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¡Chile Despertó!

Elementos para escribir una Nueva Constitución


Cristóbal Videla-Hintze
22 de diciembre de 2019

El objetivo de nuestra sociedad debe ser el buen vivir. El objetivo supremo de la


Constitución es organizar la sociedad para que los ciudadanos puedan disfrutar del
buen vivir, sino ¿qué otro objetivo podría tener una Constitución? Los trabajadores en
la sociedad tienen un papel importantísimo, ellos crean las riquezas, TODAS las
riquezas de la sociedad. Por tanto, ¿quién otros podrían tener una papel fundamental
en la creación de la Nueva Constitución de Chile?

A sangre y fuego, los empresarios tuvieron su oportunidad, sembraron de ilusiones la


mente de nuestros conciudadanos, y muchos de buena fe les creyeron. Pero ahora,
después de más de 20 muertos, de cientos de tuertos, miles de detenidos, torturados y
niñas violadas, se quedaron fuera de la cancha. Nunca más los empresarios, gente
ambiciosa, ignorante, avarienta, monotemática, unidimensional, sólo pensando en el
billete fácil, nunca más tendrán oportunidad de echarnos a perder la vida e impedir el
buen vivir de los habitantes de este país.

Hoy día reflexionaremos sobre algunas cuestiones importantes en el mundo del


trabajo, y poco a poco avanzaremos en la escritura de la Nueva Constitución.

En primer lugar, debemos tener una idea de como se desarrolla la sociedad


contemporánea, como en esta sociedad dominada por los empresarios, los
trabajadores deben “vender” su fuerza de trabajo para poder ganar un sueldo que les
permita vivir a ellos y sus familias. Asumiremos que cada uno tiene su propia visión
de la sociedad y su propio análisis. Pero debemos ser capaces de llegar a ciertas ideas
generales, que compartamos, para poder organizar la vida en sociedad. En caso
contrario, la sociedad caería en la desorganización total, en el caos y la anarquía. Por
supuesto, los trabajadores no deseamos eso, aunque cada uno tenga su propia visión
de la sociedad, pero también tenemos cosas en común, e ideas en las que nos
pongamos de acuerdo.

Por ejemplo, los trabajadores pensamos que el servicio de salud de Chile está hecho
para los ricos, y los pobres se mueren en las famosas listas de espera; creemos que los
precios de los medicamentos son un asalto a mano armada, protegido por la actual
Constitución; que el Estado no puede seguir financiando la educación privada, los
colegios subvencionados, sin que primero debe financiar una educación pública y de
calidad; los trabajadores pensamos que es una vergüenza mundial las pensiones
miserables que pagan las AFP, y esta tarea debe asumirla el Estado con dignidad y
orgullo por sus viejos que trabajaron una vida entera, dando lo mejor de si por el
desarrollo del país; y así podríamos seguir con una larga lista de situaciones, en las
que los trabajadores no tienen dos opiniones, sino una sola: Chile debe cambiar y
para eso tenemos que escribir una Nueva Constitución.

Para escribir, primero es necesario leer, leer lo que los mayores han escrito sobre el
tema. Como primer paso, de acuerdo con mi formación, y como una alternativa que
propongo a la discusión, partiría leyendo dos clásicos griegos, que aunque han sido
muy mal interpretados y han sido pervertidos, la inteligencia del pueblo no es fácil de
engañar, pues el pueblo conoce la vida, cosa que nuestros enemigos nunca han
conocido. Bien, con estas prevenciones sugiero leer La República de Platón,
especialmente La República, que si bien es un tratado idealista (se basa en ideas y no
en la materialidad de la vida) que pueden encontrar en forma gratuita en:

<https://licenciaturaenlenguayliteratura.files.wordpress.com/2011/08/platon-dialogos-
iv-republica-gredos.pdf >.

El problema con el idealismo es que parte de una base de ideas, que no


necesariamente representa la realidad, la materia. En la misma Grecia esclavista y
segregadora encontramos un discípulo de Platón, que como buen discípulo rompió
con la hábitos intelectuales de su maestro, es el gran Aristóteles, un pensador
materialista y que ha sido el más falseado de la historia humana, empezando por
Tomás de Aquino y culminando con el nazi Martin Heidegger. Lo falsean, para
rebatir los planteamientos falsos y no los verdaderos. De Aristóteles recomiendo la
obra La Política, que encuentran en la Biblioteca del Congreso de Argentina:

<http://www.bcnbib.gov.ar/uploads/ARISTOTELES,%20Politica%20(Gredos).pdf >.

Finalmente, respecto de los clásicos, creo indispensable la lectura de Tomás Moro y


su famosa y muy mal interpretada obra de 1516, Utopía, que encuentran en:

<https://www.textos.info/tomas-moro/utopia/descargar-pdf >.

Con estos tres autores nos podemos formar una idea de como la humanidad ha
avanzado al escribir las Constituciones de las naciones.

Un segundo grupo de pensadores importantes en el tema constitucional, sin lugar a


dudas lo encontramos en Marx, Engels y Lenin. Como hay mucho por hacer, y
debemos ponernos rápidamente a escribir la Nueva Constitución de Chile en la
Asamblea Constituyente, sólo nombraré dos obras de estos nuestros pensadores, a
saber, de Carlos Marx la Guerra Civil en Francia, de 1981, con Prólogo de Federico
Engels que encuentran en:

<https://www.marxists.org/espanol/m-e/1870s/gcfran/intro.htm >.

La obra de Lenin, indispensable para poder realizar nuestra tarea, es El Estado y La


Revolución, de 1917, escrita justo antes de la Revolución de Octubre y que
encuentran en:

<http://www.juventudpatriotica.com/portada/sites/default/files/adjuntos/2013/06/EST
ADO%20Y%20REVOLUCION%20LENIN.pdf >.

Con estas lecturas, podemos decir que hemos trabajado las principales obras que han
tratado los problemas constitucionales de los pueblos, que encontramos en la
literatura de la Humanidad. Creo que sería útil también lo que se ha hecho en la Patria
Grande, América Latina y el Caribe, y leer las Constituciones actuales de Ecuador,
Bolivia, Venezuela y la de Cuba, que el pueblo cubano aprobó recién este año.

Finalmente, los chilenos también han contribuido a la cuestión constitucional con su


granito de arena, y tenemos a dos gigantes del movimiento de los trabajadores que
nos han legado sendas obras maravillosas, que creo debemos conocer antes de
ponernos a escribir, como es nuestro deber, la Nueva Constitución del pueblo chileno.

En primer lugar, Luis Emilio Recabarren, escribió un maravilloso ensayo sobre la


Constitución para el Chile Socialista que lo encuentran en:

<http://www.luisemiliorecabarren.cl/files/recursos/proyecto_constitucion_ler.pdf >.

Luego, contemporáneo de algunos de nosotros, el Compañero Presidente Salvador


Allende, que tenía un proyecto de Constitución que iba a dar a conocer al pueblo el
martes 11 de septiembre de 1973 en la Universidad Técnica del Estado, ahora
USACH, y que encuentran en:

<http://www.sangriaeditora.com/wp-content/uploads/2013/09/Constituci%C3%B3n-
del-73-Completo-en-PDF-Sangr%C3%ADa-Editora.pdf >.

Compañeros, esto es lo que quería decirles hoy día, el día 64 de la subversión chilena,
que la Derecha no puede apagar ni a sangre ni fuego. Debemos dar el próximo paso y
gritar a todo pulmón: ¡Viva la Revolución Chilena!

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