Está en la página 1de 9

SUCESIÓN MORTIS CAUSA, PARTICIÓN EN VIDA Y DONACIÓN

DERECHO CIVIL SUCESIONES


FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS – PROGRAMA DE DERECHO
SEMESTRE IX
UNIVERSIDAD DEL ATLÁNTICO
2018-1

INTRODUCCION
Se entiende la sucesión como la transmisión de bienes, derechos y obligaciones de
una persona fallecida a otra, que puede ser sus hijos, padres, hermanos, familiares
o cónyuges, esta trasmisión se puede hacer a través de testamento o por medio de
la norma establecida en el Código Civil, llamándose según el caso sucesión
testamentada o intestada. Otra manera de clasificación de la sucesión es la su
sucesión entre vivos o Mortis causa refiriéndose la primera a la que se efectúa por
el hecho de la muerte del causante que produce la subrogación de los bienes y
derechos transferibles a otra persona, buscando que se organicen las relaciones
jurídicas que no se extinguen con la muerte que deja la persona fallecida; por otro
lado la sucesión entre vivos es un nuevo modo de adquirir el dominio para el
beneficiario de los bienes que una persona le trasfirió mediante dicho procedimiento
de manera voluntaria y a título gratuito, que permite a las personas la libre
disposición de la totalidad o de una parte de sus bienes, los cuales podrán ser
distribuidos a los asignatarios antes de la muerte de quien de manera voluntaria los
asigna, sin necesidad de acudir a un proceso de sucesión. En cuanto se identifica
con la donación en la medida en que esta es un contrato unilateral de disposición
de los bienes a título gratuito en vida diferenciándose de la partición en vida en que
esta es un acto y la donación un contrato.

En derecho se entiende la sucesión como la trasmisión de todos los bienes y las


obligaciones que existen sobre una persona en el lugar de otra en la relación jurídica
que, no obstante tal transmisión, sigue siendo la misma, es decir, se produce un
cambio de la persona titular de la relación jurídica, pero ésta no se altera. Tal
transmisión de bienes y obligaciones puede ser intervivos o mortis causa.
Dentro del ordenamiento jurídico nacional hoy vigente, en materia sustancial, el
tema de las sucesiones está regulado por el Código Civil Colombiano, libro tercero,
de la sucesión por causa de muerte y de las donaciones entre vivos, artículos 1008
al 1442, aclarando que a partir del artículo 1443 al 1493 se regulan las donaciones;
de igual manera la ley 29 de 1982, la cual reformo los artículos 250, 1040, 1043,
1045, 1046, 1047, 1050, 1051, 1240 y derogó el artículo 1048 del Código Civil
Colombiano, trajo como novedad el trato igualitario respecto a los derechos
herenciales de los hijos legítimos, adoptivos y extramatrimoniales.
En cuanto a la sucesión por causa de muerte el Profesor Castan Tobeñas conceptúa
la sucesión mortis causa como la subrogación de una persona en los bienes y
derechos transmisibles dejados a su muerte por otra. La sucesión busca la
ordenación del destino de las relaciones jurídicas de una persona fallecida que no
se extingan por su muerte y no estén sujetas a reglas distintas, produciéndose la
subrogación de dicha persona fallecida por otra persona distinta.
En este tipo de tradición hay una novación modificativa o subjetiva, por la entrada
del heredero en la relación jurídica del causante, el cual solo puede ser una persona
natural, pues la persona jurídica, aunque es capaz de suceder, ni tiene familia, ni
puede otorgar testamento. La importancia de la sucesión mortis causa radica en
que esta determina el destino de las titularidades y relaciones jurídicas tanto activas
como pasivas de una persona después de su muerte. En la regulación de las
sucesiones, se contemplan importantes aspectos, como el Destino que se le va a
dar a los bienes del difunto o causante. Se determina el ámbito de actuación de la
autonomía de la voluntad, las normas imperativas que sean necesarias y las normas
dispositivas que suplirán la voluntad del causante, en caso de no existir testamento.
Además, la sucesión a causa de muerte sufre una clasificación según la forma en
que se lleve a cabo la sucesión, que puede ser:
De tipo anglosajón cuando un administrador es el encargado de liquidar la sucesión
mediante un procedimiento judicial en el que se trata de reducir a mero activo la
fortuna del difunto. Entre el causante y los herederos se interpone así una persona
imparcial y responsable que impide a estos asumir inmediatamente las titularidades
en los bienes del causante. Esta persona intermedia es nombrada por los tribunales
si no lo ha hecho el causante y hasta que asuma la administración hay un periodo
de vacancia de la propiedad privada, en el que los bienes por un procedimiento de
origen feudal retornan a la corona en función de guardiana de los bienes
hereditarios.
De otro lado tenemos el sistema romano, que es principalmente el continental
europeo, en el que parte de un principio opuesto en el que los bienes hereditarios
se entregan desde un primer momento a quienes sustituyen al difunto en sus
posiciones activas y pasivas. Son ellos a la vez favorecidos y liquidadores de la
herencia.
También se puede clasificar la sucesión desde el punto de vista de su origen, puede
ser, Voluntaria cuando el sucesor o sucesores han sido designados libremente por
el difunto en virtud de un negocio jurídico unilateral, o mediante convenio con otra
persona. En el primer caso se trata de una sucesión testamentaria en el segundo
de una sucesión contractual. Por otro lado, la sucesión es legal o abintestato cuando
la regulación del fenómeno sucesorio la hace la ley.
Y por último por sus efectos o amplitud la sucesión mortis causa puede ser universal
particular; hablamos de sucesión universal sólo puede ser mortis causa y se
produce en relación a la totalidad de relaciones jurídicas del causante o parte, es
decir en bloque, sin necesidad de formalidades para cada uno de los bienes. 1En
cambio la sucesión particular se produce respecto de concretas y determinadas
relaciones jurídicas del causante.
Así tenemos pues que existen unos intervinientes especiales en esta clase de
sucesión, en primer lugar el Causante, quien transmite su patrimonio por causa de
su fallecimiento, que se convierte en testador toda vez que dicta testamento. Al otro
lado tenemos a los herederos o causahabiente, que en forma individual o en
conjunto reciben el patrimonio del causante; junto a estos intervinientes tenemos al
legatario quien recibe determinados bienes individuales del causante pero no una
cuota de la herencia, y por ultimo tenemos al tercero en esta relación quien es el
encargado por un testador o por un juez de cumplir la última voluntad del causante
y custodiar sus bienes, llamado albacea.
En este punto entendemos la sucesión por causa de muerte como uno de los modos
de adquirir el dominio a través dela cual se transfiere la universalidad patrimonial de
una persona en favor de sus causahabientes en razón a su fallecimiento, es decir,
esta se produce por el hecho jurídico de la muerte; a diferencia de la sucesión entre
vivos en la cual, la transferencia del dominio se realiza de modo particular sobre un
determinado bien, mediante un acto jurídico en donde media la voluntad de sus
intervinientes.
Por otro lado tenemos la Sucesión entre vivos regulada por el Código General del
proceso que señala en la Sección Tercera, Capitulo IV, Parágrafo del artículo 487,
que trata del trámite de la institución de Partición Patrimonial mediante el cual se
adelantarán las liquidaciones de cualquier clase de sucesión, sean estas testadas,
intestadas o mixtas; el citado parágrafo establece que “La partición del patrimonio
que en vida espontáneamente quiera efectuar una persona para adjudicar todo o
parte de sus bienes, con o sin reserva de usufructo o administración, deberá, previa
licencia judicial, efectuarse mediante escritura pública, en la que también se
respeten las asignaciones forzosas, los derechos de terceros y los gananciales. En

1
Marta Molina Porcel; Derecho sucesiones Página 28
el caso de estos será necesario el consentimiento del cónyuge o compañero. Los
herederos, el cónyuge o compañero permanente y los terceros que acrediten un
interés legítimo, podrán solicitar su rescisión dentro de los dos (2) años siguientes
a la fecha en que tuvieron o debieron tener conocimiento de la partición. Esta
partición no requiere proceso de sucesión”.
Así las cosas, el legislador instituyó de forma indirecta, un nuevo modo de adquirir
el dominio para el beneficiario de los bienes que una persona le trasfirió mediante
dicho procedimiento de manera voluntaria y a título gratuito, el parágrafo del artículo
487 del Código General del Proceso, fue demandado a través de la acción pública
de Inconstitucionalidad; la Corte Constitucional mediante sentencia C-683 de 2.014,
resolvió la demanda declarando el texto del parágrafo exequible; respecto a la
nueva figura legislativa la corte señala: “El Código General del Proceso agregó la
partición del patrimonio en vida para permitir a las personas la libre disposición de
la totalidad o de una parte de sus bienes, los cuales podrán ser distribuidos a los
asignatarios antes de la muerte de quien de manera voluntaria los asigna, sin
necesidad de acudir a un proceso de sucesión y siempre y cuando se cumplan
ciertos presupuestos como el respeto de las asignaciones forzosas, los derechos
de terceros y los gananciales”.
Respecto a esta figura también ha habido una construcción doctrinal importante, y
es aquí donde se señala que la partición patrimonial en vida se destaca en razón a
que “se otorga a las personas la facultad de distribuir en vida su patrimonio por
medio de escritura pública y evitar de esa manera el ulterior trámite del proceso de
sucesión y las consecuentes disputas entre los llamados a sucederle” 2 así la figura
jurídica se convierte en un mecanismo para evitar futuros conflictos entre los
llamados a heredar. Además la doctrina también señala como requisitos para partir
el patrimonio en vida el deber efectuarse mediante escritura pública, consignarse
en documento solemne, escritura pública, deberá respetar, además, de las
asignaciones forzosas, los derechos de terceros y su hubiere lugar a ello, los
gananciales, en tal caso será necesario el consentimiento del cónyuge o
compañero.3
La partición patrimonial en vida también debe cumplir las siguientes directrices: “de
obtener licencia judicial, distribucion mediante escritura pública, sin importar si se
trata de bienes muebles o inmuebles, pues el legislador no distinguió, partición
funciona igual para todo o parte de los bienes. Respetándose de igual manera las
asignaciones forzosas, esto es: las legítimas, mejoras, porción conyugal y alimentos
de igual manera e deben respetar los derechos de terceros y los gananciales del
cónyuge o compañero permanente y en este caso es necesario su consentimiento.”4

2
Gómez, 2012, pág. 549
3
García, 2013, pág. 271
4
Tejada, 2014, págs. 517
El Instituto Colombiano de Derecho Procesal haciendo referencia al término de
rescisión de dos años que contempla la partición patrimonial en vida indica que
“Debe resaltarse que no se trata de una rescisión por lesión enorme, es más bien
una rescisión especial por vulnerar derechos de otros interesados en la partición”
también destaca que “En Colombia no se hizo una regulación exhaustiva y ello
conducirá a que surjan múltiples controversias”5 Debido a que la norma dejo una
serie de vacíos en relación a la aparición de nuevas situaciones jurídicas que se
presenten con posterioridad a la materialización de la sucesión entre vivos.
En términos generales la donación se define en el artículo 1443 del C.C. como el
contrato mediante el cual una persona de manera voluntaria y gratuita transfiere el
dominio de algún o algunos de sus bienes en favor de otra, previa aceptación de
esta última, también se define la donación contractual o donación entre vivos como
“el acuerdo de voluntades que implica el empobrecimiento en el patrimonio del
donante y por consiguiente el enriquecimiento en el donatario”6.
Esta figura, la donación por el impacto de su extensión también recibe una
clasificación, que en primera medida trata de su revocabilidad, así pues las
donaciones pueden ser irrevocable cuando es eminentemente contractual ya que
se predica de aquella en el que media el acuerdo de voluntades del donante y el
donatario, por tanto aceptada la donación por el donatario no hay lugar a revocación;
la donación revocable es análoga a donación por causa de muerte, en la cual se
otorga el goce de un bien al donatario como si se tratara de usufructo, haciendo la
salvedad que el dominio de este se transfiere hasta la muerte del donante, por tanto
éste podrá revocar dicha disposición antes de su fallecimiento.
La donación irrevocable se da entre vivos por tanto media la voluntad de ambas
partes para su materialización; mientras en la revocable no necesariamente se
manifiesta la voluntad en vida del donante ya que generalmente esta se regula por
las normas propias del testamento; a través de la tradición se adquiere el dominio
en las donaciones irrevocables y su título será el contrato, mientras que en las
revocables el dominio se adquiere por causa de muerte y el título será el testamento.
Tratándose de donaciones irrevocables se requiere autorización notarial cuando los
bienes a donar superen los 50 smlmv, por tanto esta disposición deberá elevarse a
escritura pública, y cuando su objeto recaiga sobre bienes inmuebles esta deberá
registrarse ante la oficina de Registro e Instrumentos Públicos del lugar donde se
encuentre ubicado el bien. Ahora bien, respecto de las solemnidades en las
donaciones revocables se deben tener en cuenta los mismos criterios que para las
irrevocables, pero además de esto y según lo dispone el artículo 1018 C.C. el
donatario debe ser capaz y digno porque en caso contrario la donación será nula.

5
Instituto Colombiano de Derecho Procesal, 2012, pág. 44
6
Pardo H. M., 1990, pág. 43
La caducidad solo aplica a donaciones revocables, se surte ésta cuando se presenta
el caso de que el donatario fallezca antes que el donante, en concordancia con lo
dispuesto en el artículo 1202 C.C. Según lo dispuesto en el artículo 1482 C.C., el
donante que disponga mediante acto de donación, de parte de sus bienes en donde
se vean afectadas las legítimas rigurosas de sus beneficiarios, podrán estos últimos
solicitar a los donatarios que restituyan lo donado en exceso en los términos
indicados en el artículo 1245 C.C.
La donación podrá revocarse en las mismas condiciones en que se revocan las
herencias o legados tal como se señala en el artículo 1194 C.C., por tanto dicha
revocación puede surtirse de manera expresa mediante nueva disposición o en su
defecto tácitamente. También tiene aplicación lo dispuesto en el artículo 1485 C.C.
que trata de la ingratitud del donatario entendida esta según los términos del artículo
“Se entiende por acto de ingratitud cualquier hecho ofensivo del donatario que le
hiciere indigno de heredar al donante7. La acción para interponerla es de 4 años
contados a partir de la fecha en que se tuvo conocimiento del acto ofensivo y se
extingue por la muerte del donante según lo dispuesto en el artículo 1487 C.C.
En cuanto a la insinuación, que no es no es más que una autorización expedida por
el notario a través de escritura pública, cuando el valor de los bienes a donar supera
el monto de 50 smlmv tal como lo dispone el artículo 1458 C.C.; de su tenor también
se deducen los requisitos que contiene los cuales son “que el donante y donatario
sean plenamente capaces, lo soliciten de común acuerdo y no se contravenga
ninguna disposición normativa”8. Así mismo “La solicitud deberá presentarse
personal y conjuntamente entre donante y donatario, ante el notario del domicilio
del donante. En la escritura deberá especificarse: El valor comercial del bien; la
calidad de propietario del donante; y que el donante conserva lo necesario para su
congrua subsistencia. Si se trata de inmuebles bastará una sola escritura pública
para la insinuación y la donación. También será necesaria la insinuación cuando se
dona una suma periódica (Art. 1459) pero debe entenderse que según el artículo
1458, acá comentado, las donaciones menores de cincuenta salarios mínimos
legales no requieren insinuación”9.

CONCLUSIONES

7
González, 2010, pág. 323
8
González, 2010, pág. 377
9
Vega, 2008, pág. 21
La sucesión entre vivos se contempla una situación jurídica novedosa y conveniente
que se encuentra en el parágrafo del artículo 487 del Código General del Proceso,
tiene su propio procedimiento, fija las directrices sobre las cuales debe adelantarse,
requiere autorización judicial previa, tiene término de recisión de dos años contados
desde el conocimiento de la partición, se debe formalizar mediante escritura pública
y garantiza oposición a los interesados; se deben respetar las asignaciones
forzosas, derechos de terceros y gananciales; en razón a estas características es
novedosa y distinta de otras instituciones como la sucesión Mortis causa, acto
mediante el cual se dispone de los bienes a título gratuito después de la muerte a
través de testamento o según lo indique la ley según lo regula el libro III del Código
Civil. En cuanto a la donación que también se encuentra regulado en el Código civil
difiere en que este se entiende como un contrato mediante el cual una persona de
manera voluntaria y gratuita transfiere el dominio de algún o algunos de sus bienes
en favor de otra, previa aceptación de esta última.
BIBLIOGRAFIA
CODIGO GENERAL DEL PROCESO
CODIGO CIVIL COLOMBIANO
García, J. I. (2013). Código General del Proceso Estudio de la Normatividad con
Vigencia Anticipada de Inmediata Aplicación. Bogotá: Ediciones Jurídica radar.
Gómez, M. E. (2012). Código General del Proceso comentado por Miguel Enrique
Rojas Gómez. Bogotá: Escuela de Actualización Jurídica ESAJU.
González, A. T. (2010). Código Civil Anotado. Bogotá: Leyer.
Instituto Colombiano de Derecho Procesal. (2012). Código General del Proceso Ley
1564 de 2012 comentado con artículos explicativos de miembros del ICDP. Bogotá:
Instituto Colombiano de Derecho Procesal.
Tejada, H. C. (2014). El Proceso civil a Partir del Código General del Proceso.
Bogotá: Ediciones Uniandes.

También podría gustarte