conocimiento y profundizar en la relación, entendiendo sus
verdaderas motivaciones y haciéndolas propias.
2. Definir: Comprender la dimensión estratégica del reto que se enfrentará. Se trata de
un esfuerzo por sintetizar el conocimiento generado hasta ahora alrededor del
producto, para producir nuevas e interesantes perspectivas.
3. Idear: En esta etapa debemos generar una gran cantidad de ideas y opciones. Así, la
primera idea no será la última.
4. Prototipar: Prototipar en diseño consiste en materializar las ideas. Un prototipo
puede ser un dibujo, un modelo, una caja de cartón o una web beta. Es una forma de
definir y de transmitir el concepto rápidamente.
5. Testar: El probar el prototipo es una de las fases cruciales. Esta fase empírica de
validación es la clave para poder identificar fallos a resolver, mejoras significativas
o posibles carencias.

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